I-IIS~rORIA DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA DE ESPAÑA. 111 S ~I~...
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I-IIS~rORIA
DE LA


GUERRA DE LA INDEPENDENCIA


DE ESPAÑA.






111 S ~I~ O R :1 .ft
POLÍTICA Y 1\l1I.IT AR


DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
--..


ESI~ANA
CONTRA


~APOLEON nO~APARTE
DESDE 1808 Á lR14,


ESCRITA SOBRE LOS DOCU:llENTOS AUTÉi'íTICOS DEL GOBIERXO


, --EL DR. D. JOSE l\fFl'OZ lUl\LnO~f\DO.,
DEI, CONSEJO DE S. M., Mll'OSTHO HO:-;OHAHIO D¡;L HE.H, y SUI'HEMO
DE CASTILLA, SECn¡;TAlHO DEL REY l'. S. CON Y.Jf:r.C!CIO DE DE-
nIETOS, CAI:ALLERO I'E~SIO:,(ADO DE lA IIEAL Y DlSTl.\(;tllllA OIlOEN
ESl'Af;OLA DE CAlII,OS 111, E'(-C,\TEllH ínco DE JI:RISPRUDENClA
elYlL DE LA 1IEAL I:JI'IVEr.SlDAD DE .'"CML\ DE llENARES, AUO-
G.U)() !lE 1.05 nEALES COSSEJOS, E'iJ)l\'IDUO DE \' AHJOS ESTA¡;LE-
ClMIE:'iTOS l.ITEH,IRJOS, y OFICIAr, 'lAYO]; DE LA SEC1IY.TARIA DE
liSTADO Y DEL DESl'ACIIO UNIYEHSAL !lE GHACIA Y JUSTICIA.


r ! TOl\'IO l.
,


:'


MADRID: Ahril de 1833.
Imprenta (le D. Jost 1).uAclOs, calte del Factor.




Nulla enitn llobis societas cum 7'yrannis.
(CIC. de OfJiciis.)




A S. A. R. LA. SERMA. SRA.


Y!);b újJ/'!;/Ir;?(;;u/a (t/ $17 $lb. /:/.
DON FERNANDO VII,


y PRINCESA HEREDERA DE LOS REINOS DE ESPAÑA.,


SEÑOIlA:


COIl el lJUl)'or respeto y confianza llego al Trono
del Augusto Padre de V. A. -' ofreciendo á sus Rea-
les Pies la HISTOIUA l\HLITAR y POLÍTICA de la guerra
mas gloriosa 'lile n:fiercll los anales espaíloles.


Al sllhir al Trollo el magnállimo FEHN ANDO VII.,
los ejer .:.:ito.I'.J llils[¡l entonces illvencibles -' de la Fran-
cia of..-'npaban pe,:!idalllente la Peníflsula: las tropas
espaiiullls r!i~'el7úll[Jdas guarllecían las torres de Lisboa ..
J' combatían por agenas pretensiones sobre las orillas
dP[lJ¡ílti.~(): todos los merlios de resistencill se hallaban
destruidus -' .7' ap(?lUlS se conocía la e.x:istencia de la
Patria. Todo dependia CIl a1uel momento crítico del
Augusto Padre de V. A.; mas la perfidia J la 'vio-
lcncia le arrastraron al mas estrecho cautiverio. La
Nacio!l enlera se levantcJ CIl masa -' J sin calcular las
fuerzas enellligas se lanzcJ el la lid, en la que -' des-
pues de Dios -' al elltusiasmo que inspiró el nombre de
FERNANDO VII debió la Esparta su, triunjo -' J Eu.-
ropa su libertad.




Los siete mios de la célebre guerra de la Indepen_
dencia formarán ulla de las mas gloriosas épucás del
reinado del Augusto Padre de V. A. ; Y ({~!J'trl tlia al
leer V. A. los magndnimos e~filer=os de la Nacion es-
taita/a por colocarle en el Trono, de que le arrancó
la 1Il{IS negra perfidia., podrú conocer V. /1. cluínto
debe esperar del valor y heroismo de los pueblos.J sobre
r¡w~ la ha llamado á reinar la divina. Providencia.


Dígnese., pues.. V. A. admitir bajo Slt St¡/Jcrarta
proteccioll esta ¡Iistoria COIllO ulZa peqlleilísilllfl p(lI'te
del tributo debido á un REY tan justo., magl1llllimo y
prutector de las letras, como el Padre de V. A.; I como
ulla débil prueba del profundu respeto .r gratitud) con
que so)" de V. A.


el' -V(/,llora, "


A L. R. P. de V. A.




,


PROLOGO.


J--l a gloriosa revolucion de España desde
1808 á 1814 ocupa uno de los mas distin-
guidos lugares en la historia de los últimos
tiempos, y no solo á la Espaüa sino á la
Europa entera interesa el conocerla bajo su
verdadero punto de vista.


V cinte y cuatro años han transcurrido
desde que esta N acion heróica lanzó el pri-
mer grito de independencia, y desde que se
cometió el horroroso atentado de Bayona.
Entonces se vió que la Familia Real de Es-
paila fue arrancada con violencia de su Pa-
tria; que el Príncipe idolatrado de la N a-
cion descendió del trono de San Fernando,
en el (Iue se sentó impíamente un vil usur-
pador; (lile la Espaüa resistió su dominio,
se armó, combatió en siete gloriosas cam-
paüas, y (Iue triunfó: pero se ignoran aun
en el día los principios, los medios y los
actos, que han producido tan admirables
sucesos.


Desgraciadamente los estrangeros, faltos




( 6)
de datos ciertos, de buena fe y de impar-
cialidad al hablar de España, han inundado
la Europa de escritos sobre nuestra glorio-
5a revolucion, llegando á estraviar á fuer-
za de falsedades y calumnias de un modo
asombroso, no solo la opiuion de los pue-
bIas, sino aun la de los mismos gabine-
tes, y la N acion española ha sido pintada
con los mas indignos coloridos, cuando á
ella sola es deudora la Europa de la des-
trllccion del tirano tan tas veces vencedor de
sus imponentes coaliciones.


España enselÍó al mundo entero á com-
batir al coloso de gloria militar y de ambi-
cian política, demostrando qlle el pueblo
que SllpO luchar mas de siete siglos contra
los egércitosagarenos desde que en 712
se perdió la M anarquía goda en los cam-
pos de Jerez, hasta la reconquista de Gra-
nada ~n 1492, podia prolongar muy bien
por siete años su resisteucia contra N apo-
leon y sus invencibles falauges.


Ocupada pérfidamente la Península, cau-
tivo su Monarca, destruidos todos los me-
dios de resistencia, N apoleon se lisongea-
ha vencer á los españoles y estender su do-
minacion mas allá del Atlántico; pero la
N acion, vengadora de los ultrages del 1\10-




(7)
narca Fernando, se levanta en masa, y la
pérdida de N apoleon empieza desde enton-
ces: sus ejércitos son derrotados: la fortu-
na le abandona: cesa su prosperidad; y el
inmenso poder que aterraba á la Europa,
cede á la invencible constancia de los es-
pañoles y su heróica valor,


La facilidad. con que escriben los estran ..
geros, 10 es tendidas que se hallan en Eu-
ropa sus calumniosas é inexactas relacÍones,
hacen muy desventajosa la posicion del que
rompiendo el silencio que la España ha ob-
servado por tantos años, se presente en la
arena á levantar su voz contra los infinitos
detractores de las glorias de la Patria.


No es mi corto talento bastante á tanta
empresa; pero la rectitud de mis intencio-
nes me tranquiliza, y la aprobacion de los
hombres juiciosos é ilustrados me indem-
nizará de los pesares de la envidia.-


Los sucesos políticos se presentan como
las figuras de la linterna mágica, que al acer-
carse al espectador disminuyendo la distan-
cia de la luz, crecen y se abultari estraordi-
nariamente y lo deslumbran; al paso que
alejándose, disminuyen de tamaño, y apa-
recen con mas claridad, y en su verdadero
punto. Esta es la causa por que la historia




( 8 )
de la revolucion espaiíola escrita por el
lt, P. Maestro Salman en el acto mismo de
verificarse los asombrosos sucesos que des-
cribe, carece de la certeza, noticias é impar-
cia lidad que requiere tan interesante narl'a-
CíOll, para desvanecer las groseras calum-
nias que con tanta auclacia y sin desmentir
sientan los autores franceses despreciando
á sus vellcedores, y 105 illgleses atribuyén-
dose todo el mérito de tan gloriosa lucha.


Ni pudieron escrihir de otro modo los
muchos opúsculos y folletos q!le salieron al
termillarse la memorable guerra, porque sus
autores carecian del suficiente número de
(latos para calificar las operaciones de los di-
versos gohiernos que dirigieron los destinos
de la Espaüa; pues habiendo o])l,::.tdo estos
en virtud de planes, no ticias reservadas y
circunstancias, que no estan al alcance ele los
observadores, no era fácil juzgarlos, sino
clespues de un maduro ex;ímcn de tocios los
anteceden les é incidencias.


Esto no se hallahaal alcance ele escritorcfl
particulares: era solo propio del Gobierno.


A penas Fel'Jlalldo VII salió de su cauti-
verio y ocupó el trono, por cuya conserva-
cion habia hecho la España té11l costosos sa-
crificios, <{ue para levantar uu monumento




( 9 )
eterno al heroísmo nacional nombró en
1816 una junta de gefes y oficiales del Es-
tado mayor del ejército, que bajo la di-
receion elel Ministerio de la guerra escri-
biesen los gloriosos hechos de la guerra de
la Independencia. En cfeCto, los deseos del
~lonarca y la espectaeion pública parecía que
iban á ser satisfechos, y aun llegó á publi-
carse una escelente Íntroduccion á la historia
y un cuadro cronológico ele los principales
sucesos escritos con el mayor tino y maes-
tría; pero sobrevino la desastrosa revolu-
cion de 1820; y aun cuando la junta conti-
nuó sus trabajos, estos se redujeron á aco-
piar muchos y útiles materiales para la for-
macíon de la Historia.


Restablecido el Rey N. S. á la plenitud
de su soberanía en 1823, cesó la comision
del Estado mayor general militar, resul-
tando que despnes de 15 altOs de su forma-
cion, la N acion carece de una historia en
donde se consignen los heróieos hechos de
sus hijos en aquellos célebres siete alios.


En época tan prolongada de silencio se
han redoblado las calumnias, animadas con
el cuasi asentimiento que presta el no des-
mentirlas; y aunque Don José Canga Argüe-
Hes ha escrito en Londres en 1830 unas ob-


TOMU l. 2




(10 )
servaciones sobre la historia de la guerra
peninsular de Clark, N apier y Londonderry,
estas versan sobre hechos ó puntos deter-
minados, y no reunen lo que en sí debe
comprender una historia general, cuya lec-
tura debe solo bastar .. Í rectificar los hechos
maliciosamente desfigurados, dando una
idea clara y exacta de ellos.


Bi en conozco que es muy dificil escri-
bir la his toria de la guerra de la Indepen-
dencia, en donde figuran como principales
actores muchos de los elevados personages
que rodean el trono del Monarca, por cuya
libertad la sostuvo la N acion; pero la serie
importante de sucesos del actual reinado,
las grandes crÍsis, las revoluciones que COll
tanta rapidez se han sucedido, nos hacen
considerar it larga distancia de nosotros
aquellos siete años de desastres y de glo-
rias, y me animan á hacer una especie de in-
CUl'SiOll en el dominio de la posteridad.


N o me toca ;Í mí el hablar acerca de es-
ta ohra, ni de la pureza é imparcialidad de
mis intenciones: el público la leerá y juz-
gará de ellas. Yo solo manifestaré franca-
mente que no he tratado de elevar ni aba-
tir, acusar ni escusar á alguna de las mu-
chas personas que tuvieron rarte en los




( 11 )
grandiosos acontecImIentos que describo.


He tenido tÍ la vista, para la formacion
de esta historia, cuantas obrás se han pu-
blicado en el estrangero sobre nuestra glo-
riosa revolucion: algunas personas de cono-
cida ilustracion y probidad se han dignado
dirigirme en tan dificil empresa; y el Rey
N. S. ~ decidillo pl'otector de las letras, por
su Real órden de 21 de agosto de 1831, se
sirvió mandar se me franqueasen los docu-
mentos originales relativos tÍ la guerra de la
Independencia que existian en el l\Iiniste-
rio de la guerra. Ellos han servido muy
principalmente para la formacion de esta
11istoria.


Para describir los sucesos he procurado
colocarme en el verdadero terreno en que
han sucedido; es decir, he trazado los cua-
dros de cada una de estas siete memorables
campaÍlas, cuidando de hacerme cargo de
los principales 11ech05 políticos y operacio-
nes militares, sin descender á prolijos de-
talles, incompatibles con la claridad his-
tórica.


Algunas veces he dejado caer la plulTIJ
de la mano, desanimado por la dificultad y
delicadeza del asunto; pero siempre me ha
alentado lo grandioso y útil del objt;to, y la




(12 )
necesidad de desmentir á los detractores de
nuestras glori~s.


Las gentes que piensan apreciarán mis
esfuerzos, y los buenos españoles escucha-
rán benignamente ellenguage de la verdad,
verán con placer el retrato del heroísmo y
del carácter nacional, y juzgarán cuánto es
capaz aun de· hacer la Espafla por la con-
servacion del trono de su. idolatrado Mo-
narca y de su Independencia; porque la
historia de lo pasado es el espejo de lo ve-
nidero.


---*-




(13)


N ecesidau dc rccordar los sucesos de España y Francia
anteriores á la guerra de la Independencia para descri-
birla hiell. _ Recuerdo de las desgracias ocurridas mien-
tras rei.nó en Es-paila la C;¡sa de Austria. _ Buen gohicr-
no de la dc Bor!lOl1 CIl cste Reino. _ Muerte lle C,irlos
nI. _ Principio del reinado de su hijo Círlos IV. _ Ad-
ministracion de Floridahlanca. - Revolucioll de Fran-
cia. _ La Asamhlea constituyente. - Constitncion de
1791. _ La Asamhlea legislativa. _ Destitucion del Rey.
_Ereccion de la República francesa. _Proceso y su-
plicio de Luis XVI. - L;¡ Europa se declara contra
Francia. - Sq'aracioll del Ministro Floridablallca
en España, y elevacion de Godoy. _ Biografía de
este. _ Destierro de Aranda. _ España lleclara
la guerra á Francia. _ Godoy, Príncipe de la
Paz. _ Primera coalicion contra la Francia, di-
suelta. _ Administracion de Godoy. - Primer trata-
do de San Ildefonso entre Francia y Espaiía. _ La In~
glaterFa declara la guerra á España. _ Escesivo favol:
del Príncipe de la Paz. _ Odio cIue le tiene el puehlo.
_Es denunciado á la 11Hluisirioll. _Exito de la denun-
cia. _ Tentativas malogradas para su clestitucion aJJsoln-
tao _ Prision y destierro de los millistros Jovellanos y.
Saavedra, qne la intentaron. _ Godoy deja el .Ministe-
rio. _ Espedieioll de los franceses á. Egipto. _ Ocupan
estos á. Roma. _ Segunda coalicion contra Francia. _
Trastorno del gohierno franees, y creacion dd consu-
lar._ N apalean, primer Cónsul. _Blocluean los fronce-
ses la escuadra espaiiúla. _ Fin de la segunda eoolicion.
- Segundo tratado de San I1defollso. _ "Iarcha :í Etrll-
ría \1ua divisiou española. _ Guerra de Espafia eOIl Por_




(14 )
tugal. _ Paz de Amiens. - Godoy mas odiado del pue-
hlo. - Es nombrado Generalísimo. _ Casamiento del
:Príncipe de Asturias.


N O es posible escribir la historia de la glo-
rjosa guclTu que los cspaüoles sostuvieron contra
el soldado valiente que tiranizaba la Europaá prin-
cipios del aüo de 1808 desue el trono de San Luis,
á donde la monstruosa revol [Ieíon de F'ra ncia, los
reveses de los ejércitos aliados y su fortuna mis-
ma le elevaron, sin empezar dando una rápida
ojeada sobre el estado y circunstancias interiores
del Reino y de la misma Francia) las cuales en
cierto modo prepararon la usurpacion del trono
de las Españas cn dicho año, y sobre la deplora-
ble situacioll á que una cadena na in terrumpida
de infortunios y desaciertos nos habia conducido
cuando empuñó el cetro Fernando VII, Príncipe
el mas deseado y querido de la Nacion.


Bien conocidos son de todos los yerros de atl-
ministracioll que se cometieron en el reinado ele
los últimos Príncipes de la Casa de Austria, y el
miserahle estado en que encontró la Monarquía
el nicto augusto ue Luis XIV. Públicos' son tarn-
bien los qucbrantos y desastres ue la guerra de
sucesion, y los esfuerzos que para repararlos hi-
cieron Felipe V y su hijo Fernando VI, los cua-
les lograron regenera.r la casi exánime Nacion es-
paiíola; y en fin, existen aun bastantes testigos
del glorioso reinado del inmortal Cários IJI. Sin
eSI)anlosas re\101uciones, como la de la Francia,




( 15 )
España convalecia de sus antiguos males, y se
nutria en el seno de la paz y en los brazos de un
Gobierno paternal. La muerte de este escelso Mo-
narca será el punto desde donde principiaremos
la narracion de las desgracias y glorias de nues-
tra N acion, que sin mas direccion, apoyo ni re-
cursos que la invcncible adhesion de sus hijos á
la Religion sanla de Jesucristo, un amor firme y
decidido al Príncipe, que con placer universal
acababa de cmpuiíar el cetro de ambos mundos,
y a(luella constancia heróica que siempre ha dis-
tinguido á esta Nacion privilegiada, triunfó en la
memorable lucha) que describiremos) del poder
colosal del Emperador N apoleon; restituyó al
trono de sus augustos predecesores á nuestro
amado Monarca, y contribuyó eficazmcnte al fe-
liz nuevo órden de cosas, que estableció en Eu-
ropa la paz general en los alIOS de 1814 y 1815.


En 13 de Diciembre de 1788 mUl'ió Cárlos 1788.
IlI) Y su muerte cubrió de luto á todos sus vasa-
llos, que lloraron en él la pérdida de un padre y
de un ·protector. Su hijo Cárlos IV subió al tro-
lla á la edad. de 40 años, y la conocida rectitud
de sus intenciones, su no vulgar iuslruccion y la
bondad de su alma hicieron esperar á España
uno de los mas felices reinados, viéndole con-
servar á su lado al Conde de Floridablanca, mi-
nistro célebre, tan respetado entre las naciones
estrangeras corno bendecido en su patria; cuya
sábia auminislrncion atestiguan el fomento que
entonces se dió al comercio, á la industria y ,í ia
agricultura; las colonias que se fundaron, los ca-




1788.


1789.


(16 )
nales, puentes y caminos que se construyeron,
y los suntuosos edificios y útiles establecimien-
tos con que se enriqueció la Nacion.


Floridablanca, sostenido en sus planes de re-
forma por el sábio y virtuoso Cárlos III, reanimó
todos los ramos de la administracion pública,
ahrió al comercio esterior doce puertos en la
pellÍnsula y veinte y cuatro en la América. De-
coró con las armas Reales el humilde taller del
artesano que se distinguia; ofreciú al m~rito cÍ-
vico las recompensas que antes se dieron solo
al valor milita¡', y aumentó rápidamente la ilus-
tracion y cr(~dito de España.


Al aito siguiente de subir al trono Cárlos IV
cstalló la revoluciol1 francesa, que conmovió
casi todas las naciones europeas, y causó tan-
tos daüos á la Península.


Luis XVI ocupaba el trono de Francia, y
deseoso de remediar los males que habían su-
frido los pueblos en el tiempo de la regencia y
ha j o el gobierno débil de Luis XV, conVOCÓ
los Estados generales, concediendo al pueblo un
número igual de diputados á la suma de los de
la nül)lcza y del clero. El cinco de mayo empe-
zaron las sesiones; el tercer estado exigió se re-
uniesen á él los del clero y de la nobleza; y ha-
biéndose negado estos á verificarlo, se constituyó
de propia autoridad en Asamblea nacional. En
vanO el gobierno mandó cerrar la sala de sus se-
siones: reulliuos los dipulados del pueblo en el
juego de pelota) juraron no disolverse hasta ha.
ber reformado el gobierno, y dado una constitu-




( 17 )
cion á la Francia. Esta declal'acioll destrujó la 17&9.
MOllarquía. I~l pueblo auxilió poderos,m1cnte la
revolucian; y arrolladas las pocas tropas que si-
guieron el parrido del .i\lonarca, tuvo éste que
someterse á las disposiciones de la Asamblea,
l]tlC en calidad de constituyente se apoderó de
la auloridad soberana.


El Hey prC'!lagió los males que le aguarda- 179L
ban, é intentó n:fuglarse en el ejército que man-
daha ell Lorcna el gelleral Bouillé, fiel á la an-
tigua Monarquía; pero detenido en su marcha
tuvo que volver a París, donde el partido re-
publicano pidió abierlamente su destitucion. Sin
embargo, la Asamblea constituyente restituyó
al Rey su autoridad, y haciéndole jurar el acta
COl1stilucional) proclamó la Constitucion el día 29
de Setiembre de 1791, y se disolvió. Toda la E1l-
ropa se puso en alarma á vista ue los progresos
espantosos de la revolucion; y la Alernania y
la l)rllsia, contando con el aux.ilio de la Bllsia,
tratélron de restahlecer la dignidad del trono de
Luis XVI, Y formaron la primera coalicion con-
\1'3 1a Francia.


La A-wmLlea legislativa que reemplazó á la 1792.
constituyente, componiéndose en la mayor par-
te de republicanos, obligó al Hey á declarar Ja
guerra á la coalicioll·, espiui¿ decretos ele pros-
cl'ipciou contra los emigrados y clérigos r('frac-
I;u'ios, y designó al Monarca los sugetos que
debian componer el ministerio; pero Luis se
llegó á tener unos ministros revolucionarios, v


, ~


:i sanci.onar la proscripcion de sus mas leales
T())fO l. 3




1'792.
(18 )


servidores. Entonces (el dia 10Je agosto de 1792)
el pueblo corre á la mansion !leal, ataca la.~
gl1ardias, arrolla cuanto se le opone, estermi-
lla cuanto encuentra, y penetra hnsta el cuarto
mismo del Rey) que con toda su fnmilia se re-
fugió en el sellO de la Asnlnblen legislativa; y
ésta) aterrada por el movimiento popular, pro-
nunció la destitucion de] perseguido Monarca,
creó Ulla comision ejecutiva, promulgó los cé-
lebres decretos contra los ewiSTados y sacenlo-
tes, y convocó una Convencion nacional para
el 20 tIe setiembre.


Al mismo tiempo las armas francesas triun-
faron de la coalicion en la batalla de Valmy.


La Convencion nacional en su primera sesion
declaró á la Francia Rcpúhlica) una é indivisi-
hle; y agitada de dos partidos violentos, el ele
la Gironda, á cuyo frente estaban los diputados
de este departamento; y ~l de la montaüa , lla-
mado así porque los jacobinos que dominaban
en él, teniendo á su cabeza á Robespierre, se
sentaban en unos bancos algo mas altos que los
otros) fomentó las divisiones intestinas) cubrió
de sangre la Francia J y decretó dcspucs la aCll-
sacion del Rey) preso con toda su familia en la
torre del Temple) y empezó á examinar su
causa.


Entretanto DUl110urier ganó á los austriacos
la bataHa de Gemmappe.J conquistó la Bélgica,
y arrojó al enemigo al otro lado del Bocr.


1 ;!)3. El proceso de Luis XVI se terminó, y la Con-
veneion pronunció la sentencia de muerte por




(19 )
la pluralidad de ycinte y seis votos; y el nielo 1793.
augusto de San Luis subió al cadalso el 21 de
enero de 1793) con la dignidad de un Bey y la
f1rmcza de un mártir.


Toda la Europa, cscepto Suecia) Dinamarca
y Turquia, declaró entonces la guerra á la Fran-
cia; y Cádos IV, que desde el principio de la
revolucion lwhía dado muestras aclivas de inle-
res por el Gefe augusto de la casa de Barban, de-
claró lamlJú:ll la gllcrra á la l1epública.


El COlHle ele Floridablanca, á pesar de sus
dilatados servicios, y que desde luego fue de
dictámen de que se declarase la guerra á los
franceses, cayó en desgracia del Soberano; y tres
ailos despues de la muerte de Cárlos III fue con-
finado á Mur-cía, y despues encerrado en la ciu-
dadela de Pamplona. El Conde de Arallda ocu-
pó su miuisterio ; pero á pocos meses le sucedió
en él Don Manuel de Godoy, jóven inespcrto, de
veinte y cuatro años de edad, á quien el Rey
dispensaba un favor ilimitado. Sin talentos, ar-
rogante, corrompiJo, y prostituyendo los hono·
res y 105 c\estinos á la vil adulacion, al paso que
ellcl'vó las fuerzas del es~ado con su funesta ad-
ministracion, tuvo este jóven la temeridad de ocu-
par la silla del ínmol'tal Flol'idab1anca y del cé-
lebre Conde ele Al'anda en crisis tan terrible como
('11 la que se encontraba la Europa en aquella época.


Don Manuel de Godoy nació en Badajoz, de
una familia noble, en 1768, con una educacion
regular, entró á servir en los Guardias de Corps
en 1787. Dcspues de ocho meses da servicio flle




(20 )
793. promovido ,.t Gal'wn mayor de la compnilia r3p3~


ñola en 1788; á Exento de 1.1 misma cn 1789;
nombrado AYlldante gelleral de G!lardias du
Corps, y conrlccorauo Con b. Gran Cruz de Cár-
los III en 1791; promovido II Teniente general
de los Heales ej\~rcitos, hecho Grande de Espa-
ña de primera clase COn el título de Duque de
la Alcudia, Mayor de Guardias de Corps , y Ca-
ballero del Toison de Oro en 1792 , en que fue
~lombrado Ministro de Estado. Su ["ilpiclez en los
ascensos no le había adquirido la instruccion
necesaria para sostenerlos. Asi es que fue pre-
ciso seüalarle dos asesores que dirigieran los ne-
gocios; y lo fneron} primero Don Eugenio Llagu-
110 y Amirola, y despues Don José Anduaga, am-
has Oficiales mayores de la Secretaría de es-
ta do.


Desde este tiempo empcz() á decaer 1a Mo-
narquía. Cárlos IV, lleno de dolor al ver fl'ustra-
lhs las gestiones que hizo por metlio de su Emba-
jmlor Oscal'lz para salvar al illfOl'tunaJo Luis XVI,
y vicudo que la Convencíon desafiaba el poder
de la Europa, despreciando las notas diploíllá-
ticas, llegó á autorizar: á éste para disponer de
una suma de tres millones de reales para que
J~l'OCllraSe ganar á los miembros ue la·Collvcncion
J de la municipalidad de París en fa VOl' de su
ilustre parientc. Todo fue intÍ.til; y la consuma-
('jon de este gran crimen fl¡C la seüal de guer-
ra entre la Francia y Espaüa. En vanD el Conde
'.le AranJa y otros políticos aconsr:jaron la mas
t:strida neutralidad; pues fueron de~0i.do" 'iUf¡




(21)
clamorcs por la terquedad inf:pla de Godoy, que 1~C¡3.
opinaba por la guerra.


El Conde de Aranda , honor de la diploma-
cia, fue confinado á Jaen, despues á Granada,
y últimamente á Epila de Aragon, su patria ...
donde murió. La Espaüa se ligó con el Austria,
la Cerdeüa y la Suiza. Nuestros ejércitos penetra-
r.on en Francia, y la victoria coronó en un prin-
cipio sus esfuerzos; vera la misma mano que todo
10 pal'alízalJa en la paz ~ lo paralizó tambien todo
en la guerra. Godoy desde el rOllclo del Palacio
Real prctemEa gobernar los cjércitos como la
corte: el valor na~ural del soldado y la confian-
za engallada de los gefes dejó penetrar al ene-
migo en el interior de Espaiia; sus tropas del
mec\i.odia fueron batidas, y lJllycndo de 13urdeos,
To]osa y ?lbrsella, se cncerrnron cn Tolon 8.000
espaüoles, al mando del gencral Lnngara; y
abandonados de la escuadra ing](:sa penlieron la
plaza con dos navíos de línea. En este sitio em4
pezó á distinguirse el talento y gcnio militar de
Napoleon Bonapal'te. .


Arrojados los esparlOlps del territorio de la Re. 1791.
pública; Bosas) Fjgllcras, Tolos<1, las provincias
vascongadas y FuenterabÍa en poder tle los ene-
migos .. hicieron conocer, aunque tarde J la sabi-
duría del consejo dado por Arnnda.


El ejército republicano mandado por Mon- ~9-1 , .. ,.
eey llegó ft ~1irallcla de Ebro, y nmcnazaLa lle-
gar yictorioso á las puertas dc Madritl. E1 pa-
yor se apoderó de los ánimos) y u na guerra im-
Jl() lític a , y que por tres ailos habia costado sa-




(22)
17!). crificios inmensos á la .l\acion, terminó COn Ulla


paz ignominiosa é inoportuna; y por una COl1-
tl'adiccion ridícula, Godoy, que habia sido uno
de los mas ardientes promovedores de la guer-
ra) recibió entonces el título de Príncipe de la
Paz; disLÍncion que jamás se habia concedido
en Espaüa, y tle que el imbécil privado osó
adornarse insolentemente, formando un título
de los desastres de su patria. Entonces se vió COll
escándalo que su hermano Don Dirgo Godoy, que
en l1<lCla se hahj;:¡ dIstinguido, fue elevado de ]a
clnse de mero Oficial á la alta dignidad de Te-
niente general de los Reales, ejércitos; al paso
que Jos que vertieron su sangre por la patria,
(juedaron sin recompensa y en la obscuridad.


Por esta ignominiosa paz, concluida en 22
de julio de 1795) nos devolvió la Francia las
plazas que hahia conquistado en la península;
y nosotros la cedimos la parte cspaüola de
la isla de Santo Domingo. No fueron menos fe-
lices los franceses con los demas enemigos. Bo-
naparte, hecho ya General por el Directorio que
habia sucedido á la Convencíon, consiguió vic-
torias repetidas) y termÍnó la primera coaJicíon
ele Europa, firmando la paz de C~mpo-Formío
en 1797; por la que adquirió la Francia la Bél-
gica y los deparlamentos del Rhin, una inaucn-
cia ilimitada en la Italia) quedando) pues, bajo
de su proteccion las Repúblicas Liguriana y Cis-


i ~9G. alpina) formadas por el \'encedor Bonapartc,
Desde esta época la administracion pública


el1 Espaiia fue confiada enteramente al Príncipe




(23 )
(le la Paz, y se empezó á abrir el horrorosol79G.
precipicio) en que se llUbiera humlido induda-
blemente la Monarcjuía española, si el heroismo
de sus hijos no hubiese sabido salvarla despues
á costa de un millo n de vidas. Cambió entera-
mente el sistema político del gabinete espaü61;
y el Príncipe, inhábil para la direccion de los
negocios, no contento con haber reconocido el
gobierno republicano, aceptó su alianza Íntima,
y firmó el rllinoso tratado de San Ildefonso
en 18 de agosto de 1796) por d que se ofreció
Espaüa á tomal' parte en las desgracias de la
Francia, dehiendo suministrar al gobierno fran-
ces una escuadra de quince navíos de línea, y
un ejército de 24.000 h01'nbres con su correspon-
diente artillería. Tratado de alianza aun mas per-
judicial que la misma gllerra, y tan visiblemen-
te ruinoso) que no puede atribuirse únicamente
á la grosera ignorancia del Príncipe, sino á su
detestable avaricia y sórdida venalidad.


La legacion francesa ejercia una influencia
ilimitada en el gabinete de Madrid; y la Ingla-
terra) tan luego como tUYO conocimiento del
tratado de San I1ddollSO) nos declaró la gucrra.
La escuadra inglcsa del almil'ante Gerwis batió
á la €spaüola j unto al caho de San Vicente. Las
escuadras inglesas hlocjueaban nuestros puertos,
y cortándonos la comunicacion con las colonias,
paralizaron el comercio: los buques espaüoles no
podian alejarse de los puertos sin temor de ser
apresados por el enemigo; y la industria se resin-
tió por esta guerra.' que fue el primer beneficio




('24 )
j~!'5. (!'W 1105 tI·ajo el funesto tratado de San Ildcfo1l5o.


Las colonias espaüolas de América cs'¡~erimen­
taron tambien los efectos de las nrmas inglesas;
si bien el intrépido valor de los hahitan tes de J3ue-
1I0S Aires les hizo abal1l10nal'las conquistas que ha-
hiiJn hecho en alluellas regiolles, y reemba¡·cal'se.


El Príncipe de'la Paz) autor de esta calami-
dad J se afirmaba cada vez mas en el favor de sus
Soberanos, á difercncia de aquellos favoritos que
por ser objeto de la prcdilecclol] de lIUO J son de
üdio para otro: Godoy habia Iogl·ado establecer
una especie de competencia entre el Rey y la llci-
!la para favorecerle. El estado entregado á su dis-
crecíon, los honores y las riquezas amontonadas
sobre su c¡1beza,. y agotadas las distinciones, fue-
ron poco para engrandecerle, y en 1797 se en-
lazó Con la familia de su Soberano, casándose
con Doña María Teresa de Borbon, hija del In-
faIlte Don Luis J hermano de Cárlos IlI) Y nieto
de Felipe V.


Su conducta depravada hizo que le denuncia-
sen al Tribunal de la Illquisicion en 1796 tres re-
ligiosos dirigidos por el Arzobispo de Sevilla Don
Antonio Despuig , que despues fue Cardenal. El
lnquisidor general Lorenzana, Arzobispo de To-
ledo, temió el poder colosal del valitIo) y Des-
puig se dirigió al Papa por medio del Nuncio pa-
ra que reprendiese .i Lorenzana por su timidez.
El Pontífice escribió al Inquisidor; pero intercep-
tado el correo en Génova por los franceses J Bo-
Jlaparte envió las carlas á Godoy J con el objeto
d(: consolidar la naciente amistad cutre el Direc-




( '25)
torio y la corte de España: los Arzobispos de To- 1796.
ledo y Sevilla fueron estraüados del Reino á pre-
lesto tIe marchar á Roma á visitar al Papa, y des-
de alli renunciaron sus mi! ras) que fueron con-
feridas despues á Don Luis de Burbon, hermano
de la mugcr de Godoy.


El odio del pueblo al priv<¡do era violento, y
para acallarlo llamó al ministerio á los hombres
mas ilustrados y que designaba la cpinion públi-
ca. Don Fnlilcj~lco Sanvcdra OClIpÓ el de Estado,
y el célebre jurisconsulto y liter<Jto Don Gaspar
Melchor de Jovellanos fue nombrado Ministro
de gracia y justicia; pero el alma a~liva é inde-
pendiente de Jovellunos no podia prostituirse
ante el poder del valido; é intéJ'prete de la vo-
luntad de la Nacion) representó al Monarca la
necesidad de la separacion del Príncipe de la Paz.
!'\u elocuencia irresi~tiLle triunfó un momento
del ánimo ue C,irlos IV, Y ya estuvo firmado por
el R(~y yen poder de Saa yedra el decreto para la
exoneracion del Príncipe; pero Sa<l veura retardó
el golpe, movido de consideraciones de amistad
y reconocimiento al valido. Este vió á Jos Reye~,
y desl1izo en un momento los pbnes de Jos mi-
nistros, y Saavedra flle desterrado nI puerto de
Santa María) y JO\"í.~llanos trasladado de pl'ision
en prision al castillo de Bellber en Mallorca, don-
de permaneció iucomunicado con el mayor rigor
hasta el tln del reinado de Cárlos IV.


El Príncipe de la Paz, contra quien se alzaba
por las calamidades referidas el clamor de los
pueblos, para desviar de ::;í la r(,!:IpoIlsabilidad de


TOllO l. .:¡


1í9H.




(26)
1796. sus operaciones, hizo dimÍsion del Ministerio de


Estado en 1798, en cuyo despacho le succ(lió
Don Mariano Luis de Urqllijo, reservándose cm-
}Jero una influencia iljrnÍLaoa en todo) y hacien-
do de su vol untad la única ley. Rotas e.stahan to-
das nuestras relaciones con la Europa) y solo
contábamos por aliada á la Rcpública francesa,
cuya situacioll se iba haciendo visiblemente mas
crítica.


El Directorio frances decret() la cSJlcdicion de
Egipto) que proporcionó al talento de Bonaparle
nuevas glorias, y le colocó á su vuelta á Francia
á la cabeza de la Hepública. Los eíércilos repulJli-
canos penetr'aron al mismo tiempo en Homa para
vengar la muerte del Embajador franees, asesi-
nado en aquella capital, y el respetable Pontífi-
ce Pio VI fue arra,trado ;í Francia) donde mu-
rió al allo siguiente entre prisiones) y de sus es-
tados se formó la República Homana.


La Europa no pudo permanccC'r pasiva á lan-
1799, tos ultrages,y se formó la segulllla coalicion com-


puesta de la Inglaterra, la I\.usia, el Austria J Ccr-
delta) Nápoles y Turquía contra la República
francesa; pero habielldo vueIlo Napoleon de
Egipto, apoyado e11 la reputacioll fIlie le habian
ad(luirido sus conquistas, disolvió á la fuerza el
Consejo de los (juinicútos J penetrando con un !les-
tacamento en la sala de sus se.siones J y el Direc-
torio cedió su autori.dad al gobierno Consulal",
compuesto de tres miemhros) de los que el pri-
mero era el verdadero gefc,y los otros dos solo te-
nían voto cl}llsultivo. Se formó aJcmas un Se-




(27 )
llado Conservador, que debiall JJombrar de las lis-
{as electorales los miembros del Tribunado y del
cuerpo legislativo. Los individuos del Tribunado
discutian en presencia del cuerpo legislativo los
proyectos de ley, y este los votaba despues.
Arreglada asi la nueva forma de gobierno, Bona-
parte se halló bajo el modesto titulo de primer
Cónsul gefe supremo de la Fr,mcia, y proclaman-
do un olvido generoso calmó á todos los partidos,
é hizo reulJÍrse en derredor suyo toJos los hom-
l)res de influencia, nfirmó la nutoridad vacilante
por el ataque contÍnuo de la rc\'oll1cion que en-
frenó con mallO fuerte cortando las disensiones
civiles, y dió vida y cl'éllito á la administracion,
reorganizando al mismo tiempo los ejércitos, y
aumentando las fuerzas de la República.


La eselwnra cspaüola salió desde Cádiz al
mando de Don José Mazarredo, 'para reunirse
con la francesa en Bl'esL; pero apenas entró en este
puerto, flle blofjueaJa por la inglf!-sa muy superior
en nÚl11~ro. Una conlribucion estraordinaria de
t\'esCit~ll!OS millones, impuesta para ocurrir á los
gastos ue esta espcdicion, acabó de exasperar los
;íllimos, y por SIl In aJa inversion no sirvió para
clIbrir el déficit esc:lIldaloso y siempre en au-
mento de las rentas públicas.


BOllapa rte lila re h ó contra las naciones coli-
~adas, y trepando los Alpes COIl la audacia de
AuuiLal, sojuzgó la It:.-.lia eon la fortuna y rapidez
tie César.


La célebre victoria de Mélrengo acahóde co-
Tonar la ~loria de Bonaparle. En esta sola batalla


1799.


1800.




(28 )
1800. perdió el Austria todo el fruto de las victorias d~


Suvarov, y quedaron en poder de los republica-
nos 14.000 austriacos, mas de 40 cailOnes y 15
banderas. El ejército austriaco quedó cortado, y
para recohrar sus comunicaciones, capituló Ir!
evacuacion del Píamonte.> Genovesado y Lombar-
día.


La victoria se conservó fiel á las armas fran-
cesas: Moreau ganó una batalla en Hoelinden} y
arrojó á los austriacos de la linea del IUll: pa-
só el rio, y amenazó á Viena. El Austria se de-
cidió entonces á concluir una guerra que pu-
diera serIa fatal, y firmó en 9 de febrero de


1801. 180t la paz de Luneville, por la quP. se coufir-
mú la de Campo-Formío > cediendo adcrnas el Ar-
chiduque Fernando la Toscana. El 19 de febre-
ro se firmó en Florencia la paz con .N á poles, CI~­
díendo este reino la isla de Elha y el principado de
Piombino. La paz elltre Francia y Husia se firmú
el 8 de Octubre, y el 9 la de T urqnía y Francia,
quedando deshecha de este modo la segunda coa-
licion, y en guerra solo con la In glaterra, que se
3podcró en este afIo de dos navios de linea cspa-
ñoles, sorprendidos de noche en el Estrecho por
Ulla escuadra británica, (Iue perseguía al Almi.
rante frances Lioois.


Deseoso Napoleon de incorporar á la Franeia
los estados de Parma, Plasencia y Guastala,
poseidos por el Infante D. Luis, propuso al gabi-
nete de Mnul;id en 1800 cambiarlos por los t1P.
Toscana, erigiendo con ellos el reino d(~ Etrlll'ill.
Nuestra corte, manci'ida pOI' el capricho de b'..l-




('29 )
doy,aceptó desde luego,y se firmó en 1800 el sc- ¡ROl.
gnndo tratado de S. Ildefonso, por el que se erigía
á favor de la casa de España el trono de Floren-
cia, dandu esla á la Francia el Parmesado, y de-
volviendo la Luisiana, que habia adquirillo
cn 1763 en tiempo de Luis XV, Y ceuiendo ade-
mas diez de los navios que se hallaban en Brest á
disposicion de la Hepública, que se obligó á soste-
ner y hacer reconocer por todas las potencias de
Europa al nuevo Hey.


El General español Don Gonzalo Ofarril pusó
con uua division de 6.000 hombres á lomar posc-
siol! del lluevo reino.


Al año siguiente de este ruinoso cambio nues-
tra corte, sostenida por las tropas francesas, de-
clarú la guerra á Portugal, y el PrÍllcipe de la
jJaz J al [rente de un egército español, penetró
el! d por la frontera de Estremadura, tomó á
Campo-mayor y Olivenza, y obligó al gobierno
portugués á firmar la.paz de 13adajoz, cediendo
.í Olivenza; y la aclquisicion de esta plaza fue el
miserable fruto de los grandes aprestos y sucrifi-
cíos con que se abrió esta campafIa, en que 1011
v¡¡li(~lltes españoles se avergonzaron al ver qlle
su Gcneral, en vez de sangrientos y gloriosos
laurelcs, cogia verdes ramos de naranjas en los
jardines de Yclvcs, y los mandaba flla corle, por
Jo que muchos la llamaron la guerra de las HU-
ra Il JUs.


La Inglalerra, que era b única que lwLia qHe-
Jado en gllerra con la Francia despnes de la coa-
licion, firmó la paz de Amiens en 27 de Mayo, y


; Hú1.




(30 )
1ROJ. puso (in á la guerra manl¡ma ql1e tanto habia


costado á la Espaüa, y :i ellyos estragos se reu-
nieron los de la peste, que devastaba las provin-
cias de Alldalucía.


Por esta paz perdió Espaila la isla de la TI'i-
nidad, y Holalltla la de Ceylan, cCllfluistadas pOI'
los ingleses (Illrante la guerra. La Inglatprra dc-
biaevacuar la isla de Malta y reconocer la Hepú-
blica francesa y las dcmas (ine habia formado Bo-
naparte.


La N acion espailOla empezó ,i I'(,Sp11':l1' con e~­
ta paz, (lue fue uc corta duracion. El odio al Prín-
cipe de la p;¡Z se acrecentaha, y este recibió en
esta época la lllas distinguida prueba del amor de
su Soberano. Fue nombrado Generalísimo de to-
das las tropas espailOlas de IlHI' y d.e tierra. En
este aÍlo se verificó el mrll.rimanio de Fernando,
Príncipe de Asturias, ú quien idolalr'ab:l la l\"a-
cion, con la Infanta Dalla ~bria Antonia dc Ná-
poles.




(31 )


,


CAPITULO JI.


:"iueva guerra entre Francia é Illfllatcrra. - Los illfllcse$
atacan á los espalJoles pOI' mal' inopinaoamcutp. _ Com-
bate (te Trafalgul'. _ N apoleon, Empcrallor de los frau-
ceses. _ El mismo, Rey de Italia. _ Tercera coalicioll
contra la Francia. _ Termínase. _ Desecha la 111flla-
telTa las Pl'o}losieioll('s de paz de Bonaparte. _ Cuarta
coaliciotl. _ lla talLt de J cna. _ Ill1pl'[Hlcnte proclama
de Godoy. - Pa,>; de Tilsit. - Cómo recilJC :\'apoleon la
proclama de Godo)". - Est(~ le felicita por SllS HUCVOS
triullfos. - Godoy cs nomheado srall Almirallte. - Se
aleja al Príncipe de Asturias de los lleflocios cuidadosa-
mente. - Sentimiento naciOllal h;ícia este Príncipe.
Sistema Hamado conLincntal contra Inglaterra.


Poco hrilló la paz: un 'lüo transcurrió apenas, 1K03.
cuao(lo la Francia declaró la guerra á la Inglater-
ra que rehusaba cllmplir el trata(lo de Amiens,
vol viendo Malta á los caballcl'Os (le su Ól'llen, cu-
ya isla habia conquistado ,í, los franceses en 1800
con poquísirna resistencia. Estas dos naciones,
rivales siempre) descendieron solas á la lid: las
Hepúblicas 13<ÍI:¡ya é Iudiana se ullieroll á la Fran-
cia á poco tiempo) y el resto de la Europa per-
maneció neutral.


ESllaña deseaba mantener la neutralidad, tan- 1 "01.
o 'l'


to mas) cuanto se hallaba debilitada Con las gucr-
I'l!S anteriores; pero el ruinoso tratado de San 11-
defonso habia ligado para siempre su suerte con
la ele la Francia. Don l)edro Ccvallos) que había




(32 )
180í. sucedido Lt Urquijo en el ministerio de Estado J y


cuya esposa era prima del Príncipe de la Paz,
conoció cld.n gravoso era el tratado, y procuró
eludir su cumplimiento; pero los Ministros de las
córlcs estrangeras se dirigian al Príncipe (le la
Paz J sus decisiones eran irrevocahles, el Gobier-
no era enteramente nl\lo J y solo se ejecutaba el
capricho de Godoy. El Emhajador frances se
aprovechó de estas circunstancias, y propuso en
nom}n'e de su córLe la libre en[¡'ada de los rré-


" neros fl'anceses, tanto en la PenÍusnla como en las
posesiones de América, en lugar ud conLingente
de hombres y de buques prometido por el C011-
vellio de San Ildefonso. Así, despues de haber
destruido nueslra marina, se intentó acabar COIl
el poco comercio que nos quedaha y con nuestra
induslria.


Go(loy, ó muy perverso ó muy ignorantr~) no
conoció eslas fatales consecuencias; acccllió á es-
ta proposicion, y obtuvo el consentimiento de
S. M.: Don Pedro ecballos tuvo noticia de esla f'a-
tali.sill1a transaccion .. demostró sus daúo,;, y logl'ú
á fuerza de actividad concluir un convenio, 1)or
el que serescataban las estipulaciones de San llde-
fonso, pagando mensualmente ,í la Francia J en ca-
lidad de subsidio y mientras tI llraha la guerra, la
enorme suma de veinle y cuatro millones de
reales.


La gran Bretaiia descul,rió entre las protestas
de paz, con que la halrtgaba el Gobierno cspaüol,
que este hacía causa comun con la Francia, y an-
teponiendo sus intereses :1 la eterna justicia del




(33 )
derecho de gentes, si;l declarnrnos la guerra, y 1804·
cuando los embajadores permanecían aun en sus
córles re:;pcelivas, el contra-almirante Cornvallis
atacó la Hota que vCllÍa de Am{~riea, echó :í pique
la fragata Mercedes, y nos ¡¡pn~~iÓ las. llamadas
.Medéa, Clara, y F;¡ma cille qlledó horriblemente
maltratada.


La humanidad se horroriza al referil' que en
el momc.nto en que la cpiuernia devoraba á la ciu-
dad de Cídjz) y S¡¡S lJ::!Jil;-tnLes se hallaban cons-
ternados con sus esl r:¡ gos, 8 i t11 P o~ibili tados para
la uefensa, el gabinete inglés hubiese hecho bom-
bardear esta plaza.


El Tcniente general Don Tomas de Morla, que
la malHlaba, escribió al general Sir Ralph Aber-
Combie una carta tan llena de dignida(l y firmeza,
que este levantó el bloqueo, y l\'!orla fue procla-
mado el salvado!' de CJdiz.


El robo de Sl1S c;¡udales y la muerte alevosa de
los hahitantes de C{ldiz escÍlaron la inclignacion
de la Espaüa; y esta Nacíon, aunque (}(;vasLada en
sus provincias mcriclionale.,; por la fiebre am;¡rilla,
sin cOl11nuÍc:lcion con sus dominios (le Ulll'am::r,
y agobiadn con cI p:¡go de 103 millones estipulado!
CIl el convenio que rescataha el de San Ildefollso,
declaró la guerra á la Gran-Bl'elaüa, cuyo funesto 1805,
resultado fue el que nuestra escuadra rcunida á la
de Francia li'H'clase Lot31m:~lltc destruida en el fa-
moso combate de Trafalgar, donde los ingleses
pagnroll In vicloria Con la muerte dd célebre Ncl-
son, y donde pereció b flor de la marina espa-
ñoln, y perdimos quince navio!'l de linea, ociando


TOllO l. 5




(34 )
180¡. al vice-almirante Cisneros en poder de los vert-


cedores.
La Francia J causa de los males que nos afli-


gían, no perdonaba por eso el subsi(lio, y los rc-
cursos de la Espaüa estahan enteramente agola-
dos. La fortuna de Napoleon BOllaparte y el bri-
llo de sus d.pidas cOlHluistas le hicieron sentarse
en el trono de San Luis, asegnrado el consenti-
miento de bs principales }lolencias, que deseahan
que su brazo enfrenase la hidra rcvolllcÍOlJaria ,
y sustituyern á las turbulencias de la Rcpública
llIla pacífica Monarquía. El Senado es pidió UII se-
nalus-consulto, invitando al pul'l¡]o á erigir una
di!lastia imperial y hereditaria en la persona de
N apolcon. Esta medida fue aJ)1'ob«(la en el Tribu-
nado y en el cuerpo IC'gislalivo, y todos los ciu-
dadanos frauccses fueron admj¡jllos á votar. s.>
abrieron registros en los 109 dl'lwrlamclllos eH
que se dividia la República, y r('sultaron en su
escrutinio 2.558 votos negatiH)S,y 3.0G9.611 dir-
mativos J á los que llebcn agl'cgan:e 400.000 lid
ejército y 50.000 de la armada que idolatraban oi
su General.


Pío VII mismo ciíl() la diadema imperial á Sa-
polcan l30naparte en 2 de Diciembre de 804,y en
26 de Mayo siguiente adornó sus sienes en Milau,
como Rey de ltalia, la corona de hierro que diez
siglos antes ofreció la Lombardía á Carlomagno.


El Senado de Gónova renunció á su indepcn-
(h-ncia J la República I~igllriana flle incorporada
al Imperio, y 1[1 República llc Luca, que solicitó
talllbiell suil1corporacion, fue crigi<la en dOl-




( 35 )
cado y reuni(la á la soberanía de Piombino.


El engrandecimiento rápido de Napoleon hi-
zo encontrar aliados á la Inglaterra, y los Empera-
dores de Alemania y Rusia [orl11nron la tercer
coalicion, y empeznron á combatir el poder Jel
coloso. Pero la Sllerte ele las arIllas les flle ad-
versa, y despucs de haber octipado sin resistencia
la Baviera y el Wurtembcrg, Kapoleon con la
~-('lncidad del rayo cae sobre el ejército auslriaco,
le derrota en ElclJingcl1, l{~ obliga ;í l'pndirse en
el mes J planta sus águilas Tictori,)sns sobre IriS
murallas de Vicnn; ¡wllclra en la 11oravia,donde
encuentra al ejército ruso, d que se }¡abian reuni-
do las reliquias del austriaco) y el :2 de Diciembre
de 1805, primer aniversario de su coronacioll, ga-
nó la batalla de Allsterlitz, tan célebre por]a pre-
scnci;1 de tres Emperadores) corno import¡¡nte por
la paz de Presburgo concluiJn pOI' el Austria el
26 del mismo Diciembre) cuyo tr¡¡tado es tnl vez
el mas ventajoso que hizo la Fr~1I1ci¡¡ en el largo
y lll'illante periodo de sus tl'illl1fos.


Tal fue el resulta(lo de la tercera coalicion
rontra 11on<lparte, despues de la que aumentó el
poner el el J m pcrio) y e oIf)c~, en ] os tro nos de ~ á-
!)o!cs v Holanda ,í SllS hermanos José V Luis yell-o,' '" J
salzó á la gcrarclllÍ¡¡ soher3.ua á muchos de sus


180:;.


mas distinguidos generales. 1806.
El antiquísimo CIH'l'pO Ccrm~l1ico se disolvicí,


.' el Emperador de Alemania, sn gcfe, renunció á
(:5tC IÍllIJo ya ilJsiglliflcantf~) conservando el de
Empel'ador hereditario de Allslri<l, y se formó la
Cünfl:clel'acion del Ubin bajo la pl'olcccion de ~a-




(36 )
1SD6. polcon; pero la muerte dd céldJre Pía (1), CIl-


ya polílica costó l'éluclalcs de sangl'e á la EUl'opa,
y á quien sucedió en el ministerio el p,lcíflco y
virtuoso Fox, tCITlble antagonista di': Pítt, hizo
que este abriese negociaciones con la Francia; p¿-
1'0 el recto Ministro británico desechó LIs pro-
posiciones con que le brllluaba Nnpoleoll. Este
pedia para su hermano José, Rey intruso de Ná-
poles, la Sicilia, ofreciendo inclernnlzar á Fer-
llaudo con las Islas RILares; (1:11)a .í la Ingla-
terra Puerto-Bieo en cambio del Ibnnóver) y á
condiciOll de que no tomára parte en los su-
cesos del cOlllineutc; y así lli~ponja de las po-
sesiones de Carlos IV, su mejor diado) COIl una
impudencia que demostró el insensato proyecto
de colocal' á su fami.iia soLre todos 103 tronos de
la Europa.


La Inglaterra concitó COD~rn N:1pcl[~on al Em-
perador de Husia y al TIc)' J(; Pru:;i:l, cuyos esta-
dos amenazaban los cj ércltos VU1c2dores de N a-
poleon. N o fue la lucha de brga duracioll; y los
campos de Jena puhlic~ll'i:m la victoria de los fran-
ceses en 25 de Octubre de 180G: Ber1in y"Posldam
abrieron sus puertas nI vencedor siu resistencia;
y conquistados todos lus estados prusianos de Ale-
mania, hizo la Prusia la pn firmando en 16 de N 0-
viembre el tratado de ChJrloteruburgo. Napoleon


(1) Pitt, hijo del Lord Chatt1\n, murió en 24. de Ene-
ro Je lH06 á la dad de 470.1103: Fo:t., hijo del Lord Ho-
llana, murió el 13 de SetieJuhl'e de 1806, oí los 56 alios de
edad.




(37 )
adelantó sus ejércitos victoriosos 11;í.cia el Vístllla, 1807.
y marchó á encontrar á los rusos. Dueüo de Var-
sovia y de toJos los pasos dd Vístula, puso sitio
á Dantzik, únIca plaza que le faltaba para tomar
la linea militar de aquel rio. Venció á los ruso~
que intentaron socorrerla en la célebre batalla de
Eylau en 7 de Marzo, ocupó á Danlzik) penetró
en la Prusia oriental, y el éxito de sus urmas
vencedoras acabó de coronarse con la batalla de
Fl'iedland, d;¡da e11 14 de Junio de 18(7) en la
que los rusos f¡¡eron completamente J<:I'l'otados.
N apoleon se hallaba con recursos illlTlCnSOS, la
Husía no tenia mus ejércitos q ne oponer, y el
Emperudor Alejandro pidió á Napolcoll una en-
trevista, que se veri!l.có en Tilsit. en medio del
rio Nicmen, Alli se reunieron ambos Empera-
dores de lUl modo siJ1guLll', y decidieron por
sí misrnos de 101 suerte de Europa, En medio
del rio se colocó una ancha balsa, sobre la que
se construyó un gran salon perfectamente ador-
nado con dos puertas opuestas) sobre las que tre-
molaban. dos banderolas, la una con. el águila
rusa y la olra con. la francesa. Las puertas mil'a-
ban á las dos riher<lS,


Los dos Emperaclores llegaron á un mismo
tiempo á las orillas uel rio, y embardlldose se
reunieron en el salon) tratándose con la mayor
amistad, yuespidiéndose con iguales seüales de
afecto. Al dia siguiente el Emperador <le Rusia
vino á establecerse á Tilsit, á (Ion<le poco tiempo
despues concurrieron el Rey y la Reina de Prusia.
Quince dias duraron las conferencias imperiales,




(38 )
1807. al cabo de los cuales se firmó 1:1 par, de Tils.it eH 7


de Julio de 1807. Por este tratado cedió la Pru-
sia CLlanto lJahia adquirido en el reinado (le Fe-
derico II, t~scepto la Silesia; pero perdió á Magde-
burgo. La porcion del territorio polaco pertene-
ciente á la Prusia flle erigido en 3"1'(111 ducado d(~
Varsoyia, y puesto bajo la dominacion de Sajo-
nia, y la Prllsia ofreció Ccrral' sus puerLos á los
ingleses hasta la paz general. La Rusia reconoció
á José Napoleon por Rey de N:~poJcs, iÍ LllÍs por
Rey (le l[OIUIl(lr!, á Gcróni.mo pOl' Hey de Weslfa-
lía, y <Í tocios los Príncipes de la Confederacion
del Hhill sé'gnn la organizacion que NapoIeoll qui-
so dade, ofreciendo abandonar las conq!listas hc-
chas .1 la Turquía en los principados de Valaquia
y Moldavia. El Emperador de Ilusia, á quien Na-
polco n comunicó sus proyectos sobn~ la EspalHl,
los aprobó, y dió pabbra de honor de no OpOIJ('f-
E;e ,í ellos. Terminada asi esta cuarta co~llicioll, los
dos Soberanos se separaroll con mues! ras de mu-
chísimo afeclo: el Ernperador Kapo]eon acornl'a-
ñó al ele Rusia hasta la orilla jz;(iuierda (lel Nie-
men, en donde la guardia rll:'ia ('é:taha forma-
da cn hat;¡Ua. Allí J rlC:Cplll:S de alll'dzal' al Em-
perador Alejandro, NapoIcoll se (l'lÍlú la cruz
de la legion d(~ honor)' la puso en el ppcllo dd
primer granadero epw se 11al jaha formado en la
orilla, diciéndole: ({ Tti. te acordarás que este es el
dia en que la amo .r .ro nos hicimos amigos.» lb;
¡l'rminó esta fOt'1ll1dablc coalicion contra Napo-
}('011, afirmando y rol:uslecicndo Sll colosal poder.


Codoy, que haLía por su mala adminisll'acion




(39 )
encadenado la suerte de la Espaf13 al carro tlc 1807.
Napoleon, cometió una fatal imprudencia que hi-
zo concebir ú este el designio de ocupar la PenÍn-
sllln. Desde la elevacion de DOIlnparte la Espaüa
ljilbia sido Sil lllas fiel é Íntima aliada, sus cscua-
urns y las dEl Imperio comhatieron juntas) y nin-
guna nube turbaba su horizonte político; cuando
la Prusia, esciLada por la Inglaterra, y sostenida
por la R.usia , declaró la guerra á la Francia. Go-
doy 110 igllornLa las disposiciones secretas dd
Austria, y creyó que la Europa cntera coligada
contra un enemigo comun iha á precipitar al 110m.
Lre, á quien CH los dias tle su proEperidad habia
servilmente ululado. En lllgar de prq);)rarSf~ á
tiempo, y con secreto á reuuirse á la causa rIlle
presumia dcbia triuufar., dirigió al puehlo espa-
flOl una l'ic!ícuIa proclama llamando á las armas
,1 todos los espaüoles, acto que escitó la alellClOIl
general en un momento cn ({ue la Espaüa esta ha
en paz con tolas las potencias continentales, y
¡pIe atrajo la vell::;anza de Sapolc:oll.


Este reciLió sohre el mismo campo ck Latalla
de Jena la noticia de tan estravag:mte declal'a-
cioll J Ú la (Fle "p;]rcntó 110 (1:::1' importallcia, y
aun tal vez se nlegró en su interior de que el Príll-
cipe de la Paz le prnp0l'cionase un medio de pri-
var á la familia de los Borbones tI;:) la única co-
rona que les restaba. En vano intentó persuadir
á ~apoleon que d armamento no tenia otro obje-
to que repeler una agresioll (1'le se temia de parte
(Iel Emperador de Marruecos. La proclarna anUll-
c~aba una lucha próxima sin csplicar contra quién;




( 40)
1807. Y pUl'a confirmar qU8 el enemigo ('1':1 [('l'I'cs1re, se


petlia cn ella <i las proyincias de Andalucía y Es-
tremaJllra un suplemento de cabállcrÍa. Desde la
fecha de esta fatal PI'OClail1<t debe contarse el plan
de deslruir el 11'0110 de Espaü;:r, seglln f'n \'a-
l'ias ocasio:le~ confesó el mismo Bonaparle,


En efecto, la proclama era una verdadera
dccJaracion de gucl'I'u contra Napolcon; y cal-
culando la dislancia á donde éste hahia llevado
la gil erra , la incertidumbre y riesgos qllc pre-
sentaba, cra caJi probable el cxilo de los espa-
flO]cs , dividiendo enlonces Sil alc:leÍon) é Ín-
,'adienJo el Imperio, La proclama fue publicada
el día 5 de Octubre, y empezaba apCHas ,í circu-
lar, cllando llegó la noticia de la victoria de
Jcnn. El imbécil privnclo conoció todo el peso
de su imprndel1cia J y envió <tI Dllqlle de Frias,
Gr<tnJc de España, por Embajador CSf¡'flOt'l{ina-
rio pal'3 felicilar al vencedor de las coaliciones ...
el cllal desde c.nlonees empezó á preparar los
medios de sojuzgnrnos.


N3polcon aparentó creer que d armamento
de la Espaüa habia sido con objeto de mantener
su scg!lriJacl iUlcriol', y no de ll\'o~'ocar IIl1a
guerra; y consta nte en él proyecto de ¿¡ poderar-
se de Espaiw, empezó por dchiliLarh , reclamó
de C,írlos IV la ejecucion del tratado de alianza,
y pidió pasase á Francia'y;Í Italia uu ejército cs-
lJañol con objeto de ll'asbdarle sobre elltí1tico
en caso de ncccsidall. Despucs de alglll1<1s con-
testaciones J el gnhineLc uc Ma,lrid envió á las
órdenes del ~L.\rqlll's de la llomana un eiúl'cito




( 41 )
tle 1.3.000 homhres, que despues de haber alra- 1807.
vesado la Francia para llegar hasta el Elha, for-
mó parte del ejército de Bernardotle , que con-
quistó la Pomerallia sueca, y pasó el guarne-
cer los estados de Dinamarca y las islas del
B~ltico.


Al mismo tiempo los ingleses, en cuyo fa-
vor parecia haberse daJo la funesla proclama,
tomaron á Buenos-Aires por capitulacion el 24
de Junio, cuya plaza reconquistó el 12 de Agos-
to el eapilan de navio Don Santiago Liniers, ha-
ciendo pri::;ionera de guerra la guarnicion in gle-
sa con su comandante Beresfort.


Enlretanto el PrÍncipe de la Paz, qne por su
mala fe é ignorancia, igualmente funesta cuan-
do queria el bien que cuando obraba el mal,
era él verdadel'O destructor del trono de sus So-
heranos, recibia de estos nuevas pruebas de bon-
dad, y fue nombrado gran Almirante de Espaüa
é ludias ... y se le Jió el tratamiento de Alteza.
Todo cuanto refiere la historia de los favoritos,
á los que Honorio y Arcadio abandonaron las
riendas del Imperio, que destruyeron entre-
gándolo á la irrupcion de los b;ll'haros, se vió
renovado en la persona del Príncipe de la Paz,


La sÍluacion de España era en este tiempo
la mas critica. Fallaron los recursos pecunia-
rios) y el gran llúmero de tropas (ILle nUlI·cha.
ron al Norte) dejó desguarnecidas las plazas;
la marina estaba destruida por lus ingleses, y
el resto puesto á disposicioll de Napol\?on. El
Príncipe de Asturias Fernando, á quien todos


TOMO. l. 6




(42)
1807. miraban como el próximo remedío de las cala-


midades de la patria, se ballaha sin la menOl'
influencia en los negocios, dirigidos esclusiva-
mente pOI' Godoy, El Príncipe de Asturias, edu-
cado por homúres ilustrados I 'virtuosos, no podia
mirar gustoso al favorito á quien maldecia el
gl'ito universal de Espaüa. Heredero del trono
no huhiera podido jamás asentir á su degrada-
cion y á la ruina del poder que algun elía debía
obtener; y su corazon se hallaba ademas traspasa-
do de dolor por la muerte prematura de su Espo-
sa Doña María Antonia, Princesa de Nápoles.
Todos esperaban que el Emperador de los frau-
ceses, ÍnLimamente interesado en la prosperidaLl
de la Monarquía, trataría cuando concluyese la
guerra de Polonía) de separar al Príncipe de la
Paz ele la administracion de los negocios] dando
en ella la debido. ín[luellcia al heredero de la Co-
rona. Esta voz, hábilrnenLe estendida en toda la
Península, favorecía sobre manera los proyec-
tos de Donaparle.


La Inglaterra, que constantemente habia sido
la enemiga de la Francia desde el principio de
su rev01 ueion) llamó la atencion de J3onapartc)
que reunió un poderoso ejérciLo en el campo
de Bolonia; pero .considerando que no era rácil
el hacer en Inglaterra un desembarco, aUlllplC
posible, porque inrnedíatamellte sus fuerzas que-
darían aisladas, cortada la comullicacion con su
base, dió en 2 t lle N o viembre de 1806, en el
call1po imperial de Berlín, el famoso dccreLo del
plan continental, que despues confirmó nI alJO




( 43 )
si.¡:;uicnle en :\1ilan; por el que se declaró á loJasl807.
la; islas hril<'lllicas en estado de bloqueo, p1'o-
hihi~) 10<10 comercio y correspondencia con los
iuglesrs, previno (Iue todo individllo ó súbdito
de la Gran Bretaüa, de cualquiera clase ó con-
dicion que fuese, qne se hallase en pais ocupa-
llo por los franceses ó por sus aliallos) fLlera he-
cho prisionero tle guerra; que las propiedades
de los SÚhllilos ingleses de cualquiera naturaleza
fuesen cOllllsc¡1llas; qne todo comercio ue géne-
ros ingleses era ilícito J y (jllC serian confisca-
dos en todas partes toaos los productos de ma-
nufacturas de las colonias inglesas; que ninglln
navío procedente de las .islas ó colonias britá-
nicas fuese recihido ni en los puertos franceses ni
en los de los aliallas, y que cualquiera navío que
desde estos puertos intentase pasar {t Inglaterra,
seria persegllido y confiscado. Asi N apoleon ais-
ló de un solo golpe á la Inglaterra de todo el
continente, imponiendo en sus tratados ,í. las
principales potencias de Europa que cerrasen sus
puertos á las naves inglesas, paralizando de este
modo el comercio Je esta Nacion mercantil. En
yallO SllS hajl'lrs y (]ominanrlo en lodos los ma-
res, ceüian el cOll¡incnl.c con un eslrecho blo-
queo; en vano poseían acopios ahllndantlsirnos
de primeras materias, y les sohraban brazos é
industria para manufacturadas. Napoleon suje-
taba el continente por todas partes desde París
á Dantzik) y á Tl'iesLc y á C(¡c1iz : los géneros in-
gleses eran condenados al fuego, aun deS¡lUCS de
comprados y hechos propiedad ¡le los prticula-




(44 )
1807. res. Los gobiernos se vieron precisados á entrar


en las miras de Bonaparte, y á velar en la rui-
na de sus mismos pueblos. La Inglaterra se veía
abrumada con el peso de su riqueza estancada ...
y sin poder darle mas salida que .la de un corto
contrabando en las costas de Portugal.




(45 )


CAPITULO 111.


Napoleol1 decide conquistar el Portugal. - Se organiza
un ejército en BaTona. _ Se intima á la corte de Ma-
llrid que se prepare á invadir al Portugal. - Propo-
siciones hechas al gohierno de Lisboa. - Sométese
:í ellas. _ El plenipotenciario particular de Godoy cn
~París firma un tr~lt~tlo para asc:gurar la usurpacion llel
Portut;aJ. - P~sall los ¡i'~Jlcc,C;; el Yidasoa. - Se <lc:s-
echa la pl'Oposicion de Godoy de C[)S3r al Príncipe de
Asturias con Sil cllllada. - Cansa del Escorial. ,-- Los
frallceses pelletran en Portug[d. - La l-:,milia Real se
embarca para el lhasil ell L ishoa. - Est~I)léccse nna Re-
gellcia. - Los franceses ocupan á Lisboa. _ TI na di-
vision espaüolaocll11a el Alentcjo. - Otra á Opodo.-
Se enar]Job cn J>isLoa la handera francesa. - Con-
IIl0CiOll ele ,lrluclla capital. - Portugal es agregado al
Imperio, y su ejército enyi<l(lo ,í Francia. _ Se destru-
yen en Portugal los emhlemils del gohierno anterior.-
Sc envian á Francia los hombres mas eminclltcs. -
Monstruosa contrihncion dc g'lerra Ó de conquista. -
Sus consecuencias. - Consideraciones sobre el ejército
que ocupó el l'ortugal.


Napoleon decidió emprender la con({ulsLa de
Portugal.


En Bayolla se organizó Ull ejército de 40.000
hombres con el título de ejército dc ohscrvacioll
de la Gironda J y al mismo tiempo se previno al
Gabinete de Madrid que se preparase para inva-
dir el Porlugal. Se intimaron á la corte de Lis-
boa en el mes dc agosto estas tres proposicion cs.


180~.




(46 )
1807. 1.~ «Que se cerrasen los puertos á la Ingla-


lerra.
2. a {( Que se prendiese y cstraüase de los do-


minios portugueses á todos los súbditos de la
Gran Bretaüa.


3. a « Que los bienes v efectos de indivi(luos in-
~


g]eses fuesen secuestrados. J)
Al mismo tiempo se hizo saber al Príncipe


BegenLe, que si no contestaba terrninantc y afir-
mativamente á estas proposiciones antes rIel 1. o
(le Setiembre, se le declararía por este solo l1echo
la guerra, Ji se retirarian de Lisboa las legaciones
(le Espaila y Francia.


El Prillcipe Regente ofreció despedir de Lis-
hoa al Embajador inglés Lord Slrallgford, llamar
á su Ministro en Lóndres, y cerrar sus puertos á
In glaterra) manifestando que j a mas permi liria
entrasen en sus dominios tropas estrallgel'as, y
que se trasladaria con su corte al Brasil en el ca-
so de verificarse la ¡avasíon.


Nnpolcon no "ió mas en esta franca contesta-
cían que un subterfugio, y mrmdó que el genera]
.J 11not se pusiese á la cabeza del ejército de la Gi-
ronda; y creyen(lo (lllC la union de sllsAglliIas
invencibles con 105 Leones de Castilla haslarían
;í alerrar á Jos porlugueses, hizo intimar de nue-
vo al Príncipe Regente la necesidad de confor-
marse con las tres proposiciones. El Príncipe Re-
gente se preparó por S11 parle á maptener en segn-
ridad sus estados, y trasladar su corte al Brasil.
A principios de Oclubre se retiraron de Lisboa
[as legaciones de Paris y Madrid) y la constern3-




(17)
cion fuc general. El Gobierno portugués) para 1807.
desarmar el brazo terrible de BOllaparte, se es-
forzó en cumplir las tres proposiciones, y no solo
hizo estrañar á los vasallos del Rey J orgc J SillO
tarnbien á los ingleses avecindados ya y natur<l-
lizaclos. Todo fuc en vallO: la suerte del Portugal
estaDa fijada por Napoleon de HU modo irrevoca-
ble. GOlloy ~ c111e arrastraba á pasos agigantados
la España á su ruina, intentó manchar con un bal-
don eterllo clll/slrc de sus armas. La corte mante-
nía cn París un Emkljador, qne era el Príncipe
de }Iaserano; y Godoy teuia tambien un plenipo-
tenciario desde 180G autorizado por el Rcy, y
era Don Eugenio Izquicrdo) Consejero de cstado
honorario i sin que ni el Ministro de estado, ni
el Embajador ,Príncipe de Maserano, tuviesen
conocimiento del oJ)jelo y de las credenciales
de su misiono


Este seguia una correspondencia muy activa
C011 el Prlncipc de la Paz. No tardó en verse su
rcsultado; y el 27 de Octubre de 1807 firmó Iz·
quicl'llo con el gran Mariscal de palacio Duroc
el famoso tratauo secreto ue FOlltainebleau, afren-
toso borran de nuestra politica, y causa de nues-
tros males. Este tratado consta de 14 articulos,
que cspresan: Que la Reina de Etruria cedia á N a-
polcon sus domüúos ele Toscana) recibiendo por
indemnir.acion la provincia portugucsa ele cntre
nuero y MillO con la ciudad de Oporto, bajo el
tílulo de reino ele Lusitania s\~ptenlriollal. Que
Don Manuel Godoy seria declaraclo Soberano
hereditario de los Algal'l>es. Que las provincias




( 48)
iB07, de la TIeyra) Tras-los-monles y la Estremadura


portuguesa quedarian en ¡lcpósilo hasta la paz
general, para disponer de ellas segun las circuns-
tancias y del moclo que cOllvjlli(~sen entre sí Cál'-
los IV y el Emperador. Que si se estinguian las
¡Jill<lstías rcin~nLes en la Ln~itania scph~ntriollal,
Ó ell los Algarbcs, el Rey de Espaüa tendria el de-
recho ele dar la in vestidura á quien quisiese, con
cOlloicion de que jamas se reuniesen en un<l mis-
ma persona estas tlos E-oberauíns, ni .í la corona
uc Es p L1ila; 'lile el Hey tic Espaiía seria el prolec-
tor pcrp{~tllo ele eslas dos potclIcias) y qlle sin su
consentimienlo jamas podrian hacer la guerra y la
paz. Que si á la época de la paz general eran res-
tituidas ;í la casa ele Braganza las provincias cen-
trales de Portugal en cambio de Gibraltar, la i:'>la
de la Trinidad y oLl'as colonias adrpliridas por Jos
illslc:;rs y pertenecientes á la Espaüa, el Sobera-
no de dich:¡s provincias portngnesas quedaria ba-
jo la proteccion dcl Rey de Espai¡a, en los mis-
mos túrmi\lOS (Iue el d(~ la Lnsitania sept.clllrio-
Hal y los Alg'lrhes. Que el Rf~'y de Espaiw ,i la
cOllclusion de la paz general) ó Lres aüos dcspucs
á mas ln]'(la1' de la feclJa de es Le Inll aelo) lomaría
el título oc Empcrador de las Américas; yen fin)
qnc las posesiones dc Ultramar dc l)ortugal se di.
vidirían entre la Espaüa y la Francia por una
convencion particn 1 al'.


Asi Godoy sacrificó á la ilusoria esperanza de
una soberanía efímera la buena opillion dc Cár-
los IY; llegando SlI audacia hasta el estrcma ele
di:,;pollcr de Etruria sin el consentimi.ento de la




(40)
ReíD;!, COrno si este pais tiependiese de él. Este
fal;!l tratado, ohra culera de Godoy, pues ningull
conocimicuto tuvo d~ él ell\1inistro de Estado
Cevallos, es UD;! vergonzosa mancha de nuestros
analcs diplomáticos. Contiene á la vez la garan-
tia rle todas las propiedades del Hey de España,
y las disposiciones preparatorias para Llespojarle
de ellas: en Ul1<1 palabra .. la misma garantía S81'-
via de velo y ocnll<lba la espoliacion (llIe se me-
ditaba. El illsignificantc título de Emperador de
las Amérjcas . (fue socolor de manlCllCl' la. igual-


; 1 v


darl de rango entre los dos Sobel';Jllos, cOllcedia
Napalcon el Celdas 1 V, parecia mas hien el refu-
gio ,1 quc prouto tcndría ql:C apdar para sal v:lrse
de su pcrlldia y preponderancia.


En el mismo día en que se concluyó el trata-
do de FOlll<lincJJlean , CirIos IV Y el Emperadm'
por 1l1"dio tle los mismos plenipotenciarius fur··
111a1'on Ulla Clliwcllclon separada en sldc arlÍcu-
los -' csprcsull(lo qnc 25.000 lwmbres (le infante-
rÍ;:¡ fl·allC(~f·;J y 3.0()() de caballería entrarian en
1~5paüa y marc1lal'ian direclamente sohre Lisboa)
agreg:iil(losclcs 8.000 hombres tle infantería es-
}J3úola J 3.UOO dc c;jJ¡allcria y30 piezJs de art!-
llcrÍ:l. qlle almislHo tiempo lllltl divi::;ion senara·


"L • 1


da de !D.OOO esp;lllOll's tomaría posc",.ion de la
provincia pOrltlgl~('sa dc entre Duero y Miüo y
de la ciudad de Oporto) y otra division esp<1üola
de G.OOl) homlll'cs }¡ari;¡ lu misll1n COll las provin-
cias oc Alclltcjo y de los Algarbcs: (lllC la Espa-
úa nUlltclldria las tropas francesas: ([lIe las pro-
vlucias S,?cllcslraclus serian goLCnJal~<¡S por el li('.


";' () ),j :, 1 ~ 7


1807.




( 50)
1807, nera} francés) y las de Lusitania y los AIgarbes


por los espaüoles: que todas las tropas y los co-
mandantes espafloles estarian á las órdenes del
General francés, escepto en el caso tIc que el Rey
de Espaüa ó el Príncipe de la Paz fuesen á man-
dar la espedicion en persona; pues entonces tanto
las tropas francesas como las espaüolas estarian
bajo SllS órdenes: que se reuniria un nuevo cuer-
po de ejército de 40.000 hOIuores para marchar
á Portugal, atravesando la Espal-'a en el caso de
que los ingleses enviasen socorros á los enemigos
ó ameuazasen atacar el Portugal; pero que la
entrada de estas tropas en Espaiw seria precedi-
da de una nueva convencíon entre los Soberanos
contratantes.


Esta convencion funesta fue el medio ele ase-
gmal' la conquista de lluestra Espaüa, profunda-
mente metlilada por Napoleon I3ollaparte.


Este astulo políLico conoció que si sus águi-
las habian de pasar, como enemigas, los Piri-
neos, lindes eternos de nuestra península, el
triunfo seria dudoso, y sus legiones pel'ecel'ian
nutes de haher podido llegnr á conmover el tro-
llO de San Fernando) firmemente sostenido por la
intrepidez y lealtad espaiJola.


El Conde Don Julian en 714, en el reinado
de Hodrigo, abrió la puerta ,l los árabes para que
devastasen y dominasen su patria; y en 1807 la
corona del Monarca de Caslilln se vió en peligro
por la traicion de un nuevo Coude Don J ulian,
el PI'Íncire de la Paz.


Dos dias despues de concluido el tralado de




(51 )
Fontainebleau y antes de su ratificacion, J unot 1807.
pasó el Vidasoa y enlró en la península. La Es-
paila hizo los mayores sacrificios para poder cum-
plir las obligaciones que se la imponian en el
tratado, y el General Carrafa reunió en Alcán-
tara una division para incorporarse con Junot al
pasa¡' l)or aquella ciudau. El Marqués del Socor-
ro uebia marchar con otra division uesde Bada-
joz á ocupar el Alente)o; y el General Taranco
se dirigia por el norte hácia Oporto. Tal era el
estado de peuUl'ia de nuestro ejército, que no se
pUllieron completar los cu pos de es t as di \'isiones,
que se lwllabau mal equipadas é incompletas, á
})CS31' del interés grallLlc quc en esta malhadada
espeuicion tenia el valido.


Mientras que el Gobierno se ocupaba con lllas
actividad en los preparativos de soj Llzgal' el Por-
tugal, yen ellllomcnlo en que la vanguanlia del
ejército (le JUllot se hallaba ya casi eu el centro
de la península, un suceso estraordinal'io y (PIC
debia tener la mayor influencia sohre los desti-
nos de la Espaüa, consternó la capital y llenó de
indign¡¡cion á toaa la ~'lonarqllía .


. La ~acioIl) ú pesar de los desastres (IlIe había
sufriuo en los últimos aüos, respetaba á C!t ['-
los IV, cuya bontlad generosa la hubiera hecho
feliz) si el inepLo y pcrvprso Godoy HO se hubie-
se apodpl'ado ,le su privanza hasta el estremo de
dirigirlo todo. El pueblo sufria resignado los
efeclos de su mala administracicll, y maldecía Sil
escandaloso poder, que hahía introducido la disr
conEa en la familia augusta ele sus Soberanos.




(5'2)
La N aeion tenia todns sus esperanzas en el jóven
Príncipe de Astut'las Fernando, que lloraba la
calamicla¡l de su patria, y se hallaba en la imposi-
hilidad de remefliarln, porque el privado cuidó
sjcm pre de tenerle apartado de la direceion de
los negocios. Fernando era el ídolo de la Espaita,
fIne de él solo esperaba la salvaeion de su próxi-
ma y casi inevitable ruina. Fernauclo habia per-
dido en 21 de Mayo de 1806 en María Antonia de
Borbon, su esposa, una amiga tieJ'lta, y el con-
suelo de los males (lIle oprimian su eorazon por
las desgracias de su pais, y por ]a infame opre-
sion en fIue le tenia Godoy.


Sus pasos eran constantemente vigilados) y
el mas duro espionage seguia por todas partes á
las acciones del heredero del Trono. Godoy, fir-
me en el fa \'01' de los Heyes, soltó el freno á su
rapaz codicia, (1 la Hlnbicion y ~1 la venganza: fue-
ron sacrificados á sus viles resenlimientos cuan-
tos no doblaron la rodilla aute su poder. Una en-
fermedad que en 1S06 }luso :i Cirlos IV al horde
(lel s(~pulcro, hizo temer al valido por la 116rdilla
<le su autoridad y cl1'lntiosas rir¡llezas. Temió la
~adjgllacion de la Sacion ofenlLida, y la jl1s¡lcia
del heredero del Trono; y en tan inminente ries-
go trató de precaver su dalla futuro. Faltó el se-
creto, y se decia públicamente que habia obte-
nielo de S. M. el nombramiento de Regenle del
Reino; asegurando otros qnc atentaba á la pre-
ciosa vida del heredero) tan amable ;'t la:'iacion,
mlentanc10 vinculal' la Corona en su L:milia, aU"1-
ii'lJo de sus numerosos amigos y parciales, To~




(53 )
dos los verdadrros espaüoles se estremecieron ,1807.
los amigos ud Príncipe de Asturias trataron ue
garantir su augusta Persona y los derechos del
Trono de todo atentado, y el jóven Fernando
estenrlió en {an crítica sÍtuacion un decreto de su
propio puño y sin fecha) confiriendo el mando
de las tropas al Duclue del Infantado, en el caso
de que falleciese su augusto Padre,


El restableci.miento de la salud del Monarcn)
sin aIterar nada las meJitlas toruadas por una y
otra parte, ofreció á Godoy los medios de cimen-
tar su valinúellto y asegurar la impunidad, aun
despues de la muerte de Cárlos IV. Hemos di-
cho que el Príncipe Je la Paz se habia casado en
1797 con la hija del Infante Don Luis, Dalla
María Teresa de TIorbon) y que el heredero del
Trono se halbba viudo y sin slleesion; asi es
que inspiró á Cárlos IV el proyecto de unir su
cuüada M{lrÍa Luisa de Borhon con el Príncipe
de Asturias, estrcchando de este modo el valido
sus vínculos con la familia Real. Fernal1uo dese-
chó con firmeza estc enlace que no podia ser
agradable á la Nacion, y el favorito desistió de
su proyecto.


Esta última circunstancia redobló el celo ele
los amigos del Príncipe; y despues de haber
meditaclo detenidamente, creyeron haber encon-
I rado el medio de sustraerle de la humillante
!lcpendcncia en que lc tenia Godoy, y de hala11-
cc~l' el puderío (le {,sLe, y destrllir tOlb.~ SIlS in-
t¡·iV,3S. Se traté) ,Le pedir secretamente ulla dc b.'l
~ohrinas del Emperador de Francia para espnsa




( 54)
1807. del Príncipe de Asturins. N apoleon 130nnpartc


se hallaba entonces en el apogeo de su gloria y
poderío, y la España no conocia aun la perver-
sidad que ocultaba su corazon. N o se dudó ni
un momento de la feliz acogida de la pretension)
de la que debia resultar una decidiua proteccion
de N apoleon á Fernanuo) y tal vez la caiua del
valido.J que queria al menos perpetuarse en el
mando de la España, si no tenia el temerario
designio de sentarse en el solio de sus Heyes.


En este estado el Embajador de Francia
Beauharnais ofreció igual idea á los amigos del
Príncipe, pensando que el matrimollio del he-
redero de la Corona ele España con una sobrina
del Emperador de los franceses, cualesquiera que
fuesen las miras ulteriores de éste, seria de uti-
lidad á la Francia. A esto se agregaba el inleres
personal suyo; pues siendo pariente de la Em-
peratriz, aseguraba su mayor fortuna y clevacioIl.


Se convino en que el Príncipe escribiría á
Napoleon, y le manifestaria fl'ancamellle la si-
tuacion á tIue se hallaba reducido, el ahuso que
hacia Gouoy de la confianza del Hey , y su de-
seo de unirse con los vÍnclIlos de la sangre á sn
familia. El Príncipe, tIlle cOllocia el celo acri-
solado de los que aconsejaron este paso, se de-
terminó á darle, cediendo al irresistible peso (le
las circunstancias, y deseando sacrificarse per-
sonalrncnte por el bien de un pueblo que le
acloraba.


El Emperador no contestó á esta carta, y
los numerosos espías de GoJoy, á pesar de lo-




(55 )
das las precauciones, Begaron á penetl'ar el mis- 1807.
treio , y corrieron á denunciarlo á su infame
amo. Este procuró converLir en daño de] PrÍn-
cipe los generosos esfuerzos que sus mas leales
servidores habian hecho para salvarle.


El privado se alejó con afectada pl'ecaucion
de la Corte á fines ele Octubre, é hizo llegar el
dia 28 á manos del Rey un anónimo calumnioso,
en el que se le denunciaba una conspiracion coulra
su vida y contra su corona, y á cuya cabeza se
decia hallarse el Príncipe de Asturias. Cárlos IV,
traspasado el corazon de dolor, entró tan lue-
go como recibió el falal anónimo en el cuarto
del Príncipe, hizo abrir su papelera, tomó cuan-
tos papeles se hallaban en ella, los examinó por
sí mismo, y los entregó despues al Miuistl'o de
Gracia y Justicia Marqués Caballero. Los pape-
les que se hallaron al Príncipe y obraron en la
causa, fueron:


Una esposicion de doce fojas, escrita de
puilo de S. A. , representando respetuosamente
á su padre los escesos de Don Manuel de Godoy,
y los graves claüos de su privanza, ofreciendo
pruebas Jcsal(~s de cnanto espouía, y medíos
para que S. M. pudiese secretamente enterarse
de ellos.


Un p;¡pe] fle cinco fojas y media) tambien
de letra del Príncipe) sobre los motivos quc le
indujeron á oponerse al enlace propuesto Con la
l:ermalla de la Princesa de la Paz, y él empa-
rentnr con la dinastía de Francia.


Una carta fecha en Talavera) sin firma, en




( 5G)
1307. coutcstacion á vnrias preguntas hechns por S. A.:


esta carta era de Don Juan Escoi(lUiz, maestro
que fue del Principe.


Una clave y sus reglas para escribi!' S. A. á
los fieles servidores que le consolaban con sus
consejos: precaucion (iue el espiüllage tle GoJoy
le habia hecho adoptar por no comprometerlos.


y una esquela sin firma de un antiguo criado
de S. A., Y que no tenia relaclon alguna con!m
situacion política.


Al día signipnLe 29 (le Oetuhre, á las seis y
metlia de la noche, el Rey convocó á toJos los
S(~t:reLll'ios del Despacho y al Presillenlc iutcTi-
no dd Consejo de Castilla: el Príncipe COll1l)J-
rcció ante esta especie ele Tribunal, y el Rey le
hizo varios C<lrgos sobre el contenillo de los pa-
}leles ([ue se le habian l1a11¡¡(lo. El Príncipe con-
teSló coa la fral1llucza y s.i.nceI'IJ<ld (1 Lit.: di¿;tiu-
guen la inoceacia ; pero el Hey se levantó) y
acol11paüado de los ~,1inislros, seguido de su
gual'llia , y danclo el mayor aparato al ejercicio
de la rnas tcrrible funcion uc la corOlla, conJujo
al Príncipe <1 un cnarto Jd l\lonasterio del Es-


o I 1 o l' , 1 1 ' 1 ' o o cona., e piUlO SU espacia ~ e ucc aro pl'lSWllCrO
de Estado, y le prohibió tuda comuuicaciGH. En
aquella misma noche se mandó prenucr á toda
su scrvil~umlJl'(~ , se düblaron las guardias de Pa-
lacio, y se espidió un cstraordinal'io para que las
tropas de la guarniclon ue Madrid (lUC hahian
saldo pocos dias antes para reunirse al ej(~rcito
espedicionario de Portugal, volviesen á filar-
ellaS doL1cs ,\ la Corte.




(57 )
PI,Llicóse en 30 de Octubre en la Gaceta del 1807,


Reino, y se comunicó al supremo Consejo de
Castilla un decreto de S. M., denunciando á ]a
ley, á sus vasallos y á todas las naciones el crí·
men de alta traicíon de su hijo primogénito,
heredero jurado del Trono, y anunció que iba
á ser jm;gado segun el rigor ue las l('yes.


Este uecreto, de malhadada memoria, era de
letra ele Don Manuel d.e Godoy, que entonces se
ludIaba cn Madrid, y no oh raba cn la causa por-
que se entregó á C,írlos IV tan luego como se co-
pió para publicarlo.


Uno fue el movimiento de pasmo J de escáu-
da lo y de indignacion que escitó Sil pllblicacioll
en toda la M.onarquía. Diez núllones ue habitan-
tes levantaron su voz -' y denunciaron á la Eu-
Topa al pérfido y sacrílego Godoy como autor
de tamaño atentado, proclamando inocente al
Príncipe que idolatraban. En vano intentó el va-
lido renovar en nuestros dias la escena trágica
del infortunado Don Cárlos en el reinado de Fe-
lipe II : la inocencia destruyó las trarnas de su
iniquidad) y él mismo se apresuró á ponerse á cu-
bierto de la tcrrible responsabilidad que iba á caer
.sobre su cl,iminal cabcza al manifestarse la verd:lll.


Al dia siguiente de su prision, el Príncipe uc
Asturias, firme en el tpstimollio de ~u conciell-
cia inocente, quiso enterar ú su padre tIe cn:ll1-
to pudiese destruir la calumniosa acusacion qlJ~
contra él se hahia dirigido y contra sus mas fie-
les servidores. El Marques Caballero, Ministro
de gracia y justicia, pasó de órdcn de S. ~L
lü~!O r. s




(58 )
1 SOl. al cuarto del Príncipe, quien le mani.festó los


motivos que habia tellielo para escribir al Em-
perador de los franceses) y espcdir el decreto á
favor del Duque del Infanlado para prevenir la
anarquía ó la nsurpacion en el doloroso caso ele
que falleciese su augusto Pad~'e: declaró que
Don Juan Escoiquiz era el autor de la respetuo-
sa rcpresentaeioll á S. M. , del escrito sobre su ca-
samiento, y de la carta sin firma que se hallaron
en su papelera, y csplicó las claves de las cifras,
que asi él como su malograda Esposa se habian
visto precisados á emplear para la correspon-
dencia mas legítima y sagrada.


Godoy vió infalihlemente su pénli.da; pues
Fernando empezaha á probar su inocencia, que
desde el principio bahía proclamuclo la N acion
entera. Volvió de .MaJricl, y afectó hacer el ppcl
de mediador: procuró cortar la C:lUsa , y ohlu-
vo que el padre, irritaelo, perdonaría el 4 de
Noviembre, dia de su Santo, al PrÍncipe, con
tal que este implor:1sc la clcmcncia paternal. Fue
al cuarlo de Fernando) le presenló escrilas dos
carlas dirigidas á su Padre y á su l\1adre para
que las firmase., y el Príncipe heredero dd Tro-
no suscribió á dar es la nueva prueba de su hu-
mildad y ternura filial por salvar la vida ame-
nazada de sus mas fieles scrvielores. El favorito
entregó al Rey las dos cartas, que al dia siguien-
te 5 fueron insertadas en el decreto dC" Gracia
del Príncipe, el que tambicn escrito de letra de
Don Manuel de Godoy fue enlrega(lo por S. M.
al Ministro Caballero.




(59 )
Fueron comprendidos en esta causa el Duque 11)07.


del Infantado, Don Juan Escoiquiz, el i\larql1és
de Aycrbe, Conde de Orgaz, Don Juan Manuel
de Villcnu, y algunos otros.


IJara su forrnacion se nombró en 6 de N 0-
vicmbre una junta compuesta del Decano del
Consejo Heal Don Arias AntOlüo I\Jon, y de ]0.'1
Ministros del mismo Don Sebastian de Torres,
y Don Domingo Fel'nandez Campomanes; y para
quc l1icÍcsc de Secretario al Alcalde de Corte Don
Benito Arias de Prada. Concluida la sumaria,
se llombró para Fiscal al mas antiguo del Con-
.sejo Don Simon de Viegas; y para sentenciarla,
despues de haber observado todos los trámites y
~olemnidad es de derecho, ademas de los tres
que formaban la junta) á otros ocho, que fue-
ron Don Gonzalo José de Vilches , Don Antonio
Villanueva} Don Antonio Gonzalez Yehra, el
Marqués de Casa-García, Don Andres Lasauca,
Don Antonio Al varez Contreras, Don Miguel
Alonso Villagomez, y el Fiscal del Consejo de
Ordenes Don Eugenio Manuel Alvarez Ca.
hallero.


Hemos citaJo los nombres de estos ilustres
Magistrados como un tributo debido á su firme-
za. Ninguno de ellos existe; pero su conducta
será siempre el modelo del honor y de la illte.
gridad.


Ellos resistieron nI poder colosal de Godoy;
y aunque el Fiscal Viegas degradó las altas fUIl-
ciones de su ministerio, y pidió la pena que la
lt'j' impone á los traidores, contra los mas fieles




(60)
1807. ~ervidores del Príncipe, los jueces declararon


unánimes su inocencia en 25 oe Enero de 1808 ,
en el mismo sitio de San Lorenzo, donde habia
tenido principio esta funesta causa.


No bastó este testimonio legal para libertar
es las ilustres v ¡climas. El favorito despreció la
voz augusta de la justicia, y unos fueron reclui-
dos y otros desterrados.


El Rey instruyó oficialmente á Napoleon de
todos estos sucesos, sin ocultarle las sospechas
que tenia de que su embajador y pariente Beau-
harnais habia tenido parte en ellos. El Monarca
frances manifestó la mayor indignacion al saber
la prision de Fernando ,no contestó á Cárlos IV,
hizo reclamar fuertemente la pronta ejecucion
del tratado de Fontaincblcau, mandó llamar á
Izquierdo, y se enteró muy detenidamente; pero
no ,'ieudo en todo mas que una inlriga tramada
por Godoy, exigió imperiosamente que no se hi-
ciera mencion en la causa de la parle que pare-
cía habel' tomado en elJa su Embajador, ni se
atentase contra la inviolabilidad !.le su persona
y casa, amenazando de lo contrario declarar la
guerra, y tanto mas terrible, cuanto ya JUllot
.se hallaba entonces en Burgos con 25.000 hom-
In'es.


Mientras en el Escorial sucedian tan desagra-
dables escenas, el ejército frances , al mando de
J unot, atra \resó el norte y el oeste 'de la Espaüa
1lara entrar en Portugal, sobre cuyo desgracia-
do Reino vamos á cchar una rápida ojeada por la
{¡¡lima rehcioll (fue tienen sus sucesos COl! ntH'S-




(61 )
tl'a hi~toria. La llegada á Lishoa de las legacio- 1807.
nes 'portuguesas de Paris y Madrid á principios
de Noviembre, y la entrada de la vanguardia
francesa en Portugal en 19 del mismo hicie-
ron conocer al Príncipe Regente que en vano in-
tentaba aplacar la feroci(lad de Bonapartc , ha-
hiendo declarado la guerra á la Gran Bretaña, y
llecho retil'ar al Embajador Lord Strangfol'll á
bordo de la escuadra que al mando de Sidlley
Smith blo(lucaba el Tajo. La divisiol1 espaüola
Currafa se reunió á la de Junot en Alcántara
en 17 de Noviembre, y juntas penetraron en
Port\lg~Jl. N o quedó mas recurso al Príncipe R c-
gente que el de embarcarse para el Brasil; y
despues de haber nombrado una junta de Go-
bierno que rigiese el Reino en su ausencia, el 27
al medio día se embarcó con toda su familia en
la escuadra portuguesa, dejando huérfana y
consternada la capital. El viento fue contrario
en la tarde de este dia y el siguiente; pero el 29
por la rnaúana levaron anclas los buques, y des-
aparecieron los Soberanos de Portugal de la vis-
ta de Lisho:!) uesue cuyas altas torres los seguian
cOlllos ojos llenos de lágrimas millares ele vasa-
llos fieles) que quedaban abandonados á la voraz
ambicion ue un tirano. Los gobernadores del
Reino quedaron instalados desde el 27 por la no-
che} y una de las primeras disposiciones que
les dictaron las circunstancias fue la de nombrar
una comision de dos Generales para cumplimen-
tar :i J Ullot, que· se hallaba ya en Saca ven ) á
media jornada de Lisboa.




(62 )
1807, El dia 30 entró Jllnot en la capital ostentando


su triunfo, seguido de un numeroso estado mayor
y de algunos escuadrones que habían podido sc~
guil' la rapidez de su marcha. N o quiso aceptar
el palacio de Bemposta donde se le tenia seüala-
do su alojamiento, y se hospedó en casa del 13aro11
de Qniutella : los Gobernadores del Beino se pre-
sentaron primero separados y despues en cuerpo
á Junot; pero este, ensoberbecido con su fácil
triunfo, se desdeñó de ofrecerles asiento en su
presencia) fallando á la urbanidad y á la magestad
ti el trono que reprcscntaban. El General J unot
acantonó en el pais situado al norte del Tajo la
di vision española de Carrafa, mezclando c nidado·
5amente sus regimientos con los franceses. Las
dos di visiones españolas que no estaban á las ór-
llcnes de J unot, á pesar de lo convenido en el re-
ferido tratado) entraron en Portugal en los pri-
meros dias de Diciembre.


Don Francisco María Solano, Marques del So-
corro, se presentó el 2 de Diciembre delanle de
Elbas. Esta plaza, que puede considerarse como
el antcmural inespugnable del Alentejo, estaba en
estado de sostener un largo sitio: el Teniente Ge-
neral portugués Marques de Alorua se habia enccr~
rada en ella J dispuesto á defenderla á todo trancc;
contaba con víveres· abundantes, y hahia refor-
zado su guarnicion con tres mil voluntarios saca-
dos del ejército. Tanluego C01110 supo la entra-
da de los franceses, y antes que Solano hubiese
reunido sus lropas, dirigió alPríncipe Regente, que
"un permanecia en Lisboa) noticias útiles sobre la




(63 )
defeusa de la plaza. El edecan Lecor, cncargndo
de llevar este último ha mena ge de la fidelidilll,
vol vió con la órden de abrir las puertas de la
plaza á los solllados csLrangeros. El General espa-
iiol puso tres batallones en Elbas y sus fortalezas,
estableció su cuarlel general en Setubal, puerto
..le mar á cinco leguas al sur de Lisboa, y desde
alli envió uiversos uestacamentos, quedando a1>-
~oluto dueilo de todo el Alentelo, reino de los
Alg¿¡d)cs y rle b izquierda del Tajo: aunque Sola-
llO illvaJia iÍ nombre de la Frililcla y se veia pre-
cisado el ejecutar las sangriC'IlLas órdenes que reci-
bía, jamas desmintió lo que dijo á sus soldados
al entrar en Portugal: «La ferocidad nunca fue
valor, es una prueba constante de barbál'ie, y
las mas veces de cobardía.))


Coa mas lcl1LiLml proccllicl'on las tropas del
General Tal'anco en la iuvasion de las provincias
del norte. Este apenas habia podido reunir en
Galicia linos 6.000 110mb res , en lugar de los que
debí;¡ tCllcr Sll dívisio11 segu11 los tratados. Pasó
el Miüo pacíficamente en barcas y ba jo el cafl.Oll
de Valenza. Esta fortaleza, aunque desmantelada
y mal provista de artillería) es importante por
su posicioll; y, si las disposicione~; del Gobierno
portugués hubiesen sido hostiles, el ejército de
Galicia hubicra tenido que enlrar por otro pun-
to. Valenza tenia por Gobernador al Mariscal de
campo :Mil'on, octogenari.o reputado en otro tiem-
po uno de los mas habiles militares a ventureros
que vinieron á buscar fortuna á Portugal en el Go-
hierno de Pombal y de Lippe. El General Ta1'an-


1807.




(64 )
j):W7. eo l1m'a dominar el paso del Miiio puso guarni-


ciones en la plaza de Valenza y en el castillo de
Santiago que domina el puerto de Viana) y entró
el 13 de Diciembre en Oporto) gran ciudad de
comercio, y la segunda de Portugal. En este mis-
mo dia quisoJ unot desplegar su mision política apo-
yada con la fuerza militar, é inaugurar solemnc-
mente en Lisboa la bandera tricolor. El dia 13 era
domingo, 10.000 hon1bre5 de todas armas se reu-
nieron en gran parada en la pInza del Rocío: Ju-
Bol se presenta al pueblo rodeado de un nume-
roso estado mayor, ostentando un lujo y magniti_
cencia digna de un Monarca. Dan las docc, res ue-
nan mil aclamaciones á N apoleon, y se oyen las
repetidas sal vas ... é inmediatamente se ve caer el
estandarte de Portu gal que flotaba en lo alto de
la torre de S. Juan, y se enarbola en Sil lugar la
bandera tricolor coronalla del águila imperial]
seüal odiosa de esclavitud. Los valientes lusita-
nos vieron ultrajado por manos enemigas el es-
tandarte á cuya sombra habian prodigado su san-
gre mil veces por la patria. Un torrente de
amargura inundó sus almas. El estandarte abati-
do estaba consagrado por tOllos los recuerdos de
la Religion y de la gloria. Era el nuevo labarnm
que Jesucristo en su predileccion constante 1)01'
los portugueses habia dado á Alfonso Enriquez,
Sil primer Rey, imprimiendo en él las seilales sa-
gradas de su pasion (1).


:1) Las antiguas crónicas de Portugal refieren que la
,e íspera de la batalla de OUl'ica, ~n 1139, Don Alfonso En-




(65 )
Al doloroso estupor que ocasionó en los es-


píritus la aparicion del pabellon estrangero, su-
cedió un soruo ll1urrnullo, precur1ior uel eslallido
de la indigllacion. El pueblo se deshizo e11 im-
precaciones contra los franceses.


El Marques de Alorna, que acababa de llegar
de Elbas, apareció en la plazá , y la multitud le
acogió con. las mas vivas aclamaciones, que le de-
mostraban su deseo J.e c.\.ue la acaudillase contra
sus (Íranos .


. Durante el banI111ete, que el General dió por
la tarde á sus compañeros de ::11'1110.5 y <Í las an..;.
t06dades porlugnesas, la aflllcncia de las gcntes


. en esta ciudad tle 200.000 almas parecia á las
olas uel mal' <1gitado por la tempesLad. El pucLlo
corrió á las armas, y recorria las calles á las vo-
ces de viva Porlugal, vi,,-au las ciuco llagas)
111 Llera tl los franceses; y él 1 m iSl110 iÍcm po se oi,t 11
alg ¡¡ olas cicsca rgas de fus il Crl a y C~\ llOllazos qnc
semhraban el terror y la muerte entre los \'allcu-


ri<tuez, cntonces Príllcipe ele Portugal, tenia qne comha-
tir cillco Hcycs ILIOI o~, y sc le prescntó un anciano 1'e3-
jletabJe <Ille le anullei,í la victoria, cllcdr;;:íudolc '¡tiC ;[ la~
uoce ue la lLoclJe ~,diese de w lie"lIa, y veria cuáuto el cic-
lo hacia cu su favor. 11an la.s doce, sale Alfullso de su tien-
dn, sc ponc <le rodill;¡s 1 y oLsern. Cll d cielo nJla crllZ lu-
millosa con estas palahr<ls: h, lwc sigilO 1,inccs. Ji la mal; ,/JI:,
f-isnientc las tl'opas de /\ tf01lso;o ~llinladas COl) C3U~ lHilagl'ol
derroLaroll ;i.los ciueo Re.res ¡llOrO';, J el Príllcipe en re-
conociJlliellto a,lopt() por arUias los c;nco escurI05 de estos
.lteyes, 'poniéndolos cn cruz; y desde entonces '1llcdaron
como uu cmblCllla de las cincu llagas !le .lC.iucri3[U,


TO.\IO l. 9


1807.




(66 )
1807. tes portugueses. La fuerza aterró al pueblo J y


este reconcentró en su pecho el furor y seu de
venganza que le devoraba. La infantería se for-
mó en masa de batallones, y la caballería recor-
ria al trote las calle.s, y los trenes de artillería
con su <Íspero ruido asustaban <Í los habitanles.
Los ingleses estaban á la vista; pero despues de
la marcha de Sidney-SmiLh para el Brasil solo te-
nían cinco navios de linea, fuera delcaüon de
Lisboa; y así á pocos dias despues el vicc 9 almi.
rante Sir C,írlos eotton, que tomó el mando del
bloqueo del Tajo, condujo el refuerzo de tres na-
vios de línea, tres fragatas y Il1uchos buques lige-
1'0S. La presencia de esta fuerza llamó la aten •.
cion ue los franceses, que tomaron sus meJiclas
defensivas por el lado de la cosla.


Ellos disponian de la Fllndi(,~ao de Lisboa,
arsenal inmenso en Lloude se fabrica todo cuanto
sirve al material de un ejército) desue las sillas
de los caballos hasta los callones de 24; Y supie-
ron, aprovcchaudo los buques que se hallaban
desarmados en el arsenal, presentar en poco
tiempo una escuadrilla capaz de impedir á los
illgleses el forzar la barra de L.isboa.
~apoleon recibió la noticia de la ocupacion


del Portngal en Milan ,y el 23 de Dici(~mbre de
1807 dió un decreto imperial declarando la in-
corpüracion de este Reiuo al Imperio) é impo-
niendo á sus habitantes por rescate de sus pro-
piedades la enorme contriDllcion de 40Ü millones
de reales. El General en gcfc J unol fue llomhr;:ido
Gubernador del Reino en nombre (lel Empcndor,




(67 )
quicn lc concedió el título de Duque de Abrantes, 180~.
y mandó que á la mayor brevedad posible envia-
se las tropas portuguesas á Francia: al mismo
tiempo el cuerpo de observacioll de la Gironda
t.omó el nombre de ejl~rcito de Portugal. ElLo
de Febrero de 1808, JUllot enmedio de las sal-
vas de artillería, y prcccllido del cuerpo del ej érci-
to, con una pompa luagnífica se trasladó allJala-
cio de la Inquisicion, donde se hallaba el Consejo
de los gobernadores dd HeÍno) y en una estudia-
da arenga les tlcclaró que sus flll1clones habian
cesado, y fpIC á él solo tocaba gobernar el Portu-
gal en nomhre del Emperador. Concluido este ac-
to de violencia, (lllC dejó atónitos á los gobernado-
res del Reino, Junot volvió á Sil alojamiento vic-
toreado de sus soldados y con el mismo aparélto
con que había venido. Desde entonces se varió
enteramente la acLnluistl'aeion de Portugal. Al-
glillOS de los gobcrllaJores fueron llamados ;Í los
destinos; pero los ll1:.JS importantes se confirieron
á los fl'ili1ceses.


Se destruyeron todos los trofeos de la casa de
Braganza, y las águilas de N apoleon ocuparon
ea los mouumentos plíbl.icos el Jugar de las qui-
nas porlugnCS;)3; y p;)l'a llcnar la cxhorbitallte
conll'ibucion de 400 millones en una nacion des-
pojada de sus cG]ollias y del comercio estel'iol'
(¡HC haci;) toth su rirplCza, fue preciso vendet·
el arado de los JaLra(l;)res y los Miles ele los ar-
tesanos. Se atentó ;i los objetos de la vencraeioll
pMJlica, y se apoderaron ele la plala de las Igle-
sias. Los portugueses) que habian rceibiclo á los




(68 )
180/.. franceses C01l10 amigos, se indignaron de que se


les obligase á rescalar sus propiedades. Se COll-
íiscaron todas las posesiones y bienes de1 Patri-
monio Heal de la Heina y Príncipes de Portugal:
se alejó bajo el pretesto especioso de rendir su
liOl11enage al Emperador, á los hombres de mas
influencia en la Nacion; y el ejército portugues,
J.i vidído en seis regimientos de infanteria, tres
de caballería, y un escuadron ligero, fue envia-
do á Francia bajo las órdenes dd Marques de
Alornn. Mas de 2.000 soldados y algunos ofieia-
L:~s desertaron al atravesar la Espaüa. ·Así termi-
naron las operaciones del ejército de observacíon
de la Gironda, que nO era mas ([ue la vanguardia
ele los ejércitos franceses que lleLian invadir la
Ef,paüa~




(69)


• CAPITL'lLO IV.


La corte ae EspaJia conoce su yerro> - Forma K J poleon
un nuevo ejércilo dc obsC:l'vaci()]) en BJyoua. - Otro cn
Pcrpiüan. - Pide Cír 1')5 IY i ;\"a polcan una sol>rina lla-
ra esposa llcl Príncipe de Asturias. - Los franceses se
fingell apoyo de este. - En tal scntillo los acogen hien
los espa{wles. - Entra eH Espaüa mayor nlÍmero dé
tropas que el tratado. - Forma Napoleoll un tercer
ejército llamado de ohservacioll lIc las costGS del Océa-
no. - Entra en Espaúa el ej,:rcilo frGllCos. - 1\'apo-
leo n ofrece yenir i visitar ;Í Cárlos IV. - Los francese,
ocupan pérfldall1ente las plazas de Pamplona, Barcelona,
Figueras y San Schastian. - Fórmase un cuarto ejér-
cito llamado de ohservaciol1 de los Pirineos occidenta-
les. - Mura! viene á Espaiia como Lugar- Teniente del
Emperador para malldill' sus ejércitos. - Espalla ocu-
pa<la miJitarmcllle sin pel'ci¡)irlo. - Lle¡.:,a á ~\Ia<ll'id la
Reina ele Etruria. - Yellida de Paris del Plenipotencia-
rio IZ<juierdo .- P roposicioncs de que venia encarga-
do. - Su vuclta á 1'a1'is.


1 .. a violenta infrapcion del tratado de Fontm- 1807,
nebJean hizo conocer á Godoy ([ue su ciega am-
bicion le lwbia engallado J l; iba ;i C~ltlsar In ruina
inevitable tle }n Espaüa. N apoleoll se h;¡]úa pro-
clamado dueüo absoluto de Portugal. La Reina
de Etrnria se hallaha despojada ele SllS es tudas
dc It<l1i<l; Y el segundo cuerpo ele observacioll
(le 1<1 Gironda) al maurlo dd General Dupont (¡tle
acabaha de culJrirse de gloria en las c,nnpaüas
de Auslria y Prusia) habia clllrado en Inal el




(70 )
1807. dia 24 de Diciembre) sin ponerse antes de acuer-


do con el Gobierno espaüol) segun prevenía el
tratado, y no debiendo hacerlo sino en el caso
de que los ingleses amenazasen hacer en el Por-
tugal alguna tentativa, cuyo nOIllbre no podia
darse al bloqueo del Tajo.


En los Pirineos orientales, en Perpirlan, se
formaba al mismo tiempo otro ejército; pero pa-
ra este no podia servir de pretesto el tratado
de Fontainebleau; pues pOI' arIuel plinto no de-
bían dil'igil'se los SOCOlTOS !i Portugal; j la arti-
ficiosa política de Bonaparle supo tranquilizar á
poca costa la desconfianza de Godoy. Aparentó
que la Espaiía llebia temer por C,ícLiz y por Ceu-
ta, adonde parecian dirigirse las espediciones se-
cretas ele la Inglaterra. En Gibraltar se habian.
reuuido las tropas arrojadas del Le\rante, y una
parle (le las qne habian ocupado la 8icilia: sus
cruceros en las costas de Espaüa indicaban querer
vengar en la península los rcveses que habian es~
perimentarlo en las colonias. Así se palió como
un nuevo benel1cio el golpe que iba á rCll1achar
nuestras cadenas. El cuerpo 9-e ohsel'vacion de los
Pirineos orientales se compuso de tropas lDpoli-
lanas ) italianas y fl'a acesas , cn número dc 11. (lOO
infantes y 1.700 caballos con 18 piezas de artille-
ria. Duhcsrne, uno ue los mas anliguos gencl·ales
de division del ejército, fue nombrado General en
gefe, tcnienno á sus órdenes á los generales Le-
chi v Chabran.


"
, Entonces empezó á caer el velo, y se descu-


hrieron á la faz de la NaciOll los inminentes riei-




(71 )
gos, á que la habia conducido la falsa política y 1807.
la loca ambicion del valido. Entonces inspiró es-
te á Carlos IV, como único medio de salvacion,
el paso que tanto hahía acriminado en el Prínci.
pe heredero llel Trono; y S. M. escribió de su
propio puño) pitlieudo al Emperador para su hijo
primogénilo una Princesa de su dinastía. Napo-
lean, que no llabia respondido al Rey á las dos
cartas que de su propio l)Uño le habia escrito,
participállclolc el arresto en el Escorial, y la li-
bertad é inocencia del PrÍncipe, contestó desde
Milan manifestando, «que no tenia la menor noti-
cia de cuanto le comunicaba acerca de su hijo el
Príncipe de Asturias, ni habia recibido jamas carta
alguna de S. A.; sin embargo, consentia en el pro-
puesto casamiento con una Princesa de su familia.))


Napoleon, al escribir esta carta, ocultó el ha-
ber recibido la primera de Fernando, y condes-
cendió en el propllesto enlace, con el objeto de
entretener á los Hcyes padres con lisonjeras es-
peranzas, mientras hacia marchar hácia Espafla,
bajo prelestos aparentes, todas las tropas dispo-
nibles, estenc1icndo cuidadosamente la voz de
que favorecia la causa del Príncipe de Asturias,
único medio de captarse la voluntad general de
los cspafloles. Esta persuasion hizo que la Nacion
acogiese con la mayor cordialidad las tropas fran-
cesas, tolerando gustos:! los sacrificios fIue eran
l;ccesarios para Stl m:mutenciOll. Dupont, al frente
de ~3.000 Iloll1bl'i's, marchaba con la mayor lel1-
titUll hácia VdlaJolid, manteniéndose constan-
tenIcnte en h uireccion de Portugal, para pOlt(;l'




(72 )
1887. cubrirse con el tratado de Fontaillchlcau) y 110


dar motivo á justas reclamaciones. En esta posi-
cion, las tropas de Dupont palEan considerarse
como la reserva de las qne ocupaban á Portugal.
El número de tropas que enLró en la Peninsula,
escedia al de 30.(00) estipulado en el tratado,
y la il11pl'í~vision del Gobierno no puso en la fron-
tera comisionados qne inspeccionasen su núme-
ro; y asi se multiplicó cst(~ á voluntad del USllr~
pado!'. .Allll1entúse la j']![l'lcLu(l al ver formarse
01 t·o ej¡;rciLo en tercera lí il,;<l á las márgenes del
Gn ron'., y ¡[Ile de todos los depósitos de la Fran-
ci1. se dirigían en posta á UlInleos millares ele 501-
d,;dos. Este modo de viajar, iuvellta!lo por Napo-
leon, abreviaha la mitad dd tiempo de camino
y conservaha las fucrzas y la robustez de los 501-
dudoso Este ejórcito se c0l111mso tIc 25.000 infan-
tes) 2.700 caballos y 41 piezas ele artillería, y se
denominó cuerpo de observacion de las costas del
Océano. El E1l1perarlor nombró General en gefc al
mariscal Monc(~y J (lue haIlia mandado doce alios


1 .,. d 1 n "~l' 17 - (1) antes os e¡ercltos e a uqHlUüca en ":'spallU 1..
Moncey, sin contar COtl el gahilleLc espaüol,


pas/¡ el Yidaso;:¡ el BU de EJHTO tle 1803, y se
a¡lclalltó coa el Si'lleso del ejZTciLo has la BUl'g{js,
di¡-igiendo una division sobre Navarra, y ocupan-
do con el resto las tres provincias vascongadas.


Cualro cEas clespues el cjórcito de los Pirineos
orientales, al mando de Duhesmc) entró en Cata-


(1: "'lonce.\, tenía el líJas alto concepto (lc los cspallOles.
e! ."'l ~~o haher ll{1cido f¡'ailC(s , h~lhicl'a c!caitlo pOi' patria la
«l~:-lp(l¡ia: ), (:ccia éllUiSHHJ fl'CClleulclllCule.




(73 )
liInn por la Junquera sin pasaportes del Gobierno 1 SO,.
espailol, y aun sin aviso oficial del Embajador ud
Emperador.


El Embajador de S. M. en París J Príncipe de
Maserano, y el Plenipotenciario Izquierdo, nego-
ciador del funesto tratado de Fontainebleau, escri.
bieron á Sil Corte, qlle se hallaban en el mayor
descrédito, y que el Gabinete de las Tullerías ob-
servaba con ellos la mayor reserva en sus relacio--
nes diplomáticas. Pero el Emperador para des-
lumbrar aun por algonó tiempo mas al Gabine-
te cspaüol, envió ¡í. Carlos IV un presente de 14
hermosos caballos normandos por medio de un
Gentil-hombre, gran Cruz de la Legion de honor,
y le esclihió reeonviniéndole por no haber reitera-
lto su peticioll líe una Princesa de Francia para su
primogt?uiLo, y ofreciendo hi!cl'rle una visita en
persona para arreglar amistosamente y de palabra
por S1 Illismos y siu cereIllonias diplomáticas los
illtcre.~es de ambas coronas.


N o los penEa de vista N apoleon , y trató de
Hpodcl'arsc de un modo infame ele las principales
fortalezas de la frontera. La alevosa toma de Pam-
plona, San Sebaslian, Barcelona y Figueras se-
rú un vergonzoso monumento de la perfidia fran-
cesa) que manchará los laureles de las campañas
imperiales.


D' Armagnac, que se hallaba acuartelado en
Pamplona con ulla de las divisiones que componian
d l'j(:rcilo de Muncey, recibió órdell de este pa-
ra ql1C á cuaL¡lliera costa S(~ apoderase de la cÍu-
(L¡ll'la) c¡ue se hallaba guarllecida por las tropas
T()~lIJ l. 10




(74 )
1807. espailOlas. Los franceses habian sido recibidos co-


mo amigos; y era preciso evita.' una ngresion pre-
matura que hubiera alarmado al Gobierno espa-
ñol y desconcertado los planes ele N apoleon,


La autoridad militar residía en el Vírey de
Navarra Marques de Santoro, y d'Armagnac se
dirigió á e~te pidiéndole permiso para encerral'
en la ciudadela dos batallones sui:ws, de cuya COll-
ducta, decia .. estar ue3colltento; pero el Vil'ey lo
rehusó firmemente, ínterin no tll v ¡ese órJen es-
presa del Rey) ó del Príncipe de la Paz como Ge-
neralísimo, La astucia fue el medio de que se va-
liú) sí bien apreciable en tiempo tle guerra, baja
é indecorosa en la paz.


Setecientos hombres de Voluntarios de Tar-
ragona guarnecian la ciudadela) que es la llave
de toda la Navarra, des lle que el Cal'llenu 1 Cis-
lleros) Regente en tiempo de Cilrlos 1, desmano
teló todas las fortalezas de este Reino, ~sceplo la
capital: oCllpada la ciudadela se domina la ciu-
dad, y con esta toda la provincia. La ciudade-
la construida por Felipe II conLiene los alma-
cenes de boca y guerra, y touos los uias iban
alg11nos soldados fr:ll1ceses por compélüiéls á re-
ciLir los víveres, sin que la guardia tomase las
armas, ni el Gobernador auoptase precaucion al-
guna. IYAI'magnac' estaba alojado en casa del
Marqués de Bedoya, que eslá enfrente de la puer-
ta principal de la cilldauela, En la noche dellG
al 17 de Fcbrero el General reunió 300 gl'anaue-
ros escogi/los COI! fusiles y cartuchos, y los hizo
entrar sigilosamente uno á uno en su alojamien-




(75 )
to: los soldados que fueron por la mailana á to- 1807.
mar el pan, eran 60 cazadores de los mas valien.
tes, que ocultaban sus sables debajo de los capo-
tes, y á pretesto de agnartlar la hora de la distri.
bucion, alg1lllos se reunieron en corrillos á hablar
sohre el puente levadizo para que no pudiera le-
vantarse, y otros, por estar lloviendo, entraron
en el cuerpo de guardia para ponerse á cubierto.
A una seilal convenida, los que estaban en el
cuerpo de guardia se apoderan de los fusiles que
estahan en el armero; desarman las centinelas
espaüolas, y los del puente 1c\'adizo sacan sus
sables y se reunen con los del cuerpo de guardia.
Los 300 hombres escondidos en casa del Gene-
l'al corrieron á sostener á sus compaüeros de per-
fidia, y aseguraron la entrada al resto de la guar-
IIiclon que siguió inmediatamcnte á los granade-
ros) y ocupó la ciudadela antes fIue la guarnicion
espaiIola tuviese tiempo de salir dc los cuarteles.
D'Armagnac anunció al Virey y al Consejo de
l\avarra tan haja traicion, manifestando que, de-
biendo permanecer algun tiempo en Pamplona,
se habia visto precisado por la seguridad de sus
tropa8 á lwcer entTar en la ciudadela un batallon
Cjue haria en ella el 8crvicio de concierto Con las
tropas espaüolas.


Mientras esto sucedia en la capital de Navar-
ra .. la de Cataluña fue ocupada de un modo no
menos indigno é infame. Barcelona está defen-
dida por dos fortalezas; la ciudadela, pentágono
regular elevado en el siglo X.VIII á la estremidad
nordeste de la ciudad) y el castillo de Monjui




(76)
"1807. situado al sur sobre la punta de una roca, desde


donde se domina la ciudad, el puerto y el cam-
po. Duhesme pidió al Capitan general que sus
tropas cubrieran junto con las espailolas el ser-
vicio de la plaza, no tanto por su propia seguri-
dad, como para prevenir cualquier riüa cnlre
soldados, y demostrar.la armonía de las dos na-
ciones aliadas. El Capitan general, que en todos
los correos recibia instrucciones de contempori-
zar con los Generales franceses) y de 110 darles
el menor disgusto accediendo á cuanto pidieran,
permitió que los franceses entrasen en Barcelo-
na y dividiesen el servicio con los cspailolf's.
Una compañía ele cazadores se colocó en la puer-
ta principal de la ciudadela en lugar de 20 hom-
bres que debían guarneced a, habiendo otros 20
de tropa española. El 28 de Febrero anunció Du-
hesme que el dia siguiente pasaría revista gene-
ral á BU ejército) (lue acababa de recibir la órden
d.el Gobierno español y sus pasaportes para con-
tinu::u" su mnrcha sobre Cádiz. En efecto) con est.e
ardid se engañó la vigilancia de los hübitantes:
los diferentes cuerpos tomaron las armas, y al-
gunos rcgimientos se colocaron en la granJe es-
})lanarta que separa la ciudadela de la ciudad) y
un hatallon de italianos se hallaba formado apo-
yando su cabeza en el mismo rastr.illo de la puer-
la principal. IJechi pasó I'CV ista á este hatallon, y
se dirigió á la puerta de la ciudadela} cuya guar-
dia francesa y española tomó las armas para ha-
cerlf~ los bOllores} dctclli(~ll(lose con su Estado
mayor en el puente levadizo en ademan de ha-




(77 )
blar COn el Comandante de la guardia. En tanto
el 1ata11011 de italianos, desfilando cubiertos por
el rebellin que defiende la puerta, atropellaron
el primer centinela español] cuyas voces no 1'0-
J.ia oir el Comandante de la guardia espaftola por
el ruido de los tambores que resonaba en las bó-
vedas de la entrada, y ocuparon el puente leva.
dizo antes que se IlUdiese haber levantado. Lechi
entra á galope entonces en la ciudadela seguido
de su numeroso Estado mayor, y al mismo tiem-
po los c<lZadorcs franceses de guardia sujetan á
Los españoles, mucho mas inferiores en número;
y los italianos, seguidos inmediatamente por cua-
tro balallone~, se hicieron ducllos de la ciudade-
la. DlIhesme int.entó paliar tan afrentosa accion
diciendo que obraba de órden de su GobiernoJ
que esplicaria á la Corte de Madrid los motivos.


El castillo de Monj uÍ no podia ser f,ícilmente
~orprel1dido: guarnecido únicamente por españo-
les y situado en una colina desnuda, se descu-
hrían inmediatamcnte los movilllientos de los que
se aproximaban. Al presentarse las tropas fran-
cesas, el Gobernador Alvarcz, que desplIes in-
mortalizó su nombre en el sitio dc Gerona, abrió
el rastrillo y se preparó á la defensa; pero Du-
b(~iHl1e amcnnzó al Capitan general Conde de Ez-
peleta con qne N apoleotl declararia la guerra si
tillS tropas no oCUpélOal1 á. l\1011jUÍ. El Capitall ge-
lleral teruLló lcts consecuencias de una guerra de-
clarada por su causa ; y] obedeciendo las instruc-
CiOllf','! que acababa de recibir por un Oficial de
lB,tillería del Estado mayor del Generalísimo J


1801.




(78 )
1807. que ]labia venido en posta á Barcelona, firmó la


órden para la entrega del castillo, que ocuparon
los franceses en la noche del 1. o ele Marzo.


Asi cayó, sitl disparar un tiro, C1I poder de
los franceses la segunda ciudad de la Monarquía,
la que un siglo antes habia desafiado sola los
ejércitos de Luis XIV.


El castillo de San Fernando de Figueras en
Cataluüa, la fortaleza l1US moderna de Espaüa)
y tal vez la mejor de Europa, cayó en poJer de
las armas francesas con la llIisma traicion y per-
fidia. Al paso elel ejército de Duhesme por Figue-
ras, dejó este General 800 hombres al mando del
Coronel Pie, que para a podcrarse del castillo in-
tentó copiar la infame tl'aicion de I"echi en Bar-
celona pasando una revista en la esplanaJa; pero
salió vana su tentativa, pues los cspaJlOlcs levan-
taron el puente levarlizo. :\las dos días despucs
logró permiso para cncerrar etl el castillo 200
conscripLos, y en su lllgar introdujo 200 vetera-
nos elegidos ({ue le aseguraron la posesion del
fuerte, enel que entró el 18 de Marzo, haciendo
posteriormente bajar á in cimlaJ {¡ la guarnicion
española) consist8nLe en 300 guardias walonas .Y
al gU110S artilleros.


El General ele brigada Touvenol, á quien
el Mariscal Moneey habia mandado con ulla
Jivision á las provincias vascongadas) se sir-
vió del pretesto de colocnr los hospitales mi-
litares y algullos depósitos de caballería para
pellir se le permitiese ocupar la importante
plaza de San Sehastiun y el castillo de Santa




(79 )
Cl'Ul:. Los Gobernadores de ambos fuertes se 1807.
negaron á ello; pero habiendo consultado al
Ministerio español, éste dió la órden de que se
abriesen las puertas de la plaza y el castillo á las
tropas francesas que los ocuparon desde luego
militarmente.


Así se hicieron dueflos los f¡;anceses del norte
de España, ocupando fraudulentamente las mas
importantes fortalezas, á donde dirigieron n ue-
vos refucl'zos de tropa.


Al mismo tiempo se organizó un nuevo ejér-
cito con la dellominacion de ei ército de observa-
cion de los Pirineos occidentales, y se puso á su
cabeza uno de los cuatro Coroneles de la Guardia
Imperial, el Mariscal Besieres, Duque de Istria.


La Espalla recibia 1)01' todas parles á los fran-
ceses como aliados, y estos desplegaron la ma-
yor actividad para sojuzgarla. Hepararon cuida-
dosamente las fortalezas que la perfidia habia
puesto en su poder, y llenaron de provisiones
los almacenes. Desde el Vidasoa al Duero el país
estaba cubierto de tropas, y no se veia sino con-
voyes (le municiones y trenes de arti.llería. Los
ha tallones espaüülcs mezclados con 105 franceses
se IJaIlaLan en la impotencia de obrar en caso
necesario; y la ceguedad del Gobierno llegó á tal
eslremo, que al ver desplegar considerahles fuer.
zas, no concibió la menor sospecha, creyendo
ver un ejército de operaciones con direccion él
Portu3"al. La Espaüa estaba invadida, y la inva-
sion progresiva hahía sido hábilmenle calculada
con el fin de tlestruir los medios de resistencia




(80)
1807. antes de que se puuiescn reunir y poner en mo~


vimiento.
Los dif¡:rentcs cuerpos de tropas que habían


entrado en Espafla, formaban otros tantos ejérci-
tos separados con su General en gefe, estado
mayor } a(lll1ini~tracion inuependiente. El tiem-
po de arrojar la máscara hipócrita cIue habia cu-
bierto los proyectos de Napoleon, se arroximaba,
y era preciso que un Gefe de toda su confianza
se pusiese al frente de todos estos ej('rciros. Joa-
quin Mural, cuüado del Emperador y Gran Du-
que de G(~rg, vino á Espaüa con e] título de Lu-
gar-Teniente del Emperador, acomraiwdo de
300 oficiales de todas graduaciones, comisarios
de gllerra y empleanos en el ramo administrati-
vo dd ejél'cito. El 13 de Marzo entró en Burgos,
y sus instrucciones eran las de dirigirse con el
ej{~rcilo sohre l\Iadl'i(1. T<Jl pra el estado en (IIIC se
hallaba la Es paila :1 prín ci pios tIc Ma rzo) n II men-
t¡ín,lo.'H'! caua dia el sobresalto (L~scle que llegó á
Madrid la Reina de E!rlll'ia, qne habia sido des-
poseida ele sus Estaclos y forzada {l hacer un via-
ge á la p(~ltíllsula para tomar posesion de la 50-
bCl'ania imaginaria de la Lnsilnnia sq)t(,lilrional.
A pocos tlias df~splles villo el Plenipotenciario
Don Eugenio Izrplierdo, eu viatlo por'\apoleon
con instrucciones verbales, y tuvo una conferen-
cia secreta can Cádos IV, de la que dice CC]J<l-
110s eu su maniu'.'sLo (1) nadie pudo penetrar el
ohi~t(): pero por la nota !ple Iz([uipl'llo remitía :;.


(1) E,;pusieioll (le lo, heellOs :" 'l\a'rUill;ll~i"lIc, que l'dil
pj'(~pC\l'a¡j'J !óL llsurpaeion d,: I~ Corolla lb Espalla.




(81)
Godoy en 24 de Marzo, y ({ue fue abierta por el
Ministro de Estado, puede asegurarse con aIgun
fllndamento que la ruision ele Izquierdo se redu jo
á proponer al Bey= LO QHe los fl'~ll1ceses pudie-
sen hacer el comercio en las colonias cspailOlas
libremente, como si fuesen espaüoles, y los espa-
Íloles en las francesas; siendo este privilegio recí-
procamente esclusivo. = 2. 0 Que, hallándose el
Portugal en poder de la Francia, su conservacion
y seguridad exigía el paso contÍnuo de tropas pa-
ra cubrit las guarniciones y defender el pais con-
tra las incursiones de los ingleses. De 31}ui la
necesidad de trazar una via mili lar incómoda,
costosa y que podia producir contínuas desave-
nencias entre las dos cortes; por lo que el Empe-
rador cederia á la Espaüa el Portugal entero por
igual estension tIc territorio de las provincias con·
tiguas al Pirineo. =3. () Que se arreslaria dilinitiva-
mente la sucesion de la Corona. =1. o Que se for-
maría un nuevo trntauo de alianza ofensiva y de.


" fensiv:\ entre ambas Naciones, estipulando los
subsidios que recíprocamente deberian prestarse
en caso de guerra. El objeto del Emperador al 11n-
cC'r esta propuesta inadmisible, [U0, aterrar el ,tui.
mo de CárIos IV, y obligarle á trasladarse á sus
posesiones de Ultramar, como lo habia hecho el
Principe Begentc de Portugal. Izc¡uirrdo volvió ,1.
Paris ellO de Marzo encargado de quejarse del es-
cesivo número de tropas que habian penetrado en
Espaila, de la pérlida ocupacion de los fuertes y
plazas fronteri·zas, y de la inobservancia del tra-
tndo de Fontainebleau.


TOMO 1, 11


180; .




( 82)


La corte de Espaiia reconoce al fin abiertamente la per-
fidia deN apoleon y sus illicuas miras. - Adopta por
consecuencia varias medidas de defensa. - Proyecto ete
tl'aslatlar la corte á Méjico. - Alarma del pueblo de
Madrid. - Manifiesto de Cárlos IV , calmando la agi-
tacion pllhliea eOlltra los francescs, y el proyectado
viaje. _ ,Uarllla de Aranjucz, viendo los plteparatívos
de éL _ Violenta esplosioll del puehlo contra Godoy.-
Su caída. _ Conmocion de Madrid. _ El Príncipe de
Asturias salva á Godo} de las mallOS del puchlo. - C;í¡".
los IV abdica solemne y voluntariamente la Corona en
su hijo primogénito el Príncipe (le Asturias. _ Prn,~has
de ser voluntaria la ahrlicacion. _ Snhe al trono de la"
Espailas el deseado Femando VII. _ Ulliversal jlíhilo ,le
la ~acioll con lal Illotivo. _ C,¡rlos IV parl icipa á .\ a-
poleon su espontánea ahdicacioll. _ Odio (Iue los espa-
lIoles han tenido siempre á los fayoritos, y señales vi-
sibles del que profesahan á Godoy.


):-~08. La corte J que hasta entonces habia eslado
deslumbrada con las falaces promesas dc Napo-
leon, abrió los ojos) aUlHluC tarde, y procuro
salvarse del horrendo precipicio que ella mislna
se había abicrto. Se espidieron órdenes al Mar-
qués del Socorro que se hallaba, como hemos
dicho, en Portugal, para que evacuando el Alen-
ttjo se replegase á Badajoz. Se nUl1lentó consi-
derahlemente la guarnicion de A.t'anjuez, donde
se hallaba la familia Real, y se piJ.ió á J1l110t




(83 )
pCl'llllllCSe retirar la di vision espaitüla manda da 1808.
por Carrafa, bajo el prcteslo de guarnecer Ins
costas meridionales que se suponían amenazadas
por los ingleses. Se trató de formar un ejército
en Talavera., y se tomó la resolucion de 1.1'a5-
ladar la corte á Sevilla. El valido, á quien unían
105 dnculos de amistad con el Duque de He:'g,
Murat, ya sea porque estuviese entel'amenle ven-
dido á la Francia, ó porque veía próximo el fin
de SIl poder, persuadió á S. M. á que trasladase
su COl'te ;[ Sevilla, y desde allí, á imitacion de
los Principes de Braganza, pasase á sus dominios
de l:ltramar , y fijar en Méjico el trono de su
vasta MouarcluÍa. El Ministro de Gracia y Justi-
cia se opuso en vano á esta resolucion) que in-
dudablemcnte se huLiera llevado á efecto si el
pueblo espallol, menos amante de sus Sobcra-
nos, los hubiese dejado alejar de su patria) au-
mentándose su inquietud por la ausencia del
Príncipe de Asturias, que era el ídolo de la Na-
cion, y que hahia inspirado á todos la mas pro-
funda compasion por los tristes sucesos del mes
de Octubre anterior, y por las circunstancias en
(1m: iha á emprender este viage al lado de Godoy,
SI: mortal enemigo) y sin mas apoyo que la ter-
O1ll'a de su hermano Cárlos y ele su tio el Infante
Jlun Antonio.


El rumor de la próxima partida para Sevi-
lla se divulgó con una celeridad eléctrica entre
los habitantes de Madrid y de Aranjuez. La cons-
tcrnacion se apoderó del ánimo de todos) y una
illllH'U5a multituu corrió ue la Cilpital al Silio) y




(84 )
1308. en la mayor erervescencia se reunió en la plaza de


Palacio, y manifestaba el sentimiento de la N acion
por creerse abandonada de sus lieyes, y acusa-
ban al Príncipe de la Paz como único autor de
los males que pesaban sobre Espaüa. Entonces,
para tranquilizar los ánimos, dió S. 1\1. y se pu-
hli.có el siguiente decreto:


DECRETO. ({Amaoos vasallos mios: vuestra
«( noble agitacian en estas circunstancias es un
« nuevo testimonio que me asegllra Je los sen-
(c timientos de vuestro corazon; y yo, que cual
(e padre tierno os amo, me apresuro á consola;..
« ros en la actual angustia que os oprime. Bes-
«( pirad tranquilos: sabeJ que el ejército de mi
(e caro aliado el Emperauor de los franceses
(e atraviesa mi Reino con iJi~as de paz y de arnis-
« tad. Su objeto es tras};ldarse ú los puntos (FH~
« amenaza el riesgo ue algun desembarco del cue-
« migo; y que la reuníon de los cucrpos de mí
« guardia ni tiene el objeto de defender mi per-
« sona, ni acompaüarme á un viage que la rnali-
« cia os ha hecho suponer C0ll10 preciso. Rol1ea-
« do de la acendrada lealtad de mis vas:1llos a111a-
« dos, de la cual tengo lan il'rcfrasablcs prue-
« has, ¿qué puedo yo temer? Y cuando la nece-
« sidad urgente lo exigíese, i. podría dudar de
« las fuerzas quc sus pechos gcncrosos me ofre-
c( cerian? No: esta urgencia no la verán mis lmc-
,,1>los. Espaüoles, tranquilizad vuestro espíritu;
(e conducios como hasta a<lui con las tropas del
« ahaJo de! vuestro buen Rey, y vercis en bre-
( ves días restablecida la paz de vuestros cora-




(85)
(( zones) y á mí gozando la que el cielo me dis· 1808.
«pensa en el seno tIe mi familia y vuestro amor.=
II Dado en Aranjuez en mi Palacio Real ,í 16 de
« Marzo de 1808. =A Don Pedro Ceballos.))


Este decreto calmó la efervescencia del pue-
blo, y causó el mayor entusiasmo á favor del
Rey, á quien por su corazon· recto y virtuoso
amaban todos. La multitud le saludó con mil vi-
vas cuando se a~omó al balcon de Palacio para
satisfacer el amor de su pueblo.


Pero los preparativos de marcha continuaban
con la mayor cclcridall en el Palacio y en la casa
de Godo.)'. Los Guardias de COl'ps) los batallo-
nes de Gll<lnlias Espaüolas y ,Valonas) la guar·
dia del Almirante y dos regimientos de suizos
que se hallaban en Madrid, fueron á Aranjuez,
y esta eslraordinaria reunion de tropas. alarmó
de nuevo las gente5.


Madrid y A ran juez no se prestaban con la fa-
cilidad qne Lisboa y 1\'lafra á la marcha de sus
Soberanos, y los habitantes de la capitul no pu-
dieron ver sin conmocion la salida de la guar-
nICIOn. Millares de hahitantes de Madrid y
pllcblós circunvecinos corrieron á Aranjuez
resueltos á detener la p;¡rtida ~e los Reyes) en-
terneciél1!loles con sus lágrin'fas, ó por la fuer·
za. El tlia 17 corrió la voz de que todo estaba
pl'cparado para bs doce de la noche, y el pue-
blo vigilaba las avenidas del Palacio) y todos es-
taban en la mayor cOllsternacion, y amenazaha
una terrible esplosioll. A poco DlfIS de media no-
che ... dos tiros que se oyeron fueron la señal del




(86 )
1 H08. rompimiento ... y el pueblo en la mayor exallaciOll


corl'ió mezclado con la tropa, á la voz de viva
el Rey, al palacio de Godoy. Su hermano Don
Diego, Duque de Almodóvar del Campo, vino
á su socorro á la cabeza de uno de los dos regi-
mientos de Guardias Españolas; pero los solda-
<los eran españoles, participaban de los senti-
mientos de la N ucíon, y lej os de obedecer su voz,
la desconocen, y le conducen arrestado. El pue-
blo arrolla la guardia de Godoy) derriba la,o;
puertas del palacio, quema los preciosos objetos
quc le adornan, devasta las habitacioncs, y des~
1 roza con generoso desprendimiento la mal ad-
Iluirida fortuna del odiado favorito. Este, que
horas antes dirigia los destinos de España, y
(lue no cabia en los alcázares Reales) busca asilo
l:ntl'e unas esteras en un sucio desvan) donde
pel'manece escondido con una pistola que el co-
barde 110 sabe emplear, ni contra sí, ni en su
defensa. Un ejército frances se hallaba entonces
cerca ele la capital, y admiró con la Europa en-
tera la cordura del pueblo español, que en el mo-
mento de la esplosion terrible de su odio al vali-
do, comprimido largo tiempo, destrozó los mo-
numentos de su mal adquirida grandeza, sin dato
lugar á la rapacidJa, ni insultar á la Princesa,
q uc fue conducida en un coche, tirado por el
pueblo, á Palacio, con el decoro debido á su
rango y virtudes. La célebre causa del Escorial
se encontró en su casa en una papelera de made-
ras finas, con un telégrafo y varias cifras anota-
¡las en a. Mal satisfecho estaha el furor popular




(87 )
1'01' no haber podido vengarse en la sangre ue 1800.
GoJoy, (Iue suponian haberse fugado á An-
dalucía con objeto de pasar desde allí al estran-
gero, á donde habia tenido la precaucion en los
dias de su prosperidad de hacer pasar inmenso$
caudales (1); pero la presencia del Príncipe de
Asturias, que {l las cinco y meuia de la mañana
se asomó á los balcones de Palacio, y fue salu-
dado con rerelillas aclamaciones, calmó la efel'-
vescencia. El pueblo se tranquilizó, y eran ape-
llas las siete de la mallana cuando se publicó un
Jecreto del Hey, exonerando al privado de los
cargos de Alrl1irante y Generalísimo, declarando
S. M. su intencion de mandar por sí mismo los
ejércitos de mar y tierra. Este decreto fue reci-
bido con el mayor entusiasmo; pues legitimaba
en cierto mOLlo el movimiento popular que ha-
lúa derribado el poder colosal del favorito, que
por doce aüos habia oprimido y escandalizado
la Monarquía.


Apenas se supieron en Madrid el 18 por la
mailana las escenas de la noche en Aranjuez,
cuando sus hahitantes, soltanuo la rienua á su
illdignacion, tanto tiempo comprimida, cor-
rieron á la voz de vi va el Rey, muera Godoy,
y destrozaron la casa dal Almirante y las que
habitaban su madre, su hermano y sus princi-
pale~ adictos. Rompieron los vidrios, arrojaron
los muebles mas preciosos por las ventanas y


(1) Godoy hahia colocado en diferentes lJancos de LU-
ropa la cantidad de 1.000 millones de reales.




(88)
1tiOS. balcones, y con ellos se hicieron hogueras en


las calles. Las casas del l\1inistro de hacienda
Don Miguel Cayetano Soler, cuya ruinosa admi-
nistracion habia afligido á la Espaüa, y la lle Don
Manuel Sixto Espinosa J Director de la caja de
consolidacion J fueron totalmente destrozadas,
sin que en un pueblo entregaoo al oesorden se
notase el menor robo, á pesar de que Maurid
habia quedado sin mas tropa que dos regimien-
tos de suizos. Cuarenta y ocho llOras duró la
efervescencia popular, que habian hecho nacer
las noticias recibidas de Aranjuez; otras escenas
fIUC acababan de pasar en el sitio la calmaron.


El dia 19 por la mañana, Godoy, que oculto
entre unas esteras había lograrlo sustraerse al en-
Cono de sus perseguidores, acosado por la fali-
ga y una sed, que despucs de treinta y seis ho-
ras le abrasaba) se presentó á ellos, y por su
fortuna le cercaron las tropas antes que el pueblo
pudiera apoderarse de él. Se divulgó la noticia,
y el pueblo corrió á su palacio, de donde con la
mayor pena trataba de conducirle al cuartel un pi-
quete de Guardias de corps. 1.a multitud enfure-
cida le arrojaba piedras J salivas, y metiéndose
por entre los guardias llegnron algunos á dnde
golpes, y aun herirle en la cabeza. La muche-
dumbre, descosa de su sangre, se aumentaba por
instantes, y la escolta era insuficiente para re-
sistir su esfuerzo, que se redoblaba con la vista
del delincuente que no pouia despeuazar. La es-
colta empezaba á ser arrollada, y Godoy iba á
ser infaliblemente víctima de la venganza popu-




(89 )
Lu ; cuamlo la prescucia dd Pdncipe de Astu- 1808.
rlas J {t quien envió el B.ey, su padre, le salvó
la vida. ¡ Ejemplo memorable [ i Fernando, á quien
el impío Godoy habia intentado arrebatar el ce-
tro y la vida, liberta á su enemigo de la justa
vel1gal!za que sus crímenes habían escítado!


No se separó el Príncipe de Asturias de Go-
doy hasta dejarle en seguridad en el cuartel de
Guardias, y 11a1'a calmar al pueblo ofreció, en
Hombre de su augllsto Padre, que Godoy seria
juzgado y castigado segun J¿¡S leyes.


Por la tarde tuvo (pie salir nuevamente el
Príncipe para calmar la agitacion del pueblo que
se habia alal'ma(lo con la vista de un coche de
colleras -puesto á la puerta del cuartel" y que
creia destinado el couducir á Godoy á Granada.
Al'l'oj/Jse la multllllll sobre el coche) cortó los
tiralltes) hizo pedazos el cal'ruage; pero se sose-
gú con la promesa que por segunda vez les hizo
el Príllcipe de q\le Golloy seria castigado.


La l'evolucion de Al'anjuez se habia dirigido
únicamente á derrocar el inmenso poder del
privado. ~i una i'>ola palabra ofensiva al trono
lie l¡alJi" pl'O!lllllCiaclo cn todos los lllovimientos
Jel Pllehlo. Al contrario) las aclamaciones mas
sínc¡¡ras l)artian de lodos los corazones. Cúr.
Jos 1. Vera rcspdatlo tte tOllas los espaüoles, y ia-
mas estos dejaron de manifestarle su amOl'.
Ap(~nas habia vuello el Príncipe de Asturias


á palacio de sosegar la agiLacion del pueblo,
cuando el He)' J enya salud se ha Ilaha muy ueterio-
ra~h) llamó á todos los )1iaisLros y Gefes de Pala-
TU~:I) ¡. 12




(90)
1808. cio á las siet8 de la noche, y abdicó en su pre-


sencia libre y espontáneamente en Fernando, su
hijo primogénito, asegurando que jamas había
hecho cosa mas grata á su cora;¡o;on ni mas con-
forme á sus deseos. Un Guardia de corps se anti-
cipó anunciando la plallsible noticia antes que se
publicase oficialmeuLe. El pueblo se reunió de
lluevo en la plaza de Palacio, y victoreó con en-
tusiasmoal nuevo Hey Fernando, á quien los re-
presentantes del Clero) los Grandes de Espaiía,
los Titulas ele Castilla y los Dipulaclos de las ciu-
(lades de voto en Córles) en represelltacion del
pueblo esparIol) habian prestado en 1789 jmamen-
to corno sucesor del trono despLles de la Uluerle
de Cárlos IV. Feruando VII tornó las rieudas de
la Monarquía por la libre y espontánea abdica.
cion de su padre.


No era la simple vencl'acion ni respeto debi·
do á los Bcyes la que la :\aClon profesaba á Fer-
nando, sino una adoracion, una idolatría. Los
espailolcs le amaban porque hahia padecido COIl
ellos, J' de él esperaban la salvaeion ue la Patria,
arruinaua por la amhicion y rapacidad del privado.


As! pasaron las cosas á vista de la gCllcracion
presente, y en vano el poder, el ingenio y la
perfidia se reunieron para desfignrarlas en Fran-
cia, puhlicando imprudentemente á la faz al' la
Europa, que una revolucioll desenfrenada del
.pueblo habia arrancado la corona de la caheza
del Bey Padre para ponerla en la del llijo; pero
pouemos decir, escribir y aun esculpir en lámi-
nas ele bronce y mármol J que el idolatrado Mo-




(91 )
narca) unido ya á su plleblo para siempre J subió 1808.
al trono de San Fernando con la mayor legiti-
miJad por la renuncia libre de su augusto y ve-
nerado predecesor; y que ni aun este grande acon-
tecimiento entró en los planes ele los autores de
la cournocion de Aranjucz, y mucho menos pu-
do tener cabiJa en el magl1{inimo corazon del
Principe heredero) que solo intervino en ella co-
mo todos) hasta los mismos enemigos J han con-
fesado dc ónlcll espresa de su amado Padre, y
copducido de su grande alma para salvar la vida
á su mortal enemigo y de la S acion el detestable
favorito Godoy.


Cárlos IV al Jia siguiente escribió á N apo-
leon participándole oficialmente su abdicacion,
y asegurándole que en nada se alterarian las re-
laciolles ele amistad de la nueva Corte para la
francia. J3.ien pndiera entonces el anciano Mo-
narca haber manifeslado á Napoleon que su ab-
dicacion era efecto de la vIolencia del pueblo;
pero al contrario le anunció que era libre y es-
I)Onl{llleamente hecha J y fruto de una delibera-
cion :mticipalla.


Godoy) quc no ignoraba (Iue el padre llabia
tratado mucho tiempo antes de descargar el pe-
so del gobierno en su hijo primogénito) cuando
11<:l'i<10 y fatigado por la muchedumbre fue lleva-
do por el Príncipe de Asturias al cuartel de
Guardias de corps) clió las gracias á su libertador,
y el tratamiento de l\Iagestad) preguntándole si
era ya Hey; y manifestando (lt1e su opiuion y los
deseos del Hey eran de arreglarlo todo y abdicar




(92)
1808. la corona en su favor al verificarse su mal rimo-


nio. Ademas, durante seis años en qne d Rey
Fernando ha permanecido separado de sus vasa-
llos, y aun casi sin esperanza de volver al trono,
ni la lisonja ni el riesgo podian hacer callar á 10$
escritores de estos grandes sucesos. Todos ellos
afirman la espontánea abdicacion de Cárlos IV.
Aun hay mas, viven todavia muchos de los que
tuvieron parte en los movimientos de Aranjl1ez,
y viven espatriados y tal vez resentidos contra el
GobieI'no español: ruuchos de ellos han escl'Íto
los acontecimientos de nuestra r{~volllcion, y lo,;.
dos contestan unánimes, que flle libre y legítima
la abdicacion: verdad inconcusa, pOI' cuya de-
fensa se han mostrado mártires millares de espa-
ñoles sabios, é inflexibles en su deber.


No nos hubiéramos detenido seguramente tan-
lo en desmentir los escritos de los enemigos (le
la gloria del pueblo español, si sus escritos llO
debieran sobrevivirnos, y circular fuera tle los
confines de la Nacion, á fin de que la envídi~ es-
trangera no ensucie nuestros li m pios auales, som-
breando el carácter espaüol con manchas que no
recibe ni merece.


La caida del Príncipe de la Paz y la exalta-
cion de Fernando al trono circllló con una cele-
ridad estraordinaria á todas las provincias, y los
buenos espailOles se enagenaron de alegria. En la
Dlayor parte de las ciudades se cantó el Te Deum
y se hicieron regocijos públicos. En todas partes
se destrozaron los retratos del valido y se holla-
ron con escarnio todos los odiosos monumentos




(03 )
de la pasada opresion. Los estudiantes de Sala- 1808
manca quemaron el retrato de Godoy en la pla-
za pública, y reunidos con los habitantes tuvie-
l'on Un baile en la misma. Tal era el odio al inÍ-
euo favorito, que en el desenfreno de su indig-
nacion el pueblo no perdonó los establecimien-
tos útiles creados en los dias aciagos de su do-
minacion. En San Lucar de Barrameda, ciudad
situada á la embocadura del Guadalquivir, habia
un jardin de aclimatacion donde se propagaban
los mas preciosos vegetales de la América, de
Africa y del Asia. Allí habia ademas unos barcos
de una conslruccion particular llamados SaZ,'a-
vidas para salvar á los infelices náufragos; y el
pueblo en su efervescencia no vió en el jardin ni
en los barcos mas que obj etos de su furor,. y des-
truyó su propia utilidad por odio al que la llabia
protegido.


Tal fue el fin desastroso de la privanza de Go-
doy, el que en un momento fue derrocado de su
no merecida autoridad, y agobiado con las maldi-
ciones de la Nacion, que ya habia despertado de
.su letargo.


Desde muy antiguo han sido odiados de lo~
et>paüoles los privados: estos procuran chupar la
¡augre de los pueblos y enriquecerse en poco tiem-
po, porque conocen que es efimero su mando) á
diferencia de los Reyes que se afanan por dejar
á sus hijos el Reino en prosperidad. Llenos estan
los anales de nuestra historia antigua y moderna
de la desastrosa cai(la de los privados causada por
la indignacioll popular. Don Lope de Haro en el




1808.
(94 )


Reinado de Sancho IV, el Conde de Traslamara
en el de Alonso XI, el Marques de Villena en el
de Enriqne IV, el DLlque de Lerma en el de Fe-
lipe IJI, el Conde Duque de Olivares en el de
Felipe IV, el PULlre Nitard, Don Fernando Va-
lenzuela, y el Duque tle Medinaccli en la mino-
ría y reinado de Carlos II, la Princesa de los Ur-
sinos en el de Felipe V, Y Don Manuel de Godoy)
de odiosa memoria, en el de Cárlos 1 V.




(95 )


CAPITULO VI.


Primeros actos del reinado de Fernando VII. - Aspecto
de 1a nueva CortE:. - Prendas relevantes del lluevo
Rey. - Llama á sí á los hombres mas elllillelltc~ ele la N a-
cion. -Fofmacion llel nuevo Ministerio. _ Recolllpensa
del Rey á las víctim.as dc la uominacion de GOlloy. -
Premia á los de la causa del Escorial. - Decrétase el
castigo del crimillal Godoy y sus cómplices. - Conduc-


,ta que ohserva l\apolcon Cll tales circunstancias. - ::\lu-
rat ocupa con su ejl!rcito á Madrid .. - Entralla gloriosa
de Fernando VII en la misma Capital. _ Entusiasmo
del puehlo por el jóven .\Iunarca. - Cárlos IV retracta
su ahdicacion. - Allllnciase de lluevo la venida de N a-
palean. - El Infante Don Carlos 11al'te á recibirle. -
Devuúlvese á Jos frJneeses la cspada de Francisco l. _
Llct\<l á Madrid el General Savary. - Comprométesc á
Fernando YII á salir al cncucntro del Emperador dc los
franccscs. - Cr6ase Hila su prcma J nnta gubernativa del
lleino. - Los llcyes Padres CH el Escorial. - Sale Pcr-
11an,lo VIl de l\Ja!lritl. - El general Savnr:' va en su com-
paüía. - Llegada dellley á Vitoria. -Adeláutase Savary
de,;de esta CiudaJ con una carta de Fernanrlo VII para
Nap{)leoll.~ Yllelve Savary desdc Bayona á Vitoriacon
la COII[estaeioll (lel Emperador. _ Protestas illíenas de
scguriebd 'lile haee al Rcy el doloso Savar)'. _Intenta
el pucblo de Yiloria illlpcllir r.l viage de su Rcy. _ Al-
gUlloS !llellOS pl'lulclltcs ofreccll sustracrle de la yigilan-
cia de los frallceses. - El Re." llcsceJla la oCeda con jus-
to Illutiyo. - Fernando VU lle¡:;a en lil! á lh)'oua. -!ta-
zones justificatiyas dcl yiasc dclItey.


Dcspucs que en la tarJe del dia 19 se publi- 1808.




(%)
1808. có solemnemente la voluntaria abdicacion del SI',


Don Carlos IV, el lluevo Hey que amaba eutra-
ñablemellte á su Padre, besó la augusta mano lle-
no de ternura, y se retiró á su cuarlo, donde re-
cibió el homenage de los Gefes de Palacio, Secre-
tarios del Despacho J y de los Grandes de Espafia
que se hallaban en Aranjuez. Fernando, al to-
mar el mando supremo, acabó de entusiasmar á
la ~ acion por su afabilidad y 1l10l1estia. Su edu-
cacion habia sido esmcrada y hábilmente di-
rigida i su entendimiento se hallaba cultivado con
los elementos (le las ciencias necesarias para go-
hcrnar Uila ::'{acion grande y vasta; sus brillan-
tes cualidades personales acabaron de al'reha-
tal' de gozo á los españoles que vieron rena-
cer sus esperanzas con sus acerlad.as providen-
cias. La prudencia reelllplazó á la intriga; la ener-
gía y el entusiasmo OCLIparon cllllg:ll' ele la lloje-
(LHI y del desaliento, y reinaron las virtudes don.-
d,> antes dominaba la vanidad y la eL-gradacíon.


Los hombres mas eminentes que habían desco-
llado el11as diversas carreras ele la administracion
pública, y que se hallahan uestclTUllos por uispo-
~jCiOll de GotLoy, fucron 11am<1(los á Jos primeros
(lestinos de! Estado: D. re(lro Ceballos fne COll-
firmado en el Ministerio de Estado, D. José Azan-
za fue nombrado Miúistro de J L1CiL~n(la, el Genera 1
Orarri1 de la Guerra, y l\Iazarredo de Marina; J ove-
llanos, que habia estarlo encerrado desde el ailO
di.: 18lH en el castillo de 13e11 \Ter en Mallorca Cci-
pcrimcntantlo los mas crueles tratamientos, Hel'-
mirl:l ~ Urqllijo, Cabarrús y otros voh'ieron;.í ~cn-




(!)¡ )
tarse en el COllsejo ele Estado (1), salieron de sus
destierros las ilusll'es víctimas de la causa del Es-
corial y recibicron de sn Soberano el premio (Iue
exigia la gratilnd. EL DIl(!lle del Inf:.ll1tado fue
nombrado Coroud de Gllanlias espaüolas y Prcsi-
deute del supremo Consejo de Castilla; el Duque
de San Carlos, Mayordomo mayor de Palacio; y
Escoiquiz) Orgaz y los demas fueroa repuestos
en sus d(~stinos y recol'llpensados. Se decretó el
c<l;;tigo lCf)"nl de Don Manuel Godoy) cuyos bie-
nes ft/(!l'OIl confiscados, y se IllLlnd() [GrInar cau-
sa á su ]!CrmélnO Don Diego) DurplC de Almodóval'
del Campo) al .Minislro de Hacienda Soler, á Don
Luis Vjguri, Intendente de la Habana, ,i Don Ma-
nuel Sixlo E;;piuosa , Director de la Caja de Con-
solidacion) {t Don Antonio Noriega, Tesorero ge-
nera]) éí Don JOSL' ~\1arquiua, Corregidor ele Ma-
driel) :d Fi,;cal d el Consejo, Yiegas, y al Presbíte-
)'0 DUIl P~dl'u Eslala, aCl1sados de complicidad cn
lu6 cslravÍos, esccsos públicos y malvcrsacion de
cal1tLl~s eOlllclidos por Godoy; y se nombraron
para entendc'l' en la suLslanciacion del proceso á
los. Minislros del Conseio, Conde del PIIIÚ que
acababa d~~ se¡' rcintl'gl':ldo eH su destillO) y ;Í Don
Juau .d.llluuiu 11lguJuzo. Se SliSpClllliú la veHla de
hieucs ec1esi,;sticos; se aligeraron las coulrilmcio-
Hes ([ue gra v itaba 11 soL re los pueLlos exánillles:
se suprillli.61a Supcrintellllelleia general de Poli-
cía lIe Madrid, tau gravosa (¡ sus jwbitantesj y to-
dns las órdenes dietadas por la snbiduría del jó-
ven Monarca, erall henéfieas, prontamente obe-
decielas,y aseguraban uno de los mas fdices reina-


TOMO l. 13


1808.




180H.
(98 )


dos. El dia 23 fue conducido desde Aranjuez al cas-
tillo de Villa viciosa Godoy, escol ta do por un fuerte
destacamento de Guardias de Corps al mando del
Marques de Castclar, Capitan de la Compaüía de
Alabarderos, á cuya responsabilidad se fió el
reo.


La Francia, á pesar de que Fernando al subír
al trono aseguró ¡í Napoleon sus sentimientos de
amistad, empezó á manifestarse de un modo equí-
voco, preludio del fatal rompimiento que nos
amenazaba.


Todos los Embajadores felicitaron al nuevo
Soberano el dia 21, á escepcion del de Francia;
pero su falla no causó entonces el mayor re-
celo.


Interin pasaban en Aranjuez estos importan-
tes acontecimientos que decidieron del destino
de la Espaüa, Murat, Duque de Berg; dirigia los
ejércitos franceses sobre la capital de la 1\'Ionar-
quía; y para deslumbrar mejor al gobierno en-
cargó al Capitan de artillería Don Pedro Velarde,
que la Corte habia enviado para cumplimentarle
y cuidar particulal'mente de su obsequio, mani-
festase que el obj ('to de sus intenciones era diri-
girse rápidamente hácia Cadiz) aunque quizá se
detendria algunos dias en Madrid, y anunció que
N apoleon se dirigia á esta capital, y que no tar-
daria tal vez ocho dias en entrar en Espaila. Es-
ta comunicacion fue recibida despues de la abdi-
caeion del Rey Padre; y el gobierno envió al
Duque del :Parque para que cumplimentase á
Murat en nombre del nuevo Soberano, nombran-




(99)
do una diputacion compuesta de los Duques de 1808.
Mcdinaceli y de Frias, y del Conde de Fcrnan-
N uñez, para que saliesen á recibir al Emperador
á la frontera. Asi procuraba Murat disfrazar llas-
ta 10 últinlO la mas pérfida invasion. El ejército
frances se dirigió á Mallrid en dos columnas,
Murat salió de Burgos el día 15, Y llevando C011-
sigo el cuerpo del Mariscal Moncey, la Guardia
imperial y el gran })arque de artillería, tOIl1Ó el ca-
milla de Somosiena. El Gelleral Dupont con la ca-
ballería y una division de infantería se dirigió á
ocupar á Guadarrama, y una clivision de infantería
se encaminó hácia Segovia, quedando otra en Va-
lladolid para observar las tropas espailolas de Ga-
licia. El ejél'cito dc los Pirincos occidentales, á las
órdenes del Mariscal Besieres, entró en Espaüa y
cubrió los puntos que l1abian evacuado las tropas
de Murat. Los Generales manifestaban para cal-
mar los ánimos, en clue empezaba ya á nacer
desconfianza, C}llC estos grandes movimientos se
dirigian á formar el sitio de Gibraltar. Murat
apenas supo los acontecimientos de Aranjuez,
cuando redobló su marcha, llegó el19 á S01110-
sic!'r;], e120 ;{ Bnitrago J el 21;í S<lll Agnslin, cl22
á AlcobelHlas y el 23 hizo su enlrada ell Madrid
en medio de un gentío inmenso) precedido de la
Guardia imperial, rodeado de un numeroso y bri-
llante EsL<lllo mayor, y seguido de una d.ivisioll
de infantería, un gran tren de artillería y uos
regimientos de cor<lceros. Aun se creia que los
franceses vcnian á favorecer los intereses del
Rey y de la p¡ttl'ia; pero Murat, á quien sc habia




(100 )
!80g. preparado su alojamiento magníficamcnLe en el


palacio del Reliro, prefirió ocupar la casa del
Príncipe de la Paz, y todos los españoles empe-
zaron á augurar los males al ver al gefe de los
franceses habitar la casa del enemigo de] pue-
hlo.


Madrid, que siempre había manifestado su
amor á Fernando, se llenó de lúbilo al sa-
Lel' que el 24 le recibiria como Rey en sus mu-
ros.


l\lillar'~" (le hahitantes se aLlclantaron hasta
_\l'aujuez por anliciparse la dicha de saludar al
-'Ionarca. Si la entrada de los franceses en el dia
anterior entristeció los corazones espaflOles, este
clebíó haberles servido ele consuelo. A las lO hi-
zo Fernanuo su entrada en MalIrid á caballo ... 1'0-
lleado de su augusto Tio y Hermano sin 05tenta-
cion ni lllas p re pa I'a ti vos que la alegría plÍbllca.
:\las de 200.000 hombres y l1111gl'rt'S se arrojaron á
abrazar las nHlilla:5 del jóven J'\lonarca, haciendo
reson::11' el aire con repetidos vivas y aclama-
ciones, incansables en contemplar sus facciones
augustas. Su entusiasmo retanló hasta, 1::11 punto
la marclw del Rey) que des(k la puerta de Ato-
cha á Palacio tanló mns de seis horas. J::1mas
transportes de alegría han sido mas universales
y sinceros. El alma' se siente conmovida al ha-
cer la relacíon del idólatra entusiasmo qnc hizo
COnocer que aun habia Rey y patria ,l la vista de
un insidioso ejército de pretendidos invencibles,
(lile bien pront o regnron con s II ~a tl g re el suelo
clásico del herolsmo.




(101 )
Murat flle testigo de los senlimi(~lllos de nmOl' 1808.


de los habitantes de Madrid al nueva Soberano,
y conoció ClHÍ-n terrible es la efcrvesccneia popu-
lar para las tropas estrangel'ns. Se ahstuvo de re.
conocer púhlicamente á Fernando) y se propuso
el plan infernal de divic[ir los ánirnos de la Farni-
Ea Real Ínterin reciLia instrucciones de N apoleon,
cuyos llroyectos habian desbaratado enteramente
los movimientos de Aranluez. Al dia siguientc
de su entrada en Madrid envió á Aranjuez al
General Baron de Moution, para (IUC cumplimen-
tase á los Reyes Padres, y procllrnse sncar par-
tido con ellos de lns circunstancias. En efecto,
Monlion puso en 11.1Ovimiento todos ]os resortes
imaginables, y á pesar de que el anciano Monar-
ca le aseguró que habia renunciado libremente
la corona, tales y tantas fueron las tramas dirÍ-
gidas por Murat) (lile al fin Cúrlos IV cedió á la
violencia, y firmó una protesta contra su abdica_
cíon. Entonces Mural declaró ::'t los Reyes Padres
Lajo la proteccíon del Emperador, como si la
ternura fili<ll de Fernando y la acendr<lda leal-
tad espaJ¡ola no bastasen á velar por la seguri-
dad dd respetahle Monarca. La conducta de los
frauccses cmpezú cncla día á hacerse mas incom_
prensible. El que habia sido elevado al trollO por
la abdicacion <le su Padre y los votos de la Na-
cion, no fue reconocido como Sober~mo por Mu-
rat y el Embaj<ldor Beauharnais. Los ejércitos
franceses oCl1p:lb:m las Castillas en actitud hos~
til y á la vista misma del Monarca. El Gran Dll-
que de Berg se apoderó de la Casa del Campo) po-




( 102)'
HiGa. seSlOn de S. ;\'1.) situada á la orilla derecha del


Manzanares) y en cllyas alturas colocó una gran
batería destinada á obrar contra Madrid. El via-
ge de N npoleoll se anunciaba todos los días) se
comunicó á los ejércitos imperiales, se vieron
llegar correos con efectos de la corona) se npos-
taron tiros en las pnradas de poslas, un aposen-
tador imperial reconoció las hahitaciones del Pa-
lacio del Hey destinadas á su alojamiento., yar-
regló los detalles J11<1S minuciosos del servicio
inte rior. U n;l trama tan el icstram ente urdida no
podin menos de surtir su efecto. ~ apoleon resol-
vió hacer servir la conflnllza (Iue teninn en él los
Príncipes de EspafIa para su pcrdicion. Murat, al
anunciar á Fernnndo el viage del Ernperador á
Bayona, le insinuó cuán conveniente seria que
el Infante Don Cárlos saliese <1 rccibirl(') debien-
do probablemente encontrarle antes de llegilr;Í
Vitoria. El Infilute Don C~írIos) que salió de Ma-
drid el cIja 5 de Abril acompaiHldo del DlIque de
Hijar -' de Don Antonio Correa, Genlil-llOlllbre
de Cámara, de Don Pedro Macanaz, de Don Pas-
clwl Va1lejo, en calidad de Secretarios, y del
Gentil-hombre Don Igllacio Currea) llcCfó el 6 á


L o


Burgos, el 7 á ViLoria y el 8 ;í Tolosa) sin haber
eucon lrnllo ,í 1\ apoleon, por lo que se detu vo en
esta ciudad hasta recibir órdenes de su augusto
hermano. Murat, sostenido por 40.000 bayone-
tas, egercia en Madrid la mayor influencia: ma-
nifestó il nombre del Emperador sus cleseos de rc-
cobrar la eSPilrla elc Francisco I) que desde la
batalla de Pavía en 1525 se conservaba entre




(103)
las curiosidades de la Armería Real, y la anti- 1808.
gua espada fue llevada al alojamiento de :\lurat
por el Manlués de Altamira con la mayor pompa
y ostenlacion. Su perfidia llegó al estl'cmo de
aconsejar al jóven Monarca que saliese él mismo
al encuentro del Emperador. El Embajaclol' Bean-
l1arnais inspiró igual idea, y Fernando vacilaba
incierto entre un acto de cortesía a gradable á
N apoleon, y su repu gnancia estrema en separar-
se de un pueblo fiel, cuando llegó á Madrid el
día 7 el General de dÍvisÍon Savary, Ayudante
de campo de Napoleon, acompañado, en clase
de intérprete, de Don José Hervás, hijo del Mar-
qués de Almenara, y cuüado de Duroc, Mayor-
domo mayor del Palacio imperial. Savary ocul~
taba bajo la franqueza de un militar un alma
astuta y fecunda en ardides. Pidió inmediatamen_
te y obtuvo una audíencia de S. M., en la que se
presentó como enviado únicamente para cumpli-
mentarle, y saber si sus relaciones con la Fran-
cia serian las mismas que en el reinado anterior,
declarando que en este caso N a poleon no inter-
vendría de ningun modo en los negocios interio-
res de la Nacían, y que le reconocería inmedia-
tamente por Hey de Espaüa é Indias. La cOl1tes-
tacion de S. M. á Savary fue muy satisfactoria,
á pesar de que no traia ni contestacÍon á ]a carta
de Fernando sobre su advenüniento al trono ni ,
credenciales. Savary aseguró que el Emperador
se hallaba muy cerca de Bayona, y que vendria
inmediatamente á Madrid. Efectivamente, el Em-
perador había salido de París el dia 2 de Abril.




(104 )
1H08. Sa var}' renovó las installcias hechas por Mllrat y


Beauharnais J para que S. M. saliese en pel'sOlta
á recihir al Emperador J asegurando (ille los dos
:Mollarcas se encontrarian lnfaliblerneute en ]3ur-
gos. Jlcrv,ís , que ú pesar de sus vínculos ele pa-
renlesco COn DlIl'oc y su amistad con Savary, no
dejaha (le sel' espailOl, manifestó que si el Rey
salia de Madrid 110 volvería ya jamas; pues Na-
poleon había determinado apoderarse de su Beal
.Persona. Los temores ue Hel'V(¡s fueron desatell-
dirlus: una cOllfert''lci" de ciuco cuartus de bora
con el l~mba ¡attor. (le Francia, la opinion casi
unánime del Consejo J el amor á sus vasallos y
el ardiellte deseo de hacer su felicidad terminall-
do la terrible crisi.s en (iue se hallaba el Estado,
acabaron de determinar á . .Fe 1'1'1 a n<1o á hacer uu
viarre tan l)elio1'oso como inevitable. Q ü


Elllia 10 ftle el seüalallo para el viage; .Y d
jóvell '\Iollarca, que presentía los riesgos á <ple
se espolJia por el bien ele sus vasallos, no quiso
dejados, durante su anseuL:in, (lcsamparaelos, J
creó lUla Junta de goLicrno que resol viese en su
110mbl'c lo(lu.~ los negocios del Estallo, y confió
Sil pl'e:'¡(L~llCia Ú su allgusto Tio el Infante Don
Alllonio, nomhrando para vocales á Don Gonza-
lo O~'<ll'l'il, ¡\lillistro ele la Guerra, á Don Sehas-
tiallPiüucla, ele Gracia y Justicia, {l Don José
Azanza -' de 11acicnda, y á Don Francisco Gil de
Lernus -' de :Üariua. Comullicóse esta sobe ralla
disposicio.n ú .los Consejos supremos tlel lleiuo,
y escribió el dia 9 á sus augustos Padres avisán-
doles su salida, y ofreciéndoles los medios de




( lO,!)
, , l' 1 t 1 1 E I Q«",. IltlC puJiesell taíHDlen sa Ir a CUCHen 1'0 (e ',1l1. u_o


pcradol·.
Estos, (lue clesd~ el principi.o de las ocurren-


cias dll Al'anjucz haLiau permanecido en aquel
Silio, salieron para el del Escorial en el dia 9
por la tarde, habiendo pasado á Madrid la lleina
de Etruria el dia 29 de Mar7.0~ Llegó el dia lO, y
Fernando salió de MadrÍli acompal1aJ.o de Sil Mi-
nistro de Estado Don Pedro CebaBos, de los
Dur¡ucs del IuLllltado, Presidente del Consrjo de
Castilla, y ele San CárIos, Mayal'domo mayor de
S. lVI'.J dell\Iarqués ele Muzq1liz, Embajador ql1(}
fue en París, Don Pedro Labrador, cx.Miuistl'o
plenipotenciario cerca de los n(~yes de Etrul'in)
de Don Juan Escoiquiz, Consejero de Estado y
'Maestro Cl\\C ltahia sido de S. M., del Conde de
Villariezo, Capitlll1 de Guardias ele Corps, y de los
Centiles-hombres de cámara l\Iar(lués de Ayer-
Le ... Guadalcazar y de Feria.


El General Savary solicitó el honor de aCOl1l-
paüar al Monarca; y afectando deseos de servir-
le, le si.guió para acabar de completar su infame
misiono El 1.1 llegó S. M. á Aranda de Duero, y
cl12 enLró eH Blll'gOS. Napoleon, cuya proximi-
dad había anunciado con tanla seguridad Savary,
no se hallaba en arIuella ciudad; y aunque empe·
zó á concehirse la 1::.1ayo1' desconfianza, era impo-
sible retroceder: una vez fuera de la capital, el
liacrificio del Monarca estaba consumado. ¡,os
caminos estaban cubiertos de tropas francesas,
que mas que para hacer los honores á S. M. , se
presentahan en su tránsito para guardarle. Fue


TOMO 1.14




( 106)
1808. preciso seguir auelante, y el Rey llegó .i Vitoría


el día 14: este mismo ¡lía llegó el Emperador á
Rayona, y el Infante Don Cárlos, que se habia
detenido en Tolosa de GuipÚzcoa .. entró cn Fran-
cia para cumplimentar á Napoleon. Allí conoció
Saval'y que era preciso dar un nuevo gi.ro ,1 su
infame intriga, y se acl'elantó hasta Bayona con
lma carta de S. M., Y regresó el 17 con otra de
N apoleon, en que no solo contcstal)[l á la úlLima
de Vitoría, sino tambien á otras qne le ]¡;I]¡ia diri-
gido S. M. anteriormcnte) y á (lue no hahía dado
contestacion hasta entonces. El tono de esta 'car-
ta era muy poco satisfactorio. El Emperador no
le daba en ella el tratamiento de Magcstad ... y
se declaraba juez árbitro para decidir la legiti-
midad de las escenas de Al'anjucz. No habia re-
medio para evitar el presentarse ante N apoleon,
que erigiéndose en juez de la ahdicarion lle C,ir-
los IV, apoyaba su competencia con la presencia
de 100.000 bayonetas que ocnpahan la península.


Don Manuel :\hzon Correa, Gef(~ del Resguar-
do de la línea dclEbro, Don Miguel Ricardo Ala-
va, Oficial ele Marina, y el Duque de Mahon; Co-
mandante general de Gllip¡'I7:COa, y otras personas
ofrecieron á S. M. su cooperacioll arriesgada pa-
ra fIue, disfrazado, huyese á Aragon, y evitase
el caer en poder de su enemigo i pero sus plancs
eran mas laudahles que prudentes. Se prefirió el
ricsgo probable al daño cierlo i y confiando en
las promesas de Savary, se decidió S. M. á pasar
:Í Bayona. Este General, para inspirar mas con-
fianza, llegó hasla decir al Uey: «)ic dejo cortar




..


(107 )
la caheza si al cnarto (le hora de haber negado 1i30H.
V. M. el Bayona no le ha reconocido el Empera-
dor pOI' !ley de Espaüa y de las Indias: por sos~
teIler Sil empeño, empezará probablemente por
daros el tratamiento de Alteza; pero á los cinco
millulos os dará Magestad, y á los tres dias esta-
rá todo arreglado, y V. M.· podrá restituirse á
ESI)aüa inmediatamente. »


El dia 19 fue el seüalado para la salida de Vi.
torÍa; y el pueblo) cuyo lllstinto jamas se engaña,
corrió en tropel al palacio del TIcy para impedir
su mardHl, yllcgaroll á cortarlos tirantes del
coche. El celo uel pueblo pasó de los límites re-
gnlares) y fue preciso calmarlo por medio de un
decreto en erne el Monarca procuraha sosegar sus
ánimos, concluyendo con mandarles: « que se
franquiIizascl1 y esperasen) ({ue antes de cuatro
días darIna gracia:; á Dios y á l~ prmlencia de S. M.
de la ausencia qne cn'éonces les inquletélba. »


El19 á las once de la noche llegó it Irun S. M.)
y escribió desde allí al Infante Don Antonio,
anunciándole su entrada en el territorio frances
al clia siguiente, y al Emperador, que se halla-
ha en el Palacio de l\larr[¡c) tlistante un cuarto
de legua de Bayona, pidiéndole permiso para
visilarle. El dia 20 entró Fei'lwndo en el territo-
rio de Frallcia, y nOló que nache salia it recibirle,
hasta que llegaudo á San Juan de Luz se presentó
el Maire (Corregidor), paró el coche, y arengó á
S. M. con clmayor júbilo fOI' ser el primero que
tenia la dicha de recibir á lE: Hey amigo y aliado
del Emperador,




( 108)
J808. La diplltaciol1, compuesta de los tres Grandes de


Espaiia, Duque de Medinaceli, Duque de Frias y
Conde de Fernan-N llñcz, enviados para cumpli-
mentar al Emperador, salió al enCllentro de S. M.;
}' su esplicacion, respecto á las intenciones de
NapoJeon ) no fue nada li~onjera: mauifeslaJ'on
(lne habiéndole encontrado elitre Tours y Poi-
tiers, se negó á recibirles, bajo el frívoto Vl'etcs-
to de eslar de camino, y los citó para ]3ayolliL


El Príncipe Neufchatel y el Mariscal de Pa-
lacio DllI'OC) con Ulla guardia de honor que los
hayan eses habían destinado al Emperador) sa-
lieron á recibir á S. M. , Y le invitaron ,¡ entl'ar
en Bayona, como efectivamente 10 ejecutó á Lis
diez de la maüana del dia 20, bien ageno Je ser
"íctima de la abominable t1'an1<1 que iba L{ dé's-
envolverse en aquella ciud,,(l.


Algunos enemigus de la gloria del llomlJl'e
cspaüol han osado poner en eluda, y aun zahe-
rir y acriminal' la conducla lleJ jóvell Mon:nca
en esta ocasiou) afirmando con la mayor illl-
l'uJ.cllcia (lue FCl'llallJo VII ahandonó volullla-
l'iamenle la Nacion. Pero sus groseras call1mllj~ls
se desVilllecen al cünLcmplar el estado de la Es-
pai'Ja cn 1808. La Familia Heal estaba di v idilla
por la inlriga estrangcra, las plazas y fortalezas
en poder dc los franceses, los tesoros, las es-
cuadras, los ejércitos puestos á disposicion de
Honaparte. El Austria abatida, encadenada la
Italia, rendida la Prusia, sujeta la Alemania)
40.000 hombres acantonados en ,Madrid, y cn-
llicl'ta toda la Pcníasula de ejércitos euenngos.




(109)
Se traLaha de la paz ó de la guerra con la Fran-ISiitl.
cia; y si Fernando se hubiese negado á empren-
der el viagc á Bayoua) huhiera 51do com pelillo
por la fuerza.


Los daüos eran ciertos y horrorosos no sa-
liendo S. M. de la corte, y saliendo eran solo
llrobables. El negarse al v1age se hubiera atl'i-
buiJo {l un temor pueril por su seguridaJ per-
sonal) que le huhiera hecho decaer en el con-
cepto de la lY;¡cion -' (lue habría queJado es-
puesta á la vengalJZa del numeroso ejército que
0cupaba la capital y las principales fortalezas,
} c;(; le acns:ula de haber destruido COIl una nc-
ga~i\':l impruJenLc lus fumlaLlas esperanzas de
eonserval' las relncÍüncs amistosas de ambas mi·
ci()lI es. A\lcll1as) el D \1 que de J3erg se hallaba en la
realidaJ all~)J~~ndo de la persona dell\1onarea) y
¿'sle trató d(~ sacar partido ele la necesIdad) salien-
do volunlariamente al encuentro de NallOleon.


Helll1SÓ 105 medios que una lealtad poco ilus-
trada le ofreció de sustraerse de la vigilancia de
las tropns frnncesas, llorque su. fuga hubiera ser-
vido 3010 de comprometer su opinioll, dando ar-
mas á Bonaparte para decantar su buena fe y
sinceriJud) y los franceses hubiesen perseguíclo
al fugitivo l\lonarca hasta apoderarse de su perso-
na, Ó encerrarle en algun puerto de mar) desde
donde se hubiera tal vez illtentado realizar el
l)!nn de los Reyes Padres de trasladarse ,t las po-
sesiones (te Ultrnmar, á imilaeIon de los Prín-
cipes de Dragnnza , dejando d continente aban-
donado al yugo del conquistador.




(110 )
¡SOB. Los esfuerzos de los espailOles no huhieran


pasado de los acostumbrados en una guerra 01'-
dinaria, J' no se hubieran visto los prodigios de
valor que produjo la idea de un Príncipe, mo-
delo de perfeccion, cautivo por un tirano es·
trangero.


Adernas, es necesario confesar que el salir
á recibir el Rey al Emperador era un paso (le
atencion, debido al poder colosal del que pre-
testaba venir á visitarle. Nadie dehe acriminarle
el haberse internado en Fraucia hasta Bayona,
cuando la historia nos presenta á cada paso, JO
en nuestros dias estamos vienuo entrar y salir los
l\Ionarcas en los estados tIe sus aliados para con-
ferenciar y celebrar congresos, sin (lue por eso
á nadie le ocurra que abandonan sus naciones.
Así es que Fernando pudo y debió como lley sa-
lir á conferenciar con Bonaparte.


La obligacion de presentar en su verdadero
l)llllto de vista los hechos que la malignidad y
l)arcialidad de los estrangeros ha desfigurado)
nos ha hecho traspasar los límites que prescl'i-
he la narraciol1 histórica.




(111 )


CAPITULO VII.


~Iurat pide á la suprema Junta de gohierno la lihert:llt
de Go{loy. _ La Junta la rehusa. ~ Xapoleon reclama
la persona de GOlloy. _ La Junta ordena su entrega.-
Go{loy marcha :í Franeia. _ Participaal Iley la entrega
de Collo:, el Consejo {le Castilla, y el ~Iarcpll:s de Cas-
telar ellcargado de Sll custodia. _ Dehilidad de la Jun-
ta e11 esta ocasiono - FiI'Jneza del He.y, _ Alzase la C011-
Jiscacioll lle los IJiclles de Godov. _ Mauiíiéstase á la


.


Junta de gobierno el desagrado del TIey por la entrega
(lile acordó del preso Goduy sin úrclell S\1};).


Los Ministros cspaiiolcs formaban en Madrid, 180ft
como hemos dicho, b;¡jo la presidencia del In-
fante Don Antonio, UIla Junta suprema de go-
hierno. El Gran Duque de Berg, que desde su
llegada no habia dejado de dar pasos en favor del
odiado Godoy) unió sus ruegos á los del Gene-
ral Savary lJara obtener uel Heyen la vlspera
de su sahua de la Capital la entrega de éste, cuya
libertad pedia en nombre del Emperador. Pero
S. M. no accedió á ello J manifestando que tra-
taria directamente con el Emperador sobre la
suerte (lel favorito; y que eu caso necesario se
suspenderla hasta entonces la causa. No se ocul-
taba (l Kapoleoll cuán desagraclable seria it los
es pailolcs el sus! raer it Godoy dclrigor de la j llS-
ticia ; pero ann le era necesario para sús combi-
naciones 1101íticas, y esta idea prevaleció. Adc-




(112 )
1803. mas, ~l111'at y Godoy estaban llllidos po!' los víll-


culos de la mas Íutima amislad. El Príncipe de
la Paz en los días de su pl'osp2riclad se presen-
taba frecuentemente con un magnífico cintu-
ron de sable, don de la Gran Duquesa de Berg,
) bordado por sus propias manos.


Godoy en su desgracia invocó la proteccion
ele su amigo, y éste en la miSIl1a maüana (lcl dia
10 de Abril, en que salió S. 1\1. de la CapiLal,
e~'i..lglO Con un tono amenazador de la Junta su-
prema lo que la víspera haLÍa solíciLaclo de Fer-
nando con lllodcl'acion. En vano le contestó la
Junta (Iue uada po(lía hacer sin órden del Sobe-
rano. N uevas amenazas hicieron (pJe la Junta co-
municase el dia 13 una órden al Consejo para
que suspendiese la causa, y dió cuenta á S. M.
de la violencia con que se trataba de conseguir
la libertad de Godoy. S. M. desde Viloria con-
testó que por nÍllgun pretcsto se entregase la
persona de Godoy; y que si el Gran Duclue in-
sistía, se le hiciese conocer (Iue no eran de su
competencia los negocios reservados á los So-
beranos; y al mismo tiernpo se ofreció al Empe-
rador, en obsequio á su poderosa intercesion~
conceder la gracia de la vida al reo. Pero Napo-
leoa J alegando que Fernando le había hecho ár-
bitro de la suerte del valido, resolvió su liber-
tad ~ y que fuese á Francia, donde deberia re-
presentar aun un funesto papel en las escenas
que escandalizaron la Europa.


Murat recibió la órden de apoderarse de su
persona, y al lUomento pasó á la Junta supre-




( 113 )
roa una nola concebida en un tono altivo y ame- 1808.
nazauor, en que, sentando por base que elEmpe-
rador solo reconocia por Rey de Espafla á Cár-
los IV, reclamaba la persona del Príncipe de la
Jlmr" con el especioso pretesto de que éste no
pudiese volver á tener parte en la administracion
del Estado.


Largo tiempo lucharon los individuos de la
J unta entre su imprescindible debel' y el temor de
comprometer la persona del Monarca, que por
todas parles se hallaba rodeada de enemigos; mas
las reiteradas amenazas del Gran Duque, y la po.
sibilidad de llevarlas á efecto triunfaron; y en
aquella misma sesion firmaron todos la órden de
entrega de Godoy á los franceses, y se comu-
nicó al Conselo de Castilla y al público por
medio de una Gaceta estraordinaria , publican-
do en ella para tran(Iuilizar los ánimos haberse
hecho la entrega de órden del Rey . Un Coronel
frances se presentó con la órden del Gobierno
al Marr{ués de Castelar, encargado de la custo-
dia del reo en Villa viciosa. Este, á pesar del
I!ecrcto que se le encargaba, antes de cumplirla
reune en consejo de guerra á todos los oficiales
de la gllarnicion, que aunque reconocen la legi-
timidad de las firmas, rehusan obedecerlas í.nterin
el mismo Castclar no se avoque COn el Infante
Presidente, y oiga del mismo lo que parece im-
probable á todo español. El Marqués de Castelar
vino .\ Madrid; haLló á S. A.; oyó de su boca
misma la veracidad de la órden) y que de este
acto pendian la vida de S. M. y la suerte del


1'0.110. l. 1 i




( 114 )
1808. Reino; y, á pesar de que por tres veces renunció


todos sus empleos por no ser instrumento de la
debilidad de la Junta, tuvo que vol ver á Villa-
viciosa; y á las once de aquella misma noche
entregó la persona de Godoy al Edccan de Mu-
rat, encargado de su comlllccion á Bayona. Asi
escapó de la illdignn:::ion de la Nacion ofendida
y de la justicia de las leyes el que habia prepa-
rado su ruina. Con sorpresa y dolor recibió el
público la noticia de la libertad de Godoy; y el
Consejo, á quien se encargó la public:lCion del
decreto, rehusó hacerlo, representando á la Jun-
ta los grandes incon venien tes que de ello se se-
guirian, y dirigiendo á S. M. copia de esta espo-
sicion en consulta reservada : Castelar mismo
juzgó que su responsabilidad no se hallaba cu-
bierta en el acto de su indispensable obediencia
á la Junta i y no pudiendo presentarse en per-
sona á manifestar á S. M. lo ocurrido, envió á
su segundo Don José Palafox, á su hijo el Conde
de Bclvecler, y á su Ayudante Don Fernando
Butrón.


S. M., que arrostraba con la mayor energía y
entereza los peligros que le rodeaban) reci-
bió por medio de la consulta del Consejo y
los comisionados del Marques de Castelar la no-
ticia de la debilidad y condescendencia de
los Ministros de la Junta, los que habian com-
prometido la solemne pa};,bra dada por el So-
berano á su amado pueblo de juzga!' al reo;
contra quien no hahía en toda la cstension de
sus dominios un solo pueblo, por pCflueño que




(115 )
fuese, que no hubiese espresado sus quejas: no 1808.
siendo fácil de concebir cómo la Junta supre-
ma procediese á manifeslnr al Consejo y al pú-
blico (IUC la entrega del Príncipe de la Paz
se habia hecho de órden del Rey; único me-
dio de escudar una indiscreta resolucion que po-
dia comprometer la España ,y haber escita do
contra la Junta la censura y resentimiento de la
Nacion. S. M. en tan críticas circunstancias, y
por consiclcrneion á su augusto Tio, que se ha-
llaba al frente de la Junta, no }üzo conocer abier-
tamente su desaprobacion, limitándose á mani-
festar al Gobierno su disgusto en esta enérgica y
y lacónica respuesta. = «El Rey queda enterado
de los motivos que ha tenido la Junta de Gobier-
no para proceder á la entrega del preso sin órden
suya.))


El Gran Duque no se limitó solo á obtener
Ja libertad de Godoy, sino que mandó que el
Consejo hiciese levantar la confiscacion de todós
los bienes, cantidades y alhajas, que se hallaba
encargada á los Ministros del Consejo DOll Felipe
Ignacio Ganga, D. Ignacio Martinez de Villela
y D. Francisco Javier Duran. Todos los cómpli-
ces en los escesos de Godoy fueron igualmente
puestos en libertad, y se les devolvieron sus mal
adquiridas propiedades.




( 116)


CAPITULO VIII.


MOllo amistoso con que Napoleon recibió á Fernando VII
en Bayona; y obsequio que le hizo al principio, _ N 01-
poleon intima á Ferlla!1I1o que renuncie su COI'ona. _
El Rey resiste heróicamentc tan infame propos¡cian. -
Negociaciones del Ministro f¡'auces Champagny con Ce-
ballos. _ N apoleon insulta á Ceb:dlos, no pudiendo
vencerle. _ Se dice al Rey cIue Hombre otro negocia-
dor. _ Escoiquiz sucede á Ccballos. _ Proposiciones
que hace Napoleon, discutidas por la comitiva del Rey
reunida en Consejo. - A pesar de la diversidad de opi-
niones son desechadas. _ I.abrador cs nomhrado pleni-
potenciario para continual' negociando. _ Intentan se-
ducirle, pero en vano. _ Propone Labrador la vuelta
del Rey á Madrid. _ Medidas adoptadas para impedir
su evasion de Eayona. - IlIterceptacion de los cor-
reos. _ Apurados los recursos de 111 diplomacía, se ape-
la á la violencia. _ Los Reyes Padres son llamados á Ba,..
yOlla. _ Llegada de Godoy á aquella CiUlhd.


1 B08. Hemos hablado ya dell'ecihimiento que Fer-
nando tuvo en B.1yona, y que desde luego des-
cubria las miras siniestras del Emperador: éste
vino inmediatamente á visitarle á su alojamiento,
acompai'tado de muchos Generales. El Bey bajó
á recibirle hasta la puerta de la calle ~ y alli se
abrazaron ambos Monarcas con las mayores de-
rnostracione'i de amistad. El Emperador hizo á
S. M. una corta visita, que terminó con nuevoíl
abrazos. El Mariscal de palacio Dl1I'oc VIDO eu




(117 )
nombre dd Emperador á convidar á comer á l80a
S. M., que aceptó el convite; y el Príncipe de
Neufchatel fue á tomar el Santo de S. M. para
la plaza, de ól'den de Napoleon. Duranle ]a co-
mida, y en presencia de la servidumbre, Napo-
leoll trató de Alteza á Fernaudo) que concluida,
se retiró á su alojamiento en uno de los coches
del Emperador, quien bajó al pie de la escalera
á despedirle abrazándole nuevarnente.


Apenas hahia entrado Fernando en su aloja-
miento., cuando el General Savary, el mismo
que con tanta infamia y dolo le hahia arrancado
de su corte, socolor de tratar en Bayona puntos
importantes, se le presenta para comunicarle que
el Empel'ador habia determinado irrevocable-
mente que no reinase la dinastía: de Borbon en
España, y que en su lugar sucediese la suya; á
cuyo efecto quería el Emperador que el Rey re-
nunciase por sí y toda su familia la corona de
España y sus Indias en favor de la dinastía de
Bonapartej ofreciéndole en indemnizacion el tro-
no de Etruria.


Pocos Monarcas se habian encontrado en una
posicion igual á la de Fernando, á quien justa-
mente sorprendió semejante deelaracion. Lleno
de confianza se habia arrojado en los brazos de
un poderoso Monarca, que se llamaba su protec-
tor; y este pretendido protector le mandaba des-
cender del trono de sus mayores para ocupar una
de las soberanías precari.as, que la política de un
conquistador levanta y destruye á su arbitrio.
Fernando mostró en esta ocasiol1 un carácter




(118)
1808. Y firmeza digna del trono; y, guiado de su pro-


pio impulso, desechó con lodo el orgullo de un
castellano la infame proposicion que se le ha-
cia. Respondió á Napoleon, que clueüa de su
suerte y de su vida, podía obrar con él como le
pareciese conveniente; pero que jamas renuncia.
ria sus derechos á la corona de Espaüa. Encargó
al Ministro de Estado Don Pedro Ceballos, que
al dia siguiente, 21 de Abril, fue llamado por el
Emperador, protestase semejante violencia. Ce.
hallos conferenció largo tiempo Con MI'. Cham-
pagny, Ministro de relaciones csteriores, vindi-
cando la validez de la abdicacion de Al'anjncz, y
refutando las quiméricas razones, en (PlC el Em-
perador pretendia apoyar el establecimiento de
su dinastía en Espaüa. El Emperador, que desde
su despacho habia escuchado la conferencia, les
hizo enlrar; y, despues de tratar á CcbaUus de
traidor, no pudiendo destrUIr la solidez de sus
razonamientos á favor de los derechos del Rey
Fernanuo y su augusta Familia, concluyó con de-
cir estas palahras :


( Yo tengo una política peculiar mia: V. de-
«be adoptar unas ideas mas francas; ser menos
(, delicado sobre el pundonor, y no sacrificar la
« felicidad de Espaüa al interés de la familia de
(¡Borbon. »


El carácter fil'lne de CebaBos desagradó al
Emperador, que intimó á S. M. nombrase otl'O
negociador mas flexible.


El 22 Don Juan Escoiquiz se presentó á Mr.
Champagny para hacerle ver cuán ageno era de




(119 )
la gloria y honor de N apoleon el destronar á su 1808.
Soberano, de quien hasta entonces habia reci-
bido tantns pruebas de amistad. El resultado
de esta conferencia fue que el Ministro fran-
cés hizo por escrito las siguientes proposicio-
nes.


1.:J. Que el Emperador habla determinado il'-
revocahlemente que no reinase ya en España la
dinastía de 1301'hon.


2. n Qlle el Rey debia ceder su derecho per-
sonal á la corona por sí .Y por sus hijos si los
tuviese.


3. a Que se daria al Rey el Rciao de Etruria,
con la ley S{¡lica, si renunciaha sus derechos al
de España.


4. a Que el Infante Don CárIos hiciese la mis-
ma renuncia de sus derechos; y los obtendría á
]a corona de Etruria á falta de la descendencia
del Rey.


5. a Que el Reino de Espaila seria poseido por
uno de los hermanos del Emperador.


6.:J.. Que el Emperador garantia su integridad
total y la ele todas sus colonias, sin la segregac.ion
de una sob ddea.


7. él Que salla asimismo por garante de la
conservacion de la Religion y de las propie-
dades.


8. él Qup, si. el Rey no aceptaba este tratado, se
quedaria sin compensacion, y el Emperador lo
haria ejecutar de grado ó por fuerza.


9. a Que, si S. M. se convenia y pedía enla-
zarse con su sobrina, se aseguraria este enla-




1608.
(120 )


ce inmcdiatarnente) que se firmase el tratado.
Estas proposiciones fueron discutidas en un


consejo secreto que convoCó elRey, compuesto de
cuantos le acompaüab:m, y al que asistieron los
Duques del InfanLado y el de San CárIos, ell\linis-
tro CcbalJos, el Canónigo Escoiqlliz, y los cx-!di-
uistros Labrado!' y Muzquiz, los dos Oficiales ma-
yores de la Secretaría de Estado Don Eu~ebio Bar-
dajíy Azara .. y Don Luis lle Onís, Don Fral!cisco
Palafox, y el Marqués Cilleruelos, Mayordomo de
semana. El Hey prcsidió esta Junta, cilla que algu-
nos) y es pecialll1cnte el Canónigo Escoiquiz, opina-
ron que se debía hacer la renuncia, admitiendo en
ca rubio la corona de Elruria, porque valia mas, se-
gun ellos, reinatO en Etruria, que sufrir una perpú-
tua cautividad en Francia; pero este modo de pen-
sar fue combatido por la mayoría de los espaüoles;
y eJ lley resol vió 110 rcnunciar al trono de una
N acion que le idolatraba. Tal fue el ultimatum,
en que el Rey se fijó constantemente; y para tra-
tar con el Ministl'o del Emperador nombró al E~­
celentisimo Seüor Don Pedro Labrador, su Mi-
uIstro cerca de la corte de Florencia y Consejero
honorario dc Estado, autoriz,índolc con sus ple-
nos poderes. El Ministro francés rehusó presentar
sus poderes, alegando que estos eran unas 11161'a5
fórmulas absolutamente inconduceutes á la esen-
cia de la negociacion; y, no pudiendo convencer
:í Laorador á que accediese á sus pérfidas insi-
nllaciones, procuró tentar su incorruptible fide-
lidad, presentándole la ocasion de hal:er fortu-
na y prosperidad.




(121 )
Las conferencias de Labrador quedal'onsill 1808.


efecto; y el Ministro Imperial se negó á con-
tinuar sus relaciones Con Labrador socolor de
que no tenia el rango correspondiente él id)
Y de que su carácter ualur;.¡l era poco tlLfe-
l'ente.


Labrador en su conferencia con Champagny
preguntó á éste si el Rey estaba en libertad, á lo
que el Ministro francés contestó que no podia
dudarse. Hcpuso Lahrador que en tal caso podria
S.l\-l. restituirse á sus estados; á lo cual respondió
que en punto al regreso á España era necesario
que S. M. se entendiese con el Emperador de pa-
labra ó por escrito.


Asi no quedó ya desde entonces dnda de que
el estado del H.ey en lhyona era el de una verda-
dera prision. Era preciso manifestar esta violen-
cia inaudita á la Europa, y el 28 de Abril pasó
Cebalios una nota al Ministro Imperial manifes-
tándole, que el Rey estaba determinado ,1 volver
á ;\LH1rid para calmar la agitacioa de sus amados
vasallos y proveer al despacho de 105 graves ne-
gocios oc su R.eino; asegurando que dentro de él
continuarla tratando COll el Plenipotenciario, que
en viasc el Em pcradol'.


El Ministro Champaglly no dió respuesta al-
guna á esla nota, y se aumentaron las precau-
ciones y redoblaron los espias, que vigilaban los
pasos del Hey, elel Infante y ele toda su comitiva.
El Bey qtliso inmediatamente espedir dos cor-
reos á l\iaclrid, pero estos fueron arrestados por el
Gobierno francés; y, habiénuose quejado de UBa


'l'O}fO l. 16




(122)
1808. violencia tan estraña Ceballos al Ministro Cham-


ragny pidiendo le visase un pasaporte para otro
correo de gabinete que debía salir con pliegos
para Madrid J el Ministro Imperial contestó eH
29 de Abril: que esta medida er,l mctivada de 'lile
Napoleon no reconocia otro fley sino á C;írlos
IV; resultando por consecuencia que el Empera-
dor nO podia adrnitír en su territorio ningun acto
ó pasaporte dado en nomhre de otro Rey: que
Ceballos debia abstenerse de autorizar los pasa-
portes de los espaüoles; sin perj udicar esta me-
dida á la corresponclencia pública, advirtién-
dole que las cartas que llevaba el correo de-
tenido habían sido entregadas á la administra-
cíon de correos franceses para su remision á
Burgos y Madrid con la mayor exactitud J ha-
ciéndose lo mismo con todas las (Ine los espa-
ñoles residentes en Francia dirigiesen á Espa-
ña: segllridad bien efímera J puc:s fueron inter-
ceptadas varias cartas de las que se remitieron
por el correo.


Los resortes de la diplomacia se estrellaron
en la heróica firmeza del jóven Monarca; y no
pudieron yencer la fidelidad de sus represelltan-
tes. El Emperador habia dccretauo la espulsion
de Jos Borbones de Espaüa, y traló de lle,"ada á
cabo. Declaró que no reconocia como Monarca
al jóvell Fernando J cuya firmeza no habia ater-
rado su poder colosal, y apeló á medios J que
asombrarán á la posteridad.


Trató de traer á Bayona á todos los indi vi-
uuos ue la Familia Real) asi como al Príncipe de




(123 )
la Paz, que exigieron los Reyes Padres que mar- 1808.
chase delante de ellos.


Godoy llegó á Enyona en 26 de Abril) y á po-
cos dias se le reunió su hel'mano el Duque de AI-
modóvar, puesto tambien en libertad el dia 22.




(124 )


,


C:\PITUI .. O IX.


Descubren los franceses en Esparla el proyecto de restahle-
cer en el t.rono á Cárlos IV. - Intima ;Uurat á la supre-
ma Junta de Gobierno que Napoleon y sus ejércitos no
reconocían mas Rey ,le España quc á Cárlos IV. - Con-
testaciones entre la J unta y M urat con este motivo. -
Proposiciones conciliadoras ({ue "ace la JUllta;í M'lrat
sohre su illtimuciol] temeraria. - P;:¡rticipa la Juuta á
Fernando VII este acoutecimiellto. _ Cárlos 1 V mani-
fiesta su vollllltarl de volver á ocupar el trollo. - .:\'Iurat
manda que su ejército reconozca como Rey á Cir-
Ios IV. - Disposiciones de los españoles contra la per-
fidia francesa. - Ocupan los franceses á su placer á Cas-
tilla la lIucva. - Movimientos del pueblo en Tolello y
Burgos. - Altiva cOll1ullicacioll que hace Murat al In-
fallte Prcsidellte de la Junta de sus resultas. - MelLdas


,


de la Junta para conservar la traIHIuili¡lad. - Saleu los
Reyes Padres del Escorial y lle¡:;au á Harona. - l\Inrat,
á pesar de la J uuta de Gohierno, intenta po!' medio de !;¡.
imprenta trastoruar el espíritu púhlico en Espaüa.


1808. Al mismo tiem po que con tan detestables tra-
mas procuraba Napolcon ¡¡nanear á Fernando VII
la corona de sus sienes, se comenzaron á descu-
brir los proyectos formados para restablecer á
Cárlos IV en el trono. El Embajador l3eauhar-
uais habia sido llamado á Francia, y acababa de
llegar en su lugar el Conde de Laforet; y este
nuevo Ministro era el que tenia el secreto políti.-
co, cuya cjecuciou debia verilicar ~Iur()t. Cár-




( 125)
los IV se hallaba en el Escorial disponiendo su 18m~.
marcha para .13ayona; y, deseando Murat ejecutar
las órdencs de su amo autes dc la partida tle este
Monarca) insinuó á la Junta suprema cn 16 de
Abril que N apoleon, y por consiguiente él y sus
eiércitos) no reconocian mas que á Cárlos IV co-
mo l1eyde Espaüa, en atcl1cion á que) si Fernan4
do hahia aceptado la renuncia de su Padre, había
sido por tranquilizar a1l)uehlo. I .. aJunta, conster-
nada con este nuevo golpe, comisionó á dos de
sus vocalcs A7,anza y Ofarril, para que procura-
sen pcrsuatlir al DU{lue de Berg la legilimidad
de la abJicacioll) y Jo funesto que podia ser para
la Nacion, y los mismos ejércitos franceses
la esplosion de la indignacion pública, que podia
causar semejante medida. Murat, asistido del
Conde de Laforct, escuchó las razones que en va-
no presenluroll los vocales de la Junta; á quienes
mauifcstó que la voluntad de su amo era el re-
poner á CárlOii IV en el trono, y que. como Ge-
neral de sus ejércitos no podia J.esviarse un ápi-
ce de sus órdenes.


La J nnta, en vista J.e este resultado, hizo
que aquella misma noche volviesen los mismos
vocales: y, consultando á los medios de evitar
una conmocion general en el Reino, propusieron
al Gran Duque, que el Rey Cárlos debia comuni-
car directamente á la J llnta su voluntad de rea-
sumir la corona en virtud de haber abdicado
forzadamente, y que la Junta, contestanJ.o mera-
mente el recibo, diria que remitiría esta declara-
cion al Hey Fernando ¡ que á esto se seguiría el




(126)
1808. emprender los Reyes Padres su viagc ¡í Dayona


para abocarse con el Rey Fernando y el Empera.
dor; fIue entre tanto no ejerceria acto alguno de
soberauía Celdos IV, Y no pasaria por la capital;
que los Consejos y tribunales no temll'ian noticia
de esto, y continuarian ejerciendo sus flluciones
en nombre de Fernando vn; que en la órden
del ejército f['ances no se diria cosa alguna sohre
este punto, y que los Jleycs r"dres, el Gran Du-
que y la Junta guardarian sobre todo el mas
profundo secreto. El GI'''i1 DllC{lle, que indispen-
sablemente tenia que cumplir las órdenes del
Emperador en el siguieute Ji" 17, se avino ,í es-
tas condiciones; y Jos vocales se retiraron á las
doce de la noche, dieron parte á la Junta del éxi-
to de su comision, y esta despachó en la maflana
del 17 un estraordinario con tan inopinada noticia
al Rey Don Fernando.


El Gran DU(Iue marchó este mismo <lía al Es-
corial, y enteró de todo lo tratado al Rey Padre,
á <luien hizo ¡¡rmar una carla para cllnfante Don
Antonio) Presidente de la Junta suprema, parti-
cipándole su voluntad Je volver á subir al 1:1'0-
no: carta puesta pOl' Laforet, y cuyo horrador
enseiló Murat á los diputados de la Junta. Insti-
gado por Mural, espidió tambien Cárlos IV una
cédula el dia 20, pOI' ·Ja que declaraba que volvia
á ocupar ellrono; aprohaba cuanto habia hecho
su hijo desde 19 de Marzo hasta 10 de Abril, y
confirmaba el establecimiento de la Junta y nom-
bramiento de vocales durante su ausencia. J .. a
J uuta se encontró de este modo con dos concep·




(127 )
tos disLÍntos, el de representanle de Fernando VII 1808.
para la Espaüa, y de CcírIO:-i IV para la Francia.


Murat, lejos de haber guardado el sigilo pro-
metido en esta dificil y espillosa negociacion, es-
pidió el dia 20 órdcn á los Generales franceses
para que reconociesen á C<trlos IV por Rey de
Espaüa, y le tratasen conlO á tal; al mismo tiem-
po procuró difundil' la voz del próximo restable.
cimiento de Cárlos IV.
I~os pueblos todos de la Nacion se disponlan á


una formidable resistencia. Los franceses perdie-
ron la confianza de los espaf.oles, que los mira-
ron al principio como libertadores del yugo de
Godoy. Los Reyes Padres y el favorito se veian
protegidos y acogidos por Napoleon. El Príncipe
(le Asturias, ídolo de la N acion, se miraba arran-
cado de su pueblo y vÍctima de la mas pérfida
intriga. Las casas parliculares, Jos tribunales, las
plazas púhlicas, las iglesias, los confesonarios
mismos resonaban con imprecaciones á la Fran-
cia; y se hablaba de un alzamiento contra los que
con capa de amistad llUbian venido á oprimir una
N acion , á cuya capital no hubieran llegado jamas,
si hubieran de haber pasado el Pirineo en acti-
tud de enemigos. En el mismo dia 20 fueron sor-
prendidos dos franceses imprimiendo una pro-
clama con objeto de anunciar al pueblo el resta-
blecimiento de Cárlos IV al trono; y los autores
de esta proclama eran dos súbditos del General
Grouchy) Comanuante de las tropas francesas de
Madrid. El pueblo se alarmó é hizo temer un;¡ re-
volucion próxima; y esto era lo que precisamell_




(128 )
1 ROF\. tC' drseaban Jos franceses, como lo maniL"laron


lo, s!lcesos posteriores.
Los frnnceses iball al mismo tiempo organi-


zDlHlo la ocupacion del tcait(,riü. l.a divlsion
l~edd vino al Escorinl desde S'~govja, dOI1(lc [lle
relevada por la tercera divisioll del S{'guIlflo ClWl'-
po de observilcioll de la Gironda, qne se hallaba
en Valladolid. El Gener:>l Dupont estaha en Aran-
jllez Con la primera division de illLliltet'Ía y Ca-
bnllerÍa, que debía trasladarse á Toledo.


Las contlnnas vejaciones de los franceses, y
sus voces repetidas públicamente de fple el Em-
peraLlor no reconocia ;l FernanLlo, y (Iue C;ír-
los IV volvería á ocupar el trono, causaron una
conmocion el dia 21 en la ciudad de Toledo. La
mayor parte de sus habitantes, reunidos á las
gentes del campo, corrieron en tropel á la plaza
de Zoco{lover; y) armados de fusiles, picas, sa-
bles y bastones, reconieron las calles gritnndo:
'Viva Fernando VII, llevnndo una b::llldcra con
el rplralo del Monarca idolaLI'ado. La multitud
fue á la casa del Corregidor Don José J oaquin de
Santa María; y es le magi'itrado, que se habia ma-
l1ifestado afecto á los fr¡¡nc:~:;cs, pudo (;SCap~lr
furtivall1ente dd fnror popular) tIue destrozó y
quemó todos sus muebles.


Dupont rnarchó iúmediatamcnte con las tro-
pas de Aralljuez sobre Toledo, dispuesto á com-
batir esta ciudad; en la (Iue el Cahildo habia ya
logrado calmar la irritacion popular á su llegada;
asi es (pie el General frances fue recibido fuera
de sus rnuros por la Princesa de la Paz y su her-




(1 ~0)
llliHlO el Cardl'nnl Arzobispo de Toledo. L¡. tí opa 18<jft
de nupont ocupó la Cilldad; la segullda divlsion
del ejlTcilo de su 111a1l00 avanZÓ desde el Esco-
rial á Aranj llCZ) y la tercera) que se ha 1 bhn en
Segovia,ocupó el Escorial. La brigada de caballe-
ría del General Auguslo Calincoul't entró al rnis-
mI} tiempo en Castilla la nueva, y considcrahh's
refuerzos para los cuerpos de infantería cIuC ocu-
paban esta provincia.


Esta ocurrencia, unida ¡í la inquietud (lue pro-
dujo en Burgos el rllovimicllto dd pueblo contra
el Intendente de aquella provincia por su dema-
siada afrccion á los estrangeros, hizo quc el 23
el Gran Duque de Bel'g escribiese al Infante Don.
Antonio, Pl'csidente de la J unta suprema de go-
bierno, una carta llena de altivez, en que le decia
(IUC se hallaba informado dc qne habia habido
reuniones (Iel pueblo en BIngos, donde el Inten-
dente general de la provincia habia debido la vi-
da á un fl'anc{~s, que le arrancó todo cuhierto de
heridas de manos del populacho, sin mas crímcn
que la prohidad con que curnplía sus deberes; tIlle
en Toledo el pucblo había saqncado é incendiado
\'arias casas, sin rfIlC las tropas españolas hubie-
sen tratado de contellcr estos escpsos; que en Ma-
drid mismo hahía habido reuniones peligrosas Con
motivo de una Gaceta estraordínaria, que debía
publicarse á las 10 de la noche del dia 22; que
la España no podia estar mas tiempo entrega-
da á semejante anarquía, ni c .. )J)s(~ntir su ejét'cito,
sin deshonrarse, tales desórdenes; que no vcría si-
110 !wdiciosos enemigos de la Franeia y de la Es-


1'0110 ¡, 17




( 130)
¡SO!j, paila en los individuos que se atreviesen todavía


á reunirse ó esparcir alarmas., concluyendo con
manifestarle se diese prisa á anuncial' á la capital
y á las Espai"ws su generosa resolucion; y que si
no se encontraba con bastante fuerza para respon-
der de la tranquilidad pública, él misL1lo se en-
cargaria de ella mas directamente.


El Infante y la Junta pasaron esta carta tan
poco mesurada al Consejo de Castilla, que en el
mismo día c3pidió un bando conforme ;Í la" leyes
espailOlas, prohibiendo las alarmas y reuniones;
y la Junta contestó ;i Murat, que los movimien-
tos de BtÍrgos y Toledo habian sielo ocasionado3


. por escesos cometidos por los franceses.
Entre tanto Cárlos IV y Maria Lnisa salieron


del Escorial escoltados de los Carabineros reales
y algunas tropas fnll1cesas, y llegaron á Burgos el
el dia 27) el 28 ú Vitoria, el 29 á. Tolosa y el 30
entraron en Bayona, diez cEas Jespues que su hi.-
jo) y cuatro despues que el favorito.


A meJicla que la Junta trataba á precio de
condescendencias clolorosas ele comprar la tran-
quilidad de la Capital, se aumentaba la insolen-
cia del Gran Dlque de Bc-rg: este compró una
imprenta; y á pesar que en 26 de Abril le manifes-
tó la Junta,áconsulta dclConsejo de Castilla, (lue
solo se le poJria permitir su uso para la publica-
cion de las órdenes militares de sus Cjél'citos, la
empleó en hacet' circular papeles incendiarios,




(131 )


CAPITULO X.


Carta de Napolpol1 á Murat para que la J unta nOl1lhra~e
cienlo ciucuenta notables espaliules, que pasasen á Ba-
yona lJara arreglar la suerle del neino. - Murat los
110mbra por sí. _ Conuucta de la J uuta de gO}Jierno en
esta ocasiono -Intima Murat á la Junta, de órden de
C;írIos IV, la marcha para na youa de la Rcina de Etruria
y del Infante Don Francisco. - Contestaciones sobre el
particular entre MUI'Jt y la Junta. - Recihe esta un es-
preso verhal de Fernaurlo VII, anunciándola su situa-
cion, y aconsej:índola la paz. _ La Junta reune á sus
funciones varios personages. - El IlIrante Presidente
crea otra Junta (le gohierno para en el caso de que la
primera careciese de libertad, y no pudiese gobernar.-
Envia la Junta á Ferllamlo VII dos per5011as de su
confianza, participándolc el estado de las cosas, y pidi(~n­
dole imtrucciones. - SCSiOll agitada de la Jutlta en la
noche del 1. u de l\Ia'yo de 1808. - Amenazas d~ Murat.


Mural recibió el dia 29 un decreto del Em- 1808.
perador y una carta de Cárlos IV. N apoleon le
mandaba hacer presente á la Junta de gobierno
que deseaba concurriesen á Dayona ciento cin.
cuenta personas, escogidas entre las mas nota-
bles del Heino, para fijar solemnemente el des-
tino de Espaila) cOl1sulLando el voto é interes de
todas las clases. Murat comunicó á la Junta esta
l'esolucion; pero ínterin deliberaba esta sob¡,c 1111
negocio tan importan le , eligió él por su propia
autoridild las lJersonas que por infornles particu-




( 132)
1:.11:3. lares le p:ll'ccian mas á propósito; y pidió para


(' Ilas pasaportes, qu e la J un ta se vió forzada á
fran'~Illcar, limitándose úuicamente á delr cuenta
:i S. M. de esta eJeccíon arbitraria, pl'eviIliendo
a.',illlisllIo á los nomhrados que esperasen en la
frontera la 50be1'<111a resoluciol1.


El dia 3D de Ahil el Gran Duque se prf~sentó
á la Junta .suprema, y manifesló una carta del
!ley Padre al Infante Presidente p:1ra que disph-
sicse á la mayor brevedad la salida de la Eeina
(le Etrllria y el I,¡fLlnte Don Francisco de Paella
para Bayana. En vano alegó la .T unta que nada
llotlia hacer sin contar Llntes con el Rl~y ])011 fc'l'-
nando: insistió el Gran Duque en {lue, siendo la
Reiua de Etruria dueña de sus acciones, á (' 11a
sola se debia cOnS1lltal' sol!'e este viagc; y en
cuanto al Infante manifestó que su menor edad
le constiluia en un todo dependiellte de la vu-
luntad de sus Padres; de mauera que no se po-
tEa iblpedir legalmente Sil snlilla j haciendo \,'/1.
tender .t la vez que apoyaria con las arrn;¡s, y
haria respctar~ si la Junla se opouía, la voluntad
de Cirlos IV~ como único Hcy legítil1lo de Espa;¡<I.


La Junt:! conlestó que se diri¡)ría á la Reina
(L~ Etrllria para conocer su voluntad; pero que
jamas dari3 su consentimiento para la marclH\
del niño Infante. La Bcina declaró que intentaba
partir; y nI mismo tiempo se notaron disposicio-
ues en las tropas francesas p~,ra llevar á efpcto
b marcha de las prl'sonas Reales; la cllal se fijó
vara el 2 de Mayo. La sitllacion de la Cnp;tal
('I"a ['str.:rnadamcut:.:- crítica. Las inJign~J~ prnpo-




( 133 )
~¡ciones que se habian hecho en BaJona, se sabian, ~808.
y ha])ian irritndo á todos los madrileüos, (lllP
agolpados al rededor de la casa de Correos agunr-
daban ansiosos las noticias de Dayona. Eran
impotentes los esfuerzos de los Generales fran-
ceses par3 distraer y engaf13r la curiosidad pú-
blica. ·Para contrabalancear las mentiras impre-
sas en los l)eriódicos, circulaban de manO en
mano las noticias manuscritas, y la puerta dd
Sol estaha Ilella siempre de gente. Habian falta-
du los dos t'dtimos correos de Bayona, y la in-
quidud general estaba en su colmo. A pesar de la
tieveridad de hs medidas acloptadas pOI' los frall-
ceses, la fcrmcntacion fue en aumento, y hubo
algunas riüas entre el paisanage y los soldndos
franceses, que miraban como enemigos á los
partid;¡rios dp, FCl'lHll1do VII.


El Gran DU(llle de Berg desenLa dar ¡í la mul-
tituu una leecion de su pouer, seguro del suceso;
pues hacia largo tiempo que hi.lbia previsto una
ills\lrl'eccion. Toda la artillería francesa se hnlla-
ha en el Ptctiro; y , aunque no había en Madrid
mas que la Guardia Imperi;¡l de Ínfanterla y ca-
ballería, la Jivislon de illfantí'ría del General
l\1eynie¡' , y una brigada de ci.lballerÍa, las otras
divisiolles del eprcito, llnmado cucrpo de observa-
cion de las costas del Océano, se hallaban acan-
tonadas en el con vento de San BCl'nnl'flino, en Cha-
marLÍn, Fucllcarl'al y en el 11 a('(10 , dispuestas á
Intral' (~Il la Capital ,í la prirner spüal de alarma,
J eompouiclldo un total de 50.000 hombres.


El Jia L° de 'byo fue Domingo; y quiso 1\lu-




(134 )
Hmt\. 1'at hacer ostcnlncioll de su poder }Jara aterrar


al pueblo de Madrid; J rodeado de todos sus Ge-
nerales pasó revista en el Prado .. í su ejél'cito; que
eOIl todo el aparato de su nueva táctica atrave-
só las calles de la Capital por entre un gentío in-
menso, en cuyos semblantes se veia el despre-
cio) llegando en la puerta del Sol algunos corri-
)]os de embozados hasta el cstrcmo de silvar al
Gran Duque de Bcrg, á quien no solo odiaban,
como gefe de los franceses J sino como amigo y
protector del execrahlc GoJoy.


En este mismo dia 1. o de l\1nyo la Junta su-
prema, que conocia que la independencia de su
autoridad había espirado, y preveía mayores des-
gracias en la N aeíon, acordó, con el objeto de
aligerar su responsabilidad, asociar á sus traba-
jos á los Presidcntes y Decanos de los Consejos
supremos de Castilla, de Indias, de Guerra) de
Marina) de Hacienda y Ordenes; y ademas los
Fiscales Don Nicolas Sierra, Don Vicente Tor-
res Cónsul) Don Pablo Arribas, y Don J oaquin
María Sotclo, y los Consejeros Don Arias Mon,
Don Gonzalo José de Vilches , Don G3rcía Go-
mez Xal'a, Don Pedro Mendinucta J y Don Pe-
dro de Mora y Lomas; nombrando para Secre-
tario al Conde de Casa-Valencia.


Para precaver la horfandarl, en que podia que-
(lar el Estado, en el caso de que por la violen-
cia la Junta suprema nombrada por S. M. no pu-
diese ejercer sus funciones, creó el Infante Pre-
sidente en el mismo dia nna nueva Junta, á la
que fueron delegadas todas las facultades, que re-




(135 )
sidian en la formada por el Rey Feruauclo con i808.
la mayor estellsion y amplitud, autorizándola á
resitlir en cuallluier punto de la Nacion] á fin ue
que ésta jamas careciese de gobierno.


Fueron nornbraelos vocales de esta nueva Junta
el Conde de Ezpeleta, Virey y Capitan general
de Cataluüa; Don Gregorio de la Cuesta] Capi-
tan general de Cnslilla la Vieja; Don Antouio
Escaüo, Teniente general de la Real Armada;
Don MaIluel ue Lanlizabal, del Consejo Real ue
Castilla; Don J llan PCl'CZ V¡llamil, del Almi-
rantazgo] y Don Felipe Gil de Taboada) del ele
Ordenes.


La J uuta suprema se hallaba en la mayor agita-
cion. La sesion que celebró en la noche del 1. o de
Mayo fue inlerrumpida á cada paso por las frecue 11-
tes amenazas del Gran Durpw ue Bel'g de pro-
clamar desde el siguiente dia él Cirlos IV, y tomar
en su nombre las riendas del gobiel'110 militar, si
no se accedia á la salida del Infante Don Fran-
cisco, sin esperar á la decision de S. M. Todos
los vocales de la Junta se opusieron á esta vio-
lencia, y aun algunos propusieron resistirla hos-
tilmente nrm<111(lo nI puehlo; pero la corta guar-
nicion espaiíola de Madrid, y la inmensa fuerza
de los franceses, hizo que la Junta unánirne-
mente propenrliese á adoptar el pat'lido de cal-
mar los ánimos, precaver los movimientos po-
pulares., y contenerlos en cnso necesario, por no
esponer la persona de S. 1\1. Dió tambien la ca-
sualidad que en la noche del 30 de Abril se pre-
sentó á la Junta) enviado por S. M. desde Bayo-




(136 )
:800. na) Don Justo María lLar .:\'nval'l'o) Ministro del
Cotl~ejo de Navarra, para enterarIa d(~ la tenta-
Liva de Napoleon de apoderarse de la Espai'la, de
la propuesta del trono de Etruria hecha á S. M.
PO cambio, y de su firme resolucion de morir
nntcs que acceder á nada que fuese incompati-
hle con su dignidad y justos dcrecllOs; encar-
gando á la Junta, que Ínterin se decidia tan gra-
ve asunto, se esnlerase en conservar la paz y
huena armonía con los franceses, sin dar lugar
á incidente alguno que pudiese cornprometer el
estado tan delicado de los negocios) y a un su
misma Real Persona.


La Junta veia la actitud hostil de los francescs~
que ocupaban todos los caminos para Bayona ... por
lo cual las comunicaciones eran inciertas ... y los
correos se interceptaban escandalosamente; y de .
.'>caudo informar al Bey de cuanto pasaba ... y re-
cibir sus órdenes en tan <lelicada sÍ1.uacion, an-
tes de variar el plan de conducta que él mismo
halJia prescrito, resolvió enviar dos personas
de toda confianza que enterasen ¡í. S. M. del es-
lado de la N aeion, y eligicl'on para tan impor-
tante comision á Don José Zayas) Ayudante de
campo del Ministro de la Guerra, y á Don Eva-
1'islo Pcrcz de Castro, Oficial de la Secreta¡'Ía de
Estado} los cuales salieron para Bayona en los
últimos días de Abril.




(137 )


CAPITULO XI.


Sale de Madrid \,1 Reina tle Etl'uria. - Prepárase el viaga
de 1,)s Infantes Don Antonio v Don Francisco. - A lal'-
ma del pueblo. __ Memorabl~ dia 2 de ~Jayo en 1\Ia-
¡hiJ. _ lnhuwana carnicería de la noche del dia 2 ele
Mayo f del dia 3. _ l)roc1ama famosa del Alcalde lle
'\1ó:tolcs á h NacÍoll. _ Salida dcl Infante Don Fran-
ci,;co pal'a Bayona. _ Medidils rigorosas que adopta
i\l urat contra 105 espaflOles. _ Marcha y llespedida del
Infantc Don Antonio. _Murat, á pesar de la resistencia
de la suprema Junta de gohierno, toma parte en ella,
) se ¡¡pOllera de su presidencia.


Amaneció el día 2 de Mayo, día memorable 1808.
en los fastos de la insurreccion española, y el
tleiialado para la salida de las Personas Reales.
I~os coches y una grande escolta de tropas fran-
cesas se hallaban en ]a plaza de Palacio, que es-
taha llena desde muy de mallaUa de una inmensa
multitud de homhres y mt1ger~s, que contempla-
ban tl'istelllente los preparativos del viagc. En
sus sellllila ti tes se veía n grabados los caracteres
de aquel triste ahatill1iento que precede á las
granues esplosiones dd alma. A las nueve la Bei-
n;¡ dt~ Etrtll'ia con sus hijos salió de Palacio, en
donde aun quedaron dos coches que estaban car-
gándose Con ]a mayol' }wecipitacion. Corre el ru-
mor de que aquellos coches estaban destinados
para la ~alida del Infante Don Antonio; y la IJer-
'l'O~'J l. lR




(138)
1608. 'vidumbre del Infante Don Francisco refiet:e que


este intel'esante niño lloraba lleno de dolor, no
queriendo salir de Ma(lrid. Esta noticia contrista
á las mugel'cs, y desespera á los hombres. A las
once un Edecan de Murat vino á dar la órden de
la marcha; y el pueblo que adivinó fácilmente
su comision, profirió contra él las mayores inju-
rias y amenazas. Al bajal' para tomar el coche
los Infantes Don Antonio y Don Francisco, la
presencia de este augusto Príncipe que en su ni-
ñez iba ,1 set' trasladado á manos de guerreros fe-
roces, y arrancado de un pueblo que le adoraba,
arrebató á toda la multitud, y una miserable an~
ciana, que aun se ignora si desahogó su propio
dolor, ó sirvió á los designios de los franceses,
esclamó en alta voz: Válgmne Dios~que se llevan ti
Francia todas las Personas Reales. Esta voz reso-
nó en el coraZOll del pueLlo, (pIe no pudo con-
tener por mas lierupo su violenta indignacion
contra el tit'ano Napoleon y sus satélites, y cor-
rió presuroso á corlal' los tiros de los coches des-
tinados á al'l'cbatar sus Príncipes, resuelto á im-
pedi\' su ma\'cha. El destacamento de la Guardia
Imperial hizo fuego sobre la multitlld indefensa,
que lejos de aterrarse alacó denodada á los sol-
dados vencedot'es del mundo. El fuego de la in-
surreccion se esticúde con la ccleridad del rayo.
Madrid cntero se levanta contra los franceses, y
cada casa es una fortaleza: armanse como pue-
den los habitantes de toda clase, edad y sexo, y
llenos de rabia y desesperacioll atacan á los fran-
ceses ell las calles y en las plazas, UllOS cucrpo




(139 )
á cuerpo, y otros desde lo alto de los tejados y 1808.
ventanas.


El gran Duque que se hallaba alojado en la
casa del Príncipe de la Paz, á la espalda de Pala.
cio junto al convento <le Doila María de Aragon,
montó á caballo rodeado de su gua\'dia, y se man-
tuvo enfrente de su habitacion, desde donde en-
vió á todas las tropas que rodeaban il Madrid ór.
den de entrar en la villa ¡í paso de alaque.


No se oi:)1l mas gue voces mezcladas con el
redoble de los tambores y trompetas que llama-
ban á los soldados á sus ,'cspectivos cuarteles;
pero Ínterin llegaban las tropas, continuaba en
todas partes el asesinato de los franceses aislados.
Viérollse jóvenes resueltos) sin mas armas que un
puilal ó un palo, al'l'ojarse con el mayor denuedo
á los franceses, y morir contentos despues de
JlaLer atravesado ¡t dos ó tres de estos: Otl'OS des-
de las esquinas asesta han sus tiros contra los Ede-
canes que conducian órdcnes, y entorpecian las
comunicacioncs del enemigo: otros, reunidos en
corto número, hicieron retroceder grandes ma.
sas de cahalleria: otros saltando co'nla mayor
agiJiduJ soI)/'e los caballos del enemigo, derri-
baban á puiwluJas á los ginetes, haciéndose due-
¡lOS del caballo y de las armas. Otros degüe-
llan en sus mismas casas á los oliciales aloj~dos
en ellas, y que marchaban á reunirse á su tropa:
los albaüiles desde la altura ele las obras en que
les so\'prcnclió el movimiento, lanzahan sobre los
enemigos cuantos mat.f'riales tenian á mano. Las
Dlug\:res desde los halcones arrojan tiestos, )a-




(140)
1808. drillos, piedras yagua hirviendo sobre las tro-


pas francesas que recorrían las calles, y hasta lo~
niilos tomaban parte en esta heróica lucha; y asi
se' vieron muchos descalzos de pie y pierna, que
á diez pasos de distancia tirabnn píf'dras ca-
ra á cara á los dragones formados en esclla-
dl'on , mientras que otros arrastran y gol pea n al
moribundo frances hasta verle dar el último sus-
piro. Cien combates se traban á la vez y en dis-
tintos puntos, y el corazon sensihle se llOrro!'iz3
al pisar tanto cadáver frauces. El odio de los es-
puñoles es sobre todo inexorable contra los ma-
melucos que caen en sus manos, ansiosos de he-
rir con un solo golge un frances y un musulman.


Mientras el pueblo indefenso, y sin mas guia
que su exaltacion patriótica, defendia heróica-
mente su libertad é independencia, ]a guarnicion
de Madrid, compuesta de 4.000 hombres~ se halla-
ba encerrada en los cuarteles, en donde sus (~c­
fes apenas podian contenerlos, pues ansiaban vo-
lar á unirse con sus hermanos, como lo verifica.
ron algunos pocos f{Ue pudieron fugarse.


Desde el prinoi pio de la insurrcccion arrancó
Mural al Infante non Antonio, que se lJallaba en
su poder, una órden para 'll1e la tropa no salieso
1m todo aquel dia de s llS cuarteles.


Desde que se oyeron los primeros tiros, el
Mariscal Moncey y los dernas Gpncrales que no
mandaban cuerpos, se reunieron al Due¡ tW de Berg,
y tomaron posicion en el alto de la puerta de San
Vicente con un regimiento de fusileros de la
Guardia Imperial.




( 141 )
Las tropas que se hallaban en Madrid reCM- 1808.


rieron las caBes, y sus gefes destacaban partidas
que entrasen en las casas de donde se les habia
hecho fuego, y castigasen á los agresores. Laar-
tillcrÍa volante hizo varias descargas en la calle
de Alcalá sohre la mllltitud, que no por eso se
arrcclró, y continuó d afaque: la columna apos-
tada en la plaza de Palacio subió por la calle
Mayor haciendo fuego á los balcones y ventanas,
.y al mismo til!mpo y hora de las doce las co-
lumnas francesas de los campamentos de Cha-
martín J San Bernardino y la Casa del campo en·
traron en la Capital y OCl! paron todas sus ca lles.


La caballería de la Guardia imperial penetra
por la lmerta de Alcalá, y en dos divisiones Car-
ga al galope á la multitud por las calles de AlcaLi
y CIlI'l"era de San Gcróninto 1 viniendo él situarse
en la puerta del Sol) ni donde son inhumana-
mente asesinados grupos enteros de patriotas. Al
mismo tiempo una columna de infanterÍa ocupa-
ha la estension de la calle de San Bernardo, reu-
niéndose en la plazuela de Santo Domingo con
las tropas que defendian las inmediaciones del
palacio de Murat.


Fuertes destacamentos de caballería sitiaban
13s puertas de la Capi.tal para impedir la cutrada
de los habitantes de los pueblos il1mediato.~.


Todas las calles de :Matll'id estaban erizadas
de hayonetas francesas, y en todas se comba tia
sin consultar su número. "


E! General de hrigada Lefrunc al frenle de
l!na columna fr;\1IC"SH quipn> apoderarse del Par-




(142 )
1S08. que de artillería espaflOl , situado en ]a calle


de San José, en el harrio de las Maravillas,
Dos valientes Oficiales de artillería, }Ion Luis
Daoiz y Don Pedro Velarde, con 33 homhres del
regimiento de Voluntarios del Estado, hicieron
rendir las armas i un destacamento dt! 100 fran-
ceses que ocupaban aquel punto, y reunidos á 14
artilleros, la mayor parte inválidos, dieron en-
trada á una lllultituu ue llOmbl'es y mugeres que
suspiraban por armas para COl1lbdtir contra el
enemigo. Daoiz y Velul'Ile tomaron el Parque, y
sacaron cinco cailones tirados por los paisanos,
Dos se colocaron enfilando la calle de San Pedro
la nueva, en lo interior del Pan\uc, cuyas pucr-
tas se cerraron illl11cdiatarncnte; y los otros tres,
el uno á la salida del cuartel llllrando á la calle
ancha dc San BtTnarao, otl'O ','n la confluen-
cia de las cualro calles que eslan al estl'emo su-
periol' de la de San José, el (1 ,i~ fue servido por
las l11ugcres CllalHlo murieron :.~;s artilleros á qllie.
nes se encargó, y el tercero lluedó de reten en
el patio,


Al rccibir la intimacion (le rcndicion, el cañon
cargado <1 mell'illla I'CSPOIl(¡', :¡I'rollando la colum-
na enemiga, Por trcs veces c31'gnn nuevas tropas
á paso de ataque coutra la débil hatel'Ía espaiiola,
y son I1l1eyamcntc al'l'ollados dejando la calle cu-
bierta de carLi VCI"eS, El combatc se renueva con
mas fmor , y el cnemigo rcforzado por todas par-
tes emprende un ataque general; pero Daoiz y
Vch¡-rh~ aplican á un mismo tiempo la mecha á
'm5 caüorH'!;.l y la ,I)ln~llna entera queda deslr"o-




(143 )
lada, cuhierta la calle de cadá veres, y puestos en 1800..
fu ga los franceses.


Vol vió á renovarse el ataque, en el que fue
herido gl'avernenle Daoiz por no haber querido
ponerse á cubierto de la metralla enemiga, sin
poder reducirle á que se retirara. Acabóse la me-
tralla, y con un cajon de piedras de chispa que
enconlró en los almacenes Velarde, cargó las dos
últimas veces Daoiz, y disparó su cailon: vol vie~
ron á la cal'ga los franceses, y mi.entras Velarde
activaba dentro del Parque el apresto (le 01110i-
ciones, tuvieron que replegarse al interior del
editlcio los pocos artilleros y voluntarios que ha-
bian quedado. Daoiz, herido y sin querer retirar-
se al cuartel, permaneció casi solo en medio de
la calle apoyado sobre un cailon .. no pudiendo
por su herida sosteuerse en pie, pero con su espa-
da en la mano. El General Lagrange, socolor de
tratar de parlamento, se le aproxima para insul-
tar el heroismo, y alza su sable parahel'irle; pero
Daoiz le da una fuerte estocada, y sofocado con
el número de los franceses que cargan sobre él,
recibe innumerables heridas J de las que murió
¡¡quella misma tarde.


Velal'Lle al salir del a¡macen halla el patio del
Parque inundado de franceses, y un Oficial po-
laco le asesta por la espalda alevosamente un pis-
toletazo, que atravesándole el corazon le dejó sin
vida al momento.


Los voluntarios continuaban desde el interior
del edificio el fuego; pero el asesinato de sus va.
lient.es Comandantes desanimó sus corazones; y




(144 )
1808. al saber que el Gobierno intimaba la pacificaciOIl}


depusieron su actitud hostil, y lograron volver á
sus cuarteles, á pesar de que Murat había man-
dado no se diese cuartel á los que se hallnsen en
el Parque; pero el valor heróico de sus defenso-
res admiró á sus enemigos, y el mismo Gcncl'al
Lagrange y los Comandantes franceses fueron sus
intercesores.


La historia conservará eternamcnte los nom-
bres de Daoiz y Velarde, como d de los prime-
ros heróicos mártires de la judl'p(~nJencia y de
la gloria nacional.


Tres horas eran transcurriJas desde que se
habia empeñado la terrible lueha entre el pueblo
y sus opresores, y los habitantes de Madrid con-
tinuaban incansables en la destruccioll y carni-
cería de los franceses. U ua hora mas de duracioll
hubiera causado males espantosos; pues ya los
habitantes de los pueblos Clt'Cull \recinos se apro-
x ¡maba n in Hamados para reullil'se á s us va 1 ¡entes
compatriotas. Murat, que á pesar del escesÍvo nú.
mero de sus tropas, desconfió de vencer, y es pi-
dió órden á Dllpont, (IlIe se hallaha en Toledo,
para que al instante marchase sobre Madrid)
adoptó un medio para pacificar la insurrcccion:
trató con el Infante Don Antonio de evitar la
efusioll de tanta sangre; y los Ministros de la
Junta suprema salieron por las calles agitando
sus pctüuelos blancos para publical' una amnistía,
si los habitantcs deponian las armas y se retira-
ban á sus casas,


A las dos de la tard!~ los Milli:slro~ de los Cor¡-




(145)
scjos de Cnstilla) lndins) Hacienda y Onlu;('s,
que se hallaban reunidos en un mismo local ('11
la calle de Santa María de la Alrl1udel1Cl~ frente á
la Iglesia de este nombre, salieron solemnemell-
te.: acompaiúHlos de los Guardias de Corps y de
algunos Gencrale" franceses J y dividillos en sec-
ci~;n.;s recorrieron todos los barrios de la CilpitaJ
l1evanJo en las manos pañuelos blancos, y profi-
riendo lus palabras <le paz., paz.> que todo estú
('omput'stuj Sil 1 va 11 do a 1 mismo tie J11 po {t varíos infe-
lices que habiall ca ido en podel' de los franceses.


La dlllce voz de pnz proferida por los trému-
los laLios de l\1agislrndos venerables, hizo depo_
ner á los habitanles de Madrid sus armas en el
momento de su mayor exa ltacion ; y á la sola vo?
de la aUlOli(hd pasaron de la venganza ,1 la pru~
cIencia) y ([d 1'lll'ur al respeto: ejemplo único en
los anales del l11ulHlo, y digno d:l mismo pueblo,
que en l~ de Marzo de aquel :1110 contuvo su in-
dignaeion conlrn el privaJo á la sola voz augu~ta
d(, un Príucipe illoluLrado.


Mural no se contentó con ver ceder al pueblo
de Madrid menos que á la fucl'za de las armas ¡t
la pel'SUasiUll de SllS Magisll'aJos, y quiso vengar
pédl1lamenLc la muerte de sus sold:lllos. Un ban-
do, publicado al tiempo de anunciar la paciílca-
ciotl, imponía la pena de la vida á cu;¡ntos se etl-
eOlltrasea con armas. Bando, (lIJe á pesar de ha~
be!' sitIo oído por muy pocos, empezó á oblig'll'
de"de luego; y en un dia en (lue por la general
efervesccllcia se hallaban ohligaJos lí llevarlas
cuantos ignoraban la prohibicioll de su uso. LH
1'()~1O [. 19


!~(ld,




(146 )
180& capital se inundó de fuel'tes patrnllas, que recor.


riendo sus calles, registraban escl'l'lllllosamente
á todos los que ellcontraunn, y los conducían:1 105
cuerpos de gunl'dia mas inmediatos, y de allí á
]a casa de Correos, dOll(le se habia establecido
una Comision militar presidida por el Capitan
general espaüol Don f'rancisco Javier de Negre.
te y el General francés Grnchy, des(le (londe
eran conducidos al Prado y fusilados in\¡ umana-
mente, sin concederles la asistencia de !lB sacer-
dote que los allsiliase en sus líltill10S momentos,
Asi pereci!'l'oll muchos inocentes, cuyo l'lIIico crÍo
roen era el habél'seles hallado casualmcntc una
navaja, tijeras ó cortaplumas; hasta algullos mi-
serables barberos por encontrarles las navajas de
afeitar; los irSelices tragineros pOI' las aglljns de
enjalma¡' que traian, segull costumb¡'e, en las
monteras, y aun los escllliJadores q lIe llevaban
descubiertas las tijeras de su o([cio, Sacaron ade-
mas á los pacíficos habitantes de las casas desde
donde habian recibido lTlaS dailo los f,'anccs<,s; y
fueron igualmente condenados á muerte hombres,
mugeres, sacerdotes, religiosos; lodos confundi-
dos perecieron implluemeute en la lloche funesta
del 2 de Mayo, cuyo lób,'cgo silencio interrumpia
á largas distancias el pavoroso estruendo de las
descargas que abrian la puerta de la inmol'lalidad
á centenares de víctimas de la patria,


El terrOl' heló el corazon de los hcróicos ma-
drideños, que en la madrugada del 3 vieron con-
tinuad) la cat,istrofe de la noche, Cuarenta hom-
Lres que los franceses habian hecho prisioneros




(147)
durante la snngrienla lucha del 2, Y que hnhian 1808.
sido cOlHlucillos al cuartel que se halla en la al-
tura de la puerta de San Vicente, cerca del Pala-
cio (lile ocupaba Murat, fucronfusilados al ama-
necer del 3 ClI la cima de la montalla del Príncipe
Pio. La Ól'Ilcn de peruoll, que aparPlltcmente le~
concedió Mmal para reconciliúse con el plcblo,
llegó algunos miuutos despues de la ejecLlcion.


La pérdida de los franceses en este dia fue de
f.500 LlHICI·t0S J inc1llJ'cndo un General de divi-
8ion y mas de DO Oficiales, a los que los espaüo-
les persiguieron con mas ardor (1), al paso que
la pérdida de los madrideüos, segun el espcdicll-
te formado pOI' el COllsejo de Caslilla, fue solo
de 104 muertos I 54 heridos y 35 eslraviados (2).


(1) SeStlll el pade de MOllcey, se echaron menos en es-
te úia 5000 feallccsl's: ¡'eh,ljalldo la mitad el Gellcral Grllchy.


(2) ESTADO DE MUERTOS, HERlDOS T ESTRAVIADOS EN
tL 2 DE MAYO.


Crwr/eles. lIfllcrlos.


S. F¡'allcisco. 10
Jl,fa¡·'lvillas. 16
Avapiés. 1
Afligidos. 10
Palacio. 10
Barquillo. 7
s. Martin. 8
S. Isidro. 14
Plaza mayor. 15
S. GerÓnimo. 13


Total. 1°4
-


Ht'ridos.


8
12
7


1
3
3
5


12
2


51-


Es tra l' iados.


25
4


4-


3, I




l~)J~.
(148)


Tal fuc el rcsultado del dia 2 de Mayo, día
de triunfo y de gloria para los espalíolcs) y de
lnto para los franceses y el inf;1111c MuraL, cnyo
Hombre pasarlí á ]a postcridnd cnl'g;lLlo de la ex e-
cracion de los m;ldrideiíos, cuya sangre clamó, y
nLtuvo dd ciPIo ]a merecida VCll[;<lilZra (1).


Don Juan Perez Villamil, Fiscal delllllpl'CmO
Consejo de la Guerra, que se hallaba en Mósto-
les) distante dos leguas de la Capital, en una ca-
sa de campo recuperando su salud J al)clw:'l p,:r.
cihc la c0nmocion, arrebatado de patriotisI')o
comunica á todas las provincias de Espaita nv.J'Í-
dionalcs, únicas á que se podia dirigir sin riesgo
Ibl enemigo, un oficio que conservará Lt poste-
ridad) b~ jo el modesto título, del Alcalde de
MóstoJes.


« La patria está en pdigro. Madrid percc¡' vic-
« tima de ]a perfidia francesa: Esp:li"io!cs) acudid
« á sal va "le. l\b yo 2 de 1808. = El Alcalde de
(( :\lósto]es. )1


El efeclo inmcdir,to del caiion del 2 de :',1:; YO
'" Y de las san'!rientas eJ" ccucioues de las vlclim;ls


v v


(Id Prado y de la 111onI311a lid Príncipe Pio) file
CO;¡VCrlÍI' r:pcllLillamcnte ]a Espafla en una lla-


r 1) :\Turnt fue fwil;¡¡lo 011 P;7,W ell 13 de Octuhre d~
H)i5 por h~hf!r (Jllcrido snhlevnr el Reillo de N :ípoles, cu-
.\'!) ti"ono oCU;Hí dm"illlte la dominacion de Bonapnrte, y
j¡;¡c,[u la snlitbde d.;Lc de la Jslade EliJa para Fraileia; ~ir'll~
c!<J tlP, a,lvertil' que tUl é![;¡n,'lOl, DOll Fr¡¡\lci"co Alcalá, arl~
fl1 in í"trc1dur dl~: D ¡! y.u~ .le' Infantado en r iLZ(', fue (,'.1 ,t'~1




(149 )
('ion l1l111l:u, cuyos individuos lunH'on tOllo!' en 180ft
el fundo de su CuraZOll vengar la:> in ¡urias h('c}¡:1s
á su Hey y :l los habiumlcs de la c<1pil<11) y no
deponer las al'ü1GS hasla purgar su suelo de 0Pl'('-
sores .. y asegurar la SJCI'O:ianta independencia.


El día 3 (le Mayo al an1anecer salió el 111fa1l1('
Don Francisco para HayoBa, y cnuncIo aun reina-
ba el terror de las escenas sangrientas del dia
anterior J se aumenló este al ver recorrer nUIl1t'-
rosas p;¡LrlilL:8 de fr~lllcc.r;cS las calles de la capi-
tal, y r:'gl.,;Lr3JHlo de C;¡sa en Cl~;a recoger cuan-
tas arr;l¡lS c;1conlrJl'on. ;Vlndl'id yió con asombro
(Iue el C:ll~i,:ll1 general Negrete, qLle IHlbia impe-
did:) (¡UC la trona secunJase los hel'l)icos esfucr-


1 1


zos del vecincLll io, continLlaba aun al frente de
la Comj:~jon militar: horrendo tribunn] de san-
gre, de donde hnJ)ia cmnnado la sentencia de tan-
tas ]¡er(llcas vicLimas, Un hailtlo de Mural intimó
aquella misrna t:Jrdc á los habitantes, que toda
rumion (jlle esccdicse de cuatro personas) seria
deshecha por la fucrz<1: prohibió que llevasen to-
da clase de armas, y amenazó incendiar el pue-
hlo donde fuese nsesil1ndo un franct~s: hizo res-
pOIl8:dJlcs á los 2mos de la conducta de sus cria-
rlos) á les empresarios de Líbricas de la de los
operarios, á los padres de la de sus hijos, y á los
prclac10s de la de sus súbditos. En la noche de
este dia el Embaj;1l1or Lnforet, y Murat tuvieron
una larga conferencia con el Infante Don Anto-
nio, de Cl~Y~l'i l'(\·;ullas este annnció ;i la Junta de


v


(i\!~ era Presidente, su resoll1ciol1 de marchar á
la mr;~H\Ua s1gni8ntc á reunirse con su soLrino el




( 150)
1808. Rey, de cuya suerte queria partIcIpar. En vano


los miembros de la Junta suplicnron al Infante
permaneciese en la capital, donde su presencia
era mas útil que en Bayona á los intereses del Rey
y de la patria: el Infantc permaneció invariable
en su resolucion, y salió para Bayona al amane-
cer del dia 4, dejando antes al ]3ailio Don Fl'an.
cisco Gil, Ministro de Marina, corno vocal mas
antiguo, esta cal'la:


«Al SI', GiI.=A la Junta para su goJJicl'J1o pon~
go en su noticia como me he marchado á Bayona
de órden del Rey, y digo á diclI:l Junta que ella
siga en los mismos términos, como si yo estu-
viese en ella. Dios nos la dé bucua.= A Dios Se-
ñores, hasta el Valle de Josafat.=Antonio Pas..,.
cual.))


Las últimas es presiones del Infante Don An-
tonio y su marcha manifestaban qllC ya no que-
daba esperanza de conserval' á lluestros legítimos
Soberanos, en la persuasion de S. A.


La ausencia de su Presidente dejó á la Junta
mas espuesta á los ataques de Mural, (lue cada día
trataba de apoderarse del mando supremo de la
Nacíon. Para verificarlo hizo prcscute á la Jun-
ta, que creia conveniente á la conservacion de
la tranquilidad y del orden, el lomar parte en
sus deliberaciones sobre el gobierllo de EspaiJa.
En vano los Ministros de la Junta le manifesta-
ron que su cualidad de General cstrangero era
un obstáculo para sentarse entre los representan-
tes del Monarca cspailol, y que depositarios de
la autoridad suprema no podian ll'ansfcrirla sino




(151)
al mIsmo de qUIen la habían recibido: Murat 1808.
despreció estas observaciones, y aquella misma
noche del dia 5 se presentó en el lugar de las se-
siones de la Junta; y á pesar de la oposicion de
los Ministros Gil, Azanza y Oi'arril, tomó parte
en el Gobierno tle la Nacion, y se apoderó de la
presidencia de la Junta, que entonces acabó de ser
despojada de Sil caracter de Consejo supremo,
representando á un Soberano independiente, pa-
ra no figurar sillo como una comision pasiva, ins-
trumento de la voluntad de un gefe de estran--
geros.




(15'2)


CA.PIT1JLO XII.


Camhia N apalean inmediatamente Sil politica con la lll"-
gal!a i Da,yona de los Reyes Padres_ - Recibimieuto)
acogida de estos. - H.esigna Fernando Vll condicional-
mente en su augusto P adre la Corona. - Contestaciones
cutre el Rey Cirlos y su hijo Fernando VII sohre la re-
nuncia de la Corona .. ~ Cirios IV "c declara de nllCl'O Rey
de Espalia, y nombra:í !Ultrat Lnz,ar-Tclliellte del Reino.
- Pnb!ícasc en Espul¡<t el restahlccimiento de Cirios IV •
. ~ Descontento de la Nacian. _ Rcsuch'c Napolcall intro-
dueÍr su dinastía cn Espaiia destronando á la dc 13orbon.
- Elllrevista cruel, á presencia de N apoleon, de Cirios
1 V Y Fernando VII. - Celle este á la impel'ios'l voz. de su
palll'c, y renuncia h Corona. - Tratado dc rellullcia
de! trono de EspaTia, hecho ;Í nombre de Cádos IV, á
f'<'vor de Napolcoll. _ Conslímase en este tratado l:t ini-
quifIad de Gotlo'y. _ C~írlos IV e"llOl'ta en una procla-
lll'l :í los espaJ¡oles :í que se sometan á N apaleon. _ Cir-
clÍlase en Espaiia la proclama de Cárlos IV. _ Espionage
á (Iue estan sujetos ell Rayana los Príncipes espaiioles. -
Llega á Ibyona un ellviauo de la J anta de gohiemo con
proposiciones ir.teresanles para Fernamlo VII. _ Con-
[(,~L1Cio!l (le este á la Jllnt~. - Decreto de Fernando VII
al1tor:zallflo la dCf'8n5:J dd Reino y /:¡ eonvocacion de
C,;des. ~- E"ito (r'C tUYO. -~ Salida de Palafox de llayo-
IEI para Aragoll. - H,\ee N apaleo\) que los Prínci pes es-
pañoles l'el1ullcion ta,nhicll sus tlOl'CdlÜ3 á la corona de
Espalla. - 'Irala .. io de rCllluicia. - Salen de Dayona
los I~(:.ros PaJn,';:- sus ,ltlga:;to5 hijos. - Se ven ohlig:t-
,los F('rlldlld" Y1T y los Infantes;í cdlUrlar á los espa-
üolc:i <l (Iue obcdczC'JU :Í NC!roLcono




(153)
Monarca Fernando tan heróica resÍstencia ¡~ sus 1808.
proyectos de usurpacion, como ya hemos mani-
festado, hizo cambiar de aspecto á las negocia-
ciones por la lL'gada á Bayo na de los Ueyes Pa-
dt'es, y Godoy, (IlIe restablecido apenas de los
golpes recibidos en Aranjnez) fue á continuar la:
obra que habia comenzado en los aciagos dias de
Sil llorninacion, y {l justificar los sClltimielltos
de execracion que siempre le profesarán los
buellos cspaüülcs. Sns pérfidos consejos hicieron,
con asombro de In misma naturaleza, que el
bondadoso, el pacífico Carlos IV fuese el instru-
mento poliLico del enemigo de su familia, y pri-
vál'a á su hijo primogénito del trono {l que le
llamaban las leyes y el voto g(mel'al de la Na-
cÍon. Carlos IV, que desde CJllC e11 17 de Abril
bdJia lllanilcstado su volunu.J de volver á subir
al trollO , llabia' sido tratado como Rey por los
('j::l'citos franceses, fue rcciLido como tal por K a-
poleon, que no tardó en envolverle en sus redes.


La gUfll'nicioll de Bayona se formó por las
olles del tt':ulsito, y la artilL:ría lc saludó con
101 C:¡ÜOilUZOS) siendo acompaüado pOl' los ofi~
cl:;]cs d,:! p¿¡Lcio del Emperador hasta el alo-
13Wii.!UlO que se le teuia destinarlo. Al pie de
L (',(';llera se 11:dlar(1l1 para l'cciLirle su,,; tlos
l¡ijo:i Fernandu y Carlos, y a!lemas el Prínci~
pe de la Paz. El mismo dia dl) su l1egaJa file
cOll\'iclado á comer con el Emperador, y al fin
de in comida fue Hall,ado el I'l'lucÍpe de la Paz,
COll quien tllvieron una hrga conferencia. Fer-
ll:IlHlo, que habia rcsistitlo }¡cróicarnenle los at<i-
~'(nlO l. 20




(154)
18OS. ques de Napoleon, cedió al respeto y al amor


filial, y en primero de Mayo escribió á su augus.
to Padre resignando en él la Corona con las limi ..
taciones siguientes.


1. <1 Que el Rey Don Cárlos volviese á Madrid
donde le acompañaría y serviria como su hijo
mas respetuoso.


2. a Que en MadriJ. se reunirían las Córtcs; y
pues que S. M. resistía una congregacion tan nu·
merosa, se convocarian al cfecto los Tribunales
y Diputados de los neínos.


3. <1 Que á la vista de esta Asamblea se forma-
lizaria su renuncia, csponiendo los motivos que
le conducian á ella, esto es, el amor á sus vasa-
llos, y el deseo de corresponder al que le pro-
fesaban, evitándoles los horrores de una guer-
ra civil por medio de una renuncia dirigida á
que su augusto Padre volviese á empuilar el ce-
tro.


4. a Que S. M. no llevase consigo personas,
(lue justamente se habian concitado el odio de su
Nacion.


5. a Que si S. M. no quería, como le había
dicho, reinar ni vol vel' á Espaüa, cn uJl caso go-
bernaría en su Real nombre como Lugar-Te-
niente suyo.


El dia 2 recibió el Rey Don Fernando la con-
testacion de su augusto Padre, puesta sin duda
por Godoy ó alguno de los agentes de Napoleon,
en que despues de tratarle con una dureza increi-
hle, haciéndole autor' de todas las calamidades
de la España, le mandaba formalizase su renun-




(155)
cía sin límites ni condiciones, diciéndole que su 1808.
conducta y su odio á la Francia habían puesto
una barrera de bronce entre él y el trono de Es-
paila; que él era Rey por el derecho de sus Pa-
dres; que nada tenia que recibir de él, ni menos
consentir en ninguna reuníon en junta; nueva y
necia sngestion de los hombres pérfiuos que le
acompaftaban.


El dia 4 contestó el jóven Monarca á su au-
gusto Padre, haciéndole ver con toda la sumision
de un Jlijo respetuoso que ninguna íntervencion
habia tenido en los males de su Patria, ni tomado
mas parte en la revolucion de Aranjuez, que ha-
her sal vado de órden suya al odioso favorito con-
tra quien se dirigia, concl uyendo con manifestar-
le, que bajo las limitaciones propuestas, estaría
pronto á acompaüarle á Espaüa para hacer alli su
abclicaciol1 ante las Córtes; rogándole por último
encarecidamente que se penetrase de su situacion
actual, y de que se trataba de escluir para siempre
del trono de EspalHl su dinastía, sustituyendo en
su lugar la Imperial de Francia; que esto no po-
dian hacerlo él ni su Padre sin el espreso con-
sentimiento de todos los individuos que tenian y
lJllcrlan tt'Jwr derecho á la COl'ona, ni tampoco sill .
el mismo espreso consentimiento de la Nacion
espailO]a reunida en Córtes y en lugar seguro;
que aclemas de esto, hallándose en un pais estra-
ItO, no hahria quien se persuacliese que obraban
COIl libertad, y que esta sola consideracion anu-
laria cuanto hiciesen, y podria producir fatales
COllsec uencias.




(156)
iSi):). Cúr los IV viendo la j lista in flexibilidad de


Fernando á los proyectos de Napoleon, dió con
fecha 4 de MilyO un nuevo llecreto, ell fIue decla-
raba que habia vuelto á tomar el gobierno de la
Espaüa, y mandaba como Rey actual, fple ellnfall-
te Don Antonio cesase en las funciones de Presi-
dente de la Junta suprema y viniese á reunirse
con él á Rayana, y nombraba al Gran Duque de
Berg su Lugar- Teniente general para el gobicmo
de Espafla.


Es inerci1Jlc la celeridad del servicio de los
eorl'eos de Napoleoll durante estas maquinacio-
nes. Los pliegos de 13ayona se recibian en dia y
medio en Madrid, á pesar de la distancia de 110
leguas. El dia 6 llegó el decreto de Cárlos IV; y
-Mm'al, que como ya hemos manifestado, no ha-
bia aguardado por su natlll'ill impaciencia al re-
cibo del no:'1lJl'amiento de Lugar-Teniente para
ocupar la presillcncia de la Junla de gobierno,
lf:Y() :! esta el in,,,speraclo decl'eto de C:1rlOS IV}
b Cllfll acordó entre otras cosas enviar aquclb
misma ll1alwna una diputacion tIc tres de sus
rni,)lllbl'os, que fueron el Mal'c¡ues Caballero, Don
Francisco Gil de Lemos y Don Gonzalo Ofarril
nl COllsejo de Caslilb) para que dC5pues de haber
oido á la DipllLacioll, deliberase lo (Iue deberia
hacerse cn tan criLieas circullstancias.


Don Arias 1\1011, Decano y Presidente interi-
no del Consejo de Castilla, fue con los comlslo-
nadas al Conscj-o, que desplles de leel' ea él los


_ pliegos recibidos de Rayona, hicieron algunas ob-
servaciones y se retiraron. El Consejo acordó




(157)
que Don Gonzalo Vilches) Don José CoJon y
Don Manuel de Lanlizabal, Ministros del mismo,
conferenciasen con los diputados de la Junta su-
prema y diesen cuenta despues de su resolucion.


Aquella misma noche fueron los tres Ministros
del Consejo á la casa del Marclues Cabnllero; p('['o
este les anunció que ya eran escusadas las delibe-
raciones, mediante ~ que la Junta suprema, presi-
dida por el Gran Duque de Berg, dirigiria al C01l-
sejo 1111 decreto para que espidiese una Real Cé-
dula á fin de que toda la N acion reconociese de
nuevo á Carlos IV por su legítimo Soberano, en
virtud de su protesta contra la abdicacion, de la
Jeclaracion del Emperador, á la que habia servi-
do esta de base, y del decreto y proclama de Car-
los IV de 4 de Mayo, mandánclole imprimir, pu-
blicar y cirelllnr estos documentos.


En efecto) el Consejo espidió el dia 10 circu-
lares á ladas 1.15 autoridades del Reino, ordenan_
do reconociesen á Carlos IV como Hey. Este fue
el primer act.o ejercido en Espaüa contra la au-
toridad de Fernando vIl; pero la JunLa y el
Consejo se vieron obligados á firmarle, sintiendo
no (ene!' fllcrzns suficienLes para resistir tan in-
dig-ua vlolcncin.


La Nacion recibió con el mayor descontenLo
el anuncio del restablecimiento de Carlos IV al
trollo; pero este arLificio de Napoleon fue solo el
preludio de acontecimientos mas importantes.


Las cOlltÍnuas conferencias del Príncipe de la
Paz llabiall hecho conocer <l Napoleon, que el
cal'ucter imlomahle de los eS1J"üules no penuitil'la


180H.




(158 )
1R!18. largo tiempo la opresion del Príncipe que idola-


traban, y que este poseia enteramente .el amor de
su Nacion. El restablecimiento de Carlos IV al
trollO, si bien garantía la paz con la Francia ..
micntras subsistiese en él, su avanzada edad no
dejaba de presentar inconvenientes. A su muerte
su hijo Fernando volveria á. ocupar el trono.
Napoleon le hubiera escluido desde luego de la
sucesion; pero para .esto era preciso una condena-
Clan motivada con el concurso y asentimiento
de la Nacion. Ademas el Iufante Don Carlos no
sc prestaba tan facilmente á la política de Bona-
varte, y el jóven Fernando llabia entusiasmado
de tal modo los ánimos, que hubiera sido impo-
sible convocar Córtes, ni pensar en perjudical'
sus derechos en lo mas mínimo. Napoleon se ha-
llaba enteramente ocupado del proyecto de apo-
derarse de la EsparIa; pues conocia que HU Prín-
cipe belicoso que supiese dirigir contra él todos
los recursos de esta Nacían, podria tal vez con-
duie por espulsarle del trono de Francia, y tra-
tó de qnit<ll' los medios al que pudiese empren-
derlo. l)ccia que se hallaba en una posicion seme-
jante á la de Luis XIV, cuanuo no por amhicion
sino por la seguridad de la f'r;¡ncia, trató de ha-
cer subir á un nieto suyo, el Duque de Anjoll, so-
bre el trono espaüol.· Si un Archiduque de Austl"ia
hubiese logrado ocuparlo, la Espaüa hulliera sido
desde entonces la aliada natural de Inglaterra,
y I.uis XIV en todas las guerras ,que hubiese
tenido con cualquiera de aquellas potencias,
se habria visto precisado á combatir el po-




(159 )
der reunido de ambas. Luis XIV tenia á su fa- j 808.
vor el testamento de Carlos 1I, que llamaba al
Duque de Anjou j y á pesar de la ~egi.lirnidad de
este título, el de Austria le hizo una san grlenta
guel'ra por colocar al Archiduque Carlos sobre
el trono de Espaüa. N apoleon no se hallaba en
iguales circunstancias: ningun derechopodia ale-
gar á la corona de España: el trono se hallaba
legítimamente ocupado; habia ademas herede-
ros; pero no por eso cambió de política, y se
resolvió á asegurarse la paz con la España, es-
pulsando su antigua dinastía, é introduciendo la
suya.


El dia 5 de Mayo, hallándose el Empera-
dor pa!ieando á caballo en compañía del Gene-
ral Savary y varios oficiales de su casa, encon-
tró al Capitan Danecourt, su ordenanza, que lle-
gaba ganando ]1Ora8 de Madrid, enviado por Mu-
rat, con la noticia de la catástrofe del 2 de Mayo.
Las noticias eran considerablemente exageradas
por los franceses, (lue tuvieron la impudencia
de estaml)ar en sus boletines que 12..000 madri-
deflOs habian regado con su sangre las calles de
la Capital.


A la lectura de los detalles de este dia memo-
rabIe, el Emperador Napoleon se arreható de có-
lera, y se fue directamente al alojamiento de
Carlos IV, en vez de volver á su palacio de Mar-
rae. Al entrar dió al Rey los pliegos que aca-
baba de recibir de Madrid; y apenas los huho
leido éste, cuando mandó al Príncipe de
la Paz. hiciese llamar á Fernando y al Infante




(160)
180R, Don Carlos. Fernanuo llegó á las cinco, y el In-


f:.Ante Don Carlos no lo verificó por hallarse en
cama con una pe(Iuella indisposicion.


Fernanuo entró en el alojamiento de su Pa-
r1¡'C, donde despues de UIlu!J01'a de conferencia ..
se hallaban aun el Emperador y la Reina Madre.
Todos estaban sentados, Fernando solo perma-
necia en pie. El Rey Carlos IV le pregunlóCOl1
un tono severo si tenia noticias de Madrid; y
habiendo contestado Fernantlo con (~l muyor res-
peto que no: «¡mes bien) yo le las voy á dar,l)
le dijo; y le refirió el contenido de los despa-
chos del Emperador; y con los dictados y cspl'e-
siones mas denigrativas y humillantes le re-
prendió como autor del movin1icnto del 2 de
Mayo, y causa de la pérrlidade la Monar'1uía
que él había conservado en ter:!. en medio de lo~
desórde!1(;s de la Europa; y llum:índole hijo re-
helde y usurpador, le intimó ql\e inmcdiatamen_
te hiciese una renuncia absoluta de la corona,
sopena de ser tratado con toda su comiti\'a como
emigrados traidores. Parecerá increíble á la pos-
tCi'icLHl la inscnsibilidad con que se condujo en
c,;la CSC('ll:l Carlos 1 V ; p(~ro Lodo.'> S¡¡S discursos
y l'rd~tbl'as eral! ¡Eeladas por Goduy, Lrl, cartas
á 5uhiío eran obra de este pórfido que obede-
cia las inslJiraciones de' Napolcon, que llegó
llHsta el esLremo de uecir al Hc,v Fel'nando:
({Príncipe, es preciso elegir entre la cesion y la
nlucrte.»


El EIuperador permaneció aun despues con
los Reyes Padres un cuarto de hora largo, y se




(161 )
retiró .i su palacio de l\'1arrac, á donde liizo 11a- 1808.
mar al Príucipe de la Paz para poner en planta
lo que había acordado con Carlos IV.


Feruaudo, ([ue habia mostrado tanta cons-
tancia en la lucha con Napoleon, se quedó des-
armado y ¡sin fuerza para resistir á los acentos
de la V(JZ paternal. Hubiera arrostrado la muerte;
pero la amenaza hecha por el Rey de tratar á
.sus Consejeros como emigrados rebeldes, triun-
fó eH su corazon, no queriendo envolverlos en
su du,~gracia, é hizo en 6 de Mayo una renun-
cia simple de su corona; pero que llevaba en sí
todos los caracteres de la violencia.


Antes habia ya dispuesto de la corona Car-
los IV á favor de Napoleon, por medio del Prín.
cipe de la Paz, á quieu nombró su plenipo-
tenciario, y concluyó el dia 5 COn el Gran
Mariscal de Palacio Duroc el siguiente tra-
tado:


ART. 1. o El Rey Carlos IV , no habiendo te.
nido en toda su vida otra mira (lue la felicidad de
ws vasallos, y constante en el principio de que
to(10S los actos de un Soberano no deLen dirigir.
S(~ á otro fin, no pudiendo las actuales circuns-
lallcias ser mas que IIn manantial de disensio-
nes , tanto mas funestas, cuanto que las faccio-
IlfS hun dividido su propia familia, ha resuelto
e(:d(~I", COmo por el presente cede á S. M. el Em-
pcrarlor N apoleon todos sus derechos al tI"ono de
EspalJa é Indias, como el único que en el actual
estado de cosas puede restablecer el órden; en
la inteligencia de qlle la causa de la dicha cesion


1'0.\10 \. 21




( 162)
1808. es hacer gozar á sus súbditos de las dos condicio-


nes siguientes:
1." «Se conservará la integridad del Reino. El


Príncipe que S. M. el Emperador Napoleon juz-
gue debe colocar sobrc el trono de España, será
independiente, y los límites de España no sufri-
rán ninguna alteracion.


2. a «La Religion católica apostólica romana
será única en España, y no se tolerará ninguna
religion reformada, ni menos infiel, corno su-
cede en el dia.»


ART. 2. 0 Son nulos y de ningun valor todos
los actos hechos desde la revolucion de Aran-
juez contra nuestros fieles vasallos, y se les de-
volverán sus propiedades.


ART. 3. 0 Habiendo asegurado así el Rey Car-
los la prosperidad, integridad é independencia de
sus vasallos, S. M. el Emperador se obliga á dar
un asilo en sus estados al Rey Carlos, á la Rei-
na, á su familia, al Príncipe de ]a Paz, asi como
á los servidores que quieran seguirlos, los (jue
gozarán en Francia de un rango equivalente al
que obtenian en Espai'la.


ART. 4. o El Palacio Imperial de Copieg-
nc, los parques y bCS(lues de su dependencia
quedarán á la disposicion del Rey Carlos du-
rante su vida.


ART. 5. 0 S. M. el Emperador da y garantiza
al Rey Carlos una lista civil (le tr('inta millo-
nes de reales, que S. M. el Emperador Napoleon
le hará pagar directamente todos los meses por el
Tesorero de la Corona. Despues de la muerte del




( 163)
Rey, dos millones de renta formar<Ín la viude- 1808.
dad de la Reina.


ART. 6. 0 S. M. el Emperador se obliga á con-
ceder á todos los Infantes de España una renta
anual de 400.000 francos para que los gocen per-
pétuamente ellos y sus descendientes> salvo la
reversibilidad de dicha renta de una rama á otra,
en el caso de la estincion de una de ellas .. En
caso de estillcion de todas las ramas, las espre-
saJas rentas serán reversibles á la corona de
FraIlcia.


ART. 7. 0 S. M. el Emperador Napo]con hará
el alTeglo que le parezca oportuno con el futuro
Rey de Espaiia para el pago de la lista civil y de
las rentas comprendidas en los artículos prece-
dentes; pero S. M. el Rey Carlos se entenderá
directamente para el pago de su renta con el te-
soro de Francia.


An'f. 8. 0 S. M. el Emperador Napoleon da en
cambio á S. M. el Rey Carlos el castillo de Cham-
hon con los parques, bosques y haciendas que
de él dependen, para que lo goce en toda pro-
piedad, y dispon ga de él á su arbitrio.


Eu cousecllcllcia, S. 1\I. el Rcy Carlos renun-
cia en favor de S. M. el Emperador Napoleon
todas las propiedades alodiales y particulares no
pertenecientes á la Corona de España; pero que
son de Sll propiedad privada. Los Infantes de Es-
paña continuar<Ín en el goce de las encomiendas
que poseen en España.


La presente convencion se ratificará en el
término de ocho dias, ó lo mas pronto posible.




( 164 )
IH03. Bnyona 5 de ~byo de 1808 . .... Duroc. = El Pl'Ín-


cipp- de la Paz.
Este tratado y cesio n de la corona de Espa-


rla fue obra directa del Príncipe de la Paz; en
lodo él no luvo mas intervencíon Carlos IV que
el poner su firma cuando el inícuo favorito se 10
presentó. Este, segun decia el mismo Napoleon~
solo habia defendido el punto de la pensioo}
abandonundo todo lo dcmas. De aquí el absoluto
silencio en esle tratado sobre el Bcino de Etru-
ria ~ que habia sido b base de la primera nego-
ciacion, y sobre la indemnizacion á la Reina de
Etruria, que á un mismo tiempo percEa este Rei-
no y la prometida soberanía de la Lusitania,
viénJose reducida por este culpable 01 vi Jo á se-
guir la suerte, y depender de sus ancianos pa-
dres. Así, pues, terminó el execrable Príncipe
de la Paz su carrera política, sepultando en un
solo ahismo tres Soberanos respetables, l Car-
los IV, Fernando VII y la Reina de F.tl'uria , que
quedaron á merced de las promesas de un usur-
pador, contra cuya mala fe no poJian oponer
mas armas que las súplicas, ó una llcróica re-
signacion.


Por ei"tfl convencíon quedó cscluida del tro-
no de las EspaiJas la dinastía augusta de Borbon,
y Carlos IV dirigió el dia 8 de Mayo una procla-
ma al Consejo de Castilla y de la Inquisicion,
exhortando á los espaüoles á someterse á la J111~­
va dinastía. Estos tribrln3]cs supremos tuvieron
que ceJer á la fuerza, y espidicroll circulare~
in:,;ertanuo la proclama de Carlos IV. Las cirnl-




(165 )
lares no cspresaban que comunicaban su contc- 1808.
nido para su ejecucion, sillo para su publicacioni
pero los efectos eran los mismos; pues en los
pueblos no se daba tanla importancia á eslas fór-
mulas meramente ministeriales.


En el mismo dia 5 eH que se firmó el conve-
nio de cesion por el Príncipe de la Paz, espidió
Fernando dos decretos, escritos de su puño y
]etra, de la mayor importancia; el uno dirigido
al Consejo Real, Ó en su defecto á cualquier tri-
hunal superior, y el otro á la Junta suprema.


Ya hemoi dicho que las comunicaciones eran
inciertas por la falta de seguridad en los correos,
que eran escandalosamente interceptados J y que
un sin número de espías vigilaban los pasos de
S. M. el Señor Don Fernando VII, Y de todos 10'
de la comitiva. Llegaba á tal punto este espio-
uage, que un dia en que el Rey Fernando, que
habitaba en la misma calle J y casi enfrente de la
casa de su padre J iba á ver á éste, acompañado
del Infante Don Carlos, á pie, y sin comitiva,
uno de los muchos gendarmes disfrazados, de
que estaba llena la ciudad, y que en todas las
acciones de S. M. creian ver una evasion .. lo!
detuvo, osando poner la mano en el Infante
Don Carlos. Este se volvió con el Rey á su alo-
jamiento; y en vista de las fundadas y justa,
quejas que Escuic¡uiz hizo presentes al Empera.
dor, decretó ¡~ste el arresto del gendarme, y
envió al Obispo de Poítiers á dar una satisfaccion
á los Príncipes espaüoles.


lJa Junta S'!JlI'Pl11a, conociendo el estado rn




(166 )
1808. que se hallaba el Monarca, habia enviado á Don


Evaristo Perez de Castro y á Don José Zayas
para someter á la aprobacion de S. M. las medi-
das que creía mas convenientes. Lograron estos,
á costa de ardides y rodeos, llegar á la frontera
de Francia, en la que fue arrestado Zayas, en-
trando únicamente en Bayona Perez de Castro
en la noche del 4 de Mayo, quien transmitió
inmediatamente de palabra al Rey las siguientes
proposiciones, de que le habia encargado la Junta
suprema:


1. a Si creia S. M. conveniente autorizar á la
J unta para (Iue se sustituyese, en caso necesario,
en la persona ó personas de la misma, ó de fue.
ra de ella que S. M. nombrase, ó designase la
J unta autorizada para ello) á fin de trasladarse al
parage en que se pudiese obral' con libertdd.


2, a Si era la voluntad de S. M. que se empe-
zasen las hostilidades contt'a el ejército frances;
y en este caso, cómo y cuándo deberia ejecutarse.


3:1 Si era asin1is1l10 la vol untad del I{ey que
se empezase por impedir la entrada de nuevas
tropas francesas en España, cerrando los pasos
de la frontera.


4." Si creia S. M. conducente que se convo-
casen las Córtes, para lo que era necesario un
decI'eto de S. M., dii'igido al Consejo Real; y en
defeclo de éste, por ser posible que al llegar la
respuesta del Hey, no estuviese en libertad de
obrar, á cuu\qulet·u C.\Ul.Oci\\cl'la o Aud.iencia del
Reino que se hallase desembarazada de las tro-
pas francesas.




(167 )
5. a De qué materias deberian ocuparse las 1808.


Córtes.
El Rey en la mañana del dia 5 respondió á la


Junta: «Que se hallaba sin libertad, y consi-
guientemente imposibilitauo de tomar por sí me-
dida alguna para salvar su Persona y la Monar-
quía: que por tanto autorizaba á la Junta en la
forma mas ámplia, para que en cuerpo, ó susti-
tuyéndose en una ó muchas personas que la re-
presentasen, se trasladase al parage que creyese
mas conveniente, y que en nombre de S. M.,
Y representando su misma pel'sona, ejerciese to_
das las funciones de la soberanía: que las hosti-
lidades deberian empezar desde el momento en
que internasen á S. M. en Francia, lo que no
sucederia sino por la violencia; y por último,
que en llegando este caso tratase la Junta de im-
peuir, del modo que pareciese mas á propósito,
la entrada de nuevas tropas en la lJ en Íl1sula.),


Al mismo tiempo espidió S. M. un decreto
autógrafo al Consejo Real, ó en su defecto á
cualquiera Chancillería ó Audiencia, en que decía:


«Que en la situacion en que se hallaba, pri-
vado de libertad para obrar por sí, era su Real
voluntad que se convocasen las Córtes en el pa-
rage que pareciese mas espedilo: (¡ue por de
pronto se ocupasen únicamente en proporcionar
los arbitrios y subsidios necesarios para atenuel'
á la defensa del Hcino, y que (IlIeuasen perma-
nentes p:lra lo demas que pudiese ocurrir.


Estos decretos fueron enviados á Madrid; pero
h:tbiendo tenido su cOllductor que rodear por




( lG8)
1803. Aragon, y por caminol! escusadol!, llegaron á


manos de Azanza cuando la Junta ya estaba pre-
sidida por Murat. La Junta se hallaba en la im-
potencia de obrar; y lejos de haber hecho uso
alguno de los decretos, y pasado al Consejo ó á
cualquiera Audiencia el de la convocacion de
Córtes, resolvió quemarlos para evitar toda con-
tingencia que pudiese perjudicar al cautivo Mo-
narca, que se hallaba á merced de su opresor.


Casi al mismo tiempo salió lamLien de Bayo-
na Don José Palafox) .Y Con intenciones hostiles
se dirÍ3ió á la cn pital del Reino de .. hagan, bur-
lando la actividad de los numerosos espías que
le rodeaban.


No juzgó Napoleon salvadas aun todas las
8pariencias legales con (lue intentaba cubrir su
infame uSllrpacion, con solo el tratado de cesion
de la corona hecho por el Bey Padre: quiso
tener en Sil poder un docllmcnto autl~lltico , fir.
lIlado por todos los Príncipes tI.e la Familia Real
de Espaüa, en que sult~lllnemcnle aprobasen la
cesioll hecha por CilrlOS IV.


Fernando VII tu,'o que suscribir y aprobar á
la fuerza en 10 de Mayo la convencion del 5 por
otro tratado firmado por el Callónigo Don Juan
Escoilluiz, como su plenipotenciario, y cuyos
artículos son los siguientes:


ART. LOS. A. n.. el PrÍucipe de Aslurias ad-
hiere ;{ la cesion hecha por el Rey Carlos de SU3
derechos al trono de Es pafia é Indias en fa vor
de S. M. el Emperauor de los franceses, Rey de
Italia; y renunci<l) asi como el Rey, á 10:> d(:-




(169 )
('echos que licne ¡¡ b Cul'oua de E:-:paf¡<1 é Indias)
como Príncipe de Asturias.


AuT. 2. 0 S. 1\1. el Emperador de los france-
ses, Rey de llalia, concede en Francia á S. A. R.
el Pl'Íncipe de Asturias el título de A. R., con to-
dos los honores y prerogativas de que gozan
los Príncipes ue su rango. Los descendienLes de
S. A. n. el Príncipe de Asturias conservarán el
título de Principes, el de Alteza Serenísima, y
tendrán siempre en Frnncia el mismo rango qu.e
Jos Príncipes Jignat<lrios del Imperio.


AllT. 3. 0 S. M. el Emperador ue los francesc~J
Rey de ILalia, cede J da por el presente conve-
nio en lo da propieJau á S. A. R. el Príncipe de
Asturias y A sus t1escendientf~s, los palacios, par.
ques, haciend<ls de Navarra) y los bosques que
de ellas depcuden, todo libre de hipotccas, para
que los goce en toda propiedad uesde el dia en
que se firme este tralado.


AllT. 4. 0 La eSlll'esada propiedad pasará á los
hijos y herederos (le S. A. R. el Príncipe de As-
turias, y en su defecto á los hijos y herederos
del Infante Don Cádos ; y á falla de estos J á los
descenrlientes y herederos del Infante Don Fran·
cisco; y t'tlLima I11cn te, en defecto de estos, á los
hijos y herc(leros del Infante Don Antonio. Se
cspedir,íll letras patentes y privadas de Príncipes
á los herederos de la esprcsada propiedad.


ART. 5. 0 S. M. el Emperador (lelos franceses,
Rey de Italia, concede li S. A. R. el Príncipe de
Astul'ins 400.000 francos de renta antlal alimen-


. licia sobre el tesoro de Francia, pagadera por
1'0)10 l. 2.'2


l~lOS.




(170)
1.°\.'1:-'.'. 1 1 '1 1 "., ( OZi,\"ns partes, para ql1e a goce e y sus (escen-


dientes; y en viniendo :í faltar la descendencia
<lit'ccta de S. A. R. el Príncipe de Ast1ll'ias, esta
renta alimenlicia pasal'á al Infante Don C,írbs,
,¡ .sus 11ijos y llcreucl'os, y en Sil defecto al Infan-
t ,! Do.n Francisco de l\lUla, á sus descendientes
y he\'edero~.


ART. 6. 0 A ma!'i de lo estipulado en los articu-
los anteriores, S. M. el Emperador de los franCt!.
ses) Rey de It3lia, concede á S. A. n, el PrÍnci-
pe de Ac.;(uri:lS una renta de GOO.()OO franc)s
igualmente sobre el tesoro de Frallcia, 1'3ra que
los goce durante su viua : la mitad de (lich" ren-
ta será reversible á la Princesa, su esposa, si ella
le sobrevive.


ART. 7. 0 S. M. el Emperadorde los francc-"r~~
Rey de Italia, concede y garantiza á los Illfan-
tes Don Antonio, Tio de S. A. H. el Príncipe
(le Asturias, y á sus herma nos Don C~rlos y Don
Francisco. = LO El título oe Alteza Heul con lo-
/los los honores y prerogativas de que goz:ll1 lo,i
Príncipes de su rango. Los descendientes (le
SS. AA. nIt conservarán d títnlo de Príncipe y el
di! All.eza ScTma., y tClldl';;n si:'mpre el mismo
ran;o en Francia (liJe los Príncipes dignitarios del
lmj>erio. =2. u El goce de las reutas de I.I)Ja~
sus Encomiendas en Espaüa durante su vida.=
3. o Una renta alimenticia de 400.000 francos pa-
ra gozarlos ellos y sus hel·(~cleros perpétuamentc,
cOllcediendo S. M. 1. que en el caso de morir sin
hered(~l'os los I!lfantes Don Antonio, Don Cárlos
y Don Francisco, ó cstinguiua 5U pusteridad, lag




(171 )
p--'prcsmlas renta.> pCl'tcllcccr<Ín ¡í S. A. n. el Prín-
cipe de Asturias, ó á -"liS dcscentlieutes y here-
deros; todo con condicion de qnc SS. AA. RR.
Don Antollio) Don Carlos y Don Francisco pres-
tCIl su aJhesion al presente trataJo.


AHT. 8. 0 El presente tratado sedl ratificado, y
se c~l1jo('arán las ratificaciones en el término de
ocho días ó antes si fuere posible. =Bayona 10
de Mayo dp 1808. = Duroc. =J uan Escohuiz.


Xapolcoll, sin aguardar [í que se verificns(' la
r:ltificncion de este tralado, hizo salir al Rey Fcr-
nanJo con su tio y su hermano el dia 11 para el
ci1stillo de Valancey, perteneciente al PrÍncipe
de Tallcyrand ) y situado en el departamento del
1n\lre.


C,írlos IV, 1:1 Hé~ina su esposa y Don Manuel
Godoy salieroll lallll¡ien (los dias despl1es de Ra-
yana) y se rdira ron al castillo de Copiegne.


Aun no estaba satisfecho Napoleon Con llaber
forzado á los Príncipes españoles á l'{~l1lll1ciar el
trono, exigió de eUos que intimasen ,í la Espaüa
la necesidad y utilidad ele someterse <i la nueva
dinastía; y el 12 de Mayo dirigieron desde BlIr-
deos el !ley y los Infantes Don C,írlos y Don Au-
tonio una proclama <Í la Nacían, manifestando la
renuncia de sus dercch0s pOI' medio de los Jos
tratados, invitalHlo á todos el conformarse volun-
tariamente con ellos, á fin de evitar una guerra
funesta á la Nacion} relevándoles del juralllelllo
de fidelidad.,




(172)


CAPITULO XIII.


Pllbliea Murat )05 tratados de rennncia, )a proclama de
Fernando VII dada en UUl'lleos, y lIlla alocllciou Ile ]'I\a-
poleon á los espaiíoles mall ifestalHlo Sll3 intenciones.-
Nuevas disposiciones de los fi'anceses en Espalla dcsplws
tIe la transmision de la corona a Napokoll. - Política de
Napoleon para nOIl> bl'ar á su I.cnua no José Bey de Espa-
Íla. - Condllcta de la s'-lprema Jllnta df! tí0bicl'llo, del Con-
sejo Real y del A yUlltamicnto de Madl'ill el! esta oeasion.-
Couvoeacion de la Asamhlea eoustitu"entf! de notables


"
espaiioles en Rayo na. _ Naturaleza lle esta Asamblea. -
Envia N apoleon á Zaragoza val'ios espallOles para que s.e
someta. _ Apertura de la Asamhlea. _ COllslitucill1l .le
Bayona. _ Pre~ta el Rey JOSI! juramento á la COllstiLu-
ciou; manda ohservarla y ciérrase la Asamblea de BaJo-
na. _ Prestan jUl'amento dc j),lelirJa(l á José los miclll-
br'os de la Asamhleay la eomiti"a (le Ferllando VII._
N omln'a José su Ministerio. - Sale de Eayolla para
Madrid •.


I 80S. El cetro de las EspaiJ3s pasó asi á manos de
un estl'angero sin fe J qlll~ intentó en vano cubrir
á in faz del mundo su pérfida ambician, alTan-
cando al anciano Cárlos IV la proscl'jpcion de
toda su familia en unas renuncias, qne aunque
representadas como actos voluntarios, la Espaíla
y la Europa toda conocieron ser el resultado de
la violencia y de la opresion.


Mllral comunicó á la Junta suprema que, co-
mo ya hemos manifestado, no tenia influ!'nei:l ni




(t 73)
pnrte alguna en d gobierno ele la ~<tciün, los dos 180B.
tratados firmados por los Heyes Cárlos y Fernan-
do, y la proclama dirigida desde Burdeos, y una
alocucioll de Napoleon concebido en estos tér-
mmos:


« EspailOles: clespues de uno larga agonío,
vuestra Nacían iba á p~recer. He visto vuestros
moles, y voy á l'emediarlos. Vuestro grandeza y
vuestro poder 11acen parte del mio. V Ilestros
PrÍucipes me han cedido todos sus derechos á la
corona ele las Espaüas: Yo no quiero reinar en
vuestras provincias; pero quieru adquirir dere-
chos eternos al amor y al reconocimiento de vues-
tra posteridad.


{( V llcstra Monarfluía es vieja: mi misio n ('~
renovarla: mejoraré vuestras instituciones, y os
haré gozar, si me ayudais, de los beneficios de
ulla re fa l' 111 a , sin que esperimenteis quebrantos,
desórdenes y convulsiones.


(( Espaüoles: he hecho convocar una Asam-
blea general dc las Diputaciones de l:1s provin-
cias y ciudades. Quiero asegurarme por mí mis-
mo de vuestros deseos y necesidades. Enton-
ces rlepolldn~ lodos mis derechos, y colocaré
vuestra gloriosa corona en las sienes de un otro
Yo, garantizándoos al mismo tiempo una consti-
tucion que concilie la santa y saludable autori-
dnd del Soberano con las libertades y privilegios
del pueblo.


« EspailOlcs: recordad lo que han sido vnes-
tros ·Padres, y contemplad vuestro estado. No es
vuestra la culpa j sino del mal gobierno que Os




( ji'n
o' J '1 t 1 - l ' 1.-l!J~,. 1;; I'CglllO: ent"J gran COllltanZa en aS CU'CUIH-


lancins aCluales; pues.r0 (¡uiero (¡ue mi memoria
lIegnc hasta vuestros líllimos nielos y esclamen==
Es el regenerador de nuestra patria, »


La cOnlllnicacion de estos diferentes actos se
hizo al Consejo y á los hahitanles d,~ la Capital,
(Ju~! mudó enteramente de faz por las providen-
cias de los franceses, Se forlificaron las alturas
del Retiro, como propias para establecer en ellas
una especie: de ciuJadda (JlJ(~ deLi(~ra sujetar á
.\Lulritl; y :MurJt se apoderó de todos los alllla-
c~~ncsJ armas y municiones; y para privar á lo.'J
espallOles de tOLlos los metEos de resistencia, dis-
puso que dos regimientos suizos, que se halla-
ban de gllarnicion en Madrid, se distri.buyesen
plH' compaüías en los cuerpos del ejército de Du-
pOIlL; y previno al Capitan general de Galicia
Dun Antonio FilulIgieri concertase con el Co-
mandante de marina del Ferrol el embarrlue de
3.000 hombres para Buenos-Aires, no tanto para
dE'sernbal'azarse de ellos, como para proteger las
colonias de los ataques de los ingleses.


Hizo (Iue el l\linistro de Marina dispusiese la
l'eparacion y armanH'nto de los buques de gucl'ra,
y (l\le la escuadra del Mcditel'l'~I¡co J que se halla-
ha hacia algunos aüos en Mallon, fuese á reunir-
se á la francesa eu la rada de Tolon. Se dió ónlen
,\ la diviúOll del Martlués del Socorro, que se ha-
I laha en Badajoz, para qne pasnse al campo de
San l10'illC; y Mural envió al Marqués lino de sus
ayudanles, para h3Cel'Se obedecer, é intimarle
ruill'ehase á CcÍdiz y volviese á encargarse de la




(175)
Capitania general de Andalucía. Comisionó á "a- 1808.
ríos gefes militures para que hiciesen reconOcer la
nueva dinastía en los puertos espaf¡oles) y esplo-
rasen la costa septentrional del Afríca.


Desde el momento que Napoleon tuvo en sus
manos las renuncias de Cá dos IV, de Ferna Illlo VlI
y de los Infantes Don Cé1rlOS y Don Antonio) eli-
gió en su interior el autómata que se proponia
colocar en ellrono ue las Espaüas. Para d<lr una
forma legal á esta clcccion, escribió en 8 (le Ma-
yo á Murat J pJra (lile haciendo saLer al Conseiü
de Castilla las renuncias, espusiese (~ste Sil die! ,í-
mell sobre la eleccion de un nuevo Soherauo en-
tre los miembros de la Familia Imperial) á fin de
que la union de las dos naciones fuese pcrpélua,
y tuviesen en ella tanto intcres los Reyes como
los pueLlos. Esta cOl11nnicacion se hizo al Con-
sejo el dia 12, y esle Tribunal supremo rcspoIlllió
con la m~yor firmeza, « (Iue á él no pertenecia
emitir opinion alguna sobre cuestiones polílicas,
á no ser esprcsamcute antorizado por su Monar-
ca, y que 110 podia hacerlo en las circunstancias
aetuales, en que consideraba las renuncias como
llula5)(>n ntcncioll á que los Hcyes que las habian
Lecho) no tenia n potestad para transferir S\1S dc-
rechos. El dia 13 :1 las dos de la larde recibió el
Consejo una órdcl1 de Murat para que todos sus
miembros concurriesen á las cnatro al Palacio
Real y cuarto del Gran Duque sin togas; y s(~pa­
raJarncntc Don Miguel Azallza, que se hallaJ)a
en la anlcc~mara, advirtió al Conseio, que poste-
riormente se habia acordado su reunían en la pri-




(t 76)
1~()¡;¡. mera Secretaría de Estado. Allí se reunió el Con-


Ilcjo supremo de la Nacion en un par'age tan
desusado, sin ceremouia y de un modo misterioso.
Los Ministros, fatigados COIl las repetidas sesiones
estl'aol'dinarias y desagradables debates anterio-
res, se vieron en la presencia de la Junta suprema
y dd mismo Murat; quien manifestó al Consejo
que el Emperauor no trataba de saber su opinion
sobre la validez ó nulidad de las renuncias, sino
(¡ue habiendo decidido irrevocablemente (file un
Príncipe de su dinastía reinase ell Espaüa, C[ue-
ria saber qué persona seria mas del agrallo de la
Nacíon, indicando al mismo tiempo (IHe seria
muy convenicnte recayese la eleccion en el Rey
de N ápoles, su hermano.


El Consejo rcspondió, que en la sllposicion
de elegir cntre los miembros de la familia dc Na-
poleon, cr¡~ia cJuc debia ser elegido el Hey de N~í­
poles; y sin salir de la misma Sccrelaria fue obli-
gado el Consejo á formalizar su consulta.


El dia 141a Junta suprema comunicó una ár-
den al Consejo, manifestándole que el Gran Dll-
f}ue de Berg deseaba ({ue este tribunal escribiese
al Emperador, supliC<Ímlole nombrase á su llCr-
llIallO José Rey de Espaüa, conforme á su pare-
c.er dado en el dia anterior; pues la JUllla se ha-
bia comprornetido á dar igual paso. El Consejo
respondió firmemente que no haria semejante sú-
plica, y que nada tenia qne aüaclil' á la consulta
en (Iue, en la necesidad de elegi!" una persona eu-
tre ]a familia de N apolean, había designado co-
rno mas conveniente á su hermano José. Pero




( 177)
Murat habia recibido órdenes del Emperador, pa-
ra que á todo trance hiciese que la Junta de go-
bierno, el Consejo supremo de Castilla}' el Ayun-
tamiento de Madrid, suplicasen les concediese
por Rey á su hermano, á quien mucho antes ha-
bia designado para ciego instrumento de su am-
bicion. Y el dia 15 la Junta de gobierno, en
virtud de órdenes del Gran Duque de Berg, man-
dó al Consejo nombrase algunos de sus Ministros
para (lile marchasen á Bayona á manifestar al Em~
perador el deseo que tenian de que S. M. se dig-
nase nombrar al Rey de Nápoles, José Napoleon,
su hermano mayor, para el trollO de Espa1i.a. El
Consejo se vió en la necesidad de obedecer, y
una Diputacion compuesta de los Ministros Don
José Colon, Don Manuel de Lardizabal, Don.
Sebastian de Torres y Don Ignacio Martinez de
ViUela) fue á Bayona á llevar al Emperador este
voto arrancado por la fuerza. La Junta suprema
de gobierno no opuso tanta resistencia; pues
presidida por Murat, cedió á su mandato, y es-
cribió el dia 13 á N apoleon) pidiendo por Rey á
su hermano José.


El Aynnfamiento de Madrid siguió el ejemplo
delCollsejo Real, y en el día 15 dirigió una cspo-
sicíon igual al Gran Duque de Berg. El Arzobis-
po de Toledo, Primado de las Espailas, primo
llerm:ll1o del Rey Cárlos IV y tío de Fernando,
único individuo de la Familia Real que existia en
Espaüa, fue obligado lambien á llacel' igual pe-
ticion.


El Emperador, asegurado con todos estos do-
TOMO l. 23


1808.




( 178 )
1306. cumentos, transmitió pOI· un decreto de 6 de Ju-


llio á su hermano mayor José Napoleon (1) ... Rey
de Nápoles, todos sus derechos al trono de Espa-
ña 7 cspresando que le proclamaba Soberano de
ella á peticioll de la Junta suprema de gobierno,
del Consejo Real de Caslilla, y de la Villa de Ma-
drid, Capital de la Monarquía.


Napoleon conocía cuán ahsurdo era el traspa-
so de la Corona de Cárlos IV á su fa VOl', Y de él
á su hermano; y para cohonestar tantéls nulida-
des, publicó el dia 25 de Mayo un decreto, en
([ue manifestaba que era su voluntad reunir en
Bayona una Asamblea de las personas mas nota-
bles del Reino, cuyas sesiones debian comenzar el
15 de J ullio, á fin de formar una Constitucion })a-
ra la Espaüa. Una gran parte d~ los miembros de
esta Asamblea habian sido ya nombrados, como
hemos dicho) por el Gran Duque de Bcrg á úl-
timos de Abril.


El 23 de Mayo salió Azanza de Madrid de ór-
den de N apoleon, para infonnal'le del estarlo ell
que se ha naba la hacienda de la Monarquía, y
llegó el 28 á Bayona, llevando consigo al Te-
sorcro general Don Viccntc AlcnLí. Galiano J al
Consejero dc IlacicIHla Don Antonio llnnz Ro-
manillos, al Oficial m<lyor uel l\linisterío de
Hacienda Don Cristóval Góngora, á Don Juan
Osorio, Ministro ue la Junta de comercio
y moneJa, y á Don Ramon Bango, cmplea-


( 1) N apoleon quiso que todos los miemhros de su fOl~
milia tOlllasen este nombre como patrouílllico.




(179)
do en la Caja de Consolidacion. Despues de en- 1808.
teral'SC el Emperador detenillamente de los reClll'·
sos de Espaüa, nombró á Azanza para presidir la
Junla de notables de Espaüa. El clia 7 ue .T u-
nio llegó á Bilyona José Bonapul'te, y el dia 10
nombró al Gran Duque de TIerg sn Lugnr-Te-
niente general. La mayor parte de los espnüoles
que debían cornpone1' la Asamblea, se hallaban ya
entonces a lli, Y fueron obligados á rendir sus ho-
menages al nuevo Soberano que Napoleon impo-
nia ~í. la Espnüa.


Antes de empezar las sesiones de la Junta,
quiso el Emperador que los vocales de ella que
se halbban en TIayona, exhortasen éilos habitantes
de Zaragoza á someterse al nuevo Rey; y dispues-
ta una proclama fIuC firmaron todos, fueron co-
misionados el Capitan general Príncipe dc Castcl-
franco, el Cons¡~jero Villela y el Alcalde de Cor-
te Don Luis Marcclino Pereira para que pasasen
á aquella ciudad á persuadirlos de viva voz; pero
no pudieron p(~nctrar en clla, ni sus vecinos qui-
sieron escucharlos) y se volvieron ,i TIayonn. La
Asamhlea de los notables espai101cs, reunida en
Ibyona sin poderes ni mIsio n de las provincias,
compuesta (Le once grandes y títulos, de di<~z y nue-
V2 Consejeros .Y Magistrados, ele sietc militares,
ocho eclesi,ísticos, cuatro frailes, y cuarenta y
un ciudadanos, dit'¡ principio á una farsa tan ri-
dícula como odiosa el 15 de J uuio. En este Jia se
verificó su apertura bajo la Presidencia de Don
Mizuel José Azanz<:l, Consejero de ESlado, Ministro
de lbcienda, y uno de los yocales de la Junta su-




(180 )
prema creada por Fernando VII. Comenzó la se-
sion por la lectura del decreto imperial que pro-
clamaba á José Rey de España y de las Indias,
y garantía al nuevo Soberano la independencia é
integridad de sus estados de Europa, Asia, AfrÍ-
ca y América. Azanza leyó despues un discurso,
ensalzando la conducta ele Napoleon, que llama-
ba al pueblo á tomar parte en las deliberaciones
del gobierno, de que hacia siglos se hallaba se-
parado en Espaila, y ponderando la felicidad que
iba á resultar de la formucÍon de nna llueva Cons-
tiLucion, que conciliase la li.Lertad de la Naóon
y la autoridad del Monarca.


Don Mariano Luis de U rquijo, Consejero y
ex-Ministro de Estado, fue nornbrauo primer Se-
cretario y Vice-Presidente; Don Antonio Ranz
Romanillos" Consejero de Hacienda, scgundo
Secretario, y Don Cristóval Góngora, Oficial ma-
yor del :\1inisterio de Hacienda" fue agregado á
la Secretaría.


En esta primera sesion se acordó que la
Asamblea, en repl'csentacion de la N acion , rin-
diese sus horuenagcs al nuevo Soherano: se apro-
bó en la scsion del dia 17 el discurso que debia
pro n un cia¡' el Presidente) y el 18 se verificó es-
ta ceremonia.


La AsamLlea dirigió una proclama á los Ví-
reyes; Capitanes generales y autoridades uc bs
provincias, ex.hol'lándoles á someterse gustosos i
la nueva dinastía, y á conservar la tranquilidad.
Azanza envió circulares y proclamas á las Inuias,
dirigidas á comunicar la muJ.allza de dinnstÍa) y




(181 )
IÍ exhortar á aquellas provincias á mantenerse fie- 18CH.
les á la Metrópoli. Continuando la Junta en sus
deliberaciones en los dias 21, 22, 23, 24, 25,
27, 28 Y 30 de Junio, presentó en estas once
sesiones una Constitucion, que se declaró obliga-
toria para todo espaltol.


En ella se establecía que el Gobiel'llo se
compusiese del Rey, de sus Ministros, del Sena-
do, del Consejo de Estado, de las Córte~ ó re-
presentacion nacional, y del orden judicial. Los
Senadores debian ser nombrados por el Rey. Los
Diputados en número 162 debian ser sacados de
las tres clases, del clero, de la nobleza y del pue-
blo. El clero debia en vial' 25 Diputados, la noble-
za otros 25, Y el pueblo de 122 en esta forma: 72
por las provincias de España y de Ultramar, 30
por las principales ciudades, 15 negociantes ó
comerciantes y 15 Diputados de las Universida-
des, distinguidos por su mérito en las ciencias y
artes.


La eleccion de los Diputados de la nobleza,
del clero, del comercio, de las principales ciuda-
des y de las U ni versidades correspondía al Rey,
á propuesta de los Ayuntamientos, Tribunales
de comercio y Universidades. Los 62 Diputados
de las provincias debian ser elegidos por el pue-
blo, dividirlos en juntas electorales ~ de modO'
que por cada 300.000 almas hubiese Ull Diputado.


Se estableóa la libertad individual y la liber-
tad de la prensa, y se colocaban bajo la especial
lll'otecclon de dos comisiones del Senado. Se de-
claraba á todos los españoles aptos para los em-




(182 )
18D8. pIeos públicos, y no se podía estahlecer contri-


bucion ni impuesto alguno sin el consentimiento
de las Córtes.


Se decl;¡l'aba independiente el órclen judicial,
é inamovibles los j lleces; en fin) en el artículo
14G se conceJia á las Córtes el derecho de reu-
nirse en 1820, á fin de hacer en la Constitucion
las enmiendas y mejoras que el tiernpo y la es-
períencia aconsejaran como necesarias) pudien-
do hacer lo mismo en cada diez a¡JOs.


El Rey José mandó en 6 de Julio al Consejo
supremo de Castilla, publicase en ES]laíia la nue-
va COllstitilcioll) y el (lía 7 José Na polcon fue á
la Asamblea, y en presencia de los 9 t Diputados,
únicos que concunieron á Bayona) prestó en
manos del Arzobispo de Búrgof! el j ural11ento de
observar y hacer guardar la Constitucion) y se
acordó acuüar dos medallas, la una en grande y
la otra en pequeüo, para perpetuar este cstraordi-
narlo suceso, terminalHlo con csta ceremonia las
ridículas sesiones de aquel congl'eso ilegítimo,
donde se vieron forzados á a parecer como ins-
trumelltos de la tiranía de Bonaparte muchos he-
róicos espaüoles, que despuf's la comhalieron con
todo su poder) haciendo innumerables sacrifi-
cios por ]a libertad del Hey é independencia de
la Patria.


No fue bastante el haber [orzaelo á los Dipu-
tados de la Asamblea de Bayona á preslar jura-
mento de obediencia al intruso José, sino que se
oLligó tambien á los fieles espaüoles (lue acom-
pañaban á Fernando en su esclavitud, á recono-




(183)
cer alllucvo Monarca. San Carlos, Ayerbe, Fe- 'l808.
ria, Correa, Escoiquiz y Macanaz fueron forzados
á enviar por escrito su juramct1lo. El dia 7 orga-
nizó el Hey José su Gobierno, y nombró para re-
frelHIar todos los actos en calidad de Ministro, con
arreglo á -la llueva Constitucion, á Don Mariano
Luis de Urquijo, que habia sido Ministro y Con-
sejero de Estado en el reinado de Carlos IV. Eli-
gió para Secretario de Estado á Don Pedro Ceba-
110s J que ]0 habia sido de Carlos IV y de Fer-
nando VII; para el Ministerio del Interior á Don
Gaspar Melchor de Jovellanos, que habiasitlo Mi-
nistro de Gracia y Justicia de Carlos IV; pero
por mas instancias que hizo el Rey José á es-
te ilustre espai'lol, y por mas que trataron de
persuadirle Azanza y Cabarrús, jamas quiso acep_
tar este cnrgo; para el de Indias á Don Miguel
José de Azanza, que habia sido Virey de Méjico
en tiempo de Carlos IV, Y Ministro de Hacienda
en el de Fernando VII; para el de Guerra á Don
Gonzalo Ofarril, que lo habia sido de Fernando
VII; para el de Marina á Don José Mazarredo,
Teniente general de la Real Armada; para el de
H;:¡cicl1<b, al Conde de Cabarnis, Consejero de
Est;¡do y Director del Banco nacional en tiempo
de Carlos IV; para el Ministerio de Justicia, de
nueva creacion, á Don Sebastian Piñuela ~ que
lo había sido de Gracia y Justicia en tiempo de
Fernando VII. Nombró á varios Graneles de Es-
paila para las primeras dignidades de Palacio) y
confirmó al Duque del Infantado y al Príncipe de
Castelfl'unco en el mando de los regimientos de




( 184)
1SÚS. Guardias Espailolas y Walonas. El Duque de San


German, Don Carlos Saligni, Coronel general
que habia sido de la Guardia Real de Nápoles, fue
nombrado Grande de Espaüa, Teniente general
y Capitan de Guardias de Corps, en cuyo des,.
tino fue igualmeute confirmado el Duque del
Parque.


Arregladaasi la nueva corte, José salió con
ella de Eayona el dia 9, Y entró en el territorio
español, dirigiéndose á la capital á ocupar el
trolla en que le colocó el poder de su ambicioso
hermano, despucs de escla\rizar á sus legitimas
poseedores. Pero la N acio11 española se había al-
zado en masa contra la usurpacion, é iba á tras-
tornar los fementidos é insensatos proyectos de
Napoleon.


Desde estas escenas lamentables de disensio-
nes de la Familia Real, de perfidia ministerial,
engaños y violencias ... el lector se transportará
con alegria á contemplar el glorioso desarrollo
<lel espíritu nacional y del entusiasmo patrió-
tico.




(185 )


• CAPITUJ~O XIV.


Cuad¡,o militar y político de la Europa á principios de
;¡)nH.- PoJcr inmenso del Imperio [rallees. - Estado
rl(~ Espaüa cn aqlwlla é lloca. - Notable disposicioll de
los españoles contra el yugo estrangero. - Los asesi-
natos del 2 de Mayo en Madrid y la violencia francesa
pl'Ol'ocall al (j Il la ill3urreccion general.


la Europa en el año de 1808 110 pre!'1cntaba 180ft
otro aspecto que el de dos grandes potencias ri-
yales, que combatiéndose con el mayor encarni-
zamif'nto, llubian arraslrado en su sistellla á las
denHls naciolles: Francia é Ingbterra eran la
HOIllCl y la Cartago del siglo XIX.


Frilllcia llaLia adlfuirido una preponderancia
infiuIta por SllS continuadas victorias, y su es-
tenso territorio se hallaba cercado por un valla-
dar de potcnciall aliadas, regidas unas por Pdnci-
pes de la familia de Napoleon, y gobernadas
ütrlls por Soberanos cuyos intereses estaban liga-
dos ,i los del lmp erio franees.


Lll l/lgl<lLcrra, silll;¡da en medio de los mares,
e"ll llua marina lllllncrosa y floreciente J dcsatia-
ha el poder dt' la Francia, llevaba el terror á las
co~LélS que hallaba indefensas, y eschvizaba la
India.


Todas biS naciolles tuvieroll qne asociarse á
los destinos de una de las dos ¡-ivedes: la neutra-
JidaJ no era permitida.


1 [l\!O l. 24




11:l08.
(186)


La Francia invndió á Portugal para hacerle
decidir á su favor; y la Inglaterra destruyó la es-
cuadra danesa y bombardeó á Copenhague rara
castigar la indecision de Dinamarca.


Desde el Tajo á las márgenes del Nicl11en se
obedecian ciegamente las órdenes de Bonapartc,
que disponia de los grandes recursos de la Fran-
cia y de la Italia, cuyo cetro ernpuflaba personal-
mente. La Holanda , la Westfalia y N ápoles, cu-
yos tronos ocupaban sus hermanos Luis ~ G~~ró­
nimo y José, eran sus Íntimas aliadas; y los Re-
yes de Bavíera y Wurtembcrg, y el gran Duque
de Baden, emparentados con ladinastia impe-
rial, servían con el mayor celo su causa, y aUll-
que con pequeños contingentes engrosaban los
ejércitos de N apoleon.


La Husia, guiada del intcres de castigar á la
Suecia y adquirir las hermosas posesiones de la
Turquia europea, se adhirió desp ues de la paz de
Tilsit á la alianza de N apoleon; cerró s us puertos
á los ingleses, y fue un poderoso refuerzo para la
Francia.


EL Soberano de Saionia debía á Napol.;;on Sil
título de Rey; y su constante alianza ~ aun en los
reveses de la guerra, manifestó su agradeci-
miento.


La Polonia, aunque no habia alcanzado la in-
dependencia polílica que deseaba) miraba á N a-
polcan corno á sn redentor, y esLaba dispuesta á
verter su sangre por sostenerle.
I~a Dinamarca, resentida de la Ing,laterra por


d bombardeo de su capital en 1807 , Y b desll'llC-




( 187 )
cíon de su escuadra J se adhirió á la Francia igual- 1808.
mente.


La Turquía, recelosa de la Rusia y de la Ingla-
terra) buscó en N apoleon un aliado poderoso pa-
ra precaver su ruina, y aunque no suministraba
contingente alguno para los ejércitos, fortificó el
~istema cOlltil1enta 1, cerrando' sus puertos á los
ingleses.


La Prusia vencida en los carnpos de Jena, y
el Austria en AlIsterlitz, compraron de su vence-
dor la paz ,1 precio de una alianza J que no obs-
tante de ser forzada, contribu'yó eficazmente al
en gra ndecimien Lo del Imperio.


El Papa, como Pontífice supremo de la Igle-
sia, consagró la coronacion de NapoleOll, y co:-
11\0 Soberano temporal se vió forzado á cerrar
tambicn á los ingleses los puertos de sus estados.


La Suiza eligió á Napoleon por su mediador;
y muchos regimientos de los esforzados hijos de
Tell corrieron á sostener con su espada los inte-
reses del grande Imperio.


l"a España, en fin, que por la mala direccíon
del árbitro de su Gobierno entonces y por su si-
tU<lcion topogdfica no purIo permanecer neutral
entre dos enemígos tan temibles, unió su destino
al de la Francia: sus tesoros y sus escuadras es-
tuvieron á disposicion del Emperador, y los ejér-
citos cspaüoles peleaban por sn causa en Jos cam-
pos de Portngal y en las orillas del Báltico bajo
las órdenes de los Gellerales franceses J unot y
Bernaruotte.


La Europa casi enLera era francesa: los víncu-




(188)
1806. los de la sangre, el interes ó la fuerza habían


obligado á sus Soberanos á proteger con su alian-
za el poder colosal de N apoleon contra los esfuer-
zOs de la Gran Bretaiia.


Esta nacion marÍtirna no pOflia contar mas
que con la Suecia, enemiga de la Rusia y de la
Dinamarca; con la Sicilia , que se hallaba ocu·
pada por las fuerzas inglesas; con la Ceruciia y
con el Portugal j pero este Reino estaba )'a inva-
dido por los ejércitos combinados de Espafía y
Francia.


El poder de ~3poleon era inmenso: sus con-
quistas habían llenado de oro las arcas del Im-
perio, y su ejército entusiasmado por la victo-
ria se componía de mas de medío minon de fuer-
za activa y esterior, dividida en G50 batallones
y 357 escuadrones; los cuales, l',"¡mióndosdes
las tropas que suministraban la ludia y los n(·i-
nos de Nápolcs, Holanda) Wcstfulia y Sajonia con
la COllfcderacion dd Rhin, y 13s legiones dd
Vístula, formaban la enorme suma de mas de
un millo n de combatientes, dispuestos á] tevar
la guerra á donde les mandase su hdicoso Em-
perador.


La tranquilidad intt!rlor del IlllpCI'io estaba
confiada á 58 escuadrones de cahall(!rÍa de Gen-
darmes Imperiales, y 120 brig'adas de gendar-
mería oc infanltría. La Guardia Nacional, divi-
dida en numerosas legiones, protegia la seguri-
dad del comercio y de las ciudalles. La Francia
toJa era militar bajl) el Imperio de Napoleonj y
oí. su voz velaba I.a juventud I educada. militar-




( 1 QO ) ~ t.., ~}
mente, á reemplazar <Í los ,¡ue 1Htbi;¡n Iwrccido Hms.
cn el campo de la gloria. Se prodigaban las re-
comr~nsas al valor en las batallas; los ascensos
~I'all ilimitados, y el soldado valiente podia lle-
gar desde las filas allrono soherano.


La marina francesa, compuesta de 7 5.500 hom~
bres, 72 na "íos armaJos, y 34 en construccioll,
se hallaba aun naciente, pero sólidamente ci-
mentada. 1.a Francia poJia disponer del hierro,
el C<Ífiamo y las maderas de casi toda la Europa;
y la Holand¡¡ y la Italia la proporcionaban puer-
tos segul'os y escelentes astilleros.


Incalculable y capaz (12 aterrar á cual(luiera
Nacion era b fuerza inmensa de tantos comba-
tientes J hasta entonces invencibles, y mand3-
dos por Napoleon en persona, que ni perdia mo-
mentos ni conocia impo~ible; y deliberaba él
mismo, y cjecutaba despóticamente su volun-
tad, cuando la España en 1808, sola, aniíluila-
<ia y sin reCllrso~, osó uesatiar esle poder co-
los al.


Al reférir francamente el estGdo ventajoso de
la Francia, cuando su temerario Emperador
quiso envilecer abiertamente ;Í la magnánima Na-
cion ecpúlOla, arrebatándola pérfidamente á su
amad!) Sob{~rano, é intentando sentar en el tro-
no de San Fernando á un indi\'iduo de su fami-
lia, no queremos deprimir la inmarcesible gloria
de nuestra cara Patria; por el contrario J retra-
tamos fielmente el gigantesco poder que osó in-
vadirla, y la lastimosa situacion en que por las
causas ya indicadas se encontraba la Península en




(190 )
1803. aquella CrISIS temible para hacer resaltar des-


pues con noble orgullo todo el precio de su es-
fuerzo en la memorable lucha que sostuvo por
defender su imlependencia y su Bey.


Con efecto, la Espaüa gobernada enteramen-
te por el capricho de Godoy, vió disipados todos
los elementos de prosperidad. El tesoro Real se
hallaba exhausto, el crédito público arruinado: la
guerra con la Inglaterra impedia el comercio es-
terior y la venida de las flotas de América: se
aumentaron las. contribuciolles) y el subsidio
enormc que se pagaba á la Francia) produjo fu-
nestos desfa leos: la mas sórdida avaricia inva-
dió los fondos mas sagrados. Los capiLales del
Ballco nacional, los del Monte pio, los depósi-
tos judiciales; todo fue devorado por la rapaci-
dall del Príncipe de la Paz, que sobrecargando
de trabas y contribuciones el poco comercio in-
terior que sc hacia, logró paralizarle.


El e i ércÍlo, com puesto de 50 re gimien-
tos ele infanlerÍa espaüola y G de suizos, 24
regirnientos de caballería y 4 de artillería con
43 de milicias provinciales, forrnaba un total
de 130.000 hombres, mal vestidos y faltos de lo
necesario. Diseminados en parages disl.alltes, no
ofrecian un punto de resistencia temible. Una
division de 13.000 hombres combatia en el Bál-
t.ico al mando del Marqués da la llomana por
agenas pretensiones: un ejército de 24.000 inva-
dia á las órdenes ele J Lll10t el Reino de Portugal;
y otra divisioll de 6.000 hombres observaba la
plaza de Gibraltar.




(191 )
No era mas próspero el estado de la marina: iBOS.


el Príncipe de la Paz fue solo grande Almiran-
te para acabar de anonadarla. Diez y seis navíos
y cinco fragatas eran todas las fUerzas marítimas
de Espaüa; los arsenales se halbban exhaustos,
y no había recursos pal'a recomponer 140 bu-
ques que estaban desarmados.


La nacíon se hallaba sin gefcs J sin armas,
sin Inedias de defensa, abierto el paso de los Pi-
l'im~os J ocupadns traidoramente sus fortalezas]
sembradas de ej(~rcitos estrangeros las provillcias,
invadida su capital, el Gobierno en poder de
los france~es, holladas la dignidad nacional) la
amistad y la buena fe) anulados nuestros usos é
inslituciones) santificadas por el transcurso de
los siglos) el Monarca preso] proclamado Rey
dentro y fucra de la Península un intruso, re-
conocido por todas Jas Potencias continentales
de Europa; cnvilecidos y empohrecidos los es-
paüoles; en una palabra., no hahia patria) á no
ser que igualando al hombre con los árboles,
llamemos su patria al terreno donde nace y que
le sustenta.


Pero con todo la relajacion de costumbres
que habia introdllcido Godoy durante su falal
dominio, y la diso] ucion de casi todos los lazos
que unen al súbdito con el Gobierno, no habian
sido bastantcs á destruir en los espaüoles aquel
sentimiento de propia dignidad) aquel amor á la
independencia, y aversion al yugo estrangero,
tan propios de nuestras costumbres y carácter.
Inútiles fueron las arterías de que se valió la per-




(192 )
1808. fidia para dividü' los ánimos. Un silencio :lIl1C-


nazador en todas las provincias, y que Jos fran-
ceses juzgaban hijo del terror, daba muestras del
mal reprimido enojo. Llegó, en fin, el terrible
dia 2 de Mayo, y las injurias y la violencia su-
cedieron al derramamiento de sangre inocente;
y la triste relacion de lo acaecido, y los atroces
baudos del gefe de los enemigos estendieron por
toda la Península el deseo de venganza, y die-
ron la señal de guerra. Desde las nwntailas de
Aragon á las columnas de H';l'culcs , y desde 105
deliciosos campos de Valencia al cabo de Fini~­
terre, se alzaron simultáneamente todos los es-
pañoles) y corrie¡'on á tratar á los fl'anceses co·
mo enemigos, y á castigarlos como asesiuos d,!
"'liS hermanos de Madrid.




(193)


CAPITUI ... O XV.


Asturias da el primer grito (le guerra contra N apo-
leon. - Envia Astlu,ias Diputados á Londres que pi-


. dan la paz, y socorros contra Napoleon. _ Alzamiento
de S<lntalHler. - Insurreccion (le Valencia. - Los Ya-
lencianos se ullen con los ingleses, y decl<lran la guer-
ra á Napolcon. _ Zaragoza se ¡¡Iza elll1laSa, y se pre-
para para la gnerra. - G<llicia se alza tamhien contra
los fi'anceses. _ JllslllTeccion general de las provinO'
cias. _ Cadete¡' que la distingue. _ Acontecimientos
del alzamiento de Sevilla. - Ocurrencias del de Cá-
diz. - Desgracias que sllceaieron ell algunos puehlos
principales á la esplosion del ardo\' patriótico, - Dife-
rencia de los escesos cometidos en a(luellas crisis á los
de otl'as revoluciones.


Asturias, que sirvlO en otro tiempo de asilo 1808.
á los españoles contra los ejércitos de Roma, la
señora del universo) y desde donde refugiado
despues Don Pelayo con las imágenes sagrauas
del cristinnisl1lo salvó los restos de la Monarquía
goda i esta tierra cLísica de la íidclidad, hilbila-
da por una raza indomable, fue la primera que
alzó el grito de la independencia.


Apellas llegó el dia 9 de Mayo á aquella pri-
vilegiada provincia la noticia ele los horrores co-
metidos el 2 en Madrid> se cOl1lnovieron los áni·
mos de los leales astUl'ianos; y, dirigidos por la


1'0'''(0 l. 25




(194)
1808. patriótica exaltacion de Don José del Busto, á


la sazan juez primero noble de la ciudad de
Oviedo; de Don Alvaro Florez Estrada, Procu-
rador genel'al del Principado; del Vizconde de
Maten'osa, hoy Conde de Toreno) corrió el pue-
Llo, unido á la juventud escolar, á apoderarse
del arsenal de Oviedo; se distribuyeron las ar-
nlas, y se armaron para su defensa. Se formó
una Junta de gobierno, presidida por el Marqués
de Salita Cruz de Marcenado, que lleno de amor
pátrio cedió generosamenle todas las rentas de
su casa pnra sostener la causa de la inllependen-
cia , cuyo brilbnte ejemplo siguió tambien el
Marqnésde Vista-Alegre, vocal de la misma. J~a
J unta envió inmediatnmente D~putados á Ingla-
terra para hacer la paz con esla potencia, y re-
clamar su apoyo en la guerra saIlla y legítima
que iba á hacer á Jos franceses.


El Vizconde de MaLerrosa y Dun Diego de
la Vega se embarcaron en Gijon en una goleta,
y recogidos á bordo de un armador inglé's que
formaba el crucero delante oe p.ste puerto, fue-
ron conducidos á Porstmouth. Tal fue el gene-
roso alzamiento de la polll'e y montuosa Jlstu-
rias, que á los cuatro JiilS de su levantamiento
hizo ll:archar sobre C:lstilla al encuentro del
Mariscal Bessicres, Duque de Istria, lIna colum-
na de 1.600 paisanos al lll<lnclo del CJI'OlH:l Don
Pedro Mendez Vigo, que pelearon clI;ll velera-
nos en Híoseco, y á los que siguieron poeo d'és-
pues 10.000 que se batieron con hOllor eu U.:i-
nosa.




(195 )
El alzamiento del Principado de Asturias rúe 1808.


!cguido por la insurreccion de la provincia de
Santander. El 23 de Mayo todos los habitantes
juraron es terminar á los franceses; y el venera·
hle Obispo de aquella diócesis Don Rafael,Men.
dez de Luarca, hombre verdaderamente evangé-
lico, se colocó á la cabeza de una Junta, forma-
da por el pueblo, de los hombres de mas influen-
cia en el pais; se llamó á las armas á los habi·
tantes de las monlaüas, y se concertaron los me-
dios de defensa.


El mismo dia 23 de Mayo de 1808 Valencia
entera se levantó contra los fraJlceses; y el grito
santo de la insurreccion fue dado por un misera-
ble vendedor de pajuelas, que devorado de ardor
patriótico, esclamó en medio de la plaza pública=
« Viva Fernando VII, mueran los franceses; y el
(epobre pajueh:ro declara ]a guerra á Napoleon :»
á cuyos ecos respondió el pueblo enLusiasmado,
ofreciendo sus vidas por tan alto designio. En-
medio de s II exa Ita cíon designó las personas que
ere yó mas propias para sal v al'le, y eligió por sus
representantes al P. Fr. Juan Rico, del órdeo
de San Francisco, y al Abogado Don Manuel
Corté's, para que presentasen á las antiguas au-
toridades sus deseos de tranquilizarse, y su vo-
luntad de constituir una Junta suprema que les
gobernase; y habiendo obtenido la aprobacion
de las autoridades, se sometió dulcemente á
su imperio el pueblo mas fogoso tal vez de la
Península á las 48 horas de su pronunciamien-
to. Todos los habitantes tomaron las armas, y




(196)
1808. los nobles formaron un escuadron, que se lla-


mó de la Maestranza, en el que volaron á de-
fender su patria y como simples soldados, las
personas mas ilustres y dislingllidas, conlribu-
yendo al mismo tiempo con cTecitlas Cflnüllades.
La Duquesa de Almodóvar, á pocas horas del
glorioso pronunciamiento, sin demanda de las
autoridades, entregóá la Junt.a de gobierno 50.000
dUI'os.


El pueblo, impaciente de comunÍcarse con los
iugleses ~ corrió al puerto del Grao, se apoderó
tIel primer barco que se le presentó, y sus diputa-
dos, abonJando desde él al primer huque inglés
que se les ofreció á la vista, padamelltaron con
su Capitan; y alli mismo, sobre la cubíerta de
un Corsario, á la faz del cielo y de la tlprra, sin
aparato ni fórmlllas dip]om,íticas, un puñado de
valencianos patriotas ajustaron en 25 de Mayo
una amistad y union ílllinJa eOIl la gran Brctaüa
contra el uSUl'padol' N apaleon. El Lord Colling-
word, Almirante de la escua(lra que bloqueaba
las costas de EspalJa, escribió á la Junta de Va-
lencia ratificando el armisticio aj listado con el
Almirante Jorge Mari i 11, (1 \le se hallaba estacio-
nado en las Islas Balearcs.


El 24 del propio mes el pueblo de Zaragoza,
dirigido por CárlosGonznl('z , practicante de ci-
rugía, y Juan José NuiICZ, labrador ... se alzó con-
tra la tiranía de los fl'unccscs, y corrió á la casa
del Capitan general Don Jorge Juan de Gui.1Jelrni,
pidiendo Drmas para combatir contra el comull
enemigo. No aGcedió á esta Llernaucla el General¡




(197)
Y su negativa le hubiera costado la vida, á no t80S;
salvarle el esfuerzo de algunos patriotas;. pero el
puehlo le u·epnso ue sU autoridad, y le enccrl1ó eH
el castillo de la AlíaferÍa, donde s~ custodiaba
Ulla porcion de armas, y un treH muy regular de
artillería. Di·stribuyéronse las armas que se en ..
contraron entre los belicosos habitantes de la Ca-
pital de Aragon, cuyo ardimiento fue lal que
montaron á br:tZQ siete piezas de arlillerÍa, pre ..
sentando el cuaJro del mas patriótico el1tlJsias ...
IDO. El tmeLJo ansiaba encoutrar un gefe que le
acaudillase. Don José Palafox y Melci, hijo me-
nor del Marqués de Lazan, Exento Brigadier de
Gual'llias de Corps, acababa de llegar, disfrazado,
desde Bayona; y el voto universal de los zarago-
zanos le proclamó Capitan general de aquel Rei-
no. La Audiencia ratificó el nombramiento del
pueLlo: Palafox, por so ardor jnvenil, por ser
hijo de Zétl'agoza, y por acabar de llegar de Ba-
yon3, entusiasmó estraordinariamente á los ara-
goneses, y fue wl1siderado como el deposita-
rio de la voluntad del cautivo Monarca, y como
el mejor caudillo de la insurrecciono El dja 27
se formó una Junta compuesta de todas las au~
toridades y cJasesde la Ciudad, y se designa-
ron militares que adiestrasen al paisanage en el
manejo de las armas,l enserIasen el uso de la
artillería.


Por este tiempo, en el dia 29 de Mayo por Ja
tarde .. llegó á la Coruña un posta despachado por
la ciudad de Loon con pliegos para el Comandau.
te general de Gallcia. El correo vociferó por las




1808.


"


(198 )
calles que la mayor parte de las provincias se ha.
bian alzado en masa contra la tiranía de Bona-
parte; y, juntándose el pueblo tumultuariamente,
exigió que el mismo posta saliese á publicar la
noticia, y pidió á gritos que se declarase la guer-
ra á los franceses.: el 30, dia de San Fernando,
pidió igualmente que se tremolase la bandera ua-
cional, y se hicieran las sal vas de ordenanza;
pero, no habiendo condescendido desde luego el
Comandante gcncral Don Antonio Filangieri, fue
insultado en términos de tener (Iue huir de su pa.
lacio y refugiarse en el convento de Santo Do-
mingo: la salva se verificó., y el pueLlo paseó en
triunfo el retrato del cuutivo Monarca. El 31, el
Acuerdo y las autoridades con el Comandante
general acorda¡'on hacer la guerra á los france-
ses y armar contra ellos todo el Reino de Galicia;
y estc acto reconcilió á Filangieri con los galle-
gos. Se formó una Junta conlJlucsta de autorida-
des elegidas por los pueblos, que con el título de
Junta suprerlla oe Galicia dirigiese la administra.
cion de a(luel Reino: se confió la direceion de las
operaciones militares al Comandante general] y
se despachó un posta .i Oporto con pliegos para
pI Mariscal de Campo Don Domingo Helesta y
Gefes de los cuerpos españoles r¡ue ocupaban en
!)ortllgal la provincia de entrc Duero y Milla,
mall(Líndoles regrcs;lI> á EspaiIa é iucorporarse
con el ejército de Galicia. Al mismo Licmpo se
dispuso com pletut· los regimientos veteranos; se
crearon otros nuevos de los voluntarios, que re-
cibieron, entusiasmados, una bandera del Santo




(199)
Apóstol, y se formó un balallon de los estudian- 1808.
tes de la Universidad de Santiago, al mando del
Marqués de Santa Cruz, á quien en seilal de su
distinguido aprecio, tlió la Universidnd para sí y
sus hijos el título de Doctor.


El dia 4 de Junio llegaron á la Coruña Dipu-
tndos de todas las provincias de Galicia, y for-
maron una Junta denominada del Reino, resi-
diendo en esta la aUloridausoberanaj y permane-
cielldo en la Suprema el poder ejecutivo para la
admiuistracio!l de los negocios; pero á los cuatro
dias se reunieron ambas Juntas, y acordaron pe-
lear con todas sus fuerzas para sustraerse de la
dominacion francesa; y dcterminaron que sus
tropas marchasen á Castilla á defender la libcl'-
tad y la independencia rracional. '


Todas las pl"Ovincias de Espaüa hicieron su
revol\lcion al mismo tiempo: Carlagella la vcrill-
có el 24 tle Mayo; Sevilla, Córdoba, Cadiz, Leon
y Mallorca el 27; Grallada el 29; }3adajoz el 24 y
c130; Mauresa y TaITagona en CatalnrJa el 4 Y
i~ de Junio j Ba'a ga nza , O porto y Alga rbes, en
Portngal, el 11 y 16; Y así sucesivamente las de-
mas. La insurreccion llegó hasta las mismas puer-
t.ns d(~ Francia: eo Navarra los Guardias de COJ'pS
que hahian escoltado á Fernando vn y se ha-
bian quedado en Tolosa y Hernani, se unieron
á la poblacion y se aprestaron á combatir por
su Munarca. Solo al sacudimiento súbito de uu
terremoto universal es comparable el movimiell_
to de illsurrecciol1, que, casi en el mismo dw,
conmovió toda la estension de la Monarquía;




(200)
1.'l08. y se comunicó de uno eu otro pueblo con la


velocidad del rayo. Fenómeno .admirable, que
demostró la vol ulltadgelleral decidida de con-
servar la independencia de la madre patria, y
que anunció que Ulla guelTa v.erdallel'amente na-
ciOllal ,iba á detener .el ímpetu d.e Ull bárbaro
conquistador, hasta entOl,lces invencible.


N o .era el ej e '11 pIo de una l~r..o vincia el que in.
flam·aha á la otra··: la ,misma sensa:óon producia
en to(Jas partes los mismos prodigios; la decla.
raciou de esta guerra no era el fruto d.e .cáJculos
é intrigas (le diplo,ma.cia, sino el grito iuvolun-
tario de indignacioll que lanza el JlOmhrede bien
al verse sorprendido por un asesino alevoso. Ad.
mirable esel.l todaspartes.el mOV imientode la
insllrreccion: comiénzase p,or lasdases inferio.
r-es de la sociedad 'aue parecian menos interesa-
das en la suerte de la patria; pero eslaclnse sen·
cilla, amante de su Rey yde 1 ... B.eligion snllta
de sus lH1dl',es, no podia ser arredrada por los pe.
ligros, u.i detenida eu su impulso por lns suges-
tiones del e;goisUlo, que las clases opulen.tas eu-
cubren Ulalamenteen alg.nnas ocasio,nes c.ríticas
con el nombre de prudencia: asi .es, que simultá.
ncnmt:nle y sin premediLacion se arrojó el pueLlo
á la venganza en LDdos los .ámbitos d~ la penin-
sula; cuyos movimientos fueron poderos.amente
secundados por los espaiwles de los inmensos
términos del nuevo mundo.


Los grullLles y los nobles reunieron tambicn
sus generosos esfuerzos á los del pueLlo , y aball-
lonullllo el trono del intruso) se comprometie-




(201 )
ron en la lucha naciollal: sufrieron contt:ulos 1808.
la confiscacion de sus bienes: prefirieron la
honrat]a escasez y aun la miseria, al esplen-
(101' dn una corte ilegítima: dividieron con los
soldados las fatigas de la guerra, y figuraron
con honor en las j untas del pueblo, en las Cór-
tes, ('11 el Consejo de Estado y á la cabeza de
los ei{~rcitos.


El pueblo arrolló cuantos ohstáculos se opu-
~jcl'on á la exahacion patriótica, y de sus resllI.
tas se siguieron algunos asesinatos de autoridades,
(lile Ó bien seducidas por los franceses, ó bajo
1111 concepto equivocado, trataron de contener
los movimientos populal'es. Escesos que siempre
reprobará la buena moral, y que quisiéramos po·
(ler omitir en la fiel historia que nos hemos pro-
pllesto hacer, plle8 horrori;¡,an á los hombres sen-
sibles. En Valencia fue asesinéHlo el Daron de
Albalat Don Miguel Saavedra, rico propietario
de aquella ciudad, que habia sido no1'nbrado vocal
de la Junta suprema, y contra quien, no hallán-
dose presente al tiempo de su instalacion, se C8-
pnrció el rumor de que habia marchado á MadriJ
;; dar cuenta á Murat del alzal1li(~nto. En Hiluclla
snon una multitud de pajsanos que habia sali-
do á interCeptar el correo de la Capital, en-
contró en una venta al desgraciado Baron en
compaüín del p05tillon; circunstancia que con-
firmó In prcocllpacion en que estaban contra ó1
los valcnci:mos: dC' modo que }Jor mas protestas
que hizo, aS2gnr;Íncloles que venia de J3Ilñ,)1, di.q.
tanle siete leg'lUS de Valencia, no fue creido, v le


TO:llü l. 26'




(202)
1808, condujcl'on preso, En vanO la Junta de gobicrno


para protegerle destinó un destacamento de 200
hornhl'cs para que le llevascn á la CillflaLlcla: en
vano el Conde de Ccrvellon logró apacigllar pOI' Ull
momento la plebe tumultuaria: Saavcdra, acom.
pañado del p, Hico, representante rlel pueblo,
se colocó en medio del cuadro que formó la
tropa que le escoltaba; el pueLlo redohló su
furor pidiendo su cabeza; y, cU3mlo lleg~lba\1
cerca de la ciudadela, crece el tumulto, lo-
gran los amotinaclos romper el cuadro, y un
asesino quita la vida al desventurado I~aron de
Albalat) alcnnznndo algunas lwridas al mismo
p, Hico, represe!1t:lJlte de la mulLilucl. La ca-
beza ensangrentada del infeliz Saavcdra fue pa-
seada en la pnnta de una lanza por las c~lll('~
de la ciudad, y colocada tlespues eH la phza de
Santo Domingo,


En Bad<ljoz, apenas se snpicrol1 los impOrlnl1~
tes sucesos del 2 de Mayo en Madrid, cllando el
pueblo, en union de la tropa espailOla de su ;;1:3['-
nicioll, alzó el Grito y mnnifestó sas justos d,;seos
de vengar tantos ulLrages é infamias, Los G::n~­
rabs y las principales autoridade" se rcnnicrol1
cn Consl'jo, y re:;clviC'oll que bOl trop:]:> cstu-
\-iCEiCn proutJs }):lrn acndir, si fU~S8 nccesrL'io,
al socorro de b metrópoli; y al mismo LÍcrn-
po enviaron á Lisboa al segnntlo Teniente tl':!
lteales Guardias Walol1ns, Ayudante cld l'~b!'­
¡Inés de CoupiS'ni, Don Federico l\Ioreil, pa-
ra que ellterando de todo al GSlwral C;ll'r~d'a,
concertase con éste el medio de salVf¡¡' las




(203 )
tropas espailolas que habia aun en Portugal. 1808.


Estas disposiciones calmaron por de pronto
la fermentacion, <tUl' Con tanta violencia se habia
mnnifestado; prl'O no logrnroll eslinguirla; y el
puehlo, incligllado por la inirluidad de los frnnce-
ses, solo dcscilha una ocnsion para declararse COn.
tra ellos herÓicamcnie. El 30 de lVbyo, con mo-
tivo de ser dia (lct desgrnciado Fernando, quiso
el veci ud ario ele nada i oz celebrarlos, se.gun cos-
tumbre, con sal vns de nrlillerÍa; mas hnbiél1{lose
opuesto á ello el Gobcnwdor J\briscal de Cam-
po Conde de Torrcfl'esno, se exasperaron los áni-
mos de los habitantes y de la gnarllicioll, se a[ro-
pellaron las órdenes del Gobernador,y ,í. 811 pesar
se ejecutó la correspondiente sal va, siendo una
muger la primera qlle alzando el grito de Viva el
Rey, cargó y disparó el primer caflOllazo. Exal.
tados ya entonces los cspíritus, rota la harrera
del respcto, y mir~do ya el GI;fe militar como
sospechoso, se armaron contra d los brazos del
pueblo y de los soldallos de la guarnicion; y no-
tando en sus acciones un proceder poco coufor-
me á la lealla(l espaüola , perdida completamen-
te la suhordill~lcioll, se lc acometió cn tumulto,
y su vida fue el sncrificio 'lIte d pueblo de Bada-
joz hizo para decbrarse abiprl.~1l12nte en favor de
la independencia l1::lcional y contra la opresioll
que le amcnnz:llla.


Al momenlo fue clf'gido por nchmacioll del
mismo pueblo, para Sllcu1cr nI infeliz Torre-
fresno, el Brigadier gf'fe de la escuela de 31'-
tillf'l'Ía Don José Galluzo, que admitiendo el




(204)
1~08. mando, inmediatamente hizo montar la artille-


ría en todos los baluartcs, y dió cuautas llis-
posiciones eran necesarias para ponel' la plaza
en estado de rechazar cualquier ataque ([UC pu-
diesen intentar las fuerz a s franccsas (1 LI e oc ll-
paban la provincia portllgtlCSa del Alclltejo) y
las (Iue guarneciallá Yelves, cuyo total, ,iIas úr-
denes del Gcneral Kcllerman, ascendia :\ 10.000
hombres.


Gallllzo, á quicn el pueblo nornbró Tcniente
general, instaló uua Junta pl'OV lucial de gobier-
no, denominada superior de EslremadUl':l, y con-
cedió un grado ey á algunos dos) sobrc los (lue ya
tenia n , á todos los individuos militares residen-
tes entonces en Badajozo La Junta empezó á ejer-
cer sus fuuciones convocando Diputados de to-
dos los partidos de la provincia; circulú patrió-
ticas proclamas) y practicó todas las diligencias
necesarias para asegural" el éxito de la Gloriosa
empresa que habia principiado. Convidó á todos
los estran geros para (1 ue se incorporasen en las
handeras al servicio de Espaüa, y tomó al mis-
mo tiempo cuan las precauciones le IliCló su celo
para corLar toda comuuicacioll con Portugal, á
jin de ocultar al enemig-o el estado de a:[lle11a
IH'ovincia y los preparativos, dedicando oí la \"ez
particularmente su atencion y acLIvidad á la 01'-
ganizacion ti,: un ejército c0l1sidl'l'3ble.


En Sevilla Don Nicolas Tap y N uñez , 1'1'11-
uido con Don Anlonio de Esqui\'d y Don .I ü sé
Ayus, Notario del Cabildo de aqnclla Cintlad,
illcitaron á un 501chJo del escmHlr'.)I) de ES¡:I-




('205)
jia.J llamado Juan de Fuentes ~ quien con siete l80S.
compañeros se dirigió á sorprender la guardia
del cuartel de caballería en la noche del 26 de
~byo; y acto continuo un escuadl'on entero
desmontado sigue á sus caudillos ~ que entrando
en la ciudad. á las nueve de la noche, corren
por sus calles, conmueven el pueblo, se pre-
sentan en los cuarteles de infantería, salen de
ellos algunas partidas ar~1adas.> reunense otros
s()ld~tdos vobllllariamente, tlivídense, y van á
sorprender las baterías y el pal'f[ue; lo consi-
guen, y distribuyen al pueblo 26.000 fusiles,
14.000 pares de pistolas) y 27.000 sables que ha-
llaron almacenados. Al amanecer se presentan
reunidos en la puerta de la Carne dos escuadro-
nes montados con 200 hombres de fuerza, 120
artilleros con 16 piezas de artillería, y 6.000
paisanos armados; y entrando todos e11 la ciu-
tlad, se dirigen por varias calles hácia las casas
capitulares; se forma el tumultuario ejército en
la plaza de San Francisco, y sUDe su corifeo
Tap al Cabildo, que se hallaba reunido con va-
rios personagcs de distincion, que había convo-
cado por 10 eslraordinario de las circunstancias,
é intima á esta corporaclon municipal, que, l1a-
JJi . :ndo reasumido el pueblo el ejercicio de la so-
beranía por la desconfianza (lue tenia en todas
IdS autoridades, quedaban desde luego deslitui-
das del mando hasta que recibiesen su confir-
macion del mismo pueblo; bajo cuyo princi-
pio revalidó todos los cmpleos, acordándose
por a(luella Asamhlea ell seguida eplC se forma-




(206)
1808. se una Junta por brazos ó estamentos, presidi-


da por el EscelenLlsimo Seüor Don Francisco
Saavedra ~ y compuesta del Arzobispo, ca-ad-
ministrador, el Asistente, dos Canónigos, dos
Oidores.J cuatro Regidol'es, cuatl'O títulos dc
Castilla, un Eclesiástico secular, otro regular,
dos Mariscales de Campo, dos Comerciantes, y
un individuo del estado llano. Para entender
en los armamentos se nombró al Mariscal de
Campo Don Antonio Gregori j' al Brig,l(lier Don
Tomas Moreno. Todo esto se hizo contra el dic-
támcn del Conde del Aguila, que manifestó en
el Ayuntamiento de un ruado claro y (lecisivo su
oposicion al alzamiento del pueblo. Tap, luego
que estuvo instalada la Junta, se retiró con el pue-
blo al campo de San Sebastian; mas, noticioso
en breve de que en el hospital de la Sangrc ha-
bia tropas acuarteladas, y persuaJ.iéndose que
estaban allí reunidas con el objeto de sostener
las órdenes de Murat, c\lya sospecha confirmaba
el ver q\le los oficiales conducian á aquel punto
cuantas partidas se les reunían, se dirigió tumul.
tuariamente a la plaza de San Francisco. Entre.
tanto la Junta mandó ret.irar las tropas; pero el
pueLlo que vió salir del hospital de la Snngre al
Conde del Aguila, á quicn Olliaba ya por las
opiniones que habia manifcstado en el Ayunta-
miento, y por haber tenido alojados en su casa
{los oficiales ingenieros franceses, que djas antes
habian pasado por Sevilla con direceion {l Ceula,
sc arroja sobrc su coche, le saca de él, Y llenán-
dole de insultos é improperios, le conduce á las




(207 )
casas capitularr3, y desde allí á la torre de Tria- 1808.
nn, donde file inhumanamente arcabllceado j ar-
rastt'ando despnes su cadáver, y colg:ll1dolo en
uno de los balcones de su propia casa.


El pueblo maltrató tambien á los franceses
avecindados en SlCvilla , llevándolos en calidac!
de presos á las casas capilulares, y de allí al
claustro de San Fr~\l1cisco.


En la noche del 27 , mientras se realizaba el
ahamlcllto de Scvill;¡, el Ayunlamiento) en union
con el A'iistcntc) el Comanebnle de armas, el
Conde del ll.gllila, y hasta veinte personas de
las mas car:J.ctel'izaclas de la ciudad, que se ha-
bian convocado al intento, acordó entenderse
con el Capitan general Don Francisco Solano,
l\1¡¡rcllll:s uel Socorro, que se hallaba en Cádiz,
y al que sc le dc;~ipachó un espreso flue salió en
DClucHa D12drugrlda, y fUi] alborotando todos los
pueblos cId tl'ámito COll la relacion de la revo-
lncion q,-:3 dejaba en Sevilla. A las dos de la tar-
de dd :_\j entrCt;ó los pliegos en Cádiz ; y para
irnpeJir el Capilan general que se divulgasen
las noticias que traia de Sevilla J hizo arreslar en
su casa ,11 correo, Esta medida produjo un dcs-
contento llnivers~ll; pcn¡uc cuantos yinieron oí
bordo en el D1rco conductor del correo dcs-
tIc el puerto ele Santa IIbrÍ:1, estaban enle-
radas por el mj,;~~lO Justa de los mas pequeños
pOnnCllOI'LS, y los dif'ullflieron por el pueblo.
Al anochecer del 28 la ciuebel toda estaba en
eombusiÍon ,y agolr~lllJose el vecindario al fren-
te de la cnsa Jd General, inlenta éste al'cllgar á




(208)
180g. In l'nnltilud, J:1isundiéndol<l dc la gucrra contra


la Francia por la desigll<lIJad de la lucha, lo
desapercibida que para ella estaba ]a España ~ la
falta de tropa reglada, la escasez de numerario,
de medios de transporte, de víveres y de recur-
sos; mas viendo la tenacidad del pueblo, pro-
mf~tió pOl' último providenciar sobre todo al dia
siguiente. En la mañana de este se dobló la guar-
dia de su casa; y celebróse á las nueve de ella
una Junta compuesta de los Generales, Briga-
dieres, gefes de los CllCl'pOS españoles resi-
dentes en Cádiz, y del General de la escua-
dra f[,<lucesa, surta en aquel puerto, y se anun-
ció al pueblo, despues de fillaliznua la sesion,
que cn la tarde de aquel dia se fijaria un ban-
do , notici<índole lo resuelto por la misma Jun-
ta. A princirios de aquella tnrde llegó el Con-
de de Teba con pliegos de la Junta de Sevilla
para el General; y la contestacion que éste dió
al Conde fue acompañada de un ejemplar del
banrlo que se iba á publicar, y con ella regresó
á Sevilla á las cinco de la misma t[,lrde. En este
})ando se participaban al pueblo de Cádiz 10$ al-
horotos de varias poblaciones, se aplaudia su
fervor y entusiasmo; mas se insistia en hacerle
presente ]os males que el General habia mani-
feslado en Sil arenga verhal; se aseguraha que los
ingleses eran los Ílnicos enemigos de la nacion,
.\' se exhortaha á la pacificacion. El puehlo no su-
frió la publicacion del bando; antes bien arran-
e,ó y rasgó las primeras copias que se fijaron, y
corrió á pedil' al General que intimase la rcndi-




(209 )
ciou á la escuaura francesa; pero á esta peticioll iS08.
con~estó Solano, señalando á los buques ingle-
ses que bloqueaban á Cálliz: « Ved/os., esos son tos
enemigos que Espaiia debe combatir.» El tumulto
fue en aumento, creció la exasperacion, rom-
piérollse los diques que contenüm al pueblo en
la subordinacion, y redoblando sus reclamacio-
nes al frente d.e la casa uel General, despreció
éste el motin , y no se presentó en el balcon. Al
ver esto uno de los caudillos populures sube á
conferenciar con él; tarda en salir, recela el pue-
blo alguna tropelía; y con efecto, observa que
aquel, perseguido por cuatro soldados., salta de
azoten en azotea, y de intenLo ó casualmente cae
precipitado á la calle, mtll:iendo del golpe á po-
ca~ horas. Solano se presenta entonces en el balo
con, y con el pañuelo hace serIas de que no ac-
n:de á 10 que se pide; entonces, subiendo de
tOllu punto el furor popular, fuerza las puer-
la!' (¡ pesar de la guardia que las defendia , pene.
Ira en la casa del General la multitud, huye
nquel uespavorido por las azoteas de una casa
vecina; pero volando en su busca el pueblo en.
furecido, da con él, Y arrastrándole de calle
en calle, espil'a en la plaza de San Juan de Dios
despllcs (le una lenta y cruel agonía.


El puehlo conGrió enlonces el mando al Tenien.
te general Don Tomas de Moda, que en 1801 ha-
lúa librado á aquella ciudad del furor de Jos in-
gleses; y el cual J prestándose á las ideas de in-
dependencia y libertad nacional, mereció segun-
da vez el titulo de Libertador de Cádiz , Úl'ran-


'1'0:\10 1. 27




('210)
1808. cando á esta poblacion de los horrores de la


anarquía. Morla formó una JmIta de gobierno,
indultó á los presos de la drcel y del presidio
correccional, á quienes el pueLlo habin ya dado
libertad, y fonnó con ellos un batallon que se
denominó Tiradores de Cúdiz.


El dia 31 de Mayo, restituida ya del todo la
tranquilidad en aquel puehlo, el Conde de TeLa
y Don Eusebio de Herrera, que h.l])Ü1l1 llegado
de Sevilla con la órJen de hacer la jllra de Fer-
nando VII, presenciaron este neto, que se veri-
ficó con la mayor solemnidad.


Iguales escenas se representaban al mismo
tiempo en varias capitales de las lwovillcias de
]a Mo.narquía. Pereció en Cartagena ,í manos del
pueblo el Capitan general de la Real Armada
Don Francisco Borja: en Tortosa su Goberna-
dor Don Santiago Guzman y Villoria :en Mála-
ga el Gobernador Don Pedro Trujillo: en Vi-
llafranca de Panadés el GoLel'l1ador Don Jl1:m
de Toda: en Ciudad-Rodrigo y Castellon de la
Plana los Gobernadores tnmbiell respectivos: en
la Mancha ~l Cnnólligo Duro y el ex-Millistro
Soler; yen Granada, Portillo.


En otros muchos puntos las autoridades fue-
ron dcpuestas y reducidas á prision. Algunos
hombres recomc11l1ahles perecieron tal vez lÍni-
camente por haber gozado de los fa vores de Go-
doy, á quien se acusaba de autor de las calami-
dades de la Espaiia j pero aun en estos actos de
venganza popular, injusta á veces, por necesi-
dud, no tuvieron parte alguua la ambicion y VCll-




(211 )
ganza~ personales, ni se manchó el c1!.r"ápter es- 1808.
pañol con los crímenes que deshonraron la re- \¡
volucion de otras naciones que se jactan de hu- 1


I
manas y civilizadas. Y si en algull pueblo hubo J
malvados que se entregasen á los delitos, reco-
brado el imperio de la ley, hallaron pronto cas-
tigo, cuando á la sombra uc los tumultos se li-
.!lonjcahan de la impunidad.




(21'2)


CAPITULO XVI.


Orígen nohle de las Juntas de gobierno de Ia~ provinci~~.
- Naturaleza y objeto de ellas. - Servicios distingui-
dos del estado eclegiástico á la revoluciono - Carácter
particular de la Junta ue Sevilla.-Proc\ámllse suprema
de España é ludias. - Conducta de las demas Juntas
con este motivo. - Medidas adoptadas por la Jll11!:J df~
Sevilla para salvar la patria. - Declara solemnemente
la guerra á l'í :lpOleOll, é invita á sus tropas ;i l[lle dcs(·r-
ten de sus banderas. - Castaitos lloIllJ.lradu Ce~lCral del
ejército de AIHblucía.


130B. Todos los españoles deliraban de rabia contra
el estrangero; y en vano se trataria de investigar
en la mayor parte de las provincias quienes fue-
ron los primeros que lenntaron el grito de li-
bertad é independencia: todos la h:1I1 proclama-
do, todos se armaron en su defensa; y todos obr;=¡·
ron de un mismo modo. Tan cierto es que casi
todos los hombres en las mismas circunstancias
obran de la misma manera. Los pueLlos conocie-
ron que, depuesta5 las autorirlades del anterior
Gobierno, no podian ejercer el poLier por sí mis-
mos un solo momento, sin csponerse á los des-
órdenes de la licencia J de In anarquía; y asi es
que en menos de 24 horas despnes de la esplo-
siol1 palriótica se formaron en cada provincia
juntas, cuyos indi.viduos nombrados pOt> el pue-
Llo y (le entre los hombres mas hábiles y mas
ilustrados, reci.bieron la sagrada mision de salvar




( ').13 )
la plltria. Al lado del respetahle .Floridablanca, 180!:l.
de Don Francisco Saavedra, ex-Mini~lro y Con-
sejero de Estado, de Don Antonio Valdós, ex-Mi-
nistro de Marina, del Duque de Montcmar, Con-
des de Villafranca, de ]a Conqnista J de Conta-
mina J de Gimonde J de Tilly, de Ayamans) de
los Marqueses de Santa Cruz de ~larcenado, Ca-
marena la Real, del Villar de Embiel y de Mon-
salud; de los Generales Rovira, Cuesta, Barroso,
Frias J Vives, Escalante, Hidalgo, Cisne ros ; de
muchos reverendos Ohispos; de Intt~lHlentes,
Regentes y Oiuorcs, se sentaron en las Juntas
honrados faLricanles y aun menestrales, quie-
nes el lmcLlo quiso rllle tomasen parte en las
deliberaciones del Gobi.erno.


Tal fue el orígen legítimo de las Juntas pro-
vinciales nomhradas por cada capital, y en las
que se depositó la autorillad soberana. Asi la Es-
paila, falta de un centro de gobierno, presentó el
espectáculo de una nacion dividida en tantas 50-
}¡cranías como provincias, obrando todas aislada
é independientemente contra la Francia; pero
animadas de un misIllo es})íritu de independen-
cia y ardor patrio.


Asegurada la tran(pál.idad interior Con la for-
macion de las Juntas, se trató de dar un impulso
general al patriotismo de]a Nacion. Se decretó
el alistamiento de todo~ los varones desde la edad
de 17 á 40 aÍlOs; se renovó solemnemente el jn-
ramento de fidelidad al cautivo Fernando; se pu-
so en prision á lo~ franceses estantes ó domici-
liados en las provincias para salvarlos del furor




(2! 4)
1808, del pueblo, y se esparcieron por todos los pun-


tos proclamas para inflamar los ánimos. Los sa-
cerdotes llamaban al puehlo á las armas desde
los púlpitos y al pie de lCls altal'c3, y con el sig-
no santo de la redencion le animaban al comba-
te; el estado eclesiástico, en fin, tan influyente en
Espaila, se puso al ft'cnte de la revolllcion , y en
ella figuraron como vocales de las Juntas el Ar-
zobi~po de I,aodicéa en la de Sevilla, el (le V ll-
lencia Don Fray Joaquin Company, y los Obis-
pos de ~Iurcia, l\J:¡llorca, <hense y Saatadcr en
las de sus provincias respectivas, con 1m gran
número de eclesi:íslicos seculares y r{~gu lares, Ijlle
sin mas móvil que el amor á su Hey y á la patria,
ofrecieron su sangre y prodigaron sus fortunas
pOt' mantener la sagrada lucha. El A,'zobispo (le
Granada en los dias primeros de la insnrreccion
hizo un (lonalivo cuall(ioso~ y el de Valencia y
su cabil(lo puso á disposicion de aquclla Junta
un millon y quinientos mil reales.


En medio de los esfuerzos dictados por llIl
patriotismo igual, Sevilla se dislinguió por su
enr.rgía; y aunque, corno hemos manifestado, el
alzamiento popular tomó iguales caracteres que
el de las demas provincias de Espaüa, fue ma3
habilmente dirigido.


U na junta compuesta de 23 individuos nom-
brados del estado eclesiástico secular y regular,
de la nohleza, del pueblo, de los generales resi-
dentes en la ciudad y del comercio, reasumió to·
das las jurisdicciones, y se proclamó Junta supré-
ma de Gobierno de Espalla é Indias. Se nombró




(') ir)
l ...... 1;)


Presidente de esta Junta á Don Fl'aucisco S~1;¡Ve- 1808.
dra, antiguo Ministro de Estado, que se hallaba
desterrado en Puerlo Hcal, y el A.rzobispo de
Laodicea j Coadministrador del ArzolJisp:u1o, fue
nombrado vice-Presidente.


La supremacía, que quiso arrog;¡rsc la Jnnta
de Sevilla, fue ucsconocicla por 115 demas Juntas,
que, ostentando igualmente su soberanía, se nega-
ron á reconocer como slllJeriol'cs á las otras, y se
apreSUr;ll'On cada cll~l á elegi!' General('s, confe-
rir empleos civiles y cclcsi,ístÍcos, nombrar Em-
bajadores, y á forruar un eprcito con las tropas
veteranas que contcni:m "[JS límites, y lus volun-
tarios que ansia!1:w ir al ;enemigo; pero estable-
ciendo comunicaciones entre sí, se prestaban
mútuos auxilios contra el invasor.


Sevilla sin embargo era una capital (.le primer
ól'den, y á sus inmellsos recursos reunia la ma-
yor actividnd y energía. Tenia ademas la única fun.
dicion de callones del Reino, y armas y lllul1icio-
nes con alguna abundancia. Varios Capitanes ge-
nerales la habían reconocido desde luego, y las
tropas veteranas eran mas numerosas en aquella
provincia que en las dcmas. La sÍtuacion de las
Andalucias propol'cionaJ)a una defensa probable
contra el ataquc del enemigo: á su espalda se ha-
llaba el departamenlo de lll3l'Ína de la Isla de Leon,
el mas considerable de la l\Ionarc¡llla, y en él la
escuadra espaüola de Cadiz, plaza inespugnable
por su posicioll peninslllar. En su territorio esta-
ba Gibraltar J célebrc fortaleza inglesa; y la es-
cuadra de esta nacían, que nos bloqueaba, era la




1808.
(210)


mas numerosa de las slIyas. Su distancia dd Pi-
rineo y la proporcioll de entablar comunicacio-
nes con la América) dieron en fin á la Junta de
Sevilla unn grande inflnencia en todo el curso de
la revol!lcion. Despucs de instalada, decretó que
su Presidente tu viese el tratamiento de Alteza) y
los demas vocales el de Escelencia, He valldo por
distintivo la escarapela nacional y una handa en-
carnada., distincion que únicamente adopté, ]a
Junta de Grauada; pues las cIernas provinc.i;¡s n~¡Ir:­
Sar()ll l.od()~ los hOllo['es y condt:coracjl)llc~. Siu
pel'ller momento espichó estraordinilrios al Ca-
pítan general de la provincia de Cádiz, al Co-
lllalHlantc general del campo de San Roque y á
las capitales de And.alllcía, Eslremadura y cill-
[lades inmediatas) noticiándoles su instalacion,
é invitándoles á concurrir á la salvacion de la
patria. Desp<lchó buques ligeros á las Islas Cana-
rias y éí América con igual objeto; comisionó
Diputados que pasando á los Algarbes y al Aleu-
tejo, reclamasen el apoyo del pueblo lusitano;
felicitó á Madrid por su heróica lucha en el 2 de
Mayo; dirigió á los franceses una proclama) ha-
ciéndoles ver la tirania de su infame caudillo)
q1le ni aun pertenecia á la nacioll francesa que
habia esclavizado; invitó ¡t los alemanes) suizos
y polacos á (tesertar de las filas de Napoleon y
pasarse al servicio de Espaüa, que los acogeria
generosamente. Se mandaron cerrar los teatros á
causa del luto de la patria: se ordenaron rogati-
vas públicas: se indultó á los desertores de mar
y tierra, J los contrabandistas que se presenta-




(217 )
sen á tomar las armas eH el término de 8 dias , y
se pusieron en libertad todos los criminales, es-
cerlo los reos de lesa l\Iagestad y de aseSInato;
mandando empero (lue los jueces al fallar sus
causas, si consideraban que su corazon no se 11<1-
llaba aun tan depravado que pudiesen todavia sel'
útiles á la palria, los indultasen. Se eslableció 'IlIe
en cada poblacion de dos mil vecinos se crease
una junta compuesta de seis vocales, bajo cuya
inspeccion ejerciesen el poder las autoridades
constituidas, que formasen compaüÍas de volull-
tarios y contrajesen empréstitos espontáneos ó
forzados. Se aumentó un real de paga ¡í los sol-
dados de línea, y se señalaron cuatro reales dia-
rios para los voluntarios y racion de p,m. Se COll-
vidó á los sabios y hombres de instruccion })ara
que emplcnscn sus talentos en inflamar y mantc-
ner el espíritu patriótico de los pueblos. Tan
acertadas medidas tuvieron un éxito cumplido, y
el dia 6 de Junio la Junta ue Sevilla declaró en
nombre de Fernando VII y de In Nacion espnño~
la la guerra -por tiena y mar al Emperador Na-
poleon 1, Y ,í la Francia mientrns estuviese hnjo
su JomilJi.lcioll y yugo tiránico: prot('stó 'IuC no
dejaria las nrmas de la mano hast.a que N:lpoleoll
restituyese nI trono espai'lol á Ferl1~mllo vn eOll
Sll familia, y respetase los derechos sagrados (l(~
la Nacíon, su liuertad, inlegriclacl i.~ independen-
cia, mandando á la vez que no se molestase á los
súbditos del gobierno b l'il ánieo , con quien, po·
niél1llose en comunicacion por medio del Gober~
nador tle Giul'altar, habia conclllido un armisti-


TOMO l. 28


1Boa.




(218 )
1808. cio, enviando Diputados á Londres para pedir di-


nero y ajustar una paz ventajosa tí. la Naclon. Al
mismo tiempo hizo circular un escrito sobre el
modo de organizal' los ejércitos y hacer la
guerra á los franceses J encargnntlo que sc crita-
se toela accion gCllera],y se hiciese nn;-¡ gucrr;-¡ de
partidas, de embarazos, de consumir los ejérci-
tos enemigos por falta de vi vercs, de CorL<lr puen-
tes, hacer cortaduras en los puntos que eOllvi-
fl1csen, aprovechando la misma coniiguJ'acion de
la Península, tan tlefendible por sus mllchos
montes, despoblados, arroyos y rlos; cl1yo méto-
do de guerrillas fue el mas fllnesto á los frallceses.


u


La J uuta confirió el mando de los eiércitos
de Andalucía al General Don Fl'allcisco JaViCl'
CastalIOS, cuyos talentos y fortuna militar jus-
tificaron tal! acert;-¡da elecclon (1).


(1) CastalIOS, cuyo nomhl'c 110 pnede 11l'OllllJlei;¡r'~e en
Europa sin tributarle los elogios á que se Ita hecho ¿¡cn,e:hr
por su mérito y accioncs hCl'úicas) es hij') de UlI P¡l'l;'c
respetable, que, despues de una laq;a carrera en la ~d,lIi­
uistl'¿¡cioll de la ReallIacie!llla, dcjú por herellcia á ~;u (¡-
mili", ;í la par que su pohn~za, ulIa rCl'ulacioi¡ PlII';¡ é i¡¡-
alterahle. Discípulo dc la escuela rllilil:u' del l'{l('I'!O dc
Santa ;\Iaría , se hizo notable en ella por su talellto, por
su aplicacion, por la suavidad de su carácter, por su exa.,;-
titud cn el sel'vicio y por sn denodado valor. Capl,)se en
lo sucesivo la estimllcioll de todos los geres á cuyas ó¡'!le-
Iles sirvió; y, nombrado CorOllcl del Rc¡.;ill1i;311to de Afl'i,:a,
estalJleciú en este cuerpo la lllas severa diseipiill,J, y lJÍ(!!l
prouto lleg(¡ á ser bajo SllS órdcncs el mmlelo de lulo el
ejército . .se disti1l3tlió en la gt~erra contra la ncpública
fraacesa en 1 ~91 J i [;,¡s órdcllC"s del General Caro; C'J)'o




(219 )
Castaños se puso ill rnediatamente en com u- 1 HOS.


mcaClOn con el Gobernador de Gihraltar Sir
Het1w Dall'ymple, Teniente general, y abrió un
clJ1¡)réslÍlo de UlI millon de reales con el comer-
cio de aquella plaza, á nombre de la Junta su-
prema de Sevilla.


aprecio se grangeó, á pesar de algunos pequeños resenti-
mientos, (Inc llledia]J21l elltre este y la familia de Casta-
llOS. Herido gl'avelllclltc en Hila de las acciolles de a<plClIa
guerra, en que Luvo parte su regimiento, se cI'(~!,'.) al prin-
cipio ([UC la herida fuese modal por hilherle penetrado
Ulla La la por la parte iZ(Iuierda del cuello; pero, curado
por el célehre Cil'llj:\llo Queraltó , no le (luedó mas imper-
feccioll que la de conservar para siempre inclinada la ca-
}JCza háeia a'plCl lado. A la paz de Basilea fue nomhrado
Mariscal (le CilllljlO, ;- lres al105 dC'spnes Teniente gellcral.


El Príncipe de la l':lZ > pat'a quicn todos los vcnta<leros
e5paiíolcs eran un chi·;to (lc o(Iio, le miró eOll recelo, y
así procuró alejarle de Manrid á prctesto de comisiolles y
J1U]l(!::JS, que po(tian mirarse como honrosos destierros.


En) 80S eli:llldo el glorioso alzamiellto de Espaha contra
Napoleull Douaparte, Castaü os se hallaba en el campo de
San .P.oeple; y, sin tituhear un momento entre las pértidas
SI1!;,:,;liollf:S dc i\Iul'nt y los nohles sentimientos de su co-
TaZO;] eic;'Lllllr:n!e eS;)aliol, ofreció sus servicios á la Junta
si!f)l"el1la de Seviila y entró con nlgunils tropas en caltlpil-
1;:,: consultando solo;Í sus dehcres y:í Sil honor, SI: :lpre-
su,,;:i organizar casi á la vista del Illi"IHO ellernif)0 lUl ejél'-
cito, pOlli¡:lltlose;Í su caheza, aUlllple compuesto la mayol'
pal'le de paisanos y soldados visoflOS.




(220 )


CAPITULO XVII.


Acogida que hizo el gobierno inglés á los emisarios cspa-
notes de la J unta de Asturias. - Conducta de aquel Go-
hierno respecto de b insurreccion cspaüola. - El Par-
lamento" los Ministros. el pueblo y el cjó'cito cspl'esan
cllél'gicamcllte su entusiasmo.


Los comisionados de la Junta de Asturias fue-
ron los primeros qne llegaron ú Londres, donde
:1 pocos dias despues se supo que la península se
habia alzado en masa contra el tirano del conti-
nente. Los diputados fueron perfeclamente aco-
gidos y festejados CII tOllaS partes.


La Inglaterra, aunque eu guerra con la Espa-
fla, IIO aborrecia mns que á los f'rancesps J contra
qui(~n~s por rspacio de 16 arIOS mantenía IIlla obs-
tinada y costosa lncha. Aislada rOl' el plan con-
tinental, penE,lo el Jbnnóver y el Portugal, cer-
rados para ella todos los puertos, no tl:'lIia un
palmo de tenGUO en el continente Lloulle ernplcar
sus fuerzas; y reducida ,1 hacer la guerra maJ'lli-
ma, liD compensaban las victorias los enormes
gatiLOs que hacia, y la paralizacion de su comer-
cio. La ocupacion de la península amenazaba á
la Irlanda de una invasion J para la que se dirigían
los granL1es aprestos militares de 13010üa; y la
Inglaterra, cansada de derramar su oro para esci-
tal' :Í, los gobiernos dr,bilcs de Europa contra la
Francia J acogió con cntnsiasmo por su propio




(221 )
interés la :Jlianza de la España insurreccionada 1l:l01ll.
en el momento mismo en que se trataba en el
Parlamento de entrar en negociaciones eon N a-
poleon, por eiltar reducido el país ¡í la miseria.


La Espaüa presentaba á la Inglaterra un pun-
to para dar salida á sus mercancías estancadas) y
un tcrreno inmenso con recursos abundantes pa-
ra llacer la guerra, sin tener que sufrir los destro-,
zos y devastaciones de ell~ (1).


Los ingleses, mas bien que socorrer á la Es-
pnf13 en la guerra de 1808 contra Napoleon .. tra-
taron de continuar sobre un suelo nuevo, y alia-
dos al valor español, la guerra que desde 1793 es-
taban haciendo á la Francia. El interés y la poli-
tica estaban de acueFdo~ El pal·tido de la opo::.icion
votó con el Ministerio: el elocuente Sberidam
Jcfendió la causa de España en el Parlamento:
«(N unca, dijo, se ha presentado á la Gran Bretaña
ocasion mas feliz que la actual para dar un golpe
sangriento, (Iue ponga al mundo en libertad. Bo-
naparle ha corrido hasta aquí una gloriosa carre-
ra, porquc solo ha lidiado con Reyes indignos,
Ministros ignorantes y naciones indiferentes á
los acaecimientos; mas nunca los hubo con un


(1) Sufrió C(}Jn(} (}bra de los ingleses los horrihles de-
sastres de Ciudad-Itodrigo y de Badajoz, la demolicion (le
los ruel'tes de la línca de Gihralta¡', obra que habia costüdo
talltos llombres y millones, el iucelldio de val íos pucLlos
ac Galieia, la ucstruccion de la magnífica fábrica de la chi-
lla del Ileti¡,u de Madrid, y el dcrriho dc muchas de las tor-
rcs de la costa del Mcditerráuco.




(222)
1K03. pueblo decidido á resi.~tirlc. Esta es la ocasion de


levantarnos esforzada y leultamente á libertar la
Europa; y si los Ministros quiercn coop(~rar á su
logro de un modo efectivo uniéndose ~í los espa-
floles, Piledcn contar con mis esfuerzos, fllIe sc-
r~l1 tau ardientes y tan sinceros, como si tralara
de volver la vida y el poder al hombrc á quien
yo mas ltl1hicl'a amado. Nada mas Boble ni m~lS
generoso (pIe la con<lilcta actual de Espaüa, ui
llltrlCa se ha visto crisis mas importante qUt~ la en
q!l(~ ha puestu ,í. la Europa ,,11 denuedo y patl'iotis-
1110. Igual fuc la opinioll del opresor de la Irlanda,
del discípulo de Pitt. ((Los l1finistros de S. 1J[ • ., di-
«( jo Calling, l\1inistro de negocios cstrangeros,
« no se acuerdan desde ahora que haIa existido la
(e guerra entre la Espafía y' la Gran Bretaiia. To-
1< da Nacion que se le¡Janta cOlztra el poder tCITi-
(e Me de la ]?rancia.> es desde ar¡llcl mismo Íllstan-
(\ te.> cualquiera que !ttl)'an sido sus relaciolles an-
(C teriares COIl nosotros ~ la aliada esencial de la
«( Gran Bretmia. '1


Aunque los comisionados espaflOles solo se li-
mitaron á pedir al Gobierno ingl{~sal'mas y cline-
ro, el Parlamento decretó que la Gran Brctaiia
reconocía á la Espaüa por amiga y aliada natural .•
ofreciendo hacer CUantos esfuerzos fuesen posi-
Lles para sostener una nacion CJue con tanto de-
lllIedo combatía la tiranía, y procuraba conservar
iutacta su integridad é independencia. Se ell\"ia-
ron socorros pecuniarios á las Juntas de Asturias
y Galicia para sostener la insurrecciono Se rell-
nieron los prisioneros espaüoles, que se halbban




(223 )
en Inglaterra, y armados y equipados se dirigie- íS08.
ron á la península; se aprobaron cnteram~nle los
procederes del Almirante Collingwood, y del Go-
bernaLlor dc Gibraltar Dalrimple en favor de los
espaflOles, y se envió al Bcíltico al Subalmirante
Keats para noticiar al Marques de la Romana los
acontecimientos de la península, y proteger la
Gvasion de las tropas espaliolas, y se preparó una
especlicion para la Coruila. Todas las clases del
puchlo brÍLúlJico participaban de igual entusias-
mo, y hasta la.5 milicias de la Gran Bretaüa, que
por Constitucion no pueden salir de su pais, so-
licitaron pasar á militar en la península. El Lord
Mayor, los Aldermanes, Asesores, Scherifes y
Consejeros comunes de la Ciudad de Londres se
pl'eseutaron el U de Julio al Rey, y manifestaron
á nombre de aquella Capital el júbilo que les ins-
piraba el patriotismo espaüol, dando gracias ,t S. M.
porclintcl'és que tomaLa en la defensa de la heróica
Nacion espJllola, declarada solemnemente amiga
y alialla llatLlral de la Gran Bretaüa contra el co-
mun enemigo de todos los gobiernos. Ofrecieron
no omitir ningull esfuerzo, ni evitarninglln sa-
eri!lcio pOi' ~aJvnr doce millones de hombres de
la tirallÍa mas desenfrenada; manifestaron qi1e
podia contar con la asistencia mas eficaz, activa
y patriótica de parte de los leales ciudadanos de
Londres) y concluyeron con estas memorable!'!
paLLr;;s: « Nos sentimos identificados con los pa-
tlida:; (l~ Esp:iüa; nuestras SOIl sus necesidades y
,1('::CO'i) y esperamos que la gloriosa lucha, en que
e¡,l:.l empeüada la Espaüa, con el auxilio de la na-




(221 )
1808, CiOll 1)i' il f.llica, no solo asegura rá la indcpende ll-


cia á la Monarquia espaüola, sino que producirá
la emancipacion de la Europa, y el restableci-
miento de la paz generaL))


Los Diputados espai101es eran considerados
desde el Monarca hasta el último súbdito de .la
Gran Bretaña, y de todos recibian ohse'luios á
porGa. El Duque de Clarence, hoy Guillermo
1 V , les ,dió Ulla suntuosa comida, á la que asistie-
ron la primera nobleza y pel'sonages mas distin-
guidos. Jamas noticia de victoria alguna ha pro-
ducido en Londres un entusiasmo igual al de la
noticia de el heróico alzamiento de la península.




( '2'25 )


CAI'lTULO XVIII"


[I,tr'lltan los franceses apagar la insurrecciono - Suerte
de los que enviaron á Asturias con este propósito, -
E"il.n d,~ i'''I~alcs tentativas en Zara~oza y otros provin-


o ' .


cías. - Cunde la insarrecciol1 all'urt.llgal, de .tulllte de-
SCl'tarull muchas lropas espaüolas á su patria. - J IUJot
desarllla :i hs restantes. - Situacían y llúlllero de las
lJ'opas fr;lllcc~;as de Espalla. - Medidas mili Lar..:::; 'pe
adopLl :UUl'at para reprimir la iIlSUl'l'ccciull.


Mienlras (lue la illsurrcccion gt~neral se o:'g:1-
nizaba de este modo J el Griln DU(iue de 13cr15
adoptó tOllos los medios posibles para ap[lciguar-
la. Trató de obLencr por la pCl'suasion lo qU'J
era dificil por la ftlerza) y envió diversos comi-
sionados ;Í las provillcias, que tratasen de calmar
el elltw;lJóJmo paUiüLico y persuadiesen á los
pueblos á recibir Lrauc¡uilos lu nueva JillastiLl.
Jovellanos, que se ltallaba en Jaclracluc, puehlo
de la Alcal'l'ia) restableci.éndose de las penosas
cnfenllc¿laues contraidils en el largo liempo de
su illjusta prision, recibió órdcll de MUl'nt para
marcl1al' <l Asturias y lwc~r COIl su inauencia
(lile sus compatriotas depllsier:m las armas. El
Empera(lor Napolcol1, el n(~y José, Azauza,
O[~llTil, l\bzarrCLlo y C;:¡]Jal'i'ús le rogaron escri-
biese nI menos inviuíndoles á 13 checlicnci[l; pero
ni las ofertas, ni las amennas del poder, ni lus
ruegos de la ami.stacl pudieron conseguir nada de
Sil alma grande y generosa; y, léjos de contri~


'(0)10 l.


180B.




(226)
1808. Luir á amortiguar el espíritu nacional, trat.Ó de


sostener con su elocuencia y ejemplo el fuego
santo de la independencia.


El Conde del Pinar, Consejero de Castilla,
y Don Juan Melendez Valdés, cólebl'c poeta es-
pañol,y Fiscal que habia sido de la Sala de Alcal-
des de Casa y Corte, pasaron á Asturias con esta
odiosa comisiollj pcro el pucblo no vió en ellos
mas que los emisarios de la usurpaci.on, y lleva-
dos alternativamente desde la drcel {t su hospe-
daje y desde su hospedaje :í la C<Írcel, cuando
estaban ya para volverse <l Castilla por disposi.
cion de la Junta provincial, la muchedumbre f¡'e-
nética se agolpa sobre el carruage en que ya ha-
hían subido, lo hace pedazos, quema el cfJ.uipagt',
y los )'uclve á la cárcel;· de donue ,! poco d(~s­
pues los saca con otros tres presos, violentando
las puertas, y los conduce al campo para fusilar-
los. En vano intentó Melcndez ahlandar á Jos as-
turianos recitando un romance populnl' y patrió-
tico que habia compuesto antes Jel 2 de Ma-
yo. Ya estaban Jispuestas las handas p~\'a la
sangrienta ejecucion, cm'gaJos los fusiles y ala-
dos al árhol aquellos emisarios ,le funesta paz,
eualldo se víó venir á lo lejos al Cabildo y á las
comunidades con el Santísimo Sacramellto, y
la famosa crll7. J(~ la Vitol'ja: calmó entonces el
furor popular, y recogidos lodos en la procesion,
fueron llevados á la Catedral, y desde allí ¡í la
c:írcel, siendo puestos en libertau á poco tiem-
po despucs de haberscles formado cansa á peli-
cion del pucblo.




(22i)
El Marques de Lazan, hermano de Don José


Palafox, que se habia pueslo á la cabeza de la i 11-
surreccion de Zaragoza, fue comisionado para
persuadir ,í su hermano á que por cuantos me-
dios le dictase su prudencia tratase de calmar
los ánimos de los aragoneses. El Marques de La-
zan se reunió desde luego á sU hermano, y es-
cribió á O1'arril desde Zaragoza diciéndole, que ya
no era ducüo de aquietar al pueblo, y qUé estaba
resucIto á sacrificarse por la defensa del Rey y
de la independencia. Las demas provincias, que
se hallaban libres de la dominacion fl'ancesa, cor-
taron toda comunicacion con la capital, é impidie-
ron la ent.rada de los emisarios de los franceses.


El Portugal, que gemia bajo la tiranía de Ju-
not, imitó los esfuerzos de la Espaüa, y si guió el
impulso que le dieron las tropas espailOlas, que
pocos meses antes miraLa como enemigas. Las
noticias de la insurreccion de Espaiía produjeron
en los primeros dias de Mayo una viva agitacion
entre las tropas de esta nacÍon. J unot recibió en-
tonces órdenes lwecisas y terminantes del Em-
perador para hacer marchar dos divisiones al
mando de los generales I.oisson y AVl'il, la pri-
mera sobre Almcida, plaza fuerte de Portugal
fronteriza á la provincia de Salamanca, y la se-
gunda sobre Cacliz. Estas divisiones debian Com-
ponerse todas de francescs; pues no se podia
contar con los espaüoles, que mandó disemi-
nar en varios puntos, con objeto de obser-
varlos y contenerlos facilmente en caso de rc-
Le1ion. Los cazadores de Valencia, que se 1.a-


1308.




('228 )
WC!3, HaLan de guarllicion en Alcacer do Sal) l'ehUiia-


ron marchar á Setuhal, á donde los destinó J u-
not; y aunque el Coronel, persuadido por el Ma-
Jor Duloll, que envió el General en gefe p31'a cal-
mar el tumulto, intentó obedpcer, doscil'nt os
hombres de este mismo regimiento, (Iue se halla-
ban destacados en Cezimbra, se deshandaron y
vinieron á Espaüa. Iguales nl.ovimielltos 1mbo en
casi todos los acantonamientos de la ribera iz-
quierda del Tajo. El 6 de Junio el Genf~ral He-
lcsta, tJue se lwllaba en Oporto á las órdenes ¡lel
G~ncral Quesllel con la divis'ion espaüola que
lllumló el General Taranco, hizo prisionero al Ge-
lleral frances, á su estado mayor, á setenta
y cinco tlragones que con él se hallahan , y d,'s-
pues tIe haber restablecido las antiguas <lulorida-
des portuguesas se retiró .í. Galicía con sus tropas
y los prisioneros que habla hecho: el dia 9 recihió
JUllot la noticia de la evasioll de la Jivisiül1 de Be-
lesla, y desde entonces resol rió el tIesanue gené.Oral
Je cuanlns tropas espaüolas existian en POl'lu¡;al.


No era [iciL arrancar á los espailOlcs las ar-
mas cara á cara. Sus tropas se componian, en la
:11",)'01' }nrtc, de granaderos y cazadores ~ y se
LdLlball n'pal'tidas Jesde Siucs hasta mas altí de
Pcniche. La division al mando del General Car-
l'afa se hallaba en Lisboa, y el dia 10 recibió ór-
den del Geuc¡'al J unot para filW antes de amane-
cer estuviera en la playa con preteslo de cmlJal'-
\:ilrse; ejecutado 10 cual, se vió cercada por fUIT-
Z3S [l':lncr;sas mny superiores, y tuvo que renJit·
Ja.~ nl'mns.




(229)
Los regimientos españole!;, suhJivididos en 180ft
d¡~staeamentos) y l'odeados de los cuerpos fran-
ceses, flleron igualmente <lesarmados sin resis-
tencia en el término de 24 horas.


Al mismo tiempo varios puehlos de Portugal
se pusieron en insurreccion, y lograron co1'l al"
las comunicaciones por tierradcl ejército fl'ancI'·s.


El General Loison que, como hern08 dicho,
se dirigia sobre AlmeiJa, recibió órden de pasar
con su columna <Í Oporto, que la desercion de
las lropas espailObs huLia dejado sin adensa y
sin gobierno.


El General Avril, que debia tlirigirsc á Cadiz,
recibió la úrdcn de suspender Sil marcha, y OCll-
pnr con su columna las ciudades de Estrcmoz y
Evol';) en el Alentejo, guarnecer á Elva, y OCtl-
pando :1 1\l(,l'lola y .Alcoutin} defpndl'l' la embo-
cadura ud GlI'Hliann, á donde ;¡menazabau p¡¡s;¡r
los espaüoles de A:lc1alucÍa y Estremadlll'a con
ohjeto de sublevar los Algarbcs.


La Península toda estaba levantada en ma-
sa, y los ejércitos franceses se hallaban ellla mas
crítica situacion, á pesar de su escesiva superio-
ridad numérica.


El primer cj{'rcito) llamado currpo de nb:H'r-
vacion de la Gironda, al mando del Gímeral DII-
pont, constaba de 22.950 homhres.


El segul1llo, lbmauo cuerpo de ohsrrvacion
de las coslas (ld Océano, á las órdenes del Maris-
cal MOllcey, Duque de Conegliano, se componia
dl! 24.650 hombres.


El tercero, bajo la df'uomil1acion de cuer-




(230 )
1 H08. po de los Pirineos orientales, al mando del Gen(~ral


de division Duhesme, constaba de 13.400 hombres.
y el cuarto, á las órdenes del Mariscal Bessie-


res, Duque de Istria} se componia de 19.810
homhres.


Este total de 80.110 combatientes, que se ha.
llaba , como hemos manifestado, estaciollado en
diferentes puntos de Vizcaya, Navarra, Catalu.
ña J Aragon y las Castillas, se puso en movimien-
to á los primeros síntomas de la insurreccion ge.
neral para detener sus progresos.


Murat dispuso que el ejército de DuponL mar-
dHlse á ocupar á Sevilla y Cadiz, en donde, co-
mo queda dicho, se le debía reunir la divi-
sion del ejército de J unot, al mando del Gene-
ral Avril. El General Moneey, al f¡'ente de 14.000
hombres, fue destacado sobre Valencia. El Gene.
ral Lefebre fue estacionado en Aragon para redu-
cir á Zaragoza; y el Mariscal Bessieres situó su
cuartel general en Burgos con objeto de mantener
la comnnicacion entre Bayona y Madrid.




('23 t )


CAPITULO XIX.


Em I'iczan las hostilidades armadas cn Cataluita. - U Illl
division francesa es hatida en las alturas elel Bruch por
los raisanos. - Incelltlio elel pueblo dc Arbos. - Pérdi-
da !le los franceses. - Segul1llo ataque llel Bruch. -Pér-
dida de Mongat. -Saqueo de Mataró. - Derrota de los
patriotas en el Llohregat.


Duhcsmc, con el ej¿Tcilo llamado de los Pí- 1808.
rineos orientales) ocupaba la Cataluüa, y fue el
primero que rompió las hostilidades contra los
españoles.


La illsul'rcccion de Valencia se había propa-
gado n la Catalllüa. En Tarragona y en Mauresa
~e manifestaron síntomas del levantamiento ge-
nera]; y Duhesme hizo salir de Barcelona dos
columnas para contener los primeros movimien-
tos del Principado: una al mando del General
Schwartz, de 3.500 homhres, se dirigió por 1\lar-
torell ,í. Igualada y Mamesa) que llevaba órdeo
de destrllir, por haberse negado :í. ellviar una
cantidad ele pól vora que le pidió Duhesme, haber
proclamado á Fernando VII y formado una J un-
ta suprema de gobierno; pero una multitud de
paisanos, mal armados, que acaLnban de dejnr
lillS labores y hogares, les salen al encuentro en
las alturas uel Brllch, al pie de In 1110ntaüa Mon-
serrat, y formando baterías con once caüones de




(232)
madera fabl'leados de trOI1CG~l de ~rboles Con ,~('l"
Cos de hierro, empiezan ;t balir á los frauccsc:-;
olJligaudo con este ingenioso ardid, ft r;~troee-
11er á la columna de tropas agnelT~das, á <Iuien
persiguen vivamente hasta Molins del Hey , apo-
derándose de un águila, siete caüones y otros
pertrechos de guerra.


La columna df!stinada á ohrar contra Tarra-
gona, en mírnero de 4.000 hombres al mando del
General Chahran, llegó á esta ciudad el dia 7 de
Jllnio; pero, sabiendo la derrota (lile la víspera
hahia sufrido Schwartz, ahandonó esta plaza J'[.!.
pl(~3(¡1ll10se hácia Barcelona.


En su relll'ada encolltro ill:;tllTeCcionado el
rllchlo de Arbos, en el que los hombres, las mu-
geres y hasta los niÍlos habían tom::do las armas
rara impedirle el paso. Los somatenes llama]Jan
á los paisanos de tOlbs partes i y ChalJrall, dcs-
pues de un obstinado cO:llbale, puso fuego a]
pueLlo y dispersó á los paisanos. Una gran parte
perecieron en este incendio, y el resto se refugió
á 10<; monles. Los franceses pcn!ieron 1.500 hom~
])1'('8 en esla acciono


La humillaciou, que h::thi:~n sllfrido las armas
fl'allCeSas llor los simules naisauus de las monla-, ,
flas, exaltó el or;-llllo de los gellcl'all's Chabrall
y Schwarlz, y el 12 reunieron sus divisiones en
Molins del Bey, saliendo el 13 para forzar el
lJaso del Bl'uch, y vcn3Jl' la derrota que ocho
llías anLes luúlia esperi.mentado Schwartz en a'1ucl
mismo pnulo. Los franceses atacaron repetidas
veCCs y con vi¡,;or aflud punto, pero en V~lrlO;




(233 )
pues) dE'í~l1di.das las posiciones por los som~lel1es HW3.
y soldados con cuatro piezas de artillería, que "p
habian reuuido ¡í las órdenes del Coronel Bag(~l,
fueron derrotados los enemigos completamente,
y se vieron obligados á refugiarse en Barcelona,
causándoles consiJerables pérdidas en su reti-
rada.


/Manresa debió su salvacion al"intrépido valor
de los habitantes del Bruch; y Duhesme abandonó
el intcllto dc caslignrla) fijando toda su &tencion
eH la plaza de Gerona,


Toda la Cataluüa estaba en armas, y una gran
masa de catalaucs se <!tle],!I1ló hasta la ribera del
Besoz, al E, de Barcelona. Duhesmc, con 10[',
Generales Lechi y Schwal'tz á SllS órdenes, se di-
rigió á Mongat; cuyo punto) que clefendi:m solo
los somatenes) flle CHVUelto el17 de Junio pOl'
los enemigos, 110 Iwbiendo conocido aquellos el
vCl'dadero ataquc: sin eluhargo los habitantes de
Mataró con alguna artillería que colocaron SO~
bre el camino de Barcelona, defendieron la en-
trada ue la ciudad, causando algnn daño en las
cabezas de las columnas enemigas; pero al cabo
flleron vencidos: la poblacion fue horrorosamen-
te saqueada, y (Inemados algunos de sus edificios
eu venganza de su lwróica resistencia.


Cuando Dnhcsmc volvió á Barcelona Jespups
de sus mnlogradas tentativas para rendir ó tomar
alevosamente In h:~róica pInza de Gerona, como
veremos despues, los somatenes habiau formado
una línea sobre la orilla derecha del Llohl'cgat,
desde San Boy á Martorcll, y fl'eCuenlemenlt'


TOMO l. 30




(234 )
18U8. atacahan á los franceses que se presentaban por
a~rud pun\.o; por \0 cual hizo salir de -Barcelona
::11 general Lcchi con 2.500 hombres de todas ar-
mas el dia 2!'; Y el 30, vadeando el Llobregat
por diferentes puntos, atacó y venció á los so-
matenes que defendían la posiciol1; se apoderó
de sus débiles baterías, y permitió á sus tropas
saquear é incendiar en venganza los pueblos co-
marCanos de la ribera.




CAPITUI.¡O xx.


Principio de la guerra en Castilla. - Desgraciado óx ilo ,Ir-
la retirada de LogroJIO. - Santander llama pacticu]¡ll'-
menlc la atencioll de Bonapartc , qtlc decrctó la ocupa-
cion III ilitar lle aClueHa provincia. - Ledntase Va!lado-
li(l. - P,csistencia y ocupacion de Segovia. - Desgra-
ciado fin del Ccncral Ccballos. - Al'lnasc Valladolid. -
Derrota de los patl'iu1¿¡$ en Torq ucmatla. - Dcstrnccion
del pueblo. - Sumision de Palencia. - Cowbatc y paso
(lel P iSllcrga. - ReLiratla dd Gcneral Cuesta. - Entra-
da dc los Cran<:escs en Valiatlolid. - Ocupan ;¡ Santan-
(lel' llcspucs de ron,al' los .1esGlallcros tle las mOl1la-
fHI$. - Evacnacioll dc aquella ciuda,L


Al mismo tiempo que los intrépido:; catnlnnes 180F:.
sostenian COlllanto ardor la cnusa de !,ll I\lonal'cn y-
de SIl intlL'pcndencia, 1<:1 gloriosa insurreccion se
desplegaba con la mayor celeridad en CastIlla la
vielu. El MariscalBcssicrcSLlesde su cU<:1l'lel general
de Burgos dió las mas en~rgicas disposiciones para
CünLCll<"rIa. La Rioja se hallaba toda sublevada;
pero el General V c¡,die!' s<llió de Vitoria el2 de J n'
nio con lbs batallones, y ciento cincuenta caba-
llos. Logroilo, (lefendido ¡'míe,mIente por paisa.
nos mal armados, sucumbió ,lla fuerza despues
de una corta resistencia) y nhrió 811S puertas al
Grcncl'al Vcrdicr, que hizo fusilnr inhumanamen-
te alGunos de los (lllC mas se habian di.stinguido
f:n la defcn;ia.




(23G)
H3JJS. La iusurreccion de la provincia de Santander


fue la que mas llamó la ateudon de Bonaparte.
l.a Inglaterra preparaba una espedicion para la
renÍnsula, y Santoña y Santander ofrecian eSGC-
lentes puntos de desembarGo y puertos seguros
para sus escuadras. Una espesa cadena de altas
montañas separa á esta pl'ovincia de la de Bur-
gos. N o solo se arruarOll todos los montañeses,
sino que hicieron avanzar su vanguardia hasta
U'.Jillosa. Se atrincheraron, y guarnecieron con
cañones los desfiladeros de la Hoz, sobre el ca-
mino real; pusieron en estado de defensa la ven-
ta del puerto del Escudo, otro de los principa-
les pasos de las montañas, sobre el camino de BUl'·
gos á Santander, y colocaron varios cañones en
el puerto de Tomos, sobre el camino de Santo-
ila á Burgos, entre la N estosa y Espinosa de los
Montel'os. Napoleon decretó la ocupacion militar
de tan importante provincia. El 2 de Junio salió
del cuartel general de Burgos el General Merle
eon una division de 6.000 hombres, 200 caballos
y 8 piezas de artillería, y el dia 5 llegó á Reino-
sa, donde recibió órden de Bessieres para sus-
l,cndcr el movimiento sobre Santander.


Valladolid, la capital de Castilla I se hallaba
levantada en masa contra los franceses, aunque
<'iU situacion era la Illas funesta. Un ('í(~rcito frau.
ces en Burgos, con la entrada franca para recibir
refuerzo~ T otro duei'lo de Madrid y de Guadal'.
rama, y otro en AIOleida, amenazaban invadir
por todas partes bs llanuras de Castilla, donde
110 habi.a lUali tropas que una parte dd regimiento




(237 )
de la Reina> sin un car.tucho y sin un fusil) hallán-
dose sin comunicacion con las demas provincias,
y sin esperanza de socorro alguno estrangero,
que la localidad de Castilla no permitia pedir ni
lograr.


El Capitan general de los Reales ejércitos
Don Gregorio Garda de la Cuesta, anciano res-
petable, que, despucs de haber sido Gobernador
del Consejo de Castilla, fue arrancado de elita su-
prema magistratura en 1801, Y confinado á un
penoso desticn'o pOI' la perversidad de Godoy,
en cuyo estado permaneció siete años, mandaba
entonces en Valladolid. En vana los franceses
para atraerle á su partido le concedieron la alta
distincion de Virey de Méjico. Cuesta rehusó COn
firmeza unos honores que emanaban de un poder
ilegítimo, El pueLlo clamaba fuertemente por ar-
mas y municiones, que no habia " y ansiaba por
salir á buscar ¡í los enemigos. Al mismo tiempo
se formó una Junta suprema de gobierno, ysecn-
viaron á pedir Hmniciones y artillería á Se gavia.
Esta provincia, que desde los primeros dias de
Junio habia proclamado á Fernando VII y la in-
dependencia nacional, fue atacada el dia 6 de Ju-
llio por Ulla columua ) que al mando dd General
Frere envió Murat para reducirla á la obediencia.
Los habitantes de Scgovia respondieron á caño-
nazos á la inLÍmacion de rendirse que les hizo
Frcre; pero despues de una corta resistencia eu-
tró en la ciudad) apoderándose de parle del gran
p~mlue de artillería que habia en la misma.


El Comandante de artillería de Segovia Ma-


1808.




(238 )
1003. riscal de Campo Don Miguel CebalIos, por no


Caer en poder de los franceses huyó con algunos
oficiales y soldados, y cuatro piezas de campaña,
diriSié!1dose á Valladolid para combati.· al ene-
mif)o J)ajo las órdenes de Cueslél; lWI'O la noti-
cia (h la l'cndicion de Scgovia le precedió en su
llwrcha; el pueblo no vió en este desastre mas
que una traicion, y lejos de L'ccibir con los bra-
zos abiertos este refuerzo que acababa de escapar
de las manos del enemigo, sale atropelladamell-
te á las puertas de la ciuJad, y apellidando trai-
dor al fIlie venia á combatir por ellos, le hacen
cruelmente ]lulazos, y lleV,Uldo (~ll triunfo sus
miembros pa lpilantes, piden al Capitan general
Cuesta se les entreguen armas y conLluzca nI
combnte. En vano Cuesta intentó disuadir á la
plebe amotinada, hacifndola ver la neccsillad de
guardar Sil valor pora mejor ocaslon, y la impo-
sibilidad de ven(;er 1i U110S rltlll1C['(lSOS y <lgu(;rri-
dos enemigos. La catástrofe de Ccballos le hizo
presentir su suerte, y por no ser víctima del fu-
ror del pueblo le::; distribuyó las pocas armas que
habia, y empezó á ol'Eaniznrlos por barrios.


Bessicres, viendo qnc cst<l insurrcccion le
cortaba la comuuiocicn con Iibdrid) llizo sus-
pender la espedicioll de Sa ntandcr) j lIZg3ndo mas
urgente calmar el alzamÍcuto de Valladolid, á
donde hizo marchar al General L<lsalle con una
division de 4.000 hombres, 700 caballos y 10 pie-
zns de artilleria. El 5 de Junio salió de BurDOS
Lasallfl, y el 6 por la tarcle se presentó delunle
de TOl'f{llemadu. Quillifntos paisanos ul'mados




(239 )
aClIpahall las casns y la iglesia de esta villa, si-
tuada sobre la ribera derecha llel Pisuerga, ellYo
rio se pa!:ia por un puenle de piedra, que los ha-
bitantes hallian atascado con vigas y carretas. La
coIumua francesa se arrojó al puente al paso de
ataque, á pesar del fllego que desde los edificios
le dirigian los paisanos; arrojó al rio las vigas y
carrelas que le impedian el paso, y se apoderó
del pueblo. Los p"isanos huyeron precipitada-
mente; y In caballería francesa los acuchilló de
un modo horroroso, siendo esta pequeña accíon
una carnicería, que terminó con el incendio de
la villa.


La destruccion de Torquemada, posicion im-
portante á causa del puente del Pisuerga , fue una
desgracia para el ejército francés, que se privó
durnnte la guerra de las ventajas que les hubie-
ra proporcionado.


El dia 7 las tropas del general Lasalle llega-
ron á Palencia. La noticia del saqueo é incendio
de Torquemada hahían llenado de terror á sus
habitantes. U na diputacion presidida por el Obis-
po vino á presentar al General frances la sumi-
!'ion de la ciudad -' donde entraron las tropas sin
la menor resistencia. Desplles de haber desarmado
á todos los habitantes de aquella provincia, La-
salle se dirigió á Dueüas, donde debian reunÍl'·
sele, para apoyar sus operaciones, las tropas del
General MerIe, que marchaban contra Santan-
der, y se l¡allaban detenidas en Reinosa.


Inlcrin recibía estos refocl'zos escribió Lasa,..
He al Gemral Cuesta, invitándole á deponer las


1808.




(240 )
1808. arinas, y reconocer la a utoridad de los francese1l)


ofreciendo tratar con clemencia á los habitante1l
de Valladolid. Las cal'tas quedaron sin contes-
tacion, y el pueblo hubiera despedazado á los
C0I11111ctores, á no haber elegido Lasalle para esta
misiül1 á dos eclesiásticos de Palencia.


Cuesta dispuso que el Teniente general Don
F¡'ancisco Egnía, que casualnlentc se hallaba en
Valladolid, saliese COn un destacamento de Guar-
dias de Corps, que oportunamente acababa de lle-
gar de vuelta de Bayona, algunos Carabineros
procedentes de Burgos ,dos escuadrones de ca-
ballería de la Reina, las cuatro piezas de artille-
ría que habian llegado de Segovia, y unos 400
paisanos á cubrir el puerto de Cabezon , sobre el
Pisuel'ga, para detener el enemigo. Cuesta, que
tomó esta rnedida , como hemos dicho, mas con
el objeto de seguir el imperioso impulso del pue-
bio, <¡uc con el de contener á los enemigos) cu-
yas fuerzas eran respetables, salió á situarse al
puente, dos leguas de Valladolid, con los habi-
tantes de esta ciudad, formados por barrios, de-
jando dispuesto, que en el caso de tener que ce-
de1', como parecia indispensable, á fuerzas tan
superiores, las autoridades saliesen á recibir al
General Lasalle, para que el vecindario fuese tra-
tado con menos rigor.


El 11 las dos di visiones francesas se reunie-
ron en Dueüas, villa situ ada á seis leguas de Va-
lladolid, mas abajo de la confluencia del Carrion
y el Pisllerga, y marcharon á alacar la posicion
de Cabezon: Lasalle á embestirla de frente por




(24 J )
el camino real, y Merle á situarse sobre Cigales
y Fuensaldaña J con el objeto de cortar á los es-
pañoles su retirada sobre Leon.


E! día 12 á las diez de la maüana las colum-
nas de l\1erle atacaron las fuerzas del General
Cuesta, situadas sobre el Pisuerga, delante de
Cabezon. La caballería de Lasalle avanzó en ba-
talla á la llanura que hay á la izc¡uierda del ca-
mino, mientras que la infantería marchaba de-
recha á apoderarse del puente. Los paisanos sos-
tuvieron con valor la primera carga, é hicieron
rctrocedcr al enemigo; pero al cabo de dos ho-
ras de un obstinado combate) y despucs de ha-
ber causado á los franceses la pérdida de mas
de 700 hombres, cedieron á la superioridad de
sus fuerzas. N o pudieron resistir la carga de la
cnbaÍleria francesa, que se apoderó del puen-
te y de las cuatro piezas de artillería, persi-
glliendo á los paisanos con tal ardor J que mu-
chos de ellos se arrojaron y ahogaron en el Pi-
suerga.


El General Cuesta se retiró á Rioseco J pasan-
do por Valladolid .. y despues á Benavente. Los
Gcncrales francescs detuvieron sus tropas á una
legua de Valladolid. 13cssieres les llabia encarga-
do no destruyesen esla ciudad. A las cuatro de
la Lude el Ohispo, los miembros del Ayunta-
miento ~ los Magistrados de la ChancillerÍa salie-
rOn al encuentro del vencedor, le ofrecieron su
sumision, y entraron los franceses en la ciudad
aquella misma tarde.


Una diputacion del Avunlnmíento de Val1a-
TCHiU l. • 31


1808.




(242)
1808. dolid marchó á Bayona á ofrecer á José en nom-


bre de sus habitantes el homenage de su fideli-
dad. De toda:> partes se enviaban diputaciones;
el Clero se veia forzado á cantar el Te Deulll pOI'
la destruccion de sus conciudadanos J y eran des-
armados en todos 105 pueblos y ciudades los es-
paflOles; pero no por eso se estinguia el fuego
santo de la insurreccion: los sohlaclos que esta-
ban en las provincias ocupadas por el enemigo.,
se desertaban y corrian á unirse á las filas de la
independencia. Los habitadores de las al(leas y
casas de campo interceptaban las cOUlllJlicacio-
nes, asesinando á los soldados aislados (l11C las
conducian.


Bessieres ordenó de nuevo la ocupacion de la
provincia de Santander, que h3bia sido suspen-
dida por el movimiento de Valladolid. El Gene-
ral l\1erlc salió de ValladoliLl el 15, Y el 21 lle-
gó á Reinosa. Desalojó álos espailoles que ocupa-
ban los desfiladeros de la montaña, y los rechaz.ó
hasla Lesorno, apoderándose de dos piezas de ar-
tillería de á 18.


El dia 16 salió tambien ele Miranda de Ebro para
ocupar á Santander el General de brigada DIlCós
con cuatro batallones y cincuenta caballos; y di-
rigiémlose por Frias yel Soucillo , el 20 llegó al
pie uel puerto del Escudo.


El mismo dia forzó Ducós el paso de la venta
del Escado, defendido por el paisanage y cua-
tro piezas de artillería; pero solo á la falta de
gefes que dirigieran el aruor belicoso ue los mono
tañeses) puede atribuirse el que los enemigos se




(243 )
apoderasen de las escelcutes posiciones que OCU- 1808.
paban.


El dia 22 se reunieron las dos di vision es de
l\lerle y Ducós en Torrelavega; y el 23 entra-
ron sin obstáculo en Santander, en donde su van·
guardia hizo embarcar á la tripulacion del navío
inglés el Cosaco, que, hahiendo llegado á la rada
dos dias antes, saltó en tierra para ela var los ca-
üones (lue defendian la entrada dc1puerto, y vo-
lar algunos repuestos.


El Ohispo ele Santander y la Junta de gobier-
no ele la provincia se refugiaron á ASLurias, y los
hahiLantes de Santander fueron obligados, á imi·
t aeion de Vallaelolid, á en vial' una diputacion al
intruso José, ofreciéndole su obediencia.


N o conservaron mucho tiempo los fra~ceses
esta plaza: el alzamiento de Asturias, Galicia,
CastiJJa.> y la organizacion de sus ejércitos hacian
muy elificil la posicion elcl General Merle. El
General Llano Ponte se acercó con 10.000 hom-
bres por el lado ele Santillana, y los buques in-
gleses que estaban á la vista del puerto, consiguie-
ron desmontar la artillería de los fuertes; y Mer.
le, sin atreverse á dar accion alguna, se retiró
evacuando la ciudad el 12 de Julio.


Tales fueron las primeras operaciones de los
espaüoles en Castilla la vieja, que, si bien desgra-
ciadas, dem.ostraron el ardor general de los pai-
sanos por combatir los enemigos.




(244 )


,


CAPITUJ ... O XXI.


Marcha l\Ioneey contra Valencia. - Número y disposiciolJ
de las tropas de esta espetlicion. - Moncey en Cuen-
ca. - Desercíon de las tropas cspa¡iolas 'jue debian
acompaiiarle. - Precauciones de Moncey en esta espc-
dicion. - Temeridad de Murat. - AlJarlluÍa y atrocida-
des quc provocó en Valencia el Canlínigo Calvo. - Fin
de éste y sus satélites. - Toma y paso dcl puente p;¡j;¡ZO
por los franceses. - Paso de las Cahrillas. - Derrota
(le los espailOlesell Sall Onofre. -l\Iollcey delante de
Valencia. - Es rechazado eOlllllucha p¡;nlida, y se retira
á Albacete. - Ocupan los franceses á Cuenca ya insur-
reccionada. - Varios cuerpos de tropas de Valellcia sa-
len de aquella provincia para socorrer á las dcmas.


1808. Mas felices fueron nuestrns armas en el reino
de Valencia, á donde, como hemos dicho, en-
vió Murat al Mariscal Moncey con Ulla division
de 14.000 hombres.


Este salió de Madrid el dia 4 de Junio, He-
vando consigo á los Generales Musnier de la
Conserverie, que mandaba la vanguardia, y Va-
thier que dirigia 1 a caballería ligera, componién-
dose de 16 piezas sU artillería.


La espedicion de Valencia debía marchar de
frenle con la de Andalucía, segun las disposi-
ciones de Napoleon. Dos batallones de Guardias
Españolas y Walonas, y tres compañías de Guar-
dias de Corps que se hallaban en Madrid, debian




( '245)
reunirse á la division ele Moncey, á cuya elispo- 1808.
sicion se puso tambien la 4ivision del General
Chahran de 4.200 homhres, pertenecientes al
cuerpo de observacion de los Pirineos orienta-
les, la cual debia marchar desde Barcelona á
TOl'tosa. El Mariscal recibió ónlen de marchar
sobre Valencia por Cuenca; y de que si á su lle-
gada á esta ciudad la insurreccion de Valencia
estuviese calmada, se detuviese en ella con su
divisiol1, enviando lÍnicamente á Valencia las tro-
pas espaüolas para reforzar su guarnicioIl, y ve-
lar por la seguridad de las costas.


En el caso contrario debia enviar órden á Tor-
tosa al General Chabran para que se adelantase
hasta Valencia) combinando la marcha las divi-
siones de modo, que ambas se presentasen reu-
nidas á un mismo tiempo delante de a(Iuella
ciudad.


El U de Junio entró Moncey en Cuenca, y el
fria acogimiento que le hicieron sus habitantes,
y las noticias que allí recibió de la exaltacion en
que se hallaban los valencianos, le hicieron pre-
sentir el mal éxito de su espedicion.


Las tropas de la Guanlia Real española que
venia n de Madrid para reunirse á los france-
ses, se desbandaron, y en pelotones y por ca-
minos desusados corrieron á unirse á sus com-
patriotas. Ocho dias permanecieron los fran-
ceses en Cuenca, los que empleó Moncey en
prepararse para invadir el reino de Valencia.
Mandó que el General Chabran, que debía ha-
llarse en Tortosa J marchase sobre Castellon de




( 24ó)
1808. la Plana para reunirse con él despues en Requena;


y pidió á Murat que enviase una columna á AI-
bacete para cubrir su dcrccha ~ y servir de apo-
yo á sus operaciones ulteriores. Murat se negó á
enviar á Moncey este refuerzo; pues su loca te-
meridadle hacia jactarse de que la horrene1a jor-
nada de12 de MaJO habia con(luistado la Espaüa.
Juzgó que la marcha, demasiado lenta, de Mon-
cey era efecto de su escesiva peecaucion, y
ma n dó al G en era 1 de brigrula Ex ccl ma.ns pa ra (1 ue
poniéndose á la cabeza (lel ejércilo que aCluel co-
mandaba, diese alma y actividad á una cspedl-
cion, qun, segun el sentir de Murat, no dchia
ser mas que un paseo militar; pero la insurrec-
cion cea general. Los hahitantes dejaban tlesier-
tos los pueblos por donde pasahan los franceses;
y los (IlIe de estos marchaban [tisIados, ó eran he-
chos prisioneros, ó perecían vÍctiilHls del furor
del paisanage. El General Excelmans J y val'ios
oficiales que le acompañaban, llegaron el 16 al
pueblo de Saelices, cercadc Tarancon, yrodeados
por un gl'UpO de paisanos, tuvieron que entregar-
se, y fueron conducidos prisioneros á Valencia.


Esta cimlad, amenazada por las armasfrancesas,
aruÍa al mismo tiempo en la mas funesta revo-
lucion. La autoridad suprema, que el mismo
})ueblo hnbia creado en el momento de su glo-
rioso alzamiento, se hallaba sin poder; el cle-
ro y la nobleza en el mayor peligro J la Re-
ligio n despreciada, y toda la ciudad llena de
horror, temiendo los puñales de una horda
fren(~tica de asesinos) á quienes dirigifl un sa-




(247 )
ccrJotc hipócrita, que, usurpando el nombre 1808.
de representante del pueblo, ejercia todo el po-
der del mas tirano dictador.


A pocos dias del pronunciamiento de Valen-
cia llegó á aquella ciudad Don Daltasar Calvo,
Canónigo ue San Isidro de Madrid, y natural de
Jériea, en el obispado ue Segorbe. Este móns-
trua, uevorado o.e una seO. insaciable de mando,
apenas llegó á Valencia, pretendió ser aumitido
en la Junta suprema) que lo rechazó de su seno.
Ofendido de su repulsa intentó destruirla y apo-
derarse elel mando supremo de la ciudad. Procla-
mó los derechos del pueblo, y la venganza na-
cional con una vellcmencia, que le concilió el
partido de la multitud uesenfrenada.


Se rodeó de cuarenla asesinos, y empezó á
sembrar la desconfianza entre el pueblo) supo-
niendo qnc los miembroi de la Junta suprema
estaban de acuerdo con los enemigos; que por
eso halJian dejauo indrfensas las fronteras que
miran á la Mancha, y que trataban de dejar es-
capar á los franceses que se hallaban custodiados
en la ciudadela.


Ya hemos dicho que desde los primeros dias
de la illSUl'l'cccion) los franceses residentes en
Valencia habian si<lo conducidos á la ciudadela
con obj eto de ponerlos á cubierto del furor popu-
lar. La Junta habia logrado salvar sus propiedades,
mandando en 30 ue Mayo que los bienes de los
franceses domiciliados quedaran á. su elisposicion.
Mientras el Coronel Don Vicente Gonzalez Moreno
estuvo en la ciudadela, no sufrieron insulto a]gu.




(248 )
1808. no los infelices franceses; pero habiel1llo salido


éste con una divisioll h:lcia el Ebro para batir á
los enemigos, quedó la cinuadela sin guarnicion,
y custodiaJa por un corto m'lmero de inválidos.
Cal vo trató de apoderarse de ella, y lo consiguió
auxiliado ele un crecido número de habitantes de
Valencia y de la huerta e15 de Junio, Domingo
de Pascua de Pentecostés.


Antes habia hablado con los fn1llceses encer-
rados en ar¡uella fortalezn, iÍ. quienes COll un 01l'11-
tido intert'~s ofreció salvarlos del furor del pueblo,
(lue, suponia) intentaba sacrificarlos J proponién-
doles se fugasen por una puerta que comunicaba
al campo, y asegurándoles que en el Grao tenia
uispuestos barcos que los trasportaran á Francia.


Los gritos de muerte que se oian lanzar á una
multitud <.lesenfrenada de paisanos (rile desde la
plazuda de Santo Domingo se ulrigian á la ciuda-
dela, obligaron á los franceses á seguir los alevosos
con,;ejos del canónigo Calvo. Este habia preparado
de antemano la conmocion, y los amotinados re-
petian altamente las calumniosas esprcsiones que
él mis 1110 habia vertido, ele que los franceses se es-
capaban para pegar fuego á la ciudad, y facilitar la
entrada de las tropas de Napoleoll. En vano estos
infelices, al ver la tempestad qne les amenaza, re-
claman la protccciOil de las leye:>, bajo cuya salva-
guardia estaban: Calvo les insta; los persuade y
les seiiala el lugar por donde deben huir. La mu-
chedumbre penetra entonces en la ciudadela; y
Calvo J rodearlo de una turba de asesinos) scüo-
l'cando el lugar de la matanza, los dirige y aca-




('2 El )
lora, Imítil es '[!le las :lllloridadcs y la Junta Sll-
prema traten de c;¡]m::tr la efervescencia; el furi.
hl1n(lo Calvo hahia decretado la muerte de 108
infdiccs prisioncrcs. Varias comunidades religio-
~as y sacerdotes marcharon á la ciudadela, lle-
vando las im,ígcnes mas respetadas de Valencia,
y cOl1tlucicndo algunos en sus manos el Santísimo
Sacramento; mas nada basta á contener la atroz
carnicería: los asesinos separan con furor á los
eclesi;íslicos, se inlerponen entre el mismo Dios
sacramentado y sus víctimas, y las sacrifican in-
humanamente hajo ]a diréccion de] Canónigo
Calvo, ele execrable memoria, que les asegura
que con esta horrible accion hacen un servicio
agradable á la diviniuad. Cien franceses inocen_
tes perecieron en esta noche hrnentable á la voz
de !In sacerdole hipócrita, quc ,[ la mai'úma si-
gnienl P, desde el [ou(lo de la ciudadela, rOlleado
de los calLível'es de estos infelices, desplega todo
el cal',ícter de un tit'ano, y usurpando todas las
f<lcultaJes políticas, militares y judiciales, man-
dó al C;¡pitan general comparecer á su presencia,
pena de la viJa, y exigió de él que le enviase el
ve('(lngo para acabar de sacrificar el resto de los
prisioneros: exigió al Intendente sumas de dine •.
ro para satisfacet' la paga á los asesinos que recla-
maban el pl'ecio de la sa 11 gt'e vertida: abrió la cor-
respolHlencia pl,blica; y hasta al mismo Arzobis-
po le hizo reunir el Cabildo eclesiástico ,í fin de
que tambien recibiese de (.llas órdenes supremas.
El Capitan general marcha á la ciudadela, y á
pesar de sus esfuerzos no logra aplacar el tumul~


TOIolO l. 32


lROS,




(250 )
j~08. too Cal va entonces comiSiOna á dos de sus mas


intrépidos partidarios) para (pIe presenl<ímlo~c á
la Junta suprema, la intimen en nomhre del pue-
blo la necesidad de <Ine se le nombrase individuo
de la mismn. La J unla) atemorizada con los pla-
nes bárbaros de sangre y de anarquia lle aquel, y
temiendo por su propia vida sus individuos, ad-
mitieron en su seno á semejante m.ónsll'uo,
é igualmente á Don Mariano Usel, su confl-
denLe.


Parece que ya el pUllal asesino deberia haber-
se embotado con el sacrificio de tnntas victimas;
pero la sed de snngrc en Cal va era insaciable.
Permanecían muchos franceses dentro de la ciu-
dJdela, cuya vida habían salvado algunos reli-
giosos en la noche an Lerior á costa de mil riesgos,
l'odcab:mlos almas henéficas, y el pueblo todo se
mostraba interesado en su cOllservacion; pero la
sentencia eb Cnlvo era irrevocable, y la humani-
dad se estremece al referir la barbarie con qüe
los sacrificó el mónstruo, que se decia ministro
del Dios de paz. Por su disposicion se sacaron de
la ciudadela como unos nO\Tenta franceses, con
prcleslo de conducirlos á la torre de Cuarte pa-
ra mi!'3!' por su seguridad; mas, cuando aquellos
<lesgraciados iban corriendo el espacio que media
entre ambos puntos, sus malvados satélites car-
garon sobre ellos y der!'amaron su sangre alevosa
y desapiadadamente al lado <le la plaza de los to-
ros) donde ninguna defensa ni consuelo podian
tener. Desde enLotlces no hubo ya casa retirada,
ni clausura J ni lugar sagrado que estuviese libre




(25 J )
de Jos asaltos de la turba carnicera, si sospccl1db" 1808.
que abrigaban algun frances.


La Junta, aterrada con tales atrocidades, en-
via su Secretario al insensible Calvo, le pregunta
sus intenciones, y falta de lodo recurso se dispo-
He á obedecerle: ordena Calvo la reunion de la
Jllnta y del Cabildo eclesiástico en el palacio ar-
zobispal, queriendo sin duda, como eclesiástico,
ejercer el supremo mando desde el trono de la
Iglesia metropolitana ele Valencia, usurpando á
un mismo tiempo la espada de la ley y el báculo
del pastor espiritual. Calvo asistió á la Junta, y
alentada la muchedumbre con la presencia de su
gefe, llegó su osadía hasta el estremo de presen-
tar á la Junta á unos míseros franceses que habian
permanecido en sus casas, vicios los unos yen-
fermos los otros, pidiendo permiso para malar-
los. En vano resiste la Junta tan bárbara peticion;
en vano el P. fiico, representante del pueblo, tra-
ta de mover <í piedad "í los asesinos, estos arran-
can sus víctimas de mano de la Junta, los sacan
oí. la calle, y el execrable Calvo, siguiendo sus
pasos, les manifiesta, que si á la Junta no le era
decente acceder á lo que ]¡ahi~;n pedido, él en
nombre de Dios y como sncerdote del Altísimo
les volvía á asegurar qnc la muerte de todos los
franceses era un sacrificio muy agradable á la di-
vinidad, y un servicio muy importante á la patria.
Se nos cae la pluma de las manos al referirlo;
})ero ello fue asi, y es preciso decirlo. Al punto
los infelices reciben una muerte cruel en los um-
hrales mismos del palacio uel Gobierno 8In que




(25'2)
1 BOB. este pudiese evitarlo. La JlIuta en sjJcllcio~


sin fuerza para contener la anarquía, aLismada
de amargura, y temicndo por sí misma J se disol-
vió. A la maüana siguiente 7, reunida de nuevo
y tomadas todas las avenidas de Palacio COl! cien
hombres valientes y decididos llue el P. Fr.
Juan Hico logl'ó juntar, y de los que exigió jura-
mento de no permitir salir á ningnno ue los vo-
cales de la Junta, empezó esta con las escanda-
Josas órdenes de pl'oscripcion que pl'oponia Cal-
va, quien, si algull vocal se atrcvia á replicarle,
lleno de orgullo le mandaha desocllpase llqucl Ju-
gar, porque no merecia la coufiallza IllílJlica. En-
tonces Rico manifestó su resolucion de perecer
con todos los buenos de Vah~llcia , ó de estcl'mi-
llar al asesino que rnanchaha su gloria; declaró
que el Palacio estaba cercado, y abriemlo las
puertas del salan de las sesiones, se presenló un
grupo de paisanos armados que le custodiahan, ~i
quienes dirigiendo Hico la palabra, les pregulIló
si i urahan no permitir á ninguno la cntralla ni la
salida sin ól'deu suya, y atravesar con sus hayo-
netas el pecho del que lo intentase; y habiéntlo-
lo jurado asi, se cierran las ptlcrt:ls y queda la
Asambh~¡¡ en el mas profllndo sileucio. Híco echa
entonces en cara todos sus cr¡I1l(~nes al infame
Ca 1 vo, que no pudo LÍisc [JI pa r su lerri ble acusacion:
el Capitan general present:llos oficios, en tIue aquel
le priva del mando, y todos los vocales se leV:ln-
tau contra él, exigiéndole responda al cargo lle
haber mandado asesinar á sangre fria á tantas vícli-
mas inocentes. En el acto se le intima (1'le (lueJa};a




(253 )
pl'r.soi y p;¡l'a evitar que el reo se fugase ¡~ la mer- 1B08.
ced (h~ la coufusion en que se hallaba la ciudad
por el prú:ximo ata(lue que amenazaba ele las tro-
pas de l\fOIlCPY, se le manela conducir :1 la torre
del Auge! del caslillo de Mallorca, y se comisio-
na para la fOi'lllacioll ue su causa al decano ue la
sala del crímen Don José María Manescau, lJn
el dia RegenLe de la Ch:mcilleria ele Granacla. Su
conduccioll en un coche hasta el puerto del Grao
se elleDrsó ;Í dos vocales de la Junta, los que 11c-
vaLan órden tlc l1lal;¡r!e en el caso que intentase
hacer la ITJe1l0r resistencia ó conmover al pueblo.
En menos de un mes se sustanció la causa, y
traido el reo á Valencia, y encerrado para mayor
seguridad ell la lnquisicion, se le hicieron cargos
que no pudo rc1)atir; se le admiLieron las defen-
sas, y In JlInta suprema, á la (liJe concurrió toda
]a Audiellcia tel'rÍlorial, lc condcnó por llllanÍmi-
dad en tres de Juli'J Ú la pClla de muerte en gar-
rote, que se ejecutó en aquella misma noche en
que fue pronunciada) despues de haberle nado el
tiempo oportuno para que cumpliese con los de-
beres ({ue prescribe la Re1igion. Al amanecer del
4 qucdó espucslO Sil cadáver sobre el tahlado y
banquillo del garrote en la pIna de Santo Do-
mingo y enfrente de la ciudadela, teatro de sus
atroces crímenes, con una inscripcion que decia:
Por traidor (í la putri(/ ] mandante ~,il de asesinos.
Igual suerte tuvieron muchos de los iufames y
sellucidos instrumentos de su cl'ueldm1.


Esta terrible conrnocÍon en nada perjndicó á
la llefensa de la ciudad. Al conlrario, se inflama·




(254 )
1808. ron los ánimos estraordinari!1l11cntc) y todo~ ju-


)'aron repeler con todas sus fllerzas la agrcsiol1
con que amenazaba Moncey; se repararon las
fortilicaciones, y se fortificaron los desfilade-
ros que conducen á Cataluña. Las tropas de
Mlll'cia se reunieron á las de Valencia á las ór~
denes del General Llarnas, y otras á las del
General Adorno) y marcharon al cncuentro del
enemigo. El reino de Valencia se hallaba despro-
visto de recursos en la época de su alzamiento:
2.489 infantes con 851 cab::dlos eran toda su
gnarnicion ; y careciendo de municiones) para
hacel' balas de fusil J se echó mano del plomo
quc conducia á su bordo una embarcacion fl'an-
cesa que se apresó en el Grao. El númcro de ca-
ñones de todos calibres no pasaba de 25 , de 5 el
de las cureñas y de 2.0·17 el de fusiles corrientes
con 520 quintales de pólvora; pero habia gran
porcion de armas blancas.


El día 22 de Junio se presentó la division de
Monee)' sobre el puente Pajazo con el obj cto
de dirigirse por el camino de las Cabrillas sobre
la capital. Dos á tres mil paisanos apoyados por
un cuerpo de setecientos veteranos á las órdenes
de Don Pedro Adot'Ilo, aguardaban al enemigo
para disputarle el paso de dicho puente: tres-
ciento:. hombres se siLuaroll cerca de la venta de
COlltreras y el resto en Vaclocaiías. El puente, que
estaba cortado, se hallaba defendido por cuatro
caüones; pero no pudiendo resistir á la superio-
ridad dclnúrnero y á la disciplina de los france-
ses, que al paso que atacaban de frente el puente,




( 255 )
haclan pasar á nado el Cabriel á un fuertc desta- ¡808.
camento de iufanLería, los paisanos fucron en-
"VuelLos en su posicion; y tuvieron Cine abandonar.
al enemigo el paso del puente y las cuatro piezas
de artillería que le defendian. Dueüos los enemi-
gos del paso, se retiró desde Conlreras el General
Marimon con doscientos solelados de línea, tres
mil paisanos y algunos cai'1ones al punto de las
Cabrillas, en donde tomó posicion entre Sietc-
aguas y la vellta del Bullol. La masa de las 1110n-
taüas caldlreas) cOllocidas con el nombre de las
Cabrillas) forman un espeso antemural que se es-
ticncle al Oueste clcll'eino de Valencia. Solo hay
un camino abierto entre las rocas de terreno des-
jgllal, por donde pueda atravesar la artillería. To-
das las tropas del General Moncey cargaron so-
hre los cspaüolcs, que se vieron obligados ~l ce-
der aquella posicion á los eEcmigos Con dos pie-
zas de arLillcrÍa) los cU:Jles contil1uando su mar-
cha hasta BUllol, hicieron en es La poblacion mu-
chos estragos. Inmediatamente el General Mon-
cey, con diez mil infantes y mil ochocientos ca-
ballos, se dirigió á atacar el punto de San Onofre,
que con mil soldados, siete mil paisanos y tres
piezas de artillerÍa, defendía el Brigadier Don
J osé Caro, hombre de valor y de resolllcion. A
las dos de la tarde se trabó el combate, que los
espalloles sostuvieron con denuedo; pero un ata-
que vigoroso del enemigo, y al mismo tiempo la
aparicion del General de brigada Arispe sobre la
sierra de los Ajos, que domina por la izquierda
el desfiladero de las Cabt'illas, introdujo el des-




('256 )
1808. órdcn en los españoles, que abanJonaron el ter-


reno con una pél'Llida de 100 muertos y 200 pl;'-
¡;ioncros. Esta derrota dejó abierto el paso (le Va-
lencia á los franceses) que al doLlar los altos de
las Cabrillas se llenaron de admiracion al com-
parar los lbnos estériles, y áridas montañas de
las Caslillas con los amenos y verdes campos de
la huerta de Valencia. Los españoles ltabian sida
batidos y desaparecido todos) escepto un batallon
suizo, quc de las tilas de los vencidos pasó al cam-
po del vCllcedor. Moncey dió libcrtad á los paisa-
nos que no vestian uniforme; intimó al Conde de
la Conquista) Capítan general, y al Conde de
Ct;rvcllon) Comandante de las tropas, que saliesen
¡} recibirle como amigo, protestando (lue solo dc-
!1caha rcstableccr el órden y la tranquilicbd públi-
ea. No tu vieron efecto estas in timaciones.


Moneey hubiera qucrÍrlo desde luego pCl'<;e-
gnir á los fugitivos desde las Cabril1:Js, distantes
sülo siete leguas de Valencia, y entrar con ellos
en la ciudad; pero la artillería no podia seguir cs-
te movimiento. El 25 permaneció en la venta del
Buñol aguardando la rcunion Lle los erlnipages, el
26 vivaqueó delantc de Chiva, y el27 llegó al pue-
hlo de Cuarte que abandonaron sus habitantes, y
se presentó á la vista de Valencia, término de su
vinge. A. las 12 de 1; noche intimó ;Í la ciudad la
rcndícion COn las mas lisongeras ofertas y espe-
ranzas: ll'l oficial espailol, prisionero ele guerra,
prcseHtó la intimacion á la Junta suprema en la
madrugada del 28) manifestando los horrores á
'1ue se esponia aquella hermosa ciudad con Hna im-




(257 )
prudente é improbable resistencia. La Junta) 'iO- ;:iGB.
brecogiJa con la negra pintura de los mnles tille
amenazaban á la ciudad, titubeó un momento, y
aun se oyeron voces de capitulacion. El pueblo 8n
tanlo lleno de impaciencia al ver que aun se
mantenia In Junta en sesion J y hnbiendo tl'ns]u-
ciclo algo del proyecto de capitulal' , se reunió tu-
multuariamente en las puertas de Palacio gritall-
do traielon, y clamando con el mayor entusiasmo
por la defensa de la ciudad. La Junta se decidió
eulonces á seguir el camino del honor: uno de
sus vocales salió al balcon y anunció que la au-
toridad suprema, contando con el fuego patrióti-
co que anlia en el pueblo valenciano, y liada en
la gloriosa decision de vencer ó morir, se dispo-
nia á presentarse en las baterías para animal' al
combate, y vencer igualmente ó morir en defensa
de In independencia nacionnl. Ellagenado el pue-
blo pidió que saliese la J uutn; y, gl'itando vamos
todos á morir, marcharon uniformes á repeler al
enemigo. La Junta recorrió en cuerpo todas las ba-
tedas; sostuvo el espiritu público, que se hallaba en
el grado mas alto de exaltacion; y por todas partes
no se oían mas voces, que vivn el Rey, la indepen-
dencia, y guerra al tirano. Estaba la ciudad, como
hemos mnnifestado, tan escasa de útiles de guerra,
que á poco rato de empe~nr el ataque faltó la me.
tralla; pero el patriotismo suplió á todo: los ve-
cinos arrancaron genel'osarnente todo el hierro
que había en sus casas, y con él se sirvieron las
piezas de artillería, que manejadas por inesperto8
paisanos y colocadas en las endebles murallas"


TOMO J. 33




(258)
iROS. uerrama¡'on la muerte y el terror en los enemi-


gos) que pOI' su parte apuraron lodos los recursos
para rendi!' la ciudad. Eran las 12 del día cuan-
do los franceses en tres columnas atacaron á la
batería de Santa Catalina) avanzando la accion
hasta la puerta de Cuarte ... y en todas partes si
bien atacaron los franceses con ímpetu y denue-
do, no con menos valor fueron rechazados) eje-
cutándose por los valencianos acciones de herois-
mo) (IUC honran á los habitantes de aquella pro-
vincia. La noche puso fin al combate que habia
durado siele hOl'as, y viendo Moncey frustrados
sus proyectos, levantó el campo á las cinco de la
maüana siguiente despues de haber perdido 2.000
hombres, enll'e los que se cuentan varios gefes) el
General de iugenieros Cazal y otros oficiales de
graduacion. Los cspaüolc5 al conl:rario perdieron
poea gellte) porque eslando emboscados y al abri.
go de la5 murallas, no estaban tan cspucstos al
fuego del enemigo. Este emprendió su retirnda
por el Júcar; porque el General Llamas con lIn
eucepo de 10.000 homhres, le amenazaba por
Sil retu¡;llardia, y para no retardar su movi-
miento abandonó su ec¡uipage y g¡'<In parte del
}larquc,


La instlrreccion habia estallado en Cuenca, y
por lo tanto las comunic·aciones con Madrid es-
taban interrumpidas. Esto dió motivo {l que Mon-
cey pensase un momento en pasal' el Guadnlaviar
é irse ,1 reuni¡' con el Gell8ral Chabl'an en Cata-
luüa, y reunidos volver segllnda vez sobre Va-
lencia; pero, reHcx.ionandoc¡ue esle General 110




(259)
, hahia podido llegar á TOI,tosa, y las enormes difi- 1808.


cultades que le esperaban en su m~l1'cha, se de-
terminó á una retirada pura y simple, tomando
la direccion de Almansa. El Conde de Cervcllon
intentó oponerse á que Moncey repasase el J tl-
cari pero los franceses arL'Ojaron á los paisanos
que impedían el paso, y los hicieron retroceder
hasta Alcira, entrando pacíficamente en Alman-
sa, desde donde continuaron, sin ser inquietatlos,
sobre Albaccte, poblacion ele 9.000 almas, situa-
da el1 la rcuuion ¡le los dos caminos de Valencia
y Murcia á nbtll'id. Este era el punto que Moncey
se había propuesto ocnpar con una columna con
el objeto de apoyar sus operaciones sobre Va-
lencia.


Almisl110 tiempo los moví,mientos de la pro-
viucia de Cnencn, cUJo populacho habia quitado
la vida á un oflcial y V:ll'10S soldados de 1111 des-
tacamcnto qne pasó por la. misma, lln::1~lí'on la
atencio n de los fra nceses, y e 1 Gen era 1 Ca uliu-
court se dirigió con una division á la capital, á
'Cuyas inmediaciones llegó sin oposicion el 30 de
Junio, Un corlo nún1ero ele paisanos tuvo algu-
nas eSCaramuzas con la "an~"~Jal'llia francesa sin


,)


conlener los prog¡'CSOS (le su n1<!rcha; pero el Ge-
nera 1 ene migo enea n tró en es ta débil resiste ncia
un preteslo para entregar la ciudad al mas horro-
roso safIllco, y hacer perecer inhumanamente á sus
mas respetables habiLantes,


N o se limitaron los valencianos c\ perseguir
con el mayor ardor á los franceses, sino que tra.
~ron de socorrer á sus compatriotas de Al'agon




(260)
11;03. Y de Madrid. El General Salinas con una division


marchó á Catalufla y ocupó á TOl'tosa, donde per-
maneció todo el mes de Julio; y, custeando el
Ebro, se reunió en Agosto con el ejército de Ara-
gOIl. Saint-Marc marchó directamente con otra
di vision al socorro de Zara goza, y el general Lla-
mas con el resto del ejército se dirigió á Madrid,
y sus tropas fuet'on las primeras que ocuparon la
c,'pitalde las Espailas.




(261 )


CAPITULO XXII.


Situacion de los franceses en Cataluila. - Los paisanos
bloquean á Figueras, y los franceses flesde el castillo hom-
bardean la Ciudall. - Defensa lle Rosas. - Illsurreccion
de Gerona. - Descripcion de esta plaza. - Primera
dcfeusa de clla. - Abandonan los franceses el sitio. -
Defensa de lloslalrich. - Deseml}arcan en Cataluña
tropas procedentes de las Islas Baleares para apoyar la
insurrecciono - Pierden los franceses el castillo de
Mongat. - Atacan segunda vez á Gerona con el mayor
ahinco. - Esfuerzos de los hahitantes y guarllicioll parlt
defender la lllaza. - Socorrenla tropas espailOlas. -
Ataques y defensas de este sitio. - Acosados los france-
ses le\'antan el sitio y se retiran. - Medidas adoptadas
por la Junta de Gerona para fortilicar la plaza y soste-
Iler la guerra. - S. N al'ciso es invocado como Genera-
lísimo. - Premio de los defensores de Gerona.


La espedicion francesa contra Valencia no pu- 1808.
do ser socorrida con la division de Chabran, que
como hemos dicho debia reunirse á las tropas de
Monccy, pues se hallaha ocupado en pacificar el
Principado de Cataluña, en donde el paisanage
sin tropa alguna, ni mas auxilio que su ardor y
patriotismo, comba tia con el mayor denuedo.
Los paisanos ó somatenes no se limitaban á inter-
ceptar las comunicaciones y batir á los franceses
en las montañas, sino que osaron atacarlos en
las mismas plazas fuertes que }JOCOS meses antes
haLian ocupado por traiciono Desde mediado$ de




11'303.
(262)


Junio cercaban el caslillo de Figueras varios
cuerpos de paisanos armados, á los que se reunie-
ron algunas tropas de la guarnicion de Gerona y
Rosas. El General frances que se hallaba en el
castillo, para obligar al Ayuntamiento de la villa
á enviarle vlveres, empezó un vivo bombardeo
contra ella, causando muchos eslragos. Sin em.
bargo, el pueblo se mantenia sipmpre firmc á fin
de obligar á los franceses á evacuar la fortaleza
por falta de víveres, y estrechaba cada día mas y
mas el Llof/neo. La Junta cOlTcgimenlal de Fi-
glwras, cOllsitlcrando lo importante que era el
apoderarse (lel castillo, del que dependía la
suerte de Gerona y ele llosas, CC\'cioralla de que
en ])crpiftan se reunia un numeroso convoy de
víveres para socorrerle, envió á Mallorca algn-
nos comision~dos J y entre ellos al coronel Le-
hrun, pidicllclo al Capitan general dc las Islas
lhleares dispusiese que se embarcasen para ve-
nir cn su socorro la mayor parte de las tropas
de Sil mando; pcro aquel Capitan general no
juzgó por entonces accrtado el condcscender con
tan justa solicill1d, y el General cnemigo Reille
con 2.500 hombt'es entró en Espaüa cl2 de Julio,
atacó el3 á los paisanos que embestían la fortaleza
de San Fernando de Figucras, y habiéndolos dis~


1 t ' 11' r . . pcrsa( o en ro cn el a a rClÜl'zar su guarl11clOn.
El raisan~ge se habia apoderado de la plaza


de llosas, cl1ya ciudadela y castillo se hallaban
en el estado ma5 dcplorilble; pero esta posicio n
era interesante, y los franceses resolvieron ata-
ca rla. El l6 tic Julio salió de Figueras el General




('263 )
Reille con cerca de dos mil hombres, y el 17 ve- 180t:l.
rificó el ataque. En vano los franceses embistie-
ron con tojo el ímpetu que Ja á las tropas de
línea el conocimiento de batirse con paisanos in-
disciplinados; los catalanes pelearon cOÍ! la ma-
yor bizarría, y los enemigos fueron rechazados
Con pérdida de alguna gente en la que se conta-
ron varios oficiales superiores que quedaron en
poder de los somatenes.


Gerona, cuya plaza; aunque de segundo órden,
está consagrada por la histol'ia de las guerras de
Espaüa con inmortales recuerdos J llamó desde
un principio la atencion del ejército invasor, por
considerar en ella un punto poderoso de apoyo
para los catalanes.


Situaua por la parte de levante en el declive
de una cordillera de montes que la separan del
ma r, del que disla siete] eguas, y once de la frontera
de Francia J atraviesan por su llanura al ponien-
te los rios Ter y Ofla. El primero tiene su naci-
miento de los derrames de los montes por la
parte de Puigcerdá pasando por muy cerca de la
plaza al norte) y desaguando en el mar frentc del
castillo de las Me¡]ns. El segundo nace al pie de
los montes de San Hila río, y dividiendo ú Gerona
en dos partes) se incorpora con el Ter, cerca del
baluarte ele San Pedro. La parte de la ciudad si-
tuada á la orilla jZ(Plicrcla del rio se llama el
Mercadal, y se halla circuida por la parte ele la
campaüa, por un muro antiguo con torreones
que 10 ilanljucan .. y apoyado en él un terraplen
capaz de artillería. Entre los rios Tc!' y Ofta Lay




(264 )
1f{~13. una lllneta avanzada que defiende la entrada pe>r


el cauce de este último río.
La parle alla de la ciudad remata en la orilla


dCl'ccha del Olla y est<í. defendida por levante,
mediodía y parle del poniente por un Illuro a11-
tig1\o con torres, al (pIe se ai'tadinon dos ba-
luartes en la enlrada y saliJa del Oüa, Ciue en el
dia estan demolidos.


Los principales caminos que conducen á esta
plaza, son los tIe Barcelona, Francia, San Pelin
de Guixols, Santa Coloma de Farnés, La Bísbal
y pueblos de la marina, Besalú, OIot y pueblos
de la montaña, &c. Dista Gerona 19 leguas de
Barcelona, 7 de HostaJrich,.7 de Figueras y 10
de Hosas : en una eminencia á espaldas de la ciu.
dad .. por la parte elel norte y á un tiro de fusil,
se halla el castillo de ~ionjuí, cuya figura es un
cuadrado de 200 varas de lado eslerior fortificado
á la moderna con dos medias lunas, bóvedas á
prueba para 400 hombres, y foso y camino cu-
bierto en toda la circunferencia. Cubren á este
castillo tres torres: dos de ellas defienden y en-
filan la cañada que sube á la montaña desdc el
camino de Francia, y la otra enfila el camino de
Campclurá y bate el11ano de la torre de San Da-
niel. La otra tOrl'e, llamada de San Juan, enfila-
ba tambicn el camino de Francia, y defendía el
haluarte de San Pedro y el arrabal dePedriel.
Adpmas tenia la plaza para su defensa olros va-
rios fuertes y reductos. Gerona, sin embargo de
hallarse situada en segunda línea, ocupa una po.
sicioll que el cneungo debe precisamente forzar




('2(-;S )
para poderse Íntt'l'llar en el Principado de Cala-
luña con artillería, y emprender operaciones de
importancia; porque los demaS' carninos para Bar-
cp.loTla, entre esta plaza y el mar) son mucho
mil" largos., y como abiertos por entre montes,
tienen pasos l11ny estrechos y desfiladeros fácile.'I
(1(, d('[clIder. Asi es que en todas las guerras el
f"lH~mioo jnzgó inclispensable la toma de Gerona
antes de cmprenller Ó continuar sus campañas,
corno 10 demuestran los sitios que ha sufrido es-
In pJ::¡za en varias épocas (1). Mas cOllstrnida la
fortaleza de San FernallLlo de rigucras, el Gobier-
no espaííol se persuadió sin duda de que esta se-


( 1) En 1o'i3 fne sitiada por un fuertc ejército fral!cés
al mando del J\J ariscal Hoquisicoul't, quicn, des pues de
baLcda reducido al último cstrcmo, tuvo que levantar el
C<llllpO á Jos G2 di~s de sitio pOI' h;,1)('r 3ido atacado Sil ejó'-
('Íto de lllla plaga ('!TibIe de JllOSCOIlCS) ellya ap3ric:oll se
liene por milagrosa, alrihlly«(ntlo]¿¡ ;Í la intcJ'cesioll de Sall
Narciso, Ohispo (lue fue de esta ciudad, en la l{lle se COI1-
~f'rva su cuerpo con gran venel'acion.


ElI 1684 la puso sitio otro ejército francés á las órde-
nes del 1\1' ari:;cal Belfonds, el cual, uespucs de habcr logl'a-
tlo introducirse hasta dcntro de sus mismas calles, fue al
fin rechazado, y ohligado ;Í levantar el call1po COIJ f¡ri!ll
pinlida.


En el aJIO de 1694 el Mariscal N oailJes al frente de otro
cjprcito francés sitió á Gerona, que despucs de ulla g!ol'io-
~a defensa capituló.


En j 71 O elmisl1lo General puso sitio ~í esta plaza, y apu-
rados por su guarnicioll lodos los recursos, ca pituló tau ho-
llUl'íficlll1ente, fIue ohlm'o retirarse á RTCcloll<l. con JlIl1-
lIiciones y \' íY(~rcs para CÍIICO dias, y con los ttl'OS nccesa-
l'io~ p~ra la artiileríay cll'lipages.


Tl).'40 /. 34


1808.




('266)
BOS. ria una barrera suficiente parl contener las inva.


siones por esta parte de la frontera, y desatendió
las fortificaciones de Gerona)' de Rosas; hasta
que en la guerra de 1794 con Francia tuvo CJue
repararlas á toda prisa, y sirvieron de abrigo al
ejército espaüol que se retiraba del Ampllrdan,
sucediendo poco despues la inesperada rendicion
de la plaza de Figueras.


Los habitantes de Gerona, aun dcspucs de
cerciorados de los horrores del 2 de Mayo en Ma.
drid, y de la violenta abdicacion de su i( llcrido
Monarca, continuaban tratando á los franceSes
clue diariamente transitaban pOl' la misma, sin
manifeslar abiertamente el vivo sentimiento que
afligia á Sil corazon, y sin alreverse <l tomar 1:15
armas, como otros pueblos, en defensa de SIl
Hey y de su patria, por tener tan próximo el ej:~r­
cito enemigo, Y}JOl' hallarse la plaza indefcllsa
y aislada; pero al cabo el horroroso bombardeo
de la villa de Figueras, y el ejemplo de la mayOl'
parte de la Nacioll J hizo levantar á su vecinuariu J


En 1712 el General aleman Wetzel tuvo hloqueada á
(~el'olla; pero á pesar de haberla puesto en ellÍltimo apuro,
JIlcdi¿lllte l<l coopel'acion de ICts Lropas (lel General.~itarem­
herg, que sahedo!' de Il'H! el ejc(rcito francés se prep:Il'aba
,í socorrerla, OCUP() todas las g:lrgallt<ls y al'clIitl:!s dc la
p);¡za; en principios tic 1713 el (; eneral Ilerw ich , por mc-
dio de una de las mas háhile5 maniohras dc la guerra de
!;ucesion, penetl'ó con el ejército francés hasta la plaza, lw-
"icndo levautar el sitio :í 103 alemanes, rpte abandonaron
~IJ artillería y municiones, hurlando cuantas precaucio:lf!$
habia tomad!l Starcmbe¡-3 para rendida.




(267)
qlle, auxiliado de su guarnicion J juró perecer an- 1t\08.
tes que consentir cn q\le la dinastía de Napoleon
ocupnse el trono de Espnlw, despreciando el in-
millf'nte riesgo 1ne corrían de ser atacndos antes
que lograsen poner in pbza en estado de defen-
sa. En In malVl\la del 5 de Junio de 180810s gre-
mios (le la cilldn(l entregaron al Ayuntamienlo
una solicitud, en que esponjan las innovaciones
que se querinn introducir en Espaüa, la invnsion
de Jos franceses pnra sostenerlns, y la resolucion
cId pueblo á oponerse hasta con el sacrificio de
su vitla al cjércilo invnsor J defendiendo los de-
rcchos de su legítimo Rey, ele su libertad é inde.
pendencia; y concluyendo con pedir que se pu-
siese la plaza en estado de pou.er resistir los ata-
ques del enemigo.


En vista de esta esposicion el Gobernador de
]a plaza Mariscal de Campo Don Joatiuin de Men-
doza convocó en aquella misma tarde en las sa-
las capitulares una Junla general, compuesta del
Obispo, Ayuntamiento, Alcalde mayor, y de
todas las autoridades seculares y eclesiásticas, de
algunos indiviuuos ud cuerpo de la nobleza, de
todos los pro-hombres de los gremios y de todos
los gefcs de la guarni.sion; y en ella se acordaron
los medios mas urgentes de defensa.


Divulgada por los pueblos del corregimiento
la determinacion de Gerona, acudieron á la pla-
za multitud uc paisanos que se presentaron al
Gobernador y Ayuntamiento pidiendo armas y
municiones, y corrieron en tropel por las calles,
é intentaron apou.erarsc de la persona del Capi-




(2.G8 )
1tl08. tan del estado mayor frall(;~S Schwerisgut~ que


estaba comisionado en la plaza para cuidar de las
partidas sueltas que pasaban por ella ,t incorpo-
rarse con sus cuerpos, quien debió su salvacion
á la presencia Jel Sargento mayor de Ullonia
Don Enrique Odonell, que con algunos oficiales
de su cuerpo y algunos religiosos impidieron que
se cometiese con él un atentauo ~ siendo condu-
cido con toda segnridaJ al casLillo de Mon j llÍ.


Empleósc al paisanage en la recomposicion
de los caminos 'lue conducian á los fuertes ~ h<1-
ciéndoles entenJer que estos trabajos eran indi;;·
peusables para la conduccion de la artillería á los
mismos. En lo.:> días siguientes los gl'cn1ios de la
ciudad solicitaron de su Junta que depusiese :JI
GobernaJor Je la plaza y nombrase otro en lill
lugar, porque habiendo obsequiado en Sll tránsi-
to á varios generales franceses, no inspiraba la
mayor confianza al vecindario; y la Junta se
vió precisaua á acceder á esta in justa solici l ud ~
:lOmbrando por Gobernador interino al Coroad
Don Julian de Bolivar, T{;llicnte de Rey de la
plaza.


La Junta resolvió subdividirse en tres seccio-
nes, y se distribuyeron en ellas Jos negocios gu-
bernativos, militares y económicos.


En la misma noche del 5 se empezó á rnOnldl'
y municionar la artillería, haciendo desde el dia
siguiente todos los reparos mas urgentes parp po.
ner la plaza á c\lbierlO de un golpe de mano, á
l'spcnsas del generoso vecindario tille coulril,uia
con cuantiosos donativos. Se dicl'Oll disposiciolJc~




(269)
para que se coustruyesen en Ripoll algunos miles 1S08.
ue fusiles, y entretanto se habilitaron 2.000 chu-
zos; y en un laboratorio que se habilitó al efec-
to, se hacían cartuchos de fusil y de c¡¡ñon. For-
máronse al mismo tiempo algunos cuerpos de
migueletes, y un escuadron de caballería que se
d.enominó de San Narciso, destinándose á la in s-
truccion de estos cuerpos algunos oficiales del
ejército, plincipalnlfntedel regimiento de VIto-
uia. Se desjgnó ,á todos los h .. bitantes,,; inclusos
los eclcsiásiÍcos ,seculares y regulares, 'el puesto
que deherían ocupar en caso de alarma; y s(~
abasteci@,con víveres para un mes el castillo dt~
MonjuÍ, y los fuertes del Condestahle y Capu-
chinos. El 19 del mismo mes se hallaban corrien-
tes completamente y en estado de servicio 42 píe-
zas de artillería de todos calibres, y construidas
en los áugulos flanqueados de los baluartcl.i unas
plataformas mas elevadas que el terraplcn, ('11
las que se colocó una pieza á barbeta.


El General Duhesmc, que se hallaba en Bar-
celona con la mayor parte' de las tropas oc su
mando, sabedor de la determinacion de la ciu-
dad de Gerona, y creyendo sorprenderla antes
de que cOlll.iiguiese ponerse en estado de defensa,
salió con un cuerpo de 8.000 hombres entre iu.
fanterÍa y caballería.) con artillería) y llegando
á la vista de la plaza entre 8 y 9 de la mañana del
20 de Junio, ocupó con su vanguardia la altma
dePalau, á tiro de caüonde Gerona, yconcl
resto de sus tropas formó una línea desde el ca-
mino de Barcelona hasta el Ter. Un grueso des-




('2iO)
1808. tacamcnto de caballería enemiga intentó vallear


este rio por la parte de arriba del pueblo de San
Pons de Fontesau; PC¡'O una nube de paisanos ar-
mados, 'qve desde la altura de Rocacorba habian
bajado á ocupar la orilla izrluierda, la hizo un
fllPgO tan vivo, que se vió forzada á retirarse, dc-
jando muchos muertos 'en el vado y sus inmedia-
CIO lIes,


Al avistarselos"enemigo~al tiro de, cañon de
la artillería de la p]'aza y sus baluar.tes, ésta les
hizo U11 fuego de los mas sostenidos y a>eertádos.


El regimiento de Ultonia, cuya ,fuerza aseen·
día tan solo á 350 hombres, formaha la reserva
de la guarniciono Las mugcres de todas clases y
edades se cmpleabuncn llevará los defensores
municiones -' agua y demas víveres J y los demas
habitantes inútiles para las armas, inclusos los
eclesiásticos, estaban destinados á hacer cartu-
chos. Las secciones de la Junta se reunieron pa-
ra ocurrir :1 las urgencias, y los gcfes militares
de la plaza que no tenia n destino fijo, recurrían
totlos los puntos, reinando por todos lados la
mayor vigilancia, actividad y armonía.


A las 12 del mismo dia 20 se presentó un Ofi.
eial parlamentario con un trompeta por la parte
.1el11ano, y habiéndosele conducido á la casa en
que se hallaba reunida la Jllnla, entregó un plie-
go en que el General Duhesme pecha al Goberna.
dor (1ue le franquease el paso por la ciudad para
continuar su rnarcha hácia la frontera; y la Junta
]e contestó pOI' escrito, qllC si tal era su inten-
cÍon J Ola:> espcdito y menos arriesgado era el




(271 )
emprender su marcha por fuera de la ciudad, cn- 1808.
yos habitantes estaban resueltos á repeler á viva
fuerza todas sus tentativas. El pueLlo, que se
habia reunido en gran muchedumbre á la puerla
de las casas consistoriales mientras se verificaba
el parlamento J se opuso ,{ que ma1'cl1315e libre el
Oficial encargado y el trompeta, los que fueroll
conducjdos al convento de San Francisco de
Asis con una escolta del regimiento de UlLonia.


Entretant.o el fuego no habia cesado, y los
('nemigos continuaban haciendo avanzar sus co-
lumnas á los fuertes, y otras á la plaza al abri-
go de los cercados y de ]a desigualdad tlcl terre-
no. Entre 3 y 4 de la tarde, para ocultar su ver-
dadero ataque por el recinto de la puerta del Car-
men, los franceses emprenJieron uno falso con-
tra el f ucrte de en pue hin os , y al efecto a pos taron
mucha infantería en sus inmediaciones, la cual
rompió un vivo fllego, rIue fae correspondido PUl'
éste con descargas de cañon <í metralla. Mientras
este aparente a laque se verificc:ba, una fuerte co-
lumna de infantería con alguna artillería entró
en la calle Jel arrabal del Carmen, y se dirigió
á la puerta de esle nombre. Formada, como lJll-
do, en batalla, empezó un terrible fuego contra
los defensores del baluarte que flan(Iueaba 1.1
puerta, la que cn aquclla misma tarde se habia
ttihicaJo con una pared de piedra en seco. Soste-
Biao el fuego con teson duranle a]gun tiempo por
una y otra parte, el enemigo se vió al fin ohliga-
do á retirarse con la mayor precipitacion, dejan-
do tendidos en la calle muchos cadáveres. El Te-




(272)
HlOi~. nirnte Coronel del regimiento de Ultonia Don


J)edl'o Odaly recibió una contusion en la ca-
ra; pero no quiso abandonar su puesto para
curarse hasta que los enemigos se replegaron.
L;¡ columna de estos, que habia atacado el
fuerte de Capuchinos, se retiró igualmente, re-
p;1.~ando el Oña y dejando en el carnpo algunos
muert.os.


Despues de eslos ataques se presentó por la
parle del arrabal de la RnJIa olro parlamentario,
á cuyo encuentro salió un Ayudante de plaza,
(pIe le condujo con los ojos vendados á la resi-
dencia de la Junta. El parlnmentario , que era un
gefe dd estado mnyor frances, entregó un plie-
go del Gencral en gefc, en CJllC proponia que dos
Dipnt;¡dos de la Junta pasasen al cuartel general
frallces para comunicarles aSlllltos de la mayor
importancia. Dudó ]a Junta de si deberia acce-
der ó no á es13 solicitud; mas al fin, desplles de
varios altercados y conte!'.taciones, se nombraron
los dos DiputaJos, que pasaron al caml)o enemi-
go por la puerta de Arenys con el parlamentario,
poco antes de anochecer, y se dirigieron á una
casa de campo del llano de Santa Eugenia, en
donde se hallaban los Generales Dllhesme y IJe-
chi. Como el enemigo continua~c tomando posi-
ciones en las crrcaníns de la pInz.a J el fuego de
fusil y de caüon con1inuó durante este parlamen-
to, y los dos Dipntados se vieron espuestos á
perder Sil vida. Aquella noche se rasó Con b ma-
yor visilaneia, manteniéndose la gnarnicion y
hHhi:antes en sus puestos. Entre once y doce de




(273 )
ella, á favor de la obscuridad, que era grande, 1808.
los enemigos, apostados en la calle del arrabal de
Rulla, hicieron un falso ataque contra el baluar-
te de San Francisco de Paula y puente de San
Francisco de Asís, sobre el rio O ña, haciendo
l1Iuchas descargas de fusil, y tirando granadas al
caserío de la plaza. Las columnas (lue estaban
apostadas en el campo inmediato al baluarte de
Santa Clara, rompieron al mismo tiempo un vivo
fuego, á fin de desplegarse con menOs csposicion
en sus parapetos, y aplicaron muchas escalas
á la cara izquierda, subiendo por ellas con mu-
cho silencio. La guarnicion, que se componia
solo de 50 paisanos y un piquete de Ultonia, y
de algunos artilleros destinados al servicio de los
dos caüones colocados en su ángulo, hizo cuanto
pudo para rechazal' con chuzos y á la bayoneta á
los enemigos; pero reemplazéÍndose inmediata-
mente cuantos caian de estos, se vió precisada á
replegarse; no obstante, reforzada por otro des-
tacamento de Ultonia, perteneciente á la reser-
va, cargó de nuevo sobre los enemigos á la bayo-
neta, logrando precipitarlos en el foso con tal
arrojo, CJue un fraile que iba incorporado á la
tropa de Ultonia, queriendo derribar una escala,
cayó en el mismo foso, donde permaneció mez-
clado con los moribundos y heridos, que se reco-
gieron al amanecer con las escalas, asi como mu-
chas armas, mochilas, cartucheras y haces de mies
que llevaban atados al pecho los enemigos para
preservarse de los bayonetazos, chuzos y balas
de fusil. Los Jos Diputados de la Junta comisio-


TOMO l. 35




(274)
1808. nados permanecieron durante el asalto en el mis-


mo alojamiento del General Duhesme, quien al
amanecer los envió á la plaza con nuevas pro-
puestas, reducidas á que la Junta nombrase una
diputacion compuesta de un individuo de ]a no-
hleza, otro del clero, otro del estado llano, y
otro de la guarniciono La Junta conoció (lue el
objeto de los franceses era ganar tiempo J y sin
embargo accedió al nombramiento de los cspre-
sados comisionados, que pasaron á avi::;tarse con
el General enemigo, pero sin facultades par;}
acceder á sus pretensiones. Habiéndose dirigido á
las ocho de b mailana <lel día 21 hácia el aloja-
miento del General enemigo, no solo hallaron
desamparada la calla, sino todos sus contornos, y
volvieron á la plaza con la agradalJle noticia de
la reLirada de los franceses J los que se replega-
ron háeia Barcelona con tanta precipitacion, que
no se cuidaron del parlamentario y trompeta de-
tenidos en la plaza, ni del capitan del estado ma-
yO!' que se hallaba arrestado en Monjuí) ha-
biendo estado en su mallo.llevarse en rehenes á
Barcelona los dos COIlIisionados por la Junta. Esta
dispuso que al dia siguiellte se cantase un Te
Dellln en accíon de gracias en la capilla de San
Narciso, al que asistió todo el pueblo y la guar-
nicion, y dispuso que se continuasen con la ma-
yor actividad los trabajos para la defensa de la
plaza) y acopio de armas y municiones, decre-
tando una quinta en el corregimiento para com-
pletar el escuaJ ron de San Narciso, los tercios
de migueletes} y cubrir las bajas del regimiento




( '),j 5 )
de Ultonia, que tanto habia contribuido á la de- 1808.
fensa de la plaza.


El Gcneral Duhesme se retiró á Barcelona;
pero sin desistir del proyecto de tomar á Gerona,
antes bien se dedicó á hacer preparativos para
vol ver de nuevo sobre esta ciudad. En efecto,
salió de la capital de Cataluiia el dia 10 de J uEo
con 6.000 hombres y un tren considerable de
bntir J dirigiéndose á at.acarla. Las cortaduras y
111nl estado dc los caminos, y el cañon de los
buql1es ingleses, de lIna goleta y tres fa1uchos es-
paüolcs, que se aproximaban á las costas segun
con venia , interrumpiendo In marcha de las tro-
pas enemigas, las obligó á di vidirse el dia 19 en
tres columnas. Duhesme con el mando dG la de-
recha se dirigió por Santiscle; y la izquierda,
mandada por Gonlus, tomó el camino de Vall-
gorquina. Estn salió de San Celoni el 20, Y lle-
gó á la vista de Hostalrich, á cuya plaza intimó
la rendicion; pero su Gobernador habia jurado de-
fenderla á toda costa, y con su corta guarnicion
rechazó al enemigo, que por dos veces intentó es-
calar el fuerte, y que desesperanzado al fin de
tomarle, huyó vergonzosnmentc á reunirse el 21
can la colurnnn de la derecha, en el 11ano de Ge-
rona. Esta habia sido atacada por el Coronel Mi-
lans en los dias 19 y 20, teniendo flue abando-
nar casi toda la artilleria. Todas las fuerzas en
que consistia la di vis ion francesa espediciomiria
de Barcelona, se reunieron el 23 Con las que traia
de Figueras el General Reil1e para formalizar el
sitio Je Gerona. Hasta aquella sazon el paisana-




(276 )
1808. ge habia batido por sí solo á los franceses, sin que


las tI'opas interviniesen en las heróicas acciones
que acabamos de describir.


Á esta sazon las islas Baleares habian seguido
el ejemplo de la Península, y sus habitantes de-
cretado igualmente la guerra al tirano de la Eu-
ropa. Inquietos por socorrer á sus compatriotas,
y deseando cooperar activamente á su libertad,
hicieron que las tropas acantonadas en Menorca,
compuestas de tres compaüías de Voluntarios de
Aragon y de cincuenta artilleros, se ernbarcascn
el 13 de Julio', cuya gente, asi que llegó á Torto-
sa, marchó á socorrer á la ciudad de Zaragoza,
que tan heróicamente se defendia. El 18 del
mismo mes se embarcó e12. o batallo n de Catalufla
para San Feliu de Guixols, y las restantes tropas,
en número de 3.500 hombres y 37 piezas de arti-
llería, se hicieron á la vela el 19, Y llegaron á
Tarragona el 21 por la noche, desembarcando al
dia siguiente por la maüana con su General el
Marqués del Palacio.


Esta fue la base del ejército de Cataluila, que
desde luego empezó á ayudar poderosamente las
operaciones de los somatenes. El Marqués del
l"lalacio determinó reforzar la línea del Llobre-
gat, y al efecto dispuso que el brigadier Conde
de Caldagués pasase á aClue] punto con unos
1.600 hombres. Este salió de Tarragona el 26 de
Julio, y dividió sus fuerzas en dos columnas:
la de la izquierda mandada por él mismo, con
<los piezas de artillería, se dirigió á Martorcll ; y
la de la derecha á las órdenes del Teniente Corone]




(277 )
Menchaca) por Villafl'anca del Panadés y costas 1808.
de Garraf) llegó á San Boí en la mañana de130.
No bien habia entrado en el pueblo la columna
de Menchaca , cuando fue atacada por parte de la
guarnicion de Barcelona, que estaba merodeando
en los alrededores. Los españoles) á pesar de la
fatiga de su larga marcha, rechazaron comple-
tamente á los enemigos, cogiéndoles varios pri-
sioneros y despojos de guerra.


Los franceses habian fortificado el castillo de
Mongat 1 al E. de Barcelona, del que anterior-
mente haLian desalojado á los somatenes. El Te-
niente de navío Barcdó se puso de acuerdo con
el Lord Cochrane, que desde principios de Ju-
nio cruzaba en las aguas de Barcelona con dos
fragatas inglesas. En 31 de Julio ]~arceló, al fren-
te de cuatro compañías de Voluntarios, sosteni-
do por el fuego de los buques ingleses J y por un
destacamento de la misma nacion que desembar-
có en la costa y se reunió á él, atacó al castillo
con tal denuedo, que se apoderó de él) quedan-
do en su poder la guarnicion de 66 hombres, 7
cañones, muchos fusiles J y gran cantidad de mu-
mClOnes.


Los habitantes de Gerona y su corta guarni-
cion continuaban trabajando sin cesar con el ma-
yor ardor en montar la artillería, aumentar y
reparar las fortificaciones, y en disponerse de
todos modos á rechazar el sitio formal con que
el enemigo los amenazaba.


El 22 de Julio se prescntó de nuevo Duhesme
dclante de Gerona, cuya guarnicion acababa de ser




(278 )
1808, reforzada en el dia anterior con el 2. o batallon de


Voluntarios de Barcelona, al mando del Tenien-
te Coronel Don Narciso Lavalete, y con un des-
tacamento de artilleros, siendo estas tropas pro"'-
cedentes de las que habian venido de las islas
Baleares. Para bombardear la plaza empezó el
enemigo á construir una batería de morteros de-
trás del pueblo de Santa Eugenia, como á un tiro
de cañon de la plaza, y otra de obuses en la al-
tura de Palau. Se apoderó con poca dificultad de
la torre de San Luis, que asi como las de San
Daniel y San Narciso hnbian sido demolidas por
los defensores de Gerona; y estableciendo en la
primera una bt\tería de brecha, abrió al mismo
tiempo en la altura llamada de Den-roca una
trinchera.


En este estado dirigió el enemigo dos ataque3
hruscos contra el cas li lIo de M 011 j uÍ y cuerpo
de la plaza; pero en ambos fue rechazado con
gran pérdida.


La pólvora que se hallaba en un almacen situa-
do entre los fuertes Condestable y Capuchinos, se
trasladó por los habitantes á una bóveda á prueba
que habia debajo de una capilla de la Catedral:
y la bóveda de esta iglesia, que debia servir de
abrigo á los habitantes, se cubrió para mayor se-
guridad con tres pies de tierra. Todos los baluar-
tes de la plaza, la antigua torre de San Juan y
el castillo de ~1.onillí disparaban sin cesar La-
las rasas y de fusil sobre los trabajos del enc-
n1igo. Este concluyó en cuatro dias la paralela
contra el baluarte de Sau Pedro; y en los dernas




(279 )
hasta el 11 de agosto colocó al estremo de e 1Ia, 1808.
Y delante uel ramal para la segunda paralela,
una batería de uos piezas. En la noche del 12 al
13 de Agosto una batería enemiga con tres mor-
teros ue calibre ue á doce pulgadas, rompió el
fuego con la mayor viveza, dirigienuo sus bom-
bas y g¡'anadas al caserío de la: ciudad) logrando
que ardic~en varias casas con los estopines in-
cendiarios de que iban llenas. Duró este fuego
toda la noche; mas los vecinos, con el mayor
arrojo.> lograron estinguir el incendio, á pesar
de la lluvia de hombas y granadas que el enemi-
go dirigía sobre los puntos incenuiatlos.


Al amanecer del U la batería de brecha Con-
tra el castillo rompió el fuego, que continuó en
los dias 11 y 15, Y fue correspondiuo con el ma-
yor vigor por la artillería de la plaza, de los fuer-
tes y el castillo. Una granada disparada desde la
antig'ua torre de San Juan, de la montaña dc
Monj uÍ, hizo volar el repuesto de la batería
encmiga, establccitla contra el baluarte de San
Pedro t cuya guarnicion huyó despavorida con
gran pérdida. Mientras tanto el castillo se defcn-
día Con la mayor bízarría , y contestaba ince-
santel1lCl.tc con su artillcria á la encmiga que le
batia en brecha.


El Marqués del Palacio, General en gefe del
ejército de operaciones de Cataluña, trató de so-
correr á Gerona} y confió tan importante em-
presa al Brigadier Conde de Caldagués, Coronel
del regimiento de Borbon, que era uno de los
que acaLaban de desembarcar, procedentes de




(280 )
1898. las isbs Baleares. Por disposicion del mismo


General se comunicaron órdenes para que á Cal-
dagués se le reuniesen toJos los paisanos de los
pueblos por donde pasase, y ademas se mandó
á las villas de Olot y Baño]as acercasen sus so-
matenes á las alturas inmediatas á Gerona, por
la izquierda del Ter, á fin de Harnar hácia aqual
lado la atencion del enemigo, atacando á este al
tiempo que Caldagués lo verificase pOI' el lado de
la montaila de Monjuí.


La aparicion de todas estas tropas hizo (ItlC
los franceses levantasen el sitio el16 de AgoSLo,
entre nueve y diez de S11 marwna. Las vigías es-
tablecidas en el campanario de la Catedral avisa-
ron á a1uelb misma hora que las tropas del
cuerpo cspedicionario se aproximaban á la plaza
por la parte de lcvante. En efecto, empezaron á
subir con un grueso cuerpo de paisanos arma-
dos por la ladera de la montaña del castillo de
MOllj uí: la campana mayor de ]a Catedral to-
caba ,í rcbato, y ya las tropas españolas aposta-
das en el camino cubierto del castillo atacaban
con el Inayor denuedo las dos baterías enemigas
de su frente, las cuales, dcspues elc alguna re-
siste ncia fueron abandonadas por los franceses,
que se retiraron en desórden del otro lado del
barranco al pie de las torres de San Luis y de
San Narciso. Entraron los espaüoles en la pri-
mera; mas reforzado el enemigo con un batallan
de suizos ue su cuerpo de reserva, repasó el bar-
ranco, atacó ele nuevo á los c5pailOles, que no
habian tenido tiempo dc hacerse fucrtes en la




(281 )
torre, y los ohligó <Í eV<lcuarla; pero llegando
cntonel's oportunamente el illtrópido Don En-
riqnc O(lolle11, y poniélldose á la c<lheza de la
tropa que iba eu retirada, sc arrojó al [oso de la
torl'c, y cargando á la bayoneta á los francescs,
se pusicroll c:,tos en fllga con la mayal' prccipi-
tacion; habil'11l1o sido herido gl'avemenLc en este
atacjllc el valientp. gefe de los espaílOles , que re.
cibió tia balazo de fusil en ulla picrn<l,


Los cspal-lOles destrllyeron las baL~rías de que
se apoderaron, y desplJ(~s dc dos horas (le un ter-
"ibI(! fllego se pusieron eu movimienLo pal'<l pa-
sar el b;II'l'anCO r ata<.:al' el (]auco ellemigo; pero
los rra nceses, lelllcl'osoS de ser en v uelLos, aba lldo-
llaron torla la montarla, y se retiraron pOI' el ca-
mino de Francia, h,ícía Pont-Mayol', tlespues de
habcr dejado en poder tic los cspaüoles algunos
prisioneros y Illuchos mllertos.


Al mismo tiempo los paisanos fine coronaban
las monLaitas d,·l aIro Indo dd río Ter, venidos
de la parte de HÚlO)aS, se apo<1Cl'nl'OI1 de lns al~
tnras mas iumediaLas al Halla; y empezando un
vivo tiroteo de f!lsil contra los campamentos es-
tablecidos ('11 el llano de Sarri;í, obligaron á los
('nemígos ,Í nhalltlollar las lrinchel':ls y btllel'ías,
qne fueron quemadas y destrllidas pOI' los }¡,¡)ú.
tantes de Gerona «¡ue vadearon el Ter pOI' cerca
dcl baluarte lle San Per.


En aquella misma tanle rellnió el enemigo
todas las tropas que forl1l:lhan el sitio, en las que
se not:lba la mayor cOtlfllsiol1; y como el Ter
huhiese crecido por las llnvias de aquellos tlias


'fOlIO l. 36


130B.


"




(282)
1803, Y los franceses no tuviesen establecido puente


alguno para la comunicacioll entre sus campa-
mentos i y la tropa espaiJola, qlle habia venido
al socorro de ]a plaza, se mantuviese formada en
la montaüa de ~Ionjuí, y el paisanage armado
esparcido por lada ella; el General enemigo cre-
yó mayal' el número de los espaüoles dd que
realmente era, y temiendo ser atacado aquella
misma noc!le ó á la maflana siguiente en sus po-
siciones, se retiró con su ejército antes dd ama-
necel', dirigiéndose las tropas que oel! pa1¡¡1l1 la
derecha del Ter h,ícia Barcelona} y las de lá iz-
qllienla á Fig-ueras. Dcjaroll enterrados tres mor-
teros de la batería de Santa Eulalia ~ y ec11arun
las bombas en los pozos.


Al amanecer del llia 17 , habiendo salido de
Gel'ona los habitantes, se encontraron con que los
franceses habian levantado el sitio yahnndolla-
do una porcion de piezas de artillería de batir, y
muchos pertrechos y municiones. El Conde de
Caldagués no pullo picarles la l'etaguanlia por
falta de cahalleriaj mas sin embargo de no hahersi-
do perseguidos pOI' este, abandonaron duraBle su
l'clirada la artillería de catllpafIa) muchos carros
(le mUtliciones y otros efl~ctos, los cuales por dis-
posicioH de la Junta de Gerona se recogieron y
fueron conducidos á b plaza. El General eSl)allOl
supo con un puüado de tropas lomar tan acerta-
das disposiciones, que logró illutilizar el empe-
llO del enemigo de tamal' á Gerona) ahuyentán-
Jole vergonzosamente de sus inmediaciones, y.
marchó á pocos dias despues con Sil columna it




(2R3 )
incorporarse con el ejpl'cito espaiíol en las liuras 1808.
del Llobregat del otro lado de Barcelona, lle-
vándose consigo todos los prisioneros franceses
que habia en Gerona, inclusos los dos edecanes
parlamentarios.


Despues de esta retirada de los enemigos, se
continuaron con la mayor actividad los trabajos
de fortificacion de la plaza; y como no hastasen
los préstamos voluntarios y las contribuciones
del corregimiento para cubrir los muchos gastos
que ocasionaba la guerra, pues tenia que atender-
se no solo á Gerona, sino á la mallutencioll de las
gual'lliciones de Rosas:r HostalrÍch J y de los cuer-
pos apostados en la frontera de Francia) para in-
terrumpit· las comunicaciones del enemigo, é in-
terceptar sus convoyes; acordó la Junta de Gero-
na que todas las personas pudientes del cOl'l'egi-
miento entregasen una parte de la plata labrada


que tuvíeseu, y ec{lar mano rii!. {a s06rante rie {as
Iglesias que 110 fuese necesaria para ·el culto divi-
no. Con esta plata que se entregó con generoso
desprendimiento y pronlitud, se acuñaron algu-
nos miles de pesos fuel'tes y oh'as monedas.


El religioso pueblo de Gerona atribllYó á la
pl'Oteccion especial de San Narciso el haberse
librado de las tentativas que hizo el enemigo pa-
ra apoderarse de la plaza; por lo que la Junta de
la misma, condescendiendo con los deseos del
pueblo, espidió un decreto nombrando á su invic-
to patrono y m,írtir San Narciso, Generalísimo
de mar y tierra de todo el corregimiento, á cllyo
efecto se revistió pomposamente el 13 de Julio el




(284)
1808. cuerpo del santo Obispo con las insignias de


tal, banda y baston, y se le ciílÓ \lna hermosa es-
pada de oro que pesaba 16 onzas, habií~ndosc ele-
cutado esta ceremonia con una solemllc fllllcion
de r glesia en In capilla del mismo Santo,á que asis.
tieron los dos cabildos, la Junla, y to(las las de-
mas autoridades,y hahiénuose publicado y repat'·
tido en seguiua una enérgica proclama á nOlllbl'e
del nuevo Generalísimo.


Este acto piadoso irritó de tal suerte al Gene-
ral Duhcsrne, que juró impiamente que pronto se
veria en Barcelona la cabeza de aquel General
fantoístico y aél'eo; pero el cielo, dd cual nadie
se burla impunemente, le castigó, corno al impío
I-Idiodoro, disponiendo que al pie de los 111111'os
de Gerona fuesen vencidas las huestes francesas.


La Junta suprema del Principado, que !'esillía
entonces en Villafranca del Panadés, para pre-
miar la brillante defellsa lle la plaza de Gerollu
en los cloc; referidos ataques, concedió á todos los
gefes y or.ciales de Sil guarnicion un grado mas,
con otra.~ varias gracias á nombre de Fel'nan-
do VII, 1:18 que fueron confil'll1auas por la Junta
Central en Sevilla; teniendo la mayor salisf~lccíOI1
al saber que el Conde de Caldagués había sido
1)l'omovido á Maris.cal ele Campo, y alglJlIos dt:!
los oficiales que le <Icol11pailal'on en su fe1i~ esp.c-
dicioll, á un grado mas.




(285 )


CAPITULO XXIII.


Marcha Dl1pont sohre Allllalucía. - Comisioll dd General
Sahary el¡ Ma(lrid. -Dll)lOllt es detenido por c1l'ais<1na-
be en Valltcpcilas. - Pasall los franceses;í SiClTalllol'e-
lIa. - AtalllW y lOina lid puellte de Alcolea. - OC11pa-
cion y s:l<]ueo de Cú!'(lo\¡:l. - Hetira(la (le los espaiiotes.
- SaC[llc'() de ,\Jolllojl". -l'(:rditla ele los franceses en
aCIllclla Villa. - H('J"oicidad,·s de Sll Alcalde. -Disposi-
cic)!Ies patri(~1 ieas tic la Junta tic Jaen. - La J unta de
S(~vi¡la rci,acl! y Ol'S:llliza clcj(:,·cito. - Varios puehlos le-
valllall l'ebillli(~llLos cOlltra los frallceses. -Movilllien-
to tle la~ tro~1as cspaüolas para observar las cnelHiGa~
de POl'tugal.


Inlcrin lns armas francc8ns sufrian varios lks- 13(;8.
calabl'os ClI Cllalll]¡:¡, StO vCl'ific;¡]Jan en elmediodia
de Espnll<l aC¡I{'ciillielltos de la rnayol'illl[lortal1cia.


El GeBeral Dllponl salió de Tuledo el dia 23
de l\1ayo con dil'ecciOI1 ,j Cadiz, con el oLteto de
apoderarse de ar¡lIclla plaza, libel't:tl' la escuadra
frances;¡ qlle se IHlllalHl snrl;¡ en Sil bahia) y asc-
gnrarl>c de lIll plinto) C[l1e :;i:~lldo lan defendible por
su llatul'alez,l, prcsculaba llt1 cenlro de rCllniull
al valor de los cspaiJOles, que desde alli poarian
rcciLil' poderosos refuCl'zos y auxilios de b Ingla-
terra. Intcl'in lIlarchaba DlIpOlll ,; Andalucia, el
Príncipc l\lural file alacado en MaJri(1 de una eu-
fel'medntL vergollzosa, frllto de sus (le~úrllcnes,
que le puso en la imposibilillad de dedicarse al
despacho de los llCgOClOS. Partl rcemphzarle




1808.
(286)


nombró el Emperador al General Savary) Dl~que
el.! Rovigo, el mismo que con tan alevoso y pér-
fido engallO habia conducido á Bayona al cautivo
Monarca J por quien la nacion entel'U comba tia
en masa, Las instrucciones que este General re-
cibió de Bonaparte J se reducían á leer todos los
partes y comunicaciones que se dirigiesen al gran
Duque de Berg J responder á ellos, y dar todas las
órdenes urgentes pero sin firmarlas J pues esta
atribucion se reservaba al General Belliard J que
dehia hacerlo todo en calidad de Gefe del estado
mayor. El Emperador tomó esta disposicion, por-
tple estaha en intencioll d(~ hacer marchar inme-
diatamente {l la capital á su hermano José J y no
queria hasta su llegada hacer innovacion alguna
en la administracion pública.


El principal encargo de BOIl:1parte á Savary
fu e el mantener espedita la COl1l u lIica cio II entre
Madrid y el ejército de DL1pollt. A su llegada á
Madrid marchó el gran Duque de Berg á Bayo-
na, en .donde poco despues fue nombrado Rey de
~ápoles. Savary J apenas llegó á Madrid, encontró
fluC las comunicaciones con el ejército de Dupont
se halbban interrumpidas. Este atril vesó las lla-
nuras de la Mancha, sin mas oposicion que la que
le pl'esentaron los habitantes de la villa de Val-
depeñas, que en el 5 de Junio por medio de un
ingenioso ardid lograron detener dos dias la
marcha de un ejército acostumbrauo á vencer á
los gucncro5 del norte. Al abrigo de las casas
fíQstu vie ron 11 n terrib le fuego contra los france-
ses, que en yano il1tentah,tn penetrar por las ca-




(287 )
Hes que se hallaban atascadas con carros, maderos ·180a.
y piedras. El suelo se hallaha sembrado de ta-
chuelas ) clavos y puntas agudas, que encubier-
tas COl! la arcna, inutilizaron gran parte de la
caballería, teniendo que desistir vergonzosamen·
te, y continuar su marcha á Sierra morena.


La Junta de Sevilla se preparaba deciJida-
menle á la guerra, y el reino de Granada, puesto
en insuneccion, envió al mando del General Rc-
Jillg un ejército para cooperar con las fuerzas
dd de Sevilla. Córdoba era la primera ciudad
importante (IlIe el ejército frallces amenazaba COIl
sus operaciones, y tambien fue la pri!llera á pre-
pararse á la resistencia, dando el mando del pai-
s:..nagc, que lleno Je entusiasmo tomó las armas,
al Ccronel Don Pedro Echavarri, que á la saZOll
se 11a11<1ba en aquella ciudad destillado á. la per-
sccucioll de malhechores. Este, auxiliado de Jos
pueblos circunvecinos, formó una renuion de
paisanos armados de á pie y de á caballo que por
su número y entusia~mo demostraban desde lue-
go la de cision unánime ue la nacion por la ca usa
sagrada de la indepenU('llcia, y cuánto se po(lia
esperar de un pueLlo semejante, dirigido pOI' uua
mano salJia y esperimcuLada.


La n'tpicln marcha del cjército de Dnpont hi-
zo que la Junta SUpl'eIl1a <le Sevilla acelerase sus
disposiciones para una primera resistencia en las
inmediaciones de Córdoba; pues el pueblo esla-
ba cmpcüatlo cn marcllar al encuentro de los ene-
migos sin calcular ni sns fuerzas ni sus recursos.
En a({llcUos primeros momentos de insurreccioll




(288)
¡sos. no escuchaba.la voz de las autoridades, ni cono-


cía la suhordinacioll J sulo ohetlccin al :\1'001' quo
le impelia ¡í buscal' nI enemigo. Es prodigioso <Iue
la Junta en semejan le siluaciolJ ]ludiese desaten-
der los grilos de la ignorante l1luchetlllmbl'('J y se-
guir sin litllbe:]t' la linea y conulIcla quc seiJalaba
la prudencia, y {, que se dehió el feliz l~xito oc sus
armas. Los hatallones de la tercera division de
granaderos provinciales, algullos olros clIerpos y
varias pie;l,<ls de artillería se remiticron deslle
Sevilla á Córdoba con la mayol' diligencia. El
enemigo marchaba decidirfiIi11Cll[(; adelanle, y
despues de VCIICCI' en primeros de Jllnio la corta
resistencia que algunos tiraLlores del pais plJ(lie-
ron oponerle ell S1l pnso por SiCl'r:l1l101'ena., el 6
llegó al Cal'pio y el 7 se presentó CIl el pllPn~
le de Alcok:1, en dOil:lc el Coronel Ech;lValTi, pro.
movido á G(~llel'al pOI' el PllcJ¡JO d\.: C¡Jrdoba J le
e."pe¡>aba CClIl \lua Illnltitlltl de paisanos qUl~ se ha-
blJll for111allo c nula mayor cclerida d e ti batalloll es,
y \In corto númcro tle tropas regladas Con cuatro
piezns de artillería fine compondrian L40() h0111-
hres enlre illf,liltcrÍa y caballerí:l. Esle ejército,
compl1('sto de un llLlnH'l'OSO pero illeSpCI'!O paisa-
Tlage, St~ sitlló en In posieion llamacla Cucsta de
la Lancha ent!'c Córdoba yel nuclIlc ele AleoIea.


. ,


La di .. posiciotl de este presenta abumlantes rc-
Cursos de defensa; pero la falta ¡](~ tiempo y de
medios hizo que solo se form;¡se lIna zanja en su
eabeza, e11 cuyo P;¡I';¡jleto apenas porlian comba-
tir sesenta hOl1lbres. Bien es verdad que :lllll
cuau'¡o se hllbiera llerendido con t(lIlo el 1'1(;01'




(289 )
del arte J el puente no hubiera bastado á detener 1808.
á los enemigos, por ser el Guadalquivir vadeable
en variÜ's puntos duranle los ardores del verano.


El enemigo á las cuatro de la mañana del 7
rompió el fuego de cailon, que sostuvo por espa-
cio de hora y Inedia; y al abrigo de los tiros de
doce piezas de batalla, reconoció la débil obra
que le defendía, y marchó resueltamente á ata-
carle; pero fue tal el ardor de sus defe'nsores,
que le rechazaron; mas rehecha y reforzada la
columua francesa, volvió decididamente á la
carga) y consumidas las municiones por la cor-
ta fuerza espailola que defendia la llamada cabe-
za del puente, tuvo esta que ceder y retirarse á
reunirse con la tropa que se hallaba situada en la
altura de la cuesla de la Lancha. A la derecha
de esta colilla tiene el Guadalquivir un estrecho
vado llamado del Hincon) por donde pasaron á
caballo algunos paisanos armados para atacar al
enemigo, Ínterin este tl'ataba de apoderarse del
puente. Eran buenos tiradores, y aproximán-
dose con valor, causaron bastante pérdida á los
enemigos; pero cargados fuertemente por su nu-
merosa caballería, perecieron bastantes, y otros
se tiraron al rio, y no acertando con el angosto
vallo por la precipitacion, perdieron la vida aho-
gados. Los franceses, dcspues que pasaron el puen-
le , dejaron encomench.da su custodia á la Guar-
dia Imperial de Marina: ocuparon la villa de AI-
colea, y formados en tres colllmnaa, despues de
seguir á los que desalojaron del puente, se diri-
gieron á la línea de batalla J adelantando su C3-


'fÚ"\fO l. 37




(290 )
1808. hallería contra dos escuadrones del regmuento


del Príncipe que estaban en el camino real. Las
piezas de la artillería española disparaban contra
las columnas enemigas; pero estas no dejaban
por eso de avanzar. Entonces se reconoció la im-
potencia de los €sfuerzos del pais3nage en campo
raso, y en tanto que la columna derecha enemi-
ga marchaba conocidamenle para dobla!' la línea
española por su flanco izquierdo, tratando las
demas de romper pOI' su centro, Echavarri co-
noció el apuro de las circunstanci.as, y reunió en
el mismo campo y á caballo en consejo de guer-
ra á los gefes de los cuerpos, y determinó la re-
tirada á Córdoba. En esta situacion los movimien-
tos del enemigo, avisos equivocados y mas de-
seos de vencer que conocimientos para lograrlo,
produjeron órdenes y contraórdenes repetidas)
movimientos falsos, y sobre todo la pél'dida de un
tiempo precioso para verificar tranquilamente la
retirada á Córdoba, causando una total disper~ion
en los cuerpos del paisanage, cuyo azoramiento,
propio de la indisciplina, se aumentó hasta el es-
tremo por la voladura de un repuesto que se aban-
donaba, y que fue la seilal de la completa dis-
persion de los que el patriotismo habia reunido.
Los cuerpos veteranos siguieron tranquilamente
yen órden su re tirada ~ IH'ecedidos de la artillería;
mas cuando llegaron á Córdoha, se encontraron
las puertas de la ciudad cerradas; y haciéndolas
abrir se dirigieron á la plaza mayor, destinando
una compañía de granaderos para la defensa de
la puerta por donde debia entrar el enemigo. Los




('291 )
franceses se detuvieron algunas horas antes de en- 1808.
trar en Córdoba, y á las tres de la tarde, poco des-
pues de haber entrado en ella los españoles, pusie-
l'on una batería enfrente del puente para impedir la
salida de los habitantes, y con el todo de su fuer-
za se presentaron delante de las murallas antiguas
de Córdoba, de las que lJllaparte fueron cons-
truiJas por los romanos, y la otra por los árabes.
Los habitantes habían cerrado las puertas, y los
soldados y algunos paisano-i haciendo fuego des-
de las casas inmediatas, intentaron defender su
entrada; mas á pocos momentos fueron abiertas á
cañonazos, quedando muertos alli mismo algu-
DOS de sus defensores, y retirándose las tropas es-
pañolas á Ecija envueltas con el enemigo que en-
tró triunfante en Córdoba. Esta poblacion de trein-
ta y cinco mil almas se hallaba abandonada de sus
Magistrados y principales habitantes; y, queriendo
Dupont presentar un ejemplo aterrador á toda la
Andalucía, hizo saquear por tres dias esta ciu-
dad, morada en otro tiempo de los califas Omia-
das, y se vieron repetidas en sus calles, en sus
casas y en sus, templos las escenas de horror de
1236 J en que los moros fueron arrojados para
siempre de arIllclla ciudad pOI' Fernando III) Rey
de C<lstilla y de Leon. Destruyeron J profana-
ron y robaron varias iglesias y conventos, sin
perdonur los vasos sagrados ni las imágenes que
destrozaron; arrebataron á sus vecinos las mu-
geres, llevándoselas <i los campamentos,y se en-
tregaron al saqueo desde el General en gefe has-
ta el último soldado. El General Laplace, que se




(292)
1808. hallaba alojado Con todas las comodidades posi-


bles en casa del Conde de Villanueva, robó á és-
te dos mil ducados, y ademas le exigió en p" go de
su generoso hospedage ocho mil reales de contri-
bueion. Este General fue nombl'ado Gobernador
de Córdoba. Dupont, despues de haber sacado de
la tesorería y varios establecimientos públicos
diez millones de reales, impuso fuertes contribn-
cionesá los infelices habitantes. Dnpont ordenó
la recomposicion del puente de AleoIea, y deiú
para su custodia nn batallo n de Marina de la
Guardia Imperia1.


La pérdida que tuvieron las tropas que pelea-
ron en el puente de AleoIea , no fue de mucha
consideracion, aunque quedaron no obstante al-
gunos soldados muertos en el campo de batalla,
y otros se retiraron heridos, entre ellos bastantes
oficiales, sin que pueda determinurse su número
por falta de documcntos. Dispcl'sada asi la reu-
nion de Córdoba, y ocupada por el enemigo aque-
lla Capital, el paisanage se esparció en todas di-
recciones, y los dos cuerpos del ejército con la
artillería se dirigieron á Carmona, reuni{!U(losp-
lps en Ecija el regimiento de infantería de Jaen,
(I!le marchaba hácia Córdoba.


Tal fue el desastroso fin de la acclon del puen-
te de Alcolea; ni debia esperarse otro de un cuer-
po informe; sin disciplina, ignorante en el uso
tle las armas de fuego y en las maniobras milita-
res, aunque alentado por el amor á la patria. A
la vista yen oposicion de unas tropas aguerridas,
mandadas por generales amaestrados en la escue-




('293 )
]a de Bonaparte, hicieron prodigios de valor, y ~8(J8.
dieron á conocer el espíritu que reinaba en An-
dalucía, y los peligros que esperaban á los ene-
migos en un pais levantado en masa; y demos-
traron de lo que seria capaz su inesperto valor,
una vez disciplinado y dirigido por hábiles ge-
nerales.


La villa de Montoro, que al primer llama-
miento de la Junta de Sevilla habia remitido al
ejército mas de 1.400 hombres, la mayor parte ar-
mados, y entre ellos 300 con caballos, fue abando-
nada por su vecindario al tránsito de los france-
ses para Córdoba; no quedando en ella mas que
un corto número de habitantes COn el Alcalde,
quien á pesar de franquear á las tropas enemigas
cuantos víveres pidieron, no pudo evitar el sa-
queo, á que se dieron hasta los mismos oficiales.
El enemigo á su salida dejó en el pueblo un des-
tacamento de 70 hombres al mando de nn Capi-
tan, con el objeto de conservar el puente fine tie-
ne sobre el Guadalquivir, y de proteger el acopio
de víveres. Don José de la Torre, Alcalde ordi-
nario de Montoro, concibe el designio de apode-
rarse de este destacamento, y auxiliado de un
gran número de paisanos, provistos de armas blan-
cas lÍnicamente, carga sobre la guardia de 25 hom-
bres que guardaba el puente, se apodel'a de ella,
y con sus fusiles sorprende el cuartel enemigo,
hace prisionero el destacamento con su Coman-
dante, y los remite á la Isla de Leon. Este bene-
mérito esparlOl se apoderó tambien á pocos dias
de unos carros que con escolta iban para Córdo-




(294 )
1808. bao Como el enemigo careciese de noticias del


destacamento de Montoro, envió desde Córdoba
cinco soldados de caballería que se retiraron á
Aldea del Río, por haberles hecho fuego prema-
turamente; y reunidos á 49 que escoltaban un con-
voy para Córdoba, el Alcalde de Montoro, embos-
cado con una porcion de paisanos, tomó tan acer-
tadas medidas, que los 40 quedaron muertos en el
encuentro, y 4 prisioneros, escapando íll1icament~
2 hombres de caballería y 2 de infantería, que fue-
ron á llevar la noticia á Córdoba. En su consecuen-
cia el General francés destacó l.OOOhombres para
incendiar aquella villa,y traerse preso al Alcalde,
ComO lo verificaron, asi como á un infeliz habi-
tante, único que encontraron, y á quien hallaron
unos cuantos cartuchos. El Alcalde fue senten-
ciado á ser pasado por las armas; pero le salvó
la intcl'cesion del General Frcsia, á quien al paso
del ejército enemigo habia hospedado en su casa.
Fuel'on puestos en libertad, imponiendo á la vi-
lla una contribucion de 30.000 duros y de otros
varios efectos, la que no llegó á exigit'se por la
retirada de Dupont. La Junta de Sevilla premió
el valor de este heróico espaüol con el grado de
Capitan de ejército.


La ciudad de J aen, cuando supo la noticia de
estos acontecimientos, se hallaha toda en armas,
habia nombrado su Junta de gobierno, y se pre-
paraba COIl el mayor vigor á repeler á los agreso-
res. La J unta recibió noticias por el Intendente
de Ciudad.Real, Don Juan de Modenes, de que al
enemigo le venian refuerzos de Madrid, y envió




(295 )
con la mayor presteza partidas de soldados y pai- 180ft
sanos á las gargantas de Sierramorena, al mismo
tiempo que las compañías creadas por la Junta
se hallaban en ]a villa de Arjona en observacion
del ejército de Dupont. Los encuentros, aunque
de poca consideracion, fueron frecuentes y ven-
tajosos siempre á las armas espai'lOlas, con lo que
los pueblos se alentaron mas y mas.


La Junta suprema de Sevilla no se arredró
con el previsto contratiempo de Alcolea; antes
bien redobló su celo y actividad á la vista del in-
minente peligro que se acercaba. Llamó á las ar-
mas á toda la juventud; recompletó con ella las
bajas de los cuerpos al pie de guerra J y fue tal
el número de voluntario& que se presentaron al
combate, que en solo Sevilla se formaron cinco
batallones y dos regimientos de caballería de su
denominacion. Cadiz creó el batallon de Tirado-
res de su nombre. Utrera, Jerez, Osuna y Car-
mona levantaron cuerpos de infantería y caballe-
ría ademas de haber concurrido á completar con
su cupo los cuerpos antiguos, quedando aun des-
pues de puestos los regimientos en el pie mas alto
de guerra) muchos quintos que se despachal'on á
sus casa.o; hasta que fuesen necesarios. Ademas, to-
dos los puehlos que tenia n establecidas milicias ur-
banas, las pusieron sobre las armas, y otros las es-
tablecieron de nuevo. En Cadiz se formaron varios
batallones de voluntarios, que, costeados por sí,
dieron la guarnicion de la plaza y los castillos, ahor.
rando con esto un númerO considerable de tropas
(lue quedaron endisposicion de marchar al enemigo.




('296 )
1808. No se ocultaba á la Junta de Sevilla el movi-


miento que desde Portugal hemos dicho que debia
hacer el General d' Avril para penetrar en An-
dalucía por el cünJado de Niebla, con objeto de
apoyar las operaciones de Dupont, quien se glo-
riaba de ocupar á Sevilla para el 14 de Junio.
Para observar los movimientos del enemigo por
aquella /frontera, se destinó al Mariscal de Campo
Don Felix Jones, con un cuerpo de tropas regla-
das y de tiradores de la sierra de Andevalo, con
instrucciones para oponerse á su marcha; mas
los sucesos que hemos referido del Portugal, ocu-
paron la atenciol1 de d' A vril, que no pudo verifi-
car esLe movimiento, y la division espaiiola, des-
pues de haber recorrido la frontera de aquel Reino,
se intel'lló en Espaüa y se reunió al ejército que se
estaba organizando en Utrera.




('297 )


CAPITULO XXIV.


El pueblo de Cadi? illtcnta rendir la eSCUfl(lra fI'11)Cf~Sa, _
Pusiciunes de las escll;](lras espallOla)" f¡'allcesa, - bli-
man la rendicion al Almirante francés. - La escuadra
inglesa se sitúa delante de Cadiz. -llreparativos ra-
ra el comhate. - Segunda intimacion, y contestacion del
Alllliranle.-Los espaiiolcs atacan la escuadra francesa
COll fllerzas sutiles. - Armisticio lle CU'ltro dias. - Ter-
cera intimacioll, y renllicio!1;í discrecion de la eSCU<1-
(ha, - YCllbjas de esta yicloria, - Granarla reune sus
tropas ;í las del JlcilJo de SCI·illa. - OrgalJizacioll <l,.lllli-
rahie del eje'rcito de AnlLlhcia. -DcscllllJareo de tro-
pas inf)lesas en el Puerto llc Santa :\laríaj cuyos socorros
!lO son adlllitidos.


Por estos mismos tIias el pueblo de CaJiz fue 1 HiJtl.
testigo de UIlO de los mas import<lnLCS aconteci-
mientos. La escllaJra francesa, Ciue en combina.
ciou Con la espaüola, dcspues del Jc'sgraciaJo
combate de Trafalgar, se hdlaba surta en afI11e-
lla hahía, tuvo que rendirsc á los espaf101cs. El
pueblo de Cadiz, desdc el il1isl11o día 29 ele Mayo
en c¡ne se declaró por la j Llsta causa de la in de-
pt:ndencia, reconoció;Í In ,Tuula tle Sevilla, y pu-
so sus miras en' ia rendicion de la escuüdra ene-
miga, que dentro (le Sil J~abía trcmolaba' el pabe-
110n tricolor. La escuadra combi~lUda sc hallaba
en dos lín(~as, apoY'lllclo sus cahezas' cn los casti-
llos de Malagorda y Puntalcs,.., alternalidú tos
navíos cspañoJ('s y france'ses. D~s(le;:el tiidnlcnlo
eri que cstalló la ihsú'rrccé'ioil ;'arnb~se:s~lt!\dras


TC",JU l. 38




(298 )
1808. se pusieron á son de combate Con zafarranchos


hechos y mecha encendida, pero sin hostilizarse.
Queria el pueblo que desde los castillos se batie-
8C á los franceses con bala roja, y cstuvicron ya
encendidos los hornillos; pero ]a consideracion
de los estragos que podría causar á la misma po-
blacian de Cadiz y al Tl'ocadero la espIosían de
la S1,Inta Bárbara de los navíos, y el peligro de que
los buques espaüoles ardiesen á la par que los
enemigos, fueron poderosos motivos para desis-
tir de semejante proyecto. El 30, dias del cauti-
vo Monarca, uno de los Ayudantes de la escua-
dra marchó á hordo del navío Príncipe de Astu-
rias con un Diputado del pueblo de Cadiz, y se
dirigió al Héroe, navío francés, para intimar la
reudicion al Almirante Roselly. Este, que espe-
raba la llegada del Geueral Dupont, y que ya es·
taba p¡'cparado para este succso por habcr reci-
bido anticipadamcntc por estraordil1al'io la noti-
cia de la catástrofe del 2 de Mayo en "ladrid, se
negó á rcndirsc á un pueblo insurreccionado,
asegurando que si bien no romperia las hostilida-
des, se defenderia hasta el último trancc. El Ge-
neral de la escuadra espaiíola Don Juan Ruiz de
Apodaca 7 en vista de esta contcslacion, aprove-
chando el viento fresco que soplaba al S. E., en-
mendó el fondeadero de Ja misma, y se situó
hácia la boca de la bahía. A la maüana siguiente
la escuadra francesa hizo lo mismo 7 y desde lue-
go se prepararon para el cOl11.bate.


La escuadra indesa del Almirante Pelbis con
. o


6.000 hombres. de tropas de desembarco al ma11-




('299 )
do del General Spenzer) salió de Gibra1Lar el 15 1808.
de Mayo) y reunida á los buques de aquella na-
cion que cruzaban delante de Cadiz, se mantu-
vo en aquellas aguas con el objeto de cortar á la
escuadra francesa su retirada.


Se pensó desde lllego en batir á esta con los
buques que componian la espaüola; pero DOll
Eusehio de Herrera, vocal de la Junta suprema de
Sevilla) que se hallaba comisionado en Cadiz, y
las demas autoridades de mar y tierra, deseosas
de evital' las malas resultas de un combate entre
las dos escuadras) adoptaron la medida de batir
la francesa con fuerzas sutiles y con baterías de
tierra construidas en los puntos mas ventajosos.
Se desmanteló en sola una noche el castill-o de
Fort-Luis J que lejos de poder ser útil) podia per-
judicar á b ciudad, y servir de apoyo á la escua-
dra francesa.


Adcmas se construyó en el Trocadero una
batería de morteros J otra en el castillo de Pun-
tales, otra en la punta de la Cantera y otra en el
parque de artillería de la Carraca. Por la marina
la escuadra reunió los faluchos cañoneros que
tenia ocupados en convoyes á la fuerza sutil de
bahía, y en tres días se alistaron doce bomhar-
oeras que se reunieron en la Carraca con las fuer-
zas sutiles de Sancti-Petri. El 9 de Junio por la
maflana se intimó de nuevo la rendicion al Almi-
rante Rosclly, que conlestó 10 mismo que la vez
primera. El navío Príncipe de Asturias largó in-
mediatamente la señal de romperse el fuego por
las fllCrZ;¡S sutiles. En seguida, las 25 caj)Qucnu;}




(300 )
1 S08. 12 bombarderas, b botes y demas fuerzas sutiles tri.


puladas por gente de la escuadra, y formadas en
línea en la ensenada de Torregorda, y las de la
parte de la Carraca en la desembocadura del caüo,
rompieron un fuego terrible, siendo vivÍsimo y
acertado el de morleros, asi de tierra como de mar,
'J' en especial por su situacion el del parque ue
la Carraca. Todo el dia duró este atacIne, en el
que las fuerzas sutiles sufrieron algun tanto, que-
dauJo inutilizadas 10 bombal'lleras y 4 caüoue-
ras, y una de ellas y un rnÍstlco echados á pique,
aunque el número Je muertos y heridos fue muy
corto. Por la noclJC continuó el fuego de morle-
ro lenLamente, y los en;~migos contesLaban en la
mIsma forrna; pero en la rnadrugada del 10 fue
('sle ya mas vivo, y alamanecer se advirtió que la
f'scuadr:l francesa, segun sus maniobras, trataba
de ]ll1ir del pucrlo; pero inmediatamente el na-
"VÍo Príncipe de AsLurias bi'gó la sellal de vela,
se retiraron las fuerzas sutiles, y se dispusieron
lodos Jos buques e~pnüoles á salir mezc1ados con
los franceses en el caso de intentar la fuga. Con
'el objeto de que los hu{{ucs enemigos no pudiesen
empl'cndcr operacion alguna por la parte del ar-
senal, ni por la baba, se cerró enteramente la
enlrada de esta por una cadeua formada con 1.lU-
ques mercantes ccLHlos ;Í pj(jllC.


Ademas se formaron dos baterías tle 30 carlO-
nes de á 24 en la Casería de Osio, y otra de 8
piezas junto al puente de la nueva poblacion de


'San Cárlos. En cstus operaciones se ocupó el pllC-
hlo desde ellO hasta e114 de Junio, en cuyo día




( 301 )
tuvo la gloria de rendir á sus enemigos. Irllima· 1SG8.
da por tercera vez el dia 10 la rendicÍon :í la es-
cuadra, el Almirante la rehusó con el mismo te-
son .. solicitando se le permitiese salir al mar, Ó
que en el caso de arriar bandera, sc le asegurase
la vida y bienes, no solo de los franceses elc
la escuadra, sino ue todos los de la provincia,
quedando los buques en libcrtad para marchar á
Francia. Estas proposiciones fueron consultada~
á la Junta suprema de Sevilla por su vocal,Don
Eusebio Herrera, y en el Ínterin se concluyó un
armisticio por el tiempo que medió desde el 10
al 14 en que llegó el ullimatum de la Junta, redu-
cido á que el Almirante se rindiese con su escua-
dra á discrecion. Las lanchas de los a}Jostaderos
de Ce uta , A] geciras y Mála gapasa ron á rcfg1'zar
la fuerza sutil de la bahía de Cadiz. Intimado al
Almirante RoscIly el ultim3tllm de h Junta, ar-
I'ió desde luego bandera, manifestando que acce-
Jia á la rendicion, des pues de haber apurado lo-
dos los medios de resistencia, apelando á la ge-
.nerosidad espallOla ... y pidiendo al misrno tiernpo
<jue se le mandase poca gente al tiempo de hacer
evacua!' los navíos por las respectivas tripl1lacio-
·l1es. Estas y la tropa francesa fueron trasLorda-
das por el pronto á buques mercantes) en cuya
custodia se pusieron algunas lancllas CaÜOllel'a~)
y se permitió al Almirante despachar á uu Oücial
l>al'a enterar al Emperador de la catéÍslrofe de su
.escuaLlra.


'Fruto de esia scüalada victoria del puehlo tIe
Cadiz fueron [} navios de línea y una fragata con




(302)
1K08. 3.676 hombres prisioneros, 442 cañones, 1.661


quiutales de pólvora, 1.429 fusiles) 80 esmeriles,
50 cal'abinas, 505 pistolas, 1.696 sables, 425 chu-
zos, 101.568 balas de fusil, otras municiones,
y copiosos repuestos marítimos con víveres para
seis meses. Los cascos de estos buques tuvieron
bastantes averías, causadas, tanto por las balas, co-
mo por las bombas, de las que habian caido dentro
hasta diez, aunque para precaver su estrago habían
tendi(1o sobre las cubiertas cables y toda especie
de jarcias. La pél'Jida de hombres fue de 12 muer-
tos y 51 heridos, entre ellos un Capitan de navío.
Esta victoria hizo que todas las tropas que esta-
ban en Cadiz y sus inmediaciones, marchasen des-
de luego á reunirse al ejército que se estaha or-
ganizando en Utrera, y al que Granada cOl1tI'i-
huvó tambiel1 con sus socorros. Este Reino habia


"
erigido su J unta con independencia de la de Se-
villa, aunclue obraha de acuerdo con ella, y des-
plegando una actividad no menor que aquella, en
pocos dias logró ver organizados seis batallones
bai O la direcc¡on del General Don Teodoro Re-
ding, y continuando de este modo llegó á poner
sobre las armas, con los cuerpos nuevos que le-
vantó y los cuadros que completó al pie de guer-
ra, 33.300 infantes y 3.060 cahallos, los que con
el ticmpo, y segun se fueron formando, salieron
p~ I'a los puntos que cxigian las urgencias de la
guerra.


Nada es comparable á la activirlad qne reina-
ba en Utl'cra en la organizacion del cjército. Diez
y seis Jias flJeron bastantes para crear, como por




(303 )
encanto, un ejército lucido, adiestrarle y llcvar- 1808.
le á combatir con los vencedores de toda Europa.


El 9 de Junio el General Castaüos J á quien la
J unta de Sevilla hemos dicho que con fil"ió el
mando del ejército, se hallaba en Carmona
acompañado del Presidente de la J unta Don Fran-
cisco de Saaveura j y habiendo dispuesto que en
aquel punto se situase á las órdenes del Brigadier
Marques de Coupigni una vanguardia de 4.500
homhres, estableció el cuartel general de asam-
hlea en Utrera, resistiendo can la mayor firme-
za las murmuraciones y el ímpetu del paisanage
y de los nuevos soldados que intentaban mar-
char al encuentro del enemigo, 10 que se propu-
so no permitir hasta que el ejército se ballase
completamente instruido. El 26 de Junio, avisa-
do por el General en gefe, marchó el Presidente
de la Junta suprema á Utrera para pasar revista
al ejército antes de salir á campaña, como se
efectuó en el campo de la dehesa, inmediato á la
poblacion. Las tropas evolucionaron por batallo-
nes y en línea, y tanto en los movimientos co-
mo en el manejo del arma y en los fuegos, ma-
nifestaron la mayor destreza. Admirable es que
en tan breve tiempo hubiese podido formarse é
inst.ruirse ejército tan numeroso, cuyos dos ter-
cios de fuerza eran de inespertos paisanos; pero
ocho horas de ejercicio por tiia J y todos los mo-
mentos ocupados por el infatigable Castaños en
orgallizarlo; igual actividad y anhelo en los que
obedecian, que en los que mandaban, en los que
suministrahan los mc(lios .. que en los (lue los Clll-




(304 )
H:J8. pleahan i el árden mas admirable presidiendo á


tOllo cn el momento del peligro, al paso que la
lrunquilidau de ánimo; y la confianza universal en
los medios y en la justicia dc la causa de la
patria, pl'OdLljcron la alegría y entusiasmo del
solelado, y allanal'on insuperables dificultades.


La Junta suprema de Sevilla suministraba
cuantos medios estaban á su alcance; y estos, ma-
nejados por manos Íntegras y puras, se utiliza-
han todos con un celo y desinteres el mas es-
traol'llinario. Con el vestuario completo de un
soldado, se habililaban y vcstian dos; el uno
nsaba los ea lzones .> casaca y somhrero, y el otro
los pantalones, charlucta y gorra de cual'ttil: por
fOl'luna la cstacion no exigia ahrigo: de un eor-
reage se hacían dos, el uno llevaba la bayoneta
cnla cal'tuchcl'a, el otro en clporta.bayoneta. No
alcanzando las cal'tuchel'as y cananas que de
pronto se hicieron, se suplieron con sa(luillos de
lienzo, no faltando fusiles y pólvora que se fa-
hricaba en Sevilla, y ademas la suministraban
abundantemente los ingleses quc comisionaron
})ara la distribncion de estos auxilios al eapilan
de caballería Witillgam. Por este mismo tiempo
descmbarcaron en el Puerto de Santa María seis
mil hombres de aql1clla nacion al mando del Ge-
neral Spcnzcl'; pero no se creyó decoroso á la
cspaüola hacer uso de estas tropas auxiliares,
mi.entras los apuros no lleg~sen al último c~tl'C­
InO. El cjórcito espai'lOl, aun clespues de incorpo-
l'atlu en ólla division de Granada, nO pasaba de
tl'cinta mil infantes y dos mil y quinientos ca-




(305)
hallos, igunl casi en númerO pero inferÍor en 1308.
calidnd al del enemigo, el cual ascendia á
24.000 solundos aguerridos y acostumbrados á
llevar ,l todas partes la victoria en la punta de
sus bayonetas.


A la revista del ejército español precedió una
reunían en casa del General en gefe de los gefes
y oliciates principales de su estado mayor J y á
prcscllcia J.e] l)residcnte de la Junta suprerna se
manifestaron los estallos, noticias y l'cconoci-
mientas, y cuantos uatos podian desearse para
cimentar un acertaLlo plan de operacioues, y en
su vista se acordó que siendo necesario tomar la
ofensiva, era indispensable hacerlo con toJo el
fruto posible, lll'ocurando acosar por todos lados
al enemigo, cortarle las comunicaciones y víve-
res, maniobrar con fuerzas pOt' su retaguarJ.ia, é
impedir la rcullion de los refuerzos flue esperaba
de Madrid, y en caso de (lue el General DUpOllt
permaneciese en posicion aJ.elautada, procurar
inle¡'pollcrse ent.re su ejército y los socorros) ata-
cándole decididamente, aprovechando todas las
venta ¡as que el terreno y el patriotismo de las
tropas y de los naturales ofrecian .


• 19:0HMeISOo---


'rOllO l. 39




( 306)


C;\I)ITULO XXV.


El ejército de Andalucía cntra en campallJ. - Dnpont sr:
retira de Cónloba. - Se situa en Amlujar. - Escasez
tcrr,ible llue esperimenta su ejército. - Cl'itica posiciou
en (lUC se halL!. - Pille socorros á 1\Talb·id. - Envia :í
Jacn por V1 vel'es; y la ci II dad SI! los niega. - S;Hlueo de
Jaen. - Evacuan los franceses la ciudad, cstipulando
con su Junt.a la cntrega de víveres. - El pllr.hlo impide
la salida de los víveres. - Atacan los franceses Ilueva-
mente la cllldatl. - Los hahit.1J1l.cs, altxiJj¡.c1os (le alguna
tropa, los repelell. "'7 Las trllpas (le Granada sc incorpo-
ran COIl el ejército de AlItlaltlcía. - Di5trihucion del
ejército en cuatro diviúúllcs. - Se [ornl1ll dos cllerpos
volantes. - La insltl'reccion g~ncral corta la cG!llllniCl-
cion de Dupont COIl Madrid.


t80S. El 29 de JlInio se puso en movimiento el Ge-
neral Castaños con su ejérci.to, marchando con
el mayor entusiasmo y alegria estos nuevos solda-
dos, cuyo ímpetu habia costado tanto contener duo
rante ,el corto tiempo que se empleó en su organi-
zacion. En tanto el General Dupont se mantenia
en Cór(lob:l J donde pcrm:ll1eció 10 djas , pesando
sobre esla desgraciada ciudad todos los esccsos de
un e.¡ército desenfrenado. Alli agllardaba la reu-
nion del General Vedcl, cuya tardanza le causaba
la mas viva inquietud, habiendo recibiJo en este
tiempo la noticia Jel alzamiento general de la An-
dalucía y ele la rendicion de la escuadra francesa
surta en la bahía de Cadiz. Enlonces conoció (Iue




(307)
no podía ocupar con solo las tropas que mandaba,
las ciudades populosas de Andalucía con]a plaza
fuerte de C:llliz, fIue suponia en estado de de-
fensa.


El Conde de ValJecaiws con sus partiLlas de
paisanos estaba siempre ,t la inmcdiacion de su
ejército y hosiilizaba sus Hancos, y viendo que su
posicion cada dia iba siemlo mas criti.ca y delicada,
hizo acampar sus tropas fuera de Córdoba, una
parte sobre el camino de Sevilla,y la otra á la es-
pal(la soure el de Madrid. Los parles qne recibia
dÚll·jamcntc le informabnn de que los oficiales y
soldados franceses que m;¡rcbaban nislaJos, eran
degollados sin piedad por los p¿,iséluos, y de que
sus comunicaciones con Madrid se hallaban enle-
ramente interrull1pitlas. Vióse precisado á evacuar
á CórdoJJa el dia 16 de Junio, m:!\'chanclo consu
cjvrcilo á l\Idea dell1io, y de :IUí;l AllJUj;ll', en
donde tornó posicioll :í. ]a (lerecha del Guadalqui-
vil'. No fueron menores en esta ciudad (PIC en la
de Córdoba los escesos del enemigo, ni rn[~nos la
escasez de víveres que esperimcntó, la que llegó
á talpunto, que'el 8 de Julio se dió ;Í, las tl'opa~
trigo en Iugnr dc arroz, y en 10 del mismo avena
por carecel' dc todos los arlíclllos. Ordcnó la clis-
minllcion ele bagagcs J que ele resultas del saqueo
de Córdoba eran cxorhiUl lltes, y dispuso la 1'cco-
leccion del forragc seco y cspi;;\ls, de fl11e el ejér-
cito debia hacer ncopio, arrehatando :í.los pueblos
sus cosechas. Envió Dllpont al mismo tiempo á
Madrid un Oficial para participar nI General Sa-
vary la apuraua siLuacion en (jue se lu:dlahn, y 103


1808.




1808
(308 )


1110Úmicll{os que se habia vislo precisado á eje-
cutar por la insnl'rcccion general de la Andalucía.
Eran f['eCllentes las J ulllas de Gell'~rales que cele-
hraba para tratar asi sobre lo:> medios (b Jefensa
de la posicion quc habia tomado, y ofwrClciollcS
que deberla emprender, como sobre los punto:!
nHS ;í propósito por doude pudria verilicarse la
retirada Jd ejército, en caso de vel'sc ohligado á
clh, Esta última cOllsiclcl'acioll lc a¡.;ilaba sobre
111anCra, j>Dnluc preveia que en semi:jaulc apuro,
viéndose precisarlo ;.í emprender su retirada pOI'
las gal';;alllas ele Sierramorcna, lc sería imposible
sah'ar la ilrlilleria y los cqllil'agcs con el rico J
ahnndant!' Lolín quc contenían, PlH' ¡atimo, vien-
do que 110 llegaban lo:> socorros tille habia pedido
{\ Madrill, ni el qnc csp~raba de PorLugal, Sl? de-
cidió :Í pCl'maneCrél' en Antllljal',y lllalllló cn G de
Julio concluir la fürlilícacioll de; su puente sQbn:
el G ti a el a 1 q II i \' ir.


Uecibió III fin los pliegos que con tanta on5ia
e,~pcraha dc Madrid, en que Savnry b anunciaba
quc Cll vista de su urgente sÚlllica vcninn ya mar-
chando á su socorro dos batallones, y t(lle acaja-
ha de dar lll'den pal'a (lile ladivisioll de Vcdel, se-
gunda Jel cuerpo de Dllponl, se llirigic,;c ,1 ma1'-
ellas forzadas 50tH'C Sicl'rarnorcna; a\,jsiÍnllolc
igualmente, que bié~Ü pronto lc m:lIldaria Ull COI1-
voy de trigo y hariaa, Esta noticia causó la mayol'
fliegria Cll el ei"~rcito, 'lile, como hemos dicho, se
hallaba en la mayol' escasez.
I~a ciudad de Jaen, (\ la que se 1udli:1Il pedido


,i VCl es p¡¡rn el ejército fnlllrés) l(;jo:> de j!l'C"LH'-




(309 )
¡r;c á darlos, quitó la v iJa á los comisionados, y sel kiiB.
declaró en estado de iusllrrecciún. Inmediata·
mente Dupollt destacó al CJpitan de fragata de In
Marina impcrial Baste, para (lue con dos piezas de
:JrlillerÍa)' 2.000 hombres marchase;í cnsligar óí
sus habitantes, y á exigir los vÍvpl'PS que habión1
rehusado entregar. Los puisa·nos ele Jaen, forma-
dos en varlidas, se apostaron en los puntos por
donde JeLiu pasar el enemigo, puntos que tuvie-
ron que ceder á la slIperioriJad de fuerzas de
aquel. Baste se presentó el 20 de Junio delante tIc
Jacn, y CI1ViÓllll parlamentario exigientlo víveres
y cualltas a 1'111:1.'; lJllbiese en la ciudad. El pueblo, al
:;aocr la iutirnacion tlel Comandante fl'anc,~s, vue-
la á las armas, se opone á la entrega de víveres
y clllllieza á hacer fuego por varias partes, resul-
tando muerto uno de los solLlados que acompaüa-
han al parlam::/ll:lrio. Irrilansc los enemigos, y
en la tal'Je del mismo di:1 su Gefc hace avanzar
una parle de sus tropas <.t la ciudad, y haciendo
fllego de ca~lOll y de fusil indistintamente pOI' sm
calles, la entrega al saqueo, y cometen las mélyo-
l'es atrocidades y deslJrdcnes. Nada queda l'!.'SfT-
vado de su furol'; pe~'o el ánimo del paisallage JlO
6e arredró por esto, y la Junta Ciue ¡labia perma-
necido en la cilHlad en medio del estrago y de lus
llCligl'os, trató eL: conteller la rapacidad enemiga,
y el il1util ardimiento de sus incspcrtos defenso-
res. Al siguiente Jia 2t enlró el reslo de las tro-
pas francesas con su Gcfe á la cahez.a , las que se
entregaron á iguales tlesónlcllc" (Iue sus cumpa-
ñeros de O11'111,lS) siu (!ue bastase á contcllL'dos la




(3tO)
i803, estipulacioll que despues de una heróica resisten-


cia firmó la Junta, ofreciendo entregar los víveres
si se ponia un término.í tan horroroso saquee).
Al mediodía del mismo 21 evacuaron la ciudad
las tropas fl'ancesas. Sin embargo, los vÍvCl"eS no
se remitieron al campo enemigo, porque aunque
su Gefe los recla\llÓ imperiosamente) amenazan-
do vol ver sobre aquella desgraciada cillllad, el
IlUeLlo se opuso fuertemente á la entrega, y]a Jun-
ta contestó (Iue no los aguardase, pues el pueblo
se negaba á darlos. Conoció la Junta los males
quc de nucvo amenazaban á la Cillcla(l, 11Ízo sa-
lit' para la siena á las religiosas y J:ll11ilias que
quisieron imitarla~, y trató de proteger su retira-
da con algunos paisanos armados. En cfccto, el
General Vedel ,que llespues (le haber tenido un
ligero encuentro en Sierramorena con nuestras
pal'liJas, la habia atravesado con su division y se
11311aba el 27 de Junio en Bailen, recibió úrdcn
!le destacar al G~n~ral Casagne Con su brigada
para ocupar á Jacn. El primero lle Julio se pre·
sentó este Gcneral delante de la ciudad con 2.000
inLlI1tes y 500 caballos. Las partic1as de paisanos
~e baticl'oll con denuedo en sus inmediaciones;
pero el c!lemigo con su superioric1ad las arrolló y
I:ntró en la poblacion, sin que por csto cc(licse el
valor espnllOl, ni cesase el fucgo conlÍlluo, y el
aturlue se sostenia con el mayor tesan por todos
lados, distif!gni{~nJosc particularmente llor su ar-
rojo Don Eneas Flecher, vecino de Jacn, que
d('spucs ele haberse apouerado de un caüon con 4
voluntarios, fue muerto sohre el mismo por los




( 311 )
franceses. El día 3 llegaron á Jaen el regimiento i80S.
suizo de Reding y dos escuadrones de caballería
que el General Don Teodoro Beding mandaba pa-
ra socorrer á esta ciudad. Este refuerzo reanimó
al paisanage, y se renovó el combate con mayor
encarnizamiento que el primer dia. El castillo fue
tomado y perdido distinlas veces por unos yotros;
mas los franceses 1)01' últirno, viéndose acosados
por todas partes y con una considerable pérdida,
se retiraron en la noche de este dia , y abandona-
ron la cilldad, en la (IUC entró al siguiente 4 el
mismo Reding con parte de sus tropas, saliendo
el 6 con cuanta gente pudo reunir para los puntos
que ocupaba el enemigo, y con la idea de incor-
porarse con el General Castaños.


El ejórcito al n13udo de este se habia pues-
to en movimiento el 26 de Junio, y dirigi~ndo­
se hácia Córdooa, evacuada ya por los enemi-
gos, mandó adelantar la division de vanguardia
al malH.lo del Brigadier Don Francisco Venegas á
Aldea del Bio para observar á los franceses que se
hallaban en Amlujar. Desde esta posicion se pro.
yectó atacar una gl'an guardia enemiga, avanza-
da mas de una legua de Andujar, como 10 ve-
rificó Don José San Martin J Comandante de la
vanguardia de Id division del Coronel Cruz Mour-
geon, matándola diez y siete dragones, y hacién·.
dala cuatro prisioneros.


A la entrada de las tropas del ejército de Cas-
taños en Arjona y Arjonilla, se reunieron las que
desde Granada enviaba su Junta á reforzarle ú
las órdenes del Teniente general Don Yeut ura




18CB.
(312)


Escalantc. Entonces se distribuyó este rjército en
cuatro divisiones, mandadas la primera pOLO el
Mariscal de Campo Don Teorlol'o Hrding j la sc-
gllwla pOI' el Bl'igallicl" l\1an[ués de COllpigni; la
tercera Pl)[' el Mariscal Ile Campo Don Felíx Jo-
nes, y la Cllal'la de reserva por el Teniente ge,-
neral Don Manuel de la Peüa. El Mariscal de
Campo Mar(lllés de ~ledina fue nombraclo Co-
maudantt' t;cnel'al de artillel'ía, y d(~ illg(~niel'os
rd Coronel Don Bern¡¡rdino de Loza. Adcmas se
formó un cuerpo volante maUllado por Don Juan
de la Cruz MOllf'g'eon, Comandante ele los Tira-
düres de Cádiz, cuerpo organizndo en quihce
ellas, y qlle con el iiempo llegó á 3.000 infantes
y 800 cahallos, el cual cubria la iZ<juiel'l.la del
camino real, impidiendo la saliJa ud enemigo
por aquel puuto. Lo mismo ejecutaba por la de-
recha el cuerpo ele patriotas á las órdenes del
Coronel D,m Nicolas Valdecaiías , el (lue desde
la entr'ada de los enemigo, fl1 Córdoba perma-
neció en los puchlns illmed6~,os con sus paisa-
nos, persiguicndo en todas direcciones las par~
tidas sueltas que los fL'anceses destacaban por ví-
veres. Estos cuerpos volantes de Cruz y Valclc-
caüas no crsahan cn sus maniobras y movimien-
tos, eslrcdlando carla vez mas á los franceses,
,;ol'tcínddes ]os viv'ct'cS y comunicaciones J prin-
cipalmente con Madrid, sostenicndo á menudo
pe(lucño,; encuentros, en que siempre salia n vic-
toriusos, y protegiendo la insnrreccion de los pue-


.ldos J que pOi' su parte nO se descuidaban en ha-
'-~"l' to¡lu d daüo posible :1 los francescs.




(313 )
Los paisanos de J aen de gallaron al Oficial 1808.


frances que á sus inmediaciones habia quedado
para reunir los dispersos, y los destacamentos
aislados y separados del cuerpo de la columna.
1.05 paisanos de Sierramorena, y los contraban-
distas organizndos c¡ue habian renunciado á su ofi.
cio por contribuir á esta guerra nacional, se si-
tuaron en los desfiladeros de a'luellas montaüas,
eu donde cuantos correos enemigos, oficiales en
comision y soJdados aislados se presentaban eran ..
ó muertos, ó hechos prisioneros. El General de
brigada llené, que habia scrvido de Gefe del es-
tado mayor del ejército francés de Egipto, en
doucle habia adquirido una rcplltaciol1 grande de
valor, fue hecho prisionero en la Carolina cuan-
do marchaba á reunirse al cuerpo de observa-
cían de la Gironda, y los paisanos, en cuyo po-
der cayó, en su furor le hicicron quemar vivo,
.Hlcediendo lo mismo con otros varios oficiales
del estado mayor, entre los que se cuentan el
Capitan Carniet y el Comisario de guerra Bau-
pero


La insurreccion se comunicó igualmente á la
provincia ue la Mancha. En Santa Cruz de Mu-
¡Jela los paisanos se apoderaron de un alrnacen
de víveres, perteneciente al ejército france~; y
(m Manzanares fueron asesinados por el furor del
pueblo, á c{uien en vano trataron de contener
la!; autoridades) los enfermos franceses que ~e
h:111aban en el hospital militar que tenian alli e.5-
t ablecido.


'I'01l0 l. 40




( 314)


(:APITULO XXVI.


Sitúacioll del ej!:rci to espailOl y frances. - Plan del Ge-
neral Ca~tailOs. - Accion de l\Ienji!Jar. - Muerte del
General frances Gohert. - Accion dPo Villarmeya. -
Accion de los Vis;)s (le Anduiar. - Ilalalh de Rlikn.-
Rasgos de ~'alor de las tropas espailOlas. - JlltellLlll h.5
f,'anccscs por tres veccs romper la lír:ea espa:iola. -
Son rechazados. - El General Dupollt pide capitula-
cion. - Se concluye un armisticio. - La divisiolJ de
Vedel, faltanllo al arulisticio, ataca á los cspaüoles. - 1':3
batido por los espailOles, y estraüa posiciol1 de ambos
ejércitos. -l1e<ling hace responsahle á Dnpont tic la
conducta dcl GCllcral Vedel. - FUGa dc este.., sus tro-
pas húcia Despeü~lperros. - Los Geller~lcs espai'lOtcs
amenazall á Dupollt con pasar á cuchillo todo el ejército,
si la division de Vedelno toma sus prilller.1s posiciones, -
Regresa la di,'ision de Vedcl, é indignaclun de SllS sol-
dados. - El Plellipotr.nciario del ej~rcito france;; ajusta
la c:lpitulacion con Castaiiüs. - Incidcntes (lue sobre-
vielJ~lI en el :Ido de Sll cOllclu"ioll. - CDpilulacioll. -
Ri"Jen los ft'anccscs las armas. - Itcslllta(los gloriosos
de la hatalla. - Causas á qnc elebe atribuirse la renlli-
cían Jel ejército frances. - Un olicial frances marcha á
París ;¡ cnt;)rar á Napcle')ll de la c~pitulacion. - Indig-
nacj"n de llonapartc. - La Junta de Sevilla concede
una cruz de distincion á los vcncedores. - Queda siu
efecto la capitulacion de Bailen por negal'se los ingleses
á facilitar pasaportes para los franceses. - Los equi-
pages de estos lleilos de ohjdos rohados en Cón!o-
ba, - El pueblo 5e apoder'a de ellos. - Conte~tacio-




(315)
nes de MorIa á las redamacionC5 de Dupont. - Los Ge-
nerales franceses llega 11 á Francia. - N apaleon los hace
encerrar cn un castillo.


El dia 14 de Julio el General Dupont ocupa- 1808.
ha á Anlbíjar con su ejército, manteniendo un
fuerte destacamento en Villa nueva , y una di.
"ision en Bailen y Menjioar ,í las órdenes del
General Gobert. El General Vedel se hallaba
en marcha desde la Mancha para reunirse á Du-
pont. El plan del General Castaüos fue atacar á
esle en Allulijar antes que pudiese ser socorrido
por la division de Vedel, y al efecto dispuso que
las cuatro diviúones de ~u ejército, y los dos
cuerpos volantes obrasen de modo, que pudiesen
envolver á los franceses, interponiéndose entre
el ejército de Dupont y los socorros que este es-
peraba. El dia 13 al anochecer se puso en marcha
para Menjibarla vangnardia dela primera division,
del mando del Brigadier V cncgas. El 14 al ama-
necer avistó á los enemigos, les hizo algunos
prisioneros, y aquella misma noche se reunió á
ella el General HeJillg con el resto de su divi-
sioo, despues de haber rechazndo vigorosamente
á los enemigos, que por dos veces se le presen-
taron en VillanlH'va , con el objeto de impedir su
marcha; no obstante lo cual tuvieron que abando-
nar á los cspatlOles el gallado lanar que habian ro-
bado enaqucllas inmedinciol1es. El15 permanecie-
ron nuestras tropas en Menjibar, arrojando á los
franceses del otro lado de la harca despues de un
fuerte tiroteo, de cuyas resultas se prendió fue-




(3IG)
iS06. go á las mieses, cuyas llamas hubieran consumi-


do toda la cosecha de aquel pais, á no ser por
las acertadas providencias de] General Heding,
que á la vista del mismo enemigo supo contener
el incendio. El16 á las tres de la maflflna Ja di-
vision española alravesó el Guadal([lIivir por el
vado del Rincon, y se dirigió sobre Bailcn. Los
enemigos al ver á los espailOles á la derecha del
rio, se retiraron, y las tropas del General f['anc(~s
Riger de la Hile, que se hallaban en Bailell; saLie-
ron á sostener á las tropas del General Gobed;
principió de nuevo el combate con el m;¡yor en-
carnizamiento á una legua de Vil!anncva, entre
estc pueblo y el Guadalquivir; pero los france-
ses fueron completamente batidos, qucdautlo he-
rido de un balazo en la cabeza en eJ momento
que animaba á sus tropas el General Gobert, que
trasportado á Bailen, murió al dia siguiente. El
General de brigada Doufout' tomó entollces el
mando, y condujo las tropas en retirada hasta la
misma poblacíon, en la que no considerándose
aun á cubierto de un ataque de los espaüoles, hasta
entonces victoriosos, abandonó su posícion, y
se retiró á la Carolina con el obj cto de mantener
la comuuicaciou del ejércilo de DUpOllt con la
division de Vedel, que venía en su auxilio. Los
espaüoles no se cuidaron de perseguir á los fugí-
ti vos; la di visíon repasó el rio por la barca, y al
amanecer del 18 se reunió con la segunda, mar-
chando incorporadas á Bailen, evacuado, como
acabamos de decir, por los enemigos la noche
antes. Esta segunda division) á las órdenes del




(317 )
Marqués de COllpigni, hallándose en la Iligue- n:lOs.
reta al anochecer dcl14, supo que una fuerte co-
lumna , destacada del cuerpo de Dupont, se ha-
bia dirigido ,í. Villanueva, pasando el rio , y to-
mando una fuerte posicion entre este cerro y la
ermita de Santa Ana, con intento ele cortar la
comunicacion con el campo ue Reding , que se
hallaba en MenjiLar, por lo que, poniéndose en
marcha, y dejando un destacamento en el punto
de la Higuereta, su vanguardia con el General
Grimarest á la caheza, y su segundo el 13aro11 de
Montagne, se dirigió sobre Villanueva, donde
encontró al enemigo formado en batalla, que
recibió á los espaüoles con descargas cerradas; y
despues de un combate hastante sangriento tu-
vieron estos que retroceder; mas como 11e gase
á esta sazon á galope el General Coupigni á la
cabeza de los regimientos de caballería de Bor-
lJon y de Espaüa, con tres piezas de artillería, se
renovó el ataque hasta que el enemigo abandonó su
posicion; y repasamlo precipitadamente el rio,
tuvo, auemas ue la considerable pérdida de la
accion, un gran número de llOmbres ahogados.
El Gene¡'a1 Coupigni con la caballería y tropas
ligeras de infantería pasó igualmente el rio, per-
siguiendo al enemigo por espacio de legua y me-
dia, matándole muéha gente, haciéndole has.
tantes prisioneros, y apoderándose uel equipage
del General enemigo. El 17 se puso la di vision
en marcha para l\lenjibar, atravesando el 18 el
Guadalquivir por la barca ... y se incorporó, como
ya tenemos manifeslado) con la primera, pasau-




( 18)
'ROS. do;Í OClIpar á Bailen en wiud1a misma mañnna.


La tercera y cuarta division se dirigieron á los
Visos de Andújar el L5 á las diez de la mañana.
Rompieron el fuego las Laterías espaüolas con-
tra los franceses que guarnecian la cabeza del
puente, y duró esta obstinada accion hasta las
doce.


A fin de favorecer á los Generales Recling y
Coupigni, se dispuso que la reserva marcklse so-
bre Bailen .. aparentallllo pasal' el rio para nlaear
á Andlijar. A]a media noche del 18 al 1~) tiban-
donaron los franceses este punto? y se ·dirjt~i(Tí,'¡1
llácia Bailen en retirada; pero al llegar al ama-
necer al puente y arroyo del Herrumblar, tres
cuarlos de legua de dicha poblacion, l¡allaron
ya ocupada esta posicion por las divisiones de
Reding y Coupigni, que hahiendo dcjado un
grueso dcstrlcamcnto en B~,ilcll, marchaban con
dircccion á Andújar para atacar á Dupont. Eran
la" dos de la mañana dd 1.9 cuanuo divisó este
por su frente la tropa española, que entregada al
descans'), y sorprendida inespcl'acl;,mente ~ pa-
rece que d(?biel'a sel' víctima de la terrible con-
fllsion que en semejantes CrlSOS sobreviene; pero
Lien lejos de esto, las columnas espaüolas se
desplegaron en batalla con una cstl'aordinaria ce-
lel'idad, y se colocaron con tanto acierto todas
las armas, como pudiera verificarse en el mas
estudiarlo simulacro. Bompió el fuego la artille-
fia por arnhas partes; mas con tan poco lino por
la de los franceses, que todos sus tiros se dil'i-
glan mucho mas atras de nUe&ll'a retaguardia,




(319)
con dircccioll á la villa de Bailen, al paso que la 1H03.
~SrilÜo]a, con un parLicular acierto, desmontaba la
anillel'Ía francesa, y desbaratando cuantas colum.
nas se presentaban en el arrecife, impedia las
Ql),~raciolles y marchas que hacían de unos puu-
tos á otros, las cuales solo se distinguían por
la polvareda que levantahan. EIl\1arqués de COll-
pigni, y su segundo el Brigadier Don Pedro
Gril11arest, hicieron en este dia prodigios de va-
lor J consiguiendo con su division desalojar al
enemigo á la b:lyoncla de una fuertc posicioll en
(11lC se habia slluado) y obJig;ll1dole á abandonar
un caÍloll ) y á rcrlegarsc con la mayor parle
de sus fucrz.as sobre su izquierda y centro; prac-
ticando otro tanto por las alturas de la dcrecha
el Baron de Montagne. En este estado) y como
á cosa dc las cinco dc la mailana) vol víó de nne-
vo á wmprrsc el fuego de la artillería, y salil?n-
do los encmigos de los olivares que cubrian su
esceleute posicion, se situaron enfrente de nues-
tra linea J y se dió principio á un obstinado ata-
que, siendo de ad VCl'til' que en el campo que
ocupaban los espaüoles, no habia ni una pequeila
nlnta que los pusiese al abrigo de los tiros ene-
migos; pues el General lleJing J su segundo Ve-
negas, y en una palabra, la infantería, caballe-
ría y artillería se mantuvieron siempre á cuerpo
descubierto, y no retrocedieron ni un solo paso
Je111s posiciones primitivas, Los regimientos de
Fal'nesio y de TIorbon acometieron con intrepi-
dez al enemiso hasta lleutro de sus mismos oliva-
res, dOlllle perL2ió hcróicamente el Sargento ma-




(320 )
1808. yOt' Don J llan Cornet; mas al rctil'arse (le esta


carga el primcro de estos cuerpos, se vió rodea-
do por un escuadran de coraceros franceses, quc
se apoderó de una de sus insignias ó banderas;
pero habiéndose sostenido hasta entrar mezcla-
dos en la batería de la derecha, desde ella fue-
ron, por último, arrojados y hatidos con el au-
xilio de los mismos artilleros, quedando tendi-
dos al fl'ente de la misma hatería mas ele la mi-
tad ele los que componian b caballería cnemigr,.


El intrépido COllpigni continuaba atacando las
alturas de la izqnierdn , pereciendo en estos (lJ¡s-
tinados ata'Iues gloriosamente cl Coronel del re-
gimiento de línea de Jacn, Don Antonio Moya, y
su Ayudante Don Cárlos Sevilla, que con varios
zapadores vendieron bien caras sus vidas. El Ba-
ron de Montagne continuando atacando con in-
trepidez las alturas de la derecha, fue por últi-
mo herirlo gravemente,


A esta sazon viendo el General Dupont el
poco fruto que sacaba en las alturas, ordenó uno
segllll(la carga contra la linea espaitola, que no
tuvo mas efecto qne la primera; ¡mes el valeroso
HeJing y sus tropas sostuvieron durante ella el
Ímpelu franees con la misma constancia y sere-
nidad , obligando otra vez ,i los enemigos á reti-
rarse á sus olivares.· El Coronel Soler con Sil re-
gimiento dc Ordenes atacó á la bnyoneta y desa-
lojó de una altura á la infantería francesa; ma~
cercado repentinamente por su caballería, se
defendió con la mayor bizarría, y logró retirarse
con pt:rclida de algunos o{iciales, pero dejando




(321 )
tendidos en el campo algunos centenares de 1808.
franceses.


El Gencrnl V crIel se hallaba por entonces á
tres leguas de la retaguardia española, sin resol-
verse á Lomar un pal'liJo decisivo, yen este esla-
do se haLian llcstacallo desde el amaneccr 2.000
hornbres del ejérci.to español para observar sus
nlovimientos. Estas tropas permanecieron tran-
quilas sin tornar parte en la accion; mas á las
diez de la mañana con objeto de evitar un golpe
de mano, se reforzaron con dos callones y una
compaflía de zapadores.


Dupont contjnuó SIlS afarrncs en todas direc~
ciones, cargnndo principalmente soure el centro
que parecia ser por donllc se habia propuesto
romper; mas ni en su:> at:Hlues parciales, ni en los
generales contra toda la linea á un tiempo, tuvo
otro resultado que el de ver sus columnas des-
llCc1ws y oh ligadas á rcfu giarse á los oli v ::lrI~S. A
las diez y media de la mañana se presenlaron
algunos oficiales y tropa fblllcesa con paünelos
blancos, pidiendo capitulacion, cuya scüal fue
observada por las tropas de artillert3 de la iz-
quierda, y no Plldo tener efecto á cama de que la
batería de la derecha, que lÍnicamente (}i.visa]J3 la
polvareda, rompió el fuego, el cual siguió gene-
ralmente en toda la linea. Enlonces Dllpont exas-
perado trató de hacer el último esfuerzo) y co-
locado con todos sus Generales á la cabeza de los
diversos cuerpos de su ejército, ordenó una carga
general ,l la bayoneta, y gritando en aFant se di-
rigieron de nuevo á romper el centro dl~ los cs·


TU:.:O r. -11




1803.
( 322)


pailOles ínterin su artillería hacia sobre estos y
sus haterías un fllego horroroso. Tres veces se
rcpilió esta terrible carga, y tres veces tuViGrOll
que huir precipitadamente á rellacer . ;e cn los
olivares los enemigos; y entonces perdiendo 'ya
del todo el General Dupontsus esperanzas de
penetrar la formi.dable línea de los españoles, y
por consecuencia de escapar de las manos oe la
tercera y cuarta division que venían sobre su
espalda pul' AIHl11jar, se resolvió á implorar la
clemencia de sus vCllceoores. Vió Cille en vano


1


ltahia c:iperatlo hasta el dia b incorp0l'acion de
Vedel, C011 cnyo nLa(Iue ;í la rclllg11ardia de Re-
di:1'; ccnlaLa; y en siluacion tan desesperada en-
"ió ,í perlir al General Coupigni una suspension
de armas con el objeto de capitular. Est.e, de
acuerdo con neuing y Con el objeto de gnnarticm-
P~) p:lra qlW la tercera di vÍsion al nundo del
G~;ll:':j'al Lapciw, (pe veuia marckwdo d~DJC An-
dl!jar, llega!,e á la vista del enemigo, determinó
cntretener y no concluir nada por sí balO el prc-
testo de qne bs negociaciones debian elltenderse
con el General en gefe Castaüos. El escudero del
Ecnp;;ratlor Villoutroys, oficial de orJcl1Gl1z<l) fue
el C~l;';:1 rb~llo de pe el ir la ca piL nlacion.


lutcrin cslo sncedia delante de nailen) el Ge~
lleral V cdel) que hnbia llegado el elia 17 de J nlio
á la C::rolina, permaneció en ella todo aquel din;
'{ el i:) , hahiendo oido el CailOl1eO en la llireccion
de H,:.lt:n) se dirigió á reunirse con el General
Dllpont, de cllyo campo no distaba mas epw tres
l('glla~;. El calor era escesivo) por lo 'pIe el Gc-




(323 )
llcraI Vcdcl mandó hacer alto para descansar cer- 1808.
ca de la aldea de Guarroman) á dos leguas de Bni-
len; y continuando á breve tiempo su marcha,
llegó 6. esta villa sobre las cuatro y media de la
tarJe I y encontrando á su frente á la retngllardia
dd General HeLlillg que estaba descansalHlo fiada
en la fe del armisticio, de las fatigas de tan pro-
longado ataque, recibió á halazos á dos oficiales
espaüol~s parlamentarios que Redin g mandó pa-
ra informarle de la capitnlacion entablada entre
el ejlTcilO espaüol y el de Dupont. En vano los
parlQll1cntnrios insistieron en persuadir oí. Vedel
que en su COllscn:Cllcia rctrocedi;:se á su cnmpo:
éste no quiso dar crédito ;t sus pahb:'[\:; hasta cer-
ciornrse por sí mismo J enviando al efecto ;í un
Teniente Coronel al ca mpo de Dupont, á quien
se le permitió ntraVCSLlr la lílH':l esp::1üob. De lia-
da sinicron estas misiones ni las ól'dcnc:; direc-
{::IS de ;¡qucl Generd el1 gcfc; y Llprovechándose
Verlel de la sllspension de armas, se ~rroja y
apodera de la derecha de la rct~lguardia d~ H:'ding,
entregándose prisioneros dos rcgimi:::nlos de in-
fantel'Ía con dos piezas de nrtil1cría, prdiri:?ndo
lo~; espaüo!es cs~a suerte á f111(;br~Hll;lr Ins Ól·.]CI1CS
de su Genertll. No cOlltento V:'Llcl con c:;ta per-
fidi::!, mal1l1ó hacer fuego contra el nb iz:¡uit:rrla;
pero en breve echó de ver (lile los vencedores de
l\Icnjibar, y los que acababan ele humillar á Du-
pont, estaban prontos á escarmentar á cualquie-
ra olr,1 tropa enemiga. Así fue (illC el regimiento
de las Ordenes desalojó illIl1ediat;¡mente de la al-
1ura de San Cristóbal á la derecha del General




1808.
(324 )


Vedcl que se habia apoderado de ella. De este
modo, por una de aquellas circunstancias mas
notables y estraiJas que nos presenta la historia de
las guerras, una parte de los dos ejércitos fran-
ces y espaiiol, separada por el mismo campo de
batalla, se encontraba encerrada por sus enemi-
gos. El General Dllpont se hallaba entre las tro-
pas del General Lapeña 1)01' su espalda y las del
General Reding por su frente; y Reding se en-
contraba entre las del General Dupont por su
frellte y el General Vedel por su retaguardia.


Los Generales Reding y Conpigni intimaron á
Dupont que seria responsable ele la conducta de
Vedel y de sus consecuencias si no mandaba á és-
te suspender el fuego. Recibió éste en efecto la
ól'den para retirarse á sus antiguas posiciones, y
l)ara devolver los regimientos que alevosamente
lwbia hecho prisioneros, lo que verificó, pero
sin armas ni banderas, fugándose por el camillo
de la Carolina hácia el punto de Despeüaperros.
Insistieron los españoles en que las tropas de V c-
del fuesen comprendidas en la capilulacion; y
estas, que no habian tomado parte alguna en la
aecion principal, bramaban de indignacion al
verse comprometidas, llegando hasla sublevarse
y pedir al tameutc se las permitiese abrirse paso
hasta su reunion con Dupont. El General Vedel
reunió el 20 por la maüana á los Generales de
brigada y oticiales superiores de su division, y to-
dos fueron ele parecer de que se aprovechasen las
buenas disposiciones del soldado para atacar á los
espailOles; mas habiendo contado con el General




( 325)
en gefe, éste manifestó á Vedel que ya no estaha 1808.
en su mano el romper las negociaciones entabla-
das. Entonces VeJellevantó el campo y se diri-
gió sobre la Carolina.


Apenas los espaí101es percibieron este movi-
miento retrógrado, cuando el Gencral H-cding en-
vió un Oficial á Dllpont intimándolc que pasarian
á cuchillo todas las tropas que tenian bloquea-
das, si la di vision Vedel no venia inmediata-
mente á ocupar Sil primera posiciono Dupont des-
pachó al Ayudante-Comandante Marcial Toma")
su Gefe de estado mayor, para detener la marcha
de aquella division; pero como á las 2 de la tal'-
de de aquel mismo dia 21 el General Heding, im-
paciente de no ver llegar las tropas cuya vuelta
reclamaba, renovase su amenaza, Dupont envió
al General PriV(~ con el objeto de hacer retroce-
der á Vede!. Este enviado le alcanzó en Santa
Elena, y á pesar del ardor y de la indignacion de
sus soldados ... la division entera, á persuasion J~
su Gefe, que conocia la imposibilidad de atrave-
sar los de&filadcros de Despeüaperros por la total
suhlevacion de los españoles, se resignó en vol-
ver á tomar Sil posicioll de 19 de Julio delante de
Bailen, Mientras (Iue esto sllccdi[l~ el General Cha-
hert, con plenos poderes de Dupont, habia llegado
e120 deJulio áAllulIjar, acompaüado del Teniente
general de ingenieros Marescaut. Un Comisario
estraordinario que la Junta suprema de Sevilla
tenia entonces en el cuartel general de Castailos,
el Conde de Tilly en su calidad de mandatario
(le la misma) intervino en la capitulacion. Los




(326)
1808. franceses pidieron desde luego que el cuerpo de


su eji:rcilo tuviese libertad de retirarse sobre Ma-
drül, obligándose á no servil' por un determina-
do tiempo contra las tropas espailOlas. Cuando
.sc estaba en eslas conferencias fuc presentado al
General Caslufloil Ml'. de FCllelon, Ayudante de
Campo del General Savary, el que habia sido
hecho prisionero por los pClisanos en Siel'ramo-
re na al conducir á AnclalucÍa pliegos para el Ge-
neral Dupont. Estos contenían precisamente la
órdcn positiva de evacuar la Andalucía para re-
COllC eu Lrar sus fuerzas sobre I\iaclrid) de Líe !ldo
Dupont poner en conocimiento de Savary el iti-
nerario de su marcha, y si era perseguiuo por los
espaüoles, á fin de que en semejante caso pudie-
se salir á su encuentro con las tropas disponibles;
lloticiándolc al mismo tiempo que en Castilla la
Vieja se reunia, á las órdenes de los Generales
Cllesta y Blake, un poderoso ejército c3paiiol (lIle
amenazaba á Madrid, y cortaba la cOl11l1uicacion
con Francia. Castaüos, á la lectura de esta car-
la) llamó sucesivamente á los plenipotenciarios
del General DUpOllt, se la hizo leer, y les mani-
festó la imposihilidacl en 'Jue se hdbha de aCce-
der II una capitulacion que cn precisamente la
ejecucion de las órdenes que recibían lh su Gene-
ral ell gefe. En vista de esto} los franceses tuvie-
ron que someterse á la siguiente:


AnT. 1.0 Las tropas francesas á las órdenes
del General Dupont (luedan prisioll'~ras ue guer-
ra) csceptuando la division ele Vetlcl.


AllT. 2. 0 1,a diyision dd General V cdcl y bs




(327)
demas tropas que no esLan comprendidas en la 1808.
posicion de las del artículo anterior, cvacuar:m
la Andalucía.


ART. 3. o L~s tropas comprcllllid3S en el artí.
culo precedente conservarán generalmente todos
sus bagages J y para evitar todo motivo de cl!sell-
sion durante su marcha, entregarán sus armas,
tren y uen1as al ejército espailol, que se ohliga á
devolvérselas en el momento de su embarque.


ART. 4. 0 Las tropas comprendidas en el artí·
culo primero de este tratado saldrán de su cam-
po Con los honores lle gllelTa, teniendo cada ba-
tallan dos CLll10neS á la cabeza, y los solda-
dos con fusi.les que rendirán á 400 toesas del
campo.


AnT. 5. o Las tropas del General Vedel y de-
mas que DO deben rendir las armas, las coloca-
rán en pabcUoues al fr'ente de banderas, dcjamlo
ig¡Ialmcntc su artillería y su tren.


ART. 6. 0 Todas las tropas francesas en Anda.
lucía marchnrán á San Lucar y á Rota por jorna.
das de elapa, que no podrán pasar de 4 leguas
con los descansos necesarios, para ser embarca_
d:1S en b~l'cOS espaüoles, y transportadas á Fran-
cia :11 puerto de Hochefort.


Awr. 7. o Las tropas francesas serán emhar-
cajas á medicla (lue vayan llegando: el ejército
cspaüol ase gura su tra vcsÍa contra toda cspedi-
cion Lcsti1.


AWf. 8. o I~os Oficiales generales superiores
conscrY~lrán sus armas, y los soldados sus mo-
chjlas.




(328 )
1W¡,L ART.9. 0 Los alojéll11Íclltos, víveres y furra-


ges durante la marcha sc suministrarán ,1 los Ofi.
ciales gcnerales y ;í los dcrnas que tengan dere-
cho á ellos, asi como á la tropa en proporcion
de su grado, y bajo el pie que se observa con las
tropas cspaüolas en ti~rnpo de guerra.


AUT. 10. Los caballos de los Oficiales gene-
rales superiores y del estado mayor., en propor-
cion de su grado, sedn transportados á Francia
y alimentados bajo el pie de guerra.


AUT. 11. Los Oficiales generales conservarán
cada uno un carruage y un furgon, los OIieiales
.'illperiol'es y del estado mayor un carruage sola-
mcnte sin estar sujetos á registro.


AR;r. 12. Se esceptuan del artículo preceden-
te los cal'ruages tornados en Andalucía, cuyo exá.
llleu se hará por el General Chabert.


ART. 13. Para evitar la dificultad de embar-
car los caballos de los cuerpos de caballería y
artillería comprenuiuos en el articulo segunuo,
sc dejarán en Espaüa, y despues ue tasados por
dos comisarios, el uno francés y el otro espaüol,
sed. satisfecho su importe por esle último.


ART. 14. Los heridos y enfermos del ejército
francés que quedan en los hospitales, serán tra-
taJos con el mayor cuidado, y transportados á
Francia bajo buena y segura escolta UlIl pronto
como se curen.


ART. 15. Como en muchos pueblos, y nota-
Llementc en el asalto y saqueo de Córdoba, mu-
chos soldados franceses, á pesar de las órdenes
gencrales y del cuidauo <.le .sus oficiales, se han




( 329)
abandonado á cscrsos 11ue son consecuencia i11- HlOS.
evitable de las ciudades que se toman á la fuerza,
los Oliciales generalc,'I y de compaiúas tomaráu
todas las disposiciones necesarias para descubrir
los vasos sagrados que hayan sido rODados, y de.
volverlos si existen.


AnT. 16. Todos los Empleados civiles adictos
al ejército francés no son considerados como pri-
sioneros de guerra; mas sin embargo gozarán du.
ranle su tra~lacion á Francia de todas las venta-
jas que la tropa, en l'roporcion de su grado.


ART. 17. Las tropas francesas comenzal'iÍn á
evacuar la AndalllcÍa el dia 23 de Julio á las 4
de la maüana; y para evilar el gran calor en la
marcha se verificará esta de noche, y se confor-
mará con las jornadas de etapa que se arreglen
por los Oficiales del eslado mayor franc6s y f'spa.
Ílo!) evitando el paso por las ciudades de Córdo-
La y Sevilla.


ART. 18. Las tropas francesas durante su mar-
cha serán escoltadas por la tropa de línea espa-
ñola, á razon de 300 hombres llor columnas de
3.000, Y los OfIciales generales serán escoltados
pOI' destacamentos ¡le caballería de línea.


ART. 19. Todas las tropas en su marcha sc-
r:111 precedidas siempre por Comisarios franceses
y espailoles, que deberán asegllrar los alojamien_
tos y víveres necesarios con arreglo á los estados
(FW se cntt'cgnen.


ART. 20. La pt'csente capitlllacion será lleva-
da inmediatamente á S. E. el Duque de Rovigo,
Comandante en gefe tic todas las tropas francesas


1'U,,10 ,. 42




( 330)
180(~. en España, por un Ofici<Jl f¡'aneés, quc debed ser


escoltado por la tropa de linea cspaüola.


/frticlllos suplcmcntarios.
AnT. 1. 0 Se darán los carros por batallones


par<J la conduccioll de efectos de la o1icialillatl.
AnT. 2. 0 Los Oficiales de caballería conser-


varán sus caballos para el camino solnmcnte, y
los dejarán en Rota, sitio ele embarlJuc, al Comi.
sario espai101 encargado Lle recibirlos. La genuarc
meda que forma la Guardia del General en gefe
Dupont, gozi'ml de la misma f<Jcultad.


ART. 3. 0 Los enfermos CjllC CSUlll en la Man-
cha, usi como los que pUNla huber en Andalucía)
serán conducidos á los hospitales de Andlíjar y
dcmas quc parczcan mas convenientes para su
convalecencia, y á medida que Cllren sedn tras-
ladados <Í Rota, en dOllde se les embarcará para
Francia hajo la garantía del artÍculo catorce de
la capitulacíon.


AUT. 4. 0 SS. EE. los Señorcs Conde de Tilly
y el Gencral Castaños, ComallLlante en gefe del
ejército espailOl en Andalucía, prometen emplear
sus buenos oficios para que el General Excel-
mans) el Coronel Lagrange y el Teniente Coro-
nel Rosctti) prisioneros en Valcllcin) seall pues-
tos en libertad y transportados á Francia J)ajo la
misma garantía del artículo precedente. Firma-
do.=El Conde de Tilly.=E.l G(~ncral Castaüos,
General en gefe del ejército de Espaüa en AntIa.
lucía.=El Genenll Marescaut como testigo, y el
General Chaucrt encargado con plellos poder!';;.




(331 )
Las {ropas del General Dnpont desfilaron


el 23 de J nEo al frente de sus á guilas por medio
de la primera y segunda division cspaüolas , rin-
diendo las armas en la forma convellilla en la ca-
pituJacion anlerior; y en seguida se pusieron cn
marcha en dos columnas para dirigirse á los puer-
tos <le Rota) San Lucar, y Puerlo de Santa María)
en donde dehian verificar su embarque.


Es imposible Iuanifestar la sorpresa que cau-
só ;Í las tropas cspaüolas el observar la superio-
ridad del enemigo á quien hnbia vencido, y que
pasaba por medio de sus filas á rendir sus alta-
neras águilas. Parecia íncreiblc que una fllerza
tan considerable v imponente hllbj(~se sido bati-
da por un ejército levantado y organi.zado CH el
corto término de <liez y seis <lias. Esta gloriosa
jornada costó á los encmigos 2.200 muertos y
400 heridos, y dejaron en nuestro poder 22.000
prisioneros y 43 piezas de al'lillerÍa. La pér<lida
del ej ército cspaüol consÍstió en ~43 muertos, en-
tre cUos 1.0 oficiales, y 935 heridos y 24 oficiales.
Solo 8.500 españoles de la primera y segunda divi-
sion con 16 caÍlones, que dispararon 5.000 tiros)
fueron los <lile tom~ll'on parte en esta memorable ac·
cion; pues aunque el ejército e,;pallol se componia
á la sazan de 14.000 homhres, estaban destacadas
varias tropas en al gllllOS pllntosimportantes, como
la Higuereta, Villauucva y Menjibar, y 2.000
hombres en las alturas ele la retaguardia que ob-
servaban los movimientos de Vede!. En honor de
la verdad y de la juslicia debe manifestarse, que
aun cuando la tercera y cual'la divisi.on no toma-


1~OS.




( 332)
18GB. ron una parte activa en la Ilnlnlla , Sil presencia


y posiclon imponente contribuyó sohre manera
á la rendicion de Dupont, y ,í la pllntllal exac-
titud con que se llevó ;Í efeclo el clltllplimiento
de la capitlllacion. Esta gloriosa jornada abatió
las úguilas francesas, hasla entonces invenciLl('s~
que llevaban en sus garras oesoladoras los gri\lo~
de la hllmillacion europea, y enseüó al mundo
entero, atónito con los triunfos de BOllaparle,
que este podia ser vencido, y que el amor de la
patria y la decision popular tienen una fuel'za
irresistible, capaz de detener el ímpetu de los
conquistadores. Nos hemos detenido de intento ¡{
hablar con alguna estension á cerca de est.a me-
morable batalla, por la grande influencia de sus
resultados en todo el resto (le la guerra, pndien-
do asegurarse que desde la rendicion de Dupont
data la fecha de la illdepcndencia de la nacíon
esparro]a.


Una de las causas principales á quc debe
atribuirse la l'cndicion de ejército tan numeroso
á fuerzas tan inferiores, es el deseo de sus mis-
mos gefes de conservar intacto y á su vista el
rico botin que habían adquirido en el sarpleo de
Córdoba, y que la misma capitulacion ponia á
cubierto; pues hemos visto 'fue al paso que en
ella se allanaron al registro de bs mochilas del
soldado, se respetaban dos cajones por cada gefe
superior. Mas estos fl1el'on castigados precisamen-
te por donde habían pecado. Los soldados indig-
lludos de verse sometidos á un vergonzoso l'cgis-
t ro, iJldicaroll á los cspaiIolcs los cajones que




(333 )
miraban como la Causa de su afrenta, J en don- 1808.
de mas hien que en sus mochilas se encontrarian
]os objetos que se buscaban. Conlribuyó tambicn
á su desa~tre el número de cqllipages , fIue era
consecuencia del botin; pues en el mompl1lo (le
la accion se encontraban 1.500 hombres oeupa-
dos en su euslodia.


El General Dllpont) con arreglo á lo estipu-
lado obtuvo penniso para envial' á MI'. de Villau-
trois á participar al Duque de Róvigo la catás~
trofe de Sil ejércilo. Este Oficial marchó en un
calTuage propio, escollado por un destacamen~
to de tropas de línea espaflOlas, J entró en Ma-
drid, siendo el Íluico equipage que se salvó del
registro.


El Duque de Róvigo le dirigió inmediatamen-
te, ganando horas, á Napoleon, que se hallaba
ya en .París, á fin de que él mismo, como testigo
preseneiallc iuformase de todos los acontecimien_
tos del ejército [rances. Mas esLe Oficial, que era
uno de los que mas botin habian recogido en la
Andalucía, á pesar de que marchaba ganallllo
lloras, se detuvo un dia entero en Burdeos para
cambiar el oro español, y procurarse letras so-
bre París. El Emperador, indignado de semej:m.
te robo, y ofendido de la conducta de este Oíi~
cial subalterno, que habia sido la misma que la
de los Generales y Gefes del ejército de Anda-
lucía, le recibió con la mayor aspereza, y lo des-
pidió de su servicio.


Napoleon se enfureció al considerar la humi-
1lacíon de sus armas, y su exaltacion creció á




(334 )
1808. lo sumo contra los Generales que habian inter-


venido en la capitulaciol1, y sobre todo por el
degradante artículo del registro de las mochilas
de los soldados. i1fejo1' quisiera -' esc1amaJJa, reci.
!Ji/' la noticia de su muerte, que la de 'verlos asi
deshonrados] sin combatir: semejallte 'vileza no se
concibe, ni puedo atribuir tmzta cobardía sino al te·
mor de perder sus robos. En su dolor era solo
comparnLle á Augusto, }lidiendo á Varo las le-
giones romanas perdidas por su ca usa.


La Junta de Sevilla, para consagrar el re-
t~ucrdo de esla memorable batalla, creó una cruz
militar, compuesta de dos espadas levantadas,
y pendiente de] puño de estas un águila hoca
abajo; leyénuose en el exergo esta inscripcion:
Día 22 de Julio de 1808, y concedió á Castaños el
grado de Capitan general de los Reales ejércitos.


Eu tanto las columnas francesa" llegaron á su
destino; mas la Junta de Sevilla mandó detener
su embarque mientras venían los pasaportes, que
para seguridad del trasporte de las tropas fran-
cesas á su pais, habia pedido al Rey de Inglater-
ra. Estos pasaportes no se quisieron facilitar por
el Almirantazgo de aquella nacion ; y en su con-
secuencia las tropas francesas fueron destinadas
á varios depósitos, siendo la mayor parte con-
ducidos á la isla Cabrera, situada algunas leguas
nI S. de la de Mallorca, en donde permanecie-
ron hasta la conclusion de la paz, y otros fue-
ron trasladados á Inglaterra y encerrados en los
pontones de esta nacion. Los cajones pertene-
e ¡entes oí ] os Gefes franceses que se habían escep-




(335)
tundo del registro hasta entonces, no pudieron 11:'.08,
ser emharcados) porque el puehlo Jel Puerto de
S:mta María se apoderó de ellos en el acto mismo
tie conducirse al emharcadero. De uno de ellos
cayó, durante esta opcracioll, un dliz y una pate-
na} á cuya visla enfureciclo el pueblo con ]a idea
de que sus en~mjgos estraian tranquilos el fl'U-
to de su sacrílega r<lpaciuad, se arrojó sobre
los cr¡uipages, encontranuo cn el del General
en gcfc hasta la cantidad de 8.000 onzas de oro.
Un acontccjmicnto tan doloroso para los Gene-
rales prisioneros dió lugar {l enérgic<ls reclnma-
ciolles de: Dllpont, exigiendo dd General Mor-
la, Gobcrnador de la pbza de Cridiz, el exacto
cumplimiento de la capitulacion. Las mismas
reclamaciones motivaron dos cartns de Mar-
Ia á Dupont , en que ]e manifestaba enérgica-
mente 'lllc la C;¡pillllacioll de Baih~n no potlia es-
tcnucl'sc á pcrmÍtir illl punemente la e5tl'3CC10n de
los oLjdos ro1>ados, y á (pJe no estaba en manos
del Gohierno 05pa1101 el proporcionar ,} los venci-
dos en Bailen los buques y pasaportes necesarios
para su traslucion á Francia.


Les Gencrales DUpOllt , Vellel y Marescaut)
y los llcmas gofes del ('j('I'CÍIO, menos el Gene-
ral Pl'ivct, qne fjlledú para velar sobre la suer-
te de los pri~ionel'es, y que parlicipó ac sus in-
f01'lunios, un cierto 1ll'll11cro de oficiales del es-
tado mayor, y los cmplcados en la auruinistra-
cían militnr, f¡¡eron los únicos que se embarca-
ron á 1111cs del mes de Agosto, y en Setiemhre
fueron pucstos en tierra en territorio frances.




(336 )
t8~3. Napoleon ordenó el arresto de los Generales Du-


pont) Marescaut y V cdel, é intentó desde luego
pasar por las armas al primero para lavar Con
su sangre la humillacion de su ejército; pero al
un ternpló su rigor, mandándole encerral' en un
castillo con los otros dos, en donde permane-
cieron hasta la caída del trono Imperial en 1814.




(337 )


CAPITUJ .. O XXVII.


Or~~lIizacion del ejército de rTali(~ja al mando del General
Filangicl'i. _ Le sucede I31<;ck,~. - Biogr;-¡fí;-¡ de este.-
Horroroso asesinato del GClieral Fil:l1lgicri en Villafran-
ca. - El General Cuesta reclama soeorros de Galicia
para derellcIer á Castilla. - La J unta de Galieia ordena
flue su ejéreito entre en Ca~t.illa. -Rellllion de los Ge-
nerales Cuesta y B1acke. - Fuel'za Ile Sil ej,rrcito, -
Ro.talla de Medilla de Rioseeo - Desavelleneias entre los
Generales espalJOles. - B1acke se retira con sus tropas
á Galieia. - Cuesta se diriGe sobre Sabmanea. - EII-
ti'an los franeeses en Leon. - La Junta de esta ciudad
se reune ;1 la de Galieia. :...- Cuesta puhlica un m;-¡nifif~sto
disolvi611dola, - Zamora ahre sus puertas á los frallce-
~es. - Hesultados de la IJatalla de Rioseco. - Alegría
cstraordiua¡'j;¡ de N apolcoll al slIbedos,


Con la rendicion del ejército de Bailell.> no 1808.
solo se logró lihertar completamente á l<1s Anda-
lucías, sino que se privó al enemigo de un re-
fuerzo (le 22.000 hombres, que debien do marchar,
corno hemos dicho J á la capital, iha á conlribuir
podel'osamente á la dcstrllccion del ejército de
Galicia, que á lllarchas forzadas se dirigia soLre
Castilla. Hemos manifestado que el reino de Gali-.
cía fue uno de los primcros que declararon la guer-
ra al usurpador, y proclamaron la soberanía de
Fernando VII, organizando inmedÍatamente un
ejército numeroso que corrió á las fronteras de
Castilla para rr'pclcr loda agreslOll enemlga. La


"0"10 l. 43




(338 )
f80B. Inglaterra envIO 50.000 fusiles, y desembarcó


en la Coruña equipados completamente á 2.500
españoles, que gemían prisioneros en sus ponl.o-.
nes mas por la violacion de los tratados que ven-
cidos en legítima guerra. El mando de es le ejér-
cito se confirió cn un principio al enpilan ge-
neral Don Antonio Filangieri, que llegó el 20
á Villafranca, en donde recibió órden de la
Junta de Galicia de entrcgar el mando del ejér-
cito al Coronel Don Joaquín Blacke, á quien la
misma elevó á Teniente gcneral. Este General) ele
orígcn irlandés, era uno de los mejol'cs discípulos
de la escuela militar cstablecida en el Puerto de
Santa María por el Conde de Orreilli. Habia ser-
vido en el regimiento de América como Tcnien-
te y Ayudante. En la guerra de la revolucion ha-
hia hecho la campaña del Rosellon y de Catalll-
iÜl como :l\1ayor del regimiento dc Castilla J ha-
hiendo sido herido eIl lns alluras de San Loren-
zo de la Maya, y á la cOllclusion de la paz fue
nombrado Coronel del regimiento de voluntal'ios
de ]a Corona. Era uno de los mas cscelentes ta-
lcntos para las combinaciones milit:ll'cs, pero ca-
recia de la serenidad y decision neccsaria para ]a
ejecucion J á lo que se deben atribuir sus reveses
en csta gucrra. El General Blacke adelantó su
~uartel general hasta Manzanal, á donde llegó el
24 dejando á Filangieri en VilIafranca, ínterin el
resto del ejército se disponia á seguir adelante:
era indispensable la lentitud en los movimientos
de un ejército mal organizado, que sin prepara-
tivos ni auxilios de nll1gnna especie cmprendía




( 339)
una marcha larga por una provincia árida y falta 1808.
de recursos, y de todos los medios de transporte.
Se hizo creer al pueblo ignorante, 8xaltad.o é in-
capaz de reconocer obstáculos ta11 enormes, que
el General obraba de acuerdo con los enemigo~,
retardando la llegada de las tropas á Castilla. La
falta de· pan exasperaba al soldado, y le e~timula-
ba á vociferar su descontento. En semejante si-
tuacion un destacamento de voluntarios de la Ma-
rina de la Coruüa, instigados sinieslramente pOl'
uno á quien el General en la cOl1mociol1 de aque-
lla ciudad el 30 de Mayo habia dado un golpe con
el sable, se puso en il1surreccion, y apellidándole
traidor, corrieron á su casa á asesinarle. En yano
intentó evadirse arrojándose por unas tapias con
el auxilio de un vecino, porque habiéndose des-
mayado en el acto de saltar, abandonado á su ma-
yor peso, cayó en el suelo y en poder de los amo-
tinados que inhumanamente le anastraron desde
su casa hasta el frente del palacio del Marques de
Villafranea, donde espiró al rigor de los muchos
gol pes y heridas que habia recibido. Su cadáver
abandonado se recogió y depositó en una iglesia
pOI' disposícion de la Junta que residía alli, la
que por no chocar con el pueblo determinó y dis-
puso que se le enterrase en seCI'elo. Los amotina-
dos saquearon la casa del desgraciado Genera], y
estuvieron durante toda aquella noche entregados á
la embriaguez, cometiendo toda clase de escesos, y
solo á esfuerzos de los vecinos honrados pudo lo-
grarse el que este destacamento marchase á reu-
nirse con el reslo del ejército, cuyo cuartel ge-




(340)
1808. neral perm:mccia en Manzanal; y las distintas di-


visiones de que se componía, se haliab:ll1 si! nadas
entre este pu't:blo y el de Fucncebadon.


Habiendo llegarlo al cuartel general el :'th,Y0r
general dd cjército de Castilla, D,)J) JOSL~ de Za-
yas, encar¡jado por el General en gef(~ del mismo,
Don Gregorio de la Cuesta, de solicital'coll las
mas vi vas instancias que se le socorriese pronta-
mente con un numerOilO refuel'7,o de tropas regla-
das y 12 piezas de artillería, se le contestó por eJ
General Blacke, que nilas instrucciones de la Jun-
ta de Ga licia, ni sus propias ideas militares le per-
mitian salir de las fronteras de aquella provincia,
remitiendo á Zayas á la CoruÍla para que espusic-
se verbalmente á la Junta la urgente necctiidad del
auxilio que se solicitaba, manifestando al mismo
tiempo por escrito su parecer acerca de las ope-
raciones con que convendria socorrer y libertar
á Castilla la vieja de los enemigos. Partió Zay.13
para la Coruüa el dia 28 de Junio, y regresó el 3
de Julio al cuartel general de Blacke que se halla-
ha en Caslrillo, trayéndole órdenes de la Junta
para adelantarse hasta Castilla con el ejército, y
combinar sus operaciones con Cuesta. Bbckc a van.
zó con sus tropas á la Baüeza, y el día 6 se ade-
lantó para avislarse con Cuesta, que despues del
cornbaLc de Cabezon se hallaba en B(mavente con
d resto del paisanage que habia sacado de.v a11a-
dolid, un corto número de gente que reunió del
reino de Leon, y tres batallones de Asturias de
llUC\ra leva con poquísima instruccion.


El 13 ,¡ las 3 de la tarde envió Cuciita á Blacke




(341 )
un esprcso participánclole que estaba amcua:ladolH08.
por los enernigos, con cuyo aviso mandó inme-
diatamente este que marchasen á Rioseco la pri-
mera y cnart.n division con la vanguardia del ejér-
cito de GaliciJ, que en efeclo se reunió en dic1iO
pueblo con el de Castilla, compuesto de 7 divisio-
nes de paisanos, y 270 caballos de Carabineros
y Guardias de Corps.


Componías e el de Galicia en su tot¡¡lidad de
15.203 infantes y 150 caballos, y constaba ue
cuatro divisiones, de las cuales se destacaron
para Rioseco la vanguardia al mando dd Briga-
dier Conde de Maccda, la primera division á Jus
órdenes del Gefe de c:;cualra Don Felipe Jado Ca-
giga1) y la cuarla á las dd Mariscal de Campo
Murques del Portazgo; {luedanuo la segunda Ji-
vision con 6.100 hombres de infantería y 5 pie-
t'.:as de artillería en el punto del Manzanal á la
entrada del V ierzo, á las órdenes dell\1¡¡¡'iscal de
Campo Don Rafael Mal'tinengo , y la tercera Ji-
v ision con otras 5 piezas de artillería y 4.400 h0111-
lHes quedó ocupando <l Bella vente á las órdenes
dcll3rigadicr de la real arrnada Don Francisco
Riquelme. Ell3rigadier Don Manuel 1"aLro, ascen-
dido á este grado por la Junta de Galicia, fue l1om-
braJo Mayor general.


La reunion de las fuerzas de ambos ejércitos
ascendia á 20.000 infantes y 600 caballos COll 22
piezas de artillería. El 14 de Junio tomaron po-
sicion estas tropas en el camino de Rioseco á Va-
lladolid, y en ella esperaron al enemigo que ve-
uia por el de Palencia al mando del Mariscal Bes-




(342)
1808. sicl'es con un[} fuerza de 14.000 infantes, 2.000


caballos y 36 piezas de artillcrÍa. Al amane-
cer del mismo dia este ejército enemigo atacó
})Ol' la parte de Palacio en CU<1tro columnas la po-
sicion de los espaüoles, dirigiendo su principal
ataque contra la izquierda de estos; y aunque por
parte de las tropas se hicieron algunos movimien-
tos) y se opuso una constante resistencia, al fin
cedieron el campo al enemigo, perdiendo quince
cañones y cinco mil hombres muertos, y entre
ellos el General de la vanguardia del ejército de
Galicia, Conde de Maeeda. Las tropas de Blacke
se desbal1l1arOll entonces, y trataron de retirarse
{\ Galicia. Dicho General dispuso su marcha há-
cia el Vicrzo con el resto de su eiército, sin que
ha s tasen á detenerle las persuasiones de Cu esta,
que en vano intentó h[}cerle conocer lo defendi-
hle que era la posicion de Benavente. Dlackc .. aun-
quP rna:-; j Ó ven, tenia órdenes posiLi vas de la J un-
ta de G llicia para no queJar en la dependencia
de Cucsla) y asi á pesar de haberle hecho respon-
¡.;able al Rey y ,í la Nacíon de las consecuencias
de abandonar las Castillas, emprendió su retira-
da aUl1 sin de8pcdirse del General Cuesta.


Este hizo prevenir á los Coroneles de los re-
gimientos provinciales de Valladolid y Leon que
se hallaban en el ej ército de Galicia, que su pri.
mcr deber era el defender su provincia y hogares
invadidos por el enemigo, y efectivamente se se-
pararon del ejército de Galicia, y se reunieron al
de Castilla.


Compuesto este ejército casi todo de paisanos,




(343 )
sedíspcrsó cnteramente, y Cucsta con su caL<lll(~\,ja 1808.
y algunos restos de infanterÍa marchó á Leou,
en donde al segundo día de su llegada supo que
los fr<lnceses avanzaLan sobre aquel punto COn el
ohjeto de cntl'ar en dicha ciudad, y despues de
haber presidido una junta general de gefes, que
se celebró para deliberar sobre el partido mas
oportuno en tan apuradas circunstancias, se aCOl'-
dó que la poca infantería que había se internase
en Asturias,y que con la artillería y caballería se
corLase por la retaguardia al ejército frances á
lllarchag forza das J saliendo con direccion á Toro,
á donde en efecto llegó felizmente Cuesta pasau-
do por las inmediaciones de Rioseco J donde exis-
tia todavia una gran parle de la retaguardia fran-
cesa. Esta contramarcha burló los proyectos del
Mariscal Bessiercs, que intentaba completar el es-
terminio del ejército de CastíIla, que pasando
por Zamora llegó á Salamanca, fijando el Gene-
ral CUCBta su cuartel general en San Muiíoz, por
ser uu pueblo mas quieto y desembarazado para
la organizacion del ejército, en donde en pocos
dias reunió 10.000 hombres. Anles de salir de
Leon advirtió á Don Antonio Valdés J Presidente
ue aquella Junta, su determinacion ue evacunr
aquella ciuJnd con el objeto de que tomase lns
providencias cOl'respondientes para la trnnquili-
dad de la po blncion y pnra sal varla, si fuese po-
sible, del ataque de los enemigos; pero Valdés,
con dos sobrinos que se hallaban en la misma
J unta y algunos parciales suyos, se fugaron á
Ponferra(b y desde alli á Lugo, donde COncerla-




( J4,1 )
18GB. ron con la Junta de la COl'tIÍla su rCUlllOn á ella,


y poner á su disposicioll y mando todas las p:'o-
vincias de Castilla, De~de aquel punto empezó á
comunicar órdenes absolutas para (pJe el Gcncl':ll
Cuesta entregase á Blacke toda la caba IlcrÍa, úni-
ca fuerza de que constaba su ejército. Cuesta pu-
blicó un manifiesto anulando la Junta de Leon,
que ya se titulaba reunida en Lugo, prohibiendo
oi todas las Juntas y pueblos de Castilla que con-
testasen y rcconociesen sus providencias, El tel'·
rol' que inspiró la batalla de flioseco, hizo '[uc
el Gohernador de Zamora pusiese aquella r!:tza
á disposicion de los franccses, haciendo di,;pcI'Sal'
la gente armnrla, sin mas motivo que haber rcei-
J)irlu una carta del Mariscal Bessieres por conduc-
to de un paisano, intimándole sc sometiese á Josó
Napolcon,


El único resultado positivo de la batalla de
HiDsceo fue asegurar la marchn del Bcy José, que
rodeado de su nueva COl'te se dirigia á Madrid.


Al saber Napoleon la victoria de Medina de
Hioseco, esclamó en el primer movimiento de
alcgria: (( Esta es una segunda batalla de Villa vi-
ciosa (1), Bessieres ha colocado á mi hermano
José sobre el trollO de Espaua,ll Pero esta profecía
no debía cumplirse jamas, y millares de france-
ses iban ¡í. pcrccer -aun por consolidnr un trollO
quc no tenia mas apoyo lIi fundamento que las
bayonetas estrangeras.
-- -------------------------


(1) llatalla Salla(h en 1710 pUL' el Duque tle Vcndornme
~<lI)\'c el ej((reito del Al'l'hidllljl'e Cárlos¡ que a{iHnó alnie-
t .. de Litis YIV en el trollu de Espaüa.




(345 )


,


CAPITULO XXV.III.


Entrada del R(!y José en Espaila. - Su via;e ues(tc Irtlfl :i
Mallrill. - Frio recibimiento que le hacen los haIJitau-
tes de la capital. - Precauciones alloptallas por los Ge-
nerales franceses. - Conducta hel'óica (lel Consejo de
Castilla. - Se resiste á prestar el juramento de fidelidad
al intnlso. - EnérgieJs representaciolles sohre la nuli-
dad de las renuncias hechas en llayona. - Cdtica posi-
cion cn (¡ue se baIlan los :'\lini5t1'05 del Consejo. - Pro-
pone la [ormacion de una junta de teóloGos y cnllonistas
para decidir si (lchc prcstar el j lIralllcuto, - El COIISP.-
jo nu es atlmititlo á la Corte del Rey José. - Heuuioll
de todas las autoridades en la sala del h'OllO. - Pro-
c!alllaeion de José 1. - Noticia de la ren(licion de Du-
pont en Railen. - 2\Iarcha del !ley para Vitoria. -
Eraeuiln los f¡'illlCeSes la capit:d. - José dC'ja lihertad ;1.
su comitiva para seguirle Ó (juedar en Madrid. -
ConsidcraciolJcs en que se ÍLlndaron I.os que Sigllic¡'oll
su partido.


El Rey José que habia salido ele Bayona p:lI'n iB:~~~.
la capital de su nuevo Reino, pasó los Pirineos
acornpniíado de los miembros de la AsamJJlea qllC
componi,m una parte de su comitiya. En hura
recibió el forzado llOmenage dclt'cino de Navar-
ra ~ y en San SebaSliGn~ su Ayuntamiento y los
frprcscntan!,cs de la provincia de Guipúzcoa que
se hallab:m alli reunidos, se vieron obligados á
prestarle el juramento de fidelidad. El 11 llegó á
y crgara, en donde recibió una dipnlacioll de la


TO/110 J. 44




(346)
H{(lH. provincia de Santander, la que, como hemos


lIIanifeslado, se vió forzada, despues de su ocu-
pacion por las tropas francesas} á nombrarla pa-
1'a obtener el perdoll de la sedicion popular; per-
don que el Rey José no dud6 conceder desde
luego. El 12 llegó á Vitoria, donde se presenta-
ron á prestal' igual homenage los diputados de la
lH'ovincia de Alava, y se detuvo en esta ciudad
todo el dia l3, y el 14 se puso en camino para
Miranda de Ebro, el 15 para Briviesca, y el 16
para Burgos, antigua capital de las Castillas. El
20 hizo su entrada en Madrid, habiendo prece-
dido edictos de los Genen¡}es franceses, por los
que se mandaba se colgasen y adornasen las ca-
sas de la carrera, y se prevenia al pueblo no se
asustase por las repetidas salvas de artillería y
repique general de campanas. Verificó se esta CIl-
h'ada á las seis de la tarde por la puerta de He-
colctos, dirigiéndose la comitiva por la calle de
Alcalá y Mayor á Palacio. En el semblante de
101J curiosos que presenciaban este acto, estaha
pintada la tristeza, reinando el mas lúgubre si-
lencio. La carrera toda presentaba el contraste
mas estraordinario ~ comparada con la alegría
inesplicable y algazara universal de la entrada
triunfal que en Marzo anterior habia hecho el
legítimo Monarca de las EsparIas. Las campanas,
en vez de los toques de júbilo y fiesta, sonaban
eon tanta pausa, que parecia Sil sonido al que se
emplea en las ceremonias hígubres y en los en-
tierros. El acompañamiento (te José estaba re-
ducido á una gran escolta de infantería y caba-




(347 )
Hería francesa, á varios Generales y á algunos de
los espaüoles que habian estado en Bayona. U na
voz de 'viva Fernando F II, dada por uno de los
mas intrépidos espectadores, fue la única que in-
terrumpió esta marcha, que mas que triunf:d pa-
recia fúnebre convoy. Aql1ella voz hizo temer aJ
escarmentado paisanage que la tropa que se ha-
llaba formada en la carrera hiciese fuego contra
el pueblo, y principiaron á correr los que la ha-
Lían oido, imitándolos los demas que corrian siu
saber por qué. Este incidente causó bastante
constcrnticion en los franceses, que habian tenido
la prccaucion de poner sobre las armas en todas
las Flazas y principales calles grandes retenes
con objeto de sofocar cnalqniera insurrecciono


EL Hey habia mandado desde Vitoria el 7 de
J llEo al Consejo de Castilla hiciese imprimir y
l'uhlicar por circulnres, en la formn ncostumbra-
eb, la ConsLituclon dada y aceptadn en Bayona.
El ConsC'jo se resistió vigol'osamente manifestan.
do (PlC no podia dar su aprobacion sin hacer an-
tcs examinar una Constitucion hecha en país es-
trangero) pOI' vocales sin nombramiento ni auto.
rizacion legítima de la Nacion, y mantló que
pa:;~lsc ¡{ los Fiscnles para que hiciesen observa-
ciones sobre ella: pero el21 de Julio se comuni-
Có al Consejo por el Ministro Don Sehastian Pi.
üueh una rcal órden) cuya minuta fue cstendiJa
de pUllO del Rey Jose, manifestando, que las ob-
scrvaciones fIue el Consejo creyese hacer sobre
las mejoras de la Constitucion) correspondian á
la época en (PIC se celebranm las primeras Cór~


1 !:108,




1308.
(348 )


tes J tratándose al presente solo de publicar este
acto que por su naturaleza jamas esluyo sujeto á
las observaciones del Consejo J mil'ando lO da di-
lucion ulterior como una desobediencia positiva
y un sistema sedicioso, José habia mandado tam-
Lien al Consejo prestar el juramento de obedien-
cia, así á su persona, como á la Constitucion, y
dar conocimiento de" ello á todos los Tribunales,
Corrcgidol'es, Alcaldes y Justicias del Reino sin
escepcion; pero el Consejo Con la mayor heroi-
cidad se resistió desde luego á la prcstaeion del
juramento. El dia 22 el Ministro ele Estado Ur-
quijo comunicó la órden positiva, para que sin
dilaeion prestase aquella corporucion el \ura-
mento de fidelidad seflalado en la COllstitucion,
so pelia de no ser admitida á la reunion flue dc-
hia celebrarse el dia siguiente en el salon del tro-
no, al que los Consejeros de Estado, de Indias, de
Guerra J dc Ordenes militares y tIc Hacienda dc-
hian asistir para cumplimentar al Rey por su adve-
nimicnto al trono espaüol; PC¡'O el Consejo de Cas-
tilla se resistió á su cumplimiento, E123 se le reno.
vó la órden, previniéndole que no llauicnuo presta-
do juramento como el de Estado y del11:ls Tribu-
nales superiores, no seria admitido á la presencia
del Rey. El 24 el mismo Consejo, que estaba resuel-
to á arrostrar todos los peligros por sostener los de-
rechos de su legítimo Soberano Fernando VII,
elevó á José por medio del Ministro Urquijo dos
representaciones, En la primera manifestaba las
razones que habia tenido para sut>peuder la Cil'-
eulacion de la Conslitllcion, 1)01' la (lue los dere-




(349 )
ellOs de los ReJ"es Paclres é Hijo, y de los demas 1d08.
llamados por las leyes fundamentales de Espaüa
á la sllcesion del trono, quedakm enteramente
destruidos por la traslacion de la corona á otra
dinastía: que era indispensable para hacer váli-
das las renuncias la intervencion de la Nac.ion :
que seria cometer una manifiesta illfraccion de los
derechos mas sagrados si, tratándose, no ya del
establecimiento de una ley, sino de la estincion
de todos nuestros antiguos códigos legales, y de
la formacíon ó suslítucion de una nueva consli-
tucion, se obligase á todos los espafioles á jurar su
observancia antes que la Nacion la reeonociese
y aceptase: que la Junta de Bayona carecia de
poderes para su forrnacion y aceptacíon; y por
último, que el Conseio se resolvía á hacer el sa-
crifIcio oc sus propias vidas antes CIUC prestar el
juramento que se le mandaba. En 13 segunda re-
presentacían reiteraba el Consejo con la mayor
fortaleza sus protestas, resistiendo el juramento,
y dando asi un ejemplo que avergonzaba ¡t los
(iue cedian con tanta facilidad y se prestaban al
reconocimiento del Rey intruso. Este) para po-
llel' en el mayor conflicto y obligar á todos, mnn-
dó que á uingun empleado se le pagase sueldo,
pcnslon ni otro emolumento clue bajo cualquier
tÍlulo di:;frutase, sín '-{ue antes acreditase haber
prestado juramento de fi(lelidad á su persona.
1,os Ministros del Consejo, que despues de una
larga y espinosa carrera, se veian en el supremo
}JUesta de la nHlsislratura, dndaron un momento
si harian la renuncia uc sus togas) tantas veces




(350)
1808. delc¡'minada y deseada; mas Jo difirieron por no


ilTitar mas el poder con un golpe inútil de he-
roísmo, inconciliable con la oLligacion en que
estaban de no abandonar en el mayor peligro
el puesto en que los haLia colocado el cauLivo
Monarca.


El Consejo, que con tanto teson habia resis-
tido la poderosa influencia de Godoy, mani-
fesló la misma firmeza contra las amenazas del
in! ruso.


El 26 se le comunicó nueva órden, y el 27
otra intimándole enviase por escrito el juramen-
to sin dar lugar á mas dilaciones ni n~plicas, y
en la noche de este dia se con vocó Conseio es-
traordinario para leer la intimacíon que por últi-
ma vez se le hacia para el juramento; mas el 28
reprodujo el Consejo su negativa, alegando que
en las materias de conciencia debia pedirse dic-
támen á las Uni versidades mayores J j' á otras cor-
poraciones respetables, como los Cabildos ecle.
siásticos y Comunidades religiosas, segun era
costumbre entre los Heyes de Espaüa en casos
tan árduos como el presente, en que no solo de-
hían ser atendidas las razones legales, sino tam-
})Íen las teológic<ls, y propuso que al efecto se
formase una Junta de canonistas y teólogos esco-
gidos, .tla que el Consejo enviaria una Dip.uta-
cÍon de individuos de su seno.


Este último esfuerzo de la lealtad del Conse-
jo causó la mayor sensacion en el gobierno de
José, y ya se trataba de castigos rigurosos, y aun
ue conducir sus individuos á Francia, cuando




(351 )
circunstancias imprevistas salvaron á este lJt'n~- 1~08.
mérito Tribunal. Su ejemplo heróico fue imi-
tado por Don Pecho Gornez Labrador, Conse-
jero honorario ue Eslado, que se baIlaba cn
Florencia, neghIdose constantemente á prestar
juramento.


El Rey intruso habia convocado el 22 en pa-
lacio todas las autoridades políticas y militares,
los Prelados y Superiores del Clero y Comunida-
des religiosas; y en un estudiado y largo discur-
so, que empezó con el preámbulo de que hablaria
en italiano por ignorar el idioma espaüol, pon-
deró las ventajas que resul tarian á la Espafla
de su gobierno paternal, los males que oca-
sionaba á la misma la política de la Inglaterra}
la cual bien pronto tendria que humillarse á las
invencibles armas de su hermano Napoleon;
manifestó su confianza en la N acion espafIola,
y sus deseos de proteger el Clero y la Beligion
católica.


Concluido este discurso se despidió de la
Corte, y se retiró á su cuarto.


El 25 de Julio, dia del Apóstol Santiago, pa-
tron de España, fue el destinado para la procla-
macion del Rey José, que se verificó con todas
las ceremonias usadas en semejantes casos. Al
Conde de Altar..lira, Marqués de Astorga, como
Alferez mayor de Madrid, tocaba levantar el Es-
tandarte Heal; pero resuclto este iluslre espaüol
á no contribuir ni en lo mas mínimo á la exalra-
cíon del usurpador, pretestó una enfermedad, y
fue reemplazado por el Marqués de Campo Alangc,




(352)
1803. Conde de Torre-Manzanera, Grande de España,


ex-Ministro de la Guerra, ex-Embajador en Viena,
y Teniente g(~neral de los reales ejércitos. A fal~
ta de moneda acuiiada con el busto del nuevo
Monarca, se arrojaron al pueblo monedas de la
anterior legitima dinastía, Con cnya generosidad
se proponian captar la benevolencia de un pueblo
que mil'aba con indignacion semejante farsa, y
con la misma idea se dieron corridas de toros
gratuitas, y se distribuyeron varios socorros á los
indigentes.


La ilusion que debió causar el acto solemne
de la proclamacion, se disipó como el humo con
la llegada del EJccan Vilb.utl'ois , que como de-
jamos anunciado, era el encargado de traer la
noticia de la batalla de Bailen y capitulacion del
ejército de Dupont. No es imaginable el trastor-
no que produjo tan infausta noLicia en la corte
del Rey José. Este, no considerá11lIose ya segu-
ro en la capital, pues creia que el ejército espa_
Ílol victorioso vendria en derechura sohre Ma-
drid, tomó la resolucion de partir elLo de Agos-
to para Vitoria, no habiendo residido en la Cor-
te mas que diez dias. La noche que precedió ¡i
su salida, la ocuparon los franceses en clavar
los caüones de mayor calibre que 110 podian trans-
porlar, en romper fusiles, quemar sus cajas, y
arrojar á los pozos, norias y eslanques licl Reti-
ro las bombas) granadas y barriles de pólvora
<¡!le no podian trasporta¡' ~ y como tuviesen for-
tilicado y abastecido aquel punto á manera de
ciudadela, dcj11'on alli UIla gran cantidad tIc vi-




( 353)
vcres, de Cfllr se :lrl'ovechó el pueblo de M<"HJrid. H308,
El Hey José se dirigió á Chamartin , donde
se hallaba acampado un fuerte cucrpo ud ciél"~
cito im)wria l, Y escoltado por cste tomó el ca-
mino de Somosierra con direccion al alto Ebror
En honor de la vcrllall debc decirse, que el Rey
José, antcs dc emprender su marcha, manifes-
tó á cuantos le rodeaban, que los dejaha en abo
soluta y completa liberlaJ para seguirle ó para
pet'll1aUCCCr en Maul'ilL Enlonces muchos pcrso-
n;¡ges, á quienes las cil'cllllslnucias lHibian obliga-
dO;Í apnrccer como instl'lllUel1tos del usurp<lJor,
le abandonnron J y l'cUlliclJIlo sus esfuerzos á los
d(~ los demas espaüoles, IJiciel'o!l importantes ser-
vicios ála causa de la ·Patria. Acompailaron al Bey
in (ruso en su l'ctira da cinco Miuis tras, cinco Conse-
jeros de Estado, dos GraJldl~S de Espaüa , cuatro
Gencrales y algllnos otros espailOles (Iue hahian
antcriomcntc prestado servicios eminentes á SIJ3
legítimos Sobcranos; pe,'o que por el deseo de
conservarse en el manuo lwoinn ligado Sil suerte
á la del usurpador. Puede asegul'arse q lIC en rea-
lidad no habia un español flue dé corazon desea-
se la mudanza de dinastía, ni tampoco que ape-
teciese la dorninacion de 13onaparte; pero el cál-
culo y conocimiento dc los pocos recursos de su
l'atria ~ y el no contar con los esfuerzos estraor-
dinarios del patriotismo espaüol, hizo que u1S'u.
nos tratasen ue suaviza,' los males que la amena.
zaban J tomando este partido, q uc abrazaron otros,
arrastrados dl~ 11na ciega ambician, ó del sórdi-
do interés. Unos y otros se fundab:l1l,en esta n~.


TOlo!Q l. 45




(354 )
1808. flexion (1) : ((una poblacion de once millones de


almas, y un pie de ejército de 60.000 hombres,
aun cuando este se cuadl'llp1irlue con nuevas le-
vas, no resiste mucho tiempo á olra poblacion
de cuarenta millones, y á un ejército de 400.000
hombrcs de tropas las mas aguerridas de Euro.
pa, dirigidas por una sola caheza, que está en po-
sesion de triunfar en todas partes.)) Este 1 uicio,
aunque exacto y verdadero, respecto de otros
paises, ha sabido frusLrarlo el hcroísmo cspa-
ÍlOl, anonadando los cálculos dc los débiles y
de los amhiciosos.


La evacuacion de Madrid influyó poderosa-
mente en las operacioncs de los eiércitos. Seman-
dó orden á la division de Bessicres;¡ ocupada, co-
mo dejamos indicado, en perseguil' los restos del
ejército de Cuesla, para que se replegasc y con-
ccntrase sus fuerzas sobrc las márgenes del Ebro.
Esta concentl'acion hizo suspcnder las operacio-
nes del primer sitio de Zaragoza, ciudad que,
como se ha dicho ya , fue la primera en alzarse
contra la tiranía de Napoleon, y cuyos glorio-
sos detalles vamos á referir.


(1) Manifiesto de Azanza.




(355 )


CAPITULO XXIX.


!)rimeras disposiciones del General Palafox en Zaragoza. -
Convoca una reHllion tle Diputados de las ciudadesdc voto
en CóJ'tes de 1\ragoll.- Es l1ombrado Capitan general
de los Reales cj((reitos. - Proclamacion de Fernan-
uo VII. - El General Lcreb.·c marcha desde Pamplona
w],rc Zal'agoza. - Ocupa :í Tudela. - Accion de Ma-
llen. - Zaragoza se dispone á sosteller 1111 sitio. - Dcs-
cripcion topógrá1ica de esta ciudad. - Palal'o,,- sale en
b.tsca de refuerzos. - Ataean los frallccses á Zarago-
za. - Son rechat,ados. - Aceioll de Epila. - Vuelve
Palafo,,- :í Zaragoza. - Aceion de Villareliehe. - Los
fl'<lnceses son refonados, y tOl11a el mando del sitio
el GCJleral Verrlipr. - SolCllltW juramcnto I!P los (lel'cll~
50res ¡Je la ei udad. - Carta de Verdiel' á los GohCl'lla-
dores de Zarogoza. - N ue\' o ataque de los franceses. -
1,e apotlet'an tle una parte de la calle del Coso. - He-
roismo ae Agustina de Aragon. - Los franceses toman
á l\lonle TOlTero. - Sali<las de los sitiados. - Acerta-
das disposiciones dc Palafox.. - Situación de Zaragoza
en el mes de J [llio. - Tercer ataque de los franceses
contra la ciudad. - Incendio del hospital. - Los fran-
ceses se apoI[E'r:m de Santa Engl'acia. - IntilllJcion de
Venlicl'. - Jlcl'úica contest;:¡cioll de Palal'ox. _ Los ha~
hitautcs se baten Cal! la ma.H)!' desespcracion en las ca-
Ites y casas. - Palarox iutrollnce un convoyen la ciu-
dad.- Conducta lteróica dc los Eelesiástico·s. _ Valor
admir;:¡blc de I;:¡s llIugeres, - Continuan los franceses el
ataque el 14 de Agosto. - Ptepentina retirada de 109
frauceses, á coü~ecuencia de la ha talla de Bailen.-




(356)
Pérdidas oe los franceses ell el sitio de Zarngoza - .Es-
cla'uacion llc UI1 Geueral inglés al conlelllplal' sus
l'UllHIS.


iROS. Hemos manifestarlo que el reino de Aragoll
al saber los horrendos asesinatos del 2 de Mayo,
se habia levantado en masa; y Zaragoza trata-
ha de inmortalizarse, sncrificándosc por la in~
depcndellcia. El jóven Palafox, á fIuien los ara-
goneses pt'Oclumaron Capilan geueral en a(lue-
Ila ciudad, casi por inspiracion, correspondió
completamente á la confianza del plleJ)lo. Des-
pues de atender al armamento de to(los sus ha-
l¡itantes, publicó una cnérg,ica alocncion, en la
que escitando á defender hasta el úlli.mo trance
la libertad de la -Patria y soberaníu de Fertlall-
do VlI, declaró que el Emperador (le los france-
ses, todos los individuos de su f<JllIilia, y finalm,m-
te, tOllo General y Oficial franct's qucd'lLan pero
sonalmente responsables de la seguridad tld Hey
Fernando VII, de su hermano y tio, en el caso de
un alentado contra su preciosa vida; y para que
en l1iuglln caso la Espail<J (lueclase sin Monarca,
aiwdia, que usaria la N acion de su derl'cho legi-
timo ¡í favor del Archiduque C;írlos, como nielO
de Cárlos I1I, siempre que el Príncipe de Sicilia
yel Iufante Don Pedl'o y dcmas llcrcduos it la
Corona no pudiesen concurrÍ!' : flue si el ejérci-
to franees hiciese. el menor roLo, saqueo y muer-
te en Madrid, Ó en cualquiera olro ptwLlo de los
inva(lidos, se consideraría como un delito (l(~ alta
il'aicion, y no se daria cuartel á sus imlividuos;




(357 )
que se repelería y teuuria por ilegal y nnlo ,co- 1808.
mo obra de la violencia, to(lo lo actuado hasta
aquella época en :Bayona y Madrid J declarando
rebeldes:' la patria á cuantos no habiendo 11asa-
uo la raya lo hiciesen des pues de la publicacion
de csta declarncion: que se admitiria y trataria
con la generosidad propia del car;{cter espaüol á
todos los desertores dd ejércilo frances que se
prcscntasen J los cnales desarmados serian con-
ducidos á la capital de Aragon, donde se les da-
ria partido ¡Í los qne quisiesen tomarlo entre las
tropas cspailOlas; y por último se invitaba á las
<.lemas proviucias no invadidas á concurrir á Te-
rucl ú otro paragc adecuado con sus Diputados
rara nomhrar un Lugar-Teniente Gellel'al, á
qllicn debiesen obeuecer todas las autoridades
del rcino.


En virtud de cs(<I circular el dia 9 dc Junio se
rcuuicron en las casas consistoriales de Z<lragoza
los Diputados <.le todo el reino de Aragoll y Cill-
oadcs de voto en Córtes, á saber: Zaragoza, Ta ..
razona, Jaca, Calatayud, Boria , Fraga, Cillco-
vilbs J los representantes del estado eclesiástico
y del estado noble, y los de hijos-dalgo de los
partidos de lIucsca I lhrhastro ~ AlcaiIiz, Albar-
racin y Dal'OC<I. El General Palafox hizo pre-
sente en est<l rClll1ion tIc Córtcs el estado de in.
dcfension en <¡uc se hallaba la provincia, y su
ánimo de corresponder ¡í In confianza del pueblo,
seplllLíndosc en las l'IJinas de Zaragoza autes de
consentir la oomin<lcion tlel usurpador. El re-
sultaoo de esta conferencia. fue el constituir una




(358 )
1808. Junta suprema, acordar la solemne proclama-


cion de Fernando VII, Y la confil'lllacion del
nombramiento de Palafox para Capitan general
de Aragoll, clev¡ílHlole al mismo tiempo al alto
rango de Capllan general efectivo del ejército.


La proclamacíon decretada se verificó con el
mayor júbilo y alegria) y nadie dl1rante este acto
hubiera podido descubrir en los habitantes de
Zaragoza el mas mínimo indi.ci.o (le los males y
peligros que tan de cerca les amenazahan.


En cuatro días lomó la capital un aspecto
guerrero) y de tojos los puntos volaball lJaisa-
nos á su defens:l. Para precaver qne en su indig-
nacion el Plldllo Cllflll'CciJo se entregase á la
\Z'Ili)auza, dispuso la Junta trasladar á la cárcel
en la noche del ~) á todos los franceses (l'le exis-
tían en la ci[1(1a(1 en número muy considerahle, los
que sin esta pl'ecallcion (Iuizá hubier:lI1 pereciJo,
J1alafox) no obstante, desaprohó esL;:¡ medida aJop-
tada sin su órJen, y mandó ponerlos eH liber-
tad, funJado en que, como Lodos los vecinos,
aquellos habían contribuido iÍ. las IIl'geucias del
g;r>bierno; pero al saber esta resolucion se con-
movió el pueblo) y tuvo (lue suspender su ejc-
eucJOn.


El General frances Lefebrc Desnouelles J se-
gun tenemos illdicinlo anteriormente J habia re-
cibido ól'nen de dirigirse desde Pamplona sobre
Z:II'agoza con8.000 hombres y2.200 caballos con
el objetó de calmar la illSlIlTeccioll de aquella
ciudad. Palafox con allticipacion habia hecho
ocupar el puuto de Tudcla por un cuerpo de pai-




( 359)
Iianos} á las órdenes de su hermano el Marqués 1808.
de Lazan, á tin ele defender el paso del Ebro,
de concierto con el vecillllario armado; mas los
franceses, hahiendo hallado cortado el puente,
pasaron el rio sobre barcas; y apoder¿índose de
la ciudad obligaron á los cspailOlcs á retil'arse so-
bre Mallen; y hahiendo rest¡¡blecido el puenle
l>ura la COl11unicaciOll con Pamplona, continua.
ron Sil marclta sobre Mallen. R.eunidos los dis-
!lel'SOs espaüoles de nuevo en este .punto, opu-
sieron al enemigo una. carla resistencia; pero
fueron pl'ontamente dispersados, dejaudo en su
poder cinco piezas de artillería. En Alagon, reu-
nidos tercera vez, y animados con la presencia
de Pulafox en número de G.OOO, doscientos volun-
tarios de Ar3 0 0n é ¡"ual número de drauones del o , ~ o
Rey, que con dicho Generalacababan de llegar de
Zaragoza, intelllaron disputar el paso del Jalan
á los enemigos, que presentándose el 14 al me-
dio dia haciendo un fuego vivÍsimo, obligaron
á los españolcs á ceder el campo, y á relirarse
á Zaragoza, hasla cuyas pucrtas los persiguieron.
Al considerar el entusiasmo con que los arugoneses
se prcslabun á tan repelidos choques) Ha pue-
de mellOS de admirarse el patriotismo en que al'.
dian, y la decision de morir por la independen_
cia de su Patria; pero convertidos repentina-
mente en soldados, y empuñando el sable y el
fusil en vez de los instrumentos que acababan
de soltar de sus respectivas tn'tes y oficIos, ca-
recian de aquella disciplilla militar que reune en
una sola masa las fuerzas individuales, y hace




(360 )
1808. su choque tan terrible; no estaban ejr!rcitados en


las l11é1uiobras militares, y por cOlJsiguiente con
facilidad eran envueltos en campo raso por las
tropas aguerridas de Napoleon.


No se aterraron los zaragozanos pOI" la derrota
inesp~rada de sus paisanos, yen vez de lratar de
la fuga, imitando el ejemplo de algunos magis-
trados y ricos propietarios que se disponinn á
abandona¡' la ciudad, corrieron al depósito de
armas, y las arl'eLataroll con el mayor empcÍlO,
Ya á esta sazon la campana de la torre nueva anun-
ciaba eOIl Sil ronco son el peJigro de la cilldad~ y el
llígllbre silf~ncio de la lJoche era illterrumpido
IÍllícamClll.t~ por el mido de las armas de los que
marchaban aceleradamente al punto de reuníon,
que era la llanu¡'a inmediata al castillo lla mado
dt! las Hpras del Rey, ó campo del Sepulcro,
pOI' los muchos cadáveres que se enterraron alli
en las gUCl'l'élS de sucesion.


Los franccses, tratando de aprovechar la
constcruacion en que suponian la ciudad, la ata-
cal'on el 15 de Junio por varios puntos para apo-
d('rarse de ella, sin las detenciones propins de
1111 sitio eH forma. Los zaragozanos habian csta-
hlecido sin orden algunas piezas de artillería de.
lante de las puertas, en el Monte-Torrero y en
otl'OS puntos fa vorables : veinte y cuatro 1101'<13
bastaron para poner la ciudad al abrigo de un
golpe dc mano,


Zaragoza, cuyo nombre se deriva dr. la deno-
rninacÍon de César Augusta, con (lue la conocie-
ron l,)s romanos .. se halla situada en las apaci-




(361 )
bIes y deliciosas márgenes del caudaloso Ebro, 1808.
en una posicion que domina la dilatada vega que
riegan los rios Jalon, Gallego y Huerva. Dista
de l\ladl'id 50 leguas) tIe Pamplona 34, de la
raya de Castilla 15} Y de la tIe Francia 19. Tiene
11 n arrabal en la 1)arte ele la ribera izq llierela ele!
Ebro, que se comunica con la ciuelael por meelio
de un puente ele piedra. Todo su contorno hasta
las altas montañas que limitan á bastante distan-
cia .m horizonte, es nn llano fértil, y cubiet'to
de olí vares. La ciudad, no obstante, como á dis-
tancia de dos tiros de caüon, se halla elominada
por una eminencia llamada Monte-Torrero, so-
bre la Clue pasa el canal de Aragon , y contiene
algullos edificios, como una iglesia y varias ha-
hitaciones para el servicio de los empleados del
canal. Sobre este h~ly un puente que separa á
Torrero de otra altura. Los muros de la ciudad
son (lna especie de lari¡¡s construidas, no para
defensa, sino para facilitar la percepcion de los
derechos ele los arlÍclllos de consumo que en ella
se iutroducen. Sus puertas, en nÍlmero de nueve
y un portillo, son sClJcillas, y sin aptitud para
fortificarse: los edificios en general son de ladri-
110, tienc muchos conventos y parroquias, entre
las '{lle sobresalen los templos del Pilar y ele la
Seo: cuenta once plazas y varias plazuelas} cin-
C11cnta calles principales, lodas rectas y espa-
ciosas, en especial la elel Coso, situada casi en
el centro de la Cilld,ul.


El Gener:!l Palnfox, dcsespernndo del éxito (le
la defensa de la ciudad con las fU''I"zas que tenia,


'!'(I'\lO (. 46




1808.
( 362)


salió el 15 de Junio con 100 dragones del Rey, y se
dirigió á reunirse con el Baron de V ersa~e, que
en Bclchite organizaba de 3 <i 4.000 reclutas, para
volver á reforzar la gllarnieioll de Zarago:la.


Esla ciudad, atacada simult,íneamente por el
ejército franees el mismo dia 15 en Torrero, y
cn sus propias puertas, combatia con estraol'<li-
nario valol', pero sin órden ni regla militar al-
guna : la artillería era serviJa alternativamente
por cuantos la casualidad presentaba; toJos
mandaban, y toJos obedeeian; pero cn todos
reinaha un mismo espíritu; y contenidos y re-
chazados los enemigos por un pUlIto, "Tolaban
á salvar el otro, logrando en fin su inaudita in-
trepidez y con5tancia triunfar en tan encarniza-
da lucha, ahuyeulando á los invasores. Una por-
cíon de caballería de estos cIue penetró por la
puel'ta del C,lrmcl1, y se dirigió ,1 rienda suelta
hácia la Misericordia, pereció toda á manos del
pueblo; siendo innumerables los cadá veres ene-
migos que quedaron tendidos delante de las puer-
tas de la ciudad por el fuego de la artillería es-
pañoln.


El 21 pasó revista Palafox ¡í. las tropas cluC
pudo reunir en la villa de la Almunia, y el 23
llegó á Epila. Lefebre, eSC<l1'l11entauo de la resiso
tencia de Zaragoza, desistió de su intento de to-
marla sin artillería de batir; y para impedir que
fuese socorrida, destaeó un cuerpo de 4.000 hom-
bres á atacar á Palafox en Epila. No faltó quien
propuso á Palafox su retil'ada sobre Valencia,
como lÍnico medio de salvar las fuerzas (lue mano




(363 )
daLa; pero el jóven GeJleral había jurado no aban. 1808.
donar ,1 su suerte á la Capital de Aragon, y re-
solvió esperar al enemigo en aqnella posicion,
<lue fue atacada por los franceses á las 9 de la
noche del dia 23 de Junio. La oscuridad inutili-
zó los esfuerzos de ambas partes, y Palafox dis-
puso la retirada entre una y dos de la misma no·
che, sosteniéndose el fuego hasta el amanecer
por la vanguardia, que se retiró por el puente
de Hueda á rellnirse con el resto del ejército.
Desde Calatayud, donde hizo alto por algunos
dias para reunir sus fuerzas, dispuso su vuelta á
Zaragoza, en cuya ciudad entró felizmente con
sus tropas el clia primero de Julio, á los 16
de su salida. Versage con su batallan, yel depó.
sito de reclutas, permaneció en Calalayud or-
ganizando su gente, para di.rigirla luego á la Ca.
pital de ArngOll.


El Da ron de Versage destacó del cuerpo que
mandaba 200 hombres para que se apoderasen
de los molinos de pólvora de Villafeliche, cuyo
llUcblo atacó el enemigo con 1.000 infantes y
un escuadron de caballería el dia 27 de Julio: los
espaüoles se ddclldieron con el mayor denue<lo;
pero fueron vencidos por el número , y los fran-
CCi!es ocuparon el pueLlo. Indudahlemente hu-
Lieran destruido los molinos ele pól vora, á no
haber llegado el Baron de Yersage cuantlo aca-
haban de ocuparlo COll 500 infantes y 300 dra-
gOlles. El Comandante de ésLos cargó al es-
clladron en las calles, y consiglliQ desalojarle;
la infantería francesa se desordenó y tUYO




(364 )
1808. que retirarse SIn haber conseguido su intento.


Entre tanto los franceses habían continuado
sus preparativos de ata<lue y amnentado sus fuer-
zas. El General Verdicr, que había salido de Pam-
plona con 3.000 hombres, entre ellos un regi-
miento portugués á las órdenes del General Go-
mez Freír'e, y un gran parque de sitIo, se habia
reunido con los sitiadores el 26 de J unío ,y to-
mado el mando de todas las tropas del sitio.


Los zaragozanos, cuanto mas crecía el peligro,
mas redoblaban su ardor. La Junta determiuó
por entonces que todos cuantos se hallahall Con
las al'Iuas en la mano J prestasen solemnemente
juramento de defender la ciudad. Formados to-
dos en la l)lazuela del Carmen y puertas de la
villa, sitios señalados al efecto, á presencia de
las principales autoridades, el Coronel del regi-
miento de Estremadura, tomando una bandera en
'lue se veia la imágen sagrada de la Vírgen del
Pilar, pronunció el juramento de perecer antes
que consentir en el infame yugo de los franceses,
de no abandonar' á sus Gefes, ni la bandera pro-
tegida por la SalltÍsima Vírgen del Pilar, patro-
na de Zaragoza. Una voz unúnime de <Iprobaciol1
salió de las filas, y en seglliJa mal'ch<ll'on todos
.í sus respectivos puestos á sostener lo fltJe habian
jurado.


El 25 de J uuio se presentaron á la vista de
los puestos avanzados con seilales de parlamen-
tar algunos soldados franceses, y creyéndose que
trataban de pasarse á las filas espaüulas, como
ya lo llubiun verificado otros muchos, se adeLI/l-




(365)
tó el Presbítero Don Santiago Sas) sugeto de los iR08.
que mas se habian distinguido en el alzamiento
de la ciudad) y que gozaba de la confianza de Pa.
lafox. Este reconoció en breve que eran polacos;
y en vista de la manifestacían que le hicieron de
que una compañía entera de su nacion deseaba
pasarse al servicio español, el Intendente de Za.
ragoza con un Edecan del General se avistaron
con ellos para concerlar los rncdios de la fLlga;
mas apenas habían empezado á entablar la confe-
rencia] cuando conocieron cluC el objclo de los
pretendidos parlamentarios no era el de deser-
tarse, sino el de condllcirlos á. la preseucia de su
General, como lo ejecutaron. Lefebre en com-
paüÍa de Verdier salió á su encuentro en el cami.
no J frente de la puerta del Portillo .. y el resul-
tado de la entrevista fue entregarles una carta
para los gohernantes de la ciudad, con ofertas de
paz, é in limándoles la rendicion. Mas la Junta su.
prema y el Marclués de Lazan despreciaron alta-
mente esla propuesta.


El 27 de Junio el sólido edificio del Semi-
nario, situado en el interior de la ciudad hácia
un es/remo ele la calle del Coso, que servia de
almacen para la pólvora, se voló repentinamen-
te entre 2 y 3 de la tarde, cub.'iéndose de ruinas
la calle, é incendianclo las casas inmediatas. No
})ien los zaragozanos habian vuelto de la conster-
nacion, cuando los franceses) (lue segun hemos
dicho acababan de recibir un refuerzo considera~
ble de tropas y un gran tren de artillería, inten-
taron de nuevo el asallo, bombardeando y batien-




(3GG)
idOS. do en brecha el convento (lc Santa Eng"acia, del


que se apoderaron desplles de la mas obsLlnada
resistencia, ganan¡lo el terreno palmo á palmo
hasta el es tremo de la calle del Coso, que (luclló
en podel' de los sitiadores, asi como el Hospital
general y con vento de San Francisco) del que
por nuevos y estraordinarios esfuerzos de los es-
11aüoles fueron arrojados; quc,dando sin embar-
go en posesion de Ulla parle de la calle del Coso,
asi como los defensores de la puerta.


El principal ataque de los enemigos se diri¡.:ió
por la puerta del Portillo contra un vaslo cLlificio
cuadrado situaclo fllera ele ]05 muros, llamado
castillo de la Inquisicion. El General 'Palafox
habia hecho construir una débil batería con sa-
cos ele arena tlelantc de la pucrLa del Porti-
llo, que fue mil veces destruida y otras tantas
reparada, bajo el fuego infernal del enemigo:
<1(l'ú fue donde la carnicería fue mas horrible J y
donde los aragoneses se escedicron á sí mismos:
aquí flle e11 donde una ¡¡'¡ven de 22 aüos, de be-
lla fi;;ura , llamada Agustina de Aragon, que se
empleaba e11 Llevar refrescos á los defensores de
las puerl:::s, Llesplegó un rasgo suhlim(~ de herois-
mo, de que apenas se halla ejemplo en los faslos
de las guerras. Preséntase en la halerÍa en el ins-
tante mismo que el fuego de los franceses acaba-
ba de destrozar á los últimos artilleros (lile la ser-
vian: los soldados y los paisanos vacilaban ya al
acercarse il ella, al contemplar la incesante 11101'-
t:llldad (Iue e~pcl'imelltaban: AgUStillil advierte
{~sla irresol ucion, se arro j a ála bate ría, trepa por




( 3G7 )
centenares de mUértos y heritlos, y arrancando 1808.
la mecha de manos ue un artille¡'o que acababa
de espirar, la aplica á un caüon de á 24, Y jura
no abandonar el puesto hasta penlcl' la vida. Es-
te aclo inl\udito ele intrepidez reanima á los de-
feusores, que corren ;í. porfia á la baterÍa, y em-
pieza de nuevo Un fuego terrible contra el ene-
migo. Palafox, sabedor de esta hcróica accioll,
condecoró con un escudo de honor á esta intré-
pida zaragozana, y la cOllcedió la paga y honores
de Oficial de artjJlería. El ataque de la puerta Jet
Portillo ellvolvia el doble objeto de ocult,ll' el
que otra columna, ú las órdenes del General Ver-
dier, dirigia por b pm?l'la dd C:ll'nH'n, situada
á tres tiros de hala ue la del Porti.llo, y defendi-
da por otra hatería de sacos !le tierra, y por la
fusilería de los paisanos, que flanqueando los 111[1-
ros por una y otra parle, dominaba á los enemi-
gos por frente y costado. Esta columna fue igual-
mente rechazalla con una pérdida espantosa, De
modo que por toclas partes y en todas direcciones
el valor za1'<lgozano hizo conocer en este elia á las
tropas francesas, bien á su pesar, que les habia
de costar mas faligas y mas san31'e el penetrar
hasta el Coso, que el llegar hasta Berlin.


El dia 28 un regimiento polaco se apoderó á
la bayolleta (Id Monte-Torrero, cuya defensa no
correspondió á lo (ltW dehi,¡ esperarse. Fue tan
sensible la pérdiJa de este punto importante á
Palafox, que con el fin de intimidar á los que de-
masiado pusiL'll1irnes 110 se hallasen en áni.mo de
hacer el último sacrificio por su patria, hizo pro-




( 3GS )
1808, cesar por traidor al Comandante de aquel puesto)


e] que despncs de haber sido jnzgélllo pOI' una
comision militar, fne pasado' por las armas, La
ocupacion del Monte-Ton'ero por las tropas
francesas cortaba la comunicacion de la ciudad
con el país situado sobre la derecha del Ebro.
Hicieronse en los prirneros elias ele Julio varias
salidas por los sitiados, cuyo principal objeto
era la reconquista de la posicion del Monte-Torre-
ro; pero todas fueron infructllosas. Los franceses
lograron constl'uir un puente en la parte illf(Tior
del Ebro que VCllia muy mengnaJo de aguas) (Jil-
di{~ndose vaelear por ]a parte superior de la ciu-
dad; y habú~nilosc sÜuatlo de la otra parte del
río la caballería francesa, (lestruyó los molinos
que servian para la provisi0n de la ciudad, que
se vió privada de los medios de procmarse víve-
res y pl'ovlslOlles.


En tan crítica situaóon, Palafox J de quien
es preciso convenir que á una suma inteligencia
reunía la mayor activúla(l, hizo establecer moli-
nos movidos por caballerías, y una fábrica de
pólvora en que se emple<lron los religiosos bajo
la dil'eccion de oficiales de artillería, Todo el
azufrc que habia en la ciudad, se recogió escru-
pulosamente para la elaboracion de la pólvora,
lo mismo que el salitre que se hallaba ell la tier-
ra de las calle:>, J legánduse ,í eJahorar por día
t3 arrobas castellanas de pé>lvora de cañon.


A últimos dc Julio Zaragoza se hallaha com-
pletamente embestida pOI' los enemigos, los cua-
les de tiempo en tiempo arrojaban algunas balas




( 369)
rasas y gratiadas. La poblacion se 11ubia aumen- 1808·
tado considerablemente por los paisanos que ve-
nian del campo á buscar un refugio en la ciudad,
en la que empezaban á escasear ya las provisio-
nes sin ninguna esperanza de socorro. Cuarenta
y seis dias de conlÍnuos trabaj os en la estacioll
abrasadora del verano ,dehilitaron mllcho las
fuerzas físicas de los defensores de Zaragoza:
los conventos de Capuchinos y San José, estra-
muros de la plaza, habian sido tomados por el
enemigo á costa de arroyos de sangre, y desde
ellos -' dista n tes de la ciudad medio tiro de fusil,
asestaban SC[;lll'OS sus tiros contra la heróica Za-
ragoza: sus calles estaban llenas de enfermos y
de heridos, cuyo número se aumentaba todos los
días con los combates parciales que se daban, ya
para restablecer alguna comunicacion enh'e la
cilldad y el campo, y ya para recobrar el impor-
taute punto de Monte-Torrero. Al fin Palafox,
convenciuo ue la inutilidad de estas tentativas y
ue la imposibilidau de obtener ventajas en estas
salidas por carecer ue caballería, se resolvió de
lluevo á vencer ó sepultarse con gloria en las rui-
uas de la ciudad.


En la noche uel 2 de Agosto los franceses
repitieron un segundo bombardeo con las bate-
rías construiJas uelante de la puerta de1 Carmen.
El antiguo Hospital general ue nuestra Señora de
Gracia, capaz de ochocientos enfermos, y lleno
entonces ue heridos, quedó reducido á cenizas
por el fuego voraz de las granadas; mas en me-
dio de esta horrorosa calamidad, el celo de los


'rOMO l. 47




1 *303.
(370 )


habitantes salvó una gran parte de los infelices
que yaciall postrados en aquel asilo del dolor y
de la amargura. El entusiasmo patriótico brilló
sobre mallt>ra en las D1ugeres, á quienes ni las
bombas, ni el di! u v io de balas del r ne mi go , ni
las ruinas, ni las espantosas llamas que devoraban
el edificio, pudieron desalentar y hacer desistir
de ejercer los aclos mas hcróicos de sensibilidal{
y compaslOll.


El 3 de Agosto completaron los franceses sus
haterías sobre la ribera derecha del Huerva, río
que desagua en el Ebl'o como á unos cien pasos
de la ciudad. Casi al frente de estas L':l[erÍas, y á
tiro ele pistola, está la puerta de SanLa Engl'acia,
llamada asi por el magnífico convento é iglesia
de su nombre situada en aquellado. El4 de Agos-
to, continuando siempre el bomhardeo, dirigie-
ron los franceses un fuego terrible contra este
cuarld de la ciudad, el qllC duró muchas horas,
y cn hreve las forti!icaciones que los cspaüoles
habían levantado para cubrirse del caüon enemi-
go, fueron destmielas, y el convento y templo de
Santa Engracia incencliu(los POl' el o]ms enemi·
go, no presentaban 111as flue un monton de escol11-
L1'05 y ruinas. AproveclwuJo los franceses la
lJl'ccha abierta en Santa Ellgl':lcia, el General
Verdier, al mediodia, hizo adelantar dos colum-
nas que penetraron por las puertas del Portillo y
del Carmen. El ataque fue largo, obstinado y san-
griento. Las columnas francesas, reforzauns á ca-
da momento, sembraron su marcha de sangre y
tIc cadáveres: esta lucha cruel durú hasta las 5ic-




(371 )
te de la noche, á cuya hora llcgaban los fl'nnce- 1W!R.
scs á la calle del Coso, y eran ya dueüos de la
mitad dc Zaragoza.


El General Lefebre, creycndo cIue en seme-
jante c"lado la resistencia de los sitiados llO po-
dia llevarse mas adelante, deseando evitar la ('[lI-
sion de sangre, harto derramada ya para el sosten
de nna ciudad ahierta, envió con u.n parlamenta-
rio al General Palafox esta lacónica intil1lacion:
Cuartel general de Santa Engracirl. = Paz X ca-
pita/acion. La respuesta inmediata del General
Palafux f!le la siguiente: Cuartel general de Za-
l'({[!o::a. = Guerra r cuchillo. Una acera lle casas de


CJ v


la cane del Coso se hallaba oCllpada por los fran-
ceses, y la opuesta por los españoles: los cationes
de unos y otros estaban en una línea paralela) cu-
yo espacio intermetlio no era mas qlle el ancho
de la calle, campo en que incesantemente se
veiau exhalar el último aliento franceses y espa-
ñoles deslroz:l(los por las balas ó arrojados por
las velllanas. El General Verdicr se hallaba si-
tuado en el convento de San Francisco; delan-
te de cllyas puertas habia construido una ba-
tería con Jos calhivercs de nueve religiosos de-
gollados.


Este nuevo método de guerrear se renovaba
Con el mayal' furor dllrante la obscuridad ele la
noche: los franceses y zaragozanos se :Jrrojaban
al otro lado de la c111e y atacaban sus respectivas
haterías con valor estraorrlinarlo: el combate em-
pezaha al pie de los callones J y regularmente ter-
minaba dentro de las casas situadas á sus espal-




(372)
1 SOS. dag. Las cureñas estaban tan inmediatas, que ma ..


de una vez se vió á los combatientes dirigirse ar-
rastra pecho en tierra por entre la muchedumbre
de cadá veres que obstruían las calles, atar una
cuerda á la cureña enemiga, y tirando en segui~
da apoderarse del cañon. Tal era la desespera-
cion de los aragoneses, que ni quisieron pedir
una tregua de algunas horas para enterrar los ca-
dáveres hacinados en medio de las calles, y liber-
tarse de este foco de contagio que alarmaba hasta
á los mismos enemigos.


El 5 de Agosto al medio dia, en el momento
mismo en que se creia que iban los franceses á
renOvar sus esfuerzos para apoderarse entera-
mente de la ciudad, advirtieron con dolor sus
defensores que les faltaban municiones; mas tan
terrible circunstancia no les causó desaliento, ni
aun siquiera les sugirió la menor idea de capitu-
lacion. Decidiéronse entonces á combatir al ene.
migo con daga y cuchillo.


En momento de tanta crisis, Palafox., noti-
cioso de la llegada á Pina, pueblo poco distante
de Zaragoza, de un convoy de municiones de
boca y guerra, con un refuerzo de dos mil hom-
bres, resolvió hacer una salida que fue de las
nlas arrojadas,y despues de haber hatiJo en Ose-
ra y Villa mayor á los enemigos (fue quisieron es-
torbarle el paso, logró introduciL' en la ciudaJ
este importante socorro.


Un consejo de guerra, celebrado en ella el día
8 por disposicioll de ralarox., acordó por unani.
miJad esta hf.'rÓica rcsolllcion: (Inc .se ddcllllic-




(373 )
sen como Jlasla entonces los cuarteles de la CIU- 11'308.
dad lihres del enemigo, y que si este al fin se
apollerase de ellos, el pueLlo se retiraria inme-
diatamente por el puente de piedra al arrabal, y
despues de destruido el puente, se defendel'ia
aquella posicion hasta perecer todos. Por ocho
dias consecuti vos continuó el combate de calle en
calle y de casa en casa, y el pueblo de Zaragoza
desesperado hizo para conservar y reconquistar
sus hogares, lo que has la entonces no se hahia
ejecutado por puehlo alguno: llovia sin cesar so-
bre los enemigos un fuego terrihle desde las ven-
tanas y desde los tejados: cada casa era una for-
taleza 'lue era preciso hatir en brecha y tomal'
por asalto, y mas de mil y quinientos enemigos
regaron con su sangre en aquellos dias las calles
de Zaragoza, viéndose al cabo obligados á ce-
der el terreno hasta reducirse á la oclava par-
te del que llegaroll á ocupar dentro de la po-
blacíon.


Palafox puso en movimiento todos los medios
posibles para entusiasrnar y sostener el espíritu
patriótico de los aragoneses. Los eclesiásticos
predicaban en las iglesias, en las plazas y en el
mismo campo de b<1ta11:1, la constancia contra
los enemigos, y en nombre del Dios de l:1s bata-
llas ordenaban el sacrificio de las fortunas y de
las vidas por la causa sagrada que defendian. Mu-
chos de los ministros del allar con el fusil en Una
mano y el signo santo (le la redencion en la otra)
capitaneaban dcsl3camentos y rivalizaban eu va-
lor y destreza COn lus dCUlas combatientes.




(374 )
1B08. Don Santiago Saz, ele quien ya llevamos hecha


honorífica mencion, brillaba en todas parles don-
de el peligro cra mas inminente; tan pronto mi-
nistro del altar se le veía administralldo los Sa-
cramentos ¡Í sus compatriotas moribundos, como
j ntl,é pido so I dado combatiendo v igorosamen te con-
tra los enemigos de su patria. La firmeza ete Sil ca-
racter y su raro denuedo le ganaron la confianza
ilimitada del General cn gefe, que le encarga-
ba loJas las acciones al'l'iesgadas y difíciles. El
file el que á la cabeza de 40 esforzados paisanos
intl'otlujo en la ciurlatlnn convoy de pólvora que
venia de Lérirla. Tan eminenles servicios, como
eclesiástico y como militar, merecieron se le re-
compensasen con el nombramiento de Capcllan
del Genera] en gefe y de Capilan de ejél'citO.
Hasta el sexo dóbil, como mas de una vez hem03
indicado, contribuyó á sostener las glorias de es-
ta heróica ciudad. La Con <lesa de 13uf'ctn, en el
dia .l3Jronesa de Valde Olivo, Doüa María de la
Consolacion Azlor y Villavicencio, dama distin-
guida del pais, viuda del Conele dc este titulo,
fOl'mó un cuerpo de personas de su sexo d(~stina.
do únicamente á socorrer los heridos y á llevar
víveres á los soldados cn los puestos mas pcligl'o-
sos. Se vió á esta SCÍlol'a, jóven, bella y delicada,
llenar con la mayor serenid,Hl ó intrepidez los
deberes que se hahia impuesto cn medio de una
llnvia aterradora de hombas, balas y gran3tlns.
Casta Ahal'cz, de la clase del pueblo, se di"tin-
guió en el ata'lue de la puerta de Sancho) y arma-
da con uu palo, en cuya punta llcY:Jba tilla bayo-




(375 )
nela á manera de lanza J dió muerte á varios f1'an- 180B.
ceses J y mereció ser premiada con una pension y
ttn escudo de honor. María Agnsüna, de 22 a,ños,
cOl'l'ia infatigable suministrando municiones á 10'8
defcnsores; y ni el haber sido herida gravemente
contuvo su valor J (lue esciLó la admiracion de
sus COIl1 patriotas.


En la noche del 13 al 14 de Agosto y durante
todo este dia, hicieron los franceses un fuego in-
fernal por todos los puntos, el que habiendo ce-
sado repentinamente por la noche, aparecieron
ardicndo muchas casas y edificios de los que es-
taban en su po(Ier. Temieron los espaiíoles ver
renovados los horrores del bornbanleo del dia 2;
pero á la mañana siguiente, cuando por todas par-
tes se aprestaban á rechazar el ataque que suponian
sucederia á fuego tan violento, percibieron con
sorpresa desde lo alto de las atalayas, que las
columnas francesas con movimiento relrógrado
1l1til'chaban con Jireccion á Mallen. Los mas de-
terminados quisieron lanzarse á perseguir las tro-
pas fugitins; pero Palafox detuvo su ardor in-
consi.Jcl'ado.


El alzamiento del sitio de Zarago7.a era un re-
sultado, como llevamos indicado, lle la batalla de
Railen. La orden de replegarse á Navarra llegó
al campo fl'ancl-s en el momento mismo en ljile
el General V cl'dier tomaba disposiciones para rea-
lizal' olro ataque ele un modo decisivo.


Las tropas que dC8dc la ciudad de Valencia
se enviaban al socorro de Znl'agoza al mando del
Brigadier Don Fdix Saillt-l\1arc, reunidas el 11




(376 )
1808. de Agosto en Panizo con los batallones del Baron


de Versage, y al mando todas del Conde de Mon-
tijo, se hallaban entonces á corta distancia de
Zaragoza.


En la noche de su retirada hicieron los fran-
ceses saltar las minas, inutilizaron los trenes de
artillería, cla varon y arrojaron al Ebro las pie-
zas de sitio, é incendiaron los almacenes de Mon-
te·Tol'l'ero y de la Exclusa. El 15 de Agosto lle-
garon á Alagan sin ser inquietados por los espa-
floles, el 16 á Mallen y el 17 á Tudela, y desde
alli destacó Lefebre 2.000 hombres para gual'11c-
cel' ¡í Pamplona.


El sitio de Zaragoza costó ;í los franceses 2.500
hombl'es entre muertos y heridos, y cerca de
2,000 á los españoles.


Las brechas de Zaragoza han enseñado á sos-
tener sitios, y en vano los detractores de las glo-
rias espaltolas han decantado (Iue la defensa de
Zaragoza era una temeridad, pues era inevitable
el sucumbir. [n evitable era lambicll la muerte de
Lconidas cuando con sus 300 espartanos se arro-
jó á defender las garganLas de las Termópilas.
Zaragoza, mas dichosa que estos, si hien vió con
impavidez la ruina de la mitad de sus edilicios y
el sacl'ificio de un~ g,'an parte de sus defensorc:;,
al·fin no sucumbió al ataque de los vCllceJorcii
de la Europa. Sir Doyle, á quien los ingleses ha-
bian comisionado para la distribucioll de los au-
xilios con que ayudaron á la.Espaüu, al reCOllO-
cer atú'lito las d(~bilcs tapias que sirvieron de ba-
lua1't,· i la inmortal Zaragoza: ¿ Es pusible, csch.




(377 )
mó, que los vencedores de Dantzick, Ulma y 1808.
Magdeburgo se hayan estrellado contra' tan frági-
les muros? No creerán en Londres mismo tal en-
tusiasmo, y tanto sacrificio hecho P01' huir de la
esclavitud.


TOllo) l. ,




(378 )


CAPITULO xxx.


Sitllacion de la Espaila en Agosto (le 1808. - Alzamiento
de las Islas Canarias. - Los cspallOlcs protegen cllevan-
!amiento general uel POI'tu"a\. - TOllla de Faro.-
Crítica situacion del ejército francés. - Plan adoptado
en conscjo de guerra por los franceses. - Alzamiento
de Villavieiosa. - Doscientos espatlOles cntran en Por-
tugal. - El Coronel espaüo] Moreui organ izó la illsar-


. reccion llc! Alentejo. - Incendian y sJ(Il1call los fl'ance-
ses á Beja. - IllslIrreccion de CoilJll)l'a. - Toman los
pJrtuguescs á Fi¡;ueira. - Sar{lleO tle Leyria. - Lle;a
al Tajo una escuadra inglesa. - Los espaiioles toman ¡Í
Campomayor. - Incremcnto dc la insnrrecciOll del Alen-
tejo. - Toma y saqueo dc Evora por los franceses. -
Desembarcan los ingleses en Portugal. - Accion de Rri-
los y TIolisa. - Los portugucses l'ecupcrall á Ahrall-
tes. - J unot sale de Lisboa contra Jos ingleses. - Bata-
lla de Vimicra. - El ejército británico cs mandarlo su-
cesivamente en 24 horas por t.res distintos G·encralcs. --
Los franceses solicitan capitulal'. - Convencion de Cin-
tra .. - Capitulacioll de la esclt,ulra rusa. - T ')lIla Je
Yelves. - Evacuan los franceses á Portugal. - Libcr-
tall de una division eSPallOla , prisioncl'a cn dicho Rei-
110. - El Gohierno inglés reprueba la capiLulacion de
Cintra. - Sc forma CaltSa al General Dalriillpie. - FiH
de la primera campaña de Portugal.


1HO$, Con la retil'ada de las tropas francesas {Iue sí-
tiaban á Zaragoza, quedaron reconcentrados toJos
},1S c:nemigos en la izquierda del Ebro, escepto
sus trüpas de Cataluila, que tuvieron qU(: eneer-




( 379)
r;¡¡'SC en las plazas de Barcelona y Figllcras. Tal 1$03,
era la sitnacion de Espaüa á fines del mes de
Agosto: la victoria habia coronado por todas par·
tes los esfuerzos de los patriotas menos en la ba·
talla de Medina de Rioseco, yen alguno que otro
encuentro parcial y sin resultado.


Las Islas Canarias unieron sus votos á la Pe-
nínsula luego que el Gobernador de Santa Cruz de
Tcuerife hizo saher á sus naturales el contenido de
los pliegos (Iue en 16 de J ulio recibió por una go.
Jeta procedente de Bayona, reducido á (lile la di-
nasr.ía de los Borbones habia cesado ya de reinar
en Espaürl, y qlle en Sil lugar ocupaba ellrono es ..
pallOl José Bonaparle. Exaltada la lealtad de lo,
canarios con esta noticia', proclantaron de nuevo
á Fernando VII, Y se armaron para sostener sus
derechos.


El éxito de la campaila del Portugal no fue
menos funesto á los franceses. Este Reino se ha-
llaba en el 'estado de insurreccion que anterior_
mente hemos manifestado, y los valientes lusi-
tanos auxiliados de los españoles de Cadiz que
hicieron pareccr delante de Villa real de Alcou-
tin en la embocadura .del Guadiana algunas cha-
lupas cailoneras, y de los de Estremadura que
marcharon á su socorro, se levantaron del todo
contra sus opresores. Poco tiempo despues, iD
navios de guerra ingleses y 40 transportes con
5.000 hombrc!! de tropas de la misma nacion,
aparecieron en la embocadura del Guadiana,
desembarcaron algunos hatallones en Faro é hi-
cieron sublevar toda la parte oriental ele los Al-




(380)
1808. . gal'bes. Auimado por el COl'oncl Lopez de Sousa


el pequeño pueblo llc O]hao, proclamó al gobier-
no legítimo, toma ntlo al pro pio tiempo medidas
de defensa. El GCllerall'rIaurin envió desde Faro


,para someterle dos destacamentos de granade-
ros y cazadores, que fueron rechazados: el Gene-
ral frances reforzó estas tropas, queJándose con
cortÍsima guarnicion en Faro: sus llabitantes se
aprovecharon de esta circunstancia,y se apouera-
ron del castillo haciendo prisionero al General y
á los 150 franceses, (iue era toda su fuerza. Mall-
río se hallaha entonces enfermo en cama, y fue
transportado como priüoll;~ro ¡Í })orr10 de un bn-
aue inl!]c's 1 o'


El desembarco de estos .en los Algarbes , y la
,il1surreccion consiguiente de aquella provincia,
fueron la señal para el levantamiento general Je
todo el reino. El 15 ele Junio, dia de la festividad
del Corpus, estalló la insurt'cccion en Oporto, y
el fuego se estenuió con una celeridad eléctri-
ca á Braga, Chaves y demas ciudades principa-
les de las provincias de Tras los montes, enLre
Duero y Miilo y parte de la de Beira. Esta il1sur-
reccion corl ¡¡ba la com u nicacion del ejército
frauces; y el 20 de Junio' habiéndose estcndido
por 105 pUL!blos de la orilla derecha del Mondego
.hasla LeÍrÍa distante 20 legllDs de LisLo3, amena-
zaha penetrar .en AbrDntcs. En ]a misma capital,
á pesar de estar ocupada por el principal cuerpo
del ejército frances, se notaban sínlomas de con-
I1locion, protegidos por la nparic10n de l111a es-
cuadra ingresa en 1<;1 embocadura del ]';1;0. En




(381 )
tan critico cslndo (1 General en gcfe del ejército I H(íl).
frances convocó á los principales otlciales uel
mismo vara ddiberar sobre el partido mas ven-
tajoso (¡lIC dehcria adoptarse; y en este consejo,
cclch]'~ulo en 28 de Junio, se convino en la nc-
cesiuad de concentrar las tropas sobre J~isLüa,
no dejanuo mas guarniciones que en Elv¡¡~,
Almeida y Pcniche, en conservar á Setubal y la
izquienla del Tajo el mayor tiempo posible, á fin
de podel' maniobrar en las dos orillas, y hacer
reconocer y gu;¡nbr sucesivamente IJrimero las
posiciones de Lúria , Ouren y Thomar, segundo
de SanlnrCll, Rio mayor, Olüdos y Peniche, y
tercero du Sacaben y Cinlra, y por úlLimo se de-
terminó conservar á- Lisboa hasta el 1't1timo es-
tremo, y no abandonar esta capital sino para
marchar á Elvas, por donde en un apuro estremo
procurarian penetrar en Espaüa.


El19 de Junio lcv~,lltú el grito contra los fran-
ceses el pueblo de Villavieiosu, antiguo asiento
de la casa de l3ragallza) y su gU3rnici0l1 encer-
rada en el castillo fue Llo(lucaua por los paisa.
nos hasta el Liia siguiente J flue acudiendo de Es-
trel1lOZ el General Avril con meclio balallon,
100 drar;ones y 4 piCZflS tb artillería, libertó oí.
los que se hallaban estrecllados en el fuerte, des-
pues de haLe!' dispcr,,~l(_lo á los paisanos, ¡lue al
Hl.ando del S:1rgcllLo mnyuJ' 1'01" l1gUt~S Antonio
Lobo, opusieron ~l las trop;¡s fr:lI1ccsas una viva
y tenaz resistencia con solo .38 armas de fuego,
y las blancas que vudieron proporcionarse. La
villa de Villuviciosa envió Diputaclos ,¡ n"daj\)z.




( 382)
18OS. el dia 20 de Junio para que pidiesen socorros á


los espailOles, y en aquel mismo dia el Coronel
Moretti con 200 hombres marchó en su auxilio
en union de 20 patriotas portugueses; mas en-
contrando ocupada ya á Víllaviciosa por las tro-
pas del General Avril , se dirigió á J urumenha, de
cuyo punto logró apoderarse, habiendo introdu-
cido antes en la plaza 16 hombres disfrazados,
que aseguraron la persona del Gobernador, y le
facilitaron la entrada en este pueblo sin oposi-
cion alguna, porque no se hallaba ocupado de
enemigos. Estos acudieron á evitar el golpe en
el acto mismo en que los espaflolcs se hacían
dueilos de esta posicion; Il1as fueron rechazados
vigorosamente, y en adel~nte fue este punto el
foco de la revolucion de la provincia de Alente-
jo, principiando desde él inmediatamente Moret~
tí á organizar su levantamiento.


El Gelieral Loisson salió el .17 de Almeida
para contener la revolucion de Oporto, el 20
llegó á Lamego, y el 21 pasó el Duero por Ro-
voa, y se Jirígió á Mesanfrio. Atacada su van-
guardia en Pedroes de Tejeira, y su rctaguardia
en Rovoa, Loisson se concentró cn éste último
punto. El 22 tomó posicion en la orilla derecha
del Duero, y conociendo la dificultad de pasar
los desfiladeros de Maraho, sa retiró J y esta re-
tirada fue como la señal de un levantamiento ge-
neral. Durante el mismo dia 22 y en el 23 fue
atacado vivamente por el paisanage, sin dejarle
descansar hasta su llegada á Castrodairo} en
,1.Hl de igualmente se vió acometido por una co-




(383 )
lumna de los mismos, que logró dispersar, con- fSC8.
tinuando su ll.larcha sin obstáculo hasta Celorico.
Aquí recibió órdenes para retirarse sobre Lisboa;
y habiendo llegado á Pinhel el 30 de Junio entró
en Ahneida elLo de Julio; y dejando en esta
plaza una pequeila guarn'icion, se dirigió á la
Guarda, en cuyas inmediaciones tuvo que como
bati.· con una multitud de portugueses que se
oponian al paso; y rompiendo su línea se apo·
deró del pueblo. El 1l de Julio ocupó á Santa-
rem, despues de haber tenido que sostener un
vivo ataque del paisanage, hecho fuerte en una
especie de reductos, construidos como á la mi-
tad de la altura en que está situada la aldea de
Al pedóna J entre las poblaciones de la Atalaya
y Sevola J completando su retirada con bastante
pérdida, á pesar de haber evitado J en cuanto le
fue posible, venir á las manos con los portu-
gueses.


El Coronel Maranzin, encargado de defen-
der la embocadura del Guadiana, tuvo que reti-
rarse, huyendo de ser alacado en Mertola , y su
primer cuidado se dirigió á restablecer las co-
municaciones con la base de su ejército J que se
hallaban interrumpidas por la iusurreccion de
los AIgarbes. Al efecto envió 200 hombres J para
que haciendo un reconocimiento sobre la ciudad
de Beja J situada en el camino real, exigi.ese ra-
ciones para su co]umna; pero su poblacion se
hallaba en la mas completa illsurreccion. El des-
tacamento tuvo que retirarse J y reunido á la co-
lumna con su comandante á la cabeza J cargó de




(384)
~ ;:;08. nuct'O sobre Beja·, que á pesar de la viva resis-


tencia de su vecindario, fue ocupada por los enc-
migas. Maranzin, queriendo intimidar al pais
eon un castigo ejemplar, mandó sa~¡uear este
desgraciado pueblo) entregarlo á las llamas, y
pasar á cuchillo á sus defensores. Mas de 1.200
cacLíveres de estos atestiguaron á la vez la fero- •
cidad de los vencedores, y el valor desesperado
de los vencidos. El asesinato de estos infelices
habitantes restableció, aunr!ue momentánea-
mente, la tranquilidad del Alentejo; y Maran-
zin] continuando su marcha, se l'eunió en Evo-
I'a con el General Kellerman) que dejando una
pcqueiia gua rnicion en Y el ves, venia retirándo-
se sobre I"isboa.


Apenas los franceses hahian salido para Evo-
ra, los habitantes de Beja volvieron á tomar las
:n'mas; y rennidos á algunos españoles] impi-
dieron CIne el eíércilo enemigo sacase subsisten-
cias del Alentejo; y engrosándose esta reuníon
con gran ntÍmero de paisanos, se dirigieron há.-
cia Setuha 1.


El G~neral en gefe Junot, que [lor la inter-
rupeion de las comunicaciones igpol'aha el para-
dero (L~ b columna (le Loisson , recibió la noticia
de qUf' el 25 deJuuio un estlldianV~ de la l)nivcr-
údadde Coimbra J á la cabeza de 10 volllntarios,
compañeros suyos, habia salido (te aquella ciu-
(Iad) declar;¡da abiertamente pOI' b indp.penllcn-
cia, con el ohjeto de apoderarse de Figucira)
CllJO l'¡wrle guarnecian unos 100 franceses; J
c·;Lc P'~(I¡(eilo deslacamcnto, ulIruent,ulo en su




(385 )
marcha con 3.000 pai"anos, armado~ de varior, 1808.
modos, hasta con hoces y chuzos por falta de
armas de fuego, se presentó á la vista de
acplCl fuerte ~ le circllllvaló, y al cabo de dos
dias de hlo(1l1eo le rÍndió ('127 por c<lpitulacion.
Enardecidos con la torna de Figueil'3 marcharon
ell gran número hLlcia Lisboa, siguiendo las
márgenes del Mondego, y anunciando que iLan
;,Í. destruir el corto número de enemigos (Iue guar-
necían aquella capital. El General frances Mar-
garon salió de ella en 2 oe Julio con órden de
dispel'sar esta reunion ~ y sujetar las provincias
del Norte. Dos mil hombres ele infantería, dos
compañías de granaderos) dos de Z<l padores con
dos cscuadronf's de caballería y seis piezas de ar-
tillería, componian la columna francesa. Esta
llegó ,i la vista de Leiria el 5 J Y encontrando
reunidos allí los paisanos y lJabitalltrs resueltos á
dcfcnrLel'sc hasta el último cstremo en el paso lJama-
du de la Portilla.> los atacó, le forzó, y entrando
en la ciudallla entregó al lllas horroroso saqueo.


En tanto el General Kellerman verificó su en-
tr2l1a en Lisboa con las tropas que habia reunido
en los Al.:;arbes y en el Alentcjo; é inmediata-
ll1eHte marchó ,í reforzar las (lel General Marga-
ron, con órden de concurrir combinados á so-
meter la ciudad (le Coimbra J castigar á sus ha-
Lilalltes, estinguir uno lle los principales hoga-
res de la insurrcccion, retirándose inmediata-
mente sobre Lisboa; mas varios acontecimientos
de la mayor importancia suspendieron la ejecu-
cion de estas operaciones.


TOMO ,. 49




( :186)
1808. U na escuadra in glesa se presentó en la barra


del Tajo. A su vista las tropas portuguesas que
guarnecian los fuertes y las baterías tie las cos-
tas , y los cuerpos que eslaban en Lisboa, se
desertaban en masa. El Alentejo acababa de su-
blevarse enteramente. En 2 de Julio 700 espaiío-
les entraron en Cumpomuyor, y proclamaron la
independencia de esta ciudad, que en 18 del mes
de Junio habia enviado á Badajoz dos comisio-
nados pidiendo auxilios á la Junta que residia en
aquella plaza, para hacer la revoluciono


En tan crítica situacion J unot mandó recon-
centrar todas sus tropas en Lisboa, á cscepcioll
de un regimiento suizo que quedó en Peniche,
otro en Ovidos con dos piezas de artillería y 50
caballos, otro regimiento de infantería que ocu-
pó á Río.Mayor y á Santarem) y 1.000 hombres
con dos cañones y 50 caballos que quedaron
guarneciendo á Abrantcs á las órdenes del Ge-
neral Charlot.


Los progresos de los españoles y portugueses
en la provincia de Alentejo no dejaban de lla-
mar la atencion del enemigo. Organizados en
varias divisiones á las órdenes del Coronel por-
tugues Aniceto Simao Borjcs , marcharon por un
lado hácia Setubal para establecerse sobre las a].
turas de Almada ; y dueños de ellas paralizar la
defensa de todas las baterías de la orilla izquier-
da del Tajo, y por otro se disponian á costear
este río por la misma orilla izquierda para auxi-
liar las operaciones de los patriotas de la orilla
derecha.




(387 )
La ciudad de Evora habia sido elegida por el 1808.


General portugues Francisco de Paula Leite, que
habia dirigido el levantamiento del Alentejo,
l)ara capi tal y centro del nuevo gobiemo. Reunirlo
Leite con el Coronel espaüol Moretti, que segun
hemos indicado, vino Je TIadajoz á J urumenha
salió de este pueblo e116 de Julio, y destacó á
Montemornovo unos 600 hombres con 50 caballos
para observar al enemigo. Conoció Junot la im-
})ortancia de disolver es La reunion, y el 25 de
Julio envió contra ella al General Loisson con
6.000 hombres y 8 piezas de artillería, teniendo
á sus órdenes á los Generales de brigada Solignac
y Margaron. El misn1.o dia pasó el Tajo y ahu-
yentó al uestacamento de Montemornovo, que
se retiró á Evora. Leite y Moretti, apostados con
su gente el 28 en las alturas inmediatas á la ciu-
dad, avistaron al enemigo, que formado en cua-
tro columnas el 29, dejando una fuerte reserva
los atacó y envolvió por su derecl1a, en térmi-
nos, que se vieron en la precision de correr á
encenarse en la ciudad. El general Loisson inti-
mó á esta la rendicion: los portugueses, desalen-
tados por el mal éxito de la accion , trataban de
capitular; pero losespailoles se negaron á ello, y
emprendieron con el mayor valor á las cinco de
la tarde su retira(!a) á pesar de la viva persecu-
cÍon de la brigada del General Solignac, fIue ata-
cándolos en las mismas calles de la ciudad, les
hizo perder 260 hombres, saliendo los restantes
por la parle opuesta de la ciudad. Los franceses,
despues de l/na corta resisLellc"ia del paisanage




(388)
1803. en las calles y plazas, la ocuparon elltCl'amClIle,


y pasando á cuchillo .í cuantos encontraron COll
las armas cn la mano, saclucaron tudos los tem-
plos y casas con el mayor furor, y por espacio
de dos dias se cntregaron á todo género de crime-
lles. El resultado de esta espedicion fue la dis-
persion de la reuníon mas numerosa de patriotas
})ortugueses en el Alentejo. La pérdida de estos
y de los espaüolcs fue bastante considerable.
Loti, General pOl'tugues, y un gran nÍlmero de
Oflciales c3paüoles perecieron en estos encllen-
tros. Las tropas españolas se dirigieron, uUas :1
J urumclllw , y otras ;Í Badajoz, acabando de este
l'nodo sus operaciones en el Alentc¡o. La divi-
sion francesa permancció en Evora el 30 Y el 31,
cuyos dias empleó en repararse y constituir UI1
nuevo gohicrno, á cuyo frente se colocó ;t su
Al'zohispo. El GencJ'ul Loissoll intentó djxigi¡'sP
sobre Badajoz , entl'anúo el 3 de Agosto en Yel-
ves; mas los parlamentarios que envió á aquella
pla¡;a no fueron recibidos, y tuvieron que entre-
gar en las avanzadas los pliegos que conducian.


La Junta de Est¡'enHltluJ'a, pal'a alucinar al
enemigo, y mauifestar mayores fllcr~as que 1<11'1
q lle tenia, hizo cstublcecr tres campamcntos flle-
ra de la plaza de .Badajoz; en los puntos de la ru.
seriña, eerro dd Viento y SUll Cristóbal, los
fiue llenaron el objeto (Iue se desea La; pues los
enemigos sc retiraron á la vista de eslos puntos
avanzados.


En esle est~do 1.oi:-;son dispuso mnrcllal' so-
hre Bcja) insltl'l'cccion:1úa de rlnevO J seguu lle-




(~89 )
mos manifestado; PCl'O desde el camino lnvo que 18fJo.
emprender su retirada á marchas forz.adas sobre
Abrantes J porque las tropas inglesas habian des-
embarc<1l10 en las bocas ddrio MClI1clego.


BOl'dE:aba hacia dias por las agllas de las cos-
tas portugues3s la escuadra inglesa tIlle el gübier·
no británico habia destinado para el socorro de
Portugal, cuyo total de tropas de dcsembareo
era el de 20.000 hombres de infantería J' 1.203 de
caballerÍa J en cinco divisiones) <11 mando ele los
Generales 'Burrurd J W elleslc y J Frase 1', 11<1 gd Y
Moore J y del Gcncral cn gde Dalrimple.


La lloticia dc b victoria de Bailen infundió
tal ánimo al General \\-lHeslcy J que sin detener-
se á esperar la division del Mayor Spcnzer, que
sc hallaba en el Puerto de Santa Maria, y debia
pasar tambien :. Portugnl-, verificó su desembar-
co con 15.000 hombres en el <lia 1. o de Agosto.
Labordc se hallaba á la snon en Leiria con G.OOO
hombres; Loisson en Abrantes con igual fuerza;
.Tunot en Lisboa con 3.000 J é inmediatamente
que supieron el desembnrco, concentraron sus
fuerzas. El ejército ingl{~s , atravesando el Mon·
cIego por Coimbl'a, se dirigió á Rolisa, desalo-
jando en su marcha cl14 de Agosto con cuatro
compaüías de cazadores las tropas francesas que
oCllpaban <Í EriJas , persigui'~nclulas con el mayor
ardor. El 16 llegó Lt la posicion de Rolisa, ocu-
pada por Laborcle con 5 á G.OOO hombres J te-
nielldo sobre su derecha en Thomar al Genera 1
Loissoll con Sil division. Wellesley determinó
atacar <t Lahorcle alltes que pudiese ser socorri-




(390)
1808. do por Loisson; y dividido el 17 el ejército Ín-


glés en seis columnas, en número de 10.000 hom-
bres, avanzó sobrc Rolisa con el obj eto de flan-
quear y en vol ver á los enemigos, los cuales sos-
tuvieron su posicion con el mayor tesan y tena-
cidad; pero al fin fueron desalojauos de ella, y
tuvieron que retirarse, dejando cn poder de los
ingleses tres piezas de artillería, y mas de 600
muertos en el campo de batalla. Los inglcses en-
tre muertos, heridos y prisioneros pel'llieron
482 hombres, inclusos 28 oficiales. El General
Welleslcy no quiso perseguir al enemigo por no
alejarse demasiado del mar , y se apoyó de 11I1C-
va sobre su derecha para ponerse en conlunica-
cían con la escuadra inglesa, y cubrir el des-
embarco ele los refuerzos que aguardaha.


En el mismo dia) y casi en el momento en
que los ingleses triunfaban en Holisa, un cuerpo
de patriotas portugtl(~S'cS recuperaba á Abrantes,
en douJe atacaron á 200 franceses que se halla.
han de guarnicion, de los que la mayor }larte
fueron muertos, heridos ó prisioneros.


J unot se convenció ele la necesidad de tentar
la suerte dc una hatalla decisi va, no tanto con la
esperanza de manLenerse en Portugal, cuanto por
salvar el honor del ejército de su mando. Resuel.
to á ponerse él mismo á la cabeza de las tropas
clisponibles para el combate, dió las disposicio-
nes neccsal'Ías para la defensa de la Capital, rc-
cluJ)]ó las precauciones rara la custodia de los es-
l'ailolcs prisioneros, y salió ele Lisboa el 16 de
Ai)0SlO con tres batallones ele infantería) un 1'e-




(391 )
gimiento de dragones, diez piezas de artillería, 18013.
gran abundancia de municiones y un millon de
francos en metálico. En la noche dell7 de Agos-
to, despues de haber sido batido, se reunió La-
borde con Loisson, y j untos se retiraron sobre
Torresvedras, en donde se incorporó J unot con
el grueso del ejército francés.


Entretanto el General inglés Austruten con
una brigada de 2.400 hombres desembarcó en la
costa de Peniche, no verificándolo Con la suya
de 1750 el General Acclall hasta el 21, en cuyo
dia reunido ya el primero con el grueso de la es-
pcdicion) y esta con los portugueses levantados,
tomaron posicion en Vimciro.


En la noche del 20 los franceses mandados
por J u11ot, en número de 20.000 hombres, ata-
caron al ej ército inglés, dirigiendo todo su Ím-
petu sobre un punto avanzado de su izquierda;
pero Welleslcy reforzó tan oportunamente los
puntos atacados, que se trabó una accion de las
mas reiüdas, y en la que se dieron repetidas car_
gas de una y otra parte, llegando siempre á la ba-
yoneta. En una de ellas el General francés TIre-
nier fue herido y hecho prisionero) y en otra el
General Solignac quedó fuera de combate por
haber sido herido gravemente. La victoria se de-
cidió al fin por los ingleses, perdiendo los fran-
ceses 6 caüones; y perseguidos en su retirada,
fueron completamente derrotados, abandonan-
do 13 piezas de artillería y gran porcion de
carros y equipages, y dejando 1.000 hombres
muertos y 900 heridos. Los ingleses y portugueses




(392)
lJ08. tuvieron de p:,l'tllaa 71G homhl'cs y 49 oficiales.


Es digno de notarse ([ue en el momento en
que el ejórcito francés atacaba á ~Wdlesle'y, llegó
13uvrarcl al campo ingks) y allnlplC General mas
antiguo, no tOIll(¡ el m:lilllo hasra dl'spn¡'s de la
hatallai á pocas horas llegó Dalrirnple, (ll1e por
la misma razon de antigüedad se encargó del
mando; de modo que en menos de 21 horas el
ejército t.uvo tres Generales en gefc. A esto sin
duda debe atribllirse la inaccion de los vellcedo-
res, <Iue no pet'siguieron al cn(~mig¡), ni S;\CarUll
el fruto (ille era de esper,ll' de tau brillante Fic-
toria.


El (~j/'rCl[n [r::llCl:S se detuvo no lejos del cam-
po ,U(~ halalla, delante de los Jes{iladeros dr'
T01T('svcdras.


Aquelln misan tarde Junot convocó á los
Generales ele cliviúon de Sil cjlircílo, y sometió
:1 su deliberacion el partido que debia tomarse en
tan apuradas circunstancias. Los Generales con-
vinieron en que no se estaDa en estado de dar ni
recibir otra batalla, y acordnron la vuelta del
ejército á LisDoa. En su consecuencin, el ejército
francvs se retiró á Torrcsvulras.' y á la mañana
siguiente JUIlOt reunió tle lllWVO otro cOllsejo de
gucl'l'a, ti qne se agregaron aJ¡.;unos Coroneles. Se
examinó la SÍlUHCÍOll d21 ej6rcilo ft'anc~s en 1'01'-
tllg-nl, se tuvo presente el uúmero de fuerzas in-
gh-sas y españobs que ocupaban los AIgarbes y
('1 AJenl ~~io , y la illSUl't'cccion general de Porlu-
enl ,.,' "i(! rccolloció la imposibilidad de conser-
v ) e


\arse en este Rei.no, y tambien la de rrtil'arse 011




(393 )
terrilorio espaiiol J levantado en masa contra los 180H.
franceses; y habiendo convenido en la necesidad
de entablar una negociacion J el General en gefe
dictó á Ke11erman los artículos de un proyecto
de sllspension de armas y de evacuacion. Para
]Hlcer la proposicion se tomó el pretesto de una
conferencia relativa á los prisioneros y heridos.
Las bases del tratado proyectado se reduciall: á
que el ejércilo francés evacuaria al Portugal J y
seria trasportado por mar á Francia Con sus armas,
caballos, municiones y bagages á costa ele los Ül-
gIcscs : que por llingun título serian cOllsilterados
como prision~ros de guerra: que los franceses es.
tablecidos en POl'tugal y los portugueses adictos
á ellos podl'ian seguir al ejército y llevar S115
hielles: tple la escuadra rusa surla en Lisboa se
la consideraria como amiga, y no podria ser pe 1'.
seguida sino despues ele las 48 horas de su salida;
y (lue los hajelcs de guerra franceses que se en-
contrasen en el puerto ele aquella ciudad .. serian
conducidos á Francia al mismo tiempo que el
eíército. El Coronel Mnrray , Cuartel maesll'e ge-
néral elel ejército, fue enviado por el General
en gcfe Dalri.rnplc para continuar en Lisboa b,;
negOCiaCIOnes.


La escuadra rusa jnzgó mas conveniente el pac-
tar por sí misma, Despllcs de redactach diversas
veces la capillllacion, se concluyó definitivamen.
te el 30 de Agosto entre el General f\'anc{~s Ke-
llerman y el Coronel MUIT<ly. Fue ratificada en
el mismo dia por el General en gefe del ejl'l'cito
francés, y por el Almiranle (le la escuadra iJ]gl~~-


TO)lO l. 50




(394)
1808. !la y Comandante de su ejército; y llamósc de


Cintra, POI'cIue en este pueblo fue donde la fir-
maron los dos gefes ingleses.


De resultas de esta capitulacion la escuadra
rusa al mando del Almirante Seniavill, com pues-
ta de 9 navíos y una fragata, que se llabia refu-
giado en Lishoa desde el MedíterI'<Í.nco al saber
la dec1aracion de gllerra entre su nacion y la In-
glaterra, no atreviéndose á continual; su ruta pa-
ra el Báltico, capituló con el Almirante inglés
CoLton la vuelta á Rusia de toda la tripulacion)
quedando los buques en poder de los ingleses
hasta la paz entre ambas IHlC.íOllCS.


El 25 de Agosto, cuando aun duraban las con-
ferencias para la capitulacíon de Cintra, el Ge-
neral 1\1oore, que en los días anteriores habja
desembarcado y vuéltose á embarcar en Figuei-
ra, desembarcó de nuevo en l\Iaccira; con cuyo
refuerzo el ejércilo inglés ascendía hasta unos
30.000 hombres. El cuartel general inglés se es-
tableció en CinLra, y el portugués en Mafra.


En 9 de Setiemhre el Teniente general Don
José Gallnzo J Comandante general del ejército
y provincia de Estremadura, intimó la rendicioll
al Gobernador francés de Yelves, y mandó al
General Arce se aproximase á la plaza y batiese
el castillo de Lippc, á donde se retiraron los fran-
ceses al aproximarse los espaiioles. Se construye-
ron dos haterías, una de 4 piezas de artillería de
á 24 Y otra de dos obuses. Dos dias duró el fllego
no mas, porrplC al tercero pidieron los enemigos
capillllaciolli pero se les manifestó, que hnbicmJQ




(395 )
capitulado todo el ejército francés de Junot con
los ingleses, no les quedaba mas arbitrio que en·
tregarse á discl'ecioll. Pidieron se les permitiese
enviar á Lisboa un Oficial para asegurarse de la-
verdad, y se les concedieron 6 dias de término;
pero antes se presentq una division inglesa para
apoderarse de la plaza y castillo. El General Ga-
Uuzo se opuso á que los ingleses se apoderaran de
la plaza y castillo J que los franceses cerciorados
de la verdad les entregaron, habiendo cedido el
Gcncl'ill espaüol, que retiró sus tropas á BaJajoz
clespues de haber gastado infructuosamente ticm-
lJO y caudales en ulla ernpresa absolutamente in-
útil; pues antes de prineipiarse ya se tenían noti-
cia, de los artículos de la convencion de Cintra.


Evacuada$ por los franceses las plazas fuertes
de Portugal, los ingleses bs fueronocupandoj
p('['o habiendo colocado en las torres de Lisboa
la bandera británica, la inquietud que empezó á
mallifcstarse en el pueblo, les hizo sustituirla con
in nacional.


El cmbarque de las tropas francesas empezó
el (Ua lO de Setiembre, y se concluyó el 30 del
mismo. El pueblo de Lisboa, cansado de sufrir
la opresion de sus encmigos, intentó entregarse
á a13unos dcsórdenes, que supo prevenir la pre-
sencia de los Generales Hoppe y 13eresford.


Asi tcrminó la espedicion de los franceses,
que sin disparar un tiro se habían apoderado de
I,isboa, donde su General J unot, Embajador en
[¡(lucHa corte, había debido á los Soberanos de
Porlugal en otro tiempo, no efímeras muestras de


t80o.




(39G)
1808. afecto dictadas por el temor, sino actos posiLivos


de amistad y benevolencia, hasta el cstremo de
haber sido Padrino de uno de sus hijos el Monar·
ca, cuyo trono vino á derribar, lleno de la mas
negra ingratitud. El Mariscal Lannes, partícipe
tambien de las bondades ~el Monarca lusitano,
JlOCluiso manchar su l'eputacion con la nota de
ingrato, y rehusó el mando de esta espedicion,
flue Napoleon confirió entonces á JUl1ot.


En virtud del convenio de Cintra se devolvie.
l'on las armas á la division espaüoh que se halla-
ba prisionera de guerra, y cuya libertad fue á re-
clamar el General Don GregarIo Laguna, reci-
biendo ademas un socorro considerable en me-
tálico.


La capitulacion de Cintra fue altamente vitu-
perada en Inglaterra, en donde se vió con inllig-
nacioll que el ejército francés, (!ue no tenia re-
curso ninguno para escapar de las manos del Lri-
tánico, no hacia mas que carubiar de lJosicion.
Por ella se dejaba á los enemigos toua su artille-
ría y sus caballos, que habian sido auqllirillos
por medio ue violentas requisiciones en Portu-
gal. El Gobierno británico uecretó la formacioll
de causa al General Dalrimple , que juzgado pOl'
una comision especial, fue declarado lihre; pero
la op~nion del Gobierno y de la uucion entera no
~staba acorde con la sentencia de los jueces J y
el Rey decidió el proceso desaprobando altamen-
te la convencion de Cintra. En valde los autores
de medida tan u{~bil y peligrosa han tratado de
j lIstificarla) ponderando el número ele los france-




(397 )
ses. Sin embal'go, esta capitulacioll contribuyó 1808.
eficazmente á paralizar por muchos meses los
movimientos del ejército francés, y libertó á Lis-
boa de los horrores de un asalto, restableciendo
el legítimo Gobierno, cuyas riendas se confiaron
á un Consejo de Uegencia , establecido segun las
instrucciones fíue habia dejado el Príncipe He-
gente.




(398 )


CAPITULO XXXI.


El Consejo de Castilla toma t!l mamlo de la Capital de!lpues
de su evacuacion por los franceses. -- S llS acertadas dis-
posiciones. - Asesinato del In tendente Viguri. -El Con-
sejo dispone se armen touos los vecinos de Madrid. - L le-
gada del ejército de ValclJcia, _ Entrada tl'tunfal del
cjército lle Castaños. - Entusiasmo del puehlo de Ma-
drid. -Satisfactorias noticias de touas las provincias.-
Manifiesto del Consrjo sohl'e su conduela polític:I.-So-
!rlllne proelalUacioll de Fí~l'l1alld() ,n. - El Ministro
Cehallr,s pltl)lica UlI Illall ifiesto contra Napo\eon. -Im-
portallcia y cfedos de este documento. - Con fianza es-
cesiva del pLICblo. - Se diGere el armamento de la Ca-
pital. __ Los Generales de los ejércitos cclchran una j IIn-
ta e!l ~Iallrid. -Plan para la segunda campaiía. - Falta
de un Gobierno cen ll'al. - Primera telltati Véj. para su
formacion. - Nombran Diputados tod:ts fas prol'ilJcia~
para su estahlecimi(mto. - Instalacion de la Junta Cen-
tral. -Sus VOCales. - Se apoderan de la soheranía.-
llepresentacion del Consejo de Castilla • .- Consideracio-
ljes sobre este Gobicl'llO.


1803. En primero de Agosto evacuaron los france-
scs la Capital de Espaüa, y el pueLlo de Madrid)
en donde nO habia fllerza ninguna armada, quc-
dó entregarlo á sí mismo, sin que ocurriese el mc-
1101' desóracn por las flcertadas providencias (lue
adoptó el Consejo de Castilla, que en tan críticas
circullstancias tomó el mando.


A pesar de haber abandonu(lo los Cneml¡;OS




(399 )
en su precipitada fuga hasta unos 1.200 enfer- 1808.
mos en los hospitales, ni de obra ni de pala-
hra recibieron el menor insulto de parte de
un vecindario, que despues de haber sufrido
la mas dura opl'esion) se hallaba entregado á
la esplosion de su alegria con la mas absolula
libertad.


El Consejo envió circu1ares á todos los Gene-
rales de los ejércitos espaüoles, invitándolos á
que viniesen con sus tropas á ocupar la Capital,
no porque hubiese necesidad de fuerza armada,
sino por mera precallciou. Un suceso lamentable
perturbó algun tanto la tranquilidad en la tarde
del 4: de Agosto. Don J~uis Viguri, uno de los
mas adictos partidarios de Godoy, mandado proce-
sar con otros en Marzo del mismo ailO por el Rey
Don Fernando VII, Intendente que habia sido de
la Habana, de donde habia venido bajo partida de
registro ... aunque despues fue declarado libre yab-
suelto por su amistad con el privado, mirado ya con
]lOrror por el pueblo por esta causa, se había
manifestado, para complemento de su descrédi-
to, uno de los partidarios lllas declarados de los
franceses durante su permanencia en la Capital.
Este hombre osó propalar ante sus criados que el
Monarca adorado que se ha113ba entre prisiones,
jamas oc u paria el tron o español) ('11 el qu e se con-
solidaria la dinastía de Ronap¡¡rte. Un criado no
tuvo reparo en referir ante una multitud de exal-
tados paisanos las ideas de su amo. Al oirlas mar-
chan enfurecidos ;í. su casa, se apoderan de su
persona) y en seguida es arrastrado cruelmente




(400 )
1B08. por las calles, hasta que espiró despucs de una


lenta y penosa agonía.
Este esceso escitó el celo del Consejo, quien


al siguiente dia publicó un edicto firme y persua-
sivo, manifestando cuán absurdo era que el pue-
Llo, á quien lÍnicamente tocaba obedecer, se eri-
giese en juez de sus enemigos, y tomase la ven-
ganza por su mano. Trató al mismo tiempo, no
solo de contener la efervescencia popular, sino
de adoptar enérgicas providencias para poner ba-
jo un pie respetable de defensa la Capital. Con-
vocó pOI' hando á lodos los varones desde la edad
de 16 ,140 ailos sin escepeioll de cbscs, para que
se reuniesen y a]islasen e11 los diversos barrios
de la Capital, ascendiendo hasta 34.000 los que
se presentaron, ansiosos de tomar las armas con-
tra el enemigo. Este ejemplo [tle imilado con
igual fervor por los habitantes ele todos los pue-
hlos ele la provincia de i\bdricl, CllyO Ayunta.
miento forrnó al instante el plan de levantar dos
regimientos de infantería <le línea, Hno ele caba-
llerÍa y seis mil hombres de milicias honrauas,
dos mil hombres (le caballería y sesenta artille-
ros; todos sostenidos ele los {'om]os de la villa.
PrescntaL~o este plan a] Consejo fue aprobarlo por
l'sle en todas sus partes; pero una m,l110 fllnest:;¡
tlcbió paralizar estos hel'óicos IlllJ\'imicnlos del
patriolismo nacional.


El dia 13 ue Agosto entró en Madriu el Te-
1liente general Don Pedro Gonzalez de Llamas,
,{ la cabeza ele unos 8.000 hombres de los cj(~rei­
tos ele Yalcncia y l\Iurcia i y ~s imposible pintar




( 401 )
el entusiasmo con que fueron rccibitl0s por sul::l08.
vecindario, enagcnauo con tener en su SellO á los
defensores ele la patria) que con tanta gloria aca·
haban de humillar las alLaneras águilas francesas
en los ca 111 pos de Valencia.


El 23 de Agosto á las 10 de la mañana verifi-
Có igualmente su entrada en la Capital el Gene-
l'al Castaüos con el ejércilo de reserva de Anda-
lucía, al mando del Teniente general Don l\Ia-
nuel Lnpciia. El cntusinsrno de los madrideüos
subió al mas alto punto á la vista de este ejérciLo,
á cllyo valor y denuedo se ucbia la victoria de
Bailen, la evacllacion de la Capital y la retiraoa
de los franceses á la orilla izquierda del Ebro.
Desfilaron tOllaS estas tropas por el arco triunfal,
que j ti nto á la casa del Ayuntamiento se habia
levantado al intento, y desde alli marcharon á
llacer los honores al Palacio Real, que se hallaha
desierto, sin Rey ni Gobierno que le ocupase. El
pueblo contemplaba con el mayor entusiasmo al
modesto vencedor de Bailen, y en la cfusion de
su patriotismo rodeaba y de tenia su caballo para
estrecharle en sus brazos entre infinitos vivas y
nclamaciones.


El j ¡'¡bilo de Maorid llegó á su colmo al saher
que, cediendo á los inauditos esfuerzos de los za-
ragozanos, los franceses habian levantado el sitio
de la Capital de Aragon el dia 15 ele Agosto. Es-
te acontecimiento acabó de infundir en el pueblo
una confianza ilimitada en sus fuerzas; y, entre-
gado á ella, fue dilatando el armamento general.


El Consejo J á quien la tiranía de Mural y la
TOltlO l. 51




(402)
1808. debilidad de la Junta suprema habian hecho apa-
l'f~cer éí los ojos de la Nacion como instrumento
de las disposiciones calamitosas, que sc tomaron
en aquellos días de luto y opresion ... juzgó nece-
sario para restablecer el crédito y la confianza,
que siempre ha nlCrecillo á la Nacion este augus·
to y primer tribunal, el desvanecer las funestas
impresiones y calurllnias, que en algunas provin-
cias se habían estendido contra su conducta. Al
efecto publicó un manifiesto, en que hacia ver á
la faz de Europa su conducta firme y rccta~ su
nunca desmentida fidelidad al cautivo Monarca, y
la heróica resistencia, con que á riesgo de sus vi-
das habian sus Ministros rehusado 11l'estar e1lura.
mento de fidelidad al intruso rey José) á quien duo
rante su permanencia en Madrid ninguno de sus
individuos se habia presentado. Dispuso se procla.
mase solemnemente en todos los pueblos del Rei.
110 al legítimo Monarca) y espidió con este moli ~'O
una Real Cédula en 11 de Agosto autoriznndo á
los pueblos para echar malla de los fondos de
propios y arbitrios para los gastos Je esta ccre·
monia. La proclamacion se verificó en la Cnpital
el 24 de Agosto; y aquel mismo Conde de Alta-
mira, que se negó á levantar el Estandarte en la
del intruso José, lo verificó en la del legítimo
Rey Fernando VII, por qllien doce millones de
habitantes habian jurado perecer, acompaüado de
muchos Grandes de Espafla, tres Generales in-
gleses) y con un lujo cual si la corte del procla-
mado Monarca permaneciese en la Capital. La
alegría en este dia llegó á su colmo: se arrojaron




('103 )
al pueblo monedas acalladas con el busto de Fel'~ ¡SOB.
nando como Rey de Espaila y de las Indias) y
con lemas alusivos á su proclamacion.


El armamento general de la Corte se iba en
tanto dilatando y enfriándose los ánimos: los
preparativos para él se redujeron solo por enton-
ces á aprender diariamente el ejercicio muchos
particulares en los cLí.ustros de los conventos.


Don Pedro Ceballos, que fue unO de los Mi-
nistros f{Ue ]lahian abandonado al rey José, y
quc, 11abienJo acompaí'wdo á Fernando VII á Ba-
yona) y sido testigo presencial de las escenas
violentas de opresion y de fuerza que alli ocur-
l'ieron, sabia bien los tenebrosos misterios de
la política de Napoleon, publicó en primero
de Mayo un manifiesto, en que descubrió á la faz
del mundo las maquinaciones y engaños de aquel
para aprisionar al jóven Monarca Fernaralo yapo-
derarsc de la Esp~lila ; manifiesto, que leido an-
siosamente CH Espafla, y buscado eficazmente por
los cSlrangeros, conLribuyó á dispertar el óclio
contra el tirllno, y á hllcerle aparecer con el jus-
to coloriclo, que el brillo y admiracion de sus
victorias cncuDria. Se fijaron copias de este ma-
nifiesto en l"s esquinas de Lónclres; y él comen-
zó la revoll1cion de Alemania, siendo una de las
causas que en 1809 alegó Napoleon para cleclarar
la gucrra al Austria, la facilidad con que dejaba
e ire u] ;11' estc 111anifiesto, que en todo el territorio
francl:s se hallaba prohibido Con pena capital.


lJa confianza del pueblo de Madrid crecia á
medida que contemplaba que el ejército viClO-




(404)
1808. rioso de Castaños permanecia tranquilo en la Ca-


pital con el ob jeto de equipa rse j para lo que se
abrieron suscriciones ~ en las que sus habitantes
se apresuraron á pl'p.sental' una gran parte de sus
fortunas con el fin de contribuir á tan sagrado é
interesante objeto. La presencia continuada de
estas tropas, las noticias que se recilJicron del
IJl'áspero resultado de la campaüa del Portugal,
y la de haberse salvado 9.000 hombres llel ejér-
cito espailOl del Norte, que al mando del Mar-
(1 ués de la Romana se hallahan en la isla de
Langeland en Dinamarca, é iban á ser trallsporta-
dos inmediatamente ,1 Espaüa ~ acaharon de ha-
cer entregar los ánimos á una confianza absoluta,
tan propia del carácter espaüol.


Los Generales de los ejércitos conocieron
no obstante lo fllnesto que podria ser á los es-
}>ailOlcs este estado de inercia) y acordaron ce-
lebrar una junta para convcnir en el plan su-
cesivo de operaciones. Los Generales CnstaÍlos
y Llamas se hallaban ya en J\laJrid, á donde
habia llegndo un cornisionaJo por parte del Gc-
lleral de Aragon Don José Palafox; á Cuesla se
le envió á llamar á la Capital, y en represen La-
cion del General del ejército de Galieja Blacke,
que por tierra de Campos m:lrchaha hácia Reino-
.sa, se presentó el Duquc dd Iufantado) qlle salia
garante de que aquel General se conforrnaria con
lo que se acordase ; y, reunidos todos en la casa
del mismo Duque, despues de di.versas sesiones
acordaron aproximar todas sus fuerzas á las rnár-
genes del EDro á ohservar las del enemigo) (lile se




(405 )
hallahan allí apostfllbs. Al efecto el Gencral IJa- 1b08.
mas con su ejército de Valencia y Murcia deberia
marchar á siluarse sobre Calahorra, el General
Castarios con el de Amlalucía en Soria, el de Cas-
tilla con su GClleral Cucsta en el Burgo de Osma,
y el de Galicia en Aranela ele Duero, previnil~n-
dose al propio tiempo al General Gal1uzo , que
mandaba el ej('l'cito de Estremadura, viniese á
reunirse á los Jrmas ejórcitos.


Todos los esfuerzos dictados por el mas puro
palriotismo á los espaüoles se hallaban paraliza-
dos por la fonna de gobierno, que dividia á este
en tantas soberanías como provincias. Desde lue-
go se conoció que, si no se concentraba el poder,
faltaria la uniformidad en los movimientos y la
combinacÍon de planes, mas que nunca necesaria
en circunstancias en que de la actividad y de la
energía de las operaciones pendia la sal vacion
de la Espaüa. La necesidau habia legitimado has-
ta entonces el gobierno desconocido de las j un-
tas provinciales, y era muy temible que la com-
petencia entre estas entorpeciese la marcha de
la revolucion, aun cuando la prudencia espailola
y el oclio comun contra los enemigos, a1ejase
el temor de las divisiones domésticas; pero to-
dos Con venia n en la necesidad de establecer un
gobierno único, que á nomhre del legítimo Mo-
narca rigiese todos sus estados.


El Capilan general ue Castilla la vicja Don
Gregario ue la Cuesta, cn circular que en 4 de
Julio de 1808 ui.rigió á todas las juntas de Es-
lJ61üa ) fue el primero que demostró la urgente




(406 )
11303. necesidad de cenlralizar el mando en una Regen-


cia Hombrada por los diputados de las provin-
cias. La junta de Valencia, despues de haber re-
chazado tan gloriosamente las tropas de Moncey
en 16 de J uEo , ofició á las demas del Reino in-
vitándolas á establecer una central compuesta de
diputados de las de provincia, y la Junta de Ga-
licia cornisionó al Coronel Torrado para que,
a vistándose con todas las de las demas provin-
cias, las persuadiese la necesidad de promover
la creacion de un gobierno central, en quien se
depositase la autoridad soberana. Mas quien dió
impulso y movimiento á este proj'ecto tan indis-
pensable, fue el Consejo de Castilla con una cir-
cular que envió el 7 de Agosto á todas las juntas
provinciales, invitándolas á nombrar diputados
de su seno, y establecer un gobierno central.
Todas elbs convinieron con su adhesion, y era
muy natural que asi sucediese, porque la idea de
un gobierno central fue coetánea al glorioso le-
vantamiento pOl' la independencia nacional.


Cada j unta envió dos diputados de su seno,
los cuales, des pues de algunas discusiones sobre
el lugar de su reuníon, la verilicaron en Aran-
juez el 25 de Setiembre, constituyéndose en
supremo gobierno con la denominaciOl1 de Junta
central, y nombraron por su presidente al Conde
de Floridablanca (1).


(1) Esla Junta se componia de los sug;etos sigllicnte¡;:
Por Araban.


DúnFrancisco ralafo~ y l\lclci, Gentil-homhre ue Cámara ue




(407 )
Toda la naClOn reconoció á este supremo 1~08.


cuerpo, sin embargo de que los hombres acos-
tumbrados á meditar en la ciencia del gobierno
y amaestrados con la larga esperiencia que ofre-


S. 'M., Brigadier de ejércitoy Oficial de Guardias deCorps.
Don Lorenzo Calvo de R.ozas, vecino de Madrid, é Intenden-


te del ejército y reino de Aragoll.
Asturias.


Don Gaspar Mclchor de Jovellanos, CaJ)alIero de la órden
de Alcántara, del Consejo de Estado, y autes Miuistro de
Gracia y Justicia.


Marqués de Campo Sagrado, Teniente general, Inspector
general de las tropas del Principado.


Canarias.
Marqués de Villanueva del Prado.


Castilla la Vieja.
Don Lorenzo Bonifaz y Quintano, Dignidad de Prior de la


Santa Iglesia de Zamora.
Don Francisco Javier Caro, Catedrático de leyes de la Uni-


versidad de S alamallca.
Cataluña.


Marqués de Villel, Conde de Darnius I Grande de Esparla,
13arou de Sabajona.


Cúrdoba.
l\Jarqués de la Puehla de los Infantes, Grande de España.
Don Juan de Dios Gutierrez Rabe.


Estremadura.
Don Martin Garay, Intendente de Estremadura y Ministro


honorario del Consejo de la Guerra. =Fue el primer
Secretario gcneral, y despachó interinamcnte el Ministe-
rio de Estado.


Don Felix Ovalle, Tesorero de ejército de Estremadura.


Conde de Gimonde.
Don Antonio AbalIe.


Galicia.




(408 )
18(18. cell las historias J ccharon de vcr cuan mostruo-


so y arriesgado era depositar en cuerpo tan nu-
meroso el ejercicio de la soberanía.


En la legislacion española no se halla pre-
visto el caso estraordinario de encontrarse el
Reino sin Rey ni heredero de la corona; pero


Granada.
Don Rodrigo Riquelme, Regente de la Chancillería de


Granada.
DOll Luis de Funes, Canónigo de la Santa Iglesia de San-


tiago.
Jaen.


Don F¡'aneiseo Castanello, Canón igo de la S anla Iglesia de
Jaen, !">rovisor y Vícario gencrallle su Ohispado.


Don Sehastian de Joeano, Contador de la Provincia de
" Jaen.


Leon.
Frey Don Antonio Valdés, Baylio, Gran Cruz de la 6rden de


San Juan) Caballero del Toisoll de oro, Gentil-hombre
de Cámara (le S. M., Capitan general de la Real Arma-
da, Consejero de Estado y ex.-Ministro de Marina.


El Vizconde de Quintanilla.
Madrid.


El Conde de Altamira, Marqués de Astorga, Grande de
Espaüa, Cahallero del Toison de oro, Gran Cruz de
Cárlos IlI. =Fue PI"esi¡lente de la Junta.


Don Pedro Silva, Pall'iarea de las Indias, Gran Cruz tic
Cárlos III, y antes l\fariscal de C;¡rnpo de los Reales ejér-
citos. = Falleció en Aralljucz, y no [lle reemplazado.


Mallorca.
Don Tomás d"e Veri, Ca1>allero de la órdeu (le San J ltan, Tc~


lliente Coronel del regimiento de volllutarios de Palma.
Conde de Ayamans, Teniente Coronel de las milicias di


Palma.




( 409)
debió de l1aber recurrido la Junta central á lo 1806.
que previene la ley 3. a del título 15 de la sc-
gunua Partida para el caso mas análogo, cual es
el de fallecer el Rey uejundo heredero de menor


lIturda •.
Conde de Floridablanca, Caballero del Toison de oro,


Gran Cruz de Cárlos lB, Gentil-llOll1bre de Cámara,
Consejero de Estallo y antcs primcr l\lillistro. = Falleció
en Sevilla, y fue subrogado por el Mar(lués de San Ma.
més, que no tomó posesiono


l\Ianlués del Villar.
Navarra.


Don Miguel de llabnd.
DOll C:rl'Ios de Amatria, imlividuos de la Diputacian del


reino de N a v arra.
Toledo.


Don Pedro de Ribero, Canónigo de la Santa Iglesia de To-
ledo, S ecretal'io general.


Don José Garda de la Torre, Abogado de los Reales Con-
sejos.


Sevilla.
Don Juan de Vera y Delgado, Arzohispo de Laodieea, co-


Administrador del Cardenal de Borbon en el de Sevilla,
y des pues Ohispo de Cádiz. = Fue presidente de la JUD-
ta central.


El Conde Tilli.
Palencia.


COlldc de Contamina, Grande de España, Gentil-hombre
de Cámara de S. M.


Pl'ÍlJcipe Pio, Grande de España, Coronel de milicias: fa-
lleció en Aranjuez, y fue subrogado por el Marclués de la
Romuna) Grande de Espaií a, Teniente general tle 105 Rea-
les ejércitos, y General en gefe del ejército de la i~_
quierda.
TOMO l.




(410 )
1806. edad, y sin haber nombrado la Regencia. =


«Estonce, dice, debense ayuntar alli do el Rey
«menor fuere, todos los mayorales del Heino, asi
«como los Perlados é los Hicos-llomes, é los otros
«homes buenos é honrados de las villas, ~ Up.s-
«que fueren ayunlados, debcn jurar todos sobre
«Santos Evangelios, que caten primel"J.mente ser-
«vicio de Dios, é honra y guarda del Sellor que
«han, é pro comunal de la tierra del Hcyno : c..: 52-
((gund esto, escojan tales homcs, en cuyo peder
«lo metan, que lc guarJen bicn y lealmente ....
«E estos guardadores deben ser uno, ó trcs) ú
«CInco, non n1<"18. J)


La misma Junta central decia á la nacion en
Octubre de 1809 = Sin duda el poder se ejerr;e
por pocas marlOS mas bien que por muchas en los
grandes estados. El secreto en las deliberaciones,
la unidad ell los planes, la actividad en las medi-
das.> la celeridad en la ejecucion, son calidades pre-
cisas para el bllen éxito de los actos gubernativos,
J' solo estan ajc'ctas d Ulla autoridad reconcentra-
rla. Principios generales ciertos en todas ocasio-
nes, y mucho mas en las crisis violentas de las
naciones, en que es necesario dar la mayor es-
tcnsion posible á la potestad ejecutora de las le-
yes. Asi fue quc el Consejo de Castilla rcpres':.-n-
tó á la Junta lo absurdo que era cllwhcrse cons-
tituido {t si misma cn gobierno, cuando sus po-
deres solo eran para nombrarle, ó una Regencia
conforme á la disposicion de la ley de Partida,
que ejerciese la Soberanía; que en ulIa nacion
tan estensa como la España, cuya independencia




(411 )
se hallaba amagada por un enemigo considerahle 1808.
y acostumbrado á vence!', era aun mas precisa
la celeridad en las determinaciones y la pronti-
tud en su ejecucion, y que un gohierno como el
establecido, que se habia de ejercer por tantas ma-
nos, no ofrecia la energía indispensable para sal-
yar la nacion.




(412 )


CAPITULO XXXllo


Conducta de la Junta central. - Sus diSl)osiciones cnti-
hian el entusiasmo nacional. - DescelJa el phn de mi-
licias de Madrid, adoptado por el Consejo. - Separa :JI
General Cuesta del mando del ejército de CasLil1a. -
Disolueion de este ej((reito. - Cuesta hace arrestar itI
central Valdlis. - Es llama(lo á AraujuC'z pil1' b J_'.:Üa
central. - Se declara ate litado su proce(li!l~¡ento.­
Nueva orsanizaeion de las tropas espaüolas Gil C:;C¡¡"O
ejl;rei¡-os, - BI ¿[m'(iues de la PlOIll~ila llullllJi'atlo GCilC-
r~l de lUlO de ellos.


La instalacion de la Junta suprema cQntl'nl
1808. hizo renacer en todos los ánimos las mas lison-


geras esperanzas, que bien pronto empezó á disi-
p:11' S'I conducta. Abrogóse en sus primcras !:c-
siones el poder absoluto, llombn'¡ rllinisíros) 3,;jg"
nó sueldos y honores, y tomó el tralamiento de
Alteza para su Presidente, y el de Escelcncia
para los Vocales; y, aCi'icchanuo la misma Junta
las sabias propue;,tas de Jovdlanos, que insistia
en que segun las intenciones del mismo Rey se
COnvocasen las Córles inmediatamcnte, en vez
ele orgémizar y fomentar el entusiasr~o llac.iolwI,
contribuyó cficJzm"nte u'Illclla Asamhlea á pa-
raliznrle.


Desechó tamhiell la Junta central el plan
alloptado por el Consejo ele Castilla de levanlar
milicias en l\In,lt'id; y los habitantes de la capi-
tal) sin saber á (1i.1~ JI rihnir esta lH'g;¡liva, cuan-




(413 )
do no habia ciudad ni villa en toda la Península i808.
que no las tuviese J sofocaron su sentimiento
dentro de sí mismos, y se dedica!'on al levanta-
miedo ele dos l'c-gimientos de línea con tal en-
tusiasmo, que al primero de e1105 le sohraron
500 hombres, que se alistaron en el segundo.
El General Fl'eire ,'en tonces Coronel, se encar-
gó de la organizacion del regimiento de cahalle-
ría, escogiendo cntre una inmensa multitud de
voluntarios los mas robustos J que montados en
lo.'; c1ballos, que á porfia presentaban los Gran-
des, los tÍllllos y los particulares, formaron un
regimicnto dc los JlUS lucidos y brillantes. La
organizacion de todas estns fuerzas .Ciw tan rápi-
da J que en brevc estuvieron en estado de n1ar-
chal' contra los enemigos.


En una de sus primeras sesiones dió la Junta
central otro paso, que acabótlc desconceptuada.
El General Cucsta) cuyos méritos, talentos mi.
litares é integridad le habian conciliado el respe-
to de los espaüolcs , se hallaba, como hemos di-
cho) al frente del ejército de Castilla, compues-
to de. 13.000 homhres) bien disciplinados, y con
oficiales llenos de entusiasmo y ardor, en el Bur-
go dc Osma, COn arreglo ;i las disposiciones de
la Junta dc Generales, cuanclo recibió la órdcn
dc entregar el mando á su segunclo el Teniente
general Don Francisco Eguía, y marchar á Aran-
juez, á dOlllle llegó el 9 de Octuhre.


En este tiempo el General Castaüos comen-
zaba ,i lomar posiciones con su ejército CH b.~
márgenes del Ebro h¡lcia Calahorra; las tropas




( 414)
1808. del de Valencia hácia Alfaro; las de Aragon mas


allá de Tudela ) y las de Galicia en las alturas
de la provincia de Vizcaya) hácia Bilbao. El
General Reding avanza ha á Calaluüa, en don-
de se le re lIuia la di v ision ele espaüoles que
recobraron su libertad y armas en Lisboa, en
vil,tud de la capitulacion de Cintra, y 11abian
desembarcado en aquel Principado.


Las tropas de Castilla se desanimaron COn In
intempestiva separacion del General Cuesta, á
quien adoraban los oficiales y soltlados; pero la
Junta central, lejos de acceder á sus justas re-
clamaciones, complcló el golpe con la disolu-
cÍon de este ejército. La desgracia del General
Cuesta provino del suceso siguiente: Don An-
tonio Valdés, Presidente que habia sido de la
Junta provincial de Leon, despues de la desgracia.
da accion de Riosecó J se retiró, como hemos di-
cho , á Ponfcrrada con dos sohrinos suyos y al-
gun otro vocal, que se creyeron con la sufi-
ciente rcprcsentacion para tratar y convenirse
clandestinamente con la J unta de la Coru-
ila en formar una sola corporacion en :t;.ugo,
como se verifIcó, y mandar reunidas desde allí
á Galicia, á Leon y á Castilla, con independen-
cia de su Capitan general. Cuesta declaró nula
é ilegal esta Junta; pero asi Valdés como sus dos
sobrinos, y el Vizconde de Quintanilla , que no
fue jamas Diputado de la Junta de Leon, conti-
nuando en sus maniobras, lograron que se les
nombrase Diputados por la provincia de Castilla
pa ra la Junta central. Al pasar Valdés y el Viz.




(415 )
conde de Quintanilla por Simancas para ir á su Hiat>.
nuevo destino, se hallaba á sus inmediaciones
acampado el ejército dc Cuesta: este dió órde/l
al Gencrd Eguía para que los hiciese arrestar y
los condujese al alcázar de Segovia, en donde
dispuso que el Mariscal de Campo Conde de Car-
tao]al les formase breve y sumariamente causa,
dándole para que sirviese de cuerpo de de-
lito Ins intimaciones que habian hecho á Cues·
ta para que entregase al ejército de G::dicia la
caballería de su mando. La Junta central rc-
clamó, (~ hizo poner en libertad la persona de
V 31M s y dd Vizconde de Quint3nilla; y apenas
se lwcscntaron en Araujuc:é los recibir») sin mas
examen, For Vocales suyos, y mandó publicar
ea la Gaceta por nulos y atentados los procedi-
mientos del General Cuesta; depuso á est(; dd man-
dodelejército, haciéndole venid Aranjllcz libre-
mente) por haber'se negado <i prenderle el Condc
de Montijo, á lFliencn vano se ofreció el grado de
Mariscal de Campo y hacerle segundo lId ejército
de Castilla, si se prestaba á ac¡uella comision,
pues se negó generosameule á ella Ínterin no se
demostrase la criminalidad de tan respetable Ge-
neral.


JJa Junta central en 29 de seliemlJl'e dividió
toJas las fuerza" de la Pel1ínsula en cuatro ejér-
citos con la dcnomillacion de centro, Jerccha,
iZ'luierda y reserva. El primero 31 manJo Jel Ca-
pitan general Don Francisco Javier CasI nr1os,
cornplle~;to (le los antiguos ejércitos de CasLilla y
Alldalnc!a : el se3undo, al mando del Teniente




(416 )
1068. general Don Juan Miguel de Vives J compuesto


de los antiguos ejércitos de Cataluña, islas Ba-
leares, Granada, division aragonesa al mando
del Marqués de Lazan, y de las tropas proce-
dentes de Lisboa: el tercero, al mando del Te-
niente general Marqués de la Romana, é interi-
llamente al de Blacke, compuesto de los antiguos
ejércitos de Asturias, Galicia, Estremadura y di.
yisioll del Norte, cuya llegada se aguardaba por
momentos; yel cuarto de reserva, al mando del
eapitan general Don José Palafox y Melci, com-
puesto de los ejércitos de Aragon) Valencia y
Murcia.




(417 )


CAPITULO XXXIII.


La division espa.ñola al mando del Marqués de la Romana en
Dinamarca. - Acciones en que ~e halló. - El Mariscal
Bernanlotte la distingue, y forma su guardia de espallO-
les. - El' illante estado de estas tropas. - Primeras no-
ticias de los acontecimientos dc la Pellínsula. - La di-
visioj} espaiíola recibe órden de prestar jllrameuto al
rey José I. - Jm'amento condicional acordado cn con-
sejo (1e Generales. - Insurreccion de los soldaclos por
no prestarlo. - Heroismo de un Oficial español para
ponerse en comunicacion con la escuadra inglesa. -
Rccibe la llomana cartas de las Juntas de Sevilla,
Valencia y Galicia. - La llomana disjlone Cugarse ;l
España con su tlivision. -.Medidas para ejccutarlo. ,-
Traícion dd segundo Gefe espailOl Kinttelan. - Las
tI'opas acantonatlas en J ustlalHl pasan á Niehorg. - Dos
regimientos quc se hallaban en Justlalld, qlleclan pri-
sioneros de guerra. - La Ron,ana se apodera de la
plaza y fuertes de N ieborg. - La escuadra in glesa entra
en aquel puerto. - Entrevista de la Romana y el AI-
mil'aute Keats. - Entusiasmo y júhilo de los espaüo-
les. - Se clllharean los espaiioles , y llegan á la isla d()
Sangcland. - La guarnicioll espaüola de esta plaza pro-
tege el desembarco de Sll~ eompatrio1as - Disposicio-
nes (le Bernanlolte. - Proclama de Kindelan. - Elll-
hárcansc los espaiíoles, y llegan á Gotemhllrgo._
Llegan ;Í este punto los transportes de Inglaterra. - La
HOfllüua marcha á Londres. - 1.legan las tropas e~p;l­
llOlas ;Í Santander. - Alegria de la N aeion espailOla. _
La opinion designa á la Romana para el mando dp l (1-
"0.\10 l. 53




(418 )
dos los ejércitos. La Junta central le lJomhra Goneral
en befe del ejército de la iZlluiertla. - Considcraciollts
sobre esta p¡'imcl'a campal¡a.


180f3. A Gnes del mes de Mayo de 1807 snliaoH
de Espuüa) corno ya hernos manifestado, (los di-
visiones auxiliares de los franceses, la una para
el Norte, y la otra para Italia; pero esla última
tuvo órdcn de incorporarse ii la primera, y am-
bas reunidas marcharon hácia el ElLa hasta la
plaza de Stralsund) en la Pomerania sueca) que
entonces se hallaba sitiada por los fl'ancp.scs, y
defendida por su SOhei'<1110 en persona. Las tro-
pas espafIolas llegaron á tiempo para hallarse en
la rendicíon de aquella plaza, que fue cvacuada
por el Hey de Suecia; y se distinguieron en los
encuentros que hubo con motivo de diversas sa-
lid~s de la guaruicion, bajo la direccion ucl Ma.
riscal de campo Don Juan Kimldan. Toda la di.
vision espaüola, compuesta de 11.500 infantes
y 2.500 cnballos, se l¡allaba él las inmediatas ór-
denes del Mariscal BernarJotte, Príncipe de
Ponte corvo entonces) y ahora ney de Suecia,
que mandaba un ejército francés de 30 á 40.000
hombres, disponiendo asimismo de una gran
l1al'Le ue las fuerzas dinamar(FlCsas.


Una pnrte de la division cspaüola ocupal}a
las inmediaciones del pueblo de Nieborg , la isla
de Langelancl y la de Fionia. En la primera solo
habia un regimiento de infantería danesa, y otro
de c"ballcrÍa en la segunda; por cuanto la fuer-
za prillcipal del ejérciLo danés se llallubu rClIui-




(419)
da en la isla ue SecIand. Miraba Bcrnardottc con 1808.
tan pal'Licular aprecio á las tropas espaüolas,
que quiso formarse una guardia de honor, com-
puesta de soldados y oficiales escogiuos de los
l'cgimieutos de Zamora y de la Princesa, á la
que despues agregó treinta hornbres y dos oficia-
les del regimiento de caLallería del Hey.


Todas las tropas espaüolas se hallaban bajo
un pie de guerra brillante; su vestuario en esta-
Jo ue lujo, las pagas puntualmenle satisfechas
])01' la tesorería espaüola, el pais suministraba
alJlmJantes raciones de pan y carne, de que clis-
frulaba igu,dmcllle la oficinlidad, á la cual ade~
lilas se le abonaha una gratificacion de mesa, re'-
gulada en doscientos francos diarios al Tenicnlc
general, ochcllta al Mariscal de C:Jll1pO, treinta
al Coronel, veinte al Teniente coronel J nueve
al Capilan , y seis al Subalterno.


Los periódicos franceses, que circulahan abun.
dantemente enlre las tropas de este ejército, die.
ron las primeras noticias acerca de los snCC30S
de Bayona, de la horrorosa catástrofe del 2 de
l\1ayo, de la violenta renuncia del H.ey Fernan-
do, de su internacion en Francia, y del llom-
ll['amiento de José N apoleon pal'a el trono de
Espaiw. Las cartas que venian de esta desde me.
diados de Mayo eran interceptadas rigol'osamen.
te, y solo llegaban á 111anos de los oficiales
abiertas las que no contenian mas que asunlos
familiares. Sin embargo, los ingleses, (Iue te-
nian una escuadra en el Báltico, cuidaron de in-
troducir furtivamente papeles) que informaron á




( 420)
i808. las tropas del verdadero estado de su Patria.


Bernardotte, para evitar estas peligrosas comu-
uicaciones , adoptó las mayores medidas de prc-
caucion, y previno que hasta los parlamentarios
ingleses fuesen recibidos á cañonazos por las ba-
terías de las costas, guarnecidas con destaca-
mentos daneses.


En este estado de agitacion recibió el Mar-
qués de la Romana el 15 de Junio la órden del
Príncipe de Pontecorvo para que sus tropas
prestasen el juramento de fidelidad á José Napa-
leon J en la misma forma que ya lo habiaa ve-
rificado la Asamblea de Bayona y los espaito]es
t'esidclltes en aquella ciuda<l. El amor á la Pa-
tria ardia Con la mayor violencia en el corazon
de la Romana y en el de todos los espaitoles, y
el movimiento eléctrico de independencia y de
libertad del 2 de Mayo habia ]legado hasta los
56 grados de latitud septentrional. La crisis era
terrible: el Príncipe de Pontecorvo no admitió
las observaciones y contestaciones evasivas de
la Romana, y este se dispuso á jurar, y man-
dó á su segundo el General Don J mm Kindelan
]lÍciese prestar el juramento á las tropas que es-
taban á sus órdenes en el J utland, como se ve-
rificó con seiíales muy evidentes de descontento.
La llomaua recorrió las islas de Fionia y de
Langeland; enteró á las tropas de las noticias
q uc habia recibido, y !as hizo prestar el j ura-
mento con esta fórmula, adoptada con acuer-
do de todos los OGciales de la plana mayor, y
redactada por d AudiLor de Guerra Don Juan




(421 )
Miguel Paez de la Cadena J en el día Embajador 1808.
de S. M. C. en Rusia, en los términos siguien-
tes =


«En la suposicion de que la N acion española,
«de la que somos parte, y á la que protestamos
«(querer vivir y morir siempre unidos, haya
«prestado por medio de sus representantes legí-
((timos, y con plena libertad, el juramento que
((se nos exige, juramos fidelidad y obediencia al
((rey José N apoleon, á la Constitucion y á las
((Leyes,»


Este juramento) calculado para que en tiem-
po alguno pudiese tener fuerza y valor, desagra-
dó desde luego á Bernardotte, que exigió de las
tropas 10 prestasen sin restriccion alguna. Cuan-
do se trató de hacer jurar al primer batallon de
Cataluña en la isla de Langeland, estuvieron las
tropas á punto de sublevarse) manifestándose
el mayor descontento en todos los cuerpos. En
vano trataban los Gefes de persuadir á los sol-
dados que el juramento era condicional. Un cabo
del regimiento de la Prince~a en el acto delju-
ramento salió diez pasos al frente de las filas,
diciendo á gritos: que él no juraba, aunque le hi-
ciesen pedazos, con lo que se desordenó el re-
gimieuto; y aunque su Coronel el Conde de San
Roman tenia bastante ascendiente sobre sus sol-
dados, que le amaban, y volvieron á formarse, el
cabo rehusó volver á entrar en las filas. El regi-
mienlo dc caballería de Almansa en Odense, á pre-
sencia de varios O ¡¡cialcoS franceses) y de un Ayu-
dante de campo dell11ismo BernarJolte, clnpezú á




( 422)
1808. gritar casi á una voz: rOlva Fel'llando F 11., Y mue·


ra Napoleon. Despucs de la forrnacion los sol-
dados maltrataron con golpes á un Comisario
frances} que cuidaba del suministro de víveres.
Así puede decirse que los soldados españoles ni
aun prestaron el juramento condicional. La exal-
tacíon de las tropas en el momento del juramen-
to, y el desorden comctido en Odense contra el
Comisario frances hicieron temer al Marqués de
la Romana que Bernardotte dispusiese la inter-
nacion de las tropas espailolas, con lo que sin
remetlio se imposibilitaba la fuga rllJe premedita-
ba para volar con sus tropas nI [llL\:íllo de la Pa-
tria. La rigo,'osa incomunicacion con la escuadra
inglesa, que bloqueaba aquellos puertos, presen-
taha adCIllas las mayores diuculLaLlcs para llevar
adelante el proyecto de evasion; pero el entu.
siasmo patriótico de un Subtcnicute del batallan
de Cataluña, llarnado Don Juan AntollioF'úbrc-
glles, facilitó este gran suceso. Uallia este Ofi-
cial salido de la isla. tle l.angeland en una lanch!l
de pescadores, Cun comisioll para la de Seeland;
y, habiéndose aproximado uu navío illSlt·S, obligó
por la fuerza á los marineros daneses que la
tripulflban á que se ]e condnj<:sp á su bordo;
mas vueltos á tierra dieron parle dc' la descreÍon
de Fábrcgucs. Este fuc pel'feet;J;nCllIC recibiuo
en el navío, que era justamente el Soberbio,
quc montaba el Alrnirante inglés Keast. A los
dos dias se reunió á él un buqlle en que venia
l)on Rfl1'ad Lobo, Teniente de navío de la M.ari.
na espaüola} conuuctor de plipgos lle las Juntas




(423 )
de Sevilla, Valencia y Galicia para el Marqués 1808.
de la Hornana , y otro del Gobierno inglés para
el Almirante, previnl¡';ndole cooperase eficazmen-
te al emLal'(lue llc las tropas espallOlas. Parecía
imposible llace!' llegar los pliegos á mallos del
Marqués) })orque toda cornunicacion estaLa in-
terceptada hasta con los parlamelltarios; pero
FábregLlcs venció toda dificullnd, desembarcando
en un punto inmediato de la isla de Langeland, y
conduciéndolos él mismo; mas habiendo sido
descubierto á poco tiempo de su desembarco por
las activas diligencias del Coronel francés Gautier,
comandnnte dc armas de la isla, fue encerrado en
un. oscuro calabozo; teniendo la suerte de ha-
ber podido salvar los pliegos que conducia, y
entregarlos al Sargento mayor de Cataluña Don
Alnbrosio de la Cuadra. Este burló la vigilancia
de dicho comandémte de armas; y J ayudado de
sus oficÍales , logró sacar fvrtivamente á Fáhre-
gues de la prision, le disfrazó de soldado, y le
hizo salir para Nitborg , acompaüado del Tenien-
te del mismo cuerpo Don Felix Carrera, á quien
entregó los plic gos.


Gauticr al saber la evasion del preso, se en-
fureció de tal modo, que fue preciso romper con
él de una yez , y ponerle en arresto. Un Gene-
ral danés, que se hallaba en la misma isla, quiso
tambien hacer valer su autoridad; pero la con-
duela firme y prudente de Cuadra supo conte-
nerle. En la Hoche del 5 al 6 de Agosto á cosa
de las doce llegaron Carrera y Fúbregues al cnar-
tel general de :\lt.:borg, y se presentaron inmcdia.




( 424)
1808. lamente al Marqués de la Romana, cuyo cora-


zon, todo español, se electrizó á la lectura de
las proclamas de España, y de la carta con que
el Almirante inglés le brindaba con su asisten-
cia para conducir su ejército á la Península.


La diseminacion de las tropas de este, la
proximidad del ejército frances, la imposibilidad
de salvar los dos regimientos que estaban en la
isla de Seeland entre considerables fuerzas da-
nesas, y la dilacion peligrosa que habria hasta
la llegada de los barcos de transporte, que, por
110 tenerlos el Almirante, tenia n flue venir de In-
glaterra ,. hicieron vacilar U11 1110/11 cnto '1l1\1ar-
qllés; mas, considerando que en el puerto de
Nieborg y en otros de la isla habia muchos bar-
quitos desarmados y varados á causa de la guer-
ra con los ingleses, y que acaso podrian habi-
litarse pl1ra una navegacion corta, se decidió á
pasar el R ubicon, no para llevar ]a guerra á su
Patria como César, sino para vencer ó morir en
su defensa.


En aquella misma noche dictó el General es-
paflol una circular para los Gefcs ele los cuatro
regimientos que estaban en JulIand , y un oficio
l)ara el General Kindelan, á cuyas inmediatas ór-
denes se hallaban, comunicándoles las noticias
que acababa de recibir, añadiendo [fl1C la Patria,
indignamente oprimida, reclamaba en su defensa
el valor y el esfuerzo de todos los buenos espa-
1101es; que la Inglaterra, su aliada, ofrecia faci-
lilar la retirada, y que estaba resuelto y deter-
minado oí. emprenderla inmediatamente, confia-




(425)
do, tanto en la justicia oe la causa, como en la 18oa..
dccision de los oficiales y solllados del ejército,
con cuyo entusiasmo cOlltaha; y ailadia preven-
ciones particlllares á Kindel<lll, para que apresu-
rase el movimiento de rCtlUiOll en la isla de 1"10-
nia, en carla con{ideJlc1al eu (lile le hacia enten-
der los motivos de una operacion, que <lLluque
arriesgaoa era el volo general de toda la d1vi-
sion. Se mandó ú los Coroneles de los tres regi-
núeulos de cahalleria fIlie ll1;¡tasen los caballos
en el caso oe 110 poderlos llevar con:,igo.


Tres Oliciales de artillería marcharon en
posta con el aparente preteslo oe ir á COmpl'al'
algunos caballos fIlLC se IH.:cesitaban para la arti.
Hería en la madrugada del G de Agosto, con ins-
trucciones de que si algull gefe se manifeslaba
opuesto ó remiso, sublevasen su regimiento con-
traél, publicando el moLivo de Sll mision, para
(¡lle tOlllaudo el mando el gefe iJ1l1J(~(liato, se
cumpliesen las óroenes del General. Era de la
mayor importancia evitar jas consecuencias que
pou rian resu ha l' Oc ] a crítica cire uusLa neia ell
clue se ]wllaba el hatallon de Cataluila en la isla
de Lallgcland. Con este objeto se mandó (Iue 103
regimientos de Villa viciosa y Barcelona pasasen
á aquella isla.


Ell\1arqués de la llomana avisó al Almirante
Keats de todas SllS disposlciones y proyectos, con-
viniendo con él en la seilal (Ille debia hacerse
desde ].1 isla cuando fuese tiempo de que entrase
en el pllerto de Nieborg.


Tomadas todas estas disposiciones) puhlicú
TOMO (. 5"1




( 426)
tSOs. el General en la mailana del 8 qne todos lo.'!


cuerpos de la Fionia iban á reunirse en Nieborg
en virtud de órdenes del Príncipe de Pontecorvo
para prestal' un nllevo lurnmento, parlicip,índo-
sdo asi oficialmente al Gobernndor de la plaza,
para que no cs[railase el aumenlo de tl'opas ('spa-
floIas en cJla. Nada percibieron ni esle gí'fc, ni
]a guamicion danesa, ni los l¡abitanles de esla
plaza hasta que se apoderaron de ella los espa~
f101es.


El .Marqués de la Romnna agllélnbba con im·
paciencia el resultado (le las ól'denes enviadas á
Jlltland, en donde su segulldo Kil1<1cl<ll1, que se
llallaha en F'ridel'icia con tres bala/Iones dd re-
gimiento úe Zamol'a, lejos (le cOlltrihuir al he-
róico pl'Oyecto, disimuló prcte.-;taudo que obedecia
Con gusto á la voz de su he[e y úe la patri3, lli-
zo disponer aparentemente su eíluipage para ma-
yor disimulo, y displlso que el regimiento de
Zamora marchase tldante de él h,ícia el puuto del
pequeilO Belt que se atravesó sin dilicultad. Kill-
delan salió de Fridericia en su herlina propia á
POC;¡S hor;¡s despues del regimieuto; pero ll<'gan-
do al paso del pequeiIo Belt, y vicllIlo la ocasion
oportuna que hllscaha, corrió ,{ denunciar el
movimiento de las tropas espailOlas , resultando
de aquí que el 9 de Agosto se kdlaba ya intcr-
ccp1.aJo aquel paso por UWl p:lrte de la vanguar-
dia francesa mas inmediata. El regimielllo de
AIgarbe halló ya ocupado el pe<¡ueilo Bdt, y fue
hecho prisionero de guerra. Un Capitan de este
cuerpo llamado Costa, franees emigrado desde




( 4'27)
el principio tie la revoluciol1, intentó forzar el 1808.
paso para reunirse á los espai101cs, seguido de
otros oficiales y de cien hombres montados; pe-
ro se encontró con fuerzas mlly sllpcriolocs que
le tcnian cortauo; yenlonces desesperado capi-
tuló para que su tropa fuese biell tratada, y en
seguida se disparó ¡¡lli nüsmo uh })istoletazo á
presencia lle lodos.


Los gef!'s de los regimientos del Hey y el In-
fante, viendo <Jlle los franceses llOticiosos del
movimiento de los cspaüoles se habian apode-
rado Je dicho paso, resolvieron habilitar algu-
nos harr¡uielltldns que se hallahan en el puerto
de Al'ahut y trasladarse á Sil bordo :l Nieborg.
Para verificarlo sin oposicion de ¡as tropus y po-
hlacÍon dallesa , prdest<ll'on qllé las tropas espa-
Ílolas (le la Fiouia se llilbian amotinado contra el
Marqués de la Homalla, porque Cjllcria obligal'.
las á prestar juramenl.o al rey JOS(~, y que el
General llamaba i.l lOlla prisa á los regimientos
acantonados en el .T lllland para slljelar <Í los 8U-
})levados) y que para que acudiesen mas pronto
les mandaba (11lC se cmbarcas(~n, dejando sus ca-
ballos encargados ii SlIS palrollPs }liIsla Sil vuelta.
Despues de algunas contl'stacioll!!s tuvo efecto el
embarque (le estas tropas en ~l de Agosto sin ha-
ber derramado una gola de sangre danesa, prue-
ba de la poca violcncia que les costó esta opera-
cion.


Dos regimientos, que estaban en la Isla de
See1and, se amotinaron contra el Gene¡'al frances
Freil'ion, que habia pasado á aquella isla para lo ..




(42R)
1808. mnr el mando de los espaüoles con arreglo á la,


ónlcncs de Bcruardoue ~ y exigirles I·l juramento
ele llllelidad al rey José Napolcoll. En el acto de
lwes~~nlarse para esta ceremonia ante el regi-
miento ue Asturias, se amolina este, y haciendo
fuego algul10s soldados contra el General fran-
ces y Sil comitíva, rcsultó la mucrte de tillO de
6US ayudantes de campo y la fuga de todos á Co-
renhague. En seguida se reunieron tU1l1UlLllaria-
mente al rededor de sus banderas estos inlrt~pi­
(los y fieles españoles, y proc1amarol1 á Fernando
Vll. Esta oClllTencia fue fUllesta para este regi-
miellto y el de Glladalajara, que) circundados por
infinitas fuerzas enemigas ~ [I/eron desarmados y
declarados prisioneros o.c guerra.


Al amanecer del dia 10 las tropas del Marques
de la HOll1ana se formaron en la pl<l7.a de Nieborg
con prelcsto de prestn¡'(~l jUl'<lmCnlo. EutotlcCS este
General en \' ió á casa del Gobernador dan és á un ofi.
óal del Estado mayor provisto ue órdenes escritas
en el idjoma del pais, y que dehia firUlar á la fllerza
este Gefe para que todos los ComanJantes de las
}lIazas y haterías (le la costa se dejasen relevar
}lor fUl'rzas espaüolas, 'lile ya estaban reunidas en
número muy superior ~í fin de evitar toda resisten.
óa. Entonces supo el Gobernador que trataban los
espaflOles de volver Ú su p<llria con el <ltl'éilio de
los b1lfluesingleses) que iban á cntral' en el puerto.
Con esta estrat.agema, que legitimaba la ncce~idad,
ocuparon inmediatamente los espaitoles sin l'esis~
tencia alguna la plaza y baterías de la cosla. Hc-
cogil'l'OnSC en Ull almacen las armas dell·cgimien.




( 429)
to dnnés que gnnl'l1ccia la plaza, y se le hizo sa- 18G8,
Jir fllera del recinto de ella. Estaban á la sazon
fondeados bajo las murallas ue la misma en el
pUf~rlo un lJel'ganlin ue guerra danés de 16 ca-
flO1leS y fina golda tie menor porte tripulados y
aparelados PCI'fectamcllle. El Marqués envió á lla-
mar al Olicial Comandante de estos buques; maS
este no c¡uiso dejar 811 puesto, y en su consecuen-
cia aquel comi,o;ionó á uno de SIlS Ayudantes de
campo para que pasase á bordo y le instruyese
de que los bUl\UeS iugleses enl¡'arian pronto en el
pllerto, y (llle en vista u.: la infinita sllPerioritiad
de eslos , y de q u e los es pailoles, dile llOS ya de las
llatcríasJe lier!'", poJI·jan en un momento uestruir-
le J esperal,a que se mantuviese pasivo sin inten-
t;¡1" ulla resisl(:lIeia imilil, en cuyo caso ni sería
apresado ni molestado por los ingleses. Pero el
Comal1llante danés conlestó con la mayor bizar-
ría r¡ue, aUl1 c¡ne cOllocia ]a illutilidad de su resis-
tencia, cslaha resuelto á hacel· toda la que pudie~
se, porque tal era su deher. A las diez de la ma-
liana se ]lizo la seiíal convenida, y el l1a~'ío del
Almirallte 1\f~als, <lue se mantenia á corLa distan-
.cia con IIlla corlwta y nn bergantin , se dirigió con
estas fllerzas al puerto, precedido de dos lan-
chas calto!1('ras, contra las (lue luego que estuvie-
ron á tiro rompieron los dos b\l(lues daneses un
fuego vivísilJlo,;¡} flue cOlltcstarolllas dos lanchas,
el bergantín y la corheta. La plaza disparó tam-
ben alglll10s C;¡ilOnaZOs, y despues de 15 á 20
minutos tic fllego , arriaron su lJantlcra los buques
daneses Con pénlida de 6 muertos y varios hcri-




(430 )
1808. dos, entre los que lo estaba levemente su valiente


Comandante. Los ingleses tuvicron \lna pérdida
sellsible en la del Teniente del navío, que fue
muerto en una de las caüoneras; y consideraron
como de buena presa ú. eslos dos buques de guer-
ra, ,i diferencia de los barquitos de transporte que
fueron restituidos despues que prestaron el servi-
cio. Despues de este corto y desigual combate ba-
jó á tierra el Almirante con sus oficiales j y, pasa-
dos los primeros momentos de una alegría que es
dificil pintar y dcscr'ibir, y de las demostrnciones
mút.uJs de afecto entre espailOles t~ ingleses ~ I.ra-
t:lron los dos Generales de lo que se debía ejecu-
tUl'. Inmediatamente se lwuiliLamn los barquiloll
lwscalbres es.istentes en el puerto, par'a (ltle en
ellos y en los tres buques de ;;-ucl'ra ingleses se
trasladasen las tropas ;Í la isla de Langelnnd. El
Alll1irante pidió á Inglaterra harcos (le transporte
para la navcgacion á Espaüa, que no pouia verifi-
carse en aqueiL)s. En el nüsmo Jia queJaron habi-
liLallos 35, Y se distribuyeron éntre las tropas los
ví .eres existentes en los almacenes ue la plaza, lo·
dJ con el mayor elltllsiasmo y cclcl·itlad. En la tar-
de dd mismo dia 10 llegaron á Nieborg los bar-
quitos qlle conducian á los regimientos del Rey
y d:.:lllll'ante, y el 11 al salir el. sol marcharon
los espailUles con todos los equipagcs ;Í una playa
distante un cuarto de legua de la plaza, la cual
quedó gu.al'lbda hasta el último momento con el
cuerpo (lile acahaba de retirarse del pequeilo Eclt.
En. el támino de dos horas se verificó el embar-
que d(! la gente con sus efectos) arruas y municio-




(431 )
nes y la mayor parte de las monturas. El Gene- iAOS.
ral habia rnanuauo quc se matasen los caballos;
pero la compasion del soldauo se resistió á darles
muerte, por cuya causa queJaron abandonados
por los campo;;, y despucs se IItilizaron de ellos
los franceses. Almediodia levó :lllclas el convoy
compuesto de 44 barcos, comprendidos los que
vinieron de Aarhuus y los qne llevaban la al·tille-
ría con sus pertrel'hos. Estos eran con cubierta;
pero de tan poco porte, que la tropa iba ta11 api-
iíada qne no hubieran podido servil' para una na-
vcgacion larga, aun cuando hubiesen tenido el
agua y víveres sullcientes .


. El Jia 13 se dió rum10 con felicidad en Spo-
wier sobre la costa oriental uc la isla del Lange-
laud, se desembarcaron touas las tropas, y se si-
tuaron Hl vivac en Jos puutos mas convenientes
ue la costa occidental con 4 piezas de artillería.
El halallon primero de CalallliJa habia estado,
como hemos dicho, en una posicion delicada y
crilica de resultas de la comullicacion de Fá-
bregues con los ingleses; pero, luego que se reu-
nió UIl considl'rable refuerzo (le españoles, ase-
guraron el desembarco Je! resto de la division,
que se verificó sin amngo de oposicion por parte
de los daneses; y, prolllelil'lldo:..I General de es·
tos que no se lutria dalIO algullO, exigieron que su
tropa quedase desarmada, y enlrf'gase sus caba-
llos y monturas, que ucspues le fueron devueltos,
sirviendo para montar una part.e de I1uestros sol.
dados de cuhalleria duranle su mansion en la isla.


El Príncipe de Ponte corvo ) apenas tuvo 110-




(432 )
t80S. ticia del movimiento de! la division cspailOla,


cuando trató ue r(~unil' fuerzas considerablcs so-
bre el pcquclio Relt, y de atacar b isla de Fioniaj
pero ya las tropas espailOlas se hallahan en la is-
la de Lallgelan¡l, en donde no era fícil sin fuer.
zas marítimas atacarlas, por lo que Uemíll'dotle
se limitó <Í escribir ¡t algunos de los Generales,
procurando seducirlos, y enviar una proclilma
ridícula, que el traiJot' Kinuelan dirigia ¡í 103
espaüoles, manifestando que la illll'lIcÍon del
l\brqllés de la Romana era vender SLlS soldado ...
á los ingleses, que los enviariau {l la India á 113..
cel' la gllcrt'a contra Jos Mal'atas,


El lG Y 17 se emiJ/cama en acopiar víveres,
qU(~ se compraron en la isla <le Lang,·lanu, pa-
gállllolos ('11 meLílico; y, habiéndose recibido la
noticia de que los franceses habian ocupado la
Fionia, disminuyó la conílauza de la posicion que
ocupaban los esp,lüülesi y de acuenlo con el Alllli-
rante illglés, que aun no había recibido noticia
de los transportes de Inglaterra, se resolvió em-
barcar de nuevo tOdél la division en los mismos
harcos en que habian venido, y trasladarla á
Gottembul'go en Suecia, pais enlonces enemigo
de la "Francia, en dOlllle podria esperarse sin la
menor inquietud. El 23 se verificó el elllhar~
que con el mayorórden, y el mismo dja dió
á la vela el convoy, hajo la custodia (le los
Duques ingleses citados y del navío Victoria de la
misma llacion, que era el mismo en que habia
sido muerto el Almirante Nelson en Traf.t1gar,
l)asó el convoy debnte de Nicbol'g al dia si¡;uien-




(433 )
te, y favorecido de la for[una que mantuvo siem- 1808.
pr~ el viento bonancihle, dió fondo el elia 27 de
Agosto en la rada de GouemulIrgo, cn domle se
mantuvieron embarcadas las tropas, y solo baja-
ron ,í Ilesahogarse á ratos en unos islotes de pe-
iías que circundan la misma rada. El 7 de Se-
tiembre ll('garon á GotternlJurgo los grandes y
buenos barcos de transporte, bien provistos de ví-
veres, que los ingleses enviaban pal'a conuucir
la division ,í Espalla; y el Ge nc'l'a 1 reciLió por
ellos pliegos. del GolJieJ'110 ing!és, en (Iue se le
pediu (¡!le pasase penionalmenLc á Lóndres para
tratar de <ISlIntos rr.lutivos {t Espaüa, á cuyo efec-
to se le enviabu Ull uer¡;:.IJ1lÍll de guerru muy ve-
lero. El General llispuso qne las tropus se trans-
horuuscll á cstos barcos, y dejó prevenido que el
convoy se dirigiese á la Coruüa, con lo que se
dió ,'¡ lu vela para Inglaterra el !) de Setiembre)
sin lllas comitiva que Ull O!iciul del estado mayor
y su Secretario.


El Ma1'llués de lu Romana fue recibido cn Lón.
dres con las demostraciones (le atlmiracion y res-
pelo f[nC SlI condllcta heróica mel'ccia, y obtuvo
del Gobierno inglés cuantos auxilios pidió para
la" tropas de su mando; pero q \Jedó convenido
'it!" estas desembarcasen en Santander en lugar
,1:.: la CO~'lllla, como h,lbia dispuesto el Marqués,
I;J ¡ vcz con mas acierto; y f~n Sil consecuencia se
I~n\'ió aviso al convoy J (tllC haIlía salido de Got-
tC!llburgo el 13 de Seli,.::mbre, el clIal sufrió en
la naH~gacjon un temporal que le dislwrsó, obE-
\!Blldo á varios buc!ues á rl'flwiarse en Inalaterl'a'
. ;, ~,
rfO~JO l. 55




(434 )
1808; mas al cabo todos llegaron felizmente á Santan-


del', en cuyo pnerto dieron fondo el dia 9 de
Octubre.


Asi volvieron á pisar el suelo de la péltl'ia, por
la que ausentes habian suspirado., 9.000 espaüo-
les, oficiales y soldados veteranos, que volvian
llenos de ardor á ofrecer el sacrificio de sus vi-
das por el Rey y la libertad de su nacion. Ansia-
ban presentarse al enemigo, y nada turbaha su
alegría sino la triste idea de (lue queJaban en Di-
namarca prisioneros de los franceses los regi-
mientos de Guadalajara y Asturias, y una parte
del de caballería de Algarhe, los qll(~ componían
la guardia de ]101101' de inlantería y caballería
del Príncipe de Pontecorvo, y algunos solda-
dos y oficiales que se hallab:1l1 Ó enfermos en
los hospitales, ó empleados en comisiones, ó eu
Hambllrgo, en número de 5.000 hombres. Los
que desembarcaron en Santander fueron los re-
gimientos de Zamorn y de la Princesa, dos bata_
lloues ligeros, prirnero de Cataluita y primero de
:Barcelona, y los de cahallel'ía del ney, del In-
fante, y de dragones de Almansa y Villa viciosa,
todos desmontados; tres cornpaüías de artillería
con sus piezas y correspondientes pertrechos,
pero sin caballos; la compaüía de zapadores, la
plana mayor con la intcndencia y SIlS olicinas.
Los cuatro regimicnLos de cahallería marcharon
desde luego al interior de España con el oh¡cto
de remontarse: toda la infantería recibió en San-
tander el armamento nuevo, y de los seis hata-
llones de línea, dos de tropa ligera y la compa-




(135)
ñía de zapadores, se formó una division, que se 1808.
denominó del Norte, y queá las órdenes del Bri-
gadier Conde de San Homan, Coronel de la Prin.
cesa, l1l:¡rchó luego á reunirse al ejército de la
izquierda, mandado por el Tenientq general Don
Joaquin Blacke, Ínterin venia el Marqués de la
llomana. La presencia inesperada de estas tropas
aguerridas y llenas del mayor entusiasrno causó
la mayor scnsacion en el Beino, y el General la
Romana era mirado como un ángel protector, y
todas las provincias deseaban que se le pusiese á
la cabeza de los ejércitos; pero la Junta central
temió comprometer su poder confiando todas las
fuerzas de la Nacían á un hombre solo: el voto
pt'd)lico no fue escuchado) y para acallarle algun
tanto se conurió al Marqués el mando del ejér-
cito de la izquierda. El 19 de Octubre desem-
barcó la Romana en la Coruüa con Sir Frere,
.l\1inis lro de In gla terra, y se dirigió á Madrid,
desde donde marchó á tomar el mando de su
ejército, como lo vcriucó durante la retirada
de éste despues de la desgraciada hatalla de
Espillosa.


Tal era el estado de la N acion española á prin-
cipios de Octubre de 1808, despues de haber ter.
minado gloriosamente la primera campaña y prc-
parádose para la segunda. Agosto y Setiembre se
perdieron en arreglos supérfluos; y, dejando pasar
la ocasion favorable de arrojar á los franceses del
territorio espaiiol haciéndoles repasar el Pirineo,
se les dió tiempo suficiente para rehacerse. No se
trató de perseguir á José ... que con 50.000 hom-




· (436)
1808. bres permaneció tranquilo sobre el alto Ebro, al


paso que en la misma época Castarlos, Llamas,
Palafox, Cucsta y Blacke contabau bajo sus bande-
ras mas Jc tOO.OOO espallolcs, q ut.' enlllsja~rn;¡llos
con sus victorias, hubicran acabaJo iutluJable-
mente de destruir ó dispcrsal' las fuerzas lan in-
feriores de aquel ejército encluigo. Este per-
maneció pasivo en sus acantonamicntos de las
provincias Vascongadas, y los vcncedores de
Valencia y de Bailen se detuvieron en Madl'il1,
para recibir unos socorros que puJieran hahór-
seles euviado á las misma:. fronteras y posi-
ciones en que se hubieran situado Jesplles de
haber hecllO evacual' compLetan1enle la Espaüa
al ejército fl'ancés.


Los ingleses procedieron tambicn en esta oca-
sion COIl una lentitud inesplictible; y si el ejérci-
to de Sil' Arturo 'Vellesle}', dcspues de evacuado
el Portugal por los frauceses , hubiera marchado
sohre Santander para caer en unían de Blacke y
Cuesta sobre la derecha del ejército enernigo,
mientras que Castaüos, Llamas y Palafox le hu-
hier<tn atacado de frente y por su izquierda , José
hubiera tenido que refugiarse á Bayona, y Napo-
leon J que con razon recelaba ya del Austria, tal
vez no hubiera osado atravesar el Pirineo á viva
fuerza, y aun en ese caso no hubiera tenido los
apoyos de las plazas de Pamplona, San Sebas-
tian y tlcmas que enconlró ocupadas aun por sus
tropas al mando de su llermano José. Los ejérci-
tos espaüoles que se dirigiel'on á la parte supe.
}'ior del Ebro) ó llegaron tarJe, ó no pudieron




(437 )
operar con oportunidad y eficacia, mientras que 1808.
José estuvo abandonado á sus propios recursos
sin que nadie le incomodase.


Las tropas de Catalulw hicieron hastante con
contener á Duhesme y Hey lE, y obligarlos á per-
manecer encerrados en Barcelona y Figllcras, sin
que intentasen emprender opcracion alguna hasta
recibir nuevos refuerzos de Francia, escarmenta-
dos por la constancia é intrepidez de los espaÍlOles.


FIN DEL TOMO l.


>'~:i ¿]r..
-",


... _.','.~ ,''"-'''0'.,
(' ,






(439 )


INDICE
DE 1 .. 05 CAPITULaS QUE CO~TIENE


ESTE TOl\IO l.


PRÚWGO ••••


CAPITULO 1.


:N ccesidad (le r('('ordar los sucesos de Espaí"ia y Francia
anterLores á la gltel'l'3. .le la Iudepclltlellcia para descri-
birla hicn. - nccnen\o de las desgracias ocurridas mien-
tras reinó en Hspaiía la Casa de Austria.-Buell gobier-
no de la de Barban en c,tc Reino. - Muerte de Cárlos
IIl.-Prillcipio del reinado de su hijo CirIos IY. -Ad-
millistraeioll de Floridablanca. - RC~'olncioll de Fran-
eia. - La Asamblea constiluyeJll:e. - Conslilul:ion de
1791. - La Asamhlea legislativa. - Destituciou del TI ey.
- Ereccion de la Repúhliea frallcesa. - 1J roce50 )' supli-
cio de Luis XVI. - La Europa se declara contra Fran-
cia. - Separaeion del Ministro Floridablanea cn Espa-
¡la, y eleyaeioll de Gocloy. -Biogl'afía de éste. -Des-
tierro de Arauda. - Espaüa declara la guerra á Fran-
cia. -Godoy, P¡'Íllcipe de la Paz. -PriOlera eoalicion
cOlltra la Francia, disuelta. - Administracioll de Go-
J0,Y. - PI' imcr tratado de San I1dc[ollso eutre Francia y
Espaiía. - La ] nglalerra declara la guerra á Espalla. _
Escesiyo favor del Príncipe de la Paz. - Odio que le tie-
ne el puehlo. -Es tlelluneiatlo á la Inquisicion. - Exito
de la denulleia. - Tentativas malogradas para su desti-
tuciOll absolula. -Prision y destierro de los Ministros
J ovellanos y Saan:dra, que b. intentaron. - Godoy de-


5




(440 )
ja el Ministerio. - Espedicioll tic 105 franccsp-s;Í Egipto.
_ Ocupan estos á ROIlla. - Segunda c()¡}licioll contra
Francia. - Trastorno dcl gO;J;crno f"¿¡IICés, y creacion
del consular. - Napoleoll, primer Cónsul. - DJo'luean
los franceses la escu'llll'J. csp<if,ola. - Fin de la sC3ullda
coa/ieion. - S egu IIdo tl'at:ldo dc San Ildefollso. -l\J ar-
cha á Etruria una divisioll espaTto:". - Guerra ll(! Espaiia
con Portllgal. - Paz de All1iens.'-": Godoy mas odiado
del puehlo. - Es nombrado Gelleralísimo. - Casalllien-
to del P1'Íllcipc de Astllrias....... . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13


CAPITULO n.


Nueva guerra entre FI'aneia é Illslaterra. - Los inglese~
atacan á los espaiIoles por mar inopillallamente. - COIll-
bate de Trafalgar. - N apolco!l, Ewpe,.¡¡dor de los fran-
ceses. - El luismo, Hey de Italia. - Tercera coalicion
contra la FI'ancia. - Termínase. - Deseella la Illglater-
ra las proposiciones de paz de lloniL?al'te. - Cuarta coa-
licion. - Batalla lb Jena. - 1llllll'lHlente proclama de
Godoy. -Paz de Ti Isit. - Cómo recihe NapoIeon la pl'O-
clama de Godoy. - Este le felicit:, por SIlS Illl(!VOS triun-
fo,;. - Godoy es nombrado p;ran Almirante. - Se aleja
al Príncipe de ;\stuJ'ias de Iv" Ilegocio~ cuitlallosamen-
te. _.sentillli(~nt(} nacional hácia c:;le Príncipe. - Siste-
ma llamado coutillelltal contra InGlaterra.. . • . . • •. 31


CAPITULO In.


~ilpo!eon ,leci,le conryuistar el Portugal.-Se organizann
ciér'cito en llU}OlJa. - Se intillla ,í la corte de Madrid
'Iue Se prepal'e á invadir al Portugal. -Proposiciones
h('~bu al gohiel'l1o de Lisboa. - Sométese á ellas. - El
]llelli;lOtencial'io particula!' de Godoy en Pal'is firma Ull
L'atallo para aseglll'ar la u3ul'pacioll lid Portugal. - Pa-
s~n lo,; r,anGw,e,; el Vi,lasDa. - .se' desecha la proposi-
.eilJll ,!.e eOlloy Je c~sar al Príncipe de Asturias con iU




(441 )
eui:ada. - Causa del Escorial. - J~os franceses penetran
en Portugal. - La familia Real se embarca para el 13ra-
sil en Lisboa. - Establécese ulla Regencia. - Los fran-
ceses ocupan á Lisboa.- Ulla divisioll espaiiola ocupa
el Alentejo. - Otra á Oporto. - Se enarhola en I~ishoa
]a batJdera francesa. - COlllllocioll de aqmdla capital.-
Portugal es agregallo al Imperio, y su ejércit.o enviado
á Francia. - Se destruyen en Portugal los emblemas del
gO]Jierno anteriol', -Se envian á Francia los hombres
mas eminentes. - Monstruosa contrilmcion de guerra ó
de conquista. _ Sus cOllsecuencias. - Consideraciones
sobre el ejército que ocupó el Portugal. . . . . . . . . . . . . . • 45


CAPITULO IV.


La corte de Espaiía conoce su yerro. - Forma N apol('on
un lluevo ejército (le observacion en Bayona. - Otro cn
Perpiiían. - Pide Cádos lV á N apoleon ulla sohrina para
esposa del Príncipe de Asturias. - Los franceses se fin-
gen apoyo de este. - En tal sClltido los acogcn hien ios
espallOles. - Entra en I~spalia Illayor mí 111 e 1'0 tle tropas
q¡¡e el tr;¡t~do. - Forma Napoleol1 UlI tercer ejércil.{)
llalllado de observacion de las costas del Ocriano. - En-
tra en Espalia el ejército franc({s. - l\ apoleon ofrece
venir á visital' á C;írlos IV. - Los franceses ocupan pér-
fidamente las p!aza~ de Pamplona, Barcelona, Figuel'as
y San Sebastiano - Fórmase un euarlo éjercito llamado
de ohscrvaeion de los Pil'incos occidelltales, - J\Iurat
viene á Espalia como Lugar-Teniente del Emperador
para malldar sus ejércitos. -Espaiia ocupada militarmen_
te sin JH!reibirlo. _ Llega á Madrid la Reina de Etru-
ria. - Vellida de París del Plenipotenciario Izquicl'do.
- Proposiciones de que venia cncargado. - Su vuelta
,'Í Paris............................................ 69


'X'üJrlO J. 56




(442)


CAPITULO V.


La corte de Espaila reconocc al fin alliertamente la perfi.
dia de Napoleon y SU5 inícnas Illil'as.-Adopta por con-
secueucia varias medillas de defellsa. -Proyccto de tras~
ladar la corte á Méjico. - Alarma (lel pueblo de ¡'-latlrid.
- Manifiesto ,le Cárlos J V calmando la agitacion púhlica
contra los franceses, yel proyectado v iage. - A larma de
Aralljllcz vicndo los preparativos de él. - Violcllta csplo~
sioll del pueblo contra e-OlIo)'. - Su cai,la. _ Conmo-
cion de Malll'id. - El Príncipe (le Asturias salva.í Godoy
de las manos del pueblo. -Cárlos IV abdica solcullw y
voluntariamente la Corona en su hijo primogénito el
Príncipe lle Asturias. - PnlCbas de ser voluntaria la alJ~
dicacion. - Sube al trono de las Espaiias el descado Fer-
nando VII. - Ullil'ersal júbilo de la Nacion con tal mo-
tivo. -Cárlos IV pa¡,ticipa á Napoleon su espontJllea
abdicacion. - Odio qne lus espal,olf>s han tenido siem~
pre :í los ravol'itos , )' scitales visibles del quc prolesaban
á Godoy.......................................... HA


CAPITULO VI.


Primeros actos del reinado de Fernando VII. - Aspecto
de la nueva Cortc. - Prendas relevantes delmte\'o Rey.
- Llama:í sí á los homhres mas elllinentes ele la Naeion.-
Formacion del lluevo l\1inistel·io. - Recompensa del lley
á las víctimas de la dOllliuaeiou de Godoy.-Prcll1ia á
los de la callsa del Escorial. - Deerétase el castigo del
crillliual Godoy y sus cÓlIlplices. - Conducta (Iue ohser-
va N apoleon en tales circllustancias. -l\I lII'al ocupa COIl
su ejército á l\Jaurid. - Entrada gloriosa (le Fernan-
do VII en la misma Capital. - Entusiasmo (lel puehlo
por el jóvcn l\Iouarca. - Cádos IV retracta su ahdica-
cion. - Allúuciase de lluevo la venida de N apoleon.-
El InCaute Don Cárlos parte á recihirle, -Devuélvesc á




( 443)
los franceses la espada de Francisco 1. - Llega á Madrid
el e cneral Savar}". - COIll)lrowétese á Fernando VII á
salir al encuentro del Emperador de los franeeses.-
CJ'{!.1se l/JJa S/l(Jrt'llle7 JUJlf,? gllbeJ>Jwtivü del ReiIJo. -Loa
ReJes Padres en el Escorial. - Sale Fernando VII de
l\Iadl'ill. - El Gellcral Savary va ell su com pailÍa. - L le-
gada del Rey á Vitoria. - AdehílJtase Savary desde esta
ciudad con una carta tle Fel'lli\lldo VII para Napoleon.-
Vuelve Sava!'y desde Dayolla á Vitoria eOIl la contesta-
cioll del El]] perador. - P l'otestas inÍcuas de seguri<lall
que hace al Hey el doloso Sayal')'. - Inteltta el puehlo de
VitOl'ia itllpedir el viage ele su Rey. - Algullos menos
prudentes ofrecen sust:'aerle de la vigilancia de los frau-
ceses.-El Rey desecha la oferta con justo moLivo.-
FCl'IlJI](lo VII llega cn fin ,i Bayona.-Razones jmti-
fieativas l\el viase del Rey. . . . • . • . • . .• 95


CAPITULO VII.


Murat pille :i la sUlwema Junta de gohierno la fihertad
de Godoy, - La Junta la rehusa. - Napoleon reclama
la persona de GtHloy. - La JUllta ordena su entrega.-
Goduy marcha á Francia. - Participa al Rey la elltrega
de Godoy el COllS<~jO de Ca~tilla , y el lVf"nlués de Cas-
telar enearf',ado de w custodia. - Debilidad de la Junta
eu esta ocasioll, - Firmeza del ney. - Alzase la confis-
caciotl de los hienes ,le Godoy. - J\Ianiliéstase á la
Junta de gobierno el desagrado del He)" pOI' la entl'cga
queacol'lló del preso Godoy sin ól'llen suya......... 111


CAPITULO VIII.


MuJo amistoso con que Napoleon reeihió á Fernando VII
en Rayana, y obsequio <pJe le hizo al pritJcipio, _ Na-
poleolJ intima ;í Femando que renuncie su Corona._
El Hey resiste hcníicalllente tan infatlle P¡'oposicioll._
Negoeiacioncs del Ministro fratlces Challlpaglly COi! Ce-




(444)
ballos. - N apoleon insulta á Cehallos, no pudientlo
vencerle. - Se dice al Rcy que nombre otro negocia-
dol'. - Escoil[niz sucede á ecIJallos. - Proposiciones
cIuC hace ~apolcon, tliscuti(las por la comitiva del Rey
reunida en Consejo. - A pesal' dc la diversidad de opi-
niones son desechJdas. - Labl'ador es 1l01uhrado pleni-
potenciario pal'¡¡ continuar negociando. - Intentan se-
dncirle, pero en vano, - Propone Labrador la vuelta
del Rey á Madrid. - Medidas adoptadas para impellir
su evasioll tle Ihyona. - Intcrceptacioll de los cor-
reos. - A pUl'ados los l'eCIIl'SOS de la di plomacÍa, se ape-
la ti la violencia, - Los Reyes Padres son llama(los á Ba-
YOll¡l.- Llegada de Godoy Ú ¡Hiuella ciudad .... , , . , .. , . 11 r$


CAPITULO IX.


D,~scuhrelll()s franceses eri Espaila el proyectolle restahle-
eer en el trOlla <l C:ír!os IV. - Intima Murat;Í la supre-
lila J ullla de gobierno qlle N,lpoleon y sus ejércitos no
recollocian lIns Iley de Espl/ía f[Ue á Cárlos IV. ~ Con-
tc:'tlciollC3 ca lre la J unta y Murat eOIl este motivo,-
Proposiciones conciliadoras que hace la Junta ~¡ JHul'at
sobre SIl intimacion telllcraria. - Participa la Junta :i
Feruando VII este aeouteeillliel;to, - Cárlos IV mani-
fiesta su voluntad de volver ;Í ocupal' el trono. - l\Iurat
manda que SIl ejército reconozca como Rey oí Cár-
los IV. - Disposieioneg de los espai'ioles contra la per-
fidia frallccsa, - Ocupan los fl'anceses á su placer;Í Cas-
tilla la Nllcva, - Movilllientos del pueblo en Toledo y
DlIl'f;os. - Altiva cOlll11llicacion que hace Murat al In-
fante Presidcnte (le la Jlu,t,; de sus I'esultas. - Medidas
de la J uuta para eOllsenal' la tranlluilidad, - Salen los
Reyes Padres del Escorial y llegan á Bayona. - Murat,
á ~esar ele la Janta de gobierno, intenta por medio de la
imprenta tl'a~tOl'nal' el espíritu público en Espafla. .•.. 124




( 445)


CAPITULO X.


Carta de N apalean á Murat para que la J uuta nombrase
ciento cincuenta notaJ)les españoles, que pasasen á Ba-
yona para arreglar la suerte del Reino. - Murat los
nombra por sí. - COllllucta de la Junta dc gobicI'Il0 en
esta ocas ion. - Intima Murat á la Junta, de órden Lle
CáI'ios IV, la marcha para Bayona de la Reina de Etl'uria
y del Infante Don Francisco. - Contestaciones sohre el
particular entre Murat y la Junta. - Recibe esta un es-
preso verhal de Fernando VII, anunciándola su situa-
cío n ) y aconsejándola la paz. - La Junta reune á sus
funciones varios personages. - El Iufante Presidcnte
crea otra J unta de gohierno para en el caso de que la
primera careciese de lihertad, y no pudicse gobernar.-
Envia la Junta á Fernando VII (los pcrsonas dc Sll
confianza, participándole el estado de las cosas, y pidién~
dole insti'ucciones. - Scsion agitada de la Junta en la
noche de 1. 0 de Mayo de 1808. - Amenazas de Murat, . 131


CAPITULO XI.


Sale lle Madrid la Rcina de Etruria. - rrepára~e el viage
de Jos Infalltes Don Antonio y Don Francisco. _ Alar-
ma del pueblo. -Memorable dia 2 de Mayo en Ma-
drid. - Inhumana carnicería de la noche del dia 2 de
Mayo y del dia 3. - Proclama famosa del Alcaldc de
Mústoles á la Nacion. _ Salida dcl Infante Don Fran-
cisco para Bayona. _ l\Ietlitlas rigorosas que adopta
MU¡'at contra los espaiioles. - :'\Ial'cha y despedida LIcI
Infante Dou Antollio. - Murat, á pesar de la resistencia
de la suprema Juuta de gohierno, torna parte en ella,
.y se apodera de su presidencia. •.... , . • . . . .. 137




( 446)


CAPITULO XII.


Camhia Napoleoll inmediatamente su política con la lIe-
sada á Bayona de los Reyes Patlres. - Recibimiento,.
acogida dc cstos. - Hesig"a Fel'lltllJ(Io VII condicional-
melltc en Sll ungllsto P;¡dl'e la Corona. - Contestaciones
entre el Rey Cárlos y su hijo Fel'llantlo VII sobre la re-
nuncia de la Corona. -Cárlos IV sc tleelul'a de 11 llevo Bcy
de Espalla, y nomhra á .'lllrat Lugar-Teniente del Ileino.
-Pnblícase en Espaíia cl restahlecilllicnto de C~Íl'Jos IV.
-Descontento de la l'\aeion. - P.esuel I'e Napoleon illtro-
ducir su ,linastía en Espaiia tlc3trOllJIlrlo á la rlf: Bol'lJon.
-Entrevista cruel, á prcsencia dc NapolcolI, de C:írlos
IVy Fel'nanc.lo VII. - Cedc cste:í la illlpel'iosa l'OZ de Sil
Padre, y rClIllllcia 1:1 (;"I'Olla. - Tratado tle ren\luCia
dcl trono (le Espaiia, hecho á nOlllhl'c ,lc Cál·los IV, á
favor de Napoleon. - Consúmase en este tratado la illi-
({uidall de GOlloy. - Cárlos ] V exhorta en IIna procla-
ma á los espaJlOles á ([ue se SOlJ1etan á Napoleoll. - eir-
cúlase en ESjla/,a la proclallla de Cárlos IV. - Espiollagc
á (Iue es l an sujetos en Bayona los l' I'Íllcipcs (!spaj-lOles. -
Llega á Bayona HU envia(Io de la JUllta de ¡;ohicrllo con
proposiciones i nteresalltcs para Fel'lia licIo VlI. - Con-
tesbcioll de cste á la JUllta - Decreto de Fernando YII,
autorizando la defensa tld Reino y la cOllyocacion de
Córfes. - Exito II ue tu Yo. - S,d icla de Pala fo,," lle Bayo-
na para Aragoll. - Hace Napoleoll lIue los Príncipes cs-
paJlOles renuncien lallllJiclI sus llel'cchos ;í la Corona de
Espal,a. - TraLlílo tle Henullcia. - Salen lIr. Bayolla
los Hr.yes Padres y sus augustos Hijos. -Se ven obli¡;a-
dos Fernando VII y los Infalltes á eXllOl'tar ;:Í los espa-
üoles á (lllC ohellezcan á Napoleoll. . • . • • • . • •• 15':1


CAPITULO XIII.


Publíca .Mural los tratados de renuncia, la procLm.l de




(447 )
Fernando VIl dada en !lurdeos, y una alocucion de Na-
polcon :í los espallOlcs lIlanifcsl~lIclo sus intenciones.-
Nuevas disposicioncs ele los fi'~llccses en Espa'la despues
de la tran~tl1ision de la cor<>na Ú Napolcon. - Política de
Napoleoll para nombrar:í su bcrlllauo José Bey dc Espa-


'iia. - Condncta de la suprCllla J Iluta de gobierllo, del
Consejo Real y del Ayunt:llllicnlo de Madrid en esta oca-
sioll. - COllvocacion tIc la 1\samhlca' constituyentc dc
notalllcs cspa,wlcs cn Bayona. - N atllraleza de esta Asa 111-
hlea. - Envia Napolcon :í Zaragoza varios espaiioles para
que se SOlJlCta. - Apertura de la Asamhlea. - Consti-
tuciolJ de Eayoll:l. - Presta elltey José jUl'amento á la
Constitucion; mauda observ aria, y ci(frrasc la AS:lm-
Llea de IJayona. - Prestau juramento de fidelidad á Jo-
sé los miembros de la Asamblea y la comitiva uc Feruan-
do VII. - Nombra Jos(E s:I.:\Iinisterio. - Sale de !layo-
na para Móldritl. • • . • • • • • • • . • • • • • • • • •. 172


CAPITULO XIV.


Cuadro militar y político de la Enropa á principios de
1808. - Poder ilJllIenso dcl Impcrio franees. - Estado
(le Espaiía en aquella época. - Notahle disposicion de
los espaiioles contra el yugo estrangero. - Los asesi-
ll:ltoS del 2 de Mayo en ~Iadrirl y la violencia francesa
provocan al fin la illsurreccion general. ••••.. '. 185


CAPITULO XV.


Asturias da el primer grito de guerra contra Napoleon. _
Envia Asturias Diputados á Londres que pidan la paz,
y socorros contra NapoJeon. _ Alzallliento de Santan-
der . .,--- Insurreecion de Valencia. - Los valencianos se
unell con los ingleses, y declaran la guerra á Napo-
leon. - Zaragoz:J se alza en masa, y se prepara pal'a la
guelTa. - G:.dicia se alza tambien contra Jos frallce-
$es. - Insurrecciotl geucntl de [as pl'OV incias, - Cade-




( 448)
trr qu:, la distingue. - Acontecimientos del alzamient()
de Sevilla. -Ocurrencias del de Cárliz. - Desgracias
que sucedieron en algunos puehlos principales á la es-
plosion del ardor patriótico. - Diferencia de los es-
cesas cometidos en aquellas crÍsis á los de otras revo-
luciones ... ~ " .... " " " " • • ... " " ... 4 ." 193


CAPITULO XVI.


Orígen llollle lle las Juntas de gohierno de las provincias.
- Naturaleza y objeto de ellas. _ Servicios distingui-
rlos del estaJo eclesiástico á la revoluciono - Carácter
particular de la Junta de Sevilla. _ Proclámase suprema
,le E~paila r( Indias. - Conducta de las demas Juntas
con e~üe motivo. - Medidas adopt.ldas por la J UlJta de
Sevilla para salvar la patria. _ Declara solemnemente
la gllet'ra ;\ N apoleon, é invita á sus tropas á que deser-
ten de sus handeras. - Castaños nomhrado General del
ejército de Andalucía. . • . . • • • • . • • • • . • . .• 21 ~


CAPITULO XVII.


Acogida que hizo el gobierno inglés á los emisarios espa-
ñolesde la Junta de Asturias. - Conducta de aquel Go-
bicl"llo respecto de la insurreccion espaflola. - El Par-


'lamen to > los Ministros, el puehlo y el ejército espresan
emirgicamente su entnsiasmo .•....


CAPITLLO XVIII.


Intentan los franceses apagar ,la insurrecciono - Suc¡'te
de los que enviaron á Asturias con este prop6sito. -
Exito de iguales tentativas en Zaragoza y otns provin-
cias. - Cunde la insurreccion al Portu¡;al, de donde de-
ser'taron muchas tropns españolas á su patria. - Junot
,lcsarma á las rc.italltes. - Situaeion y númel'o de las
tropa" francesas de Espaüa. - Me,lidas militares que




( 449)
adopta Murat para reprimil' la insurrecciono . . • • . • • • . • 225


CAPITULO XIX..


Empiezan las hostilidades armadas en Catalui'ia. - Una
division francesa es batida en las alturas del llruch por
los paisanos. - Incellllio del puehlo de Arhos. - Pérdi-
da de los franceses. _ SegulHlo ataque del llrueh. -Pér-
dida de Mongat. - Saqueo de Mataró. - Derrota de los
patriotas en el Llohregat. • . . . . . . . . . . . . . . . . • • . • • • • . • 231


CAPITULO XX.


Principio de la guerra en Castilla. - Desgraciado éxito de
la retirada de LogrollO. - Santander llama particular-
mente la atencio\l de llollaparte, que decretó la ocupa-
cion militar de aquella provincia. - Lev:ílltase Vallado-
lid. - .Hcsistencia y ocupacion de Segovia. - Desgra-
ciado fin del General CehaUos. - Armase Valladolid. _
Derrota de los patriotas en Torquemada. - DestrucciOIl
del pueblo. - SUlllision de Palencia. - Combate y paso
del Pisucrga. - Retirada del General Cuesta. - Eutra-
da Je los franceses en Valladolid. - Ocupan :í Santan-
del' despues (le forzar los destiladeros de las monta-
üas. - Evaeuacioll de aquella ciudad ....••... , . . . . . . . 235


CAPITULO XXI.


:\f.lrcha Moncey contra Valcncia. - N límero y disposicióu
tlc las tropas de esta espedicion. - Moncey en Cuen-
ca. - Desercion de las tropas espatJ()las que debian
ucompúlal'le. - P rccallciolles de MOllce)' en esta espe-
d ieion. - Temeridad ele 1\IlIrat. - Anarquía)' atroci(ta-
des ([ue provocó ell Valencia fll Canónigo Calvo. - Fin
ue esLc y sus sattilites. - Toma y paso del puente Pajazo
por los franceses. - P aso de las Cahrillas. - Denota
de los cspaüoles en San Onofre. - Moncey delante de
TOMO l. 57




( 450)
Valencia. - Es r.cch;'l7,allo COl! lJlucha pérdida, y se rctir;t
á Albaectc. - OCUp:lll los franceses ;Í Cuenca ya insnr-
l'eCCionalb. - V;'Il'io~ cllcrpos de tropas de Valencia sa-
len de ar!lldla pro.'illcia pal'a socorrcr á las J:;lllilS , •• 244


CAPITULO XXII.


Situacioll dc los frallccscs en Calaluiia. - Los paisallo~
l)lo(}llean á Figneras, y los fl'allcescs desde el ca:;tillo hom-
bal'dcall la Citllbd. - Defellsa de ROSJs. - IllSlll'reccioll
de Gc¡'ona. - Descripcion dc csl:¡ plaza. - Primera
defcllsa dc ella. - Abandonan los franccses el ;~ilio. -
D~fclIsa de H'Jstall'ich. _ De5crnbarC:l!l en C:tLala!]a
tropas procedentes de las Islas Balcarcs para llpY,,'zn' la
illsarreccioll. - Picrden los ft'alJCe5CS el CJ::l;!lo de
l\'[ongat. - Atacan segnnda vez :í (~ero¡¡a con el mayor
ahinco. - Esfuerzos de los hahitantes y gaaruiciüll para
defel1rlcl' la plaza. - Socol'renla tropas espallObs. -
Ataques y defensas de este sitio. - Acosados los ü'allce-
ses le\'antan el sitio v se retiran. - l\!;;(ldas a;lonl~das


" ,


p:H' la J unla de Gerona para fortií¡c:¡:' h pLlza y soste-
nel' la guerra. - San Nat'ciso cs illYOC":b como Gc¡¡era-
lísimo. - Premio de los llefeusores lle Gerona. . . . . . .. 261


CAPITULO XXIII.


Marcha Dupo!1t sobre Andalucía. - Comision del Gelleral
Sayar,Y el] '\LHl,'i,1. - Dltpont es detenido por el paisalll-
r;c CH Y,,111cp:Cllas. -Pasan los fl'anceses:í SjCJTarnore-
na. - At:l'1'l~ y toma del puenle de Alcolca. - OCU]'l1~
cion y salpeo du Cónhba. -'Retir:¡(L: d'31os eo:;}'l;lO]CS.
- 's:¡'rlCO de 1\[ontoro. - l'J'l'dirla de los [;,:¡;;CCS?S en
;,:pclh Vil!;). - Hcroicillatles de su Alcalde. - Dio,posi-
c:oncs })atri6lic:l3 tle la Jlllüa de JaeH. - La Junta de
Scyilb rehace y org:miz:lel eji':l'cito. - Varios puehlo3le-
vantan l'c;;;lllicllt03 contra JO$ fl'anceses. - :\I'willlicll-
to de las tropas espaÍlolas para ohsel'var las cllGmigas




(451 )
de PortugaL...................................... 285


CAPITULO XXIV.


El pueblo ele Ca(liz intenta rellllir la eseua!lra francesa. -
Posiciones ele las escuadras cspaltola y franccsa. --...: Inti-
man la rentlicion al Allllirante franecEs. - L:l escuadra
inglesa sr: sitlía delante de Catli1" - Preparativos pa-
ra el com' )ate. - Segullcla illtimarioll, y contestacion del
Almirante. - Los ('spaiíoles at<lr::lIl la cseu:dra francesa
con fuerzas sntiles. - I\rmisl i,~io de cuatro tlias. - Tpr-
cera intinncioll, y rClltlicioll :Í (liscrecioll ,le la cscna-
ara. - Ventajas de esta victoria. - GranJt!a reu)w SllS
tropas :í las del Reino de Sevi!la. - Org:lIliz:leion adllli-
rabIe del ejército de l\lldülucía. - Desemhareo de tro-
pas inglesas en el Puerto de Santa l\laría, ClIJOS socorros
no son aLllllititlos... ........ ......... ..... . ... . .. . .. 2IJ7


CAPITULO XXV.


El ejército de AmblncÍa cntra el1 eJmpalla. - Duponl ~e
rctirü d(~ Cónlo/¡a. - Se situa f:1l Antlnjar. - Escasez
tCl'riblc qnc csperilllclltJ su ejc:,·cilo. - Crílic;¡ posicion
en (ple se halla. -.Pille SOCOITOS Ú l\L1l1ritl. - Envía á
Ja,~!l por víveres; y I;¡ ciudad se los !liega. - Sarpwo de
J aen. - l~vaellan los franceses la ciudad, cstipulando
con su Junta la cntl'egü de vÍvcrcs. - El puehlo impide
la salida dc los vÍ,"crcs. - Atacan los franccses llucva-
mente la clulbd. - Los hahitantes, aaxiliallos de alguna
tropa, los repelen. - Las tropüs (le Granalla sc incorpo-
ran con el ej"l'cito (le An:lalaeía. - Distl'ibllCion del
cj'!rcito en cuatro llivisioncs. - Se forman dos cuerpos
volantcs. - La insul'I'cccion general corta la comunica-
cioll dc Dupont COI) Madrid... . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . 306




(452 )


CAPITULO XXVI.


Situ3cion del ejé¡'cito español y frallces. - Plan del (;1'0"
neral Castaños. - Accioll de Melljibar. - Muerte del
General fl'ullces Gohert. - Accion de Villallueva • ...;..
Accion de los Visos de Andujar. - Batalla de Bailen. -
Rasgos de valor de las tropas cspallolas. - Intentan lo'l
franceses por tres veccs romper la línea espallola. -
Son rechazados. - El General Dupollt pidc capitula-
cíon. - Se concluye un armisticio. - L~l division de
Vedel, faltando al al'luisticio, ataca á 105 espaiioles.- E5
batido por los espailoles, y estraüa posicioll de ambos
ejél'citos.- Reding hace responsable á Dupont dp. la
conllucta del Gelleral Vedel. - Fuga (le este y sus tro-
pas ldcia Dcspcit3perros. _ Los C.encra\es espallOles
amenazan á Dupont con pasa!- á cuchillo tOllo el ejército,
si la division de Vetlelno torna sus primeras posiciolles. -
Regresa la division de Vedel, é indignacíoll de sus sol-
dados. _ El Plenipotenciario del ejúcito frances ajusta
la capitulacioll con CasbilllS. - Incidentes (Iue sohl'c-
viellen ell el acto de su cOllclusion. _ Capilulacioll. -
Rinden los franceses las arma~. - Resllltallos gloriosos
de la batalla - Causas á (Iue (lebe atribuirse la rcndi-
cion del "jél'cito frallces. - Un oncial franees marcha a
París á enterar á Napoleon de la capiLulacion. - Indig-
nacion de Bonaparte. - La Junta de Sevilla concede
una cruz de distilleion ;í los vencedores. - Queda sin
efccto la capitlllaeioll de llailen por negarse los ingleses
á facilitar pasaportes para los franceses. - Los equi-
p.1ges de estos llenos de objptos rohados en Cúnlo-
ha. - El puehlo se apOllera ele ellos. - Contestacio-
nes de Morla á las redamaciollc3 lle Dupont. - Los Ge-
nerales franceses llegan á Francia. - N apoleon los hace
encerrar en un castillo .••..... , • . • • • • • .. 314




( 453 )


CAPITULO XXVII.


Organizacioll del cjt:rcito de Galicia al mando del General
Filangieri. - Le 51lcctle lllack.e. - TIiogr'afía de este.-
Horroroso asesinato del General Fibngieri en Villafran-
ca. - El General Cuesta re.clama socorros de Galicia
para defeutler á Castilla. - La Junta de Galicia ordena
que su ej(~rcito entr'c en Castilla. - Reunion de los Ge-
nerales Cllesta y TIlaeke. - Fuerza !le su ej(:rcito. -
Ratalla de ",Ieclina Ile Rioseco. - Desavenencias erd re los
Generales espailOlcs. - TIlack.e se retira con sus tropa~
á C'xalicia. - Cuesta se dit'ige sohre Salamanca. - En-
tran los frallceses en },eon. - La Junta de esta ciuda(l
se reulle :J la de (',alicia. - Cuesta publica un mallifi.l:sto
disohil:ndola. - Zamora abre sus puertas;í los france-
ses. - Resultado, de la hatalla de Rioseco. - Alegl'Ía
eitraordillal'ia de ~ a poleon al 5<lhcJ'los. , .. , • , . •• 337


CAPITULO XXVIII.


Entrada del Rey José en Espaiia. - Su vi;¡ge desde Irun á
1\'Iatlt·ill. - Frio recilJimiento fiue le hacen los habitan-
tes de la capilal. - Precauciones aLloptadas por Jos Ge-
nerales franceses. - Conducta hel'líica del Consejo de
Caslilla. - Se resiste á prestar el juramento ,le fidelidad
al intruso. - Enérgicas representaciones sohre la nuli-
dad tle las reuuncias hechas en Bayona. - Crítica posi-
cion en (lue se hallan los Ministros del Consejo. - Pro-
pone la formaeion de una junta de teólogos y canoni&t.as
para decidir' si dehe presta¡' el juramento. -.El Conse-
jo nu es ad.mitido á la Corte del rey José. - Rcuniou
de todas las alltoridarlcs en la sala del trono. - 1'1'0-
clamacion de José I. - Noticia de la rendicion de Du-
pont el! Railen. - Marcha del Rey para Vitoria. _.
Evacuan los fl'ancescs la capital. - José deja libertad á.
~u comitiva p~ra seguirle ó (¡uedar en Madrid. -


,-




( 454)
Consideraciones en que se fllndaron los que signieron
5U parlido. . • • . . . . . " . • .. . • . . . . .. 3~5


CAPITULO XXIX.


Primeras disposicioncs d!:] Gellcral Palafox en Zarago7,a.-
Convoca ulla rellnioll d(~ Diputados de las cillllatles dc voto
en Córtes de Aragoll. - Es llo111bra,.lo Capitall g<~neral
(le los !leales ejércitos. - Pl'(jCl:llll;l<~ioll d(~ Fel'nan-
do VII. - El Genel'al Leiehre marcha desde I'am;)!ona
sobre Zara3oza. - Ocupa á T ¡¡¡!,·Ia. - Aceioll de :\fa-
llen. - Zaragoza se llispollc ;í s,1sklle¡' Ull silio, - Dcs-
cripcion topngdlíca de esta CilllLul. - Palar",," sale cn
busca dc rerllel'zo~, - Atacall los fralleeses ,í 7al'ago-
za. - Son rechazados. - :\eeiün de Epi!il, - VIlCJl'C
Palafox á Za¡'agoz\. - Accioll lle V illafellchc. - Los
frallceses son reforz:Hlos, y tOll1a cl malldo del sitio
el GCllCl',l! Vcrilie1'. - Sülell1!le ¡1Il'alllento (te los (lel'en-
sores dc la eilltlaJ. - Cart:l de \ crdier ;í I().~ Goherlla-
dores de Zaragoz;¡. - Nnr~\'o ;tf;lfjilC de los Crancosos. -
Se ap(](lel'au de naa parte de la ni:,: d"j r:oso. - He-
roismo (le A:;llstiu:l de Ar~¡~')n. - Lo,; i'l'illlCI'S(>S loman
á Monte TO'Te¡·o. - Sali,bs de lo~ siti:lclos. - Acerta-
das disilOsieioncs de Palal"ox, - :,iLuacion de Zaragoza
en el mes dc J nI io. - T crcr,r al a: [ue de los franceses
contra la ciu,Llll. - !'lcc11l1io Jd lwspilal. - Los fran-
ceses sr, apO'.lcran d:~ Sant.a EIlf,raeia, -lntilllacion de
Verdier. - l1cró¡ca con:flstacion •. h l':lla1'ox, - L()~ ha·
hitalltes se bate:1 CO~1 la !1L:ynr :lr~,;,'spe¡'acion ell las ca-
lles )' (~;¡sas. -l':.¡]afl)'{ illtro,hcc llll COllYOY en la eill-
dad. - Con(lll(~¡a he:]' ;j:~:l di: los F,;)¡.sií·;L;¡;os. - Valor
admirable lle las I11ngcrcs. - COllLillLlaH los {'¡'aneescs el
ataque el 1 'l. (le Agosto. - llepenlina retirarla de los
f'rallcC'ccs á cOlls~c:tcncia de la l}{ltalla ¡le Bailcn. - Pé¡'-
(lidas de los franc,~sc~ ':ll ~¡ sitio de Zar;]goza. - Escla-
Illacioll tIc un Gelle:,;]l iJlg!.~s al eoutemplar sus ruinas. 355




(455 )


CAPITULO XXX.


Situacíon de la E';lnilJ en Al~osto dc 1808. - Alzamiento
(le la,; Llas C:¡;;;¡ri:¡s. - Los csp:u-lOlcs protcscn cllcVJIl-
t:llllicl¡Lo gCllcJ':l1 :\Ic! Portllsal. - TOlIlJ dc Fa¡·o.-
Crílica situacioll ltcl cjJ'rcilo frallc[~s. - P 1.\11 allo[ltado
en consejo de GllC¡Ta por los franceses. - !i!zalllícllto
de Villavicios:!. - DOS,'lC:ÜO:i cS¡:.1llolcs elltran en Por-
tUGal. - El Coronel espalw] :\Io!'cui 0l'!':'''llii.,; la illsnr-
recciol1 del AL;iltCjO. -- Inc';lidi;lIl)' sJquc;m los f¡';¡¡;cc-
ses i Deja. -~ Ill:¡l¡rreccioll (lc Ceimbra ._- TOllElll los
p'ortuGucscs ~i I:'lt;llcira. -- S.1. rpICO de. Le., l'itL ~- L!c~a
al Tajo Ull:! c:;cu8.lln ill()c::a. -- Los c=púlOlcs tOIll;lll á
C:llnpolll.:l,Y0r. -- IncrCll:Cllln de la il:slirrcceion del ;\lcl1-
tejo: - Toma y S:¡',"f';) iL~ Eyori¡ ]1()l' los franceses. -
DC3ClllL¿'cl'CaH 105 inG\e;;c:; en rOl'tt~~;J. ~- ..L\c,", ;O!l de Dl'i-
los y Holi:;:J. - Los r(jrl¡¡~,!lC,C:S 1'CCllPC;¡';dl ;í A]JralJ-
tes. ~ J 1l1l0t sale de Lí:,Lo:! centra los illt~lcsl's. -- [l¿~l;¡­
!la de '{imicra. - El cj(:rci{o bri¡i,;ico es manJa,lo su-
ecsiV3111ente en 21 h01'<1'; por tres dislill!os Generales. _
Los f1"lllCPSC:> soliciL,ll c:JpilLL!r. -- CGl11'cllciolJ de Cill-
tra. - C;':jl:tul;.:cioll de la e,'clladra n:SJ. - Toma de
Yc[yes. - E "ilCU<l11 loe, f'r:1I:cC2C;,¡ á I'orlu;,¡::l. -- LiiJeI'-
tao] de un:J (liyi:iio!l cspJlwh, pl'í,;ioilcra en dídw :r..ei-
no. - El Go]'icl'llo iIl 6]é:; I'cpruc!Ja la ClpilLlhcioll tle
Cintra. - Sc forma causa al General D:tll'implc. - Fin
de la prilllcra CJ.lllp:\:¡a de Fcrtu¡;al. .•.... , . '. 37!:S


CAPITULO XXXI.


El Const;jo (le C~:.I;ll., LOl1l, el llJ:l!lth de h Capital dcs?ue~
de su cyacuacioll rOl' los frallCC:.cS. - Sus accrt,ltlas dis-
POSiCÍGilCc. ~- A scsi llClto Jr: lL:tr.ndcntc \' i f',llri. -El (011-
se jo ,li, P'~:; e:.; anllell toJ o:, lo:; vcci¡¡os c1c l\blhid._ L le-
gada del cjó·ei.Lo de Yalencia. -Entrada triunfal del
cjérc;to de C:\'.laüos, - Enlusi;.¡:aliO del pucblQ de l'IIa-




(456 )
drid. - S atisfactorias noticias dc todas las provincias.-
Manifiesto del Consejo sobre su condueta política. -So-
lemne proclalllacion de Fernando VII. - El Ministro
Cehallos publica un manilicstu contra Napulr:on. -- Im-
portancia y efectos de este documento. - COlllianza es-
cesiva del pttehlo. - Se difiere el armamento de la Ca-
pital. _Los Generales de los ejércitos cclehran una jun-
ta en Madri(l. - Plan para la segunda ca mpailll. - Falta
de un Gobierno central. - Primera tentativa para su
formacion. - N omhran Diputados todas las pl'OV incias
para su establecimiento. - Instalacion de la JIlllla cen-
tral. _Sus Vocales. -Se apotle¡'all dc la soberanla.-
Representaeion del Consejo de Castilla. -' Consideracio-
nes sobre este Gobierno. • • . • • . • • • • . • . . •• 398


CAPITULO XXXII.


Couducta de la Junta central. - Sus ¡¡isposiciolles ent;.
bian el entusiasmo nacional. -Desecha el plan de mi-
licias de Madrid, adoptado por el Consejo. -Separa al
G·eneral Cuesta del mallda tlel ejh'cito de Castilla. -
D¡s')ILll~ion de este ejército. - Cuesta hace arrestar al
central Valdi:'. - Es Ilalllarto ;í Aranjuez por la Junta
central. - SI~ declara atentado su procedimiento.-
.Nueva organizacian (le las t¡'opas e~pailOlas ell' cuatro
ejércitos. - El ;\,Iar({ues de la H.Olllalla nombrado Gene-
ral de UllO de ellos. . • . • • . • . • • • • • • • • . .. 412


C¡\.PITULO XXXIII.


1"a tlivision espafLOla al mando del l\Tarrpll:s de la Romana
en Dinamarca. - Acciones cn ({ue se halló. -El Maris-
cal Berllardotte la distingue, y forma Sll guardia de es-
JJailÜles. - Brillante esta:lo de estas tropas. - Primeras
lioticias de los acollt!~t:ilHielltos de la Peníusula. - La
,!iyision espailola recibe ónlen de prestar juramento al
l'ey José l. - Juramento condicional acordado en conse-




( 457)
jo tle Generales. - Insurrecciun de los soldado5 por no
prestarlo. - Heroísmo de un Oficial espaflOl para poner-


se en cOIllunicacion con la escuadra inglesa. -Recibe la
Romana cartas de las Juntas de Sevilla, Valencia y Ga-


licia. _ La Romana dispone fugarse :í Espaüa con su rli.


visiono - Medidas para ejccutarlo. - T raicion del segun-
do Gefe espaiiol Kindelan. - Las tropas acantonadas en


Jusllallll pasan á Níchorg. - Dos rcgimientos, (lue se
hallaban en J ustlalHl, quedan prisiolleros de guerra. -


La Romana ~e apodera de la plaza y fllertes de Nieborg.
- La escuadra inglesa entra en arplel puerto. - Entre-


vista de la ROIll:llJa y el Almirante Keats. - Entusiasmo


y júbilo de los espaitoles. - Se em])arcan los espaiioles y
llegan á la isla lle Sangelall{l. - La guarnicion espa,iola
de esta plaza protege el desemharco de sus compatriotas.


- Disposiciones de 13cI'llardoUe. _ Proclama de Kinde_


lan. - Elllhál'canse los e$pa,ioles, y llegan á Gottemhur-
So. - Llegan á este punto los tI'ansportes de Inglaterra.


- La Romalla marcha á Lóndres. - Llegan las tropas


cspaltolas á Santander. - Alegría de la Nacion espai'iola.


- La opinion designa á la Romana para el mando de todos


los ej':l'citos. - La Junta central le nomhra General en
!;efe del ejército de la izquierda. - Consideraciones sobre
esta primera campaila .... , • . • • • . • . • . • •. 417


i
I


... .-r"" .•. -.


,.0"0 l. 58




Esta obra es propiedad del Autor" quien pero
seguirá como fraudulentos todos los ejemplares que
no lleven las cOfltraseiías" que en esta edicioll .re
hallan.




I-IISTORIA
DE LA


GUERRA DE LA INDEPENDENCIA


DE ESPAÑA.






I-IISTORIA
POLÍTICA Y MILlT AR


DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
--DE ESPANA


CONTRA


NAPOLEON BONAPARTE
DESDE 1808 ,\ 1814,


E5C'lITA SOBR.E LOS DOCUl\lENTOS AUTÉNTICOS DEL GOBIER.NO


POR


, --EL DR. D. JOSE l\IU:\OZ l\fALDONADO.,
DEL CO:'lSEJO DE S. M. , MINISTRO HONOR ARIO DEL RE AT, Y SU1'RE:\1O
DE CASTILLA, SECRETAHlO DEL REY N. S. CON EJEl\CICIO DE DE-
CRETOS, CAIULLEl\O I'ENSIOXADO DE LA REAL Y DISTI'IGUIDA OHDEN
ESrA~O],A DE CAl\LOS lII, EX-CATEDR_\TICO DE Jl::JISl'H1:DEJ;CIA
CIYIL DE LA RE_~L UXIYI'RSlDAD DE ,UCAL_~ DE lIEN,IRES, ,~JlO­
GADO !lE LOS REALES CO:'lSEJOS, INDII'IDUO DE VAmOS EST,IIlLE-
CI~!IENTOS LITERARIOS, Y OFICIAL ~UYOR DE LA SECRETARIA PE
ESTADO Y DEL DESPACHO UNIVERSAL DE GRACIA Y JllSTICU.


1'~",LIC¡\D¡\ DE OUDEN DEL REY N. S.
>


TO\\lO 11.


MADRID, Junio de 1833.
Imprenta de D. JoSf: PALACIOS, calle del Factor.




Nulla enim nobis societas cum 1'yrannis.
(ele. de O.fjiciis.)




(5 )


,


CAPITULO l.


Napo\eou multiplica los metlios para dominar la Espalla. -
Número de sus tropas eH Id Pcníllsala. - Eutrevista de
Napoleoll y Alejandro en El'furt. - Negociaciones para
la paz general. - N apoleon vuelve á París. - Proclama á
su ejército. - Se pOlle á su cabeza. - Posiciones de 1
ejército fl'ances en Espaiia. - Accion de Alfaro en la
Rioja. - Operacioncs del r.júcito de Galicia. - Accion
de Bilbao. - Accion de Frias y Oüa. - Segunda accion de
Bilbao. - Accioll de Zornosa. - Segunda accion de Zor-
nosa. - Entrada de l\apoleon en Espaüa.- Su prodi-
giosa activi.dad en cRta CampaIla. - Organiza los ejérci-
tos franceses. - Accioll de Valm;lseda. - Accion de San
Pedro de Gucüez y Sotlnpe. - Batalla de Espinosa. -
Hábil retirada de Bbcke.


La insurreccion general ele las provincias de
Espaüa, y la humillacion que las armas imperiales,
]lasta entonces invencibles, habían esperimentado
en Valencia, Bailen y Zaragoza hasta tener que re-
concentrarse fugilivas en la orilla izquierda del
Ebro J hicieron COllocer á Napolcon que se habia
equivocado acerca del carácter espaüol. En efecto,
diversas veces lo manifestó asi esle hombre esLraor.
dinario en los momentos ele la espansion involun.
taria de su dolor por los reveses ele sus armas. Godoy
y Jfurat me han cngra/ado (decía): la Nadan espa-
ñola manifiesta una energía que IO no esperaba;
mas valiera haber declarado la guerra francamen-
te á su Be]', J' entonces huúiera tenido que comba-


1808.




(6)
181;8. ti,. con tropas reunidas poco nllmerosas J fiíciles de


'vencer)" dijlciles de reclutar; al paso que si la lu-
cha cOlltillÚr[ como ha empezado, COIl sus predica--
ciolles J cruces)" estandartes los curas)" los frailes
lwníll marchar contra mis ejércitos hasta el último
espa¡iol. N a polcon estaba comprometido de un
modo demasiado serio para Jesisllr de la con-
quista ele la EspaiIa, y se propuso apagnr con ar-
royos de sangre el illceudio que el paLriolismo y
el amor á la independencia habian levantado por
todas partes, y demostrar á la Europa qne sabia
vencer la causa de los pueblos, asi como la dc los
Reyes. Con el fin de aumcntar 1;18 fucrzas del
cj~rcito fl'ances en Espaüa, aun cuando le constaba
que el Austria se aprestaba en seCl'eto á comha-
tir contra {>l, dió órdenes á sus ejércitos victo-
riosos en Prusia, para que evacuando el territorio
de ¡¡r{lwlla nacían, se pusiesen en marcha inme-
diatamente para Espufla. Desde las orillas del
Nicmen, del Oder y ddUlar Báltico vinieron á
Francia estas tropas, y la atravesaron por entre
arcos triunfales y en medio de las felicitaciones
de los ma gistrados , ue las aclamaciones púbhcas
y de los banquetes con q!le se les obsequia/¡a por
todas parles. ClIal(iuicra creeria quc su tl':1nsito
110 era otra cosa que una marcha triunfal por
medio de la nacían francesa, <¡U e veia con la ma-
yor admíracion á estos soldaoos tanlas veces co-
ronados por la victoria. Muy lejos estaba de COIl-
tempLu q\lC estos va]ielltes gucLTcros eran otras
tantas víctimas que la imprevision sacriGcaba á
la muerte.




(7)
Pusiéronse al mismo tiempo en movimiento 1808.


los contillgentes de la Confedcracion del Rhin, y
un senado-consulto onlenó el apresto de una
conscripcion dc lGO.OOO hombres.


Desde el t5 al 30 de Setiembre entraron en
Españn los J\1:lI·jscales del Imperio Ney y Victor
dcsde Alemania con 46.000 hom!Jres , el Mariscal
Lefebre con 23.000; á mediados tIc Octubre Sebas~
tiani desue Italia con 9.600; 6.000 de tropas ho-
landesas; en Noviembre Soult y MorLÍer con
46.000; Saint Cyl' con 30.000 por Cataluüa, y
los restos del ejército de Junot (lue acababan de
desembarcar en las inmediaciones de Bayona de
vuelta de su desgraciada espedicion de Portugal,
entraron tambicll por a(Iuc] lado de la frontel'a;
cuyas fllerzas reunidas <Í. 50.000 que existían en
Navarra y provincias vascongadas, y á 15.000
que ocupaban á Catalnüa , compusieron un total
de 241.600 hombres, á cuya cabeza iba á ponerse
el mismo Emperador. Napoleon, para asegurarse
de las intenciones del Emperador de Rusia, hizo
pedir á este una entrevista en Erfllrt; entrevista
concertada ya en la ptlZ de Tilslt, pero sin fijar
entonces época ni lugar. EL Jia 12 de Octubre se
reunieron mnbos Emperadores en Erfurt con las
demostraciones y seüales de la mas Íntima amis-
tad. El gran Duque Constantino, que acompaüaba
á su hermano el Em pCl'adol' UC Rusia, comió este
día con los Emperudores, y en medio de las fies-
tas que servian para celebrar tan imponente reu-
nion" arreglaron por si mismos los dos Empera-
Jures sus mútuos intereses. Casi todo el tiempo




(8)
1803. f¡Ue duró est~ entrevista comieron ¡'untos es-


, , ,


ccpto algun dia qne lo impedía alguna grave
ocupacion. Los Reyes ele Sajonia, Baviera, Wur-
temberg, Wcstfalia, el Principe Primado, los
Príncipes de Hanau, de Cohourgo, de Wcímar, de
Dal'lllstau, Baden y N assall, .Y otros deJa Confe_
deracíon germánica, vinieron á prc:3tar sus ho-
men3ges á los Emperadores. El Rey de Prusia
no asistió, pero se hnlbba representado por su
hermnno el Príncipe Gllillermo: tampoco asis-
tió ni tuvo representante el Empernelor de Aus-
tl'ia; mas como bs di,'poslcioncs que este iba to-
malldo, y los armamentos y preparalivos que ha-
cia para la guerra no eslab~n concluidos, pal'q
acallar las recbmaciol1cs ele 1<1 Fruncla, comisio-
nó al 13aro11 de VÍuccnt, Tenienle general de sus
ejél'citos, para que hiciese presente á Napoleoll
en Erfurt la seguridad invariable de los senti-
mientos de amislad del Austria.


En estas conferencias prometió Alejandro po-
sitivamente no oponerse al establecimiento de
José en España, y reunirse á la Francia en el
caso de <pIe el AllcLl'l:l y la Prusia se coligasen
otra vez con la l!lglalcrra para comenzar la guer-
ra en Alemallia, apl'oveel¡anJo la oClIpacion de
las tropas francesas eula guerra oc Espaila.


La cooperacion, aUllclue I1n poco tardía, de las
tropas rusas en la campaüa de los franceses con-
tra el Austria en 1809, Y la continuacion de la
guerra con la Gran Brctaüa J confirmClll La since~
rillau ele esle convenio por pnrle de la Husia.


Si <Í esta reunÍon en Erful'L hubiera cOllcurri-




(9)
do un representante de la Gran Bretai13, quizá la fijOS.
guerra de la Ellropa no hubiera vuelto á encen-
derse, y se hubieran c,'itado los trastornos terri-
bies, que despues han sobrevenido. Concluidas
las conferencias de Erfurt,y antes de separarse los
dos Emperadores, llirigieron en 12 de Octubre al
Rey de Illg!aterTa una carla del tenor siguiente:


(cSeüür: Las circunstallcias actuales de la Euro.
pa nos han l'elluillo en Errurl: nuestro primer pen-
samiento es cedel' al volo general y á las necesi-
dades de todos los pueblos, procurando por una
pronta pacificacioll con V. M. el remedio mas
eficaz á las desgracias (lne aHigen <\ todas las
naciol1l~s. Tal es nuestro sincero deseo, y el
manifestarlo {l V. M. es el objelo de nuestra car-
ta. La gllcrra larga y s:mgl'ieuta qlJe destrozaba
al contjnellte, está terminada sin que sea ya ja-
mas posible el renovarla: mllchas mudanzas ha
llilbido en Europa, muchos estados han sido des-
truidos; la C3usa está en el estado de agitacion y
de desgracias en fjllC la cesacion del comercio
marítimo ha colocado ¡i los grandes pueblos; aun
puede hahcl' mas mudanzas y mas contrarias á la
polític:l de )a uacion inglesa. La paz, pues, es in-
teresante .í los pucl,los del contillcnte y ;í los de
la Gl'an IlreLaila. N os reunimos para suplicar á
V. M. escuche la voz de la humanidad haciendo
callal' la ele las pasiones, y procllramlo Con sin-
ceridad conciliar todos los interl'ses y garantir
por este medio todas las potencias que existen,
asegurar la felicidad de toda la Enropa y de la
~encraCLOn "' cuya cabeza nos ha colocnoo la


"0\10 11. 2




( 10)
1803. providencia, = Napoleon. = Alejandro. = Er-


furt 12 de Octubre de 1808,))
A esta C31'ta el MillisLerio inglés contestó por


una nota diplom¡ilica, con fecha 28 del mismo
mes, firmada por MI', Canning) en que manifesta-
ba que el Hey de Inglaterra deseaba constante-
lllente la paz, que est.aha displlcSlO Ú cnU'al' en
negociaciones para una paz general sobre hases
conformes á lo que cxi~iese el honor de su co-
ro:¡a, la fidelidad ;í sus ohligaciones, y el repo-
so dUl'atlcro dI! la EUl'Opa; y aiwdia que, aun
cuando S. M. B. no estaba ulJido á la Espaüa
por ningllll pacto formal, tenia contraído con
esta nacíon á la faz del universo un ernpeilO no
menos sag¡'ado que en la opinion de S. M. ohli-
gaba tanto corno los lllas solcll1lwS tralado;;, y
(Iue S. M. TI. suponia que proponí(~l1dose nego-
ciaciones pura la paz general, y subsistiendo las
¡'elaciones cntre él y el Monarca espailOl, cslas
deberian ser lomadas en cOllsidcrncion, cnten-
diélldose que el gobiel'l1o establecido á nomhre
de Fernando VIl fOl'rnal'iJ. parte (le lns ncgocia-
cíone;; á que se invitaba concurriese S. 1\1. B.
Mas en 28 de N ovÍernb¡'e el CO!ltle (b fiomanzow,
Ministro de negocios estl'angel'os del Emperador
de llusia, contestó al Secretario de csl<Hlo de
la Gran Bretaüa diciéndole, que la aJmision
de los Heyes aliados de la Inglaterra al Congl'eso
de Erful't no presenlaba ninguna dilicultad, y
que la Rusia y la Francia cOllsenlÍan en ello; pe.
1'0 (lile este principio no se estel1clia .t admitir los
plenipotenciarios de los insurgentes de Espaüaj




(11 )
que la RU!iia habia reconociJo por Rpy de es- 180a
ta nacion á José Napoll!on, y flue uniJa con la
Francia, tanto para la paz como para la guerra,
estaba resuelto el Empera¡lo,' á no separar sus
intereses ele los del Emperador Napoleon, de-
sca11l10 ambos concluil' la paz, con tal que esta
fuese jusla y honrosa ,J amhas naciones,


Napoleol1 volvió ,¡ París acompaiwdo del Ge-
neral Soult, que habia permanecido á Sl! lado to-
do cl ticmpo (lile duró ]a elltrevista de Erfurl, y
cnyas tropas habian march,II10 h;ícia Espaila; y,
pasando rc\,i3ta en el patio del palacio de las 'fu-
llerías ,í tOllas las que se hallaban reunidas en
aquella capital, se dispuso á marchar, animando
á los soldado.s y oficiales, que hizo ,'cunir en 1.orno
de su persona, de esta manera: = Solllados: des-
pues ele haber triunfado sobre las orillas del Da-
nuhio y dd Vístul<l, habeis atravesaJo la Ale-
mania .t marchas forzadas , y sin. daros un ins-
tant.e de reposo, os hago atravesal' tambien la
Francia. Soldados: tengo necesidad de vosotros:
la tétrica presencia del Leopardo hueHa los con-
tinentes (le Espaiw y de Portugal; que ú vuestro
aspecto flllJa aterl'é1Jo: llevemos nuestras .í gui-
las triunfantes hasta las columnas de lIércules;
allí tambíem tenemos Illtrages quc vengar. Sol-
dados: habeis sobrepujado la fama dc los ejérci-
tos modernos, é igualado la gloria de los de Ro-
ma, que triunfaban sobre el Rhill y sobl'e el Eufra.
tes en I1na misma campaúa , sobre la Iliria y so-
bre el Tajo. Una larga paz, una prosperidarl du-
radera ser" el premio de vuestl'os trabajos: \111




(12)
1808. verdadero frances no debe ent,'egarse al Je!lcan-


so hasta que los mares senn francos y libres
para todas las naciones. Soldndos: tOtlo lo que
habeis hecho, y todo lo que hagais aun por la fe-
licidad del pueLlo frances, eslal'á eternamente
grabado en mi coraZOn.


Abrió la.'> sesiones del cuerpo legislativo, yen
el disclIrso de coslumbl'e en semejantes ocasiones
se esplicó en estos términos: « El Empera(lor de
.Rusia, mi ilustre aliéllJo,y yo, estamos unidos pnra
la paz y la guerra. Marcho Con confianza á l'clluir·
me á mi ej ércilOj mlItuamente 110S necesitamos, y
cuento con su coopcracion.) Estc discurso prueba
las recíprocas lwomcsas y los proyectos concehi.
dos en Erfurt. Napolcoll conlaba sL'gllr~1l11ellte con
una paz duradera en Alcmauia.


Cu:;i todos los cuerpos llamados :t formar el
ejército de España, hahian pasado el Vidasoa ó se
encontraban cuca de las fronteras, Napoleún los
siguió bien pronto, llegando el 3 de N ovicmbl'c
al castillo de Marrac cerca de Bayona, Aqui es·
tahleció su cuartel general, y desde él es pidió las
órdenes convenientes para activut, las hostilida-
des eu las orillas del Ebro.


Los esparlOles, dcspucs de la cOllcentl'acion
sobre este río, hahían sacado algunas ventajas
de la especie de tregua que sobrevino, recibiell.
do en este intermedio el cOllside,'uble refuerzo
de las tropas espailOlas que al malldo del Mar ..
qués de la Romana habían pasado como auxilia-
res de la Francia al Norte de Europa,


, Hemos refel'id() las posiciOries que ocupaban




(13)
los españoles. Los franceses al mando de José 1809_
se hallaban antes (te la entrada de su hermnno
Napolcon divididos en tres cuerpos de ejército:
el de la derecha~ al mando del Mariscal N ey, ocu-
Faba á "Bilbao: d del centro, á las órdenes del
Mariscal J3essieres, estaba en Vitoria ~ y el de la
izquierda, mandado por MOllcey, se apoyaba en
Pum pIona.


Dcspues de levantado el sitio de la inmortal
Zaragoza) entraron en esta ciudad 13.000 infan-
tes y 400 caballos al mando del Conde de Mon-
tija, compuestos de las divisiones de Saint-March,
Versage y Lazan; y habiendo permanecido alli
unos días, se dirigieron á Tudela con el objeto
de ¡¡Iacal,la fuerte posicion del Milagl'o, que ocu-
paha d enemigo con 10.000 hombres. El Gene-
ral Lefehl'e que Con 400 caballos venia hacien-
do un reconocimiento, se encontró con b arti-
llería de la division de Lazan, que adelantada
iba por divet·so camino de la vanguardia, y á
medía legua de Alfaro se apoderó de ella el dia
27 de Agosto, y acuchilló á los que la condu.
cian. Sabiuo este acontecimiento en la cabeza de
la columna, el Comandante de dragones dd Rey
con solo ciell cLtballos voló al ellCUCl1tro del ene-
migo, le ]Jalió, y recuperó parte de la artillerÍa.


El ejt'!I'cilO de Galicia que, como 'ya llevamos
indicado, iha marchando hácia el nacimiento del
Ebro, se hallaba en Reinosa el 6 de Setiembre,
yen los dias del 12 a116 pasó aquel río y se es-
tahleció en Villarcayo. La cuarta division, al
ruando del Maqués dd Portazgo J se dirigió so·




(H)
1808. bre Bilbao ~ punto ocupaúo .í la sazan por corta,


fucl'za enemiga, qlle lo evacuó al acercarse los es ...
paiioles, sosteniendo ell retirada un fuego de
tres horas" y deteniéndose en Durango. El 20
ocupaba á Bilbao el ejército de Galieia, y su de~
l'ccha se cstendia hasta Oüa y Frias. El Mariscal
B~ssieres, al reCOBcen Iril rse en el pilrlido de la
13urcva cerCa de Cascajares, cncontró el mismo
dia las guerrillas cspaüolas sobre Oña, y conven-
cido de la proximidad del grueso del ejército es-
pallOl, despues de un fuerLe reconocimiento que
verificó el 2l, tomó el parlido de retirarse. De'
resultas de habel' ocupado á Bilbao la division
del Marqués del 'Portazgo, el Mariscal N ey que
se hallaba en I~ogrollO, hizo un movimiento so-
hl'c Sil derecha, obligando por la superiori.
dad de sus fuerzas ,i evacuar á Bilbao, ,í donde
en 27 del mismo mes entró el General Mel,lin.
A pocos días reunido el resto del ejército espailOl
de la izquiet'da sobre Valmaseda , y amenazando
á Bilbao al paso que Sil vangna,ldia pasaba la rÍa
pOI' Porlugaletc en la noche del 1l al 12 de Oc-
ttlbrc, obligó al enemigo á evacuar lle nuevo a Bil·
hao, donde entl'aron los espaflOlcs dicho dia 12.
Ocupaban aun los franceses á lomosa el 24 de
Octubre, en cuyo dia, dividido el ejército de la
izquierda en tres columnas, atacó por izquier-
da, derecha, y centro, y su vanguardia, desalojó
al enemigo de sus puestos avanzados, y le hizo
replegal'se á su posicioll principal detras del pue-
hlo, con pérdida de 120 muertos, al paso que
los españoles solo tuvieron 35.




(15)
Los cuerpos primcl"O y cuarto del ejército 1808.


frances, U13tHlados pOI' los Mariscales Viclor y
LefeLre, (IlIC acabaLan de ent.rar en Espai"Ja, vicn-
do quc los espaiJoles habian rechazado :~ los
franceses en Zornosa, atacaron en 3i de Octu-
hre la ucreclla de nuestro ejército que ocupaba
á J3ilhno) 10 desalojaron de la posicion, y genera-
liz,ímlose la accion en todos los puntos de la li.
nea, los cspailOles, des pues de una obstinada y
tenaz resistencia) tuvieron que ceder al Húmero
de los enemigos que maniobraban á favor de una
densa niellla, y sc retiraron :Í Valmaseda.


El dia 4 de Noviembre al medio dia entró en
Espaüa Napoleon, hizo noche en Irlln , y el 5 se
reunió con su hCl'mano en Vitoria, donde puso
su cnarlel genera1. La presencia de Nopoleon
llevaba consigo la activida¡l: en todas sus cam,..
pailas lwhia sido esta prodigiosa; pero en este
ailo negó á su admiracion ofreciendo el singular
cuadro de eslar en el mes de Enero en Venecia
rodeado de los homenages de todas las Cortes y
I>ríncipes de la Italia; en el mes tle Ahl'il en Bayo-
na arrancando la corona de Espaüa de la (linas-
tía legítima) y ('rigiéndose en juez de sus disen ..
siones dOn1l'sticas; en el mes de Octubre en Er-
furt combinando con el Alltócrata de las Unsias
los medios de gozar tranquilo de la Corona de Fer-
nanao; y á principios de Noviemhre se hallaba
en la península cspaüola para dirigir por sí mis-
mo los ejércitos, y consolidar la usurpacion de
este Reino. Napo]con o"ganizó su ejército en
ocho cuerpos y UIlO de reserva, mandados por




(16)
1808. nueve Mariscales del Imperio y mas de cient.o


cincuenta Generales, tanto de division como de
brigada; el Mariscal Berthier le acompañaba en
calidad de Mayol' general, y como segundo el
Mariscal Jourdan, El primer cuerpo se pliSO al
mando del Mariscal Victor, Duque de Belluno;
el segundo al del Mariscal SO[¡J{) DI/(Ille de
Dalmacia; el tercero al del Mariscal MOllcey,
Duque de COl1egliano; el cuarto al del Mariscal
Lefebre, Duque de Danlzik; el quinto al del
Mariscal Mortiel', Duque de Treviso; el sépli~
mo al del Coronel General Saint-Cyr, cuyo ejér.
cito fllC destinado á Calalulla; el octavo al del
Coronel General Jnnot, Duque de AOl'antes; y
la caballería á las del Comandante general Ma~
riscal Bcssicrcs, Duquc de Istria. El ejército de
res<'l'va en Bayona á las órdenes del Mariscal
Kell t'l'l11a n , Duque de Valmy.


Los cuerpos de Victor y Lcfebre, formando
la <lerccha del ejército fl'ances, debían operar
contra el ejército de]a izquierda, el qne cono-
ciendo la supcI'iori(lad del enemigo) tuvo que
l·ctirnrse; mas en la retirada quedó cortada del
cuerpo del ejército español la divisio/1 del Gcuc-
1'al Don Vicente María Acevcdo, ([L1e ya en el dia
3 bahia sostenido una accion en el puehlo de Me-
nagaray. El General Blacke dispuso que todas las
divisiones de Sil mando hiciesen un movimiento
\'I~tl'ógallo con el objeto de libertnl' la de Acevedo,
y ue rpsultas de él la cuarta dívision al 111an-
,"


[lo del Brigadiel' Don José Maria Carvajal en·
contró cerca df! Va ImnsccJa ;Í 7.000 frr.nceses




( 17)
mantlados por el General Villate; y l1abiéndolos 1808.
atacado en 5 de Noviembre con el mayor arrojo,
los desalojó de la villa, y los pel'siguió mas de
una legua, apoderándose oe un cailon y otros
efectos de campaüa. La division de Acevedo,


. apl'ovec1uindosc de la retirada de los franceses,
se illcOI"pol'Ó con el ejército, el cual salió el 7
de Valrnascda, al mismo tiempo que el cuarto
cuerpo cnemigo, al mando del Mariscal Lefe-
bl'c, se adelautaba desde Bilbao, con objeto de
cOl'lade la retirada; y eucontrándose en Güc-
flCS J se traba uua ac~ion sangrienta, especial ..
mente por la primera division espailOla al man:-
do del Brigadier Don Genaro Figueroa, que se
mantuvo firme, mientras que la vanguardia á las
órdenes del J31'igadier Don Gahriel de Mcndi-
zabal, que avanzaba por Tonlejucla á Sodupe,
se balia con fuerzas enemigas muy superiores;
y teniendo por fin que ceder al número, volvió
el ejército :l entrar eH Valulaseoa, oe donde
salió el 8 en retirada dirigiéudose una division á
Santander, y situándose otra en Villarcayo á su
derecha. Atacada de nuevo su v;ugual'dia ellO
al medio día, se reunió todo el ejército en Espi-
nosa, U} nlllllCl'O de 18.000 hombres y 6 piezas
de al'tiJlt~ría. Lefehre habia ocupado á Valmase-
da .. 1 8 pOI' la noche, y el Mariscal Victor atacó
en la tartle del 10 la posiciol1 de las tropas es~
paüolas J sin consegnÍl' ventaja alg!lna por la vi~
gorosa resistencia que le opusieron; mas reforzado
por la nuche con parte de las tropas de Lefebre,
:.c repitió el ataque aJ siguiente dia, y como á


TOllO 11. 3




(16 )
1808. cosa de las 8 de la mañana contra la jZ<juierda


del ejército español, la que fue desalojada de sus
posiciones, logranuo no obstante retirarse en
buen órden hasta. Reinosa. El ejército espaiIOl
pertlió en e"ta memorable batalla á los cuatro
valientes Genel'ales de divisioll Acevedo, Qllirós,
San Roman, y Ri:{uclmc, muertos en el campo
del honor COn un número considerable de solda-
dos y oficiales. Esta campaih hace mucho ho-
nor al General Blackc, que supo salvar su ejérci-
to con una retirada larga y dilicil, y disputando
á palmos el terreno á un enemigo muy superio/'
en fuerzas, causándole mucha pérdida,




(19 )


CAPITULO 11.


El ej¡;rcito <le Estremadnra se dirige á MarlrilL - DC'posi-
cio'] de! Ce'leral ('.allllzo. - .EI General Belvcllel' toma
1'llllalldo. - Siln;¡cioll de lltll'gos, - Elltran los espa-
Iloles ell esta eilldad. - Balalla de Bur;;os. - Desastro-
sa retil'a(1a cl(~l cj(frcito español. - Operaciones del ej(rr_
cito esp¡¡,¡ol del centro y rescI'V;¡. -- Accioll de Lcrin.-
Accioll de Sallg¡iesa, - Plall dc los C'j¡:rcitos reunidos
de CastaliOS y Palafox.. - Batalla de Tllllela. - Hábil
retira¡la rIel ejército tle Castaños. - Palafox. se ellcierra
con 5U ej(:rcito en Zaragoza. - Se declara la epidemia
en ac¡ueHa cim\al\.


El cuerpo de Soult, á (JllÍen seguia Napoleoll 1808.
con su Guardia Impcrial, y José con la suya,
COl11plll'~ta de cuatro mil franceses vcnidos de
Nápolcs, se diri~ió pOI' el centro sobre la cillllad
de Burgos, cn dOlllle se hallaba situado el ejér-
cito de Esl.I'cmad lira. Este ej{'rcilo llabia salido
de 'BaJaioz el 7 de Octubre al mando de su Ge-
Jlcr:t! en g\·f(~ Don José Gallnzo , y llegado á Ma-
orid el lG dd mismo, donde descansó algllnos
di;¡s hasta ¡¡he por di"'posicion de la Junta cen-
tra 1 se dirigió ,í Burgos en nlImero de 8.535
lJOrtlbres, 958 caballos y 14 piezas de artille-
ría. En este in\.el'medio flle separado por ór-
den de <Iql1ella dd mando (le este ejército el
General Gallllzo, por llabcr con la mayor fir-
meza reclamado capotes y zapatos para sus
desnudos soldados. El mando se encargó al




(20 )
1806. Conde de Belveder, ¡uven activo, y que habia


manifestado el mayor entusiasmo por la In-
dependencia nacional, ín!cl'in que se presentaba
á tomar poscsion el Mariscal de cnmpo Don José
Heredia que se hallaba mandando uua Jivision
del ejército .del centro, ;í r¡nien se llahia conferi.
do. Duranle los días 29 y 3l de Octllhre y pri-
mero de Noviembl"e se vcrilicó sil salida de Ma-
drid en tres divisiones ,y el 3 recibil) el ConJe
de Belveder en Buitrago ór(len tl'nllinnnte del
gobierno, para que acelerase la marcha de !a~
tropas á Burgos. Inmediat:llnente se aprestó .í
obedecer esta órden, no obstante que Sil ej('.r-
cito se hallaba ralto de touo , y sin descansar un
momento dió las disposiciones mas Ilrgcntes en
el crítico estado en que se hallaba. El 4 snpo en
AI'amIa de Duero que los franceses se aproxima-
ban á Burgos en número de ocho mil caba-
llos, hallándose en Bt'iviesca mil á las órde-
nes del General Lasalle. Con esta noticia hi-
zo reunir las tres divisiones de su ejército, man-
dadas la primera por el Brigadier Don José Ma-
ría Alas, la segund;¡ por el Mal'iscnl de cam-
po Don Juan de HCllestrosa, y la tercera del
Mariscal de campo Don Francisco Trias, el que
se quedó en Lcrma, y despachando un oficial
de ingenieros para que adquiriese noticias po-
sitivas acerca de la posicioll y mímero de 105
enemigos, avanzó hasta Lel'ma en donde entró
el 6, y alli encontró ya varios emigrados proce-
dentes de Burgos, y un tren de cuato piezas de
at'tillería perteneciente al ejército de la izquierda,




(21 )
al mnndo del Teniente Coronel Don Enrique 180ft
Canseco. En vista de todo, el General Bel veder
ordenó (lile la tropa sin mas descanso que el pre-
ciso se pusiese en marcha para Burgos, á donde
llegó al dia siguiente. Aquella misma tarde 103
puestos avnnzndos que se enviaron á reconocer
el campo, avistaron á los enemigos con quie-
nes se tiroLearon. Belvedcr pensó eu fortificarse
en Burgos para poder oponerse mejor á los ene-
migos, y se puso en comulIicacion con los Gene-
rales C:Jstaños y Moorc, que se hallaban el prime-
ro en las inmediaciones de Logroilo, y el scgun-
do en Salamanca; vero ni Castailos pudo auxiliar.
le por hallarse amagauo de un prOXlOlO ataque,
ni Maore pon¡uc aun no lenia reunido su ejér-
cito.


La ciudad de Burgos está colocada en la 111.1r-
gen del N. del Arl:1nzon, sobre cuyo rio tiene
tres puentes que la facilitan la comunicacion can
los arrahales y márgen opuesta que estos ocu-
pan. A la parte del O. de la ciudad se halla so·
bre una eminencia su antiguo castillo, muy de-
teriorado ~ eminencia (Iue se une á otra llamada
de San Miguel J que la domina, y ,í continuacion
de esta sigue una reunion de varias colinas, que
corriéndose ldcia la parte del E., forman una
curva qne cierra el llano por esla parte. Por la
l11árgen del N. del rio sale con direccion al E.
un bosque que va á perderse en las nltul'as de
aquella parte, y entre este y las anteriores se
estiendc el llano de Gamonal, llamado asi por
el pl1chlo del mismo nombre que allí se encuen-




(22)
1808. tra, y que tiene mas de una legua de longitud,


y casi media de latitud, atl'ave~ado en su centro
por el camino real de FrancIa, que pa~a por
nwdio Jd citado pUL'hlo de Gamollal, de corld
poLlacion, distante un cual'locle legua de Burgos.
A un tiro de cailOll de esta, al E., se halla el
bosque titulado de la ciudad, en Jil'eccion transo
versa·l con el camino real. A tiro de fusil de este
bosque, á la parte del N. , y próximo á las altu-
ras que rematan en el castillo, esLí cllllgar de
Viliruor, y entre este y el camino real hay otro
pcqueiJo bosque. La llanura termina por el E.
con el lago ,le Villafria, Je donde arrancan las
alturas y qniebras del tl~l'l'ellO. La márgen del S.
del rio pslá poblada de lJos(Illes, y sohre ella
se halla la Ca¡-tuja y d pueblo de Cal'tesaltas,
no lejos nno de otro. Por la pélrLe del O. de la
cilll.t:d sale el carnino ¡'eal (pie conduce á Valla-
dolid, y por la del N. O. cun alguua inclina-
eion el de Sa nta 11 rIel'.


Al amanecer del tija 8 de Novie!1l],re los ene-
migos empezaron á tirotearse con las avanzadas
t'spnflOlas ~ y viendo que crecia el número de
élr¡uellos, se puso todo el cjúrcilo espaüol sobre
las armas. Todo era nuevo para el jóven Belvc-
del:; pues habiendo llegado al anochecer del día
nnkl'ior, no tenia el menor conocimiento del ter-
reno, que hizo reConocer al B rigad jer de Ingenieros
Don Manuel Zapino; pero manifestó una serenidad.
y conocimientos dignos de lln antiguo militar. Los
enemigos se presentaron á ¡ira de caf;OIl dd bo.,;-
(lile de la ciudad, delante del pueblo de Villafria,




(23 )
en nÚl1lt1rO de 800 caballos, con algunas guerri- 180;:;.
11a5 avanzadas: á la vista de este destacamento el
at;dor de las tropas españolas no las permitió es-
perar á ser atacadas; y a(,l'ojándose sohre él, le
obligaron á replegarse al lugur de Villafria, de
donde en segui(Ia fue desalojado. El General,
obsen'alHlo que el terreno empezaba á cerrarse
por las altllras, receloso de algulla emboscada',
y convencido de que al cabo seria forzoso aban-
donar cuanto se avanzase, ordenó la retirada~
que se verificó con el mayor órden , tlt'spues de
lHlber dejallo algunos enemigos tendidos en el
campo, y apoderádose de los ranchos que halla-
ron lwevenidos en Villafl'ia. Entretanto jas avan-
zadas enemigas se dejaban ver por todas partes:
los 800 caballos de que acaLamos de hablar, for-
maban la vauguardia del numeroso cuerpo de
tropas que al mando del mariscal Bcssieres, ve-
nia marchando )¡¡ícia la ciudad. El General en
gefe esparlOl se hallaba en la ignorancia mas ab-
soluta del m'lIuero de los francf'ses, y ni aun
presumía que el rnismo Emperador pudiese venir
á su cabeza. Era la una de la mañana del 10 cuan-
do los enemigos en cortas partid,ls comenzaron
á tirotearse con nuestras avanzadas, á cuya ho-
ra pasaron:í. situarse en Gamonal las dos divisio-
nes esparlOlas c¡ue habia en Burgos, y el Maris-
cal de campo Heneslrosa á las tres de la mi.'l-
ma mañana los atacó, y desalojántlolos del bos-
que, se hizo ducüo de él. El Corregidor de Bur-
gos, por mandado del General espaiIol, publicó
un bando para que los vecinos de la ciudad se




('24 )
180S. presentasen en las alturas del castillo, en las de


S::m Miguel y en las tlernas que dominan la lla-
nllra de G.amonnl J á fin de quC¡Í la salida del
sol, la muchcdulUb['e dc gente que descubriesen
impusiese á los franceses; filas nada de esto bas-
tó para cOlllenel" á estos, y á Ins siete de la ma-
ñana desnlojaron ,1 los españoles del bosque, ha-
ciéndolos retirar sobre Gamonal, cuyo pueblo,
atacndo por 14.000 franceses á las órdenes de
Soult y de Bessieres, fue tomado, lcuiendo los
espuÍloles que abandonado y retil'éll'Se con la ma-
yor precipitacion á Burgos. La cahallel'Ía fran-
cesa, <l galope sostenido) cargó sobre los fllgiti-
vos, á los cuales, infrucluosam.ente, inlentó con·
tener su Gen(~ral) Hwndanclo colocar en los puen-
tes á los gef.:s priucipdes para fIlie impusiesen
con Sll presencia á la tropa. Esta no alendia á
voces ni amenazas: la caballería cOl'l"iaá escape,
atropellando cuanto se la ponia por tlclante, los
mozos lLd tren de artillería huiall con esta, y los
carros dc municiones hacían otro tanto. El pai-
sanagc que salia fugitivo de la ciuuad, mezclado
con la infantería, aumentaba la confuslon yel ter.
rol'. DdvcLlcr tuvo quecclter á este lorrcutci mas
queriendo detenerle y hacer alto en la posicion
de Tej,ll"eS, le fue imposible, y tuvo que retirar-
se con la misma lwecipitacion á Le1'I11a , en don-
de existia ::.lglllla tropa de la segunda division.
Los enemigos signiet'on el alcance de los espaüo-
les por espacio de tres leguas en todas direccio-
nes, é hicieron mnchos prisioneros, A la elltrada
del cjórcilo espajlO! en 1.e1'111a se h:.¡1!aha en a\[ud




(~5 )
pueblo con su division el Mariscal de campo Don 1S0t),
Francisco de Trias, y con estus tropas trató Bcl-
veder de verificar su retirada, desesperanzado de
poder contener el escandaloso desórden que se
habia introducido en su ejército. En Aranda
quiso cambiar de direccion y marchar á Valla-
dolid; pero noticioso de la in vasion de los ene-
migos por ar/uel lado, señaló para punto de reu-
nion á Segovia, á donde fue llegando el resto del
ejército disperso en el mayor desórden en los
dias 15, 16 Y 17.


El Conde de Belveder, á pesar del desgracia-
do éxito de esta batalla, se condujo como buen
mililar, y Como escelente. espaiJol, llUbienJo
sido el único de nuestros· Generales que en el
transcllrso de esta gloriosa guerra ha combatid n
contra un ejército mandado en persona por el
primer soldado de su siglo. A cualquiera hubie-
ra arredrado, con un ejército lleno de fatigas y
falto de todo, hacer frente á N apoleon Bonaparte,
cuya sola presencia equivalía á un numeroso ejér-
cito. Belveder no titubeó un mumento, y arrostró
impávido todos los peligros.


El Gencnd Trias, que con su division se ha.
bia detenido y tomarlo posiciones en los alrede.,
dores de Aranda de Duero, viéndose atacado sin
cesar por el enemigo, y conociendo que su situa·
cion cada dia era mas crítica por las pocas fuer Q
zas que mandaba, por la escasez de vi veres y
municiones, y la superioridad del enemigo, se
}'cplegó sobre Somosierra con el objeto de defen-
del' aquel paso, é impedir que el ent!U11go pent'-


TOllO 11. 4




('26 )
1808. trase hasta Madrid. Con igual ohjeto tomaron po-
~icion en aquellas montailas á pocos dias las re-
liquias dI:!! ejército de Estl'emauura, reunidas en
Segovia.


Los cuerpos de los Mariscales Moncf'y, Ney
y Mortier fueron elllpleauos contra los elércitos
de Andalucía y de Aragol1, á 1:1s órdenes de los
Generales CustailOs y Palafox. El cuerpo de Mon-
cey, acantonado ~obl'e la izquierua del Ehro, po-
ni~l1dose en movimiento, ueslacó la division del
General Graugeunt para que atacase á Lerin, en
donde se lwllaba el balallon de Tiradores de Cá-
diz, á las órdenes del COI'one! DOII Juall Cruz
MOlll'geon con 40 caballos; y l¡abiellllo hecho lo~
espaüules lwodigios ue valor, durante los dias 25,
26 Y 27 que duró el alaqlle, apllrado.'i del todo
sus víveres y I1llluicjones, se rindieron al enemi-
go, m\ly superiur en nÍImero, hajo una honrosa
capitlJlaeioll, Esta acciull fue tan heróica, que
el Consejo de R"gencia de Espafla, para prcmiar
á los Olici .. les del bl'nemérito balHiIOJl de Tira ..
dores de Cádiz, les concedió en 23 ti e J IIlio de 18 U
ulIa Cruz ue distincion, semeiante á la ue Mal-
ta, con flores (le lis clltre sus hrazos, y en el
centru de ella IIn Lean sujetando Jos dos globos, y
debaio la inscripcion JI! Lei'i1l1808, y al rededor
25, 2G Y 27 de OCltll;.'e, usá ndose con cinla ve,'de.


COIllO uno.~ 401) hombres del cuerpo (le Mon-
cey, con dos pieza$ dc 3.,tillería, se habian reu-
nido en Nan!ues con el objeto de atacar la posi-
cion que el General Oueill hahia tomado en San-
güesa, y saquear el puehlo de Aibar, El 24 por




('27 )
la mañana se presentaron en cinco columnas, y 1808.
soslenido el fucgo por espncio de tl'es horas p01'
lalS nvanzauas espnilolas, tuvieron estas al fin que
replegarse á Aibal', en cuyo pucblo se hallaba
toda la division de Oncill, igual casi eu fuerzas
á la del enemigo; cllya cil'cuuslancia hizo t{ue
es[e General eH aquella mÍs;l1a lal'de, despues
de varias maniobras, se comprometiese en una
reilida accion, que se trabó cerca del bos(!ue
de Olast, y cuyo resultado fue que los enemi-
gos, temiendo ser envuelLos verj(jcasl~n su reti-
rada en 24 Jp Octubre á Monreal, abandonando
d pueblo de Nal'dnes. La posicioll de Sangüesa
era falsisima rOl' todos sus puntos: conociólo
Oneill desdé que 13 vió; pero las súplicas de su
vecindario J ([lIe diariamente tenia qne aprontar
raciones para 8.000 enemigos acampados en sus
inmediaciones, le obligaron á permanecer en
ella, pero con la 11l3yOI' vigilancia, siendo casi
contíuuos los reconocimil!lllos qne practicaba
por la caüalla que dirige á Aibal', que se halla
á la caida de la mOlltalHl en que estaba el cam·
pamento enemigo. El 17 se ernpcfló un pequeño
choque en que las tropas espaüolas J batiéndose
con la mayor bizarría J reclwzaroll al enemigo
hasta su campo con alguna pérJida.


El plan de los ejércitos reunidos de Castaños
y Palafox era por entonces el de Latil' por su de-
recha á los franceses, apoderarse del paso de
Roncesva])es, y evilar de este modo el tdllsita
de los refuerzos qne recibian por aqnel punto.
La divisian de Oneilll'ecibió órden el 12 de No-




('28 )
I SUB, viembre de correrse por la izquierda abajo dd


Aragon, en cuya noche, reunida en la Oliva ...
se le incorporó la divisiol1 de Saint-Marc, yen':
trando el 14 en Caparrosa, hallaron abandonado
por el enemigo en la madrugada de aquel día el
}lUente que tenia este fortificado. Allí permane-
cieron las divisiones hasta el 22) sufricndo mu-
cho por las conLÍuuas lluvias, y manifestando
la tropa mucho descontento por el tiempo que se
perdia sin batir á un enemigo, que desde su sa-
lida de Zarati'0za no habia osado aguardados.


El ejército del centrolenla su cuartel gene-
ral en TudeJa) y el de reserva se hallaba en Za-
ra~oza. Las comunicaciones entre arnbos eran


o


activas j pero la noticia de la entrada de Napo-
leon en Burgos, .Y la poca armonía de sus Gene-
rales , teuia casi paralizadas del todo sus opera-
ciones. Con tiempo pudo emprenderse ulla orde-
nada retirada) ó acorda¡' el plan de recibir al
enemigo en la posicion de Tudela , ó en otra mas
conveniente. Pudo sin ahallllonarse á Zuragoza
conservarse el ejército para mejor ocas ion , y
no comprometerle en la gloriosa y desgl'uciada
batalla de Tudela : batalla gloriosa para el cjér-
cito de reserva, compuesto de las tropas arago-
nesas y valencianas) é infausta para los dos ejér-
citos y para la nacion entera. A las onCe de la
noche llegó el ejército de Aragon ;Í las inmedia-
ciones de Tude la) la ca ba llerÍa en tró en el pue-
blo, en donde se hallaba parte del cjército del
centro con los cuarteles generales de entram-
has. En ·arruella noche fatal huho juntas, h¡:bo




(29)
choques y hubo todo mCllOS llnn proviJcllcla ca- 1HG8,
paz de salvar los ej('Tcitos. La noche se pasó en
una contÍnua alarma; y aunrJllC llegaban l'(~ite-
radas avisos (iue anunciaban la proximidad del
enemigo, las varias partidas (Lue se habian envia-
do hácia Alfaro y aemas pUtitos en observacíon
y cscucha, los espailOles fueron sorprendidos cn
la madrugada del 23. Entrando estaIJan ya por
las calles de Tudda las guerrillas del cllel'po de
~loncey, cuya aproximacíon se sabía con c¡:t'¡(~-
za J cuando ni una sola proviJcllcia se 1w]Ji.., lu-
rnado, ni para dar ni para evital" la batalla. La
infantería de Al'agon había pasado el 1'10 en la
misma madrugada, y casi toda se halbLa dentro
del pl1chlo; lodo fllc conf!lslol1 en 11(l1ld momen-
to. Los [rnnceses lwbiall alravc~:ltlo el Elll'ü por
Logroño y Lodosa, al mando de :\loncey ; y De-
solles inJicnba lwccr la misma o¡wrac!o n pOl'
AgreJa. Sabedor de estos movimientos C:ISt:1liO~,
Yilriando la posicion paralela ,,1 EGrü de los
ejércitos cspaüoles) mandó que tomasen 01 ra
perpendicular, cnya clerec11u se apoyase CIJ TlI-
dcla) y ln izquicrda cn el "loncay o. Asc{~lHl¡an
á mas de 35.000 Ilol1lbrcs las troptis cspnll,>las


J


(Ine en el 23 de Noviembre fueron alacadas por
los Mariscales Lannl's y l\1011cey, por ceu! ro y
dpl'eclw, mienlrns ([llC el Gcn~r::d Lagr:,nge con
10.000 hombres eOlllcnin 10:, esfuerzos de ]a iz-
(jllicrda. El cncmj~;o ocupó unas allllras illm"dialas
á la poúcion oc 'l'mlc1n í pero una vigol'osa carga
de ,'arios Latallones espailoles le desalojó de ellas
con Lastante pérdida. Al fin fue rota por los fran-




(30)
18ú~. ceses la derecha de la posiciol1 española, des-


pues de una gra n resis tClleia , en 1 a tIlle la arti-
lleria, mandada por su Comandallte DOll Angel
Ulloa, el Capitau Don Francisco Nebot, y el
Teniente de infante.ría agregado á ella Don Nico.
las Corona, en el tlia tojos Oliciales gCllcr;.¡!cs,
dirigió sus fuegos con tan Luen acierto, que causó
1\ los enemigos muchísin10 darlO; y en tal estado
tuvieron los espai101es gue retirarse, ejecuLÍndolo.
las tropas del ejército Jcl centro hácia Borja, y las
del de Al'agon hácia Zaragoza. Las fuerzas ene-
migas con rruicnes habian combatido, ascendían
" 3G.000 iufantes y 6.000 caballos. La divisíOll
mandada por el Geueral Lapeila se habia resis-
tido con la mayor brillantez cn Cascante. En sU
l'etirada trataron los enemigos de perseguir á los
esrafwles en lllÍmero muy superior, acrecentado
COl1 los veL1cedores de Belveder en Burgos. Esta
relirada fue honrosa, cubriendo la del ejórcito
de CasLaüos con toda felicidad la division de V c-
llcgas. Pala1'ox con sus tropas se dirigió á Zara-
goza, en cuyo punto se lc l'el1l1ieron los desla-
camentos que quedaron sobre las miÍrgenes del
Aragon, encerr~lndose en aquella capital 30,000
infantes y 1.000 caballos, número escesivo l)ara
hacer su dd'ensa con el sistema y entnsjusrno
que se habia desplegado en Sil primer sitio, y su·
mamente peligro~o para conservar la ~anidad de
la poblacion y del ejército, que desde Jos pri-
meros días de su estancia en tan estrecho recin-
to principió á presentar síntomas de la epitlcmia
que tanto estrago causó luego. No se ocultaron
semejantes consecuencias al General Palafox,
quien desde luego manifestó la idea de haccr sa-
lir de la plaza 16.000 hombres de infantería y
toda la caballería para situarsc en la izc¡uiel'lla
del Ebro, é incomodar al campo del enemigo,
que por aquel lado sitiase á Zara goza, COUSCl'-




(31 )
vando espeditas sus cOlUunicnciones con el alto 1808.
Arngon. Mas este plan que ta1llos males lJtlbie-
ra evitaJo, y que tanlo Imuiera haber retar-
dado la pérdida de Zaragozn, no llegó á poner-
se en ejeeucion. A poco de presentarse los ene-
migos á la vista de Zaragoza, se prepararon los
dos ejércitos á ]a terl'ihle lucha en que iban á
el11perlarse. El 21 de Diciembre Maute Torrero
y el arrabal fueron atacados :.tI mismo tiempo,
y tomado el primero con solo maniobras y mo-
vimientos; mas el segundo fue defendido con
la mayor bizarría} cosLallllo al enemigo cerca
de 3.000 hombres los tres infructuosos alaques
que empeiló. Desde este dia puede contarse el
segundo sitio de la inmortal Zaragoza, en donde
la epidemia continuaba tomando incremento.




( 32)


CAPITULO 111.


Entrarla del ejércitá inglés en España. - Soult pereigue el
ejército de Galicia. - Es l'eemplazatlo por Victor. - Na-
poleon se dirige sab1'(~ :\J:Hlt'id, - Accian de Somosicr-
ra. - La tlivisian espaiíola de Hel'edia ocupa á G-nadar-
rama. -InsLlhordinacion de estas tropas. -Obligan al
General á marchal' á Madritl. - Su dispersion. - Dispo-
siciones de la Junta central para la d(!fcnsa d(! Madritl.-
Su traslacion á Estrcmadllra. - '\Talhid toma una acti-
tml hostil. - EstaldE:cesp una Jllnta dl~ dr.fensa, - Ascsi-
nato del ;\Ial'llLH:s dc Pel'ales. -lntilllacion de los fl'an-
C(!SCS. - Ataque de la puerta de Fuencarral. - Segulllla
intimacion. -Contestacion. - El Duque del IlIfantado
sale á huscar tropas. - Ataque general. -Los fI';¡nceses
toman el Retiro. - Penetran en :\ladr'id. - Tercera in-
timacian. - .'Ylorla trata la capitulacian. - Indignacion
del puehlo. - Salida de la gnal'll icion. - Capitulaeion.-
Los frauceses se posesionan de Madrid. - N apolcon en
Chamartin. - El rey Jose! en cl Panlo. - Pr'illlcras dis-
posiciones de los frallceses. - N o se ohserva la capitula-
cion. - Ras;o tle amor filial de la Condesa de San S imon.
- Resu ltados de la defensa hcróica de Malhid, - Decre-
tos (te X :Ipoleoll. - S u proclama. - Obl¡ ga ;Í cIlIe se le
presente una diputacion del vecindario. ~Sll recepcion
en Chamartin.


180B. Dcspues de 13 batalla de Espinosa destinó el
Emperador á los Generales Soult y Junot para
observar un cuerpo inglés, que de~(le Portugal
l1abia vellido á EspulJa al m~mdo del Gl'IH'rd
Moore, y tl11~ estaba dividido en cualro colllm-




(33)
nns, mandadas por los Gellerales Horpe, Paget, iROS.
BCl'csford y Fraser. Reunidas en Yelves las dos
m<lnd<lJas por Hoppe y Paget J hahia tom<ldo la
del primero la direccion de Madrid, y la del se-
gundo en dos hrigadas la de Alcántara. La de Be.
resford en dos brigadas tambien se habia dirigido
por Coimb¡'a ú Almeida .. mienl¡'as la de Fraser
en tres hrigadas pOl' ALrantes caminaba hácia el
mismo plinto. Paget, Beresford y Fraser se in-
corporaron el 13 de Noviembre en Salamanca,
en lanto ql!e Hoppe seguia con direccion á Ma~
drid. Baidr, (Iue á fines de Octuhre habia desem-
barcado en la Cornila con 20,000 hombres) se
inclinaba 4;'\cia ASlorga ~ y debía reunirse con
Moore en Valladolid.


El Mariscal Sou!t, persiguiendo siem}we ]05
restos del ejército de Galicia, entró en la pro-
vincia de Santander, y despues del reconoci-


y
miento que hizo por las montaiias para dispersar
las reuniones que habia en ellas, se dedicó al
desarme de los habitantes de aquella provincia.
á {in de que en mucho tiempo no pudiesen hos-
tilizar al ejé,'cito fl'ancés, y empleó al mismo
tiempo para sOl1letedos la pCl'suasion.


Víctor reemplazó á Soult en el mando dd
centro, y destinanuo Napoleon los cne¡'pos de
Moncey y Morticr para conquistar el Aragon, se
puso en movimiento con su guardia, la de José
y los cuerpos de Víctor J I.efebre J Ney y la ca-
ballería de Bcssieres. Una parte de estas tro-
pas marchaba por Valladolid á Guadarramu J y
oLl'a por Burgos á Somosierra, y de todas era


TOllO H. 5




(34 )
1308. el punto de reunion la Cr,pital de Espaiia.


La Junta centr¡d halJia disjluesto <file el Gene-
ral San J llall con 7.0nu hombres de tropas espa-
floJas ... procedentes de Caslilla, Eslremilllura y
And,dllcía, se silllnse en el puerto tle SUlUosiclTa,
adelantando su va nguardia <{ Sepúl VCt\;¡. El Ge-
llcral francés L;¡salll~ Jlizo el 20 de N o\'iemJH'e
un fuerte reCOllocilllielllo suhre las posiciones uc
los espallOles, que sostuvi(Ton 1111 fuego de 4 ho-
ras sin otro resultado. El 30 el .Mariscal Victor,
á la presencia del mismo Emperadur, atacó de
nuevo estas posiciones, y COIl lus regimientos 9
y 24 cargó sob!"c los Ha:lCOfi, lI1i'~·ut.l'as que el Ge-
neral Senarmont con ti pieza.s de artillería y sos,",
tenido por la caballería del General MOlllhrull,
atacaba por el camillo l·.~aI. Si eslas elevada .... 1"11011-
taüas se huhieran forlificado con iuteligencia de
ante ma no, y de rendirlo coa st~r[!Hitl;}d, h n biera n si-
<.lo qniz;l Ínespllgllablcs ¡í C:-lusa de las ventajas del
ten'ello; pero J:,ltalldo uno y otro, las tropas es-
pañolas cedieron el campo, vi'~ndose por prirne-
ravcz ,\ un cuerpo de caballnía de lanceros po-
lacos suhir al galope una rnol1taih escarpada pero
siguiendo ¡í los espailUIl's, <¡'le se dispersaroll
]Jl'ccipitadamente, aDal1dolJautlo sus handcras,
artill::rÍa y cajas ele gw'~rra. Siguió Sil alcuncc el
General l .. efebl'c Desfloueltes hasta mas all.í de'
Buitrago, pueblo situado en la ribera llcl'l'cha del
Lozoya, que atraviesa el camillo real de Mallriel.


El Geucral Hcredia, que l'nSq;ovia se habia
puesto á la cabeza del desgraciado ejército lle Es.
tl'emauura, salió el día 30 de N.oviemul'c de dicha




(35 )
ciudad parn tomar posICIOnes en el pl1l"rLo de 180ft
GlIadarrama , d(~¡ando en aquella ciuda(l á Trias
con ulla divisioll de 3.00U hombres, y ónlcn de
que si los enemigos se apros ¡maban, se rcti¡'asc
á ocupar el PUCl'to de NavacPITada.


En G!ladarrama 5111'0 ya Hercdia que el cjél'.
cilo de San JU:lll llabia sitLo lJatido, la posicion
de Somosierra forzada, y que Triasltahí" tenido
qne :Joal1(lonar ,í Segovia. En tal estado, pr~rslla­
dido de que los enemigos, ducüos ya de S0I110-
sierra, podrían alac;¡r á su cí(~rt:ito por frente,
espalda y flanco, mandó t:O!lvocar un consejo de
gllcna tic Oficiales generales, en el cuat se acOt'·
dó, "ue las tropas rellniuas con la artillería' que
[¡cahaba de ]legar de Navacerra(la y Fuenfria, se
trasladaselJ :11 Escorial, ell dOllde se creiae I1COI1-
fral' slIbsisleut:ias, que ya del todo faltaban en
GlIadarrama.


COIl el mal ejemplo de la dispersion de las
tropas de San .TlI:lll, (Jlj(~ habian ahandonado ¡t sU
Genel'al, las del l'¡['l'cito tle Estn~maduru l11Jni.
festahan sílllomas ele igual insubordinacion é in-
disciplina ~ y clarnahan fl voces que se las condu-
jese al SOcorro de l\1adriJ. El General Hcr\~dia
arellgó á sus sol<la(los, y manifest;índoles que
habia envia¡lo ,í. l\lallrid uno ele sus Ayudantes
pa-ra sabt~r ~i esta Capital se habia sometido ¡í. los
francpsrs, ]os :lcallú por tle pronto espc,'undo no-
ticias positi vas; 111:1S la 11'0 pa vol v íú de nuevo á.
desorJenarse de tln modo escandaloso, y decla-
rclllllosc en un est¡¡do cornpleto ele: insurreccioll,
gritaba sin respetar autoridad alguna, que no de ..




( 36)
'808. Lía obedecerse á Generales ni ;\ Gefe ninguno de


sargento arriba. HereJia, á duras penas, pudo
aun calmar esta nueva agitacion de sus tropas,
disponiendo su marcha para Madrid J y llegan-
do á la puerta de Segovia como á las 3 de la
mai'¡ana del dia 4 de Diciembre. Ya llegaban sus
descubiel'tas á la Plaza mayor y pllerta del Sol,
cuando uu Ayudante del General Moda se pre-
sentó al General en gefe manifestálldole q uc aquel,
se hallaba á la sazon en el cuartel gencral fran~
cés de Chamartin capitulando con el Emperador
de los franceses, que con venia en perdonar á los
]wlJi~antes de Múdrid y conservarlcs sus hacien-
das, siempre que su eiército no entrase en la Co\'.
te; por cuyo motivo le mandaha en nombre de
su General, (JLIe el ejército de su mando se diri.
giese á la provincia de EsLremadura. Hizo Here-
dia repetir al Oficial esta órdcn al frente de los
batallones, y en seguida mandó á su ejército se
retirase en buen órden, como lo ejecutó en un
principio por el camino de Estremadura; pero á
poco rato se empezaron á desbandar los soldados
y á desordenarse, de modo que en breve quedó
enteramente dispersado el ejúl'cito, y en la ma-
yor confusion se dirigió á Talavera de la Reina,
oí tiempo que se hanaba ya alli el General Gallu-
zo, nornbr3do de nuevo por la Junta central para
el mando de este ejército.


I.a Junta central, apenas supo que los enemi.
gos habían forzado el paso de Somosierra, y el
peligro que tan de cerca amenazaba á Madrid,
cuanllo dispuso precipitauamcnte que las troprL)




(j?)
que se halla}):)n en sus inmediaciones, se pusiesen 18(18.
I~n movimiento para socorrer la Capital, cuyo aro
mamento habia ella misma entorpecido. Tambien
di!'puso en esta crisis enviar á las provincias di-
ferentes de sus vocales para que en calidad de
comisarios procurasen exaltar de nuevo el espí-
ritu JníLlico para elevarlo it la altura á que habia
subidu el peligro, in (lamar el celo de las J unLas
provinciales, levantar nuevas tropas y buscar
cuantos medios y recursos fuesen imaginables pa.
ra la sal vacion de ]a patria. Determinó igualmen.
te la Junta central su traslacion á punto mas se-
guro, sacrificando á su seguridad })ersonal no
solo su uecoro , sino tambien la conveniencia plí.
blica, que c_'ügia que el Gobierno residiese en el
punto mas cercano al tcalro de la guerra. Fueron
acaloradas las discusiones que se tuvieron pm'a
acordar el punto á donde deberia refugiarse la
Junta: unos estaban por Toledo: otros por Cór.
doba, Sevilla y Cadizj y olros por Badajoz, cuyo
punlo fue por {in el e.scogido. Dclermil1óse que
l>a1'a facilitar el viage y causal' el menOl' gl'avá-
men posible á los pueblos del tráusito, se divi-
Jjesen en taudas, marchando inmediatamente
las primeras con di1'eccion á Toledo. Para dcspa.
chal' los negocios mas urgentes durante el viage,
se nombró una comision, compuesta del Presiden.
te Conde de Floridablanca, del vice-Presidcllttl
Marqués de Astol'ga , del Bailio Don Antonio Val •
• tés, del Conde de! Contamina, de Don l\fartin de
Gal'ay, de Don Gaspar Me1chor de Jovellano~
con el Ministro Don Ft'ancisco Saavcdra, y con




(38 )
1808. el Sccl'ctnrio general. Esta comision dehia mar-


char siempre en última tanda, y resolver dnran-
te el viage todo lo urgenLe, mienlras la Junta no
estuviese en disposicion de reunirse. Ea esta for-
ma abandonó la CCllLralla Capit;,l él. Sil peligl'o,
y corrió (l buscal' ,t puntos )'t'muIos Sil salV;lcion.
Antes de Sil mnl'cha hnbienrlo bs aVéIllZ,¡das (le
SomosiclTn sorprendido ,í. un paisano con tres
Carlas diri3idas) una al Conde de Floridablanca,
otra al Decano del Consejo Heal y otra al Corre-
gidol' (le Madl'id, escritas tlesrk H!'l'gos con fl'cha
(lr~ 17 de Noviembre, y firmadas por DOll.José.
Mi3ud l1e A~allza, Don Gonzalo Of:IlTil , Don
Maullel Homero, Don Mariano Luis de Urquijo,
Don Pablo Arrib<ls y el Conde de Ca],nlTIÍs) in vi.
tan(lo á estas autoridades qlle ab3I1dOll<lSCIl el pal'.
tillo de la fidelidad y del honor, sometiéndose á
la obediencia lld llSlll'pndol', cuyas fuerzas SllpO-
nian irresistibles, decretó que estos infall1es es-
crit.os, en los fllle con dolor se veian cslarnpadas
fil'mas esp::,i'lOIas, se quemasen por lllallO del ver ...
,111go, y sus autores, abanuonados á la exeCl'aCiOll
pública, fuesen tenidos por infidentt's ~ desleales,
indignos del nombre espalJOl y tl,;¡idorl's ;Í la He-
lision, ;í. la Patria y al Est.ado; previlliendo que
In Sab de Corte, como tribunal orrlinnrio ele 1l:~OS
hombres desaforados, (leclarados indignos de to-
elo privilegio y exencion, l(~s fOl'mase callsa y 103
juzgase en rehcldín, supliendo los tl',ímitcs y fór-
mulas que con la dilacion perjmLic:1ll al castigo
de tales ct'Ímenes y al escarmiento público .


. Apenas el vecindario de Madrid., engañndo




( 39)
por los pomposos p;¡l'te~ (~ue pnblicaba la Junta
central, \'ió clllrar los Jispersos Jel ejército Je
SOlllosicrra T)(~r:i('buitlos muy de cerca por los
franceses, quedó eslraordinariarnente sorprendi-
do, porque jusLamente e11 la noche antel'iOl' se ha4
l)ia pllhlica(lo pOI' el Gobierno la noticia de ha-
1)cl' sido rce/,azado y v!;lJe~do en SeplÍlvella el
ejército cJletlJi¡.;o, Los !J,dJitantcs de Madrid, te-
llÍendo ya easi .¡ tiro dI! las débiles tapias que la
circundan, la~; :I\'anzadas [raucesas, desde sus mis-
mos lechos vuellos de su sorpresa y sin saber qué
hacer J pOl'que nadie se presentaba á mandar, se
pusieron en movimiento, y preparándose á tlua
defensa fuerte V vi"orosa abrieron }ll'ofundas


... u ,


zanjas J lev¡llllal'On para peLOS , y colocalldo Late-
rías en los pUJllos milS eln"ados y eu algtllia:'i de
sus calles prillcip:dt's, dr~sr!t'gal'oll una serenidad
y un cnlllsi:ISlllO impt)tlder"bles. El Teniente ge-
neral Moda ftlc el comisionado por la Junta cen-
tral para la defellsa de Madrid; y en la casa de
Correos se formó tina Junta militar, prcsidida por
el Duquc del Infantado, para ocurrir de pronto
á los· apuros que dcbian sobrevcuir en la defellsa.
Repal'ti:'rúlIse al paisanage los fllsiles que se ha-
llaban almacellados cn d Hetil'o y en San GCl'Ó4
nimo, y formado ca cOll1pailias marchó á ocupar
y defender los pllcstos llIas convcnientes. Entre-
tanto las l11uge!'cs y los lIiüos trabajaban con el
mayor ardor en dcscl11pt:dl':lr las catles, escaval'
la tierra y con ella terraplellar las ]luertas y los
portillos. Durnnle torla la lloche tld primero de
Diciembre coutinuó la Junta. reunida en sesion


1808.




(40 )
fS()3. permanente en la casa de COrl'{'os, yel pueblo la


('mpleó sin descansar en preparar los medios de
defensa. Distribuyél'onse al pueblo una multitud
dp. ch uzos, que ha bia ma nelado fa brica r el Duque
del Infantado, y se repartieron muchas de las
armas custodiadas como una curiosidad en la Ar-
mería Real, las cuales en otro tiempo habian ser-
vido para purgar el tenitorio español de la domi.
nacÍon de los árabes. Se dispuso y previno ál ve-
cindario que las campanas de las parro(!uias Con
sus toques anunciarían los ataques del enemigo y
pnntos de peligl'o, para que acudiesen á defen-
derlos los patriotas. Con el objeto de precaver
las consecuencias del fuego de los siliadores, se
mandó á todos los vecinos tuviesen rthiertos los
portales de sus casas, para que ]05 que transi-
tasen por las calles encontrasen asilo en cual ..
qllÍer caso.


Hallabanse á la sazon (lentro del recinto de
Madrid una guarnicion de 4.000 soldados y mas
de 40.000 paisanos mal ó bien armados, todos
resuellos á resistil' al enemigo hasta el último e:-;.
tremo.


El Mariscal Bessicl'es envió de órdcn del Em-
perador uno de sus Edecanes á la Capital, inti-
mando á sus Autoridades abriesen sus puertas al
ejército francés; mas era tal la exaltacion del
paisanage que defendia la })uerta de AlcaLí, en
donde se presentó el parlamental'Ío , que costó
mucho trabajo el salvarle la vida. Un ca1'l1iccl'o
que se hallaba en la defensa de esta puerla, llegó
á exigir en esta ocasion·que el mismo Duque de




,( 41 )
Istria COn Jos ojos venuados; se presentase en la.ª
lHlcrlas de l\bJrid ¡í pedir la capilUlaciol1. •.


La JUllta militar com.i~ionó á UII Oficial vara
llevar la contestarion á la intimacíon del Empc.
)'(1(101', pOI' la que se le hizo entender que la~ viJl~
de Ma¡hi¡l estaba resuelta á sepullal'se bajo sus
rlJÍnas primero que consentir en la entrada de:
los frallceses, Crecia en tauto la exalulcion del
pueblo al ll1¡lS alto punto, y como eulOllces SI!
encontrasell algunos cartuchos llellos en parle de
tierra, con el objeto sin eluda de inutilizal'la oc-.
feílsa, y se oifundiesecol1 estudio esta noticia en
momentos tan difíciles, unilla á las sospechas qUfl
tl'a{! consigo situacíon tan alnrmantc, el puchlo
se precipitó irreflexivo á quitar la vida al ~lar~
gués de Perales) que era el corni.siolwclo para la
distribucion de cal'tl1chos. Asi pereció cste P(~)'~
sOllage, á pesar del grande ascendiente que tcni,!
sobre las clases polJl'es, por la franqueza de su
car:lctcr, por la familiarillad con que tralaha á
sus individuos, y VOl' su generosidad. El pueblo
saCl'iticú esta víctima inocente, pero sin ensaüar-
se con el cadáver. Todos los cartuchos se rehi-
cieron de lluevo} y á esta opel'<Jcion se dedicaron
})rincipalrnente los frailes :1 las mugeres y los
mños.


El Emperador empleó todo el día primero eq
reconocer los alrededores de Machid y en dar
sus disposiciones para el ataque. Una de las <1i-
,'isiones del General Victol', á las órdenes del
General 1\1aison, se dirigió cant'ra la puerta de
Fllcnc3nal, al mismo tiempo ([ue el General


'rOMO ¡l. ()


tBOS.




(42)
1006. La~ll·iston, su Ayudante de Campo, sostenia y


protegia este ataque Con algunos escuadrones y
cuatro piezas de artillería ligera de]a guardia im-
perial. No fue menesLel' mas que el auullcio para
que con la mayor celeridad acudiese al punto
atacado un inmenso número uc paisanos, que re-
forzando á los que estaban eucargados de su de-
fensa á las órdenes del Marqués de San Simon,
rompieron un vivo fuego contra el enemigo. La
inf~llltería fl'a ncesa se a podnó ue ] as casas de las
afueras y del cClnenterio, situado á COI'la distan-
cia de la puerta. La l'esislcllcia fue obstinada, y
los franceses desistieron de su intento de pene-
trar por ('utOnces en Madl'iJ. Duranle la noche
el ¡'esto ue las tropas del cuerpo de Victor lomó
po~iciones, y fueron gl1arllecidos con artillería
todos los puntos desit:,llados por el Emperador.
A las l2 de la noche el Ma) 01' General l~erlhier,
Priucipe de Ncuch3tel, envió á la plaza un Te-
niente Coronel de arlillerÍa espallOl hecho prisio-
nero en SOlllosierra, con UU3 c3rta para el Mar-
qués de Caslel3l', del tenor siguiente: lIllbielldo
conducido las circunstancias de la guerra III ejér-
cito ,fi'(l/lCés hastd las pllertas de ill(ulrid., )" estan-
do tomadas todas las disposiciones para apoderarse
de ella tÍ viva /llerZ(le> creo conveniente I COl!for•
me al uso de lodas las naciolles intimar ti Y. E'e>
Seíior General., que 1/0 debei.}· esponer tan impor-
tallte pu!Jlacwfl á los horrores de lUZ asalto, hacicn-
do 'victimas tÍ tanto pacífico habitante de los males
de la guerra,. y no queriendo omitir ninguno de los
medios de _haceros conocer vucstra 'verdadera si.




(43 )
tUl1cion .. os envio la presente intimacion por lUlO de 180&
vuestros oficiales hecho prisionero en Sumosierra ..
á quien se han manijestado los medios de que el ejér-
cito francés puede disponer para someter á j}{adrid.


Aquella misma noche habilitaron las bate-
rías que á la mañana siguiente debian batir las
débiles tapias del RClü'O; y prevalidos de la os-
curidad se dirigieron en gl'an nLÍmero á sor-
prender los puestos elevados de la montaÍla Llcl
Príncipe Pio, y despues de algunas tentalivas en
que fueron vigorosamente rechazados con bastan-
te pérdida, desistieron de su intento.


En aquella misma noche el Duque del Inf:m-
tado, Con autorizucion de la J unla de defen~a, sa-
lió de la capital Con el objeto de ponerse al freno
te de las tropas que se habian salvado del ataque
de Somosierra , ó de pedil' auxilio á las del Ge-
neral CastaflOs, á quien se suponia no lejos de
dla, y se dit'igió por el camino de Guauala.
jara.


El dia 3 á las nueve de la mafwna el Marqués
de Castelar contestó por el referido parlamenta-
rio á la intimacion que se le habia hecho ]a no-
che antes .. en los términos siguientes: = ¡)füllse-
líor: Antes de responder categoricamente tÍ V. A.
no puedo dispensarme de consultar d las autorida-
des constituidas de esta Villa .. y conocer las disposi_
ciones del pueblo, d{lndole aviso de las circltlls.
tancias presentes. A este fin suplico tÍ V. A. me
conceda este dit;J. de suspension para cumplir con
estos deberes .. ofreciéndole que mailana muy tem-
prano ó esta misma noche enviaré mi respuesta á




(44 )
ítlOS. V. A. por 1m Oficial general. -.:... Elll1arqués de


Caste/ar.
En el momento. mismo fJl1C se recibióesla'


respuesla, las carIlpanas hicieron la seiJal dc un
ataqu~ general por los puntos de la l11011laüa.Jcl
Príncipe Pío, puntas del Conde Duque y Sc-
ininario de Nobles, Je Fuelle:!!'l'al, los Pozos;
Santa BárlJara, Recoletos, Alcalá y Ilelil;o has-
ta la puerta de Atocha. Treinta lJiezas de ar p '
tiUerÍa rompieron el fuego conlra las enue..,'
hIes tapias dd Retiro, en cuyo pllllto, tal vez
el mas importante, la imprevisioll no 11<Jbia co..,
loca do üi' siquiera una pieza de artillería. Bien
pronto la del enemigo. ah rió una hreclta pl'acti.'
cable, por la que con el m¡¡yor denupd-o };enetró~
la division d"l General Vilbue compuesta de al.
gUtlOS batallones, é inmediatamente se inundó to.:.
do aClne] recinto de soldados franceses c¡üc abu-
yen t a rOn á .. sJlsder(!ns.or~s luícia el i 11 tCl,ior de la
poblacion. Estc funesto acontecimiento produjo
la l'ctiratla de los patriotas que combatían en la
puerta de Alcalá, y el enemigo aoe1nntó enton-
ces sus tropas hasta el paseo del Prauo. Las ca-
lles tle Alcalá y de la carrera de San Gerúnimo
que principian en el mismo pnseo, estaban de-
fenuHlas por corLaouras y pnrapetos. El paisana-
ge )lizo un fuego muy sostcuido desde las ven-
tanas y portales de las casas que se hallan á la
entrada de las mismas calles, particularmente
desde la casa del Duque de Medinaceli, la
cual tomada ;~ viva fuerza por los enemigos, fue
saclueada, pasando á cuchillo ámucho.sdc los




(45 )
que la ocnpaklll. En esta refriega fue lllllP.l'to j¡~08.
el GCllcral Lillll'ier ~ qlle marchaba éí la cilbc-
za de su J'tt;iL11icuto n.O 3 de infantería ligna,
por un babzo Jisparadú de una de las ventanas
de aquella casa.


No se ahaliapa\' estos contratiempos el enlu-
5ia:i1110 dd pais:Ju;¡gc, y renovando la memoria
sangrienta y alevosa del 2 de 1\13yo) y émulo de
las glorias de la inmortal Zaragoza, se disponia
á sacl'iJicarse· por la defensa de la capitell; pero
á pesar de tan favorables disposiciones el Gene-
ral Castda¡', vielldo la imposibilidad de poder re-
sistil', salió en la noche del 3 de la capital, diri-
giéndose con la tropa de su mando hácia Estre-
mauura. A las once de la maüana de aquel día
babia recibido Castelar otra intimacion de :Ber-
tlúer, red Llcida ,i que la defensa de Madrid era
contraria á Jos prindpios de la guerra; é inhu-
malla para SllS lwbitantes; que autorizado de
nuevo pOI' el Emperador para esta tercera inti-
macion, le hacia saber que una artillería inmellsa
se hallaba en baterías dispuesta á romper el fue-
go, y que se lll'cparaban minas para volar sus
principales edilicios; que ya diversas colllmnas
francesas se hallaban en posesion de las princi-
pales enlradas de la villa; mas que el Enlpera-
dol', generoso siempre en el curso de sus victo-
rias, suspendía el ataque por Jos horas; que
contase con la seguridad de los hahit<ll1tes paci-
ficos, del cuILa y de sus ministros, y con un olvi-
do general de todo lo pasado. EIl({r~()lad un pa-
bellon blanco.J, conclui~) antes de dos horas,yen-




180l'jo
(46)


'viad comisionados para tratar de la rcmlicion de la
capital.


A las cinco de aquella misma tarde el Gene-
ral MorIa, sin contar con el pueblo, marchó al
cuartel general de Chamartin, acompañado del
parlamentario fnlllces, despues de haber persua-
dido á la Junta á autoriza,' este paso, deseosa de
sahar á Madrid de los horrores de un asalto.


T,oaslució el pueblo que se trataba de capitu-
lacíon , y rehusando someterse á ella, acudió al
vale¡'oso Vizconde de Gante, que tenia á su car-
go la d~fellsa de las pllertas ele Segovia y de la
Vegn, y uo le elejnron hasta que les prometió
continuat' en la defensa y mOl'Íl' por ella, con lo
que se continuó et fuego con viveza en touos los
pnntos en que habia enemigos al alcance: falLa- o
han ya metralla y tacos para los cailones: mas
los vecinos á por[la, despl'endit~ndose de todos los
utensilios tle hietTO de sus cocinas, proveyeron
en tanta abundancia y con tan gene,'oso despren.
dimiento, que á la entrada del enemigo se en-
contraban aun hacinados por las calles.


El dia 4 á las seis de la mailana el General
Morla y el Mariscal de campo Gobel'l13clor de Ma.
drid Don Fernando de la Vera, que le habia
acornpallndo, volvieron dd campo fnmces, y
anunciaron al público haber concluido una capi-
tulacion, por la que se entregilba á los francesc~
la capital, garantiendo estos la seguridad de las
personas y bienes de sus heróicos habitadores.


A las lO de aquella misma maüana entró en
Madrid el General Augusto Bcliard) nombrado su




(4' )
Gobernador, é inmediatamente fueron ocupados ltlO8.
todos los puestos por la tropa francesa. Esta per-
maneció largo tiempo formada, y aun des pues
que parte de ella se acuarteló) sc mantuvo tan alero
ta y recelosa como si estuviese á la presencia uel
enemigo, y con los caballos ensillados.


El EmperaJol' uo (¡uiso entrar en Madrid, y
permancció acampado con su guardia en el
pueblecito de Chall1artin, á una l egua de distan-
cia. Alli continuó dando sus disposiciones; el G
decretó el desarme general del vecindario, pero
solo por un anuncio y no de casa en casa como
se habia efectuado el 3 de Mayo. Ocupadas las
puertas 1101' los franceses, no dejaban salir á na-
die sin pasaporte, y los habitantes de los pue-
blos cirCUIlVCCÜlOS que haLían acudido á la de-
fensa de ]a capital, liacian aparecer maJar su
poblacion. El rt'y José tampoco entró en la ca-
pital y se mantuvo situndo en el Pardo.


A pesar de la capitulacion Napoleon llizo ar-
restar al Decauo del Consejo de Castilla Don Arias
Mon y Ve!ilrJe , que conducido á Francia murió
mas adelante en uno de los hospitales de París,
lllcrecit'l1(!o este cspajlOl por su inalterable cons-
tancia ser declarado bellemérito de la Patria por
las Córtes espailolas. Inual arreslo sufrieron
otros varios Cunst'jeros, y los diguos Fiscales de
este tribunal Don Gregorio Diez y Don .Nicolás
Sierra.


El Marqués de San Simon, antiguo emigrado
frauees que con tanto valor babia dirigido la de-
fensa de la puerta de Fuellcarral, fue manuado




(48)
ltlOo. juzgar por unn comisiotl milital' franccsa, y con:"


uel1ado pOI' esta á la pena capital, hubiera sido
i11l1udablemente sacrificada Sil vida, si su hija,
modelo ejemplar de piedad lilial, '.lropellando
pOI' todo, no se hubiera pl'esclllaclo PIl Chamartin
y enternecido con sus Lígl'imas al Emperador.
Concedo, la dijo este cedielldo ;í SIIS 1'lJ(~g()S, el
perdoll ti 'vuestro padre .. y le aúaTlfluno á ·/os re-
mordimiefltos de huber tomado las armas COl/tra su
patria.


Tampoco la capitulacion tllVO efeclo en ór-
dcn al respeto y cOl1sen'acion de las propieda-
des: fonnóse una junta d(~ S('cllcsII'OS para COIl-
fiscal' los Licncs de ciertos particulares y Gran-
des de Espaüa.


La defensa de Maclric! J a1l11111C realmente no
opuso mas que tres días de l'esistl'llcia á las llUes-
tes del uSlll'padol', p¡'olllljO reslllLallos admira-
bles y de la mayor cOilst'cucllcia. En los tres
días que el eprcito lllllnel'OSO de Napoleon se
detuvo delante de sus d(~sIJl'ecii\blcs tapias, ganó
tiempo el ejórcito auxilial' inglés, se reunieron <i
sus Lalldel'as los dispersos de la accion tic S0I110-
sierra, se alejó la gUil¡'lliciotl dc ;\l;¡Jrúl para in-
corporarse con sus eOltlpaÜl~I'oS de armas, y se
puso en salvo la JLlIlla central, único l"'ülJierno
legítimo de Espaüa; y cna\l(lo NallOl(~on recordó,
y su ejúl'CilO estuvo en disposicioll de seguír
marcltanrlo adelante, ni le file pü~;ihlc persq,uir
de eerca y balil' á 13s tropas allxilial'cs, ni tras-
tornar y descollcertal' al gobiel'lIo, cl1ya existen-
cia y unidud era tan necesaria á la lH,ClOn} es-




(49 )
pecialmcnte en época tan crítica y desastrosa. 1808.


La oCllpncíon de la Capital de las Espail3s no
produjo el efccto que se habia propuesto Napo-
leon; pues lejos de apresUl'arse las provincias á
enviar su sumision, trataron de hacer nuevos es-
fuerzos por cOll<{uistar su independencia. Hemos
hablado de varios decretos dados por Napoleon
desde su campo imperial de Chamartin, Por uno
·del 4 de Diciembre declaró á los individuos del
Consejo de Castilla destituidos de SllS magi:>tra-
tu ras, como cobardes é indignos de pertenecer á
la N acion espaüola, disponiendo que su Presi-
dente y Fiscales fuescn arrestados como rehcnes,
y los demas Conseieros detenidos en sus casas¡
sopena de ser perseguidos y tratados como trai ...
dores, esceptlJiínJose de esta disposicioll los (Plf~
no hubiesen firmado la declaracion dC 11 de
Agosto, tan deshonrosa á la dignidad del Empe~
r:Jflor.


Por otro decreto de igual fecha mandó que
inmediatamente se organizase el tribunal de rc-
posicion , creado por el título 11 de la Constitu-
cían de Eayona; y por otro del mismo dja de-
claró suprimido como atentatorio á la soberanía y
á la autoridad civil el tribunal de la IUtjtlisicion,
y aplicó sus bienes para la amortizacion de la
deuda de España. Decretó igualmcnte que lIn
mismo indivilluo no pudiese poseer sino una SO~
la encomienda, la reduccioll de los convento,
de Espaüa á una tCI'cera parte de los existentes,
prohibiendo la aclmision de no\'icios, y dando li-
herfad para seculari~arse á cuantos lo quisiesen,


'l'UJW 'lo 'J




(50)
t80S. asign,índoles para su manutencion de los fondos do


los respectivos conventos una pequeüa pensionj
abolió los derechos feudales, y toda carga perso.
nal, todos los derechos esclusivos de pesca, de
almadrabas y otros de la misma naturaleza en
rios grandes y peqlleüos ; todos los del'cchos so-
hre hornos, molinos y posadas, permitiendo á
todos dar la mas libre estension á su industria;
y suprimió las aduanas y registros existentes do
provincia á provincia, dejando solo las establecí ..
das en las fronteras.


En 7 ue Diciembre cspidió la siguiente pro ..
·clama. = ClEspaüüles : Habeis sido perdidos por
hombres pérüdos que os han empellado en una
lucha insensata, y os han obligado á correr ,¡ las.
armas. ¿ Hay alguno cutre vosotros que l'eflexio-
11ando un momento lo que ncaba de sllccderos,
no se halle convencido de que habeis sido el ju-
guete de los enemigos perpetuos del continente,
que se gozan de vel' vertida la sangre e.'>pailOla y
francesa 1 ¿ Cuál pudiera ser el resultado aún
del suceso ue algunas campailas? U na guerra de
tierra sin fin, y una larga incerLioumbl'c sohre la
suerte de Vllcstr3s propiedades y vucsll'u existcn-
cia. En pocos meses os habeis entregado á las
agonías de las facciones populares. Algunas mar-
chas han bastado para la ruina de vuestros ejér-
citos. l-:l.e entrado en :Madl'id : los (lel'cchos de la
guerra me aut.orizaban á llar un grallrle ejemplo


,y á lavar con sangre los ultrages hechos á mí y
H mi nacion. Solo he escuchado la clemencia.
A1311110S hombres, autores de todos vuestros mu.




(51 ).
les, serán solamente castigados. Bien pronto i808.
arrojaré de la península cse ejército inglés, en-
viado á España, no para sOCOI'reros sino para ins-
piraros \lIla falsa confianza para perderos. Os
habia di.cho cn mi proclama de 2 Je Junio que
qneria ser vuestro regenerador; pero os haceis
sordos ;Í mis ~'occs )'csistíCntlo ií mi~ fuerzas, que-
riendo que yo os malldase,no por vuestra volun-
tad y cOllsculimicnto, sino pOI' los dcrechos de la
guerra. Nada sin embargo a ltcrar<! mis disposi-
ciones. Quiero aun alabar lo quc haya podido ha;-
ber de generoso en vuestros esfuerzos: quiero
reconocer CJue se os han ocultado Vllcstros venIa-
dCl'os intereses; qne se os ha disimulado el ver-
dadero cstado de las cosas.


» Espaiiolc.·) , VIlc6tro destino está en mis mrl-
nos. Dcsechad los vencnos q1lC los ingleses han
derramado entre vosotros, QllC vuesll'O Jley esté
seguro de vuestro amor y v ucslra confianza, y
screis .mas poderosos, mas felices que no .10 lw-
beis sitlo hasLl aquí. He destruido cuanto se opo-
nia ,í vuestra pr,)speridacl y grandeza; he roto
lhs trahas que pesaban sobre el pueblo. Con el
Rey fIlIC JO os do.y J tC!ldreis tina monarquía dul-
ce, suave y liberal, y nadie tendr,í ~11ytivos pa-
ra (lllejarse de ~;n gobicl'1lo : solo depende dc vo-
sotros de gozal' de este insigne ,)e.n~{icio (lile os
pl'opOrCiollLlrá la Constitucion de BaJona que se
ha formado COll tanta prudencia y sabiduría.


»Pero si mis esfllcrzos son inúr¡lcs, si no cor-
respondeis á mí cOllfianza., 110 me ,reslal'áotro
arbilt:loque el de trataros .c.onlQlp'·ovincias COn-




(52 )
1 SOS. quistadas,y colocar á mi Hemlano en otro trono.


Ceüú'án entonces mis sienes la corona de Espafla,J
y sabré hacer que los malvados me respeten; pues
Dios me ha dado la voluntad y fuerza necesarias
para superar todos los obstáculos. En nuestro
t!ampo imperial de Madrid á 7 de Diciembre de
1808. = Firmado Napoleon. = Por el Empera-
dar, el Ministro Secretario de Estado, Hugues B.
Mareto.


Habiendo manifestado el Emperador por me-
dio del Corregidor de la villa de Madrid, que que.
l'ia que esta, representada por diputados de loJa9
sus clases, fues~ á implorar su cl.!mencia, y;Í pe-
dide que restituyese al trono de Espaila á su
bermano José, el dia 9 de Diciembre se le pre-
sentaron el COl'l"cgidor de Madritl Don Pedro de
1\101'a y 1,0mas, los Regidores Don .J uall de Casta_
fl,Hlo y Don J lliln Jaramillo , los Diputados del
cornun Don Matias Bayo, Don Juan José de
Dringas y Don Mateo Norzagaray, Ulla diputa-
cíon de dos Abades en representacioll del Estado
eclesiélstico regular, dos Curas párrocos del se-
cular, otra diputacioll del cuerpo colegiado de
la Nobleza compuesta de dos individuos, otra
de los cinco Gremios mayores compuesta de
otros dos, otra ue diez.en reprcsclltacion de las
64 Diplltaciones de los Barrios que comprendcll
los diez Cuarteles, y otra de cuatro por el cuerpo
de vecinos honrados de las parroquias de Ma ..
eh·id.


El Corregidor de Madrid, puesto á la caLeza
de es la gran Díputacioll, hólbló al Emperador




( 53) .
d:índole gl'ncias por la benignidad con que en la 1808.
conquisla de sus triunfantes armas habia mira-
du por la salvacion y felicidad de la Capit¡¡I,
dignándose concederla la benéfica y honros;! CH-
pilulacion, que miraba como la sal va guardia de
cuanlo habia pasado en la 3 uscncia de su her-
DlallO el rey JOS(~: le suplicó á l10mbre de lus
difvrclltvs cuerpos ú quicnc3 reprcsentaba la di.
putacion, que se dignase concederles la gracia de
ver d~ lluevo en Madrid á su rey, para tiue man-
dán .. loles, disfrutase la capital y los pueblos de su
inmediata jurisllicciol1, y á su tiempo la Espaüa
toda, de la tranquilidad y bicnes que csperaban lle
su dulce carácter, y concluyó rogando al Empe-
rador dispensase su gracia á los que por miedo
de los estragos dv la gUCITJ hahian salido de la
Villa y dejado sus casas abandouadas, é igual-
mente á los vecinos de los pueblos iurnediatos J y
tambien á todos los paisanos que habian lonHlao
las armas, no dudando de que se dignaria reen4
~argar las mas rigurosas órdenes á las tropas, pa-
ra que se respetasen las propiedades, los santos
templos y comunidades religiosas.


El Empcl'adol' contestó á este discurso en es-
tos términos:


«Apruebo los sentimientos de la villa de Ma-
drid. Siento los males que Ila espel'imcntado, y
tengo á particular dicha el haber podido en estas·
circunstancias salvada y ahorrarla mayores ma-
les. .


nMe he apresurado á dar las disposicion~~
que tranquilicen á lodas las clases de ciudadanos;


\




( 54)
1S08. no ignorando cuán penosa es la inccrtidurúbre á


todos los pueblos y á todos -los hombres.
» He conservado los órdenes religiosos, cerceo


nando el nlÍmero de los frailes. N o hay hOmhre
sensato que no conozca que era demasiado ere ~
cido su número. Los que han sido llamados por
lln~ vocacion que viene (le Dios, permanecerán
en sus conventos. Por lo que hace ,í los demas,
cuya vocacion era poco sólida y determinada
por consideraciones mundanas, ya les he asegu-
rado su existencia en el estado eclesiásLico se-
cular. De lo sobrante tle los bienes de los con ..
ventos he proveido ya paril acudir ,í bs nece-
sidades de los curas de esta clase, que es la mas
interesante, y la mns úlil del clero. »


» He abolido ese tribuna], contra el cual es-
taba reclamando el siglo y la Europa. Los sacer-
dotes dehen. guiar las conciencias J pero no de-
he n e j ereer j Ilrisdiccion ninguna esterior y cor-
poral sobre los ciudadanos.


») He satisfecho it lo que debia ;1 mí 'Y á mi
naüion: la parte de la venganza est:í ya hecha;
lla rccai(lo sobre diez de los vrincipales deliü-
eLÍclItes; para todos los dcmas el penloll es enle·
2'0 y absolllto.


II He suprimido los derechos usurpados por
los seüores en el tiempo de las guerra.,; civiles,
en el cllal S8 vieron 103 Hcyes muy á melludo fol'·
zadós á abandonar sus derechos para comprar
su tl'Jllcl'lilidad y el reposo de los plldJ]os.


») He suprimido los del'echo5 fendales J y
cualquiera podrá establecer y poner posudas,


"




( 55~
hornos J molinos, ,3 lmadl'abas , pe8querías, y dar f!;lOS.
un vuelo libre ,1 :m induslria, con tal que observe
las leyes y los reglamcntos de la policía. El
cgoismo; la riqueza y la pl'osperidad de un
corlo número de hombres acarreaba mas da-
ños á vucstra agricultura que los calores de la
canícula.


)} Asi como no hay mas que un solo Dio~,
tampoco debe habcl' en un estado mas que una
sola jllsticia. Todas las justicias particulares ha-
bian siuo uSLll'pndas, y eran contrarias á los de-
rechos de 1<1 N acion.


)} Yo las he destruido.
)} TamLien he hecho entender á cada uno en


particular lo (lue l)ouia tener que temer, lo que
tenia que esperar'.


»..1 los c~jérciLos inglcses Yo los lanzaré Jea
la península.


» Zaragoza, Valencia, Sevilla, serán some-
tidas, ó por la pcrsuasion, ó por la fuerza de mis
armas.


»No hay obstáculo ninguno cnpnz de retardar
por mucho tiempo la ejec\lcion de mi voluutad.


)}Pero 10 qlle es superior;Í mi poder, es el
constituir á los cspaiJo]('s en lJacioll Laja las ór-
denes del Hey, si continuan imbuidos en los
principios de divisiol1 y de odio h¡ícia la Francia,
que los partidario;.; de los jngleses y los enemi-
gos del continente han esparcido e11 el seno de
Espaü;¡. Yo no puedo establecer una nacion, un
rey y la dependellcia de los espaüolcs, 51 esto
rey no está seguro de. su lealtad.




( 56)
taos, » Bien fácil me sería, y estaría obligado á go-


hCl'nal' la EspafIa, nombl'an(lo para ella otros
tantos vil'cyes cuan las son sus provincias. Sin
embargo, no me niego á cedcr mis dercchos de
conquista al Rey, y á establecerlo en Madrid
cuando los 30.000 cilldadanos que encierra esta
capital, eclesi,ísticos, nobles, negociantes y juris~
consultas hayan manifestado sus sentimientos
y su fidelidad, cuando lJ3yan dado el ejemplo á
las provincias, ilustrado al pueblo, y hecho co-
nocer á la nacion, que su existencia y su felici-
dad penden de un Rey y de nna COlIstitucion lihe-
ral, favorable á los pueblos y contr:Il,ja línicamcn.
te al egoismo 1 á las pasiones orgullosas de los
grandes.


\) Si tales son los sentimientos de los habitan-
tes de la villa de Madrid, juntcnse sus 30.000
ciudadanos en las iglesias, hagan delante del
Santísimo Sacramento un juramento que salga no
solamente de la haca sino del corazon) y que sea
lJin restriccion jesuítica: juren apoyo, amor y 6:.
delidad al rey; inculquen al pueblo estos senti-
mientos los sacerdotes en el confesonario y en
el púlpito, los negocinutes en su corresponden-
cia J los jurisconsultos Pll sus escritos y en sus
disclll'sos. Entonces me clcsprenderl~ del dere-
cho de conquista, y colocaré al Rey sobre el
Trono, y será para mí muy lisongcro el portar-
me con los españoles como un fiel amigo. La
~E'n,:racion actual podrá varia¡' en sus opinio-
nes: demasiadas pasiones se han manejado para
esb); pero vuestros descendientes me bcnut'cirán




(57 )
, d' l' como a vuest.ro regenera 01': contaran en e nu-


mero de los (]ias memorables eslos en que he pa-
recido en vuestra presencia, y uesde estos dias
será la data de la prosperiuad de España.


»Ahi teneis, Señor Corregidor, ailadió el Em-
perador, mi moclo de pensar todo entero. Con~
suItaJ á vuestros cindadanos, y ved el partido
que tencis que lomar. Pero cualquiera que sea,
ahrazadlo francamente; no me manifesteis sino
disposiciones sinceras y verdaderas.»


El 12 de Diciembl'e publicó otros dos decre-
tos, mandando por el primero, que todos los
individuos que estuviesen en posesíon de gozar
alguna porcion de contribuciones civiles ó ecle-
siásticas, cesasen de percibil'las; y por el segun-
do abolió toda jurisdiccion señorial en EspafIa,
decla rando que no habia mas j urisdiccion que
la del Rey.


'rOMO 11.


19(16.




( 58)


,


CAPITUJ.JO IV.


Operaciones del ejército del centro. - Su retinda. - Ac-
cíon de Rllhierca. - CastúlOs depuesto del 1lJ:!ll :.10.- Sen-
timiento (le Sll cjircito. - Toma el lIlando el GellCl'al
La¡;elía. - El Duque del Infantado se reune á este ejér-
cito. - Noticia (le la capitlllaeion (le Madrid. - Sahlc-
vacion del ejército. - El General LapeiJa deja ellllando.
- El ejército proclallla por su GeCc á lnfantado.-Cas-
tigo del autor dc la sublc\·acioll. - J)is;lO~;iciollcs !lc In-
falltarlo. - La divisioll de V:dcllcia se sep:lra del ej(rrci-
too - CastalIos e3 cOI¡flllatlo por la Junta céntral. - Se
le forma causa. - Su inocencia. - lnjnslicia con quc se
le trala. - El ej(~J cito (lc lllfa;Il:1I1o Ilega:í Cuenca. -
Accioll de Tarancon. - Accion dc Ucl;rs. - Devastacion
de este puchlo pOI' los franccses. -.El ejército de Infau-
tallo se rcLira á Valcllcia.


1808. Despues (le la desgraciaua aCClOn de TudeIa,
el ejército llel cculro tuvo que n;lll'arse) como
ya llevamos m;¡nifc~laJo, ldcia Baria y Castilla
la llueva) acelerando su nlal'cha con el objeto
de prol c:gel' á r,L:d .'id amenazada pOI' los enemi-
gos. P¡1ra cubrirla relirada formó el General
Castaños una Jivision de seis batallones Je línea,
tres de ligeros y cuat¡·o escuadrones al mando
del General Venegas. Los enemigos alcanzaron :i
esLa columna en CalutaJud el 25 Je Noviembre;
pero Venegas los contuvo sin C'l1lpeüar jamas una
accion formal hasta el Jia 29 en que nuestras
tropas, en p.o~icion á la entrada de Bubierca) fuc-




( 59)
ron avistaaas por mas de 8.000 franceses al ama- 1808.
necer, los cuales, despnes de varios reconoci-
mientos de nuestra posicion, la atacaron vigoro-
samente entre nueve y diez de la mañana; pero
fueron rechazados con la mayor bizarría. En.)O
de Mayo de 1816 premió S. M. el sobresaliente
mérüo de e.~ [ns tropas con una Cruz de distin-
clon, compuesta de cuatro brazos igu3les en for-
ma de aspa) y cada uno de ellos de figura seme-
jante á la de un clarín, esmaltados de blanco
rOl' su medio sobrueute: en el centro del aspa
lwy una elipse de oro, en que está grabado el
lema: Por FCl'llalldo VII; Y en el exergo so-
bre carnpo l)lanco se lee en letras l'ojas En Bu-
bierca.> 29 de Noviembre de 1808. Rodea la elipse
una rama de encina, y en la parte superior de
ella licne una corona !leal de oro. Se lleva pen-
diente de una cinta dornda.


En Arcos, lL1gnr del tl'<Ínsito de Cnlatnyud á.
Sigiicnza) el General Castaños recibió órJen de
la Junta central para qnc inmediatamente entrega-
lle el mando al Mariscal de campo Conde de Car-
taojal nüentras venia á encargarse de él el Marques
dela Romana, GCllcral en gefe del ejército de la iz-
quipl'da, á quien se le habia nombrado igualmen_
te del del centro. CastalIOs, bajo el pretesto de
pasar á desempeñar la plaza de Presidente de la
J unLa militar general recientemente creada á las
inmediaciones de la Central, era separado de un
ejército que había conducido á la victoria ysos-
tenido con valor en los l'eveses de la guerra. Don
l'rancillCO Palafox) individuo de la Junta centra],




(60)
1:308. que se hallal¡a el! comision cerca del ejército del


centro, fue quien hizo presente á la misma la nc-
cesidau ue privar á CastalJOS del mando por su
inactividad, total abandono de hospitalcs y de-
mas recursos necesarlos para la conservacion y
marcha de un ejército. Cnstaños, siempre abe-
(liente, entregó ~n 30 de Noviembre en Sigiien-
za el maudo al General Don Manuel de Lapeüa,
á quien pOI' nueVil ónlen se le habia rnandatlo lo
veriGcasc. Caslaüos se separó de un cj,'TciIO ciue
le idolatraba, y su sucesor Lapeüa, siglli~nclo en
un todo los planes quc arlud lJULia trazaJo, Jil'i~
gió Sil marcha á Guadalajara, donde cull'ó ~l dia
2 dc Diciembre con toda la artillería y la mayor
llarte de la caLallería. En esta ciudad. encontró
¿II Duque dclln[¡¡ntaclo, quC', como liemos dicho,
habia salido de I~iadrid en busca ue eslas tropas,
y le instruyó de que el eneruigo se hallaba bao
ticlHlo ¡¡(lucHa capital, y ue que el camino ue
Alcalá uc llenares se hallaba interceptado por
las muchas tropas francesas clue estaban apos~
tauas en observacíon. En consecuencia de esto
se adoptó el mudar de direccion; y cuando el


o, o 1 1 l' o "\:T 011 o _1 SI' l'Jercllo murc lLllJ3 lUCIa Y 1 ::1I°eJo ue a vallcs,
se recibió la noticia de la capilulacion de Ma.
drid, por lo que fue preciso reLÍrarse hácia Cuen-
ca para eviltlr un encuentro con las fuerzas ene-
nligas , :\nfinitamente superiores.


Las marchas y contramarchas disgustaron á
las tropas, fatigadas á lo sumo, y exhaustas de
todo. En la villa de Mondejat' é Illana estalló
una sublevaciOll general en el ejército espaüol,




(61 )
que hizo temer las mas graves consecuencias. 1S0tj.
Para contcncl' esle desorden el General Lapeüa
ofreció <1bJical' el ma ndo y depositarlo en quien
fuese mas del agnHlo y salisfaccion de los solda-
dos. He unidos elltollces los generales y gefes lld
eié1'cito, 110rubraron por General en Gefe al Du-
que del Infantado, cuya cleccion fue aplauJida
por todos los soldados; y oc este modo se des-
hizo la terrible insurreccioll que amenazaba la
tolal disolucion de aquel ejército. Don José San-
tiago, graduado de Teniente coronel, cuya am-
bician aspiraba al mando en gefe} principal au-
tor de esta insurreccion, fue pasado por las ar-
mas e11 Cuenca en 12 de Enero siguiente.


El Ducllle dd Infantado, lleno de amor por
la causa de su Palria, y con una integridad y rec-
titud sin ejemplo, tenia dadas pruebas inequí-
vocas en todos tiempos de sus deseos del bien
general. Inmediatamente se dedicó con el mayor
aÜlIl á remontar la caballerÍa que se hallaba en
el estado mas miserable, sin monluras y sin her-
rages, y puso la infantería en el mejor pie de
guerra; de modo que á los pocos dias de su nom-
bramiento se habia cambiado del todo el aspecto
de ague! ejército, que cont;.¡ha con 18.000 hom-
bres de ladas armas, sin la di v ision de Valen-
cia, que bajo las órJenes del General Caro se
retiró á esta capital} no queriendo servir á las
órdenes de IuLll1tado, ni esponerse á los reve-
ses de la guerra fuera de los límites de su pro-
" mela.


Castailos cn tanto se dirigió á ]Hlscar la resi-




(G2 )
1808. dencía de la Junta central, que hostigada en to-


dos los pueblos por donde transilaba por el cla-
mor de todos los es paüoles, á (1 uie IlCS s II falsa
poI Ílíca habia te nido en ga üa dos, os tenta lldo mc-
nor el peligro, y publicando pomposas procla-
mas, en fIue apal'ccian como vencidas las tropas
de Napoleon, casi en el momento mismo en que
este invadia la capital, al llegar á Tl'ujillo, des-
pues de serias deliberaciones, acordó su traslacíon
á Sevilla. A la llegada de Castaüos á Salltiponcc,
pueblo poco distante de esta capilal, fuc manda-
do delener allí por órdcn de la J untá central,
y de allí ~í. pocos días se le confi:ló en el cOlIven-
to de San Isidro del Campo. CastailOs conoció
que el gobierno supremo, dirigido por una ma-
no oculta, trataba de su pCI'Jicioll ; en vano in-
tentó manifestar á la faz de la nacion su nunCa
desmentida fidelidad y honor, y su ¡rreprensible
conducta; la Central despl'eció sus reclamacio-
nes, y únicamente pudo conseguil' el (Ille su con-
finamiento fuese en Algecil'as, á donde se tras-
ladó. Comisionóse para presentarle los cargos en
un principio al Coronel Don José de Ve\asco,
y para la sustanciacion y fOl'!lIacion de causa
al Ministro del Consejo de la g!ll'rra :,larrluós de
de la Cuilacla-T)'l'r'y; Y ha\¡il~ndule l¡echo di-
versos cal'gos, contestó á ellos con documentos
irrcfl'agables, é hizo vel' fInc los clesasll'cs que
querían atribuírsele, eran obra de su aCllsaclol'.
rarecia qlle la juslicia exigia no se l1rgase á Cas-
taüos el beneficio que aseguran las lCj'csal úl-
timo delincuente; mas esta causa en que estaba




(63 )
interesado el honor del primer General de la Es- 1808.
paña J file se p ulta cla en el silencio J deso y élldose
los clamores del supuesto reo J y sofocando la
voz de la jnsticia al impulso de las pasiones.


El eit'>rcito del centro, al mando del Ducllle
del -Infantado, he1110s indicado que llt'gó ;í la
ciudad dc Cllcnca en 13 tIc Diciembre. Los fran-
ceses en llIíLllfTO de 800 cabullos se hallaban si-
tuados en Tarflncon, á doce leguas de distancia
de aquella ciudad, haciendo correrías, y exi-
gien(lo contribuciones en toda a(¡uclla comarca.
El General en gefe dispuso que la division de
vanguardia, situada en el pueblo de Jabaga, á
las óruenes del Mariscal de campo Venegas , sa-
liese á desalojar al enernigo de Tarancon, y á
liberl<l l' los p ueL1 os circ \l n vecinos [Iue tenia es te
oprilllidos COIl continuas cX~lcciol1cs. En efecto,
en la 110che del 19 de Diciembre dicha vanguar-
dia compucsta de 7.000 hombres se puso enmar-
clla, y el 22 llcgó á Uclés) de donde despues de
practicado un reconocimiento) salió Venegas
el 24 con dos columnas) mandada la primera
pOI' él mismo, y la segunda por el Brigadier Don
1)e(/ro Agll~Lin Giron. Esta debía marchar en de.
rcchura sobre Tal'ancon, mientras ;Hluclla, ro-
dcantio dicho pueblo, se interponia en el camino
de Santa Cruz para impedir la fuga del enemigo,
si, como era de presumir, intentaba la retira-
da en aquella dil'eccion, huyendo de fuerzas tan
superiores. A pesar del frio, lluvia y granizo de
3(tuclla noche, no pararon los españoles de an-
dar en toda ella hasta el amanecer del 25) que




(64 )
1808. llegaron nI monte que esL,í por la izr¡llicrda de


Tarancon, á tres cuarlos de leglla de Santa Cruz
de la Zarza, cuya dista licia UlI'{]¡¡ron en andar
cerca de dos horas por los l1111chus arroyos fIue
habia que all'ave.'>:lI", J la natural aspereza del ter-
reno. A las 9 y cuarto de la l11aiwna, al Slllil" des-
de el monte al camino real, eul re Tarancon y
Santa CI'IIZ, casi desesperauzados los cspaüoles
de conseguir su intento j pllCS no se oia tiro al.
guno que indicase el arribo de la segllllda colum-
na, que debia alacar pOI' el pUlIlO eLé! Tarancon,
para atraer al enellligo h;lcia él, Y hatide des-
plles en rctirada, de repellte se avi.starün los
franceses. Un batallon de Guardias espaflOlas, al
mando de) Brigadier Don Andres llerrasli, des-
plegó inmelliatamente en hatalla, y se prep;¡ró
á recibir la columna en masa de la caballería
fl"anCesa. La espesa niebla no dejaba ver á seis pa-
sos de distancia los objetos; una descarga cer-
rada bastó para contener la carga de a'lflella, que
retrocedió precipitadamente; mas no hahian pa-
sado cinco minulos, cuallllo rehecha de nuevo
volvió á dar otra carga por el nanco izquierdo,
y recibida con la mayor screuid'HI, y Jej,índo·
la avanzar lHlsta cerca de las bayonetas, se la
llÍzo otra segunda descal'ga cerrada qne la puso
en tan precipitada fllga, que corria dispersa á
torla bl'ida, dejando sembrado de cad¡íveres y he-
ridos el frente de la líneacspallOla. Nuestra caba-
llería 01 mando del Vizconde de Zolima , Coro.
né! del regimiento de Santiago, persiguió á la
francesa por espacio de mas de una legua, sin




(65)
poJerla dar alcance j pues huía á .cscape, y no
paró hasla Ocaua, nueve leguas distante del Cam-
po de batalla, en el que dejó el cJH~rnigo 330
muertos. Los espaiioles qlledal"On Jueilos de to-
da aquella comarca, cntral'OIl al medio dia en
Tarancon, de1tJe dOIli.le el 27 pasal'on á Uclés,
en cuyo puulO lomaron posicioues. Esta brillan-
te aceion fue recompensad<l por la Junta central,
usccnJicnuo á Mariscal Je campo al Brigadier
Hcrrasti J y condecorando ¡í los individuos del
primer batallon de Heales Guardias de infantel'Ía
de Sil mando que se hallaron en la accion, con
un escudo con dos palmas entretejidas, en alu-
sion :Í los dos rechazos dados á los enemigos, y
1111 lema en el centl"O r¡ue decia: ¡/!.¡;11ltcl'Ía in-
'Vencible ell T({rallco/l en 25 de Diciembre de 1808.


Sii!lado d Gf'neral Veuegas en Tarancon y
Santa Cruz con las tropas de su mando, tf'llia
destacada en Bdinchon la caballerla al mando
del COIlde de Bocarlle. Los enemigos maniobra-
Lall rellnll'l1do tropas sobl'c el Tajo; y el dia 8
de Enero ocuparon <Í Santa Cl'UZ, evacuada por
los espaiwles <le antemano. El 1t amenazaron á
TIdillcllOlI, po!' lo (¡lIe Venegas se ),l'liró á Uclés,
dejalldo en Tribaldos á Bocarnc y á Ramirez de
Al'clLll1O con 700 c<lballos y alguna infulltería.
El t2 hicieron los fl'anc('s,~s un movimiento, de
<Jlw resultó un corto tirot(~o; y el 13 <i las siete
de la rnaiJanél el lVbriscal Vic[ul' , á la cabeza de
i6.00(l Itolldm's, illClllsos 2.000 cahallos, atacó
)a posicioll del t-jl'rcilo (':'>pailOl (,Il Uc1és, em-
pn:nllclo 1101' el puuto avallzado de TribaIdos, del


1'0\10(1, 9


1308,




(66 )
1808. que los españoles se retiruron en buen órden. En


seguida trató de romper la derecha y centro de
nuestro ejército por medio de varias maniobras,
dirigiendo el principal alaque contra aquella, que
nI fin consiguió batir y desburatar; de modo que
dispersadas totalmente las tropas cspaiiolas, se
hizo cllleiIo en muy corto tiempo del pueblo de
Uclés, y de las alturas inmediatas, cogiendo
tanto número de prisioneros, que fue muy poca
la infantería que logró salvarse. La cahallerÍa
pudo abril"se paso, espada en mano, huyendo á
todo escape en direccion (le las P6J3S de San
Pedro. El General Duque uelll1fantJuo acabaLa
de entrar en Carrascosa cuando recibió la noti-
cia de este desastre, é inmediatamente dictó las
providencias convenientes, á fin de eviL:lr, en
cuanto fllese posible, que los franceses siguiesen
el alcance de los fugitivos.


El vecindario de U clés habia tomado parte
en el alaque y defensa de aquella poblucion, Lien
ageno de tan desastroso resullado. Los franceses
se entregaron á cuantos desórdenes son imagi-
nables luego quc entraron en aquella villa; sa-
quearon todas sus casas y el Il13gllÍfico convento
de Santiago, escarneciendo á los conventuales
que hallal"ol1 en l:l, Y quil::llHlo inhumanamente
la vida ¡í. setenta y naeve habitantes de los mas
iluslres y conocidos, entre ellos tres conven-
tuales; llegando su barbarie y brutal insulto á
violar algunas religiosas, y la mayor parte de
las mugeres que encontraron cn su desgraciado
recinto.




(67 )
Infantado) que en los momentos mas críti- 1808.


cos haLía tomado el mando del ejército, y que
vió, il pesar de sus acertadas providencias, frus-
trados lodos sus proyectos, conoció la imposibi-
dad de permanecer en Carrascosa; y en su conse-
cuencia resol vió retirarse á Cuenca J en cuya ciu-
dad entró el 14 de cnero , poniéndose en marcha
al siglliente diá para Albacele, Chinchilla y ElIio,
con la idea de cubrir el reino de Murcia 1 yevi-
tar la in vasion de Valencia, sin perder de vis-
ta los movimientos de los franceses en la
Mancha.




(68 )


CAPITULO V.


Operaciones del ejército de la derecha en C.llalniia. - Ac-
cion tle Llobrcgat. - Accioll de Salita Cn!olJJa. - Ac-
cion de San Co!gat. - Estado de Catalut-' a. - ;\1archan
tropas lle otras pl'OV ineias a su socorro. - Euh'a \lB Ilue-
YO ejército francés en CataluiJ:l. - Saint C)"l' sitia á Ro-
sas. - Accion del lIallo de Barcelona. - Accioll del Flu-
',·iá. - Segunda accion del llano de Barcelona. - Ataque,
de San Andrés de l~al()lIlar, y hateríJs ¡Je l\lolljuÍ._
Rendicion de la plaza dc Rosas. - Se fuga su gllarnicioll.
- Saillt Cyr vuelve á Barcelona. - Acciolltle Llinas. _
Accioll de Sa1'l'iá. - Accion de Molills ,le Rey. -Retira-
da llel cjé¡'cito espaüol. - Su desconteuto, - Deposicioll
del Geueral Vives. -Le slIcedeRediuf). -Vejan los cs-
pañoles la ofellsiva , y toman la defensiva.


180~. Mientras ]as provincias del centro de la Es-
paÍla combatian COn mas v¡¡lor quc suceso por la
defensa de su libertad, CatalufJa las sobrepu ja-
ba en celo presentando mas unidad y energia en
sus alaques, y fOI'LificantÍo su constélIlcia en vez
de abatirla los mismos descalabros (IlIC esperi-
mentaba. La linea que los espaüoles ocupaban
en la orilla derecha dd Llohrcgat .. se estcndia
desde el puente fortificado de Molins de Rey has-
ta mas abajo de San Boy. Los franceses atacaron
esta línea el dia 2 de Setiembre. El Genpral Mi-
losewik , sostenido por Sc!JW,lI'l Z con 4.000 hom-
bres, desalojó á las tropas espaflOlas de sus posi-
ciones en dicha orilla derecha por la parte de San




(69 )
Boy, mientras su cahallería mandada por el Ge- 1808.
ncral de brigada Bcssieres, hermano del Mariscal
Duque de Istria, in! enló forzar eOIl 2.000 hom-
1Jres el puente de Molins de !ley, de donde fue re-
chazallo. Entretanto, reforzada la derecha de los
esp3i'1OIes, 01,1 igó :í Milosewik á retirarse, reco-
brando las posiciones de (lile acababa de ser des-
alojndo.


El Coronel Don Francisco Milans , que se ha-
llaba con un cuerpo de migueletes en Santa Co-
loma cerca de Barcelona, fue atacado el 22 de
Setiemhre Lí las 6 de la mailana por 2.500 infan-
tes y 200 caballos, á los que rcclJazaudo con el
mayol' uenueuo, cargó en seguida y batió comple-
tamente, pcrsiglli!'~I1dolos hasta bajo el fuego de
Ja misma artillería de aquella })!aza, con l)érdida
de mas de 40 l11UI'rtos.


Reunidas el 12 de Octubre en San Colgat,
pueblo no muy distante de Barcelona, dos pe-
queilas columnas francesas, mandadas la una por
el General Milosewik, y la otra por el Ayudante
Comandante Deveaux, fueron at.acadaspol· el Ge.·
lleral espúlol Ca]dagu{~s á la cabeza de 3.150 in:"
fantes, 220 caballos y 6 piezas de al,tíllerÍa. Las
tropas italianas, de que se componía una de las
columnas enemigas, viéndose am(~naiadas por la
caballería de húsares espaj'¡oles, formaron el cua-
dro, y, á pesar de su serenidad, fIJe tan tClTi-
ble la carga, que roto y destrozado completa-
mente, tuvieron que retirarse con la mayor pre ...
?ipitacion á Barcelona, espcrimeutando una gran
pérdida.




(70)
fMS. Toda la Cataluña se hallaba á la sazon sobre


las armas: por la parle del Norte n umcrosos so-
matenes interceptaban las comunicaciones de 108
enemigos, y se apoueraball de los convoyes des-
tinados á la fortaleza de Figueras, y las escoltas
de est05 eran sin remedio pasadas á cuchillo) y
sus cadá veres mutilados cubrían los caminos.
E] General Reylle, que manuaba en esta parte
de la provincia J no habia podido disipar estas
reuniones, y los terribles migueletes catalanes
con sus sangrientas incul'siones llevaban el te1'-
rol' hasta dentro de las fronteras de la nnsma
Francia.


En este tiempo la Junta central, para 80ste ...
ner los esfuerzos del Principado, dispuso enviar
á él toda especie de municiones de guerra I
comisionó oficiales de línea para organizar la
gente armada del pais , é hizo marchar á Catalu.
¡la, como tenemos ya indicado, una divisioll de
tropas aragonesas al mando del Marqués de La-
zan, que llegó á L~rida en el mes de Octubre,
al mismo tiempo que Dtra, compuesta de los gra-
naderos provinciales de la di vision de Carrafa,
procedente de Lisboa, desembarcó en el mes de
Noviembre er. número de 8,000 hombres en las
inmediaciones de Tarragona, y otra de 13.000, que
al mando del General Reding se habia destacado
del ejército de Andalucía, despues ele haber coope-
rado de una manera tan eficaz al éxito de la memo-
rable batalla y capituJacioll de Bailen.


Las plazas de Rosas, Gerona, Hostalrich,
Tarragona) Lérida, Cardona, Tortosa y el fuer.




(7\ )
te de Balagner fueron pueslas en estado de de-
fensa.


El General Duhesme) perseguido vivamente
en todos los puntos que se presentaba, se vió al
fin en la necesiual\ de encerrarse en Barcelona,
en donde fue bloqueado por los espoüoles, sin
atrevel'se á Jwcer una salida, como luego vere-
mos. El General espaüol Vivcs, á quien se encar-
gó el mondo del ejército de la derecha, procuró
en tol estado enlablal' comunicaciones con el Ge-
neral Lechi, Gobcruador de la ciudad y fucrtes
de Barcelona, á (Iuien en vano ofreció un millon
de duros, y un osilo pcrpétuo cn España ó en
América ... si cnLrcgoba la plaza.


Tal era la situacion de Catalufla, cuando en
principios de Noviembre un cucrpo fnmcús de
iG.OOO hombrcs, quc se habia rcunido sohre la
frontera de los Pirineos orientales durante el mes
de Setiemhre, entró en territorio cspaüol. El Ge.
neral Gouvion de Sainl eyr fue colocodo ;í la ca-
beza ue este cuerpo, compuesto de tres divisiones)
al mando la prim~ra del General Sohnon, de
ocho batallones de infantería y un regimiento de
dragones; la scgllnda al del General Pino) com-
puesta de 4 regimientos italianos, y la tercera al
del General ehavet de tropas napolitanos saca-
das ud ejército quc el Príncipe Eugcnio manda_
ba en Italia. La primera OPl'I'ucion del General
Saillt eyr se dirigió contra la plaza de Hosas, des-
tacando al efecto la divisiol1 de) General ReyIle,
que enconlró ocantonada eu los oll'cdeuores de
Figueras 1 'J la Ji visioll italiana del General Pino.


1808.




(72)
1808. Estas fuerzas reunidas llegaron á la vista de Bo-


sas el 6 de Noviembre, y tomando posiciones
circundaron en el mismo dia el fuerte y la pobla-
cion. El 12 la gnarnicion, pOI' medio de una salio
da, desalojó á los enemigos de las alturas de
Agllilas y Pllig-Hom, sitll,índosc los espai101es en
la última, y pl""[Jancci'~lldo allí llasta el 15 en
que fueron desalojados de ella por lo!> franceses,
que estrechando eutollces el cerco lograron pe-
netrar en la viila, ]a S;¡fl'li'arOlJ, y atacaIJdo á cosa
de las 8 el fllel'te po\' dos vcecs, flleron rechaza-
dos con estraol'diuóll'io valor por la corla fuerza
que lo defendia. El 18 principiaron ;í formalizar
el sitio abl,ielldo trincheras, y siguielluo cn. un
todo el rlan del (le 1795.


Entre tanto el Gcuf'l'al Vives, qlle l¡ahÍa tras.·
ladado Sil cuartel general desde Villafranca de
Panadés ,í Marlorell el 3 de Novielllbre, di\.-iclien-
do sus tropas que componian UIl tolal (le 13.000
hombl'es en cinco columnas, marchó por diferen-
tes puntos al encuculro (le! enemigo en la nocllC
del 7, que por hallel' sillo en estl'ClllO lluviosa,
embarazó mucho esta operacion. Mas con todo el
8 por la mallana ataCl) á los ellemigos, los desalo-
jó de sus posiciones dclllano de Dal'cclona, y los
persiguió hasta bajo los fllegos de la plaza; pero
la cOlltinuacion del ll1al tiempo, 'lile entre 011'05
incollvenient(~s prollujo el de h inculllllllicncioll
de las columnas, decidiEron al GCBeral espaüol
á mandar la retirada ;í los lJ!lIlíos de sus antiguas


1 <


posiciones. La pt:rdida rilO los espailolcs consistió
en 2 Oficiales y 45 soldados entre mucrlos, IlCri-




(73 )
dos y prisioneros, ascentliendo la del enemigo á 1.8Uo.
mas de tiO, pOI' confesion de ellos mismos.


Por entonces el General francés Sohuan con
6.000 hombres ocupaba los pueblos de Navata y
Pontós de Armadas con intento de contener la
vanguardia del ejército español, que al mando
del General Alva-rez se hallaba situada sobre el
paso del Flllvicí, no lejos de Gerona, para estar á
la vista é impedi¡' el paso de nuevas tropas fran-
cesas. El 24 de Noviembre Al varez vadeó el río
Con unos 3.500 hombres, y desalojó ¡í los enemi-
gos de las alturas de Ponlós, obligándolos á rcple-
g;]rse; mas conociendo la superioridad de estos,
y habiendo esperimentado alguna pérdida, repa-
só durante la noche el Fluviá.


El 26 de Noviembre, reforzado Vives con lag
tropas de la divÍsion de Granada, al manila de
Reding ~ repilió el ataque contra las posiciones
que ocupaban los franceses en el llano de Barce-
lona, y habiéndolos desalojado de ellas, los hizo
encerrar en la ciudad y sus fuertes que guarne-
cieron con 8:000 hombres. En su consecuen-
cia trasladó su cuartel general á San Feliu de
Llobregat, haciendo prisionera la guarnicion del
fucrte de San Pedro mártir, que se rindió á
discrecion.


Despues de la accion del 26 de Noviembre
habian resuelto los franceses ocupar el lugar de
San Andl'ós al N. de Barcelona, y habian situado
algunas baterías en la falda de Monjuí para flan-
quear y protcger su puesto de la Cruz cubierta.
El General Vives les atacó todos estos puntos el


TOMO 11. 10




(74 )
i8G8. 5 de Dicieml)('e y les desalojó; pero poco despues


8ostcnidos los enemigos por la plaza recobraron
la Cruz cubierta, y las baterías dc Monjuí.


En tanto el sÍLio de Rosas proseguia con el
mayor vigor. En la noche del 26 al 27 los france-
ses atacaron la villa, cuya defensa estaba confiada
al Coronel Baget, con 500 miglleletes y 50 hom-
bres de tropa de linea, y habiéutlolos rechazado
vol vieron al amanecer al ataque con el mayor es·
fuerzo, y á pesar de la tenaz resistencia de sus
defensores fueron estos desalojados, quedando he-
rido f;U Comandante.


El 2 de Diciembre hicieron los espaüoles una
vigorosa salida con el fin de retardar los trabalos
del enemigo, pero en vano. El 4 rompieron los
enemigos el fuego de caüon, y el 6 la brecha se
hallaba ya practicable, por lo que se trató dc ca-
pitulacion. Mientras esta se estaba negociando,
las pocas trop;:¡s que guarnecian el castillo de la
Trinidad, volaron los almacenes, y se embarca-
ron en los buques ingleses, protegidos por los
fuegos de los mismos. Estos, al mando de Lord
Cochrane, situados en la rada de Rosas hicieron
cuantos esfuerzos pudieron para conservar á ]a
España este punto tan importanLe por su situa-
cion; pcro agotados ya todos los medios de de-
ferisa , despues de 18 dias de trinchera abierta,
no fue posible prolongar m;:¡s la defensa. En 2 de
Mayo de 1821 concedió el Rey N. S. una cruz
de distiucion para premiar el valor y constancia
de las tropas de]a gual'l1icion de esta plaza, cn
su vigorosa defensa verificada en 1808. Se com-




(7 tí)
pone de cuatro aspas iguales, esmaltadas de co- 1~()tl.
101' de rosa, con los cualro lados estel'iorcs de
ellas curvos, cuyos ocho ángulos mistilíneos re-
mata n en globitos pequeflOs de oro, y sobre el
aspa superior una corona de laurel: dichas aspas
concurren en una superficie circular, en cuyo cen-
tro se figura esmaltaJa la plaza de Rosas, y en
su contorno y en letras de oro se lee: Con brecha
me defendí. En el reverso sobre carnpo azul celes-
te tiene esmaltadas tres rosas, y alrededor en cam.
po blanco y lelras de oro la inscripcion: A los
defensores de Rosas por Fernando VIl. La cinta
qnc se usa para llevarla pendiente del ojal de Ll
caS<lca, es verde con cantos de color de rosa.


Asi que la plaza de Rosas capituló, el Gene-
ral Saint Cyr se preparó á n:nrchnr sobre Barce-
lona, quc reclamaba con urgcncia su socorro, pOI·
l1allarse bloqueada estrechamente por los espa-
ñole.~. Los Generales Vives y Hcding, sabcdol":s
de este movimicnto, salieron á su encuentro con
11.000 hombres además de 3.000 que tenia á
5U mando el Coronel Milans. El 16 de Diciem.
bre entre Cardedeu y I,1inas se trabó una reüida
accion cntre estas tropas y el ejército frances,
que superior en número hizo inútil el valor con
que pcIearon los españoles. Envueltos algunos
cuerpos de estos por su izquierda, se desbanda-
ron, aunque lograron retirarse en ó\,c]en 3.000
hombres con dos piezas de artillería. Ni Milans
que estaba sobre la derecl13 de los espafIoles con
su division, ni el Marqués de Lazan con la Slly~,
pudieron tomar parte en la aCCIOno La division




(76)
1008. de Lazan que dUl'ante el sitio de Rosas se hallaha


de guarnieioll en Gerona) detuvo el ímpetu
de otra enemiga de 6.000 hombres) que des-
pues de la rendicÍon de afluella plaza destacó
Saint Cyr contra Gerona, y la desalojó de las
alturas de Costa-rocha y San Juliun de Bamís,
que habia tomado COI1 el objeto de apoderarse ae
la misma plaza) haciéndola retirar de su vista con
})astante pérdida) en los dias 11 y 12 con (1ircc~
cion al pueblo de Lnhishal, en donde se reunió
al grueso del ejército de Saint Cyr , que 111:1rc11a-
ha al socorro de Barceloua. Lazan saliendo de
Gerona el dia 13 con su division ele 3.000 in-
fantes , cuatro piez<ls de artillería y doscientos
caballos, fue siguiendo al cjl:rcito fr:1nces, y pi-
cando siempre su retagunrdia, entró a'lucJ dia
en los pueblos de la Casa de Selva, en el que se de-
tuvo el 14 en Innlo que el enemigo pasaba á vis-
ta sllya por el pueLlo de Llagoste!'a ; y siguió su
rula por ViJrel'as , Sili, las Mallorquinas, Mas-
sanas, alturas de Gl'iOllS y Gaserans J por el
frcnte de la plaza de Hostalrich, San Ccloni y
camino renl de Barcelona. En su tránsito se ll!
reunieron la division de Don Juan Clarós y mas
de 1.000 somatenes al mando del Marqués del Tor-
rente. ;La dislanciaá que marchaba del enernigo,
era como de cinco á seis leguas, pero sin atacar-
le, porque tenia órden espl'esa Jel General en gc-
fe para no hacerlo hasta que este por su frente
no le hubiese batido. En esta marchn de observa-
cion hizo prisioneros como unos 400 franceses
de los fIue se ihan quedanuo rezagados, y cogió




(77 )
unas cien vacas dd convoy que nevaIJan para 1t:Otl.
Barcelona. El dia 18 supo Lazan la llesgraciada
accioll de Llinas y Cardedeu, y faltando ya el
objeto principal de su marcha á la vista de la
reta guardia enemi ga , retrocedió con su di visioll
á la plaza de Hostalrich, de donde salió el 20
despues de lJabcrse ¿lgrcg¡¡do á su tropa el se-
gundo batallon del regimiento de Baza, que de
resultas de la aceion de Llin¡¡s habia quedado
separado lid cuerpo principal del ejército por la
parte de las montañas que miran á la costa de
Mataró. Las alturas de Hoslalrich quedaron por
disposicion de Lazan guarnecidas con las tropas
de Milans , y en seguida se dirigió aquel con su
division á Gerona con el objeto de impedit· la en-
trada de mas tropas francesas por el Ampurclan.


El General Saint Cyr despues de la aceion de
Cardedeu avanzó á Granollers, en donde entró el
mismo dia y á la maiwna siguiente en Barce]ona.


La guarnieion de esta plaza, deseosa de co-
operar eon las tropas que venian á hacer levan·
tal' su bloqueo, viendo dilinlinuidas considera-
hlemente las fuerzas espailolas que lo formaban
por la mnrcha de las dos divisiones que acompa-
liaron al General en gefe, atacó en el momento
que se e¡;taha dando la desgraciada accion de Lli-
Has, por medio de una salida general, los puntos
de Sal'riá , del Hospitalet y de Esplugas. La ac-
cion fue sumarncnle tenaz y reilida; pero al fin
los franceses tuvieron que retirarse á ]a plaza al
:ll1ocheeer sin haber obtenido ventaja a]gul1:t.
l\1clS no bien supieron los sitiadores la catástl'olc




(78 )
1H03. de la hatalla. dl~ Cardedeu , cuando tuvieron qll~


replegarse sobre la orilla derecha del Llobregat :i
las mismas posiciones que ocupaban al prin-
CIpIO.


El General Saint Cyr, despues de 11abcl' dado
dos dias de descanso á su tropa y reforzádose
con la division de Chabl'an que hacia parIr de ]a
guarnicion de Barcelona, salió de esta ciudad e120
de Diciembre y se dirigió sobre el LloLregat con
el objeto de atacar la posicion de los españoles.
El 21 al amanecer empezó su ataque contra la
derecha de esta, y vadeando simultúneamente
el Llobrí'gat las divisiones de SolnHll1 .Y Pino pa-
ra envolverla, mientras que el General Chabran
atacaba de frente y cañoneaha vivamente la ca-
}¡"za del puente de Molins de Rey, lograron en
efecto los primeros hacerse dueños de las altu-
ras que dominaban la posicion de los espafloles,
y despues de cinco horas de un obstinado com-
bate tuvieron que abandonar eslos la orilla dere-
ella del Llobregat, retirándose precipitadamente
11;Ícia Tarragona con pérdida de mas de 400
hombres, y del General gefe del Estado mayor
Conde de Caldagu{'s, fJllC fuc hecllo prisionero en
la villa del Veuelrell. Persigl1ió Saint Cyr á los
esparlOles hasta los mismos lllUl'OS de Tarragona,
y á la llegada á esta ciudad del ejh'cilO español
derrotado, soldados y paisanos levautaroll un
clamor genITal contra sn gefe Vives, el que fue
depuesto del mando y arrestado inmedial:lmcn-
te. Los unos le aCllsabau de imp('['icia, y lo~
otros de traiciono El General Reclino' que en su




(79)
reti,'ada á Tarragona con su brigada suiza se 1Ia- lO08.
Lia visto espueslo ,í. los mayores peligros y dado
las mas relevantes pruebas de talellto, valor y
perseverancia, considerado ya anteriormellte
como el principal venceuo!' de Dupont en los
campos de "Bailen, fue nombrauo General en
gefe por los votos unánimes del pueblo y. de la
tropa.


Esta mudanza sola bastó para calmar la irri-
tacion de la tropa y del paisanage, y la activi-
dad que Reding desplegó para la organizacion
del ejército, acreditó el acierto de su eleccion.
Los ingleses suministraban armas, víveres y mu-
niciones de toda especie; y el General Saint Cyr"
conocienuo los elementos con que tenia que
combatir, juzgó sus tropas insuficientes para de-
tenerse delante de una plaza dispuesta á defen-
derse largo tiempo, á pesar del mal estado en que
se hallaba en aquena época, é hizo acantonar su
gente entre Tarragona y :Barcelona, esLendién-
dose hasta Villanueva de Sitges en las orillas uel
mar. La falta ue víveres en un pais devastado,
la imposibilidad de sacarlos de :Barcelona, el de-
fecto de los medios de transporte, y la dificultad
eH las comunicaciones aun entre aquella ciudad
y Villafranca, adonue situó su cuartel general,
le determinaron á mantenerse sobre la defensiva.




(80)


CAPITULO VI.


Operaciones «el ejército inglés. - Napoleon marcha, á ~u
encuentro. - Paso del Guadarrallla. - Reunion del
ejército inglés y cspallO[. - Los ingleses cOllliellzan SIl
retirada. - i\ccioll de Benavcnte. - Los espallOlcs cm-
prenden Sil retirada. - Accion de Mansilla de las mulas.
- l\oticia de la guerra de Austria - N apoleoll yuelve
á Valladolid. - Proyecto de reullir la España á la Fran-
cia. - Prepara el restahlecer á José en el trollo.-
Spgnn(!a entra(1a de este en la capital. - Srmlt P(:rsisue
á [os ingleses. - S II desastrosa retirarla. -Dcsorganiza-
cion del ejército inglr5s. - Batalla de la Corulla. -Muer-
te del General Mool'e. - Embarque de los ingleses. -
Consideraciones sohre esta espe(licion. - Capitulacion
de la COl'uña.- Napoleon marcha á Paris. - Capitula-
cion del Ferro!. - Toma de Vigo.


1808. Ellínico ejército que quedaba intacto en la
Península era el que mandaba Moore J cuya mar-
cha lenta y algunas circunstancias políticas im-
pidieron que cooperase en el alto Ebro con los
españoles apostados en sus márgenes. Su presen-
cia en Espaila fue por lo tanto c<1si inutil, de-
biónJose únicamente la import'lllc.ia de sus ope-
raciones á la actividad que Napnlcon puso en su
pCl'sccllcion. Hemos dicho ya que Sir Juhl1 Moore
llpgó el 27 de Octubre á Salamanca) en donde
permaneció cerca de un mes. La entrada de Na-
poleon en España con un ejército numeroso y
<Iguerrido) las victorias que este acababa de cou-




(81 )
seguir en Burgos y en Tlldela, hicieron á Moore' f808.
clisponel' que Sil' David Baircl, que con 14.00U
hombres hahía desembarcado en la Coruila y se
dirigia á incorporarse con él, relrogradase con
el fin \le intemarse en Portugal, á C\1yo reino se
dirigiria él mismo, luego que se le reuniese el
GCllcral Horpe, para estal' en disposicion todos
de embarcarse. Esta úrden de l'etirada hizo mur.
mural' al ejúrcito inglés, y en vista de la agita-
cion que reinaba en sus soldados, no se decidió
á Comenzar el movimiento l'etrógl'ado; engañado
}Jor otro lado con las falsas relaciones que publi.
caba la Junta central acerca de la defensa de la ca.
pital, é insta(lo al misrno tiempo por esta y por
MI'. Frerc) Embajador inglés cerca del gobier.
no espaiíoJ, para que marchase con sus tl'opas
,,1 SOCOlTO de Madl'id, cuyos habitantes estaban
resueltos á sepultarse bajo sus ruinas antes que
rendi¡'se, y en donde la abundancia de comesti-
hlcs prometía garantir mucho tierripo la subsis-
tencia de su ejército. Cediendo Moore á estas ins-
tancias, y considerando que á su frente no habia
mas tropas francesas que las que al mando del
.Mariscal SOlllt oCllpaban á Can'ion, determinó,
marchar Contl'3 ellas, batidas, y dirigirscdespucs
sobre Burgos. Por este movimiento arriesgado se
cortaba la reti¡!ada á los franceses que se habian ade.:
l~ntado sobre Madrid, ó al menos se les forzaba
i; abandonar este })Illlto céntrico de la ESÍ)aiw.'


Napoleoll . en Sil cuartel imperial de' Cha-
márt'Ín permanecía con la 111ayorimpaciencia'
rOl', igQ(}l'ur;los ,movimientos de los ingleses'"


11
1


TlilllO 11.




(82)
1808. Y asi inmediatamente que llegó á su noticia el


que trataba de ejecutar el General Moore, dió
las órdenes correspondientes el 23 dc Diciembre
para que en el mismo dia se dirigiesen sus tropas
á atravesar las montaüas que separan la provin-
cia de Madrid de la de Segovia, y pasasen el
puel'to de Guadarrama. Al dja siguiente el Em-
perador partió en la misma clircccion, y á pesar
de hallarse el puerto tan célTado ue nieve y rei-
nar tan terrible viento, (JllC parccia impracticable
el paso, el EmperaLlor, á quien no detenia el
tiempo ni la oscuridau de la noche, se colocó
á la cabeza de la columna Con el regimiento de
cazadores de la Guardia, y lle\'ando de la brida
los caballos, empezó á subir á pie el puerto, lIe.
gando durante la misma nocllC <JI Espinar, pueblo
situado del otro lado á la caida de las muntaüas.
Val'jos soldados perecieron de frio; pero el
ejemplo del Emperador hizo atravesar á su ejér-
cito por aquel desfiladero en una sola noche,
cuando en cualquiera otra ocasioll hubiera nece-
sitado dos (lias. El cuerpo del Mariscal N ey y la ca.
hallerÍa del Mariscal Bessiercs siguieron al Empe-
rador en la dircccion de Valladolid, y una órden
del elia anunció á los franceses, que era ya llegado,
eIl11om'ento, en que el Leopardo iba á ponerse en
fuga delante de tas águilas frances.as. El 25 si-
tuó su cuartel general en Tordesillas, en donde
supo que el ejército inglés, al mando de Moore,
habia salido de Salamanca el 12 de Diciembre
pasando el Duero por Zamora, y tomando su di.
rcccj(jn hácia el reino' de Leon. Su objetó e~a, '




(133 )
reunirse con el Generol l3aird, qu~ se halla}ja en t808.
Astorga desde 28 de Noviembre, y con el Mar-
qués de la Romana, que habia ya tomado el
mando del ejército de la izquierda despues de la
batalla de Espinosa, corno hemos indicado, y
reorganizado los resto~ de este ejército en Leon,
reuJliendo lJasla 2S.IJ()O horn])res. El General
Grallam fue enviado por Moore cerca del Mar-
qués de Ja Romalla, bajo el pretesto de comuni-
carle el plan del general inglés; pero en la rea-
lidad con el objeto de observa¡' el estado del
ejél'cito espailOl, y calc.ular lo que se podria es-
perar de él. El 20 se reunieron en Astorga lo~
dos cuerpos ingleses de MOOl'C y l3aird, cuyo to-
tal ascemlia á 23,000 infantes y 3.000 cahallos .•
Los illgleses p:¡sando el Duero por Tordesillas,
1legaron COIl su vanguardia á dar vista á Valla-
dolid; mas retl'Oc\:'dicron desde "lIi al punto de
reunion en Mayorga, adonde debia concurrir
igualmente ]a Romana, quien no se adelantó mas
que hasta Man:;illa, conl.enLíndose con enviar un
destacamento de 5.000 hombres á dicho punto
de Mayorga, á los fIlIC mandó d!~spues replegar-
SC. El 21 se hall,,1>a en Salwglll1 la vangu<lnlia
inglesa, y ;í su Visl;) se l'eplegú sobre CarrÍon
Ulla hrigada de caballería francesa, en cuyo pun-
to sc hallab" el grueso de su ejército. Un pliego
que interceptó el General Moore, ]e puso al Cor-
riente de la rendicíon de Madrid) de la mar-
cha del Emperaclor Napoleon en su busca, de la
inutilidad y riesgo de su marcha á Vallado-
lid, Y en su consecuencia renunció en cl acto á




(84 )
1808. I!U brillante proyecto, y abandonando su posj-


cion ,dejó al Marqués de la Romana delante de la.
trop<ls de Soult, y salió de Sahagull el 26, diri-
giéndose hácia Benavcnte COn el objeto tic to.
mar el camiflo real de Galicia, é hizo volar dos
arcos del puente del Ezla, rio que las lluvias ha~
hial1 hecho caudaloso. Las tropas fruncc!ius, diri-
gidas por el mismo Napoleol1, forzando sus mar-
chas, alcanzaron e129, dcspues de vadear el Ezb,
á la retaguardia británica en Bellavente. La van-
g~lardia francesa) COm¡Hwsta de caz<lflores de la
Guardia al mando del General Lefcbre Dcsnouet-
tes, atacó á los ingleses, y los hizo replegar has-
ta Bel1avente, villa situada á 40ü toesas del puen-
te; pero habiéndolos perse~uido Con demasiado
anta!', y rdorzados con una brjgada de caballe-
l'ia al mUlldo del Lord Pagel) tuvieron que reti-
rarse) y al repasar el rio el General Lefehre, clue
quiso ser el l-.Itimo para protegcl' la retirada de
su tropa, quedó herido y prisionero. Moore con·
tiuurJ su movimiento rctrógado sobre Vil1afl'an-
ca, despues de haber rolo los puentes del Ol'Ligo.


El Gencl'alla Romana, viéndose espuesto al
Ím¡H'Lll de los enemigos potO el al¡ilndono de la,<;
posiciones del ejércilo inglés, cuyo General tal
"t:Z se propuso con esta operacioll forzarle á se-
guir SU3 movimientos, y cllbrir asi su rel:¡guar-
elia, tomó las sierras de Siles, con dil'cccion á
O1'ensc, y evitó el peligro y falsa posicion en
'{ue habia quedado por efecto de aquel aban-
dono.


El 30 de Dicicmnre, despues de I'Ppul'?do el




(85 )
puente, entró el1 Benavente el Emperador, y Or-jHC!:I.
llenó al l\hriscal Bessieres continuase la perse-
cucion del ejército inglés, mientras el Mariscal
SOlllt se dirigi<l sobre Astol'ga, hácia UOllde el
Marqués de la Romana se retiraba precipitada-
mente con su ejército. En el mismo dia e] Ge-
neral Francescl¡i, comandante de la vanguardia
df: Soult, alcanzó á la retaguardia espailola en
d pueblo de Mansilla; y despues de un ohsli-
llado combate la puso en derrota con pérditla de
dos banderas y 2.500 prisioneros, y entró en la
ciudatl de Leoll, en la que el Marqués de la Ro-
mana habia dejado un gran número de heridos
y enfermos, y destruido una gran parte de sus
nlllIHClOncs.


EH 1.0 de Enero dI' 1809, Napoleoll, que con 18C9.
algunos escuadrones de su grwrdia hllLia seguido
los movimientos del General _Bessieres , s;¡liú lit!
Bellavente, y estableció su cuartel general en
Astorga, en cuyo pueblo no se detuvo el cjl'l'ci.
to inglés. Allí se le reunió el cuerpo del Maris-
cal Soult, siendo tanta su impaciencia por al.
canzar- á 3flucl, que desde su salida de BCllavcll-
te mal'cllaba .í gran galope. En el camino que
media entre Bcnavcute y Astorga , HU Oficial
que habia salido del primer punto pocos iustan-
tes despues que el Emperador, le participó que
un correo procedente de París venia en su bus-
ca J con cuya noticia se detuvo, echó pie á tier-
ra, é hizo estahlecer un vivac en l11cllio del ca-
mino, en donde, á pesar de hallarse (odo eu-
bi(~rto de nieve 'J permaneció hasla la llegada dd




(86)
1809. correo; y abierta la balija que este conducía por


el Mariscal l3crthier, Príncipe de Nellfchatel,
que iba en Sil compaüía, le enLregó los pliegos
que venia n para él , Y contilluó su nuu'cha á
Astorga, en donde ya no habló de perseguir á
los ingleses hasl.a la Coruila, sino que dispuso
precipitadamente su vuelta á Valladolícl. Los
pliegos eran tIl,l Ministro tIc Et,taLlo de Francia
Champagni, y una cal'ta dd Rey de Baviera en
que le participaba que el Emperauol' de Austria
se disponía, por todos los medios que le era
posible, á empezar inmediatamente las hostili-
dades. Antes de parLil' de Astorga para Vallado-
lid el Empel'atlol', encargó el manLlo del ejérci-
to á Soult, prcviuiémlole persiguiese á los ingle-
ses sin dejarlos rCSpil'ill'; y ¡(i,..,puso (pIe el sesto
cuerpo, ,í las órdenes dd J\briscal N ~>y , pel'ma-
neciese en el reino uc Leon , protegiendo, en casó
de necesidad, bs 01H'l'ncioa~s oe Soult. En se-
guida se puso en ea:uino , y en IIn solo Jia llegó
á Valladolid, llevaUllo cou:-;iv-0 la Guardia impe_
rial de infantería y caLalleria. Dispuso que el
Mariscal Launes fuese á ponerse ,í la cabeza del
ejército sitialloe de Zaragoza, y tomó :lilcmas
varias 1l12ditlas para la seglll'iJad de su ejército,
y celeridad de sus operaciones.


Napolcon, que despucs de la rendicion de
Madr~d no habia tp18rido colocar desde lllego á
su h,~nllauo en el trono de Espaila, hahia con-
cebido la idea de agregue esLa hermosa Monar-
quía á su vasto Imperio. Semejante á Saturno,
que devoraba sus hijos en el instante de nacer,




(87 )
1I1imentaba la idea de devorar la Espaila, y di- iS09.
'Vidiéndola en tanlos vircinatos como proviucias,
haccrla presa de su desmesurada ambiciono Así
10 habia dejado entrever. en el discurso con que
conlestó en su campo imperial de ChamarLin á
la .diputacion (IUC se le presentó en representa-
cíon de la villa de Madrid. Durante su perma-
uencía en Valladolid hablaba de conLinuo con los
Generales dc su comitiva de lo peligroso (pIe cra
para Fr<lncia un estado vecino tan poderoso, de
la independencia que su Soberano podria alimen.
tal' ¡¡lgun dia) y de la tendencia natural de la
Espaüa á aliarse con la Inglatcrra, como único
medio (le navcgar libremente por los nlé11'es, y
de conservar sus colonias, en que consistia su
priucipal riqueza. Sin contar mas con los Reyes
de Espaila de su dinastía que con los de la anti-
gua., y convencido dc (lue 1 asi unos como otros.J
se aprovecharían de la primera ocasion para ha-
cerse independientes, como lo intentaron los He.
yes de Holanda y de N~poles que le debian el
Trono, pensaba cOlltÍnuamente en el estableci-
miento de cinco vireinatos, y los' sucesos poste.
riOl'cs ba11 probado (iue esta .idea no se borró en-
teramente de su áuimo; debiéndose considerar
como una preparacion para este plan la division
de gohie.rnos militares que han regido la~ pro-
VIncias de Espaila durante muchos aüos. Sin em-
hargo, aun no se creia en el Caso de faltar abier.
tamente á la condicion que hahia servido de hase
á las renuncias y tratados recientes, que era la
de que no se desmembrase este reino I ni en una'




(88 )
t809. ~olu nldea j y como por ott'o lado la pl'oxlma


gucrra Jel Austria le oLligaba á ausentarse de Es.
paña, se detcrminó á consentir en que su her.
mano José volviese á subir nuevamente al trono.
De resultas de las insinuaciones que hizo en la
conteslacion al Corregidor de Madrid, de qua
hemos hecho mérito, se abrieron registros en
cada una de lus 64 alcaldías de ~arrio de esta ca.
pital para el juramento voluntario, sincero y sin
re,~tricciol1 , de fidelidad y obediencia, segull hu
mismas espresiones de Napoleon) y se celebró
una Misa solemne, en qne á presencia del San-
tísimo Sacramento sc oblig(j ,1105 honrados ha_
bitaat<'s de Madrid á prestal' un juramento que
repl1gnaba su corazon, y que el'a contrario oí su
alHor patrio y ,11'1 Heligion. A pesar del riesgo á
qU{! se esponjan) hubo, no obstante, vecinos de
M:ulrid, de car,;cter tan decidido, que no qui-
sieron prestarse .. l inscribirse en los libros de re·
gistro,' en donde aparecieron 28.600 firmas. Da-
dos estos pasos se obligó á la villa Madrid á que
nombrase una comisioll que la l'cpresentase, la
cual se componia de dos Regidores, un Diputado
de la nobleza, otro del estado eclesiástico secular,'
otro del reguli1r, otro de los vecinos de las par-
roquias , otro de las. Dipulaciones de bU1Tio, y
otro por los cinco Gremios mayores. El Conse-
jo de Est,lLto nombró en su representacion al
Conde de Montal'co : el de Indias á sus cuatro in-o
dividuos Don Bernardo Iriul'te, Don José Auto-'
nío de Urriza, Don Fulgencio de la Riba y el·
Conde ,de Torremuzquiz. :. el de Hacienda á su,




(89 )
dos .Mi:¡isli'OS Don Manuel de Valcnzucla y Don 1809.
Fl'aucisco Javier Carrasco: por el de la guerra se
nOll1urú al MarcÍués de las Amarillas y Marqués del
Norte: por elclel almirantazgo á Don José Justo
Salcedo y Lí.Don José Espinosa Telloj y por la Junta
de comercio y moneda á Don Manuel Sixto Espi-
nosa y áDoll Domingo Gal'cia F'ernandcz: elCon-
sejo de Ordenes nombró ¡í Don Cristóval IIilarraza
y á Don Cárlos Simon Montero j y la Sala (le Al-
caldes de Corte á sus tres in,11 viuuos Don Luis Ma r-
eclino Pereira> Don Manuel María de Junco y Don
Angel Alonso Noreña, Esta gran comitiva partió
para Valladolid el dia 1t de Enero, llevando
co-usigo los lihros de registro, en donde estaba
consignauo el voto forzado de los habitantes de
Madrid; y presentándose al Emperador el dia 16,
le suplicó (lue aC,cediese al volo de la capital, y
colocase de n nevo en el trono á su hermano José.
El E 111 pera dar, que, com o hemos visto) ha bia
pyeparado de antemano esta farsa, preguntó á la
Diputaciol1 si este paso era libre y exento de Lo-
tla insinuacíon , añadiendo, que si esta mision no
era á consecucncia de un movimiento sincero no
la admitía, y quedaban en libertad; mas la di-
put;:¡CiOll llomurada con la aprobu.cion dc José,
manifestó que su mision era libre y espontánea.
Entonces el Emperador les dijo: Si deseais tener
UIl Re.r entre 'vosotros para ilustrar á 1.lllestros
compatriotas .r e"itar una guerra civil, para ser-
virle como buenos espaíioles ~ y no como los que
despucs de haberle prestado juramento de fidelidad
en Ba)'ona , le han abandonado á la menor apa-


TOlllO 11, . 12




(90)
1809. riencia de peligro -' consiento en que entre en vues-


tra capital; pero entonces, Se;¿0r.es, me respon-
dereis todos personalmente de su seguridad. Si al
contrario -' no me pedís el Rey mas que corno Wl
medio de sustraeros á las cargas inseparables d~
la presencia del numeroso ejército frallces -' quiero
desengatiaros: todo lo que sufrís lo siento tanto
mas-, cuanto que yo queria eFitarlo-, haciéndoos ha-
cer ti vosotros mismos las mudanzas que me veo
precisado á apoyar con las armas. La presencia
del Rey en iWadrid no mudarlÍ en nada esta po-
siclon , á menos que no os apresureú ti reuniros tÍ
él todos los hombres sensatos de 'vuestra Patria.,
los que pronunciados una vez -' probttreis bien pron-
to una. gran mudanza que restablecerá la calma.,
sin la que IZO es posible COllSel'Far el úl'den en las
ciudades entregadas el las agitaciones y tí la anar-
quía. Riflexionadlo bien -' y no' os espongais á re.
sultados desagradables.J si no teneis la firme re-
solucion de servir tÍ '1.1ltestro Rey".


Los individuos de la Diplltacion manifesta-
ron que jamas tomarian parte directa en las agi-
taciones políticas del país; y el Emperador les
respondió que fiaba en su palabra J y podian vol-
ver al Pardo á ver al Hey, á quien iba á es-
cribir, manifestándole que no oponía obstáculo
ninguno á su vuelta á Madrid. Efectivamente,
esta se verificó el dia 22 de Enero, anunciando
este acto cíen cañonazos. El Rey José, acom-
pañado del Mayor General, Mariscal Jourdan,
y de Belliard, Gobernador de Madrid, de De-
soulles 1 General de reserva, con mas Oc 10.000




(91 )
hombre~ de todas armas de la Guardia Imperial, 1809.
~ubió por el paseo de las Delicias, puerta de Ato-
cha J Prado, calle de Alcalá y de Carretas, has-
ta San Isidro, con un aparato, hasta entonces
d.esusado, con el objeto d.e imponer á la capi-
tal. Precedia la marcha la caballería de la guar-
nÍcion , un escuadron de ]a Guardia Real, los
Edecanes, los Secretarios de Estado, los Mayor-
domos, Gentiles-hombres, los Caballerizos, el
Superintendente general, el Gran Maestro de ce-
remonias, el Mayordomo y Camarero mayor, el
Mayor general y el Montero mayor. En seguida
marchaba el Rey á caballo, seguido del Ca-
pitan general, de las Guardias de servicio, el
Caballerizo mayor, los Grandes de España
que eran de su partido, con un escuadron
de la Guardia. Seguían en coche los Conseje-
ros de Estado, el Consejo de la Guerra y de
Marina, el de Indias, el de las Ordenes, el de
lIacienda, el Ministro decano de la sala de Al-
caldes de Corte, con otro Alcalde en represen-
tacion de todo el tribunal) cerrando el acom-
paií:ullil'nto un escuadran de caballería de la guar-
nicion. Luego que entró en el templo de San
Isidro, colocado en el trono, y á presencia del
Santísimo Sacramento, habló en estos términos:
((Antes· de dar gracias nI árbitro de todos los des-
«tinos por mi vuelta á la capital dd Reino que
{(ha confiado á mi cuidado, quiero correspon-
«der al recibimiento afectuoso, declarando á los
«pies del mismo Dios vivo que recibió vuestro
Hjuramento de fidelidad á mi persona, nus ma~




1809,
(92)


«sinceros sentimientos. Protesto delante de Dio5 ..
¡¡que conoce el corazon de todos, que solo el
«deber de mi conciencia, y no las razones pri-
«vadas me lleva al Trono Je Espaila. Estoy
(epronta á sacrificar mi feliciJad, pOl'flue pienso
eeque neccsitais de mí para hacer la vuestra. La
¡eunidad de nuestra .sallta ReJigioll, la ind.:pen-
((dcncia de la MonarflllÍa, la integridad de su te1'-
'fritario y la libertad de sus ciudadanos, son las
{(condiciones con que 1l(~ ac('pLado la Corona. :\0
((se en vileced svLrc mi cabeza; y si los d(;seos
"de la Nacion concspoucleu, como no lo dudo,
(cal desvelo de su Hey, no tardaré en ser el mas
(cfeliz de toJos, porque lo sereis vosotros.»


Así por un sacrilegio intcntaba el intruso legi.
timar SlI IlsLH·pacion.


Concluido un SOll:'lllne Te Deum, que se can-
t/) en accion de gracias por su vuelta al trono,
marclló á palacio si.n que se oyese C11 el tránsito
mas aclamaciou que la ele alg.uuas miserable.~
mugcl'es, pagadas al intento por los franceses.


Inmediatamente se dedicó á la reorgunizucion
df~ su gobierno, d<.!ndo diferent(~s d·~crelos al
efecto, )" entre ellos el d(' la crencion de Ull tri-
bunal criminal, ,í. clIyo frente puso al Ministro
ti.e policía Don PaLIo Arribas, (ille era de carác-
tCl'flCVerO; y cómo se ha})ia declaraJo por 105
fnll1ceses, mas inclinado á la crlle!tLtd contra los
verdaderos pal rietas y Jerl~IlS0res del fiey de lo
que peJia la justicia y la humallidad. I~os que tu-
vieroillu· desgracia de caer en sus manos, halla-
ron mas consuelo, humanid,lll y jnsticia ea d




(93)'- .
Gobernador francés de esta Capital Augusto Hc- 18ü9.
liard, (lue en este tribunal sanguinario.


En tanlo que el rey José entraba en Madrid,
el General Soult perseguía vivamente al ejércilo
inglés, que desde Astorga marchaba á POllferra-
da con dirpccion á Villafranca~ Hay dos caminos
que couducen á e.sta ciudad) el uno el real, y el
otro el antiguo, mas recto, pero mas monluoso y
dificil. Los ingleses eligieron el primero, y por
el otro se retiraron los csp<llloles. En seguimien-
to de estos marchaba por órden de Soull el Ge-.
neral Franceschi, sin perderlos de vista ~ y en el
de los ingleses el mismo Soult con el grueso de
su ejército. Los ingleses en su marcha precipita-
da ab¡;nuonaban los enfermos, cortaban las cor-
vas á los caballos qlle no podian seguir, y des-
truían gran parte de sus Lagages y municiones.
El 3 de Enero, á pesar de la precipitacion de su
retirada, las cabezas de las columnas francesas
alcanzaron su retaguardia en los desfiladeros de
Cacabelos, y aunque la posicion de los ingleses
era ventajosisima , la infantería francesa los des-
alojó de ella, y perdieron 300 hombres entre
muerto ... J' prisioneros, y fueron perseguidos
hasta cerea de Villafl'anca. El General francés
Augusto Colbert, que se ¡Jabia adelantado con su
brigada de caballería ligera en el momento de la
accion, recibió un balazo en la frente que le der-
ribó del caballo, y murió á pocos minutos. En
Villafral1ca se reunen el nuevo y el antiguo ca-
mino de la Cornila, y allí fue donde se incorpo-
raron los esp;;ilOles ó ingleses i mas siendo derna-




( 94)
1809. siados en número para atravesar juntos el desfi-


ladero de Villafranca, se convinieron en separar-
se de nuevo, tomando los españoles por el Valle
de Ol'es, cuya direccion siguieron igualmente
4.000 ingleses con objeto de embarcarse en Vigo,
y Moore con los demas continuó su retirada por
el camino de la Coruúa. La derrota de la reta"
guardia inglesa hizo perder la subordinacÍon á
estas tropas, que á su entrada en Villafranca se
entregaron á todo género de desórdenes, tanto
que hicieron temer la pronta disolucion de este
ejército. Ni la voz de los gefes, ni la entereza de
los oficiales bastaba ya á contener losescesos del
soldado, ni á hacerle entrar en su deber.


Franceschi tambien se reunió con SouIt el dia
5 en Villafranca, despues de haber perseguido á
los espaflOles desde Astorga, haciéndoles algunos
prisioneros, y matándoles alguna gente. Soult
dispuso que N ey hiciese segui!' al Marqués de la
Romana con una division de caballería.


Moore con su ejército corrió en 48 horas las
25 leguas que dista Villa franca de Lugo, en don-
de entró el 5 por la noche, habiendo abandonado
en marcha tan rápida gran parte de su tesoro,
bagage, cailOncs y un; gran cantidad de mu-
lllClOnes.


Las colLlmnas francesas, {¡ pesar de su empe-ño
y actividad en la persecllcioll del ejército inglés,
tenian que retardarse alglln tanto en su mal'cha
por los mismos obstáculos que habian desorgani-
zado las filas del ejército británico, pues no en-
contraban viveres ni ['CCllrSO alguno. Los habitan-




(95 )
tes de los pueblos del tránsito, atemorizados con la 1809.
conducta odiosa del ejército aliado) y temiendo
mayores escesos por parte de sus enemigos, aban-
donaban á la llegada de estos sus casas, y se refu-
giaban á los montes llevando consigo sus subsis-
tencias. Los caminos presentaban el aspecto mas
lamentable: pueblos desiertos J fusiles hecllOs pe~
dazos, cañones inutilizados) caballos muerlos Ó
mutilados por sus propios ginetes, y cadá ver es
con el uniforme inglés cubrian la ruta de una
manera aterradora.


El mismo dia que los ingleses entraron eR
Lugo, la vanguardia de Soult alcanzó á uno de
sus destacamentos, que se ocupaba en preparar
la voladura del puente que hay sobre el pequeño
rio que corre por delante de aquella ciudad. El
General Lausase cargando al enemigo con su ca-
ballería) le obligó á retirarse J y lo mismo suce-
dió á los que trabajaban en la cortadura del puen-
te de Berceira. En Zenezal, continuando sin
descanso la persecucion, se apoderaron los fran-
ceses de un millon de reales que los conductores
habian dejado abandonado, cortando los tiros de
los carros y marchándose Con ellos. La vanguar-
dia francesa adelantándose hasta Constantina,
hizo replegarse á los ingleses sobre una fuerte
posicion en que habian hecho aILo, á una media
legua al frente de Lugo. El General Moore cono-
ció la necesidad de dar descanso á sus tropas.
Desorganizadas estas en gran parte de resultas de
su precipitada retirada, mas desastrosa que la
pérdida de una batalla, creyó indispensable de ..




(96 )
1809. tenerse dos dias antes de continuar su movimien-


to sobre la CoruiIa J tanto para restablecer un
poco la disciplina J como para ensayar si por me-
aio de una dcmostracion inesperada, podia dete-
ner las tropas francesas, que tan de cerca y Con
tanta tenacidad le perseguian. Tambi,m queria
asi dar tiempo para quc Jos barcos de tratlsporte
ingleses que se h<lll<lban en Vigo, se trasladasen
á la Corui'Ia, con lo que ganaba tres dias de mar-
cha, ventaja de grande importancia en tan fatal
retirada. Al efecto espidió órdenes á Sir Ilood á
Vigo, para que dispusiese la marcha (le los trans-
portes á la Coruiia.


El ejército inglés, en la posicion que hemos
dicho, apoyaba su derecha en el Miño, rio no
vadeable, y la izrluiel'Lla en unas montaüas ele-
vadas. El Marisca] Soult llegó en la nocbe del 6
á Quinte1a de Corbella, en donde estahleció .su
cuartel general; y no dlJ(bnuo de que los ingle-
ses trataban de aventurar la suerte de una ha-
t~lla, dió sus disposiciones para ella. Sin embar-
go, el General inglés, penetrado de (lue su der-
rota era casi inevitable si se empei'Iaba en mante-
ner su posicion, se (lecidiÓ;l continuar su rc¡il'ada
sobre la Coruila, de 1[1 que aun distaba 15 leguas
por el camino mas corLo. Para ocultar su movi-
miento al enemigo ,. hizo encenclcl' en la noche
del 8 grandes hogueras, que llni(!as al ruido pro-
longado del movimiento de n~tjrada, engaüa-
ron <1 los franceses, haciéndoles creer que se pre-
paraban á recibir la batalla. Al dia siguiente, co-
nociendo el ardid, entró el ei{'I'cito francés en




(97 )
Lugo, en donde se apoderó de 18 piezas de ca- 18W.
ñon, 100 carros de municiones inglesas de"tina-
das para el ejército de la Romana, y 400 caballos
que los ingleses habian dejado muertos. -


Al momento hizo Soult que saliese una de SU!!
divisiones en }lersecllcion del ejército inglés; pe-
ro éste llevaba ya 10 horas de ventaja, por lo
que no fue posihle ya alcanzarle completamente:
sin embargo, la vanguardia llegó á tiempo de im-
11edir que destruyese el puente s0bre el LacIr-a,
llaciendo en este pequeiio eilCUel1tro un buen mÍ-
mero de ingleses prisioneros, los cuales por fal..:
ta de medios para destruir los puentes) no podian
oponer ni aun este obstáculo á la persecucion de
los franceses, tan activa como su retira'da. La
caballería de estos forzó el 9 el p:lSO del puente
sobre el Mendeo, y llegó hasta Montefalq~liero.
Los ingleses, para detener la marcha del ejército
fl'ancés , concibieron el horrible proyecto de VO~
lar la ciudad de Betanzos , Cl1yos habilantes aca-
haban de recibirlos como aliados j pero no pudie-
ron. poner en ejecucion su intento, porque los
franceses, tenaces en su persecucion, se apodera-
ron de la Cil/(lad, y en ella de un considerable
almacen de harina J y de 8.000 fusiles encajona-
dos aun, adcmas de 7 cañones que los ingleses
arrojaron al rio, y de una gran cantidad de mu-
niciones de guerra que destruyeron. El General
Moore, para romper con mas cderitlad el puente
de Castl'o-Burgo, le hizo cortar, protegido de
una retaguardia de 2.000 hornhres, que se dirigió
en seguida á Vigo para embarcarse con la divi·


T(U:O 11. -13




(98 )
HlO9. sion que se retiró, como hemos dicho, con las


tropas del Marqués de la Romana. Al llegar los
franceses al Burgo se hallaron con el puente que
hay sobre el rio 1\1e¡'o, cortado, y dispuestos los
ingleses á impedir su recornposicion. Franceschi
siguiendo la orilla del río, se dirigió á Cambra,
en donde encontró tambicn cortado el puente;
pero prosiguiendo su marcha pasó el rio media
legua mas arriba, por el puente de Cela, y mar-
chó sobre el camino de Santiago á la Coruña, y
durante esta marcha hizo prisionera una compa-
ñía inglesa del regimiento 60. La ocupacion de la
ribera izquierda del Mero por Franceschi facili.
tó el restablecimiento del puente de Castro-Bur-
go, que estuvo practicable el 13 para la infante-
ría, y el 14 para la artillería.


En fin, despucs de fatigas inauditas el cjércí.
to inglés llegó al término de todos sus esfuerzos,
y al divisar el 11 de Enero su vanguardia los
muros de la Coruña, dió un grito de alegría. En
aquel dia todas sus tropas en número de 15.000
hombrcs se ha11al'on reunidas. La division, que
al mando del General Baidr se habia dirigido á
Vigo, llegó á su destino sin haberla podido dar
alcance el enemigo, y habiéndose embarcado para
la Coruila, entró el14 en este puerto con el convoy
de barcos de transporte que debian servil' para
embarca¡' las tropas inglesas. Los preparativos
para esta operacion exigian algunos dias .• y el
General Moore, viendo ya asegul'atlos los medios
de reti¡'ada, creyó conveniente al honor de las
armas británicas no abandonar el contiuente sin




(99 )
combatir; pues aunque en su retiraua habia per- W09.
dido toda la caballería, lo montuoso y dificil del
pais hacian casi inútil esta arma. Resolviósc, pues,
á combatir con solo la infantería.


Durante el dia 13 se volaron por su disposi-
cion dos almacenes de pólvora, situados sobre la
altura de l\:Tnrgnrita, á media legua de la Coruña,
y su detonacion fue tan terrible, que se oyó á seis
leguns de distancia.


El grucso del ejército de Soult pasó el 14 el
puente de Castro-Burgo, y siguiendo el camino
de la Coruila, avistó la vanguardia inglesa colo-
CGua delante de la aldea de Palavia, y el ejército
todo desplegatlo en batalla detras de ella sobre
dos líneas. La primera, compuesta de las divisio-
nes de Sir David Baielr y del General Hoppe, te-
nia apoyada su izquierda en la orilla escrtrpada
del rio Mero, y su derecha en la pcqueüa aldea
de Elvina, situada en el cstrcmo de la cadena de
colinas, en cuyo frente se hallabrt formado el
ejército. La segunda línea, compuesta de la divi-
sion de Lord Paget, estaba de tras del General
Hopre, ocupando desde la aldea de Airis hasta
la emhocadura del Mero. La division del General
Frcre qlJedó de reserva en la Caruüa.


El 16 á las 3 de la tarde los franceses en nú-
mero de 20.000 hombres, con una caballería nu-
merosa, atacaron con el mDyor denuedo las li-
neas inglesas; pero fueron rechazados, y com-
pletamente brttidos por diferentes veces. Moore,
y¡endo que el ataque ele los franceses se dirigia
contra la aldea de Elvina) corrió á sostener esta




(100 )
180~J. pOSIClon, en la que recibió un balazo, de cuyas


resultas murió inmediatamente. Sir David Baidr.,
que reemplazó al General Moore en el mando,
acudió tambien á socorrer la derecha, y logró
que esta se sostuviese hasla la noche, que estaba
ya próxima; pero este segundo General en gefe
fue tambien herido mortalmente en un brazo, y
entró á sucederle el General Hoppe. I~a noche
puso fin á esta obstinada refriega, y ella impidió
al General SoulL sacar todo el partido de su vic-
toria. Esta circunstancia, la de no haber podido
maniobrar la caballería francesa por la desigual-
dad del terreno, y la esperanza de }Joderse em-
barcar combatiendo aun algunos instantes, con.,
tribuyeron sobremanera á que el ejército inglés
mantuviese su última posicion á costa de los ma-
yores esfuerzos y sacrificios. A fa VOl' de la oscu-
ridad de la noche ocultó su retirada, y rnarchó
con la mayor precipitacion á los sitios destinados
de antemano para su embarque, que se verificó
en la misrna noche del 16 al 17 en el arsenal de
Paliosa, en el puerto de la Coruüa. Para encu-
brir esta operacion se encendieron en el campa-
mento inglés gratules hogueras, yel General Be-
resford quedó encargaclo de entretener al enemi-
go. Esta retirada. se efectuó con tanto órden y
silencio, que á pesar de su gran proximidad, los
franceses permanecieron en la incertidumbre has-
ta la maÍlana siguiente, en 'jue el General Soult
hizo penetrar algunos batallones de infantería li-
gera en los arrabales de la Coruüa, colocando
venlajosamen~e una baterÍa, (lue comenzó á hacer




(101 )
fuego sobre la flota inglesa, que levando au- 1809.
clas, se hizo á ]a vela. La retaguardia inglesa, que
quedó para sostenel' el embarque, prolegiJa por
la fragata de 74 caüones Queen Charlotte y otras
4 mas en la Coruña, verificó el suyo al mediodia
en barcos dispuestos al efecto.


La pérdida de los ingleses fue muy considera-
ble; pues ademas Jcl General en gefe murieron
otros dos Generales de division en el campo de
batalla, y un gran número de oficiales y solda-
dos. El General Soult, al recorrer el campo de
batalla, hizo grabar para memoria de ella sobre la
misma roca en que pereció el General Moore) la
siguiente inscripcion :


mc CECIDIT JOANNES MOORE, DUX EXERCITVS


ni PUGNA JAXUARII XVI. 1809.
CONTRA GALLOS A DUCE DALIUATIAE DUCTOS.


Aqui pereció Juan Moore ~ General en geft del
ejército J en la batalla de 16 de Enero de 1809 ~ da-
da contra los franceses dirigidos por el Duque de
Dalmacia.


Asi terminó una espedicion de que los ingle-
ses se prometian otro resultado. De 30.000 hom-
bres que habian entrado en Espaila, apenas pu-
dieron reembarcarse 20.000: 6.000 fueron he-
ellos prisioneros, y el resto sucumbió de fatiga y
de miseria. La espedicion al Norte Je Espaüa
fue perfectamente concebida, pero mal ejecutada.
Si las tropas inglesas hubieran desembarcado en-




( 102)
1809. fre Jijon y Santanaer, y reunídose allí en los pri-


meros tEas de Noviembre, hubieran podido ser.
Vil' dc reserva á los ejércitos de Blacke y la Ro·
mana intactos touavia.


El movimiento contra Soult del ejército in·
glés, aunque incompleto, forzó á Napoleon á di-
ferir la ejecucion de sus proyectos contra la An-
dalucía y d Portugal. No habia entonces ni un
solo soldado para defcnder las gal'gantas de Sicr-
ramorena J y cn el Portugal quedaban muy IJOCOS
ingleses. Si hubiera conocido Napoleoll la situa-
cion vcrcladera del cj~rcito inglés y del cucrpo
de la Romana, huhiel'a dejado á Lcfebre en Ma-
drid, hubiera enviado á Victor á Andalucía, á
Ney á Portugal, y él hubiera marchado con la
caballería ele Beaúel'cs y el cuerpo de Junot sola-
mente para amcnaZar la derecha del General Moo-
re. A este error dc Bonaparte y á la sagacidad
de aquel debieron sin (lucIa su sal vacion en aque-
lla época Valencia, Sevilla y Lisboa. Moore es
criticado con razon por no haberse aprovechado
de la coopel'acion del Marqués de la Romana pa-
ra atacar á Soult. Efectivamente lo hubiera padi-
lla veriricar sin compromiso alguno crÍ Jos dias
que mediaron (lL'>cle el 18 al 22 de Diciembre, y
si entonces hubiera obtenido la victoria que la
superio"irlad de fuerzas prometía, dejflnJo en la
prrsecuciol1 del cncrniGo algullos cuerpos de ca-
hallerÍa espaiiola, hubiera podido avanzar rúpi-
damente po!' su derecha }¡;!cia TIellaventc para
haccr frente á las tropas qnc venían de Madrd
conducidas por Napoleon j (l11C sorl'rendido de




(103 )
verse atacar con vigor por un ejército que creia 1809.
fugitivo, se hubiera vi:;to obligado á replegarse
con gran pérdida, En la can'era, asi la llamaba
Napoleon, del cjérciLo inglés desde Bcnavcnte á
la Corulia , el obse rvador im pa rcial COIl vendrá
siempre en la audacia de BonaparLe y en la habi-
lidad de sus mauiobras para destruil' á los ingle-
ses; pero tambien conccJent que Sir John Moore
y el ejército británico rivalizaron en pericia y en
valentía con su enemigo, cuyos sucesos no fue-
ron debidos sino á la superioridad numérica. Lo
que es á la verdad dificil de concebir es por qué
el General inglés se decidió á huir delante de las
águilas francesas ganando tan penosamente el
puerto de la CoruiHI, cuando podia verificarlo so-
hre el Portugal bajando por la orilla derecha del
Ezla y ganando ]a provincia de Tras los montes,
en donue debia suponer que el General Bercs-
ford, Comandante de las tropas inglesas en Por-
tugal, hubiera hecho los mayores esfuerzos para
apoyar sus movimientos.


El 18 por la mañana hizy Soult intimar á la
plaza de la Coruña la rendicion : la escuadra in-
glesa habia salido ya del puerto, y no quedaba
pOI' lo tanto pretcsto algnno para prolongar una
resistencia que hubiera sido inutil; mas pcrma-
neciendo encerrados en la plaza dos regimientos
espar.oles, se vió Soult en la necesidad de hacer
una dCl110stracion de ataque á viva fuerza, para
obligar al General Alcedo que los mandaba, á ca-
pitular, como se verificó el dia 19. Por la capitu-
lacíon, que consta de trece artículos, se estipuló




(104)
1809. la entrega de la plaza con toda su artill('rÍa, mu-


niciones y demas pertrechos de guerra, y el ju-
ramento de fidelidad de las autoridades al rey
José. Con la entra!la de los franceses en la Co-
ruña lograron su libertad el Consul de su na-
'cion Fourcroy , 350 prisioneros, en cuyo número
se hallaba el General Quesnel, su Estado mayor
y el Consejero de estado Taboureau. Se enCon-
traron en la plaza 200 cailones, 20.000 fnsiles,
600.000 cartuchos, gran cantidad de pólvora,
almacenes de víveres, y otros pertrechos milita;'
res con cerca de 500 caballos vivos J pero corta;.
das las corvas.


El Emperador recibió en Valladolid la noti-
cia de la derrota de los ingleses, y de la entl'ad~
de su hermano José en]a Capital de España, y des-
pues de haber dado sus instrucciones para las
operaciones militares en Catalulla y Aragon, y
organizado un ejército movible que hizo situar
en Burgos, salió de Valladolid á galope tendido
para Burgos, donde llegó en siete horas, y des-
de esta ciudad tomó }.ma silla de posta, y llegó á
"Sayona sin descansar un solo instante, y perma;.
ueciendo ulla nUI [¡ana en esta ciuclad, llegó el 29
de Enero á Pal'Ís, Cll;lI1rlO ninguno le esperaba, y
sin poder ser seguido de nadie en tan rápida
marcha.


El Mariscal Soult,clueiio de la Corniw, se (les.;.
tacó con parte de sus tropas sobre el Ferrol para
some~er esta p]nzn marítima (lile dista algunas le-
guas de la Corulla ,y que estaba tlefendida por
fuertes y UIl muelle guarnecido de artillería. Las




( 105 )
alltol'idnde~ civiles empezaron á pnrbmcntnr 1809.
desde el 23 de Enrro} lllnnifl'~t~ndose dispucsttlS
á rendirse; pero el pueblo se sublevó, y cesaron
en su consecuencia las negociaciones, Sonlt tra-
t.ó enlonces de someter por la fucrza este intere-
sante pllclJlo; pero tlcspucs ele un pce!l¡elIo tiro-
teo que sostuvo 1:1 derecha de las tropas es-
pao(,]as b[liO 1:1 pl'oteccion dc los LII(IlIes de
guerra surtos en el punto, aterr;:do el vecinda-
rio por 1:1s olJl'us y lll(~dios de ataque (PlC se prG-
par;;!¡:l11 por el eilemigo, 11';:¡tó de C::Jpilulal' en-
vjando al cll¡¡rld (Y('lIeral de Sonll ]a Junta del


e'
Fnrol tres pal'lam(~:¡L;ll'ios con plenos poderes
al efcelo, El 2G se firmó la capiLlllucion, que fue
]u misma que b d(~ la CorlliJa con ciertas aclara-
cioncs, como la de 110 po(ler obli;.;ar ,í. ningull
d{~C~I1S01' de la p]r¡,,:¡ á scrvir cOlltra sus p;;isauos,
('tl caso tl~ lwcCl' resistencia algnll pueblo ele Ga-
lici;¡, y olras relativas it la escuadra y arsenal.
J-Jos franc('srs OCl:p:lI'Oll en la maüana del 27 la
plaza, l: illmediatamente decrct,n'on el desarme
general (h~ tOd0S sus habitantes. En el puerto
cncon\.r:won lres huques de guerra de 112 caüo-
11('S, dos de ?-JO, llllO de 74 y otros menores,'y cn
el arsenal mllc1ws caClO11ns y una gran cautitind
de per[rr'chos de toda especie.


El p¡¡erto de Vigo fue ocupado pOI' dos c:\-
CUilUI'OneS <1(; cahallcrÍ;¡ francesa, y b poscsion
de esta pl;¡z<l completó la conquista de GaJi-
cía, cny;\ conserv,lcioll se encargó á Ncy, mien-
tras que SUlllt clllllplielldo con bs j¡lstruccio-
r:es ele Kapolcoll .. se dirigi1 contra el Port\.lgnl.


'fO:dO 11, 14




(106 )
1809. Antes de entrar en los detalles de esta segun-


da espedicion á este reino, que no fue mas feliz
que la de J unot , haLlal'émos de los sucesos que
al mismo tiempo ocurrieron en lo interior de
Espafla.




(107 )


• CAPITUJ.JO VII.


Los restos tlel cj(;reitn ele Estrematlura se reunen en TaIa-
,"era. _ Asesil,af.o del Gelleral San Juan. - Ataque del
pue1lte delllrzohis;Jo. - At;J(¡ue del puente del Conde.
_ Aeci(-t1l del puente de }·tI'llaraz. - Retirada del ejér-
cito esp~IJol. - Su dispcrsion.


De los restos del ejército de Estremadura, que 1 H09.
dejamos march:ll1do deso;¡ndados y en completo
desorden desde Madrid ll:lcia aquella provincia,
se dirigieron, como por un instinto natural, todos
3quellos que·aunqne dispersos conservaron cier-
ta somhra de cJrden, ,i Talavera de la Reina,
dondc se hallaba ya d General Galluzo, á quicn
l1lleVamente se h,lbia encal'g;lllo del mando de es-
te eil~rcito. Hennidos alli ~ y como para cohones-
tar su ignominia y díspel'sion, cundió la voz do
que en el paso U(~ SOl11osierra habían sido vendi-
dos por el General Don Benito San Juan, y dán-
dose por cierta esta calumnia, asesinaron en 7
de Diciembre ,i este ]¡cnclII('rilo General co]gán-
dole de un <lrbol, y dispar:índole lma porcion de
tiros tan indigna como cobal'llcmcnte. Su pérdi-
da fue irr(~pa]'ab]c para el arma de la caballería
en (P1C ]Jahia servitlo, pues se "ió privada de uno
de ~lIS oficiales mns disting-Ilidos é inlelj<Yentes.


v t:l


No fdtó lI1ucho para que esperímentasen
igual s!\('rlc los Generales Castclar, Heredía,
Galluzo y el Vizcol1Llc de Gante.




(108 )
1809, Ii.l::5tal)lt~ciclo algun tanto el ól'dcn y la cr.!-


111 a , el General Gallllzo dispuso qlle b caballería
quecIase en Talavera y sus illltlcdi,¡cionc!',y tras-
ladó su cunrtel gcneral ;t A Idea IlliCY<l ccrea del
puente de Almaraz en la izquierda del Tajo, cn
donde tomó sus disposicioncs para reorg:lI1izar
el ejército y corlar los p!!c¡ílc!i (lUC lwJ' sobre es-
te rio, ¡í saLe!': el del Arzo])i~po, del (~al'llcllal,
del Conde y de Almaraz. Para la defensa de estc
se envió toda lu lrop:¡ (lile se hdlLl}¡a anllada, y
en 15 de Dicicm]lre partió con 1.00!) homlJl'1'3
para el dcll\rzohispo el General Trias, <¡!le Lll\'O
(¡UC retroceder {¡ tomar posicion en las ¡\lesas de
Ibo1', por estar ya 3(luel en poder dc los frau-
ceses, Por la parte del puente de Al'hwl'az se ~IJC­
bnlaron partidas lIc csplol'adol't:s J que al Ilegal' á
I"Iavalmoral encontraron de improviso al enemi-
go, y tuvieron que rctl'occclf'l'. El día 19 se pre-
sentó este delante ele la posicion de Almaraz sin
que pOI' entonces intentase opCl'aCiOll alsull:l con-
tra cll<l.


El General Galluzo, dedicado inccs:1lltf.'mcnte á
la reo"ganizacion de Sil ej{~rcito, nombró su es-
tajo m;1)'o1', compuesto del Cnartel maestre I3ri-
g2(Ecl' de ingenieros Don Manuel Za pino, del
~,l¡I)'or gellcr<Jl de infantería Coronel Don Anto~
llío Fenl1in Percz, y del Mayor gencrnl de caba-
llería Don Vicente Iglesias.


El 24 IIna di\'isioll enemiga, man,lada por el
General Sebastiani, pasó el pl1ClltC dd ArzoLis-
]):), y ntacó :i Trias por Sil centro y flanco dcn'~
eho con fucl'.lJS tan silpcriorcs} (pJ(~ aUnpH? trn-




(109 )
tó de sostenerse, h1\bo de ceder ñ ell;¡s) reljI'BI1- 1809.
llosa ,í Ibo1' por el camino del Ca~taüar y la Sierra.


En In tarde de este mismo dia un destacamen-
to de 300 fl'allcese~ de infanlería y cabnlleria
atacó cll1llcnte del Conde, defenJido por el Sub-
teniente Don Pahlo Morillo que se sosluvo con
b mi/yor hizarría hasla la cnl;'aua de la noclH",
en qnc se retiró para no ser cortado.


Ducüos ya los clll'migos de los puentes del
Arzobispo y del COllllc, se. adt'lal1taron hasta el
11lg'11' de Y"l(lebscasas; y ¡t su aproximacian la
divisioll cspaiwla que estaba en el puente u<: Al-
maraz J se rcliró :'1 Jaraicejo, dejando dos batallo-
Des lIara cuhl'irle con las lliezas de artillería (iUC
guarnecian la balería de la izcJllierda, pues las
restan tes se re t i I'~!ron igllalmente. El elia 25) c ualldo
sc estaha efectuando esta retirada, la vangu:lJ'dia
del ejl~rcito f¡,anel's que malicIaba el Duque de Dant.
zik, atacó el los dos batallones cjlle quedaron en
)a defensa cId puente, los cuales despues de ha-
berse sostenido con el mayor valor por espacio
dc trcs cnarlos de hora, se encontraron sin mu-
niciones, porque ltal)i{~lHlosc dispuesto (Ille los cnr-
1'05 C¡Ui: las cO!J(ll1eÍall se pusiesen á cubierto tIc
las gr:H1GcL:s enemigas cldras de uu barranco un
poco disl¡llIte, los conductores asi que se vieron
fuera de la ,'is:3 de los geres, cortaron los ti.
railtes y hllyeron con los tiros. Inutilizada por
este imprevisto incidente la artillería cspaiíoIa,
no quedó mas recurso á la inf4i1tcría que el rcli-
I'arse, no pudiendo resistir pOI' mas tiempo al im.
petuoso ata<luc de los enemigos, y dejando (~n Jlo-




(110)
1809. dcr de estos algunos prisioneros, y en el campo


nlgunos mucrtos.
En a q ucl mismo dia tallo el c ¡ érci lo se puso cn


mnrcha para Tl'ujillo; p(!ro ya fuese por la illcomo-
didad de la copiosisima y continua llavia (Iue ca-
yó durante toda aquella tarde y lloche) ó por la.
voz que se esparció (le que los eJlemigos cortaban
la retirada del ('j(~rcjto eSI)31101 antes de llegar <cÍo
Trujillo, este se desoru(!nó completamente. El
General con a]gunns tropas en dispersioll llegó á
Trlljillo aquella misma no cite lid 25 ;í cosa de
las 9, é inmediatamente celebró 1111 consejo de
gucrra para resol ver lo que deheria hacerse. Asis-
tieron ,í. él, aclemas de los generales y gefes de
varios cuerpos, dos vocales de la .Junta suprema
de ESlremadll:'a, f[lle fueron cll\I;¡r(pj(~s de C;¡sa~
mena y el Cal1úJtigo Don Mateo Jara; y (l plura-
lidad de votos se aconló que el (j{'fcíto se l:eli-
rase á las fronteras de Andalncía ~ no pareciendo
eonvenienLc encert'arlo en Ballajoz por no pre-
licntar aquel punto la mejor disposicion para re-
organizarlo, prefijando el pti(~hlo de Zalamea
para c] punto de reunion. El :lG :l las 4 de la ma-
urugaJa salieron en esta tl.irecciOIl sin órden ni
formaclon, y lnezclados con los vecillo,') que
l1Uian atemorizados con la pro,imidad del ene-
migo, todos los soldado~ existentes en Trujillo.
De las 17 piezas dc artillería (IIlC con~poni;¡n á la.
sazon el tren del ejércilo, once se dispuso pasnscll
á Baclajoz, y las e restantes siguic'roll á Zalamc:l,
ndonde llegó el 27 el General en gefe, y en los
inmediatos los varios cuerpos del cjérciLo, ya




( 111 )
reunidos, ya dispersos: tristes efectos dellrastür· 1809.
no general y de la indisciplina. TamLien se in-
corporó en a(juel cuartel gel1cralla divisioll del
General Trias, que saliendo el 25 ucI Castaüar
de lbor para Fresneda, y habiendo avistndo á
un cuarto (le legua (le esta poblacion las avanza-
das cnernigns cercn del pueblo, conoció que se
lwhi,w apodern,Jo 'ya dd puenLe de AIl11~Il'az, por
lo que retrocediendo al Castaitar, se dirigió á
Jaraiccjo, y sin tocar en Trujillo, ocupado por los
enemigos, llegó á Zalamea con una fuerza de
1.200 hombres,


No es facil detallar los desórdenes :1 que ¡Jes~
graciauamentc se entregaron los cspaüoles en su
marcha (lesde Tl'Ujillo á Zalamea. Sin reconocer
freno ni d eJ) ('1' alguno, arrojaban los fusiles ó los
velldian, <ltropeIlab<ll1 las casas de los infelices
labradores, roLaban sus ganados _' menages y ro-
pas, lo saql\cahrm todo, pretendiendo encubrir
tan tlescllfrellada conducta con la voz, tant:Js ve-
ces repetida y siempre infundada, de que toJos
los gefes eran traidores y los tenían vendidos.




1i,109.


( 112)


CAI)ÍTULO VIII.


Segundo sitio dl~ Zangoz:1. _ Proyidenci:1s de Palarox. -
Ataquc de Monte TOlTen). - At:ltflll' del arr:l]).]!. -
Intilllaciotl de ]05 fl'allccses. _ Conlcsl.acion de Pala-
fos:o - Salidas de los sitiados. _ Ataquc del convcnto
de Sal! Jose:. - Se declara la cpidcmia en la cilld;¡rl.-
tos pachlos circunvccinos protcgen ;í Zar:l;nza. - Lan-
1les toma el llH\ndo del sitio. _ ;Uorl.:¡;r disp:>r.,a ja!J
tropas qne se 1¡allahan flter:l de Zaragoza. - .!'rrl'ara-
tivos para el asalto. _ Disposiciones tl~ los si!ia,lof,. -
A;~alt() del convento de Sallla Ellgracia. - Scp\lltla in-
timaeion dc Latines. - Estilllo cn lluC Sl~ lnlh Zarago~
za. - Asalto del COllVClllo <le San Asw;till. - l\l!lrllles
{L calie en Cil He , y de casa en C;¡S;I. - A taq He <Id Co!]-
vento de J enlsalcll. - Tmlla del cokgio dc Escuelas
1)j",. - At;ltIl.le del convento lle Sall Francisco. - Sc
llc,;~cha la idea d(~ eapitnlar. - Ata(lllc de la l]niyer-
sic1ad. - Ataque del arra!>J!. - Toma del eOllvenlo de
la Trinidad. - Palafox. enlermo. - IlcndieioIlllc Zara-
goza. - Premio de SllS herúieos defensores. - Re!Hli-
CiOll de Jaca. - Estado ae la ~aeion dcspucs de la pl:r-
tlida ac Zaragoza. - Tl'atildo de ~liallza COIl Jl1g1al.(~r­
r:~. - Dc1ntcs en el Parlamento Dl'ilinico sobre la sncr·
l'a pClliasu!¡:u'.


II . 1" d 1 cmos llHdca, O (IUC e tercer cuerpo á la~
('ll'{LenCS élc1 l\bl'i~cal Moncey <lynnzaba ron di-
rrecioa :í Z:lrnfjoza , h,ícia cuya ciutl,Hl) dcspllrs
,]e la balalla de 'fudela, se retiri) precipitada-
m~ntc el ejér::ito espuílOl de Arngol1) que rcu-




(113 )
nido COn los dispersos del de Andalucía y Va- 1809.
lencia ascemlia á 19.000 hombres, entre los que
se contaban 7.000 veteranos, 1.500 caballos,
.igllal número de artilleros, 800 zapadores, y
los demas, soldados de nueva leva. 1.os france-
ses, en número de 15.000 hombres, se detuvie-
ron en Alagon para acopiar víveres, esperar re-
fuerzos J y reunir el tren de sitio.


Muchos han criticado altamente el que Pa-
lafox de un pueblo abierto é indefenso hubiese
hecho una plaza de armas J atrayendo sobre Za-
ragoza los horrores de un sitio; pero la historia
mirará siempre como heróica la voluntad de sus
habitantes, á quienes se aseguraba de este modo
las ventajas de una capitulacion. Los que tildan
de imprudente este paso, nunca podrán negar
que Zaragoza fue mirada como un punto mili-
tar de la mayor importancia por el mismo Napo_
leon , que puso el mayor empeño en apoderar_
se de él, como lo demuestran sus preparativos
y apreslos milit.ares. Por otro lado el ejército es-
pailOl no tenia probabilidad de obtener ventajas
en campo raso, presentando una batalla deci-
si\'iI J cuamlo parapetado detras de las tapias
de arluclla ciutlau , poelia contener por algun
tiempo los progresos del enemigo, é impedir que
este se apoderase de 105 diferentes estableci_
mielltos militares que en ella existian, apro-
vechando la crudeza de la estacion como un po-
deroso auxiliar pa('a la destruccion del ejército
francés, aunque este cálculo sobre la coopera-
cion de los elementos salio fallido, porque los


'I'O\IO 11. 15




( 114)
1809. meses de Enero y Febrero, que ordinari<lmente


suelen ser todos los aüos lluviosos, en aquel
fueron secos y bastante templndos. Esta circuns-
tancia, tan favorable á los sitiadores, contribuyó
á propagar entre los sitiados una espantosa epi-
demia.


Palafox se aprovechó del tiempo que se de-
tuvieron los franceses en Alagon para reunir y
org<lnizar sus tropas vencidas, y reanimar el es-
píritu y energía de los aragoneses. En primeros
de Setiembre se h<lbian empezado los [rahajos de
la fortificacion de Zaragoza) y al mismo tiempo
se reunían allí los jóvenes de todo el reino de
Aragon, se regimentaban, se vestían y armaban,
y se les enviaba al ejército p;,ra completar su
instruccion y disciplina.


La artillería de Zaragoza se componía de 170
piezas, (le las Cllales tan solo habia 80 de 16 ar-
riba,8 Ó 10 morteros de 12 pulgadas, que se em-
pleaban como pedreros por falta de municiones
huecas. Para evitar la catástrofe de otra esplo-
sion como la que se hahia esperimcntado en el
primer sitio, se dispuso no fabricar mas pólvora
que la necc5aria para el cOllsumo diario. Cada
habitante ó soldado se hallaba armaJo. con un
fusil inglés ~ que proporcionó nna remesa hecha
por el gencral Doyle: la plaza cstaba provista
de trigo -' vino, a guardi ente) ]e g 1IIl1bl"í~s secas,
aceite y bacalao: no habia carne sa la(la, y muy
poca fresca) la que se reservó para los hospita-
les, y desapareció bien pronto. Ademas) cada
vecino habia provisto su casa Como si tuviese




(115 )
que sostener en ella un sltlO, y en especial los 1809.
conventos contenian almacenes considerables.
La cebada faltó á muy poco tiempo.


En el 1'io Ebro habia unas lanchas cailOne-
l'aS, mandadas por Oficiales de marina y mari-
neros veniJos del departarnento .de Cartagena.


Palafox estableció de los hahitantes mas ilus-
{res un cuerpo escogido, que denominó de AI-
lllogaLeres, y le vistió á ]a antigua española.


Un gran número de habitantes del campo se
refugiaron á la plaza, huyendo del enemigo, y
esta concurrencia contribuyó á fomentar en ella
la epidemia.


El General Saint-Marc con unos 6.000 hom-
bres fue encargado de la defensa del Monte-
Torrero J y el General Manso, de Guardias Es-
paüolas J COI) un número próximamente igual, de
la ue los arrabales. La defensa de la ciudad cor-
ria á cargo Je oficiales superiores y de un cierto
número Je tropa que tenia caJa punto asigna-
do, y los paisanos, sin estar sujetos á nin-
gun servicio en particular, se reunian inmedia-
tamente al toque de la campana de la torre nue-
va ) y marcll1lhan á Jos puntos atacados. Poco
tiernpo antes de flue los franceses el1lbistiesenfor-
malmcnte la plaza) salieron de esta varios des.
tacamentos á forrngear; pero la mayor p3rte fue-
ron cortados por el enemigo, y no volvieron á
cnt!'nr en ella.


El 19 de.Diciembre llegaron á Alagon dos di.
,'isiones del 5. () cuerpo, al mando del Mariscal
:\lortier, con cuya llegada ascendia ya aquel




(116 )
1809. ejército francés á 31.000 homhres COn 60 piezas


de artillería, 6 compañías de esta arma, 8 de za-
padores y 3 de minadores, con 40 Oficiales de
ingenieros. El 20 embistieron la ciudad por la
derecha del Ebro; y en la noche de este al 21
levantaron una batería contra Monte Torrero,
que rompió luego el fuego, y la division Gazan
amenazó esta posicion por su frente, mientras
la brigada del General Habert pasó el canal por
un acueducto de que se había posesionado la vís-
pera, y atacó las obras por su gola. Una colum-
na de la division del General Morlot , siglliendo
el cáuce de la Iluerva.J pasó el canal por deba-
jo del acueducto que cruza este rio, y tomó por
la espalda la cabeza del puente ele las gl'andes
esclusas, en cuyas obras se apoderaron de cinco
piezas y de un centenar de prisioneros. El des-
órden que esta desgracia introdujo en los defen-
sores del importante punto de Torrero) facili-
tó al enemigo su conquista, que se verificó en
seguida. En el mismo dia el General Gazan, sa-
liendo de Cuera y Villanueva, se dirigió hácia el
arrabal, enconlraudo en su marcha unos 4.000
suizos que le disputaron el paso en los olivares
y huertas inmediatas, aUll(luc fueron rcchaza-
dos al fin hasta las fortificaciones dc aquel, ha-
biendo sido hechos prisioneros como lll10S 300,
qua COll su coronel Fleuri se encerraron en Ulla
casa aislada, llamada la Torre del Arzohispo.
Tenia órden Gazan de tomar brllscamente el ar-
rabal, al mismo ticm po que las otras tropas fran-
cesas se apoderaban del ~lonte TOl'l'ero; pero lle-




(117 )
garon tarde: sin embargo, por tres veces atacó 1H{)9.
denodadamente á la bayoneta las baterías; pero
otras tantas fue rechazado can pérdida de 900 á
1. 000 hombres.


El 25 el General Oneill hizo con 4.000 hom-
bres una salida por el arrabal contra las tI'opas
que habian sido rechazadas el~ el ataque anterior,
y el22 fueron arrojados los franceses hasta las
altllras de San Gregorio perdiendo mucna gente.


Mientras que el enemigo emprcndia todos es-
los ataques, y se preparaba para otros mas for-
males aun, en Zaragoza se construian blinda-
ges, se ponian los almacenes á prueba, y se ha-
cian cortaduras y espaldares en las calles en to-
das direcciones. En este estado, y teniendo
Moncey para el tlía 30 hastante adelantadas las
obras de ataque conlra el edificio de San José,
hizo á Palafox una intimacion en que empezaba
ponderando los triunfos del Emperadol' en Es-
paña , y la capitlllaciol1 de Madrid, y concluía
intimándole la rendicion. Palafox le contestó que
Madrid habia sido vendido, tlue sus fortificacio-
ncs se hallaban aun intactas, y que aUll cuando
estuvjescll ya todas por el sucio, los habitantes
de Zaragoza y U estalJan todos decididos el sc-
p ulta rse ha i o sus ruinas antes qu e re ndi rse. El
dia 31 hizo la gnal'l1icion otra salida al manflo
del General Butron, para retardar los trabajos
del enemigo, dirigidos contra el convento for-
tificado de San José; mas prevenidos contra este
atacllle, prcsentaron fuerzas tan superiol'e!>, qllf'
aunque la lucha fue sangrienta y gloriosa para




(118 )
1809. los espailOles, los esfuerzos de estos fueron inú-


tiles é infructuosos, y tuvieron que retirarse sin
conseguir el objeto.


Aunque para el di .. 30 de Diciembre se halla-
ba ya todo dispuesto para la abertura de las trin-
clIeras, los espaüoles hicieron el 2 de Enero una
salida tan impetuosa, que obligaron á los enemi-
gos á clavar las piezas de dos haterías que diri.
gian contra San José. Con todo, continuaron
sus trabajos aquellos con el mayor tesan y acti-
vidad, favorecidos de la oscuridad de b noche
y nieblas de la mañana. Una linea de contra-
aproches para nivelar los ziczaes de alu(lue del
centro, que se empezó el 4, obligó al enernigo
á prolongar sus trabnjos para 110 ser inquietado
de nuevo. Hasta el 9 no hubo novedad alguna
de consideracion; los franceses establecieron
ocho baterías, y ellO á las ocho de b maüana
rompieron el fuego con 32 piezas de grueso cali-
bre contra el espresado convento de San José,
y contra la cabeza del puente de la Hllerva, y
empezaron al mismo tiempo á boruhardear la
ciudad, cuyas baterías conteslaron con un fuego
vivÍsimo. En la noche (Iel ti se retll'l) la artille-
ría del convento de San José, j" aUÍ\S de aban-
donar esle edificio se. hizo una saliaa Con 200
llOmbres, que tlesde él marcharon conlra la La-
tería de los franceses pOI' el camino cubierto,
ignorando que á la dCl'eclla de la s!'gllncla pal'a-
lela habia dos piezas que le flanqueaban; y sor-
pff~ntlidos por el fuego de estas, se retiraron con
pérdida de 50 á 60 hombres.




( 119)
En la mañana del 11 las baterías francesas 1809.


rompieron el fuego contra los frentes atacados,
y habiendo abierto brecha y destrozado los para-
petos y casi todo el convento de San José, se
dispuso por el enemigo el asalto de este para las
cuatro de la tarde; pero como la batería de la
derecha) por estar mas distante no hubiese he-
cho tanto efecto en las obras de defensa de la ca-
heza de~ puente, difirieron aquel, haciendo no
obstante demostraciones para engailar.


El dia 12 empezó el atague : dos piezas de ar-
tillería de campafta, sostenidas por cuatro COl11-
paüías de infantería, dirigidas por el Tenieilte
coronel de ingenieros Acso, se colocaron cerca
de la confluencia de la Huerva , y enfilaron el ca-
nal izquierdo sobre el camino cubierto de San
José) defen(li.do por los espafloles. Amedrenta-
dos estos por el fuego abrasador que se les hacia,
abandonaron su posicion, y pasaron la Huerva
en gran desórclen. En este rnomento el gefe de
batallon francés Stal, á la cabeza de algunas
compañías de cazadores, se arrojó desde la segun-
da paralc!a sobre el fuerte; pero se halló deteni-
do por una contra-escarpa de 18 pies de altura.
Entretanto el capitall Dagnenet, aprovechándo_
se de un puente levadizo que los espaüoles no
habian cuidado de levantar, entró en el fuerte
por la gola, haciendo 100 prisioneros, enlre
el10s un coronel; y ducüos ya de este interesan-
te punto los enemigos) se alojaron en dicha gola,
y coronarOn la cresta del barranco de la Hllerva.
Sin embargo, su establecimiento no estaba aUIl




( 1'20 )
1809. asegurado, pOl'r¡ue la cabeza del puente se defen-


dia todavía batiendo la derecha á San José, co-
mo asimismo otras ocho piezas del recinto de la
plaza. A pesar de qne Ins obras de la cabeza del
puente no se componian mas llue de ladrillo re-
vestido con lodo, los franceses tuvieron que es-
tablecer el 15 una I111C\'a batería de cillco obuses,
con cuyo auxilio, y hallándose ya posesionados
de la cresta de la contra-escarpa, obligaron á
sus defensores á abandonar la cabeza del puente
voUndole .


• Perdidas ya entonces todas las obras estcl'io-
res de la plaza, y no quedando mas que su re-
cinto que defender, los sitiados redoblaron su
actividad ySUB pl'epal'alivos para llevar adelante
la defensa.


La necesidad de encerrarse en los sótanos,
siempre mal sanos, para libertarse de los efectos
de las bombas, la corrupcion de la atmósfera por
los cadáveres que la infestaban, la aglomcracion
de individuos en todas p:utcs J el con! ínuo alum-
brado que era necesario manlener, la escasez y
mala calidad de los alimentos, la falta de ejer-
cicio, ysohre todo el miedo y las conLínuas emo-
ciones violentas, todo l'culliclo contribllYó á fIne
se llesurrollase en Zlll'agoza uua fiebre maligua,
que bien pronto degeneró en una epidemia J fIue
dcvo,'aba sin cesar al soldado y al paisanage.


Los sitiadorcs proseguian cstableciendo nue-
vas baterías para abril' el muro, y contrabatir
las obr'as de defensa. Levantaron una tercera pa-
ralela que abrazase en sus ataqnes al convento




(1'21)
de Santa Engracia, con cuyo auxilio se propo- 1809.
Ilial1 penclral' por dos partes y á la vez en la
ciudad. Ochenta voluntarios, á las órdenes del
intrépido Don Mariano Galindo, tuvieron el ar-
rojo de hacer una salida con el objeto de clavar
la batería que amenazaba á Santa Engracia; pero
aunr[ue lograron sorprender lagllardia de la se-
gunda para lela, y llegaron hasta la primera con
UIJa temeridad inaudita, fueron allí detenidos,
rechazados y cortados por las compañías de rc-
sena que guar(JaLan las lricheras, y tuvieron
que renuirse prisioneros.


En esta fia 1 ida pereció, como un valiente, el
jóvell Don Nicolns Maldonado, Teniente coro~
ncl de Voluntarios de Aragon, el cual guiado solo
de su p;¡ll'iotisi11o , se precipitó sobre los enemi-
gos, privando con su tcmprnna muerte á la Pa-
tria de las fundadas espel'anzas que prometían su
intr(pido valor, asidua aplicacion y sobresnlien-
t.e talento. Zaragoza tolla sintió esla desgracia,
y Pa]afox honró la memol'ia de este jóven héroe,
á quien dispensaba su anüstad, manift!stando' pÚo
hlicamente su sentimiento.


Las la'nc]¡as caüoneras , que, como hemos di-
cho, se situaron en el Ebro) subieron por él
para incomodar al enemigo; pero el fuego de las
})atcrías de este las obligó á retiral'se.


La epidemia que se habia manifestado en Za-
ragoza, y la illsurreccion del pais circunscriLían
y estrechaban al sitiador. El General Batiel', des.
tacado en Fuentes desde el principio del sitio
con 1.200 infantes y 600 caballos) derrotó en Bel.


T0.\10 (l. 16




( 1 '2'2 )
1809. chile un cuerpo de 4 á 5.000 paisanos, á los que


persiguió hasta Hijar, adelantándose en seguida
hasta Alcañiz, de cuyo puehlo se apoderó des-
pues de un ataque bastante vivo, permaneciendo
allí hasta el fin del sitio. Mas no bastó esto para
contener la insurreccion de los demas pueblos;
pues se formaron partidas en la sierra de ]a Mue-
la , en Epila y montañas de Soria, las quc ame-
nazaban y atacaban sin cesar los establecimicn·
tos militares, hospitales y almacenes de los fran-
ceses en Aragon y otros pllntos. Esto dió motivo
á destacar del ejército siliadol' 700 hombres para
guarnecer á Tudela, Caparrosa y Tafalla.


En la orilla izquierda del Ebro, el Marqués de
Lazan y Don Francisco Palafox, ambos hermanos
del que mandaba enZaragaza, atl'aÍ;1I1 ;Í sus bande-
ras las tropas de Calaluüa y de Valencia, insur-
reccionaban y armaban al paisanage, é intercep-
taban los convoyes al enemigo, haciendo sentil'
á los franceses tal escasez, que muchos dias sus
soldados estuvie¡'on á media raciono


La lentitud del sitio de Zaragoza, y el deseo
de verle concluido prontamente, determinaron,
segun llevamos indicado, á Napoleol1 á emplear
en él al General Lauues, que á la mas rara in-
trepidez reunia gra.ndes conocimientos y muclJa
serenidad. Junot, celoso de complacer al Empe-
radar, había perdido mucha gente multiplicanllo
sus ataques casi diariamente, y á la llegada de
La n Bes) r¡ u e tornó el mando del 3.1) y 5. o cuerpos
el 22 de Enero, continuó sirviendo b;-¡jo las ór-
denes ele este. El Mariscal Morticr con la llivisioll




(123 )
del Ceneral SUCllct, recibió órdpl1 de pasar 111- 1809,
wediatamcnte á la izquierda del Ebro, y lllcall-
zando en Perdiguera la vanguardia de Don Fran-
cisco Palafox, la obligó á replegarse sohre el
cuerpo del ejército, que reunido aguardó al ene-
luigo en nuestra Señora de Vagallon, mas arri~
ha de Leciüena, donde fue hatido con pérdida
de 1.000 hombres. El Ayudante Comandante
Gasc¡uet, gcfe del Estado mayor del Gener;¡]
Gazan, se dirigió inmediatamente sobre Zucra,
de cuyo ¡)HeLIo se apoderó, dispersando una
rellnion de 2 á 3.000 hombres, y cogiéndoles
1il1 cailon. El General Mortier puso en seguida
destacamentos sobre Huesca, Sallgarena y Epi!a,
á fin de completar la dispersion del ejército es-
paiJol. El General Stlchet con ulJa parte de su di.
"Ísion continuó empleado, durante el sitio, en
mantener libre la campiüa de las partidas que in-
quietaban al ejército sitiador, é interceptaban
sus convoyes. Con estas dislwslciones el sitio pu-
do continuarse con mas actividad; y el enemi-
go, que se hallaba dueüo de la orilla de 111. Hne¡'-
va, y á quien no faltaha mas que raS;¡r el barran~
co y asalr.ar la brecha ql1c 50 pit;zas de baLir le
blJian abierto, trabajó en Jos dias 23, 2/1 Y 2:')
en construir dos puentes y form;¡r dos plazas de
¡¡¡,mas sobre la orilla izquierda para reunir en
e]las la tropa que debia de subir al asalto. Entre.
tanto, dentro de la plaza se perfeccionaban los
atrinclH:ramielltos á espaldas ele la brecha, y se
defendían los pueslos eslcl'iores. La posesion de
s010 llnatapia de un jardin costó á los fl'ance-




(124 )
1809. ses tres ataques consecutivos. El 26 redoblaron


estos el fuego contra los puntos atacados, y fue-
ron contestados por la plaza vigorosamente, y
careciendo los artilleros de esta de merlones,
su único resguardo eran ya las SJcas de lann.
El 27 continuó el fuego con mucha energía, y
en la noche anterior los franceses se habian apo-
dCi':Hlo, despues de un pequeüo asalto, de un
molino de aceite, inmediato y aislado, que les
servia ,le plaza de armas. Al medio dia, eslando
ya practicables las tres brechas frelltc á San
José, y casi destruido el convento de Snula Ell-
gracia, se determinó el asalto. l~os espaüoles ha-
bian construido al pie de ellas dos fogatas, y de-
tras un buen atrinch~ramiento. El enemigo avan-
za con impnvidez, la voladura de bs fog:ltas ú
llOl'nillos tna solo le detienen un momento; si-
gue adelante, pel'O un diluvio de balas y grana-
Jas arrojadas de los atl'inchernmientos y casas
inmediatas le detiencn y obliGa á retirarse, y el
llec{ueüo númcro que sobrevive á la tentativa,
aprovechándose del hoyo que clciaron las foga-
tas, se aloja al pie de la brecha. ror frcnte d
San José penetra i3u::¡11l1ente el enemigo por la
Lrecha, se apodera de ella, de la casa dd 1'ren-
t e y de las de la derecha llasta una poterna que
ofreció nueva entrada en la pbza; y por ]a iz-
quierda llegó hasta la primera calle trnnsvcrsal.
Cuatro compaüías francesas atacan la casa ai:;la-
da que ocupaba á la derecha de todos los ataques,
la que fue por dos veces tomuda , y otras tanLas
I'cl'didn) á costa de la yida ue muchos yaliuJL.:s.




(125 )
Por el centro el primer regimiento del Vístula 100:1.
asaltó el convenIo de Santa Engl'acía, y lo to-
mó, y pasando de él al de las Descalzas) que
está casi reunido, Latieron desde él en reVl~s ulla
gran parle del recinto hasta la puerta del C(¡rmell,
que los defensores se vieron obligados á abando-
nar. Los fr ... nceses entonces quisieron penetrar
en la cíuc.brl por esta puerta; pero fucron recha-
zados, y obligados á perder todo el recinto flll!~
eu ella ocupaban, menos el convento de Capu-
chinos, de que se haLían apoderado) yen el que
quedaron establecidos, á pesar de los esfuerzos
que hicieron los sitiados para arrojarlos de allí.
En la noche del 28 los españoles atacaron in-
fructuosamente el convento de Santa Engracia,
muriendo en la lJaterÍa de Palafox el Coman-
dante de Ingenieros de Zaragoza, Coronel San
Genís.


Siempre que el sitiador intentaba hacer llue-
vos progresos, la campana hacia la señal de alar-
ma, y la tropa y el paisanage corrían al punto
amenazado, consiguiendo de este IllOdo muchas
veces desalojar al enemigo de sus nuevas COll-
quistas.


El resultado del asalto fue apoderarse el ene-
migo de los dos conventos de Santa Engracia y
Capuchinos, y establecerse en estos dos puntos
dentro (le la ciudad, tomar 15 piezas de caüon y
:WO prisioneros; pero estas ventajas le coslaron
llcnlcr mucllÍsimél gente. Don Francisco Palafox
hizo por este tiempo varios movimientos para so-
correr á ZarG30z11) pero todos fueron en vano.




( 12fi)
HI09. El :\'lal'iscal Lannes , bien penetrado del invenci.


ble valor de los defensores de esta ciudad, les
hizo una nueva inLÍmacion, nnunciándoles el re-
embnl'co de los ingleses, y In casi tolnl sumision
de Espafla desde el Océano hasta los Pirineos, y
hasln Sierl'amorena.


Sentíase ya entonces en la plaza h mayor es-
casez) el bombardeo llevaba ya tres semanas, y
la epidemia se estendia tan rápidnl11ente, que
morian 350 personas diariamente, sin contar las
vIclimas de los azares de la guerra. Los medica-
mentos faltaban, y no habia ni colchones, ni car-
ne para los enfermos; cnyas cil'cllllslallcias uni-
das al aiee irllpUl'o que se respiraba, hacian que
con facilidad se gangeenasen las heridas. Ni aun
tielTa para enterrar los mue¡'tos se encontraba:
yacian estos hacinados en grandes fosos en las ca-
lles, en los patios, y delante de las iglesias, cu-
hiertos con sábanas~ los cllales ,1 veces destroza-
dos y esparcidos por la esplosion de las bombas)
ofl'ccian el mas horroroso espectáculo. Parecia
))aherse heeho ya cuanto exigianlas leyes cIel ho-
nor: se habi<lll sostenido diversos asaltos; el ene-
migo f'staDa ya establecido en varios plintos dentro
ele la poblaciou, y 110 habia e~p('nllza algllu:\ de
SOCOlTO. Las balas y. granadas inutilizaban y ~.1'­
ruinaban todas las defeusas, y aleal1zaban ;i todo
el ámbito de la ciudad; las millas car~'l'.hs e~la­
han á pllnto de poderse dar ftlf'go y dcrribar las
casas, y la epidemia tenia su foco en los únicos
a~ilos qlle ~e IHllL.ban á cubierto de los estragos
de la guerra. Tal era el lamentable ('~taclo de la




(127 )
capital de Aragon j pero ni su guarmclOn, ni sus HlO9.
habitantes se consternaron por esto: inflexibles
siempre, si alguna vez paraban su imagillacion en
su miserable suerte, era para acrecentar su va-
lor y desesperucion; y aunque viesen su ruina
inevitable, no juzgaban satisfecho su honor, ni
cumplido el jnramcllto, que con el mayor enlu-
siasmo habían prestauo de sepultarse bajo las rui-
nas de su uesgraciada patria. Despreciaron, pues,
todas las ofertas de capitulacion, y con una reso-
lucion tan noble como uniÍnime, hicieron ver al
mundo cu,ín estrechos son los límites que se han
fijado á la defensa de las plazas, y hasta elónde
puede prolongarlos una enérgica resolucion de
morir antcs que rendirse. Firme en ella el ¡me-
110 de Zar::lgoza se habia hecho algo receloso y
desconfiado, y algunos de quienes sospechó ó co-
bardía ó traicion, fueron víctimas, casi sin prue-
bas, elel furor ciego del paisanage.


Continuando por espacio de 6 dias el fuego la
artillería enemiga contra el convento de San
Agustin, se hallaban ya practicables las brechas,
verificando los franceses el asalto de este ediLI-
cio el 29; mas fucron rechazados con el mayor
valor, dejando sembrado el frente de cauá-
veres.


Con igual obstinacion se disputó la posesion
de una manzana de casas inmediata á Santa El1-
gr:lcia: batianse sitiados y sitiadores, primero en
los patios y cuartos Lajos; renovúbase la lucha
en el primer piso; sosteníasfl en las boardillas; y
por último, venia á rematar en los sótanos; has-




(123 )
1tl09. fa que el enemigo, viendo que no le era posible


eslablecerse en ellas, las voló y se eslahleció en
sus escombros. Con igual furor se disputó el mis-
mo dia 29 una casa de dos pisos aislada, que era
la única que f<liLaba al enemigo para llegar á la
puerta Quemada: por metEo de un petardo pene-
tró éste en su cocina; pero sus defensores abrie-
ron aspilleras en el comedor, y por ellas hacian
fuego con sus fusiles, y (les de lo alto del cailon
de la chimenea art'ojaban granadas sobre el ene-
migo; hasta qlle pOI' último, unos y otros se di-
rigi'eron al sótano Con el inLento de construir
llOrnillos para volada. Por últ~mo, el día 31 los
espailoles, despues de dos dias del mas tenaz ata-
que, quedaron dueños de ella.


Mientras los franceses asaltaban la brecha que
l1abian ya abicl'to en el convento de Santa Móni-
ca, los espallOles displlsiel'on una mina desde
San Agustin para volar este edificio; pero habién-
dolo advertido los franceses se anticiparon J y
prendieron fuego á la mina.


En la calle de Santa Engracia, por evitar los
alaques, á viva fuerza volaron los fr~nccscs va,-
l'ias casas á derecha é iZ(Iuiel'da, pero sin qlle
produjesen la me:101' conslernacioncn losara3one.
ses, (¡ue PI1 vez ele abandonar los edifIcios destroza-
dos por las esplosiones por medio de IIn viro fue-
go, impedian á los franceses aloj;¡rse en sus ruinas.


Desde el castillo hati:ll1 los c8paüolcs la cara
izquierda del convento de Capuchinos, atnc,ín-
dole en la noche del 31 con la mayor rcsolucion.
N o pudiendo penetrar porla brecha, acudieron á




(129)
la ptH'rta tIc la iglesia, querompicl'on ,i bachnzo,q; fSO!).
milS como no pudiesen uerribar el espalclon de
sacos de tierra, lo¡!raron al fin penetrar por un
portillo que hicieron. U II callUchiuo con uu cru-
cifijo en una mano y un sable en la olra los ani-
maba, y las mismas mugercs, en medio de una
lluvia de lJalas y granadas, cscitaban su valor, y
les repartian carlnclJOs, aUlIque la ellcrgía de los
sitiallos estaba en todo su colmo, y no necesita.-
hall estos estímulos para defender con el rnayOl'
llcroismo su libertad y religion.


En priil1t?l'o de Fehrero un hornillo enemigo
voló la pared de medianía entre los conventos de
San Agllstin y Santa M.ónica, é inmediatamente
una colllmna francesa se introdujo por la brecha,
y sorprcndió por la cspalda todas las cortaduras
y atrincheramientos que tenían dispuest{)s los es.
l,ailoles, los que no esperando semejante sorpre-
f;a, desampararon con facilidatl sus puestos; y
aunque vueltos en sí intentaron desalojar al ene-
migo, ya no pudieron conseguirlo.


Los franceses atacaron al mismo tiempo las
casas de la calle de puerta Quemada, apodedn-
close al pronto de varias; pero tomando la ofen-
siva los espaiíoles antes que los franceses se lltl-
bicsen establecido en ellas, se empeüó una accion
tan reüida , que no solo las reconquistaron, sino
cuatro mas de que en los días anteriores se ha-
Lian hecho dueiios los enemigos, que dejaron en
ellas mas de 80 cad~veres.


A derecha é izquierda de Santa F.ngrncia el
rllemi;-o voló (los hornillos, y se apoderó de d03


1'u:.¡o 11. 17




(130 )
i809. casas; mas en el asalto que dieron p:ll'a tomarb'i


los polacos) 11lllrió el General de IlIgcnieros La-
coste, que lUal'chaha á su clbeza I recmp\;¡z;j 11-
dole en su dC$tíno de Ingeniero en ¡;d'L' del ~itit}
el Coronel Hogniat.


El 2. de Febrero los franceses (lirigieron tres
galerías de mina contra el C¡JIIVCIlIO dL! monj:!s
de JCl'lIsalen J y por anticiparse ,í los espallOlcs.
prendieron fuego prematuramente ¡'t lino de los.
tres ramales, qlle cansó la mllerte á Un Oficial y
15 soldados de aquellos, y que obligó á empezar-
de nuevo la contramina.


Ya hemos insinllado y repetirnos ahora que:
cada casa, cada e(li(icio costaba tres ata(llH's for-
males, uno para aproxill1al'~e, otro para jioscsio-
11arsc del interior, y el otro, que era casisil!J11pre
el IlIas obstinado y ditlcil J para es.lablecers(~ en las
rllinas. Con el (in de lograr e:;te eslablecimiento,.
los ingeni8l'OS franceses calcularon carsal' lus
]:lOrnillos de modo qne al votarse ahriesen lJ!'e.
clla J y el edificio queJase sin derribar; mas los
espaiJoles frustraban su intento, jllcerl(li.~11l101os
Con alquitran J resina y olros combustibles <lntes
de abandoll<ldos J y de este modo conseguían de-
tener al enemibo basta que telllan lJreparada su
llueva d('fl'l1Sa en la casa iumediata.


Desde la casa de la Miscricol'llia dirigieron lo~
cspaüolcs una milla hasta la TrilJidall {);ira volar
este edilicio; pel'o cuando llegó el caso de cilrgar
los hornillos) faltó póhera, por(juc,C011l0 hemos
(!icho, las f,íbricas proveian solo para el consu-
mo diario.




(13' )
Prolol1g~hal1se ya á]a sazon los franceses ¿í 10 1809.


largo de la calle Qucmad¡¡, y cruzándola con tres
galerías para volar la acera de en [\'cnLe , una de
ellas fue (l dar ;\ una cueva desocupalla, por la
cual subi(~ndosc los enerlligos, se posesiouaroll de
una gran pnrlc de aquella manzana, y alravesan-
do la eal le del medio por un espahloll doble, se
f~s[:lbJeei('ron sobre una casa arruinnda, que daba
!"ohrc la dd Coso; pero el fuego de una haterla
ucs:dojó de dla á los polacos.


Tall1bien alacú el enemigo las casas inmedia-
tas á las Escl!elas~pías, defendidas eon d mayor
teson por los cspailolcs, los cll<llcs aunque al fin
tuvil'l'on cluC abandonarlas é incendiarlas, impi-
(lierOll al cllcmi~,o fill cSlublec,imiento en las rlli.


,"


JWS. E:;le dirigió dos g;¡lerías contra el colegio de
LIS Escuchs-pías, y antes de que cargase los hor-
llillos fue ~b,llldoll:llIo por los siti:ldos, que le in-
cendj;:ron, y con cst:) se retardú su ocupacion.
Mas ¡í pesar del incendio de bs Escuelas-pías y
<le la6 casas lrlluediatas) los franceses atravesan-
do por entre las llamas, tomaron el convento de
bs monjas de Jcrl1salcn, y d\'sde él empezaron
dos r,aJeri;:Js (!e mina contra el inmellso edificio
.dd Hospil<ll; }H'l"0 por alltjcjp~lr:3C ,í los minado-
l'es espailOlcs , dinoo fllego apreslll'udarnentc á
los hornillos c.argaclos con 1.500 libras d'e púlvo.
fa cada uno, y Ú peS:ll' de qlle Sil csplosioll pro-
dlljo el efeClO 'llle era de esperar, no pudiel'on
})oscsiorwl'se m;lS que lle 1<;s dos terceras partes
{lel ('(lificio , el cu,ll Jesrle el prime¡' silio 110 pl'C-
sCi1t~ba ya mus que un monton <le ruinas. Desdll




(13'2)
i809. los sótanM (Ll Hospital Jirigip,'on ll'csg;¡lcl'Íai


contra San Francisco; pero los p:.isanos y lo"
suizos que le (L~felldial1, les hici;;I'Ull a1Jandoaar
varias veces los sótanos y el alaqDe, y 110 Pl'lHlu-
cienJo la homina dirigida conLra lEcho convento
el efecto que se prometia el enemigo, tuvo que
verificar el asalto, empleando cn él los ingellie-
ros y zapadores qne ocupaban el convento de Ca.
puchinos, eu cuyo punto ya no eran inqllict'Hlus.


Las instancias (IUC desde el principio Labia
hecho el General Lacoste para que se atacasc~ en
regla el arrabal, habian teniJo efecto por últil!1o,
y tles(le la noche del primero ele Febrero se h;l-
Lían abierto trincheras, y construido pal'a\plas y
baterías, las cuales con 20 piezas dc Latir, el 7
por la maüana J'ompil'ron el fuego contra el ais-
lado convento de J('SllS, el cualllo estando l'e8-
¡;tJ:mJado ni sosteuido con ninguna obra de tier-
ra, {l las dos horas estL! vo ya eH disposiciOl1 ele
ser asaltado. Cuatl'ocicnlos cspaüoles tiue lo .le-
fendian fueron arrojados de su recinto; m,L'i iu ..
tentando los sitiadores penetrar en el anabal,
sufrieron tal carga, que tuvieron cíllc COtlccllll'ar.
se en el convento, donde se fvrtifiearull y '~sta­
blecleroIl paralelas ú df~l'{'cha {~ iz'.¡uierda.


Ea los dias 8, 9)' 10 los enemigos trabajaron
en estahlecer por la calle dd Medio un ¡íllglllo
para atravesar la callc del Coso; pero :Ilaeados
con illtl'et,idez por los españoles, se "i('ron pre-
cisado5 á retroceder con gl'<1Il pf:rdicln, desalo.
j:ínrlülos al mismo tiempo de algultns C3~3S.


En el ataque del centro se Jió:pUl.aLa i¡.;l.I:¡}.




(133)
menle el terreno con clmayor encarnizarllicllto: mog.
C:Hla piso, cada puerta de casa costaba una refrie-
g,i) Y los oficinles lijaban su honol' en no abando-
ll::tí") sin combatir hasta el estrcmo, la pared lll<lg
dt-~prcciablc. Por dos veces fue volada por los
!'tallceses una casa conLigna al Ho~pital, y por
otras Inntas fi!el'oJl rechazados en el asalto, }¡a¡;ta
({!le ,í la tercera voladura consiguieron poscsio-
lJ:U'SC de sus escombros. La oLsL1n;¡cion llcg:iLa
f, tauto, que era 'preciso matar á los defcusúr~;s
para vencerlos.


I1(jJ¡icntlo logl'ado al fin los sitiadores condu-
cir ulla galería des(1.~ los sóLanos del Hospitd
hasta cerca de San Francisco, como sintics"l1
Irte el miuadol' espnilOl se flcercaha contraminau.
do, c;lrgatOlJ prcci¡!iLndanwnte la hornilla C~Jll
3.()()() libras de púlv:lra, y 11llbiel1do atraido ¡í
mucLos PE'pailülcs a] ¡¡lcance de su esfer<.l de ac~
lividad, haciCl~do dcmostr<1cioncs de un al:H¡Ul',
la prendieron fuego, y ¡í fa \'01' de esta ]10!'l'Cntla
csplosiolJ, fiHe voló 1111<1 gnlH parle del convento,
S{~ apoderaron de d los fr'\llccscS; mas aquella
misrna noche los e~pailOles les arri1ncal'OU t'",la
cO/Hl¡¡;sta) OC:ljHIt](!O primero d cnmpalJ:ll'io, ¡[t'S-
de ¡(uude con gr:lurllbs les obligaron á eVnCl:<Il' la
iglesia, con pérdida cutre otros dc Jos capilallu
de insenicl'ü:i. Para dat' una i(lea del teson obsti-
Ilaclo Con (¡!le se disputaron bs ruinas de un con-
vento illcelllliado ya en el primer sitio, y destrui-
do por Ilna enorme mina en el seguudo, Lastará
decir que en los (lias 11 y 12 per(lieron en (:1 los
c:;paüolcs 10 hombres con 3 ú1icjul~s) y lus fr.1114




(134 )
1809. ceses GO homhres y 5 oficiales; haiJlemlo sido rew


conquistada su iglesia ¡í. la hayolleta, capilla por
capilla.


Los cspaiioles) que se habian apoderado del
ángulo de la calle de Otela, se vieron precisados
á auandouarlc, pegándole antcs fueGo.


El enemigo se aprovechó dc una ¡merla que
no estaba condenada para penctrar en la última
fila de casas junto á la"puerta del Sol, y al V01<I1·
una casa inmediata al Cuso, la esccsiva cantidad
de pólvora cmpleada la destruyó ¡le tal mOllo,
(jlle los franceses no pouiall á cld)ierto p;¡sar á
atacar la inmediata que fonl1:.tba el ,íllonlo de la
calle.) la cual defendían los espafloles con su-
ma ohstinacíou, pOl'f!llC cubria uno de 1>llS trave-
ses en d Coso.


Dos hornillos con 500 libras de púlvora cada
lJl10, dirigi,los cOlltr;¡ el cdificio de la Universi-
dad, por ser cortos los ramal(!;;, no surtieron to-
do el efecto fIlie ('speraba el cnel11j!~o; y habién-
dose presentado para su osaIto cn el momenlo de
la voladura una colllmna, fue rechazada con pér-
dit1;¡ Je 40 hombres.


Ua lluevo ataque contra el convento de San
Fraucisco propol'ciolló ;Í los franceses la ocnpa·
cíon del campan;¡rio, desde dOllde barrienuo el
Co:.o, se apo(lcraron del rcsto clc1 Hospital.


Continuaba en podel' (le los cspaüolc:> la últi-
ma casa (L~ qllc hemos ya ha1Jlado, (IlIe formaba
el {ll1gulo eld Coso: esta habi;l sido muc]¡:¡s veccs
n!:leada coa gran pértliua, y Latjcla por lJltimo
Con un caüon de ¡í 12, era tal ya el desalicnto




( t 35)
fltlC el horroroso número de muerlos habia itlflll1- 1809.
diLlo P/l las lilas enemigas 1 y tales los oost,icnlos
quc Sf~ pr('sclltahan para Sil oCtlpacion, que el
M:¡riscaL Launes luvo q~le reanimar á sus solda-
dos, piatcíndoles la situacion apurarla en que se
11311ab:1ll ya los CSp~lilOlcs. En efecto, In epidemia
1l:!cia pOi' entonces los mas horrorosos eslragos;
las ('~d!('s y las c¡¡sas (~slaLan alCSl:ldas de cadáve-
res, y no parecía sino qlle Jos comhatientes dis-
putaban la posesion de un gl'an cementerio.


1\. pesar (le tan horrible espect,ículo, In idea
de capitlllar no se l'resenl.:dJ3 á nillguno de lo~
dcnollndus defensores de Zaragoza; y así cra ql1e
el COl1sei') Je gllcrr<l> compuesto de los (ieres de
Ir. gllal'!lÍcioll, conociendo la firme resolucion de
¿¡CIlIcllo$, ibllal CH un lorIo ú la del General en
r;Crt~, se SllS!Il\'O siempre inflamado del fuego pa-
triútico del mal03"rado COl'oael de ingenieros. San
Gcnis J que tenia dicho mil veces; no me llamen
nunca ti capitular.> porque .ro j(IIW1S seré de opi-
,¡ion de ql{(: fa no nos podemos dlfcllder.


Los minadores franceses atravesaron la calle
de las Arcadas pOI' una galería, y abrieron hre-
cl:a eH la nwnZCllJa larga y angosta que conduce
desde S:lll Agllstin á la puerta del SoL Lo,,> espa-
llOles la picrde:t y recuperan v[lrias veces, rue-
dan bombas y gl·auadas de unas habitaciones en
oll'as, y una de ellas en sn csplosion derriba to ...
dos los piso~ de ulla casa hasta la Clleva, adon-
de bajaron coa cuerdas los polacos Ilura llegar
al enemigo.


Una mina que se constt'uyó en la cdlle mll-




(13G)
1809. yor por el sitiflrlor, no surtió efcr.to, y tuvo que


hntir la manzana con piezas de ;Í 12, obstruyen_
do la hrr,cha los escombros, pOI" 10 cJlw luvo que
replegarse ¡í lo último de .la cLllle Con gran pél'-
dieIa, en donde posesionándose de una casa, fllC
Juego estemliéndose á las dcrrws ~;ill tanta difi-
cultad. DucfIos ya los f1'31]CeSeS de !lna acera de
la calte del Coso, quisieron atravesarla por tres
galerías, de las cuales una fue cOlltl'amiwHla y
destruida por 105 cspaüole.c;) en la otra file car;ado
el hornillo precipitadamente antes de llegar á la3
casas del lado opuesto, y en la l '~rcel'a ,~e en-
contraron los minadores de una y otra parte, y
emprendieron Iln ata<luc suhtcrr:\Il\'o con sable y
}'1 voncta , cuvo resultado fue se!' rec!¡¡lzados los
~ "


fi':lnCCSes y oblig;¡dos <Í destruir la mina.
El día 18 los fi'ancesefl colocaron un obus f~n


las ruin;¡s de San Fr<\!Icisco, fIIIC cufilaba al Coso,
y olros dos en las del Hospital, enfilando la calle
<18 San Gil, Y tu,áeron los cS1Jailo]es (PW aball-
d,'u:w el Jardin bOUtnico que se baLía en revés
desde la caBe mayor.


Dos nuevas minas hicieron dos anc11as bre-
ellas el1 el edificio de la UUlve!'sid:d ~ (l11e fue
;l.,;~dfa(lo por dos veces 1'01' el enemigo, siendo
i'2clwzado este en la primera POi- el paisannge y
los suizo.~, que tuvieron qne cede!' en la segunda
con considerable ph-lliJa ae amb,)5 p;¡l'l.es.


El ll1i:mlO dia 18 asaltar011 los (.'1l'~mi605 el
Ilrrahal. U:l!1S c:is:tas miserables y algunos 1'C-
(111CtOS de campalu fueron atacados tan C,l re·.
(;13 J Con Uwt<: circ,mslwccioD, COtTW pl¡(lj'~ra




(137 )
serlo el mas hermoso frente de fortificacion. 1809.


Al cabo de ~1 dias de trinchera abierta, 50
piezas de Latir, puestas en batería á derecha é iz-
quierda del convento de Jesus, rompieron á la
madrugada un fuego infernal, batiendo al mismo
tiempo el arrabal y el puente. Al medio dia, ha-
Iláudosc ya practicable ]a brecha del convento
ue San Lázuro, el Mariscal Lanncs hizo dar el
asalto en el momento oportuno, apouerállllo,-;c
de las casas y despues del convento. La poses ion
de este punto capital le hizo dueño del puen-
te, y deci.dió la de todo el arraLul. Consternados
sus defensores al ver cortada su retirada, se reu-
nieron en pelotones, y costeando por el Ebro ar-
riba, trataron de escapar de las manos del ene-
migo J pero perseguidos por su caballería tuvie-
ron que rendir las armas.


Por medio de un petardo consiguieron los
franceses penetrar en la Trinidad, y posesio-
nándose en seguida de todo el convento, y per-
siguíenJo á su guarnicion, llegaron hasta la subi-
da de la calle del Sepulcro, donde tomaron dos
piezas, y por el foso de la batería cruzaron la
calle abI'i(~udüse po\' medio de otro petardo en-
trada en la manzana de enfrente. 11 u puüado eJe
cspallOles atacó la izcluienla del Sepulcro y re-
conquistó una ue las casas (ine habian perdido la
Vlsperu.


ToJas las casas estcl'iores del malecoll caye-
ron en poder del euemigo , el cual en su ataque
del centro voló el 19 de Febrero un hornillo
cargado con 1.600 libras de polvora por debajo


TOMO 11.11)




( 138)
1809. de las casas de las torres, cuya mitacl vino ahajo


con un estrépito espantoso, y sepultó en sus rui-
nas dos Coroneles con mas de) 50 hombres, cu-
ya desgracia hizo que toda la manzana ílueJase
en poder del enemigo.


Hallábase hacia ya mas de un mes el Gene.
ral Palafox cstenuado de fatiga y atacado del
contagio, y no salia de su ca~a. El General Oneill,
su sebundo, habia perecido víctima de él. SaÍnt
March, en quien habia ¡'ecáido el maúdo, se hallaba
tambien doliente y postrado por la fiebre. La Junta
de Zaragoza, despues de haher esta ciudad sosteni-
do en el corto espacio de 8 meses 124 dias de trin-
chera, noventa choques sangrientos y 23 dias de
una lucha casi indiviclual de calle en calle y de
caS3 en casa, despncs que los fuegos subterrá-
llCOS, ayudados Jel de 82 piezas de grueso calibre,
habían plllVi'l'izado la tercera parte de sus edil1-
cios, despues que la epidemia y la guerra habiall
devorado la mitad de sus defensores, despue~
que el hambre y la fatiga habian enervado á los
restantes, y cuando su Capitan general postrado
en 11na cama 110 daba esperanzas de vida, envió
el 20 á 135 cllatro de la tarde una diplIlacion al
Ma['iscal Lannes para tratar ele la capitulacion
de la ciudad. El fuego cesó al instante de una y
otra rarte ; mas el Mariscal rehusó una capitula-
cion á hombres tan valientes, clIyo heroismo,
comparable al de N 11l1lancia y de 5agunto, se ha-
hia ya hecho memorahle en el primer sitio, y en
el segundo sohrepujado á cuanto pueden presen-
tarnos ele estraordinario las antiguas y modernas




(139)
historias. Zaragoza tuvo que entregarse á discrc- 1809.
cÍon, y el pueblo murmuró altamente de esta reno
dicion, á pesar de (lue los franceses se hallaban
en afluel momento e5tendidos ya por toda la
manzana que ocuparon la víspera en ]a subida
del Sepulcro, y por la que hay detras de esta ca~
lle J y de (lile las seÍs galerías de mina que atra-
vesaban el Coso por su centro, ll<'gaban ya á los
cimientos de las aceras del frente) y se empeza-
han ya á cargar sus hornillos con 3.000 libras
de pólvora, cuya voladura hubiera sido horro-
rosa.


La guarnicion, en número de 12.000 hombres J
salió ue la plaza el 21, Y rindió las arma5, 11a-
hiendo perecido dLlrante el sitio cerca de sus dos
terceras parles y la mitad de sus moradores.


La pérdida del enemigo ascendió á mas de
3.000 hombres, entre ellos 300 ingeuieros con
27 oficiales de los mismos.


En la ciudad se encontraron 107 piezas de
eallon, de las cuales mas de 60 habían sido to-
madas al cuemigo durante el sitio.


Zaragoza presentaba á la saZon el aspecto
mas lamenlable; montones de escombros y de
r\linas humeantes aun, cadáveres en estallo de
plILl'cfaceion aglomerados en las curvas, en las
escaleras y meJio ocultos en las ruinas) el aire
infecto, y el hambre y la miseria, compañeras in-
~eparahles de las privaciones de tan largo y pe-
noso sitio) pintadas al vivo en unos cuantos ha-
hitantes pálidos y descarnados que se veían dis-
currir ('rranle. cutre las ruinas y cadáveres íu-




(140 )
1809. sepultos, moribundos y próximos á sucumbir.


Estos hombres, ó mas bien estos espectros
eran no obstante los que acababan de detener
por tanto tiempo el curso victorioso de las ar-
mas francesas, escitalldo COn su heroísmo la ad-
miracion del mundo.


Lannes J á pesar de sus ofertas tIc amnistía y
de paz, hizo sacrificar inhumanamente al P. Basi-
lio de Santiago y al Presbítero Saz, ~í. quienes es-
trajeron los enemigos por la puerta del Angel, y
despues de muertos á bayonetazos los arrojaron
al Ebro. El General Palafox, que permanecia en-
fermo en su casa, fue custodiado por una guar-
dia que pusieron en ella, y restablecido de su
enfermedad fue conducido prisionero á Fran-
cia, y encerrado en un castillo.


Napoleol1 no supo honrar el mérito y l'e8pe-
tal' la desgracia de un enemigo vencido despues
de tantos esfuerzos de heroismo.


El 24 hizo Sil entrada en Zaragoza el Maris-
cal Lannes desde su cnartel general de las Es-
c1usas, acompaüado dd Mariscal Mortier, y se
dirigió á la Iglesia de Nuestra Sellora del Pilar,
en donde presenció el j llJ'amento de lidelidrl¡} al
rey José de las alltol'idlldes de la ciudad, y se
cantó un so1emne Te DClUll en accion de gracias
por la vit:\.oria que los franceses acababan de con-
seguir sobre sus inmortales defensores.


El Marqués de Lazan envió un parlamentario
al Mariscal Lannes, recomendándole tratase á
su hermano Don José Palafox con aqnellas con-
sideraciones que le habian ad{{llil'ido su concIlle-




(141 )
la y su lJcroismo, que no podian mCllOS de mel'C- 1809.
cer el aprecio de un vencedor generoso.


La caida tle Zaragoza, aunque consternó el
ánimo de los espaflOlcs, fue mirada como mo-
delo de 11croismo. La Junta central cspidió en
9 de Marzo una alocllcion invitando á todos los
pueblos de la Monarquía á imilar tan glorioso
ejemplo, y declaró á sus habitantes y gllarni-
clon beneméritos de la patria en grado heróico
j' eminente, concedió un grado á todos los ofi-
ciales que se habian hallado en el sitio, y á los
soldados la graduacion y sueldo de sargentos;
ordenó la reedificacion de los edificios }1úblicos
á costa del Estado, y la ereccion de Un monumen-
Lo para perpetuar el valor y heroismo de sus ha-
bitantes; mandó que en todas las plazas de las
ciudades del Reino se colocasen inscripciones
que recordasen las circunstancias mas notahles
de amhos sitios; que se acuñasen medallas en su
honor, y se escitase á los poetas y oradores es-
pailoles á emplear sus talentos en tan sublime
asunto, ofreciéndoles premios. Las Córtes en 22
de Agosto de 1813 confirmaron este decreto, y
estahlecieron qlle fllesen preferidos los defenso-
res de Zaragoza para la ohlencion ele toda clase
de destinos. El Monarca mismo, vuelto apenas al
trono de sus mayores, concedió en 24 de Octu-
bre de 1814 á los defensores del inmortal scglln-
do sitio de Zaragoza una Crllz de dislincion,
compuesta de una corona mura] y cuatro brazos
.~emeiantes ¡í. la de San Juan, con la diferencia de
ser estos de color ue sangre, y de que las estre-




(142 )
1809. midadcs rematan en línea recta; el centro de


ella es un óvalo blanco, en el que hay una Vír-
gen del Pilat' en oro, circuida de una rama de
laurel. En el reverso tiene esta inscripcion : El
Rey tÍ los defensores de Zaragoza, Se lleva pen-
diente de una cinta pajiza con las cuatro barras
de Aragon de color encarnado.


Algunos dias uespues de la rendicion de Za-
ragoza, el 5. 0 cuerpo francés á las órdenes de
Mortier, marchó á Castilla para sostener las ope-
raciones de los otros cuerpos del ejército en el
mediodia de la Espaüa y sobre las fronteras de
Portugal. El General Sllchet reeml)lazó á Junot
en el mando del tercer cuerpo, y quedó en Ara-
gon para acabar de someter la provincia, y el
Mariscal Lannes marchó á Francia para Iier em-
pleado en la guerra contra et Austria.


Para aprovechar el terror y abatimiento que
la caida de Zaragoza habia esparcido en todo el
pais, el General Suchet destinó al Ayudante Fa-
Ll'e, gefe de su Estado mayor, para que se apode-
rase de la plaza de Jaca. La guarnicion de esta
constaba de poco mas de 400 hombrc3 J pue.'!
habia dos compaüÍas <lestacaJas y muchos indi-
viuuos con licencia. Los franceses se aproxima-
ron á Jaca, y el dia 20 á las 1t de la noche sa-
lió para contenerlos una columna de 350 hom-
l,res del batallon de VolunLarios Lealps, <IUC-
dando en la plaza la compaüia de Doyle y la
artilkría ... y en la ciudad las Jos compaüias urba-
nas. lJa columna española fue batida y dispersada,
l"('gl'csando á Jaca solo unos 100 hombres. El 11




(143 )
los enemigos, en nlÍmero de 2.500 con cuatro 1809.
piezas de artillería, se presentaron delante de la
ciudad é intimaron la reudicion. La plaza capi-
tuló, y los franceses tomaron posesion de ella el
dia 22 de Marzo á las 8 de la maüana, siendo
una de las cOl1lliciones que sus defensores pudie-
sen volver á sus casas, escepto los oficiales; pero
t'stos aprovechándose de la oscuridad de la no-
che, se l'ugaron la mayor parte.


En el mismo mes, la brigada del General Gi-
l'ard desalojó al enemigo de la orilla izquierda
del Cinca .. y ocupó el fuerte de Monzon.


Si en alguna época de la guerra los esfuerzos
de la península han podido considerarse como
desesperados, fue al fin de esta segunda campaña.
Nada parccla que podia resistir al ímpetu de los
franceses; pues estos no solo habian destruido
todos los ejércitos que se les habian opuesto, si-
no que con la ocupacion de la inmortal Zarago-
za habían llenado de terror los animas de los
espaüoles. Felizmente estos no se dejal'on aba.ir
por los reveses de la guerra, ni el gobierno brítá ~
nico participó del desaliento y del terror. El 14
de Enero, cuando parcela que toda esperanza de
salvacion habia desaparecido, se concluyó en
Lóndres un tratado de paz entre S. M. el Rey
Fernando VII, Y en su nombre la Junta cen-
tral gllbcmativa tlcl lleino, y el Rey Jorge III,
por medio de los plenipolenciarios Don J uau
Ruiz de Apodaca, gefe de escuadra, y MI'. Can-
ning 1 Secretario de negocios estrangeros de la Gran
Brctaíla.Por este tratado solemne, se obligaba




(144 )
1t!09. el Rey Jorge á no reconocer jamas mas Soberano


en España que á Fernando VII, sus hel'cJeros y
sucesores lq;üill1os, y la España se obligaba por
d mismo acto á no ceder á la Francia ninguna
J)orcion de su territorio.


La totalidad de la nacion inglesa sostenia lo~
ci>fuel'zos de SlI gobierno, y á la n P(~rtu ni dd Par-
lamento brit,ínico, que se verificó c119 de Enero,
se agitaron vivas discusiones con motivo de los
socorros infructuosos concedidos á la Suecia en
el año anterior, sobre la espedicion de Portugal,
la capitu!acion de Cintra, los desastres de la Es-
paila, y el bill del Congreso americano, prohi-
biendo á los buques ingleses, franceses y de los
paises sometidos á la inl1uencia ele estos dos go-
biernos) que navegaseu hajo las restricciones im.
puestas por los decretos de los mismos) la entra-
da en Jos puertos ele los Estados-Unidos.


Los mas illLeres,1lltcs debates fl/Cl'an relati-
vos á los negocios de Portugal y de Espafw. En
la Cámara de los Lores, los Lores S. Vincent,
l\1oira y Grenwilt haLlaron contra el proyecto
,le cuviar un ejército á Portugal, mientras la EIi-
paila se hallase en Iln peligro tan inminente. El
])I'illl(~ro 11izo obscr'var CILI(' era iInsorio haeer un
desl'mbarco en la estremidau meridional de la
pcnÍa,sllla) cllan(lo se trataba de llevar sus fLler-
zas al :S,) en donde era rnas Ilr,Sf'llte el socorro pa-
ra los españoles. El Lord .\loira dCl11o~lrú (Ille
]a iwlepcnuencia de la Inglaterra,. amenazada por
Napolcon, debia decidirse en España, J' que la
caila de esta última potencia uehía infaliblemen-




( 1'15)
te arrastrar consigo la de la Gran Brctaila; J en 1809.
fin, que si el Ministerio inglés hubiese enviado Un
negociador hábil para concertarse con la Nacion
española y esplicar francamente los proyectos de
la Gran Bretaila, los españoles no hubieran ja-
mas dudado de la eficacia de los socorros que
tan larde se les ofrecieron.


I"ord Grcl1wille sostuvo, que solo en el N. de
Espaiw y sobre las fronteras de los Pirineos hu-
hiera podido ser útil un ejército inglés, <¡ue reu-
nido á las tropas españolas despucs de la retirada
de los franceses al Ebro, hubic"a hecho á estos
repasar el Vidasoa, y aun abrir .ílos españoles las
puertas ue Francia.


Mr. Ponsomby habló en el mismo sentido en
la C:1mara de los Comunes. El Ministerio rc~­
l'0ndió por el órgano de los Lores Kawkesburg J
Gastellreag, que enviando un ejt~rcito á Portngal
masbicl1 que á Espaila, habia obrado el Ministe-
rio conformc al deseo manifestado por diversas
Juntas españolas. MI'. Canning atl'ihuyó el desas-.
tre de la espeuicion inglesa á la tardanza con que
se instaló la Junta central gubernativa de Espa--
iía, manifestando que ;Í esLa tardanza en la COll--·
centrac~on del gobierno espafwl debia atrihuir-
se la lentitud de la marcha de Sir John Moore
def.de Lisboa.


19




(146 )


CAPITULO IX.


Napoleon proyecta invatlir á llortugal. - Cuesta es pro-
clamado Capitan gcneral de Eslrcmadura. - Reorgani-
zacion del ejército de esta provincia. - TOUla la ofclI-
siva. - Ataque llel puente de Almaraz. - Ataque del
l\Ionasterio de Gnadalupe. - Accioll de las Mesas ..le
lbor. - Retirada del ejército cspailol. - Accion de
Miajadas. - llatalla de Medellill. - El Conde de Carta-
ojal opera en la Mancba. - Accion de 1\1ora. - Aeeíollde
Ciudad Real. - Sc retira á SielTalllorena. - Dq)O-;i-
cion del Conde de Cartaojal. - Vcncgas es lIomlH'ado
Capitan' general. - Desaliento general dc los egpailOles.
- La Junta central imita al Senado Romano.- .Pre-
!uio de los que combaticl'Oll CIl l\lcdellin.


1;';09. Despucs del reenlbarco de los illgleses en la
Coruña, formó Napoleon el plan tle illvauir el
Portugal destinando al efecto dos ejércitos. El
UllO á las órdenes del Mariscal Victor , dehia pe-
uetrar en aquel Heino descendiendo por el Tajo,
y atravesando la EstremaduJ'a; y el olro, á las ór-
denes del ;\1ariscal Soult, dchía pasar el Miño
(,'n Tuy, y adelantarse hasta el interior de.Portu-
¡;al por Braga y Oporto; pero las cil'cumtancias
de la gllel'l'a impidieron la cooperacion del ejér-
cito de Víctor. Est!:', que ha})ia permauccido acan-
tonado en la provincia de la M:lI1cha todo elmcs
de Febrero, rccibió la órdcn de marchar á Portu-
gal. El General Sebastiani, f]1I~ hahía sneedido al
i\Lu'i.scal Lefebre) D1II!lle lle Dantziek) en el mrtn-




(147 )
do elel cuarto ejército) recibio la órden de diri- 1809.
gírse bácia la Estremadura, para reemplazar á
las tropas del primer cuerpo que se adelantaron
i'obl'e Talavera de la Reina, puente del Arzobís-
1)0 y de Almaraz, para acabar de destruir al ejér_
cito español de Estrel1.ladura, que hemos dicho
ya J fJlle se vió obligado á retinfrse á Zalamea, de
resultas de haber sido batido por el Mariscal Le-
fehre.


Este ejé~rcilo español dehió su nueva organi~
zarion ¡t la actividad del General Cuesta. Hallá-
hase este á la aproximacion dd ejército france!»
á Madrid, despues de forzado el paso de 80mo-
sierra, al lado de la Junta central en Aranj uez, y
tuvo que tomar) siguiendo á esta, el camino de
Eslremadura. En los cuatro días de detencion de
la Junta en Trujillo recibió varios mensages del
pllcblo y paisanage que habia acudido ele las in-
mediaciones, pidiélHlole Sil consentimiento para
"elarnarle Capilan general de Estremadura,y Ge-
neral en gcfe de las tropas que suponian habia reu-
nidas en Talavcra de la Heina des pues de la disper-
sion de Burgos, Somosierra y Glladarrama. Cuesta
I'Cl111S(í COllstanlcmcnte este mnndo; pero al llc--
gar la Junta cClltrnI á Méricla) dos Diputados de
}'1 de Trujillo y la Junta particular ele aquella
cil1llad instaron nuevamente para que se encar-
gase del mando. l .. a diputacion se presentó al
Presidente de la Junta central) pidiendo en
nombre del pneblo y de la provincia por Capif:m
general de ella y de sus fucrzas á Don Gregorio
de la ClIesta. No se habia esploraJo para es: a




(148 )
1809. acl<imaciou d voto de la Junta superior de E~­


tremadura, y .'lulo se habia consulLndo para elb
el estado en (me se encontt'aban las fUl'rZ<lS mili-
tares de la provincia, para cuya reorg:lI1ihacion
y arreglo se juzgaban necesarios los tCilcntos, el
espíritu, la energía y la opinion de Cuesta. El
I)residente de la Central respondió á la diput<l-
cion que á nada podia procederse sin prévio co-
nocimiento y cooperacion de la Junta de BatL-
joz; pero ésta apoyó tambien la propuesta, apro-
bándose al fin por la Cenleal la elecclull <lel nue-
vo Capitan general) y deponiendo á Galluzo ,t
poco tiempo de su llegada á Zalamea, y mallJ,1n.
dole comparecEr en Sevilla.


El General Cuesta tomó inmediatamente el
mando de]a proriucia, y dispuso que las rdiqllias
{lel ej(~rcito acantonado en Zalamea se trasl<lda-
seu á Badajoz, dOlllle se estableció el cuartel gc-
nel'al, y dOlllle con el gran tll'lllwro (le dispersos
1111e se pre.-;entaball, se propuso reullil' lodas las
fuerzas posibles para resistir al enemigo. Dedica-
do incesantemente á reorganizar el ejúrcilo , dis-
puso Giles!:! que el Mariscal Je campo Don .fIlan
de HellCSlI'osa se trasli1dase <i DaJajoz para reCl1l-
phzat' las innumerables bajas que tenia de t;cnlp,
Y":ituflt'io y armamento. Aumentó el ejército con
lllilS de G.OOO hombres de Jos dispersos y l'ecogi-
dus en ]a proviu('jfl; y noticioso de que el elle-
migo yolvia á Tal<ivera y sobre los plH~lltes de
Almaraz y dd Arzobi"po, hizo marchar d dia U
(l., Ellcro una vanguardia de cerca de 5.000 hom-
hrcs de lo(lus armas hácia Trujillo, ,11 mando ae




(149 )
dicho Helle5trosa, con árden de atac3rll~ (!n llca- 1809.
11<' le encontrase para dar tiempo oí. que se orga-
nizasen las demas divisiones que debian sostener
esta vallgual'llia. Sabiendo Henestrosa á su llega-
I\a :í Trujillo que los enemigos estaban ya en JIl-
raieejo., y sus avanzadas en el Carrascal, á clos le-
gnasde dicha ciudad, los atacó é hizo replegar
h<Ícia el puerto de Miravete.


Eutre tanto ClI('~ta infatigable tr<lLajaha eH la
ul'gnnizacion del cjlTcilo con tan feliz éxiLo y Cr.'-
lcritlad, que habiendo reunido 7.000 hOI"111>rcs" sa-
]i0 el. 23 de Enero de su cuartel general, dejando
unos 3.000 para la guarnicion de Badajoz. Al di.!
siguienle hizo noche en Mia j¡¡das, d :;spues de ha bl'l'
~lIldado diez y siete leguas con su pequeño ejór-
cito, compuesto de ¡Jos tlivisiolles, con las fillC
entró el 25 en TrujiJIo.


En este ti('111[10 , por disposiciol1 ele la Junta
central, el General ValJenebro con algunas tro-
pas habia ocupado el paso de Santa 01a11a, cu-
tre Monasterio y Sevilla, y se previno }H1r la
misma al General Cuesta, (lue en caso de serIe
adversa la suerte de las armas, se replegase h,i-
cia este pllnto.


Apoyada la vangllardi;¡ tic! General llen',;-
trosa, y preparado el ataqlle de Jaraiccjo y ckl
puerto de Mil'avete, los enemigos, dcspucs de h,l-
l¡er sostenido algunas escaramuzas hastante vivas
elltre las avanzadas y guerrillas, se retirarOll
ecrca del puente de Almaraz, hasta donde se les
p¡,rsiguió; y h3cicndo pasar por mCllio J,; 1111
largo y penoso rodeo una divisioll de ill'¡jih'na




(150)
ft!09. Jigera á situarse so1)re las alturas que dominan


el puente, se dió principio al ataque por la van-
guardia con tan buen éxito, que á las dos horas
no quedaba ya ningun enemigo á la margen iz-
quierda del Tajo, habiendo muerto muchos por
el fuego de la artillería en el paso del puente,
paso que no era fácil á causa de la cortadura
que el General Galluzo habia empezado á hacer
en él para destruirle.


Dueños otra vez los españoles del importante
punto del puente de Almaraz J situaron alli su
,<anguardia con las avanzadas en Navalmoral) y
su cuartel general en Jaraicejo, en donde per-
maneció hasta mediados de Febrero, en cuya
~poca, aumentadas considerablemente las fuerzas
francesas elitre Almaraz y e] puente del Arzo-
hi:;po J all1cnnzal'on pnsnr este último, por lo quc
se trasladó el cuartel general de Cuesta á Delci-
I ,'sa, como punto mas proporcionado para los
dos puentes. Entre tanto se haLia tralJajado con
In mayor actividad en la cortadura total del de
"Imaraz, cuyo arco principal fue preciso des-
carn:n' ti pico y baneno por no haber surtido
('feclo los hornilhs para volar]e. En esta opera-
('i{l!! perecieron desgraci~r1amcntc el Oficial de
ingenieros que la dirigia, y 26 tl'ab:.tjadorcs, que
fuuon arrebatados en su caida por la impruden-
cia (1(' mantenerse demasiado enca al despren-
derse,


El General Trias con una di,'isio!l de cuatro
mil hombres<;c situó en el pueblo de Valdelaca-
,;¡j; ~ dos lec'uas el,?l puente del Arzobi"po ~ rara




(151 )
o1Jservar los movimientos del enemigo por su de- 1809.'
recha, y antes del dia 20 de Febrero tuvo que re-
litarse á Fresnedoso ,pueblo distante tres leguas,
por haber pasado los franceses dicho puente COll
IIllOS 12.000 infantes y 2.000 caballos, estendién .
• lose por el Villar á Pedroso J Valdelacasa , Cal'.
rascalejo hélsta Moedas y la \renta de los Du-
raZnos.


Cuesta, con el objeto de cubrir el rico san4
11lario de Guadalupe, y preservarlo de la rapa-
cidad del enemigo, hizo situar en el estrecho
paso que ofrece el hospital del Obispo, al Tenien.
le Coronel Balanzat , haciendo marchar al efec-
to desde Santa Ola11a dos batallones de la di \' i-
,>ion del General Odonell.


Luego que llegó á aquella posicion Ba-
Janzat con dos compañías del regimiento de
Mallorca, iuutilízó la única vereda que habia en
sus inmediaciones, por donde podia ser atacado;
pero el enemigo, conociendo la imposibilidad
de pasar el rio por la cortadura del puente, tre-
VÓ por lo áspero de la montaüa, y amenazó la
espalda de Balanzat, que se vió precisado á ce-
der á tan crecidas y desproporcionadas funz;¡s
enemigas, con pérdida de 3 oficiales y 40 mIH'r-
tos, heridos y prisioneros.


Dueños los franceses del paso de] hospital
del Rey, djstante tres leguas de Guadalupe, se
Jirigian ya á este santuario, cuando sus avanza.
(las se encontraron sobre un camino fragoso con
los dos batallones que veinan de Santa Olalla Con
,'lohjeto de cubrirle j y desrucs de Ul11igero at:l-




( 152)
Id09~ que retrocedieron los enemigos, abandonando


la posicion del hospital del Obispo, que tanto
les habia costado, y repasaron con todas sus
fuerzas el puente del Arzobispo, cometicndo en
Navalcan y Arenas de la vega de Plasencia las
mayorcs atrocidades, saquea nao estos infelices
pueblos para vengar la muerte de 15 dragones
(pIe algunos días antes habian sido muertos en
pIlos.


Reforzado considerablemente el Mariscal Vic-
tor por el ejército de la Mancha, penetró el dia
16 de Marzo por el puente del Arzobispo con
13.000 infantes y 800 caballos, bien que moles-
l:l(!OS sin cesar por guerrillas espai'lOlas , hacien-
do noche el 17 en Peraleda de GarbillO. El 18 al
nmanecer, divididas esLas tropas enemigas en dos
trozos, el principal compuesto de 9.000 hombres
se dirigió á la Mesa de Ibol", y el otro á cortar
la c0111unicacion entrc este punto y Fresnedoso,
;í donde se habia retirado el Gelleral Trías con
una division de 2.000 españoles. El Teniente ge-
neral Duque del Parque cuhría la .Mcsa de Ibor
eon 5.000 hombres de todas armas y 6 piezas de
artillería, conducidas a}Ji desde Deleitosa por
(,;1)11in05 impracticables. El mismo dia 18 se ve-
¡,ifiel! el ataque de Ibor, el (Ine fue tan impetuo-
so y obstinado, que despues de rechazados unas
\Teces, y otras contenidos los franceses, no fue
posible ,í. los (lefcnsores sostener el puesto, aun-
ll~c el DnqlH~ del Parque disputó palmo á paLno
el terreno, relirá miose hasta el Campillo, PI!
donde (le mw,-o "c trabó la ,!ccion con 1:1 mismrJ




(153 )
oh,sl inacioIl y fllror, y des pues de ocho horas de 1809.
comhates y fatigas, dispuso el DU(lue su retira.
d,J ;í. Deleitosa con bastante órden, llevándose
5010 una pieza de campaüa, despues de precipi.
tadas las restantes, por falta de caballerías para
i'iU conduccion J en barrancos, de donde no po-
dian ser sacadas por el enemigo. I~as Guardia~
EspallOlas y 'Valonas se distin guieron Como siem-
pre eH esLe dja , y el regimiento de infantería dC'
Jaen , á bs órdenes de Don José Zayas, desple-
gó la mayor disciplina y valor. La pérdida de
los c3paüoles fue de 600 hombres, y la de los
enemi30s, segun un papel interceptado, de 900,
t;lltrc ellos U11 General de brigada.


La divi,ion del Gel1Pral Trins no pudo reu-
nirse á la del Duque dd Parque en ]a Mesa de
loor, y lo verificó la misma noche del 18 en
Deleitosa, clesde donde despues de algunas horas
ele descallso marcharon rClluielos al PUt'l'to de
Mil'avcte, en cuyo punto se fijó el cuartel gene·
ral, Con oL¡eto de impedir al enemigo el paso
oel puente de Almal'az -' en el que se hallaban
prepari1do~ dos pnentes volanlt:s con ocho ú diez
h'll'cas.


Los franceses, despllcs de la accion de Ihor
ocuparon el Cnmpillo,· y se dirigieron, unos por
Deleitosa, y otros por Valdecañas; estos ame9
nazaudo cortar por ]a espalda la vanguardia es.
paüo]a, y aquellos al cjl~rcito , situándose en Ja-
raicejo, ó pasando ,í. Trujillo, con cllyomovi-
miento y maniobra quedaba en efecto cortada la
comllnicacioll del clórcito csparlOl con el reglo


'fO-"O 11. 20




(154 )
1809. de la provincia, y sin recursos para subsistir ni


aun dos dias.
El General Henestrosa, luego que t.uvo not.i-


cia de la aproximacion del enemigo por la orilla
izquierda del Tajo, se retiró con su vanguardia
al puerto de l\1iravete, situando su caballeria en
medio de la cuesta y frenle de las casas de dicllU
puerto. Las divisiones tlel Duque del Pat'qlle y
del General Trias, trasladándose dt'sde Deleito-
sa á aquel punto, se reunieron con la de Ilenes-
trosa, con lo que quedó concentrado sobre el
puel'to de Mil'avetc todo el ejército espaüol : mas
el General Cuesta juzgó muy espuesto el aguar-
dar al enemigo en aquella posiciun, y á las 1t de
la noche del mismo dia 18 emprendió su retira-
da, cubriendo su retaguardia la cahallerÍa de He-
llestrosa, que salió una hora dcspues que el cuer-
po del ejército. Despues del amanecer llegó Cues.
ta al Carrascal, 4 leguas distante del puerto, y
2 de Trujillo, descansando alli alguuas horns, y
á la.o; 1l del 19 entró el ejército en Tl'ujillo, con-
servando la formacion con que habia salido de
l\Iiravete, y sin haberse separado de ella ni un solo
soldado. El 20 los franceses, adelautando hácia
el Guadíana, se presentaron delante de aquella
ciudad, en cuyo término, aunque lleno de aspe-
rezas, no creyó el General cspailOl poderse sos-
tener; por lo que, dcspues de haber permaneci-
do allí cinco horas, y de recogidos todos los en-
fermos y heridos, y algunas provisiones, dirigió
su retirada hácia Santa Cruz del Puerto , adonde
llegó aquella misma noche, situándose las tropas




( 165 )
cn las posiciones que aulcriormente habian sido 1809.
designadas por ingellieros, y en disposicion de
recibíl' al enemigo. La vanguardia del Géneral
lIeueslrosa habia quedado á las inmediaciones
de Trujillo, para proteger la retirada del ejército
por el desfiladero del Berrocal,· que tiene la es-
tensioll de una legua en el camino de Santa Cruz
hasta el primer puente y molino, adonde se reti-
ró Henestrosa huyendo de toda la caballería de
la vanguardia enemiga, (Ille habia salido del Car-
rascal, y trataba de atacarle. Una guerrilla, enm-
puesta de 40 carabineros del escuadron de Estre-
madura, fue alcanzada por el enemigo en el mismo
desfiladero y destrozada; pero habiendo hecho
alto JIeuestl'osa en la llanura que hay de la otra
parte del puente, atacó al enemigo, rechazándo-
le y pel'siguiéndole hasta Tl'lljillo, Con pérdida
áe 80 110m hres,


El 21 á las 6 de la maiiana , casi á la vista tIel
enemigo, prosiguió su rd.il'ada el ejército espa-
üol hácia el puente de Medcllin, para atravesar
el Guarliana; y luego qnc los franceses aclvirLie-
ron I'~I e movimicnto destacaron su vallgllardia
en seguimiento de J[clleslrosa, que marchando al
paso n'gular, autes (l(~ llegar ~í lo alto del puerto
de SLiula Cruz, S(~ "itÍ acomeliclo.por los tiradores
frallceses, que se habían adelantado al abrigo de
Sll cahallería i mas haciéndoles frenle con la su-
ya, se sostuvo en esta ditmosieion por todo el dia
hnst:t las 4 de la tarde, en ellya hora habiendo
])('ga(10 el cjtl'cito á la ll:Hlura de ~1iajadas, hizo
alto para descansar, y continua,r su retirada so-




(156 )
H:l09. bre Medellin. La vanguardia enemiga se rres~lltú


en las alturas inmediatas, en obscrvacíon (le )¡¡-;
fuerzas y movimientos del ejl'rcito cspaiJOl i y
formado éste en batalla, se destacaron por dispo-
sicion del General en gefe los regimientos de
caballería del Infante y de Almansa) qne se ha-
llaban mas inmediatos; y avanzando por dereeJ¡;¡
é izquierda contra el enemigo, con el ohjcto de
~nvolver sus avanzadas, como estas 110 tratasen
de esperar, Jos solJaJos espafIoles corrit;!udo ¡t
escape por un terreno mlly áspero y pedregoso,
sin que los oficiales pudiesen contener ni ordellar
este movimiento espontáneo y acelerado, logra-
ron por fin alcanzar á lps enemigos, matándoles
126 hombres con sns oficiale,~, del regimiento de
caballería ligera nlÍmero 10, recogiendo todos SllS
despojos, y rechazando despues al enemigo. Con.
tenido éste por esta demostracion de nrrojo, I'i
ejército espaüol continuó al anochecer de aqlJd
mismo dia su retirada al puente de Meddliu,
que atravesó á las 10 de la noche, permanecien-
do en esta ciudad todo el dia 23 sin scr molestado
por los franceses.


En este punto recibió d G¡'nernl Cuesta la
noticia de que el Duque de Alburqncrrlue, que
se habia destac&,.clo del ejército de la Mancha con
una di vis ion para venil' en auxilio del de Esfl'l~­
madura, se hallaba ya. en Snzeruela; por 10 qlle
resolvió evitar el ataque hasta que se \'erilica~(~
la reunion de este refuerzo. Para OCl! llar a 1 ene-
migo esta marcha, y facilital' ]a incorporaciou,
'le tomó en la apariencia un camino de:sviariu dt:




( 1 5'7 )
dla, dirigít'!J1dose primero de Medellin á Campa- 1¡'¡r)~;.
nario por Villanueva de la Serena, y de alli a la
Higuera por Quintanar, como si se tuviese inten-.
cíon de salir al camino real, que va de Mérida ,l
Sevilla. Esta marcha retrógrada, ejecutal}a con el
mayor órdcn, produjo el efecto qu~ se deseaba;
}lue:; los enemigos dividieron Sl'.S fuerzas, desti-
nando una mitad á Medellil\ J la otra á Mérida.


El 27 el Duque de AI~Jllrqllerque, con arreglo á
las instrucciones qtv¿ habia recibido de Cuesta, se
dirigió á Villall U'~va de la Serena conlos 4.000 hom-
bres uesu division, y verificó sn reunion con el ejér-
cito (ll~ E.stren1adura. Inmediatamente el General
C~ .. csta se dirigió desde Villanueva de la Serena á
Medc lIin, (IUC habían ya ocupado los enemigos ,yen
donde reunian gJ'alldes fuerzas, resuelto á huscar-
los, y á presenLarles la batalla en Jugar oportuno.


Los franceses, en número de 20.000 infantes
y 1.000 caballos, se hallaban colocados delante
de Medellin , en una posicion que presentaba un
arco cerrado entre el Guadiana y una. rambla
plantada de árboles y de viñas, que se estiende
desde Mcdellin hasta Mengabril.


El Mariscal Victor silllÓ b division del Gene-
ral Lasalle con su caballería en el ala JZCJuierda,
formó su centro con la division del General Le-
val, y su ala derecha con la division de dragones
del General Latour-Maubourg, dejando de re-
serva en segunda línea las divisiones de Villat-
te y nuflin. Numerosos destacamentos de ca-
ballería (le la divisioll alcrnana del General Le-
val se hnllalJan destinados á retaguardia para




1809.
(158 )


cubrÍt' las cOlUunicaciones del ejército francés.
El espaiíol, compuesto de cerea d(~ veinte


mil hombres, se hallaba distribuido de esta ma-
nera: la vanguardia al mando del Mariscal de
campo HCllestrosa, con la prirnera division, á las
órdenes del Duc¡ue del Parque, formaban el pri-
mer cuerpo de la jZlluicnla lLe la líllea de hatalla,
al mando del General en gefe Cuesta: la segun-
da division, á las órdenes del Marisca] de campo
Trias, ocupaba el centro; y la tercera division,
al mando del Mariscal de campo Man¡ués del
Portazgo, con las tropas del Duque de Albllr<pwr-
que, forri1aban el cuerpo de la derecha, á las órde-
nes del Teniente general Don Francisco Eguia. La
cahallería se situó sobre el flanco izquierdo, que
era en el que mayor fuerza presenlaha el enemigo,
y la artillería se hallaba correspondientemente
colocada al frente de caila di vision, para seguít>
los movimientos de ataque, segun conviniese.


Los franceses establecieron {) baLerías de ;1 4
piezas, y el General Leval, apoyado en su movi-
micnto por la caballería de Latour-Maubourg,
se adelantó contra el centro de los cspailOles. La
infantería de estos, sin que la arredrase el fonni-
dable flH'f'o de metralla de las baterías cucrnj<>as 1:) b ,
ni las ll1auiobras con que su caballería amenaza-
1J:I envolverla y cargarla, marchaba con él mayor
órdcn.r denuedo: ya la retirada de mucllOs cuer-
pos enemigos anunciaba la victoria, y todas las
columnas espaiiolas de izquierda, centro y dere-
cha marchahan adelante con el mayor entusias-
mo] llevando á su cabeza los respectivos gdes y




( 159)
Generales, y ya el aja izcluierda l1egaha á medio H'lo9.
tiro de pistola de la primera batería enemiga, y
avanzando con el mayor arrojo á la bayoneta pa-
ra tomarla J lograha hacer huir y abandonarla á
los que la defendian , cuando una fuerte division
de caballería enemiga, prot.egida de otra de in-
fanterÍa, cargó para recobrarla. La infantería es-
paüola no se detuvo por esto, y se guia su marcha
á paso de ataque, cuando los regimientos de ca-
ballería de Almansa y del Infante, y dos escua-
drones del del Imperial de Toledo, flaquearon,
y en Tez de cargar á la columna enemiga) se re-
tiraron al galope, y dejaron espuesta á la infan-
tería al ataque de los franceses en todas direccio-
ncs. En vano el Gencral Cuesta quiso contener
esta fuga: la infantería espaüola, rodeada por to-
das partes de enemigos, se vió forzada á retirarse;
y á pesar de la bizarría con que comba tia , fue
acuchillada terriblemente por aquellos, hasta po-
nerla en completa dispersion. El mismo General
Cuesta, y los gefes y oficiales enviados para con.
tener este desórden, fueron envueltos por los fu-
gitivos, y estuvieron para perecer. Cuesta fue
derribado de su caballo, y se halló entre los ene-
migos, que en su carga pasaron del parage en
que quedaba herido en un pie y bastante maltra-
tado, y hubiera caido prisionero de guerra, si
ayudado de Jos de sus Edecanes no hubiera mon-
tado y salvádose en otro caballo. Dispersa el ala
izquierda española, aun continuaba el ataque la
derecha y cen t1'O con la mayor valentía é intre-
pidez; mas el enemigo destacando un cuerpo de




( 160)
lii09. caballería bastante fuerte para la pcrsecllcÍon


de los fugitivos, cargó COn el resto de sus tropas
oí los españoles, qtIe con su ataque imponente y
vigoroso habian logr·ado ya arrojal' cOlltra l\Ie-
dellin las columnas de su frente de la infantería
enemiga; y de este modo, flallqUl>ado su costa-
do iZfJuierdo, consiguieron los franceses batít·
progresi vamente el ce n tro y la derecha del ejér-
cito espai'tol, las cuales, por lo muy avanzada.')
que se hallaban hácia Mcdellin, uo pudieron cor-
regir su posicion demasiado espuesta y peligrosa ..
por el inesperado acontecimiento del aLafluc por
Sil flanco izquierdo. Rotos, pues, pOl' la caballe-
ría enemiga, aun continuaban el fuego alguno.')
batallones de los que se mantenían en fOl'rnacion,
á pesar del terrible estrago que hacia en ellos la
al,tillerÍa enemiga; hasta que al fin se pusieron
I"n precipitada retirada, con una gr'an pérdida.
El número de gefes y oficiales muertos, lwrido.')
y prisioneros ascendió en su totalidad ;t 160 de
infantería y 10 de caballería; y entre los heridos
lo fue el Mariscal de campo, Comandante de la
segnnda divisíon y gefe del centro Don Francis-
co Tl'i::¡s ; y de soldados se contaron hasta 6.000
muertos y heridos, y otros 6.000 prisioneros, per-
diéndose 19 piezas de artilleria, y un gran nú.
mero de banderas. La pérdida del enemigo fue
de 4.000 muertos) y un número considerable de
heridos.


Dada la batana, como si hasta los elementos
ie hubiesen conjurado contra el valor español ..
sé halló envuelto el General Cuesta en un violen-




(161 )
fa temporal que sobrevino en nn m(m,cnto, y l¿'¡('(J,
herido y estropeado, se retiró con las l'eliqllW.S
de su ejército ,1 Monasterio, último pueblo de
Estremadura sobre el camino real de Sevilla,
donde se mantuvo, esteullicndo sus avanzadas
Lasta Fuente de Cantos, en cbservacion del clie-
migo, y se dedicó inmediatamente á organizar
de n11C'-O el ejército, sin (íue el M:Jriscal Victor)
que !.Í fines de Abril engruesó sus tropas con la
divisioIl del GeIlcral Lapisse) procedente Je Sa-
lalllanca, se atreviese ~t perturbar sus opera-
cIOnes.


La víspera de la batalla de Medellin, es dcci r,
d 27 de Marzo, sufrieron los espaüoles olra der-
rola 110 mellaS considerable.


El ejército cspaiJol de la Mancha, al mando
del Conde de Cartaojal, se hallaba en posicion
I~n Santa Cruz de Mudela. Disminuiuas las fuer-
zas francesas que alli había, mandddas, por ausen,
cía del Mariscal Victor , por el General Sebastia-
ni, el General espailOl dispuso hacer un moví.
miento sobre Toledo para llamar la atencion del
enemigo, y el 24 de Marzo se dirigió sobre Y é-
hencs el Brigauiel' Don Juan Bernlly cou un des-
tacamento, y atacó con elmaYOl' denuedo al re-
gimiento número 1. o de lanceros polacos, ohlig,t!J-
dolos á retirarse por el camino de Orgaz, donue
~ncontl'ándosc con el Vizconde de Zolina, que
se hallaba situado alli, fueron b;¡tidos, dejando
en poder de los españoles 98 prisioneros con 3
oficiales. Mas durante esta accion, el PrÍncipe de
Allglona, que se hallaba apostado en el camino


1'DJ.!O 11. 21




(16'2)
1809. de jlol'a, fue nttlcado por 6.000 infantes y 600 ca-


ballos enemigos J que marclLab:ll1 al socorro de
los polacos de Y ébencs; )' no plldit~ndo conlr<l-
restar fuerzas tan superiores, se dirigió cn reti·
rada á Ciudad-Real. Reunido en esta ciudad todo
el ejército espailol, llispuso el Gencral en gefe,
que parte de la caballería pasasc en la noche del
25 {l los acantonamientos de Daymicl, Can'ion y
contornos, y en la madn¡gada dd siguiente dia
pensaba él mismo marchar á Va[Jqlcilas. E126 se
presentaron los franceses al frcnte de Ciudad-
Iteal, y despues de habel' arrollado la" gl'andes
guardias y pasado el Guadiana, tuvieron quc rc-
pasarlo por el denuedo de la caballería española;
qucdando á la vista las tropas unas dc otras, y
durando el fuego de callOll y de las gucl'I'illas to-
do el dia. El 27 volvieron con fuerzas superiores
lus francesc:>, y consiguieron p:1sal' drio y al'l'o-
llar, como el dia anterior, las grandes guardias de
infantería y caballel'Ía que cubrían los pucnte.';.
Desdc luego conoció el Conde de Cal'taojal <¡ue
le era imposible sostencrse en la posicion en que
se hallaba, y dispuso su retirada (¡ los puntos de
Si(~l'I';¡1l101'{!1H1; mas csta se ejecutó con ud prcci-
pl1acion y dcsól'den, que mas de 3.500 caballos
huian á loclo esc;¡peá la visla de un pcquellO des-
tacamento (ll~ polacos, que los persiguió hasta el
Viso y Visillo; y lJllhiera pasallo mas :Hl(~lante si
el Marqués del VadilJo, con lllla pCflueiJa division
de infantería y algunos caballos, no los hubiera
obligado á retroceder.


Los españoles) que estaban p¡;rsuaditlos dt: [a




(163 )
inferioridad del ejército de Sebastiani, y cOllfia- 1H09.
han en la superioridad de sus fuerzas, al ver en
un instante disuclLas todas sus masas sin precc~
del' accion alguna general, manifestaron la ma-
yor il1dignaciol1 , y depusieron á su General en
gefe Cartaojal, el que juzgado despues en un con~
scjo de guerra, asi corno el Mariscal de campo
Don Antonio Moreno, y el Brigadier Don Fran-
cisco Javier Abadía, flleron absueltos de toda
culpabilidau, atendiendo á que la mayor parte
de] ejército estaba desarmada, y era inferior al
enemIgo.


Dc¡;pues de tan fnnesto acontecimiento, se
confirió el nundo de este ejército al General Ve-
negas} que procuró organizarle, y proveerle de
todos aquellos artículos que escaseahan, y de
(lue no podia surtir el estéril país de Sierramore-
na, disponiendo que se internasen en la Mancha
algunas guerrillas para proteger la provision de
Vlveres.


La batalla de Mcdcllin , y la derrota de Ciu-
dad-Real, esparcieron el terror por toda la Pe-
nínsula; mas sin embargo el General Cuesta con.
tinuaba o"g[lIlizando su ejército á vista del ene-
migo; y la Junta central, refugiada en Sevilla,
tan lejos de desmayar por estos desastres, imi-
tando en esta ocasion la conducta del Senado
romano, cuando despucs de la infausta y deci-
siva hat~lla de Caonas, dió gracias al Cónsul
Varron por no haher desesper::tdo de ]a sal va-
cion de la República, dió gracias tambien, y
colmó de elogios al General y tropas del ejército




(164)
1t-(í9. d~ E",tremndura, declarando por uu decl'e!o de


primero de Abril, beneméritos de la patria al mi~­
mo Generaly dernas individuos de a!lud, que com-
ponían los cuerpos que tan gloriosamente SR sos~
tuvieroll en la batalla de Medellin. Ascendió ,í.
eapitan general á Cuesta, y concedió un grado
mas á todos los oGciales, que á juicio de éste se
hubiesen distillguido en la accion, condecoran-
do con un Escudo de distincioll á toJos los cuc,'-
pos que Jicroll pruehas en ella de serenidad y
disciplina, concediéndoles adcllws doble paga por
un mes, contado desde el dia de la batalla, y
ofreciendo pensiones {t las viudas y huérfanos lit:
Los que perecieron en el campo del honor. De es-
te lnotb la Junta central recompensó á estas tro-
pas como :,i hubiesen conSeguido la yictoria; y
asi fue corno su política mantuvo en España la
e,m!1anza ti..; pudelo resistir á la domillllcion fr;.¡n-
ces:!, é impuso de tal modo la opinioa pl'lblica"
'lllC á meJia(los de Abril d ej{~l'cito de E . ;l¡'ema-
dura, compuesto de 11l11'YOS l'CcllltLlS, y de I.JS
dispersos que se le reUnie¡Oll, COnl(J con sulicicn_
te uúmero para volver ,t combati., con éxito,


El Geller . ll Victor pt~I·Il¡allCC.iÓ en Estl'emadu-
I'a, entre el Tajo y el GllaJian3, j' d General
Sc~hasliallj nu ::il' GL1'e\-ió á pasar de Santa Cruz de
~lut!l'h J pll..;blo situa.Jo a! 1';(' ¡!r, la,; ~ai';allta~
de Siernnncrcua.




(1 Gj)


CAPITIJLO X.


Ei 'Ltri~cal Soult emprende la cOIll{uista dH Portugal. -
Accion de Fece.<. - AtarpIC de CiHlves. - Asesinato fld
i ~p.llera! Fn!ire. - TOUla de C huyes. - Los poduglle-
,e$ rCCO\1fplistan á Chuves. - Toma y saqueo de 0P"I'-
l{l. - TIen'sforrl orgalliza el ejército rortugul~S. - Lo'-
illgleses socorren á PortugaL - Soult se retira ~o¡'re
Galicia. - \Vellesley toma la ofensiva. - Eneuacioll
de Oporto. - Accion de Peüaflel. - Desastrosa ]'(~t iralt.
de Soult. - Entra en Orense. - Los ingleses rdro,!!'-
den á Lisboa. - Operaciones (le! ejétcito de la Roma;:"
en Galicja. - Accioll de Villafranca delllierzo. - Los
espaiíoles tomiln á Vigo. - Los frallceses OCUP;¡lI :í A~­
turias. - Los espaiioles ataCiltI :í Lugo. - IlCUlIioll d ...
los Mariscales Soult y ~ey. - Soult se replega á C3.,I;-
\la. - Acc ion de Santiago. - Accion tlel puente de S;llI
Payo. - Ney eVilcua:í Galieja. -Operaciones fle If's
Jlariscalr~s Mort.ier y Victor. - Accioll de Aldnt.ara. -
Los francescs se retiran :í la orilla iZfluicnla del Tajo.


Despues ue haber hecho reembarcar :í los 111-- ; ~:I~'_
gles¡;s, el General Soult dejó encoJUclIdadll PI
cuidado de conservar el re1110 de Galicia al 'b-
riscal Ney, el que cun los cuerpos de su eji:r-
cito ocupó sucesivamente á Lugo , la Coruila, el
Fcrrol y Santiago, El Mariscal Soult concentró
sus tropas sobre Vigo, y se dedicó á hacer 100S
preparativos para la espedicion dc POl'tugal. Si-
tuó su cuartel general en Tuy, por donde St) Pl'\)-
pOlli~ vel'incar el paso del Miiio ; pero la diiicllJ ...




(166 )
1609. lad de reunir las barcas necesarias, y aun mas


que todo el peligro de esta operacion bajo el ca-
ilon de la fortaleza portuguesa de Valencia, si-
tuada enfrente de Tuy, en la rihera jzquierda
del rio, hicieron que Soult suhiese el Miüo hasta
Orense para proporcionarse por este último pun-
to un paso menos espuesto y peligroso, el que
empezó á verificar en 17 de Febrero.


El Marqués de la Romana, dcspues de haber
evitado el encucntro con las tropas francesas,
abandonando á los ingleses el camino real de la
Coruña, se habia dit'igido hácia Orensc , con cu-
yo movimiento atrevido se habia libertado de
la persecucion del Mariscal Soult, y puesto en
estado de rcorganizar su ejército, y llamar la
atcncion del Mariscal Ney , impidiendo que este
prestase socorro alguno á Soult en la campaila
tlificil que iba á emprender contt'a el PorlugaL
Una reunion considerable de gallegos quiso en
el pueblo de Maurinlan disputar al ejército de
Soult el paso del rio; pero fueron arrollados, y
apoderándose del puente, atravesó el Miño sin
obstáculo el dia 4 de Marzo. Informado el Már-
'}ués de la llomana de los movimientos del Ma-
riscal Soult, ocupó las alturas de Orsulla, cer-
ca de Monterey, de las que fue desalojado por
los franceses despues de un mediano combate,
siendo perseguido por estos hasta Sanabl'ia y
Puebla, desde donde los espailOles se cesbanda-
ron por las montailas. Al dia siguiente de esta
accion llegó Soult á la aldea de Verin , desde la
cual comienza un desfiladero que conduce á la




(167 )
provincia portuguesa de Tras los Montes J en el 1809.
cual tuvo (IUC vencer á un cuerpo de portllgueses
que intenLó displltarle el paso, y que fue recha-
zado hasta el pu~blo dc San Cipriano J que ocu-
paron los franceses el 7 de Marzo, vivaqueando
;t la vista de Villardo J sobre la frontera de Por-
tugal, y apodcr;ílldose de este punlo por haber-
lo abandonado las tropas que lo defendian.


EllO de Marzo la vanguardia francesa se puso
en movimiento, y desalojó cerca de la villa de
Feces de abajo, íiobre la ribera izquierda del
Tamega un destacamento del eJército portugn('s
que el General Freire habia reunido en la pru-
vincia de Tras los Montes. Luego que las tropa.~
francesas pasaron el Tán1C'ga , olro destacamen-
to de 3.0UU hombres de la gLl<ll'uicion portugue-
sa de GIl a ves se :.Hl e la n tú co !llra ellas; mas le
hicieroll replq;ar hasta los muros de esla plaza.


Los Generales iugleses habian encargado al
General Frcire no a venlurase imprudentemente
accion alguna, retidl1(lose con lentitud delante
Jel Mariscal Soult , basta cllle reunido á otro
cuerpo de ejército f{lle cubría á Oporto, pudiese
de concierto con él ddencr los progresos lId
ejércilo franees; pero los porlllgncses) especial-
mente los de las pro\' ineias frontel izas de GaJi-
cía y Leon) no conociun la (lisciplina, y fiados
únicamente en su fuerza numérica) se creian se-
guros de la victoria, y re 11 usa ua tl ced el' el terre-
no sin comualir. A esto debe alribuirse el haber
sÍ(lo balidos en los Ilesflladeros de Verin y Fe-
ces de Abajo. En Chaves quisieron defender In




(168 )
18ú~i. fortaleza, y se amotinaron contra el General


Silveira , que mandó la e\'3cuacion al saber que
se aproximaban los frauceses. EllO de Marzo
intimó Soult la rendicion á esta plaza; pero los
portugueses desde lo alto de los muros respon.
flicron con amenazas á las intimaciones de paz}
.y amenazaron no dar cuartel á cuantos enemi-
gos cayesen en sus manos. El 11 Soult dispuso
todos los medios de ataque, los que lejos de in-
timidar á la guarnicion , 110 hicieron mas que au-
mentar su exasperacion. El populacho se hallaba
en la mayor cxaltacion, y el Gobernador se vió
en el mayor conflicto para salvar la vida á un
Oficial del estado mayor frances, parlamentario,
(lile llevó una intimacion del Mariscal Soult,
ilrnenazando á los habitantes y á la guarnicion
con el asalto, y con pasarlos á cuchilio, si el 12
;t las seis de la maÍlana no hubiesen pedido capi-
tnlacion. El mismo dia 12 abrió Chavcs sus puer-
tas, despues de haber salido la noche anterior
una gran parte de su guarniciono El Mariscal
Soult desarmó á las tropas que habían pcrmanc-
cido en la plaza, y tambien á sus habitantes; y
(il!spuf's de haber descansado en ella tres dias , y
establecido un hospital, se dirigió sobre Braga.
El 1:)' por la noche vivaquearon los fl'unceses en
S:lltollras, sobre la cresta de las montailas, al O.
de Chaves; y el 17 tomaron posicion en las al-
turas de Cal'valho, desde donde ayistaron al ejél'~
eilo pOl'tugucs formado en batalla soJ¡n' las mOD.
Ulilas qne cstan delante d(~ IJraga.


El General Freire, qUf~ mandaha pstf' f'j:-rci ..




( 169)
to portllgucs, conaneglo á las instrucciones que- 1809.
babia re Libido, dió las órdenes convenientes para
levantar el campo, y retirarse sobre Oporto; pe-
ro los paisanos, que componian la mayor fuer-
za de su ejérciLo, se amotinaron, pidiendo á gri-
tos que se les condujese al combate. Viendo que-
el General comenzaba su retirada con las tropas
de línea, los mas atrevidos se lanzan contra él,
y ]e quitan la vida, vociferando que tal seria ]a
suerte de todos los gefes que hiciesen traicion á
la caUS::l de la Patria. Despues de este atentad(}
ofrecieron el mando á un oficial hannov'el'iano,
llamado el Baron de Heben , el quien obligaron,
ha jo pena de la vida, á aceptar este peligroso en-
cargo. El nuevo General en gefe., aterrado por
el funesto fin de Sil antecesor, cedió á los de-
seos de la multilud ilmotinacla , y dispuso atacal'
al enemigo. El 20 de Marzo á las siete de la ma-
Iwna comcllzó la accion , en ]a que los portu-
gueses se baLieron con el mayor va]or; pero al
fin tuvieron que ceder ¡í la superioridad de la tác-
tica del ejército francés, y retirarse perseguidos
vlvilmcnte por la caballería francesa, que hizo
en ellos Ulla terriLle carniccría. Los fnmcescs
entr!lron envueltos con los fllQ-Üj,·os en Bn¡O'[I


<, 1:> .J


atravesaron las calles de la ciudad, y continua-
ron su persecucion hasta dos leguas de la misma;
de suerte, que la caballería francesa auduvo al
galope cU;llro Jeguas sin dejar respirar á los ])01'-
tugueses. La pérdida de eslos fue considerable.


El General Soull fijó Sil cllnrlel gellcral en
Braga, y el 26 se apoderaron sus tropas de los
TO~IO 11. 22




(170)
1809. pueblos de Barcelos y Guimaraens despues de un


pequeño combate, en que perdió la vida el Ge~
neral Cardo n , uno de los Illas intrépidos y an-
tiguos oliciales del ejército francés .


. AI mismo tiempo que los- franceses iban
avanzando hácia Oporto, el Brigadier Silveira
tomó pOl'" asalto la plaza de Chaves, haciendo
en ella 200 prisioneros, y matando mas de
300 enemigos. Asedió el fuerte, y despues de
haber esperimentado alguna pérdida durante el
sitio, capituló su guarnicioll, quedando prisio-
nera de guerra, y estipulando varios artículos
ventajosos. En esta plaza se encontraron doce
piezas de artillería, armas y municiones, y se
hicieron 749 prisioneros.


El 27 se presentó Soult á la vista de la ciudad
de Oporto, la cual, despues de la de Lisboa, es
la mas importante de PorLugal. La guarnicion
ascendía á 3.000 hombres de tropa reglada, y
algunas milicias formadas del paisannge, que te-
uían que atender á la defensa de una línea de le-
gua y media de estension. En el mismo día el
Mariscal Soult con los cazadores dispuso el ala-
que contra esta linea; pero fue recllnzado cons-
tantemente. El 28 intentó de nuevo el ataque,
pero fue igualmente repelido, hasta que en la
madrugada del 29 , repitiendo los ataques, y lo-
grando forzar algunos puntos de la linea, entró
en la ciudad de Oporto, en la que reinaba el ma-
yor desórden y cOl1fusion; pues los paisanos ar-
mados I no queriendo someterse á ninguna dis-
cipliua y suhordinacion, y desconociendo la voz




( t 71 )
de sus gefes, rehusaron relÍl'arse ,permanecien- 1809.
do combatiendo en las calles de la ciudad, hasta
que los franceses triunfaron por todas partes de
su resistencia. El furor y la animosidad de los
soldados franceses, exasperados por tan obstina-
da resistencia, hicieron que se entregasen á los
mayores desórdenes, y la ciudad fue completa-
mente saqueada,


El General Soult destacó al General Caulin-
court con una hrigada de dragones el 31 de Mar-
7.0, p<lra que se estableciese en Peñafiel; pero los
paisanos portugueses le obligaron á abandonar
este punto, teniendo que replegarse hasta el mis-
mo Oporto, en donde el Mariscal Soult se yjó
preci.-;ado á permanecer, porque el General Sil.
,-eira, despucs de Jlauer evacuado á Chaves, se di-
rigió con Sil division á las montañas que separan
el reino de Galicia de la pt'ovincia portuguesa
de Tras los Montes, y aumentando considerable-
mente sus fuerzas habia ocupado sucesivamente
á Braga y á Guimaraens, á medida que el grueso
del ejército francés las habia evacuado, obligan-
do á llls gual'lliciones que habia dcjado para su
conscrvacion y defensa, á rendirse prisioneras.


El General Sil veira, que no cesó de perse-
guir la retaguardia francesa desde su entrada en
Portugal, se hallaba siLuado en el puente de Ama-
ranle., sobre la orilla iZfJuícrda del Támega, en
donde permaneció hasta el 2 de Mayo. Fucl'on
repetidos los ataques <¡ue desde el 18 de Abril
hasta este dia dieron los franceses á esta posi-
cion, mandados por los Generales Delaborde y


.




(172 )
1809. LOlSOll; pero en todos fueron recLazados) á pe-


sar de haber tiitlo reforzados por el General Hou.
saie con dos brigadas, mandadas por los Gene-
rales Sarrat y l\1arisi, y de haber intentado el paso
el 29 en tres columnas, de las cuales dos de-
hian pasar los vados, sostenidas por lG piezas de
cañon. A favor de una densa niebla lograron por
fin el 2 de 1\1ayo apoderarse de la cabeza del
puente, de donde se retiró Sil veira con las mili-
cias del pais y cuatro piezas á 1n provincia de
Entre-Duero y Mit'ío.


El General Soult, á quien f,dtó la coopera-
cion del ejército de Victor , que aguardó durante
todo el mes de Abril en Oporto, renunció al
proyecto de marcbar sobre LislJOa, cIue se ha-
llaba ocupada por los ingleses.


El genera] Deresford se habia dedicado ¡í. reor-
ganizar el ejército portllglles, y con el consenti·
miento del gabiucte bl'iL¡ínico flle nombrado en
el mes de Febrero General en gefe del mismo, y
empleó como Coroneles y gefl~s de los regimien-
tos port.ugueses á varios oficiales ingleses. Estas
medidas hicieron carnbiar prontamente el aspec-
to dc arIuel ejél'cito, y un sistema seguido de
disciplina y subOl'dinacion le pusicl'on bajo un
pie formidable.


Los ingleses, apenas supieron la invasion de
Soult, cllando como por medida de precaucioll
situaron un cuerpo de 7.000 hombres en Abran-
tes, reuniendo la masa priucipal del ejército en
Leiria, y los cucrpos portugueses en Tomara. En
el mes de Abril fueron reforzados por una tlivi-




(ln)
sion á las órdenes de Sir Arturo Wellesley.J cuyo 1809.
General desde luego empezó .l tomar la ofensiva.
El 6 de Mayo pasó revista á sus tropas en Coim-
bra, y ellO su vanguardia pasó el Vouga, yen-
contrándose con un destacamento francés, le obli.
gó á tomar la huida. El 11 avistó á la vanguardia
francesa) que ocupaba una fuerte posicion sobre
las alturas al norte de Guijon : el ataque fue len-
to, pero vigoroso, y los franceses tuvieron clue
retirarse. Soult habia enviado á esta columna ór-
den para replegarse sobre el cuerpo principal de
su ejército; pero el Oficial conductor de esta
órdell fue muerto por los 11aisanos.


En la noche Jel H al 12 hi1..o Soult replegar
todas sus fuerzas sobre la ribera derecha Jel
Duero) é inutilizó el puente de barcas estableci-
do sobre estc río. El General Deresford fuc des-
tinado por Wellesley á amenazar la izquierda
francesa pasando el Duero cerca de Lamego, Con
órden de marchar rápidamente sobre Cha ves por
Villapouca , á fin de cortar el paso y retirada de
Soult á Galicia. Para apoyar las operaciones de
Deresford era esencial atacar al ejército francés á
fin de detener en este punto la mayor parte de
sus fuerzas. El 12 \Vellesley pasó el Ducro pro-
tegido de la artillería que habia situado sobre las
alturas de Villanueva casi enfrente de Oporto.
Soult se habia retirado á esta ciudad para dispo-
ner la retirada que queria efectuar á la entrada
de la noche, y pl'esumicndo que Wellcsley, drs-
Fues de haber pasa¡lo el Duero, tomaria posicio-
nes y no emprenderia el ataque general hastn el




f809.
(174 )


día siguiente, se habia puesto á comer en esta
confianza con su Estado mayor, cuando los tiros
de fusil de las guerrillas inglesas que se batian
ya en las calles de Oporto, le hicieron conocer
el inminente riesgo en ql\e estaba de caer prisio-
nero. Montó ~ caballo, y snble en l11nno se abrió
paso) seguido de su Estado l11<1yOl' , y dcspues de
haber reunido algllnos regimientos, intentó atacar
á los ingleses y volver á entrar en Oporto) pero
fue reclwzado.


Al mismo tiempo W ellesle y recibió el refner-
zo del General Munay, que habia pasado el Due-
ro una legua mas ahajo de Oporto, y Soult, per-
seguido en el centro por el General Hill, en la
derecha por el General Sehcbrok, .Y en In izquier-
da por el General Murray, se retiró sobre el puen-
te de Amarante, en donde se hallnba con su di vi-
sion el General Loisol1; pero esta habia sido ata-
cada, al mismo tiempo que los inglpses se <Ipode-
raban de Oporto, por la division del General Be-
resford, y se habia visto precisada á ahandonar su
posicion y á replegarse. Enterauo Sonlt de este
nuevo contratiempo al pnsar por 'Peil"licl, dió la
ónlen de rctinlrsc sobre Braga. La pérdida de
los franceses el1 la evacllacion de Oporto fue
considerable, y los ingleses tuvieron herido gra-
vemente en un brazo al Loru Paget, á quien
reemplnzó en el mando el Genel'al Sil' Rouland
Ha!. Al llegar Soult á Peilafiel abandonó una
parte de su artillería, que le cllIbar:JZaLa In mar-
ella, y se dirigió sobre Braga por Guimaraens.
En esta ciudad supo que el General Beresford




(175 )
habia recibido órden para dirigirse á marchas 1809.
forzadas sobre Chaves, á fin de perseguir su ejér-
cito y cortarle este punto de comunicacion con
Galicia. Soult, que tan vívarnente se veia perse-
guido, no encontró mas medio de libertarse de la
crítica situacion en que se hallaba colocado por
la insurreccioll general del Portugal, que acele-
rar su retirada.J por lo que ahandonó los bagages
y el resto de su artillería despues del cho(lue
que su retaguardia tuvo que sostener el 16 en Sa-
lamonde contra una columna mandada por el
General Sehelembrok. Los franceses dejando á
Chaves sobre su derecha, se di"igieron sobl'c
Orense por Montealegre , habiendo tenido flue re-
Correr caminos casi impracticables, en cuya
marcha bandas de paisanos armados que seguían
Jos flancos de su ejército, los obligaban á desta-
car guerrillas casi contÍnuas, y á batirse de roca
en roca con pérdida de muchos de sus soldados.
El 18 por la mai13na el ejército francés entró en
las fronteras de Galicia con direccion á Orense
por la aldea de Santiago de Rubias. La alegría
de las tropas francesas al pisar el territorio de
Galicia fue comparable solo á la que se siente
al volver á pisar el suelo de la patria; sentimien-
to bien natural, pues que lwbian logrado ponerse
en comunicacion con los demas cuerpos de su
ejército de España, y recibir noticias de Fran-
cia, de que se hallaban privados por el largo es-
pacio de siete meses.


Soult había verificado su entrada en pOI·tugal
en Febrero de 1809 con 23.000 hombres, y él los




(176)
1809. tres meses tuvo que abandonar aquel reino con


solo 16.000 sin equipages ni artillería: espedi-
cion infructuosa que costó <l la Francia 7.000 sol-
dados, la mayor parte muertos por los portllgne-
ses, otros en los encuentros con el ejército in-
gIl:,.:; , Y otros en los hospitales de Oporto.


El ejército francés llegó el 20 ;í Orense, en
donde por primera vez desplles de su penosa I'e-
I.irilda encontró subsistencias prepnl'ndas. El
J\briscal SOllit dispuso que el 21 descansasen las
tropas, haciendo marchar al mismo tiempo la
vanguardia con direccion .i Lugo , á fin de libcr-
t~ll' <l la gnarnicion de esta cindaJ, bloqucada por
1m cuerpo del ejército del Mal'qu{~s de la Roma.'
na , á las órdenes del General Mahi.


El General Wellesley llegó á Montenlegrc el
18 de Mayo, y no juzgó conveniente perseguir á
los frnncescs fuera de bs fl'Onterns de VortngaL
El General Silveira permaneció en el norte so-
bre las fronteras de Galicia, y el ejl~rcito inglés
retrocedió i Lisboa por Oporto, siendo en todas
partes recibido con el mayor entusiasmo, y no
presentando la marcha de 'Wellesley ,á quien por,
~eguncla vez proclamaba Portugal por S1l salvador,
sino una serie continuada de fiestas y un verdade-
ro trillnfo.
~lientras los franceses invadian el Portugal,


d reino de C;'alicia er<l el teatro en donde se
de~rlegaba con la mayor energía la maravi.
llosa constancia y valor del cal',¡ctcr espnilol.
1.:1:> tropas crlsi desnudas y deSal'mallns f[Ue el
~Lll'qllés de la Uomana habia salvado en 1::1 úpoca




(177)
de la retirada de los inglesc:i á la Coruña, aguar- 1809.
daban el momenLo favorable para arrojar' á sus
invason:s del reino de Galicia. Luego que Ney
se quedó solo en ,él con su cuerpo de ejército,
empezaron á obrar los españoles, y los pueblos
levantados en masa se precipitaron conll'a los
franceses. El Mariscal Ney se aprovechó de esto
para hacer saquear y quemar Illas de cien pue-
hlos bajo el prctesto de babel' muerto en ellos á
.. oldados franceses. Esta conducta fomentó la in-
liurreccion, é hizo que se formasen numerosos
cuerpos ue. patriotas. La vanguardia del ejército
español de la izquierda, mandada por el Briga-
dier l\1endizabal y reforzada por algunos cuerpos
de la primera division del mismo ejército, atacó
el 18 de Marzo al enemigo en Villafranca del
Vierzo, en donde estaban fortificados un bata-
llan de granaderos y otro de cazadores pcrtene-
cientes al euerpo del Mariscal Ney, y despuea
de cuatro horas de un vivo fuego tuvieron que
rendirse á discrecion.


Eu 13 de Marzo de 1Sl? se concedió una
cruz de distÍncion á estas bizarras tropas, la que
consiste en cuatro brazos rectangulares esma hados
de blanco, que se cruzan en án gu !o recto, debiendo
tener cada .UlIO de ellos un globito de oro en el
medio de su lado esteriol' ; en el centro hay un
círculo azul, del cual salen cuatro flores de lis
del mismo meLal en los állgU los formados por
las direcciones de los brazos. El círculo del exer-
go presenta las al'mas de Villarl'anca, que son un
Leon saliendo de una montaña,y en los cuatro 1>ra.
T(')~O (J. 2J




(178)
1809. zos se lee: Toma de Villtifranc(l del Vierzo el dia


J.9 de Marzo de 1809; Y en el círculo del reverso
las armas de la ciudad de Ll1go, que son un cáliz
de oro con su hostia, y el lema de Batallas de
Lugo de 18)" 19 de Ma)"o de 1809. Sobre el brazo
superior tiene una corona rea] , y se lleva pen-
diente de una cinta dividida en tres partes igua-
I es, siendo blanca la del centro y verdes -las d~
los estremos.


Un cuerpo de paii'>anos á las órdenes del Ca-
pitan Morillo, junto CCl1 las tropas portuguesas qu~
atravesaban el Miño ,se dirigió á Vigo, en don-
de el Mariscal Soult antes de marchar á Oporto
habia dejado una guarnicion de 2.000 hombres.
A principios de Marzo se empezó el bloqueo dI'!
esta plaza, que fue tomada á viva fuerza el 28 de
Marzo por el paisanage, teniendo que refugiarse
los franceses que la glwl'lH'cian, en el castillo.
Mas los espaüoles, ayudados de ulla fragata ingle-
sa que se hallaba en el puerto, obligaron á capi-
tular la gllarnicion del castillo, con la condiciOll
de ser entregada á los ingleses que habia en el
puerto, dejando en poder de los cspaüoles vein-
te piezas de artillería y los equipagcs del ejérci.
to de SQult. A la mañana signiente los españo-
les pasaron á cuchillo un balallon francés pro-
cedente de Tuy, que ignorante de los sucesos de
la víspera, se aproximaba con toda seguridad á
la plaza.


El. Marqués de la Romana, que se habia reti.
rada á Sanabria en el momento eu que Sal! lt se
intern.ó en el Portugal, volvió á atacar al Mari.,-




(179)
elll Ney, y con una 501a pieza de artilleria obli- 1809.
gó á rendirse el 17 de Abril á dos batallones que
intentaron defenderse en el castillo del Duque
de Alba en Villafranca.


El 20 de Abril salió bruscamente de Galicia
el Marqués de la Romana, y marchó á Asturias,
en donde disolvió la Junta superior de aquel
Principado reunida en Oviedo , á pretesto de que
con sus divisiones intestinas entorpecía la mar-
cha de las operaciones militares, y nombró otra
Junta.


Al saber el Mariscal Ney el movimiento del
Marqués de la Romana, se concertó con el Ge-
nel'al Kellermltn, que se hallaba con un cuerpo de
tropas en el norte del reino de Leon, para que
marchando al mismo tiempo cada uno de por sí
sobre el principado de Asturias, el éjército de la
Romana que á la sazon se hallaba concentrado en
Oviedo, fuese envuelto y deshecho por sus tropas.
En consecuencia de este plan, el Mariscal Ney
salió de Lugo á principios de Mayo, dejando en
este punto un destacamento á las órdenes del
Gener,d Fourniel', al que encargó conservase su
posicion hasta el último estremo, y se dirigió con
el grueso de sus fllerzas sobre Oviedo por la par-
1e occidental dE' Asturias, mientras que el Gene-
ral Kellcl'man atravesaba por las montañas que
separan al principado del rcino de Leon. El 18
de Mayo tres dest.acamentos franceses entraron
en OvieJo por diferentes caminos, y el Marqués
de la Homana, á la vista de las imponentes fuer-
zas que le amenazaban, evacuó sus posiciones y




(180 )
1809. se retiró á Gijon, en cuyo puerto se embarcó co IJ


algunas de sus tropas y volvió á Galicia 1 y los
fl'anceses vieron cou dolol' la salvacioll de unas
tropas que con tanto empeño perseguian.


Los gallegos se aprovecharon de la corta au-
sencia de Ney ó hicieron un esfuerzopara recobrar
su libertad, U na di vision ~ las órdenes del Genera t
Mahi, que quedó mandando el ejército de la izquier.
da en ausencia del Marquús de la Romnna, se pre-
sentó con cerca de 7.000 hombres al frente d~
Lugo, donde se hallaba el General FOllrnier con
3.000 del cuerpo de Ney. En el dia 19 de '\ia,)'o
y en los dos siguientes ocurrieron varias acciones
cutre ]as tropas de ]a gnarnicion de Lugo y di-
cha di vision espaiJOla, la flup se vió forzada á
abandonar la cmprf'sa de resulta!'! de la entrada
en Galicia del ejército df~ Soult. Este se presentó
el 22 de MaJO á la "ista Jc los espaüolcs, habien-
do salido de Orense el 21, Y despues de un ligero
choque que obligó á retirarse á aquellos, entró
en Lugo, libertando á Fournier y su gente que,
agotados todos los rrcursos y medios de subsis-
tencia, se hallaba ya en estado de capitular. l.a
intrepidez que las tropas de la division del Gene-
ral Muhí manifestaron en el ataque que hicieron
contra Lugo, se recompensó con igual cruz de
disliucion que la concedida á los valientes ({tiC
comhatieron en Villafranca del Vicrzo, por cllya
razon 3cluella cOllflecoracioll lleva tambien la~
armas de Lugo.


El ejército de Soult al regreso de Portugal se
Abandonó á. un espíritu de venganza ~ y qllemal-l-




(18 t )
Jo las ald<>::!s y maltratando al pais3nage, solo 1809.
consiguió que al acercarse las columnas francesas
á los pueblos, sus habitantes huyesen á los mon-
tes J aument.ándose con esto considerahlemente
las dificultades para la subsistencia. Asi es que á
la llegada á la vista de Lugo del ejército de Soult,
Jespucs de Ja de~astrosa retirada de Portugal,
presentaba tal aspecto de miseria y desnudez, que
los franceses de la guarnicion creyeron al pronto
que era una reunion de espaüolcs,


Soult puso en Lugo sus tropas en cll3rtcles de
invierno, y aguardó alli la vuelta del Mariscal
Ney, el que de}ando á Kellerman en Asturias
para contener á sus l1abitantes J entró de nuevo
en Galicia, y el 30 de Mayo se reunió en Lugo
con el Mariscal Souh.


Aqui concertaron :llnLos Mariscales un movi·
miento general de sus tropas para destruir todas
las fuerzas espaüolas (Iue ocupaban el reino de
Galicia, y subyugar á este enteramente. El Gene-
ral Soult empezó el 2 de Junio la persecucion
de las tropas de la Romana que recorrian el pais,
á la cabeza de 18.000 hombres, y despues de ha-
berIas peri'eglliJo vivamente por Monforte, Vi-
llafrar.ca y Viana) viendo constantemente su re-
taguardia salir de los pueblos donde entraba ~in
lograr jamas darla alcance en el espacio de mas
de tres semanas que duró esta retirada, fatigado
por las mólrchas y contramarchas de los espaüo.
les, y molestados sus flancos sin cesar por el pai.
<¡anage, que á su ap,'oximacion á los pueblos se
I't'JugialJ;t á lo" montes J desistió al cabo de un




(182)
1809, género de guerra de que no podia sacar ventaja


alguna, y se dirigió por la puebla de Sanabria y
Bena vente á Zamora, en doude debia encontrar
la artillería, dinero y medios suficientes para re*
parar el vestuario y equipo de su ejército, y po-
nerle en disposicion de entrar nuevamente en
campaña.


No fue mas afortunado el Mariscal Ney en su
espedicion. El General Marchand ocupaba á San-
tiago con 3.000 infantes, 80 cahallos y 14 piezas
del ejército de aquel; cuando el Brigadier Don
Martin la Carrera con la di vision española del
Miño, compuesta de 14.000 homhres, la mayor
parte sin armas, 140 caballos y 10 piezas de ar-
tillería, se dirigíó contra aquella ciudad; mas
noticioso el General Marchand de esta espedi-
cion, salió el 23 de Mayo á su encuentro, y ;i. las
dos de la Larde la avistó en el campo de la Estre-
lla á legua y media de distancia de Santiago. La
Carrera, á pesar de no contar con nus de 3.000
hombres armados y útiles, atacó á Marchand y
le desalojó de la posicion que ocupaba, y de otra
que tomó en seguida, entrando de sus resultas en
Santiago. La pérdida de los franceses fue gran-
de: pasaron de 200 los prisioneros, y sus almace-
nes y muchos de sus equipages cayeron en poder
de los espailoles.


Sabedor N cy de estos desastres, se apresuró á
reunir fuerzas en la Coruila, y trató de vengar el
ultrage que habian recibido las armas francesas
con la derrota del General Marchand. Con este
objeto marchó contra los españoles con una fucr-




(183 )
za de 12.000 infantes, 1.200 caLallos y 2l piezas 1809.
de artillería. Noticioso de este movimiento el
Brigadier la Carrera, se replegó con direccion á
Vigo, y se reunió Con el General Conde de No.
roña, que hahia tomado el mando de la di vision
española del Miño. Este dispuso que la tropa IiC
retirase á la jzquierda de la ría que va de Vigo á
Caldas, y que se apostase frente del destruido
puente de San Payo. A las 7 de la mañana del dia
7 de Junio se presentó Ney en la orilla de esta
ria, y empezó por una y otra parle un vivo fue-
go de artillería que duró hasta las 7 de la noche.
El General Conde N oroña envió una columna
de infantería ligera, mandada por el Coronel Don
Ambrosio de]a Cuadra, al puente de Caldas á dos
leguas sobre la derecha de la posicion para impe-
dir el paso ¡í los franceses que habian destacado en
aquella direceion Ulla porcioll de sus fuerzas. Al
amanecer del dia 8 continuó el fuego entre am-
bos ejércitos con mas firmeza que el dia anterior,
y dos fuertes columnas de caballería con infan-
tería á la grupa que intentaron pasar la ria, fueron
rechazadas. POI' la noche cesó el combate, y
los franceses se retiraron con una pérdida de
mas de 700 hombres: la de los españoles no lle-
gó á 200.


El cuerpo del ejército de Ney se vió final-
mente obligado á evacuar el Reino de Galícia ,
e ltizo su retirada soLre el de Leon.


Al mismo tiempo el Mariscal Mortier, Duque
de Treviso, que despues de la toma de Zaragoza
\ iJW con su di visioll á Castilla para apoyal' )a8




(184)
1!309. operaciones del ejército francés en Portugal, se


adelantó hasta Valladolid, y se puso en eomunÍ-
cacioll Con el Ma r iseal N e y.


El Mariscal Víctor, contenido por la presen-
cia del ejército de Cuesta, despues de la batalla
de Medellin, se situó en los pueblos de la tierra
ue Barros,que estan á la izquierda del Guadiana,
donde permaneció mes y rnedio sin conseguir ven-
taja alguna decisiva, y sin mas cItle tener que sos-
tener dial'lamenLe escaramuzas con la vanguar-
dia española, que se JIUJ1alJa siluada en l\1eLlina
de las Torres. El 14 de Mayo Viclor hizo atacar
con una columna de 12.000 hombres y 12 pie_
zas de artillería el punto de Alcántara, donde
se hallaba el Coronel Maine con la Legion leal
Lusitana, un regimiento de milicias portugue-
sas, 6 piezas de artillería y 50 caballos; en lOUO
1.800 hombres Je todas armas. Los portugueses
defendieron el puenle de esta ciudad con la ma.
yor obsl.Íllacion, y despncs ele un alaque de seis ho~
ras, vencidos por el número tuvieron que reti-
rarse) conduciendo su artillería hácia ltosmanin-
hal con alguna pérJiJJ, perseguidos por un grue-
so cuerpo de caballería francesa. Este destacó al.
gunas partidas á Portugal; pero Victor, que se
hallaba flanqueado en su izquierda por el ejérci-
to de Cuesta, tuvo que mandar retrogradar sus
tropas.


El General Cuesta habia recibido ól'dcn es-
presa de la Junta central para no intentar opera-
cion alguna importante, hasta que el ejército in-
glés se le reuniese; lo que habia indicado We-




( 185 )
llesley ~p vCl'ificaria tan pronto como lograse 1 H09.
lilllznr á los franceses del Portugal.


En lal est<luo permaneció el ejército español
durante el último tercio de Mayo y la mitad de
Jllnio, sin ocurrir otra cosa digna de referirse, sino
que hall(¡nJose el Brigadier Zayas en Calamonte
e1l obscrvilcion de los pasos del Glladiana, SI'
propuso sorprender ]os pueblos de Aljncen y
Mirilndilla, el primero ocupado por 400 caballos
enemigos, y el segundo pOI' GOO. Pnl'a esta ope-
racion destinó 800 caballos españoles, que manio.
braron toda la noche para colocarse oportllua-
mente á espaldas de las posiciones enemigas y
ocultar su movimiento; J en efecto, á las 8 de la
maií,1lla dd primero de Junio) se logró sorpren-
eler y destruir el cuerpo enemigo de Aljncen, y
¡;c hubiera veri(Jcado lo mismo con el de Miran-
dilla, si no se hubiese marchado casualmente de
¡j;lw~l punto,


En cuanto el Gencl'al Víctor supo la retÍ-
rada de Soult, y que Wellcslcy se hallaba en
Abrantes, en donde hacia preparalivos para pe-
netrar en la Estremadura espaüola, temeroso de la
rapidez de sus movimientos, reunió sus tropas, J
haciendo desfilar cautillUcnte su artillería grue~a
y bagajes con alguna anticipacion, emprendió su
retirada al otro bdo del Tajo por Trujillo y Al-
lUar<lZ, cubri¿'udola con su numerosa caballería,
por 10 que el Brigadier Zayas no pudo perseguir-
le muy (11' ceJ'ca, ni la di vis ion de caballeria del Du.
qlll' de Albul',¡llcrque ni la de infantería del Maris-
cal de campo Hassf'coul't lue habia salido de Medc-


TO)lO {l. ~




(ISG)
1809. llin cortando en dcrechura á Trujillo. Así fue que


Victor atravesó el Tajo con poca pérdida, y se es-
tableció en la orilla opllesí.a, acümpándose el ejér-
cito español en la iZ(luicrcla del mismo rio can pi
cuartel general en las casas del puerto, donde se si-
tuó el dia 20. El resultado de est.a retirada del ene-
migo á la orilla izcluiercb del Tajo fue [dejarse
y no amenazar tan de cerca las provincias me.
ridionales y el Portugal, en lo que se haJhba suma_
mente intel'esauo el General '\'eI1esley, por ser la
defensa de aquel Reino su primitivo encargo.
Este General envió al cuartel gcneral de Cuesta
al Coronel Bourke) para que tratase de los me-
dios convenientes á su cooperacion, y se cercio-
rase del estado del ejército español.




(187 )


,


CAPITUJ ... O XI.


Reorganiza Reding el ejército de Catalui13. - Accion de"
Castellon de Ampurias. - Accíon de Igualada. - Bata-
lla de Val/s. - l\'fucrte de Red'ng. - Torna el mando
Coupigni. - Ocupan los franceses á VicIl. - Estado de
Cal.aluiia. - Se sitia á Gcrona. - Blacke es nombrado
succsor de Reuing. - Forma el segundo ejército de jo¿
derecha. - S e dirige á Zaragoza. - Aeeion ue Cinca. -
TIalalla de Alcailiz. - Retirada de los franceses sobre
Zaragoza. - Blacke intenta tomar á Zaragoza. - Accion
de l\lucl. - Accion de Maria. - Retirada de lag espa-
llOles. - Accion de Belchite. - Disolucion del segundo
ejército de la derecha. - Suchctvuclvc vencedor á Za-
ra goza.


Entretanto el ejército francés de Cataluña, á 1¿;09.
las órdenes del General Gouvion de Saint Cyr,
que como hemos dicho, se hallaba acantonado
entre Tarragona y Barcelona, se veia acosado ROl'
1 a falta de vi veres, y para proporcionarselos te-
nia que estenderse por las montai"las que estan al
N. E. defr-litoral de CaLaluña entre aquellas dos
plazas, costándole pérdidas considerables cada
una de sus incursiones.


El General en gefe rspañol Reding, dcspues
de haberse dedicado á la reorganizacion del ejér-
cito, no queriendo esponerse á la suerte de una
batalla decisiva, se propuso entorpecer las comu-
nicaciones del ejército francés, é interceptar sus
convoyes, situando destacamentos en todos los




(188 )
18W. J..:sfiluderos J á fin de multiplicar los ohst,lculo5


y embarazar mas al enemigo. De este modo alen-
taba sus tropas y desilnimaoa las de los conlra-
rios. Cerciorado de que en el campo de eslos. rei-
naba la mayor escasez,' hizo acampar un regi-
miento suizo en el Coil de Santa Cristina, para
cenar el paso del llano de Valls y campo J.:
Tarragona.


El Mal'qllés de l.azan atacó á Castellon de .1\01·
I>urÍas con el objeto de apoderarse de los almacene~
J~ los franceses, lo que consiguió el dia primero de
Enero J destruyendo las tropas de estos J ellCal'ga p
das de su custodia, Al día siguiente fue atacado
por 3.000 infantes, 150 cahallos y 6 piezas de
artillería, á los que batió, obligándolos á encer-
l'arse en la plaza de Figlwras.


El Geueral Reding, colocado desd~ eJBl'llch
11asta Tarragona, incomodaba el flanco del Ci~l"
cito enemigo, de cuyas resullas el General Saint
Cyr reconcentró un poco sus fuerzas. Deding in-
tentó amenazarle, y dirigió una ~l'an rcunion dt'
sus tropas á Igualada, y SainL eyr se dil'igió há-
cia esta vi1la el 15 de Febreru, y Jespues de tl'e,~
dias de obstinados y sallgriljlll.;,,~ cllo(~cS lo.sró
penetrar en ella} y batir y divi,lir las tropas es~
paüolas, 'il1C perseguidas por el enemigo, se re-
tiraron húcia Télrrv.;onu.., El Genera] Hcding sa-
lió de esta pluza en su auxilio con ulla division J
y de8pues de algmlÜs dias pudo rcuuirLs I:Jl bs
jnmediaciones de Monlblancll. S;,illí Cyl' se pro-
puso impedir la eornullicacion (Id ejt:l'cito espa-
üol con TarragOl1a , yeon este oh i "Lo hizo g'uar-




( 189)
dar los pasos precisos; mas Redín!; fol'zU unO de 1809.
ellos, llamado el Coll de Riba, en donde se 11<1-
llaba d(~ observacion la division del GellPral
Souhan. El plan de Reding era destruir esl J di-
vision, apoderarse de Valls, y marchar r.ipicla.
mente sobre la division italiana, que á las órde-
nes del General Pino venia marchando por el
Coll de Sauta Cristina, renovando de este modo
la accion de Bailen, eu que tanta gloria snpo ad.
qUlflr¡¡e.


A. las 6 de la mañana de125 de Fébrero las tro.
pas espailOlas empezaron el ataque á las inmedia-
ciones de Valls contra la division Souhan,
80bre la que obtuvieron ventajas l)arciales) ~lIS­
teniendo con el mayor valor muchas cargas .JP.
cisivas del enemigo J qlle fue rechazado con nl':HI
j'l'l'dida, y herido gl'a vemente el Coronel de dra-
gones Delort; pero habiendo llegado oí las 3 de
la tarde el General Saint Cyr con las divisiones
Pino y Chabot, y flanqueando la iZ'luit'nla ue
los espailOles, tuvieron estos que ceuer por últi~
mo y retirarse á Tarl'agona, en cuya relil'ada fue-
ron perseguitlos vivarnente por la caballería frall~
cesa J y uno de sus dragones hirió grav;emente
de un sablazo al General Reding , que recibió en
esta sangrienta accion cinco heridas. La pérdi-
da de ambas parles fue muy consiueraLlc, en cs-
pecial la ue los espaüoles , que tuvieron muchos
prisioneros. El GelJeral Heding, que con tanta
Lizarría se habia distinguiuo en esta ocasion, mu-
rió de rcsullas de sus heridas en Tal'rngona el ¡Iia
:!3 tle Marzo, call:wndo el mayor dolor al ejércí-




(190)
1 RO!), to cspaflolla pérdida de este intrépido y valiente


General, que tan memorable se habia hecho des-
de la rendicion del ejército de Dupont.


El Hey en 27 de Abril de 1815 instituyó una
cruz ele distincion para perpetuar la memoria de
c~sta batalla, en la que con las armas de Cataluña
(:n campo rojo se Ice esta inscripcion: El Re)'
al 'valor esforzado; y en el reverso Falls, y al
defredor 25 de Febrero de 1809. = Se lleva pen-
diente de cinta blanca con cuatro listas rojas,
(lile eqlli\'alcn d las barras del escudo.


El General Coupigni tomó interinamente el
mando del ejército espaüol de Cataluña, y Sainl
Cyr, despues ele esta victoria, hizo ocupar la vi-
lla de Reus, en donde los franceses apenas pu-
dieron permanecer un mes) porque se hallaban
illterceptadas sus comunicaciones, 110 solo con
Fl'nncia" sino Con Barcelona. Antes de abando-
nar el enemigo á Reus y Valls, p3ra volver á
ocupar sus acantonamientos en las inmediacio-
lIes de Barcelona ~ el General Saint eyr conclu-
yó un convenio con el General eoupigni~ por el
cIue los enfermos y heridos que no estuviesen en
estado de seguir los ejércitos, quedaban b:ljo la
proteccion ele las tropas que primero ocupasen el
pais, y confiados <1. la mlíllla generosidad, sin po-
{le,' ser' considerados prisioneros de guerra; y es-
t.e convenio fue exactamente observado en lo su-
cesivo por ambas partes.


Un gran número de paisanos se hahia aprove-
dlaclo de la ausencia clcl ejército francés para blo-
r¡ uear seguu(la vez la plaza clcBarcelona, situándo-




(191 )
se varios somatenes en el puente de ;,\lu1i11s de Rey, 1B09.
y en el CoU de Ordal) de donde fueron desaloja-
dos por e] General Devcaux. Este recibió órdcll
de hacer un reconocimiento sobre Moulscrrat,
y adelantándose hasta la cumbre de la montaña)
se apoderó del monasterio de este nOl1lbre ; }1ero
los somatenes corrieron á socorrer e'ste célebre
santuario, y gual'llecicmlo los desfil:ideros, cor-
taron la retirada al deslacamenlo franc,~s, del
cual lograron 11111y pocos escaparse, (Iueclando
la mayor parte muertos ó prisioneros.


A principios de Abril el ejército fl'anet's ql!(!
se hallaha acantonallo en Barcelona, Sabadell y
Tarrasa, se puso en marcha para Vich. El Gene-
ral Saint Cyr dirigió las divisiones de Pino y de
Souhan al través de];¡s allas monlailas de Caldas,
San Fcliu de Codillas ] Centelles, para cubrir el
ucsfilauero de la Garriga y de Aiguafreda. A la
enlrada de los franceses en Vich huyeron todos
sus hahitantes, permaneciendo únicamente en
aquella poblacion su Obispo, hombre respetable,
que recibió á los enemigos I y llevado del cejo de
su ministerio, les hizo ver los males á qlle se es-
ponían con su injusta invasion, y el infa1ible su-
ceso que Dios concedia <Í las armas esp~rlÜlas.
Despues de dos meses de ocupacion, y cuando
ya habian apurado los recursos que ofrecia el va-
lle ele Vich, evacuaron los franceses esta ciudad,
dejándola en el estado mas miserable, plles las
mieses con (Iue contaha ('~te país, habian siJo co-
gidas en verde, para alimentar á los caballos; y
el azote terrible del hambre se aüadia á las cala-




(192 )
¡,-:11!1. mid¡¡cks (le la guerra. ~1as los c:ltalall~s soporh-


ban todos los males con admirnhle rcsignacíon;
y así al volver esta poblacion espatriada á sus ho-
gares J solo atendió á mantener inlacto el honor,
la gloria J 5US derechos y la independencia na-
cional. El respetable Obispo de Vich, que solo
hahía sabido hacer frente al ejército francés á su
entrada en ar¡llclla cilluad, im.pidió que el paisa-
l!agf' quitase la vida á una multitud de heridos y
pnfcrmos que: los franceses dejaron abandonados
/'11 Sil retir¡;da, y los hizo rcuuir en una sala de
Sil palacio, para responder, no solamente dc.e.u
5egllrid;¡d, sino para que fuesf'n traUl(los con el
~!lid¡.do qne reclamaba la caridad cristiana) y la
Hdigion.


La escasez de víveres que por todas partes
acosaba al ejército francés, rJ!)ligaba :í éste á di·
s('minarse por diversos puntos para encontrar
subsistencias, las que no oblenia sino á precio
de su misma s::wgre; pues las bandas de pai:iunos
catalanes los combatian sin cesar, y estos atalnes
reiterados llegaron á Jebilítat' considerablemente
Jos batallones franceses. La insurreccion contra
estos era tan general en todos los pUi'bJos del
Princjpa~10, que desde el mes de Noviembre de
1808 no habian podido es pedir ni recibit, correo
alguno, sin r¡ue cayese cn manos de los somate-
ues; por lo que el General Sail1t Cyr tuvo que
~tloptar) pura establecer sus comunicaciones con
Fr,mcia, el métoJo de conGal' la corresponden-
cia á. Ullas lanchas, que tenian que pasar al tra-
Y\'~S de los cruceros l.U'll'ítimos ingleses y espaüo-




(lD3 )
les; y para nsegurnr b vllelta de uno 118 sus Ede. 1809.
c~mes, portador de los primeros pliegos al Mayor
general Berthier, fue necesario dirigir al encuen-
tl'O de este Ü(i.cial hasta las mismas fronteras de
Francia un cuerpo de 3.000 hombres.


Saint Cyr conoció en tal situacion, que una
de sus principales operaciones· dehia sel' el sitio
de la plaza de Gel'olla; y asi, no tanto por esto,
como pOI' la falta de víveres, partió de Vich, co-
mo llemos mrlnifestnllo, y pasando por los desfi-
laderos de San Hilario, estableció su cuerpo de
ejél'cito en las llanuras del Tel', tomando despues
una posicion mas concentrada alrededor de For-
nells, en donde fijó su cuartel general, y se pu·
so en situaciol1 de obrar sobre todos los puntos
pOI' donde Jos espafIoles pu(liesen intentnr el so-
corro de Gerona. El 16 de Mayo se presentaron
las tropas fl'éJl1ces<)s delante de esta plaza, y des-
de este dia puede contarse el sitio de esta inmor.
1al ciudad, que eclipsó las glorias de 1',-umancia
y de Sagulllo.


Despues de haber "ucumbido la inmortal Za-
ragoza, y de haber sido ocupada por los frnnce-
ses, el GeIlCI':J! Lannes marchó á Francia, como
ya hemos dicho, para hacer la guerra en Au~tria,
.y el General l\1oncey fue reemplnzado pOI' el Ge-
neral de division Sllchet en el mando del tel'ce!'
cuerpo, suprll11ióllclose el oct!1VO que mandaba
.TUllot, cuyas tropas se distribuyeron entre los
cuerpos de Yiclor'y Scbastiélni, que se hallaban
sobre el Tajo. El General Sllchet quedó encar-
gado de contener todo el Beillo de Aragr)U, á cu-


TO)!O 11. 25




(194 )
1809. yo efeclo diseminó sus tropas por los puntos mas


importantes.
El General Blacke, que por la muerte de Re.


ding habia sido nombrado en el mes de Abril
General en gefe del ejét'cito de la derecha J se
presentó en Morella el 19 de Mayo, en donde,
incorporándosele la division aragonesa del Gene-
ral Lazan, formó uu nuevo ejército con la deno-
minacion de segundo de la derecha, y costeando
el Ebro, se dirigió con él hácia Zaragoza. La ciu-
dad de Morella auxilió á este nuevo ejército des-
prendiéndose de cuantas provisiones tenia aco-
piadas para su defensa particular.


El General Habert, que se hallaba con 3.000
franceses hácia Monzon, se obstinó en pasar el
dia 20 de Mayo el río Cinca por una barca J en
ocasion que éste crecía por momentos. Con este
motivo quedó completamente inutilizada la bar-
ca, y cortados en la orilla izquierda del rio los
granaderos y cazadores que componian la van-
guardia; los que despues de vagar por el pais,
perseguidos por el paisanage y por las tropas de
los Coroneles Perena J Baget y Rodriguez, se rin-
dieron á estos en número de 800. La pérdida de
estas tropas abatió sobremanera al ejército fran-
cés de Aragon.


El General Suchet en 21 de Mayo se puso á
la cabeza de este ejército, y dejando en Zarago-
za una corta guarnicion para mantener el órden,
guardar los parques y asegurar sus comuni.cacio-
nes, salió de esta ciudad, y el 23 por la mañana
llegó á la vista del General Blacke", delante de




( 195)
Alcañiz, en donde el ejército de éste había to- 1809.
mado posicion; y con el intento de desalojarle
de ella, atacó á los españoles con 14.000 infan-
tes, 800 caballos y 12 piezas de artillería. El ejér-
cito español, ademas de componerse la mayor
parte de soldados bisoños, era inferior en núme-
ro, y no tenia mas que 350 caballos. Atacada la
vanguardia de éste en la posícion avanzada que
ocupaba en la mafIana del mismo dia 23, tuvo
que ceder á la superioridad de las fuerzas enemi_
gas, dejando 30 hombres prisioneros. Dos ataques
vigorosos que emprendió en seguida el enemigo
contra la derecha de la posicion principal, fue-
1'on recllazados con estraordinario valor, y con
un fuego de los ma~ terribles y sostenidos. Su-
chet entonces hizo formar una col umna de 2.000
hombres con su correspondiente artillería, é in-
tentó otro ataque de los mas violentos contra el
centro; pero la tenaz y heróica resistencia de la
infanlería española, y el singular esfuerzo de su
artillería, frustraron esta desesperada tentativa,
destrozando completamente la columna enemi-
ga J que conH'nzó á replegarse en el mayor desór-
den. Suchet suspendió la accian, reunió sus tro-
pas á corta distancia de las españolas, sobre la
misma línea que habia formado antes del ataque,
y permaneció algun tiempo en esta posicion, has_
ta que á favor de la noche emprendió su retirada
hácia Samper J despucs de haber perdido mas de
2.000 hombres entre muertos, heridos y prisio-
neros. La pérdida de esta batalla para los france.
ses fue un rcves de tanta consecuencia, y sus




( 19/J )
1809. tropas quedaron tan illlimidadas)quC' mc(lialldo tlll


intervalo de cuatro leguas entre espatlOles y fran-
ceses) repentinamente Ull terror pánico se apo-
deró de la primera di vision de estos, que mar-
chaba á la cabeza; y creyendo que veian ya á los
espailOles que venia n en su segnirniento) no bien
entral'on l,'IS tinieLlas de la noche, cuaudo cre-
ciendo rápidamente ia alarma, se hicieron fuego
unos á otros) y tOlllaron la huiela en el mayor
desórden. Hombres) cabaltos) furgones) equipa-
ges, todo marchaba confllsam.(~l1le, y revueltos
y sin órden entraron en la villa de Samper, en
donde Suchet, herido levemente en un pie, fiió
su calnro. 1 .. <\ venida (le1 dia disipó las fantasmas
<.le la noche; y viendo el General enemigo que
su ej(~rcito se hallaba en el mas completo estado
de desllloralizacioll, despues de haber aguardado
dos dias á IDs cspailOles delante de la Puebla de
Hijar, continuó su movimiento de re/il'atIa hasta
Zaragoza, en donde tomó posicion el 30 de Ma-
yo, seis dias des pues de la derrota de Alcai,¡iz.


El Bey en 14 de Mayo de 1815 cDncedió á las
tropas de Blacke) cIue tanto se habian distingui-
Jo en esta batalla, ulla cruz de dislillcion con el
nombre de Alcwli::., la que se lleva pendiente de
cinta roja.


Si despues de esta hubiera l11acke marchado
rápidamellte en persecucion de los franceses sin
dejarlos el tiempo necesario para reorganizarse,
los hubiera indudablemente obligado á evacuar
el At'agon; mas este General, por demasiada
precullcion, nO (JlÚSO con1promctcl'se en un .')11-




(197 )
ceso que debía mirar (~OlllO seguro, y se detuvo
seis dias en AlcaiJiz. El 30 de Mayo llegó á Cas-
pe con su ejército, é hizo (pJe formado este en
dos líneas en una llanura, á media legua de la
villa, celebrase con la pompa y solemnidad que
permilia n las circunstancias de campaña los dias
del Monarca adorado, por cuya libertad comba-
tian los ejércitos, y reuniendo á todos los gcfes
y oficiales los exhol'tó al sufrimiento de los trn-
bajos, estimulando sus deseos de gloria. Las tro-
pas desfilaron con el mayor entusiasmo, llcY¡m-
do en las armas y en los chacós ramas verdes
de árl)oles en señal de la victoria que acababan
de conseguir. A principios de Junio llegaron á
Samper los l'egirnientos de Saboya , Cazadol'c3 de
Valencia, Zapadores y Cazadores de OliveIlcia
que habian salido el 29 de Mayo de Valencia pnra
rdorzar el ejército de Aragon.


Suchet, habiendo reorganizado su ejército,
concentró toJas sus fuerzas sobre Zaragoza, re-
paró las fortificaciones de esta ciudad, hizo mar-
char á :Pamplona los enfermos y los heridos) y
el parque y los bagages inútiles, á fin de fIue el
ejército (Iued<lse espedíto para maniobrar y com-
batir. Así, pues, quince dias de dilacíon en el
General Blacke dieron tiempo á Suchet para res-
tablecer la disciplina y confianza en su eil~rcito.


Blacke, en lugar de adelnntarse á lo largo del
Ebro por Fuentes, se dirigió por el lado de Bcl-
chite, juzgando que las tropas venciJas en Al-
caüiz no aceptarian la batalla) y seguro de (J11e
aproximándose al valle de la Huerva , y cami-


/809.




(198 )
1309. nando hácia Alagon, obligaria á los franceses á


retirarse sobre Tudela. Mas Suchet habia deter-
minado conservar á toda costa la ciudad de Za-
ragoza, á la que sus dos sitios habían hecho tan
cidelH"e en Europa, y cuya pérdida hubiera des-
animado á todo el ejército frances. El ejército es-
paflOl constaba á la sazon de 15.000 infantes,
700 caha Hos y 20 piezas de artillería; pero la
mayor parte de sus soldados eran, como hemos
indicado, quintos, y jamas habían disparado un
tiro.


El llia 13 de Junio hubo una accion entre
:1.200 franceses con dos cañones, mandados por
el General de brigada Fabre, que iba á Zaragoza,
y la vanguardia del General Areizaga, que des-
de el Quinto marchaba hácía BotolTita , y les
cortó la retirada. El choque fue sobre Muel, sien-
do batidos y dispersados los enemigos, que aban-
donaron los víveres que conducían á la capital.
Mas el 14 , la divisioll del mismo General Fabre
atacó la vangnardia de los españoles, á la que
hizo repasar el Huerva; y cuando se disponía á
perseguirla con iutencion de apoderarse de Bo-
tOlTita, el General Blacke, que con el grueso
de su ejército venia sobre Muel, le obligó á reti-
rarse despues de tres. horas de un vivo fuego.


El Genel'al Suchet, conociendo que]a bata-
lla iba á darse, por decirlo aSÍ, delante de 105
mismos muros de Zaragoza, encargó la defensa
de esta ciudad al Coronel de ingeniel'os Axo con
las tropas de su arma, y 1.000 hombres de in-
fantería. El 15 el General Blacke desplegó su




( 199)
ejército en batalla delante del rio que atraviesa 1809.
el camino real por un puente, cerca de la aldea
de María, yapoyó su derecha en la Huerva, ocu.
pando sus dos orillas, y prolongando su centro
é izquierda sobre las alturas que guarneció de in.
fanterÍa y artillería. Suchet, que trataba de ga-
nar tiempo COn el objeto de que pudiese llegar
el refuerzo de los destacamentos que tenia apos·
tados en varios puntos, no se apresuró á em-
prender la acciono Hizo situar al General Leval
con dos regimientos sobre el monle Torrero,
que el rio Huerva separaba del campo de batalla,
y consideró esta fuerza como un cuerpo de obser.
vacíon del camino de Fuentes, y el punto que
ocupaban como de la mayor importancia para la
seguridad de su ejército, porque si llegaba á caer
en poder de los españoles, la presencia de estos
hubiera bastado para insurreccionar la ciudad de
Zaragoza, cuyos habitantes habian manifestado
de un modo positivo los deseos que tenia n de sa-
cudir el yugo de sus opresores. Al amanecer del
citado dia 15 principió el fuego en los puestos
avanzados, el que se fue luego generalizando.
Areizaga quedó en Botorrita con 4.000 españoles
y 6 piezas de artillería. La accion fue obstinada,
y la caballería espaiiola Con cuatro piezas de ca.
ñon fue batida despues de haber hecho los ma-
yores esfuerzos. La infantería se retiró en órden
de altura en altura, flanqueada por la caballería
enemiga hasta Botorrita J sobre cuyo pueblo se
reunió el ejército espaüol} permaneciendo en
esta posicioll al frente del enemigo hasta el día




(200 )
~;j09. sigüientc al anochecer. Suchet dispuso que el


General Laval, que durante la accÍon hahía ocu-
pado el monte Torrero, marchase sobre Torre-
cilla por la llanura de FlIeutes para amenazar la
rélngual'dia de los espai101es. Hlacke , que habia
conservarlo todo el día anterior su posicion de
Buforrita, levantó eLcampo, jT 110 pudo IH~r alcan-
zado por (~l pl1emigo hasta Torrecilln, (~n donde
huho un ]1e<lU6l0 tiroteo enlre Sil retaguardia y
las trop;Js riel Gellcl'al Lnval) rrlle le hicieron nl-
gUl10s prj~ioneros, y cogieron algunos equipnges.
El· Gl'l\cnil $uchct marchaba tambíen en perse-
cueion de Blacke , y el 17 Uegó ,í la Puebla de
Aí borloll .• Las tropas españolas padecían infinito
cnesla retiracila , p(lrque bs lluvias, unidas á la
lohreguez ,de la .noche, la fatíga y cal1~ancio del
soldado COn las marchas de los dias anteriores,
el escaso nlimento á qlw se veía I'ednciuo , y lo
pesado del terrcno por Jos lodos, lodo contri-
buia á que se quedasen UIlOS rendidos del suci'lo
por los caminos, y á que otros equivocadamente
sc desviasen de la ruta que llevahan. El l7 por
]a maüana llegaron los espaüoles {¡ Bdchite en
truzos, y como si durante la noche hubiesen su.
frido una nueva derrota. Era estremado su dcs-
:Ilicnto: pero rellnidos por fin los cuerpos, aun·
(lile mlly disminuidos en número, tomaron posi-
ciones, yel 18 por la maüana se Jwllal'on de
JllICVO Jos dos Pj{:rcitos en presencia linO de otro;
mas su siluacion resppctiva llabia camhiado en-
leramente. El de Blacke hahia perdiela la mayor
rarlc de su artiilerÍa, y renunciando á la con'-




(201 )
~llli:-,ta de Zaragoza, tCllia tple batirse para a.segu- 1809.
rar su retirada; y el de Suchet, reuniendo la
totalidad de sus fuerzas, compuesta de 22 bata-
llones, se hullaba entnsiasmado por su reciente
"ictoria, y aspiraba á dispersar enteramente á los
espailoles para completar la total conquista y
uominacion del reino de Aragon. La derecha de
los csi)ailoles en su posicion delante de Be1chitc
ocupaba la ahura del Calvario, teniendo delante
su caballería en la direccion del camino de Zara-
goza, su ceutro se apoyaba en la villa y en el
convento de Santa Bárbara, y la izquierda se pro-
longaba por las alturas hácia la ermita del Poyo,
sobre muchas líneas, con reservas á retaguardia y
alguua artillería en posiciono Los franceses di-
rigieron su "aUl(luC contra la jzquierda de ]os es-
paiíoles con una columna y dos piezas de artille-
ría) y rompiendo el fuego abandonó aquella la
ermita dd Poyo, y se replegó y c0ncentró sobre
BclclJite y convento de Santa Bárbara. Entonces
la artillería francesa diri~ió un vivisimo fuego
contrJ el parque de los españoles con tal aciel·to,
(Jlw logró volal' un carro de municiones, cuya
VUlndIH';¡ ocasiolló algunas desgracias y la disper-
sioll de un regimiento de infanterÍa (lile se halla-
1)(1 iumediato. Las dos alas, al ejemplo del cen-
tro, corrieron precipitadas ,í. entrar en Belchite,
y sin detenerse tomaron la fuga en desórden, di-
rigiéndose unos á Alcaüiz, y otros á CaIanda , y
continuando así hasta Morclla y delante de Tor-
tosa. El regimiento primero de Valenci;¡, qne
fue el l'lI1ico que logró reunirse ;í dos leguas deJ


'1' o:.¡ o ((. 26




(202)
1809. campo de hatalla, fue acuchillado por la caballería


francesa. La pérdida de 9 piezas de caüon , ql1e
eran las últimas que conservaDa el ejército español,
una bandera, muchos bagages y fusiles, flleron
el resulLado de esta accion, que concluyú tan
pronto como principió. Era talla consternacion
que sobrevino en la tropa espaüola, 'lile 1l111cho~
soldados visoüos de caballería, ape,índose de su.;
caballos, se qlliLH'on los paulalones, y (l1Jed;íu-
Jos e en zaragüelles, fhiban lllas de sus piernas
que de las de sus caballos.


BJacke llegó con su plana mayor á Calanda
el mismo dia 18 LÍ la una de la tarde, y allí dis-
puso que el General Roca se trasladase á San Ma-
teo, en el reino de V,,!el1cia J ]1:11'a reunir y re-
hacer en a{¡lld punto bs tropas val(,l1cianJs, y
'Iue el BriS·HE.'!' _\ndriani pasase á MoreHa de
üchcl'l1aLlol'. En seguida se traslad() á Tortosa,
dan,lo sus diJpo~icioncs para el cstaldecimicnlo
de la línea del Algcis con las tropas aragonesas.


El General Suchet ocupó el 19 á Calanda,
Alcaüiz y Caspe, en donde encontró muchos
víveres, y disponi"illlo la pcrsecucioll d" los ftl-
gitivos 1)01' cnatro columllas, de las cuales llBa
entró en I\Ior:dla, puehlo del reino de Valencia,
y la olrn se apl'cximó á Torlosa, atravesó d
mismo el Ebro por Caspc el dia 23 de Junio; y
hacicn.lo na reconocimiento clllaS iUlllf'JiaciOlh'S
de Mequi1Wl1Za, m:ll'chó sobl'e Fr!lga, rasó el
Cinca, y se apod,-,,'ó del fllerte de MOllzon. Dl~­
puso que el General Habcrt permalleciese apos.
tado en dicho rio Cinca, y con la tl~rcera dil'i.-




(203 )
sian volvió ;1 Zaragoza, en donde para imponer 1809.
á sus habitantes hizo coloca¡' en la calle dd Coso,
custodiados pOI' centinelas, los cañones oel ejér-
cito de Blac ke , como trofeo de las ha la ¡las de
María y de Belchite, juzgando que su vista seria
capaz de intimidar el exaILado pat,·jotismo de los
zaragozanos, á quienes ohligó á concurrir al mag-
nífico templo de la Vírgell del Pilar ;í relldir gra-
cias por la destruccion de sus mismos hermanos.


El General Blacke permaneció en Tortosa todo
el resto del mes de Junio j yen Jlllio, con par-
te de los restos del ejército de Araban) pasó á
Cataluita con el objeto de socorrer la pl<1za de
Gerona_ Los p<1isanos que habian acompallado á
fllacke en su espedicion, y que se encontraban
sin puntos de reunion, se dispersaron por las
montaltas) y reunidos en partidas no ces<1ban de
molestar al enemigo.


Asi, pues, los españoles, casi siempre ven-
cidos , y jamas sometidos, con un v¡¡!or iu¡¡lte-
rabie, y un patriotismo sin ejemplo, opusieron
á los franceses en toda la penlnsula, pero prin-
cipalmente en Aragan y en Catalulla, la lIlisma
resistencia que sus indomables abu('los habian
opuest.o eu otro tiempo á los cal·tagilles('s, á los
romanos, á los godos, á los árabes, á Cado
Magno y á 1,uis XIV.




(204 )


CAPITULO XII.


Guerra de Austria con Francia. - Lo~ illgles()5 se ,Ieei-
den á operar con los españoles. - Reullioll de los ej,fl'-
citos. - Sorpresa de Torralha. - Accioll de Gamo-
nal. - Batalla de Talavera. - Premio de Sil" i\rtul'll
Wellesley. - Accion de Aranjuez. - Inaccion del ejér-
cito ingh5s despues de la victoria. - Cansas á r{ue det)f~
atrihuirse. - Retil'ada del ejército illgh5s. - Re! iratla
de los españoles. - Accion del Pucnt() (Iel Ar¡;obis-
po. - Cuesta deja el maLHlo. - Le sucede Eguía. -
Venegas da la batalla de Almonacid. - Su retiratla.-
Espediciones de \;¡ Illglaterra durante la guerra .Ie
Austria.


1609. El AustI'ia había Jeclal'aJo la gllAlTa á la
Francia en 9 de Abril, ellO principiaron las hos-
tilidades, y el 11 salió Napolcon de París para
ponerse á la cabeza de su ejército; negó sin de-
tenerse á Stl'ashourgo, pasó el Rhin, f>e avistó
en Dilingen sobre el Danubio con el Rey de Ba-
viera, é hizo reunir el19 de Abril las tropas dt~
esta nacion á las del ejército frances, que mall-
Jaba el Mariscal Davoux , dió las batallas de
Tanll y de Abensherg, tomó á Landshut) ganó
la batalla de Eckmulh, tomó la plaza de na,i~­
bona, en cuyo asalto fue herido en 1111 pie) dcr-
rotó á los austriacos en Ehcrsbel'g, sitió y bom-
bardeó á Viena, cuya capital ocupó por capitnJa-
clon cl12 (le Mayo; hizo pasar el Danubio <Í ulla




(2.05 )
d .,. l t . 180( '. gran parte e su elcrcllo; pero os aus nacos -'


batieron en Esling á los franceses en los dias 22
y 23 de Mayo, y despues de haber perecido el
~Iariscal Lannes y el General Saint l-lilaire, hu-
biera indudablemente sido destruido todo el ejér-
cito, si el intrépido Mariscal Massena no lo
hubiese salvado COn una de las mas hábiles re-
tiradas que refieren los anales militares; por lo
que le concedió el Emperador el título de Prín-
cipe de Esling.


Este imprevisto revés obligó á N apoleon á re-
pasar con su ejército el Danubio, y muchas fuer-
zas de las que estaban ocupadas en la guerra de
España, tuvieron orden de marchará reforzarle.
La noticia de los desastres del ejército francés
en las orillas (lel Danubio, se recibieron en Es-
paña sobre ellO de junio, y entonces los ingle-
ses, que, como hcmos visto, habian permanecido
en la mayor inaccion despues que arrojaron á los
franceses del Portugal, trataron de auxiliar de
un modo dicaz á la España. Sir Arturo Welles-
ley recibió instrucciones de MI'. Canning para
que sondease el ánimo de la Junta central, á fin
de que las ,ropas espaüolas se confiasen al man-
do del General en gefe del ejército británico J y
sobre consentir que las tropas de este ocupasen
á C,ídiz, cuya plaza manifestaron los ingleses el
mayor empeño en poseer durante todo el discur-
so de la guerra. La Junta central,con toda la no-
bleza propia de españoles, desechó ambas in-
sinuaciones, y aceptó tan solo los sOCorros de
la Inglaterra) en cuanto únicamente tuviesen




(206)
1809. por objeto directo y positivo la cspulsion de los


franceses del territorio es pa ¡lO 1 sin ven! aja per-
sonal para el ej~~rcilo británico. Así, á pesar de
todos sus esfuerzos, Sir Arturo vVellesley no pudo
conseguir sus pretensiones, y los españoles que-
daron haciendo el principal papel en una guerra
que habian osado emprender por sí solos; y aquel
General en gcfe de las fuerzas anglo-portuguesas
tuvo que disimular su descontento, y manifes-
tarse dispuest.o á proteger la causa de ia indepen-
dencia. Al efecto se pu.,:o de acuerdo con el Ge-
neral Cuesta por medio del Coronel inglés Bour-
ke, y despues de haber formado varios planes de
campaña y de coopcracion, se convinieron en
uno que debel'ia producir la reconquista de Ma-
drid. El ei~rcito de Cuesta, compnesto de 30.000
lJOmbres di) infantería y 6.000 d(~ caballería) reu-
nido al ingll~s en número de 19.000 hombres) de.
hía adelantal'se por la orilla derecha del Tajo,
arrollando los ohst<ículos que se opu!>iesen á SIl
marcha, al mismo tiempo que el General Vene.
gas con 14.000 debia, apoderándose de Toledo,
dirigirse sobre Madrid. Ademas, fuertes destaca-
mentos debian sitllarse en Perales .l' en DafIos
para corlal' la comunieacion por estos pUlItos en-
tre las tropas francesas de los Generales Soult y
N ey) que se ha llaban en el reino de Leon, y las
del Mariscal Víctor, que debían ser atacadas.
Por último, el ejército porlug"ues, á las órdenes
del General Deresfonl, dehia concurrir á la con-
servacion de estas importantes posicicnes. La
di vis ion lusitana, á las órdenes de Sil' Roberto




(207 )
\Yilsoll , en número de 5.000 homLl'es -' con al- 1 HOY.
glll10S batallones de tropas ligeras espaüolas, se
destinó á obnll' independientemente sobre los
llallcos Ó retaguarclia del C'llcmigo, en caso de que
reuniéndose en lllasa tratase de hacer resistencia
al S. ue Madrid.


En consecuencia de este plan, el General
Wellesley, que se habia detenido en Abranles
hasta el 16 de Julio, se puso en movimiento pOl'
Salvatierra y Plasencia, y el 20 se reunió con el
General Cuesta e11 Orüpc~a ) quien haLia pasado
d Tajo por los puentes de Almaraz y del Arzo-
bispo.


El General Venegas, que se hallaba á la falda
de Sierramorena reorganizando el ejército dis-
per:,ado en Ciudad-Real, se retiraba de su posi~
cion sobre el rio Grij uela, por haber sabido que
el rey JOS(~, acompaüado de los Generales Ofar-
ril y Negrete, habia entrado en Toledo el dia 23
de Julio á las tres de la tarde con siete coches,
y que el 24 á las siete de la matiana habia salido
con los mismos á caballo para Mora con 4.000
infantes y 2.000 caballos, en donde debian reu-
nÍrscle 3.000 hombres mas de infantería, con
los cuales debia salir para "!\bdridejos, en cllyo
punto csperaha la incol'poracion de la division
riel General Laval, compuesta de 8.000 l10111Lres
enlre infantería y caballerÍil ; C011 cuyo total de
fuerzas se proponia d~stroz:Jr el ejército espailo]
de Andalucía, y caer de,~pucs sobre el de Es-
trcmadllra.


El Brigadier TJacy con 2,000 hombres de iu-




(208)
1809. fanlerÍa y caballería se encargó de molestar al


enemigo, y observar de cerca sus movimien-
tos. Estando en Almagro el 28 de Juuio SlIpO (lue
en Torrulba, distante una legua, se habian reu-
nido cinco regimientos de caballería francesa con
dos piezas de artillería, é inmediatamente se
puso en marcha para atacarlos, y ocupando un
gran llano inmediato á Torralba, dió en él con
la mayor bizarría á las nueve de]a noche una
accion que fue sumamente gloriosa á los españo-
les, atendida la hora, la superioridad del eue-
migo, y las posiciones que ocupaba. El campo
quedó sembrado de cadáveres enemigos y de gran
número de heridos, sin que por parte de los es-
pañoles hubiese descalabro alguno. .


Noticioso el rey José del movimiento del
ejército aliado, marchó sobre el Alberche, y se
reunió el 25 de Julio á las tTopas del General
Victor, con la clivision del Gcneral Desol1es, yel
cuerpo del General Sebasliani, dejando libre á
la Mancha de tropas franccsas, y ducüo entera-
mente de ella al General Vellcgas. Con la reu-
nion de las fuerzas que habian acompañado á J o-
sé, presentaba el ejército francés un total de
40.000 hombrcs, 3.000 habian quedado en Tole-
do pal'a guardar el puente sobre el Tajo, yobli-
gar al General Venegas á bajar hasta Aranjuez,
para pasa!' el Tajo, con lo que se retardaba su
marcha por lo menos tres dias.


En la mañana del 21 de Julio se presentaron
los franceses con tropas (le infantería ligera y
2.000 hombres de caballeria sobre el pueblo de




(209)
Gamonal, en el cual y en el de V cL:rla bullían 1509.
pasado la noche anterior al vivac nuestras tropas,
estendielluo ¡¡US avanzadas hasla Cazara, y rom-
piendo un vivo fuego contra la vanguardia espa-
ñola , y sosteniéndose esta por largo tiempo dió
lugar á que adelantándose las de mas tropas car-
gasen al enemigo con tanto ímpetu, que se vró fol'.
zado á retirarse, entrando en Talavel'a precipilada-
mente, y siendo perseguido hasta el Albcrche
con pérdida de consiJeracÍon. Durante este dia
se vcrificó en Talavera la reunion de los dos
e,jércilos espaüol é inglés que en la noche, ante-
rior hahian salido de Oropesa.


Sil' Arturo Wellesley estaba dispuesto á co-
menzar el atarlue el 23 por la malJann; perod
General Cuesta rehusó obrar hasta el día si-
guiente. Ell\Jal'iscal Victor) sabcdol' de que Wil.
/ion venia por Escalona sobre su retaguardia, S{1
retiró durante la noche á Torrijos. Cuesta cnton~
ces quiso perseguir al cuerpo que hahia rehusa-
do antes atacar, y pUso sus tropas en movimiento;'
mas Well~sley se negó. á cooperar avanzando
con los espaiJoles) en razon de la grande t'SClISCz;
de vi \'eres'y de transportes que esperimcn1.aha.
Al efectuar Cucsta su movimiento se encolllrf'~
con que lo.s franceses avanzaban dc nuevo h¡ícia.
él, Y evil<') su ueslruccion retirándose á la el'pnlda
dd Albcrche, en donde fue socorrido por los in-
gle.se~. El 27 coutillllfll'On los francf'srs avanz:lll-
do, y el ej"l'eito (le Cuesta, rrforza(lo por llIi
cuerpo de infantería y cahallería bl'it;inll~a, se re ...
tiró en buen órdcll al campo de batalla r}lH' Sir


'j'OMO 11. 27 .-




(210 )
H~09. Arturo Wellesley llabia elegido por sí mismo pll~


I'a los dos ejércitos. Apenas habian estos acabado
de formar su línea, se presentnron los france-
ses á las 5 de la tarde Con una fuerza de 40.(JOO
hombres, entre ellos 5.000 caballos, mandados por
José Napolcon en persona, teniendo á sus órdenes á
los Mariscales Jourdan, Victor y Mortiel', y al
General SebastÍani.


La vanguardia inglesa, á las órdenes del Ge-
neral Makencie , fue atacada con vigor, y se vió
obligada á replegarse sobre la ízquie,'da del ejér-
cito aliado, lo que ejecutó con el mayor ól'den.
A poco rato se generalizó el ataque, dirigiéndose
]a principal fuerza enemiga contra la izqllierda
que ocupaban los ingleses, con állimo de flan-
quear al ejército combinado. La iufantf'rÍa espa-
ilOla que defendía la derecha, rechazó COII teson
á la caballerÍn francesa, y hasta las ocho y me-
día de la noche que duró la accion} fueron tan
obstinados los dos ataques que intentaron, como
brillante la defens3, llegando á la bayoneta, 1
siendo siempre rechazados los franceses con
gran pérdida.


Al amanecer del 28 se renovó el ataque, di-
rigiéndose principalmente J como en el dia ante-
rior, contra el ejército inglés. Dos divisiones de
infanterÍa francesa se adelantaron con la mayor
intrepidez para desalojar las tropas del General
Hill silU31}as en una altura; pero apenas empe-
zaron á l>ubir1n, cuando fllcroil cargadas á la ba-
yoneta y repelidas con una horrible nlortandad.
P'I1'a impedil' que se repitiese semejante tentati-




('211 )
va, Jos cuerpos considerables de caballería cspa- 1809.
ílOla é inglesa se colocaron en la llanura, y una
divisioll de 3.000 infantes españoles protegió este
movimiento. Hiciéronse de una y otra parte pro-
digios (te valor, hasta que á las once de la ma-
ñana los fl'unceses suspendieron los ataques para
ciar descanso á sus tropas que se hallaban abun-
dantemente provistas, al paso que las españolas é
inglesas sufrian mucha escasez y privaciones.
A las dos y media de la tarde en medio de
un terrible fuego de ]a artillería, la infantería
fl'ancesa formada en masa se disponia á un ata-
que general, mientras que un numeroso cuerpo
de caballería se preparaba á maniobrar á reta-
gll:Jnjia para completar la victoria que se prome-
lÍan de e.'ita irresistihle carga. En menos de una
hora todo estaLa en movimiento; la furmidable
columna de infanteria y caballería euemiga mar-
chaba á lo largo de la llanura) flanqueada por
numerosos cuerpos de tropas ligeras colocados
:sobre las alturas que dominan la posiciono El
General inglés Amson , á la cabeza de un regi-
miento de dragones y de otro de hílsares, dió una
carga con el maJor arrojo á las formidables ma-
sa.~ enemigas. Los primeros, haLicndo atravesado
por entre dos columnas de infantería, arrollaron
un regimiento de cazadores; pero encontrándose
envueltos por el enemigo, fuerou casi todos des-
truidos. Sin embargo, esta brillanle carga sor-
prendió de tal suerte á los franceses, que hicieron
hacer alto á sus columnas.


La division espailola, á las órdenes dd Gene-




(212)
'1 R09. ral Basseconrt, se adelantó pllra contener los pl'O-


gresos del enemigo, y el movillli(~Jlto imponen-
te de los franceses que amenazaba á este, no
produjo resultado alguno.


La brigada al mando del Brigadier General
Alejandro Cam pbell y dos batallones espaüoles
rechazaron al enemigo á la bayoneta, y le persi-
guieron despues de haberle puesto en desorden.


Las columnas francesas) dirigidas contra el
centl'O de los ingleses, se desplegaron antes de
subir á la posícion, y avanzaron de una manera
tan firme y regular, que parecia iban á apoderar-
se de ella; pero el Teniente general Sherbrooke,
(lue ya de antemano tenia bien preparada Sl1 tro-
pa, recibió al enemigo con una descarga que le
obligó á detenerse, y cargándole en seguida á la
bayoneta con toda su division, fue re:1Clido con
Ulla horrible mortandad.


La brigada i!lglesa de guardias, que en el ar-
dor del cornbate se auelantó hasta fuera de la lí-
nea, sufrió una carga de una reserva del enemi-
go, que amenazaba destruirla, cuando Sir Artu-
ro Wellesley la cubrió con un batallan que hizo
adelantar á su socorro, y con la caballería mau-
dada por el General Cotton) logrando por fin
volver á ocupar su puesto en la linea.


Duraron hasta las 7 de la noche estos san-
grientos ataques J hasta que por fin el enemigo,
rechazado en todos ellos J y habiendo perdido
10.000 hombres entre muertos y heridos, repasó
el Alberche, dejando en podel' de los vencedo-
res 20 piezas decañon.




(213 )
La pérdida de los ingleses fue de 700 muertos 1809.


y 4.000 heridos, y la de los espaüoles de 1.200.
Entusiasmada la Inglaterra con la victoria


conseguida por su General, las dos Cámaras vo-
taron, á pesar de la opo~icion, una accion de
gracias á Sir Arturo Wellesley, y una renta de
2.000 libras esterlinas. El !ley le elevó á la dig-
nidad de Par con el título de Lord Vizconde de
Wellington, y la J llnta central le ofreció el grado
de Capitan general de los ejércitos espaüoles) 10
que rehusó.


La Regencia del Reino concedió en 8 de Di-
ciembre de 1810 una cruz de disLÍncion á las tro-
pas que se habían hallado en esta sangrienta
batalla. En ella se lee: Tala~lera 28 de Julio de
1809; y se lleva pendiente de una cinta dividida
en dos fajas iguales, la una encarnada y la otra
negra.


El rey José supo durante la batalla, que Ve-
negas con el ejército espaüol de la Mancha, com-
puesto de 30.000 hombres, habia llegado sobre
el Tajo, que bornbardeaba á Toledo, y que sus
avanzadas J pasando aquel rio por Aranjuez, se
llallaball ya á cuatro leguas de Madrid. En su con-
secuencia djó órdenes á Sebastiani para que mar-
chase inmediataIl1ente al socorro de Toledo, re-
plegándose con Victor sobre Santa 01a11a.


La victoria había coronado los esfucrzos del
ejército aliado; pero en esta ocasion, como en
otras varias, se perdió el fruto de este triuufo. La
fucl'za de aquel antcs de las acciones de los djas
26, 27 Y 28 era de 60.000 hombres ... y su pérdi-




(2.14 )
1809. da en ellas no esceclia de 10.000. El General in-


glés Crawfurt acababa de llegar en la tarde del
28 á Talavera con un cuerpo de artillería de á ca-
hallo y 3.000 hombres de infantería. Venegas con
30.000 hombres se hallaba, como acabamos de
manifestar, sobt'e el Tajo, de modo que en 1.0
de Agosto la fllerza total ele los aliados sobre
este ,'io podia reputarse en 80.000 horllbres; y
José porIría reunir á lo mas 40.000.


La sangrienta batalla ele Talavera habia des-
animado al ejército ft'ancés, y en Madrid se hi-
cieron de sus resultas todos los preparativos para
la cvacuacion. El movimiento de Soult sobre
Plasencia no fue mas que un ardi<l militar, ha-
llándose el cuerpo de Ney ocupado en mantener
la comunicacion entre Zamora y Plasencia. Ni
las tropas de S0I11t, ni las de Mortier poJian in-
quirtar á Wellesley, aun en el caso improbahle
de qlle éste no lograse apoderarse de la capital
de España; pues aunque Soult hubiera continua-
do su movimiento sobre Talavcra, la retirada del
General inglés estaba asegurada, ó bien por Mu-
driclejos á Siel'ramorena, ó bien h;lcia Estrema-
dura por la Mancha, siguiendo la ribera izquier-
da del Glladiana ; pero ni aun apariencia fuuda-
da habia de que Soult, que dos meses antes habia
huiflo delante de 18.000 ingleses, ballál1Llosc pro-
tegido contra sus ataques por el Duero, se hu-
biera espuesto á medir sus fuerzas COIl un ejérci-
to victorioso de 80.000 hombres, Penliósc enton-
ces todo el fruto de la victoria de Oporto, por
haber pefluanecido inmóvil Wellesley en Abran-




(215)
tes, sin querer continual' la persecucion de los 1809.
franceses en Galicia, donde Con el auxilio de los
españoles hubieran sido aniquilados infalible-
mente; y se perdió tambien en esta ocasion el
fruto de la de Talavel'a, porque en lugar de mar-
char el General inglés á Madrid reforzando al
General VCllegas , á cuyo ejército en nada se hi.
zo contribuir para la victoria de Talavera J no
quiso ceder á las reiteradas instancias de Cuesta ...
que quería avanzar, y los ejércitos victoriosos se
retiraron como si hubieran sido batiJos, Welles.
ley repasó el Tajo el 3 de Agosto, y Cuesta el 4,
á pretcsto de la venida de Soult por el puerto de
Baños; siendo así que este General no emprendió
este movimiento desde Zamora, donde se halla-
ha, hasta el dja antes de ]a batalla de Talavera.
De aqui las discnsiones entre Cuesta y WellE~s]ey;
disensiones sobre que la posteridad fi jará su opi-
nion, pues la razon de la falta de tral'lSportes y
de medios de subsistencia alegada por Wel1esley
110 es escusa suficiente, siendo en nuestro con.
cepto las verdaderas causas de este movimiento
retrógrado: pl'imero, una escesiva prudencia de
parte tIel caudillo inglés, quien aun antes de dar
la ha talla , pcnsaba ya en su retirada, decidién-
dose á conservar la posicion de Talavera~ porque
con ella se proporcionaba la facilidad de poner
en cualquier evento el Tajo entre su ejército y
el de los enemigos: en segundo lugar, la noticia
que acababa de recibir de haber ganado las tro-
pas imperiales de N apoleon el dia 6 de Julio la
célehre batalla de Wagran, con la que comple-




(2IG)
ío09. tanJo lu sllmisioll del Austria, podia disponer de


sus tropas para venir á Espaila; y por último, de~
he atribuirse mas que todo al resentimiento del
Ministerio inglús, pOI' la resistencia que el de
Espaüa habia opuesto á consenÜl' que el ejército
hritánico ocupase á Cadiz en una época en que
las Andalucías estabau libres del enerlligo, y el
teatro de la guerra eran solo Galicia, Asturias,
Estremadul'a y Cataluí"la.


Asi, pues, los espaüoles se vieron por segun-
da vez ahandonados en la lucha; y Venegas, que
por momentos espe¡·aba la incorporacion del ejér-
cito aliado victorioso, se vió comprometido por
la intempestiva retirada de éste, á dar ó recibir
una accion sobre el Tajo j y al efecto principió á
tomar las medidas convenientes,


El ¡'ey José, no dejando sobre el Albel'che
mas tropas que las del Mariscal Victor, se dil·i~
gió á toda prisa sobre Toledo con el cuerpo del
General SehasLiani, la guardia y la diviúon de
reserva del General Desolles.


Los hahitantes de Madrid, contando con la
aproximacioll del ejército aliado, yen vista del.
corto llúrnero de tropas enemigas, que á las ór-
denes del General Delliard componían su gual'-
nicioll, se prcparabancon las mayores muestr<lS
(le regocijo á acoger como libertadores á~us com-
patriotas; y al ver encerrarse cn el Heliro los tres
hatallones f¡'ilncescs que ocupaban la Capital, ya
les pal'ccia divisa¡' á los vcnced.ores de Talavel'a;
pero tan halagüeñas esperanzas se desvanecieron
con la incspcratla retirada dc los inglcses,




('21' )
El d¡a 5 de Agosto por la tarde se prc!'!entó el Hl09.


enemigo en el puente largo sobre el Jarama, en
donde se hallaba situada la vanguardia del ejér-
cito de Venegas, y esta tuvo que replegarse hácia
Aranjuez. Los franceses continuaron avanzando
hácia l!icho punto por la oriUa derecha del Tajo,
é inlealaron con repetidos y obstinados ataques
vencer el paso que defendiilll tres Jivisiones al
maudo del General Giron, quien habia hecho
cortar auticipadamente el pucnte de la Reina. La
serenidad y el ....-alor de las tropns españolas de
todas arUlas qlle defendian esta posicion, hicic-
ron inútiles lodas las tcntativas del enemigo, pOI"
cuyo motivo ucsistió éste de su empeüo.


El I1cy concedió para Pl'emiar la bizal'l'ía de
estas tropas, Ulla Cl'lIZ Je distillcion, en la que se
lee la cifra Llel Monarca Fer71(lfulo l/II en cam·
po blanco; y 1m letras rojas Accion de Aran;uc7,
.5 de Agosto de 1809. Se lleva pendiente de una
cinta celeste con filetes amal'illos.


El ejército inglés, despues Je su retirada ;Í la
lZ(luierJa ltel Tajo, conlinuó internilndose en Es-
tremadura, y el espailOl permaneció guarnecien-
do las tones y la caheza iu¡ulcrua del puente del
Arzobispo con la (luiula divisioll al rnando dd
General Bassecourl. Los vados y pllente de ma-
dera de Talavera estahan llefendidos pOI' la se-
gunda division de caballería, á las ól'lbnes del
DU(lue de Alburr¡uerr¡ue, situada cn A.zutan. El
día 7 de Agosto salió el grueso del ejército espa-
ñol para Ihor, por la escasez de vível'cs. Los ene-
migos Con 800 homhrcs de caballería pasaron el


TOMO 11. 28




(218)
1809. Tajo por un vado inmediato al ·puente, á pesar


ele la resistencia que les OpllSO el regimiento de
husares de Estl'emadlll''', y la divi.~iotl ¡le Bassc-
court; por lo que esta tllVO (pie retirarse al mon-
te inmediato para no ser atacada por la espalda,
pidiendo socorro para prott~g('r su relir;¡da, á cu-
yo fin quedaroll eH Peral,'(b la primera divj~ion
de caballeríil, al ll1illldo de Ibnestrosa, y la van ..
guardia de Zayas. La division (le BasseCDurl salió
Con prccipitacion, dirigiéndose parle,i GIJadalu-
pe, y parte ,i Valdelacasa, y otros di~persos por
varios c3millos marcharon segun su antojo) per-
diendo 4 piezas de artilleria, y r;ran parle de sus
equipages, que qlledaron en el pup.h\o de Azutan.


Llegaba á tal eslremo en aC111ella crítica oca-
sion la escasez (le víveres, que aun en el mismo
cuartel geucral c:ipañol, dlll'aule cuatro ó cinco
dias, se careció de i'Llciones de toda eSlwcic, Y
hubo arriero (!ue se presentó ,í vende!' p:m, y co-
bró á cinco y ocho re¡¡les por libra. L;¡ tropa es-
tuvo diez días á CU<lrteron , y aun para propor-
cionar tan escaso alimento el'a pi'~ciso enviar co-
misionados con fuerza armada á los pueblos cir-
CUll VCCll1OS.


El día 7 por la mañana el ej['rcilo llegó á las in-
mediaciont's de !as Mesa:; de lbor, y tomó las po-
siciones con veníentes para hacer freute li lus fran-
ceses, si conLinuaban persi;'~[Jicn¡}o á b rel;1guar-
Jia; pero no pasaron de la Peraleda ¡,ino ;;]gllW1S
guerrillas. Dicha posicion era á propósito paru re-
chazar al enemigo, ya intelltase pr,S;1l' 11:1cia el
¡Hlenlede Almaraz , ó ya hácia Ddeilosa y Tl"u-




(219)
jillo; y en ella se conservó el ejércitó hasta el tBü9.
12, á pesar tIe qlle segllia la absoluta escasez de
,'ívercs, dando en esta ocasion ulla nueva prue.
ba ]a tropa espailOla de la constancia y del su-
frimiento, que la eleva sobre todas L.ls de Eu-
ropa.


EII esle punto el Gencral Cuesta, agobiado
de las f~llig¡IS que le habia originado esta cam-
paila, y de bs enfermedades consiguientes á su
edad, cnlrlé'gó el mando á su segundo el Tenien-
te g(;nera! Don Francisco Eguía, y desde allí se
dirigió {t DeleiLosa, y despues á Trlljillo, dando
parte de su tlimision á la Junta cent.ral.


Poco tiempo dcspues de haber tomado el
mando Egllía , dispuso entre otras medidas, que
quedando el DIHI,re de AlIJUrr¡ucl'que con un
cucrpo de 10.000 bombees sobre la ribera derecha
del Tajo, el resto de su ejército, que ascendía á
20.000 bomhres, se dirigiese h~cia Sierra morena
con el objeto de rcunil'se con el de Venegas.


El General Beresfol'd con los portugueses
guardaba las fronteras tiel reino desde el Tajo
JHlsla Almeida.


El General Vcncgfls, que se habia visto pre-
cisado á retirarse d"splles de ]a accion de Aran-
juez, previó qllc 110 deja;ia de cargade el ene-
migo por la pn rLe de Toledo, con el objeto de
envolver su ejército, que se hallaba á la sazon
cllbrienflo el Tajo, y conociendo que 27 á 30.000
franceses, atacando en relirada á los 22.000 es-
pañoles que componían su ejércitD, los vence-
flan Slll gran dificultad, y teniendo presente el




(220)
18(19. bl'c'ln desaliento que infundiría en 5U5 tropa~ y


en los pueblos todos de la Mancha el volver la~
espaldas al enemigo sin pelear, abrazó el parti.
do mas honroso que le dictaban las circuns-
tancias , y fue á buscar al encmigo, aun antes
que este le atacase, llegalHlo Clln ludo .!>1I pjér-
cito á Almonacid el dia II de Agosto. Resuclto á
dar la accion al dia sií)'llicnLc, el enemigo trató
de anticiparse para no dar descanso ;í las tropas
espaflolas; y en efecto) afIIle! mismo dia cargó
sobre toda la líuca, auxiliado por 40 pi{~zas de
artillería; pero fue l'ccibitio con la mayor s(~re­
nielad y Lizarría. El verdadero ataque del ene-
migo se dirigió contra la izquierda de los espa-
ñoles; hubo muchas y acertadas malliobl'as por
ambas pal'tes , y la resistencia era igllal por ludo
el frente de la línea cspailOla; mas la slIperio.
ridad numérica proporciollaba al ellcmigo dohhl'
la línea de batalla, y fue preciso rIllIJl"~J1/I(T la
retirada hácia el intcrior de la provincia de la
:Mancha, y esta se efectuó t>iu que los franceses
pudiesen gloriarse de haber vencido. Las tropas
españolas desde Almollacid se replegaron á Sicr-
ramorena, cn donde tomaron posiciono


E127 se l'ecibió allí Ulla orden, por la que el
Teniente general Do~ Francisco Veurgas era
nombrado segundo del Gellcral Blucke ('11 Cata-
luña, en lugal' del t\LH'qués de Coupiglli, á fpúcn
se le habia conferido el cargo de Vocal de la
Junta gcueral militar, y deLia por lo tauLo tras-
ladarse á Sevilla.


En 30 de Mayo de t8lG concedió el Rc.'r- para




('2'.!1 )
premiar el valor de los que hnbian comb,¡jiJó ('U 11:~O~,
AlmonaciJ, una cruz de distincion, en que se
lec sobre fOlldo verde con caracteres de oro:
Por Ferlllll/do VII; Y en su contorno con L~tra3
rojas En AlmOl/(lcid, U de Agosto de l80Y. Se lle-
va penuienre de cinta ver,le con filetes hlancos.


La Inglaterra, casi al mismo tiempo que Sa-
p011:'011 , se hallaba con todas sus fuerzas en el
A !Istria, inlcntú dos espedieiones con el ohjeto
de aumentar el compromiso en que se cncolllra ..
h:lI1 los ejércitos franceses en las guerras de Es.
p~liül y Ausll'ia, llamando su atencion {¡ puntos
distantes del teatro (le la guerra.


El General SlW'll't, que manJaba las tropas
que d gabillelc ,le S:llI Jam(~s conservaba en Si-
cilia, tanto para la defclIsa de esta i"la como ('on
Ja apari¡'llcla de recolHluistar el reino de Nrípo-
h's, di~l'llSO una invasion sobre este Reino, y
f~ll 12 d·.; JuniD llegó á la vista de Nápoles, sin
que el resllllallo d(~ esta espcdicion fu{~se otro que
la ocupacion de las islas de Prócida é Ischia , y el
permanecer la escuadra inglesa delante de Ná-
pol(~s hasta el 22 de Julio .. en que, desesperanza-
do SI \Var! del ¡ogro de su empresa J se retiró de
la ú~la de a(llldla con Jirecc.ion á Sicilia.


Al mismo tiempo que esta espedicion se tel'-
mÍnaba sin resultado alguno, otra nllnH~\'osa cs-
cuaJra inglesa $(' dirigió al Esc.alda con el objeto
de apoderarse del importante puerto de Ambe.
res. COlllponiase oc 22 navíos de línea, con 120
hllques mas de gllelTa, y 400 transportes que con-
ducían á su bordo 35.000 hombres de dcsemLar-




(222)
1809. ca, i las órdenes ele Lord Clwltam, hermano ma-


yor del famoso Ministro Pin. El Almil'allte Stra-
kan mandaba las flJerzas navales; y~ habiendo
llegado felizmente á su deslino, CC:C!llÓ SIl des-
embarco la espedicion en el puerto de Valche-
ren el dia 30 de J uljo , y el 15 de A~osto se apo-
<1('I'aron las tropns britcínic;¡s del importante pun-
to de Flesingfl, cuy;¡ sn;¡j'uicioll se rindió pri-
sionera de gllcrrn , y fue conducida ,í Ing!n!erra,
En seguida d ejército JJl'jLíllico iulf'lltó apode-
I';¡rse de A lllbcres; mas habiéndose frustrado 1,0-
d;¡s ~U:; tenlalivns, In espediciotl tuvo quc klcel'.
se á la vela el 24 de Setic~mhre, ubandonantlo á
Flesinga, y destruyendo 11asta los cimientos de
sus fortificaciones, sin dejar' ni aun vl'stigios de
su existencia, é incendiando el arsenal d(~ mari-
na. Tal fue el triste reslll:aclo tic ulla espeuiciOll)
de que los i1131cses se promcl ian el mayor 1'1'111.0.


Si esta cspediciol1 hubicsc sido dirigida al N.
de la Península, coiucidiendo con la aceiuJ] de
Talavera, la suc¡'te de la Espalln se hubiera de.
r.idido indudablemente :l fa\'or de sus gloriosos
defensores, y en este caso José con su gUflrdia
y los cuerpos de ejl:rcilo de Victor y SelJa~liani
no hnbieran podiJo contcner á los ejércitos de
Cuesta, Wellesley y Venegas I'['uniuos, al paso
que las fuerzas enemigas de Soul!, Morlicl' y Ney
se hubieran visto precisadas á 0pera¡' cOllll'a la
espedicion británica, que auxiliada en breve,
y engruesada con las tropas de Galicia al mando
del Marqués de la Romana, y Con las que el
Duque de) Parque reunia en Ciudad-Hodrigo,




('2'23 )
los hubiera in(111¡}ablemeute arl'ojatlo dd terri. 1809.
torio espnilOl. 1\las se perdió esta ocasion favara-
hL!, Y por consigllicute fueron infl'ucLIlOsos los
triulIfus y sacril¡cios de esta gloriosa caa! paila.


La C~mara ue los Comunes del Parlamento
ing1és, penelrada d(' estas mismas reflexiones,
decretó la aCtlsacion del ministerio británico, .v
nombró una cOlllision para examinar su conuuc-
ta con respecto ,í dicta espc,:icion. El partido Ué
la oposicioll ecltó en cara á los ministros, prin-
cipalmente el h,dler prolollgado inútilmente la
ocnpacion de V,Jlclleren, en cuya conscrvacioll
perecieron muchos illt;lcscs; y les llizo respoll-
sables <le la sangre vcrlirla infructuosamente.


Esta acusacion ILlrcció tan grave y tan birll
fundada) qlll' nlTi:sL¡;) la Hl:lyoría de votos, dr'-
cidiúllt!-:¡SI: (Jlle el ministerio dcUa ser responsa-
ble pOI' hnbcl' conservado tanto tiempo y tan sin
utilidad :í. VdclJcren , por una mayoría de 275
votos coutra 2:24. Acordóse en seguida que al
Lord Chullam se le exigiese igual respons .. Lilidad
por su irresolucion é impericia, á las que se atl'i-
\)ula e\ no "h:ú)cr:;c apo(lcl'::\(\o sus tl'opa¡; de la"pta-
za de Am]¡l'l'cs .. principal objeto de su espcdi-
cion, cClll ro y plna de :ll'l1las del sistellla de de-
fensa del Escalda.




('224 )


,


CAPITlJLO XIII.


f:! DU'}lle del Parque reemplaza á la Romana en el manuo
del ejército de Galicia. - Bablla de 'famallles. - Paz.
de Austria con Francia. -Disposiciones de 1 .. Junta cen·
tral para reconquistar á l\lad,·id. - Desastro~a ];ata!!J
d!' Ocaiía. - Accion de J\1edinn del Campo. - Aeelon
de Alha tic Tormes. - Nne\'as disposiciones .le la Jun-
ta central. - Manifiesto del MarclLlés ¡le la Itolllalla. -
~e eonyocall las Córtes. - Proyectan los frallcese~ la.
~nlf({U;sta de :a Andalucía.


1Bn9. El mes de Setiembre se pasó sin que ocurrie-
se suceso alguno de importancia en EspaiIa. El
Duque del Parque, (¡UC habia reemplazado al
Marqués de la Homalla en el mando d"j ejl~rcito
de la izqnierda, por l1abcr sido es!c clet;ido Vo-
cal de la Junta suprema c(~ntral, con una fllf'l'Za
de 13.000 infantes, :!.OOO caballos y 30 piezas de
urtiflerÍa , habia bajado de Galicia á la pro\,in-
cía de Salamanca, y tomado posicion en Tama-
mes. El dia 18 de Octuhre fue alaeado en este
punto por el sesto CUfl'PO , mandado en ausen-
cia de Nfy por el General1\Lrchnnd, con 12.000
infantes, lllas de 500 cabullos, y 9 piezas de ar-
tillería.


El ataque pri:1Cir" 1 se dirigió contra la iz-
quierda, que formaba la vallguardia , dando la.
cahallería enemIga á la española una fuer'te car·




(215)
ga en el acto de estar una de sus brigadas ma- 1 .. :'109.
niobrando para mejorar su posicion; y rehecha
por su General el Príncipe de Anglona, al tiem-
po mismo que una columna de 5.000 franceses
era rechazada por la izquierda espailOla, refor-
zada con dos batallones de la. reserva, se decla-
ró la victoria por los espaüoles, que hatieron al
('nernigo en todos los puntos de la línea, per-
Sigll.iI'·UJule hasla la villa de Medina del Campo,
y causándole una pérdida de 2.000 hombres, t{ue
quedaron fuera de cOlllbate , un caüon de á do-
ce , ulla b"uJtra y otros varios efectos militares.
IJa de los espaf101cs fue de 120 muertos, 470 he-
ridos j' contusos, y 122 eslraviados. Esta bri-
llante victoria fIle recompensada pOI' el Rey en
J de Jolio de 1815 con una medalla de forma
elíptica, cornnada de laurel, y su campo ama-
rillo. Del lado izquierdo sale un brazo vestido
de aZld lUl'lJui, con vuelta encarnada y sable en
~rUlllO ; :' ell el exergo tiene un lema que dice:
Ve71l'íiJ en l'(IIIIG/JIeS. Octubre 18 de 180~) : se usa
con cinto azul lurqul con dos filetes encar-
11 ado~


La JIJlJta centnd recibió en Sevilla, donde re-
:,;iJia, la nolici3 de haberse concluido la paz de
Austria. Bonapal'te habia batido al Príncipe Car-
la.; en 6' de Julio en los llanos de Wagram. Un
ilrmisticiü concluido en 12 (lel mismo mes fue el
}H'eluc1io de la paz que se firmó entre Francia y
.\ustl'ia en 14 de Octubre.


Al ver entonces Napoleon que los ingleses
a]¡:i1HlonaLan el Escalda,' dirigió la mayor parte


1'())] () 11. 29




(226)
1809. de sus fuerzas á España, y mllchos batallones, (lue


habian llegado á SLrasburgo para reunirse al gran-
de ejél'cito de Alemania, recibieron órdclI (1.: re-
trogradar y marchar á la Península. Estos movi-
mientos se ejecuLaron en ~etiei11bre y Octubre,
pudiéndose valuar en 40.000 hombres los refuer-
zos que entraron en España en los crwtro ¡'¡!limns
meses de 1809. La conclusion de la paz con el
Austria, (lue algunos observadores a!.rilJlJyen, tal
vez con raZOll, mellos á las victorias ue Bonapal'-
te sobre el Archiduque Carlos, qne ;t la influen-
cia de su política con el Emperador Francisco 1,
desanimó á aquella clase de gentes, qne en Es-
paila, como en todo" los dcma~ paises, :lgu:lrdan
para decidirse alguna ocasion p'2rentoria. El
partido de José se :llltllcntó cOllciiderablernenle
con los indiferentes; auufl'lC los verdaderos {>s-
pailoles se manifestarou mas firmC5 y const:ml{''s
en la heróica resolucion de defciHler ;¡Il -'lonar-
ca y la independencia nacionul.


La Junta central, instada vivamente por el
clamor de la Nacioll, resolvió hacer una se-
gunda tentativa para ocupar á Madrid antps 'lDe
llegasen los considerubles refucrzos que aguar.
daba el ejército francés. Las tropas espal10las se
habian batido con honor en los campos de Tala.
Vt~ra, Aranjuez, Almonacid y Tamames; pero la
,·ictoría no ha}lia coronado sicm prp, el (~X ito de
las armas españolas, aunque estas habian vendi-
do caro el triunfo á sus enemigos.


Los cuerpos del ejército de Estremadura, al
mando del General Eguia, menos la diviiiou Je




(227)
Albul'querque, se reuuieron al ejército de la Man. 1Sq9.
clla , y se formó entonces el ejército mas nume-
roso y brillante que jamas haya tenido la Espaila.
Contaba 50.000 hombres efectivos, entre ellos
mas de 7.000 caballos, todos perfectamente ar-
mndos y eq!1ipados con los fusiles, municiones
y demas pertrechos de gllf'IT¡) (pie el Gabinete de
San James habia suministrado y remitido á la
Jllntn central; pero esteej(;I'CiIO, tan respetahle
por su nlÍmero.) se componía la mayor parte de
reclutas, aunque todos estaban ya fogueados.


El mando de este ejército, en que fiaba su sal-
vacion el Gobiel'l1o y la Patria, se confió al Ge-
IInal Don Juan Carlos Al'cizaga, perRona que
ll1 iljl~Il'l!l:'ll! e no ('ra conocida sillo como un hi-
ZriJTO Coronel, qlle I¡abia ma¡jltldo ulla cJivision
,í ji\~ órdulcs de Blacke en las batallas lIc Alca-
j¡jz y de Bdchitc; pero era )'('pntatlo como ern-
prcliflcdor y valiente, cnaJidarles (l11e necf:si-
Ipha el pnrtido dominanle en la Junta central.
Este Gcnrral marchó rápidamentc Con el ejér-
cito á principios de N oyiemlJl'c desde la Caro-
lina; y) habiendo lenido con la caballería, du-
rant(~ Sfl marcha) dos ó tres hrillantes accio-
Iles de vanguardi:" llegó al Tajo; y J)abiendo
('chado un puente frente de Santa Cruz de la
Znrz;¡, una de SllS (livisionrs pasó el rio; pero
fuerles lluvl;¡s que sohrrvinit'ron de improviso,
paralizuron el movimiento del ejército espailOl.,
mientras que los frnnccscs; dllCüos de los cami-
nos reales y de los puentes, se prepararon y reu-
nieron para la llcfcnsa.




(228 )
1809. Areízaga no juzgó conveniente sr.guír la ruta


que se habia propuesto, ni tampoco el retirarse
con dircccion á Cuenca y Valencia, con lo f¡lIe
hubiera evitado un encuentl'o desventajoso) /¡¡¡_
ciendo avanzar al mismo tiempo por Talavera la
division de Alburquerque, y el ejército dd DIl~
que del Parque por Castilla la vieja; con cny(H
movimientos era probable que los franceses se
hubieran visto obligados á abandonar ;Í :\ladrid.
Mas, bien lejos Areizaga de tomar ninguna de C~­
tas di"posiciones, lleno de la ma'yor cOllflanz¡¡~
se dirigió á Ocaña para tomar el camino rr:al de
Andalucía. El Mariscal SOlllt, habiendo reunido
las tropas de diferentes puntos, mi(~ntl'as que los
espaüole8 permanecieron en Santa Cruz de la
Zarza, y pasado el T~ljo por los puentes de Tole-
Jo y Al'anjllez, llegó á Ocaüa con su ejército casi
al mismo tiempo que Areizaga con el SllJO. Arru-
jada la vanguardia francesa dc~dc el 6 hasta el 8
de Noviembre de los pueblos de Consl1~gra, Md-
dridejos y Camuñas por la caLallcria espaüola
mandada por el General Frcire , fue perseguido
el enemigo hasta OcalJa, y dcspues rctroccJicron
los espalJoles hasta la Guardia. El Gellcr~¡J Fl'ci-
re, reforz3do con la vanguardia espailOla y cuar-
ta division de infalltcria, avanzó de nuevo ellO;
y los franceses, que se habían adelantado hasta
Dos-Barrios, tuvieron que retirarse á OC3iJa,
donde tenían 2.000 caballos y 4.000 inf:Hltes con
artillcl'Ía. La caballería española de las alas los
cargó, jugando su artillería al mismo tiempo; re-
ro habiendo llegado tarde la infantería, se di¡l"j,',




(2'29 )
el ataque hasta el dia siguiente, habiendo queda- ítiU:.1"
do de resultas abandoJlado el pueblo por el ene-
migo. Por parte de los españoles hubo alglina
pérdida en este encuentro.


El dia 19 ue Noviembre se encontral'Oil los
(~jércilos español y francés en Ocafla y SIlS inme-
diaciones; y, IlaLiendo el Mariscal Souh hecho
atacar el ala derecha de los espallOlcs) y recha-
zado estos completamente con el maJor d('nuello
á lus franceses, tomaron la ofl'nsiva, J arrojaron
de SIlS posiciones ,í la divisioll Laval, (¡ur forma-
tIa la iz\\uicrua de Soult. An:izaga cr.rlJ(~lió enlOll-
ces la imprudencia de hacer p"sar un barranco
qUI' se hallaba entre su línea y la del enemigo, y
dcsol'deIl,índose con este motjyo las tropas espa-
Dolas, llJ]U di..-ision que llegó de refresco al ene-
migo, se aprovechó de este desórden para ata-
carlas, y ú pesar ele llabcr formado varias veces
la infantería de Areizaga el cua(lro, se vió obli-
gada á batirse en relira(la, y siendo vivamelltl:
}lt;rseguida, la cabnller1a frallccsa, mandada por
Scbasliani, se precipitó solJl"e nuestros batallo-
nes, (lue empezálHlose á dispersar, no pudieron
tiOstcHcr su carga. La caballería espaüola, que
habia sido cortada en un terreno desventajoso, SP,
"ió precisa(la {¡ abandollar á la infantería, y á lo-
mar la hlljd~. Algullos regimientos espaiJolcs for-
maron el cuailro, y se retiraron cn buen órden
por espacio de mas d0 ulla leglla; mas en cuanto
sucedieron las tinieblns de la noche, se dcsban-
dal'on, y la retirada se convil'tíó en una denota
eo.ruplda, dirigiéudose los fugitivos ,í Turull3-




(230 )
1809. que y Daimiel;y posteriormente á Sierl'amOl'ena.


Este ejército, en que la Nacían y su Gohierno
fundaba) como ya hemos illdicado, todas sus e~­
peranzas) fuc derrotado en pocas horas, pcnlÍen-
do mas dc 15.000 prisioneros) casi toda la arti-
llería, municiones, equipages y almacenes in-
mensos de víveres, quc (Iuedaron en POdL'1' del
enemigo, logrando solo salvarse la division del
Gen€ral Vigodet, y una partida de caballería del
General Freire J (!ue llt'garon en buen órdl~n á la
Carolina, La dispersioll fue tan completa, que
Ilos meses dcspues de la batalla apenas se habian
vodiJo reunir 25.000 hombres en Sierra morena;
y si los franceses, nprovechándose de dla, hu-
bieran avanzado, 110 habrían encontrado obstá-
culo alguno hasta Cadjz; mas estos se detuvieron
sin duda por no tencr fuerzas de reserva suficien-
tes para cubrir el inmenso pais que tenia n que
dejnr á la espalda.
J~os españoles dt'jal'oll en ~l campo de batalla


mas (le 10.000 muertos, sicndo para ellos tanto
mas lt'rril)le y funesto este golpe, cuanto era tal
su confianza, que la Junta central tenia ya nomo
brados Capitnn general, Gobcl'l1ador y Corregi-
dor Lle Madrid, con dos Consejeros que debian
~f'l'vjl' (h~ asesores al primno; y adcmas una co-
mision compuesta de sus vncah~s Don Rodrigo de
Hic¡ut'lme y Don Gaspar de J ovdlanos, pLlra ar-
reglar el plan de la, proviclencias qlle se hahian
de dictar en Madrid para asegur:Jr el buen órden
y tranquilillad de aql1el gran pueblo, en medio
del primer alborozo de su libertad.




(231 )
Nueve días despucs de la infausta batalla de lt;09.


Ocafla el General Kellennan consie-llió una ven-
u


1 a j a no m ellOS considerable en la pl'OV in cía de
Salamanca cerca de Alba de Tormes. Ya hemos
Jicho que el ejército del Duque del Parque ha-
bia arrojado al enemigo del pueblo de Alba de
'formes; mas reunido desplles este en Medilla
del Campo en número de 10.000 infantes y 2.000
caballos con artillería} tomó l)osiciol1 en el Cal'~
pio, y desde alli} con una vanguarJia de 600 ca-
halios y dos piezas de artillería} empezó á Latil'~
se con los espafloles} hasta que, puest.o en mo\~i­
miento todo el ejército de estos en 23 de No-
viembre J adelantó hasla Medina del Campo, en
donde reconcentradas toclas bs fuerzas enemigas
esperaron á los espailOles, y se trabó una aceiou,
en la que ar1l1que al priucipio la caballería del
ala derecha de estos perdió algun terreno} sin
embargo lograron arrollar y batir al enemigo
hasta que la noche puso fiu al combate, y las
guerrillas espaüolas ocuparon al siguiente dia á
Medina del Campo; habicudo tenido en este en~
cuentro mayor pérdida el enemigo que el Duque
del Parque.


En consecuencia de la noticia de la dcrrota
de Ocafla , el ejército de este se retiraba hácia
Salamanca, y al llegar el 28 á Alba de Tormes
fue alcanzado por las tropas del General Kelln-
man, que se habia rnesto en movimiento desde
las inmediaciones de Valladolid, y que había
tenido un pequeño choque con la retaguardia es-
pañola el 26 en el Carpio. En cste estado el ejér-




(~32)
ISW. cito espaúol :;alió al encuentro del enemigo;


mas como la caballería retrocediese al tiempo
de alnea:' ;í este J la primtTa divisioll de Ja infan-
tería espailOla fue aCllchillalla. Pero la vangllar-
día y parte de la segunda, rechazado el primer
alaque de la cahallería enemiga, formaron el
cuadro Cjlle no illlcliel'on absollltamente romper
los franceses J por mas c¡lle]o intentaron repeti-
das vcccs , así como tampoco el qlJe se rindiesen
prisioneras. La noche srp;lró ~i los combalientes,
y alcam>;;¡dos en Sil retirada los espaflOll:s al día
signieute, se dispersaron en gt'an partt~ reftlgi:í.n-
«lose á la Sierra de Francia. Esta desgraciada
aCClOn costó á los e~pailoles 2.000 hombres
muertos, otros 2.000 prisioneros, Vi carlOnes y
Oll'OS efectos de gllerrn. En el mismo día entra-
ron en Salnmanca los franceses, despucs de ha-
ber sido evacuada cut erUllIentc por las lropas
del Dnquc del Parque.


La Jnllta central, ngohinda con el pp-w de
tantos y tnn terrihles rev('srs, se dirigió al Mar-
qll(~s dI: Wdlesley, h~rmann de I~ord Welillgton,
(l!le de.,rle el mes de Ago'.l¡o se hallaba CCl'ca de
I·lla con 1'1 cadeler tI,' Em 1¡ajadol' ele la Gran
Bl'elaiü., pidi{~l1dolr eficazmente dúpusiese que
las trollas inglesas, ql\f' (]C,;pllCS de la hatalla de
Ta1a\-na se lInllaban r::lit'adas en Badajoz en la
mayor iflaccion, avallzasell de Il!WVO para defen-
der él 1n Espaüa ; pero t~stas nL'rtas de coop~~ra­
cion no fUl~ron acogidas sino bajo la COllllicion
de que los ej~rcitos españoles se sometiesen al
mando de UIl General in gl¡:~s ,y ¡le que se pCl'-




(213 )
mitiese que la plaza de C¡¡di", f[¡ese ocnpada por HlV9.
tropas de su naciol1. La Junta ccntral, aun en
111l'dio de tan desgracíaua y crítica sÍlllacion,
prefirió ]WCC1' frente por sí sola á las calami-
dades de la guen'a antes que ceder á unas condi.
ciones tan degradantes del carácter nacional.
Mas esta coqlOracioll, á (luicl1 las desgracias su-
cedidas durante el liempo de su gobierno ha-
bían hecho odiosa á la nacían, principió á recibir
diariamente alaqLLes de parte de todas las autori-
dades. El i\1al'CILLés de la llomana, miembro de la
misma, con fecha 4 de Octubre publicó un ma-
lliliesto, en que pouia en duda la legalidad de
sus poderes, la echaba en cara su incapacidad y
dcl)jijLbd) ,y p('clia]a fonnacioll de un Consejo
de Hcgencia hasta que las Cortes se cOllvocasell,
10 cll:d, seglln ól, debia vL~riíjcarse lo filas pronto
posihle. Este manifiesto, (]Lle circuló libremente
en Espaüa sin que la Junta tllviese suficiente
fuerza para i,npedirlo, contrihuyó en gran parte á
Sil descrl~dilo. El ?lJarc¡nés de la H.omana conocía
Como toda la nacion la neccsi<.bd de una l1l11Jan-
za de gobierllu ; mas no por eso el patriotismo
ilu,;trildo de eSll! Ilcn;ico esp3ñol se dejó aJTas-
tl'<1r de los COIl5~'jOS de muchos (111(; le animaban
á fin de que disol vi(?sc la Junta central con la!.
armas; y ('11 vez de dal' este P¡¡SO, que pudiera
haber sllmido á la nacian en el abismo de la


. '1 ' 1 ' anarC¡llla, se contento con .lacer ,"el' a a naClOn
su modu de pensar ncerca de la nC'cesidad de
tilla mudanza, El l'esultado fue que la Junta cen-
tral cspidió un decl''-óto convocauclo á Córles, y


TO.uO 11. 30




(234 )
180!l. seilalando para la reunían de estas el dia 1.0 de


Marzo de 18to.
El rey José, que veía consolidarse su trono


por la famosa derrota de los espaí'loles en Ocaña,
concibió el proyecto de someter las ricas provin-
cias del Slll'; y, disponiendo que se hiciesen lo-
dos los preparativos al efecto, confirió el mando
y direccion de esta importante espedicion al
Mariscal Soult. Mas, no siendo posible la llegarla
de los refuerzos de tropas (lile agllardaha de Fran-
cia en alluella ocasion, que era sin duda la mas
oportllna por el desorden en que se ha lIaban los
españoles por la derrota de Ocaña, difirió el for-
zar las gargantas de Sierramorena para prinCl-
pios del ailo de 1810.




(235)


CAPITULO XIV.


s itio de Gerona. - Disposiciones de su Gobernador Alv'a-
rezo - Junta guhernativa de la ciudad. - Ataques con-
tra el castillo de Monjuí. - Htróica defensa de su guar-
nicion. - Entrada de un convoyen la plaza. - Auge-
rea u es nOlllbrado para dirigir las operaciones del sitio.-
Asalto rechazado (le Gerona. - Elltrada de un segun-
do convoy. - Salida de Gerona del Brigadier Odonell.
- Accion de S anta Coloma del Farnés. - B1of!UeO de
c.erona. - Falta de recursos en la plaza. - Hamhre ter-
rihle flue se espcrimenta. - Accion de Baiiolas. - Ac-
cion de Bilscano. - Intima Augcl'eall la rcndicion illlíJ.il-
mcnte. - Lamcntable estaclo ele los hahitantes de Gero-
l1J. -El Gohel'nador i\h'arez cae enfermo. - Capitu-
laeíon de la plaza. - Heroísmo de sus defensores. -
Falta de cumplimiento de la eapitulacion. - Asesinato
del Gohernarlor Alvarez. - HOllores concedidos :i Sil
memoria, y á los gerundenses. - Fin de la scgull(la
Ca!il jla ¡<la. - Observaciones. - Si~tellla de guenillas.
- Su grande utiliLlad en esta guerra.


J,a plaza de Geronn, á la que despllc~ de las 1809.
derrotas de Llillns, Molins de Rey y Valls }w-
Lja puesto sitio el pj ército francés almando del Ge-
lIeral SainL Cyr, se rindió el 11 de Dicieml)J'e des-
pues de una resistencia heróica flue inmortalizar,i á
sus habitantes j' gl1nrnicion, y recordará Con cntu-
sla3tl1o 13 posLeridad. El 6 de Mayo se presenta-
ron los enemigos delante de aquella plaza, que
con la toma de la ermita de los Angeles quedó




(236 )
1809. completamente embestida el 31 por la division


westfaliana á las órdenes del General Moria, y la
italiana de Lechi J 1'eforza<.13s por la divisioll ale~
mana del General Pino.


Para desaninHlt' á los defensores de Gerona
habian IJTopalado diestramente los espías [rance-
8es la voz de r¡ue la plaza no tardaría en rendirse,
por tenerla vendida sus gdes; mas su Gobernallor
Al vnrez J para preca verlos fUllestos efectos de seme-
jante falsedad, publicó un bando en L o de 1\layo,
imponiendo la pena de muerte á cualquiera que osa-
be proferir las pa labras de capitulaciou Ó rCllcIicion.


El corto número de soldados que componían
la guarnicion, era insuficiente para cubrir los
muchos fuertes, por lo que todo.~ sus habitantes
y lus forasteros refugiados en la ciudad huyendo
del enemigo J se alistaron voluntariamentc en ha-
tallones, y alternaron en el scrvicio con la tro-
pa; organizándose ad(~m:ls una reserva con el
título de Cruzada gel'lllldense, en la que empu.
ñaron las armas como simples soldados los indi-
viduos del clero l'egular y secular. Hasta el sexo
débil dió pruebas de heroísmo) y las belbs mora-
doras de esla ciudad manifestaron á su GobcrnaJor
los deseos de organizarse en compailÍas, para
marchar á los puntos atacados, y cuidal' de los
]leridos J y llevar municiones y refrescos á sus
defensores. En efccto, formarousc compailías de
estas intrépidas Amazonas, que se divi(Iieron en
cllatro esclladras, teniendo sus comanJallta" ele.
gidas por las mismas, toman Jo la denorninacion
de compaüías de Santa B{ll'bara J y di~tillguiéll-




('237 )
dose con un lazo encarnado que llevaban en el l!:\()<J.
brazo derecho.


El 1. 0 oe Junio cortó el enemigo el agua de
la acequia oe los molinos) cuya falta causó gran-
des perjuicios á la ciudad.


El8 de Junio empezaron los trabajos oe trin-
chera en la altura de Tramen; y cl14al amane-
cer se rompió el fuego.


La Junla gubernativa de Gerona, compues-
ta oel DiputaJo de la Junta supremrl dd Prin-
cipado Don Anorés Oller, en el oia Decano de la
Sala oc Alcaldes oe Corte: del Teniente de la plaza
Don Julia n Bolivar, Presidente: Don J ulian Cufi,
Don José Planeyal, Canónigos de la Catetlrnl :
Don I~llis Marlinez de la Valeta, Abad de San
Feliu: Don Juan Vila, Don Francisco Fagés, Don
Ignacio Aorich, Abogados: Don José Carrnani,
Don Carlos Rich, Don Carlos Ametller, Don
llamon Fnnalleras, Don José de la Valeta J veci-
nos de la ciudad; y Secretario Don Francisco Puig,
Escribano, viendo que los enfermos y heridos que
resultaban de las diarias escaramuzas con el ene-
migo, carecian de camas y utensilios en los hospi-
tales qu~ provisionalmente se habian formado, ape.
ló á la generosidnd de los vecinos, los que á por-
fia se desprenJierol1 gratuitamente de sus camas,
colchones., gergones y de cuanto tenian, para
colocar á los intrépidos defensores de su patria.


El 22 de Junio llegó á la vista de la plaza con
el resto de su ejército el Géneral Saint Cyr, á fin
de cubrir el sitio, cuyas operaciones eran tant1.)
mas seguras, cuanto la di!'persion ,de Bclchite y




('238 )
18U9. la derrota de Valls hacían imposible que los ejér-


citos de Aragon y Cataluña pudiesen socorrer á
Gerona, que habia jurado defenderse hasta el úl-
timo estl"enlO.


Los mayol"eS esfuerzos del sitiador se dirigie-
ron contra el castillo de Monjuí, que es un cua-
drado fortificado. B3tióle con 34 piezas desde el
13 de J llli O; y, á pesar del horroroso fllego, del
gr"an número de tropas empleadas en su ataque y
de los reiterados asaltos, este peqlleiío fllcrte se
sostuvo lleróicamente, sin embargo de haber espe-
J"imentado, pOI' un descuido, e131 de Jl\lio la des-
gracia de ha uerse volado las torres de San J uaD y
de San Luis por una bomba arrojada por el enemi-
go, cuyo incidente causó un dalla terrible.


Entretanto el ataque contra la pInza continua-
ha con suma lentitud, sin duda porque el enemi-
go contaba con que no se prolongaría tanto la de-
fen¡;a del castillo. Continuó éste rcsisli(~ndose con
tina tenacidad sin ejemplo hasta ellO de Agosto,
en cuyo dia, des pues de haber sufridndul"antc la
mailana un terrible fuego, el Teniente Coronel
n(ln BIas FOtl 1"11 á s , considerando que no era ya
mas que un monton de ruinas y de escombros,
con vacó un Consejo de guerra, en el que por
Iluanimidad se acoruó abal1uonar el castillo, pe.
gatO fllego al almacen de pólvora y municiones,
claYal~ su a¡,tillerÍa, y retirarsc á la ciudad, co~
mo lo verífical'on á las seis de la tarde del día 11
de Agosto. La cntraua de su denodada gllarnicion
en la plaza fue un verdadero triunfo en medio ue
las Lombas, que con el mayor furor arrojaba el




('239 )
sitiador, al vel' replegarse por una retirada tan
dificil como gloriosa, y de las mas heróicas que
se refieren en los fastos mililares á estos bizar-
ros campeones.


De este modo se posesionaron los franceses
del castillo de Monjuí, al que Saint Cyr llamaba
el terror del Imperio, ó por mejor decir, ocupa-
ron un monton de escombros absolutamente in-
defendibles, que transmitirán á la posteridad la
memoria del mas ]¡eróico valor, y del mas con s-
t:mte sufrimiento. Perecieron en su defensa 18
oficiales y 5U soldados españoles, y quedaron
heridos 26 de los primeros, y 406 de los últimos;
costando al enemigo mas tiempo, mas gente y
mas recursos que la toma de una plaza fuerte de
primer órden. Por tres meses prolongó su defen-
sa este despreciable castillo; por treinta y siete
dias se sostuvo con brecha abierta, y llegó á te-
ner hasta cuatro, y rechazó dos asaltos. Veinte
baterías hicieron const:)ntemente fuego contra él~
arrojando 3.100 granadas, 2.600 bombas, y un
sinnúmero de balas, piedras, cascos y fuegos ar-
tificiales.


Es un axioma militar que el ejército de ope-
raciones que cubre el sitio de una plaza, deLe
de alejar siempre lo mas que pueda al ejército
contrario, que intente socorrerla, alargando su
línea de operaciones, para que éste no obre por
los flancos y retaguardia. Como los franceses no
tenían la plaza de Hostalrich, y necesitaban re-
forzar al ejército sitiador por las pérdidas que
sufria diariamente, el General Saint Cyr no 11u-


1809.




('240)
1 ~O~, do imp~Jir que el Gcncr<ll espal'!ol Blacke reu-


niese cerca de Gerona la mayor parte de sus fuer-
zas, con el objeto de obligarle á di.'itraer del si-
tio una parte de sus tropas, y proteger la entrada
de un convoy considerable, al ruando del Gene-
ral Don Jaime GarcÍa Conde. En efecto, el éxito
por parte de los cspailoles fue feliz, pues logra-
ron la cntrncla en la plaza en 1.0 de Setiembre
d,~ UIl convoy de LI00 acémilas cargadas de vi-
Vf'l'es y municiones, procedclItes de Olol, eseol.
tndo con mas de 3.000 hombres. El Gobernadol'
de Gerona, cOllsidel'anuo que la pCI'mallcllcia de
estos en la plaza serviría solo para acelerar el
consumo devl veces, dispuso que el General Gar-
da Conde, que manuaba esla divi$ion, saliese de
f'lln, como lo verificó con -la mayo!' bizarría el
día 3 por la noche, ar'['ollando al enemigo, yalra p
vpsando su línea, sin mas p(:rdida que la de una
pc'{ueíw parte de las ncémilas fIue I'c3rcsahan
con él.


I_a introollccion de este socorro en Gerona
fllerniradapor Nnpoleon como una falta de las
mayores que pueden corueterse contra las reglas
de] arte militar, y resentido de esto con Suint
Cyr, le sepa!'ó d,,) maudo, nombrando para reem·
plazarle al Mariscal AlIgel'eau, Duque de CasLi-
glione.


El General Gohernador de Gerona Al varez
no solo sc negó á admitir diversos parlamenta-
rios del enemigo, sino que dió órden para qne
fuesen recibidos á canonazos, Para dar una idea
del carác"ter y entereza de este intl'épiJo militar,




(241 ,
Laste decir, que habieudo logrado el dia lG de 1309,
Setiembre uno de estos parlamentarios persuadir
á las tl'opas avanzadas que el Gobernador le re,;.
ciLil'ia, acudió con este motivo al alojamiento de
éste una lllnlLitllu inmensa de pueblo deseoso de
saber el ¡~xito; mas el Gobernadol' se negó á re-
ciLir al parlamentario, disponiendo que inmedia-
tamenle se fijase en la puerta de Sil casa unO de
los ejemplnres del bando de 1. o de Mayo, en que
se imponía pena de la vida al ([ll(~ hablase de ca-
pítulacion, Esta providencia escitó el entusiasmo
de lOS defensores lle Gel'ona, para quienes fue un
día brillante el t9 de Setiemhre, en que facilita-
das por el fuego ud sitinelo\" las ti'es brechas de
Santa I .. ucía, Santa Cristina y Alemanes en el
cuerpo de la plaza, el General SaiHt Cyr dí~.;pus()
el asa Ita j y dirigiendo falsos a taq 1I es COIl esca In s
sobre v1trios puntos de las mur'allas, mientt'as
!fue él mismo á la cabeza de 6.000 hornbres mar.
chaha para penetrar en la brecha, logró 1'11 el
primer ímpetu hacer retirar á los espai'toles; pe-
ro cargando á la bayoneta la reserva de estos á la
voz de 'uiva .Fernando VII, la gttarnicion y el ve-
cindario oCllparon Sil" pues!¡,s) y rccha7.aron al
enemigo, fiue por tres ó cuatro veces volvió á la
c3l'ga, hasta que al OH abandonó su empresa, con
una pérdida de 800 hombres muertos ~ y mayor
número de heridos, El fuerte del· Calvario fuc'
ign1>Imcntc atacado por la brecha, yel enemigo
rcc'hnz<ldo tan' complelamel1te, que' tuvo que
abandonar hasta his ésralas; Nose veían 'en este,
Jia I11emol'abl'e en l"s callcs.delainmortaIGcro-


TOl\ll) 11, 3l




(24'2 )
1809. na J mas que reservas y cañones de batalla desti.


uados para la defensa itlterior. Estos fueron du-
rante el asalto conducidos á las inmediaciones
de los puntos asaltados por ulla parte de los he-
róicos habitantes de Gerona, mientras que los
artilleros y el resto del vecindario resistian el
primer choque del enemigo.


En este ataque terrible perdieron los defenso.
res de Gel'ona cinco oficiales, y sesenta y siete
soldados mucl'tos, diez de Jos I'l'imel'os .v ciento
treinta y uno de los segundos hel'idos, y la com-
pailÍa de mugeres de Santa Bárbara, una muger
muerta y otra herida. Cubrió de luto á Gerona ]a
muerte ocurrida en este dia de los intrépidos ge-
fes Don Rodlllfo Marchal y Don Rodrigo ~Iacar­
ti. El primero, al recibir el golpe mortal en la
brecha de Santa Lucía J cuya defensa corria :í ~ll
cargo, con el mayor hCl'oismo y moribundo ya
encargó á los que le rodeaban que Jjjesell al Go.
bernador de la plaza, que recibia gllstoso Ja 1IIlHT·
te por la defensa de esta, y po,' servir bajo las
órdenes dell1layo,' General de Europa, y que se
sepulLase primero en sus ruinas) que renuirse al
enemigo.


Despues del formidable asalto de1 19 de Se-
tiembre, los franceses se ciüeron casi al bloqueo
de la plaza, la que empl>zó á sufl'ir todos los es-
tragos del hambre, despues de haber pauecido
todos los horrores de la guerra.


El Gobernador tuvo medio de hacer lle-
gar 'hasla el cUUl'tel general de Blacke un Ofi-
cial, por cuyo conducto le hizo conocer la




(243 )
necesidad de socorrer de nuevo la plaza; y resuel~ t809.
to éste á tentar ]a entrada de un nuevo convoy,
encar~ó esta operacion al General Wimpffen, y la
int.roduccion al Brigadier Don Emique Odoncll,
quien la verificó en 26 de Setiembre, aUl1f]ue no
tan completanll!lnle como la primera, porque ha-
biendo sido Wimpffel1 acometido y estrechado por
el enemigo Con el mns decidido empeño, se per·
dió una gran pal'te de] convoy, entrando solo en
Gerona 17$ machos cal'gaJos de harina y galleta.
La corta divisiol1 al mando de Odonell que le
custodiaba, volvió á salir de ]a plaza el 14 de
Octubre, acompailuda de varias familias que qui.
siel'on libertarse de las fatigas del sitio; mas co-
mo el enemigo tuviese á la sazon muy estrecha-
da la plaza, J' mas particularmente guardados los
puestos escabrosos; conociendo OJonell la difi-
cultad de atravesal' estos, acometió por el llano
en la noche del 14 de Octubre, y arrollando has-
ta 25 pllcslos enemigos, penetró por medio del
cuartel general de Sohuan, que huyó deslIudo,
¡lhandolHlI1do entcramente su campo, y un rico
botin que no se (letuvieron á retirar los españo-
les pOI' la prccipitacion con que, despucs de ha-
ber pucsto flll~ra de combate mas de 200 caballos
enemigos .. se dirigicron á tomar po sic ion al ama-
necer en las alturas de Santa Coloma, en donde,
reunido Odollell con el Coronel Milans, rechazó
á 2.000 infantes y 200 caballos que venian en su
seguimiento, y le (ltacaron.


El esll'ccho bloqueo de la plaza de Gerona
iba haciendo sentir calla día mas á sus defenso-




('24'1)
:bü9. res los horrores del hambre desoladora, y á..


pesar de que conscl'valJan una heróica sel'cnidad
y alegría, lIluchos de ellos, en especial los foras-
teros J }lerecian de necesidad en los sopor¡¡¡)es de
las casas é iglesias; los hospitales estaban llenos,
no habia en ellos suficientes call1t*, y empezaban
á faltar las medicillas. En solo el mes de Octu-
bre perecieron 7S13 hombres dc la guarl1icion, filW
diariamcnte se disminuia por el considerable uú.
mero de mucrtos, hrTldos y enfermos; por lo
(lue el Gobernador dlspuw que todos los ofi-
ciales, menos los geres y ayudantes, se arma-
sen con fu.'Siles, é hiciesen el mismo servicio qUI:
los soldados.


Para dilatar la defensa todo lo posible ~ vien-
do (Ille ya no se encontraba carne de ninguna es-
pecie, se reservó la poca que habia para los hos-
pitales, y se dispuso que desde l.0 de OClubr<'
se diese á la tI'opa y Oficiales un cual'leroll d(~
pan, ocho onzas de trigo, y cinco onzas de acei-
te para condimcntal' esle por cada veinte plazas¡
mas como sc notase en los defensores cierta dc-
bilidad general por la f;¡lta de alimento de la
carne, se dió orden para matal' los caballos dI)
los Oficüdes y de los vecinos, y JcspU(~s de COIl-
sumidos estos se dctcl'minfÍ continuar m;¡landl)
las caballel'Ías de carga y tiro, empezando por
los 178 machos del segundo convoy, y conclu-
yendo con las acémilas destinadas á los acarreos
de defensa .


. El 18 de Octubre se concluyó el tabaco, gP.-
ncro de los mas llcces:lrios para el soldad o) y




('2-15)
({Ile ahví~ tanto sus fatigas como d mismó al1- 1dO!I,
mento. COtlc]lIyóse igualmente el carbon y la
leila, y por falta del primero tuvieron que cesar
los trabajos (le los cuerpos de artillería é inge-
nieros, cuyas labores estaban en una incesante
acti\'idaJ_ 'Por fah., de leila cocia la tropa sus
ranchos eOIl las vigas y madedmen que estrai"
de las casas arruiuadas por las bombas, llegan-
do á carecer aun de este recurso luego ql1e eesl~
el bombardeo, y uo pudiendo por lo tanto pI'.··
servarsc del frio en la rígida eslacioll en que (~Jl­
traban.


El Mariscal Augereau, nombraul.l para SIl--
ceder á Saint Cyr, tomó el mando del ejército d._~
CaUduila) y llegó delanfe de Gerona el 12 de o~­
tubre, regresando este úlLimo á Frallcia. Auge-
real!, como torlos los Generales que empiezan
operaciones, quiso distiuguirse á fin de pOJI;¡'
anunciar al Emperador su llegada, al mismo tiem,
po que una victoria que le dejase satisfecho df'
la eleccion que habia hecho en él como de UIlO
de sus mas famosos Tenienles. En consecuencia,
el dia H) de Octuhre alaco á Blacke en Bañoln8~
en donde se hallaba situada la division dcll\:b-
riscal de campo Don Martin de Loigorri, com-
puesta de 5.000 hombres; mas en el reconoci~
miento que intentaron 6.000 franceses, fueron ¡"e-
chazu(los sin cOllsegur el objeto. El 20 en núme-
1'0 de 3,000 infantes v 200 de caballería volvie-


"
ron al alar¡ue; mas fueron batidos comp1etamen o.:.,
te por las guerrillas espailolas, quenlaado Sil
campamento, y ocupando los cspaüoh:s áS;m




(246)
1809. Martin de las Esposas y Santa Colomn de Farnés,


dcsde donde su vanguardia, mandada llor el
Brigadier Don Enrique Odonell, se adelantó á
hacer Ull reconocimiento, y cncontrándose en
Bascara COll los enemigos el 21 , fue cargado, y
se reti¡'ó , aunque despllcs de logrado el objeto.


El dia l.0 de Noviembre quiso Augereau re-
petir la intimacion á la plaza por medio de tres
soldados cspailoles, hechos prisioncros el dia ano
tes cn la accion de Buscara; pero no [ucl'on re-
cibidos, asi como tampoco un Oficial f¡'ancés
que vino á exigir la respuesta del anterior mcn-
sage.l y al C]ue se intimó la orden de retirarse.


Eran ya á la sazon tan estremadas en Gero-
na el hambre y la miseria, que aun los auimales
mas inmundos se deseaban y compraLan á un
precio exorbitante, y no tan solo se reputaban
como un plato delicioso las carnes de las caba-
llerías, gatos, perros y ratones, sino qlle hasta
los animales muertos de enfermedad, en vez de
arrojarse al campo para podrirse, eran devora-
rlos con ansia, llegando hasta el tcrrible caso de
comer la carne cruda y .sin condimento pOI' ca-
recer dc este y de leila.


En lan desesperada silllacion crecia elllLIme-
ro de víctimas, y á la gual'l1iciOll solo se le pa-
s3ba ya un poco de trigo y un cuartero n de pan,
que á veces servía para dos dias. Algunos gefes
de la tropa de la guarnicion, deseando evitar ]a
terrible muerte dd hambre, sugeri<lll á los sol-
dados la idea de abril'se paso rompiendo la línea
tnemiga , l' perecer primero que ser víctimas




(247 )
del hambre y de la miseria. Mas esta efavescen. 1809.
cia ~que amenazaba la pérdida de la disciplina
militar, fue contenida por las sábias disposicio-
nes del Gobernador, quien hizo convocar una
junta militar para tratar de este negocio, y la
esperiencia posterior demostró que los promoto-
res de esta idea entre la tropa no llevaban mas
mira que la de salvar cobardemente su vida, co·
mo lo verificaron á pocos dias pasándose al cam-
po enemigo.


Pal'a colmo de miserias al hambre se reunió
la mas terrible desnudez, que, unida á la falta de
leña para calentarse, arrebató la vida á muchos
soldallos , y no hubo uus medio para resgual'-
dudos algun tanto de la intemperie, que el de
recoge,., como se }lÍZO pOI' orden de la J unta, los
pafios y bayetas que se encontraron en las tien.
das. Faltó tambien el calzado y los materiales
de que se fOI'ma, y para 5uplido se l.icieron
aLarcas á la tropa de las pieles de los animales
muertos.


A pesar de todas estas medidas, dictadas por
la sabiduría de la Junta gubernativa, y ejecuta.
das pOI' el celo y patriotismo de los habitautes,
los efl'ctos de la necesidad crecian visiblemente,
y cn 15 de Noviembre fue preciso dcjar de su-
ministrar ya á la tropa la poca carne que se la
daba dos veces á la semana, para reservar la de
las pocascilballerÍas que restaban, para el susten-
lo de ]os enfermos.


El Mariscill Augereau hizo por entonces inti-
mar otra vez la rcndicion á la plaza; mal; los par.




('248 )
tdr)~, larnentarios fueron allUyentados á cañonazQ~.


El ha 111 Ore iha en illllll en to, y era ta 1 la de-
hilidad física, quc muchos soldados morían en
.Ios hospitales J y aun algunos en los mismos
Gual'Leles sin enfcrmedad alguna. La guardia que
plarnecia la brecha, tenia, cuando se mudaLa,
'lue descansar en el camino, J lomar alicuto en
la calle que sube á la catedral .. y toda la gual'lli-
eion se hallaba acometida de 1I)]a terrible disCH-
t\~ria, efecto del trigo cocido con solo agua, de
que se alimentaba.


En la noche del 2 al 3 de Diciembre hizo el
Mariscal Augcreau romper un vivo fuego contra
la plaza, y se.apoderó á viva fuerza de las obras
'~stel'iores, á pesa¡' de la vigorosa resistcllcia de
hs siliaoús. En la tarde del 7 se vol vió á intim¡¡ r
¡lor última vez la I'endiciou por mellio de un Ofi-
i;Í,¡l francés, ofreciendo una honrosa capililla-
GÍOll, y arnenazando con los rigores de UH asalto
~¡ no se accedía á ella: El General Alv&l'ez yada
('0,¡tra¡}o en una cama, víctima tambicll, dc la
)¡ecesidad, que alcanz1ba á todos los habilantes
ele Gerona, y se agravó su mal en términos que
fue preciso administrarle el Santo Viático y cn-
c~ll'gat' el mando de la illmortal Gerona ;Í su Tc-
tueute uc Rey Don Jl~\ian Boli'lal'. En los tlias 8
y 9 continuó el bombardeo, y el 10 rompió el
sitiador un terrible fuego con todas sus LallTía".
Sus efectos, y; los repetidos putes de que iban
cayendo en poder del cuemigo los arrab,,1'~3 ,le
h plaza, obligaron á que se tratase ya de cilpi-
llll<!cion por la Junta. guhernativa. Concluicjus




(249)
absolt:ülme n le todos los víveres, perdida toda 1809.
esperanza de socorro, sin tropas suficientes para
guarnecer las brechas, postrado en una cama
d inmorlal Alvarez, (lue daba impulso y vida á
tan gloriosa defensa .. llenas todas las calles de
desgraciados, que con sus lamentos traspasaban
l(1s cor;¡~ones sensibles que 110 podian auxiliar-
los. \' los veian morir desfallecidos de necesidad,


/ ,


.' cubiertas de uiüos desamparados que habian
perdido á sus padres durante el sitio, eomhatien-
do por la liberlad de su patria, y que llevaban
pintada en su fisonomía pálida y desfigurada la
imagen de la muerte, de que iban á ser presa.
L;, desgraciada situacion presente, la angus-
tia de lo futllro, los tlloribullclos y los muer-
tos c!üe no padian ser enterrados mas 'fue en
los patios de las casas, infestaron el aire, y
.nncnaznban con ulla terrihle epidemia á 105
que habian podido sobrevivil' ¡í tantos y tan re-
petidos átaque5, y al rigur de tantas priva-
cIOnes.


COllvocél,los los geft'!'i militare_~, l¡:¡~ corpora-
ciones de la ciudad., los sllperiores de las reli-
giones, el Obispo, los pro-hombres de lo . , gre-
mios y demas autoridad.es, la Junta de gohierno
les Lizo presente la imposibilidad de continual'
la defensa, ni aun por veinte y cuatro horas, y
por consiguiente la necesidad de una pronla ca-
pitubcion, si querían evitar la destrllccion total.
EntollCi:S se dieron plenos poderes al Teniente
Coronel Don BIas Fournás, quien pasando al
cuartel general oe Allgereall, concluyó una capi-


1'0,10 Il. 32




(250 )
1 .... fl9. l' h uv tu aClOn sumamente onrosa) por la que ~c COtl-


cedieron á la guarnicion los honores de la guer-
ra ) quedando prisionera, y drbiclldo sel' Ca!l-
geada en uno de los puertos de Francia; se ofre-
ció respetar las propiedades y habitantes, y pro-
teger la Religion, fij;índosc cn ella el modo con
que se había de hacer la cntrega de ]a plaz.:1 al
dia siguiente 11 de Diciembre) en que en efecto
tomaron posesion de ella los enemigos, En la
noche del 10 al II como unos 300 soltlndos y al-
gunos oficiales de la guarnicion, temiendo que
no se cumpliese la capitulacion , intentaron eva-
dirse de la plaza; mas descubiertos por los si.
tiadores, que ya estahan alerta de antemano
contra esta tentativa que recelaban, se VlCron
precisados á retirarse, ellLregámlose como los
demas.


Esta biz~l'ra guarnicíoll., l'ctlllcida <Í linos
4.000 hombres, pasó á Francia sin q!l;~ tllV ¡ese
el consuelo de ser cangeada, con <lrreglo á la ca-
pitulacion, para poder continuar derramantlo su
sangre por el C:1nlivo Monarca, y fall(~ci~ndo
t1i~ resll1t<lS de los trabajos y pellalidacL>s 1>11-
frirlns en la plaza, en los hospitales '} ¡{l'¡j(j~i­
los (le Francia un gran uúmero de SLlS i.ndi\i-
ell1os.


ESl I'I'~no file el dolor tle estos \'nliellles al ~c­
p;¡rarse (le los ilustres habitantes de Geroua, CUll
quienes tantas \'{~ccs habían compartido el SlJ:i-
tenlo, los trabajos y los peligros de todo gl'nero,
y llevando el desconsuelo de dejar en podpr dI:
los enemigos á su inmortal Ge)hCI'I1::ulor y Cl'lle-




(251 )
l'al Ilon :\Lnianú -"lvarez, héroe de caracter io. 1809.
llc_ .. illle J {l quien en los mayores apuros y COIl-
nielos no conmovieron nunca las amenazas de
los clIPrni30s, el horroroso bombardeo, la rui-
lIa de la ciudad y la epidemia que reinó en
tila, pues na sllperior á todo la grandeza de su
,11 lIla.
A~, i S llCU111 hió Gerona df~S pues de haber a go-
t~ido todos los ]'f:Cllrsos, de haberse sostenido mas
tiempo que la guelTa de Auslria .Y su armisticio,
y de llaber hecho la defensa militar mas glo-
riosa de los tiempos modernos; justificando
arpa·l dic.ho de Carnot, de que en la defensa de
',le; plazas el valor y la industria no bastan el
11110 sill la 01 ra; pero que reunidos lo pueden
ludo.


Cuatro dias despucs de In capitnlacion se pel'.
mitiú s;¡]ir de Gerona para el cuartel general del
cj( rcito e~pañol de operaCiOlll'S al Capilan del
ns;n¡;,>1110 de Borbon Don Carlos Mesia con los
(·q,ulos dd númcro de la tropa y oficialidad que
comp(.nia la guarnicion de la plaza, y con la
copia de la capitulacion. Halló al eji~rcito en las
inmediacjones de Vich, cn el pueblo de San Ju-
lian (le las Ollas, y entregó los papeles al Mar-
q¡I(~S ele Portazgo, (Iue habia reemplazado en el
TlI:¡~)(lo ft D1acke, ([ue se habia retirado de Catalu.
lla ; y c\-acua(la su comision, en cumplimiento
(l<. la prdahl'a dc hOllor que habia dado, regresó
cllal 01 ro H{~g111o ,i Gerona pnra seguir la sner-
\(. de los delllas compaüeros de armas prisio-
11('1'0.' •




(252)
1309. El illmortál Alvarez de Castro, á quien la


enfermedad hizo no tener la menor parte en la
inevitable pél'diila de la plaza, recibió una guar-
dia de honor con el objeto de asegurar Sil ¡Jl'r-
sona, llegallllo <JI estl'cmo de ponerle un c!mli-
nela de vista.


POI' un artículo de la capitulacioll tod'JS lü~
eclesiásticosdebian ser comprenditlos en la st\l~r­
te de los demas habitantes; pcro como 10') con-
ventos habían servido de cuarteles para la tropa
durante el sitio, y Jos franceses al tiempo ut',
ocuparlos habían hallado en ellos algunas armas
y municiones, se aprovecharon de esta circuns-
tancia para acriminarlos, Supo!lü~ndo qlle tenian
ocultas aquellas con el designiu (le armarse de
nuevo en el caso J(~ acercarse ,i la plaza el Cjf~l'­
cito espailOl. Con este pretesto lodos los reli¡;io-
sos fueron encerrados en la iglc:;ia de Sau «'nn-
cisco de Asís con utla lltlBlCl'QSa guardia tle ar-
tillería á la plwl'la; y el 21 ue Diciembre) {¡ cosa
de la media noche, fueron sacados de la ciuuad
COIl ulla numerosn (~scolta de infantería y c.'1ha-
Hería pnra ser cond1lcidos á Perpiüan, (odus ,í
pi'! á esccpciotl de algullos :\l1Ci¡¡U~iS y enf::!'lIlOS,
á (1ui'.:11es se trallsportó CI1 Cdrros dcscubi';rl\)s.
En la misma noche del 21 de Diciembre hici.'-
ron snlir los cuemigils para el mismo destino al
General Alvarez, <Í pcsa¡' ila h;:dlars(~ allll lJll:;-
trado en cama, metiéndole eH uu Hlal coche C\)II
su Secretario, un criarlo y un Ofleial fral1ces qllc
respondi.a ch, é1. "\si (lue llegaron ,t Pcrpiil:ln ';c
les rellnió con los uemas prisioucro~ eH la ,'iil-




(253 )
Jadda, sin comunicacion, hasta que en 9 dl~ Euc- !tiO~1.
ro de 1810 partieron con destino á la ciuuad de
Emhrun, en el DeHinado, escitando. por los
pueblos del tninsito, en que murieron muchos
de enfermedades y de escesivo frio, la mayor
co.mpasion y lástima.


El General Alvarez á su llcgada á Narhouó'l
fue encerrado. en la carcel militar , y en la no-
che del 10 al 11, cuando creia ser internado en
Francia y puesto, aunque indignamente, en ulla
fortaleza, como el hcróico defensor de Zaragoza,
se halló sorprendido en estremo al intimarle el
dia U la orden para volver á Figucras solo; pues
su secretario y los religio.sos debian seguir ade-
lante á Embl'lJl1. No dudó ya de la trágica suerte
que le amenazaba; pero s II constancia igualaba
á su fortaleza y valor, y sin la menor muestra de
dolor rcgn;só á Figucras, en donde encerrado en
en un oscuro calabozo se le halló muerto el 22
de Enero. Es sensible no haber podido saberse
la causa cierta de la muerte de este inmortal
héroe; pero casi no queda duda de que fue en-
vencuado de orden del feroz Bonaparte. En la
misma maüaua dd 22 fue sepultado su cadáver
con la corta pompa que pcrmitian las circulls-
tancias.


La gloriosa defensa de Gerona, cscitando la
admil'acioll .Y t:l asombro de toda la Enropa, hi-
ZO que la patria reconocida por medio de la Junt.a
central rna nifestase su a gradecimiento á ilUS heróicos
defensores, quc yacian diseminados en los depósitos
y pri:-;ione:i lle Franciaj y po.r un real decreto de 3




(254 )
1809. de Enero de l8lO declaró Lelleml~rit.os de la p~i­


Iria en gl'aJo heróico y eminente á los hahitan-
les y guarnicion de Gerona, digna ele todo ho-
1101' y alaLallza la memoria del intrépido DOll
Mariano Alvarez, concediendo á la faluilia lle
este los honores debidos á su invicta cOllslancia
:f ardiente patriotismo: ascendió con un grado á
todos los oficiales que se habían hallado cn el si-
tio, y se concedió á los soldados la grarluaeion
de sal'gentos : fueron declarados nobles personaL
mente todos los defensores de Gerona, sus \'('ei-
nos y sucesores, y se acordaron pensiones y so-
corros porporcionauos á las circunstancias para
las viudas y huérfanos llc los que hubiesen prre-
cido en la defensa de:! la plaza: se declaró exenta
la ciudad del pago de contribuciones pOI' diez
años contados desde el dia en que se hiciese la
paz, y se Lletermin0 que los e!lificios públi-
cos destrlli(los por el bombardeo se reedificasen
Con toda magnificencia :1 costa del estado, eri-
giéndose en su plaza mayor un monumento para
eterna memoria del valol' de sus habitantes y de
su gloriosa <l,'fensa : se mandil que en las e Ipi-
tales del Heino se pusiese des,le luego una ins-
cripcion qlle contuviese las circlll1slancias mas
hcróieas ¡le este inmortal sitio, aCU113nJose una
medalla en su honor, como testimonio de gratitud
nacional por t.an emincnte servicio. Aun se
creyó corto premio ,í tanto m(~rito esta solemne
declaracion, y asi la JlInla central resolvió al
mismo ticmpo , que luego cfue se reuniese la I'e-
pl'csentacion del pueblo espai"lol en las C("rles




('255 )
flue estaban ya m<lndadas convocar.J se presenta- 1¡'¡O~i.
sp una esposicion fiel (lel principio y progresos
d(~ este memorable sitio, para que el Congreso
con la solemnidad debida acordase ]a digna y
esll'aordinaria recompensa de aquella insignc
ciudad, la cual fuesc como la .corona cívica (lile
.~c ponia sohre las sienes de Gerona.


En 14 de Setiembre de 1810 la Rl'gellCi<l de
Espaj¡a para premiar el patriotismo y constaucia
de sus ilustres defellsores , concedió á todos los
que se hallaron en tan memorable sitio, el uso
de una cruz, en cuyo centro se leia : sitio de Ge-
/'Olla de 18m); y la patria al 'valor J- el la COl/S-
tandll.


Xo fue lUenos honrada en particular la me-
moria del ilustre caudilIo de los valientes de Ge-
rona. A.l restituirse el Monarca español al trono
de sus mayores despues de su largo cautiverio,
hizo exhumar los huesos del General Alvarez en
:') de Julio de 1814, Y deposita dos solemnemen-
te en la capilla del castillo de San Fernando de
Figllcras. Trasladáronse mas adelante COn toda
wlemniJad ;Í Barcelona, en donde se celebraron
en Sil hOllo!' unas magníficas exequias, y despues
fnCl'Oll C011l111cidos los restos mortales de este
ltc'!roc á la ca pilla de San ~ aI'ciso de Gerona, en
donde se colocó en 30 de Octubre una lápida
con la siguiente inscripcion :


,QUAUDUS lIle JACET ALVAREZ
::-IUNC I,UML'iE PP,lVUS,


HIC .~n fORTIS CU)l TULlT ARMA fUIT:




(256 )
1-:1i),l. Hlf: \lR, HIt E:-;T HEROS NULLU:1f .'\IORITU1HiS IN _~y{}y¡,


CUI SCELERATA FIDES CEltTA VENENA DEDIT:


:l:'I'ERNUM VIVET NOnIS, FASTISQUE GEfl(iNllA'::
eUM JUSSU REGIS TOLLlTUR AR_\ PL\:


HOC !'i"UNQUACII POTERIT TEMPUS RETICERE SEl'llLCllO,
t-AMA MF:MOR A':VIS NON PERITURA eANET.


!\f.o.eeC.XVI.


Aqui desclinsan las cenizas de Al~'arez J terror
de los enemigos cUflndo empltll f ) la espada: este
file el hombre grande J el héroe que debía ser inl/lor-
tal .. ,Y qu,e murió de un veneno, que le preparó la
perfidia del ellemigo : su memoriu pasará á lus si-
glos venideros; Gerona la celebrará en sas fastos;
)" para perpetuarla mandó el Re)' erigir este sepul-
cro , que respetani el tiempo voraz;)' la ¡lIllla re-
cordará ti los siglos los hechos de tan benemérito
General. Aiio de 1.816.


El Capitan general Don Francisco Javier
Castalios, General en gcfc del ejército de la de-
rcella, hizo limpiar el calabozo donrle murió A1-
var('z, .v cerrarle con una verja de hi(~ITO, colo-
cando alli la siguiente insc¡'ipcion : ftlltriu asesi-
nado en esta estancia el dia 22 de Ellero ele l8l0 ..
1,íctima de la iniquidad del tirano de la Ji'randa, el
Gobernador de Gerona Don jJfariano A lvarcz de
Castro ~ Cll}'OS heruicos hedws ,t'ivirtÍn eternamen-
te en la memoria de todos los buenos. j)lando co-
Zocar esta lápida el Excmo. Sellor DOIl .Prancisco
Javier Casta/íos .. Capitan general del ejército de la
derecha ~ año de .1815.




(257 )
La p{~rdjda tle Gerona no ucsnnimó á los ca- lb09.


talanes, y el bloqueo de Barcelona fue reforzado,
y las guerrillas destinadas á interceptar las co-
municaciones del enemigo se multiplicaron, y
redoblaron su actividad.


Los ingleses por el mar ayudaban por cuan-
tos medios estaban á su alcance los esfuerzos de
los españoles. Lord Collingwood dispersó UI1
convoy ({ue había salido de Tolon con destino á
Barcelona; y el 25 de Octub~'e la escolta de este,
compuesta de tres navíos de línea y dos fragatas,
hahia siJo forzada á arrojarse en la costa, escepto
una fragata (lue ganó el puerto de Marsella. El
convoy, que se habia acogido ;i las playas de Ro-
sas y fue destrnitlo y tomado en parte en la no-
che del 31 por uu destacameuto de la escumlra
illslesa.


De este moclo, tan desgraciado para los cspa-
j¡oles, terminó la segunda campaüa; cuawlo de
la cvacllacion de Galicia J de la victoria de Tala-
vera y de los triunfo~ del ejército de la Romana
contra las tropas de Ney, debía esperarse uu re-
,sultado el mas Cavorahle á la causa de la patria.
1\1 u;; J paralizado el celo espaüol y los generosos
esfllcrzos de su poderosa aliada, una inaccion
terrible hizo inútil tanta sangre preciosa, vertida
con eterna gloria por la independencia de la pe-
nínsula. Lord Wellington se hallaba en Badajoz
en la época de la sangrienta batalla de Ocaña
con un ejército de cerca de 25.000 illglt'ses, que
anhelaba por comQutir; Beresford y Albllrqul'l'-
que bastaban para contener á los enemigos, tIlle


T(}MQ .r. 33




('258 )
1809. quedaban sobl'e Ja orilla derecha del Tajo; y si


por una marcha rápida, que su posicion le pro-
porcionaba ocultar el tiempo suficiente para lo-
grar su objeto, Welington subiendo por el Gua-
diana) se hubiera reunido con V cnegas en Con-
suegra, y hubiera atacado á José con los 80.000
guerreros que componian ambos ejércitos, es
incontestable que hubiera obtenido una comple-
ta victol'ia, y sus operaciones hubieran entonces
reparado las graves faltas cometidas en esta
campaña. A una maniobra semej:mte debieron
los romanos la victoria conseguida por los Cón-
s llles Li vio Sa linator y Cla udio N eron sobre As-
(Irubal, que conducia un ejército numeroso pa-
ra reforzar el de su hermano Annibal por el aüo
547 de la fundacion de noma. Claudio salió
de su campo, que ocupaba una posicion en-
frente del de Aunibal, tomó 10.000 hom-
bres escogidos y se reunió COIl Livio, sin que
bastase á detenede la falta absoluta de trans-
portes; pues segun refiere Tilo Li vio, Claudia-
nus exercitus nihil firme prreter arma secum i"
expeditionem tu/erat. El ejército de Claudio no LLe-
vaba casi mas bagages que sus a1'mas. Asdrubal pe~
reció con todo su ejército compuesto de 60.000
combatientcs,que fueron vencidos por solo 30.000
romanos. La histol'Ía moderna nos ofrece gran-
des ejemplos de esta actividad que acrecien-
ta las fuerzas de los ej ércitos, pudiéndose citar
infinitos rasgos de las primeras campañas de Eo-
naparte en la Italia, que nos harán convenir en
que ni el objeto generoso de la Inglaterra) ni las




('2~9 )
miras patl'lotlC3s de los espailOles, se tuvieron 1809.
en cuenta en esta infructuosa campaila. Desde el
mes de Agosto hasta el de Diciembre permane-
ció el cuartel general inglés en Badajoz, y los
ejércitos españoles de Venegas y de Areizaga
habían sido derrotados en épocas en que ni un
solo fraucés habia delante de los ingleses y por-
tugueses.


Por "aquel tiempo hizo Lord Welington un
viage á Cadiz para visitar á su hermano el Mar-
qués de Wellesley que vol via á Inglaterra; y re-
gresó á su ejército en 12 de Noviembre, eva-
cnnndo dcItodo la España para trasladarse á AI-
meitla con todas sus tropas, no quedando para
L o de Enel'o de 1810 ningun soldado inglés en
tClTitorio espaiiol.


El Marqués de Wellesley, como representan_
te de la Gran Bretaiia, aprobó las diposicio-
nes de su hermano, y concurrió con este á to-
mar la desastrosa medida de internar el ejército
i/lgl~s en Portugal por Almeida, donde su presen-
cia era iuutil; pues esta parte de la fror.tera se
hallaba defellLlida por dos plazas fuertes, por la
dilfisioIl del General BeresEord, y por el ejérci-
to dd Mal'f{ués dc la llomana á las órdencs dcl
Duque del Pal'que.


Mientl'as {IllC las principale~ fuerzas fnlnce-
sas estaban ocupadas en Portugal y en la Man-
cha, el sistema de guerrillas adquiria mayor
incremento en el interior de Espaiw. Convencido
el Gobierno central de quc no era tan facil al
!~jórcito espailol adoptal' las maniohras francesas




(260 )
1809. para los movimientos en masa y cargas á la hayo~


neta, y sobre todo el famoso sistema concéntri-
co tan victoriosamente seguido por el Empera-
dor Napoleon, adoptó el método de batir á los
franceses molesta n do los flancos de sus e j (~¡'ci tos; i n-
terceptando los vÍ veres y comunicaciones. De este
modo, si bien por de pronto no sepudiese uetel1c r del
todo el Ímpetu y progresos de las masas enemigas,
al menos se inutilizarianslls victorias, 'Iue vendri;lll
á costarles al cabo mas caras qlle á los vencidos.
A este efecto se autorizó á todos los espaüoles
para la fOl'macion de cuerpos francos, que hajo
la denominacion de partidas, dehian obrar con
independencia de los e i ércitos; y se publicó en
28 de Diciembre del aüo de 1808 un reglamento pa-
ra su formacion, comp¡'ensivo de 34 at·tículos,
eH donde se fijó el nÍlmero de individuos de que
deberian componerse, la subordinacion con que
deberian estar sujetos á los principales gcfes de
provincia, que debian dejarlos obrar con liber-
tao., proporcionándoles cuantos auxilios necesi-
tasen, y se detallaron los principales objetos de
su formacion. Destinnronse comisarios á toda~
las pl'ovincias del Reino, sin esceptuar las oCllpa-
das por el enemigo) á fin de fom(~ntar la organi-
zacion de esta clase de milicia) la que se verifi-
có con una rapidez estraordinaria, alistándose en
estas partidas, sin mas móvil que el de su patrio-
tismo, una porcion de hombres ohscuros J que á
fuerza de hechos gloriosos supieron elevarse á los
primero~ grados de la milicia, siendo aun en el
dia 11110 de sus mas helIos ornamentos. Enardecí·




(261 )
dos estos }lOmbres con los diarios triunfos (Iue con- i809.
sebuian sobre el enemigo, llegaron á tener una in-
fluencia ilimitada sobre sus compañe\'Os de ar-
mas. Entregatlos á sus solas inclinaciones, tlueños
de la eleccion del campo de batalla, del g(~nero de
ataque y de resistencia, sin una Líctica fija, mo-
lestaban contÍnuamcllte, y no dejaban descansar
al enemigo. Como no llevaban uniforme ni dis-
tiu tí vo a Igu no J los fl'anceses, confuntliendo á tan
decididos defensores de su pall'in con los faci-
nerosos y ladrones, y denomimíndolos como á ta-
les brigrlluls, castigaron en un principio con un pati-
bulo á cuantos cogian con las armas en la mano,
hasta que uno ele los principales gefes, como llle-
go diremos, de estas partidas, Don Juan Martin,
conociLlo por el Empecinado, y despues el Go-
bierno español, contuvieron este desorden, pu-
blicando que tres franceses por via de represalia
perderian la vida por cada guerrillero que fuese
condcnado á muerte.


En el mes de Marzo se dejó ver en la Higue-
ra ele las Dueñas, lu gar de la provincia de Tole-
do) confinante con la de Estremadura, el Presbíte-
ro Don Miguel de Quero, que con un puüado de
paisanos esforzados que se le reunieron, acome-
ti6 denodadamente á 46 franceses que se diri-
gian sobre Escalona, mató á 13 , é hizo 32 prisio-
neros, que presentó á la Junta provincial de Ba-
dajoz. Reunida esta partida por disposicion del
Gobierno á Don .TOSl~ JoaC{Uill Aycsleran, y á Don
Francisco Longedo, alarmaron los pueblos de
Estremadura, reuniendo hasta 600 infantes y 100




(262)
1::l09. caballos, titulándose Voluntarios de la Crl1zada


del 'fietar los primeros, y los segundos LancerolJ
del mismo nombre, y Lajo este pie principiaron
á hacer sus correrías. En 29 de Junio batió esta
partida en Menga de Castilla á una division del
General HllgO, y enardecida con la victoria,
atacó el puente del TieLar, arrolló un cuerpo de
caballel'Ía francesa, y se apoderó de dos fuertes
convoyes. El General Cuesta agregó á su ejército
esta esfol'zaJa partida, y dándola un luga¡' prefe-
rente en su vanguardia, se distingllió en la batalla
de Talavera.


En la provincia de la Mancha, Don Isidoro
Mit·, Escrihano, con solo ocho hombres decidi-
dos entró en el mes de Marzo en la villa de
Consuegra, sorprendió 18 dl'agones franceses, é
hi zo re troce del' á 60 soldados de in fa 11 te l'Ía, que
conducian dos millones de reales para el Gene_
ral SeLastiani, cuyo rico convoy salvarolllluyen-
do precipitadamente hácia Ol'gaz.


En la villa de las Peüas de San Pedro se for-
mó, á las órdenes del Capitan retirado de mi-
licias Don Pedro Antonio l,amola, un cuerpo
franco en 1809, el que desplles de equipado
completamente á costa del vecindario, mar-
chó á reunirse al ejprcito del centro, com-
haliú con honor en Tudela, y pereció todo
"loriosamente en el segundo illmortal sitio de tl
Zaragoza.


En la villa de Mora formó Don Ventura Jime-
nez, con el ohjeto de hostilizar al enemigo, una
partida, (lue denominó de observacion de la íz-




(263 )
quierda del Tajo, la que se halló en la accion de 1809.
Mora, y de Y ébenes.


En Agudo se formó una partida compues-
ta de 6 dependientes del resguardo, denomi-
nada húsares de Ciudad- Real, á las órdenes del
Cabo primero del mismo Don Alejandro Fer-
nandez.


En Almodóvar Don Francisco Laso llegó á
levantar una partida de 80 caballos.


Don Francisco Sanchez levantó en Camuñas
la partida denominada de Francisquete, com-
puesta de 30 caballos, la que situada en el cami-
no real desde Madridejos á Despcñaperros, cogió
27 COrreos franceses, matando y haciendo lwisio-
neros á cuanlos los escoltaban.


En Castilla la vieja el Presbítero Don Gcró-
nimo Merino, Cura párroco de Villobiado, en el
Arzobispado de Burgos, inflamado de amor pa-
trio, apareció á la cabeza de una partida, com-
lmesta la mayor parte de feligreses suyos, y des-
pues de interceptar correos de suma importancia,
se apoderó en el camino real de BurgQs á Lerma
de dos carros de pólvora) escoltados por 40 france-
ses, que pasó á cuchillo, apoderándose en seguida
de la villa de Lerma. El mismo con solos 40 hom-
bres reconquistó en principios de Julio una car-
retería de trigo, que habian robado los enemigos
en el Quintanar de la Sierra; y á principios de
Agosto se apoderó junto á Quintana de la Puen-
te de 128 carros de pertrechos de gue1'l'a, J>3san-
do por las armas á 60 soldados enemigos Con su
Comandante, que los conducian. Este infatigable




('2G4 )
180Y. partidario batió á los franceses en otras distintas


ocasiones, interceptando correos sumamente in-
teresantes.


Fray José AI'mengol recorrió con una corta
pero intrépida partida, el territorio de Alba de
Tormes.


Don Juan Diaz Porli~r, llamado el Marquesi-
to, sobrino del Marqués de la Homana, levantó
en la villa de Currion , y en la de San Ccbrian de
Campos, en 15 de Enero de 1809, UIla parlida de
60 hombres, operando en el partido de Carrion,
SaldaÍla, Aguilar, Sahagun, y las montañns de
Guardo y Cel'vera, sorprendiendo en Paredes de
Nava á 26 franceses que conducian prisione-
ros á 40 ingleses, á los que dirron lihertad,
y llegando despues de varias y distinguidas ac-
ciones á acrecental'se de tnl modo, que en el
mes de Agosto cOllstaba ya de cerca de 3,000
hombres.


En Marzo de 1809 se formó en el lllgar de
Encinilla i á las ól,denes de Don Francisco 1.0-
pez y Don Juan GarcÍa, una partida denomi-
nada de húsares francos de Avila, compuesta
de 3,1 hombres, la que causó en diversas par-
ciales acciones una pérdida considerable al cnc-
Imgo.


En tierra de Salamanca Don GerÓllimo Saor-
nil salió al campo con 80 caballos, y se dirigió
desde Ledesma á Fuente del Sallcó, donde hizo
prisionero un destacamento frallcés, que condujo
á Ciudad-Rodrigo.


Don J ulian Sanchez se hallaba en las inme-




('265 )
diaciones de esta ciudad, batiéndose continua- 1809.
mente con gruesos destacamentos enemigos, J
causándoles los mayores estragos con su intrepi-
dez, arrojo y denuedo, tanto que el General
francés Marchand, poniendo precio á su cabeza,
dió las mas enérgicas disposiciones para el ester-
minio de esla partida.


En las márgenes del Duero se dejó ver el P.
Fr. Julian de Derica, capuchino, que con 70 cas-
tellanos hizo prisionero al General Franceschi,
y á un Edecan de Kellerman, á quien condujo á
Fuenteguinaldo con caballerías, equipages y mu-
ellas alhaias.


En el reino de Valencia se organizaron en
1809 en todos los pueblos partidas honradas de
guerrilla.J compuestas de paisanos de sus respec-
tivos pueblos, de conocida honradez, bajo un re-
glamento, para defender el Heino siempre que
fuese invadido por los enemigos, cuidar de la
tranquilidad, y perseguir los malhechores en su
territorio; los que se mantenían y se armaban á
su costa, escepto los jornaleros, á quienes se da-
ban 5 ¡'eales diarios por los pueblos desde el dia
de su salida hasta el de su regreso.


El Empecinado fue uno de los que mas se dis-
tinguieron en esta guerra: simple jornalero, sin
mas conocimientos que los limitados de su clase,
reunía la mayor dureza, acti vidad, vi gilancia y es-
fuerzo, é infatigable, tenia en contínuo movimien-
to al ejército francés del centro) sin dejarle sose-
gar ni de noche ni de dia. Puesto despues por h
Junta provincial de Guadalajara á la cabeza de


TOMO 11. 34




(266 )
1809, las tropas que se reunieron en aquella provincia


de las diferentes partidas que se fueron levantan-
do, y que separadas y sin ól'Clen Illas contrihuian
á la destruccion del pais, que á su defensa, hos-
tilizó á los enemigos incesantemente. En 20 de
Setiembre se dirigió contra una partida f¡'ancesa
de 120 infantes y 18 caballos, que se ocupaba en
recoger ganado junto al monasterio de Sopetran,
y batiéndola completamente la llizo encerrarse
en Guadalajara. El sobresalto de los franceses. en
esta ciudad fue tal, que acampándose aquella no-
che fuera de las murallas, enviaron á pedir con
la mayol' urgencia socorro á Madrid, persua-
didos de que los 125 caballos que mandaba Don
Juan Martin, era un numeroso ejército que venia
sobre ellos. Mil infantes y 200 cahallos con 2
caftones salieron precipitadamente de la capital
para auxiliar á los de Guadalajal'a; pero retroce-
dieron al saber que toda aquella formidable alar-
ma la habian. causado unos cuantos partidarios
espafloles. Al siguiente dia 2 t, 300 caballos fran-
ceses marcharon en busca del Empecinado, el
que encontrándose con ellos en Fontanar y 1\1ar-
chamalo, despucs de un reñido combate) los hi-
Zo hui¡' vergonzosamente, apoderándose de mu-
chos despojos de los vencidos.


El Empecinado, despues de haher sido sor-
prendido el 29 de Setiembre con alguna pérdida,
se retiró á reforzar su partida al pueLlo de la
Junquera, habiendo sostenido por espacio de
ocho dias vivos y con.tÍnuos ataques y reenCuen-
tros. Las proezas y valentía de este intrúpido par-




(267)
tidario hicieron que una multitud de jóvenes 1809.
que deseaban inscribirse en las banderas de la
patria, corriesen á alistarse á .sus filas, y entre
ellos es digno de citarse el ejemplo de Don Ca-
simiro de Gregory Dávila, que con 120 infan-
tes y 32 caballos, equipados y vestidos á su costa,
se reu nió á esta di vision, infundiendo en ella
tan estraordinario aliento y valor, que en 14 de
Octubre atacó y batió completamente á los ene-
migas, f{ue ocupaban la villa de Alvarez. La
Junta de Guadalajara, residente por entonces en
Sigüenza, dió las órdenes convenientes para la
manutencion y equipo de esta esforzada y nume-
rosa partida.


En la villa de Villaluenga de ]a Sagra, ape-
nas llegó la noticia del 2 de Mayo de 1808, cuan-
do se reunieron varios vecinos para interceptar
lacomunicacion de la Corte con Toledo) siguie-
ron algunos hostilizando á los franceses en el ca-
mino real de ambas Capitales, y en la ribera iz-
quierda del Taio, teniendo á su frente á Don
Juan Palarea, Médico titular f{ue era á la sazon
de dicha vilh, pero sin formar todaviacuel'po
organizado, subsistiendo en sus casas, y salien-
do únicamente cuando encontraban ocasion opor-
tUlla, procurando ocultar SlIS operaciones, que
no cbstante llamaron la atencion del Mariscal
Victor, por los muchos oficiales y tropa que se
echarn!1 menos., prillcipalmpnte en mediados de
Dicil'mbrc del mismo ailO. Asi continuaron hasta
pILo de Julio de 1809, que habiendo renuncia-
do solemnemente su partido el citado Don Juan




(268 )
1809. Palarea, salió al frente de seis hombres, que á


los dias siguientes se aumentaron hasta el nú-
mero de once, montados y mantenidos á su costa,
armados en la mayor parte con las armas de los
franceses muertos, abandonando voluntariamen-
te su casa, acomodo y bienes, despreciando to-
dos los peligros, y el mayor de todos el de mo·
l'ir en un patíbulo si caía vivo en poder de los
enemigos, y titulándose Comandante de la partí.
da de corsarios terrestres de su nombre, á canse.
cuencia de la real órden de la suprema Junta
central del 6 de Abril anterior, dando muchas é
importantes acciones.


Este valiente patriota reunia al esfuerzo de
los demas partidarios, un carácter mas humano
y político; y el buen trato que dió á los france-
ses que cayeron en su poder, fue causa de que
el General Gobernadol' de Madrid BelIiard eIo·
giase su conducta generosa con los vencidos.


En el Reino de Aragon se presentaron con
partidas Don Miguel Sarasa, el Beneficiado de
Laguares, y Don Francisco Vinós, en el Conda-
do de Ribagorza.


Habiéndose presentado á guarnecer el punto
del Almaden Don Tomás de Zeraill, Mariscal de
campo de los reales ej ércitos, con la quinta dí-
vision del ejército del centro, trajo órden de la
Junta superior de Córdoba para formar un cuer-
po de caballería, siendo su Comandante Don
Juan Ve lasco y Negrillo; y en efecto se formó
con 160 hombres, para los que este vecindario
suministró 50 caballos todos de marca, ensilla-




(269)
dos y dispuestos para montar, viniendo el resto, 1809.
vestuario y armas de Córdoba. Fueron sostenidos
por la referida villa de Almaden y pueblos de sus
inmediaciones hasta fines de Junio del mismo
año) que avanzó la division á la Mancha, se agre-
gó al ejército y no se volvió a tener noticia del
referido escuadro n , el cual se formó de paisanos
y soldados dispersos.


En la Rioja se formó una partida de curas y
frailes, bajo la der.lOrninacion de Cruzada de
Rioi a.


Cuevillas, niltural de Cervera del rio Alhama,
ejercitado antes en la peligrosa ,car,rera del con-
trabando..> el Monge Lemardo de Herrera, el Cura
Tapia y otros varios decididos patriotas recorrian
la Castilla, Rioia y montailas de Santander.


'En la provincia de Alava apareció la partida
de Longa , el cual abandonando los instrumentos
propios del oficio de herrero que ejercia, empu-
ñó la espada, y batiendo á los franceses en dife-
rentes ocasiones, descubrió un talento militar
uada comun, llegando á mandar una division de
6 á 8.000 110mbres con la habilidad de un táctico
consumado.


En Asturias se apareció igualmente la partida
de Bárcenas; en Castilla la nueva, la del Pas-
tor; en Vizcaya, la de Mendizabal; en Cata-
luña, las de Rovira y Clarós, y en otros puntos
otras muchas, que compuestas al principio de
un puñado de hombres, llicieron prodigios de
valor, aprovechando los recursos que les ofrccia
y prestaba la buena disposicion de los habitan-




(270 )
180~1. tes) y la misma configuracion del territorio es-


pañol, cortado por multitud de ríos, arroyos y,
montañas.


Estas partidas ~ informadas con tiempo de, Lo-
dos los movimientos ,de los enemigos y de su nú-
mero, se separaban Ó reunian con la mayor faci-
lidad; y seguras de la fe inviolable de suscom-
patriotas, y protegidas de estos, burlaban la es-
quisita vigilancia de los franceses, y permane-
cían ocultas dias enteros aun en las mismas puer-
tas de las cíud::Hles ocupadas por estos, acechan ....
do Con ansia el momento de atacarlos y sorpren-
derlos cbn fuerz.a.s superiores, sin darles el tiem-
po nécesario pára ponerse en defensa contra su
primer Ímpetu. Nada eslaba al abrigo de la acti-
vidad, audacia y esfuerzos de los gefes de partida,
y ya obrasen aisladamente -' ó en pequeños cuer-
pos, incluietaban tan sin cesar á los ejércitos
franceses, que estos se veian forzados á redoblar
el servicio, y á estar perpétuamente, sobre la de-
fensiva. Semejanle género de guerra, aun cuando
inmediatamente no pudiese traer. decisivos re-
sultados, seguido con constancia, y sobre todo
con valor, llegó á debilitar considerahlemente al
ejército enernigo. Atacados y destruidos sus des-
tacamentos pequeños y cortas gu~rniciones, in-
tel'ceptallos sus convoyes, COlTeos" equipages y
viveres, llegaron á verse ]os franceses en el cs-
tremo de no atreverse á viajar aun por los mismos
caminos reales, sino en cara vanas, y escoltados
por algunos miles de soldados.


Eslas guerrillas hicieron un gran número de




('271 )
prisioneros, y entre eslos se cuentan el General 1R09.
Franccschi, cogido, como hen10s indicado, por el
Capuchino; el Coronel Antoine, sobrino de José,
y Ayudante de campo de Berlhier; el Coronel
Banks, que llevaba á Madrid la noticia de la paz
de Francia con Austria; el Coronel portugués al
servicio de Francia Conde de Sabugal; el correo
que conducía á Soult el despacho de Mayor gene-
ral, y el que el Ministro de José, Azanza, espi-
dió de Paris, comunicando oficialmente que Na-
poleon trataba de reunir á su imperio la España,
y otros varios correos con. correspondencias su-
mamente importantes, y cuyo contenido sirvió al
Gobierno español para tomar enérgicas providen-
cias para la defensa de la patria.




('272)


CAPITULO XV.


Mala inteligencia entre los gefes ingleses y españoles.-
El ejércitn francés invade la Andalucía.-Paso de Sier-
ramorena. - Accion de Alcalá la Real. _ Toma de Gra-
nada. - Defensa y ocupacion de Málaga. - José Napo-
leon en Córdoba. - Entra en Scvilla. - Proclama al
ejército francés. - La Junta central desde Sevilla se
traslada á Cadiz. - S us disposiciones. - Odio violento
del puehlo á la Junta central. - March.a el Duque de AI-
burquerque á Cadiz con su ejército. - Formacion de una
Junta parasu defensa. -Salva á esta plaza. - Se aumen-
ta el odio contra la Central. - COl1vocacion de las Cor-
tes. - Creacion de una Regcncia. - Cesa en el gobierno
la J uuta ccntral. - Contestacinncs del Duquc de Albur-
querrlue con la Junta de Cadiz. - Sonlt intima á Albur-
querquc la rcndicion. -Mensage dcl rcy José á la Jun-
ta de Cadiz. - LacólIica y enérgica contcstacion. - El
Duque de Alburqnerque separado del mando del ejérci-
to. - Su muerte en Inglaterra. - Premio de sus ser-
vicios.


1810. El fin de la campaña de 1809 no había sido
nada favorable á los españoles, y la maja inteli-
gencia que reinaba entre el Lord Wellington y los
generales españoles, causaba la mayor alegría á
N apoleon Bonaparte, que conocia todo el fruto
que po(lia sacar de tan funesta clesllnion. El Du.
que del Infantado, Castaüos) Cuesta, Venegas y
otros varios generales españoles manifestaban
abiertamente la indignacion que les inspiraba el
proceder de los aliados. Lord Wellington por su




(273)
parte alrihuía la pérdida del frulo de la batalla 1810.
de Talavera.J y el na haber conseguida la ocupa-
cion de Madrid, á la incapacidau de las tropas
del General Cuesta, á la [alta de medios de trans-
porte, y á la escasez de ví ve1'I:'$. Ya hemos dicho
que el General inglés abandonó uel todo el ter-
ritorio espailOl, y qnc para ¡wincipios de Enero
de 1810 habia hecho internar todas las tropas de
su mando C'H Portugal J dejando aislados de este
modo los ejércitos espaüoles J y Ji!l1it.~{ndose á
cuLrir alplella parte de la Península que los in-
gleses han mil'ado siempre como una di' SIlS mas
I)reciosas posesiones. El Porlngal eslaba á la SlI-
zon enteramente som(~tido á las disposiciones del
Lonl "\Vdlin;;lon, y la Regencia establecitla en
Lisboa no era sino la sombra de Ilnu alltoridad
Hue se doblaba Lcilmente á las insilllJaciones de


J


los generales ingleses) pudi(~ndo considerarse
,rellington en Portugal corno cn una de nqncllas
\Jstas provincias de la India, en que la voluntad
de los rajas y navadcs se halla sometida á las de-
cisiones ue un simple 9apitan ingl/:s.


El cadeter espaÍlol, inuel)cndicnte y altivo,
habia rehusado, aun en medio (le las mas peli-
srosas crisis, la proposicioll gue se había hecho
repetidas veces por los ingleses, y que se reno-
vó en principios de este ailO, para que sr les per-
mitiese guarnecer el importante punto de Cadiz,
situado en la estremidnrl meridional de la PenÍIl •
.liuIa en una posicion ínespllguable. Neg,)se cons-
tantemente el Gobierno esp¡¡fw} ;Í las reiteradas
instancias del Gabinde in g l{·s, p l'~testando que


TOMO 11. j~




('274)
1810. se veía en la necesidad de respetar la opínion pú-


blica, que miraba como la base de su autoridad.
MI'. Frcre, con arreglo á las instrucciones de


lIiU gobierno, insistia sobre la necesidad de tener
alguna fuerte posicion en las orillas del mar, á
fin de poder recibir refuerzos de Inglaterra, ó ase-
gurar la retirada de los ejércitos de esla uacíon
en la Península, declarando que si los espaüo-
les no consentian en la admision de tropas in-
glesas en CiÍ.diz, S. 1\1. B. 110 formaria ele esta
resolucion un objeto de queja COnll'a el gobiel'-
no español; pero que si este continuaba mos-
trándose insensible á 10 que parecía tan útil á sus
mas esenciales iutercses, y á los del ejército in-
glés en Espaüa, S. 1\1, n., sin dcjflr de cumplir
los pactos que habia contr:1ldo, tCl1clria por de
pronto que abandonar la lllcha á los esfuerzo.:>
solos de los espaüoll~s. Se citaba para convencer
al gobierno espaiíol el ejemplo del POl'lugal)
que no habia dudado en admitir las tropas in-
glesas , y en que ('stas ocupasen sus fortalezas,
y un puerto que aseguras~~ su retirada y embar-
que, aüadicndo que este mismo ejército, unido
al de los portugueses, se hallaba en estado ~ no
solo de pl'oteger el Portugal, sino de cubrir en
circunstancias mas favorablrs las provincias de
Espaiw limítrofes de a(ple1 Reino, l\bs la Junta
central fue inacc/!sible á Lan rcÍler:Hlos at3<111f'S,
y solo permitió 'il](~ en los Jias en quC' la cluda(!
d,~ C:ldiz se vió ¡:¡mcnazacla por los fl'allc(,sc~,
entrasen en a r¡ IIP,) puerto dos regimil'utos ingle-
ses i pero sin que ocupasen fULrte; algu:w J y de~




(275 )
hiendo rccihir diariamente los víveres para su 1810.
subsistencia. Esta desconfianza fue llevada tan á
mal por los ingleses, que permanecieron pasi-
\,1)5 en e] momento en que su cooperacíon era
U1ClS necesana.


Napoleon, que sahia aprovecharse oportuna-
mente de tOllo, no bien supo la retirada de 'Ve-
l1ington <t Portugal, mandó inmediatamente á su
hermano José que se aprovechase de este movi-
miento retrógauo, por el que se le entregaban
indudablemente las llaves de la Andalucía y de las
ciudades de Córdoba, Granada, Sevilla, y aun
de Cádiz; y seguramente, si N apoleon se hubie-
se hallado presente en este ejército, y si la indo-
lencia de José no hubiera impedido al Mariscal
Soult llevar á ('[ccto las intenciones ele su amo,
las tropas francesas hubieran ocupado hasta la
misrna plaza de Cádiz.


Soult, en virtud tIc las órdenes de Bonaparle,
dió sus disposiciones para penetrar por las gar-
gantas de Sierra morena , defendidas tan solo por
20.000 espaiJoles, conslernados auu por Jo¡ der-
rota de Ocaüa. El ejército francés, reforzado
por las tropas que o{'spues (le terminada la guer-
ra del Austria, habia en viado N apoleon á Espa-
üa, se dirigió en 11límero de 50.000 hombres á
tomar posesion de las Andalucías , creyendo que
era ya llegado el momento de dar fin á la con-
quista de la Península, aprovechando la rcunion
tan oportuna de circunslallcins que se pl'esenla-
ha. En efecto, las desgracias de OcaiJa y de Alba
de Tormcs, la rna1a inteligencia (ine reinaba "ll-




(~76)
1810. tre los aliados, la ventajosa paz terminada en el


Danubio, y la poca confianza que se tenia en la
Junta central, todo parecia estar conviJimdo
para esta cspedicion, á cllya cabeza se deciJió
;\ ponerse d misn:!O José Nnpoleoll; y saliendo
di>' Madrid COII toda la Cortc á principios tle Ene ..
ro, marchó Con dircccion [1 Sicl'l'all1orena al
frente del cj¡,rcito franet,s, y lIcv:lndo á sus ór-
denes á los :\Ial'iscalcs Victor y Morticr, á los
Generales Spbastialli .r DesulJes, .Y por Mayor
General á Süult. Lleg;;dos al pie (h~ Sicrramore-
na) los franceses maniobraron sobre la izquier-
da y derecha de la línea espailOla en Almaden
y Montizon, con el ohíl~to de Ilebilitar el centro.
El 19 ocuparon el Viso) el Visillo, Almedina y
Juan-Abad. El 20 el General Desoll('s forzó el
puerto del Rey, .Y se dirigió sobre In Carolina.
Uua brigada del cli~rpo de Mortier trepó por ~l
puerto del Ml1l'~daI , y flcilitó el paso del cami-
flI) real al resto de este cuerpo.


SeLastiani cntrpt:1l1to penetró por Montl'ZO\l
y San Estévall á vi\'a fuerza, despllrs ue vencer
la t(~naz resistencia que se le opuso. La divisi01l
cspailOla al mando del General Caslejol1 (juedó
fl;-¡r:;qucada en este (lia,:i al siguiente 2t, cuan-
do iha va en retirada, fue Macada en Arquillos,
cerca del Guaualill1ar , por Ul1a dd cuerpo del
General Seuasti,mi, que la hiz.o tolla prisionera.


La pt'TdiJa de Jos espnilOlcs e11 es/as dos jor-
nadns asccnltió ,1 2 Genendes, muchos Oficiales,
y 6.000 hombres prisioneros, habiendo nhando-
uado al enelm30 cuanto cUllstitUj'C un ejí'rcilo




('2i, )
en campal!:] J de almacenes, pal'fJucs )' hospila- HI'Cl.
les. Forzado el paso de Sierramorena, los fra 11-
ceses marcharon sin obstáculo h{lcia Granada y
Sevilla.


El 27 el Mariscal Soult, que en ausencia dI')
rey José n13lHl;¡ba este ejército J dispuso que el
General Sebasliaui marchnse con su division des-
de Jaen á Granada. Las n'líguias del ejército es-
pallO] <Joe se habían salvado de Ocalla y del ata-
que de SierJ'al11orcna) reunílla:> en nlÍmero Ile
7.000 hombres, á las órdenes de los Generales
Areizaga y Freire, y que se ibnn repll'gando S~)­
lH'e Granada, fueron alcanzadas por el cuarto
cuerpo, al mando de Sebastiani , el 28 de Enl'l'o
en Alcalá la !leal) donde se dió un choque sau-
gricnto) perdi{'l1dose y gallándose repetillas Vf1-
ces el pu(·blo, hasta (l11C eH 'lisIa de la esccsi,·a
superiori(lad cId enemigo., los españoles se reti-
raroll sobre Gllaclix, :;]¡auélolHll1do el parque de
artillería en Iznalloz J y retirándose Areizaga á
Murcia cen algunos cab:lllos que pudieron se-
guirle. El General COpOllS se retiró Con una diví-
sion al con d a do de N ¡cbla.


Aterl'nrla la ciudad de Granada cou tan l'l'-
pen!jna.~ derrotas, abrió sus puertas á Sdlastia-
ni en 30 de Enero, y ocupando este la ciudad,
dispuso que todos los funcionarios 11l'lblicos ;
personas notables por su rango y }'ir¡llrZas. , preso
tasen el juramento de fidelícl.ad al rey Jos(·. En
Granada se hallaba un batallon de 1.000 hom-
bres , compuesto de suizos, que despues de ha-
ber pertenecido al ejército de Dupont, se 11:1bióln




(278 )
1810. :llislado en las banderas de los cspailOles, los que


fueron perdonados por el enemigo, que les obli-
gó á jurar de nuevo fidelidad al Emperador, exi-
giendo por escrito á la oficialidad el juramento,
afirmado adcmas con la palabra de honor. Due-
110 Sebastiani de Granada y de los abundantes al.
luacenes de provisiones que allí tenia n los espa-
¡lOles) dispuso, (jUC para asegUl'ar la tranquili.
dad se fortificase la Alhambra, que hizo guarne-
cer con 6,000 hombrcs, y abastccer devívercs
para SeIS meses.


En seguida, cumpliendo con las órdenes que
habia recibido de marchar á ocupar á Málaga, se
puso en rnarcha para esta ciudad, en la que la
uoticia del paso de Sierramorena produjo una
conmocion popular, de la que se valieron Cllgunos
Sllgetos, mas patriotas que prudentes, para escitar
nI pueblo á una vig"orosa defensa, y deponiendo
LiS autoridades, promovieron un levantamiento
en masa, que no supieron organizar ni dirigir.
Colocóse á la cabeza del pueblo un f['aile capu-
chino; y entregándose á la mayor efervescencia
del patriotismo, se distribuyeron las armas en-
tre los habitantes que se alistaban á porfia en esta
eruzada contra el enemigo, que predicaban por
las calles y pOI' las plazas los curas y los frailes,


El General Sebastiani salió de Anteqllera el
:> de Febrero) y á la cabeza de su vanguardia
encontró en su marcha y arrolló á los pntrÍolas,
que se retiraron en el mayor desorden. U 11 des-
tacamento de caballería y un tren considerable
<in artillería intentó resistir con d mayor arro-




(279)
,0 el fuego de la artillería y fusilería enemiga; 1810.
}ero una carga de caballería los puso completa-
mente en denota. La mala dü'cccion de los ge-
fes dcllcvanLamiento de Málaga no trató <le po-
ner á cubierto ni al pueblo ni al castillo de HU
golpe de malla, y asi fue que la caballería frn 11-
cesa enlró mezclada con los fugitivos cn la ciu-
dad, en donde, á pesar de la resistencia que se
hizo en las calles y casas, penetró el enemigo,
y se poscsionó de ella en 3 de FeLrero, hacicn-
do pereccr en un patíbulo á los corifeos del le-
vantamiento. En Málaga encontraron los france-
les una cantiuad considerable de municiones,
143 piezas de arlillería, y una gran porcion de
géneros ingleses) que fueron inmediatamente
secuestrados con un'ugIo al decrcto de Berlín.
Los habitantes que nO quisieron pe¡'manecer en
la ciudad y someterse al gobierno intruso, se em-
harcaron en tres buques de guerra ingleses qu~
se hallaban en su puerto.


El rey José, en lugar de hacer marchar di-
rectamente sus tropas sobre Cádiz, se detuvo en
Córdoba el 27 , en donde en una pomposa prl)-
clama anunció á los españoles que la guerra de
España, cuyo éxito jamas habia sido incierto)
tocaba á su un; que los habitantes de CÓ1'doba
no aeu.ian de ver en lo~ soldados franceses sino
amigos dispuestos <Í. ucfender!os. Lenguagc que
no es facil concebirse cómo pudo usarse por el
usurpador en una ciudad que en 1808 habia su-
frido el saqueo mas horroroso por los franceses,
y que habia visto pasar prisionero un cuerpo de




(280)
l;~H}. 20.000 de esto:j, al tiempo mismo que el propio


J osébllscaba á toda prisa un asilo del otro la-
do del Ebro, por no caer en las manos de Cas-
taüos.


El28 del mismo Enero el cnerro de Víctor llegó
¡í Carmolla) y el de Mortier á Ecija, y el 31 José y
Soultse adelantaron hasta la primera ciudad. El29
se presentó Victor con su vanguardia ¡leIante de
Sevilla; y esta ciudad, en ~lIj'o alrededor se ha-
llian levantado fortificaciones de una e:,tension
i1!mensa, y que exigían para su defensa un ejér-
cito de mas de 60.000 hombres, envió el 31 dos
parlamentarios, ofl'ecielldo su sumision, yexigien-
do que s~ convocasen las Córtes para establecer
las leyes del Heino) anulando la Constitucion de
Bayona. El General Victor prometió por escrito
únicamente proteccion, olvido de lo pasado, y
exencion de las contribuciones ilegales; que los
oíiciales solos sel,ian alojados en las cusas p;Jl'(í-
cularcs, y los soldados en los conventos y cuar-
I des. Se dejó á las tropas de la guarnicion en li-
hcrtad de continuar al servicio de José, ó de re-
lil'arsc á sus hogares dcspues de haber rendido
las armas. Scvilla abrió sus puertas el Jia 1. o de
Febrero á las diez de la mañana) y el rey José
se dirigió inmediatamente al Alcazar. Doscien-
105 piezas de artillcría y uu inmenso número de
armas y municiones tiuedaron en poder de los
franceses. José creyó que con la ocupncion de
Sevilla qucdaba termina Ja la conquista de las
Andalucías, y así lo manifestó al ejércilo en una
}I,)mposa proclama que dirigió á los soldados en




(281 )
f'\ rnl~n1O di" ele sn cntnHla en a'ludla p0pulüsa HlHJ.
cimLtd, y c~taha concehida en estos tórtnillos:


« SddaJos: ]a gllCtTil <¡ae el Emperador <len·-
" ha de termi!lal" LliI Sl,)riosamcntc COIl el AlIs-
dría, hahia reanima.lo bs esperanzas dd gallillc-
J) le brit:tnico. Sll~ ejf I'cilos marchaban á la COH-
1) (lllisl a ele ~J a l1 ri, I , e l'(~'yc lldo '(L~L ¡litado ele j é r-
1) ciLO francés por la diversion del DannLio, mal
II ill:,trilidos dcl po.ln del gr:llHle Imperio. L'13
ntropas de la iasLIIT:~eci()ll) aLl!\donaJas por sus
»pcetclHlillos aliado~) han hcch,) su t'!l¡ill1o es-
lli'lIerZO en el nl0ilH~llt() eLl que la paz se lil'mJ-
)lLa en Viena. Ocaila ha COnfU!lllido sus proycc-
)Jto~ iasrnsatosj no h.lb::is visto en sus filas mas
¡¡({ill> illl~os ;í (]Ilit:nes el Clll'llligo comun ha con-
))llucicl .. ) ¡iÍ p!'éeipiciu: (Iuisisteis s:llvados, y 10$
» he rl'cilJillu como :l hijos. Las barreras culoca-
ndas pOI' la llatul'aleza entre el norte yel llIC'tlio-
) día de Espa:ia, hall caído á vuestra presencia.
))No hab~i~ encontrado al olro lado di.! Sit'l'ra-
llmorena mas f[uc amigos. Jaen, Córdoba, Gra-
» na da y Se\' illa han abiert.o sus puertas J y ha-
))bl'is atravesarlo estas provincias con vuestro
)j valol' acostumhrado, ól'llen y discjplina, y en
» todas parles babcis hallaclo la paz, la abuudan-
))eía y una buena acogida. Soldados franceses:
») ¿cómo manifcstaros mi reconocimiento? El El!I-
llperador sabd. vllestra condllcta, y es la vollln-
» taL! del Hey de E~[H1Üa que ('n medio de las dÜ1i
)) columnas (le II(Tcldes se t~rija una tercera
)) dcstillfHla á transmitir <Í la posteridad mas remo-
))ta, y á hacer conoccr á los navecrantes, el nom-


" . ~1'()l1U 11. 36




(282 )
1810. nbre de los gcnernlcs y regimientos francese~


.»(Jne 11:m cOllquistado la ESp~li¡a.»
Este era el esLilo de las proclalllas del Empe-


rador Napoleon; mas este no 10 cflll'leuLa iarna~
sino despues de las victorias decisivas.


El Mnriscal Victor recibió órdl~ll de mar-
chal' con el primel' cucrpo sobre Ccídiz; mas ha-
bienoo el cil~reito cspnilol de la izquierda sabido
la illva~ion de las Alld:dllcías, b:'jó por d pncr-
to de 13:11105 ;1 Estremadllra 7 e!l duude el ~lar­
qués d(~ la Romann volvió (¡ tumar el mando.


El Ducpe de T¡'cviso, Morticr, fue J~slacado
de observacion) dcjal1l1o una brifrll1a en Sevilla,
y la oiyi~ioll de Desolles CIL1cdó en el reino de
Jaen y de Cónloba.


La Junta central que residia en Sevilla 7 lue-
go qllC supo la aproximacioll de los franceses al
GUiHb1111ivir, deterl1lilló S!l traslacioll ;í la hila
de Leon. Esta corporacian, cOtll)luesta de Su juuí-
viduos, se habia hecho poplllar, suprimicllllo los
impuestos mas odiosos; pero jdl1laS pose'yó la
confianza ni el aprecío de la n¡¡cion. La mayor
parte de las provincias desobedeciall sus órdenes,
y retcnían la administracían de las renlas; y sin
autoridad suficiente para disponer y eOllcentrar
los recursos del Reino, uo représcnLaba ni al Rey,
ni :í la aristocracia, ni al pueblo: era una reu.
nion demasiado numerosa para fiue hubiese uni-
dad eu sus ueliberaciollc,~ y prolltillltl en su cje-
eueion, y era ucmasiado lill1ital[o su número pa-
ra mir¡¡rse como la l'cpl'c.o;ellLJcion nacional. Des-
de un principio uo reparó eu ui.stribuir entre su~




(283)
vocales títulos y condecoracionc'l, asign;ímloles
crpcidos 8u('I[10s; y un espíritu de parcialidad
dirioió lllln "1':111 parle de sus disposiciones, por n tJ
lo respectivo (1 In guerra; mas sin embnrgo, sus
descos ernn los mejores, y brillabn en la mnyor
parte tle sus vocales cImas puro patriotismo.


El. estc ('staclo la Junta acol'dü el 11ec,'clo de 13
de Enero, por el qlle anunciaba al público, que la
Jllntn dl~bia lI:lIlal'se reullida en la Isla de Leon
pnl'n el L °de F'elJrero, resilliclldo cntre tanto en
Sevilla el competente lllÍmcro dc sus vocales pa-
ra atender al Ilespacho de los negocios, y dispo-
l1ir'ntlo que lIinguno de SllS individuos pudiese
ausentarse hasta el dia 20 de Enero. En la maila-
ua dd 24, [le.~plles de habcl· pennancciJo en se·
siOJl lJasl:l las 11 de la noche del 23, empezó la
salida de los vocales de la Junta J lIllOS en car-
ruagcs por tierra, y otros embarcados por el río
hasla San Lucar, llegando el 25 al puerto de
Santa María. C,'úan los franceses que la Junta
central se dirigía á Cádiz con el objcto de capitu-
lar Llesue alli; y esta especie que cundió rápi.da-
mente entre los espalloles, asi como la de que
tratah1 aqllella oc abandonar el continent.e espa-
flol para refugiarse á América, alarmó á todos
los pueblos de tal modo ... qu e los (IlIe m:lJ'chahan
por tierra, se vieron á riesgo ele perder SIlS "idas.
El Presidente Arzobispo de Laodic,'a J el Secre-
tario general Don PcJI'O Rib~'l'o, VaJdés, el cx-
Ministro de Marina, y Ova!lp, lino de los Diputa-
dos de Estrcmadura, fueron acometiJos pOI' el
populacho de Jerez de la Frontera, sin que 1as-


,


1810.




(284 )
1810. tasen á ponerlos á cubierlo su condecoracion y


sagr;,dú cadctel' , ni al vice-Presidente, el digno
y respetable Conde de Altalllira, su ilustre y
f1crisolad3 conducta; y apel1i(J,ílldolos jllíi"l,'~
y trni¡lores, solo debieron su salvacion y (,1 no
ser sacrificados pOI' el puüal de los asesinos, ;í
los rucgos de algunas personas (¡He ejcrcinn in-
f!l¡encja en la multilud, y qlle pudieroll COII';c311ir
quP fuesen ellcenados en un convento como pr,>-
:-:os de cslndo. Al primc!' aviso de estos CSCCS05
y J,'S,¡C;¡l0S el General C;¡slafios, que se llallaha
en la i:-.la de Leon, y á quien la Jlll1La cClltral
habia tratndo tan indignamente) olvillanllü todo
l'eSClllil1lienlO, que se ahriga solo en almas cn11111-
IH'S, rlió las di~pusiciunes necesarins, J de C."lt~
ll)()\!;) libertó ;Í lvs presos, lus que lograrull "al-
'<Irse y reullirse á todos sus COlllpaüeros eH lu 1:--
la de Leon.


Call¡z hubiera sido facilmcnte sorprclldidn y
ocupada ... ateudiclo el estado de alarma eH (lue se
lwilaba, si los franceses se hubiesen dil'iSi,lo sin
p¡'~l'(!ida de tiempo Ít ella; y se hubiera pcr(lido
indllrlalAcmeule esle impollanll' punto, destinaelo
por la Providencia para ser el Lduarlc de b in-
dependencia cSjlaiwb.


El DllqllC de Alb:lI'tluerqUi: (l11e mandaba el
ej'~rcito de Eslr8madill'il, recilJi~) únIcn de la Jlln·
ta ccnti'al CH los dias (PIe los ['l'anct's~s pc:ncLI':¡-
ron ca AtllLd.llGÍa, para (¡'Je dejando IIU pc'p;"-
- l' . 1 " l 1 1 .' . . 1 llÜ euerpo l \; OiJSt:,'v;,t.:ion a lren e (e Cj"TClll.' ".<:
Victur, que se h;dbba en el camino Ha<lHlllo d~'
b Plata, y l'l'fHiú.'udo su arlillnia per S.¡¡¡t;¡




(285 )
Ol,:tlla, marchRse 1tál;ia la sierra tle Córdoh;¡, y 18!O.
di('sc aviso de este movimiento, para que se le
illcorpora~c, á la di"ision elc Copons. Pero
el G p l1cr<ll CastalIOs, que so,"pecklha de 1a 1111-
pericia de algunos miemhros de 1<1 Junla , (lile
las disposiciones '¡Ile tomaria no serian las mas
oportunas, C'l1\:ió una (,~lrlacollfillCllcial al Dn-
qtH: de Alburquprc{llP, 1113nifest;1ndoJc el peli-
gro que corria la Isla de Lcan , y rogándolt:
quC' con la mayor rapidez pasasC' á ocupar es-
te illter·,"~anle punto. En CfL'Cto, si el Duclue
de .\lbl1nlurrr¡l1e hubiese seguido las instruc-
ciones de la Junta, marchando en la uin~c-
cion que esla le indicaba en aquel momento de
crisis, hllbiera sido el éxito fatal á su e¡torcijo y
;i la C,llIS3 de la pa! ria. l\las Ilahic11Llo sabido Cj IH~
los cnclllígos h;,bian ocupado ya á Córdoha, d('-
jando su cjl'l("jlu el! posicion, se adl'l:mlf1 á ¡"C"-
nocedas lJasla Ecija, y cerciorado de In superiGri-
dad de Sil número, detcrminó seguir los con~e~
lOS ue CastailO,;) y lT!cJiante á haher salido ya
ue Sevilla la J 1I11l a cenl 1'al) marclnll' h:1cia C,ld ílé
para cubrir é!<luel punto con tanta oportunidad,
(ille los ellemigos llegaron á alcalizar su rf'tagw.ll·.
di;: en 1'111'; 'o He;¡l d 5 de Febrero) haci/'lld'J-
le ~~ soldados de c:lballerÍn prisioneros, Lf.! fllt 1'-
za con que eníró en la Isla no llegaba á ;'.VO¡J
hombres -' por lla]¡t'!' dl'jndo las divisiones d~ :\le-
nacho y Contr"r:ls para gllarnccel" á Bad¡¡joz, en ed-
so de que los enemigos se diriSicscll ¡í atacar J(l Ut-
lb plaza. A la llc¡;ada ,í la 15 la del D 1IC¡ ue) a pellas ha-
hia ('11 tola ('~la 1 000 hombres para cubrir su




(286)
1810. inmensa Jí nea de defensa, a unque el terror que


habían causado allí la oalalla de aCalla, el paso
de Sierra morena J la ocupacion por el enemigo
de las Andalucías y la huida dd Gobierno de la
cillllad de Sevilla J se habían ido gradualmente
calmando J y el patl'iotisL1lo, el ól'den y la ener-
gía se manifestaban en su ma:yor vigol', En Cá-
diz se ali:itaron pal'a tomar las armas lodos los
hombres dc::.de la edad de 18 á 60 ailOs, y se
formaron con cllos cuerpos de voluntarios, To-
das las clases de la poblacion, el allo clero, los
gefes militares á la cabeza de sus respectivas cor-
po raciones , los ricos y los polH'es, los jóvenes
y los flncianos trahajaban á porfía en las trinche-
ras. El Gobernador de Cádiz tomó t.ortas las me-
didas convenientes para que no faltasen las pro-
visiones en la ciudad, y estableció almacenes y
hospitales.


Avanznl'on á la rada estcrior, y estuvieron
rlispuestos á aparejar todos los buqlles disponi-
hles. Los que se encontraban en el Ferrol antes
de la retirada del General Moore J lwbian sido
crluipados á la ligera por los ingleses y espedidos
á Cadiz J ele modo que la escuadra espnilola con-
taba con 20 buques de guerra, (JlIe á bs órdenes
dd Almirante Parris se incorporaron con los 5
navios iugleses que este manclaba: 4.000 hombres
de tropas brit,inicas fueron recibidos en la Isla
de Leon J y una guarnicion de 200 ingleses fue
adrnitida en Ceuta, á fin de concurrir á su defen-
sa con la guarnicion espailola que era poco mas
numerosa.




('287 )
El mal aspecto de los negocios y los reveses 1810.


sufridos en los aiJOs anterion:s) habian hecho
conocer la necesidad (le un gobierno vigol'oso y
que acelerase la reuníun de las CÓl'tes, por las
rlue suspiraba el puehlo espaüol , y cuya convo-
cacion el mismo Monarca habia indic:Hlo desde
Bayona.


El pueblo de Cadiz puso en libertad al Conde
de MOlltijo y ú Don Francisco Palafúx, que se
hallaban presos ell ;Jquella cil!(lall por alribuil'-
Bcles un proyecto de conspil'Jcion contra el Go-
bierno, y formó una Junta compuesta de algu-
nos de sus principales habitanles, para filie enten-
diese esclusivull1ente en proporcionar los medius
de dcfellsa de aquel punto.


Crecia la exasperacion general al ver que la
Central trataba de perpetuarse en el mando, y
el pueblo pedía á voces el nombramiento inme-
diato de una Hegencia ,acusando á la Junta de
haber vendido la patria abandonando el paso de
Sierra morena á los frnuccses , y de haberse refu-
giado en Cadir. con el objeto de huir con el di-
nero á América. Conleutóse por entonces la
Central con admitir á Monlijo y Palafox. en el
número de sus miembros; mas conociendo por fin
que no poclia continuar pOl' mas tiempo siendo
la depositaria de una autoridad tan perseguida y
tan rodeada de peligros, acordó casi unúailllcmen.
te resignar el mando sin pretender otra recompen.
sa que la ha masa dislincioll del ministerio que
habia ejercido, y dispuso que se anlll1ciasc por
un edicto la re~olllcion tle nombrar una Regen-




IHlO. cí:: de cinco intlivitluos, de lo~ cuale:; UllO d.l'lH
representar la AmlTica , prolJibienrlo que uingu-
110 de los ccntrales pudiese ser llolllinallo para
(;omponer el nuevo g(lbit~['no, para el <lIle se fer-
ll1Ó un reglamento arreglando l..t f('¡rmula del jll-
1 nlUento (Ille debcl'iall prestar los Ht'gcllles antes
J¡; instalarse. Al misU10 ticmpo es pidió la JlIn~a
('cutral un decreto para la reuuion de las CÓl'tcs,
por el que se estableci:l que inllw,¡ial,,¡¡~cllte ,W
t'spi(li,~scll las COI1\'OCil' l'r!:;s ;Í los G;'i1IH~C:S y Pre-
lados del Beillo, '.lcter<i,ínando la ful'luU eJl tll'C
(lebian haccrse las cli.;cciones de los Dipul~,Ju:l
:;lIl'lcnU~s, asi por 10 CO~lccl'¡¡iclllc á Ultramar, co-
mo á las provinciJ:; OCll¡la.!as por el cncllli.;o;
¡;1'1;álldus(~ una Dipulacioll Lle CJrtcs para 'i\lC sub-
I'ogada en V(!z; de la comisioll (Iue lwsta entonces
hal..ia f' n lelHI ido en t' 1 pa rtic uL.:r , cOlllin llase los
trélbajos que <I'lue11a habja promovido bajo la au-
tOl,i.(lad de la J ul1la c(;ntral, scüalando las fuu-
ci:mcs que deberia eierccl', y confirmando la
existencia y cOlltiU:¡;k:l0:l de las jillltas auxilia-
res, y dió ademas todas bs disposiciones nccc-
sarius para la apertura, iusLalaeio/1 y Ol'galllzacion
Je las proximas Córtes generales y esLr<¡ordina-
rías. Este decreto, [eeh" 29 de Enero, fue 1<1 últi-
ma obra de la J u n ter ceutral.


Casi por unanimidad fue el nombramiento
que hizo esta de los individuos de la Hegenc.ia
por lo perLcn('ci;·t1~c á Espaüa. El venerable
obispo de 01'cn"e fue llamado á la presidellcia
d,d llllt!VO gobicl'llo por la alLa opinion de sus
yi)'~u"L::s apostólieus) su sabiduría} 3U patriotismo




(289)
Y su firmeza de carácter. Don Francisco de San- 1810.
ved!'a, Pl'esillcnte ele la Junta provincial de Sevi-
lIa, fue otro de los clegiJos por sus vastos cono-
cimientos políticos, económicos y milit;]res, y
por su inalLerahle y acrisolado amor á la N;]cion.
El Gener;]l Cast;]l1os, que habia permanecido obs.
curecido y cOllfinado en un mOI1;]sterio por el
resentimiento Je la Junl;] central, fue elevado
por la misma ;]1 puesto (pIe reclamaban sus ta-
le 11 tos mi I ita res, .5 II pI' uJeucÍa, s ti política y la
distinguirla opinion ,í. que se h;]bia hecho tan
acreedor por la gloriosa campaña de Bailen,
opinion tan cl'Llelmcnte perseguida como modes-
tamenle viL1LlicaJa. Don Antonio Escailo, conoci-
úo por Sil constante zelo y probidad, y por sus
grandes conocimientos marítimos, fue nombrado
en c[wrlo lng<ir par;] indiviltuo ele la Regencia.
Vacil~se ;]lglln tanlo en cuanto á la eleccion


de.! quinto individuo que debia entrar en rcprc-
sentacion de la Amól'íca, no estando acordes los
centrales acerca de las cualidades que debian
concurrir en el que se nombrase. Algunos in-
dividlJos ill(licaron á Don Estévan Fernaudez
de Leon, CUl1ulllol' general de Indias y Mi-
nist.ro distingllido, q!le <Jul1lIue no nacido en
Am(~l'ic3, IluDía residido en ella una gran parte
dc .'iU villa, era de una familia ilustre, habia des-
empci'tado con el mayo!' honor varios cargos del
Eslaclo; ¿~ inelinándose á su f;]vol' en vista de sus
n~eomcndablcs prendas la mayoría de la Junta,
queJó nombrado para la nueva Regencia.


El día 2 de Febrero fue el señalado por la Jun-
TO}¡O 11. 37




(290 )
1810. ta central, en su decreto del 22 de Enero, para


entregar las riendas del mando al nllevo gobier-
no; mas á medida que se aumcnlaball los peli-
gros por parle de los enemigos estcriorcs, la
agitacion interio,', la desconfianza con que se
miraba á la Central) y el odio que Id pueblo la
profesaba, la arrancaron antes de la i~poca fijada
el gobierno; y en sesioll celebrada por úlLima vez
en la Hoche del 31 de Enero, reunidos todos Jos
CCII~ralcs que se hallaban en la Isla, y los tres
individuos que se ha!bban preselltes de los nomo
brados para la Regencia, se insLaló esla, pr(~ce­
dicmlo la lectura del decreto de Sll creacioll, y
del reglamento, y la pl'cstacion eu [11:11105 del
Presidente de la Central, Arzobispo de Laodicea,
d"l jlll'i1t\1ento de fidelidad ul Soberano Fernando
VII y á la Patria,


Los Urgentes Don Francisco de Saavedra,
Don Fl'31lcisc0 Javier Casta/-los, Don Antonio
EscailO y Don. Estevall Fernandez de Lcon, que
se hallaban presentes, fllcron p\lestos en poscsion.
de su lluevo cnc;¡rgo, y dl~splles de leido 1111 bre-
ve y elocuente discurso de despc(lida, compues-
to por Don l\brLÍn de Garay, :í Hombre de la
J unta central, dejó esta resiglJad:! en manos del
nuevo Gobierno toda la autori(lad que haSla en-
tonces babia ejercido con tanto celo como ues-
graCia.


Esta Regencia se insLaló no sin algllna resis-
tencia po,' parte de la Junta de Cadir., compucsta
principalmente de comerciantcR. El gohierno po-
lítico y militar de esta plaza se confió á esta J Ull-




(291 )
ia, presUmit~lldose con razon qlle este cuerpo, tan 18/0.
interesado en su defensa, no dejaria de adoptar
todas las 1I1('di(las necesarias para su seguridad'.
Se embargaron todos los DUI'COS que hubía en el
puerto, para transportar á la orilla opuesta y á.
otros pllntos ulla parte consiclerable de los hu-
bilantes qlle quisieron evucllar'la plazu. La po-
hlacion de esta se habia aumentado en tales tér-
minos con la lIeg:lda de los fugitivos que aban-
donaban SIIS llOgarcs pOI' temo)' de la aproxima-
cion de los fl anceses , que se calculó qlle en me-
nos de 24 lloras entl'aron en Crtuíz 60.000 foras-
teros, siendo tal la multitud de estos que se di-
rigia á este punlo, que fue preciso cerrar las
puertas de la cilldad. Las autoridades ohligaron
á ulla gT<l1l parte de estos refugiados á salir de
Cadiz y (le la Isla de Leon, dirigiéndose un nú.
mero consiJ.erable á Gibraltar.


El DIHIlle de Alburquerque fue elegido Go-
hCI'II:ldol' (le la plaza de Cadiz) recayendo en él
el empleo de Presi<lcnte de la Junta de la misma,
á pesar de que reiteradas veces hizo presente que
110 podia ocuparse en desempeilar las funciones
de tal, pOl'qlle el cuidado del ejército llamaba
del toJo su atencion. En vista de sus repelidas
illstnncias el Consejo de Regencia nombró &1 fin
pOI' su segundo en la presidencia de]a Junta, y
para que ¡¡iciese las veces de Gobernador de Ca-
djz, á Don Pedro Lopez de S::lgastizabal.


El ejól'cito de Alburquerque, que tan glorio-
tJamenle había salvado á Cadiz, se hallaba ex-
hausto de todo recurso) en la 111ayor desnudez é




(292)
1810. illdigencia, y la corta fuerza dc sus batallones


obligaba el redoblar el s{','vicio; y no pudiendo
resistir tanta fLltiga, enfermaban muchos sol\la-
dos, no pOlEa aJ1llliril' illstl'tlccioll y Jisciplina,
ni mcnos hacer salidas contra el enemigo ~ill de.
jar desguarnecidos puntos (llIC llO debian aventu-
rarse. El Duque de Albul'qll(']'(Fle pidió á la JlIuta
de Cadiz vestuario para el soldado, y que se hi-
ciese un reemplazo de las bajas de Sil ej('l'cito
con el inmenso Ilúnwro de kd);t;lIltes de C"djz y
la Isla de Leon, intÍtil en SI an parle en aClllelh1s
circunstancias; pero la Junta, <lllc desde lllego
adquirió el lolal malicio de los caullales p\'¡\¡licos
con la intencion de gozar mas influcncia, y de
asegurar el m2dio de reintegrar los adelantos (111e
se llaoiaa hecho para la defensa dc la plazn, se
desentendió de los justos clamorcs dd DUl[ue,
q\lien desespcranzaJo de adc1allLar por medios
indirectos y amistosos) y \,jCll¡{O (lile fa C:!llsa
pública paJecia, y que el ejércilo, <lllc le idola-
traha, se ha1laba, con harto dolor suyo, snfric!l-
do las mayores pCI1JliJades, acmlió ,1 b llegcllciJ,
la que habiendo sido d~gidn. cn circIIIlstnaciJ3
tan desgraciadas, estaLa en cierto modo esclari-
zuda por la Junta de Cadiz; y no lwlialldo ;;co-
gida tampoco en la llegcnciJ, C~l:lIÍ:\(lo lle repre-
sentaciones y oficios, llamó la alencioll <Id pú-
blico en favor de la causa ele la paLria. 1",1 Jllnta
conoció lo fllndado de sus qucjns) y rccd:tndo
que el pueLlo y la tl'Opa la ccllas:~ll en cara su
descuido, dió pnLonccs órdenes aClivas pai'a la
cOl1strucciOIl de vesluarios. Los efectos mG~tra-




(293)
ron que no obstante la prcocupacion del pueblo 1810.
gaditano por SlI Junta, las quejas del Duque
exaILaron Sil cdo, ele modo que no hubo familia
qlle no se empci¡rlse con el mayor nrdor en con-
trihuir p:1l'<I el ('i'~l'cito. La Junta de Cadiz hubie-
ra desatendi(lo Sill dULla las reclamaciones del
Duque si solo hllbiese r{'cibillo reales órdenes;
pero lell1iú perder el concepto 11l'lblico, de don-
de recihia toda Sil autoridad, y siguió el ingénuo
y patriótico c(']o del pueblo, afectando ser ella
quien le ('scilaba.


Et Mariscal Sou1t llegó delante de la isla de
Leon CI1:111(10 ya no era tiempo, y escribió des-
de CllicLna en lO llc Febrero al Duque de Al-
bnr'lIlCI''llle, iuviLíndole á recibir á las tropas
fl'~llICCSi1S en la i~la Gadilolln, proponiéndole al
mismo tit'mllO llna conferencia para arreglar las
condiciones de h capitllbcion. El DucIue le res-
pOlldió con LI ll1ayor t1nneza, que la Silu<1cion
de Cadiz y la hla era lal, que no tenia naJa que
temer, ui al1n (le UIl ejército de iOO.OOD hom-
bres, no habiendo ni;lgulla comparacion entre
s II c~; 1:J tI o ;( e I ti <1 1 de d (' re I1sa , con el (1 u e ten ia
pocos di,l:; ,In{cs : (Ill!; !enia en su mano los n1C-
dios m:,s a!)lllllhnll's p11'<1 la defensa, y qnc los.
e~pailol(',;, lW tan solo flltlJabull ya su coníh.n-
za en la,; allli:;l~<IS fortificr¡ciones, sino en otl'as
mOlll'rll:ls, sllpcrion.:s á las primeras, y en b,~
l1UCVrlS q¡IC se estaban levanl:mJo, .Y (Ine se mul-
tiplic;¡lnn Lasta lo Sllpl',rnUO: fine los espailOlcs,
fides ,í FernallJo YH, y <lpoy,l(los por la Inglater-
ra, no (t~poI1l1ri¡¡1l las armas Jinsla ver rccohr~1I1os




(294)
1810. sus justos derechos, y arrojados de su suelo á


todos los estrangel'os enemigos suyos 1 y que no
estahan intimidados pOI' la invasion de los fl'3.n-
ceses; pues estos solo el'an dlleilOs del SllelO que
pisaban, y que la Regellcia que actualmente go-
bernaba en Es paila, llHll1te nía una estrecha cor-
respondencia con todos los puerlos de la costa y
provincias del Reino, y se organizaban eu todas
partes ejél'citos espailOles; concluyendo COIl acon-
sejar al Duque de Dalmacia, (fiJe en obseqllio del
interes que manifestaba pOI' la felicidad de los es-
pañoles residentes en Cadiz y la Isla, renunciase
á la idea de sacrificar inlÍtilmente sus tl'opas,
bien penetrado de las ventajas que tenia el ejéro
cito espailOl, no solamente pOI' la posicion que
ocupaba, sino por la uníon y patriotismo que le
animaba para sobrellevar todo género tIe servi-
cio en union con los ingleses, SllS íntimos alia.
dos; y que creia de su Jeber hat:erle conocer
que la nacion britáuica, no mellos gr.nerosa que
magnánima, no tenia designio algullo de apOLle.
rarse de Cadiz, como insilJ na ha, y q II e los pri-
sioneros franceses scrian tl'ataLlos como corres-
pondia en una nacion civilizada, bien lejos tIc
imitar la ll:Íl'bara conducta (lllC se seguía Con Jos
prisioneros espailOles, (!ue ¡t lítulo de insnrgen-
tes eran unos asesinados cl'uclmenle, y fusila-
dos otros, que abrllmados de faliga y cansancio
no podian SP.gUil' las marchas; y {ilIalmente} que
dilataba la confel'encia (]lH! le illdicaha pal'a
cuando reintegrado Fernando VII á Espaila, y
espelidos sus enemigos fuera del territorio espa-




(295)
ñol, se encontrase e.1J siLuacion de admitir la 1i- 1810.
Bonjera cntrevista Con el Mariscal Soult.


El! 1G <le Febl'cro la Junta de Cadiz recibió por
medio de un parlamentario un mensage escrito de
manodell'eyJos{~,en que estem<lnifestaba hallar-
se dispuesto ú perdOn<ll' y olviJar las ofcnsas : pin-
taba las consccllcncias )'uinosas de la guerra, y
peclia que los principales habitantes de Cadiz fue-
sen á t !'atm' con id aCl'rca Je la seguridad de la
esclladra eSIJailOla, Este nH'llsage fue dirigido á
los tres principales miembl'Os de la Junta, y la
respuesta dI' esta file la siguiente: « La ciudad de
Clídiz .J fiel fÍ sus principios.J no reconoce mas
Re.r que tÍ Fernandu VII.»


Seguia en estas críticas cil'cunslancias la Jun.
ta en oJlosicion milllÜicsta con su Presidente el
Duque ue A 1l11lrqlll'!'q\1e; pues el !'('curso Cjuc este
habia hecllo al pueblo, manifestando el lastimo.
so estado Je Sil ejército, lo reputó aquella COi'-
poracion como un gravl' delito, ostent.ando mali-
ciosamente fll1e.llabia sido una temeridad descubrir
los sigilosos pasos de un gobierno, espionado por
los 11.];IS astlllos enemigos que existian en las
opuestas riberas del mar, y aun dentro de los
mismos mlll'OS de la plaza, calificando este paso
como un mal que podia dcvorar á la nacíon.


El e~t:1clo del ejército no era realmente un
secreto para los esplas, que suponia la Juuta en
tanto lIlÍmf'l'o y con tanlo intercs en observarle.
Si los fra Ilceses no acometieron, no flle pOl'l{ue
se figurasen que el ejército se hallaba en un esta-
do bri.llante, sino pOl'clue sabian que los espa-




('296 )
f810. ñoles pelean con valor, especialmente en de-


fensa de puestos, aun cual1l1o se llallen desnudos
y muertos de hambre. La Heg(~ncia, con el oh-
jeto de contemporizar COn la J unLa de Cadiz,
quiló repentinamente el mando al Dllqlle de Al-
burquerque, confiriéndosde al General Blacke; y
micntt'as que este, (lile se hallaba á la sazon re-
cogiendo los restos del ei~rciLo de Areizaga, se
presentaba en Cadiz, se confió provisionalmente
el mando al General CastailOs. La Itegencia nom.
bró al DIH]IIC por Embajador de Espaita en la
corte de Lóndres, mision que 110 era mas (J1le
Un destierro honroso.


Olvidada la Junta de CaJiz con la mas ne-
gra ingratitud del seitalaJo servicio que el Du-
que la habia prestado, cllando ,í pesar de toda
su actividad llegó á la isla de Lean doce hOl'as
antes solo CIue el ejército de Victor, se desen-
tendió de que ;.t sus tlisposiciol1cs ll:Íbilcs J' á SllS
enérgicas medidas era dell(lora de potlt'l' per-
manecer fiel á Fernando VII J. Y lib,'e de las
contribuciones y vejaciones que lleva cOllsigo el
yllgo terrible de un enemigo vencc(lor, Este hom-
hre, cuyo celo y talentos po(lian ser tan lltilc~
á la causa de la Patria en la Península, file sn·
crificado al capricho de algunos comerciantes,
enviándole ,í Lóndl'cs,


En 12 de Diciembre de 18tO, cerca de nueve
meses despues de estas fnHestas CO!llinndas, y
cuando los peligros (I"C habían amenazado :, Ca-
diz se habian disiparlo algnn lanto, se puhlicó
en Cadillo unmaniGestodel DU'luesohresllcündllc-




(297 )
ta durante su permanencia en ar:l1el1a plaza, en H-l10.
que se (¡tu'jaba alllarsameulc de la JllIILa, a quien
aCllsa\¡;¡ dl~ pnfidia y venaliJad. Esta conLcstó acr!.
mil~"lldo al DlII(llC 1'1l una carta fcc!la 12 lle Ene-
ro, firmada illdi v iJualmente por tOllas sus miem-
bros, y tr;¡lúllt!olc de impuélentc y calumnia-
dOlo v de cllcll1i n o del J¡il~n !Hílllico oc su Pa-


, .! :">


tria. En esla carta mallifestaba la misma JUllla
(FIe se cüutl'uL;¡\J;¡ COll cilar al DU<jue anle el
COll!,:rcso ll;¡ciullal. En efecto, las C~)l'tcs, J¡a~


'-


bicllllo tOluado esle asuulo CH cOl1sidl'r;lcion,
se deci!lil~ron en favor llel Dur[llC, y en 14 de
Enero de 1812 dieron un decreto, declaran-
tlo al mismo y :Ji ejército de su mal1l10 benemé.
ritos ae la Patria, principalmente por haber cu-
1iel'to COII talelllo J' prc,"ision los pLlntos aCce-
sildl's de la Isla y de CaJiz) Jcclar<llldo qne la
intcllcion ll~ LIS Córtcs era que el Duque fuese
llamado ,í E:;p"iJa, y empleado por la llcgencia.
Estn 110 difirió un Illomc>nto el comullicar al Du-
que OnlCll p,ll'a (;\le viuiese tí. Galicia .i tomar el
mando oe tooo el N. de Espaüa, en lugar del
General Dbc1u~, (]ue fue lJombrado para man-
dar en Murcia. Si. estos despachos hubiesen He-
g3do á UD 1l1i~l1lo tiempo) es probable que la
sellsaciol1 (PlC hubiera cans:ldo <11 Duque la Con-
ducta de las Cúrtes , huhiera templado el disgus_
to quc le ocasionó la carta injuriosa de la Junta
de Cadiz; pero no file asi, y el tardío nOl1lbra-
miento para aquel 1111\'\,O mando no pudo horrar
de su espírilll !)l¡lldol1oroso 1<1 impresion que le
J¡izo aquella funesta carta; y contra el parecer


TO:UO 11. :;$8




(298 )
1010. de las personas que le aconsejaban que los in-


sultos que contenía eran dignos cIel desprecio, pn-
só tres elias con sus noches sin tomar c;¡.~i ¡di-
mento, trabajando para contf'i>tar, y nI (¡nelo
fue atacado de una terrible fiebre que le arrcbil-
tó en tres dias. Asi pereció ,í. la cdad de 11';~i:1ta
y siete aüos un gucrt'ci'o p:Jlriota, orgullo y C5-
peranza de la España. Sus funerales se hicieron
en Londres con toda pompa, asistié'ndo;í ellos
los Príncipes de Francia, flue despllcs hnn ocu-
pado el Trono de esta nacion con los nombrps
de Luis XVIII Y Carlos X. Los restos mortal,~s
del Duque 5e depositaron en ]a Abadía de Wcst-
minster, en la capilla ele Enrique VII, (lcsde
donde despues fueron traslnd;¡(los á su Patria. Sil
elogio fue pronunciado en la C;;mal'a {le los Pa-
res por el Marques de Welleslpy.




(299)


CAPITULO XVI.


,. ietor bloquea ~í C:ídiz. - Disposiciones para la defensa.-
Recio temporal en la hahía de Cádiz. - Defensa del
castillo de Matagonb. - Contínuan las operaciones del
sitio. - El :'Ifarisc;,J ~Iol'tier se dirige sobre Badajuz.-
OCl'pacion de Zafi'a. - Intíma la rendicion de Bada-
joz. - Aecíon de Zalarnea la Real. - Accioll de Val-
verde.


Victor empezó innumerables trahajos para el 1810.
hloqueo de la isla de Leon y bahia de Cadiz, mo-
ltstat!o continuamente por las tropas cspaüolas é
inglesas que defendian su recinto -' y principal-
mente por el continuo y acertado fuego de las
flotillas oe las dos naciones. El enemigo estable-
ció baterías en Ho!a, en Salita Catalina, Puerto
de Santa María, Trocadcro, Puerto Heal, y so-
bre toda la línea del rio Sancti Petti, costándole
estas operaciones b:lstnllte gente. Entre tanto los
eSjlaüolcs tl'!¡bajalJall sin cesar en levantar reduc-
tos y baterías en sn línca, y en multiplicar los
medios de defensa de esta, recibiendo contínuos
socorros d(~ dinero, víveres y refuerzos de tro-
pa. Las colonias españolas contribuian con su-
mas consider,¡))les , y Jos buques de los Estados-
Unidos tIc Amc'l'ica tl'aian ;1 Cadiz grandes canti-
dades de harina. La plaza de Cacliz mantenia una
constante coml1nicacion con los puertos lnme-




( ~OO)
1Hl0. diatos por medio de buqucs ligeros, destinados


á este servicio. Enl11cdio de los prcp:1I'ativos de
dcfcnsa los dementas ocasional'o!) IIlJ:! gr;¡n pér-
dida á los espaüoles; y el dia 8 (k Mnrm lln
fllerte temporal arrojó cOlltra la costa ocupaJa
por los ellcllligos I1H1S dc 20 embarcaciones rncr-
canLes y varios buques de guerra, entre ellos el
navío COllcepcion, de 1tO cailOl1es, el Münlaüe:1,
el San Homan) otro (le línea por[ ll~inés) una
Jragata y un hergantín ingleses. I_o:> clI(:migos
€blalJlecieroll iumcdiatarnente Latní:ls contra
ellos can bala roja, sacaron toJos los efectos que
pudieron, y el 12 fueron aball(lonac!os l~ inccn-
diaJos por los enemig03 iíl1e hicieron 250 prisio-
neros Je los n,íu fragoso


A unes Je Febrero se pnso en insurrec-
cion tOtla la sel'l'anía de Ronda, y el pais
<"{ue quedaha á retnguardia del ej,'TcilO francés
6itiauor (le la isla gadi[ana, cuyo inclck:1!c oca-


::;ionaba á este pérdidas diarias. En las monlaüas
de las inmediaciones de Tarifa se reunieron mas
de 1.000 patriotas, aunque fueron LatiJos con
bastante pérdida en la Torre (}e la Pella el día
14 Je Marzo. Pero t.odo el pJis de los alrededo-
res rlc Cadiz se hallaba en pOller Jd enemigo. El
rey intruso José,ql1e mandaba en gefe yen per-
sona el ejército sitiador, sentó su cuartel gene-
ral en el Puerto de Santa l\1arÍa, que se halla si-
tuado al [rente de C'¡diz, y como era de este
punto de donde esta gran ciuduu S(~ surtía de agua,
su ocupacíon hubiera sido muy funesta á los si-
tiados, si la Pro'{idencia, que se declaraha por




(301)
1011 ucstinos de Espaila, no huhiese hecho que S~ 1810.
descubriese clIl,l mismo CaLE? 1111 manantial que
surtió nbu11l1"ntel11ellte ;í SllS habitantes. Las
fucl'zns eplC los franceses truian , ya en la línea
del Llo(l1lco, ya en los ucstacamentos qtle se co-
municabnn COI! e lla~ , ascendian ¡Í 50.000 hom-
bres, y bs dl' los siliaJos nopasahan ele 21.700,
á sabe!') IG.OUO espaJlOles, 4.oUO ingleses, y lo 700
portuglleses.


El primer ;¡[oqllc cOlltra Cac1i?: deLia hacerse
por la p;H[C dt' tierra por 1a isla elc 1.coI1, que
está separada del eonlillellle po!' un istmo muy
estrecho ele cerca llc un cuarto ele legua de au-
ellO. La forma de la isla ~'S irregular: su longi-
tud es Je ccrca de diez milla.~, y sn latitud en
1l.1g¡¡l1a~ p;¡l'lcs apcn;lS llega ;1 Ires. Se cntra en la
isla pOI' un camino mllJ' estrecho, q!W cstaba dc-
[cuclillo entonces por amhos hdos por baterías
,te ocho callones de ;; 12 c~([h una, y en este ca.
mino klilia vari:.ls cortaduras ll~nas de agua alle-
mas Jc lOIl [osos " cncontrj nL10sc U111. de doscien-
tos pies de ancho antes de llegar al puente de
SlIazo) que se halJia tlestrl1ido para impedir el
paso, y en donde ];:¡]\ia c:.:m:;truidas dos hatcría~
de vc·illle piezas (1(! Ú 32.


Estos obsLíClllos y otros i11Uc1lOS tenían qlle
81lpCrar los franceses nnles de aproximarse ¡í Ca-
diz por lierra. El ej~rcÍlo csp:!!101, los ingleses
y portugueses f:slahan acantonados ell la isla de
Leon, y la gnarnicion de Cadiz se componia Je
reclutas y ue paisanos voluntnl'ios. l\1anclaba las
tropa¡¡ au-xiliares el Mayor General Graham; y




( 302)
iSla. en cuanto á las operaciones d~} slllo, Victor


obraba en combinaciou con el General S(~bastia­
ni, que con una parte de sus tropas ocupaba á
Antequera, Málaga y MOlril , y mantenia comu-
nicaciones con las lropas de ~líluel Mariscal, si-
tuadas en nontla y Marbella.


Hecha completamente por los franceses la
embestidura de la Isla Gaditana, y estal)lccidas
sus comunicaciones en la forma (lile se acaLa de
manif("slar, dirigieron todos sus esfuerzos contra
el casLillo de IHalagmda, siluado a la emboca-
dura del caúo del Trocadero, crnpezando con el
establecimirnto de baterías contra el mar, entre
el río de Sancti Pctri y el pllenre dd Trocadel'o.
1'01' medio de bala roja ub¡¡s,¡roB:t <Jlcial's(~ á los
buc!ues qlle esl;.¡ban acoder.ldns cId castillo para
pl'otC'gerle; y valiéndose (le los muchos alma-
cenes qne llabia en el Tror:adero, trah:ljaron en
armar baterÍas oCllllas, ~:ne J10 dCScll]Jl'ierOll has-
ta ,¡ue estuvieron en estado, nu solo de imponer
silencio ai castillo J sino de i'cJucirlo á polvo.
Con decto) el Jia 21 de Abril J al rayar el Jia,
ti nicuJo ya prontas 36 piezas, rompieron el
flJiógO contra él, Y lo continuaron sin inter-
misio n hasta 1:l noche, arruillau(lo mucha par-
te J(~ sus merlones V !1ar;¡netos. El castillo C011-


• I


testó con vigor en un principio; pero al anoche-
cer de ac¡ncl día ya su fuego era milS débil y
lento; y al dia siguicnte22, reparadasalgull tanto
las ruinas, principió á contestar con igual vigor;
1)['1'0 habiendo caído una bomba eH el aImacen de
}Jólvora , los espailoles se vieron forzados á cva-




(303 )
cunrll' ~ las dirz de la m;¡j¡:ma, d¡,spucS de 11al)('r 1H10.
volado tojos SI1S parapetos. La toma de este fLH'l'te
pll~O en poJel' de los franceses 1.500 prisione-
ros dd c¡{Tcito elc Dupont, entre los cuales se
contaban 600 oficialcs. En la nochc del 15 al 16
de 1\I8JO, cerca de 2.000 de los misrnos prisionc-
ros se csc~pa['on de <Í horda (Ic! ponton la Casti.-
lla, en donde se hallaban, cortando los cahles,
y tomando velltaja con la marea y un viento fa-
vorable, con cu.yo auxilio lograron dirigirse al
N. E. de ~btagorda, apollU'LÍndosc de ]a escolta
espaüola y de los marineros, que se vieron for-
~ados á dirigir la maniobra, salvándosc, y des-
cmh.lrcnndo cn el Trocadcro casi todos, á pesar
del vivo furgo quc sc les hacia por mar y por
tierra, y de hahcrse inccnclial]O por tres veces el
pOllton) y apagado otras tantas, hasta Cine una
Lomb3, dirigida desde el fuerte ele Puntales, ca-
yendo soL re su puente lo consumió clIterarnente,
C)n pérdida de los que aun no haLian podido
d~.3emL]rcar.


Sin emhargo , el silio dc Cadiz marchaba con
lClll i¡mI, y el sitiador est:Jba mal provisto de ví-
V2[CS .r de municiones, porque sus convoy':s
se vci;:¡n ¡;~Pllf~stos á los COlltÍllUOS ataqups de las
guerrillas del interior) y no podian marchar con
seguridad si no iban protegidos y escoltados por
fuertes destacamentos.


Los franceses levant:Jron ssbrc el arruinado
c~-i:1b de ~lal¡Jgorda) si! uado como á cerca de
"' .... , l ;::"sas de Catliz , en tierra firme, y enfren-


¡ "rte rle Puntales, lluevas oDras, desde




(304 )
1810. las cuales incomodaban 10 interior de In bahia


de CaJiz, y las cOJllilllicaClOll('S Illarítimas con
la isla, sosteni\:ndo lln fllego contílltlO cOlltra el
fuertc de PUlllales, y particlILlrllli'llte contra las
lancJws caÜOlleras espailolas ú illl)ll:sas, que con
el suyo illU:1'I'1lillpian inecsalltl'lllellLe los traba-
jos J y mole.'>t:lLan Jos puC'stos q:!l: tellian ell la
orilla dld mar. La di..¡l;llH:ia entre el castillo de
l\1ata::;orda, 'l!Il~ se halla ,Ji;S. del C[I1LlJ, y el de
Plllltalcs, que esLí al S., e,o; solo de dus millas.
Los marineros qne (:11 el VI'raIlO J,~ l8íJ:) sirvieron
á NJpole:on en el paso Jet Danubio, fueroll en-
yiaJos ¡} E"pail;¡ para servir en las operaciones
del sit.i.o tlt: C;¡Jiz;.


El Mariscal 1\1ol'li(:r, Dllq'lC (le: Treviso, se
dirigió, como dejamos manifestado, sobre la Es-
trcmadl!ra baja para someter esta provincia, y
tratar de apoderarse de la importante plaza de
BaLhjoz) con orden de ponerse en cOllllltlicilclon
COl1 el si'gundú cuerpo, qlle anleriormcnte se
hallaba á las órdenes dd Mariscal SOlllt, y que
á la sazon mandalJa el (:;t.:l1eral Hegnicl'. El 9 de
Fl:brel'o lo~ rl'ancc~cs se ap()J(~raron de Zafra, y
!!'¡:S dias despllcs iutil!larOll la renrlicioll ;Í la pla-
Z;í d,~ Batlajoz, ellyo Gobel'uaJor se negó con la
l11ilyor firmeza .í la rcullicioll; y cll\1a!'i~cal Mor-
tier, clue por entonces no tenia la artillería IlC-
lIPs:¡ria p;ua cmprel1l1cr el sitlo, aca!llonó sus
Iropa~ cntre los pw:Llos de Llcreu;¡ :l Almcndra-
lt'jo, y cstahleció su cuartel general eH el (le lo!>
Santos. El (lia 15 de Abril el Gen,~ral lhllcsleros
quiso defender el paso del rio Tinlo, cerca de




( 305)
Zalamea, á una parte del ejército de Morticr j pe- 1810.
ro Sil division fue completamente balidr. yobli-
gada :l retirarse. Varias columnas móviles del
enemigo disiparon otras pequeñas reuniones de
cspaüolcs en los pueblos tIe Jerez de los Caballe.
ros y de Val verde, en clIyo último punto perdie-
rOn los franceses al General Beauregard, que re-
cibió un balazo en el corazon en el momento de
dirigir un ataque de caballería.


'rOJo( Il (r.




(306 )


Intenta N ey el sitio de Ciudad-no(lrigo. -Accion de Bar-
ha del Pucrco. - Operaeiollcs 11e hegllier CII Estrrmu-
dura; - Accioll de Arroyo del PUC1TO. - Aceioll de la.
Itoca. - Arcion de Ptonllnillo. - Accion de Aracena.-
El Gene¡,;¡J [¡'anel:'" Bond ]¡;Ice llllJ. illclll'Sion CII Astu-
rias. -AcciuII Je Ovil~do y tic! PII"lIle de Colloto.-
¡unol sitia ;í Astorga. - I!cr()ieil ¡lcCl:lIsa lte su Goherua-
do!' Salltocilde~. - Capitula tlcspucs de apurarlos los
medios de resistrncia. - Sa'lllco de la cillllad. - Grall-
,des preparativos de l'\apoleoll pJ.r¡¡ invauir por tercera
vez á Porlu~al.


1810. El Mariscal N ey , que haoia VUelto ele Paris y
tomado el mando del G. o cucrpo acantonado
siernpl'e en la provincia de Salamanca, hizo un
movimiento sobre Ciu(laJ-Rodl'igo, ell ellya pla-
za -comcnzó ií m'rojar el en,~ll1ibo en 11 de Febre-
ro algunas granaJas, é intimó á sn Gohernador
el Brigadier Don Amlres Herrasli la rl'l1LllciOllj
vcro este CO¡ltc'st6 con la mayor íirmeza, que no
se rendiria hasta el último e:;lrcmo (lcspncs de
un sitio en resla. Xc}', "leudo frustradas sns es-
peranzas, replegó sus tropas, y se ncnntonó cn-
tre Ci'.Jdad-l1oclrigo y Salamanca, L:;sta reunir
los medios de obrar mas eficazmenle.


Para adquirir llolicias cxac!;¡s ~0brc la ~itua­
cion y movimientos cid cj;rcilo i:l:;L',s (pIe cu-
bria aquella frontera dc Por! ll:;:ll, NCJ displl~~o
un reconocimiento sobre los ¡mestos aYJ!lzaLlos




(307 )
ingleses que se hallaban en Barba de Puerco so- 1S10.
hl'e la orilla del Agne(la. La brigada del General
Ferrey fue la encargada tIc hacerle; pcro habien-
do sido recihida COll la mayor bizarría por cuatro
compaüias inglesas que cabl'jan aquel punto, tu-
vo que replq;arse con bastante pérdida.


En esta misma ¿~poca el Genc¡'al Regnier que
ocupaba con su cuerpo la Estremadura alta) di-
5cmiJló sus tropas por la orilla derccha del Gua-
diana, á fin de llcs<11ojar de ella las varias par-
tirlas de cspailOles que disc1ll'rian á lo largo de
este rio. Una division de estos, al mando de Don
Carlos Odonell, se adelantó hácia Cáceres, y en
COllLl'LlI1UO el 12 de Marzo á los franceses en el
puente del Salol', los obligó á retirarse y con-
centrar SllS fllc:rzas sobl'e el Guadiana.


El General Foy, sabiendo que un cuerpo de
2.000 c::paüoles acabaha de ocupar el pueblo de
Arroyo del Puerco, marchó dpidamente á su
cncnenlro, y los atJcó de improviso, haci{;ndo-
les cspcrimcntar una pérdida considerahle. El
Coronel inol(~s Grant al servlcio ele Portngal) que
c,l.;¡ba comisionado por LOl'J \Vellington para
esplorar la situ:,cion de 11 Eslremadur::t, se en-
cOlllr"kl CH Arru,Y0 (Id Puerco en el momento
del al<l'\llC, y apenas t11VO tiempo para snlval'se,
Jej:; lHlu al h uil' en poJcr de los en cm; gas sus
cakdlos, erectos y i.npdes, entre lo~ que cnCon-
!r:¡ron sll;:~)r:'cspol1dcnci~, con el Lord \Velling-
ton, con el Getleral Hill, CO:lHtlHiante (td ala
clcr¡;ch::t del ej(~l'cjlo anglo-portugués, y con el
l\1Jriscal TIercs[úrd.




(308 )
1810. La retaguardia de la division del GCll('ral Con-


íreras, de vuelta de una iucursion <lllc haLia he-
cho h<Ícill Mérida, fue alcnnzaua por la brignua
de dragones del Gencral Dycoo el 17 de Ahril,
y la hizo algullos prisioneros.


El General O,lol1ell, r¡ue con su clivision aca~
baba de hace.' una cspedi,{:ion sobre C;!ceres, ¡la-
bia Jejndo al Bri:;-adiel' Don Carlos España con
la relagnal'llia, cOllllJUcslu de las cO/llpaiiÍas de
preferencia de los I'cgi,nienlo8 de Caslilla, Zamo-
ra, Navarra,. Volllntarios de Sevilla, y un escua-
drolllle Borbon en el pueblo de la Roca,cl1ya fllCI'-
za total era lle L500 infanles y 80 caballos·, y 11a-
]}iellllo sirlo atncados el 20 de Abril po.' dos Lri-
gnrlas lle cal)alll'l'Ía lllalllladns po., los Generales
Soult y La,HolIsnye, y por dos divi,¡iones de in-
f¡¡alería, ele las cuales solo enlraron en aecion
algunas compa:JíilS <le cazadorcs, deSplll'S ele ha-
berse hal iJo con basUlllle denuedo] verificaron
su retirada á A!hurqucrqlle.


El General F'o)' , que se 11abia llirigi!10 sohre
C,íce!'es] fue :lcomelido en este pllnlo por una
col llBll1él csrnilf!l:i ,,1 llIimdo del referido General
Odoncll, y se ril) ollligado ,1 rctil';¡r~e ,í Mi~l'ida ;
111as coma LHvi"s('n los fnlllCL'SeS <¡He andar el es-
pacio de nlleve lr'gllDs hasln gan3l' el prime!' PUI'S-
to ocnpado por las tropas del sq~llndo cuerpo de
Sil !'¡::rci!o, .Y el tl'l'l'!'flO (¡!le l.clli:lll quc :!lrave-
¡w r pOI· ln s in I'a el (: C;ícc res fll esc cn!1l pu C!ito tI e
colinas cónicas, c1cslll:das y llccesiidcs para la
cahallel'ía, el General frill1cés se vió [0I"z:\(10 á
.formar varias veces el cu¡¡dro, ava:1zunuo ele es-




( 309)
te modo de cresta. en cresta J perseguido viva- 810.
mente por los espauoles, y andando en cinco ho-
ras seis leguas dc camino, hasta que los espailo-
les dejaron de seguidos en el pueblo de Aldea
del Cano, situado ;1 Cuatro leguas de C,ícercs.


El GCllcral ·Ballesleros ) que se hallaba en
Andalucí,l, reunió su divi:;ion con la primel'a del
ei{~rcito J(~ Eslremaollra en Cula, marchó sobre
San/:! OLdla) j' de allí 50hre el Ronr¡uillo, donde
trauó acciOll d día 27 de l\1;¡rzo con una clivision
francesa, corl.lptle~jta de 2.500 inf'untes y 500 ca-
ballos perlcnecicnles al cllerpo Je Mortier, te-
niendo al fin que retirarse sobre Sevilla.


Se hallaba el General Ballesteros con su U1-
vision en Arilccna) j' el 26 de Mayo se presentó
el GeJleral Giranl con G.OOO hombres de infan-
tería y GOU cabaBas, atacó las avanzadas, cluC
hizo rCI)lega!'.> Y tambicll á las lI'opus que fucron
á contellerlús, aUllfIlle con bastante pérdida. Ata.
caron los fl'anCe,H~s la linea espaiIoln por espacio
de cuat.ro horas con varios sucesos; pero habién-
dose presentado una columna enemiga que venia
por la parte de Carboncras á sorprelldel' la reta-
guardia <le los espailoles, el G::ncral Ballesteros
Re pnso en retirada.


El General Bonnet, que se hallaba ocupando
¡í S,1lltalHlcl', se puso en mo\'imicllto á principios
de Enero con dil'ecciol1 ,l Asturiils, y habiendo
cnconlr"do en posicioll á ]a orilla Lid rio Dcva
las tropas cspaiIolas del General Llano-Ponte ...
en nlÍmero de 4.000 llOmbrcs con 9 piezas de al'·
tillería, las acometió y arrolló el óa 24 de Ene-




(310)
1810. ro, haciéndolas 75 prlSloncros con 9 oficiales.


Inmcdiatarnente pcnetró hasta OviFdo, donde
sentó su c ua rtel gencral; pe 1'0 h os 1 i ga llo sin cesar
por el ejérciLo espaüol tIe Galicia, y por Ilume-
rosas partidas ele paisanos que se halJiélD. levanta,"
do en el pais, B0l111et sc encolllró en la mas cri-
tica siLuacion, rodeado por tOllaS p:lrLcs dc espa-
flOles al nuncIo de Porlier el l\]arrll1esito, Lla-
no-Ponte, y tIel Gohernallor de Lla!los; .Y en su
consecuencia reconcentró sus fuer,;:¡s) y cvaclló
á OVledo, que ocuparon los CSpzlllOles en 12 de
Febrcro; mas el 14 volvió Bonnct sobrc ellos, )03
atacó en la misma ciuJacl y cn cl pucnlc del Co-
11oto) y los alTolló completamente) cogi('ndoles
mas tIc 30 oficiales y GUO soldados prisioneros.


A fines tIe Fehrero el 8. () ClH'l'pJ, qn!! al man-
do de JllllOt, Duque de AbranLcs, habia vuelto
dcl Austria con direccion al N. de Espaila, se
habia aJclalltaclo hasta el reino (L! I.(~(l11) á fin
de protegerle contra el ejército espaiíoi de Ga-
licia.


Con la ocupacion de Aslorga los cspal101es
mantenian espedita la C0ll1l111icaeion COl! Ull I1U-
nlrroso cuerpo de an~lo~pol'il!gu('sCs, (IlIe ocu-
paba las orillas .Id Ezla y toda aqllC'lb p:¡rLC de
la frontera del Porlugal. La pe'l\l('!lQ ejurLd de


1 - . 1 l' . 1 Aslorga, que en e ano anlcnor ,a,)la i;¡i l) ocu-
pada itHlislil1la y sl1ccsiva:n(~!1Le por los ('Vr;~i!os
beligerantes, se hallaba fUi'ti!lcae{:¡ alcl:ll ta'llo,
aunque no podia considcrul'sc co:no ulIa plaza
fuerte. EL Coronel dd regimiento (l(~ Sa:Jti;,g'J,
Don José de SantocilcIes, se enCélrgu Ü~ ::u de-




(311 )
fensa con cerca de 2.000 hombres) compuestos 1810.
de los regimientos de Santingo, de Lugo y desta-
camentos d(~ otros. El ejército de Junot, que en
21 de l\1arzo embistió á Astorga, constaba de
34.000 soldados, entre ellos 8.000 caballos. Este
ej ército pri n ci pi ó el sitio aLr ienuo varias trin-
cheras) apoder;íllJose ue los arrabales de Santo
Domingo y San Amlrés, y Jirigienuo su princi-
pal ati1(Jue contra la puerta ud 1\ey al N., Y
contra el arrDbal (le Hectivia al N. E. Los sitia-
dos hicieron varias saliuas, con las que causaron
mucho dalla al enemigo: éste empezó en 18 de
Anril sus tr~,haios para las baterías de brecha, á
40 toesas de la puerta de Hierro, y el 20 rompió
el fLlego con 9 jliczns de grueso cnlibre y otrns 10
menores. J:l r;;¡~a conLcsLn]Ja pausadamente por-
que se ib,m cOl1cluyendo las municiones. Ln bre-
cha se 1!:lIJó rr~lclicaJJle el 21 pnra 25 ó 30 Lom-
bres de frcnt(~, y en el mismo (ha el enemigo
emprcl1l1ió el asalto, al mando del Gcfe ele es-
cuadron Lagl'2<vc, uno de los Edecanes elel Ge-
neral .Tunol. El atarplc duró desde las r.los de la
tnrd" h:1:[:I L:i seis y media) siendo rcch:Jzados
les [rancu:,:s yigorosamente) y muertos ó heri-
dos e,lnFles ,nontGl'Ol1 la brecha, por el fuego
fjll'c h;zo el :,i~irluo desde las cortaduras abi2rtas
en In i!J I é rio:' p~ra la df~fensa. En visln de tan
oL:;:lll:¡¡h r~':i¡,clclJeia los franceses nlloptnron el
lnj¡;O rcc;1,":~1 (ple le3 (luebaba, de formar por
mc .. lio de b ;:apa una comunicacion con el pie
de la bl'cch:l) y alojarse en esta) como lo con si-
gt,iGon dur~\l1te a/ludia misma noche. COllc1uí-




1810.
(312)


das todas las municiones de artillerÍ:!, y no que.
dando mas que muy pocos cal'tucllOs por plaza
á los defensores, la prudencia exigi;l el no aven-
turar las vidas de estos al éxito incierto de un nue-
vo asalto; y por lo tanto el Gobernador de As-
torga en 22 de Abril en\'ió uno ue sus oficiales al
campo enemigo para parlamentar) traLaudo de
exigir condiciones.sumamente velltaiosas, las que
no fueron admitidas, con la amenaza de que si
á las cuatro de b tarde del mismo dia 22 no so
rendían los espailOlcs, se daría otro lluevo asalto,
y se pasaria á cuchillo á toda la guarniciono En
respuesta de esla exigente intimacion se disparó
de la plaza un cañonazo, perfectamente enfilado
sobre el sitio de la trillcllcra en <¡ue el Oueial
parlamentario habia sido reciGido por el General
en gefe enemigo, en medio de su Es Lado ma}'or,
ron el que aun se hallaba en el mismo sitio. Esto
cañonazo hirió á algunus oficiales; y pUl' es!e so~
lo rasgo puede venirse en cOl1ocimicnLo dd gra-
do de exasperacion en que se hallaban lo;; espa_
ñoles. El enemigo intentó un scgll!lOO asalto; pe-
ro h;¡bicndo sitio igualmente rechazado, se con-
tl'nLó con permanecer alojatlo cn la brecha, dcs-
pucs de haber perdido en menos de lInil hora mas
dt~ 300 hombres. Cpn todo, conociell(lo SJnLo-
cilJes que era inevitable la dcstrllccioll de la ciu-
dad, convocó á todos los gefes militares de la
guarnieion y á los principales vecinos, les hizo
presente la peligrosa situacion en rp¡e se halla-
ban, y de acuerdo eOll ellos envió en la nndru-
gada del 22 un Oficial, proponienuo al GClHTal




(313 )
frnnc('s que la guarJ1ll:lOn se rendiria priSIOnera 1810,
dp. guerr<l siempre (lIJe se la concediesen los ho-
llares militares, que se conservasen las espadas á
los oficiales, las mochilas á los soldados, y se
respetasen las pCl'SOllitS y propiedades de los ve-
cinos, im poniendo la pena de ser pasado por las
armas á tOtlo soldado francés que infringiese cua'l-
(púera de estas condiciones, JUllOt se con vino, y
apculJÓ esta cnpitulacion, por la que ellO de
Abril lomó posesion con su ejército de Aslor-
ga, despues de quince días de triuchera abierta,
y de haber perdido en el sitio cerca de 3,000
h Ú ll1bres,


El ei~rcito espailOl de Galicia, situado en Vi-
lIafl'anca, quiso hacer nll movimiento para so-
correr ;; ASlorg;¡; pero file contenido por el Ge-
neral Clausel, (Ille mandaba Ulla division del 8. a
cuerpo del ejército francés.


Lllego que JUi10t se halló en posesíon de As-
torga, en vez de respetar el l1e1'Oi81110 con que su
vecilld;¡rio había contribuido oÍ. la defensa, per-
miti('J que sus tropas se entregasen á los mayores
escesos, y que saflllcascn varias casas; y dispnso
que fllcs:~n conducitlos ,í Francia prisioneros al-
gunos eclesi;ísticos de los fllli~ mas halúan influido
en la Conserva cío n dd cspÍril u público,


COIl la toma de Astol'ga se facilitaba soLrc~
manera la invasion del POl'tug::ll) por ser esla
ciud¡jJ uno de los puntos y ["J,';OS mas importan-
tes para malltener la com,lllicacioll cun el N. de
a<Juel reíno, y rl'ot.cgel' lus i!lCUl'5ione5 en las
provincias de Lean y de Aslllrias.


TO:.lO 11. -lO




(314)
1810. Para formarse una illea de la importancia


que NapoleOIl Jaha á la reconquista delPurlu-
gal, Lastar,í considerar ]a illlllcnsidad de medio!!
que empleó. Segul"O casi tle no teJlcr liada f¡Ue
teme¡' en Espaiw ~ Lloquc¡lda yn ]a Isla gadilana,
y tomada la c¿.Jebre plaza de Gerona, el domi-
nador de Europa JiSpIISO, que el pri:nel' cuerpo,
mandado por d Mariscal Y.iclor, y el qllinto, :1
las órdenes de MOI,tiPI', fJUl~ llabiau acolll¡niwuo
á su hermano José de.~de Madrid á Sevilla, per-
maneciesen ucupalldo desde esta última ciudad
hasta Chiclann, delante de la Isla de Lean: que
el cuerpo de Sebastiani continuase entre Grana-
da y Málaga: que el del Genl!l'al Regnicl', aposta-
do sobre el Tajo; el del Mariscal Nl'y, que ocu-
paba á Castilla la vieja, con la divisiou del Ge-
neral Kellerl11an; y el de J Ul1ot, que Hca!J¡¡}Ja de
npoderarse de Astorga ~ se preparasen á illvadir
por tercera vez el l~ol'tugal pOI' el N. Y d 1::.,
despues de establecer de antemano almacenes y
depósitos en la~ plazas fronterizas. Para el éxito
completo de esta espeJicion el cuerpo de 'lictor
que sitiaLa á Cadiz, addaulaba destacamentos
hasta Ayamonle, y el de Sebastialli, dcsrues de
contener los reinos de Granada y de :VIurcia,
avanzaba con sus .con·crias hasta Gibraltar. To~
dos estos numerosos ejércitos se hallaban en co-
municacion, no formando realmente rnas que
una soja linca de operacioues combinadas.




(315)


t:APÍ'fIJLO XVIII.
OJ"ncll es llo1ll1)['a,lo General en gefe del ejército de Ca.


til,I!;]. -Accioll del puellte de J\lolills (le Rey.-Ac.
cion de Moya y Co!lslls;linil. - Recollocillliellto sohre
Vieh - :\ccion de Santa l'prptftlla y 'Iullet. - n:.talla
de Vich. - Accioll dI' V¡¡I~r".lIIea .t,~ Pallatl,!,.-Accion
,le E~paITasnel'a. - Ite~ i"ó\tLt (IL~ lo; f .. ancpses á 1l;¡I't~elo·
lB. - nlolpH~o y defensa (Iel castillo de Ho,tah·ich.-
Toman los fl'allceses las islas Medas. - Ell\Ial'iscall\lac-
,lonaltl. reelllplaza á Augereau, - Accion ue (hta.


Habiendo llamado la Junta c('lllral al Gene. 18/0.
ral Blacke para residir en su illmediacioll, Cl'cyÓ
que no podría cOllfiar el manJo (lel ejército oc
Catalnüa, ni la dircccion tic las op~~raciolles mi-
LIares ele esta parte d" la Peníllsula, que era clon-
de l/asta entollces habia sufrido menos la causa
de la independencia, ;1 otro mas á PI'opósito 'lile
al Brigadier Don EI1\'ii'lue OJoncll, cuya reputa-
cion Se h¡¡bia aumclllauo esLraordinariarnenl:C des-
Ut~ su salida de Gl'l'Ona por medio del ejército
si Liad UI', ailudiendo esta pl'ucoa mas á las muchas
de audacia y actividad que han caracterizado á
este Olieial general.


Las tropas .v somatenes r¡ne formaban la linea
del Llobregat atacaJ'on los des! aeam('nLos C'nemi-
gos Jc San Justo, Esplllgas, (:;"llTl)r~T y Gnrne-
llá, Y los obligaron ,{ replegarse á Barcelona el
dia 3 de Enero. Al Jia siguiente salieron los fl'an-




(316)
1810. ceses refnfzados de aquella plaza con tres pieza~


ele artillería, y trataron de forzar las posicioucs
de los eSllañoles sobre la derecha del Llobl'crrat 1') ,
camino de Villafr:mca de PanaJés) que defcn-
Jicl'on bizarramente.


El General Sohuan, que á Ilnes de Diciem-
bre del ailO anterior quedó acantona<lo en las
inmediaciones de Olot, no permaneció alli largo
tiempo, pues reforzado con la division itllli:lll<l
del G(~!1cl'al Pino, recibió ó¡,tlw de dirigirse
sobre VieJ.. Los somaten(~s aClldir!ron con una
celeridad increible, con el objeLo de detener á los
franceses en los desfiladeros que separan á 010t
ele Vich; mas eslos en número de lll:1S de IO.Oro
homhres lograron penetrar hasta esl:l l'lltima ciu-
dad, desde donde intentaron pasar hasta MOyi!,
flanqueando el <.lesfiladero de Collsllspina. La di·
yj5ion espailOla de Porla file atacada el 12 de
Enero, cuando se dirigia á incorporarse con la
(lel General Odonell, (file se hallaba situado en
el indicado paso; mas reunidas y formando un
todo <l(~ 2.200 hombrcs, acomeLieron bizarrnmcn.
te ,l los enemigos, que se ViCl'Oll precisados /1 re·
tirarse con gran pérdida. El 13 volvieron á jn-
1 ¡'uta!' el paso por la pnrle de la izquierda, 10-
gnllulo penetral' su caballería hasta Moya por el
camino renl, y disputadas las altnras inmedial[l~
durante lodo aqu(11 elia) los espniio1"s se rctira-
ron sohr.: Cdh~nt y pllentp di! Cahriann. El 14 Io.~
francf'ses l'ctrocedi~ron hasta Tona,'y elllllt'VO
Gl'1l101'al Otlonell, para eSl:ita!' el al'dor de 103
sollLdos, peleaha á su c:lbcza como un simple




(317 )
granadero, hncientlo por sí mismo pi'l5JOIll'rOS 1810.
tres oficiales franceses, á quienes trató con la ma-
yor consideracíon.


La division de Odonell se hallnba el Vi de
Enero en CalJ.es, y la de Porta en Moya. Odo-
ncH , tan activo corno emprendc(lor, espiaba
todas l~s ocasiones de batir ~l ellemi;;-o. El dja
21 de Enero dispuso que el Mal'C¡ués de Campo-o
vel'dc atacase en:) Sil (tivision ,1400 enemigos qllc
se hallaban en San!a Pcrp"'llld, <le los (FlC sulo
se salvaron dos; y !legando á este li~rnro la di-
vision al manllo (lel Brigadier Porla, cayó sobre
una columna (L~ 1.200 franceses, que ocupaba á
Mollet con dos piezas de artillería, la que fue ha-
lida'y JeMrui(la tan completamente, gue despucs
de perdida S11 artillería, solo Plldieron sal vat\~e
dI") 200 á 300 homllres. Los prisioneros cOGido!'
en esta accio!l, precedidos de los dos c<JfJCl!I!'S
Con inscripciones, }' cuhiertos de guirnald'is Je
laurel, fllcron pasearlos en trillnfo pOI' medio del
ejército; y esta especie de pompa triunfal exaltó
hast!l. el último cstremo el cspíl'illl ele los solda-
dos) y borró algtll1 tanlo la funesta il1lpresifHl
que habia hecho la caída de la inmortal plaza (tú
hp¡,ona. El GÚDcnl Allgcl>eau, dCS¡lllCS de la to-
lln de esla, se diri~ió á Barcelona, en donde hi-
zo Sil entrach trilwLl, revestido, entre otras dl~
sus mlJcha~ condccoracionrs, Con la gran Cruz
de Carlos 111, .v COII el título de Gohernador de
Catall1üa: sc alojó en el magnifico pnlacio del go-
bierno, donde hacia treinla años CInc él mismo,
en clase <lc simple guardia w3lo11 , al servicio de




( 318)
ni 10. Espaila, hahia montado la guardia, ofreciendo asi


un nuevo ejemplo de las vicisitudes humanas.
Una de SIlS pl'illH~l'as I'I'ovi(lellcias file la .::Ieposi_
cioll del General DIIII!~sme, á quien cuvió ,í Fran-
cia, prelestan(lo el malll'ato y dureza que habia
usado cou los calalaues; y este acto ,le scveridad
hizo concebi .. tina 0l'illioll favoraulc de este nue-
vo gefe enemigo. Tan Cil'l'to es (Iue en el bom-
bre revestido de altas digni(lades y (leposital'io
del p()Llcr, la equill<ld es el líuico medío de con-
ciliarse el afecto, y de hacer respetar la aulo-
rilla d.


El ejército fl':lIlcés no podia permanecer lar-
~o tiempo en los alretledores de Barcelona, don-
de consumia lIuas subsistencias pI'eeiosas, y don-
de, por hallarse el Fais eutel':tl1lenle devastado,
co.;taba mllcho SIl lIlanuteucion á la Francia,
Au¡;-creall, sigllienJo la m,íxillla ue Napoleon ue
cTue la guerra Ud.H~ alimentar ,í la gllcrra, marclló
inmediatamentc ¡í GCl'Ona, llcjando al paso algu o
nos batallones sobre las alturas tIc Masanet, para
hloqucar el fuerte de Hostalrich, y ver si porlia
rendirlo pOi' hambre. La division de Sohuall fue
d:'s,iniida para :!(lelanlarse hasta Vich, y pasó,
c:lsi sin resisl(~lIci1 , los Jcsfilallcros de la Garri-
ga, por JOlde va el único camino transitaLle
para cart'lw,:;es 'f arl.illCI'ía, pues pOI' los ucmas
que cordllcen ;l aql1ella ciuuad, los transportes
ticuen ([tiC ir :1 lO!lIo. Los somatencs entretanto
OC\lparon todas las montalJas de los alretleuores
de Vich, y tenian á los franceses casi en esta-
fl'j d,~ bloLIueo en sus mismos acantonamientos.




( 319)
Odonel1, ¡~ imitacioll tle Honapartc, seguia una 1810.
marcha diametralmente opuesta ;í sus prctlecesoo
res, y recompensaba sobre el mismo campo de
bnt,!lla las acciones brillanles, ya Jaudo graJos ..
ya prodigando ulab:Hlzas que electrizaban al sol.
dado, y no atelldiendo en la llistrihllciull d,~ pre-
mios, ni al nacimiellto, ni á los títulos, ui á las
recomcllllaciollt's, sillo al ¡,delito j al valor y á
Jos servicio,.;. Esu~ Gene!';]l; á quien sos espc(Ji-
ciones de Gcroll:l y de J\lujlct habian adquirido
una gran reputacion, y gnnauo la confianza del
solda(lo, reunió en este último puehlo todas las
fuerzas de 'Ille rodia disponer. Estas asc?l1derinl1
como á 12.000 hombres de infantería y á 1.2UO
calúJl I o,.; J eOIl los cl1ales, divididos €Il tres co-
IUlllnas, y ayudados de 11n cOlIsi,lerable nt'tn1tTO
de somatenes, desemhocó en la llanura de Vich.
Los francf'ses ocupahan esta, los p11ntos dp Por-
tona, Collespina y Cenfüras J con las alt.u!'<.ts
que pOI' el occillente dominan dicba llanura. Pm·.
te de la última tropa espaüola atacó ,í Gurp, ocu-
pado por un balallon francés, el que se retiró
ordenadamente, y á poco tiempo el fuego se ge-
neralizó por foda la linea, y quedó empeilada uua
accíon grll('ral. El General OJonell trató sucesi-
vamente Jc envolv~'l' el naneo izquierdo, de rOnl-
per el centro, y de doblar amhos costados; pero
naJa pudo realizar, y las lropas francesas se sos-
tllvieron frustra I1do todos sus planes. En seguida
mandó OJonelL desfilnr pOI' su derecha una co-
lumna de infantería sostenida por la caballert¡¡;
pero una britlanle carga de la de los franees{'s




(320)
13tO. derrotó la caballería española, y deshizo á la in-


fantería, declarándose desde este momento com-
pleta la victoria por parte del enemigo J (Iue per-
.siguió hasta Tona á los espaüoles, matando á
muchos, y haciendo un gran número de prisio-
neros. El campo querló cubierto de muertos y
de hcridos, y el ejército derrotado buscó su sal-
vacion en las montañas.


Al mismo tiempo que Sohuan se batia con
Odoncll, las tropas italianas que formaban el
b!OC]lWO del castillo de Hostall'ich eran atacadas
por una multitud de somatenes, que fueron bien
prouto dispersados con bastante pérdida.


Un cuerpo de L.OOO infantes y 200 célbélllos
cspaüoles, mandados por un Co¡,ond suizo, atacó
pUl' entonces á los franceses acantonados en la
v illa de Bcsalú j pero fucron repelidos vigorosa-
mente por el Gun~l':tl Verdier, y obli¡;:Hlos á Jis-
per.~arse, aú como la J un [a provincial que se 11<1-
hia instalado nuevamente en Arenys de Mar con
el fin de acti\'ar la insurrecciol1 general delPrin-
cip2.do. El Mariscal Duque de Castigliolw (lile
permanecia trancluilo "en la alta Cataluiw, como
llcvu,nos dicho, creyó sel' llegado el momento
de atldanLal'se r:las allá de Bal'Cldolla para apo-
yar, con arreglo á las ónlcncs que habia recibido,
lus movilU;e'llos del General Suchet que se prc-
paralJa rara siLiar 1.1 plaza de L(~l'iJa. El Mariscal
se puso en marcha con su ejércilo á principios
de Marzo, dejarlllo cerca de 3.000 hombres delan-
te de Hoslalrich para continuar el hlor¡lleo. La
Jivision de Sohuan, que por haber sido hcriJú




(:121 )
este en la batalla ele Vich y l'etirádose á F,'ancia, 18~O.
se hallaba malHla(la por el Gfmcral AugerC'au,
sobrino del ;Hariscal ele este n0l1'10rC, se di!'!-
Fió pOI' CoUespina y por Mauresa, y 1a di vi-
sion italiana á las órdenes del General Severoli
n13rchó por San Celolli y Gl'anollers, y ambas se
reunieron sobre el Llobrcgat y puente de Molins
de Rey, Los italianQs en su ruta no encontraron
oposicion ni obsl,tclllo alguno; mas la. ttivision
francesa tuvo que pelear con 2.000 cspailoles en
Jicho punto tIc Collcspina, á los que obligó á
replegarse. La poblacion de l\1anresa huyó toda
pl'ecipltadarnentc al aproximarse los enemigos, y
las tropas españolas que se hallaban sobre el
eoIl de Ordal, se retira-ron tambien sobre Téll'fa-
gona. Las dos Jivisiones francesas entraron cn
Villafranca, y penetraron por el Col! de Santa
Cr.i:.;tina hasta el campo de Tarragona , dcj~nrlo
libre la ~arl'ctera real de Barcelona. Sabedor de
esto deslacó Odoncll Uila division al mando Lld
General Don .T uan Cal'o para ho.s.tilizar sus co-
municacic)l1es con Barcelona, y en efecto en 30.
de .\larzo atacó Caro la guarnicion de 640 hom-
b!'2s (fue el cllcmigo hahia dej:ldo en VillafrancaJ
y la biza prisionera, quedando cortada (te este
mOllu la comnnicacioil entre las uos divilúones que
oCllpaban el campo de Tarra3ona, y cll\1al'iscal
D Uf{ ue dt! CasI i;;lione , 1ue creyó con venicntc 1'('1'-
manccer en Barcelona como punto centraltle sus
o[lc:raciont's. Las dos divisionrs enemigas se aC31J~
tonaron en Reus , mas allá deTal'l'agona , habicn-
do ilej;do antes una guarnicion en Manresa, r.lyU


TO.I1G !l. 41




(322)
18.0. suerte no fue mas feliz (Ille la de Villafranca.


Heriuo el Gen!'ral Caro en la nccion de Vi.
ll'afranca, recayó d mando Je su colnmnaen el
Brigadier Gasea, el que continuó Sil marcha con
direccion á Manresacon el objeto de apoderar-
se de los franceses que la ocupahan; pero al lle-
gar á ESpatTaguera, se encontró 1::0n {licha guar-
nicion ,compuesta de la brigada del General
Schwartz, la atacó, y arrolLímlola {Iejó fuel'a de
combate mas de 4UO J hizQ 500 prisioneros, y solo
300 pudieron salvarse, liiendo persl'guillos á la bao
yoneta hasta los mismos reJuctos del !lUenle d-~
Molins de Rey.


Estos dos 'reveses ponian al Mal'iscalDuque
de Castiglione en la mas crítica situaciou; pues
se hallaban in terrum pitIas sus -com 11 nicaciunes
'Con las Jivisiones 'estacionadas -en Reus, que com~
ponian la mayor parte de su .ejército, yademas
las partidas que á suarLilrio saliande Tarragona,
plazasíLuaJaen el camino ,¡'ealde Barcelona á
Valencía, interceptaban por 'cuantos ;pu utos se
proponian las mismas -comunicaciones. Un cor-
reo que el Mariscill se aventuró a enviar por mar,
y que pudo 'escaparse á la vigilancia de los in-
llumerablesct'uceros de ]a costa, llevó orden á
los Generales "franceses .sit uadosen Uells para
abandonal' snposicion , y en la -misma lloche, á
cosa de las Sen que lal'ec'-ibieroll, ycon oel obje-
to debudal' la vigilancia de Jos e."pai'loles, tra.
t.1ron de ponel'se en retirada; mas concertaron
tan mal su movimiento retl'ograuo, y era tal la
cOllfusioll CQn que se preparaban á emprenderla,




(323 )
que al amanecer del dia siguiente las columnas 1810.
apenas habian sa lido de RellS. Percibido este des-
orden d('sd~ 1'1 campo de Tal'l'agona-, los espa-
fwles salieron de la plaza y sus aca-ntonamicnlos,
y rellnidos con varios somatenes sobl'e e] cami-
110, incolllot.blron COllstantcnwnte ]a marcha del
enemigo, A su ll!'gada á Viilafranca Odone11
intentó molestarle mas tIe cerca por haber hecho
allí el primer alto; mas fue I'cchazacla su van-
guardia hasta el plleldo ,le A 1'1 JO S , en donde ha-
biendo tomado posicion los espailOles, se sostu-
Tieron brillantemente conll'a el Ímpetu del ene-
migo, cuya l'etirada á Bat'celona no pudo impe-,
dil'se.


Luego q11e entraron en esta plaza las dos di-
visiout's, el Mariscal dispuso marchar á Gerona~
y colocar sus tropas de moJo que se asegurase la
cOlllunicaciün con Francia, y se impidiese el so-
corrode Hoslalric)¡, cuya posesion era tanto mas
interesante ¡í los [I'anceses, cuanto era imposible
alelHlcr á la subsistencia de la capital de Catalu-
fia si los víveres no venian de Francia.


El castillo de Hostalrich, defendido con 42
piezas de artillería, está en una roca que domi-
na las montaiJas de dificil acceso, que por to-
das partes le rodean, y no puede ser tomado
sillo por hambre, La guarnicion hacia frecuen-
tes salidas, el tiroteo era contÍllllo, y disral'aLa á
menlldo bOlllbas que causaban bastante estrago.


En <1 de Marzo el Teniente Coronel Villamil
introdllio en el castillo un convoy de víveres,
desplles de haber batido á los sitiadores, Estos




(324 )
~810. se continuaron accrcando á Jas muraBas, y ('s-


cascando de nuevo los víveres, un gran número
de sornatencs, sosteI1ilios de alguna tropa regla-
da J intentaron introducir olros dos convoyes en
la noche dcl3 al ,1 de Mayo, 10 que no pudieron
consegui\' por las disposiciones tomadas por el
General Scvcroni, salvándose no obstante los
-dos convoyes por el cuidado que tuvieron los
f!'spaiJoles de no aventurarlos hasLa teller espeJ.i-
to y libre el paso p,n'a su inLroduccioll.


La guarnicion de Hostalrich , viendo por úl-
timo consumidos todos sus víveres, y no espe-
ranllo SOCOITO , tOIl1Ó, por disposiciol1 de su Go-
}Jernador el General Estrada, el arrojado par-
tido de ahandonarel ensUllo, y de abrirse
paso por l<ls líneas enemigas, como lo verificó
cn la noche <.lcl12 de Mayo á favor de una espe-
sa humareda, degollando á un centinela italia-
no (iue ellconlró; mas alarmadas hs tropas ene-
migas del bloqueo, y corrienuo á las armas, per·
iiguierol1 á los espaüolcs, los enales , vencicill:O
l1H1chos y grandes obstáculos, puJieron reulIirse
d ejército, no sin alguna pér<lida.


En los momentos mismos en que Holtalrich
era ab:ll1tlonaJo, el. Mariscal DilC¡llC de Ca'sli-
glione preparaba el atarIl1e <.le la posicioll d.c las
i\leuas (islotes), situadas al S. tIc una de las PUll-
tas Jel golfo de Rosas, cerca de la em!;oc::¡J.llra
delrio Ter. La posesion <le estas islas era il11pol'~
tanle, porque aseguraba el cnLotage en la l'j!l-
gituu de toda'aquclla costa, y quitaba á los hll-
quesin.gleses un asilo marítimo. l,os franceses




(125 )
se apoderaron de estas islas por un golpe de 1810.
mano.


Los re,'cses que el1\Iariscal Augereau espc-
rimcnló en Villafranca y Manresa, le hicieron
caer en desgracia de Bonaparte, é ignalmen.
te <lue su retirada de Reus, que comprome-
tia las operaciones del sitio de Lérida, abando-
nando al General Odonell los desfiladeros de
MonthIanch, por donde atraviesa el Ílnico cami-
110 suscepLihle (Id paso de ar~illería , por donde
padia socorrer dicha plaza. En su con:;ecucncia,
Bonaparlc nombró para rcemplazarle en el man-
-{lo en los últimos clias del mes de Mayo a11\1a-
rjscal :\bctlonald, Duque de Tarento, en pre-
mio de sus antiguos servicios y de su brillante
cooperacicn en La mcmorable bat¡¡lb de '''agram.
El manlto de CaLaluila y la di.rcccion de sus ope-
raciones I:1il ¡lares había costado la opiuion y
desgracia el" dos Generales afamados que no ha-
bían 11c11<)(lo las inlenciones ele K apolcon, por
lo que este' nomlmunicnlo era para l\lacdonald
una prueba de confianza de las mas lisongeras, y
q{)C lll<lS dchia estimularle. Sin embargo, el valol'
de Jos Cal~¡la!1(:s cl(:lnvo tambien su marcha vic-
tOl'iosa, como la (le sus pI'cdecesores, oponiendo
o]¡~;t~culos insuperahles la surnision de un pa16,
cuyos hahitantes b<lbian jurudo morir antes (lue
pcnler su independencia.


Despllcs de la loma de Geroni'i, el ?fIarise-al
Allg(~l'eall, sin embargo de las protestas que hizo
d\~ tr~tar con benignidad á los espaüolcs, y de
aseGurar que deponia {¡ su antecesor Duhcsmc _por




(326 )
fS!O~ el rigor que habia empleado, llabia tratado de


establecer un sistema de la maYOl' severidad para
~ometer el país; y todos los paisanos cogidos con
las armas ell la mano eran ahorcados irremisible.
mente, á cuyo efecto se colocaron de su orden
horcas de trecho en trecho en el camino real que
conduce de Gel'ona á Figucras; mas estos medios
en ve~ de aterra¡' el ánimo de los catalanes, los
incitó mas á la defensa.


El Duque de Tarento adoptó IIn rllmbo dis-
tinto, y adoptando el ICllguage de la persuasion,
trató de concilia¡'se el afcclo de los habitantes,
por med[o de pOmposas proclamas, en que res-
piraba intenciones l«'ales y pací!1ca.~; pel'o los ca-
talanes COn las armas en la mallo despreciaron
sus proclamas, y frllst¡',lI'on des¡}(! lllego la pri-
mera espedieion que elllpl'endió el DlIqUf~, inter-
ceptando los convoyes <]tIC n'lIian á Barcelona.


Desde principios del a¡1O dl! 1810 el General
Suchet se hallaba casi enLt'¡'alHl'nle dueilO de Ara-
gon, y se preparaba á sitiar a Léri(la, plaza fuer-
te, situada sohre las fl'Outeras tIe ,uJlwl reino) en
el principado de Calalllila.


El Coronel GarcÍa Nav;¡rro oCllpaba la dere-
cha del.'io Algas COI; cinco batallolll's; y los fran.
ceses procedentes (le Calallda , Caspe y Alca¡üz,
reuniendo fuerzas slIlH'riol'('s en lus pueblos de
Valderobles y Macll:., solm: la lI1.írgen iZ(lUicl'-
da del mismo río, f.,rzaroll el lO de Febrcro el
paso pOI' enfrente cid pll ·!Jlo dl~ Oda; mas las
tropas espnliolas , di~l'lILílldllles el tcrreno, les
oponen una l'csislcncia obstinada, contient:n á




(327)
los enemigos, y siguen su retirada hasta la posi- 1810
cion ventajosa de Pral de Conté) sin ser perse-
guidos. Despues de la accion de Orta, noticioso
GarcÍa Navarro ae que los enemigos se dirigian
POl' el camino .de Bot, se puso en marcha con
sus tropas, y alcanzó su retaguardia en las altu-
ras de este pueblo, los desalojó de ellas, y per-
seguidos por las guerrillas españolas" repasaron
el mencionado rio Algas.




(328)


CAPITULO XIX.


Operaciones del jóven :Mina en NavarrlL - Suchet le per-
sigue activamente. - Espedicion de Suchet á V.Jh:n-
cia. - Combate de Alventosa. - Entusiasmo de los de-
feusores de Valencia. - Retirada deSnchet. '-"- Opera...;
ciunes del General espailOl Yillac:llllpa. - :\Tina el jóven
es hecho prisionero. - Suchet sitia á Lérida, - E.sta-
'do de la plaza. -Salidas de sus defensores. - Uatalla de
l\Ial'g¡¡lef. - Horroroso asalto de I~éritla. - RCll(liciun
de la plaza. - Operaciones de los somatenes. - Defensa
y rcndicion de l\1erluillellza.


1810. La provincia de Nava.rra ~ por donde el ejér-
cito de Suchet mantenia sus comunicaciones con
Madrid y París, habia permanecido en 1111<1 com-
plela calma y tranquilidad durante la primera
campaüa, en tales términos, que los caminos
se hallaban tan enteramente libres, qne los trans-
portes y la artillcl'Ía COIl que se hizo el sitio de
Zaragoza, vinieron desde Pamplona sin escolta,
y sin temor alguno de parte de los habitanles del
pais; pero este reino, sin plazas fuertes, sin de-
pósitos, sin apoyo conocido, fue luego uno de
los paises que mas dieron que hacer á los fran-
ceses, por(lue se lc\'antaron en él una porcioll
de partidas que iulcrccptaban los correos, in-
comodaban los convoyes, llegando á tal cstre-
mo, (pie puede asegnrurse que hubo ocasiones




(329 )
('11 f¡lIe la ;1uloriJad t!e1 gubierno franees nCi 05(:
(·.~tellfiia mas q\le al glacis de la capital. Un jó-
ven csllllliante) llamado Javier Mina, que 11ab'lu
.~ali(lo de esta, era ei alma y autor de todos estos
llIovimientos. Puesto á la cabeza de algunos hom-
bres atrevidos, obtuvo algunas ligeras ventajas,
t~ hiw varios prisioneros que condujo á la plaza
de L{~rida. En vista de su actividad y celo) el Go-
hernador de esta le proporcionó armas, municiu-
nes y recursos, y á poco tiempo despues UIIH
bandera que recibió de la Junta de Sevilla) le
Ilirvió para organizar su gente en tropa regla da,
y continuar inquietando álos enemigos, evitan-
do lodo choque sério, y no atacando jamas sin
la ccr[iJlllnbre de conse¡!,llir ventaja) bien por
la lwsicion ) ó hien por el m'lInero. Con tan pl'U-
dente conducta se vió d poco tiempo en estado
de comb:üil' con gruesas destacarnclltos cnemi-
bOS, y de apoderarse de todos sus convoyes. Sll
acLividad, su energia y la sC\TeriJad cruel con
qne castigaba á los españoles convictos ó acma-
uos de haber hecho de grado ó por fuerza el me-
nor servicio á las tropas francesas, le hicieron
formidable, y le aseguraron el secreto de toua~
lIl1S operaciones. Ya se emboscase en el Carras-
cal} bosque inaccesible entre Tafalla y Pamplo.
na, desde donde salia muchas veces rarJ atacar
al enemigo, ya marchase rápidamente á sor-
prender los puestos de este, ya se retirase pa-
1'a evitar su persecllcion; e11 lodos los pueblo5
era recibirlo) temido y ohedécido, sin que ja-
mas habitante alguno vendiese ni descubriese


'fOMO 11. 42


1810.




(330 )
1810. á ningullo de sus parciales, Dominaba ya aL! lol


suene el pais en el mes de Enero ae l8tO , (ple
el Gobernador frances de ~"avarra creyó pod{~r
cntral' eOIl él, como con un General de eiército,
en negociaciones relativas al cange de prisiolle.
¡'OS, Y aun ad mitió en Pa m p lona en clase de par-
lamentarios ,t los oficiales que comisionaba al efec-
to, Estos progresos en una provincia fronteriza á
Francia entorpecian las operaciones del tercer
cuerpo del ejército frances, que mandaba el Gene-
ral Suchet, y la deslruccion de una partida tan
terrible fue mirada 1101' este como indispensable
preliminar para las operaciones que pensaba em-
prender. Autorizado con plenos poderes p<lra suje-
tará Navarra, destacó al Geuel"alAl'ispe p;'rta per-
seguir á Mina. Arispe se dirigió en los primeros
dias de Enero á las Ciuco-Villas, y marchó al
PJlcuentro de Milla, (Iue ocupaba á Sangüesa)
mientras que 400 polacos desde Tudela C<ll1lína-
ban en igual direccion, y una columna de 800
llombrcs partía de Pamplona para cooperar al
lugro de este movimiento, Temiendo el enemigo
(lUl~ Mina se inclinase, como lo habia hecho ya
alguna vez en ocasiones semejantes, hácia las
fronteras de Cataluüa , se dirigieron dos batallo-
nes franceses hácia i\lusa y Mediano, con ordell
ae atacarle y acosarle por todas partes donde
apnreciese, interceptándole á todo trance el paso
del Cinca. El General en g-cfe Suchet se trasladó
en persona á Huesca p3ra asegurar la eiecucioll
de estas medidas, (lue fueron todas infrllctuosas é
inútiles, pOl'que Mina, rehusando el combate, sule




(331 )
¡](' S;lllgLipsa ,y pOI' medio de una marchalan r;í- HJ1I).
pila, corno Jiestral11ente dirigida, en vez de huir
de! encmjoo con l.OüO hombres deinfantería V 200 D ~
Je cahallería cac sobre Tafalla en el momento
en <lue alli menos se le aguardaba, ocupa el pue-
blo, y la guarnicion francesa se refugia á un
cuartel, en el que se mantuvo encerrada durante
todo un tIja que permaneció alli Mina, dueño de
la línea de comunicaciones del enemigo, A vista
de tan osada tentativa redobló esta la actividad
en la persecucion; pero el sagaz caudillo espa-
üol) conociendo que le era ilnposible permane-
CPI' constantemente en las montañas por el rigor
de la estacion , ordenó la ocultacíon de las armas
de Sil gente, y despidicudo la mayor parte de
esta, y errante de pueblo en pucLlo pudo esca-
parse por entonces á las pesr¡ujsas de sus enc-
1111g0S.


Por un rasgo de aULlacia , propia de su ca¡';íc-
ter, durando aun csta pcrsecucjon', se presentó
vestillo de paisano entre un grupo de estos en
el camino real, cerca de Olite , y estuvo víendo
pa:;<lr al General Sllchet cuando marchaba de Za-
ragoza á Pal1111loll<l con el olJjeto de inspeccio-
nar por si mismo el estado de arfuclla plazil, y
disponer el desarme de sus habitantes, aunque
otros aseguran que el verdadero rnotivo secreto
de su viagc era el de inspeccionar los parques, y
acopiar las provisiones necesarias pal'a los sitios
que pensaba emprender.


Suchct depuso las autoridades civiles de Pam-
pIona, eligió otras, y se retiró á Aragon, y se




1810.
( 332)


preparaba á cjecntal' nuevas operaciones, cllando
en 5 de .FI~bl'ero recibió en Zaragoza la orJeH,
(tue con f,;cha 27 de Enero le comunicaba el rey
José para marchar inmediatamente sobre Valnl-
cia en dos columnas; la una por Teruel y Se-
gorbe J y la otra por Morella, Sa n Mateo y cust<J
dd mar, añadiéndose cn dichil orden que el ejér-
ciLo del mecho dia destacaría una divisioll );obl't'
Murcia para cooperar á este movimiento, y <tllUII-
ciando con fundadas espcr;¡nzas que Valencia
abriría sus puertas al ejército frances. Marchó
en efecto Suchet en dos divisiones sobrc Valen-
cia, la una por MorcHa , y la otra con el cllartel
general por Alventosa, y el1COnll'allUO eH este
l'llLimo pueblo la vanguardia Jd ('ji~l'cilo de Ya-
lellcia, 1~ derrotó con bastante p"~l'llida , y prusi-
Sllio su marcha hácia la capital; y ocupando COIl
una de sus divisiones el 5 de Marzo el harrio el"
r.Illl'vie<.lro J él la izquierda dd Guadalaviar) se
presentó delante de Valencia, conGado en
que una conspiracíon le ahriría sus puerlas.
Cinco días permaneció al frente de esta ca-
pital; pero no se manifl'slú en ella el mo-
vimiento rdvorable qlle aguardaba, y Sll (';'0-
bernadol' desechó cu;:¡nlas intimaciones y pro-
puestas ~e le hicieron. La efervescencia popular
estalló de 1111 modo terrible entre sus habitan-
Les al saher que los franceses cuntaban COlI
uua conspiracíon interior para apotlcrarse de
ella; mucllos sugelos sospechosos de favore-
cer las miras de los franceses, fueron a!'res-
lados, y hJ.h!énd0SC puesLo en medio de h pIna




(:H3)
p:¡ra alerrar ,~ lo,; I raidores una horca, f!Jf' n il1~1 j. '!i:liO.
ciado en ella uu Coronel, á quien se aCLislI
por tal.


El mismo espíritu que en la capital se mani-
festó en los pueblos de sus contornos, y asi el
General Suchet determinó su retirada á Aragon;
prro antes quiso disipnl' algunas reuniones de cs-
paiioles que se formaban sobre sus flancos, que-
úcudu conservar U!la aclilud de fucr7.a y poder
en medio ele uu IléJis encmiCfo, El Coronel lIen-


u


riot fue destacauo sub¡'e Liria para someter aqnc-
lla poLbcion j y el General 13ousal't en 8 ele Mar-
zo con 200 coraceros y 300 infantes escogidos se
dirigió á Castelloll de la Plana, y encontrnll-
do 2.0()() paisauos armados en el puente de Villa
Real, clctras del Mijarcs) los derrotó y puso
en fuga.


A principios de la noclle del lO de :\larzo (,1
ejército francés levantó el campo, y reunido en
una sola columna tomó el camino de Segorbe
y Teruel , que se hallaba amenazado ya por par-
tidas de espailoles. El 7 de Marzo el General Vi-
]/:¡cumpa, jl1zgan<lo 'lile la allsencia del ej?'rcilo
frances le proporciona ba la ocasion mas fLl rora-
ble para pcnelral' en Teruel, entró cuesta ciudad)
!! hizo encerrar á Sll gllurnicion, compllPsta de
400 hombres, mandados por el Coronel Plirlllc,
en el SCllliuarÍo Conciliar.


Instruido elmilllo Vil1acampa de que un des-
tacamento de 150 hombres, escoltando cllatro
piezas de montaüa y varias cajas dc municio-
nes, habia salido de Daroca con dil'eccioll al




(334 )
1810. t:jército, se dirigió contra él, Y rodeándole en


ulla gran llanura á una legua de Terucl, se apo-
deró de él. Poco dcspues el mismo General hizo
alacar á una compaüía de polacos que se halla-
ha situada en Al ventosa, y la hizo toda pri.sio.
llera.


A este tiempo la gllarnicion francesa de Te-
ruel que permanecia estrechamente bloqueada
en el Seminario, se hallaba en bastante apuro.
En defecto de cañones) los espaiioles la batian
con un contÍnuo fuego de fusilería, y la procu-
rahan intimidar con demostraciones de un ata-
que subterráneo: emprendieron varias ohras para
volar la iglesia, y convenir el sitio en bloqueo;
]lera el 12 de Marzo, habiendo divisado la van-
guardia del ejército de Suchet, que regresaba de
Yalencia, tuvieron que retirarse. El General Su-
ch;~t marchó ~í Zaragoza, y el ejército á acanto-
nurse en sus respectivas antiguas posiciones.


El BrigaJier Percna , aprovechándose ue esta
ocasion, en que la línea del Cinca estaba des-
guarnecida, intentó apoderarse uc Monzon ; mas
no tuvo efecto su tentativa por haber sido recha-
zado por el General Verges.


La retirada sucesiva de las tropas francesas
de Naval'rtl hizo que Mina se presentase nueva-
mente en campaña) y auelantanuo SllS escursio-
l1es, pC'n:'tra,;c hasta Aragon, ocupando las Ciu-
~o-Villas. Suchet volvió á deslac<ll' de nuevo
contra él al GelJeral Arispe, y dispuso al mismo
tiempo que 2.000 hombres saliesen de Jaca para
cortarle la retirada. El General DlIfour, sucesor




( 335)
del General Regnier, ocupó con Sl1 Ji vision todos li'310.
los pasos y puntos ue retirada, y :Mina hoslig[ulo
1101' todas parles, cayó en poder ue los franceses
en primeros de Abril, y fue conuuciuo prisionero
á Francia. Este mismo jóven algunos aüos des-
pues de la guerra marchó á Alllérica, en donde
percciú por haber intentauo sublevar a(iuellas re-
glOliCS.


Apngada por alglln tiempo la insurreccion de
Navarra con la prision de esle partidario, se ha-
lló libre el ejército francés de este cuidado; mas
hien pronto un tío del mismo Don Francisco
Espoz y Mina le sllceuió en el mando, y tomó g¡'a-
dualmente, como luego veremos ~ un incremcn-
to mayor que el del jóven estudiante su sobrillo.


El General Suchet, que ya habia hecho desde
antes de su marcha intempestiva á Valencia los
preparativos para el sitio de Lérida, quiso bo\'-
rar las funestas impresiones fIue pLldiera causar
á su reputacion mililar esta infructuosa tenluliva
que desaprobó N apo] con, y fue únicarnente ell'e-
sultado de las ól'Jenes terminantes de su herma-
no José.


I.a pIna de Léri¡Ja, situada sobre la del'echa
del Segre ell medio de un vasto llano despojado
casi del todo de árboles, no tiene mas defensa
en su circunferencia que la de una simple mura-
lla; pero el Segre, bastante aucho y de rápida
corriente, la ueficnJe casi enteramente en toda
su longitud de N. á S. EsLa plaza, cuyo nombre
solo trae consigo una porcion de recuerdos Gon-
sagrados por las hislorias de las guelTas :lnli-




(~36 )
1HIO. gllas y moclernas, se distinguió ya bLtjo el nomhre
d\~ Illcl'da en la segunda guerra púnica, y al prin-
cipio de la gllerra civil de César, este sÍliú en ella
;Í Jos dos Leuientes de Pompeyo, Afranio y Petre-
yo, queconcinco legiones serindieron prisioueros.
Eulos tiempos mouemos, y hácia el año de 1644,
Oou Felipe de Sil va atacó á Lél'iua, defendida
pD1' 3.GOO franceses y 2.000 paisanos catalanes,
.Y dcspues de un bloljueo de mas de dos meses la
l'iudió mas Lien por hambre (Iue pOI' fuerza. En
1616, los franceses, mandados por el Conue de
lIarcourt, intentaron apoJel'arse de Lérida por
harulJre; pero los espai'loles forzaron su línea, y
}:'s hicieron alzar el bloqueo. Al ailO siguicllte
el gran Con dé abrió la trinchera en el costado
dd N. del castillo; pero al cabo de veinte dias
d ej(~l'cito español Ljne se aproximó para socor-
rer la pIna, le hizo h~\7allLal' el sitio. Durante
la Q"uerra de sucr:sion y eH el ¡¡ilO de 1707, el DIl-
(Iue de Orleans, dueño de Valencia y de Al'agon
J.espues de la batalla de Alrnansa, vino á sitiada
PU presencia del ejército de Lord Gal1oway, y
embestida la plaza en 13 ue SCLiembre, y pl'iu-
cipiada la trinchera en la noche del 2 al 3 de
Octubre, al cabo ue veinte y cinco (lias de aLier'~
ta, se apoJcró ellO de Noviembre de esta plaza,
cuyo Goberna(]ol' era el Príncipe de Dal'lllstadt.


Léricla se halla situada sobre c1 camino real
de Aragon y Catalulla, á 25 leguas de Zaragoza
y otras tantas Lle Barcelona) á las orillas del Se-
gre, como bemos ya indicado, con un puente de
piedra ¡Í corta distancia, y tanto por su poblacioll




(337 )
de 15 :l 18.000 <lImas, como por su posicion que 18tO.
domina :1 lo lejos el contorno, ('jcrce en el pais
bastante illfluellcia. El General Stlchet empren-
dió este sitio, contando con la coo\wrac¡oll del
ejl~l'Cito fl'ancés J(~ CatalulJa, flrlC con alTeglo á
las órdplIl's (le su GolJlerno, debía dest1e Reus y
campo dl~ Tal'l'agollll apoy<ll' sUs ppel'aciones de
sitio, illlpidil~1Il1o q1le las tropas dd General Odo.
l1elJ illtelllasen mol(~star á los sitiado.res; mas
esta cooptTólcioll Jll) pudo t!;'ller ('f(,Clo, por cuan.
lo, Sl'gllll he\U:)s ya dicho, Augl'l"l'au se vió pre.
cisado ,1 retirarse (1 U'lrcelon<l. SucheL pl'incipió
á pl'Ppar:H' las operaciones del sitio de Lél'ida,
pos('~iOIl:llldose de autl'mano de F.'aga y de Mou.
zon, avellillas llIas principales lb! aqllella plaza.
En Fraga COllstrt1yÓ el f'1It'migo ¡¡Iojamientos pa.
1'a su tropa, a¡lll11lalando el pu('n~e de madera
pnl'<l pod,~1' pa~al' In :,rlillel'Ía, y recompollieudo
.Y allll1ClllallJo 1<lS ohras del 1)('(¡neiJo fucrte d2
Monzoll, para que le sil'vil~sc\l de punto de apoyo.


La divisioll. cspailOla del Scgl'e y de) Cinca,
líl! q\le formaba p,'l'te la 31l<ll'uicion de Lérida,
Clllor¡JI'ció cllanlo le f¡le posible las opcracione·s
del cJlcmigo; Jlero <lni(¡uilaJa por las continuas
falif:;as, y pOI' el gran IlLlmerO de bajns que rc-
s\llla!Jnu de los sangrientos choques que casi dia-
riamente sostt'nia ... no parEa contrastnl' vigorosa-
mente los ])l'!;yectos (le Sllchet. Sin embargo,
cuallJo éste marchú con su ejército á la espcdi-
ciutl de Valencia, los cspailOles redllj(>ron á ce-
nizas el puenle de Fraga, quedando libres al
menos por esta parle.


TOllO [I, 43




(338 )
18lO. El enemigo se presenló el 12 de Abril delan-


te de la plaza de Lériua J cuando ninguna de las
obras proyectaJas para su dcf,~nsa se hahian con-
cluiuo. Estas eran un grande ]lornabeqne con
enormes fosos sohre el frente Llcl fuerte de Gar-
den, que mira al 11"no <Id mismo nombre, un
parapeto con vari;:¡s troneras sobre el rio Scgre
en el llano llamado la Carretera, un baluarte en
la punta ue San Anlouio, y finalnwnle 1111 ca-
mino cubierto para COll1Ullicarse desde Gartlen á
la plaza. ToJas estas ohras se hallahan casi en
bosquejo, porque el número de trahajadores era
C01'lísimo, y la Junta corregimcnlal, tan lfjos
ttc proporcionar los calHlales necesarios, COIl Sl1
oposicion, y disputas con los ingenieros, obstruía
los pro 3 resos de los (raba jos.


La gnarnicion de Lél'illa se componía al prin-
cipio Jd sitio ¡lG 3.GOO iUf.lllt(:S (le los rcgimien-
tos de Bursea) Seceion catalana, S¡'gU!l(!o !J:lt<l-
Hon de Santa Fé, tir~lllor('s de ~lurcia -' suizos de
Kayser, un Dat;:¡lloll de I'crnalHlo VII y alg;lnos
quintos, con uu escualll'on incompleto y ell n'lal
estlluo del regimiento tIc Olivenci;:¡, 'lO za¡x\flo-
res, 100 <ll'Lillcros veteranos, y }¡;:¡sta IIll0S 25ü
de bs comp;lüías dc Lél'ida , si!l vcsllwrio ni illS'
tl'llcclon, y sin ninguna tic afluelbs cllal1(lad!,s
cjl1e constituyen un solJado de esta arma. E,ta
cOl'tagl13rnicion, insuficiente para cubrir los cas-
tillos, los reJllctos J el hornabeque y toJo el re-
einlo de la cilldad, se etl1pleaba dlal'iall1cllll~ en
el servicio, sin poJer proporcionar el mas lig{,~·lI
dcscaaso al solJ3.uo. Las 106 piezas tIc artillería




· ( 339)
no podian ser scrviJas con su competentc oot3- 18:0.
cion, y solo correspondian dos hombres y ;Í lo
mas tresá cada pieza. A pesar de la poca instruc-
Clon de los. artilleros, y aun de algunos tic los cfi-
ciales, que aunquc dotados de escelentt's deseos,
corno hechos de repente en Lérida, carecian de
la teórica y práctica que constitujen un oficial
facnltativo, la artillcria fUe:! servida en ocasiones
con ud acierto, bajo la llireccion de los oficiales
y soldados veteranos, (lile se obtuvieron resulta-
dus de importancia. Con tan corta gnarnicio1J,
aUll clwlHlo las obras toJas de fortificacion pro-
Jt'cladas se hubiesl~n concluido, hubieran tenido
al cabo que abandonarse. Las munici.ones no fal-
taban, cscepto las 11 llecas, de que habia escasez,
asi como de <1gua,'y el castillo tenia víveres para
tres meses. La ciuLtau. no quiso contribuir en na-
da para el estahlecimiento de un laboratorio de
la maestranza y ele hospitales; y asi es que 110
hu L,ia ni tina bala de ilull1illacion, y el cureüage
J' d armamento necesilaban recomposicion, y lo
(inc era mas lasLill1oso, se veian pcrect:r en el
suelo lLls heridos por falta de camas, y aun de
Ine:Jicinas.


Este era el esLn(h rniserable en que ~c lwlla-
bu lu plaza cuando los franceses en 12 lle Abril
I'e apnn.illwron á ella, y eslablecieron desde lue-
go sus pri!lcipales baterías contra el Carmen, co-
mo parte mas d~bil J Y algllnas otras contra los
fllcr.tcs, no ~in oposicion de los destacamentos
de la guarllicion, que les disputaron el terreno,
caus:\lJJoL·s Lastante pérdida, aunllue tuvieron




(340)
-lUlO. 'que ccdérse]e al fin, retir~nHlosc con algun<ls des.


-gracias. Aquel misHlOdia los franceses se apode-
raron de cu;¡n{;¡"s cns;¡s, torres y hos(!lIcS habia
en las inmediaciolles, y circuuv:daroll Ja plaza,
situando \'nrios destacamentos fn'lIlc del Car-
men, puerla de la COl1cepeion, rCllucto de G~r­
den, y 11110 de mllc!Ja considl'l'acioll de J;¡ otra
par-te dI'! Segre, qlle recorriendo todo el frente,
impC'dia la salida del pllente, y i1ddanLaba sus
pa"tiJas al abrigo -de las acequia,; que ablllld<lR
en a q u e I te .. reuo. El 13 hu 1>0 ulla <lCC iou Lasta n-
te viv-a, que mandó el Brigadier DOII José Be-
~uc .. ) en (lile las gllcTrillas sostllvieron el fUl'g()
Qunmte todo el di;¡, tOlll,índose y perdiénduse
l'qYctid;¡s veces por amh;¡s parles varias casas de
las :d1lcr<ls de la plaza, hast;¡ que rdonados los
enemigos, tu vieron los espallOles que -replf'garsc
eOIl alguna I'l~rdida. El17 hi·zo la -guarnicioll una
salidn; peTO HO COH la rese/'viI (l{l!~ l'xig('11 scmc-
iaules operaciones, lo flue file causa de que pre-
venido el enemigo la rechazase vigol'OSa:1H:ntc,
despues de haber siJo heridos y OHlcrlos mas de
60 cspaf101es , la mnyor plH'te "sill Iwtil'se.


La noche de este mislllo dia 17 (~llIp('zaI'OIl los
franceses áClIhl'ir' sus trincheras frenle á los re-
duclos de GaTllen, aunque :las'oul'asql1e empren-
dieron "cont.¡·a estos no lCfliall tallta eslension ni
importn!1cia, como la que construyeron despucll
.coulra el Carmen, por cllyo lado estaUecian las
lJaterias de brecha. Desde el 17 al 2:! se llicj.(·roll
varias salidas pUl' los espailOles, ya con el objeto
,dedeSlUontUl' algunos Los(lues que favorecían a~




(341 )
enemigo, ya para cortar algun forrage para ma,n. 1810.
tener el g;,.nad0 )'la .caballerÍa; pero puede ase·
gurarse COII y.('rd'H111Ile cuda tronco que se cortó,
costó ;t los sitiatlos (los hombres heril!os Ó muer.
tos, y los poco,; IClJOs ciue se lograron introulIcir
en la plaza aun fu('ron displltíHlos á la entrada
por los pai~allos, que los reClamaban á pretesto
de ser dlleiJOs de los árboles.


Todo se hallaba d.ispucslo para abrir la trin ..
chera cOlltra la [.daz!l de LériJa, cuando el Ge.
n~l'al Odoudl J ¡íclllien, corno hemos .manifesta-
do, noconteuia ya el ejército del Mariscal Auge.
I'cau por haberse visto precisado 4 I'cpleg:II'se á
Barce!ona,colleihió el atrevjde lH'oyccto de ha·
cer le\'HIl(,II' .í Suchet el sitio con el resto de tro·
pas qUl! J¡abin pUllido reBnir deS?lIeS Je la derro.
ta de Vicll. El General D,lonell se promelia que
la suarllicioll de Lérida favorecería Sil designio
COII ulla vigorosa sa lida, y llan13rÍa asi la aten_
cion á la mayor parle de las fuerzas de Suchct,
li:wnge,íllllotic qlle podria sorpl'endcl' á éste por
Olcdiotle Hila marcha rápida, y ,dcl'rolal' sus
av'Hlzad!ls subre la ribcra derecha de Segre; pero
sill prever', qlJe nO prcsentanuo el tcncno por
dO¡Hle dirigia Sil marcha nillgun apoyo á sus tro-
vas, esta circulIstancia favorecia considerable.
meu!e ;Í las agtlerridas del enemigo, que acoian
inlercepl;lrle el }laso. Ouonell salió de Tarra-
gona el 22 de Abril con un cuerpo de 15 • .000
110m 11I"~S, a Ira vesó r.í pida mente los desfiladeros
de MOlllblanch, y ni aja siguiente, corno á las
dos ue la tón'ue, desembocó en el llano de Lérida~




(342)
18iO. la infantería formada en columna de ataque, y la


caballería cubriendo sus flancos. Iha este cuerpo
en tres divisiones, la primera, al mando del ~b,.
riscal dI! campo Don Miguel de lGarrola; la se-
gunda, al de igual gracluacion Pil'ez, componien-
do la tercera la caballería. La primera, compues-
ta de Uila brigada de infantería de línea y olra
ligera, asccndia á lII10S 4.000, Y la segunda á
3.000. Encontró Odondl en Vinaxa á ambns di-
visiones el 22, y alli recibió llna carla dd Go-
bernadol' de Léri(la, en qlle le parLicipaba que
la mayal' parte ele la cabaileria enemiga se habia
alejado de la plaza, sin haber 'lueelauo al frente
de esta mas que 300 caballos, y con este aviso
OJonell resolvió aprovechar la ocasioll que se le
ofl'(~cia, y el 23 conLinuó su marcha con sus di-
visiones y 250 caballos de la Maestranza y hlt~:.t­
res de Gratl1da, y llegó á las 10 de la nnll:wa á
Juned:l, dOllcle hizo alLo Ilasta el mediodia, y
dejando en este punto la division dc Pircz, se
adelantó con la de ILarrola, y al llegar ccrc;:¡ d\!
l\!;:lI'3ulef la formó en tres columnas; compuestas
la prilll~rJ de la infantería ligcra y COlllpaüia d\!
COl'aCel'OS, la cIue mat'chaba ,Í, la cabeza sohrc el
camino real, y las dos rc:;latlLes s(~g\lial1 sohre
los íla !lCOS nllly atraso Las gllt'rriUas esp::¡iiuLlj
encontraron la vanguardia francesa, (pIe sc re-
pJ(~gaha I¡;íci'l las inmediaciones ele Lí~rida. A es-
la sazon se pCL'cibió ulla gran poI varc(ta sobre la
derecha; y á poco li.:'lllPO Odondl, (lue haLia
p:~!'!naneci.d.o en una casa de ca!upo cercana, Jiri
á su Ll'opa la>lcll J\! retirarse. Ei(~CUlÓSC turne.




(343 )
diülamcntc; mas como las dos columnas de los 18;0.
flancos cstuvicseu muy atras, su movimiento de
retir<lcla fue ll1'18 pronto, y se pusieron en batalla
protegiJos á derecha é iZ(luicl'lla por la caballe-
ria, y un obus eH cada laelo. Los coraceros fran-
ceses se formaron al frente de la línea española,
sufrieron a1g11l1aS de:icargas de fusilería, al paso
que la tropa cspallOla era 1l101estaela con un vivÍ-
simo fueGO de ;¡rlillcría. A este tiempo llegó la
infüntcría cSF"¡-Wl:1 :! rO!';ll:) una columna de ala-
que :lpoyando Sl1 cabeza sobre In derecha j mas
la C;d1Jl1erÍa franc~'sa atacó con tal Ímpetu á la
cspailola) ([ne h puso en completa derrota, y
ésta en Sil lllli,Ja atropelló á toda la division, que
BO plldicll(lo ('11 c:;tc e,;ta(lo resistir ;Í b carga ele
los coraC(T():-; fr:l:Jcc:;cs) fue cl!vuelta y dcrrct;J-
da compklarncnlc, c'Jtllinuando los enemigos la
persecucio:l hrl:;ta J lIllcda J en donde fueron Con-
tenidos ]¡(JI' la <livi-:i;l:l Ll(" Pircz, fILIe aun perma-
necia alE. Los e;p;¡~ld,:s perdieroll tres callones,
una hantLT:l, trc=, c;lallJ;¡rleS, y tL'jaroB en po-
der de los VCllCé;JOrc~; 5.6i7 prisioneros, ellt¡'(~
108 rll](~ s:: conl;¡]Jall el Grneral Dllpl1y, 8 coro-


1 C)- , (,. I ~. ., 1 . ,. Be es y _/1 U.1Cl'11:'.". ".Lí! trTl1l1110 e aCl~go (Wl
23 J dur:llllc (1 en:,l la 3uarllicion de L(riJ;¡,
vi('ndo 1<1" I ¡Ur;;'> Ik Od~)~ldl tan pró~im:Js ;í sus
nwr:¡]Ll~))' (pericnJ,) ;:provechar l;n mUll1(~ll!O
tau lLeisl\'o) ¡jec;;tó una salida. El Cli"WH Je la
plaza bwi:t un VIvo L¡ego) tO<l,¡8 las C:llllp~1l3S de
la ciulJad tce~d);lil :í ¡,(Lato, y trcrnoLtLa la h;¡n-
JI:l'a espaliDh en lodus los fllcrtcs. Al'Jian todus
en deseos ll(; COJ11Dalir, el cntusiusmo tocaba ;¡ Stl




(344)
t~1O. colmo, y ya un batallon de la gua.rlllclOn llega-


ha á la cabeza del puente, cuando I'l~chazado obs-
tinaJamente por el enemigo, se vj(') f'orzil(lo á re-
plegarse á la plaza Con pérdida considcrablc,
y su gual'nicion tuvo qlJe pel'LllaUeCPl' pasiva es-
pecladora de la entera derrota dd ejército (¡tle
)13bia tl'atado de socorl'el'la. En la ¡{lisllla noche
del 23, orgullosos los cnemigos COII estas Vt'nta-
jas, asaltaron lo~ reductos del Pilar y d.e San Fer-
nando, tornaron el primero,.r .'11 ('1 S('gllllllo fUC4
ron rechaza(los con una jllll'(~pi(L~z sin '~iemplo
por el subteniente Don Juan Pui);, ~ll'Jando mu-
chos muertos y heriJos, a.lclll.ls .l., los muchos
que retiraron durante la noche. Estos reductos,
que los enemigos atacaron COIl 400 hombres, no
tenian mas que 30 de gual'uicion; lus fusos eran
8Umal11Cnte pCiIlleilOs, y sus parapeto.~ solo tenian
de tres á c()all'o pies de alto, pareeiellllo mas
bien ulla pared de cerca, CjUL' paral'cfos,


El dia 24 pOI' la maitana envió el enemigo un
Oficial parlamentat'io ~ y para recihirlo convoCÓ
el General ,í. la Junta y al GOIH'I'U:·lcLlll', Esle Ofi-
cial iutimó la rcndicion de la plaza, anllnciando
de parLc de Sllchet, que ya no q,,(~daba ,í los S1-
tiallos cspCt'anza alg!lna de socorro, porque el
ejércilo espaüol acababa de set' ('nteramcntc der-
rotaJo, proponiendo que si ((ucriall COllllll'ooarlo
comisionasen (los oficiales y un il\(li \,jt!uo de la
Junta, para que en su compailÍa recorriesen el
campo de batalla de Margalcf, y el Cllartel gene-
ral, á fin de contar los muertos, los heridos y
Jos prisiop.eros.




(345 )
La respuesta fue lacónica', y pinta el caractcl' 1810,


de la nacion española, que en todo es grande y
el e vad,/'


«Lél'ida 21 (le Abril de 1310. =S1'. General:
»csla plnza jamas ha contado para Sll defensa con
nSOcorro nl"llTlo de [llern. =TenQo el honor de


:J "
lJsalndal' ,í V. E. con la lllas alta consideracioll.
= Firmado. =JniLl1¡~ García Conde.)I


f'i I().~ h('chos posteriorcs hubiesen correspon-
di¡lo <í la clll.el'('za y dignidall lle! leuguage d¡~
esta conteslacioll, la l1istoria citarin este rasgo al
1;:110 d(~ las respueslas notable" de los generulcs
dl~ HO!ll<l y Esparta, ([Ile ha transmitido á la ad-
lllÍnlci.on d~ la posttrÍllad.


El ::!6 de "\.bril llizo SlIcheL des(i};¡l' por delan-
te de LéríJa) y por la orilla derccha del Scgre,
las columnas dl~ los prisioneros hechos en I\Inl'-
galef, y tanto en este dia como en los siguientes
hasta el 2~} cou/inllaron lus :;i:iarloI'Cs aproxi-
mando SU:-l l'all1:.des ;i la plaza, construyendo COIl
una cdel'idad estraordinaria sus baterías, y COll
tanta mas st'gllrillad, cuanto que la plaza apenas
les 1¡a:.:i:1 fllego J sin duda por haber perdido 8lJS
mejores ollclales y t1'oF3 en las salidas y a!aqcps
aulel'iorcs.


En la noche del 29 al 30 quedó aLiel'ta la
trinchera y primera paralela á 1 '10 toe~us dell'<~­
cinto de la piaza , y el 7 de l\1~i'y() descuhrieron
los franc(~s('s cinco haterÍui-I que hicieron 11n es-
palltosn {'llego, la n hl!~lI contestado por la aI'l1l ¡c-
ría dj~ los sitiados, que ~~l allochec¡~l' eran muy
raros los caüones (;,ue les quedaban en batní'L


1'{i.\liI ! l. '1'1




( 346)
1810. La guarnícion padecía grandes pérdidas por no


hnber espaldones ni Llindages donde se refugiase
dentro de la plaza, y por las voladuras fiue oca-
sionaba e~ta misma falta.


El 9 por la noche quedó concluida por el
enemigo la segunua paralela, con otras dos bate-
rías) que unidas á las anteriores que repuso, con-
tinuaron el fuego por espacio de cinco aias, 10-
gratulo abrir dos brechas pOt' el Carmen, de cu-
yas resultas tuvo que retirarse ú las calles la
artillería de aq1lella parle de la plaza. Desde el
12 t'mpezaron á batir con treinta y dos piezas, y
se voló en el castillo un repuesto de bombas,
tomando pOI' la noche los sitiadores lre::i reduc-
tos.


El dia 13 la brecha abierta en el fuerte oe la
Magcblena era bastan le practicable, y SuclH!t
dió las órdenes oportunas para el asalto, reunien-
do <llas siete de la tarde eH las zanj:1s <Iue ]¡ahia
hecho hasta el pie (le la muralla todas sus fuer-
za$, En efecto, vel'illcóse el asalto por el enemigo,
qllien atacó ,,1 mi:~mo ti~mpo con una dirision la
cabeza del puenle.


La tropa esp:1l101a de los regimientos de Hues-
ca, Suizos y ele Calaluüa que cubrian los puntos
atacados, hicieron en los sitiadores una horrihlu
carnicería; pero logralldo al fin penetrar por las
brechas hasta unos G.OOO hombres, sucesiva-
mente se apoderaron de la calle Mayor, llegaron
;\ la plaza J entraron pOI' la puerla del Puenle, y
cogiendo por la esp21da á la tropa cspailOla flue
tan Lizarramente se defc;lllia cOlltra los (lile la




(347 )
:lineaban de frente, se vió envuelta entre dos 1810.
fllegos, y batiéndose entonces desesperadamente
;1 la bayol1eta pereció casi tOlla gloriosamente.


La artillería del puente continuaba disparan-
do á metralla en todas direcciones, hasta que no
bastando el 11 úmero de los que sobrevivian para el
servicio de las piezas, los unos se abren paso por el
puente, y los otros se arrojan al rio. La tropa que
se hallaba formada en la muralla, se ve repenti-
namente rodead:l de enemigos, y se traba un
combate en cada calle y en cada cuerpo de guar-
dia, logrando unos romper y abrirse camino
}lnra el castillo, otros salir del pueblo, y pere-
ciclulo un gran número, y cayendo otros prisio-
neros, el reslo se dispersa por las casas, el ter-
ror se difunde por tOlla la ciudad, los (lue no hu-
yen son asesinados illhuruanamente por los ene-
migos, y todos los habitantes, hombres) muge·
res, ancianos y niüos, temerosos de ser víctimas
del furor Jel asalto) corren en todas dil'ecciones
hácia el castillo, cuyos fosos se llenan Je seis á
siete mil personas, El enemigo entre tanto se
entrega al saepleo mas horroroso, y á cuantos es,
cesos pucden im;Jgillarse : la noclle aumenta los
horrores de este t(~rrible asalto, y los míseros
/'ioldados Jispcrsos en el pueblo intentan pene-
trar hasta el castillo; mas á caJa paso que ¡J;¡n
oyen el quien ~L'ú'e de los enemigos) y :lllnc{Ue ba-
tidos y sin esperallza, responden con firmeza Es-
pafia hasta la muerte) y ]Iacen fllego. Algunos lo-
gran subir hasta el cast.illo, olros mueren pe-
lealldo) y solo del batallon de Hllesca se cnCOI1-




(348)
1810. tl'aron muertos, en las callt's al dia siguiente mas


de 400 hombres, con 10 oliciales, incluso su Co-
Tll11111antc Don Hafael Arcas. Si era espanloso el
desorden í¡Ue reinaha el! la cludall (lnraute aqne-
lla tenible noche, no el'a menor el que habia
dentro del mismo castillo y sus contornos. l_o!\
l)uenles levadizos no S(~ lcnmlaron lu:sLa larde"
y esta opcraciou causó bastantes desgracias, ea-
.yendo muchos sobre la ... picas y b/lzas de los
acobardarlos pais;¡nos que c.-;l;d)!lll en los fosos.
El enemigo, que uhservaba es!;¡ cOll[u:iion, arro-
jaba sin cesar una mullitud de bomoas y gra-
nadas sobre este recinto, y haciendo un fuego
contínuo de fusilería hácia el d:1cis del ea~ti!l!).


u '


hizo perecer ¡í un gran llllmcro dp lo~; rd':¡giados
alE.


El GobernaJor {luclnaha en la terrihlc al-
ternativa de despedir y negar 1:1 entraJa ,j los
que acudían al ca:;tillo; esponil"wlolos ,í p(~l'll('r
la vida, ó de salvarlos por medio de una c~lpi­
tulacion. En este estado vió Hl11aUCCCr el Jia 1.4,
y contemplando que por efecto de la imprcvi-
sion ardía la cilldad por sus cuatro ángulo,,, .. f¡tIe
el enemigo con sus fuegos forzaba al vccin-
J:lrio á gallar el castillo, mientras que este le
obligaba á retroceder, que no oÍJ,St:1l1tc esto l'0l'
la falsabraga se iban in! rouuciclldo mllchos en
él, de los cuales aJguuo~ esponian qlle Suchct
amenazaba conlinllar no ¿hll1do Cllarfe! en la
ciudad si no se rendia el castillo inmediatanH'Il-
te; J observando quc para llevar <Hlchnle el
proyecto de sOI'prender d castillo, l1u:cho3 de




(349 )
1.) s soldauos franceses fingian querer enlregarse, 1SID.
aparentando romper sus anl1as en ademan lL!
pasarse; que se hacia subir á un pastor con 400
C?hczas de g'1l1ado \'acuno hácia el glacis, éjCOlU-
palJ:1l1o con un oficial prisionero en la ciudad,
á fin dl~ poder, en el aClo de recibirlo, ilitl'lldll-
cirse delltro las varias colurnúas ellei11i;.;a~ ([IH'
se ocultaban en las calles y casas inrucdi,lfas t
c:lyl~ndo repentinamente sobre los fosos, J' fur-
zanclo la poterna; el Gobernador <lió las disjlo-
siciones cOllvenientes para que no se l"va:¡laseu
los rastrillos, con lo que se fruslraron por eu-
tone",'; los anides empleados por el enemigo.


V.l baLlllOIl de Ml1rcia , (lne guarnecía el fuer-
tl: de Carden, se hallia reforzado con 100 hom-
bres <le Fc!'uaudo VII) Y un pequeflo desl.aCil-
mento de suizos; y la restante tropa había sido
muerta ó prisionera durante el asaiLo de la ciu-
¡Lid.


El fuego del enemigo era incesante; y ade-
mas de los estragos (PlC este hacia, percci<1u de
seJ. algunos soldados y paisanos, habiendo ejem-
plar de quedarse muertos de ella en los brazos
ele sus madres los niños. Ni 11aLia vendas) ni tiua
hila, ni una OllZ;1 de medicina, J' los herido;:;
morian sin socorro algll11o. A vista de tan terri-
hle espccLículo, el Gobernador parecia entrega-
do á la moyor descsperacion J y sin s;.¡ber qué ha-
cerse, no oyendo lll<1S que lamentos, sin atinar
con el remedio á tanlos males, convocó á los
Gefes militares facI11tativo~, y :í los Coroneles ¡le
los cuerpos) y couferenció con ellos y COll los




(350)
1810. dos únicos individuos que a1lí se lwllaban de los


treinta de que se componía la Junta corregimcn-
tal, los cuales, aunquc sc csplicaron como unos
numantinos, rehusaron encargarse de hacer en-
trar en su deber al paisanagc, que se hallaba
dentro de la fortaleza, para que trabajase y auxi-
liase á la tropa.


El Gencral Suchet intimó dc nuevo la rcndi-
cion.) amenazando con que continuaría el incen-
dio y el bombardeo, y acabaría con el vecinda-
rio ; y no hahiólJ(lose contestado á este mensa-
gc, prosiguió arrojando bomhas, qllC dirigidas
h,ícia el estrecho espacio en donde se hallaban
agrupados los paisanos, aumentaban la mortan-
dad, confllsion y dcsorden. Desal'l1lábase el de-
llUllado esfuerzo del Gobernador y dcmas mili-
tares con la vista de las llIugeres , lliuos) ancia-
nos y paisanos indefensos, que desde el mas al-
10 grado de furor popllIUI' habían caido en el
amilanamiento mas completo, y temor de la
muerte, y sin determinarse nada en el Consejo de
Generales, y noticioso el Gobernador de qlle al-
gunos soldauos tratahan de fllgarse del castillo,
saltando la estacada ~ sin que el rigor de los Ofi-
ciales }lastase á contenerlos en b disciplilla) man-
dó el Gobernador poner bandera parlamen-
taria, y á corto rato bajó el Brigadier Don José
Begucr á la ciuda(l, y concluyó con el Coronel
francés) gefc del estado mayor Sl. C)'r-:Nugues,
una capitulacion, por la ('lIle se concedió á la
guarnicion los 1lonores de la guerra_


El fuerte de Ganlcn permaneció sin enlre-




(351 )
garsc hasla las seis de la tarde en que lo veri!i- tStO.
có, despllcs de ocupado el castillo y fuerte prin-
cipal por los enemigos. Las guarniciones de am-
bos des!ilaron por la brecha, y rindiendo sus
armas (l'lCdaron prisioneras.


La cOllfluista de Lérida pnsoen podcr de los
franceses 136 caüones, un millon de cartuchos,
iO.OOO fusiles, 10 banderas y muchos almace-
nes, llabieJlrlo libertado á 33 oficiales de su
(~iérciLo , hechos prisioneros en l\lollct. Perdió
la gual'l1icion durante el sitio cerca de 1.200
hombres.


Tal fue la defensa y rendicion de la plaza ..le
L{~ri(la J de la que se uebieron sin duda aguar-
d;¡r ll1ayores csfnerzos. Su gll;¡rnicion se sacri-
ficó, (laudo pruebas de un valor sin igual, y si
Lérilla no se sostuvo todo el tiempo que conve-
nia .i su gloria y ¡í su patriotismo, no fue la cul-
pa dd soldildo ni de sus gefes; pues unos y
otros cumplieron con morir, obedcciendo las
órdenes dc sus supcriores. La Junta corregimcll-
tal de Lúrida no atendió cual correspondía á la
defensa dc esla importante plaza, y su impre-
vision fue c:l!lsa de que no se inmortalizase imi-
tando los glurioso3 ejemplos de Zarilgoza, Ge-
rona y Astorga. Las circunstancias que concur-
rieron para la caida de la plaza de Lérida) pro-
dujeron en todo el reino la opiniol1 nws desfa vo·
raLle á sus clcfl!nSOrcs.


Mientras que los fl'<ll1ceSeS se hallaban ocnpa-
dos en el sitio de esta ciudad) una porcioll de
partidas cSl'aüolas los incomodaban en dif\'l'cn-




( 35'2)
H:lJO. tes puntos: 800 mic¡ueletes nUI'charon sobre Be-


nasque, de donde fueron recllazauos y persegui-
dos hasta el valle de Aran.


Ulla multitud de somatenes ocupó ¡t Talal'Il
y las monlallas de Llimiana; mas habiéndose di-
rigido contra ellos los franceses rápidamcntp,
los :ltacaron en el puente de Tremp) cuyo prisa
ftll'ZarOl1, haciélluolos huir con consillerable pér-
dida de b;lgages y municiones.


El 'larcplcs de J.azan, hermano dd General
Palafox, se apolleró en los primeros dias de
,uayo de Alcaüiz, y bloqueó estrechamente el
~asLÍllo, cuya guarnicion se sostuvo con valor,
hasla que socorrida á tiempo, tuvieroll los espa-
floles que retirarse.


El U de Mayo Villacampa atacó en los desfi-
blkros del Frasllo al Comal1tlanlc de hata}lon
Pdit, qlle COn 1.000 110mbres se dirigia con un
COllvoy de víveres .i Zaragoza, y cargálluolc con
Sl¡ genle en columna cerrada, le hiho huir preci-
pitadamente, y abandonar el convoy compuesto
de t rcscien las caba Herí a s) sin dejad e de persp.-
gllíe y acosar por ladas parles, haciendo Ulla por-
CiUll (le prisi011eros al enemigo, y mat.ínclole en-
tl'e otros al referido Coma;¡dante Pdit.


El General polaco Clopiuski partió de Daroca
en se;uimiclllo de Villacampa, y uejando Sil ar-
tillería e11 Cariüena con el objeto de aligerar la
marcha) HeSt') al FeasllO d 1/1 eu la maü,ma si-
p;uiellle al combate, y como Vi!lacJmpa se hu-
biese ya retil'allo, resolvió pel's('gu.idc cun el ma·
'(JI' vigo!") di~puso (ille UIla columlla se (1irigicse




( 353 )
sobre Calatayud y C('!ina, y marchó él mistno 1810.
sobre Jaraba con dos rcgimicnlcs de coraceros,
si;\ illfanlerÍ:1, porque esta no pUCIO seguirle. Al-
canzó e1l efecto á uua pequeüa rel[¡guardia de cs-
paüolcs, y despups de un lige1\) combate la hizo
algunos prisionl'l'os. El 17 de Mayo marchó sohre
Campillo, despnes sobre Moliü;1, y últimamente
con direccion á Cuellca, halliélHlo!c siJo imposi.
}¡le alcanzar el grueso l1e las tropas Je Vil1a-
campa.


Al mi.smo tiempo por Nav;¡rl'a 40 gendarmes,
siluudos en Ayeroe, y encal'g,ados de mantener
1<1 co:nunic<lcion sobre las dos ori.llas del Ebro,
fueron a!:.leados de improviso pOl' 3íJO espaiío·
les J' oLlig:nlos ;Í CIlCCT/\1,'Se en su cuartel; pe-
ro habi{!n,lole preuJidu fUf'go les espaüoles, se
rrtiraroll á un PCcltl,~j¡o ClJ:ll'lo del mismo que se
hallaba aisbJo, y alE s,~ dcr('ndit~ron con una
constancj;] ínVt'llciLlt: cual ",i l~ubil~e sido en un
reducto.


El General Sllchl't dps(!c el tlia signiente Je
~1l entrada el) Lérilla hizo sali.¡' una Jivisioll al
mando tlL 1 Geucrul ~\111~nil'r :-:oLl'e MeqnÍnem;a, en
la oríH,l iz ¡uicrda lId S('g;e. El sitio de esta pla-
za e~taha de t~:l sucrt'.~ enlazada con d de ]a de
Lérich, que <1')5 meses anles el Gobierno fran..,.
cés había displH'SlO 'jue se crnprendiese á Hn
mIsmo tiempo. De ól'llen de Suchet se hizo sa-, .
ber al Gu] ,'I"n:lclor tic l\lc f :ulllt'nza la caida de
Li'l'ida, inlim;íucL'¡c (PlC se rindiese, y que se
le cOllccucian las mas ventajosas condiciones
si cnritu1aha i pero aquel gcfe eópaüol desechó


TO.UU II. 45




( 354)
f810. toda proposlclon, sin embargo de que conocía


que ningun socorro podia recibir ue parte al-
guna.


La villa de Mequinenza' se llalla sÍluada en la
confluencia del Segre y del Ebro, en medio de
un vasto terreno desierto y montaüoso, está cu-
bierta por su espalda de una roca de 600 pies, de
nlto, y de tal suerLe escul'pada, que a penas pre-
senta camino suficiente para marchar á pie de
Mequinenza á Fraga J Peiíalba. La pohlacion se
llalla defendida por antiguas mnrallas del tiempo
de los moros, las cuales descienuen desde los
contraflH.!rtes hasta las uos orillas, y no se in-
tefl'umpen sino por los ll'OZOS UC roca que caen
perpendiculares. Roueada por touas partes de las
aguas del Ebro y del Segl'e, y por la fragosa roca
de que acabamos de hablar, la pequeña villa de
Mequinenza forma una especie de puerto sobre el
Ebro, que sin ser ninguna línea de C0111!lllicacion
por tierra, es la llave del Ebro hasta Tortosa yel
mar. La principal defensa de esta plaza es un
fuerte construido sobre una roca accesible lÍnica-
mente por una llanura prolongada hácia el O. E,
en una latitud de 1.300 toeS¡ls. Este cs el solo
punto susceptible tIe un atarj1lc rcgular, el cual
~e ha11a defendido con varios reuuelos, con
una muralla de fábrica, un foso ahierto en la
roca vi va, y un camino cubierto con cmpali-
zada.


La importancia de esta posicion es tan anti-
gua, que ya César en sus comentarios habla de
ella bajo el nombre de Octogesa .. y ha repl'e5ell~




(355)
tado siempre en las guerras de España un papel 1810.
dis Lin guido.


A los obstáculos de su fortaleza que llemos
manifestado, se agregaba, segun queda dicho,
el no llaber camino practicable para la arti1lerÍa
y carruages desde Fraga hasta Mequinenza; mas
Suchet mandó á sus ingenieros abriesen uno al
través de las rocas, laque verificaron con una
celeridad increihle.


El 20 de Mayo fue embestida Mequinenza por
la division del General l\Iusnier, y el 25 se pre-
sentó para completar la crnhestidura por la dere-
cha del Ebro el General Montmarie, que desde
Alcañiz se lwbia destacado al efecto con otra di.
visiono El 30 del mismo el General de ingenieros
Rogniat, que acababa de llegar de Francia con
una brigada de oficiales de su arma, dos compa-
üÍas de zapadores y un tren de ingenieros, se en-
cargó de la clil'cccion del sitio. En el propio dia
los franceses hicieron replegarse á la plaza los
puestos avanzados de los españoles, establecién-
dose en unconvellto á 300 toesas de los reductos
que defienden el llano.


En la noche tiel 2 al 3 de Junio empezaron
los franceses á abrir las trincherus á 100 toesas
del recinto de las murallas; pero el ruido de las
herramientas sobre la roca indicó á los espaflo.
les el sitio de los trahajos, y dirigiendo hácia él
un vivo fuego de metralla) hirieron al enemigo
mas de cincuenta hombres. En aquella misma
noche atacó aquel por tres di versos puntos la vi-
lla con el objeto de penetrar en ella; mas fue re.




(356 )
1810. cll:lZaUO vigorosamente por los espnñoles, que hi-


cieron salit' al mismo tiempo once barcas que
hajaroH po!' el El,ro con lal rapidez, lille no pu-
dieron sc\' Jeteni(i as por los franceses, sa!v,índo-
se en dlas una rlndtiluu de habitantes que con
todos sus cfectos cn(:'aron etl Tl'/'loS'I, libertán-
dose l[e este moJo Jt~ 1<IS c¡,i¡¡miclad,~s del t.itio.


Al amanecer (Id 3 algunos punlos (le ltl para-
lela de comu"licacion en (Iue se h;,Li'l cllconlr:¡Jo
roc~! viva, (jUCddl'OIl sin c¡,hrit por los frtillCC~;eSj
nl<l.', ccnlinlltil'otl sus trabajt:s cun la n:.ayor ncli-
-vidad pOl' la Hoche, á pesar ue qu~ la t.'LillcrÍa
española Jispar;¡])a sin c('~ar sobre el terrClIo di-
ficil en que traLajab1ll para el csf:¡l>l('cit1liej)~o de
las '_l'lncheras. En la llorte dc~ 4 al :; el General
Rngniat llispuso cscabr Jos muros de L. villa) qne
1111 tcni'1H W.1S quc ocho pies ¡j(. altura; J de'p:Jes
cJ • un vivo ;¡ L.1clilr;) verificad,) ,í las 9 de la noche,
lus t'sl,allOks se retiraron al ci\:,l;J!;) y ;,L,~jlltlO!la­
rOIi la villa con 8 piezas de arliEel'ia) 40') fu~'il::s
y gran canti,!ad tle mlllJici')IlCSo
Du~flo el ellcmj!~O de P't'(Il1illC:llZ;¡, se dió pri-


LI j J


sa á fenu:l1lz,uo el sillC (id casLi :10) y Cl' la nc-ch0
{ld r.; al (j ;¡dela:ltó sus ohras cOHtru ('"le á (ÜSL:lll-
~:ia de 50 tOf'sas del gl::,;1;.


El 7 poJ' la ma!.aJl<1 llC'gó al campo fr:mcús el
(;cJlel'nl en ¡jefe Suchet , y en la 'luche dc:l 7 al8
rnmpiet':)u el fllego conlra el fllertr~ 16 ¡:il'zas de
artillería cll!'nli¿'as; y aillH!OC 105 e3p~¡-IO¡CS CJ:t-
testaron con J;¡ mayor clll:rgí;¡ y lU~',r:H"Hl des-
,-lIcnLH' tres c;¡üones franceses) c~l(1S P1'Osii~llieron
batiendo sin cesar las murallas dd fu'~r¡c, !u"r;w-




(357)
do (lcstruirlas en gran p~rte, y haciendo con las 1810.
bomk:5 el1 su estrecho recinto terribles estragos ..


El 8 ~ las lO de la maÍlana, cOllHncidos los
espnilolcs eJe la imposibilidad dc continuar resís.
tiendo por mas tiempo, tocaron llamada, enar-
bolaron handcra blanca, y entrando en confe-
l'cnciJs para la capitulacion, la gnarnicion obtu-
vo por Úllico arlículo de esta, el honor ue desfi.
lar pOI' delallt(~ de la division dd General Mnsnier,
como lo vc¡,ificó, ri nrlicndo sus arnws sobre el
g1ácis, y siendo 1ueso conducida á Francia como
prisionera de guerra.


La gua,'uiciol1 cspailOla se componia de 1.400
Ilon~bres, entre ellos 78 oficiales, 45 cariones , y
un gl'iln nLÍmero de q;¡int:Jlcs UC púl vora, de
hieno y dl: \l11l11iciol1es.
I~a caida ue Meflllincnzn cC'mrlct~) la roscsion


de totlGS los puntos fUl'li[¡caJos del Ueino de
ArnS-0l1 po:, el ejército frnnc¿s; y Suchet, q\lericn-
uo aprovedlar los mon1l'ntos de desnlicllto Cjue
n ce csaria rneu te de bia ill fu n dir la noticia de la
rClltlicion de Me(luincllza, ordenó á las dos horas
de haber ocupado el fuet'te, que el General Mont-
mal'ie, rcuuicudo la Ll'i;¡¡da (Ille es:nba á sus in,
mediatas ()rdcm"s, penell'asc en el Reino de Va-
lencia, y se apoderase de Morella.




(358)


"


CAPITULO XX.


Napoleonnomhra ;1 1\Iasena para cOIl(¡nistar el PortugaI._
Disposi{:ioncs de \V cllington para Sil def~IHa. -Sitio de
qudad-Rodl'iso,-Reunioll de Jos e)úrcilo,5 franceses df'
N ey, Junot y l\Iasena.- Heróiea defensa de Ciudau-Ro-
drigo.-Sll rendicioll. - Acciou de Jerez de los Cahallc-
ros.-Posiciones de los ¡us/eses en Porllq;aL-Heeonoei-
miento del fuerte de la Concepeion. - Empie7,an los in-
gleses su rctiraLla á Lishoa. - nefellsa y rendicion de
Almcida. - Los pueblos sigucn la I'l'tiratla ele los in-
gleses. - Batalla de Bu saco. - Tomnn los franceses á
Coimhra - Ocupan los ingleses las líueas illespuglla-
bIes de Torrcs-Vedras. - El .i\Tanlucs de la Romana
con una divisioll marcha á unirsc á los ill¡;lcscs. -Sis-
tema de inaccion de \V clJillgloll C1l esta gllelTa. - El
ejército francés reduciuo á la lilas cspaulosa lIliócl'ia.


1810. Napoleon hizo los últimos esfllerzos para
la conquista del }"lortugal , cuya cmpresa con-
fió al primero y mas ltáLil de sus Generales,
al mas antiguo de SIlS compaüeros de armas, á
aquel que á la cabeza siempre dc Sil vanguardia
en la campaüa de Italia babia abierto campo ;Í su
inmensa fortuna, al que pOI' SIL constante dicha
denominaba hijo predileclo d(~ la victoria, al mis-
mo que con su presencia de cspírilll le llabia sal·
vado poco tiempoautes en las orillas del Danu-
bio, en una palabra, al Mariscal Masena, Dllque
de r~ivoli y Pl'Íncipe de Esliuo' A lali ordenes de




( 359)
este puso Napoleon los cuelpos 2_0 , 6. o y 8. o del 1810.
ejército francés que mandaban el Mariscal Ney,
Duque de Elchingen, el General J unot, Duque
de Abrahantes, y el General B.egnier; compo·
niendo cntre los tres un total de 82.000 horo ..
bres.


El Mariscal Soult, que tenia á sus órdenes otrO~
tres cuerpos de ejército en el S. de España, re-
cihió órdenes pnra cooperar con diversiones al
éxito de ]a importante conquista del Portugal, y
otro cueq)o con la denominacion de 9." se re-
unió en Vallauoliu para' reforzar y sostener en
caso de necesiuad al ejército invasor ue aquel
Reino.


Jamas se hahían desplegado mas medios .. ni
becho tanLos preparativos en las úlLimas guerras
de la Francia con el Austria, la Prusia y la Ru-
SIa.


El ejército que mandaba el General inglés
Lord Welligton, y que ocupaba el Portugal des-
cIelas funesLas desavenencias suscitadas despues
de la victoria de Talavcra, se componia de35.000
ingleses, y 40.000 portugueses, y estos últimos
se hallabnn organizados por batallones, manda-
dos la mayor parte por oficiales y gefes ingleses.


ExisLÍa adema:; en Portugal una milicia com-
puesta de todos los habitantes útiles, aunque ar-
mada del modo que les habia sido posible, una
parte con fusiles, otra con picas y otl'a con chu-
zos. Esta milicia, divitlilla en distriLos) recono-
cía por gcfe á un Ca pitan lIamallo Mol', al que
toJos los paisanos uebían obedecer pena de la




1810.
(350)


vida. Estas milicias debian hacer en Portugal un
servicio semejante al que prcstaban en Espaüa
las guerrillas, molestando los flaucos del ejército
enemigo, iuterceplando sus cOll1l1nÍcaciotJes, y
reduciéndole en cuanto estuviese de su 11arle á
la necesidad, apoderándose ú deslruyendo sus
convoyes de vÍvU'cs.


Las tropas portuguesas organiz:adas se k¡}la-
b.ln divididas en tres cuerpos ([¿ 10 á 12.000
hombres cada nuo. El prjnH'!'o estaLa ;í las órde-
nes del Corollcl Trant) el segundo á las del Ge-
neral portugués Silvcira, y el tercero á las del
General inglés' Hoberlo '.ViJson.


DuraBte su larga inaccíol1 y pcrmnuencia en
Portugal, los ingleses habían forlilicado las a ve-
nidas de Lisboa> y jll'cpara(lo un método de guer-
ra défGlIsiva) con el (lile se propollian inutilizar
compldanH'I!te 105 esflll'j 7.0S de Jos fl'a nceses.
'Velliugton ten ia adoptadas la:) llIcdjd¡¡s ll~CCba­
l'¡as para pl'ivür dl~ toJa ('speci(~ (le n~Ctlrsos al
ejército francés si pClletraba en PortlJ3al; y sea
por ef(~ctu de un verdadero patric¡lisillO, ósea
rol' temo!', los pOl'tugllesl's lo'naron lod.:;s las [11'-
nIaS,' y sigui,'l'ol1 enleramenle, y con el mnyol' ri-
gor, las iuslrllcclOilcs dadas por el Gen!'!'nl illoli~5.


Las parli,las de pai~atlOS pOl'tug¡:cses llicieron
al enemigo lUtlcho mal, mientras ct.lmbaliall en
las gargall(¡;s dt.· las moutallaS, cn dUllclc Jl(~Vaball
siempre la slJp(~!'ioriJ.ld por ei CUllociillienlo pr;Íc-
tico del ten'ello, allllquc eran inúliles fnera de
e:-;t.os si!.ios; y es la fue una de bs raZOlh~S por (Iué
el ejíTcito co¡nLin ado de T.ord W cllingl 011 no se




( 361 )
determinó ,~ salir dc la frontera de Portugal, ni 1810.
á maniobrar fuera ele la línca de defensa que ocu-
paba al N. y al S. del Tajo. El General iuglós te-
mía comprometer su ejércitu allrancede Ulla lJa-
talla decisiva fuera de sus posiciones.


Desde que Masena procedente de París llegó
á Salamanca y pasó revista al 6. 0 y 8.° cl1('rpo~ á
las órdenes de Ney y Junot, en número de G5.000
llOmbres, se trató de apoderarse de la plazn de
Cillllad-RoJrigo. Es[a plaza, situada en el Rei-
no de Leon, en Castilla la Vieja, ,í las márge-
nes del rio Agueda, á 46 leguas al O. E. de Ma-
drid, 16 de Salamanca y 5 de ·las frontel'Js de
Portugal, es de las de tercer ól'll¡~n , y su fortifi-
eneion baslante alltig·ua, defectuosa é íncguIul':
est~ cirCllill;¡ de posiciones (lile fucilitan su ala-
que, y di¡icullan su Jefensa, tales como el Teso ó
altura de S:lI1 Fr;¡ncisco, que domina cntcr:Huen-
te las mllrallas por Sll iZiplil~r{l<l) los das al'I'aba-
les de San Fra!lcisco y del Puente, el convento
de Santa Crllz, que lilllb con el gJ~cis de la plaza,
y varias hOl!llonac1as y barrancos (¡lIe }Jt'l'mitcll
aproxÍrnal'sc á la plaza por n1l1e11as pal't('~ oculta-
mente hnsta tiro de pistola: las huertas llnnladas
de Sarnal1icgo por el lado Í2;iFlicnlo, y las de
C~,[)C(ks por el Jcr\:cho, qne pl'oporcionn n Ilna
segura crnb05cada al slliallor : las canteras J el
convento bajo de San Agllstin, los molillos de
Barragan y de los Caüizos, y difc'rentes alamedas
antigll;¡S y crecidas. Todos estos siLlas eran olros
ta1ltos puntos de abrigo al enemigo pnra plHlel'
dirigir éÍ cubierto sus aLucIues, sin que la ucfcma
TO.~O ". 46




(362)
1810. de sus muchos puestos esteriores pudiese hacerse


sin pérdida de mucha gente.
En el año de 1706 la plaza de Ciudad-Rodrigo


fue tomada por los portugueses y sus aliados en
cuatro dias, á pesar de que en aquel siglo no se
hallaba tan adelantada como en el presente la
ciencia militar.


Dejamos ya dicho anteriormente que su Go-
hernador Don Andres Herrasti se habia negado
á rendirla cuando en 10 de Fchrcl'o fue intimado
por el Mariscal N ey, y en su consecuencia rc-
sueIta por Masena la ocupacion de esta plaza ano
tes de emprender la conquista de Portugal, fue
embestida en 25 de Abril por 10.000 hombres,
al mando del Mariscal N ey, que formaba la van-
guardia del ejército francés. La gual'l1icion de la
misma se componia de unos 4.000 espaüoles, Li.
SOrlOS la rnayor parte, pero llenos de un ardor y
de un entusiasmo sin igual) que conlril>Llia á sos-
tener la aproxírnacion del ejército espaüol {t las
órdencs de la Romana y del de Lord 'Vellillgton.
Nada se adelantó en el sitio en los meses tlc
Abril y Mayo, durante los cuales hizo la guarni-
cíon varias salidas, casi siempre con ventaja; mas
11aLiellllo á fines del último llegado Masena con
nuevas tropas destinadas ya para el sitio, ya para
observar á los cuerpos de vVellington y la Carre-
ra, que se hallaban en Fucnte-Guinaldo y SIlS in-
mediaciones, el Mariscal Ney reunió en los pri-
meros dias de Junio la artillería y municiones
necesarias para el sitio, y e16. o cuerpo, compues-
to de tres divisiones de infantería, fue el encar-




(363)
gado de su fOl"m3Cion, destinándose el sobranle 1810.
de este á completar el sitio soLre la izquierda del
Agueda.


El cuerpo del General Reguier que se 11allaba
en Estremauura, se aproximó á Coria, y el del
Duque de Abrahantes se estableció entre San Fe.
lix. el chico y el grande. Estos dos cuerpos cu-
hrian las operaciones del ejército sitiador, de-
biendo rcuuirse con este en el caso de que el
ejército an glo-portu gu és in tc n tas e socorre r la
plaza, como se promeLÍan los espaüoles y espe-
raban los mismos franceses.


La vanguaruia de Lord Wellington se hallaba
á la sazon en el Carpio, su cuartel general en
Visco, y el grueso de su ejército en las inmedia-
ciones de Almeida.


E18 de Junio el Mariscal Ney embistió com-
pletamente la plaza, cuya guarnicion defendió
con el mayor valor sus puestos avanzados. El
enemigo principió Sl1S trabajos en el teso ue San
Francisco, y los continuó, no sil! dificultad, has-
ta que en la noche del 15 al lG lograron abrir la
trinchera desde el principio de la cima del teso
ue San Francisco) por frente del misrno conven-
to hasta la casa principal de la huerta de Sama-
niego. Adelantaba al 1'nisrno tiempo el sl[j¡¡(lor
sus posiciones por la dcrccha y frcnte dc la pla-
za, desde el 11101illo de los Caüizos, por la l1Uer-
ta llamada dc C(~spe(les, la C:lll[Cra y San Agus-
tin el viejo; pero tl1VO que ir ganando palmo á
}lalmo todos estos siLios á costa tIe mucha sangre.


El 22 de Junio habia ya el sitiatlor avallzaqo




(:~64 )
HlíO. SUs líneas considerablcmente, y situado gran nú-


mero de emplazamientos y apostaderos hasta tiro
de pistola de la plaza; y ceñida ya esta por todas
parles, no podia la caballerÍa dc su guarnicion
salir á [orrageat', ni ser en ella de utilidad nin-
guna. Escaseaban ademas las subsistencias para
mantenerla, y en una palabra, iba á perecer sin
fruto dentro de la plaza una fuerza que fuera de
ella po<lia ser tan útil á la causa de la patria. En
su consecucncia el Gohernador, de acuerdo con
la Junla de gcfes militares y autoridades de la
plaza, dispuso quc el Coronel Don Julian Sancbcz,
que con su famosa partida de lanceros habia soste-
nido con el mayor tesan los puestos avanzados,
rompiendo por las líneas enemigas, marchase ,í. in.
corporarse con la division del mando delGGnel'al
la Carrera> que se hallaba entonces en la Alameda
y Marliago. Asi 10 ejecutó con su acostumbrada
intrepioez y resolucion aflncl valiente c~adillo,
saliendo de la plaza á las U de la noc11e de arp.wl
mismo dia por la dehesa de l\Ial'li-Ilel'llantlo,
sorprendiendo con el mayor arrojo las centinelas
y puestos avanzados del enemigo -' forzanoo sus
tres líneas, y matanoo y arrollando « Cllantos se
le pusieron por delante, hasta 10gr:11' la incorpo-
raeion con las tropas esparlOlas.


El 23 las vigías I'stableciclas en la torre Jc la
Catedral dieron aviso de que en el campo ene-
migo se ohservaban movimientos eSlraordinarios,
}' que desde sus trincheras se preparaban al ataque.
En f\r1uplla misma noche, ~ cosa d(~ las doce y media
.los fuertes columnas de infantería, sostenidas por




(365 )
otra de caballería por su centro acometieron ni 1810.
arrabal de San Francisco por derecll3 é izquierda,
Jirigiéndose sobre los conventos de Santo Do-
111i11g0 y Santa Clara; pero estos que se hallaban
guarnecidos por los espafloles, contestaron con
un vivo fuego que, sostenido por la artillería de
la plaza que d{',~cargal)a á metralla sobre ]os si-
tiadores, bastó }1a1'a rechazarlos completamente,
y para ]J3cerlos desistir de Su intento. Una co-
lumna de 300 llOI1I}¡res se dirigió al mismo liem-
po {t atacar el anabal; pero fue rechazada pron-
tamente, y desde luego se conoció que era una
llamada falsa para distraer la atencion del yer-
dadero a laque, que con tres numerosas columnas
verificó el enemigo contra el convento de Santa
Cruz, (PlC incendió por todos lados, escalando
sus tarias, y volaulo con barrilES de pólvora su
puerta Frincipal, lwsta introducirse Con el ma-
yor arrojo en In iglesia, á la que pusieron fuego
con camisas embreadas, tratando de asaltar en
seguida el resto (Iel edilicio, defendido por 100
soldados espaüo1es del regimiento de yoluntarios
de infantería de Avila , los cuales no solo resis-
tieron y rcc1lazaron ]os Jifer!'ntes asaltos que dió
el enemigo, sino que lwbiendo formado de ante-
mano, á prevcncion, una cortadura En la esca-
lera de subida, cuLierta Con tablones, quitaron
estos en el momento que pasaba por ('!leima una
compañía lIe gr::maderos franceses, conducida
por un oficial, que con el mayor denuedo los
mandaha, con el saLle en una mano, y una lUI-
eha de viento en la otra, y cayendo precipi¡;¡r!{,S,




(366)
f810. fueron muertos por los defensores que, rodeados


de llamas por todas partes, pues la voracidad
del fuego consumia enteramente la iglesia, se
mantuvieron firmes con la maJor serenidad .. has-
ta que despues de dos horas y media, viendo el
enemigo que no podia penetrar ni forzar el pues-
to, y que habia perdido en los repetidos y obsti.
nados ataques mucha gente, desistió de su em-
peño y se retiró llevándose multitud de cadáve-
res, y dejando regado el campo de batalla con
su sangre, al paso que la guarnicion española
solo tuvo cinco soldados y un sargento muertos,
y cuatro oficiales y 18 soldados heridos. Al ama-
necer los sitiados volvieron á ocupar sus posi-
ciones anteriores, llenos de orgullo por haber
rechazado tan terrible ataque, y por haber hecho
pagar tan cara su osada tentativa á los enemigos
que tan solo lograron incendiar los edificios del
arrabal, del puente y convento de Santa Cruz,
mas sin conseguil' la ocupacion de ninguno de
los puntos atacados.


Redoblaron los sitiadores su actividail á vista
de tan obstinada defensa, ocultando su artillería
gruesa hasta que en la noche del 25 descubrieron
siete baterías Con 46 piezas entrt~ caüones, mor-
teros y obuses, colocadas de modo que cubrial1
toda la línea, desde el teso hasta el jardin de
Sama niego ; y al amanecer de dicho dia rOJI1-
pieron un fuego general contra la jdaza, arrojan-
do balas rasas, bombas y granadas cOlltra los
edificios de la ciudad, con lanta furia, que en
las seis horas primeras dispararon mas de 3.000




(367)
tiros. La plaza respondió inmediatamente con su 1810.
artillería, y toda la poblacion se l)USO en movi-
miento, acudiendo unos al servicio de las bom-
bas para apagar los incendios:1 otros á conducir
heridos á los hospitales, y otros á llevar muni-
ciones á las baterías; en cuyo servicio se señala-
ron las mugeres, y hasta los niños de corta edad,
que estimulados con el patriótico ejemplo de sus
padres, acompañaban á estos hasta las murallas.
Los gefes y autoridades animaban á los defenso-
res con su ejemplo; y la plaza contrarrestaba con
el mayor teson y fruto los fuegos enemigos, que
durante todo aquel dia se dirigieron sin interrup-
cion sobre la ciudad, sin duda para consternar á
su vecindario. Durante aquella noche menudea.
ron de tal suerte las bomhas y granadas reales,
que se repitieron los incendios, causando tales
destrozos:1 (lue en pocas horas no presentaba la
ciudad sino un monton de ruinas.


El 26 Y el 27 empezó el sitiador á batir en
hrecl1a el Torreon del Rey, logrando al fin dCl'l'i-
barle cornpletamenle. En la maüana del 28, con.
tinuando la plaza sus fuegos, sicmpre activos,
consiguió causar al enemigo varios daños, y en-
tre otros la volad lira de cinco repuestos de mu.
niciones de sus baterías, cuya ellplosiol1 fue muy
considerable, principalmente en uno de ellos que
qUC(tó Jestruido enterarnente; pero no por eso
cesaha el enemigo en sus tl'ahajos y fuego contra
la brecha, interpolando los tiros á esta, con los
que disparaba contra la ciuuad y todo su recinto.
Al amanecer del 28 batieron con mayor teson el




(368 )
HllO. punto <le la brecha; y aunque no lograron por


entonces ponerla accesible, constcrnaron bastan-
te la ciudad, y á las dos y media de la tarde
suspendiendo el fuego, enviaron un parlamenta-
rio á la plaza con una carta del Mariscal Ney, en
la que, á nombre ue Masena, iutimaba al Gober-
nador la renuicion, aüadie ndo de palabra el Ede-
can francés, al entregar la carta, que su General
permitiria se despachase un correo al General en
gefe iuglés para cerciorarse ele (1',c la plaza no
tenia que aguardar ser socorrida por su eiército,
á pesar de la proxirnidad en que se hallaba. La
contestacion á esta intimacion) dada al instante
por el Gobernador de la plaza, pinta el carácter
de fidclidaJ y de honradez (iue disLingue á los
gcfes militares españoles; y crcemos deberla con-
signat· á la posteridad como un documento del
mas alto intcr<!s para la ¡listoría.


« SellOr Mariscal: Despues ele cuarcnta y nue-
»ve aüos que llevo de servicios, sé las leyes de
» la guerra y mis tleb;c:res miliUl\'cs. La plaza de
)) Ciudad-Hodl'igo no C."Ll en estado de c~IlJitlllar,
» ni tiene hrecha formada fIlIC obli.;:;~¡e :'l hacerlo.
»En consecuencia, all/l(llle debiera (lccil' i( V. E.
» decididamente sigllie..,;e sus operaciOllCs contra
») ella, pues sabria rally bien, en con~idel'acion y
» rcspeto á la }¡ Lll11anidad, si las Cil'CIl!lsl:1l1cia,'f
j) me obJi3";ncn á hacerlo, pedir la capítlllacion
"por mí cllismo, dcspues dc dejarsah'o mi honor,
II que aprecio lllas que la ,,-ida; hahiendo indicallo
),) el Edecan de V. E. tendria la conJesccudcnc ia
!) (le convenir en que se despache un correo al




( 369)
l) Gcneral ingles T~ord Wellington: acepto este 1810_
Ilparlirlo, y podl'[\Il cluedar en slispension las hos-
)) Lilidatlcs, )' Lodas las cosas ill slatn quo hasta Sil
11 vuelta, en que, segun la conteslacion que trai-
Hga, daré á V. E. la que corresponda.»


Esta respuesta irriló de tal moJo al Mariscal
Ncy, que mandó rompcr itlll1cLliatamcnte el mas
horroroso fuego Jt~ tOllas armas, el que á pesar
de la sOt'IH'csa, no causó mtlchas desgracias, Al
punto conlcsLú la arlilIeria ele la plaza, y conti-
nllÓ el ala que con el maJor encarllizamicnto,
Ae¡ 1I,·lIa misma noche trataron los sitiadores de
aJela!1tar sus haterías, para lo que emprendieron
sus trabajos por la zapa volante, hasta situar á
scscuta toesas ele la muralla Ctlillro baterías, las
que callsaron cn clh gl'<!jl(lc cstr;Jgo, volnudo la
contra escarpa y la falsabraga, y corol1nnclo á
esln, quedó la brecha mil}' p\'nclicable. 1.05 cs-
pallOlcs por Sil parte seguían trdba jaudo por las
noches ('n sus defensas interiores ~ y los france-
ses todos los tiias amaga han atncar por diferentes
puntos para apo(lerarse del arrabal de San Fran-
cisco, 1'('1'0 sictll pre sin [ruto llasta el dla 2 de
Julio en CIlle, eslalHlo ya la brecha mtly adelanta~
da,y conociendo claran1l'nte que Sil Yl'reLaderoata-
(lne se dil'igin por arlt1ella parle, tuvieroll los si-
tiadores (I'w retirar la tropa qlle guarnecia dicho
arrabal para reforzar la gU<Hllicioll de la plaza)
dej¡ll1do solo cn él (le obscr\'ncion unn partida d~
50 hombres con dos oficiales.-


A pesnr de este abandono, no ocupó el enc-
mi¡.;"o el arrabal sino á bastante costa en la noche


TOMO 11. "17




( 370)
1810, siguiente del 3, habiendo pegado fuego, no Liell


se apotie,'aron de él, al edificio del hospicio,
Cada dia que transcllrria dt'sd~ que el sitiador


principió á batil' la plaza, al paso que acrecenta-
ba la glol'ia de sn gllarniciou) y la encendia en
el empeilO de cOlltinnarla, debilitaba las esperan-
zns que el paisanagc tenia formadas, de que la
plaza seria soc01'l'ida por el ej('~rCilo de Welling-
ton y del '\1al'rlués de la Romana. POI' un laJlcero
de Don Jlllian Sanchez, que disfrazado de pas-
tor pUllo it1trodllcir~e en la plaza el dia 9 de Ju-
lio, se supo que el ejército inglés se hnbia reti-
rallo de las posicioues inmeditltas que ocupaba
desde Gallegos, y tornado otras, para cstar á la
defensi va, entre Almeitla y el fuerle de la Con~
cepclOn.


Los franceses continuaban dispnl'ando sobre
la brecha) la que abrieron y ensancllaron hasta
veinte toesas, batiendo todo el frente de la forti-
ficacion y edificios contiguos, en térrninos que
no habia parage donde situarse, ni por donde
transitar; siendo necesario en la mailana del 9
replegar sobre su derecha é iZ(luierda las compa.
¡¡ias de granaderos, y delllas tropa qne gual'l1e-
cian la brecha, por no ser posible sostenerse en
aqncl punto, pOl' el diluvio de balazos de toda
eSlwcie, bombas y granadas que caían sobrc
él, .Y le enfilaban pOl' todas partes, sin dejar
libre el espacio necesario para colocar un solo
hombi'e, sin que estuviese espuesto á perecer,
tanto que en las cuatro llOras pl'imeras desde
el amaneCel' perdió la guarnicion cerca de 200




(371 )
hombres y siete oficiales entre muertos y he- i810.
rielo.'!.


La plaza se hallaha en la mayor consterna-
cion; a\)('I1<1S qnedaban ví veres para tres dias, y
los herirlos, C¡lH~ progresivamente se iban aumen·
tando con f'sceso, no tenian donde gnarecerse,
porque el palacio tlel Obispo, dontle se lJabian
colocado, por haber silla destruidos ]05 hospita-
les provi"iona}es, Sp l!alIaba atestndo de ellos.
Las columnas f'llcmigas se preparaban para el
asalto elllia 10, Y E-11 tan critica situacion, con-
sideralldu el Gobernador t¡ue si se daba lugar al
fl11'or desenfl'cuado de un asalto, pereceria el ve.
ciuJario; y viendo el nillgnn frnto que se iba á
sacar de dila¿al' por algunas horas la rendicion ó
de morir ll1atando, ¡lesecl¡;¡da por otro lado por
la oposiciol1 del vecindario la idea (le ahrirse pa-
50 la gll:Jrnicion por entre las líneas enemigas ..
convocó \lila Jl1llla de alllOl'ida¡les militares, eele-
~iáslicas y civiles, {¡\le se celebró á las 10 de la
mauana, y se acordó en ella que luego que los
enemigos indicasen con sus movimientos tratar
de as:dtar, se cnarhoL1SC bandera parlamentaria,
redimicndo al pllC·ldo del sacrificio (lue le ame-
nazaba. Asi se verificó ,í las seis de a(luella mis-
ma tarJe, enviando al campo francés un Oficial
!¡arlamental'io, el (IUC volvió á poco rato á anlln-
ciar al Gobernador de la plaza, que el l\lariscal
Ncy le esperaba en persona al pie de la brc.cha,
para 1 ralar sobre la capitulacion. El Gobernador
se trasladó á aquel punto, y en efecto encontró
t'n ~I al Mariscal .. que con todo Sil estado mayor




( 372)
1~1O, Y dernas gef(~s de su ejército, le recil)ió con las


mayores demosl raciones tic cOllsideraClon, tribu-
tando elogios á los defensores de la plaza, y aüa-
dielldo que nada teuia que hablarse (JIl órden á
la capitlllaciüll, pues lodas cuanlas honoríficas
condiciones se conceden en semejantes casos,
las acordaha al acreditado valor de la gllarnicion,
asi como al tino racional é inteligente de haber
cspel'ado á capitular en el l110l1H'llto último y
preciso en que aun podia [eller lllgar segun las
leyes de la gllcrra, despucs de haber hec1lO cuan-
to exigian las del honor y la fiddicla(l.


Esta capitulacion verbal fue garanLida por la
palabra de honor del Mariscal Ney, que la dió
públicamente, al mismo liempo que la lIlallO al
Gobernador españul.


En su consecuencia las tropas francesas ocu-
}1arOn las puertas <le la ciudad, y la gllarnicion
española se retiró á sus ClIarldl's ]wsla el dia si-
guiente 11, en que despues de drsfUar y rendir
sus armas con los honores de gllen'a, ernprendió ..
como prisionera) su marL:ha á Bayona en tres di-
visiones, de las cuales la una partió ('11 aquel
mismo dia ) la otra al siguiente y la otra con el
Gobernador y estarlo mayo\' al inmediato 13.
Perdieron los españoles durante este memorable
sitio 1.400 llOmbrl's: la plaza se sostuvo selellla
y siete dias, (Lesde el 25 de Ahril hasta el 10 de
Jlllio de 181.0: file embestida y atacada por tres
cuerpos del ei¡'~rcito fraucés) en número de
82.000 hombres: fue homba,'deada y cañoneada
sin interrllpcíoll en todas Jirecciones por espacio




(373 )
de diez y SCl:> dias por 46 bocas de fuego) que lS10.
abrieron una brecha de 18 á 2H toesas, tan e~,p;¡-
eiosa y practicable que el Gobcrnador y su csta-
do mayor bajaron por ella.l capilular, y por ella
volvieron á subir, Encontraron ell la plaza lo~
francfscs 86 caÍlones, 200 millares de pólvora y
120.()()O c:ntuchos.


El Hey, qncriendo prcminr esta }]('róicn de-
fcnsa, cOllceflió á t:ln valientes guerreros en 6 de
Diciembrc de lB1/! una cruz Ile di'iliucion, quc
consta de cUiltro hrazos iglw}¡'s, COIllO 1;1 de Snn
Juan, terminaJos en líncas cóncavas, los hrazos
de oro con tildes azules, y las puntas con globi-
tos de oro: en el celllro lleva un escudo ovalado,
dond(~, f:n campo rojo, hay un castillo de oro,
rodeado de unn orla hLlnca, Sobre el brazo supo·
rior tieue corona mural de oro. En el reverso tie-
ne csln inscripcion: Falor acreditado en CÚl-
dad-Rodrigo. Y se lleva pendiente ele cillta mo-
rada.


El J\!nriscnl Masena creyó deher dptpncrsc en
los alred!'dores de Ciuclnd- Hodrigo hasla tanto
que el Gellcral f{egnicr, ,í la cabeza dc;l spgundo
cuerpo dd ej<'Tcito frallcó", hubiese repasado el
Tajo. Estp" para cnvol Hi' al Corollel Mllrillo,
que se hallaba en Hurguillos, y atacar al Bl'iga.
dierlmnz, que cstaba en Jerez de los Cahalleros,
se puso eu llIal'chn con tl.OOO homl¡¡'ps desde
Mérida y Almelldralcjo. El dia 5 ele Julio al ama-
necer se a"istnron las ITopas francesas en HlIr-
guillos. J\lmillo emprendió entonces Sil retirada
h¡ícia Jerez, despues de haber causado bastante




(3i4 )
1810. Pl'nlj(la al enemigo. A las ollce J' media de la


maiíalla dd mísn10 dia elllpezó Hc'gllí!'1' el ataqtlc
contra Jcn'z, dirigiendo SIlS opcrilciollcs y ata-
ques contra lorla la línea; pero en todas llilJ'lcs
fue rechazallu con firmeza. No pudiendo Imaz
sostenerse en 1HIuel punlo con solo 3.600 hom-
bres 'lue tcnia, resolvió retirarse para reunirse nI
General Bdllcstero .. , dirigiél1dose hácia Encilla-
sola, dcsptws de haber contenido al eJlemigo ~ d
cual pndi(í 800 hombres eJltre 111 natos y heri-
dos, siendo fUuy corla la de los españoles.


Despues de esla accion paso Rf'gnier á J:¡ de-
recha del Tajo, y entró en Portugal, marchando
sobre Castel-branco á amenazal' el flanco dere-
cho del ejército illglés. Este se concenlró todo
sobre AI!l1eiLla el 25 de Junio, estal¡leciéndose
allj su cuartel general. Se componia de cinco di-
visiones, de las cn,des la primera estalla ,i las ór-
denes Jel General S¡lPl1cel') yen 1Il'lInerO de 6.nOO
hombres ocupaha á Cdorico, puehlo distante ca.
si 20 millas del grueso (lel t~jércilo francés. La
segtllHla, flue matHlaba el General Hill, y se com-
pOllia de 8.000 homhres, se hallaba colocada co-
nFJ cuerpo central, sobre las montaiias de Porl-
al~'gre, entre el Tajo y el Glladi:ma, (lesde don-
de observaba las fronteras de EspaiJa. La tercera
division, mallrlada por el Gel)(~l'al Cox, en nú-
mero de lO.OOO homhres , se l¡allaha situada en
Guarda, fIue era la principal posicion, distante
20 millas de las líneas francesas. La cuarta en
número de 4.000 hombres, á las órrlencs del Ge-
neral PictOll, ocupaba el}lllf'blo de Pinhel; y h




(375 )
quinta, mandada por el General Crawfurd, sc lBIO.
hallaba colocada á la mitad del caruino, cntre el
cuerpo IJI'incipal del ejército inglés de la Guarda
y el ejército francés que ocupaba:l Ciudad-Ro-
drigo, es (lecil', á cerca de diez millas de uno y
otro punto; pero esta l'tltima. divi~ion no estaba
fija, y ~Ivallzaba á veces hasla San Felices de los
Gallegos, ó retrocedia, segun lo exigiall las cir-
cunslancins. El Cllnl'tel general de Lord Wellillg-
ton se bal1abn en Visco. Lns tropa" P0l'lllgllf'sas,
mandadas pOI' Pi ;\lal'iscal Bc,:esford, se rcunie-
ron al DlIque de We\\ington en Julio, y des-
de este mOll1euto com(~nzó éste á poner en eíecu-
cion el sistema de defensa que habia profunda-
menl:e comhin:ldo y cOllcertado durante Sil per-
manencia en S(~vilJ;¡ en d invierno ele 180!) con
Sil hel'mano el Marqués (le 'Vl:'lll"sley: plan que
fue sf'gllido con la mayol' perscverallcia por el
Gobierno ingl¿,s, por la Rq~('ncia de Portugal y
por el mismo General en gefe.


Para conocer mejor la invasion de las pro-
vincias s('ptcntrionalps del Porlllf!;al, y las ope-
raciones dcfcl1si vas de Lord Wellington, es in-
dis pensa ble d;¡ r al gll n os tl et a 11 es to po gr;í t1 cos,
que illdi(plen las posiciones respectivas de 10:>
ei{~rcitos.


Entre 1a posicion principal del ejército inglés
en la Guarda y la ciudad de Lisboa media una
distancia de 190 millas, es decir, casi 20 días
de marcha. Tres caminos reales guían desde T .. is-
Lon 6. las fronteras de Esparta, el primero por
Abl'ahantes, el segundo por Yelves, y el tercero




(376)
l~IO. por Coimbra. El ejército íllglés adclanlanllo há-


cía el N., si3uió el cami";J de Abrahanles, y el
primel' punLo importallle que se encuentra en es-
te camino es Santarcll, plaz:) (lisLanle 40 millas
de Lisboa, fIllc pUl' su silu3cion elevada es suma-
mentc fuerte, y dOlllinando el camino real por
el E.., fOl'llla la primera defensa de Lisboa contra
cual'luicl' euemigo t¡lle illtt'nte penetrar basta ella
pOI' el camino de Esp"üa. EsLl flanc¡ue3lla al S. E.
por el Tajo, J' :d N. E. pOI' sierras muy escarpa-
das, cslando adL'llWS r(~fOl'zada con furliticacio-
nes, cuyo objeto es cerrar el camino cutre las ¿¡1-
tUl'as y el rio.


El srglllltlo puesto que siguiendo rl camiuo
re::11 del E. hay lllas importante al,l1 que Salllaren,
es Abrallatltes, qlle dista 30 milLls de Lisboa, y
i20 de Guarda. Esta ciudad, sil llalla muy Cf'l'ca
del Tajo, fllp. un campo [llili!;II' rllm<lJ]O, circulls-
tancia que indica baslallle ,"11 fuerza uaturul, á la
l[lH' darle nada h<Joia alladido.


Villa-bella es lamhiea otra posicioll militar
y campamento romano sobre el paso del Tajo,
C(1)0 rio corre al través de las rnontaüas Cjuc la
Cil'('llndan.


Castd-bl'anco, que sirvió tamhicn de campo
romano, está situ;illa al csll'Cl1lO de otro dcsfij;¡-
clero, y el país que la rod(~a ofrece posicioncs
tan 1neslH1L!naLlcs ,¡11!~ Tll]('d(~ con~jdcrarse como


l' i


UI1 gran campanli'llfO furtificado. Su ciuJa(lcla y
mUl'allas se hallaban arruinadas y en cslauo d"
no poder so~lencJ' un sitio.


Ala lllilalJ del camino de Castel-branco .t




(377 )
Guarda se enCIlPntra Cobill¡a ,y desde este punto 'SHt.
empiezn el pai~ ;Í ser mas montuusO y ;Í furlllarse
las sit'l'l'as llamadas de E61 rella, en las que hay
innwdiata á Cobilha lll1i\ eminencia elevada G.OOO
pies soure el nivel del mar. Esta ciudad, situada
en una p05icion tan escarpada) era en caso d~
retir~d;¡ sumamente veutajosa para oponerse d
los progresos del (·nemigo. Desde Cubilha ~igl¡e de
montaitil ell lllOIlL;:¡I1U eL:Viíndose el len't:'lIo hasta
Guarda, que esLí sir llada ~()br(' Iltlil dl~ la~ mUllla-
ñas de la sierra de la ESll'dla, eerca dd uaci-
lllit'llto del Monuego, y de modo C¡Ut~ al divisnrse
d" lejos parece un simple c;¡mpnllario colu('ado
!!olH'c la cima de una montaña. Los camillos <¡ue
cOlldllcell á t'sta ciu(bcl cstatl abit'l'los pOI' ml·dio
u(' las rncas y rodeados de abismos, siendo por
lo tanto una dc las plazas mas l'¡It~l'tes del POl'ln-
g~ll. "\~i es que Lord -W..11in gtOll pl'l'lllanCClO,
miel! [¡-,lS pudo pl'opOrCiU1I3l'Se las sllbsisLcnci~D
necl:s:ll'ias, trall'\uilo eu esta posicioll , y seguro
de po¡}l'r llL'~a!i,lr en dla ¡\ tuda el poder de la
['ra llci,~. rksct¡~ Cuanla ú Ciudad-Hodrigu, <'11 Jon-
d<.; el ";I;:l'i;cal ~Lt:;nl<l fijó por 11I11cllO ti<'l:lPO su
C1U¡t,! ~;:'lIl!rill, nél 1.21' rr:f!S (¡ue 25 milbs, <1l1n-
~ J ./


I(!l(' a¡íd~()i '~i:;i'ci:o;: tcnian n1suI1us de sus Jivi-
"iOlles lall r1\'a!i;::ldns, que estaban :i la vi"ta, y
lu~; ln~!l";('~ IL'slie b::; alLuras (lc Pinlu·l, Cl'Ici'Í.
ru y GILld;¡ v,i;,n todos los dias las lílll''':; de;
ej{rc;lo fr;llIc:::i ('l! les llanos de CilJ(¡J(L!'¡¡dri~o.


u


l~n (,slH~ci~.l !'l c;¡~:;~!leria cninbi~lha á :':r¡d~i l-~~\./~
'1' -',"ll) d,' \' v""-'''l:';,--l y ¡1-··,!·(,11,,11~ t"", ""í""'() ,,1, •
•• - ¡ ~ - ~'-'- J_, .. u _l~._(. _.l-~>:J_.\ . .... ',~-




(378 )
HijO. contraron sus partidas en los llanos de Ciudad-


Rodrigo, y hubo escaramuzas con diverso éxito.
Las posiciones del ejército inglés estaban to-


madas de modo, que si este tuviese que relirarse
en el Curso de la campaüa hácia Lisboa, lo pu-
diese ejecutar sin ser cortado.


Las posiciones ordinarias del ejército france~
eran en las llanuras que eslan á la faILla de las
montai'ias en que se hallaba acampado el ejt~l'cito
an¡;lo-pol'l ugnés; llanul'ns eu que se hallan situa-
das las ciudatlcs ele Daebjoz, Ciudad-Hodrigo, y
algo mas distante Aldntara; y aunque no todas
las divisiones francesas se hallaban estacionadas
en el llano, su (;Qloeacion era tal, (pIe les era fá-
cil reunirse tod::s anles de poJer ser obligadas á
una accion general.


El 21 dc Julio mandó Masena al Mariscal Ney
hiciese un reconocimiento sobre el fucrte de la
Concepcion) y dcspucs de haber ¡c!liJo un ligero
encuentro con la caballería del General Craw-
furd J tuvo este que abandonar el fllcrte y volar-
lo. Crawfurd, no obstante, continuó ocupando
una posicion cerca ele Almcida, estentlic!1tlo su
derecha hácia Zuma con una columna de (res bao
tallones ingleses, dos portugueses de inranterÍa
ligera, y algunos escuadrones de cahallerÍa; pero
al amanecer del 24 fue atacado en esta posicion
por un cuerpo enemigo de 7.000 hombres de in-
fantería 'i 3.000 de caballería; y tlespucs de ha-
herse defendido con el mayor teson, vencido,por
el núrncro, se retiró por el puente del Coa) en
donde tomando posicion , hizo una terrible cal'-




(379)
nicería en los franceses que intentaron por trei 1810.
veces forzar el puenle, siendo rechazados otras
tantas: mas habiendo despues creido convenien-
te aban¡lonar las márgenes ucl Coa, Crawfurcl se
replegó con sn uivision sobre Cobilha.


Siguiendo Lord Wellington imperturbable
el plan de campaña que se habia trazado.> habia
retirado su infantería al v:llle de Mondego, no
dejando en Guarda mas que una division y al-
guna caballería avanzada para vigil:Jr sobre los
movimientos del enemigo sobre el Coa.


Mientras Wellington estuvo ocupado en .!'Iolo
hacer demostraciones sobre };¡s fronteras de Es-
p:Jua, habia hecho construir Lres líneas de atrin-
cheramientos delante de Lisboa, las que rodeando
la capital y sus inmediaciones en mas de doce
leguas se estendian desde el mar hasta el Tajo.
A estas triucheras, casi inaccesibles, habia pro-
yectaclo Wellington reLirarse, y aprovcchar en
ellas los recursos del pais, y recibir los refuerzos
procedentes oe Inglaterra.


El 21 de Julio embistieron los franceses la
plaza de Almeida, que es una de las principales
de Portugal, situada sobre la cumbre de una alta
moulaüa, ó mas bien sobre un plano muy eleva-
do á 1t3 millas al N. E. de Lisboa. Defendiala
el Gencral inglés Cox, y su fortificacion estaba
en muy buen estado. En la noche del 15 de Agos-
to los franceses, al ahrigo de un falso ataque,
;;¡brieron la primera paralela, que sin embargo
del fuego de la plaza se hallaba concluida el 19;
y dtsde el 20 al 25 construyeron once baterías,




(380 )
H110. l1abiendo ahierto el :]4 lIlJa segunda paralela á


mellas de 150 toesas. Al amanecer lle! 26 sesenta
y cinco piezas de <11'1 i11t'ría r0l111)]cron el fllego
contra la plaz.a, que contestó con viveza hasta
las Cual ro de la Un'dt' , en cuya hora prillcipió á
disminuÍ.', y á las si, le se voló C.l ella por una
bomha un almacen de pólvora <¡l\(' cau~ó estra-
gos de mucha considcl'aciún. Intimada en este
estado la rendicíon d" la plaza por el Mariscal
Masen .. , esta capitlll() al dja "jg"icllte, oCL1[l,índo.
la en seguida lrls tropas francesas, de las cuales
la mayor parte perll'necian al G. o cuerpo del
mando del Mariscal Se)'. La gllarnieion quedó
prisionera) d\~sfJland() con todos los honores de
la guerra J y rindiendo sus armas sobre el glacis.
Noventa y ocho ¡¡it'zas de <lnilleria de plaza y
siete de campa ila caj'I'l'ol1 en poda de los fran-
ceses, con tl'e~ciel1las mi! r;¡cioncs de g;dlcta,
cien mil de pescado salado, j' gran c,llltidad de'
toda especie de víveres. Mil y doscielltos milicia-
nos portuglleses, y algunos sol(L.do~ dd rf'gi-
miento ele la misma nacion númno :14 dI' lílll~a,
se pasaron en esta ocasion ;í las fila, j' s"rvi(~io
de los vencedores, l' hicieron causa C01l1111l con
estos contra su patria. ¡\dlllirado j' receloso (le
esta conducta, escri!Jia el l\lari~cal !\1;¡SI'IHl CI1 30
de Agosto al Príncipe de NCllchatd, (¡lIe por
desconliar de estas tropas, no las empleaba sino
en servicios poco illljJorlantes J haciéll(lulas vigi.
lar con toda severidad.


El 5 de Setiembre el ei¡'~rcito de Massell~~:l­
lió de Almeida y entró en Guarda, y clcsllc CH-




(381 )
tonces pnclle decirse filIe comenzó el movimien- f810.
to de illva~iOIl dt'l Porl ugal pOI' el valle de Mon-
dego, En Sil consecuencia, el ejércilo inglés co-
meuz[. á ('fl'clllar su retirada lentanlt'ule y con
buclJ orden) ClIllccntl'audo poco á poco lus cuer-
pos (~1H' Il'1lia destacados. Al n'tirarse habían
destruidu los illglt'~es todos los puentes y moli.
nos l'sta\¡leclllos sobrl' el Cua.


llJln djvi~ioll de milicias portuguesas) mallcla-
das por el Gt'ncr.d ¡\JIIJIe.,) ocupó la forlaleza de
Chavl's: olra á las órdllll's de Sílvl'ira se colo.
CÓ l'il>hre la orilla sl'\)lcl1trional del Duero, y
otra " las dd Coronel Tr;¡nt se situó en San Juan
de P('~q'l<ira. ]}e c~te modo, si los franceses
Qvallz,d¡;¡u 1'01' Viseo) como se espl'l'aba) dcbe-
rían ~;¡'r n.uleslados por e~los cuerpos de milicias
portu gUI'sas.


Estos lIIovimjclJlos !Tfrógraclos del cj{'rcito
inglt'-s fllí'I'l)ll (ll'lCI·didus dl~ /lIJa pl'oclama de
Lord '\V, 1lillgtOll, l'l'eLa 1 lIr> Agosto, en la que
despul's de prl'Sl'lltal' el cl/adru horroroso de las
calall1idadl's I:lll~ ('~pl'l'illl('lItaban los pueblos de
Ls fl'()Il[IT:IS dd Portllgal, Cjll!' clPJ(,ndo de bue-
na {'e ];IS pro III l' ~:;¡ S d,~ 1 I 1," ha!l Cl' se s no se ]¡¡¡bi;1l1
movido lit.: SIIS ¡]olllicillOS J y ('stab"lJ slHIIl'lidos
á su gol,il'l'lIo, (Ir'clarall;] ~í todus los hal,iiautcs
de a~¡I/I'J rtillo {lI'C IJO klbia salvaciun pnl'a ellos
ni otro lllcdlO dl' illlpcdil' los progl't':-o:-; tI,·] Cllee
migo qlle d d/~ ;1dl 1plal' la vi;':('l'osa y funte mee
dil\" de q¡~il¡¡rlc ClI'llllo.'i n'Ctl!'SO~; .Y mt'dios FU-
lliesen s~l'I'irle par,\ facililal' Sil m,lrch" al j,v: ..
I ¡or: que sus solJauos prolegn13tl ~(1 uelL: por-




(382 )
18/0. cion de territorio que pudiesen; pero que el pue-


blo solo podia pl'cservar sus propicclaues y li-
bertarias de la rapacidad encmiga, lwy-cndo y
retirán.dolas consigo: que sus deberes para con
el Príncipe llcgente de Portl1gal y para con la
nacíon porLug'uesa le irnpelian á hacer uso del
poder y autoridad de (lile estaha revestido para
ohligar á adoptar este partido á las personas que
se mallifestasen apáticas en hacer los esfuerzos
necesarios para salvürse ;Í si mismas ele los l1eli-
gros inminentes que les arnenazahan , y preser-
var su pais de una ruina inevitable. En conse-
cuencia, mandaba que los I"nagistrados yemplea-
dos del gobierno que se qucebsell en las pobla-
ciones despues de babel' recibido órdelles para
salir de ellas de los comanuantes militares, y las
personas de cualquier clase que manluviesen co·
municaciones con el enemigo ó le all',iliasen Je
cual(luier modo, fuesen consider;.¡uos por trai-
dores, y juzgados y castigados como tales, se-
gun las leyes del país.


El General inglés que lo habia previsto torlo
para el caso dclmovimicnto reLrógrado, dió ór-
denes las mas terminantes para que todo el pais
,por donde debia pasar el enemigo, fuese evacua-
do por todos los habitantes, y clltonces se ,,,ió
por un movimiento heróico tan poco frecuente
en las historias de los imperios, bs poblaciones
enteras retirarse á la vista del enemi.go que ve-
nia á esclavizarlas.


Estos leales y deciuiJos patriotas al tlesam-
parar sus casas l1evaLan consigo sus penates, al!




(383 )
honor, y la certiclurnbre de arruinar por este 1810.
medio ásu enemigo, mereciendo el aprecio y
admiracion, no solo de sus aliados sino del nUlll-
do entero. El éxito coronó sus ltcróicos sacrifi-
cios, pues abandonadas las ciudades y aldeas de
la alta 13eyra, y destruidos cuantos efectos úti-
les no pudieron rctil'flrSe :> Y ocupada por el ene-
migo, se halló esle como en un verdadero de-
sierto ~ cOl'l~llbs sus corl1unicaciones con Esp;\tia
por las milicias portllguesas y por las partidas
de paisanos arruados:> conocidos bajo el nombre
de Ordeuanzas. Una division de esta gente, man-
dada por el Coronel Trant, atacó la escolta de
la ¡¡rLillería de reserva del enemigo y de su caja
militar, y le hizo muchos prisioneros.


El Mariscal Massena hahia empezado á mar-
char por el camino de lJonto-de-Marcelha sobre
la ribera izquierda uel Mondego. Todas las po-
siciones vel1tajosas de este camino se haJIaban
fortificadas, y particularmente las que se en-
cuentran en la embocadura del Alba. Masscna,
queriendo salvarlas, pasó por el puente ele For-
nos 7 sohre la orilla derecha del Mondego, y
tornó el camino de Visco á Coimbra. El estado
en que ellconlraba el rais , y las dificultades de
los caminos para el transporte ele su artillería y
equipages, le hizo perder muchos días por la gran
distanci,'l á (1',e se hallaban sus almacenes, mien-
tras que Lord 'Vellington cra acompaüado en su
retirada por toda la poblacion con los mas pre-
ciosos y necesarios efectos.


Entretanto el General Reguier llegó á Sabu-




(384 )
1810. gal y á Alfayates ell2 y 13 dc Setiembre, y to-


do el ejprcito frances se puso en movimientu el
15 po,r las villas de Guarda y de Ce!orico, pasó
rápidamente las alturas, y desCelldu') al valle
del MOl1dego. Una fuerte culumna elllcllliga atra-
yesó las montailas de Aloerca, que forman la
iZ'llJierda de la sierra de Guarda y de Ma) al de
Chevas. El 16 la caba llería inglesa, á las órdc·
nes d~ Sir StapleLOIl ColLon, se rcliró de Cdori-
co, y se dirigió al valle dd l\1oJldq,o. Lord
Wellillgton IJabi¡¡ preveuido al Gelleral Hill,
acantonado en Yelves , observase las op"racio-
nes de Hegnier, é hiciese un movi'lliclllo subre
la orilla derecha d,-l Tajo para cubrir el camino
di; Castel-branco á LisL,ua. En cUIISt·t'IIf'llcia este
Gcneral, que había organizado tamili.ll 1111 cut'r-
po de reserva bajo las órdenes (ld G"ll"ra l Lt'y-
te, en vista dd lllovimi(~nto qlle acallaha de La-
ce!' Hcgnicr sobre 1.1 derccllOl dd Tajo jlara co-
operar eficazmente con el Malisca! i\Lsst:i1a, lli·
zo otro CIl("rcspondi"uLf' sobre la IllislI1<1 (Orilla;
y coloc,íJltlose eH Purla!;'gl'c cll!,ria desde f'~le
puuto importaute SllS c():llllllicacio!l('s con 'Vd-
li 11 gion y I a ti l'l'eclw dd "i ('!'ciLo itl g I ,''s. El ¡¡la n
de Ma,'lst'l1<1 el',) fJalJ'lu(':lr la iZllllinda de óstc,
y cOl1oci¡"ndoio Lord WdliJl~lulI, l'lllprcw!i/.,
como ít"jamos dicho, su rl'tli'ada pUl' el valle
d,! :\lnnd"go, y di'llllsO ,¡¡¡e lus G('lIt'nll's í~dl y
Ley te marchasell :1 l'('lllIÍr:icJc ('11 la fUCi';f~ posi-
cíOIl del pueBle J::; .\Lrc('lh:1 , .~obrL' el l. :~):', eH
donde estaha resuelto á (¡i,~p¡¡la!' el 1:'




(385 )
bió de dircccioll, como t:nnhien queda mnnifes- 1S:0.
tado; y tomando el C:!l11ino (lne conduce de Vi-
sco {l Coimbra marchó á esta llltirna ciudad con ,
el fin de aprovecharse de los recursos (ille es-
peraba hallar en ella y sus inmediaciones, y
continuar adelantando háeia Lisboa. Para COIl-
t1'arest31' este nuevo movimicnto del General
Massena ,trató Lord Wellington de cubrir á
COlmbra, no con la intencion de permanecc¡' en
esta ciudad ahiel'la, J que no era susceptible
dc una larga defensa, siuo con la icIea de que
sus habitantes puuicsen retirarse con sus efec-
tos, como lo hacian todos los de los demas pue-
hlos invadidos.


El lfJ de Setiembre llc'¡,ó el Marj'ical ~.Iasse.
v


na á Viseo, all'aV~~5alldo !)Qr caminos erizélllos
de rocas, y por un pais que describió, dicielldo
al Mariscal Bessieres : c( N o hemos encontrado
(cmas que horrcudüs precipicios, nO liemos atra-
«vesauo mas que desierlos, en qne no se veia
«un alma, y en que todo habia sido Ó destrui-
colo Ó transport:1l1o POl' los fugitivos. Los ingle-
((ses ]¡an telJido la barbárlc de mandar que los
(habitantes (¡ue no abandonen sus Cflsas , sean
«fusil;J(los. Ancianos, mngt:res y lliflos, todo
((huye á nueslra "proxilUacivn.)


El 21 de Setiembre todo el cjército de Mas-
sena se encolltró cOllcentrado cn Viseo, donde
tuvo necesidad dc permanecer tres dias con el
objeto de dar tiempo para que llegasen los ha-
ga¡;esyel panjucde artillería; yLord Wellington
tomaba al mismo tiempo posicion sobre la sierra


TOMO 11. 49




(3RG)
1810. de Busaco, que se encuentra perpendicular al


curso del 1\1ondego, y cubría así á Coimbra, sin
dejar en Ponto-Mal'celha mas que el cuerpo del
General Hill.


El JUariscal Massena salió ele Visco el 24, Y
el 2G llegó elelante de las posiciones de Busaco,
defendidas por todo el ejércilo anglo-lusitano, á
escepcion tlc la divisíon llc llill.


La sierra ele Busaco es una elevada cadcn~
de monlaüas qne dcsele el ~':londego se estÍenele
al N. , Y sobre cuyo punto mas elevado {\ distan·
cía de cerca de dos rnillas de la en que termina}
se halla situado el con vento de BUSilCO. Esta
sierra por medio de una serie ele pais mon!aüoso
se une con la sierra de Cara-ruu1lla, y con otra
cadena de montafIas semejantes, l1aIllaclas las
sierras de :Marcelha. Todos los caminos que se
dirigen desde Coimbra :,¡l E. cOlH1u~ell ;Í. una ó á
otra lle estas sierras, í;u:fo ra:'1> es Siin::lll1"!lte
dificultoso 1)ara un ejército. Para llegar á la cima
de cada una de ell<.\s ~s lweciw trepar por altu-
ras sumamente escarpadns.


El 27 de Setiembre Massen() intentó alld<1Z-
mente, Ó por mejor decir temerari.amente apo(lc-
rarse de las fuertes posiciones que sobre ellas
l1abia tomado el ejército aliado. Alacóbs (;on el
cuerpo del MariscalNey por su izcIuicnla en
la maüana de aquel dia, mientras que Uegnier
con sus tropas lJacia un esfuerzo semejantc so-
hre la derecha y el centro. TOllos 103 esfllcr~o:'l
fueron sumarnentc vigorosos) y emprendidos
eDil estr2mado furor: una columna francesa 10-




(387 )
gró trepar por la derecha hasta la cumbre de 1810.
una de las cordilleras; pero fue r(;~hazada con
la ma yOt" biza rrÍa por la di v ision del Gencral
Fieton; y los franceses, repdillos por todas par-
tes, intentaron cn vano otro segundo ataque por
un punto inmedialo de la Jerecha. En la izquier_
da tres diviúones enemigas hicieron los mayores
esfuerl.os para ganal' la siena; pero no tuvieron
mas feliz ('xito) lIí fue menor la carnicería (Iue
sufrieron, lldlÚC,U;O perdido el ej¡'~rcito francés
en todos estos ~t~l(illCS, erJtre Illl¡erlOs, heridos
y prisioneros, tl.00ü hombres, entre ellos muchos
oíiciales y 5 gcnei'ales, de cU,yo número fueron los
apellidatlos Sil1WI1 J n(~ndorgc} <¡ue murió de re-
sultas de sus hcritJ;¡s ¡Ji dí:J siguienLe de la batalla.
El 28 permaneció Lord Wellit,gtoli eH SlIS posicio-
nes s1n 5cr amenazauo; mas lemieudo (lUC su iz-
quierda pudiese ser uH'ue1ta por el enemigo que
llacia varios 1I10Vi¡lliculos ]Líci,~ el cnmino de
Oporto, detcrmiuó ahail(lol1~r la sierra (le Busa-
co ,y se colocó :\ la m~rgcn iZ'lliic['(la Llel Mou-
oego. A esta snOB ya el ejército frallces, sal-
vando las posicioncs (le Dusaco, estaba en mar-
cha por un camino cstra\'i"Jo para COÍlllbra;
mas Lord '\Vellillgtoll, marc]¡;lI1do por el camino
recto., llegó antes que 61 á a(luel1a clufL.ld el día
30 de Setiembre; pero como no era una posicion
segura y militar, segun hemos indicado) conti-
nuó al elja siglliente ú m;¡rc]ws furzadas su reti-
rada por POlllbal , Leiria y Alcouaza , sobre las
Íncspugnables pu.';iciones de Torres-vedras, ¡í don-
de Llegó el9 Jc Octubre. La estaucia de los illgle-




(:;88 )
1810. ses en Coimbra fue de corta uuracion; pero bastó


para destruir los almacenes que allí lJabia, aun-
que los pstablecirlos en Figucil'élS en la conflllcn-
cia del J\londego, fine l~ran tle mas camillera-
cion, cayeron el1 poder del enemigo.


Para faciliLar la evacuacion de Coimbra y la
cmigl'¡]cion tIe su; h<:L.iL;llltes con sus mas precio-
sos l~f('ctos, dl'jú \\'cllinglon algullos cuerpos de
c.~ 1;;;]]c\,la scbre la derecha ele! MOlld!'go. El \Te_
cilldario hC¡'óÍco de (\i:" 110'i!llosn cindad al des-


. J.


tl'uir clla,¡lo 110 podia llevarse consigo, invilal)u
á los so1dados ingleses, á (llle ÍllliLrllulo su ejem-
plo arrojasen all\Iondego cuantas lll'ovisiones no
pudiesen salvar. Al ver 10:-; efccLos lle esta con-
dueLa escrihia ele nllevo el i\hri3cal ~!~ss2na al
Príncipe de I\eufchatel en lO de OClllbl'!~ : «El
«enemigo lo ([lH'111a y destruye \0110 á medida
«(que evacna el pais, y rUo!'?él " (OS Lal,jtcmtcs á
«nLandol1tlr sus C8~~~tS n~~~);;, (1\; L1 r ¡d~!, (:(jjlll ...


1


llhr;J, ciudaJ. de 20.000 almas, se kll \:, {le;;;crL~l:
(( n os en con t I'a m os sin Hin ;~lIn;l s Id lS i.-; le 11 ela: el
«(ejército se alimenta de mniz y d'e a1SlllJC3 ve-
«¡;cta1es que no ]wn sido arrancados de 1:1 tierra,)


Ef'ccllVami'lllc-, la emigraeion de Cc,illlbrCl era
tal, que la cil:d"ll (j1~cdó Cl1!crDm('nLI' d,~si('rla,
el camino (]lle dirige á Lisboa se hal!a}w jleno
de gl'nl(s cmi;';l'oulas, lo mismo qU(~ el de Santo
T o lf1 a s y los d (~ J a s d (: lB a s e ~ l' e] a d C' s 1} I! e ,;¡ II (1 1 a
capital, ll<lll}r'lldo principalme!lt(' la all'Jlcion el
}Hltriotismo de lI11!ciJ;:s ¡¡wdres <.lll(~ lleyab'lll con-
iigo el SIIS niños de pecho. El guhierno y los ha-
hitantes de Lisboa, y en cspccid lo~ de la mas




( 389)
alta y Jislinguida clase, acogían á los rrfl1giados 1SW.
con la mayor humanidad, y dnlcillcab:m en p:11'-
te los sacrificios que hacian por 13 causa de la
patria. El Parlamento de la D'lCIOll britúnica tra-
tó tamlliell de socorrer á estos dCb'1enlllrados, y
la Cámara de los comunes yotó al efecto una su-
ma <le cien mil libras esterlinas, y una suscri-
cion voluntaria produjo cn ,;¡(¡ucl pais otra canti·
darf aun lll:¡~ cOllsi(lcndde_


En las ,/jl('l'('n!.é's g1;('i'i';;S de 1'i;1p01('on Bonapar-
te se habia HoLlclo ~i('l'la unifO!'lIlid;:;d (!11 ~L;S opera-
ciones.Y mallio1lras, y advertido que Sl1 prillci['11
máxilllu f'!'a p¡'CjHlra J> e'1 la guerra un punto deci-
si,·o, marcLal' con jmpdl10sidarl y ma:ias superio-
res contra la !'tl('r:~a ')'¡'ill':inaJ del (,11emi"o V si
~ b ... ~..,


no podia '~Il\~I)lvcrl(' ,"c~);¡~'al' SI1S rob.s, ¡1Cllctrrondo
por su c('nLro ) y sobre lodo, sOI']JJ'cndcr con la
celeridad de ~'.lS ',;O\'j;i,jenr os.' si!] es!,er:!!' al cs-


1 1 ., ., . ' 1 ta.)-,~-=CJjl\l(~f tn C.:~ '\ (n~:' r¿:ü()~' A~ ~:,ln SCLurc~nrg~q' su
ejército con ]);:¡Ea¡.';c:; sl!p~ril[loS , y sin uctellcrse
las mas yeces ,~ lom:w bs pLza,~ fuertes (f]lC se
eneu(~ntran en I::.s lineas (l(~ opCr<lCiOllCS, La~~ \'Cll-
tajas de C:~! e .c,í~l('nla d(~ f,'11('!'l'e:1 r se hal)jan pro-
bado por Jo Co!} ;I];~!'l del r'~jlnn('s~)(l() Cll 17~)G,
por In y j el (1)';;1 tl'!' 1;n e n Ahril de 18t}:;, por In ele
Jcna en ~8ii7 J Y po!' Ji! ele ~atisbona c1l1809. ?Ilas-
sena: si;!lJi!'ndo L1J1 sislcm;¡ scnH'j:iJ1te desjllles de
1 1 (,. 1 l" l' , a lOrq;l U(' ' .. l\lC'H ··t~O(d'lgO ) a\ ¡¡nzo COIl la 111a-
yor c(d,'ridad ::' 8in a]¡lJacr:ucs por b provincia
de J3cirEl; Jliíciu bs rillí'r:¡'5 del Tajo. lmaginúba_
se 11:11lar ('11 la EstremaGllra pú]'tugnesa) como en
llalia y AlclLl.1nia) ahundantes prvvi.sionc.,; 1''',':1




1810.
(390)


su ejército; pero el General en gefe del ejército
inglés) llamado el Fabio moderno, le opnso un
sistema de guerra }la re ei uo al <j u e el CÓ I1S nI ro-
mano empleó para destruir ;Í AnuibaI; sistema
de dilaciones r¡¡¡e le mereció de la República ro.
mana el sobrenombre de Clltlctatvr. El ejército
inglés era inferior en HlÍmero, y l¡¡s trollas por-
tuguesas, que al prilH:ip.io de c~t« campaüa se
hallaban en muy lllal es lado é iutlisciplinadas,
adquirieron con esle mótodo de gllerrr. cierla fir-
meza y valor qne ~(,3pll''',lron por rrime··a vez
en las cscarpauas alLuras Jc Busaco, y rruc au-
mentaron la confianza del Gefe del ejército
aliado.


EllO de Octubre ocupó el ejército francés á
Coirnbra en el eslado de toLr,l 3h,lUdollo (PIC llc-
yamos manifestado, y el 12 l\lasscua avanzó con
su vanguardia hasla Comleixa, j' su caballerÍt, li-
gera recibió ónlen tIt; apoderar;,(> d~ Lodos lo.!
caminos rrue van ~ Lis];O<í. De Almcida no bahian
~acado mas vÍvercs (Fl<~ para tres di"s; cn Viseo
habían enconLrado una corta call1iclall de ellos, y
en Coimbl'a se les acahé! el maíz que los solda-
dos llc,<aban en sus mochilas sin moler, porque
los molinos hnbían sido lodos llestrllidos. En es-
ta ciudad deiaron los frances(>s súbl'c 5.0CO en-,
fe1'mos y heridos en üos conventos, cllH·(LllluO
en su custodia 3.5()(j lloltlbl'es solamente, 11IíltlCrO
insuficiente, sc¡;un el nú,..¡rno :\lasscna, (lue con
jactancia c1ecia con este lllOli\"o, que la mejor de.
fensa que pod~a dejarles era el rccllazar nI enemigo
hasta sus navíos surtos en el puerto de Lisboa.




(391 )
Sin a1macenes ni víveres, y con 20.000 horn- 1810.


bres de Inilicias portuguesas á su espalda, cOllti-
l1UÓ Mascna Stl movimiento con todas sus fuer-
zas en seguimiento del ejército aliado, cuya reta-
guardia tenia todos los tlías ligeras escaramuzas
con la caballerÍa fl'anc:csa.


El Coronel Tl'ilnL, que quedaha en las inme-
diaciones de Coirnbra con el objcto de hacer cor-
rerías contra las parlitlas sueltas de los france-
ses, ddcrmilJ/)~()l'l):'e!ldcl' {¡ ;)(ludla ciudad, don-
de no habia p.las gll,p''licion (~llemiga (pIe los
3.500 homhres que arriha indicamos. En efecto)
verificó la'iorpresa de uno ele sus destacamentos
avanz~\I,los, cntré) ~!~ h ciudad con la caballería
á galopr' .• y dCS)llll.'S dI' unn tenaz resistencia que
hicjcroll en Jos eqp ven '0.", n::Lr.iflo.';, en que se
hallaban aCll!1rtelados, hizo prisionera todél la
gnarniciol1 ~on los enfermos y heridos que alli
b.l1;ia.


El 11 de Oetlll¡J'c llegó l\Iasena á la vista de
las línens de Torres~vedras, que era la formida-
ble })osicion 11e1 '2¡(~í'CiLO ¡di~clo; y CünsísLia en
una línea ¡Jf) ahllfas hábilmente fortificadas, y
que se cslcndi;lil r1csdc .AIlj<1l1dra sobre el Tajo,
hasta Torres-vedl'?s, distante cerca de treinta
millas de J,isho<1; y deslle allí á la embocadura
del Fisantl'o: dctras de esta primera línea habia
QLras ,105 de alrincheramientos y l'eduCLos, que
corrían desde Ericeira y 1\1;¡[1'a sobre el mar,
hasta el Tajo. "Gua de es Las líneas, que era la
mas }Jl'ó'\:.ima á la de Torres-vedras, podia defen-
ucrsc felizmente con 20.000 hombres, y la olra




(392)
18/0. que eea la mas cercana á Lisboa, con la mitad


dc este número. Estas lineas se hallaban cl'iza-
(bs de reJuclOs, cOilslruido:i L:vll 1lI11clw arte
pal'a batir de frente y rechazar loJo ala(!uc; pe-
ro en raZOll de su gran estensÍon, eran menos
temibles que bs de Bllsaco.


Fuera de esta triple linea se hahian Cons-
truido alrincheramientos en Peniclle, Ovidos
y otros puntos á propósilo. Las colinas á la iz-
fllliercla de estas pOéilcioncs, y por toda la parte
de Vimiera hasta la emlJUC,Hl!lra del Tajo, esta-
ha guarnecida Con reductos y arLitlería, y sobre
la derecha los puentes (le! Tajo estaban ílanquea-
dos por lanchas callOneras. Se habian adema3
dispuesto minas en diversos plllltos, para volar
el terreno en caso de necesiclad; y en fiu, todo
el pais hasta ell\Iondcgo parecía una inmensa
plaza fortificada eH 1'0 1'111 a ele ltlcdia lUll:1,


EL ejé:l'clto auglo-lusitano.> en lll'l!l1CrO de
70.000 combalicntcs, oClIl1aua las líneas de Tor.
res-vedras, Licayra y Marra, teniendo {t tiUS es-
paldas, y LdjO su protceeiou, todos cuantos efec-
tos hablan sal vallo ell su l'cLirada los ludJilantc3
del pnis ocupado pOl' el cncl11i;;o) y :l Li:;\lO:l
alJllllda~llenlCl1te provista de todo g"'llCl'O ele vl-
veres y Illuniciones, j' SlI puedo cspcdito para
recibir les allxilie)s y- l'cfu¡>rzos qlle viniesen de
Inu];¡tcl't'i!.


u


Las tl'tll,as frDl1cesas, á Gn de 110 carecer de
sllbsislcllCl:tS, y de preservarse dd rigol' (le la
eSlacion, se rerartieroll en Ulla línea c:;leusa de
acantonarnicnlos enfrente del eFrcito uli¡l(lo. Su




(393)
cuartel general se estableció en Alenquer; y en 1810.
donde las distancias de las poblaciones no eran
proporciolladas á las que con venia á la línea de
a.::antonamientos, formaron campamentos con
barracas. Esta línea, que comprendia la fuerte
posicion de Monte-junto, se estendia desde el
mar hasta el Taio; y todas las fuerzas que la
guarnecian se hallaban situadas de rnanera que
podiun n~ullirse en el corto espacio de cuatro
horas. El cuerpo del centt'o oClIpaba á SobraL:s,
el de la derecha á Olta y Villauo,'a) y el de la
izquierda á Villafrancn. TI na divisiol1 estaba des-
tacada en Alcoentre, á fin de cubrir el flanco de-
rcc!JO y preservarle U<c: los ataqu~s de una dlvi-
SiOll de c;:¡balleria ingles<l c5iaLlccida soLre el
Fisantl'O.


Los franceses no pudieron mantener su 1:::-
quin'da en Villa franca á causa de los fuegos lb
13 ílotilla dc lanchas calwneras, 2FosíaJ~ En el
Tajo, á las órdenes del Almirante WilliamJ.


El 1\1:1 riscal M a SClla ha bicudo reconoci do J <)
inespllgnaLle de la posicioll dd ejército aliado,
se Jimitó á rctrincherar la suya) en espe.::i:J! la
de Monte-junto, y á reullir ganados, granos y
legumbres para la subsistencia de su eiér;:;~to,
Es1e era el blanco de todos sus movimientos, es-
trech,índose cada vez mas de día en elja sus 2(&,1-
tonalllicntos sobre el Tajo, por' los conLÍn¡,os ::t2-
c¡ues de las milicias porluguesas. El General 3i1-
veira con su divisÍon oCllpaba el camino de A1-
Illcida, Trollcoso y Guarda, y las guarniciones
portuguesas ue Pcnichc y Ovidos, y la caballed:l


TO",lO tI. 50




(394 )
HitO. inglesa molestaban sin cesar los deslac;Jmentos


que los franceses envi¡¡ban f~n busca de viveres,
pudiéu!lose decir con verdad que el (jército de
Maspna no era dueilO de mas terreno (lile el qne
materialmente ocupaba. En los principios encon-
traron en el pais los franceses trigo, maiz J al-
gunas legumbres.., mas bien prollto agotaron to-
das estas substancias fal'inosas, y en su defecto
tu\,icron qne alimentarse úuicall1cnte de carnes
del ganado que aun cOllservaban. Una de las ma-
yores privaciones que esperimcntaron fue la falta
de sal. Continuando de este múuo hasta fin de
Octubre, 1legaron á consumir del todo las carnes
de los gana(los, y cn los primeros dias de N 0-
viemhl'c comenzaron á comer la de los caballos
y mulas. A la necesida!l, que iba en aumento en
el ejército francés, se agregó la dificultad de re-
parar el calzado y vestlJario deteriorados ,í lo su-
mo, y (IUC hacia insoportable el frio en la cruda
estacion en que entraba 11.


Un cuerpo de 3 á 4.000 hornl'res que el Ma-
riscal Masena habia d¡'jado sohre el l\1ondego, se
vió de tal modo acosado por las milicias porlu-
gnesas, que despues d~ una inútil rl'si.~tl'ncia,
tuvo que entregarse á discrecion, siendo condu-
cio.o prisionero á Oporto, y apoder,indose Jos
yenceJorcs de 1.500 fusiles.


El General frand's, á (IDien la prudencia del
moderllo F¡¡bio obligaba á PPfllHlIlt'C('1' iuactivo
delante de las líneas del ejórcito conlrario, veia
que su posicion era de dia en dia mas ¡lificil, y
que las lluvias abundantes de la estaciol1 conlri-




(395)
buian á hacer aun mas CrItlca su situacion, 1810.
pues el Mondego ha 1113 salido de madre: la arti-
llería gruesa no podia avanza\'; y por decirlo asi,
Masella se veia emoestido y aislado en sus aclua·
les posiciones, no solo por el ejército aliado, si-
no aun pOI' los mismos elementos. No podia ata-
car á a<¡uel, y su retirada hácia el N. era casi
imposible: amenazado del hambre mas estrl~ma-
da y ausoluln, no tenia sino peligros que elegir,
á saber: ó hacer UIl esfuerzo estendiendo sus
acantonamientos para conservar la derecha del
Tajo, ha,~la dar ticmpo para que le llesasen re-
fuerzos d(! llOmbres y víveres, ó al'rojarse á ba-
cer una tenl¡¡tiva dest'slH'rada pnra atravesar
aquel .. io, y susleuel'se en la fértil provincia del
Aleutejo.


El Marqués de la Romana, que se hallaha
m¡ltu!:lIIc!() <..'11 la Estrcmadura esraüola, invitado
por Lor(l Wcllillgton para que concurriese á la
JvfenS3 de la linea (le Torn;s-veJl'as, ínterin re-
cibia los rcfuerzos qlle e~pf'l'aba, y viendo que
l\lllrt i(~r se hahia retirado dl~sde Estremauul'a á
Sevilla, dispuso que la segutlda division y varios
cllcrpos de In primera con la vanguardia de su
('jél'cito marchasen b.ljO SlIS órdenes, desde las
Ú¡IllclJiilciones de Bad¡¡joz el 18 de Octubre, con
dil'ecciün á las espl'l'sadas líneas, adonde llega-
ron á principios de N ovicmbl'e, reforzando el
f'iél'cito aliado con un cuerpo de 7.000 espaüoles.


EI14 de Noviemhre Masena cambió de posi-
cion, y por una maniobra sobre su iZ(luierda
marchó soure el Zezel'a) estahleciendo su cuaI'-




(396)
1iijO~ tel general en Santaren J cuyo punto fortificó Con


tllrincheramienlos é inundacioncs. Su nueva po.
sicion presentaba la figura de un triáugulo, cuya
hase eran Santarcn y el Tajo; el Zczera uno de
sus lados, y una cadena de montañas el otro. En
Pllnhete, punto (lue tamLien estaLa fortificado,
estableció un cuerpo de ejército, y en esla nue-
va posicion sus movimientos eran todos incier·
tos) aU!1IIlle dirigidos todos á proporcion~rse ví·
"·3res y á abrir cOll1unicaciol1 COIl Francia. Mas
e?'~~ tal la vigilancia de las mtlicias portuguesas
crue ocupaban sus espaldas de;;de Pombal hastCl
"r' '1' 1 1 1 (" 1


'1' ¡seo) a as Ol'l enes c.e os OllCla cs portu[jllcsCS
é ingleses SilveirR ~ B3.scellal' , Trant, Mille,
'W'Úson y B,'t.:r1, que el Genernl franc<Js s;~ vci.a
(.' .... , la ~ ~('n:'; -J,- -; Ju (l(ll;,.~t·")('III' Cl'CI'POS de e'j'c;rc¡"
.c... ,.(:; .. ,,-,,.(,,.ll .. " .. " ,,~< . , . .';0


l;'Jf~ e.'collar los correos que d~spachaba pidier>.~
,lo l'cfl'erzos El General Foy.; (Fl(~ flle el portn-
Lhif ele los pl'1mero8 pliegos de Mascna á Paris,
dcspues ele invadido el Portugal, tuvo necesidad
eh una escolta de 3.000 hombres par~ lle~nr con


. '"


E"'3uriclad á Almeida .
. ,'\. esta :,iaZün los 82.000 homhres con C]'ue l\b-
r~:O::G habla penetrado en Portugal, se hallaban'ya
;"sducidQS á 68.000, por las p(~rdidas esperimen-
L~J.as r~n las acciones de Eusaco y de Coimhra)
re¡: lo,> prisioneros que diariarnente lc hacían, y
pí'i!lCipalrnel~te por los que le cogicron en su
Cambio de posiciou, y sobre todo po/' las baja".
cc.utinuas que ocasionaban las en[erml'dadl~s eH·
gendrad<ls por el haElbre, la inaccion y el clima.


Lora Y{elliDgtoll .ienuo que las lluviJS ha·




(397 )
hian inundado los llanos de la nueva posicion to- 18'10.
mada por el ejército francés en Santaren, y pnes-
to Íntrausitables los caminos, se contentó con
esLrechar al enemigo, estableciemlo su cuartel
general en Cartaxo) fortificando la ciudud de
AbranLes sobre la ribera derecha del Tajo, y
guarneciendo la ribera izquierda con una fuerza
capnz de rechazar al enemigo en caso de que in-
tentase penetrar en el Alentejo. La divÍsion del
General lIdI y la caLallC:l'la portuguesa viglIab:::u
por esta parte los movimientos de h ..... frallce.',es,
apoyados en los numerosos aposlade!:'os de !ancle:l:;
caYlOneras y barcos armados dependientes de la
escuadra británica que cubrian el Tajo hasta mas
abajo de Ahrantes. Un cañonazo disparado (~e
una de estas lanchas mató en 12 de Octubre al
General de division Sainte Croix, cuya muerte
fJC una p{;I'Llida muy sensible para el ejército
fnll1cés. Algunos diils despues de este aconteci-
miento fue hericlo en el rostro por un húsar in-
glés el General J unot , Duque oe Abrantes) que
SP. habia aL~elantado hasta Hio.Mayor á hacer tm
reconocimiento en persona.


Desde las alturas de Santaren , en que
se habia fijado el cuartel general dc Masena,
divisaban los franceses la fértil provincia del
Alen/cjo ~ llamada por su abundancia el gra-
nero de Portugal. La vista de sus ricos j' her-
mOsos valles, cubiertos dc los numerosos re~
hartos que los habitantes del pais ocupado ha-
lJian hecho pasar sobre la ribera izquierda dE'l
'Lio, ofrecian un terrible contraste con b




(398)
1810. orilla opuesta, devastada en todos sentirlos por


los ejércitos beligerantes 7 cubierta de soldados,
y exhausta de todo recurso.


Esta vista redoblaba cada día en el 801tla<10 fran-
ces, víctima de toda clase tle pri vaciollcs, el de.
seo de pasar el Tajo, que le separaba de arrue-
lIa tiena, para la de prol11ision , y (Id enemigo;
mas no poJia conseguirlo, pOl't¡tJe fuertes bate.
rías cubrian todos los puntos por dOllde el paso
era acccsible; y para proporcionurse una escasa
subsislencir! se veía retlucitlo á una corta Circun-
ferencia.


Como á mediados de Noviembre aparecicron
sobre las fronteras de Portugal algunas tl'Opas
francesas que se tljrigian á reforzar á ;\:Iasena:
era la divi5iol1 del General Gardalllle , compues-
ta de los destacamentos qne habian qucdado de
guarnicion en Almeida y Ciu(Iad-Bodrigo: mas
su vanouartlia espnimentó el 24 una dl!ITota
por las tropas del General Si\veira. Con todo,
esta division enemiga, da nito una lUeJia vuelta
sobre su izquierJa , marchó dpidalllt'lIte soore
Ceceda, y lleg t ) hasta Carlligos t á tres l('gll~s de
Jos pllesto.~ avanzados elel cjército (le Masena¡
pero d¡;sdc este punto retl'occdió con la mayol'
precipitacion háciala frontera, dl'stJ'lly(~lllILl sus
bagages, con pérdida ele I1n Sl'an número de IlÚm-
bres que sllfl'inOH mucho por un ata'lul! del pai-
sanage; siendo la causa ele tan repentina retira-
da el ~li'dill empleado por el Gobernador fle
Abrahélotes, que ellvió un fingido desertor por-
tugués 1 que eOIl sus falsas relaciones, uniJas á




( 399)
los exagerados (li:;cnrsos y noticias de los habitan- 1810.
tes por Jontle klbia transitado la division, hi-
cieron creer á su General que elcj¿Tcito de l\1a·
seua había sido enteramente destruido.


El nucvo ctlerpo de tropas francesas que di-
jimos anteriormente estarse ,l'euniendo en Valla-
doli(l con la denominacion de 9. 0 cuerpo del
grande ejército á las ól'llenes del General Drouet,
Conde d'El'IOll, habia alTanzado hácia Salamanca,
Cillllad-Hodrigo y Almcida, é incorporado con
lo!> fugitivos de la divisiol1 del General G31'dan-
He, marciló sobre el puerto de Marce1ha, yefec-
tuó su rennion con Masena en 26 de Diciembre,
recibiendo el I'i(~rcito francÉs de Portugal un re-
fuerzo de 20.000 hombres.


En ar¡udla época el pi ércilo aliado se aumen·
taba tambien considerablpmcnte con tropas pro·
cedentes de Inglaterra, de SiciJia, de Cádiz, de
donde partieron la mayal' parte de las tropas
inglesas, de Gibraltar, y de olros puntos del
Mediterráneo.J y aun de la n:leva E~¡cocia.


El entusiasmo de los portuglll'Sl'S se hallaba
en el mas alto grado, todo el pais e.staba so-
bl'e las armas) los soluaclos de marina de la es-
clladl'8 inglesa saltaron ,1 tierra, y tomando á su
cargo la gLlarnicl0n de Lisboa, las tropas que
la compollian p\ldieron marchar á reforzar el
ejército a liado, que á fin de Diciembre ascendia
á 40.000 ingleses, y casi iguallllímero de portu-
gueses , cllya milicia se llacia cada dia mas res-
petable pOI' su número, disciplina, y por d há-
bito de pelear.




(400 )
1810. Lisboa recibía por el Tajo y por el mar pro-


visiones de loda especie, tanto para su antigua
poblacion como para la muchedumbre de refu-
giados que en aquella capital existian. Fue tal la
abundancia con que se apreslll'aron :Í surtida de
víveres desde Europa, Afríca y América, que
fue preciso retiral· algu/los por el bajo precio á
que se pusieron por la gran cOllcurrencia. La
confianza del comercio en la seguridad y 50-
liuez de los pagos del gobicl'llOpOrlllgUCS era
hIn gr;:lHdc J que no hubo jamas ciército alguno
tan bien provisto como el aliado, ni [arl11'oco le
hubo jamas que tuviese lanlo ardor, lnllla COll-
fianza y tanta salud. Jamas hubo soldado lan
estimado y respetado de aliados, á quicHes
prolegiese, como 10 era el soldado hritánico
de la leal poblacion portuguesa, residente ó
refugiada en Lisbo3, que veia armado Sil brazo
por el crúJito de la Granl3relallil para defcll(ler-
la lle lo~ 100.000 b,írbaros ,[ue divisaban sin in-
quieLud á corta distancia de las puerlas de la ca-
pital.


Entretanto estos tocaban el último estremo
de la miseria y (Id ltambre, y este fue el mo-
mento decisivo (¡¡Je desde el principio de esta
campailil llabia previsto Lord Welling[on. Este
Cenend, {irme en sus posiciones, hizo corlar
Con una doLie línea de trincheras guarnecida
de arlillería de grueso calibre, y de 1111 cuerpo
(le 3.0()() mal'lueros , la pecIue/la lHlhía de 1\loila,
CU'C'f¡ de Aldea G.dlega, sobre cl1\'jc, y la (le
S.ill L:J('.'; j Cilfú;ill(~ de Setllbal, impidiendo de




(101 )
esta m:mcra el que los franceses pudiesen avan- 1810.
zar sobre Almada, al frente de Lisboa, proyecto
que hubiera podido llevarse á cabo por el Ma-
riscal Masena. Situaronse sobre la 'orilla meri.
dional del Tajo los cuerpos de los Generales
Hin y Bercsford, permaneciendo Lord Welling-
ton en su cuartel general de Cal'taxo, al frente
de la gran línea de Torres-vedras; y por cual-
quicr parLe que el ejército frances atacase, la es-
cuadra inglcsa se hallaba en disposicion de pro-
porcionar refuerzos, llevándolos al punto ata-
cado.


Tal era la situacion de los ejércitos beligeran.
tes en Portugal á fines del a¡lO de 1810. Lord Wel.
tinglon con su sistema constante de inaccion y
dilaciones supo fatigar y vencer á Masena , que
ya en las alturas de Eusaco habia perdido el nom-
bre de lujo predilecto de la victoria.


TOllO 1'. 51




( 402)


CAPITULO XXI.


Sitio ¡le Cádiz. - Se cOllYicrte en lJloqueo. - Tnsurrec-
cíon de la sierra ele Ronda y de las J\lpnjarras. - Freí-
re reorganiza en Murcia el (~j,~rcito del centro. - El Ge-
Ileral frances Sehastíalli hacc una incursion en el reino
de Murcia. - TIlacke toma el mando del ejl:rcito de Mur-
cia. - Accioil de Lorca. - Rctil',¡da de SciJastiani. -
Blacke destaca una division á la Mancha. - Accion de
Roda. -Se malliíiesta la epiclelllia en Murcia. -Es-
pedicioll del General Lacy al condado de Niebla. - Ata-
fJne de J\Ioguer. - Su vuclta á C,í'¡i~. - I~spcdicion ma-
lograda dcl Lord mallCy. - El cVrcito de Ilbckc torna
la ofensiva. _ Batalla de Baza. - lJlacke es nombrado
Rcgcnte. - T ollla de Marbella.


HHO. Los franceses eran duciíos de cflsi todas las
AndalucÍas J á escepcion de la Isla Gaditana,
cuyo sitio se habia encargfldo al Duque de Be-
Huno.> Victor, por el Mariscal Duque de Dalma-
cía, Soult, como ya hemos anLeriormente ma-
nifestado , asi como la ocupacion del fnerte (le
Matagorda por las tropas francesas en 23 de
Abril.


Los franceses est.ahlecieron baterías en todo
10 largo de su estema línea de ataque, y en el
estremo del caüo del Trocallcro levantaron unas
de morteros de apIDen de nllc\'a inn'nciOtl que
alcanzaban basta Cádiz, distante L~OO loesas.


Allimados varios prisioneros franceses c¡ne se
hallaban en el pouton denominado el Arfjuflllllta,




(403 )
que servía de hospital, por el buen suceso de sus 1810.
compañeros escapados de á bordo del titulado
Castilla, intentaron en número de 650 igual ope-
racíon; y en efecto, en la noche del 26 al 27 de
Mayo varal'on cerca de Mata gorda , cortando los
cables; y á pesar del vivo fuego que se les hizo,
lograron saltnr á tierra.


En la noche del 28 al 29 de Setiembre los
espní10les hicieron una salida de la isla, yataca-
ron la lÍllca enemiga con 4.000 hombres que
desembocaron por el puente de Suazo, sosteni-
dos por mucll3.s lanchas cañoneras que hacían
fuego desde los cailOs de Fusaclue, AguiIar y la
Cruz. Hetirárollse las avanzadas de los sitiadores
á las ohrns (Iue tcuian ;í Sil espalda, y sus Latallo-
lJes de reserva, tonwlIllo iUl11eJiatamente las ar-
Olas, marclwron contra los cspaüoles, que des.
pues de causar tina gran p(~rdída al ellrmigo y de
de.'itl'uir alguuas de sus obras) se replt'gnrün ~ la
Isla.


Conociendo Víctor q tiC no pOllia emprender
ni!l~llna operacion ofensiva contra una plaza tan
hil'lI fortificarla, y casi in(~spugtl¡]IJle por natura-
leza, se (lt~djcó á activar las obras para cmLe:;11r
la Lahía y el frente de In isla de Lean.


ena flutilla llUll1erOSa que pudieron arm3r
los franceses en el Puerto ele Sartla I\bríH) San-
lúcul' dc Bal'l'all1cda, Hota, PUf'rto·Hc..I y Cl,i-
dau:l, fue atac:H1a pUl' lus bl1qut's inglcses en la
uocllí.' de 31 dc OC[ ubre) cutlsisuicIHlo soLrc ella
vClllajas de COI1:',1l1cl'<1C1011.


A pesar uc todo no era fácil prever cuál se.




( 404)
1810. ria el fin de esta lucha, y los franceses por en-


tonces se limitaron á est¡'cchar el bloqueo de la
Isla Gadita na.


No era tan solo la defensa de esta la que ocu-
paba la atencion del gobierno español y de los
ingleses. Por disposicion suya se sublevaron los
habitantes de la~ montañas que median entre
Marhella y Cadiz, y el General Blacke, que
estaba oCllpado en reorganizar las re1i(lllias del
ejército de Areizaga, insul"I'ccciouó las Alpu-
jarras, cuyos hahitantes tomaron las armas,
auxiliados de una columna de tropas flue des-
tacó desde Almería sobre Adra, TOl'biscol1 y
Motril.


1.::Is A.lpujarras son un distrito montañoso del
Reino de Gralla(b, de cerca de 17 ruillas de longi-
tud en la direccion tlel E. al O., sobre 11 de la-
titud de N. á S. Son tan elevadas estas montañas
(Iue sus cim;¡s se a lc;¡nzan á n-r IJO solo de Gi-
braltar, sino de la costa de Africn, siluaua al
frente entre Ceuta y Tánger.


A la aproximacion ue los cspaiioles á };¡ yilla
de Motril, un batallon franc(~s <¡ue se hallaba
destacarlo en aquel pUlIto se retiró sol)l'c Velez-
J.\Lílag;¡, abandonando una gran canti(bd de ar-
mas, vLveres y mUI1lClOncs.
D(~sptlcS (le la df~sastrosa rc~liral1a del ('j<'Tcito


espailOl de SIIS posiciones de Sicrramo¡,cna, una
de sus divisiones al mando (Iel (~('lH'l'al CUpOllS
se replegó al Combdo de Niebla (~n d H('il1o de
Sevilla, en el mes tIc Febrero) y el re"lo de!
ejército ucl Centro se Jirigió á reorgarllz:~l'Se en




(405)
Murcia y fronteras dd Reino de Granada, bajo HIlO.
las órdenes del Gen(~ral Blacke.


El General Frcire que con tanto valor se
babia batillo en Alcalá la Real, tomó el 6 ele
Abril el mando del mismo ejército, y fueron tan
acertadas y enérgicas sus disposiciones, que en
elmcs dc :\byo pudo destacar para Cadiz una de
sus divisiones mandada por el GC'neral Vigodet,
que se embnrcó en Carlagcna y llegó á su desti-
no cn el mes de J ullio. Este ejército conslaba eu
principios ue Agosto de 14.040 infantes y 2.618
caballos, con t4 piezas de artillería de difcl'f'n-
tes calibres, y dos compaüías de zapadores. La
iufanlcria se halbba reparti(la en tres divisiones
y en dos h caballería) y tenia ademas el ejército
un depósito lln ((ululos y otro de caballos.


Estas eran las fuerzas con que el General
Freire ocupaha el Reino de Murcia, cuando el
General SdJr!s¡i<llli penclró con un ejército ene-
migo por las fronteras dd de Granada. lJas posi-
ciones qlle t(~nian los espailÜl(~s eran las siguien-
tes: En Elche estaDa toda sn artillería con el
cuartel general de la 1. a division al mando del
General Gl'imarcst) cllJas tropas guarnccian la
pLza de Cmta;cna y la ciudad de Murcia. En
Orihucla residía el cuartel general de la 3. a divi-
sion al mando del Brigadier Don José .-\ntonio
Sauz; y el (le la 5. a, mandada por el C,)\,onel DOll
José Ruiz. rlion, en Alic,llIte, halLinc!ose en oh-
servacion del enemiGO h:':cia el Belno de Granada
la mayor parle de las tropas de que se cOUlpouia,
y el dcpúsito de cahallería se hallaLa siLuado en




(406)
1810. Monfol'te, y el de quintos en San Juan de Alicante.


Las dos divisiones de caballería estaban mano
dadas por el Brigadier Don Manuel Ladron de
Gucvara, y el de igual clase Don Vicente Oso-
rio. El primero tenia su cuarlel general en I ... orca
y ocupaba el puerlo de Lumbreras, y el segundo
]0 tenia en Mula. Las guerrillas se hallaban á las
órdenes del Coronel graduado Don José Villa-
lobos.


Tales eran las posiciones del ejército de Mur-
cia á la llegada de su General en gefe Don Joa-
quin Blacke en 3 de Agosto. Inmediatamente dis-
puso este que todas las tropas estuviesen prontas
á marchar al primer aviso, y fijando su cuartel
general en Murcia, hizo ocupar los puntos de
AIgezares, AIIJel'ca y ll1gar de Don Juan. El
mando de las dos divi"iones de caballería se en-
carbó al General Freirc, y el de la primera ele
infantería al Mariscal de campo Don Francisco
Javier Elío. El General Freire hizo un reconoci.
miento de loLlo el pais) y dispuso las posiciones
que debiall ocupar sus tropas en caso de alarma;
y sahiendo que los enemigos se reullían en Uaza,
~stabl~ció dos avanzada,; sobre las avenidas (lel
riu y de Lumbreras, Al mismo lieml'0 el cuartel
genl'r~ll se trashltló á Alcnntarilla con la 5." di"i.
sion compIH'.~la (le 2.422 hornbres, y la reserva
permancció en Murcia.


El General Elío <pIe se hallaba con su divi-
sion en Cara vaca , Sl1pO (IUC Jos (·tlcmigos, rel1ni.
das SIlS fut'rzas, tralahan de :llneade, y en su
eonseeuencia se H~liró á 'rolana, fluedanLlo en




(407 )
Lorca el General Frcire con las fuerzas de caba- 1810.
Hería, á las que se incorporó el escuadran que
cubria el puerlo de Lumbreras. Habiéndose reti-
rado en seguida Je Lorca la 1. a di "ision de ll1fuu-
teda al mando de Elío, que 10 habia verificado
igualmente á Alcantarilla, salió de este punto
para el Illgar de Don Juan, y la 3.:l. division se
situó desde dicho lugar hasta el de Nora, de
suerte que el lugar Je Don J Dan formaba la iz-
quierda de la líllC;¡, y por esto se fortificó su po-
sicion cerrando sus calles, habilitando las tapias
eSleriores, y abriendo una cortadura queunia la
aeequia de Turrlebal con el malecon. La Lit di.
"ision OCllpaba 1'1 centro de la línea sobre Alcan-
tarilla y el camino real de- Lorcél, y la 5. a con su
cuartel general en la Nora guarnecia á Jabali-
Vicio y los eh'mas puntos circunvecinos Je algu-
na importancia.


1,a élrlillerÍa, que consistia en seis piez:¡s de
varios calibres, se situó sobre la ahura de la casa
llamada de los CarLones, y se cubrieron las ave.
nielas á derecha é izquierda de la barca, enCer-
dudase un regimiento en el convento de San Ge-
rónimo, edificio fuerte por sí, y cercano á las
tropas.


Co]ocauas de esta suerte las divisiones) el
General en gc[e se restituyó con su estado mayor
á Murcia y donde, sC'glln liemos ya indicado; per-
manecía la reserva e1el ejército.


La caballcria espallOla oCllP;:¡ba á Lorca, y los
franceses, duellOS ya del punto de Lumbreras y
de Velez-Rubio, alacaron por el camino real á




(408 )
1810. nuestras descubiertas, haciéndolas retroceder


hasta el puente de una ac(~qllia distante media
legna escasa de af(uella ciudad, donde Ulla gran
gual'dia, unida á las gnel'l'illas y sostenida de un
esclladl'on de Carabineros Reales, los rechazó
]lasta que se reunieron con el grueso de sus co·
Jllmnas qne vellian en alcance de Jos espaüolcs.
La caballería al mando del Gent'l'al Freire salió
de Lorca, y á la saljda de los oli vares Jel cami-
no de Totana formó en escalolles. 1.os elJemigos
avanzaban con recelo y siempre contenidos VOl'
nuestras guerrillas, hasta que á la entralla en
Lorca se arl'ojaron sable en mano sobre ellas y
las hicieron retroceder; mn s al 11 p¡;a r al rio se
encontraron con una Ji !lea de tiradores que les
di.sputaron el paso, y los conlu vicron hasta que
llegando el grueso de sus columnas, rompieron é
hi.cieron replegar á los tiradores hasta los oliva-
res donde ernpezahau lus escalones. La retirada
se efectuó con todo ór,len , y los franceses no
pasaron de los olivares de Lurca. Las guerrillas
y gran guardia de Carabineros Healcs hicieron en
t~st(' dia prodigios de valor.


Eutrctallfo el General Blncke que con su
ctl<lrtd ge:)cral pcnnauccia en MlIrcia, for/.ilicaba
esta ciudad con reductos y algunas otras obras
ligeras que permitia la premura del tiempo,
disponía partidas y retenes de paisanos que
cooJwrascu armados á la defensa de la capital,
guardasen sus puertas, y coopl'raseu al 8051"l'n
lle los puntos atacados. Empezóse á inundar
la huerta, re",ervando solo los caminos preci-




(409)
sos para lú comUl1lCaClOl1 de las tropas C.'p3- 1810.
üolas.


El General [lío practic(') un prolijo reconoci-
miento sobre la posicion de la ace(luia mayor, y
escogió los puestos mas convenientes para recibir
al enclnigo. La 5. a division que se hallaba en
Don Juan, se siLuó tambien oportunamente á este
fin, uejando á retaguardia el hospital y repues-
tos.


En la noche <1('1 4 de Agosto llegó escol-
tada con un escuadron de caballería la artillería
que estaba en Totana, y se colocó junto •• la 5. a
division, hasta (lue replegada esta por órden del
General Blacke, se retiraron cuatro piezas, que-
dando las dos restantes en la altura de la casa de
los Cal'hones, COll prevcllclon de que si los ene-
migos fonaban aquel punto, se retirasen al con-
vento mencionado lle San GerólIlruo, d('ft~I1Jido
por 1111 regimiento, y abastecido COl! municiunes
de boca y guerra para 15 dias) y fortificado con
reductos y dcmas obras que permitieron las cir-
cunstancias.


La caballería espailOla permanecía en Tota-
na) y al amanecer del día 5 Jos cll~l1Iigos rom-
pieron el fuego contra las avanzallas que te-
nía ;t media legua de ~1l1uel plleblo en el camillo
de Larca, y siguieron d pidarnente en su alcan-
ce. Tres ci>cuadroues espaúolcs que se hallaban
furmados en escalunes ;[ la salida de Tulana, é
igual número cerca de Albama) emprendieron su
retirada. Los sucesos de este <ha fncl'on vario:" y
retirán<lúse unas veces los cspatlOles y otrns ala-


TOMO II. 52




(410 )
1810. Cillll1o, llegaron á la rambla de Algezares cerca


de Lebrilb ~ en cuya orilla 1zrlllicnla se presenl0
forma(la la 3. a divisioll de caballería con cuatro
piezas volantes que hubieran contenido al ene-
migo si hubiera intentallo pasar la rambla. Mus
hizo aIlo, y retrocediendo ocupó aCluel1a noche
á Alhama) quedando nuestra caballería en Lebri-
lIa. Al siguiente dia 6 al amanecer estahan for-
mad;:¡s las tres divisiones de infantería cspaiíOJa
en sus respecLi vas posiciones de Don Juan, Al.-
C3ntarilla y Nora) prontas á recibir al enemigo
que al parecer se disponia á alacar la huerta. En
efecto al salir el sol se descubrieron sus colum-
nas que se acercaban á Lebrilla. Las gll(,lTilla~
espaüolas procuraron contener al enemigo; pero
en vano, porque este sin hacer fuego las arrolló
con su caballería sable en mano, lleguwlo ~í Le-
brilla casi mezclado con ellas. El Brig;¡c1ic[' Oso-
l'io (lUC formaba el último cscdol1, (ll'~pl:'~;ó tan
oportunamente, que COBtuvo á los enemigos,
alentó las guerrillas, y siguiendo dcspues su re-
til'aua, sosteniuo por estas, defendió tO(!c,s los
pasos y desfiladeros hasta Alcantarilla, donde se
hallaba la 1. a division de infantería) y donde se
lliCierol1 de nuevo firmes los cspnilOles. Esta di-
vlsion estaba fonnaua en tres colnrnnas ccrrallas,
y por los intervalos de estas avanzaha la artille-
ría, micllt ras q nc otras partidas parilpctaLlas en
las tapias, y 01 ras emboscacla~ (,JI las q\liebras del
terreno y maizales, cubri:m el campo hasta Voz-
Negra. Luego 'lile pnsó la cabdlería, la infanti:-
ría se retiró de las accrplias de r'llndc"al y Bar-




( 411 )
n,ra) clejanc10 un LaU.illol1 que formado cn mas:.! 1(;:0.
cubria la calle priJlcipal ud pueblo.


Los cllemigos, (lile ea 1l1'1l11CrO de 500 ,í 800
calJallos, seguian de cerca las parLidas cspaüolas,
se dejaron ver en las alLuras iumecliaLas á Alcan-
tarilla, y haciendo alto, avanzaron sus guerri-
llas, que escarmcnlallas con el fllego vivo de la
tropa espaüola, retrocedieron y fucron persegui-
dos ]nlsla sus columnas.


Mielllras quc pasaba lodo esto en el campo,
la cavital se disponia para una obstinada defen-
sa. Luego que desde las torres de sus azoteas se
avistaron las hucstes francesas, y se descubrió
que sus 1110vimicutos se eucarnimlDall á la Al-
cantarilla) se formó la tropa, se COllVOCÓ el
raisanage) y todos corrieron á ocupar sus pues-
tos.


Una hora larga estuvieron los enemigos al
frente de aijuel pll(~b!o haciendo l'cconocil1lil'U.
tos, y despues de haberse escaramuceado sin frn-
to por las orillas del ca!llitlo, se retiraron á Le-
brilla, y en srgllida la caballería esrailo!a sc S1-
1lU) en Espinanlo) las guerrillas ;Í las órdenes
del Corollcl Villalohos ocuparon á Mulilla, y Ull
cscl1<lllron d(~ caLallnía defcndia el paso de Ube-
I'a. Un regimiento de los que esta1Jan en Alcan-
brilla lomó posicion ddras de la Barr('ra , como
poco all[es lo lJ<111ia11 11('cho los clcmas cuerpos,
} rcccnocic'~¡j(lo.'ic d c"lnpo, se [Jllvirlió (lue á
poca lli';!~;n('ia dell'l,l'IJlo p(,1'll1an[~ci3 un currpo
de C~! tallCl' ía l'nCmi~;;l de 600 G¡];a \1 os ) que d cs-
lac,ímlosc en tlos columnas, marchó la una con-




(412 )
1810. tra los cspailolcs, cuyas avanzad;¡s arrolló; mas


ncerC<ÍJHlose al pueblo, fue rcehDZ:¡ch por el vivo
fuego de cuatro compaüías (ilie perlllanccian el1
t~l. Esla escaramuza duró media llora) en cuyo
tiempo varios oficiales franceses recollocieron
prolijamentc el campo, repleg,lndosc en fin á Le-
brilla) siempre seguidos y carg;¡dos por bs guer-
rillas e~p;¡üolas. La infantcrí;¡ cspallflla se man-
tUYO ('11 sus f1Osicioncs; mas lo cak¡Jlería OellplJ dI:
llllevo ft Lebrilla aJ¡an(lo11adól po!' los li'anceses.
Estos al amanecer del 8 atacaron nuevamente las
avanzadas de los españoles, que se mantuvieron
firmes por espacio de dos horas J al cabo de las
cuales se replegaron los enemigos. Durante el
resto de aquel dia cesaron de una y otra parle
las hostilicladcs, ,í C<lnsa de llaber p<:sado un Ofi~
cial espaüol con pliegos al c;¡mpo cllemigo, para
lwccr saber á su General qlle a~i el cVrcilo co-
mo el paisallage de l\lllrc¡~l cst,lbaJl l'f'sueltos á
ucfcllderse hasta el último esLl'cmo, prirnero ciue
aeponer las armas.


Al amanecer del 9 los franceses atacaron
otra vez con el mayor Ímpetu, y arrollan-
do it las partidas avanzadas cspaftoL-ts, entraron
mezclados con ellas en l;¡ rambla (·le Algezarf's,
en donde fueron c.ontcnillos por el fuego lle Jos
tiradores esplll101es, aunque contestando ,í ól con
la mayor dveza. La cab:"dll'l'la cSjlnüo!n, situada
en I .. cllrilla y Alc:lntal'illa J se rcplc~;\), y los cne-
migos, refurzadn su vauguardi;¡ COIl lOO cal)allo~,
ntran'sarOll la rambla, envol ViCtlllo, sa1J]c en
mano) á las partidas eS11uüI)1~~,; P0]'0 este "taeFe




( 413)
no tuvo mas resultado que los anteriores, y los ~S¡o.
franceses, vientlo la imposihilidau de addaütal'
nada en el reino de .Murcia, emprel1llicron for-
malmeute su retirada ldcia Alhama, perseguidos
por la cahallerÍa espaüola hasta Totana, cuyo
pueblo abandonaron los enemigos aquella misma
tarde. El General Freire, al amanecer del clia
siguiente, continuó molest,ínllolos en su retira-
da, .Y los fl'auccses, llespues de evacuar á Lor-
ca, se enCamillal'OIl h:lcia Lumbreras y Almería.
N o se puede asegurar con cerleza la fuerza d(~
caballería con que los franceses verificaron esta
escursion, por los grandes intervalos que media-
ban entre sus coltHTlllas; pero segun los datos
sacados ele los dOClll1lClltos mismos del enemigo,
ascendia á 2.000, de los Cllales 800 con 3 piezas
de arlilleria fueron los que ay01nZarCll. En su re-
tirada dejaron, segun su hárbal'<l costumhre, o1so-
laJos todos los puchlos del tr;;nsilO, dal1ilo prue-
bas inequí vocas de su crueluall con robos) incen-
dios, estupros y asesinatos.


Tal fue el resultado de esta espedicion, cuyo
total c!(~ fllcl'zas no L:ljaba tic 10.0(}() infantes,
2.000 caha llos y 19 pie zns de a rtillcl'Ía, I enielJ(lo
el General SeJ);jsliaui qllC abandonar vergonzosa-
mente la empresa de sujetar el reino tle 1\1 ul'cia,
por el valor cId ci(~l'cito espaüol que le defe!~dia,
y por la COllstallcia y patriotjsmo (Id paisallage,
que á porfia bl'lwló con sus socorros para tan
heróica defensa.


DC'¡PllCS cl,~ la rctiralla del ej(~rci[o francés de
~.lurcia) el General Bbckc dispnso clllc el Dl'iga-




(414)
1t11O. diel' Don Vicente Osario marchase ,~ la Mancha


con 300 caballos, dirigiéndose por AIbacete, con
el fin (le estraer de aqlH'lla provincia todos los
granos ({ne pudiese para la rnanutencion del ejér-
cito; y se destinó al mismo tiempo un batallan
de infantería con un destacamento ele 30 á 40 ca-
ballos, para recorrer el espacio que media desde
Alcaraz hasta las Peüas de San Pedro, con el
objeto de proteger ar¡llella operncion. La colum-
na ele Osario se tras!:Hló desde Albacete á la Gi-
neta y la Roda, empezanrlo á efectuar la estrac-
cion de granos; y concluida la operacion en es-
tos pueblos, se dirigió al campo ele Criptana y
Aldzar de San Juan. En aquella :;a7.0n em-
pezaron á rnaniCestarse síntomas de contagio en
Carta¡:;ena y pueblos inmediatos á '\Illl'cia; pe-
l'O las accrU\(las providencias del General BIac-
ke lograron preservar al ejército de esta fat::tli-
dad.


Al llegar O~orjo á la Hoela el 23 de Octubre
di' vl1e1ta llc Alc;ízar rlc San Jl1an, campo de
Criplnna y Mllln (ld Cuervo, se prr>sentlJ 1111::\ co-
lllmna ele 50!) inf;1!1tes .Y 500 cnha]]o~ fl'nnccses
con dos piczns ele :lrtillerÍfl, y atac<l!l(lo ,1 la 11'0-
pu que venia cuhriendo y protq;i('l1clo un convoy
tic granos, soslnvo 'con S11 cClhallería trcs 11Ora8
d(~ IItI vivísilllo fllq~O, <laido de este Ill0tlo lngnr
¡í que el convoy entrase en Alhilcele antes de
finaliz3rs(~ la acciono A la ma!lélnn signicnte se
pre~enlaj'()n lo,~ enemigos ddante (L~ Alhnce1.c'y
."uliel'on las guerrillas ¡í contenerlos, Ínlerin flue
la tropa y el convoy se 110nian en relirada) r¡ne




(415)
se verificó por escalones de escuadrono Otras 1810.
tres horas duraron en este día los ataques de
guerrilla, hasta que las espailolas se l'cplcgaroll
para reunirse ú sus escuadrones. El 25 entraron
los franceses en Albacele, mas se retiraron al
dia siguiente sin haber rodido lograr su objeto,
y Osorio se incorporó con su tropa al ejército,
cuyo cuarLel general se hallaba en Mula, á 7 lc-
guas de distancia de Murcia.


Mientras qnc el General Dlacke reclwzaba ,1
Sebastiani en Murcia, se dispuso en Cadiz con el
mayor sigilo una espedicion, que salió de su
puerto, á las órdenes del General Lacy, en la no-
che del 22 de Agosto, C0111 puesta de ocho com-
paiJÍas de Guardias espaüolas, UBa de cada Lata-
llon de los regimientos de Murcia, Cnnal'ias) Vo-
luntarios de Valencia, Campomayor, Provincia-
les de CitHlad-Heal) y de dos escl1aurillas. El 23
por la noche desembarcó esta tropa en la costa
de Huelva. El General enemigo Duque de Al'em-
berg se hallaba en Moguer con 1. HJO hombres, la
mayor parte de caballería, y la artillería corres-
pondiente. El 24 el General Lacy tlispuso tIue las
tropas espediciollarias de su mando se dirigiesen
c0Dtra el enemigo que guarnecia dicho pueblo,
sítu::do CD la confluencia de los 1'105 Huelva y
Tinto. L,,:; í:bs cscéH'drillas, flue se hallaban ;i
las órdenes del Capitan ingl<'>s LOl'll Cockburn,
prolegieroll esta marcha.> haÍ;iétlclo.~e apostado
en la boca del 1'io Tin[o. Los espaüoles, dCSpllCS
de 113her atr<lvc[,<lllo un hrazo del HlIelva, avan-
zaron ha~la Jlogner por medio de Ulla marclla




( 416)
1810_ st:l11amente penosa) y arrollando á los franceses


flue quisieron disputarles la entrada) penetraron
en 24 de Agosto en la poblacíon) de donde hu-
yeron precipitadamente los enemigos.


Al (lia siguiente una divisioll ue Lacy se apode-
ró de la villa de Niebla, distante tres leguas de Mo.
guer. Aremberg, despues de reunir todas las tro-
llaS que pudo) atacó varias veces á los españoles;
mas fue siempre rechazado por estos) teniendo
por úllirno (Iue retirarse, con pénlida de 300
11Ombrcs) siendo la de los españoles de solo 36.
Mas noticioso el General Lacy de que los france-
ses hacian avanzar contra él desde Sevilla fuer-
,,_as considerables, uC3pues de haber destruido
todos sus almacenes y baterías) y clavado los
callOnes) se reembarcó con sus tropas) y entró
felizmente en Callizo


ena flotilla de chalupas cailOl1eraS inglesas
desll'llyó por entonces algunas baterías y reduc-
tos ellernigos del puerto de Santa María~ y de
algunos otros puntos de la balda de Cacliz.


A principios de Octubre se preparó €Jl Gibral.
lar otra espedicion, cuyo éxito !lO ftlc tan di-
choso como el ac la de Lac)'. El rlia II del mis-
mo mes se hizo á la yela, á las órdenes del
Teniente Coronel Lord Blanpy, esta espedicion,
que en el mismo dia llegó á Centa ~ y recihió á
bordo el regimiento ele infantería española Im-
perial de Toledo, que con un cuerpo de cstl'an-
"eros forll1~,do cn Gibraltar v el reoimiento in-~ J b
gl\:s número 89 , se dirigió sobre la costa ele
Málaga) con el objeto de apoderarse del casti-




(~17 )
110 dc: la Fongirola, á fin de llamar sobre aquel 1810.
punto la alcncion de los franceses, disminuir la
guarniciol1 de l\1:ílaga, y en seguida reembarcar-
se para capr sobre este puerlo , destruir las obras
de los franceses) y alejar de Málaga, apresar ó
incendiar los muchos corsarios refugiados alli.


El 12 :í las cualro de ]a larde se hizo á la
vela la espe(licioll con rumbo al Mediterráneo, y
el 1:1 á las doce (lel dia dió fondo en la cala de
la Torre del ;\lo!';¡}) y al momento desembarca-
ron las tropas. El cuerpo (le esll'nngeros Lomó
la vangllardia, y siguieron los españoles hasta
tomar la alLura lid Perdigon, donde desplega.
ron e11 batnlla. Los ingleses emprendieron in-
mediatamente el alar{ue contra el castillo; mas
habiendo correspolltlitlo éste COll el fllego de una
pieza de 24 y otras ele 111"1108 calihre, Lord
DlaIH'Y, f1112 h:¡]li:l csper;¡¿lo desde luego (Iue es-
t.e fuerte se le rendiria, y que ni tenia escalas
ni p:'l'lrechos de sitio, oispuso sin embargo, á
l)C'~ar de la lllivia que sobrevino (lurante la noche
dí:! 14) construir dos balerías provisionales con
eL.; s caüu¡¡cs de ;i ti y un ohus de á 4 (lue se
dcsl'mL~:!'cJrOll d(~ liJS !Jpqucs, y rompieron el
fll~'[;o al am:lnecer de] t5) allu:¡Ue se suspendió
á bs 10 (L~ la rn;¡fwna por t:I poco efeclo fIne
causaba en la muralla del castillo, sin cllIharao / b
ue que las caüoneras se aproximaron á medio
tiro ~ é hici(:roll un yivo fuego. En la noche del
14 Iln" compaLJía de espniloles y dos del cuerpo
estrangcro marcharon al pueblo de l\1ijas con
el fin oe apoderarse de 60 franceses que habia


TO.\fO !l. 53




(418 )
1!:liO. en el mismo; pero al tiempo de amanecer, y


al ír á entral' en dicha poblacion llelYó un ba-
, 1)


tallon enemigo con 60 hombres de caballería de
refuerzo, que en vol vieron ,í los espn flOles en las
calles) y tomándoles al propio tiempo la retira-
da, tuvieron que huir Con precipitacion, logran-
do á costa de infinitos trabajos, y socorridos por
el patriotismo de los habitantes) llegar á Marbe-
11a, aunque Sllmnm(~nte estropeados y disminuÍ-
dos en 14 ó 15 l1Omln'es <¡Ile perecieron.


Los franceses) que se habían hatillo en la vi-
11a de Mijas) se (lirigieron hácia el caslillo de la
Fongirola) y Lord TIlaney mandó entonces á los
espaüoles marchasen hácia la playa) en donde
encontrarían una bandera, seüal de la posiciou
que deberian tOI11<1r. La gllarnicioll del castillo
hizo uoa vigorosa salidil, el! la que arrollando él
las tropas inglesas) logró jl0.'i('SiOllarse de la bate.
ría que estas defendian; pero illmediatamcnte el
J~ord Blancy, poniéncl()~c á la cabeza de las
tropas dispersas, ];¡ r('conquistó. Contilll1Ó el
fuego en seguida; pero los franceses, au\:ilia-
dos con un refuerzo ele 1.200 hOl\1bres que ve-
nian (le ~Lílaga) se npodcrarol1 llllevamellte de
la batería) y los iugluics huyeron, abandonan-
do á su General, q\le habiendo sido herilIo, fue
hecho prisionero de guerra. El regimiento espa-
¡lO 1 , unido con algunos cortos destacamentos
del 89 inglés, venia desde la playa á sostener las
tropas inglesas de la batería; pero advi.,tiendo
qlle estas se dirigian precipitadamente á la playa
para reembarcarse, desplegaron en batalla para




(419 )
contener á los franceses que se iban aproximan- 1810.
do con la mayor osaJía) y toda la cspedicion
hubiera siu dllda caido en su poder sin la sere-
nidad de los españolt:s) que á pcsar del vivo fue-
go de los enemigos se fOrrtlal'on tres veces en
columna cerrada para tomar la altura de la tor-
re vigia inmeuiata al castillo por la parle ue Mar-
l)clla, damlo de este modo el tiempo suficiente á
los illgksl's para verificar su reembarco sin Jcs-
gr,]cia. Los li-allccses illlclJlarüll desalojar ele su
posicion á los espai"lolcs por el frente y costados;
pero los contuvo de tal modo la bizarría de es-
tos, que hatidos se alejaron á bastante distan':
cia, y entonces fue cuando su comandante Don
Pedro Dá valos, viendo ya emharcados á los in.
gleses, ordenó el ({ue su gente 10 verificase
por compaüías con la maJor calma y serenidad.
Asi se llizo, y al anoc]J('ccr de a(lllel mismo dia
15 la espedicion se diú á la vehl, y des pues ue
haber navegado con distintos rumbos en u(lue-
Has aguas durante tres clias, fondeó á las doce
tl d 1 <) (' n la ha h í a de G i h l' a ] t H l' •


T:d file el {;.;ilo desgraciado de esta espeJi-
cion, Ctl}O gefe 1,01'<1 nJallP'y fllc comlllcido pri-
sionCl'o ,i Francia, donde permaneció hasta la
conclllsioll de la guerra, y su suerte hubiera sitIo
ÚllluJablemenle la ue toda su tropa, si el valor
é intrepidez de los cspaüolcs no la hubiera sal-
vauo.


E] General B1acke , (IlIC como hemos dicho
lwhia llegado á reorganizar un ejercito en el rei-
no de l\lurcia) tomó la ofensiva, y trató de ba-




(420)
1SW. tir las tropas enemigas del mando del General


Sebastiani. Ocupaba el pjército español los pue-
blos de Velez-Hubio j' Velcz-Dlnnco; y el pri-
mero de Noviemhl't~ se puso en movimiento con
direccion ,i Raza. El dia 3 las gtlerrillas españo-
las se cncontrilron COIl las francesas como ,i
media legua autcs llel rio de B:lzn, y los enemi-
gos se replegaron iUlllcJiaLamente á los uesfila-
lleros que hay sobre el mismo rio, de los que
fueron desalojados por 1n c;¡l¡illlcI'Í,¡ cSIJaiJola , Y
unos 400 lLOlllorcs de iufantería. U na division
del ejército espaüol se hnhia qucctallo en Cullar,
y las demas tomaron posicion en las alturas del
frente del río. La cahallerÍa frallcesa en número
de 1.000 hombres) al m:lmlo del General l\lill-
haud) se hallaba formada ,í la derecha, y su in-
fanterÍ:l cntre el rio y Baza. Toda la maüana dc
aquel dia se sostuvu el [llego entre ¡[lS avan-
zadas, y como á las trcs de la larde el Gener:d
Blacke dispuso que una Jivisioll oe sus tropas
bajase al llano para apotlcl'arse de UBa altura tille
ocupaba el enemigo, a v311z;1ll(lu ;:<1 mismo tiem-
po otra division (ll~ la mism.a arma, b artillería
y la caballería. Esta se adelantó héi~ta la misma
ciudad de Baza) Jcspu('~ tIc ltaber hecho reple-
gar al enemigo. El fuego de la arLillería era muy
vivo, y la calnllería francesa) llIlly superior en
número, l1w¡úolm}Jil par,,? en vul ver <Í la cspaiíoJa,
cuya re Lirada dispuso muy oportunamenle el Ge.
neraL Freire. El enemigo la cargó entonces por
frente y flanco, y consiguió desordenarla. La in-
fantería. española de la tercera division, á las ór-




(421 )
dc\H's cId nrig~¡]i21' Don JOS(~ Antonio Sanz, fue 1f"10.
acucllilh(la, fl"t'clnnclo en poder del enemigo cin-
co piezas de artillería, cuatro cajas de glH:rra y
dos banderas. La primera division, al mando dd
General Elío, contuvo el ímpetu de los france-
ses, hasta (lue llegada la. noche continuó el
ejército espailol su retirada hácia Cullar., y des-
de alli á Velez-Rubio.


El General Blacke mandó seguir su retirada
á CuIlar, dirigiz"ndose sobre Lorca para trasla-
darse á Murcia. Durante esta marcha recibió la
noticia de su nornbramienlo para incli,icll1o de
la Uegencia de EspallLl; pero resolvió no aban-
donar el ('j¡':reito inlerin se hallase en tan criLica
siLuacion. La ciudad (le Mllrcia se preparó á la
defensa con las mismas disposiciolles que: se ha-
bían tornado en el mes de Agoslo. Se inundó la
huerta) y 10,10 el pai:iaunge se pllS0 'iobl'e las ar-
mas. Los fl',llJCCSeS C(JII[inllaI'Oll en s('gllimiento
de los e~pailOlcs hasta Lorea, donde clltraron en
la tard(~ del 8 'iin encontrar en estn poblacion
mas que llllOS treinta vecillos; pues los demas la
]whiall ;¡l)ilndon'lílo. ¡\clllí s(: detuvo d cuerni"o 1) ,
exigiendo ruJ;¡ [¡¡CrIC C')ll[ribllcicll.


El GelL'j',ll Schils!i<llli mal'cllÓ el 3 de Diciem-
hre Con 2.000 homhres y ciiJCO piezas de arti-
llería h:lcia :\Lrh,~lla con el objeto de apoderarse
de Sil casÜl1u. Inmediatamente trató de formar
Laterías, pero d fllego del castillo se lo impidió
duranLe el dia; mas ('11 la lloche del 3 al 4 C'ita-
hleció dos que elllpezaro11 á batir las murallas, y
lograron desmontar su artillería) continuando en




( 4'2'2)
1810. hostili1;urle hasta el 8, en cuya noche el Gober-


nadol' espaüol y la guarnicion abandonaron el
fuerte por no ser posible sostenerse mas J embar-
candose todos con el mayor orden en buques
ingleses.




(4'23)


• CAPITUJ ... O XXII.


El Rey José regresa á JlIadrid. - Operaciones de las guer-
ríllas. - Accion de Allllazan. - Aecion de Retortillo. -
Accion lle Cifuentes. - Accioll de Cogollurlo. - Accion
de Fucntc-Sauco. - Toma del castillo de la Puebla de
Sanahria. - Espeuicioll de I>orlier á Jijon. - Espedi-
cion contra ,santoüa.


En el mes de Marzo regresó el Rey José á 1810.
Madrid, dejando encargado al Mariscal Soult del
mando del ejército francés de Andalucía; y de
las tropas que guarnecian las Castillas formó el
ejército del centro, que dependia inmediata-
mente de sus órdenes.


Las guerrillas, fuerza única que los esrafIo-
les tenia n en estas provincias interiores, se reu-
nieron sobre el Duero) en Almazan, pueblo de
la provincia de Soria. El Gobernador frances de
la capital tIc este nombre, liaste, Coronel Co-
mandante de la rnarina de la G llardia imperial,
se puso e11 marcha desde diclla ciudad el 10 de
Julio por la mallana con uua columna de 1.100
hombres, y atacó á estas fuerzas españolas 1'eu-
niJas; mas habiendo sido rechnado despues de
eiete horas de un vivo fllrgo,pitlió por medio de
un parlamenlouna sllspcllsion de armas, que ob-
tuvo; pero faltando á su palabra, y durando aun
el armisticio, atacó, resuelto á ocupar á todo




(421 )
1810. trance la villa de Almazan, con la mayor intre-


pidez el pucnLe, y cÚllsigllió entrar en ella des-
pues lll~ babel' sufriclo una morLanda(i horrorosa.
El Cl1ra :\1er1no fue uno ele los partidarios que
se hallaron en esta accion con 200 cahallos.


UnJ columna francesa que se hallaba emplea-
da en 113cer exacciones en la misma provincia
de Soria ) fue alcanzada por el Ernppcinado en
29 de Agosto en Retortillo, y derrotada comple-
lamente) siendo muy pocos los cuewigos <lile
lograron sal varse.


El Empecinado con la mayor parte ele sn gen-
te, despues de esta accion, se concentró en Ci-
fucntes, en cuyo punto fuc alacad o el 14 de Se-
tiembre por el General Hugo, que desde J3l'ihuc-
ga se dirigió contra a con una columlla móvil de
1.000 hombres (le infantería y 400 caballos. El
fllego de las g¡F?l'rillas C[lle se enC()!J[r~l'on en[re
SoLl!1illusy Gargolillos, se sos[uvo con el mayor
tesoD por una y otra parte, siendo rechazauos
los fr~:mces('s, hasta 0¡\H~ reforzarlos en gran nú-
mero obligaron á los i:sp,.üoles :1 replegarse hasLa
Cif1l8nles,


Ell las inmcLliaciol1cs rl(~ este pueblo se cm-
peiló una accioIl muy rc:¡ida entre lns llos divi-
SiOl\(~S) y todos losesl'ucl'zOS del enemigo no fuc-
nu bastantes pnra desordenar á los espaüoles,
qne sostl1vieron UIl \'i\'o feIC::::O desde bs dos de la


J v


ta:'de hasta dcsp{l('s de anochecido. El General
}-luao hiz.o noche en Cifu(;n!.es, V el Empecinado u v
en Call1'cdonclo; y no ql1erienrJo el primero es-
perJI" el ataque f}uc lne; españoles le preparaban




( 4'25 )
p~ra el día siguícnlc, se retiré, al amanecer de HilO.
este) entregando sin piedad á las llamas a(lueHa
pobbcioll) y maltratando á varios de sus inde-
fensos veciuos.


El lG de Octubrc 1.200 hombres perlcnecien-
tes á las misllHls gucrrillas atacaron la escolla
Je un convoy enemigo que marchaba con direc-
cion á TOl'iia; l)ero habiendo acuuido fuerzas su-
periores francesns , tuvieron que desistir de su
intento y rdir;¡rse.


En principios ele D.iciemIJre partió el Empe_
cinaJo desde CogolluJo á auxiliar á la divislon
Soriana; mas sabedor, durante su marclla, de
CJue el General Hugo con fuerzas superiores ve-
nia en SlI busca deseaudo vengar sus anteriures
derrotas, relrocedió ií dicha villa, y el 9 se tra-
bó en sus inrneJiaciolles u na accion sa Il gl'ie n ta,
en la fIue al fin el v::llor de los espaiwlcs luvo
que cedel' <Í la slIpcrioridüd liel enel~.;go.


Los restos de varias partirlas de guclTlllas nr-
rojatlos á las múntaüas de SCJria por mas l~e 30.000
franceses que atravesaron el territorio c.';laÜoJ
}lara euf rnI' en Francia pOI' Navarra, habiail ad-
quirido alli U;] nulable incl'crnc¡lio en los prime-
ros elias de Suviemhrc. Parle de sus [ucr:¿as se
aproximó ~. Lu¿rüflo, y el Ge!1I.:Tdl Hoguet J fIne
fue el (~llcargallu de su p2l'secucioll y cstenuinio
con 2.üOU IWlllbres de infauterÍa ele la Gu;)rtlia
imperial y .')1)0 cab~¡llüs, emr1"ó vcinte días en
'pellosas marcJ¡¡\s y conlnm:ll'clws, y en inú-
tiles iuvcs~igacioaes, alcanzando al iin á Sil Yall-
¡;uanlia en V dorauo. Los espaüoles se balieron


'1'0.\10 H. 54




(426 )
1810. por alglln tiempo; pero cargados 1)01' fuerzas ma-


yores se desbandaron para volverse á reunir en
})untos distantes, logrando de este modo cansar
y ani<luilar las tropas destinadas á su pcrsecll-
ClOno


El 18 de N oviembre la partida del mando de
Amor se apoderó de uno de los arrabales de San-
to Domingo de la Calzada.


Entretanto otras partidas que se hahían le-
vantado en la provincia de Valladolid y en el
reino de Leon, se reunieron en Sahagun, y sos·
tuvieron en los dias 22 , 23 Y 21 de Febrero va-
rios choques con una columna enemiga á las ór ...
denes del Coronel Pinteville, sin que este pu-
diese obtener ventaja alguna decisiva, por cuan.
to, aunque se dispersaron como acostumbraban
en el momento del peligro, volvieron á apare-
cer y reproducirse inmediatamente.


El partidario Don Julian Sanchcz con SIl gen-
te se apoderó el 20 de Noviclubre de la villa de
Fuente del Sauco, situada en el camino de
Toro á Salamanca. Cincuenta suizos france-
ses que la guarnecian, se hicieron fuertes en
una casa, y rehusaron rendirse á pesar de las in-
timaciones de Sanchez. Este intentó en ¡::mo in-


.1' 1 d' fi ' b 1 1" t Cenul<lr e e 1 lClO en que esta an; y na,)lelllO"
los tenido sitiados los dias 21 y 22 , tuvo al cabo
que retirarse por la llegada de un gran refuerzo
enemlgo.


Conociendo este lo importante que era apode-
rarse del castillo de la Puebla de Sanabria para
sostener y apoyar su cspedicion contra Portu-




(427)
gal, destacó con este objeto al Gencral Serras 1810.
con fuerzas mny cOllsiderables, y logró hacerse
dueüo de esle fuerte, en que encont¡'ó hasta 20
piezas de artillería, con víveres para 3.000 hom.
Lres durante 6 meses. Los franceses dejaron en
él de guarnicion un hatallon de suizos; mas á los
tres dias de haberse retirado el General Serras
con el resto de sus tropas, las espaüolas y portu-
guesas, ~í Jas órdenes de Gil de Taboada y Silvei-
ra, se prescntaron delante del castillo, le estre-
charon, y despues de haberle batido, y abierto
brecha en sus muros, la guarnicion enemiga ca-
pituló ellO de Agosto, rindiénuose con la Con-
dicion de qne seria conducida á Suiza, y ue <lue
no tomaria las armas contra las pOLcucias alia-
das.


El General Bonet, que continuaba ocupando
á Asturias, ~r:,:;i1lenia siempre su cuartel general
en Ovicdo) ,t ,;~;~cI'L<JS sus comunicaciones con San-
tander y Lean; dc moclo que le era fácil lll<JI'Ch,ll'-
rápidamentc á cualquiera punto de estas provin-
cias que necesit.ase de su socorro.


Porlier, conocido comunmcnte por el ~lar­
<¡uesito, sobrino dcll\larqaes de la !tomana, re-
uuió en Potes algunas LH~L~as , contra las cuales
llwrchó el General Serras, sin que pudiese darlas
alcance, porque Porlier juzgó conveniente inter.
narse en Asturias, donde esperaba ata~ar con buen
éxito al General Bonel en "In ~~,lsm3 capital; mas
noticioso este oc su apl'oximacion, se adelantó al
ellcuentro de los espaüoles que por medio de la
habilidau de sus maniobras burlaron la superio-




(128 )
1BtO. rielad del enemigo, y:-le dispc:rs~rol1 con alguna


pérJiJa. PerscgniJo Porlicr constn iltcmente pOl'
las tropas dd General BOllet, trilló de apo(lcrarse
ele1 puerto de Gijoll, combinéíndosc al intento con
el BriGadier Renovales) que deberia descrnbarc:lr
con algunas tropas en el mismo pllnLo. En efecto,
la division de Porlier se presentó ellG de Octubre
delante de Gijon) y habiendo reconocido las fuer-
zas elel enemigo, y no avistando la espediciol1 11la-
rítima de lleno vales, se dispuso {¡ ahalHlollur las po-
siciones qlle haLia tomado; pero al dia siguiente
apareció á la vista la escuadrilla, y despues de un
pequeüo choque con la guarnicion enemiga de
Gijon, esta evacuó la ciudad; y al dia siguiente
desembarcó la espedicion por el pllnlo de Arnao,
protegida por el ataque que con clm<ls decidido
valor empremlió PorEer contra los puestos uel
enemigo, y por el fuego de un hergantÍn de guer-
ra inglés. Los franceses se replegaron sobre las
alturas de Puga, perseguidos constantcmellic por
las tropas espaüolas. Renovales con su gente ocu-
pó á Gijon, y Porlia, y Castañon, otro de los
principales partidarios de Asturius> se situaron
con las suyas en las alturas circunvecinas; mas
habiéndose presentauo e119 de Octubre el Ge-
neral Bonet con elgrueso de su ejél'cito á la vis-
ta ue Gijon, se vieron los espailoles precisauos á
retirarse por mar y por tierra.


Un cuerpo ele 5.000 gallegos atacó el 20 del
111isrno mes á la Lrigada francesa del malldo <Iel
General Vallrtaux, que se hallaba apostada en
los puehlos del Fresno y Grado, y despucs de




(429)
haberla hecho esperimentar una pérdida conside- j 810.
rabIe, se retiró hácia los puntos de uonde habí,lll
venido.


La espedicion que había evacuado el puC'r-
to de Gijon, sc componía de cuatro fragatas,
una de ellas cspaüola J tres hriks , dos goletas,
cuatro lanchas caüoneras, y otros buques hasta
el número de 43. Con ella se trató de sorprender
por un golpe de mano el importante punto de
Santoüa oCl1pado por los franceses; mas habiendo
cambiado el viento el 24 Y el 25, una tempestad
quc sobrevino arrojó á la fragata espaüola contra
las rocas de la costa dc Laredo , en dondc cspe-
rimenló algunas averías. El 27, á "pesar ue este
contratiempo) se intentó el desembarco; mas la
resistencia que opuso el enemigo, unida al tem-
poral quc aun seguia reinando, frustró del todo
esta tentativa, y la escuadrilla tuvo que retirarse
de las aguas de Santoiía.


".




(430)


r


CAPITt"LO XXIII.


Preparativos de los franceses para el sitio dc Tortosa.-
Sitio de esta plaza. - Salidas de los sitiados. -moquean
Jos españoles á Morella. - Accion de GranoJlers. - Ac-
cion dc Falset. - Defensa de Torfosa. - Sorpresa de
Flix.-Operaciones en la Jíllea dd Llohrcg.1t.-OdonelI
logra ellCerrar á los franceses en el campo de Tarrago-
na. -Rctiratla de los francescs.- Atucine lle Falset.-
Las tropas españolas de Valencia intentan socorrer á
Tortosa.-Sll retirada. -ReunÍon de Macdonald y Su-
chet. - Aecion de Cenera. - Accion del Ahisval. -
Accion de Sallayosa en la Cerdalla francesa.-Operacio-
!les (le varios befes del ejército de Cataluüa. - Campo-
verde toma el mando en befe. - Toma de Solsolla.-
Illcendio de Sll C;¡te(lral. - Accion de Dal'llins. - Ac-
cion de Lladri. - SeGundo esfllerzo de las tl'Op~, dc "a-
¡encia en Ú1YOr (lc Tortosa. -Aceioll de Ultdccolla.-
Aeeion de Villel. -Estallo de iusnneceioll dc tOlla la
Catala:la. - Aceioll de los Mol'sos. -Accioll (le Caslell.
I"ollit. - Sorpresa (le yal'íos desl al'aIl1~lItos fraIH.:e,es en
pI eillllpo ¡le Urgcl. -Continúa cl silio de Tortosa.-
Su rClIllícion. - Fllllcsta illlpresíon (lIle causa. - Con-
sitleraciullCs sohre esta tercera cJmpaJ¡a. - Nueva 01'-
¡;allizacioll de los ej¡r¡·eitos.


1810. Dcspues de la rcndicion de la plaza de :\Ie-
quinenza) el I'F'rciLo del Gener<ll Suchet recibió
ónlcn ele Napoleon para marchar á ponel' sitio á
la de Tortosa, situada cerca del camino real, no
lejos de la embocadura del Ebro, puulo suma-
mente importante por servir de "poyo á las co-




(431 )
municacioncs de los ejércitos españoles de Va- 1810.
lencia y Cataluña. El enemigo dispuso inmedia-
tamente un gran parque de sitio, y estableció su
principal depósito en Mequinenza, desde donde
las comunicaciones con Tortosa por el Ebro son
mas fáciles que por tierra, por ser un pais mon-
tañoso, cuyas desigualdades se aumentan á me-
dida que se adelanta de Caspe ó Mequinenza hél-
cia Favara, Batea, Gandesa y Mora; y desde aUi
á Pincll, las Armas, Gerla y Tortosa.


Los franceses tuvieron que deJicarse á abrir
un camino sobre los vestigios que aun se conser-
vaban del que habilitó, durante la guerra de su-
cesion , el Duque de OrIeans, y los soldados
dejaron los fusiles para manejar los picos y aza-
dones. El General Suchet estableció asimismo
en Alcañiz y Caspe depósitos de suma impor-
tancia, para subvenir á las necesidades del ejér-
cito durante el sitio, y :::mfiriendo el mando del
Reino de Aragon al General Musnier , dispuso
que ademas de las guarniciones de Lérida, Me-
quinenza, Jaca y Monzon, se situase una linea
de puestos fortificados sobre los caminos, para
proteger los correos, convoyes y toJa clase de
comunicaciones. Dicha línea ahrazaba estas en
todas direcciones desde el centro á la circunfe-
rencia, y sobre la derecha del Ebro comprendia
los pueblos de Alagan, Mallen, TLltle1a, Borja,
Tarazana, Epila, Almunia, María, Villa de Mue!,
Cariñena, Fuentes, CeiJa, S¡¡mper, Alcañiz; y
sobre la orilla izquierda Pina, Bujaraloz, Canda,..
mos, Fraga, Zucra, Ayerhe, Anzánigo, Camp-




(432)
1810. frane, y algunos pueblos del partido de las Cin-


co-villas.
Tomadas todas estas disposiciones, se puso


Suchet en movimiento con su ejército, y se diri-
gió sobre Tortosa en los primeros dias de J nlio
en dos divisiones por ambas orillas del Ebro. La
de la derecha) compuesta de 8.000 infantes y
1. 000 caballos, se estendió hasta VIl decona y Vi-
naroz, para proporcionarse víveres con mas facÍ-
lidad. La de la izquierda, que se c0l111Jonia de
3.500 infantes y 500 caballos, tomó posicion en.
las Masas de Mora, Rasquera, Tivenys y Tibisa,
no teniendo mas comunicacion con la dereéha
que la de la barca de Mora.


El General Laval ~ que era el encargado de
dirigll' el sitio, avanzó con su cahallería por las
orillas del Ebro hasta tan cerca de TOl'losa, que
hizo algunos prisioneros de los espaüoles aposta-
dos en SllS inmcdiacioncs) ohligando al resto á
encerrarse en la plaza por la cabeza del puente
de ([UC se npoc\eró. El 3 de J lllio cornplcló la
embestidura de la mismn por la parte uc la ribera
derecha del Ebro; yel 4 prolongó esta línea has·
ta All1posta, y se apoderó Llel camino real de Bar-
celona {\ Valencia; y llabienJo situado en Gerta
su iZr¡llicrda, colocó avanz:Hlos varios destélc3-
lllcnLos para precaver c¡¡;¡l'luiera golpe de mano
(Ille PU(li;:;SCll inlentar las tropas del ej(~rc.ito es-
paüot de V .. dellcía.


El General Suchet estableció su cuartel gene~
ra 1 en Mora; y Laval, aunque no tenia reunidos
todos los perLrechos necesarios para el silLO de




(433 )
Tortosa, empezó desde luego á formar la prime. 1810.
ra paralela; Illas los sitiados llicicron uos vigoro-
sas salidas que paralizaron por entOLlces las opc-
ral:iones Jd enemigo, y tenían por principal ob-
jeto lLHual' la atcncion ue este, mientras (lue las
tropas espaüulas, procedentes de Tarragona y de
Valencia, lwcian demostraciones y maniobraban
vara iUlluictarle en direcciones opuestas. Suchet
dispuso que se ensanchase la cabeza del pljenle
que senia de comuuicacion con la orilla derecha
del Ebro, poniéndula eu es tildo de contener mu-
chos Latallones.


Las tl'opas espaüolas de Valencia, á las óf(le-
lle~ del Grneral Odonojú, se aproximaron á Mo-
rclla y la !Jloqllcal'on; pero habiendo acutlido á
reforza r la g lla l' nicion fra nccsa una ftl erte col um.
na enemiga, tuvieron que levantar el bloquco.


El eFl'cilo español de CaLaluña, á las órtlencs
del infatignble Dou Euri(iue OJoucll, se hallaba
di~l\'ibuido cn varios puutos. La 1. a division con
800 caballos y tres piezas de artillería volante
ocupaba la línea del Llubregat para observar la
gULlI'lJiciou de Barcelona, iwpedir sus correl'Í;¡s,
y la il1troJllccion de convoyes en aliuellaplaza.
El Mariscal MacJonalJ telJia situado su ejército
entre: Hostalrich y Gerona) y el18 de Julio cOllla
mayor parte de sus fucrzns intentó marchar h<Ícia
Barcelona COll el ohjt'to de introducir en ella un
COIIVOy, cuya operacion dió lugar á una accjon
Illuy l'cllida qtle se dió en las inmediaciones de
Gl anollers, rnandaJ3 por el Baran de Eroles. El
CIH'IlJigo perdió en ella mas de 1.500 hombres


'rOli o 11. 55




( 434)
1S10. entre muertos y heridos, y la victoria se decidió


por los cspailoles; mas durante la accion el con-
voy continuó desfilando por la espalda, y consi.
guió ent,'ar en Barcdona, JlacdonalJ dejó en es-
ta plaza lIBOS 6,000 hombres de guarnicion, y con
el resto de slIstropas volvió á ocupar SIlS anti-
guas posiciones entre Hoslall'ich y Gerona.


Odone1l dirigió la 2. a Jivision de su ejército
11ácia Falset, para observar las tropas de Suchct
y dificultar la navegacion dd Ebro. Era ventajo-
sa la situaeion de estas tropas cspailolas, porque
tellian cubiertas sus espaldas por el carupo de
Tarragona y priorato de Poblet J y ohligaban al
enemigo á destacar en Sil observacion una parte
de las tropas destinadas al sitio de Tortosa, y á
empIcar un cuerpo considerable en los ll:mos de
Mora para mantener espeditas sus comunicacio-
nes. Uua parte de la reserva del ejército cspnüol
de Cal.<l]uila se colocó en el coll del Alba, inme.
diato á Tortosa, y amenazaba las espaldas del
enemigo en el caso de que este intentase p<lsar el
Ebro por mns abajo de Tivenys. El reslo de la
reserva se situó en Arheca y Borjas.hlancas para
proteger la recoleccioll de la cosecha, é imponer
freno ;( la guarnicion enemiga d,~ Lé,icla si intcn-
taba talar los fértiles campos de Urgel.


Creá,'onse arlemas en todos los corregimien-
tos del Principado compaüías de tiradores, que
colocados en diferentes puntos incomorlaban
sin cesar al cnemigo.
I~os espailo1es, apostados en la posicion de


Falset , atacaron el 29 á los franceses situarlos en




(435 )
Tivisa, y los arrollaron y persiguieron ]lasla las 1810.
orillas del Ebro; pero habiendo llegado en su so-
corro el mismo Suchet con 2.000 hombres, tu-
vieron cIlle replegarse, tlespues de haber hecho
csperimenlar al enemigo la pt:rJida de un Coro-
nd J un Comandante, y bastantes soldados. Esta
tenlal iva hizo conocn al ellell1igo cuán impor-
tante le era la conservacíon del punto de Mora
y de los Masos, y por lo mismo la reforzaron
considerablemente con mas tropas y tres piezas de
artillería.


OJonell, desplles de la accion del 29 del mes
anterior en Faiset, de que hemos hecho mencion,
se introclujo J con una pefJucña division, en Tor-
tosa, y el 3 de Agosto, formadas en pn'sencia de
la pohlacion columnas de tropa escogida J las
arengó con el fin ue exaltar su entusiasmo, y
marchando :í su frente J salió de la cabeza dd
puellle ií las tres de la tarde, y avanzó derecho
á la bayoneta J si n tlis pa ra r un tiro, a 1 ca m pa-
menlo francés, arrolló su línea, destruyó los cs-
p:dJo~cs tille el enemigo hahia construido, y con
s010 800 hombres Causó á éste un daño ronside-
rahié, y sin el imprudente valor de un Coman-
dante del regimienlo de Soria, que se adelantó
en una direccion contraria á la qlle le fue illclica-
da, se hllbiera verificado esta operacion sin pér-
dida alguna de los españoles, aunque esta fue
siempre corta.


La division espailola qne con el General
en gere entró en Tortosa á las órdenes del Bri-
gadier Garda Navarro, emprendió dOi ala.




( 436)
1810. qllCS sobre Tivenys contra la cabeza del puente


y atrincheramientos r¡ue los enemigos construían
enfrente de Gerla , y aUllf[UC ni una ni otra ten-
tativa tuvieron un éxilo compldo, cansaron baso
tante darlO al enemigo, y le obli¡;aron á mante-
ner fuerzas sobre a.[uella parle tId rio.


EllO de Agosto el l\Iaqllés ele Campovcr¡le
infenló sorprender con su divi,íon un cuerpo de
300 hombres qlle tenia el cl1l'migo ell Flix para
protege¡' la navegacion dd Ebro) y Jo logró tan
completamente, que solo treint.a se escaparon,
cogiendo adClllUS un considerable bol in, yechan-
do á pic¡ue todas las barcas que tenia reunidas
en [leplel punto.


El Brigadi[~r español Georgel protegía entre-
tanto el llano de Urgel, é impc!lia á la guarni-
cion de Ll~riLla, con sus frecllcnles escaramllzas,
el acopio de v¡~'ercs; y at;¡c;](lo en 3 de Agos-
to por a111ella decididamente J no solo COllSCl'VÓ
sus posi'..:iones, sino que escarmentó bizarramen-
te al enemigo.


En la línea del Llobl'c¡;ut .;;osleninn tojos los
dias Il)s espaiwlcs encuentros con la guul'ui-
cíon de lhl'celona; y mientras por tOllas parLes
se hacia esta guerra activa dI" partidas, el J\Ial'is-
cal Macdonald l'CU ni!) s II e j é t'Cito, corn puesto de
1·1.000 iufantes, 1.200 caballos y 14 pic:z<ls de
artillería, y penetró COn un con voy hasta Barce-
lona. Las tropas espnilOlas, COldC:llbs en la línea
de I .. JoLl'egat, cuya fllf'rZa nu llegaba á la mit<1d
de la uel enemigo) mantuvo sus posiciones llasta
que las manivLras de éste demostrarúu el l!1tcu-




(437 )
tü que tenia de pasar 3l1elante, Elltonces se rc- 1810.
plegaron ,í VilLt franca, dejando guarneciJas las
gargantíls de Vullirulla y Orda1 con tropas lige-
ras y so:-natcncs, que detuvieron por tres dias la
mareha de los franceses, callsiíndoles mucho da-
llo, hasla que c{~{lieron al fin sus posiciones á la
sllperioridnd del enemigo en los dias 1l y 12.
OLlonell, cuya activiLlau era inesplicable, pasó
elltonces ,í ponerse á la caheza de estas tt'Opas, y
tomó posicioll en jas alturas de San Ql1intÍ, guar-
neciendo la monlaila lle ;\lontserrat para impedü·
el pílSO de nna division enemiga que se dirigía
por Martorcll y Esparraguera. Este movimiento
hizo tÜuJ¡car al enemigo, que al cabo se deter-
minó ,t marchar reunido por ArLos y el coll de
S:.lnta CristillJ á Valh, en cuya marcha se detu.
vo treinta y seis horas pnru recomponer el cami.
no, que se halhba lleno de corladuras y casi im-
practicaLIl'; PC!'O 110 hiclI la retaguardia enemiga
habia cvacuaJo á Villafranca, cuallllo fue atacada)
sufriendo grall mortall(lad, y ({lwdandu intercep~
tada StI cOIUll!1icacion con Harcdona, Amenaza-
do por este movil1liento del enemigo el Marqués
de Campovcrde eH su posiciun de Falset) se 1'C-
tiró COll el mayol' ónlel1 á Tal'l'agona ... y se acam-
pó en las altur3s del Olivo, dejullLlo solo algllnas
tropa:; ll~(:ras y somatenes en las montai'las de
Porl'l~ra.


Odoncll se adelantó con la (~jvl,ion del Ma-
riscal de c¡¡mpo Dou Migud lb<l!'rola hasta el
Veudrdl, mas ac,'l de Villafranca, y el Coronel
Dun PeJro Sars!itld] con una cohullua Yolaut,~'J




(438 )
1810. ocupó el co11 de Santa Cristina no bien lo pasa-


ron los enemigos, á los que 110 perdió l1unC3 de
vista, persiguiéndolos con el mayor teson , y
causándoles gran daiJo, ademas de proteger Sll
desercion.


El dia 18 ocuparon los franceses en hilen or-
den á Rcuf¡ y su campiri:J.; y con el fin de hacer
un reconocimiento sobre Tarragona -' ataeal'on el
2L á las guerrillas y puestos avanzauos espaiíoles,
que protegidos oportunamente pOI' la gllarnicion
de esta plaza los ['ec!lazaron con Lustante pér·
dida, contribuyendo en gran [l1anera á esta ven-
taja dos fragatas de guerra illgLsils, que acode-
radas en 1a costa molestaron con su acertado
flH'gO el flanco dcrecho del enemigo.


Presumiendo OJondl que eslc rt'pe!iria igna-
les tentativas, y deseando escarmeJltarle, hizo
venir desde el VellclrdI á la divisloll dí~ Ibarro-
la , Y la acampó jl/nto ;í la venta de la Serafina]
so!Jre el camino real ele Tortosa , ;1 nw(!ia l('glla
de Tal'ragona, dispuso que Sadi¡-}(l se mantuvie-
se en Valls inquictanllo sin cpsar al enemigo por
su retaguardia y flanco, y que GI>orgd, COII su
gente se colucase eu ('1 ,~oll de Riha; (ltlcdandu
de este modo enccnado en el llano de T;¡rrago-
na el ejercito cncflligo, y sin poder provcprse
de víveres mas que pOI' la partf' del Ebro ó de
Aragon. Tan peuosa y crítica sitllaciull illllncia
á sospechat· (lile no seria brga SlI IWl'rnan"llcia
~n Rens. El objeto de este movimiento de M~c.
donald no era otro que el de avislal'5e con Su-
chct , y poncl':ic ue acuerdo sobre el plan para




(439)
la conquista de Tortosa, qlle deberia efectuarse 1810.
al mismo tiempo que la de Tarragona , facili.
tando de este modo la de Valencia.


Mas viendo ~\'bcl]onald lo inespugnable de
las posiciones de los espaüoles, y tratando
de salil' del encierro en que se hallaba, don.
de sin Juua hubiera encontrado su total estermi.
nio y sepulcro, hizo en la noche del 24 un mo-
vimiento falso hácia el coIl de Balaguer; y con-
tl'anwrclwndo dpidamellte por Villalonga sobre
Alcobcr, abandonó á Reu,> , dejando en los hos-
pilales 700 entre enfermos y heridos. Percibida
esta retirada por los espailoles, se pusieron en
movimic'lllo con tanta actividau y rapidez, que
á las dos horas ya se lwbia trabado una sangrien-
ta escaramuza entre las guerrillas españolas y su
retaguardia, mientras que bs Ji visiones de Geor-
gel y Sarsfield, situadas en Luenas posiciones,
molestaban sus flancos. La resistencia que los
franceses encontraban en los cspalJOles, y las
cortaduras, aspereza y fragosidad del camino
por donde marchaban, los detuvieron largo
tiempo; p('ro como abundaban en fuerzas, tellian
proporcion de estenderse y tlesembarazar el paso
ocupando las altnras, hasta q.ue dieron tiempo
para que la gU31'uicion de Lérida hiciese oportu-
namente UBa salida, .Y amenazando la espalda
de los españoles, se vieron estos precisados á
despejar .el camino, y los enemigos atravesaron
er'tonces el eoIl de la RiLa despucs de treinta y
seis horas de detcncion, y se dirigieron por
MontLlanch y Villaja á Lél'ida, al pie de cuya'l




( 440)
1810. murallas acamparon el 26, sin que por eso deja-


sen nunca de ser pel-spguidos y de sufrir desca-
labros de consideracion, Luego (lue Odonell co-
noció que no podia conseguil' otras venlajas so-
bre el ejl:rcito enemigo por la situ:Jcioll lpIe ocu-
]Hlba , dispuso que su tropa se acampase en los
puntos mas principales, situó su vanguardia en
Vinaja , y la division de Geol'gct en Sallta Colo-
ma de Queralt, para cuLrir el flanco derl~c1lO,


El Brigadier Baron de la Barre J1lnrclJó con
una pcqueila divis.iou de tropas cspailOlas á ar-
rojar de Falset á O\I'a de l.OOO encmigos que ocu-
paba este importanse punto; y en efectu lu COn-
siguió felizmente el dia 29 con su acostumbrada
LizurrÍa y conccimieutos.


Mientras que toJo esto sucedia en el campo
de Tarragona y llano de Urgel, el Baron Je Ero-
les con su divisioll soslcuia fl'ccueull's y casi
Jiarios choques eou ]a glwrl1ú;iull eIlL'llli¡;a de la
plaza Jc Barcelona; y los somatenes, lasparti-
tias corl'cgilllentales y los húsares de Sall ~al'ci-
50 se batian Con la mayor comtauci,t é iulrcpi-
dez en el Alilpllnlan, l1egalHlo ~ pClletl'ar h'l:.la
la mismu villa de Flglleras, que saquearun en
parle_ l\lientras 'lue Mac(lonalll \'erilic .. Jy;; su UlO-
YImienlo sobre Leri(J¡¡, el (j,;lIl'ral Sucllet salia
al encueull'o Jd eil~rcito esparw1., l(Ul: á h~ ó,'-
Jenes J/:'l General Caro venia dL;SJt.: Yaleucia al
SOCOITO de la plaza de Turlosa,


El 14 de Agosto partió pan UlIJecolla, y
como los espaüoles se hallasen eH posicioll cerca
de este put:blo ¡lo:,; pel'sigltió Suchet liasta Vina-




(441 )
('oz. La pOSIClOll del General Caro estaba esco- 1810.
gida con conocimiento, pues su derecha cubría
á BcnicarL'), y Sil izqlliercln á Snll Mateo; y de
este modo era clu('flo de las dos grandes cOllluni-
caciolJ{::s COIl YalclIcia. Suchet se ndelantó por
Cali.\. eDil 10.000 hornbres y 7 piezas de artille-
ría, y al mismo tiempo dispuso su caballería.
A. su aproximacion los espúlO]es sc rctiraron
.'iohn' Alea};! de Chisvert) hasta donde los siguie-
ron Jos franccs('s; y habiéndose aql1cllos forIlla-
do clelantt' d~~ PcüÍscob en dos líucas , sin aguar-
dar al (":,,ilo se retiraron con el mayor órden. A
este tiempo el General Sllchet recibió la noticia
de la llegada de] DU(lllC (le Tal'ento á Lérida, por
lo que partió de Mora el 23, Y pasando por Me-
quinenza se presentó en aquella plaza) donde
eu las varias entrevistas que tuvo con l\1acdo-
nalel, se nrreglal'Oll y convillit'l'on en las medi-
das prillcipales para poncr CJI cjccllcion las ór-
dcnes del Emperador, rcduciJas á la ocupacion
de las plazas de Tarragolla y Tortosa. Mas como
la prlldt~ncia exigía flllP se comenzase primero
(i¡¡'m:¡[llIclIte po!' el sitio de esta líltima) y Mac-
dUilalcl se ludIaba en estarlo de cooperar eficaz-
menle al feliz é"ilo de csta empresa J acordaron
(IlIe Suchet activaria los preparativos delante de
la pInza J y l\lacdonald continuaria ocupando á
Lérida y su tel'l'itorio para asegurar las subsisten-
cias de ambo~ ej(\rcitos. Cedió Suchct al Maris-
cal para la manlltencion del suyo: exhausto de
víveres, todos los recursos que proporcionase el
llano de Urgcl, que es considerado como el gra-


TOMO 11. 50




( 442)
t810. llero de Cataluña. En su consecuencia, ~alió SlI-


chet para Tortosa , y Macrlonalu elJvió en los pri-
meros dias de SetiemDre por su derr'c]¡a é iz_
quierda fucrtes destacamelltos (:'011 el ohjeto de
cubrir sus flancos) y reforzauos (,¡'~SIJlll'S, pene-
tró el lino por Bala¡;lle)' hastn Talarn, de donde
fue rechazado por el p,lis:1llage, reuuido bajo la
direccion del partidilrio Don Francisco Montar-
Jit) y el otro fLle á oCllpar los diferenles pllntos
de la orilla izq L1jen]a LId Ebro, con el objetO
de proteger los transportes y pertrecllÜs que ba.
jasen pal'a el sitio de Torlosa. En seguida trató
Macdonald de reconc(~ntrar sus fuerzas sobre
Cervera, y verifical1rlo este 1ll0VilllÍcnto el dia 5
proporcionó ocasion de distinguirse al peqllcüo
cuerpo de ohservacioll <p.e se hallaba en aque-
lla ciudad á las órdl'lH~s del Brigadier Georget.
La vanguardia enemiga, COJl1pllCS!:l de 20() dra-
gones, fue compleUllllen! e destrllida por el re-
gimiento español de cah;,lIería de Santiago, (lue-
dando en poder de este 8,::' caballos prisioneros,
un Comandante y dos ü¡:ci"lcs, y los restantes
heridos y muertos en el campo de baullla. 1.os
espaüoles tuvil'l'oll, no obstante, que retirarse
iUllledialamente, cargarlos por el grueso del ejér-
cito enemigo, sobre Santa Coloma de Queralt,
,i donde llegaron en el mejor orden, y casÍ sin
pérdida alguna. En aquel mismo dia ocuparon
los franceses á Cervera despues de una corta re-
sistencia por parte del paisallage, que bastó para
~ervirles de pretesto para ejercer en aquella po-
blacion sus acostumbrados rODOS y crueldades.




(443 )
Macdonald estableció en Cervera su cuartel ge- 1810.
neral, acarnpando SlIS tropas en las inmediacio-
nes de ('~t;¡ ciudad, cídebre por la magnilica uni-
vf.'l':--id"d qlle el I~('y Felipe V fundó en ella en
premio l!p la f¡cLJidad in;¡lter;¡ble de que habia
(bdo pruebas en la guerra de Sucesion , cuando
toda la Cat::!ulla hacia una guerra de esterminio
á los eiércilo .... fnlllcescs.


Filtre t;¡tJto CjllC Macdonald con su f'jército se
Lal];¡!¡:¡ ('n esla j!csicion 1;¡n prccal'i;¡, el Gene-
ralOdouen no (llliso pel'lnallccer trallfJuilo es-
pectador de lus acontecimientos, y consideran-
do ql1e la oClIpacioll de Cervera por el enemigo
tenia por objdo penetI'al' por ('1 camino real de
Bal'ccloua) y seguro ele que Sil ej{'rcito se hallaha
en un estado respetable de fuerza, capaz de en-
tretener bast¡¡ute tiempo al ('IH'migo en su mar-
cha, concihió el ;¡ll'cvif!o proyecto de caer sobre
Jos dcstacame!ltos sndlos <¡ue 1('lIia aquel en La-
Lisval y costa Jc Levante, para cuya operacion
conla])a con el ;lIl~ilio y e(icaz coop(~racion de
las f[[f'l'ZaS marítimas (iUC los i"glC'st's mnnlenian
cruzalldo sobre las ;¡~llaS d(~ Calalllüa. Una di vi-


u


l'iUl! de 3.()(jO ]¡o¡:dll·'."s de illf:llltnÍa )' 500 caba-
llos COll el GelL'!'al ('n gl'fe á su cab(~za, despues
de diferentes lI1()\'imil'lllos y (lisposiciol1es usten-
sibles piln oCllltar su verdadera intencioll, mar-
chó con la velocidad del rayo desde S::lll Sadur-
ny á Mataró, y desde este pueblo á Labisval.
Esta marcha fl1(~ dirigida COIl tanto acierto, que
á un mismo tiempo se vieron rodeados, ataca-
dos y rendidos los puntos de San Felill de Gui-




(444 )
11.>10. xols, Palamós, ealollja y LaLisval. Como este


último era el mas distante, así COIllO el cuartel
general, de douue debían salir las órc!ellcs y
refuerzos convenientes para los demas ~ su ocu-
pacion convcnjJ fuese J¡¡ primera ~ J antes que el
enemigo pudiese tener la menor noticia del pro-
.recto de los espailoles. Así fue que el General
en gefe á la cabeza de una gran parle de la caba.
llería, y Con solo 100 hombres de in fa ntería J lJfl-
ciendo Hueve legltas de call1ino CI1 cilleo 11Or"s,
se preseutó y embislió "c{uel pueLlo repentina_
mente el14 de Setiembre> proporciollaBllo de este
modo el tiempo necesario para qnc llegase el res-
to de la division. El Genera 1 enemig,o Scbwartz,
(fue se hallaba en Labisval con 700 lJom-
bres, se Cllcerró en una casa fllel'Le Ó castillo
arruinado, donde se defendió hasta cJlIe llegaron
las tlemas tropas de los espaüolcs) (¡ los cuales
se rindió al fin prisionero de gllclTa con su gente.
La resistencia del enemigo en Palamós y San Fe-
Jiu de Gllixols fue ohstinada; siendo el resultado
de esta brillante operacjon quedar prisioneros
Je guerra el General Schwarlz, su estado mayor,
64 oficiales ~ 1.4UO soltlados) 18 callones) carros,
caballos, equipages y muchos efectos y víveres.
El General OJonell , que sn hal¡ia batido duraue
te la funcion como un simple granadero, recibió
una herida en una pierna, que le puso á las puer-
tas Je la muerte; mas esta desgracia no influyó
nada sobre el espíritu del soltlado~ porque su Ge.
neral, lleuo de ¡inimo y de entusiasmo, aun cuan-
do no podia mandar personalmente el cjércilo,




(415)
~(' reserv() ,,11 direceion, retir.lndose á Tarragolln, 1810.
á cuya ciudad le envió Suc}¡pt 11n pnrlamelllario
ofrecil~ndole su cirujano; pero Odonell no acep-
tó esta of~;rta, manifestándole su recollocil1lien-
to á tan fina alencion. Aunque la herida del Ge-
neral espaüol cortó el proyecto, por el cual qui-
zá hubiera (Iuedauo por aquella parte limpia de
enemigos Cataluüa hasla Figueras, inclusa Ge-
rona, proporcionó á la misma division victorio-
sa que l'egrc!;;¡ha por San Hilario J Vich y Man-
resa á la línea Jel LlobregaL, lIna nueva oca"ion
ele dislinguirse á las órdenes del Marqués de
Cam po verde J q Il e se ha bia e DCa rga do de su
mando. Informados los franceses de que la villa
de PuigccrLLí era el punto por donde se verifica-
La la iulroullccion en su pais de nuestros géne-
l'OS coloniales, proyectaron una sorpresa para
apoderarse de un gran depósito de ellos que creian
existir allí. Al efecto hicieron velJil' de varios
puntos del interior tres batallones de á 500 hom-
hres cada uno, y acompaiwclos de 20 gUilrdas, al
mando de] General de brigada Carean, penetra-
ron lwsta dicho pueblo, de qne se apoderaroll.
La Jivision de Campovcrde recibió á su llegada
á Capcllades orden para marchar á arrojar al ene-
migo (le PuiS'cerrH J y la ejeculó con tantil acti-
vidad y e(]cacia, que en cuatro dias se presentó
dcIaule uel enemigo J que uo (jllÍ...,o esperarla, re-
tirándose á toma r posiciol1 p o da p31'te de Lli v ia;
mas el 29 ele Setiembre, :1} quinto dia de su sa-
lida de Capellacles , Call1povel'(lt~ alacó al enemi-
go en Sallagosa, dentro ya del mismo territorio




( 146)
1810. frallces) é hizo desaparecer sus tres hatallones,


d"jando tendidos en el campo de Latalla 500
hombres, apodr~dl1dose de dos C¡¡[lOnes y de al-
gunos cellt(~nares de prisioneros, exisiendo algu-
ll[lS contribuciones en dinero y víveres, y tra-
yéndose consigo 4.000 cabez3s dr. ganado de di-
ferentes especies. Los paisanos que entraron en
Francia acompañando á la Jivision, se entregaron
á va r¡os escesos, quema n do djfere n lf~s )lllcbJ os
enemigos, ínterin los soldados pCJ'seguian á los
fra n e eses has la la s mis alas 111 uI'alias ele Mont-
luis.


En tanto que esta division se cubria de lau-
reles, no eslahan ociosas las demas del valiente
ejércilo espallUl ele CalalulIa. El Teniente Coro-
nrd Don Mariano Villa, que se hallaba á las órcl~­
nes del 13aron ele la Barre, atacó á un Latallon
enemigo que hahia pasado el Ebro por las inme-
diaciones de Flix, y mauiobró de lal moJo, que
desptlcs de haberle separado de sus barcas y
muerto l111lclw gente, obligó á 225 hombres á
rendir las armas, cntl'~ lus cuales se contahan un
Telliente Coronel, 4 Capitanes, 8 Subalternos y
un cirlljano l11i1j'0r.


El Coronel Don Agustín Sotol11i1yor atacó á
Id bayonda con unas fuerzas muy illfcriorcs IIn
campamento r¡ue teniall los encl11igos en Garcia,
los arrojó de él, Y le '1111'111(') dl'spuCS de habel'se
a¡wuerado de gran call1idad de fusiles, mochilas,
y de 300 cabezas de ganado.


El Coronel Don Jllan CIarós, que mandaba
lJlIa columna espaüola ('11 e1 Ampl1rdan, tuvo




(447 )
UIl;) accion) en la que se :lpodl'ró de un convoy 1tllO.
de mas dl' cinc lienta carros, y de dos CallOnes y
un oous q\l(~ veJlian (le Figneras á Gerona; pero
la indisciplina con que los vellcedores se aban-
donaron al pillage, dió lugfll' á que el enemigo
que lo observaba) aprovech;ll1dose de la confu-
sion y desordpl1 ) recOlulllistase cuanto habia per-
dido, á escepeion de un Teniente Coronel de ar-
tilIerla y 8 soldados prisioneros) que fue el úni-
co frulo del valor y hizarrÍa con que primera-
mente fue atacado y batido el enemigo.


Macdonald eutre tanto permanecia acanto-
nado en envera, T,írJ'f'ga y sus alrededores, me-
nos unn divisioll lte 2.500 hom!Jres c¡ue tenia ues-
tacada sobre la iZ(luicrda del Ebro p;)ra proteger
su nav('gaclül1.


El General espai101 Villacampa, que recor-
ria con su gente diversos pllntos de Ar:lgon, sa-
lió el4 de Setiembre de J\loilrcal del Campo para
Montalhan con el objeto de llamar la atencion
de las tropas de Sllclld que sitiaban á Torlosa.
En Sll marcha luvo ~ivi.'io de que 20() infantes
euemigos IlIarchaban de Mont::dhan 1)(\1''1 Eslel'-
quel; y apresurando Sil marcha COIl un h'1t::dlon
y lOO caballos, llegó á Montaloan el mismo dia
de S11 salida de Momeal. Alli supo que los 200
enemigos se dirigian á Andorra; y vivaqueaudo
en la noche del:) al ti, en el camino de Alcaüiz,
á una legua de AlcaJaz, distante otra de Mon-
taIhan, se encontró en elll1ismo dia con los cne-
mig"os, que tomando posiciones, trataron de abrir-
lit' paso á lodo trance; pero cargados impetuosa-




(448 )
1R1O. mente por los espaüoles, tuvieron que rendirse


tlespues de una obstinada defensa J sin que se
sal yase uno solo.


El :Ylur<lues de Campoverde, que de resultas
de la herida del Gener;]} Odonell) había toma.
do el mando del ejército de Calaluüa, le tenia tan
bien distribuido, que resguardando toda la parte
de levante del Principado, amenazaba el flanco
iz(plÍerdo del enemigo en cualquier avance que
empremliese por el camino de Barcelona. El pri-
mer tercio del lTles de Setiembre se pasó en oh-
servarse rec1procarncnle ambos ejércitos, y las
operaciones del de Macdonald se redujeron á sa-
quear y robar los pueblos en el radio de tres á
cuatro leguas del punto céntrico de qlle no osaban
alejarse los franceses por tcmor de ser alncados
por los espaüoles; pero la falta lle recursos que ya
empe~aba Lt esperimeniar, y la lIC'cesidad de pro.
teger un convoy que deJúa dirigirse ú Barcelona,
y el ,:ue indudablemente sin la vrcsencia de su
ejéróLo iba á caer en poder de los cspaüoles,
comprüllletit~n(lo la cO!lscrvaeion de aquella pla-
za, decidieron ;i Macclouald á emprender su mar-
cha ldcia aquclla ciudall. Causado del estorbo flue
le resultaba de tener siempre sobre su flanco iz.
(luie rdo la di vision.cle Ca m po verde, situada en tre
Sanahuja y Bibelles .. se dirigió con todas sus fuer-
zas, (IlIe eran triplicadas que las de aqllel, con
idea de envolverle, enviando una division por
Pons, otra por Guisona sobre Tona, mienlras que
adelantaba por el centro sobre Sanahuja. Este
movimiento obligó á lo:> espaüolcs á retirarse á




(449)
Solsona; pero habiéndole continuado los enemi- 1810.
gas en el mismo sentido, tuvieron que aproxi-
marse á Cardona, en cuyas inmediaciones toma-
ron posiciones ventajosas, no habiendo tenido en
su marcha retrógada la menor pérdida ni de hom-
bres, ni de víveres. Los enemigos entraron en Sol.
60na el dia 19, Y durante la noche incendiaron su
catedral, cuyas campanas precipitadas desde lo
alto entre iumensas ruinas, causaron un ruido
espantoso.


El 2l de Octullrc las tropas españolas fueron
fitacadas en sus posiciones delante de Cardona
¡)Dr el ej{~l'ci(o enl'migo) que no solo fue recha-
:Z~ldo en los repetidos y vigorosos ataques que in·
trlltó, sino perseguido por el espacio (le mas de
legua y media de distancia, causándole una pér-
dIda considerable, consistiendo íll1icamente la de
los cspailOles en cinco soldados y dos caballos
mucrtos, J' 33 soldados heridos, á pesar de haber
8H10 los enemigos arrojados á la bayoneta de los
apostadcros que protegian sus ataques. El Gene-
nI en gefc cncmigo , yicndo el mal éxito de su
tentatIva, yolvió á Agramunt abandonando á Sol-
hODa, donde cometió las mayores atrocidades; y
Jos espaüolcs le persiguieron constantemente co-
locándose de nucY'O en sus inmediaciones. Desde
entonces los franceses se ocuparon en destacar
diviSIOnes en distintas direcciones, las que ha-
óan volver inmediatamente: movimientos todos
;;"ipdüs á ..:omprc';;""'("r ;¡ l.)~ espaf¡oles en un


1, ,; 1 I,:"':"":"'~' :¡ \Jenti"jas clue de-




(450 )
1810. El General Obispo, situado en la linea del


Llobregnt para conlcucr, estrechar, é incomodar
la guarnicion de Barcelona) hizo un ¡wquciJo reco-
nocimiento el 7 sobre esta plazn COl! sus guerri-
llas, logrando sorprender y hacer prisiclncra la
gran guardia que el enemigo tenia en el punto
llamado la Cruz-cuoierta, compuesta de un Ca-
pitan y 45 hombres, sin contar los 'luC (plcclaroll
tendidos en el campo.


El día 25 ¡'('pi lió la misma [u 11 cioll con i gllal
(~xito, matando cinco hombres, y cogienuo 37
soldados, un Capitan y un tamhor. En el mismo
dia dispuso Obispo qll'~ loda Sll di\ision nvanzase
hasta las faldus de la montal~a cld castillo (le
l\1oniuí, y que formada en b,¡[;¡lb ,1 ia vista de
J3arcdona, y bajo el flleso de} Ca!lOll enemigo,
(Iue dis¡¡urabn sin cc:-ar desde la plaza y castillo,
prestase el solemlle jllr;lIlwlllo de ohcdiellCirt y
fidelidad ,í las Cortes, cuyo acto ~e cclchr,) con
triple s,lha y repelillas áclamaciones al Rey Fer-
nanJo VII) sin C¡1H: el illlllil}('nle pcli¡;ro á (ple
estaba e~pllcslO, Il¡¡Líese alterado cn lu mas mini-
1110 la :Il('sría y el CIÜliSiélSlllO del 50Id'1(10. Dcs-
pues de cOllcluida (',;ta cei'emoui;¡, cdcbra(la de
Illl mo(lo tan milil;]!' J' heníico, la benemérita
divisiolJ de Obi~p() CllI prenuió su retirarla con el
mayor ól'uen, siu (111(; los enemigos atónitos osa-
sen salir en su S('gtl¡I~1i(,lllO,


La divisioll m~;lld,l(!¡¡ pOI' el Baron de 1':1'01c5
alcanzó lIua brillante vicloria ,~ül)re el cn,~migo
el 18 de Octubre, La posicioll ca qllC se kdbha
sohre Darnius) incomudaba sobt'('ll1~ncra á los




(451)
fl'nncescs en ]a conc1uccioll de sus COIH'Oycs; y 1810.
con el {in de dcsalojnrla de ella y de protegel' t;!l
tránsito de un convoy (pIe estaba ya en camino ...
reunieron lodas sus fuerzas, aumentadas COll mas
de 1.000 paisanos roselloneses; pero el Daron,
110Licioso UC e~ta reunian.> los (~ngniió con una re-
tirada falsa que mauuó emprender á Ulln parte de
Sil gente sobre Llorona, mientras qnc él Con una
COlllralll.1rchn se U('jó cner sobre el camino real.
No tardó mucho en prcsclll,lI'se e} COllVOy, del
que se apoderó del todo, des pues ue haller deja-
do en el siLio 5 oficiales enemigos, 250 soldados,
y hecho prisioneros otros dos de lüs primeros y
73 de los segundos, sin mas pérdida que la de
haJ)(~r sido herido de un hnyonctazo el mi~mo
13aron y un soldado. La desproporcioll de muertos
en esta accíon procede de la tenncidarl con que se
defclldieron los enemigos, y tld brio y villor con
que cayeron sobre ellos los ln'lsares tle San Narciso
y demas tropas, no tL11Hloles lugnr á recollocerse.


Este descalabro irritó á los enemigos, y trala-
ron de vengnrse. Al efecto, el GCl}(~ral Collier
reunió en Lladú 2.000 infantes y 100 caballos,
para ataenr al Daron ell Tort.dlá, á donde se habia
retirado dC'~r\lcs de la accioll del 18; mas saDe-
dor este tle tollo, lomó la resolución de prevellir-
se, allllcl'lC ]a milnd inferior en fuerzas, y con el
c~travío adl'll1as (lel Datilllon de los almogahares
(lIle se separú l'11 la marcha forzaJa (lue empren-
d¡~') en la noche tlel ~O al 21 para atacarlos en su
mi"ma posiciono Ko pudo veriucado Con taulo si-
gilo 1ue el enemigo no tuviese conocimiento tle




(452)
1t!10. ello, en términos que cuando llegó á avistarse


con él) le encontró no solo en disposicion de re-
sistirle, sino de atacarle, lo (lue ejecutó por tres
veces; pero fue tanto el brio y valor de los espa.
iIoIes, r¡ue dcspucs de rechazarle, le obligaron á
emprender una vergonzosa fuga, abaudonando
fusiles y mochilas, sin que fuese posible á sus gc.
fes detencr á los fugitivos hasta las mismas mu-
rallas de Figueras.


Irrilauos los espailOlcs de haber visto pasar
por las armas á un paisano, no (tieron cllarlel en
esta ocasion, de modo que solo se hicieron pri-
sioneros un Oficial, 3 sargentos, y 4 solJaJos. El
cansancio de la tropa que en marchas y contra-
marchas habia hecho en 5 días 60 horas de ca-
millo, nO permitió seguir el alcance (lel enemi-
go. Esta gloriosa accion no costó mas (pIe dos
muertos y 7 heridos.


Mientras que el ejércitoespaüol se batía con
tanto hOl1Gr en los diversos puntosqlle oCl1pabn,
unos 200 hombres, á las órJenes del Tellit~nlc
Coronel Oronnan, se embarcaron en las fl'il"atas i?
inglesas la Cambrian y la Voluntaria, y corrien-
Jo las costas de levante deslle Bosas arriba, hi-
cieron varios desembarcos en la Selva, Catlaqu{·s
y Llanza , destruyendo las baterías que habia es-
tablecido el enemigo para proteger su comercio
costanero, y recogicllelo las contrihuciones que
·d.os años lwcia no pagaban aClucllos pueblos, y
adcmas<liferenles artículos Je víveres pertene-
cientes al enemigo.


Entre tanto el General Bassccou!'t, á la ca!;;;·




(453 )
r;a de 7.000 infantes y 500 caballos, avanzó cl13 ltll0.
de Noviembre hasta V 1l1ar-oz con Jesignio de so-
correr á Tortosa. Suchet partió rápidamente el
15 para Ulldecolla con 4.500 hombres; mas á su
aproximacion Bassecourt se replegó sobre PeüÍs-
cola. El 25 se puso .este en. movimiento en tres
columnas: la dd centro, que fue la que llrg¡J Ill'i-
mero á UndcCODa, alac~ á los enemigos DI ama-
necer del 26, á pesar de no haberse presentado
Qun las de la dcrcdw é izquierJa. Los franceses
se vieron arrollados en vario:; puntos dentro tl~
las calles y caseríos de Ulldecona, y el fuego era
vivÍsimo; mas viendo el General espailOl que las
otras Jos culumnas no parecían conforme á lo
dispuesto, mal}(ló que la que se batia se retirase
á Vinaroz; pero mientras se ·hallaba esta descan-
sando en este pueblD, se l)l'escntaron de impro-
viso los enemigos y la pllsicron en completo dC:i-
órden, ret'ugiillldose á PcüÍscola prccipiladol11en-
te. lnterin sllcedia esto en los camjlos de Vinaroz,
20 lanchas cailOl1eraS inglesas vinieron á amena-
z~r la torre de la Rápila, am[Jgando un desem-
barco, con el ohjeto de llamar la atel1cion por la
espalda al ejército sitiador de TOl'tosa. El Gene_
ral Arispe, que por muerte del General Laval se
hallaha encargado del silio, destacó fuerzas con-
siderables con artillería correspondiente pura
oponerse <JI desembarco que no tu vo efectoo


La .r unta de Valencia (}i"pllSO al mismo tÍpm.
po 11ue un cuerpo de ü.()/)(} hO.111L1'e5, á lag.tf'~
lleS de los Generales Villacampa yCarv,,<!~, ".
tenlase una cliversion sobre Zaragoza. El; ~ '/l",>t




( 454)
1810. el General Suchet dió órden al General polaco


Clopiuski pat'a que marchase sobre Terue! con
7.000 hombres .. y los espaüolcs, sorprcudidos en
su marcha, tu vieron que retroceder sobre dicho
pueblo, á donde el 30 de Octubre por la noche
entró Clopinski persiguiendo á Villacampa. El
General Carvajal babia salido de alli ,í las dos de
aquel mismo dia con una division de artillería,
por lo (Iue sin detenerse el enemigo en aqllella
ciudad continuó e11 su alcance :i las 12 de la no-
che. El 3l á las 11 de la mai'lana fueron alcan-
zados los españoles en la rambla dé Alven-
tasa, y despucs de defenderse algun tiempo, tu-
viel'on que cedel' á las repetidas cargas de la ca.-
ballería francesa, abandonando el calUpo al ene-
migo. EL General Clopinski condlljo á Zaragoza
los prisioneros que cogió en esta accion ,y se cm-
peiJó cn persf'gllit· al General Villacampa. El J1
de Noviembre tomó posiciones cn Fuensanla, en
la misma frontcra de Castilla, y el 12 ViUacam~
pa COn su division de 3.000 hombres oCllpaha la
espalJa del pueblo de Villcl, en cuya posicion
fue alaca(lo por el General Clorinski éÍ la cabeza
2.íOO illféllltes y 280 caballos. La accion duró lres
horas, al cabo de las cuales un movimiento qne
hizo el enemigo sobre la izquierda de los espnilO-
les, le proporcionó una gran venlaja, y aqncIlos
se retiraron onLenadamente y sin ser perseguidos.
De este modo cll,echl'on frustrados los esfuerzos
de la Junta de Valencia, que para salvar á Tor-
tosa se propuso llamar la atcncioD del enemigo
llor Valencia y Arabon.




(455 )
El Mariscal Mactlonald, á quien dej:Jl11os en 1810.


Agraml1nl, emprendió con todo su ejército ~ll
marcha ;.Í Barcelona, y continuando h~sta Gero-
lW J entró en esta plaza el lO de Noviembre, donde
dejó descansu!' á sus tropas <Jlgul1oS di¡¡s, que
ocupó en su equipo yen reemplazar' con los cons;
criptas l'ccicnvcnidos de los depósitos de Francia
las muchas baias que habia esperimentado su ejér-
cÍto en las diferentes acciones qne hemos referido;
El 22 se puso en marcha para JJarcelona con !In
convoy consídcraLlc; siendo tal el eslado (i(~ in-
surreecion del pais, que para conducir' y ells[o·-
dial' un convoy era preciso sufrir' 1<1s fa[i¡;;ls mas
cscesivas. Los soldados, agobiados con sus víve-
res J teni¡¡n (lL1e trepar por las lilas ;ísp('J";¡S colinas
para desaloiar al ca[abn (ille le ;lct,c!¡;¡ba y des-
cargaba coutra él un d¡\¡¡yio de l;;d¡¡s) mit'lltras
quc el COlHOy tCllia eple atravesar ¡t'ntamen[e por
estrechos y escarpados dcsl¡b<!('rvs, donde el
vuelco de un cano cualquiera, ti 0[1'0 acci-
dente Lle esta natLlraleza, retardaba la marcha
dias}T noches. Sin embilrgo, el COI1VO\! de fille se


{, L 1 1


habla entró illtacto en Barceloua el 25 de No-
viembre, sin eple los espalwles apostados en
sus inmediaciones hiciesen llinglll1a tentativa,
con t cuidas por la inmensa s II pe rioriJa d del cnc-
mlgo.


Aprovechando los catalanes PI tiempo que
lVhcLlollalcl (~stllVO concentrado en Lérida y Cer-
vera, lo cm¡llC¡¡rOll en estropeai' los caminos 11a-
eicmlo rnnchas corladuras, y lleniÍndolos de es-
combros, de modo tplC el ('j¡"rciln francés enCOll.




(456)
1810. traba en su tránsito á cada paso las mayores diú.


cuh.ades.
Macdonald: que por la IlccesíJad 1] ('gente do


socorrer.la guarnii.:w:, (~e barcelol13 luJ)ia dc¡a-
á.o de cooperar C0h ",uchel al 811.io defonoFt.!j
despttes de renovar la gua:n:íciou de aquella p~~.u
~a , 86 jJUso en movimiento al ie.':nediatc dla d:t
&u entrada en ella, y con marchils., no mcn09
difíciles y peaosas que las precedentes) ;.lravct .. j
el '::'oii de Sania Crisln:¡, y lOE dl:snladcrG .. dt1
LJont.illanc, J pas,muo d~;8de Falset las CSC,H'-
padas montailas, al través de las cuales corre ei
Ebro hasta cerca d~ su embocadura;. vine á ·..;ste.~
Llecer su cuartel general. en Ti ~'er "i:;, .,)b,.'c estH
mÍsmo 1'io, Una P:1l.8 de ir,s l:'O{;~.: de su e¡{'~ Ó~¡,
permaneció con el) llc~ J(.r¡¡ 3e pu~') el le L,JS"üEi~
cion de Suchet para relor.,ar los puesw:; r'v<IU~~
zados que tcuia cOlocados cerer de IH1~'rH,3t.:. :f
contener las lentativas de la;,: trop':.l,"'jiJ:.Jt·:.il,;l
del campo de Tarragona. El grueso::~i e¡ército
de Campoverde siguió los movinücnto~j de í'lac-
donald~ sin tener otro encuentro de considera ..
cion que el que sosluvo una. pegufüa SeCCíi.1!l d{~
la division del General Obispo, á 1;-,s ól'!.lclICS
de! Coronel Sarsfield, junto á los l"-lonjos, dO •. ide
se hallaba con el objeto de contener al ene'llH~;Ü
en su marcha, y de cubrir el movimlell'{\ ,¡e I'Y
do el cj(~rcito. Habiéndose rresentado la Yan~:n
dia enemiga en nlÍmero de 3.000 WfHlltcS) .•
caballos, Sarsficld formó 81'8 ~n'J',I" l;~' ll.'.:.,.
]1ara recibirle, lo epw hasto p' (': "lo 1.
migo, i~u~~~ LvL~ l~ l ~C ~¡ .... Lt~~, ,'~




(457 )
pczó éste el at:lqur con sus gucrrillas. Las tropas ISlO.
de Sarsfit>!cl consistian t'lIliCélmcnte en el regi-
miento de Ultouia, dos cSlladrones de caballería
y varias partidas sueltas de otros cuerpos, por
C!lya cau~a mandó cJlIe se retirasen; pero habien.
do sillo ataca da vi gorosa mcn te s u reta gu ardia
por dos escuadrones d(~ cahallería francesa, fue-
ron tan bien recibirlos por los coraceros españo-
les, ([!le desp!lcs de hnbedr:s hecho sufrir una
gran (!errola, tllvieron (llle retirarse precipitada-
mente, sin atreverse á incomodar mas á los es-
paüolcs.


El ejército esrailol de Cataluila se hallaba á
esta S8ZOll distribuido de este lllO<lO. Una divi-
sion de 8.000 hombres, á las inlllediatas órdenes
de Campovel'lle, estaba (lestinalla á obrar contra
los franceses en la orilla izquierda del Ebro en
union con otra al mando del General Iranzo,
compuesta dc dos batallones Je .illfanle1'1a y 700
caba llos. EsLas tropas) situaclns en V alls, y en
];¡s gnl';;allla., de los pasos que conducen á sus
lLinos, dcbian oponer'se á In bajada de :~\Iacdo­
nalel ai campo de Tat'l'agona, si la intentase, Ó
illlllHLr Irallzo con su cahalleria, en el caso de
qne tslc aballdonase sus posiciones, la llanura
de Urgel, mientras que Campoverde, con el res-
to (le las tropas) marchase sobrc la posicion de
Falsct.


La tercera di vi~ion, ,í las órclell es del Gene-
ral Obispo, que con la dcnominr!c.ion de volante
est~:ba en marcha por el Llobregnt, no debia te-
llt'r plllJlO fijo, silla obral' en cualquiera sentido


TO'10 11. 58




(458 )
1810. que pudiese dar recelos al enemigo, así como in-


comodar á este en todas sus comunicaciones v
, "


oponerse á CUillqniera operacíon que pudiese em-
prender la guarnicion de Barcelona, ó las fuer-
zas francesas del Ampunlan, debiendo ser en
caso de necesidad su punto de relirada l\1onlser-
rat y Cardona.


Tal era el sistema adoptado 1)01' Campoverde,
cuando en 13 dc Diciembre ~Iacclonald COIl tojo sn
ejército tomó la direccion por Prades, Cornudella
y Mansos de Mora á Ginesta, estableciéndose en la
llanura que ~1a'y entl'e esLe úlLimo pueblo y Tivi-
sao Para proteger este movimiento el GCllel':ll Sll-
chet hizo adelantar una di vision sohre Falset J la
que se corría por su derecha á mellida que llega-
ba el otro, con el fin de interceptar la comunica-
cion de los espaüoles con la plaza de Tortosa,
intentando cortar la reliracla á llll destacamento
español de la guaruicion ue aqllella, fIlie se ha-
llaba apostado en el coll (le Alba, el que ataca-
do por el enemigo, supo burlar tOllas las medi-
das, retirándose:': la plaza de~pl1es de una glorio-
sa defensa, que costó á Macdonald mas uc 400
hombres. Mas desde este momento CInceló cerra-
da á los españoles toda comnnicacion con la pla-
za, y dos convoyes de víveres, que estahan en
camino para ella, el uno por mar y el otro por
tierra, tuvieron que retroceder, aunque una pe-
queña parle de este último enlró en Tortosa,
salvándose felizmente la otra parte.


En la misma maüana en quc el ejército de
l\1acdonald abandonó á Mont-blanc) el General




( 459)
Iranzo ocupó dicho pueLlo, y la division de Cam- 1810.
povenle marchó sobre RilHlecols, ocupando con
fuertes avanzadas el coll de Irlas y el de Alforxa.
l\lacdollald, reforzado con una division de 4.000
hombres de las tropas de Suchet, se situó en po-
siciones inatacables, en el terreno que media
desde Ginesta por el coll de Alba hasta el Ebro,
en cuya orilla izquierda se apoyó. Campoverde
n:ltla podia emprender contra é1l)or el corto nú-
luero de sus fuerzas.


El Bafon de Erales, que por entonces ocupa-
lJa á Olot, supo que las tropas enemigas que se
hallahan á las órdenes del Gobernador de Gero-
na I3aragues d'ITilaire, trataban de sorprenderle,
y no pudiendo con el carla llllmero de su gente
uefcuucl'se en su posicion, se retiró á la falda de
la suhida del Grau en la noche deI 5 a16, á ticm-
po que los enemigos, que venían á atacarle, se
lwl1ahan ya á la vista. Sus guerrillas tuvieron
varios encuentros con los franceses) los cuales
permanecieron en Olot hasta la mañana del 8, en
(jUC marcharon á ocupar de nuevo sus antiguas
posicioncs en Besalú. El aviso de esta retirada
ll(~gó al campo del 13a1'on en el acto en que sus
tropas iban á repartir el rancho, el cual abando-
naron; y por un movimiento espontáneo y uni-
versal, marcharon en persecucion del eJlemigo
con tal rapidez, que á pesar de hallarse éste ya
á cinco cuartos de lcgua de distancia, le ulcan-
zaron eH Castellfollit y le atacaron con tal valor,
quc alTollaron su vanguardia poniéndola cn hui-
da. Los cspaüoles slgUleroll el alcancc j pero al




(460 )
HIlO. salir de los pasos escabrosos, se encont.raron COn


el grueso de la division enemiga, que sostcl.1i,la
por su caballería y artillería, bahia totuado posi-
cion en el llano de Poli(;f'. A pesar tle <pIe el f13.
rOn carecia de estas dos armas, pues que solo 20
11úsares de San Narciso hablan pouluo seguirle
en]a celcl'iJad de su marcha, despreciando la
superioridad del enemi¡;o, no vaciló en atacarle
en Sil posicion, y arroj:índole de una en otra, le
persiguió hasta mas allá de TIcsahí, La noche y
el cansancio terminaron esta gloriosa funcion, y
el Baron, contento con haber muerto mas de 300
enemigos, herido 500 y hecho 10 prisioneros, se
restituyó triunfante á Olot á dar el deLido des-
canso á sus tropas, que 50]0 tuvieron la pér-
dida de un Oficial y 24 soldados muertos, 4
Oficiales y 55 soldados heridos. El número de
franceses prisioneros l]llC se hicieron en esta
3ccion fu.e tan corto J PClI'lF1C in¡)JlJidos de (¡ue
no se les daba cuartel, preferían precipitarse
por los barrancos y peitas á enlregarse á tlis-
CreClOn,


La imposibilidad en qne se hallaba á la saZOll
el ejército espai101 de socorrer á Tortosa, cUJo
sitio empezaba Suchet ;Í ndelautar con e1* mayo!'
vigor) y de atacar con buen éxito ,i Macuollalcl,
que le cortaba toda comnnicacion con a(]llclla
plaza, unido á la circunstancia (pJe hemos indi-
cado ya, de haberse tenido que retirar á TaI'I'a-
gona para curarse de su herida el General Odo-
ne11 J depositando el manila en gcfe en el 1\1ar-
(lUÓS de Campoverde, desalentó sobremanera al




( 1(;í )
ej¿'rcilo esp:1iwl uc C"lalllüa. Campover(le, de- 1~10.
seoso de aentar con los medios 'lile en tan crí-
ticas Cil'CllllstallcÍas deberian adoptarse, convocó
un consejo ,te generales, en que se trató tIe 108
mas convenielltes, y en él se acordú la ocupa-
cíon de "C rgcl , y la sorpresa de los destacamen-
tos enemigos que guarnecian ac[uel país. La cje-
cucion de esta arriesgada operacion se encargó
al Brigadier Don Bartolomé Georget, el que en
efeclo ,:;alió de l\1onl-blauch en la noche del 2 al
3 (le Enero, y el pesar Lid tel1lporal de frjo y nie-
ves, sorprendió, al rayar el dia, con ulla colum-
na de 673 caballos y otros tantos infantes, al
enemigo eH el acto de em pezar á formarse; y sin
emhargo de la superioridad numérica de éste,
luvo que ceder al arrojo de los espaüoles, po-
niénuose en precipilada fuga, y dejando en su
poder 200 pri!>ioneros , con muchos muertos en
el campo. Es!a ventaja exaltó de tell suerte el
ánimo de los soldados, que se arrojaron a perse-
guir á los enemigos, sin qnc estos) en dos veces
que lograron formarse, pudiesen conlellcrlos,
siendo siempre deshechos, hasta qu~ á la terce-
ra, reforzados por un trozo de caballería, car-
garon sobre los espailoles, (lU(~ fatigados por lan
larga marcha y reiterados encuentros, tuvieron
que ceder y retirarse, quedando prisionero el
:Brigadier Georget, y rescaLados por el euemigo
los que anteriormenle les hahian cogido los es-
paüoles. Estos tu vieron 7 O caballos muertos J
queJando en medio del enemigo, por la retirada
de la caballería, el batallon ele infantería espe-




(AG2)
1810. dicio'aario con su Comandante Don Juan Orrían


y Maimo, á cuya presencia ~te espíritu se debió
el que, forrnando éste dos sólidos, y protegién-
dose estos alterllatÍvan1cntc, pudiese retirarse sin
mas pérdida 'lue la de cinco prisioneros, ocho
muertos y treinta y ocho heridos, á pesar de ha-
ber sido perseguido vivamente por espacio de
mas de legua y merlín por 70 caballos enemigos.
El dcmasiado ,u'dor de los soldados, y la sobra-
da confianza (lel Gefc que los mandaha~ malogra-
ron esta espedi.cion.


En este mismo dia, y cuando el ejército de Ca.
talurla conservaba aun bastante buen espíritu yen.
tusiasmo, se recibió la no esperarla noticia de la
rendicion de Tortosa, por cuya conservacion sc
habian hecho todos cslos movi.mientos. Esta plaza,
bañada por el Ebro, y colocada en una cadena
de montaiIas, está circundatb por Ull recinto
amurallado, del que una parle descalJsa sohre un
llano, y la otra se eleva sobre colinas de grani-
to de cerca de 200 pies ue alto. La plaza tiene
por re(luctos un antiguo castillo sobre una roca
elevada. Suchet, auxiliado por el ejército de Mac-
donald, embistió formalmente á T01'tosa el 15 de
Diciembre. Abierta la trinchera en la noche del
20 al 21, continuaron los trabajos con la mayor
activirlad á pesar ue las seis salidas r¡ue hizo la
guarnicion para interrumpirlos. El sitiador diri-
gió un ataque falso al fuerte de OrIcans J otro de
la misma clase á la cabeza del puente sobre la
márgen derecha del Ebro J y el verdadero en la
prolongacion de la iZfluierda de este rio al ba-




(463)
luarte del centro. Los pro~l'csos del sitiador fuc- 1810.
ron mny l',í[li¡}o~, logrando coronar el camillo
cuLierlo antes del 29, en cuyo lEa hizo romper
el [llego á diez Laterías contra la plaza, oLligan-
do el 30 ,í. los espailoles á evacual' la cabeza del
puente, desplles de destruida por los fuegos de
la artillería. En la noche del mismo dia se veri-
ficó la hajada y paso del foso en la direccion del
punto principal de atafIue, sin embargo de los
esfuerzos de la gual'l1icion, qne consiguió alguua
vez desalojar á los trabaiadül'es y destruir algll-
nos de sus líliles, teniendo que cedel" al fin á los
esfuerzos del sil iaLlol', cuyos minadores queda-
ron ya aplicados allllllt'O. Los francescsempezaron
á trabajar en la contra-esc:1rpa la batería de brecha,
y bien pronto se hallaron practicables dos bre-
chas} y las minas en disposicion de volarse. Los
sitiadores Lleseaban ¡]nr el asalto; pero un pabe-
lIon Llallco enarholado en la pJaza á las 10 de
la maüana por mandado del Brigadier Conde de
AlacIw) que pOI" indisposicion del de igual clase
Don Manuel Vclasco hacia de Gobernado!"} hizo
que se suspendiese el fuego _' pasando dos Oficia-
les espailOlt~s al campo enemigo á proponer á Sll-
chet á nomhre del Conde de Alacha, ulla sus-
pension de armas pOI" quince dias, al cabo de los
cuales se rendiria la plaza si no fuese socorrida,
y su gnarnicion se retiraria ,i Tarragona con ar-
mas, bagages y cuatro piezas de artillería. Suchet
desechó estas proposiciones, y dispuso que un
Ayudante suyo acompaüase á los parlamentario~
para proponer al Gobernador la rendicion de




(4G1)
1f\10. la pIna, enlreg;í.nrlose la gllarnicion pnSlOnera


de guerra, y siendo condllcida ,i Francia. Al mis-
mo tiempo (Ille se hacian estas proposiciones
rompieron (le nuevo el fuego en la noche del 1
al 2 las baterías de brecha, y en el espacio de
siete horas tenían dos practic<lbles para doce
hombres de frente. Trcs pabellones blan('os fue la
señal (le peJi¡' la plaza segunJa vez capilulacion;
mas Suchct hace cOlltinuar el fuego, y e.\.igc por
preliminar ([UC se le cnll'egue uno de los fuerles,
para evitar Ulla sorpresa y asegurar su viClo-
ria. La confusion, el desórden y la indisciplina
se apoderaron de la guarllicion en estos momen-
tos críticos, é ÍnLerin se Consume el liempo en
contestaciones sin convenirse en capilulacion al-
gun~, el General Suchet, seguido de algunos de
los suyos, se adelanta con direccion :d castillo J
intima ;t las centinelas que le dejen ¡wllctral' en
él, Y manda al Oficial de la guardia le conduzca
:i la presencia del Gobernador. Permílesele la
entratla por un efl?cto sin tllllla lle aturdimiento,
coronan al mismo tiempo las hrechas los grana-
deros frances8s, su General manifiesta la impa-
ciencia ue los solJa(los por el asalto ~ amenaza
con pasar á cuchillo la gual'l1icion de la plaza, y
dicta él mismo una corta capilulacion quc firma
sobre un cnñon, por la quc quctlan rendidos á
tliscrecion 7.000 hombres con su Gobernador
Conde de Alacha. Los olros fucrtes abren igual-
mente sus puertas despl1es de una ligera oposicion
que se manifestó es¡wcialmcnte por parte del co-
mandante del de la Tenaza. Las tropas frances311




(465)
ocuparon la ciudad, y la guarnicioll española, 18tO.
despues de entregadas las armas, evacuó la plaza
diri aiéndose sobre Gerta, desue donde fue con-


o
duciJa á Francia.


Los sitiados tiraron 20.000 cañonazos .en los
seis meses de medio bloqueo, 13 días de sitio,
13 horas de trinchera abierta, y cinco días de
continuo fuego.


Este golpe fue de los mas fllnestos á la causa
ae Espa¡-w J terminándose con él la tercera cam-
paña. Los catalanes espcraban ver renovada en
Tortosa la gloriosa defensa de Hostalrich, y emu-
lada la de la inmortal Gerona; por lo que al ar-
ribo de esta fat.al noticia, el Ma"(!ués de Campo-
verde hizo convocar l~n Tarragona un consejo de
Oficiales generales, el cllal des pues de haber to-
mado en cOllsideracion la conducla del Goberna-
dor de TOl'losa, Brigadicr Conde de Alacha, le
declaró traidor á la patria, y como tal reo de
muerte, la <lue inmediatamente se ejecutó con la
mayor publiciuad en su estátua.


No obstanLe, pasada al]llella primera eferves4
cencia, en que el pueblo generalmeute calificaba
ele traiciones todos los reveses de la fortuna el


I


COliGe de Alacha i lIstifieó plenamente su conduc-
ta, horraudo la nota ele infamia v de traicion


01


afecta á /ill nombre por la decision del consejo de
Gen era I es ce lebra do en Ta na gona.


Con la rentlicion de esta plaza terminó la
tercera campaila, la mas iufallsta, sin duda, de
las siete que la Nacioll espailola sostuvo en esta
memorable guerra. En toda ella los ejércitos es-


TOMO 11. 59




1810.
(466)


pañoles fueron batidos en casi todos los, punto",
por las fuerzas gigantescas con que' los atacaron
los franceses; en ella el ejército anglo-lusitano
se vió reducido á atrincherarse en las inmedia-
ciones de Lisboa J y en ella se perdieron las pla-
zas de Hostalrich , Lél'ida, Mequinenza, Almei-
da, Ciudad-Rodrigo y Tortosa; pero las mismas
victorias del enemjgo puede decirse que contri-
buyeron á su ruina, porque esparciéndose por
la circunferencia de la península; y debilitado
con sus mismos triunfos, presentó á los españoles
muchos, flancos, que atacados sin cesar por los
ej ércitos y partidas de estos, le obligaron á reple-
garse' y concentrarse.


El16 de Diciembre la Regencia de España é
Indias di vidió las tropas espalio,las que militaban
en la península en seis cucrpos de ejército, en
esta forma: El de la derecha ó de Cataluüa al
mando interino del Marqués de CampoverJe ... se
denominó elLo: el 2. 0 se compuso de las tropas
que habia en Aragon y Valencia, y se puso al
mando Jel General Bassecourt: el 3. o que estaba
interinamente á las órdenes del General Freire,
lo formaron las tropas del ejército de Murcia: el
4. o al mando del General Lapcüa, bs tropas
acantonadas en la Isla de Leon, campo ue Gibral.
tar y CondaJo de Niebla: el 5. o á las órdenes del
Marqués de la Romana, las tropas del cj(~rcito de
la iZ(luierda que maniobraban en EstrenuHlura y
se hallaban empleadas en la defensa de las líneas
de Torres-veJras; y finalmente el 6. o ejáciLo, al
mando del General Maby, se formó de las tro-




( 467)
pas del de la izquierda que habian permanecido 1810.
en Asturias y Galicia.


Cada uno de estos ejércitos debiaconstar de
tres divisiones de infantería y una Ó filas de ca.
ballería, con su correspondiente artillería y trans-
portes. SeiJaláronse los distritos de cada uno, y
se mandó que las partidas de guerrilla ,compren-
didas en eUosestu viesen al mando de los res ..
pectiv05 Generales en gefe ; y asi fue :que en ade-
lante la del Empecinado llegó á ser una ,division
del 2. o, la de Don J uEan Sanchez del 5.0 , y las
de Mina -' l,onga y otras vinie,fon íi formar el 7. •
ejército ,creado en Enero de 1811, á las órdenes
del General Meadizabal.




( 468)


CAPITULO XXIV.


COÍlvoeaeion de Codeso - Eleecion de Diputados. - R~­
union de las Cortes. - Su instalaeÍon. - Esposieion de
la Regcncia. - Primeras llledidas de las Cortcs.-Pres-
tan los Regentes el juramenLo de fi(leIÍtl~(l. -Se lij~n
sus atr'ibuciolles, -Establecimiento de l~ lihertid <le jUl-
prell tao - El Obis po de Orellse 110 recollocc la soberanía
de las COJ't(~s. - Medid;" (Ille adop,tan cont,fa él. - Ha-
cen diJllision los Regentes. - NOll1hramiento de una
nueva,Regencia. - Restricciolll:'s que hace al jurar el
Marqués del Palacio. - Su arrésto y cama.-Se decreta
un mOllumento :í JOJ";;e IIJ. - I}royeclo (le forlllar una
COllsLitneio!l,-Opo,ieioll de algllll03 Dipnt<l(los. -Des-
tierro de los individuos de la pl'illlera Regcncia.-l'l'oTI-
!Iencias <lue adopta el gnhicrllo intruso de JUStr.-Convo-
ca Codes.-All1llistía.-DiyisÍon del terrÍtoI'Ío.-Guar-
dla cívica. - Juntas cl'iIJlill;des. - Yalol' dd OIJis¡JO au-
xiliar de Madrid. - Ex.hol'hilantes cOlltribuciones. -
Azall7:a, Emhaja(lor en París. - Estauo de los pueLlos
dominados por los franceses.


1810. Si tantos y tan grandes eran los sacrificios qne
la Espai'Ja hacia pa ra conservar s u in d epen del1cia,
ofreciendo Sil resistencia en la parle militar un
cuadro de los mas brillantes, no era menos gran-
dioso el que presentaba por la parle políLica, re-
Lirada al último confin Jp su territorio J teniendo
al frente un ejército enemigo, sin dinero, desti-
tuida de todo auxi.lio, procllramlo organizar un
gobierno, y convocando las Cortes de la Nacion
en medio de las ruinas y del estrago de la guerra.




(469)
Los eminentes servicios que estas habinu presta- 1810.
do en lodos tiempos á los Soberanos ue EspurIa,
nlovicron al He)' Fernando á dar en Bayona , en
5 de Mayo de 1808, como ya en otra parte deja-
mos indicallo, el decreto para su convocacion en
el parage mas espeJito, para que por de pronto
se ocupasen únicamente en -proporcionar los ar-
bitrios y subsidios necesarios para atendpr á la
defensa del B.eino , quedando permanentes para
lo dvmas que plH!iese ocurrir; y autorizando á la
Junta <le gobierno que haJ)ia Jejatlo en MaJrid,
para que en cuerpo, ó sustituyéndose en uno ó
muchos indivirluos, se trasladase á parage seguro
para hacer la gllcna á los franceses, y á nombre
de S. M. ,y r('presentando su misma persona ejer.
ciese tOlhs las fUlIcioncs de la soberanía. De este
modo el Rey ocurrió sáhiamentc á que no falta-
se á la Espafla una norma fija que seguir en las
operaciones de su gobierno.


La Junla Ceillral pensó tambien en convocar
las Cortes, sea porque (luisiese dar cumplimiento
á la última voluntad del Bey manifestada desde
Bayona, que ya se habia hecho públicll por me-
dio de lailllprenta , ó sea que cediese á los cla-
mores pídl)icos; pero con tanta lentitud, que dió
lugar á llue casi todas las provincias fuesen ocu-
padas por el enemigo, no espidiendo la cil'cular
convocatoria hasta los últimos mOl11enl asde su
existencia política, en 22 de l\layo de 1809, seiJa.
lando para su instalacion el LO de Enero de 1810,
y prolongando despues esta época hasta 1. <> de
l\lal'zo del mismo año. Disuelta la Junta Central




(470)
t8tO. y confiadas las riendas del gobierno al Consejo de


Regencia, este fijó para la reu.nion de las Cortes
generales y estraordinarias el 24 de Setiembre de
t8l0 .en la Isla de Leon. La eleccion de los dipu.
tados se verificó aun en muchas <le las provil1.cias
ocupadas por el enemigo, siendo este uno de los
rasgos mas notables y característicos .del espíritu
público de la nacion, pues en medio de las con.
mociones de la guerra, se vió á muchos pueblos
COn las autoridades á la cabeza marchar á 10íf
puntos de las elecciones, y verificarse estas ínte-
rin se combatía al enemigo en sus inrnediacioncs.


El decreto de la Junta Celltrallle 29 de Enero
de 18tO llamaba á Córtes á todos los Grandes de
España, á los Prelados y á los Procuradores de
las Ciudades, y disponia que los dos ]lrimeros
estamentos deliberasen reunidos, yel último se-
parado, á imitacion de lo que sucede en Ingla-
terra , seiwlando ]os puntos de (fue habían de
tratar las Córtes, el tiempo que habian .de durar,
y las funciones que habian de ejercer. Este de-
creto, lleno de sabiduría y prevision, fue eludido
y estraviado, y 110 se logró que apareciese, á
pesar de haberse formado causa en averiguacion
de su paradero. El pal,tido dominante en Cadiz
logró asique se reuniesen únicamente los Dipu-
tados de las Ciudades y Juntas de provincia, ya
propietarios, ya suplentes, arreglándose la repre-
sentacion nacional por el número de habitantes.
El Consejo de Regeucia, por su decrelo de 4 de
Febrero de 18 LO , contribuyó tambien á una iD·
Jtovacioo no menos funesta, concediendQ re-




(471 )
presentacion en las Cortes- á los naturales de las 1810.
colonias españolas.


Verificóse al fin la instalacion de las Córtes
el 24 de Setiembre de 1810, supliéndose la re-
presentacioll de las provincias subyugadas por
el enemigo, é imposibilitadas de hacer las elec-
ciones, y la de las colonias mas distantes, con
los emigrados naturales de las mismas, residen.
tes en la Isla Gaditana, que fueron nombrados
suplentes 7 aunque con las mismas facultades y
atribuciones que los propietarios. Cuarenta y
ocho fueron los electo!"> de este modo} y Jos res.
tantes hasta ciento y cuatro fueron nombrados
por sus repectivas provincias.


J untos todos en el palacio del Consejo de Re-
gencia en la Isla de Leon, se dirigieron á la igle.
8ia parroquial por medio de la tropa de casa Real,
y del ejército acantonado cn la misma, y que se
l1allaba tendida eH el tránsito, á implorar la asis-
tencia divina por mellio de una misa de Espíritu
Santo que celebró de pontifical el Cardenal de
Scala, arzobispo de Toledo. Con anticipacion
tenia mandado la Regencia, que con el fin de
implorar del Todopoderoso luces para el Con-
grcso Nacional} sc hiciesen solemnes rogativas
por trcs dias. Durante ]a Misa, y despnes del
Evangelio, el V cuerable Ohispo de Orense Don
Pedro Quevedo hizo una Ol'acion exhortatoria,
concluitla la cnal, el Secretario de Estauo y de
Gracia y J usticin , Don Nicolás l\1arín de Sicrra,
pronunció en alta voz la fórmula de juramento,
y todos los Diputados juraron: ((La Santa lleli-




(472)
fStO. «gion católica apostólica romana, sin admitir


«otra alguna en estos reinos: conservar en su
«(integridad la Nacion espClilOla , y no omitir me-
,(dio algl1no Fara libertarla de sus injufltos opre-
«sores: conservar' á su amado Soberano el Señor
t<Don Fernando ViI todos sus dominios, y en su
«defecto á sus legítimos sliGesores , y hacer' cuan-
«tos esfuerzos fuesen posibles para sacarle del
«cautiverio y colocarle en el Trono; y desem-
«peilar fiel y legalmente el encargo qlle la NaciOIl
«había puesto á su cuiJauo, guardando las le-
«yes de España, sin periuicio de alterar, mode-
«rar y variar aquellas que exigiese el bien de la
«Nacion, )


En segllida se entonó con toda solemnidad
el himno de Veni, Sallete .s¡Jiritlls, y un Te lJellln.


COllcl uida esta ceremonia religiosa salieron
de la iglesia los Diputados y ]a Regencia, y pa-
saron al s;¡)ou de las Córtes, en cllJas gnlel'Ías
se hallaban los Embaiadores y demas in(lividuos
del cuerpo diplomático, los Gl'an(les de España,
los Oficiales Generales del ejército, las SeilOras
de Lt primera dislincion, y un inmenso gentío,
(IlIe á la entrada de los Diputados prorlllnpió en
HI'llientes vivas y aclarnaciollcs al Hey FL~rllanJo
y á la ~acio!1. El Consejo de Regencia ocupó los
cinco asientos que habia bajo del Josel, en don-
de se vela el retrato del Monarca, y á su lado
ie sentaron los Jos Secretarios de Estado que le
acompañaban, y reunían en propiedad ó inleri-
naml:'nte los cinco ministerios, á saber: Don
Euselúo de Bardaxí y Azara, Secretario Je Es-




(473)
tndo, é interino de la Guerra, non Nicül~s 1\1a- 1¡)JO.
l'ía de Sierra, 1\1 i nist1'o de Gracia y J uslicía, é
mterino de Haci~l1da y Marina.


Los Dipulado,.; se sentaroll sin preferencia al-
guna; y en seguida el Obispo, Presidente del
Consejo de Hcgcncia, pronunció un breve y elo-
cuente disclll'so en que pintó el estado de altera-
cion, desorganizacíon y confusion que reinaha
al tiempo de inst3larse, los obstáculos, al pare-
cer ilJ ven eiLJcs) q!le prcscllla ba u las circ u ns-
tancias para desempeütlr dignameute y con los
ventajosos efectos que se apetecian un encargo
tan grnvc y peligroso, y concluyó dnndo el tes-
timouio Illas irrefragable de sus sentimientos ge-
nerosos, espresnudo (ple dejaba al nr}¡itrio de
las CÚl'les de la Nacion el nOlllbramiento de Pre-
sidenle y Secretario de las mismas. Finalizado
este acto la Regcllcia se retiró dejando al Con-
greso una esposicioll pOI' escrito, firmada por
su:. cinco vocales, en los términos siguienles:


«(Sellor: los cinco individuos que componen
«el supn~mo Consejo de Hcgencia de España é
<eludias, recibieron este dificil encargo, rcalmen-
«te !-.uperior á Sil mérito y á sus fuerzas, en oca-
((sion (a[, que cllalquicra eSCllsa Ó eliJacíon en
((admitirle hllhiera traido perjuicios á la Patria;
«pero solo lo adrnitiel'on y jural'oll desempeüar-
((le segun SIlS alcances, Ínterin que junto el so-
((lemue Cougreso de las Córtcs establecia un go.
cdJÍerl10 cimcutado sobre el voto general de la
tI \aciun.


«Ha llegado este feliz momento, tan deseado
TUMO 11. 60




(474 )
1H1O. (cde todos los buenos espaiíolcs) y los individuos


((del Consejo de Regencia no pueden ruenos de
((hacerlo presente á la generalidad de sus con-
c(ciudadanos , para que tomándolo en considc-
{(racion se sirvan elegir el gobierno que juzguen
(mas adecuado al crítico estado actLlal de la
«Monarquía, que exige por instantes esta medi-
«da fU!ldamental. Isla ele Leon 21 de Setiembre
((de 1810.= Señor. =Peclro) Obispo de Orensc. =
«Francisco de Saavedra. = J¿l\11Cl' de Casta-
(ilOS. = Antonio Escailo. = Miguel de Lal'lliza-
IChal y Uribe.»


Apenas se instalaron las Córtes y nombraron
]1or su Presidente á Don Ramon Lázaro ele DOIl) y
Secretarios á Don Evaristo Perez de Castro y Don
Manuel Lujan, cuando intentando seguir el ejem-
plo de los que en 1789 concurrieron ;Í los Esta-
dos generales de Francia, y se erigieron en
Asamblea constituyente, proclamaron que la so-
heranÍa residia en las Córtes generales y esl1'ao1'-
dinaria'i que legitimamel1te representaban á la
Nacion, á pesal' de que el mismo Rey y el go-
Lierno interino en su nombre era el que les ha-
hia dado la existencia con objeto determinado.
Descosas de ostentar desde luego la prerogativa
que se habian atribuido, quisieron investir de
nuevo al Rey con el manto y la corona, procla-
mándole Rey de España, y declarando nula la
ccsion de la corona hecha en favor de Napoleon:
establecieron la separacion de los tres poderes
legislativo) ejecutivo y judicial, reservándose
en toda su estcllsion el ejercicio :ld primero) y




(475 )
lHlciendo responsables á la Nacion á los que en 1810.
ausencia del TIf'j' desempeilasen el segundo. Ha-
bilitaron por un decreto especial á la Uegencia,
á quien debían su convocacion, para que inte-
rinamente ejerciese el poder ejecutivo con con-
dicion de que viniese inmediatamente á la sala
de sus sesiones á prestar el juramento de fideli-
dad á las Córtes , con cuyo objeto se declararon
en sesion permanente, enviándola un mensage
á las doce de la noche para que estuviese preve-
nida para verificarlo. Confirmaron por entonces
todos los tribunales de justicia establecidos, y
todas las autoridades civiles y militares, y aun
hubo Diputado que pidió que esta confirmacion
se hiciese estensiva á las autoridades eclesiéls-
ticas.


Declararon igualmente la inviolabilidad de
los .Diputados , y acordaron que la Regencia re-
sidiese en donde l!ls Córtes celebrasen sus sesio.
nes y que sin permiso de las mismas no pudiese
ninguno de SllS individuos alejarse mas de una
legua. Entre doce y una de la noche se presen-
taron todos los Regentes, escepto el Presidente,
á prest:lr el juramento de fidelidad y reconoci.
miento á las Curtes.


Estas se decretaron en su segunda sesion
tlel 25 el tratamiento de Magestad con to-
dos los honores anejos á la dignidad Real; es-
tableciendo rpIC los cuerpos de Casa Real las
lliciesen el servicio, y concediendo á la actual
Urgencia y á todos los que hasta la venida del
Rey ejerciesen el poder ejecutivo, el tratamiento




(476 )
1810. de Alteza, q'le se hizo estcllsivo ignalmcnte á los


Tribunales supremos.
Se declaró como ley flluLlamcntéll la conscr-


"!lcion de la Religion católica, apostólica roma-
na, y se declararon parte integrante de la Na-
cion española todas las posesiones ulLramarinas,
haciéndolas bajo este supuesto varias concesio-
nes.


En los días sucesivos recibieron las Córtes el
homenage de la Junta de Carliz por medio de
una Diputacion, y esta corporacioll que tanto in-
flujo ejercia en el gobierno, renunció ante las
mismas sus poderes.


El Teniente General Don Mauuel de la PeiHl,
acomparHlrlo de los Generales y Gefes de los cuer-
pos reunidos en Isla de Leon, se presentó en
la barra á felicitar al Congreso; y como Capitan
General de AlldétlllcÍa prestó el j urarnento de fide-
lidad all te el llúsmo) yen la orden del dia an IIIl-
ció á su e)ército que las Córles eran la única au~
toriuad soberana en Espaüa.


El Consejo de Regencia, viendo el procede!"
de las Córtes, acordó pregllntar á estas cuáles
cran las facultades dd podcr ejecutivo que se lc
habia conferido, exigió que se demarcasen los
límites de este poder, y que se espresase la res-
ponsabilidall que se imponía al gobierno en el de-
Cl'cto del 24, Las Córlcs reunidas el 29 á las nue-
ve de la noche para fijar estas importanLes cues-
tiones, estuvieron hasta las dos de la misma en
contínuos debates, y acordaron, que Ínteriu fc.,¡,-
mahan el reglamento para el poder cjecutivo,




(477 )
usase la Regencia del poder neccsnrio p:1r:l la Je- 1t; lO,
fensa, segul'itlad y administracion uel H{'ino en
las criticas circunstancias del di;], Y (IlIe la rcs-
ponsabiliJall iUlpuesta por su decreto escluia úuj.
camente la inviolabilidad absoluta, propia de la
sagrada persona del Rey, mas no de otro ;]1-
guno.


En la sesion del 27 el Diputado Don Agustín
de Al'güelles propuso á las CÓl'tes, como un ob-
jeto de la maJor importancia, y que consideraba
preliminar á la sal vacíon de la Patria, la libertad
política de la imprenta, y propuso, que sobre
punto tan árduo 110 se ueliberase desde luego,
sino que se nombrase Ulla comision para su exá-
meno En efecto, se nombró una de once indivi-
duos, y habiendo opinado pOI' d establecimien-
to de la liberta(l de ill1prentLl, las Córtes , á pe-
iar de la oposieion de varios Diputados que le
combatieron, aprob:1ron el diclam~n, escppl uán-
uose los libelos difamatorios, los subversivos de
las leyes fundarncLtalt's de la Monarquía, y los
contrarios á la decencia y buenas costumbres.
Para entender en la censura de los escritos de-
nunciados por el poder ejecutivo, se establecia
una Junta suprema de censura de llUe\'e indivi-
duos, y otras subalternas de cinco en cada ca-
pital, debiendo dos de estos y tres de los prime-
ros ser eclesiásticos.


Para dar UIla prueba uel dcsinteres que ani.
maba A los representantes de la Nacíon, acorda-
1'011 las CÓl'tes que ninguno de sus individuos pu.
diese solicitar ni aceptar 1)a1'a sí propio ni para




( 478)
1810. olra persona empleo, pension ni condecoracion


del poder ejecutivo, ni de cualquier olro que en
adelante se constituyese, escepto a(luellos fllIe les
correspondiesen por rigorosa antigüedad ó esca-
la, ó por algull servicio eminente á la Patria,
que á juicio de las mismas CÓl'tes mereciese un
premio estraordinario.


La declaracioll de las CÓl'tes, atribuyéndose
la soberanía nacional, alarrlló las conciencias de
muchos eminentes españoles. El Ohispo de Oren-
se, que Con tanta aceptacion habia permanecido
al frente de la Regencia, se escusó á asistir con
los dei1l3s miembros de ella, como ya hemos in-
dicado, al juramento que se les exigió en la no-
che del 24, renunciando en la del 25 la presiden-
cia de la Regencia y el nombramiento de Dipu-
tado pOl' la provincia de Estl'emadura que habia
recaido en él. Las Córtes, que conocian la infle-
xibilidad de este venerable Prclndo) 1101101' del
clero español, que habia en todas ocasiones ha-
blado cllenguagc de la verdad, le admitieron la
renuncia de sus empleos en 27 ele Setiernbl'e. Ell
aquel mismo día marchó el Obispo de Orense
para Cadiz, resuclto á embarcarse para el pucr-
to ele Vigo, y á traslaflar,;e á Sil obispado á cui-
dar de sus diocesanos; mas al propio tiempo pu-
blicó una cnórgica esposicion, en (Iue rehatiendo
la soberanía que se habian abrogac1ü las Córles,
y que únicamente podia residi¡, en el calltivo Mo.
narca ó en el gobierno quc le rcpt'csentaba, de-
mostraba hasta la evidencia la nulidau de seme-
jante acto) y hacia ver la semajanza uel Cougre.




( 479)
so espailOl con la Asamblea constituyente de fran. 1810.
cia , aunque muy inferior á esta, por cuanLo Il0
había, comO ella, cmanaelo su solemlle COllYOCa-
cíon del Trono, ni las elecciones ele sus indivi-
duos eran tan legales y sin lacha. Indignadas las
Córtes con las severas reprensiones del OLispo,
tomaron este asunto en consideracion; mas á
pesar de los proyectos de violencia y de rigor
que anunciaron algunos de sus vocales, temie-
ron comprometerse por el concepto general de
virtud y de integridad del OLisjJO, y se limitaron
á prevenir en 18 de Octubre que prestase el ju-
ramento de reconocimiento y fidelidad á las Cór-
tes en concepLo de Obispo, y en manos del Ar-
zobispo de Toledo, previniéndole que en lo su-
cesivo se abstuviese de espresal' por escrito ó de
palabra especies ofensivas á la Nacion, repre-
sentada ]10r sus Diputados, á ]a que debia amar
y respetar. El Ohispo, que por 110 prestar el ju-
ramento ni reconocer la soberanía de las Córtcs,
habia renunciado ]a presidencia de la Regencia
y el cargo de Diputado, persuadido de la obli-
gacion, que como Príncipe de la Iglesia tenia de
hablar con libertad, y de sostener con constan-
cia y firmeza apostólica lo que su conciencia le
dictaba, declaró que estaba dispuesto á sufrir
todo género de sacrificios antes que prestar el jll-
ramento en los términos que exigian las Córtes;
á cuyo efecto acompañaba un papel en que espli-
caba y desenvolvia con la mayor claridad sus
ideas, reducidas á no perjudicar ni reconocer
por Soberano mas que al Rey. En su vista las




( 480)
1810. Cortes 3co1'llaron ]a det.encion del Obispo y que


se le formase causa, JanJo comision al decto al
Ministro del Consejo Carvajal; aUlltllIe cOllocien-
do despues las Cortes que en las actuaciolles ju-
diciales no podria menos de resalta!' la inocencia
de este anciano Prelado, se conformaron con que
bajo las interpretaciones y restricciones que él
mismo hahia propuesto, jurase el Obispo ante
las mismas, pronunciando la fórmula dd j ura-
mento lisa y llanamente, como se verificó en la
sesían de.3 de Febrero de 1811.


Sí "las ideas del Presidente de la Regencia
eran poco favorables á los planes gue empeza-
ban á desenvolverse en las nuevas Có,'tes espa-
ñolas, no lo eran mellOS las de los otros cuatro
individuos de la misma Saavedl'a, Caslaüüs, Es-
cailO y Lanlizabal, á quien mas alldallle vere-
mos objeto (le su perseeLicion. Los Reg(~lltes, al
considerar el rumho que segllía la rcprcsclltacioll
nacional, se vieron en la precision de hacer di-
misio n de SIlS destinos, y las Córtes se la admi-
tieron desde lllego, tratando tle elegir una nueva
Regencia, compuesta en parte de elementos su-
yos; y en una sesion secreta que duró desde las
siele de la tarde del 26 de Octubre hasta las tres
y mCllia (le la mañana del 27 ) fucl'on nomhrados
Regentes Don Joaquín Blacke, General en gr:fe
del ej(~reito del celltro; Don Gabriel Cisc;]r, Ge-
fe de escuadra y Gohernador de la plaza de Car-
tagcna, y el Capitan de frag;¡ta Don Pl'dl'o Agar,
Director general de la Academi<.l de gu:.tl'uias ma-
rinas; mas como Blacke y Ciscar se hallasen ausen-




(481 )
te,'!, descmpeñan(10 sus respectivos ucstinos, se 1810.
nombraron para suplirlos á Don José María Puig
y al Maqllés ue Palacio. La nne,'a Regencia,
compuesta de estos dos individuos y del propie-
tario Don Pedro Agat' , se presentó el 28 de Oc-
tubre en el salon de las Có,rles para prestar el
juramento prevcniclo. A;;ar le prestó en la fOl'lna
estahlecida; mas el Marqués de Palacio, que le
seguia, dijo que jl1raha y reconocia la soberanía,
sin perjuicio de 108 t1llldlOS juramentos que tenia
prestados al R,~y Don Fernando VII. Illdignados
Jos Diputallos al oir proferir una esprcsioll que
creian tan Ofl:lIsiva á la soberanía que tanlo de-
clamaban, se levantan, exigen que el Marqués
jure y reconozca la soberanía del Congreso pura
y lisamente, se repite la lectnra de la fórmula
del juramento; mas el Marqués con toda sereni-
dad contesta eple el asunto es delicado}' (le con-
ciencia,}' q!le él no se negaha á prestar el jura-
mento; mas que pal'a trancluilizar la suya le pa-
recia indispensable ]¡aCCl' arfuella alllpliacion.
Enlonces muchos Diputados, dirigidos por Argüc-
lles, pillen la slIspel1sion del acto, hacen salir al
l\Iarcllli>s á la burra, pide éste la palabra para jus-
tificarse, se le niega, y en seguida presLa Puig
el juramento segun la fórmula, y toma lugar bao
jo del sólio con el Presidente del Congreso yel
Uegente Agar. En vano el Marqués de Palacio
intenta desde la barra justiflcal' su restriccion,
apenas se le deja continuar; acord,indose, casi
por unanimidad, que se le escluyese del COllgre-
so: el ~1ar(Iués insiste en fiue se le permita ha-


TOMO 11. 61




( 482)
1810. Llar; pero el Presidente de las CÓl'tes le contesta


en eslos términos: « S. M. no tiene á bien oir
l¡ mas al Mal"f[ués de Pa laeio) y le manda (¡ue se
" retire. » Apenas habia salido dd Congreso, el
Diputado Capmani hace presente que conviene
asegurar su persona, se dirise apresuradamen-
te á la puerta para tIlle se le detenga, y se
decreta su arresto por de pronto en el cuerpo
de Guanlias Je Corps del Congreso. Algunos
Diputados piden <lile se declare la SCSÍOIl per-
manente hasta Jetermiuar acerca del Mal'(lués,
y nombrar la persona que le rce111 plazase; pe-
ro como la sesioll habia durado desde las diez
de la mañana hasLa las seis de la tarde, se S1IS-
peudió para continuarla á las nueve de aquella
misma noche. En ella, despnes de grandes de-
bales en (lue alguuos Diputados que pintahan
al l\far<lués como reo de lesa-Nacion J profirie-
ron los discULiOS mas veIH'l11cntcs J se declaró
que el Marqués de Palacio habia perdiJo la con-
fianza ele la Nacion, y que en su consecuencia
debia inmediatamente nombrarse otro para ocu-
palo interinamente la plaza de J{pgc;lle. El Mar-
qués, que desde el principio de la seslcn habia
sido colocado en un aposento húmedo, obtuvo á
ruego de algunos Dipulaclos el ser trasladado á
su casa y permanecer en ella bajo palabra de 110-
nor, y con centinela de vista. En aquella misma
noche las C()rtes en sesion secreta nOlllbraron
por He gente interinu, hasta la llegada de D\;'¡cke,
:.11 M<trqués de Castelar, quien despucs de ha-
ber prestaJo el juramento prescrito por las mis-




(483 )
mas, fue puesto en poscsion de Sil deslino. 1810.


Las Cortes, que creían vulnerada 511 sobe-
ranía COIl la reslriccion del Marqués de Pa-
lacio, dccre!arOll que éste había penlido iguill-
mente la confianza de la Nacion para ('jercer el
cargo de Capitan gpneral del Reino de Aragon
que se le habia conferitlo.


En 3 de N ovicmbl'e se nombró en sesion se-
creta una Junta de nueve Ministros de los Con-
sejos supremos y alglllJos cclcsi:isticos, para qne
entendiesen en la formacioll de causa al Jlar({ués,
0,)'c11(10 al Fiscal del Consejo de Castilla, y con-
sultando COIl lus Cortes la sentencia.


Los Hegentcs, (lile habian entregado las rien-
das del poder por uo ser de la misma opinion
que el Congreso, fueron altamente :1criminados
en las Córtes , en las que despues de muchos de-
bates y discordes pareceres, se acordó que la
RC3cncja pl'cscnlnse á 1.1s mlsmns d{'ntro del tér-
mino de dos meses una esposicion en que diese
cuenta de las operaciones dd tiempo de su aJ-
minisrracion, con la esp(~ci(lcacion uccesaria pa-
ra palIer ser juzgados,


En la se5ion Jd 19 las CÓl'tes, por aclama-
cion, uecl'ct:1ron ]a err>cclon de un monumento
al Bey de InglaLcna Jorge lII, en reconocimien-
to de los socorros que prestaba á la Nacion es-
pailo!a.


En 1. o de Diciembre mandaron se suspendie-
se la pl'ovisioll de todas las piezas eclesiásticas,
y (pie sus rentas se aplicasen al tesoro público.
Al dia siguiente prohibieron con un Jecreto boja




(484 )
1810. pena de nu1idad la prOVlSlOll de todos los em-


pleos civiles, eclesi,ísticos y mililarcs) vacantes
en pais ocupado por el enemigo.


En los dias consecutivos continuaron decre-
taudo otras medidas lp.gislativas, h<lsta que en
la sesion del 8 de Diciembre el Diputado Olive-
ros hizo la pl'oposicion de que sc empezase á Ira-
tal' de la Conslitucion política de la Monarquía.
El Diputado Ostolaza se opuso á que se oCllpase
el tiempo en otra cosa que en gllCl'ra y }¡aeicuda,
objetos indicados por el ll1i~mo cauti.vo Monal'ca:
apoyáronle al gunos Diputados; pero otros varios)
y entre ellos Argüelles, insistieron en la COBve-
nicucia de que se emprendiese la ohra; y en efec-
to, las Córtes nombra rOl: una Comision ele ocho
indivi(luos, para que con presencia ele los Lraba-
jos preparados por la Junta Central, presentase
un lwoyecto ele Constitucion, y ofrecieron lIn
premio al autor de la mejor memoria sohre ('l1a~
señalando para la aumision de estas un plazo
hasta el 19 ele l\brzo ud año próximo.


N omLral'on asimismo uifercntcs comisiones
l)flT'a la reforma de la Legislacion civil y crimi-
nal, para el arreglo ele Hacienda y de la Instruc-
eion pública J y para el fomento elel comercio.


Se mandó pasar á la Comisioll de Constitu-
cion la proposicion que hizo el Dipulado Capma-
ny, reducida á que se elevase {t máxima, (pIe en
los casamientu::; de los Beyes debe tener parte el
hiel). de los súbditos, decretando qlle ningun Rey
de España pudiese contraer matrimonio con per-
¡ona alguna de cualquiera clase} prosapia y coa.




(485 )
Jicion que fuese, sin prévIa noticia, consentí. nno.
miento y aprobacion de 1<1 Nacíon española reu-
niela ~\l Córtes.


EL Dipulallo Villagomez manift'stó ((Ile no
era tiempo de tralar uc COllstitucion; que 110
eran llMn,\(!os para esto; que los c¿digos españo-
les nada dejaban que apetccer en la materia; pc-
1'0 irritados al oirle vari0s Diputados sofocaron
su discurso, y con su rumor é interrupciones le
obligaron á callar.


El General Llamas insistió que rnicntras 110
hubiese dinero, arrnas, hOInhre~ y direccion en
los e¡¿Tcitos, no se debla lomar en consideracion
ol.ra malcria en las Cortes; pero sus reflexiones
fueron igna1mente llesalcll{lidas.


En la ses ion del 10 ele Diciembre se decretó
que en C3(la testamento se e:ügiesen pOI' via de
manda forzosa doce re:.des en E~paÍla y sesenta
en las ludias, para malllcuer á los cspat101es pri-
sioneros en Francia, y á las viudas y huérfanos
de los militares (JlJe huLie~sen perecido en la glo-
riosa lucha en que se hallaba empcüada la Na-
cíon; verificándose asi) que hasta los uwertos pe-
leaban con1ra Napo]eoll.


No se conlentaron las Cortes con ostentar á
handeras <.lesplegadas su sobenmÍa; adoplaron un
tono imperativo y alLanero, multiplicaron deere ...
tos, y aUllllciaron sus deseos de innOVilt'lo todo,
y alterar el anliguo Gobierno de la Monarquía.


Ni quedaron satisfechas con deponer) como
hemos manifestado, á la primera Regencia, ¡¡.
quien debian su existencia, sino que en 19 de




1810.
(486)


Diciembre mandaron que sus beneméritos indi-
viduos saliesen desterrados inmediatamcnte de
la Isla y de Cadíz, donde su preseucia era un
contÍnuo acusador de sus procederes, dejando
'lnicamente á Sil arbitrio la cleccion del punto de
la Península é islas adyacentcs que mas lcs aco-
modase para residir.


Las Córtes terminaron las funciones legislati-
vas de 1810 con la formilcion de un rc"lnmento


" del poder ejecutivo, por el qne se apropiaron la
mayor parte de las prerogalivas de éste. A esta
sazon la tribuna de las Cortes resonaba como la
Asamblea constituyente tle Francia, con discur-
sos llenos de vchcrnencia, que escuchados por
los habitantes de Cadiz, y referlclos por los pe-
riódicos, inflamaron los ánimos de la juvcut 1 d
y de los exaltados, de modo (Iue en los paseos
y en las plazas se veían grupos nlllllerosos, en
donde algunos oradores fascinaban á la muche-
uumbre.


Entretanto que el Gobierno de los españoles
adoptaba semejanLes proviJencias, el rey intruso
José y sus ~1inistros, que se hallaban persuadi-
dos de que la España, á pesar de los soco ITas de
Illglaterra, se sometería á las arm;¡s de Napoleon,
cspeclian bajo este concepto diversos decretos y
providencias. Por uno de ellos ordenó José la
convocacion de Córtes, aunque sin desigllal' épo-
ca, manifesLando (Iue la J ullta Central S(~ burla-
ha de los deseos de la N aciol1, pues al mismo
tiempo que prometía la rClluion de SIlS repre-
sentantes) iba suscitando dilaciones para retener




(487 )
el mando; y concluia diciendo, que la Espaiw se- HilO.
ria deudora de este beneficio á su Bey. En 2 de
Febrero, en olro decrelo public:Hlo en Sevilla,
cOllcc(lió una amnistía general á todos los que
en el término de quince dias le prestasen el j u-
ramento de fidelidad ante las respectivas justicias
de los pueblos.


Por otros, divitlió el Reino para la adminis-
tracion ci.vil en cuarenta y ocho prefecturas, y
para el gobicruo militar en catorce distritos, y
dispuso la orga nizacion de la guardia cívica en
Madrid y demas capitales de provincia. Mas no
habiendo correspondi.do á sus esperanzas el cor-
to número fIlie se alistó.> mandó en su conse-
cuellcia qlle lotlos los vecinos fuesen incluidos á
la fuerza para ]wcer el servicio de cívicos, escep.
to los jorualeros que dependiesen únicamente de
su jornal, lo que asi se verificó; hasta que en
Pebrero de 18l! fueron disueltos estos cuerpos
en virtud de otra órclcn, por los recelos ({ue die.
ron al intruso, á pesar del mal estado en que se
hallahan por la repugnancia con que sus indivi-
duos se preMaban al servicio.


Por una ley declaró á los religiosos capaces
de heredar á sus parientes ó est1'3ií05) y suprimió
los pocos conventos que habian (luedado) incor-
porando sus rentas al tesoro real.


Creó varias Juntas criminales para las ciu-
dades de Castilla y Andalucía, nombrando pa-
ra cada una cinco Jueces y un Fiscal. Es-
tas J un las llena ron de terror á los p ue,bl os ¡
pues conuenaban irremisiblemcnte á mucrte á.




(488 )
1810. los va1ientt"s defensores de la patria que caian en


mnllQS de los fr:mccses.
Declaró vacnntcs las mitras de los Prelados


que habian seguido al Gobierno español, nOt11-
])J';llldo sucesores, que en su admision le hi-
cÍeron espprimcular varias rcpulsns, como Sll-
cedió COIl Don Atanasio Puyal J Obispo auxiliae
ele Madrid, (luíen nombra(lo Obispo de Astorga
en lugar de Don Vicente l\brtinez, que OCllpa-
ha esta dignidad, y forzado á C!llIlplimelltar al
rey intruso, habló á i!ste con una Ol'l11PZa apostó-
lica de los sacrilegios y violencias que comelÍan
los soldados de Napoleon, desechó con la mayor
cOl1stanci:l aquella mitra, y resistió heróicJmen-
te él los megos y amenazas de sus ~1ini.'ilrOs, (lue
IIps~u'on hasta (luererle intimidar con su conu-
nacio11 á Francia.


Con objf'to de llenar las arcas de su t.esoro,
recargó ei intruso con una grau cOIlf.ribllciou á
las provincias ocupadas por las tropas fl'anccsas,
y dispuso que los géneros coloniales que se in-
trodujesen en ellas procetlcntes de las insurrec-
cion<l(}:-¡s) Ó que no obedecian su gobierno, pa-
gasen UlIOS exhorbitanles derechos.


Tratando de seducir á los cspatlOles ) dió un
decreto ordenando que en todas las capitales se
crease una J nnla compuesta del Ohispo y cinco
de los mas principales vecinos, con el objdo de
indagar las Jlccesidades de los pllCblos, y de
que directamente se las hiciesen conocer para
OIcudil' á su remedio.


J o,;é Bona parte, cuyo reino casi puede dccir-




( 489)
se flne estaba limitado á los muros de Madrid, 1B10.
no podia suhsislir sin los socorr9s de ]a Francia,
y asi frecuentemente se los pedía á su hermano;
pero éste, lejos ele proporcionárselos, trató séria-
Dlenle de a"re"ar al Im1)erio la Península españo-


:'l ü


la, y así se lo hizo a n ullciar al rey José: éste enton-
ces hizo rnarchar precipitadamente á París á su Mi-
nistro Azanza, el que puso en movimiento todos los
resortes imaginables á fin de hacer desistir á Na-
poleon de su proyecto, el que logró suspender
por el pronto} y el que impidieron se realizase
las circunstancias posteriores en (lue se halló la
Europa.


Las provincias ue España ocupauas por el ene-
migo presentaban el cuadro mas miserable. Los
Generales francese~, tlespues de haber agotado con
fuertes contribuciones las fortunas de los hom-
bres mn:~ acomodarlos, arrancab:m hasta en las
poblaciones mas infelices, por rC(Iuísicion á ma-
no armada, la subsistencia del soldado; y los
pueblos (fue se veian tratados de esta manera,
comhatían á los franceses, no tanto como á ene-
migos de su Rey, cuanto como á opresores su-
yos; de que era preciso deshacerse á cual(luiera
cost a.


62




\ 190)


,


CAPITULO XXV.


E~tado de la Europa en 10& ailOS HI09 y 1810. -fcCll(1icioll
de la Cayena franccs;¡. -Plcyo]lLcioll de Succia. -1'1'i-
sioll de Gustavo Adolfo] V. - Su allllic3cion. -l'r')c!;¡-
m;¡ciOll del Duque de S llllcnnania, hato el Iwu¡!JI'e de
Cárlos XIIJ.-Dcsticrro de Cllsl:l1ro, SIl. r"",ilia.-!;ucr-
1'a ele Auslri3.-Daralla de .Eslill¡).-De\Va¡;ram .. -Paz
de Austria. -Prision del Papa. - Divorcio de l'\ apolecm.
- Su cas3111iento con una ArchidtHlnc'3 de Austria._
Destierro de los Cardeuales 'pw no Ilui:iil~l'OIl jll'cscllci .. r-
lo. - Alianza de Francia con Suecia. - HCllllioIl dc lo~
estados pontificios á Fl'3:1cia. - Ahdica Lui, DO:l1pade
el trono de Botanaa. -Se rcune al Imperio. - El GCIlC-
1'al Derllarrlottc es nombrado l'rínei pe heredero [le S nc-
cia. -Declara la Sllecia la g'lelTa á Inl;laterra. -Estarlo
de la ¡\lllGl'iea en I ,sOO y jo 1 n.


1 tJ1 0, Mientras que la N acion española hacia los mas
estraordinarios y hcróicos esfuerzos para comba-
tir el podel' colosal de Bonaparlc, la Europa, hu-
millada á los pies (le este usurpador, presentaba
el cuadro de la sumision Illas complc la.


Los espaüolcs de la Am(Tica del Sur, renni-
dos con los portugueses del Brasil, se npoucrnron
en 12 de Enero de 1809 (le b Caycrw y de la
Gllyalla francesa, privando á Napolcon de los ¡'c-
cursos que le proporcionaban cslJS po~csione! ul-
tramarinas.


El Monarca dc Suecia Gustavo Adolfo IV,
qnc habia declarado la gucrra ella Francia, deseen.




(491 )
tlió dcllrono por tln<l conjllracion intestina pro- 1810.
moviU<l por el inl1nio ele N apoleon. El dia 13 de
Marzo, y precisamente cn el mismo momento en


1 ~ ]" , j' d ' que arlue .;lol1:1rca S(~ L lspollla a sa Ir e su capI-
tal para culucarsc al frentc de sus ejércitos que


, 1 1 ,,-
se prcparaLan a emprcuc el' la guerra contra -'-, Il-
polcon, v,lrlos disna!ario3 del l1eino, y el Mayor
general de sus tropas, pcndran en la cámara
mi:,ma ele aClud Soherano, y le intiman, tomando
el llUill ¡JI'e de h 11 aciDn, (1 ¡¡ 2 II o (plcria n combatir
contra la }"rancia.


En vano intenta ser ohedecido, en vano llamn
('11 su socorro ;; su gll<lnlia, 103 conjuraclos se apo-
deran dc su persona, le ellcierran en un cuarto
tL su palnciü, y á las dos de aquella propia no·
LIle le c01111u:en ,\. Drottinshom escoltado por su
misma 311anlia, y las ric11<.1a8 dd cstado se colo-
can, ínterin SOH convocados los Estados genera-
]l:S, en W:1:l0S del DI](¡ llC de SuJcJ'm~nia) fIue re-
llllst. por hrgo tiempo tomar el mando.


El 29 del mismo mes cllegítimo Soberano de
ia SueciJ) ;1 quien SIlS mismos vasallos haLian
p¡lesto cn prisioll, ,:bdicó por sí y por toda su
¡jl:sccndcnciu la corolla que habia heredado de
sus p"tlrcs.


El Dur¡ue de Slldermani.a fue nombrado Regen-
te hastG la reuníon de los órdenes de la nacion
en la Dieta. En 10 de 1\1ayo se declararon libres
de la obediencia fIue debían á Gustavo Adolfo, y
le dc:"tituyeroll )lll'a siempre de la corona; yen
G de Junio el Hegcntc p!'ovi~;iünal de Suecia, Du-
que de Sudcrmania, fue proclamado Rey por la




1810.
( 492)


Dieta, bajo el nombl'e de Cárlos XIII, Y destel'-
rado Gustavo Adolfo de su patria con toda su
descendencia.


El Austria, decaida de su rango en Eul'op:¡,
privada (le su dorninacion en Alemania, humilla-
da continuamente por la arrogancia de su vence-
dor, fonua con la Inglaterra la quinLa coalicion
continental, y presenta en campaüa 550.000 hom-
bres en los campos de Italia y de Alemania. El
Archiduque Cádos, puesto á la caJJC'.z;¡ del !Jl'lU-
cipal cuerpo de estas tropas, declara al Comau-
dante de las tropas estacionadas en naviera, que
marcha adelante, y que tratará como enemigos
á cuantos intenten resistir, y empieza las hostili-
dades, penetrado, sin duda á la vista de la re-
sistencia del pueblo espai1ol, de (lHe no es impo_
sible vencer al coloso del poder milita!'. Casi al
mismo tic 111 po principian las llOstilidades en
Italia, y Napoleon, ¿Í la primer noticia de este
rompimiento, parte de París el 12 de Abril, el
20 ataca en Abesberg al eil~rcito austriaco y lo
destroza, y el 22 en el Mug, haciéndole retirar
detras del D,HlUbio. En cinco tiias solos coufunde
Napoleon la política del Austria, uesvauece sus
falanges, y las reduce á la defensiva sobre su
propio territorio, E123 fue tomada por asalto pOI'
el ejúcito francés la ciudad de RatÍsbona, é in-
cendiado uno de sus cuarteles, en cuya accion
fue herido ligeramente en un pie el Empcradol'.


El Austria que habia coutado con la coopera-
cion de la Husia , acabó de abatirse cuando vió
á esta pOlencia cn 3 de Mayo declararla la gucr-




(493 )
fa y ade1antar un ejército hasta la Gallitzia.


El ejército francés que á las órdenes del Prín-
cipe Eugenio Deauharnais sostenía la guerra ell
ltalia, pasa el Piave, destroza las tropas del Ar-
chiduque Juan, y las oblig~ á abandonar la Ita-
lia, del mismo modo que por la batalla del Mug
habian ahandonado á Baviera las del Archiduque
Cá.-los.


El 13 de Mayo Napoleoll á la cabeza de su
ejército en! 1'a trillnfaule eH la capital dd Austria,
deslJues de un bomLal'llco de 36 horil~, y á los
cuatro dias] desde el palacio de los Césares, en
17 de MaJo, decreta la I'cullion de los estados
pontificio;; al Imperio franc~s, so pretesto de re-
vocar la donaciou que Cado-;\bgno, su prede-
cesor) habia ¡lecho á los Obispos de HOllla, y de-
clara c{uuau imperial y libre á a(lue!Ja capital, tan
célchre por sus recuerdos llistóricos y por los
gl'alldiosos l1IOnUlllentos <¡ue conserva en Sil re-
cinto, los que colocó bajo su proteccion, debien-
do ser conservados y mantctliJos á espensas del
tesoro. La deuda pt'dJ]ica de los mismos estados
fue uecla;'ada deuda del imperio, y se seüalaron
~l Pontíflce de renla dos millones de francos, li-
bres de toda carga. El Papa fulminó en 22 de
J uuio una eSCOIl1 uuioll con tra ~ a palean Donapal' te,
y contra los coolJeradores <Í. la reunÍon de sus es-
tados al Imperio francés.


Napoleoll despues de la oCllpacion de Viena
se vió tan "llUraJo en la célebre hatalla de Esling,
lJue esluvo ,Í, pique de perecer con todo su ejér-
cito, por la repentina subida de las aguas del Da-


Hl'lO.




(494)
1810. nubio, debiendo solo su salvacion ;{ los esfuerzos


y serenillad dell\1ariscal :\lascna, (Iue en recono-
cimiento fue nombrado Príncipe ele Esling. Esta
batalla fue de las mas sallgrientas CplC se }l;m Jado:
el intrépido Mariscal LU1lles fuc herido en ella
mortalmente; tres Generales perdieron la vida, 120
Oliciales y 5.507 soldados; 13 Generalcs, GlC Ofi.
ciales, y 17.:.140 soldados fueron heridos. Los aus-
triacos sufrieron una pérdida poco menos consi-
derable, pues tuvicrou 4.200 muertos y le.OOO
heridos.


Las armas de Napolcon continuaban victorio-
sas en Italia, y el ejército austriaccquc se habia
replegado sobre el Danuhio, fue bnLido cerca (le
Raab en la Hungría, y esta plaza se v ió obligada
á capitular.


Los franceses, rechazados en Esling, triunfa-
ron completamente de los austriacos, m;¡ndadog
por el Archiduque Cárlos, en los campos de ~Wa­
gram, aldea situada á cinco leguas de Viena. Ve-
rificada la reuníon de los ejércitos de los Archi-
duques Cárlos y Juan, y componiendo un total
de 120.000 hombres, se trabó una accion el G de
Julio que duró con el mayor encarnizamiento por
el espacio de 12 horas, hasta que el ejército aus-
triaco abandonó el campo de batalla, con pérdi-
da de 10 banderas, 40 cnllones y 20.000 prisio-
neros) ademas de una multitud de muertos y he.
ridos. Esta accion terriblc, en (lue se decidieron
los destinos del Austria, costó á los ejércitos
franceses mas de 35.000 hombres. Los austriacos
se rctiraron h,tcia Znaim, ciudad de la Moravin ...




(495 )
dj~lanlc 24 leguas del campo tie Wagram J y el 1810.
Emperador Francisco 1 lomó repentinamente
cutonces la rcsolucion de humillarse á implonll'
la clemencia del venceJor, no osando al ver der-
rotados Stlll ejércitos, é invadicla la capital de su
Imperio, imitar la constancia de los españoles
que resistian el yugo francés, sin contar con 1011
grandes recursos que aun quedaban al Emperador
de Austria. En 12 de JulÍo se concluyó un armis-
ticio, y el Archiduque Cárlos elIJe hahía disputa-
do la victoria al enemigo, renunció el mando por
no querer intervenir en la ignominia de la paz.
Napoleon, lletlo ue orgullo, dictó desde el palacio
mismo del Soberano vencido, en ScllOenbrunn,
los artículos de In paz que se firmó definitivamen-
te en 13 de Octubre, por los que el Austria cedió
en favor de los Soberanos de la Confedl:'racion del
Rhin.J á Salsbourg Beq-;tolsgadcn, con una parte
de la alta Austria; y á favor de ~apoll'on á Gori-
ce, Montefalcone, Trieste.> el círculo de Vil1ach
en Carinl.hia, y todos los paises situados á la
derecha de la Salla, hasta la frontera de la
Croacia turca. Cedió al gran DlH[Ue de Varso-
via toda la Gallitzia occiclent.al, asi como el
círculo de Zamosk en la Gallitzia Ol'i:'lllal, y
á la Rusia en la parte mas oriental de la mis-
ma Gallitzia un territorio que cOlltuyicsc una
poblacion de 400.000 almas. El Empcr~ll!or de
Austria se obligó por el mismo tl'alatlo á reco-
nocer todas las mutaciones hechas y por hacer
en Espaila, Portugal é Italia, adhiri{'ndose en
un todo al sistema continental) y cerrando to-




(496)
1810. da relacion de comercio con la Inglaterra.


No podia ser indiferente á Bonaparte el pro·
ceder del Pontífice Pio VII, (Iue no teniendo
ejércitos que oponer para prec3ver el despojo de
sus temporalidades, habia lanzado contra él las
armas del Vaticano. En 6 de J lllio el PontHice es
arrebatado de Roma en las tinieblas de la noche
por órdcl1 de Murat, y eOlllluciclo por el General
Radet al Lrav{~s de los Alpes, no como el sacer-
dote supremo del Eterno, sino como 1m proscri.
to, sin consilleracioll á Sil avanzada edad, y á su
doble dignidad de Sacerdote y Monarca. N apoleon,
semejante á Sabot y á Tamerlan contra Valeriano
y Bayaceto, confinó al Papa á Greno!Jle , deslle
donde despues fue trasladado á Sahona) en CllJO
punto) separado de los Cardenales, y con centi-
nelas de vista, se vió aprisionado por el mismo
sobre cuya cabeza había derram;¡do el óleo san-
to, presentoíndole al mundo como el lfngido del
Seilor.


Al mismo tiempo que el Austria distraía In.'!
principales fuerz;¡s de Napoleon, 17,0(10 ingleses
que formaban la vanguardia de la mas formidahle
espedicion que se haya aprestado jamas en los
puertos de Inglaterra, se presentó en );¡ emboca-
dura del Escalda el 29 de Julio, á !:ls órdenes de
Lord Chattam, y de la que ya hemos hablado en
el capítulo XVIII.


Tal fue el resultado de esta espedicion y de la
guerra de Austria, que no pueden mirarse sino
como una diversion de corta duracion, con res-
pecto á la Península. Si el Austria hubiese resis-




(497 )
fido mas tiempo, y la espedicion inglesa se hu· 1810.
hiese con Gado á U11 gcfe mas esperto, el poder de
Napolcon hubiera tal vez sucumbido á la indig-
l1acÍon universal; pero se allI'mó mas y mas, y
mediLando nuevos medios ele engrandecirniento,
trató de consolidarlo elllazánuose con una de las
dinastías primeras de Europa.


Viendo acrecentado considerablemente su
poder, atormentado COi] la idea de que la falta
de succsion ft la C01'Oilll imperial podia destruir en
Un solo momento la ob,'a que tantos ::¡üos y vic-
torias le haLia costüdo, trató de que esta pasase á
la posteridad J y que su imperio, afirmado fuerte-
nlente sohre sus nlHnerosos triuofos, se transmi-
tiese íntegro á JlU 8lH.:esor dirccto; bien conven-
cido de que las guerras ::ontÍnllas que le suscita-
han los gabinetes europeos, con el designio de
disrniuulr su pOflcr, no tenian otro objeto que su
clcstl'LlCciüll pcrsonrtl, porql1c con ella se venia
abajo todo aquel poderío ({l1€ solo se sostenía por
la energía revolllcionaria. Napoleon hasta en-
tonces habia salido victorioso de todas Ins bata-
llas y conspiraciones; y asi decía con frecuencia
que sus enemigos se haLian citado sobre su
tumba.


Todas estas considpraciones le determinfll'on
é\ ocuparse en la elcccion de sucesor. No tenia
lJijos: la Emperat"lz tenia dos: Eugenio, Vi-
rey de ludia; y Hortensia, Reina de Holanda.
Napolcon dehia á Joscfina el principio de su
forluna; y al tlccidirse á hacer el sacrificio de su
unÍon con esta, le estremccia el paso de intimar-


TOJllO JI. 63




(498 )
11:$10. la tan dolorosa rcsolllcioll. Encargó el darlo al


Príncipe Eugenio, y el prcparar á su madrc para
este gran sacrificio; y esle Príncipc sc condujo
eu esta ocasioll como bucl1 Lijo y como hombre
rcconocido y adiclo á su bienhechor, evit:llH.l.ole
dolorosas esplicaciones.


Napolcon, hahienJo fijado toJo lo relativo á la
futura suerte de la Emperatriz de 11na manera
grande y generosa, apresuró el momcnto de la
disolucion del matrimonio, que entre n y Jo-
sefina no era lilDS (¡He IU vinculo civil, segun
la costumbre del tiempo en que se habia COll-
traido.


r.as leyes habían previsto la disoluclon ele esta
especie de contralos; y á eonsecu~~nci~ de lo dis-
puesto en ellus, el 16 de Dicicm.Lre de 1809 se
reunieron en el cnarto del Emneradol' el Senado ,
Conservador, el Príncipe Arcl}jcr:nciUel' Camba-
ecres, y el J'\líuistro ele EsL'H!O Secrclarlc (lel Es-
taJo civil J.e la Familia Imperial Regnaut tte Saint
J can el' Allgeli ; y hallándose presentes los Heyes
de Holanda, Westfalia y N,ípoles, el PrlucÍpe
Eugenio, Virey uc Italia, la Reina de Espaüa,
muge!' de José Napoleon, y los <lemas individuos
de la Familia Imperial, el Emperadol' hizo en
alta voz la ueclaracion de que estaba resuelto á
romper el matrimonio con Josefina, que se halla-
ba presente, cOllserv,índola el rango y tílulo de
Emperatriz, y Josefina por su parle sollozanuo
hizo igual declaracíon.


Verificada esta ceremonia de divorcio, K a-
polcon pensó uesde luego en una nueva union




(499 )
con una Princesa de algul1 estado poderoso, que 1810.
afirmando los vínculos de una alianza úliI para
la Frallcia, prometiese un heredero que á su fa-
llecimiento evitase el que esLa nacion se sumiese
en disensiones intestinas. No hahia á la sazon sino
tres Princesas (lne esluviesen en edad de contraer
matl'imouio en las familias que reinaban en los
grandes es~ado3 de Europa: la gran Duquesa Ana
de nlJsia~ w1Iy jJ7cn entonces; la Archiduque-
sa de AusU'la ¡¡1,,;[,: Lllisa) y una de sus hermanas.
Napoleon tenia 40 ailos, y aunque la despropor-
cíon de la ctlaJ flles~ bastante, habia muchas
razones quc 1<: ~cc¡(Iiun á sacl'ificar las miras par~
ticulares á la pclitica ó r<izan de estado. Napo-
leo n se inclinaba desde luego á enlazarse con la
Familia Imperial de Husia, con la que, á pesar
de algunos pcqueüGs resentimientos) mantenia
relaciones (le alianza. A fines de Diciembre es-
cribió el rnismo Emperador á su Embajador cn
Rusia, haciéndole entender el proyecto fIne tenia
de concertar su cnlace con la Princesa Aua Pau-
lowlla; pero en lugar ele contestar el Emperador
ele Rusia accediendo ;í. la demanda llcl Elllpera-
dor Napolcon, respondió de una m:ll1cra cV3siya,
manifcstaudo (lue consultaria á la madre de la
Princesa; y las dilaciones que la Rusia presenta-
ha en negociacíon de tanto interés é importancia,
fueron causa de r¡l1e Napo]eon se dirigiese semi-
oficialmente al Príncipe de Schwartzemberg,
Embajador de Austria en París, con el intento
dc sondear cuáles ser1a11 las intenciones dd ga-
binete de Viena" en el caso de a ven lurarsc á pe-




(500)
1810. dh' la mano de la Archiuuquesa. Dicho Embaja-


dor dió una completa seguridau; yen vista de su
contestacion se despachó un correo á Viena, al
mismo tiempo que se aguardaba otro tIe San Pe-
tersburgo. La respuesta de Viena volvió con la
mayor celeridad, y fue del todo satisfactoria; y
entonces Napoleon se encontró entre la negocia~
cion pendiente y dudosa de la Rusia, y la del
Austria, cuya terminacion estaba en su Iuano;
y para salir de este embarazo qlliso consultar á
su Consejo pI'ivado, ¡'euniéndole al efecto en las
TuBerías. En él fue uno de los mas enérgicos
contrarios contra la alianza austriaca el Rey de
Nápoles, oponiéndose á ella igualmente el Ar-
chicanciller Camhacere~, el Architcsorero Ta-
lleyrand y los Ministros; mas Napolcon se de-
cidió por la Archiduquesa María Luisa , cuya
edad le parecia mas proporcionada, á la que
llaLia conociuo en Viena, y ú cuyo enlace se
prestaba gustoso el gabinete austriaco. Tomatla
esta resolucion, se dispuso todo en a(lucl mis-
mo dia, se firmó el contrato por el Emperador,
y se dirigió por un correo estraordiuario á Viena,
por el que al mismo tiempo se hacia la pclicion
en forma de la mano de la Archiduquesa, y se
escribió á Rusia para que se suspendiesen las ne-
gociaciones sobre el matrimonio proyectado con
la Princesa Ana.


Dado este paso, el Emperador dispuso que se
prepar'usen todas las cosas para recibir con la ma-
yor magnificencia á la nueva Soberana) mandó
salir de antemano á esperarla á sus mas antiguos




(501 )
compaileros de armas, y él mismo se adelantó 1810.
hasla Compiegne para recibirla.


El dia 1. o de Abril de 1810, hal1ánJose pre-
sentes las Princesas de la Familia Imperial, In
de Baden, los Dignatarios, Mariscales de Fran-.
cía, el Senado, los Consejeros de Estado, y reuui.
da toda la Corte en SaintClouJ, se verificó la
ceremonia del matrimonio cIvil de Napoleon Bo-
llaparle con la Al'chiduqueBa MarÍa Luisa .dc Aus-
tria. El Archicanciller Cambaceres declaró, en
nombre de la ley y de las institllciones del Impe-
rio, que el E .. npcrador N apoleon y la Archidu-
quesa quedaban llnidos en matrimonio. A la ma-
ñana iguiente toda ]a Corte se trasladó á París
con un lujo imponente y admirable, y en el pa-
lacio de las Tullerías se verillcó la ceremonia del
matrimonIo, segun el rito católico. Celebró la
misa el Cardenal Fesch , dd cuall'ecibieroll los
esposos la J)el1dicion nupcial} y concurrieron á
este acto todos los Obispos que se hallaban en
París; mas los Cardenales que se encontraban en
aquella capital despues que el Papa fue conuuciuo
á Sabona , no quisieron asistir á solemniza/' este
acto, y en castigo fueron desterrados á diver-
sos puntos, distantes 10 lllenos 50 leguas de la
capital.


En 1810 la Suecia, que como hemos mani.
festado, habia depuesto por intrigas y sugestion
de Napoleon á su legítimo Monarca GustavoAdol_
fo, firmó en París en 3 de Enero de 1810 un tra-
tado tic aliallí~a con la Francia. la Pomcrania
sut:ca y la isla tie H.ugCll se devolvieron á la Sue.




(50'2 )
1810. cia J que adhiriéndose enteramente á la política


de la Francia, prohibió la entrada en sus puertos
á los buques ingleses.


En 17 de Febrero un senado-consulta-orgáni-
co sancionó el decreto de 17 de Mayo de 1809,
por el que se ordenaba la incorporacion al Impe-
rio f,'ancés de Roma y estados ponLÍEcios , que
debian formar en adelante dos J.cp~i'tamelltos.
En él se declaraba que lada SOI.::::ULlb eSlnmgera
era incompatible con el ej¿rc;L,io de la pOlc3lacl
espiritual en el interior del Imperio: se exigia
que los Papas, al tiempo de su exa1tacion, pres-
tasen juramento de no hacer nada conlrc: las cua-
tro proposiciones de la Iglesia galicana) determi-
nadas por su clero en 1682; Y se dejaba al Papa
la eleccion de su residencia, conservándole dos
palacios en París y en Roma, con una dotacioll
de dos millones de francos en bienes rurales) li-
bres de toda imp0sÍcíon.


Desde principio de este año de 1810, N apo-
leon hnbia hecho una declaracion contra la ndmi.
uistracion de su hermano Luis, H.cy rle Holanda,
acusado de permitir en su llcillo el desembarco
é introduceion de algunos géneros ingleses. Luis
Bonaparte en efeclo desaprobaba las medidas vio-
lentas y tan poco favOrables al comercio nwríti-
1110 del pais, á cuyo frcnte le habia colocado su
hermano, y eusayó substraerse ele ellas ó ellldir-
las por algull tiempo; pero N"apoleoll) cuya volun.
tad no reconocia obsLlculos ni respetos, mandó que
marchase á ocupal' aquel Reino un cuerpo de Lro·
pas á las órdenes del Mariscal Oudinot, el que se




(503 )
apoueró de Amstcrclam; y Luis entonces abuicó 1810.
en favor ue su hijo; mas no se le admitió esla ab-
dicaeian, y por un uecreto irnperial se (lispusa la
incorporacion de la Holanda al Imperio fl'anct~s,
alcndienuo á que destruida la inuepelldencia de
la Holanda con la reunion á la Frnncia de la Bél-
gica, el sistema oe ac:uel pais debía ser necesa-
l'iam~nte el de la Fr::mcia, como si fuese una de
sus provincias. Asi :acahó Napoleon de arruinar á
lW p"cbI0 digno de mejor suerte, borrándole de
la lista de las naciolles. Jamas la Europa vió mas
detes!.flbles y et:candalosas usurpaciones.


Nav;)eon d,ispuso asimismo que ninguu buque
puJiesc sali,' de lo!.: PUC!'tos franceses con Jcstino
á los e~tr;H1gcros : sin ir aulorizado con una li-
cencia Gnn~da de eu propio puüo. Firme en el
proyect8 (le dc.:tn,úr á la Inglaterra, aislándola de
toe,as 1;:13 ~aci.of!es del continente, obligó á decla-
rar e:' :; de i~ gasto á lo~ E~uHlos-U nidos de Amé-
rica, qu~ los decrelos de Berlín y ue Milan de 11
de NO''l!2mhrc y 17 de Diciembre de 1807 deja-
rÍJl' d~ regir celando el gobierno británico revo-
case sus disposiciones para el bloqueo marítimo
continenta1.


El 21 de Agosto el Mariscal de Francia Juan
BautisLa 13ernnrdotte J Príncipe de Pontecorvo, á
quien Napoleon habia elevado á la primera digni-
dad militar, fue elegido por la Dieta de Suecia para
ser adoptado por el Rey Cárlos XIII, y empuñar
el cetro de los Gustavos. Bernaruotte, natural ue
Bearnais, se alistó muy jóven en la carrera mili-
tal', yen el ai'lo de 1789 era sargento del regl·




( 504)
1R10. miento real de Marina. Fue fiel á la causa del Rey


hasta el momento en que Luis XVI prestó el ju-
ramento á la Constitucion decretada por Ja Asam.
hlea nacional. Desde entonces se mauifestó re-
publicano, sefHllánclose en todos los campos de
batalla donde se encontró.


Ya hemos manifestado que el Duque de Sun-
dermania ocupó el trono, bajo clllombre de Cár-
los XIII, despues de la abJicaciol1 de Gustavo
Adolfo IV. La :::v311zacla edad de este 8obcrano,
y el no tencl' hijos J hizo ciue la Dieta nombrase
para su sucesor, en 14 de Junio de 1809, al Prín-
cipe Cristiano Augusto d'Holstein-Sondersbourg-
Augustembourg, á ({uicn C,irlos XIII adoptó por
hijo. En 18 de Mayo de 1810 , 1Ul terrible ataque
de apoplegía arrebató la vida d PrÍ:1cipe de Au-
gustemboul'g, con CilyO motivo, convocada de
nuevo la nieLa ele Suecia para elegir sucesor del
Príncipe !leal, IlIlOS sc ÍnclilJaoan á un l1CI'~Llall0
ele este,,}' otros estaban pore\ Rey de Dinamarca,
cuya elecciOIl pl'Opol'cionaba la reuuion dr; las tres
Coronas elel Norte Suecia, Noruega y Dinamarca.
El Soberano de este último estado escribió con
esta ocasion á Cftdos XIII, manifestándole que
la nacion sueca podia esperar de él cuantos sa-
crificios exigit'se su felicidad.


La DieLa quiso elegir un hombre de estado
fit'me y resuelto, capaz de manLener el ól'clcn
interior, fUel'ti~Jlll>l1te agiLado por las anteriores
revoluciones, y al mismo tiempo un capitan ca-
paz de defender y de vengar los ultr¡¡ges de la
nacion en caso de necesidad. Dirigió sus miradas




(505)
á los ejércitos frances(~s, en donde florecian á la
sazon tantos J' tan insignes capitanes, J' encon-
trando las cualidades que apetecia en el Príncipe
de Pontecorvo, cuya administracion del Halllló-
ver y Ciudades Anseáticas había merecido el
aprecio J' la admiracion de la Alemania; la Dieta
le dC3pachó un estraordinario , haciéndole conO-
ccr las Luenu!i' disposiciones con que la nacion
sueca se hallaba con respecto á su persona; pero
aqucll)rillcipe juzgó que llO podia disponer de sí
sin el conscntimiento de l'iupo]eon, quien para
mauifeslat' á los ojos de la Europa que no ejercia
ninguna jnflucncia en esta eleccion, hizo que se
retirase á París su MillisLro en Suecia, lleciLido
d consentimiento de Napoleon, se verificó la
elcccion por aclamacion de los repl'csentantui de
Jos cuatro órd"l1es lid Estado en cllllismo dia,
y Cárlos XIII, sacrificando su predileccion por
la casa de Ho;;ltcin J aJoptó por lüjo al elegido por
la Dieta) viéndose en adelante dignamente com-
pensaJo de esta patriótica dcfcl'eucia) por el cui.
dado, respeto .Y piedad verdaderamente filial con
que le correspollllió duranle su vida 13ernardotte.
La Suecia, en virtud del grande influjo que ejer-
cía Napoleon sobre el Príncipe heredero, decla-
ró la guerra en 19 de ~-oviemhre á la Inglaterra.


Al saher en las regiones de la América la in-
vasion que sufrían sus hermanos de la metrópoli,
se esmeraron todos sus habitaules en socorrerlos
por medio de cuantiosos donativos, cooperalldo
de este modo á la defensa COI11UtI contra el tirano
Bona parte. En 1809 la Junta Central, queriendo


TOMO Ir. 04


1810.


..




(506 )
iSW. reunir todos los brazos y los corazones de los


americanos, o.eclaró que las provincias de Ultra-
mar formaban parte integrante de la Monarquía
española, y que tenian derecho á ser representa-
dos en el Congreso general. Todos los gobiernos
provisionales que se sucedieron en Espaila conti-
nuaron en recon0cer en teoría los derechos de las
colonias, haciendo Con estas imprudentes decla-
raciones germinar en aquellas regiones las ideas
de libertad é independencia. Tal era el estado
del go hieruo y la cOlluicion de los americanos,
cuando se recibió en aquellos vastos paises la no-
ticia de la invasion de las AndalucÍas por el ejér-
cito francés, de la dispersion de la Junta Cen-
tral, y de la formacion del nuevo Consejo ele He-
gencia. En los primeros momentos del alzamien-
to de EsparIa contra N apalean, las colonias todas
habian manifestado el mayor celo} habian con-
tinuado obedeciendo too.os los actos del gobierno
de la metrópoli .. y probádole su adhesion por la
liberalidad de sus contribuciones; pero cuando
todos los buques procedentes de Europa que iban
llegando, les anunciaron contestes las derrotas y
desastres de sus hermanos los espailoles, repi-
tieno.o la frecuente acusacion de traicion, se res-
frió el espíritu público; y seo.ucidos por algunos
genios díscolos y ambiciosos, se prepararon los
ánimos á una revolucion que debia privar á la
España de aquellas ricas y vastas regiones. Con-
viniéronse por de pronto en que á fin de evitar
los horrores de la anarquía, seria prudente reco-
nocer la autoridad de la metrópoli, mientras go.




( 507)
hernase á nombre de Fernando VII; pero al sa- 1810.
berse la dispersion de la Junta Central, el temor
de la dominacion fl'ancesa, se acrecentó en los
americanos, y aprovechándose los mal intencio-
nados de estas críticas circunstancias para suble-
var los pl¡eblos, se vieron abandonados los ma-
gistrados, y en Caeacas se fonnó una junta pro-
vincial para dirigir el gobierno de aquel país,
sin romper por entonces los vínculos con la me-
trópoli, y mandando, bajo el principio de fra-
ternidad, amistad y unidad con esta. Casi al mis-
mo tiempo se verificaron iguales revoluciones en
otras provincias, y bajo la misma base y espíritu
que la de Caracas. Esta, Cllmauá, Barinas, Mar-
garita, Barcelona, Mérida y Trujíllo se unieron
corno gobiernos federales, y formaron en 19 de
Abril de HHO la que se tituló Confederacion
americana de Venezuela. Los principales autores
y gcJ'es de la revolucion aspiraban ardientemen_
te á la independencia definitiva, aunque oculta-
ban su proyecto bajo la máscara de partidarios
de Fernando, y hacían enérgicas declaraciones
de adhesion á este como á su legitimo Soberano,
á pesar de que se negaron constantemente las
nueva); juntas á reconocer el gobiérno de la Re-
gencia de Cádiz. Semejante conducta les era
prescrita por ]a necesidad de consultar los sen-
timientos, y de seguir la inclinacion de aque-
llas provincias; pero hien pronto se dió á es-
tos sentimientos una direccion diferente. Pon-
deróse altamente á los americanos los daños
que esperimentaball por las restricciones en su


-
.




( 503)
1810. comercio, y aun en el cultivo de su suelo, pOI'


la csclusion de sus naturales de todos los elll-
pIE'oS lucrativos, dn confianza y de alguna au-
toridad ellla auministraciol1, y por el estado lán-
guido y ruinoso en genE'l'al dd comercio de to-
das las colonias. El Consejo de Hegencia, acce-
diendo á las rE'presentaciones de la Isla de Cuba,
espidi6 en 17 de :\layo un decreto, por el que se
permitia á las colonias hacer con las naciones cs-
trangeras el cornc'rcio de todos Jos artículos de
)a¡; prodllccionc,~ de su suelo; pero este tardío
decreto irritó á los comerciantes de Cauiz , de
quienes en gran parte de pendia la Regencia J y
fue revocado en 16 de JlInio. La impresion que
produjo en el (mimo de los americanos la revo-
cacion de este decreto, estaba aun reciente,
cuanuo se recibió en Caracas la noticia de ha-
ber siJo declarados traidores cuantos hahinn to-
nudo pnrte en los líltimos 1l10Villlipnlos revoll1-
cíonarios de aquel pais, y ueconsiuerarse sus
puertos en estallo de bloqueo, hasta fIlie los ha-
bitantes reconociesen á los miembros dc la He-
gencia de Cauiz) como legítimos y verdaderos
l'epn~scntalltes de Fernando Y II, cuncediéndo-
les, sin embargo, una amnistía, COIl tal de que
en lo sucesivo se mostrasen sumisos yobedien-
tes á su gobierno. Esta ueclaracioLl ineficaz, pues-
to que para sostenerla era necesario una escua-
dra que realizase el bloqueo, y 1111 I1lllTWrOSO ejér-
cito que no habia , flle un acto peligroso de hos-
tilidad, de que el recuerdo de la emancipa cían
de las colouias inglesas de la América sepleuLrio-




( 509)
nal debiera habcr preservado al Gobierno es- 1810..
pailol, y se cometió la misma falta que el mi-
nisterio inglés, sin tener como af{llCl ni ejér-
cito ni escuadra, que en cierto TllOdo la cs-
CllSClSC. Este paso prodlljo las mismas consecuen-
cias, y la gnerra se redujo puramente á escri-
tos.


Los empleados por la Regencia en la isla de
Puerto-Rico fulminaron manifiestos contra los rCd
volucional'iúsd(~ C;¡racas. Estos, para justificar su
condllcta se escudaron en las mismas leyes de Es.
raiia, y sosteni:m que la Junta central no tenia de-
recho pnr;¡ 110mhrar Hegcllcia sin convocar las Cór.
tes, publicando la titl,darla suprema Junta de Ca-
racas en 3 de Mayo de 1810 I1n manificsto en que
asi 10 esprcsaha. EII G de Setiembre el Consejo de
Regencia dirigió a las Indias occidentales un ma-
nifiesto, en que) á nombre de Fernando VII, Y
despucs de tributill' pomposos elogios al entu-
siasmo patriótico y á la constancia y fiuelidad
de los valientes espaüoles americanos, se lamen.-
la de las turbaciones de Caracas, y las atribuye
á la influencia ele individuos turbulentos y ambi·
ciosos, ciegos por las máximas y doctrinas po-
líticas que hablan destruido la Francia, y que
el mismo Napolcon habia tenido que enfrenal'
con Sil brazo de hierro.


Tales eran en 1810 las pretensiones de los di.
sidentes americanos, y al través de las protestas
de adhesion á la COll1un Patria, y de fidelidad al
Rey cautivo, se dejaba conocer claramente el
proyecto de indepcndcncia, y que todos sus es ..




(510 )
1810. fuerzos se dirigían á preparar su emancipacion


de ] a metrópoli.
El rey intruso José dirigió á los habitantes


de la América española con fecha 22 de Marzo
de 1810 en Madrid una proclama invitándolos á
someterse á su gobierno para participar de las
ventajas de los nuevos destinos de la Espaila su-
misa á. él; Y en caso de no estar dispuestos á
esto, añadia: «Yo os aconsejo que nO tenga!:;
«ninguna relacíon con 1a Regencia rebelde y pér-
cdida, asi como tampoco con la Inglaterra; pues no
(desean mas que engañaros y sacrificaros á su rapa-
"cidad y avaricia: declaraos libres é independien.
Cttes de todas las naciones del universo.»


José despachó tambien para los Estados-Uni-
dos agentes secretos con destino á las colonias
españolas, y el Consejo de Regencia, instruido
de esto, espidió á todas las autoridades de aque-
llos dominios órdenes para que no admitiesen
viagero alguno procedente de las fronteras de
los Estados-Unidos.


Las autoridades populares que se establecie-
ron en la América española revolucionada, que
no reconocian al Consejo de Regencia, eran con-
sideradas como rebeldes por los gcfes de los pai-
ses sumisos; y en efecto, aunque l'cconocian la
autoridad de Fcrnando VII, este reconocimiento
no era mas que una fantasma á cuya sombra cn-
cllbrian su ambicio n y siniestras intenciones. El
COllsejo de Regencia envió comisionauos á Puer-
to-Rico, Cuba, Méjico, las Guayanas y Monte·
"iueo con el objelo de hacer conocer sus intcll-




(511 )
ciones de cooperar sinceramente al sosten de la 1810.
Monarquía española; pero la mayor parte de la
América 11leridional apoyó y siguió el ejemplo de
Caracas, y la division de partidos ... que se manifes-
tó Con el título de realistas é independientes, en-
cendió Lien pronto el fuego de la guerra civil.


La Junta de Caracas habia representado su
situacion y sus proyectos al Gobierno inglés de
la Isla de Cllrazao, próxima á la entrada del gol.
fo de Venezuela, solicitando su apoyo y protec-
cion. El Gobernador inglés entabló una corres-
pOlHlcncia amistosa con las autoridades de Cara-
cas; pero en circunstancias tan nuevas y críticas
pidió instrucciones á Inglaterra para arreglar su
conducta.


El Gobierno supremo inglés juzgó conve-
niente hacer una declaracion del sistema que se
proponia seguir con respecto á las colonias espa.
flOJas; y en 29 de Junio de 1810 pasó el Conde
de Liverpool, Secretario entonces de Estado de
la guerra y de las colonias, una Ilota al General
Lidyard, Gobernador de Curazao, manifestán-
dole que el primer objeto de S. M. B. al saber
la revolucion de Espaüa, habia sido secundar los
esfuerzos de un pueblo valiente y leal para la
conservacioll de la :\lonarquía espaüola en todas
las partes del mundo, y conforme á estos senti.
mientos y á las obligaciones de la justicia y bue-
na fe, S. M. B. debia oponerse á todo paso ten-
dente á separar las provincias de Amt:.'ica de la
metrópoli de Europa; que sin embargo, no obs-
tante los deseos de S. M. B. J el Reino de Espafla




( 51'2)
1810. estuviese destinado á someterse al enemigo co-


mun, ya por la fuerza real, ya por una conven-
cion que no le dejase mas (lue la somol'a de in-
dependencia, S. M. creeria de su deber dar toda
especie de socorros á las provincias de América
(PiC se hiciese a independientes de la Espafla
francesa, ofreciendo un asilo á los cspaüo]ps que
rehusasen someterse á sus opresores, y miraria
á la América como á su refugio natural, y COI1-
servaría los restos de la Monarquía ;Í SIl Sob,'I'a-
no Legi·;lado l·, si aJgnll dia llegaba á recobrar
BU libertad: que era muy satisfactorio para S. M.
el saber que lo que habia sucedido en Cnr"cas
habia sido en gran parlc cfecto de la im presion
errónea (¡UC los habitantes habian recibillo ncerca
dd estatlo desesperado de los negocios de Espaüaj
y (]UC disipndos estos temores, era nalural pensar
fllle los habitantes de Cal'acns se dispomirian á
renovar sus relacinnes con la Es!,aDa) cumo parLe
inlegrante de dicho Reino, y á enviar sus Dipu-
tados <t las Cortes generales del !teino.


La Regencia de Cadiz hizo puLlicnresta nota (lue
se insl'rtó en los papeles públicos de aquella época.


Asi, pues, mientras la Península hacia los
lllnyores esfuerzos y sacrificios para conservar su
libertad, la revolucion se desplegaba en las inmen-
sas posesiones de Ultramar, y la privaba de los
recursos con que debiera contar para estermi!Jar
el Tirano de la Europn) reslaunH' el trono y ;1~C9
gurar la independencia llaciouéll.


FIN DEL TOMO ll.




(513 )


INDICE
DE LOS


CAPlTlJLOS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


CAPITUI~O 1.
N apolcoll multiplica los m(;dios paré! ,1utJ~illar la E3palJa. -


l'ítÍlllero de sus tropas cn la Peníllsula. - EntI'cvista tLe
N apCJlcon y Alo:.:jall(lro C'[1 Erfm't. - Ncgociaciones para
la pJZ ~clIeraJ. - :'í apoJeon vneh'c á París. - Proclama á
~ll cjú'Citü. - Se pOIlC á su cabeza. - Posicioues del
ejército frauecs C11 EspaT¡¡t. - Accion de Alfaro cn la
1iioja. - Openeiollcs del cj6reitu de Calicia. - Aceio!l
de nill.ao. - Acciollllc Frias y Oüa. - Scsuuda accioll tic
Bilh,lO. - Al'ciotl de ZOl'tlosa. - Seguuda aeciOll de ZOl'-
llOsa, - Enlrada (lc l\apoleoll en Espaila. - Su protli-
giosa activit!a(l en csta campaiia. - Or¡;auiza los ejérci-
tos [r;ItICcscs. - Aceioll de Y:dmasctla. - 1\('('iol1 (le San
PCllrO de Gucücz )' Sodnpe. - Batalla de Espiuosa. _
ILílJil retirada de maeke ........................ p;íg. 5


CAP ITULO JI.


El ej,Fl'cito de EstrClllatlnra se dirige á l\LH1rid. - Dcposi-
cion del General (~al!uzo. - El General Belvctlel' tOUJa
ellllando. - Sil:1l3eion tle Burgos. - Entran lus cSl'''-
itoles en esta ciudad. - Batalla de Burgos. - Desasll'o-
sa retirada del cjlFrcilo español. - Operacioncs del ej':r-
cito cspallOl del cen tro y reserva. - Accioll de Lerill. _
Accion de Sallgücsa. - Plall de los ejércitos rCHl1idos
ele CastalIos y Palafox. - Batalla de Tuuela. - Háhil
retirada (lel ejército de Casl¡¡üos. - PaJaros. se ellcicna
TOMO Il. 65




(514 )
con Sll ej':rcito cn Zaragoza. - Se declal'a la cpi¡lclllia
en a(111e!la ciudad .... , ......................... '" . 19


CAPl TULO IIl.


Eutrada del ej,:reitó iIlSI(:s en Espalla. - SOlllt p('r~í¡;lIc d
ejército tle Galieia. - Es reemplazado ]l0l' Victor. -1\'a-
poleon se dirige sohre lIIHlt'id. - Accion de SOlllosi,~r-
1'3. - La divisioll espaltola de lIeredia OCllpa ;í Cuadar-
rama. - Insuhol'dillacion de estas tropas. - Obligan al
General ;í marchar á :\Iadrid. - Su dispel'sioll. - Dispo-
siciones de la Junta centl'al para la defensa dc ,U"drid.-
Su traslacion á Estrematlnra. -lHadrill toma una acti-
tud hostil. - Estahlécese una J unta de defensa. - Asesi-
nato del i\Iarqués de Perales. -Illtimacion de Jos fran-
ceses. _Ata(plC de la puerta de FIICne'lITal. -Segunda
intimacion. - Contestacion. - El Dl1llue del 1 ¡¡ ['antado
sale á buscar tropas. - Ata(lllC gcneral. - Los fl'anccsC$
toman ellletiro. - Penetran ell :\latll'id. - TCI'cera in-
tilllaeion. -1\1orla trata la caritulaeion. - lndignacion
del puehlo. - Salida de la gllarnieiol!. -Cal'itnlacion.-
Los fl'anceses se posesionan ,le Madrid .. - Sapoleoll ell
Chamartin. -El rey José en el PartIo. -Prim.ens dis-
posiciones de los frallceses. - N o se ohserva la capitula-
cion. - Rasgo de amor filial de la C:ondesa de San S imon.
_ Ptesultados de la defensa heróiea de :\I,¡dril!. - Deerc-
tos de Napoleoll. -.su proclama. - OLliga á tllle se le
presente una diputacioll del vecilHbrio. - Sn rccC'pcion
en Chaulartin................................. .. ... 32


CAPITULO IV.


Operaeio:¡('s del ej(~l'eito (Iel centro. - Su retirada, - .\c-
eion de Bnhierea. -Castai'¡os depuesto dellJl,¡IHlo.-Spn-
timiento de Sil ejército. - Toma el lIlando el Gencral
Lapeüa. - El DIIlluC dcllnfantado se reulIe á cste ejl!r-
cito, _ l'ioticia de la capilulacion de l\Iallt'id. - Suhle-
yaciOll del ejúeito. - El General Lapei'ta deja el manuo.




(515 )
-"El ejército proclama por su Gefe á Infantado.-Cas-
tigo rld autor de la sllhlcvacioll. - Disposiciones de In-
fant.ado. - La divisioll de Valencia se separa del ejérci-
to. - CastalIOS C3 eonfiuado por la Junta central. - Se
le fOl'llla eaUfo;]. - Su illoceneia. - Injusticia con que se
le trata. - El ej(!reito de Infantado llega :i Cuenca. -
Aceion de Taralleon. - Aeeiou de Uclés. -Devastacioll
de esle IHIPhlo por los franceses. -El ejército de Infan-
tado se retira á Y¡¡leneia.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58


CAPITULO V.


Op('rapiones del ejército (le la derecha en Calaluüa. -Ac-
cion de Llobregat. - Aceion de Santa Coloma. - Ac-
cion de San Colgat. - Estado de Cataluiia. - Marchan
tropas de otras prov incias á su socorro. - Entra un nue-
,'0 ejl(rcito francés en Catalllila. - Saint CJr sitia á Ro-
~as. - Aecion del llano de Barceloua. - Accion del Flu-
viá. -Segunda accion del llano de Barcelona. -Ataque
de San AlItln{s de Palomar, y haterías de l\1onjuí.-
Rpndipion de la plaza de Rosas. - Se fllga su guarnieion.
- S<¡illt C.v[' \'lwlve;í Barcelona. - Aeeion lle Llillas. -
Aceion lle Sarri;Í, - Aceion de -:\<Iolins ,le Rey. - Retira-
da del ej¡:rcito {SpallOl. - Su descontento. - Deposiciou
del Gencral Vives. - Le sucede Iteding. - Dejan los es-
paüolcs la ofeusiv;¡, y toman la defellsiva.. . . . . . . . . . . . . 68


CAPITULO VI.


Operaciones del ejército inglés. - Napoleon marcha á ~u
Pllellcntro. - Paso del Guadarrama. - Rellnioll lid
ci (in:ito inglés y cspa 1I o\. - Los ingleses comienzan su
retirada. - Aeeion de Benavente. - Los espaüoles elU-
prelHlen Sil retirada. -Aeeion de l\fansilla de las mulas.
- .i\otieia de la guerra de Austria. - N apoleon vuel \'e
:í Vallatlo\i!\. - Proyecto de reunir la Espaila á la Fran-
ei,l. - Prepara el restahlecer á José en el trOIlO.-
'-;I'~llllda entl'aJa de este en la capital. - Soult persigue




(51 G)
;Í 105 i Ilg1esf's, - S tI desasf ¡'osa retirada. -Dcsorg:\i] iza-
l;ioJl tI!'!( ej(~rcito illgk:s. -Dat:J11a tlc la Corulla. _ ,\Il1er-
te del General Maore. - ElllJ.an[ne de los ill¡.:;kscs.-
Consideraciones sohn~ esla psppdicion. - Capillll~¡('il)ll
de];¡ COI'I1I-la.- i\"apolcoll Illa]'(~ha á Paris. - Capilula-
eion <Id Fenol. - TOllla de Vigo ............ ,...... . 80


CAPITULO VII.


Los restos del ejércilo de Esl¡'emadura se rpull('n en Tala-
vera. - Asesinato del General San Juan, - ,\ta'lIle del
puente del Arzobispo. - l\ta<llle <lId T)fIelil" del r;Oll-
ue. - Accion dd puente tIe Allllal'az. - ltct.irada del
ejúcito cspaiiol. - Su aispersion ..•....•. , . . • . . • . . . • 107


CAPITULO VIII.
Segundo sitio de Zaragoza, - Pra1·ide¡;<';as (le Pala!o:t.-


Ataf'{l1e de MOllte Torrero. - Atar[ue del arr~d);!l. -
Intimaciol1 de los franceses. -- COlltcsl,'lcion de Pala-
l~,,,. - Salidas de los sitiados. - Al;ujllC del cnnvento
dc San Jos,:. - Se dcclai';¡ 'la cpidclliia en la CilllLd.-
Los puchlos circunvecinos protegen:í Zal','l\:)üz,'l. - Lan-
!les toma el mando del sitio. - l\Iorticr tlisrcfsa las
tropas que se hallaban fller~ de Z;¡ra~oza, -Prepara-
tivos para el asalto. - Disposic; .. mcs de los sitiado~. -
A salto del COllyellto de San ta Ellgrae ia, - S e;llllda in-
tilll,¡t'ioll de LanllCS. - Estado en <l\lC se baila Za¡'ago-
l:a. - ¡\qlio del convento de San Agustin. - Ataques
UC calle 1'11 calle, y de casa en casa. - Ata<llle del con-
vento de Jf'rusalcn. - TOllladd colegio de Escuelas
Pias. - At:Jr¡ue del convento de San Francisco. - Se
desecha la idea de capitular. - A taque de la L' niycr-
sitiad. - Ata<fllC del arrabal. - TomO) <lel convellto de
la TJ'illidall. - Palafox. ellferlllo. - TIelHlicioll dc Zara-
goza. - l'J'elll io dc SLtS herúicos defensores. - Plendi-
cion tle Jaca. - Est.ado tIe la ~aciOll despues de la pér-
dida de Za¡·a¡;'Iza. --- Tratado de :J\ianza eOll In¡;later-




(51 í)
ra. _ Dekltp.s en el Padalllcllto bl'iUnico 50hl'e la gllt::r-
ra pelli nsu!.JI' ..................................... .


CAPITULO IX.
Napoleon proyecta invadir á Portugal. - Cuesta es pl'O-


clamado Capitan General (le Estl'€lll~dnra. -Reorgaui-
zaeioll (Iel ej(:¡eito de p.~ta prov iucia. - T nma la ofen-
siva. - At,1l1lle (Iel puente tIc Allllal'az. - .\t~(¡nc cid
1\101laslel'io de GnadalllPe. - Accioll (le las ./Ilesas de
lhor. _ Retirada dd ejr:l'cito cspaltO\. - AccíOI1 de
Miajadas. - ]1;,lalla de ;Uc,I('Jiill. - El COJ\tle tic Cal-ta-
ojal opera en la :\lancha. - "'ccipl1 dI' :\To,'a. - Arcioll
de Cilldad Hea\. - Se rdi!,a ,1 Sierramorena. - lJc['o"i-
cion del Conde ele f:al'taojal. - Veueg:15 es l1Olllbrado
Capitan gellcral. _ De,caiierrto gCllct'al de los cspaliolp.s.
_ La Junta cent.ral imita al S(~lla!lo Tlomano. - Pre-


11~


m io <.le los qne combatieroll eH \ledell in ............ , . 146


CAPITULO X.
El l\r;,rI'i~p.al Soult emprende la conquista rle Portllgal.-


Acciull de F<:ces. - Aliulllr: de CLaves. - }\sesin;lto del
Gencral Freirc. - Toma de C!laves. - Los portugue-
ses rccolHlllist.11l á Ch;n'los. - T(JHl" Y s<lrlueo tlc Opor-
to. - Dcres[on] orsalliza el ejército pOl'lllgll(:S. - Los
iunleses socorren á PortJq:;al. - Soult se rctira sobre
Galieia. - \Vcllesley toma la ofensiva. - Evacuacioll
dr. Oporto. - Aeeioll de Pcllaficl. - DC5astl'OSa relir¡ula
de Soult. - Elltra eu Orellse. - Los inSlcscs retroce-
den á Lishoa. - Operaciollcs del ej(reito de la ROIJlalla
en Galicia. - Aecioll ,le Yilla[rallca del Bierzo. - Los
espallOles toman á Vigo. - Los franceses OCllp;l!l ;í As-
turi;¡s. - Los espú,olp.s atacan á LllgO. - Heullion de
los Mariscales SOlllt y Ne,v. - So"lt se rcplega á Casti-
lla. - Aceioll de SillltiilgO. - ""C('iOll del jluenle ,le San
Payo. - Ncy e"aclla á Galicja. - Operaciones dc los
Mariscales Mort.ier y Victor. -Accioll de Aldntara. _




(518 )
Los fr3ne(~~Cs se retiran ;Í la orilla i7.C{uiCl'lla del Tajo... 165


CAPITULO XI.
R("orgalli1.a nl'ding Pi ejército ~lc Cal:Jlalta. - Aeeion ,le


Castelloll de Am¡lLlrias. - Accioll de Tgllalada. -Bata-
lla de Yalls. - ;\flwrte de Retling. - TOllla clmalldú
Coupigni. - OCllpall los franceses ;í Vich. - Estado de
Catalulta. - Se silia á Gerona. -lllacke es nombrado
~uce50r de ltccling. - Forma el segundo ejúcito de la
derecha. - S e dirige á Zaragoza. - Aecion de C inae. -
Batalla de Alcaüiz. - Retirada de los fl'all('esc.~ sobre
Zat'agoza. - I3lacke iuteuta tomar á Zaragoza. -Accion
de :\Itwl. - Accion de ~Iaria. - Retirada de lar- espa-
floles. - Aeeioll de llelchite. - Disollleion del segundo
ej6rcito de la derecha. - Suchet vuelve vencedor á Za-
ragoza. . • . . . . . • . • . • • . • • . . . . . • . .. ................. 187


CAPITULO xn.
Guerra de Austria con Francia. _ Los ingleses se lleci-


clen á operar con los espaüoles. - [\ellllioll de los cj6r-
citos. - Sorpre,;a de Torralba. - Accíon de Gamo-
nal. -Batalla (le Talavera. - Premio (le Sir Arturo
'\Vellesley. - Aeeioll de Al'alljur.z ... ~- Inaeeion del ejJr-
cito il1gl(:; despnes de la victol'ia. -- Causas ;í ({tIC ¡]r.he
atribuirse. - Retirada del ej('l'cito ingl((s. - nctirada
de los espallOles. - Aeeion del Puente dcl Arzobispo. -
Cuesta deja clmando. - Le sucede Egnía. - V cllegas
da la llatalla de Almonacid. - Su rctira(la. - Espc(lieio~
nes de la Inglaterra durante la guerra de \n,;tria...... 20-1


CAPITULO XIII.


El DlHlue del Parque reemplaza á la reomana en el mando
del ejército de Galicia. - Batalla de Tamames. - Paz.
de Austria con Frallcia. - Disposiciones de la Junta cen-
tral para recoll!luistal' ,í :\la(tl'id. - Dr'sastrosa hatalla




(5J9 )
,le OC;\I'<1. - ;\Cl·ion de '\!ctlin3 del Catllpo. - i\ceion
ti" Alha de TonJles. - Nnevas llisposiciones (le la Jun-
ta ('(,III1':1\. - "\fanífiesto del '\Iarc¡ués de la Romanil. -
Se convocan las Cortes. - Proyectan los franceses la
C01](luista de la Andalucía.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . -122


CAPITULO XIV.
Sitio de Gerona. - Disposil:iollCS de su Gohernador .\ ¡"a-


rezo - Junta [!;ubernaliva de la ciudad. - Ata,]ucs CUIJ-
tra el castillo de Mo\,juí. - II¡'I'úiea defellsa llf~ Sil glla¡'-
uicioll. - E"tnda de nll con\'oy en la pl'lza. - ¡\uge-
reauesnomhraclo para di,';"';)' las "i',;r:lCinlli's ,kl ,itlo,-
Asalt9 rechazaclo <1e ¡,crIJlla, - Entrada lle Ull sC'gulI-
do COIIVOy. - Salida d\: Gerona {Id l1ri¡pelier Odollelt.
_ Accion de Sanla Colollia <lId ]<'11 1'11 ({5. -Bloqueo de
Gerona. - Falta tle reCLlrsos en la plaza. -Hamhre t{~l··
l'iJJle (Iue se \:sperimcllta. - Accioll de llúlO];¡s. - Ac-
cíon de Dascano. -Illtillla '\llgl:l'e~lU la rendicion inútil-
mente. -Lamcutahle est;;t1o de los halJitantes de GCI'O-
na. - El Gobe:'nador '\II'l\rc1. cae CUfel'lllo. - C:apitll-
laciol! de la plaz~l. - Heroislllo elc sus ,1eft'llsores. -
Falta de cumplimiento de la eapillllaeioll, - Asesinato
del Gubernador Alvarcz. - JIOllOl'('S concedidos á SIL
memoria, y :í Jos ¡;crul,de¡¡ses. - ¡.'il} de la se~un(la
caulpail<t. - O]¡,crv¡]ciones. - SislellJa de gucrrillas.
- Su ¡;rande ulilidad en esta gucrra. . . . . . . . . . . . . . . . . 235


CAPITULO XV.


Mala inteligencia clltre los befes i'1g1cses y espaiiolcs.-
El ejércilo frane,:, im'al!\: la All(]¡¡llleía.-Pasu ,le Sier-
ramorena. - AccíOll de Alcalá la Heal. - TOIl';¡ d" Gra-
nada. - Def(;llsa T ocupacíon de MáJ¡¡ga. -- JOS,! l\apo-
)con CII C:t'íl'lloba. - Ent!'a el! Sevilla. - Pro<'lallla al
eje:l'cilo frallceS". - La JIIII!a cClltral desde Sevilla se
tl'asla<la á Cacliz.-.'ius disposicioncs. -Odio violento
del pueLlo á la J lluta central. - Marcha el DllClue de AI-




(520)
lHlrqui'I"l ue ;í Cadiz. COll su eVrcito. -FO¡'lll~cion lle una
J lUlta pal'a su d~fens~. - s:¡! \~a ;¡ r$ ta plna. - S e aumen-
ta el odio contra la Central. -(:ol1voc!lcion tIc las Cor-
les. - Crcacion de ulla Re~enci;¡. - Cesa en el gobierno
la Junta central. - COlltestaciolle~ del D¡HlllC de AlIlllr-
querq ue con la J unla de Callizo - Soult illtitlla á Alhur-
yyerque la r('adicion. --:\Tensage del rc.y JOS(: á la JUll-
ta de Callizo - Lacónica y clléq;,ca contestarion. - El
Duque de AlbUl'l{llerque separado del mando del ejérci-
to. - Su muerte en Inglaterra. - Prclllio de sus ser-
vicio~ ..........•..•....•.... ""., •. ,." .. " .. ,... 272


CAPITULO XVI.
Yictor hloquea á C~diz, - Disposiciones para la defensa.-


Recio temporal en la bahía de Cádiz, -Defensa del
castillo d~ Matagorda. - Continuall las opcrJeiollcs del
sitio. - El l\Ial'iscal "Iodier se di l'ige sobre BJdajoz. _
Ocupacion de Zafra, - Intíma la rendicioll de Bada-
joz. - Accioll de Zalalllea la Real. - Accioll de Val-
verde., , . , . , ..........•. , ...•.. , .. , . . . . . . . . . . . . • . . 299


CAPITULO X VII.


Intenta Ney el silio de CiuJ,ld-Rotlrigo.-Accion <le Bar-
ba elel PlICl·ca. - Operaciones de r~egllier en Estrema-
dura - Accioll de AlTo}o lid Pltl'l'CO. - Aceioll de la
llocn. - Accioll de HOII(Jllillo. - Aeeion tIc Al·¿¡CCna.-
El Genel'al francés 130net hace ulla illClIl'sion en Astu-
rias. - Aceion de Ovicdo y elel Puente de Colloto.-
Junot sitia á Astorga, - IIeróica derensa dl~ ;;u Goherna-
dor Santocildes. - Capitula despllcs de apuraelos los
medios dc resistencil. - Saqueo tIc la ciudad. - Gran-
des preparativos de Napoleoll para invadir por tercera
veL á Portugal. .. : . • • • • • • • . . • • • • • • • . . . . • . . . . . . • • • • • 306




( 521 )
CAPITULO XVIII.


Odonell es nOlllhradu Ceneral en gefe tlei cjr!rcito de Ca-
talulia. -Accion del puente tIc Molins de Rey. - Ac-
CiOH de Muya y Collsuspilla. - I\.cconocimiento 501)re
VieIl. -Aceion de Santa Perpétua y Mollet. - B<1talla
de Vich. _ Aceioll de Villaf'ranca de P auadés. - Accion
(te Esparraguera. - Retirada de los franceses á Barcelo-
na. - Blolplco y clefensa del castillo de Hostah'ich. -
Toll1an los hallccses las islas Medas. - El Mariscal Mac-
don,üd l'CL'''l'laza á Angereau. -Accion de Orta.... . .. 315


CAPITULO AlA.


Operaciones del júvell ;\Iina en Navarra" - Suc11et le per-
sigue aclivamente. - Espedieion de Suchet á Yalen-
cia. - Combate tIe Alvclltosa. - Entusiasmo de !O,; de-
fensores de Valellcia. - Retirada de Sllchet. - Opera-
ciones del Gelleral cspailOl Vi¡¡acampa. - 3Iina el j,íVCll
es hccho prisionero. _ Suchet si! ia á Lúitla. - Esta-
do de la plaza.-Salidas df~ sus deCensol't.'S. - Batallil (le
1\1;I"1:Flo[: - H"'TOl'OSO ;¡s~lto de Léri<la. - Jl.eni]icioll
de la plaza. - C)porao~on.-v.:> ...1.01.00 .c"'ln~lt-.on'()G. --]}cfellsa
y rClldieion de MClpincllza.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328


CAPITULO XX.


Napolcoll nomJH'a á Masena para COll(luistar el Portngal._
Disposiciones de \\~ e1lington para su cleI'e115 a. -Sitio de
Cilldad-Plodrigo. -B.cullion de los ejércitos fl'allceses de
N ey, J 1l1lOt y lVIasena. - Herúiea ddensa de Ciudad-Ro-
dl'igo.-S u rendiciull.-Accion de Jerez de los Caballe-
ros.-Posiciones (le los ingleses en Portusal.-Rceolloci-
micllLo del fuerte de la COlleepcioll. -EII1 piczall los in-
gleses su retirada (¡ Lisboa. _ DefeJlsa y relldicion de
Almeida. - Los pueblos signen la retirada de los in-
gleses. - llatalia de Dusaco. - Toman los franccses 1Í
TOllO 11. 66




( 522)
Coilllbra. - Ocupan los ingleses las lÍtleas inespugna-
lJles dc Torres-Veuras. - El Marqnes de la Romana
con ulla division mareha;í unirse:i los itlgleses. -Sis-
tema de ¡uaeeíon de \VelliJlgton en esta guerra. - El
ejército francés reducido á la lllas espantosa miseria. . . . 358


CAPITULO XXI.
Sitio de Cádiz. - Se convierte en lJloqueo. - Tllsurrcc-


cion de la sierra de Ronda 'f de las Alpnjarras. - Frci-
re reorganiza en Murcia el ej(;reito del centro. _ El G e-
neral frallees S('hastiani hace una illeursion rll pJ ,.~;",.J
de MUl'"¡''' _ B1acke toma e11l1aud" ,1,.1 Oj'o.;'1CltO dc 1'Ilur-
cia. - Aceíon de Larca. - Retirada de Sebastiani. -
n!acke destaca una divisiol1 á la l\Iancha. - Aeeion de
Roda. - Se manifiesta la epidemia I'n Murcia. - Es-
pedicion del General Laey al condado de ]'íichIa. - Ata-
que de l\Inguer. -Su vuelta:i Cárliz. - Espetlieion ma-
lograda del Lord maney. _ El ejército de Bbcke toma
la ofensiva. _ Batalla de Bnza. _ B!acke es nomhrado
Regente. - Toma de ilIal'hella.. . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . 2.102


CAPITULO XXII.
El Rey José rcgrc3a :í Madrid. - Opcr:¡ci0l1C3 Jc las guer-


rillas. - Aceien de Almélzan. - "1ecion de Jletorl dIo. -
Accion ,le Cirucntcs. - Aeeion dc Cosolludo. - AcciOl1
de Fuenle-Sanco. - Toma del castillo tIc la Puchh de
Sanabria. - LspeJicioll de Portier á JijOll. - Espcdi-
cion contra Sanlol'a...... . . • . . . • . . . . . . . . . • . . . . . . . . • 423


C.APITULO XXIII.
Prej1J.rativo;, de 105 fr:.:neeses para el sitio de Tortosa.-


S itio de esl;¡ plaza. - S alidClS de los sitiallos. - TIlollueall
lo:; espJ.J¡o!eG á i\L)l'clla. - AC('tol1 tic Gra'~() 1]e1<3. - Ac-
cioIl de Fals::t. - Defensa tle TOl'tosa. - Sorpl'csa de
Flix.-OFcrQcicJ:cs eH la línea del Llohrc¡:;at.-Odoncll
logra enccrrar á lo~ franceses en el campo de Tarr,"so-




( 523)
na. -Retirada de los franccscs. - Ataqne de Falset.-
Las tropas espaÍlolas de Valencia intentan socorrer á
Tortosa.-Su retiratla. -Reunjon de Macllonald y Sn-
chet. - Accion de Cervera. - Accjon del Abisval. -
Accion de Sallayosa Cll la Cenblla fl'ancesa.-Operacio-
nes de varios gefcs del ejército de Catalnüa. - Campo-
verde toma el mando en< gcfc. _ Toma de Solsona.-
Incendio de su Catedral. _ Accion de Darnius. - Ac-
cion de Lladó. -Segull(lo esfuerzo de las tropas de Va-
lencia en favor de Tortosa. -Accion de 1711dccona.-
A on;nll de Villel. -Estado de insurreccioll de toda la
Catalniia. --~o";nll de los :\Iol'sos. -Accinn ,1 .. r"oldl-
follit. - Sorprcsa (le varios <\estacamentos franceses en
el campo de Urge!. -Continúa el sitio de Torlosa.-
Su rendicioll. - Funcsta ilJlpresion qne canSa. _ Con-
sidcracioncs sohre esta terccra campaüa. - Nueva 01'-
gauizacioll de los c jérci los .......................... .


CAPITULO XXIV.


Convocaciol1 de Cortes. - Eleeejol1 de Diputados. - Re-
l1n;nn de h, Codc.;. - Sil insl¡¡]acioll. - E:;posicioll ae
la RCgCllCi". - Pl'Íwcras mcdidas de las Corlcs.-Prcs_
tan los HC¡;Cld<cs cl j~¡1;¡1l1cnto tIc fi(lelitlatl. -Se fijan
sus all'ilmcie!lC:i. -E,~t:lhlcc;lllicnto ¡le la liherl~d de iUl-
prcnta. - El Obi,;po (le Orensc no reconoce la suJJcl'anía
de las Cortes. -i\I:~did;¡s rllle ¿[rlopLall contra él. _ Ha-
ccn dimisinn les I'cc:;clltc:;. - KOlllhralllicllto de una
llllCE¡ nr::,cl;:~i:l. - H~csll'icciOllcs (IllC ]¡~ce al jurar el
1\IanF/s dd r::!acio. -,sil arrc<'lo y causa.-Se decreta
un lllcm:lllC¡,to tí Jorl~c IlJ. -l'J'o)celo dc forlllar 11l1a
Constí!;:e;ol1'-0l'o"iciun d8 al,;1l110;1 Dipl¡{adlJS. -Des-
tierro de los i¡¡(li, i¡[¡los !le la pl'iU1Cra Itq;cllcia.-Provi-
dCIlCi:ls (Ille ;:¡do pla el go:;ú: l' llO i IJI ¡<uso dc J 05::-C0I1VO-
ca Corlcs.--AJllili.,tí:l._J);\ ¡,iolJ t1d tcnitul'io.-Gu:u'-
día chic::, - Juntas crilllillules. _ Yalor del Obispo un-
x:ili:lr úe JWalll' id. - L,JJOl'l)i:a ~es CÜlI! [iLuciones. _




(524 )
AZilnza, Emhnja(lor cn París. - Estado de los puehlos
Iluminados por los franccses. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 468


CAPITULO XXV.


Estado de la Enropa en los ailOS 1809 y 1810. -Rendicíon
dc la Caycna franccsa. - P,cvolucioll de S nccia. _ PI' i-
sion de C-ustavo Adolfo IV. -Su ahdicacion. -Procla-
macion elel Duque de S lldeúnania , hajo el nombre de
Cárlos XIII.-Desticrro de Gustavo y su familia.-Guer-
ra de Anstria.-Datalla de Eslinfj.-DevVagram. _ Pa..:
de Austria. -Prisioll del Papa. _ Di\'orcio de ~a¡J(:'" _.
- S u casaUllcnlu '-'VI~ -- .• " •• ~ 1. ; ... llH(~L". ... ,:,.:1- _~..,;;; .n.ustrla. -
Desticrro dc los Cardenales cIue no 'lui<i~rnll preseuciar-
lo. - Alianza de Francia con Suecia. - Reunion de los
estados pontificios á Francia, - Ahdica Luis Donaparte
el trono de Holantla. -5 e rcune al Tmperio. - El G cue-
ral Bcrllal'clotle es llombrado Príncipe heredcro de Sue-
cia. - Declara la SlLccia la gncrra á Inglatcrra. -Estado
de la ,\iuh-ic:.l en1f:109 y 1dIO ............ , .... ,...... 490


L"r ({ obl'a {'S propiedad del Autor, quicn perseguirr¿
como ji'(///(!II!elll'js (o(lus ro,) ejemplal'cs 'lue //0 {(c,'en (Ui
COil! rase/las 1llC en cs!t;¿ cclicioll se /wl!cm.




IIISTORIA
DE LA


GUERRA DE LA INDEPENDENCIA


DE ESPAÑA.






IIISTORIA
,


l'OLITICA y MILITAR


DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
--DE ESPANA


CONTRA


NAPOLEON BONAPARTE
DESDE 1808 Á 1814,


ESCl\ITA. SOBRE LOS DOCUl'rlENTOS AUTÉNTICOS DEL GOllIER:-iO


POR


, --EL Dn. D. J OSE lUIJNOZ l\'lI\LDO?VADO,
DEL CO:l"SEJO DE S. M. , 'IlXISTRO HONORARIO DEL HL\L Y SL'PRDIO
DE CASTILLA, SECRETARIO DEL REY N. S. COCí EJERCICIO DI: DE-
CRETaS, CABALLERO PENSIOXADO DE LA REAL Y DISTI'ó(jl)lDA aRDE"
ESPA:'lOLA. DE CARLOS Ill, E.'\.-CATEDR.~TICO DE Jt:nISPRl)DEXCIA
CIVIL DE LA HEAL UNIVERSIf1AD DE ALCAL\ DE HEXAHES, ABO-
GADO DE LOS l,EALES CONSEJOS, IXDlVIDlJO DE V AHIOS ESTABLE-
CIMIENTOS LlTEr,ARIOS, SECRETARIO DEL CO'óSEJO HEAL y SUPHE-
MO DE LAS ÓRDE:VES mLlTARES, Y DE LAS Jt::'óT AS DE CABALL~.
lilA DI> ELLAS, Y APOSTÓLICA .xc.


PUBLICADA DE ORDEN DEL REY N. S .
...... "


TOllO 111.


1\IADHID: Octubre (le 1833.
Imprenta de D. Jost P ,UACIOS, calle del Factor.




Nidia cllim nobis soGÍetas Cllln TJ'rannis.
(ele. de OfJiciis.)




(5)


,


C.t\PITCLO 1.


Soult marcha al socorro ele. Masena. -Muerte del Mar-
qlH(S (lc la Romana. - Pérdida de Oli-renza. - Soult
elllbistc á fladajoz. _ DcCensa de esta plaza. -l:cceion
(lc Santa Entíracia. -l'Ifllcrte del GellC'rnador !\lella-
cho. - Capitulaeioll. _ Decrcto del Gobierno sohl'c la
defensa de las plazas. - Sitio y rCl1l1ieiol1 de Campo-
lll;lYOI', -1fascna Clllf'l'ÜlHlc su I'etil';)(la. - ~líscria es-
pantosa de su ejército. - \Vellill;;toll penifiilc ;Í los
fraueeses en su rctirada. _ Accioll de PUlllbal. - De
Fteclillll<t. - Dc CasallJ01JO. - Dc Foz de .Arouce, - De
SaJluf)al. - Entra el ejército inglés en Espalla. - Si-
tian:í A!meida. - Yoladura de esta plaza. - Da~alla de
Fuentes dc OltOl'o. - Conc{uista de Campf)Il\~I}O".­
OCll)';¡;Í Olivellza. - CastaJ,osyTIere,forrl prillcipi~1l el
sitio de Iladajo~~. - Opel'aciolles ,Iel Gener;\! Ihllc;;tc-
)'o.s. -AccioI1 de Castillejos. -Aceloll de J[ediil;~si.I(J­
nía. -Accion lle Fregenal. - Espcdicion para 1lacCl' le-
vantar el sitio t1c C(¡,liz. - Accíon de la caheza del
pucul(' de Sancti Pdri. - TIaL¡lh (le Chichna y Torrc-


])arrosa. ~Dcposiciolt ¡Iljtisl;] (lel Generai L:¡;lcita. -
Yintlic"cioll .y premio concedido (¡ estc General. -- Sc-
gUlllb acci011 de l\Tclliuasidollia. - Accion de la l'd-
ma. - Espcdici011 dc Z;¡~'as al coudado de I\iehla. -
Acciou de ~\Iooacr. - Zayas rcgresa á CáJiz.


El ailO de 1811 empezó por las opcl'<lcicnes WI L
(PlC emprendió el l\brlscal Soult sobre la Es-
tl'l~madura cspaÍlola con el oLjelo de favorecer
al ejército de -'lasena, (Ille Corno hemos mani-
festado, se enconLraLa ~n rortugul en la mas




(6)
1811. completa inaccion delante de las líneas de Tor ..


res-vedras. Soult habia recibido al efecto órde.
Des terminantes de Napoleon; y en su conse-
cuencia partió de Sevilla para Estremadura con
el cuerpo de ejército de Mortier y a;gunas otras
tropas, á las que se reunió en Mérida otra di-
vision procedente de Toledo.


Los tropas del Marqués de la Romana, que
como dejamos dicho, cooperaban con las aliadas
á la defensa de los atrineheramientos de Torres-
vedras, ansiaron desde luego volar al SOCorro
de sus compatnotas, y particularmente de la
l)laza de Badajoz, am.enazada por las de Soult.


Lord Wellington habia combinado con la
Romana un plan de operaciones para la defen-
sa de la frontera de] Sur 1 Con cuyo objeto los
españoles deberian ocupar una posicion detras
del Gebol'a; y apoyando su derecha sobre el
fuerte de San Cristóval, punto el mas á propósi-
to, mantener la coruunicacion con la plaza de
Badajoz. Ya las tropas españolas se habian
separado de las anglo-portuguesas, y ell\Iar-
qués de la Romana se disponia para ponerse
á su caheza, cuando este falleció de repente en
el cuartel general de Cartaxo, de resultas de una
neurisma en el corazon. La pérdida del Gene-
ral espaí"lol fue sumamente sentida por el Lord
Wellington, amigo del Marqués, y justo apre-
ciador de sus relevantes cualidades. El General
británico dispuso que los restos mortales ue su
digno compaiiero ue armas fuesen sepultallos con
la mayor pompa) y que á esta ceremonia COl1cur-




(7)
riesen el ejército y marina británica de Lisboa, 1811.
asi como lo verificó un inmenso gentío de los
habitantes de esta populosa ciudad. Al dar cuen-
ta á su gobierno de este doloroso acontecimien-
to en 23 de Enero, se espresaba Wellington en
estos términos: «Tengo el mayor sentimiento en
flparticlpar que el Marqués de la Romana ha
«muerto en esta ciudad en este mismo dia, des-
"pues de una corta enfermedad. Sus virtudes) su
«talento y su -patriotismo son bien conocidos
(rdel gohierno de S. M. En fin, el ejército espa-
«ñol ha perdido su mas bello ornamento, Sil
«pais el patriota mas puro, y el mundo entero PI
«mas valiente y celoso defensor de la causa
«por que combatimos. Viviré siempre agrade-
«cido á la asistencia que me ha prestado, tanto
«con sus operaciones como Con sus consejos,
«desde el momento en que se reunió á mi eié\'-
«cito.»


La primera operacion con que el Mariscal
Soult abrió la campaña fue la del ataque de Olí-
venza, en cuya plaza abandonada estaban acuar-
telados algunos batallones espaiwles al mando
del Mariscal de Campo Don Manuel IIerk, quien
capituló con ellos des pues de una corta resisten-
cia que le permitieron hacer sus escasos abaste-
cimientos. La pronta rendicion de esta plaza,
que se verificó el 22 de Enero, animó sobre ma-
nera á las tropas de Soult, quien siguiendo el
plan que se habia propuesto para cooperar á la
empresa de arrojar á los ingleses del Portugal,
embistió á la plaza de Badajoz el 26 <le Enero,




(8)
18l1. aprovechándose de la ausencia de ]a.5 tropas e:;-


pailOlas) que clesde Octubre del aüo anterior se
hallaban ocupadas en las lineas de Torres-veclras.
La defensa de Badajoz se hallaba encarnen dada
al Mariscal de Campo Don Hafael ~lenacho, quien
con el mayor celo habia previsto el caso de un
sitio, y abastecÍclola en lo posible, haciendo
salir de ella una multitud de mugeres y niños
que se habian refugiado dentro ~ huyendo de la
ferocidad del enemigo.


Los franceses se dedicaron con la mayor ac-
tivi.dad á formal' baterías en el cerro llamado
del Viento, y en toda la márgen iZ(Iuierda del
Guadiana, con el objeto de batir el fllerta de
llardaleras y el de la Picuriña. El sitio continuó
por espa~io ele diez dias, durante los cuales la
guarnicion de la plaza hizo cuatro salidas, con-
siguiendo en todas su objeto. El dia 5 de Febre.
ro se dejaron ver las tropas espaüolas (lne ve-
nian de Portugal, al mando interino del Gene-
ral l\1cndizabal, y entraron en la plaza las divi-
siones de la Carrera y de Don Cárlos OJonell,
logrando tener abierta la comunÍcacion de esta
con la de Yelves y Campo mayor , distantes trcs
leguas. Estas lropas, en union con la guarnicion,
verificaron el dia 7 una salida contra los sitiado-
res con el oh i eto de destruir las baterías cons-
truidas por estos en los puntos del Almendro y
de San Miguel, a vanzando al mismo tiempo con-
tra las del cerro del Viento. Las dos primeras
fueron tomadas á la bayoneta, y vueltas á pcr-
uer por dos veces, hasta que reforzados los fran-




(9)
ceses con fuerzas muy superiores, tuvieron los 1811.
espaüoles (lue desistir de su empeño, con pér-
dida de 600 hombres, cOllsiclerándose mayor la
que sufrió el ejército sitiador por cuanto estuvo
espuesto durante ]a refriega á los tiros de la
plaza.


El General Mendizabal, que habia logrado
ponerse en comunicacion con Badajoz, situó su
ejército el dia 9 en las alturas de San Cristóval,
llamando la atencion del enemigo. Este se apo-
deró el U del fuerte de Pardaleras, cuyo Go-
bernador Don José Ladron de Guevara, Capitan
del regimiento provincial de Trujillo, se retiró
á la plaza con su guarniciono Los franceses se
alojaron en él á pesar de los fuegos de aquella
que le destruyeron.


Conoció el sitiador la importancia de arro-
jar á los c5paüoles de la posicion de San Cristó-
val; y habióndoles dirigido el18 algunas grana-
das desde el fuerte de Pardaleras, los obligaron
á levantar el campo en aquel mismo dia y si-
tuarsc en las alturas de la Atalaya y otras inme-
diatas á la enniU,l de Santa Engracia. Por la no-
che el Mariscal Soult hizo pasar una gran parte
de sus fuerzas á la derecha del Guadiana y del
Gebora, y atacó al amanecer la nueva posicion
de los españoles, adelantándose para en vol ver-
los por su iZ(luierda un cucrpo de caballería,
que arrollando á la española no logró sin em-
)largo su objeto; pues fue rechazada por el vivo
fuego de la infantería de aquel flanco. En tanto
las columnas francesas avanzaron de frente y


TOllO 111. 2'




(10)
181 f. :ü3caron con vigo!' la vanguardia espaiíola que
des~)Ues de una tenaz resistencia, c(~uió el ter·
reno casi al Ii-tismo tiempo qne Uegaba ~í I'tfor-
zarla una columna procedente de la Atulaya. Un
terrible y acertado fuego de fllsilerÍa y de artio
llería que hicieron los cncmiglJs en tan. crítico
momento, desol'uenó estas tropas, y la casua-
liuad infausta de haberse incenuiauo cnLonces un
carro de municioncs en el cenll'o de Ull cuadro
de infanterÍa que debia servir de upoyo á los es-
!>aí1oles, acabó de introducir en (~stos el uesór-
dcn , del (Iue aproveclvílldose la cabédlerÍa ene-
miga, acuchilló á los fugitivos, é hizo lilas de
5.000 prisioneros, salváildose únicamente una seco
cion que logró introducirse en 13adajoz, y nlgllnas
otras tropas, (11lC con Don C,írlos EspalJU puuie-
ron refugiarse en YelVéS, protegidas (lclregi-
miento de la U Ilion, que coa ~ll Coronel Don
Pablo Morillo <i la calwza, sc retiró en lllasa,
dando un ejemplo admirable de valor y Jiscipli-
na enmeuio oe la confusioll y espanto de tan
desastrosa jornada, I/[Ie acabó de decidíl' j;¡ suer-
te de la plaza de Badajoz) (file desde este dia
quedó circunvalada entel'ameuLe. Mas ;í pesar de
tan terrible catástrofe, su Gobernador l\lellacho
juró de nuevol1.1ol'ír hcróicamcntc en su (lt~ren­
sa; y despues de hacer los mayores esfuerzos
para retardar los trubajos del sitiador, estando
sobre el muro observando una salida vigorosa
que ejecutó el dja 4 una parte de la guaruicion,
perdió la vida, arrebatado de una bala de cai1on,
que privó de tan heróico camEllo á su patria.




(11 )
Esta dí'sgl'ncia causó la mayor sensacion en la 1811.
gU31'llicioll y vecindario de R .. dajoz) que llora-
ron alnargamentc la pérdida de lan eminente pa-
triota.


El Brig;Hlit'1' Don José Imaz le sucedió en el
mando, y continuaudo en ]a defensa de la pla-
za ,resistió al enemigo ]13sta qlle adelantando
este sus trahajos, voló t'n la noche deI8 la con-
tra-c~c[lrpn de UII l'('!Jcllin , y el Y abrió una bre-
cha dl~ treinta y dos varas en la cortina corn-
prentli(lr! ('litre los hulll3l'tes ue SawJuan y de
Santiago, El dia lO d Genera] MorlÍer intimó á
la pla7.a la rendicion , y con este motivo Imaz
COllvnc() á los Generales, Comandantes de (lrti-
Hería ó ingenieros, y á los gt·fes principales de
los cucrpos de la guarnicion en número de diez
y siete, para deliberar sobre las proposiciones
del sitiador; y aunque ni los fuegos de la plaza
estaban apngados , ni los flancos que cubrían la
subirla de la brecha se hallaban aun indefensos,
y aunque la misma brecha se hallaba minada y
dispuestos los h:Jrriles de pólvora para volarla,
y su enlrada estaba cubierta por un parapeto que
se hnbin formado en la noche anterior) la ma-
yoría opinó por la capitulacion, la que resistió
heróicamentc el Comandante de la artillería Don
Joaquin Ca amaño , En su virtud se autorizó al
Brigadier Don Rafael Ol'e para que ajustase la
capitulacion, la que quedó concluida el mismo
dia 10 -' siendo una de las condiciones que la
guarnicion saldría de la plaza por la brecha, co-
rno se verificó) quedando prisionera en número




(12)
1811. de 7.000 hombres. Asi se a!)oderó el enemirro de o


esta plaza) que se hubiera tal vez salvado si hu-
biera prolongado quince dias mas su resistencia;
pues el 25 llegó con sus tropas el General Be-
resford á la vista de BaJajoz.


La Regencia del Reino, poco satisfecha de
la conducta observada por el Gobernador Imaz,
mandó juzgarle por un Consejo de guerra que le
absol vió de todo cargo; y para premiar el va-
lor del Comandante de artillería Caamaüo, le con-
cedió el empleo de Brigadi€r.


Al considerar el gobierno espaüol el contras-
te que presentaba la defensa de 13adajoz con las
gloriosas de Zaragoza, Gerona, Hostalrich y
Ciudad-Rodrigo, cspidió un decreto en 13 de
Ahril para que en el caso de que por apuro ó inti-
macion el Gobcl'l1ador de alguna plaza ó puesto
fortificado tratase de capitular por sí solo) ó ce-
lehrase Consejo de guerra, en que la mayoría
opinase por la capiLulacion, adhiriéndose ;Í este
dictámell el Gohernador ó Comandante, toma-
se en el acto el mando el Oficial de mayor gl'a-
duacion que volase por la Jefensa en cualquier
estarlo en que esta se ltallase; y en caso de una-
nimidad de votos para la entrega ó capiLulacion,
se convocasen los Oficiales de mas graduacion
que no hubiesen asistido al Consejo) y si aun es-
tos estuviesen unánimes en el parecer de aquel,
se proceda á la reunÍon de los Capitanes, y su-
cesivamente de los Tenientes y Subtenientes; de
modo, que si un solo Oficial opinase por conti-
nual' la defensa, lome este, aunque sea el últi-




(13)
mo de la guarmclOn, pOI' el mIsmo hecho el 1811.
mando, con la propia autoridad del Goberna-
dor ó Comandante, dehiendo quedarle este y
todos los demas Oficiales, de cualcluiera calidacl
que fuesen, las tl'opas é individuos que estuvie-
sen dentro de la plaza ó puesto, no solo subor-
dinados y sujetos desde entonces ¡t sus disposi-
ciones, sino obligados tambien á contribuir con
su pronta obediencia, ejemplo y esfuerzos ,11
buen éxito de la empresa, bajo pena de la vida
y de confiscacion de bienes.


Este decreto, en que se escita ha el orgu-
llo y valor militar, cerraba á los enemigos toda
esperanza de poder adquirir plazas y pucstos
fortificados de otro modo que á fuerza dc armas.


Despues de la rendicion de Badajoz el Gene-
ral Soult determinó apoderarse de la plaza de
Campomayor, á cuyo fin destacó al General Gi-
rard con 4.000 hombres para batir la guarnicion
}10rLuguesa, escesi\Tamente inferior en Húmero,
pues apenas llegaba á 600 hombres; pero el Go-
heruador, desprcciaudo la intimacion de Girard
continuó la defensa hasta el 21, en cuyo dia ha-
llándose ya la plaza con brecha abierta y prac-
ticahle , capituló rendirla el 22 si no era antes
socorrida; y no hahiénJolo sido, la entregó, que-
dando la gnarnicion prisionera, y saliendo de la
hrecha con todos Jos hOllares de la gllClTa.


El Mariscal Masena, paralizado delante de
las líneas de Torres-vedras) sin haber podido
adelantar nada durante los catorce mes(~s ele S11
campaila , viendo dismilluirse de dia en dia su




(14)
HJf 1. ej ércil o por los com lHI tcs conLí n llOS C¡U e tcnia


que sostener, y pOI' la absolula f;¡;la de víveres
que esperimcutaba, renunció ;í la eSIH'ranza de
patlt'" re,llizal' la promesa que su Emperador
habia hecho con tanto énftlsis ¡í la faz dc la
Europa de arrojar á los ingleses de la Pf'nÍnsula
e51'<l1-1Ol". En vano Napoleon envió ¡; Drollet, co-
mo ya dl'jamos dicho, dc refuel'zo COI! el SI. o
ClIt'I'(HI : Sil posicion 110 mejoró pOI' este socorro;
y COIl\'CIH.:ielo ele la imposibililbJ JI'. penetrar
hasla Lí"boa , asi como <le la de pel'mauPct'r por
Dlas til'tlljlO ell Portugal, emprendió su retirada
h;íeia la rr"utna de Espaiw en 5 de Marzo por
el l\1iSlllO CiHllillO que llahia llevado á Sil entra-
da. Mientras \lue las fuerzas franct'sas se dismi-
nuian diariallll'IILe, COmO acabaulos de illdicar,
los illgl(~ses allllll'nLal'on considerahlemente las
suyas con ulla t'spl:'dicion proyeCl:lLla para la Ca-
labría, eH el rt'ino d.e Nápoles) que por enton-
ces St~ sllspelldió.


Era hurrorosa la miseria que afligía al ejér-
cito fr<lLlces: los plIPblos se hallaban desiertos:
toJos cualllos lwbitaules no habian podido pe-
netrar hasla Lisboa, se habian I'l'fllgiaJo á la as-
pereza de las rocas, á las curebrcs de las mon-
tallas rnas elevaJas, y á los sitios mas incultos.
Alli era donde los dcstacamentos franceses te-
nian (Iue ir diariamcnte á arrebatarles la subsis-
tencia fiuC defendían con el mayor tesan, Con.
virtiendo al Portugal en un hOl'l'cndo teatro de
muerte y de desolacion. Las enfermerlades vi-
nieron ;i acahal' de hacer mas terrible la situacion




(15 )
del ejército frHl1ces, y á hacer mas necesana la HH1.
retirHda que emprendió.


"\VelliIlO"ton, abandonando el sistema de inac-
.. ,


cion q!le hasta entonces babia segui(lo, y co-
llociellllo flue la sal vacion de las provincias de
España dqwnrlia de las velltajas que consiguiese
sobre el ejército de Mascna , destrlcó con la ma-
yor prolllillld al Mariscal Deresford cll5 de Mal'zo
Con 22 000 hombres para que desalnjasell ;l Soult
y á Morlier de las plazas que se bailaban &itianJo;
y él mismo J diri~ióll!\ose hácia Almeida , persi-
guió COl! Ja mayol' actividad al ej('rcito d(~ Ma-
scna, Al'cn:ls emprelldió este su reti";lda durallte
la 110cll(~ .dd 5 de Marzo, cuando flW seglJiJo
por el cj/'\'cito allglo-Iusitano, y d dia 9 , ha-
biendo lomado (1o;;iciol1 enfrenle de la villH (le
Pombal Itls cuerpos 6,0, 8, ° Y 9. 0 del f'j("l'cito
frances, con la cabed lerÍa mandad" por el Ge-
neral MOlltIJl'IIII, p(~l'lnanecieroll t:ll aqll(·lla po-
sicion hasla la noche dd·ll, en (¡¡Je se ¡,elit'a-
ron despu!'s de haber sufrido durante el dia un


t J J'.' 1 a 3 a 4 a 6 a 1 a Hqlle pUl' as (lliISJ()lleS ",., " ' y a
ligera, .Y l(¡tI a la ea ha 11('ría IHi Lí !lica. El ti ia l2
de l\:bl'zU el e,e cuerpo frances COll la caballe-
ría! d~ l\lUlJtJ¡rlll~ tomó llna fllerte posieion en la
salida d(~ Iln des!¡la¡]no (~ntre Pomb;¡l y Hedin-
ha, elJ dOllde fnn :Il;¡cado por la brigada dl,l Ge-
neral Pak y j¡¡ caballl'ria bl'itánica, qlle lo des-
alojó de Sil Jlosiciull despues de una decion muy
reñida, en (lile lllVO muchos l1luel'los , heridos y
prisioneros, El día L4el G,o }'8,o cuerpo del ej.!l'-
cito de Maseua ocuparon otra posicion 111tIy ven-




(16)
1811. tajosa en las inmediaciones de easalbobo; mas


se vieron forzados á abandonada á consecuen-
cia de varios movimientos ejecutados sobre sus
flancos por varias divisiones inglcsas J y de un
alaque de frente que les ocasionó un daño con-
siderable, forzándolos á continuar su retirada
por el camino del puerto de MUl'celha, en don-
de dchian ser hostigados por las milicias portu-
guesas ) al mismo tiempo que el ejército britá.
nico les picaba la retaguardia.


Al dia siguiente 15 el ejército frances, situado
en la fuerte posicion que ofrece el terreno en la
márgen derecha del rio Ceira, y hahiendo de.
jado S1l rctaguardia sobre la izquierda, enfrC11te
de la Foz Jc Arouce, fue arrojado de ella des-
pues de un obstinado combate que produjo pér-
didas de considcracioll por una y otra parte, y
el e j ércilo frances prosiguió re pleg¡í udose, ha.
hiondo antes cortado el puenle sobre dicho rio;
y en 3 de Abril llcgllal Coa, en cuya orilla de.
recha, habiendo hecho alto, dispuso Welling-
ton atacar la fuerte posicion que en las illmedia·
ciones de Sabugal ocupaba el 2. u cllerpo al mun-
do del General Reguie,·, tratando de envolver la
izquierda del ejército enemigo; y habiendo pa-
sado los ingleses el rio, se empeñó una accion
muy sostenida, rechazándose mútuamente varias
veces, hasta que los movimientos de \Vellington
sobre los flancos obligaron á retirarse á los fran.
ceses con pérdi.da de muchos muertos y heriJos,
y ,le 300 prisioneros, que fue muy superior á la
Je los aliados. De resultas de esta accion acabó




(17 )
dc repasar las fmnteras de Portllgal el ejército 1811.
lhll1ces, y la plaza de Almeida quedó sin comu.
nicacion con él.


El ej(~rcito británico entró en Castilla la vic-
ja, situándose entre el Coa y el Aglleda para
bloquear á Almcida, cuya plaza supo W dlillg-
ton por los paisanos portuguescs que no hahja
podido abasteccrse por el enemigo. El Mariscal
Mascna inlentó socorrerla, y al efecto reunió en
2 ue Mayo los cucrpos 2. o, 6. o y 8. o, reforzados
por el 9. o refundido en ellos, y toda la caballe-
ría que haLia en Castilla y Lean, inclusos 900
hombres de la Guardia Imperial. Puestos los dos
ejércitos á la vista uno de otro, ejecutaron va-
rias rnaniobras, y en seguida el frances atacó en
la tarde del 3 la aldea de Fuentes de Oüoro , de
la que fue recbzado con gran pérdida. El dia
4 se pasó en reconocimientos ~ y el 5 repitieron
los franceses el atarIue con mayor furrza; p2ro
fueron igualrnente rechazados con 1l0lalJle pérdi-
da, de cuyas resultas desistieron de su el1lp61O,
y se rcliran¡J] ]¡,;cia Cind~ld.Hodrigo en la lIoeLe
del 6. Los iuS12ses estrecharon el lJlorllleo de
Almeicla , y su Gobernador el General H~gnier
que habia presellciado la ineficncia de los esfuer_
zos de Masena para socorrerla, determinó vo.
larla antes de evacuarla, lo que verificó con tan-
ta felicidad el dia 11, que á pesar de hallarse
rodeullo de numerosos cuerpos del ejército alia-
do, su gl1arnicion se snlvó completamente) 1:1-
vOl'eeidn lle la oscuridad de la Boche.


A1 m~:'lllO tiempo el l.\1ariscal 13crcsford 'ltle
'l'C:I1 c, [11. 3




(1R)
t8J 1. con su cuerpo de cjt:rcito se dirigia por la iz-


quierda del Tajo, hizo movimientos sobre la pla-
za de Campomayor con intento de socorrerla; y
aunque no llegó ya á tiempo por haberse rendi-
do dos dias antes, presentándose á su vista el
24 de Marzo, halló á los franceses en Tlosicion
fllera de la poblacion con tres batallones de in-
fanterÍa, cuatro escuadrones de caballeria y seis
piezas de artillería, y empeiló con ellos lIlla nc·
cíon sangrienta que termilló por su retirada á
J3adajoz, abandonallllo á CampomaJor y todo
cuanto conlcuia al tiempo de la capitulacion, por
no haber tenido el tiempo suficiente para su
traslacían. La pérdida dc ambas parles fue ue
hastante considcracion ; y Deresford, sin dete-
nerse cn Campomnyor, pnsó el Guadiana por
Jnrnmenha , y se mlelantó hácia Santa Marta y
los Santos en los dias 15 y 16 de Abril con el
objeto de corlnr In cOl11unicncion entre Badajoz
y Sevilla, y de cubrir al mismo tiempo el ata-
qlle de Olivenza, en que estaba empleada la di-
vision brit;ínica, al mando del MaJor G~ncral
Colle, que consiguió su rcndicion en el mismo
dia 15 en quc se rompió el fuego contra la plaza,
(jucclando prisionera la guarnieion francesa, como
puesta de 2 Gefes.J (j oficiales y 453 soldados.


LJnidas despues las tropas de lkrcsfonl con
las del 5.° cjúrcito c"pailül, á cuya c;¡bcza habia
coloca<lo la Regcnci;¡ al bcncmé:,ilo General Cas-
inflas, combinnron ambos Gefcs sus ulteriores
operaciones, á 1"s <ILle llicroll principio con el
.. .. 11 1 • n ,1 ~ T


slllO etc .lJaaaj0Z en o uC .\layo.




(19)
Micutras que Soult operaba en Estremadura, 1811.


13aIlcsteros, que se hallaba con una division en
el condado de Niebla, tenia en contÍnuo movi-
miento á Jos franceses que estaban á sus inmp,.
diaciones. El General Gazan con su columna
marchó conlra d para desernbarazar la comnui-
cacion cIlIe interceplaba entre Badajoz y Sevilla.
El 25 de Enero hubo un eombate muy reñido
entre las tropas de ambas divisiones en el pue-
blo de Castillc\o, y los franceses sufrieron una
pérdida de mas de 1.000 hornbres, siendo muy
inferior la de los es pa tJ 01 es.


El Brigadier Begines de los Bios, con el fin
de cooperar á la ejecucion del plan combinado
contra las fuerzas enemigas que hloflueahan la
Isla Gaditana) se pllSO el 27 en movimiento con
su division} que era la primera del 4. o ejércilo
que se hallaba en el campo de San RorJllC. El
Brigadier Cruz :\lo11rgeon , con una pcqueüa van-
guardia de la misma, atacó el 29 de Enero el
pueblo lle Medinasiuonia, defendido por 800 in-
falltes, 150 caballos y 3 piezas ele artillería t,!JC-
miga, y logró desalojar á los franceses despllcs
de ulla tenaz resistencia que les proporcioJlú h:l.
eer la fuerle posicion (Iue ocupaban, causámlu-
les una gran p(~['(lilla , Y haciendo algul1:::>s pri-
~jon(~r()s. Los cspailOles conservaron aC¡llel}JUC-
hlo durallte todu el tlia) y pOI' la noche empren-
dieron Sil rclir'Hla por no haber lenido efecto el
plan premedilado.


El GCHcrd Ballcst''r0s continuaba sus opera-
ciones en d condallo Lie I'jicLla) y lenicmlo 110-




1811.
(20)


licia de que en Fregenal estaba destacado un
cuerpo frances para asegurar la comunicacion
del General Soult con Sevilla por el camino real
de Monasterio, le atacó el 16 de Febrero con
tres batallones y tres escuadrones, y le derrotó,
cogiénclole 100 prisioneros, 200 caballos, mu-
chos equipages, fusiles y mochilas, sin darle
tiempo para resistirse; encendiendo con esta y
otras correrías el entusiasmo patriótico de los
habitantes del pais. El General Soult , á quien
llegó á hacerse temible Ballesteros, conociendo
que no Lastaba para su dcsLrueclon la fuerza, re-
ll0VÓ un bando publicado en el mes de Mayo de
1809, por el que declaró que serian pasauos por
las armas cuantos perteneciesen á la division del
General espaflol; y este por su parte publicó
otro, imponiendo igual pena á cuantos franceses
cayesen en su poder) incluso el mismo Ma-
l'isea1.


Las fuerzas aliadas que defendían la Isla ele
Leon nO permanecieron ociosas, y viendo que
el número de tropas enemigas empleauas en el
bloqueo se habia disminuido para engrosar el
ejército de Soult J que operaba en EstrernaduraJ
;je dispusieron á obrar ofensivamenLe. Los con-
si.derables aprestos que ex.igia tan complicada
operacion J la multitud (le datos y meJiJas ne-
cesarias para liBa combinacioll tan vasta, Lodo
se realizó en hreve tiempo á costa de multiplica-
das fatigas y esfuerzos J y acordado el plan de
la espedicion que se proyectaba, Un grueso cuer-
po ele tropas espaüolas é inglesas se hizo á la vc-




(21)
la en la malIana del 26 de Febrero en un numc- 181l.
roso convoy. El grandioso espectáculo de la sa·
lida de este de la bahía Je Cácliz ofrecia un con-
traste admirable entre los votos patrióticos de
los habitantes Je aquella ciuJad .. y el temor y
aturdimiento que se advertia en los orgullosos
franceses, á quienes no les era dado ni impeJir la
salida ni saber su Jestino.


Al anochecer del 27 se habia efectuado )'a el
desembarco en Tarifa, en cuyo punto se incor·
poraron las tropas inglesas que algunos Jias an-
tes hahían salido lambicu de Cádiz al mando del
General Don Tomas Grahan, las que formaban
parte del ejt;rcito aliado á las órdenes del Gene-
ral en gefe DOll Manuel de la Peña. U na parte
del COllVOy, impelida por el viento y las cor-
rienles del estrecho, durante la noche del 26 al
27 arribó á Algeciras; mas para el 28 lns tropas
y efectos cJue cOIHlucia se reunieron igualmente
al grueso del ejército. Era parte esencial del
plan combinaJo para arro}ar á los franceses de
sus liueas, y hacerles levantar el blor¡ueo (le la
lsla, echar un puente sobre el río de Sancli Pe·
tri coa el objeto ue proporcionar el paso á las
tropas que debian cooperar de frente al alaciue,
mientras por la espalda lo cjecutase el cuerpo
espediciollario , cuyo primer empeño Jebia ser
abril' la cOll1unÍcacion con dichas tropas. Estas,
al mando del General Zayas, se IHllla!Jan ya si-
tuadas el 3 Je Marzo en el campo (le Sancti Pe-
tri, sobre la orilla derecha de este río. El puen-
te (luedó tendido CIlla tarde de alluelmismo dla,




(22)
1811. Y se construyó inmediatamente un retrinchcra-


miento para defenderle; pero cn la madrugnJa
del 4 los frnllceses, aprovechándose de la oscu-
ridad de la noche, y de que la obra no cstaba
aun concluida, la atacaron decididamente con
algunas COll1paillas, y se npoderaron de ella á
pesa¡' de la tenaz resistencia que les opusieron
las dos espai'Iolas destinadas á su defensa, y es-
tando ya rendidas á la llegada del batallan que
iba á reforzarlas, ocasionó que fuese este carga-
do y deshecho sucesivamente al desembocar del
puente; circunstancia que motivó la pérdida
considerable de 2 Gefes, 29 Oficiales y 600 sol.
dados; mas en el momento fueron desalojados
los franceses del retril1cheramiellto por el regi-
miento de Irlanda.


Reunida la espedicion en Tarifa, fue preciso
habilitar un camino carretero hasta el pnerto oe
Facinas, ciesde cuyo punto, atravesando la cor-
dillera que limita al O. el campo de Gibraltar, y
corre desde el mar á las sierras de Ronda, se
descieudc á las espaciosas llanuras que desde d.i-
cha conl.illera se dilatan hasta l\Iedinasidonia y
Sancli-Pctri. La mnltilud de vertielltes que con-
CUt'ren en ellas las h3cen pantanosas y euLrecor-
tadas de arroyos y rios, algunos de ellos de COl1-
sideracÍon, como el BarLate, que recoge las nguas
de la laguna de Janda. Fueron, pues, iuíJnÍLa,s
bs llificultaues que entorpecieron la mélrc1¡a cid
ejército espe¡licionario, ([!le llevaba un tren de
Yl:'inte y cuatro pirz;],~ de arlillel'Ía; el clwl ¡lcs-
ele el 28 en (lue se llegó ¡í dicho puerto de Faci-




(23)
nas, tuvo que .-;el' tiraJo para salir de algunos 1811.
malos pasos por yuntas de bueyes.


Al tomar posicion en dicho puerlo se acam·
paron las tropas en las laderas ue la espalda,
adoptándose todas las meclillas y precauciones
convenientes para ocultar al enemigo los movi-
mientos) C01110 se consiguió. Ocupaba este con
tres compaüías de infantería y 180 caballos el
pueblo de Bejer, y sobre el camino (le Medina
tenia la casa fuerte llamada de Casas-vicjas , ar-
tillada COI1 dos piezas. Los espaüoles aguardaron
á la noche para :lSf'gllr:lr el éxito de su primer
golpe, que promoviendo el entusiasmo del sol-
dado, debia prepararle para lluevas empresas.
El Coronel Don José Aymeric) superando todos
los obsláculos que presentaba el mal es!ado de
los caminos, marc}¡ó á atacar á Bejcr, dispo-
nié1ldose ni mismo tiempo que el AyuJante del
Estado mayor Don SanLiago 'Val, con el escua-
dron de instruccíon de su mando, se dirigiese so-
bre la llerecha, y atravesando la laguna de Jan.
da y el rio Barhate , cortase la retirada tt los ene·
migos por los caminos de Medina y de CJ¡iclana,
cuyo movimiento cubria y facilitaba la opera,
cion de Aymeric.


El río Darbate, navegable hasta el puente de
lkjcr) toca alli la falda del empinauo cerro, en
(JUl~ está siLuado este plIclJlo. El puenle por don.
de teBia (ille alr;:¡vcsa¡' Aymeric tenia un doble
tnlvts de mampostería aspillada) y cerrada S"
entraeb con c~tLal1os de frisa, lo <¡ue haciJ muy
fcícil su defensa. Asi fue, ([UC los franec5es Cl} la




(24 )
13JI. mañana del 2 de Marzo trataron de defender esta


po<icion, hasta que aavirtiendo por una parte el
movimiento de la caballeria, y por otra el de la
anillcl'Ía e~pailOla, acompaüado del ae bs guer-
rillas, se l'etirnron precipitadamente y sin orde-
narse hasta el llano del ca millo de Conil, el que
sig\:iel'oll sin poderlos dar alcance la caballería
cspaüola. Tres piezas de artilleria, tres faInchos
corsarios y otros efectos de valor fueron el re-
sull::lllo de esta brillante accion, asegurándose
con la posesion ele Bejer el flanco de las opera-
ciones ele la espedicion.


Mientras esto sucedia, el grueso de esta mar-
chaba sobre Casas-viejas; pero era tal el estado
de los caminos, que p:lra andar tres leguas se ne-
cesitaron doce horas de marcha de noche, su-
mamente fatigosa, á pesar de la gran actividad
y celo en los trabaios de los zapadores, y de 105
Oficiales de artillería para In condnccion de -esta
por caminos tan impracticables. Esta dilacion
fue causa de que al amanecer no se huhiese visto
Cll"Vuelta la espresada casa-fuerte por la cabalic.
ría destinada al efecto, y de qne siendo ya de
dia, ya vistándola el enemigo, abandonase aque-
lla, retirándose de3pllcs de tirar algunos caüo ..
}lazos hácia las alturas ele la espalda, camino de
Medina.


El General Laci I Gefe del Estado mayor ele
los cspailOles, que con este hahia corrido á re-
CO!lOce!' csla posicion, dispuso que mientras el
GelLTal \ViUingam con la mayor parte de la ca-
hallería daha la ynelta necesaria para alc:mzar al




(25 )
enemigo, el Baron de Cal'ondelet con un eSCllU· 1811,
dron de aranaderos de á caballo vadease el Bar-n
bate, y corriese por la izquierda con el fin de
envolver á los enemigos que principiaron su re-
tirada ínterin el escuadran atravesaba con increÍ-
ble velocidad unos pantanos J cuyas aguas llega-
han á las cinchas de los caballos, l .. aci enton-
ces hizo adelantar otro escuadron J y seguido ue
su Estado mayor corrió á unirse con el primero,
con el que por medio de una brillante c<1rga ar-
ro1ló á los enemigos) despreciando el fuego de
su fusilería, Entretanto la infantería española, en
union con un hatallon inglés, corria por los pan-
tanos á socorrel' á la caballc'ría, sieudo el resul-
tado de esta accion el haber hecho 33 prisione_
ros y otros tantos muertos y heridos, apoderán-
dose los aliados de tres piezas de artillería y dI:
algulIos repuestos y municiones.


En este mismo dia se reunió al ejército la di-
vision de Begines de los Rios, que constaba de
1.500 hombres, y que destacada, como hemos
mencionado) en el campo de San Roque, reci-
bió orden para venir á incorporarse con la espe-
dicion J como lo verificó) pasando por las Casas
del Castaño, y dejando un corto destacamento
en Alcalá de los Gazllles.


Es/a division y la segunda, compuesta de
2.400 }lOmhres J formaban el centro ó CUt~rpo de
batalla del ej(~rcito , mandado por el Mariscal de
campo Príncipe de Anglona J habiéndose divi-
.tiJo el resto en vanguardia y reserva, compllf's-
ta aqudla de 2.100 hombres de tropas e~pllfJobs
T()~l() 111. 4




(26)
1811. al mando del Brigadier Don José de Lardizabal,


y esta de 4.300 hombres, los 3.500 de tropas bri-
t~nicas , y los 800 de un batallon de Guardias
'Valonas, y del regimiento de Ciudad-Real, al
cargo del General inglés Graham. La caballería
espaftola é inglesa formaban el tolal de 800 ca-
ballos en un;) sola division, á las órdenes del
Mariscal de campo Don Santiago "\Vítlingam. Todo
el ejército, que ascendia á 10.400 infantes con
los 800 caballos y 24 piezas de artillería referi-
das, tomó posicion en las alturas, frente ue Ca-
1\as-vicjas, ;Í la izq¡¡Índ;) del Barbate, pcnna-
lleciendo ¡¡lJi hasta la maüana del 3, que cmpren-
~Iió por Bejer á SanclÍ Peló para atacar los alrin-
c heramienlos q u e fOl'maba 11 la izquier da ele la
1m ea enemiga, frente ~ la l~l;l.


Con el objeto de ocultar al enemigo este mo-
vimi(~n!o sobre Bejer , y IJacerle creer que ma-
niobraban Con dire<:cion á Medilla, dejaron lus
aliaelos en Casas-viejas un escuauron y alguna
infantería, destinaua á munlCller las grandes
guardias, y á ellcender dllrante la noche las
n1ismas hogueras (1lH! c-u las anteriores) y sepli-
dudose del camino ordiuario, se Lumó olro poco
usado á la izquierda dd Barbale. En la necesi-
dad de atravesar la lagllna de Janda por una de
sus estn~midades, se escogió, despues del corres-
pondiente reconucimiento, un paso que cOllsisLia
en un vado estrccllO de cerca de una vara de
agua y de mas de 30() pasos de estension.
El General inglé~, acompaüado de varios Gene-
rales espaüoles, echó pie á tierra) J colocándose




(27 )
á la cabeza de las tropas, entraron todos por el 1911.
agua con el mayor entusiasmo, pasando la arti-
llería sin menoscabo ninguno.


En la maüaua del 5 de Marzo el ejército aliado
lomó posicion á tres cnartos de legua de Chicla-
ua, en el cerro del Puerco, desde donde ade-
lantó la vanguardia bajo las órdenes del Briga-
dicr Lardizahal, sostenida por una brigada del
cnerpo de B~gines con el objeto de verificar el
ataque proyectado por la espalda de la iZ(4uier-
da de la línea enemiga, que apoyada en el mar
por U/1 flanco, y por otro en el caiío del Alcor-
nocal y molino fortificado de Almansa, tenia cu-
bierta la principal avenida llamada de Sancti Pe-
tri, pon¡lle atraviesa el rio de este nombre ccr-
ca de su embocadura. Atacados de este modo por
la espalda los atrincheramientos de los france-
ses, y obligados estos á replegarse y tomar el
camillO de Chiclana, quedaba abierta la comuni.
cacÍon del ejército aliado con la Isla, y consegui-
do el objeto de la espedicion. El General frances
Villatte, con una division de mas de3.000 hombres
y tres piezas de artillería, defendió con el mayor
tesan este importante punto, y aumentado el
efecto de sus fuerzas por la espesura del Losque
en qne se ocultaba, dejando ver solamente en
primera línea cuatro batallones que apoyaban
su derl'cIw en la Torre Dermeja, y tenian en
su centro las tres piezas de artillería, se sos-
tuvo por bastante tiempo en esta posicion; pe-
ro al fin fue desalojado de ella, y quedó por
cónsiguientc abierta la cornunicacion con las




(28 )
1i:!11. tropas del General Zayas y la Isla de Leon.


En tanto que se ejecutaba esta primel'a opera-
cion el General Graham, que mandaba la reser-
va) y habia tomado posicion en Banosa , dejan-
do dos batallones espaf101es en la posieion del cer-
ro del Puerco, marchó con sus tropas de orden
del General en gefe á reforzar la vanguardia.
Todo hasta entonces habia salido á medida del
deseo de los aliados , y el General Graham, al
marchar sohre Torre-Bermeja para oponerse á
los esfuerzos que Victor podria l1acer contra el
(;encral Lardizabal, sabedor al paso de que una
gl'an fuerza enemiga, compuesta de las divisio-
lles de Lellal y Hufiin, se adelantaba á toda prisa
h,ícia las alturas de Barrosa, y persuadido de que


• (~sta posicion prcporcionaria á Victor los medios
de destruir la relagual'dia de los aliados, con-
tramarchó inmediatamente con la mayor veloci-
dad hácia el punto amenazado; y ii pesar de la
gran celeridad con que ejecutó este movimiento,
el General Rumn había desalolaJo ya á los es-
})ailOlesde las alturas. Entonces Gra1Jam) aun-
flue inferior en frlcl'zns ) ordenó el ata(111c: su
inf:lOterÍa hizo prodigios de vn]ol', y viendo que
el fuego terl'iLle de fusilería y arlillería no era
suficiente para decidir la aceion) dispuso una
cnrga á la 'bayoneta) qnc se verificó con la mayor
impetuosidad y buen éxito. Las alturas [¡¡eran
tomadas J y el ejército de Viciar Illvo (ItlC reli-
nuse á sus atrincheramientos de CIJiclana.


En elite memorable dia perdieron los enemi-
f!.os nns de 4.000 hornLrcs, y los aliarlos lllÍOS




(29 )
1.500, la mayor parte ingleses, á causa de ha- 181 I •
Del' estado mas espuestos, por lo despejado del
terreno é inmediacion á las líneas enemigas,
al fuego de su artillería. Quedaron en podel' de
los aliados soLre el campo de batalla cinco pie-
zas de artillería, varios carros de municiones,
considerable l1límero de fusiles, mochilas, una
águila del regimiento l1l1m. 8 J herido y prisio.
llero el General Huffin.> herido el de igual clase
Villatte, y muerto en el campo el de brigada
Rousseau y el General del Estado ma yor Bellegar.
de) un Edecan del Marisca I Victor, y los Coro-
neles del 8. 0 y 96 con otros muchos Oficiales y
tropa muerlos, heridos y prisioneros. Mas file
lal el conjunto de las circlll1stanciasde este (ha,
que tampoco pudieron l<>s españoles aprovechar-
se de la victoria y del desorden introducido en-
tre ]05 enemigos; pues el General Gl'aham dis-
puso su retirada á la Isla de Leon.> que verificó
el G de Marzo J sin dar otra respuesta á las repe-
tidas reclamaciones del General Lapeña, que
]a gran hélja que sus tropas habían sufrido por
la hatalla del dia anterior, y la uc que no te-
niendo instrucciones de su goLierno para mas
qu~ para la clcfensa de la Isla Gaditana J se ha·
bia ya escedido en la presenle ocasiolJ J aunque
coufiaLa que se le disimularia por el gran lustre
IIlle habían adquirido las armas británicas.


En vano entonCes el General Lapeña acudió
á la Begencia suplicanuo que le facil.iLase gente
con que poder llenar el hueco que result.aba, y
destruir enteramente á los enenl1gos que se ha-




( 30)
1811. lIaban en el mayor desaliento, y próximos, si se


aprovechaba momento tan oportuno, á evacuar
aquella comarca, y tal vez las Andalucías. La
Regencia se desentendió de esta patriótica peti-
cion á pretesto de haber oticiado sobre el parti-
cularalEmbajador de S. M. B., y entretanto los
franceses se fueron poco á poco rehaciendo, sin
atreverse aun á hacer frcnte á los espaüoles que se
señoreaban en eJ campo de batalla sin temor de
ser incomodados. Al paso que la Regencia y las
Cortes declararon que se hallaban satisfechas de
los señalados servicios pl'estados por los soldados
y oficialidad, (lne con tanto acierto como valor
habian combatido en la jornada del 5 de Marzo,
como si en el General Lapeña hubiese consistido
el no sacar el correspondiente fruto de la impor-
tante victoria conseguida, á los dos dias se vii>
esLe privado del mando, confiriénrlosele al Ge-
neral Zayas, y decretnndo las mismas Cortes (IllC
se investigase escrupulosamente su conducta en
las op~raciones de guerra que tuvieron lugar en
el cerro del Pllerco y campos de Chiclana, y se
examinase por qué no se habian obtenido liJS ven-
tajas que eran de esperar de tan memorable jor-
nada. Para este ex.amen fueron nombrados los
Tenientes GeneralesMlll'qu¡'~s de Castelar y del
Palacio, y Don Felix Jones, <¡uien habiéndose
escusado por amigo y compaüero de Lapl:Í1a J
fue sustituido por el Conde de N oroña.


Ciertas intrigas proporcionaron á Lapeila este
disgusto, del que no podia menos de salir airo~o
en lo sucesivo J como se verificó, y vindicfÍndo-




(31 )
se del todo su comportilmiento flle remunerado 1811.
por la Regencia con la gran Cruz <le Carlos HI.


El Rey en 13 de Febrero de 181.5 instituyó en
premio de esta brillante vicloria una Cruz de oro,
en cuyo centro se lee: Chiclana 5 de 11larzo de
i8U. Es muy digno de Botarse que el mi~mo dia
de la derrota de Victor fue el en que comenzó
Masena Sil desastrosa re lirada de Portugal.


Terminadas las operaciones para que habia
sido llamada la division de TIegines de los Rios,
emprendió su marcha para su antigua posicion
en el ca/1lpo de San Roque, y el dja 8 fue ata-
calla en Meuiuasidollia por una columna france-
sa, al mando del Gen(~ral Casagnc, compuesta de
600 infantes, 60 caballos y 3 piezas de artillería,
á los que rechazó completamente. Mas al dia si-
guiente , reforzados los enemigos con dos bata-
llones vol vieron á atacarla, pero sin fruto, y con
bastante pórdida: los e;;palIolcs la tuvierun de
5 Oficiales y 80 soldados entre muertos y heri-
dos.


Begincs se J1lantuvo en aCjuel pueblo con su
di vision durante todo el (l.ia ~ y 1'01' la nocllC, sa-
bedor de que iba á ser embestido con fuerzas
muy superiores, continuó la marcha en relirada
á su anterior destino. Ballesteros, en virlud de
las órdenes <Iue tuvo para llamar la atencion del
enemigo en el condado de Niebla, é impedi¡' de
este modo q II e los fra 11 Ceses couc ul'riesc n con
las fuerzas que alli tenían á reforzar las tropas
que bloqueaban la Isla de Leon, y eran atacad:>·'
por el ejércilo cspediciouario, tuvo varia'; e11-




( 32)
1811. cuenlt'os con ellos sobre las márgenes del Río-


Tinto, logrando atraer á reunirse con la divisÍon
de Remon algllnas fuerzas enemigas proceden-
tes de Sevilla. Luego que estas se retiraron que-
dó Hemon en la Palma con un regimiento de in-
fantería de linea, otro de ligera, otro de drago-
nes, un batallan de suizos y tres piezas de ar-
tillería, Ballesteros trató de sorprenderle en di-
cho punto, y lo consiguió completamente el día
10 de Mayo al tiempo que el enemigo se forma-
ba, cogiéndole gran número de prisioneros, mu-
chos caballos) fll1iiles y mochilas, todo el baga-
ge y artillerÍa.


El dia 11 de Mayo las fuerzas sutiles tripula-
das por los españoles destruyeron las baterías
que los franceses tenian situadas en el Puerto de
Santa María.


Paralizadas las ventajas de la victoria COn5f'-
guida en los campos de Chiclana y Torre-barro-
sa, se conoció la necesidad de llamar la alencion
de los enemigos para distraerlos de concurrir al
sitio de Badajoz) ó de aprovechar la ocasion, pro-
porcionando alguna ventaja ó suceso favorable
en otro cualquier punto. Con este doble objeto
~é preparó en Cadiz una espedicion que salió de
su bahía el 16 de Marzo, al mal1(lo del General
Zayas) y consistía en 6.000 infantes y 450 caba-
llos , con 4 piezas de artillería, y fue <1 (lf:sem-
barcar oí. Hueha) en el condado de Niebla) uon-
lle dehia operllr de concierto con Ballesteros (iue
1>-, hallaba en el mismo. Mas habiendo variado
las c""'eunstanc~as con b rendicion de Bada joz)




(33 )
y rcgrcsando SoulL á Sc\"illa con parLe de las 1811.
trops que habia emplcauu en el sitio de arllle-
lb plaza) y al1lcllazanllo en seguida á la division
del Genera] Ballpstcros , Zayas, que se hallaha
con su tropa espcdicionaria en la isla de Casca-
gcra, dió orden al Brigadier Polo para que con
lrcs batalloues aLacase al pueblo de Moguer, ocu-
pado pOi' 600 infantes y un destacamento de ca-
hallería enemiga. En efecto, asi se verificó el
lija 30 ele Marzo, y los franceses fueron desalo-
jados de urlucl pnnto con una pérdida grande de
muertos, heridos y prisioneros, cogiénuoscles
varios efectos y pertrechos ue guerra.


Mas á pesar de esta ventaja, viendo Z<lyag
que naJa podia adelantar con su permanencia en
el condado de Niebla, se volvió á reembarcar
con la espeJicion) y entró en Cadiz el dia 7 de
Abril.


TOl>O 111. 5




(34)


,


CAPITULO JI.


Estado ele Cataluña despnes de la rcndicioll de Tortosa.-
Pérdida del coIl de Balaguer. - Accto)] de Fit;llerola.-
Telltativa de los francescs sohre Tarrusona. - Son re-
chazados. - Accion de Tárrega. - Accton llc! Perc-
Hó. - Accion de llañolas. - Sorpresa Inalogralla de
Monjuich. - Suchet es nomhrado para sitiar á Tarrago-
na. - Incendio de l\Tanresa. _ VeIlG,1IlZa de es te aten-
tado. - Sorpresa del caslillo de S al.l Fcrl!~llldo de Figne-
ras por el Coronel cspaliol Rovira. - Reflex.iones sohre
esta acciono - Accioll de Figueras. - Segunda accion
de Figueras ~ é introduceioll de llll convoy. - Empren-
de Suchet el silio de Tarragolla. - Situaeion de esta
111aza.. - Pl'f!p:lrativos para el sitio. - Dd'ensa de la
plaza. - Salidas de los sitiados. - TOlJla del fuerte del
Olivo. - El General Campovcrde sale de la plaza con
parte de su ejército. - Principia la defensa de esta pla-
za por el General Contl'eras. -Accion de Gratallops. -
Salida de Sarsfield de T;)rragona, - Accion de Falset. -
Asaltan los francescs á Tarragona. - }l(~rdida de esta
plaza. -Horrores quecolllctcll.- Disllélvcsc el cje;rcito
de Catullliíu. - Lac)" cs nOllllJraLlo CapiLlll General (le
Catulullu por df!stitucion de Campovcrde. - S uehct, 1\1a-
riscul del Imperio. -:- DCl1lo1icio!l de lus fortificaciones
dc Tarragoua. - Alaque de ~lonserrat. - Descripcioil
de estas montalias. - Pccndicioll de FiSlleras.


1811. Ocupada la plaza de Tortosa por los france-
ses, no es fácil considerar los males que oca-
sionó esta desgracia. No solo queJó cortaJa
por tierra toda comunicacion ue la Cataluña con




(35)
el resto del Reino J sino (Iue tambicn se dificultó 181 l.
L:lstante por mar; porque con los barcos que el
enemigo encontró en el Ebro, pudo armar algu-
nos, qnc gllarecidos en el puerto del Fangar y
de la Hápila J y en las bocas de aquel rio J npre-
saban é incomoda})3n sin cesar á los pequeños
buques, que son los que hacen por toda aquella
costa y la de Valencia el comercio de cabotage;
pues teniendo que recalar sobre aquellas aguas,
no podian hacerlo sin aventurarse ó sin ir escol-
tados por algnI1 barco de guerra. Ademas habia
llecesiJad de mantener una fuerte gual'nicion
en Tarra gona para preca ver los movimien-
tos que hiciesen los enemigos, posesionados ya
de las plazas de Lérida, Tortosa y Barcelona,
que se encuentran casi á iguales distancias de
aquella.


La pronta rcndicion de Tortosa dejó tambíen
íntegras en poder del enemigo las municiones
que este tenia destinadas á su sitio, las que aumen-
tadas con las que aquella plaza dejó de consumit-
para su defensa, pudieron servirle para el sitio
de la única (Ille queJaba á los españoles en el
Principado de Cataluña. Las tropas espaüolas que
se hallaban cubriendo el campo de Tal'ragona, y
la division de Sarsficld que ocupaba la villa de
Valls) estaban siempre á la mira de los movimien-
tos del enemigo. Este en 8 de Enero se dirigió
sobre el castillo de San Felipe del eoIl de Balaguer
con 3.000 hombres de infantería y 200 caballos.
l~l1\retanto Macdonald con su ejércitose situó cn
Falset) adelantando sus puestos avanzados has-


.


.




(36)
1tll1. ta el coIl de la Tejcta J y todas sus mauiobras


manifestaban claramente el designio de invadir
el campo de Tarragona, y de proteger el ataque
del referido castillo del coU ele Balaguer. Este,
no obstante su posicion ventajosa y su abundan-
te provision de víveres y municiones, se rindió
el 9 por la tarde, sin que se haya poelido tras-
lucir mas causa para su rendicion que la conduc-
ta antÍmilitar de su gobernador, que tenia rc-
})artida su guarnicion en puntos de fuera de su
recinto, y cuyas partidas no volvieron á entrar
en él cuando fue embestido, quedando reducidos
sus defensores á un corto número.


No bien SllpO Campoverde la aproximacion
del enemigo á aquel fuerte, cuando le mandó
reforzar COn un destacamento ciue no llegó á
tiempo. Si su defensa hubiera sido la que dehia
esperarse, los enemigos huLieran tenido que
abandonar su intento por la falla absoluta de
agua que hay en aquellos alrededores, á menos
{lile no la hubiesen transportado de puntos muy
distantes.


Macdonald entt'ó ellO en Ueus con el objeto
de imponer á la guarnicion de Tarragona, yapro-
vecharse del llcsaliento que podria ocasionar en
ella su tentativa; mas Campoverde, noticioso
de que su fuerza cOllsistia solo en 6.000 infantes
y 300 caballos, envió orden al Coronel Sal'sfi21d,
que tres dias antes habia pasado con su division
á Santa Coloma de Queralt, para que bajase :,,0-
hre Valls con el objeto de atacar al enemigo
por su flanco izquierdo, Ínterin las tropas de la




(37 )
gU3l'mClOl1 de Tarragona lo verific3ban por su 181 L
frente, comLinanJo esta operaciún para el lG
por la mailana. En efecto, el día 15 Sarsfidcl se
halhba ya en el Plá, distante dos leguas de Valls,
y el cuerpo enemigo salió de !lens con direceion
á aquella villa en la noe11e del 14. I;nora1'on los
espaüolcs este movimiento por haherse iuterccp-
tado por los franceses los parles que daban el
aviso, y deseoncertauo por esle inciuente el plan
-proyectado, el Marqués de CampovcrJe se li-
mitó á perseguirlos con ánimo de atacarlos en
donJc los alcuuzase, con cuyo objeto salió de
Tan'agona en la tarJe del 15 con 6.000 hombres
de infantería, 200 caballos y 2 piezas de artille-
ría, tomando posicion en Va11111011 arluclla no-
elle, la misma que pasaron los enemigos ell Valls
con las avanzadas de una y otra parte tÍ liro de
fusi1.


Sarsfield, que no tenia noticia del mov lmicn-
to tic Macdonald , emprendió su marcha para
Valls el mismo dia 15, encontrándose en diello
pueLlo sus partidas de descuLierta con las del
enemigo.> que las cargó hasta las inmediaciones
lId Plá, en donde se incorporaron con el grue-
so de la di vis ion , sin rnas pérdiJa que la tie dos
soldados de caballería de Santiago (iue quedaron
prisioneros. 1\1acdonald, se guro ue ba tir á Sars-
liclJ., lo mandó alacar por la diyision italiana al
mando de los Generales Fontana, Palombiui y
EL1geni, y sostuvo contra ella el mismo dia 15 en
Figuerola una acclon que Juró tres horas. Una
columna enemiga de 400 hombres se apoderó dd




(38)
1B:1. pllehlo con el objeto de cargar el flanco dcrccho


de Sars(lelcl; pero habientlo sitIo arrojada de él,
fllc perseguida vivamcnte por los c$paüoles. Des-
de entonces la victoria se declaró por estos, y
los enemigos tuvieron una pérdida de mas de
1.000 homhres enlre muertos, heridos y prisio-
neros. Uno de los muchos Oliciales de gradlla-
cion heridos fue el General Eugeni, que murió
luego de resultas de sus heridas, y entre los
muertos se contó un Coronel de uragones. Los
españoles por su parte solo perdieron 100 hom-
bres. Tanta fue la bizarría, orden y disciplina
con que se batieron las tropas que entraron en
esta accion, que el cuerpo de reserva no llegó á
tomar parte en ella por no haber habido necesi-
dad de su cooperacion. Este triunfo, obtenido
sobre triplicadas fuerzas enemigas, fue conside-
rado por el ejército español como el preliminar
de los mas felices resllllados del ataque que se
tenia premeditado para el dia siguiente. Al ama-
necer de este se rompió el fuego entre las guer-
rillas de todas las divisiones) mcnos la de reser-
va, que se adelantaron para formalizar el ataquc;
pero en el mismo momento en que se iba á pre-
sentar la línea de batalla, hallándose desaloja-
dos ya de casi todos sus puestos los tiradores
enemigos, recibió Campoverde un parte de
Sarsfielcl en que le participaba que el nlÍmero de
tropas enemigas no era el que se habia calcula-
do, sino el de 14.000 infantes y COO caballos.
No obstante este aviso, el General en gefe man-
dó adelantar fuertes partidas de reconocimiento,




(39)
empezando un vivo fuego contra las colum- 1::111.
nas enemIgas, (pJe aparentaban retirarse para
atraer sin duda á 105 españoles con el objeto de
envolverlos; mas segnro por la uniformidad de
los avisos del número escesivo (le enellligos, dió
la órden para la retirada. Los franceses (¡ue vie-
ron frustradas de este modó sus illcas, destaca-
ron por derecha é izcluierda fuerles columnas
para envolver á los espaüoles, al mismo tiempo
que otro numeroso cuerpo los amenazaba por el
centro; mas la retirada se verificó con tal orden
y screllidacl, que impuso al enemigo, de modo
que no se atrevió á cargar á los españoles.


Campo-verde, conociendo la superiol'i(hd del
ej{~rcito contrario, no quiso empeüarse en una
accion general (Iue en un evenlo dcsgraci~ldo hu-
lJÍera comprometido la suerte de Tarragona y de
todo el Principallo. Macdonald se mantuvo en
Valls hasta las once de la noche en (lue empren-
dió su retirada, precipitadamente por el coll de
Lilla, h~cia Montblanch, conservando durante
ella grandes hogueras en su c;Jmpamento, diri-
giémlose á LériJa, bajo cuyos fuegos acampó to-
Jas sus tropas.


Algunos destacamentos ele la guarnicion de
Barcelona haLian salido el dja 8 á recoger paja
de los pneblos de las inmediaciones, y habiendo
saliJo ~ su encuenlro el Tenient.e Coronel Mall-
so, se apoderó de 200 quintales que tenian reco-
gidos. El18 el mismo ~lanso atacó Ulla clivision
de la gllarnicion de narcelona que baLia salido
por dIado de San Andrés ele Paloma!') y la oLli.




(40 )
1811. gó á volver á encerrarse en la plaza. El 28 al


mn::lllccer salió de esta una coluruna ele 2.000 in-
Lntes) algnna caballería y un callan, y al llegar
á Molins de Rey se dividió en tres secciones) pa-
~a!1UO la una por el puente y las uos restantes
por el vado del rio Llobregat. Lo:) puestos aval1-
zallos de los espaüoles se vieron oblig,¡¡los á rc-
l)legarse) y los el1cmisos ocuparon las alturas de
Palleja; 1'nas hahiendo salido el Daron de Erales
de l\1arlorell y tomado posicion sobre San Andrés
ue la Barca, contuvo á los enemigos, qne sin
atreverse á avanzar en aquella direccion se re-
p1egaron;Í. Barcelona, siendo su retagu3rdia hos-
tigada por los espaüoles que les hicieron once
prisioneros, les mataron é hirieron un crecido
número, entre ellos cuatro oficiales, sin tener por
su parle mas pérdida que la de dos muertos y un
herido.


Las trop<1s de Macdol1illcl J acampal]as al pie de
las murallas de LériJa) hicieron un movimiento
sobre Tárrega) desde donde se dirigieron en tres
divisiones) una hácia Pons) otra hácia Sanahuja
y otra hicia Sagarra. La fuerza de esta última
era de 5.000 infantes y 500 caballos, y Campo~
verde) queriendo aprovechar el mornento de
hallarse esta á bastanLe distancia de las otras dos
que marchaban con direccion á la COllca de
Tremp y Tabrn, salió tIc Tarragona con el ob-
J• eto de ataC3l'la el dia JO eon al(rullos batallones ,l
de infantería y la caballería que se hallaba en
Valls J á cuyas fuerzas debia incorporarse la di-
viBion de Sarsfield que estaba eH S:mta Colorna.




(41 )
Prevenido este Gefe al intento salió el 31 para 181 t.
Igualada, adonde llegó el mismo dia Campover-
de. El dia 30 habian avanzado los enemigos has-
ta Calaf; pero á las dos horas retrocedieron há-
cia Agramunt, y con este movimiento retrógra-
00 fruslraron el plan del General español, quien
considerando que aquellos forzando un par de
marchas podian dejarse caer sobre el campo de
Tarragona, dispuso volver á toda prisa á esta
plaza para ponerla á cubierto de un golpe de ma-
no. Sarsflelrl sc querló en Igualada, y el dia 8
de Febrero salió para Calaf, trasladándose inme-
diatamente á Cervera , y formando una línea en
la ribera izquierda del rio Sio cn los puntos de
Estarás, Tarroja y Cedó, desde cuyas posiciones
verificó varios reconocimientos sobre los enemi.
gas COll el objeto de detcrminal' sus fuerzas y ver
¡Ji habia posibilidad ele atacarlos con fruto en al-
guno de sus cll:lrteles. Los pueblos que ocupaban
aquellos eran lhlaguer, Mollerusa, Golmes, Bor-
j~IS, J llneJa y algunos otros intermedios. l\Iac-
JOllald con su cl/artel gencral estaba en Lérida,
en donde perm:lneció en la mas complcta inac-
cían todo el mes de Febrero y parte del de Mar-
zo, y S:Hsfleld se mantuvo en su ohservacion
procurando tenel" asegurada su retirada sobre el
campo de Tarragolla.


El dia 12 una columna de 2.000 hombres de
la guarnicion de Barcelona salió con dil'eccion á
Granol!ers para custodiar un convoy de 300 bue.
yes y algunos carros de provisiones escoltados
hasta aUi por 4.000 hombres á las órdenes del


TOJllO 111. 6




( 4'2)
1811. Gobemador de Gerona Balaguai d 'Hiliers. Dicho


convoy entró el 13 en la tarde en la plaza de
Barcelona, y las tropas que lo habian custodiado
hasta Granollers se dividieron en dos columnas,
que se dirigieron la una á Ilostalrich y la otra á
Mataró, en cuya ciudad exigió esta una fuerte
contribucion, continuando el16 su marcha hácia
Cal ella y demas pueblos de la costa del lado de
Tordera, en los cuales colocaron baterías para
proteger el comercio marítimo cou Barcelona;
proyecto que hacia mucho tiempo tenian preme-
Jitado.


El cuerpo de Suchet que ocupaba á Tortosa,
tenia situada su principal fuerza en el castillo
del coH de Balaguer y en el pueblo del PereHó,
en donde estaban destacados 2.000 infantes que
tenian un destacamento avanzado en la venta de
P late. Campo verde se propuso atacarlos, y lo ve.
l'i:icó el 3 de Marzo con una division de 4.000
infantes y 230 caballos á las órdenes del General
Courten, mientras que él mismo, colocándose
á la cabeza de una brigada, amenazaba el castillo
con el obj eto de impedit· quc se destacasen fuer-
zas de él en auxilio de sus compaüeros. El Ge-
n~ral Courten forzó á los 400 franceses que de-
fendian la venta, á replegarse sobre el PereHó,
de cuyo pueblo fueron igualmente desalojados y
perseguidos hasta el de Ampolla, donde reforza ..
dos por una division procedente de Torlosa to-
maron posicion: despues de haber sufrido en su
retirada una pérdida muy superior á la de los es-
pañales) que consistió en 40 hombres fuera de




(43 )
combate) Courten se replegó 8111 ser incomo- 1dl L
dado.


MacdonalJ al tiempo mismo que los esparIO ..
les hacian este movimiento sobre el co1l de Ba-
Jaguer y el Perelló , se dirigió desde los alrede-
dores de Lérida hácia el Ebro y la Sagarra, ayan-
zando por la parle de Castelldasers como un03
2.000 hombres de infantería, que continuaron su
marcha por los puehlos de Graiíadclla y la Pal-
ma con el ob\eto de sacar contribuciones, exi-
gir raciones y proteger la bajada por el Ebro de
algunos barcos ldcia Tortosa.


Eran contínuos 10schoCJucs que el Baron de
Eroles tenia con los destacamentos de la·guarni-
cion de 13arcelona que salian en busca de víve-
res, casi siempre con ventilja) de modo que ape-
llas se atrevían los enemigos á alejarse del tiro
del caiíOll de la pIna.


El 13rigadíel' Don Francisco Milans que se
hallaba mandando en el corregimiento de 010t,
sostuvo el 5 de Marzo una sangrienta accion con
un cuerpo de enemigos (Iue intentó por el cami-
no de Baiíalas invadir a(ll1e1 lEstrilo.


El General f'n gcfe Marqués de Campoverde
dispuso que el día 13 de Marzo varias divisiones
de su ejí>rcito marchasen desde Tal'ragona á re-
fnrz¡¡r la línea del Llohl'egat, ocultar,do el ver-
d<Jdero objcto de C'ite movimiento, y no confián-
dole ni aun al Gelc del Estado mayor. Tratábase
de llevar á cabo llll proyecto rara la entrega Jel
castillo de Manj ni de Barcelona, y al efecto se
habia entablado con su Gobernaclor nna inteli-




( 44)
1811. gencia secreta, ofreciéndole siete millones de


reales en letras giradas sobre la casa de Monta-
gut del comercio de Reus, y prometiéndole ade-
mas dos grados sobre el que tenia. Manejábase
esta intriga por el juez de policía Bernardo de
las Casas, deseoso al parecer de poder reconciliar-
se de este modo con la Nacion española, el que
se negaba á acceder al matrimonio que intenta-
ba conll'ael' el citado Gobernador con una hija
suya, hasta lanto que consintiese en la entrega de
aquella forLale:z;a, y ofrecia en rehenes á su hijo
prilllog(~nito. La cllLrega debia verificarse á las
doce de la noche del dia 19, en que con motivo
del cumpleaüos del Rey intruso se procuraria
embriagar la guarnicion; y aprovechándose de
este estado y de los descuidos r¡ue son consi-
guientes á él en el servicio, entre once y doce
de la noche rondanllo el mismo Gobernador y
un Oficial que entraba en la confidencia, debe-
rían presentarse las tropas españolas destinadas
á la opel'acion al mando de los Oficiales mas in-
trépidos, ocupando el foso mas inmediato á la
poterna del Socorro, y al abrirse esta para salir
la patrulla, debian apoderarse de ella é introdu-
cirse en el castillo los 1.200 hombres destinados
á gllamcccrle al malido del Teniente Coronel
Don Antonio Rotten. Inlerin esto se ejecutaba,
debla otra division siluarse de moJo que pudiese
en cualquier evento contener toda salida de la
plaza. Escogiéronse los 1.200 hornbres destina-
dos á esta empresa de las divisiones del General
COurtCll y Baron de Eroles; mas precaviendo




( 45)
Campovcrde 10 arriesgado de la operacion, y que
ó por ser descubierta la trama con anticipacion
por al gun incidente, ó tal vez por la mala fe de
la confidencia podia rnalograrse , previno á Rol-
ten que solo adelantase 200 hombres, y que la ue-
mas fuerza se colocase en punto correspondiente
para reforzarlos y sostenerlos en caso necesario,
y que se asegurase la persona del Comisario de
guerra Don Miguel Alsina, que era el sugeto que
habia seguido la correspondencia con TIernardo
de las Casas, y á quien en caso de conocerse que
por mala fe dejaha de realiznrse el proyecto J de-
hería (]uilársele la vida, sin darle lugar á que se
pasase al enemigo.


En efecto, cluedándose el resto ue ]a divisíOll
de Courten en los almacenes ue pólvora de la
montaña de 1\10 n j uich con el fin <.le que si se lo-
graba la oCllpacion del castillo sin percibirlo la
plaza de TIarce]ona, pudiese al amanecer SOI'-
prenuer la puerta de Santa Madrona, la colum-
na de Rollen llegó felizrnente y sin obstáculo al-
guno á la cresta del camino cubierto del fuerte.
Al dar las doce de la noche lo saltaron con
el mayor silencio posible, bajaron al foso los 200
hombres, y hallaron desocupada una tienda de
campaña en una de las plazas de armas. En el
momento en CJue llegaron á la cresta del camino
cubierto, se advirtió en la muralla un fuerte re-
verbero que iba caminando hácia el ba 1 uarte don.
de está la lengua de sierpe, en donde se halla la
poterna por donde dehian entrar los españoles,
y atribuyendo la marcha de esta luz á la que dc-


1811.




(46)
1811. Lian HenIl' las tropas p[lra llegar al punto desig-


nado del fo~o, notaron que desde el alto de la
muralla se les dió el quien 'vive, y (lue á los
veinte minutos de recorrel' el foso sin dar con la
puerta de la poterna, el enemigo de improviso
rompió un fuego horren(10 de metralla, granadas
y fusilería, iluminando los fosos y alrededores
del castillo con balas de iluminaciotl á fin de Ji.
rigir los fuegos con mas acierto, Entonces los es-
palloles trataron de salir del foso; mas la lobre-
guez de la noche y la desigualdad del terreno hi-
zo que los mas de ellos 110 pudiesen reullir~e has.
ta el Llübregat, aunc¡uecon tal felicidad {lue so-
lo perdieron 100 hombres entre muertos, heri-
dos y prisioneros; habiendo uno de arplcllos in-
cidentes que se presentan pOlo sí mismos en la
guerra convertido en dalla del enemigo su mis.
ma hostilidad, pues teniendo preparada de an-
temano !lB::; fllerte division con el objeto de cor-
tar la retirada de las tropas espai10las en la falda
de Monjuich, descubierto su g\'Upo por una bala
de ilmninacion del caslillo se creyó cllJl~ fuese es·
pai101a, y sufrió un horroroso fLlego á corta disLan-
cia, costando este error al enemigo mas de ¿lOO
hornbres. Al nmanecer la guarnicion tlc Barcelona
destacó algunas guerrillas que fueron rechazadas
por las tropas dd Daroll <le Erules y perseguidas
casi hasla la misma plazn. La division cspaüola
conservó durante toda a(luella mallana una posi-
cion imponente con objeto de atraer á los ene-
migos; pero estos se encerraron en Barcelona.


Frustrada esta t.entativa, dispuso d General




(47 )
Campovcrde que regresasen á Tarragona todas 1811.
las tropas que nO correspondiesen á las aposta-
das en la linea del Llobregat.


Asi terminó una inteligencia que se tenia por
la mas cierta, y que llevada á cabo de buena fe
por los que entraron ella, hubiera puesto en po-
sesion de los espaüoles sin efusion de sangre la
primer fortaleza uel Reino ocupada en 1808 por la
perfidia y el engaüo, y cuyo resultado hubiera
siuo apoderarse de la capital de Cataluña. Mas el
Gobemador de Monj uich y Berl1anlo de las Casas
procedieron con la mayor doblez y falsedad,
}lOlÚéndose de acuerdo con el Gobernauor de
Barcelona Mathieu, que aquella misma noche hi-
zo reforzar la guarnicion del castillo, saliendo á
las diez de ella una division lle 2.000 hombres
por la puerta nueva, que figurando dirigirse á 1\1a.
taró, no hizo mas que dar vuelta á las murallas
de Barcf'lol1a y apostarse al pie de la montaña de
:Monjuich para envolver á la division española
que se empIcase en la operacion, á la que conta-
ban ya como perdida.


El Bl'igauier 1\1ilans Con la noticia de que una
division francesa habia llegado á Arcnys de Mar,
salió á su encuentro con poco mas de 1. 000 infan-
tes) y atacándola en Tres-Turrol1s, á dos leguas
de Canet) la rechazó y persiguió hasta el mismo
Arenys, que evacuaron los franceses con la mayor
precipitacion el19 ue Marzo, sin haber cobrauo
las contribuciones que habian impuesto, y ha-
biendo sufrido una péruida muy superior ,i la de
los espaüoles , que fue solo de 50 hombres.




1811.
(48)


El Brigadier SarsGeld continuaba observando
los movimicntos del ejército de Macdonald (Iue
se hallaha aun acantonado en Lérida, á cuya
plaza llegó Suchet el 24, acompaüado de una
gran escolta de coraceros, con el fin de conferen-
ciar con l\Jacuonald acerca del cumplimiento de
ulla órden del Emperador, comunicaJa por el Mi.
nistro de guerra Clarke) en que reconvÍniendo á
afluel Mariscal por no haber adelantado en la
cone¡ uista de Cataluüa, le anunciaba que las tro-
pas de su mando que habian sido empleadas en
el sitio de Tortosa) cstJban destinadas á formar
en adelante parte del ejército de Sllchet) á quien,
para colmo del disgusto de Macdonald, se le'
confería el honor de poner sitio á Tarragona, re-
plltada con razon como el primer baluarte uel
Principado. Suchet reunió la mayor parte de las
tropas en Mollerusa y Golmes, las pasó revÍ:,¡ta,
y regresó h:ícia Ar¡¡gon.


Dividida la Cataluña en dos gobicrnos p:.II,ti-
culares é independientes uno de otro, con la de-
I10miuélciún de alta y haja, fue preciso j)ara esta-
blecer ciL:rla uniJad en las 0l)eracione~) (IlIe el
DU(jue de Tarcnto fijase su cuartel gelleral Cll la
capital de la provincia; mas era tal á la sazon la
ferruClllaci()1l (lue había en ella) (lUC para escol-
tar la marcha del Mariscal se necesitaba casÍ la
totalidad dc su ej (Tcito. En efecto, este se puso
en marcha el :28 de Marzo adelantando sus pues-
tos hasta Tárl'ega é inmediaciones de Cervera, y
su ejército subdividido en varios trozos) sepa-
rándose del camino real de BarceIon.'}, cayó en




(49)
h noche del 30 al 31 sohre la ciudad de Manre- 1811.
~a. En :l'luel mismo dia las divisiones espaüolas
de Sarsr;(·H y Eroles, pl'ocellentes la primera de
Ig¡wl,l!la, y la segunda de Martorell, se reunie-
ron en Casaruasana, y formando un solo cuerpo,
Be situó este en Hostal de Calvet, distante una
l(~glla de Manresa. Los leales habitantes de esta
cilldad la halJian aballll¡mado al aproximarse los
enemigos, retirándose á los vecinos montes lm-
yendo del bárbaro trato que acostumbraban dar
á los infe1ic(~s halJilanles de los pueblos, y alli
esperaban con firmeza la suerte que cupiese á su
desgraciarla patria, que sin mas rnolÍvo qne esle
fue entregada al mas horroroso incendio y sa-
queo, que redujo ,1 cenizas m.as de las dos terce-
ras parles ,le sus edilicIOS.


Las tropas espaüolas siluadas sobre las eleva-
d;¡s cumbres de Mon~errat percihieron este es-
pantoso océano de fuego, y este triste espectáculo
exaltó s'.; justa venganza, en términos de que no
pudiendo contenerse, se dirigieron reunidas con
los vecinos de las inmediatas poblaciones contra
el ellPmigo, y alac;Ílldolc á la misma luz que
prestaban las llamas, no dieron cuartel á fran-
C(~s algllllo en ¡nsla represalia de su barbarie.
El 3l al amanecpr los cuerpos de TC!iTagona,
Fern<illtlo VII y cahallería de Santiago, al mando
de los (;o,'ol1pl"s Don Daniel Osnllivan, y Don
José ;\lai'j:1 Torrijos, ba¡ipron complelamente á
los enemigos, a\'l'oj :mdolos de sus posiciones, y
obligal1!lolos á huir dispersos. El Baron de Ero-
les carg() ~ la C:lballcría francesa,'y los eneUll-


TO',!) 111. 7




( 50)
1811. gos fueron perseguidos vivamente en su retirada


que verificaron por el llano de San Jayme, eoIl
de David y Sabudell á Barcelona.


El Coronel Don Manuel Villamil, Comandan-
te del puesto de Montserrat, asegurado de la di-
reccion que había tomado el enemigo, y deseoso
de tener parte en la venganza) se puso en mar-
cha con 400 hombres de la primcra scccion de
líuea que guarnecía aquel punto, y pasando el
Llobregat por el puente de Monistrol, be dirigió
al coll de David, donde halló ya al enemigo que
se fugaba precipitadamente, y cargándole por su
flanco, le dió alcance hasta las innlcdiaciones
de Sabadell.


La pérdida de los franceses en eslas sallgri~n.
tas refriegas pasó de 1.800 hombres entre heri-
d.os y Illuertos, y no se hizo prisionero DlgullO,
porque, como se ha ¡]icllO, no se dió cuartel, ie-
dignado el soldado español al ver la escena 1<1-
lnentable de fuego y de horror que ]wesentaba
l\Ianresa, modelo de lealtad y constancia. Los eG-
pañoles que en este di<l pelearon con el n~a'yor
arrojo y furor, no tuvieron l11<JS pérdida que !a
de 17 muertos y 35 l¡eridos.


El 1. o de Abril la division de Eroles acampó
á la vista de la misma plaza de Barcelona, de don-
de el día 3 salieron las tropas que habian acompa-
ñado á Macdonald) dirigiéndose por Villafi':.mca
del Panadés y co11 de Santa Cristina á Lél'ida.


Campoverde, in'ilado de la conducta atrOZ
que habian observado los franceses en Manresa,
hizo entender el 9 de Abril al Mariscal l\hcdo-




(51 )
11aM) (lIJC los escesos l1ue cometiese contra los 1 S11.
pueblos, serian irremisiblemente castigados con
pe1l a de 111 u crtc, á cuyo fi 11 man daIJa á la tropa y
partidas sueltas que militahan bajo sus ónll~nes,
110 diesen en lo sucesivo cuartel en semejanLes
casos á nin gllll fra ncés de cu a Ll uie I'a gra clua cion
(lue fl,esc, en el concepto de que incurriria en la
misma pena el individuo que perdonase la vida
al prisionero enemigo.


La Junta provincial de Cataluña, condolida
de la suerle de los infelices habitanles de Manre-
sa) invitó á todos los del Priucipaclo, <t que
contribuyesen á su alivio con una suscripcion
palriótica, 10 qlle no solamente hicieron genero-
samente los pais:tl1os, sino Lasta la misma tropa
en medio tic la escasez que sufria.


El Mariscal i\Iacclonald, que habia verificado
su entrada en Barcelona rodeado de un triste
convoy de heridos, á cuya vista (luedó consterna-
do todo el ejércÍlo francés, considerando las ter-
ribles represalias á que habia dado 1l1<lrgen el in-
cendio de Malll'esa) recibió una noticia no me-
nos amarga éin['allsla. Hacia yamllcho tiempo que
el Corollel Rovira J Saceruote J habia concebido la
posibilidad de sorprender el castillo de San Fernan-
do de Figueras por medio de unos patriotas espaüo·
les, que á este fin permanecían en ]a fortaleza al
servicio de los franceses. Mas 110 habiendo podi-
do obteller la aprobacion de los Gel1(~rales ante-
cesores de Campo verde ,con consent.irnicnto de
este y en uníon del Brigadier l\Iartinez) empren-
dió su marcha hácia la frontera de Francia con




(5'2)
1811. 800 hombres de los que estaLa regimentando en


las cercanias de 010t, aparentando una invasion
en terriLorio francés; y relrocediendo con el
mayor sigilo á la Una y l11e(1ia de la maLlrLlgada
del dia 10 de Al)ril, llega á las inmediaciones de
li'igueras) deja de reserva 400 homhres cerca del
camino cllbierto , y se addanla el Capitnn Llobera
Con otros 400 y con todas las precauciollcs (llle exi-
gia operacion tan arriesgada, DOl ja al fuso, abre
las puertas de una poterna con las llaves (lue
llevaba consLruirlas de antemano en Olot, se in-
troduce guiado pOI' los dos dl'pi'lldj{,lltcs LI(: pro-
visones del casliJlo <¡lle estaban de ilJteligencia,
sorprende la guarlliclou, y ]a bandera l~sFaüúla
tremola sobre el castillo de F¡nueras, quejando
prisioi1era de guerrn su guarnicion de 2.000 hom-
bres con el General Guiliot, Sil Gob(,l'llador, y
en se gll ida en! l'llll en él I\L rlill Cz y Ho \-ira cun
el resto (le la trnpa. El Genel'::J G!,i¡L~ (jlle ]Hl-
hia condenado á muerte á Rovira en el caw de
ser aprendido, fue perdonauo generosamente por
esl e patriota espaüül.


La posesion (lc e~(a fortaleza Uenú de júhi'o
~ tUlla Espaüa, eDconlr,ínJose en ejla Hlas d~
1.500 cationes de todos cnlilJl'es, 15.000 fusill:s)
l:J.OOO vestuarios y <lOO aCl'milas con gran canti·
dau eL: oro y plata que tcnian depositada allí los
enellli~os de lO(llle lwhian roba Jo en el Prillcipado.
N 1 .. , 1 - I ' / .L apOleon SllltlO Lallto este gUI ¡W, quc COI!(,eno .'-
pena capital al General Guillot, la cIuC UeSpllCit
conmutó en prisioll pcrpétua.


Es imprJsilde dejar de hacer en estl: 1ugar cier-




(53 )
tas reflexiones. La ad([uisiciúl1 (le la fortaleza Hll1.
de Figneras que parecia tan ventajosa en sí ..
file muy perjudicial á la causa de los espa-
flOles, porque dividiendo la atcl1cion del primer
,~jércilo entre esta pbza y la de Tarrag0113, situa-
da á 35 leguas de distancia y amenazada por las
tropas de Suchet, proporcionaba á este los me-
dios de alacarla y reullirla al mismo tiempo quP
á l\1acdollald los de recuperar á Figlleras. Si la
OCtll)ucÍon de tan importante punto hubiera sido
s()~tpni(h por una espedicjon inglesa que se hu-
hiTa apoderado oe la plaza de Hosas, la sitna-
ciOll dc CJt;¡]¡¡üa hubiera m(~i()rado infinito. Apo-
J<1da esta espedicioll en P,osas y F'igll(TaS, y au-
xi;iada por el primer ejército y por el palriotis-
mo de los catalanes, 1l1lbipra sido f.ícíl lomar á
C{'rona, halir á l\1acdonalcl, y Suchet al sitial' ,í
T:lI'1'ago!la hubiera tl'uido que combatir Con mas
Je 40.()(JO llombrps entre el f'jército aliado, la
gunrnicion de Tal'l'agona, )' los refuerzos que se
l'i'ci\¡iel'(ll1 ro~l(-'l'iorll1ellle procedentes de C:ídi:t.
}' VaJ.'llci:!; pero In falla de COllC¡It,/,('llcia de
'-1:1<1 espcdicion semejalJte, ocasionú la jJl'l'dida
tIc Tarragoua y Figucras, y los lamentables su-
cesos (¡llC dircmos en addaute.


El Genera] Ca!l1povcrde, tan pronto como
supo la toma de Figllcras, se dirigió COn Sil tro-
pa h:ícia aqllel distrito para reforzar el castillo.


El Baron de El'olps, c1espues ele h.'lberse apo-
deral10 el J 3 de Ahril de los flH:Ttes de Caslell-
follit y Olot, haciendo 547 })J'JSloneros, y co-
gll'lldo 81 bucyes y muchos (~fectos ~ pasó tam~




( 54)
1811. bien COn la secciou de su mando á rcforz:1r la


guarnicion de Figueras, y habiéndosele unido
en Lladó 84 caballos del regimiento de Alcánta-
ra, se presentó en el Jia 16 de Abril al frente
de los franceses, que sabedores por un pliego del
mismo que hahian interceptado para el BrigaJier
MartÍnez, de que trataba ele introducirse en la for-
taleza de Figueras) reunieron alli sus fuerzas;
mas sin embargo, protegido de la salida oportu-
na que hizo la guarnicion á los primeros tiros,
hizo replegar á los franceses de su primera posi-
cion, y atacando la sierra llamada de Fllig ven.
tós que defencIia un regimiento ligero oe estos,
le destruyó completamente, sin que puoiesen á
pesar de todos sus esfuerzos, impedir la entrada
de la columna espaiwla en el castillo.


Carnpoverde, con el fin de introducir en ól
un convoy de algunos articulas y de aumentar S1I
gllarnicion, habia dispuesto <luC un cuerpo de
infantería y caballería, dividido en vanguardia á
las órdenes del Brigadier Sarsfield y en reserva á
las del ele la misma ClaSf' Garcés de Marcilla,
maniobi',1Sen para conseguir dicha operacíon. En
efecio, el (lía 3 de Mayo se presentaron al fren-
te de los franceses que esperaban e] atarrue en
posiciol1, y (l11e cargados pOI' la vanguardia con
una biz;¡ITÍa increible., se vieron en la precision
de retirarse á la villa ele Figueras) que tcniml
en estado de defensa con atrincheramientos en
las calles, y con aspillcr;¡s en las casas. Una
pronta salida de la guarnicion al mando de Ero-
les) y las acertadas disposiciones de Sarsfield




(55 )
para apoderarse tambien de la vi IIp, pusi erOl1 al enc·
migo e11 tal apuro, (llie tuvo que recurrir á Ulla
estratagema para librarse de la suerte que le ame-
nazaba. Pitle una suspension de armas para capi-
tular, y se le conccue; y aprovechándose de la di-
lacion que esta tregua le proporciona) gana el
tiempo necesario para ser socorrido. J~o es en
efecto, y rompe en seguida el fuego con mas ar-
dor y con la superioriuad que es consiguiente" y
les espaüotes, sorprendiJos ])01' tan impensada no-
yedad, se ponen en retirada, la verifican 1.500 <\1
c3stil10,yel resto cu1a Jil'ecciondel¡Jlwhlo de Ilort
con una PlTdicla de mas (le .t. 000 hombres" sien-
(~o no obstante mucho mayor la de los franceses.


I\1ientras esto suceaia en la parte superior de
C~üaluüa, el General Suchet reunió sus tropas el
24 de Abril, las hizo pagar el sueluo adelantado
(~C tl'l mes, y dispuso (lile ¡t calla sollbdo se lc
habilÍlase con las provisiones necesarias para b
di:lS. El General Arispe que haLia tomado el mau-
do de las tropas del elército de Macdonald que
se IJai;~;lll agregado ;{ ]as de Sllcbet , .~8 PU¡;o á
L: cabc!';¡ de tres hrigadas el 28 de Abril, y to-
mando el camino tle l\1onllJlanch, llegó :l ('de
p~l;;blo el 29 con el General en gcfe. En este
¡)';~tc üci~,roll un puesto fortificado par~l :::s~~~u~
~',:" 1:: :::o;,Junicacion entre Lérida y el Ci.l)~:po de
T::r;'~:.(;nl, y para cllhril' el camino (b T":~>l'a á
l( l;;; ;~ll'ya villa oelljlnfon fijando en ella 5uchet
~L! ~;; ", ',1 seneral el dia 2 de Mayo. El 3, in-
C0":lJl':!(~J:; >\ los refuerzos procedentes de To,'-
t·;~,.~, ~~ s~r~:;.:.~:.~r;c ~\3 Hl)roxiuló d. r~rnrr2gona, C:I~


1811.




(56 )
1Rl l. ya plaza quedó completamente emhestida el 4.


Tal'ragOl1a, cabeza (le la antigua provincia ro ..
mana úe Sll nombre, se halla situada á la orilla
úel mar á la estremidad (le las alturas (lllC sepa-
ran las aguas del G,lya de las del Francolí, y co-
locaela sobre una roca de a13una eslension aisla_
da y escarpalln por los tres laJos que miran al N. 1
al E. y al S., y con un declive suave al O. y S. E.
h;icia donde corre el Francolí y liene asiento SIl
puerto. La parte alta de la ciudad se halla rodea_
da dt~ antiguas murallas) dderulidas por un sc-
gnl1llo reclllto bastionado. Por el lado <lt'l E., por
donde va el camillo real de Barcelona, cUDrian
e~ta plaza cinco lunetas que formaban una línea
de defensa que se apoyaba en el mar, y dos por
la parte Jel N. Estos dos freuLes no ofrecian al
sitiaclor ~illO una roca dcsnud:J , en la qlle los tra-
hajos de at~](Ille hubierul1 sido SUtllal11<'lite difi.-
cdLosos, al paso que por el lado del Francol;
unos declives suaves y clllti~-;)(los presentaban
un lcrrcno \;lvorable á los ata(pH~s. La parle baja
ti e la e i 11 el a (1, (' ti di e u tI a (t J a r al z d d m!l (' II e y ca') i
al nivel de las a3u:.s cid illHl', se ha]bb" Froté-
gida por ellallo c[lle mira al campo por el flH~l'le
Real, reqUerlO cllaclra(lo, b:IS!Íollacln, silnado ~ tres-
cieuL:Js toesas dell'ecillLo de la parle alta (le la
ciudall y á doscientas del mar. EsLe flll~rle, así
como diclw Jl~irle b<:j;¡ de ia ¡)();Jheiüll) S2 l¡;,lbha
rOllcada por un segundo l'(·cinto, fIlIe apoJado por
un lado en la parte alla y por olI'O en el plinto,
comprf'udia tres bastiones regulares y algunas
otras obras de fortiflcacion. La l'eunion de la!:'




(57 )
fortificaciones de la ciudad alla y baja L¡rm::lban
un gran paralclogrnmo doblc mas largo que an-
cho. Las fortificaciones de esta plaza se hallalJan
en un estado tie completo nba!lllono y deterioro
al principio ele la inslll'reccion; nws el 31'llor con
que se dedicaron á porfía fl repararlas y aUIllCU-
tarlas todos los habitantes, (Fú.~ trabnj a1'on en ma-
sa Con el mayor desinterés, bastó á ponerlas en
poco tiempo en un estado respetable de defensa)
aunque siempre defectuoso.


En la parte del FrancolÍ se estableció un re-
ducLo nucvo; pero 10 que mas aumentó la forta-
leza de Tarragol1a fue la constl~uccíon de un
nuevo fuerte cnla altura llamada del Olivo) Pllll-
to que se halla al nivellle la parte alta de la ciu.
dad, y que disla únicam:.:nte de ella doscientns
toesas, en el (pIe se colocaron 50 caüones) y se
e.stahleció una guarnjcion respelable.


Los franceses que haJ)ian comenzado la em-
bestida de Tarragona el 4 de Mayo) juzgaron in-
dispensable apoderarse primero del fuerte del
Olivo. El 5 la guarnicion hizo cuatro salidas pa-
ra alcjnrlos J .Y ann cuando al principio consigLlió
su objeto, tuvieron que ceder al cabo á las fuer-
zas superiores de aquellos.


El 8 los sitiatlores eSlablFcieron un gran re-
duelo en la orilla del mar; y aunque la escuadra
inglesa compuC'sta de tres 11a 'lÍos y dos fragatas
lo procuró impedit' con un fllego yivÍsimo ele ca-
llon, favorecido el enemigo de la oscuridad de
la noche y del gran número de trabaj:1Clores, logró
su ohjeto, y coa esto interceptar ó Lacer dificil la


TOMO IlI. 8


1811.




(5R)
1811. comunicacion de la plaza con la escuadra.


EllO el General Campoverde entró en Tar-
ragona con tropas de refuerzo del ejército de
Cataluña, y su llegada causó en los habitantes
el mas vivo entusiasmo.


En la noche del 13 una fuerte columna fran-
cesa atacó y tomó los atrincheramientos del
fuerte del Olivo, avanzados á d como unas 300
varas. El 14 los españoles hicieron una salida
para recobrarlos, y no lo consiguieron. El 18 la
guarnicion de la plaza, en número de 6.000 hom-
bres, verificó otra contra las tropas enemigas que
la embestian, arrolló cuanto se opuso á su mar-
cha , destl'llyó muchas obras del enemigo, y no
retrocedíó hasta que los franceses reunieron la
mayor parte de sus fuerzas sobre el punto ata-
cado, que fue el lado del Francoli al S. de la
pInza.


El 21 el General Sarsfield arrolló con su di-
vision á los franceses que ocupahan á Alcovér so-
bre el camino real de Lérida, y Suchet dispu-
sO que fuese á su encuentro un cuerpo de tro-
l)a escogida que le ahuyentó de aquellas inme-
diaciones.


Por aquellos días el Coronel Villamil tuvo
noticia de que una columna francesa se hallaba
en Gratallops y pueblos inmediatos en requisi-
cion ele varios artíclllos, y hahiéndola atacado
el 16 ele MaJo) la obligó á encerrarse en aque-
lla misma noche en la ermita llamada ele la Con-
solacion, la intimo la renclicion, y la tuvo 1310-
qucuda hasta las cuatro de la tarde tlel elia si-




(59 )
guiente, en que desislió de su empeño por la lle- 1811.
gada dc un refuerzo enemigo considerable. La
pérdida de los franceses fue de mas de 200 hom-
bres, inclusos 17 prisioneros, y la de los espa-
flOles de 74 heridos y 22 muertos.


l,os franceses conlinllalwn sus trabajos contra
el fuerle del Olivo, y C11 vano su guarnicion 'repi-
tió una salida en la noche del 20 para destruir-
los; pues cargada por fuerzas muy superiores,
tuvo que retirarse.


El 27 cuatro baterías de brecha rompieron el
fuego contra dicho fuerte, y la guarnicioll, ha-
ciendo otra salida para tomarlas, arrolla los pri-
meros puestos, y ya iba á apoderarse de las obras,
cuando el General Salme llega á la cabeza de
tres batallones para rrotegerálos trabajadores: la
guarnicion se ve precisada á encerrarse en el
fuerte; pero el General Salme es muerto por una
bala de fusil. Esta desgracia consternó á sus sol-
dados, y en memoria de tan intrépido General,
el fuerte del Olivo se denominó en lo sucesi-
vo por los franceses fuerte oe Salme.


El 29 al anochecer ordenó Suchet el asallo
de la brecha del fuerte del Olivo; mas sus de-
fensores lo rechazaron con la mayor intrepidez;
y la victoria hubiera coronado sus esfuerzos sin
la circunstancia imprevista de presentarse el re-
levo dc la guarnicioll espailOla á tiempo C]uc una
columna enemiga pUllo aprovecharse de este in-
cillcllte, y entrar mezclad;) con él por la gola,
introduciéndosc igualmente por el conducto del
acueducto, que no habian tenillo la precaucion




(60)
W11. ue cegar los sitiados, varias compaflÍas de gra-


naderos. Interpolados de este modo los solda-
dos españoles y franceses, se traba una sangrien-
ta accion en lo interior del fuerte, y reforza-
dos sucesivamente los franceses, ceuen los si-
tiados, son pasadas á cucl1illo mas ue las dos
terceras partes de ellos en númcro de mil hom-
bres, y el resto se replega en. la mayor confu-
¡¡ion á Tarragona.


El 30 á las nueve de la mañana el Coronel
Orronan con 1.300 hombres salió de la plaza con
el objeto de recuperar el fucrte uel Olivo; pero
fue rechazado, como era fácil de prever, por.
que el enemigo habia reforzado este punto que
tanta san gre le habia costado, y que le era tan
interesante.


Aquel mismo dia Campoverde, en vista del
mal éxito de esta salida, juntó á los Generales,
á los Comandantes de artillería é ingenieros, y
á los Diputados de la Junta suprema de Catalu-
ña , y dcspues de haber conferenciauo sobre el
modo de conservar la plaza) y convencidos
todos de que esta no podia resistir largo tiempo
á un sitio en. regla por los defectos de su forti-
ficacion, por estar algunas de sus obras lOin. con-
cluirse y otras sin consistencia., sin fosos y sin
caminos cubiertos p;:ra poder comunicarse y ha-
cer fuertes salicLls contra el enemigo para arro-
jarle de sus atrincheramientos, ó recobrar los que
se perdiesen, el General Campoverde determi-
nó salir <le la plaza con su Estado mayor para
reunirse al ejército, quedando su defensa á cal'-




(61 )
go del General Senen tle ContrU'us J que habia 1811.
llegado algunos dias antes de C,ídiz en la fraga-
ta Prueba. l .. a salida del General en gefc se ve-
rificó el 31 de Mayo, dcjando á los sitiados en
el mayor desconsuelo y desalieJ?loJ que se aUl11C;1-
taron sobremanera al ver á pocos dias vdvcr ,{
reembarcarse lIna espcdicion de tropas valencia-
nas (lue acababan de llegar el dia anterior, al
mando del General Miranda, bajo el concepto
de ir á aumentar las filas del ejército de Campo-
verde J que ofreció venir á atacar al enemigo, y
lwccrle IcvaIllar el sitio.


La loma del fuerte del Olivo dejó á Tarrago-
na entregada á sus propias fuerzas J y en la no-
che del 1 al 2 de Junio el sitiador dirigió su
alaqne contra el baluarte de Orleans J 1101' cuyo
frente estableció en los dias siguientes diferen-
tes baterías que ro:npieron el fuego al am;:¡necer
del 7 J Y habiendo arrui.nado el fuerte del Fran-
coli , fue abandonado por la guarnicion que re-
tíró la artillería. Ocupado por el enemigo en la
noche siguientc, construyó en él una baterla de
SCIS pIezas.


En la noche del 11 el Géneral Sanlf¡dd~ á la
cabeza de 3.000 homhres, }Jizo una vigorosa sa-
liJa, y arrollanuo cuanlo encontró por delanle,
ahuyenló los trabajadores del siLi;:¡clor, á quien
causó una pérdida considerable) aunque si.llien-
do él mismo herirlo.


En la noche del 16 el enemigo sorprendió
la lunela del Príncipe, matando j haciendo pri-
sioneros á. los 400 homLres que la defendían.




(62)
1811. Mientras que el ejército rcanees se hallaba


empeüado en el sitio de Tarragona, el Baron de
Eroles, teniendo nOLicia de haber llegado á Mo-
ra un convoy de cerca de 1..000 acémilas que
debia salir para el campo ele Tarragona, es-
coltado por 2.000 hombres, aposLó sus tropas
en las lnrnediaclones de Falset, y logró sorpren-
der dicho convoy el 20 de Junio J apoderándose
de 600 acémilas, y batiendo y persiguiendo vi-
vamente la escolta, hasta que logró encerrar á.
los fugitivos en el fuerte que tenian en dicho
pueblo de Falset. Mas la interceptacion de un
con voy no podiaalterar en nada las operaciones
del sitio de Tarragona. El plan de los espafioles
era di vidir la alencion de los sitiadores, y á este
obj eto el General Campoverde se situó sobre
las orillas del río Galsa, aproxim;jndose á las
líneas del ejército de Suchet, acompaüado del
General Caro, hermano del Mar<lués de la Ro-
mana, de otros Generales de division Jel ejér-
cito de su mando, y del General Miranda, qlle
se le habia reunido con la espedicion de 6.000
hombres recien llegada de Valencia.


Mas el General en gefe del ejército enemigo
Suchet, que previó desde luego el plan de los
espaüoles, se limitó únicamente á hacer obser-
var estas fuerzas con otras muy superiores ~ y
Campovcrde que vió la inu¡jJjJad de SlJS manio-


bras, se replegó al fin á posiciones mas Jistantes
y seguras.


Abierta por el sitiador á esta sazon la terce-
ra paralela, y coronada la cresta del glacis, eje-




(63 )
cnló la bajada al foso del fucrte de O1'l('ans, y 1811.
rompiendo el 21 el fuego contra la línea de la
marina, abre tres brechas practicahles, y ata-
ca en seguida en tres columnas dicho haluarte,
el de San Cárlos y el del Fuerte Real, dirigién-
dose una division á cada una de las tres brechas,
mientras que otras dos con escalas asaltaban los
baluartes El objeto del sitiador era llamar la
atencion de la guarnicion hácia estos, mientras
que por las bt"echas trataba de penetrar en e]
recinto de la parte baja de la cindad, y de obli-
gar á los cspaiíoles á retirarse á la alta. El ene-
migo consiguió mas éxito del que se habia pro-
metido; pues á pesar del fuego terrible de los
defensorcs , cuatro columnas penetraron en la
ciudad, y solo la quinta que avanzaba por la ori-
lla del mar, fue arro1lada por el General Sars-
iJcld} alllHlllc esla ventaja fue infructuosa por ha-
ber cargado otras columnas francesas, que ol-
vidando todo sentimiento de humanidad, pasan
á cuchillo á cuantos habitantes y soldados caen
en sus manos.


Los espaüoles perdieron basta 2.000 homhres
muertos, pues en esla jornaJ.a no se hicieron
prisioneros; yel resto de los sÍllados logró ga-
nar la parte alta de la ciudad y salvarse. Cuan-
do los feroces soldados de Suchet se harlaron de
robar, pegaron fuego á la mayol> parle de las ca-
sas del recinto del puerto, en las que existiall
almaccnes considcrables de algodon, azúcar y
otros efectos) flue fueron consurnidos por las lla-
mas.




(64)
1811. El Aln:irante de la escuadra inglesa no puJo


mostrarse tranquilo espectador del horroroso es-
P'"cL\culo que presentaba la parle baja de Tar-
ragona , y aproximándose al puerlo rompió un
fuego general de todos sus Luques sobre los pues-
tos del enemigo.


La gual'l1iciun de la parte superior de la ciu-
dad, animada pOI' el ataque de la marina ingle-
sa , hizo una salida, pero sin suceso ni resul-
tado , teniendo que retlra1'5C al fu, -preclpltalla_
mente dentro de las murallas, al ver la superio-
ridaú del enemigo. En la noche del 21 al 22 em-
pezó este sus trahajos contra el cuerpo princi-
pal y alto de la plaza. El 26 se presentó á la vista
de e,r,ta la especlicion inglesa que la Regencia
mandaba desde Cadiz al socorro Je la misl'na.
Su presencia reanimó un momento á la guarni-
cion y hahitantes; pero bien pronto se disiparon
sus esperanzas i llues aunque el mismo dia sU
Comandante Skerret se presentó en la p1aza, don-
de fue recibido con el mayor estusiasmo y ale-
gría, y el Gobernador Senell de COlltrcras le
brindé. con que se le entregaria el punto que gus-
tase uefendé'l', hahiendo manJado el 27 á los Co-
mandantes de ingenieros y artillería de la espe-
dícion á reconocer el frente atacado por los ene-
migas) é informado por estos de que la plaza era
incapaz de poder reSIstir mas tiempo) se volvie-
rOn á sus l)U(lues, nhandonando todos la triste
Tarragona , para CllyO auxilio hahi;m venido.
E~te total abandono de cuantos debian ayu-


darle, in(luyó sobremanera en el ánimo de los




(G5 )
~oldados, que decayó de todo punto al ver 18' t.
que á pesar ele las contíuuas promesas de 50-
COITO que se les hacian, el ejército de Cam-
poverde no parecia, la division valenciana ele
Miranda se habia dejado ver en la plaza como un
reLímpago, y los ingleses se hahían cQulentado
con presentarse á la vista del pllerto.


El ejército sitiador contilluilba sus trabajos,
y el 28 la brecha de la muralla de la parte alta
de la plaza se hallaba ya practicable á las ocho
horas de UI1 hOl'l'ol'oso fuego. El Gobernador co.-
noció la imposibilidad de prolongar mas la de-
fensa; y alll111ue un sitio de cerca de dos mese~
ycinco asaltos sucesivos nohabian podido alterar
su constancia, HO queriendo hacer nada humillan.
te para Conservar la plaza, que se le habia confia-
do .• y esperando un asalto aun mas terrible que
los anteriores, dió todas sus disposiciones para
salvar la gual'llicion, y evacuarla á las ocho de
aquella misma noche. Mas los franceses se an~
licipan, y la asalLan á las cinco y media de la
tarde. Dos mil granaderos con el General Habert
á su cabeza, sostenidos por otras numerosas co-
lumnas, atacan impetuosamente la bl'ecll3, la
montan, y penetran en lo interior de la ciudad
sin dar cuartel á nadie. Los sitiados oponen una
resistencia honrosa hasta el estremo opuesto de
la poblacion, en que se halla situada la catedral,
penetra el elle migo en esle vasto edificio, en
donde se hallaban deposilaJos los enfel'm(}s J
heri(los, qu~ en vano imploran la demencia del
vencedor; IJues. todos son pasados á cuchillo.


TO:'¡O 111. 9




(66)
1611. Jlombre~) mugeres, nilios y soldados, todos su.


cumben víctimas del fUI'ordd bal'b;,ro enemigo,
y la sangre espalloln lUllnua las casas y las calles
de la desventurada Tarragoua. Llenos de terror
los habitantes y los soldados, sin tener asilo ni
punto alguno de apoyo, se arrojan desde lo alto
de las murallas, y caen al pie ('on Ileridas mor-
tales y miembl'os fl'aclllrados, sin (Jue ;;IIS la~
mentos ablanden á los b;írbaros soldados de Su-
chet, t{ue los sacrÍlican con la mayor inhuma-
nidad, Los sitia{los 'lue pudieron llegar hasta las
orillas del mal', se arl'ujilroll .tI agua, y algunos
tuvieron la fortuna de ser recogidos por los bo-
tes que enviaron los buques ingleses para socor-
rerlos; pero estos no bastaban. El General Go-
bernador Contreras fue herido de un bayoneta-
zo en el vientre, y hecho prisionero, ]wlcando
ltcróicamente j unto á la puerta de S;III "Jagin.
En fin:> la capital antigua de la ESI,;¡j-¡;¡ cil~rior
sucumbió, pereciendo entre sus escombros y rui-
nas 5.600 de sus moradores y defensores, Y 'lile-
dando prisioneros 6.400 hombres de los (111e so~
bl'evivieron de su guarniciono


Catalulia toda se llenó de espanto al saber
esta horrorosa catástrofe, y las islas Baleares J
los puertos de las .costas inmediatas del Medi.
terráneo se inundaron de heridos que habían
presenciado el último momento de la existencia
de esta ciudad, en la que el enemigo se apoden',
dé 20 banderas, 337 cailOnes, 15.000 fusiles y
otl'OS pertrechos considerables de guerra.


El General Campoycrdc , f¡Ue segun paree(!




(67)
habia diferido el ataque de las lineas del sitia- 1811.
dar para el día siguiente, vió asi frustradas to-
das sus operaciones.


Al amanecer del il1l11C¡lÍato día 29 todo había
cambiado de aspecto en Tarragona , en su cam-
po y orillas dl~l mar. La escuadra inglesa se ha-
bia lurgado despues de reco¡.;idos los fugitivos
que le fueron posihle. Las ca¡les, sembradl.ls de
cauáverps y ernpapauas en sangre, aun humean-
te de sus ltefensores, orrecian un espectáculo
el mas horroroso; y el General Suchet, deseoso,
de alcrrar con Sil vista y escarmentar <Í toua la
Cataluila, hizo qlle sus tropas se apoderasen de
los alcaldes de los pucLlos circulI vecinos J y pa-
8e~ndoles públicamente por la asolada ciuuad, les
dió UCSplll'S libertad para que mal'chasen á con-
tar á sus cOll1p<üriolas las escenus de horror (Iue
babian pr¡'scllciado.


El GlJ!,crnadur Contrcras fue conducido en
unas parihuelas aL cuartel general, en donde
Suchel le reconvino por no habe,' querido admi.
tir ;Í sus parlamentarios; y en seguida fue tras-
ladado ;Í Zaragoza J y desde alli á Francia, dou-
de N:lpolt'ülI lt~ mandó encerrar en un castillo_


La conducLa de Campoverde mel'eció la des-
aprohacion de la lhgencia, que en 17 de Junio
nombró para reemplazarle al General Don Luis
LacJ"


El Gener;}l Suchet, en premio dc las atroci-
dades (lile acababa de cometer en Tarragona, fue
revesti(lo pOI' su Emperador con la primera dig.
nidad milita" de Mal'i~cal del Imperio.




(68)
1~11. Dueño de la plaza hizo reparar las fortifica-


ciones, y dejando en ella una fuerte gual'lliciou
1IéIlió en la noche del 29 al 30 á la cabeza ,le dos
divisiones que mal'charon, la una con tiil'eccion
;Í Villafl'anca de Panadés, y ]a otra á Villa nueva
!le Sitges. Durante el tránsito de esta por la ma-
rina, fue constantemente cañoneada por los hu-
(lues ingleses. El objeto de estc movi.lJliento Lrus.
co del ejército de Suchet fue impeJir el embar-
que dc la division valenciana ~ y bnlÍr ó tiisper-
sal' el ejél'cito de Campoverde, que pocos dias
Illlles habia querido hacerle levantar el ~itio de
l'arl'agona. El General en gefe enemigo llegó á
Barcelona, donde estuvo pocas horas.> y concer-
tó con su Gohernador Mauricio I\1i1lhicll los me-
tiíos de recobrar á Figlleras, y tic restablecer la
traHllllilitlad en el Prillcipa(lo.


La 11IUrckl de lo,.; fr¡lllceses sobr'c Villafl'an_
ca del Pallad(~s y Villanlleva de Silges impidió
ála divísion valenciana el embarcarse en estc úl-
timo plinto.


Campovcl'de, que desde (]UC supo la toma de
Tal'ragona hahia empczuclo ,1 alejarse del enemi-
go, se replegó á Cervera, y desde alli á Agrarnllut,
donde reuniendo un consejo de guerra se acor-
dó abandonar la Cataluña. No bien se esparció
esta lIolicia enlre los soldados, cualldo los natu-
rales del pais empezaron ,i deserlarse por no ale-
jarse de su patria; y los valencianos al contrario
l)asanc!o el Segre y el Cinca, penelraron en el
alto Al'agon. El desorden y la insurreccion se ma-
nifestaron completamente en el ejército espafiu;,




(69)
Y entonces Campoverde quiso cambiar de direc- 1811,
ciun, regresó á (~ervera, y trató de aproximarse
al litoral de Cl\talulIa, único medio de aquietar
al General Miranda y sus tropas, que reclama-
han el cumplimiento de la promesa, garantida
por los ingleses, de volverlos á conducir á Va-
lencia, en donde era necesaria su presencia,
mientras que su socorro no podia ser ya de uti-
lidad alguna en CalalulIa.


Suchet llegó á Vich el 9 de Julio persiguien~
do los restos del ejército español. El Goberna-
dor dc Barcelona, por medio de una salida que
dirigió sobre Mataró, logró dispersar un cuerpo
espailOl que allí habia, y apoderarse de la ciu-
dad.


La division valenciana consiguió por Gn em-
barcarse en Arenys de mar en una escuadra in-
glesa que la condujo á Sil pais.


Campoverde, amenazado por sus mismos sol-
dados y por el raisanage , se vió forzado á em-
harcarse para Cadiz , de donde habia llegado ya
el General Lacj' para recmplazarlc en el mando.


El primer ej(~rcito, que no habia podido sal-
var á Tarragona, y que acababa de p('rder la di-
vision valenciana J y su acreditada disciplina y
suhordinacion, se hallaba ya en U\1 estado tal de
deJJilidad, que \10 le era posible hacer levantar el
LloCJueo de Figllcras.


Lacy traló de reunir el ejhcito en diferen-
tes plintos, y hacicndo volar las fortificaciones de
Bel'ga, dispuso que el Baron de Erales se estable-
(;i~~e en Montserrat, punto central y dominaule.




(70 )
f811. Entretanto Sllchct recibió órdcn de Napoleon


para demoler las fortificaciones de Tarragona,
sin dejar en pie mas que un reducto; para apo-
derarse de la posicion de Monfserra', y para pre-
pararse á marchar con el ejército de Aragon so-
bre el reino de Valencia. En obedecimiento de
este mandato, el General de ingenieros Rogniac
hizo dcsmantdar con la mayor actividad la pla-
za de Tarragona , y transportar la mayor parte
de su artillería á T orlosa.


El Mariscal Suchct marchó el 23 de JlJlio con
sus tropas por Sarrcal) Santa Coloma. é Iguabda
;'í atacar á .\lontserrat. La posicion de este grupo
de montailflS presenta una conliguracion de las
mas notables. Su distancia de Barcelona, l\Jan-
resa é Ignalada es poco considerable, y domina
los principales caminos y las alturas del centro
de Cataluiía. La ma6a imponente de es(as mon-
taiJas es de dificil acceso, y se halla bailada al
E. por el Llobregat, y defendida por todos la-
dos de rocas escarpadas hasta una estremaJa al-
tura.


En un llano estrecho y muy elevado, abierto
en la parte oriental, está !-iituaJo el convento
de Nuestl'a SeilOra, edificio vasto y sólitlo,
qnc con sus dependencias est<tba transformado
eu una fortaleza, y ocupado por los soldados
del Barou de Eroles, que habian reemplazado á
los monges , l'~·f(lgiados de antemano en I\h.llor-
ca. La vista de esta montaila presenta la imágen
de una porcion de pirámides de desmesurada
altura, á cuyos estremos) que lJareeen tocar á




(71 )
las nuhes, se hal1an una porcion de ermilas. 1811.
LLílllase Montserrat, porque efectivamente la
mOl1taila presenta el aspecto de una masa aser-
rada. Los espaüoles IJabian .aumentado la forta-
leza natural de estL! posicion con cortaduras en
los caminos que conducen al munasterio, y con
reductos construidos en lo mas escarpado, <i
donde habian logt·ado subir artillería.


Ell\lariscal Suchet, sabiendo que el BarOll
de Erales tenia poca gente para defenderse con-
tra mucllos ataques, y que un golpe de .manO
podría pOllcrle el} posesion de lo que él llamaba
el a;Ler,:.;'1< de la insurt'ecciolJ de Cataluüa , hizo
tomar á viva fuerza los tres reductos que se ha-
llaban al pie de la montaña, mientras muchas
columu:lsde cazL!llores trepaban por las rocas en
los puntos que eran algo accesibles. Los paisa-
nos apostados sobre las cumbres de la 1lI0nLaüa
]¡icÍeroll un fuego muy vivo contra los franceses,
y otros colocados en Jos declives de los llanos
internlclliarios arrojaban })ieuras y peiJascos so-
bre los que atacaban; p(~ro c:lrgados en fin á ]a
bayoneta) el Daroll de Eroles, aprovechándose
de la oscllridad de la noche, se <tl'rlljó con su
gente sobre el Llobregal, por barrancos y pre-
cipicios conociJos tÍnicamente de los pdcticos
del país, evitanJo de esle modo caer en poder
del enemigo.


Las tropas de Suchet se npodt'raron del con-
Tento y sus avenidas, y de touo el recinto de la
monlaila J y del almacen de armas, víveres y
vestuario (lue alli babia) alojaronse en el mismo




(72)
181 f. convento, y treparon hasta las trece ermitas que


coronan las mas elevadas alturas, encontrando
aun en ellas Jos piadosos y ancianos solitario.~,
á quieues no bastó á ahuyentar el estruendo hor-
roroso de la guerra.


Este suceso fue muy ventajoso, principalmen ..
te para Ja guarniciol1 cncmiga de Barcelona, que
se encontró libre de lan peligrosa vecindad, desde
donde se interceptaban sus convoyes, y se contra.
restaban todas sus salidas y escursiones. El Ge-
neral Gober:lador de dicha plaza MaLhieu, qu~
habia concurrido al logro de esta empresa, vol-
yió á entrar en Barcelotla , y el Mariscal Suchet
se dirigió ;l Zaragoza para preparar todo lo nece-
sario para la espedicion de Va leucia.


Un suceso no menos decisivo acahó de des-
truir las esperanzas de los catalanes. La guarni-
cion del casLillo de Figucras, abandonada á sus
propias fuerzas, bloqlleada por espacio de mas
de cuatro mes4ls, y exhausta de provisiones de bo.
ca y guerra, y sin esperanza alguna de sel' so-
corrida po,' bs dl'sgl'aciadas ocurrencias que ha-
bian aniquilado enteramente al primcr ejército,
intentó en la noche dd 1G al 17 de Agosto eva-
cuarla, poniéndose al frente de los 3,000 valien.
les que atacaron al efecto las líneas francesas el
General MarLinez; mas l\lacdonald, sabc(lor de
la Cl'ítica situacion d(~ la glJarnicion, y bien per-
suadido de que esta antes tie entregarse intenta-
ria un golpe desesperado para recohrar su libe¡>-
tau, habia hecho construir Con el mayor cuida-
do ,lineas de contruvalacion, redoblando las guar-




(73 )
dias, y haciendo vivaquear las tropas por donde 1811.
era probable se intentase la salida. Asi fue que
la gual'llicion se vió forzada á vol verse á la for-
taleza, y á entregarla el 19 , quedando prisione-
ra de guerra.


De este moJo volvió á caer en poder del ene-
migo el castillo mas completo del Reino, á cuyn
reconquista dió Macdonald la mas alta importan.
cía, haciendo saludar con 101 cañonazos el pa-
belloll imperial que se enarboló sobre sus muros;
pero Napoleon Bonaparte, que se hallaba poco
satisfecho de las operaciones del Mariscal, le
mandó reemplazar en el mando de Cataluña por
el General Decaen, antiguo Gobernador de la
Isla de Francia.


Los franceses recobraron en Figueras los pri-
sioneros de su anterior guarniciono


'110110 111. 10




(74)


,


CAPITULO 111.


Sale Blacke de Cadiz con una espedicion. - Desemharca
en Ayamonte. - El ejército inglés-espaí'iol y el cuerpo
espedicionario principian el sitio de Badajoz. -Se levan-
ta el sitio. - Batalla de la Alhuhera. - Accion de Usa-
gre. - Vuelve á ponerse el sitio á Badajoz. - Reunion
de MarmOllt y Soult. - Haeell levantar de nuevo el sitio
ele Ballajoz. - El cuerpo esperliciollario regresa por Por-
tugal al condado de Niebla. - Vuelve <Í ponerse el sitio
á Badaj oz. - Ordena N apaleo n el socorro de esta pla-
ta. - Rapidez de los movimienlos de los ejércitos fran~
ceses. - Hacen levantar el sitio. - Retirada de vVel-
lingtoll :Í Portugal. - Reflex.iones. - Retirada del Ge-
neral Blaekc al condado de Niehla. - Estado de este
país. - Blaeke dirige su cspellieioJl ;í reunirse con el
ejército de Murcia. - Accioll de Lnhrill. _ Aecioll de
Ubeda. - Aceíon de la línea del Bau!. - Accion del
puente Tahlate, en Granada. - Blacke desembarca con
su espeJicion en Almería, y toma el mando del tercer
ejército. - Aecion de Zujar, y retirada de la Hnca del
Bau\. - Accion de Hncrcal Overa. - El ejército espe-
dicionario pasa á Valencia.


18t 1. Despues de la ocupacion de Badajoz por 103
franceses, de que hemos hecho anteriormente
mencion, el cuerpo del ej ército aliado á las ór-
denes del General Beresford, unido con el resto
del 5.° ejército español, del mando de Castaños,
volvió á poner sitio á dicha plaza, segun queda
indicado. En 22 de Abril las tropas de Beresford




(75 )
practicaron un reconocimiento sobre la misma, 1811.
Y rechazada una salida que hizo la guarnicion de
la plaza para impedirle, el sitio quedó resuelto;
mas una repentina crecida de las aguas del Gua-
diana impidió el paso de las tropas inglesas, por
haberse llevado la corriente los puentes estable-
cidos, limitándose por entonces á bloquear la
plaza sobre las dos orillas.


El 3 de Mayo, habiendo bajado las aguas con-
siderablemente, se aseguraron las comunicacio-
nes, y se abrió la trinchera. El Gobernador ene-
migo Pllilipont defendió las avenidas de la plaza
con salidas oportunas, y con trincheras y con-
tra-aprochcs, retardando los trabajos de los si-
tiadores. Estos, á pesar de las dificultades del
terreno, y de una vigorosa salida que hicieron
los enemigos con 200 hombres, el 11 al amane-
cer principiaron á batir en .brecha el fuerte de
San Crislóval.


]3eresfonl hizo vcnit· de Yelves mas artillería
de sitio, y se preparaba á abrir la trinchera de-
lante dd fuerte, cuando supo que el Mariscal
Soult habia salido de Sevilla ellO con el objeto
de socorrer la plaza de Badajoz , y se decidió á
levantar el sitio, y concentrar todas sus fuer-
zas para presentar batalla á los franceses antes
(Jl¡e lo lograsen. Hizo dirigir á Yelves todos los
aprestos del sitio en la noche del 14 , protegidos
por la divisÍon del General Calle; mas en el mo- /
mento (lue la retaguardia de los aliados se retif
raba, la guarnicion hizo lIna fuerte salida, en la
que arrolló con considerable pérdida un batallan




(76)
1811. portugues. La pérdida total que el ejército aliado


tuvo en todas estas operaciones, fue de 100
110mbres muertos, y 650 heridos.


Beresford se dirigió con su ej ército á Val ver.
de, donde se reunió cun el General Castaüos,
cuya infanlerÍa se hallaba empleada tambien en
el sitio, á escepcion de una corta parte que cu-
bria otros puntos, y la caballería que al mando
del Conde de Penne estaba en Llercna.


El General Blacke, Regente del Reino, se
habia embarcado en Cadiz en 16 de Abril con
una espedicion que desembarcó en Ayamonte y
rio de Huelva, en el condado de Niebla. Incor-
porada á sus órdenes la 3. a division del 4.° ejér-
cito al mando de Ballesteros, ocupaba á Monas-
terio y otros pueblos inmediatos, cuando supo
que Soult con 30.000 hombres, ent.re ellos 4.000
caballos; y un gran tren de art.illerÍa J Vel)~a so-
hre Estremadura. Blacke entOllces se replegó, y
conferenciando con los Generales Beresford y
Castailos, quedaron conformes en el plan que
convenia adoptar.


Ya á aquella sazon el I.ord WeIlington, para
dar á los españoles una prueba de la franqueza
con qUé los ingleses y portugueses cooperaban á
la libertad de la PenÍtlsula , habia dispuesto que
siempre que las tropas de las tres naciones ma-
niobrasen juntas, el Oficial de mas graduacion
tomase el mando general. A Castaños tocaba des-
de luego ponerse á la cabeza de este ejército
combillauo; pero por un efecto de aquella mo-
destia que ha distin guido siempre la conducta de




(77 )
este benemérito espailOl, lo rehusó, manifestan- 1811.
do que la verdadera fuerza y no el rango nO-
minal debian obtener el mando superior, como
mas interesado en las pénliJas; y flue siendo
los espaüoles el cuerpo menos numeroso, de-
bian considerarse en esta ocasion como simples
auxiliares. Quedaron todos satisfechos con tan
sáhia y juiciosa refiexion ) y hahieudo por con-
secuencia recaido el mando en el General inglés
Beresford , que tenia mas fuerzas, marcharon
á ocupar las posiciones convenidas sobre el pue-
blo de la Alhuhcra, punto e1f'gido para presclllar
la hatalla. La pec¡uelIa alJea de este nomhre,
de que solo quejan las parc¡lcs, se halla situa-
da en el camino real de Sevilla á Badajoz, cua-
tro leguas distan le de esta plaza, tres de Oli-
venza, dos de Valvcrde de Lf'ganés , llueve de
l\1érida J y tres de Santa Marta, pueblos todos
lIobre el mismo camino real. POI' la orilla de la
Albuhera flasa un riachuelo, sobre el que hay un
puellte, formado por la uníon del Nogales y del
arroyo de CJlicapierna, (llle se efecllla á dis-
tancia de unas 40 varas mas arriba del puente.
El terreno por las dos orillas es llano y despejado
Con suaves declives, y en la de 13 derecha hay un
carrascal, por d medio del cllal pasa el camino
real de Sallta Marla J sin descubrirse hasta corta
distancia, halUndose el bosque mas próximo á
la poblaciol1 por la parte del S. , que fue por don-
de los enemigos dirigieron su principal ataque.
El dia 16 se halló todo el ejército combinado en
posicion casi paralela al arl'oyo de la Albuhera.




(78 )
1511. Las tropas españolas formaban el ala Jerecba en


dos líneas á las órdenes del General Blackc) que
tenía ;i sus órdenes á los Generales Zayas) Lardi.
zabal, Ballesteros y Conde de Penne, que
mandaba la caballería espaiiola; la division in-
glesa del General Stwart el ccutro, y la portu-
guesa del General Hamilton la izciuicrda. Otra
division inglesa y una bl'ig¡Hla portuguesa) á las
órdenes del General Calle, formahan \lna segun-
da línea detl'as del cenlro. El 1)ueb10 de Albuhe-
ra se hallaba ocupado por una brigada de infan-
teria ligera á las órdenes del General Alten. La
caballería, mandada por el General Lumlei, se
situó para cubrÍl' el flanco derecho de los españo-
les) componiendo el ejército aliado un tOLal de
27.000 infantes, 2.000 cahallos y 36 piezas de
artillería, de los cuales 14.000 solo eran espa-
iIoles. Cerca de las 8 de la mañ:JlJa del lG se
vresental'on los fl'anceses salienclo del bosrlue, y
dirigiendo su marcha sobre la Albuhera, fi guran-
do un ataque contra el centro de la línea, y cc:r-
gan(lo la mayor' parte de sus fuerzas contra la
derecha, con el oh jeto, a 1 parecer, de en vol verla
y tomarla la espalda. Los Generales aliados co-
nocieron bien pronto la intencion del enemigo, y
dispusieron la ejecllcion de un cambio general
de frente. Esta operacion complicada se verificó
con tal exactitud y oporLUllidad) {lile cuan do las
columnas francesas conversaron para envolver
lo que suponian flanco del ejércilo aliado, se en-
contraron con nuevas líneas de batalla. Atacaron
no obstante con el mayor arrojo á los espai'Ioles,




(79)
que se sostuviel'on con firmeza, y rechazaron al 18í 1.
enemÍrro hasta sus primeras reservas. A este tiern-a
po ya habian entrado en la nueva formacion ta-
Jas las tropas aliadas. Los franceses renOvaron
con el mayor vigor los ataques, y la artillería
de una y otra parte, colocada á muy corta dis-
tancia, hacia un vivo y mortífero fuego. La ca-
ballería sobre las alas se respetaba y observaba
mútuarnente, cuando unos 40 lanceros polacos
penetran ternerariamente á escape entre la pri-
mera y segumia línea de los aliados, que sin per-
der Sil firmeza y serenidad Jos reciben. Algnnos
de ellos caen muertos, y pcnetranclo los que so-
breviven mas adelante, al verlos la segunda línea
de los aliados, cree rota la primera, rompe el
fuego sobre ella y sobre los polacos hácia el lado
en que se hallaba el General Elacke con el cuerpo
espaüol cspeclicionario ; pero lo suspenden inme-
diatamente. Algunos :101dados de la segunda li-
nea hacen fuego sobre los polacos que continua-
ban avanzand0.J los que bien pronto quedaron
tendidos en el campo, y pl'isionrro el oficial que
los mandaha.


Esta escena fue momentánea, y no influyó en
nada en el orden y en el vivo fuego que se hacia
conlra el ataclue que los enemigos renovaron con
IUJS fuerza. .


Uno de aquellos lanceros cargó al Mariscal
Beresford, quien luchando con él le derribó del
caballo, y fue muer lo por un dragon de ordenan-
za del General.


El General Stwart recibió dos balazos, 1 el




(80)
1811. Brigad.ier Espai"Ia fue herido de un bote de lan-


za, sin querer uno ni otro retirarse de la refriega,
y el Genel'al Colle recibió una contusiono


Una copiosa lluvia, acompañad.a de un viento
fuerte} vino á aumentar la importancia de este
imponente cuadro. El fuego se guia por varios
puntos, y aproximándose cada vez mas los fran-
ceses, se generaliza el de fusilería, y el ejérci-
to aliado se sostiene Con el mayor denuedo. Es.
ta sangrienta lucha permanece aun indecisa por
mas de dos horas; pero al fin la victoria coronó
los esfllcrzos del ejército aliado, que si bien te-
nia alguna superioridad numérica en la infante-
ría, era muy inferior en la caballería y artillería.
El enemigo abandonó al fin el campo de bat<llla,
y la accion cesó á las 3 de la tarde. Su l)órdida
110 bajó de 7.000 hombres, entre ellos el General
'Vede que quedó tendido en el campo de batalla,
el General Pepin, que murió por la noche, el de
brigada Marransin., que fue gravemente herido, y
!11Urió al dia siguiente: el gefe del Estado mayor
Gazan, y el Genernl Gravet, tamhiC'fl heridos,
Con gran pérdida de otros oficiales de todóls cla-
ses. Los illgleses y portugueses tuvieron 1.000
muertos, 3.000 heridos, y 570 prisioneros, ¡los
españoles 2.DOO cntr·e muertos y. heridos. .


El Mariscal Soult para demostrar á los ojos
de la Europa que no habia perdido esta batalla"
y con el objeto de obscurecer la verdad, perma.
neció un dia entero detr~s de la Alhuhera á me.
dia legua del campo en que se dió, sembrado de
muertos de su ejército, que temblaba por mo-




(81)
mentas el verse perseguido y derrotado comple.. 1811,
tamente. El Mariscal que habia emprendido su
marcha desde Sevilla para reforzar á Dadajoz,
volvió á tomar el camino de la primera ciud¡¡d
sin haber logrado Sil objeto) protegido en su reti.
rada por su numerosa caballería. La espaüola si-
guió el alcance del enernigo, haciéndole algunos
prisioneros é incomodándole con el fuego de las
guerrillas. La division de Lardizabal marchaba
tambien en su seguimiento, tomando posicion en
el bosquc) camino de Santa Marta J en cuyas in-
mediaciones se situó al vivac en la mafUll1a deli9.


El General británico Lumlei con un cuerpo
de caballerla inglesa y portuguesa, y la brisada
espaüola del maullo del 13rigadicr Loy, desalojó
el 24 de la villa de Usagre á la retaguardia del
ejército de Soult; pero el 25, habiendo retroce-
dido toda su caballería, compue-sla dt~ 13 regí-
mieIllos con 6 piezas de artillería, fuerza infini-
tamente superior á la de los aliados, alacaron á
estos, que los esperaron, y con su JI rmeza, bue-
nas disposicioncs, accrtauus maniobras y con la
bizarra carga de un l'egillJienLo británico, recha-
zaron á los franceses que perdieron en la I'efrie-
ga 78 prisioneros, muchos mucrtos y heridos, al
paso (lue la de las tropas combinadas fue 1l1-
cOlllpClrablemente menor.


Tal flle el glorioso resultado de la célebre ba~
u


talla de la Albuhera, en 'lue espaüoles J ingle-
ses y portugueses, todos rivalizaron en valor) y
todos pasaron los límites de sus lleberes. En tan
wemorable y sangrienla aceion se dieron indi-
TO.~lO 111. '11




(82)
18ft. vidual y colectivamente pruebas, cual nuncll,


de valor y disciplina, viéndose tendidas por la
tierra en el mismo orden fIue habian combatido
filas enteras, y no se sabe cuál fue superior, si
las disposiciones de Beresford, la cooperacion de
Blacke, la noble moderacion de Caslaños, la in-
trépida vebemencia de Soult, ó el ardor de las
tropas que atacaron y se defendieron.


La Regencia española, para premiar el sobre-
saliente mérito de Beresford, y deseando recom-
pensarle de algun modo, le concedió el grado
de Capitan General de los reales ejércitos, y al
General CastaiIos la gran Cruz de Cárlos HI.


El Rey en primero de Marzo de 1815 institu ..
yó una Cruz en premio de esta gloriosa batalla,
la que es de la figura de un aspa coronada de lau-
rel con un óvalo en campo Llaneo, en el que se
lee el nombre de Fernando VII, yen círculo con
letras doradas Albuhera, pendiente de cinta car-
mesí con un filete negro y otro azul.


El sitio de Badajoz, suspendido momentánea-
mente por la aproximacion de S0L11t, se em-
prendió de nuevo con el mayor vigor. Lord Wel-
liugton, que en aquella época se hallaba en el
Alentcjo, hizo que viniese á reforzar á log ven-
cedores de la Albuhera desde la derecha del Ta-
jo un cuerpo de su ejército.


El 27 de Mayo la divisioll del General Hous-
ton por la derecha del Guadiana, y las de los Ge.
nerales Picton y Hamilton por la iZfJ.uicl'da, em·
histieron completamente á B:lllajoz. A los t10g
dias Be ~brió la trinchera delante del fuerte ue




(83)
San CrisfóvaI, y el 3 de Junio al amanecer se 1811.
rompió el fuego de cañon por los dos lados del
rio con tanta constancia, que en la noche del 5
se habia abierto una brecha practicable, por la
que se verificó el asalto á las 12 de la misma.
Los sitiadores, dueílOs ya del foso del castillo ..
intentaron monlar pOI' la brecha; pero habiendo
sus defensores hecho una profunda zanja debajo
de la muralla, fueron cargados desde lo alto de
esta con una multitud de piedras, bombas y gra-
nadas, y tuvieron que retirarse con una conside.
rable pénlida de muertos y heridos.


En los dos días consecutivos se ensanc11ó la
brecha, y siendo aun mas practicable, se reite-
ró el asalto en 9 de Junio al anochecer; pero tu-
vieron que desistir de él por la gran cantidad de
sacos llenos de pólvora, bombas, granadas y pie-
dras que arrojaron sohre ellos los enemigos) co-
mo en el asalto anterior.


Malogradas estas tentativas ... y teniendo noti-
cia Lord Welligton de que el General Soult reuni-
do Con Marmont, Duque de Ragnsa, que habia su-
cedido á Masena en el mando del ejército francés
invasor de Portugal, amenazaban dirigirse á Ba-
daioz, mandó convertir en bloqueo el sitio de C~­
tu plaza.


El triste éxito de la campaña del Portugal y
la marcha lenta ele las operaciones de sus ejérci-
tos en el mcdiodia de Espaiia, habia hec]¡o co-
nOCpr á N apolcon la urgcnte necesidad de poner
un dique al ejército aliado, dando orden á Soult.
y Marmont para que reunidas todas sus fuerzas J


I




(84)
1811. redoblasen sus esfuerzos para desalojar, si fuese


posible, á los ingleses de la Península. Por una
instruccion especial que dió Na polcan á Marmont
al nombrarle sucesor del PrÍncipe de Esling, le
previno sobre todo, que por cuantos medios
estuviesen á su alcance apoyase la segunda mar-
cha que iba á emprender el Duque de Dalmacia
sobre BaJajoz, para hacer levantar el hlorrueoJ
y consel'var esta plaza á toda costa.


Este Mariscal, que Con ocia bien que con la
p~rdida de Badaj oz se perdía toda la Estremadllra,
y se descubria un flanco á los aliados para mo-
lestarle y aun hacerle abandonar las Andalucías,
volvió de nuevo á reunir sus tl'Opas para tentar
otra vez la suerte de las arrnas.


El General Drouet, que con una division de
10.000 hombres salió de Toledo del 28 al 29 de
Mayo, se reunió á Soult en las fronteras de Es-
tremadura el 12 de Junio. N o fue menos veloz el
movimiento de Marmont, pues habiendo empe-
7.ado á salil' de Salamanca con 18.000 infantes,
3.000 caballos y 34 piezas de artillería el dia 9,
atravesó el puerto de Dailos, y pasando por Piasen-
cia yla alta Estremadura, llegó al Tajo,y habiendo
encontrado roto el puente de Almaraz, su infan-
tería Con la artillería pasó este rio por uno dr
harcas que estableció, y la caballería por el vado.
En seguida este ejército se diyidió en dos gr~ln­
des columnas, de las cuales la primera á las in-
mediatas órdenes del mismo I\larmont siguió su
marcha por Trl1jillo sobre MériJa .. y la segUl~da,
iuandada pOL' el General Clausel, oLEcuanQ} so-




(85)
bre la izquierda, marchó sobre Don Benito y Me- 1811.
dellin, y el 18 de J unÍo estaba ya el Duque de
Ragusa en Mérida sobre el Guadiana, á seis leguas
de B:ldajoz.


Lord Wellington se situó con el ejército alia-
do pal'a cubrir el bloqueo de esta plaza en los
campos de la Albuhera, donde un mes antes ha-
bia sido hatido el cuerpo de Soult. Los ali.ados
desde esta posicion contenian á este, que desde el
13 de Junio tenia situado su cuartel general en
Fucnle el 1\1aestre. El General Drouet, Conde
d'Erlol1, !t nn lle estrechar la línea de operaciones
y de aproximarsc al Guadiana rara obrar mas in-
mediatamente con Marmont, que permanecia des-
de el lG en Mérida, situó su cuartel general el 15
en Almendralejo, á cuatro leguas de Fuente el
Maestre.


En estas posiciones permanecieron los fran-
ceses el 15, e116 y eli7, Y el General Wellin gton,
que no pOlEa oponer mas que 54.000 infantes y
6. DOO caballos, á 60.000 de los prime ros y 10.000
de los segundos que contaba el enemigo, resol-
vió retirarse á Portugal, desistiendo por enton-
CCs del bloqueo de BaJajoz, de cUJas inmedia-
ciones hizo retirar lodos los pertrecllos de guer-
fa , tomallllo posicion sobre las alturas detras de
CampOl1lClyor, donde sUs tropas se establecieron
al ViV3C en los LOSr¡llCS de !;¡s márgenes del 1'10
C1.P, dispucstas á presentar la batalla en el ca-
so de 'llle los l\lariscales franceses intentasen pe-
netrar nuevamente en Portugal.


Esta retirada de Lord Wemngton, á la que al-




181,.
(86)


gunos quieren atribuir el retardo de un año que
esperimentó la libertad de la Península, ha sido
severamente criticada por mililares de conocida
opinion y esperiencia, á pretesto de suponerse
haberle sido fácil impedir la reunion de los cuer~
pos de Soult y .'\1armont, fuertes caJa uno de
35.000 combatientes, oponiéndose á cualquiera
de ellos con 50.000 hombres, y dejando 10.000
en el sitio de Badajoz. Mas el concepto y general
reputacion de Wellíngton, el sistcl1l.a prudente
que se había propuesto, y sobre todo la cautela
con que se movia Soult por no comprometerse
aisladamente, son otros tantos motivos que indu.
cen á creer, que aun cuando fuese posible el ga-
nar una batalla, et'a á lo menos arriesgado.


Los dos Mariscales franceses, libre Badajoz
ya uel bloclueo, se avistaron en aquella plaza, y
concertaron el medio de apoderarse de la de Oli-
venza, de la que se posesionaron sin resistencia
alguna por haberla evacuado los ingleses el 21 á
las 10 de la mailana , haciendo al mismo tiempo
sus tropas varios reconocimientos sobre Yel ves
y Campomayor, y retirándose de&pues hácia Za-
fra y sus inmediaciones.


El cuerpo espcdicionario cspailol á las órde-
nes del General Blacke penetró en Portugal, y
atravesando el 22 de Junio el Guadiana por Ju-
rumenha, se di¡'igió al Condado de Niebla con el
objeto de llamar la alencioll del ejé,'cito de Soult
y precisarle á volver á Sevilla, como lo verificó,
al paso que Marmont se situó entre Mériutl 1
Montanches, ocupándose en hacer algunas COI'-




(87 )
rerías por la provincia para proporcionarse sub. 1011-
sistencias.


El Brigadier Begines de los Rios, que COn su
division habia permanecido en el campo de San
Roque, se propuso atacar el castillo de Moron,
para cuyo objeto emprendió su marcha con una
col umna de 400 infantes y 250 caballos; pero te-
niendo al paso noticia de que un batallon polaco
de 500 plazas se dirigia á reforzar la guarnicion
de Ronda, y debia llegar á Olvera el 2 de Junio,
le sorprendió y destruyó en dicho pueblo, esca-
páJ1{lose solamente 100, entre eUos algunos he-
ridos, y quedando los dernas muertos ó prisio-
neros.


El General Blacke intentó apoderarse del
pueblo fortificado de Niebla, situado en la ribera
derecha del rio Tinto, posicion importante á los
ew:migos para poner á cubierto á Sevilla, que no
Jil;la mas (lue 10 leguas, de un golpe de mano
de las tropas que pudiesen desembarcar en Mo-
gucr. Niebla, como punto de apoyo para las ope-
raciones del enemigo, y como depósito de las
subsistencias que arrancaba á los pueblos del
Condado, se hallaba defcndjd<l por una fuerte
guarnicion francesa. El30 de Junio, dos horas an-
tes de amanecer, dispuso Blacke el asalto, que se
vcriflcó bajo un fuego muy vivo de artillcrÍ<I sin
resultado por la cortedad de las escalas)' f¡¡lta de
otros medios que por entonces obligaron á clesis-
1Ír de esta empresa. Interin Blacke bloqueaba á
Niebla, el Conde de Penne Villemul', adelantán-
dose por San Lucar la Mayor hasta el barrio de




1811.
(SS)


Sevilla llamado Triana, en el momento mismo
en que las partidas destacadas del cuerpo de Ba-
llesteros amenazaban penetrar en arruella capital
por el.camino re.al de Carmona, obligó al Gene-
ral Darricau, Gobernador de Sevilla, á encerrarse
con su corta guarnicion en la Cartuja} edificio
que el Mariscal Soult habia mandado fortificar
para precaver un golpe de mano. Darricau estaba
resuelto á defender este puesto hasta el último
estremo, y á hacer fuego contra el pueblo de Se-
villa en el caso que los españoles penetrasen en
él. El Conde de Penne coronaha ya con sus tro-
pas las alturas que por el o. dominan á Sevilla,
y aun algunas de sus guerrillas avanzaban hasta
el puente de Triuna ; mas esta tentativa no pasó
mas adelante, porque el Mariscal Soult vino so-
bre Sevilla en seguimiento del General Blacke.
Este J vicnl!o (Iue la superioridad del enemigo no
promctiJ. obtener 'Ventajas en el conélado de ~ic­
bla J se embarcó con sus tropas el 16 de Julio en
la clIlbocadur'u del Guadiuna, y llegó á Cacliz el
12, desde Joncll~ se reembarcó con olra espedicion
á reunirse con el ejército <le ~l[Jr,cia, (Ine can b
denominacion de tercero se hallaba interinamen-
te á la3 órdenes del General FreÍre. Este, que
habia permanecido mucho tiempo sin ,etlemigo3
al freute , con el objeto de recoger dispersos y
de activar la lIuinta culos pueblos que abrazaban
con sus correrlas los destacamentos del cj ército
de Schastiani, hi;l,o adelantar {l las á,rdcnes del
G€!~cJ:al Don José Odonell un cuerpo volante,
compuesto de dos batallones dc infanlería y ll't!s




(RO)
compúlÍas de otro, con dos eSCU8u.rones de ca- ~o; l.
b'dIería hasta cerca del pueblo ele Lubrin, en
donde ~abielltlo que se habian reunido los el~:;la­
camenlos enemigos de los pueblos (le Dleila y
Td:lcrnas en m'lmero d(~ 700, lo~ atacó antes del
amanecer del 23 (Le l\larzo, C;llls;índo]es uua COll-
~ij(leraldc pl:~r(lda, y pCl'siguil~lldolos en su rcti-
raja !t l~leila, que verificaron clejawlo en Sil po-
ller mudlOs artlell105 ele subsi::,~eilcias (lue tenian
reunidos. La púrdida lie los cspaüoles consistió
_',010 en JO hombres fllera (le cOlubate.


DcsplICs d(~ este vcul:ljoso encuentro) desco-
so el Gc:n.~ral Freire de coo.perar por Sll parte á
la rcc n pe racioll de la i In porl ante plaza de .Da du-
joz) trató de llamar la alcncion del ej¿'!'cito de
ScbasLÍani para que no auxiliase al de Soult) y
t.'ntre otros mOVll1lil'lll0s '¡:'le displl~o al ef(~CLOj
fu,' el lit' haccr marchar al Brigadier Don Amlll'O-
,io Cuadra COn un cuerpo de illfanterÍa y caballe-
ría al reino de Jaen, el que fut' atacaJo en Uheda
p'Jt' olro cllerpo fnmces de igual fuerza el 15 de
\hyo, y l:abielldo lObrado este al principio il!tro-
ducirsc hasta dentro de la:~ calles de arrucl plll'blo
(lue los espatlOlcs Jefendian, fue al fin completa-
mente rE'cllé1Zado y obligado á retirarse ~ Baeza
COil p(~r[lida de la mitad de su gente, siendo muy
infP,l'lor la de los cspaüo!es.


Freire habia aprovecIl<'Hlo el tiempo de quie-
tml en que no habia tenido enemigos al [¡,(;lIte
qne combatir, fortiílcalldo en las inmelliaciones
de la VC'1ta del naul ,{ quince leguas tIe Granada
en el crll1úno real de Murcia una fuerte posicion,


',',¡MO 111. 12.




(90 )
1811. cl.ef.~nclicla por 11113 divi.~¡urJ de in[;mtcrÍa y tr,~s


C5Clli1clroncs de caballería. S(~ba~ti,ll1i d,:;tcrmiIlJ
destruir esta linea d~ atri~'!chcra::li¡:lllos, y el 24
de Mayo al arnancccr se l)rescllló d(:bnt(~ de ella


• 1


con 1.600 inLmtcs y GiJO caballos con 6 piezus
I¡'O ')!'ll'll"l'l'" ']":"'1,1 0 ~'l""t';~C 1111'! l'PS('I'V'" con ,_'v (" .~ el, '<-L\. .. I lo. -"- '-. ir \ ~ ,_ ., (, ) .. <,.' l( -
Cllatro cañones :d olro ]:do del b:llT:!l:CO de Goy.
El Brigadier Don José Antonio ~~¡j:í: se llallal);} en
aquel dia de servicio en esle puesto con la tercera
division, yen el rn:Hnento ele est,n'se relevando
r:sta lJor la seUlll1c];-¡ [11 mnndo del de j~':Jd cL¡sc


....) el


DOl1 J llall Cl'cack. S,~ ",'C' !,¡liC('¡ el ;:¡ ;,3d li(, del c¡~rm i [Co.
J i 1....1


Esla circunstancia, la bizarric1 CCll (1l1(~ se lwbi<1H
batido las guerrilhs (lU:~ salinoll al frentc, y el
acertado fuego ele la artillería <lllco (luró lilas de una
hora, 1Iici(~ron desistir al enemigo de ~n emp'_"l(1)
rctir~í.n~~ose "crboll~~O,~t11ucnte C()~1 g!'an p{~l'(liJa,
dos caÜOl1(,s clcsl11:)nlc'-:os y y;¡rlcs C:IITC'i d,' l¡¡lI-
niciones inutilizados. Por l)al'Lc de los csn:¡llO]('3


, .


no hubo rnas que la de once homlJl'cs , cliL'l'('lH:ia
notahle dehda al poco acierto de la artillería
(~nC:~jlgn.


El Brigadier Conde de MOlltijo, qne por dispo-
sicion del GelYTal Freirc ocupaba las Alpujarras
con un regimiento de infantería y alguna cahalle.
ría con el objeto de impelEr las conerías del ene-
migo y privarle de los recursos C¡lle podú propor-
cionarle el país, se "ió atacado c114 Je Juuio en
sus posiciones con fuerzas muy.~llp2riores alman-
do del Genern 1 Rey; pero estas fueron rechazadas
y nerseguiclas con l,énlitla muy e'Jnsiclerable .
.... .1 v ..


Tal era el estarlo de las openlciollcS dd ter-




(91 )
cer ejércllo cnnnrlo en los primeros días de Agos- 18i
to clescmbal'c(') el General Blacke en AlmcrÍa con
un cuerpo espcd1ciouario, y tomando d mando C11
gcf~ de t')cL) el e)~rciLo ~ se situó en la })08ic10n
atrincherada del Daul.


.El ~üariscai Soult, tan 1118go C0:110 supo la
marcha ele Blackc á Almcría, se dirigió á Granada,
en donde ctl:rú el 2 dl~ Agosto. El 8 por la 111a-
üana hizo rdela,llal' a: '~ell,;ral Gotlinot con !lna
fuerte division l)ara qne aLacase la derecha de los
espaiiolcs, mientras él intentaha penetrar por el
ceuti'o, como lo verificó pl'~~s;~nt,ínclosc el dia 9
al frenle (le la" líacas ud Danl. Los cspalloL~s le-
niaa una (livi.;íon eh c:-'[l1[fcrí;¡ de vanguardia en
Guadix, y otra dc~ illr:nlcria á las órdcnes del
General Cuaell'a eH Puznalco:1 rara cuhrir el flan-
co JerrcllO y l'1"tagn:Il"llia de la csprcsada !íll(~a. El
mismo dia 11l1c"e G.OOO iurantes, 1.500 caballos y
14 pi('z,1s de arLillerÍa dd cuerpo de Soult se di-
rigieron h~cia GlIaelix , al nú,;lllo tiempo que el
Gcnpral Guclinot avanzó so1.H'€ Pozoalcon con
4.000 jni'<llllcs, 700 caballos y 4 callOneS con el
objeto (L~ doblar la izclllicrda ele los españoles,
y atrlcarlus por la espalcla, mientras que el Ma-
riscal penetraDa con impclélOsillad por su cenlro.


Los espaüoles apostados en GllaLlix se reple-
garon ;[ la línea, y los de Pozoalcon á Castril.


Blackc conoció la importancia de batir la
fuerte columna enemiga que operaba sobre su
flanco derecho, y al cfcclO dió orden al Gene-
ral Don JOS\~ OJollcll, para que con una di\,ision
procurase unirse á la del General Cuadra; mas




(92)
;;,11. hicq,vo faltado tiempo para verificar esta reunion,


y s~jiel1do el enemIgo dc Pozoalcon en la maña-
na del 9, sc dirigió conLra Odollcll, l[ne situando
.'lll coda clivisioll de 2 000 hombres sobre la már-
sea iz({uierda del rio Guanlal, d(~felldiú el paso
con la mayor bizarría, sosteniendo una accion
,.,angr:enl.a y desigual, hasta clue pr('ci~ado á ce-
der á las fuerzas esceslvalllculc sllperiorcs con
que cargó d enemigo, emprell<li;') Sll retirada
:;ostcllido por la caballería del Hrigallier Loy.
nccihida la noticia d(~ este funesto y lransccllclcn-
1 al aCOJl1.ccimif'lltu por el Gelleral en g,'fe, (IllC
hahla sostenido con el mayor le'sun el aLarp¡e
])or E,U frente, conocití la imposibilidad de man-
tenerse en su posicion, y en su cOllsecll\'llcia
rrincipió á rdirarse con el ej{'rcÍlo. Esle hiz,; aho
~ll dia signientc en las vertit'IlLes; pero habiendo
~,i(l() alacada la caballería cspalwla ;ltle cllht'ia
la 1';~lagllardia por 2.000 homlJ\'{'s dc 1;. dd clle-
migo, flle arrollada por su infl'l'ioridacl, y no
plldú~tldo ya entonces cOlltinuar la iuLln«'l'Ia Sll
rl'L:I'ad;:¡ por clllatlo, tomó las S,iCI':'B de tlcreclj~l
(., 1Z '¡linda.


I


La divisiún del Brigadier Sanz, (111(~ ror su
pChicion particular !JO ~e hallal);, (':1 ..l cnso de
F¡d,'rlO cj,"clltar tan f;cilmcnte, lo cOllsiglllÚ por
1'11 movimIento esforzaclo ;í Sll fr<,nte, que irnpo-
liclldo al elH~migo le ohligo á l'('pl,'!~ar stlS guer-
rillas, uej:'n¡lola dl'scl11bar;lZado el terreno nece-
sario para ganar la sierra dc su iz illi('rda. Esta
di vision , in co rpora da al. dia si guif' !lte en A ILor
con ot.ra que seguia la misma dircccion ; tUY¡1




(93 )
q1lf~ arrollar en In noche dí'] n11SP10 dia 1. 30!) !Bl1
drr:3Hlcs franceses en el pueblo de las Aguijas.


El cj(:rcito logró reunirse al fin en Lebrilla,
en lasinrnediaciones de Mllrci", cubriendo ~ esta
capiLal y á la plaza de Cal'tagcna. En su rt'lirada
precipilada y desastrosa tuvo las bajas (Ille eran
consiglticuLes al ca!l~ancio y falla absul111a de suh-
sist~l1cias (iUC espcrimclltó. La clivisiol1 de Cua-
dra se reLiró igualmente por las montaüas d"
Caravaca.


La di,;persion flrl ejército espaflol tranquili-
zó :í Soult sobre In sl:cl'1e dcl l1,illO dé' Gr;¡¡¡ada)
y !'('slÍlIIYl'lldose ú Sevilla cUt! lit: ejercilo, que-
dó eu disposicion de mal'cliar á S(jCOl'l'er á las
trepas que habi.; dejado en gstrcpwJ llra en d
caso que fuesen amenazadas por fucrzGS supe-
nor!'s.


"'u!icioso d Ge!1(:ral Blacke de que un des-
taC<ltnellto de LlOo itlfantes y 100 caballos UC1!pa-
};an d I,uehlo de Ilul'\'c<11 Oyera, pcrtellccicutE' [11
ncino de Granada, dispuso que el Brigadici'
Sallz milrchase con la milyor rapidvz á ;¡lac¡¡r ..
Jos COll dos escuadrones. Asi lo VI l'ilieó estl' in-
tl'("pido gcfe el 2.9 de Setiembre, l)atj(~ ¡¡dolos sin
mas ptTdida por su parte (lue la de CillCO lJOll1-
])I'('S, y haciéndolcs algunos pri~iuncros, adCinas
d,~ los muchos muertos y heridos tlllC tuyinon)
quedalldo dllCIJ(, de los arlÍculos de provisj()"e.~
(l\l!~ telli<Jil acopiados. J-hcha esta operaeioll sr'
retiró la division sobre Lorca con el mayor IJr·
¿('no


En el mes oe Setiembre el ejp.l'cito espedici;,.




(94)
1811. nario que se habia incorporado con el de Murcia,


pasó á reunirse con el 2. 0 ejército, acantonado
en el Reino de Valencia. En el de OctlllJre el Ge.
neral Freire se situó en Lorca COn parte deller-
cer ejército, de donde en el mes de ~oviembre
.5e trasladó á Reqncna con una division, y en
Diciembre á la plaza ele Alicante.


Otra parte del mismo ejército, á las órdenes
del General Mahy, segundo de Blacke, pilSÓ ¡i Cuen-
ca, y desde allí á Valencia para reunirse con el
¡egundo, y socorrer aquella capital amenazada.




(95)


CAPÍTCLO IV •
. At'c;()l~ (Ir: Cier]'es. _ Los ingleses blorptCan á Ciudad-Ro-


¡i:<20' - ACC;Oll de ECllo11. - AccioD de J\lllcapontr:.-
11c;'ucr7.<l:1 lo,; fí'J!ICCS2S á ::illlbll-Hodrigo, - Accioll de
CiulLd-ltodrigo - El Coronel Sanehez illtereepta 1111
convoy) 'Y hace -prisionero al Goberllall0r. - Accion
lle !\lilalllla tle Fra(les ':! del Enllrinal. - Aeeion de Cá-
CC¡'(:;j, - /~c¡~iull del Casar. - rrC.i'CCl';l acciof!. de Cácc-
I'e:'. -- '<":');'prcsa de Al'l'oj"ollluIiuos. - DcsLiLlLCiou del
C';lll:l'al [rances G Íl'Jl'd.


Acabamos poco antes de intEcar que el Ma- Hl: 1.
riscal Dllque de Dalmacia, des pues de la retira-
da de ]}lacke se trasladó á Sevilla para estar en
disposü:iun de marchar á Eslremadura en el caso
ele que las fuerzas francesas estacionadas en aque-
lla provincia fuesen atacadas 1)01' otras superio-
res. No fue Je larga duracíon su permanencia en
la capi¡<!l de las Amlalucí;IS.


El 1Ilariscal Marmont, dejando un<J division en
la3 1u;\1'g::ncs del Gualliau<J, snlió de ~lérida el 17
de Julio, pasnndo el Tajo pOl'Alrnarn .• y fJcanlo-
lHlado su ejército en las inmeJiaciones de .Plasell-
el", eH donde pel'rnanec:a aun elLo de Agosto.
t~L CC;ll(Td !i'oy siguió este movimiento coa


.. m division desde Cúceres llande se hallaba:
;


n1as el Conde de Penne Villemur , que mandaba
la vanguardia del 5. 0 ejército espailol ... compucs-
tfA de 700 caballos y de una division de infanlería.




(96)
1611. al mando dd Brigalli¡;r Morillo} atacó á Foy


f'n su tránsito df~ C~cer('s .;. TOITemocha el 30
de :\gosto con sola la caLHlllel'ía } ll(~Spt](~S de ha-
ber eh'jndo en posicion á retagunrdia la infante-
ría} y le batió con p(~l'dida de 23 hombres, in-
clusos 10 prisioneros, sin lener por su parte 111:IS
Cine dos cahallos hel'itlos.


'Vellingtoll, llO bien supo el movimiento de
Marrnont cuando salió en su seguirniento, siLuan-
do el grueso ele Sil ej{'rcito sohre la orilla dere-
cha etel Tajo, cerca de Caslelbrallco; y en se-
guirla, continuando su marclla, villo :í tomar
posicion sobre el Coa. El ejército frances de Por-
tugal, á pesar ele esta maniobra de "Tdlillgton}
Conservó sus posiciones, mientras que el del ~ .. ,
que al principio ele] aüo ant(~rior habia sidúformado
de Ulla parte de la Guardia Imperial para asegn-
nI' las cOll1unicaciones con Francia, y observar
el N. d(~ la Penínsllla, á las órdenes en un prin-
cipio del Duque de Istria, y llespt1f~s de la bata.
lla de Fuentes de OiJOro, del Conlle ele Dorsen-
He, Cor"oncl general de granaderos de infimlerÍa
de cliclla Guardia 1 l11!l('l'ial, se hallaba ac,lutonado
sobre las ori!jas del Duero. Este cuerpo contenía
al ei(~rcilo espaüol ue Galicia, cuyas operacio-
nes se dirigian á apoyar los movimientos del ano
glo-lusitano.


Ciudad-Rodrigo se kdlaha á la Sflzon nlJnn-
donada á SIlS propias fuerzas, y Lorel Wclljngton
tomó las medidas convenientes para Lac,orse due-
ño de esta plaza. En 5 de Setiembre la bloqueó,
y se ocupaba en reunir los pertrechos neceS3.




(97 )
rios para sitiarla, cuando el enemigo se dirigió 18: J.
á hacerle levantar el bloqueo, y oblignrle <1 re-
tirarse hasta las montañas de Guarda. Concerta-
do Mnl'mont con Dorsenne para el logro de esla
empresa, se verificó la reunion de sus tropas el
22 de Setiembre en Tamames, á dos leguas de
Giudad-Hodrigo, ascendiendo el total de su gen.
te á 60.000 hombrrs, entre ellos G.OOO de caha-
Hería. El elército ahado no contaba mas que
50.000 soldados, y suponiendo que Wellington
dejase emplendos en el blorlueo de aquella pla.
za, los 10.000, es visto que en caso de dar una
batalla no podia disponer de mas ele 40.000 hom-
bres, inclusos 4.000dccabal1eria. El éxito, pueí>,
no hubiera sido incierto para los francrses; y
por esta razon Wellington abandonó sus posicio.
nes delante de Ciudad-Rodrigo el 24 de Setiem-
bre, y se retiró sohrc Fllentcguinaldo, punto
fortificado de antemano con algunas ouras de
campaña, dejando una fuerte vanguardia en Aza-
ha , á las órdenes del General Gralwl11. En la
mañana del siguiente dia el General l\1onlbrun,
cuya division (le caballería formaba la yanguar-
dia del ejército de Marrnont, alcanzó en Rodon
á la Jivision del General Graham, compuesta
de cuatro batallones, 400 caballos, y algulIas
piezas de artillería. La resistencia (lue esta opu-
so fue de las mas obstinnJas; mas cedió al fin
á la superioridad nllmúrÍca, retirándose la in-
fantería , formando sus cuadros, y rechazando
á la caballería enemiga, con la misma precision
y exactitnd rlue pudiera hacerlo en el mas estu-


TOJ>lOflI. 13




(98)
1811. !liado simulacro, á bayonetazos y con un ViVO


fuego de fusilería.
Esta intrepidez y serenidad contuvo á Mont-


1>run, que 110 hizo ya mas tentativas, contentán-
Jase con disparar algunos caüonazos, y conti·
lIlIar en su seguimicnlo hasta Fuellteguinaluo.


Los Generales franceses empIcaron el resto
de aquel !lia y la maiwna siguiente del 26 en
reconocer la posicion de Fuenteguinaldo, y to-
mar sus disposiciones para alacarla. Wellington}
conociendo por el movimienlo de los enemigos
que un cuerpo considerable ue estos trataba, 0.0.
blando su izquierda, de atacarle por su espalda.,
se retiró en la noche del 26 á las inmediacio·
nes de Alfayates, colocando su retaguardi:l ea
Aldea de Ponte, á tres leguas de Fuenteguinaldo,
encargando su defensa al General Cale., y á la
caballería á las órdenes del General Stnplelon
Cotton. El2710s franceses atacaron aquella aldea
con una fuerte columna de infantería y 1'1 escua-
drones de caballería, y se empeüó una aceion
muy reüida, en la que fue tomada y perdida al.
ternativamente varias veces, hasta que la noche
puso fin al combate, y los franceses se retiraron
á su linea sin conseguir su objeto, á pesar de ha·
ber empIcado en esta opcracion las tropas mas
selectas, á las órdenes de los Generales Thie-
hault y Gathiez. Las bucllas disposiciones del
General Col e , y la firrnczll de su division biza
inútiles todos los esfuerzos del enemigo; y Lord
Wellinglon, ai ver la llcróica defensa de la l)osi.
cion de Aldea-Ponte, se arrepintió de no haher




(99)
permanecido en su campo fortificado de Fuente· 1811.
guinaldo, en donde hubiera podido celebrar el
aniversario Je la batalla de Busaco con otra
"ictoría mas completa tal vez que la que habia
ganado el año anterior en aquellas montañas de
I)ortugal.


Los franceses, dcspues de haber reforzado á
Ciudad-Rodrigo, retrocedieron h~cia Salamanca,
y entraron en sus antiguos acantonamientos. El
1. o de Octubre Wellington vol vió á situarse en
su campo de Fuenteguinaldo, y el Mariscal Mar.
monL se vió pl'(~cÍsaJo á suspender taJas sus ope.
raciones por la falta ahsoluta de víveres, esla-
Llcciéndose, para que el ejército pUJiese subsis-
tir, en una nueva línea de acantonamientos desde
Salamanca á Toledo.


El General inglés Hill fue destacado sobre la
rihera izquierda del Tajo, y se acantonó en Por-
talegre con el ob jeto de auxiliar al General Caso
tañas, que se hallaba ocupado en reunir di"'er~
sos destacamentos, y en organizar un cuerpo de
ejt~rcito espnilOl eutre el Tajo y el Guadiana.


Las partidas de guerrilla, dirigiJas por Don
Julian Sauchcz, interceptaban á menudo los Con-
voyes del enemigo. Noticioso aquel gefe de la sa-
lida de Salamanca para Ciudutl-Rod"igo de un
rico convoy de víveres y dinero, se apostó el
día 18 de Octubre entre San MllüOZ y las Ca-
brillas; y apenas se dejó ver aquel, escoltado
de 450 infantes, cuando arrojándose sobre ellos
con el mayor denuedo, los arrolló, matándoles
;0 hombres, y haciéndoles 100 prisioneros, hu-




(100)
13; 1. yendo los l'esLantes vergonzosamente, y dejando


en su poder todo el convoy.
Ya el 15 de Octubre el misrno Don J ulian


Sanchez con un destacamento de 3GO hombres y
130 caballos se habia apoderatlo en las illmeuia-
ciones de Ciuuad-Hodrigo ue 500 cabezas de ga-
nado clue salian diariamente á pastar bajo el tiro
de caiíün de la plaza, haciellllo prisioneros á
unos cazadores que las escoltaban, al General
Reinaut, Gobernador de la misma, que casual-
mente se hallaba fuera de las murallas á practi-
car un recollocimicuto en la direccion de 13odoll.
La escasez de vÍvercs que esperimentaban aun
las tropas del Mariscal :r:YIarmont, hizo á cste des-
tacar en 28 de Noviembre tres baLLlllones de su
línea, sobre el Tormes, á exigir conlribuciones
en los puehlos de la sierra Francia. El General
Espaüa, que con su division sc kd¡ia incorpora-
do en el rnes de Julio con el ejército de Lord
",VellingLon, [orman¡]o con las parlillas de Don
J uIian Sanchcz su vanguardia) apenas tuvo nO~
ticia de cste movimiento) cuanJo Jió sus cJispo-
siciones para salir al cncucllLro del enemigo, y
atacándole entre Miranda de Frades y el Endri-
}}al ) le hizo pertlcr Hla,> de 150 homhres cntre
muertos y heridos, entre estos cinco Oficiales,
pcl'signiéndole hasta el Endrinal) sin mas pérdi ..
¡J'l por su parte (IUC la J~ 1.7 hombres fuera d~
comba! e.


El General Souit se ll1antenÍa á la saZOn en
l'0sesion <In la Estremadura haja , con la gu;.u-
;Lcion de Badaj,)z y la division dd General G:-




(101 )
ran} , quc se apoJaba regularmente sohre aquc- H:l1.
11a plaza; pero la marcha del "Mariscal .'Ilarmont
á Castilla habia dejado el campo libre á Cas4
taüos para reuuir un nuevo eJelcito bajo b
proleccion de la division inglesa <Id General
Hitl.


En su vista dispuso SOlllt que el General Gi-
rard con 3.000 infantes y 1.000 caballos marcha-
se imnedialamente sobre Cácercs; y haciendo
una batida en sus alrededores, disipnse lns tro-
pas (l'H~ hubise roelido reunir el General Cas-
talios. EH su consecuencia Girard salió con su
division de M~rida , y despues de haber recorri-
do con éxito una parte del pais situado cntre el
GuaJiaua y el Tajo, es decir, la parle alta de
EstremaJllra ~ la columna francesa obligó al Ge-
neral Castnüos á refugiarse á Portugal.


El Conde de Peune VilIemur, ataca(lo en Cá-
ceres, se reLlró ,í la visla llcl enemigo con el
mayor orden, sostenienuo el fuego por espacio
(le tres horas, y logl'aDuú ponerse al n]¡rigo ele
la division del General Eill) que se hallulla en
Porta legre.


El General inglés resolvió cooperar con los
cspailoles á la elestl'uccion de la columna de Gi-
rard, y el 23 ele Junio se dirigió á Albl1rcIlIt~rclue
en uuion con la vanguardia tIcl 5. o ejército de
estos, al mando del Gefe del EslaJo mayor ge-
neral Don Pedro Giron J y bajo las ó rLlenes de
los Briguclieres :Morillo y Penne. Alli supo que
Girard llaLia aparecido en AJiscJa~ y se habia di.
rigido soJ)1'e Arrüj'o del Puerco, de cuya aldea




( 102)
181 ,. se apoderat'on los españoles el 25 J Y Girnrd se


retiró sobre Cá ce res,
Despues de varias marchas y conlramarcnas


que fueron sien1pre observadas por Hill, de quien
el General frances no sospechaba la inmediacion,
se estableció Girard el 27 en Arroyomolinos, pe-
queüa villa situada al pie de la sierra de Mon-
tanches, con el objeto de imponer algunas con-
tribuciones, Los franceses, que no creian tan pró-
ximo al enemigo, estaban entregados al descanso
Can la mayor tranquilidad, cuando d 28 á las
dos de la mañana el General Hill comenzó su
marcha, que fue favorecida por una espesa nie-
bla, acompaüada de lluvia j y á las siete cayó
sobre el enemigo en tres columnas, Al amanecer
de aquel dia una brigada de la divisionGirard,
al mando del General Víctor Remond, habia
marchado hicia Medellin, y el resto se IJalIaba
dispuesto para dirigirse á Mérida, cuando las des-
cargas de las guerrillas les anunciaron la prime-
ra noticia del próximo ataque de la poblacion.
Girard, que se hallaba allU en su alojamiento,
tuvo que abrirse paso espaela en mano para incor-
porarse con su infantería J reunida en el camino
de J\lél'ida. Este en vano intentó hacer resisten-
cia: la audacia y el número de los aliados le hi-
cieron comprender bien pronto, que el único
recurso que le queJaba para salvarse era ganar las
montañas, lo quc ejecutó con la mayor prceipí-
tacion, y en la lUas completa derrota, no pu-
diendo desde entonces perseguirlo" la numerosa
caballería alialla por la ('scahro~idad del terreno.




(103 )
No Lien los ingleses aparecieron en el pueLlo 1811


de Arroyo del Puerco, cuando sus habitantes sa-
lieron á incorporarse con ellos con la mayor ale-
gria, acompaüando sus tiros con repetidos vivas,
y glliándoles para la persecllcion de los fugitivos,
que abandonaron su artillería, dejándola en po-
der de los ingleses con mas de 1.000 prisioneros,
entre ellos el Teniente General Brun y el Coro-
nel Duque de Aremberg, sin mas pérdida por
parte de los aliados que la de 100 hombres entre
mllcrtos y heridos .


.Para apreciar 1:1 importancia de este aconteci-
miento, debe reconlarse que Sülllt se la dió gran-
de al dar parte de él al Emperador. Aquel l\1aris-
cal, que siempre fue sumamente cauteloso contra
las sorpresas, decia frecuentemente: U na sorpre-
sa cs mucho mas deshonrosa que una derrota; y
en muchas ocasiones llizo insertar en las órde-
lles del dia, que el soldado mas valiente puede
ser batido; pero que el que se deja sorprender,
es indigno de ser oGcial.


De resultas de esta sorpresa, el General Gi-
rard cayó en desgracia de Kapoleon) y fue re~
emplazado por el Generéll Bal'l'ois.


Seis dias permanecieron los aliados ocupados
ell recorrer el pais en todos sentidos para f'slerllli-
nal' á los franceses dispersos) recibiendo de los
llabitatcs las mas relevantes pruchas de entusias-
mo y afecto, saliéndoles al encuentro) y suou-
ni~tr;;ndoles todos cuantos vive res tenian a Sil
disposicion. Su palriotislL10 se mallif(ostó en el
mas alto grado} siendo lo mas aumil'aLle en esta




(104 )
1:~11. ocasion J que ni uno solo de los españoles, 11l


por lllleres, ni por cualquiera otra mira, tratase
de dilr á los franceses el menor aviso acerca del
peligro que les amenazaba.




(105)


CAPITlJI .. O V.


Operóciollcs (le! Gp'llcrall'orlier en Astnrins. - Aceion de
Poelo. -El r:¡,;l'Clto d(~ C:dicia seorgalliza á las ()rtll~ncs
de Salllocillks. - Pa,;a ;í Castilla;í sostener la iZlluierda
dc los lllt;lese:; ldcia AstorgJ. - Evacuacion y voladura
de esta plaza. - Aceion de Cogordel'os, en Leoll. - Ac-
cion ,le pucnte Orvi\;o, - ACCtOll de San Justo y San
llolllell, - El CCl1(!ral Abadia tOllla el mall(lo del ej<;rei-
to. - .\'cc:ju!J de :.lolilla-Scc:t, - Los frallceses vuelven
á OCIl¡)Jt' Ú ll: .. llh'gll. - 1~1 cj¡:rcito de Galicia se retira.
- Ac~¡()n (le SdIlL:!lItler. - Accion (le! pueute tle Coho-
ya. - Fi segllnd() ejJrcilo espallo! protege las operacio-
nes (Iel E nljwcíll;!llo. - ;\cc;ollllc S ignellza. -Acclon de
Checa. - El (~en(:ral Cal'vaial e:; llOlllln'ado Capitall Ge-
nel';ll t1c Ya]PlIci:1. - Yiilac;ll11pa sc d,'clara C()(llanclan_
te (;(·~¡¡(']'al d" '\I';'¡:;'O!l. - Act'ioll de Priego. - Accioll
de Alll!C'Il, - ,\ccio!l de L Llllllll'c ras. - Accioll de Der-
lan~;". - A,~cioJl (le Al'iz.a. - Accion ele los liallos de
I'cbyoa.-Accion de Prcjullo.-Accion tle Cogolludo._
E ¡ :Ua l'll11 l(S del Palacio es lIombrallo Capitan General de
Va!l'lll:ia.


Mientras qne eslo suceJia en el S. y E. de la 1811.
Peninsnb, clBrigadier POl'lier, conocido Lajo el
nombre del Marqnesilo , recorría con diversas
p[;rlid;¡s el Principado de Asturias, y estorbaba
(jI General Donnel que operLlse contra el ejérci-
to de Galicia.


Porlier, ;Í quien como por lo general á todos
los partidarios españoles, las derrotas parecia
~umentar las fuerzas, pues dispers;Ínclose volvían


'¡'OMO 111. 14




(106)
1Ü1'. á parecer en mayor número, se presentó á fine~


de Febrero con una division de 3.000 hombres, y
atacó el 27 el puesto fortificauo de Llanes j pero
la inferioridad de sus fuerzas no le permitió to-
marle, dispersándose su gente segun costumhre,
aunque despnes de haber causado basLante pérdi-
da al enemigo.


El 19 de Marzo, sabiendo Bonnet que Porlier
reunía toda su gente rara marchar sobre las fron-
teras de Galicia, mandó l1acer un fuerte reco-
nocimiento sobre el concejo de N avía i mas el
General Valletaux, encargado de esta operacion,
no pudo encontrar las guerrillas españolas, y se
vol vió á Tineo.


Persuadido el General Porlier de que la gente
de su mando necesitaba de organizacion y disci-
plina, y de que esta no podria adquirirla mien-
tras permaneciese en su propio pais, determinó
marchar al efecto á Galjcia; mas esta tentativa
produjo tanto disgusto en sus soldados, que tuvo
que regresar á sus antig1las posiciones sobre el
Narcea y posieion escarpada de Poelo, en el tér-
mino de Cangas, en la que atacados por 1.500
enemigos, aunque superiores en número, se dis-
persaron sin pelear por su inuisciplina, aban-
donando sus muertos y heridos y un centenar de
pnSlOneros.


El ejército de Galicia) á clIya cabeza se l1abia
puesto en el mes de Marzo el Mariscal deCampoDoll
José María Santocildcs,se hallaLa falto de gentey
de medios de subsistencia , y organizándose, por lo
que no podia emprender operacion alguna á pe-




(107 )
llar de las continuas reclamaciones del Brigadier 1811.
General inglés S. G. Walket, que exigia que las
tropas de aquel ejército cooperasen activamente
para incomodar las comunicaciones de Massena
y Dorsenne, amenazando que de lo contrario, y
no viendo mas actividad en sacar recursos de Ga-
licia .. se ausentaria llevándose una porcion de
efectos de guerra que tenia en ella, á saber) 16.000
fusiles, 6 obuses y otros pertrechos. El General en
gefe español le contestó, que no podia moverse con
su ejército por falta de medios y por la escasez de
cahallerÍa, siendo Illuy probable que al salir á
los llanos de Castilla, le atacasen)' batiesen con
ventaja las tropas reunidas de las guarniciones
de Lean, Aslorga, B~navente y Zamora.


El ejército de Galicia perrnaneció organizán-
dose y auuclltándose por los desvelos de su Ge-
neral Santocildcs, hasta e] mes de Junio, en que
se adelantó ll<ícia ASlorga para sostener la iz-
quierda de los ingleses.


La necesidad que tenia Bonnet de concentrar
las fllerzas qllC mandaba en el Reino de Leon
para oponerse á los movimientos del sesto ejér-
cito espailOl que habia empezado sus operaciones,
produjo el que aban(lollas~ el enemigo el dia 20
deJnniola plaza oe Astorga volando susrnurallas,
y rcplcg:índose la guarnicion francesa hácia la
Bañeza y ncn~n-cn te.


El General Bonnet tenia situada la mayor
parte de sus fuerzas sobre ]a máraen derecha del


n


Orvigo. Una divisioll de infantería y alguna ca-
balleria española se hallaba á su frcnte en obser-




( 108)
1811. ,acion de sus mo~·imi('l1LOS, y parn impedir ~nt'
corrcría~ sohre la mhrgen dereclw del lIli~l1lo río.
El dia 2j de Junio fue aLac<\(lo ar¡llel cnl'l'po C~­
palIol por 3.000 fral}CCSeS al malldo lId General
Yallelaux; pero !'ep}cg,í ndose ;'1 b posicioll ele-
gida por el Gennal Don Frnllcisco 'r,d)();¡lla, que
lo mandaba, se trabó un combate f[lle duró siete
horas con el mayor PlJcar'llizilllli"lllo, kl.';!a fJue
un movimiento sobj'(~ el nanco tlcl'('cho cid ene-
migo (In~ ejeculó 11na brigacla á las é)l'llen~s Jel
inll,,'nido Bri:!,'adier Don Fetl¡'ieo C,as!:lllOD. pu-l ,_, ~
so ~ 1(1'i frilnCCH?S Pll la prl'ci,jon d" rclir;¡rse con
llna gr;1i1 pérdida d(~ 11l1wrlos .Y heridos, siendo
lino de los primeros el mismo Gen(~r¡,l Vallelaux,
ahandonanllo muchos fllsiles y mochilas, ~it1
mas p,irrlida por parle de los cspaüoles fIne b. (le
45' á 50 llomlnes.


El GnlFral T,;lk~ld;l, vj~lldoSl; :JJll?Il:l;;;¡do
~n f'CS\liJ:l PI)I' el Gel1('r,¡] 13onnet) se repkgó .i
As!ol'ga.


El2 ele .Tnlio, el ejórcito cspnilOl, compllesto
de tres di,'i,ioncs de Íllf;;n[('rí;¡ y nlglllln cnkdle-
rín y artillería, yo]vi6;Í tomar la OfL'llsiva, ade-
lantánd~)se con el ,~bjct() de !lacer un rt~conoci­
miento sobre los franceses qne ocupaban la már-
gen izquierda del Orvign. El General 130nnet sa·
lió al encurntro d(~ S;llllociltles con 1 res rl>gimien-
los en a'lud mj~mo di:l < y se ('mlll'V) IHl "j\,O


, , I


Cucao de allcrriJla~: y rcful'zados s(Jcf'~i'l:tmcnte /), •
los comh;¡ticntes por ;¡n1h<l~ p~lrtr,~, se l'C,tirahan
ya los franceses} cualldo auxiliados por un rcfuer-
%{O) COllj¡.iderablc, Ylli.:iTen ,í caq;ar sobre los ei-




(100)
p~ilolrs que f'e vieron forzados á replegarse sobre 181,.
sus anligllas poslclones.


EllO, lJahielldose reforzado (";¡ntocildes con
algunas tropas, tomó posiciol1 delante de Astor-
sa, y el i5 se presentó ;'l su frente DOl1net con
4.000 iufanLC's, 300 caballos y 3 pil'z~s de arLi-
llerÍa, y eiecutando ,'arios movimientos que iu-
dicaLan la illlctlcion de a!;\car, ~e empeüó tan
6010 el fuego entre las par tiJas nUllH'l'OS<lS de guer-
rilla, h<lsta que el enemigo se retiró <11 anochecer
Con La81nnle pt'l'dida, siendo la di! los espaüoles
de unos 100 JlOm!Jl'l's J'11:>ra de combate.


El c.sJ!lCrO cIuC el Brigadier S:,l}4-ocildcs haLia
pues lo PIl la organizacion del ej(~rCilO de Galicia,
fue recompensado por el Supremo COIlSI>jO de Re-
gencia, promoviélldole á l\1ari~cal de Campo, y
clll1alldo en propieJad del mi1i!11o le confirió
al de i:>llal g"racluacion Don Frallcisco Javi~r


>J ~


Abadía.
1.<18 trop:ls de las divisiones oc Castaüon,


Bárcf'nn J' Porlier , y de oLros gefes de pnrtidas,
ausili;¡J);¡1l las o¡wr::ciones dcl ej¡'~l'CilO de Gnli-
cía, y fil:iS'~J¡all sin cesar á los frdllcescs, de mo-
do que IL'll"HlJlJO eslraordillarinlllenle la aten-
cion Jd Thbriscal Bessieres, DU<]lle d(~ Istria, este
fulminó las órdenes ma~ terribles coul ra bs p:11"-
ridas e,Op;¡üo);¡s, lllanJnnclo que b~ jllsticias de
Jos pueblos le rlú>seu 110ta de l;¡s per"onils que
militaL;¡n en ellas, para procedel' contra los
interesados.


El cj('~rcito espailOl se disponía á apoynr las
operaciones dd ejército aliado en la pruvincia




(110)
Hl11. de Salamanca, cuando el General Dorsenne re-


sol vió atacarle, concertando antes el plan con
el Mariscal Marmont, á fin de que en el caso pro-
bable de que Wellington quisiese adelantarse al
socorro de los españoles, el Mariscal tomase sus
disposiciones para scg:Jir al ej(~rcito anglo-por-
tugués y maniobrar sO])I'C su relaguardia.


El 24 de Agosto, Ins tropas de Dorscnne se
hallaban reunidas sobre el Ezla, apoyando su
derecha en Lean, y la izquierda en Castro-Gon-
znlez. El ejército de Gulicia tenia su vangunrdia
en San Martin de Torres, y oCllpaba el puente
de Cedrones, G.OOOhombres la Buüeza, 10.000 el
puente de Orvigo y la derecha del río, y 2.000 á
Adarga. Bonnet, á quien Dorsenue habia hecho
venir con Ulla parte de su division, y los Gene-
rales D01l1011sticr y ROgllct con dos divisiones de
la Guardia Imperial, pasaron el Ez]a el 2:') á las 5
de la mañana, y se dirigieron á alacal' á los espa-
ñoles, apoyándose sohre una reserva mandada
por Dorsenne en persona. Abadia, persuadido de
que sus tro,)as lIO se halJ<lban en disposicion de
resistir, em prendió su re¡irada; mas segllido de
cet'ca por los fl anceses, dispuso continuarla en
distintas direcciones,;í causa de no permitir la es.
trechez y escabrosidad del camino mnrchar reu-
nido el ejércilo sin graves inconvenientes. Los
franceses siguieron con Ímpetu su retirada, y el
27 alcanzaron la retagu<lrdia espaüola en el Man-
zanal y posicion de Malina-Seca, cubiertos el
primero por un batallan, y la segunda por la
brigada del Brigadier CasLaflol1 y otra de reser-




( 111 )
va. En ambos puntos opmieron los cspañole~ 1811.
unl resistencia heróica y tenaz, despu es de la
cual se retiraron en orden al puente de Domin-
go Florez, en donde se reunió todo el ejército
despues de haber causado á los franceses una
pérdida muy notable, pues atlemas de los mu-
chos soldauos que guedaron fuera de combate,
fueron muertos el General Corsin y un Coronel,
dos gefes heridos y otros muchos oficiales muer-
tos y herillos.


En esta accion tomaron los españoles á los
franceses el <Ígllila del regimiento núm. 6, la que
por ac1amacion de los soldados fue mandada pre.
¡eutar como un tributo al Apóstol Patron de las
Españas, en la Catedral de Santiago.


Despucs de esta espedicion , el General Dor-
.enne que se habia apoderado de Aslorga, repa-
ró sus fortificaciones, y se ocupó en reunir en
Salamanca UI1 gran convoy de víveres para abas-
tecer á Ciudad-Rodrigo.


Wellington se hauia aproximado, como lleva-
mos dicho, á esta ¡daza, y los ejércitos france-
.ses del N. Y de Portugal se reunieron en Tama-
mes el 22 de Setiembre, conforme quedaya indi-
cado.


El 6.° ejército no volvió á dar accion alguna
de importancia) y continuó imtruyéndose y or-
ganizándose en los varios depósitos (lue se for-
maron.


Una columna volante, al mando del Capitau
Miranda, compuesta de 400 infantes y 50 caballos,
quedó encargada de observar las iumediacione.




( 112)
1811. de Astorga é irlcomoJar á los franceses, con quie-


nes sostuvo varios encuentros, habiendo sido
alacada el 20 de Setiembre por 1.000 iurantes y
200 caballos, que logró rechazar por lres veces,
cans:lnrloles ulla péruida muy sllpl~l'ior {t la suya.


Dcspues que el ejército ingl!~s levantó el blo-
(IllCO de Ciurbd-flodrirro v se retiró á PortllO"¡¡l o .J Ü ,
d Gl'lH~ral Dorscnne esLabll'ció su cuartel gene-
I'Jl cn Valladolill, dcsue donde lo trasladó á
Lean, con el ohjeto de esLar en disposieion de
apoyar al General Bonnct, crue debía volver á
Asturias para p:lcifiCilt· este Pl'luclj)[l(lo, en don-
de las guerrillas J ~ las órdenes de Portier y Cas-
tailoll, 3pl'ovechándose de su ausencia, se babian
apo(leraclo de casi todo el país. Porli¡~r , viúndo-
se desembarazado de enemigos, trató en seguida de
atacar diversos puntos fortilicados por los fran-
ceses en la provincia de S<lalandcl', .Y el 1,1 de
Agosto, al frenle de un cu('!'po de ¡(JO ilJIill1les y
algunos cahallos, emhistió á la misma capila1.,
oCllpacla pOI' 500 enemigos, á las ó¡'lle:¡cs del
Gel1lT<l! HOlll[llet, cruien des pues de !lila rc;-úda
acciún logró eSC~lJlarsc con solo~)() llOm[;res, que-
dando los demas 111l11~rtos y prisioneros, á c8cep-
cion de algunos pocos mas ciuC lograron embar.
carse y dirigirse á Santoña.


En el mes de Noviembre huho en toda aque-
lla parte del N. de Espalla algunos pec¡uellOs en-
cuenlros de corta cOllsid(THCioll. A principios de
Diciemhre el General Dúrscnne volvió á Valla·
dolid, dejando á DonneL establecido de nuevo en
Asturias, y ocupando COn su cucrllQ de ejército




(113 )
á Ovieuo) el cnmpo del Grado y el puerto de 1811.
Gijan.


El 21 de Diciembre Bonnet con cuatro ba-
tallones y una pieza de artillería se dirigió á ata-
car la posieion que defendía el Briguélier Parlier
sobre el puente del Coboya, y lo verificó en la
maüunu del 22; pero la intrepidez de las tropas
asturianas hizo vana Sll tentativa, rechazando á
los franceses y ohligándolos á retirarse con mu-
cha pérdida des pues de una larga accio11 á que
puso fin la noche.


El segundo ejército) á las órdenes del Gene-
ral Don Luis Bass:~court, hizo un movimiento so-
hre Cncnca con el objeto de sostener la divisioll
del Empecinado que se hallaba en esta provincia
haciendo la gnerra con la mayor energía, y á las
de Duran y Villacamp;¡ (pe se habian adelantado
en esta miílnla clireccion.


El 9 de Enero em[1('üó el Empecinado en las
inn1edié\eiones de Sigüenza 11na rei,¡ida aceioI1 con
500 infantes y dos cornpaílías de á caballo, con-
tra e] Gl:'ncl'nl Itor¡nct, qne con 1.000 de los pri-
meros y 1:30 de los segundos habia vcni(to á su
encuentro. El combate (Imó des(lc las once de la
mañana hasta la noche, pclc;ín(lose por una yotra
parte con el rnayo1' ardor y entllsiasmo, perdiendo
el enemigo mucha gente, y viéndose precisado
en Sil COllSC'clicllcin á rcti¡'arsc h,ícia Aril nda.


El 30 ele Enero; á tiempo qnc el Empecina-
do trataha de rcrlegarse sobre Aragon con 300
caballos COIl que se h:11!ah3 operando en la pro-
vincia de GU3cLdajara) fue atacado en Pradore-


TOMO Tll. 15




(114)
1311. Jondo por el General Paris con 1.500 infantes y


500 caballos, y aunque resistió por al gun tiem-
po y con el mayor teson al enemigo, al fin
luvo que ceder el campo á la superioridad de
este con pérdida de 15 muertos y varios pri-
sioneros. Al dia siguiente habiendo logrado reu-
nirse con la division del General Villacampa,
compuesta de cinco batallones, fueron atacados
103 españoles durante su maitana en las inmedia-
ciones de Checa pOl' 3.000 infantes y 300 caballos
franceses. Villacampa sostuvo con el mayor te-
son la accion, hasta que conociendo que podia ser
envuelto fácilmente por lo dilatado de la línea
que se veía precisado á defender, emprendió su
retirada con el mayor orden despues de haber
causado al enemigo considerable pérdida, no pa-
sando la suya de 54 hombres entre muertos) he-
l'illos y prisioneros.


El Mariscal de Campo Don José de C;n<;;Jj'll,
Comandante General del reino de i,rr\,:o~l, ·/i~!!do
~_~ f


(Iue las tropas enemigas al mando del ':';('r;eralllo-
quet mnniobraban con Íu1encion (le caer sobre Va-
lencia, determinó acudir al socorro de estn capital,
desde donde reclamnba ya auxilios el General del
segundo ejército Bassccourt, quien habiendo cal-
do enfermo, habia dcposiLndo el mando en el
Mariscal (le Campo Don Carlos Francisco Cahl'er,
Comanclnnte g(~n('ral de ingenieros. Carv~\jal, J
quien corrcsponrlia dicho mando, fue en efecto
nombrado parft él por el Gohierno , y reemplaza-
do por dis posicion dd mis mo en el de Ara gon i 11-
terinamcnte por el Mariscal ue Campo Don J G~l:




(115 )
María Obispo. Mas Yillacampa Sll1 aguardar la 1811.
llegada de este, apoyado en la Junta superior de
aquel Reino, se hizo declarar Comandante gene-
ral interino de Aragon.


Reunido el Empecinado, como hemos mani-
festado, con las tropas de Aragon, se hallaha el
24 de Febrero en Priego COn 1.400 infantes y 60
caballos. En este punto fue atacado por el ene-
migo, á quien contuvo largo rato; mas cargado
por fuerzas escesivamente superiores, tuvo (lue
retirarse, aunqlle con el mayor orden, despues
de llaLcr causado á los franceses una gran pér-
diel;¡ , siendo la suya úllicamente de 15 muertos
y 80 heridos.


A principios de Marzo Vil1acampa, que COIl
su division hahia bajado á la provincia de Gna.
dalajara, noticioso de clue entre los pueblos de
Sacedon y Auñon, y sobre el puente de esl e
nombre, en el rio Tajo, se hallaba un destnca-
mente de GOO franceses, se dirigió á atacarle, y
logró tomar la posicion del puente, y destruyen-
do SllS fortificaciones) persiguió al enemigo hasta
los atrincheramientos del mismo pueblo de Au-
flOn , y los atacó con el mayor denuedo .J incor-
llorado ya con las tropas dd Empecinado, que
concurricron á esta operacion; y desalojado el
enemigo de todos ellos, se retiró, é hizo fuer-
te en la iglesia, que tenia de antemano fortifica.
da. Este dia costó á los franceses lUas de 90 muer-
tos, muchos heridos, y 109 prisioncros : los es·
paílOles solo perdicnlH 31 muertos, 47 heridos,
y 37 prisioneros.




(116 )
1211. El General partidario Duran recibió á princi-


pios de Junio orden de aproxirn<lrse al Ebro para
rccibir y escollar en su marcha varios prisione-
ros que el Coronel Espoz y Mina habia hecho,
como luego (Eremos, en la accion de ArhLan.
Al efecto hizo Duran varios movimicntos , y el
19 de Junio) hallándose cu las inmediaciones de
Lumbreras, fue aLacado por 800 eucmlgos, á
los que contuvo, de modo que no se atrevieron
á perseguirle en la retirada que emprcndiÓ.


Dedicado despoes ele esle choque á equipar
y proveer ;l su division de calzado y otros ar-
ticLl10s indispensables, asi como á la reunion
de dispcrsos para aumentar sus fuerzas, fue
atacado impetuosumcllte el 3 de Julio en Berlall-
gu, pucblo ele la provincia de Soria , por un cuer-
1)0 tie 1.000 infantes y 200 caballos enemigos, al
mando del General Duvcrnct, y clesll!IC's de su-
frir una pérdida de bastante consideracion cn
muertos y heridos, cayeron cn poder del enemi-
go 17 de sus soldados, á quienes con la mayor
inhumanidad y el sangre f1'Í:1 hizo fusilar el Gcne-
r;:d frunces.


Ansioso Duran, luego que supo esta atroz con-
ducta con· sus soldados prisioneros, ue vengar
este asesinato, y teniendo noticia de que una co-
lumna de 700 infantes y 30 cabdlos de b gual'-
uicion enemiga de C¡¡laloyuJ se dirigía ,í Ariza
para exigir conlrlLucioné's) rcuuió sus trop::::> C11
mÍrflel'o ele 500 illf:JIlLcs y 170 cab:.:lius , y G1[Il'-
chanclo ~ stl cucuentro los atacó y batió comple-
tamente el 15 ue Julio, y persiguiénuolos con el




(117)
mayor teson les hizo 26 prisioneros, con los que 1811.
usó de uua justa represalia. Firme en óll1 proycc-
to de hostilizar y escarmcntar al enemigo, se
dirigió Duran en 24 de Julio conlra CalaLalua,
cuya guarnicioll esperó el aU¡\Iue en posieion
fuera ele la ciu(lad; mas cediendo ai ímpetu ele
los espaflOles, tuvo al fin que encerrarse en la
poblacion, en la (iue á pesar del vivo fuego (iUc
11acia, logró pendrar, destruyendo una de SllS
pucl':tas; y desl)ues de causar al enemigo una
considerable pérdida entre muertos y heridos,
y de ll<lccde 90 jlrisioneros) se retiró, 110 tenien-
do por su parte mJS que 4 muerlos y ::0 llcridos.


El Coronel Don José Martinez de San ~lal'tinJ
qlle con una corla divi~ioll rccorrla los conuncs
de la lJI'ovincia ue Cuenca y ~,1allcha alta, fay
tigaba sin cesar á los frunceses destacados en
aquel país; y el 7 <le i1 gosto sorprendió CJl los
lbnos ele PcLtY<I IIll convoy tle ll1ucllOS carros
cargados de granos que escoltaban 500 in[;\utcs
y 150 caballos enemigos, á los flue batió comple-
tamenle, con muy corla pérdida de los suyos,
apoucrándose uc todo el convoy y de 300 prisio-
neros.


En Castilla la vieja el Tenientc CÚI'onel Amor,
al frente ue un batallon y ue un escU<irll'on) de-
pcndiclltes de la division de Duran) noticioso de
que yellian ;i Sil CllCtH'lllro 800 enemigos tle in-
1únLcría y caballería, les esperó en pOS1CiOll cer-
ca del pueLlo dé! Prcj~mo, y atacado en 2.'? de
Af;05tO consi")ilió rCChJZDdoi', c,lUs:ll1clolc~ una


,- ,


1)\'[\11 péruilla , y hac~(nJduj '27 prisiol!cl'os, sin




( 118 )
1811. mas descalabro por su parte que la de 6 heridos.


En 25 de Agosto el Teniente Coronel Sardina
con 900 infantes y 140 caballos (le la division del
Empecinado, fue atacado en Cogolludo por UlI
número superior de enemigos, y se vió obligado
á retirarse despues de una corta resistencia, sin
que esta pequeña acclon tuviese la mellor conse-
cuenci:l.


Tales fueron las principales operaciones del
2.° ejército hasta fines del mes de Agosto, en que
el Teniente General Marqués del Palacio, que ha.
bía sido absuelto por los tribunales de la causa
que se le habia formado por no haber querido
prestar sin restricciones el juramento á la sobera-
nía de las Cortes, fue nombrado General en gefe
de este eFrcito, confiándole el delicado encargo
de defender á Valencia contra el ataque que le
amenazaba, segun todas las operaciones que ¡¡e
advertian en el enemigo.


i'




(119)


,


CAPITUJ..¡O VI.


Opr.l'aciones llcl GenGral Laey en Cat.alnlla. - Reconquis-
ta de las Tsl<lS ;\Icllas. - Toma de T¡jualada. - IlltcrCe¡)-
ta Eroles un COI1Yoy cutre Cervera é Igualada. - TOllJa
ue la UlIiversidad fortificada ele Cervera. - Toma dcl
castillo de TIelll,uig. - Accion elel Puigcerdá. - Accion
de Garriga. - Operaciones del Genr:ral Ballesteros en
A ndali1cía. - Defensa del castillo de Paimogo. - Pasa
Ibllesfero5 al caJllpo de San Roque. - Aecion de Jime-
na. - Espctlicion del General COpOllS :í Tari:J. - Ae-
cion de Horllos. - Sitio de Tarifa. - DefellSa hrillante
de esta plaza. - Los frJlleeses levautan el sitio. - los
movimientos de \Yellingtoll fueron causa del alzamiento
del sitio.


El Gcn:-:rd Lacy, encargado del mnndo en 1811.
gefe d81 primer eiórci.to despues de la pérdida de
Tan [' aa, se dedicó con el mayor em pellO d rea-
nimar el ardor y patriotismo catalan, y ponien-
do en accion los cortos restos del ejército, tra-
tó ele destruir la línea de puntos fortificados es-
tablecida por Suchet cntre Lél'iJa y Barcelona,
y lo ejecutó con una rapidez inesplicable; siaten-
demos á los escasos medios de que podia dispo-
ner, tan inferiores á los que pocha oponerle el
encl1ugo.


Desde luego conoció Lacy que era de la pri-
mera irnportnucia el proporcionarse una posicion
forüfic;:¡da sobre la costa marítim~) á fin de que




(120)
1811. le sirviese de hase para la reorgn!liznciol1 de su


ejército; y habiendo elegillo al efecto á Palamós,
tuvo (Jlle abandonar este proyecto por la rendi-
cion del castillo de San Fernando de Figucras;
y fijándose entonces en bs islas MeJas) defendi-
das por un destacamento francés, y por los fue.
gos dp un pequcüo fuerte, se encargó la empresa
de apoderarse de ellas al Coronel 1ngU·s Greco,
comisiOllaJo por S. M. B. en el Principado de
Cataluüa) c1nien en 29 de Agosto desembarcó
en dichas islas á la cabeza de un destacamento
de tropas eSpallOlas y de a]gll110S mnrinerús in.
gleses; y emprendiendo iumedintamenle sus tra-
hajos contra el fuerte, consiguió su rellcliciOll el
dia 1. o de Seliernbre; mas el rIia 3 tn va qne vo-
!arIe y evacuar las islas por el vivo fuego de las
haterías que los franceses habian establecido en
la cosLa.


Noticioso de esto el General Lacy, marchó
él mismo á ocuparlas, yloveriilcó el dia i3,con-
sCl'vánclulas á p(~sar de la resistencia del enemigo.


Dueüo de esta importante p05i(:100, y ponien.
do e11 ejectlcion su plan de deslrn1r la línea de
comunicacíon enemiga entre Lél'ida y Barcelona,
se dirigió á Ignalada con Jos batallones incom-
pletos y alguna cahallcría, con el fin de lomar
el convento de capuchinos de [Hl1lella villa, for-
tificado y ¡lcfclldirlo por 700 franceses y cuatro.
piezas de artillería. Hecc1oso el Celleral cspailOl
de que no lle;asen á tiempo otra . ., (los (livisiones
de l::ts tropas de su mando, procedentes de Car-
dona) atacó y sorprcnJ.ió el 4 de Oclubre sin es-




(121)
pcrarlas á 105 franceses que se hallaban en Igua- 181 lo
lada) y cnus;índoles UI1L1 pérdida considel'able
de muertos y llcridos JI 25 prisionCl'os, obligó al
resto á encerrarse en dicho convento) J' haliell-
Jo sucesivamente dos pequeüas columnas que se
presentaron durante aquel (~ia delante de Iglla-
laLla, V venia n en socorro de los sitiaJos no ~ ,
abandonó su empresa, hasta que amenazado por
fuerzas muy superiores se retiró COn direccion á
1\1anre5a.


El 7 de Octubre el General Lacy, constante
en realizar' el plau (Ine tenia proycct:¡clo) y sa-
])edor de que los enemigos iban á aventurarse á
á intentar el paso á Ilarcelolw Je I1n convoy que
se hallaba detenido en b ciudad de CCI'vel'n ~ di-
vidió sus fut:rzns, y sÍluándobs oporLunamenle,
dió el mando de una parte de ellas nI J3al'ol1 de
Eroles. Este intrépido caudillo esperó la llegada
del convoy) y atacó con tal ímpeLu á un bata-
llon frances (Iue lo escoltaba, (pIe lo destruyó
complctnmenle, quedando en su poder 200 pri-
sioneros ji todo el convoy, compuesto de 150
acémilas cargadas de hari'HI. Una columna enc-
miaa con artillería flue hnbia salido de Igualada b ~
con el oh¡eto de facilitar el pnso Jel convoy, fue
rechnzntla iguahnente por Eroles, y obligada á
retroceder !t dicho punto.


El General Lacy marchó por entonces á reu-
nirse con la J uuta superior del Principaclo que
residia en Vich, dond~ su presencia era ne-
cesaria para dar impulso á la reorgnuizacion y
aumenlo del ejército, y dejó encargado el mal1-


TO)lOIII. 16




( 122)
181 L do de las tropas al Baron de Eroles. Este Gene-


ral, en continuacion del plan adoptado, se pre-
sentó á la vista de Cenera, y ohligó á los fran-
Ceses que la ocupaban á retirarse á la Universi-
dad, edificio que tenian fortificado con todo es·
mero. El 11 del mes de Octubre fue atacada esta
posicion }lOr los españoles con el mazor arrojo,
y despues de algunas contestaciones en que el
Baron de Eroles manifestó la mayor entereza,
la guarnicion francesa, compuesta de 1.200 hom-
}Jres, se rindió prisionera de guerra durante la
noche de dicho dia.


Posesionados los espailOles de la Universidad
de Cervera, marchó Eroles con su infantería á
atacar el castillo de Bellpuig, bloqueado ya por
la caballería; y despues de batirle con la única
pieza de artillería que llevaba, y de volar dos
núnas que se ejecutaron en el momento, se ve-
rificó el asallo, y los granaderos españoles que-
daron dueños de las brechas. Entonces el Co-
mandante enemigo pidió ca pitulacion, que se le
concedió con los honores de la guerra, y la
guarnicion quedó prisionera en número de G Ofi-
ciales y 178 soldados.


Concluida con toda felicidad la ejecucion del
plan premeditado ,el Baron de Erales se dirigió
con sus tropas hácia Puigcerdá, cuya villa ocu_
paba un destacarnenlo frances, el que fue des-
alojado de su posicion el 22 de Octubre.


El entusiasmo de las tropas espaüolas á la sa-
Zon era ya tal, que el Baron de Erales no titu-
beó en penetrar en territorio frances, y dentro




(123 )
ya de él, fue ataenuo en la tarde del 24 por los 1811.
enemigos, reforzados considerablemente; pero
los rechazó y contuvo hasta la noche, durante
la cual emprendió su retiraua sin ser perseguido,
y sin mas pérdida que la de 2 Oficiales y 7 sol.
dados entre muertos y heridos.


El 29 de Octubre una pequeña vanguardia de
la division de Erales al mando del Coronel Vi-,
llamil, se introdujo igualmente en la Cerdaña
francesa, y despues de haber batido un cuerpo
frances en Mareins) pasó á Ax , exigió contribu-
ciones, y regresó á Espaiia, sin haber causado
mas daño que el incendio de una casa, puesto
arbitrariamente por un soldado, en vista de ha-
berse a!'rnado los habitantes del primer pueblo,
y unido en la aceion á la tropa francesa.


En el mes de Diciembre el General Lacy vol-
vió á ponerse al frente del ejército, y despues
de haber dado las disposiciones convenientes pa-
ra impedir el paso de una fuerte columna enemi.
ga , que escoltando un convoy se dirigía desde
el Ampurdan ;Í Barcelona) lJizo situar á Eroles
con su division en San Feliu de Codinas) toman-
do posicion con la del Brigadier Sarsfield en las
alturas de la Garriga ) para impedir á los france-
ses el intentar empresa alguna contra la ciudad
de Vich, en donde residian las autoridades legí-
timas del Principado. Una columna enemiga de
4.000 infantes y 400 cabullos atacó dicha posicion
el dia 5 de Diciembre; mas fue rechazada y per-
seguida hasta Granollers, con pérdida superior
á la de los espaüoles} que solo tuvieron 26 muer-




(124)
1811. tos, 141 heridos, inclusos 10 Oficiales, con 19


prISIOneros.
De este modo consiguió Lacy .> á fucrza de ac-


tividad por su pnrle, y con la enórgiea coope-
raeíon y auxilio de los Generales Eroles y Man-
so> reanimar el patriotismo catalan, y reorga-
nizar y reslablecer la disciplina del primer ejér-
cito.


En Andalucía el General Ballesteros, desple-
gnndo una actividad infatigable, tenia en eonlÍnua
zozobra á las tropas de Victor y Sehasliani, y con
ll11a rapidez de movimientos inconcf'hible las
sorprelldía con frecuencia.> aparccióndose tan
pronto en la embocadura del Gllarliana, como cn
las inmediaciones de Cádiz, campo de San Hoque,
y serranía de Ronda.


Dueilo del caslillo de Paimogo, en el conda-
do de Niebla, fue atacado este fl!erte el 2~) de
Agosto por una columna francesa á las órdenes
del General Laval compuesta de 800 hombres
de infantería con alguna caballería, )' 4 piezas
de artillería, iutll111ndoJe la l'endici\Jll : su Go-
bernador 110 (luiso acceder á elJ:¡) Y rompien-
do el enemigo un horroroso fll<'30 de artillería,
fue tan bien contestado por los cspaüoles, que
á la mañana siguiente abandonaron los france_
ses su empresa, y se retiraron dejando en el
campo mudlOs muertos, y algllnos caballos que
habían recogido.


A principios del mes de Julio se trasladó Da-
llesteros con su division desde el condado de
Niebla al campo de San RO(lue; y el Mariscal




(125 )
Sou1t trató entonces ele apOdE'i'arSe tIc e"te Gene- 1tll1.
Tal, que tantas alarmas le c:Jusnba) por una sor-
presa ó golpe de lllano, y al efecto dispuso que
dos columnas sacadas de las tropas que asedia-
ban á Carliz, á l<ls órdenes de los Generales Bar-
rois y Semelé, marchasen directamente sobre el
campo de San Ptoliue, mientras que olra aiman-
do del General Godinot maniobraba en la misma
direccion, ocultauuo sus movimientos; pero Ba·
llesteros se retiró bajo el cañon de la plaza dl~
Gihraltar, y Gorlinot ocupó con sus tropas el
campo de San Ro(¡uc.


El Geueral Rigllaux, fplC con 3.000 hombres
se hallaba ocupando el 25 de Setiembre una po-
sicion en las inmediaciones de Jimena, fue ata-
cado por Hallesleros con tanta. im petuosiuad y
anojo, fIue se vió ohli~ado á retirarse, siendo
perseguido por los espaüoles, y percliendo cerca
de 1.000 hombres con un Coronel prisionero. Ba-
llesteros por su parte tuvo 300 hombres fuera de
combate.


Noticioso el Gohierno espailOl de que este Gene-
ral iba á ser atacado por fUC/'Z:lS muy superiores,
dispuso r¡ue el i\LIl'iscnl (le Campo Don Francisco
Copons y Navia marchase á Tarifa COIl una cspedi.
cían de 4.000 llGmbl'es para [lpoyar sus opera-
C10ll es. Esta espedicion en (1 uc iha incor porn ¡] o
un cuerpo de tTopas inglesas, salió de C,ídiz el dia
23 de Octubre; pero contrarlaua por los vientos no
pudo llt~gat' á :iU destino hasta el 25. El General
Godinot ,í Sil vista se retiró con alguna precipi-
tacion) y Ballesteros pudo salir de uebajo del tiro




(126 ,
1811. de cañon de la plaza de Gibraltar) donde se ha-


llaba guarecido.
El General Se melé se restituyó con su gente


á la línea, frente de la Isla de Leon) y Godinot
por la sierra á Sevilla) donde á la mañana si-
guiente de su ]legada, que fue el 26 de Octubre,
se levantó la tapa de los sesos de un pisto1etazo,
no pudiendo resistir á las reconvenciones que
le dirigió irritado el General Soult) su protector,
que siempre le habia favorecido decididamente,
aun cuando casi en todas sus empresas le habia
sido adversa la suerte. Al dar cuenta á Napoleon
de este suceso se piuló el suicidio de esLe Gene-
ral como el resultado de Una inveterada enferme-
da d de nervios.


Despues de la retirada de los franceses volvió
13allesteros á ocupar el campo de San Roque, y
el Mariscal Soult) mientras que disponía una 58-
gunda espedicion contra él , hizo que el Gencral
Semelé, ocupando la derccha del Guadalete , se
adelantase hasta 13ornos con 2.000 hombres de
infantería, 160 cabalIos y una pieza de artillería.
En la noche del 4 al 5 de Noviembre Ballesteros
cayó de improviso sobre esta villa, ocupando to-
das sus avenidas en el momento mismo en que
los franceses tomaban las armas al toque de dia-
na. En vano el General Semelé hizo salir sus tro-
pas á tomar posiciones fuera de la pohlacion : los
espafloles, dueflos ya de los desfiladeros, las ba-
tieron completamente con pérdida de todo S11
parque y bagage .. con muchos caballos y mulas,
un rico botin, y bastantes muertos y prisione-




(127)
ros. Esta sorpresa fue auxiliada oportunamente 1811.
por el movimiento de una columna inglesa, que
desde Tarifa se adelantó hasLa V cjer de la Fron-
tera.


Este suceso, al paso que llenó de furor al Du-
que de Dalmacia, le hizo conocer la necesidad
de ocupar á Tarifa para privar de este apoyo al
General Ballesteros; y á principios de Diciembre
dispuso que una espedicion de 10.000 hombres,
al mando del General Laval, marchase con-
tra esta plaza, que se l1al1aba guarnec.ida por
3.000 soldados, mitad espaiíoles y mitad ingle-
ses, aImando los últimos .del Coronel Skerret.
La ciudad de Tarifa está situada en la parte me-
dia y mas angosta del estrecho llamado de Gi-
braltar) rodeada de un antiguo y débil muro,
con un castillo incapaz de sostener un caüon de
;Í 24) Y cuatro torreones de mala constrllccion.
Se trabajaba con la mayor actividad para me-
jorar su defensa, y estaba encargado de la admi-
nistracion de los arbitrios concedidos por la Re-
gencia de Espaiía para este objeto el Intendente
de ejército Don Antonio Gonzalez Salman. La
circunstancia de hallarse asegurada por mar la
comunícacion de Tarifa con la Isla Gaditana, y
la ('eliralla de su guarnicion) infundió en esta
tal aliento) quc esta plaza, á pesar de no scrlo
mas r:Iue en el nombre) hizo ulla defensa de las
mas vigorosas y heróicas. Lava], á la cabeza desus
10.000 soldados y 12 piezas de artillería, se pre-
sentó el 19 de Diciembre al frente de Tarifa, y
situó en las avenidas de AIgeciras una fuerte di-




( 128)
181 L vision para contener á la del General Ballesteros


si emprel1llia alguna operaciol1 conlra el silio. El
29 rompió el enemigo SIlS fuegos contra la plaza,
y á la malwBa del siguiente dia la brecha se
hallaba ya practicable. A las ocho ue la mis-
ma la intimó la renclicion, que fue desechada
con la mayor firmeza por su Gobernador el Ge-
neral Copons: al iumeuialo dia lreinta y uno
2.000 granaderos franceses asaltan la brecha, sos-
tenidos por el resto del ejército sitiador; mas to-
dos sus esfuerzos se estrellaron en la brillante
resistencia que opuso 511 valerosa guarnicion,
au:\:iliada del paisanage, que con el mayor entu-
siasmo habia de antemano obstruido las calles
Con cortaduras y barreras de rejas, que en caso
de apoderarse el enemigo de las murallas, hu-
bieran deteniJo su Ímpetu al penetrar en el in-
terior de la poblacion.


Los elementos 3yuU3l"On tambien considera-
hlemente á los sitiados en este Llia, hahiendo
tenido estos la generosidad de acceclcr á una
sllspension al' armas para que el enemigo re-
tirase los heridos (llJe h:lbiau quedado tendidos
sobre el glacis de la plaza. La artillería del sitia-
dor continuó Lalicnuo la brecha hasta el 4 ele
Enero de 1812; mas á pesar de haberla ensan-
chado considerablemente:1 el enemigo no se atre-
vió á intentar de nuevo cl medir sus fuerzas con
la guarnicion, que tan herólcarncnte habia recha-
zado el primer asalto. En la noche del 4 al 5 de
Enero el General Laval levantó el sitio de Tari-
fa despues de haber perdido en él 2.500 hombres




(129)
ele todas armas, dejando en las trincheras cIa- : ')11,
valla toda Sil artillería.


Las fllerzas marítimas inglesas se mantuvie-
ron en el foncleadero de la isla contigua á Tari.
fa durante el siLio, á pesar de lo duro de los tiem-
pos) y lomarOIl parte activa en la defensa de la
plaz.a.


Los aliados se dedicaron inmediatamente á
l'Cparar la brecha, segun arte, y construyeron
un fuerte ó caslillo en el cerrO de Santa Catali-
na, y una casa-mata en la isla, para en el caso de
que SOlllt intentase vengar la derrota de Laval
con nueva" tentativas. En la retirada que verifi-
có este General en virtud de órdenes de aquel Ma-
riscal, sufrió muchísimo por la estacion, per-
diendo en su corto tránsito desde Tarifa á Sevi-
lla casi todos los cquipages por la inundacion de
los caminos, que era tal, que imposibilitaba
casi del todo los trausportes.


La causa principal del repentino levantamien-
to dd sitio de Tarifa, fue el movimiento que
hizo el General inglés Ilill sobre el Reino de Se-
villa. Lord Wel1ington, tratando de prepararse á
sitiar por segunda vez la plaza de Badnjoz, or-
denó en 27 de Diciembre al General Hill, que
saliendo de sus acantonamientos de Portalegre,
marchase con direccion á Andalucía á desalojar
los destacamentos (lue Jos franceses mantenian
sobre el Guadiana. Hill, dirigiéndose primero
sobre Mérida, se encontró en sus alrededores
con una vanguardia francesa de 300 hombres que
atacó; pero habiendo formado el cuadro logra-


TOMO 111. 17




(130)
11511. ion, favorceillos dd terreno, entrar en Jieha


ciudad antes de (11lC llegase la infantel'iil inglesa.
El General cnclUíao Dambrowski, (lile mallJa-
ba en M(~l·ida, no cn'Yó prudente ,tgn;¡rdar á 103
ingleses en esta POSiCiOil , y se rcplt'gll por Al-
mcndralcjo á Llnclla, en donJe se hilllnba con
la mayor parle Jd 5. (J ClH'l'pO fr;llIces el Gcnc-
nd Drouet, Conde d'ErlOll. Tldl se sitlló en 1..1-
l1lcIldralcjo el 2 de Enero, y ordenando un [uer-
te recl)nocimi~nto t'n tOllo el terreno que l1lcllia
h;¡"i.1. los S;¡¡ltos, el Teniente Corúnel .\bercrom-
1)'1' , que lu dir1Siil, logró Lil!ÍI' completilmente
Ull dC'iu¡Cam¿1l1o de 100 caballos c~1emigos. Esta
ligera ventaja hizo temer un ataflllc serio, y
SOlllt, á quien no se ocullaba el proyccto de Lord
·Wcliingtoll, f}lllTi('lIdo ponerse en estarlo de im-
pedirlo, ,lió úrd('Jl("s á L.lval.., para qne lcvant;¡n-
do el ú¡io Je 'farií:¡ vin!('>:c ;i l'eu'lir,;c ;Í los Cller-
pos de reserva que di~¡)otlja p,Ira marcha¡' á 105
puntos amenazados; pero Ilill, satisfecho por
enlonces con haLer alannatlo los acantonamien-
tos enemigos, voh·ió á sus posiciones sobre el
GLladiana.




(131)


~apole()n O['d~ila :í Suchet la oCllpacion de Valencia, -
Sudld pcnd";j ('11 ('stc Hcino. - La Regencia nomhra
á Blackc pal'a su llcfellsa. -Ocupan los frallecscsá '\Illr-
vicd¡'o. - Sitio del castillo de Sagllllto. - Su estaJo.-
Se cOllfia Sil defellsa ;¡l TIri¡;adie¡' Alldriani. - Rcndi-
cioll del lw,lillo lle OI'Ope3a. - El COIllandante de la
Torre del Rey se niega á capitular, y salva su guarni-
cion. - Asaltan 10<; fl'aneeses el car,tillo de Sagunto. -
Rechazan los los sitiados. -Segundo as;¡\to recbazatlo yigo-
ros¿¡ llJe 11 le, - Suclld estrecha el sit;o, - Triste estado
de la [.!;ual'llicion dd castillo. -l3Iacke intenta socorre¡'
el caslillo - Ibtalla de Sagullto. _ Remlicioll de Sa-
gUllto, - Illfillla Suchet la rem!icíon;í Valencia. - Ba-
talla del Tllria, - :YIahv se reLira á Alicante. -- B1acke
se eneierra ell Valencia. - Defcnsa J I'clldicion de Va-
lellcia. - P(!rdida inlJlcnsa dc los espailOles. - Rellc-
xiollcs. - ¡'i'a¡Juleon llollllJl'a DucluC de la Albufera á Su-
dlCt. - necreta reeompellsas á sa cjó'cito. - Opera-
ciones de las (.;nerrillas. - Napoleon (lecreta la tlestl'ue-
ciol\ de 1\lin;). - Aceion de Lambier. - Aceioll de Iru-
¡:oélui. - AcciulI de Arcos. - Accion de Castillisear. _
Aeeioll (le l\fendi,'il. - Accion (le: Arl;¡ban. _ Accioll elcl
Carrascal. - Accíon (I(~ Aoiz. - Intentan los franceses
atraer ú '¡fina ;í su Piu'titlo. -".Tina fllsila ú los comisiona-
dos pill';( eslo.- Accioll de Ejea dc los Cah:dlcros.-
1\C('iOlll\C Aycrhc. - Aeeioll de lturgoyu. -Aceion de
T;II:11Ia, - '\Ic(li(bs (Inc :lltopta conlra la ciudad de Pam-
pldlla. --- Opcraeiullf>'; del Empecinado. - Aceioll (le C;l-
Iata}'lI(l. - i\ccion de Ins f:lIhillcjos. _Aceion de la AI-
mUllia, -Aeeion de Osallilla.


Con 1:1 túrna de Tarragona llabian cambiado 1811.
sensiblemente de aspecto en fayor del enemigo


:




(132)
1811, los negocios del E. de la Península. Napoleon


dispuso que Suchet, ,lla cabeza del ejército frlln-
ces de Aragon, marchase inmediaLamente sobre el
Reino de Valencia para apoderarse de su capital,
delante dc cuyos muros sus ejérciLos, á las ór-
llenes de Moncey en 1808, Y á las del mismo Su.
chet en 1810, habian sido vergonzosamente ba-
tidos. El 15 de Setiembrc el ejérciLo de Suchet
en lres columnas principió su movirniento en-
tramlo en el Reino de Valencia. Una division de
3.000 llOmbres, mandados por el General l\1l1S-
lJjer, tllVO ordell ele aproximarse <Í obscrvar la
plaza de Peüiscola, poblacion siLuada sobre un
pCllon aislado dd MeditelT,~neo, que solo tiene
eomunicacÍon con el continente por una peque-
f1a lengua de tierra. Esta fuerza enemiga se dejó
ea e!" el mismo di~ 15 sobre Denicarló, y olra
columna se dirigió el í~) h.icia Oropesa, march:m.
do con el resto el Mariscal Suchel al encuentro
dd ejército espaflOl, que se auelanlaba hácía
MurvieJro.


La Regencia dd Beillo l}uc preveiJ el inLeres
que el enemigo tenia en apoderarse de esta pla-
za, envió inmediatamente al General Blacke que
se hallaba eu V;:¡lencia con el ejército espedicio-
nario que con tanto honor se hahia batido en los
campos de la Albuhera) poderes estraordinarios
é ilimitados, retirando del maudo al Marqués
del Palacio, que file llamado á Cádiz. Nofue con
todo Jet agrado de la mayor parte dc los españo-
les el nombramiento de Blacke, á quicn el Congre-
so nacional hUDía aulorizado espresamcnte pura




(133)
separarse Je las funciones propias de su digni- 1811.
dad de Hcgente; no porque desconfiasen de la ap-
titud militar y fidelidad á tooa prueba de. este
distinguido General, sino por la desgracia c¡ue le
habia acompailauo constantemente en todas sus
operacIOnes.


El General Blacke llió cuantas disposiciones
dictaban circunstancias tan críticas y apurada3
para elevar al mas alto grado el entusiasmo de
los leales habitantes de Valencia. El Mariscal
Suchet eIltn) el 27 en Murvieuro, villa edificada
bajo los muros de la antigua Sagullto , y ulla de
las mas hermosas del reino de Valencia, distan-
te una l('glla del mar, y situada ;Í la falda septen_
trional de un monte ca rOllado de antiguos muros
con cuatro plazas denominadas 2 de Mayo, Tor-
reon, Ag3renos y Sa 11 Fernando, de la cual to-
mó el nombre de plaza de San Fernando de
Sagunto. Sus fortificaciones, si merccen este nom-
bre, eran sumarncnte débiles, pues consistian
8010 en unOS muros construidos al estilo romano
y recompuestos por Jos moros, que venian á ser
unas grandes tapias de tierra con iuterposicion
de algunas piedras ó guijarros, yeou varias bre-
chas que se compusieron y cerrarOn Con precipi.
tacion en el acto mismo de ser embestida pOl'
los enemigos, bajo la clil'cccion oel Coronel de
ingenieros Don J uau Sanchez Cisneros. N !leve
caüones y tres obuses era toda la artillería que
guarnecia las fortificaciones de este despreciable
recinto, impropiamente 11amaoo plaza fuerte, y
Sll ¡;uarnicioll, compuesta de 2.500 homLres¡ se




(13·1)
1811. ludlaha sin armas, sin pertrechos para componer


ni aun cerrar ulla brecha, sin pdificios para ho"pi-
tajes y cilartcles, con pocos vívere.~, y desprovista
de todo, menos de intrepillez y de ent usiasmo.


A lil apl'uximacioll del ejército franc\~s, el de
nlackc, (¡ue se Ilabia adelantado hast~ Sagunto,
se retiró sobre Valencia, d('jando cl1c:lrgada la
defetJ,;a de aqnella :í su Gohernador (:] Bl'i¡.;adiel"
Don Lui,; María AtHlriani. I~n el mismo dia 2'7 de
Setiemhre fue embestido completameute el cas-
tillo de S:lgunto pOI' las tropas (lel ej(~rcito de
Suchd, las cuales formalizaron al mismo tiem-
po el sitio del de Oro pesa , (Iue les incomodaba
para el ra~o de sus convoyes por el camino real
de Tortosa á Valencia. Embestido el fuerle pt'in4
cipal de Ol'opcsa el 30 por el-General Musnier, y
balido con dos callones de á 24, Y un obus de á
siete pli13allas, tenia ya ei lasJiez dela maünnade
aquclmislllo dia apagados todos sus fuegos, demo·
doque jnzgando inúLiltoda resistellcia, capituló á
las dos de la Ull'de, (jueJando prisionera de guer-
ra Sil gnarnicion compuesta de 155 humbres, con
S11 Gobernador el Teniente Coronel Capilan de
f'ranacleros del regimiento de All)(~rica Don Pe-o v
dro Goli.


El Teniente Don Jnan José elel Campillo que
mandaba la Torre dd H(~)', dependiente de aquel
fuerte, á quien se ínlil111) la renclicion por el ene-
migo, á pesar de no quedarle ya esperanza algu-
na de ser socorri(lo, conlinuó defendi(~ndose
hasla el dia 12 de Octubre, en que batido por
las mismas piezas (Iue habían servido contra el




(135 )
casl;lJo, y cO'loci2Udo la illlposihiFJaJ de sostc- ~B11.
ncrse eH su posiciol1, la DLd/ldonó, salvando su
hizarra gl1<lrn;c ion, C01l1¡lUesta de 70 j']dividuos,
para lo fllle contriLIlJó muy elicaz/l'cnle el navío
inglés el Magnílico, que apareció á la sazon en
ac¡nclbs aguas al mando Jd CapiLan Jorge Eyre,
y COIl cllyo al',;;lio y el lesol) con flue Jloe e~pa-
cjo de C:llCO horas se SOSlllv'O nn contilluado fue-
go, se logró felizmente esta cl!GCllllosa operacion.


Apenas los cnentigos se posesionaron (le estos
endebLs fuertes, co lvirtieron toJas sus fuerzas
contra el casl;Po Jc Si¡gllnto.


El castillo de Saglluto, (11lC como hemos mani-
festado, no era Ulas (¡tle un campo atrillcherado,
cal'cci'l de las obras dl~ mas cOII~id ~>raciüil par¡¡
hacer UlJa defens:l l'l'gI11ar, tcnj;~lIdü PIl su recin-
to hasta cuatro ahf'I'LIl"<ls, y careciendo de hor-
JIU.';, failOnas, exhal~sto de sncos á "tierra -' Llin-
dagcs, maderas para esplanaclas y ele otros artÍ-
cu!os indispensables. Su pe(\,lCüa gllurnicio!l, com-
llUcsLa de 2.000 homb! es, 1.1 mitad gente inc~prr.
ta y de Hueva leva, y atrasada en Sll ills~nlccion,
é incomt)ll'ta en ofIciales, bastó P¡¡l'[¡ detcl:!?l' por
34 Jias;íull enemigo vicio,ioso y ¡lgllPlT.;do, f8(>r-
te lle 25.000 laom'Jl'cs, y con II!] camUlo ,icrorio-
so á su caheza qne poseia todo d favor de su
~Ionarca~ diestro en formar silios yen (L!" asal-
tos, no á plll1Los dóbi)('s como Sa¡;uul0, sino á
plazas de una forLiricacion respct;dJle como Léri-
da, Mequinenza, TOI'[osa .Y Tal'rngona.


El Coronel Pino, Gobernador del fuerte d~
Sagunto, consiJ.eranuo á este como un sirnplt:




(136 )
1811. campo atrincl1crado y sin concluir, no quiso ell-


cargHl'se de su defensa, esponiendo que en esta
se comprometia el concepto de un militar, opi-
nion general qne corroboraba hasta el mismo pue-
hlo que consideraba como intempestiva la defen-
sa. El Coronel Don Luis Mada Andriani no du-
dó sin embargo cn aceptar el milndo de este
punto importante que en 22 de Seticmhre queJó
embestido completamenLe por las tropas de Su-
chelo Este Mariscal, no llueriendo tampoco reco-
nocerle ni como plaza ni como un fuerLe en re-
gla, intentó tonwrle por un golpe de I1wno) ha-
ciéndole escalar en la madrugada del 28 de Se_
tiembre sin preceda' fonuacion de trinchera, y
hallándose intacto su recinto. El enemigo dió el
asalto por cinco puntos diferenles: algunos gra-
naderos consiguen rllontar sobre los parapelos;
mas la esforzada guarnicion los recibe y arroja á
bayonetazos, rechazando completamente al ene-
migo, y causándole una pérdida tan horrorosa,
que desde luego le hizo conocer llue el moderno
Sagullto renovaría las memorias del antiguo) y
que para apoderarse de su recinto miserable era
indispen!>able emplear los procedimienLos de un
sitio en forma.


Sin embargo, la resistencia gloriosa de este
dia no fue bastante para persuadir al General
enemigo de la hetóica resolucion de los siti3.dos
de defenderse hasta el {¡¡limo cstremo, y propo-
niéndose sin duda fatigar á estos para intentar
de nuevo otro asalto, alarmó durante muchas no-
ches la guarnicion del fuerte, amagando ataques




(137 )
que no vérificaha. Mas convencido de la inefica- 1811.
cia de este sistema, y desesperanz<lllo de lomar á
Sagunto sin emplear los medios regulares ae un
sitio ... procc¡lió <Í. ponerlos en planta J y empe-
zando sus trabajos para el establecimiento de ba-
terÍas, abrió en 5 de Octubre una trinchera en
la altura denominada de Annibal, punto de pri-
mer orden contra el fuei'te, y descle elln continuó
los alwoches hasta las inmediaciones del recinto
(le aquel. El 1.7 de Octuhre rompe el enemigo el
fuego con 12 piezas de diferenLes calibres, y á
pocas horas se rc"ienle el recinto, y la brecha se
pone en disposicion de ser en breve practicahle.
Losfuegos del fuerte, casi ya apngados é inferiores
en mucho á los dd enemigo J no podian <lcallar
á los clue este dirigia con acierto contra su recin.
to dl:bil, sin concinii', impcrfccto, sin ílancos y
terraplenes. I,a brecha era indefendible, por
cuanto ni á su espalda ni por los flancos podían
formarse las obras necesarias para ello; y no oLs-
tan le, su G01ernadorcon la corta gllarnicion de su
mando, se prep::lra éÍ illlltar á los al1ti;uos defensores
deSagunto, sepultándose en sus ruinas autes que
reu(lirse . .Ki el corto ntÍmero de la gllarniciolJ) ni la
fatiga inevitable que la acosa, ni el teller que
oponer sus pechos por parapetos al cañon enemi-
go, hicieron titubear un momento al valor espa-
:f101; Y el Gooerllador Andriani, confiado en las
promesas ele ser socorrido anunciadas portclógra-
fa por el General Blacke con quien mantenía co-
municacioll de este moclo, estaba resuelto á re-
chazar toda tentativa del enem1go. Arenga á sus


TOMO 111. 18




(138)
11)1 f. tropas J y las entusiasma valiéndose de cuantos


meJiosdicta laespericncia para aumentar la con-
fianza y el valor del soldado J y se dispone ;í. re-
cihir de nuevo á losenenligos. Estos,coptinuan_
do sus fuegos, ensanchan la brecha ,é imposibi-
litando la permanencia en ella de los defensores,
marchandenodadaruenLe al asalto á las once de la
maÑ.ana del 18 de Octubre, yoespues de haber
hecho los esfuerzos rnasincreibles pal'a apoderar-
se de Sagunto, retroceden vigorosaruente recha-
zados con una pérdida muy cOl1siJprable, y los
(lefp,tlsores tocan el resultado de su hcróica re-
solucion, Pero elmal éxito de este asalto no Con.
tuvo al enemigo, y el amo\' propio del Mariscal
Sdchet irritado" unido .alconvencirniellto en que
estaba justamente de que por un orden regu-
lar Sagnllto no podia resistir á sus esfuerzos,
le decidieron á segundar con mayor vigor y
tesan el asalto á las 5 de la tarde de aquel mis-
mo dia.


La guarnicion, cst{'nuarla de fatiga, y persua-
dida de que se habia acabado la lucha de esle
diJ.) corre presurosa á Jd'éUclel' la brecha dilata-
da cada vez mas por el incesante fuego <¡ue con
maestria continua dirigiendo el enemigo: los de-
fensores presentándose á cuerpo descubierto en
ella, ven f~S pa rcir por el aire los miembros de
varios de sus compañeros J y amenazados de su
total destruccion y del terror y desolacion que
tan terrible cspect;lculo les representa, ven llegar
al enemigo á la brecha, montarla y ganar su
cresta al gun os de s us mas intrépidos granaderos)




(139)
Y desapareciendo en este momento todn otl'a con- 1éll1.
siJeracion, los de la plaza del 2 de Mayo se fi-
jan en los recuerdos CJ.ue les inspira este nombre,
y solo piensan en consel'var un punto que consi-
deran necesario, sacan fuerza de su misma debi-
lidad y flaqueza, y abalanzándose á la brecha,
se traba una lucha de las mas crueles y espanto-
sas y mas duradera de lo regular, que termina
con la fuga humillante y vergonzosa del enemi-
go que dela sembrado de cadáveres el campo, y
mas brillante que nunca la gloria de los. moder-
n05 Saguntinos.


Escarmentado el enemigo con la terrible pér-
dida que esperimentó en este dia, se abstuvo en
lo sucesivo ue repetir sus asaltos; pero trató de
aumentar los medios de ataque, y de estrechar
el sitio de tal modo que no quedase á la guarni-
cion la menor es pera n za, y de que todos. sus esfuer-
zos fuesen infructuosos, aprox.imó sus aproches
y descubrió nuevas baterías de brecha que pusie-
ron al sitiauo en disposicion de no poder eludir
de modo alguno el ataque.


Desde el 18 en adelante no quedó á la guar-
nicion mas alternativa que ]a de ó rendirse á dis-
crecion, ó sufri.' un asalto, cuyo éx.ito no podia
ni frustrar ni impedil~ por lo estremadamente fa-
tigada que se hallaba. Este último partido fue el
que adoptó el Goberlwdor, confiaelo en que se-
ria socorrido, segun se le prometía por las comu-
nicaciones telegráficas. La guarnicion pasaba sin
relevarse noches y días en los puntos designados
para rechazar al enerüigo , y este continuaba sin


:




( 140)
1811. ceSflr tomando todas las medidas neceSflnas para


la destruccion y csterminio de SagunlO. La fati-
ga de sus defensores era insoportable, su ánimo
decaía por momentos; pero al fin amaneció ya
el dia 25, Y las tropas espaüolas de los ejí~rcitos
2. o y 3. o y la di vision espedicionaria del General
l3lacke se ven en movimiento para socorrer á
S;!gunto, y las masas france!'as maniobran Lam-
Lien para impedirlo.


Blacke ... que se hallaba ya :lesta sazon reforza-
do con una gruesa divisiúl1 del tercer ejército al
m~lndo <lel General en gefc y l\lariscal ae Campo
Mabi) arengó á sus trop;¡s con una corta y senci-
lla alocucion, modelo de concision y oc energía.


Generales.J GeJes, Ofir.:iales y Soldados del se-
gwulo y tercer ejército (les dijo): klarc!uullos pa-
ra atacar, y con la ayllda de Dios baúr el ejército
de Suchet. 1St hablase á tropas lllercellurias.J 'vena-
les ó conducidas por fiter~{l, como las de! enemigo.J
trataría de manifestaros las recompensas que deben
$(' guir ti la victoria.


i11as nuble 1I1Otií'G de emulariofl para los' que lIO
pueden ser insensibles tÍ lit gluria 1/Il1Ltar.J será lla-
mar 'vuestra atencion luícia las troneras de Sagwlto,
hácia los muros )",terrados de 17ulclU.:ia, desde cUIas
.·r!wras nos siguen con la vista los que aguardan de
nosotros Sll salpacioll. La menor debilidad.J lUZ itls-
hmte de duda alnzar¿1zar al elleml~D.J !lOS cubriria
,:n esta ocasio71 de una verg/¡elZ~a eterna.


Pero J o hablo « espaíioles que pelean por la
l.í.berl(d de su. Patria ... por su fleligiollI For su Rey"
.,. seria ofender los nobles sentimir;nLos que les .al,U-




(141 )
man el decirles otra cosa, sino que nuestro deúer 18! 1.
es 1.JCI1,~er al enemigo, ó morir ell el COlnúate.


El ejército correspondió con el mayor entu-
siasmo á la firme alocuciotl de su General) y se
dispuso it la batalla ..


En la noche del 24 habia quedado el ejército
español al fl'~nle del de Sllchet con su derecha
situada en las pequeñas alLul'as del Puig, á las ór-
denes del Mariscal de Campo Don José de Zayas ..
el cenlro sobre la Cartuja, en el camino real, al
rlJanc!o de los Mariscales de Campo Don José de
:L:Il,dizahal con la infantería, y Don Juan Caro
con algllllos escuadrones de caballería, y la iz-
quienla en el carnino que va á Calderona, bajo
la Jircccion dell\Iariscal de Campo Don Carlos
Odonell, (ItIC tenia á sus órdenes la division va-
hnciana del Mariscal de Campo Don José Miran-
da, y la aragonesa de Don Pedro Villacampa con
la caballería de Don José San Juan. Mahi, con
las tropas de refuerzo que habia traido, quedó
de reserva á retaguardia del ala izquierda, y
J:;lacke ,1 la de la derecha, situado en una pequeüa
altura, y sirviendo dc rcserva del centro otra pe-
qUl'lJa division.


La de Odollcll con la de f\bhi eran las des-
tinadas para ernpeihr el combate, á tiempo que
L" del cenLro y derecha debian cooperar al mo-
vimieuto de aquellas, arrollando cuanto encon ...
trasen, asegurando á la derecha el ataq11e prin-
cipal. A las ocho de la maüana del 25 se empezó
la accion> atacando los espaüoles con el mayor
valor al enemigo por todas partes; mas rcchaza-




(142)
1811. da su izquierda, y desordenadas las tropas que


la componian , se propagó la confusion á la re-
serva, retirándose precipitadamente sobre Ma-
nises y Vinarroya.


Flanqueado el centro de resultas de este in-
fausto desastre del ala izquierda, y sin el apoyo
de la caballería, que al mando del General Caro,
y tratando de proteger los movimientos de aque-
lla , habia sido tambien batida, se replegó orde-
nadamente á Valencia, conteniendo á los ene-
migos con bizarría, y lo mismo ejecutó la dere-
cha despues de haber sostenido una aceion bri-
I1ante en Puzol.


El ejército español en su mayor parte volvió
á reunirse en Valencia; hahiendo perdido en la
refriega dos Generales prisioneros, que fueron
Caro y el Brigadier Loy , con 4.500 soldados, 12
Gefes, 198 Oficiales 1 mas de 200 caballos y 12
piezas de artillería.


La guarnicion de Sagunto que se hallaba ob-
servando con la mayor atencion é impaciencia la
marcha de españoles y franceses J se disponia á
secundar con una salida dificil los esfuerzos de
sus compañeros de armas, cuando una columna
de 4.000 prisioneros españoles que at.ravesaba
hácia Murviedro cercioró al Gobernador del éxi-
to fatal de esta jornada. Perdida ya toda esperan-
za, y no quedando mas recurso que el de implo-
rar la clemencia y generosidad del vencedor rin.
di(mdose á discrecion.t y evitando de este modo el
sacrificio doloroso y esteril de tan valientes sol~
dados, aun Alldriani quiso prolongar la defensa




(143 )
de S;¡gullfo, y redoblando sus esfuerzos hizo cus- 1f}11.
to<1i;11' Con mas vigilancia las brechas que recor-
ria élmistl10 personalmente.


El Mariscal Suchet, lleno de admiracion, y res-
petando el heroisrllo de los guerreros eSJ1auoles
sus dignos defensores, lejos de tratar de tomar
el castillo por asalto con el éxito casi infalible,
prefirió el ofrecer al Gobernador unacapitu]acioll
honrosa, cual cOfl'espondia á tan brillante de-
fensa, y el 26 .por la mallan a le invitó para que
enviase á su CIJ<lI'tcl general los Oficiales de su
maJor confiaJJza á fin de que se enterasen por
los mismos prisioneros de la derrota del ejército
espauol el día anterior. En efecto, Alldriani co·
misionó á un Coronel de artillería, que COll-
ducido al alojamiento del General Caro, vió
allí las Lantleras) los cauones y prisioneros; mas
cumpl.iendo con el encargo particular del Gober-
nadar, despues de haber anunciado á Suchet que
el castillo tenia aun víveres, municiones ,.y pucs.
tos interiores para prolongar la defensa, le pro.
puso no la rendicíon, sino su evacuaClon por los
espailoles; mas el General enemigo (lue conocia
Lien el estado verdadero de SagunLo,- en vez de
acceder á la proposicion, concedió solo una ho-
ra para deciuirse, y exigió rehenes para garanti-
zar la capiLulacionque se ajustase. Andriani) COll-
vencido de que la prolongacion de la defensa era
una temeridad, propuso ante toda la oficialidad
que reunió en junta) que su ánimo era rendir el
fucrte; pero que si en cumplimiento de las llis-
posicioues ud gohierno superior, habia algull




(144)
1811. Oficial que qllisiese encargarse de llevar ac1el:m-


te la defellila, él seria el primero (Iue se pondria
á sus órrlenes. El silencio general (pIe se observó
en toda la oticialiJao, confirmó que todos eran ,le
la misma opinion J y que todos convenian en la
necesidao de rendirse; y entonces el Gobernallor
concluyó una capitulacion honrosa, y la gllnrni-
cion quedó prisionera ele gl1erra, saliendo con :11'-
mas por la misma brecha (llle tan gloriosamente
había defendido, y conservando cunnto en igua-
les casos se permite ct los prisioneros.


Tal flle la defensa cId denominado castilIo de
Sagunto, en que un puüado de cspaüoles hicie-
ron prodigios de valor, sosteniendo y prolongan-
do casi milagrosamente el sitio de un reciuto in-
capaz de sostenerse, mal construido y despro-
visto de todos los medios mas esenciales y nece-
sarios, rechazanclo repetiLlos asaltos con lal cons-
tancia y heroiciclarl, fIue hasta el mismo enemigo
Ha puao menos de elogiar altamente á los de-
fensores. El castillo de Sagunto tuvo la Sllf'rlC, sin
serlo, de todas las plazas de España sitiadas por
el enemigo. Cayó Zaragoza, cayó Gerona) cayó
Ciudad-Rodrigo J cayó Astorga ,y cayó Tarrago-
na, y cayeron otras muchas, y tambien pereció
Sagunto, que sin tener los medios para hacer tan
heróica defensa J sin artillería y fusilería de flan-
cos y sin retrincheramientos interiores (ilIe pro-
porcionó á aquellas el mismo terreno ó facilita-
ron las ruinas de los mismos edificios y los obs-
táculos que estos oponian, no cedió á ninguna
en hacer cuantos esfuerzos son imaginables para




(145)
110 sucumbir. Sufrió al fin la 1¡;J de toda plaza 1811.
sitiada que no es poderosamente socorrida; pero
resistió hasLa el último estremo, aun des pues de
bher presenciado la pérdida de la batalla que te-
nia por obieto su sOCorro y su libertad, y des~
pues de haber contenido largo tiempo los pro-
gresos de U11 ejército victorioso, y resistido á pe-
cho descubierto el fuego abrasador de su artille-
ría, y rechazado gloriosamente los asaltos, pro-
longando su defensa hasta no quedar ya la menor
esperanza de sal \'acion. Despues de la rel1dicion
de SagunLo) el Mariscal Suchet encargó al Ge-
l1eral Arispe enviase como parlamentario I1n Ofi-
cial de su Estado mayor al Gobernndor de Va-
lencia para intimarle la rendicíon de aquella ciu-
dad, invit~ndole á evitar los males que habia
necesariamente de traer consigo una resistencia
inútil, y recorcLílldole las terribles escenas que
presentan las plazas tomadas por asalto; pero el
GCllerul Blacke desechó Con la tnnyor firmeza
e.sta intimaciol1, y se preparó á emplear toda cla-
se ue recursos para la defensa. La constancia y
patriotismo de los valencianos, lejos de haberse
aba tiJo por la recicll te des gracia de Sa ijll n Lo, SI!
exaltó en proporcion de lo inminent.e del peligro
que los amenazaba: trabajaban noche y ciia en
fortificar las l1Iuralbs y las líneas establecidas
para cubrir la aproximacion de la plaza, en atrin-
cherar los arrahales de Cuarle y de Manises, y en
fortificar los cinco pucnles (Iue sirvcn para la co-
Il1llnicacion entre las riberas del Guaclaluviar.


El M.ariscal Snchet al ver tan los prr.parativos
TUMO 111. "19




(146)
181 L conoció que Jos espaüoles estaban dispuestos á


defenderse hasta elültÍrno eslrerno J y marchan-
do inmediatamente sobre Valencia} el mismo dia
26 de Octubre la uivision del general Habert que-
dó dueita del arrabal de Serranos y del Grao; la
de Arispe se estableció en Beuif'erri y Paterna,
con comunicacion por su izquierda con las tro-
pas de Habert, prolongándose hasta cerca de
Villamarchante.


La ciudau de Valencia permaneció estrecha-
da de este modo desde la embocadura del Gua-
ualaviar hasta Villamarchanle., y aunque los es-
]lañoles intentaron tres salidas para recuperar el
Grao y restablecer su comunicacion con el mar,
fueron rechazados hasta los muros ue Valencia,
á pesar del fuego de la artillería uo la ciudad.


Entretanto 'lue los enemi¡;os fortiílcJban su
línea sobre el Guadalaviar el General Slic.het hizo
conducir cien piezas de á 24 J treinla morteros y
muchos obuses desde la plaza de Tortosa. La
guarnicion de PCttÍscola intentó infructuosamen-
te ~dgunas escul'siones sobre el camino real para
81)f)lleral'se de estos inmensos convoyes.


El ejército frunces permaneció uurante todo
el mes de Noviembre y una grnn pnrte del de
Diciembre en la pósicioll (pIe hemos dicho, sin
mas movimientos que los que lll!ílllnl1lente lJa-
cian espaüolcs y franceses para sus di,lrios 1'eco-
nociruiC'l1l0s, hallándose situados frente uaos de
otros, y separados únicamente por el Guadala-
vial'. De orden de Kapoleon las divisiones de los
Generales R¡:y lle y Severoli penetraron en el




(147)
Reino de Valencia para formar parte del ejército 1811.
de Suchet mientras sitiaha la capital, encargán-
dose en ausencia de este General el mando de
Navarra y Aragon al General Callareli. Este cuer-
po auxiliar, compuesto de 14.000 hombres con
40 caüones, se 1'eu nió en Terucl, en donde tuvo
que detenerse para observar los movimientos del
Conde de Monlijo y del General Freíre, que se
cstcndian con sus fuerzas hasta las montañas de
Cuenca; pero la llegada de otras tropas enemi-
gns destacadas de!de Madrid ahuyentó á los
cspnlíoJes, y ReylIc y Severoli continuando su
marcha llegaron ;:Í SegorLe el 24 de Diciemhre,
y habiéndolns pasado allí revista el Mariscal Su-
ehet , dispuso su colocacion en la línea de ope-
raciones de su ejército. En segnida trató de cm·
heslir forrnalmenle la ciudad de Valencia, y de
encerrar al ejército espaüol en su recinto . .N a-
poleon, (lue cOllGcia la importancia de apode-
rarse de un ejército culero y de esLa capital, al
determinar el movimiento de los Generales Hej'-
11e y Scveroli, mandó al i\briscal1\Iarmont, Ge-
neral en befe del ejlTcito de Portugd, (lile ocu-
paba á la ... aZOll la Estremadura espaüola , des-
tacase olra lllerte rlivision sobre Murcia, atra-
vesando la :Mancha.


Suchet, tt'fltando de aprovechar los momen-
tos pnra impedir la rCLluion de Frt'ire con TIlac-
ke, dispuso que el General Reyllc á marchas
forzadas tomase posicion en Liria, y en se-
guida fn~ntc de Ribarroja. En la nocb~ del 25
al 2G COnSln¡yó el enemigo dos pllentes sobre el




(1 '18 )
1811. Guadalaviar, habiendo pasado el l'io por un va·


do para proteger sus trabajadores, y alejar los
puestos espailo1es, 200 cnzaoores á la grupa de
un escuadron de húsares. El General Arispe
con 4.000 homhres de todas armas y la artille.
ría correspondiente, atravesó, sostenido por la
caballería del General Bousart, el GuaJalaviar,
por mas arriba de Manises , estendíél1l1ose con la
mayor rapidez hácia Mislata._ Las tropas espaflo-
las, al mando del General Zayas 1 que ocupaban
este pueblo, sostuvieron una accion muy reüida,
y tuvieron al fin que replegarse en orden ñ Va-
lencia. Arispe, por medio de un largo rodeo,
recorrió todo el frente de esta ciudad dd N. al S.
dirigiéndose por Torrente sobre Catarroia, há-
cia donde, disputando el terreno, y conteniendo
al enemigo, se replegaban los cspnñolcs que dc-
fendían los atrincheramientos de Cual'l(', Maní-
ses y San Onofre, defendidos por las divisiones
de Villa campa y Obispo, á las órdenes del Ge-
neral Mahy. Los franceses, corriéndose por su
llanca hasta el camino real, lograron ponerse en
comunicacion con otra fuerte columna .. que á las
órdenes del General Habert había pasado el
río cerca <leimar, y se apoderaron á vínt fucr-
za del Lazareto, en donde babia yarias piezas
dc cailon, v lograron cOl11pletJr ele este modo
,,~ .


la embestidura de la ciuJad á bs CUUll'O de la
tarde.


Inmedial::ur.cntc colocaron ca hatcl'ia le ca-
flones sobre el mt:elle tld Gl';::o, y con n~s L~c­
"OS lont"li'<'n '¡1 c,,~.rv ,1,- (1-,. l--r¡r"s :.kh" -: l", o " (, V ) l Ij,/\. 6~ Vi. V ... _,;) .. _ ~~, ' ~ q,... - ~ .)




(149)
fragatas y un gran número de lanchas caiioneras 1811.
inglesas que se hallaban apostadas allí.


El ala izquierda de las tropas espailolas, man-
dada por el General Mahy, 5C retiró por de
pronto á Alcira , debiendo en sran parle su sal-
vacion á las guerrillas de paisanos, que con un
valor y arrojo inaudito frustraron varios alaflues
del enemigo, y entorpecieron y retardaron los
movimientos que en1prendió para envolverla.


Los franceses no insistieron en seguir el al-
cance de Mahy , limitándose á procurar encerrar
en ]a ciudad á todos los que no haLian tenido
ocasiol1 de evadirse, y uo deteniéndose hasla Jos'
puntos que cerraban el campo sobre la orilla del
lago de la Albufera.


El Mariscal Suchet destacó en la noche del
26 de Diciembre al General Delort para observar
á Mahy, flue con 4.000 hombres habia tomado
una posicion defensiva en Alcira, y otra Ji vi-
sionenemiga marchó contra la del General Obis-
po, que ocupaba á Cullera; pero los españoles
levantaron el campo á visla del enemigo) reu-
niéndose Mahy y Obispo sobre el camino de Ali-
cante, hacia ellya plaza se dirigieron.


Tal fue el funesto resultado de la La13113 cid
Turia, en que la mayor parle del ejército espa..
1101 se vió forzada á encerrarse en Valencia, sin
cBperanza de ser socorrido, y aJJandouando mas
de 80 piez3s de artillería al enemigo) quc per-
dió en e~tc dia 600 muertos, entre ellos 50 ofi-
ciales.


La octipacion de Cullcl'iI , ALira y Alheriquc




(150)
1811. aseguraban al enemigo por la parle cld Jucar, y


las tropas empleadas en observacion de esta lí-
nea servian para cubrir perfectamente el sitio;
mas habiéndose alejado, COmo acabamos de indi-
cal', las tropas españolas, la division del Gene-
ral Delort se adelantó hasta San FelipedeJátiva,
cuya ciudad ocupó en 29 de Diciemke , encon-
trando en ella un miUon de cartuchos, y gran
cantidad de víveres.


El General Blacke apena~ se vió encerrado
en Valencia, cuando convocó un Consejo de Ge-
nerales que acordaron el inter.;tar una salí<la en
la noche del 28 al 29 por la puerta de San José.
Las disposiciones para empezar este movirniento
se lograron con el silencio y disimulo necesarios;
mas los que iban á la cabeza, en-::onlranclo al-
gunos obstáculos en la disposicion del terreno
á cortÍsima distancia de la plaza, alarmaron las
avanzadas enemigas, y rompieron un fuego bas-
tante vivo, que bastó para frustrar una empresa,
que por su naturaleza exigia no ser descubierta
por el enemigo, por lo rnenos hasta haber sali_
do todas las columnas para marchar con rapidez
y superar toda oposicion.


Habiéndose retirado á Valencia las tropas, se
volvió á guarnecer la línea sin uesonlen ni no-
vedad, y se proyectaba intentar la misma ope-
racion á los dos ó tres dlas i pero traslucido por
el pueblo, se suscitó 1111 tumulto y acaloramien.
to general, que amenazaba los mayores males.
Esto fue motivo para renunciar á otra tentativa
de igual clase, sujetándose á la inevitable suerte




(151 )
de la guerra> atendidos los cortos medios de de- 1811.
fensa, y la ninguna esperanza de ser socorridos.


Los franceses empezaron sus trabajos de ata-
que en toda regla en la noche del 1 al 2 de Ene-
ro por la parte de San Vicente y Monte-Olivete,
formalizando dos ataques por la derecha oel rio,
y otro por la izquierda. El dia 4 ya los enemigos
se encontraban á pocas toesas del foso, y con-
sultados acerca de sus progresos los Gefes fa-
cultativos, fueron de opinion de reconcenlrarse
sin perder momento en el recinto de la plaza, y
aLawlonar la Ha ea esterior. Asi se verificó, reti-
rando la arlillerÍa de batalla, y algunas piezas
de posicion fIue haLia de hronce, é inutilizando
las demas, sin que los enemigos advirtiesen cosa
alguna hasta la mañana, sin embargo de que en
algunos puutos no distaban sus escuchas del [oso
mas <¡ue ocllO Ó diez pasos .
.Mi(~nlras tiue los enemigos adelantaban sus


trahajos con una rapidez estraordinal'ia, el Coro-
nel Bellotti con 300 granaderos italianos escaló
al amanecer dd 5 el fuerte del I\Ionte-Olivcte, y
los Generales l'rlonl.marie y Pa]ombinÍ se apode-
raron al mismo tiempo de los arrahales lle San
Vicente y de Cnarle, obligando á los cspaiioles
á refugiarse al recinlo de la anlign:1 ciudad.


Inmediatamente Sllchct mandó empezar el
hombardeo, el (ll1C produjo terribles efectos, des-
trlJyendo casas particulares y los mas hermosos
eJiílcios, y entre otros el palacio del Arzobispo
COil su magnííicn biblioteca, <fue fue paslo de las
llamas. Uu gran número d,; klLitantes eran vÍe-




(152 )
1811. timas del estrago que ocasionaba, los hospita.


les csLabau llenos de heridos, y esta gran ciudad)
con una poLlacion inmensa y un ejército nume-
roso encerrado en ella, tocaba el estremo de la
deses pe¡'acion.


Suchet mandó cesar el fuego, y el 6 de Ene·
ro por la mafIa na dirigió al General Blacke una
carta concebida en estos términos:


«Señor General: Las leyes de la guerra fijan
«Un término á las desgracias de los pueblos: ha
«llep'ado hoy esle término: el eJ'l~rcito frances


,) v


CiSC halla á diez toesas del cuerpo de la plaza, y
(cdentro (le algunas horas quedarán abiertas mu ...
(celtas hrecllas , y entonces un asalto general ha-
(Irá que se precipiten dentro de la ciudad las co-
(dumnas francesas. Si aguardais este telTible mo-
«mento no estará en mi mano detener el furor
«del soldado, y V. E. solo será responsable á
(cDios y á los hombres de los males que caerán
«sobre Valencia. El deseo de evitar la ruina total
«de una gran ciudad, me determina á ofreceros
((Ulla capillllacion honrosa. 1\lc obligo á conser-
«val' á los Oficiales sus equipages, á hacer res-
«pelar las propica;¡dcs de los habitantes, y no
«(tengo nccesirlau de decir que la Religion que
((profesamos será respetada. Aguardo vuestra
«(respuesta dentro de dos horas, y os saludo con
«(la mas alta consideracion.))


El General Blacke conlestó al medio día en
los términos siguientes:


« Señor Genera 1: He recibirlo despaes de las
«doce la carta de V. E. Tal vez ayer al medio dia




(153 )
fth llbicra consentido en oambiaJ' la posicion de 1!3t L
"OIi ej(;rcito , evacuando esta ciuoad para evitar
«á sus lwbitantes los inconvenientes y las J('sgra-
(Icias de un bombardeo; pero las primeras veinte
cey cuatro horas que V, E. ha emplearlo en incen~
"diarIa, me han hecho conocer cuálllO puedo
~espel'ar de la constancia oe este pueblo y de su
Qresigllacion á todos los sacrificios que sean ne-
«cesarios para que mi ejército sostenga el honor
«del puel>lo español. Continúe V. E. en sus ope-
«(raciolles) fjUe ]a cuenta ,la responsabilidad de.
(dante de Dios y de los homLres de las desgra_
t.eias que ocasione ]a defcn~a de este punto y de
((los desastres que la guerra lleva conslgo, jamás
«recaerá sobre mí. = Joaquin Blar!,:e.»)


El General espaüol contestó ~n estos térmi-
nos, á pesar de estar convencido de la necesidad
de Jc. capitulacion ; y habiendo continuado el
enemigo con la mayor activiJad, y sin intermi-
tlion alguna el oombardeo en los dias 7 y 8, Y
abiertas inmensas brechas en diversos puntos,
sin Ju mas remota esperanza de socono, y con-
movido el ¡JUeLlo á vista de tantos horrores,
Dlacke hizo (H'opolJiciolles al enemigo para eva-
Cua r á Vale ncia , sa liendo libre el cj é rcito, y re-
tirámlose sobre Alicante y Carlagena con cuatro
piez¡¡s de artillería, ;Í lo que no accedió el Ma-
riscal Sllchct.


Eutonces convocó una junta de Generales y
GcfC8 facultativos, y Con acuerdo de esta, y se-
gun la mayoría de votos resolvió entregar la pla-
Za por capitulacion I como se verificó, desfilan-


TOMO 111. 20




( 154)
1811. do la guarmclOn prisionera de guerra. Uno de


los articulos de la capitulacion era el de que se
devolverian á los franceses tantos prisioneros
como eran los militares espaüoles existentes en
Valencia; pero las Córtes, que habian de<;:reta-
do no entrar en ajustc ni convenio alguno con
los enemigos, ínterin no evacuasen del todo el
territorio espaüol, desaprobaron esta capitula-
cion, teniendo que marchar sin esperanza de
rescate á los depósitos de Francia la flor de los
ejércitos espaüoles en número de 16.000 hom-
bres, entre los que se contaban los Generale.
Don Cárlos Odonell, Lardizabal y Velasco, que
tantos dias de gloria habian dado á la patria.
Los enemigos se apoderaron adema s de 21 ban-
deras, 2.000 caballos, 393 caüones , 42.000 fu-
siles, 180 quintales de pólvora con otros muchos
pertrechos de guerra.


Se ha criticado al General Blacke de que co-
metió un error imperdonable encerrándose en
Valencia, cuya poblacion: aumentada por los
refugiados de su huerta, no presentaba la pers-
pectiva de una defensa probable. Debió haber
dejado de guarnicion 5.000 hombres para prote.
gel' la poblacion, y con el resto de su ejército
haber salido á situarse sobrc las alturns cerca de
Ribarroja, cubriendo de este modo á Valencia,
y amenazando el ala derecha de Suchet en el caso
de que intentase atacar la ciudad, teniendo siem-
pre asegurada su retirada en caso de una desgra-
cia. Las Córtes mandaron formar causa sobre la
rendiciou de dicha ciudad, y en averiguacion de




(155)
la conducta del General nIackc; pero el patrio- lSU.
tismo de este General, atestiguado con mas de
cien combates honrosos, aunque la mayor parte
desgraciados, pone á cubierto su reputacion.


Apenas se apoderó Suchet de Valencia cuan-
do impuso á esta ciudad y al Reino una contri-
bucion de 200 millones de reales, y de 400 mu-
las equipadas completamente para el servicio de
la artillería; y á pesar de haber prometido so-
lemnemente en el arto 2. 0 de la ca pitu1acion que
no se haria pesquisa alguna por opiniones pasa-
das, y solJre los que hubiesen tomado una parte
activa en la guerra ó revolucion, en su parte ofi-
cial del 24 de Enero dice: ({Que 1.500 frailes fu-
ribundos habian sido arrestados y mandados con-
ducir á Francia, y que los Gefes de la insurrec-
cion que frecuentaban la casa del Cónsul inglés,
asi como los sicarios de este miserable, habian
sido ajusticiados en la plaza pública con gran sa.
tisfaccion de los habitantes que no llabian tenido
parte en el asesinato de los franceses.»


Tal era la conducta del enemigo en los pue-
blos que sucumhían : hacerse preceder por pro-
clamas seductoras en que garantizaban la justi-
cia, el respeto de la propiedad y el olvido de lo
pasado; y en el momento mismo en que ocupa.
La las poblaciones, arrojaba la máscara, y se en-
tregaba con la mayor osadía al robo y al asesi-
nato. La caLástrofe de Sagunto había presagiado
la caida de Valcncia, cuya ciudad era para los
espailoles la mas importante despues d'e las de
Madrid y Sevilla, como punto de apoyo nece-


.




(156)
1SH. sario entre las provilJcias del norte y me,liodia,


y depó~ilo ct~ntral de lo.! suministros de las ar-
mas y municiones que proporcionabau los iugle~
8CS á la Espaila.


La importancia de )a toma de esta capital
fue reconocida por Napoleon, quien en 24 ,le
Enero dió dos decretos, condecorando en el
primero al Mariscal Suchet con el título de
Duque de la Albufera, á las orillas de cuyo la.
So ~e habia terminado la batalla de 26 de Diciem.
hrc; y en el segundo señalando 200 millones de
reales de dotacion al ejército que había conquis.
tado esta cilldad.


Con la rendícion de Valencia terminó la cual'''
ta campaña, y las desgracias que lus espailOles
esperill1entaron durante ella. Los cuerpos fran-
cos de estos, engrosados ya considerablenH'nte por
el patriotismo de 10.5 pueblos, se habían hecho
temible. á los enemigos por los terribles Jaüos
que los causaban. Aumentados con nuevos reclu-
tas, ufanos con :,¡us contÍnuos triunfos, y organi.
r;ados por la actividad incansable de sus gefc~1
ya no presentaban estos cuerpos, como en lo~
llilOS anteriores, el aspecto de unas masas informes
é indisciplinaJas, sino el de divisiones numero-
sas de tropa regular. ·1\1ina, Duran y el Empeci-
nado hahían formado fuertes y aguerridas co-
lumnas con los naturales de las provincias de
Navarra, SorÍa, Guaclalajal'a y Cuenca. Langa,
Sanchez y el Médico Palarea habían aumenta-
do pl'odigiosamente las tropas de su mando, y
üÜ'O tanto habían conseguido con las suyas otros




(157)
geres de parlida de menos ftlerza y nombradía, HI11.
pero de igll¡¡} teson.:r constancia.


!JlIl'a Jescribir los encuentros y golpes arrie~­
gados que intentaron las guerrillas cspaiiolall,
.cría preciso formar volúmenes enteros, y asi
nos limitaremos tan solo á imEcar los mas Sella-
lados.


Don Francisco E"po z y Mina, que por sus
eminentes servicios habia obtenido ya del Go-
bierno espailOl el nombramiento de Coronel de
ci¡'~rcito, hacia la gnerra con la mayor acti.
,,¡dau en Navarra, y tenia interceptada á prin-
cipios de al10 la comunicacian de este Reino
con el Principado de Cataluña. Napoleon dió
en iU vista tel'minantes órdenes al Mariscal
Sucbet para que le arrojase de sus posiciones, á
cuyo t:'fecto dispuso este, que el General Reylle
con 5.000 infantes y 2(}ü caballos marchase á ata-
cal,le en la Villa de Lumbier, en cuyo pueblo se
construian armas, vestuarios y municiones, para
el equipo de su gente. El dia 12 de Febrero in-
tentó el enemigo apoderarse de este importante
depósito, Mina apostó pal'te de sus tropas en los
vados del rio Irazi para impedirle el paso y de-
fender á Lumbier que se halla situado sobre la
márgen izquü;rda, y se empeñó una accion su-
mamente reüida, en la ql1e fue rechazado el ene-
migo; mas habiendo este recibido llumerosos re-
fuerzos de Pamplona, é intentado segunda ve2
el paso del rio, lo comiguió apoderándose de
Lumbier, de donde Mina se retiró. Un dia perma-
necieron lo. franceses en eite pueblo que entre-




(158 )
1611. garon almas horroroso saqueo; mas al siguiente


Mina salió al encuentro de Uf: destacamento enea.
migo que salia de Lumbier, y le batió completa-
mente, persiguiéndole por espacio de cuatro ho-
ras, y quedando en su poder 100 mochilas y 50
fusiles. En seguida con la eficaz cooperacion de
BUS compañeros de armas Don Gregorio Crucha.
Sa y Don Luis Gorriz, que mandaban una parte
de sus fuerzas, no solo logró abrirse paso por
entre las columnas francesas que cubrían los va-·
dos del rio Arga, sino que prosiguientlo su mar-
cha por distintas direcciones, lograron reunirse
en las inmediaciones de Pamplona, en donde se
apoderaron de un convoy de pólvora que se di.
rigía á Vitoria, aunque con la desgracia irrepa-
rable de la muerte del intrépido Gorriz, que pe-
reció en d acto lle resullas de una violenta cai-
da de su caballo.


Espiaba el Coronel Mina noche y dia los mo-
vimientos de los franceses, aprovechando las
ocasiones mas oportunas para atacarlos, aunque
sus apuros parecian irse aumentando cada ins-
tante por la superioridad de fuerzas de los con-
trarios, y por hallarse estos en posesion de los
puentes de Sanguesa, Galipienzo y otros suma.
mente interesantes.


El General Arispe con 3.000 infantes y 200
caballos se presentó el 11 de Marzo al frente de
Iruzoqui, cuya posicion def~ndia Mina con fuer-
zas muy inferiores. La infantería francesa embis-
tió cinco veces y con el mayor ímpetu á los es-
pañoles; mas estos se sostuvier.ou firmes hasta




(159 )
que bien entrada la noche se retiraron con el 1811.
mayor órden, y sin haber cesado un instante el
fuego, causando al enemigo una gran pérdida.


Tal era el valor y arrojo con que se batían
Jas lL'opas del mando del Coronel Mina, que
el General Arispe le envió un parlamentario,
luplicáudole respetase la vida de los prisioneros
franceses, y ofreciendo hacer lo mismo por su
parte con los suyos; por cuyo acto reconocía
como militares y no como brigands á los solda.
dos del caudillo español. Rodeado este de ene-
migos por todas partes, é imposibilitado de po-
der trasladarse á otra pI'ovincia, acordó con
Cruchaga dividir sus fuerzas para hacer vacilar
al enemigo. Situóse él mismo en Arcos con 160
infantes y 80 caballos, y el 23 de Marzo fue ata-
cado allí por una division f['ancesa de cerca de
3.000 infantes y 150 caballos, á quienes resistió
casi todo aquel dia, replegándose sobre Santa
Cruz de Campazu en muy buen orden. Seis dias
permanecieron en Arcos los enemigos, y Mina
entretanto se internó en territorio francés.J saqueó
algunos pueblos, y teniendo que regresar inme-
diatamente á España, lo verificó por las inme-
diaciones de Roncesvalles , pasando á cuchillo á
cuantos franceses caian en su poder. El Teniente
Coronel Cruchaga con dos balallones y alguna
caballería tomó direcclon hácia las cercanías
de Zaragoza; mas alarmadas con su aproxirua-
cion las guarniciones enemigas de aquella capi-
tal, y las de Egea, Zuera y otros puntos, se re-
unieron todas con el objeto de perseguirle, y le




(HiO)
fSf 1. alcanzaron en 14 (le AUl'il en Castilliscar, donde


se tr:abó una accion en que los enemigos fuc/'On
rechazados dos veces á pesar de su superioridad,
aunque Cruchnga tuvo al tin que replegarse al
{'cino de Navarra.


Incorporado allí con Mina, y continunnclo es.
te sus activas operaciones paril hostil¡".:t[' :í los
franceses, fue (lestacado Crllchaga COII tres bata.
llones y doscientos caba llos, (\l1e a pos l:i ndose en
las inmediaciones d{~ Mendivil, pllt'hlo situado so.
bre el camino real de Pamplona á Tafillla , espe_
raron el paso de una columlla frallcesa que salJian
debia atravesar por aquel sitio, y ntac;Índola vi-
gOl'osamente el 18 ele Mayo, In obligaron oí. re-
pleg-arse en la direccioll de Tafalla á pesar de la
~uperior.idad de fuerza del clwmigo, con pérdi-
da de muchos muertos y heridos.


De al! i ,t pocos dias, noticioso Mina de que de
Vitoria habian salido 1.200 franceses escoltando
un convoy de 150 carros que conducía á Francia
las preciosidades robatlas en Portugal, y adema s
1.042 prisioneros cspailoles é ingleses, marchó
con la mayor rapidez desde Estella por caminos
fragosos á apostarse en el rnonte lhrnado de Arla-
han.J ll;rmino entre Alava y Gnipúzcoa, á muy
poca distancia de Vitoria. El 25 de Mayo, como
á cosa de la~ ocho, se divisó el primer trozo de
la vanguardia enemiga, que Mina dejó pasar li_
hremente, asi como al centro, por no alarmar el
resto de las fuerzas que en número de 1.200 in-
fantes con 200 caballos custodiaba el convoy.
Asi que este se presentó, se rompió por dere-




(161 )
ck, ¿ izquierda del camwo un fuego infernal y 181 L
}wrroroso con tal acicrto, que batida la escol-
t:: completamcnte, y no dándose cuarlel á nadie,
qm:daron libres los prisioneros, y en poder d(:
los españoles todo el rico botin que conducían
con una gran porcion de vestuarios. Tal fue el
resultado de esta brillante sorpresa y choque,
que duró siete horas. El Mariscal Masena, que se
retiraba á Ft'ancia con este convoy, retrocedió
á Vitoria, domlc pel'maneció hasta que supo ({tle
las tropas de Milla se habian retirado á Zalduen-
do, lugnr disla!ltc seis leguas del sitio del ataque.


Una p:~rdida Jt~ lZ1l1ta consideracion irritó so-
bre manera á los franceses, que trataron á toda
costa de estel'minar la division del infatigable
Mina. El General enemigo Rpy lle se valió del
iaícuo medio de mandar prender y llevarse (In
rehenes á los p;¡rientes mas próximos de cuantos
mililaban á las órdenes de Mina, y este mandato
se llevó á efecto COn el mayor rigor, llegando al
estrcmo dc amenazar al caudillo espaüol con que
d::trian mucrte .~ una hermana y dos clli'Iado~ su-
yos, si inmedi:ltamclllc no depouin las armas re-
tiránuoGc ¡í su casa; pero Mina se negó á salva!'
1<1 vida de p:lriellles tan cercanos con la trnicion
á su pntria, y en este sentido contestó con to-
da dccj"ion.


El Marisc:1l Sllchet dispuso que se agresase á
la Jivision de llcy lle la de Caffarclli, á fin de anÍ,.
quilnr In columna ··I,J Mina; y habiéndose reuni-
do en Puente la Reina, emprendieron su mar-
ch~ rll intento. Aquel se halbha á la sazon con
TO:~O JH. 21




(162)
1811. tres batallones y Un escuadron en Mendigorriaj


y habiendo tenido aviso del movimie;lto del ene-
migo, y de que ReyIle se encLlrninLlLa hácia Ta-
falla, apostó sus tropas en el Carrascal, y le sa-
lió al encuentro, empeilando Ulla accion reüida,
cuyo primer resultado flle ponerse en retirada la
division francesa vivamente cargada por un bLlla-
Hon navarro al mando del mismo Mina; pero la
division de Caffarelli que venia con direccion al
mismo sitio} llegó á tiempo de atacar á los espa-
ñoles por su retaguardia. Estos se vieron enton-
ces en el mayor peligro, y aunque lograron sa-
lir de tan apurada situacion rompiendo por me-
dio de las tropas enemigas, fue Con pérdida de
20 muertos y 80 prisioneros, habiendo estado el
mismo Mina á riesgo de serlo por la fogosidad de
su caballo que le arrojó al suelo. El intrépido
Cl'llchaga salió tambien herido en un brazo.


Las tropas de Reylle y Cafl'al'elli continuaron
la persecucion de Mina á fin de acabar con él;
pero este bUl'laba todos sus proyectos por el co-
nocimiento exacto que tenia del terreno, y en
el mismo dia 1.8 de Junio se encontró con la divi-
sion de Reylle en el pueblo de Aoiz, deslle cuyas
alturas habiéndose hecho fuerte) rechazó al ene-
migo que luvo una pérdida su periol" á la sllya.
Desesperanzado el Gobernador de Pamplona Rey-
lle de vencer á la5 tropas dd Ínfati¡;aLle Mina,
publicó un bando ofreciendo G.OOO Juros por la
cabeza de este, 4.000 por)a de Cruchaga, y 2.000
por la de los otros oficiales subalternos. Hizo)
aun mas: prapu50 á Mina conservarle su grado




(163 )
Y honores, si con las tropas de su mando abande,- 1811.
naba la causa de su patria, y pasaba al servicio
del intruso Monarca. Para esto se valió de la Di.
putacion del Beillo de Navarra, la que convidó á
Mina para que concurriese á Leoz con el objeto de
celebrar una conferencia pn que se acordase el
modo con que debería verificarse la entrf'ga de este
caudillo. El dia 14 (le Setiembre fue el señalado
para esta reuLlion, á la que concurrieron Don
Joaquín Gcrónimo Navarro, Diputado del Reino
y vecino de Estella , Don Francisco Aguirre de
Chechurri, Don José Pelon y Don Sebastian hu-
jo de Irozill; pero convencido Mina de que el
objeto de estos emisarios era el dar tiempo para
que cayese sobre dicho punto una fuerza consi-
derable de enemigos [lue se a poderase de su per-
:;ona, los arrestó en la noehe del 13, Y ponién-
dose en salvo con la mayOl' ligereza, burló el
golpe que le tenian IJl'cpal'ado , y m::lIldó pasar
por las armas á los cuatro comisionados.


La espedicion que ya por entonces premedi-
taba el Ma¡"i.scal Suchct contra Vulencia, segun
llevamos mencionado, [!le causa de que la ma-
yor parte de las tropas francesas empleadas en
Navarra marchasen á reforzar el ejército de
Aragon.


Aprovechándose Mina de esta coyuntura fa-
vorable, y deseoso de au."\..iliat' las operaciones
de Duran y el Empecinado en Al"agon, determi-
nó atacar á Egea de los Caballerús; mas la pe-
queña guarnicion enemiga se fugó en la noche del
12 de OctuLre. Mina continuó su marcha h,ícia




(164 )
1811. Aycrhe, á cuyo pueblo llegó cl15, Y el 16 nL3.-


có el convento fortificado en (lue se hallaba ell-
cerrado el destacamento enemigo que ocupaLa
(licha villa, y en la noche de aquel dia trató de
abrir una mina con el objeto de vobr uno de los
ángulos de dicho edificio; pero noticioso de qua
una columna de 900 hombres haLia salido de Za-
ragoza para alejarle, salió á recibir á esta que se
present.ó el 17 á la vista de su posicion, y des-
IJUes de varios ataques la derrotó completamente,
sin que la sirviese de nnda el teson con que [;c de-
fendió, formando cuatro veces el cuauro , por-
que otras tant.as fue arrollada con la m:lyor intrepi.
dez por la infantería y caballería de la divi:;ion
navarra) que envolviéndola al fin por tollos SU3
costados, obligó á rendirse prisioneros {llS Oficia-
les y 640 soldados J s:llv:indo:;c únicamente por
la ligereza de sus calElllos tres franceses, que
llevaron á Zarago3u la noticia de este dcsü:;trc,
y de la LizarrÍa incrclble de los sclJ:nlQS tl~
Miull.


Este, despucs de c~ta accion que llenó de es-
pauto y terror al enemigo, pasó á HUCSC1, cUy3
guarnicion huyó al acercarse, y apoJedndol;f!
alli tie algunos Miles que ab::mdonó esta, r:cgre:,ó
tÍ. Navarra, en donele entró el 22 ele Octubre, iLs-
cansando algunos días en S2L'gücsa.


Para desembarazarse ue los pri~iioncros he-
chos en la accion de Ayerhe , trutó ~1ina de con·
ducidos á Motrico , puerto ue la costa de G ui-
pllzcoa á cuarenta leguas de dintancia del pusblo
en que rcsidia J operaciou que presentaba la:> ma~




(loS)
yores dificultades por tener que atrW'/CS3r un ter- 1fll1.
reno en la m:lyor p::rte ocupado por el enemigo.
Para el buen ¡~xlto de esta arriesgada tentativa,
dispuso l\1ina que el Teniente Coronel Cl'uchaga
marchase á la vilb de Hurgoyen, donde se situó
en 1. 0 de Noviembre con dos batallones y algu-
1105 c~ballos p:ua cubrir el paso de la columna
que escoltaba los prisioneros. Los franceses) noti-
ciosos tIe que esla se aproximaba, salieron á su
encuentro en número de 2.000 hombres, trabán-
dose cerca tle rJicllO pueLlo una accion tan reñi~
da, que dllró lwsla que cOllcluiJas del todo 1al'l
municiones de los cspafI01cs, emprendieron es-
tos su retiratla .sin ser perseguidos por el enemi.
go qlle se hallaha ocupado en retirar sus mucho!
heridos á lu ci(Jebel de Estella.


Los prision;~r0s franceses de la accion ll~
Ayerbc se cmb:l,caron al fin en la fragata britá-
nica Iris, sienao inútiles cuan las tentativas hicie-
ron los enemigos p3ra impedirlo.


E14 de Diciembre, sabedor el Teniente Coro_
nel Cruchagn de 1('.~ gr~IJdcs acopios de grano~
que los fl'ances:2:'; tCUi:HJ en TafaBa) se presentó
en dicho pueble> con dos Latallones y alg~llJa ca-
ballería, y obli;;ando á b gnarnicion á encerrar-
se en el fuertr:, estrajo á su misma vista mas de
4.000 f¿llJegas de gr:mo, ataca el convento en
que consistÍ1 p3rtc dé! la fortificacion, lo toma,
pone en libcrt:Hl algünog vecinos patriotas pl'esos
dentro d~ él, Y S<J 3!)odcra de su guarnicion, sin
mas pénlida ql1e la de un muerto y dos heridos.


Exaspcl'uuOS los franceses por tan continllas




(166 )
1811. derrotas, no daban cuartel á ningun pnsIOnero


de la division navarra, llevándose en rehenes
á sus padres y parientes con el objeto de ha-
cerlos desistir de la gloriosa defensa de su pa-
tria; y Mina por su parte publicó en 14 de Di-
ciembre un edicto comprensivo de 23 artículos,
en que declaraba gllerra á muerte y sin cuar-
tel á todo frauces, sin distincion alguna, ni
aun de su mismo Ernperador, debiendo ser cuan.
tos cayesen en su poder ahorcados y colgados
en los caminos públicos con sus correspondien-
tes uniformes é insignias, y nota de su filiacion,
imponiendo igual pena á todo oficial, soldado
ó paisano espailOl de cualr{uier grado ó condicion
que fuese, que auxiliase ó dejase escapar á algu ...
no de sus prisioneros, ó bien los ocultase en su
casa, en cuyo caso seria incendiada esta, y fu-
silados cuantos la habitasen. Declaró á Pamplo-
na en estado de rigoroso sitio, y á sus habitan-
tes en clase de enemigos para el efecto de reci-
hir subsistencias, prohibiendo, bajo pena de la
vida, la introduccion en aquella plaza de dine-
ro y de víveres, inCUlTiendo en igual pena cual-
quiera cIue traspasase la línea que dl~marcaba á
un cuarto de legua de Parnplona. Igual pena im-
ponia al Ayuntamiento, Justicia .. Cabildo eclc-
si.lstico) Administrador de conventos y de ha-
ciendas de españoles ausentes de la dominacion
francesa, que enviasen noticias ¡lirectas á los
enemigos, y á todo aquel que matase, hiriese
ó negase su favor á los franceses que intentasen
pasarse, con otras providencias no menos vio-




(167 )
lenlas J que al paso que privaban al enemigo de 1811.
recursos, empobrecían á los espaüoles cunsí~
derablemente.


Despues que el segundo ejército se retiró á
Valencia para defender aquella importantísima
plaza, el Empecinado se dirigió á Aragon á reu~
nirse con las tropas del General Duran J como
lo verificó; y el 24 de Setiembre hizo un recono~
cimiento sobre Calata,Yud, donde habia 1.000
infantes enemigos, á los que el 26, puesto á la
cabeza de un batallan, desalojó de un cerro ele-
vado, y Cllbierto de antiguas fortificaciones,
ohlignndolos á encerrarse dentro del convento
de la Merced. Inmediatamente puso sitio á este,
y por falta de artillerÍa tuvo que recurri!' á los
trabajos de 1<1 mina. Rindiósele el 29 un destaca.
mento enemigo J y al siguiente dia 1.000 fran-
ceses que venia n de Zaragoza al socorro de la
guarnicion de Calatayud , fueron completamente
batidos por las tropas del mismo. Con este su-
ceso, estrechada aquella) se vió en la necesidad
de capitular el 4 de Octubre, atemorizada por
el efecto considerable que causó en el edificio en
que se defendia, la voladura de las minas cons·
truidas por los espaüo1es.


El Empecinado sin perder tiempo marchó
sobre Malina, cuya guarnicion trató de bloquear
igualmente; mas como viniese de Daroca en su
socorro el General l\1azuchel1i Con 3.200 inran.
tes, 400 caballos y 4 piezas de art.illerÍa) salió
á su encuentro, y en los dias 26 y 28 de Octu-
bre sostuvo dos brillantes acciones en los Cu-




(168)
1~jl. hillejos, ~n las que causó á los enemigos una


gran pérdida, arrollándolos y persiguiéndolos
hasta las mismas puertas de Daroca, en donde
los encerró.


El 17 Y 20 de Noviembre el mismo Empeci.
nado sostuvo dos acciones generales en los cam.
pos de la Almunia y de Maynar J y sus tropas se
batieron con tal bizarría, que causaron al ene-
migo una gran pérdida.


Otras varias ventajas consiguieron hasta me.
diados de Noviembre los cuerpos reunidos del
Empecinado y ele Duran en Arag-on en varios
encuentro,,, que precedieron á la rcndicion del
Convento fUI'Lificado de la Almunia; pcro de re.
~ultas de algunas pequeüas desavenencias entre
los caudillos españoles, el Empecinado con S11
gente se separó y dirigió á su PI'o\'Íncia, y Du-
ran , conociendo la imposibilidad de continuar
sus operaciones en Aragon por la escesiva supe-
rioridad del enemigo, se trasladó á la provincia
de Soria; mas noticioso (L~ que una columna ene'·
miga de LOOO infantes y ::lOO cab:J!los había sali~
do de la capital con objeto de h;¡cer una requi-
sicion de caballos, é imponcr fuertes contribu-
ciones á los pueblos vecinos, precipitó su mar-
cha en su busca, y logró atacarla en 05anilla al
tiempo que regresaba ya á Soria, batiéndola coro..
pletamente ~ y apoder:íuJosc ele euanto habia re-
cogido en su espeaicion J Con páclida de mas de
600 hombres cntre m:lCrto5, herid'Js y alguno»
prISIOneros.




(169 )


,


CAPITULO VIII.


Los lrnbajos de las Córtcs presentan un intcrcs secunda-
rio. _ Declaran nulo todo trata'(lo hecho por el Rey
durante su caulividad. - Destierran de Cadiz :í los indi-
viduos de la prime!'a Regencia. -Traslacion de las Cór-
tes desde la Tsla á Cácliz. - Abolicíon de la tortura, -
Aboliciol1 del comercio de negros. - Se estahleee la li-
J)(~rta(l prl'SOllill. - Oposicion del DilJUtarlo Hermirla,-
Aplieacioll de las ohl':!s pías :í los hospitales militares. -
Oposieion;í esta medida. - Aholiciotl de 105 sellOl'ío1>. -
Proyecto (le una COlIstitueioll - ,se df'Cl'f'!a la celebra-
eioll de 1111 Concilio naciollal. - Principia ;Í discutirse
la Constilllcioll. - Establecimiento de la orden milita¡'
de San Fernando. - Se denuncia el manilicsto del ex-
I\.f'gente Lanlizahal. - Su contcnido. - Formacion de
ransa al e](-n('g(~nte. - Su"pellsion del Consejo de Cas-
ti!Jn, ~'formacioll rle causa;Í sus individuos. - Creacion
de un Tribunal suprelllo especial para juzgados. - El
Decano ,lel Consejo pide licencia para defellllel'se á sí y
:t1 Tribunal. - Se le Iliega. - El Diputallo Valiente tie-
ne que rel'llgiarse cn UII huque inglés. - Proposicion del
Diputado V('ra de colocar una Persona Real al frcnte de
la I\.(,gencia. - Oposicion á este proyecto. - Los ingle-
ses desmienten oíiciall1lente la idea que se ten ia de que
trataban de apoderarse del lllaudo de los ejércitos na-
.:ílluaJes.


Las Córtcs reunidas en b Isla de Leon con- 1811.
tinuaball sus trabajos, los que no presentan en
p,ste año sino un interés secundario, sirviendo
mns bien sus debates y resoluciones para ocupar


TOllO 1[1. 22




( 170)
~S11. al pueblo de la Isla Gaditana, que para influir


en la condncta de los ejércitos, y en el éxito
de la guerra. Sin :embargo, recordaremos rá-
pidamente sus mas principales actos.


En LO de Enero, á propuesta del Diputado
Borrull, espidieron una proclamn, en que decla-
raban, conforme á su decreto de 24 de Setiembre
úllimo, que anulaban las renuncias hechas en
Bayona por el Rey Fernando VII, que na recono-
cel'ian, y antes bien tel1l1rian por HlIlo y de nin-
gun valor ni efecto torIo acto, trntatlo, convenio
Ó lransaccion de cualquiera clascónaturalczil que
fuese, otorgado por el Hey mientras permane-
ciese en el estado de opresion Ó falta de libertad
en que se hallaba, ya se verificase este otorga-
mieuto enpais enemigo, ó ya dentro de Espai'la,
siempre que en este caso se hallase su Persona
bajo el inHujo direclo Ó inclirecto del llsurpador
de su Corona, no comiderál1(lo1e lIbre la ~acion
ni prestándosele ohediencia hasta verle en el se-
no del Congrf'so Nacionnl, ó del Gohierno for-
mado por las Córtes, y condllyercJu declaranJo,
q1le toda contravcllcion iÍ ~sle decreto seria mi-
ralla por la Nacion como un acto hostil conlra
la Patria, y que esta no dejaria ni un momento
las armas de la mallO J ni daria oidos á acomo-
damiento ó concierto de cllalciuiera naturaleza
que fuese, como no prec('dies¡~ la total cvaClla-
cion por el enemigo de E;;paila y Portugal, que
tan pérfidamente habia invadido.


Esta resolucion fue lomada á consecuencia
(L' un rumor esparcido de que ~apoll~on Bona-




(171 )
partc trataba de reintegrar en el Trono á Fer- 1tll f.
nando VII, casándole antes con una de sus so-
hrilla~.


PuLlicóse al mismo tiempo otro decrcto, por
el que las Córtes, habiendo tomado en conside-
racion los abusos escandalosos y actos de opre-
sion que se cornetian en América contra los in-
dígenas primitivos del pais y de Asia, mandaron
á lodos los Vircyes , Gobernadores, Presideu-
tes y Maglstrados de aquellas regiones repri-
miescn severamente semejantes escesos en el ter-
ritorio de su respectiva jurisdiccioll.


Estc decreto fue seguido Llc otro, por el que
se aholió el comercio esclllsivo de la plata, j' se
concedió plena liLertad .l 1015 propietarios de las
minas de América para csplotarlas, sin mas COIl-
dicion que la de que la espedicion se hiciese en
huques espaüüles.


En la scsion del 26 de Enero se decretó, á
propuesta del Diputallo Terreros, (¡\le se forma-
se consejo de guerra á tOllos los Generales que
desde la derrota de Ocaüa huLiescll perdido ba-
tallas ó sllfriLlo dispersion sus ej{>rcitos J y ,í los
Gobernadores ele plazas (lUC se hubiesen rendido
al enemigo.


En la sesion del 14 de Fehrero se presentó
por la anterior Regencia un diario de sus opera-
ciones durantc su gobierno y administracion, y
las Cortes Cll su vista aconlaron que saliesen in-
mediatamente del recinto ele la Isla Gatlitalla los
Regentes.> que fueron el blanco de los sarcasmos
al' varios diputados J entre los cuales hubo uno




( 172)
1811. (Megía) (lue llegó á 'proponer que se les hiciese


salir de todo el Reino, y que no habiendo buques
para llevarlos, se les metiese, como haciau los
romanos Con los parricidas, en un saco con un
gato, Un gallo y una vibora. Tal fue el desprecio
con que fueron tratados los individuos de la pri-
mera Regencia.


El dia 24 de Febrero las Córtes que hasta en-
tonces habian celebrado sus sesiones en el tea-
tro de la 131a de Lean, se trasladaron á la ciu.
dad de Cádiz, reuniéndose en la iglesia de
San Felipe Neri J puulo uestinauo para sus ~e­
slones.


En la de 2 de Abril el Diputado Argüelles,
que tanto se hahía distinguido ya por sus esfuer-
zos en favor de la liIJ(:rlad de imprcnta, hizo las
tres proposiciones sigtli, ntes :


Primera: la abolicioll de la tortura, que se
admitió por unanimidad COl! la adicion de f de-
mas apremios ilegales)' bárbaros) t'.lles ,:OIllO (~SPO­
sas J perrillos J &c.


Scgunda: la abolicion del comercio de llí'grOSj
y terce¡'a, para que el Gobierno espallOl comuni-
case al británico el uecreto que acerca de este
particular se acordase. Suscitáronse algunas difi-
cnltades acerca de la acogida que semejante pro-
videncia podría tem:r (,n la Isla de CuLa J ) de
resultas se mandaron l~asal' bs Jos últimas pro-
posiciones á una comlSIOn.


Con motivo de una c.'iposicioll de varios hahi-
tantes del Larrio de San Cárlos en la 1,1a, en cillC
se quejahan de hallarse presos arbitrariamente




(173)
lJ3cia algunos meses, se prcsentú en la sesion de 1811.
18 de' Abril un proyecto de ley (lue contenía di.
versOs artículos r.elaLÍvo5 al modo de obrar cn
órden á prisiones.


Etite proyecto, parecido en todo á la ley (le
habeas corpus de Illglaterra, prevenia que nin-
gun cspaÍlol pudiese ser preso sino por uelilos
filie mcrcciesen pena corparís njlictiva , ni sin
próvia sumaria y decreto judicial, á no ser ilpre-
hendido in frrtganti: que nadie podria estar pre-
so mas d¡~ 24 horas sin tomarle declaracion y
J{'cirlc flui¡"H era Sil aClIsador: cIuC á cualcluicra
qne se encontrase preso sin saherse la causa de
su prisiol1, se le pusiese en libertad, destituyén-
duse á toJo juez ¡lue no lo verificase: que cn
]Iillgun caso pudiese SET allanada la casa dc nin-
gun cspai1ol, sino en el de preuder algun reo,
.oí! CllJO C;ISO lo debcrla hacer el juez por sí mis-
1110: que toda causa criminal en su primera ins-
tancia no clcberia dmar en adelante mas de 120
dias, y (Iue las apelaciones á los juzgados ordi-
narios, y st'lplicas ;Í IriJl'll1al.es, se tcrwill2.scn cn
(;0 <Iias: lJllC lodo j Llicio fuese ptíhlico : que no se
prendiesc por deudas; y en fin 'lue todos los trt'-
minos legales fuc'sPI1 perentorios.


Decrdada por las Córtcs la impresion de este
¡'~'oj'cct(l; se proccdió á su Jiscusion (,llla sc~ion
de} 2G el.· ALlíl. El Diplltado Don Benito H<:l'mi-
da manifest() que aun snponiendo que las Córlf's
pos('yesel1 la auloridaJ Real para hacer innova-
ClOIIlS cn las l"yes existentes, se necesitahau
ma;¡ lucús 'llle las (lne consideraha en el Congl'P-




(174 )
1811. so j que él) á pesar de los much05 años que habia


ejercido la magistratura) no se contemplaba COIl
fuerzas suficientes para deliberar en este negocio:
que ni aun el mismo Hey podia innovar las leyes
ni dar otras sin consultar al Consejo de Castilla,
con absoluta unanimidad de votos, ó á lo menos
dos terceras partes, y conclnyó proponieudo (rUe
se oyese á aquel en debida forma.


Esta doctrina fue vivamente impugnada por
el Diputado Argüelles que inlpntó probar (lue los
Procuradores en Córtes, en el hecho de haber
sido nombrados tales por la NacioD, se hallaban
con facllltatles para hacer leyes y renovar las (lile
les pareciese, pues que les pertenecia esclusiva-
mente el ejercicio de la soberanía.


La discusion de este p¡'oyecto de ley dllró
muchos dias sin que recayese sobre él) por en-
tonces, una resolucion terminante.


La comisioll de justicia presentó á las Córtes
la ley sobre la aLolicioll de la tortura, y des-
pncs de una larga discusion en qne se ¡¡icieroll
algunas adiciones J quedó sancionada como ley
del Estado.


En la sesioll del 2 de Agosto acordaron las
Córtes que en adelante fuesen admitidos indis-
tintamente en las escuelas y colegios rnilitares,
en la marina y demas corporaciones, los no-
hles y plebeyos que tuviesen la apLilud sufi-
ciente.


Las comisiones de hacienda y de nf~ocios
cclesi~tsticos representaron la necesidad de apli~
car á los hospitales nlilitares los fC'lI(los destin;¡~




(175)
dos á las cofradías religiosas y obras pias, P,Il'U 1811,
cuyo efecto presentaron el correspondiente pro-
yecto de ley, que fue combatido por diversos
Diputados) á pesar de proponerse .en él, para
tram!uilizar todo escrúpulo de conciencia) que
el Cardenal de Barbon fucse el encargado de la
cjccucion de estas medidas.


El Padre Don Sirnon Lopez sostuvo con el
mayor calor y energía los an tiguos prí vilegios
del clero, manifestó ,que la iglesia sola podia
disponer de las rentas eclesi{¡"LÍcas, de las que
lJi el Bey) 11i el pud>lo ) lIi por eOllsiguiente las
CÚl'tcs en su represcnL;¡ciOll) podian despojarla,
y rccorcló los males que .habían sobrevenido
á la Francia por haber violado los derechos del
clero; pero el proyecto de ley quedó san-
cionado.


E15 de Agosto adoptaron las Córtes un de-
creto sobre señoríos, por el que se abolia toda
jurisdiccion de parte de los señores, el uso de
las palabras vasallo y vasallagc) asi como Lodo
pago Ó cOllt.ril)[lcioll procedente ele tÍlulo de se-
1101'io, á esc(~pciol1 de <lgucllos que proccdiesen
de UIl contralo libre. Por él queJaban los seño-
res territoriales clespojallos de los derechos en a-
geuados de la Corona, y reducidos á 1<1 clase de
IH'oíJietarlos particulares) y se abolían los privi-
legios escl[lsiros) privativos y prohibitivos de
caza, pesca, molinos, &c.; <lunque en cuanto á
los adquiridos pOI' tilulo oneroso deberían rein-
tegrarse del capilal invertido, percibiendo, hasta
(lue se verificase) el interés de un 3 por 100.




(176)
1811. Considerando las Córtes como el principal


objeto de su mision la formacion y establecimien.
to de una Constitucion) aun cuando su convoca-
cion no habia sido para este fin, nombraron des.
de luego una comision para redactarla, y esta
presentó SllS trabajos en 18 de Agosto, (lue cOllsis.·
Lian en 242 .. rtÍculos, en dos secciones) precedi-
dos de un discurso prelirninar. Las Córles decre.
taron su impresion con preferencia á todo, y se.
ñalaron para su (liscllsion el oia 25 de Agosto.


El 23 del mismo se dccretó la cclebracion de
un Concilio nacional, para aconlar en él la re-
forma de la disciplina eclcsiástica, y el 25 se
dió en efecto principio á la discusion de la Cons-
titucion, y empezando por el exárnen de los
artículos preliminares) se suscitó una gran dis-
cusion al tratar del artículo 3.° , en que se sen-
taba que la sobcranía reside esencialmente en la
Nacion, y que por lo mismo pertenece á ésta es-
clusivamente el derecho de estahlecer sus leyes
fundamentales, y de adoptar ]a forma de gobier.
no que mas la convenga. El Diputado Aner 1113-
llifestó que esta última cláusula era inútil, y que
]lOdria perjudicar al concepto de las Córtes, dan-
do p;Íbulo á la calumnia ya hastante estendida de
<lue propendian éstas á los principios democráti-
cos. El Diputado Argüelles sostuvo la doctrina
del articulo, y el Obispo de Cnluhorra pidió fJue
se borrase todo él, Y despues de un largo deba-
te el artículo fue puesto á votacion, y nprohada
su primera parte por 128 votos contra 24, des-
€chándose la segunda por 76 contra 62.




(f77)
Dllralltc esta discusion el Presidente esplícó 1Bl1.


los pl'illcipios liberales de las Córles de Navarra,
manifestando que este Reino habia celebrado
Córles gellerales ell 1795 y 1808. En este úllimo,
á pesar de kdlarse ya ocupada la capital de :Jquel
Heiuo Pamploll:! con una fuerte guarnicioll l'ran-
ceSil, Ls CÓrl.es de .N'l-;arra reh usaron obedecer
las ó\'(Lelll~s de ~apol(,oll para el reconocimiento
por Rey de Espaüa de su hermano José, decla-
rando que la cleccioll de un soberano y el es-
tablecillliellto de las leyes pertenecia á las mis·
mas, &c.


En la sesion tlel 31 de Agosto instítllyeron las
Córtes la órden nacional y militar de San Fer-
nando para escita,' el noble ardor militar á 13ft
acciones dist.illglli(las de gnerra , y establccer un
premio regular con el que se consi.guiesen dos fi-
nes, á saLer : (Ilie solo el distinguido mérito fue-
se convcnientemeute premiado, y que nunca el
favor plJ(liese ocupar el lugar de la justicia.


Ln soberallÍa de la Nacion, representada por las
Córtcs, atluque sosLellida por ]a gran mayoría de
los Dipulados, encontró una viva oposicion de
parle de la minoría, y el 14 de Octubre, cum-
pleailos del cautivo Monarca, apenas habia salido
del salon de las sesiones el Consejo de Hegencill
q\JC ]¡abia vellido á cumplimentar á las Córtes,
cuando el Diplltado Al'güdles manifestó que la
Palria se hallaba en peligro, y que para su segu-
ridad y la dd Congreso peJia se leyese un ma-
nifiesto pl1Llicado en Alicante por el ex-Regen-
te I .. ardizabal.


TOMO 111. 23




(178 )
18t1. El Conde de ToreHo pidió que se impusiese


á su autor el castigo que merecía. Apoyaron este
dictámen varios Diputados, y se procedió ;Í la
lectura del papel, cuyo título era: l1Janifiesto del
COllsejao de Estado Don Aliguel de Lardizabal
.r Uriúe.> lUlO de los cinco que compusieron el su-
premo C01lsejo de Regend;¡ , soúre su conducta
política en la noche del:t4 de Setiembre de 1810.


En es te escrito se im pugnaba el decreto de la li.
hertad de imprenta, á cuya sombra se habian he·
eho cone\' ideas republicanas y democráticas, se
combatía el decreto de 24 de Setiembre de 1810,
en c¡tH~ las Córtes se habian abrogado la sobera-
nía, mallifestando <[ue esta no podia existir sino
en la persona del Rey; y hablando del iuramen~
to prestado por la Regencia en la noche de aquel
dia, sentaba que fue forzado moralmente, por-
que entonces no podia contar ni con el pueblo
ni COn la .. armas para hacerse respetar, que lo
que juró la Regencia, y despues el Reverendo
Obispo de Orense con las restricciones y espli-
eacion del verdadero sentido de la fórmula pl'es.
crita, fue la soberanía de Fernnl1do VII con la
Nacicn, y concluía con ({ue las llamadas Córtei
generales y estraordínarias no tenian ma~ potes-
tad que para establecer un gobierno que dirigie~
Sp á la Nacion (lurantc la cautividad del Rey, sIn
abolir ni illnovar las leyes ni el orden establecido;
pues carecian de semejantes facultades, no siendo
caú la mitad de los Diputados mas que unos me-
ros suplentes sin poderes de las provincias que
representaban.




(179)
En seguida el Diputado Argiíelles pronunció 1811.


1)n acalorado discurso, en que intentó probar
(lue desde el 24 de Setiembre de 1810 existia
una liga para minar sordamente la auloridad de
las CÓl'tes;J 7l0lUlImedio, dijo: sino pcreccn ellos
perecemos nosotros.


El ConJe Toreno pidió que 5e declarasen sus-
pensos de sus empleos todos los empleados de la
anterior Regencia, siendo juzgados por un tribu-
nal nornhrado al efecto.


Las CÓl'tes acordaron que se ocupasen los pa-
peJes de LarJizabal, y que este fuese conducido
¡í Cádiz.


A propuesla del Diputado Calatrava, y con el
fin de comprobar la complicidad que se suponia
entre los individuos del Consejo Real y el autor
de~ Manifieslo , se nomhró en la sesÍon del 15 de
Octubre una comísion de dos Diputados, que fue-
ron el mismo Ca latra va y Giral(lo, para que pa-
sando al Consejo inmediatamente, recogiesen la
esposicion ó protesta que hizo el Obispo de
O1'<:nsc, y dirigió á 3CJUel supremo tribnnal, se-
gun hemos nwnifestado, y una represcntacion
á las Córtes qne se decia estenJida por dicha
corporacion, en que se hacían algunas reclama-
ciones sobre la declaracion de la sober;¡nía na-
cional.


En la sesion del 16 el Diputado Argüclles
pidió que se decl:Jrase que la Patria se hallaba en
peligro, fundúndose en el contenido delll¡.anifies.
to de Lardizabal, y el Diputado Villanueva pro-
puso que en adelante fuesen juzgados como trai.


I




(18'0 )
1811. dores á la Patria todos los (fue Jil'ecta Ó indi-


rectamente esparciesen doctrinas contrarias á la
soberanía de las Córtes.


El 17 procedicron estas á la formacion de un
tribullal espccial, compuesto de cinco magistrados
de los que no se hallasen en ejercicio, para que
entendiese en la causa de Lal'dizabal, J fuel'oll
nombrarlos para componerle Don Toribio San-
chez Monasterio, Don Juan Pedro Novales, Don
Pascual BolatlOS de N ovoa, Don Antonio Vizma.
nOi, Don Juan. Nicolas Ullllaveitia, y para Fis-
cal DOII Manud Maria de Arce.


l.a comision de las CÓl'les que se nombró pa-
ra pasar al Consejo Real, habia encontrado que
en es le se estaba tratando de hacer una consulta
Con algunas observaciones sobre la soberanía de
la Nacion, y á pesal' de r¡ue esta consulta ni esta-
ba legítimamenle acordada aun, ni rubricada, y
por consigllienie sin CUl'SO, las Córtes decretaron
inmediatamente la sl!spensÍon de toJos los indi-
viduos del tribllnal que ltaLiall adherido á ]a doc-
trina que en ella se dcsenvüIvia, y solo tres que
no se conformaron, i¡t1t'daron en sus destinos. Los
comprendidos en la slIspension fueron: el Deca-
no Don. José Joaquín Colon, Don Manuel de Lar-
~lizab~l~ hermano del ex.-Regente > Don Bernardo
Riega, Don Sebastiau (le Torres, el Conde del
Pinar., Dou J)o111ingo Fenlantlez de Campomanes.l'
Don Andrés Lasallca, Don Ignacio Martinez de
Víllela) Don Francisco de Arjona, DOll Vicente
Duque .de E5traua, Don Juan _Antonio Gonzalez
C..arrillo, 1)()Q. Torua~ Muyauo ¡¡ Don Benito .!ri\lS




(181 )
l)rada .Y Don José Antonio Larrumbide, y los 1811 ..
(¡ue por haber disentido quedaron en su des-
tino, eran Don José Maria Puig, Navarro Vidal,
Quilez, Don Justo María Ibar Navarro, y los
Fiscales.


Las Córtes resolvieron que el tribunal cs-
pecial nombraJo para juzgar á Lardizabal en-
tendiese en la causa (ilie se iba á formar al
Conselo de Castilla_ Aquel tribunal especial se
presentó en la sesion del 18 á prestar jura-
mento ante las Córtes, á esccpcion de los Se-
ñores Arce y UnJavcitia" que se negaron á ad-
mitir dicho encargo, aU1Hlue al fin fueron obli.
gados á aceptarle bajo la mas estricta responsa-
hilidad.


Los individuos no suspensos del Consejo de
Castilla hicieron una represclltacion en favor de
sus compañeros, f!lndándose en los señaladoi
iervicios que tan distinguidos ministros habían
prestado á la patria, y eu que su intencion jamás
11abia sido la de negar formalmente la autoridad
de las CÓrtes.


El tribunal especial fue revestido con el tJ-a.-
tamiento de Alteza:J y empezó sus procedimien-
tos para la formacÍon de causa, pidiendo los in-
formes y documentos necesarios para la substan_
óaciol1 de I~sta. El D(~callo del Consejo Don José
Colon pidió venia á las Córtes en la sesion de 26
para reclamar y esponer lo conveniente á su de-
fensa y á la del triollnal que presidia. l"os Dípu-
ta(10s Gol(in, Garcia Herreros y Calatrava com-
batieron vivamente eitapeticüm:; ulanifeitl1ndQ




(182 )
1811. que su concesion podria servir de armas pa-


ra combatir la autoridad del Congreso. El Dipu-
tado Valiente osó levantar su voz en defensa
del respetable Decano; pero los murmullos de
improhacioll de los Diputados sofocaron su voz,
y el Diputado Golfln, que en el acto se dirigió á
aquel para imponerle silencio, fLle victoreado por
el pueblo, que pidió á voz en grito que Valiente
saliese á la barra como enemigo de la patria. La
inquietud creció por instantes, y los partidarios
del terror que querian intimidar á todo Diputa-
do que intelltase sosteller doctrinas conlral'ins á
sus proyectos, l¡ieicron tumultuar al pueblo á
las pllerlas del Congreso; y Valiente, escol-
tado hasta el muelle de la puerta de Sevilla
por el Gobernador de Cádiz y una partida de
guardias walonas, tuvo qUé refugiarse á bordo
de uno de los navíos ingleses que se hallaban en
la bahía. Las Córtes en la sesioll del 27 nega-
ron al Decano del Consejo la vellia que pe-
Jia, declarando que una vez juzgado por el
tribunal especial, podria Sil scul.cllcia ser re-
vista en grado de sliplica en el caso que corres-
pondiese con arreglo á derecho. Las causas del
ex-Regente y del Consejo de Castilla se empeza-
ron, y siguieron con actividad sus tr¡Ímiles, con
el éxito que se dirá mas adelante.


Apenas las Córles habian acabado de dar este
golpe de autoridad contra los que intentaban du-
dar de la verdad de su soberania, cuando en 29
de Diciembre en el mismo seno del Congreso y
1'01' un Diputado de las mismas, el Señor Vera, se




(183)
leyó una esposicio11 e11 que se criticaba la con. 1811.
duela de las mismas, la ligereza con que se ha-
bian abrogado la soberanía, y los actos despóticos
con que la habían egercido en varias ocasiones,
piJiendo que se nombrase desde luego una Re-
gencia, á cuya cabeza se pllsiese una pel sona Real
Con la plenilud de las facultades del Rey, hahi-
lilúndola para tralar con las potencias amigas ó
neutrales sobre la rnanutcncion y aumento de los
ejércitos, (1ue en el preciso térmiuo de un mes
se discutiese la Conslitucion, se nOmLr¡lSe diclla
Regencia y se disolviese el COllgreso, y que las
Córtes ordinarias no se convocasen hasta el año
de 1813, con arreglo á la Constitucion. El Dipu-
tado Argüelles pronunció un vehemente discurso,
en que manifestó que aquel escrito no po(!ia ser
ohra del Diputado Vera, y el Coude de Toreno
aiíadió que en su concepto {;ra una ramificacioll
del 14 y 15 de Octubre, y que por lo tanto aquel
Diputado debía declarar quién era el verdadero
autor del escrito.


En la sesiOll del 30 comhatió el Diputado Al'.
güelles punto por plinto el contenido de dicllO
papel, é hizo proposicion para que no se pusiese
al frente de la Regencia persona Real alguna du-
rlllltc b ausencia dd Rey, para que inme(liala-
mente se tratase de organizar el Gobierne y se
convocasen las Córtes ordillari3s, segun prevenía
la ConstÍlucion, no disolviéndose las estraordi-
narias hasta que hubiesen nombrado el Consejo
de Estado, el tribunal supremo de justicia, y ar-
reglado el tribunal de Contaduría mayor y el sis-




(184 )
1811. tem<1 de hacienda del ejército, J por {¡}timo pro-


]luso fIue antes de que se verificase la disolncíon
de las CÓl'tes-, nombl'<lsen estas una diputacion
de 60 individuos revestidos de amplias facultades
(lile velasen sobre la observancia de la Conslitu~
cion hrlstrl que estuviesen reunirlas Lts Córtes
próxim,ls, nombrándose ulJa comi.'iíon c.~pe­
cial para examinar y proponer el moJo de l]e-
val' á cabo la grande empresa de organizar el Go-
bierno.


Estas proposiciones fueron adoptadas despues
de una viva discllsion) especia]mcntP sobre la
de colocar al frente de la Hegencía lIIla per-
sona Real.


Tales er:w los debate5 de las Córtes estraor-
dinarias (le C<tdiz, siempre agitadas por el espíritu
de innOY<1cion.


Por entonces había cnndiclo entre el pueblo
de la Isla Gaditana y la mayor parte de los de la
Península ulla eSlwcie de desaliento por lwllarse
herido el amor prol,io de los españoles con el
rumor esprlrcido de fllw la Hegcncia trataba de
poner los ('j(~l'cilos naeio!lal(~s bajo las órdenea
de Genera les in gleses. Efectiva rnen te, el gabinete
hritá nico había dado al gunos pasos indirectos
para la consecucion de esta idea; pero la propa-
gaci(}!l de estas sospechas y el temor de sus ma-
las consecuencias, dió lllgar ,1 que en principios
de Agosto el Embajador de Inglaterra Sir Enri-
que Wellesley pasase una nota al Secretario del
despacho de Estallo Don Eusebio Bardaxi y Aza-
ra, en que se quejaba de las calumnias publica-




( 185)
das en un impreso dc que acompailaba un ejem-
pbr) por el (lue se divulgaban los anuncios de
(1l1e las provincias espaüolas limitrofes del reino
de PorLugal se hallaban bajo el mando de Lord
·Wdlinglon, que el ejército español iba á tener á
su frente oficiales ingleses, y que el Gobierno bri-
tánico abrigaba las miras de enviar á Cádiz fuer-
zas suficientes para lomar y conservar la posicion
de .aquena plaza en nombre de su Soberano. El
Embajador, despues de algunas observaciones ge-
nerales sobre la inj llsticia de tales imputaciones,
negaba positivamente que su Gobiel'110 tuviese
mira algulla de engrandecimiento ó de udquisi-
cíon de tel'l'ilol'io ni en Europa ni en América á
espensas de la Nacion esp3üola; que no tenia
ningun fUllJamcnlo la interprelacion dada á las
notas que él habia presenL:1Jo para que se pu-
siesen temporalmenLe las provincias limítrofes
del Portugal al manJo de Lord Wellington; que
los ingleses no tcnian intencion alguna oc apo-
derarse de Cidiz, y concluia pidiendo (lile des-
pues de presentada su nota al Consejo ele Regen-
cia, se la tlil.:se la COl1l pclcllte pulJl.icidad para
evitar las falalc6 resultas de semejantes rumores.


El Secretario de Estado eu su coutestacioll ;t
la nota del Ministro inglés le manifesLó de parle
<le] Gobieruo espaüolla desnprohacion mas posit i \' a
de las imputaciones de I11C se quejaba, y el reco-
nocimiento por los auxilios que hasta entonces ha~
bia prestado la gran Bretaila á la causa de España,
espcranJo que los vínculos (ille unjan á las dos;\ a-
ciones, se eslrechúrian cada dia mas r mas.


'rOMO 111. 24


1811.




18t 1.


(186)


,


CAPITULO IX.


Estado de Europa en 1811. - Nacimiellto del hijo de Na-
polcon. - Es nomhrado Rey de ROllla. - COllcilio na-
cional de Francia. - Disposicion de la R llsia contra la
Francia. - Medidas de N apolcon para llevar á efecto el
sistema continental. - Situacioll de la América en 1811.


Napoleon que tenia subyugada la Europa,
acabó de consolidar su pocler por el nacimiento
de su hijo, verificado el elia 20 de Marzo. Este
acontecimiento se miró por aquel como un me-
dio el mas poderoso para sostener su trono, y
distinguiendo al rccien nacido con el pomposo
tÍlulo de Rey de Roma, recibió con este motivo
las mas lisongeras felicitaciones de todos los Mo-
narcas de Europa, y las adulaciones mas COl11-
})lctas de parte ele todos los franceses. El Carde_
:nal Mauri, Arzohispo dc París, manifestó públi-
cameute que la cuna de este niüo era la primera
ciudadela del trono de la ]"rancia, y todos los
amigos de la nueva dinastía se prometian ya su
l)erpétua duracion.


N apoleon J para desimpresionar ~í. la Europa
de la idea poco ventaiosa que sus vejaciones con-
tra la cabeza visible de la Islesia católica hubie-
sen podido hacer concebir J y para proveer ele
Ohispos las sillas vacantes en Francia, pues (Iue
el Papa habia rehusado conceder la institucion
canónica á los Obispos nomhrados por el usur-




(187)
pador luego que se vió privado de la autoridad 181i.
temporal, dispuso la reunion en 5 de Agosto tlc
mas de 100 Obispos franceses, italianos y alema.
nes , que declarándose en concilio nacional, se
anunciaron como auloriJael competente para de-
terminar sobre la institucion canónica de los
Obispos en caso de necesidad. Las sillas de estos:
con arreglo á los cánones, no pueden permane-
cer vacantes mas de un ailo , durante el cual ele-
ben verificarse el nombramiento, la insLitucion y
la cOllsagracion. Segun las lluevas disposiciones
de esta reunlon J los nombrados se deber':an en lo
sucesivo dirigir al Papa para oLlener la institu-
cíon canónica; y si despucs de seis meses de la
llotificacion á este de su nombramiento J se ne-
gase á dársela, el Metropolitano ó el Obispo mas
antiguo procedería á darla, con arreglo á]o deter-
minado en el concor(h!to.


Mientras que Napoleon conceptuaba afirma-
do su poder por el nacimiento de un heredero di.
recto á su corona, la Rusia, que habia reconoci-
do en Tilslt la superioridad y preponderancia de
la Francia, y que se hallaba llllmillada por el
ascendiente que Sapoleon ejercia sobre su Emp8.
rador Alejandro, se pt'cpar::lba sordamente á re-
novar la guerra en la primera ocasion oportuna.
1\a]101eon k¡hia lisonjeado á Alejandro con la es-
peranza de engl'andccel'sc al ~\lediodia de la Ukra.
nia por la cO!1(!uistQ tolerada Je las provincias
de Moldavia y de Vahlluia, pertenecientes á la
Turquia; pero tres meses despues de firm(](lo 1'1
tratado de Tibit, ohidando todas sus promesas




(188 )
1811. verbales, mandó en 14 de Octubre al General Sa-


vary, su Enviado antes en la COI'te de San Petcrs-
hurgo, pidiese esplicaciones al gabinete ruso so-
hre los motivos que retardaban la cvacuacion de
la Moldavia y la ValacluiaJ ocupadas por los ejér-
citos de aquella nacion, en consecuencia de la
guerra que mediaba entre la misma y la Turquía.


El sistema continental, hecho estensi vo á la
Rusia por el tratado de paz de Tilsit , la origina-
ba grandes pérdidas y privaciones en su comer-
cio. En los tres primeros años que se siguieron á
la paz concluida sobre el Niemen, no dieron los
rusos el menor pretesto al gobierno de Napoleon
para que este pudiese dejarlos de considerar co-
mo sus mas fieles aliados; pero á fines de 1810
se manifestaron ya los primeros síntomas de di-
sension entre los dos poderosos l\Ionarcas. El
Emperador Alejandro se principió á ocupar se-
riamente en los preparativos para una nueva lu-
cha contra la Francia.


Irritado cada vez mas N a poleon de la resis-
tencia heróica de la España) y de los reveses que
sus armas sufrian en la Península, intimó de nne-
vo, despues de la paz de Viena, á sus aliaclos, que
llevasen á efecto con la mayor severidad. el pLm
continental que les habia dictado; mas por una
inconsecuencia escaneblosa, él mismo era el pri-
mero que quebrantaba la prohibicioll (pIe illlPO-
Hia, conceuicwlo á peso uc oro licencias para
traficar con la Inglaterra. E~ta condllcta fuc imi-
tada por los Soberanos aliados; pero Napoleon,
queriendo poseer 'escluslvamellle este derecho)




(189 )
exigió en todo el continente europeo que no solo 1811.
se repeliese la introduccion de todo genero ó
mc¡'cadería inglesa, sino que se incendiasen las
existencias. Sus agentes consulares y diplomáti-
cos eran unos espías que vigilaban acerca ele la
e¡ecucion de estas l11edidas de rigor; pero el Em-
perador Alejandro, aprovechándose de la parti-
cular situacion de su imperio) que le ponia al abri-
go (le una vigilancia inmediata, aumentó la fuer-
za intrínseca de su eiército en hombres, armas
y municiones de toda especie) y se puso en si-
tuacían de ohr;]r por diferentes puntos con masas
considerables de fuerzas) que independientes de
las r¡nc tenia empleadas contra la Turquia) po-
dian valuarse en cerca de 200.000 hombres: de
modo) {iue con una poblacían de 35 millones de
almas podia considerarse al Imperio ruso con
los elementos t1eccsarios para prcscnlal' en el
campo de batalla mas de 350.000 hombres per-
fectamente e(luipados Y pronlos á entrar en la lid.


Tales eran á fines de 1811 los preparativos
con (Jl18 esta gran potencia amennzaba <{ la Fran-
cia. No faltaIHI mas (rile un prctcsto cualrluiera
pura romper la paz de Tilsit) que realmente no
debía considerarse mas c¡ue como una tregua por
la supremacía que por ella se abrogaba la Fran-
cia. A principios de 1812 veremos al Autócrata
de la Rusia aprovechar el momento de rompi-
mienlo con Xapo]eoll.


Las posesiones espailOlas ultramarinas contÍ-
nua1)an prcsenl;ll~do \lB cuadro cada vez mas tris-
te, pues l('jos de irse calmando la insurreccion,




(190)
1811. llacia caua uiu mas rápidos y terribles progresos.


En el Reino de N ueva.España el General realista
Calleja, despues de una obstinada batalla, der~
rotó en 17 de Enero de 1811, sobre el puente de
Calderon, á un cuerpo de 80.000 insurgentes que
se presentaron con todo el aire marcial y de
táctica de tropa reglada, los cuales se retira-
ron en buen órden con la mayor parle de sus
fuerzas reunidas.


El ejército realista entró de resultas de esta
vi.ctoria en Guadah\ara , 'Y \lna sÍ';rle c()uÚn\lau.a
de prósperos sucesos llegó á estingllir casi ente-
ramente la insurreccion en ellleino de Méjico.


N o fue igual el éxito en h provincia de Ve-
nezuela. Las tropas de los titulados inJependien-
tes intentaron un atacple por mar contra Coro á
últimos de Diciembre de 1811, pero fueron re-
chazaclcs.


El General Mirarúla , unO de los primeros (Iue
habia alli levantado el grilo de la insurreccion,
y que se hallaba refLlgiado en Inglalerra, se res-
tituyó á la América del Sur su patria, y vol vió á
ponerse á la caheza de la insurrecciono Las pro-
vincias de Venez llela, Cumaná, Dar in as , Barce-
lona, Mérida y Trujillo se reunieron en un con-
greso por medio de sus representantes, y publi.
carOl1 1111 manifiesto firmado por 41 de estos, en
que declaraban que desde aqllel dia , el 5 de Ju-
lio, los estados á que pertenecían, se conside-
raban uuielos, y eran libres é inJepenclientes de
hecho y ele derecho) sin dependencia algLlna de
la Corona de Espaíla) ni de otra cualcllliera au-




(191 )
toridad que intentase representarla) siendo árbi. 1811.
Iros de establecer la forma de gohierno <lue m<1S
les conviniese, segun la voluutad general de sus
habitantes. Para llevar á efecto esta declaracion,
el General Miranda dirigió sus primeras opera-
ciones cOlltra la nueva Valencia) que se habia
decidido en favor de los derechos de Espaü<1, la
atacó y logró penetrar en sus calles; mas repeli-
do o.e ellas por el vivo fuego que se le dirigió
deso.e 10 alto de las casas, renovó sus a taques, y
poniendo silio á la plaza en loda forma) obligó
en 18 de Agosto ~{ sus habitantes y defensores á
renuirse á discrecion, y enLramlo en la ciudad
hizo en ella los mas horrorosos estra gos.


El foco principal de la insurreccion de a(ple-
l1as regiones existia en el Vireinato de Buenos-
Aires. La capital y la mayor parte de las pobla-
ciones dd nio de la Plata se habían decidido por
la independencia. :J:\Iontevideo era la que casi
únicarnente permanecia fiel á la cama de la Me-
trópoli. El Almirante inglés de Courcy ) á quicn
el GolJcrnauor espaüol de aquella plaza habia
pedido en Octubre de 1810 que hieiese causa co-
mUl1 con (·1 contra la J uuta insurrcccional de
Buenos-Aires, lo rehusó, contestando que sus
instrucciones no le pcrmÍLÍan tomar parte en las
discllsiollcs entre Espaüa y sus colonias.


En 1~) de Diciembre de 1810 Ull parlamen-
tario enviado desde Monleviclco anunció á la
JunLa de DL1CllOS-Aircs la reunÍon en C,'ltliz de las
Córtcs de E:-;paiw, y en su respuesta aquella re-
1l0VÓ sus prolestas de fidelidad al Rey fernan-




(102 )
1811. do VII) sin embargo de que pocos días antes ha-


bia declarado su intencion de conservar su inde-
pendencia absoluta, decretando que ningun tri-
Lunal, corporacion, gefe civil, militar ni ecle-
siástico pudiese conferir empleo alguno público
It persona que no fuese natural de a(lue11as pro-
vincias; aunque por una aclaracíon de este mismo
decreto determinó que esta disposicioll no era
aplicable á los españoles europeos que no se 0pu.
siesen al nuevo gobierno, los que en su conse-
cuencia deberían goza¡' de los mismos derechos
y privilegios qne los americanos,


El General espaüol Don Fr:lI1cisco Javier Elío,
nombrado Virey de Bu~nos-Aires) llegó á Mon-
tevideo en el mes de Marzo, é inmediatamente
cspillió una proclama) por la que prevenia que
todo buque que saliese ó entrase en Duenos-Aires
desde el 15 de Abril en adelante, seria confisca-
do. Como su escuadra era superior á la flotilla
insurreccional, sostuvo severamente las disposi.
ciones de este decreto, y la sÍluacion de Buenos-
Aires quedó reducida á un eslado tan crítico)
que no pudieron menos de recurrir á las armas.
Un ejército á las ór<lcnes de Artigas marchó á
110ner sitio pOl' tierra á Montevideo. Ello salió á
su encuentro en 18 de Mayo; pero fue dCl'rotaJo
y obligado á encerrarse en esta plaza, Sin embar-
go, la superioridad de sus fuerzas marítimas era
tal, qne pudo estrechar el blo(jueo de Bllcno:-¡-
Aires, en términos que su Junta) reducida al úl-
timo estremo, imploró la intervcncion de Lord
Stran gford) Emba j ador británico en Ll corte del




( 193)
Bra~il, aunquc Elio, hombrc de una ellergía á
tod;¡ prucb¡;.) descch¡'¡ In mcdi3cion de i;~te, y la
pruposicioll lllle !laciO) de clue las partes belige-
rantcs lcvanlasen recíprocamente sus Llo<llleos
L. una por tierra y la 01 ro por mar.


El P<il'aguay ::;2 b,íbi'l Jeclal'Gc1o L:.mlJ!cll 1n-
lll'p~~mli.\.?lllc, y sOllleliJosc á la JlIllla illsuncc-
cioual de BUCIIOS-AitT;';, To(la la p3rl0 orienlal
ud Rio de la Plata hasta las fronteras del nr:~sil
llahia proclamado la indcpcntlcllcia.La ciudütl
de Lima llal)ia peJi.do ¡í C¡¡slel1i, GClcral de las
tropos iusll/'gel1lCs de Buenos-Aires, un armi:;li-
cío de 40 dÍ<ls para discutir y fijar I01i prillcll'lOS
de s 1I gobie I'nO < •


Chile IwlJia envi.ado socorros á Buenos-Aires,
y aLierlo por su propia autoridad sus puertos 50-
11'C el Oct~ano pacífico al comercio de tCHlas las
naciones. El Pl'esidente Valdi\'ia, espaflol, inlen.
tó en vano uestruir la autoridad ele la Junta de
Chile; pues las tropas con que contaba fuel'on
destruidas, reciLiendo él mismo la muerte.


Sin emhargo, la escuadra de Montevideo se
prescutó ueJautc de Buenos-Aires en 15 de Ju-
lio, y comenzó á Lombardear aquella plaza, 10
que causó en ella mas tel'l'or que daño. La Junta
¡,c apoderó de los buques del comercio inglés que
se lwllaban anclados en el puerto; pero habiendo
sido reclamados por el Comandante inglés Le-
yel'vood, que se proponia guardar Ulla perfecta
neutralidad, se le devolvieron. No era ninguna
de las dos partes beligerantes suficientemente
poderosa para imponerse la ley, por lo que dei-


TOMO 11 [. 25


1Bl1.




(194 )
1l:>11. pues de haber abierto una l1egociaciol1 para que


cesasen las hostilidades, permanecieron las cosas
en el mismo estado que tenían antes de la apari-
clon de la escuadra de Ello, aU!HllJe cstenJi(\n-
(lose cada dia mas y mas, á pesar de algunas pe-
queñas ventajas de las tropas realistas) el domi-
nio de los insurgentes.


En 1. 0 de Setiembre la Junta de las Provin-
cias unidas del Rio de la Plata decl'etó á nom-
hre de Fernando va, y con el objeto de alraer
á su partido á la poblacion india, que el tributo
que esta pagaba á la Corona de Esp,¡lw, qucdélse
aholido en los distritos pertenecientes <Í. su go-
})ierno, no permiLiéndosc sillo á los buques in-
gleses la entrada en el Rio de la Plata, cllyo
bloqueo se mantuvo riguroso con rcspecto ;1 las
demas naciones.


La Junta de Buenos-Aires cnviú diputados á
Moutevideo para convenir en las lJuses de las
negociaciones que se habian enlabludo oesplles
oe la cesacion de hosLilidaoes en Julio; pero esta
llegociacion quedó sin ef(~cto, r0l'([ll(~ el Gobiernu
portugués del Brasil, del'T!l11nado ;Í sostcner por
la fuerza al de Esp<lña en aCjlldlas regiones, en-
vió un cuerpo de 8.000 hombres á 1<.s órdenes
dc Don Diego de Souza para socorrer á Elio , el
que llegó en 10 de Seliembre á las inmcdiaciones
de Montevideo. A la vista de este inesperado re-
fllerzo, los comision;¡dos dc los insurgentes Cre-
y~ron que Elío se hallaba cn inteligencia con la
corte de Portugal, por lo que rompieron la nc-
gociacion, 10g1'al1(lo escaparse.




( 195)
Al ver el mal estado de las colonias cspai'lo- 1811.


las, las Córtes adoptaron despues de una larga
discusion la mediacion ofrecida por el gobierno
británico para terminar las diferencias entre las
colonias y la Metrópoli; pero c-Jn la condicion
de (Iue el reconocimiento de la soberanía de las
Córtcs fuese la base de los tratados, y de que
en caso de no llevarse á efecto la negociacion,
suspendiese el gobierno inglés sus relaciones co-
merciales con las provincias rebeldes, y ayudase
;í. l'educirlas á la obediencia. En virtud de este
acuerdo se nombraron por la corte de Londres
comisionados que marcharon á desempeñar su
mision, clue no tuvo resultado alguno por las
circunslaucias.


Este era el estado de los negocios en la Amé-
rica española á fines de 1811.




( /96)


J~llIpi('za la f¡nillta campall:::. -1,01'(1 'STellill2:fol! ClIlra "11
E3paüa. -Sitio de Ciu[Llf1- norl¡·ígo. - .\s;;llo y ['>llla
de h plaza. -Hlllllallillalt del Lord. -Es erc;l'lu !in'llle
de Ciudad-Rodrig,o.-Ell'al'lallll!lIlo le sellala ulla pl!ll-
~i<lll. -Da el manllo de );¡ plaza ;Í los c5paII01('5. - Pro-
m,¡CiOll tl~l TIri::;adicl' Espaita y el CorollGl Sanclwz.-
Illle'lta ;\farmollt SOC')iTcr la ¡¡!:iza y la halia lOlllada.


;~;,;t. Con el año de 1812 prillcipió la C¡llinta caro-
rai"lfl, una de las m~s glorios~s para los eiérciLo~
aliados, y por la cpw quedó asegurada la libertad
de la tIC n Ínsub. Las armas al iadas obtn vieron
unrantc ella sei'¡nlados y d::cisivos triuufos, em-
pezando sus operaciones por la toma de Ciudau-
ltollrigo por :15311.0, Y casi zí la vista lId ej¡'~l'cilo
enemigo de l\lal'mont, que pouia rClIltjl' fllerzas
SlllrlPriorrs al an~lo-lusilallo. Conija¡jo el General L'
fr:1nd's en la f'aeilidacl con (¡n(~ tres meses antes
haL¡ia hecho lcnHlltll' el bloqueo de arluclla pla-
.za, sin mas que la simple reunion Je cuatro de
3l!S divisiones con el cuerpo Jel General DOl'scn-
nc, m:ulcni:l sus tropn:3 diseminadas en ;¡canto-
namicntos hastante estcnllillcs, y contaba con
rqwlil' cn cualquier müJ1lCllto apuraJo igual ma-


. , 1 ,. l' 1 l 1 l' . B1UIHa, con pro.···:"'ll' ,1(, l ¡; nusmo ventajOSO
re,u]ladn. En CSl:l confianza h!lllia destacado al
GLlIcral .\Ionthl'!lil con Ir", divisionC's para a['o-




(197)
ynr lns opcra;:;ioncs del Mariscal Suchet en el 1812.
Reino de: Valencia.


Lord W'cliington,instruido cxacfamrntc de fa-
dos eslos pormenores, creyó que era esl a In ocnsioll
oporl:mil para alacar á Ciudad-Rollr!;'), y ,Jnr
prillripio ;í SllS operaeion~s en Espni'¡a. 1)isP'180
11 prc('lo (¡~~c sus tropas se prrp:l1'asen f?11 sus
aC:':1l'!"hmicntos con fag~nas y tIemas pertrechos,
y vniflCHlo, echó un puente sobre el rio A3l1cda
en Srl'li;~"s., y el 6 de Enero estaha ya todo á
Pi)!!!;) ¡'~"1 rri!lcipi3l' el 1'itio de Ciud;:¡d-Hoclri-
gl' ; ;~!.:'.' !l"1 'l~'v;¡da est!'uordinariu que sobrevi-
no, ími'i~li(S el l11o,'imien10 rIel ejérciLo aliatlo
hasta el diJ .'l.
Un~ div:·;ion li:;era ií.las órdenrs lIel General


C:'ny;Lll't pn~~() el Agw'cla, y formalizó la ernbes-
ü.J:¡,;¡ d(~ ¡., r!.;1:3:1. Un dl'Sl'lCarncnlo de la misma,
~ bs ól'dcnc!-J del Teniente G:~nel'al Colborne, to-
mó por asalto en la noche oe dicho dia un rcllllc-
to ({l12 clcfemlia el teso de mayor altura de sus
in ;::¡ e(liD el n 111','3.


dia se emnezaron por la parte
< •


,~rptC'nlri(':]:Jl le:; tl':,b;ljé)S de sitio, establecién-
dose la primera p;-u·aL·la. El 8ncr!1igo hizo el t4
nn;¡ snlitla, pero sin j'('S¡ilt:1l;O alguno de consitlc-
rncion. Por la noche 25 pi\:zas de artillería rom-
p12:'on el fuego contra lils B1lll'allas; y d convell-
t·.) foriif12ndo de SCln Fr:íncisco (Ille flan;¡ueabala
iVillieda d~ los aproches, fue esc;:¡lado por un
rebirnicnto inSI¡;s á las órdenes del Coronel Har·
l~O\1rt.
C()nt:nll~base el IUC'?,!) V los tl'ab:1'jos de sitio,


,) v




(198 )
1812. Y deseoso LOl'll Wellington de acelerar la toma


de la plaza antes que Marmont pudiese acudir á
su socorro, aunque aquellos no llegaban aun
hasta el pie ue la brecha, se decidió á uar el
asallo á esta, escalando al mismo tiempo las mu-
rallas por otros puntos. Seis colull111as que mar-
charon rápidamente al ntacllle, lograron apode-
rarse en menos de uos horas ue la pbza, á favor
de la obscuridad de la noche que ocnltaba sus
movimientos. En este ataque y escalaJa pereció
mucho menor número dc aliados que en el asalto
de la brecha, por estar los sitiados de~prcveni­
dos, y empleadas casi todas sus fuerzas en la de-
fensa úe aquella. El General Maquinon que man-
daha la columna que atacó por este punto, perdió
h vida con muchos ele los valientes soldados que
conducía, por la esplosion de una mina. Fue vi-
gorosa la resistencia que opusieron en defensa de
la brecha el Gobel'l1ador dc la plaza Barlier y los
fl'anceses que inandaba; mas al fin no pudiendo
resistir el ímpetu de las columnas de ataque,
fueron arrojados á la bayoneta de esta posicion, y
forzados á refugiarse á la ciudad, y pcrseguido5
dc casa en casa, se rindieron pOI' último á dis-
crecion en nlÍmero de 1.700 hombres.


I,a pérdida de los aliados fue de G Oficiales y
HO hombres muertos, 60 Ouciales y 500 soldados
]lcridos, 78 Oficiales, 1.700 soldados prisioneros.
Ciento y nueve caüoncs montados, un t.ren com-
pleto de 44 piezas de artillería, Con una inmensa
cantidad de municiones dc guerra, y un arsenal
completo, fueron el fruto de esta conquista.




(199)
Lord Wcllingtoll dió la 111:1yor impol'tnl1ciél ,í 181~.


la loma de Ciudad-Ptodrigo por haber costaJo
la vida al Gencral Cra"vvfurd, que murió al con-
ducir las tropas al asalto, y era U110 de sus mas
h,íbiles colaboradores y compaüeros de armas.


La conquista de esta plaza debe mirarse co-
mo una de las empresas y triunfos mas distin-
guiJos de las armas aliad~s, si se considera la
sUllcrioridad Y proximidad del ejército enemigo
que cuidaba de su conservacion , y los ohstácu-
]05 <Ille las nicvcs y crudeza de la cstacion opo-
nian á la celeridad y secreto de las operaciones
para pas;.¡r el Agueda, y formalizar el sitio.


Cuando Marmont reunió Sil ejército para so-
correrla, ya la bandera española tremolaba hacia
tres días en Ciudad-Rodrigo, y las brechas se
hallaban reparadas y en estado de defensa.


Lord Wellington, moderado y humano, hizo
suspender cllmcdio del ataque la efusion de san-
grc y el dCf,uello á que le autorizaban las leyes
de la guerra .


.A lIll(IUC cn ]a conquista de Ciudad-Rodrigo
no tuvieron lIna parle activa las tropas cspaüolas,
coadyuvaron al buen éxito estando en constante
observacion del enemigo al otro lado del 'formcB,
)' merecicndo ser recomendados muy particulal'-
meutc al Gobierno el Brigadier Don Cllrlos Espa-
ita) yel Coronel de lanceros Don J ulian Sanchez ...
:1 quienes se concedió el graJo inmedi¡¡to.


El entusiasmo de los castellanos llegó á su
colmo, al yer que no bien se posesional'oll los
.inslcsesde la pla:za 7 'Cuando la cntregaron al




(200)
1812. Gener~l CastalIOS para cIne tomase posesion de


ella }. la O'obernasu á nombre tic Fernando VIl o ,
desmintiendo de este modo las perniciosas voces
cstendidas por los agentes enemigos, de que el
objeto de los ingleses era apoderarse de los prill-
cipalcs puntos de ESpiJÜa para dOl1lin,;r!us.


Las Córtes al salwr la importante l'cndicioll
de esta plaza, concedieron por acbl11acion á We-
llingtoll la Grandeza de Espaüa de primera cla"c
con el título de Duque de Ciudad-Rodrigo, y el
l)l'Íncipe Uegente de !ngbtcrra le hizo Conde,
concediéndole la Cámara una pensioll de 2.000 l.i-
])1'a8 esterlinas.


El triunfo de las armas aliadas reanimó el en-
tLlsiasmo español, algun tanto abatido por las des-
gracias auteriol'es, y dejó entrever lo que podía
esperarse de las operaciones del General britáui-
co, quc despucs de haber libertado al Portugal
con su prudencia, empezaba con no mellOS éx.itu
sus operacioncs en ESl)aila.




(201 )


Envia ;\farlllont un cuerpo auxiliar al ~il:io de Valcncia.-
Illlítil illtilllacioll ;¡ la plazil de AlicanLe. - Preparativos
de clefcllsa. - Ocupalla la capital se somete la B1:lyOl"
parte del Reino de Valencia. - Atar¡ue de Murcia. -
Mucrtc gloriosa del GClle¡'al I~a-Carrera._ Tentativa de
los espill-,olcs sobre T an·i1¡;Ollil. - 1\ecio!1 de Yillaseca. -
Accioll de AILafldla. - Hellllicion d(~ la plaza d(~ Pcilís-
cola.


La toma de Val(~ncia h?bia sido para el go- 1812,
hierno francés lIDO de los sucesos de mas impor-
tancia, para cuya consecncioll uo }¡;-:hia perdona-
do mt;(lio alguno. No solamente dispuso que el
cuerpo r[el General Rey He se incorporase para la
cOD(plisLa de aquella plaza con el ejército de Sn'-
che!, sino que un cuerpo de ,'').000 infantes} 800
caballos y 5 piezas ele artillería del ejórcito del
(~cn('ral ~\rat"lnollt se pusiesen en marcha en 13
ele DicicmlJl'e de lBU, p:lra cooperar á la con-
rplista (lr~ Valellcia, nI mall(lo dd Gellel'nl de Cf¡-
hallerÍa ~Ionthrlll1. Este, rel<ll'd,\(lo en Sil marcha
por ulla contl'a-orrl(~n, no lleSó ,í Almansa h:1sta
el U r)¡~ Enero, en Cl1yo dia ya 'Valencia habia
C<I¡lillllarlO. Si hlll)i\'se llq;ad() á ¡iempo, induda-
blemente llllhiel'a cortado la relirada ,í las divisio-
nes espallOlas al mando de los Generales Obispo
y Mahi (\Ile se habiun dirigiJo sohre Alcoy. Mont-
LI'!ll1 en vez de retroceder para incorporarse con


'J'OMO 111. 26




(202)
1812. el ejército de Marmont á que pertenecía, con ar-


reglo á las instrucciones terminantes que se le
habian dado, para que cualesquiera (Iue fuesen
las circunstancias en que se encontrase, ó las ór-
denes que pudiese recibir, del 15 al 20 de Enero
debería estar reunido con el ei(~rcito de (Iue se
habia destacado, marchó sobre Alicaule con el
objeto de impedir la retirada á aquella plaza á
los Generales Mahi y Fl'eire, que l)recisados á
retirarse desde Albaccl.e y Chinchilla á Alcoy y
Concentaiua, se dirigian á ella, Disipó f;ícilmcll-
te diferentes grupos de paisanos (¡l/C iulclltal'on
oponerse á Sil marcha, y llegó á la vista dc Ali-
cante en l5 de Enero, y aproximándose ~í la pla·
za el lG arroi9 algunas granadas en ella, la inti-
mó la rendieion, amenazándola con que el l\bris-
cal Sllchet te seguía con todo su ejército y arti-
llería de batir. El Gobcmador Don Atltouio de
la Cruz conLestó con la mayor firmeza, y las tro-
pAS de )\lontbl'un se retiraron cl17 , uespucs de
hubel' cometido los mas \'(~q;ollzosos desórdenes
en l.os lugares de b huerta de Alicante, que Hura-
reí.n por muchos aitOs su visita. Sus moradores en-
celTaron en la plaza todos los víveres, abando-
naron los pueblos y caserios, relil',ílHlose á la sierra
de donde se dispusieron á hostilizar al enemigo,


La incorporacion de la columna de Month1'llU
COn el grueso del ejército fl'(mees de Portugal no
se veriticó hasta d 25 J.d mi .. mo mes de EHe¡-o
í:On d triple sentimiento de no haber contrilwi-
do á la torna de Valencia, <le haber sahd.o md
en :líU tentativa Cf..Hltra la plaza dt~ Alicante, y dc




( 203)
no haber llegado á tiempo para socorrer á la de 1812-
Ciudad-Rodrigo.


Los habitantes de Alicante, llenos del mayor
entusiLlsmo, se dedicaron con el mayor ardor á
levantLlr sus fortificaciones, y poner la Ciudall en
un estado respctLlble ele defensa. Se celebró jun-
ta de Generales en CLlsa del Conde de Colomera,
y se resolvió saliesen ele la plaza las personas que
siendo del 2. o y 3. 0 ejércitos no fuesen necesarias,
y muchos Oficiales csceuentes , en consideracion
á la corta fuerza de los cuerpos. Se reorganizó la
guarnicion, y se puso á las órdenes de] General
inglés Don Felipe Rache la segunda seccion de
la division de reserva ele este ejército, que ofre-
ció vestir, armar y pagar á costa del Gobierno in-
glés, y se nombró segundo Gobernador al Maris-
cal de Cam po Don José San Juan.


La réndicion de Valencia arrastró consigo la
snmision de la mayor parte de este Reino. Oeu·
pallu que fue dicha Capital por las tropas france-
sas -' lu di vision al mando del General Arispe
marchó á Alcoy, villa famosa por sus fábricas
de palIOS, y se apoderó de ella sin el mas mínimo
obstáculo. Su vanguardia, á las órdenes del Gene-
1':0 l Delort, se estableció en Castalla á 61eguas de
Alicante, y envió un parlamentario á esta plaza,
que bnjo el preteslo de intimarla la rendicion, re-
conociese sus fortificaciones y alrededores de la
Ciudau; que este suele ser en la mayor parte de
las ocasiones el objeto de la mision de estos es-
pías honrados, de que se vale un General sagaz
con feliz éxito.




(204)
1812. El Gobcmador dió á Arispe la misma respues_


ta que á l\1ontbrun, contestando á la reclamacion
que hacia sobre el cumplimien10 de uno de los
artículos de la capitulacion de Valencia, en que
se estipulaba el cangc de cerca de dos mil fran.
ceses prisioneros en Alicante con 011'0 igualnú-
mero de espaüoles de la guarnicion de Valencja~
que de ningun modo debia cumplir con una ór-
den dada por el General Blacke en un momento en
que se hallaba ya destituido de toda autoridad.


La divisioll francesa al mando del General
Habert ocupó á Gandía y á DClIia, cuya última


.. Ciudad, situada sobre la orilla del mar no lejos
del cabo .\lal'tÍn, enfrente de las Islas Baleares,
tenia en muy buen estado sus fortificaciones, de-
fendidas con 60 piezas de artillería.


De este modo el enemigo se hallaba posesio-
nado de casi todo el Heino de Valencia y de par-
te del de J\l11l'cia, devastado ya por la asoladora
epidemia de la fiebre amarilla que acababa de su-
frir en el a110 anterior. El 26 de Ellero fue ocu-
pada su capital por un destacamento de tropas
francesas á las órdenes del General Bordesoult,
con el intento de exigir en clla una fuerte con-
Iribucion, ó de saquearla. A amLas cosas habian
dado principio cuando inesperadamente apareció
dentro de la Ciudad el General Don Martin de La
Carrera, que con cien hombrcs de caballería, pro-
cedentes de la di\'ision de ;\lahi, arrollaba por las
calles á cuantos franceses se le presentaban por
delante, penetrando los espailOles hasta lo inte-
rior de la Ciudad} mien1ras que otros 60 lo ejC'cu-




(205)
taban por otros puntos. Pelearon este puflado de 1812.
españoles con el mayor teson y arrojo por largo
tiempo, hasta que cargados por fuerzas muy su-
periores tuvieron que ceder á la multitud de ene-
migos, y el denodado La· Carrera, rodeado por to-
das partes despues de hacer prodigios de valor y
de destreza y de d;]r muerte á dos de sus contra-
rios, sucumbió en tan desigual y glorioso comba-
te en la calle de San Nicolas cerca de la plaza.
El enemigo abandonó en aquella misma noche la
Ciudad, (!ue agradecida eternizó la heróica ac-
cion de La-Carrera COIl una Upida que mandó co-
locar en afpIel sitio en memoria de tan valiente
General.


Durante el sitio de Valencia el General La-
cy en Cataluña lomó, de acuerdo con los ingleses
y principales Gefes de partidas, la resolucion de
atacar á Tarragolla, ya fllese con solo el objeto
de distraer una parle de las fuerzas enemigas que
sitiaban á Valencia, ó ya para apoderarse en
efeclo de a1luella plaza, que b1o<1ueó estrechamen-
te , al mismo tiempo qlle (los navíos ingleses lau-
zaban sobre ella algunas bombas. Heullieronse en
Beus escalas y demas preparativos para el asal-
to; mas á esla sazon consumido ya por el enemi-
go el acopio estraordinario de víveres hecho por
orden del Mariscal Suchet en Tarragolla , el Ge-
neral Musni('!' fue enviado con una parte de su
divisioll á TorLosa con el fin de reunir alli 2.000
quintales de trigo, y abastecer con ellos á Tarra-
gona. Luego que se hizo este acopio, el.General
Lafossc, Comandante de la plaza de Tortosa, con




('206)
1812. el fin de reconocer las posiciones de los espailo-


les y de preceder al convoyen su marcha, llegó
hasta Call1brils ... y no encontrando fuerza algllna
española, avanzó hasta Villaseca, en donde acam-
pó el17 de Enero enlregLíndose sin recelo algullO
al descanso; pero el General Lncy CjUC sc hallaba
1iituado en Beus am~tlazando <Í Tal'l'agolJa , í nntó
sus tropas con increible celerida¡l, y cayendo so-
bre Villaseca , cerca y sorprende al enemigo. En
vano el Gefe uc batallon Dllbarry ordena su tro-
pa é intenla dirigirsc por el camino d¡~ Tarrag"o-
na; pues los espnüolcs cierran el pnso pOI' todos
lados, y fuerzan al enemigo ,1 rendirse dcspucs
de haber sembrado el campo de ca<táveres y de
hel'idos. Tan compl{~to fue el triunfo de este dia,
que solo pudo salvarse el Genual enemigo con
alguna caballería. El socorro de 600 infantes y
su cOl'l'esponclicnte nlÍmero de caballos (!ue salió
de Tortosa al manflo del General Lafosse, llegó
tal'de, y cuando el General Lacy se habia ya re-
tirado con los SOO hom})['cs (Iue habia hecho pri-
SlOneros.


El General Dec;JeI1, sucesor dc M<lcdonald
en el mando ele C<ltalulla, nolicioso dc que los
espaí101cs amenazaban á Tarragona, tleslacó una
division al mallllo del General Lamanlue , que
unida con otra que salió de Barcelona mandada
por el General :.\lauricio :\lalbicll, OClIpÓ en 22
dc Enero á Villafr;t nca de Pana<li~s , aunque en-
trando sllcesivarnente en esta poblacioll, de mo-
do que los cspallOles no pudiescn formar una ver.
dadera idea de su número.




(2lJ7 )
El fiaron de Eroles, ({ue con poco mas de HH2.


4.000 hombres tenia bloqueada á Tarragona, le-
vantó el blo({ueo, y tomando posicion en las in-
mediaciones de AJtafulla, esperó alli al enemi-
go que se presentó en 23 de Enero con una fllel'-
za de cerca de 10.000 hornbres, Los españoles,
cuyo centro se hallaba en posicion sobre el ca-
mino real enfl'enle del puente del rio Gaya que
tenian cortado, con su reserva en las alturas de
Tamarit, se sostuvieron por algun tiempo, hasta
que recelando Eroles que podia ser cnvuelto pOl"
la columna de Lamarqllc r¡ ue malliobraba por su
izquierda para flanquearlos, y las tropas que su-
ponía haber salido de Tarragona, tomó el parti-
do de retirarse hácia Igualada, cllJa operacion
costó grandes esfuerzos, es pcril1len la 11 do has la rI-
te pérdida uos com paiiias que se dcsLÍuaron á
cubrir la retirada y couteller al enemigo.


DuranLe la acciolJ de AllafulJa la guarnÍcion
de Tarragona hizo una salida, y dirigién(luse á
Reus destruyó algunos almacenes establecidos
por lo . .; ingleses, y (I!lCIIlt> lodos los efectos aco-
píados allí para el sitio. A los dos Ji;]s el Gene-
ral Mllsni!T, proceJctltc segun llevamos indicHJo
de Tortosa , enln'¡ con el convoyen Tfll'raoolla.


Des¡lIlcs de 1a cou'luísla d~ Valencia Ji~rHJso
SucÍtet lO(!t¡ lo nee,'sario para la toma de Peüís-
cola. Esta plaza se halla sil lIada sobre !lila 1"0Ca
que se eleva en el mar, y eliSIa 120 toesas de la
costa, con la (1He se comunica pOI' una lengua
de LÍerra de 30 toesas de ancho. Sns obras de
fOl'tificacion estaban en buen estado) particular-




(208 )
.1812. mente las del c~stillo, que en otro tiempo per-


teneció á los c~balleros Templa['ios, y que si-
tuado á una altura de 25 toesas sobre el nivel del
mar, domina enteramente la planicie. Esta po-
sicion, (Iue se puede considerar como un peque-
ño Gibraltar ~ era inatacilble por los medios or-
dinarios. Su entrada por el {ll1ico camino r¡ue co-
munica con tierra, se hallaba imposibilitada por
una cortadura bien fortificada que habian hecho
los españoles, y por mar lo~ ingleses Con algu-
nas lanchas cañoneras cuidilhiln de su defensa.
El General Garcia Navarro, hecho pri,.;ionero
en 1810 cn el combate d(~ Falset, y escapado
despues desde Fr,lneia , era el cllc[lrg<lclo ele la
defensa de PeüÍscola. De la direccion dd siLÍo
lo era el Genel'ill enc:migo Sevcroli, con cinco
batallones que debian mantener psredita la co-
mUllicaciOrl COn el Principado de Cal<llllllil. E128
de Enero empEzaron las batcrías enemigas (·1 bom-
hardeo, C¡llr~ duró ocho dias. Del 31 del mismo
mes al 1. o de Febrero se atl!'ió la trindlera pUl'
los franceses, y establecieron 11'la Lale['Ía de bl'e-
cha de 10 piezas. Por ae!,lel!os dj;¡.~ \lB ¡larca que
los enernigos ha llia n armado en j)"llin, se a po-
del'ó de Una lancha, en cllle el Gubcrll;ttlol' tle
PeüÍsco]a dirigía al lle Alicante un pliego, (lue
aUllrI\le arrojado al mar por el encarg;¡do de con-
ducirle, f\le' J'(~cogido y en vjado jml1cdi;¡{;¡mcnle
á Suchet, q\li¡'11 sabedor por su contcuido de la
mala inteligencia <luC reinaba cutrc García Na-
varro y los ingleses, (lue desf~aban entrar en Pe-
ñíscola para tomar l)arte en su defensa, envió




(209)
á esta plaza al Oficial de su Estado mayor Prunel 1812.
Con las instrucciones convenientes. En efecto,
l1ahiéndose puesto de acuerdo con el Goberna-
dar, este, sin embargo de tener una guarnicion
de 1.000 hombres, y de contar con el auxilio de
cinco huques ingleses que cruzaban sobre la cos-
ta , consintió, de ac uerdo con una j unta militar
que convocó, en una ignominiosa capitulacion,
entregando al enemigo en 4 de Febrero esta im-
portante fortaleza con 74 cañones y una inmen-
sa cantidad de municiones de boca y guerra, y
osando hacer mérito de su cobardía hasta el pun-
to de decir, que preferia reconocer por Rey de
España á José, á S0111.cterse á la dominacioll in·
glesa , espresando sus deseos de ver unida á ]a
España bajo uua autoridad protectora ... capn de
terminar y reparar sus males. Asi pasó á púJel'
del enemigo una plaza inespugnable , y fIue te-
nia todos los medios necesarios para resistirle
duranle dos meses. Si los ingleses se hubieran
presentado para guarnecer á PeflÍscola antes de
la toma de Valencia, es indudable que hubieran
sido recibidos con los brazos abiertos Como en
Tarifa; y segun el gran entusiasmo nacional que
reinaba, es seguro que su Gobernador hubiera
pagado con su cabeza la repulsa hecha á los alia-
dos. Solo 500 hombres de estos y algunas lauchas
caÜOlleras hubieran bastado para la conservacion
de este requeüo Gibralta¡'. Completóse con su
sumision la de todo el Reino de Valencia, á es-
cepclon de la plaza de Alicante, quedando li-
bre y espedito á los enemigos el camino real qlle


TONIO II1, 27




(210)
1812. conduce á Tortosa y punto céntrico de su princi-


pal comunicacion con Cataluña y Aragon.
En tan críticas circunstancia.s el General Don


José Odonell entró á encargarse del mando del
segundo y tercer ejército.




(211 )


r


CAPITULO XII.


Lord Wellington dispone el sitio de Badajoz. - Una parte
tiel ej(~rcito inglés contiene á l\IaÍ'IlwlIt.- AsalLo y toma
de la plaza. -Accion de Llerena. - Yentaias de la ren.
dicioll de Badajoz. - Premio de Vellingtoll. - 1 ntenta
l\1armont reconquistar á Ciudad-Rollrigo. - Invade á
la Bcira. - Su retirada. - Soult illtenta eH vano socor-
rer d Badajoz. -Su retirada. - Hill permanece en Es-
tremadura, y destrn)'e las [odilicaciones del p~lcllte
de Almaraz. - Posiciones de 'Yellíllgtoll. - Coopera-
eion de los cspaüoles.


La reconquisla gloriosa de Ciudad-Rodrigo 1I:lj~.
no fue mas que el preludio de otro golpe de mas
importancia que reanimó sobremanera el valor
de los aliados y de los espaüoles, á saber: la he-
róica toma por asalto de la plaza de Badajoz.
PIlJiendo reunir 40.000 hombres cada uno de
los Marisc~des franceses SOllJt y l\Inrmont, el se-
creto y la actividad dehian ser el alma ele esta
espeJicioll. Bien penetrado de esto Lord \\'eJling.
ton, dispuso que la artillería y almacenes de 111-
gcnieros se transportasen en bur¡ues á Lisboa,
aparclltanJo otro Jeslillo, llegando por l1Ul' á Al.
caco' de Sal, desde donde en carros del pais,
y sin (lue pudiese causar la menor sospecha, se
reunieron cn las orillas del Glladiana. Acopiallos
todos los pcrtrechos para el sitio, y tomadas al
efeclo cuantas precauciones dicta la prudencia)




(212)
Hl12. Lord W cllington salió de Fresneda en 6 de Mar-


zo , y dejando guarnicion española en Ciudad-
Rodrigo, y situada sobre el Agueda una division
de infantería, protegida por otra de caballería
para llamar la atencion del enemigo por un mo-
vimiento rápido pasó con el grueso de su ejército
el Tajo por un puente de barcas establecido en
Yilladcla , y se dirigió á Elvas , á donde entró
el 11 de Marzo. Todos los aprestos para el sitio
de 13adajoz se hallaban prontos el 16, Y por un
puente de barcas que se echó sobre el Guadiana,
l)asaron del otro lado elel rio, quedando embes-
tida la plaza por las dos riberas por la tercera
y cuarta diyision ligera á las órdenes del Tenien-
te Gen eral Bernard, y d e los Generales Picton
y Collvill.


El General Graham recibió orden de marchar
sohre Santa Marta Con un cuerpo ele oLserva-
cion que cubriese las operaciones del sitio y las
avenidas de Andalucía, y con el mismo objeto
de observar los movimientos del enemigo por la
parte de Mél'ida , fue destacado hácia aquel la-
do el General Hill con dos divisiones. El Gene-
ral enemigo Drouet que se hallaba en posicion
sobre Villu[ranca, amenazado de frente por Gra-
lHll11, Y por la derecha por Hill) hubiera podido f¡i.
cilmente ser destruido por fucrzas tan superio-
res; y aUllque estas 110 tlicron la menor muestra
de intentar atacarle) deseoso de COllservar sus
comunicac:ol1CS con el General Darricall qne se
]]allaba en la Sereu3, así quc supo que :Mérida ha.
bia sido o(:¡¡p'iIla por el Gé'neral Hill) conoció lo




(213 )
arriesgado de SIl posicíon, y se retiró á Homa- 1612.
chos por la Puebla del Priol'.


Luego (lue Wellington lúzo su reconocimien-
to de la plaza de Badajoz, vió que los enemigos
habian mejorado y aumentado sus fortiticaciones
desde el sitio anferior , y se persuadió que la to-
ma de la plaza por los medios regulares era obra
de mucho tiempo, y mas halLí.ndose defendida
por una guarnicion numerosa á las órdenes del
General Filipon] que poseía la confianza y esti-
macíon del soldado por su conducta valerosa y
firme, :lcrcdilnda en las dos anteriores defensas.


Hcsuelto Wellingtoll á apoderarse desde lue-
go del fuede llamado de la l}ieuriña -' abrió la
trinchera y estableció la primera paralela en 17
de Marzo, aunque la noche de este ciia fue suma-
mente tempestuosa.


El 19 la guarnicion de la plaza hizo una vigo-
rosa salida eon el fin de destruir los trabajos de
los s1Liadores; mas fue rechazada con pérdida de
300 hombres, á pesar de que los elementos pare-
eia auxili;.Jr poderosamente ~, los fl'allceses; pues
creciendo repentinamente con los t'Jrrenles de
lluvia que caian las aguas del Guadiana arrastra-
ron en su ímpetu el puente est<11Jlecido sobre el
mismo 1'10, no permitiendo cchar otros nuevos
volantes. Suspendido por este accidente impre-
visto el paso de toda c3pecie de municiones) los
trabajos del sitio sufrieron considerablemente,
las trincheras se llenaron de agua; y la tierra
impregnada de esta no lenia la consistencia nece-
salia) por lo que hubo que parar los trabajos. El




(214)
1812, objeto de la salida de la gual'nicíon que se verifi-


có por el rebellin de San HO(lue, era desalojar á
los sitiadores de las cercanías del fuerte de la
Picuriña, ó proteger la retirada de su guarni-
Clono


El 24, mejorado ya el tiempo, los sitiadores
concluyeron seis baterías) desde las cuale s e125
rompieron el fuego contra el referido flterte con
28 piezas de grueso calibre, y I)or la tarde del
mismo di a' el :;\Iayor General Kempt á la cabeza
de 300 hombres le escaló por su frente y tomó
}10r asalto con la mayor audacia, Defendiél'ons e
con tal valor los (llle le g uJrnecian, que mezcla-
dos con los ingleses perecieron muchos de ellos
á hayonetazos, quedando prisioneros los re slan-
Les hasta el número de 200,


Por delante de este fuerte adelantaron los si-
tiadores la segunda paralela, desd() la cual en
31 de J\larzo rompieron el fuego para batir en
brecha la cara del baluarte uc la Triuidéld, y el
flanco del de Santa María) creyendo necesario
abrir otra breclla en la cortina que une estos dos
baluartes, Olra salida <lite illtentó la guarnicion
francesa de Badajoz, rue tambien rechazaua COll.l-
})1eta lllente.


Aunque J como llevamos inJicado, los movi-
mientos de las tropas de Hill y Gl'ahalll ha]JÜlll
obligélJo á retirarse ;Í las LId enemigo J d :\laris-
cal Sonlt se hallaha en movimiento COIl las (flW
hJbia pocldo reuuir , y Welliugton, convenci.do
de la lll'g<'IJtC necesidad de acelerar las operacio-
nes del siLio; estamlo ya pl'aclicaLlcs las lJi'cchas




(215)
de los b:Jstiones de la Trinidad y de Santa 'l\Iaría, 1812.
determinó dar el asalto en la Boche del 6 de
Aoril. Era terrible y arriesgada esta operaciol1
por hallarse entera la contraescarpa, y la guar-
nicion resuelta á oponer la mas olJstinada resisten-
cia. Dióse órden al General Piclon para que con
su division escalase el castillo qlle domina la
ciudad, mientras que con las suyas los Genera-
les Bernard y Collwill se dirigían á asaltar las
brecllas. Divididos los ingleses en varias colum-
nas) s e (lirigen á las diez de la II oche á 1 os diversos
puntos de alngue. El Gelleral Filipon opone una
resiliteIlcia illaULlila destle las hrechas, sobre las
cuales tenia reuniuos tan estraordinarios medios
de uefensa, que dentro uc algunos aüos cuanuo
ya la muerle haya arrebatado á los testigos del
todo oculares de tan terrible escena, parecerán
increibles. Jamas desue el ucscllLrimicnto de la
pól vora estu vieron tan espuestos los hombres á
la muerte: millares de bombas, gran aJas , sacos
llenos de pól vora y mixtos inflamables arrüjado.~
sin interrupcion en los fosos en el momenlo del
asalto sacrificaban á ccntenarcs ]05 valientes que
atacaban) y con b obscuridad parecia cada pun-
to de eslos un volcan (P18, vomiLando fuego,
producia un resplandor superior á la c1aridau del
dia. Por animaua que sea la descripcion de tan
imponente cuadro, 110 plleJ.e darse ltlla idea exac-
ta de su realidad. Por {'spacio de dos horas insis-
tieron los sitiaJores en tan estraordillarios esfuer_
zos, hasLa que perdida la ll"!ayor parLe de sus
oficiales y la esperanza de pelletrar por eutOl1ces




( 216)
1812. en las brechas, se retiraron á las lloce de la no-


che para prepararse á bacer nuevos esfuerzos al
amanecer del próximo dia.


Mas felices por los demas puntos los sitiado-
res, es tomado por el Mayor Wilson el rebellin
de San Roque: el General Picton) uespues de
vencer la tenaz resistencia del enemigo) se apo-
dera á las 11 de la noche del castillo, aunque á
costa de mucha sangre y de tener que reempla-
zar varias veces con nuevos soldados las filas de
las columnas de aLaque. Era tan importante la
rosesion de este castillo, que su concluisLa deci-
dió de la suerte de la plaza, por uominar todas
sus obras e5teriores é interiores. El Gobernador
Filipon, su Estado mayor y toda la guarnicion,
llerdido que fue el castillo, se refugiaron al fuer-
te de San Cristóval , y al siguiente dia se rindie-
ron. Ascendió la pérdida de los ingleses á 59
Oficiales y 744 hombres muertos, 258 Oficiales
y 2.600 'soldados heridos, y los franceses per-
dieron desde el principio del sitio 1.200 hombres
de los 5.000 de que se componía la guarnicion de
Badajoz, de que Wellington cIuedó dueño en 6
de Abril. Sus soldados uespues de la refriega del
asalto, exasperados por la obstinada resistencla
que habian encontrado, se abandonaron, aun con
el inocente paisanage que ansiaba su presencia,
á esccsos que trató de reprimir Welliugton} no
sin bastante esposicion de su misma persona.


El Mariscal Soult que con todas las fucrl.as
que habia podido reunir se auelantaba al socorro
de Badajoz) supo en Yillafranca., á dos jornauas




(217 )
de ;¡quella, que acahaba de caer en poder del 1812.
ejército aliado. Esta noticia le sorprendió tanto


J


mas, cuanto snponia que el DU<lue de Hagusa
Marmont, mas Jescmbarazado en sus movimien.
tos, habria volaJo á su socorro. EngañaJo en sus
c~lculos, y dernasiaclo cOllfiado en la circunspcc-
cion, que miraba como la base principal de la
táctica Je Lord. Welliugton, se restituyó á An-
dalucía, en (londe su presencia era ya mas necc-
Mria que nunca; pues el General de los espaüo-
les Pe/lne Villemur se hnbia aproximado {¡ Sevilla
con una d1Vi ... 1011 de estos, aprovecliáudose dc su
ausencia, y desde el 5 de ALril Labiall sido fre-
cuentes las escaramuzas entre los soldados de
esta divísion y los destacamentos franceses que
el General Itignoux, Gobemador de Sevilla, en-
vió á su encuentro, habiélluose visto estos obliga-
,los á encerrarse en dicha capital que se hallaba
bloePleacla por los españoles.


El General Grabam determinó atacar la reta-
guardia de SOlllt <¡ue se hallaha en Usagre, com-
puesta de 2.500 caballos 1 y al efecto dispuso que
en la noche del lO de Abril marchasen dos bri-
gadas de caballería :i las órJclHs de Sir Stilpldon
Cotton, debiendo la Ulla caer al amanecer sobre
'Csagre, y la otra sobre 13ienvenida, con el in-
tento !le corlar al enemigo su retirada á Llcrenaj
mas habiendo esta t'tlti:na llegado á BiellveniJa
Hules ele tif'mpo, pudo Drouct que mandaba la
retaguardia enemiga, efectuar' su retirada, habien-
<lo sido no obstaute cargado por el frente y flan-
co en el camino entre Bieu ven ida y Llerena, con


TOMO I11. 28




(218)
18'2. pérdilla de unos 150 hombres) Con 130 caballos
pn~lOn(Tos.


Al dia siguiente de la recon(luista de Badajoz re·
cibió Lord Wellington la noticia de que Marmont
comeLia grandes depredaciones sobre la frolltera
de la provincia portuguesa de LI-Beira, />; inme-
diataml~nte se puso en marclta para contener á
Marrnont, quien para lavar sus anteriores derrotas
pensaha en recobrar á Cillclad-Rollrigo y Almei-
da clurante la ausencia del Lord, en vez de re-
11llÍl' su ejército para atravesar el Tajo y sahar á
13adajoz) como lo habia hecho en el mes de J lI-
nio del ¡¡ilO anterior. Wl~lliJ1gton dejó á Sil' How-
bnu Hill sJbre la ribera izquierda del Tajo, y se
dirigió d encuentro de Marrnont, que no bien
~l1pO que los inglesC's bahian emprendiao el sitio
de Badajoz, cuando se ndclanló desde Salaman-
ca con fuerzas comi(LTalJ]es, y dejanr]o lI1la di-
",ision para bloquen¡' ;Í CiudaJ.-Hodrigo que ape-
llas había tenido tiempo (1e l'l'pnral' sus fortifica-
ciones, embislió .í Almcida (·1 3 de .Ahril con el
gru('so de sus fUPl'z;Js. Pr;:clicado (llll' lluho un
reconocimiento dclnnle de esta plaza, dió mues-
tras de (l!lcrerla tomar por ;¡:-alto; pero desistió
sin duda de esta jJ(~a en vista de la firmeza con
qlle fue rechazarlo \'n sus primeras tentativas por
el Gobcrnfldor (le la misma LCl1lesuricl' , y to-
mando el 7 la direccion de Sabugal su vallguar-
dia persigllió al Gellcral inglós Alten por La-
JL'ira bnja ha:;l" Custl'¡ branco, en uonde entró el
J2; Y (,1 14 habiendo sahido que se aproximaba
Lord W ellington, tu vo que retroceder, y rcpa-




(219)
Mndo el Agucda el 23 ~ no obtuvo mas fl'llto d~
su espedicion que algunas ventnjas parciales 80-
hre las milicias portuguesas.


Las consecuencias de la reconquista de ]3a-
(l ajoz fueron de ]a mayor importnl1cia para el
huell ~xito de las empresas succsivns de la" armas
aliadas en la Península. En aquella sazon se en-
contraba Bonapnrte en el apogeo de su gloria y
})oderío: su imperio se estendia desde el Elba á
los Pirineos, y desde las orillas del mar del N.
<11 Adri<itico, y toda la Europa continental rc-
cU!1ocia ó temia su superioridad militar: podia
entonces dispone,' de todas sus fuerzas y recursos
por encontrarse en aluclmomento en paz con el
resto del 1111111do. En semejante situacion la ren-
dicion de lhdajoz debió cntls¡¡r!e ~ como en efec-
to le causó, el mayor disgusto. En ella encon-
traron los aliados 133 caüoncs de todos calilIres,
19 morteros, 20 obuses, y un considerable aco-
pio de municiones y repuestos de boca y guerra,
pues la plaza estaba provista cual correspondia
á la grande importancia que la daba el enemigo,
y al interes que tenia en Sil conservacion.


La Regencia de Espailfl recompensó la bri_
llante conducta del caudillo británico, condeco.
rándole Con la gran Cruz de la óruen de San
Fernando que las Córtes hahian creado para pre-
mial' las acciones heróicas militares, distincion
tanto mas lisonger3 y honorífica para el Lord,
cuanto que era el primero á quien se concedia,
y por ona haza ila que la historia consignará como
Ulla de las mas memorables.


H~12.




(~'20)
1~f2. Art'ojados que fueron los franceses ele Portu-


gal, volvió á situarse Wellington en su posicion de
Fuente-guinJIJo. El General Hill permanl~ció en
Eslremadul'a todo el mes dI-' Mayo, y habiendo
recibido órden para atacar dos fuertes que cu-
brian por ambas orillas la cabeza cid puente de
Atmaraz sobre el Tajo, rlefelldidas por una nlltne-
rosa gnarnicion y 16 piezas de artillería, salió el
12 de Mayo de Almendralejo con la segunda di-
vision, y llegó delante de Almaraz el 19 por la
maüana. Era esta la única comunicacion cspcdi-
ta entre ambas orillas elel Tajo por mas abajo de
Toledo; pues 105 (temas puentes habian sido des.
truido; por las o pera cian es el e la guerra, y no s e
hnbian reparado. Ademas de los dos fuertes que
defendían .. como hemos dicho, el puente de Alma-
raz '. por el lado del S. se hallaba cubierto como
á nnn legua de distancia por el reducto de Mira-
vetr:. Puesto Hill al f¡'ente de las respetables obras
que cubrian el puente de Almaraz, ordenó sus
tropas en tres col¡¡mnas de ataque, marchando la
de la izquierda contra el castillo de Miravctc) la
de la derecha contra las ohras del puente y la
del centro contra el desfiladero. La marcha fue


I


dificultosa, y no pudiendo por lo quebrado del
terreno hacer uso nill de su artillería, la col um-
na de la derecha provista de escalas avanzó con
intrepidez al asalto del fuerte de Napoleon, que
a~i se llamaba el construido sobre la ri)wra iz-
<JilÍerda del rio, y á pesa!' del fllego vivisimo dp
sus def(~nsores, fueron arrollados por los ingleses
)lasta lo último del puente que, cortado por la




(2'21 )
útra p~rte, fue causa de que muchos de lo~ fran- 1812.
ceses sc precipilasen en el río en donde perecie-
ron. Lleno de un terror pánico á la vis ta de este
Sllceso el Gobernador comandante del fuerte de
R3gUS3, situado sobre la ribera derecha del Ta-
jo, le abandonó y se retiró con su guarnicion á
Tala"cra, en donde fue juzgado y fusilado como
11lCreCla.


Los almacenes, diez y ocho piezas de artille-
ría, doscientos cincuenta vrisioner.os) un estan-
darle y ml1chos pontones (Iuedaron en poder de
los aliados) los cualcs volaron todas las fortifica-
cioues quc defendian esta posicioll formidable,
que fue tomada por solo iufanterÍa con la corta
p{~l'Clida de 33 hombres muerlos y 43 heridos. El
ataque del castillo de Mira vete no tu vo mas ob-
jeto que llamar la atencion del enemigo, .Y hacer
ereer á este que no se realizaria el de las obras
del puente hasta haberse decidido la suerte de
aquel.


Marmont y Soult tan pronto como supieron
la marclw de Jlill, pusieron sus fuerzas respecti-
vas en 1110\ imiento h;íeia el Tajo, teniendo el pri-
mero el disgusto de ver el fuerte de su nornore
arruirwuo) y de no poder salvar la gU:l.rniciou
dd castillo de Miravele que permanecia entcra-
l1wnte aislada. Soult despues de algunos dias de
l1¡,m..:ha J sahellor de que IIíll babia llegado á Tru-
jillo, abandonó el proyecto de interceptar su re-
tiraJa, (Iue verificó tranquilamente y sin ser de
modo alguno inquietatlo, á sus antiguas posicia-
lles ddanle de Badajozo




(222)
fIIJI2. Asi es como Lord Wellinglon en menos d.e


cuatro meses se apoderó á viva fuerza de dos im-
portantes plazas casi á la vista de dos ejércitos
enemigos, tan numeroso cada uno como el suyo;
quedando de este modo las armas aliadas (lue mi-
litaban en la Península bien compuls!lllas de los
triunfos á que renunciaron en las precedentes
campaiias por la prudencia de Lord Wdlinglon.
Este hizo vestir y equipar cl5. o ejército que á
las órdenes del General CastarlOs habia contri-
buido al buen éxito de las operaciones del sitio,
observando las tropas del Mariscal Marmont.




(223 )


,


CAPITULO XIII.


tos ej,)rciLos cspai'iolcs cooprran :í las operaciones de \V('-
lIiJlston. - El quinlo cjdrcilo ibs órdenes de C~stalios
apo}'a los J1lovimicntos. _ Espetlieion de lHurillo á la
Mancha. - ES\)Cllic¡oll dc Penlle Ville'1lur á Niebla. -
Ballesteros lOtna e1mantlo del cnarto ejército. -Accion
ue C'lrlama. - Accion (le Alora, _ Accioll de Campi-
llos. - Acci();I de .comos. _ 0lleracioncs del primcr
ej,~n~ito en Ca; (lbüa. - EspcdicíOIl de SarsllelJ;i Fran-
cia, - "'\CciOIl dc Darnius. - Accioll tIc Hotla. - Accinn
de L1av~lIcras. - Accion de :\Ioiill" de IlcJ. - Opera-
CiOlll'S del l(~l'ccr '/ :,r:-'ullf!d .. jJ¡·cito á las ,írrlcnes de
O(lollc!!. - \CClOII ti;: ,'\lllL'!nlllicl. - Acciol1 del HclJO-
llar. - A,;alLo de Soria. - Pl'ision y lIluerte de los vo-
cales tic la JunLa de Burgos. - At:t1íue de POlohontloll.
- Aceion de Vdlalllilllc;a. - Acciol] de Oulorria. - Ac-
cion dc Cncllca. - TOllla de Ttlllcb. - Accion de Es-
p(~jn. - OpcL'aciüllCs del s::ptimo ej(:rcito. - :\lovimien-
tI), de :\Iina - 1'l·i111C1'a acc;oll d~ SJ1Jgüe~a. - SC¡;!lll-
da ¡¡ceíon de S'~'l:~iics~, - O,lC'I'i1eiones lle Mina COII dos
lv:L'¡iollc:i CO;¡I.I'.1 1(;.O:i() {]':lIlCCSCS cn el yalle de Pton-
c;.¡l. - ","ceion de: :\rhb:lIJ. - Accil)l] de OnlJale;ui. -
Accioll de S,tllta Cl'llZ de C<lllliW¿'[, - Los franceses
evacuan :í ~\sturias. - \uclven:í ocupada. - Defeusa
de V il1.l< ic iosa.


Alm:luc los cjércilos espnliolct> no putlieron 1812.
cooperar mas' que COIl pocas lropns :i la reCOI1-
(luistn de Ciudad-Rodrigo y l3adajoz, por su cor·
to nÚ:iH~ro y por e8UIl' mal eqllipados y faltos de
recursos i.Í. consccucncia tle los reVl~SCS padecidos




(224 )
1 ~ n. anteriormente, sin em La rgo est.os e j é rcilos, cu-


ya jmportancia y esfuerzos ha querido mas de
una vez menoscabar la malicia, haciendo la g!lel'~
ra en sus respectivos uislritos, tuvieron ocupaJa
incesantemente la ateneiotl de mas ue 130.000
fl'ancese3, pres lanuo al l' j érci lo a 11 glo-1 usi lano
tal cooperaeion, que sin ella ni IlLlbicrall podiuo
reconquistar á Ci'Jdad-Rourigo y Badajoz, ni aun
sostenerse en Portugal, sin emlJargo de las triples
líneas de Torl'esvedras. Ellos tio uejaroll nunea
las armas de la mano, y llamando sin cesar la
atcncion del enemigo holeia todas las provincias,
prepararon Con su entusi;:¡smo y constancia iui.
mitable á Lord WellinglO!1 lluevos triunfos.


El quinto ejército, quc dllrante el sitio de
Ciudad-Rodrigo habia conlribuiJo , como acaba-
mos de indicar, á ll¡¡mar la ateneion de M¡¡rmollt,
y no estuvo ocioso mientras se verilicaba el de
Badajoz. Una division de todas armas al rnando
del Brigadier Don Pablo ".lorillo se puso en mo-
vimiento desde Montanchcs cn 3 de Enero con
dil'cccion á la Mancha, y llegando ellO ;Í Agudo,
marchó en seguida el12 á atacar la gllarnicioll ene-
miga de Ciudad-Real que á su misma vista se pu-
so en fuga; y habiendo destruido las obras de de-
fensa que tenian alli constl'lliJus los franceses J se
dirigió el 16 á atacar la guarnicion de Almagro,
y cargada por fuerzas superiores en el camino de
Manzanares, tuvo que retirarse, siguiendo Sil
movimiento retrógrado hasta Trujillo, á donde
llegó el 30 , reuniéndose al grueso del ejél·cito.


El Conde de Penne Villemur que habia des 4




(225)
tacado una espedicion contra el condado de Nie- 1812.
hla J y amenazado á Sevilla, segun qneda indica-
do, á tiempo (lue el Mariscal Soult estaba en mo-
vimiento para socorrer á Badajoz, tuvo por la
vuelta de este, que volver á incorporarse con el
quinto ejército á que perteneeia; y otra Jivisioll
de este se reunió á las tropas del General Hill,
permaneciendo el resto en Estrernadura.


El General Ballesteros, que haLia tomado el
manuo del cuarto ejército, desplegaba la mayor
ilcti"'idaJ en perseguir á los enemigos en todo el
territorio de su mando. El lG de Fehrero supo
que el General enemigo Hey y el Coronel Ber-
ton (lile maniohraban contra su flanco izquierdo,
debian reunirse en Cartama con el General Ma-
1'ansin que amenazaba ~u derecha, y presenLín-
Jose al amanecer de dicho día al frente de Carta-
rna, encontró ya .i Maransin en posicion con mas
de 2.000 infantes y 400 caballos, atacó con sus
mejores tropas la izquierda enemiga, y despues
de un combate obstinado que duró mas de tres
];or¡¡s, herido :\Inr:cnsin , cedió el campo al Ge-
neral cspaiwl, (ille le persiglJió ]lRsta !lna legua de
1\lálag;¡, ¡loll,le hizo alto por haber recibido avi-
so de <lile ney y Berton venían sobre Cartama.


:Despllcs (te 11aber pasado algunos dias en ob-
SCl'vilcioll dd enemigo, TIallesteros se dirigió há.-
cía la::; lIJnuras de Sevilla, y apoderándose ele
Utrera, sus avanzadas se adelantaron hasta
las puerlas de aquella capital; pero cercio-
rajo del regreso ¡lel Maóscal Soult, volvió sobre
C,Ij'¡ama J Honda.


TO:'10 111. 29




(226)
1812. Hallándose en Ajora una columna enemiga


de 800 hombres al mando de Rey, Ballesteros)
sin ser dcscubierto, la atacó de frente al amanc-
cer del 14 de Abril con algunos regimientos, y
con otros tomó las altlll'as de la derecha. El Ge-
neral enemigo conoció (Iue no podia resistir, te-
mió ser envuelto y determinó retirarse h~cia Má-
laga; mas perseguido por espacio de dos leguas,
perdió 250 hombres y dos piezas de artillería,
ademas de los varios efectos de esta arma que de-
jó abandonados en el pueblo.


IucausalJle Ballesteros, estaba siempre en
contínllo movimiento para (lis traer á las tropas
del Mariscal Soult, y contribuir á las operacio-
nes en grande del Lord Wellington. El23 de Abril
uos divisiones mandadas la una por él mismo, y
la otra por el Gencral Don Juan de la CI'llZ MOllr-
geoll, atacaron eH Campillo ;i 1.400 enemigos,
que fueron arrollados y arrojados de sus posicio-
nes j pero habiéndose COllll)['ornetido la accion en
términos de que el Mariscal Soult ¡muiese llegar
en SOCOI'rO de los suyos, determinó Ballesteros
que su gente se retirase, como lo ejeculó, sobre
Ardales.


Bien penetrado el Mariscal Soult Je que el
objeto principal de todas eslas operaciones de
Balleslet'os era el de corlar sus cOl11llllicaciones,
Ó al menos entorpecerlas, dispuso que el Gene-
ral Conroux con algunas tropas de las que sitia-
han á C~ídiz , marchase á Bornos, y guarneciese
y fortificase esta posicion sobre el Guadalete con
gcis piezas de artillt'ria. Balle~leros trató de im~




(227 )
pedir los progresos de est¡¡s fortificaciones, y por 1812.
medio de una larga y bien meditada marcha (]lle
emprendió desde el campo de Gibraltar, en la
maüana del 1. o de Junio des pues de haber pasa-
do el Guadalete sin ser visto, empezó un atacllle
general y de los mas obstin¡¡dos contra la posi-
cion de Dornos , defeudida por mas de 4.000 ene-
migos. lba ya á decidirse la victoria en favor de
las armas espaüolas, cuando un ataque desespe-
rado é impetuoso de los franceses obligó á Ba-
llesteros á abandonar el campo de batalla por ca-
recer de caballería, y ;í repasar el Guadaletcj
pero COI! lal orden, que el enemigo no se atrevió
ni aun á ocupar el campo de hatalla, permane-
ciendo los espaüolcs formados dos horas espe-
rándole; mas no tuvo valor para emprender de
nuevo el combate, y sc retiró á sus antiguas po-
SICIOnes.


No cra menos activa la gnerra que por enton-
ces hacia en Cataluña el General Lacy con los
restos del primer ejército, auxiliados poderosa-
mente por los paisanos y somatencs del pais. In-
terceptabansc diariamente los convoyes del enc-
migo, y sus comunicaciones se hallaban del
todo interrumpidas. Los obstáculos que esta pro-
vincia espaitola oponia á la clomin<lcion francesa,
tcnian irriLado sobremanera el carácter altivo de
Napoleon. Cardona y la Scn de Urgel se halla-
ban aun en poder tIc los cspaüoles, que las te-
nian fortificadas cuidadosamente. Las islas Me-
das les ofrecian un asilo impenetrable, y la emi-
nente montaña de .Busa, á 7 leguas de Berga,




(228 )
1812. fortificada por la misma naturaleza y el arte, es-


taba convertida en una plaza de armas, en donde
se adiestraban los rcclutas que debian reempla-
zar las bajas del ejét-cito de Catalul1a. Los Gefes
de este Eroles, Sarsfield, Milans, Rovira, Manso
y Gay hacían la mas cruda grucrra al enemigo,
y conducian á las armas á cuantos jóvenes se ha-
llaban en aptitud de tomarlas, presenlando una
barrera insuperable al esfuerzo de sus opresores.


Napoleon multiplicaba los recursos para la su-
misio n de Cataluña, y conociendo toda la impor-
t1\ncia de esta proVincia, por su decreto imperial
de 26 de Enero mandó que se reuniese á la Fran-
eia, dividiéndola en cuatro departarnentos; y por
otro de 2 (le Febrcro la puso bajo la administra-
cion de dos de sus Consejeros de Estado, Inten-
dentes (Dejerando y Chauvclin), á quienes dió
el encargo de proCeder á la ol"ganízacion judicial,
adminístt'ativa y económica de esta nueva parte
del Imperio. Los departamentos que se estable-
cian con la denominacion de Montserral, Ter, Bo-
cas del Ebro y Segre, tenian por capitales á Bar-
celona, Gerona, Lérida y Puigcerdá. Se fijó la
residencia de los Consejeros en Barcelona y Ge-
rona, y en las capitales de los departamentos se
establecian Prefectos. Los Intendentes recibieron
el encargo de presentar al Emperador los usos y
circunstancias locales del p;¡i" , con el fin de
conciliados con los p¡'incipios de legislacion.
Em tal el empeño de Bonaparte en conservarse
esta provi.ncia, qlle todos los reveses que sus
ejérciLos sufrieron en lo sucesivo, no fueron has-




(229)
tantes ;i determinarle á abandonar el proyecto; 1812.
pues le veremos mas adelanle en 7 de Marzo de
HH3 dar nuevas disposiciones para simplificar
.la administracion de los departamentos ultra pi-
renaicos, con la misma confianza que si tratase
de los que bailan los rios Sena y Loira. La Catalu-
fIa debe su prosperidad y riflueza á su industria, co-
mercio y manufacturas, y por esla razon en to-
da.s cuantas guerras se han emprendido contra la
Francia, ha hecho y hará siempre sacrificios in-
mensos por no ser provincia francesa, porque su
incorp0l'acion á la Fra ncia la a carrea ría in e vita-
blemente la ruina de sus fábricas, yue no pueden
competir con las de ¡¡(Iuella nacÍon. Asi fue, que
en esta ocasion redobló sus esfuerzos, al ver per-
dida su independencia, y considerarse separada
de la madre Patria, y rcducída á provincia del
grande Imperio. Napolcon, á (¡uien las Llificulta-
des no hacian nunca ceder J prohibió á sus Mi-
nistros el que se entendiesen con su hermano
José en los asunlos relativos á esta provincia,
difiriendo no obstante el hacer público el de~
creta de su reunion ú la Francia, (PlC no el'a
mas que un ensayo de} proyeclo en grande que
meditaba hacia 111llcho tiempo de pOll(~r ha jo su
imperio directo la Espaüa entera, segun confi-
dencialmente lo tenia manifestado; no dudando
de que el Emperador ele Husia Alejandro con-
sentiria en ello, si por su parte él le permitia
apoderarse de las provincias turcas de la iz:plÍer-
da del Danubio, y mandaba ;í. sus tropas evacuar
la capital de Prusia.




(230)
1812. El General Sarsfield á la cabeza de 2.200 hom-


bres salió de Pnigcerdá el 14 de Fehrero hácia
As, con el objeto de llevar el t(TrOr á las mis-
mas fronteras de Francia. En un pueblo llamado
el Hospitalet tuvo un encuentro con el enemi-
go, y habiéndole arrollado allí y en Morcins,
entró en Ax. e115, cuya poblacion encontró ahan-
donada por sus habitantes. Al día siguicnte se
apoderó de Tarascon, pueblo situaJo á 18 le-
guas de la frontera, cuyos vecinos, temerosos sin
duda del justo resentimiento de los espa1101es,
huyeron tambien de sus casas.


La reunion de tropas que el General fran-
cés Gareau estaba efectuando para oponerse á
los espailOles, hizo temer á Sarsfield no pOlIer
restituirse á territorio espailol por el Valle de Aran
como se le habia prevellido; y di~polliendo su
retirada, entró en Puigcerdá e119, dcspucs (lehaber
exigido Ulla contribuciol1 de GO.OOO duros y 2.000
cabezas de ganaJo vaCuno y l~nar en dichos pue.
blos, Foix y otros de Francia en donde cntró.


El Brigadier Hovira dió órdcn al Teniellte Co-
ronel Rimbau para que con el batal1ol1 de slIman-
do se adelantase hasta Masanet, donde habiéndo-
se presentado el enemigo con GOO hombres por
la parte de Darnius, él 27 de Febrcro Himbau,
despues de haber vencido el paso (Id molino de la
Cardona, atacó al enemigo (lue hahia tomado po-
sicion en una altura cercana al puenLe de la cos-
ta Margarida; y conociendo que con su obstina-
da resistencia trataba de dar tiempo á que llegase
el refuerzo que esperaba ... mandó cargarle á la




('231 )
bayoneta) y consiguió arrollarle y ponerle en 1812.
completa fllga, IH:rsiguiéndolc por mas de dos
leguas con ulla considerable mortandad. El re-
sultado de esta brillante accion fue destrozar los
600 enemigos, en térmiuos que solo pudieron sal-
varse noventa.


El 13aron de El'oles habia penetrado con su
division en el Reino de A.ragon hasta GrrtLlS y
Benasque, y alacados en Roda en 5 de Marzo 1.000
hombres de aquella por 3.000 infantes y 200
caballos enemigos al mando del General fran-
ces llurke, sostuvieron Ulla accioll reñida que
duró diez llOras, al cabo de las cuales el enemigo,
tan vigorosamente recibido, se salvó á favor de
la obscuridad de la noche con una pérdida de
200 muertos y 700 heridos.


El General Milans con]a division que man-
daha, intentó en la mañana del 22 de Abril sor-
prender en las cercanías de Matal'6 un cuerpo
enemigo de 400 hombres; pero solo lo consiguió
con una partida de 19 que le precedia á mucha
distancia, porque el resto a]nrmndo con ésto re-
trocedió á Mataró, y Milan.'l habiendo tomado po-
sicion sohre Llavaneras, fue atacado en la tarde
del mismo dia por 2.500 infantes y 100 caballos:
el combate fue de los mas obstinados y sangrien-
tos, dejnndo al cabo el enemigo la pelea, des-
pues de haber perdido mas de 200 hombres entre
muertos y heridos.


Sarsfield, dcspur.> de su gloriosa incnrsion en
el territorio franc(~s, continuaba moles!ando sin
cesar al enrmigo; y habipudo en 25 (le Mayo in-




(232)
.812. tentado establecerse en el puente de Molins de


Rey, ulla columna francesa de 3.500. infantes, 90
cilballos y 7 piezas Ile artillerífl, la atacó por va-
rios puntos, y arrollando por la parte de Palleja á
unos 600 , y viendo que no bastaba á desalojar á
los que defendian el p~lente con 3 piezas tIc arti-
llería, el fuego vivísimo (lue por espacio de tres
horas les hizo, y que era muy dificil lograrlo por
medio de este ataque directo, resolvió atraer al
enemigo fuera de los parapetos, como lo consi-
guió por me¡lio de movimientos los mas oportu-
nos y acerlaLlos, fingiendu retir;¡rsc} y carg~l/Hlo
en seguÍ!la con el mayor ímpetll y rapidez á la
columna enemiga, la destrozó entcrHwente, cau-
sando á los franceses en lodos estos encuentros
una pérdida de mas de 900 hombres.


Estas fueron las principales acciones que los
heróicos catalanes tllvieron durante los seis pri-
llleros meses de esta campaüa.


Las llllmerosas partidas y tropa del segundo
ejército (Iue guerreaban en las Castillas, conti-
n uaban dis ti n SlIié 11 dos e por 1 a s 1 )rll ¡;¡ H tc~: accio-
nes que sostenian sin illterrllpcion COllIl'a el ene-
migo. Fueron infinitas CfUIS, mas ¡lO r¡:[crlrcmos
mas que las principales. El G de Febrero avanza-
ron los enemigos ll<lsl.H dar vista á Sigüenza, en
donde se hallaba á la s?zon el Empccillauo, que
los hizo rcLroccdpr klsta ;'<,liraLucllO; pero h3-
bicllLlo recibido a! li lJ:J refuerzo, vol vieron al uia
~iguipnte <í jt1si~lir ea el alatjlle de Sjglienza, y
rompiélHlose el fuego por ambas partes en el
monte llamado del Hebollar , los cspaüoles, car-




(233 )
ga()os por una fuerte columna de caballería, se 1812.
sobrecogieron y tuvieron que retirarse con una
pénlida de 1.000 prisioneros.


Por aCIuc! mismo tiempo el Comandante Du-
ran, con una division de 3.000 hombres y 3 pie-
Zas de artillería) se aproximó á Soria é intentó
apoderarse de la ciudad cn la noche del 17 al18
de Marzo. Sin embargo del mal tiempo, los espa-
ñoles atacaron en tres columnas el recinto por la
parte del arrabal, y dcspl1es de un fuego de cuatro
JlOnls que sostuvo el enemigo uesde un atrinche-
ramiento interior, abandonó este la ciudad, y se
encerró en el castillo con una fuerza de 600 hom·
bres. Duran mandó demoler parte de la muralla,
cuatro conventos y un hospital, para que en
adelante no tuviesen este asilo los franceses; y
hubiera indudablemente fijado alli su residencia,
si no hubiese tenido noticia de que 3.000 enemi-
gos, procedentes <le Aranda, se acercaban para
socorrer á los que se hallaban encerrados en el
castillo, teniendo en consecuencia que retirarse
á los siete dias despues de ocupada aquella Ca ..
pital.


Un acontecimiento de los mas dolorosos vino
á escitar de nuevo la inLligllacion de los españo-
les, y á hacer redoblar los esfuerzos de los intré-
pidos partidarios que hacian la guerra en Castilla
la Vieja. IIalLíbase la Junta de Burgos en el pue.
blo de Grado, entre las sierras de Atienza y Ria-
za, cerca de Ay 110n, cuando en la maflana del
.21 ue Marzo 4.050 hombres de caballería france-
sa cercan el pueblo) aprisionan á cuatro de sus


TOMO 111. 30




(234)
1812. vocales Don Pedro Gordo, Cura de Santibañez,


Don Eulogio Muro, Don José OrLiz y Don Pedro
V clasco, y á unos pocos soldados de su escolta.
Era grande el odio que los enemigos profesaban
á los vocales de las Juntas provinciales por con-
templados con razon como los mantenedores del
fuego santo de la independencia, y asi conducen
á los prisioneros con la mayor crueldad á Soria,
y el dia 4 de Abril los arcabucean; pero con tal
grado de fiereza, que despues de ejecutado, ha-
cen colgar de la horca sus sangrientos cadáveres.
Tan terrible y tristísimo espectáculo estremece
á aquellos habitantes, y suplican y obtienen del
General enemigo el permiso para dar sepultura á
los restos preciosos de aquellos ilustres mártires
de la libertad; mas apenas se hallan' congrega_
dos en la parroquia de San Salvador celebrando
sus exequias, cuando entra en la Iglesia un tro-
l)el furioso de franceses, se apodera de los
cadávares, que son de nuevo colgados en la
horca J uno de ellos con la misma vestidura sa-
cerdotal (Iue le cubria, se imponen graves pe-
nas al que intente recogerlos, y en esta acti-
tud aterradora permanecen por muchos dias.
Sdhedor el Cura Don Gerónimo Merino de esta
atrocidad, juró t0111ar venganza en la primer
ocaSIOno


El General Villacampa sorprendió en 28 de
"Marzo en el pueblo de Pozohondon, partido de AI-
barracin en Aragon, cerca de los molinos, á 600
franceses pertenecientes á la division del Gene-
ral Balatier ) los cuales despues de una tenaz re-




('235 )
sistencla se vieron obligados á rendir las armas 1812.
quedando prisioneros.


Merino, noticioso de que el7 de Abril salia de
Arallda de Duero para Burgos un con voy escol-
tado por 1.400 infantes, 150 caballos y dos piezas
de artillería, determinó salir á su encuentro, y
dcspues de una precipitada y larga marcha tomó
posicion en la mañana del 9 en Villalmanzo, de
donue poco antes habian salido para Burgos to-
dos los fl'anceses, á escepcion de unos 400 que
retrocedieron hácia Arauda. Atacado Merino en
su posicion por aquellos con grande empeño, fue.
ron rechazados, y ya los iha persiguiendo en re-
tirada, cuando habiendo vuelto atras los 400 que
l1abian tomado la direccion de Aranda, empeña-
ron de nuevo el combate, pero con igual suceso
que anteriormente, teniendo al fin que retirarse
á Lerma con una pérdida considerable.


No tardó mucho tiempo en presentarse al in-
trépiuo Merino la ocasion que deseaba para expiar
la sangre inocente de los vocales de laJ unta de
Burgos. El 16 de Abril atacó en el camino de
Onloria de VaIJearados , cerca de Pefiarnnda de
Duero, á una columna enemiga de unos 700 hom.
bres, y fueron tan bien comlJinados S118 movi-
mienlos, que á pesar de los esfuerzos de los fran-
ceses para retirarse ó romper por cualquiera par-
te, tuvieron que rendir las armas 509 hombres.,
siendo los restantes muertos y heridos en la ac-
cion. Merino hizo pasar por las armas 20 de eslos
prisioneros por cada individuo de la Junta de
Burgos, y 10 por cada soldado de su escolta,




(236)
1812. siendo 110 el total de 105 que perecieron en ex-


piacion del atentado cometido en Soria.
En 1.9 de Mayo el Empecinauo que desde Si ..


güenza marchó sobre Cuenca, entró á viva fuer-
za en dicha ciudad, habiendo batido la guarni-
cían enemiga, y obligádola á encerrarse en un
fuerte, de donde pudo evadirse por la noche, me-
nos una compañía de zapadores que quedó pri.
sionera. El Baron Hugo Nardon que se hallaba
unido con vínculos de parentesco al intruso Rcy
José, fue muerto en las calles de Cncnca, apode-
rándose los españoles de muchos efectos de guerra.


Por a quellos mismos dias Du ran con cibió el
proyecto de inutilizar ó apoderarse de un parque
de artillería gruesa que habia en Tudcla de Na-
varra perteneciente al enemigo, quien tenia en
aquel punto una guarnicion de 1.000 infantes,
apoyada por otros 3.000 con 700 caballo" situa-
dos en Egea. Los Tenientes Coroneles Tabuenca
y Murcia, al frente de dos columnas, lograron
penetrar en la noche del 28 de Mayo hasta la pla-
za de los toros, donde se hallaba dicho parclue, Y
el enemigo arrollado y persegnido por todas par-
tes lo abandonó todo para encerrarse en el fllerte.
Diez y ocho piezas de artillería de grueso calibre
flleron completamente inutilizadas, se cstrajeron
seis y se quemaron todos los carros de 11lllllicio-
nes y todas las cureñas y demas e[eclos combus-
tibIes: se hicieron 91 prisiomros) y se libertaron
86 españoles que se baIlaban alli en poder de los
f,'anceses, quienes tuvieron ademas un consille-
l'uLle número de muertos y heridos.




(237 )
Despues de esta bizarra espedicion proyectó 1812.


Duran atacar la guarnicion enemiga de Arancla
de Duero, y veriilcada con la mayor celeridad
una marcha de 30 leguas, embistió el 14 de Ju-
nio aquella villa, y precedidos varios reencuen-
tras, se refugiaron los franceses á sus puestos
fortificados, y habiéndose em pIeado todo el dia
15 en tirotear á los que se parapetaron en el pa-
lacio del Obispo, estos lograron durante ]a noche
reunirse con los de los fuertes, y Duran (Iue ca-
recia de la artillería necesaria para Latidos, y que
no iglloraha que los Generales París y Palombini
se internaban en el Ducado de Medinaceli, de-
sistió del ernpeilo de rendir la gnarnicion de Aran-
da, y marchó al encuentl·o (le aCluellos. El fruto
de esta tentativa fue matar al enemigo 300 hom-
bres, hacerle 48 prisioneros, libertar á unos Cuan-
tos holandeses, (Iue habiéndose pasado á los es-
pailoles fueron aprehendidos por el enemigo, y
salvar á siete de los dependientes de la Junta de
Burgos J á quienes amenazaba sin duda una pró-
xima é inevitable muerte.


Dos batallones y un escuadron de la division
del partidario Langa cargaron á la bayoneta por
dos veces en 30 de .T unio á un dcslac:1mcnto de
400 franceses, que rehechos y cerrados en masa
ganaron UO<l altura, de la que fueroll desalojados
á pe~ar de haber siclo reforzados Con dos caüo-
nes y alguna gente de la..,; guarniciones de Miran-
da y Pancorvo , con bastante pérdida.


Mi1cutras las tropas dd seguudo ejército fati-
gaban de e:;la suerte ¡'t los franceses no dejándo_




( 238)
1812. los dueños de mas terreno r¡ue el que pisaban, el


célebre partidario Mina, á quien por sus herói-
cas acciones de guerra se le habia ascendido al
grado de Brigadier, continuaba infatigable en
acometer á los franceses acantonados en el Reino
de Navarra. El 11 de Enero el Gobernador de
Pamplona AhiJé apareció con la mayor parte de
sus fuerzas en la derecha del rio Aragon frente á
Sangüesa, y Mina no duda atacarle con dos co-
lumnas que se arrojan contra su derecha é iz-
quierda, al mismo tiempo que Longa, con quien
se había reunido en esta ocasion para batir al
enemigo, embiste por el centro. AbLé opuso una
resistencia terrible, pero tuvo al fin que ceder
el campo, abandonando dos cañones Con mas de
600 hombres de pérdida. Algunos dias mas ade-
lante ocupaba el General Soulier con 1.600 in-
fantes y 170 caballos la villa de Sangüesa: Mina
se propone atacarle en esta posicion, y en la
madrugada del 5 de Febrero una compaüía, sos-
tenida por otras, fuerza el puente á pesar de la
tenaz resistencia que se le opone, al mismo tiem-
po que cuatro compaüias espaüolas que estaban
ya del otro lado del Aragon, entra en la ciudad
por el lado opuesto. Soulier entonces se decide
á retirarse á Sos, forma en columna de ataque,
y sosteniendo su izquierda con la caballería, en-
cuentra con las lropas navarras que le reciben con
el mayor denuedo, y despLles de sostener un vivÍ-
simo fllego, y vista la imposibilidad de batir á sus
contrarios, emprende su marcha á Sos, y tarda
cinco horas en llegar á esta villa sin embargo de




(239)
no distar de Sangüesa mas tic dos: lal fue la COllS- 1812.
tante persecucion con que le acosaron las tropas
del Generall\Iina.


El General Dorsenne, Comandante en gefe de
las tropas francesas eslacionallas en Navarra, "ien-
do que eran infructuosas las promesas de grandes
premios hechas repetidas veces por la cabeza de
este caudillo espaüol, terror de las huestes fran-
cesas, se propuso envolverle por todas partes y
destruir los pueblos del valle de Roncal, donde
se abrigaban los enfermos y heridos de la divi-
sion navarra. Reunió al efecto 16.000 infantes y
2.000 caballos á las órdenes de los Generales Du-
mostieu, Lafcrriere, Panneticr, ALbé J Casan,
SOlllier, Rottembourg, Quesncl, Camus, Du-
hurriel y Moutan. Mina se hallaba en dicho va-
lle con los batal10nes segundo y tercero de
su division. Distribuidas por el enemigo las
fuerzas, ocuparon á Ochagavia 4;500 infantes y
200 caballos á las órdenes de Abbé, 3.000 in-
fantes y 400 caballos al mando de Dumoslieu se
situaron en LumLier, Laferriere con una fuerza
igual ocupó á Sangüesa y sus inmediaciones, y
por la p¡:¡rte de Jaca maniobraban 3.000 infantes,
completándose el círculo por el Pirineo. En tan.
apurada y crític~ situacion Mina oslenta una se-
renidau inimitable, manda sacar del valle á los
heridos y enfermos, y el 24 por la noche se diri-
ge al pueblo de Lovera. El 26 entra Abbé en el
valle con su divisioll J y sigue la retirada de los
cspaiwles al mismo tiempo que Laferriere los es-
trecha por su derecha, y Mina burlanuo cuantas




(240)
1812. med.idas se loman para hacer prisioneras ó des-


trozar sus cortas fuerzas, entra en Luesia y toma
posicioll el 28 en Fuencaldcras: bate al P¡¡SO á
700 enemigos en el barranco de "BieI y consigue
salvar de esta persecucion sus dos batallones.
Despues de haber ejecutado movimientos tan acer-
tados, Mina por medio de una marcha precipita-
lla de 15 leguas aparece cnSan~a Cruz de Campezu,
y noticioso alli de que una columna escoltada
por 3.000 infantes enemigos pertenecientes á la
guardia imperial y cuerpos de polacos, con 150
caballos, debia salir ele Vitoria conduciendo pri~
sioncros á una multitud de espaiJolcs, se dirige
en 8 de Abril á Greñu, yá pesar de habcrandauo
cinco leguas, sin descansar mas que un momen-
to parten sus tropas aquella misma noche para
los campos de Aduban, y entre el castillejo de es-
te nombre y Salinas atacan al enemigo. La ae-
cion fue reüicla y valerosamente sostenida por
una y otra parte, siendo el resultado final matar
al enemigo 500 hombres, hacerle 150 prisioneros
y llar 1ibertac:l á 400 espaüoles {lue conducían pre-
sos á Francia,


El 22 de Mayo marchando Mina des,de Este-
11a á la costa de Cantabria, al atravesar la carre-
tera de Tolosa á Vitoria, se encontró en el pue-
blo de Ormategui con una columna enemiga de
2.300 infantes y 18 caballos que escoltaban un
tren de artillería gruesa, y trabándose una refli-
da refriega, se so~ticne con teson por una y otra
}1arte, hasta que destrozado pOI' una bala de ca-
flon el brazo derecho del Brigadier Crllch¡¡ga, que




('241 )
era el segundo de Mina, empiezan sus tropas, 1iH2.
aterrorizadas por este accidente, á ceder el cam~
po al enemigo. Milla al observarlo se vuelve há-
cia ellas, afea con enérgicas palabras su cobar-
día, y colocál1llose á su cabeza vuelven á la car-
ga, y arrollan ,í los francese;~ hasta obligarlos á
refugiarse al abrigo tle su artillería.


Al dia siguiente sostiene Mina en Santa Cruz de
Campezu otro sangriento cllOque con las tropas
del General Ahbé, que tuvieron de pérdida mas
de 400 llOmbres entre muertos, heridos y prisio-
neros. El Brigadier Cruchaga fallc~ió de resultas
de sus heridas, y las Cortes le declararon bene-
mérito tle la Patria en 30 de Setiembre, y mau-
daron se le pasase perpétuamente revista en su
regimiento, inscribiéndose su nombre con letras
de oro.


El elia 25 hab¡¡'~ndose adelantauo hasta dicho
pueblo el B:Hon D' Arquin con 1.800 infantes y
200 caballos enemigos, se empeñó un combate
con tres batallones de Mina que habia alli á la
sazon, y dcsplles de un fuego sostenitlo con te-
nacidad por ambas partes, herido en un muslo
el Gcneral espaj"¡ol por una bala de fusil) se reti.
ró en buen órdéll.


Por el mes <le Febrero <le este año oe 1812, y
con el fin dc concentrar sus fuerzas oel N. hácia
Salamanca para socorrer la plaza de Ciudad.
Hodrigo, habian evacuado los franceses el Prin-
cipado de Asturias; mas vista la imposibilidad
de delener las brilhntes operaciones de Lord
Wellington , se reumeron sobre las fronteras


'l'OMI) 111. 31




(212)
1812. de Galicia, y aparcllta¡'On invadir de nHCVO


este Reino, á fin de ocultar el d(~.signio que teniarl
de volver á OCllp;.II' el Principado de ASlurias, en
donde en 17 de Mayo entró de nuevo el Gennal
Donnet y se posesionó de Oviedo, Grao y Jijon.
Esta invasion hizo que la vanguardia del séptimo
ejército que se hallaba á las órJt:nes cld Gelleral
Mendizabal, se dirigiese á Asturias, El regimiento
de Laredo, que era uno de los clue la componian,
estaba en marcha con destino á OvieJo desde
Agllilal' de Campoo; pero como los franceses se
hubiesen ya arod(~rado de arpella capital., tuvo
que tomal' posicion eIl VillavÍcios;¡ fortiCicándose
en un convento, El General enemi"o Gaulicl' se i')
dirigió á atacarle con mas de 2.000 hombres y
algunas piezas de corto calibrc: trcs compailías
españolas que dcfcndian el convento, rechazaron
el ataque qne durante do.~ di;:¡s sufrió 3cIud edifi-
cio con algunas brechas abiertas, y Gauticr se
replegó con el designio de traet' artillería gruesa
con qHe batirle en regla; mas el Coronel de Lal'e-
do: Rato, aprovechó opo¡-tunamente ~sta retirada..,
abandonando aquella posiciono




(243 )


,


CAPITlJLO XIV.


Se dispone la gnclTa de Rusia contra la Francia. - Na-
polcolI I¡ac(' a !i;JrIZJ con Pru sia y j\ 1l.,tl'ia. - Arma á to-
dos los Slíllllitos (1 .. Sil Imperio. - Intcnta llaeer alianza
eOIl Suecia. - Alianza de Suecia, Rusia élnglatcrra.-
Rusia hace la paz con Turquía. - Tratado de alianza
entre Espalla ~ Husia. - Napoleon saca una parte de sus
tropas ,le Espa/la - S [1 uhstinaeion en esta guerra. _
Sale d(~ .París para .el "iemel', - néclara la guerra á
la l'cnsia. _lJ¡¡~p;¡riltjyos de awl)ü$ Imperios.


Tal era la sltll<lcion <le la Península espaiíola 1812.
cuando empczaron á circular los rt¡mores de una
nueva guerra Cl! el Norte de Europa. Todo anun-
ciaba que una lucha terrible iba á estallar entre los
dos mas poderosos Monarcas de esta parte del mun-
do. Napoleon, dominador absoluto del Mediodia,
aspiralJa á suhytigar el Norte destruyendo á la Ru-
sia, única potencia capaz de resistirle y de escitar
sus celos. Parn aSl'gnrill' la ruina de este Impe-\
rio, ó al menos su de~merllhracion) firma en Pa-
rís el 24 de Febrero un tratado de alianza con
Feuerico Guillelmo IlI, Rey ue Prusia, cuyos
estados eran precisamente los que separaban el
lmperio francés del ruso, sin conocer que lma
})otencia tan maltralada no podía ser sino uu
enemigo secreto, mas peligroso que uno pllbli-
co. La Corte de I3erlin se obligó por aquel trata-
do á renovar las prohibiciones contra el comer-




('244 )
1812. cio inglés, y á suministrar á los franceses un


cuerpo de 18.000 hombres con CO piezas de ar-
tillería para cooperar á la destruccion de la
Rusia.


Un senado-consulto de 13 de Marzo subdivi-
de en tres clases la guardia nacional, es decir,
todos los varones súbditos del Imperio capaces
de llevar las armas y que no pertenecen al ser-
vicio militar activo.


En 14 de Marzo firma Napoleon otro tratado
de alianza entre la Francia y el Austria, en que
se estipula el socorro recíproco de 30.000 hom-
bres con LiO piezas de artillería, garantizándose
á esta última potencia la poscsion de las provin-
cias polacas, aun en el caso de que á consecuen-
cia de la guerra de Rusia s~ restableciese el anti-
guo Reino de Polollia.


Napoleon ql1iso tamhien obligar al Pl'Íncipc
Real de Suecia, su antigno L\'lariscal, á (lile hicie-
se con él causa comun contra la Rusia; pero los
escesos cometidos por Napoleon contra la inde-
pendencia de aquel Reino, haciendo invadir en
plena paz en 27 de Euero de 1812 la POl11el'ania
sueca, dt~ que á nombre de la Francia tomó po-
sesiotl el General Friand, hicieron que Bernar-
dotte, correspondiendo á los intereses de la llue-
va patria que le había adoptado j' que le reserva-
ba Ull trono, se decidiese á rehusar la alianza de
los franceses, y á firma¡' Ull tratado eOIl la RIl-
sia, á que se unió la Inglaterra en 3 de Mayo.


El Emperador de Unsia que vió á Napoleon
desplegar tan f()l'midables preparativos contra




(245 )
él , no permaneció en inaccion ; y ~ pesar de la Hln.
influencia é intrigas del gabinete francés, firmó
el 28 de Mayo los preliminares de paz con la
Turquía, por los que se estipuló que el Prut fuese
en adelante el limite <le ambos Imperios.


El 20 de Julio se firmó en Veliky-Louhy
otro tratado por el Conde de Romanzoff en
nombre del Emp~rador de Rusia, y Don Fran-
cisco de Zea Dermudez, Plenipotenciario de la
Regencia <le España, á nombre de F ernanclo VII,
en el que ambas potencias se obligaron á hacer
una guerra vigorosa á Napoleon, reconociendo
la Rusia por su parte en el artículo tercero corno
legítimo al gohierno que entonces existia en Es-
paila, á las Córtes generales y eslraordinarias de
Cácliz y á la Constitucion que las mismas habian
sancionado.


El Embajador español, .\ cuyas sábia& com-
binaciones politicas se debió este tratado, de que
tanta utilidad reportó la Nacíon, hizo aun mas:
persuadió al Autócrata de la Rusia tÍ que invitase
á los españoles (ple por fuerza ó pOl' timidez ha-
bían abrazado la causa de NapoleoIl, á (lue aban-
donasen sus filas, y se uniesen á los auxiliares de
su Patria. Hizo circulal' en los ejércitos franceses
enérgicas proclamas en castellano, y en breve
corrieron á su llamamiento una multitud inmen-
sa de valientes.> de los que se formó el regimien-
to IIIlPerial Alejandro, que jlll'ó las banderas de
la Patria en 19 de Julio de 1813 en el sitio impe-
rial de Zcsarcocelo, Este regimiento, compuesto
de dos batallones de 1.300 plazas) fue un objeto




( '246)
1812. de prrdileccion ud Ell1!H'rauol', I11C 10 vistió y


equipó con el mayor lujo, y lo hizo conducir á
EspaiJa, desembarcando en S,wtanJer en 8 de Oc ..
tubre del mismo :Jño. Asi el PI(~lJipotenciario es-
paüol nos grangeó la amista(l de ulla Nacion po-
derosa, y restituyó ;Í su Patria llna multitud de
sus l]ijos, condenados por el tirano á batallar
contra sus rnas caros intereses.


Los preparativos Je la campaila qne iba á
abrirse de la otra parte dpl Niemen, obligaron á
llamar para el grallde ejército á millares de guer-
reros, que dcspues ele cuatro a 110 S de la sangrien-
ta campalw de EspalJa , empezaban á cOllocer los
rec1Irsos y localídaJ de este país. Varios cuerpos
de la Gll:lrdia imperial, acantonados por entonces
en Valladoliu, rccillieron órden de volver á en-
trar en Francia, se disolvió el ejército francés
denominado del Norte de la Península, y los de.
mas se debilitaron esl.raordinat'iamente por la reti·
ralla de mnchos cuadros destinados á reorganizar
la antigna Guardia imperial que el Emperador au.
mentó consiJerablemcnte. Formóse asi el ej~rci­
to mas numeroso y formidable que l1acÍon algu-
na ha lanzallo fuera d¡~ su territorio) compuesto
de 500.000 combatientes y de cerca de 1.200 bo-
cas de fuego. Semejante desarrollo de fuerzas
cmp]cauo contra una sola potencia la hubiera
induclablemeute subyugado eu pocos meses; pe-
ro el Tamerlan de Occideute, cuyos pies 1101Ia-
ban desdellO.'iarnente las naciones, creyó poder
á la vez sllbyllg3r los dilatados dominios de los
Czares, y la antigua l\1onanlllÍa de Carlos V. En




(247 )
vano sus Consejero,; y Gl'uerales, mejor in,;ll'ui,Jos \[:31 L
de la situacíon de sus ejércitos, de las privacio-
nes que es los esperimenlaban, y de la clase de
guerra en que estaban empeñados, le acons('jaroll
cuando meditaba la guerra contra la Rusia, que
concentrando sus tropas sobre el E.bro, procura-
se terminal' antes la gllerra de la Península. Cua-
tro aüos de la mas heróica resistencia por parte
de un pueblo sorprendido con la mas negra tl'ai-
cion, sin Rey, sin recursos y entregado á toda
clase de calamidades, no habian podido convell-
celO al opresor de Espaüa de la inutílidild de sus
esfuerzos: sus proyectos no varian sitiO con su
vida: bien ve el ardor y constancia de los espa-
ñoles, mas no retrocetle; y aunque conoce que
para someterlos es preciso esterminarlos todos,
hombres, Hlugeres y niüos , su ambicion f1ue ne-
cesita un trono para cada uno de su familia, no
duela en erigirie, aUll1llle sea á costa de la ruina
de los habitanles.


El 19 de Mayo sale Napolcon de París para
lanzarse en la lt'rriUe lucha que va á deciJir de
la suel·l.e de la Euwpa. El 26 NapolcüH y su es-
posa María Luisa, P.l Emperador y Emperatriz (le
Austria, el Rey de Prusia y otros Soberanos su-
hahf'rnos de Aiemania se reunieron en Dresdc;
y esta rClwíon, cn (lue le rinden homenagc !leyes
.íncm'porados l:,'ljO SU" bandet':¡s, formaba un
cont¡'asl.e hien slllgular con el aislamiento en que
se hallaba en 3(luella .'lazon el Autócrata de las
Rustas.


El 22 de Junio Napolcon proclama la gnerrn,




1812.
('248 )


no dur1<Jnclo en anunciar á Sil ejército (lue á prin-
cipios de Julio estaria en San PetersburrTO y cas-o ,
tignria al Emperador Alejandro. Consejos, obser-
vaciones, todo es inútil: el insensato, segun la
espresion de Massena, va ,;. conducir á 600 leguas
de la f['ontera de Francia la flor de sus aguerri-
das tropas y el ejército mas poderoso (Iue tuvo
jamas Soberano alguno, sin saber ó querer cono-
cer que una sola noche podia aniquilarle uel
todo.


El cuartel general del ejército francés pasa
el Niemen, dividido en 10 cucrpos á las órdenes
de los Mariscales Davoust, Oudinot, Ney, el Vi-
rey de Italia, el Príncipe Poniatowski, el Ge-
neral Gouvion Saint-Cyr, Junot, Victor y
Macelonald, y la reserva compuesta ele la Guar-
dia imperial, mandada por los Mariscales Lefebre
y Mortier, y por el Rey de N ápoles Murat.


Los rusos, divididos en primero y segundo
ejército de Occidente, á las ól'llcnes de los Ge-
nerales BarcIay Tollí) Bagration, y otro de re-
serva al manelo del Gcneral Tormasow, se pusie-
ron tambien en movimiento. Asi csta guerra ele
Uusia que por el número ele combalientes y por
el resultado de las anteriores campañas cra de te-
mer produjese uno de aquellos sucesos que la bis-
toria del mundo referiria con dolo[', sirvió para
(!ue la Pl'oVl(lencia hiciese s<ilir del seno al pnre-
cer de la mas terrible calamidad la sal vacían
de la valiente Nacion espailola. Debilitados, co-
mo llevamos dicho.J los ejércitos franceses de la
Península, y a umentado el de Lord Wellington




(249)
con un l'd'urrzo de 20.000 combatientes que rc- 1812.
cibió oportunamente en su posicioll de Fuente_
guinaldo, se determinó el General británico á
aprovechar momentos tan favorables, comenzan-
do de nuevo sus operaciones militares.


32




18i2.


(250)


CAPÍTULO XV.
\Yellington comienza sus operaciones. - Entra cn Sala·


manca. - Rendicioll de los fllertes de esta ciudad.-
Retirada de Mannont. -1\1armol1t toma la of(~llsi\"a. -
Batalla (le los Arapilcs. - Retirada de los franceses. -
Accioll de la Serna. - J osé sale de :\lad¡'ic! á ref01'7,ar á
":\T armon t, }'"lIega tarrle. -l\1arltlont se retira sohre Dltl·.
gns, y Jos(rsohre Segovia. - \Vcllingtoll persigne á Jo-
sé. - Su entrada en Yallatlolicl. - EI"acuall los fr;:lIcc-
ses;í ;,\ladrid. - Elltran Jos aliados. - Esta(lo misera-
hle (le la c~pilal. - DClI,licioll cl(~l Hetiro. - Reo!'!:;a-
lIir.acioll de las :lllLoridades legítimas. - Heconquista
<le Guadalajara. -Prcmio de LOl'llvVellington.


Ocupadas por las armas aliadas las plazas de
Ba¡]ajoz y CiudaJ.RoJrigo, tenia en ellas We-
IJinglon dos imporlantes bases para las operacio-
nes que emprendió desde luego , lisongt~;¡do Con
la cooperacion que le prestaban los pueblos de
Espaü3, y asegurado de que la guerra ele Ilusia
lba á distraer poderosan1f'nle la all'llcion dd ene-
migo. Dos eran las principales tentativas (}ue po-
dia emprender: alacar á Soult, y hacerle evacuar
las AndalucÍas , ó bien maniobrar conLra Mar-
mont, y arrojándole hácia el Ebro, ocupar á Ma-
drid, y conseguir ta mbien por este medio la libertad
de las AndalllcÍas. Lord 'Ydlington adoptó este
ultimo plan como el lllas ventajoso, y en su con-
secuencia cl13 de Junio su ejército pasó el Ague-
da ) y se dirigió hácia Salamanca, Guya Ciudad




(251 )
avistó el 16. El enemigo intentó oponerse á 11112.
est~ movimiento; mas en la noche de a(Iuel mis-
mo dia se retiró del otro larlo del Tormes, dejan-
do de guarnicion 800 homhres en los fuerLes de
San VicenLe, San Cayetano y la Merced, construi-
dos sohre lns ruinas del convento de San Agnstin
y de los colegios de Cuenca y Oviedo, edificios
destinarlos hacia siglos al ejercicio de las virtu-
des y estudio de las ciencias. Los ingleses entra-
ron en Salamanca y trataron de poner sitio in-
med ::11 am(~nte á dichos puntos fortificados.


Por aquel mismo tiempo Luvo en Estremadu-
ra 1" }Jri;-r:drt del General inglés Slade un encuen-
tro ron dos regimientos de dragones franceses
([tiC' puso en desórden; mas como avanzase de-
milsiado en su persecl1cion, tuvo que retirarse
luego con alguna pérdida.


Las trop"s mandadas por el Mariscal Soult,
rennidas con las del General Drouet, avanzarOn
sobre Llcrena y Santa Olalla) y en vista de este
movimiellLo el General inglés Hill dispuso la re-
tll1ion de lodos los destacamentos que tenia dise-
minados en Estremadura, y concentró sus fuer-
zas en la Albuhera.


El 17 de Junio se rompió el fuego con ocho
piezas de arlillerÍa contra los fuertes de Sala-
m:mca. El Mariscal Marmonl que se habia retira-
do desde esta ciudall hácia Toro, se presentó en
la mañana del 20 delante del ejército aliado con
designio de salvar la guarnicion de dichos fuer-
tes, y en la noche de121 sus tropas establecieron
lll1 puesto sobl'e el flanco derecho del ejército




(25'2)
1812. aliado, del que fueron at'l'ojallas COn cOlll'idera-


blc pérdida al dia siguiente por la divj~ioll del
General Graham. El enemigo maniobraba conti-
nuamente en varias direcciones; y con el objeto
de abril' la comunicacion por la orilla izquierda
Ilel Tormes con la gnarnicion d(' los flH'I'tcs, pa-
só este rio en número bastanle consid(Tabl/? el
24 de Junio; pero á la aproximacioll de Grahnm
se replegó á sus primeras posiciones . .l\ o mar-
chaba el sitio con la rapidez 'tue LOl'll Wdling-
ton lleseaba, por lo que en la noche dd 13 dis-
puso el asalto del fuerte de San Cay('lallo. El
General Bowcs, l'oloc,íllllose ,í la cabc;J,H de ]a
columna de ataque, avauzó al usulto i y herido
muy á los principios, se hizo curar ligerameuLe,
y puesto de nuevo al frente de su brigada, pereció
g loriosamenle en esta tenta ti va q llC fll\~ i II ft'!\ctuosa.


El 26 llegaron las municiones necesarias para
cl sitio, y disparándose cOtllra el ftlerte de San
Vicente bala roja, este fue incendiallo á tiempo
(Ille ya tenia brecha abil'rla. El Comaudaule í'rall-
eés, viendo la itllposibilidad de apagar el incendio
qllC devoraba iuteriorlllcntc el funte, .Y de resis-
lir mas los ulaques esteriores, pidió capitulacion.
y tr~s horus de treguas para hacerla; ppro con-
vencido Lord Wcllington de que semejanle pl'O-
posicion no era mas t¡lH~ una estratagema para gJ-
nar tiempo á fin de estingllil' el inccll<lio, 110 le
concedió mas que cinco minutos, promcli(:IH[ole
que se le conservarian Stt') baguges y efeclos. '\¡U
hahit'!n(lose convenido, 1.'128 se verilicó el asalto;
y las tropas portuguesas tomaron los fl1ertes de




(253 )
la )ferced y San Cayetano .. dándose por un efec- 1812.
to de hllmanidad de Lord Wellington cuartel á
los (Ine los gual'nccian, que quedaron prisioneros
en número de 700. El Comandante del fuerte de
San Vic(~nte envió entonces un parlamentario
para atlUnCidr que su fuerte se rendiria con la
cOIHlicioll de ({uedar prisionera de guerra su guar-
lllClU n.


Estas obras de fortificacion se habian cons-
truido con el mayor esmero y sin perdonar gas-
tos, con el objeto de convertir á Salamanca en
un puesto militar que sirviese asi para contenel'
todo alaque esterior, como para Iwcerse respetar
de ]a po)¡!acion en el caso de flue la~ operaciones
militares (~xisiesell lTlirar de ella la mayor parte
de la tropa. I.J08 ingleses las volaron inmediata-
mente, ent¡:eganJo á los espafloles la artillería
COll una gran cantidad de municiones.


A la noticia de este suceso el ejército francés
.se retiró) y Lord Wdlington levantó Sil campo en
L o de Julio, .Y marchó en su seguimiento hácia
T'onlcsillas. Si .. Collon atacó su retaguardia con
puco resultado) el resto del cjól'cito aliado se
hallaba á baslanle dislancia para poJer disputar-
le el paso del Duero. El enemigo tomó posiciout's
~()ln'e este rio, estableciendo su centro en Tor-
desillas J y Lord \\'cllington se situó en Rueda y
sus inrncJiaciotlcs.


El día 7 de Julio recibió I\Inl'mont el refuerzo
de S.OOO hombres en que consistia el cuerpo que
á las órdenes del General Bonnet oCllpaba á As-
t urias. Este General) viéndose aislado com pleta-




(254)
1812. mente por ]a evacuacion de 13s provll1cras de


l .. eon y Benavente, y consumidas todas las mu-
niciones que habia llevado consigo en su última
entrada, consideró que en semejante situacion
le seria mas fácil volver á entrar que salir de As-
turias, si sus contrarios trataban de oponerse ú.
su retirada. Sabedor por otro lado de que el ej<''l'-
cito francés de Portugal se ballaba á In vista del
ejército aliado, y muy próximo á medir con él
sus fuerzas, habia acelerado su marcha rara re-
forzarle con sus tropas veteranas, animadas del
mejor espíritu y con la mas escelente disciplina.


Engrosado de este modo el ejército enemigo,
estendió su derecha hasta Toro, restableciendo
el puente de aquella ciudad que estaba des-
truido.


En aquella sazon el cuerpo del General Hill
habia salido de la Albuhera, y marchado al en-
cuentro de los enemigos, que al avistarle se ha-
bian retirado hácia el l\eiuo de Córdoba.


Disponíasc Marmont á tomar la ofensiva, y al
efecto e116 de Julio destacó un cuerpo conside-
rable á Toro sobre el Duero, mientras que 'Ve-
llington maniobraba por su izquierda para con-
centrar sus fuerzas sobre el Guarella, rio que
desagua en el Duero. ~epasado est~ por los fran-
ceses en la noche del 16, marchó su ejército ldcia
Tordesillas, por donde volvió á atravesar el rio
el 17, Y en ar¡uel mismo dia reunió Mal'mollt sus
tropas en la Nava del Rey. Fueron varias las ma-
niobras que hicieron ambos ejércitos, y habiendo
atacado los franceses un cuerpo estacionado en




('255 )
Castejon á las órdenes de Sir Staplelon Cotton, 1812.
despucs de ulla bizarra resistencia se retiró este
á reunirse COIl el cuerpo principal sobre ti Gua-
reüa. El ejército f .. :lllCés pasó esle río con inten-
clon de atacar la izqllil!\'da de los aliados; pero
la hrigada al mando del Gelleral Alten detuvo
esle muvimiento. El objeto de 2\larll1ont era cortar
las c..:otl1uuicaciones de sus COlltrarios con Sala-
manca y Ciudad-Rodrigo, al paso que Lord We-
l1inglon se empeñaba en sostenerlas. Marll10nt
jJLI!iÓ el 21 d Tormes ('Illl'e Alha y Huerta por los
vados ~ y LOlllalJao por Sil iZ(luierda se dirigió por
el camino de Ciud,Jd-Hodl'igo: \fellington rasó
tarnbieu el mismo rio pUl' d plICll({' de Salaman-
ca, y tomó po~iciolH'S entre su orilla derecha y
una de bs dos colinns que llevan el nombre de
los Arapiles , sin duda pOI' estar cerca del pueblo
de este nombre. Dos ('jércilos numerosos operan-
do en un espacio de tall limilada e.~1 el1sion, no
IJoJiull permanecer largo tiempo sin venir á una
:lCCiOll. general, cuyo suceso pn.curó acelerar
Lord 'F(,lJill~ton, nSl cIue i'UpO qlle el General
Clausc1 !labja lJcg:Hlo el dia 20 iÍ Pollos con la
caballeria y arlilleria ligeT'él del ejército dd N.
para reunirse al de 1\br11l0Ill, incorp0l'acion que
podia verificarse en un dia ó dos. El 22 pOI' la
nwiiall<l hubo un formal empellO pOI' u1la y otra
pal'ie para :lpoderarse de uno de los Arapiles,
(lueJ.mJo al fin los franceses dllf'ílos de es Le in-
teresante punto, y obligando á Lord 'Vellinglon á
prolongar coa este motivo su iUlllierda. Despues
ue varios movimientos por ambas partes, á las




(256)
1iJ12. dos de la larde del mismo dia empezó l\Iarnlont


el ataque por su derecha con intellcion tic cnvol-
verla, y 'Vellington no solo acudió á reforzarla,
sino que dispuso acometer el centro é izquit:rda
del enemigo: colocó la primera (livision á las ór-
denes de los Generales Campbell y Alt~~n ,[ la
iZ(Iuierda de las alturas de los Arapilcs, corno
eslremo izquierdo de su línea; y las de los GPlJe-
rales Colle y Ley en dos líneas sobre la derecha
de este punto, con las de los Generales Clinlon
y Horpe , .Y un cuerpo de esparlOles á las ónlellC's
de Don Cádos Espaüa en co!nml1a para soste-
nerlas. La division del Mayor General Pakcnkan
con un cuerpo considerable de caballería formó
la estremidad de la derecha. Durante todas estas
maniobras los franceses hicieron los 111as vigoro-
sos aunque inútiles esfuerzos para apoderarse del
pueblo de los Arapiles, situado eutre los dos ejér-
citos, y ocupado á la sazon por un destacamento
de guardias inglesas. Por la derecha de los alia-
dos el Mayor General Pakenkan, sostcniJo pOl'
Ia caballería, adelantó tan rápidamente, que casi
antes de advertirlo el enemigo, se estclluia ya
por todo lo largo del valle, y las divisiones de
Colle y Ley, sosteniJas por las de Clinton y
Iloppe, avanzaron casi.al mismo tiempo, y ataca-
ron por su frente, mientras que una brigada por-
tuguesa al mando del Brigadier Pak se dirigia
contra la importante altura de Jos Arapilcs. Pa-
kenkan con su caballería destrozó en un momen-
to la izquierda enemiga, y arrollando á este en
cuantos puntos queria conservar, á pesar de su




( 257 )
tcnacidad en defenderlos, ocupó sucesivamente 18i2.
todas las alLuras , haciéndole mas de 3.000 pri.
SlOueros.


Los Generales Colle y Ley arrollaban igual-
mente cuantos enemigos se presentabnn, cuando
fueron detenidos momentáneamente por un cuer-
po de tropas francesas que avanzó sobre el flan-
Co derecho desde la altura de los Arapilcs,
de cuya posicion no hahian podido apoderar-
se los portugueses por la gran fuerza que la
defellJin. El Genernl Beresford contuvo á estas
tropas cerca de los Arapiles, y auxiliaJo de la
division del Gencral Clillton, obligó al enemigo
á abandonar esta interesanle posicion, con lo
que se decidió la batalla en favor del ejército
aliado cuando ya era bastante de noche. Una car-
ga de caballcria dirigida por Sir Staplet.on Cot-
ton, durante la cual pereció gloriosamente el
Gencl'al :\larchanl, arrolló á los enemigos. El ala
derccha de estos era la úllica que se mantenia
firme y prcsentnba una resistencia igual; pero
viendo la derrota de Sll ceutl'o é iuruierda) aban-
donó tambien el call1po) siendo perseguida por
los aliados hasla Pcüarul1ela. Jamas ejército algu-
no se vió en ma~ completa den'ola. El Mariscal
Marmont tuvo CIne abandonar el campo de bata-
lla desde el principio de la accion por hilber re-
cibido en el brazo derecho do& lleridas de un
halazo, y el General BOl1l1Ct que por su ausencia
se encargó elel mando, tuvo tambien que retirar.
se por llaber sitio herido gravemente. El General
CI:lllSe1 que llegó precisamente eH momcntos tan


TU.lO 11[. 33




(258)
1812. críticos, tomó el mando en gefe, y disponiendo


la reunion del ala izquierda y centro á la dere.
clla J salvó los restos del ejército enemigo.


La batalla de los Arapiles, que los ingleses
denominan de Salamanca, costó al ejército fran-
cés 5.000 muertos y heridos) once cañones, mu-
chas cajas de municiones, dos águilas, seis ban-
deras y 4.000 prisioneros. Lo:> Generales france-
ses Tercy , Tomures, Desgraviers quedaron
muertos en el campo de batalla, y heridos gra-
vernellte el Mariscal Marmont, y los Generales
Bonnet, Clause 1 y Menné. El ej ércüo aliado
perdió 5.000 hombres entre muertos y heridos,
contándose entre estos 5 Oficiales generales, á
saber: Beresford, Stapleton CoUon, Colle, Leitk
y Alten. Al dia siguiente de la batalla el ejército'
de Marmont, casi reunido sobre Alba de Tor-
mes, emprendió su retirada con direccion á Pe-
ñaranda, con el fin de ganar en Arévalo el ca-
mino real de Madrid á Valladolid. En el mismo
dia) alcanzada su retaguardia cerca de la Serna
por la vanguardia anglo-lusitana que mandaba el
General de caballería Bok, como durase aun el
desórden, huyó á la vista de esta la caballería
francesa que cubl'ia ]a retirada, y la infantería,
aunque formó el cuadro para contener el ímpetu
de la carga, fue deshecha y destrozada á sabla-
zos. El General Clause], aunqlle gravemente he-
rido en una pierna el dia anterior, no abandonó
el campo de batalla, animando á sus soldados en
su retirada hasta que ganaron la mál'gen del Pi-
suerga. En aquel mismo día 23 por la tarde, los




('25~)
batidores de la vanguardia del Rey José, que á 1812.
toda prisa venia á reforzar el ejército de Mal'-
mont, se encontraron con las reliquias de este.
El intruso Monarca que se hallaba á la sazon cn
Blasco Sancho, había salido de Madrid el 21 de
Julio con la mayor parte del ejército del centro,
para ponerse á la cabeza de los de Portugal y dd
Norte. Acompaftábale el Mariscal Jourdau y unos
12.000 soldados, y hahiendo sabido en dicho
pueblo de 13lasco-Sancho, cerca de Olmedo, la
derrota de Marmont, y que su reruerzo llegaba
tarde, dispuso su I'ctirada hácia Segovia, con el
fin de hacer una d.iversion en favor del ejército
vencido. Este continuó su retirada por el camino
de Valladolid, en cuya ciudad entró, mantenien-
do su retaguardia sobre la orilla izquierda del
Duero, en los días 28 y 29; pero al aproximarse
la caballería de los aliados atravesó el rio, y si-
guiendo el movimiento del ejército á que perte-
necia, evacuó á Valladolid, abandonando 17


piezas de caÍlon que allí había. Al día síguíente
30 entró el ejército inglés en esta ciudad, en
donde fue recibido COn el mayor entusiasmo.
Wellington reorganizó alli, como hacia en todas
partes, el gobierno legítimo, y para recompen-
sar por su parte al parliJal'io Don Benito Mar-
quinez de los servicios que había prestado á Sil
patria, persiguiendo constantemente al enemigo
y causándole pérdidas de consideracion , pasó
revista á su gente en número de 1.000 infantes y
700 cahallos, á los que mandó dar un vesLuario
completo.




(260)
1812. Clausel conduio su ejército h~ícia Bl1rgos, de-


jando en todos los puehlos dd tránsito pruebas
ha I'to sensibles de su irreligion y feroci(lad, que
al paso que deshonran el nombre militar, ue-
muestran el grado de maldad á que puede llegar
una soldadesca brutal y ucsenfrenaua. El tierno
y débil sexo, la respetable ullcianidad y la iute-
resante niñez no encontró el menor respeto de
parte de estos hombres feroces, y los lUismos
montes y bosques donde iban á refugiarse los
espaiiolcs iml"efensos , fueron teatro de su muerte
y de los mas brutales insultos. Muchos de los pa.
cíficos habitantes que no abandonaron )a pobla-
cion al aproximarse estos vencidos enemigos,
fueron obligados á presenciar la deshonra de los
objetos mas carOs á todo hombre sensiblc, vien-
do quemar sus casas y siendo despojados hasta de
las mismas ropas que vestian. En Alcazaren yen
otros pucblos comctieron horrores clue deben
ocultarse en honor de la humaniJad.


El rey José se retiró de Segovia, y repasando
el Puerto dc Guadarrama, volvió á entrar cn Ma-
drid el3 de AlToslo· v Lord ,VellilJ"to'] cerciorado i:J , J t'I ""- J
de (fue el cj.'rcito ele Marmollt continuaba su reti-
rada sobre Burgos, y de que en algull tiempo no
podia estar en eslado de tornar la ofensiva, se
determinó á obligar al rey José ú á tina acclon
decisiva, ó á abandonar la capital de E.~'l)a¡ja. El
{j de Agosto salió de Cuellal') y- el í entró en San
lldefol1so. La caballería de su vanguarJia, des-
pues de haber pasado el puerto lle Guadarrama,
avanzó hasta el pueblo ele :'¡LjalhllOuda pCl'si-




(261 )
guiendo á 2.000 hombres tie cahallnia francesa.
El Brigildiel' Durvan lllle mandaba la yanguardia
de los aliados, viendo que la caballería enemiga
volvia sobre ellos reforzada con tropas que ha-
Lian salido de Madrid, dió ¿rden á los portugne-
ses qne cargasen los eSCLlaUrOl1C's enemigos flue
venia n á la cabeza; pero estos, á pesar de los es-
fuerzos de sus oficiales, huyeron antes dc en-
contrarse con el enenügo, abandonando un caÜOll
y refugiándose al abrigo de un cuerpo de caba-
llcrÍil alemana. Esta cargó á los franceses que tu-
vieron que replegarse, y el 12 de Agosto dos di-
visiones inglesas entraron e11 MaJrilL El Bey in-
truso :l la noticia de la apro"imacion de los in-
gleses por Guadarrama, habia convocado el 9 un
conspjo de estauo para determinar 10 que debia
hacerse, y conslcrnildos toJos sus indi viLlnos ha-
bian ;lcordado la marcha para el dia siguiente, y
en efecto esta se re~¡}izó muy ele maiWIJ8 con gran
confl1siOll y deso1'llcn, disponienuo se q Lledascn
guarneciendo el ReLiro unos 2.500 hombrcs. Tomó
José el camino de Aranjuez, é intclltó conservar
COn Sil pequeilO ejército la lí¡¡ca del 'L¡jo; pero
lemiendo á poco tiemjlo ser atacado en ella por
los aliados, la aban(louó rctil':llJllose por el en-
mino tl(~ Valencia) llevalHlo la dcvastacion á los
pllel)los del LI'¡tnsito, pues los soldados faltos de
víveres se abandonaron al pillag(~, condl1ciendo
:púLlicamente los ignomini.osos trofeos de su in-
disciplina. Cerca de 2.000 carruages marchahan
detl'as del intruso Monarca que en su fuga arras-
tralJa toda su cortc. Pl'eft~ctos) Consejeros de Estado


1812.




(262)
1812. Ministros) Embajadores) todos marchaban confu-


sa y desordenadamente) y manifestaban en sus
rostros el dolol' de un funesto porvenir. Parecía
un convoy fúnebre la dilatada y silenciosa fila
de tantos hombres opulentos) revestidos de ·altas
dignidades) que al paso que pl'esent<lba un terri-
ble ejemplo tle la instabilidad de las cosas huma-
nas y de los peligros de abandonar la causa de la
patria) tenia el aspecto ridículo de una multitud
de hombres vestidos de mil diferentes maneras
montados en mulas) caballos y aun bonicos) y
apresurándose en seguir el paso del ejúl·cÍto.


Así marchaba hácia Valencia esta horda llena
de confllsion y de nIisería. Los cuerpos francos
del Médico Palarea) del Empecinado y otros
partidarios que se hallaban en las cercanías de
la Capital) fueron los primeros que la ocuparon
al mediodia del 12) como precursores de la pron-
ta llegada del ejército aliado.


El heróico pueblo de Madrid recibió á sus va.
lientes libertadores con la espresion mas viva de
júbilo y de exaltaríon á pesar de la espantosa mí.
seria y hambre que reinaba dentro de su recin-
to. Referiremos brevemcnt~ las circunstancias
del horroroso cuaoro que presentaba. El ailo oe
1812 empezó con todos los caracteres de un aüo
escaso: el trigo fue adrluiriendo tan all.o precio)
que llegó á venderse la fanega á 440 reales) y to-
dos los demas víveres subieron considerablemen-
te. Los tronchos y los despcl'(licios de las verdu-
ras eran arrebatados con ansia, y la hediondez é
insalubridad de estos alimentos aumentaba el nú.




('263 )
mero de víctimas. La uescsperacion se veia re- 1812.
tratada en el rostro de los miserables espectros que
discurrian por las calles y por las plazas: un cla-
mor general que se oia á todas horas, traspasaba
el alma de los hor11bre5 sensibles; y Madrid, esta
capital en otro tiempo tan opulenta, no prcscnta-
La sino la imagen del ltolor y ele la opresion. Las
contribuciones impuestas por el Gobierno intru-
so agravaban sus males, y la indignacion llegaba
á su colmo al ver nadar en la abundancia a los
partiJarios de aquel. Los hombres de facultades,
las personas mas acomodadas se desprcndian á
cual(luier precio dc los objetos mas prcciosos pa-
ra comprar un peclazo de pan.


Tal cra la triste perspectiva que presentaba
la capital del Reino dmante los seis primeros me-
ses del aüo: perspectiva que cambió de repente
en los meses de Julio y Agosto con la esperanza
de la buena cosecha que se presenta La , bajando
el pan de tlos libras tlcsde 12 y 13 reales á (lue es-
taba, á menos de 6. Los hahitanles de Madrid en-
medio de la languidez é indigencia que los afligia,
volaron al cncuentro de las tropas aliadas, Jispu-
tándose el obsequiarlas, y poniendo á su disposi-
cion sus casas y cuallto posciall. La entrnda ele
Lord Welliugton el 12 por la tarde en la capital
fue un verdadero triullfo. Acompai13Lale la flOl'
de la nobleza militar inglcsa, y apenas podia dar
un paso porrjue el pueLlo se agolpaba á su en-
cuentro, y todos qucrian alJrazarle. Alojado en el
palacio Real, aquella noche apareci.ó espontánea_
mente iluminada toda In poblaciün) y era tal la




(264 )
ISt2. enagcnacion (Iue producia su presencia, que nadie


hacia caso de que en su recinto se abrig<lsen aun
enemigos capaces de destruirlos. El Comandante
I .. efont con una buena guarnicion y 189 bocas de
fllego se sostenía en una especie de ciudadela r¡ue
los franceses llabian construido en la casa-fábrica
de china del Retiro. En la noche del 13 dispuso
"\Vellinglon la embestidura de esta forlificacion, y
cuando ya estaba tOtlo preparado para el ataque,
el Comandante capituló, quedando prisionero de
guerra con la gUJrnicion compuesta de 2.500
hombres. Rcscat;¡ronse seis oficiales ingleses y
y 0(['05 t;¡ntos espailOles con 144 solJatlos (¡lIe se
hallaban encel'l';¡dos <llli; quedando en poder de
los aliados una inmensa cantidad de municiones
de boca y guerra, gran número tie vestuarios y
20.000 fusiles.


El 15 se juró la ConsLitucion (lue las CórLc8
1.abian sancionado en C:icliz, y el nuevo Gober-
nador de Madrid Don Cárlo:> España dió enLre
otras dj~posiciones la de que se le presentasen
los muchos clispersos (llle habia en la misma ca-
pital, y los empleados del intruso Josó) procc-
diéntlose en scguiLla á la clecciOll de individuos
de Ayuntamiento y á la reorgallizacion del go-
bierno legitimo.


La miseria se dejaba aUn sentir lastimosamen-
te, á pesar de las eficaces medidas que se habian
tomado para remediarla: los pobres discurrian
á bandadas por las calles; pero lejos tie notarse
abat.imiento en el pueblo cspailol, la desgracia
producia un efecto enteramenle contrario. No




(265)
debe pfts:lrsc cn silencio un rasgo de generosidad 1812.
de los Corondcs insleses Trenchs y Hidevol, los
cu;de~, acuartelados con su tropa en el convento
de Santo Tomas, costearon en union con sus
Oficiales la comida por varios días á mas de 200
personas, enLre las que se encontraban algunas
de dislincíon.


A pocos di::s de haber entrado en Madrid, se
dirigió Don J lIan MarLÍn el Empecinado contra
Guadalajara, con el objeto de impedir que se fu-
gara la gual'l1icioll [rnncesa. Esta, despues de va-
rias contestacÍones ;Í la intimacion que se le hizo
pal'a la rendicion, capituló en número ele 850
llOmbres mandados por el Gtmeral Prcus.


La noticia de la ocupacion de Madrid por las
tropas británicas produjo en LoncJresla mayor
alegría. El Parlamento inglés decretó al intrépi-
do Wellingtol1 y á su ejército nuevas accioues de
gracias, le confirió el título de Marqués, y la
Cámara de los Cornunes votó 100.000 libras es-
terlinas para formarle un patrimonio; y las Cór-
tes espaüolas en 7 de Agosto concedieroll al Du-
(Iue de Ciudad-llodI'Íf)o el Toyson de oro, la re-
compensa mas distinguida de la Monarquía; PO!
la victoria de los Al'apiles,


TOMO 111. 34




(266)


,


CAPITULO XVI.


Mientras que "\Yellington IJate el ejército de Portugal, el
sexto ejército espaltOl sitia á Astorga. - Toma de 1'01'-
desillas. - Capitulacion de Astorga. - Operaciones del
tercer ejército espaüol en Valencia. - Accion de Mu-
chamiel. - Preparat.ivos de defensa en Alicante. - No-
ticia de la aproximacion de una espedicion de tropas
anglo-sicilianas. - Entrevista de Suchet y Dccaen para
evitar el desembarco. - Batalla de Castalia. - PércliJas
que resultan. - El General Elio reemplaza á Odonell
cn el mando del cjército. - Formacion de una division
de 30.000 ltollllJrcs cn Mallorca. - Se rcunc parte de
ella á la espedicion anglo-siciliana. - Desemharco de
esta en Alicante. _ Concentran sus fllcrzas los franceses
en San Felipe para proteger el ejército dcl Hcy José.
- Entrada de este en V ¡¡lencia.


1812. Mientras que el I.Jord We1lington batia á 105
fraac~sesJ los perseguia mas allá del Duero, y re-
VOl viendo sobre Madrid ahuyentaba de la capital
al Rey intruso y su Corte, el cuartel general del
s~,,-to ejército se hallaba cl16 de Jllnio en Andi-
ilUela á las órdenes de su Comandante general
interino ell\1arqués de Portazgo, que con una
}1artida de 30 caballos se acercó á la Ciudad de
Astorga y reconoció sus ohras cstel'iol'cs.


Los franceses evacuaron á Lean en la maiía-
na del 18, Y ocupándola inmediatamente el Bri-
gadier Liñan, demolió las obras de forLificacion
(lue habían construido) y dió todas las dispo.si.




(267 )
cioncs necesarias para restablecer el órdcn y el 1812.
gobierno legítimo. En aquel mismo dia se supo
que los enemigos habían abandonado á Oviedo
dirigiéndose por el camino de Pajares el 14 por
la tarde. El sexto ejércitu se estableció al frente
de AsLorga, cuya plaza embistió ocupando los
pueblos de Valdevieja, Manzanal, Molinaseca,
Castrillo, Manso y Santa Catalina. Los espaüoles
Causaron bastante pérdida al enemigo en "arios
encuentros que tuvieron por aquellos dias en Vi-
llaviciosa y Urbies.


El GCHeral portugués Conde de Amarante
negó á Villareal con una div1sion de infantería y
caballería, con órden espresa de operar en COl11-
hinacion con las tropas espaüolas del ejército de
Galicia. El 19 ocupaba ya á Oviedo la primera
seccioll de infantería espaüola , y la segunda
marchaha en seguimiento tlel General Bonnet}
que por la derecha del Deva maniobraba para
reunirse á Marmont, y la tercera division situán-
dose el 21 en Pedralba, partió el mismo dia para
Benavenle.


En la noche del 20, ¡Jia en que se hahia veri-
ficado un reconocimiento formal de Astol'ga, la
guarnicion enemiga hizo una salida sobre el arra-
Lal .. pe¡'o fue rechazada. No obstante, les espa-
ñoles se vieron en la precision de abandonar las
Casas de este, ;Í causa (le los escomhros que oca-
sionaba el fuego de la arlillería enemiga, situán-
dose en el molino del mismo arrabal, y conti-
nuando las operaciones ofensivas. El 27 aun no
se habían construido las obras de sitio necesarias




(268 )
1912. por falta de los efeclos mas precisos; y el Gene-


ral BOllllct se baIlaba á la sazon en Agtlilar ele
~aUJpoo] esperando la incol'porncion lle Caifardli
})a1'a socorrer á AsLorga] ó marchar á reunirse
con el ejército de Marlllont.


El COllland,Jl1tc gClH'i'al de los cspniiolcs, con
uesigllio de no paralizar toJas las fuerzas de su
mando uelante de Astorga, y de cO~lllJ uv,w á las
operaciones de Lord 'Vellington, dispuso (lue un
cuerpo respetable quedase enc;lrgHlo cid sitio, y
o~ro maniobrase sobre Toro y Z~:m()la ] para 11a~
n1ar la atcllcicll de los francl'é:C:, ]'01' su ibnco.
Combinado este movimiellto C(!ll el GCIl:T<ll Sil-
veil'a, que se eucon[raba en Ciél'h'j"ll's y Cas-
tro-nueva] una Jivislon llc 2.0UO infantes y 3:!O
caballos, á las ónlencs del Ceul'l':1l Cabrera, se
dirigi~. por la Batú;za <Í 13t'llaYeetc. F"t<t (li\i:,ion
ú:c seg:1idn (le alril y lle tUl~G el e!':"; o J.; opcra-
CiúllCS mauJallo por d GelH'í'Jl el: gd'e S<tlll.ocil-
d~s. Los franceses entr<.;l<tl>to ccvp':l"on :t Toro,
y C~lc~l!Jie"lllo una de sus divisiones J¡<::sl<1 Zamo-
ra., r~~:>-!~it'ro:'-l ~u~ cnfc:rillu.'1) rl)::l~c.sando (~L\'ipl1eS
á I\Ji':L"i~L~. E: 22) d('cÍl'¡~lc' [;iill(:~;ld~·s ilobrar
~~,L·"; tI Dilcca, ,eguH la,; 11l(;icClcl'..lilCS rlll(~ haLia
l",'ciLl(;o de Le,rel V;"llill~;LlJn, se encontraba con
S:'18 ["uerzas SO:ji'e '1\:,,'0 y Ldmora] en cuyas C1U-
,J,\.td(·~ se l!alld~)~Hl encl:.rr2d~~s ]a5 ~'t;~:rnlcloncs
'de.n:"a,;, .Y el 27 rLciLiéJ L, l:; .• ticj:; ::,: >. victoria
I.~", 1" )'. 1 '··1"j"1t "5 \' 1,) "l",'j' ,'c· , ... ,(J·,\:.',· .. ·l·"" l·lc los


.> .~ \.. ~ _.,1;..;" l' \...¡ '-- ) J '- v {. '1.-- J. ... _ ,,-, -'- ' _ -' u .... '


tt.,lS i'l:Htcs iudicado5 , :i úLl~;r ~,()~Jl<~ el l)uero
ni Ul.idli con llll;l di\loion j¡:gl :óa y'} c110l'[Io de
Sll\" .. i!Ll. I~l 3i el cuerlL) c~1-,tlü;Jl (le 0lJ~1.,I.~ci,)1:c~~)




(269)
en virtud de nueva disposicion de Wellington, 1812.
pasó el Duero por Barros y Castromutl, yen pri-
meros de Agosto fijó su cuartel general Cll la Nava
del Rey .. dirigiéndose el3 el Brigadier Don Fede-
rico Castaüon con una division sohre Tordcsillas)
y obligando á capitular el 51a guaruicion ellemiga
que alli hahia, compuesta de 270 hombres, apo-
derárHlose de muchos efectos de guerra.


El sitio de Astorga continuaba en aquella sa-
zon con bastante lentitud, pues aunclllC se halla--
ban ya en hatcl'Í.1 contra la p1a>~a tres caiiones de
16 y cinco de ú 4 con un ObllS, la clismilJucion tle
las tropas sitiadoras y la marcha de la artillería
]Iabi"n paralizado alguu taulo las operaciones.
Los mOYlmielltos del cuerpo Jel ejLTciLO enemigo
que ocnp() el 14 á Valladolid, lus cortas fuerzas
de la division sitiallora, la dist<n:ci<J consillerable
dd ejúrcllü abado, y la cel'tc~z<J de lHdlBr:;¡; él pocas
marchas de la plaza el refuerzo que euviaha á ella
el cl1pmigo, (lctcrminaron al Gcneral eSl'aüol
C:,¡slnT"lOs, que lomó el mando ele esU1S tropa:·) por
lJabcr cllfcrnwdo gravem('l~lc 's;;!¡[ocildcs, á apo-
derarsc por clI<Jlq uier medio de Aslorga. La arti~
lL:ria lle tiitio se hal)!;) retirado el 15 , Y no que-
daha mas recursO para apr:rm' :'1 los silic,dllS (tUl'
el efccto (ll:e pndit~sc pl'ollucil' en b muralla una
mina (lile se estaba COIl.':! ¡-i.}ClH1o. Eil este cs[;¡do
el GCllcl'al ('spr¡;lOl ~ulu:,lú b prwlellle IllC(li(l:: de
comisiol:ar al Ay lIéLlllte t;C'l1erd Dun rasclIal En-
rile, para (p:8 ofreciese clll<J c;lpitulaclon ycnta-
josa al Gohernador enemigo Henlcl1clj y cn efecto,
el 19 se c;1ll'(,Só la rhza con su guaruicion de




('270)
1812. 1.100 llOmhres, 17 piezas de artil1eria y gran


cantidad de municiones. El General Foy, que con
un fuerte destacamento venia desde Valladolid al
socorro de Astorga, llegó un dia despues de fir-
mada la capitulacion, y con sus movimientos hi-
zo levantar el bloclueo de Toro y de Zamora.


El tercer ejército que deslmes de la rendicion
de Valencia se habia reple gado á Alicante, acan~
tonó la mayor parte de sus tropas en la huerta,
y la division de Villacampa se dirigió á Elche.
Desde el G al 9 de Febrero la cahallería y parte
de la infantería pasaron desde el mismo pueblo
de Elche ~ Orih uela y Albatera donde se hallaban,
á Totana, Lorca y Ilellin: cuatro regirnicntos de
infantería de la guarnicion de Cartagena se tras-
ladaron á Murcia, donde se estableció el cunrtel
general. De esta manera este ejército volvió á
ocupal' la mayor parte de aquel Reino) y tenien-
do por base de sus operaciones las plazas de Ali-
cante y Carlagena, apoyaba Sil primera linea for-
mada por la caballería en los castillos de Lorca,
Caravaca y Peüas de San Pedro) y en Totana
habia una reserva de la misma arma.


Los franceses se estendian por la parte de An.
dalucía hasta Baza, por la de la Mancha hasta
Albacete , cuyo pueblo ocuparon solo por algu-
nas horas, y por la de Valencia hasta las orilla.!'!
del Júcar , ocupando la serranía y la marina.


En fin de Febrero, y con el objeto de prote-
ger algunas operaciones sobee el Reino de Gra-
nada, el General Don Nicolas Mahi destacó una
columna volante compuesta di dos regimientos




(271 )
de infantería, dos escuadrones de caballería y 1812.
dos piezas de artillería, á las órdenes del Brigadier
Michelena, Con direccion á la Mancha. Esta co-
lumna llegó el 3 de Marzo á Jufantes, obligó á
los enemigos á encerrarse en el castillo, y des-
pues de haber llamado la atencion de las guarni-
ciones de los pueblos comarcanos, se dirigió á
las Lomas de Ubeda.


Al mismo tiempo el Brigadi.er Comandante
general del Reino de Jaen atacó el dia 5 en-
tre Guarroman y Bailen un nllIneroso convoy
francés que pasaha desde AlldalucÍa á Madrid,
y logró apoderarse de él J causando al ene_
migo una pérdida de 83 muerlos y 45 heri-
dos, siendo ]a de los espaüoles sumamente re-
ducida.


Mientras los españoles llevaban la alarma por
la espalda de las posiciones del enemigo en An-
dalucía, el General Freire con 1.500 infantes y
700 caballos marchaba con direccion á Granada,
y la seccion de caballería de línea se dirigia há-
cia A]merÍa. Freire maniobró pril11erall1cnle so-
brc Baza, cuya ciuoad OCllpÓ el 17, desalojando
á los enemigos, y la scccion de caballería de lí-
llea entró en Alruería, precedida una pec¡uefla
accion en los campos dc Nijal'. Reforzados los
franceses que se hallaban en Guauix con varias
guarniciones quc se les reunieron, cargaron sobre
el Gcneral Freirc el 19, oblig,índule á retirarse
con la infantería á Pozalcon, mientras que su
caballería y artillería se replegó sobre CuBar, y
marchó en scgnicla á Huesear p::tra sostener la in-




(272)
1812. fanterÍa. Este movimiento retrógado se verificó


con el mayor órden, á pesar de las pérdidas que
llabian esperimentado los españoles. En Pozal con
se unió á Freire el Brigadier Michilena, y la ca-
ballería espanoIa que habia ocupado a Almería,
tuvo que evacuarla, llevándose 220 fanegas de
ccbada (lue encontró almacenadas. El enemigo
con una fuerza de 300 infantes y 100 caballos
alacó al regimiento español de las Alpujal'ras, que
con un escuadl'on de caballería de Farne!:>io se
hallaba en V clcz-Rubío; pero estos cuerpos re-
chazaron con el mayor entusiasmo este ataque y
persiguieron á los enemigos hasta el Chirivel.


Entrctan to el General Villa campa que se ha-
llaba en Aragon, se veia embarazado con 700
prisioneros, resultado de las acciones de Ateca y
Pozohondon que hemos referiJo,y como tratase de
hacerlos conducir á Alicante con la correspon-
dien te escolta, marchó para prote gel' su marcha
desde el seüorío de Molina á las inmediaciones de
Cuenca, é interponiéndose entre esta capital y la
columna de prisioneros) logró que los franceses
no illtercepLascn su marcha) aunque tuvo que
sosLener una accion cl 6 en Villalba de la Siena
contra el General Darmaüac, que reuniendo las
guarniciones de Requcna y Tarancon, quiso li·
bertarlos; mas en va no, porqu e fue rechazado bi-
zarramente con una pérdida de 50 muertos y 140
heridos, viéndose precisado á retirarse á Cuenca,
sin (ll1e se interrumpiese la marcha de los prisio-
lleros que por fin enLraron en Alic~\l1te.


En el Reino uc Valencia el General Suchct,




(2;3)
queriendo cerciorarse de lo que pasaLa en las 1~U.
murallas de Alicante, mandó retlllil' todas las
compaiJÍas de preferencia de la division del Ge~
neral Arispe, Con la brigada de caballería del
General Ddorl, y qne avanzasen por el camino
de Jijona, mientras que el General Gu,lill cun
otra divisioll marchaba hácia el mismo punto pUl'
el camino de ~1uchamiel. La vanguardia de esta
espedicion, compuesta en Sil totalidad de 4.000
hombres, se presentó el 25 de Abril á la vista de
Alicaute. El General Roche salió de la plClza con
tres batallones y dos piezas de artillería, y fue al
encllentro del euemigo que se hallaba situado
sobre la altura del Cal vario de Muchamid) don-
de empeitó una rcili.Ja acciono La tropa espaüola
desalojó ti la bClyoneta á los franceses que la ocu-
})aban; y estos iban á ¡;er envueltos por ]a dere-
cha, cuando otra columna enemiga que venia á
su socorro desde Palamós, maniobró en térmi-
nos de amenazar interponerse eutre la plaza y
Roche. Este movimiento obligó á este General á
retirarse á Alicante, 10 clue ejecutó con el mayor
órden. El resultudo de este recollocimiento fue
el COnvencerse el :\Iariscal Suchet de que la plaza
de Alicante se hallaba dispuesta á defenderse
hasta el último estremo.


El tercer ejército no solamente atendia á la
conservacioll de esta y de la de Cartagena, sino
que el General Freire vol vió á avanzar por el
lado de Granada ~ y arrollando á los enemigos,
los arrojó de Cunar el11 de Mayo, el 12 los bi-
zo evacuar á Zujar y Baza, continuando ha~ta


TOMO 111. 35




( 274)
18n. tomar posiciones en la venta del Baul. Al propio


tiempo se hizo á la vela una pcqueüa espedicion
que desembarcó ell1 cn Almeria, ahuyeulalllJo
el los enemigos que alli habia, y apoderándose de
algunos efeclos.


Entretanto no se descuidaban los españoles
por la parle del Reino de Valencia en ln(luielar al
enemigo. La division del General Bassecourt,
tercera del segundo ejército, se dirigió desde la
Gineta;i Almansa y ocupó á Yecla, cuyo punto
evacuó aquel, y las divisiones de los Generales
Duran, Villacampa y el Empecinado le hacian
sin cesar la guerra en los distritos de Calatayud
y Cuenca.


Los franceses del Reino de Granada, ] llego
que hubieron reunido fuerzas superiores á las del
General Freire, atacaron á este el 16 de Mayo
con cuatro esclladl'ones; y conocido Sil designio
por el General espaüol, y vista la illferioridad en
número de su gente, emprendió su retirada á las
12 de la noche, y la continuó hasta Velez-Rubio,
donde llegó al amanecer. U na carga impetuosa
que la caballería enellliga dió á la espaüola , la
falta de ranchos y el cansaucio ocasionaron una
haj a considerable e 11 esta di visiono El 21 ocupa-
rOn los franceses á Velez-Ruhio , y el 23 se reti-
raron, no solo de este pueblo, sino de Guadix y
Baza, cuyos puntos guarnecieron inmedialamen-
te los espaitoles.


Los enemigos del Reino de Valencia reunie_
ron por entonces las guarniciones de Alcoy,
Caslalla, Biar y otros puntos, y componiendo




(275)
una columna de 2.000 hombres, ocuparon cí AI-. 1812
mansa el 22, mientras que otra division de 2.000
infantes, 400 caballos y tres piezas de artillf:'l'ía,
procedente de Requena, marchó sobre las Casas
de Bes. El General Bassecourt verificó su retira-
da por Alpera, el Bonete y Fuerte de Alama ,1
Torralba, con lo que los enemigos, clespues de
haberse estendiclo hasta el Bonete y Ayora) se
restituyeron á sus antiguas posiciones.


EllO de Julio la division espedicionaria que
dijimos arriba haber salido de Cartagena, regresó
á Alicante. Los enemigos, asi de la parte de Gra-
nada como de Valencia, dismiulIyeron las fuer-
zas de sus acantonamientos, dirigiéndolas h~cia el
centro. Para cllLrir esta opcl'acion avanzaron por
el lado de Andalucía hasta los V elez, y por el de
Valencia hasla Llar vista á Alicante, aunque se
retiraron pronto despues de varios encuentros de
poca consideracion, y volvieron á sus antiguos
acantonamientos, desde donde hicieron algunas
correrías para recoger granos.


El 19) rennielas todas las guarniciones enemi.
gas de J aen, Quesada y Lomas de Ubeda , ataca-
ron con gran superioridad numérica cerca de
Veas al batallon de voluntarios deJaen; pero es~
te desde una buena posicion en que los esperó,
las rechazó con gloria.


El General Don José Odonell meditaba en
aquella saZOn arrojar al enemigo al otro lado
del Júcar, batiendo por medio de un ataque si-
multáneo su vanguardia apostada en Ibi J Tibi Y
CastaBa. El Mariscal Suchet, receloso del desem"




(276)
1SU. barco de una espcdicion inglesa que se aguarda~


ha, se avistó ellO de Julio en Reus con el Ge-
neral Decaen, con el que concertó los medios de
impedir aquel desembarco.


Odonell, á la cabeza de 12.000 hombres divi·
,lidos en cuatro columnas, marchó sobre Casta-
lia el 21 de Julio por la mañana. El General De-
Jort se replegó sobre una posicion inmediata á
lbi, Y dispuso que se le incorporase la caballería
acantonada en Onil y Biar ... y (1 ue el Coronel Mes-
cIo! viniese á apoyar su movimiento. Este se en-
contraba amenazado por el Gellt:ral Hoche (l'lC
habia venido sobre él con 4.000 hombres en dos
colmnnas por las sierras y camino de Jijona;
mas dejando un destacamento que contllviese á
los cspaüoles en la entrada de los desfiladeros,
lIostenido por dos piezas de artillería colocadas
en el pequeño fllerte de Ibi, marchó al socorro
¡lel General Delort, que se estaba batiendo Cun el
ejército espailOl. La llegada de la caballería fran-
Césa á la llanura cn donde le era fácil mauiohrar
con vcnt;¡ja, y el haberse retrasado la española,
]Jizo temer á los espaiIolcs por Sil iZt!uie¡'da, y di·
ri3icndo contra ella su artillería, Dclol'tlomó cn-
tonccs laofensiva,y marchó al paso de alatiue. El
enemigo se apoderó oc la balería espailola Com pues.
ta de dos cañoncs, y acuchillando ¡ilos artilleros,
derrotó la infantería destinada á su cusLodia,y co-
gió por un flanco el batallon de Gua¡'dias Walo-
nas, y sin Jarle lLlgar en un cambio de direceiou
;Í. tirar un tiro, lo bizo prisionero, y continuan-
do eoil rapidez sns mO"imientos <j.arrollú las de-




( 277)
mas columnas espaüolas J y las persiguió hasla 1812.
n¡L!S alLí de Caslalla. Dentro de esta poblacion pe-
lean calle por calle los españoles; mas cediendo al
fin á la superioridad del enemigo, se retiran por
el call1illO de Alicante. Como unos 400 logran
posesionarse de las alturas que dominan á Casta-
lla, é illtelltall apoderarse de un castillo alltiguo
del tiem po de los moros; pero son inútiles sus
esfuezos y tienen que rendirse á discrccioll.


El General Delort J asi que hubo arrollado
á Odoncll , dispuso que dos regimientos aligerán.
dos(~ y Cfuitdudose las mochilas, marchasen á pa-
so de ataflne á desalojar al General Roche que
JIUbia logrado npodel'arse el",l pueblo de lbi con
hastante pérdida de los franceses; pero al ver es·
ta reunion de fuerzas, por un movimiento aCl~rta-
110, Roche se retiró Con el mayor órden por me-
dio de la sierra J y enlró en Alicante, donde fue
recibido con el mayor entusiasmo por los habi-
taules de esta fiel ciudad, que le aclamaban cual
en otro tiempo Roma al compaüero de Pau]o Emi-
lio por no haber desespcrado de la salud ele la
I)a[ria.


Los españoles perdieron 3 banderas, 2 piezas
de artillería dc á 8 J 3 cajéls de municiollcs y mas
,le G.OOO fusiles, 3 Gefes, 13 OGciales, 374 sol-
dados muertos, 30 OGciales, 423 soldauos hcri-
tlos, y 2.796 rrision(;ros.


La llotici;¡ de la derrota de CastalIa, precisa-
nwnl.c acaecida la víspera de la gloriosa balalla
de los Ar;.pilcs, produjo el descontento mayor
entre los espaüolcs. Acostumbrados estos á clII-




(278 )
1812. par á sm Generales en todos los reveses, aun Jos


mas inevitables de ]a guerra, las Córtes separa-
ron del mando á Odonell, nombrando por su
sucesor al General Elío) que habia venido de la
América del S., donde se habia distinguido guer-
real1tlo con los índependientes de Bllenos-Aires.


El Mariscal de Campo Don Santiago Wittin-
gam, á quien en 1810 habia conferido la Regellcia
el mando de la caballería del ejército de la Isla,
considerando que esta arma no era de la mayor
necesidad en una plaza sitiada, y conociendo la
importancia de engrosar los ejóreilos españoles
que diseminados en toda la Península se f(·dncial~
cada dia á menos, propuso al gobierno la forma-
cion de un cuerpo de 30.000 hombres en la Isla
de Mallorca, como uno de los haluartes de la
Monarquía. Este proyecto tan útil no halló aco-
gida en un principio, hasta que manifestando que
el Embajador británico le facilitaría el vestuario
y armamento necesarios, obtuvo pOlo último la
aprobacion de la Regencia, y en fines de 1811 se
ernbarcó ·Wittingam para l\1allorca con varios ofi-
ciales de Stl confianza que deb(~r.ian emplearse en
la organizacion del nuevo ejército; y llevando
consigo cinco millones para los primeros gastos,
lleaó á Palma, donde desembarcó con el Coronel ~
inglés Campbell, encargado de tres trasportr's
ingleses que conducian, no solo el equipo necesa-
rio para el ejército, sino todos los lÍtiles de cam-
1)a11a. El Capitan General de Mallorca Don Gre-
gario Cllesta protegió con todo empeño tan útil
establecimiento, y Wittingam se dedicó con el




( '279)
mayor ardor á la instrllccion de los reclutas 'lue
rt;cibia Jd continente, estableciendo una acade-
mia militar en que se educase fundamentalmente
la oficialidad. El Canónigo Don Juan MOlltaner,
Gobernador de aquel Obispado, no se contentó
Con facilitar gratuitamente para este servicio el
colegio denominado de la Sapiencia, sino que
despues de costear todas las obras y reparos in-
dispensables, entregó 20.000 reales al Director
para la compra de libros é instrmuentos. Los
pueblos no obstante no aprontaban todo el con-
tillgentc Jt; hombres necesarios para la formacion
de este ejército, escaseaban los recursos, y 'Vit-
tingam que 110 veía marchar su e.stablecimiento
con la rapidez que exigia la necesidad de la pa,..
tria, se puso en marcha para Cádiz el Jía 1. o de
Abril, dejando el mando de la division, bajo la
direccion del Capitau General ... al Gefe tlel Es-
tado mayor Don Francisco Serrano, á quien dió
ldras en blanco sobre Gibraltar para que librase
el dinero l1pcesario para d pago de la tropa. La
muerte del helJelll('~r.i[o Cuesta entorpeció aIgun
tanto tan LÍ/il esLaJJlecimiento pOI' el distinto mé-


todo que adoptaron los vilrios gdes militares que
se sucedieron ... hasta que fue nombrado Capitan
General el Marqués de Coupigni. WitLingam se
presenló á la Regencia, la manifestó la lentitud
eOIl (Ille marchaba su cstablecimienLo, y esta le
facilitó aoo hombres que se habian reunido en
Cadiz de los dispersos recogidos por el General
Ballesteros en Andalucía, comunicando órdenes
al Heino de Murcia para que proporcionase cuan-


1812.




(280)
1812. ta gente pudiese. El Gobierno aprobó la {()l'ma-


cion de la academia militar de Mallorca) y mUIl-
dó se erigiese un colegio baio el plan propuesto
por "\Vittingam, cuyos alumnos se destinasen á ofi-
ciales de su cuerpo de ejército, y el Embajador
inglós le entregó dos millones para las urg"ncias
del mismo, los fiue llevó consigo á PaI1ll3, adoll-
de se restituyó para el 16 de Mayo, volviendo ~
dedicarse con el mayor empeño á la organizacioll
de su division. Todos los soldados que se d('sti-
liaban á ella eran vestidos y armados inmediata_
mente, y á ]a vista de los grandes pro¡;rcsos (JIte
iha haciendo la instl'uccion, considcrnndo que ~e
aproximaba la época de cumplirse sus deseos de
poder trasladarse al continente con su gente pa-
ra hacer la guerra, dispuso, para (¡ue de ninguna
arma careciese su division, la formacion de una
compailÍa de zapadores.


El Teniente General inglé:s :Ylaylanrl y el Cuar-
tel maestre DOllkin, encargados de una espcdicion
anglo-siciliana procedente de Palermo J llegaron
á Mallorca, y maniobrando en su presencia la
division de Wiltingam , satisfechos dellJrillante
estado en que se hallaba, acordaron que 4.500
hombres de e lla se les reuniesen; y en e fecto el
20 de Julio se principió el ernbarco en buques
ingleses, el 24 se hizo á la vela toda la espcfli-
cion y se dirigió á Ma11ol1, adonde llcg() el 27. El
29 el convoy todo se volvió :Í bacer :í la vela, y
atravesando por el canal entre Mallorca :r Meuor ..
ca, dirigió Sil rumbo h,ícia la hallÍa de Blancs
en Cataluña, donde dió fondo el 1.(1 de Agosl',




(281 )
á la emIJocadura del rio Tordera. Ocupaba el 1812.
enemigo el pueblo de Tosa, y tenia Ull reducto
muy capaz que cubria el pueblo y defendia la
costa. En la lanle (lel citallo dia y en el siguien-
te se hicieron varias maniobras amenazando des-
embarcar, haciendo ftlego al fuerte y á los fran-
ceses (ple se acercaban á la playa, algunas fra-
galas y bombarderas inglesas. El 3, vista ]a
imposibilidad del desembarco, se hizo el con-
voy de nuevo á la vela; pero la calma que rei-
naba le impidió separarse mucho de tierra; y
como se recibiese entonces la noticia de la der-
rota del tercer ej,~rcito en Castalla, y recelase que
el enemigo potlria caer en segllida sobre Alican-
te, la espedicion se dirigió hácia aquella plaza
Con el objeto de ponerla á cubierto de un ataque.
Los vientos contrarios y un recio temporal (iue
sufrió en la trav(~sía, no le permitieron ganar
aquel puerto hasta el ~) por la tarde en que dió
fondo en él, Y ellO se verificó el desembarco
de todas las tropas. Las inglesas salieron inme-
diatamente ,í ;¡camparse fuera de la ciudad, es-
tablecieuJo Sil v:lngu:uJia en San Vicente, y los
franceses que se hallaban á la vista, se replega-
rOn situándose en Ibi, CastalIa, Dial' y Ville.
na. El General Arispe que los mandaba, esta-
bleció su cuartel general en San Felipe, constru-
yendo en sus alrededores y en el camino real de
Valencia á l\ladrid varias obras de campaila, y
habilitando sobre el J úcar cerca de Alberique un
puente de barcas, cuya cabeza fortificó militar-
mente.


TOMOJII. 36




(282)
1B12. El 19 de Agosto .. noliciosas las tropas combi-


nadas de la espedicion de la aproximacion del
ejército enemigo del centro que con el intruso
Monarca se dirigia á Valencia, ~e replegaron á sus
posiciones cerca de Ja plaza. El Mariscal Suchet
se adelantó hasta Almansa al encuentro Je José,
y el 25 se le reunió el ejército de este, en el cual
reinaba una confusion y desorden dificil de des-
cribir. Suchet, que habia administrado con bas-
tan~e habilidad el gobierno del Reino de Valen-
cia, suministró socorros de víveres y dinero á los
soldados del ejército del illtruso, y los Gefes tra-
ta ron de reducir á la tro pa al ó rJe 11 y disciplina
que en gran manera habian IH' rJi.Jo. José, acom-
pañado del Mariscal Suchet, hizo su entrada so-
lemne en la Ciudad de Valencia el dia 26 con
toda la pompa y honores reservados á los 1';10-
narcas.




(283 )


CAPÍTULO XVII.
Soult se ve forzado á concentrar sus fuerzas sohre Valen-


cia tle resultas de la pérdida de la batalla de los Arapiles.
- Descripcion (lel homhardco de Cálliz. - Proyecto de
vísj'leras sicilianas ell Sevilla. - Levántase el sitio de
CáJi:l.. - Movimient.o l\d cuarto ej({rcito español en per-
secllcion d(~ SOltlt. - Aceion de Triana. - Evacuacioll
de l\Lí laGa p()r los franceses. - Accion de Antequera.
- Accioll tle Loja. - Accion de Alendin. - Evacuan lo~
franccscs;Í GrallilIL,. - ElltI'a en esta ciudad Balleste_
ros. -Sonlt se apodera del castillo de Chinchilla. - Se
le reulle el ([uinto elwrpo de ej«(rcito procedente de Es-
tl'emaaura, á la$ <,r<I(!llcS (lel Conde de Erlon. -Reunion
de Sonlt con el ¡,j,(rcito de S llChet en Almansa. - La Lr;-
galta del CorOllel in t\16s S kerret se separa del cuarto ejér-
cito espaüol , y vieJle ;Í Madrid á incorporarse con el
General Hil!.


No fue solo la retirada de este á Valencia la 1812.
única conseclIellcj'l de la victoria de los Arapilcs.
El DllqIH:' de Dalll1acía Soult tllVO tambien que
evacuar las Andalllcías con todo su ejército. In-
vitado por Jo,é para ilue le enviase un grucso
destacamento que reforzase el cjército del centro,
y conocieudo <{tIC solo la concentracion de sus
fUf'rzas podía sal val' los ejércitos franceses I en
vez de disminuir y diseminar sus tropas, resol-
vió aballdonar el pais (ltle estaba asolando hacia
tres ailOs, sill que hubiesen hastado á impedirlo
los esfue·rzos dd cuarto ejército español que sin




(284)
1812. cesar le hacia la guerra. El General TIallcsteros


intentó por aquellos días soqll'cnder la guarni-
cíon pnemiga de la ciudad de Osuna 7 y marchó
Con la tercera divisiol1, mielltras que con otra
dejó en Alozayna al Marqués de las Cuevas con
el fin de mantener en perplejidad al General Le-
val encargado de su persccllcion : logró en cfee.
to sorprender á Osuna, lihertándose de los lazos
que le tenia armados el enemigo, y apoderándo-
se de un rico convoy de 600 mulas y 30() CG-
hallas, con varios canos y furgones que entraban
al miítll10 tiempo en aquclla pohlacion. El Gober-
nador enemigo y otros mucllOs franceses fueron
muertos, qneJanclo mas de 100 prisioneros,
entre ellos 8 oficiulcs.


Continuando Ballesteros sus l1.1ovinüentos,
cubrió el 25 por la noche con su caballería el ca-
mino de Bornos á Villamarlin, de cuyas re-
sultas abandonaron los enemigos los fuertes
que allí tenían, y prosigllipll(lo su marcha por
el camino de Espera, encontró las grandes
guardias franccsas, que con una fuerza de 400
caballos y ,500 infantes oelIpaban el pueblo, que
tuvieron qHe aballdonar en la noche del 26.


El Mariscal Soult desde el 6 de Febrero de
i:8tO lIe hallaha al frente de Cádiz sin haber
údrdarruulo nada pllra la rc'l1{liciol1 de esta plaza,
(¡ue babia bombardeadu muy imperfectamente
en diversas ocasiones; y líllimamente, en el mes
tic Mar7.0 de 18L2, qneriendo vengar las ventajas
que conseguían los ali,tllos en Castilla y Estt'e-
·¡úa{lui'~l, I~stabí('cir), f'tI fll.crza de rcitc'radas cspe-




('285 )
riencias, baterías de morteros de nueva inven- 1812.
don) que desde la Cal)(~zuelay Tl'ocadero,puestos
aislados en la costa del Oriente, arrojaban Lom-
bas y granadas á una (lislallcia increíble, alcan-
zando muchas de ellas hasta la plazuela de San
Antollio, situada casi al estremo del Poniente de
Cádiz. Los habitantes de est<l heróíca ciudad mi-
raron al principio con desprecio el temerario
proyecto de Soult; pero algunos estragos que
sobrevinieron, hicieron nacer el temor en algu-
nas familias, que abandonando sus casas) busca-
1'0/1 su refllgio en tienda,., de campana y barracas
d~ madera .• que se levantaron al efecto en el
campo de la Caleta. El Gobierno no obstante con
todas SlIS depelldencias permaneció tranquilo
baio el alcance del fllt~gO enemigo, dando uu
ejemplo J(~ serenida(l J constancia. Ni tampoco
se PuÚ(~"ou, como s(~ acostumbra en semejantes
C3S0S, blinclages en las calles y plazas para segu-
ridad de los tran~euntes, donde pudiesen refugiar-
se al oír el golpe de la campana (Iue desde va-
rias tOfre~ hacían seiíal al Ilotar el fogonazo de
los ObllS('S Ó morteros enemigos. La soliJez de
los ediflcios de Cádiz hizo en gran parte inútil
las tentativas de SOlllt, y á pesar de la conster-
nacíon que lleva consigo un bombardeo, el pue-
1110 en lo general p.·csentaba el aspecto de la mas
perfecta tranqllilirlad, entregándose al .'cgocijo
consiguiente tÍ. las serlUladas victorias obteni.
das por las armas ah" das en los ca m pos de
C;¡stilla .


A pesar de lo rigoroso del sitio, va l'ios pa trio-




(286 )
fS12. tas de Cádiz estaban en correspondencia COn los


de Sevilla y olro~ puotos de AlIdalllcía y Eslre-
madura, y habian llegado á organizar una socie-
dad, que baio el IÍlu lo de Congreso sacro hispa-
lense, debia renovar en Espaila la esccua de las
Vísperas Sicilianas, dt:sll'lIyendo simllll;;neamen.
te á cuantos franceses Illlbiese ell su territorio.
Trabajaba esta sociedad desJe UllO P["'él llevar á
cabo su pensamiento; pero las circunstancias
fueron )'elardan(lo Sil ejccllcion : mas á pesar' (hl
mucho tiempo que transcurrió, y de los I11l1chos
iniciados en el misterio, el (~nellligo 110 llegó á
traslucir esto, aunque logró aprehe,u]er á Don
Bernardo Palacios .Y Don José Gonzalez, los cua-
les prefirieron sufrir heróicanwntc el! tu plaza de
Sevilla h muerte en garrote, primero que reve-
lar los planes de sus compatriotas.


En la noche del 24 al 25 de Agosto Jos fran-
ceses abandonaron sus obras de silio delante de
Cádiz V la Isla de Leon, manteniéndose hasta las
12 del dia un cuerpo de tropas en el Puerto de
Santa María. Antes de retirarse (lestruyel on todos
los fuertes y bal.erlas que tellÍan construidos en
sus lineas, presentalldo al pueblo de Cídiz el
espectáculo de fuegos horrorosos y de esplosio-
nes sucesivas, y abandonando mas de 260 piezas
de artillería de todos calibres, un consideraole
l1I'lmerO de mnnicioues y otros efectos. Los CIIC-
migas tomaron la ruta de Sevilla, y el General
español Cruz Mourgeon, que mandaba una divi-
sion de tropas espedicionarias del cuarto eiérci~
to, situó su vanguardia en Sanlúcar la Mayor asi




( 287)
que fue evacuado este pueblo por el enemigo. 1811.


Un escuadron de caballería de lítlea y un des-
tacamelJto de tropas brit:lnicas al manJu Jel Bri-
gadier Skerrl:'l, que tatllo se habla distitlguido en
la defensa de Tarifa, lomaron posicion en la ori-
lla derecha del rio de Sanlúcar', y su centro en
Custillej:1 de Campos, Noticioso Sk('l'rl't de (¡ue el
Mariscal Soult debia verificar Sil retirada con
mucha parte de sus tropas por Aleah y Mal'che-
na, emprendió su movimiento con direcclon á
Sevilla; mas como supiese en Espartillas que di-
cho Mari,scal había ya salido d(~ S(~villa con 5.000
infantes y 500 cahallus, se deci¡Jió á entrar en
3f¡oella capital antes (Ille el enemigo cortase el
puente de Triana. El 27 por la rnai'¡ana tuvo con
este algunas escaramLlzas en Castilll'ja de la Cues-
ta, y despues de haber hecho rendir un redLlcto
que se defendió hizarrament.e) llegó hasta Triana,
en donde aun se encontraban algunos batallones
de infantería y dos regimientos de cal)alll~ría fran-
ceses. Trahóse alli un comhate tumultuoso en las
calles y eu el puente) y los habitantes, llenos del
mayor ardor 1'01' la causa de la patria, se preci-
pitaron enmedio del fuego de fusilería para colo-
car maueros y vigas sobre el ¡HWlJte roto, á fin
de facilital' el paso de las tropas a liadas. El ene-
migo <Jbandonó el rclrincheramiento del puente,
y emprendió Sil retirada saliendo de Sevilla pOLo
el camino de Carmona , y las tropas alindas des-
pues de rehabilitado el puente, que dejó muy mal
tratado, OCllp:lI'on la ciudad. El pueblo y castillo
de Arcos, y toda la línea del Guud.tlete á Ronda,




(288 )
1812. fueron igualmente abandonados por los franceses,


despues de voladas sus fortificaciones, clavados
sus caüones J destruidas las municiones.


El gobierno de Cádiz al ver disminllir la g11ar-
nicion de los puestos cnemigos de su frente des-
de el dia 23, conoció que los sitiadores trata-
ban de abaudonarlos.> y nomhró Gobernadores
para los pueblos de Chicbna, l\lcdinasidonia,
Puerto-Real, Santa Maria, Rola, Jerez y Sanlú-
cal' de TIarrameda. No bien evacuaron los enemi-
gos estos puntos, cuando marcharon aquellos
con un pec¡ueüo deslacamento á tomar posesion
de sus gobiernos.


El 27 de Agosto quedó Málaga libre de fran-
ceses, los que antes de retirarse volaron las for-
tificaciones del castillo dc Gibralfaro.


El l\bl'iscal SOlllt continuaba replegándose
sobre Granada en tres divisiones: la primera
man(lada por Conrrns, la segunda por el Gene-
ral Villatte, en la que iba el mismo l\'lariscal., y
la tercera, en qne iha la mayor parte de la caba-
llerÍa, VOl' SClllelé. Esta última hizo alto en An-
tequera para cubrir la marcha del e jércilo. Ba-
llesteros, convellcido de la imposibilidad de atacar
con el suyo á fuerzas tan considerables por su
frente, determinó hacer un movirnicnto de flan-
co amparado de la sierra de Torcal, y atacar en
Antequera, como lo verificó el 3 de Setiembre,
á un cuerpo de 8.000 infantes, 2.000 caballos y
6 piezas de arlillería que mandaban los Genera-
le5 Villatte y SemeJé) y clesalojándolos de su po-
sicion, los persiguió por espacio de mas de legua




(289)
Y media, haciéndoles algunos prisioneros, y to- 1B12.
mállJoles dos piezas de artillería. Ballesteros
continuó picando la retaguardia del enemigo,
que se retiraba por Archidona, y el dia 4 mar-
chando r,ípidamente con 5 batallones de infante-
ría y la division de c<lballería, cayó al amanecer
del siguiente sobre Loja, ocupada por 8.000 in-
fantes, 2.000 caLallos, y alguna artillería ene-
miga, que comprometidos á empeñar la accion
fueron Latidos y perseguidos con bastante pérdi-
da hasl.a Santa Fe) ocupando el 7 á Loja los es-
paiioles.


Cerciorado Ballesteros de que los franceses
trataban de evacuar á Granada retirándose por el
camino de Guadix, dispuso que algunas de sus
tropas, al mando del Brigadier Barrutcll, mar-
chasen l1ácia Sierra-nevada, y cayesen por los
dientes de la Vicja sobre el camino real de Gra-
nada, para incomodar y aun atacar con oportu-
ni(laJ al enemigo, como en efecto se verificó el
16, causándole bastante pérdida.


El Mariscal Sou!! permaneció algunos días f'n
Granada para agllard:l1' la incorporacion de algn-
nos destacamentos que se dirigí;] n alli como ,i
punto de reunion. El quinto cuerpo francés á las
ól'den(~s dd Conde d'Erlon, acantonado desde
fines de Mayo en los confines de Estremadul'<l y
Córdoba, lLícia Fllcnle-OVf'juna, hahia empren-
dido su n'lirada por Córdoba á Jaen y Hucsca¡',
donde se reunió con el grueso del ejt~rcito dd
Duque de Dalmacia, que evacuando á Granad;],
había marchado sobre Baza en esla rlireccion. El


TOMO 111. 37




(290 )
1812. castillo de Chinchilla llamó la atencion del Ge-


neral en gefe enemigo, y al llegar á él en su re-
tirada intentó asaltarle sin tener brecha abierta;
pero fue rechazado, é indudablemente huhiera
resistido toda tentativa de esta naturaleza, si los
elementos no se hubieran conjurado para su pér-
dida; pues el 8 de Setiembre por la tarde huho
una terrible tempestad, y cayendo en él una
centella, estropeó al Gobernador y hasta unos 50
hombres mas de los 200 que le guarnecian, capi.
tulando de sus resultas el dia 9.


Las tropas del Brigadier 13arrllteIl que perse-
guían sin descanso al ellemigo , destacaron el 16
de Setiembre varias gllerrillas de cabal1ería para
incomodarle sobre Alendin y Gabia: los france-
ses cargaron á los espailoles al abrigo de un cuero
po de línea, y retirándose estos para atraer al
enemigo á un parage oportuno donde se hallaba
cubierto COn una loma un regimiento de caballeo
ría, fue acometido por este y destrozado comple-
tamente, llamándose la atencion :JI grlleso de las
fuerzas de Soult, mientras que el General en gc-
fe espailOl ejecutaba diferentes movimicntos y
maniobras que se habia propuesto.


El 17 al amanecer acabaron los franceses tIe
evacuar á Granada; y en aquel mismo dia entró
en esta capital con sus divisiones el GE'neral 13a-
1íesteros, (¡uien aUl1(lnc continuó en sesuimiento
del cnemigo, no pudo causarle dnüo alguno de
considerilcion, pues se adelantó por earavaca
hácia el Norte del Reino de :Mlll'cia, y pasando
el Segura en Calasparra, SlgulO por el camillo




(291 )
{PIC de Ciezal' cOI1(luce á Villel1a, hasla las fronlc- 1812.
ras del Heino de Valencia, ocupando á Y cela á
lÍltimos de Setiembre.


Mucho sufrió en esta marcha el ejército ene·
migo, pues alll1rlue 110 le molestasen de cerca los
cspaüolcs, los lwbiLantes abandonaban los pue-
blos á su aproximacion, y esto hacía sumamente
dificil el acopio de las subsistencias mas preci-
sas. El Mariscal Soult llegó á Almansa el 29 de
Setiembre y se puso en comunicacion con el Ma-
risca J Sllchct. El 2 de Octubre el ejército francés
del Mediodia ocup:¡ba á Yecln, Albacete, Alman-
sa y Jorrlucra. Su Gencral cn gefe Soult desea-
ha un descanso de seis días para su tropa, la (Iue
seguramente lo necesitaba, principalmente para
restablecer la disciplina; pues era tal el estado
de desmoralizacion de este ejército y del del
Centro, que mas ele \lila vez las tropas del de Su-
chet tuvieron que oponerse mano armada al
pillage del pais: tan acostumbra'dos estaban á la
Jesvaslacion.


La divi~¡on inglesa á las órdenes de Skerrel;
se separó del 4. o ejército espailOl, y marchó ;Í io-
corporarse con el ej[~rcito dc Hill, que viendo li-
bre ya de enemigos la Extret1l3(lllra, confió el
cuidado de esta provincia á parle del 5. 0 ejército
t'spaüol, y pas;)nt!o el Tajo por Aranjucz verificó
Sll f'ntrada en "ladrid.




(292)


,


CAPITULO XVIII.


Operaciones del prilller ejército español en Cataluita.-Ac-
cion ue Ca~a-Valles de la Masana.- Voladura del castillo
de Lérida. - Accion de l\Iontserrat. - Pénlida dp- la er-
mita fortificada de San Dimas. -Sorpresa lle l\1olins de
Rey.-Accion de San FcIiu.- Sarsfielll esnomhrado Co-
mandante general de Aragon. - Lacy pide á Codringtoll
pase á Cataluña la espedicion anglo-siciliana. - Accioll
de Aren)'s de .'\fal'. -Sorpresa del puerto dc Tarragona.
- Accioll de los Aumellolls Ó de Arhcca. - Aeeion del
Congost de la Garriga. -Aecionde Col! de Vall.-Sor-
presa intl'ntada del castillo del Coll de Balaguer.-AtucIue
de la casa fuertc de Bailolas. - Conspil'acion contra la
guarnicion fl'ancesa de Barcelona. - Medios tflle adopta
Lacy para libertar á los procesados por eslo. - La junta
del Principado representa contra Lac)'. - La Regencia
aprueba las operaciones de este. - La e,;pedieion anglo-
siciliana intenta apoderarse de Denia. -Bs rechazada. -
Descontento general por la inaccion del Lonl l\Iay-
tand.- Lord ;\Iunay le sucede ell el mando.- Operaeio-
ncs dc la di y ision de Mina en Navarra. - Accioll de Vi-
toria. - Aecioll entre Burgos y Pancon'o. - Accioll de
Pucyo.-Accioll de ¡\hileru.


1312. Continuabase en tanto en Cataluila la guer-
ra con el mayor vigor, y las tropns del primer
ejército mantenían casi bloqueados á los france-
ses en las mismas plazas y puntos fortiGcados que
ocupaban. El patriotismo de los Geles habitantes
de aquella provincia contribuyó en gran manera
á que fuesen mas frecuentes los choques) que




('293 )
aunque no todos de la mayor importancia, man· 1812.
tcuian en contÍnna agitacion y movimiento al
en emigo. El 2 G de J uuio la di v isio11 de Sa rs fi e Id
que se hallaba en Casa-Valles de la Masana, fue
cargada al amanecer por fuerzas superiores fran- .
cesas; y despues de haberse resistido bizarra.
mente, se replegó en buen órden hasta Hostalnou.


Lacy trataba de tomar la plaza ele Lérida, y
para este fin habia entablado desde principios de
Abril una correspondencia secreta por medio del
Coronel Gobernador del distrito libre de esta
provülci:¡ Don Ambrosio Foraster Con algunos
patriotas de <JcJllClla ciudad, y principalmente
con Don José Aseguinolaza, encargado por el
enemigo del almacen de pólvora) y español de
nacíon. Este prometía que volaria el aImacen al
acercarse las tropas españolas, yel General Lllcy
á nombre oe la Hegencia aprobó ocho condiciones
que dieho encargado propuso, á saber: que él no
seria responsable de los daños que la csplosion
pudiese causar á la ciudad: que se le remÍliesen
nueve mechas y los <.lemas enseres necesarios
para la cjecucion de Sil proJecto: que se diese
asilo á su familia, que deberia salir con anticipa-
cion: que se le asegurase en la isla de Mallorca
un sueldo decente para su manutencion, sueldo
que Lacy le prometió seria el de Comisario Or-
denador: que .se recompensase liberalmente á los
que propusiese como cooperadore~ de su empre-
sa: que para la ejecucion de esta se acercase á
Lérioa una division de tropas espailOlas que estu-
viese pronta á acudir al socorro de la ciudad .. y




(294)
1812. que en el caso ele descubrirse el proyecto y tener


que huir, fuese patrocinado ell los mismos tér-
minos que si se hubiese verificado.


La fOl'laleza y solidez del edilicio 'pIe servia
'de aImacen de pólvora, templo en otro tiempo
de los caballeros templarios, y en el que hahia
G79 quintales y 58 libr<ls lle púlvol'a, hizo temer
grandes estragos con respecto á la cill(la(l; por
10 qne Lacy creyó prudente consultar el caso con
algunos indiviJuos de la Junla de Cataluila) y
todos convinieron en que debían sacrificarse lag
víclimas espaiIolas qne pudiesen pen~cer de re-
sullas de c.~ta tentativa, á la utilidad general que
debcria ['ro(lnci!' la ocnpacion de una plaz~, des-
de (10\1(1e su Gobernador el General Henriot ti.
ranizaba á todo el llano de Urgel.


Para la ejecucion del proyecto dispuso el Ge-
neral Lacy (lue Sarsficld con su divisioll se diri-
giese hácia Pons , punto donde deberían íncorpo-
rál'selc tres cucrpos y algunas compaüías suellas
de ín[untcria y un destacamento de llúsal'cs. Lacy
con todas sus fucrzas parti¡') el U (le Julio para
Tl'cmp, y onlelló á Sarslield se ill)ro~ill1nse por
Agrilll1ullt á L~l'ida, tlelanlc de cuya pl;:¡za debe-
ria llallarse ellG, dia en quc se debia efectuar la
voladura proyectada. Al ver acercarse á Lacy
con su tropa pOI' varios caminos, los enemigos
no solo reforzaron la gllarnicioll de L~rida) sino
que presentándose en llalaguer con fuerzas muy
superiores á las de Sarsfidd, le forzaron á sus-
ren(ler Sil marcha, teniéndose que contpntar tan
solo Con ,1istraer y divi:.lir su atencion. Fruslra-




(295)
da de esle modo la cOlldliIJacion del plan, el Ge- 181~
lIeral en gefe esrailol no pudo arriesgarse al asal-
to, ni empeüar ,í la guarnicion de Lt~rjda á que
saliese á su encuentro. El almacen 110 obstante
se voló á su tiempo, arruinando en gran parte el
castillo, con nn esl:-11pn(lo y conmocion la 11 hor-
rible, que se hizo sentir lJasta en Cervera, en cuya
ciudad se rompieron los víJros de la mayor par-
te de las casas. Era el castillo la defensa y pun-
to principal lle apoyo Je la plaza; y flle por lo
tantu nna fatalidad que la empresa se desgraciase:
mas con todo con esta tentativa el espíritu públi-
co de> arJUella parle de Cataluüa se reanimó,
viendo que el gobierno de quien se creían aban-
donados sus habitantes, se ocupaba en libertar-
los de la esclavitud y opresion dcltirano lIelll'iot.


Las tropas espaflOlas retrogradaron, estable-
ciéndose en Igualada la division de Sarsfield, y
el cuartel general en Villalba de Mellá, donde
tamhien se hallaba el Baron de Eroles.


El Coroncll\lanso, noticioso de lllJe el enemi-
go dpspllcs de haber aballdo!lado el l\Iona~terio
de l\1onlserrat, se dirigia ;Í ocuparle de nuevo en
(los columnas,la tina compllesta de 4 á 5.000 hom-
hre, por Esparraguera y -:\lonistrol, ,t las ónlcnes
del Genera1 Clr~ment, y la otra de L500á las de De-
yca¡¡x por ColllJaLó, se emboscó cerca de Brcda,
y aladJl(lolc al p:ISO, defelldj(') palmo á palmo la
carretera, llasta que la suptTioridacl de fllerzas del
enemigo cOllsiguió á costa de mucha pérdida desa-
lojarle.


El mismo Manso con su batallon de caz2rlo-




('29G)
1012. res disputó el 31 de Junio á las tropns fran-


cesas bs augosturas de Martorell;Í su regreso de
l\1ont"errat á Barcelona.


La ermita de San Dimas que el Gencrnl Lacy
había dispuesto fortificase y defendiese el Coronel
de ingenieros inglés Don Edevin Gl'ecn, se vió
forzada á capitular el 29 llc Julio, qllcl);¡nelo pri-
sioneros despues de una tenaz resistencia los 200
hombres que la defendieron contra un número
mucho mayor de enemigos.


Merlitaba Manso sorprcnd(~r el relevo ele la
guarnicion de l\1olins de Rey cuanelo regresase
á Barcelona; y en efecto, desplles de hacer
U11a marcha de 14 leguas saliendo ele Esparrague-
ra Con 400 hombres de su batallon, verificó la
sorpresa atacando al enemigo simultáneamente
por frente y retaguardia, mat<ínuole 200 hombres
J haciéndole 105 prisioneros.


El General Sarsfield que tan seiwlados ser-
vicios estaba haciendo en el ejército de Cata-
luña, fue nombrado por el Consejo de Uegencia
en 2 de Setiel11bre COll1andante General de Ara-
gon, y pa:;ó al ¡lisLrlLo de su mando con algu-
nos cuadros (Iel primer ejlTcÍlO que sirviesen de
base para el al'luarnenlo sene!',,} de aquel Reino,
y para hacer alli una g\lerra ue estermiuio á los
franceses.


Mlly poco aclelantahan los espailOles en Ca-
taluña, á pes[ll' de los esfllerzos del General La-
cy. E"tc conociendo la corlclbd lle sus flH'rzas
.r la falta alJ30lula de recursos, entahló una COI'·
rc~poll(lcncl[1 con el Almirante Cotlrillgton, por la




(2:1; )
que manifestándole la verdadera situacíon poJíti. ltll2.
ca y militar del Pl'incipa(lo) le hacia ver las \'C11-
tajas que se seguirian de (1ue la espeJiciún allglo-
siciliana que se hallaba en Alicante, desembar-
case en él; mas no pudo consrguir otra cosn que
el que permaneciese In escuadra inglesa en las
aguas lle CatalulHl, con el ohjeto de llamar la
atencion de los enemigos.


Lacy en los primeros dias de Setiembre ame-
nazó al fuerte de Mataró con la division de Mi-
lans, con la de Erales la línea del Llobregat,
y amagó ;Í la plaza de Tal'f<lgona con el fin de
que Suchet no se opusiese al desemharco dr las
tropas an g lo-sicilia llas, en el e aso de que il e J¡ ll-
bies en estas determinado ;Í él.


El Coronel Don Manuel Llander, Gobernarlor
de las Islas Medas, incomodó con algunos 1,u-
ques á los franceses destaciHlos en las inmedia<.:io.
nes de Bagur.


Una columna francesa de 4.000 infantes y
200 caballos que se halJabnn en San Celoni, trntó
de envolver la divisioll del General Milans; y des-
pues de varias ma niobras ej f'C lItadas por ambas par-
tes, se trabó e119 de Setiembre una sangrienla re-
friega cerca de la ermita del Uemedio sobre Areny3
de Mar, <londe se dirigia el enemi¡.;o. La victoria es-
tuvo indecisa por tl'es horas, hasta que la noche
puso fin á la contienda, y el General enemigo
Espert tomó durante el/a el camino de Mataró,
despues de haber perdido mas (le 400 hombres.


En la noehe del 27, Y mientras que en la vi-
lla de Rcus se estaba cdebl'ando la publicacion


'!'O'olO tll. 38




(298 )
1812. de la Constitucion, en el momento en que los


enemigos se consideraban mas seguros dp cual-
(luier ataque, el Baron de Eroles iutenló sorpren-
d<'r el puerto de Tarragon~, auxiliado (lel Como-
doro Coclringlon, Comandante de las fuerzas na-
vales británicas, quien con su navío Black y la
fragata Franches'i se apoderó de cinco embarca-
ciones que alli h;¡bia, incendiando otras) y dos ca-
ñoneras, imposiLilitantlo de este modo al encmi-
go de incomodar en lo sucesivo la navegaciol1 de
la costa.


Ei Gobernallor de Lérida IIcnriot, de (luicl1
ya llevamos hecha mencion por su ferocidad
contra los cspaüoles, habia hecho <luilar la viJa
últimamente al Baile y RegiJor de Alós; y el
General Lacy, indignado de tanta crueldad, co-
municó órdenes á todos los Generales de sus di-
visiones para que no se diese cuarlel á ningul1
francés perteneciente á la guarniciol1 de L{~l'iLla,
íntel'in estuviese á su frente su bárbaro General.


El Baron de Eroles con cuatro compailias de
gralladeros y otras tantas de cazadores se puso
CIl marcha desde Heus, atacó eH ~\rheca, é hizo
pl'i~ioneros) despuC's dl' una .. ('üida ~,ccion, 175
hombres de la guarnicion de Lé .. iJa, desplles de
kdH~r pasado a cuchillo á 250) en represalias de
la 1l1111'rte del Baile y Regidor de AI(')s. File tal
en esta ocasion la carnicería, que cansados los
soltLnlos de matar enemigos, cOllcedierou cuar-
tel á lo~ L7S que rinJieron las armas, cuya con-
ducta generosa, tan propia del carácter espailOl,
si bien fue apl'oha(b por Lacy) fue previniendo




(290)
al 13aron de Eroles qlle en lo sucesivo cumpliese 1812.
lJUntllalmellte sus órdenes) no dando cllilrtel á
ninguno de los enemigos de la gual'llicion de
Léridil.


El 25 lle Octubre el General Lncy intentó un
fuerte reconocimiento sobre 010t, en el 'lue per-
dió 200 hombres) por haber sido cargado por un
considerable número de enemigos. Estos en nú-
mero de 12.000 infantes y 500 caballos, con cua-
tro piezas ue artillería, se reunieron el 2 de No-
viembre con el objeto de penetrar en el llano de
Vieh. Lacy tomó SI1S disposiciones para impe-
dir1o; pero se fl'l1s Ira ron por ha be rse descuida do
de volar el puente del Congost de la Garrigil,
cuyo punto estaba encargado al Coronel l\1ilal1s.
Sin embargo, los franceses tuvieron que luchat"
Con una tenaz resistencia, que les costó mas de
1.200 hombres.


El Coronel Manso sostuvo el 8 de Noviembre
una reilida accion en el Coll de Vall, cerca de
Puigcerdá, donde sorprendió un convoy de car-
retas que iba por fagiuas á dicho pueblo.


Trescientos hombres al mando del Coronel
Villamil intentaron el 1.1 de Noviembre sor-
prender el castillo de 13alaguer , mas infructuosa-
mente. En el mismo dia la guarnicion enemiga
de Tarragona hizo una salilla contra dos compa-
üías aposladas en el "las de Morató, que carga-
das por fuerzas superiores se vieron forzadas á
retirarse.


Para llamar la atencion del enemigo, situado
á la sazon en la llanura de Vich, dispuso el Ge-


.




(300)
18 ¡2. llcral Lacy el 23 J que el Baron de Eroles ama-


gase al castillo del Coll de Balaguer; y en
efecto este movirniento hizo que el enemigo se
tra.~ladase desde Vich á Mauresa.


El Coronel LITluder se aproximó á la casa fuer-
te de Bailolas J y despues de batirla en los dia!>
21 y :12 de ~oviembre, se retiró he¡'ido, habiendo
causado bastante pérdida á los enemigos.


Entretanto el General Decaen descubrió en el
centro misrno de la capital (Barcelona) una cons-
piracion con vastas ramificaciones J cuyo objeto
}Jl'incipal era envenenar la guarnicioH francesa de
ja misrna. Sorprendidos los conspiradores en la
casa de José Baigés, comerciaute , fueron presas
22 pCi'souas que se hallaron en ella, á las que se
entregó ,i una comision militar que las juzgase.
Luego que Lacy supo este acontecimiento, teme·
roso de que se alentase á la vida de estos patrio.
tas, hizo publicar con tOlla solemnidad en los
distritos que ocupaba su ejército, y de modo que
llegas~ á noticia de los franceses, un decreto por
el (llll~ mandaba cIue se pusiesen en un calabozo
s<:parado un número de prisioneros de todas grao
Juaciones, i3ua1 al de lo~ espaüoles presos por
l)cGacu, y (iue se les dit~se en adclantc PI mismo
tratamient.o que á. estos, reservándoles Igual
slIerte que la que tuviesen aquellos; y de esla
m::ncra logró contener el furor enemig-o J que se-
gllt'amellle hubiera hecho perecer en un cadalso
á tan dislitlguidos patriotas. Tales fueron las ope-
racIOnes dd primer ej(;rcito, á la visla de otro
ellf'rr'!30 muy superior en todas armas, en la




( 301 )
instrucciotl y eH la discildiu<I. Los c:-.pañoles le- 1tiU.
llian siempre que obrar al dcscubierto, mienll'tls
(lue Jos cllcmigus lo hacian al abrigo de las pla-
zas, de (lile eran dllCÜOS desde Figueras á Lél'ida;
y con el apoyo de divisioncs volantes del ejérci-
to de Aragol1, que mas de una vez se veian a~o-
mar pUl' las frollteras de Cataluila , corno se veri-
ficó cuando Sarsfield trató de penetrar en la par-
te alLa de Aragon. Sin embargo de tan repdidas
operaciones militares, la Junta superior de Ca-
taluiía dirigió una fuerte acrimillilCion sobre la
illnccioll del General Lacy á la Regencia, quc pe-
netrada de <¡ue cualquiera otro GeueralllO hubiera
hecho mas en las circunstancias deplorables en
que se encontra]Ja el Principado de Cataluüa,
tuvo presente á este Geucral para darle un man-
do en la nueva organiza¡;ion ue los ejércitos lla-
cionales.


La espeJiciol1 anglo-siciliana que se hallaba
en Alicante, cÚl1cibió el proyecto de apoderarse
del fuerte d(~ Denia, encargándose de esta em-
presa el Mayor /.)cneral DUllkam, Cuartelmnestre
gelleral dc 1a~ i ropas in51esas J r¡nicn e1l la noche
ud 4 al 5 de OCLubre (lescmbarcú cerca de D(·-
nia con 1.20U ltOmbres de infantería y dos piezas
clp artilleria, y fOl'mando su tropa al abrigo de llll
hananco, colocó su artillería en batería, j' mal'-
c!lÓ sobre el flwrte alTollalJdo los puestos avan-
zados del ellcmigo, Ó intimó la rcuJiciull a ~u
Gobernador el Coronel Bunafoux. Mas refurzados
oportunamcnte los franceses con un regimiento
.le cazauores {lue acuJió al ruido del 1'uc11\o, ata-




(302 )
1S1:? carOn simultáneamente á los aliados por frenle


é izquierda, y los oLligaron á reemL:lrcarsc con
la pérdida de 30 muertos.


El Mariscal Suehet para impedir que en lo
sllcesivo se repitiesen ataques de esta especie y
desemb;¡rcos mas considerables) hizo ulla seria
llarnada sobre Alicante con las dIvisiones de Jos
Generales Arispe y Soulier, la cal)allel'Ía del
General Delort) y una batería de 12 piezas de
artillería ligera, que ma rcharan hácia Alicante por
Sax, Novelaa y San Vicente, colocándose la ca-
ballería por escalones eutre N ovelda y Monfol'te.
Las lropas anglo-sicilianas se malltuvÍeron hajo
el cañon de la plaza J y solo un batallon calabrés,
sostenido de un escuadran de caballería ligera,
atacó el flanco derecho de Arispe, el que logró
desordenar; mas viendo que iba á ser cargado
por fuerzas m uy s u pe .. lorcs, tu vo por con ve nicn-
te replegarse á su posiciono Los franceses igual-
mente volvieron á sus antiguos acantonamientos
sin ser inquietados.


El ataque illfructnoso de Denia, la indccision
del General ingl(~s Mayland, que se hahia pro-
puesto en un principio la con(luista del Heino de
Valencia y Cataluila, en cuyo Principado, á pe-
s::!!' de las repetidas instancias de Lacy , se escu-
só siempre á desembarcar) inspiraron una gran
desconfianza y desaliento á los españoles, yaun
á los mismos ingleses.J y viúndose Mail::!nd pri-
vado del prestigio que dehe acompañar á lodo
mando, pidió su licencia á pretesto de res-
tablecer su salud) y el Ministro británico




(303 )
nomhl'ó para sllcetJerle nI Genel'81 MUt'ray. Du· 1812.
ranLe <.:sLt' tiempo el General en gcfe dd segundo
y tercer ejércitos resolvió la toma od castillo
Oc Consuegra: des!;¡có el 15 de Setiembre HIJa
seccion de infantería. Los franceses se quedanlll
lJloqucados en el funk desde el mismo día 15,
telliendo en d 9 piezas de arLillería. Intimada la
J'('udicion, se llegó á ella su Comandante; pero
h<lbiendu construido los eS¡lalloles dos Laterías, á
la hora y media de haber empezado el fLlego, y
desptlt's de haLer hecllO segunda intimacion, el
c'I.~ljllo se rimJió á di~crl'cion el elia lG.


Mina comLatia sill cesar en Navarra, é infa_
tigable cOllseguia ,HleVaS vClllaj;¡S, á pesar <le la
viva pCl'secuciuu de los franceses. liaLiéudose
propueslo atacu!' :1 Vilol'ia , sin embargo de Lener
á retaguardia unos 5.00{) infatlLes y 600 cahallos
cllernigos al mando dd General Palombíni, des-
alojó de Guardab¡ui el 4 de Julio á unos 300
franceses, qne reforzados por nuevas tropas que
salieron tic Vilol'ia, se hicieron fuertes. El Gene.
rol C:dl'arelli, rel/uielldo su divÍsioll (]lle ascen-
deria á 3.500 j;d'antes y 600 caballos, fuerzas muy
~llperiores á las de .'\¡i!la , se pre:iCnt0 delante Jl~
este; y cuando los dos cuerpos se hallaban á tiro
de fusil, la (~aballería cspaüola se arrojó denoda.
damente soll1'e el cncmi"ü v consi"uió en bn"',~ iJ ,.; b ' -'
I!empo desbarat:lrle. E! ataque empezó á la una
de la tarJe, y duró hasta LiS 4) hora en qlW los
franceses se vieron precisados á incorporarse con
las tropns (Iue lenian aun en Vitoria.l\lina entonces
tuvo por conveniente emprender su retirada des-




(304)
11WJ. pnl'!~ de l1abcr muerto 300 enemigos, llccho algu-


nos pri5ioneros y cogido varios efectos de guerra.
El Coronel Longa con su division de Iberia


molestaha continuamente á los franceses en Cas-
tilla, habiendo tenido con ellos varios encuen-
tl'OS desde el 2 hastn el 14 de Agosto entre Burgos
y Pancorvo , y principalmente lUJO en e] camino
de Santa María de Cubo á PancOl'vo, y otro en
Altable, dejando de resultas de todos estos cho-
ques mas de 1.000 enemigo~ fuera de comhate.


El Gen¡>ral francés Abbé J viendo c¡ue Mina
tenia enteramente bloqueada la plaza de Pamplo-
un, en la que no podian los franceses introdl1cir
víver(~s" salió de Tafalla con 3.500 infantes, 250
caballos y 5 piezas de artilleria, para ('scoItar un
convoy de granos que se propcmia introducir en
a!{lIella plaza. Mina, sabedor de la intencion del
üeneral enemigo) s(' sil.lÍa en la noche del 10 de
Octubre en Pueyo y Hara!'oain: el 11 por la ma-
ü:ma las tropas de Abbé se encuentran en didlOS
dos pueblos con las descuLiertas de Mina, y este
ataca á los fl'anceses con un fuego muy vivo gra-
neado que dUl'ó mas de una hora, sin filie la co-
lumna enemiga pudiese avanzar un solo paso) á
pesar de sus vigorosos (lSfllCr7.0s. Por mas ma-
niobras (Iue hizo el General Abbé , el fuego duró
5 horas, durante las cuales fueron repetidos los
ata(Jlles de frente, flanco.Y retaguardia (lue su-
frió.> hasta que forma(la en masa su division,
pudo proseguir su marcha pOI' pI camino real. La
pérdida de los franeesf''' en e~ta" refripgas no ha-
V, lIt' 800 homhres.




(305)
Precisado Abbé de nuevo á recoger subsis- 1812.


tencias plH'a la guarnicioll de Pamplona, salió
nuevamente <le esla plaza el 13 de Octubre, el
15 se hallaoa en Estella, y poniéndose en marcha
en la malJana de este dia para Mañeru y Puente,
en donde Milla le esperaba con la mayor parte
de sus fuerz,ls, se trabó el combate cerca de Ma-
ñeru á las 10 de In mañana, y despues de varios
encuentros obstiuLldisimos, se retiró Abbé por
la noche, sientlo perseguido á pesar de la obs-
curidad, durando el fuego 14 horas, y perdien-
do los franceses 1.400 hombres, sin haber con-
seguido entrar en Pamplona hasta el 17. En fin,
seria sumamente difuso referir una por una todas
las brillantes acciones y encuentros que sostuvo
la valiente division navarra.


39




(305 )


,


CAPITCLO XIX.
El eVrcito francés de PorLugal vuelve á ocupar á Vallado-


lid. - vVellington sale de Madri,l en su persccucion.-
Retirada de los franccses s011'c DLlr¡;Os. -Partc dd 6. 0


ejército espariol se reune al inglés.-EI Cencral frallcrSs
Souhan se reune al ejército de Clauscl. - S e retil'a de
Burgos. - Deja una fuerte guaru ¡cion en su castillo. -
Descripcion de este. - Las t;l1cl'I'illas espalJolas entrnn
en Bllrgos. - Escesos que cometell en la ciudad. -Son
arrojndos de clla;í la fLlcl'za.-IlIdigllilcion del Gobicrno
por este atentado. - \Yellillgtoll elJlpicza el sitio elel
castillo - Toma del fuerle de San l\Iiguel. - Tlltenta
en vano asaltar el castillo. - Vuela dos minas y abre
brecha. - Saliuas de los sitiallos. - J ntenta sesumla vez
un asalto general. -El ejército francés (Iue se habia re-
tirado, es reforzado. - Hace UII recollocimiellLo sohre
Monasterio. -Intenta tomar la of'cllsi,'a, - ::';oldi y Jo-
sé se dirigen al mismo tielllpo ,í Madrid. - vVellillgton
leHnta el silio. - Hábil retirada hasta el Duero. - El
General inSlés Tlill se l'ctira de J\Ia(ll'id.-Aecion del
puente largo sohre el J arama. - Entrada de Jo,;(! ca
lUadrid.- ,l\Tareha de llill sohn~ An:,'alo. -Su rellniOIl
con \VellingLon. -Accioll de Alba de Tormes. -lleti-
rada de los ingleses á Ciudad-Rodrigo. - Amhos ejér-
cit.os toman cuarteles de invierno. - Consilleracioncs
sobre csta cilmpa ¡la.-Las Córtes 1l01l1hrall á \Vellington
General en gefe de los ejércitos espaüoles. -TIallestcroi
rehnsa ohedecer. - Sil tlestitucion.


11)12, El Gcncral CJausel, <luC despucs de la bata-
lla de los Arapiles habia dirigido la retirada del
ejército francés sobrc Burgos, viendo ijue no era
perseguido de nadie, volvió de nuevo á ocupar




(307)
á Vallaclolid, J continuando sus maniobras, avan- 1812.
zó sobre In ribera izquierda Jel Duero, con el
fin de libertar las gll<lJ'l1iciones <fue habia dejado
en Toro y Zamora. El 9 de Agosto hizo un fuer-
te reconocimiento 801>re TlIclcla, y obligó al Ge-
neral Amson, Comandante Je la vanguardia in-
glesa, á repasar el Duero, replegánJose por este
movimiento el ejército inglés Je observacion so-
bre Arévalo, porque WellingLon, receloso de]a
actitud ofensiva que tomaba este ejército enemi-
go, al que suponia en un estado de nulidad, sa-
lió el 1." de Noviembre de Madrid, y marchó
sobre Valladolid J pasando el 6 de Setiembre el
Duero sin obstáculo, y entrando al dia siguiente
en dicha ciudarl, que las tropas lle Clausel habian
evacuado en la noche anterior. Estas en su reti-
rada rompieron los puentes sobre el Pisuerga con
d fin de retardar la marcha de la vanguardia de
los aliados. El 16 es.tableció Lord "Wellinglon su
cuartel general en Pampliega, cerca de Burgos,
en donde se le reunieron tres divisiones de in-
fantería y un cuerpo de caballería del sexto ejér~
cito cspailOl á las órJ¡:nes del General CastailOs,
marchando ademas con la vanguardia del ejér-
cito inglés Jiversas partidas de guerrillas ó cuer-
pos francos.


El General Sohuam , á la cabeza de 6.000
hombres de las tropas del antiguo ejército del
Norte, se reuIlió con el ejército francés de Por-
tugal entre Burgos y Briviesca, y tomó el mando
en gefe, que le entregó Clausel, por hallarse bas-
tante delicado y enfermo de resultas de la grave




(308)
Hl12. l1crida que recibió en la batalla de los Arapilcs.


Souball1 despues de haber dejado en el castillo
de Burgos una guarnicion de 3.000 homhres, á
las órdenes del General DuLreton, ~lue hacia
tres días habia llegado de Francia con el objeto
de encargarse de este mando, dividió el ej(:rcito
en dos trozos separados por elrio Adanzon, que
se retiraron en buen órden por las allur¡¡s entre
las cuales corre dicho rio, y vienen á concluir
en la misma ciudad. El ejército se dirigió á Bri-
viesca en la mañana del 17 , Y tomó posiciones
en Pancorvo y Miranda.


El antiguo castillo de Bllrgo.'l que el Empera-
dor Napolcon cuatro años antes habia hecho po-
ner en estado de defensa, OCl! pa la cumbre de
una colina oblonga de forma cónica, cuya par·
te inferior se hallaba rodeada de una obra descu-
hierta y el todo tlefCIl di Jo COIl un a ha t cria casa-
matada. Los franceses habian construido línea"
de reductos que rodeaban la colina, de mOflo que
esta por su situacion local y la mucha artillería
que la guarnecia, presentaha el aspeclo de una
plaza de lns mas respPlables, sielldo este punto
el único depósito de llluniciones y vÍ vcres que
restaba al ejército franees de Portugal. Este fuer-
te sin embargo se hanaba dominallo por el monte
de San Miguel situado á 150 toesas, cuya altura
tenia n tarnbien fortificada los l'llemigos.


El 18 lomaron las tropas cspaúo]as posicion
de !ante de Burgos j pero con la lIoticia de q \le el
enemigo habia evaclIado la cilldad, corno unos
800 hombres, pertenecientes á las guerrillas ó cuer-




(309 )
pos francos, contra lns órr!p)l('i'i espreS:1s de Lord 1812.
Wellill •. lon (~Iltraron eJl la }lob!;¡ciu/l, en donde
~


cometieron tOllo g(~J1f'r() dl~ desórdenes, COIIlO gen-
te sil) ofici:lles; put's si algllno habia era tall malo
cumo el ~illlple gIH'rrillcl'o. Divididos ell grupos
de diez PIl diez se entregaron tan sill freno al pilla-
ge, que ni alln l'l'~pel;¡ron los e~t<lblccimiclltos pcr-
tenecicull'sá la uacion, forzaIldo las puertas de los
almacenes <le vestuarios, arm<llnenlo y 1110ntl1ras,
que saquearon en lIn moment.o, sill perdonar los
1IOspitall's, privando al ejército (le 1111 recurso
que tal! j"dj'~l)(,)]~;,ble le I'ra e/l el momento crÍti-
co de ir á elJlpezar Iltl sitio que nccesarian¡cnle
debia ser s:l/lgricnln. El desorden subió ;j Sil col-
mo por Ila!Jer CI1Cont rado los glll~ITi Ileros JIU al-
macen de licol'~s y vinos que cOl1sllInicl'on, y 1la-
da cs cornparal,j(· á la eSCena lastimosa Cjue pre-
sentaha la desgraciada ci¡¡d;lf! de Burgos, hi:llIc()
el mismo lil'mp!) dd fllsil y callOn que los enemi-
gos disparahan sin Ct~~ar.


Solo la p,'I'1 ida del CII1'<1 \1~rjn() ohservó Ll
mas complela discipli'lil. Con un dc'[;;c;¡mcnlo
oe Sll gCllle y ,L" (',-;('I¡;¡drOIH'.'I de JJnD .lldiall Sau-
chez el GI·tl!~I':¡\ Alava, comisionado por Lord
\Vellington para rcslahl¡'cIT el ónlen entre r,;ta tro-
pa desmandada, cargó sable en mano ;'¡ los t;ncr-
rillcros, y a;'ruj;ít](Jolo~ de Ll ci~l(b(llogró salvar
una po/'cjOIl df, ¡¡)/lJa{:('nl's (!n,,~j()S08 .r lln milloD
de reales (IJ labacf) qlle Ilahia en la AJlwna) con
un parque de artilJnía provisto (L· lf;do. A(jllella
misma noche (,llvi\'¡ (·1 Gelll'ral C:I,~talJ()s para que
;'J1Hbscn á Alav;:¡ do:; haLnll())1cs espailolcs (llllt




( 310 )
1812. contribuyeron á mantener el óruen en la ciudad,


y á aspgllrar los efectos salvados y cajas confisca-
das. Tan graves fueron los escesos cometiJos en
Burgos, que las Cortes generales y estraordinarias
los tomaron en consitleracioll, y mandaron á la
Regencia en 8 de Octubre (Iue dictase las provi-
dencias mas activas para el castigo ejemplar de
los autores de sernejantcs desórdenes.


Lonl Wellington conoció la necesidad de ata-
car inmediatamente el castillo de Burgos, aun
cuando por Je pronto no porEa Jisponer mas que
de tres caüones, cinco obuses y algunos centena-
res Je balas. En la misma rnailana Jc! 18 practi-
có un rcconocimi"nlo atac<tndo dos flechas que
los enemigos telliall constrllidas Jelante Je la obra
avanzada del cerro Je San Miguel, desde cuya al-
tura se domina dos toesas la del castillo. Su for-
tificacion consistia eH un hornavecIlle con un re-
Jueto interior, un profundisimo foso por el frente
y por los lados una escarpa inaccesible. Nada
pudo eletcncr al intrépido General Pak, (lue al
frente del regimiento escocés número 42, COm-
p ueslo ele so IJa dos re eie 11 lleg;¡ Jos de Iugla terra,
jntentó la escalada Je este punto, y á pesar de
ser cortas las cscalas, con el auxilio ele las bayo-
lleta~ clava(las en tierra, se apoeleraron en la no-
che del 19 de estas obras, guiaJos por su ValiCl)le
mayol' el honorablc Carlos Cox, Jcspues ele 40
minutos de Ulla vigorosa resistencia, al cabo de
los cuales fueron arrojados del hornaveque sus
defensores con pél'clida de 150 prisioneros.


En a'luella misrn:;¡ noche se empezó la cons-




(311 )
truccion de tres baterías en el mIsmo cerro de 1812.
San Miguel, y los trabajos á la zapa por el ca-
mino de Reinosa. Lord \\'ellington, penetrado de
la necesidad de vencer sin pérdida de tiempo
aquel obstáculo (Iue se le opouia para continuar
persiguiendo á los franceses hasta el Pi¡'ineo, (lui-
so aprovechar el ardor (111e la toma del cerro de
San Miguel inspiró en sus soldados, é inlentó to-
mar por asalto en la noche del 22 de Setiembre
el primer recinto del castillo, ordenando cIue los
destacamentos de tropas portuguesas que habian
formado la embestidura, atacasen bruscamente la
pute del mediodía para llamar h;ícia aClne! 13do
la alencinn general de la guarnicion, mientras
varias columnas de tropas int;lesas se presentaron
al mismo tiempo con escalas por la parte que mi.
1'a á la ciudad. Los pOl'tugueses fueron vivamente
rec1wzaJos, no Jlllllielldo verificarse la escalada
por la vigilancia de la guarniciono


Desde este mismo dia se empezó á proceder
en el orden regular de un sitio, continuando los
trabajos de es!e CO)] el maJor [¡¡'dor, asi como la
estraccion del 1I1'1l11ero con.sidi'\'3ble de efectos
abandonados por el enemigo en la ciudad, obs-
truyéndose con cstaeacLls las calles de la parle
del castillo para impe<lil' las salidas ele su guarni-
CiOll. La naturaleza del terreno, los fuegos per-
pendiculares e1el castillo, 110 permiti:lIl abril' lrin-
cheras; y careciendo adenws Lord \Vellillgton de
artillería de sitio) Jispnso para suplirlo la COIH-
trucc10n de millas. El 29 por Ja lloche se volaron
dos hornillos sulJl'c el m':n c.,>tcrior del castillo,




( 312)
1812. quedando abiel'ta Ilna ¡JlTe"a de 30 varaR, de la


que habicndo tratado J~~ apoJ{!ral'se COIl huen éxi.
to un destacamento illglés, no puJo IlWntellerse
en ella mucho tiempo por las lld'nlSas que á su
frente establecieron los enemigos.


El 4 Je Octubre se voló utro hornillo con
mejor resultilJo , y las trol)as illgl,'sas sin perder
un momento asaltaron las brechas, estahlecién-
dose en las obras eslcl'iores. El ataque y la de-
fensa del castillo df~ Burgos SOIl llllly lIutables
por el valOl' y obstillacion (¡!le siliadores y sitia-
dos mallifeslarul1 en los reiterados ¡¡'allos, que
fuel'oll otros lantos comhates el/{'rllo ,í cllcrpo, y
Ulas aun por las cOllsecuencias '\"'- luvu. Lord
'Vellington pudo muy bi!:'ll, bloquealldu este cas-
tillo, habel' continuado la pel'1H'cllciol1 ,Id eiér.
cito francés sin pcrdel' lanto tielUpo en una ope-
racion casi inulil.


En los dias 5 y 8 de Octuhre la guarnicion
hizo dos saliJas, en las que no dejó de causar
bastante daüo ;t los aliallos, los que sin embargo
lograron abril' otra nueva brecha en el ,'ccinlo
esteriol' y establecer en dla alglllJas tropas.


Asi permanecieron l¡¡s cosas basta el 18 de
dicho n1l~S, en que habiendQ reclbido \Vellington
de Santander un 50COI'ro de municiones, y COll-
cluido una tercera mina sobre el segundo recin-
to, se determinó al asalto en el momento en que
la esplosion de esta mina destruyese la parle de
11111raLla correspondiente, En efecto, se voló la
mina, y abierta la brecha se intentó el asalto con
la mayor energía; pero d fuego de los sitiado"




(313 )
sobre los puntos amenazados fue tan vivamente 1812.
sostenido J que los ingleses se vieron precisados
á desistir.


El ejército francés, que retirado sobre las
márgenes del Ebro no habia tratado de turbar
du ra nte tres s em::lllas las o peracio n es del sitio,
reforzado por [ropas venidas de Francia y por
las del Gelleral Cafrarclli, Gobernador de Vizca-
ya y Navarra, que se le habian reunido e117 de
Octubre para operar con el ejército francés de
l)orlugal, ele acuerdo con los del centro y medio-
dia) fjllC se haLJaban rcunillos en los confines de
Castilla la N lleva J l\1llrcia y Valencia J se dirigió
hácia TIurgos, mientras José y Soult al frente de
aquellos marchaban hácia el Tajo y Madrid, don-
de habia (fuellado Hill con fuerzas inglesas, es-
paüolas y portuguesas, y parte del segundo y
tercer ejército espaüol con el General Elio.


El 13 de OcLubre el Gweral Gauthier hizo uu
recollocimiento de los puestos avanzados de los
aliados establecidos en Monasterio, y el 1.8 y 1()
el GC!l('ral el! "cfl: SOllJJd~11 maniobró como si iu-u
tentase Pl'csI'Il[;Il' batalla, la CjllC Lorcl "\fellington
no rehusó, colocando Sll ej¡':rcito en posicion,
apoyando Sll llcrccha en el Arlanzon, y prolon-
gando sn izquierda en la direecion de lbe::ls y
Hiovc!l;l. EllO los dos ejl~rcitos se observaron, y
por h Huell[' eJ CCllcl'al iilgl¡~s Paget con dos di-
visioJles l'eChaZll un CllC;'pO de tropas francesas
que se halnil sil Llado ell Qnintanapalla.


Lord Wl'llln~ton no creyendo prudente espe-
rar en l~llrgos á los franceses, y comprometer el


TOMu 111. 40




(314)
1812. SllCCSO de la campaña por el empeño ele la toma


del castillo) y siéndole indispensable su reu-
llion con el General Hill para no combatir con
fuerzas desproporcionadas y es ponerse á per-
der una bataÍla, que hubiera puesto al Mariscal
Soult en estado de volver á penetrar en Andaluo
cí'l y comenzar de lluevo el bloqueo de C¡ídiz,
levantó despues ele 31 dias el sitio del castillo
de Burgos el 21 de Octubre, y por una terneri-
dnd sin ejemplo hizo desfil<lr dmante la noche
todo su ejército ha jo los muros de la fortaleza
por el IllH'nte de Arl<lnzon, cIlIe está domin<ldo
por la ul'tillería de aquella. De este modo los
franceses no notaron la retirada eJe Lord 'Ve-
llington, ni pudieron por consiguiente ir en su
seguimiento) sino dos dias eJes pues que este le-
vantó el sitio. La caballería y tropas ligeras fran-
cesas tuvieron algunos encueutros parciales con
diverso éxito con la retaguareJia del ejército alia.
do hasta el 26 de Octubre en que llegó este á Ca-
hczon, y atravesó el Pisucrga. El 29 l)nsó "\re-
llington el Duero, é instruido de que los france-
ses se hallahan en plena marcha sobre Tordesi~
llas, continuó la suya, y condujo su ej(!rcito por
entre las alturas de Rueda y el mismo Tonlesi-
llas frente del puente. A(lUi snspendió la mar-
cha ofensiva eleiército francés de Purlng;¡l, tan-
to por la nccesidad de rqlLll'<!l' 103 puentes que
los ingleses habían hecho volar en su retirada,
como por la urgencia de pro\Teers~ de víveres.
Lord Wcllington permaneció t'll esta posicioll
hasta el 3 de N ovi,md;rc, no habienuo hecho de.




( 315)
rnostraclon el cjércilocnernigopara pasare1 Duc- 18¡2,
1'0 J á eliJo largo se cslendia desde Toro á Yalla-
dúJiJ.


La retirada desde Burgos hasta el Duero fue
dil'igiJa súb,ament,e y ejecutada 'con el mayor
ordeI1.,


El General Hill, dernasiado inferior en fuer-
zas á Josó, qll(~ reunido con Soult salió de Ya-
lencia p.al'u l\,1a~lri(l eJ t6 de;Oquhre 1 cy;¡CUÓ á
esta cllpital despues 9,e, l~aber. dystruido el fuerte
de la Casa de la China en el Retiro, é inutili-za-
do las piezas de campaña que no pudo llevar
consigo, y se dirigió sobre el Tajo con las divi-
siones espa ñolas a 1 mando dclos Generales Es p:llHt
y Penne Villemur, y con lns tropas que mUlIda..'
La Elio, las cuales volvieron á sus antiguas posi.
ciones. Heconocientlo Hill la iUlposibilidad de
defender el Tajo, se retiró sobre eJ Jarama. El
30 hizo Soult restablecer los puentes ue Arau-
jllez que los ingleses hahian cortado, y se diri-
gió sobre el pllcllte largo del J"rama, en donde
se h"lbua si[lIada la di\'ision inglesa de Skel'l'(,[.
Esta, despucs de UIl per¡uC'lJo etlcuentro, abando-
nó el pucllte -' volando uno uc sus ojos: y tOl1lrln-
do la direccioll Jd pucrlo de Gua(larrallla,
marchó sohre Ar{~valo, reuniéndose eOIl las
tropas di) Wdlington en Peüaranda. 1.0s fran-
ceses habililaroll el arco roto dd puente lar-
go, y la vanguardia del Mariscal Soult llegó el
31 {l Yal(lcrnoro, avanzó un peql1eüo cuerpo has-
ta Madrid el prilll('ro de Noviembre, y el dos en-
tró en esta capital d ejército de] centro, á las ónle-




(316 )
1812. nes del Conde D'Erlon. El intruso Monarca Jo·


sé verificó en esle dia su entrada, habiendo obli·
gado por medio de un parlamentario que en vió el
dia primero, á que una diputaciondel Ayuntamien-
to, Clero y Nobleza saliese ásu encuentro. El día 7
salió con su ejército en persecucion de Jos ingleses.


Habiendo los franceses reparado el puente de
Toro, Lord Wellington dispuso que Hill conti-
nuase su marcha sobre Alba de Tormes, y el 6
de Noviembre levantó su cuartel general de de-
lante de Tordesillas, 'dirigiéndose sobre las al-
turas de San Cristóval frente á Salamanca, dan-
cle le fijó el mismo dia en que Hill ocupó la vi-
lla y castillo de Alba de Tormes , colocando so-
hre el rio de este nombre el resto de sus tropas,
y destacando sobre la orilla derecha al General
Hamillon con los portugueses.


El Mariscal SouIt marchó con la mayor celeri-
dad á reunirse con el ejército de Portugal, lo
que verificó el 7 de N oviembl'e en Medina del
Campo, formando un cuerpo de 80.000 hombres,
13.000 callaBos , y 200 piezas de artillería. El
9 los franceses atac:1ron los puestos avanzados
de los aliados v los hicieron reIl]eo-ar á Alba de


, .J ()


Tormes. EllO fue atacauo el General Hamiltoll,
que habiendo construido nlgunos ligeros retrin.
cheramientos, le siryieron uc mncho para la con-
scrvácion del puesto 'lue se le b:¡J)jtl confiado, y
dcspues de un yi\"o fllego l}lle duró hasttl la no-
che J los franceses se replegaron sobre las alluras
inmediatas. Desue dicho dia 10 hasta el lG se
ocupó Soul1 en 1'IoCOJl(je(~r bs posiciones inmcdia-




(317)
tas al Tormes, y en lugar de atacar~á los ingleses 1812-
que le provocaron realmente en los dias 14 y 15,
se retrincheró sobre las alturas de Mozarbes, en-
viando partidas hácia Ciudad-Hodrigo para in-
quietar las comunicaciones de 'Vellington con es-
ta plaza. EIIG hizo este retirar sus tropas de los
alrededores de Alba, sobre los Arapiles y altu-
ras próx.imas á Salamanca.


La idea de borrar la derrota que meses antes
habia sufrido Marmont en aquel campo, cubierto
aun de los despojos y de los huesos de los fran-
ceses, csciló CIl las tropas de estos el mayor flt-
ror, pidiendo en voces altas la seüal de la pelea,
y acusélndo de tímidos y lentos á sus Generales.
Dadas estaban ya todas las disposiciones para
atacar á los ingleses el 16 cuando una den-
sa niebla que reinaba desde por la maüana, y
que ocultaba los movimientos de los aliados, se
convierte en una terrible terllpeslacl, y torrentes
de lluvia inundan el suelo, Y el campo ele batalla
prpsenta la vista de un inmenso lago: la obscu-
ridad aumenta el horror de la escena y pone á
108 franceses en la ill1po.~ibilidacl de obrar, no pu-
(1iCllllo maniobrar su caballería en un terreno
reshaladizo y lleno de loJo. 'S ellington, clllCÜO
aun de los dos caminos ele Salamanca á Ciudad-
Hodrigo, efectuó CO!l la mayor facilidad, y sin
ser sériaruellre in.¡uif'!atlo, su retirada, ]Jl'efil'ien-
tlo al riesgo de l/na hatalla gloriosa pero ilHítil
pl dar d(',canso á su tropa qne desde el l. o de
Enero hahia f'~ta(lo en un continuo movimienlo.
El cje':rcito auSlo-lusitallo, diyiditlo en tn~s co-




(318 )
1812. lumnas, y marchando sohre su derecha, ~lcampó


el 16 de Noviembl'c en las orillas de B.11mu-
za. El Mariscal Soult siguió á los aliados con una
fuerte vanguardia sin hostigarlos de cerca, y
Wellington se dirigió sobre la plaza de Ciudad-
Hodl'igo, adonde llegó el 19. El 15 los cWllro
ejércitos franceses reunidos ;Í las órd(~n(~s (L~ Sou-
ha111, CaCfarelli, Soult y José, con el mayal'
General Jonrdan, pasaron el Tormes, el lG OCli-
paron á Salamanca, y el 17 SOlllt se aprovechó
de una posicion ventajosa pal'a com::,atil' la reta-
guardia inglesa a las órdenes Jel Gelleral Allen.
Una parte de sus tropas ligel':ls se elll]JOSCÓ en el
camino de Cin.:lad- Hodrigo, é ]¡izo prisionero al
General Eduardo Paget casi en el centro Jd ejér-
cito aliado, y en el momento en (lile este oficial
iba solo á reconocer la causa de la tardanza de la
division (Ill'; debia seguir inmediatamente á la
suya, la (ille por el mal estndo tic los caminos
se hahia retrasado. Esla p{~rLliela fue sumamente
sensihle al ejól'CiLO británico.


WeLins-toll hizo tomar á SIl ejér~ito unos
cuarteles tie invierllo sllInamente L'stellsos, pues
se apoyaba su derecha en Lalllcgo, y su iz.(luier-
da en Dejar. El Mariscal SOlllt, conociendo cluC
su tropa no tenia menos necesidad de descanso,
(letuvo su marcha en la aldea de Sancti-Spi-
ritus, á legua y meJia ¡le Ciudnd-Hodrigo, y los
ejércitos franceses vol vieron á SIlS antigllos nC011-
tonamientos enlre el Duero y el Tajo. El Gene-
ral Heylle tomó el mando (lel cj(~rcito ele Portug;¡l,
permaneciendo sobre el Torml's con.su cuartel ge.




(310)
lleral en Sa In ma !lea. Cüira I'c11i retrocedió ]¡ ácia 1812.
:Burgos y Santallder. Los cjé'l'ciLOS del mediodia
y del cenlro retrocedieron h,ícia IVladrill. Soult
permaneció en Toledo .Y la Mancha, y el Rey
José con el del centro volvió á la capÍlal.


De este modo terminó esta campaüa gloriosa,
la primera feliz para las armas aliadas des pues de
la de 1808. En ella las tropas que defendian los
derechos ue la iu~ticia rivalizaron en valor y en-
tusiasmo) y los cuerpos francos ó partidas de
glJerrilla espailO las hicieron eminentes servicios,
obtcniclJ(!o muc]¡as de ellas en razon de su bue-
na organizacion , <lisciplina y fuerza, la conside-
racion de divisiones y brigadas de ejército. La
division navarra mandada por Mina, la de Soria
por Duran, la de lberia pOl' Longa, y la de Gua-
dalajara por el Empecinado, así como otros cuer.
pos de menos consideraeion, capitalleados por
Sanchez, el Médico y otros varios, se hicieron
muy respetables al enemigo. Lord Wellington
dcsue su internacion en España 110 cesó tIc aplau-
dir d ceJo y eficacia con que auxiliaban SIlS ope-
raciones militares los pueblos todos, haciendo
Con g811crosidad cnantos sacrificios se les exigiall
en obse(luio de su indqwndencia. Los Generales
españoles se prestaban gnstosos á los movimien-
los (lllC ~Wc!lillgtol1 les indicaba, J hasta el Go-
bierno espailOl, pelletrado al fin de la necesidad
absoluta de tlar un centro de unidad á las opera-
ciones militares, hizo el sacrificio del orgullo
nacional, orÍgen de tantas acciones hcróicas; pues
las Córtes no conlenlas con }laherle elevado al




(320)
1812. alto rango ele G!'ande de Espaiía de primera cla-


se, le diel'on en 22 de Setiembre la prueha fIlas
brillante de su conlbnza, declarándole General
en gefe de los ejércitos espafloles. Mas necesitan-
do Wellington para admitir este encargo, del
permiso de su corte, no llegó la noticia de ha-
berle obtenido hasta el 29 de Setiemhre) en cuyo
dia se djó á reconocer en la órclcn general. Eu-
tonces fue cuando el General TIallestcros, uno de
los mas celosos defensores de la causa de la in-
dependencia espaüola, y de sus mas ¡¡clivos cau-
dillos) habiendo recibido una órdell tle \Velli ngton
para que pusiese su ejórclto en movimiento) y
considerando este mandato como una degradacion
de la dignidad nacional, rehusó obedecerlo, y di-
rigió un oficio al1\1inist1'o de la Guerra, espo11ien-
do en términos enérgicos sus senlimientos soJ)re la
afrenta (Ille se hacia á sus compal riotas ) J' con-
cluyendo con que si los ejl~rcitos y ]os ciudadanos
~dherian [1 esLe nombramiento, por Sil parte ha-
cia dirnision (le sus emp]eos) y se retiraria tran-
quilo á sus hogares, á fin de convencer á h E!l-
ropa de flue 1I0 sus miras p;¡rticlIlares, sillo el
honor y la felicidad ae su patria, cran el móvil
de su cOllducla en esta ocasioll. La negencia re-
solvió castigar la insuborclin<Jcicn ue este Gene-
ral que atacaba la autoridad sober~na) y le des-
tituyó (lclmalldo del ej<'~rcito, nombrando en su
luga!' al Brig~dier Don Jos(! Jonc¡uin Yirués. 13a-
llesteros file arrestado enmedio de su mismo
eJercito, que no hizo la menor demostracion
de resistencia en su defensa, y marclló con




( 321)
destino á eruta, dOllde se le formó C:1l1sn. 1212,


A fin de horrar]a impresion dl:';;favornhlt~ que'
"sle aconl('cimiento pndiera producir en ]¡¡ Na-
/'iol1, el Ministro de la Guerr3, en lH);} memoria
~up leyó :í las Córles el ,)() di' OClubre, lllflnifes-
tó d dcploralde eS\;l(1o cid R(~illO en el 1I1Omento
en que la aclllal ]1\'gencia se había f'llcargado de
las riendas dd goJ¡ierno, el allmeuto que hahiiln
recibillo loi'> e\l~rcitos n~cionflll:'s, y las ml'ior~s
que hflbian eSI){'rim('nt~do todas las provincíils
desue la !ollia de Cilllla(LHodrígo por Wdlington.


El Gt'IlU,;¡J Hallesteros mallclJó con esta HC-
eion lo,'; lallrus 'lIle basta enIOI1C('S llahin ~dqniri­
do; y dclclli('ndose eu GI';)lI:IILa "in cUllrillllCll' '11
la pP¡,sP('llciull del Mal'i~cal Sonlt .• fIue SI' I'('pl,'.
gaba sobre Vall'ncia, srlcrilicó it sus spnlimientos
pcrso!l:d('s los illl(:'l'(~sCS de Sl1 patria, permnne-
CiClldfl (''1 in;'(,f'inn ('!I ('1 mome/lto en ljuP Hlas se
I1[CI' s ;tah:1 <; U <: l] (''1'8 ¡ ca eoo pe!';: cíOI1. Si se b ubi';se
1ir~lilJ.do á una protesta, por fuerte que hl1bírse
¡¡ido, se llubina l'l'Jllllildo como el primer movi-
mjr:lIlO del ('spíriLu altivo de 1111 ~olJado y de un
palriol~; 1)('ro su sIÍbita inaceioll probó otros con.
t\'<ll:O'¡ ';entimientos, y este Gpneral perdió jlls-
tan)(~ntc por su conJllcta los frutos de su glorio_
sa carrera.


El ¡'xito ,le ('sta campaña huhiera sido tal vez
mas ccmplelO "i ,~{~ hubiera pCl'sr'gllido ;t .losó f'n
1m retirada, si se huLicril impedido á Soult verj.
ticar la suya por el Reino de MlIrcia con la tran.
quilidad con que la hizo por lil apatía del Gene.
~al Ballesteros, y Si se hubieran dirigido mejor


T0jlO 111. 41




( 322)
181:!. los ataques contra el castillo de Burgo.~ ~ óhi('n


reducido este á un mero bloqueo, cOlltilluando
en la pcrsecucioll del ei(~rcilo franci~:; del l\' orle
y dd Portugal batidos en los AraIlllcs, sin haber-
les dado lugar á rehacerse y combinar sus opera-
ciones sucesivas con los de Suchet y de Soult,
como lo verilicaron.


A pesar de todo esto, una campaüa que se
abre con la couquista de dos plazas tan impor-
tanles C01l10 Cilldad-Rorlrigo y Badajoz, á la vis-
ta de (:iércilo~ supl'riores al (Ille supo rendirlas,
en que S(~ denoLa compldatncnte al ('j("rcito fran-
cés de Portugal, tina call1paüa en que C6 arrojado
de la corle el i/ltruso l\1ouarca, y se lihErta el e
clll:migJs una parte tan iutcrcsallle de la Monar-
quía como SOl) las AndalucÍas, debe ser mirada,
segun hemos manifestado, como una de las nUli
gloriosas.




( 3'23 )


E!laclo de la Europa. - Pasall los fl';H1CCSt~' cl NicJl1cl1. -
Illccnüio !le 1\fOSCOll. - nctirada dc,;aslrosa del cjrrrcilo
franc¡rs. - Napolcon \"1Iel v c á P¡Il'ís. - La Prusia le ahall-
dona.-El Duque t'e Ol'lcalls CII Cítliz. -Trahajos de
las C(,rles ell Espalla -NOlllbramiento de tilla nueva
l\t~W~l1"ia.-Vorlllacion (Id \.ol1sejo de Estado. -Pllhli-
(';Icioll de la Con,1 it Ilcion, -1\ llCVO cncalJCzam iClllo para
los t!t'crelus.-E"ilo dc J:¡ causa dc] ex:-llCf~ellte Lardi-
zaJ.,;¡] , -Hc,;u]Lldo de la CJll':t f"nJl¡[II., <11 COII-;(,;O dI'
Ca~tilla. - Sllp]'(~,illll de este IriIJllllal.-l,'o¡'!lJéI.CIO¡, dd
trihunal suprclIJO (lc Justicia, tlel especial (le Cuerra,
Hacienda y Ordenes. - Fslrallamiellto del neino del
Ohispo de 01 cnsc. - Estado tle la Alllér ica el! Hll:l.


Las glorias de la P cní ns ula se acrecenta 1)a n 1812.
f'11 el momento en c¡ue se Jisminuian los recursos
de la Francia, y su poderoso imperio se hallaba
conmovido llasta en sus cimientos. Napoleoll con
su ejército, que por su cOIl.';idel'ablc fLlf'rza me-
n'ció el sohrcnombl'e de grallde, pas:! el Nicmell
el 21 Y 25 de Junio: el 28 ocupa á Vilna, anti-
~l1a c"lpital de la Lituauia, y (leSpllCs de una mul-
litna d(· comhales encal'llizado,.;, y de ]a batalla
de l\Iosaisk, la m:Js sangrienta quizá de cuantas
l1a presenciarlo pI siglo XIX, le facilitan penetrar
('111 de Seticmhre hasta MOSCOll, á 300 leguas


v


mas allá del Vístula, cOllduciencto Napoleon con
una ciega y presuntuo8a confianza 400.000 sol.




1H12.
(324 )


dados al corazon de la Rusia, sin almacenes, sin
tojérciLo de reserva, y sin dejar ilsegurada la po-
sesion del pais por donde lransit,.ba , y lisougeáu-
dose de dictar la paz de,~de el palacio de los Cza-
res. Los habitalllps de Moscou huyen á su vista,
y los Generales rusos enlr,~gan ,í las llamas á es-
ta nn!igua capital de su im¡1<'rio, y ~apoleoll es-
tupefacto se df'tiene enlre sus ccuizas, y se en-
cuentra en un desierto. Imposihilitado de couti-
uua!' la guerra, y no (JllPri('ndo confesar su
embarazo, creyendo á Alej~ndro y á la nacían
rusa cOllst.ernada, quiere dictar las condiciones
(le la paz; pcro el A.utócrala de las Hllciias !(!
cont.esla que no aceplar,í condicion algulla l,lllCIl-
Iras que los franceses pisen un solo palmo de
lt'rrilorio ruso. Duda entonces NapolPoll, difiere
su partida, permanece htrgo tiempo (~II 1111 e·dado
.tI' luaccion, y Jespues ,'ie ;¡lt'ia dejando en ~l(1"cl)u
horribles recuerdos, hacie.do voh., el Kremlin,
palacio de los antiguos Czares, la Il)ln;ia deposi-
tnrla de sus cenizas, y algunos establecimientos
pl'lbliclJ" que los mjsmo~ fl'nnccses á costa de
Jllllt.'ho trahajo h3hi;¡n pndi!:1) : :':~sl'\'var del in.
ceudi\l. El invierno le liol'prl'ude 1m su retirada,
y 1111 frio "straordillario por su int('!)sidarl y 011-
racion lHlce perecel' las dos terceras paji C~ dd
mas poderoso ejército. N'npo]con llq'l ;Í dura"
P('n<i~ á las márgenes del Ber(~cin[l •• ]qntlc pudo
haber encontrado la muerte ó la pl'iúoll ~i hubie-
ra sido ta"S intclíi!:211le el G("ueral ruso, y esca-
páwl'Jse mistcrio,>amente del cuartel general d
5de Diciembl'<:' J 1f'r.Q\TP ftE,iti'f o , l.k,f¡ J.:odo ¡ y




(325 )
ucompaüado de 1111 solo hombre, la Polonia y la 11)12.
Alemaui¡¡ , y llega á París el 18, en doude la
scrvil aJulacio11 del Scnado le licua de nuevas
fcliciLaciones, j' coulribuyenJo á cl'gade sohl'e
la verJadera silu{lcion y lo::. males de la Francia,
dirir;e illdiSllos votos pOI' la consel'vacion de su
('xlSlell\:ia, JesLiuacla ,1 perlurlJlII la tl'aIHluilúl'hl
del lllldlllo.


El desastre del Ciél'cito de Napolcon llamó la
¡¡tencion de sus mismos aliados, y en la alterna-
tiva de ;;acrifiearse por su causa ó de abandonar.
L) Sl! JC'cÍdi(';'UIl por ¡;slc último estremo. El
(,cl;C!',d York tIlAe mandaba el cuerpo auxiliar
pl'USiatlo) ;líu;it" pUl' sí mismo el 30 tI t.' Dicielllbre
COll el GClle!',.l rusu Diebitsch U11 ara,i,ticio,
(il\(~ fue d priueipi() de UBa cumpleta revuluciou
p"ji¡ica; si.u embarGo, el He)' de Prusia no se de-
ci(L~ desde 1:1; bU, Y dcsaproDando la cOllducta
de Sil G~llel'al , cllvia d Parls al Príncipe de Hal:G-
felJ pura (lisclIlpul' la impl'l!del1cía de aquel con
(,1 ga]jj!lcJc francés.


El cij:1 ~ J oc Fdjr~í'o tIc 1813 se firma uu
lÜ1LYO COny. lli) <JCé'l'ca de las furl::¡}l'zas prlJ~ia­
nas, OCl1p:::l:Js aLU j'Ul' las trQpas fruaccsasi m:,j
dus diaEo d,~SpUCS el Monarca prusiano firmó tam-
bi":l uua ali.lnza ofensiva y defensiva Con la Hu-
"iil J (lllC ,1 sl\'uia y cortaDa todas las rclacio:1C';
l:0U la Fnllcia. El Etllr~radür Alejandro Se obli-
ge. Jlur esta nueva alianza ,í uo depon a las Ul'miJ:)
hasta (lllC la PI':JS1a se restahleciese al e,~¡ado en
que se IlLdlalJa en lSOG ; y esle fue el primer cs-
hboll de b Srau caucua tIe actos diplcm.<i.ticos




(3'26)
1812. que contribuyeron á derrocar de su trono á Na-


poleon , el que aun enmedio de tautos reveses
como se le preparaban, eclló mano de los gran-
des recursos que en sí tenia la Francia, y lla-
mando á las armas á todos los varones (le su 1m-
pnio, anulanuo to(lo d(~r('cho de f'xencion por
servicios pasauos, s(' pr('paró;í ulla s('SlIllda cam-
paña, durante la cual, por I1lpdio de un esfuerzo
convulsivo, fijó aun una vez en sus banderas la
victoria.


Durante ('sIc periodo tan f(~l'lil rn aconlrci-
mientos militares, la Regellcia de EspaJw h:¡hia
proyectallo, para hacer mas crítica y eJl]hara~o.-;a
la situacion de los enemigus, que el Dllr[lle de
Orleaus, Luis Felipe, que se halhba en 1)a1ermo,
viuiese á Cataluiw y organizase sobre las fronte-
ras de Francia un ejército, cOl11pl1e~to en la ma-
yor parle de franceses que quisiesen c1(,[l'nflcr á
Sil legítimo Soberano Lllj,~ XVIII. Entabló,e n1
efecto una negociacion. El Duque fue recibido
Con [rialJau en Tarragona, en (lOIlJ(' tlesr.rnbar-
có, y habiendo marc1wtlo ,i Cátliz á bordo de b
fr<tgata lTcr¡gm/,':,a eH que Jlabia vCllido (le Sici-
lia, muchas pcrsol1<ls de nlta C!ltl'[:nrÍa empe-
zaron, desde el mismo día de 511 llegada, á
manifestar que seria muy convr'niente nombrarle
Hpgente de la Espaila ; y estas voces ba.'itaron pa-
ra ¡¡lannar á las Córtes <jlW hicieron fjlle el Go-
hierno le mandase salir de C;ídi7. en el (¡"rmino
de 24 horas. El Duque fue á pn'stur ~ll home-
llage á las CCrtes , que pidieron .~ Castnños
las protegiese en caso Jc (Ine se intentase algo




( :127 )
t'o'ntl'u ellas. AlgulJOS hall ,llrihllido á los inglese~ 18í~.
el que el Duque de Orll'ans hubiese sido tan in-
oportulla y precipitadamente d('spl'dido, recelo-
sos de que ellnando de lus cj('l'citos 11l,Liese re-
caiJo en t:1. Asi se privó la Espaüa de los reC!l\"~
!OS de un Pl'íneipt: estilllable por su carácter,
valo!' y r('p"taciull.


Las Córles conlill\lallan en G;ídiz sus trahajos
legi~lati.vos, siendo cada dia l11as animadas las
di,cllsiones sobre los prillcipios cGnstitucionales,
Ó furma de goJJi('rllo) y sobre el modo de arreglar
la ad!l1illistracion d, J c,tado.


El 2 de Enero jas Cúrtes discutieron un pro-
yecto presentarlo por el Diputado DOll Angel de
la Vega, para mejurar el sistema de gobierno, y
(ll'spues de una r('gllla]' discusion , decretaron la
fOl'wacion de un COllsejo de Estado, que se de-
l!ería cOmpvlH'l', {luraute 1(l8 actuale~ circIlllsLall-
cias, de 20 iudividllus, de los cuales dos debian
ser cclesi{¡sticus , uno de dlos Obispo, y el otro
constituido en dignidad, (los Gr;¡nr!es de Espaüa,
y los lG restalltes tom;¡dos de los sllgl'lo:-; (Iue hu-
hie.oen servid() en las carreras dipl(}ll1~tic;, mili-
!ar, cconómic,1 y de la magi~1 ralura, clcbil~lIdo
ser á lo menos seis ele estos de las provincias de
Ultramar.


Las Córti's se ocuparon il1l11(·diatamcnte cn la
l'uJOvacjon de la Hcgl'LJcia , y el día 21 de Enero)
l'l:uuidas en sesioll secreta, eligieron p~lra com-
ponerla nI Dl/fl'lC d('l Infantado, Teniente Gene-
ral ue los Reales ejl~rcilos) y ála ~azon Embaja-
dor en la Corte de Lóndres; á Don Joaquíu Mos-




(328 )
1812. ql1~ril y Figueroa, Consl'jero drl sllpremo de In-


dias; á DonJuan .\'brÍa Villavicencio, TellicnleGe.
nel'al de la Real armada, y Gobernador entonces
de Cádiz; á Don Ignacio Rodriguez de Ribas, del
Consejo de Hacienda, y á Don Enrique Odonell,
Conde del Abisval., c¡uienc.~ deberian turnar en
la presidencia de seis en seis meses, scgun el ór-
den de su nombramiento. Al siguiente dja 22
los cuatro Regentes que se hallaban en Cádiz, se
presentaron á las Córles, y prestaron el jnra-
mento prr~scrit.o de ti(lelirbd, tOll1ando en se¡;lli-
da posesioll del gobierno de la Monar(ll1Ín.


En 3r¡ud rnismo día se leyó una resolllciun
de las lIlismas Córlf's, por la (IlIC acordaban (J!lf~
despues del nombt'amiento de la Reg(~lIcia, se
procediese al de individuos del Consejo de Esla-
do; y para premiar desde lll(~go á los tres e..,;..
Regentes anteriores, fueron elegidos para ocu-
par las tres primeras plélzas dd mismo <:on-
íiejo.


A consecuencia de esta resolucion el 26 del
mismo Enero ceqó en el ejercicio de SllS f[JllCjO~
nes el antiguo COllsejo ue Est;¡do, (Iul'dando sus
individuos con todos sus bonorC's y sueldos en
clase de jubilados, aunque sujetos al JlHl"irnum
de 40.000 reales, con arreglo al decreto dc 2 de
Diciembre de 1810. La nueva Regcllcia, despllcs
oc su instahcion, dirigió un manifiesto á la Na-
cion es [la llOla pa ra escila da á ha cer n 11 e !Jos e s-
fuerzos para la salvacioll del pais. Las medidas
adf)plada,~ por C.~t;:¡' nueva Hegtmcia, correspon-
tIierou al lenguagc de que usaba, y fueron prono




(329)
tas, Vlgorosns y clecisi vas) Jaudo una particular 1812.
atencioll al reemplazo é instruccion de los ejér-
citos. El nombramiento del DucIlle del Infantado
para Presidente de la Uegencia de Espaila causó
el mayor entusiasmo en LónJres , y el Príncipe
Regente y la lleina le envi¡¡ron dos Chambela-
nes á felicitarle, habiéndole manifestado el Mi-
nistro de Estado británico lo persuadido que es ..
taba de las grandes ventalas que debian prome-
terse de la nueva Regencia para la intimidad de
la alianza en favor de la causa COOllln. El Duque
del Infantado dirigió en 22 de Febrero una elo-
cuente proclama :1 los espaiioles , escitállclolos á
ll1antener toJa su constancIa en la lucha contra
la Francia, mientras que se disponia á volver á
la Península.


Desde el 27 de Enero hasta el 11 de Febrero
las Córtes se ocuparon en la elcccion de los in-
dividuos del Consejo de Estado, cuyo cuerpo
deberia tener el tratamieuto de Magestad Ó de
Alteza, segun fuese el Bey ó la Regencia quien
le presidiese) y cada uno de sus individuos el de
Escelcncia, con el sueldo de 120.()()O reales,
con sujecion entonces al maximum de 40.000,
Ínterin durasen tan apuradas circunstancias. Fue-
ron electos, segun se ha dicho, los ex-Hegentes
Don J oaquin Hlackc , sobre cuyo nombramiento
se indicaron algunas dudas de nulidad por hallarse
á la saZOll prisionero en Francia; Don Pedro
Agár, y Don Gabriel Ciscar; el Cardenal Arzobis-
}lO de Toledo Don Luis de BorLon; Don Andres
GarcÍa Fernandez, Arcedia~o de Vivero en la


'l'0\20 IIJ.




( 330)
1S12 catedral tIe MondoiJedo; el Conde de Altamira;


el Mal'\lues de Castelar, Teniellte General de los
Reales ejércitos; Don l\1arlin de Garay, indivi-
duo que babia sido de ]a Junta Central; Don
Melchor José de Foncerrada , Oidor de la Audien-
cia de Méjico; Don Francisco Javier Castaüos,
Capitan General de los Reales ejércitos; Don Jo-
sé Bafluijano y Carrillo, Conde de Vista-[Jol'Ída,
y OiJor de Lima; DonJuan Pcrez Villamil, Con.
sejero de Guerra; Don José Mariano de Almansa,
Consejero de Hacienda, Regidor, y del comercio
de Veracruz; Don Pedro Ceballos) del anterior
Consejo de Estado; Don J llstO María Ibar Navar-
ro, del Consejo de Castilla; Don Bernardo Roa,
Marques de Piedras-blancas, Regente de la Au.
diencia de Caracas; Don José Aicinena , Coronel
de milici as de Goatemala; Don Antonio Ranz y
Romanillos, Decano del Consejo de Hacienda;
Don' Francisco Requena, :Mari¡,cnl de Campo,
Decano del Consejo de Indias, y Don Eslóvan
Barea, Secretario del Consejo y Cámara de Caslilla.


Constituido el Consejo de Estado, las Córtes
tuvieron una solemne sesion el 18 de Mnl'zo para
firmar todos los artículos de la Constitucion en
dos ejemplares destinados el uno para el Archi-
vo de las Córtes, y el otro para el de la Regencia.
U na diputacion de doce individuos del Congreso
se trasladó acto conlínuo con toda ceremonia á
poner en manos de la Regencia dicho ejemplar.


Al siguiente dia L9 los diplltado~ juraron la
Constitucion, y los Regentes el ]¡acerla cumplir
,} ob:icrvar, y en esta mi~ma ses ion se leyó HU




(331 )
decreto en que escluian de la succsion de la co- 1812.
rona al Infante Don Francisco de Paula Antonio
y á foda su descendencia.


Desde este dia la Constitllcion fue solemne-
mente proclamada como ley fundamental del cs-
tado en Cá(liz y en todos 10spueLlos de la Mo-
narquía, á medida que eran evacuados por los
enemIgos.


Dióse órden para que todos los decretos se en.
cabezasen en adelante con la fórmula de Don
Fernando VII por la gracia de Dios J' la Cansti-
tlif.:iOll: en caDczamicn I o flllC ca u só disgusto á a 19u.
nos por derogar en parle el juramento que libre y
espontáneamente habia hecho toda la Nacion de
reconocerle por Monarca sin restl'iccion alguna
en los primeros momentos de la gloriosa revolu-
cion, y aun las mismas Córtes en el acto de su
instalacion.


En el mes de Mayo la Regencia hizo publicar
un decreto de las Córtes ,previniendo que res-
pecto;Í deberse reunir estas cada año, y siendo
entonces mas necesaria que nunca la observan-
cia de este artículo constitucional por las cir-
cunstancias particulares en que se encontraba la
Nacion, se convocarian las Córtes ordinarias en
1813; mas respecto á que no era posible que los
diputados de las partes mas remotas de la Mo-
narquía Ilcgnsen para 1.0 de Mayo se difería su
apertura hasta 1. o de Octubre, estableciéndose
que ninguno de los diputados de las Córtes es-
traordinarjas pudiese ser reelegido para las inme-
diatas.




( 332)
1812. La~ Córtes por otro decreto de J linio detalla-


ron el modo de aplicar á las nccesida(les del es-
tado la parte de diezmos destinada á este objeto.


A esta época llegó á Cádiz el Duque del In-
fantado, y despues de haber prestado en el seno
de las Córtes el juramento prescrito por la Cons-
titucion, se encargó de la Presidencia de la Re-
genCIa.


La causa formada al ex-Regente Lardizabal
tocaba ya á su término: la Junta provincial de
Censura habia declarado subversivo y sedicioso
en alto grado su manifiesto i al paso que la supre-
ma manifestó que nada contenía de particular, y
que ~u autor no era reprensible por este escrito.
El Fiscal de la causa, sin atenerse al dictámen de
esta última, pidió contra el benemérito Lardiza-
halla imposicion de la pena que la ley reserva
á los traidores, y el tribunal en sentencia de 14
de Agosto de 1812 le condenó á salir espatriado
de todos los dominios españoles, y á que su ma-
nifiesto fuese quemado públicamente por mano
del verdugo en la plaza de Cádiz. El ex-Regente
apeló de esta condena al tribunal supremo de
Justicia, y este en sala segunda anuló por injusta
la anterior sentencia, que confirmó despues en
todas sus partes la l1rimera por súplica á esta
que hizo el Fiscal del Tribunal; y lns Córtcs se
conformaron con este último fnllo.


Igual suerte tuvo la causa formada al Conse-
jo de Castilla: todos sus Ministros fueron por sen-
tencia de 29 de Mayo absueltos y mandarlos rein-
tegrar en destinos equiTalcutes á los que oLte-




( 333 )
nian, por haberse sustituido al Consejo de Cas- 1812.
tilla el Tribunal supremo de Justicia, asi como
al de Guerra, Hacien(la y Ordenes, el Tribunal
especial de Guerra y Marina, Hacienda y Orde-
nes Militares.


El Reverendo Obispo de Orense que durante
su permanencia en la Regencia habia manifesta-
do ]a mayor firmeza, no queriendo reconocer la
80berania de las Córtes, al hacer jurar la Consti.
tucion en su diócesis, lo hizo con protesta de re-
presentar al Gobierno legítimo, y al darse cuen-
ta de estas reserva~ por el Ministro de Gracia y
Justicia en la sesion de I5 de Agosto, se susci-
tó una acalorada discusion, en la tiue una mayo-
ría de 84 votos contra 29 decretó que vista la
protesta con que el Obispo de Orense habia ve-
rificado el juramento á la Constitucion, tanto es-
te Prelado como cualquiel·a otro español que se
hallase en el caso de no querer jurar la Constitu-
cion en los términos prevenidos, fuese tenido por
indigno del nombre español, despojado de todos
sus empleos, sueldos y honores, y espelido del
territorio español en el término de 24 horas. El
Reverendo Obispo supo con tiempo ]a tormenta
que amenazaba á su respetable cabeza, y se re-
tiró á San Pedro de Tourey lugar de su diócesis
en Portugal, sin dejarle ni aun una miserable
eón grua Con que poJel' manlenerse, para evitar
¡e alterase la tranquilidad entre sus feligreses,
en el caso de que se procediese ~ alguna medi.
da violenta.


En el mes de Octubre, el Diputado Navarre-




(334)
fH12. te pronuncIO un discllrso sobre la illhumanidad


é injusticia del establecimiento de ¡}fitll'i en las
colonias de América, por el que cada distrito es.
tá obligado á dar un cierto número de hombres
para la Iabol' de las tierras, esplotacion de las
minas y otros trabajos ; decret~ndose en conse-
cuencia que las Jlitas fuesen abolidas para siempre.


TOllos estos decretos relativos á la América
eran dirigidos á procurar la union de estas re-
giones que se hallaban en guerra con la Metrópo-
li; pero lejos de causar el saludable efecto que
se propusicl'on las Córtes, animaron la audacia
de los insurgentes, y contribuyeron ¡í la pérdi-
da total de aquellos dominios.


Tal era el estado genera.l de los negocios en
España á fines de 1812, estado que sin duda pre-
senta una mejora por haberse lcvantado el blo-
queo de la ciudad adonde residia el Gobierno;
pero que alterando la antigua forma de la MÚ'"
llanluÍa, habia di vidido las opiniones de los mili-
tares y de los ciudadanos, tanto que asi en 108
pueblos como en los ejércitos no se hablaba mas
que de la conveniencia ó repugnancia ,í admitir
los nuevos principios sancionados en la Consti.
tucion.


En 1812 la guerra civil se habia estendido en
todas las provincias de la América española, y
apenas podia el partido europeo realista resistir al
de los iuclepen1lientes; y sin fucrtes socorros de
la Metrópoli le era imposible conservar los do-
m 111 10 S qne aun poseia, y reconquistar los
pt'l'didu5.




(335 )
En Ruenos-Aires se [('['minaron las negoCla-


ciones (lile )tabian sido rolas en el año anteriol'
con motivo de la entrada en aquel Vireinato de
las tropas portuguesas, y se firllló un tratado de
pacificacion, cuya base fue el reconocimiento
de la soberanía de Fernando VII. La Junta, aun-
que sin poderes, segun ella manifestaba, para reCO-
nocer la autoridad de las Córtes de C.ídiz, de-
claraba la unidad é indivisibilidad de la Mona1'-
quia española en las provincias del Rio de la pla-
ta, que se consideraban por lo mismo como par-
te integrallte de la misma Mouanjuía, consen-
tia en auxiliar á la España con socorros pe-
cuniarios para sostener la guerra contra Napo-
leon, y determinaba los distritos que debían so-
meterse, asi á la J unta como á la autoridad del
Virey, quien por Sil parte se obligaba á hacer
evacuar á los portugueses el territorio (Ille ocu-
paban, Por dicho convenio se restablecian las
comunicaciones y el comercio enlre Buenos-Ai-
res y Montevillco, y se abrían sus puertos á los
hurlues ingJ(~s('s" El Vin~y consentía adcmas en
no hacer alteracioll algulIa en el sistema cIue se
estipulaba por este traLaJo, hasta saber la reso-
lucion de las Córteso


Estas concesiones manifiestan el estado en
que se hallaba la Junta de Buenos-Aires, a la que
faltaban los meclios y ,Oecu¡OSOS uecesa,"ios para
iostencr la callsa de la independencia, ha1l2udo-
se tan divididos los habitanLes, que la capital
era un hogar de intrigas, y la causa de la Metró-
poli debía ncce''¡(lriamente progresa,o óÍ. favor de


1t:l12




(336)
1812. estas Jisensiones. El 7 de Abril un cuerpo mili-


tar compuesto de nobles, disgllsta(lo con el nomo
bramiento de un Coronel ({ue se habia elegido sin
su intervencion, despnes de haber arrojado de
sus filas á toJos los Oficiales .. I"ecorrió los cuarte-
les de los demas cllerpos de la gua¡"nicion) esci-
tándolos á tomar las armas. Pllsil~ronse caÍlones
en varias calles con este motivo, y desplles de
un tumultuoso comhate en que se vertió bastan-
te sangre, los nobles se vieron forzarlos {l rendín-
se, y sus Gefes fueron fusilados. La antigua Junta
habia sido depuesta, y se habia establecido una
nneva compuesta de cuatro miembros ¡'¡nicamen-
te. Las disputas, hijas del espíritu de partido, se
renovaban con frecuencia en la ciudad, y el po-
der de esta Junta era casi nnlo en las provincias.
La de Córdoba se declaró independiente del Go-
bierno de la capital, y constituyó uno entera-
rtlente separado.


U n incidente ocurrido entre las tropas por-
tuguesas de Montevideo contribuyó á agravar to-
dos estos males, pues rehnsando volver á su país,
tomaron posesion de Maldonado contra el tenor
del último tratado. En su consecuencia el Gene-
ral de Bucnos-Aires Artigas marchó desde la
Capital para desalojados, y entrando en territo-
rio de Montevideo, atacó, 3unque con poco éxito,
á un cuerpo portugués. Irritados los hahitautes
de esta última plaza de la violacion del tralado,
armaron a 19u110s buclues de guerra para impedil'
á los de Huenos-A ¡res el paso á la otra parte del
rio. Volvióse ,i blü(luear de nuevo esta capital




( 337)
IJor la escuadra de Montevideo, y el General Vi- 1812,
godet que habia reemplazado á Elio en el gobier.
no de esta última J trató de sostener esta nueva
lucha en que hubo pocos combates, pero mu-
chos maniliestos y escritos llenos de animosidad.
Los portugueses, á quienes los habitantes de
Montevideo llamaban sus fieles aliados, se halla.
ban situados en el arroJo de San Francisco á
diez leguas de Salto, en donde Artigas habia fija-
do su cuartel general con las tropas de Buenos-
Aires, y en donde recibió un refuerzo de armas
y municiones flue le llegaron de Filadelfia en dos
lJ\1ques. Todo estaba preparado para un ataque
vigoroso, cuando en Buenos-Aires se tramó una
Conll'a-revolucion para apoderarse por sorpresa
de los puestos principales de la ciuJad, desar-
mar á los americanos y restablecer el gobierno
español. Una conversacion imprudente tenida
delante de un esclavo por UllO de los cOlljllrados,
dió margen á que se uesCllbriese este proyecto, y
se prendiese á los asociados, pereciendo en un
cadalso el día 4 de Julio 25 de los principales. La
útil illtcrvencion de la Inglaterra logró restable-
cer las relaciolles amistosas entre la Junta de
:Buenos-Aires y el Príncipe Regente de Portugal
residente en el Brasil, y las tropas portuguesas
en su consecuencia comenzaron el 13 de Julio su
retirada Jestle la ribé!l'a de San Francisco. La
Junta en lances envió diputallos á Montevideo
para tratar de la cesacioll de hostilicladcs, y
acordar las medidas necesarias para restablecer
las comunicat:iqnes entre ambos paises.


TOMO ([ l. 43




(338)
1812. La provincia de Venezuela que se había pro-


nunciado fuertemente por una independencia ab-
soluta, sufrió al principio de 1812 una terrible
catástrofe ,cuyos efectos influyeron en gran ma-
nera en sus asuntos políticos. En el dia 26 de
Marzo como á las doce de su maüana un violento
terremoto conmovió la ciudad de Caracas, des-
truyó la mayor parte de sus edilicios y sepultó
hajo sus ruinas un gran número de habitantes. El
puerto de la Guaira participó de este desastre,
alcanzando igual calamidad á otras varias ciuda-
des de la provincia, tanto que sobrecogido el
pueblo de terror, atribuyó esta calamidad á un
castigo del ciclo por haber renunciado Á la fide-
lidad debida á su legÍlirno Soberano Fernando
VII. Varios de los principales vecinos de Vene-
zuela mantenian correspondencia con los espa-
floles de Puerto-Rico y con el ejército Real que
se hallaba en Coro á las órdenes de Monteverde.
Este General, aprovechándose de la ueslluion que
reinaba entre los independien tes, y del desaliento
que en ellos habia producido ellerremoto, refor-
zado con un cuerpo de tropas procedente de Ma-
racaibo) entró en el mes de Abril en Valencia
sin oposicion ni resistencia alguna; y Miranda y
el congreso se retiraron á la aparicio n de los es·
paüoles en este punto, adonde se habian re-
fugiado dcspues del temblor Lle tllTra. SOll1C-
tieronse sin resistencia á las l:'opas realistas
otras varias plazas y paLIaciones abrumauas con
los sacrificios hechos por la cau:,;a tlc la indepen-
dCllciu.




(339)
En tan terrible conflicto los estados de la 1B12.


confederacion crearon una dictadura que confi-
rieron á Miranda, y este en una proclama cIue
11uhlicó con este motivo., manifestó la situacion
IJeligrosa en que se encontraba el pais, los males
qlle pesaban sobre la república por la falta de re-
cursos pecuniarios, indicó algunas medidas para
mejorar tan triste estado, y prometió solemne-
Inente no envainar la espada hasta ver asegurada
la libertad de Venezuela, y vengar los ultrages
hechos á la patria.


l.a victoria coronaba en tanto los esfllerzos
dc las armas realistas, y el 6 de Julio se apode-
raron estas por sorpresa de la ciudad y puerto
de Puerto-Cabello) no habiéndose opuesto por
l)arle del Dictador Mil'anua sino una débíl resis-
tencia: Caracas capituló el 28 del mismo mes, y
tres dia sdespues la Gllaira se rinuió á cliscrecion,
llaciendo allí prisionero al mismo Miranda qu~
se encontraba en aquel puerto con intento de
embarcarse en un buque inglés, y q11e encerrado
por de prollto en un c;¡labozo fue trasportado á
Espaüa á príllcipios de OctuLre.


Con el objeto de encargarse del mando de
Caracas, vino desde Puerto-Rico Don Fernando
Meleiro; mas Monteverde no creyó conveniente
entregarle a<]uella plaza por el estado de agita-
cioll en que se encontraba.


La provincia tle Santa l\Jarta, en el Vircinato
de la N tIf'va Granada, habia declarado la guerra
á la provincia de Cartagcna, que se había pro-
nnnciado independiente, abolido la 1l1fluisicion,




(340)
1812. Y hecho prestar juramento de fidelidad á todos


los empleados civiles y militares. HuLo entre la
gente armada de estas dos provincias muchos
choques, aunque no de consideracion.> y con va-
rio suceso, sobre las márgenes del rio de la
Magdalena.


El dilatado y rico Reino de Méjico fue du-
rante el año de 1812 teatro de la guerra y deso-
laeíon mas espantosa: toda su costa meridional
habia proclamado la independencia, y bandas
numerosas de insurgentes recorrian el centro del
Reino, y no huian ya como en afIos anteriores
á la vista de las tropas realistas. La N ueva-Gali-
cia era úuicamcnte la CJue conservaba su tranqui.
lidad por la vigilancia de su Virey: las dernas
ardían en disensiones, tenian entre sí interrum-
pidas las comunicaciones, y los trabajos de las
minas y las labores del campo se hallaban del
todo suspendidas.


Una fragata inglesa destinada'; tomar en Ve-
racruz un cargamento de plata, fue obligada á
hacerse á la vela sin c'Ol1se "túr su oll)' el o. El 16 b
d,e Marzo se descubrió en dicha ciudatl una cons-
piracion, cuyo objeto era apoderarse del parque
de artillería, de los bastiones del cuarlel de vo-
luntarios y del muelle, y cscitar al pueLlo á to-
mar las armas. Mas de 200 personas fueron pre-
sas por haberse averiguéltlo que mantenian inte-
ligencia y secreta comnnicacioll COIl el grfe
revolucionario Morelos, (J1!C les había promeLiJo
su coopcraci.on y socorro. Este ,"c hallaba situado
~ll GuaulJ) hacia a131l11 tiempo) con un cj(:rcito




(341 )
de insurgentes de mas de 74.000 hombres, sien- 1812.
do imposible que con sus cortas fuerzas pudiesen
someterle los espaüoles. El 17 de Julio) ]¡ahiell-
do los insurgentes interceptado las comunicacio-
nes entrc Jalapa, Oaxaca y Goatemala , se apro~
xirnaron á Veracruz, y MoreIos despues de haber
sido balido en Guanla, marchó con 14.000hom-
bres sobre el Crimino real de Méjico. Dos grandes
ejércitos insurgentes, mandados el uno por Rian
y el otro por Morclos, operaban el 16 de Agosto
en distintas direcciones: el de Morelos puso sitio
á la ciudad de l\léjico, y el de Rian, dcspucs de
11aber sometido á Acapnlco, y derrotado al ejá-
cito realista, prosiguió sus conquistas hasta las
mismas murallas de V cracruz.


El Perú se hallaba tambien entregado á las
alarmas de la illsurreccioll, y el espíritu de inde-
pendencia sc hallía manifest~l(lo en Lima, en tér-
minos f[UC cn 4 de Marzo su Gobernador se vió
olJlisado á ofrecer la instalacíon de una Junta,
aUJlque con condicion de (Iue se le reservase la
presidencia, y de que el Gobierno ele Cállíz flle-
se reconocido. La provincia de Cochaballlba COI1-
tiullaba sus relaciones con la Junta tie :Euenos-
Aires, micntr;¡s la del Potosí, con la mayor par-
te del PQrú -' pcrm,aneció fiel á la Metrópoli.




(3.42 )


,


CAPITULO XXI.


\VeIlington se prepara para la cmnpafHl. _ J\apoleon saca
varios cuerpos tIe Espalia, y lIallla á Soult. - vVelling-
ton pasa á Cáúiz. _ Honores que le tributan. - Se pre-
senta en las CórLcs. -Organizacion de lus ejércitos na-
cionalcs. -Marcha á Lishoa. - Posiciones (le los ejér-
citos franceses. -5 ituacion de los ejércitos espallÜles.-
Operaciones del primer ejr!rcito.-Accion de Arenys.-
Accion de Vallfogon<l. - Accioll dc Prats-l\Iollo en el
territoriu fl'allcés. -nestrllCCiOIl ele lus fllerles del Puc-
llo y Alll polla. - Accioll de H iclanra. - Axeioll de [tibas.
- Acciull del Ahisval. - Primeras uperaciones dcl se-
gundo ejército. - Accioll primera de Magallon. - Se-
gunda aceion de l\Iagallon. - Accion de Dorja. -Accioll
de 5igüenza. - Accion de Hibafrecha. - Operaciones
del tercer ejército. - Accion de "'{¡(belles. - Opr:racio-
nes del cuarto ejército. - Su orgallizacioll. - Aecion de
Zanza, de Villaro y Severillo. - Asalto Lle Castrourdia-
les. - Evacuacion de dicho punto. - Toma del fuerte
de Salinas de Aliana. - Aeeioll de Poza. - Aceion de
ArmiilOll.-Opel'acioncs del Generall\Iina.-Accioll dc
Barasoain. -De Tie]Jar. - TOllla llel fllerte de Tafalla.
- Ataque del fuerte y puehlo de Sos. -Accion (le lle-
riaino. - De Leria. - De ,\Iuez. - De !saba.


1813. Si la anterior campaiia de 1812 fue ventajosa
á las armas españolas yaliallas por los seüalados
triunfos fItle consiguieron) 1" pl'escnte lo fue mu-
cho mas por([ue con sus esfuerzos lograron en·
teramente la libertad (le la Península.
Mientra~ C{lle su ejército permanecia en les




(343 )
cuarteles ue invierno, Lonl Wellingtón, siempre 1813.
incansable, se uedicaba á reslablccer la discipli-
na militar, y á reorganizar sus tropas para COn-
ducidas á nuevas victorias. En lo material del
ejército hizo mudanzas sumamente útilcs, pro-
veyéndole <le ticndas de campaüa, á fin de que
el soldado permanecicse en sus vivaques al abri-
go de la intempcric dc la estacion, y haciendo
acopio de pontones para el paso de los rios. Re-
novó los trenes de artillería, y añadiendo á esta
1.300 caballos de refresco, reforzó muy particu-
larmente su cahallerÍa con los SOCorros venidos
de Inglaterra, y completó enlel'aIuel1te los bata-
llones portu gnescs.


Los enemigos, por el contrario, debilitados
})or los desastrcs de la campaüa de Rusia, se
vcían cn la ncccsidad de tellcr que concentrar
todas sus fllcJ'zas de la Península en las frollteras
de su imperio. Diferentes cuerpos franceses,
rrincipalrnente de caballería, salieron de España
para Alcmania, y cl mismo Mari!ical Soult, cuya
pericia militar le llabia grangeaJo la confianza
del eji:rcito frallcés de b PCllíllSU13) flle llamado
})or el Emperador para tomar una parte activa en
la nueva cumpaila que iba á abl'irse en Alemania.
Con cslc motivo el Rey José se encargó del man-
do de todas las tropas france sas, y eligió al1\1a-
riscal J olll'dan por su Mayal' general.


Lord WclJillgton, que ya en aquella época se
hallaba con la investidura de Gral1l1e de Espaüa
y Generalísimo de tOllos sus ejl~rcitos) marchó á
filles de 1812 <Í CJdiz) donde tlcsemb:Jrcó el 24




( 344 )
1813. de Diciembre de 1811, siendo recibido con lodo


el entusiasmo que inspiraban sus repelidas vic-
torias y eminentes servicios hechos á la patria.
El Ayuntamiento de aquella ciudad le salió á re·
cibir por medio de una comision, y todas las
clases á porfia se esmeraron en obsequiarle, dan-
do bailes y banquetes J y á la cabeza de los mis-
mos ejércitos se entonaron himnos compuestos
en su alabanza. Las mismas Córtes, á nomhre de
la N acion española, nombraron una comision de
individuos de su seno, para (I11e pasase á felici-
tarle el dia 26 del mismo mes de Diciembre, asi
como el Ayuntamiento de C;¡di~ lo verificó en el
mismo dia en los términos mas espresivos, cor-
respondiendo W ellio gton con pasar á su seno in.
medíatamente, en donde recibido Con todos los
honores J manifestó los nobles senLimientos que
le animaban por la sal vacío n ele la España. El30
deseando el caudillo británico dar gracias perso-
nalmente al Congreso nacional por las mercedes
que en repetidas ocasiones le habia dispensado,
acompaÍlaJo del Embajador y Secretario de em-
bajada de su nacion) del Nuncio de Su Santidad,
del cuerpo diplomático, .Y del Generill Castaüos
que tambien habia venido á CáJiz, se presentó
en el salon de las sesiones enmeJio de una dipu-
tacion del Estado mayor general del ej(~rcito es-
paliol, vestido con el uniforme de gala de Capi.
tan General, y con 1a$ insignias del Toison de
oro y gran Cruz de la Orden militar de San Fer-
nando, y tomando asiento entre los Diputados,
leyó un elocuente di~curso en quc ofrecia consa-




(345 )
grar toda su existencia á la salvacíon de la Mo- 1813.
narquia esparJOla, y llevar la guerra á las márge-
nes del Sena, donde en otro tiempo el lean es-
pañol hahia abatido las lis es francesas. El pueblo
todo de C~diz contemplaba con la mayor admi-
racion al Lord, que ,í. la sazon ejercia sohre el
Gobi(~rno español una suerte de dictnd\1ra mi-
litar que reanimahn el celo de las Córles) y
conlribUla á reguhrizar sus medidas. El Lord
dió un e~pléndido banquete el 3 de Enero de
1813} al que asistieron todos los Diputados de
Córtes. J-,os Grandes de España) deseosos de ob-
sequiar á su nuevo eompallero de Grandeza, die-
rOn el 4 un magnifico baile, al (lue concurrieron
todas las Autoridades y principales personas de
Cádiz. Enmedio de estos festejos, Wellington no
perdia el tiempo; y no olvidando el objeto prin-
cipal de Sil venida, concertaba con la Regencia
las medidas que creia mas propias para asegurar
el éxito de la próxima campaña. Dióse nueva
forma á la milicia espaiiola beligerante, dispo-
niendo que los siete ejércilos de que se componía,
se refundiesen en seis, en esta forma: El ejército
de Catalllita conservó el nombre de primero,
nombrándose para su General en gefe ;í. Don Fran-
cisco Copons y Navia, quien deberia reullir á la
Capitanía general de aquel Principado el mando
de la parte de Aragon situada á la derecha del
Ebro. Con el segundo y tercero se formó el se-
gundo, al mando del General Don Francisco Ja-
vier Ello, el que fue nombrndo Caritan general
de la provincia de Valencia, Murcia y Castilla


TOllO [[[o 44




(346 )
1813. la Nueva. El cuarto ejército se denominó tercero,


y con algutlos de sus cuadros se formó el de re-
serva de Andalucía, que se puso á cargo del
General Duque del Parque, reuniendo á este
mando las Capitanías generales de ¡as provincias
de Jaen y Granada. Los ej¿'rcitos llal\lados antes
quinto, sexto y séptimo, se reuni"roil para for-
mar el cuarto á las órdencs de Don Francisco
Javier Caslaños, al que se agregaron lambien
las Capitanías generales de Eslremadura , Casti-
lla la Vicj;¡, Lpon , G;¡licia, Astnrias y ~avarra;
y con algunos de SllS clJ:1dros se formó el ('jt'Tci-
lo de reSl'l'va d(~ G;¡Jicia. La reserva de Alldalu-
cía se puso á las órdenes del Conde del Abisval,
á quir'JI sc le confirió la Capitanía general di' las
prov i!leias de Córdoha , Sevilla y Cádiz, y la de
Galicia ;í las del General Don Luis Lacy.


Obtuvo ademas el Lord un decreto de la Re-
gencia (jue hacia mas dicaces las atribuciones de
los Generales en gefe, limitando el poder de las
autoridades civiles y de los ayuntamielltos. Díé-
ron:ie ademas otras varías disposicioncs pnra ase-
gurar la subsistencia de los ej"'reílos, y se forllló
11ll Estado mayor cspailol á l¡¡~ lllH1nliacloncs
del General inglés para asegurar y f.lcilítar la
transmision de sus órdenes.


Luego que hubo arreglado tOllo lo rrbtivo á
la guerra, partió Wellington de C,idiz el dia 10
de Enero, entró en Sevilla el 11, Y alli ftle reci.
bido Con las mayores demostraciones de alegría,
y con todos los honores que en semejantes casos
se dispensan por las gr;¡ntles Cnpita les ,í. los mis-




( 347)
mos Sobcrano.~. El 12 marchó hácia E.~trema(1t1- ~dn
fa por FllPllfe de Cantos, y enlr:lI1do en Portugal
se dirigió ,í Lisboa para combinar con la Regen-
cia por! lIgut'sa que se hallaba enleranwnlc some-
tida á su illflllencía, los medios de hacer con
mas vigor la guerra.


En prillcipios de este ailo de 1813 ocupaban
á Valellcia y Calalulla 40.UOO franceses á las ór-
llenes lid 1\briscnl SllclH't. El rt-'sto de su ejérci-
to de Espaila, á las órdenes del intruso Rey José,
se halla\Ji, (,sp:J1'cil!o en las Castillas, Lean yen
otras provillcias del N. pilra facilitarse víveres,
y lJilc('i' Crc'ule á los difc'/'culcs Cllt'l'I)QS espailoles
que d('sdc~ la evaCllhcion de las Andalucías se ha-
hian levanlado ell todas direcciones. Toledo y
Madrid formab:m la izquierda del ejército del in-
truso que mantenía un pequeño cuerpo en la
Mancha, y en gellera 1 lodas las posiciones y ar-
reglos de sus tropas parecian subordinados á la
conservacion de la línea del Duero, detras de
cuyo río habian levantado varias obras ofensivas,
fiándose en lo fuerte de esla posiciono


El primer (~jl"rcilo cspalw} , qUf' por entonces
tenia su cuartel gell!Tal en Vich, se componia de
15.536 hombres y 338 caballos. El segundo ejér-
cito, cnyo cuprpo principal á las órdenes del
General Elio pcrm¡ll1l'cia en Murcia, inclusos los
cuerpos sueltos del Empecinado y de Duran en
Castilla, y el de Sars{ield en Aragon, ascendia en
su totalidad á 40.884 hombres y 6.259 caballos.
El tercer f'i(~rcito, á las órdenes del Duque del
Parque, se hallaba en Granada y Jaen en obser-




(348 )
1813. yacion del de SOlllt) que tenia su cuartel general


en Toledo y se estendia por la Mancha, fuerte
de 25.287 hombres y 2.127 caballos. El cuarto
ejército, á las órdenes de CastalIos, tenia su
cuartel general en Ciudad-Rodrigo,}' constaba
de 54.703 hombres y 4.77G caballos. La division
mallorquina del General Wittillgam (¡ue operaba
reunida con el segundo ejército, asccJIllia á 9.J5G
hombres y 656 caballos. El ejé['cito de reserva
de Andalucía, (lue la actividad Jel CunJe de J. .. a-
hisval formó con la mayol' celeridad J ascclldia
;{ lG554 hombres y Y30 caballos. Asi) pu('s, en
el mes de F ebrcl'o de 1813 los e j ¿. rcÜos es paiío_
les contaban con ulla fuerza efecLiva de 1G2.220
hombres y 15.086 caballos, Je rnoelo que por
primera vez d,'sdc el principio de la guerra el
número de combatientes viuo á ser casi igual; y
no siendo posible á los enemigos recibir refuer-
zos ni cubrir sus bajas, era el momento Je ope-
rar contra ellos con mas vigor y ventajas.


Embarazoso es segllraml'nte poder presentar
en esta historia el cuadro ordenado de la l1lulll-
tUll ele operaciollcs ejecutadas ca teatro tan 4.;,;-
tcnso como la PL!uínsula por diversos cuerpos
de ejército) por lo que procur<l¡'cmos seguir el
órden cronológico de los hechos como el mas 5e.
guro para no perder el hilo de los sucesos; y co-
mo seria imposible referir uno por uno los cou-
tinuos choques que tuvieron los ejércitos belige-
rantes CIl los prirneros meses de este alIQ antes
tie empezarse las operaciones de mnj'o¡' impor-
tancia) solo nos Jltcndl'l'rHos en la narracioll de




(349 )
los d.e mas consideraGion, principiando por el pri- 1613.
mer cjército.


El19 de Enero el General l\lilans con Sil di-
vision se apruximó á las alturas del LorÍlo con
el objeto de hacer un reconocil1l1cuto. Los ene-
migos en número de 3.000 homLres salit:ron á su
encuentro desde la villa de San Vicenle, y re-
plcg:ludose Milans se encamina durante la Hache
al Tl'ull, y ataca al siguiente dia la retaguardia
enemiga fuerte de 2.000 hombres, que reforzada
sllce~ivamenle hasla el numero de 4.000 infantes
y 300, caballos obliga Li Milans á retirarse, aUl1-
(1U(~ con el ll1,J,Yor Úl'dell.


El J3aron de Erules, General en gefe intel'ino
por haber marchado el que lo era Don Luis Lacy
á encargarse del maudo de la reserva de Galicia,
des pues de Ilaber aj uslado con el General ene,.
migo Decaen 1111 Col! veuio, por el que CH obsequio
de la humanidad se establecia tlue los prisione-
ros fuesen tratados con el mayor esmero, J que
la guerra se hiciese segllll los principios del de-
recllO de gelltes (jUf rjg(~1l en todos los paises ci-
vilizados) l1lcd.itó ilna espcdicioll sobre Hosas al
mando del Teniente Coronel Don José FUDre,
compuesta de 500 homLres de los regimicu[os
de Ausona y Barcelona, embarcándose \eH Vi-
lJ.anueva de Al'cll}s 1,al'a las Medas el 1.0 de
Febrero en dos buques y tres botes armados,
yendo encargado del Estado mayor el Capitan
de Borbon Don BIas Requena. Heunida en la no-
che del 8 toda la espedicion en las Islas Medas,
FaLre y Requeua pidieron auxilio al Comandan-




(350 )
1813. te del navío inglés Leviatan, quien les dió tres


bot.es armados cada uno con un carlOn, y reem-
barcándose parte de la espedicion el 8 por la ma-
drugada, llegó á la cala de Callellas á un tiro de
fusil del fUf~rte de la Trinidad de la plaza de Ro-
sas. La guardia del pl'incipal de esta file sor-
prendida y encerrada en la misma casa, en cllya
opcl'aciun dió Requena una prlleba de valor y de
serenidad; pues como al mal'ch¡¡r á la sorpresa
del pl'incipal '1ue estaba en la plaza, dt~Spucs de
saltar una tapia de cinco ó seis pies de alto y dos
de espesor, el ruido (!ue se hizo al saltada y ue_
molerla turbase algull tanto la s(~r('njdad del sol-
dado, Heqnena conociendo la urgencia del caso,
con los ocho primeros soldados 'lue saltan, se di-
rige al principal, y enCOlltdntlose al desembocar
la calle con el cl'lltinda francés que da el quien
vive, le contesta imperturbable J,-'spaíia, persua-
dido á que la inmediacioll y los esfuerzos que
hacia para que :,\1 tropa le ;;iguiese, le habían Ja-
da á conocer. Entonces observa que el centi-
nela enemigo vacilaba dudoso, se acerca solo, se
finge Oficial fr:lI1ds, y reprende en este idioma
al centinda, quien duda de nuevo, prepara el
arma, y Requena entonces se le arroja encima,
le arrebata el fusil, y al llegar los soldados cs-
pailOles, grita el centinela, á quien pasa con la
esp;Hla, al mismo tiempo que UllO de sus solda-
dos al tirar un bayonetazo al centinela, clava
con él en la pared la mano izqllierda de su intré_
pido Capitan. En aquel momento los franceses tra-
tan de salir en número de 200, Y Requema ar-




(35f)
rancándose con la nIayor intrepidez la bayonc- 1813.
ta, Jljell~ de una estocada al Comandante francés,
obligando á la tropa enemiga á encerrarse en el
princiJlfd, desde cuyas ventanas y una tapia veci-
na se pOI1<'n en defensa. Re(Iucna intenta asaltar
la tapia; mas no pudo conseguirlo de su tl'opa,
que temiendo el número de los enemigos se reti-
ra por la misma brecha que habia abierto para
entrar, repmbarc'lndose y regresando ;Í. las Islas
Mellas. El U un destacamento desembarcó en la
playa dl~ Sasteray con el objeto de traer leña;
lllas al siguiente día tuvo que regresar á las Me-
das dl'sjlues de una pe(lueña accion con alguna
pérdida.


Instruido el General en gefe español de toda
la corrcspond(~ncia que mantenían entre sí los
enemigos d(~ Barcelona y Tarragona por los es-
pías, (jue eran los mismos que los de los espailo-
Jes, é jgnaJes hs ciJras eDil que se entendi:l/1J pro-
Jectó hacer unft tentativa para apoderarse de
Tal'l'agona. Al efecto ideó hacer salir de esta
r1ar:a una gran parte de su guarnicion y batida y
facililar de estn modo su rendicion. Para conse-
guirlo hizo cundir la voz de una espcdici'Jl1 á
Caruona, 11ácia donde dirigió desde luego alguna
tropa; {in~ió un parle del General Decaen resi-
tIente entonces en Baf'celona, dirigido al GolH'r-
nador de Tal'ragoDa Bertholetti, quien en vista
oe su contenido salió de esta plaza para Yilla-
nueva; mas á poco de haber salido recibió otro
rliego verdadero de Decaen, en que le mandaba
lo contrario á lo queacahaba de poner en ('jccn-




(352 )
'813. cion, y en su consecuencia regresó á aquella ciu-


dad, sin cuyo incidente hubiera sin duda sido
hatido, y caiJo tal vez Tarragona en poder de los
espailoles.


Persuadido el enemigo por los movimientos
que desde Vich habian ejecutado Hcia Ripoll
algunas tropas españolas, qne ~1I objeto era mar-
char á la Cerdalla, destacó con Jireccion á OJol
la division del General I.lamarque que se baIlaba
en Gerona. Esta se propuso penetrar hasta Hipoll
por el punto de Vallfogona, en cuyas inmedia-
ciones atacó el 23 de Febrero al cucrpo cspa-
¡101 del Brigadier Porras que se hallaba en posi.
cion, y dcspues d(: un choque sostenido tennz-
mente por algunas horas, el enemigo tuvo que
replegal'se á 010t á favor de las tinieblas de la
noche, Con una p{~rJiJa de 70 hombres. MflS de-
seoso el General LamarquC' de vpngar esta hllmi-
llacion, penetrando hasta Bipoll, hizo el clia 28
durante la noche un movimiento oculto y de
flanco contra dicha villa, hácia la que se diri.
gió por San Juan de las Abadesas, y no habien-
do tenido el Comandanle espariol pronto aviso
de esta maniobra, no le fue posible reunir toda
su tropa antes de presentarse el enemigo, por lo
que despues de una regular defensa abandonó á
Ripoll. Posesionado Lamarc¡ue de ('051(> pueblo y
de los intermedios en tre él y O lo t J 1(' j os de em-
prender nuevas operaciones J fue relircíndose su-
cesivamente á las inmediaciones de Gerona, don-
de anteriormente se hallaba situarlo.


El Baron de Eroles dispuso una espediÓoll.




( 353)
para el valle de Aran, para donde se puso en
marcha el 8 de Marzo; mas las tropas enemigas
no bien descubril~rúl1 desde sus puestos avanza;-
dos á las espallOlas , cuaudo se retiraron hasta ti-
ro de cañúll del puesto fortificado que ocupaban
en el mismo Aran. Los espaüoles se posesiona-:-
ron inmediatamente d~ los siete primeros pue-
Llos del valle, y marchando en seguida el 9 con
direccion á la capital de Aran, ohligaron ,í los
franceses oí replegarse á los parapetos de la villa,
y á los de una all LIra del flauco derecho de sus
fortificaciones. Encenados en estas, se po.~esio­
llÓ Eroles de la villa, ;i la que en "isla de la in-
diferencia que durante tres aúos habian manifc¡¡.
tado sus babitantes y los de todo el valle, ljue
en nada habían conll'ibuíL\O á la defensa de la pa.
tria, y sabedor de <lile fuerzas superiores enemi-
gas venia n sobre ól en favor de los siliflclos, exi-
gió una fuerte conlribucion en metálico y gana-
dos, y emprendió su retirada, que verificó con
el mayor órdcn á pesar de lo escabroso del ter-
reno. Cinco mil dllros en metálico, 42 cabezas
de ganado vacuno, y 12 caballos ¡'diles para el
servicio dd ejército, fueron el fruto de esta es-
pel\icion.


A mediados dc Marzo tomó el mando del pri-
mer cj(;rcito el General Copons, (púen desde
lllego se c!,!dicó ~í eslablecer una prudente econo-
mía en él, redllcieudú bastante el número de ra-
ciones de campalla que diariamente se consumian.


El Brigadier Hovira con su division se pro-
pnso ocupar la plaza de Prats de MolIó, situada


1'0.\20 J II. 45


1813.




(354)
1813. en territorio francés j y en efecto, el 19 de Mar-


zo emprendió Sil marcha desde Hipoll por San
JWll1 de las Abadesas y CamproJon, y caminan-
do toda la noche con el mayor (,rdcn y sigilo,
llegó á las mllntllas de Prats á la~ cuatro y media
de la mañana sin ser visto ni oido de nadie. El
Coronel Llauder practicó inmedi;¡(amente un re-
conocimiento de la circunferencia dc la plaza, y
emhoscando una compañia de fusilcros al hielo
de la puerta de Franci;¡, logró sor¡1I'cnder esta
cogiendo al Oficial encmigo con las misllIas lla-
ves con que la bahia abierto; y como los 24 hom.
bres que estahan de guardia en la pIJe!'!a, inten-
tasen levantar ('1 puente, se lo estorbaron con el
mayor arrojo los cazadores cspailOles á las órde-
nes del Capitan Don Narciso Iglesias, no d~ndo_
les lugar, y siendo todos pasados á cuchillo, á es-
cepcion de dos 'Iue se hicinon prisiolleros. Los
guardias nacionales que acudieron á la dcf/:nsa
de la plaza, flleron víctimas del furor de los sol.
dados españoles, (Iuedando dl~stl'lIida casi toda
la gnarnicion, á escepcion de los que se retiraron
al castillo, desde donde hicilTon un yivo fuego á
los españoles, quienes despllcs de haber s3liueado
una parte de la pohlacion, se llevaron en rehenes va.
rios de los principales habilantes , y se retinlron
con 300 cabezas de ganaLlo lanal' y 100 de va.
cuno. Fue consider<lble la Pl'rdida del enemigo,
contándose entre los muertos el Comandante de
la plaza Mayor San Martin, y entre los prisio-
neros el Capitan Gobernador del castillo y tlo8
gefes de la Guardia nacional: la de los espailOles




(355 )
fue muy cort.a en razon de la sorpresa que 10- 1813.
graron, y solo perecieron algunos por el fuego
<]ue se les hilcia de los balcones y ventanas. Los
rehenes que debillll aSPgul'ar d pago de la contri-
hucion de un milloll de I'ealf~s impuesta á Prats
de MolIó ~ flleron ellcel'l'ados en el castillo de
Cardona, por no haber podido conseguir de sus
paisanos el pago de ella.


Los enemigos lenian establecida entre Torto-
s:!. y Tarragona una línpa de fortificaciones que
les fucililaha los medios de abastecerse de todo
10 necesal'io para su subsist.encia y defensa. Cou
los puestos fuertes (fiJe mautenian en Mora, los
Masos, la Ampulla y el PerdIó, ;l[JOyahan todos
Jos convoyes (llle transitaban por aquella línea,
les servian de r(Jfugio en caso de ataque, y en
particular el de la Ampolla, situado á la emboca·
dura del Ebro, servia de abrigo ~ sus corsarios.
El Baron de Eroles, con el ohjeto de destruir
esta línea, salió de Reus el 30 de Marzo, y em~
barcándosc en el navío británico Invencible que
mandaha el Capitan Adam, desembarcó en aquel
mismo dia Cll el Perdlú, y tomó lan acertadas
medidas, (lile en tres dias atacó y demolió todas
las fortificaciones de la Ampolla y del Perelló,
cuyas guarniciones rindió á discl'ecion, á pesar de
la obstiuada resistencia clue opusieron, quedan_
do en su poder dos Callones de á 24, 44 rl'is¡o~
lleros, 5 caballos, 270 cabezas de ganado y 14
barcos que sc pusilTon á la disposicion del Capi.
tan del navío inglés. Una casualidad hizo que el
1'ucrte de Mora no sufriese la flllsma ,sut:l'te que




(356 )
~81J. los demas , y consistió en que al tiempo de fina-


lizarse la mina que formaban los españoles, se
enconlraron con la contra-mina que hacia el ene-
migo, que la inutilizó. El 4 de Ahril regresal'On á
Reus estas tropas espediciollarias J y como unos
200 hombres marcharon inmediatamente á refor-
Zato el bloqueo del eoIl de j3,daguer, á cuyo cas-
tillo se estrechaba todo lo posible.


Noticioso el General en gefe cspallol de que
una columna enemiga se dirigia sobre la Seu de
Ul'gel, salió el 12 de Abril del cuartel general
de Vich con desliuo á acrue! plllltO; pero t¡~llien­
do aviso de c¡ue los enemigos sin llegar á darle
vista se habiall retil'ado, conlinuó no ubstante su
marcha hasta entral' en ac¡uel puehlo , ellyas for-
tificaciones revistó, disponientlo lo conveniente
para (pIe se hiciesen los repuestos de víveres ne-
cesanos.


La segunda brigada d(~ la primera division
que mandaba el Coronel Don Felipe Fleyres, se
OCl/pÓ en recorrer los pueblos de la Cost.a para
cobrar contribuciones, y el 7 ¡le Abril sorpren-
dió la ciuda¡l d(~ Malarú, J' las trop:ls espallOlas
sin el menol' obstáculo entraron tambor batiente
por las calles, y permanecieron en ]a poblacion
el tiempo necesario para exigir la cOlltribucion
que adeudaba a(Iuel ayuntarni(~nto , lllicntras que
los enemigos se mantenían t'IlCPI'I'ac!os ('11 el con-
vento de Capuchinos qlW teniall forlí{icado.


Una parte de las tropas del primcr pjél'cito fue
dcstinada al hloquco de la villa de Olol, ptleblo
fortificado por los franceses y de suma utilidad




(357)
para el enemigo, porque le proporcionaba la po- Hl13.
sesion tran'luila de un distrito fértil ('n subsisten.
cias y reCursos. El Gelleral en gefe espaüol de-
terminó <¡ue parte de su caballería pasase á re-
forzar las fuerzas empleadas en esta operacion J y
aUllque aCl'JClla podia trasladarse al punto de su
destino por un camino distante del enemigo, Co-
pons dispuso cllle lo eft~ctl1ase por las llanuras
illmediatas á dicha villa, protegida por el movi-
miento ue dos batallones de infantería. El ene-
migo, (Jlle hahia reforzado la gllarnicioll de estos
pUlItos fOl'lilicados con la hrigada de 1.200 llom-
hres mandada por el Coronel Prtit, quiso dispu-
tar el paso á las fuerzas espailolas mandadas por
el Coronel Decrest, y empellando á las tres de
la tarde del 30 de Abril en la~ inmediaciones de
nidagua una reilida accion, ;,l pesar dc la supe-
rioridad de fucrzas del enemigo y de la tcnncidau
con que combatió, la cnballería espaüola logró
abrirse paso y llegó á su destino con alguna pér-
dida, aUlI¡lle inferior á la de los fl'allceses, que
sufrieroll la de cerca ue 200 hombres y algunos
pnsIOneros.


El Coronel francés Marchal á la cabeza de
1.500 hombres se propuso ataca,' la Lrigada del
COI"onrl Llalldel' que se hal1abn observando el
fuerte de Olot, dirigi{~lldose para el vaH de Ri-
has. Llalldn S(~ adelanta á Hipoll, llace q!le deje
allí su tropa las mochilas, y con el aviso de (pte
el enemigo h,lbia ya entrado en Hihas, marcha
drid;\mente á su encucntro á las 11 de aquel
mismo dia 7 de Mayo) y á la hora y media enCllentra




(358 )
f!H3. COn el enemigo que venia sobre Ripoll. Este for-


ma en batalla sus granadel'Os en posicion al fren-
te é izquienla del puente de Corva J la caballería
espaüola se adelanta para imponer' al euemigo,
dar tiempo á (lue llegase el grueso de las fuerzas
y reconocer sus posiciones; mas se ve obligada
á retirarse á la espalda de la infantería por /la ser
te1'l'eno á propósito pal'a aquella arma. En segui-
da el enemigo con todas sus fuerzas ataca desde
la ventajosa posicion que le ofrecian las altura5
de la Callada de Grast y de Coronas á los espa-
flOles; pero es desa!"iado por estos de estas po-
siciones, y despues dd m:lS obstinado combate
se ve forzado á retirarse, y los españoles por en.
tre lIn gran número de cadá veres enemigos y ar-
rOJos de sangre llegan en su persecucion hasta
Dorria, al pie de cuyo pueblo coge Llauder los
últimos prisioneros con solos 30 homb('(~s (¡lIe pu-
dieron seguirle} a¡'1l3ntar el cansancio y la fati-
ga de tan penosa jornada. En las ocho horas que
duró el combate y la pel'secucion (luednron los
campos sembrados de at'mas, cnj;'Js de gucrra, mo-
chilas y utensilios de campaüa, de que se apoderó
el venceJor.


El fruto de esta brillante victoria, una de las
que mas honor hacen al primer ejército español
})or haberse batido COIl fuerzas superiores enemi.
gas, fueron 2;)'1 prisioneros, mas de :WO mucr-
tos, una infinil!all d~~ dispersos que i[uedaron por
a(!uellos barrancos, y (pie los pai~allos cazaronen
los dias sucesivos, 11 cajas de guerra, lllas de
500 fusiles J plllliéndose asegurar que aquel1a COo




(359 )
lumna de L500 franceses quedó reducida al lle- 1813,
gar á Dorria a solos 300.


Hacia,} a mas de cillco meses que los enemi-
gos no habi:lIl intentado ninguna espeJicion al
campo de Tarr<tgolla, cuando la escasez de vívc-
res que esperimelltaban la guarnicioll de esta plaza
y la del castillo del ColI de Balaguer, les obligó
impcriosamellte á emprender la ope,'acion de so-
correrlas. nl'celosos de ser inquietados por el
,'alor de las tropas españolas, hicieron con el
mayor sigilo todos los pl'eparativos., echando
mano de cllantos recursOs tCllian á su disposicion.
El General D"caen transfirió su cuartel general
de guerra á Barcelona, y en seguida las tropas de
la guarnicioll de esta ciudad amagaron marchar
hácia Villafl'ílllca, y aun atravesaron el Llob¡'e-
gat para alucinar al General español, mientras
que la divisjúll cid General Lamarque hizo una
marcha rápida desde Gerona á Barcelona, y to-
mando para la espcdicion en Mataró 2.000 hom-
bres de esta fuerza, retrocedieron los restos á
Gerona por u/la conlramarc11a nocturna, ejecu-
tada al apoyo dI' la plaza de Hostalrich. lnmedia.
lamente la t's¡wdicion francesa sale de Barcelona
confiada al Generil) de division Mathieu , y á los
de brigada E~perl y Devaux, en número de 6.000
infantes, 300 caballos y 5 piezas de artillería.
Copons que se hallaba en Vich, noticioso de esta
empresa, reunil) 3.000 iufantes y 30 caballos, y
partió el 12 de Mayo dirigiendo personalmente
esta division. Los franceses desde Rells, adonde
f¡,¡(/ron llegando sucesivamente) proveyeron al




(~fjO )
1813. castillo de Halague!' y á la plaza de Tarragona;


pero sin atreverse á obrar divididos como otrall
veces, porque los espafloles apostados sao re el
río Gaya habían tomado una actitud amenazado-
ra. Ejecutó el enemigo todas sus operaciones con
la mayor actividacl, á fin de poder retroceder á
Bal'celona antes qlJe se reuniese un nlÍmero de
tropa espaflola suficipnte á hacerle pagar cara
Sl1 tentativa. Asi fue (Iue en 15 de Mayo ya par-
tieron de Reus para Tarragona; el 1G salieron
de esta plaza para Bndim, domle vivallllearon
aquel dia ; el L7 al amanecer se dirigieron al coIl
ó puerto de Roc¡J (le Eura , cllyo camino prefirie-
ron al real que pasa por Torrf'demharra, con
objeto de evitar el horroroso fuego que á su paso
hácia Tarragona les hicieron las fuerzas navales
británicas. Copons sitlló la mayor parte de sus
fuerzas entre el Abisv;d y la carretera que va
desde Villafl'anca al Vendrf'll, y saliendo del
primer pueblo al amanecer lId L7 , sc situó en el
Abisval, ocupando ('orl.'in gpnte la cresta del Coll
ue Santa Cristina. El f'lIcllligo illdicaba en Sll.~
maniobras que solo dc~eaba que ,e le rIl'jase pa-
sar impunemente sin compromplcrse cn una ac-
cion; mas el GC'l1eral espailOl, l'ecoll~elltrando
sus fuerzas, mandó destacamentos á den'cha é
izquierda que le insultasl'n en Sll marcha, á fin
de obligarle ,í \,(,l1it' sobre los espailOlcs-, como en
efecto se vnificó, sil~ndo rechazado eu todos sus
ataques, y totalmente batido á las siete horas de
accion, dejando en las inmediaciones del Ahisval
mas de 800 muertos, COn los ciue p;¡garon bien




(361)
cara la tenlalint de haber socorrido á Tarragolla 1813.
y al eoIl ue Balaguer.


El grucso del segundo ejército se hallaba
acantonauo, como hemos arriLa indicado) en las
inmediaciones de l\Iurcia y Alicante. La division
uc Sarsfielu) Comandante getleral ele Aragon,
que era uno Lle los cuerpos que componian aquel
ejército) tenia en aquel Reino contÍnuos choques
con el enemigo. El 11 ue Abril atacó aquella á
una columna enemiga que marchaba háeia el
})artido de Borja) y empeñada la aceion en las
Íumediaciolles de Magallon, los españoles des-
pues tIc e:lUsar á los francescs una considerable
pérdida entre muertos ~ heridos y prisioneros, los
obligaron á eneerrarse en Mallen; mas al Jia si-
guiente la JiviHion enemiga, superior en fuer~
zas} presculállclose enfrente de :\lagallon) atacó
im p el u asamcn te á Sa rsfie 1 ti, quien des pIe ga lldo
muchos conocimientos de su gran tácLÍca militar,
logró rechazarla despues de un empeüo de corla
durncion.


Mas atlclantc, rcunido el General francés Col.
bcrt COll la divisioll enemiga de Mallcn, trató de
destruir la brigada de Sarsfleld, quicn no pudien-
do hacer frente á tantas fuerzas, tomó posicion
el13 de Abril en Boria, donde se empeiíó á las
dos ele la [urde un vivo ftlego que JIll'Ó cuatro
horas y n)(~dia) duraule las cuales el General de
los espililOles) tomilndo con haLiliJad diferenles
!)osiciollCS rdrógradas, fue replegándose hasla
Tarazona donde entró al anochecer, ejecutando
su tropa cstos movimientos á presencIa de 1111


TOMO 111. 46




(362)
1813. enemigo tan superior en fuerzas, COn la mayor


disciplina y serenidad.
La brigada del Empecinado que tambiell de-


pendía del segundo ejército, conlO hemos dicho,
y operaba en Castilla la Nueva, teniendo noticia
de que los enemigos se habian apoderado de 500
españoles que se dejaron sorprender, emprendió
una marcha con el objeto de libertarlos, y el 2
de Febrero se trabó un pequeüo choque junto á
Medinaceli con el enemigo superior en número.
A las 8 de la mañana del dia siguíente cargó es-
te con mayores fuerzas la derech<'l de la posicion
del Empecinado con ohj eto de abrirse paso hácia
Sigüenza, y en efecto logró introducir aIgun dcs-
órden en las tropas que la formaban; mas vol-
viendo á recobrar estas su serenidad, y reforza-
das en su posicioll J tomó la ofensiva y obligó, á
los enemigos J á pesar de sus muchos esfuerzos,
á continuar su marcha en total desórden, huyen-
do de su alcance, y dejando cubierto de cadá ve·
res el campo de batalla.


Otro de los cuerpos subordinados al segundo
ejército, que formaba la divisioll del Genera]
Duran, pasó en primeros de Marzo á Navarra, y
en 15 del mismo el enemigo, en número de
1.000 hombres J atacó á parte de esla gente situa-
da frente de Ribafrecha, con el objClo de en-
volverla; pero varios movimientos ejecutados
por los espaüoles con destreza y celeridad, no
solo hicieron nlllas sus tentativas, sino que re-
forzado Duran en los momentos mas críticos,
batió á los enenllgos , persiguiénclolos con el




(363 )
mayor encarnizamiento por el mIsmo canUDO 1813.
que habian traido.


El tercer ejército que á las órdenes del Duque
uel Parque ocupaba con parte de sus fuerzas la
Mancha, tuvo el 26 de Marzo un encuentro con
eLenemigo. El Ayudante primero de su Estado
mayor Villa trató de reconocer las posiciones
de los franceses, adclanLíndose hasta Orgaz.
Ochocientos caballos de estos atacaron en su
marcha al regimiento de Ubrique que Villa lle-
vaba consigo, y desplegando este sn fuerza ,\ costa
ue estraonlinarios esfuerzos, apoyándose en un
arroyo que atravesaba la llanura, se apea del ca-
ballo, pónese al frente de los suyos, y rechaza
constantemente durante tres horas al enemigo,
que tiene al fin que retirarse, convencido de la
inutilidad de ulteriores tentativas.


El cuarlo ejército ,t las órdenes del General
Castaños, que segun hemos ya manifestado te-
nia embebidos en sí los que en las anteriores
campaüas se habian denominado sexto y séptimo,
se halla1)a á la sazon di\'idido en centro, com-
puesto del antiguo ejército de Galicia, á las ór-
denes del Mariscal de Campo Don Pedro Agus-
tin Giron; en ala derecha é izquierda .. en la
que se comprendian las tropas del General Es-
paz y Mina) las del Coronel Langa, y demas
que pertenecieron antes al llamado séptimo ejér-
cito. Muchas fueron las acciones de guerra que
sostuvieron las tropas de este ejército, disemi-
nadas en puntos lan diversos y distantes, an-
tes que el grueso de él emprendiese las gran-




(364)
1813. des operaciones en union de los aliados.


El 1. o de Enero las fllerzas considerables que
los enemigos dirigian á Bilbao, ohligaron al cuer-
po del Comandante general de Vizeaya Don An-
tonio Cano á abandonar esta villa; y aunque á
su salida de Zauza es atacada su retaguardia J pro-
sigue su retirada en escalones, sostenido por mu-
chas guenillas. El enemigo, vista su intrepidez, se
Jetiene en Arciniega, contentándose con andar
solo Jos leguas en aquel dia.


El 31 Je Enero al amanecer una columna
francesa se presentó delante de la Ji\"i"ion de Viz-
caya, sin casi dejarla tiempo para situarse sobre
Orozco, atacando en dos alas la villa y valle de
Severio. Trabóse un terrible combate entre amhos
cuerpos J con ventajas y descalabros por una y
otra parte alternativamente, hasLa que viendo in-
deciso el resultaJo Je la jornada, se reunen los
vizcainos y cargan con tal bizarría y denuedo so-
hre los enemigos, que estos se ven en la precision
de abandonar con precipiLacion el campo de ba~
talla.


El Coronel Longa con su division atacó el 5
de Enero el fuerte que guarnecían los enemigos en
Salinas de Añana, con 2.500 espalloles, y ellO
se rindió con su guamicion, compuesLa de 246
granaJeros, qlle despucs de una vigorosa defensa
obtuvieron una capiLulaci.on con toJos los 1101lO-
res de la guerra.


El 11 de Febrero el mismo gefe cspañol atacó
en Poza á 1.000 enemigos, y despues de mu-
chas horas Je un vivo y sostclliJ.o fuego, hizo




(365)
311 pnsIOneros de los pertenecientes á aquella 1813,
guarnicion) teniendo que retirarse por úlLimo y
suspender el ataque por la llegada de considera_
bles refuerzos enemigos, auncIue con el mayor
órden y serenidad.


El Gelleral Cafl'arelli que con 8.000 hombres
y arLilleria habia hecho una irrupcion por bs
COsl<lS de C<lntabri<l) pretendió sitiar con parte ele
estas fuerzas la phza de Castrourdiales) y en los
días 13 y 14 de Enero estableció baterías <ll efec-
to. Los espallOles esperaron con la mayor sereni-
dad el éxito (lc esla tentativa) y jugaron COl! tan-
to acierto su <lrlillcrí<l) (Ine con pocas gnllladas
de á 18 Y balas de á 24 destruyeron las obras
enemigas, desmontando dos caüones) y causau-
uo tal estrago á los sitiadores, qne perdieron en
poco tiempo mas de 200 hombres) cuando los
siLiados solo tuvieron seis heri(los. El Coronel
Langa hizo reparar las fortificaciones de Castl'O-
urdiales, ele moÚo qne este punto se convirtió en
una plaza casi inespugnable; y con los movimien-
tos de Sil di V1S10l1 y algunos ata(lues parciales
llegó á privar al ellcmigo de toda comuuicacion
con Santoüa, y con las provillcias tic Ala va y
GuipÚzcoa. Arruó asimismo para bloquear las
coslas una trincadura que al cuarto dia de salir
al mar se encontró con un quechemarin enemigo,
cuya tripubcioll se batió con el mayor calor,
aUl1(ple al cabo tuvo que curler al espíritu y tena-
ciuad uc los paLrioL:ls cors3ríos, cIue se apodera-
ron de él) cOI1(luciendo prisionera á Castl'ourdia-
les su gu¡lle y efectos sccucstl't\llos, que fueron




( 366)
1813. declarados de buena presa. Continuó la trincadu-


ra haciendo el corso por las costa¡, de Cnnlahria,
yen 15 de Febrero apresó una hermosísima goleta
de construccion americana, <lue retrocedía á
Francia, despues de haber descargado en San-
toña.


Longa, al paso que Con su division de Iberia
cubria á Castrourdiales, obraba en otras direc-
ciones, y despues ue un obstinauo ataque logró
en 25 de Febrero hacerse dueño del fuerte ue la
Cuba, uno de los a vanzados de la fortaleza de
Pan corvo. Los franceses que se hallaban <Í la vis-
ta de Castrollrdinlcs, rc[orzndos 1wsta el númcro
de 3.000, intentaron escnIar la plazn el 29 de
l\'1<lrzo; mas la guarnicion rechazó todos sus ata-
ques, y con la llegada oportuna de Longa se com-
})letó la jornncla, oblig;ínrlolos á una pronta reti-
rada, cn h que c<lrgauos con decision y biznrrÍa
por la cahallería de la di vision de Iberia, sufrieron
Una pérdida considerablc.


Mas adelante el enemigo conociendo la nece-
sidad de des truir esta di vision qu e in terc ep taba
el camino real de Francin, puso en movimiento
dos columnns con esle objeto, la una de 5.000
hombres pOl' el camino de .Miranda, y la otra de
1.600 por el de Vitoria. Esta llega el 7 de :[\1ayo
al puente de Armiüon que defendia Langa, trá-
hase una accion qlle se sostiene pOI' una y otra
parte por algunas horas con estraordinario calor;
mas los espaüoles lienen clue retirarse al fin
por la llegada de los 5.000 enemigos que veninl1
por el camino de :.\liranda. Reunidos estos con




(367)
otras muchas fuerzas, y formando el total de 1813.
15.000 hombres, se Jirigen á Castrourdiales, de-
lante de cuya plaza abren trincheras inmediata_
mente, construyen varias baterías) llegan á es-
tablecer la segunua paralela á 100 toesas de las
murallas) y á los 15 Jias de sitio y cinco de bom-
bardeo rompen el fuego el ·5 de Mayo con 17
piezas de artillería, perfeccionan la brecha, que
á las cuatro de la tarde es asalLada por varias co-
lumnas enemigas, y la guarnicion, despues de ha-
cer los mas heróicos esfuerzos, se ve obligada á
acogerse al segllllJo recinto fortifJcado de la pla-
za, en donde resiste aun cuatro terribles asaltos;
y no queJando ya á los sitiados mas medios de
defensa, el Teniente Coronel Don Pedro Pablo
Alvarez que tanto arrojo habia manifestado en la
defensa. lle este punto, embarca al amanecer del
12 la gllarnicion y heridos) inutilizando antes la
artillería y municiones. El Comolloro británico
Collier contribuyó en gran manera al feliz éxito
de esta operacion.


El Generall\1ina con su division fatigaba sin
cesar al enemigo en el reino de :'Úl\-<JITa. El 28
de Enero atacó en Barasoain á un cuerpo francés
que se auelanlaba hácia Pamplona) el cual á pesar
de un vivo fuego (lue sosLuvo durante todo el dia
y de tener cuatro cañones) no consiguió sn objeto
sino á favor de la obscllridad de la noche y Con
una pérdiJa de mucha consicleracion.


El 9 de Febrero fueron atacadas las tropas
de Mina en las inmediaciones de Ticbar, y no so-
lo rechazaron el alarl'lC) sino que ]lcr::iJgllleron




(368 )
1813. con el mayor arrojo hasta las puertas mismas de


Pamplona á los enemigos, superiores en fuerzas
v con artillería. El 8 de Fehrero atacaron los es-
o}


l)ailOles el fuerte ó cuarlel de Tafalla con Jos ca-
fIones: la gllarnicion francesa hizo esfuerzos Je va-
lor para la consenracion de este punto; pero no
rudo resistir mas que tres dias, rinLliélldose el
11 con todos los honores de la guerra, (luedan-
do prisioneros 310 hombres.


El General ?vEna creyó conveniente hacer una
irrupcion en el Reino de Aragon, y el 24 de Fe-
brero se presentó delante del castillo de Sos con
1.400 hombres y 4 piezas de artillería. Fueron
repelidos los ata(luGs contra esle fllerte, y el 1. o
Je Marzo intimó á su GoGernador la rendicíon;
y no siendo aceptada por este, hizo volar una
mina que derriGó un ángulo del eJiGcio. Con-
descendiendo enLonces con el arLlor (lile mani-
festaba su tropa por dar el asalto, atacó la bre-
cha; mas no hallándola practicable, luvo que de-
sistir de la empresa y abandonar el pueblo con
motivo de la llegada de la division enemiga del
General Paris, que se llevó consigo la guarni-
cíon del casLillo des pues ele haberle destruido.


El Comandante Gorriz alacó e123 de Marzo
á 3.000 inf.ll1tes y 180 caballos enemigos que se
dirigian á Bel'iaine y Subiza, pueblos de Na\-arra,
y los hizo relroceder, aUllcllle despues ele cinco
horas de fllego: se retiró despues :l las Bordas por
no haber podido Ilegal' á tiempo á causa de una
fuerte llu via cIue sobrevino, otro de sus batallo-
nes que estaba en marclla.




(369)
Mina dcspues de la cspedicion de Sos se res- 1813.


tituyó inmediatamente á Navarra, y e131 de 1\la,'4
zo se encontró con la columna del General fran-
cés Bal'bot en las inmediaciones de Lel'in) estan-
do uno y otro en marcha; y despues de una san-
grienta refriega que duró tres horas, hizo mas
de 600 prisioneros, dispersando y matando los
restantes de que se componia la division fran-
cesa.


El Comandante Gorriz se dirigió el 22 de
Abril contra las tropas del General Tampin que
ocupaban el pueblo de Muez en Castilla la Vil'ja.
A su llegada los enemigos, colocados en posicion
en las eras de dicho pueblo, destacaron contra
él una columna de 1.000 hombres; mas fue re-
cibida con tal intrepidez por los batallones na-
varros, que á poco tiempo tuvo que replegarse so-
bre el grueso de las tropas de Tampin. Entonces
Gorriz reunió sus fuerzas, atacó á la bayoneta la
posicion de las e1'a5, y á las dos horas de un san-
griento choque desalojó de ella á los enemigos,
persiguiéndolos hasta las inmediaciones de Puen-
te la Reina.


El 13 de Mayo embistió Mina á la divisiol1 del
General Abbé que marchaba hácia el valle del
Roncal: trabóse una accion muy l'crlida en 1sa-
ba; y cuando al cabo de algunas horas de pelea
contra fuerzas supcriores crcia Mina poderlas ar-
rollar enteramentc, tuvo que ceder el campo y
las ventajas obtenidas por la llegada de un con.
siderable cuerpo de tropas enemigas que acudió
á reforzar al General francés.


TOMO 111. 47




( 370)


,


CAPITULO XXII.


El ejército anglo-hispano-siciliano entra en campaña.-
Accioll de Alcoy. - Accion de Concentaina. - Adelan-
tall sus posiciones. - Accion (le Yecla. - P(!nlida del
castillo de Villena. - Ataque tle Dial'. - Posiciones de
los aliallos en la línea tle Caslalla. - Accion tte Castalla.
- S uchet ticne que retirarse. - Concentra sus fuerzas
sobre el J úcar. - Espedicion de Lord :\Iurray á Tarra-
gona. - Desembarco. - Toma del Col! de Balaglle¡'.-
S uchet desde Valencia y Decaen (lesdc Barcelona lJlarchan
rápidamente á socot'l'cr á Tarra¡;ona. - Situ:leion de las
tropas del primer ej¡:rcito cspallol.-l\Iurray se retira
al Coll de Dalatiuer. - Lonl Bentink toma el mallllo. - Re-
emharco de la espetlicioll. - Averías tic su e,caallra._
AtarpLC de la líJl{~a del J úcar. - Accion de Ccll'Caj cnte.-
Hápida marcha ¡\(~ SllcheL desde Tortosa á Valencia. _
Los españoles se retiran á la línea de C<tstalla. - Accion
de Olleria. - Accion de DarlOlas. - Accion de la Salud.
- Llegada de la espedicion iAlicante. -l\Iurray es JIlZ-
gado por un COllsejo de gllerra.


1R13. La primera opcracion de importancia de esta
campaña la cmprendió el scgundo ejército que
hacia DnC"\'e meses se hallaba casi sin accion, dedi-
cado únicamente á suorganizacion en sus posicio-
nes al rectcdor ele Alicante y Murcia. El General
Murray con el objeto Je hacer varios reconoci-
mientos y de ocupará Alcoy, se puso en movimien-
to con parle de su gente el G de Marzo. En la ma-
ñana del 7 atacó Jicha villa, logrando su objeto
á pesar del estravio de alguna de sus columnas.




(371 )
El 15 de Marzo por la mañana el General 1813.


Wiltingam atacó con su division, de acuerdo con
el General Munay .. la referida villa de Aleo,)', y
~itllándose á media legua de Concentaina, reforza-
do por un regimiento de caballería, atravesó la
poblacion, y empeüó un vivo fuego de guerri-
llas. El enemigo con el grueso de sus fuerzas too
mó posicíon sobre el camino de Albaida; pero
el General Wittingam, conseguido que hubo el
objeto de reconocer las fuerzas francesas, se re-
tiró á su campo.


A fin de Marzo los Generales Mllrray y Elio
trataron de aproximarse á la linea enemiga, oCu.
pando el último sobre la iZfluierda á Yecla, V.i-
llena y todas las llanuras de su alrededor, y
M.urray sohre la derecha el distrito montuoso de
CastalIa con sus puestos avanzados en Biar. En
estas posiciones permanecieron hasta principios
de Abril, en que Suchet, resuelto á no aguardar
á que se aumentasen y reuniesen enteramente las
fuerzas espailo1as) trató de desconcertar las
combinaciones del ejército hispano~anglo-sicilia­
no. A este efecto reune en la noche del 10 de
Abril la flor de sus lropas en Fuente la Higuera
sobre la frontera del fieino de l\ll1rcÍa) y mar-
cha en derechura sobre Villcna, mientras que el
General Arispe se dirige sobre Yecla á fa vor de
un movimiento rápido y nocturno que se ocultó
del todo á los espal101es. Sorprendidos estos al
amanecer delll J intentan en vano retirarse por
el llano á las órdenes del Brigadier Miyares,
quien sosleniénuose con el mayor valor todo el




(372)
1813. Jia, se ve obligado á ceder á la superioridad de


fuerzas enemigas, abandona el puehlo de Yecla;
}' se retira á Jumilla con una pérdida oe 500
llOmbres y una bandera. En tanto el Mariscal
Suchet desde Caudete amenazaba con diez bala-
lLones) diez cañones y la caballería á cualquier
cuerpo que intentase socorrer ¡Í Yecla de las tro-
pas que ocupaban á Villella. En efeclo, estas hi-
cieron demostracion de intentarlo, formando de-
lante de este pueblo su caballería sostenida por
un batallon; pero la supcriori!lad del enemigo
obligó á estas fuerzas á abandonar sus posicio-
nes, quedando únicamente el balallon de Vdez-
i\1ála ga encena do en e 1 castillo, el que des pues
de alguna resistencia, hallándose desprovisto de
víveres y de artillería, luvo que rendirse, sin dar
tiempo á la llegada de refuerzos. IumeJiata-
mente la division de Arispe tomó posicioll sobre
el camino de Sax, y la de lbJ,nl marchó so~
hre Castalla , en donde un cueqJO de ingleses á
las órdenes del Coronel Federico Adams habia he-
CllO alto en su retirada J ocupando el desfiladero
de ]Jiar. Despues de un combate de mas de dos
horas se vió este obligado á retirarse, ejecután-
dolo en buen orc.len sobre Castalia COn pérdida
de un centenar de prisioneros y dos caüones. En
sesuida el ejérciLo aliado tomó nuevas posicio-
nes, situando su iZll'Jierda sobre IJna aitllra sem-
brada de rocas, su centro sobre uu anLiguo casti-
llo Jel Licmpo de los moros, del (Iue toma nom-
bre la villa de Castalia, y su derecha detras de
un prui'undo barrauco. Estas posiciones de Jifi-




(373 )
cil acceso proporcionaban á sus defensores en ca- 1813.
so de un reyes el poder efectuar su retirada de
ll10ntaüa en montaiIa hasta bajo las mismas mu-
rallas de Alicante. El Mariscal Suchet conoció
bien pronto la importancia de estas posiciones,
y determinó reLÍrarse sin atacarlas; pero movido
por las instancias de algunos de sus Generales
que respondian de] buen éxito de la tentativa,
ordenó el ataque, y el dia 13 por la mañana las
compañías de preferencia de las divisiones Ha-
Lert y Hobert en número de 4.000 hombres, ha-
ciendo esfuerzos estraordinarios, treparon con
la mayol' audacia por las alturas de la izquierda
de los aliados que defendían los ingleses. Estos
los dejaron subir hasta la cumbre, y haciendo
entonces una terrible descarga, y cruzando en
seguida con la mayor serenidad sus bayonetas,
cuLrieroll bien pronto el campo de una multitud
de enemigos muertos y heridos. Los espaüoles
que manJaba el General Wittingam sostuvieron
con el mayor teson un fuego contÍnuo por espa-
cio de una hora contra los franceses, que recha-
zauos al fin por todas partes con grnn pérdida, tu-
vieron que desistir de su empeüo. Entonces el Ge-
neral inglús trató de aprovecharse de este Suceso y
tomó la ofensiva; mas Suchel que veía á sus tropas
[<¡lÍgadas del combate, y espuestas por lo mismo á
ser derrotadas al primer choque, no quiso arries-
gar una llueva accion, y se retiró sobre Dial' con
buen órdcn durante la noche, continuando la rc-
tiraJa sobre Villena, a] paso que los aliados se
situaron ue nuevo en sus posiciones de CastalIa.




(374 )
1813. Esta ventaja, obtenida sobre un ejército hasta en-


tonces no vencido, hizo renacer en el de los alia-
dos las mas lisongeras esperanzas, al ver huir de su
vista al destructor de Tarragona, de Sagllnlo y de
Valencia . Este) temeroso de que los aliados a van-
'lasen, concentró en la fuerte línea del Júear 15.000
infantes y un cuerpo de caballería furmidable; mas
disminuido el ejérciLo aliado casi en el momen-
to de su triunfo de una division de 2.000 hom-
bres que tuvo que embarcarse para Sicilia para
apoyar alli la aceptacion de la Constitucion, se
mantuvieron tranquilos ambos ejércitos en sus
posiciones, hasta que combinados por Lord We.
llington los movimientos de las fuerzas del E.
con los generales de la camp¡¡üa, se preparó, con
arreglo á las instrucciones que dió al General in-
glés Murray, una espedicion, cuyo objeto era apo-
derarse de alguna plaza marítima de Catalui'Ia pa-
ra poder desde allí obrar de concierto con el pri-
mer ejército español; siendo de esperar entonces
que esta reunion de fuerzas haria abandonar á Su-
chet el Reino de Va1encia, y tal vez la parte iufe-
rior del Ebro, impicliéndole desdc lucgo socorrer
al ejército de José. P;lI'a en el caso de r¡ue el Duque
de la Albufera marchase rá pida mente con sus tro-
pas á socorrer al punto maritimo amenazado) se
prevenia á Murray, que reembarcándose para
Valencia, coadyuvase á la ocupacion de las fucr-
tes líneas que los franceses mantenían en este
Reino, cuya defensa dehcria entonces hallarse su-
mamente debilitada. Para el mejor éxito ele estas
operaciones, eltercerejército español á las órdenes




(375 )
del Duque del Parque debia trasladarse desde 1813.
Murcia y Granada hasta la línea del J úcar.


En efecto, el 30 de 1\Iayo se hizo ;Í la vela en
el puerto de Alicante con destino á las aguas de
Tarragona la espedicion de Murray, compuesta de
14.000 infantes, 800 caballos y un tren completo
de sitio. Componías e la mayor parte de esta es-
pedicion de las ti'opas del General Wittingam, y
hacienuo rumbo al N., se dejó ver el convoy á.
lo largo de la costa de Valencia. Los franceses,
silu::ulos en esctllones por toda ella) observaron
sus movimientos, y se pusieron en alarma aguar-
dando el punto del desembarco. Este se verificó
des pues de fondeada la escuadl'a al E. del cabo
de Salan, en la tarde del 2 de Junio en pleno dia
y con el órden, precision y rapidez que acostum-
bran los ingleses en sus espediciones marítimas.
En este mismo dia lluedó embestida completa-
ruenLe la plaza de Tarragona, y el primer cuida-
do ue Murray fue destacar un cuerpo de tropas
con la artillería necesaria que atacase al castillo
de Dalaguer , desde cuya posicion se dominaba
el único camino que hay susceptible de artillería
entre Valencia y Tarragona. Este fuerte tan im-
portante, despues de haber resistido cinco dias,
tuvo que rendirse por la esplosion de un almacen
de pólvora, sin tener aun brecha abierta €n sus
muros) y á tiempo que aun hubiera podido su
Gobernador prolongar su defensa, la cual hubie-
ra influido considel'ahlemente en la suerte de los
ejércitos franceses de Aragon y Cataluña.


El ejército español de este Principado al mallo




(376)
1813, do de Copons se reumo en el Panadés) y for-


malizándose el sitio de Tarragona despues de to-
mado el castillo de Balaguer) el Gobernador
Berloleui hizo con su guarnicion algunas salidas
que no pasaron de las alturas del Olivo. El Cuar-
tel maestre del ejército inglés Donkin, comisio-
nado para proponer una capitulacion á la plaza
á nombre de Murray y del Almirante Allowel,
110 fue admitido, negándose enteramente el Go-
bernador á tratar de rendicion. Hasta ellO de
Junio los sitiadores hicieron contra la parte alta
y baja de la ciudad un vivo fuego desde tierra y
desde la escuadra; pero este fuego fue sosteniJo
con mas vigor que combinado con prudencia. J~as
tropas sitiadoras amagaron diversas veces el asal-
to antes de estar abiertas las brechas; mas seme-
jantes demostraciones no produjeron efecto, y
todo el tiempo que se perdía en atacar, se gana-
ba en la defensa. En efecto, Suchet dejando al
General Arispe el mando de las tropas que guar-
necian la línea del Júcar , y dirigiéndose rápida-
mente sobre Tortosa á marchas forzadas J dispu-
so que una parte de su gnarnícion se adelantase
para desemharazar de españoles el camino hasta
el Coll de Balagller; pero engañado en sus cál-
culos por la caida de este fuerte, se vió forzado
á emprender su mnrcha sin artillería. EllO de
Junio llegó su vangllardia al Perclló , y :11l1ía si.
guiente la brigada del General Pannelier fue des-
tacada por sendas hácia Bandcllos , pu(·blo situ3-
do entre las montañas de la izquierda, por no
poder penetrar por el camino real, y el l2 coro-




(377)
nó las cimas de las alturas que dominan á Mon- 1813.
roig para hacerse ver de Tarragona con el fin de
que su Gobernadol' se cerciorase de que se apro-
ximaban á su socorro.


EL ej(~rCilO francés de Cataluña, á las órdenes
de los Generales Decaen y Mauricio Matbieu,
acudió talllhien al SOCOI'I'O de Tarragona. Mathieu
con 8.000 hombres salió del cuartel general de
'Barcelona y entró en Vil\afranca el 11, anun-
ciando que el grueso del ejército le se guia J y el
12 adelantó su vallguardia hasta el pueblo de Al'-
hós, distante una jornada de Tanagona. De est~
modo bien concertados los movimientos, Suchet
podia atacal' al ejól'cilO sitiador con 22.000 hom-
bres, mientras que Murray solo contaba con
15.000, de lo,~ cuales las dos terceras partes eran
cspaüoles y la otra tle ingleses.


Este General, luego que supo la aproxima-
cion de los eií~rcitos franceses de Suchet y de Ca-
taluña, se decidió al pronto á esperar á este úl-
timo cn Altaflllla ) despues de asegurados los
principales pasos que de TOl'tosa conducen á
Tarragona; mas el 12 levantó el sitio de dicha
:plaza, reembarcó su infantería abandonando 26
piezas de arLillerÍa en las trincheras, cuya salva-
cíon no juzgó de bastante importancia para dete-
nerse á efectuar su retirada por la noche, circuns-
tancia ({ue tal vez: le hubiera espuesto á una ac-
cion. Su caballería y artillería de campaña se di-
rigió al Col! de Balagller como punto mas á pro-
pósito para su embarque, y á poco tiempo de su
llegada un destacamento de caballería enemIga


TOMO Uf. 48




( 378)
1!:!13. escaramuceó COll los piquetes avanzados, lo qIJe


obligó á Murray á desembarcar su infantería pa-
ra cubrir el reembarco de la caballería y arlille_
ría J y sucesivamente desemburcó segunda vez too
do el ejército en el CoIl de Balagu p ." en donde
apareciendo Lord William 13entiuck el 17 tomó
el mando en gefe.


Las tropas del primer ejército español se re-
tiraron á Villarrodona , y las del ejército francés
de Cataluña á Villafranca, mientras que en la
noche del 17 al 13 los ingleses voluban el castillo
del CoIl de Babguer y se recmb<lrcaban para Ali-
cante, á fin de poner en ejecllcion bs instruccio-
nes de LOl'Ll Wellington, y aprovechar la distan-
cia á que entonces se hallaba Suchet de la linea
del JÚcar.


Esta hermosa espedicion no tuvo el éxito que
debia por la escasez de recursos que se empIca-
ron en ella, por la lentitud (¡n e hubo en las ope.
raciones, y por la celeridad Con que Suchet y
Decaen volaron con sus tropas al socorro de Tar-
ragona.


La escuadra inglesa haciéndose á la vela, diri-
gió su rumbo hácia el S., y pasa ndo por delante
de la embocadura del Ebro, se aproximó á la cos.
ta ... é hizo creer que era Sil inlencion desembar-
car en los Alfaques ó en Castellon de la Plana,
con objeto de interceptar la vuelta de Suchet á
Valencia. Un violento temporal que sobrevino
arrojó sobre la costa de la embocadura del Ebro
18 buques, log.'ando la escuadra salvar por me-
dio de diestras maniobras 13 de ellos, y quedan-




(379)
do los demas pl'1SlOnerOs con sus tripulaciones. 1813.
El Mariscal Sllchet precipitó su marcha á Valen-
cia, sahedor de que los Generale,; Elio y Duclue
del Parljllc aprovechándose de su <lllsencia, ha-
hian alacado la línea del JÚcar. Llegó el 22 á Cas-
te11ol1 de la Plana en el momento en que la es-
cuadra se hallaba á la vista forzando velas, aun-
que contrariada por el viento, y a proximándosc
aun aqudla á la cosla delante de Valencia, una
fragata estuvo á piqnc de perecer en el Grao de
MlIrviedro, aunquc al fin pudo salvarse arrojan ..
do al 1Il0lr SIl artillería y municiones.


Mienr.ras '¡lle 511Chet se lJallaba ocupado en
socorrer á Tarragoua, Arispe á la cabeza de dos
divisiones y de la brigada de caballnía del Ge-
ner<ll Ddort, luvo que replegarse ellO de Junio
sobre el J l'lcar, seguido del General Elio. El 13
avanzaron los ('spalJoles cn dos columnas por el
carnino de Alberiql1c y Je Alcira, y ocuparon en
la orilla derecha del Júcar las alturas (lue domi-
nan este rio. Elio hizo varios esfuerzos para apo-
derarse de ulla cilsa fllCl'tP. flue defendía el paso
del mislllo río; pero habicmlo llegado el Gene-
ral Arispe con todas sus fuerzas al socorro de es·
te puesto, Sc trabó una accion, en que la infan-
tería cspai10la á pesar dc la supcrioridad del enc-
migo, pt'l'rna t\('ciendo constantemente en hatalla
en alturas escarpadas á derecha é izqllierda del ca.
mino, pal'aliz() los esfuerzos del General Al'ispe.
Entre tanlo ll!l fl! erte c II e rpo de las tl'O pas del e jérci.
to del DU(ple del Parque se adelantó pal'a hace¡' un
reconocimiento sobre elenemígo, y proteger el pa.




(380)
1813. so del río de una columna que se dirigia á fieque_


na; pero habiéndose lH'olongado demasiado esta
operacion, los enemigos batieron el centro y de-
recha de este cuerpo que se habia adelantado
hasla Carcajente, teniendo que retirarse á pe-
sar de haber logrado su ÍZ(luierda algunas ven-
tajas.


Una parte del ejército espaiJOl amenazaba sin
embargo á Valencia por el camino de Hec¡uena,
por lo que el General Dclort fue enviado á con-
tener sus progresos con seis escuadrones de ca-
llallería y cuatro bat:lllones. Ocupó á BUllol,
Chiva y Cheste, y tuvo entretenidos á los espaüo-
les por todos aquellos puntos interin llegaban las
tropas de Suchet, cuya marcha se verilicó COn
tanta rapidez, que 5010 tardó 48 horas desde Tor-
tosa á Valencia, entrando en esta Ciudad con sus
tropas el 24 de Junio.


Los vientos contrarios retardaron la vuelta
tle la espedicion de Lord Bentinck, y Suchct se
aprovechó de este incidente para in tenlar batir
tÍ. los españoles que permanecian aun sobre el JIÍ-
car; pero prevenidos estos á tiempo, se retiraron
las tropas del tercer ejército á sus anteriores po-
siciones de Castalla con el mayor ónlen, á pesar
de que su retaguardia tuvo que sostener algunos
choques con el enemigo; hahiendo la columna
del centro sosteliido en las illmediaciones de
Ollcl'ia Con la division del Gf:nel'al Jlabert un
fuego que duró todo el dia 26 con corta pérdida
de amhas parles.


Al mismo tiempo el Mariscal Sllchet obligó




(381)
:11 General Elio á retirarse mas alLí de Requena, 1313.
de cuyo pueLlo se apoderó el 27 de Junio. 1_os
ingleses no se habian limitado solo á intentar la
toma de Tarragona, sino que apareció delante
ele Palamós una escuadra con 15 buques el 23
de Junio, y para favorecer su desembarco dc-
hia el Baron de Eroles descenclet· de las monta-
rlas con su division. Esta sitiaba ya el fuerte de
Bañolas, y el General Lamar<lue con 3.500 hom-
bres, lS0 caballos y 5 piezas de artillería mar-
chó á su encuentro, que se verificó el mismo
dia 23, trabándose una accion durante la cual el
pueLlo oe HailOlas fue oClIpado sucesivamente
tan pronto por unOs como por otros, siendo al
fin rechazados los enemigos con la mayol' bizar-
ría á pesar de sus tenacÍsimos y reiterados ata-
ques y del fuego incesante de Sil artillería. Es-
trellaronse en la incontrastable firmeza de los
españoles todos sus esfuerzos, aunque carecian
de esta arma: su caballería se batió largo rato
con la enemiga á la arma blanca, hasta que la Ha-
che y un fuerte aguacero que sobrevino separó
á los combatientes, y los franceses emprendieron
su retirada con bastante pérdida, al paso que la
de los espailoles no pasó de 100 hombres entre
muertos y heridos.


Los enemigos, en número de 3,000 infan-
tes, 150 caballos y 2 piezas de artillería á
las órdene.~ de Lamarque, penetraron despues
de esta aceion hasta las inmediaciones de Vieh :
mas a penas se presentaron , fueron contenidos
en el Esquirol por tres batallones Jel cjórcito




( 382)
1813. español: en la noche del 8 al 9 de Julio acu-


dieron al refuerzo de estos otros batallones con
los Generales Copoos y Eroles, y se dispusieron
á combatir al dia siguiente. Los enemigos se re-
ti,'aron á la Salud, perseguidos y cargados hasta
las alturas de esle nombre: recibieron socorros á
la una de la tarde y se decidieron ;í tornar la
ofensiva: se dirigieron contra la izquierda y cen-
tro de los espailOles, qne no ceJieron el terreno
á pesar de la superioridaJ de fuerzas: cesó el
combate al anochecer, y al siguiellte dia se reli-
ral'on los encmigos al Ampurdan con cOllsidera-
ble pél'dida.


El Mari~cal Suchet, despucs de haber hecho re-
tirar á los aliados hasta Castalia, volvió;>' siluar-
se en sus antiguas posiciones mas allá del JÚcar.


Lord Villiam BenlÍllck llegó con su espedi-
clon á Alicante e124, y desembarcando sus tl'opas
dispuso que tomasen posicion en las illmediacio-
nes de Jijona para (Iue sirviesen de reserva el
campo de Castalia.


El Gobiemo illglós mandó comparecer á Lord
Murray aute un consejo de gllerra por haberse
separado de sus instrucciones, y aballdonado sin
necesidad delante de Tarragona 26 piezas de ar-
tillería y u na consideraD le ca lltida d ele lllU nicio-
nes que pudo haber enlllarcaclo sin peligro; mas
no habiéndosele probado lllas que el ¡'di ilIlo es-
tremo por la evidencia de los hechos, el tribu-
nallo atribuyó á falta de inteligencia. Llevaron
muy á mal los ingleses el tIue hllbiese vuelto á
poder de los franceses parte de la urlillcríu) cuya




(383 )
adcluisicion costó t.anta sangre en el memorable 1813.
dia del asalto de Badnjoz; pero aunque esta pér-
dida debió ser muy sensible, pudo darse por bien
empleada si su conservacÍon debió de haber cos-
tado una batalla, que comprometiese el honor de
la espedicion y de las armas británicas. Cierto
es qlle con mas prevision yactividad hubieran
podido reembarcarse los efectos abandonados por
las circunstancias; pero tambien es digna de ala-
banza la firmeza de carácter y el verdadero pa-
triotismo con que Murray preflrió á su propia
gloria la conservacion de Sl1 ejército y el honor
de suuacion, que pudo mlly hien aventurarse en
el éxito de una aceíon, paralizándose su gloriosa
carrera en el mando de una espedicion, para la
que no se le habian dado los medios suficientes
de llevarla gloriosamente á cabo.




1813.


(384)


J~l cucrpo principal ¡lel cnarto ejército y el ej¡:rcito aliado
se ponell en movillliclltO. - Proyecto de Jos frallceses.
- Accion del TOrIncs. - Aceion lle Salamanca. - Los
frauceses evacuan á ::\Iadl'id y Re retiran á Valladolid.-
E\"acuacion de esta ciudad. - Tletirada sobre 11nrg05.-
Aeeioll de Horlllazas. - Voladura del eilstillo de Bur-
gos. - Retirada sobre el Ebro. - Accion de Ezearay.-
Accion de Sall -"liIJau. - Accioll de OSllIa. - Los fran-
ceses pasan el Ehro. - Si (úansc sohre Vitoria. -Bata-
lla Ile Vitoria. -Pénlida de sus inmensos convoyes.-
Reilexiones sobre esta batalla. - Los fl'anceses se reti-
ran sohre Pamplona. - Accion de Vergara. - Accion
de Totosa. -Accion <lel Vidasoa.-Aceioll de Arnegui.
- Toma del fuerte de Pasagl's. -Retirada de CJansel
sobre Zal'agoza. -- EJ ejtSrcito de reserva de Alldalllcía.
- Toma del fuerte de Salita .'\Llrta. - RelHlicion del
castillo de l'ancol'VO. -Prcmio ~le \\el!ington. - De-
creto de las Cúrtes en hOllor de esta victoria.


lIemos ya referido las operaciones del ala iz-
quierda del cuarto ejército espaüol en el Norte
de la España, y mencionado los disLillguidos ser-
vicios del General Espoz y Mina, ul'l Coronel
Longa, y de los cuerpos de Vizcaya. Estas tro-
vas 110 operaban con aquel sistema reglado y pe-
ricia militar, hijas de una instruccion y discipli-
na q\le no pudieron atlc¡uiril', asi por la clase de
servicio qne .incesaulemente prestaban, como por




( 385)
el mouo con que se lJabian organizado; pero el 1813.
conocimi~nto práctico que tenian del pais en que
hacianla guerra, y la intrepidez de sus caudillos,
suplían en gran manera la falta de tan prccisas
cualidades. Dedicados esclusivamente y sin in-
terrupcion, durant~ el largo tiempo de cuatro
ailOs, á la guerra d~ montaña, era forzoso que
hubiesen h~cho grandes progresos en un ramo,
que si bien tiene gran lugar en la táctica, difiere
llasta en sus principios de los demas de la guerra.


Lord Wellington habia aprovechado, segun
:lrriba hemos cspresado, todo el tiempo que el
ejército babia estado en cuarteles de invierno,
para adiestrar sus tropas, cuya instrl1ccion y dis-
ciplina se hallaban eH el mas alto punto de per-
feccion, presentando á principios de Mayo el as-
pecto mas brillante. El aseo del soldaao, el pun-
donor del Olicial, y la exaclillld de los Ccfes,
eran presagios ciertos de los felices resulLados de
la próxima campaüa, no dejando que desear al
General en gefe, ni á los de division, á los co-
nocedores de la milicia, ni ¡Íltimamcnte al pací-
fico habitanle, qne dulciGcaLa el peso de sus
contínuas tareas con la vista de unas tropas pre~
cursoras de su felicidad futura. Wellington no
había querido entrar en campaña hasta asegurar
por el estado respetable de su ejército la victol'ia,
y el p~ltblicoJ mllchas veces injusto J á pesar de la
11fctenJida infa libiliLlarl que le ntribuyen los qne
preLenden adlllarle, murmuró altamente contra
tan larga inaccion; y los oradores de los cafés
de Lóndres ¡¡criminaban la conducta del vence-


'j' o ,¡lO 1 1 1 • 49




( 386 )
1813. dor de Busaco y de Salamanca, llegando su in-


consecuencia á designar sucesor al caudillo fe-
liz que hahia demostrado á la faz del mundo la
posibilidad de vencer los ejércitos franceses. Mas
el Gencral británico, firme en su conducta, des"
preció las murmuraciones dc sus ohscuros detrac-
tores} y justificó la prevision COIl que las nacio-
nes aliadas le habían confiado el mando supremo
de sus ejércitos, batiendo á los franceses en los
llanos de Vitoria.


Los contÍnuos movimientos fIue en principios
de Mayo se observahan en los enemigos, situa-
dos sobre la izquierda del Esb, la prisa (lile estos
se daban ~í perpetrar los safIlleos mas horrorosos,
las posiciones que iban tomanao sobre la dere-
ella uel Duero hasta Peilaranua, la oCllpacíon
}10r sus tropas de la mnyor parte de Castilla la
~ ueva y de las llanuras de la Vicja , apoy;índo-
se en la carretera real ucsde Burgos hasla Vito-
ria, los prolijos reconocirniclIlos que llacían so-
hre Zamora) Toro y Tordcsillas, la mullitud de
]1iezas ue artillería.v 1l11111icÍolles (pe reunían en
Vall,Hlolid) y el proyecto illterceptado de hacer
grandes acopios en el castillo de Bur¡.;os; todo
anunciaba una batalla ú obstinada defensa sobre
la línea del Duero. El ejército que se pl'epar;dl<l
á sostenerla, se componía tle L::s tropas de los
denorninados antes di! Porll1;;:tl, Centro y ::\1e-
diouia. Mandábalc el Rey iui n~so) CJuc tenia por
su Mayor gcneral allUarisccd JOlll'llun, y su fllcr-
za era de 40.000 inf:1lllcs) 8,000 caballos y 104
})iczas tle artillería de todos c:J;\;;C5.




( 387)
Lord W ellin gton, animado por la inaccion 1813.


de los ejércitos enemigos, y no temiendo ser in-
comodado en sus movimientos por su derecha, se
uecidió á flanquear la línea del Duero por una
marcha al través de la provincia portuguesa de
Tras-los-montes, que por su natural esterilidad
y mal estado de los caminos que la atraviesan, se
había evitado hasta entonces para las operacio-
nes de la guerra. Al efecto reunió y retuvo con
anticipacicn, bajo diversos pretestos, un gran
número de barcos de los que por enLonces se em-
J)lcahal1 conslantemcllte en la navegacion del
Duero hasta la embocadura del Agueda, y pro-
porcionó de este modo una gran facilidad para el
transporte de sus tropas en la ocasion oportuna,
.sin llamar COn gl'á-ndes preparativos hechos en
el acto la atcnclon del enemigo, ni escitar sus
sospechas sobre el plan proyectado. E120 de Mayo
atravesaron por este medio el Duero cuatro divi-
siones de su ejército por diferentes puntos entre
Lamego y la frontera espaüola, dirigiéndose há-
cia Zamora, mientras que clmismo I.ord en per-
sona, con dos Ji visiones de infantería, un cuer-
po espaüol y alguna caballería ... se adelantaba á
Salamanca por el camino recto, con cuyo movi-
miento de frente ocultaba completamente sus mi-
ras, sin que el enemigo pudiese recelar que al
mismo tiem po se maniobraha para sorprenderle
por la cspalJa.


La primera division que habia empezado su
marcha desde Estremadura, pasó el Tajo el dia
22 por las barcas de Alconeta) Suria y Concejo,




(388)
1813. dirigiéndose al Tormes por el camino de Alba, en


cuya villa tenian los franceses una di vision de
1.200 infantes y 100 caballos, mandada por el
General Foy, cuyo objeto era defender el paso del
puente. Este movimiento, combinado con los C¡U(l
ejecutaban las tropas aliadas á las órdenes del Ge-
neral Hill, tenia por objeto, segun las instruccio-
nes de este, desalojar al enemigo de esta posicioll
60bre el Tormes, y en su consecuencia el Gene-
ral inglés J ones, encontrando cn su marcha el día
26 de Mayo, á una legua de Alba, á un desta-
Camento enemigo compuesto de 80 infantes y 50
caballos, le atacó y puso en completa fuga, obli-
gándole á repasar el puente con tOlla precipita-
cion; y presentándose á poco tiernpo la caballe-
ría de la division enemiga, e1tJ3rigadier español
Don Pablo Morillo atacó con su tropa el puente,
con tal decision, que á pocos miulItos se apoderó
de él, sin dar lugar al cnemigo á destruir el paso
de madera construido para reparar las ruinas an-
teriores. Los espaüoles lomaron posesioll de este
punto, sin esperimentarse por Ulla y otra parLe
1113S que una corta pérLlida , por la corta duracion
de la refriega.


E124 de Mayo la vanguardia del ejército aliu(lo
se dirigió sobre Salamanca, á cuya vista llegó e120
el Duque de Ciudad-Rodrigo. Hallábase aun ocupa-
da por una di vision de ül[anLerÍa y e uaLro regimien-
tos de caballería fraucesa - mas habielldo el Du-)
que hecho pasar el Túrmes á dos brigadas de ca-
ballería inglesa á las órdenes del Gcueral Falle,
1 - 1 - l-e enemIgo fue atacallo por ellas cn as lnlllCbla-




(389 )
ciones de Huerta, con tal denuedo, que inmcdia. 1813.
tamente fue destruido, puesto en fuga y perse-
guido, con perdida de 200 prisioneros y un gran
nlÍmero de bagages.


El 27 Y 28 el Lord acantonó la columna de
Hi\l entre el Tormes y el Duero, y fijó su cuar-
tel general en Miranda de Duero, á donde llegó
el 29 con el cuerpo del General Graham, Coman_
dante de la izquierda del ejército. Todas estas
tropas tomaron posicion el 31 sobre el Esla, apo-
yauJo su iZ(luierda en Tabara .. comunicándose
COIl el ejército de Galicia, y su derecha en el
frente de Carva jales. ElLo tle J nllio un cuerpo
de hlÍsares ingleses .. á las órdenes del Coronel
Granl .. entró en Zamora .. y al sigllicllte día en
Toro, haciendo 200 franceses prisioneros.


El Rey José, despues Je haber hecho evacuar
á MaJrid en la noche del 27 al 28 de 1\1 ayo, hizo
que su guarnicion .. compuesta de 5.000 hombres
y alguna artillería .. se dirigiese Jlor los caminos
de CasLilla y Navalcarnero .. inutilizando todo lo
que no pudieron llevar consigo, é illcorporando
allte~ los destacJl11eutos que tenia sobre el Tajo.
llall:lbanse ya en Yallauolid su Estado m;:¡yor,
sus Ministros y principales cortes:1l10S y pal'Lilla-
1'10S) y en vista de los movimiclltos del cj ércilo
aliado) evacuó aceleradamente el 4: de Junio esta
ciudad) en doude enlraron las tropas aljadas,
apoderándose de un gran nÚll1CrO de municiones
ue boca y guerra (Iue habian dejarlo alli aoando-
lladas lo, cnemigos. Es Los conccutl'Jl'on sus tro-
pas .sobre el car;'lltlO real ue Burgos) á fin de sa-




(390)
1813. car partido de las varias posIcIones defensivas


que en él se encuentran i mas como Lord 'Ve-
lliugton continuase maniobrando sobre su iz-
quierda, el 7 de Junio pasó el Can'ion en Palen.
cia, y al dia siguiente tomó posicion sobre las
dos orillas del Pisucrga, encontrándose ya entono
ces bastante próximo á la linea de cOlllunicacion
de los franceses, para causarles séríos recelos
sobre su conservacion. Los soldados del ei{~rcito
aliado se resentian del cansancio de una marcha
tan rápida, y empezaban á espcl'imcnlar alguna
escasez en los VLveres; pero el celo de Jos gefes,
las ventajas conseguidas, yel aspecto de la cam-
paña, les endulzaban sus fatigas, anunciaban el
descanso, y empeüaban á permanecer constantes;
y mostrándose sordos á los clamores de la priva-
cíon, cumplían gustosamelJle con sus deberes; y
con un patriotismo poco COl11un, y fieles imita-
dores de sus gefes que no perdian de vista, y que
compartian con ellos sus trabajos, eran superio-
res á todas las penalidades.


El 12 de Junio el Duque de Cimlad-Rodt'igo
adelantó la izquierda de su ejército hácía Hor~
mazas, y encontrando al General Rey en posicion
á la izquierda de dicho pueblo con fuerzas con-
siderables J ordenó que un gran destacamento de
caballería maniobrase con el objeto de envolver
su flanco derecho} mientras otra dívísion de esta
arma y una columna de infantería atacó de fren-
te las alturas de Hormazas, é hizo marchar al
General Hill contra la izquierda de la posiciono
No bien el enemigo obserró á su l'elagllardia toda




(391 )
la caballería que se habia adelantado sobre su 1813,
derecha) cuando emprendió su retirada con ór-
dcn J aunque acosado por ella y por la artillería
ligera, y tomando posicion sohre los rios Arlan-
zon y UrLel, siguió por la noche su rnovimiento
sobre Burgos. El ejército aliado continllaba ta111-
Lien el suyo, adelantando su izquierda con di-
recelon al aILo Ebro, y amenazando de este mo-
do flanquear las fuerzas clue se reunian sobre
aquella capital. Todo indicaba quc los franceses
tratahan ele oponer alli una gran rrsistcllcia, ya
por el ohstáclIlo quc pl'esentaba el castillo forti-
ficado con toda clase de obras tle cld'cnsa, ya por
lo ahastecido qlle le hablan puesto de todo géne-
ro de recllrsos. El D.17 intruso habia partido con
direccion á Burgos, y Lord WellilJ gt OH tenia s u
cuartel genera] en Amusco, {l la izcluierda de Pa-
1cnci:1. Apro~irn;íbase al parr'cer el lr~ll1ce de uua
batalla, ó de un obstinado sitio) cuando el ene-
migo en la noche Llcl12 al 13 crnprenrlió su re-
tirada sobre Dl'ivicsca, y como Lilas cuatro de la
m¡¡iiana del 14 des:lp;¡rcci(') el cas{illo, volado
vor la csplosion ele tia SlUlll'!l¡;C]'o de miuas, ]ta-
biéndose incclll1l3do por la imprevi,>iion drl oflcial
encargado de la opcr~lcion, una c;¡ulidél(l con~i­
derable de bombns y proyectiles, flllLes que la
11111111;) columna del Cj{Tclto franc(~s ]1llbiese cva-
cu;)(lo C'nler:llllf'l1te b Cil;~~:Jlt. La e~ploslon fue
horrorosa, y lll1a lluvia ele bombas, büJas y cas-
cos de toda (,~ipccic cayó sobre estas tropas que
drs1l1alJ'111 alln, pereciendo entre los escombros
tres comp"llías tlc inCanterla y muellos individuos




(392)
1H13. sueltos, no bajando la pérdida total de 300 hom-


bres; imprevision que hace poco honor al oficial
facultativo que Jirigió la operacion, y que no cal-
culó el rápido efecto Je las minas.


Así concluyó el memorable castillo de Burgos,
contra el que, segun la espresion del mismo Na-
palean, se habian estrellado en la cam paña de
1812 las fuerzas del ejército aliado; y desilpare-
ciendo el obstáculo que podia interrumpir la lí-
nea de operaciones, cambió de aspecto el suceso
de la campaüa en esta parte de la Península, y el
Duque de Ciudad-Rodrigo vió desaparecer en un
momento un objeto que 1anto hahia llamado en
otro tiempo su atel1cion, Jebiendo á los mismos
enemigos la consecucion de sus deseos.


Los franceses se retiraron sobre Pancorvo,
situándose en bs misrnas posiciones en fple hizo
alto e] General Clausel en su retiraoa del aüo
anterior, despues de la célebre batalla Jc los
Arapiles, y el Rey José guarneció con 300 hom-
bres y algunas municiones de haca y guerra el
fuerte Je Pancorvo. El General Clauscl biljó el
Ebro hasta LogroilO con las dos divisiones de su
mando, el General Foy marchó con las suyas y
algunas tropas mas del otro laJo de Vitoria, para
contener las partiJas españolas que habia en Viz~
caya, y que comprornetian las comunicaciones
con Francia. Los aliados continuaban en segui-
miento del enemigo; mas' el buen ól'llen con fiue
este se retiraba) no presentaba ocasiones de em-
prender accion alguna de consiclcracion. No obs-
tante se ofrecieron algunas pequeüas cscaramu-




(393 )
zas, entre las cuales es digna de mencionarse la 1813.
sorpresa que sufrió en las inmediaciones de Ber-
beran:! por el cuerpo del General Graham, la divi-
sion enemiga mandada por el General MarH!uiun,
compuesta de 5.000 hombres. Estos lwbian sali-
do de Frias con direccion á Vitoria , y Ha calcu-
lando todos los movimientos de los aliados, ni
la rapidez de su marcha, fueron sorprendidos,
atacados y batidos con bastante pérdida.


El 18 de Junio una columna de 5.000 infantes
y 300 caballos enemigos atacó en Ezcaray el
centl"O y flanco izquierdo de la brigada del Coro_
nel Llorente, correspondiente al cuarto ejército
español. Durante tres horas son rechazados los
franceses, hasta que impaciente el gefe español
de tanta tardanza, reune sus granaderos, yauxi.
liado de dos piezas de artillería, trepa por las
alturas que ocupaban aquellos, los carga COIl de-
nuedo y decisiün, los arroja de ellas y persigue
llasta la llanura, donde se (letiene por la supe-
rioridad de fuerzas enemigas.


El mismo dia 18 el General británico Altell
desaloja de San Mil1an á una divislon francesa,
hace 300 prisioneros J y d~ja el campo cubierto
de cadáveres.


U n cuerpo considerable enemigo atacó en el
referido dia al General Graham en el momento
mismo en que entraba en Osma; mas bien pron-
to este intl'épiJo General batió á los que le ata-
caban persiguiéndolos hasta Espejo.


A vista de movimientos tan rápidos los cuer-
pos enemIgos que guarnecian la costa de Canta-


TO,",OIlI. 50




(394)
1813. bria, se apresuran á recoger los destacamentos


que tenia n 13,>traviados, á proveer de lo necesario
la plaza de Santoña, y marchan reunidas todas
sus fuerzas sobre Bilbao. La guarnicion de Cas-
trourdiales consiguió embarcarse con premura
para la plaza de Santoña, y la de Guetaría no
tardó tampoco mucho en abandonar este punto
dejando allí sus repuestos. En Bilbao tenia el
enemigo reunidos como unos 3.000 hombres de
su ej ército del N.) y se creia abandonasen este
puerto por la llegada á Balmaseda del centro del
cuarto ej ército; pero permanecieron alli y tra-
taron de fortificarse.


Santolla fue bloqueada por las tropas de Viz-
caya con arreglo á las disposiciones del Coman-
dante interino de la izquierda del cuarto ejército
Don Gabriel de Mendizabal; pero no tan estre-
chamente que la guarnicion no hiciese con éxito
algunas salidas.


Los aliados se reunieron sobre el pequeño río
de Bayas, y flanqueando de este modo la linea
de operaciones del enemigo, este repasó al fin
el Ebro, dirigiéndose á Vitoria y puntos de sus
inmediaciones. El 20 de Junio el ejército francés
se presentó en posicion delante de Vitoria. Esta
Ciudad, capital de la provincia de Alava, se halla
situada enmedio de un llano de dos leguas de
cstensÍon, limitado por la derecha por ulla cade-
na de los Pirineos orientales, y por la izquierda
por las pcqueüas montañas que lieparan la pro-
vincia de Alava del señorío de Vizcaya. Para He-
~ar á la Puebla, distante tres leguas de Vitoria,




(395 )
es preciso atravesar un desfiladero muy estrecho, 1813.
ofreciendo el llano por otra parte muy desigual
algunas alturas donde pueden situarse ventajosa-
mente tropas y artillería. El ejército frances ocu-
paba la línea del Zadorra, pequé,ño río que corre
en direccion al S. delante de Vitoria, y su de-
recha se apoyaba en las alturas que hay delante
de elite rio no lejos del pueblo de A vechuco, es-
tendiéndose hasta el frente de Vitoria; el cen-
tro se hallaba situado á lo largo de la orilla iz-
quierda del mismo rio, y la izquierda estaba co-
locada en las alturas que hay entre Ariñiz y ]a
puebla de Arganzon, teniendo un pequeño cuer-
po destacado en una posicion ventajosil enmedio
de las alturas de la PueLla , á fin de sostener el
centro que sin esto llULiera presentado un punto
saliente y con poca fuerza. Así pues el ejército
enemigo cubria los tres grandes caminos que des-
embocan en Vitoria, el de Logroño con su ala
izquierda, el de Madl'id con su centro y el de
Bilbao con su derecha. Hemos dicho antes que
el Rey José habia destacado al General Foy con
12.000 hombres sobre la derecha de Vitoria, no
tanto para acopiar víveres, como para contener
las tropas de Mina y de LOll ga.


En la mañana del 21) despues de haber reco-
nocido el Duque do Ciudad-Rodrigo las posicio-
nes del enemigo, hizo circular por entre las fi-
las de sus soldados estas lacónicas palabras:
( Acordaos, amigos lIlios J de que sois hermanos
de los héroes de l'f'afal.gar, y de que vais á com-
batir con los que habeis vencido en Salamanca.»




(396)
1813. . El ejército aliado marchó contra las alturas


que defendía el enemigo en tres cuerpos, al man.
do el de la derecha del General Hill, el del centro
de Graham, y el de la izquierda de Lowrey ColI.
La accion principió por apoderarse la divisíon
€spañola del General Morillo, sostenida por las
tropas de Hill, de las alturas de la Puebla des-
pues de una obstinada defensa. En vano el ene-
migo acudió á recobrarlas con refuerzos consi.
derables, pues aunque el combate se renovó y
continuó por algun tiempo con el mayor encar-
nizamiento, los aliados quedaron dueños de es-
tas alturas, al abrigo de las cuales pasaron el Za-
dorra las tropas de la derecha, y en seguida lo
verificaron las cuatro di visiones aliadas del cen-
tro, haciéndose ya entonces general el fuego, y
principiando el enemigo su movimiento retrógra-
do por el camino de Vitoria. Tomada en seguida
por los aliados la posicion del pueblo de Suijana de
Alba situada frente de su izquierda, y privados los
franceses de su principal apoyo por aquel lado,
d General inglés Sir Lowrey CoIl, aprovechán-
dose de este suceso, pasó el ZaJorra por algu-
nos puenles que los enemigos por descuido no
habían destruido, los atacó) seguido inrnediata-
mente por las tropas que conducía Lord Dalhou-
sic, que mezclándose en la pelea contribuyeron
á arrojar á los franceses sobre Vitoria. A poco
tiempo la derecha de estos fue desalojada de las
alturas de encima de Avcchuco por las tropas
de Graham; y entonces el Hey intruso, viendo
casi interceptada su comunicacion con Bayona,




( 397)
destacó sobre su derecha un cuerpo considera- 1813.
ble para apoderarse de los pueblos de Gamarra
Mayor y Menor sobre el Zadorra. La posesion
de estos dos puntos le puso en situacion de dis-
pular el paso, de cubrir la marcha de sus con-
voyes, y proteger la retirada de su ejército. El
General Graharll dispuso que la division españo-
la del mando del intrépido Longa atacase la
posicion de Gamarra Menor, y que las del Ge-
neral inglés Oswald arrojasen al enemigo de Ga-
marra Mayor, mientras él en persona con el res-
to de las tropas de su mando atacaba el pueblo
de Avechuco. Longa se apoderó del punto que se
le habia encargaclo, Gamarra Mayor fue tomado
por asalto con tres cañones que abandonó el
enemigo, y el General Graham tomó á Avechu-
co, mientras que los enemigos hacian los mayo-
res esfuerzos para recobrar á Gamarra, en cuyo
ataque, que fue de los mas obstinados, perdie-
ron los enemigos tres caüones y un obus. Aun-
que el General Oswald no pudo proseguir sus
progresos por hallarse las alturas de la izquierda
del Zadorra ocupadas por un grueso cuerpo ene-
migo, inmediatamente que la izquierda de estos
se replegó hácia Vitoria, y el centro de los alia-
dos penetró en esta ciudad, el cuerpo que se
oponía á la columna de Oswald, temiendo ser
atacado por su retaguardia, emprende una mar-
cha retrógrada J pasa entonces aquella el Zador-
ra, se apodera del camino real de Bayona, y los
ü:anceses entonces se ven forzados á retirarse
en todas direcciones sobre Vitoria para ganar el




(398 )
1813. umeo camino que les quedaba para su retirada,


que es el que conduce de dicha ciudad á la de
Pamplona.


La confusion entre los difel'entes cuerpos
franceses, hatidos. y aglomerados unos sobre otros,
iba en aumento; y llegando á su colmo por la
persecucion de los vencedores, todo el ejf)l'cito se
convirtió en una masa confusa y desordenada.
La caballería únicamente conservaba algun tan-
to el órden, y hacia esfuerzos para cubril'la reti-
rada; mas como el terreno era desfavorable para
el tránsito de la artillería, y los aliados cargaban
tan vivamente, que no daban descanso ni tiem-
po para vencer los obstáculos que se presenta-
ban, tuvieron que abandonarla con los bagages,
municiones, botiquin y tesorería ele campaña.
N o lejos de Vitoria 111a5 de dos ntil carros que con-
ducian los efectos mas preciosos pertenecientes
al Rey José y á los principales de sus cortesa-
nos, se vieron detenidos de improviso por haber-
se volcado un carro, que fue bastante para im-
pedir la marcha del convoy. En vano el coche
del mismo Rey y los de sus principales secuaces
intentaron ponerse en salvo: ningun carruage
puede dar un paso, y en este momento tan críti-
co y apurado dos escuadrones de húsares ingle-
ses que habían penetrado hasta el interior de las
líneas por el camino de Zaragoza, se presentan
á poca distancia: muchos obuses disparan en me-
dio de las columnas arrolladas por los fugitivos
que se apresuran á abandonar los coches: los sol-
dados de la escolta desamparan las filas ~ y los




(399)
del trcn cortan los Liros; alsunos con la esperan- 1813.
za de salvar las piezas se arrojan sobre los lados
del camino y van á caer en los barrancos. Co-
ches cargados de efectos preciosos y cajones ue
plata son abandonados sin pensar siquiera en su
valor. En este horrendo tumulto vdrios emigra-
dos cspaüolcs ) que en otros tiempos habian go-
zado de alto rango y gran opulencia:1 se apresu-
ran por ganar las filas y mezclarse entre los sol-
dados franceses huyendo delfuror y de la venganza
de sus compatriotas. Las mugeres, así de estos como
de los demas partidarios del intruso con sus hi-
jos en los brazos, procuran alejarse de este cam-
po de desolaeion y de muerte; mas detenidas en
su fuga por los callOnes ahandonados, por los ca-
ballos muertos, por los monLones de destrozos
de coches y carros derribados, vagan de un lado
á otro dando grÚos espantosos de desespe¡'aciolJ,
é implorando la clemencia del soldado. Un pol-
vo espeso cubre todo el campo é impide distinguir
los objetos tilas próximos: el Rey mismo es separa-
do de su comitiva, y hasta el caballo del Mariscal
Jourdan perece en tan angustiosa marcha. En tal
conflicto José debe su salvacion á la velocidad
del suyo; pues como el Capitan del lO de húsares
ingleses Winuam entrase 4 galope en Vitoria en
el momento en que el coche de aquel acababa de
salir de la ciudad, y le siguiese con un es-
cuadran, le alcanza en efecto, y díspal'a á la
portezuela un pistoletazo, aunque sin efecto, por-
que ya el Rey se había echado fuera, salvándose á
caballo Lajo la proteccian de 50 dragones que




(400 )
1813. procuraron contener á los húsares ingleses.


En esta célebre batalla perdieron los aliados
entre muertos y heriJ.os 4.647 hombres, y mas
de 10.000 los enemigos con 151 cañones J.e todo
calibre, 415 cajones llenos de ri(lueza y precio-
sidades, y cerca de dos millones de cartuchos, no
salvando los franceses mas que una sola pieza de
artillería que fue tomada al dia siguiente.


Esta victoria, aunque completa, no fue quizá
de tanla consecuencia como era de presumir, por-
que las fuerzas combinadas no obraron con aquel
órden que debia prometerse; sin emLargo, será
para siempre memorable, porque con ella se aca.
bó de .asegurar la independencia de España, per-
diendo José Bonaparte por sus propias manos la
corona que pretendia abrogarse. La nulidad de
este personage es un fenómeno singular en la his-
toria; pues jamas se vió usurpador desprovisto has-
ta tal punto de genio y de talento. De un esterior
comuny de cualidades medianas era al mismo tiem-
lJO objelo de los sarcasmos de sus cortesanos, y del
desprecio de los enemigos de Napoleon,y habiendo
contraido en N~lpoles costumbres apáticas, vivia
en la molicie y la ociosid;¡d. Durante su residencia
en Madrid los débiles muros de esta Corte con-
tenían todo su Reino,.y si alguna vez recortlaba
los títulos vanos de que su hermano habi~ carga-
do su incapacidad, hacia promociones en un ejér-
cito (Iue no existía, daba condecoraciones de su
órden que hasta sus mismos partidarios se aver-
gonzahan de llevar, y puLlicaba proclamas qlJ(~
los españoles rehusaban admitir; siendo por este




(401 )
miserahle por quien 500.000 valientes de todas 1813.
las naciones vinieron á encontrar su lIepulcro en
la Península.


El ejército de José emprendió Sil retirnda por
el unico camino PO!' donde podia emprenderl;¡,
que era el de Pamplona, cuyas puertas encontró
cerradas; y tratando de escnIa!' sus murallas, no
desistió !le su inteuto hasLa ({ue se le opuso seria-
mente un fuego reunido de fusilería y de cnüon.
Los Gefes que mandaban en Pamplona tembla-
ban por su suerte flltura, y ya habían Llecidido en
un consejo de gl1erra abandonarla y volar sus
obras, cuando José ordenó como t'dlimo acto de
su autoridad que se aprestase todo lo necesario
para la defensa de tan importante punto. Al efec-
to se tomó de los habitantes cuanto se creyó opor-
tuno, y est;¡s exacciones ejecutadas con todo ri-
gor produjeron doble cantidad de víveres, con
los que y una buena guarnicion se preparó esta
plaza á la defensa. Los fugitivos, despues de ha-
cer un corto alto sobre el glacis de ella, se apre-
suraron á eutr;¡r en Francia por el camino de
ROllcesvalIes en el mayor desorden perseguidos
por el Genera] lIill.


El valle de Roncesvalles es famoso en la his-
toria por la derrota de Carlo-Magno en í78, en
que pen~ció el célebre sohrino de este, Rolando,
con una muhitud de valientes caballeros, que
tanto ]HIll cclrbrado los antiguos romanceros.


La izquierda del ejército combinado, á las ór.
denes del General Graham, marchó desde el
campo de batalla de Vitoria h~cia Bilbao, para
TO~O 111. 51




(40:l )
1813. cortar la l'ctirada á los Generales franceses Foy


y Sarria, que reuniendo todas las guarniciones de
los puntos interiores de Vizcaya, se dirigieron á.
Mondragon para formar Con las de Guipúzcoa un
cuerpo capaz de contrarestar los movimientos de
los espailOles. La parte del Cllarto ejhcito de es-
tos, compuesta del de operaciones de Galicia,
precedida de la di visioIl de Longa, q tle estaLa ya
en movimiento sobre Mondragon , tuvo que con.
tramarchar por un aviso e<luivocado que recibió
acerca de los movimientos del Gcneral Clausel,
aunque muy en breve volvió á tomal' su anterior
direccion, y atacando Lonsa á Monrlragon.> des-
alojó de este pueblo al General Foy, haciéndole
90 prisioneros, y matándole é hiriéndole alguna
gente. Los enemigos continuaron su movimiento
retrógrado pOl' la calzada rcal, persl'guidos de
cerca por los cspailoles, y situándose en Verga-
ra hicieron alli alto. Entretaulo las t¡'opas de la
séptima division marchaban ~obre Durango ~ las
órdenes del General Mendizabal. Lo lluviuso del
tiempo y la imposibilidCld de manioDrar con la
artillería y caballería, por la cnlidall dd terreno,
obligaron á tomar varias dispo~iciolles illllirectas
para atacar á Vergara. El Coronel Longa se diri.
gió con los cuerpos de su division á Oñale, á fin
de presentarse en la altnra de Descarga, y ma-
niobrar sobre la izquierda d(~ lo~ enemigos, cuya
operacion sabiamente concelJida hastó para ar-
rojar á los enemigos de a{luella po"icioll sin re-
sistencia consiclerable.


Cerciorado el DU(lue de Ciudad-Roclrigo de




(403 )
que el enemigo reunía sobre el camino real fucr- 1813.
zas de consideracion, dispuso que el General
Graham marchase sobre Villafranca por las mon-
tallaS de Loria y puerto de San Adrian; y alcan-
zando este General á la retaguardia francesa en
]os inmediaciones de aquella villa, la desalojó de
este purdo {~inmediaLos, desplles de una regular
resistencia. La carretera real que sigue la direc-
cion del Orio, va por entre un pais montuoso
que hace muy uifíciles las maniobras por los
flancos J y aun el pOller incomodar el movimien_
to retrógrado del ellemigo, sin dificultades que
no retardasell demasiado cllaLl'licr operacioll in-
teresante. Apenas se encontraba en esta direc-
cian un terreno capaz para acampar l:¡s tropas, y
estas tenian qne quedarse al vivac sobre la mis-
ma calzada. JIahíanse replegado ya los enemigos
á la villa de ToJosa, y dejado su vanguardia en
Alegría, pueblos ambos de la provincia de Gui-
púzcoa, situados á la márgen izquierda del Orio.
1'olosa está precisamente en la reunion de la car-
retera real de Viroria con la de P3mplona, cir-
cundada de alluras bastante elevadas (Iue el ene-
migo ocupaba con batallones cn masa. La van-
g1l8fllia de este fue en breve desalojada de la
posicioll ue Alegría; m::lS las alturas dominantes
de la de Tolos::l ofrecian grandes dificultades
para un ata(Jllt~ de frente: su izquierda se apoya-
ba en un reducto inespugnablc, y su derecha en
tina altura interpuesta cntre las dos C<lrr,eteras.
Sin embargo, estas difíciles posiciones fueron
vigorosamente atacadas PO! las tropas combina-




(404 )
1813. das: la resistencia fue obstinada; pero al fin el


enemigo tuvo que replegarse á la villa, que tam.
hien flle en seguida atacada, sufricndo en la pri-
mera embestida de esta bastante pérdi(la los alia-
·dos. 1'olosa estaba fortificada, sus puertas Cer-
radas con fuertes rastrillos y parapetos aspillera-
dos, teniendo ademas casas fuertes y 1111 fortin
ambulante de madera, ele ulla construccion muy
sólida en el centro de la misma, cuyas obras ma-
nifestaban la importancia que el enemigo JaLa á
este punto. 1'erminábnse ya el dia 25 de Junio
cuando se empezó el alaqllc : era ]Iorl'oroso el
fuego por toda la circunferencia de la poblacion,
y lenacísirna la resistencia del enemigo. Las tro-
pas aliadas penetraron hasta las mísn1as puertas;
pero en vano, por(lue su bizarría se estrelló en las
fortificaciones de su frente, hasta que franquca-
das entrada ya la noche las puertas por el fuego
de la artillería, se rcp}egaron los enemigos á fa-
vor de la obscuridad, sin podcr ser cargados ni
molestados, Con UB fuego que potlia indistinta-
mente incomodar á unos y otros, por las dificul.
tades del terreno y confusion de la noche.


Esta victoria, debida mas á la intrepidez de las
tropas españolas que desde Azpeitia destacó el
General Giron, que á la combinacion de movi-
mientos generales, se verificó el 1. o de Julio, en
cuyo dia el mismo General con una brigada del
cuarto ejét·cito arrolló hasta la otra parte del Vi-
dasoa á los fra nceses que defCIl(lÍan el puente de
Iru Il y ulla casa fuerte, aunque estos se replega-
ron de todas sus posiciones con un órden digno




( 4D6 )
de imitacion: con CU}HS operaciones se logró la 1813.
entera evacuacíon por esta parte dd territorio'
espaiíol" y el enemigo se estableció del otro lado
del Vidasoa.


El2 de Julio el General inglés Wing, en com-
binacíon con las tropas del General Morillo, se
apoderó del pueblo de Arncgui, arrojando ele a
la guarnicion francesa. Morillo se encargó de la
conservacion de este punto; mas á la maclrugada
del dia siguieutc el enemigo le atacó, y tuvo que
abandonarle; pero en la tarde del mismo dia
volvió sobre él con tal furor} (lIle se apoderó cn
pocos minutos de esta posicion, arrojando ele ella
ti} enemigo, y persiguiéndole basta la entrada de
la noche.


El Coronel Longa despues de babel' sitiado
por espacio de ocho dias el fuerte de Pasages, lo-
gró que capitulase el 30 de Junio, rindiéndose
prisionera su guarnicion compuesta de 146 hom-
bres, y apoderándose de 8 callOnes y muchas
municiones qlle alli habia.


Miclltl'US que esto sucedia en la izquierda del
ejército de operaciones, el resto del cjército alia-
do marchaba sobrc Tuclcla de Ebro en alcance
del cuerpo del General Clausel, que no sabiendo
la r~tirada de José, hahia osado presentarse en
Vitoria al dia siguiente de la célebre batalla dada
en sus inmediaciones, con cerca de 20.000 hom-
bres. Clausel despues de habcr ejecutado varios
movimicntos, inquietado siempre por las tropas
de Mina y del Brigadier Don J ulian Sanchez, co-
nociendo la imposibilidad de reunirse al ejército




(406 )
1813. de José por la parte de Navarra, se encaminó á


Zaragoza con pérdida de alguna artillería, de bas-
tantes muertos y heridos, y de 300 prisioneros, y
delide alli sin tener el menor encuentro se dirigió
sobre Jaca y Oleron, pueblo situado ya del olro
lado de la fronlerfl.


El COl1<le del Abisval~ General en gcfe dc] ejér-
cito de reserva d,~ An\lallleÍfl, marchó por Estre-
madura y Castilla la Vicja á Burgos con el ob-
jeto de reunirse al ejército del Lord Wellingtol1;
mas habiendo recibido órdenes para apoderarse
del castillo de Pancorvo que los enemigos gllar-
necÍan con 700 hombres, ~f~glln lJemos ya in-
dicado, trató de ponerlas en ejecucion. Este
castillo se halla sentado sobre la cumbre de una
roca de una altura inaccesible encima del cami-
no real de Madrid á Vitoria, que pasando por
un barranco (plcda blol¡ueada esla cOll1unica-
cion principal. La guarnicion enemiga f¡lIe has-
ta enlonces habia hecho algunas correrías por el
pllis, qllecló encerrada elJ Sil recinto, y el 28 de
Jlluio flle asaltado y tom;¡do por algunas com-
paüías de gralladel"os y caz;¡c!ores el reducto de
Santa Marta, obra esterior oe aquella, y cuya ocu·
pacion privó á esta de algunas ventajas. De este
modo pudo estrechal'se mas y m3S su bloqueo, y
su Gobernador, desplles de haber sido intimado
dos veces pal"a la rendicioll.J viendo y;¡ concluida
una baterla de 6 piezas en la loma llamada de la
Cimera, y nolicioso de que se estaban preparan-
do ya las escalas necesarias para el asalto, se de-
cidió á capitular, rindiéndose en 1. o de Julio pri-




(407 )
eionero de guerra con la guarnicio!1 compuesta 1813.
de 650 hombres, habiéndose encontrado en el
castillo 25 cañones, muchas cureñas y algunos
repuestos de municiones.


Las plazas fuertes de San Sehastian y P:,¡m-
pIona, ocupadas por los enemigos, habían quedado
con la derrota y retirada de su cjél'cito abando-
nadas á su suerte. Lord Wellin gton dispuso que
se pusiese sitio formal á la primera, como mas
próxima al mar y mejor situada para la reunion
de los preparativos de ataq ue, y para asegurar
Una COl1lnnicacion marítima con Inglaterra.


El sitio de Pamplona se COIl!lÓ á la segunda
division del cuarto ejército c:;paüol, al cargo del
Mariscal de Campo Don Carlos España.


Este era el estado de la campaña á principios
del mes de Julio. Los franceses no solo habian
sido desalojados de la línea del Duero, y obli-
gados á abandonar y volar las fortificaciones
del castillo de Burgos, sino que sin alreverse á
defender la ban'era del Ebro, sus grandes masas
habían sido denotadas en los campos de VitoriaJ
no pisando ya por afIuella frontcra territorio es-
pañol. En el corto espacio de un mes, el ejército
aliado habia volado desde los limites del Portu-
gal á los de Francia, habia tomado las fortalezas
de Pancorvo y Pasages, bloqueaba las plazas de
Santoíw, San Sebastian y Pamplona, y asoman-
do por el Pirineo, amagaba entral' en territorio
francés. Una mal'ella tan rápida arrollando cuan·
tas fucrzas enemigas ocupaban el centro de la Pe-
nÍnsula, estaba reservada á las tropas espailOlas




(408 )
1813. Y anglo-lusitanas, y a la pericia y genio militar


elel Duque de Ciudad-Rodrigo. ¡ Qué influjo no
debieron tener en los gabinetes de Europa suce-
sos tan ventajosos en ocasion en (lue las poten-
cias del N arte habían paralizado sus operaciones,y
acordado un armislicio con el Emperador Napo-
lean, quizá para observar los :lConlecimicntos
de Espaüa, y las consecuenclas que de ellos de-
bian de esperarse.


La batalla de Vitoria causó el mayor entusias-
mo en Inglaterr;:¡ , y Lord \Vellington fue recom-
pensado por tan señalado triunfo con el grado
eminente y pocas veces concedido de Fdd-I\Iaris-
cal, recibiendo can este rnoLivo una carta tIc pro-
pio puiIo del Príncipe He gente concebida en los
términos mas afectuosos.


El Parlamento británico votó á a y á su ejér-
cito nuevas acciones (le gl'élcÍas, y lo mismo las
Córtes de Espaila, que le concedieron adcmas por
un decreto especial el Señorío <le! Solo de Roma,
situado en el término de la ciudad de Granada,
cuyas renLas anuales pasan de 80.000 duros. Adc-
mas, para perpetuar tan gloriosa victoria) Jecre-
taron las Córtes la ereccioll tle un monumento
en el mismo campo de batalla, para (Ine trans-
mitiese su memoria á las generaciones futuras.




(409)


,


CAPITULO XXIV.


El Mariscal Soult reorganiza el ejército francés. -Difi-
cultad dc defender la,~ posiciones del Pirineo. -Sitna-
cion de las tropas aliadas. - Asalto malogrado de San
Sel}[lstian. -Elltra Soult en Espaí'ia. -Accion de Ron-
cesvalles. - Defensa de la f:íbrica de armas de Ol'haisce-
ta.-Accion del puerto de la Maya.-Datalla de Sorau-
ren.- lletirada de los franceses. - Las Córtes votan una
aecion de gl'acias. _ La gllal'llicion de Pamplona hace
lIlJa salida, -Accion de Il'IllI. - Accion tIc V el'él. - Ac-
cion ele Do/ia ~Iaría. -Aecian del puente de Yanci.
- Accian de Eclwlar. - Freire reemplna á CasiailOs en
el mando tlel cuarlo ej({r'cito.- Toma de la plaza de San
Sehastian. - Tntenta Soult socorrerla. -Batalla ele S2n
l\Iarcial. - Accion del puente de Vera. - Toma del C::IS-
tillo de S. Sehastian.


El ejército enemigo vencido en Vitoria habia 1813.
vuelto á entrar en territorio francés casi desor-
ganizado y sin apoyo. Hilyona, primera plaza fron-
teriza, no se hallaba á cubierto de un golpe de
mano; y sus autoridacles, llenas de pavor al con-
templill' los triunfos de las armas aliadas ... no ha-
hian tomado la mcnor disp0slcion para cubrir
tan importante punto. :0apoleon supo cn Dresdl'
la destruccion ele Sll C¡~Tcilo lle Espaüa y la pre-
sencia de sus vencedores en la frontera de :su
imperio, dClltro dd cual debl'rian bien pronto
trernolal'se ~llS banJeras victoriosas. El tiempo


'1''';:r10 J H. 52




( 410)
1813. era muy precioso, y no debia perderse un mo",:


mento, y asi Napoleon dispuso inmediatamente
que el Mariscal Soult, empleado entonces aunfJUc
sin mando particular en el ejércilo de Alemania,
cuya pericia militar tanto se habia distinguido en
las campailas de la Península, viniese á tomar
el mando de su e i ército del Pirineo en clase de Lu-
gar-Teniente-General suyo con poderes ilimitados_
Parte Soult en efecto sin perder momento, llega
á Bayona el 12 de Julio y recibe de José ó mas
hien de su Mayor General el Mariscal Jourdan el
mando del ejército, que encontró ahalido y des-
organizado; y tratando de restablecer el órden
y antigua disciplina, forma nueve llivisiolles con
su correspondiente reserva, da el mando del ala
derecha al General Reille, del centro al Conde
d'Erlon, y de In iZ(lu¡erc1a al General Clausel, y
110 duda en anuncIar ¿ su cj (~rcito q Lle s llS in tcn-
ciones son las de llevar la guerra mas allá del
Ebro, y se dispone á comenzar sus operaciones
socorriendo la plaza de Pamplona que se hallaba
sitiada. Para esto 8Illpezó cstcndicndo sus tropas
en la prolongacíon del Vic:asoa IwsLa San Juan de
Pie de Puerto, enlazando sus comunicaciones
con el valle de Baigorri, y ocupando varios pun-
tos en la orilla izquierda de tEcho rio. El Hcy
intruso, Llcspues de hnbcr hecho la entrega del
mando al Mariscal DU(lIlC de Dall11acia, marchó
á París, y desapareció para siernpre de esle ejér-
cito (lue se uenominó ¡;j~rcito de Espaüa.


De todas las empresas de la gucrra la mas ir;-
ciertLl clll tlmb es dcfcwkr el pawal trílvés de




(411 )
Ulla cadella de montañas, porque siendo indis- 1813.
pensable la subdivision de tropas para la guarni-
cion de muchos puntos, queda al enemigo la elec-
cion de dirigir el grueso de sus fuerzas contra el
punto mas débil y accesible, y el suceso de los
asaltantes en cualquier punto compromete la se-
guridad de los cuerpos todos ocupados en la de-
fensa J siendo esta tanto menos firme cuanto ma-
yor sea el número de entradas á que haya que
atender. Será por tanto el plan mas seguro en se-
mejantes casos concentrar las fuerzas detrás de
los pasos que se intentan defender, establecien-
do en estos grandes guardias para que ninguno
pueda ser atacado por sorpresa y dar de esta ma-
nera tiempo para acudir al socorro del punto que
lo necesite. Sin embargo, en los Pirineos no pue-
de tener cabida semejante plan de defensa por
no ser fácil combinar la naturaleza de estas ope-
raciones con la del terreno, que se compone de
montañas sobre montañas que no tienen entre sí
comunicacion alguna lateral.


OlJligndo el ejército aliado á la dificil defensa
de sus pasos, se veia en la precision desventajo-
sa de tener que cubrir dos puntos á 60 millas de
distancia el uno de otro, y de atender al bloqueo
de Pamplona y sitio de San Sebastiano De este se
hallaba encargado el General Sir Tomas Gra-
ham, cubrii~ndole el cuarto ejército, que situado
sobre el Vidasoa venia á formar el ala izquierda
del ejército aliado. La derecha ocupaba á Ron-
cesvalles, compuesla de una brigada de infanterÍa
inglesa al mando del G\:ueral Wing, y de la divi-


o




(412 )
1813. sion espailOla del General Morillo, sostenida in ..


mediatamente por las divisiones inglesas del man-
do de los Generales Picton , Lowre y y Calle) si-
tuada la primera en Biscaret, y las otras en Ola-
que. En el paso denominado de la Maya se ha-
llaba apostada la division del General Willial11
Stwart con la portuguesa del General Silveira,
mandadas por Sir HilJ, teniendo destacada la bri-
gada portuguesa á las órdenes del General Camp-
Le11 en los Alduides. La division ligera al mando
del Baron de Alten guarnecia las alturas de San-
ta Bárbara, y la division de Lord Dalhousie el
puerto de Echalar, puntos intermedios entre la
izquierda y la derecha. Finalmente, la divisioll
del General Pak se hallaba de reserva en el paso
interior de San Estévan, y el Conde del Abisval
con 2.000 hombres tenia el eucargo de [armar
el bloqueo de Pamplona.


Mientras que el Mariscal Soult tomaba sus
disposiciones para atacar la línea de los aliados,
al General Graham se le malogró el asalto de
San Sebastiano Habiéndose apod(~rado el 17 de
Julio del Convento de religiosas agustinas dc San
J3artolomé, que tenia fortificado el ellernigo, cs-
tableció baterías en él contra las murallas de la
plaza, cuyo fuego fue tan acertado que la brecha
se halló practicable, enviando el 22 un parla-
mentario para la rendicion) (IlIe no file admitido.
Al amanecer del 25, Y en el momento en epJe la
marea dejaba en seco el pie de las n1tll'allas, rnar-
charon al asalto 3.000 hombres po;: tres diversos
punlos. Conservaban aun los ~w,mif;()s íntegros




(413)
todos los fuegos de la plaza, y hallándose preve- 1813.
nidos contra el asalto) se aprovecharon Je la
circunstancia de tener por prccision los sitia Jo-
res que atravesar al descubierto un terreno difi-
cil por mas Je 300 varas que tlistaban las trinche-
ras de la brecha. Esta se hallaba defendida y flan-
(lueaJa por Jos torres situadas á sus costados, y
})OI' atrincheramicntos interiores. Nunca los in-
gleses desplegaron tanta intrepidez como en esta
ocasion, y su inaudito valor merecía mejor suer-
te. Mas de 100 valientes, entre ellos el Mayor
Fraser, perecieron sobre la brecha, 400 quedaron
l1CriJos y algunos prisioneros, teniendo que reti-
rarse al fin, vista la imposibilidad de tomar por
entonces la plaza por asalto. Su guarnicion hizo
el 27 una salida, y llegó á colmo su alegría cuan-
Jo vió cIue los ahaJos habian con vertido en blo-
queo el sitio. El Gohernauor Hey aprovechó esta
coyuntura para dar descanso á su tropa, y prepa-
rarse á una vigorosa defensa.


Wcllinsloll que preveia el objeto de los mo-
-vimientas de Soult ... ordenó el 25 de: Julio al Ge-
neral G ralla m, qu e s llSpel1 ti lendo el sitio de Sa n
Sebaslian, -se slluase cerca de Reutería, formando
la reserva de las tropas apostadas sobre el bajo
Vidasoa, mientras que un cuerpo de ohservacion
conlellia á la guarnicion de San Sehastian. Soult
entre tanto louwba SllS ¡]i~posicioncs para atacar
los pasos de HOllccsvalles y de la M~.ra) cuyos
caminos se separan en la direccion de Pamploll3,
y de esle mo(lo ohran(lo conlra estos estremos
trataha Je ohlig;ll' {t los demas cuerpos empleados




(414 )
1813. en la defensa de los dcmas puutos á retrogradar,


y con un solo encuentro ventajoso ó una sola ma-
niobra Lien combinada creia poderse abrir paso
})ara abastecer aquella plaza. El 25 de Julio prin-
cipiaron estos movimientos en el punto mas dis-
tante de la línea de San Sebastian, atacando al
amanecer el Conde d'ErIon á la cabeza de 13.000
llOmbres la posicion del puerto de la Maya, de-
fendida por el General Hill , dirigiendo su prin-
cipal fuerza contra el punto que ocupaba la se-
gunda di vision inglesa mandada por el General
Stwart, que se vió en la precisiol1 de ceder á la
gran superioridad de fuerzas enemigas; pero re-
forzado por una brigada de la séptima division del
mando del General Varne, recuperaron los in-
gleses el puesto principal, que al fin abandona-
ron retirándose á Irurita, á consecuencia de
113berse visto precisadas á replegarse las tropas
que defendian á Roncesvalles , despues de haber
sostenido un fuego horroroso durante siete ho-
ras, y varias cargas brillantes á la bayoneta, en
una de las cuales fue herido el General Stwart.
El ataque de Roncesvalles, verificado el mismo
dia 25 , fue dil'igido por el Mariscal Soult en per-
sona á la cabeza de 35.000 hombres. A pesar de
ser este el punto contra el que se dirigieron los
principales esfuerzos del enemigo, el General in-
glés Wing, auxiliado oportunamente por el Ge-
neral Colle , se sostuvo con el m3yor teson en
él hasta la nocllf~; mas habiendo observado (Iue
una division enemiga se habia coloc:Hlo en acti-
tul! de envolver estn posicion, la abandonó uu-




(415)
rante la misma noche, retirándose en el mayor 1813.
órden á Zubiri. Soult siguió en su movimiento á
los aliados hasta la cumbre de la montaüa, desde
donde se descubre el camino de Ol'baicela, y
aquella misma tarde atacó el edificio que sirve
de fábrica de armas en dicha villa, defendido
por el regimiento de Lean al mando del Tenien-
te Corone] Aguier, uno de los cuerpos correspon-
tiieutes á la division española del General Mori-
llo. Este ataque fue vigorosamente rechazado,
]1asta que en vista de los movimientos retró gra-
dos dc ladas las tropas de la derecha, recibieron
los espaüoles órden de retirarse, como lo verifi-
caron durante la noche del 25.


El ejército aliado continuó su movimiento re-
trógrado por aquella parte, con el fin de cubrir
el hloqueo de Pamplona. Para oponerse al socor-
ro de esta plaza, el Lord resolvió concentrar la
mayor parte de sus fuer7.as sobre la derecha,
mandó al General Colle que dejase su posicion
de Zubiri como muy aventurada, y apoyando sn
derecha en U garte J coronó con su izquierda las
;¡lturas de Villa va. La caballerÍa á las órdenes
de Sir Stapleton Coiton se hallaba co locaela á rc·
taguanlia no lejos de U gal'te, y dos divisiones es-
paüolas del ejército dc Labisval fonuaban la rc-
serva.


Los franceses atac;¡ron la linea con el mavo1'
01


vigor, y redoblando sus esfuerzos en los dias 27
y 28, fueron rechazados constantemente ó desa-
lojados en el momento (le los puntos rl'lC toma-
ron. No OhSf.<lllt(~, se apoderaron de Sorauren so-




( 416)
1B13. hre el camino de Ostiz á Pamplona, y por mas


esfuerzos que hicieron los aliados para arrojarlos
de esta posicion, no pudieron conseguirlo, que-
dando por consiguiente duei"los de este único pun-
to del campo de batalla, sobre el que los dos
ejércitos pasaron aquella noche. Al amanecer del
28, reunidas por Wellington sin pt'Tditla de un
instante todas las fuerzas di~pollibles, y colocada
la sesta division á las órdenes del General Pan-
kenkam sobre las alturas que hay enfrente de So-
rauren, donde el enemigo permanecia en gran
número) el que .. alarmado por este movimiento,
dirigió contra los aliados un grlleso cuerpo de in-
fantería, que tuvo que retirarse con pérdida con-
siderable. El Mariscal Soult para reparar este des-
calabro, preparó un ataque general sobre loJa la
línea entre Yilluva y U garte, c0l1siguiel1l10 for-
zar estos dos puntos; pero su trinnfo fue mo-
mentáneo) pues reforzados los Gellernles Camp.
hell y Ros volvieron á recobral' aCluellas posicio-
nes) siendo rechazados por tres veces los enemi-
gos en los tres ataques con qlle de nuevo las em-
histieron, con gl'un pérdida de muertos, heridos
y pl'isioneros. El General Hill atacado vivamen-
te en su poslcion cerca de Lizazo, se sosluvo
en ella todo el dia 28; mas habiendo recibido ór,
den de retrogradar para entrar en línea con
las demas tI'opas cerca ele Pamplona, los france-
ses ¡;igllicroll su movimiento, y llegando á Ostiz,
intentaron envolver la derecha de arluel, aprove.
chán(lose de esta maniobra Wdlingtol1 para to-
mur la ofensiva. El 29 los dos f;'jércitos permunc-




(417 )
cieron tranquilos en sus respectivas posIcIOnes, 1813,
y el 30 el enemigo fue atacado en toda su línea,
siendo tomada á la bayoneta con ]a mayor intre-
pidez una montaña escarpada, en donde se apoya.
ba su derecha por el General Con de Dalhousie, yal
mismo tiempo el General Pakenkan se apoderó
de Sorauren, de donde arrojó á los franceses, cir.
culando antes con el mayor entusiasmo por entre
las filas de sus soldados estas lacónicas palabras:
« Conservdd sin mancha 10$ laureles de Salaman-
ca J de Pitoria.))


Admirado el Mariscal Soult de tanta resisten-
cia, se convenció de la imposibilidad de socorrer
á Pamplona, y emprendió su retirada, debién<.lo-
se sin duda la conservacion de su numeroso tren
de artillería á la precaucion que tuvo de enviar.
le el 28 á San J uau de Pie de Puerto.


En la noche del 31 el principal cuerpo fran-
cés efectuó una brillante retirada por el punto
de Doila María, de cuya posicion se hizo dueño.
Lord Dalhousie y Sir Roberto Hill, marchan.
do en columnas paralelas) subieron simultánea_
mente por los dos flancos de esta montaña, y
desalojando prontamente de ella al enemigo ~ le
l)ersiguieron hasta el valle del Vidasoa, cogién-
dole muchos equipa ges, prisioneros y otros tro-
feos, y un convoy considerable de municiones
y víveres.


ElLo de Agosto se hallaba ya el ej ército
aliado casi en las mismas posiciones que antes de
ser atacado por las tropas del Mariscal Soult.


Mientras esto pasaba con el principal cuerpo
TOMO 11[. 53




(418 )
1S13. del ejército combinado en su ala derecha, los


españoles atacaron el 28 de Julio sobre el ca-
mino real de lrun á una columna enemiga que
se hallaba de observacion en sus inmediacio-
nes, y la derrotaron con la mayor intI'epidez,
causándola, asi en la accion como en la reti-
rada una pérdida de consideracion, En aquel
mismo dia los franceses con grandes fuerzas ar-
remetieron á la línea de Vera, defendida por
la division de Longa, que obligada á tomar po-
sicioll del otro lado del rio, mantuvo el fuego
todo el dia, hasla que prevenidos los franceses
por los españoles en la ocupacion de una altura
á que se dirigian, fueron cargados por estos y
obligados á repasar el puente, abandonando ver-
gonzosamente el fruto de las ventaias obtenidas
en aquel dia. El General Giron que con parte del
cuarto ejército español se hallaba situado sohre el
camino real de San Sebastian á Bayona, con el
objeto de cubrir el bloqueo de aquella plaza, tu-
vo noticia de la retirada del ejercito de Soult, y
destacó fnenas para incomodarle en la direce¡on
de SanEstévan, por donde suponia que se habian
de replegar algunas de sus columnas. La division
de Longa fue destinada tambien á este efecto, y
noticioso dicho gefe de que los enemigos se apro-
ximahan, ocupó el puente de Yanci Con tres com-
paüías, que defendieron el paso obstinadamente
por algun tiempo, hasta que cargadas por fuerzas
muy superiores, cedieron el puesto (lIJe no tarda-
ron en recobrar reforzadas por el General Bárce.
na y una brigada de la cuarta clivÍsion Jd mismo




(419)
cj ército, que cubria los puntos de Vera y Lesaca, 1813.
sosteniéndose en él por espacio de cinco horas, á.
pesar de los vivos ataques á la bayoneta con que
fueron cargados; pero conociendo el General
francés lo crítico de su situacion , empezó á ma-
niobrar con el total de sus superiores fuerzas, y
vadeando el río amenazó envolver la posicion,
COn lo que consiguió al fin franquearse el paso,
aunque á costa de gran pérdida de hombres y de
muchos efectos de guerra que se vió precisado á
abandonar, retirándose los espailOles , cuyo nú-
mero apenas llegaba á 1.200 hombres, á las altu-
ras de Yanci, con solo la pérdida de 200 hombres
entre muertos y heridos. Al recibir las Córtes de
España la noLÍcia de tan brillantes triunfos, vo-
taron una solemne accion de gracias á las tropas
espaüolas y aliadas por la bizarra conducta con
que se habian batido en los dihs 27 , 28, 29 y 30
de Julio.


E12 de Agosto fue atacado por disposicion de
Lord Wellington el puerto de Echalar, ocupado
al retirarse por dos divisiones enemigas, soste-
nidas por todo el ejército, y fueron arrojadas de
esta posicion con la mayor intrepidez, sin em-
bargo de no haber entrado en accion sino dos di-
visiones inglesas de las destinadas al efecto. A
vista de estos sucesos, frustrado el proyecto de
socorrer á Pamplona, el Mariscal Soult se deci-
dió á ocupar sus antiguas posiciones; y co-
nociendo la necesidad de dar á su ejwcito nue-
va organizacion para emprender con mas éxi-
to la guerra, hizo internar el grueso de su ca-




(420 )
1813. baIle ría por la carretera de Burdeos.


Entre tanto el ejército combinado, reducién ..
dose á la defensiva, trató de formalizar de nuevo
el sitio de San Sebastiano El12 de Agosto fue re-
levado del mando del cuarto ejército español el
General Castaños, por haberle llamado las Córtes
á desempeilar su plaza de Consejero de Estado"
sucediéndole el Mariscal de Campo Don Mauuel
Freire, y destinando al ejército de Cataluña al
de igual clase Don Pedro Agustín Giran, Coman-
dante general del Centro. Castaños, que conoció el
pretesto con que la Regencia le separaba del man.
do , escribió en estos términos al Ministro de la
Guerra: Tengo la satisfaccioll de entregar al 111a-
riscal de Campo Freire , sobre la frontera de Fran-
cia, el 11lando del ejército que he tomado en Aldea
Gallega, delante de Lisboa.


La línea del bajo Vidasoa se miraba á la sa-
ZOn como demasiado interesante para nO llamar
11ácia sí la atcncion de los ejércitos. MovÍanse
hácia aquel punto la mayor parte de las fuerzas
del enemigo, y el Duque de Ciudad-Rodrigo que
conocia la importancia de los sucesos que podrian
sobrevenir por aquel lado, 110 descuidaba el ir
preparando sus tropas.


Renovado el ataque de San Sebastian , y au-
mentada considerablemente la artillería de batir,
el 28 de Agosto se rompió el fuego con 80 piezas,
que no tardaron en abrir brechas bastantes para
el asallo ,,. dirigiéndose entonces los fuegos con~
tra las defensas interiores, se logró al cabo de
¡llgul1<ls horas apagar lodos los de la plaza; y el




(421)
31 á las once de la mañana, despues de perfec. 1813.
cionadas las brechas, marcharon las columnas de
los sitiadores al asalto. A su aproximacion á las
murallas, el enemigo hizo volar dos minas sobre
el flanco de la línea que derribaron una parte de
muralla; mas no estando muy cerradas las co-
lumnas asaltantes, fue corto el número de hom-
hres que quedaron sepultados en las ruinas, yel
resto consiguió llegar al punto de ataque, desde
donde se hicieron los mas vigorosos esfuerzos
para apoderarse enteramente de la brecha; pero
flpenas llegaban los aliados á la cresta de esta,
cuando un fuego espeso y horroroso, dirigido
desde los atrincheramientos interiores y casas
inmediatas, los forzaba á detenerse, haciendo
perecer á centenares de valientes, cuya falta se
iha reemplaza ndo con columnas de refresco que
avanzaban para sostener á sus compaileros. Un
batallon portugués atravesó á vado con el mayor
arrojo el Urumca por delante de las obras ene-
migas que hicieron sobre él un fuego terrible. El
General Graham hizo dirigir el fuego de la arti·
llería de sitio contra los puntos <ltaeados; mas
á pesar de esto se habian ya pasado dos horas de
esfuerzos contínuos yestraordinarios sin adelan-
tar nada, y habian pereciJ.o un gran número de
soldados sin poder establecerse sobre las brechas}
cuando inflamándose dentro de la plaza una gran
cantidad de combustibles} reanimó con su esplo-
sion á los asaltantes J é hizo titubear la constancia
de sus contrarios. Estos abandonan sucesivamen-
te las obras mas avanzadas; y en seguida los re-




(422)
1813. trincheramientos que defendian la hrec11a: los


ingleses avanzan entonces en gran número por
entre los escombros de las ruinas llasta la plaza,
y no bastando ya á contenerlos las defensas in-
teriores de la ciudad, se apoderan de todo su re-
cinto, obligando á la guarnicion á retirarse al
castillo, despues de perder 270 hombres prisio-
neros. En este terrible asalto sucumbieron varios
oficiales ingleses distinguidos, y entre ellos Ri-
cardo Flecher, ingeniero en gefe, cuyos talen-
tos tanto se habian distinguido en los sitios de
Ciudad-Rodrigo y Badajoz, y á cuya gloria ser-
virán de eterno monumenlo los recuerdos de las
inespugnab]es líneas de Torres-Yedras. La obsti-
nada resistencia de la guarnicion de San Sebas-
tian exasperó de tal modo el ánimo de los sol-
dados que la asaltaron, que sin considerar que
sus pacificos habitantes, lejos de tomar parte en
la defensa, suspiraban por su presencia, se aban-
donaron al pillage y á los escesos mas vergonzo-
sos, entregando á las llamas varios edificios, sin
que la autoridad de los Generales ni el respeto
de los oucialet. fuese bastante á contener tan es-
candalosa conducta, que pudiera muy bien haber
turbado la armonia entre las naciones aliadas.
No puede compararse la desastrada suerte que
cupo á la capital de GuiplÍzcoa ~ tan adicta y fiel
al Rey Fernando, por cuya causa habia sacrifi-
cado la flor de Sl-l juventud y su prosperida(l co-
mercial J sino con la de la infeliz Tarl'agona,
teatro de desórdenes los mas atroces; pero
en donde los perpetradores al cabo eran cnc-




(423 )
migos, mientras que aqui eran aliados. 1813.


No bien se renovó el fuego contra la plaza de
San Sebastian, cuando el Mariscal Soult con sus
movimientos indicó que iba á intentar socorrerla.
El ejército aliado se mantenía en sus posiciones
sobre las gargantas de los Pirineos, desde la em-
hocadura del Vidasoa hasta d valle de Ronces-
valles, defendiendo los pasos de los puertos in-
termedios. Tres divisiones del cuarto ejército es-
pailol, al mando del General Freire, cubrian los
puntos de Fuenterrabía, Irun y las alturas de So-
rucia J Podo J Guacolela, Soroyen J San Marcial.
El gl'lleso del ejército de SOlllt, reunillo sobre su
del'echa, pasó al amanecer del 3 i el Vidasoa por
los vados que hay entre Andara y el puente des-
tmido del camino real, hizo replegal'los puestos
avanzarlos de los espailOles, y atacó con cfupeño
la cumbre de Soroyen, trabándose una sangrienta
refriega, durante la cual fue cargado y rechazado
por varios batallones espaf101es ) cuyas guerrillas
le persiguieron hasta la faluade la altura de don-
de hahia partido, Los enemigos al abrigo de la
numerosa artillería que tenían colocada en las
faldas de las eminencias conocidas con los nom-
bres de Viriatou y Luis Xl V, que dominan de
cerca el rio , lograron establecer un puente sobre
el vado de las Navas, por donde acabaron de pa-
sar sus columnas, y en seguida dirigieron Sil prin-
cipal ataque contra el centro y derecha de la po-
sician de San Marcial; pero rechazndos igual-
mente con la mayol' bizarría} se replegaron sus-
pendiénuosc la accion por un breve rato ~ hasta




( 424)
1813. que revolviendo con vigor contra la izquierda de


la misma posicion y altura de Porto, no pudieron
conseguir mas ventaja que ]a de haber llegado á
ocupar algunas barracas del campamento de la
cresta, pues cargados allí á la bayoneta por las
tropas españolas, tuvieron que retirarse precipi-
tadamente, desistiendo de su tentativa, y no pu-
diendo su retaguardia pasar por los vados por lo
mucho que habia crecido el Vidasoa Con la esce-
siva lluvia que habia caido en aquella tarde ;;
noche, tuvo que ganar el puente de Vera COl1
considerable pérdida, por haber tenido que como
batir al paso con las tropas de la brigada inglesa
del General Skerret que le defendía, y que sufrir-
el fuego de la artillería de la línea de los aliados.
Durante estos ataques contra la izquierda del ejér.
cito de estos, la derecha de los mismos avanzó
contra los puestos debilitados del enemigo situa-
dos en Echalar J Maya y al frente del pueblo de
Zu garramurdi.


La pérdiJa de los aliados en todos estos en-
cuentros ascendió á 2.500 hombres) la mayor
parte españoles, porque contando Lord Welling-
ton con la bizarría de estos, y consideranuo la
imposibilidad en que se hallaban de acudir á la
defensa de los puntos amenazados las divisiones
británicas establecidas en el flanco derecho, y
queriendo conservar intacta la reserva, dejó todo
el lauro de las glorias de estos dias á las tres di-
visiones del cuarto ejército espariol, que tan bien
correspondieron al concepto del General britá-
nico) dando á conocer al mundo en esta aceion




(425 )
última de las (lue se dieron en territorio español, 1813,
que sus soldados igualaban en intrepidez y peri-
cia militar á los del enemigo. La p{;l'dida de este
fue muy considerable, y se allmentó 50111'e ma-
nera con la loma de San Sebastian, cuyo socor-
ro fue el obieto de esta batalla. Con Sil pérdida
quedó el castillo de <!(luella plaza á merced de los
aliados. BatÍnule estos desde el 31 de Agosto, y
el General Rey en estado tan crítico pidió á Gra-
hum una suspension de armas por 1.5 dias , al
cabo de los cuales prometia rendirse si no era so-
corrido, allrHlue exigic11l1o la coudicion de que
se le permitiese entrar en Francia COll la guarni-
cion, que no se consideraría por lo tanto como
prisionera dc gucrra. Semejante pl'oposicion fue
desechada, y el 8 de Setiembre rompieron el
fllego contra el castillo las baterías de tierra, que
auxiliadas por el de los huques, hicieron en él
tales estragos, que el Gobernador enarbolando
bandera blanca, envió un parlamentario, de cu-
yas resultas la guarnicion , en número de 3.500
hombres, se rindió prisionera de guerra, siendo
como tal conducida á Inglaterra.


La Regencia de España premió el brillante
mérito del Mariscal de Campo Freire, que con
tan buenos auspicios había comenzado su mando,
ascendiéndole á Teniente general, y promovien-
do al grado inmedialo á su Gefe de Estado mayor
el l3rigadier Don Estanislao Sanchez Salvador.
El Rey instituyó en 24 de Octubre de 181.4 una
Cruz de distincion para los intrépidos vencedo-
res en San Marcial, á la que en campo blanco se


TOMO 111. 54




(426)
1813 ven dos sables cruzados, circundados de laurel,


y una inscripcion c¡ue dice: El Rcj' á los vence-
dores de San jUardal, lleváudose pendiente de
una cinta encarnada y morada,


Despue:i de la toma del castillo de San Sebas.
tian, ambos ejércitos se dcrlicaron á fOl,tificar su
línea de posiciones} construyendo varios atrin.;.
cheramientos. La conqui,;ta de San Sebastian dió
un gra nde im P !lIso á las o pe raciones ofensivas,
pues asegu,'ando al ejérci.to aliado un puerlo pl'ó ..
xi,uo para el desembarco de sus convoyes, ponía
CH estado á este ejército innwnso de invadir el
l'{'imcro ei terri.lol'Ío del graude imperio.




(427)


,


CAPITULO XXV ..


Mina se dirige en persecncion !le Clausel. _ Toma de Za-
ragoza. - Accioll de LcciflClla. _ Toma del castillo de
la Aljareria. - Toma lle Jaca. - La batalla ele Vitoria
dccille la retirada (le Suchet. - Evacuacion de Valencia.
- El segundo ejt:rcilo oeupa esta ciUllatl. - El tercer
ej(:reito y el anglo-hispa lIo-siciliano persignen ;Í Snchet.
- Los aliados elllhist.eu ;Í Tarragolla. - S uchet marcha
al socorro de esta plaza. - Accioll de 1\nlcs. -Il.etirada
del ejército aJiaclo. - SnclJCt an'asa las fodilicaciollcs
de Tarragona y se retira. - Accioll de San Sadllrni.-
Accion dePalleja.-Avauzall los aliallos h(¡cia Dal'celoua.
-Comhate de Ordal. - Se retiran los aliados;¡ Tarra~
gona.-Acciones de :\Ionta:la. -San Privat. -De San-
ta Eulalia. - Accioll de San Felin de Codinas. - Se-
gunda accion de Santa Eulalia. - El General Clinton
reemplaza al Lord Bentillk. - El tercer ejército retro-
cede al Ebro. - Accion ele AlIlposta. - Se (Erige á re-
unirse con el ejército de "\Velliugtoll. - El segundo
ejt!reito se adelanta al Ehro. - Bloquea á Tortosa. -
Toma del castillo dI: :\lol'clla. - Toma de Dettia. - Sa-
liJa de la guarnicioll de l'amplona. -Rendiciotl tle esta
plaza. - Ocupacion de esta plaza. - Consideraciones so-
bre esta eampal,a.


Mientras el grueso del cuarto ejército se cu- 1813
bria de gloria en los campos de San Marcial, el
ala izquierda, á las órdenes del General Mina,
dirigiéndose sohre Zaragoza, atacó el 8 de Julio
al General Paris , y tomó á Monte-Torrero, des-
pues de arrojar al enemIgo de cuantas posiciones




(428)
1t:l3. ocupó para la defensa de arIlleIla capital, obli-


gándole al fin á levantar el campo y retirarse de
ella en la misma noche 'con direccion á Alcubier-
re. Al día siguiente contínllanuo Mina en su per-
secucion, le alcanzó en un desfilaclero á tiempo
que se hallaba sumamente embarazado por la
multitud de bagages que seguian la columna.


El 11 dos batallones de Mina qLle marchaban
de cerca en persecucion de la division de Paris,
fueron cargados por 350 caballos y toda su in-
fantería Con tres piezas de artillería, retirándo-
se luego á Leciüena, y de allí á la ermita de
Magallon; mas con un órden tan admirable, que
ni un solo prisionero dejaron en su poder. El ene-
migo des pues de hacer inútiles esfuerzos para to-
mar la ermita, vuelve á emprender su retirada
pOl' el camino de Alcubierre, y dUl'ante ella es
atacada y batida su retaguardia, perdiendo el
rico convoy de carros y coches que custodiaba
con toda su artillel'Ía compuesta de siete piezas.
No pudiendo el General París abrirse paso pOI' el
camino de Lérida para incorporarse con el ejér-
cito de Suchet, se ve en la preeision de efectuar
su retirada sobre Huesca y Jaca, despues de ha-
ber sufrido considerable pérdida.


El enemigo habia dejado una guarnicion á las
órdenes del General Roquemont en el castillo de
la Aljafería de la ciudad de Zaragoza. Mina dis-
puso apoderarse de este fuerte, y despues de
abiertos varios ramales de trincheras, yestable-
cido algLlnas batel'Ías, se rompió el fuego el 2 de
Agosto, y cayendo una granada en medio de una




(429)
- t. ~ion de proyectiles y 1I1 a tcrias in flama bI es que 1813.
tenían los sitiados dellLro del castillo, les pren-
dió fuego, y con su esplosion el baluarte deno-
minado de Aragon vino al suelo, y cayendo en
el foso sus murallas y cationes, sepultó entre sus
escombros al Comandantc de artillería de aquel
punto. En este baluarte consistia la principal de-
fensa del castillo; y destruido, su Gobernador
Roquemont se .. in'diÓ el 2 de Agosto con la guar-
nicion compuesta de 400 soldados y cinco oficia.
les, hahiendo obtenido por la capitulacion los
llOnO¡'cs de la gucrra y la conse¡'vacion de sus
equipages. En el castillo encontraron los espatio-
les un considerable repuesto de municiones de
guerra y boca.


La noticia del triunfo conseguido por los ejér-
tos aliados en los campos de Vitoria, obligó al
Mariscal Snchet á tratar de abandonar á Valen-
cia, can el objeto de replegarse á las fronteras de
Francia; y en efecto, despues de destinar cerca
de 12.000 hombres para las guarniciones de las
plazas de Denia, Murviedro, PeiIÍscola, Tortosa,
Lérida y Mequinenza, salió de Valencia el 5 de
1ulio á la cabeza del resto de su ejército, si-
guiendo este mismo movimiento por escalones,
con direccioll á Caspe , todos los destacam culos
que se hallaban por aquel camino hasta Tor-
tosa. El General Delort qLle era el encargado de
cubrir la retira(la, entregó la custodia de las
lmertas de Valencia á la guardia cÍ\,-ica que Su-
chet había organizado en aquella capital; yen el
mismo dia de su salida el scgundo ejército á las




(430)
1813. ól'(lene~ del General Elío entró en ella, reunién-


dosele á poco tiempo el tercero que manda!J3
el Durlllc del Parque, y el anglo-hispano-sicilia-
no ~ las órdenes de Lord Bentink.


La idea del Mariscal Suchet de dirigirse á
Aragon, no se llevó adelallte asi que supo la ocu-
pacíon de Zaragoza pOI' el Genera] Mina y la re-
tirarla de París ... y conociendo entonces que no
podria sostenerse en la derecha del Ebro, se re-
plegó Con direccion á CaLalnüa con el objeto de
asegurar la conservacioll y defensa de las plazas
de este Principado, auxiliado del General De-
caen. Del 14 a115 de Julio pasó el ejército de Su-
chet el Ebro por Mequinenza, Mora y Tortosa,
recogiendo antes las pequeflas guarniciones de
Belchite, Fuentes .. Pina y Bujaraloz comprome-
tidas por la retirada de la columna del General
Paris. Continuó su movimiento hasta Barcelona,
donde estableciendo su cuartel general, distrihu.
yó sus tropas en varios acantonamientos. Perma-
neció Elío con el segundo ejército en Valencia,
y las tropas ael tercero con las anglo.Ilispano-
sicilianas siguieron <JI Mariscal Suchet en su re-
tú'aJa, sin que Lord Bentink, poco satisfecho tal
vez de la calidad de dichas tropas, c{llisiese
arriesgarse al trance de una batalla. Los aliados
pasaron el Ebro el 21 por un puente volante ({ue
establecieron en Amposta entre Tortosa y el mar,
facilitaudo y protegiendo esta operacion y los ae-
mas movimientos por la costa una flotilla ingle-
sa. Al frente ae Tortosa y demas punlos guarne-
cidos por el enemigo dejaron suficiente fuerza




( 431)
para su bloqueo, y adelalll;~lIJose en la direccion 1813,.
de Tarragona, esta plaza fue emhestida pcr tier-
ra y por mal' el2Y. Una brigada iuglesa que avan-
zó en batalla hasta 3{)(¡ pasos de ella J se estable-
ció allí al al>rigo de algunas alturas, y desde euton-
ces se fue estrechando el l>loqueo quedando sin
comunicacion alguna, y reducida á sufrir priva-
ciones insoporta!J!es liU guarnicion por haberse
apoderado los aliados de los acueductos, precisa-
l'uente en la época de los mas ardientes calores
de la canícula. Sin embargo, el Gooern;,¡dur fran-
CI~S 13erthulleI.Í se Ob'itiuó en no admitir llin¡;un
padameflf.ario de los flllC se le cilviaban, y la
gllarnicion, aunque dCUlnsl<ldo débil para haccl-
salidas, hacia esfuerzos para alejar á los sitiado-
res con un fuego bien soslellido tie fuslierÍa y a1"-
tiHeria. En su consecuencia Lor<1 Benlitlk tra-
tó de formalizar' el sitio, y empezó sus traiH'íos
e13 de Agosto. E!. Mariscal Suchet que conocia
la imposi.lli.hdad de l1nnteoer la plaza de Tan'a-
gema t se resoL vió á sal var su guarnicion, y reu-
niéndose Con Deca!~n el 14 de Agosto en las in-
mediaciones de Villafrallca, marchó al !Iia. si-
guiente resuelto á dar Ilna batalla al ejército alia-
do, para obligarle ;í. levantar el sitio. El 15 la
vanguardia del cí(~l"cito francés de Al'agon se en-
60nll"ó cerca Je N uie~ con 900 caballos ingle¡;('s,
á los que QeS¡Hl(~S de una obstinada refriega lo-
gró ponercu fuga. Lord BenLÍnk temió al saberes-
te sucesoqueSuchet confuerzassuperiort!s cayese
.obt'e las suyas, y !wyendodel compromiso de una
hat.lUa fle incierto resultado, ¡:¡e aprovechó de la




( -432)
1M13. noche para retirarse á Cambrils. Contando Con


el apoyo de su escuadrilla que cubria su ala de-
recha J trató de atraC'r ;i los franceses ;l la~ mon~
tafIas escarpadas y desfiladero de Halaguer; mas
Suchet, (lue no habia olvidado la leccion re, bida
en iguales posiciones en las montañas de Castalia,
no lúzo mas (Iue co'nCentrar sus tropas sobre Tar-
ragona) y antes que 103 aliados se cerciol'nscn de
su verdadera fuerza y pudiesen atacarle en estas
posiciones, acti vó los traba jos que tenia preme-
ditados, para hacer volar las murallas y demas
fortificaciones de esta plaza. Estos trabajos se ha-
llaban contrariados por un cimiento mas duro
que la misma piedra, que fonnaba la base de
las murallas construidas por los Romanos. Sin em.
hargo, el 18 de Agosto á la caida de la tarde y á
la señal de tres calIonazos, los muros de esta ciu-
dad célebre se desplomaron por todas partes Con
horroroso estruendo, á presencia de las tropas de
Suchet, que formadas en batalla protegian tan
terrible deslruccion. De este modo la desventu-
rada Tarragona J des pues de haber sufrido Ja 00-
rninacion francesa durante Jos ¡¡ÜOS, vino á con-
vertirse en un monton lamentable de ruinas. Si-
tiada antes, bombardeada y tomada por asalto,
fue entregada á las llamas; y cuanto entonces se
salvó de la voracidad de estas ó de los estragos
del fuego de las baterías enemigas, desapareció
ahora por la esplosiqll de las minas y repuestos
de pólvora. Tarragona, en fin, la capital de la
España Tarraconense, la protegida de Augusto y
de Antonino Pío I perdió hasta los restos de su




( 433)
antiguo esplendor como otra Alejandría, y á pe- 1813.
sar de la fertilidad de su suelo y de su hermosa
posicion, no ha podido aun vol ver á levantarse
de su abatimiento; pero la posteridad mas remo-
ta no podrá menos de ensalzar el generoso entu-
siasmo de sus defensores en 181!.


El Mariscal Suchet partió inmediatamente de
Tarragona, y estableciendo su cuartel general en
Villa franca , acantonó sus tropas en los alrededo-
res de esta villa; mas la falta de víveres le obligó
bien pronto á estenderse mas, destacando entre
otros un batallon de la division italiana en el
pueblo de S:m Sadurni. El Coronel Manso que se
hallaba en Esparraguera, no bien 10 supo, cuan-
do emprendiendo una marcha de ocho leguas) cae
sobre San Sadurni antes de amanecer, toma to-
das las avenidas, y se apodera del repuesto de
harinas que se lleva consigo, despues de destruir
completamente el bataBon italiano que dejó en
su poder muchos prisioneros.


En seguida Suchet movió su ejército que si-
tuó sobre el Llobregat, fortificando la cabeza del
puente de Molins de Rey, y estableciendo otros
diversos relluctos sobre la izquierda de aqncl rio.
La vanguardia, á las órdenes del Gfmeral Mcs-
c1ot, quedó encargada de observar desde la posi-
cion del puente sus dos orillas, y muy particu-
larmente se puso al cuir!ado del eamioo de Mar-
torcll á un batallon de infanteda bajo la protec.-
('iOJl de un escuadran de húsares j pero este des-
tacamento, en vez de vivaquear á las orillas del
Llouregat, tuvo la tf:!meridad deyalejarse has~a




(434)
1813. Palléja, en donde en la noche del 10 al 11 dé


Setiembre el Coronel Manso, descendiendo silen-
ciosamente de las montailas, le sorprende J rodea
el pueblo y le ataca con tanta celeridad como
arrojo. Los franceses se defienden COn encarniza~
miento para dar lugar á ser socorridos; pero pe-
rece la mayor parte de ellos incluso el Coman-
dante, siendo muy pocos los que pueden esca-
parse medio. desnudos á llevar la noticia de su
derrota. Manso se retira al amanecer antes que
un cuerpo de 8.000 hombres situado á un tÍl'o de
cailOn del pueblo pudiese alcanzarle ni incomo-
darle en lo mas mínimo.


El ejército aliado se aproximaba á Barcelona,
y el General inglés Lord Bentink se hallaba ya
con su cuartel general en Villafranca, en cuyas
inmediaciones concentraba sus tropas. I .. a terce-
ra division del segundo ejército español ocupaba
el pueblo de la Granada, tenientlo avanzados dos
batallones y la columna de granaderos en el CoIl
de Ordal, que formaba la vanguardia en union con
otros dos batallones de tropas inglesas y dos
piezas de artillería, á las órdenes del Coronel
Adams.


El Mariscal Suchet trató de contener la mar-
cha de este ejércit(), y á este fin atacó á las 11
de la noche del 12 al 13 con un cuerpo. superior
en todas armas al de los aliados la posicion de
Ordal, que tomó despues de una resistencia tan
obstinada que tees veces se combatió á la bayo-
neta, sufriénuose por ambas partes la pérdida
que es consiguiente á tal constancia y denuedo.




(435 )
El Coronel Aclams fue herido durante esta accion, 1813.
habiéndole sucedido en el mando el de igual cla-
se español Torres, del batallon primero de volun-
tarios de Aragon, que continuó la defensa con
bizarría hasta el amanecer en que dispuso su re-
tirada, no pudiendo oponerse á los movimientos
que la superioridad de fuerzas proporcionaba
hacer al enemigo por sus flancos. Los aliados,
al aproximarse los franceses al dia siguiente á sus
posiciones de Villafranca, se retiraron por el ca-
mino real de Tarragona, y siendo vivamente per-
seguidos llicieron alto en un terreno favorable,
y trabándose una accion de caballería, los húsa-
res de Brllnswick destruyeron un regimiento de
coraceros franceses; despues de 10 cual estos se
replegaron á la línea del Llobregat y los aliados
á Tarragona. Este fue el último esfuerzo ofensivo
de alguna importancia hecho por el ejército fran.
cés , pues aun cuando en lo sucesivo ocurrieron
diariamente pequeños encuentros, fueron todos
de poca consecuencia. Tales fueron en 17 de Se-
tiembre el ataque de Montalla, en que el General
Expert intentó arrojar dr. su posicion á un cuerpo
español situado en arruel pueblo, mandado pore! Co-
ronel Valencia, sin poderlo conseguir, á pesar de su
superioridad numérica y de esfuerzos reiterados por
espacio de ocho horas, al cabo de las cuales se re-
tiró vergonzosamente y con gran pérdida al ano-
checer; y el combate de 4 de Octubre en que el Ge-
neral Pctit se empeüó en desalojar del pueblo de
San Privat Denbás á la brigada del Coronel Llau-
del', cuyas tropas rehaciéndose de la desventaja




(436)
f!H3. que tuvieron al principio, no cedieron el campó


al enemigo.
El 16 de Octubre el Coronel Manso mandó


atacar Una columna francesa que salió de Saba-
deH para saquear los pueblos del contorno. La
accion se generalizó en Santa Eulalia, y derrota-
do el enemigo completamente tuvo que retroce-
der á su acantonamiento. El 7 de Noviembre fue
tambien batida una division del General Musnier
en San Feliu de Codinas Con pérJida de bastante
consideracion, y el 27 del mismo fue nuevamen-
te atacada y desordenada en Santa Eulalia, hallán-
dose en marcha para Caldas J teniendo que aban-
donar el pueblo en donde entraron las tropas del
intrépido Manso.


El General inglés Lord Bentink que tampoco
llabia sido muy feliz en sus operaciones milita-
res, despues de su retirada á Tarragona se em-
harcó para Sicilia, sucediéndole en el mando el
General Clinton, el mismo que tan eficazmente
llabia cooperado á las glorias del ejército aliado
en la memorable hatalla de Salamanca. Este per-
maneció con el ejército en las inmediaciones de
Tarragona, y Suchet con el suyo en su línea del
Llobregat.


El tercer ejército que babia retrocedido has-
ta el Ebro para ocu parse en el sitio de Tortosa,
tu vo en Amposla Con la guarnicion de esta plaza
una accion el 19 de Agosto. El Gobernador, á la
cabeza de 4.000 infantes y 300 caballos, salió de
la plaza y atacó á una brigada espanoia que de-
femlia la orilla izquierda del Ebro en el acto de




(437 )
replegar~e el tercer ejército á la derecha del rio 1813.
enfrente de Amposta, y aunque obtuvo al prin-
cipio ventajas decididas sobre ella, la llegada
en su socorro del batallon del General con dos
piezas de artillería hizo cambiar de aspecto la re-
friega, y cargando entonces los españoles con el
mayor denuedo, despues de grandes esfuerzos
por una y otra parte) el enemigo fue rechazado
con bastante pérdida y obligado á encerrarse en
Torlosa. Continuaba el tercer ejército en su blo-
queo cuando recibió órdenes de marchar á in-
cOI'porarse al grande ejército de Wellington) que
reunido sobre el Pirineo dt:bia bien pronto pe·
netrar en Francia.


En el mes de Setiembre una divisiol1 del se-
gundo ejército que se habia mantenido constan-
temente en Valencia, vino á encargarse del blo-
<lueo de Tortosa.


Durante la marcha del tercer ejército tomó
interinamente el mando el Príncipe de Anglo-
n3, y atravesando el Aragon y pasando por Tu-
cIela, en primeros de Octubre se incorporó con
el ejército de Wellington.


El segundo ejército sin perder de vista el
bloqueo de Tortosa se cmpleaba en siLiar á Mo-
reHa) y colocando dos baterías en el cerro del
Viento y Carrachet, rompi.ó el fuego con ellas el
19 de Octubre y duró hastn el 22 en que la guar-
niclon se rindió prisionera de guerra. A 1 mismo
tiempo el Coronel Entrena con una division de
este ejército puso sitio á la plaza de Denia, la
flue despues de haber sufrido uu ¡¡¡salto tuvo que




(4~8 )
1813. capitular con todos los honores de la guerra, en-


tregándose prisionera su guarnicion el dia 6 de
Diciembre. El Conde de Espaüa continuaba a.c-
tivamente el bloqueo de Pam})lona ~ cuya guar-
nicion hizo ellO de Octubre una salida con mas
de 1.000 hombres que atacaron por varios puntos
la línea de los espaüoles, y seiJaladamente el
punto de Fuerte-Príncipe, del que se apoderaron
})rotegidos por el fuego de la plaza. Reforzados
sin embargo sus defensores con dos compañías
de granaderos que marcharon á su socorro, car-
garon de nuevo ,í los enemigos) los arrojaron del
punto ocupado á la hayoneta J y los persiguieron
hasta el glacis de la misma plaza. En los demas
puntos de la linea del bloqueo fueron completa-
mente rechazados con una pérdida considerable,
siendo únicamente la de los españoles de cua-
renta hombres entre muertos y heridos.


Conocieron los franceses qlle les era imposi-
hle conservar por mas tiempo la importante pla-
za de Pamplona, y empezaron á trabajar y cons-
truir minas con el fin de destruir sus fortifica-
ciones y abandonarla.


Pamplona es la Pompeiopolis de los romanos
fundada por el gran Pompeyo , y sus fortificacio-
nes actuales son de) celebre Vauvan, tan digno
por sus virtudes como por sus servicios de pasar
á la posteridad á la par del ilustre vencedor de
Mitridates. Conocieron los espailoles la pérdida
qúe iba á esperimentar su patl'ia con el desman-
telamiento de esta plaza, y su General Don Cal'·
los Espaila para evitarla mandó intimar el 19 de




(439)
Octubre al Gobernador enemigo de órden del 1813.
Generalísimo Lord W ellington) que seria irremi_
siblemente pasada por las armas la plana mayor,
oficialidad y la décima parte de la guarnicion si
se llevaba á efecto la idea (le volar las fortifica-
ciones. El Gobernador contestó al siguiente dia
á esta intimacion con la mayor altanería, y se
esparcieron en las avanzadas enemigas varios es-
tractos de la il1timacion con el objeto de que la
guarnicion de Pamplona se penetrase de la impo-
sibilidad de forzar la linea del bloqueo) y del
peligro á que se esponia con la obstillacion y me-
didas estremas que trataban de tomar sus gefes.
Estos mandaron se continuase la construccion
de pozos para las hornillas; mas empezándose
á sentir el hamhre dentro de la plaza hasta el
}11Into de tener (pJe reducir la rucíon de pan del
soldado á cuatro onzas, se presentó el 24 el gefe
de su Estado mayor en las avanzadas pidiendo
llablar personalmente al General de los españo-
les; y no ll<lllándose este á la sazon en su ~ampo,
se r~tiró sin haber querido manifestar el objeto
tlcsu misíon al ql1e tenia el m;-¡ndo accidental
del bloqueo. Al siguiente día 25 se presentó de
nuevo diciendo que traia poderes para tralar de
la capitulacion; Il1as habiendo empezado por sen.
tal' (lue no los tenia para consentir que la guar-
nicion quedase prisionera de gnerra, regresó á la
plaza sin acordal' cOlldicioll alguna. Por tercera
vez el 2G, acompallado del General ~Iocanc, salió
á conferenciar sohre el mi~.l1lo negocio; pero insis-
i ielldo en no asentir á flue la guarlliciol1 fuese l)rí~




(440)
11:!1J. sionera de guerra, volvió á Pamplotlt'l. Ctecia en


tanto la desercíon de los defensores de e"ta J y el
hambre continuaba haciendo estragal!, hallándo.
se ya reducida la racion del soldado á tres onzas
de pan y otras tantas de carne de caballo. Sus-
pendieronse en tal estado los trabajos de la1l mi ..
nas, de cuya inutilidad para sal varse estaba
hien persuadida toda la tropa enemiga, en vista
de la estrema debilidad en que se veia para em.
prender la árdua y arriesgada empresa de forzar
la línea del bloqueo.


El 29 á las do~ de la tarde se pidió por cuarta
vez capitulacion, la que habiéndose concedido
con todos los honores de la guerra, se rindió á
los espaiioles el 311a plaza y ciudadela de Pam~
pIona, des pues de cuatro meses y diez dias de
hloqueo, quedando prisioneros los 3.500 hom.
hees ele su guarnicion, los cuales fueron tratados
con la mayor consideracion, porque las autorida.
des civi]es de la plaza manife:;taron que sU con-
ducta con los españoles habia sido muy confor-
me á la mas severa disciplina, y que las disposi.
ciones tomadas por el Gobernador francés du-
rant.e el hambre ocasionada por el bloqueo, no
l1abian causado la desgracia de ninguno de sus
habitantes.


Con la ocupacion de Pamplona terminó ]a
sesta campai'la y las operaciones militares en la
parte occidental de la Península, y su glorio-
so resultado flJe 3rt'ojar á los franceses del ter-
ritorio espnñol, á escepcion del que aun poseian
en Cataluflu y Aragon, J.e las ph'l.asdePeñlscoh}




(441)
Santoña y algunos otros pocos puntos fortifi. 1813,
cados,


Los cu~rpos francos espa.Uole¡¡ .que Gon tql~to
hono.r figuraroq en las; oampañas anterior('ls, no
pudieron Qbrar, en esta aisladamente" pOl'q.ue
fueron agregados á los.ejórcitos al tiempo de su
organizacíon, y por'que habielúlo l)1tHlado la guer-
ra de aspecto en razon' de la concentracion do
las fuerzas francesas, se necesitaban ya gr<mdes
.masas para Con1.uatidas en los puntos en que )13.
cian sus últimos esfuerzos. En esta campaña eva-
Cuó el enemigo para ,siempre á Madrid, y perdi-
da su oriuion militar en la Península, hubiera
sido seguramente lanzado del todo de ella, si el
primer ejército español hubiese contado con fuer~
zas suficientes para asegurar el éxito de su prime-
ra operacíon contra Tarragona, pues ent(lnces
Suchet se hubiera retirado sobre Aragon, de don.
de Wellinglon reforzado COl) los cuerpos de Ben-
tink, Duque del Parque, y del segundo ejército
mandado por el General Elio, le hubiera sin du-
da arrojado mas allá del Pirineo, y todas las
guarniciones enemigas de las plazas fuertes dI!
Cataluña y Valencia se habrian visto en la pre-
cision de abandonarlas por la ninguna esperan.
za de ser socorridas.


Terminada tan gloriosamente por los españo-
les la guerra en su propio pais, y vencedora es-
ta Nacioo que de Lió al parecer ser anonadada
por el coloso del poder, no en fuerza de batallas
campales, sino de débiles ataques aislados en la
mayor parte) con los que desbarató los mas sábios


TOMO lll. 56




( 442)
1813. planes y combinaciones de los guerreros más


espertos y aguerridos de Europa, presentó la Es-
paña al mundo entero el L ejemplo del triunfo de
'una guerra de pueblo1contra una guerra de tácti-
ca, teniendo que; abandonar eb enemigo el terri-
torio español, no precisamente por los resultados
brillantes de los triunfos de los Arapiles y de Vi.
toria, sino por las pérdidas diarias que hombre
por hombre, y gota á gota, por decirlo así, acaba-
ron en el espacio de cinco años con mas de 500.000
guerreros franceses. Sus mas famosos Mariscales,
vencedores del mundo, sucumbieron á la cons-
tancia de miserables gefes de guerrillas, y las
operaciones mejor combinadas de Soult ó de Su-
chet, costando caras á sus ejecutores, no ofrecian
nunca un resultado positivo. En fin, esta guerra
de España tan abominable é impía, obra de la
perfidia de Napoleon, debe convencer al mundo
enlero', de que nada es tan pernicioso como la
inj usticia.


Rechazados del otro lado del Pirineo los dé.
biles restos de los numerosos batallones que tan
ufanos le habian atravesado un día, Lord WeIling-
ton determinó penetrar en el territorio del Im-
perio francés para castigar al usurpador, y que
se animasen con elheróico ejemplo de los espa..;
ñoles los demas pueblos de Europa, que aun des-
pues de ver humillado el poder de Napoleou, va-
cilaban en declararse abiertamente contra él. Tan
g¡'ande era la idea que tenian de los recursos de
la Francia y del genio militar del que la mandaba.




(443)


, .


C¡\PITULO XXVI.


Estado de Europa en 1813. - Paz de Inglaterra eOIl Dina-
marca. _ Concordato de Napoleon con Pio VII. -- In-
vita la Rusia á la Alemailia á la libertad. - Se forllla la
ses'ta eo~licioll continental. - Tratado entre Inglaterra
y Suecia: ~;El 'Príncipe 'Bernai'dotte aCQnseja la paz á
Napol~ori . ..:., N\apoleoi\ ma~ha,'á' la guerra de Alema-
nia. '_, Fuena lle los, ~j'¿r:C~tQS fr.~qee,se¡s. -De los ru,.
sos y prusi~lIos. __ Batalla, de Lutzen. _, Batalla de
Baulzeu. - Armisticio entre la Francia y los aliados. -
La Inglaterra señala suhsidios á todas las l)aciones COII-
fed~rad~s . .;.:.:. M ~diacton de!' Emperador de Austria para
[a paz._ CoÍlvenciu-n tie Dl'f!sde. - Bases de la media-


. cioll del ;A'l'tStria. - Congreso de Praga._ Disolucioll
,de este,' - EI·Austria ,de.clara la guerra á la Francia. _
;Bat~lIa.d~;nfesde;.~ Trat,\do ,entre el.t\~~stria y Pru-
ijsia.:;-E.~,ReJ}? B;av iC/,I;a sr; ~~p~ra de N apoleon. - Ba-


taHa de Leipsik. - 1')ri5ion del Rey de Sajonia. _ Des-.
tr,llccion del eié~e~to francés. ,;. ~," " l


Ji";" .' '


: . , ~; :' .:- el; ¡) I '


~;; , Na,poleon se ha11aba despúesde la. desastrosa 1813.
campaña de Rusia:sin ejército ,. sin el auxilio po-
«l-e:t:oso,de·laPl'usia., qu.e: segun hemos manifes-
tado sé habia ligado á :la .Rusia contra él; Y la
Inglaterra qüeentonccs. s~ hallab~ en guerra con
Dinam-arca , hizo la paz con esta potencia, y la
España ajustÓ·,cn .30 de Enero de 1813 con la
Erusia 'un tratado" por el que esta Nacion se obli.
gaba á reconocer á Fernando VII por lÍnico Rey
}'egítimo de España" á la Regencia durante su




1813,
(414'4')


ausencia y á la Gonsti\l!sion, ~al,lciona~a por la~
GÓrtes.


Napoleon queveia ~ornlarse latempestad que
iba á lanzarle del trono, conoció Ía necesidad de
ganar la confianza de los celosos católicos de
Fr~néia, y sobre todo de Italia,cúya m~lá Hispo-
sicion podia e~lba'~~'~ar la 'I;ro~tjtud eil la ejecu-
cían de las conscríHcionescl~~tinadas á ~eempla­
zar sus pérdidas en. la úHiql~,.qa.mp.aQªde Rus}a,
y firmó en 25 de Enero en FOlltaineblea.u un con.
cordato' con el SULTIoPóntifice Pio VII : por. él
reconoció el pode¡' temporal y espiritual del Ge-
fe de la Iglesia.' ' , . . .


Para asegul'ar ):~ .,~llces,ior~ ~~l Impe~¡o~n .su
des.cenden~ia en Jos' gra~¡¡r~, rie~go,s:.4 qu~' ,l~,~ á
espo neF1 ela terrible coalic,iun (lue ·le· preparaha
la Europa, por un senado-consulto de 5 de ·Fe-
l)['c¡'o nombl'ó'á la Eniperatriz Hegenta pata'go-
bert;lar la Fral~cia dl,lrapte la lIlenor¿'daddé 'su
hijo' Napoleon 11. ' . , '," " ..•. : l ..•. > .. !. ,"",.


Entretanto el Emperador Alejandro dirigió
desde Varsovia á los pueblos de Alemania una
cxhortacion; á' fin de. que se :leV:a rilasen: e$.Í'nasa
contra Napoleon J imitando ¡el sU'bliu6 ejem:pl'ó
dé 1M castellanos ,:y terminasen' !el: duelo del
mundo penétrai1do ~i'Ctoriosos: en el· grande Im-
perio'francés. La Alemania, dócil á este llama.
miento J firma en 12 de Marzo la sesta coalicion
continental contra la Francia, por medio del tra-
tado de alianza entre Rnsia yP.rJsia acordado eñ
Kaliszk. La Suec'ia por otro tratado ajustado con
la Inglatel'ra en 3 del mismo mes en su capital




(445 )
Stockolmo; se obliga á ponel' en campaña un cuer- 1813.
po de 30.000 hombres contra Napoleon, facili-
tando la Inglaterra la incorporacion perpétua de
la Noruega, un subsidio de 25 millones de fran-
cos, y la posesion de la isla de Guadalupe, aban-
donada á los illgleses por el Gcncral Hcrnou .


. En 19 de dicho mes el gabinete sueco por me-
dio de otro tratado reconoce por legitimas las
Córtes españolas estraol"dinarias de Cádiz, y la
COllsLÍlucion decretada por las mismas; y Ber-
nardottc, Príncipe Real de Suecia, cuya cleva-
cion al trono era en gran parte obra del influjo
<le Napoleon, se dirige directamente á este, por
hallarse á la sazon interrumpida toda relacion
ministerial, y le invita á que modere su ambicion
cada vez mas funesta á la Europa, asegurándole
de. las buenas disposiciones Jcl EmpcraJor Ale-
jandro para la conscrvacion de la paz; pero Na-
poleon, sordo á las voces de su anti guo General,
sale de París el 15 de Abril para ponerse al fren-
te de sus ejércitos de Alemania. En los cuatro
meses que habia permanecido en la capital de su
Imperio, habia desplegado la actividad mas pro-
Jigiosa, así en cuanto al gobierno interior, como
en los preparativos militar(~s , asegurando y pre-
viendo cuanto era necesario para que la victoria
no desamparase sus ~gllilas, contando siempre
con la cooperacion del Austria, á cuyo Empera*
dor se hallaba unido con los vínculos de la san.
gre. El dia 28 se hallaba con Sil cuartel general
en Erfurt , reunido con el ejército que mandaba
el Príncipe Eugenio, y el total de sus fuerzas as-




(446)
1813. cendia á 166.000 hombres, mandados por los


Mariscales N ey, Bertrand, Víctor, Macdonald y
Oudinot. Las de los e¡ércitos aliados consistian
en 125.000 rusos y 100.000 prusianos. Napoleon
sin desconcertarse por el escesivo número de sus
enemigos, ni por la multitud de recursos que ha-
bian puesto en campaña, los ataca y bate el 2
de Mayo en la célebre hatalla de Lutzen que
presenciaron tres Soberanos. Esta batalla, en es-
tremo sangrienta, costó al ejército vencedor mas
de 10.000 hombres, yá los aliados entre muertos
y heridos 18.000. Estos se retiraron en buen ór-
den, destruyendo el pais que abanJonaban. Na.
poleon lleno de orgullo marchó en SU seguimien-
to, y alcanzándolos el 20 en Bautzen , los derro-
tó de nuevo y obligó á .firmar en Plesswiz un ar-
misticio que debia espirar el 20 de Junio, al .que
Napoleon accedió con la esperanza de desunir á
sus enemigos desvaneciendo sus formidables como
binaciones, y de aumentar sus fuerzas COn los
refuerzos numerosos que aguardaba de Francia.
La paz huhiera sido el resultado de este arrnisti.
cio, siNapoleon, fiado en su antigua fortuna, no
llUbiera querido ser solo el árbitro de dictar las
condiciones, aspirando á sujetar bajo su yugo á
todo el continente ,en vez de contentarse COn las
ventajas que le facilitaba su preponderancia, co·
roo lo dictaba el acrecentamiento diario de sus
enemigos.


La Inglaterra que vigilaba incesantemente
las miras ambiciosas de Napolcon, concluyó el
i 4 de J unío en Reichenbach, doce leguas de




(447)
Ercslaw, un tratado Con la Prusia, por el que 1813.
ofrecia aprontar á esta un subsidio de 666.666 li-
bras esterlinas , que equivalen á 17.466.000
francos, y por otro firmado el 16 concedió á la
Rusia otro de 1.333.334 libras esterlinas, que son
33.600.000 francos, obligándose ademas á man-
tener Sil escuadra, siempre que esta potencia
})resenlase en campaila 130.000 hombres.


Un enemigo mas formidable aun para Napo-
leon se l)allaba á punto de entrar en esta liga. El
cuerpo austriaco auxiliar de los franceses ajustó
en fines de Febrero un armisticio con los rusos,
y el 27 de Marzo quedó concertado en Kaliszk,
entre el Príncipe de Nesselrode y el caballero Leb.
zeltern) Ministro de la corte de Viena, que el
Comandante ruso haria liBa fingida denunciacion
del armisticio) y el cllerpo austriaco aparentan-
do hallarse embarazado en sus posiciones ~ efec-
tua ría su retirada sobre la orilla derecha del V Ís-
lula, y entonces los Generales rusos y austriacos
convendrian en un segundo armisticio, que sería
ilimitado. Era este paso un preludio del cambio
de] gabinete austriaco; y Francisco I, no bien
tuvo noticia del armisticio concluido entre Fran-
cia, Rusia y Prusia el 4 de Junio J se apresuró á
presentarse en calidad de mediador armado) y
N a poleon por UH convenio finnadoen Dresde el
30 de Junio aceptó la mediacíon del Austria
})ara las negociaciones de una paz general, ó cuan-
do menos continentaL Se determinó al efecto la
convocacion en Praga de un Congreso para el 5
de J uJio , prorogándose el armisticio de Ka liszk




(448 )
1813. hasta ellO de Agosto. Napoleon aceptó la inter-


vencion del Austt'ia J porque sabia (pie su herma-
no José habia evacuado á Madrid, y sus tropas
perseguidas por los españoles retrocedian hácia
el Pirineo. Otro tratado eventual concluyó el 27
de Junio el Emperador de Austria con la Rusia
y Prusia) reducido á que habiendo invitado á
estas dos naciones á entrar en negociaciones con la
Francia, y hahiendo fijado las condiciones que
creia necesarias para el restablecimiento de un
estado de equilibrio y tranquilidad permanente
en la Enropa J se obligaba á declarar la guerra á
la Francia, si para el 20 de Julio inmediato no
aceptaba esta las condicione" propuestas. Las ba-
ses de esta mediacion eran: 1. a la disohlcion
del gran Ducado do Varsovia, y su reparticion
entre el Austria, Rusia y Prusia, sin intervencion
alguna del gabinete fr:wcés, 2,3 La cesion á la
Prusia de la ciudad de Dantzig , y la evacuacion
por los ft'anceses de las fortalezas prusianas. 3. a
La restitucioll de las provincias Ilíricas al Aus-
tria. 4. a El restablecimiento de las Ciudades An-
seáticas, y un arreglo evenLual de ]os paises de
la Alemania septentrional, invadiJos por Napo-
leon despues de la paz de Presburgo.


Tal era aun en .esta época la cil'cunspeccioll
de los aliados, que se abstuvieron de tratar del
Reino de Westfalia, del gran Ducado de Baden,
de la Holanda, de la Espaüa, del Portugal y de
la Italia.


Verificóse el 12 de Julio la apertura del Con·
greso de Pra ga, hallándose presen tes el Baron dI"




( 449)
Anstctt, Plenipolenci~rio ruso; el Bal'on de Hum. 1813.
holt, prllsi¡¡no; el Conde de Metternich , Minis-
tro mediador austriaco, y el Concle de Graviel1,
segundo Plenipotenciario francés. En vano espe-
raron al principal Duque de Vicencia Canlin-
court, purs no llegó hasta el 28 de Julio, cuyo
retardo hizo J~ presentir la mala disposicion de
N~poleoll. En las conferencias que antes de la
Hega(la de Caulincaurt tuvieron los Plenipoten-
ciarios de Atlstri~, Prusia y Rusia, decidieron
que la Alemania debería permanecer indepen-
dienLe, y cOllslnticron en (lue el Imperio francés
tuviese por límites en acleLlllle el Rhill Y los Al.
}1es. Tres djas se pasaron en meras fórmulas des-
pues del arribo de C~lllit1court, cuyos poderes se
reconocieron insuficientes, y equivocas sus pro-
posiciones; porque Napoleon, acostumbrado á
mandar á todos los Soheranos como ú súbditos,
y á dominar sobre el Danubio y el Elba, como
sobre el Sena y el Eridan , se irritó á la sola idea
de parecer forzado por el Austria á dar este paso
en presencia de los vencidos en Lulzell y Baut-
zen, y suscribir á tllHIS condiciones que tanto
limitaban su poder, deponiendo las armas, y re-
mmcianclo al derecho de la guerra, que miraba
como la base fundamental de su Imperio. Pasóse
en cuestiones de meras fl)rmu1ils 1.'1 tiempo que
restaba, y el 10 de Agoslo, sin que se hubiese
acordado cosa esencial, los Plenipotenciarios de
Rusia y Prusia declaran concluiJa su mision , el
Congreso se disuelve aun antes de ser ahierto,
pues los Plenipotenciarios franceses cumpliendo


TO)!O 111. 57




(450 )
1S13. con las órdenes que tenian de no negociar nada


sobre el fondo de las cuestiones, entretuvieron el
tiempo con nolas insignificantes sobre los preli-
minares. El Emperador de Austria, cuya media-
cían habia sido eludida, dcclara el 12 de Agosto
la guerra á la Francia, y notifica oficialmente su
adhesion á la alianza de Uusia y Prusia; y de
aliado de la Francia, convertido primero en COn-
ciliador, de conciliador en mediador armado, de
mediador en árbitro, de árbitro en enemigo en-
cubierto, se presenta al fin en campaüa. El
rompimiento del Congreso de Praga es la se-
fIal de una guerra general. Los aliados se habían
apro\'echado del armisticio para aumentar &US
fuerzas, ya con inmensas levas, ya con numero-
sos contingentes superiores á los estipulados con
que cada estado se apresuraba á engrosar los ejér-
citos, y la defeccion del Austria, destruyendo el
equilibrio de las masas beligerantes, duplicó el
ntÍmero de los combatientes contra Napoleon.
Doscientos mil austriacos presentó el Emperador
Francisco en la lid , Y prometió arrastrar tras
sí el resto de Alemania, componiendo el total de
las fuerzas aliadas 520.000 hombres, de los que
100.000 eran de caballería. El ejército francés
ascendia solo á 300.000 hombres, de los que solo
40.000 eran de aquella arma; de modo que venia
á ser inferior al de los aliados en 220.000 ó en dos
quintas partes.


Abrióse la campaña en presencia de los Sobe-
ranos del Norte, y el Príncipe de Schwartzem-
berg, Generalísimo del ejército aliado, atacó á




( 451 )
Dresde el 27 de Agosto. 1\'apoleon corriendo des- 1813.
de la Silesia con la flor ele sus tropas, Cae repen-
tinamente sobre los sitiadores, y los obliga á re-
tirarse, pereciendo Je resultas de 11na herida re-
cibida en esta jornada el General J\loreau, que
habia venido del nuevo Mundo á hacer la guerra
á Napoleon, á la voz de Alejandro, de los ingle-
ses y emigrados franceses. Despues de este favo-
rable suceso, la fortuna cegó á Napoleon , quien
despreciando la ocasion lle hacer una honrosa
retirada sobre el Hhin, y formando un mal con-
cepto de sus enemigos) demasiado confiado en
sus recursos) se decidió á conservar sus posicio-
nes sobre el alto Elba.


El General prusiano Blucher alcanza en I\atz-
bach una victoria sobre los Mariscales Ney y
Maedonald, y la division VenJamme <lile ocupa-
ba los desliladeros de la Bohemia, es derrotada,
quedando prisionero su General.


El 9 de Setiembre el Austria y la Prusia ajus-
taron en Toeplitz un nuevo tratado de alianza,
y en el mismo dia Ja Rusia y el Austria firman
otro relativo al restablecimiento de las monar-
quias austriaca y prusiana, al mismo estado que
tenian en 1805 , á la disolucion ue la Confedera-
Clon del Rhin, á la independencia absoluta de los
estados intermediarios entre el Austria y Prusia,
á la restitllcion de la casa de Brllllswich Lunem-
bourg en sus estados de Alemania, y á un arre-
glo amistoso sobre la Sllerte de] gran Ducado de
Varsovia. Una J' otra potencia se obligaron á
mantener en campaüa al menos 150.000 hombres,




(45'2)
1813. Y en artículo separado se acordó la rcstitucion ue


los paiscs reunidos al Impcrio francés, y ue los
estados de Alcmania poscidos por individuos de
aquella nacÍon.


De esta manera se iban desenvolviendo gra-
dualmente las miras de los aliados para disminuir
el poder de N apoleon, á medida que les eran mas
favQ\'a\)\e'f> \O'f> 'f>ueeí)O'f> de sm armas.


La Inglaterra firmó igualmente en Toeplítz el
3 de Octubre un tratado de subsidio con el Aus-
tria, por el que la concedia dos millonesue libras
esterlinas, cuatrocientas mil á la España, dos-
cientas mil al !ley de Sieilia y ciento cincuenta
mil al de Suecia; destinando la misma potencia
sumas considerables para el Hannóver, el Por-
tugal y la ciudad de Moscow, en recompensa de
los sacrificios y pérdidas que habían sufritlo, de
modo que la IlIglaterra parecia ser la dispensa-
dora de los tesoros del mundo.


La Baviera, aliada hasta entonces de la Fran-
cia, y que acababa de levantar nuevas tropas para
defender la cansa de Napoleon, ]e des:llllparó
tambien repentinamente,y el General 'Vrede, can-
sado de servir al interés estrangero, suspende á
imitacion del General York por su propia auto-
ridad las operaciones contra los aliados, y dando
pat'te á su Corte aprueba esta su conducta y se
firman en Ried dos tratados, por los que el Aus-
tria y la Baviera se obligan á concllrrir con todas
sus fuerzas á la disolllcion de la Confedel'acion
del Bhin, y al restablecimiento de la paz y del
órden en Europa. La Baviera consiente cn hacer




( '153)
las cesiones necesarias para asegurar él los esta- 1813.
dos vecinos lIua líuea cnlTcspondicnl e, y ofrece
presentar en Call1pall!l 36.000 hombres.


El grilnde ejércilo ali¡¡do, ,i las órdenes del
Príncipe de Schwartzemberg, comenzó un movi-
miento ofensivo contra Napolcon (iue habia mnr-
chado dC8de Dresde á Leipzig. Empeüóse el 16
de OCLubre bajo los muros de esta ciudad una
hatalla general entre medio millon de comba-
tientes reunidos sohre la superficie de tres leguas
cuadradas, y des pues de corubatir con el mas
esLraordiuario valor, derram;índose torren Les de
sangre, la derrota del General Ma1lnont obligó
al ejército francés á retirarse soLl'e la orilla iz-
quierda del Partha. Napoleon, obcecado con la
llegada de un refllerzo de 40.000 hombres al
mando del General Bengiscn, permauece todo
el dia 27 en Ulla inaccion imprudente, y en la
maüana siguiente vuelve ¡\ comenzarse de nuevo
la batalla. Los franceses pelean con la mayor
desesperacion y valor; pero la ciudad de Leipzi¡;
cae en poclt'l' de los aliados, penetrando en ella
por diferenles pllntos el Emperador de Rusia) el
Rey de Prllsia y el Príncipe Real de Suecia, Ber-
nardotte. El Rey de Sajonia, el mas fiel de los
aliados de N apoleon, es hecho prisionero y con-
finado por órdcn de los Soberanos aliados al C<lS.
tillo de Frédericheeld, á algunas leguas de Berlin,
víctima de los insensatos proyccLos de un hom-
bre, eliJa alianza hahia respelado hasta el último
tl'ance por un csceso de virtud.


Horrible era la escena quc pl'cse!ü":Ja :: ta sa-




(454 )
1813. zon la ciudad de Leipzig) cubierta toda de cadá.


vel'cs, de heridos y de moribundos. En la terrible
noche del 18 a119 determina Napoleon la reti-
rada general de su ejército; pero esta operacion
era sumamente dificil y arriesgada por tener pre-
cisamente que verificarla por un puente, por don-
de deberian pasar mas de 3.000 carros y una in-
mensa artillería. Ejecutábase con el mayor ór-
den, cuando la apal'icion de un corto número de
tiradores rusos fue causa de que el Comandante
de Zapadores apostados en el puente de Lillde-
nau le hiciese yolar para sal val' la pel'sona del
Emperador ~apoleon, dejando en el riesgo mas
inminente á cuantos se hallaban en la orilla opues.
tao Casi toda la vanguardia del ejército francés,
en número de 20.000 hOI11bres, á vista de la im-
posibilidad de salvarse por dicho puente, se pre~
cipitó en el rio Elster, en cuyas aguas pereció el
Príncipe de Poniatowski, honor del ejército po-
laco J á quien dos dias antes se le había nombrado
Mariscal del Impel'io francés. El Mariscal Mac-
donnld. logró pasar al otro lado del rio COIl otros
muchos guerreros del ej~rcito, ellya pérdida en
estos dos dias flle inmensa, pues quedaron mas
de 37.000 muertos en el campo de batalla, y
fuera de combate un· número doble de heridos,
COIl 28.000 prisioneros, 250 caüones y 900 car-
ros. Quedaron herirlos los l\lariscales l\1armont,
Ney y varios Gencl'alE's de division. Los austria-
cos tllvierOíl cuatro Feld-Mariseales y 300 Ofi.
ciales llcridos, ,> Jo~ 1'1lSOS dil'?' (;'enel'ales muer-
tos con 900 O fici"Je.c" calculándose ('11 80.000 hom.




(455 )
hres la pérdida total de los aliados. En esta ba- Hl13.
talla, denominada de las Naciones, combatiero n
las masas mas fuertes que la Europa moderna ha
presentado en campaña, con un encarnizamiento
de que no hay ejemplo desde la invencion de
la artillería. Sus resultados fueron tambien cor-
respondientes, fijándose en' ella la suerte de
la Europa desde el golfo de Archángel hasta la
bahía de Cádiz, y desapareciendo para siempre
de los reinos situados en tan vasta estension la
preponderancia del cetro de hierro de N apalean
Bonaparte.




(456)


,


C.I\.PI'fULO XX'TII.


\Vellillgtoll dispone invadir cl Imperio francé5. _ El ejél'-
cito español y ali~l(lo pasa el Vi(lasoa. -Accioll de la
U IIUIle. - Accioll de Sarre. - Forlilie,1 Sonlt las posi-
cioncs del Pirineo. -Se ~,itua (letras (lel Ni\'clle.-Pas<l
el ejército anglo-hispalio estc rio. _ :\luerLc del Gencral
COIll'OllX. - Accion de Camhó. - Accion dc Urdailli. _


Accio:l del puentc Unlaiüi. - Paso de la Nivc por los


cspaüoles. - Siluacion de BJyona. _ Accioncs de Bia-


rits. - Tres hatallones dc NasS,llt se pasan al ej(:rcito
espa]¡ol. -Los franceses se acantonan de tras del Alloul'.
- Suspenlle \V ell illgtoll SIlS operaciones por el rigor de


la estaciono - Triste esLado ltel benemérito ejército es-
paliol por falta (le recursos.


1t:l13. Resuelto el Dll[lue de Ciudad-Rodrigo Lord
'Vellington á penelrar en Francia, determinó


atravesar el Vidas0a. Esta operacion, asi por obs-


táculos de las agllas como por lo inaccesihle de


las münlailas de la clcrech3 J prescutaba dificul-
tades tanto mas árduas dI! vencerse, cuanto eran


co usidera bIes los a tri ncheramie lIlos y fortiGca-
ciones dispuestos por el enemigo para defender


el paso. El 6 de Octubre se dieron las disposicio-


nes necesarias, y el 8 á las 8 de la maüana, ape-
nas se divisó en las alturas de San Marcial una


bandera blanca, signo cOllvencional del ataque,
cuanclo dos divisiones illgle~as, á las órdenes de
Sil' Tomas Graham, emprenden con arrojo el pa-
so del Vid¡¡soa cerca ele su embocadura, y el cjér-




(457)
cito espailOl de Galicia á las órdenes dél intrépi- 1813.
do General Freirc) lo pasa por el frente de San
Marcial en tres columnas. Al mismo tiempo la
division ligera británica al mando del Baron de
Alten, y la española á las órdenes del General
Longa, marchan contra los relrincheramientos
de Vera) y el G"ner;¡l Giron con el ejército de
reserva de Andalucía) embiste la mOlltañade la
P~hune. Sir Tomas Graham se apodera de las
trincheras enemigas de los alrededores de Anda-
ya, y Freire con los españoles gana la monta-
ña Verde y la altura de Mandal) envolviendo la
izquierda del enemigo y tománclole dos cañones.
Las tropas de Giron, á pesar de haber intentado
dos asaltos contra la ermita de la Rhune, no pue-
den conseguir hacerse dueños de la altura casi
inaccesible en que se halla, y el fruto de todos
sus reiterados esfuerzos fue solo el de vivacfuear
aquel dia IÍ. la falda de aquella eminencia. Al
siguiente, Lord Wellington, despues de recono-
cer la fuerte posicion de la ermita de la Rhune,
mandó que reconcentrándose el ejército español
de reserva de Andalucía, se dirigiese contra los
puntos de la roca de la derecha de la monlaña
del mismo nombre, que cayeron todos en podet'
de los aliados, asi como la línea del campamento
de Sarre, quc abandonó el enemigo con la posí-
cíon de la citada crmita.


Los Generales franceses maniobraron todo el
dia á fin de llevar adelante el plan de concentra·
cion de sus fuerzas en la línea fortificada que te-
niall dispuesta á lo largo del rio Nive, á poca


'l'O.\W 111. 58




(458 )
1813. distancia de la montaña de la Rhune, que ocu-


paban como un puesto avanzado. Lord Welling-
ton mandó establecer prontamente puentes de co-
municacion sobre el Vidasoa, y dispuso se forti-
ficase con varias obras el terreno ganado dentro
del terl'itorio francés, quedando de este modo su
izquierda en posicion tan imponente como su de-
recha.


A consecuencia de la accion del 8, el ejérci-
to de Giron quedó situado en dos reductos al
frente de Sarre, de los cuales el uno se hallaba
demasiado avanzado en la linea del ejército alia.
do, y sus atrincheramientos sin concluir, cir-
cunstancias que hacian imposible su defensa y
conservacion en el caso de un ataque serio. Co-
nociólo asi el enemigo; y en efecto" le sorpren-
dió en la noche del 13 de Octubre, apo(lerándo-
se de él, Y haciendo prisionero un destacamcnto
de 50 hombres que le guarnecian, con 100 za-
padores destinados á la conclusion de sus for-
tificaciones; pero aunque pro sí guió sus ataques
con la idea de recobrar las trincheras y campa--
mentos que habia perdido por aquella parte, fue-
rOn todos infructuosos, sufriendo una pérdida
considerable. La de los españoles fue bastante
grandc, y consistió en 40 Oficiales y mas de
500 hombres entre muertos, heridos y prisio-
neros.


Despues de haberse visto precisado el Maris-
cal Soult á abandonar la línea del Vidasoa , reci-
bió un refuerzo de 30.000 conscriptos, con el
eua] reparó las pérdidas esperimentadas en su




(459)
ejército. El mes de Octubre lo empleó todo en 1813.
fortificar la posicion que ocupaba en los Pirineos.
Consistia esta en tres líneas: la primera corria
por la orilla izquierda del Nivelle, apoyando su
derecha en una fuerte altura que domina á So-
coa, donde se encuentra una ermita, y concen-
trándose sobrc el mismo rio por una cordillera
continuada hasta el caserío llamado de Chicutem-
borda, por donde pasa el camino de Vera y As-
cain á Oruña. Esta cordillera se hallaba defen-
dida con cinco reductos de bastante capacidad
que hacian respetable cualquier ataque de frente.
Las obras por la izquierda no alcanzaban sino
11asta la falda de la Rhune, de modo que quedaba
descubierto el camino que por aquella parte con-
duce hasta Ascain ; pero los aheueuores de este
pueblo se hallaban defendidos por un fucrte cam-
pamento que conservaban los franceses en la iz-
quierJ.a del Nivelle , y por un buen reJucto cu-
yos fuegos hacian impracticable aquel paso.


Como el curso del Nivelle toma desde A5-
caín una nueva dj¡'eccion sobre el E. hasta las in-
mediaciones de Saint-Pé ~ la 1ínea enemiga iba
oblicuando sensiblemente sobre la iZ(luierda has-
ta San Juan de Pie de Puerto, por manera que los
flancos respectivos de los ejércitos beligerantes
no observaban entre sí una posicion direcla; pues
en el centro el Nivelle formaba una curva inte-
rior considerable ~ y sus líneas se estcndian casi
sobre su izquierda. El puente de Ascain y otro
que hay mas 3niba, se hallaban fortificados COIl
buenas cabezas de puente J y el espacio conteni·




(460)
1813. do en la curva de la ribera desde las alturas de


Ainhoe estaba guarnecido con varias obras, cuya
principal fuerza consistia en la fila de alturas que
se corren á la espalda de Sarre, pueblo cuya de-
fensa formaban dos reductos y la fuerte eminen-
cia de la Rhune. La segunda linea se estendia
por la derecha del Ni velle J y la tercera, cuyo~
trabajos estaban tan solo principiados J abrazaba
desde el punto de Abuacemborda uetras ue Saint-
Pé por el camino de U ztariz, y sus reductos se
hallaban guarnecidos con cañones de á 6 que ha.
])ia costado gran trabajo elevar á las alturas en
que las baterias estaban establecidas.


Lord Wellil1gton determinó apollerarse de to-
dos estos rctrinchcramientos del enemigo, y al
efecto concentró sus tropas sobre la iZfluierda
el lo o de Noviembre; pero las escesivas lluvia:;
por la costa ~ y la abundancia de nieves por las
montañas J retardaron sus movimientos hasta el
10 de Noviembre J en que emprendió su ataque
principal dirigido contra el centro de la linca
enemiga que se hallaba apoyado sobre Sarre y
alturas de su espalda. Sir Rolando Hill fue el en·
cargado de ejecular esta importante operacion, y
el Mariscal Beresford con tres divisiones se diri-
gió á atacar el centro enemigo: el General espa-
ñol Giron COn el ejército de reserva de Andalu-
cía marchó sobre la izquierda, y la division lige-
ra del Baroll de Alten con el cuerpo espaüol de
Longa se destacó contt'a la posicion de la Hhune.
Entretanto el General Freire arnenazando á As.
cain,.impcdiil (FU~ 10s franceses Jestacascn t1'O-




(461 )
pas de este punto para el socorro de los demas 1813.
atacados, y Con igual intento maniobraba Sir
John Hope con su division en todo el resto de la
línea enemiga hasta el mar.


El simultáneo y bizarro ataque de todas las
columnas del ejército aliado, el vivo y acertado
fuego de su artillería, y los movimientos oportu.
nos sobre los flancos del frente enemigo, tuvie-
ron el mas feliz y brillante resultado; lmes rota
su linea, abandonaron precipitadamente la posi-
cion de Sarre, uejando en poder de los aliados
un gran número de prisioneros, y perdiendo al
General de division Conroux, que murió atrave-
sado el pecho de un balazo. Tambicn cayó en
poder del General Alten la posicion de la Uhune,
y no pudiendo resistir los que la guarnecian el
ímpetu con fILIe sus tropas atacaron y ganaron su-
cesivamente todas las líneas, temerosos ucl asal.
to, abandonaron los reductos, y los ingleses ocu·
l)ill1uolos sin oposicion, se formaron victoriosos en
la cumbre de la montaña. Con tan buenos auspi-
cios, el ejército aliado hizo un movimiento gene-
ral contra los atrincheramientos situados detras
de Sarre, y las divisiones inglesas de Colbir y
Lecort treparon con la mayor resolucion por las
colinas de su frente, y al acercarse, el eneruigo
abandonó las obras que guarnecía por la izquier-
da) evacuando sin rcsistencia un reducto (lue se
hallaba en muy bucn estado de defensa) y no
parando en su llcsordenada y precipitada huida
hasta el puente siluado sobre el Nivelle. Un solo
Lala11on, al abrigo de una fuerte posicion) con-




(462)
lI:1f3. servó su formacion, y tr.ató de resistir. La toma


de este importante punto faltaba solo para com-
pletar el triunfo de la di vision del General Alten,
quien ya se disponia al asalto, cuando supo que
con las ventajas obtenidas por el Mariscal Befes-
ford estaba asegurada su rendicion. En efecto,
sabedores de que ya no les quedaba otro recurso,
sus defensores en número de 560 se entregaron
prISIOneros.


Hill atacó las alturas de Ainhoc en divisiones
por escalones, puesto al frente de la de Clinton, y
desplegando en tan arriesgada operacion la ma-
yor firmeza y sel'enidad. Su pripcipal empeño se
dirigió contra la derecha de cinco reduclos, y en
su marcha tu vo que ¡:¡.travesar vadeando el Ni ve-
He, cuyas orillas son escarpadas y de dificil ac-
ceso, y sin disparar un tiro atacó á la bayoneta
las tropas apostadas al frente de dichos fuertes,
que arrolladas con bastante pérdida fueron cau-
sa de que las guarniciones los abandonasen en el
momento que se presentaron los aliados. Los fu-
gitivos fueron vivamente perseguidos por el Ge-
neral Clinton, flue incorporado con ulla division
portuguesa, atacó otro redllcto que intentó en
vano defender el enemigo, y continuando Sil mar-
cha por Ezpeleta, forzó á los franceses á abando-
nar toda slllínea avanzada delante de Ainhoe,
siendo perseguidos de cerca por las tropas del
General Morillo,


Apoderados los aliados de la derecha de la
parte superior del Nivelle, las fuerzas enemigas
arrolladas <:n el centro de Sll línea se reunieron




( 463)
sobre las alturas que dominan á Saint-Pé y trata- 1813.
ron de colocar su artillería por encima de Ascain.
El ejército aliado, dueilo de la orilla izquierda del
rio y en posesion de sus puentes, le atravesó con
facilidad, verificándolo por Saint.Pé las divisiones
de Colwir y Lecort, arrojando á los franceses de
los puntos en que empezaban á hacerse fuertes.
La aproximacion de la noche puso fin á la bata-
lla, y Soult se aprovechó de. la obscuridad para
retirar su ala derecha que se hubiera visto muy
comprometida y espuesta en esta operacion si hu-
biera tenido que hacerla de dia, pues el menor
retardo en sus movimientos hubiera facilitado á
los aliados el poderse interponer entre sus tropas
y la plaza de Bayona, cortándolas la retirada, co.
mo 10 intentaron el dia 10, aunque sin efecto, por.
que las abl1ndantes lluvias habian inundado los
caminos en términos que estaban intranútables,
y los puentes inutilizados por los franceses re-
tardaron tanto su marcha, que estos logl'aron en-
trar en Bayona sin ser inquietados.


La pérdida que tuvieron los enemigos en este
dia fue muy considerable, contándose mas de
1.400 hombres prisioneros, 51 piezas de artille-
ría y seis carros de municiones, siendo la de 109
:lliados la de 500 hornLres muertos y 2.000 heri-
dos. La artiIJel'Ín inglesa mnndada por el Coronel
Dikson se distinguió muy particularmente en es-
tas operaciones.


Despues de tan brillante victoria permaneció
el ejército aliado acantonado entre el Nivelle y
el mar) dando tiempo á que se terminasen los pre-




(464 )
1813. parativos para marchar adelante, y los franceses


permanecieron concentrados en los alrededores
de Bayona en el corto espacio de dos millas por
su frente. Como podian estos avanzar de repente,
se asignó á las diferentes divisiones una línea de-
fensiva que Wellington hizo fortificar con diver-
sas obras. Comenzaba aquella por su iU[llierda
en el mar, y pasando por Biarits se estendia por
la cumbre principal de las alturas, y atravesando
el camino seguia despues por el lado derecho de
un valle delante de Arcanglles, comenzando en
la Nive, cerca de un gran castillo llamado la casa
de Garrat. La derecha se dirigia por la espnlda
á lo largo de la izquierda del Nive por Uzlariz y
Cambó.


El General Hill, precedidos varios reconoci-
mientos, avanzó el 16 de Noviembre sobre las po-
siciones francesas, oblignndo al enemigo, despues
de una reñida accion, á ahandonar á Cambó vo-
lando antes su puente. El 18 atacó Beresford los
puestos avanzados, y le obligó á pasar y abando.
nar el puente de Urdaine, que fueinmediatamen-
te ocupado por las tropas aliadas. Los franceses,
Con el objeto sin duda de volarle, atacaron al dia
siguiente esta posicion; pero todos sus esfuerzos
fueron en vallO, teni<enao al fin que retirarse ver-
gonzosamente.


Desde entonces todas las (}peraciones de los
franceses se dirigieron á apropiarse los recursos,
é intcrceptar'los forrages á los aliaaos. El 9 de
Diciembre, concluidos todos los pl'eparati\'os para
el paso del Nive J se decidió Wellington á estcn-




(465)
uer los acantonamientos de su ejército,: atravesan- 1813.
0.0 este rio, y atacando á Soult que]o defendía,
protegido por fuertes atl'incheramictüos en posi-
cÍon uesde la parle inferior del Adour hasta San
Juan de Pie de Puerlo.


El ejérciLo aliaJo rompió sus movimientos en
masa en la maiíana del9 de Diciembre. Los cuer-
pos de su derecha, á las órdenes de Sir J oh n
Hoppe, atravesaron el Nive por Cambó, obli-
gando á poca costa á replegarse á los franceses
sobre Bayona, sobre cuya plaza hicieron un re-
conocimiento mlly de cerca. La sesta division es-
pañola al mando dd General Morillo, efectuó el
paso del NiH por Ustariz, arrojando al enemigo
de todas las posiciones de la derecha de aflue} rio,
y dcspucs de ocupar por asalto varios puestos
fortificados, especialmente el de Villafranca,
adelantó sus reconocimientos hasta las orillas del
Adour.


Es imposible pintar la decision con que se ar-
rojaron á los vados las tropas del ejl~rciLo a1iallo
y español, sin que el vi vísimo fuego del ene-
migo retarJase en lo mas mínimo su marcha
acelerada, á pesar lle que el agua les llcg3l.la
á los hombros, y de haberse ahogado arreba-
tados por la corriente un Oficial y mas de 30
soldados.


La plaza de Bayona se halla situada en la
confluencia de los rjos ~ive y Adou\'. El primero
no es vatleable por frente de a(luella, y el segun-
do es río lle bastante consideracioll. La ciudad se
hallaba en muy hilen estado de defensa) con for-


TO)!O JII. 59




(466)
1813. tificaciones respetables y escelentes puentes so ..


bre ambos rios. Un campo atrincherado casi
illespugnable, y bastante capaz para encerrar un
ejército entero, se habia formado ademas para
contener al ejército aliado. Dos únicos bueno~
caminos tiene la Francia por esta parte, y son lo&-
que conducen desde París, pasando por Bayona
á San Juan de Luz y San Juan de Pie de Puerto;
pues los de mas son transversales y casi intransi-
tables durante el invierno. De ambos caminos er:¡
dueño el Mariscal Soult, teniendo aseguradas con
ellos completamente sus comunicaciones, y apo-
yados y sostenidos todos sus movimientos en laf
fortiGcaciones indicadas. Queriendo Soult aproo
vecharse de tan ventajosa posicion, se puso en
movimiento en la mañana del 10 Lle Diciembre}
y atacó la izquierda del ejército aliado, apostada
en la derecha del Nive á las órdenes del General
Hill. El cuerpo al mando del General Hoppe,
que defendia el camino real de Bayona á San Juan
de Luz, cerca de la casa del Maire de Biarits,
opuso al enemigo una resistencia obstinada y re-
chazó lodos sus ataques. No tuvieron meior éxito
las tentativas que hizo el mismo contra la casa
fuerte é Iglesia de Arcangues, defendida por la
division ligera inglesa al mando del Baron de AI-
ten, en las cuales sufrió una pérdida grande de
muertos y heridos con 500 prisioneros. No fueron
solo estas las desventaias del ejército enemigo en
este dia i pues no bien habia cesado el fuego,
cuando tres batallones de Nassau de los que
militaban á su servicio, informados de que




(46] )
SU pms se 11aIlaba libre del yugo francés, se 1813.
pa!laron á los aliados con todo su armamento
yequipage.


En la mañana del 11 se reiteraron aun los
ataques contra la posicion del General Hoppe;
pero con igual éxito y no menor descalabro. Al
siguiente dia 12, Y hora de las 12 de la noche,
emprendió Soult con 30,000 hombl'es su última
tentativa, atacando impetuosamente las posicio ...
nes que defendian las tropas del General Hill en
la derecha del Nive. Rechazados en todas ellas
los enemigos, tuvieron que desistir de su empe-
ño, y retirarse á favor de la obscuridad de la no-
che á su campo atrincherado, y el Mariscal Soult
miró desde entonces la resistencia invencible de
los aliados, corno una prueba decisiva de su su-
perioridad, disponiendo que su ejército no sa-
liese de sus acantonamientos detras del Adour,
y sus trabajos ulteriores se dedicaron solo á per-
feccionar las obras de defensa de los alrededores
de Bayolla) aumentándoles de modo que imposi-
bilitasen á los aliados el paso del Pau, Fortificó
en toda regla la cabeza del puente Nuevu y toda
la línea defensiva, y el invierno, que fue crudo en
estremo, le I)\'oporcionó el tiempo suficiente pa-
ra poner en el estado mas respetable las fortifi-
caciones, pues los rios Nive, Adour, Pau, el
MauIeon y otros habian salido de madre, é inun-
dado con sus aguas los campos vecinos, So]o por
los caminos reales podia transitarse; pero como
estos se hallasen bien defendidos por el enemigo,
los aliados se vieron en la necesidad de aguardal'


·




1813.
(468 )


en sus.acantonamientos á que el liempo les per-·
mities:e .. continuar las operaciones de campaña.
Es el pais de los Pirineos tan sumamente pobre y
mal cultivado, que para que no faltasen provisio-
lles.al ejército aliado, tuvo Lord Wellington que
disponer que sus tropas las pagasen al contauo á
los pueblos enemigos.


El ejército espaüol, tan digno de mejor suerte,
había hecho eminentes servicios enmedio de
las privaciones mas espantosas, y superior á
la miseria que le aniquilaba, continuaha dan-
do á Ja nacion días de gloria precursores de
su libertad. Hallábase, sin embargo} en el es-
tado mas mezquino y degradante: el soldado
sin fuerzas físicas por su cortísimo alinlento,
y el Oficial en la situacion mas abatida y hu-
milla.nte por la falta de auxilios. Los de una
y otra clase enfermahan por precision, y pa-
sando á los hospitales venian á ser estos por
~u falta de asistencia el sepulcro y esterminio de
tan beneméritos miLitares. Mas de una vez &Us
Gene}'ales Freire, Giron y Morillo elevaron al
supl'emo Gobierno espaüol sus clamores, bacien-
do presente este estado lamentable de las tropas,
y esponiendo que sin vestuario, sin tienuas de
caUl paüa ~ y sin los demas pertrechos indispen-
sables, pareela imposible que arrostrasen la in-
clemencia de .las estaciones J las faligas ue la
guerra;. pero tan justas quejas ó no fueron crei-
das,ó fueron olvidadas, y el henemérito ejército
español, coronado de laureles en tantos re en-
Cuenll'(~s, dejó de hacer 11111 S prodigios de los (lue




(469 )
111zo, y de tener mayor influencia en las opera- 1813.
e'iones de la campaña, por la falta absoluta de
medios, y por las contínuas privaciones que es-
pcrimentaba.




(470)


,


CAPITCLO XXVIII.


La Regencia intenta disolver las Córtcs. - Aholcn estas el
tribunal de la IlJ(lUisicion. - Rcsistcncia del Clero á es-
ta medida. - Debilidad de la Regcncia. - Las Córtes
nomhran nueva Regencia. - El Nuncio del .Papa apoya
la resistencia del Clero á los decretos de las Córtes. -
Manifiesto de la Regencia con este motivo. - Contesta·
cion del Nuncio. - Su espnlsion de los dominios cspa-
ñoles.-Las Córtes estraordinarias cierran sus sesioncs.
-Diputacion pcrmánente dc las mismas. - La cpidcmia
en Cádiz. - Instalacion de las Córtes ordinal·jas. - Se
decreta la traslacion del Gohierno á l\lallrid. -Entrada
de la Regencia en la capital de la Monarquía.


1813. Mientras los ejércitos espajlOles cooperaban
asi con los aliados para lanzar á los franceses
de la Península, y penetrar hasta en su mismo
territorio J la Regencia y las Córtés en Cádiz
presentaban escenas de continuos debates y hos-
tilidad entre si. La Regencia, en cllyas manos se
llallaba concentrado todo el poder ejecutivo,
tl'ató de valerse de él para dar un golpe mortal á
las CÓl'tes, deshaciendo á la fuerza su reunion.
Todo se hallaba dispuesto al efecto; mas como
fuese depuesto el Gobernador de Cádiz, Teniente
general de la real Armada Don Cayetano Valdés,
y reemplazado el 6 de Marzo pOI' el Mariscal de
Campo Don José María Alós, Gobernador de la
plaza de Ceuta, de cuyas ideas y allhesion estaba




(471)
plenamente satisfecha Ja I\egencia, esta mudanza 1813.
llamó muy particularmente la atencion de las
Córtes, y la mayor parte de los Diputados se de-
cidieron desde este punto á mudar la Regencia,
aprovechánuose de la menor circunstancia favo-
rable que pudiese presentarse. Efectivamente
]a Regencia llamó á Alós con este objeto J con-
ferenció con él , Y puso á su Jisposicion tres
regimientos y tres caiiones ; pero la dilacion del
día en que se habia de ejecutar el golpe, lo frus-
tró. Alós queria darlo el mismo dia que tomó el
mando J y entonces el éxito hubiera sido indu-
dable.


Desde el 4 de Enero hasta el 22 del mismo
se habian ocupado las Córtes en una séria y pro-
lija discusion sobre la Inquisicion, hasta que vo-
tado en el último dia el negocio J fue aprobado
el decreto de su abolicion por 90 votos contra
60. En él se disponía (Iue los Sacenlotes lo leye-
sen por tres Domingos consecutivos al tiempo
de la celebracion de los divinos oficios: medida
que fue muy sensible al Clero.


En la sesion de 8 de Marzo se leyó un oficio
de la Uegencia J con el que acompañaba, para
que las Córtes las tomasen en consideracion,
y 110 se turbase la pública tranquilidad, tres
esposiciones J la una del Vicario general de la
Diócesis de C<idiz) la otra de los Curas párrocos
de la misma ciudad y extramuros, y ]a terCe_
ra del Cabildo eclesiástico de C.1diz. El Vica-
rio manifestaba las razones que le impedían
obedecer el decreto de las Córles para la abo-




(472 )
1813. licion de la Inquisicion, y el manifiesto dispuesto


por las mismas para leerlo al ofertorio de la Mi-
sa mayor, porque seria un escándalo leer unas
resoluciones puramente civiles en un lugar sagra-
do, y enmedio del sacrificio de la Misa, citando
varias leyes que no se habian publicado de este
modo, y concluycudo con pedir que se le relevase
de la lectura del manifiesto. Los Curas esponian
que los púlpitos no se habian hecho para publicar
las leyes civiles, sino las plazas públicas, y que
el hacer semejante publicacion en aquellos luga-
res era profanar los templos. El Cabildo de Cá-
diz repugnaba el decreto de la abolicion de la
Inquisicion) y su espíritu como contrario á la
Ueligion, aüadiendo que preslaria una obediencia
})aS1 va.


Acabada la lectura se levantaron varios Dipu-
tados , y manifestaron (iue tlesaprollUban alla-
mente la conducta de la H.cgencia por no haber
procedido en ejercicio de su autoridad á mandar
se obedeciesen las órdenes soberanas de las
Córtes.


El Diputado Argüelles , despues de haber he-
cho notar que las observaciones del Clero no
merecian la atencion del Congreso, y que este
solo debia ocuparse en deliberar sohre la con-
ducta de la Regencia, que habia titubeado en lle-
var á debido efecto las leyes, propuso cllJe que-
dase depuesta desde aquel momento, porque le-
jos de cumplir con el juramento que tenia pres-
tado, parecia que Jispcnsaba una protcccion de-
cidida á todos los que contrariaban las resoluciones




(473)
de las Córtes, y concluyó pidiendo que la sesion 1813.
se declarase permanente hasta la terminacion de
este negocio, cllya l1locion fue adoptada por lIna
gran mayoría. En seguida el mismo Diputado
tomando la palalH'a, hizo ver que las circullstan-
cias eran las mas críticas, y que la patria se ha-
llaba en peligro por la lucha de los dos cuerpos
depositarios de la autoridad, y que la naóon
corria riesgo de ser sumida en un abismo de ca-
lamidades, si no se acmlia con un pronto remedio;
y propuso que se nombrase una Uegencia interi.
na, con arreglo á lo prevenido por la COllslitll-
cion. Asi se acordó por una mayoría de 87 votos
contra 48, Y en su consecuencia fueron nombra_
dos para componer la Regencia los tres Conseje-
ros de Estado mas anliguos Don Pedro Agar,
Don Gabriel Ciscar, y d Cardenal de Barban,
Arzobispo de Toledo; y como no estuviese pre-
venido por la Constitncion cuál de los tres habia
de presidir la Hegencia, lns Córtes decretaron
que la presidiese él último. En la noche de aquel
mismo dja, y hora de las ocho y media ... se pre-
sentaron en el saJon de las sesiones Jos nnevos
Regentes nombrados á prestar el juramento pres-
crito, y acto contÍlluo, acompaüados de una di-
}1ulacion de las Córtes , marcharon á tomar pose-
sion de su deslino. Transmitido el poder ejecuti-
vo por los antiguos á los nuevos Regentes, depu-
sieron estos al día siguiente del mando de la plaza
de Cádiz al General Alós, y fue repuesto Don Ca.
yetano Val dé s en propiedad, porque antes solo
obtenia el gobierno interinamente.


TOMO 111. 60




( 474)
1R13. Otro asunto vino á complicar mas las cue!-


tiones del Gobierno español con el estado ecle-
~iástico. La Hcgellcia, por medio de un manifiesto
dirigido á los Prelados y Cabildos de Espaila, hizo
público que la resistencia que se notaba en estas
corporaciones á los decretos de las Córtes, se ha-
llaba sostenida y fomentada por la influencia po-
derosa del Nuncio de Su Santidad Don Pedro de
Gravina, Arzobispo de Nicea , residente en Cádiz.
En este importante escrito el Cardenal de Borbon,
Presidente de la Regencia, despues de hacer men-
cion de las medidas enérgicas que se habia visto
obligada á tomar para estinguir un fuego que ame-
nazaba abrasar el Reino, manifestó que entre los
documentos que se habian espedido en esta oca.
sion á diferentes Cabildos, se hallaba una carta
dirigida por dicho Nuncio de Su Santidad al Dean
y Cabildo de Málaga, en que le exhortaba á opo-
nerse á la ejecucion del decreto de abolicion de
la Inquisicioll. Despues de varias reflexiones so-
bre que el car~cler público de Embajador con
que se hallaba revestido dicho Nuncio, le impe-
lia á no abusar de la veneracion que el pueblo
español ha dispensado siempre al Legado del Pa.
pa, y á no valerse de esta circunstancia para es-
citar á la desobediencia de las leyes emanadas
del poder legislativo, declaraba que aUlll]Ue se
creía complelamente autorizado para 1I3ar con el
Ministro de la Corte de Roma de toJo el lleno
de su poder haciéndole salir dd Heino, y ocu-
pándole sus temporalidades; sin embal'go, se li-
mitaba á transmilirle el decreto que la Hcgencia




(475 )
babia dado con este motivo. Por este decreto, 1813.
concebido en los términos mas enérgicos, se le
prevenia que en lo sucesi vo se circunscribiese á
los límites de su mision, y á pasar al Gobierno
por medio del Secretario de Estado las nolas que
jUl.gase necesarias, y se le advertia, que si en ade-
lante se olvidaba de la naturaleza ucl Ministerio
que uebia ejercer, la Regencia se vería en la ne-
cesidad de hacerle sentir la justa severj(J:¡d de
las leyes. Este paso enérgico na bastó á uetener
los proceueres del N uncia, quien por medio de
una nota insistió en que la cualidad de Legado
del Papa le concedia el incontestable derecho
de velar en la conservacion de la Religioll, cre-
yéndose obligado á advertir á los Obispos y Ca-
bildos eclesiásticos de España estuviesen á la
mira para no dejar introducir máximas peligro-
sas, y que no cambiaría su regla de conducta,
porque su objeto era laudable., y solo podrian
encontrarlo reprensible los autores de la heregía;
y finalmente, que podrian tomar con él la ueter·
minacion que les pareciese, bien persuauidos de
que su intencion como Legado del Papa era com-
placer á Su Santidad. Esta dcclaracion irritó vi-
vamenle á la Regencia, y en 7 de Julio le man.
dó pasaporte para salir inmediatamente del Rei.
no, Jo que verificó trasladándose al inmediato de
Portugal.


Llegó la época en que las Córtes estraordina_
rias debian resignar su autoridau en manos de las
ordinarias, y en 14 de Setiembre cerraron sus
sesiones pronunciando el Presidente Don José




( 476)
1813. Míguel Gordoa un elocuente discurso, en que 1ra.


zó los tt'abajos de las Córtes estraordinarias des-
de el momento de su illstalacion.


En el intervalo que medió hasta la reunion
de las ordinarias, queJó la Diputacion permanen-
te prescrita por la Conslitucion para velar sobre
la observancia de la misma. Muchas veces se ha-
bia agitado ya la cuesLÍon sobre la traslacion del
Gobierno á Madrid, y esta cuesLÍon se habia he-
cho un ob)eto de partido. U na enfermedad epi.
dé mica apareció en Gib,'altar, y desde luego se
temió penetrase en Cádiz. Con este motivo el
Consejo de Estado invitó á la Regencia á trans·
ferir su residencia á Madrid; y cuando se hallaba
todo dispuesto con la mayor reserva para la tras-
lacíon del Gobierno, un grupo de gente, reunido
en uno de los cafés de la ciudad, salió por las
calles , pidiendo castigo contra el Gobierno
supl'emo y contra cuantos estuviesen complica-
dos en el proyecto qe salida para Madrid. Es-
ta conmocion, verificada al anochecer del 16
de Setiembre, fue causa de que inmediatamente
se reuniese la Diputacion permanente, ante la
cual se presentó una comision de los alborota-
dores. Para calmar la agitacion accedió ¡¡cluelIa
á" convocar de nuevo las Córtes estraordinarias,
disueltas bajo el pretesto de que peligraba la sa-
lud de la patria, y reunidas el 17 trataron de la
clase de enfermedades que habian empezado ya
á propagarse por aquella poblacion, y decidieron
que no eran epidémicas, viéndose obligados á
adoptar esta o?inion por temor del partido pre-




(477 )
ponderantc entonces. Decrctada por las Córtes '813.
la permanencia dd Gobicrno cn C,ídiz, la Regen-
cia tuvo que acceder á esta disposicioll, que paga.
ron con su vida varios Diplltauos que fueron aco-
metidos de la fiebre amarilla con iguales sínto-
mas que los esperimcntado5 en 1800.


Instaladas en 25 de Setienibre las Córtes or-
dinarias y creciendo progresivamente ]a enfer-
medad epidémica, decretaron en 4 de Octubrc su
salida para Madrid; mas entretanto que se dispo-
nia en aquella capital el local conveniente para
celebrar las sesiones, acordaron su traslacíon y
la dd Gobierno á la Isla de Ll'on, (lIle se realizó
el 13 del mismo mes de Octubre. El 19 de Di-
ciembre salió la Ucgencia de este último puehlo
con direccion á Madrid, en donde verificó su
entrada el dia 5 de Enero de 1814 por entre ar-
cos triunfales, enmedio de las aclamaciones de
un inmenso gentío, que ansioso salió á su en-
cuenlro, conduciéndola casi en triunfo hasta el
magesluoso palacio de los Reyes, á cuyos b'alco-
nes tuvieron que salir los individuos que la com-
ponian, para satisfacer el entusiasmo del leal
pueblo madrileilo, que habia sido el primero que
proclamó la lilH'rlad de su patria. El General
Don Pedro ViUacampa fue nombrado Capitan
General de I\ladrid. El dia 15 de Enero se reunie.
ron las Córtes en el Teatro de los Caños del Pe-
ral, ínterin se disponia el suntuoso salon del con.
vento de Doüa María de Aragon para celebrar sus
seSlOnes.




( 478)


C,lPÍTULO XXIX.
Séptima campaña. - Napoleon proyecta restituir el Tro-


!lO á Fernando VII. -Conducta de este durante su cau-
tiverio.-l'lan de evasion forlllado por un :lgellte tle la
Inglaterra. _ Se frustra. - Prision del Bamu lle Colly.
- Entabla N apoleon negociaciones secreta~ eon Fernan-
do VII para su restitueioll al Trono de Espaüa. - Fir-
meza del Rey. - Tral.ado de Valcncey. - El Duque de
San Carlos lleva á Madrid el tratado para la rati (ica-
eion pOI' la Reg<lncia. - Carta de S. l\I. á la Itegeneia.
- El General PalafoJ( marcha á :\Iad¡'id con igual comi-
sion, -1'\0 obstante las ncgociaciones, continua la ¡;uer-
1'a. - Accion de I~s líneas del L lobregat. - moqueo de
llarcelona. - Vanhalen, Edecan (le Suchct, pasa alejéreito
cspailOl. - Hace con órdenes falsas cntregar las plazas
de Lérida. Monzon y l\1Cf{uincnza. - Rendicion de De-
nia. _ Rendicion de la Cilldadela de Jaca. - Ocupacioll
de Laredo, y capitulacion tie su fuede. - Operacioncs
del grande ejército aliado. - Aeeion de Labasti.la. -
Acciones de Lohonsa. - Aecioll de Hellete. - Llegada
del Duque de Angulema al cnarte! general aliado. -Ac-
eion de GalTis. -Bloqueo de San J lI<ln de Pie de Puer-
to. _ Accion de Navarren:,. - Paso del Adour. - Blo-
queo de Hayo na. - Retirada del ejército franc¡!s. - Ba-
talla de Orthez. - Accion de Ayre.- Una dipntacion
realista de Burdeos sale á recibir al ejército. - Oc u-
pacion de Burdeos. - Accion de Vic- Vigorre. - Ac-
CiOll de Tarbes. - Retirada de Son!t sohre Tolosa.


18140 Despues de la entera evacuacion de la Espa-
ila por las tropas francesas, la detcl1cion del




r 4"'g)
, l.


Rey Fernando VII, J de 108 Infantes Don Car- 11:114.
los su hermano} y DOII Antollio su tio, Cal'(.!-
cia enteramente d(~ ohjeto para ~apoleoll. Cono-
ciendo este que era ¡rremedia lde d mal éxito de
sus operaciones militares en Espafla, y que la
Europa enlera , destrozado su grande ejército en
Leipzik, é imitando el arrojo de los españoles,
iba á caer sobre la Francia, trató de resLÍtuir al
trono al Monarca, por cuya libertad lanlos y
tan costosos sacrificios estaba haciendo España.
Fernando VII, des pues de haLer renunciado
en su respetable padre Carlos IV la Corona ele
este Reino, trasmiLida por este, como liemos ma-
nifestado en el primer tomo, á Napolcon BOl1a-
parte, fue conlinado al castillo de Valel1cey,
en el departamento del Indre. Aislado de lodos
sus vasallos permaneció en este punto; pero
siendo molesto á ~apoleon el vigilar sobre sus
augustos prisioneros, concibió en 1809 el proyecto
de enviar á Fernando VII á Méjico ó á cualquiera
de las colonias e&pañolas que eligiese, con condi·
cíon de que desde alli renovase sus renuncias al
Reino de Espaila; llevándose consigo no solo á
los Infantes sus hermanos y tio, SillO á sus ancia-
nos Padres y á cuantos augustos príncipes de
la casa de Borbon pudiese recoger, y ofrecién"
dole estados en aquellas vastas regiones, para
evitar de este modo otros tantos enemIgos en
Europa.


El Duque de San Carlos y Don Juan Escoi-
quiz que permanecian en compailía del Monarca
español, se trasladaron á París para acelerar el




(480)
181 4. fin de esta negociacion., <¡ue si se hubiese llevado á


cabo, hubiera contribuido á la mas pronta liber-
tad de España j pero Napoleon conoció las fata-
les consecuencias de este proyecto, y lo dese-
chó, uesterrando á los encargados de concluir
esta negociacion, los que á pesar de la rígida vi-
gilancia de sus agentes para que no tratasen con
ninguno ue los diplom;íticos estrangeros, tuvie-
ron varias conferencias con los Embnladores de
Austria, Prusia y Rusia, y de muchos estados de
la confederacion del Rhin, logrando inflamar sus
ánimos, á fin de que sus Córles respectivas unie-
sen sus armas á las de la España. El resultado in-
mediato fue el acelerar la guerra de Austria, que
si bien tuvo un fin funesto, contribuyó al mo-
mentáneo alivio de la España, que se vió li-
bre de algunas de las tropas que marcharon á
aquella guerra.


Lus pocos espaüoles que permanecian aun en
Valenccy con cl Rey, fucron echados de aquel
pueblo, al mis mo tiempo que al Duque de San
Carlos se le confinaba á Longresaunier) y á Es-
coiquiz á Bom'gcs) en donde permanecieron cua.
tro años y medio. La trnicion, los ocultos ma*
nejos de Don Jmll1 Gualberto Amezilga, que con
apariencias de honradez y l11oderacion se habia
agregado en Vitoria á la comitiva del Rey, y obLe-
nido el empleo de su Caballerizo, fue la principal
causa de que S, M. tuviese esta dolorosa privacion.
Alejados los demasesparlOles logró él quedarse con
el gobierno de la cnsa, bajo el título de Inten-
dente. El fue quien frustró una de las mas her-




(481 )
!llOsas ocasiones que se presentaron al Monar- 181í·
ca para líbertarse de su cautividad y vol ver á co-
locarse al frente de su Nacion.


El Baron de Colly, irlandés de origen y Em-
bajador secreto del Rey de la Gran Bretaña cerca
de Fernando VII, fue comisionado para penetrar
hasta el castillo de Valenceydisfrazado de arcllli-
tecto, comerciante ó de cualquiera otra manera,
y entregal' al Monarca español una carta del Rey
hritánico Jorge IlI, fecha en Londres en el pala-
cio de la Reina á 31 de Febrero de 1810 J Y re-
f('enllada por el Ministro Wellesley, pOI' la (¡Ilf!
se le invitaba á aprovechar esta feliz ocasion d(~ •
escapar del territorio francés, y se le indicaba
que podia fiarse del portador que tenia en s u ma-
no todos los medios necesarios para realizar Sil
importante y delicada mision) quien en prueha de
la verdad de esta presentaria credenciales y olra
carta original Con señales tales que seria imposi_
ble fingirlas á no haberlas recibido del mismo
Gobierno inglés. Efectivamente, esta era Ulla car-
ta en idioma latino que en otro tiempo hahia es-
crito al mismo Jorge el Rey Carlos IV desde
Igualada en Cataluüa, con fecha 9 de Seticmh¡'e
de 1802 J participándole el matrimonio del Prín-
cipe de Asturias con Doña Maria Antonia ele Bor-
bon, hija del Rey de Nápo]es su hermano, á la
espalda de la cual Wellesley habia escrito una
nota con ft~cha del Domingo 26 de Febrero de
1810, certificando que era la verdadera carta ori-
ginal que se entregaba al portador para probar
]a autenticidad de su misiono Para corroboracion


TOMO (/l. (;!




( 482)
181.+. de esta el Rey Jorge dió á Colly otra carta para


el !ley Fernando .. fechada en el castillo de Wiml-
sor en 3 de Febrero de 1810, anullciándole que
S. 1\1. n. enviaba á Espaila por Embajador y Mi-
nistro plenipotenciario á Henrique Wellesley,
noble inglés. El Baron, despues de haber l'egis-
traJo largo tiempo los alrededores del palacio
de Valencey, logrú introducirse en él sin ser des·
cubierto el 6 de Abril; mas por una funesta fa-
talidad se dirigió á Don J uall Amezaga, y le des-
cubrió el plan de su importante tentativa. Dueño
Amczaga del secreto, lejos de revelarselo al <lpri-
sionado Prtncipe j cuyos intereses vcrJdia uparen-
tanda servirle, d¡ó parte de todo al Gohernador
de Valencey Berthemi, quien inmediatamente
sorpl'endió al Baron de Colly, en cuya cartera se
encontraron las cartas citadas y una gran canti.
dad de diamantes. Interrogado el Baroll sobre el
objeto de Sil misio n y medios de ponerla en plan-
la, y acerca de las personas c¡ue auxiliaban su
empresa, no vaciló en coufesado todo franca-
mente. El} su consecuencia se le envió prisionero
<11 castillo de Villcennes, y Berthemi escribió en
el mismo día 6 de Abril al Ministro de policía
Fouché, participándole el impo.·lante descubri_
miento que habia hecho por medio del Intenden-
le Amezaga. Por el intenogatOl'io y confesioll de
Colly no solo se convenció de la autenticidad de
las cartas encontradas en su cartera, y de la cer-
teza de su rnision, sino que se encontraron en s'u
poder una porcion de órdenes del I\liuisterio de
:Uarina y Guerra) y de pasaportes falsos sellados




(483 )
para la seguridad del viage en la ruta que dehía 1814·
scguír con el Rey de España. Ademas contaba
con 2ÚO.OOO francos y un crédito ilimitado sobre
las casas de Maenloff y Claney de Londres, y te-
nia á su disposicion el navío Incomparable de 74
callones, la fragata Desdeiiosa de 50, la goleta
Picante y un brik, cuya escuadra, con vÍvel'es
para cinco meses, aguardaba su vuelta sobre la
costa de Quiberou, puerto donde Colly habia des-
embarcado en la noche del 9 al 10 de Marzo.
Para evitar el Baron scr sorprendido durante Sil
marcha con los impol'tantes documentos de que
era conductor, traia mctida la carta cl'cdencial
dentro de su baston, y las dos latinas del Rey de
Inglatcl'l'¡¡ en el forro de su vestido, una parte
de los diamantes en un cinto, y la otra la tenia
ocnlla l\1r. de Saintbonnet que le acompaña-
ha. Asi qlle verificó su desembarco marchó á.
ParÍs, eu donde realizó en dinero una parte de
sus díarnantes que le había entl'egado el Marqués
de Wcllesley> compró un cabriolé y un caballo,
y se dirigió á Valencey, en donde se pl'esentó ba-
jo el pretcsto de vender objetos de curiosidad;
mas no hahiendo podido ver al Rey, se vió preci-
sado á ft'anquearse Con el Intendente de la casa
Amczaga. Los medios para eiecutar tan vasta y
atrevida empresa eran el que convenidos acerca
de la marcha, Colly prevendría al gefe de la es-
cuadra qlle se hallaba en la costa de Qniberon,
y en seguida volveria á París para proporcionar
los caballos y hombres Ilecesarios á fin de esta·
hlcccr en el camino las paradas de posta. El día




(484 )
It;q. concertado debia el Rey salir de su cuarto como


para dar el paseo ordinario, y montando en los
caballos dispuestos, alejarse lo bastante de Va-
lencey para que cuando los franceses que le ro-
deaban pudiesen apercibirse de su marcha, no
les fuese posible alcanzarlos, y embarcándose
en la escuadra que mandaba el Almirante Cok-
JJrun el Monarca español fuese conducido al pun-
to que designase. Colly y Saintbonnet, depositarios
del secreto, fueron encerrados en un calabozo en
Vincenues, y desde entonces se redobló la vigi-
lancia de los encargados de la custodia de Fer-
nando VII) se estrechó el círculo de su prision,
y aislado entre criados franceses de rango infe-
rior, pasó cuatro ailos y medio en tan triste so-
ledad entre sospechas y chismes suscitados por
la policía de un Gobierno tan suspicaz.


El dia 17 de Noviembre de 1813 el Conde de
I.aforcst, á quien Napoleon habia encargado en-
tablase las negociaciones necesarias para que se
restituyese Fernando VII al trono español, se
presentó en Valencey) y para ocultar á la vista
de cuantos le rodeaban el objeto de Sil mision, se
hizo anunciar al Rey de España bajo el fingido
numbre de Mr. del Bosque, entregándole una
carta del Emperador del tenor siguiente:


«Primo mio: las circunstancias actuales en
t( fíue se halla mi imperio, y mi política, me ha-
« cen desear acabar de una vez con los negocios
« de EspaiIa. La Inglaterra fomenta en ella la
ce anarrplía y el jacoLinismo, y procura aniqui-
« lar ]a Monarfplía y destruir la nobleza para es-




(485)
CI tablecer una repllblica. No puedo menos de 18Lj..
« sentir en sumo grado la destruccion de una na-
« cion tan vecina á mis estados, y con la que ten-
«( go tantos intereses marítimos comunes.


ti Deseo, pues, quitar á la influencia inglesa
« cualquier pretesto , y restablecer los vínculos de
(\ amistad y de buenos vecinos (Iue tanto tiempo
« han existido entre las dos naciones.


« Envio á V. A. R. al Conde Laforest con un
« nombre fingido, y puede V. A. dar asenso á to-
« do lo que le diga. Deseo que V. A. esté persua-
«(lido de los sentimientos de amor y esLimacion
« que le profeso.


I( No teniendo mas fin esta carta, ruego á
(( Dios guarde á V. A. , primo mio, muchos años.
H Saint Cloud 12 de Noviembre de 1813. = Vues-
«tro primo=Napoleon.»


Sorprendido el Rey Fel'llando con tan ines-
perada carta, y conociendo la cautela COIl que
era preciso proceder en todos los negocios en
que intervenía la política de N apoleon , se retiró
por un momento, y conferenciando durante él
con los Iufantes su hermano y tio sobre el con-
testo de esta carta, salieron luego todos juntos á
uir al Conde de Laforest, quien les manifestó que
el Emperador habia querido se presentase bajo
11n nombre supuesto para que el mayor secreto
cubriese esta importante negociaciol1, y les anun-
ció ({ue aunque este habia tratado de compo-
llCI' las desavenencias entre padres é hijos, ha~
cicndo de su parte en Bayona cuanto pudo pa-
ra conseguirlo .. los ingleses lo habian destruido




( 486)
1811' todo J introduciendo la anarquía y el jncobinis-


1110 en España, cuyo suelo se hallaba talado, des.
truida su religion, envih'cido el clero J abatida
la noble7.a, arruinada la madna, é insurreccio-
nadas las colonias, y que los ingleses intentaban
convertir la Monal'quía en República, valiéndose
sin emhargo para alucinar al puehlo del respeta-
ble nombre del Príncipe Don Fcrna ndo. Laforcst,
á imitacion del El11lwradol' su amo que aun no
11abia reconocido por Monarca á Fernando VII,
le daba únicamente el tl'atamiento de Alteza.
Continllando su manifestacíon, prosiguió dicien-
UO J que al paso que las Córtes de Cadiz.> diri-
gidas por la influencia inglesa, caminaban al es-
tablecimiento de una república, los huenos es-
pañoles se lamentaban ansiando por ver reinar el
órden en su patria y unas instituciones conserva·
doras de la propiedad: que conmovido el Em-
perador á vista de tantos desórdenes, le habia co-
misionado para tratar de los medios oportunos,
ya para conciliar los intcl'cses respectivos de am-
has naciones, ya pfll'~ vol vcr la tl'anrluiliJad á
un Reino acreedor á que le poseyera una perso-
na de la dignidad y caracter de S. A.: que esta
negociacion debia ser manejada con la mayor re-
serva con arreglo á.las instrucciones del Empe-
radar, porque si por casualidad llegase ;1 trasllJ-
cirse, los ingleses tratarian de impedirla a costa
de inll'igas y amaños; y finalmente, quc podi~
fiarse en su larga esperiencia en esla clase de
negocios, pues hacia 40 ailOS que seguia la car-
rera diplomática .. durante los cuales hahia recor-




(487 )
rido todas las cÓl'tes de Europa. Despues de con- 181:'¡~
venirse en que para mautenel' el secreto Lafo-
rest permanecería .in,~Ógnito y oculto en Valen-
cey, el He,)' Fernando le contestó que un asunlo
tan serio, y que le bahía cogido tan de sorpresa,
exigía mllclJa re[1exion y tiempo para meditarlo
y dar una respuesta terminante, y que cuando se
¡¡aliase en estado de hacerlo le avisaria. El ob~
jeto de esta dctcrminacion fue el ganar tiempo,
)' tener el suficiente para consultar en materia
tan árdua Con los Infantes; mas como Laforest,
con el objeto de hacer marchar rápidamente esta
llegociacion, scpresentasc de lluevo al dia siguien-
te, el Rf'Y le pl'C¡.(Ulltó cu,íles eran las intencio-
nes del Emperador, y en qué térrninos estaba au-
túrilado para pI'OpOnl~rselas, y se esplicó casi cn
la misma forllla (!ue el Jia auterior, á escepcion
J:~ no haLe!' repetido que los inglescs tralaban
de hacer república la Monarquía de España, dan.
do por supueslo que todos deseaban á .Fernando
VIl; pero que si aceptaba el Reino que el Empe-
rador queria dC\,-ol n~rle , era menester que se
conviniese en los medios de arrojal' á los ingleses
de la Península.


El Rey, que 'en este negocio caminaba con el
mayor cuidado y circunspeccion, le contestó, de
aCllerdo con los Illfanlcs,{IUC de nada podía tratar
hallándose en las circunstancias en quese encono
Ircllla en Valencey, y que ademas no podia dar
Jlill gu II pa so dcfi niti v o sin el consenlimien lo de
]a Nacion representada por la llegcncia. Lafo-
rest replicó que las intenciones del Emperador




(488)
'B1~. uo eran que S. A. hiciese la menOr cosa contraria


á la voluntad de la Esparla ; pero que en este su-
puesto era preciso que S. A. escogitase medios
para ventilarlo todo. A lo que replicó Fernando,
que nada podia hacer sin anuencia de la Regen-
cia , porque despues de cinco años y medio que
se hallaba ausente de su Reino, ignoraha el esta-
do verdadero de los negocios, no sabiendo mas
que lo que los papeles públicos de Francia anun-
ciaban. En vanO Laforest intentó entonces probar
que el estado de la España era el que pintaban los
mismos papeles, Fernando VII insistió en lo que
tenia manifestado. Por último, Laforest le dijo
que era preciso comenzar sen tan do las bases prin-
cipales del tratado de la negociacion, en virtlHl
de la cual habia S. A. de volver á ocupar el trono
de España, para lo que debia nombrar por su
parte algul1 español de los que en la actualidad
residían en Francia. El Rey contestó que ne-
ccsitaha reflexionar sobre esto, y que asi se
tomaba tiempo para meditarlo. Despedido asi
el Embajador, volvió á presentarse al s;iguiente
día; mas el Bey le declaró que drspucs de haber
reflexionado maduramente sobre las proposicio-
nes del dia anterior, nada podia ni debía hacer
ni tratar en su actual situacion, sin consultarlo
con la N acion ó con su GoLiel'l1o ; y pllCS que el
Emperador le habia pm'sto nlli, si qnel'ia (pie
volviese á España, ;Í dIe correspondia Iralal' con
la Regencia de este lleino, pues tenia pl'oporcion
para ello, ó si no disponer las cosas de modo que
una diputacion de aquella "iníese con su (lllllt'U-




(489)
cia á entcrarle del estado de los negocios de Es- 1814.
paña, y á proponerle los medios de hacer á esta
verdaderamente feliz J y de esle solo modo po-
dria ser válido lo que tratase desde alli con el
Emperador: que esta diputacion era tanto mas
necesaria J cuanto que no tenia á su disposicion
persona alguna de quíen valerse al efecto. Lafo-
rest pretendió en seguida probar á S. M. con una
estudiada y larga arenga J que los ingleses y por-
tugueses eran los que dominaban en España J que
su intento era poner en el trono espaüol la casa
de Braganza J comenzando por colocar en él á
su hermana la Princesa del Brasil Doüa Joaqui-
na Carlota; y por fin concluyó su discurso cxi-
gienuo de S. M. que le Jijese francamente si á su
vuelta á Espaüa seria amigo ó enemigo del Ern-
perador. El HCJ, que cn toda la série de esla ne-
gociacíon habia manifestado una firmeza admira-
ble J apoyado en un todo por los Infantes Don
Cárlos y Don Antonio, le manifestó que aun
cuando eSlimaba mucho al Emperador, nunca
cjecutaria cosa que fuese en contra de la felicidad
de Espaüa, declal'<Índole por fin con la mayor
resolucion, r¡ue sobre este particular nadie en el
mundo le haria mudar de dict,ímen, y que si el
Emperador queria que vol viese á España, con-
certase un tratado con la Regencia, y despues
de hecho) haciéndoselo constar J lo firmaria;
pero que P;¡ ['él esto er'a preciso viniesen diputados
dc la Regencia, y le enterasen de todo. Encargó
á Laforest que asi 10 hiciese presente al Emper«-
dor J y que esto era lo que le dietaba su concien-


TOllO 1 Il. G2




(490)
11:114· CIa. Al dia siguiente el Rey entregó al Comisio-


nado francés una carta para el Emperador, en
contestacion á la de este (1).


Despues de haber recibido Laforest la carta
del Rey, preguntó á S. M, si queria tratar con el
Emperador antes de habel' consulLado á la Regen-
cia, ó despues; que en este último caso se dilataria
bastante el asunto; y si antes, una vez arreglado el


(1) Esta carta es la siguiente:
«Sellor: El Conde de Laforest me ha entregado la car-


ta que V . .L\I. 1. me ha hecho la hOllra tIc escribirme, fecha
12 del corriente, é igualmente esloy JIluy recollocido á la
hOllra que V. M. I. me hace de (lllerer tratar conmigo
para obtener el fin (lue desea de poner un térmillO á los
negocios de España.


« V. lH. 1. dice en su carta, que la II/glaterra fiJlllenla en
ella la anarquía, el jacob in is lila , y procura {l/li,/ltI"[f{r la,
lIfonarqllla espa;io{a •. No puedo lile/lOS de sentir en SWIlO
grado la dcstruccion de una naclon tan 'vecina d mis esta-
dos., y con 1,1 que tengo tanlos intereses lIlarftimos comunes.
Deseo ¡HleS quitar, prosigue V. ::\I., d la illfluencia inglesa
cuaZ,¡llicr prctcsto ,y restablecer los vínculos de amistad y
de buenos vecil10s que tanto tiempo han existido cntre las
dos naciones. A estas proposiciones, SellOr, respondo lo
mismo que á las que me ha hecho de palahra de parte de
V. M. 1. Y R. el Señor c;onde Laforest, (Iue yo estoy siem-
pre bajo la proteccioll de V. 1\1. 1. , Y que siempre le pro-
feso el mismo amor, de lo (Iue tiene tantas pruehas V .l\I. l.;
pero \JO puedo hacer ni tratar nada sin el consentimiento
de la Naeion espai"¡ola, y por eOllsi[Juiente de la Junta.
V. M. 1. me ha traido á Y ákneey, y si quiere colocal'llJC
de nuevo en el trono de Espaha, puede V, ]\I. hacerlo,
pues tiene medios para tratar con la Junta, (Iue yo no
kllgO; ú si V.!\L 1. qliicrc ahsollltamenle Lralar eOllllljoo,




(491 )
asunto con el Emperador, la Regencia lo ratifi- 1814·
caria: que si el ánimo de S. A. al volver á Espa-
ña era el de continuar la guerra con la Francia,
el Emperador preferiría el retenerle en su poder,
y seguirla en los mismos términos que hasta en-
tonces. A estas insinuaciones le contestó Fernan-
do, que la norma y tipo de su conducta seria
siempre la felicidad de la España; y que si esta
exigia la amistad de la Francia, la profesaria á
esta nacion; y si por el contrario el bien estar
de aquella requeria la alianza con la Inglaterra,
se umrla COn esta potencia; que si al Emperador
110 le acomodaba este modo de pensar, que cual-
quiera Príncipe adoptaría en su lugar, era árbi-


y no teuicndo yo a¡Iui CH Francia ninguno de mi confianza,
nccesito que vellgan a([lli, con anuencia de V. M. 1., Di-
putados de la JLlnta para cnterannc de los negocios ele Es-
palia, vcr los medios dc hacerla vel'daderamente feliz, y
para que sea válitlo en Espalia todo lo que yo trate con
V. M. l.


uS i la política de V. M. , Y las circunstancias actuales
de su Imperio, !lO le pcrmj~ell conformarse con estas COII-
diciones, cntonccs (luedaré rplieto )' muy gustoso en Va-
lencey, donde hc pasado ya cillco altos y medio, y donde
})crmaneceré tUlla mi vida, si Dios lo dispone asi.


"Siento mucho, Señor, hahlar lle este macla á V. M.;
pero mi conciellcia me obliga á ello. Tanto interés tengo
por los ingleses como pO!' los fl'anceses; pero sin embargo
debo preferir á todo los intcl'cses y felicidad de mi N acion.
Espero ,pte V. lU. 1. Y R. no verá ell esto mismo mas q\lC
una prueha de mi illF/llua sinceridad, y del amor y ('ari-
llO ¡pIe tengo :í V. "\J. Si prometiese JO algo :í V. l\l., Y
(Ine despues ~StlIY iese obliGado :í hacer todo lo contrario,




(492)
1814· tro de retenerle como hasta entonces en Valen-


cey. Laforest participaba casi diariamente á Na-
poleon el éxito de sus conferencias; y para faci-
litar la conclusion de esta negociacion, el Em-
perador dispuso que marchase á Valcncey el
Duque de San Cárlos, para que este, con plenos
poderes del Monarca espailol ... pnuiese entenderse
con el Ernhajador francés. San CárIos admiró la
conducta firme de] jóven Monarca, y autorizado
plenamente por él, firmó un tratado con el Con.
de de Laforest, que no debia considerarse como
terminado hasta que llevado á Madrid por el
mismo Duque, obtuviese la ratificacion de la He-
gencia, y despnes fuese sancionado y confirmado
por S. M., hallándose en plena liberlaJ. y resti-


¿ qué pensaría V. 1\1. de mí? Diria que era un inconstante, y
se hurlill'ia tle mí, y adcmas me deshoural'ia para con toda
la Europa.


«Estoy muy satisfecho, Señor, del Sei'tor Conde ele La-
forcst, que ha manifestado mucho celo y ahinco por los
intereses de V. lVI. , y que ha tenido muchas consideracio-
lIes para conmigo.


"Mi hermano y mi tio me cncargan les pOllga a la dis-
posicion de V. :\1. I. Y R.


"Pido, SellO!', á Dios conserve á V.M. muchos ailos.
Valellcey 21 de Noyiemhre de 1813. = Fernando. J)


El Rey de Espaila se condujo en esta llc¡.;ociacion con
la mayor frallllue;r.a de carácter, guiado solo de sus pro-
pias inspiraciones, pues no t¡lVO mas consultores {Iue los
Infantes, sin hallarse á su laJ.o sugeto algullo vel'snt1o el!
la diplomada. S in emhargo, es necesario confesar que el
mas dieslro y antiguo diplomático !lO lmhicra sabido des-
cm pClIar mejor tan delicada comisiono




( 493)
tuido al trono español (1). El Rey conocia que 1814.


(1) El tratado concluido entre el DU(lue ue San Carlos
y Lafurcst fue el siguicute, que copiamus Íulegro por la
importancia histórica de este JOC1l1l1CutO.


ARTÍCL'LO 1. 0


« IIahrá en adelanle, contando (lesde el elia de la fecha
de la ratilic,ICioll del presente tratado, paz r amistad en-
tre S. :\1. Fernando VII y sus sucesores, y S. l\I. el Em-
perador y Rey y sus sucesores •


.ARTÍCULO 2. 0
C( Cesará toda hostilida(l entre las dos naciones, tanto


en ticrra como eJl la mar, ,í saber: inmediatamente (Iue se ha-
: a hecho canGe de las rat ificaciones en los (10m in ios del con-
t illente; (IuilH;c dias despues en los l1Iarcs (IUC bailan las costas
de Europa, y las de Africa del otro lado del Ecuallor; cna-
reuta dias despues de dicho cau ge en los paises y mares
del Africa, y dc Alllérica del lauo de allá del Ecuador; y
tres lIlf!SCS despues ell los paises.y mares situaJos al Orien-
te Jel cabo de llllena-Esperauza •


.AI\TÍCl;LO 3. 0


« S, M. el Emperador de los franceses y Rey de Italia
reconoce á Feruando y sus sucesores COIllO !leyes de Es-
paií a y de las IlIdias, segllll el .úrden de herencia estable-
cido por las leJes flludameutales de ~spaila.


AH.Ti'cVLo /í. o
«S. 1\1. el Elllperador y Hey recolloce la integridad


de la Espaüa dellllisl1lo modo (Iue e'l.istia alltes dc la actual
guerra.


.ARTÍCULO 5. 0
(f Las provincias y plazas que ocupan actualmente los


franceses, ee el! tl'egarán á Jos Goberlladores y tropas espa-
fwlas, (lue cnvie el Hey, en el estado en que se eucucll-
treu.


ARTíCULO G.o
c( S. M. el He)" Fernando se ohliga por sn parte á mall-




(494)
1814. nada podia hacer válido durante su cautiverio.


tener la integridad de Espai'ia, de las islas, plazas y presi-
dios adyacentes, y sobre todo Mahon y Ceuta. Se obliga
tambieu á hacer evacuar al ejército hritánico y á los Gober-
lladores de esta Nacion las provincias, plazas y territorios
que ocupen.


ARTÍCULO 7. o
(( Un comisionado francés y otro espaiiol hadn un tra-


tado milital', para que los franceses ó ingleses evacuen al
instante las provincias espallOlas fIne ocupen.


ARTÍCULO 8. 0
« S. M. C. y S. l\f. el Empel'ador y Rey se obligan recí.


proeamente á ll1autencr la independencia de los derechos
marítilllos, como se estipuló en el tratado de UtI'cch, r
como los han mantenido las dos Naciones hasta el alio de
1792.


ARTÍCULO 9. o
« Tallos los españoles del partido del Rey José, qne le


}¡ayall sCl'vido en empleos civiles, polílicos ó militares,
ó que le hayan seguido, volverán ;í gozar de los derechos,
honores r prerogativas que tenian antes. Se les vohcr:ín
todos los hienes de qne hayan sido privados. S e dará un
11lazo de 10 allOs á los que. se (luieran ,¡uedar fuera de Es-
palia, para ([lIe puedan vell(lel' todos SLl, hielles, ~- tomar
todas las provillclleias necesarias p¿u'a SLl lluevo estableci-
llúento. Se les cOllservadu SLlS del'echos á las sucesiones
que se ol'iginasen en favor suyo, y podrán gOl.ar y dispo-
ner de sus hienes, sin estar sujetos á ninglUl derecho, sea
cual fuere.


AlITícULO 10.
1( Todos los bienes talllo muebles como raiees que per-


tenecían ell Espaüa antes de la guerra :í fr,wecses ó ita-
lianos, se les volverán á e~tos. Todos los hienes (PlI" perte-
necian en Fr"ncia ó Italia á espaüoles, y c¡ne :ie hallen se-
cuestrados ó eonflscaJos, se les volrcdn iSllalmentc. Se




(495 )
San Cárlos se dispuso á marchar para llevar ~ 1814-.


nombrarán por una y otra parte comisionados para ven-
tilar y arreglar los pleitos que se suscilasen al ejecutar es-
te artículo y el anterior. Decidir:ín tamhien los pleitos re-
lativos á las adquisiciones que se hayan hecho durante la
guerra.


ARTícULO 11.
«Se volverán por una y otra parte los prisioneros que


se hayan hecho, ya sea que esten en depósitos ó en cual-
¡luier otro parage, ya sea que hayan tomado servicio, á no
ser que desplles que se haga la paz, declaren delante de
IIn comisionatlo de su Nacion, que quieren quedarse al ser-
v icio de la Potencia en cLIya tierra se hallan •


. ARTÍCULO 12.
«La guarnicion lle Pamplona, los prisioneros de Cádiz,


de la Coruií a, de las islas del .Mediterráneo, y Jos de cual-
quier 011'0 depósito que hayan sido entregallos á los ingle-
ses, serán devueltos igualmente, ya sea (pIe eslen en Es-
jlaüa, ó ya hayan sitio enviados á América ó Inglaterra.


ARTíCULO 13.
«S. :M. Fernal1l10 VII se ohliga á pagar al Rey Cárlos


IV y á la Heilla Sil muger una calltidad de treinta millo-·
nes de reales al aTlo, que se pagad por cuartas partes de
tres cn tres meses. Despl1es de la muerte dcl TIc)' le que-
dará á la Hcina de viudedad una reuta de dos millones de
fl'ancos.


« Todos los espalIOles que estan á su servicio, tiene n la
facuttatl de residir fucra de Espaila, donde SS. MM. lo
juzguen por cOllveniente.


ARTÍCUW 14.
« Las dos potencias formadn un tratado de comercio,


y hasta que csLé formado, sus relaciones comerciales sub-
sistidll cn d mismo pie que estallan antes de la guerra
del aüo de ¡ 792.




(496 )
1814. la Regencia este tratado con una carta de S. M.,


en que anunciaba la conclusion de él (1) •


.ARTÍCULO 15.
« L as ratificaciones del presente tratado se cangearáll


en París en el término de un mes, ó antes si puede ser.
"Hecho y fi¡,mado en Valencey á 8 (le Diciemhre de


1813. = El DU(llle de San Carlos, =EI Conde Laforest.


( 1) La carta (Iue se cita es la siguiente:
« La divina Providencin, (pIe por uno tle sus arcanos per-


mitió mi tt'ánsito dd palacio de Madrid al de Valencey,
me ha concedido tarnhiell toda la S::t1IH! y fucrzas (pte nccc-
sitaba, y el consuelo de no h:¡]¡erl1le sep¿u'a(lo UI! IlIomen-
fo de mis muy ;nnados hermano y tio los Iufantes Don
Cárlos y Don Autonio.


«En cste palacio hallamos una noMe 11Ospitalidall: nues-
tra"e'{istencia ha sido despues tan suave, cuallto cahia en
mis circunstallcias, y lw empleado cl tiempo (lcs,le aquella
époea dellllodo mas análogo :Í mi nuevo estallo.


«Las lÍnieas llotieias (PIC hc tellido de mi alllada Espalia,
me las han suministrado las gacct~s francesas. :\le han da-
do algun conocimicnto de sus sacrificios por :'Ilí , de la hi-
zarra é inalterahle constancia de mis fieles vasallos, de la
pCl'sevel'ante asistencia de la IJlglatcrra, de la admirable
conducta de SIl Gcncral en (.)c[e Lord \Vellillgtoll, y ,lc
los Generales esparLOlcs y aliados 'pIe sc han distin(.)llitlo.


« El Millist'~l"iu inglés dió ell sus C01l111llicacionc,; de 23
de Abril (lel a110 pasado Ulla pruelJa de cstar pronto.í reci-
bir proposiciones de paz, fl1l1(ladas en el reconocimiento
de mi Persona. S iu embargo, los males de mi ReiJlo couti-
nuaban.


«( En este cstarlo de pasiva pero vigilallte ohservacion
estaha, cuando el Emperador de los franccscs) Rey de
Italia, me Itizo espontáncamente pOI' mano de su Elllhaja-
dar el Conde de L;¡fol"cst proposiciones de paz, fundadas




( -197)
Al m lSll1 o tie 111 po lle va ba instl'll cciones secrc- 18L~.


tas y verbales para no espollerse á que se las in-
terceptase el gobierlJo frallc[~s durante Sil marcha,
reducidas á (lile examinase el espíritu de la He-
gencia y las Córl.es, y que en caso de que las
hallase a¡licl.as á S. M., les manifestase con el
mayor sigilo (Ille su intencionera que la Regen-
cia ratilicase este lratado, siempre que las rela-
ciones de la Espaüa con las naciones coligadas
contra la Fr<lncia se 10 permilieran; pel'o que en
el caso de ser contl'al'io á los intel'eses de la Na-


en la r~st.itucion de mi lleal Persolla, en la illtegridad é
indcpcll<Jcllcia (te mis domillios, sin cláusula (IlIe llO fuese
conforme al honor, decoro é intereses de la N acioll espa-
flOJa.


"Perslladido de qne la Espalla deslmes de la mas feliz y
prolon~a(ta guerra no pothia hacer paz mas ycntajosa ~ au-
torice al DlHlue de San Carlos, para que en mi Real nom.,.
JJre tratase lle este importante asunto con el Conde tle La-
forest, 11Jell;"olcllciario nomhrallo talllhiel1 al efecto por el
EllIPe¡·adol· Xapoleoll: lo concllly<> felizlJlellte, y he nom-
hratlo al mismo DIl(IUC para que lo lleve :í la Hegencia, á
fin tle que enprneha de la confianza que hago de ella, es-
tienda la~ ratilicaciones segun costumhre, y me devuelva
el tratado con esta l'ormalidatl ~in pérdilla de tiempo. ¡Cuán
satisf'dclc;)'io es p;lra l\lí haccr cesar la efllsioll tle sangre,
ver el fin de talltos males) j' Cll~lltO anhelo volver á vivir
cllmedio de unos vasallos tIlle han dado at ulliverso un
ejemplo de la mas acrisolada lealtad, y de un carácter el
mas nohle y generoso!


.En Valencey á 8 de Diciembre de 1813, =Fernando.=
A la Regencia dc Espaiia.


TOlllO 111. 63




(498 )
1814. cion, podian negar la ratiGcacion: que si á la


Regencia le parecia que con venia que esta se ve-
rificase tel11poralrnente, hasta que S. M. estuvie-
se de vuelta en Espaüa, podia acceder á la ratifi-
cacion, entendiéndose con la Inglaterra, en la
suposicion de que sin la aprobacion libre de S. 1\1.
quedaba incompleto el tratado; y que puesto en
libertad, podria en lo sucesivo declararle forzado
y nulo por contrario á los inLereses de sus pue-
blos.


Que si dominaba en la Regencia yen las Cór-
tes el espíritu de la libertad, reservase estas sus
Reales instrucciones, contentándose con insistir
en que la Regencia diese su ratificacion, la que
no impediria el queSo M. á su vuelta al trono
continuase en guerra con la Francia, si asi 10
exigía el bien de la ~ acion.


El Duque de San Cár10s partió el 11 de Di_
ciembre con los pas;:¡portes convenientes espedi-
dos bajo el supuesto nombre de MI'. Ducós, para
que ni aun se sospechase la importante negocia-
cion de que iba encargado.


Don Pedro MacalJuz, que tambien se hallaba
desterrado fuera de Valencey , recibió órden del
Emperador para trasladarse á este punto, é igual-
mente el Mariscal de Campo Don José Zayas, el
Teniente geneTal Don José Palafox y :\1 elci y Don
Juan de Escoic[uiz, [os cuales llegaron á su des-
tino el 14 de Diciembre.


Macanazy Egcoiepliz continuaron tratando con
Laforest, que permanecia siempre incógnito en
una habitacion de la misma casa en tlue se halla.




(499)
ba alo1ado S. M. Como la situacion de Espailfl era 181 4_
la de encontrarse sumamente agitada con las ope-
raciones de la guerra, y el Duque de San Cúlos
-pouia enfermar &. tener a\\;\)n contraÚem\)o en el
camino que retardase el éxito de S\1 importante
misiol1, acordó el Rey enviar con la misma du-
plicada á Don José Palafox y Melci, el que reci-
bió una nueva carta de S. M. (1) para acreditarle


(1) E,ta c:lrta es la siguicnte:
"l'ersuadillo de (jne la Hegencia se llahd penetrado


de las circllnstancias (¡Ile me hall dctel'lllinado :í enviar al
DllIple tle San Cádos, y de IIltC t!ieho Duque regresará,
conforme á mis ardientes deseos, sin ]lenle]' illstallte con
la ratiflcacioll dd tratauo, continllando ell dar al celo y
alllor de la l1cgcncia á mi Real Persona seilales de mi COIl-
fianza, la !~Ilvio la al'lllltacioll fine sobre la ejecucion del
hatallo lile ha eOlllllllicado el COllde lle Laforest COll Don
José de Pala{'ox y :\Idei, Telliente gellel'al (le mis Reales
ejércitos) Comendador de l\Iontallehuelos en la órden de
Calatrava, de cuya lidelidacl y prudencia estoy completa-
melJte satisfecho. AlmislllO tiempo le he lH~cho enlregar
copia á la lctra del tralildo 'Iue he eonfiatlo al Dutlue (le
Sall C:írlos, á fin de '¡Uf! ell caso que el espresallo Duque,
por alguna imprevista casualillad, no 11lt!Jicse I!I'gado:í esa
corte, ni ['OIlido informar <Í la Regencia de su comision,
haga sus veces en cuanto pudiese ocurrir relativo á dicho
tralado, srlS efectos y ermseenencias, como talllhien para
(Ille si el Duqlle de Sal! C:írlos, cumplida SlI cOIl1ision, hu-
lJiesc l'{~f,l'(:satlo (í regresase, se que,lc el referido Palafox
en esa corte, ;í fiu de (Jlw la Regencia tenga en él un con-
ducto seguro por dOlld(~ pnella comunicarme cuanto fuese
conducente ;í mi Real servicio. En Valelleey ;Í 23 de Di-
cielllhre ,le 1813. = Fernando. = A la Regencia de Es~
paria.




(500 )
1tilf· con la Regencia, acompañada con la misma ins-


tru::cion ostensible, é igual prevencion secreta
adicionada únicamente COn la de que procurase
avistarse con el mayor sigilo COn el Embajador
de Inglaterra en Madrid, y le manifesla~e \:011 la
reserva que el caso exigia, lo agradecillo que es-
taba S. M. C. por los esfuerzos de su gobierno en
favor de la España, y sus verdaderas intencio-
nes en las negociaciones que eslaLall pendien-
tes con Napolpol1; á fin de que lejos de of(~ndel'­
se de ellas su corte, conl rilJllyese á la mas pronta
consccucion de este negocio. El Gellcral P'lLtfox,
con el supuesto nombre de MI'. Taysier, salió de
Valencey para Madrid el 14 de Dicielllbre de
1813.


Las negociaciones entahladas por Napoleon
con Fernando VII en nada entibiaron el ardor
Con que se continuaba la guerra contra las tropas
francesas que ocupaban aun la Península. El Ma-
riscal Suchet, con mas de 3.000 illfanLes, cubria
en Catalniw la línea del Llobregat, apostados en
los puntos de San Visens y de Molins de l1ey,
cuyo puente tenían fortificado. El prim(~r ejército
español, combinado con el anglo-siciliano, se pu-
so en movimiento el 15 de Enero, mientras que
un cuerpo de tropas al mando del Baron de Ero-
les maniobraba por la parte de la Garriga, con
el fin de llamar la atencion de las fuerzas france-
sas destacadas en Granollers. La di\'ision espa-
ilOla al mando del intrépiJo Sa['sfield, con SR
correspondiente artillerÍa y caballería británica,
atacó en la mai1311a del 16 la línea fúl'li1icada dd




(501 )
LloLregat por la derecha de este rio, y el resto 1814.
de Jas tropas del primer ejército al mando de su
General en gefe Copons, que d('bia concurrir al
mismo ataque por la izc¡nierda, no pudo verifi-
carlo simull~n('amente, por haber sido retardado
en su marcha por la obscuridad de la noche y
mal estado de los caminos. Sin embargo, 31111(lue
llegó despucs de empezado el ataque, contribuyó
á que aLanJon:mdo el puente de l\Iolins de Rey
el enemigo, fuese desalojado de sus posiciones .r
obligado á replegarse á San Felill de Llobregat,
desde cllyo punto reforzado con fneJ'zas respeta-
bIes, obljgó al ejército aliado á retroceder y ocu.
par sus antiguas posiciones.


Los sucesos del grande ejército de Wellingtoll
en el mediodia de la Francia, y estas ventajas,
forzaron al I\Jariscal Suchet á replegarse y re-
concentrar sus fuerzas, y volando las fortifica-
ciones de Molins de Rey, Mataró , Mongat y San
Celoni, evacuó el llano de :Barcelona y situó su
ejército en el Ampurdan. En su consecuencia el
español y anglo-siciliano marcharon sobre Bar-
celona J CIlJO bloqueo se completó el dia 8
de Febrero. El Mariscal Sllcht't dejó encargada
la defensa de esla plaza al General Haberl J con
una gllarnicion de cerca de 9.000 hombres; y el
1." de Febrero fue declarada en estado de sitio.


Una divÍsioll francesa de 10.000 hombres
marchó con dil'cccion á Lion de Francia, que-
dando de este modo bastante disminuido el ejér-
cito francl~s de Cataluña. Un alferez de navío que
babia sido de la real Amlada espaüola, llamado




( 502)
1814. Don Juan Vanhalen, belga ú holandés de orígen,


y f¡Ue habia hecho bllenos servicios á la España
al principio de su glOl'iosa illsurJ'eccion, se pasó
al servicio del Rey José, y por recomendaciones
del Dllclue de Feltre, Ministro de la Guerra del
Imperio francés, fue colocado en el Estado ma-
yor del ejército de Cataluí'Ja. Al partir intentó
lleval'se consigo, por medio de órdellps falsas,
un destacamento de 200 caballos; pero habiendo
rehusado seguirle, conocido el engaüo por el
Oficial que lo mandaba, tuvo tple vcrificar solo
su pensamiento. El desertor Vallhalen, mientras
permaneció en el Estado mayOl' del ejército fran-
cés, aprendió á contrahacer la letra, cifra, firma
y sello de que se servia el Mariscal Suchct en su
correspondencia secreta, PClra borrar su primera
defeecion, intentó hacer un servieio seüalado
á las armas espaüolas, y despl1cs de haberse
puesto de acuerdo con el Baron de Eroles, y ob-
teniLlo la aprobaeion del General en gefe Copons,
se presentó el 13 de Febrero delante de Lél'ida,
cuyo blo(lllCO formaba la division del 13aron.
Vanhalel1 con su uniforme de Oficial del Estado
mayor general del ejército francés, presentó una
carta falsa del Mariscal Suchet al Gobernador de
LériJa, hitloro Lamarque, por la que le prevenia
evacunse la plaza de Lél'ida, y entregándola á los
españoles, se dirigiese por el camino mas corto
;l reunirse con In vanguardia del ejéreito, con-
fOl"rne á una capitulacioll que acababa de ajustar-
se, y podia cOllsiderarse como el preliminar de
la paz. En vista de esta carta (Iue entregó Vanha ..




{W3 )
len ... acompaiiado de UIl Oticial dd Estado mayor 1814.
español J el Gobern~dOl' <le Lérida no dudó eu
evacuar la plaza, lo mismo fine los de Mecluiuen-
za y l\lonzon J dcs['ues de algunas fOl'lllalidades
estipuladas; y las guarniciones de las tres que
ascendian á cerca de 2.000 hombres, acompaña-
das por la division del General Ero]es, que se
suponía encargada de preparar los víveres y ha-
cer respetar la C<lpilubcioll, se pusieron en mar-
cha pasando por Cervera é Igualada. En esta úl-
tima villa principiaron á recelar los franceses
por algunas imprudentes conversaciones de los
11abitautes, el lazo en que habian caido. Fallá-
fonles los víveres aquella noche J ¡:¡u'Hlue se les
prornetió suministrál'selos mas adelante; y al si-
guiente dia , llenos de hambre y de fatiga, llega-
ron á los desfiluderos de l\LlI,torell, en dOllJe
haciendo alto pusieron sus armas en pabellones,
esperaudo con impaciencia la distribucion de los
ranchos; pero de repente vieron al ejército espa.
¡lO 1 coronar las alturas á derecha é izquierda,
mientras (Jue la division de Eroles ocupaba su
espalda, y el ejército illglés á las órdenes del
General Clinton, colocado sohre el camino de
Palleja les cerraba el paso. En esta sítuacion se
les hizo saber que eran prisioneros y vÍclimas de
un ardid de guerra, y el General Lamarque se
vió en Ja necesidad de firmar una nueva capitu-
lacíon, y sus 2.000 soldados en lugar de marchar
hácia Barcelona, torcieron su rumbo sobre Villa-
franca.


Vanhalen trató de hacer igual tentativa en la




(504)
1814· plaza de Tortosa ; pero su Gobernador el Gene-


ral Robert poseía eminentemente la cualidad
esencial de un buen GobernadoI' de plaz.a, la
prudencia; y desconfiando de su mi8ion, propuso
una entrevista, que los Generales españoles mi-
raron sin duda como peligrosa. Vanhalen se re-
tiró bajo el pretesto de ir ;1 llevar igual árden al
Gobernadol' de Sagunto Ó Murvicdro; pero ha-
biendo (~ste exigido de él que entrase en la forla.
leza, Vanhalen no se atrevió a verificarlo, de-
biendo á la prevision de sus Gobernadores el ha-
berse salvado eslas plazas del golpe preme_
ditado.


De resulLas de estas adquisiciones y del esta-
do de los dernas negocios, el Mariscal Suchet
trató de entahlar una negociacion con el General
Copons, para la enlrega de todas las plazas del
Principado, á escepcíoll de la de Figueras. El
Gefe de su Estallo mayor se avistó COIl el 13riga-
dier Cabanes, que lo era del ejército español;
]1erO toda negociacion neceúla apoyarse COn la
fuerza, y el Mariscal Suchet se hallaba cada dia
mas exhausto de esta, porc{ue lejos de recibir
refuerzos de Francia, iba dirigiendo hácia aquel
Reino casi todas sus fuerzas, por lo ({ue se vió
en la precision de ahandonar el 9 y 10 de Marzo
la plaza de Gerona) y todos los puntos fortifica-
dos del Plligccrdá, y á Olot y Palamós, que fue-
ron inmediatamente ocupados por los espaüoles,
conservando únicamente las plazas de Figueras y
de Rosas. Por entonces tuvo que mandar Suchet
otra division en la misma direccion de Lion de




(505)
Francia" y retirado á la plaza de Gerona el ejél'- 181'1
cito anglo-hispano-siciliano, continuó el blo(IUCO
de Barcelona. Al mismo tiempo el segundo ejér-
cito español que continuaba sus operaciones en
el Reino de Valencia, se apoderó de Denia, y si-
tiando á Peñíscola, blogueó á Sagunto y á Tor-
tosa.


Llevamos manifestado ya anteriormente que
despues de haber asaltado y tomado la plaza de
Jaca en 5 de Diciembre de 1812, dos batallones
de la division navarra quedaron bloqueando la
ciudadela. Rechazadas por estos las frecueutes
salidas de la gU3rnícion, compuesta de 276 sol-
dados y 20 Oficiales, esta se vió precisada á ca-
pitular el!7 de Febrero, saliendo COIl todos 105
honores de la guerra, bajo la condicion de poder
marchar para Francia; pero con la obligacion de
no tomar las armas hasta que se verificase la de-
volucion de igual número de prisioneros españo.
les, clase por clase, é individuo por individuo,
cOlldicion que no cumplieron, porque al instan-
te se íncorporaron con su ejército de operacio-
nes. En la ciudadela de Jaca se encontraron en
batería 54 cañones, y 30 desmontados, gran por-
eion de vestuarios, de municiones de boca y
guerra, y de fusiles.


Desde fines de Junio de 1812 una division de
tropas del cuarto ejército español se hallab~
bloqueando la plaza de Santoila, sin haber obte-
nido aun un resultado decisivo. En Enero de
1813 dispuso Lord Wcllington que se reforzase
este bloqueo con Ulla brigada del mismo ejército


TOMO 111. 64




(506)
1814. al mando de un Gde de conocimientos, hábil Y


activo, que dirigiese las operaciones. Eligió al
efecto al Brigadier Barco, que marchó inmedia-
tamente á aquel destino Con una brigada de in-
fantería y la correspondiente artillería. En la
noche del 12 al 13 de Febrero se apoderó del
fuerte del Puntal, que fue destruido, y en la del
:H al 22 atacó el fuerte y pueblo de Laredo, y
aunque aquel quedó ocupado, y las tropas aloja-
das en el primer recinto de este, se paralizó la
operacion por las graves heridas recibidas por
Barco, de cuyas resultas murió este intrépido
Gefe el 26. El Coronel San Llorente tomó inme-
diatamente el mando de las tropas del bloqueo,
y habiendo empezado y continuado los trabajos
contra la obra principal del fuerte, logró que el
Gobernador pidiese capitulacion, que se conclu.
yó en la tarde del 24, quedando la guarnicion,
c.ompuesta de un Capitan, seis Oficiales y 239
soldados, prisionera de guerra. El fuerte se en-
contró defendido con 10 piezas de artillería de á
8 Y 16. En el mismo dia fueron tambien tomados
con la mayor bizarría por los espailOles los pues-
tos fortificados de Gramo y Brusco, quedando de
consiguiente reducida la defensa de Salltoña á
los estrechos límites de su península.


El grande ejército de Wellington ocupaba las
márgenes del Nive, y el DU{lue de Dalmacia
Soult, con el suyo que aun constaba de 60.000
llOmbres, aprovechaba la paralizacion de las ope-
raciones militares, y la inaccion consiguiente
á los rigores dI.: la estacioll, para completar la




( 507)
instruccion del gran núrnero de reclutas que ha- 1814.
hia recibido. Con la idea de procurar recursos á
su caballería, y de enlazar sus operaciones con
las del General Harispe en el valle de Ossez, re-
solvió estenuerse hácia su izquierda, y aproxi-
marse á Helette, punto dominante en el camino
de San Juan de Pie de Puerto á Bayona. V crifi-
eó Soult este movimiC'nto el 5 de Enero; pero
una brigaua portuguesa del ejército aliado que se
11allaba en posicion sobre el rio Joyeuse, eerca
de la Bastida, y otra division del mismo que ocu-
paba á Bruloc, se opusieron vigorosamente á esta
operacion. El General Clausel con fuerzas supe-
riores habia desalojado el 3 los puestos de la ca-
ballería aliada, establecidos entre dicho rio y el
Bidouse, y ejecutando un movimieuto por el flan-
co derecho de la posicion de los aliados, la abal1-
cJonaron estos, y fue ocupada por dos divisiones
tIe infantería enemiga, al mismo tiempo que el
resto de estos se situó sobre el Bidouse y el Gave.
Inmediatamente los aliados, cuyas operaciones
contrarió el rigor de la estacion y el mal estado
de los caminos, se concentraron; y el 6 atacaron
al enemigo, ponit'mdose Wellington á la cabeza
de dos divisiones y una brigada de infantería y
alguna caballería j pero con tal denuedo, que re-
cobraron todos los puntos que habian perdido en
los dias anteriores.


El mes de Enero se pasó sin sucesos de gran
importancia J pues casi todos los encuentros no
fueron mas que pequeñas escaramuzas. Un cuer-
po de tropas francesas cayó el 10 precipitada ..




'( 508 )
18L1.. mente sobre un gran número de forrageadores


ingleses que se hallaban sostenidos por los pues-
tos avanzados de la primera division del cuarto
{-¡ército español á las órdenes del General Mori-
llo , apostada en Louhossa , sobre la derecha del
Nive. Reforzados oportunamente aquellos con
tres compañías de cazadores, rechazaron can la
mayor intrepidez y con considerable pérdida á
los franceses , que se retiraron sin haber logrado
su objeto.


El 23 de Enero, con motivo de haber coloca-
do por aquella misma parte el General Morillo
un centinela en cierto punto, desde donde se
descubría el campo y movimientos del enemigo,
este tratando de oponel'se vivamente á este regis_
tro, empeñó un terrible fuego, que sostuvo por
espacio de seis horas la columna de cazadores de
la primera brigada de la primera division del
cnarto ejército español, hasta que huyendo de
lIna accion general sin objeto, mandó Morillo
l'eplegar su geute, verificándolo igualmente los
franceses, situándose unos y otros en sus anterio-
fes posiciones, con una corta pérdida, que por
parle de los españoles no pasó de 3 Oficiales y 23
soldados fuera de combate.


En el mes de Enero recibió el ejército inglés
un refuerzo de 6.000 infantes y 1.400 caballos,
IlI'ocedentes de Inglaterra, al paso que el del
enemigo se habia debilitado con el envio de seis
regimientos de dl'agoncs y 2.000 hombres esco-
gi(tos para reforzar la Guardia imperial del gran-
de ejército COn (lue Napoleon trataba de oponer-




(509 )
8e á la invasion del territorio francés de las po- 18140
tencias aliadas, cuyos soldados habian ya atra-
vesado el Rhin. Un socorro aun mas poderoso
vino á cooperar á los intentos del ejército aliado.
El Duque de Angulema, que durante la revolu-
cion francesa habia permaneciuo en Inglaterra,
desembarcó sobre las costas de Francia, y trató
de dispcrtar el entusiasmo de los numerosos pal'-
tillarios de los Borbones en el mediodia de la
Francia. Las esperanzas de 105 ingleses enviando
á aquel Príncipe á Francia se realizaron, pues no
bien apareció en San Juan de Luz, y dirigió una
proclama enérgica á la nacian francesa, cuando
el partido realista se puso en activi(lad en Burdeos
y Tolosa, y formando reuniones secretas tomó
todas las medidas posibles para aumentar el
descontento del pueLlo y entorpecer las dis-
posiciones de los agentes del gobierno impe-
rial.


Proponiéndose Wel1ington adelantnr la derecha
de Sil línea para obligar á SOlllt á salir de sus posi-
ciones ventajosas cerca de Bayona, é introducir la
guerra hasta el corazol1 r1e la Francia, aprovechán-
dose de la estacion que empezaba ya á ser mas fa-
vorable, dispuso el 14 de Febrero que el General
Hi11 que mandaba su derecha, atacase la posicion
del E. defendida por el General Arispe. La en-
cargada de esta operacion fue la primera division
del cuarto ej él'cito español á las órdenes del intré-
pido General Morillo, la cual desalojó á los fran-
ceses de sus primeras posiciones con alguna pérdi-
da, haciéndolos retirar hasta San Martin de AI-




( 510)
'814· veron para reunirse Con su cuerpo principal cerca


de Garris. La posicion del enemigo era sumamen-
te fuerte; pero se estendia demasiado por la dere-
cha de Garris para cubrir el camino que alraviesa
esta villa, y por donde se podia interceptar su
retirada sobre el puente de Saint.Palais. Las tro-
pas de Arispe reforzadas COn la division del Ge-
neral Paris, flue retrocedió despues de emprendi-
da su marcha para el interior de Francia, y otras
destacadas del centro de la línea enemiga, de-
fendian esta posiciono La derecha del ejército
aliado seguia su movimiento; pero iba ya á en-
trar la noche y solo las divisiones de Sir W. Ste-
Waft inglesa, y la española de Morillo habian lle-
gado á su destino. Aquella atacó de ft'ente mien-
tras que esta flanqueando la izquierda, se dirigió
contra Saint.Palais J cnya posicion fue tomada á
poca costa, y sostenida luego con firmeza á pesar
de los reiterados ataques que intentó el enemigo
para recobrarla, teniendo al fin que desistir con
una pérdida considerable de muertos y heridos
y de diez oficiales y 200 soldados prisioneros.
La noche sobrevino Jurante la refriega, y los fran-
ceses VIendo que eran iOlítilcs sus esfuerzos, se
retiraron y pasaron por cerca de Saint-Palais sin
ser molestados.


En la mañana del siguiente día .16 los france.
~es se presentaron detrás del Gave de MauIeon
en actitud de prepararse á un ata(Iue general;
pero habiendo atravesado bajo el fuego mismo
del enemigo un hatallon el vado del rio, se reti-
raron inmediatamente, y pasaron durante la no-




(511 )
che del otro lado del Gave de Oleron, sohre cu- 1814.
yas márgenes quedó situada el 18 la derecha del
ejército aliado. El centro habia hecho un movi-
miento correspondiente á este el 15 por Vidous,
y las divisiones ligeras de Clinton y Alten per-
manecieron entre el Nive y d Adour para obser-
var las tropas de Rayona.


Las ventajas alcanzadas por la derecha del
cj(~rcito aliado fueron causa de que quedase cor-
taja la comunicacion de San Juan de Pie de
Puerto con el ejército francés. El General es-
pailOl Espoz y Mina recibió órden para bloquear
esta plaza, y Ulla hrigada de su divisioll, octava
del 4. o ejército, compuesta de tres batal10nes a'l
mando del Comandante Gorriz, lo verificó el 16
de Febrero, habiéndose antes apoderado con la
mayor bizarria de varios reductos y hecho reple-
gar los puestos esteriores.


Lord Wdlington retardó hasta el 23 de Fe-
brero el movimiento de frente de su ala iZ(luier-
da destinada á formar la embestidura de la plaza
de Bayona, á causa de los pleparativos que tuvo,
que hacer para el paso del Auour, operacion que
presentaba grandes dificultades para transportar
los bagages y gruesos pertrechos á través del
país del lado del E. El puente se halla colocado.
en una situacíon nada ventajosa para esta opera-
cíon mas abajo de la ciudad y en un parage en
uonde el río tiene 270 varas de ancho, y donde
es tan violenta la marea. ó resaca que no pueden
emplearse alli sino buques cubiertos de 20 á 30
toneladas. Fue preciso pues reunir y equipar es-




(512)
1814. tos en los puertos de Socoa y San Juan de Luz~


desde donde la navegacion es bastante incierta
y muy peligrosa en todo tiempo y á veces im-
practicable la entrada en el rio. Ademas la guar~
niClon de Bayona que ascendia á mas de 10.000
hombres, se hallaba sost.elÚda por un buque de
guerra y una escuadrilla de lanchas cañoneras.


Para facilitar tan arriesgada operacion, pro-
curó Lord Wellington llamar la atencion del ene-
migo hácia su izquierda á fin de obligarle á reu-
nir sobre aquella parte sus fuerzas. Dos divisio-
nes del 4.° ejército español que se hallahan en
lrun, adelantaron sobre Bayona e123, y en la ma-
ñana del dia siguien~e procuraron distraer la aten-
cion de la plaza en tanto que el General Hoppe
con el tren ol'dinario de pontones se dirigía hácia
la orilla izquierda del Adour el 23 al mediodía
l,ara verificar el paso de este río por su desem..,.
hocadura. Todas las medidas se hallaban toma·
das para conseguirlo, cuando de repente un vien-
to contrario impidió la aproximacion del convoy
que conduciael puente que debia echarse sobre
el rio. Sin embu"go, un cuerpo de 600 ingleses
l)asÓ en barcas á la margen derecha, y mantuvo
su posicion 4 pesar de los reiterados ataques do
superiores fuerzas enemigas que salieron de la
plaza, J contra las que se emplearon con buen
éx.ito los cohetes á la Congreve. Como poco antes
de anochecer, un numero doble de lropas fran-
cesas trató de renoval' el atafplC, pero los 600
hombres de guardias ingleses colocados detras de
colinas de al'ena y protegidos por la artillería si.




(513 )
luada en la opuesta orilla del rio que flanqueaba 1B14.
el terreno por s u frente, se defendieron tan va-
lerosamente, que obligaron á los franceses á ha-
cer alto y á replegarse á la plaza.


Durante aquella noche, en pontones que se
emplearon en vez de lanchas de remos, fue-
ron pasando al otro lado del rio quince hom-
bres en cada viage, de modo que en la noche
del 24 toda la division del General Hvard com-
puesta de 6.000 infanles y un corto mimero de
caballería atravesaron el Adour. Asi que esta
fuerza estuvo en disposicion de proteger la es-
cuadrilla, venció esta las dificultades de la nayc-
gacion, y al través de todos los obstáculos, los
marineros ingleses con el pabellon de su nacion
guiaban la marcha á los barcos restantes tripu-
lados por los marineros franceses, obligados á
maniobl'ar por oficiales de ingenieros y zapado-
res ingleses. El paso se efectuó Con pérdida de
6 buques, y los restantes fueron amarrados in-
mediatamente en el sitio oportuno. Trabajóse dia
y noche en la constl'uccioll del puente, y el mis-
mo dia 25 queJó embestida la ciudadela de Bayo-
na. El 26 se pudo ya pasar por el puente construi-
do á dos millas y media rio abajo de la ciudad
de Bayona, puente que durante el resto de esta
guerra sirvió de coml1nicacion con España, y el
ejército por el camino de Dax, y que valió de mu-
cho por no tener que transitar por el pais pobre
y escabroso de los Pirineos. En el mismo dia otra
division española á las órdenes de Don José María
Ezpeleta pasó el no, y la guarnicion de Bayona


TOMO 111. 65




( 514)
1814 que quiso oponerse, se vió obligada á retirarse á


la plaza que quedó bloqueada por los dos lados
del Adour, hasta que se formalizó el sitio. Con-
cluida enteramente el 27 la obra del puente, se
estrechó mas aquel COn la t.oma de la aldea de
San Estévan , y se establecieron puestos á 200
varas de la plaza, cuya guarnicion consistia en
15 batallones á las órdenes del General Touve-
not, su Gobernador.


En tanto que las divisiones del ejército alia-
do que formaban la derecha de su línea veri-
ficaban el paso del Gave de OIeron, la briga-
da ligera del Baron de Alten y]a del General Pie.
ton, se dÜ'igieron sobre el mismo punto, efec-
tuando su paso la del General Clinton entre
Monfort y Laas. El General Picton amagó la
posicion de los enemigos sobre el puente de
San Beterre, al mismo tiempo que el Gene-
ral Beresford con dos di visiones atacaba y se
apoderaba de los puestos fortificados de Has-
tillgui y Ociregaue.


El General Morillo con la diyision espaüola
de su mando se presentó el24 al frente ele Navar-
rens, yel 25 recibió orden para pasar el Gave de
Oleron porel vado de Villana ve, á linde completa¡'
el bloqueo. Esta opáacion fue ejecutada á las dos
de la tarde, habiéndose reti¡'ado sobre Oleroll
Jas fuerzas francesas que habia en las inmedia-
~iones de la plaza, cuya guarnicion se compo-
nia de 1.400 infantes, alguna caballería y treiu-
1a piezas de artillería, con víveres para cuatro
ó cinco meses. Intimósela, aunrlue sin resultado,




( 515)
la rendicion el 28, en cuyo dia tres batallones 1814.
del bloqueo pasaron á Orthez.


Instruido el Mariscal Soult de todos estos
movimientos, abandonó á Bayona á sus propias
fuerzas, y habiendo destruido todos los puentes
sobre el Adour que no se hallaban protegidos
por la plaza, concentró sus fuerzas detras de Pau
y en Orthez. Los aliados habiendo vencido ya por
todos los puntos el paso del Oleron, se dirigie-
ron al del Pau, y el 26 el General Beresford
atravesó este rio por mas abajo de su confluen-
cia con aquel cerca de Peirorabe, y siguió su
marcha por el camino real h~cia la derecha de
los enemigos. A medida que este cuerpo iba
avanzando, el General Picton con el suyo pasó
el río por las inmediaciones de Bourens. En la
mañana del 27 fue atacada la fuerte posicion de
los franceses, cuya derecha se apoyaba en una
altura sobre el camino real de Dax, y en otra
sobre el de Saint Boex, y su izquierda sobre Or-
thez, defendiendo el paso del rio por esta pobla-
cion. El atar1uc principal era contra la derecha,
y la aldea de Saint Boex despues de una tenaz;
resistencia fue tomada, y no fue posible sin em-
bargo envolver este flanco por la calidad del ter-
reno. En seguida dispuso Wellington fuese ata-
cada la altura en que se apoyaha la derecha ene-
miga, y el feliz éxito, asi de este ataque como de
los simultáneos que se dieron contra ambas alas,
y los mov imientos sobre los Da neos de los fran-
ceses que hizo para envolverlos el General Hill,
que logró forzar el paso del Gave por mas abajo


.




( 516)
1814. de Orthez, coronaron los heróicos esfuerzos de


los aliados en este dia, consiguiendo una insigne
victoria. El ejército francés emprendió su retira.
da con inucho órden , sosteniéndose en todas las
}JOsiciones ventajosas; pero habiendo sido desa-
lojado de ellas y perseguido vivamente, se des-
ordenó al fin y huyó, cargando entonces con la
mayor oportunidad la caballería británica á las
órdenes del General Fane, que continuó el al-
cance de los fugitivos hasta la noche, durante la
cual el ejército aliado hizo alto en Suult de Na-
vailles. Perdieron en esta jornada los franceses
cerca de 7.000 hombres, y los aliados 16 Oficia-
les y 200 soldados muertos, y 133 Oficiales, y
1.550 soldados heridos y contusos.


Las escesivas lluvias de los primeros dias de
Marzo contuvieron los progresos del ejército
aliado; 110 obstante, en dos del mismo mes el
General Hill atacó un fuertc cuerpo de enemi-
gos que se habia reunido en Aire para proteger
la evacuacíon de un gran almaceno La resisten-
cia fue obstinada, y los franceses lograron re-
chazar y desordenar una brigada portuguesa man-
dada pOI' el General La-Costa, que sostenida in-
mediata y oportunamente por una clivision ingle-
sa, se rehizo, y volviendo al ataque COn el ma·
yor empeño, los aliados ganaron un completo
triunfo. Las maniobras y movimientos acertados
del General Hlll sobre Ortbcz oblirraron á Soult
. b


á retirarse por el camino de Burdeos, y We-
llington condujo la guerra en la misma dil'eccionJ
sC5uro de que la primera ventaja de sus armas




(517)
bastaría para que cayese en su poder arruclla po- 1814.
pulosa y rica ciudad, quc podria proporcionarle
inagotables recursos, y un nucvo punto de apo.
yo y de comuuicacion con la Inglaterra.


Efectivamente, el Mariscal Duque de Dalma·
cía despues de la derrota de Aire se retiró á Tar-
bes, y en su consecuencia\Vellington dispuso
que un destacamento á las órdenes del General
Fane ocupase á Pan, y que el Mariscal Beresford
marchase con un cuerpo de tropas por Montmar·
san sobre Burdeos. Hubiera sin duda Welling-
ton podido ocupar esta ciudad mucho antes,
desde el momento que los franceses se retiraron
sobre el alto Adour; pero aunque instado contí-
nnamente por los informes y promesas del Du-
que de Angulema y de un gran número de parti-
darios de la dinastía legítima que le pintaban como
muy fácílla conquista de la ciudad, duJó y se
mantuvo alguu tiempo sin resolverse. La llegaJa
del Duque de Angulema á su cuartel general, y
la victoria de Orthez, decidieron á los habitantes
de Burdeos á enviar all\1ar'1ul~s de la Rochejaque-


.lin á San Juan de Pie de Pucrto, para suplicar en
su nombre al General inglés, que para dcclararse
en favor de su causa enviase solo 3.000 hombres,
de Jos que bastaba que mil enLrasen en la ciudad.
Los habitantes de Burdeos, casi todos comercian-
tes, aborrecian el sistema .imperial que habia
destruido casi del todo estc ramo, y el mismo
Maire el Conde de Lillch que tanto influjo tenia
sobre la opiniol1, y que era árbitro de disponer
de gran parte de los recursos, se hallaba á la ca-




( 518)
t81'¡. heza del partido realista. Seguro WeJlington de


que la espresion de los verdaderos sentimientos
de los habitantes de Burdeos no se acababa de
manifestar por la presencia de una guarnicion
poco considerable, ordenó al Mariscal Beresford,
que con tres divisiones incorporadas con todos
los cuerpos españoles disponibles, hiciese su en-
trada en la ciudad. Vel'ificóla en efecto el 12 de
Marzo, recibiendo las aclamaciones mas grandes,
hijas del entusiasmo que los animaba en favor
de su legítimo Hey Luis XVII[; Y desplegando
espontáneamente la bandera blanca, destruyeron
cuantos signos quedaban del Gobierno imperial.


A. laaprox.imacioll del ejército inglés las
tropas francesas se retiraron sobre el Garona, y
dejando una fuerte retaguardia al frente del
pueblo de Vic-Bigorre, fue atacada por el Ge-
neral ·Picton, y obligada á replegarse sobre
Tarbes. El ejército aliado desde Vic-Bigorre y
Rahastan, donde se habia reunido el dia ante-
rior, marchó en dos columnas hácia Tarbes. El
General Picton con una division flanqueó la al-
tura el! que se hallahan situados los enemigos,
al mismo tiempo que Hill atravesando la pobla-
cían con otra columna, se disponia para el ata-
ql,le; pero los franceses, contra quienes se habia
declarado la fortuna en los últimos encuentros}
no quisieron aceptar la pelea, y emprendieron
su retirada de todos los puntos.




( 51!))
,."""""""""",.,,.,.,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,


,


CAPITCLO XXX.


Opcraciones de Napoleon despues de la derrota de Leip-
sik. -Batalla de Hallllau. - Pasa I\apoJeon el Rhin.-
Deslruccion del trono de \V eslfalia.- DeCeccioll del RC'y
de \Vurtemberg.-La ConlederaciolJ del Rhin aballllona á
l'i81101coII. - N apoleon marcha á Paris. - Toma de Dres-
de. - Toma de Amstcl'llan. -Declal'acion de los Sobe-
ranos aliatlos en Fl'allcCort.-Napoleon adl,iere á las La-
~es de paz (IlIe le ofrecen. - Dinamarca se reune á los
aliados. - Los aliados pasan el Hhin. -Estado de am-
]JOS ejércitos. - Defeeeion de Mural. - N apoleon movi-
liza la guardia nacional. - NOJlJbra una Regencia. - Re-
comienda su hijo á la guardia nacional. -Se pone á la
cahcza de su cj(:rcito.- Batalla dc Brienne. - Congreso
de Chatilloll. - Yen tajas conseguidas por Napoleon so-
Jn'e los aliados.-Tratado de Chaumont entre las potencias
confedcradas. - Ruptura del congrcso de Chatillon.-
El Coutlclle Artois, hermano de Luis XVIII, en el cuar-
tel general aliatlo. - Napoleon da la lihertad á Pio VIl.-
Devuelve el trollO á Fernalldo VIl.- Negativa de la Re-
gencia;Í r;¡ ti fica!' el tratado de Valcllcey.-Disposiciones
de las Córtes relativas al viage tlel ney. - El General Za-
)'a~ anuncia Sil llegada á Espaüa. -Entrada de S. M. en
EspalJa. - S llchet intenta asegurar la retil',llla de las
guarniciones francesas. -El Infante Don C:írlos queda.
en rehenes. - Paso tlel Fluvi:í por el Rey.- Entrada en
GerOlla. - Ellllfante Don Cárlos á los dos dias lIl'ga á
esta eiuda(l. - Las Córtes decretan un monumento para
perpetuar la elltl'ada tIc! Rey. -Napoleoll declara á los
aliaLlos una guerra dc esterminio. - Sus operaciones
contra los aliados. -Se llalla cortatlo de su capital. -La
Emperatriz, y su hermano José hu~'en de Paris.-Ac-




(520 )
cíon de :\Iont-martre - Capitulacion de ParÍs.-Entrada
de 10.'5 aliados. - El Senado nombra un GohierIlo pro-
visional. - Deslitucion de N apo]eoll. - Constitucion
de 181 ¡.-Napuleoll ahdica cn su hijo en Fontainehlcau.-
Defeccion de ]\[arl11ont. - IlIsurreccion de sus tropas al
saherlo. -Abdieacioll ahsoluta de Napoleon.-Su des-
petlida del ejército en FontaineLlean. -Entratla de Luis
XVIII. - Tratado de 30 de :\Iayo.


1814. Napoleon despues de la gran derrota de Leip-
sik el 18 de Octubre de L8t3 condujo los restos
de su ejército el 24 ;Í Erflll't. El General Wrede,
Comandante general del ejército allstro-há varo,
se apoderó de Wurtzbollrg, siguiendo la corriente
del Meio, y las tropas de WUl'tcmbcrg se rcunie-
ron á las bávaras para ir contra los fl'anecses.
El ejército austro-bávaro con una fuerza de GO.OOO
hombrcs se situó en Hallan, sobre la ruta que
seguian los franceses, intentando detener á estos;
pero rompiendo sus líncas pasaron el Bhin el 31
de Octubre, y este triunfo fue el último de las
armas francesas del olro lado de este rio. El Ge-
neral 'Vrede fue herido en este encucnt¡'o des-
pues de haber perdido 12.000 hombres. Mas sin
embargo, las consecuencias de la batalla de Ha-
llau no fueron menos funestas á Napoleon que la1;
que se ~igllieron á la dada sobre el Berecina. El
paso del Rhin por sus tropas fue la serIal de la de-
feceion de sus aliados. En la guen'a contra la
I>rllsia Napoleon había formado de muchos tro-
110S pulverizados el de Weslf;¡lía, colocando en
él á su hermano Gerónimo , hombre disipador y
entrega do á los placeres, convirtiendo este reino en




(521)
una especie de prefectura .. del que aun sin advertÍr. 1814.
selo á Gerónimo habia segregado algunas partes pa.
ra agregar las al 1m perio. Los soldados westfalia nos,
transportados desde Austria á España y desde Espa-
ña á Rusia, eran á la vez víctimas de la guerra y de
la intemperie de los climas. Con la entrada de
los aliados en Alemania, la revolucion hierve en
WestfaJia, regimientos enteros se desertan de sus
banderas, y Gerónirno, abandonado de sus vasa-
Uos, se encuentra en la imposibilidad de defen-
der su corona, y arrojado dos veces de su capi-
tal por los Generales Czernitcheff y Saint-Pricst,
toma posesion de su trono á fines de Octubre el
Príncipe de Hesse-Cassel á nombre de su padi>c,
legitimo Soberano de Westfalia, desapareciendo
sin estrépito Gerónimo Bonaparte de la escena
política y de un trono que creado en 1806 y COn.
firmado por la paz de Tilsitt, contaba de dura-
cion siete años.


El Rey de Wittemberg, cuyas tropas por sí
solas despues de la batalla de Leipsik se habian
incorporado al ejército aliado, firma en Falde
con .el Austria una alianza que garantiza sus es-
tados, y sosteniendo con energía la causa que
acababa de abrazar, pone á la cabeza de sus tro-
pas al Príncipe Real su hijo que se distinguió muy
particularmente en la campaña de 1814.


Napoleon fugitivo, adelantándose á las co-
lumnas de su ejército J llega á Mayence: la
retaguardia de sus tropas evacua á Francfort, y
estas entran por último en Francia perseguidas
de cerca por las aliadas.


TOMO 111. 66




(522)
18q, Napoleoll se dedica á reorganizar su ejército"


y ordena que de sus tristes reliquias se formen
tres cuerpos en SLrasbourg, Mayence y Colonia,
al mando de los Mariscales Duque de BeIlune, de
Trento y ele Ragusa, para cubrir la línea elel Rhin
entre la Suiza y la Holanda. Para lomal' el man·
do ele los depósitos de conscriptos que debian
formar en adelante la reserva de sus ejércitos,
nombró al Duque de Valmi.


Era interesantísima la presencia de Napoleon
en el seno de sus ejércitos, amagado~ de un ataque
próximo; pero conociendo la inquietud general
uc la Francia, juzgó oportuno el tomar antes de
todo las riendas de su gobierno. Asi es que el 8
de Noviembre partió de l\byence, y el 9 se pre-
senLó en Saint Clouo, y en la maÍlana siguiente
presiJió un consejo de Ministros y otro ele Ha-
cienda, el 11 un consejo de Aelministl'acion y ele
GU:'l'l'a, un consejo de Estado y otro de GaLine-:
ie. Toda su actividad se consagraba á la reorga-
111z;acion elel Gobierno: tres senados-consultos se
discutieron el H en el Consejo de Estado, cl12
fueron presentados en el Senado, votados y pro~
mulgados el 14, Y el 17 publicados en los perió.
<lieos oficiales con los discursos de los oradores.
Jet gobierno" y los informes dados al Senado
por las comis~ones. Porel primero ele estos sena·
dos-consultos. se ponianá la disposlcion del Mi-
nistro (te la guerra 300.000 conscriptos; por el
SfgUlldo se prol'ogaban los poderes del cuerpo.
ICG,islativo de la cuarta série; por el tercero se
llamaban en cuerpo al Senado y al Consejo d~




(523 )
Estado á las sesiones y apertura del cuerpo legis- 1814.
lativo. Se aumentaron, sin contar con el voto le-
gal de este, las contribuciones impuestas sohre
]as puertas y ventanas, la de patentes y la de
la sal. Con el fin de escitar la emulacion en los
militares, se concedieron en los ejércitos nuevos
títulos y nuevas condecoraciones á los Generales
mas distinguidos. El Mariscal Suchet fue nombra.
do Coronel general de la Guardia imperial, y el
Conde Bertran Gran Mariscal de Palacio. Entre-
tanto que Napoleon procuraba de este modo re-
animar el entusiasmo de su ejército) los aliados
trataron de tomar á Dresde, en cuya capital ha-
bia quedado de gllarnicion el General Gou ~,ion
de Saint Cyr. En vano este intrépido General in-
tentó en 5 de Noviembre un movimiento sobre
Torgau, con objeto de sal val' la guarnicion de su
mando, ganando á l\Iagdeburgo, y retirándose
hácia Fran.cia, pues luvo que refugiarse sin con-
seguir su objeto otra vez en Dresde, donde con
dificultad contuvo la desesperacion de su vecin-
dario. Cortadas todas sus comunicaciones J y sin
esperanza alguna, concluyó con el General aus-
triaco Klenau y con el ruso Tolstoy, una capitu-
lacion; por la que la guarnicion de su mando de-
bia ser conuucidaá Francia, con la obligacion
de no servir sino despues de can geada; mas el
Generalísimo aliado Príncipe de Schwartzemberg
rehusó ratificar esta capitulacion , y los franceses
que se hallaban ya en marcha fueron detenidos y
tratflUO'l como prisioueros de guerra.


Despues de la capitulacion de Dresde verifi-




(524) .
1814. cada el 11 de Noviembre, y de la entera evacua-


cion por los franceses de la Sajonia Real, se
administró este pais por los aliados, como pais
con q uistado, siendo gobernado por el Príncipe
Repnin, aunque no se tardó mucho en entregarlo
á las autoridades prusianas.


El 24 de Noviembre Amsterdan fue tomada
por el General prusiano Bulow; y el General
Molitor, encargado de la defensa de toda la Ho-
landa y de las islas de Zelandia, se vió precisado
á retirarse sobre Utrech. La Holanda, sometida
sucesivamente á todas las formas de gobierno,
habia visto sofocada su libertad y agotados sus
recursos por la insaciable ambicion de Bon:1par-
te. El pabellon kítavo Hotaba apenas en.algunos
puertos desiertos, y los marineros de esta nacion,
transformados en soldados) perecian en los cam·
pos de España, Alemania y Rusia. El gohierno
provisional que se instaló en Amsterdan, procla-
mó la independencia de las Provincias-Unidas, y
los holandeses, prontos á este llamamiento) cor-
respondieron á su insinuacion al contemplar la
Europa entera armada por recobrar su indepen-
dencia. Muchas ciudades abrieron las puertas á
los aliados aun antes de presentarse estos) y una
diputacion compuesta de personas de las prime-
ras clases fue enviada á Lóndl'es para invitar al
Príncipe de Orange, hijo del StathouJer) para
que volviese .l ponerse al frente de su patria. En
efecto, este accede, y desembarcando en Holan.
da, y anunciándose por medio de una proclama
á los Paises-Bajos) verifica pacíficamente su en-




(525 )
trada en Amsterdan el 2 de Diciembre. Asi se 1814.
Consumó sin efusion de sangre la revolucion de
Holilnda, cuyo ejemplo no tardó mucho en ser
imitado por la Bélgica.


Los Monarcas aliados, por una declaracion
hecha en Francfort el!. o de Diciembre, anuncia-
ron qne la guerra (Iue hacian no era á la Francia,
sino á la preponderancia que por desgracia de la
Europa y de la Francia misma Napoleon habia
ejercido largo tiempo fuera de los límites de su
Imperio. Los Monarcas aliados ofrecian al mismo
Napoleon una paz fundada sobre la independen_
cia de diversos estados) y que por una sábia dis-
tribucion de potencias, pudiese restablecer en
adelante el equilibrio de la Europa, y preservar-
la de las calamidades que durante 20 años haüian
pesado sobre ella. Los Soberanos aliados anun-
ciaban que sus lleseos eran que la Francia fuese
fuerte y feliz) que floreciese el comercio y pros-
perasen las artes, y que al efecto consentirían


,en que su territorio conservase aun mas eslCll-
sion que la que jamas habia tenido durante sus
alltiguos Reyes, porque estaban penetrados de
que la existencia de la Francia era una de las ba·
ses fundamentales del edificio social de Europa.


En el momento en que los aliados publicaban
este manifiesto J concluian Un tratado general con
los Príncipes de Alemania, que se ofrecieron á
consa grar á los gastos de la guerra el importe de
un arlO de sus rentas J que se graduó podría as-
cender á 44 millones de francos J que se debe-
rian repartir entre Prusia) Austria y Rusia, como




(526)
iéH4. encnrgadas de la direccion de esta guerra.


Napoleon, en vista de la solemne Jcclaracion
de Francfort, hizo saber por medio de su Ministro
de relaciones esteriores Caulincourt al Ministro
austriaco, que se ~dheria á las bases generales y
surnarias de la negociacion propuesta en nombre
de las potencias aliadas, y qlle propollia <Iue es-
ta negociacion se llevase á efecto en un congreso
que podria celebrarse en Manheim. Las bases eran
el restablecimiento de la Francia en sus límites
naturales demarcados por el Rhin, los Alpes y
los Pirineos, que la España vol viese á ser gober-
nalla por su antigua dinastía, que la Italia, la
Alemania, y la Holanda se restableciesen como
estados independientes de la Francia y de todo
poder prepo~derante,


Napoleon no accedió á esta negociacion sino
COn el objeto de ganar tiempo, y la reunion de
l\1anheim no llegó á verificarse, aunque los alia-
dos admitieron las proposiciones de aquel.


El solo aliado que restaba á Napoleon en el
Norte era el Rey de Dinamarca, el que al fin se
separó tambien de su amistad. Federico VI había
unido su callsa á la de Napoleon, porque los in-
gleses se habian empeñado desue el año 1812
en exigir por precio de su alianza que cediese á
la Suecia la Noruega, prometiéndole en cambio
una indenlllizacion incierta y lejana. EllO ele
Julio de 1813 el Presidente Kaas renovó en Dres-
de la alianza Con Napoleon, y las tropas danesas,
incorporadas con las de este, combatiera!) en la
baja Alemania; pero el15 de Diciembre se COn-




(527)
cluyó con la Suecia un armisticio, ,que fue segui- 1814~
do de un tratado ajustado en IGel en 11 de Ene-
ro de 1814, entre Dinamarca, Suecia é Ingla-
terra, y N apoleon en su consecuencia quedó
privado de los recursos de esta Nacion. La Di-
namarca cedió á la Suecia IaNoruega, recibiendo
preliminarmcnte en indcmnizacion la Pomerania
sueca y la isla de Hugen.


El Rey de Dinamarca publicó al instante la
guerra á N apoleon, que se encontró solo y des-
amparado de todos sus aliados.


Los confederados, conociendo que el verda-
dero objeto de Napoleon al convenirse con las
propuestas conferencias J nO era otro que el de
ganar tiempo, resolvieron ir á conquistar la paz
cn el corazon de la FrancÍa. El 2l de Diciembre
seis divisiones del cjército aliado, en nlllllcro de
100.000 hombres á las órdenes del Príncipe gene-
ralísimo Schwartzemberg , pasaron el Rhin.


La Suiza que habia sido cruelmente oprimida
por el Directorio ejecutivo, y enervada por la.
mediacion del primer Cónsul, trastornándose el
órJen de sus antiguos cantones y quedando su-
jeto á la confirmacion de la Francia el nombra-o
miento de Landammall Ó primer magistr3do"
disponiendo esta: nacíon, por mediO" de convenios
Hjustados en diferentes ocasion.es, de casi todas
las fuerzas de este pueblo valiente y virtuoso: ]a
Suiza que veia destruido su comercio, y que por:.
fo<las partes se hallaba rodeadacde! estados fran-
ceses, 110 era ya mas que otro estado enclavado
en la misma Francia , y no quedaba ya sino Ull




(528 )
1tl1<f. simu1acro de la antigua lidertad helvética. El es-


píritu público de la 11.1ayor parte de los cantones,
aunque comprimido por el terror, se manifestó
á las claras á la aprox.imacion de los ejércitos
aliados, y un grito patriótico llamó á los suizos
á las armas; pero la Dieta estraordinaria de Zu-
rich habia de antemano proclamado por pruden-
cia la neutralidad, resolucion que pudo retardar
la libertad de la Europa y detener por algun
tiempo la marcha victoriosa del ejército aliado.


Las fronteras de Francia por la parte de la
Suiza ofrece~l para el paso muchas gargantas,
que no habia cuidado de fortificar Napoleon por
la bueaa inteligencia qu.e reinaba entl'e esta po-
tencia y los cantones. El Generalísiil10 de los
aliados por una proclama de 21 de Diciembre
anunció el paso de los ejércitos por el territorio
suizo, y en otra los Monarcas aliados declaraban
que la marcha irresistible de una campaña que
tenia por objeto ljbel'tar á lq Europa, los autori.
zaba á atravesar el territorio de la Suiza, por cuan-
to esta nacion por sus cortas fuerzas no se haIla-
ha en estado de conservar su neutralidad, la fIue
tampoco podía existir en un estado en que no se
gozaba independencia; que la Suiza no formaba
un cuerpo político nlas que en el nombre, y que
]os aliados venian ~ restablecer su libertad.


Estas disp0!iiiciones inflamaron los ánimos de
]os verdaderos suizos, y con la llegada del cuar-
tel general á Berna el26 de Diciembre se aca-
baron de exaltar los espíritus. Los diputados de
los cantones de U ri I Schwitz, Lucerna, Zurich,




( 529)
de Glari"J de Zllg, Fribourg.J Basilea, Schafousse, 1814.
de los dos Ap¡wnzels, de Turgovitz, y del país
de ViJud rf'ullidos á Zurich, desechan el 29 dc
Diciembre la ConsLÍtllcion de 1802, y se decla-
ran por pl alltiguo sistema federal dándole mas
estension. Esta resolllcion fue admitida tambien
por lo.~ Diputados de Soleure y de Grisons, y ya
no fallaha mas que la adhesion de los de Berna,
Tcsín y Unt!prval.


Los Minist ros de Rusia y Austria invitaron á
nombrp de las potcncias aliadas el 31 de Diciem-
bre á los Diputados suizos á que se ocupasen en
la formacioll de una nueva acta constitucional,
cuya ejecllcion garantizaban las mismas poten-
cias, asi corno prometian la restitucion del terri-
torio suizo usurpado por la Francia. El 31 el
ejército de la Silesia , <Í las órdenes del General
prusiano Bll,cher, pasó tambien el Hhill desde
Basilea á Schafoussc ( l).


( 1) Estado de las tropas puestas en campaña en fines
de 18 j 3 contra la Francia.


Gran ej{rcito aliado á las 6rdenes de Schwart-
zClnbcr¡; .....•••.••.•


Ej¡:rcito de Silcsia: Blucher .•.•
Ejército del Norte: Bcrnardotte.
llescl'vas alelllilllas eu formilcion.
Cuerpos hulalldeses ....
Cuerpo ing,l¡rs en Bélgica.
Reservas austriacas. . ..
Reservas rusas ••..•••
TI'opas empleadas en los hloqueos y sitios de las


TOMO 111. 67


IIombres.


190.000.
160.000.
130.000.
80.000.
12.000.
8.000.


50.000.
60.000.




(530 )
181 'l. Los preparativos militares de esta gran coa-


licion son inmellsos, y los recursos lo son tum-
bien, pues disponen de los tesoros de la Ingla-
terra, y de los generosos donativos voluntarios
de la mitad del continente europeo. Cada dia
pierde Napoleon un aliado, y la coalicion, insis-
tiendo en la declaracíon de que uo es á la Fran-
cia sino á Napoleon á quien hace la guerra, pro-
Cura separar de los intereses de su Gefe los de
aquella nacion. Su misma familia abandona al
Emperador en Sll desgracia: Joaquin Murat, á
qllien Napolcon en sus dias de gloria y de pros-
peridad habia elevado al Trono de Nápoles) le


plazas de Alemania á las órdeues de Tauen-
zieu y Beningsen. . • . • • • • • . • . 100.000.
Ej(~rcito austriaco en Italia: llelleganle. • 70.00J.
Ejército allf,lo-J¡ispano-Iusitallo-siciliano ~í las


iírdenes de vVellingtoll en los Pirineos. ~ .10.OiJO.


TOT H. • • • • • • • • • • • 1. nao. 000.


Estado del ejército franc(s.
En guarnicion en las plazas lilas all;í del Rhin,


sohre el Elha, el Oder. el Vístula, en Ho-
landa, en Italia y Dalmacia. • • • • . • . 100.00n.


Sohre el Pirineo: Soult y Suchet. . • . • 90.000.
Ejército franco-italiano: PrÍllci pe El] gen io. ;1).000.
Grande cj(:rcito á la~ ól'denes de l'i"apoleo11 ('11


persona, y en cuerpos tomados por varios
Mariscales. . • • • • • • • • . . • • . • • .• 120.000.


TOTAL, 360.000.




(531 )
desampara, Largo ti!~mpo bacia ya que este in- 1H"~.
grato meditaha en su cOI'azon Sil defeccion. En-
cargado por Napoleon de conducir fllera de la
Rllsia y sal var los deplorables restos del ejército
francés, víctima de los horrores del hamhre , de
la guerra y (le los rigores del clima, no le había
sillo po~ible detenerse en Sil precipitada retirada
hasla llegar á las márgenes del Ocler; y 1\apo-
leo n , resentido por el abandono y evaClwcion de
tanta estension (le tcueno , le quitó el mando del
ejército para conferírsele al Virey de Italia Eu-
genio Beallharnois, pretestando que este se hallaba
mns versado ell la adminislracion militar, El Rey
de Nápoles, herido en su amor propio, y persua-
dido de que nada tenia que temer ya ni esperar
de Napoleon, vlld ve á la capital ue su Reino,
medita la defl'ccion, y propone á la Corte de
Viena Illla aliatlza ofellsiva con tal que le garan-
tice la posesion de la Italia; pero tan estravagan-
te pretension es rechazada, y Murat entonces se
dirige á Lord llentink, Comandante de las fuer ..
zas inglesas en Sicllia , ofreciéndole que si por la
mediacion de la Inglaterra lograse el ser Hey de
Italia, fa\'ol'eceria esclusivamcnte los intereses
del comercio iuglés ; pero el Gobierno británico
rehusa enlrar en ncgociaeiones con Mural, y es-
te J lleno de volubilidad, se adhiere de nuevo á
Napoleon, viene á pelear por él en Alemania en
la campafHl de 1813 hasta el revés irreparable de
Leipsik que precipitó su regreso á Nápoles. Vuel-
ve inmediatamente entonces á renovar la nego-
ciacion con el gabinete austriaco, y aun se atreve




(532 )
18L:¡. á exigir que no solo le garantice el Reino tle Ná-


poles, sino la posesion de todos los paises situa-
dos eutre los estados de este y la orilla derecha
del pó. Rechazado segunda vez en 511 (lernanda,
Murat invade sucesivamente el Estado romano,
la Toscana y la Bolonia; y la Corte de Viena ~ le G
miendo que estalle una revolucion en toda la Ita.
lia, se decide á concluir en 11 de Enero de 1814
con el Rey de Nápoles un trataoo oe aliallza, ga-
rantizando á él Y á sus herederos la posesion de
todos los estados que disfrutaba eu Italia, COIU-
prornetiéndose á obtener del Rey de Sicilia Fer-
nando una renuncia formal del Reíao de Nápo-
les, debiendo MUl'at por su parte reuullciar al de
Sicilia, y contribuir con 30.000 hornhres á la
guerra contra Napoleon. Este tratado, comuni-
cado á la Corte de Londres, dió lugar al armisti-
cio concluido en Nápoles el 3 de Febrero entre
Murat y los ingleses, armisticio f¡Ue debia ser se-
guido de un convenio militar, cuyo objelo fuese
el quedar conformes en el plan de operaciones
de campafla en Italia. Así cesó de existir el Rei-
no de Italia, el gran Ducado de Toscana y el de
Módena.


Esta transaccion debe contarse entrc las prin-
cipales causas de los reveses de Napolcon, quien
en tanto proseguia desplegando en París toda su
actividad. Por un decreto imperial movilizó en
6 de Enero 121 batallones de Guardia nacional,
para cubrtl' á París y Lion, y formal' las reser-
vas. La defeccion de lodos sus a li<'l<ios había hecho




(533 )
á Napoleon desconfiar hasta de sus mismos Gene- 181ft-.
rales, y temeroso de dejar el importaule mando
de París á un militar de alla graduélcion y fama,
capaz de obrar por sí mismo, nombró á su her-
mano José por su -Lugar- Teniente General en
aquella capital.


Los ali;ldos que habian pasado el Rhin, ade-
lantaban cada dia hácia el interior de Francia.
El cuarlel general de los Emppradores de Rusia y
Austria sehallaba ya el25 de Enero en Langres. Na-
poleon, despucs de haber mandado hacer unas pe-
queiJas fortificaciones en l'arís, cuya defensa de-
jó encargada á su hermano Jos{~, nombró por un
senado-consulLo de 24 de Eucro Regente á la
Emperatriz María Luisa, como en la campaiia éln-
terior, y el mismo dia se despidió de la Guardia
nacional de París en la persona de sus oficiales
convocados en las Tullerías. Recomendó COIl el
mayor ardor y decoro la conservacion de su es-
posa é hijo al valor y decision de los defenso-
res de la capital. Conmovidos todos con una es-
ceua tan interesante y nueva .. juraron morir en
defensa ele tan sagrado depósito: Napoleon partió
el 25 pnra ponerse á la cabeza de su ejército,
prometiendo acelerar su triunfo y su vuelta. El
26 lija su cuartel general en Chalons-sur-le-Mai-
neo El 29 sorprende en Bricune al General Blu-
cher; pero el 1. o de Febrero es batido por el
Príncipe de Shwarlzemberg en la ROlhiere, dos le-
guas y media al Norte de Briellne. Napoleon dcs-
confia de su fortuna, y envía ;Í su Ministro Caulin-
eourt á las avanzadas enemigas á entablar llego-




(534 )
181 1_ ciaciones de paz. El 3 lle Febrero se abren las


cOllferencias en C!Jatillon-sur-Seine. Napoleon
propone en armi"tieio sobre las proposiciones
presentalla" én Fl'allcfort por los aliados; pero es-
tos solo admiten preliminares de paz, fundados
sobre el estado de 1:1 Francia en 1789; yocupan-
do las plazils de Strashourgo, Lila, Valencicnnes
y otras hasta el reembolso por la Frallcia de las
contribuciones percibidas sobre el Austria y la Pru-
sia: estas condiciones flleron desechadas; conti-
nuaban, empero, aunque aparentemente de buena
fe las negociaciones; pero Napoleon bate ellO de
Febrero á Bluchel' en Charnpauhert) ell1 der-
rota á los rusos en Montmirail (Mame), y el 14
desconcierta segnnda vez á los prusianos en
Vauchamp. Así en cinco dias destruye sucesiva-
mente los cinco Clll~rpos del ejército de la Silesia,
fIue llenos de cOllfiallza avanzaban hácia la capi-
tal, caus~índolcs la pérdida de 25.000 hombres.
Estas ventajas parciales 'lile no flleron hastan-
tes á dL~cidir la suerte de esta campaña) hicieron
que Napoleon se obstinase en 110 conteslar á
las proposiciones de sus enemigos. QlJince dias
pasan sin que el gabinete francés conteste; y los
aliados insisten en que se admilan ó descchen sus
proposiciones. Se pel'mite al Plenipotenciario
francés presentar un contra-proyecto) con tal que
este sea cOl1sisuicnte al espíritu de los aliados,
y se flja por término perentorio el dia 10 de
Marzo.


El 17 de Febrero derrota Napoleon dos divi-
siones austro-rusas en Nansis (Sena y Marne)




(535 )
cogiéndoles 14 cailoncs. El 18 ataca impetuosa- 1814.
mente en l\1ontereau .\1 PrÍllcipe Heal de WUl'-
temherg , y le hace pcrJe¡' 7.000 hombres. 1 .. 05
aliados Conocen que Napolcon trata únicamen-
te de dividirlos, escitando celos eutre ellos por
medio de las ofertas particulares tlue les diri-
ge,)' el primero de Marzo sin agu3l'dLir á que
espire el ti~rmino seilalado) el Príncipe de l\1et-
tcrnich , Lord C:lsLlereagh y el Baron de Hal'-
demberg firman en Chaumont á nombre de sus
respectivos Soberanos Ulla cuadruple aliallza ofe'l1-
siva y defensiva, por la que Austria, Rusia, Pru-
sia é Inglaterra se obligaban procurar á la EII-
ropa una paz general, obligéÍudose á manteller
cada una en campaüa 150.000 hombres, prome-
tiendo la Inglaterra á cada una de estas potencias
un subsidio de cinco millones Jt~ libras esterli-
nas, y debiendo durar por 20 años esta alianza.


Por artículos secretos convinieron ademas las
cuatro potencias en el establecimiento de un pac-
to federal entre los Príncipes de Alemallia, en la
independencia absoluta de la Suiza ... en la divi-
sion de la Italia en e5tados independientes, in-
termediarius cntre las posesiones allstriacas en
Italia y la Francia, en la restitucioll de Fernan-
do VII al trollO de España, y en la independen-
cia de la Hulanda bajo la soberanía de la casa
de Orange ... y con UI1 aumento de territorio. El
10 de ~1aI'ZO el Plenipotenciario francés no pro-
duce documento alguno de importancia; sin em-
bargo, las potencias le permitieron aun volver á
ver al Emperndor, para que le inclinase á la paz,




(536 )
1314. Y efectivamente el l5 de Marzo se presenta el


contra-proyecto. Napoleon exigía por límites de
]a Francia el Hhill, la conservacion de los Pai-
ses-Bajos y la navegacion del Escalda. Indemni-
zaciones ;Í. ~llS hermanos José y Gerónimo por los
tronos (le España y Westfalia, y por su sohrino el
llijo de Luis Bona parte por el Ducado de Be"g; y
que el Heino de Italia se confiriese hereditariamcn.
te al Virey Etlgeuio Beallharnais. Los aliatlos hi-
cieron dis(¡lver el Congreso de Chatillol1 y decla-
raron en 18 á la faz de la Europa, {p¡e la paz COn
Napoleon era imposible, y que iban á continuar
incesantem(~nLe sus planes.


Por este tiempo llt'gó al cuartel gelleral de los
aliados el Conde de Arlois, que despues ha ocupado
el trono de Francia con el nombre deCárlosX. Luis
Eslanislao de Bo\"boll, Conde lle Provenza, her-
mano maJor del desgraciado Luis XVI, se hallaha
enNartwell en el Condado de Buchingan en Ingla-
terra. Habiit tomado úcspues de la muerte del hijo
único tle su hermano Luis el título de Rey de Fran-
cia, con la denominacion de I_uis XVIII. ta oen-
I)acioll de las provincias meridionales de Francia
por los españoles, ingleses y portugueses J y las
<lel Norte por los rusos, austriacos y prusianos, le
hicieron concebir la esperanza de reanimar el celo
de los franceses por su antigua dinastía real, y les
dirigió como fiey una proclama di. o de Enero de
1814,invitándoles á reconocerle, prometiendo un
olvido total de cuanto habia sucedido, dejar en vi-
gorel Código de N apoleon ,y gal'anli,'Ia venta de los
bienes nacionales. Envió, como hemos manifes-




( 537)
tado al Duque de Angulema al mediodia de la 1814.
Francia) y al ejército aliado del Norte á su her-
mano Cárlos Felipe, á quien nombró su Lugar-
Teniente General, que bajo este concepto publicó
en Vesoul el 27 de Febrero una proclama, invi-
tando á la Francia á reconocer el gobierno de su
hermano. Sin embargo, los Reyes aliados no le
reconocieron aun ni le permitieron desplegar
ningun carácter oficial, habiendo tratado de im-
pedir la circulacion de la proclama dada en Ve-
soui.


N apoleon para fascinar á los aliados con quie-
nes tenia entabladas negociaciones de paz) quiso
dar un paso que pudiera asegurarles de su buena
fe, é inclinarlos á la recon ciEacion: devol vió á
Pio VII su libertad y el patrimonio de San Pedro,
no obstante que firme en sus principios el Supre-
mo Pontífice se negó á la conclusion de 1111 tra-
téldo, por el que se le concedia la soberanía temo
})01'81, aunque se limitaban sus derechos espiritua-
les. Viendo que se dilataba demasiado la conclu-
sion elel tratado convenido con el Rey Fernando,
que habia llevado á la aprobacion de las Córtes
el Duque de San Cárlos, resolvió poner en liber-
tad al Rey de España, sin condicion alguna, yel
dia 13 de Febrero hizo que se le mandasen los pa-
saportes al efecto. Hallábase Fernando á la sazon
con el mayor cuidado por la tardanza de la vuel-
ta del Duque de San Cárlos, y de Palafox , de
quienes no habia tenido noticia alguna desde su
salida de Valencey. S. M. determinó que el Ma-
riscal de Campo Don José de Zayas le precediese


TOMO 111. 68




(538 )
'B14- en su marcha tres ó cuatro dias , á fin de


que diese noticia á la Uegencia, y esta tuviese
tiempo para hacer los preparativos necesarios
pa ra re cibir le.


El Duque de San Cárlos llegó aquella misma
tarde de Madrid, trayendo la negativa de la Re-
gencia á la ratificacion del trata(lo, con una car-
ta para S. M. del Lenor siguiente:


«Señor: La Regencia de las Españas, nombra.
«da por las Córtes generales y estraordinarias de
«la Nacion, ha recibiJo con el mayor respeto la
«carta que V. M. se ha servido dirigirle por con-
«ducto del Duque de San C;Írlos J asi como el
«tratado de paz y d~mas documentos de que el
<músmo Duque ha venido encargado.


«La Regencia no puede espresar á V. M. de-
«bidamente el consuelo y júbilo que le ha causa-
I(UO el ver la firma ele V. M., Y ql1edar por ella
«asegurada de la buena salud. que goza en com-
«pailía de sus muy amados hermano y lio los Se-
«ilores Infantes Don Cárlos y Don Antonio) así
«corno de los nobles sentimientos de V. M. por
«su amada España.


«La Regencia todavía puede espresar mucho
«menos cuáles son los del leal y magnánimo pue.
«blo que lo juró por su Rey) ni los sacrificios
«que ha hecho, hace y ha,',{ hasta verlo colocado
«en el trono de amor y de justicia que le tiene
«preparado; y se contenta con manifestar á V.M.
«que es el amaelo y el ueseado de toda la N acioll.


((La Hegencia .. que en nombre de V. 1\1. go-
«bierna á la ES1)aña) se ve en la precisioll de po-




( 539)
tener en noticia de V. M. el decreto que las Cór- 1814.
(Ites generales y cstraordinarias espidieron el dia
d. o de Enero del aüo de 1811, de que acompa-
«ña la adjunta copia.


fiLa Regencia al transmitir á V. M. este de-
((creto soberano, se escusa dc hacer la mas mÍ-
(mima ohservacíon acerca del tratado de paz; y
((sí asegura á V.1\1. que en él halla la prueba
«mas auténtica de que no han sido infructuosos
I,los sacrificios que el pueblo cspaüol ha hecho
(Ipor recobrar la Real Persona de V. M.) Y se con-
«(gratula con V. M. de ver ya muy próximo el
((dia en que logrará la inesplicable dicha de en-
(ctregar á V. M. la autoriJaJ Real) que conserva
((á V. M. en fiel depósito, mientras dura el cau-
cctiverio de V. M. = Dios conserve á V. M. mu-
«ehos años para bien de la Monarquía. Madrid 8
((de Enero de 18L4. =Seüor. =A L. R. P. de
c( V. M. = Luis de Borbon J Cardenal de Escala,
(cArzobisdo de Toledo, Presidente. = José Lll-
I'.}'ando , Ministro de Estado.»


Por el decreto de las Córtes de 1. o de Enero
tie 1811 que la Regencia acompaüó con su carta al
Rey, se declaraba nulo todo tratado) convenio Ó
transaccion, de cual(luicra especie ó condicion que
fuese, en que el Rey hubiese consentido ó pudiera
consentir, siempre que estuviese ot.orgado en pais
enemigo) ó en territorio español bajo el influjo
directo ó indirecto de estos, no considerando la
Nacion libre al Rey, hasta tanto que le viese en-
tre sus fieles súbditos en el seno del. Congreso
nacional.


.
~




( 540)
1814. La Regencia recibió despues la carta de S. M.


dirigida por el conducto de Don José de Palafox,y
con fecha 28 de Enero dió á esta la contestacion
siguiente:


((Señor: La carta de V. M. fecha en Valencey
«el 23 de Diciembre del año último, que ha con-
«ducido el Teniente General Don José dePalafox,
«ha ofrecido por segunda vez á la Regencia el
«grato consuelo de saber de la salud de V. M.
«Una comunicacion tan interrumpida como de-
<lseada es el preludio mas cierto de que es lle-
«gado el momento tan suspirado por los españo-
«les de conseguir la libertad de la Real Persona
«,le V. M. : libertad que ellos, pOlliendo la espe-
«ranza en la divina Providencia, han mirado
((siempre escrita en el libro de los decretos eter-
«nos. La Regencia, exaltado su ánimo con la
('próxima posesioll de tanta dicha, ya oye el
«acento de V. M., ya lo ve venir, y ya le cntre-
« ga Una autoridad que le estaba con {iada) y que
(Ipesa tanto, que solo puede descansar sobre los
Hobustos hombros de un Monarca, que restuble-
«ciendo desde su cautiverio nuestras Córtes, hizo
"libre á un pueblo, y ahuyentó del trono de las
HEspañas al mónstruo feroz del despoLismo. Lo-
(cores muy gralldesson debidos, y se relribuyen
Há V. 1.\1. por tan noble hazaña. La Regencia lIO
«puede menos de referirse á todo cuanto dijo á
ílV. M. en la respetuosa carta qne le dirigió por
((mano dd Duque de San Cárlos; y solo añadirá
Hahora para noticia de V. 1\1.) q \le un su Embaja ..
«dor estraordinario plenipotenciario está nom-




(541 )
«Lrado y:¡ para un Congreso J en (Iue Ia~ potencias 1814.
Hheligerantcs y aliadas de V. M. van á dar la paz
flá la Europa, asegudnclola del moJo que COll-
«viene para que nunca vuelva á ser turbada. Alli
((en el Congreso se firmará el tratado, que rati-
«ficaráno la Hegencia, sino V. M. mismo desde su
«real palacio de Madricl, á clonue se habrá restitui-
«do en ]a mas absoluta libertad, para ocupar un
«trono en que resplandecerán á una los heróicos
«sacrilicios de los espaüoles con las sublimes vil'-
«ludes de V.M.)


El 29 de Enero las Córtes decretaron quc la
llegencia oyese al Consejo de Estado sobre la
conducta (lue deberia observarse con el Hey en
el caso de c¡ue S. M. volviese á Espaüa, sin aguar-
dar la paz general; y aquella corporacion en 1. o
de Febrero manifestó que su dictámen era que
no se debia permitir á Fernando VII ejercer la
autoridad Real, sino despues de haber jurado la
Conslilucion en el scno del Congreso: que en el
caso de entrar libre en Espaüa, se nombrase una
Diputacion f!l1e le presentase la COl1.slitucion in-
mediatamente J y le instruyese de los sacrificios
que laN acioll habia hecho, Ji lo que Jlabia sufrido
principalmente })o1' las órdenes fcroces de los
Mariscales dd Imperio francés, y de 108 malos
espaiIoles que siguieron al intruso Rey, de los
tratados hechos con las potencias beligerantes
aliadas contra Napoleon J y de la intcncion de
cumplirlos; y últimamellte, era de parecer el
Consejo, que por separado se comunicasen órde-
neS á las autoridades de las fronteras, para (lue




( 5'42)
1814· 110 permitiesen entrar en EspailU á los empleados


que habian servido y seguiuo al intruso Rey, por ..
que adcmas de ser culpables de la mas alta traÍ-
cían contra Fernando y contra la Nacion, su pre-
sencia seria un odioso espectáculo para los espa ..
ilOles.


El Marqués de Pieuras-Blancas, por voto se-
parado, fue de dictcÍmen de que la Diputacion que
debia recibir al Rey fuese del seno de las Cór-
tes, y que si fuese posible dos de sus Represen-
tantes acornpaiJasen á S. M. alternativamente en
el coche hasta llegar á Palacio, y qne la prohi-
hicion de entrada en el Heino fuese estensiva á
todos los eslrangeros que pudiesen acompaiJar al
Rey, debiendo ser uetenidos igualmente hasta
prestar el jurarnento á la Constitucion en el pri-
mer pueblo de la frontera, los militares prisio-
neros y los individuos de la Real servidutnhre.
Las Córtes en vista de este dictámen dieron en
2 de Febrero un decreto con 14 artículos, decla-
rando <Iue no reconocerían por libre al Rey, ni de-
hería prestársele obediencia) hasta que en el seno
del Congreso nacional hicicse el juramento prcs-
cl'ito en el artículo 173 de la Constituciün: que
los Generales de los ejércitos que mandasen en
las fronteras, así que supiesen con probabilidad
la próxima llf~gada del Rey, ucsp::¡chascn un es-
traol'llinario ganando horas J para poner en noti-
cia del Gobicl" no cuantas hllbiesen adquirido
acerca de Sil venida, acoll1paüamienlo LId H.ey,
tl'Opas naciouales ó cstrangcras (1'le le cscoltasen,
y <lemas circunstancias cIuC pudiesen avenguar




(543)
con respecto á tan grave asunto, debiendo el ~814.
Gohierno traslatlarlo todo inmediatamente al ca.
nacimiento de las Córtes: que la Regencia diese
las órdenes oportunas á los Generales, á fin de
flue á la presentacion del Rey en la frontera le
entregasen copia de este decreto, y una carta de
la misma Hegencía con la solemnidad debida,
que instruyese á S. J\1. del estado de la Nacion,
de sus heróicos sacrificios, y de las resoluciones
tamuoas por las CÓl'les para asegurar la indepen.
dencia nacional y la libertad del Monarca: que
no se permitiese que enlrase con el Hey ninguna
fuerza armada, y que en caso (lue esta intentase
pcnctrar por l1uestI'as fronteras ó las líneas de
nuestros eiércitos, fuese rechazada conforme á las
leyes de la guerra: que si la fuerza armada que
acompaüase al Hey fuese de esraüoJes, los Gene-
rales en gefe observarán las instrucciones que tu-
vieren del Gobierno, dirigirlas á conciliar el ali-
vio oc los que hubiesen pallecido la desgraciada
suerte de prisioneros con el órden y seguriJad
del Estado: que el General del ejército (Ine tu-
viese el honor de recibir al Rey, le diese de su
mismo ejército la tropa correspondiente á su alta
dignidad y hOllares debidos á ¡;u Uea] Persona:
que no se permitiese que acompañase al Rey nin-
gun cstrangero, ni aun en calidad de d.oméstico
ó criado: que ningun espaltol que hubiese obte-
nido de Napolcon, ó de sU hermano Josú, empleo,
pension ó conclecoracion de cualquier clase, ó
hubiese seguido á los franceses en su retirada,
pudiese tampoco acompañar al Rey. Por el mismo




(544)
i814. decreto se confió al celo de la Regencia el seña-


lar la ruta que debia seguir el Rey hasta llegar á
la capital, y los honores correspondientes á su
suprema dignidad con (lue ueberia ser recibiJo
en los pueblos de su tránsito; se autorizó al Pre~
sidente de la Regencia para qne en constando la
entrada del Rey en territorio esraüol, salies e
á recibir á S. M. hasla encontrarle y acompaüar-
le á la capital Con la correspondiente comitiva:
se previno que dicho Presidente presentase á
S. M. un ejemplar de la Constitucion, á fin de
que instruido en ella, pudiese prestar con cabal
deliberacion y voluntad cumplida el juramento
que la Constitucion prescribe, en cuanto llegase
á la capital, debiéndose dirigir en derechura al
Con greso , precedidas las ceremonias y solemni-
dades mandadas en el reglamento interior de
Córtes, y dehiendo acto contínuo al juramento
treinta inuividuos del Congreso acompañar al
Rey á Palacio, donde formada la Hegencia en-
tregase el gobierno á S. 1'.1.; y por lÍltimo, <¡U e en
el mismo dia diesen las Córtes un decreto para
poner en noticia de la Nacion, que en virtuu del
juramento prestado por el Monarca había sido
colocado constitucionalrnente en su trono, cuyo
decreto se pondria· en DUllOS del Rey por una
Diputacíon tambien de treinta individuos.


Las Córtes juzgaron tambien á propósito diri·
gil' Con fecha de 19 de Febrero á la N Dcion espa.
ñola un m~Hlitiesto, por el que la daban cono.ci-
miento de las disposiciones que habían tomatlo
para la Ile gada del Re y , y calificaban de infame




(545 )
el trataao de Valencey; y acompañaban copia de 1814.
todos los documentos que habian servido para
adoptar las resoluciones tomadas.


La negativa de la Regencia á la rati6cacion
del tratado podia retardar la libertad que N apo-
leon espontáneamente hahia cONcedido á Fernan-
do. El Conde de Laforest fue oe dicl~mcn que
el Duque de San C.írl08, .¡ pesilr de haber llega-
do sumamente cansado, marchase sin perder ins-
tante á presentar la respuesta original de la Re-
gencia al Emperadol', que se hallaba entonces en
su ejército combatiendo con los aliados en las pro-
vincias del Norte de la Francia,


A la llegada á París de San Cárlos, recelosos
los Ministros del Emperador de que con este in-
cidente cambiaria aquel de resolucion, y suspen-
dería los pasaportes al Rey, hicieron retroceder al
Duque de San Cárlos á Valencey j pero habiendo
vuelto este por consejo de Laforest á buscar á Na-
poleon á su cuartel general, no le fue posible en-
contrarle por el contÍnuo movimiento en que esta-
ba para dirigir las operaciones de su ejército, y en
su consecuencia le escribió una carta en que le daba
exacta cuenta del éxito de su comisiono Napoleon,
a pesar de todo, envió órdeo á París para que
inmediatamente se espidiesen los pasaportes para
el viage del Rey de España. Estos llegaron en
efecto el 7 de Marzo á las diez de la mañana, y
solo aquel que haya esperimentado los rigores de
un cautiverio y de una emigracion tan larga, po.
drá calcular la alegría que esperimentaron el Rey
y los Infantes con tan feliz y repentina novedad.


TOMO lfI. 69




(546 )
1814. E19fue el dia en queentró elDuquc de SanCár.


los en Valencey, para ellO dispuso el Rey el viage
anunciado ya de Zayas, y el Monarca espailol fi-
jó el 13 del mismo para su salida del pueblo de
su residencia.


El 16 de Marzo se presentó el General Zayas
en el cuartel general de Gerona, anunciando la
próxima llegada de S. M., Y al día siguiente,
acompañado de un Oficial del Estado mayor,
marclló en posta para Madrid con la carta de con-
testacíon del Rey á la Rcgpncia, en que manifes.
taba su satisfaccion por el pronto regreso á ocu-
par el trono de sus mayores~ Tan graLa noticia
se difundió por los ejércitos y pueLlos, y la ale-
gría se apodcró de todos los espar"loles, conside-
rando borrada ya hasta la memoria de su desveno
tura, al ver próximo el momento de gozar de :m
Bey, y de manifestar el inestinguible amor que
le profesaban. Ocupaba aun Napoleon el trono
de Francia cuando Fernando VII emprendió su
marcha para España. Este Monarca quiso dar al
trlnsito por To]osa y otras ciudades de aquel
Imperio un consuelo á los prisioneros y refugia-
dos espailoles, anunciándoles que bicJ,1 pronto
volvcrian al seno de su patria, porque como pa-
dre comun habia resuelto recibir bajo su manto
Real á todos sus vasallos, de cualquier partido ú
opinion que fuesen, para que en adelante no for-
masen sino una sola familia.


El Gobierno franeés, al anunciar al Mariscal
Suchet por medio del Ministro de la Guerra que
el Monarca espailol iLa á repasar las fronteras, le




(547 )
previno tuviese el mayor cuidado en pactar ó 1814-
exigir que las plazas fuertes se entregasen inme-
diatamente á Fernando VII, tomando cuantas
precauciones i uzgase necesarias para asegurar la
pronta entrada de las guarniciones francesas que
las ocupaban en el territorio del Imperio: nego-
.cio á que Napoleon daba el mayor interés; pues
podia proporcionarle un refuerzo de 15.000 vete~
ranos para oponerse á los ejércitos .aliados del
Norte. Habia Napoleon cometido en la campaña
de España la mismá falta que en la de Alemania,
pues dejó 70.000 hombres para conservar plazas
que no podia sostener, sin contar con otros


.30.000 queel Príncipe de Eckmulh tenia en Ham-
hurgo .. Semeiantes instru.cciones exigian esplica-
ciones y contestaciones del Ministerio .sobre el
modo de ejecutarlas, y antes de recibirlas Fer-
nando VII bajo el nombre .de Conde de Barcelo-
na, se presentó el 20 en Perpiilan ,con sus augustos
hermano y tio. Suchet, que hacia bastautesdias es-
taba en aquella ciudad, recibió al Soberano espa-
ñol con todos los llOlloresdebidos á su alto rango y
á sus no merecidas desgracias. El Gobierno fran-
cés le habia prevenido que enviase á Fernando
VII á Barcelona, á fin de que las tropas espaüo-
las ocupasen luego .esta plaza, y pasando á tratar
de este punto con el Duque de San Cárlos, es~e,
que sabia las disposiciones de las Córtes, y que
los generales no reconocerian la autoridad del
Rey hasta que estas lo mandasen, le hizo COllocer
lo dificil que era el concluir nada de positivo en
semejante situacion. El Rey deseaba pasar ade-




( 548)
1814. bnte inmediatamente} mas no á Barcelona sino


á Valencia, y así prometió á Suchet que apl'esu~
Taria cuanto pudiese la salida de las guarniciones
francesas de las plazas fuertes. El Mariscal cuton.
ces le manifestó el embarazo en que se hallaba si
llabia de cumplir con las instrucciones de su Go-
bierno, que le prevenian le conJlljese á Barcelo-
na, y tomase las garantías convenientes para ase-
gurar la vuelta pronta de dichas guarniciones.
Habia escrito á París, y de un momento á otro
dehia recibir nuevas instrucciones sobre el partí-
cu lar, y en el ínterin para conciliar la j u-sta im-
paciencia del Rey que deseaba entrar en el terri.
torio de su Reino, concertó el que el Infante Don
Cádos permaneciese en rehenes algunos dias en
Perpiñan, y que Fernando VII siguiese adelante
sin dilacion.


Así que el General en gefe del ejército espa-
ñol Copons supo por Zayas que estaba próxima
la llegada de S. M., dió todas las disposiciones
necesarias para recihirle, y el dia 21 trasladó su
cuartel general á Bascara. Al dia siguiente el sa-
luJo de la artillería del castillo de San Fernando
de Figlleras fue la señal de la enlrada del Rey en
la villa de Figueras, donde se vió obligado á per.
manecer durante todo el dia 23 J á causa de las
fuertes lluvias que habian engruesado el Fluviá,
visitando el castillo y recibiendo del vecindario
los obsecluios mas espresivos, con anuencia IIel
mismo General francés, el cual, aprovechándose
de la dctenciol1 del Rey, le presentó una nota
con el fin de obtener se suavizase la suerte de los




(549)
prlSloneros de aquella nacion en Espaila, y en 1814 ..
que se reiteraban las instancias para la vuelta de
las guarniciones, y recibió seguridades de un pron-
to cambio en la suerte de los prisioneros, y en
cuanto al otro estremo una promesa escrita por
el Duque de San Cárlos, yal pic de la cual el Rey
habia puesto autógrafa esta espresion : «Apruebo
((este oficio. = Fernando.»


El 24 al salir el sol las tropas del primer ejér-
cito, reunidas en el cuartel general y puntos in-
mediatos, tornaron posiciones sohre la derecha
del rioFluviá, y el ejército frands en la otra ori-
lla, formando un anfiteatro. I .. as músicas y salvas
de artillería resonaban alternativamente: el Ge-
neral en gefe de los espaflOles con su estado ma-
yor pasó el rio, y un saludo de 9 piezas, prece-
dido de un parlamentario, anunció que iha in-
mediatamente á llegar el Rey, quien en efecto á
pocos minutos se presentó en la márgen izquier-
da del rio, acompañado del Mariscal Suchel, su
Estado mayor, y alguna caballería. El General
Saint-CyrNugues) Gefe de dichoEstadomayor,sc
adelantó al instante parn poner en conocimiento
del General español que S. M. iba á pasar en
aquel momento. Así se verificó, y al pisar la ori-
lla derecl13, el General Copons dirigió al Rey un
breve y elocuente discurso. Es imposible descri-
bir el entusiasmo de las tropas y de los habitantes
de los puehlos circunvecinos que habian acudido
á presenciar esta interesante é imponente escena.


El Mariscal Suchet, condescendiendo con las
intenciones del Rey, despachó un Edecal1 previ-




(.550)
1814. niendo á los Gohernadores de Barcelona, Torto-


5a y Sagunto que suspendiesen toda clase de
110stilidades al pasar S. 1\1., quien continuó su
marcha en compañía de su tio el Señor Infante
Don Antonio hasta llegar á la posícion de la in-
fantería española, donde .apeándose del coche, vió
desfilar en columna las tropas que tan bizarra-
mente habian peleado por la conscrvacion de su
trono, y recibió con la mayor emocion las acla-
maciones é incesantes vivas quc proferian con el
mayor entusÍasmo. El Rey continuó despues de
este acto el viage acompañado del General Co-
pons, de su Estado mayor y un escuadran de ca-
ballería que le escoltaba, y los pueblos del trán-
sito manifestaban .á porfia las dcmostraciones mas
cstraordinarias por acontecimíentotan imprevis-
to y deseado) entrando en aquel mismo dia en la
inmortal Gerona, cuyos habitantes y guarnicion
tendidos en las calles y entre los e.scombros y
arruinados muros prorumpian en vivas del jú-
hilo mas exaltado, y ofrecian .el recuerdo mas
grandioso y sublime de la constancia y herois-
mo. El Rey no pudo menos de conmoverse al
pisar con sus reales plantas aquel suelo de hé-
roes, humeante aun con la sangre de la lealtad.


Seguro ,el Mariscal Suchet del cumplimiento
de la palabr~ que el MOlHlrca español le habia
dado de hacer entrar en Francia con la posible
brevedad las guarniciones de las plazas, dejó en
libertad al Infante Don Cárlos para que pudiese
marchar á reunÍrse con S. 1\1 ; Y el 26, dos días
despues de la entrada de este en Espaüa, aCOl1l-




( 551 )
pañado del misma Mariscal con 3.000 infantes, 1814.
300 caballos y 15 piezas de artillería, pasó á la
márgcn derecha del Fluviá, donde fue recibido
con iguales muestras de regocijo, y continuó es-
coltado por un escuadran de <;aballería hasta la
plaza de Gerona, en la que entró en compañía
del Rey su hermano que Ilabia salido á su en-
cuentro. El Monarca escribió á la Regencia par-
ticipándole su llegada á esta ciudad.


La negociacion sobre la vuelta á Francia de
las gual'niciones esperimentó nuevos retardo~
por parte del General Copons, fiel ejecutor de
los decretos de las Córtes, que eran severos y
terminantes, y con respecto á los cuales d Rey
hasta su llegada á Valencia observó un len gua ge
y una conducta que parecía ofrecer su adhesion~


Hasta el dia 28 S. M. Y AA. permanecieron
en la ciudad de Gerona, y auuque la rufa marca.
da por las Córtes se habia fijado por Valencia,
dispuso el Rey pasar" antes á Zaragoza en com-
pañía del Infante Don Carlos, y que el Infante
Don Antonio se trasladase directamente á Va-
lencia.


Las Córtes, para perpetuar el fausto aconteci-
miento de la entrada del Monarca español en sus
dominios, decretaron la ereccion de un monu,:,
mento en los campos de Bascara.


N apoleon continuaba en tanto la guerra con-
tra los ejércitos aliados, y resuelto á sacl'Íficarlo
todo por mantenerse en su trono, publicó en 5
de Marzo un decreto imperial fechado en Fis-
mes, por el que proclamaba una guerra de muer-




(552 )
1814· te y esterminio, y encargaba que se desobedecie.


se á toda autoridad que tratase de disminuir los es.
tragos y devastaciones de ella. Cada dia adquirian
los aliados del Norte mas vigor y unidad en sus
operaciones militares, y Napoleoll no obstante,
contrastando sus esfuerzos, batia el campo sin
cesar con un ejército de 60.000 hombres, obran.
do mas hien como un General de vanguardia,
que como Monarca encargado de velar sobre los
destinos de un grande imperio, conmovido con
la presencia de innumerables enemigos. El 7 de
Marzo derrota en Craon á los prusianos manda-
dos por el infatigable lllucher, y este rechaza el
9 y el 10 en Luon todos los ataques del ejél'cito
francés. El 12 se apoderan los rusos de Reíms;
mas Napoleon reconquista luego esta ciudad, to·
mándoles 10 cañones y 100 furgones de municio-
ues. Por aquellos dias Napoleon dispuso saliesen
de las plazas fuertes situadas sobre el Rhin las
guarniciones francesas, y con ellas proyectaba
atacar la retaguardia de los enemigos: á los Ma.
riscales MOI,tier y Marmont los mand6 que cu-
briesen á París, y en vano espusieron estos que
las tropas de su mando no podrian resistir largo
tiempo, si los a liados continuaban avanzando so·
hre aquella aapital.


El 17 sale de Reims Napoleon á la cabeza de
18.000 hombres con el objeto de reunirse al Ma-
riscal Macdonald que llegaba con 30.000, Y mar·
cha contra el PrÍllcípe de Schwartzemberg que
reunía 100.000 combatientes, logrando reunir5e
con Macdonald I y evitando la suerte que parecía




( 553)
reservada á tanta temeridad y audacia. El 23 se 18t4.
dirige sobre Vitri, SaÍnt Dizier y Joinville, con
el objeto ue tlan(luear al enemigo; mas se en-
cuentra cortado pOI' sí mismo y sin comunica-
cion con la capital y almacenes, y con su cor-
respomlencia interceptada. El Príncipe Generalí_
simo qlle hasta entonces se habia opuesto á la
marcha de las lropas aliadas sobre París, la pro-
pone el Emperador Alejandro, que la acoge con
entusiasmo, y marchan á jornadas dobles sobre
¡¡quella capital, mientras que Napoleon atacaba
en Sajnt Dizier en 27 de Marzo el cuerpo de ob.
servacion del General ruso Wintzingerode, qu~
creía ser el grande ejército enemigo.


El 30 de Marzo los rusos y prusianos se apo-
del'an de las alturas de Montmartre y de San
Chaumont, y de este modo París pierde su única
defensa. El B.ey José, Lugar-Teniente General
del Empel'ador , y Comandante en gefe de la
Guardia nacional, huye; y María Luisa, á quien
se habia confiado la B.egencia, abandona aquella
ciudad á la primera noticia del peligro por los
consejos de Cambacel'es ,sin saber preparar ni
desenvolver ninguno de los grandes recursos que
el valor hllbiera subido emplear, y van á osten-
tar su nulidad en las orillas del Loira. Este su-
ceso causó una gran sensacion en el pueblo, y le
hizo presentir otros mas importanLes.


Napoleon, que tenia en Troies su cuartel ge-
neral á 50 leguas de París, arregla su itinerario
de modo que el ejército pudiese hallarse en la
capital el 2 de Abril, y dejando el mando al Ma-


TOMO /11. 70




(554 )
1814. riscd :\facdonald, se adelanta en persona hasta


Fontainebleau, y hace prevenir á los Maris-
cales Mortier y Marmont que si sostienen á
París durante tres días, no tan solo no cuLrará el
enemigo en ella, sino que tendrá que abandonar_
lo todo y será destruido enteramente. Empero
cada dia recibia noticias mas aciagas sobre el mal
estado del ejército, y á su llegada á FOlltainebleau
encontró ya cambiada completamente su fortuna;
pues pocos momentos antes habían dichos Ma-
riscales acordado la evacuacion, y pactado una
suspension de aemas para arreglar varios artícu-
los que quedaron firmados en la maüana del 31
por los Edecanes del Emperador de Rusia, por
el Gcneralisimo aliado, y el Mariscal fl'ancés
Duque de Ragusa, La defeccion de este Mariscal
fue la que acabó de precipitar del trono á Napo-
leon, pues en aquel dia las tropas ali"elas en-
traron en París con el Emperador de Rusia, el
Rey üe Prusia y el PrinCll)e Generallsimo á su
caheza. Durante aí{ucl mismo dia se celebró un
gran Consejo, á que :1sistieron los Soberanos., el
Generalísimo, y muchos Ministros estl'angeros
y franceses. Alejandro abrió este solemne Conse·
jo, manifestando que tres parliuos se presenta~
han en esta crisis, á saber: el ue conceder la paz
á Nupoleon, exigiendo de él las mas fuertes se-
guridades, el de establecer en Fr:111cia un COllse-
jo de Regencia, ó el de devolver el trono á la an-
tigua dinastía de los Borbones. Este último fue
apoyado por el Príncipe Genel'alísimo y por Ta-
lleyrand.




(555 )
A las tres de ]a tarde se publicó por el Et11- 1814.


rerador (le Hllsia Hna proclama, en que á nom-
bre de los clem3s Soberanos confederados ma-
nifestaba que b abian res 11 el to no en t cml erse ni
tratar con Napoleoll Bonaparte ni con individllo
alguno de su familia, invitando al Senado frnn-
c{~s á crear nI instante un Gobierno provisional y
á preparar una Constitucion jnsla y capaz (le po-
derse g¡-¡rantir por los Soberanos aliados que pro-
metían conservar á la Francia su antiguo terri-
torio.


El primero de Abril el Senado nombró para
formar el Gobierno provisional tres Senadores,
un Consejero de Estado y un miembro de la
Asamhlea constituyente del arlO de 1791, confi-
riéndose la presidencia de este cuerpo al PrÍnci-
pe de TalleYl'nnd. Al diasiguente declaró el Se-
nado á Napoleon .Bonaparte y á toda Sil familia
destituida del derecho de gobernar la Francia,
relevando por consiguiente á la nacian del jura-
mento de fidelidad en su favor. El dia 3 mani-
festó el Senado á la Francia los motivos (Iue le
habian obligado á pronunciar la dcstitucion de
Napoleon, é hizo ver las muchas infracciones
cometidas por el mismo contra la Constitucion
del Estado, y la necesidad de esta medida para
la paz gener¡¡l de la Europa y reconciliacíon de
la Francia con las demas n¡¡ciones. El 5 fue apro-
bado el proyecto de la nueva Constitucion, que
dió á Luis X VIII la corona. El Gobierno provi-
sional hizo publicar muchas proclamas para ins-
truir al {llleLlo y al ejército de todas sus opera-




(556 )
1314. ciOlles; pero este amaba demasiado á su Gefe, y


por esta razon era dificil convencerle. Los sol.
dados detestaban la capitubcion de PnrÍs, y la
tranquilidad nacional se hubiera perdido si Na-
poleon mismo no hubiese tratado de asegurarla.
Habiase esparcido á la sazon la noticia de que
Napoleon se disponia á marchal' contra Paris con
50.000 hombres; y los Soberanos del K arte, asusta-
dos de las consecuencias que podrian seguirse de
una batalla bajo los muros de la capital, con cuya
surnision no contaban enteramente, resolvieron
evacuarla por prudencia y rn3rchar á torna,' po'"
siciones en Meaux. Ya la órden del movimiento
retrógado estaba á punto de espedil'se .Y comuni-
carse al Conde Barciay de ToHi, cnando el Prín-
cipe Generalísimo hizo que se suspendiese, me·
diante á haber entrado en negociaciones con el
Duque de Ragusa, y en virtud de ellas haber pro-
metido este que haría retirar las tl'Op3S que man-
daba á Versailles, punto distante del teatro de
las hostilidades"


Sabedores en tanto los Mariscales que perma-
necian aun en Fontainebleau de los sucesos de
París por su correspondencia particular, se diri.
gieron el 3 al mediodia al Emperador, acompa-
ñados del Gran Mariscal de Palacio y del Duque
de Vincencio , á fin de pl"epararlc á un gran sacri-
ficio. Ney, llevando la voz, le persuadió de la
necesidad de renunciar el trono en favor de su
hijo, bajo la Regencia de la Emperatriz; y fir-
mando el acta de abdicacion en la l,~ll'(Le de aquel
dia, encargó al mismo Ney y á Call1incourt, que




(557 )
p:\sando por Essonne se reuniesen Con el Duque 1814.
de Ra<Y\lsa .. Marmont, y la ent¡'egasen á los Sohe-


t)


rallOS. Marmont, siu dar la nH'nor esplicacion de
su defeccion á los compañeros de negociacion,
dejó el mando de sus tropas al General SOllhan,
que estaba en el secreto de su intriga, y que con-
dujo á sus soltbdos al punto concertado de Ver-
sailles. Al principio marchaban estos entusias-
mados, creyendo que los llevaban á tomar el
flanco derecho de los aliados; pero conocieron
pronto su engaflO, y manifestando su indignacion
contra sus Generales, estos salvaron con difi-
cultad su vida en la fuga.


En vano los l\Iariscales Ney y Morlicr insis_
tieron en que se atlmitiese á N apoleon la abdica-
CiOll, esponiendo que el ejército adoraba en él
y podría empezar nuevamente la guerra: el Em-
perador de Rusia les manifestó el tratado con-
cluido Con Marmont, y ellos regresaron á FOll-
tainebleau. Al pasar por Cheilly .. Ney y CauEn-
court se detuvieron el tiempo necesario para
concluir con el Generalísimo aliado un annisti-
cio para mientras duraban las negociaciones, y
MacdonalJ 50JO fue á an/JJJciar al Emperau[»)' el
mal éxito de su misiono El ejército de Marmont
se declaró en iusurreccion contra el armisticio ,
y trató de ir á huscar al Emperador á Fontaine_
hleau. Napoleon en una órden del día vitllperó la
conducta de Marmont y tambíen del Senado, con
cuyo acucrdo y consentimiento habia ejcrcido
los actos de Sil gobierno, y se decidió á abdicar
absolutamente: el 7 de Abril dió sus poderes, y




(558 )
1814. el 11 por un tratado esprc!iO renuncIO para sí,


sus sucesores y descendielltes todos los derechos
á la soberanía y dominfo, asi sobre el Imperio
francés y Reino de Italia, como sobre los otros
paises. La isla de ElIJa, asignada á N apoleon para
liU retiro, debia formar durante su vida un Prin-
cipado independiente, de quc podia di~l)()llel' con
toda soberanía y propiedad. SeüaLíbasele a<lemas
una suma anual de dos millol1ps de libras torne-
sas en rentas sobre el gran libro. Los Ducados
de Parma, Plasencia y Gl1astala se seüalaron
fambien en plena propietlad y soberanía para la
Emperatriz María Luisn y Sil hijo. Dcjóse dlleüQ
á Napoleon de una corbeta, y se le permitió
mantener para su gll:.ll·dia 400 hombres de sus mas
fieles servidores que quisiesen seguirle.


Este tratado., finl1auo por los Ministros de Aus-
tria, Rusia y PrL1~ia, y por Caulillcollrt, Ney y
Macdonald por parte oe Napoleon, no fue con-
sentido pOI' el Plenipolcuciario inglés Lord Cast-
lereagh en la parte relativa á la isla de Elba y Du-
cado de Parma, contra clIyas <lis posiciones pro-
testó á nombre de su corte.


Napoleon á diferencia de los grandes conquis-
tadorcs qne se señalaron por sus estragos y de-
vastaciones, dejando· sin embargo algunos restos
de su poder, desaparece del todo, y sus colosa-
les conquistas se desvanecen en un instante, á la
manera que el rastro del navío en el agua; y con.
cluyendo, todo concluyó con él, pcrdiéndose con
su trono las vastas adquisiciones de la nueva
Francia.




(559 )
Napoleon partió el 20 de Abril para su desti- 1814.


110, habiéndosele privado hasla de la satisfacciOll
de despedirse de su muger y de Sil hijo. La des-
pedida de su valiente ejércilo en Fontainchleau
fue afectuosísima y tierna.


\( Valientes amigos, os dejo (les dijo): las
Potencias coaligar/as ¡/{In armado COl/tra mi al
lllzií'erso entero ~ mi ejercito mismo. Vosotros
solos me lwbcis permanecido jieles; con vosotros
podria aun hacer la gllerra durante tres a/IOS , po-
dría deslro::ar la Francia con guerras cÍ¡,iles; pe-
ro he prr./erido tÍ mi propia sue1'te los intereses
de mi patria. [[IITJl'era podido morir ~ nada llIas
,{dcil; pero he t!rhidv 'l,j¡,il' pora ('ser/hi,. lo que
hemos hecho. Vuestras hazlIíla .... ~ valientes guer-
reros, no deben sepultarse en el olí'ido. Siempre
os he encontrado en el camilla del hallar y de la
gloria, siempre me 'lllbeis sido jieles, sedlo lo
mismo á los intereses de nuestra querida patria.
i Cuánto ha srifi'ido! pero los destinos de la Fran-
cia conseguirán al cabo reparar sus desgracia,.
¡Yo os {!/ltjaú 1'01' mi suerte} llevo conmigo gran-
des recuerdos, oCl/paré el tiempo noblemente ~ }'
escribiré mi historia J' la 'lJllcstra. Seré siempre
feliz cuando sepa qlle lo es la Francia. QuisiCla
estrecharos tÍ tudas sobre mi coraZ01l ~ abra::aré tÍ
'Vuestro General}' á 'vuestra úgllila,))


Así lo hizo, y dando un ósculo al General
Lefebl'e y 31 ;Í guiJa, se encaminó á la miserable
roca del mar Toscano, donde le confinaron sus
encnllgos.


Varias tentativas de asesinato se premedita-




(560)
1814. ron contra Napoleon, que corrió gran riesgo en


Avignon y Orgon; pero al fin llegó felizmente á
Sain t Tro pez.


La Europa creyó consolidada con esta medi-
da su paz; pero una tentativa, tal vez la mas au-
daz y temeraria de Napoleon, volvió á ocupar
Lien pronto la atencion de los gabinete~ de las
potencias aliadas. El Virey de Italia, PrÍucipe
Eugenio, que mandaba el ejército francés en este
Reino, lo sometió al Emperador de Austria, des-
pues de haberse instruido del tratado de Fonlai-
nebleau, y se retiró á los estados de su suegro el
Rey de Baviera.


En consecuencia de la dcclaracion del Sena-
do de 6 de Abril que llamaba á Luis X VHI al
trono de la Francia, tomó el Conde de Artois el
título de Lugar-Teniente General del Reino, Ín-
terin su hermauo llegaba á la capital. Desembar-
có este respetable Monarca, amaestrado en la es-
cuela de la desgracia y de la emigracion, en Ca-
lais el 24 de Abril, y desde Ouen dirigió á la
nacion francesa una proclama, por la que reco-
nocia que habia sido llamado por el amor del
pueblo al trollO de sus padres, y anunciaba que
ilustrado por las desgracias, su primer cuidado
seria inspirar la confianza mútua, tan necesaria
al reposo y felicidad de la nacion: adoptaba las
hases de la Constitucion propuesta por el Senado,
y prometia presentar al mismo, y al cuerpo le-
gislativo, olra mas meditada, y dispuesta con
menos precipitacion, para ser discutida y recibir
iH a probacion.




( !:'t:I' o.}Vt J
E128 de Abril llegó el Rey á Compiegne, donde HH4.


fue recibido por cinco Mariscales, y el 3 de Ma-
yo hizo su entrada pública en París con toda 13
Familia Real. El 30 de Mayo el Príncipe de Be-
nevento Talleyrand, Plenipotenciario de S. M.
Luis XVIII, Y el Príncipe de Metternichy el Conde
de Stadion, Plenipotenciarios de S. M. el Empe-
rador de Austria, firmaron un tratado de paz ge-
neral continental y marítima en nombre de sus
Soberanos, obrando por sí y por sus aliados con-
formes en un todo. Este tratado fue en conse-
cuencia aprobado y firmado, con varios artículos
adicionales concernientes á las diferentes nacio-
nes, el mismo dia 30 de Mayo por el Conde Ra-
11Oumouski y el Conde N esselrode por parte de la
Rusia; el Lord Castlereagh, el Conde de Aber-
deen, el Vizconde Catheart y el General Stwarl,
como Plenipotenciarios del Rey de Inglaterra; el
Baron de Hardemberg y el de Humbolt, como
Plenipotenciarios del Rey de Prusia. Este trata-
do no se firmó por los representantes de las de-
mas naciones aliadas, porque no tenian á la sa-
zon ó Plenipotenciarios; ó estos, poderes suficien-
tes, como le sucedia al Conde de Fernan-Nullez,
Embajador de la Regencia de España cerca de la
corte de Lon dres , y Don José Piza rro , E mba i a-
dOl' de la misma cerca de la de Berlin, residen-
tes en París. Sin embargo J las intenciones de las
Potencias contratantes era comprender al Rey d~
España y demas aliados, asi como á los de Sue-
cia y Portugal, que tampoco tenían alli represen-
tantes.


TOMO 111. 71




(562)
jaLf, Restablecida por este tratado la paz entre h.


Francia y Potencias aliadas, estas debían cuidar de
que no se volviese á perturbar la buena armonia y
tra ne¡ uilidad.


Por el artículo 2. o se conservaba la integridad
de sus antiguos límites á la Francia, y por el 3. o
se la concedía aun un aumento de lcrriwrio en
las sub-prefecturas de Chamberi Danneci, en la
posesion de Avignon, del Condado de Naisin y
Monlbelliart.


Por el artículo 4. 0 se d edaraba la libertad de
navegacion del Bhin; y el tratar de los derechos
<lue deberian pagarse á los estados situados en sus
márgenes, se dejaban para lleterminarse en el
futuro proyectado Congreso, en el que deberian
examinarse igualmente los medios y modo de fa-
cilitar las comunicaciones entre los puehlos que
tienen rios navegables. En el artículo 5. Ú se res-
tablecia la Holanda bajo la soberanía de la ca-
sa de Orange, con un aumento de territorio,
se reconocia la Confederacion germánica y la
independencia de la Suiza y de los estados so-
heranos ele Italia, esceplo las posesiones austria-
cas. La isla de °Malta con sus dependencias que-
daba por el artículo 7." en toda propiedaJ. á la
Inglaterra, y esta potencia l'estituÍa á la Francia
todas sus colonias, pesquerías y establecimientos,
á escepcion de las islas de Tabago , Santa Lucía
y la de Francia y sus depeHrlencins. La parle es-
P:IÜ0!a de la de Santo Domingo se devolvia á es-
I ti nacion, asi como por los artículos 9 y 10 la de
Cuad<.dllpc.r la Guyana á los franceses, Por el




(563)
articulo 16 las Potencias contratantes, queriendo 1814.
poner y hacer poner en entero olvido las divi-
siones que habian agitado hasta entonces á la
Europa, declaraban y prometian que en los pai-
ses restituidos ó cedidos por el presente tratado,
ningun individuo, de cualquiera clase ó condicion
que fu ese) podría ser perseguido, inquietatlo ni
molestado en su persona ó biencs, bajo cualquier
pretesto ó causa, por sus opiniones políticas ó
adhesion á algunas de las partcs contratantes, ó á
los gobiernos que habian cesado de existir, á no
ser por deudas ó por actos posteriores á los ac-
tuales gobiernos.


Los demas artículos hasta el 31 eran de un
órden subalterno, y este prescribia que en el
término de dos meses todas las Potencias que
habian intervenido en el actual convenio, envia-
sen á Viena Plenipotenciarios para arreglar en nn
Congreso general los diversos negocios que de-
berian servir de complemento al presente trata-
do. Por uno de los artículos adicionales la Fran-
se obligaba á unir con la Inglaterra todos sus es-
fuerzos para (Jue quedase abolido para siempre
en toda la cristiandad el comercio dc negros.




(564)


,


CAPITULO XXXI.


Batalla de Tolosa._ Armisticio concluido entre Soult y
-WeIlington. - Salida de la guarniciolJ de Bayona. -Sa-
lida rechazada de la de Barcelona. -l\Iareha del Hey
Fernando á Zaragoza. - Se dirige á Valencia. -En-
cuentra al Presidente de la Regencia. - EllO reconoce
desde lllego á S. M. - Inquietu(l de las Córtes. - Pri-
meras honras á las víctimas del 2 de i\Iayo. - Llegada
á Valencia de varios Grandes. - Representaeion de los
G9 Diputados llamados Pasas. - Decretos de 4 de Ma-
JO. -Llegada del Rey :í Ar~njllez. -I'risioll de la He-
geueia y Diputados. ~Destruccion del gohierno consti-
tucional. -Entrada del Hey en Madrid. -Primeras me-
didas del gohierno del Hey. - Restahlecimiento de la
I 1](1 uisicion. - Decretos contra los emiGrados por deli-
tos políticos. - R(~presell tacioll de la 1] ni versidacl de
Salamanca. - Comisiones militares. -Evacuacion de las
plazas. - Dimision de "\VeIlington como Ceneralísimo
de las tropas espaiiolas. - Premios que le concede la
Inglaterra. -Illsurreccion de ]\'1 ina. - S llcesos de Amé-
rica. - Tratado de paz COll Fl'allcia. - CCJIl3l'eso de
Viena. -l\apoleon vuelve á ocupar el trono (le Fran-
cia. -Imperio de los cien dias. - S II l'elegacion á Sall-
ta Elena. - Conclusion.


18L'¡. Despues de la aceion de Tarbes, el Mariscal
Souh se retiró al Garona en la Jireccion de San
Gaudens) cerca de cuyo punto la vanguardia uc
caballería del cuerpo del General Hill alcanzó h
retaguardia del ejército de aquel, y empeüó U1U
aceion en la fILIe hizo mas de 1.00 prisioneros. El




(565 )
24 de Abril entró el ejército frnncés en Tolosa. 181/¡..
Esta ciudad se halla situada sobre la orilla dere-
cha del Garona, mas arriba de la embocadura
del canal del Langüedoc, y su recinto se halla
circundado de gruesas murallas flanqueadas de
torres. Por el N. y E. se halla cubierta por el
esprcsado canal, por el O. por el rio Garona, y
no es accesible mas que por el mediodia por en-
tre el canal y el rio.


El Duque de Dalrnacia se habia aprovechado
de todos los accidentes del terreno para formar
de Tolosa una posicion formidable, y sus tropas
sin reclama!' los socorros de sus habitantes, t!'a-
bajaron con tanto ardor en las trincheras, que en
pocos dias estu vieron concluidas todas las forti-
ficaciones que correspondian al sistema y plan de
defensa proyectado.


El Mariscal Soult hizo por su parte cuanto
pudo porque se le reuniese el ejército de Suchet,
que estuvo dcspues de la evacuacion de Gerona
parado cerca Je un mes en Figueras y la Junque-
rn, con su cuartel general en Perpiüan. Mas de
12 correos consecuLÍvos envió Soult á SllclJet,
invitándole á que se le incorpornse á marchas for-
zadas, en cuyo caso respondia de batir y destruir
á Wellington : proponiéndole que si no queria es~
tal' bajo sus órJenes, él se pondria bajo las su-
yas, en la firme illteligencia de que basturia para
el feliz éxito que sus tropas se dejascn ver, nUll
cuando permaneciesen con el arma al brazo y sin
tomar parte en la ofcnsiva; pero Suchet se vio
alado lwr las órdenes del Ministro de la Guerra




(566)
1tlq. ClaI'K, que ya preparaba los medios de precipitar


á Napoleon del trono.
El cuerpo de tropas á las órdenes del Gene-


ral Hill, reforzado por dos divisiones espaüolas :i
las de Morillo, se estableció el 29 sobre la iz-
quierda del Garona. Fue el primer intento de We-
llington manioDrar por la derecha de la ciudad
con el objeto de estaLlecer un puenle de barcas
enfrente del pueblo de Portel; pero las escesi-
vas lluvias y caminos intransitables impidieron
las operaciones pOI' esLe lado. En consecuencia,
variando el primer plan, se estableció el puente
á la izquierda en las inmediaciones de Grenadc,
y el ejército empezó á pasar al otro lado el 4.
Una fucrte avenida obligó á levantar el puente y
á suspender la operacion has la el 8, en cuyo dia
todo el ejérciLo aliado, mellOS el cuerpo de Jlill
que lluedaba en la izquierda frente al gran puen-
te de Tolosa, se halló reunido sonl'c la derecha,
y tomó posiciones á media legua de la ciudad de
ToJosa, apoyando sus alas en el rio Ers y en la
direccion del canal al mismo rio Garona. El 9
se levantó y colocó el puente en HaglJac para es-
trechar la cOl1lunicaciotl con el General Ilill.


Soult lenia en posicion su ejército al E. de la
poblacion en una colina paralela al Ers y entre
este rio y el canal. Esta posicion, fuerte ya por
naturaleza, por las zanjas y vallados que la cir-
cundan.r hacen dificil su acceso, lo era aun mu-
cho mas por las ohras del arte, que consislian en
cinco reductos que se comunicaban por medio de
una linea de atrincheramientos) y en una casa




( 567)
fuerte. Wellinglon, sin embargo, se decide al ata- 1814.
que, y á las seis de la mañana del 10 pone su
ejército en movimiento. El Mariscal Beresford
que con dos divisiones al mando de los Genera-
les Colle y Clinton, sostenidas por la brigada de
caballería ligera á las órdenes de Stapleton Cot-
ton se hallaba al otro lado· del Ers, atraviesa
este río y se dirige á envolver la derecha de la
posicioll enemiga. En tanto el General Freire
con las tropas espaüolas de su mando marcha al
ataque de frente, y el General Picton, con dos
divisiones inglesas á las órdenes del General Al-
ten.J amaga al mismo tiempo las cabezas de los
puentes sobre el canal, y procura llamar la aten-
cion del enemigo por esta parte, como lo hacia el
General Hill en la izquierda del Garona. Los
franceses rechaz:m el ataclue de Freire causándo.
le mucha pérdida; pero renllévase este por el
Mariscal Beresford, y rehechas las tropas de
Freire se apoJeran con la mayor intrepidez de
las alturas de la derecha y reductos que cubrian
aquel flanco con el apoyo de su artillería, que
por el mal eslado de los caminos no habia podi-
do llegar hasla entonces. El movimiento por la
derecha sigue progresando, y se toman los demas
reductos y atrincheramientos, cuyo buen resul-
tado se debió principalmente á los impetuosos
ataques ele frente del cuarto ejército español.
Los franceses, desalojados de sus posiciones, hi.
cieron aun un esfuerzo infructuoso para recobrar
un reJucto; pero tuvieron ciue retirarse al fin á
Tolosa) y en la noche del 11 evacuaron entera-




(568 )
1814. mente esta ciudad, dirigiéndose á Castelnaudary,


abandonando 1.600 prisioneros que tenian en
Tolosa, á los Generales Harispe, Saint Hilaire y
Beaurot que quedaron heridos, muchos almace-
nes y artillería. En esta sangrienta jornada fue
muerto tambien el General francés Turpin. Los
aliados perdieron 31 Oficiales, 574 soldados y 62
caballos muertos; un General, 3 Gefes de briga-
da, 245 Oficiales, 3.801 soldados y 49 caballos
heridos; 3 Oficiales y 15 soldados estraviados;
no siendo tan considerable la pérdida del enemi-
go fIue consistió en 3.231 hombres entre muertos
y heridos, por haber hecho su defensa á cu-
bierto.


Antes de darse esta batalla estaba ya el Ma-
riscal Soult enterado de la caida del Gobierno im-
perial de Francia, y en obser¡uio de la humani-
dad hubiera podido evitar las desgracias de ac-
eion tan infructuosa, y no falta (luien presume,
no sin fundamento, que Wellinglon se hallaha
igualmente informado de este suceso por la vi,a
de Burdeos, ocultando el hacer pÍlblicas estas no-
ticias por aüadi!' esle nuevo laurel á sus victo!'ias.
El Rey instituyó una cruz de distincion para re-
compensar á los que estuvieron en esta Inemora-
ble batalla en 30 de Enero de 1815, en la que se
lee en medio del escudo: ce Valor y disciplina. Ba-
talla de Tolosa 10 de Abril de 1814:» concediell-
do á los regimientos españoles que pudiesen po-
ner bordada esla cruz en los cuatro ángulos de
sus banderas.


El dia 12 á las 10 de su mañana entró Lord




(569)
'Vcllington en la ciudad de Tolosa, donde fue 1814.
recibido con todos los honores del triunfo pOl' el
parti(lo realista, que habia ya enarbolado la ban-
dera y escarapela blanca, y marchó -á la plaza
lbl11ada del Capitolio para recibir alli los hOIl1C-
nnges de las autoridaJes , tomando posesion de la
capital del Langu8doc en nonlbl'e de su Rey J 01'-
ge} y no cOll.'Sinticlldo que la poblacion procla-
mase aun á Lui_~ XVIII ~ Sil legitimo Soberano.


En la tarde elel 12 llegaron á Tolosa los Co-
roneles Cok al servicio de S. M. B., Y Saint Si-
mon al francés, encargados de hacer saber á
Lord Wellington y á los Mariscales Soult y Su-
chet la capilulacion del 31 Je Marzo, la forma-
clon de un Gobierno provisional el 2 de Abril, y
la destitucioll de Bonaparte el 4. El Mariscal Sll~
chet, sin embargo) no creyó la noticia baslante
autént.ica parn prestar desde lllego su adhesion al
nuevo Gobierno, y pidió, hasta cerciorarse, una
suspension de hostiliJaJes que Wellington le ne-
gó, concluyendo entretanto el 15 este General
un convenio con el francés Loverdó que manda-
ba en Montauvan, y el 18 con el Mariscal Soult,
que accedió despues de varias contestaciones á su
sumision, yel 19 con el mismo Suchct, acordnn-
do la cesacion de hostilidades, demarcacion de
las líneas (ple deberian ocupar los ejércitos, cva-
cnacion de las plazas de Espafla y devolllcion de
prisioneros. SL1chet espidió inmediatamente ór-
denes á los Gobernadores de aquellas, para que
las entregasen .1 los españoles, y el 4 de Mayo el
mismo Mariscal con los principales Oficiales de


'1'0,.10 111. 72




(510)
1814. su ejército se trasladó á Torosa para presentarse


al Duque de Angulema, que le recibió de la ma-
nera mas lisonjera. Este Príncipe pasó revista al
ejército de los Pirineos, y el mando de todas las
fuerzas del mediodia de la Francia fue conferido
al Mariscal Suchet.


El 14 de Abril la guarnicion de Bayona hizo
una fuerte salida antes de amanecer, y logró al.
gllnas ventajas tomando varios puestos y causan-
do alguna pérdida á los ingleses, siendo herido y
hecho prisionero despues de muerto Sil caballo
el Comandante del bloqueo Hoppe; mas los pues-
tos perdidos fueron recobrados al instante con
el mayor arrojo, y á las 7 de ]a marJana de aquel
mismo dia estaban ya todos en poder de la& tro-
pas del bloqueo.


La única operacion militar que hubo despues
de la batalla de Tolosa fue otra salida (lue eje-
cutó la guarnicion francesa de Barcelona. El Ge-
lleral inglés Clinton debia cumpliendo con las
órdenes de Lord Wellington, retirarse de Catalu ..
IW asi que se disminuyesen las fucrzas del ejér-
cito de Suchet. Sabedor"este del movimiento de
Clinton) dió sus órdenes para que la guarnicion
de Tortosa evacuase esta plaza y se reuniese á la
de Barcelona que debia contribuir por su parte
al buen éxito de esta operacioll. Una carta inter-
ceptada y descifrada dió conocimiento de la em-
presa, y se tomaron las medidas nccesa rias para im-
pedida. El Baron de Eroles de acuerdo con el Ge-
neral Elio y Clinton, que detuvo su marcha, im-
puso á la guarnicioll de Tortosu) y su Gobernador




(571)
el General Robert permaneció quieto. La .Je Bnr- 1814.
celona,consentida en la ejecucion del proyecto
segun el plan convenido, hizo una salida con toda
su fuerza disponible contra las tropas del blo-
queo, que consistian en dos divisiones y una bri-
gada española á las órdenes ¿el intrépido Gene-
ral Sarsficld J y despucsde una accion muy reilÍ-
da fue rechazada completamente con pérdida de
Un gran ll.úmero de muc.rtos, heridos y prisio-
nerOG.


Las Córtes .continuaban sus sesiones en Ma-
drid, habiéndose trasladado .desde el antiguo
teatro de los Caños del Peral en que habian prin-
cipiado á celebrarlas á su llegada á la capital, al
magnífico .salon preparado al efecto en el con-
vento de Doña Maria de Aragon. Trahaj.aban por
entonces varios de sus Diputados en procurar la
mudanza de Regencia, con el objeto de que fue-
sen nombrados para componerla la Iufanta Doña
Carlota, Princesa del Brasil, y los Consejeros
de Estado CastaliOS y Villamil. Para conseguir
este objeto se celehraron varias reuniones en la
calle de Jacometrezo en casa del M. R. Obispo
de Urgel, y concurrieron á ellas entre otros Don
Benito Arias de Prada, Don Francisco Martinez
de la llosa, á quien querian hacer entrar en la
negociacion por el gran concepto que tenia en
las Córtes, el Ministro de Estado que lo era á la
saZOn Don José Luyando, y el mismo General
Castaños. Acordada allí la mudanza de Regencia
en 8 de febrero, Arias Prada se encargó de ha-
cer la proposicíon que suponian seria aprobada




(572)
1814· }Jor la mayoría de las CÓI'tes; pero se desconcer-


tó su plan, y no solo no se accedió á e"te nom-
brnmiento en la sesioll secreta de este dia, sino
(jllC se acordó que en caso <.le tratarse en olro de
este negocio, fuese en sesion pública. Las Córtes
conoeiel'on el gol pe que se las preparaba por
muchos de sus individuos; pero conumclo plena-
mente con el Capitan General de Madrid Villa-
campa que hizo en este dia poner la Lropa sobre
las armas, inutilizaron todas eslas tentativas.
Villacarnpa fue ascendido á Teniente General;
y concluido en 19 de Febrero el trimestre de las
sesiones de Córtes que prevenia la Constitllcion
por el año de 1813, la Hegeucia cOlltillUÓ en sus
funciones á pesar <.le todos los alaques de la OPO-
SlClOl1.


El primero de Marzo se instalaron de nuevo
las Córtes para scguit· sus nuevas ::lesione" por los
tres meses correspondientes á 18 t 4. U no d(~ los
asuntos en que tomaron conocimieulo fue la cau-
sa de un famoso impostor que denomin:índose
Luis Oudinot, General de Napoleon, y uno de
sus emisarios para establecer en E,paüa una re-
púhlica, alarmó al pueblo eslraordinariamente.
Este miserable, puesto en prision, confesó que 11a.
hia sido ganado para serllbrar la uesconfianza cu-
tre los espailoles, y desacrcuitar el partido de
las Córtes.


El Hey salió de Gerona el 28 de Marzo entre
las aclamaciones de aquel pueblo (le héroes, y
uespues de haber pasado por Tarragona y Reus,
CVn.tiIlLlÓ su viage por la costa Ul! Cataluüa hasta




(573 )
Tortosa j y desde alli tornó la direccion de Zara- Hl14.
goza, con el objeto de tener tiempo para infor-
marse del estado de la Nacion, y sondear el es-
píritu público, pretestando (Iue iba á cumplir un
yoto forrual que había hecho de visitar el céle-
bre santuario de la Virgen del 'Pilar. El Infante
Don Antonio marchó en dáechura á Valencia,
donde entró en 7 de Abril cutre aclamaciones
y vivas infinitos, siendo recibido por el Carde-
nal de Borbon, Presidente de la Regencia, (1'18 ha-
bia llegado alli el mismo dia acompailado uel Mi-
nistro de Esta(lo Don José Luyando.


El Hey con el Infante Don Cárlos y el ilustre
Don José Pdlafox, g(~fe de los zaragozanos en los
gloriosos dias del combate, llegó á la capital de
Aragon el G. La inmortal ciudad de Zaraooza
presentaba aun el especlcículo mas sublime de su
inimitable constancia y patriotismo. Sus ruilJas
humeaban todavia,y el Rey, despues de haber per-
manecido cinco días, que fueron precisamente los
de la Semana Santa, contemplando los destrozos
de un puehlo cuyos hijos se habian casi todos sa.
crillcado en las aras de la Patria, siguió el 11 su
marcha á Valencia por el camino de Teruel y
Segorbe) cada vez mas obsequiado por los pueblos
del tránsito. El lG de Abril llegó á aquella capi.
tal, y habiendo salido ;l recibirle el Presidente
de la Ilegencia con el Infante Don Antonio, hizo
el ncy fiue le besase aquel la mano, y le recono-
ciese como á su Monarca legítimo sin Llepcndcu-
cia de la Constitnclon y de las Córtcs. El Carde-
nal de Borbon) sin embargo de las instrucciolles




(574 ,
1814. que tenia de estas, obedeció la órden del Monar-


ca su Soberano, y le besó Ja mano. El General
Elio, que tambien habia salido á su encuentro,
despues de besarle la mano, le entregó el bastan,
manifestándole que no guería oblelJ.er mando si-
no dit'ectamente de S. M., y le ofl'eció la fuerza
de su ejército para que dispusiese de ella á dis-
crecion y sin dependencia alguna de las CÓl'tes
y de la Constitucion, á fin de que se le recono-
ciese como á Rey absoluto de España, conforme
se le habia proclamado en 1808 ..


La larga detencion del Rey en Valencia y su
marcha á Zaragoza fueron interpretauascomo
un testimonio nada e<Iuívoco de la Jisposicion de
S. M. para no acceder al reconocimiento de Jas
Córtes y de la Constitucion. Podía entonces S. M.,
reunido el ejército de Elio á las tropas que habia
traido de Cataluña ydeZaragoza, disponer de una
fuerza de cerca de '40.000 hombres.


Las Córtes entre tanto se ocupaban en la dis-
cusion de la carrera que deberia seguir el dia de
su entrada en la .capital de las Esparlas hasta el
salon de las mismas para jurar la Constitucion,
y en pi'eparar el magnífico y sublime espectá-
culo del aniversario de Jos primeros mártires de
nuestra santa libertad é independencia. El dia 2
de Mayo de 1814 era el primero en que la Espa-
ña se veia libre desue el memorable de 1808,
dia eterno en los fastos de las glorias de España,
en que un pueblo magnánimo dió el ejemplo de
la fidelidad mas acrisolada, y con su sangre mar-
có á todos los espaiIoles la senda que debian se-




(575 )
guir para recobrar su libertad, rompiendo las ca· 1814.
denas con que se intentaba aherrojarlos, Se ex-
humaron los restos mortales de las víctimas in-
humanamente sacrificadas porl\1urat en las aras
de la patria: los preciosos huesos de Daoiz y Ve-
larde,. honor del cuerpo de artillería y orgullo
de ]a. patria) á (Iuicnes las Córtes habian ascendi·
do á l\lariscales de Campo, se encerraron en dos
magníficas urnas, que colocadas soLre un pom-
poso carl'O triunfal, fueron trasladadas desde el
parque de artillería, sitío donde se inmortaliza-
ron peleando hasta morir, y en otra urna ma.
Y0l' fueron llevadas las de los demas 111ad1'i-
leilos sus imitadores) á la Iglesia de San Isidro,
por entre las filas· de aguerl'idos soldados tendi-
dos por las calles, y acompañados de las autori-
tlades todas) de Hila Diputacion de las Córtes,
de las comunidades religiosas, del clero y par-
roquias, de los militares inutilizados en campa-
ña, y de un inmenso gentío que los seguía con
un entusiasmo nunca visto, Las exequias que se
celebraroll fueron magnÍfrcas, y no se omitIÓ na·
da dc cuanto se puede idear para aumental' la
pompa fúnebre de los héroes que dieron los pri-
meros aquel sublime ejemplo, que imitado en
todos 10's ángulos de la Pcninsula, y seguido con
constancia en el con tÍnuo vai ven de los s llCesos prós.
peros y adversos de la gucrra, habia coronado
los esfuerzos del pueblo espaüol , y colocado á.
Fernando VII en el escelso trono de sus mayores.


Las Córtes continuaban alarmarlas con la pel'.
manencia dcllley en Valencia, Tr.asladáronse á.




( 5iG)
1814. afIuella capital muchos Grandes de España y


Prelados del Reino. Estas visitas aumentaban
la inquietud Je las Córtes, las cuales hicieroll
dos csposiciolles consecutivas al Hey) en (IHe le
lnallifeslaban el vivo interés que tenian de ver
tomar las riendas del Gobierno á S. M., conforme
á la Conslitucion, y las consecuencins funestas
que podian resulLar de mayor dilacion i mas el
Hey no Jió aun á conocer sus intenciones.


Algunos miernbros de las mismas Córtes
abandonando el Congreso, marcharon tambien á
Valencia á presentarse al Rey y conjurar la des-
gracia que les amenazaba, asegurando á S. M.,
que ellos hahian sido siempre opuestos á la Cons-
titucion. Don Bernunlo Mozo-Rosales, Diputado
})or Sevilla, que despues ocupó el Ministerio de
Gracia y J lIsticia, y obtu va el título de Marqués
de Mata-Florida) presenló á S. M. una larga es-
posicion firmada en 12 de Ahril por 69 Diputa-
dos) en que acriminanclo las disposiciones ele las
CÓl'tes, pedia la anulacion de la Constitucion,
y de cuantas medidas se habian tomado dllrante
la cantividau de S. M. Estos 69 Diplltados fueron
conocidos en adelante por la Kacion, y aun por
el mismo Gobierno, con el dictado tie Persas,
tomado este nombre del siguiente párrafo con que
empezaba su representaciol1.


« Era costumbre en los antigllos Persa; pasar
cinco días en anarquia desplles del/idlecimiento
de su ney) á jih de que la esperiencia de los ase-
sinatos, robos J- otras desgracias los aMigase á
ser mas fieles á su sucesor.)) El Rey eslableció una




(5í7 )
cruz particular para recompensar á'los 69 Dipu- 1814·
tados Persas.


Durante la estancia del Rey en la ciudad de
Valencia se supo la noticia de la caiJa y destitu-
cion de Napoleon. Varios Grandes de Esralla y
Jos Cons!'jcros Íntimos del Rey le persuadieron
que el amor qlle la Nacion le profesaba, era sin
límites, (flH~ aborrecia esta á los autores de la
Constituciol1 de C~diz y á los que se habian ad-
herido á la de Bayona ~ y que S. M. debia tomar
las riendas del Gobierno con la plenitud del po-
der qnc á Sll advenimiento al trono.


El día 4 de Mayo) víspera de Sil salida de Va-
Jencia para Madrid, dió S. M. UIl manifiesto ála
Nacion, en (lile referia sumariamentecuallto habia
pasado dl~sde la época en que recibió por prime-
ra vez el juramento de fidelidad hasta su COll-
duccion prisiollero á Francia, y los sucesos sub-
siguientes á la instalacion de las Cortes genera-
les y estraordinarias en la Isla de Leoa el 24 de
Setiembre de 1810. Se atribuia este cuerpo COll-
vocado (decia el mauifiesto) de una manera in~
llsitada en Espaüa, aun en los tiempos mas difici-
les y cnmedio de las disensiones civiles, una
lIsurpacion de todos los poderes públicos: usur ...
pacion por medio (le la cual hahia .impu~sto á la
Nacíon el yugo de la nueva Constitucion, para ]a
que se hablan lomado por modelo los principios
democníticos de la francesa de 1791, y en Jugar
de las leJes fundamentales de una Monarquía
moderada se habían adoptado las de un Gobierno
popular couun Gefc delegado aunque con. el


TOMO 111. 73




(578 )
18"í. nombre de Rey: se acusaba á las Córtes del pro-


yecto de hacer odioso el poder real, empleando
como sinónimos los nombres de Rey y d(~spota,
y llamando tiranos á los R(~yesJ all1lisl1lo tiempo
que se perseguia cruelmente á cual(luicra que
tenia la firmeza de disentir de este modo de pen-
sar revolucionario y sedicioso. S. M. alJunciaba
que aborrecia el despotismo) y ql1~ ni las luces,
ni la cultura de la Nacion y de la Europa lo su-
frian ya , ni en España fueron déspotas jamas los
Reyes, ni sus buenas leyes ni Constitucion lo ha-
bían autorizado; y manifestaba sus intenciones
de tratar COn los Procuradores de España é In-
dias yen CÓI'Les legítimamente cong¡'egadas, com.
puestas de unos y otros, lo mas pronto que res-
tablecido el órden y los buenos usos en que ha
vivido la Nacion y con su acuerdo las pudiese
juntar) para que adoptasen las ley(~s que sirviesen
de regla á sus vasallos. Prometia S. M. asegurar
la libertad individual y real, y añadia que de esta
justa libertad gozarian todos para comunicar por
medio de la imprenta sus ideas y pensamientos
dentro de aquellos límites que la sana razon
prescribe para que no degenere en licencia; y
concluia S. M. diciendo: « Declaro que mi renl
ánimo es no solamente no jurar ni acceder á di-
cha Constitucion ni á decreto a1guno de las Cór-
tes estraordinarias y de las ordinarias nctualmcn-
te abiertas, á saber, los que sean d('presivos de
los derechos y prerogativas de mi soberania esta-
hlecida por la Constitucion y las leyes, en que
por lar~o tiempo la Nacíon ha vivido, sino en




(579)
declarar acrucHa COIlstitucion y tales decretos 1814·
nulos y de ningun valor ni efecto, ahora ni en
ningun tiempo, corno si no hubiesen pasado ja-
mas tales actos y se quitasen del medio del tiem-
po, sin oblig3cion á mis pueblos y súbditos de
cualquiera clase y condicion á cumplil'Jos y guar-
darlos; y corno el que quisiere sostenerlos y
coutradijere esta mi real declaraciun, atentaria
contra las prerogativas de mi soberanía y felici-
dad de la Nacion y causaria turbaciones y desa-
sosiegos en mis reinos, declaro reo de lesa Ma-
gestad á quien tal osare ó intentare, y como á
t.al se le impong3 la pena de la vida, ora lo eje-
cute de hecho.> ora por escrito ó de pélJabra, mo-
viendo ó incitando, ó de cual'luier moJo exhor-
tando y persuadiendo á que se guarden y obser-
ven dicha Constitllcion y decretos.))


Tambien se ordenaba que los magistrados J
tribunales de justicia actuales continuasen en sus
funciones hasta el restablecimiento de] antiguo
régimen, y que desde el dia en que este decreto
se puhlicase y fuese comunicado al Presidente
que á la sazon lo fuese de las Córtes que actual-
mente se hallaban abiertas, cesasen eslas en sus
funciones, y que sus actas y las de las anteriores
existentes en el Archivo de su Secretaría, ó en
poder de cualquier individuo, se depositasen en
el Ayuntamiento de Madrid J declarando la pena
de muerte contra cualquiera que se opusiese al
cumplimiento de la voluntad de S. M. en esta
parte.> quien ordenaba igualmente la cesacion de
toJos los procedimientos judiciales en las causas




(580 )
1814. de infraccion de Constituciol1, y (lue se pusiesen


'en liberlad cuantas personas estuviesen presas
por este motivo.


A este manifiesto no se dió por entonces pu-
blicidad, sino que por el contrario se ocultó con
ell11'1yor cuidado y sigilo, y nadie tuvo conoci-
miento tle él, sino las personas (11lC se hallaban
ya en ÍnLima relacion con el Monarca. S. !\l. salió
de Valencia el 5 de Mayo, y llegó á Aralljl1ez el
iL, precedido de la division del mando del Gene.
ral Elio. Las Córtes con el fin de cumplimentar-
le y de pedirle que accediese á la jura de la Cons-
titucion, le mandaron á aqud sitio una Dipula-
cion; pero aun cuando S. M. la recihió) nada abo
solutamente adelantaron. El dia 10 encargó el
Rey á Don Francisco Javier Eguia la comision
importante y delicada de destruir el Gobierno
constitllcional, contiriéndole el nombramiento
de Capitan General de Castilla la Nueva. Eguia
sin valerse ni de las tropas que habia en las cero
canÍas de Madrid, ni de las de su centro, si-
no de algunos Oficiales y Gefes, con cllya deci-
sion y arrojo contaba, y á quienes habia confia-
do su comision, arres tó en la noche del 10 de
Mayo á los individuos de la Regencia Don Pedro
Agar y Don Gahriel Ciscar, á los Ministrus, al
Capitan General Villacampa, y á los principales
periodistas; y sin embargo de que en el manifies-
to se decia que las Córtes deberían cesar en sus
sesiones tan pronto como se comunicase á su Pre-
sidente el decret0 de S. M. ,los Diputados mas
seilalados fueron sacados uno á tillO de sus camas




(581 )
Y conducidos en medio de bayonetas á los cala- 1H~4.
bozos, y sin verificarse la cOOlunicacioll, apare-
cieron en la maiwlla del 11 cerradas las Cúrtes,
ocupado su salon militarmente, .Y en las esquinas
de la Capital publicado el decreto de 4 de Mayo ..
que hasta entonces habia permaneciuo oculto. Asi
amaneció destruido el sistema constitucional, y no
hien se difundió la noticia por la pohlacion, cuan-
do el pueblo salió por las calles aclamando á
Fernando VII por Rey absoluto, y destruyendo
los emblemas y signos constitucionales del salon
de Córtes, f!llCmalldo públicamente la estátlla de
]a libertad, y hacienuo pedazos la lápida de ]a
Constitucion, en cuyo lugar colocaron el retra-
to de Ferl1:111do VII.


El 13 de Mayo hizo el Rey su entrada en Ma-
drid por medio de tres magníficos arcos triunfa-
les que se habian levantauo en el puente de To-
ledo, calle de Alcalá y Plaza mayor. La nume-
rosa poblacion de la capital de las Españas}
p"imera en vengar los ultrajes hechos á su Rey,
debia serlo tambien en las demostraciones de ale-
gria al ver entrar en su recinto el objeto de todos
'sus sacrificios. Todas las autoridades, corpora·
ciones y habitalltes se escedieron á porfia en las
demostraciones de un amor que le habian COll-
'servado enmedio de los mayores desastres. Cuan-
tos medios y espresiones puede sugerir la imagi-
nacion, se empl(~aron en este dia para demoslrar
su afecto al idolatrado Monarca. ~o era gozo, no
era ¡Múlo , era un frenesí el que iuspi¡·aba 511
vista despues de seIS años Ile ausencia y es-




( 58'2)
1814· clavitud. El puehlo (pIe habia salido á recibir al


Rey hasta la distancia de mas de cuatro leguas,
se apoderó lleno de entusiasmo de SI1 coche, del
que tiraron á porfia personas de todas clases has·
ta su llegada á Palacio. A su enlracla en Madrid
recibió S. M. de mano del General Eguia las lla-
ves de las puerl¡')s de la capital, y las tropas del
General Elío le acompailaron hasta el mismo Pa-
lacio.


El Rey había nombrado desde el 4 de :\layo
un ~linjsterio, que arregló definitivamente en 31
del mismo, colocando á su cabeza al Duc!ue de
San Cárlos (l). Cualesquiera que fuesen las opi-
niones personales de estos Millistros, hubieron
de marchar por la senda que les habia trazado el
manifiesto Real de 4 de Mayo, que declaraba nu-
lo lo hecho por el usurpador, y los decretos de
las Córtes. El intruso José habia espulsado de sus
conventos á todas las comunidades religiosas, y
declarado nacionales todos sus bienes que se ha-
bian vendido en beneficio de la usurpacion, al
vil precio que habían querido dal' por ellos los


(i) El :\linisterio de <l (le Mayo se compuso del Duc!ue
de San Cárlo~ para Estallo, Don Pedro Macanaz para Gra-
cia y Justicia, Don Miguel Lardizahal y Grihe para la
G01>cl'nacion de Ultramar, para Hacienda non Luis María
Salazar, para Guerra el General Freire. Este Ministerio
se recompuso el 31 de l\Ia)'O, nomhrando á DOII Francisco
Eguia para Guerra, para Hacienda á Don Cristóyal Góngo-
ra, y para MaI·illa á Don Luis de Salazar, que 10 era de
Hacienda.




(583 )
compradores. 1,3S Córtes hnhiun devuelto á los IHI.:}.
religiosos sus conventos con ciertas restric-
ciones. Fernando V 11 mandó, no solo que á
todas las comunidades se les devolviesen sus
conventos, sino que se les restituyesen todos
¡US bienes.


Anuló la.<; ventas de los llamados bienes na-
cionales hechas pOI' el gobierno de José, tIlle ya
de antemano halJiall anulado las CÓl'tes, y las
que estas tambiell habian decretado, devolvién-
dose los bienes vendidos á sus antiguos dueños.


Este decreto se espidió y llevó á efecto sin
consultar ~ ninguno de los Consejos, los cuales
á haber sido oidos, no hubieran podido menos
de hacer presente, que muchos de los hienes na.
cionales no habian pertenecido ni á comunidades
ni á particulares, y que no pocos de los compra-
dores erall acreedores al Estado por suministros
hechooS no solo en tiempo de Cárlos IV, sino de
Felipe V , Y que tenia n títulos legÍlimos no solo
para el reembolso del capital, sino tambien de
los intereses; y que privarles de estos créditos
y de los bienes qlle con ellos habian comprado,
sobre producir terribles consecuencias á muchos
españoles, iba á hacer no pocos descontentos.


El 24 de Mayo circuló el Ministro de Estado
una órden, por la que S. M. Jaba comision á Don
Manuel de LarJizabal y al Conde de TOl'remuz_
quiz, para que acompañando las observaciones
necesarias, dividiesen los empleados que habian
¡eguido el parLÍdo de José, en cuatro dislintas
c.1ases, á saber: la primera comprensi va de los




( 584)
1814. que no habi<lrl querido recibir empleo alguno del


usurpador; la sC¡;llnda de los tille habial) conti-
nuado desempeüando durante Sil gO"ílTllO sus
antiguos destinos; tercera de los C[II(' I,a!¡ian re-
cibido ascensos estraordinarios que dehian repu'
tarse como efecto de su adhesioo al iutruso; y
cuarta de aquellos qlle !la cOlltentos de haber si-
do Ó arl'aslrado tras sí ,i sus cOlllllatl'iutas al par-
tido de aquel, habian tambiell perseguido á los
fieles y hueuos españoles.


Esta circular lIaba. á conocer (lIlC no tan solo
no se trataba de dar una amnistía, sino de pro-
ceder contra los (lue habian seguido el partido
del intruso. Sin erubargo , se agll<ll'(laha eOIl im-
paciencia el dia Je San Fernando, en (jue por
ciertas espresiones oidas al mismo l\lonarca, se
prometian algunos clllC iba á publicarse dicha am.
nistÍa. COlToboráhase esta esperauza Con la iJea y
firme persuasion de la natural oonda(l y clem~n­
cia del corazon del Rey; pero se pasó este Jia de
gracias, el pt'imero que disfrutaba como Sobera-
no en el seno de su Nacion, y no hubo amnistía
ni para los afrancesados, ni p:II'a los partidarios
de la ConsLÍtucion. Es preciso confesar con este
11lOtÍVO una verdad muy irnportante para la his-
toria. Los hombresJe mas talento, las personas
mas ilustradas Je EspafIa se habilll1 adherido ,í la
Constitucion de Cádiz, ó al partido de José. Es-
ta es la razon por que muchos de los decretos
publicados por José fueron promulgados en Cá-
diz COIl algunas modificaciones; pero de tal na-
turaleza) fJLIe se deja conocer fácilmente que en




(585)
semcjnntes materias) eran los mismos los senti- 181.(¡:.
mientos de unos que de otros. Todos conocían
los abusos envegecidos en esta Nacion, y la ne-
cesidad de remediarlos.


Al Ministerio de entonces se debe sin duda el
que no se pensase en semejante medida~ que hu-
hiera evitado muchos males (1). Este publicó en


(1) La amnistia era una medida muy conforme á la
clemencia del Rey, pero que siempre ha encontrado una.
Tiva oposicioll eu muchos que tenian unas ideas exage-
radas, J no poca illfltlellcia en el Gobierno. Se frustró
en la época dc la suspirada vuelta de Ferllando VII de
Francia. Abolillo el sistema constitucional la restau-
racion de 1823 aumentó el ntÍmero de proscritos, y
se acrecentó la emigraciolJ. Gemían en paises lejanos mul-
titud de familias <lue el! otro tiempo hahian dallo dias de
flloria á su patria, y en 182:'i el :\IillisLro dc Estado Don
Francisco Zca llcrmudez, que se opouia al partido de la
exaltacion, creó uIJa Junta consultiva de Gobierno en 13
de Setiemhre , á la ,[ue entre otras cuestiones impOl'tantes
á la Nacion somctió el proyecto de una amnistía. Triun-
fó un momento el partido 11lotlerado; pero los enemigos
del si5tema dc rcconciliacioll lograron por una obscura in-
triga la exolleracion del Ministro de Estado cn 2'1. de Oc-
tubre del llliSUIO allO. La mayor y mas sana parte de la
Nacíon siutiú csta medida: el misl110 Cuerpo diplomático
tomó Ulla parle adi,'a en clla, y el partido ex.agerado en-
torpeció el pro~'eclo de amnistia. Cuando en 1827 se decla-
raron algullos díscolos ell l'cbclion abierta contra su legíti-
mo Itey en la ¡HOY illcia de Catalulla, y al calmarla la pre-
sencia augusta del ".rollarea, CI'CyÓ Sll piadoso corazou que
era llegado el mUlIlcnto de abril' las puertas de la Patria á
los ({tle por la calamiclad de los tiempos dclinquieron po-


TOMO JIJ. 74




( 586)
)814. 30 de Mayo una circular en que se decia, que


informado el Rey de que muchos de los partida ..
rios del intruso se disponian á entrar en España,
que algunos se hallaban en Madrid usando de
condecoraciones concedidas solo á vasallos fieles
á S. M., habia adoptado medidas para impedir ó
arreglar su entrada en el Reino, y se formaban


líticamente. Preguntó S. M. al Consejo Real en 13 de Di-
ciemhre de HI27 , si convendria laconcesioll de un indulto
general. El Consejo pleno, compuesto de diez y siete Mi-
nistros, en 16 de Enero de 1828 rtIan ifesbí 110 debia con-
cederse la amnistía, é hizo otras peticiones á (Iue llO pudo
ni debió acceder el hondadoso Monarca. Pero aunque este
fue el voto de la mayoría del Consejo, huho siete Minis-
tros de loslliez y siete que componían la lotalitlad, queopi-
narOll por la ele mencía. Bstaba reservallo á la in modal
Cri~tina dc Bor hon enj LIgar las hígrimas de tantos infelices,
restituyéndolos á sus hogares y al seno de sus familias, y
rodear el trono de su Esposo de cuantos estallan alejados
de él por motivos políticos. Despues de lo,,> funesto!> acon-
tecimientos de la Granja en 1832, enando el morihundo
l\Ionarea entreg6 el mando á su vil'tnosa E~posa, nuestra
adorada Soberana, le cnearg6 realizar el proyecto que tan-
to tiempo hacia aJJrigaba su patel'nal corazon, y por decre-
to de 15 de Octubre, tlirigillo al :\Iinish'o Don José Cafran-
ga, se conce(li6 la amnislla mas ál11plia y generosa, escep-
tuándose unos pocos, á quicllcs cumpliendo las intenciones
uel difllnto Monarca Fern~n(lo, la lJIagll:íllima Cristina
por dcereto de 23 de Ocluhrc de 1:-\33, diri3ido all\Jinistro
de Estado Don Francisco Zea ECl'll111tlez, les ha permitido
volver al scno de la Patria, y al goce de todos Sl1S hono-
res y eons;dcl'aeioncs, de (['le se h:dlahan privados) unos
dCode el a¡-io de 1814, Y otros desde el de 1823.




( 587)
categorías, y segun ellas todas las personas que 1814.
habían obtenido empleo bajo el reinado de José
eran para siempre arrojados del Reino, y se cla-
sificaban otras que por medio ele purificaciones,
restricciones y condiciones podian permanecer
en su Patria, perrnitié.ndose la entrada libre á
las últimas clases de la sociedad.


A pesar de este decreto, la Universidad de
Salamanca, la mas célebre de la MOl1arq uia, y
lal vez de la Europa, presentó al Rey con la ma-
yor solemnidad una felicitacion muy diferente
de esos tributos ele adulacion que en circunstan-
cias semejantes prodigan los cortesanos á todos
los Gobiernos, y que son otros tantos ultrages
á la verdad, y á la Iuagestad del trono. En
ella aquella corporacion literaria manifestaba
los se!llimientos de la sana mayoría de la N a-
cion (1).


(1) La fel;citacion de la Universidad estaba concebida
en los términos si¡';llieutcs:


«Seüor: la dichosa llegarla de V. M. desplles de su
cautiverio á la capital (le la :'IJonarquía, y volver á ocupar
cn ella entre millones de aplausos el trono de sus augus-
tos predecesores, eran motivos suficientes para felicitar
á V . .:\1. y hesarle su real lllallO todas 1.1s personas y corpo-
raciones, que de inmemorial tiempo han practicado este
respe;,uoso hOt11ella~c, eOIl lJuc llella d.e j líbllo cumple llOy
la Univenillad de Salamanca. Pero cuando considera que
tan feliz rescate se dehe á la cOll5t.:llIcía de V. ;U., al he-
roismo de la Nacían c3pallOla, á los nohles caudillos que la
condujeron á los campos del hOllor, y á la unían de los
augustos Príncipes que sin espíritu. alguno de opresioll




(588 )
1614. Esta esposicion fue presentada el primero de


Junio por el Ministro de Estado Duque de San
Cárlos, Marqués de Cerralbo.J y Marqués de A1-


ni de conquista, derrocaron el tirano de la Francia, la
Universidad no puede menos de felicitar á V. 1\1. mil
y mil veces por un triunfo, tan desconocido en la
historia, que solo se puede espliear por lo lIue puede y vale
la virtud.


« La inocencia perseguida en la persona de V. M., y la
integridall de los magistrados que la defendieron bajo la
liegur amenazadora de la venganza: la conj uracioll fragua-
da en Aranjuez para alejar á V. l\I. del trono ¡IUC le desti-
liaba la Provj¡ICllcia, deshecha en una hora como el humo
p.or los lealcs que le rodeahan; y la confianza y scguro de
I~ fe p~blica que le condujo á TIayolla, violalla por la per-
fidia del mónstruo despreciador de todos los derechos,
pero tan noblemente vengada por el pundonor de los hé-
roes de Madrid y de toda la l\acion, son, Selior, acciones
qlte el Dios remullerador de las virtudes no podia dejar sin
recompensa.


« Por la restitucioli al trono espartOl, conservado por
tantéls victorias y tanta sangre derramada, principia V. l\L
á gozar de ella, y esta Nacion venturosa á prometerse los
premios de su pundollor, de sus sJcrilicíus y de Slt cons-
tancia. Todos, SellOr, todos los frulos dé su heroismo los
espera del reinado de V. M.; Y si su lcaltall, por ver
ex.altada SIl real Persona.cll el trono dc sus mayores, llegó
al último término sin cuidar de su suerte l"t!tura, á la ge-
nerosidad de V. M. tocaba el asegurársela sobre hases só-
lidas y firmes: V. :\1. ha hahlado, y estas bases estau ya aseu·
ladas con toda la firmeza que tiene la palabra de un espa-
ilol y de un Rey.


«( La pL'opiedad persollal y real (Incelada ilseguriulas por
lll(;ct:O de leyes, (lile aJii.1l1L.<llldo la pública lraLllllúlidad y




( 589)
caiáces, como Conservadores de la Universidad: 1814.
los Ohispos de U rgel, de Salamanca.J de Pam-
plona; Don Nicolás María Sierra, del Consejo de


el órden, dejen á todos la saltHlable lihertad, en cuyo go.
ce impertud)ahle de})en vivir los ciudadanos hajo el impe-
rio Illoderado de un Rey, padre de sus pueblos.


ti: La imprenta gozará de esta justa libertad, fItle sin de-
gcnerar en licencia, hasta para comunicar las ideas y pen-
samientos fllle puedan contribuir:í los pro!:;l'esos de las
ciencias y las artes) á la ilustracioll del Gohierno y á man-·
tener el IlllítUO respeto que debc hahcr cntre todos los
miemhros de la sociedad.


« Las cOlltrilmciones públicas se impondr;íll con acuer-
do dell\cillo junto en Córtes, y con su acuerdo se estable-
cerán tambicn las leyes fIue en lo sucesivo hayan de seryir
de norma para las acciollcS dc Lodos los súbditos .


• V. JU., rt~stablecitlo el órden y los huellOS usos en que
ha vivido la 1\aeioll, va á palier mano ell juntar estas Cór-
tes, donde oyendo ;í sus Procuradores de Espalta y de In-
tEas, se estableccrá súli¡1a y legítimamente cuanto venga
al hien dc su,; reinos, para que todos "iv<ln prósperos y
felices en uIIa Rclibioll y un Imperio est,'echarnenLe unidos
en indisoluble lazo) en 10 que efectivalllcnte consiste la fe-
licidad lempol'al de ut! Rey y de un lt'úno) que tienen por
el.celencia el tíLulo de cat/JIicos.


« V. 1'1. ha proll1etitlo y aun ha jurado esponUne:llnen-
te en su prilller deerdo poner ün á nuestros males colo-
cando su glOl'ia el) fundar sobre estas hases el gohieruo de
una 1\ acion heróica, (Ille con hechos inmortales se ha gran-
geado la adllliracioll dcl1llUl1l10, y conservado sn libertdll
y su hOlll'a. Un motivo nuevo y tan justo de felicitacioll
ollliga á la Ulliversidall de Salamanca y á todos los vertla-
tlcros cspa'-¡oles ;¡ reiLerar su homenage ,í Y. 1\1.; pero la
l¡¡iversidad) (iue ve jllas de lejos l'1S conSCCllelJ(;ias de es-




( 590'
1814. Castilla, Don Fernando Velez, Capellan de ho-


nor; Don José Cafranga, Oficial de la Secretaría
de Gracia y Justicia, y olros muchos sugetos de
las primeras dignidades de Estado.


tos principIOs, no acabaría jamas, sí Illlhiese de espresar
toda su gratitud y su júbilo por las espcranzas cIue la han
llCcho concebir estas rcales intenciones anunciadas en el
primer dia ell que ha vuelto V. 1\1. á tomar las riemlas del
Gobierno.


IX Principiando V. J\f. en él por anular todo lo que no se
l1a hecho en la ausencia de V. M. conforme á las leyes,
presenta á la vista de los huenos la perspectiva ,le un Go-
hierno jnsto enlazado para siempre con la sacrosanta Reli-
gion dc todos los espalw1cs: recuerda la rcprcsentacion ol-
vidada en Córtes de los estados del c1el'o y nohlM;a; y acaso
V. M. medita, cn elrestahlecitlliclIto (le los antiguos esta-
mentos, darles aquella forma reconocida cntre los sábios
políticos por la l1Jas poderosa para constituir nn Gobic¡'no
lllOderado y estable CII Jo humano, y para asegurar por si-
glos los derechos igualmente inviolablcs del Monarca y de
sus pueblos,


11 Pero IJicn sean estas las miras de V. l\J" hien piense
lnantener reunidos los tres brazos del estado para asegurar
el restalJlecimicnto del órden, lo que no tiene ducla es,
que V. ::\1. le quiere asegurar por este medio legítimo, y
{lile para ello quiere las luces y el adelantamiento ,le las
ciencias y las artes. La U niversidall de Salamanca, CIl la
honra que recibe en este (lia, no puede mcnos de implorar
á V. 1\1. en nombre y en favor dc la CllselwnZa plíblica sus
paternales cuidados, En su sistema general y uni [arme es
únicamente cn donde podrá V. 1\1. crear el espíritu públi-
co de la lIacion, confOl'lne a sus miras legislativas. Este re·
sorte de Ul)a política ilustrada, desatendido pOI' los legis-
ladores model'llOs, es acaso el (lue ha IH'oducido las lÍlti-
mas ¡'evoluciones y desgracias de la Europa. Póngale pues




(591 )
El Rey, para recompensar la fidelidad de la 1814.


villa de Madrid, la concedi.ó en 4 de Mayo en
Valencia añadir á sus títulos el de heróica, dan-
do á su Ayuntamiento el de Escelcncia. Aprobó
todas las gracias y grados concedidos por el
Gobierno constitucional hasta su entrada en Es-
paña, y únicamente esceptuó por decreto de 3
de Junio todas las plazas y honores del Consejo
de Estado que declaró nulas.


El 21 de Julio se publicó en Madrid un de-
creto, por el que se restablecia el Trihunal de la
Influisicion con todos los tribunales subalternos
en la plenitud de sus poderes eclesiásticos y ci-
viles, conforme á las ordenanzas f{Ue regian en
1808. El N unc;o de Su Santidad, que habia esta-
do destcl'I'ado por las Córtes, y vuelto inme-
diatamente despues de la entrada del Rey,


en Espaib V. 1\1. en acciotl, y él solo hará cesar las oscila-
ciones violentas que 113 de producir por ncccsi(lall el cho-
que conlÍnllO del estado actual dc laces con el sistema ill-
coherente y diverso que dirige clltre nosotro~ la CllSeltallZa
púhlica. El! (q es ell donde las ideas morales, religiosas y
pollticas dcben tlil'igirse á la union de b Religioll con el
Go])ierno, yal adelantamiento progl'esivo de las cjencia~
y .las artes, por el cual caminará tran(plilamcnte á la pros-
peridad de que es digna y susceptihle una JXacion tan gran-
de, y dotada de tantas vcn[ajas pitl'a ser feliz y poderosa •


• En fin, Seüor, la Uuivcl'SiLlad de Salamanca no con-
cluiria cumplidamente su llOtnenage, si no hiciera V. l\f.
la ofrenda Illas propia de su instituto, prometic!1(lo coope-
rar en su enscüanza á los altos fillcs quc V. 1\1. se ha pro-
puesto conseguir para biel! de todi\ la i\Ionanluía _




(592)
181 ¡. contribuyó á la espcdicion de este decreto.


Por el armisticio concluido en Tolosa debian
evacuarse pOi' los franceses las plazas que aun
ocupaban en España. La de Tortosa, que se ha-
llaba blo\[ueada por las tropas del segundo ejér_
cito, fue entl'egada el 18 de Mayo á los españo-
les despues de adoptadas todas las medidas nece-
sarias para la conservacion del órden, y la guar-
nicion tomó inmediatamente la direccion del ca-
mino de Francia J. acompañada de un Oficial del
Estado Mayor español. El 22 de Mayo fue eva-
cuado igualmente el castillo de Sagunto, entran-
do á guarnecerle la division del General Roche
que le estaba bloqueando, y el 25 del mismo mes
se retiró la guarnicion enemiga de Peñíscola,


El General La.Motte, Gobernador de Santoña,
y el Comandante del bloqueo Coronel San Loren-
te, habian convenido amistosamente en una ca-
pitulacion, reducida á que la guarnicion marcha-
se á Francia, con la condicion de no tomar lal
armas contra los aliados; y debiendo ser este con.
venio ratificado por los Generales en gefe, mar-
cl13ron al cnartel general respectivo dos Oficia-
les, uno esparlOl y otro francés. Lord Welling-
ton no quiso acceder á la ratificacion, fundado en
\la conducta de la guarnicion de Jaca (Iue tomó
las armas al instante, no obstante de habel'se so-
metido á igual condiciono Santoüa de consi-
guiente habia continuado bloqueada, y era una
de las que debian entregarse con arreglo al ar-
misticio, como se verificó el 28 de Mayo. En el
propio día qnedó pOl' los espafloles la importan-




(593)
te plaza de Barcelona que el enemigo habia rete- 1814,
nido en su poder desde que pérfidamente la ocu-
pó en 1808. El Brigadier Cabanes, Gefe del Es-
tado mayor del primer ejército, entró en Barce-
lona el 26 con un escuadron y un batallon, y la
poblacion inmensa de esta ciudad, la segunda del
Reino, le recibió con el mayor entusiasmo, que-
dando enteramente evacuada la plaza en la no-
che del 27 al 28.


El 3 de Junio lo fue igualmente Hostalrich, y
su guarnicion unida á la de: Peñíscola y Sagunto
que á la sazon pasaban por su frente, se diri-
gió á Francia. El 4 se entregó á los españoles el
castillo de Figueras, y las tropas de estos que ha-
bian penetrado en Francia hasta Tolosa, comen-
zaron un movimiento retrógrado el 31 de Mayo.
Un crecido 1111merO de prisioneros españoles que
iba llegando de los depósitos de las provincias
del N. y demas de la Francia, se incorporaron
al ejército en su marcha, y otros que no llega-
ron á tiempo atravesando la Francia, se restitu-
yeron á su patria, que los esperaba gozosa; y
Fernando, en premio de tantas fatigas y trabajos
como tuvieron que arrostrar, creó en 6 de No ..
viembre de 181.4 una cruz de distincion, en la
que en campo azul se veia un castillo de oro, y
al rededor esta ioscripcion : Sufrimiento por la pa-
tria, con una orla de esmalte blanco y una caue-
na de oro circundada de un laurel, la que se lle-
vaba pendiente con cinta de color amarillo. Los
prisioneros franceses en España fueron tam-
bien restituidos á su patria mas ó menos tard~,


TOMO 111, 75




(594)
1tU4. segun los puntos en que estaban los depósitos.


Lord Wel1ington que habia conducido en ge.
fe los ejércitos españoles á la victoria, y que ha-
bia recibido su mando de la Regencia y de las
Córtes, dirigió á S. M. en 22 de Junio su dimi.
sion con motivo de haherse retirado á España las
tropas, y de haberse firmado la paz general. En
3 tle Mayo recibió este ilustre caudillo británico
del Príncipe Regente de Inglaterra la última re-
compensa que su Soberano podia concederle,
l1ombrándole Marqués del Duero y Duque de
'Vellinglon, y en 12 del misnlO mes la Cámara
de los Comunes votó en su favor una cantidad
de 400.000 libras esterlinas, que debían emplear-
se en comprarle fincas. E123 de Junio hizo su en-
trada en Londres al cabo de cinco aüos de ausen-
cia, empleados en contínuos triunfos, recibien-
do las felicitaciones unánimes de las Cámaras,
las que por medio de una diplltacion de la de los
Comunes que se dirigió á su alojamiento, ]e ma-
nifestaron el deseo que tenían de felicitarle en su
persona; y en su consecuencia se presentó á ellas
en LO de Julio. Los representantes de la nacion
inglesa se levantaron para recihirle, y despues
de haber dado aplausos inauditos al libertador
de la Península, oyeron sus felicitaciones, res-
pondiendo á ellas en nombre de la C,ímara Mr.
Abbot, su orador. En 15 de Julio fue nombrado
W cllington Embajador estraordinario, y Minis-
tro plenipotenciario cerca de la corte de Fran-
cia, y en seguida fue enviado como representan-
te de la Gran-Drctafla al Congreso de Viena.




(595 )
El 20 de Julio se firmó en París por el Pleni- 1814.


potenciarío español Don Pedro Gomez Labrador,
á quien el Rey nombró Consejero de Estado)
y el Príncipe de Tal1eyrand el tratado de paz
y amistad definitivo entre el Rey Fernando y


. Luis XVIII, que era el mismo que el ajus-
tado en 30 de Mayo por las Naciones aliadas.
Segun él en el término de dos meses debían en-
vian;e -Plenipotenciarios de ambas naciones para ar-
reglar, en union con los de las demas potencias,
los asuntos generales de Europa en el Congreso
de Viena.


Las consecuencias de una guerra como la de la
Península fueron sin duda el motivo de que
muchos de los que habían servido en las guerri-
llas se hallasen mal avenidos con el sistema de
quietud y de paz. Los caminos se vieron infesta.
dos de bandidos, y de muchos pueblos vinieron
súplicas al Rey á fin de que desplegase la acti.
vidad necesaria para hacer cesar estos desórde-
nes. Varios cuerpos de infantería se destinaron á
la persecllcíon de malhechores por todas las pro-
vincias, y se confirieron á sus Comandantes fa-
cultades ámplias para obrar sin aguardar las ór-
-denes del Capitan General respectivo. Estable-
cieronse comisiones militares para la hreve y
pronta 5ustanciacioll de las causas y castigo de
los delitos, sin las ordinarias dilaciones y trámites.


En la noche del 16 al 17 de Setiembre se pro-
cedió al arresto de mas de 80 personas de las
que se habian distinguido por su afecto al siste-
ma constitucional, y las cárceles, pobladas ya




(596)
1814. anteriormente de gran número de individuos de


la misma clase, no bastaron á contener tanto
desgraciado, y fue preciso habilitar para prision
el convento de San Francisco el Grande. Confi-
náfom.e en ad.eh:ute á \0':> lweB1U.\{)S o.e hfrica
muchos de estos principales reos de Estado, y
otros, especialmente eclesiásticos, á reclusiones
en conventos.


N avana fue por aquel tiempo el teatro de una
violenta insurrecciono Espoz y Mina, á quien
hemos visto con asombro en el discurso de esta
historia elevarse desde la simple clase de labra-
dor al alto grado de General J por su intrepidez
y multiplicadas hazaüas contra las aguerridas
huestes del guerrero del siglo, se 1lizo sospe-
choso al Gobierno. Por una Real órden de 16
de Setiembre se le confinó á la ciudad de Pam.
pIona, y sus tropas se pusieron á la disposi-
cion del Capitan General de Aragon. El 23 se le
comunicó aquella resolucion por el Virey) quien
ofició al Capitan General de Aragon) acerca de la
urgente necesidad de trasladar las tropas de Mina
á otros puntos; mas este interceptó por medio de
dos hombres á caballo el oficio del Virey , á quien
habia ya manifestado que se hallaba pronto á obe-
decer las órdenes superiores y presentarse en
Pamplona. Asi lo verificó el 26 á la cabeza del
primer regimiento de voluntarios que venia pro-
visto de escalas para asaltar las murallas, de con.
cierto con los Gefes del 4. 0 regimiento que se
hallaba de guarniciol1 en la plaza. Mina en com-
pañia de su sobrino que llabia estado prisionero




(597)
en Francia, pasó en las murallas una grnn parte H:H~.
de la noche conferenciando con sus partidarios, y
aguardando el movimiento popular en su favor
con que contaba; pero algunos de sus propios
Oficiales se presentaron al Virey , dándole parte
de todo, y protestando su fidelidad, Mina, sabe-
dor de este paso, sosetiró á Francia con algunos
de los suyos, y adelantándose hasta París J rccln-
mó del gobierno de Luis XVIII la hospitalidad
y la proleccion debida á los grandes servicios que
llabia prestado á la causa de los Borbones.


Los Ministros de España no encontraron obs-
táculo alguno ni resistencia para el restableci-
miento del anliguo régimen; y una amnistía en
que no pudieron menos de consentir, por haber
el Monarca manifestado que era su voluntad ter-
minante el (Iue se publicase el 14 de Octubre, dia
de su feliz cllmpleailOs, fue un acto ilusorio á
causa de la multitud de escepciones que conte-
nia. Los periódicos todos, los diarios de Córtes,
y cuantos escritos se habian publicado durante
ellas, fueron recogidos, inutilizados y quemados
fuera ~e la puerta de Alcalá. De este modo quedo
r~stable€ido en España el poder absoluto, en los
mismos términos que lo recibió el Monarca en el
año de 1808, perdiéndose la ocasion mas favora-
ble de hacer revivir su antigua prosperidad, ha-
ciendo callar las pasiones, y reuniendo en derre-
dor del Trono á los hombres eminentes de todos
los partidos.


En la España ultramarina continuaban progre-
sando los gobiernos insurrccciouales. Vigodet se




(598 )
1814. habia visto precisado á abandonar á Montevideo


despues de haber sido batida su escuadra por la
de Buenos-Aires, y de haber apurado todos los
recursos para la defensa. En Costa-firme una fra-
gata espaüola que habia entrado en Cartagena con
]a mayor seguridad, fue hecha prisionera con toda
su tripulacioll por los insurgentes que dorninaban
ya en aquel puerto. Chile y Santa Marta se eman-
ciparon abriendo los suyos á todas las naciones.
En Caracas las tropas del Rey se hallaban á punto
de ser esterminadas, y el Perú mismo se habia
declarado ya por la causa de la libertad. Resonaba
aun empero en la boca y escritos de aquellos na-
turales el nombre de Fernando, y ]a noticia de
haber vuelto este á tomar las riendas dd gobier-
110 bajo el sistema antiguo, contribuyó á rasgar
el velo, y á declararse abiertamente los gobier-
nos insurreccionados independientes del de la
Metrópoli tal vez para siempre.


Por el tratado de París entre toebs las Poten-
cias aliadas se habia determinado la celebracion
de un Congreso en Viena á fines de Julio; pero
este no tuvo efecto hasta el 25 de Setiembre. En
él se reunieron nueve Soberanos, y ademas Ple-
nipotenciarios de todas las naciones para arreglar
difinitiva y amistosamente las muchas cosas que
desde la revolucion de Francia se habian trastor.
nado. La Europa entera tenia fija su atencion en
tan imponente reunion diplomática, cuando en
1.0 de Marzo de 1815 Napoleon Bonaparte apa-
rece en Francia desembarcando en Cannes, en el
departamento de Val' , sin mas que los 400 sol·




( 599)
dados de su guardia, y los Generales Bertrand, 1814.
Drouot y Cambronne que le habian seguido á su
destierro, se dirige á la capital, escoltado de los
mismos qne habian salido para combatirle , ahu~
yenta COn su marcha al respetable Luis X.V1I1 y á
su Familia, entra en París el 20 de Marzo, y em-
puiia de nuevo el cetro imperial; reallima el en-
lLlsiasmo que su:, anteriores triunfos habian ins-
pirado á los franceses, transige con el partido
liberal que siempre habia menospreciado, se ar-
ma y prepara para la lucha, contesta sin miedo al
mallitiesto que Jos Soberanos reuuidos en Viena
dieroll contra él poniéndole fuera de la ley yen-
treg;Índole á la vindicta pública; entra en la Bél-
gica, bate á los prusianos; y cuando pensaba
triunfar de todos en Waterloo, es derrotado com-
pletamente por la pérfida defecciun del Conde
Bourmont, Gefe del Estado mayor, que en 15 de
Junio se pasó á los aliados, vendiéndoles el plan
de batalla dispuesto por Napoleon. Este despues
de su derrota, no quedándole esperanza de res-
tablecer su gigantesco poder, volvió pl"ecipitada~
mente á París, ahdicó la corona en favor de su
hijo, y pensó despucs en embarcarse para los
Estados-Unidos de la América. No pudo conse-
guirlo; y por un rasgo de ilimitada confianza en
la generosidad de los ingleses, escribió al Prín-
cipe Regente (1), Y en la rada de Rochefort á 15


(1) RoclU'fort 13 de Julio de 1815'.
Alteza Real.


En vista de las facciones que dividen mi país, y de la ene-
nistau de las maS graudes potencias de Europa, he tel'lui-




1IIJ1{. (600) de Julio de 1815 pasó á bordo del navío britá.
nico Belerofonte, que le condujo á Plimouth. Las
Potencias aliadas, y especialmente la Inglaterra,
á cuya hospitalidad se habia acogido, le conde-
naron á ser relegado en la isla de Santa Elena en
el Océano atlántico, á dos mil leguas de Francia,
en calidad de prisionero, y como simple General.
El 7 de Agosto, Napoleon despues de haber pro-
testado contra esta violencia, se trasladó del Be ...
lerofonte, á donde voluntariamente habia entra-
do, al na vÍo N ortumberland, que se hizo á la ve ..
la al dia siguiente para Santa Elena.


Allí permaneció seis años reducido á sí mismo
y á la sociedad de las cuatro lÍuicas personas que
le permitieron le acompaitasen. Las severas y
duras medidas de precaucion que Sir Hudson
Lowe, General y Comandante de la Isla, habia
adoptado, que le hicieron renunciar al ejercicio, y
la violenta afliccion que le devoraba, le hicieron
insoportable su mansion en Santa Elena, y e15 de
Mayo de 1821 murió en Longowood de una afcc-
cion cancerosa en el pecho, segun publicaron los
documentos oficiales.


Dispuso en su testamento (lue sus cenizas fue-
sen trasladadas á Francia; pero aun permanecen


nado mi carrera política, y vengo COIllO Temístocles á sen.
tarme á los hogares del pueblo británico. Me pongo bajo
la proteccion de sus leyes, que reclamo do V. A., como el
mas poderoso, el mas constante y el mas generoso de mis
enemigos, y le ofrezco la mas bella p,ígina de su hi,tOl'ia.
= JYapoleon.






(601 )
en Longowood, y desde la fria losa que las cu- 1814-,
bre á dos mil leguas de la capital de su Imperio,
ofrece N;¡poleon una tremenda leccion de las vi-
cisitudes humanas.


Tal es el cuaclro verdaderamente grandioso
de la guerra memorable de la Independencia es.
pañola. Seria itlterminable si hubiésemos de ha-
ber referido todos los rasgos heróicos flue osten-
taron á porfia todas las clases del Estado. La
fortaleza y patriotismo de los españoles en guerra
tan desigual, en que sin gobierno y sin recursos
humillaron al primer soldado del mundo, dando
la seiJal de lihertad á la esclavizada Europa, ofus-
ca á cuanto de grande y sublime refiere la histo-
ria de las Hep,',hlicas grif~gas y de la antigua Ro-
ma. Es imposible enconlrar en ellas un pasage
que no tenga 011'0 igual Ó mayor en la guerra de
la Indepemlencia. En ella probaron los espafloles
á la faz del universo, que es inconquistable la
Nacion que quiere ser libre, por formidahle que
!ea su contrario. La posteridad contemplará con
asombro los sacrificios de esta Nacion magnánima.
No hastaron á arredrar á sus valientes hijos una
sangrienta y prolongada guerra, ni la rllina de
sus rortunas, y la tles,truccion de sus principales
ciudades. Al contrario, resueltos á sepultarse en
las ruinas de ]a Patria, adquirian nuevo ardor,
llucvas fucrzas, nllevos (leseos de venganza de
los terribles medios Con que el árbitro de los tro-
nos de Europa pretendia sojuzgarlos. ¡Cuántos
pueblos indefensos desafiaron con osadia las in-
Tencibles legiones de la Francia! ¡Cuántos espa-


TOMO 111. 76




( 602)
181.(., Íloles incendiaron sus casas, de\rastaron sus mie-


ses por privilr de reCursos al enemigo,'y refugia.
dos á la maleza de los montes, volvieron á pro-
vocar su crueldad! i Cu~ntos .\Iagislrados y Ge-
fes civiles y rnilitares se negaron á prestar un ju-
ramento infame, prellriendo la proscripcion al
delito! i Cuántos padres hicieron gustosos el sa-
crificio de sus hijos, y cuántas madres, émulas
de las insignes espartanas, prefirieron verlos pe-
recer antes <¡ ue en las filas del usurpador; y cuán-
tas virtudes y heroismo no despleg:Hon las clases
menesterosas, condenadas autes injnstamente al
abandono y al desprecio! Aun humea este suelo
clásico del hel'Oismo con la sangre de tantos ilus-
tres mártires de la Religion, de la libertad y de
la Patria, Las hcróieas víctimas del 2 de Mayo
señalaron á millares de espallOles el camino de la
inmortalidad, Los patriotas (lile el fCI'OZ T~allnes
inmoló pérfidamente á su venganza despues de
la toma de Zaragoza, los que Duhesme privó de
la vida en Barcelona, los que Suchel sacrificó á
sus ruiras de elevacion en el asalto de Tarragona,
y despues de la ocupacion de Valencia, el impío
asesinato de los Vocales de la Junta de Burgos en
Soria, acrecentaron el entusiasmo, y provocal'on
la venganza nacional.


La sangre de los españoles que murieron en
tantas y tan gloriosas batallas, recibió en expia-
cion hecatombes de franceses que perecieron en
número de cerca de cuatrocientos mil en estas siete
inmortales campaüas, en qu~ los espaüoles supie-
rOn esceder el heroísmo de sus antepasados.




(603 )
De~de la alta cumbre de los Pirineos ha~ta las 18'4.
inespugnaLles murallas de Cádjz no se presen-
taba en 1814 á la vista mas c¡ue ruinas, escom-
bros y sepulcros. Apenas habia ciuddd, puehlo,
aldea y miserable cabafla CllyOS habitantes no hu-
biesen tenido que gemir por el furor y rapacidad
de los franceses; pero en todas reinaba la mayor
alegria yen! usiasmo al ver sent;¡do en su trono
al idolatrado Monarca Fernando V II J Y tremolar
triunfante y li!Jre en todos los ángulos de la Pe-
nínsula el estandarte glorioso de la Patria.


He concluido el penoso cargo que me impuse
al trazar el cuadro de las glorias de mi Patria.
Otra pluma mas hábil podrá un día presentarlo
mas dignamellte á la posLeridad. Hasta el dia se
carecia de un:l relacion ordenada de tan glorio-
sos hechos; y esta, que en mi concepto dista mu-
cho de la perfeeeíon, podra adquirirla mas ade-
lante. 1-'08 verdaderos españoles apreciarán mis
esfuerzos, 'j' estos son todos mis deseos.


Para la formacion de esta Historia he tenido
que luchar con ruil obstáculos que jamas hubie-
ran sido vencidos sin la poderosa pl'oleccion del
Rey N. S. No pueLlo menos de tributar aqui mi
reconocimiento á los dos Censores que última-
mente han interveniJo en el exámen de esta obra.
F:l Ilmo. Sellor Don José Sabau y manco, electo
Obispo de Osma, ya difunto; y el Señor Don An-
tonio García Bermejo, Capellan de honor de S.M.:




(604)
1S11· los que á pesar de sus vastas é interesantes ocu-


paciones, ]1an llenado su encargo, evitando las
dilaciones y disgustos que se sufren ordinaria-
mente en las censuras, capaces de retraer á cual.
quiera del deseo de escribir y publicar obra al-
guna.


FIN DEL TOMO III Y ULTIMO.


"'-"(~~~ .~


<'~~,




(605 )


INDICE
DE LOS


CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE TOMO.


------~37~~ __ ~-----


CAPITULO 1.


Soult marcha al socorro de Mascna, -- :\ll1c!'te del :\[ar-
qués de la Romana. -- Púdida de Oliycnza. -- Soult
emhistc ;í fladajoz. -- Defensa de esta plaza. -- Accion
de Santa Engracia. -- Mllel'te del Gohemador l\Iena-
cho. -- Capitulacion. -- Decreto dfd Gobierno sohre la
defellsa dc las plazas. -- Sitio y rcndicion de Campo-
mayor. -- Mascna emprende su rctirada. -1\Iiseria f!fl-
pantosa de Sil ejército. -- Wellington persigue ;í los
franceses en Sil relirada. __ Accion de Pomba!' - De
Reclinna. - De Casalhoho. - De Foz de Ar()llce. - De
Sahugal. - Entra el ejército ingllrs en Espaiia. - Si-
tian á Almeida. -- Voladura de esta plaza. - llatalla de
Fuentes de OiWI'O. -- COllf[uista de Campomayor.-
OCllpa á OlivclIZil. -- Castaiíos y DCl'esforel principian el
sitio de Badajoz. -- Operaciones ele! General nalleste-
ros. -- Accioll <le "astillejos. -- Aecion de "rc<lillasido-
nia. --Accion (le Fregellal. -- Espedicion pal'a hacel' le-
Tantar el sitio de Cádiz. -- Aecion de la caheza del
puente de Sancti Pelri. -- natalla de CIliclana y Torre-
barrosa. - Depogicion injusta del General Lapeiia. --
Vin(licacioll y Pl'Clllio cOllccdido á este General. - Se-
gunda accioll de l\IcdinasidOllia. - Accion de la Pal-
ma. - Espedicion de Zayas al condado de Niebla. --
Accion de Mogner. -Zayas regresa á Cádir. .•.. P:i". 5




(606 )


CAPITULO II.


Estado de Cataluña despnes de la rendicion cle Torto~.1._
l>énlida del coll de Balagller - Accioll de Pignerola. _
Telllat.iva de jos f¡'ancescs sohre Tarrag<lua. - Son re-
chazados. - Accioll tlc Tárrega. - Accion del Pere-
lió. - Accion tle llailOlas. - Sorpresa lllalog¡'ada de
l\Ionjllieh. - Suchet es 110 llllH'a do P;!l"il sitíar á Tarrago-
na. - lllcell<lio de :\Ian¡"(:sa. - Vengallza cle este at"ll-
tado. - Sorpresa el(:1 castillo de San Fernando de Figue-
ras por el Coronel espallol Hovira. - Hcllex.iones sohre
esta aceion. - Aeeion de Fiflueras. - Segunda accion
de Fi511/~"as, é illtro,luccion de uu convoy. - Empren-
de SlICllCl el siLio de Tarragona. - Situaeion de esta
plaza. - P¡'eparati vos pa¡'a el sitio. - Detellsa de la
plaza. - Salillas de los siti;!dos. _ TOllla (lel fuede (le!
Olivo. - El General Call1:lOver<lc sale tIc la plaza con
parte de Stl ejército. - Principia la clcf'ensa de esta pla-
za pOI' el General Contreras. -Accion de Gratallops. -
Salida de Sarsfielll de Tarragona. - Accion ,le Falset. -
Asaltan los f¡'aneescs á Tarragona. - Pérdida de esta
plaza. -IIorrores q uc cometcn. - Disu(lvese cl ejército
de Cataluila. - Laey es nombratlo Capit:ln General de
Catalll ña por Ilestitucion de Campoverde. - Suchet, Ma-
riscal del Imperio. - Del1lolieioll de las fortificaciones
de T¡¡rragona. - Atatluc de Montserrat.. -Descl'ipcion
de estas montallas. - Rendicion de },igueras ...•


CAPITULO III.


Sale llIaeke de Cadiz eon una espedieion. - Desembarca
en Ayamonte. - El ej(:rcito illglés-espai'101 y el cuerpo
espedicionurio principian el sitio de Badajoz. -Se levan-
ta el sitio. -Batalla de la Albuhera. - Accion de Usa-
gre. - Vuelve á ponerse el sitio á llallajoz. - Reunioll
de Marmont y Soult. - HacelJ levantar de nuevo el sitio
de Badajoz. - El cuerpo cspetliciouario regresa por Por-


34




(607 )
tugal al conda(lo de Niebla. - Vnelve á ponerse el sitio
á Badajoz. - Onlclla ~ apoleoll el socorro d,~ esta pla-
za. _ Rapidez ele los movillliclltos de los ej'(I'Citos frall-
ceses. - IIacen levallta¡' el sitio. - Retirada de 'Ve-
lIin"toll á Portugal. - Heflex:iolles. - Retirarla del Ge-


n e
Ileral Black.e al condado de Niebla. - Estado de este
país. _ Black.e dirige su espedicioll á reunirse con el
ej(~rcito de l\hll'cia. - Accioll de Lubrin. _ Accion de
Uheda. - Accion de la líllca del Ban!' - Accion del
puellte Tdhlate, en Granada. - Blacke desembarca con
su espedicioll en J\llIlel'Ía, y tOUla el mando del ten:"I'
ei(~rcito. - Aeeion ue Zujar, y l'etirada de la líllea lId
Baul. - Accion de 1I Ilcn~al Oyera - El cjáeito espc-
diciouario pasa á Valencia. • • . • • . • • . • • • • . • • • . • 74


CAPITULO IV.


Accion de Cáceres. - Los ingleses bloquean á Ciudad-Ro_
drigo. _ Aceioll de Bodoll. - Accioll ele A Idea ponte. -
Refuerzan los franceses á Cindall-llodrigo. - Accioll de
Ciudatl-Rodl·igo. - El Coronel Sallchez intercepta un
convoy, y hace prisionero al Gobcruador. - Accioll
(le Miralllla de i"ra(les y del Endrinal. - Accioll de Cá-
ceres. - AcciulI del Casar. - Tercera accioll de Cácc-
res. - Sorp¡'esa de Arroyolllolinos. - Destitucion del
General frauces Girard. • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • 95


CAPITULO V.


Operacione~ del General Porlier en Asturias. - Accion de
l'oelo. -El ej¡:l'cilo de Galicia se organiza á las ól·dellCi
de Santoeildes. - Pasa á Castilla á sostelle¡'la izquierdlt
ele los ingleses hácia Asto!"5;]' - Evaeuacion y voladura
de esta plaza. - Accion de Cogorderos, en Leon. - Ae-
cion de puente Orv i50' - Accion de San J asto y San
Roman. - El Geueral Abadía toma el mando del eiérei-
too - Accion de Molina-Seca. - Los franceses vuelven
á ocupar á Astorga. - El ejército de Galieia se retira.




,608 )
- Accioll de Santander. - Accian del puente de Coho-
ya. - 1':1 segundo ej(~"cito cspa ilOl protege las operacio-
nes del Empecinado. - Accion de S igllcnza. -Accion de
Checa. - El General Carvajal es nomhra(lo Caritau Ge-
neral de Valencia. _ Villacalllpa sc d,~elara COlllandan-
te Gencral de AragoIl. - Aceion de Priego. - Accion
de AUllan. - Accioll de Lumbreras. - Accion lle fier-
langa. - Accion de Ariza. - Accion de los Ilallos de
PcIaya.-Aceion de Prcjallo.-Aceioll de Co¡.;olludo.-
El :\Ianplés del Palacio es nombrado Capitan General de
Valencia. . • • . • . . . . • . . . . . . .•..•..•


CAPITULO VI.


Operacioues del General Lacy en Cataluila. - Reconquis-
ta de las Islas ;\Iedas. - Toma de Igualada. - Intercep-
ta Erales un con voy Clltrc Cervera é J t;llalada. - Toma
de la Uui\'crsidad fo!'ti(ieada de Cervera. - Toma ttel
castillo de Dellpuig. - Accion del Puigcerdá. - Accion
de Garriga. - Operaciones del General Ballesleros en
Andalucía. - Defensa del castillo de Paimogo. - Pasa
Ballesteros al campo de San Roque. - Aceioll de lime-
na. - Espedicioll del General Copons á Tarifa. - Ac-
cion de llomos. - Sitio de Tarifa. - Defensa brillante
de esta plaza. - Los franceses levantan el sitio. - Los
movimientos de Wellingtoll fueron causa del alzamiento


105


del aitio.. • . . • . • • • • . . • ..• , . • •. 119


CAPITULO VII.


Napoleon ordena á Suchet la ocupacion de Valencia. -
Sllchet penetra en este Reino. - La Regencia nombra
á lllaeke para Sil defensa.- Ocupalllos franceses á :\lur-
... iedro. - Sitio del castillo de Sagunto - Sil estado.-
Se confia su defeu5a al Brigadier Andriani. - RenJi-
don del castillo de Orope3a. - El Comandante de la
Torre del Rey se niega á capitular, y salva su guarni-
cion. _ Asaltan los franceses el castillo de Sagunto. -




(609)
R.echazanlos Jos sitiados. -Segundo asalto rechazado vigo-
rosamente. - Suchet estrecha el sitio. - Triste estado
de la guarnicion del castillo. - Blacke intellta socorrer
el castillo. - Batalla de Sagnnto. - Rellllicion de Sa-
gunto. - Intima Snchet la rendicion á Valencia. - Ba-
talla del Turia. - Mahy se retira á Alicante. - B1acke
le encierra en Valencia. - Defeüsa y rendicion de Va-
lencia. - Pérdida inmensa de ·Ios españoles. - Refle-
xiones. - N apoleon nombra Duque de la Albufera á Su-
chet. - Decreta recompensas á su ejército. - Opera-
ciones de las guerrillas. - N apoleon decreta la destruc-
cion de Mina. - Accion de Lumhier. - Accion de Iru-
zoqui. - Aeeíon de Arcos. - Accion de Castilliscar. _
Accion de Mendivil. - Accion de Arlahan. - Accíon del
Carrascal. - Accion de Aoiz. - Intentan los franceses
atraer á Mina á su partido. -Mina fusila á los comisiona-
dos para esto. - Accion de Ejea de los Caballeros.-
Accion de Ayerhe. - Accion de Iturgoya. - Accíon de
Tafalla. - Medidas que adopta contra la ciudad de Pam-
plona. - Operaciones del Empecinado. - Accíon de Ca-
latayud. -Accion de los Cuhillejos. -De la Almunia._
Accion de Osanilla.. • • • • • • •••••. '. 131


CAPITULO VIII.


Los trahajos de las Córtes presentan un illtet'eS secunda-
rio. - Declaran nulo todo tratado hecho por el Rey
durante su cautividad -Destierran de Cadiz á los indi-
viduos de la primera Regencia. - Traslacion de las CÓ¡'-
tes desde la Isla á Cádiz. - Abolicíon de la tortura. _
Abolicion del comercio de negros. - Se establece la li-
bertad personal. - Oposicion del Diputado Hermída.-
Aplicacíon de las ohras pias á los hospitales militares. _
Oposieion ;í esta me(lida. - Aholicioll dtl los señoríos. -
Proyecto de una Constitucion. - Se decreta la eelehra-
cion de un Concilio nacional. - Principia á discutirse
la Constitncioll. - Establecimiento de la orden militar
de San Fernando. - Se denuncia el maniliesto del e:l.-
TOoMO llI. 'J7




(610)
Regente Lardizahal. - Su contenido. - Formacion de
causa al ex-Regente. - Suspension del Consejo de Cas-
tilla, y formacion de causa á sus individuos. - CreaciOll
de un Tribunal supremo especial para juzgarlos. _ El
Decano del Consejo pide licencia para defenderse á sí y
al Tribunal. - Se le niega. - El Diputado Valiente tie-
11e que refugiarse en un buque inglés. - Proposicion del
Diputado Vera de colocar una Persona Real al frente de
]a Regencia. - Oposicion á este proyecto. - Los ingle-
ses desmienten oficialmente la idea que se tenia de que
trataban de apoderarse del mando de los ejércitos na-
cionales.. • • • • • • • • • • • • • • • . • • •• 169


CAPITULO IX.


Estado de Europa en ~811. - Nacimiento del hijo de Na-
poleon. - Es nomhrado Rey de Roma. - Concilio na-
cional de Francia. - Disposicion de la Rusia contra la
Francia. - Medidas de N apoleon para llevar á efecto el
sistema continental. - Situacioll de la América en 18t 1. 186


CAPITULO X.


Empieza la quinta campñ2. - Lord Weltington entra en
España. -Sitio de Ciudad -Rodrigo. - Asalto y toma
de la plaza. -Hull1anidad del Lord. -Es creado Duque
de Ciutlad-Rodrigo.-El Parlam~nto le seiíala una pen-
sion. -Da el mando de la plaza á los espaüoles. - Pro-
l11ocion del Brigadier Espaiía y el Coronel Sal1ehez. -
Iutenla l\Iarmollt socorrer la plaza y la halla tOll1ada. • . 106


CAPITULO XI.


Envia l\Jarmont un cuerpo auxiliar al sitio de Valencia.-
Inútil intimacion á la plaza de Alicante. - Preparativos
de defensa. - Ocupada la capital se somete la mayor
parle rlei Reino dc Valencia. - Ata'luC de ::\Iurcia. -
~ILtcrte gloriosa del General La-Carrera _ Tcntati\'a de




(611 )
10s españoles so})re Tarragona. - Accion de VilIaseca.-
Accion de Altafulla. - RCllI.licion de la plaza de Peñís-
cola ...... ..


CAPITULO XII.


201


Lord 'Vellington dispone el sitio de Badajoz. - Una parte
del ejército inglés contiene á l\Iarmont. - Asalto y toma
de la plaza. - Accion de Llerena. - Ventajas de la ren.
dicion de Badajoz. -Premio de Wellington. - Intenta
1\larmont reconquistar á Ciudad-Rodrigo. - Invade á
la Beira. - Su reti¡·3{la. - Sonlt intenta en vano socor-
rer á Badajoz. - Su retirada. - HiIl permanece en Es-
trcmadura, y dcstruye las fortificaciones del puente
de Almaraz. - Posiciones de vVellington. - Coopera-
cíon de los espaüoles.. . . • • . • • • • • • •• 214


CAPITULO XIII.


I .. os ejércitos cspaiiolcs cooperan á las operaciones de W e~
lIington. - El quinto ejército á las órdencs dc Castaños
apoya los movilllientos. - Espedicion de Mllrillo á la
Mancha. - Espedicion de Penne Villemur á Nic1Jla. _
Ballesteros toma el mando del euarto ejército. - Aceioll
dc Cartama. - Accion de Alora. - Accion de Campi-
llos. - Accion de Bornos. - Operaciones del primer
ejército en Catallllia. - Espedicion de Sarsueldá Fran-
cia. - Aecion de Darnius. - Aceion de Roda. - Aecioll
de Llavaneras. - Accion de ;\Iolins de Rey. - Opera.
ciolles del tercer y segundo ejército á las órdenes de
Odolld!. ..,.- Accion de l\Iuchamiel. - Accion rIel ReLo-
llar. - Asa Ito de Soria. - Prision y muerte de los vo-
cales de la Junta tle Burgos. - Ata(lue de Pozohondon.
- Accioll de Villamansa. - Accion de Ontorria. - Ac-
cion de CUCllca. - Toma de Tudela. - Accioll de Es-
pejo. - Operaciones del séptimo ejél'cito. - Movimien-
tos de ;\lina. - Primera accioll de Sangüesa. _ Segnn-
da acciOll de Sangüesa. - Operaciones de Mina COll dos




(612)
batallones contra 16.000 franceses en el valle de Ron ..
cal. - Accion de A rlaban. - Accioll de Ormategui. -
Aecion de Santa Cruz de Carnpezu. - Los frallceses
eTacuan á Asturias. - Vuelven á ocuparla. - Defensa
de VillaTicioia. • • • • • • • • • • . . • • • •• 223


CAPITULO XIV.


Se dispone la guerra de Rusia contra la Francia. - N a-
palean hace alianza con Prusia y Austria. - Arma á to-
dos los súbditos de su Imperio. - Intenta hacer alianza
con Suecia. - Alianza de Suecia, Rusia é Inglaterra.-
Rusia hace la paz con Turquía. - Tratado de alianza
entre Espaiia y Rusia. - Napoleon saca una parte de sus
tropas de Espaiia. - Su obstinacion en esta guerra. -
Sale de París para el Niemen. - Declara la guerra á
la Rusia. - Preparatif'os de ambos Impcl'ios. • • • •• 243


CAPITULO XV.


Wellington comienza sus operaciones. - Entra en Sala-
manca. - Rendicion de los fueItes de esta ciudad.-
Retirada de l\hrmonL - Marnlont toma la ofensiva. -
Batalla de los Arapiles. - Retirada de los franceses. -
Accion de la Serna. - José sale de Madri<l á reforzar á
Marmont, y llega tarde. - Marlllont se retira sobre Bur-
gos, y José sobre Segovia. _ Wellington persigue á Jo-
sé. - Su entrada eli Valladolid. _ Eyacuan los france-
ses á Madrid. - Entran los aliados. - Estado misera-
ble de la capital. - :Rell(licion Jet Retiro. - Reorga-
nizacion de las autoridades legítim.a~. - Reconquista
de Guadalajara. - Premio de Lord \Vellington. • •• '250


CAPl TULO XVI.


;\Iicntras que vVellington hate el ejército de Portugal, el
sex.to ejército espallOl sitia á Astorga. - Torna de '1'01'-
desilla,. - G,apitulaciou de Astorga. - Operaciones det




(613 )
tercer ejército español en Valencia. - Accion de Mn-
chamiel. - Preparativos de defensa en Alicante. - No-
ticia de la aproximacion (le una espedicion de tropas
anglo-sicilianas. - Entrevista de Suchet y Decaen pal'a
evitar el desemharco. - Batalla de Castalia. - Pérclillas
que resultan. - El General Elio reemplaza á Odonell
en elrnaullo del ejército. - Formacion de una division
de 30.000 hOlllbres en Mallorca. - Se reune parte de
ella á la espedicion anglo-siciliana. - Desembarco de
esta en Alicante. - Concentran sns fuerzas los franceses
en San Felipe para proteger el ejército del Rey José.
_ Entrada de este en Valencia. • • • • • • • •• 266


CAPITULO XVII.


Soult se ve forzado á concenh'ar sus fuerzas sobre Valen-
cia de resultas de la pérdida de la batalla de los Arapiles.
_Descripcion del hombardeo de Cádiz. _ Proyecto de
vísperas sicilianas en Se'filla. _ Levántase el sitio de
Cádiz. - Movimiento del cuarto ejército esparlOl en per-
secucion de SOlllt. - Accion de Triana. - Evacuacion
de Málaga por los franceses. - Accioll de Antequera.
- Accion lle Loja. - Accion de Alendin. - Evacuan los
francescs á Granada. - Entra en esta ciudad Balleste_
ros. - Soult se apodera del castillo de Chinchilla. - Se
le reune el quinto cuerpo de ejército procedente de Es-
tremadura, á las órdenes del Conde de Erlon. -Reunion
de Soult con el ('j{~rcito de Suchet en Almansa. - La bri-
gada del Coronel inglés Skerret se separa del cuarto ejér-
cito español, y viene á Madrid á incorporarse con el
General Hill. • • • • • • • • • • • • • • • • . • • • •• 283


CAPITULO XVIII.


Operaciones del primer ejército español en Catallli'¡;t.-Ac_
cion de Casa-Vallcs de la Masana. - Voladura del castillo
dc Lérida. - Accion de Montserrat. - Pérdida de la er-
mita fortificada de San Dim8.s. -Sorpresa de Molins de




(614)
Itey. -Accion de San Feliu.- Sarsfield es nombrado Co-
mandante general de Aragoll. - Lacy pide á Codrington
pase á Cataluña la cspedicioll 2uglo-siciliana. - Accion
de Arellys de Mar. -Sorpresa dcl puerto de Tarragolla.
- Accioll de los Aumellons ó de Arbeca. - Accion del


Congost de la Garriga. - Accionde Coll de VaH.-Sor-
presa intentada del castillo del Coll de Balagller.-Ataque
de la casa fllerte de llañolas. - Conspiracioll contra la
guarnicion francesa de Barcelona. -Medios que adopta
Lacy para libertar á los procesados por esto. - La junta
del Principado representa contra Lacy. - La Regencia
aprueha las operaciones de cste. -La e~pedicion anglo-
siciliana intenta apoderarse de Dellia. -Es rechazada._
Descontento general por la inaccion del Lord May-
land.- Lord l\lurray le sucede en el maudo. -Operacio-
nes de la division de Mina en Navarra. -Accion de Vi-
toria. -Aecion entre Burgos y Paneoryo. -Accioll de
Pueyo. - Accion de l\Iaüeru. . . • . • . • • • • • • •• 2.9'2


CAPITULO X IX .


El ejército francés de Portugal vuelve á ocupar á Vallado-
lid. - vV el! ington sale de Madrid en su persecucion. -
Itetirada de los franceses soLee Burgos. - Parte del 6. o
ejército español se reune al inglés.-El G cucral francés
Souhau se reunc al ej(:rcito de Clausel. - Se retira de
13urgos. - Deja una fuerte gllarllicion en su castillo. -
Dcscripcioll de este. - Las guerrillas espallOlas cntran
en Burgos. _ Escesos que cometen en la ciudad. -SOI1
arrojados ue ella á la fuerza.-Illdignacion del Gohierno
por este a~entado.- \Vellingtoll €Illpicza el sitio del
castillo. - TOlua del fuerte de San Miguel. -Intenta
en vano asaltar el ~astillo. - Vuela dos minas y abre
hrecha. -SaliuJs tIe los sitiJaos, - Intenta segluHla vc:&
un asalto general.-El ej<Sl'cito francés filie sc hahia re-
tirado, es reforzado. - Hacc un recollocimiento sobre
Monasterio. - Intenta tomar la ofensi\'a. - Sonlt y Jo-
(é se di,rigen al mismo tiempo á JIa(lrid. -- \Vellillgton




(615 )
levanta el sitio. - Háhil retirada hasta el Duero. - El
General, inglés Hill se retira de l\Iadrid. - Accion del
puente lal'go sohre el Jal'ama. - Entrada de José en
Madrid. -Marcha de I1ill sobre Arévalo. - Su reunion
con \Vellington. - Accion de Alba de Tormes. -Reti-
rada de los ingleses á Ciudad-Rodrigo. - Amhos ejér-
citos toman cuarteles de invierno. - Consideraciones
sohre esta eal11paña.-Las Córtes nomhran á Wellington
General en gefe de los ejércitos españoles. -Ballcsteros
rehllsa obedecer. - Su dcstitucion •••••••••• , 306


CAPITULO XX.


Estado de la Europa. -Pasan los franceses el Niemen.-
Incendio de Moseou. - Retirada des.astrosa del ejército
fl'ancés.-Napoleoll vuelve á París. - La Prusia le aban-
dona. -El Duque de Orleans en Cádiz. - Trahajos de
las Córtes en Espalla. - N ombramiento de una nueva
Regellcia. -Forlllaeiall del Consejo de Estallo. -Puhli-
caeion ele la COllstitucion. - Nuevo eucalJl:zamiento para
los decretos. -Ex.ito de la causa del ex.-Regente Lardi-
zahal. -Resultado de la causa formada al COllsejo de
Castilla. - S upresion de este tribunal. -Formacion del
trihllll:¡] supremo de Justicia, del especial de Guerra,
Hacienda y Ordenes. - EsL¡'aliallliento del Reino del
Ohispo de Orense. - Estado de la América en 1812. 323


CAPITULO XXI.


W cllington se prepara para la campaüa. -.:\'apolcon saca
varios cuerpo~ de Espaüa, y lIallla á Soult. - vVelling-
ton pasa á Cádiz, - Honores que le tributan. - S e pre-
¡¡cllta en las Córtes. - Orgauizacion de los ejércitos na-
cionales. -Marcha á Lisboa. -l)osiciolles de los ejér-
citos f,'allcescs.-Situacioll de los ej¡trcilos espaüoles.-
Operaciones d¡!1 pl'illlcr ej(h'Cilo.-Aecion de Arenys._
Accioll dc Vallfug(JIla. - ,,,"ceion de Prats-:\Iollo en el
tenilor io fntucó. -Dcstl'uccifJll de los fuertes dcll)lle-




(616 )
110 Y Ampolla. -Accion de Ridaura.-Accion de Ribas.
- Acciol1 del Ahisval. - Primeras operaciones del se-
sundo ejército. - Accion primera de Magallon. - Se-
¡:;ullda accioll dc :\fagalIoll. -Accion de Borja. - Accion
de Sigiienza. - Acclon de Ribafrecha. - Operaciones
del tercer ejército. - Accion de Y ébelles. - Operacio-
nes del cuarto ejército. - Su organizacion. - Accion de
ZallZ3, de Yillaro y Se ... erino. - Asalto de Castrourdia-
les. - E ... acllacioll de dicho punto. - Toma del fuerte
de Salina~ de Arian!. - Accion de Poza. -Accion de
ArmiílOn.-Operaciones del General Mina. -Accion de
Barasoain. -De Tiehar. - Toma del fuerte de Taralla.
- Ataque del fuerte J pueblo de Sos. - Accion de Be-
riaillo. - De Lel·ia. - De Muez. -De lsaba. • • • •• 342


C.\PITULO XXII.


El ejército anglo-hispano-siciliano entra en campaila. -
AcciOli de Alcoy. - Accion de Concentaina. - Adelan-
tan sus posiciones. - Accion de Yeela. - Pénlida del
castillo de Vi llena. - Atarple de Biar. - Posiciones de
los aliados en la línea de Castalia. - Accian de Castalia.
_Suchet tiene que retirarse. - Concentra ~lIS fuerzas
sohre el JÚcar. -Espedicion de Lonl Mllrray á Tal'ra-
gona. - Desemharco. - Torna del Col! de Balaguer.-
Suehet deSlle Valencia y Decaen desde Barcelona marchan
rápidamente á socorrer á Tarragona. - Situacioll de las
tropas del primer ejército e5pailOl.- Murray se retira
al ColI de Balaguer. -Lord Eentillk toma el mando. -Re-
emharco de la espedicion. - Averías de su escualha.-
Ataque de la línea del J úcar. - Accion de Carcajente.-
Rápida marcha de Suchet desde Tortosa á Valencia. -
Los espailolcs se retiran á la línea de Castalia. - Accion
tIe Ollcria. - Accion de llailolas. - Aecion de la Salud.
_ Llegada de la espedicion á.\licante. - :\IuITay es j1lZ-
¡jado por un Consejo de snena. • . . . . . . • . . • .. 3íO




(617 )
CAPITULO XXIII.


El cuerpo principal del cnarto ejército yel ejército aliado
se poncn en movimiento. - Proyecto de los franceses.
_ Accion del Tormes. - Accion de Salamanca. _ Los
franceses eyacuall á Maclrid y se retiran;í Valladolid. -
Evacuacion de esta ciudau.-Retirada sobre Burgos. -
Accion de Hormazas. - Volad~ll'a del castillo de Bur-
gos. - Retirada sobrc el Ebro. -Aceion de Ezcal'ay.-
Accioll de Sall l\1illan. _ Accion de Osma. - Los fran-
ceses pasan el Ehro. - Sitúanse SO]lre Vitoria. - Bata-
lla de Vitoria. - Pérdida de sus inmensos convoyes.-
Rellexionessohre esta hatalla. - Los franceses se reti-
ran sohre Pamplona. - Accion de Vergara.- Accion
de Tolosa.-Accion (lel Vidasoa.-Accion de Arnequi.
- Toma del fuerte de Pasages. - Retirada de Clausel
sohre Zaragoza - E1.cíéreito dc reserva de Andalucía.
-Toma del fuerte de Santa :Marta. -Rendicion (le


castillo de Pancorvo. - Prcmio de \Vellington. - De
ercto de las Córtes en honor de esta victoria. . . . • . 384


CAPITULO XXIV.


El Mal'iscal Soult reorganiza el ejército francés. -Difi-
cultad de defcnder las posiciones del Pirineo. -S itua-
cion de las tropas aliadas. - Asalto malogrado de San
Sehastian. - Entra Soult en España. - Aecioll de Ron.
cesva\\es.-Defensa de la fáhrica de armas de Ol'haiee-
tao -Aceion del puerto de la :\1aya. -Batalla de Sorau.
ren.- Reti¡'ada de los franceses.- Las Córtes votan ulla
accion de gracias. - La gllal'nicion de Pamplona haee
una salida. -Aecion de 1run. -Accion de Vcra.-Ac-
cion ele Dalia María. -Accion del puente de Yanci.
_ Accton de Echalar. - Freire reemplaza á Castalios en
el mamlo del cuarto ejéreito.-Toma de la plaza de San
Schastian. - Intenta Son!t socorrerla. _Batalla de San
Marcial. _ AccioIl del puente de Vera. - Toma del cas-
tillo de San Sebastiano . • • • • . • .. . . • . .• 409
TOMO IJI. 78




( 618)


CAPITULO XXV.


Mina ~e dil'ige en persecueion de Clausel. - Toma de Za-
ragoza. - Aecion de Leciiiena. - Toma del cast.illo de
la ¡\ IjaCeria. - Toma de Jaca. - La batalla de Vitoria
decide la retirada de Suchet.- Evacuacion de Valencia.
- El segundo ej¡:rcito ocupa esta ciudad. - El tercer
ejlS¡,cito y el anglo-hispano-siciliano persignen á Suchet.
-Los al iados cmbisteu á Tarragona. - S llchet marcha
al socorro de esta plaza. - Accion de N ules. - Retiraua
del ej(:l'cito alia(lo. - Suchet anasa las forti(1(:aciollCS
de Tal'ragona y se retira. -Accion de Sall Sadnrni.-
Accioll de Palleja.- Avanzan los aliados hácia Darcelona.
- Combate de Ordal. - Se retiran los aliados á Tarra-
gOlla.-Acciones de Montalla. -San Privat. -De San-
ta Enhlia. - Accion de San Feliu de Codinas. - Se-
glllllla aecion de Santa Eulalia. -El General Clinton
reemplaza al Lord TIentink. - El tercer ejél'cito retro-
cede al Ehro. - Accion de AlIlposta. - Se dirige á re-
unirse con el ejército de \Vellington. - El segllndo
ej(rl'cito se adelanta al Ebro. - J3!olIuea á Tortosa. -
Toma elel castillo ,le MoreIla. - Toma de Denia. - Sa-
li(la de la gnarnicion de Pamplolla. - RCI1(liciOIl lle esta
plaza. - Ocupacion de esta plaza. - COllsideraciones so-
bre csta campaña. • • . • • • • . • . • • . • '. • . . •. 427


CAPITULO XXVI.


E,;laJo de EllrOpa en 1813. - Paz de Inghterra con Dina-
lllarc~. - Concordato de N apoleon con Pio VII. - In-
vila la Rusia á la Alemania á la libertad. - Se forma la
scsta coalicion continental. - Tratado entre Inglaterra
y Suecia. - El Príncipe Bernarclotte acouseja la p~z á
:'\ apoleon. - N apoleon marcha á la guerra de Alema-
nia. ~ Fuerza de los ejércitos franceses. - De los ru-
sos y Pl'llsiauos. - Datalla de Lutzen. - TIatalla de
llaulzell. - Armisliciu cutre la Francia y los alí'ldos. -




( 619)
La Inglaterra señala sulJsidios á todas las nacionc~ con-
federadas. - Melliacioll del Elll perador de Am;Lria para
la paz. - Convencion de Drcsde. - Bases de la media-
cioll del All~tria. - Congreso de Praga. - Disolucioll
de este. - El Austria tleclara la guerra á la Frallcia. -
Batalla de Dresde. - Ti'atado entre el Austt'ia y Pru-
sia. - El Rey de Baviera se separa de N apoleon. - Ba-
talla de Leipsik. - Prision del Rey de Sajonia. - Des-
truccion del ejército fraucés; • . • • • • • • . • • . .• 443


CAPITULO XXV n.


Wellington dispone invadir el Imperio francé~. - El ejér-
cito espaiíol y aliado pasa el Vidasoa. - Accion de la
IUllI1\c. - Accion de Sarre. - Fortirica :)oult las posi-
ciones tlel Pil'ineo. -Se situa detl'as del ~iYelle. - Pasa
el cjl:l'cito allglo-his¡JarlO este rio. -Muerte del General
Couroux.. - Accioll de Call1bó. - Accioll de Urdaiüi. _
Accion del puente Urclaifii. - Paso de la :\five por los
españoles. - Situilcion ele Rayolla. - Acciones (le Bia-
riLs. - Tres batallones de N assau se pasan al cj(Srcito
español. -Los franceses se acantonan detras Jcl Adour.
- Suspende \Vellington sus operaciones por el rigor de
la estaciono - Triste estado del henemérito ejército cs-
pailol por falta de recursos. • • • • • • . • . . • • • ~56


CAPITULO X.XVIII.


La negencia intenta disolver las Córtes. - Abolen estas el
l/·iIHlnal de la Iny'uisiciol1. -Resistencia del Clero ;i es-
ta medida. - Dehilidad de la Regcncia. - Las Córtes
nomhran Ilucva Regencia. - El Nuncio del Papa apoya
la resistencia del Clero á los decretos de [as C()rtes. _
:vrallificsto de la Regcncia con este motivo. -Contesta-
cion del N llncio. - Su espulsion de los dominios espa-
llOles.- Las CI,rtes estraordinarias cierran sus sesiones.
- Diputacion permanente de las mismas. _ La epidemia
cn G~di:.l. - Instalaciou de las Cúrtes ordinarias. - Se




(620)
dccrda la traslacion del GolJierno :Í Madrid. - Entrada
de la Rescllcia cn la capital de la Monarquía.


CAPITULO XXIX.


Séptin1-a campajia. _ Napolcol1 proyecta restituir el Tro~
no á Fernalluo VII. -ColHlllcta de este durante Sll call-
tivcrio. - Plan de eVaS[Oll formado por un agellte dc la
InglaLerra. - Se frLIstra, - P 1'[sio11 del Daron lle Col! y.
- Entabla K apoleon negociaciones secretas con Fernan-
do VII para su restitucion al Trono dc Espaiia. - Fir-
meza del Re.y. - Tratarlo tic Valencey. - El Dllque de
San Carlos lleva á Mar}rirl el tratado para la ratifica-
cion por la Regencia; - Carta de S. M. á la Regencia.
- El General Palafox. marcha á Madrid con igual C01l1 i-
sion. -:x o obstante las negociacioncs, continua la guer-
ra. - Accion tIe las líneas dcl Llohregat. - mO(IlIeO dc
Earcelona. - Vanhalcn, Euecande Suchet, pasa al ejército
espallOl. - Hace con órdenes falsas entregar las plazas
de Lórida, Monzon y :.VIequinenza. - Rendicion de Dc-
nia. - Rellllicioll de la Cillrladcla de Jaca. - Ocupacioll
de Lareuo, y capitulacioll de su fuol·te. - Operaciones
del gralllle ejército aliado. - Accion de Labasti¡la. -
Acciones de Lohousa. - Accion de Hcllete. - Llcgo.da
del DIHlue rte Angulema al cllartel general aliado. --, Ac-
CiOll de Garris. - Bloqueo de San J lI;tll de Pie do Puer-
to. - Aeeion de NavarrelU. - Paso dd Adour. - Blo-
queo de Rayana. - Retirada del ejército fl'allc¡:s. - Jla-
talla de Orl!wz. - Accton de A)Te.- Una llipntacion
realista dc 13lu'deos sale á recibir al ejt!l'cito. - Ocu-
pacioll de Burdeos. --, Aecion de Vic-Bigorrc. - Ac-


4iO


cion tle Tarbcs.-Reti¡'ada de SOlllt solJl·e Tolosa. • .• -473


CAPITULO XXX.


Operaciones de Napoleoll despues de la den'ota de Leip-
sik.. -nat~¡la de lIallll'lll, -Pasa Napoll'oll el Rhin.-
Dcstrllccioll del trono Je \Y estfalia.- Dcl'cccioll del nc~'




( mI )
d{~ \V !ll'tClllh~rg.-L;¡ C,m!eder;¡cioll d~l n hiIl ahandona á
:Xapolcoll. - Xapolcolllllarcha;[ París. -Tomn [le J)¡·()S-
dp.. - TOllla d(~ AlIlstert!all. -DeclaracÍnll de lo,; Soh~­
rallOS aliados en l'rallc['orL-f\3!w!eOIl ;¡dl,iere á las ha-
ses de paz 'Itle lc ofreccll. - Dinamarca sc rcune á los
aliados. - Los alia[los pasan et l"lhin. -EsLado dc am-
})OS ej(:,'citos. - Ddeccion de {¡Iurat. - Napolcon movi-
liza la ¡::llan!ia !laciona\.- 1'IOllLl)l'a una fiegenci::l. - Re-
cOllliclII!a su hijo:í la gnardia lla,~i()nal. -Se pone :í la
calJeza (l(~ su cj,frcito. - TIatalla de Bl'iennc. - Congr~~o
tie Chal.illon. - Ventaj:\s conseguidas por Napoleoll 50-
hre los alia,los.- Tratado de Ckmmont cntre las potcllci as
conf,!(ICl'.1(!as. - Ru¡)tura del congreso dc Chatillon.-
El Conde de A !'tois, hermano (Ip Luis XYJlI, ~n el cn<1r-
td general aliado. - Napoleon (la la lihcrtael :í Pío Vlf.-
nevuelvf~ el trono á FCl'nando VIl. -Segilti\<a ele la Re-
gencia á ratilicar el tratado ,le ValellC'!)' -Di,posieiolles
de las C"l'tes relativas al viage <le! Re.,,-- El Gnneral Za-
ya~ anuncia sn Ilegada:í Espai\a. ~ Entrada de S. l\I. cn
ESpalla. - Sl1cllPt intenta aspgnrar la retirada de las
guarnieioncs fran('esas.- El JlIlalltp Don C:íJ"lns '1I\e<1a
en rebcnc.-. - Paso del Flnviá por el Rey.- Entrada ell
Gerona. -El Infante Don Cárlos á los dos tlias llega á
esta ciudad. - Las C(írtps Llecl'('(an Iln monumento pal';!
perpetuar la clltra(b del Rey. -l\apoleoll declara á los
aliados Ull<l (!,nclTa d~ estef'lllillio. - Sus operaciones
coull'a los alia,los. -Se l.alla cortarlo de su capital.- La
Emperatriz, y Sil herll1ano José ltllyPIl de Paris.-Ac-
cíon de :\[ont-JI\:ll'tI'P -Capitulacion ,le Pari,.-Entrada
de lo., al i,/(105. - El Senarlo nombra un Gohiel'l1o pro-
yisiollal. - Dcstitucioll de N apoleoll. - COllstitllcioll
de 181 i~.-:.\'Jpoleoll ahdica en Sil hijo en Fontainebleau.-
Defecciol1 de Mal'lllonl. -IIlSUl'l'cccion de sus tropas al
saherlo. -Abdicacioll ahsoluta de Napoleon. -S u des-
pe,lir!a del Pj'!lTito CI1 Fontaillchleau. _Entratla de Luis
XVIiI. - Trahd,) de 30 de Mayo ........•• " 519




( r.'j" )
... ,,)--


C.lPITULO XXXI.


J~,1t.al!a. de 1'olo>a. - !HlIl;~t¡,~ín (~()lOe!lli:l() ellt¡'c SoulL v
'V'ellingtoll.-Salida d,~ la ':;'I:tl'l!íl~¡')IJ dI: nly""a. -!i,I~
li,la rechazada de la de llat"cdolla. - '{,u'cha del Rcy
Fe¡'Jl J.tlcl,} ,í ZJ.I·Il'i0lll.- s~ di "ig'~ ,i Valellcia. _ En-
cllcnl.ra al Pl'csiJente de la ltcgcliciJ. - Elío l'CCOIIIJC~
(lesdc lllCGO á S . .'tI. - T¡JlIl!il'tud de las e,ides. -Pri-
Illeras honras á las víctimas de:! 3 tic :'IIayo.- Llt~ga,la
á Valcncia de VIII'lOS Grandes. - neJll'csellta(~io" de J()S
G9 Díplltado:; llamallos Pl'f'HIL -n(~er..t(j~ ,le 4 de :Ua-
) o. - L legada del Re\' á Arallj ¡tez. - 1'1' isiaa de la J;e-
~'"!lc¡a y DilllltJllos. -Destnlccion (lel ¡;obi(~rllO consti-
tucional. - Elltrada del Hey en 'ladrido -I'l'l¡neras IllC-
,lidas del g,.hier1lo lId Ptr!.Y. - Hcstal)ll!cimiento de]/l
JIHF¡ísícioH. - D(~cl"et"s r."nr,";.¡ los (¡Jlji¡Y'lldos pOI' deli-
tos p(j¡ítioo~. - R.epresentacion (le la U ni vcrsilla(l de
Salamanc:l. -Comisiones militares. - E\OaCUaC;oll de las
plazaso- Dilllision <le \Vellington COlJlO GcneralísiUl()
,le las il'op::¡s I~S pallOlas. -l'l'l,mios q \le le concede la
fnglatel'l'a. -l11surreccion (le :\li,,;¡,- S ltCeSos de Amé-
rica, - Tratado lle paz enll FI';¡llCi<l. - COl1¡;reso de
\Ticna. _ N apoleoll vuelve á flt:upal' el trono de Fran-
cia. - Impe¡"io de los cien dia~. - S u relcl)acíon .í San-
t ~ Elena. - Conclu&íon. • • • • • • • • • • • • • • •• 564


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