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INICIATIVA Y PRIMER PERIODO DE


PROPAGANDA PARA CONSTITUIR LA


"LIGA PRO ASTURIAS"


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Tip. "E1 Correo de Asturias"
Altamirano, 6 y 8 — Oviedo
1 918




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CARTA ABIERTA


D. JUAN BOTAS


Mi querido amigo: Como presidente de la Cámara de
Comercio y como Jefe Provincial de Fomento, habrás adver-
tido que muchas iniciativas propulsoras de los intereses astu-
rianos, se han perdido en los archivos polvorientos de los
ministerios y, no pocas veces, habrás recibido de los Gobier-
nos negativas inmotivadas, a justas demandas de facilidades
y de. ventajas, a que tiene perfecto derecho este pueblo tra-
bajador.


Es más; de Asturias surgieron ideas aseguradoras de
nuestra indepedencia económica y de la defensa militar de
España. Así como en Inglaterra los enviados comerciales
instruyen a embajadores y ministros, y en Alemania son las
personalidades más notables de la industria y de. la Agricul-
tura quienes informan ele manera directa y concreta a los
Gobiernos, respecto de las medidas a tomar para la mejor
defensa de estos grandes intereses, aquí, en España, cuantos
ministros visitaron Asturias, dieron con personas de quienes
pudieron recoger ideas con virtualidad fecunda y juicios muy
atinados, recordando yo que 'Partiere les confiaba iniciativas
creadoras y vastos planes de trabajo nacional, señalando al
detalle todas las previsiones que el Estado debería adoptar, y
concretando, por lo menudo, las facilidades prácticas que le
incumbía conceder... Nuestros ilustres huéspedes mostraban-




G LiGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS 7


se sinceramente impresionados, al apreciar los recursos natu-
rales de esta hermosa tierra, y no recataban su emoción, al
departir aquí con hombres de fé y recoger de ellos ideas y
proyectos que inducían a presentir una patria grande, dueña
de sí misma, fuerte y respetada. Pero poco hacían en defini-
tiva, sin duda por carecer del temperamento y de las convic-
ciones arraigadas de aquellos gobernantes a quienes aludiera
Gambetta con estos exactas palabras, que son de constante
actualidad: «Los hombres que han tenido la verdadera visión
de los destinos cíe la Francia, han buscado siempre el lazo
que debía unir la política general del Estado a la conducta
misma de los asuntos particulares, de los negocios, de las
industrias nacionales...


Si a tiempo hubieran sido tomadas en cuenta todas aque-
llas patrióticas iniciativas, mucho antes de la guerra actual,
hubiesen estado resueltos problemas tan fundamentales como
el de la explotación hullera, en cantidad suficiente a abastecer
el mercado interior, y el de nuestras industrias militares,
cuya razón de ser consiste en proveer con medios propios a
todas las necesidades de la defensa nacional. También lo
estaría, en muy buena parte, el de los transportes terrestres,
singularmente para mover con facilidad nuestra producción
hullera, cuyas deficiencias actuales agravadas por el descon-
cierto impuesto por una organización absurda en la distribu-
ción de los vagones, son causa de enormes perjuicios, per-
turbadores de toda la economía nacional.


Está demostrado que, por razón de stis riquezas naturales,
de sus hombres de negocios, de su comercio, inteligente,
honrado y laborioso, y de la mano de obra, diestra y especia-
lizada, este rincón asturiano tiene derecho a una mayor esti-
mación de los Gobiernos, y debe intervenir por manera muy
principal en la política española, imponiendo aquellas ideas
y aquellos proyectos que señalan—y ahora así lo advierten
todos—la verdadera orientación para realizar una política
económica eminentemente nacional, que nos asegure la vida
y aumente nuestro patrimonio, para con él nutrir las ansias
de progr o y de bienestar que siente intensamente este
noble pueblo español que no se resigna a morir.


Sí, querido Juan, es menester procurar que los Gobiernos
se pongan de acuerdo con • la riqueza y con el trabajo de la
nación, y debe ser Asturias por lo que a la ligera va dicho--
y mucho se podía añadir—una de las regiones que a ello con-
tribuyan más eficazmente.


Algo se hizo de lo mucho que aquí se ha concebido para
aumentar la riqueza nacional y engrandecer la patria; pero
hay mucho más en el telar, y las urdideras de algunos enten-
dimientos de asturianos ilustres, afanosas, Sin cesar laboran;
así que ha sonado la hora de actuar resueltamente, enérgica-
mente, por medio de una vigorosa y perseverante expresión
colectiva, para que todo se realice y no se deje a los Gobier-
nos entretener el tiempo, discurriendo travesuras de zancadi-
lla para jugar a las jefaturas.


Me dirás que como la política lo es todo y en el Parla-
mento se decide cíe todo, el toque estará en la gestión de las
personas a quienes Asturias confíe su representación en
Cortes, y que fracasaría el más generoso empeño, si sus
aptitudes no corresponden a las legítimas exigencias de una
región que quiere aplicar sus energías a una vida activa de
progreso. Cierto que la mayor intensidad de vida política ha
menester--y por ello habrá de elegir—diputados y senadores
muy capacitados para responder al impulso incesante del
alma asturiana, de lo cual no se preocupa mayormente una
provincia, cuyas fuerzas activas, desarticuladas de la política,
dejan hacer a quien quiera erigirse en cacique. Yo sé bien lo
que pueden realizar catorce diputados y seis senadores, inte-
ligentes y decididos, identificados con el sentir de Asturias,
y alentados por un ideal de amor asturiano, que se dilata en
el cariño a la patria; mas debo advertirte: que lo primero es
destacar ese alma asturiana, y para ello iniciar un fuerte
movimiento de opinión, organizar Tas energías dispersas,
constituir una unión vigorosa y entusiasta, formar una verda-
dera Liga de los intereses asturianos, que deberá actuar con
carácter permanente... Y en este punto, vienen muy a cuento
las siguientes palabras de Valdek Rousseau, dirigas a los
industriales y a los comerciantes franceses: sSi quereis que




8 LIGA PRO ASTURIAS


la política cuente con vosotros, comenzad por contar con
ella. Todo cambiará el día en que en vez decir: ¡es preciso
que la industria y el comercio sean defendidos, digais: es
preciso que la industria y el comercio se defiendan! Yo brindo.
por vuestra acción próxima, cuya influencia será decisiva
para la prosperidad de la industria y el comercio. ¿No es
brindar al mismo tiempo por la grandeza de la patria?...»


Medita estas sabias palabras, querido Juan, que ellas son
el evangelio de una política patriótica, y créeme que si así
se procede, los representantes en Cortes por Asturias, desig-
nados con acierto para que realicen individual y colectiva-
mente, cerca del Gobierno y ante las Cámaras, una labor
incesante, impulsados y sostenidos por las fuerzas vivas de
la Liga, situarán esta hermosa región asturiana en el alto
rango político que ella merece, asegurarán el trabajo y la
prosperidad de Asturias, que es contribuir a la grandeza de
la patria, y no podrán ser vencidos.


Leeré con el mayor gusto la respuesta que se te ocurra
dar a estas palabras, que son la sincera expresión de mi.
convencimiento.


Es tu buen amigo,
NICANOR DE LAS ALAS PUMARIÑO


22 Noviembre 1917.


(Pnblicada en los periódicos a Asfurias).


Contestando a una "Carta abierta"


Sr. Director de EL CORREO DE e9STURIf\5


Muy distinguido señor mío: Agradezco a ustedmuy de
veras la deferencia con que me honró accediendo a la publi-
cación de la carta que me había dirigido el Sr. Alas Pumariño,
a quien he contestado en la forma que expresa la copia que
le incluyo, con el ruego de darla, igualmente, cabida en las
columnas de su ilustrado diario.


Reiterándole mi gratitud, me repito suyo atento seguro
servidor q. e. s. m„


JUAN BOTAS.


Sr. D. Nicanor de las Alas Pumariño.
Madrid.


Mi querido amigo: Por considerarla altamente interesante,
me he permitido dar a la publicidad la carta que me dirijiste
con fecha 22.


Voy a contestar hoy en muy pocos renglones, pues bien
conoces mi poca afición a estos torneos.


Me parece muy bien cuanto me dices y completamente de
acuerdo con tus ideas. Hablas a un convencido de que Astu-
rias, esta querida provincia nuestra, una de las más trabaja-
doras y progresivas de España, merecía por parte de los
Poderes públicos una mayor atención. Pero, dime, Nicanor,
del olvido, del abandono en que vivimos, ¿quiénes son los
principales culpables sino vosotros, los políticos? Si estos
vientos de renovación que ahora soplan sirvieran para que




lU LIGA PRO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS


11


fijaseis vuestra atención principalmente en las necesidades de
esta provincia y os unieseis todos sin distinción de partidos
en el solo deseo de serla útiles y con valentía firme y decidida
trabajaseis juntos para su desarrollo y prosperidad ¡cuanto
iríamos ganando todos!


Es cierto que Asturias, hoy por hoy, es poderosa, y su
industria floreciente; pero es necesario no dormirse en los
laureles y en el bienestar derivado de las circunstancias pre-
sentes, que, en plazo más o menos lejano, desaparecerán,
normalizándose precios y permitiendo la concur rencia de pro-
ductos de otros países en el mercado nacional.


Considero que tu carta necesita un complemento: sería
muy útil que fijaras y desarrollaras las ideas que en ella
apuntas en una conferencia, y, para ello, te ofrezco muy gus-
toso los salones de la Cámara de Comercio.


Dime si estás dispuesto a aceptar esta indicación para
desenvolver tus ideas sobre el particular, y una vez conocidas
y compulsadas otras opiniones, formar el programa para
llevar adelante la campaña regeneradora que estimamos tan
apremiante.


Dios quiera que todos los asturianos, sin distinción alguna,
se hagan cargo de las beneficiosas consecuencias que se deri-
varán para esta provincia y lo tomen con el calor necesario
para constituir en plazo breve esa unión que engrandecería,
fortaleciéndola, a nuestra querida región.


Siempre tuyo y buen amigo,
JUAN BOTAS.


27 Noviembre 1917.


Sr. D. Juan Botas.


Mi querido amigo: De tus entusiasmos por las cosas de
Asturias, no esperaba yo menos que la carta que me has
escrito, expresando tu actitud resuelta para colaborar con
empeño en la campaña que emprendemos, para asentar firme-
mente la defensa permanente de los intereses asturianos.


Acepto, muy agradecido, el ofrecimiento que me haces
de la tribuna de la Cámara de Comercio, para exponer exten-
samente mis ideas, y a su tiempo te diré el día que pueda ir
a esa, así que despache algunos asuntos urgentes, que
también se refieren a la prosperidad de Asturias.


Es tuyo buen amigo,


NiCANOR DU LAS ALAS PUMARIÑÓ.


Madrid, 3 de Diciembre de 1917.




Por /Asturias y por España


La tan bien escrita como razonada .1Carta Abierta», que
en nuestro último número publicamos, dirigida por el Sena-
dor asturiano D. Nicanor de las Alas Pumariño al Presidente
celosísimo de la Cámara de Comercio de esta capital D. Juan
Botas, constituyó ayer el principal tema de las conversacio-
nes, no ya de los políticos, sisó también de aquellas otras
personas que no se preocupan en tales andanzas, pero que
en verdad sienten ansias de esa renovación que se pide en la
dirección de las cosas públicas, desquiciada hoy fatalmente,
hasta el punto de hacer que se destaquen más dolorosamente
los males sociales, tan arraigados en España que tal parece
que ya no tienen radical remedio.


En el curso de esas conversaciones—algunas de las cua-
les hemos podido escuchar—, reflejábase diáfanamente la sa-
tisfacción con que las palabras y consejos sanos del Sr. Alas
Pumariño eran acogidas, y no solo eso, sino que avivaba esa
ansia de resurgimiento a una nueva vida, entendiendo cual el
ilustre Senador asturiano que para llegar a tal acción común
y salvadora solo se precisa de persona que recoja y dirija la
iniciativa, y que acaso para ello nadie mejor que el Sr. Botas,
en su calidad de Presidente de una Entidad que lleva en sí la
obligación de velar por la prosperidad de la industria y el co-
mercio asturianos en todos sus órdenes.


Los públicos votos, emitidos ayer en el curso de las con-
versaciones al glosar la carta del Sr. Alas Pumariño, dan el
primer avance al trabajo preparatorio, quedando ahora el re- .
coger el resto del estado de opinión; que cabe suponer dis-
puesto a contribuir a obra digna y redentora cual la que se
impulsa a seguir.




14 LIGA PRO ASTURIAS


Lamentarnos todos el abandono en que los Poderes públi-
cos nos tienen de muchos años há, pues que se dejó a Astu-
rias abandonada en la lucha pro progreso y prosperidad, de-
biéndose tan solo nuestro florecimiento al esfuerzo individual
o colectivo, pero exclusivamente nuestro, y es lo cierto que
no hemos procurado hasta ahora con revulsivos de eficacia
real atajar el mal en sus raíces.


Sí, razón tiene el honrado político ovetense, aI decir que
«es menester procurar que los Gobiernos se pongan de acuer-
do con la riqueza y con el trabajo de la Nación, y que debe
ser Asturias una de las regiones que a ello contribuyan más
eficazmentel,.


Asturias, representa trabajo, riqueza, intelectualidad.
Ahora más que nunca se ha demostrado; pero conviene que
la enseñanza no se eche en olvido; que se recuerde uno y
otro día en las Cámaras de la Nación, y que allí se reclame
del Estado, con tesón grande, con dignidad a la vez que con
energía, más miramientos y consideraciones con una región
que puede decirse tiene la llave de la vida Patria dada la ri-
queza del suelo y del subsuelo.


Y esos voceros defensores de los intereses asturianos,
han de elegirlos las fuerzas vivas de la provincia, con la masa
sana, amante del terruño, procurando escogitar la represen-
tación, tanto en el Congreso como en el Senado, asi como en
la Diputación y en Ios Municipios, entre los más dignos y
capaces de llevarnos a días de bienandanza y prosperidad,
que es ansia legítima de todo espíritu bien equilibrado, no
reñida con sus intereses, que son los de Asturias todo.


Por eso aboga y abogará El Correo de Asturias..
(De .EI Correo de Asturias).


INTERES/ANTE INTERV IÚ
Gratísima sorpresa he recibido al leer los periódicos ove-


¡
1


tenses del miércoles y ver insertada una carta que el Sena-
dor Sr. Alas Pumariño dirigió al Presidente de la Cámara de
Comercio D. Juan Botas Roldán, exponiendo orientaciones y
conceptos que entrañan enorme trascendencia para el por-
'venir próspero y luminoso de nuestra querida provincia.


No cabe duda que los nobles propósitos y generosos an-
helos que se desprenden del contexto de la referida misiva
encontrarán eco entre los principales elementos que dirigen la
;vida de Asturias y se provocará un movimiento renovador
;que ha de sacar a la región de la pestilente laguna de concupis-
cencias, vanidades y egoismos en que ahora se ve sumergida,


\
para emprender nuevos senderos por donde solo puedan


,


caminar quienes sientan en verdad cariño hacia la completa
,emancipación del nefasto caciquismo, terrible virus que enve-
¡! nena el alma asturiana y la obliga a arrastrar una vida empo-
brecida y mísera.


En análogos términos se expresan aquí en Madrid cuantos
asturianos tienen noticia de la referida epístola del excomi-
sario Regio de Fomento. Las tertulias y círculos políticos tratan
animadamente de la norma trazada por el Sr. Alas Pumariño
y todos coinciden en señalar el progreso de Asturias como
dependiente de la constitución de un núcleo de personas ca-
paces y desinteresadas que antepongan a sentimientos de la
mezquina política el pensamiento sano del interés regional o


• provincial.
j Y como mejor prueba de esas ansias fervientes de reno-
I vación, voy recogiendo opiniones y juicios que sucesivamente


iré presentando a la opinión pública, a fin de que ésta ayude
con su indiscutible fuerza a los que indiquen deseos y den
señales de velar con entusiasmo por los intereses industriales
y económicos de Asturias.




1J LIGA ?RO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS 17


La primera personalidad que juzgué conveniente interro-
gar fué al propio Sr. Atas Pumariño, para lograr más amplias
declaraciones, escuchar de sus labios las tendencias esen-
ciales del futuro movimiento y poder entresacar los puntos
fundamentales del nuevo programa.


He aquí la síntesis, lo que amablemente nos iba respon-
diendo el Sr. Alas Pumariño a nuestras preguntas.


—<,El movimiento iniciado con ocasión de mi carta a Juan
Botas, va exclusivamente enderezado a encauzar actividades
y situar fuerzas efectivas en un vigoroso organismo defensor
de la región asturiana en cuanto ella es, en cuanto debe ser
y en cuanto puede contribuir a la prosperidad nacional.


No es un movimiento necio de regionalismo exclusivista,
que fatalmente cosecharía antipatías, no. Queremos que Es-
paña saque de Asturias todo el provecho útil que las riquezas
naturales de aquella tierra deben producir, bajo el imperio de
una política económica inspirada en un ideal español, a cuyo
servicio Asturias ofrece también el esfuerzo incansable de no
pocas voluntades creadoras. la labor de miles de obreros ex-
pertos, capitales emprendedores y bien dirigidos a su verda-
dero fin económico, y, en suma, todas las energías de una
raza luchadora, que fué invencible en la historia, y que hoy
ha menester para calmar sus ansias de amor patrio que la
impulsan al trabajo, que sea tenida más en cuenta por los Go-
biernos, que se le dé los medios que al Estado incumbe pro-
porcionar, en orden a facilitar el desarrollo económico de
aquella región rica y laboriosa, y que se le permita desenvol-
ver sus actividades y cumplir sus deberes políticos y socia-
les, mediante el respeto debido a sus derechos con la libertad
efectiva que demanda su dignidad ciudadana.


Creemos que Asturias no se puede allanar a vivir desme-
drada. bajo la tiranía de oligarquías mediocres y retraída bajo
la presión de las amenazas constantes del poder central, que
con frecuencia sale de su cauce, desbordándose en arbitra-
riedades y otros excesos, muy propios para ahogar entusias-
mos, contener energías, frustrar iniciativas y hasta para dor-
mir la afición al trabajo.


—zY cual es el programa a ejecutar?, pregunté a mi in-
terlocutor.


—EHe dicho en mi carta a Botas---contestó—que había
en el telar muchas iniciativas y no pocos proyectos para pro-
mover el progreso de Asturias, con seguridad de no caer en
la tremenda crisis que hemos sufrido pacientemente durante
más de diez años, sin que, a juzgar por las trazas, interesase
a los Gobiernos la suerte de nuestra región, que tan señala-
dos servicios puede y debe prestar al interés general, el cual
sufre hoy mucho más por no haber sido realizados a tiempo
algunos de aquellos proyectos, que olvidados están en los
centros ministeriales. Un tal abandono no se ha de repetir, y
para impedirlo se inicia este movimiento. Todas aquellas ini-
ciativas que se refieran a la vida local y sus haciendas, a la
construcción de ferrocarriles y determinadas carreteras, a la
agricultura, a la ganadería, a la industria, al comercio, a la
exportación, a la política ?rancelaria, a la enseñanza, a es-
cuelas profesionales, a la vida obrera, a la familia rural, etcé-
tera etc., han de estar contenidas en el cuestionario de los
temas que ha de discutir la Asamblea que he de proponer se
celebre, la cual redactará el programa definitivo que la Liga,
otros organismos y los representantes asturianos han de pro-
pagar y defender perseverantemente, enérgicamente, sin tre-
gua ni descanso.


—¿Y no será de temer que una iniciativa tan sana, un mo-
vimiento tan patriótico y tan necesario, sea invadido por la
plaga de la mezquina política que algunos cultivan?. inte-
rrogué.


—Contra eso sí que hemos de vivir muy prevenidos hasta
ganar la inmunidad—contestó resueltamente.----Es esa una
plaga cuyos estragos principales consisten en no dejar hacer.
La Liga no es política en el sentido partidista que se suele
dar al vocablo. Su actuación es compatible con todos los par-
tidos que participen de su ideal y contribuyan de verdad a
conseguir sus fines. Su mayor o menor relación con ellos,
dependerá del grado de entusiasmo, de la energía de su ac-
tuación y del mayor o menor sacrificio que pongan para rea-




18


LIGA PRO ASTURIAS


linar el programa de la Liga, en el que se contienen las ansias
de Asturias... Pero l a Liga desenvolverá su acción propia con
absoluta independencia y en un plano superior.


¿Y cual es el matiz regionalista de la Liga?, preguntamos
por último.


—«Amamos las tradiciones asturianas; no pocas veces
gustaremos de ellas y a ellas acudiremos para cobrar alien-
tos; queremos conservarlas corno reliquias venerandas; pero
no propugnamos un regionalismo puramente tradicional, que
sería meramente externo, incapaz para contener el espíritu
de este siglo, sin medios para abordar los hondos problemas
de la compleja vida social de estos tiempos. Respetarnos de-
masiado la propia tradición que nos formó, para caer en la
irreverencia absurda de borrar su obra—que fué una sucesión
continua—y liquidar el presente, renunciando al porvenir, si
pretendiéramos convertir la vida a siglos atrás, aprisionán-
dola en aquellas estrechas costumbres, que serían inadecua-
das, y sometiéndola a pragmáticas y ordenanzas que serian
insuficientes e impropias.


¿Es regionalista el movimiento por mí iniciado? Si lo es,
nuestro regionalismo será de acción positiva; tomará de las
tradiciones asturianas cuanto sea energía y fuerza utilizable
para la obra presente, y cuanto sea amor que enfervorice el
alma, moviéndola a continuar el esfuerzo de nuestros antepa-
sados, cuidando de conservar nuestro temperamento y la
propia fisonomía espiritual; pero hemos de trabajar sobre la
substancia viviente y mirando al porvenir, bien convencidos
de que es nuestro deber escribir con pulso firme una página
de la historia del progreso de Asturias...


Como en este momento interrumpiesen a mi ilustre amigo
para indicarle la presentación de asuntos que reclamaban su
atención, despedíme agradecido a las deferencias con que me
había acogido y escribí estas cuartillas, donde procuro reco-
ger lo más saliente de la conversación que durante una me-
dia hora sostuve con el distinguido senador por Oviedo.


S.
Madrid 1-12-917.


(D < r.;l Correa kio Ar(trias,).


Lo que será la Liga asturiana


Ha llegado a esta capital el senador del Reino D. Nicanor
de las Alas Pumariño. Conocedores nosotros de su arribo,
apresurémonos a visitarle al objeto de escuchar de sus labios
autorizados declaraciones acerca de lo que es y representa
ese movimiento por él iniciado, en el que pudiera cifrarse el
porvenir de Asturias, de esta Asturias tan laboriosa y honra-
da y a la que tan en menos se viene teniendo por todos los
Gobiernos.


Nosotros, claro está, que conocíamos en principio los no-
bles propósitos del Sr. Alas Pumariño, como los conocen
todos nuestros lectores por la carta dirigida al Sr. Botas.
Pero queríamos algo más, necesitábamos mayores aclaracio-
nes, para trasmitirlas al público, acerca de algunos extremos
que en el escrito de referencia aparecen excesivamente
concretos.


El Sr. Pumariño nos ha recibido afablamente, y a nues-
tras preguntas ha contestado:


—Ya sé que algunas personas, sí convencidas de la since-
ridad de mi intento, no me suponen en posesión de la virtud
de la perseverancia, que se necesita para llevar a buen térmi-
no el movimiento que he iniciado, y no son pocas las que
pregonan que la indolencia y la apatía de las gentes, me
acechan para frustrar mis propósitos. En cambio muchos
amigos me animan y alientan mi fe, confiados en el resultado
definitivo de este empeño en que me he metido.


Yo escucho atentamente las razones que unos y otros
aducen en defensa de sus respectivas opiniones, que creo
poder cifrar en una afirmación, avalorada por la unanimidad;


1




LIGA FRO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS 21


todos convienen en que el intento responde a una verdadera
necesidad, en que su realización sería muy favorable al inte-
rés general de esta región, en que se trata de una campaña
que a todos debe aprovechar sin molestia para nadie, y en
que no cabe que a ello se oponga ninguna voluntad movida
por motivos confesables.


Esta unanimidad que he descubierto entre quienes opinan
muy contrariamente en cuanto se refiere a la eficacia de los
medios y al resultado definitivo, me induce a creer que no
hay error en la causa, que estoy en posesión de la verdad y
que ella animará el movimiento. Y como sean cuales sean las
contrariedades que haya que soportar y los obstáculos que
haya que vencer, perseverar en la defensa de la verdad es
placer del espíritu, estoy resuelto a poner en la campaña los
mayores entusiasmos y las más activas energías, para sacudir
perezas y mover el corazón de todos los asturianos a ejercer
este ministerio de amor a la región, que será más grande
cuanto mayores serán los sacrificios que ofrezcamos a la
prosperidad de Asturias.


—Ciertamente, si señor; la unidad es el empeño, la con-
junción de fuerzas es necesaria, indispensable. ¿Más ha pen-
sado usted en la política odiosa? ¿En los despreciables perso-
nalismos?... ¿En la eterna lucha personal que todo lo destruye?


--Esa política envenenada por el personalismo y domi-
nada por menudas pasioncillas, contra la cual tanto han escrito
ustedes, los periodistas, no podemos curarla nosotros los polí-
ticos, porque basta que uno la practique, para que los demás
tengamos que perder el tiempo defendiéndonos contra ma-
niobras tendenciosas, embustes y trapacerías...; ello es que
unos por otros los problemas vitales no se estudian debida-
mente ni se hace lo necesario para resolverlos, es cierto; pero
no son solo los políticos causadores de estas nuestras mala-
danzas, que urge remediar, ni en ellos hemos de buscar la
primera receta; ésta nos la ha de dar la opinión pública, muy
principal responsable, puesto que, pasiva y distraída; ha
dejado hacer y no intervino oportunamente para impedir
cuanto aquí viene ocurriendo.


Organizada que sea una gran fuerza social, integrada por
todos los amantes de Asturias, vivificado el espíritu colectivo
regional y atento a cuanto a la provincia interesa, no será
posible que la política degenere en luchas estériles de mez-
quinos personalismos, sino que, por el contrario, habrá de
ponerse a tono con el sentir general, que se manifiesta enér-
gico y decidido. Y es cosa bien probada, que, cuando la
representación de una región en las Cortes, es impulsada y
está apoyada por fuerzas locales activas y briosas, puede
hablar alto en Madrid, se la escucha y se la atiende con la
mayor solicitud.


He aquí la primera de las muchas ventajas que la organi-
zación patriótica que yo quiero que se constituya ha de
reportar... ¿Puede negar su concurso quien se precie de ser
asturiano?... Esta organización no cabe dentro de ninguna
agrupación politica; pero ejercerá una fuerza moral inmensa
sobre los partidos y será estímulo y acicate que les impulse
a la defensa permanente de cuantos problemas se relacionen
con el interés general de la región. Cada partido político
tendrá su casa propia; pero todos vivirán juntos, en familia,
dentro del hogar asturiano, que será el domicilio natural de
la Liga.


—Y apropósito; ¿qué carácter tendrá, cuál va a ser la or-
ganización de esa tan importante entidad?


—La organización práctica que se dé a la Liga ha de
ofrecer otras muy positivas ventajas. Es una de ellas el estu-
dio de cuantas cuestiones afectan a los intereses de la región,
en todas las manifestaciones del trabajo, como en todo lo
atañadero a la cultura, que no solo de pan vive el hombre.
La Liga, con su archivo viviente, facilitará mucho la labor de
los representantes en Cortes, proporcionándoles elementos
para la mejor defensa de Asturias; emitiendo informes sobre
proyectos de ley que directa o indirectamente nos afecten;
dándoles a conocer antecedentes y datos estadísticos, siem-
pre necesarios para una documentada intervención en las
discusiones parlamentarias, etc., etc. Los diputados y sena-
dores se distribuirán el trabajo, de manera que la interven-


20




22


LIGA PRO ASTURIAS IA LIGA PRO ASTURIAS


23


^-r


ción personal de todos ellos, dé a la Cámara la sensación de
la unanimidad del sentir de una región, en la defensa de su.
derecho, de sus intereses y de sus ideales.


En éste y en otros puntos muy interesantes, habré de ex-
tenderme cuando tenga lugar la conferencia pública a que se
me invitó por el amigo Botas, allá para fines de mes; pues
ahora no me es posible, por tener que regresar muy pronto a
Madrid, y además es obligado que yo escuche las opiniones
que a diario se manifiestan, para recoger de ellas consejos y
enseñanzas.


--zY confía usted en conseguir lo que se propone?
—Si no consigo levantar la política de Asturias y consti-


tuir la unión sagrada de la Liga; si la región no siente ansias
de una vida espléndida, ni quiere recabar la personalidad y
la influencia que le corresponde en el concierto nacional; si
la opinión pública ha de seguir indiferente o dormida y se ha
de derrochar el tiempo en luchas que nada tienen de ideales,
entonces yo, que no sirvo para realizar obra que no sea sin-
cera y me asfixio en este ambiente mezquino, cuando haya
perdido toda esperanza de evitar los males que presiento,
declararé vencido mi ideal y no me faltará solución personal
por la que alguien me felicite... Mi buen Sancho me abrazara
fraternalmente, creyéndome salvado, sin ver que su Señor
Don Quijote ha muerto.


—iNoble altruismo!... Sin embargo no hemos de echar-
nos en brazos de la desesperanza. Yo también soy joven,
optimista... y también soy luchador. Tengo confianza en el
porvenir. Asturias, que tiene mucha v ida, vencera... Vencerá
a medida que pueda irse sacudiendo la carroña caciquil que
la oprime.


--Así lo espero yo también.
—¿De suerte que la Liga será un organismo con vida


propia, independizado de todo carácter oficial?... Ambiente
regionalista en suma, ano es eso?


—Es claro que la Liga atenta exclusivamente a impulsar
el progreso moral y material de la región, ha de procurar la
a,:tuación ciudadana de la vida local y el reconocimiento de


la autonomía municipal para que, libres los Ayuntamientos,
sean verdaderamente la casa del pueblo, y a ellos lleven sus
iniciativas todos los vecinos, seguros de que se han de estu-
diar con vistas al interés común y no al través de un egoísmo
partidista. Esto si responde a un sentido regionalista es en el
concepto administrativo, puramente adjetivo, a resolver si
conviene conservar centralizada la vida local, que es como
negarla, o se ha de respetar cuanto sea privativo de ella,
abriendo así un cauce a la iniciativa, por el que correrán,
libremente las energías fecundas de los pueblos, contenidas
hoy bajo la presión del poder central.


--Luego eso no es un regionalismo propiamente dicho.
--El regionalismo sustantivo es otra cosa, y, por razón


de su contenido, se manifiesta distintamente en unas y en
otras regiones. Las razones que animan nuestro regionalismo
no pueden ser las mismas que impulsan el vasco, el navarro
o el catalán. Nosotros no tenemos idioma propio ni vivimos
un derecho especial...; al fundirnos en la unidad nacional
hemos renunciado fueros y franquicias, que ya olvidamos, y
tampoco serían hoy solución, espaciado ya nuestro espíritu
en el derecho público moderno; también abandonamos el
bable, que no hemos cultivado, dejando que su léxico se fuese
ensombreciendo, al aceptar nosotros la lengua de Castilla,
que es el idioma español por excelencia. No podernos, pues,
sentir un regionalismo aderezado a la catalana ni adobado a la
vizcaína. Tampoco hay que hablar ahora de nuestro regiona-
lismo sentimental y romántico, que no puede trascender a la
vida política y es para vivirlo nosotros en la intimidad... El
regionalismo asturiano lo ha trazado la naturaleza; estas
montañas, la configuración del suelo, el verde permanente de
estos campos, los ríos torrenciales cuyas cascadas se despe-
ñan verticalmente hasta aplayar las aguas para fertilizar la
tierra, la producción agrícola, la bravura de este mar, el
cieio... forjaron nuestro temperamento, que queremos con-
servar, e imprimen carácter a la personalidad astur. Este re-
gionalismo tiene un nombre: se llama amor a Asturias, que
nos impulsa a servirla, a defenderla y engrandecerla.




24 LIGA PRO ASTURIAS


—Ahora ya lo hemos comprendido: mejor; ahora ya esta-
mos bien compenetrados del móvil que guía su campaña.


—Siempre pensé en la necesidad de coordinar las fuerzas
individuales y excitar el espíritu colectivo de Asturias, aso-
ciando actividades y energías en provecho del todo, que es
la región, y en beneficio de cada uno, pues tal es la eficacia
de la asociación, y cuando he visto que se constituía este
Gobierno y en él se destacaba UN regionalismo, he dicho:
Asturianos, a defenderse!


Camino adelante


GiCARA.


(De 4E1 C: i i yónn del 14 da Diciembre de 1:91:).


El querido amigo y presidente de la Cámara de Comercio,
Juan Botas, ha contestado a la carta que Nicanor Pumariño le
dirigió, expresándole sus ansias y sus propósitos de renovar
totalmente la política de nuestra querida Asturias, haciendo
desaparecer para siempre la de caciquismos y banderías en
que aquí nos venimos entreteniendo, por otra basada en el
amor a esta región, que por la importancia grandísima de su
minería y:su industria, tendrá que ser, el día que ella quiera,
la que vaya a la cabeza de las demás, que bien claramente
estamos viendo que sin ella nada son; aún aquellas—perdo-
nadme lo festivo del vocablo—de más «tronío», tronío basado
en lo poderoso de su industria, más industria ésta, que nece-
sita, como todas las de España, que nosotros la demos el
execuatur. Ya veis, pues, si podemos levantar con orgullo la
cabeza, para hacer ver al Poder de la Nación, que nos hemos
enterado de lo. que somos, y nos hallamos dispuestos a no-
tolerar más humillaciones y menosprecios.


Pero para ésto,? no basta un político solo, y por eso es
necesario que los distritos locales de Asturias, elijan, en lo
sucesivo, como Pumariño ha dicho, a quienes se hallen capa-
citados para:trabajar en bien de la provincia, y no para tomar
su cargo representativo como algo decorativo de su persona,
para lucirlo en los pasillos del Congreso o del Senado,
creyéndose objeto de la admiración de los que no pertenecen
a la casa; para escribir en una u otra Cámara, muchas,
muchas cartas diariamente, todas ellas vacuas, todas ellas
insulsas, representación fidelísima de quien las escribe, o
para andar de ministerio en ministerio, como tonto de circo,
haciendo que hace, buscando materia en tales, para s!is.




26 LIGA PRO ASTUkiAS
LICA PRO ASTI:FIRS 27


famosas cartas del Congreso o del Senado, pero incapaces
siempre, tales representantes, de pronunciar en voz alta otra
palabra, allí en la Cámara donde tengan asiento, que no sea
el monosílabo afirmativo o negativo durante una votación,
turbándose aún así al pronunciarlo, porque allí dentro donde
tantísimos representantes del país tienen derecho a serio,
solo lucen su pequeñez, pues humildes luciérnagas, la más
débil luz apaga la suya, y allí dentro, vuelv o a decir, si bien
son muchísimas las luciérnagas, hay en cambio, también,
muchos que brillan con intensa luz.


Es necesario, sí, es necesario que Asturias, si quiere
despertar de su letargo, sepa elegir a quienes no miren el
cargo como un decorado personal, sino a quienes sepan le-
vantarse en momento oportuno para reclamar de los Poderes
'aquello que consideran necesario a los intereses de la pro-
vincia, o para rechazar lo que consideran perjudicial a esos
mismos intereses. A los que sepan marchar unidos a buscar
el progreso de la provincia, y no a los que por satisfacción de
un amor propio, pueril, insensato, degenerado, no les importa
que de su conducta se sigan perjuicios para la provincia, con
tal de que su pasión quede satisfecha.


Juan Botas, deja entrever en su carta un cierto pesimismo,
aunque no por la idea que Nicanor Pumariño ha expuesto,
sino porque, según se desprende del último párrafo de su
carta, no se fía mucho de los asturianos, ya sea por nuestra
nativa indolencia, o ya por otras razones de que yo he de
hablar más tarde.


Almán, el simpático y culto escritor gijonés, en su amena
sección diaria de El Comercio, habla también de la nueva
política que el nombrado senador preconizaba en su carta, y
alabando esos propósitos de Nicanor Pumariño, muéstrase,
en cambio, pesimista respecto a que la idea cristalice. Y el
infrascripto, con él y con Botas..., pero hasta cierto punto.


Si Pumariño, conforme con la idea de Botas, de explanar
en conferencias su programa, se limitara a poner el paño aI
púlpito en la ciudad, para hablar desde ella a toda la provin-
cia, en mi sentir poco o nada conseguiría; grande es el pres-


tigio de la letra de molde, mas no es tanto que al conjuro
de la palabra de un político renovador impresa en los perió-
dicos, los pueblos abandonen, sin requerimiento más directo,
su envenenada política de hoy. Son harto fulanistas los pue-
blos para que tan fácilmente abandonen esa política que per-
sonaliza su ídolo.


Esos mismos pueblos que frecuentemente se quejan en
los periódicos provinciales del abandono en que se hallan, si
desde lejos les requerís a que abandonen a su Don Fulano,
si éste no se aviene a colaborar en la nueva política favora-
ble a la región, ninguno, de buenas a primeras, se atreverá a
sacudirse a su fetiche.


En cambio: si corno yo creo que ha de hacer el Mesías
que ahora aparece en la política de Asturias, se va a los pue-
blos mismos a predicar la cnueva doctrina» (nueva en nuestra
provincia, pues como dice muy bien El Carbayón, no es
Pumariño quien la ha inventado, sino que la copió de Cata-
luña, de esa grande y admirable Cataluña, que es hoy, por
obra de la cohesión grandísima de todos los políticos de la
región, la que está decidiendo de la marcha de nuestra Patria);
si se propone, repito, Nícanor Pumariño ir a los pueblos a.
conquistar a los pueblos, yo creo que, más . o menos rápida-
mente, todos los de Asturias irán sucesivamente sumándose
a la nueva idea, para sacudirse el estrecho yugo que en la
actualidad les oprime.


Para el desarrollo de sus conferencias, Botas ha ofrecido
al senador asturiano la Cámara de Comercio; ofrecimiento
muy digno de gratitud, por el propósito que le inspira, pero
que ofrece un marco algo estrecho para asunto de tanto inte-
rés. Y como ya veo arrugado el ceño del celosísimo Presi-
dente de aquella asociación, y queridisimo amigo, le voy a
desenojar diciéndole que no es a la entidad que él preside a
lo que yo me refiero, sino a algo más concreto y material al
domicilio de la misma en nuestra ciudad.


A oir al propagandista de la nueva idea, yo juzgo que han
de ser muchísimas las personas que quieran ir; mas no por
obra de lo atrayente que pueda ser el verbo de Pumariño;.




28 LIGA PRO ASTURIAS


orador modesto, mejor que algunos y peor que otros, sino
por lo interesantísimo de la materia objeto de esas conferen-
cias a que Botas le invita.


Creo, pues, que quizá fuera mejor que sus conferencias
primeras (la primera al menos) las expusiera en local más
amplio: el Centro Mercantil, por ejemplo, previa la venia de
su dignísimo presidente. En los amplios salones de aquel
Círculo tendrían más ancho espacio los oyentes de ese Mesías
que per se y no in nomine Domini, precisamente viene a pre-
gonar la unión de los prohombres todos de Asturias, para que
quede de una vez sepultada la vieja y morbosa política que
hoy impera en nuestra provincia


De sus cenizas nace una Asturias nueva, grande y unida
en el amor a sí misma, consciente de lo que pesa y vale en
la Nación y aspirando, por lo mismo, al puesto que por dere-
cho le corresponde.


DON PAULINO.


(De .EI Correo de Asturia+•).


Opinión de D. Rafael M. a
de Labra


Acabamos de entrevistamos con el ilustre prohombre
asturiano D. Rafael María de Labra, a quien hemos encon-
trado encerrado en el despacho, rodeado de libros y papeles,
laborando con igual cariño y energía que pudo gastar en
años jóvenes.


Nuestra visita interrumpe al incansable luchador y defen-
sor, de sus meditaciones y escritos. Atento al deseo que nos
llevó a saludarle, va poco a poco exponiendo conceptos y
juicios que merecen ser trasmitidos al público.


El Sr. Labra comienza por mostrar su conformidad con la
idea de D. Nicanor de las Alas Pumariño, de iniciar corrien-
tes en Asturias desligadas del mar político, para asegurar
el desenvolvimiento de la vida industrial y económica de
Asturias.


Es un hermoso proyecto—dice nuestro distinguido inter-
locutor—al que tienen forzosamente que asociarse todos los
que sientan amor hacia su patria chica y anhelen la prospe-
ridad de España. Siempre dediqué afanes y desvelos a incul-
car en la opinión el espíritu de formar asociaciones, juntas o,
congregaciones que fijen como norte principal el estudio y
solución de los problemas económicos, base de la prospe-
ridad y florecimiento de los pueblos, y mi actuación preferí
dirigirla de continuo a indicar la imperiosa necesidad de sacu-
dir apatías y modorras.


Para mayor viabilidad, mejor dicho, para que el movi-
miento que impulsa mi amigo el señor Alas Pumariño tenga
plena efectividad y surta los efectos apetecidos, habrá que
consumir voluntades y energías hasta formar la opinión públi-
ca indispensable a toda obra renovadora y fructífera.




LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS


31


La voluntad consciente es el gran motor de la vida posi-
tiva y final. Esto mismo manifestaba yo hace poco días en
el discurso inaugural del Ateneo. Véase sinó cómo la satis-
facción interior que proclaman todos los reglamentos de los
ejércitos permanentes, es el secreto y la garantía de las gran-
des iniciativas militares, de los transportes heróicos dei sol-
dado y de la opinión pública formada por la Libertad. Esa
satisfacción, decía yo en el acto a que aludí y que juzgo con-
veniente recordar ahora, la necesitan las sociedades para
moverse, y la discusión de los problemas y la conciencia de
las responsabilidades de los que a su determinación contribu-
yen, cada día aparece con mayor autoridad y más prestigio,
entre ios supuestos inexcusables de la verdadera Soberanía
de los pueblos cultos.


De aquí que deba primero de contribuirse de una manera
reflexiva y perseverante a la formación de esa opinión públi-
ca, para lograr la avivación precisa del espíritu público,
estimular las energías individuales y crear un ambiente mora-
lizador y de resistencia invencible contra la vulgaridad, la
indolencia, el abatimiento y el pesimismo.


Cuantos más se acusen los síntomas de distracción,
apatía, miedo o espíritu de aventura en una sociedad, se
informa más con carácter de urgencia y tonos perseverantes
la necesidad del esfuerzo del ciudadano y la acción del Estado
para avivar la cultura pública, provocar las energías indivi-
duales y sociales, afirmar la virtualidad de las ideas y descu-
brir y plantear públicamente los problemas en busca de
solución moral y patriótica.


Estas palabras, que repito pronuncié al inaugurar el pre-
sente curso académico del Ateneo, tienen perfecta aplicación
en la renovación que se desea producir en Asturias. Dedí-
quese una labor sistemática, incansable, perseverante para
formar !a indispensable opinión y luego surgirán los brillantes
y Opimos frutos de tan loable empresa.


El éxito de las grandes campañas estriba de modo muy
directo en la constancia y en el entusiasmo que se derrochen.
En mi larga vida lo he visto comprobado muchísimas veces.


Como una muestra inequívoca de la importancia que entraña
para toda empresa una tenaz perseverancia, recordaré la
firmeza y bríos con que combatí la separación de Cuba,
predicando luego constantemente la conveniencia en bien de
España de estrechar las relaciones hispano-americanas. En
un principio tales convicciones pudieron acarrearme trastor-
nos gravísimos y trajeron a mi espíritu sinsabores y amargu-
ras, pero más tarde mi sano pensamiento triunfa y prevalece
gracias a la perseverancia de mi labor sincera, y los que hace
25 años acaso me hubieran fusilado, envíanme hoy afec-
tuosas pruebas de amistad y palabras de aliento para que
prosiga la obra de aproximación.


Sigue el insigne asturiano su amena y culta conversación,
tratando de cuestiones que afectan al interés de esa región,
pero ante su promesa de escribir algunas cuartillas dedicadas
a tales extremos, preferimos aguardar a que sus opiniones
lleven la autoridad indiscutible de su firma.


S.
Madrid, 12-917.




Cartas recibidas y publicadas


Sr. Director de EL CORREO DE r15TURIHb.


Mi querido amigo: Sin otra base que la de mis, casi ince-
santes, campañas en las mismas columnas de su ilustrado
periódico tiene usted, hoy, la bondad de solicitar mi opinión
sobre la que desde luego considero feliz iniciativa del señor
Alas Pumariño, quien desde el comienzo de su carrera políti-
ca viene demostrando inteligencia y amor a la tierra al ocu-
parse de los más importantes problemas locales y al resolver
algún conflicto que revestía graves caracteres.


¿Cómo no he de coincidir con lo que propone si es lo que,
hace cerca de dos años, vengo indicando en todos mis
artículos?


Celebro que hoy lo autorice su voto de calidad, siendo el
mio puramente de sufragio.


¡Asturias! atendida y mimada en otra época por los Po-
deres públicos, viene siendo objeto de repetidas mortificantes
pretericiones, que supongo habrán agotado la mansedumbre—
un tanto lanar—de nuestras clases productoras, en la plena
extensión y aplicación de este concepto.


Conviene recordar que en 1859, la Reina D. Isabel II
emprendió un viaje fatigos¡simo, teniendo que recorrer más
de 300 kilómetros en posta, con el solo deseo de que el en-
tonces Príncipe de Asturias, que fué después nuestro malo-
grado Monarca D. Alfonso XII, recibiese el Sacramento de
la Confirmación en la sagrada Cueva de Covadonga.


El anterior Conde de Toreno, cuya memoria debe ser
perdurable en el corazón de todos los buenos asturianos,
decía en una ocasión al contestar en el Congreso a la inter-




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pe!ación, un tanto' violenta, de un diputado catalán: <Con
toda la consideración que me merece S. S. he de manifestar-
le mi extrañeza por tan duros e injustificados ataques, pues
si es verdad que he destinado a Asturias importantes consig-
naciones del presupuesto para obras públicas, lo he hecho
por interés general de la nación y muy especial de la indus-
triosa Cataluña, que precisa del carbón de Asturias como pri-
mera materia indispensable para todas las fabricaciones».


<Es verdaderamente bochornoso que seamos tributarios
del extranjero por ese precioso producto que tenemos en As-
turias en tan ventajosas condiciones de cantidad y calidad—
como demuestran los análisis de nuestros arsenales—que no
puede circular por toda la nación por falta de puertos para
darle salida en un amplio y económico cabotaje y no contar
tampoco con fáciles y rápidas comunicaciones interiores».


«Lo que hoy se está haciendo constituye una depaupera-
ción para nuestra fortuna pública y una notoria imprevisión
por si las graves complicaciones exteriores, que en estos mis-
mos momentos se manifiestan, pudieran privarnos de ese au-
xilio, sin el cual nuestras principales industrias se verían obli-
gadas a cesar y muy especialmente las de Cataluña.»


Así se pensaba y se hablaba hace más de treinta años con
más tacto político y sentido económico que en la actualidad,.
y verdadero don de profecía.


Asturias ha realizado un gran progreso; con su exclusivo
esfuerzo, al construir los ferrocarriles económicos. Hoy inten-
ta una nueva prueba de su pujanza al tratar de construir los
tranvías provinciales, con una Sociedad popular que, en mi
sentir, debe extenderse a toda clase de transportes.


El Estado inerte o incapaz, que padecemos, no dá nada
de sí y todo lo estorba.


La Liga debe actuar como un revulsivo o una poderosa
catapulta.


Ofrezco mi modesta cooperación como practicante o como
picapedrero. Y no digo más.


FAUSTINO PRIETO.


. Madrid, 917.


Sr. D. Carlos Salas.
Dirret0l• de EL CORREO D}; ASTCRIAS.


Muy señor mío: Me pide usted opinión sobre la carta del
Senador Sr. Alas Pumariño y creo cumplir un deber de astu-
riano al exponerla.


La oportunidad de la propuesta reducida a pedir que sea-
mos ante todo asturianos ¿quién es capaz de ponerla en duda
y más en estos tiempos de renovación de antiguos moldes
que por inútiles hay que desechar? Significamos algo cuando
hubo quien por su altura era acatado por todos y reconocida
su indiscutible autoridad; faltó él, y como castillo de naipes
todo se vino abajo; aquello era el sistema antiguo, personal,
y como tal pasajero, que hoy solo es posible substituir me-
diante la unión de los elementos, de inteligencia, de trabajo,
de producción, lo permanente, desechando cuanto sea amor
propio, para convertirlo en amar a nuestra tierra, cuya gran
misión dentro de la nacionalidad previó Jovellanos y esta uni-
versal conflagración ha venido a confirmar.


En efecto, observe usted qué naciones rigen hoy el mun-
do; Alemania, Estados Unidos e Inglaterra, precisamente las
más ricas en carbón y las dos primeras en carbón y hierro, es
decir, en los dos elementos que poseemos en Asturias, en
abundancia reunidos por la naturaleza, como para señalarnos
nuestro preferente lugar en el país; y si a ello se agrega la
facilidad que el clima presta a la producción arbórea, podría-
mos disponer de la madera, el otro elemento primordial, tan-
to más preciso aquí, como primera Inateria obligada de la ex-
plotación del carbón, que guardan abundante nuestras mon-
tañas.


Es decir, que nuestras riquezas nativas propias que nadie
puede arrebatarnos, de las que fuimos abundantemente dota-
dos, el carbón y el hierro, son las que constituyen el nervio,
la fuerza de las naciones, y claro está que deben pesar pro-
porcionalmente a su significación corno factores de la pro-
ducción nacional.


Y pregunto yo: ¿dentro del concierto de todas las demás
3




36 LIGA PRO ASTURIAS


regiones, pesamos, en efecto, en proporción a nuestra valía?
No, desgraciadamente no; y hay que confesar que por nues-
tra propia culpa; ese tacto de codos que observamos en otras
y de las que solemos con injusticia decir, absorben a las de-
más, viven a sus expensas, etc., haciendo prevalecer sus in-
tereses; ¿qué es casi siempre sino actividad en unas y aban-
dono y negligencia en las otras, organización en las prime-
ras, perder el tiempo en luchas bizantinas en las segundas,
olvidando nuestros intereses, siempre armónicos con los ge-
nerales de la nación? A este propósito habrá usted oido hablar
seguramente de la Casa de los catalanes de ésta, con alguno
de los cuales me unen la amistad y la profesión. En ella ha-
bitan los más conspicuos representantes en Cortes de aquella
regi, siempre turnándose, hay alguien al tanto de cuanto
se legisla, pronto a defenderla sin preocuparse de sus opinio-
nes políticas; todos son unos para cuanto a sus especiales in-
tereses convenga.


Acaso en ninguna región de España existan tantas y tan
variadas industrias como en la nuestra, debido a sus enormes
y múltiples recursos naturales, y claro es el derecho que en
tal concepto nos asiste para que su voz sea oida y pese aquí
donde una medida de Gobierno poco meditada pueda labrar
su ruina, o cuando menos dificultar el desarrollo de las fe-
cundas iniciativas de sus hijos, que sorprenden ciertamente a
quienes por primera vez nos visitan.


Creo desde luego necesario, que las fuerzas productoras
se defiendan, y lejos de contentarse con echar la culpa de
sus iniales a la política la intervengan activamente, y así como
se habla de la agraria, de la hidráulica, de la forestal. etc., se
piense en la política de todos los elementos de la producción
aunados, encaminándose al desarrollo de la riqueza de nuestro
suelo en beneficio de la patria grande. Agrupados los Sena-
dores y Diputados, dejándose de calificativos para no ostentar
más que el de asturianos cuando de los grandes intereses del
Principado se trate, y teniendo a su lado las fuerzas vivas del
país constituidas en organización permanente, se puede for-
mar un poderoso bloque que nos defienda en las luchas apa-


sionadas, ya que no enconadas que habrán de presentarse
una vez terminada la guerra que hoy conmueve al mundo.


Vayan estas ligeras consideraciones como respuesta a su
atención al solicitar mi modesto juicio sobre la carta de mi
querido amigo el Sr. Pumariño, que entiendo es el Alerta
al que todos los asturianos debemos responder «Alerta estás.


Es su affmo. s. s. q. e. s. m.,


RICARDO ACEBAL.


Inspector general de Ingenieros de Montes
Expresidente del Cnosejo Forestal.


Madrid, 6 de Diciembre de 1917.


5r. Director de EL CORREO DE H5TURIT3


Muy distinguido amigo. Me dispensa Vd. el honor, que
sinceramente agradezco, de requerir mi opinión sobre el tema
planteado por mi querido amigo, el Senador por esa provin-
cia D. Nicanor de las Alas Pumariño, en la carta que hubo de
dirigirle a fines de Noviembre último y que ha sido insertada
en el diario de su digna dirección.


Sólo por corresponder cumplidamente a tan cortés invi-
tación le envio estas líneas.


Por lo demás, quizás no fuera necesario hacerlo, porque
no es posible pensar siquiera que ningún asturiano, digno de
ese nombre, pueda discrepar de la opinión sustentada en su
carta por el Sr. Alas Pumariño.


Desde que circunstancias ajenas a mi voluntad me obliga-
ron a actuar en la vida política, he considerado como eviden-
te necesidad la estrecha unión de todos los representantes
parlamentarios de Asturias para propugnar, de una manera
constante y decidida, por la prosperidad de nuestra querida
provincia.


LIGA PRO ASTURIAS 37




LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS


39


Repetidas veces exterioricé ese convencimiento ante mis
dignos compañeros de representación. En ninguno advertí la
más ligera discrepancia. Todos asintieron, sin reparo, a mi
parecer, que coincidía en absoluto con sus convicciones.


No creo, pues, aventurado asegurar que el Sr. Alas Pu-
mariño predica a convencidos.


Esta afirmacion no implica desconocimiento del indudable
acierto que representa la publicación de su carta. No basta la
conformidad confidencial en un buen propósito. Es menester,
para que esa coincidencia produzca sus efectos, hacerla notar
de una manera pública y ostensible; es preciso concretarla en
forma que pueda surtir verdadera eficacia.


Y en este aspecto nadie podrá negar al Sr. Alas Pumari-
ño e; aplauso a que es acreedor por haber iniciado la actua-
ción encaminada a revestir de forma tangible intenciones y
propósitos, que, hasta la fecha, nadie había dado a la pu-
blicidad.


No echo en olvido los conatos de regionalismo astur que
han apuntado en 1916. Pero es cosa tan distinta de la pro-
puesta por el Sr. Alas Pumariño, que nadie podrá encontrar
paridad entre ambas tendencias.


Por eso tengo el convencimiento de que, así como tales
conatos, orientados en sentido atávico, no han encontrado
eco en nuestro solar, ha de ser acogida con general asenti-
miento la propuesta del Sr. Alas Pumariño, si mezquindades
de política menuda, de que todos debemon prescindir en aras
de? interés provincial, no crean obstáculos a la expresión del
leal sentir de algunos Diputados asturianos.


Mas admitida la hipótesis, para mi halagadora, de que
todos los representantes de Asturias lleguemos a un acuerdo
para unir nuestras voluntades, a fin de realizar una labor co-
mún en beneficio de nuestra pequeña patria, ¿cómo habría de
concretarse esa actuación? ¿cuál sería la extensión y•alcance
de nuestro compromiso?


De lo primero tenemos ejemplo a seguir en la labor reali-
zada por algún grupo parlamentario en defensa de las aspira-
ciones de sn región. Es menester pensar en la creación de un


centro u oficina que prepare acuciosamente, allegando toda
clase de datos y antecedentes, los asuntos que hayan de ser
objeto de gestión parlamentaria o extraparlamentaria. Formu-
lar debidamente una petición y encauzar con acierto una
intervención parlamentaria, equivale a allanar el camino del
éxito. Por eso conceptúo reproductivos los pequeños sacrifi-
cios pecuniarios que todos hayamos de hacer para sostener
ese centro, que pudiera ser, y lo seria seguramente, punto
de reunión de Diputados y Senadores y de las representacio-
nes de las fuerzas vivas de esa provincia que, por cualquier
motivo, hubieran de acudir a esta Corte en gestión atinente
a sus intereses.


El compromiso que habría de establecerse al sellar esa
unión no significaría, claro está, renunciación de ningún lina-
je a defender dentro de la política nacional y provincial los
ideales de los respectivos partidos. Sería tan sólo el recono-
cimiento expreso del propósito de colocar los intereses de
Asturias por encima de toda consideración de disciplina par-
tidista, y de recabar, cuando fuera menester, la más amplia
libertad de acción para defender con toda preferencia las fun-
dadas aspiraciones de esta provincia, sin permitir en ningún
caso su posposición a las que pudieran mantener otras re-
giones.


Sólo resta examinar si sería oportuno iniciar desde luego
esa unión o si, considerando poco propicio para ello el mo-
mento actual, estaría más indicado su aplazamiento hasta que
se constituyeran las nuevas Cortes.


Quizás fuera preferible lo último. Pero eso no obsta a que
reitere desde ahora mi absoluta adhesión a esa idea, a cuyo
desarrollo me hallo y me hallaré siempre dispuesto a coope-
rar en mi modesta esfera, bien como representante en Cortes
por esa provincia, si por tercera vez me honra con esa inves-
tidura, bien como simple particular que ha aceptado de por
vida el deber moral de sumarse incondicionalmente a los an-
helos de la opinión asturiana.


He aquí, Sr. Director, mi manera de pensar en este asun-
to, al que Vd. concede, con notorio acierto, la importancia




LIGA PRO ASTURIAS 4140 LIGA PRO ASTURIAS


que realmente tiene para el porvenir de nuestra querida As-
turias.


Considere siempre como afectísimo amigo a su atento
s. s. q. 1. e. 1. m.


RAMÓN A. VALDÉS.
Madrid 7 de Diciembre de 1917.


Sr. D. Carlos Salas
Director de El. CORREO D£ ASTURIAS


Oviedo
Muy distinguido señor mío: Deferente a su invitación, me


satisface manifestar a usted, que merece mi ferviente aplauso
cuanto expresa y se propone en la carta que D. Nicanor de
las Alas Pumariño dirigió a D. Juan Botas, y que se publicó
en los periódicos de Asturias de 28 de Noviembre último.


Toda la Representación en Cortes Oscense, practicamos
sin la menor discrepancia esa política de íntima solidaridad
para cuanto afecta al bien general, y merced a ella se obtu-
vieron entre otras cosas importantes la ley de Riegos del
Alto Aragón.


Hay que reconocer que la fraternidad en que vivimos se
debe a que, no obstante haber ex-Ministros y personalidades
de gran relieve político, jamás han tenido el menor deseo de
ejercer hegemonía, y en nuestras reuniones y actos son
aquellos los primeros en olvidar sus jerarquías.


Catorce diputados, cuatro senadores electivos, cinco vita-
licios, y alguno que por afecto se una, podrán constituir una
poderosa Representación asturiana.


Mucho celebraré que para bien de Asturias correspondan
los resultados a los excelentes propósitos de D. Nicanor de
las Alas Pumariño, quien puede contar con mi modesta
cooperación.


Aprovecho esta oportunidad para ofrecerme de usted afec-
tísimo s. s. q. e. s. m.,


CELESTINO ARMIÑÁN.
8 de Diciembre de 1917.


Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Distinguido paisano: No pude soñar el honor que me dis-
pensa encasillándome entre los agnalgólogos políticos no
filiados a banderín conocido, y que en su encuesta acerca de
la carta Pumariño a Presidente de la Cámara de Comercio de
Oviedo, solicita parecer.


Era un rapacín cuando hace más de treinta años me
bachillericé en Oviedo; vine a Madrid dispuesto a ser médico
sin más orientación consejera que la brújula que a los astu-
rianos guía, en busca de acomodo, cometiendo o más amplio
porvenir. Vencí la nostalgia de infantiles o perdurables recuer-
dos, y por esta lucha, llegué al oasis apetecido, de un
modesto y apacible vivir; pero mi alma asturiana sigue refoci-
lándose anualmente con todas las emociones estéticas que
emanan de mi abrupto valle quirosano en donde vive mi
corazón, aunque los sesos se queden en Madrid.


Cuando el Dr. Robert pretendió elevar el cerebro catalán
a las cumbres del superhombre presentido por los antropó-
logos con solo la autoridad de su oratoria, vínole a la zaga
un paciente mensurador de cráneos españoles, el Dr. Oloriz,
poniendo en la cúpula de sus estadísticas al índice cefálico
asturiano. Los que solemos olisquear en los arcanos de la
psiquiatría, creímos al bucear el estuche del pensamiento de
nuestros paisanos, encontrar lentitud de concepción, parsi-
monia de expresión, cautela lindera de la desconfianza, mo-
destia externa, tenacidad volitiva, y una síntesis quintaesen-
ciada denominada Reflexión. Los días grises de Asturias dan
un fruto étnico colectivo, así, aunque en casuístico huerto de
secano, haya surgido algún naranjo que con alguna vana-
gloria exhibimos a los forasteros como ' meridional y raro
ejemplar.


Con tales condiciones predominantes, y otras que no ha
menester alabarlas, ¿quién puede asombrarse de que juntos
los robustos brazos de todo castizo asturiano, vaivengan el




LIGA PRO ASTURIAS 4342


LIGA PRO ASTURIAS


árbol secular de la actual representación política y por dehis-
cencia favorecida caigan al suelo plutócratas y validos?


La carta de Pumariño debe ser trompa de reivindicaciones
locales que resuene en todo corazón asturiano. El culto
Presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, debe con-
vocar a los especializados de la Industria, Comercio y estu-
dios sociales, pero sin excluir a los apologistas del trabajo
manual.


La Liga de intereses asturianos se formará sin discusión,
a la sola lectura de unas bases de engrandecimiento, impera-
tivas sobre todo credo político. ¿Cuáles son estas bases?


La congestión hiperproductiva del subsuelo, está deman-
dando con urgencia la apertura de vías supletorias de
circulación.


Algunas industrias de guerra, solo en Asturias vivirían en
solar propio.


Los Laboratorios químicos, creadores de riqueza no co-
lumbrada por la común agnoia, nos redimiría de exóticas
tutelas.


Impuestas a los aspirantes de nuestra representación polí-
tica estas divisas comunes, poco debiéramos preocuparnos de
su policrornia filiativa.


Con este motivo se ofrece de usted affmo. s. s. q. e. s. m.
JESÚS CANSECO


Doctor en Medicina


Sr. D. Carlos Salas.
Director do EL CORREO DE ASTURIAS.


Muy señor mío: Recibí su carta interesando mi opinión
acerca de la necesidad e importancia de una organización
permanente para la defensa de los intereses de nuestra patria
chica querida Asturias, y como por ser mía, ha de valer poco,
he de concretarme a manifestar a usted que la experiencia de
muchos años en los cargos que desempeñé en Asturias pri-
mero, en los de Gobernador de provincias importantes des-


pués, y en los de jefe de Administración en los Ministerios
de Gobernación y Fomento, me ha demostrado que no bas-
tan las iniciativas y esfuerzos particulares para el fomento y
desarrollo de los intereses de una provincia cuando dichas
iniciativas y esfuerzos carecen de apoyo y protección de los
Gobiernos, y que por desgracia demostrado tiene también la
experiencia que este apoyo y esta protección faltan cuando
los diputados y senadores no están capacitados para resron-
der a los impulsos de la provincia que los elige ni identifica-
dos con el sentir de ella.


Por lo que a Asturias se refiere, pudiera citar tiempos y
hechos que lo confirman.


Con verdadero placer he leído en El Correo de Asturias
la carta que el Senador por esa provincia D. Nicanor de las
Alas Pumariño ha dirigido al presidente de la Cámara de Co-
mercio D. Juan Botas, y como él, entiendo que para asegu-
rar el trabajo y la prosperidad de la hermosa región asturia-
na, es preciso que los representantes en Cortes por la pro-
vincia sean designados con acierto, y que a este efecto se
impone la necesidad de organizar todos los elementos y ener-
gías de la región, constituyendo una fuerte y entusiasta unión
para que aquéllos, apoyados en ella, puedan realizar labor
eficaz cerca del Gobierno y ante las Cámaras.


Aprovecha esta ocasión para ofrecerse de usted afectísi-
mo s. s. y amigo q. e. s. m.


LORENZO MUÑIZ
Secretario del Consejo Superior de Fomento.


7-12-1917.


:


Sr. D. Carlos Salas.
Director de Et. CORREO DE ASTURIAS.


Mi distinguido amigo: He leido con verdadero gusto la
carta de D. Nicanor de las Alas Pumariño por ese periódico
publicada y con el mismo correspondo a su deseo de conocer
mi opinión sobre la interesante cuestión que suscita.




LIGA PRO ASTURIAS44 LIGA PRO ASTURIAS 45


Soy, de siempre, un convencido de la necesidad de . hacer
pesar en la vida nacional lo mucho que Asturias representa,
tanto en lo espiritual como en lo económico y muchas veces
he lamentado que una política de bajo vuelo haya esterilizado
la acción de sus representantes.


Es tiempo de reaccionar y no debe perderse. Asturias
debe coordinar para el. esfuerzo todos los elementos que en
su seno tienen un valor real, sin que, por razones de la mal
llamada política, se pretenda anular ni disminuir ninguno.


A mi juicio la Diputación Provincial debe tomar la inicia-
tiva, asistida de los representantes a Cortes, llamando a si
todas las fuerzas regionales.


Una comisión de personas capacitadas, que tomasen con
entusiasmo su misión, auxiliadas por un centro que en la
Diputación se estableciese, haciendo rápidamente un progra-
ma de trabajos y una estadística de intereses asturianos, con-
tará seguramente con la cooperación de todos—desde luego
yo me ofrezco para cuanto se haga en esa dirección.


Con gusto queda de usted affmo. amigo s. s. q. e. s. m.,


JOSÉ MANUEL PEDREGAL.
Diputado a Cortes.


* **


Sr. D. Carlos Salas.


Muy señor mío: Con su atenta recibo la copia de la carta
del Sr. Alas Pumariño que ya conocía. Estoy conforme con
la idea que el Sr. Alas Pumariño desarrolla tan brillantemente.
Tiempo hace que, en conversaciones privadas con paisanos
de gran representación social e intelectual, vengo sosteniendo
la urgente necesidad de afirmar la personalidad regional de
Asturias en la política y en la economía de España. Tiene
nuestra querida provincia todas las características necesarias
para hacer sentir su influjo en la vida española; por su histo-
ria, por el brío de sus hijos, por la eficaz y utilísima colabo-
ración de sus hombres y de sus instituciones en la cultura


nacional, por lo que su trabajo y su industria pesan en la
economía general del país, por el lazo intimo que como
ninguna otra región mantiene con América. Asturias puede y
debe ser uno de los factores decisivos en la deseada y nece-
saria renovación de España.


Unión de todos, unión leal, íntima, como lo reclaman los
intereses mismos de Asturias—que son los de la Nación
entera–r, he ahí la primera condición precisa; una unión firme
que ahcigue egoismo de clase y de cofradía. Ante todo, eI
esfuerzo necesario para encauzar el espíritu regional por
canales seguros, mediante un constante estudio realista,
directo; de nuestros problemas sociales, económicos, cultu-
rales, y\ la elaboración de un programa con soluciones para
esos próblemas. Luego la acción concentrada a fin de hacer
de ese programa el eje de la labor regional, llamada a influir
seguramente en la marcha de la política española, procurán-
dole un buen contingente de realidades vivas que deberán
incorporarse a la gestión eficaz de los futuros gobiernos.


Y como la política, sin perder de vista los ideales—todo
lo contrario—es cada día más obra de técnica, de estudio, de
conocimiento de hechos, de cifras, de datos, la que ahora se
iniciase debería comenzar por crear el instrumental que nos
hace falta, y que echamos de menos cuantos intentamos ente-
rarnos de las realidades asturianas. Eso han hecho ya, para
lo suyo, regiones que en estos respectos, marchan delante;
la creación de un Instituto, Centro, o como quiera llamarse,
de estudio, de investigación de las necesidades positivas de
Asturias, de sus intereses regionales y de sus relaciones con
la política, la economía y la cultura nacionales, he ahí el pri-
mer paso, la primera exigencia, si el movimiento que se quie-
re intentar ha de lograr el éxito deseado.


La iniciativa de mi buen amigo el Sr. Alas Pumariño pue-
de contar con mi modestísimo concurso.


Aprovecho la ocasión para ofrecerme de usted afectísimo
seguro servidor q. e. s. m.,


Madrid, Diciembre 12-1917.
ADOLFO POSADA.


Catedrático.




LIGA PRO ASTURIAS 47


Sr. D. Carlos Salas.
Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Muy señor mío: No puedo complacerle a usted emitién-
dole la opinión que se digna pedirme en su atenta recibida
ayer; me considero sin energías suficientes por tratar de un
asunto de extraordinaria importancia; encárguense de ello,
pues, inteligencias de mayor altura, y limíteme yo, como
simple contestación a su muy apreciable, a expresarle dos
manifestaciones de mi sentir, que en los actuales momentos
de natural entusiasmo, se desprenden del fondo de mi alma.


Es una, el enviar la más afectuosa felicitación a mi buen
amigo Nicanor de las. Alas Pumariño por su simpática y
trascendental iniciativa; y la otra, el exteriorizar! la íntima
satisfacción que embarga a mi ánimo al recrearme con el
pensamiento en un merecido y brillante porvenir para nuestra
querida provincia si los asturianos todos, sin distinción de
clases y de ideas, en abrazo fraternal, como un solo hombre,
despreciando egoismos y ambiciones personales y obedecien-
do a único impulso del bien para la «patria chica»; llegamos
a comprobar la°gran verdad de «la unión hace la fuerza».


Fuerza justificada además, porque Asturias cuenta, con eI
talento de sus hijos, reflejado siempre en las esferas de la
Ciencia, de las Artes y de las Armas; con la incalculable
riqueza de su suelo y con el empuje poderoso del desarrollo
de sus múltiples industrias; elementos que puestos en debida
actividad, harán constar que Asturias, sin envidiar nada ni a
nadie, avanzará por el difícil camino del progreso con pie
firme, adornada con las más ricas galas de la Naturaleza, a
la luz de su esplendorosa historia iniciada en la reconquista,
y bajo el sagrado amparo de la venerada Virgen de Co ya-
donga...


Aprovecho la ocasión para ofrecerme de usted afectísimo
seguro servidor q. s. m. e.,


VICENTE A. DEL MANZANO.
Doctor en %edleina.


Madrid, 13 de Diciembre de 1917.


Sr. Directoa de EL CORREO DE ASTURIAS.


Myy señor mío: La proposición que hace el Sr. Alas Pu-
mariñp en su carta dirigida al Sr. D. Juan Botas, me parece
muy *ertada. No puede ser más sencilla, más fácil de reali-
zar, ni de precedentes más acreditados. Basta fijarse en que
pide a `los parlamentarios de Asturias y a los naturales de
este gi ioso y bello Principado que imiten ;a conducta segui-
da por s catalanes.


Y lo resultados de semejante conducta hace ya muchos
años que se vienen viendo por toda la nación.


Es uanto tiene que contestar a su atenta invitación su
afectísi o s. q. e. s. m.,


ANGEL PULIDO.
Vicepresidente del Senado.


(
Múy señor mío: Recibida su atenta de este mes, encuen-


tro máy oportuna y de verdadera conveniencia la organiza-
ción permanente para la defensa de los intereses de Asturias.
Por ras ocupaciones y sobre todo por mi insignificancia per-
sonal¡ no puedo prestar colaboración directa en esa obra re-
dentda, pero en todo lo que yo pueda ser útil, en cualquiera
forma que sea, estoy enteramente a su disposición.


Alturiano de nacimiento, aun cuando alejado de Asturias
hace Muchos años, toda idea que pueda producir un bien
para Ola, lo mismo material que moral, tiene en mí un entu-
siasta'admirador.


Aprovecho esta ocasión de ofrecerme a usted afectísimo
segurq servidor q. e. s. m.,


Geona, Diciembre 10-1917.


Madrjd, XII 1917.


Sr. D. Carlos Salas.


Joss M. 3 F. LADREDA.
Delegado de Hacienda de Gerona.


46 LIGA PRO ASTURIAS




in teresante interviú con el Alcalde


As'rias que hasta ahora vino padeciendo todos los males
nacido de una política menuda y caciqueril, agrúpase ani-
mosa torno de aquellas personas que con capacidad y
gener o desinterés anhelan luchar por la defensa del porve-
nir de uestra región.


Ta onmoción debióse a una carta del Sr. Alas Pumariño
en la c I se exponían proyectos y se fijaba un programa y
en la é se adivinaba una firme voluntad de consagrar
esfuerz sin tasa al servicio de aquella noble causa.


El tT ncionado Senador ovetense supo en dicha epístola
recoger y sentir de la provincia, analizó los más importantes
problemas aquí planteados y expuso las causas a que obede-
cía eyatr so en que están los intereses regionales.


\ que el Sr. Alas Pumariño había dado forma al pensa-
mie o unánime de la provincia, quedó patentizado con las
adh iones que sucesivamente fueron presentándose ante la
opi n.


rsonalidades asturianas de reconocido valer, de posi-
tivo alento y que muchas de ellas viven alejadas de la polí-
tica ianifestaron su coincidencia de criterio con el reflejado
por i actitud del Sr. Alas Pumariño.


opinión pública que da muestras, como era natural, de
asist con gran interés al desarrollo del movimiento iniciado
en dfensa de los intereses asturianos, aplaude sin reserva
las silceras promesas que van exteriorizándose como contes-
tacióia los deseos contenidos en la carta de D. Nicanor de
las As Pumariño.


Tjvo además esta otra importancia lo hecho por nuestro




50 LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS 51


querido amigo y distinguido político: que Asturias brá
desde hoy quienes son en efecto los que actúan en I ida
pública con, nobles afanes de trabajar por el engrandecí ento
de la patria chica y quienes son los que únicamente rven
para satisfacer vanidades y bajos pensamientos.


Desde ahora ya no valen ficciones ni subterfugio Los
intereses de la región quedarán en adelante salvados ie los
ruines procedimientos de una política mal entendida serán
atendidos con exclusiva preferencia a toda convenienia per-
sonal o de partido.


Aun ayer así nos lo indicaba el celoso y activo Al lde de
Oviedo, D. Marcelino Fernández en breve conversa 'n que
con él sosteníamos acerca de dicho extremo.


El criterio del Sr. Fernández en estos momentos s más
digno de ser tenido en cuenta, por tratarse de persoa que,
ya por los Gobiernos de S. M., como por el vot de la
Corporación, viene siendo elegido como represent te del
Municipio.


Persona que así ha merecido la confianza de lo Conse-
jeros de la Corona y del pueblo, tiene por fuerza q poseer
méritos y prestigios suficientes para hacerse oir eq todo
aquello que pueda afectar al interés de Oviedo.


1
El Sr. Fernández, durante su charla iba refiiiénonos


datos y hechos que probaban su cariño al pueblo de Oviedo
y nos hacía calurosas protestas de seguir laborando sin cai-
miento por el bien del Municipio.


Mi opinión—agregaba seguidamente—respecto a lc que
Alas Pumariño dijo en su carta del pasado mes, es de bso-
luta conformidad. Asturias precisa para su engrandecirr>ento
la constitución de un grupo de políticos que conocedors de
nuestros problemas y reuniendo condiciones de capalidad
bastante desdeñen la política ante los intereses regio les.
La necesidad de formar este apretado haz con los repisen-
tantes en Cortes, hacía tiempo que se venía sintiendo fué
por ello muy oportuno Alas Pumariño al hacerlo pu co y
provocar el movimiento.


Precisamente en la reunión que tuvimos días a s los


alcaldes de Asturias, como acto preparatorio de la Asamblea
de Ayuntamientos que celebraremos el día 27, se trató en
principio de la precisión de adoptar medidas contra cualquier
político que no diese muestras en lo futuro de laborar por la
prosperidad de Asturias. Los Ayuntamientos de la provincia,
convencidos de que mucha culpa de la indefensión en que
nos hallamos depende de una política estéril de caciquismo,
están dispuestos a tomar radicales decisiones que hagan im-
posible la prolongación de manejos caciqueriles o representa-
ciones forzosamente infructuosas.


Yo por mi parte entiendo, que una de las medidas que
mayores beneficios reportaría a los intereses de Asturias,
había de ser la implantación de un Organismo, Centro u
Oficina en Madrid, que llevase con toda minuciosidad el
desarrollo de nuestras industrias, recogiera las demandas del
pueblo y estudiase cuanto hubiera de ser provechoso al por-
venir de la provincia.


En la Asamblea de Ayuntamientos se discutirá esta propo-
sición y se señalará, caso de aprobarse, la cuota con que
ha de contribuir cada Corporación Municipal para el sosteni-
miento de dicha Oficina.


De formarse ese Centro, tendremos mucho terreno gana-
do en el camino de prosperidad que se traza, pues aun los
mismos representantes en Cortes verían su gestión más
desembarazada y contarían desde luego con medios sobrados
para imponerse en todos los problemas de la región. Nues-
tros representantes tendrán en la oficina aludida una recopi-
lación escrupulosa de antecedentes, disposiciones y fases
porque hubiera pasado cualquier asunto.


El Centro mencionado iría también analizando los pro-
yectos de Ley que se presentasen a las Cortes y recogería
aquello que directa o indirectamente afectara a los intereses
de Asturias, poniendo en momento oportuno tales trabajos
en manos de los representantes de esta provincia, con lo que
harían éstos en las Cámaras una concienzuda y sólida labor
que necesariamente tendría que traducirse en positivos bene-
ficios para la región.




52 LIGA PRO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS 53


Véase sino el ejemplo que nos brindan otras provincias,.
donde la constitución de Centros análogos determinó un
engrandecimiento que todos debemos apetecer para Asturias.


Sigamos nosotros idéntica conducta; créese la Liga que-
tan atinadamente propone mi distinguido amigo el Sr. Alas
Pumariño, Liga que pospusiese la política a los intereses ma-
teriales de la provincia; elíjanse hombres de buena voluntad
e inteligencia despierta que puedan defender los derechos
legítimos de Asturias y proponer resoluciones para los pro-
blemas de la región y habremos conseguido avanzar ostensi-
blemente hacia el progreso, abandonando las encrucijadas
por donde se camina actualmente.


El éxito ha de estribar muy principalmente en que se
borren tos matices políticos cuando la Liga vaya a defender
un problema de Asturias. Claro está, que no pretendo se
forme una agrupación integrada por personas sin ideal alguno
político, no. Lo que entiendo, es, que aunque dentro de la
Liga existan personas afiliadas a encontradas fracciones polí-
ticas, aunque aparezcan representantes de ideas políticas-
opuestas,olviden tales diferencias o discrepancias para con-
verger unánimemente en la sana finalidad de amparar y de-
fender los intereses de Asturias.


Esta norma de conducta es indispensable para lograr
ópimos frutos, y con buena voluntad no resulta difícil conse-
guirlo, pues ello no significa en manera alguna renuncia de
la respectiva autonomía de cada político que forma en la Liga
para la propagación y defensa de sus arraigadas conviccio-
nes, toda vez que tales campañas pueden ser emprendidas y
sostenerse lejos de los intereses materiales de la provincia.


Yo tengo además fe en el movimiento iniciado y creo
firmemente que el programa publicado en la carta de Alas
Pumariño ha de ser llevado a la práctica. La opinión tuvo que
darse cuenta de la transcedencia que encierra la vida de la
Liga y contribuirá a su formación con todo calor y entu-
siasmo.


El pueblo ha de ver en esta organización algo más prác-
tico, hacedero, real, íntimo, que ese otro regionalismo senti-


mental, arcáico, externo, romántico, muy bueno para predi-
cado, pero que la misma experiencia enseña que no tiene
aplicación en la época presente.


Asturias para prosperar,—concluyó diciéndonos el Alcal-
de—para engrandecerse, ha de contar previamente con el
efuerzo generoso, entusiasta, noble y leal de hijos cariñosos
que sepan ahogar todo sentimiento de personalismo y egola-
tría que pudiera surgir en sus cerebros.


(De tEl Correo de Asturias=)




OT385 OPINIONES


.Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIAS


Muy señor mío: Con sumo gusto contesto a su atenta
carta, haciendo. constar, en primer término, mi gratitud pro-
funda por el honor que usted me dispensa al solicitar la.
pobre opinión de quien carece de títulos que la justifiquen y
avaloren. Unicamente a la bondad de usted deberé tal distin-
ción y deferencia.


Circunstancias de carácter profesional, que no se ocultan.
o su claro juicio, sellan mis labios y ponen trabas a mi torpe
pluma. Pero, ante todo y por encima de todo, soy asturiano,
amo con vehemente ardor a esta tierra querida, y no he de
ocultar la viva simpatía, el decidido entusiasmo que me ins-
pira cuanto se labore por el engrandecimiento de nuestra
patria chica, que bien pudiera encontrar serios obstáculos en
el avance ajeno sino se la prepara y vigoriza a tiempo con
voluntad perseverante y firme. En ese sentido, la iniciativa
del Sr. Alas Pumariño merece, en mi humilde opinión, toda
suerte de elogios, y debe ser acogida con amor y con fe.


Le ofrece el testimonio de la mayor consideración perso-
nal su afectísimo seguro servidor que estrecha su mano,


Paco() A. Buvu a.




LIGA PRO ASTURIAS


Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Oviedo.


LIGA PRO ASTURIAS


Sr. D. Carlos Salas.
Director de Ei, CORKl:n t AsTurt[AS.


Oviedo


Mi distinguido compañero: Con el mayor gusto acuso
recibo de su atenta carta, en la que me invita a dar mi modesta
opinión sobre la patriótica iniciativa del Senador por la pro-
vincia D. Nicanor de las Alas Pumariño; y al agradecerle muy
sinceramente la distinción con que me honra, cúmpleme mani-
festarle que al llegar a mis manos su grata me sorprendió
escribiendo unas cuartillas para El Diario de* la Marina de
la Habana, en las que me ocupaba, con la alabanza merecida,
de la noble idea del Sr. Pumariño y de la provechosa propa-
ganda que de ella hace usted desde las populares columnas
de El Correo de Asturias, que con tanta competencia como
entusiasmo dirige.


Conforme en absoluto con lo propuesto por el distinguido
Senador en su celebrada carta al Sr. Botas, y coincidiendo
en lo esencial con sus puntos de vista, en el próximo número
de mi periódico El Progreso de Asturias, procuraré exponer
mi humilde opinión sobre una iniciativa que, de llevarse a
cabo con verdadero desinterés y desligada por completo de
las luchas de los partidos, tanto y tan eficazmente habrá de
contribuir al engrandecimiento material y moral de nuestra
tierra.




Gracias repetidas por la atención con que me favorece, y
felicitándole por su generoso proceder en pro de los intereses
asturianos, tan desatendidos y postergados por culpas de
todos, reitero a sus órdenes afectísimo amigo y compa-
ñero q. e. s. m.


JULIÁN ORP,ÓN.
Director de <El Progreso de Asturias..


Avilés, 21 de Diciembre de 1917.


Muy distinguido señor mío: El alto honor que me dispensa.
con su carta de ayer, pidiéndome juicio sobre la patriótica..
iniciativa de mi ilustre y querido amigo D. Nícanor de las
Alas Pumariño, no corresponde a mi casi negativa signifi-
cación y valer en el orden de la actividad política. No obs-
tante, me atrevo a terciar en el asunto sin otro interés e
inspiración, ya que otra no me sea permitido hacer, que la
que debe tener todo el que se precie de amar a su Pa-
tria, y a su Región, como es la de ver y aplaudir con satis-
facción inmensa cuanto se haga por el engrandecimiento de
estas dos instituciones sagradas, testimoniando, en justo tri-
buto, gratitud eterna a los agentes y propulsores de su pro-
greso y de su gloria. En tal sentido, tomo la pluma para
manifestar entusiásticamente mi modestísima adhesión a lo
propuesto en la carta que el Sr. Alas Pumariño envió a don
Juan Botas.


Pero no quiero parar aquí, una consideración a fondo en
el mentado asunto, creo que la puedo hacer aunque no sea
más que a título de ciudadano observador.


Niega la evidencia, quien niegue la importancia del movi
miento que con su carta inició el Sr. Alas Pumariño.


Nunca como hoy se predicó con más justicia y proclamó
con más verdad y más alto la necesidad a la asociación para.
promover y defender los intereses generales y particular de
Patria, Región y de clase; porque nunca alcanzó la compe-
tencia en sus infinitos y diversos aspectos y por causas de
todos conocidas, la importancia que tiene en la actividad,
hasta el punto de tener que rendirse a ella con ley suprema
que regula todas, absolutamente todas, las relaciones de ta
vida del hombre.


Es principio de ética, que la asociación sea condición
indispensable para el progreso. En la asociación, las fuerzas




58 LIGA PRO ASTURIAS


no se suman, sino que se multiplican, y a veces, esa multi-
plicación no puede expresarse por ta ley de los factores ordi-
narios, porque la virtud de la unión está con frecuencia sobre
la importancia del número; siendo, por consiguiente, indu-
dable, discurriendo en este sentido, que el hombre solo,
aislado, poco o nada vale, y unido a los demás por vínculo
profesional o como sea, sea un propugnador excelente de su
causa; como es, también, indudable que poco valdrá la aso-
ciación, si le falta lo fundamental o sea el entusiasmo,
la competencia y la perseverancia para su organización y
función.


Esta f es la razón de fondo que abona y pondera la inicia-
tiva de mi querido amigo ;


el incansable defensor de los inte-
reses de Asturias, D. Nicanor de las Alas Purnariño.


No cabe siquiera pensar en buen sentido político, que sean
válidas y que perduren las armas usadas en los procedimien-
tos de la llamada política al uso; la intriga, la subrepción, la
habilidad mal intencionada, etc., etc.; porque más perjudican
que favorecen al buen nombre y al prestigio de la Región,
del partido y de la clase para quien se use. Todas estas cua-
lidades de los políticos llamados listos, pero que no son hon-
rados, ya hoy visten poco, y quizá no se dejará esperar
mucho el día en que no pase por el tamiz de la verdad más
que lo que valga en el orden moral e intelectual. Porque, no
hay que cerrar los ojos, no hay que vivir engañado ni enga-
ñando, estamos en un período de revisión de valores; estamos
sufriendo el dulce y santo dolor de las pruebas, para luego
ver con delirio la apoteosis de la justicia, de la honradez, del
trabajo y del talento. Y no es esta una frase hueca, no; es
una enseñanza que estamos recibiendo ahora: véase como
va la política de los pueblos todos; fijémonos en lo que pasa
en la península ibérica; abramos los ojos en nuestra propia
casa, en España...


Depongamos, depongamos todas esas actitudes torcidas
y mantenidas por un amor propio mal entendido; ahoguemos
en nuestro pecho toda pasión bastarda, y como en tiempos
de depuración, perdonémonos y unámonos como hermanos


LIGA PRO ASTURIAS 59


para defender nuestro patrimonio y los derechos del puesto
preferente que nos corresponden en España.


Catorce son lospuestos que nos corresponden en el Con-
greso, y tres en'„el Senado, y si conseguimos que sean cu-
biertos por personas, a,la vez honradas, cultas y competen-
tes, cuya adquisición está en nuestras manos, no cabe duda
alguna, que vendrá para Asturias una era de prosperidades.
que rebasará los límites de lo deseado y esperado. •


Y para el acierto en la designación de personas que nos
representen en las Cortes, es necesario que la Liga que se-
propone, la integren todas las fuerzas vivas de la provincia:
Ayuntamientos, Comercio, Bancas, Sindicatos, Estableci-
mientos industriales de importancia, Cámaras de Propieda-
des, Centros políticos y de;;turismo, etc., etc., bajo la presi-
dencia que se elija a modo de los regionalistas catalanes.


Y para hacer algo práctico y aprovechar el poco tiempo
que puede quedar hasta la fecha de las elecciones generales
próximas, debe comenzarse por convocar a las representa-
ciones de todas las entidades referidas para una Asamblea,
que podía celebrarse en la Diputación Provincial y con la
presidencia interina, hasta no elegir la definitiva, del que ten-
ga la de este establecimiento.


Publicar para dicha Asamblea, un cuestionario corto y
fácil y prodigarlo días antes de la celebración, por toda la
provincia. Para la confección del cuestionario, debiera nom-
brarse una comisión compuesta del Presidente de la Diputa-
ción, del jefe de Fomento y de la Cámara de Comercio de.
Oviedo, Directores°de los Bancos establecidos en la capital,
los Presidentes de la Cámara de Propiedad y Centro Mer-
cantil y Alcalde de Oviedo.


Esto es lo que, en mi humildísima opinión, debiera hacer-
se; lo demás ya vendría ello y a nuestro gusto.


Por el momento no se puede pensar, si es que se quiere
obtener algo práctico, en implantar un programa de regiona-
lismo verdad, doctrinal, sino de procedimiento sencillo que
recoja las orientaciones actuales de la política española, para
acoplar a ellas, la defensa de nuestros intereses.




60 LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS


61


Esperar más tiempo para todo ello, es de un peligro gran-
de, porque hoy más que nunca se necesita el esfuerzo que se
predica y propone, no sólo porque ya es angustiosa nuestra
situación económica por falta del auxilio y autorización del
Estado, sino porque en este histórico momento es cuando


.hay que poner los jalones de nuestra dirección política, si no
queremos perderlo todo. Ahora es el tiempo indicado para
hacer algo por Asturias y por España, más tarde ya será
inútil o poco positivo.


Por lo que afecta a Asturias, se está dando, como todos
saben, el hecho tristísimo de tener muchos millones de tone-
ladas de carbón en nuestras montañas, sin poderlo . llevar a
ninguna parte por carecer de vías de todas clases; con la pa-
radoja cruel, de cerrarse industrias de pueblos de España,
por falta de carbón, cuando en las plazas y depósitos de
nuestras minas, existen muchos miles de toneladas amonto-
nadas, perdiendo el carbón sus ricas . propiedades por la
acción de los agentes atmosféricos, de donde se siguen per-
juicios incalculables a los propietarios de dichas minas y al
trabajador de ellas, el cual ya empieza a no trabajar todos
los días por tener que restringir los trabajos por la dificultad
de los transportes, y acaso, y esto será lo más triste, tendrán
que cerrarse definitivamente las minas.


Pues de esto, nadie más que nosotros tenemos la culpa;
porque sabiendo que en España, • la política lo es todo, y
habiéndonos demostrado los catalanes, que la mejor virtud
para obtener de los Gobiernos su atención y su ayuda, es la


'de la Unión adornada con la energía y la perseverancia, no
debemos esperar más tiempo para sellar esa unión y decir lo
que los grandes guerreros: ¡Adelante! ¡Viva España! ¡Viva
Asturias!


Y nada más por ahora, Sr. Director. Bien quisiera decir
algo más, porque el asunto y las circunstancias brindan a
ello, pero corno ya han dicho lo suyo y de forma inimitable,
los ilustres señores que me han precedido en la publicación
de sus requeridos juicios, y más han de decir los que sigan
en ésto, pongo punto a esta carta, haciendo votos fervientes


porque sea una realidad lo que propone el Sr. Alas Pumari-
ño, al cual felicito con toda mi alma.


Y aprovechando esta ocasión, le saluda y ofrece sus res-
petos su afectísimo amigo y s. s. q. e. s. m.,


VÍCTOR MÉNDEZ TRELLES.
Abogado,


Mieres, Diciembre 1917.


:I:
•'r• i:


Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Mi distinguido amigo y compañero: Con gran delectación=
y agrado lei a raíz de su publicación en El Correo, la bien
escrita y pensada carta que D. Nicanor de las Alas Pumariño
dirigió al Sr. Botas, Presidente de la Cámara de Comercio,
haciendo un patriótico llamamiento a todas las fuerzas vivas
de la provincia para laborar unidas por un próximo engran-
decimiento de la patria chica, y franca y lealmente debo con-
fesarle que ni por mientes me pasó la idea de que pudiera
llegar un día en que un requerimiento tan amistoso como-
inmerecido me obligase a hacer pública mi humilde opinión
acerca de la necesidad e importancia para la vida de nuestra•
provincia, de la pronta organización de una especie de Liga
que luche por la defensa de los múltiples y olvidados intere-
ses regionales: y como el día llegó, me encuentro ante el di-
lema de, o desairar su galante requerimiento, o dar a la pu-
blicidad mi modesta opinión, y claro está, que puesto a ele-
gir, opto por esto último, si bien haciendo la innecesaria y
previa salvedad del escaso, por no decir nulo, valor de cuan-
to diga y opine una vez ya publicadas en estas mismas co-
lumnas las opiniones de tantos escritores, pensadores y polí-
ticos, a quienes tan bien les va aquel apelativo de ilustres, a
que se refiere su carta, y que a mí tan mal me sienta.


La idea lanzada por el Sr. Pumariño, tiene, a no dudar,
una innegable oportunidad y una actualidad palpitante err




62 LIGA PRO ASTURIAS


estos tiempos de renovación y cambio; en que un legitimo
*afán iconoclasta, pretende romper para siempre los viejos
moldes; aquellos viejos moldes en donde se vaciaron tanto
ídolo de cartón y


trampa, y una ráfaga de aire regional,
descentralizador y autónomo, pretende apagar el viejo sol de
.Castilla que harto tiempo iluminó la política patria, sin que
su calor e influencia vivificadora, se sintiera más allá del
Guadarrama.


En este medio, y dado mi temperamento muy conforme
con la rebeldía y mis ideas políticas de republicano federal,
creo innecesario hacer público mi aplauso y adhesión, máxime
cuando en la carta del Sr. Pumariño se dibuja claramente el
deseo de que dirijan la política los idóneos, no en el sentido
datista con que se ha prostituido de poco a esta parte el vo-
cablo, sino en el de los aptos, los capaces, los buenos; sin
cuya medida todo quedaría igual y lo mismo. Pero es el caso,
amigo Director, que la realización y práctica de esa noble
idea temo tropiece con serios obstáculos, hijos unos, de
nuestro peculiar carácter de pueblo indisciplinado, nacidos
otros, como herencia de aquel caciquismo, que durante tan-
tos años dirigió la vida política de nuestra región y aun no
desterrado por completo, y resultantes los demás, de la in-
educación política de los de abajo y de las rencillas y envi-
diucas de los de arriba.


Adolece el alma Astur en política de un defecto muy difí-
cil de subsanar. Somos los asturianos ingobernables, rebel-
des, disolventes, más dados a la crítica menuda y cicatera
.que a la labor creadora; somos además humoristas, eminen-
temente humoristas y este nuestro humor nos hace adueñar-
nos rápidamente de la parte cómica y ridícula de las cosas
olvidando aquella otra de positivo valor, que sin duda siem-
pre tiene toda iniciativa; somos ademas sagaces, de viva
comprensión, y, quizás por eso, somos inconstantes, holga-
zanes, enemigos de la labor silenciosa y oculta. Por esto, a
'falta de Schulzes han sobrado intermediarios en este verda-
dero hervidero de negocios. Cualquiera mejora que en otro
pueblo se alcanza con solo enunciarla, aquí cuesta dios y


LIGA PRO ASTURIAS 63


ayuda el obtenerla; ejemplo, el proyecto de tranvías, las pa-
vimentación de nuestr9 suelo, la traida de aguas y tantos
otros que antes de cuajar, costaron verdaderos calvarios a
sus iniciadores.


Por otra parte, y ya en otro sector, esta suerte de Ligas o
partidos adventicios o reunión de hombres que aún pertene-
ciendo a distintos credos politicos se unen para la consecu-
ción de un bien común, o como quiera llamarse, sólo pueden
tener eficacia en aquellos pueblos que han llegado a una es-
table constitución y a un perfecto equilibrio entre el sentido
conservador necesario a toda reforma y el progreso que crea,
en donde, en fin, todos los ciudadanos reconocen una legali-
dad común que los adentra unos en otros, y no como aquí,
en donde existen abismos que tanto separan a los que se lla-
man reaccionarios de los que se llaman liberales, a los demó-
cratas de los retrógrados, a los republicanos de los monár-
quicos. Así vr. y gr. en Inglaterra pudieron constituirse aque-
llas famosas Ligas como la de Manchester, que luchó por la
abolición de los privilegios de la propiedad territorial, la de
.los católicos irlandeses que propagó el tempestuoso O Connel,
la de Wilberferce, la del Colonato Irlandés de Parnel y tantas
otras que tanto bien hicieron al Reino. Pero en España la
experiencia nos enseña que tales iniciativas siempre fracasan.
Costa, con ser quien era, fracasó en la famosa agrupación de
los agricultores aragoneses. Solo en Cataluña, que hay que
reconocer que es la parte de España que más se parece al
extranjero, arraigó el regionalismo; pero un regionalismo con
tantos puntos y ribetes de separatismo, que puede decirse es
su hermano gemelo, sin ese rescoldo de autonomía separatis-
ta, el regionalismo hubiese corrido en Cataluña la misma
suerte que en el resto de las regiones. Aquí ya se ha visto en
lo que han terminado las soflamas de Mella. Comenzaron en
Covadonga y acabaron en Babia y no es porque no se sienta
intensamente el amor a la región.


Aquí, en nuestra tierrina, existe, amigo Director, una mala
hierba llamada política, que como el boliche en nuestros cam-
pos, mata en flor toda semilla; por eso temo por la idea del




64 LIGA PRO ASTURIAS
LiGA PRO ASTURIAS


señor Pumariño, que esparcida en un terreno apolítico, pu-
diera dar sazonado y positivo fruto.


La Sociedad de Amigos del País, que tiene su razón de
existencia en el laborar por el engrandecimiento de la región
y que vive olvidado de los más, una vida puramente interior,
pudiera ser campo abonado para constituir esta Liga que a
manera de una nueva Junta del Principado, hiciese sentir en
las altas esferas las necesidades de Asturias por caminos y
senderos no políticos; pues desconfío y temo a los represen-
tantes en Cortes para todo lo que no sea quitar ni poner
alcaldes. Si ésto pudiera hacerse,.yo llamarla a la nueva cru-
zada, la Liga de la despensa y de la escuela, principales pla-
gas que sufre nuestro pueblo y le pondría por lema aquél blí
blico prae magnitudine famis, que lo que siente el pueblo
Astur, antes que nada, es hambre de




pan, hambre de cul-
tura y hambre de justicia.


JOSÉ BUYLLA.


Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIRS.


Muy señor mío:
Me pide usted que exponga mi juicio acerca de la necesi-


dad e importancia de una organización permanente para la-
defensa de los intereses d Asturias, y viene la petición acom-
pañada de una copia de la carta que el Sr. Alas Pumariño di-
rigió al Presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo y
Jefe provincial de Fomento D. Juan Botas, carta que acogie-
ron en sus columnas periódicos de nuestra región.


De momento se me ocurre pensar, y me complace comu-
nicárselo, que la mejor aportación que puede hacerse en pro•
del ideal que persigue el autor de la susodicha misiva es leer
—puesto en alto el espíritu--recomendar, difundir el conteni-
do de la misma, que no es pequeño ni deja de tener sustan-
cia. Felicito, pues, a usted por la obra que realiza dándonos:


-a conocer dicho documento, y le aseguro que puse atención
en el, porque apunta, con la clara visión de las cosas que ca-
racteriza a su autor, el camino que debe seguirse para orien-
tar nuestra política económica y para renovar—como ahora
se dice—nuestras energías en bien del progreso nacional.


El fondo de la carta en cuestión lo entiendo yo, así quiero
entenderlo yo--los que se pasan de «listos» lo entenderán a
su medida—como la voz de alerta contra este régimen, man-
dado recoger, de «travesuras» delictivas, de impotencia, de
política de tres al cuarto, en la que solo con miras personales
bullen, se revuelven y en ocasiones triunfan mercaderes, ma-
yordomos y turistas, como cosa principal. Y está claro, con
tal sementera, con tales mandatarios de la representación po-
pular, era en el Ayuntamiento, la Diputación o las Cortes, y
-cuéntese que tenemos numerosísimas excepciones, los minis-
tros, que ya necesitan poco, van denegando o retrasando fe-
lices iniciativas propulsoras de los intereses asturianos, ¡qué
Dios cogiera confesado • al Gobierno si fuesen iniciativas de
alguna otra region!


Lo que podrían realizar catorce diputados y tres senado-
res por Asturias, nos dice saberlo el Sr. Alas Pumariño. Pero
pregunto ¿es que Asturias cuenta con catorce diputados?;
porque yo, y conmigo muchos asturianos y ni que decir tiene
-que el resto de los españoles, y que nos perdone Santa Ma-
ría de Paredes, no nos habíamos enterado. Acaso estábamos
en la idea de que teníamos cinco o seis; cinco o seis que tra-
bajan y sirven al distrito, a la región y a la Patria. Los otros
sin duda poseen el acta como pudieran tener un monte de
--caza; quizá usen el «carnet» de diputado para viajar gratis y
seguramente no van por el Congreso a otra cosa que a ne-
gociar sus asuntos y escribir a los «caseros»...


De otra parte no hay en los directores y mangoneadores
,de nuestra política regional el altruismo necesario para, olvi-
dando mezquinos y futiles precedentes de política municipal,
'identificarse para bien de la «patria chica»; no guía, a la ma-
yoría de ellos, el ideal común, ese ideal que ha de escribirse
con mayúscula y ante el cual han de acallarse las querellas




66 LIGA PRO ASTURIAS


de casa adentro, para unidos todos sacrificarse, a la manera
que lo hacían aquellos diputados de las Cortes de Cádiz y
hoy 10 hacen los catalanes en bien de la región y de la Patria.


En otro caso ¿seria posible que a la boca de nuestras minas
carboníferas, en Gijón mismo, tengan que paralizarse indus-
trias importantes por falta de carbón?, ¿se daría el caso de que
proyectos, de reconocido interés nacional, como el ferrocarril
estratégico de la costa, Ferrol-Gijón, no consiga jamás pasar
de proyecto?,¿ocurriría el hecho vergonzosa de que uno de
nuestros puertos, el de Ribadesella, de cuya importancia dá
idea lo recaudado por su aduana durante algunos años, se
encuentre en lamentable estado debido a las obras de reforma
comenzadas con actividad por el Estado, obras más tarde.
paralizadas totalmente por espacio de años y casi suspendi-
das hoy, con lo cual se le puso en peor situación que la que
tenía al comenzar su reforma?


Y no es que falten en Asturias, la historia lo pregona,
patriotas, ni inteligencias, ni disposición para la vida ciuda-
dana. Lo que hace falta en Asturias, es «luz de renovación)
que pregona Cambó; actuación sincera en el sentido de esta-
blecer una constante compenetración entre sus directores y la
masa popular; lo que es menester en Asturias son hombres.
politicos, que no importándoles inmortalizarse por un acto
heróico en política, procuren deber, como diría Anatole-
France, «a sus desvelos por las necesidades del pueblo las
alabanzas de los hombres», lo que es indispensable en Astu-
rias es restaurar la vida local «porque ese es el gimnasio del
civismo», ha dicho Maur<.; y, en una palabra, lo que urge en.
nuestra región es «revolucionar la política» para destruir las.
anticuadas redes en las que se aprisiona la voluntad y la con-
ciencia ciudadana. ¡Bendita revolución, si puesta en prác-
tica, resulta esencia de esa «Libertad » que según el maestro
Azcárate conduce a afianzar la soberanía de los pueblos y a
robustecer su personalidad!


Voto, pues, por la formación de esa Liga general que.
propone el Sr.,Alas Pumariño y que ella, integrada por unos_
y otros, seleccione a los que han de ser elegidos y residencie
a los que fuesen inútiles o traidores.


4
LIGA PRO ASTURIAS


6 7
Y


o, que jamás estuve afiliado a partido político ni a
hombre político alguno, que no me urge estado, pero
igual que Pérez de Ayala, conservo integra «la-voluntad


upolí-tica) para cuando llegue el momento, ofrezco en este caso
mimodesta colaboración en pro de las aspiraciones que en su díahabrá de concretar la futura Liga y prometo servir como sol-dado raso la causa común, sin mirar si el general se hace lla-


turiano
mar liberal o c


onservador: exigiré tan solo sea un buen as-
.


Con este motivo, señor director, me ofrezco de usted
atento seguro servidor y amigo q. e. s. m.,


FRANCISCO F. LADREDA.


Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Muy
señor mío: He tenido el gusto de recibir su carta cir-


cular de este mes, solicitando mi modesta opinión y juicio
acerca «de la necesidad e im portancia de una organizaciónp
ermanente para la defensa de los intereses de Asturias y


decir lo que considere más conveniente para la mejor realiza-ción de la iniciativa p
ropuesta» por el Senador D. Nicanorde las Alas Pumariño en la carta que dirigió al Sr.


Presidentede la Cámara de Comercio Sr. D. Juan Botas, que ha
publi-


cado impresa y que usted se sirve enviarme un ejemplar con
la suya, a que contesto.


Creo, Sr. Director, que no hay nada más patriótico y
loa-ble que la iniciativa del Sr. Alas Pumariño, porque realmente


los elementos de riqueza que tiene el suelo de esa provincia,
con sus a


bundantes minas de carbón y hierro, unidos a lasc
ondiciones de iniciativa y trabajo que tienen los asturianos,


como lo c
omprueba el desarrollo de las industrias y explota-


ción de las minas, estarían ambas cosas mucho más adelan-
tadas y p


rósperas si las luchas de la política no matasen
mu-


3


Madrid, Diciembre de 1917.




68


LIGA PRO ASTURIAS


chas de estas iniciativas y el temor a los trastornos que
causan las huelgas y las asociaciones de las clases proleta-
rias, explotadas hoy por los partidos llamados de la izquier-
da, no ahuyentasen el capital de ese movimiento industrial
que está ansioso de desarrollarse aprovechándose de los do-
nes, que plugo. a Dios, está rebosante el suelo asturiano.


Mucho se ha hecho, sobré todo si se compara con el
atraso en que viven otras provincias de suelo no menos rico
que el nuestro, pero mucho más se haría sin el temor a que
las luchas que ahí se han entablado entre el capital y el tra-
bajo, o sea el socialismo, no pusiese en peligro la riqueza
que se dedique al fomento de las industrias siderúrgicas y
todas las demás, para lo que haya ante todo que contar con
las primeras materias minerales de que está tan abundante
Asturias.


De suerte, que mi modesta opinión es, que si se consi-
guiese una unión entre el capital y el trabajo, como ya he di-
cho, en ninguna provincia de España hay tantos elementos
como en esa para que su riqueza aumentase en proporciones
prodigiosas. Esa unión no puede obtenerse mientras que los
partidos en su afán de dominar el país exploten la ignorancia
de los trabajadores, haciéndoles soñar con ventajas que no
conseguirán por estos medios y no se convenzan que son
instrumentos de los caciques que se valen de ellos para per-
turbar la provincia y detener sus adelantos.


Prueba de ésto ha sido el movimiento huelguista revolu-
cionario del verano pasado, que tuvo en esa provincia más
importancia que en ninguna otra y cuyas consecuencias aún
sufrimos y con lo que el socialismo nada ganó, porque


a mpoco pedía mejoras en sus haberes y mejoramiento, pero
cambio se paralizaron todas las industrias y explotación de
las minas de carbón, aumentando el déficit tan grande que ya
tiene España de este combustible tan indispensable para la
vida económica e industrial de la Nación.


Es bien sabida quienes alentaron aquel movimiento social,
porque aunque lo negaron a las autoridades cuando fueron
detenidos en los primeros momentos, después se han jactado


LiGA PRO ASTURIAS 69


de ello en meetings y en la prensa, y por lo tanto lo primero
que hay que hacer en esa provincia para obtener el mayor
desarrollo de su riqueza es dar confianza al capital para que
no tema esos movimientos de los socialistas, haciéndoles ver
que no sean instrumentos de los caciques de la izquierda y
aunándose todos los buenos monárquicos para que esa pro-
vincia, que siempre fué modelo de orden y respeto entre
todas las clases, tenga una representación en Cortes, que
unida en ideas y espíritu monárquico tenga ante los poderes
públicos la fuerza que tuvo en otros tiempos y que los Go-
biernos la atiendan en sus intereses morales y sociales.


Esta es mi modesta opinión que tengo el gusto de expo-
nerle y aprovecho esta ocasión para ofrecerme de usted con
la mayor consideración atto. s. s. q. e. s. ni.,


CRESCENTE GARCÍA SAN MIGUEL.
Senador del Reino.


Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Muy estimado señor mío: La opinión que de mi demanda
en su atenta carta sin fecha, acerca de la iniciativa de mi
querido amigo D. Nicanor de las Alas Pumariño, es que, si
con lealtad se llevase a la práctica, resultaría sumamente pro-
vechosa para los intereses de la provincia.


Al congregar, permanentemente, las fuerzas vivas para
señalar orientaciones económicas definidas, cuyo apoyo y
defensa obligase, con mandato expreso, a los representantes
en Cortes, no sólo se aumentaría la potencialidad de la
acción, que se exteriliza dispersa, sino que al movilizar los
valores políticos en favor del programa que habría de surgir,
se haría labor ciudadana del más alto interés.


Dudo, no obstante, del éxito que a la iniciativa deseo; las
gentes miran ya recelosas las de todos los políticos, que


Madrid, Diciembre de 1917.




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71


r


tantas veces las tuvieron por simple escabel de sus campañas
electorales, y temo que ésta, tan loable y honrada padezca
la sanción del excepticismo a que, sin examen, son todas
condenadas por los pecados del viejo sistema.


Hago sinceros votos por el éxito y aprovecho gustoso la
ocasión para ofrecerme de usted affmo. s. s. q. e. s. m.,


INOCENCIO FERNÁNDEZ.
Senador del Reino.


Figaredo, Diciembre 24, 1917.


Sr. D. Carlos Salas.
Director de Er. CORREO DE ASTURIAS.


Muy señor mío: Recibí su carta con la copia que me envía
de la del Sr. Alas Pumariño, que fué publicada en los perió-
dicos de esa provincia, y, contestando a su amable requeri-
miento, tengo mucho gusto en manifestarle, que estimando
un deber elemental de toda representació n popular, la defensa
de los intereses morales y materiales de los pueblos y de las
provincias que nos eligen, dispuesto estoy a cooperar, como
lo he estado siempre, al engrandecimiento de Asturias, labo-
rando sin descanso para que nuestra hermosa región ocupe
en la economía nacional el puesto preferente a que tiene de-
recho por su riqueza y por su historia.


Quedo de usted con la mayor consideración afectísimo
s. s. q. e. s. m.,


MANUEL DE ARGÜELLES.
Diputado a Cortos por 'tufiesto.


Sr. D. Carlos Salas.
Director de Er. CORREO DE ASTURIAS.


Muy señor mío: Me pide usted opinión sobre la carta que
el Senador Sr. Alas Pumariño ha dirigido al Presidente de la
Cámara de Comercio de Oviedo, proponien do la constitución


de una Liga de defensa de los intereses asturianos; y contes-
to con gusto a su requerimiento, manifestando mi adhesión a
todo intento de mejora, a todo deseo de reforma, a toda
orientación que signifique el propósito de buscar caminos de
progreso y de bienestar para Asturias.


Mas ésto, para lo cual nadie ha de negar su concurso, su
esfuerzo personal, no puede ser obra de una improvisación,
de un gesto, de una carta, de tinas conferencias, de un pro-
grama. Si la labor de los Senadores y Diputados asturianos
ha de ser útil, ha de producir resultados tangibles, será me-
nester que la Liga propuesta reforme con urgencia los méto-
dos de acción política, y organice bajo unidad de miras el
trabajo parlamentario; porque si hoy no obtienen los repre-
sentantes asturianos el provecho material y moral a que la
provincia aspira, débese en gran parte a la resistencia que
ofrecen los intereses, las rutinas, las viejas prácticas con que
en el Parlamento tropieza y se esteriliza el esfuerzo mejor
intencionado, y débese también a la lucha sorda de intrigas,
de agitación constante en que se desgastan las energías de
los parlamentarios, sin excepciones.


El descontento, el malestar, el mismo desengaño que tan-
tas veces se manifiesta respecto de Senadores y Diputados,
sólo se remediarán con la organización y con la comunicación
de trabajo, con disciplina, con confianza mútua, con abnega-
ción para una obra de concordia que no será cosa de un día,
pero que sí es asequible y debe ser iniciada rápidamente en
cuanto a cosas concretas de interés regional, sobre las cuales
no puede caber oposición entre hombres de buena fe. El pro-
blema inaplazable de nuestras comunicaciones ferroviarias
con Galicia y con Castilla, la necesidad de dar eficiencia a
nuestras industrias militares, mineras y metalúrgicas, la ur-
gencia del estudio del malestar obrero patronal de tan graves
consecuencias, son cuestiones, sobre las cuales necesaria-
mente ha de imponerse la unidad de aspiraciones.


Para ésto, como para cuanto conduzcan al engrandeci-
miento industrial y económico de Asturias, ofrezco mi modes-
ta cooperación.




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Y aquí daría por terminada esta carta si no se me ofrecie-
ra una última observación sobre la Liga en proyecto.


Si la Liga—hablo en pura hipótesis—intentase desvirtuar
su finalidad propia, si quisiera interponerse entre el pueblo y
sus representantes, imponiendo proyectos, programas o can-
didaturas en que se mostrase la aparición de un nuevo caci-
quismo, tan insoportable como cualquiera de los que tan aira-
das protestas suscitan en la hora presente, en tal caso mere-
cería la más severa condenación y sería precisa una inmediata.
propaganda para recordar a los ciudadanos que los derechos
políticos son atributos personales, que no pueden, ni deben
delegarse en Ligas ni personalidades por muy respetables
que sean, y que la soberanía reside en el pueblo, y pueblo
ha de ejercerla libremente en la función del sufragio, depura-
da por la cultura y por la energía individual, de las falseda-
des, coacciones y violencias que la enturbian en su origen.


Ofrezco a usted, Sr. Director, el testimonio de la mayor
consideración, y soy suyo affmo. s. s. q. e. s. m.,


JESÚS CORONAS.
Ex-diputado a Cortes.


x: f: *


Sr. D. Carlos Salas


Querido amigo y compañero: Vengo siguiendo con interés,
la acertada campaña que vienes haciendo en el periódico de
tu dirección trabajando por el resurgimiento de nuestra que-
rida Asturias, acaso la única región de España capaz de
ponerse al frente de la evolución nacional para marcar el,
sentido progresivo a nuestra patria; y digo ésto porquemues-
tro principado por su agricultura, por su riqueza minera, por
su comercio, por sus industrias, por su posición geográfica y
por su destino histórico, es el que en mejores condiciones se
encuentra para llevar a cabo tal obra de regeneración.


Esta nuestra tierra, largo tiempo feudo de caciques y oli-
garcas amalgamados, de los que hoy 'por suerte, sino por
completo, casi se ha sabido deshacer, es la llamada a ponerse
al frente de las demás regiones españolas para defender al
mismo tiempo que sus intereses respectivos regionales, los
derechos aun más sagrados de la patria, teniendo presente
que el regionalismo bien entendido no es nunca ni debe ser
separatismo.


La idea lanzada por el Sr. Pumariño no puede ser ni más
noble ni más oportuna en estos momentos en que presen-
ciamos el gran cataclismo mundial, 'del que va a surgir, sin
duda de ningún género, una nueva vida internacional, en la
que debiera España intervenir, no como tin pueblo débil y
caduco, sino como una nación fuerte y poderosa.


Por eso no se puede permanecer en la inacción. Hay que
moverse y trabajar por el engrandecimiento de la patria, a fin
de que, cuando la guerra termine, nos hallemos en condicio-
nes de hacer frente a toda eventualidad. Laborando todas las
regiones, defendiendo sus intereses, desarrollando la indus-
tria, el comercio y la agricultura, extendiendo la instrucción
y haciendo guerra a muerte a la vieja política de partido, de
oligarquías y cacicatos podremos evitar el día de mañana las
funestas consecuencias para nosotros de la paz venidera,
mucho más grave que la guerra misma, sino nos encuentra
preparados para ella.


Bien venido sea pues, el regionalismo asturiano y a ver
si se hace algo por esta región bendita, que si ya fué una
vez cuna de nuestra Reconquista en Covadonga, pueda vol-
ver a serlo ahora en la cruzada que se ha de emprender
contra la carroña política que corroe nuestra vida nacional,
llevando por bandera el amor a la patria, el amor a Asturias
y"el odio a los oligarcas y los caciques.


Manos a la obra, y sin herir susceptibilidades ni apartarse
un ápice del buen camino, arranquemos lo malo que todavía
-existe en la política asturiana; confiemos nuestros intereses a
los que sepan, quieran y puedan defenderlos de verdad, con
plena conciencia de su deber y amor a la patria chica y arro-




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jemos de nuestros lares todo lo que huela a extraño e inútil
en nuestra región.


Poco puedo y poco valgo, pero esto poco que valgo y
puedo, lo pongo al servicio de mi patria y de mi Asturias con
todo el entusiasmo de que es capaz mi alma.


Doite pues, querido Carlos, mi más cordial enhorabuena,
la cual hago extensiva al Sr. Pumarifllo y aprovecho la oca-
sión de enviarte fraternal abrazo.


Luarca, 28 de Diciembre de 1917.


*


Sr. D. Carlos Salas.
Director de ET. CORREO DE ASTURIAS.


Mi distinguido amigo: No he de recatar mi extrañeza at
verme requerido a dar mi opinión en su encuesta sobre la
carta del Sr. Alas Pumariño al Sr. Botas. Al decir e mi opi-
nión» ya esta frase me ha sonado tan mal, que ni el ritual.
adjetivo «modesta» • me ha parecido bastante a quitarle sus
aires de pretenciosidad.


La revista Región que dirijo, por azar más que por otra
cosa, ha tenido la fortuna de agrupar a su alrededor a los
artistas asturianos, a los folkloristas, a los amigos del pasado
y a aquellos cuyo espíritu sigue la trayectoria del futuro: los
que enseñan a la juventud, los que investigan la realidad
económica, los amantes de la ciencia, etc. Sin duda porque
Región representa esto, he sido interrogado, pero debo
advertir que la opinión que luego doy no tiene esa signifi-
cación, que es solo mia— ¡no soy culpable de esa pretencio-
sidad!—, aunque, naturalmente, se encuentra penetrada de
ideas recogidas en mi fraternal convivencia con los colabo-
radores de Región.


En una Liga donde predominan los industriales, cada cual
debe exhibir, según es uso entre industriales, las acciones o


capital que representa; mi capital es nulo, pero he de ade-
lantar que, en cambio, vale mucho el de aquellos a quienes
me refería, que, por tanto, si esa Liga quiere ser de los inte-
reses asturianos, esos intereses espirituales deben estar repre-
sentados en ella por los mismos que los sienten.


Falto de esa cualidad personal que se llama «autoridad»,
cuanto diga ha de ser razonado largarmente.


El interés económico es uno de los mil intereses humanos,
y la riqueza una de las mil formas de la cultura; por eso es
absurdo rebajar el valor de interés económico hasta darle
tintes de egoista e inmoral, pero por eso mismo no debe
atribuírsele una importancia suprema y única, sino ponerle ni
más alto ni más bajo que otras formas del interés humano. Y
esto es porque cada hombre se mueve por un distinto afán
y cada uno hace su obra necesaria e imprescindible con ese
su afán.


Del mismo modo, cuando se habla de « realidad», suele
únicamente entenderse la «realidad económica», pero existen
otras muchas más facetas de la realidad. Hay incluso una
realidad sentimental tejida de deseos, recuerdos, esperanzas.
¿Es que acaso un deseo—más si es colectivo—, no es una
realidad? Cuantas veces no nos lo dejamos arrancar, lo cual
indica que es toda o casi toda nuestra realidad.


Como hay muchos hombres para los cuales el móvil de
su vida no es el interés económico (y es bueno que existan
para que la humanidad, diversidad y armonía de los hombres,
exista), hablar a esos hombres de intereses industriales o
comerciales, es como hablar a un sordo. A lo más darán su
aprobación, pero en todo cuanto se haga por ese camino
permanecerán abstenidos, al margen.


Ahora bien; si yo no entiendo mal, se trata de dar a la
intervención de Asturias, en la vida nacional, la máxima
eficacia, la máxima potencia, para lo cual se cree lo mejor
—como en todo regionalismo--substituir interes abstractos


José Luis Rico.




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y lejanos por intereses concretos y próximos en que las per-
sonas pongan juntamente más voluntad, más vigor y más
conocimiento—y por eso me parece insano un regionalismo
fundado solamente en la historia, porque se necesita mucha
sensibilidad de esa historia, que es distinta de la capaéidad
para recordarla—para movernos por amor a D. Pelayo. Pues
bien; se parte del supuesto verdadero de que el interés
económico es un interés, concreto, personal, pero se cae en
el error de creer que es el único.


Lo imprescindible para una acción concorde de los astu-
rianos, es despertar todos los intereses concretos posibles. Y
no solo despertarlos, sino acordarlos de modo que a cada uno
afluyan todos los otros, para que cada cual vea que no puede
desentenderse de los intereses de los demás sin que el suyo
peligre seriamente: que el interés económico sea, al tiempo,
el cultural, el sentimental y viceversa, que, en suma, todo sea.
solidario de todo, como acontece en los organismos.


Según mi manera de ver, ese organismo natural donde
todos esos intereses concretos están trabados existe ya; es la
región. La región se constituye 'por la analogía del modo de
la producción, de la forma de la propiedad, de las costum-
bres y maneras de vivir, de todo problema, que sentimos
con toda la plenitud y acaso de lo actual e inmediato. No hay
más que hacer que todo esto tan fuerte, tan hondo, penetre
en la política, pero sin desintegrarlo, sin separar Io industrial
del resto.


El Sr. Alas Pumariño ha dicho a un redactor de «El Car-
bayón» que el regionalismo que propugna es industrial—
aunque es de justicia decir que a menudo habla de un progreso
moral y de cuestiones de cultura—y francamente declara que
«no hay que hablar ya ahora de nuestro regionalismo senti-
mental y romático, que no puede trascender a 'la vida polí-
tica y es para vivirlo nosotros en la intimidad».


Al agregar al «regionalismo sentimental» el adjetivo de
romántico se agrega no se qué de vago y fantástico que jus-
tifica la expulsión.


Ahora bien; el «regionalismo sentimental» (sin romático)


es una realidad profunda, y todo amigo de realidades—como
es el político—sin ser un poeta, lo ha de tener en cuenta.


El «regionalismo sentimental) no es pasivo y quieto. Por
el contrario, es esencialmente dinámico, fuente de activida-
des y creaciones, de defensas y agresiones, que debe ser ex-
citado, a su vez, a una mayor vitalidad.


Se dirá que al lado de la prosperidad material florecerá to-
do lo demás. Ciertamente, pero ese florecimiento sería espon-
táneo, lento y que se trata de una organización, también eso
debe ser organizado. Yo creo que la Liga debe coger todas
-esas germinaciones naturales de cosas excelentes y organi-
zarlas en forma más intensa y pura, en suma, ser Conciencia
y voluntad de todo progreso. Eso siquiera, porque temo que
luego la Riqueza proteja a la' cultura tomándola como un sec-
tor de la Beneficencia y de la Misericordia. Digo, «eso qui-
quiera» y debiera decir: «eso quisiéramos muchos», ypor eso
(tiene importancia para quien se pone al frente de un movi-
miento.


El Sr. Alas Pumariño no se olvida de esto, pero lo afirma
con poca fuerza. Para eso, habrá muchos que como yo agra-
dezcan que el Sr. Posada en su contestación a la encuesta
siempre.que habla de problemas industriales añade


• inmedia-
tamente, y con la misma acentuación: «problemas culturales).


Todo cuanto va dicho no tiene intención crítica, sinó por
el contrario, de ampliación. De lo que al Sr. Alas Pumariño
nadie podrá quitar una tilde. El da la preferencia a lo indus-
trial; yo no se la quito, pero a mi me inquieta más que toda
otra cosa en la vida eso que en esta encuesta aparece tan
vagamente sentido que se le llama con los vagos nombres
«progreso moral» y «problema cultural» a darle la;misma cla-
ridad y concreción que a lo industrial va encaminada esta
contestación..


Mi objeto es, pues, procurar que ;esa Liga"no solo sea
-tácitamente aprobada, sinó que enciendael entusiasmo astu-
riano, para lo cual es necesario acoja, sintetice y organice
aquellas cosas, a las que cada uno damos nuestro amor,lnues-
tro entusiasmo—llama que sostiene y consume nuestra vida-




78


LIGA PRO ASTURIAS


que todos veamos asegurado por ella el porvenir de las ta-
reas y labores que nos son afectas y queridas porque son toda.
nuestra vida. •


K ^ *


Vamos a lo concreto.
La cosecha de este movimiento la recogerá en primer


lugar la industria asturiana; luego, por lentos e indirectos-
caminos, todos podremos segar nuestro pequeño haz, pero
tardíamente, sin entusiasmo porque nos viene a la mano sin
buscarlo nosotros ni la Liga. Si éste movimiento sólo ha de
dar beneficios directos a una sola clase no tiene justificación
y no podrá ser más que de esa clase y no público y general;
hay que hacer que esos beneficios pasen inmediatamente a
beneficios públicos; sólo así, con esa promesa, el pueblo-
asturiano puede ayudar a la Liga.


La industria, por el fuerte apoyo de Asturias, recibirá un,
aumento; lógico es que, por impuestos y empréstitos, derra-
me parte de esos beneficios por la región, dando medios de
vida a la Diputación, para que ésta pueda acometer una labor
como la de la Diputación de Barcelona, por ejemplo.


He aquí un programa:
Carreteras, teléfonos, tranvías, caja de crédito comunal


para préstamos a los Municipios que por falta de medios eco-
nómicos no pueden realizar obras de mejoramiento público,
escuela de agricultura con cursos ambulantes por villa y pue-
blo, escuela elemental del trabajo, reforma de la escuela de
Bellas Artes, mejoramiento de bibliotecas y museos existen-
tes, creación de bibliotecas populares en las villas, subven-
ciones a Ateneos y bibliotecas, pensiones para ampliación de
estudios en Madrid y en el extranjero, organización del turis-
mo, crédito a cooperativas agrícolas, reforma de la Benefi-
cencia provincial.


Más casos: Centro de estudios asturianos que haga el.
papel de Universidad regional, ya que la nacional ocupada en


LIGA PRO ASTURIAS


79


fabricar licenciados a toda prisa no atiende los problemas que
tiene a su lado. Este centro podría tener secciones de Folklo-
re, Historia, Biología, Química (el carbón y su derivado
ofrece ancho campo, y baste un ejemplo), Derecho y Admi-
nistración, Reformas sociales, Economía, etc., que, además,
suministrarían la materia prima para esa oficina que la Liga
establecería en Madrid.


El problema de la emigración asturiana—ha dicho la Re-
gión—no sólo es el de preparación del emigrante, sino tam-
biér, el de su solidaridad comercial con los otros emigrados y
con a industria y el comercio español, al menos de Asturias.
Otras naciones han hecho de la emigración espontánea una
emigración organizada, en la que los emigrantes son viajan-
tes de los productos de la patria, exploradores de mercado,
etcétera. Una escuela de preparación del emigrante y orga-
nismo• que fomentaran esa solidaridad, dilatarían los inte-
reses regionales más allá de nuestros límites geográficos.


Esto es un programa, una cosa a hacer, es decir, a pen-
sar, a modificar, a ir construyendo poco a poco, parcial si no .
totalmente. Puede ser un trozo de la bandera de la Liga,
seguramente el que lleva a sus filas más entusiastas volun-
tades, el que la justifique; de otro modo, será un movimiento
de la clase industrial que a la mayor parte de los asturianos
nos va a coger de muy lejos.


Muchos de los puntos de ese programa, ya están reali-
zados y otros proyectados. La mayor parte de las instituciones
citadas existen en la Diputación de Barcelona, que tiene para
ellos una consignación de cerca de millón y medio, soste-
niendo además con esa cantidad una multitud de Escuelas de
Artes y Oficios en todas las villas importantes, una magnífica
Escuela Industrial, Iaboratorios excelentes, incluso de Electri-
cidad y Mecánica, una Escuela de Ingenieros Industriales,
escuelas de primera enseñanza, de Náutica, de funcionarios
de Administración local, de Corte, etc. Pero de ésto ya ha-
blará Región con todo detalle.


Larga es la carta, pero era necesario, siquiera para dejar
ver nuestro amor a la realidad, a las cosas concretas, y no


-r




80 LIGA PRO ASTURIAS


quedar aludido cuando se hable—como El Noroeste ha ha-
blado—de jóvenes románticos, de gente de ixa..u1 y «montera
picona», sin duda porque gustamos de lo popular. Eso prue-
ba nuestro amor a la vida total de nuestro pueblo, sin some-
terla a mutilaciones y desintegraciones.


FERNANDO G. VELA.
Director de =Región*


UNA CA RTPr


Excmo. Sr. D. Nicanor de las Alas Pamariño.


Muy señor mío: Hace más de un año se reunieron varios
mili de personas en el escenario de Covadonga. La palabra
del tibuno jaimista D. Juan Vazquez de Mella, tuvo la virtud
de congregar aquella masa abigarrada de jaimistas, mauris-
tas, htrreristas y curiosos. Iba a hablarse de regionalismo.
Tratase de despertar sentimientos dormidos que se levan-
taranvibrantes ante la palabra taumatúrgica del elocuente
orador. El Sr. Mella cumplió lo prometido: habló o creyó
hablar le regionalismo. Allá sonaron las palabras; entre los
formidalies peñascos de Covadonga. Pero—dijimos enton-
ces—son palabras que quedarán allí. No vienen dentro de
ningún. corazón. Pasarán meses y años. Los Municipios
seguirin como seguían. El cacique triunfará como siempre.


El :r. Mella no estaba capacitado para hablar una sola
palabra de regionalismo asturiano; ello exige amor y conoci-
miento, ( aunque no dudamos de la sinceridad del primero,
teníamosforzosamente que dudar de la existencia del segun-
do Comcel Sr. Mella carecía del conocimiento de la región,
de la que 'entos años vivió ausente, como no podía aportar
datos preciaos, como carecía, en fin, de notas determinadas
para defencbr su tesis regionalista, se vio obligado a genera-
lizar, y efe:tivamente, nos habló no de regionalismo, ni
menos asturhno, sino de municipalismo, que es cosa harto
distinta, y er su peroración nos dijo de un nuevo sistema de
tributación, can representantes gremiales, de devolución de
deudas atrasadas y aún de mancomunidad de Municipios autó-
nomos. Nuestra esperanza iba borrándose lentamente, amar-




82 LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS


gamente, conforme oíamos las palabras del tribuno... ¡Aquel
regionalismo servía para todas las provincias; para Asturias
y para Cuenca; era más bien una teoría del municipalismo;
no implicaba en absoluto el estudio de la región!...


Efectivamente, el fruto obtenido fué digno de la teoría
sustentada. La Asamblea de Covadonga quedó forzosamente
convertida en un prólogo... En el prólogo de un libro que no
había de escribirse.


Pero ¿y cómo construir un regionalismo sin conocer lo
intereses de la región? El regionalismo tiene que ser—deci-
mos comentando al Sr. Mella—obra de conquista amoros Y
lenta. Sería necesario que el tribuno recorriera las aldea , de
la región, no solo hablando, sino oyendo. También los dmás
han de tener derecho al silencio del tribuno. Oyendo micho;
en la choza de los pastores, en la casería donde se tupen
los paisanos, en las fábricas donde se trabaja y prodtce, en
las urbes donde se consume; en los puertos donde se tans-
porta, y en los Ayuntamientos, y en las Asambleas gemia-
les, y en los Sindicatos, y en las reuniones popubres...;
quien no conozca todas esas múltiples aspiraciones, filien no
descienda a la investigación humilde, a la captaciór del dato
concreto, quien se contente con cabalgar en el Pegaso de su
fantasía sobre las paginas de la Historia, estará capacitado
para pronunciar discursos elocuentes; pero la imprecisión de
su palabra, la vaguedad de la noticia exacta, el desconoci-
miento, en fin, de los hechos, le restarán la autoridad nece-
saria para que sus discursos sean tomados en consiíeración.
¿Quién pretendería estudiar Historia en los discursos sobre
Historia de Castelar? No se salvan las ideas col laringe y
tropos, sino con su contenido, y el contenido y el topo están,
por lo general, en razón inversa.


Hoy, Sr. Pumariño, nos habla usted del regionalismo. Y
nos habla usted con sinceridad absoluta, porque cree usted en
él. Hay dos clases de regionalismo: el que estuda las fuentes
de riqueza de la región y trata de fomentarlas e ,ntensificarlas
para hacer una provincia rica y próspera que se baste a sí
misma, y otro regionalismo sentimental, romántico, que tiene


por objeto descubrir el pristino fondo del alma de la región,
con toda su virtud ancestral, con toda su sencillez primitiva.
El primero es un regionalismo primordialmente económico; el
segundo procura ante todo que el espíritu de la región no
pierda su continuidad histórica.


Pero volviendo a lo anterior, he de significar a V. lo im-
perioso de que en estos tiempos de agitación, una voz auto-
rizada se levantase para predicar un regionalismo viable, a
base del conocimiento profundo de la región, un regionalis-
mo que sea algo más que una bandera salvadora de un deter-
minado momento político. Si un tiempo toda la vida española
se concentró en Castilla, hoy la báscula ha invertido su punto
de gravedad. El centro, bien correcto, debe también morir
muy bien. Las regiones se levantan poderosas y aspiran a
erigirse con sustantividad propia. El viejo escenario del cen-
tralismo se derrumba inevitablemente. ¡Oh, que medicinal es
someter a prueba a todo aquel que aspire a instituirse como
valor positivo! En pleno siglo XX no cabe otra postura deco-
rosa que la meramente experimental.


El Centralismo no ha podido resistir la prueba; las regio-
nes se levantan pujantes y dictan leyes. Pues bien, ahora es
preciso que en cada provincia una de las personas más repre-
sentativas encauce la aspiración regional y la presente di-
ciendo a España:—Nosotros somos nosotros.


Y V., Sr. Pumariño, que ha vivido siempre al amparo de
toda queja justa, de toda aspiración razonada, de todo interés
en peligro; V. que conoce el fondo de la región, V. está ca-
pacitado para unificar los deseos generales y darlos a cono-
cer en las altas esferas. El regionalismo que predicó V. en su
maravillosa carta no es algo que nació muerto, tiene entra-
ñas vivas y todos debemos apresurarnos a henchirlas de
calor.


De V. suyo affmo. s. s.,


Oviedo, 12-917.


(De aEI Correo de Asturias.).


A. J. O.




Una idea del señor Pumariño


El distinguido director de El Correo de Asturias nos ha
dispensado el inmerecido honor de solicitar la opinión de El
Noroeste respecto de la idea vertida por el Senador asturiano
don Nicanor de las Alas Pumariño, de constituir en nuestra
región una Liga permanente de los intereses asturianos.
Nuestro juicio, expuesto ya con motivo precisamente de im-
portantes iniciativas regionales, conviene en un todo con el
propósito que el Sr. Pumariño somete a la consideración de
sus paisanos, estimando que el orden de ideas en que esa
proposición se desenvuelve revela un exacto concepto de la
realidad, pues es indiscutible que en un constante laborar por
el progresivo desenvolvimiento de la riqueza regional todos
los doctrinarismos políticos son compatibles y todos los inte-
reses provinciales cordialmente armonizables. Con una lige-
reza más bien de imaginación que de fuerza de pensamiento,
alguien ha creído ver, y así se ha esparcido frecuentemente,
una completa oposición entre el interés político y el econó-
mico, como si pudiera ser posible sin aquél la defensa, el im-
pulso y acrecentamiento de éste. Cataluña, a la que es pre-
ciso imitemos en muchas cosas, es un ejemplo bien inmediato
de los felices resultados a que conduce la compenetración de
los partidos políticos con las aspiraciones económicas de los
pueblos y lo que se robustece la personalidad de éstos cuan-
do se conjuncionan en un esfuerzo común todas sus sociales
energías.


En este sentido creemos orientada la idea del Sr. Puma-
riño. Sin embargo, el laborioso Senador por Oviedo tendrá
indiscutiblemente que vencer no pocas suspicacias c' indíge-
nas» sueltas al paso de sus interesantes proyectos. Muchos




86 LIGA PRO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS


87


supondrán a la Liga una organización con fines exclusiva-
mente políticos, y reduciendo la calificación, no faltará quien
la tilde de electorera. Otros la mirarán con ese recelo pueble-
rino, que ha envenenado a través del tiempo, resistiéndole
victoriosamente, el espíritu regional, constituyendo una de
las tantas viciosidades del medio ambiente que han entorpe-
cido toda gestión renovadora.


Y hasta el regionalismo teórico de Mella, que mira a las
nubes por no encontrar plano terrestre firme en que apoyar-
se, y el romántico de unos cuantos simpáticos soñadores que
escarban con poética fruición de nuestras viejas leyendas,
queriendo resucitar la Asturias de «la montera picona» y del
¡ixuxúl retumbando bajo las arcadas románticas de alguna
tradición en ruinas, se alzarán seguramente iracundos contra
la Liga del Sr. Pumariño, los unos por aferrarse a un dogma-
tismo ideológico que carece de razón necesaria en la época,
y los otros porque no conciben el regionalismo moderno sin
la sensación de lo pasado.


Pero el exdirector de Comercio estará muy acertado sor-
teando esas leves zarzas del camino para avanzar con reso-
lución hacia su objeto.


La defensa y desarrollo de los intereses asturianos impo-
nen la conveniencia de esa Liga, que ha de tener también la
virtud de asociar muchos elementos industriales y mercanti-
les que hoy se encierran en una neutralidad suicida a la vida
pública nacional.


Y a esos elementos es patriótico interesarlos en la res-
ponsabilidad colectiva que a todos toca en los destinos del
país, y particularmente en los de esta Asturias incomparable,
cuyas condiciones geográficas y la riqueza cuantiosa de su
subsuelo deben ser el mejor estímulo a nuestros entusiasmos,
convenciéndonos de que su porvenir depende del que demos
a su minería, a su gran industria, a sus puertos, a sus comu-
nicaciones ferroviarias.


Finalmente, la Liga debe corresponder a una total mani-
f estación de la actividad social asturiana desde el que pone a
contribución las luces de su inteligencia, hasta el que colabo-


ra anónimamente con sus brazos en la noble obra del pro
greso.


Es asi como llegaremos al ideal de la nueva Asturias, de
una Asturias engrandecida por el concurso de todos sus hijos,
de una Asturias cuya conformación espiritual vaya adquirien-
do por la influencia de la cultura, los hábitos de trabajo y los
sentimientos de justicia, aquellas modalidades creadas por los
valores contemporáneos.


(De El Noroeste).




OIRÍAS CARTfiS
Excmo. Sr. D. Nicanor de las Alas Pumariño.


Muy señor mio: Hay dos regionalismos, decíamos en
nuestra Carta primera, y mejor podríamos decir que hay dos
manifestaciones del regionalismo: el político económico y el
sentimental. El primero, decíamos, tiende a la construcción
de una región que se baste a sí misma. «El carácter--dice
Emerson—se me representa como un hombre que se basta
a sí mismo.». Crear un regionalismo vale tanto como dar fiso-
nomía peculiar, personalidad viva a una región, eso que usted
expresa en su carta al Sr. Botas, diciendo que es preciso
«DESTACAR el alma asturiana».


Efectivamente; la intensificación de la producción en esta
región inagotable, el fomento de una gran riqueza que perma-
nece oculta por falta de protección y aún de conocimiento,
la facilidad del transporte, todo ello contribuye a que la región
aumente su prosperidad y adquiera un fuerte relieve en el
concierto interprovincial. Pero no basta con el fomento de
este regionalismo que acabaría por difuminar su contorno. La
riqueza va siempre delante del cosmopolitismo, y es preciso
también procurar que la región no pierda su continuidad his-
tórica, aquello que a Ganivet, con evidente exageración no
exenta de gracejo, le hacía defender el velón, el brasero y
hasta la ignorancia de sus paisanos, los granadinos. Y puesto
que toda región debe ser una individualidad, lo menos que
debe hacerse es procurar que la conserve, al par que se la
hinche de potencialidad; enriquecerla sí, pero sin que suu
exhuberancia le borre la fisonomía.




90 LIGA PRO ASTURIAS


Es el caso de Cataluña. Esta región, de pujanza creciente,
hubo un tiempo en que pudo confundirse, no con otra región
española; pero sí con cualquier nación europea de las creado-
ras de riqueza. El dinero borraba los contornos peculiares del
antiguo pueblo catalán, y llegó un momento en que como
el Fausto de Marlowe hubo de preguntarse angustiada:
—&¿Quién me ha robado mi espíritu?' Y volvió por los
fueros de su tradición y creó su Mancomunidad, y La Veu, y
su Instituto de Estudios catales y sus Quaderns d' Estudi, y
resucitaba su foklore lírico y sus romances. Y al par que sus
fábricas se relacionaban con todos los mercados del mundo,
Prat de la Riva, /Venias, Carner, etc., de un lado, y Nicolau,
Minet La Mothe, Grignon, etc., por otro hundían con fuerza
su buril en la pequeña patria ancestral para asegurar su
relieve preciso e inconfundible.


Así también en las Vascongadas, preferentemente en Viz-
caya. Junto al calor de su actividad pujante, junto a la fiebre
de la industria y del comercio, el cuidado prolijo en la conser-
vación de su personalidad histórica, la tradición foral, perió-
dicos y revistas, su foklore, sus batzokis, sus juegos, sus


' danzas, su idioma, su pristino fondo, en fin, que vale para
ellos tanto, por lo menos, como su riqueza. Reduzcamos sus
ansias nacionalistas a las meramente regionalistas y tendre-
mos la provincia ideal dentro del regionalismo español.


He aquí, pues, el regionalismo romántico, el sentimental
convertido en defensa de la región. Y he aquí cómo en el
regionalismo nada hay desaprovechable. Por un lado, pro-
ducción y riqueza; toda cuanta se pueda, porque nunca será
demasiada, dadas las necesidades de la industria moderna.
Por otro, esos varios intereses desinteresados que se llaman
costumbrismo, tradiciones, cantos, romances, arte, en fin,
regional, que asegura una rica sensibilidad espiritual, base de
la civilización ante la cual el progreso, solamente, supone
bien poco.


Indudablemente, los asturianos, tienden poco al cosmopo-
litismo. Son luchadores; emigran porque son fuertes, se enri-
quecen con su trabajo; pero en posesión de su riqueza, en


LIGA PRO ASTURIAS
91


vez de buscar las grandes urbes extranjeras propicias a la vida
del lujo y de la disipación, prefieren retirarse a los modestos
lugares de su nacimiento y allí crear Escuelas, organizan
suscripciones caritativas, y no duelen escatimar su peculio
cuando se les busca para la organización de empresas más o
menos arriesgadas.


El arte regional lo sienten menos, acaso porque la vida
del negocio echó sobre su espíritu una capa de insensibilidad
que es preciso perforar a toda costa. Tienen la intuición del
regionalismo, pero del pegado al negocio y se hace preciso
despertarles a la vez el otro.


Y en esa Liga de intereses asturianos que usted acertada-
mente propone, debe haber algo también, Sr. Pumariño, para
esas nobilísimas aspiraciones de los espíritus que pidan para la.
región su continuidad histórica. Usted con su amor a la región
puede hacer mucho por la organización y reorganización de ins-
tituciones exclusivamente asturianas, Centros de estudios his-
tórico-regionales, Museos provinciales de todas clases, Escue-
la de Bellas Artes en todas sus manifestaciones, Escuelas para
emigrantes, Revistas regionales (como esa Región, tan hidal-
gamente venida al estadio de la prensa, y a la que es preciso
infundir vida a toda costa) teatro regional, etc., etc.


He ahí algo que no debe despreciarse: he ahí el corazón
de ese inmenso organismo llamado región al cual la palabra
de usted quiere infundir vida pletórica. Un organismo que.
quisiera trasladar su centro de gravedad a la cabeza o al'
estómago, un ser sin idealidad, digámoslo de una vez, sin
ese phatos que es el fermento y el acicate de toda conquista,
probablemente llevaría en su origen el estigma de su muerte.


Y usted que nos ha demostrado que, antes que nada, le
mueve una idealidad, la de que se «destaque el ALMA asturia-
na', usted, Sr. Pumariño, puede hacer mucho por ese cora-
zón regional ante el cual todo heroismo es explicable.


De usted suyo affemo. y s. s.
A.J.O.


Oviedo, Diciembre 1917.
(De *El Correo de Astutiesa.




LIGA PRO ASTURIAS


LIGA PRO ASTURIAS
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5r. Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Mi distinguido amigo: Con gran satisfacción contesto a
.su atenta carta en la que me honra solicitando mi opinión
acerca del proyecto de Liga Asturiana del Sr. Alas Pumariño,
comunicado en carta abierta al Sr. Botas.


Por mi modestia, soy el menos autorizado para dar una
-opinión de esta índole; pero creo que el asunto es claro y
como tal se impone a todos los espíritus abiertos a los nobles
y generosos ideales de engrandecer nuestra patria, empe-
zando, desde luego, por la querida patria chica.


Es Asturias una de las regiones más privilegiadas de
, España, abandonada en todo tiempo a su propio esfuerzo,
dispersos, sin cohesión sus elementos directores, sin plan
alguno exteriorizado para iniciar y conducir por buenos derro-
teros las mejoras que reclama imperiosamente, y, lo que es
aún peor, sin unidad de miras en sus hijos y en sus represen-
tantes en Cortes para estudiar sus necesidad y proponer a
los Poderes públicos los medios suficientes para satisfacerlas,
éxito que sólo puede lograrse por la acción común, inteligen-
te y entusiasta de sus hijos.


Para merecer este hermoso nombre, no debemos, no po-
demos olvidar que la guerra europea ha venido a demostrar
con todo linaje de pruebas, que en nuestro país es suficiente
su cultura que es la antorcha del hombre, su industria, su
agricultura y su comercio; y sería necio, y sería suicida, que
no recogiéramos estas enseñanzas, y sacáramos de ellas,
aunque tarde, el debido fruto, preparando un porvenir más
progresivo, en relación con otros países, y aún con ciertas
regiones del nuestro, en las que se advierte la santa emula-
ción a las cosas grandes, que nos vendrían a arrollar, si,
apáticos, continuáramos en nuestro estado de sopor, en vez
de unirnos y movernos para alcanzar días más venturosos.


El Sr. Alas Pumariño ha contraido el inmenso mérito de
dar la idea y brindar la ocasión.


A la idea nos debemos adherir con fervor todos los buenos_
asturianos, porque la sensatez y el egoísmo así nos lo exigen;
y no debemos desdeñar la ocasión, porque el momento histó-
rico nos lo pide a voces y sin aplazamientos.


Con esta ocasión se ofrece de usted afectísimo amigo que
estrecha su mano,


FRANCISCO FERNANDEZ.
Doctor en Medicina


Oviedo, Diciembre de 1917.


Sr. D. Carlos Salas.
Director de Er. CORREO DE ASTURIAS.


Muy señor mío: Recibo su circular y me complazco en-
significarle que, en todo aquello que pueda beneficiar o ser-
vir para la defensa de los intereses de Asturias, encontrará
usted mi leal apoyo, ya que por convicción y por cariño,
todo lo que con Asturias se relaciona, lo considero como
cosa personal y propia.


Quedo de usted con la mayor consideración como su más.
atento y s. s. q. e. s. m.,


EL C. DE REVILLAGIGEDO.
Diputado a Cortes por Gijón




Cartas de los Sres. Canella
y Alvarez (D. Melquiades)


Sr. D. Carlos Salas.
Director de EL CORREO DE ASTURIAS.


Mi querido amigo: Por abrumadores trabajos y por falta
de salud no pude escribirte hasta hoy, haciéndolo con gusto,
no a título (ni por asomos) de «ilustre personalidad»—pues
nunca tal luí, soy, ni menos seré—contesté gratamente a tu
bondadosa carta; si por mi propio título de asturiano amantí-
simo, como el que más, y también por mi condición de muy
antiguo periodista.


A la voz patriótica de los Sres. Alas Pumariño y Botas
han contestado ya personas muy calificadas de la provincia,
dispuestos todos ¿cómo no? a una labor unificadora para el
resurgimiento de Asturias; y asf leí con satisfacción íntima
las cartas que con tal motivo viene publicando El Correo de
Asturias de los Sres. Valdés, Armiñán, Muñiz, Pedregal (M.),
Posada (A.), Buylla (A.. P. y J.), Manzano, Canseco, La-
dreda (F. y J.), Vela, Fernández (F. e I.), San Miguel (C.),
Revillagigedo, Coronas, J. A. y O., y A. J. y O., F. V., la
inteligente y animosa Luisa Castellanos, etc., etc.


Parece que todos están animados para trabajar en una
«Liga», «Asociación», «Unión», «Centro», etc., (el nombre
importa poco) para velar por los intereses morales y mate-
riales de la provincia o región, dando cuerpo e insistencia a
las reclamaciones de nuestra amada tierra, preterida y olvi-
dada frecuentemente (después de las usuales timbradas cartas,
.con promesas de Ministros, Directores y altos funcionarios de




LIGA PRO ASTURIAS


los departamentos ministeriales) y para laborar al lado y por
los organismos provinciales, públicos y particulares.


No cabe discutir la necesidad e importancia de la indicada
Institución permanente, firme, enérgica y activa donde con-
gregadas todas las fuerzas vitales de nuestro floreciente país,
se gestione un día y otro, siempre, en unión de los Represen-
tantes en el Parlamento, por el progreso y engrandecimiento
asturianos, procurando la resolución de sus aspiraciones justí-
simas, traducidas en efectivas y favorables leyes o disposi-
ciones inmediatas, ya que por fortuna naturaleza y trabajo
prodigaron en nuestra provincia los elementos principales
necesarios a la nación, así para su defensa como para su inde-
pendencia económica.


No es necesario buscar ejemplos en el extranjero, porque
dentro de casa instituciones de producción, cambio y cultura
de Cataluña, Galicia, Vizcaya, etc., vienen trabajando con.
tesón a los propósitos dichos. Nosotros, los asturianos, lo.
necesitamos más por las divisiones, recelos y apartamientos
en que vivimos; si bien es verdad que pasa lo mismo en otras
provincias, en Vizcaya, por ejemplo, como recientemente ha.
dicho su ilustre periodista Sánchez Mazas, que puede apli-
carse a Asturias con variación de algunas palabras. «Lo que
se da en Bilbao precisamente y contra la voluntad de muchos,.
dice, es la división de cada partido, la división del bizcaita-
rrismo, la del españolismo, la de la derecha, la de la izquierda,.
la de los de arriba, la de los de abajo, y aún de la casa y
familia bilbaínas».


Hay, pues, que ahogar tanta división.
Como tiene organizada esta campaña, que debe ser exa-


minada muy atentamente y con 'patriótica prevención, hasta.
cierto punto, la gente animosa de Cataluña.


Hace años gestionaba con vigor la Sociedad Económica.
Asturiana, pero de casi ayer fresca está la memoria de institu-
ciones asturianas como la «Liga de Contribuciones», «Asam-
bleas de Productores», Delegación de la «Unión Nacional»,
«Cámaras de A. I. y C.,>, desapareciendo en mal hora las
primeras. No hace dos años el malogrado e inolvidable Presi-


LIGA PRO ASTURIAS 97


dente de nuestra Diputación Sr. Serrallo (q. e. p. d.) acome-
tió otra institución para el progreso de Oviedo y Asturias,
enseguida desaparecida ó dormida.


No conviene, pues, cruzarse de brazos otra vez más en
una acción colectiva y persistente, con exclusión absoluta de
toda pretensión política partidista, á fin de desenvolver, sin
otras miras, un programa realista y progresivo con la base
firme de un concierto de voluntades locales aquí y en Madrid,
constituyendo bloques provinciales, municipal y parlamen-
tario, sin olvido ni preterición de ninguna persona.


Porque unidos con verdadero amor asturiano, con sentido
práctico—dejando a un lado contiendas político-electorales
para su campo propio y distinto—no serán tan difíciles o
imposibles corno hasta ahora los problemas pendientes de la
provincia, no todos de un golpe, pues no sería hacedero ni
atinado, sino seleccionándolos dentro de un orden y prefe-
rencia debidos.


La Liga o Centro que se forme debe estar en relación
continua con las Cámaras económicas provinciales; con los
Alcaldes que, á su vez, deben ser eco imparcial de los Ayun-
tamientos, muy por encima de los caciques y subcaciques;
con la Diputación provincial, que ha respondido siempre a su
honrosa historia, prosiguiendo la de la Junta general; con los
14 diputados a Cortes y más que lo hayan sido; con los seis


senadores electivos y los nueve vitalicios, etc.
La Liga o Congregación asturiana que se constituya, fun-


cionando en Asturias y en Madrid, tiene ya sobre el tapete
asuntos que están en los labios de todos: los ferrocarriles de
la Costa o del desheredado Occidente, iniciados en 1881 por
Olavarrieta y después por la Asamblea presidida por Villamil
y Llanes en 1904; la prolongación del Vasco desde Aller
hasta León, que ahora vuelve a agitarse con imperiosa nece-
sidad, después de las esperanzas de 1907; el ideado desde
Ponferrada a San Esteban; el de las Cinco Villas, gestionado
incesantemente por Rato I-lévia; la resurrección del de San
Martín-Lieres a Gijón-Musel; y ya que de comunicaciones se
trata, no son para olvidar necesarias carreteras y caminos




98
LIGA PRO ASTURIAS


. LIGA PRO ASTURIAS


99


vecinales, la red de tranvías, tan bien pensada y organizada
por Buylla 'Alegre (P.); la electrización de Pajares, etc.


Y, por el estilo, pudieran indicarse varios puertos a me-
dio hacer y otros en proyecto, y las necesidades ahora ur-
gentísimas en el grandioso del Musel.






-los jaloPara la explotación carbonífera, la orientación y J
nes están en numerosos trabajos desde Gascue al inolvidable
Adato, cuyo programa debe llevarse a la práctica; y habría
de ser esta carta interminable si se hablase de la industria


que además sería redundante, cuando acaba de
asturiana, y qpublicarse la notable Exposición de los Sres. Suárez Inc n
y Sela, dirigida a la Comisión Protectora de la Producción
nacional. necesidades de laEn otro orden de varias cuestiones y
provincia, uno y otro día se espera solución otras onstruc-
ción de Casas de Correos y Telégrafos y de
públicas (cómo lo van alcanzando otras capitales y provin-
cias?); el aumento de consignación a las Fábricas Nacionales
de Armas de Oviedo y Trubia, de interés primordial español,


sobre la gran base provincial de nuestros artilleros y de
maestros y obreros, las subastas para construccióne


e edvía
cios docentes, como el Instituto ovetense (pendient


el gran avance de 1911-1912, detenido en un eterno y
proceloso expediente, donde tanto trabajamos todos para su:
ultimación y aún esperando las últimas aprobaciones del
Consejo de Estado y del de Ministros); la de una Escuela
ovetense de Artes e Industrias, cuya necesidad no puede ser
mayor, cuando el edificio actual es reducidísimo y carece de
talleres y museos; del Instituto Náutico de Gijón, que ya no,
puede demorarse más después de la reforma de 1913, la sub-b-
vención para distintas Escuelas primarias nacionales y
ganización de las preparatorias de Emigración para contener
y salvar de ruina y muerte a nuestros numerosos emigrantes.


Y estando tan próxima la celebración solemnísima del XII
Centenario de Covadonga


zno debe atender el Gobierno a
esta provincia, cuna de la restauración española?ho más, que


En resumen: todo cuanto va enunciado y


seguramente alentará el Sr. Alas Pumariño con cuantos se
congreguen en la independiente y amplia Liga proyectada,
podrá ser con una organización de altas miras, el resurgir de
Asturias, por la que se desvelaron nuestros antecesores glo-
riosos, a partir de Campomanes y jovellanos, siguiendo por
Caveda y Pidal y por otros muchos que, sin ser asturianos,
merecen gratitud y nombre perdurables, como Schulz, Elorza,
Adaro, Duro, Guilhou, etc., etc.


Seguramente que la mencionada Liga o Institución que se
constituya tendrá, como debe tener, aceptación general; en
ella confundiré la mía insignificante, siguiendo laborando a la
manera corno lo hice toda mi vida, aunque fatigadísimo, ya
seguramente no por muchos años.


Como esta carta ha degenerado en «lata» respecto a los
dichos propósitos, que deben concretarse bien, franca y
lealmente, no entro a tratar otros ternas de íntima relación
con los indicados, y porque además ya manifesté mi opinion
modestísima en mi reciente folleto «Representación asturiana
administrativa y política desde 1808 a 1915 en la Diputación
provincial de Oviedo, Congreso de los Diputados, Senado y
otras instituciones».


En su extensa introducción expongo mi humilde parecer y
aduzco hechos sobre cuestiones viejas, como las dichas, que
reaparecen ahora; y así de otras nuevas y palpitantes, que con-
sidero con toda independencia e imparcialidad, como la since-
ridad y legalidad electorales (no logradas ¡qué triste es decirlo!
desde 1810); el caciquismo condenable; la corrupción general
(pocas veces el mundo fué mejor); el regionalismo (que tanto
debe meditar antes de ensayarlo, siempre por bajo de la intan-
gible unidad nacional y de la debida intervención del Poder
central); nuestra angustiosa situación desde la horrible guerra
mundial, nunca vista en la Historia; la necesidad de un pro-
grama asturiano verdad para lo porvenir, considerando en él
las consecuencias de crisis y turbulencias en América, que
tanto vienen perjudicando a la provincia; programa a cumplir
y que no sea uno más de los innumerables que por unos y
otros partidos o grupos se han ofrecido a España y a sus
provincias.


4




100 LIGA PRO ASTURIAS


A estas páginas me remito; y ofreciéndote con temor
tantas cuartillas epistolares para que se publiquen o n6, según
disponga esa Redacción que dignamente diriges.


El repetirte mi consideración y afecto es satisfacción
sincera para este tu viejo cordial amigo y compañero.


FERMIN CANELLA SECADES.
Senador del Reino.


Oviedo, Enero de 1918.


Sr. Director de EL CORREO DE ASTURIAS,


Muy distinguido señor mío y amigo: No palabras, sino
con actos, he patentizado siempre la fervorosa devoción que,
me inspiran los intereses de Asturias.


Cuanto pueda por consiguiente redundar en beneficio de
la patria chica y sea estímulo de la riqueza y enaltecimiento de'
su personalidad como región, tendrá desde luego mi concurso
más entusiasta y sincero, un concurso nacido del amor a sus
gloriosas tradiciones y de la fe con que vislumbro su porvenir.


Creo muy sinceramente que Asturias será dentro de poco
por su trabajo y por sus ideas el centro de la actividad indus-
trial de España y el baluarte más firme de la democracia y de
la libertad.


Por eso acojo con aplauso la feliz iniciativa del señor
Pumariño.


Es todo lo que de momento puede decirle su afectísimo
seguro servidor q. e. s. m.


MELQUIADES ALVAREZ.


Oviedo, Enero 1918.


Palabras del Marqués de Lema


«Ningún regionalismo comparable a la organizada y per-
sistente defensa de los intereses y propulsión de la riqueza
de una provincia, que en el cultivo y progreso de lo que Dios
le ha concedido y el trabajo de sus naturales ha creado, tiene
sobradamente para asentar en esta moderna edad su perso-
nalidad, como sus heróicos hechos en la Reconquista y sus
iniciativas en la defensa del territorio patrio en esa otra re-
conquista que señala el principio del siglo XIX se la otorga-
ron en el comienzo y término de las dos edades anteriores.


Ella nunca creyó que en la patria mayor que iba formando
la historia se hubiese perdido el sello de su participación en
la obra común, y a la gran monarquía española prestó el con-
curso de tantos y tan esclarecidos hombres, sin entender nun-
ca que la avasallaba Castilla, ni región alguna. Esta inter-
vención en la vida española de las grandes figuras nacidas en
suelo asturiano, así como esa magnífica expansión del traba-
jo de sus hijos en América, son, a mi juicio, signos indele-
bles de lo que puede realizar la verdadera capacidad que sabe
desenvolverse con vigorosa flexibilidad en tierras y tiempos
distintos, sin soñar en regresiones disparatadas que repug-
nan, no solo al patriotismo, sino a la clara y lucida inteligen-
cia de un pueblo que comprende, como en los círculos mayo-
res creados por la Historia,. es insensato pretender volver a
formaciones políticas que tuvieron su momento y desapare-
cieron, y en la ancha esfera de la nacionalidad sabe y quiere
hacerse valer.


Y ningún medio más eficaz para este fin que el desarrollo
de sus privilegiados recursos y ninguna misión para los re-
presentantes asturianos, comparable a la de cooperar a esa




102 LIGA PRO ASTURIAS,


labor. Las circunstancias actuales han demostrado ante el
país, en general, lo que ya sabíamos nosotros: la necesidad
de desenvolver la gran producción carbonífera del país, de
suerte que cesase la tributación al extranjero en este ramo
vital, y de aumentar los medios de transporte. Con que en
este orden de esfuerzos llegara la representación asturiana a
lo que racionalmente demandan las necesidades de España,
habría logrado bastante para merecer la confianza que la pro-
vincia le viene otorgando; pero en Asturias hay además otras
riquezas bajo el suelo y sobre él magnífica producción indus-
trial, en gran parte relacionada con la defensa nacional, y
una agricultura y ganadería dignas de todo cuidado y protec-
ción. En ayudar y favorecer toda esta riqueza, hay segura-
mente labor más honda y transcendental para Asturias que
en soñar; en resucitar artificiales regionalismos, cuyos ele-
mentos se incorporaron tiempo ha a las capas sucesivas de
esa gran formación geológica moral de la nacionalidad es-
pañola.


Y para esta obra haríamos bien en olvidar pequeñeces de
luchas políticas y en laborar todos acordes desde nuestros
campos distintos por el adelanto de la provincia querida. En
tal sentido, me adhiero gustoso a la propaganda del Sr. Alas
Pumariño, aún más de lo que en política y amistad le estoy
unido».


MARQUES DE LEMA.
Ex-ministro de. Estado.


S ÍNT O M AS
Cada vez son más intensas las señales de que en Asturias


despierta la conciencia regional, aprestándose a hacerse clara
voluntad y decisión. En los fenómenos más insignificantes de
la vida actual de Asturias, puede observarse, aunque sea en
tamaño microscópico, gérmenes de una nueva manera de lu-
char y de defenderse, y allí también—tal como en los orga-
nismos—la batalla entre lo sano y lo nocivo, entre las nuevas
ideas y los viejos prejuicios.


Hoy estamos en una época de peligro; vemos que a una
vida artificiosa va a seguirse—pronto según nuestro opti-
mismo —una vida real y vemos que es preciso que las ideas
propias y queridas, los sentimientos y los intereses verdaderos
se dibujen con todo su relieve entre el torbellino de cosas que
están en lucha para que no sean olvidados ni preteridos.
Quien ahora se descuide y no vaya a la batalla con su máximo
poder y fuerza, será aniquilado o disminuido, porque en las
luchas de realidades el poder, la fuerza, es también una
realidad.


Pues bien, en estos días en que es preciso desplegar. toda
la fuerza, se multiplican los actos, las ideas que no tienen
otro objeto que dar a los intereses de Asturias y a la concien-
-cia regional la mayor eficacia. Tal es, por ejemplo, la (Liga»
que el senador don Nicanor de las Alas Pumariño, propone
se forme.


Recuerda el Sr. Pumariño una frase de Gambetta que
subrayaba, de qué manera los mejores políticos franceses
.sabían buscado unir la política general del Estado a la con-




104 LIGA PRO' ASTURIAS


ducta de los negocios y de las industrias nacionales. Esto que
Gambetta decía para Francia puede decirse para todas las
grandes naciones: Inglaterra, Alemania, los Estados Unidos.


Por lo tanto, los hombres de negocios, de la industria y
del comercio y la clase obrera de Asturias forman una reali-
dad que debe intervenir en la política, imponiendo las ideas
y los proyectos que aseguren el estado presente y abran
grandes horizontes para el porvenir.


Mucha parte de las posibilidades que Asturias tiene serán
estériles sin una obra de Gobierno que las prepare y ayude;
para lograrla debe «actuarse resueltamente, enérgicamente,
por medio de una verdadera y perseverante expresión colec-
tiva, para que todo ser realice y no se deje a los Gobiernos
entretener el tiempo, discurriendo travesuras de zancadilla
para jugar a las jefaturas.


No quiere el Sr. Pumariño que los políticos sigan, cada
uno por sí, consiguiendo mejoras para aquí o para allá; así
dice: «yo sé bien lo que puedan realizar catorce diputados y
seis senadores, inteligentes y decididos, identificados con el
sentir de Asturias y alentados por un ideal de amor asturiano;
mas debo advertir que lo primero es destacar esa alma astu-
riana, y para ello iniciar un fuerte movimiento de opinión,
organizar las energías dispersas, constituir una unión vigorosa
y entusiasta, formar una verdadera liga de los intereses astu-
rianos que deberá actuar con carácter permanente».


La actual manera de procurar beneficios para Asturias no
satisface al señor Pumariño; se trata, en efecto, de peticiones
al Estado y de íntimas ventajas obtenidas aisladas, que no
tienen conexión con otras peticiones y otros intereses, que
acaso los perjudiquen. La cuestión es llevar y pedir a la polí-
tica la fuerza íntegra y el beneficio total de la región que toda
petición, proyecto o proposición al Estado, así como toda
lucha o campaña, sea un acuerdo regional, que nuestros dipu-
tados tengan detrás la opinión entera de Asturias y la fuerza
que dan las realidades económicas, comercio, industria, prole-
tariado, etcétera.


La labor es pesada, el conseguir el acuerdo largo y difícil,


LIGA PRO ASTURIAS •
105


el dar demasiada importancia a lo puramente económico quizá
peligroso, pero queda ya, como semilla, la idea en el aire.


*<*:


Escritas las anteriores líneas leemos en El Correo de As-
turias una entrevista de uno de sus redactores con D. Nicanor
de las Alas Pumariño.


Insiste el Sr. Pumariño en los puntos de vista de su carta
y extiende la acción de la Liga a la enseñanza, a las escuelas
profesionales, a la vida obrera... Perfectamente; así nos va
gustando ya más, y más nos place aún las siguientes palabras
del Sr. Pumariño que nosotros suscribiríamos así como están:


«Amamos las tradiciones asturianas; no pocas veces gus-
taremos de ellas y a ellas acudiremos para cobrar aliento;
queremos conservarlas como reliquias venerandas, pero no
propugnamos un regionalismo puramente tradicional, que
sería meramente externo, incapaz para contener el espíritu
de este siglo, sin medios para abordar los hondos problemas
de la compleja vida social de estos tiempos. Respetamos de-
masiado la propia tradición que nos formó, para caer en la
irreverencia absurda de borrar su obra—que fué una sucesión
contínua—y liquidar el presente renunciando al porvenir, si
pretendiéramos convertir la vida a siglos atrás, aprisionándola
en aquellas estrechas costumbres que serían inadecuadas y
sometiéndola a pragmáticas y ordenanzas que serian insufi-
cientes e impropias».


qEs regionalista el movimiento por mí iniciado? Si lo es,
nuestro regionalismo será de acción positiva; tomará de las
tradiciones asturianas cuanto sea energía y fuerza utilizable
para la obra presente, y cuanto sea amor que enfervorice el
alma, moviéndola a continuar el esfuerzo de nuestros antepa-
sados, cuidando de conservar nuestro temperamento y la pro-
pia fisonomía espiritual; pero hemos de trabajar sobre la
substancia viviente y mirando al porvenir bien convencidos de
que es nuestro deber escribir con pulso firme una página de
la historia del progreso de Asturias».


(De la revista <:Rogiór »).
F. V.




i_0S INTERESES DE RSTURIAS


La necesidad de formar una Liga en esta provincia, dedi-
cada única y exclusivamente a defender y fomentar la rique-
za material de la región, fué unánimemente reconocida, como
se pudo apreciar por las contestaciones que dieron los aman-
tes de Asturias a la carta del Director de El Correo de Astu-
rias haciendo referencia a los propósitos del Sr. Alas Pu-
-mariño.


Esta coincidencia de criterio, con el sustentado por el ex-
Comisario Regio de Pósitos en su muy atinada y razonada
epístola al Presidente de la Cámara de Comercio, D. Juan
Botas, hace concebir halagadoras esperanzas para el porve-
nir de la provincia.


Por las manifestaciones que en sus escritos consignaron
casi todas las personalidades asturianas, se aprecia claramen-
te el anhelo de coadyuvar noble y generosamente a la idea
de consagrar talento y energías en pró de los intereses de
Asturias.


En varias de las opiniones hechas públicas, se expusie-
ron iniciativas además respecto a la conveniencia de crear
organismos que completasen, de manera eficaz, la labor de
la Liga.


Entre esas proposiciones, recordamos una que a nuestro
juicio merece especial examen, pues su nacimiento traería
como consecuencia el engrandecimiento rápido y seguro de
la región. Nos referimos a la creación de una oficina o Cen-
tro regional, donde se cuidase de llevar minuciosa estadística
del movimiento comercial e industrial de Asturias y que estu-
diara Lodos aquellos proyectos de Ley que afectasen a los in-
-tereses materiales de nuestra provincia.




108 LIGA PRO ASTURIAS


Con la creación de dicho Centro se conseguiría, además,.
que los representantes en Cortes pudieran informarse y do-
cumentarse perfectamente, con lo que su trabajo tendría por
fuerza que resultar más sólido y eficaz.


Para alcanzar los beneficios que de la Liga y del Centro
deben esperarse, sólo se precisa que, como apuntó muy bien.
el Sr. Alas Pumariño, se posponga la política menuda y esté-
ril para atender exclusivamente cuanto atañe a los intereses
de Asturias.


En la Liga formarán representaciones de la Industria y
del Comercio y actuará dicha agrupación hasta como fiscal y
juez respecto a quienes traten de desvirtuar los fines para que
se constituye tan beneficiosa Junta.


Así es indispensable que actúe la Liga, y esta es la idea.
del Sr. Alas Pumariño. Dentro de la Liga no habrá más que
«ligueros» afanosos de procurar el mayor bienestar a su.
región..


En cuanto a los múltiples detalles de organización y tra-
bajo, pronto serán expuestos, toda vez que el Sr. Alas Pu-
mariño dará dentro de muy breves días una conferencia, ex-
plicando con minuciosidad el proyecto.


Nuestro distinguido paisano hablará no solo en la capital,
sin() que irá además a varios puntos de la provincia que le re-
quirieron a explanar su pensamiento en todo lo concerniente
a la Liga.


Después de las conferencias del Sr. Pumariño, celebraráse
la Asamblea y allí quedará fijado el cuestionario definitivo,
pasando el ex-Comisario Regio de Pósitos a ser un simple,
pero entusiasta defensor del interés asturiano.


(De aEl Carbayón..


CRUZPIDPI PTRIOTICft


Con motivo de una carta del Senador D. Nicanor de las
Alas Pumariño al Presidente de la Cámara de Comercio de
Oviedo, D. Juan Botas Roldán, sobre la conveniencia de
unirse todos los asturianos, con exclusión de toda mira políti-
ca, para atender principalmente a las supremas necesidades
de Asturias se ha iniciado en la prensa una activa y nobilísi-
ma campaña para que la idea propuesta por el distinguido
político conservador arraigue en los corazones de los verda-
deros amantes de nuestra tierra y se lleve a la práctica con
todas las garantías de un franco y definitivo éxito.


El Sr. Alas Pumariño, en la carta a que hacemos referen-
cia, se expresaba en tonos sinceros y elevados y se dirigía a
todas las entidades y personalidades de la provincia para que
reflexionaran cuidadosamente acerca de su iniciativa y se pu-
sieran todas de acuerdo para que en los momentos actuales,
en que tan necesario es aprovecharse de las grandes rique-
zas que atesora nuestro subsuelo y de las admirables condi-
ciones con que la Naturaleza dotó a este privilegiado rincón
de Espala, los esfuerzos y las energías de cuantos tienen
bajo su dirección la marcha social y económica del mismo
acierten a sacar todo el partido posible de las especiales y fa-
vorabilísinas circunstancias en que nos ha colocado la gue-
rra europea.


A las )portunas y previsoras excitaciones del exdirector
general de Comercio, correspondió el -popular Presidente de
la Ciimara ovetense con una carta no menos inspirada en el
bienestar de Asturias y en la conveniencia notoria de que
todos los Elementos valiosos de la región se unan y compe-




110 LIGA PRO ASTURIAS


netren para laborar de común acuerdo por la renovación de
nuestros hábitos de trabajo y por el más eficaz aprovecha-
miento de nuestras naturales fuentes de riqueza, mediante una
cruzada que obligue a los Poderes públicos a fijarse con po-
sitivo interés en las necesidades asturianas y a dar satisfac-
ción cumplida a los anhelos de mejora que sienten nuestras
clases productoras.


El Correo de Asturias, diario ovetense, aprovechando la
oportunidad que le brindaba la iniciativa del Sr. Pumariño, :se
dirigió a las más salientes personalidades de la provincia so-
licitando su, parecer sobre la proposición del citado Senador
del Reino, y a la invitación del colega contestaron ya algu-
nas, mostrándose de absoluta conformidad con el propósito
de emprender una activa campaña en beneficio de los legíti-
mos intereses asturianos, habiendo quien, como el Diputada
a Cortes por Avilés, D. José Manuel Pedregal, se declara
partidario de la creación de un organismo integrado ror las
personas de más valer y significación que prescindiendo de
las bajas pasiones políticas y de toda clase de consideracio-
nes subalternas, se haga solidario de las genuinas aspiracio-
nes de los que representan riqueza 'y trabajo y tienda con sus
desvelos e iniciativas a conseguir incorporar a la realidad
aquellos proyectos preconizados como esenciales para el re-
surgimiento de la región en todos los órdenes del progreso y
de la vida.


La opinión sigue con vivo interés todas las alternativas
de la patriótica campaña, y aunque decepcionada per el fra-
caso que han tenido otros empeños análogos, confía que en
la presente ocasión el amor a Asturias se imponga en el co-
razón de todos los buenos hijos de esta tierra y sobre los es-
tímulos del amor propio o de la particular conveniencia pre-
valezcan los anhelos redentores de una política arrplia, ele-
vada y sincera.


;I= g: 'r•
a


Escrito lo anterior, llega a nuestras manos una carta del.
Director de El Correo de Asturias, nuestro distinguido com-


LIGA PRO ASTURIAS
111


pañero D. Carlos Salas, en la que se nos invita' a dar nues-
ra opinión sobre la iniciativa del Sr. Alas Pumariño. Y vamos
a complacer con el mayor gusto al amable colega, manifes-
tindo que no sólo nos hallamos absolutamente de acuerdo
can lo propuesto por el mencionado Senador, sino que esti-
flamas de toda urgencia la creación de esa Liga, Sindicato
dh iniciativas, Junta de Defensa de Asturias o como se la
gtiera llamar al organismo que se trata de establecer y el
cud deberá contar con delegaciones en los principales pue-
ble; de la provincia, si se quiere que su labor sea realmente
feclnda.


la misión de ese organismo, en el cual han de hallarse re-
presentadas todas las tendencias políticas y sociales del Prin-
cipae, así como también todos los elementos de trabajo y
riquea, habrá de consistir esencialmente en recoger cuantas
aspiraciones e iniciativas surjan en beneficio de los intereses
genenles de Asturias, protegerlas y alentarlas con inteligen-
cia y .ntusiasmo y procurar por todos los medios razonables
que elpoder central las estudie y las atienda con sincero pro-
pósito:ie llevarlas a cabo, si de su resolución dependen, o de
facilitales el camino cuando en su realización hayan de inter-
venir stros elementos. Los Diputados y Senadores han de
ser los que lleven la voz de ese organismo en las Cortes y
ante Gobierno, y en todo aquello que se refiera al progre-
so de sturias y se encamine a abrir nuevos cauces a nues-
tras funtes de riqueza, deberán ir completamente unidos,
hacieno abstracción de sus diferencias doctrinales y sacrifi-
cando e aras del bienestar colectivo, todo lo que sea perso-
nal y sualterno.


Por aber perseguido finalidades radicalmente contrarias
y encauar nuestras energías por derroteros bien opuestos,
la guerr europea nos ha sorprendido lamentablemente des-
prevenids, sin vías de comunicación, sin elementos para
intensifier de manera adecuada a las necesidades nacionales
la produción de las minas, sin medios de transporte que evi-
tara el grvísimo peligro de los puertos congestionados y las
boca-mina repletas, sin personal idóneo y sin obreros debi-




LIGA PRO ASTURIAS 113


damente preparados para hacer frente con éxito a las crecien-
tes solicitudes de la competencia industrial, sin nada de aque
llo, a lo menos en la medida precisa, que es indispensable el
la economía de los pueblos si éstos han de corresponder a es'
ideal superior de bienestar, capacidad y progreso que es la
fuerza propulsora de las sociedades predestinadas a triunfar
en las luchas por la existencia.


Todo ha tenido que improvisarse y simultanearse, y cono
la improvisación, si ha de ser eficaz, requiere también aptiu-
des y conocimientos de que carecemos, de aquí que todo los
haya salido incompleto y defectuoso, y de que el desblra-
juste, la desorganización, sea la nota predominante en Velos
los servicios y la causa originaria de los males que nosago-
bian—de su agudización cuando menos—en estos momntos
críticos de la vida del mundo.


Pero Asturias es un pueblo de enormes recursos y deindo-
mables energías, y si sabe aprovecharse de la dura lcción
recibida, cuya responsabilidad a todos alcanza, aún )uede
rescatar mucho de lo perdido y colocarse en terreno firme
para ir con paso seguro a la conquista de un povenir glirioso.
La formación de esa Liga que propone el Sr. Alas Ptznariño
puede ser y deberá ser el principio de nuestra regeneación..
A ella habrá que ir necesariamente, sin pérdida de ;lempo;
pero con elevación de miras, con sinceridad, con desinterés,
con patriotismo, con el corazón y el entendimientos.pestos
en la grandeza de Asturias. El ferrocarril de la cota, los
tranvías eléctricos, la línea de Figaredo a León, la .lectri-
ficación del Pajares, la mejora de los puertos, el aumnto de
la producción minera, la explotación del turismo... éstos y
otros problemas que constituyen la preocupación p'.ferente
de los buenos hijos de esta tierra, están reelamando;a crea-
ción de un organismo de tendencias amplias y desiniresadas
que los tome bajo su protección y se encargue deincorpo-
rarlos a la realidad asturiana.


Si ésto es lo que se propone el Sr. Alas Pumario con su
afortunada iniciativa, merecerá el aplauso y la gatitud de
cuantos laboran por el desarrollo de esta provincia y desde


\luego puede contar con nuestro humilde pero entusiasta con-
curso. Después de todo, no viene a ser otra cosa el progra-
na de El Progreso de Asturias y a conseguir finalidad tan
atriótica tienden los esfuerzos y las iniciativas de cuantos
os agrupamos bajo su bandera.


JULIÁN ORBÓN
(De <E1 Progreso de Asturias)


112 LIGA PRO ASTURIAS




DE LO QUE SE TRRTPI


Para las personas de buenas entendederas y para todas
las gentes de buena fe, ya ha dicho bastante el Sr. Alas Pu-
mariño respecto de las características del movimiento por él
iniciado.


Y de la absoluta necesidad y de la manifiesta convenien-
cia de que sea ejecutado su pensamiento, ya dijeron no poco
las ilustres personas cuyas opiniones se han publicado.


Se trata sencillamente de constituir una «Liga», que será
un órgano vigoroso de opinión y de acción en defensa de los
derechos, de los intereses y de los ideales de Asturias, en
orden a la vida nacional; se trata de impedir que Asturias
quede rezagada y de procurar la mayor eficacia de cuanto
ella puede poner en la gestión común por la prosperidad de
España; se trata de concertar actividades, sumar energías y
ordenar la actuación, para que Asturias se destaque cuanto
pueda y consiga cuanto merece; se trata de que la región se
prepare a fin de hacerse valer y no ser arrollada por otras
fuerzas muy bien organizadas, muy bien dirigidas y muy acti-
vas, que constantemente actúan para la conquista de sus
ideales y la defensa de sus intereses; se trata de que todos
juntos, en una acción combinada, con procedimientos ade-
cuados, persigamos con empeño decidido poner muy alto el
progreso moral y el bienestar material de la región asturiana;
se trata de constituir una organización que será un órgano
vigoroso de opinión y un instrumento eficaz de acción para
promover la prosperidad de Asturias, conservar siempre vivo
el amor a la región y no dejar en reposo a diputados y sena-
dores, quienes si no sirven para el caso, serán eliminados, y
los que sirvan habrán de consagrarse a cumplir sus deberes




116 LIGA PRO ASTURIAS


para con Asturias, que tiene por su mayor orgullo sentir no-
bles ambiciones de progreso, estar siempre sedienta de cul-
tura, anhelar una más amplia justicia social y gozar la gloria
de contribuir con sus medios naturales y el esfuerzo de sus
hombres a construir una España independiente y fuerte; se
trata, en fin, de vivir como Dios manda que los hombres vi-
van, al servicio de las propias, eternas ansias de progreso,
de bienestar y de una mayor perfección.


Se trata, es claro, de remover todos los obstáculos que se
opongan a esa obra redentora, nacida del amor a Asturias,
los cuales obstáculos, por lo deleznables y mezquinos, serán
barridos facilmente. A la sombra de toda obra buena y reno-
vadora, surgieron siempre enemigos de ella, que siempre fue-
ron y serán arrollados.


No se trata de «poner veto al Rey», ni de «obedecer y no
cumplir», ni de constituir en institución jurídica regional una
vieja costumbre mantenida en un rincón aldeano; ni de remo-
ver fueros olvidados, abandonados, no sentidos, cuyas dis-
posiciones, en gran parte, serían hoy impracticables, move-
rían a risa, constituirían un verdadero ridículo, destruirían el
progreso y serían un atentado contra la conciencia moral y
jurídica de estos tiempos.


Ya lo ha:dicho Alas Pumariño: «Será éste un regionalis-
mo de acción positiva y eficaz; trabajaremos en la realidad
actual; nos serviremos de la substancia viviente... No se trata
de vivir el pasado, sino de vivir el presente mirando al por-
venir...»


De eso se trata...


(Do 'El Correo de Asturias.)


'isturias debe organizarse


El prestigioso y culto escritor D. Salvador Canals, refi-
riéndose al estado moral y material de Asurias, publicó un
notabilísimo trabajo, en el que se duele de lo inaprovechado
que estaba el sentimiento de amor a la región en esta provin-
cia, lo que determinaba el estancamiento de nuestro progreso.


Debe tenerse en cuenta que el Sr. Canals escribía su me-
ditadísimo libro hace diez y ocho años, en cuya fecha visitó
con detenimiento la provincia; es decir, en una época en que
los problemas asturianos no habían adquirido las proporcio-
nes actuales; con que, si ya en aquellas tiempos juzgábase
indispensable la presencia de una organización encargada de
unir energías y que laborase en pró


• de los intereses astures,
más precisa será ahora la aludida fusión de voluntades, en
que los problemas se agudizaron requiriendo constante vigi-
lancia, cosa que con loable empeño propone el Sr. Alas Pu-
mariño.


Decía así el Sr. Canals en el año 1900:
«Me entusiasma en Asturias la esplendidez de la Naturale-


za que ofrece grandes riquezas vírgenes y otras en condicio-
nes de ser con poco esfuerzo restauradas: aplaudo y me ale-
gro ante el despertar de la actividad asturiana para la vida
de los negocios; me consuela ver en aquel pueblo condicio-
nes excelentes para la_ civilización y el progreso contempo-
ráneo; pero estoy muy lejos de ocultar que aún está allí por
resolver el pavoroso problema de la perentoria regeneración
nacional.


El optimismo y el pesimismo sistemáticos caben, sin duda,
en la filosofía abstracta sobre el corazón humano o sobre el




118 LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS
119


fin del hombre; pero no en estas observaciones concretas de
la realidad inmediata. En esto se puede ser realista o se
puede ser soñador, se puede ver las cosas tales cuales son
por fuera y por dentro, o se puede fantasear sobre ellas
como mejor agrade o convenga. Prefiero lo primero a lo se-
gundo, y a esa preferencia he respondido en esta infor-
mación.


Por esto, al hablar de la riqueza asturiana he señalado el.
puesto, sin duda alguna desproporcionado, que ocupa en nues-
tra geografía tributaria; por esto, junto al cuadro de las pros-
peridades minera y metalúrgica, he señalado el peligro del
industrialismo sin alma que hace de los hombres máquinas_
sueltas, sin vínculos de solidaridad; por esto al lado de las
bienandanzas de la remolacha y de la producción azucarera
he indicado sus peligros sociales y económicos, ya manifies-
tos, y la ruina de la agricultura, notoria en la muerte del bos-
que y en la crisis de la pecuaria; por esto he señalado debajo
de esos ficticios y parciales esplendores de la vida material,
el decaimiento de la vida moral, que se manifiesta en la emi-
gración, en la política y en el estado del problema obrero,
preñado de tremendos conflictos, por esto, en fin, he puesto
junto al cuadro consolador de una Univercidad brillante por
los talentos y por la laboriosidad generosa de sus profesores,
al cuadro tristísimo de una segunda enseñanza estéril, cuando
no funesta, a todo intento de racional y nacional educación,
y de un maestro absolutamente inútil para la obra de nuestra
enmienda.


Pero si estoy muy lejos de los que, al ver aquellas chime-
neas humeantes, y aquellos trenes abarrotados de produc-
ción, y aquellos balances cerrados con dividendos cuantiosos,
se echan a dormir soñando una mañana sin nubes, no estoy
más cerca de los que creyéndolo todo perdido se' echan
también .a dormir para no oir, cuando suene, la hora del cata-
clismo final. No es Asturias como no es España un enferma
incurable; pero es un enfermo y ya es sabido que no se cura
a los enfermos por aquella receta del cuento: Dios obrará.


Los médicos para curar a los individuos, y los estadistas


para curar a los pueblos, buscan la fuerza que haya sana o
menos dañada para apoyarse en ella al restaurar las otras.
Una fuerza moral hay sana y acaso vigorosa en toda Es-
paña, y en Asturias sobre todo: el amor regional. Cuatro
siglos de degeneración no han bastado para matar en el caste-
llano la pasión por Castilla, ni en el andaluz la pasión por
Andalucía, ni en el asturiano la pasión por su Asturias. Esta
indignación que en Madrid se siente contra las notas enérgi-
cas del regionalismo catalán, no responde tanto a convicciones
centralizadoras ni a sentimientos de patria mayor, como dice
el Sr. Sánchez de Toca, cuanto a sentimientos de regiona-
lismo castellano o andaluz. El sentimiento omnipotente de
patria mayor, es fuerza que venimos echando de menos casi
desde el día mismo en que el enlace de dos Reyes pretendió
crearla en un estado común a todos los españoles, no saldrá
ni puede salir sino de la fusión completa de esos sentimientos
particularistas y regionales que con tanto temor mira la gente
irreflexiva.


Y ese sentimiento, digo, es muy oigo, oso en Asturias y
en él pongo yo la única base de mi fe en el porvenir. No
ha tomado el regionalismo asturiano rumbos políticos ni
siquiera ha revestido caracteres de propaganda literaria.
En Asturias no hay ni una sola asociación regional, ni aún
con miras folklóricas. Se trabaja no poco en la investigación
y en la crítica de instituciones y costumbres regionales, como
ya he dicho; pero individualmente, por escritores presti-
giosos, no en común ni con fines de política momentánea.
Ni siquiera se ha considerado necesaria la conservación del
dialecto para la conservación de la personalidad regional, y
el bable va de día en dia desapareciendo.


Pero, ¡cuán vivos son el amor al terruño y el orgullo de
haber nacido en él! Si allí está Covadonga, ¿cómo no ha de
ser Asturias lo más glorioso en la historia de España? Si allí
se da sobre la tierra toda vegetación y dentro de la tierra
todo mineral, ¿cómo no ha de ser Asturias lo más rico de
España? Si allí tienen el mar y la montaña que purifican los
aires, ¿cómo no ha de ser Asturias lo más sano de España?'




• 120 LIGA PRO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS 121


fr,Si allí contemplan la belleza de un mar bravo, y belleza de
montés augustos, y la belleza de valles espléndidos, y la
belleza de ríos y arroyos poéticos, ¿cómo no ha de ser Astu-
xias lo más hermoso de España?


Y esto se piensa y esto se dice lo mismo en Cimadevilla
.o en la calle Corrida, que en el maizal rumoroso o en la mon-
taña venerable; lo mismo en la vecina plaza de Pontejos entre
los asturianos aguadores, que en los muelles de la Habana
entre los asturianos tabaqueros; donde quiera que hay un
asturiano, aunque esté muy lejos la gaita que arrulló su niñez,.
.muy lejos el tonel de sidra y la bulliciosa romería que alegra-
ron su juventud....


Pues eso es una fuerza moral inmensa, una fuerza que ha
salido vencedora de una persecución cuatro veces secular.


" No sé cómo se podrá aprovechar. Cuando veo un salto de
agua o un río impetuoso, me digo: eso es una gran fuerza y
es lástima que no se aproveche, pero no sé como, porque no
soy ingeniero ni he estudiado esas cosas. Esto me ocurre
frente a esas fuerzas morales perdidas, y que lo mismo he
visto en Castilla, que en Asturias, en Cataluña, que en
Andalucía.


Declaro que ante los políticos madrileños, ante esos perió-
dicos y esta Gaceta henchidos de patriotismo falso, de lirismo
insoportable, de ignorancia supina, de desconocimiento abso-
luto de la realidad pasada y de la realidad presente, me
considero verdaderamente expatriado, como me llamó una
vez cierto escritor distinguido.


Pero cuando viajo por España y veo en Sevilla como en
Zaragoza, en Soria como en Valencia, en Valladolid como en
Barcelona, en Oviedo como en Málaga, en Bilbao como
en Cádiz, y aun en el Madrid auténtico de los madrileños, el
amor profundo de todos para su pedazo de patria, el culto
para sus cosas, la fe en su porvenir, siéntome profundamente
español, tan español como mi padre que nació en España y
como mis hijos que en España acaban de nacer; español triste
-cuando contemplo rota en cien pedazos dispersos y agoni-
zantes la imagen soberana de la patria: pero español aún no


desesperado de que surja un día un hombre que sepa y
quiera juntar aquellos pedazos, y componer aquella estatua,
mas no como el lañador los cacharros rotos, sind como et
labrador avisado, los árboles moribundos.


La Patria no es una cosa inanimada, y no se puede reunir
sus miembros separados matándolos por dentro y pegándolos
por fuera con unos cuantos sellos engomados ni atándolos
con cadena de fusiles, sitió articulando nervios con nervios y
venas con venas, para que las savias distintas, vivas todas y
vigorizadas cuanto sea menester, se confundan y a una sus-
tenten el organismo reintegrado en la plenitud de su alma y
de su forma».


(De <El Correo de Asturias.).




- CONFERENCIA SOBRE LA -


LIGA PRO ASTURIAS
- PRONUNCIADA POR EL -


r,


ILTP11 O. SR1 D MCA OR DE LAS ALAS PU
r


r


EN EL TEATRO JOVELLANOS


- DE OVIEDO -


EL DÍA 15 DE ENERO DE 1918




S 2ZtOC8S:


un discurso ni mucho menos una conferencia; tendrá
l que ser aquello que mejor se adapte a las modestas


condiciones de la persona que os habla, y no va a pasar de
ser una conversación, en la cual el más atrevido, que soy yo,
toma la iniciativa y comienza a hablar.


Antes de exponer las ideas generales de «La Liga», paras
no hacer fatigosa la conversación, me voy a permitir moles-
taros leyendo unas cuartillas que pueden ser el contenido
principal, los problemas que «La Liga» habrá de promover
con intensidad, activamente, para llevarlos a término. Estas
cuestiones, no serán todas las que afectan al interés de Astu-
rias, pero yo os aseguro que están escritas con sangre astu-
riana, porque todas ellas corren por nuestras venas, constitu-
yen problemas de interés palpitante, que debernos procurar
resolver para conseguir la prosperidad de la región. (Gran-
des aplausos).


«La Liga» tendrá su domicilio legal en la capital de Astu-
rias, y su domicilio natural será todo el solar asturiano.


«La Liga» se propone levantar el espíritu regional, defen-
der los intereses permanentes de Asturias, asegurar su pro-
greso y situar su personalidad en el puesto preminente que
legítimamente le corresponde en la vida nacional.


«La Liga» actuará libremente, con absoluta independencia
de los partidos políticos; pero declara que éstos vienen obli-
gados a asegurar que las representaciones populares recaigan
en personas que, por razón de su capacidad y de sus senti-




126 LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS 127


mientos de amor a la región, sean aptas para ostentar la
confianza del pueblo asturiano, cuyos intereses cada día
demandan defensas más activas, más intensas y más inteli-
gentes.


«La Liga» declara que el caciquismo negro, blanco o rojo
es su enemigo natural, en cuanto significa opresión de la
libertad ciudadana, en cuanto tiende a contener energías
y actividades y en cuanto es rémora para el progreso de As-
turias.


La organización de «La Liga» será eminentemente demo-
crática y su funcionamiento se desenvolverá en procedimien-
tos sencillos y prácticos para la consecución de sus fines. La
Asamblea en pleno designará los individuos que han de cons-
tituir las secciones, las cuales reunidas, serán el Directorio
General de «La Liga».


Las secciones de «La Liga», y en su caso el Directorio o
la Asamblea en pleno, entenderán en los siguientes asuntos
y cuantos más consideren convenientes.


SECCIÓN PRIMERA
Actuación ciudadana: Medios eficaces para promoverla y


asegurar el libre ejercicio de los derechos de ciudadanía. El
municipio. Una misma ley para todos es impropia. Autonomía
municipal. Cada municipio asturiano se dará su propio régi-
men. Sus recursos propios; serán para las Haciendas locales
todos los recursos de naturaleza exclusivamente municipal
que hoy se atribuye el Estado. Mancomunidad de municipios
para fines económicos y para la defensa de sus derechos
contra las intrusiones abusivas del poder central y contra
la opresión del caciquismo. Siendo Asturias una sola provin-
cia, con caracteres propios, que no se han de unir fácilmente
con los de otra, si ha de ser por sí sola una región, pudiera
resultar demasiada complicación la constitución de un orga-
nismo regional además de la Diputación y los municipios, y
acaso fuese más práctico estudiar cómo se podría transformar


la constitución y funcionamiento de la Diputación con carác-
ter señaladamente regional, previo el reconocimiento de la
necesaria autonomía.


SECCION SEGUNDA


Obras públicas.—Puertos: Necesidad de que sean pron-
tamente terminados los puertos asturianos en construcción y
se les dote abundantemente de todos los medios modernos,
tanto principales como auxiliares, para la mayor rapidez en
las operaciones del tráfico marítimo y para obtener de cada
uno el debido efecto útil. Ferrocarriles secundarios y estra-
tégicos y carreteras y caminos vecinales; estudios que debe
hacer «La Liga» y campañas que ha de realizar para conse-
guir la inmediata construcción de los más necesarios; lo que
ha de hacer la representación en Cortes. De no ser posible
la subasta inmediata, se estudiará un plan financiero para
realizar un empréstito patriótico, popular, con emisión de
obligaciones, cuyo interés y amortización habría de garanti-
zar el Estado. Mancomunidad para estos fines con otras pro-
vincias interesadas en la construcción de algunos de aquellos
ferrocarriles.


SECCION TERCERA


Industria minera y fábril de Asturias: Estudio completo
de las mismas; iniciativas para su mayor desenvolvimiento.
Solución para el problema nacional hullero. Transportes te-
rrestres. Electrificación pronta de la línea del Norte en la sec-
ción de Pajares (I). Nacionalización de todos los elementos de
la industria militar necesarios para la defensa del territorio.
Industria militar en Asturias: No se debe pedir al extranjero
lo que puedan producir nuestras fábricas. Conveniencia na-


(1) Estando en prensa este folleto, las Cortes aprobaron mi proyecto de ley
presentado por el Ministro de Fomento, Sr. Cambó, autorizando al Gobierno para
celebrar un convenio con la Compaieia de Ferrocarriles del Norte, que asegure, la
pronta electrificación de la rampa de Pajares.




128 LIGA PRO ASTURIAS
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cional de ampliar los elementos de la Fábrica de Trubia para
construir en ella cañones de mayor calibre, así como se debe
establecer en la de fusiles de Oviedo la fabricación del cartu-
cho para el matlser. Otras industrias militares que cabe .esta-
blecer en Asturias.


SECCION CUARTA


Medios para el mayor desenvolvimiento de la Agricultura
y facilidades para la exportación de los productos sobrantes y
sus derivados. Crédito agrícola. La ganadería en Asturias.
Conveniencia y mejores medios para conservar la raza va-
cuna del país. Pastos comunales. Necesidad absoluta de con-
servar esta forma de propiedad colectiva y medidas adecua-
das para su más fácil aprovechamiento. Cooperación social
en favor de la familia labradora: la casa-habitación del colono;
defensa de su personalidad en el ejercicio de los derechos de
ciudadanía y medidas que le aseguren en la posesión de los:
bienes contra todo intento de lanzamiento arbitrario.


SECCION QUINTA
Patronos y obreros: «La Liga» no tiene la representación


particular de los unos ni de los otros, sino la del interés per-
manente de la región, que procurará defender contra los apa-
sionamientos de una y- otra parte, que rompan el equilibrio
necesario al progreso de Asturias. La vida del obrero. Me-
dios de acción social en favor de la familia trabajadora. La
casa-habitación del obrero.


SECCION SEXTA


Enseñanza primaria: Medios para conseguir que en caso,
de vacante no se interrumpa mucho tiempo la enseñanza en
las escuelas. Locales-escuelas. ¿Reunen todas las necesarias.
condiciones higiénicas? Campaña perseverante de «La Liga»


en esta materia. ¿Están todas las escuelas rurales situadas en
los puntos que más faciliten el acceso a ellas de los niños
que deben concurrir a las mismas? Cooperación que los ins-
pectores de primera enseñanza y en general los maestros
deben prestar voluntariamente a «La Liga». Enseñanzas pro-
fesionales. En Asturias debe haber una Escuela de Ingenieros
y de enseñanzas técnicas industriales (1). Los alumnos de la
Academia de Artilleria, y los de la Escuela de Ingenieros
de Minas deben estudiar, por lo menos, un año de prácticas
en'Asturias. Universidad popular; bibliotecas populares.


SECCIÓN SÉPTIMA
SANCTA SANCTORUM


Dialecto asturiano: Desmedrado y pobre ningún idioma le
iguala en palabras íntimas, sonoras y dulces, para arrullar al
pequeño asturiano en su curra; ni en fuerza de expresión para
exaltar el cariño de la familia y las costumbres lugareñas, ni
en voces de alegría y de entusiasmo para ponderar la riqueza
y las excelencias de esta tierra. Por eso influye aún en el
alma regional y por ello debemos conservarle, y también
como monumento histórico y útil para conocer el origen y la
etimología de no pocos vocablos castellanos. Bases para un
Diccionario de nuestro dialecto. Palabras del mismo que se
ha de proponer a la Academia las incluya en el Diccionario
de la lengua castellana: las cuales palabras, por su esclare-
cido origen y por su abolengo castizo, su armonía y dulzura,
su extractura, en fin, tienen título más legítimo para ser usa-
das en el idioma español, que tantas otras voces extrañas que
disuenan y le afean. Romances: Música asturiana y la poesía
popular de Asturias. Certámenes: Premios. «La Liga» abor-
dará con entusiasmo la empresa de recoger, de compilar, de
publicar y propagar estas manifestaciones de la musa popular


(1) En prensa este folleto el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, Sr. Marra,
presentó un proyecto de ley que las Cortes aprobaron, por el que, entre otras dispo-
siciones relativas a la celebración del Centenario de Covadonga, so inicia la crea-
ción de una Escuela Industrial.




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130


LIGA PRO ASTURIAS


a través de los siglos, que ejercen una influencia positiva en
el alma astur y la ejercerán siempre, mientras haya asturianos-
en el mundo; pues aquellas armonías, sus acentos y sus
notas, son voces que manan de las entrañas de estas tierras
y nos atraen, son como besos de amor de madre. Arte y
artistas asturianos. Las bellezas del campo de Asturias. Par-
ques nacionales. Propagandas. Turismo.


LA REPRESENTACIÓN EN CORTES -
Para una acción eficaz en favor de Asturias, es menester


que sus representantes en Cortes se constituyan en unidad
inquebrantable defensora de cuanto sea interés regional, que
en buena parte queda indicado. Así lo deben anunciar ante
las Cámaras, proclamando que la disciplina de partido no
puede ser tal que les obligue a sacrificar los intereses de
Asturias, siendo, como son, no solamente compatibles, sino•
necesarios a la prosperidad nacional y hasta indispensables
para su independencia. En defensa de los intereses funda-
mentales de la región, utilizarán sus representantes, llegada
el caso, todos los recursos reglamentarlos en ambas Cámaras.


Si así lo hacen, habrán cumplido como buenos y Dios, la
Patria y Asturias se lo premiarán. (Gran ovación).


Señores: este movimiento, esta grande agrupación de
fuerzas, de energías y de actividades asturianas, que yo
quiero que se constituya para asegurar la vida y la prospe-
ridad de la Región, nace con un pecado, y es menester que
mis primeras palabras sean bastantes para redimirle.


El pecado consiste en ser yo el iniciador por aquello de
que soy un político; y cuando yo concebí el pensamiento de
promover esta organización, desde luego pensé que podía
tener esa tacha y que la malicia protestaría de que sea un
hombre político quien la iniciara, atribuyéndome intenciones
bastardas, es decir, que yo trate de iniciar un movimiento
con una tendencia política, que trate de fundir energías astu-
rianas para levantar un tinglado electoral.


Pues bien, señores; los que me conocen saben bien que
soy absolutamente incapaz de dobles intenciones, y más aún
cuando invoco el interés de Asturias. Y como yo sabía que
todo eso tenía que suscitarse, también decidí que mis prime-
ras palabras habían de ser para decir que quiero que se inicie
este movimiento, esta organización, esta fuerza, porque lo
considero absolutamente indispensable a la vida de la Región
asturiana; pero no quiero utilizarla en modo alguno para mi
satisfacción política; y como quiera que yo he de ser uno de
los candidatos a la representación en Cortes de esta provin-
cia en las próximas elecciones, digo: que así que «La Liga»
se constituya, o cuando ya esté en período de una organiza-
ción definitiva, yo tendré que apartarme de ella para no ser
más que un liguero,


como asturiano; porque como político
tengo que ser un hombre vigilado y fiscalizado por «La Liga»,
pues este movimiento que hará resurgir a Asturias, puede re-
sidenciarme si no cumplo los sagrados deberes de responder
a la confianza del pueblo asturiano. (Muy bien).


Y aquellos que protestan, sospechan y recelan maliciosa-
mente, sepan también, que como tengo muy metida en la
conciencia la necesidad de este movimiento, si


vuelvo a re-presentar a Asturias en las Cortes y hemos de seguir como
hasta aquí, sin esa unión absolutamente necesaria para la lu-
cha en Madrid, y los problemas fundamentales de Asturias
no se van a resolver, y pierdo la esperanza, como yo jamás
he pensado en demandar la confianza de los asturianos para
otra cosa que para poder servirles; como yo jamás he queri-
do tener la representación en Cortes para ostentación perso-
nal ni para medro personal, ni para ambiciones de otro géne-
ro, porque bien sabeis todos, que si he desempeñado algún
cargo político, fué por inmerecida estimación que de mí se
hiciera, pero de mis labios nunca salió una palabra requirien-
do el puesto; desde el momento, digo, en que yo pierda la
esperanza de que aquí se inicie un movimiento regenerador
para salvar a Asturias en esta tremenda lucha que se avecina
al término de la guerra, no tendré que hacer otra cosa más
que obrar, y ahora declaro aquí, jurando en el nombre de




LIGA PRO ASTURIAS 133
132


Dios y por mi honor, que renunciaría a la representación en
Cortes de Asturias y me retiraría a mi casa. (Estruendosos
aplausos).


Pienso, señores, que no se puede decir más en garantía
de la sinceridad de un movimiento. Y había que decirlo para
extinguir cualquier recelo que viniera a perturbar este pensa-
miento que, recogido por los asturianos, habrá de ser una
fuerza propulsora de todos sus intereses.


Es obligado que yo ahora rinda aquí un tributo de home-
naje cariñosísimo a todas aquellas ilustresu


per o fas qu e
h


lnprestado su asentimiento a mi carta, y q 1
insignificancia de quien la suscribía, mirando cómo yo acudía
a las puertas de los asturianos pidiendo por el amor de Astu-
rias. respondieron exponiendo opiniones maestras, dando
consejos muy sabios y ofreciendo su voluntad entusiasta
para cooperar a la ejecución de este pensamiento, que no es,
señores, pensamiento mío, sinó que es el de todos los bue-
nos asturianos que quieren servir a la Región, poniendo todo
su esfuerzo, todo su empeño, en enaltecerla y en vigorizar
su cuerpo para cobrar energías y con ellas espiritualizarla;
porque todo el progreso económico y el bienestar material,
no serían humanos, si no se ofreciesen a la civilización, que
culmina allí donde reina el verdadero espíritu del hombre.
(Aplausos).


Mi carta a mi querido amigo D. Juan Botas, Presidente de
la Cámara de Comercio, no era más que un grito, un viva a
Asturias lanzado con entusiasmo y que pudo perderse en el
espacio. Por ventura el eco repercutió y se dió el caso de que
el sonido reflejo fuese más potente, vibrante, entusiasta, cla-
moroso, que el sonido directo; y así tenía que ser, cuando el
uno había partido de mis labios y el otro partió de aquellas
personas a quienes antes me referí; y si bien es cierto que
pudiera parecer mi carta encaminada a dar mayor importan-
cia a la parte económica, sería, señores, porque en el momen-
to en que escribía recordase que Spencer decía que «estaba
bien seguro el porvenir de un pueblo que mejor se nutra » y
viniesen también a mi memoria aquellas palabras del ilustre


Costa: «La cabeza y el brazo dependen de la oficina del
estómago». «Dime lo que un pueblo come y te diré de lo que
es capaz y el papel que puede desempeñar».


Pero no es que yo quisiera abandonar ni un momento lo
espiritual, que es lo fundamental y definitivo en la sociedad
humana; se ha de relacionar lo que se diga con las opinio-
nes fundamentales de quien habla o de quien escribe, y yo
opino, señores, que el progreso económico no es un fin,
sino que es un medio absolutamente necesario para el des-
envolvimiento de la civilización, y, por consiguiente, para la
exaltación y enaltecimiento del espíritu humano. Y a mayor
progreso económico, a mayor fortaleza del progreso eco-
nómico debe suceder mayor expansión del espíritu, mayores
manifestaciones culturales, y así van estas grandes fuerzas
auxiliándose continuamente, trazando en la vida humana la
eterna obra de la civilización; porque las dos tienen un mismo
origen y emanan del pensamiento, que es donde se producen
las ideas; y así notareis, señores, cómo Ios pueblos, :a medida
que van desenvolviendo su progreso industrial y aumentando
su patrimonio económico, crean necesidades de nuevas fór-
mulas de derecho que regulen las nuevas relaciones que todo
aquel poderío material produce, sienten necesidades de orden
moral para contener el exceso de unos o de otros en esta
lucha económica y adaptar a la vida más reglas de justicia
social, es decir, que a un gran progreso económico, sucede
también este gran patrimonio cultural, estas grandes necesi-
dades espirituales, y así va el mundo, señores, laborando en
el camino eterno de la perfección. (Aplausos).


Indicaciones hice ya en mis conversaciones públicas res-
pecto a esta cuestión moral, espiritual y de civilización, y
hablaba, concretándome a la Región, de la conveniencia de
tomar en cuenta sus tradiciones, pero no como lo hacen al-
gunos, sinó en cuanto ellas suponen una energía y una fuerza
impulsora de nuestra vida, no aquellas tradiciones que enterró
el olvido y no se sienten, porque con lo que no se vive y no
se siente, ¿qué hemos de hacer, señores, y qué vamos a edi-
ficar? La tradición no puede negarse como obra impulsora de


LIGA PRO ASTURIAS




134 LiGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS


135


la vida; pero es menester tener en cuenta, que estimar la tra-
dición no consiste en recoger antiguas pragmáticas que regu-
laron una vida social que no era ésta, para aplicarlas ahora
y refrenar el espíritu, convirtiéndole a siglos atrás. (Grandes
aplausos).Vamos a ver si acierto a construir los moldes en que debe
encajar el pensamiento central de este movimiento.


Yo he dicho que el regionalismo asturiano—si se quiere
llamar regionalista a este movimiento, que a mí no me dá •
más—, he dicho que el regionalismo asturiano no podía ser
adobado a la vizcaina ni aderezado a la catalana.


Creía yo, señores, que había dicho una perogrullada,
cuando me salieron al paso voces que protestaban de tales
afirmaciones, así como si yo hubiese proferido una blasfemia,
y será menester que fijemos estos puntos para mostrar el
camino que me he propuesto recorrer.


En primer lugar, un regionalismo no puede ser igual a otro
regionalismo; los motivos que impulsan a uno, no pueden ser
idénticos o los que animan los otros, porque sitió serían un
solo regionalismo, se confundirían, constituirían una misma
Región, y precisamente el regionalismo lo que tiene de ca-
racterístico es la diferenciación, pues si no existiera ésta no
habría tal regionalismo, y porque se dá en Asturias, es por lo
que aquí existe un sentimiento regional, fundado en fuerzas
distintas, animado por una historia distinta e impulsado por
las propias tradiciones.


En este sentido manifesté que me parecía haber dicho una
perogrullada; pero al salir al paso de esta afirmación mía se
habla de nuestros fueros, se habló de la Junta General del
Principado y de no sé cuantas cosas más, y se venía como
a decir que habíamos tenido nosotros una constitución foral
mas importante aún que la de Vizcaya, y esto, señores, o
yo no estudié en la Universidad de Oviedo, o yo leí los
libros al revés, o esta es una afirmación absolutamente gra-
tuita y sin ningún fundamento, que perjudica, porque es
menester que nos coloquemos, para hacer obra regional, para
hacer obra patriótica asturiana, que nos coloquemos en la
verdad, en la justa verdad.


Vizcaya, señores, fue durante muchos siglos un Señorío,
pero un Señorío en que el Señor era Rey, un Señorío en que
el Señor se decía «por la gracia de Dios», un Señorío que
celebraba tratados con las demás naciones, que, como los
Reyes Católicos decían, era «una nación separada», un esta-
do independiente.


A Vizcaya no le daba el Rey de Castilla sus fueros, sino
.que se los daba su Señor. Vizcaya, todavía en el siglo XVIII, en


' la Cancillería de Valladolid se resolvía que había sido un
Estado independiente, y de Vizcaya, en la Paz de Utrech,
aún se consignaba que no se podía decidir respecto a sus
puertos, que no regulaban las leyes de Castilla; Vizcaya ha
vivido y vive con un derecho propio, respetado por el derecho
común; Vizcaya, en fin, tiene un idioma que cultiva y con el
que expresan sus ideas los vizcainos; de manera, señores,
que el cuadro es bien distinto. Y no quiero hablar dei dere-
cho catalán, de la historia política de Cataluña, de aquella
institución democrática que se llamó «El Conseller», de
«Consejo de Ciento», de su literatura regional, espléndida,
que se ve en sus libros, en su poesía, en su teatro. Nc; es otra
la historia, ha sido otro el desenvolvimiento político y social
de cada pueblo, y nosotros hemos de atenernos al nuestro,
porque así acertaremos a desenvolver sus propias energías
para una gran labor; y si hubiéramos de soñar con las tradi-
ciones de otro pueblo, no haríamos ninguna obra útil. No he
de hablar del derecho foral de otras provincias, ni siquiera
hemos de recordar a Navarra con sus derechos de


sobrecartay de promulgación.
Se habla de que no sé en que fueros asturianos había


escrito el «Pase foral». El «Pase foral,) quiere decir que
nosotros podíamos detener toda disposición del reino contraria
a nuestros fueros. Yo no he visto este derecho escrito en
ninguno de nuestros fueros; ni en las Ordenanzas de la Junta
General del Principado; pero he de advertir a quienes vienen
ahora con el cuento de resucitar el veto a las leyes, que eso
sólo puede pedirlo un enemigo del régimen en que vivimos;
pero esos otros que se llaman dinásticos, que están conformes
con el régimen actual, no pueden, de ninguna manera, pro-




136


LIGA PRO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS 137


pugnar hoy este derecho, en cuanto sería necesariamente,
fatalmente, cercenar la soberanía nacional representada en.
Cortes.


Así pudo ser en otros tiempos, cuando no existía elt
régimen de soberanía nacional, pero ¿cómo se explica eY
Parlamento actual si sus leyes pueden ser incumplidas porque
esta o la otra provincia tengan este u otro privilegio? Eso un
enemigo del régimen, ya lo he dicho, puede pedirlo, pero
todos los que estamos bajo el régimen de soberanía nacional,
todos los que creemos que las naciones se deben gobernar
por el voto particular representado en las Cortes, no podemos
predicar eso de ninguna manera. (Muy bien). Ni he de hablar
tampoco, (porque más que la conversación sencilla que he
dicho, resultaría una verdadera conferencia sobre derecho
español), de Aragón, que ha podido conservar más castizo el
derecho nacional, ni de ninguna de las otras regiones que
tienen su propio derecho foral.


En la Edad Media, cuando hl poder feudal lo era todo,
cuando el estado llano estaba avasallado, cuando muchos Se-
ñores creían que sus privilegios llegaban hasta el extremo de
poder atropellar la propiedad y hasta atropellar las mujeres
de los pobres pecheros; en esta tristísima situación de España,
aquel estado llano, sacrificado, aherrojado, anhelaba ambiente
donde respirar, y hubo reyes que fueron reconociendo la ne-
cesidad de ir concediéndoles franquicias y derechos.


Además, ya desde los primeros tiempos de la Reconquista,
a fin de atraer a los pueblos y para aumentar la población, se
concedieron también privilegios, y así .fue como apareció el
municipio con la constitución de los Concejos; y nosotros,
los asturianos, hemos sido unos de tantos al tener algún fuero
que permitió constituirse a los concejos y vivir al estado
llano, muy relativamente, según las costumbres y el medio
social de aquel tiempo. Pero nuestros fueros ni siquiera tienen
el privilegio de la originalidad, porque el fuero de Avilés y el
de Oviedo eran de segunda mano, trasunto del Fuero de
Sahagún, y el de Llanes, también lo era del de Benavente
con ligeras alteraciones; así es que no podemos ostentar gran


orgullo en las concesiones que se nos hubiese hecho de fran-
quicias y privilegios.


Entiendo que los reyes con este Principado de Asturias
estuvieron bastante parcos; porque, ya sin comparar con la
vida política de esas otras regiones que os cito, aún dentro
de fa misma Castilla, se dieron fueros que alcanzaron alguna
celebridad en la historia, y nuestros fueros apenas sí son ci-
tados por los historiadores del derecho español. Se habló, así
como con desprecio, de Cuenca, y Cuenca ha tenido un céle-
bre fuero de que se ocuparon los tratadistas, y se decía que
Asturias no era Soria, y Soria ha tenido un fuero donde se
concedían privilegios monstruosos, y Soria ha tenido una co-
lección donde hay más de 300 leyes civiles sobre libertad mu-
nicipal y derecho civil y criminal.


De manera, que por donde quiera que vayamos encontra-
remos ejemplos iguales y superiores en toda esta parte de la
legislación española, para deducir que nada hay en este pun-
to determinante de una personalidad asturiana.


Asturias tuvo vivo el derecho común: tuvo, es cierto,
algunas manifestaciones jurídicas; hubo tiempos en que arrai-
garon los foros, que van desapareciendo; existió también, y
existe aun, el contrato de aparcería sobre el ganado; hubo
aparcarías agrícolas, como el contrato de mampostería, que
consistía en que el dueño de la tierra diese la mitad de los
frutos a quien plantase los pomares mientras durase la poma-
rada, y venía a ser algo a manera de la plantación de la vid
a rabassa morta en Cataluña; contrato de mampostería, que
aparece recogido por el fuero escrito de Vizcaya, que tiene,
según Costa, un origen feudal, y que otros tratadistas descu-
bren en el derecho musulmán, que extendió mucho la aparce-
ría agrícola, y de ésto son testimonio las escrituras muzárabes
de Toledo. Es otra forma de aparcería agrícola en Asturias,
practicada dentro del contrato de foro, la plantaría, que estu-
dia muy completamente mi querido maestro D. Rogelio Jove
en su excelente libro, muy concienzudo tratado sobre los fo-
ros en Asturias y Galicia.


Hubo aquí también costumbres, ya muy en decadencia, en




138 LIGA PRO ASTURIAS


su primitiva forma, engendradas por el propio instinto, que
tal es el fundamento natural de las asociaciones cooperativas
que tan a maravilla se estudian hoy, desarrollando principios
de solidaridad y cumpliendo exigencias de interdependencia
social; de manera que estas grandes instituciones de la vida
social moderna, atisban ya en lo antiguo en las costumbres
asturianas, nacidas espontáneamente al calor de la necesidad,
y así la endecha o andecha, o sea el trabajo cooperativo que
se prestaban unos a otros los labradores, recíproco unas ve-
ces y otras en favor del labrador pobre o de la viuda o los
huérfanos que por sí mismos no podían cultivar las tierras;
costumbre que se ha producido también en Vizcaya y se lla-
ma a trueque, y se registra asimismo entre los montañeses de
Navarra. Pero estas y otras manifestaciones jurídicas consue-
tudinarias no son para hablar de un derecho especial propio.


Vemos que aquel regionalismo, corno el de Vizcaya, el de
Cataluña, se manifiestan con bases espléndidas de su derecho,
de su idioma, de su literatura propia, de su teatro, se elevan,
se expansionan y el nuestro, no. Y yo pregunto, señores: ¿Y
por esto no existe un sentimiento regional en Asturias? Ah,
sí, y discurriendo desde el punto de vista en que yo nie coloco
digo: que bien puede ser que el sentimiento regional asturia-
no sea más intenso y más fuerte que esos otros sentimientos
regionales que se alejan del punto de origen, distraídos con
sus magníficas producciones.


Vosotros advertiréis que nuestro dialecto asturiano no ha
querido construir un idioma, se mantuvo siempre cerca de
donde manan sus esencias, llamando al cariño de la familia,
llamando a adorar esta tierra asturiana, no ha querido brillar
en palabras, tiene las suficientes para sujetarnos al suelo pa-
trio. (Prolongados aplausos).


Y vosotros veis que la musa popular y nuestra poesía
tampoco se elevan al teatro; suenan en las montañas y en las
selvas, siempre atrayéndonos hacia esta tierra como diciendo:
aquí está todo, no te separes de mí. Y por esto digo que este
sentimiento regional es más íntimo, es más intenso. (Ovación).


Pero también se eleva, señores, también asciende, y el


LIGA PRO ASTURIAS


139


sentimiento regional que nosotros llevamos en el alma, cuando
se eleva, cuando asciende, no es para manifestarse en esas
grandes esplendideces puramente regionales, no, es para
subir, señores, hasta la cumbre de nuestras sagradas monta-
ñas, atalayando desde allí todo el cielo de la Patria y decirle
a España: los senos de esta tierra asturiana te nutrirán y te
darán vigor; abre caminos, habilita puertos; nosotros desen-
trañaremos las montañas, y con su riqueza aseguraremos tu
vida e impondremos al mundo el respeto que te debe y que
te fué otorgado en la historia. (Muy bien, muy bien; bravos.
Ovación estruendosa que dura largo rato).


Sí, señores, bien está recordar nuestros tiempos pasados,
proclamar nuestra gloriosa Junta general del Principado, pero
no digamos, señores, no digamos que aquello fué una Cáma-
ra que legisló, porque eso no lo ha sido. Sin duda salió esta
afirmación del hecho de que el erudito Trelles, con ocasión
de habérsele suprimido a Asturias el derecho de votar en las
Cortes de Castilla, dijera piadosamente para consuelo de los
asturianos, que aquello no fué un agravio, sino que, como
existía la Junta general del Principado, las leyes que se vota-
ran en las Cortes de Castilla, relativas a Asturias, serían con-
trastadas por esta Cámara asturiana y ella diría si eran bue-
nas o malas. ¡Ah! esa sería una inmensa prerrogativa, pero
no hubo tal; y como mi querido maestro el ilustre cronista de
esta ciudad D. Fermín Canella advirtió, eso es una pura fan-
tasía del erudito Trelles. Otra fué, nos dice, la constitución,
la organización y los fines de la Junta general, y apunta la
observación irrebatible de que no es posible que la supresión
del voto en Cortes a Asturias fuese para otorgarle tal prerro-
gativa, cuando esta Junta siempre clamó para que se rehabi-
litase al Principado del voto en Cortes; y si se le hubiera su-
primido a cambio de un mayor privilegio, hubiese guardado
silencio muy conforme.


No, la Junta general del. Principado, nació, como nacie-
ron los Municipios, para la defensa del estado llano y ella
sostuvo el derecho popular, tuvo momentos en que decayó
de su verdadera constitución, por la insistente conducta de




LIGA PRO ASTURIAS
141140




LIGA PRO ASTURIAS


los Señores, que quisieron también dominar en ella a fin de
evitar las expansiones del estado llano. La Junta general del
Principado fué en su constitución, en su fundamento, una
gran cosa y una gloria asturiana, pero no fué una institución
política que diese carácter a la Región, no; la Junta general
del Principado, fuera ya de sus funciones, en lo que no era
su privativa organización, tuvo un día un gesto heroico, un
gesto temerario, nacido de un fuerte sentimiento patriótico y
del amor a la independencia, cuando hubo de declarar la gue-
rra a Napoleón; eso ha sido un gesto, pero ha sido un gesta
del temperamento astur, no del funcionamiento ni de las fa-
cultades de una Junta. (Atronadores aplausos que se pro-
longan largo rato).


Y ahora bien, señores, yo digo ¿Qué es lo que ha de re-
vivir aquí para producir grandes movimientos de opinión en
favor de Asturias, para exaltar el sentimiento regional enalte-
ciendo a Asturias? Y no se me ocurre ir a buscar leyes pasa-
das y perdidas en los tiempos, incompatibles con el estado so-
cial, político y económico de ahora, no; se me ocurre decir:
nosotros admiramos a aquellos astures que acompañaron a
Pelayo, porque eran un temperamento, porque eran un ca-
rácter; nosotros admiramos a aquellos hombres de la Junta
del Principado que declararon la guerra a Napoleón, porque
eran un carácter, porque eran un temperamento, y pienso que
para las grandes empresas que queremos acometer, lo prime-
ro que tendremos que hacer es conservar nuestra gran tradi-
ción, el carácter, el temperamento, el sentimiento regional, el
amor a la libertad. (Ovación).


Señores: era en el siglo xv, estaban todavía los concejos-
aprisionados por el poder avasallador de los Señores: habíanse
constituido ya diversas hermandades, cuando hubo de reunirse
representación de muchos concejos en Dueñas; allí, aquellos
pobres hombres discutían sobre cuáles serían las medidas
salvadoras que viniesen a librarles de los atropellos que con
ellos cometían los señores banderizos; y cuando unos lloraban
su cuita y otros denunciaban su desventura, no acertando con
el remedio desmayaban de la empresa y perdían toda espe-


ranza (fijaos bien que no era en el siglo xv), hubo de le-
vantarse ¿quién?, el temperamente astur, el carácter astur,
Alonso de Quintanilla, y dijo: «No sé yo, señores, cómo se
puede morar tierra que su destruición propia no siente, e donde
los moradores della son venidos a tan extremo infortunio, que
han perdido ya la defensa que aún a los animales brutos es
otorgada... E lo más grave que yo siento es, que aquella
libertad que natura nos dió e nuestros primeros ganaron con
buen esfuerzo, nosotros la babemos perdido con cobardía o
caimiento, sometiéndonos a los tiranos... No heredasteis por
cierto, señores, esta subjeción que padecéis, de vuestros
antecesores; los cuales, como quiera que fuesen pequeño
número en aquella tierra de las Asturias, do yo soy natural,
.pero con deseo de libertad, como varones ganaron la mayor
parte de las Españas que ocupaban los moros enemigos de
nuestra santa fe, e sacudieron de sí el yugo de servidumbre
que tenían... La calidad de la cosa que debatimos, es sobre
defensión de nuestras personas, e de nuestras faciendas, e de
nuestras vidas, e sobre nuestra libertad, que vemos perder e
diminuir. Considerad ahora, señores, si son estas cosas de
calidad que deben ser remediadas. La conquista que babemos
de facer en nuestra tierra es, en nuestros campos es, en
nuestras casas y heredamientos es, donde estando juntos e
concertados, según espero que lo seréis, no digo yo a aquellos
pocos e malos tiranos, mas a todo el restante del mundo que
viniese, podríades resistir e defender, e aún ofender... Ansí
que el mayor trabajo de esta nuestra obra es comenzarla; esto
fecho, la mesma cosa abrirá los caminos para el fin que
deseamos con el ayuda de Dios...» y así se formó aquella
gran hermandad. (Muy bien, muy bien).


Ya veis, señores, en aquel siglo, producirse tambi én viri-
les las energías del pueblo astur, y esto es lo que digo que
tenemos que hacer resurgir y revivir lo primero, como tradi-
ción motora de los grandes movimientos de opinión en favor
de Asturias. Y si rebuscamos tradiciones escritas que puedan
tener expresión puramente histórica, confieso que alguna
habrá coincidente con anhelos y sentimientos presentes, y no


^r=




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parecerá mal a los tradicionalistas que yo les recuerde cómo
en el siglo xviii, se apreciaba el derecho de propiedad en re-
lación con el colono, lo que aqui se llama el casero, que el
Real Consejo de Castilla, figurando en él nuestro Conde de
Campomanes, estableció la siguiente doctrina, más tarde eje-
cutada por la Audiencia de Asturias.


Real provisión expedida por los señores del Consejo de
S. M. Carlos III con motivo de un recurso entablado por un
vecino de eSanta Eulalia de Túriellos, concejo de Langredo»,
y dice así:


eQue teniendo bien cultivadas las tierras, y no contra-
yendo atraso considerable en las rentas, no puedan ser
desalojados de ellas, ni de los prados, casas y demás fincas
los arrendatarios, ni alzárseles la pensión, reservándoles, y
a los dueños, el derecho de pedir que esto se arregle por
peritos que nombren respectivamente y tercero de oficio de
la justicia en caso de discordia, con la prevención de que en
tal caso se tenga presente para la rebaja de la renta la que
aumenten los mejoramientos que justifiquen los colonos
haber hecho y sus ascendientes en las fincas arrendadas; sin
perjuicio de la facultad de los dueños para administrar las
tierras por sí siempre que habitasen y residiesen en el término
de los pueblos en que se hallasen situadas, y quedando a
salvó el derecho de los colonos que por esta razón fuesen
despojados de ellas fenecido el tiempo de sus arrendamientos,.
para ser reintegrados cuando los dueños quisieren volverlas
a arrendar». (1)


Pues bien, señores; yo tengo en mi cartera más de un
caso, más de dos, de lanzamientos muy arbitrarios de colono,
consumado después de la amenaza para que votasen por
determinadas personas, advirtiéndoles que no seguirían en la
posesión de los bienes si desobedecían. ¿Y no sería aquella
una bonita tradición, señores, para implantarla ahora en el
solar asturiano y redimir a esos labradores de estas coaccio-


(1) En prensa este folleto, el diputado a Cortes Sr. Villalobos, presentó una
proposición de ley en la que se recojo este pensamiento y que abarca otros ex-
tremos.


nes? Yo tengo que reconocer que, en general, los terratenien-
tes asturianos son cariñosos, protectores de los colonos; pero
también he de decir, porque es la verdad, que la pasión polí-
tica les lleva a estos crueles extremos, que no son cristianos.
(Muy bien, muy bien.)


Y recogiendo todo esto podemos preguntar: ¿y qué hacer?
Pues biei, haciendo resugir aquellas energías, encauzarlas y
promover esta organización, que tendría por objeto ocuparse
intensamente, activamente, en todos los grandes problemas
palpitantes en la vida asturiana, a fin de ir realizando el ideal
asturianq y como no es cosa de tocar todos los puntos conte-
nidos en el programa que antes leí, vamos a citar algunos
casos pa •a que veamos si es o no necesaria la constitución de
esta gral fuerza: por ejemplo, el problema hullero, aislada-
mente: Con el mayor entusiasmo uno y otro año hemos venido
proporiendo la absoluta necesidad patriótica de resolver el
problena hullero, es decir, de que de nuestras minas se
extrajese todo el combustible necesario a las atenciones
nacion<les. Siempre se nos contestó con muy buenas palabras;
jamás :e acometió con empeño esta empresa, y fué menester
que pa:aran tantos años y que viniese este gran conflicto,
para qle se viese resplandecer a los ojos de todos que la
seguricd de la vida de España estaba en esta rica Asturias.


Podía haber sucedido esto, si Asturias, en lugar de tener
sus fuezas dispersas, de hacerse oir por voces entusiastas
pero asladas, o por sacudidas nerviosas y del momento,
estuvise organizada como yo deseo para actuar perseveran-
tement? No. (Muy bien.)


Teemos otro gran problema: los ferrocarriles secundarios.
Asturis fué una de las regiones españolas que llevaron más
iniciatvas y más pensamientos a las leyes sobre ferrocarriles
secunarios; puedo decir, que si existen hoy con fórmulas
un taro pi-áticas, se debe a las insistentes gestiones de As-
turias Pero es el caso que después de haber hecho toda esta
labor.11ega el momento de hoy y Asturias no tiene construido
ni undlómetro de ferrocarril subvencionado, ¿no es esto una
verddera vergüenza? Asturias que ha puesto su sacrificio en




1 45
144 LIGA PRO ASTURIAS


esta grande obra de progreso y desenvolvimiento de la vida
económica que impulsa a la vez la vida cultural asturiana,
que construyó dos ferrocarriles que costaron más de cuarenta
millones de pesetas con solo su esfuerzo, no tiene hoy cons-
truido ningún kilómetro de ferrocarril subvencionaco por el
Estado.


Pero os va a causar mayor admiración esto que os voy
a decir.


Se ha consignado en el presupuesto la suma de quince
millones de pesetas como anualidad para subvencionar los
ferrocarriles secundarios, y señores, es el hecho que se ha
comprometido por mucho tiempo esta anualidad, que ya no
hay una peseta para subvencionar ferrocarriles, y que aquí no
se ha conseguido nada.. Por eso los que estamos •éiterados
estimamos el buen deseo, pero también la candidez de
aquellos que a los interesados requerimientos, muy legítimos,
de los pueblos, telegrafían al ministro pidiéndole la subasta
de tal o cual ferrocarril. Hace poco lo hizo el Sr. Gob:rnador
de esta provincia, y no tiene nada de extraño en él; legaron
a él con este requerimiento en favor de Asturias y teegrafió
con interés que se le debe agradecer; pero un representante
en Cortes, que tiene el deber de saber cómo estás estos
expedientes que afectan tan directamente a la vitalidad de la
región ¿cómo había de caer en la candidez de telegafiar al
ministro, que había de contestarle con una amabilidad (Muy
bien, muy bien.)


Yo sé bien que no se puede hoy subastar ningún ferocaríl
asturiano, sencillamente porque no hay una peseta; y;s más,
si un ministro se atreviese a sacar a subasta un ferocarril,
sería para engañar y no comprometería nada; porquero hay
dinero, lo primero, y lo segundo, porque todos están proyec-
tados con arreglo a los precios normales, anterior a la
guerra, y no hay ningún valiente que se hiciera cargode esa
construcción en la seguridad absoluta de arruinarse.Yo he
meditado mucho sobre la manera de salvar estos inonve-
nientes, y tengo mis ideas que en sazón oportuna haré de
exponer, y, en su caso, (La Liga» podrá estimar y defnder


LIGA PRO ASTURIAS


Oto asunto, señores. Tenemos interés los asturianos en
celebra- el XII Centenario de Covadonga. Con la más entu-
siasta 'oluntad, el Marqués de Villaviciosa promovió esta
cuestiói en el Senado. Persona tan calificada como D. Fermín
Canella secundó la iniciativa y varias veces hizo también
requerinientos, sin poder lograr del Gobierno que se conce-
diese algina cantidad en favor de la celebración del XII Cen-
tenario ce Covadonga; y es que para estos asuntos de interés
regionalse- requiere una acción colectiva y perseverante. (1)


Puesbien: no se ha conseguido nada, nada nos dieron
para aydarnos a celebrar el Centenario, aquella epopeya
histórica que es nacional, aun cuando se haya realizado en
Asturias y ya que hablo de ésto, quisiera yo que toda vez
que nade se nos dió del Presupuesto del Estado, que se de-
rrama el tantas otras fiestas, no estaría demás que se pensa-
ra en pe de alguna manera toda España tributara en esa fe-
cha ui recuerdo a aquel gran hecho histórico, que bien po-
dría sr el que todos sus municipios diesen en esa fecha me-
morare en que habremos de celebrar nosotros entusiástica-
mental Centenario, el nombre de Pelayo o Covadonga a
una che o plaza, es decir, que yo desearía que en todos los
pueble de España se perpetúe este recuerdo. Y bien estaría
que ya ue hay tantas órdenes civiles en España, se crease
la graiCruz de Pelayo o de Covadonga. Así, también se
perpetaria el recuerdo de aquellas grandes epopeyas. Y nos-
otros ls asturianos, estamos interesados en que asf sea, por-
que tco lo grande que haya ocurrido en Asturias, tenemos
el detr y el derecho de recordárselo a España y de comuni-
carle (te sentimiento, para que tribute su recuerdo a la que
fué cta de la Reconquista, libertadora del territorio de Es-
paña.Prolongados aplausos).


¿Caeréis más ejemplos? ¿Pero no estamos suspirando
hace ampo por un cuartel, y a pesar de eso sigue la tropa
acuaelada en ese vegestorio insano de Santa Clara?


(1)n prensa este folleto se promovió la gestión colectiva que el Sr. Alas Pu-
mari íirecomendaba y se consiguió de las Cortes una ley otorgando las facultades
y losedios necesarios para la celebración del Centenario.




146 LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS 147


Pero ¿no estamos, señores, clamando por un estableci-
miento de tal naturaleza corno un Instituto (porque ya se vé
como estamos acondicionados en el momento presente) y,
sin embargo, pasan Ios años y no se ejecutan las obras y se
construyen edificios para Institutos en otras partes, qre cues-
tan millones de pesetas? Y quien dice Instituto, dice asa de
Correos.


Y ¿por qué es ésto? ¿Qué es lo que pasa aquí? Pies ésto,
es, porque aquí se desenvuelve una mezquina poltica que
todo lo envenena, y es menester que todas las mezgrindades
de la política se resuelvan personalmente entre los pie sean
o entre los que seamos, pero de ninguna manera peda pa-
decer el interés de Asturias por nuestras contiendas )olíticas.
(Aplausos prolongados).


Y es porque se necesita, pero de toda necesida\, de su-
prema necesidad, una organización espléndida, que d la sen-
sación al país de que aquí hay una fuerza que afirma' per-
sonalidad y que hace valer su derecho ante las Cortesle Es-
paña. (Aplausos).


Figuraos, señores, que este mi deseo, que este mi p ensa-
miento, llegase a realizarse, y que cuando se constityeran
las Cámaras, existiese esta «Liga» de fuerzas asturiaas, de
energías de Asturias, consolidadas, unidas, confundida, for-
mando un inmenso bloque para hacer valer sus aspiriones
ante las Cortes españolas; imaginad que los diputadodlegan
al Congreso : sabiendo que tienen detrás de sí esteloque
inmenso que les estimula, que les anima; y pensad ue un
Diputado que está sentado en el Congreso, pide la pabra y
dice: Señores: Asturias, en voces aisladas, en distinis mo-
mentos, en muchas épocas, os dijo que tenía en sus etraflas
la vida de España, y no la hicisteis caso; los diputadoastu-
rianos, divididos, complacientes con los Gobiernos, cjaron
pasar vuestras actitudes pasivas; Asturias os dijo oti vez,
muchas veces, que era menester hacer a España, en posi-
ble, independiente del extranjero, económicamente, darro-
llando una política eminentemente nacional, y para ellutili-
zar sus fuerzas, que las tiene; y sobre todo, que era mies-


ter construir en el propio suelo todo aquello que constituye
la defensa nacional, que si no lo construimos, no estamos de-
fendidos; no somos propietarios de las armas, sino se hacen
con los medios que nosotros tenemos, y la nación que se
siente indefensa, no puede progresar, le faltan alientos para
acumular riqueza, porque ha de temer cada día un asalto, una
invasión, ser vencida. (Muy bien).


Y este Diputado dice al Gobierno: pues bien, si hasta
ahora Asturias, dividida en su representación, que aquí tenia
que defender su derecho, dió voces aisladas que no fueron
escuchadas, desde este momento, como que el programa
que trae aquí es de defensa y de salvación de la Patria, no
quiere tomar para sí la responsabilidad de ser vuestro cóm-
plice, y os dice que vienen aquí todos Ios representantes as-
turianos como una sola persona a defender todo ésto, que es
la vida de España, que es la salvación de España.


Y si a este efecto anuncia una interpelación, y se levanta
otro Diputado asturiano y dice: yo quiero consumir el segun-
do turno, y se levanta uno más y dice: Señor Presidente: Que
se me reserve el tercer turno. Y cuando el primer Diputado
esté desarrollando la interpelación en favor de estas grandes
soluciones, que tienen en Asturias su origen y su fuerza,
pero que son salvadoras de España, los otros Diputados pi-
den la palabra para alusiones, ¡¡señores!! se produce en la
Cámara una sensación tal, que pueden considerarse virtual-
mente resueltas, desde aquel momento, todas estas grandes
cuestiones, porque se impondrá necesariamente el interés pa-
triótico, que encaja perfectamente en la demanda asturiana.
(Bravo, bravo. Grandes aplausos).


Si esto es así, si realizado este movimiento nos ha de
llevar a tan grandes soluciones, yo pregunto: ¿Quiénes se
pueden oponer a el? ¿A ver que mal hay aquí? ¿A quién se
ataca? ¿Contra quién se va? ¿Y quién puede levantar la ca-
beza en contra, si lo que se quiere es la salvación de Astu-
rias? Los señores de la tierra tendrán que ver con simpatía
este movimiento, porque se va a trabajar por Asturias, a




^


148 LIGA PRO ASTURIAS


desenvolverla económicamente, a facilitar la exportación de
los productos y promover el fomento de las comunicaciones;
los señores de la industria y los que tienen las energías mine-
ras de Asturias en sus manos ¿cómo se van a oponer a este
movimiento si viene a defender el interés permanente de As-
turias, y todos los que tienen intereses asturianos, riquezas
asturianas en sus manos, tienen el deber sagrado de dirigir
esa riqueza, de desenvolver esa riqueza, paralelamente al
interés permanente de Asturias, favoreciendo estos movi-
mientos de que ellos se pueden servir atendiendo al interés
regional? Y lo mismo digo de la fuerza obrera, tan interesada
en el progreso de Asturias, de que su mejoramiento depende.
Nadie duda que el comercio ha de prestar ayuda a este movi-
miento, porque si queremos impulsar la riqueza de Asturias,
engrandeceremos, como consecuencia inevitable, a Asturias,
y de un pueblo productor, creador de riquezas, tendrá que
derivarse necesariamente un pueblo consumidor, donde se
establecen cada día más cambios mercantiles y se asienta un
comercio fuerte y próspero. (Muy bien, muy bien). Así es
que yo"creo que no hay quien, legítimamente, pueda oponer-
se a este movimiento. (Aprobación).


Y voy a terminar recordando unas palabras de Ihering,
cuya esencia está en mi espíritu desde aquellos buenos
tiempos en que fuí estudiante: «La lucha es el trabajo eterno
del derecho. Si es una verdad decir: ganarás tu pan con el
sudor de tu frente, no le es menos añadir también: solamente
luchando alcanzarás tu derecho. Desde el momento en que el
derecho no está dispuesto a luchar, se sacrifica, así podemos
aplicar la sentencia del poeta: Es la última palabra de la
sabiduría, que solo merece la libertad ry la vida el que cada
día sabe conquistarlas. »


De modo, señores, que organicémonos, unámonos, y todos
juntos luchemos para merecer la libertad y la vida de Asturias,
para engrandecer a Asturias; que ya lo habéis oido a Alonso
de Quintanilla: €Obra como esta, el mayor trabajo es comen-
zarla; hecho esto, la obra misma va abriendo los caminos
para conseguir el fin que deseamos, con la ayuda de Diosa


LIGA PRO ASTURIAS
149


Hagámoslo así, que Asturias es grande, inmensa, para enri-
quecer la Patria y para salvar a España. (Ovación delirante.
La ovación se prolonga durante varios minutos. El Sr. Alas
Pumariño es rodeado de numerosas personas que le felici-
tan con entusiasmo).




JUICIOS Y COMENTARIOS,


í




SOBRE LA CONFEßENCIA


Ha quedado iniciada «La Liga» Pró Asturias, y pronto se
verá ya actuar la nueva organización, imponiéndose la meri-
tísima misión de propulsar la riqueza asturiana.


El movimiento provocólo el entusiasta y distinguido astur
Sr. Alas Pumariño, que bien probadas dejó en diferentes
ocasiones su claro entendimiento y su acendrado cariño a esta
provincia.


Conocedor el Sr. Pumariño de las necesidades que en
Asturias se precisaba atender; convencido por la experiencia
de los grandes males que acarreaba a los intereses materiales
de su región el continuo divorcio en que vivían los represen-
tantes en Cortes por Asturias; inspirado en el patriótico deseo
de hacer resurgir la vida asturiana en todas sus manifestacio-
nes, formó unas bases o programa donde se recoge todo lo
necesario para el completo desarrollo de las fuerzas vitales
de la hasta hoy abandonada región.


Estas ideas y pensamientos del Sr. Alas Pumariño, logra-
ron desde el momento mismo en que se lanzaron a la publici-
dad, crear un ambiente favorable, porque encajan perfecta-
mente todos esos proyectos en el anhelo público.


Que la iniciativa del Sr. Alas Pumariño refleja de modo
fiel el sentir de Asturias, se patentizó ayer en el hermoso
acto celebrado en el salón del teatro Jovellanos.


Dicho amplio local se vió ya desde bastante antes de la
hora anunciada para la conferencia, invadido por incontable
número de personas, pertenecientes a las diferentes clases
sociales. El Magisterio, el Claustro de profesores de diversos
Centros docentes, la Industria, el Comercio, el proletariado,
etcétera, tenían nutrida y espontánea representación en el
simpático acto.




154 LIGA PRO ASTURIAS
LIGA PRO ASTURIAS 155


^^.


La circunstancia de acudir a la conferencia público tan
heterogéneo, obedecía a que el acto no revestía el menor
carácter político, ni tenía otra finalidad que la de prevenir y
asegurar los intereses de la región, y ante tales objetivos
forzosamente habían de congregarse los amantes del engran-
decimiento y prosperidad de Asturias, y alentar con sus aplau-
sos y sinceros ofrecimientos a quien como el ex-Comisario
Regio de Pósitos brinda sus energías y valer en holocausto
del bienestar de la patria chica.


El apartamiento de la iniciativa del Sr. Alas Pumariño, al
constituirse «La Liga», de todo procedimiento o matiz político
determinado, lo expuso bien clara y gallardamente el confe-
renciante cuando, explanando su idea, afirmó que una vez
en plena actividad aquella organización, él no sería más que
un simple «liguero» como asturiano, pero como político,'sus
actos estarían bajo la fiscalización de «La Liga», y que, por
tanto, podía incluso hasta ser residenciado si no cumplía con
los sagrados deberes a que se comprometía en pró de Asturias.


Tan francas manifestaciones, reveladoras de las más puras
ideas, acogiéronse con calurosísimos aplausos y pusieron de
relieve todo cuanto ha de ser y significar el actual movi-
miento.


En éste daránse por concluidas las mezquindades políticas
y las rencillas personales, pues dentro de «La Liga» solo ani-
mará como único pensamiento el laborar por y para la pro-
vincia, que es trabajar por Eespaña y hacer Patria.


La provincia entera percatóse desde el primer día que se
expuso la idea, de la grandísima trascendencia que entraña
para sus intereses la organización y funcionamiento de «La
Liga», y siguió con suma atención todas las opiniones
emitidas.


Así, ayer, acudieron a escuchar al iniciador de «La Liga»,
Sr. Alas Pumariño, numerosas comisiones de distintos puntos
de la región, Langreo, Laviana, Mieres, Aller, Sobrescobio,
Siero, Noreña y mas pueblos viéronse dignamente represen-
tados en la conferencia.


El éxito de ésta ha sido, por lo apuntado, grandioso, y


puede asegurarse que en lo futuro Asturias estará atendida
como se merece.


Las ovaciones y plácemes que unánimemente tributó el
público al,entusiasta astur Sr. Alas Pumariño, acusan un firme
temperamento y un recio carácrer en el pueblo, que es pre-
cisamente cuanto se precisa para alcanzar una obra útil.


A las innumerables felicitaciones que recibió el ex-senador
por Oviedo, Sr. Alas Pumariño, une la suya muy afectuosa
y sincera EL CORREO DE ASTURIAS, alentándole para que siga'
consagrando sus actividades en bien de la provincia.


Correo de Asturias..




EL' RESURGIR ICE RSTURIf\S
Si en los asturianos queda algún rasgo de nuestra viril y


legendaria independencia; si es que no nos abandonó por
completo el instinto de conservación; si somos patriotas; si
estimamos en algo los propios intereses y el bienestar de
nuestra región, ningún buen asturiano puede perder de vista
el acto importantísimo celebrado ayer tarde en el Jovellanos.


El señor Alas Pumariño ha presentado las bases de un
programa cuya finalidad no es otra que elevar el nivel de As-
turias en todos los órdenes de la vida al rango que en justicia
le corresponde. En su notable discurso el ilustre político as-
turiano, ha pedido para todos, no ha pedido para sí como,
algunos suponían.


Y en este punto conviene que quede bien aclarado un
extremo que pudiera prestarse a torcidas interpretaciones.
Hemos de confesar que las circunstancias son poco favora-
bles a la sinceridad que pudiera informar la intención del se-
ñor Alas Pumariño; trátase de un profesional de la política,
de un representante en Cortes, de una persona que aspira a
serlo de nuevo en la próxima lucha, y ésto, francamente, pu-
diera hacer suponer aún a los mejor intencionados, que el
acto por el Sr. Pumariño dado no debe tener más objeto que:
atraerse votos.


Mas en este punto, abordado por el ex-senador asturiana
en su discurso, no ha podido estar más claro y contundente.
«Yo quiero—ha dicho—que se organice este movimiento,
que adquiera el necesario vigor, y lo quiero por el bien de
Asturias, no por provecho propio. Constituida la Liga, yo me
apartaré de ella, porque como político seré fiscalizado y has-
ta residenciado si no cumplo con mi deber».


Y más adelante: «Las horas que atravesamos no pueden
ser más solemnes; si no se atiende a este movimiento rege-




158 LIGA PRO ASTURIAS


nerador; si la energía de los asturianos sigue dormida; si no
nos unimos todos para salvar a Asturias de la ruina que le
amenaza, yo juro ante Dios que si tengo una representación
en Cortes renuncio a ella, retirándome a mi casa».


Promesa de tal importancia, hecha con gravedad por un
hombre creyente, por un católico sincero, no puede ser más
definitiva.


El Sr. Alas Pumariño no puede engañar, el Sr. Alas Pu-
mariño ha dicho verdad... Mas si otra cosa ocurriese, no se-
ríamos los asturianos los perjudicados, sino el propio intere-
sado, porque en el empeño se juega su carrera política.


Mas como en nuestro pecho no se alberga la más leve
duda de la sinceridad de nuestro insigne paisano, nosotros,
que hemos defendido y defenderemos los intereses de Astu-
rias por encima de todo, hemos de acojer con entusiasmo y
prestarle todo el apoyo de que somos capaces a este movi-
miento que llamaremos regionalista por darle algún nombre,
pero que en sustancia viene siendo la base del engrandeci-
miento de todos.


Y de que la renovación, el cambio de postura es necesa-
rio, nadie puede ponerlo en duda. Ahí tenemos por lo que a
Oviedo afecta, unas relaciones de peticiones hechas al Esta-
do manidas, resobadas en fuerza de llevarlas y traerlas siem-
pre desdeñadas, nunca atendidas, todo por nuestra desunión,
por falta de energía, por el olvido completo de nuestra per-
sonalidad.


Ni cuartel, ni edificio para las dependencias del Estado,
ni Instituto, ni carreteras, ni vías férreas, ni vida administra-
tiva de los Municipios... Nada, el olvido, el desprecio más
absoluto y desesperante.


La riqueza hullera, lo que es hoy nervio de vida de toda
la Nación, está siendo objeto de las vejaciones más onerosas
por parte del Poder Central. ¿Puede esto consentirse por más
tiempo?


Esto es lo que han de decir los asturianos. El movimiento
está iniciado.


Veremos si sabemos ser hombres.
(De .B1 Carbay6u ).


^A LLE6ARH EL MOMENTO


El acto realizado en Oviedo por D. Nicanor de las Alas
Pumariño no ha tenido más que un defecto: la fecha en que
-se celebró. En época de quietud y calma partidistas, aquella
fecunda disertación podía ser cimiento. En los albores del
período electoral, las buenas intenciones del conferenciante
pueden ser tachadas de «inoportunamente oportunistas». Y
es lástima, porque hay bases para el gran edificio, bases
sólidas, y no había para qué ofrecer a los maliciosos un aná-
lisis, pretendiendo encontrar en esos cimientos arena y agua
políticas.


Lanzar ahora ese bello programa, ese generoso pensa-
miento, corre el peligro de perder su eficacia, y si revela
abnegación, na hay para qué exponerle a otras hermenéu-
ticas. Hermosa es la idea, en lo que tiene de grito contra los
políticos que no se han cuidado de Asturias más que para
arrancarle representaciones sin fruto, porque no podían entrar
en los Ministerios con autoridad, pues la habían perdido soli-
citando favores pequeños para alimentar sus caciquismos. Y
si el Sr. Alas Pumariño escoge esa Tebaida para ser el primer
arrepentido, su voz ya tendrá la autoridad de un predicador
penitente.


Si como sastre que conoce bien el paño, nos quiere hacer
un traje de regionalismo económico a la medida de las reivin-
dicaciones catalanas, ¿cómo no aceptar sus autorizados con-
sejos? Pero la receta no es para dictada ahora, porque al
administrar las medicinas hay que tener en cuenta la estación
en que nos hallamos, y así como la zarzaparrilla y otros depu-
rativos están indicados para la Primavera, esos otros remedios




160 LIGA PRO ASTURIAS


contra la mala política, hay que dejarlos para cuando pase la
temporada de votos, porque lo que es para curar una enfer-
medad, pudiera malograrse, convirtiéndose en pócima para
avivar la dolencia.


Nosotros estamos convencidos de que no pueden ser
mejor intencionados los propósitos del Sr. Alas Pumariño,
pues aunque las circunstancias del amor propio le hayan
empujado alguna vez a defenderse, colocándose en terrenos
pantanosos, no por eso ha dejado de ser nunca romántico de
Asturias, por cuyo amplio progreso labora tan arduamente.
Pero no se apresure. Ha expuesto el gran programa, que'
hacemos nuestro, pero déjelo quieto, «que pose», como por
aquí decimos, y una vez nombrados diputados y senadores,
entonces habrá llegado el momento de formar la Liga para
leerles la cartilla a esos representantes, y vigilarlos después,.
y residenciarlos, si preciso fuere.


Este es nuestro leal consejo, porque entremezclar esos
altos ideales de independencia asturiana, que no son otra cosa
que otro Covadonga para echar a los moros que nos repre-
sentan mal, con los ajetreos electorales donde todo buen
propósito se estima como un ardid, equivaldrá a matar en flor




un anhelo, que, desarrollado en sazón, puede dar días prós-
peros a nuestra provincia, y al Sr. Alas Pumariño la hora
hermosa del triunfo de su bello gesto. Nosotros que hace 40.
años, y libres de pecado, venimos predicando ese sermón de
la montaña asturiana, que tiene por verbo a D. Nicanor, de-
cimos: «Aceptamos el programa para el momento oportuno».


ALMÁN.


(De Comercio.).


La Liga fjegionalista clsturiana
LOS QUE LA DEFIENDEN Y LOS QUE LA COMBATEN


Con solo publicar las bases o programa de la Liga, bas-
-tábale al propulsor e iniciador de la misma para convencernos
,de la razón que le lleva a acometer la empresa actual, pero
él ha querido señalar con caracteres intensos la realidad tan-
gible del objeto-causa de este movimiento y ha procurado
hacerlo en su conferencia.


Estamos, esto es indudable, en un momento crítico, no
solo de la política, sinó de la historia de España. Es, pues,
un deber de ciudadanía, que cada cual señale su posición.
Entre las orientaciones que sigue la llamada renovación, figu-


\ra el regionalismo, pero no en el sentido con que lo patroci-
naron los tradicionalistas. El Sr. Alas Pumariño, centra la
mirada en un punto principal: en aquel que hace referencia a
los intereses y a los anhelos de progreso que sienten los
asturianos. Dado el hecho de esos intereses y de esos anhe-
los, el problema de su aprovechamiento consiste en saber
hallar sus condiciones propias. El hecho, con ser inmenso y
trascendente, no tiene en sí mismo una virtud directora su-
ficiente: era preciso encontrar la fórmula de encauzar y aco-
modar. Y así, después de estudiado el proceso histórico y de
quedar examinadas las leyes mecánicas que esos hechos en-
gendraron, la Liga regionalista pasa de la tentativa a la vir-
tualidad practica.


Ahí queda un lado de la cuestión: El práctico, el económi-
co, el que afecta a los elementos de riqueza desarraigados
con el abandono del Poder central. El otro aspecto, el ideo-




LIGA PRO ASTURIAS162 LIGA PRO ASTURIAS


lógico y especulativo está resuelto en un principio desde el'
momento en que la Liga ha sabido plantearse el problema de
Asturias en té, minos tan claros, precisos y lógicos.


El ideal del Sr. Alas Pumariño está fundado en posibili-
dad. Al contrario de lo que le ocurrió al regionalismo carlista
del Sr. Mella, que fué precisamente la causa de su muerte
política. El asturiano ladino y socarrón se rió de aquel regio-
nalismo «de curas de montaña y de niños bitongos», que ha-
blaba de resucitar instituciones antiguas con un criterio can-
doroso y trasnochado. Aquel desacierto y la falta de bases es
lo que motiva el despecho de El Pueblo Astur. El más ciego
ve la hilaza de la burda campaña. Una «Liga regionalista»
exigiría en primer término que los representantes en Cortes.
estuvieran capacitados para defender los intereses de Asturias
en las Cortes.


«La Liga regionalista» que preconiza el Sr. Pumariño, es
lo único que con caracteres de seriedad se intentó hasta aho-
ra en Asturias para redimirla de las oligarquías y de los abu-
sos del centralismo. Para su éxito es preciso tener en cuenta
algo de lo que el Sr. Pumariño apuntaba respecto a la reivin-
dicación económica del labrador. La importancia de Asturias
para la vida nacional es cierto que quedó demostrada con la
última huelga, pero lo fué más que por nada por la fuerza in-
mensa del proletariado, capaz de sacrificarse por un ideal.
Esto lo sostiene, sin duda, el Sr. Pumariño, (recordemos su
telegrama de Agosto) y por eso debió dedicar mayor aten-
ción a las relaciones que deben existir entre patronos y obre-
ros para que sea posible confundirlos en un anhelo común.


Nosotros creemos, por lo tanto, que la Liga puede ser un
gran éxito. Lo es ya su programa que nadie se atrevió a dis-
cutir. Ahora es necesario que los hombres de buena voluntad
que integran la Liga se dirijan al pueblo y le digan que está
irredento por la incultura, que los que le dan dinero y lo em-
borrachan arrancándole el voto, soberanía que le dió la ley a
cambio de la sangre y la vida, lo embilecen; que es necesario
que se redima por medio de sus Sindicatos, Sociedades agra-
rias, Cooperativas, Centros cíe cultura, escuelas; que se esta


163


blezcan escuelas de preparación técnica industrial, de artes y
oficios; Institutos de i nformación, de defensa y propulsión de
los intereses de Asturias, como han propuesto los Sres. Pe-
dregal y Posada; y tantas otras cosas como aquí faltan y que
están comprendidas todas en la órbita de acción de la Liga.


Y para esto hay que conquistar al pueblo, para que Astu-
tarjas se sepa región,


como decía Ortega y Gasset.


(De 4E1 Reformista,).




LA
LiGfl 8STURIANfl


Cuando ví por última vez a D. Nicanor de las Alas Puma-
riño fué en su ca :a de la Gran Vía, en Madrid. Después acá
sólo he sabido de él por los elogios que la prensa, sin distin-
ción de matices, dedica a nuestro muy ilustre paisano, con
motivo de las sensatas y oportunas renunciaciones que ha
hecho de todos aquellos cargos políticos en que no se le han
dado facultades para cumplir con la justicia y procurar el flo-
recimiento de la Patria.


Alas Pumariño, comprendiendo que la región asturiana se
halla en una decadencia, incomprensible en un país tan rico e
industrial, ha convocado a todos los asturianos de buena vo-
luntad para que formen con él la entidad que se llamará sen-
cillamente «La Liga», a fin de procurar el desenvolvimiento
agrícola, industrial, histórico, comercial pedagógico e intelec-
tual de Asturias, fundando su proposición en bases tan caba-
les como las expuestas en la conferencia que dió en el teatro
de jovellanos, en Oviedo, hace unos días.


Prescinde el Sr. Alas Pumariño de personalidad política
al gestionar la fundación de «La Liga», y da su palabra de
honor de que si fuera la vida política quien le quitara de em-
plear el libre albedrío de su conciencia moral para crear «La
Liga», renunciaría a aquella vida de gobierno y se retiraría
tranquilamente a su hogar.


Quiere, a la vez, ser un simple liguero cuando la sociedad
esté constituida, sin que en aquella institución de progreso y
adelanto entre la carcoma de la política, pues sólo ha de mi-
rarse el interés de Asturias y no el medro personal que casi
siempre va unido a las actas electorales.


Por desgracia hoy en España no hay más que dos parti-




166 LIGA PRO ASTURIAS LIGA PRO ASTURIAS 167


dos: el que manda y el que quiere mandar. Aún no se ha
tropezado con un hombre de buena voluntad que, aprove-
chando el doloroso trance porque pasa todo el inundo civili-
zado, sepa alzar, por sobre todas las naciones a esta Patria,
metrópoli que fué de colonias trasatlánticas riquísimas, ga-
nero de Roma, floreciente comercio de los fenicios, glorioso


de cultura en sus Universidades de Córdoba, Salaman-
ca, Oviedo, Alcalá y Santiago, en donde brillaron, como
astros de primera magnitud, Aixa la hermosa árabe, Luisa
Siges, Beatriz Galindo «La Latina» y Doña María Quintana
de la Cerda y Guzmán, «la Doctora de Alcalá»; pueblo de
epopeyas inmortales, desde Numancia a Bailén y desde Co-
vadonga a Zaragoza, es lástima no posponga a su progreso
la codicia de unos centenares de hombres que se hacen ricos
a costa de la nación.


A esto va encaminada la labor del Sr. Alas Pumariño,
que divide en siete secciones el plan para la formación de «La
Liga», primera actuación de ciudadanía; segunda, obras pú-
blicas; tercera, industria minera y fabril de Asturias; cuarta,
medios para el mayor desenvolvimiento de la agricultura y
facilidades para la exportación de los productos sobrantes y
sus derivados; quinta, patronos y obreros; sexta, enseñanza
primaria; y séptima, (Sancta sanctorum). Dialecto asturiano;
en las que se define y desenvuelve cada una de estas mate-
rias, haciendo de ellas un acabado estudio con admirable se-
renidad de juicio, libre de apasionamientos y ruines miras,
procurando en ella, solamente, la mayor gloria, honor y pro-
greso de la región.


Tratáse de regionalismo, pero de un regionalismo bien
comprendido, no imitación de los de Cataluña, Aragón y
Vasconia, que no son más que la ambición de cuatro farsantes
disfrazados de politicos, cuajada en los fueros y privilegios
de las antedichas regiones. El de Asturias es solamente el
amor al rincón nativo traducido en acicate del trabajo, pues
no dejará de asociarse la región a otras provincias cuando los
intereses de todas lo requieran, como en el caso en que Ga-
licia y Asturias se hallan en la necesidad que sea un hecho,


cuanto antes, el tendido de la línea ferroviaria entre Gijón y
Ferrol. Además que la R tierrina», al laborar por su progreso,
trabaja por el engrandecimiento de la Patria, ya que todas
las regiones reunidas forman la Nación. Pero, a su vez, se
librará muy bien de los egoismos del Poder Central, quien,
en muchas ocasiones, no desea otra cosa que aprovecharse
del trabajo regional, despojando a la provincia de lo que es
muy suyo.


Bien, muy bien, nie parece que la región se levante con
todos sus buenos auspicios, dando la llamada de progreso a
las demás regiones españolas para hacerlas comprender que
se está perdiendo un tiempo precioso, que, después, hemos
de llorar, como se lloraron otros que ya fueron a dormir en
brazos de la historia.


Pero en ese concierto social de talentos y de energías, de
productos y de capitales, se ha olvidado incluir a las mujeres,
fuerza impulsora de todos los actos de los hombres.


No es cuestión política, sinó de progreso, pues la mujer
ha de poner su dinero en el empréstito patriótico popular de
que habla el señor Pumariño en su sección segunda, para la
pronta realización de algunas obras públicas, como los puer-
tos asturianos y el ferrocarril antedicho, dando con ello una
prueba tan gallarda de desprendimiento como dió al fundarse
la casa de la filarmónica ovetense, al iniciarse la construc-
ción de los tranvías de Oviedo y al tratar de la Coronación
de la Virgen de Covadongd. En la sección cuarta tiene un
derecho indiscutible la mujer: ella es la que labra el campo,
la que confecciona las industrias derivadas de la leche, la que
recoge el vellón del ganado lanar, la que cuida del hogar
campesino (a la aldeana han de ir directamente todas estas
enseñanzas) y la que, sin saberlo, es la administradora de la
personalidad civil de su marido e iniciadora del deber de ciu-
dadanía en el sufragio.


En la sección quinta, dedicada a los obreros, tiene la mu-
jer una participación tan grande como el hombre. En los cen-
tros mineros y fabriles tiene una personalidad tan intensa
como la del varón. En los lavaderos de carbón, en los mue-




LIGA PRO ASTURIAS 169LIGA PRO ASTURIAS


lles cargando y descargando, en las fábricas dedicadas a in-
dustrias manufactureras y en los talleres, despliegan una
actividad tan poderosa y estimable como la del hombre, en
cuyo caso, la mujer es insustituible, pues hay industrias que
parece fueron creadas para ella. Y cuando no es fuerza inde-
pendiente que aporta al hogar su parte de sostén, es colabo-
radora del hombre: he aquí explicado el tema «La casa habi-
tación del obrero» de la sección quinta.


Y llega lo más interesante: la sección sexta. Con solo
apuntar parte del cuestionario es lo suficiente para explicar el
importante papel que el eterno femenino puede desempeñar
en este caso. Veamos: «Enseñanza primaria. Locales-escue-
las. ¿Reunen todas las necesarias condiciones higiénicas?
¿Están todas las escuelas rurales situadas en los puntos que
más facilitan el acceso a ellas de los niños que deben concurrir
a las mismas? Universidad popular; bibliotecas populares».
Entresacando del tema sexto las notas que más puedan inte-
resar a la mujer en cuestiones de enseñanza, ya que las maes-
tras, encargadas especialmente de los párvulos, son las que
han de regir los destinos de los futuros ciudadanos astures.


Sección séptima (Sancta Sanctorum) será eminentemente
femenina, pues si hombres tan sabios como Eduardo M. Tor-
ner, José Barrera (Heliodoro), Fermín Canella, Bernardo
Acevedo, Conde de la Vega del Sella, Vizconde de Campo
Grande, y otros se dedicaron a estos estudios interesantes, y
hasta hoy del dominio de los hombres, yo brindo al Sr. Alas
P umariño los que en esas materias han hecho mis cultísimas
amigas las señoritas Julia Muñiz Toca y María Rodríguez
San Pedro. Apuntemos el tema: «Dialecto asturiano». Des-
tt^ edrado y pobre ningún idioma le iguala en palabras ínti-
mas, sonoras y dulces para arrullar al pequeño asturiano en
su cuna, (lector, ¿no es ésto exclusivo de la mujer?); ni en
fuerza de expresión para exaltar el cariño de la familia y las
costumbres lugareñas, ni en voces de alegría y de entusias-
mo para ponderar la riqueza y las excelencias de esta tierra.
Por eso influye aún en el alma regional y por eso debemos


conservarle, y también como monumento histórico y útil para


conocer el origen y la etimología de no pocos vocablos cas-
tellanos. Bases para un diccionario de nuestro dialecto. Pala-
bras del mismo que se ha de proponer a la Academia se las
incluya en el Dicionario de la Lengua castellana, las cuales
palabras por su esclarecido origen y por su abolengo castizo,
su armonía y dulzura, su estructura, en fin, tienen título más
legítimo para ser usadas en el idioma español que tantas
voces extrañas que disuenan y le afean. Romances: Música
asturiana y la poesía popular de Asturias. Certámenes,
Premios. «La Liga» abordará con entusiasmo la empresa de
recoger, de compilar, de publicar y propagar estas manifesta-
ciones de la musa popular a través de los siglos, que ejercen
una influencia positiva en el alma astur y la ejercerán siem-
pre, mientras haya asturianos en el mundo; pues aquellas ar-
monías, sus acentos y sus notas, son voces que emanan de
las entrañas de estas tierras y nos atraen, son besos de amor
de madre. Arte y artistas asturianos. Las bellezas del campo
de Asturias. Parques nacionales. Propagandas. Turismo.


Ved, pues, cómo «La Liga» será, no solamente de hom-
bres de buena voluntad, sinó de mujeres de todas las clases
sociales, pues a ella han de contribuir cuantas se hallan inte-
resadas en el progreso de la región que son todas las mujeres
de Asturias, desde las que están en los lavaderos del carbón
de las cuencas hulleras, hasta las que tienden sus redes al sol
en las costas; desde las que laboran en la quietud de su estudio
hasta las que trabajan en las manufacturas de un taller.


No debe negársenos la parte que hemos de tomar en el
concierto social de Asturias, porque de no hacerlo sería pres-
cindir del alma de la fundación, ya que las principales bases
constitutivas son semejantes a los girasoles que siempre dan
la corola al sol: son para la mujer y por más vueltas que se le
dé a ella volverán su faz como diciendo: «Soy para ti y tu eres
para mí».


MARIA LUISA CASTELLANOS.


168




LABOß NECESARIH (1)


Por fin sacude Asturias su característica indiferencia, pre-
sentándose animosa y gallardamente dispuesta a sostener
con toda tenacidad la defensa de sus intereses morales y ma-
teriales.


Tiempo hace que debía ser ese el gesto y actitud de una
región que, como la nuestra, solo precisaba el cariñoso es-
fuerzo de los suyos para mantener pujante su poderío indus-
trial y desenvolver con la debida amplitud la riqueza impon-
derable que atesora. Así lo comprendió el distinguido astu-
riano ilustrísimo Sr. D. Nicanor de las Alas Pumariño, cuando
emprendía con entusiasmo y fe la campaña de constituir una
Liga o Junta que se encargara de velar perseverantemente
por el interés de Asturias.


Los nobles propósitos del Sr. Alas Pumariño llegaron,
como era de esperar, a obtener el asentimiento de todos. Fue
aquella una verdadera cruzada cuyos resultados ya comienzan
a tener plena y halagadora efectividad.


La semilla ha prendido, y muy pronto serán recogidos los
ópimos frutos.


Hoy nadie alberga recelos ni temores y siguiendo los im-
pulsos a que dieron lugar tan sabias y previsoras iniciativas,
congréganse los representantes de Asturias con las fuerzas
vivas de la región para emprender el dorado camino del re-
surgimiento que se les trazó.


Formarase la unión creadora de la Liga, Junta o Comité,


(1) En prensa el presente folleto, se celebraba una Asamblea de representantes
n n Cortes y fuerzas vivas de Asturias para constituir la junta defensora de los inte-
reses de la región.


A propósito del referido acto la prensa ovetense publicó los siguientes articulos.




172
LIGA PRO ASTURIAS


prescindiendo del virus de la pasión política que correría
cualquier empresa altruista.


En la organización predicada por Alas Pumariño y alenta-
da ahora por todos los elementos de significación de la pro-
vincia, no tendrá asiento ni cabida el escirro de la política,
desgastador de vidas y energías.


El pensamiento único es constituir un organismo integrado
por representantes de la industria, del comercio, de la agri-
cultura, de la enseñanza, etc., que en unión de los represen-
tantes en Cortes mantengan fija su mirada en el porvenir de
Asturias.


Debido a dicha organización podrá la provincia dirigirse
a los Poderes Públicos con visible fuerza y escrupuloso cono-
cimiento para demandar la protección o ayuda que se precise
y hasta para impedir solapados ataques a sus principales ele-
mentos de riqueza y vida.


A nadie se le pueden escapar los beneficios que reportará
el dinamismo o fuerza que ha de desprenderse del nuevo ser
nacido al calor de arraigadas convicciones y férvido entu-
siasmo.


En lo sucesivo Asturias tendrá forzosamente que ser res-
petada y atendida en sus legítimas ansias de bienestar y pro-
greso, pues la falacia y el subterfugio habrán de estrellarse
contra la unión firme y leal de todos los astures, y la verdad
oficial» quedará vencida por la que presenten los hechos
reales.


EL CORREO DE ASTURIAS, que desde el comienzo de la catn-
paña pró Liga sostenida por D. Nicanor de las Alas Pumariño
ha probado el entusiasmo con que acogía tan hermosa inicia-
tiva, ofrece igualmente en la actualidad secundar el movi-
miento, por seguir entendiendo que con ello labora, como es
su deber, por la prosperidad de la región asturiana.


De cEI Corroo de Asturias>


EL PORDENIFj ES NUESTIjO
Pocas palabras para comentar el acto celebrado ayer en


la Diputación. Pocas, porque aquí están demás las palabras.
Hace mucho tiempo que sobran. Hechos son los que hacen
falta.


La Asamblea a que aludimos ha sido, sencillamente, el
primer paso dado en firme hacia el regionalismo asturiano,
tan acertadamente preconizado tiempo hace por el senador
Sr. Alas Pumariño y necesidad cada día más sentida en todos
los pueblos de la provincia.


Se va a la creación de un organismo—su nombre genérico
no hace al caso—en el que tengan representación todos los
elementos de algún valer en la provincia, organismo del que
emanará una oficina de carácter técnico y consultivo y a la que
confluirán las aspiraciones de los pueblos, y de la que saldrá,
documentadamente y con toda suerte de elementos de juicio,
la orientación que en cada caso deben seguir nuestros repre-
sentantes en Cortes para reclamar en ellas lo que el pueblo
quiere.


De esta suerte, los diputados y senadores saben hasta
dónde deben llegar y se verán compelidos a moverse, porque
tienen detrás una fuerza social que al tiempo que les empuja
préstales fortaleza y energías para la lucha.


En lo sucesivo, y de actuar derecha y activamente el
organismo que va a crearse, los diputados o senadores por
Asturias no hablarán a nombre propio o de su partido cuando
de intereses materiales se trate, sinó que al hablar uno lo hará
por todos y en nombre de la provincia entera.


Este procedimiento tiene, claro está, el leve inconveniente,
para los interesados, de que las argucias de los inútiles, de




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los remolones o de los demasiado vivos quedarán al descu-
bierto, y poco a poco su propia inutilidad o su mala fe los
irá insensibilizando como miembros del cuerpo social hasta
concluir por amputarlos. Mas si esto resulta para ellos ui mal,
en cambio constituye un beneficio para la provincia entera,
que eliminará lo que le estorba y se irá acoplando lo que es
utilizable.


¿Se conseguirá algo de esta vez?... No lo sabemos.
Nuestros optimismos, nuestros entusiasmos por el bienestar
de Asturias nos dicen que sí. Tal vez nos equivoquemos.
Quizá sobre quien al leer hoy el resultado de la Asamblea se
sonría, incrédulo, pensando en que esta es una reunión más,
de la que, pasados unos días, sólo quedará el recuerdo.


No nos importa. Llámesenos ilusos, Quijotes, fantás-
ticos... Nos tienen completamente sin cuidado los vayas y los
escepticismos de los Sanchos de guardarropía. Cuando mira-
mos con alegría hacia el porvenir de Asturias, para nada los
tenemos en cuenta; sabemos que el mundo es de los lucha-
dores, de los audaces, de esos ilusos, no de los perpetuos
espíritus negativos, que ni sirven para hacer ni para auxiliar a
los que hacen.


A unirse, pues, todos los asturianos amantes de su tierra,
a luchar juntos por su progreso, a dejar por el momento a un
lado los afanes políticos, que si tal hacemos el porvenir es.
nuestro.


De •E1 Carbayón»