MEMORIAS
}

MEMORIAS
PARA LA HISTORIA


DE LA


REVOLUCION ESPAÑOLA.




1


PROLOGO,


FACTtlyi EST IN TERRIS QUIDQuID DISCORDIA JUSSIT.


Se verificó en el 'mundo
Quanta mazi¿ló la discordia.


P.ETPONIO.


ka NT abril de 1814 anunció el. Diario
de los Debates ,cl ue uil Fra nces proyec-
taba escribir la historia cic la revoiu-


• cion de Espaaa.
Para que lo execute, con algunas


noticias que no constan en gacetas,
y pueda usar de -las publicadas en
ellas con mas conocimiento de sus
causas , efectos y circunstancias, se
ha considerado muy oportuno antici-
par las reunidas en esta obra que por
lo mismo solo lleva título de Me-


i. a




( II )
morías para la historia de la revolucion
Española.


Gran parte de los hechos, y de Sus
documentos justificativos se publicó
á su tiempo en las gacetas de la Eu-
ropa ; pero apenas hay ahora quien
los tenga presentes, porque los acon-
tecimientos de 1812 , 13y- 14 han bas-
tado para ponerlos en olvido.


Los que leen solo por curiosidad , no
gustan de gravar su cabeza con la re-
tencion de sucesos antiguos en la me-
moria; la qual proporciona mayor pla-
cer recórdandoles objetos agradables.


Otros leen por instruccion ;. pero
se contentan con saber por mayor los
asuntos agenos ; porque les basta para
sus conseqUeneiás filosóficas y políti-
cas ; motivo por el qual tampoco to-
man el cuidado de conservar en' su
memoria todas las ocurrencias anti-
guas qu.e no les interesan personal-
mente : y menos guando pertenecen
á nac ion distinta de la suya.


)
Otros no gustan de noticias suel-


tas y aisladas ; pero,sin embargo de-
sean saber á fondo un asunto y juz-
gar por sí mismos quando se les pro-
porciona reunir en un solo punto de
vista todos los hechos , para que la ig-
norancia no les haga vivir en concepto
equivocado.


Be aqui las previsiones porque se
reunen en estas MIwzorías muchos su-
cesos . sabidos , pero ya olvidados , y
dignos de recordarse, ademas de otros
que ciertamente se ignoran por no ha-
ber llegado la ocasion de publicarlos.


La revolucion espaiíola puede pre-
sentar aspectos tan diferentes' y aun
contrarios entre sí, guante) mas lo
han sido algunos acaecimientos : pues
los de los ai-los 1812,13, y 14 se . 'opo.-
nen á todos los de 18°8 , 9, r o ,
y- paree del mismo 12.


Lo mas reciente suena mas ; da
mayor materia de conversacion ; se
propaga con mas facilidad ; y si pro-




duce resultados -tíltirnos y definitivos,
hace olvidar lo- sucedido anteriormente,
hasta el .extremo de no reputarlo parte
de la historia , si algun interesado no
se toma el trabajo de recordarlo.


Una de las qiiestiones que deberá
exdiniiu y resolver imparcialmente
qualquiera historiador de . la revOlu-
cionespaiiola , es la de guando y corno
la Nacion comenzó á tener guerra con
Francia; quales fueron sus primeros
efectos : „en quanto á la thrmácion de
partidos; y los fundamentos que se
alegaban para oponerse á lo antes opi-
nado ,, ,deferid ido , y prometido.


presentar tales dudas parece á.
primera vista una paradoxa , porque
nos acordamos -únicamente de los, úl-
timos altos ; pero sin embargo es una
duda verdadera ; muyifundada ; y con
trascendencia muy:- grande á la de-
cision de otras gravisimas y capares
de .influir, aun ,ahora mismo , • en la
felicidad ó desdicha de la Espaiia.


( y )
La suerte. de doce mil y m'as fa-


milias refugiadas en Francia ,
tern, Italia , Portugal y Africa ; mu-
chas oprimidas ea cárceles de Espa-
iía.;.,y mas de cien mil doloridas en
silenció , den tro- de la pen insu la , por
ser padres , ó suegros, hijos ó yernos,
hermanos ó cuí-lados; ó sobrinos;
primos ó parientes ; criados depen-.
dientes de los expatriados , componen
demasiado número para que dexen de
tener relacion directa con la .. dicha
desdicha de la Nacion : y como todo
es efecto de opiniones políticas, con-
viene saber éstas á fondo.


Nada mas justo que reunir los he-
chos capaces de presentar, la verdad
histórica para que la vean y juzguen
los que se han olvidado de los suce-.
sos anteriores á las grandes noveda-
des vistas en los últimos tiempos ; con
gusto, si , universal , pero no imagi-
nadas antes de- 1813 ni aun por los
mismos que las han causado.




o


el


(vi)
Tal es el objeto de las presentes


Memorias. La narracion es tan fiel é
imparcial, que su autor tiene por im-
posible hallar quien pueda negar un
hecho ; no solo de los que constan en
los documentos justificativos del torno
segundo ; sirio tampoco de los que
penden de la fe qne se merecen las
personas vivientes y respetables que
han contado algunos corno testigos
presenciales; ó como instruidos en
ellos originalmente.


Estas Memorias no pueden ofen-
der á nadie,- porque su autor no acri-
mina partido alguno de quintos han
existido en la revolucion española,
ni aun á las personas que han aban-
donado el uno por seguir el otro;
antes dice que han procedido estos bien
en ambos casos ; en el primero por-
que asi lo creiau útil á la Nacion ; en
el segundo porque habiéndolo repu-
tado despues perjudicial , hicieron lo
que debían en mudar.


V T )


El autor piensa que todos los es-
pañoles permanecieron firmes en la
idea primitiva de salvar la pátria ; y
que la diferencia solo estuvo en las
opiniones sobre los medios de conse-
guir el objeto,


No quiere convencer esta propo-
sicion con argumentos ; y asi no los
hay suyos en estas Memorias. Se ha
propuesto ser únicamente redactor de
los hechos y de las opiniones que se
formaban sobre ellos.


El lector imparcial , despues de ha-
ber leido á sangre fria la narracion
del primer torno , y los documentos
justificativos del segundo , queda en.
plena libertad de resolver la duda que
ha dado materiales á la publicacion
de estas Memorias ; cuyo derecho per-
tenecerá tambien plenamente A qual-
qualquiera que sin adulaciones escriba
la historia de la revolucion Española.


Yo solo diré que mi sistema ha sido
de Bebricio Calagurritano en la




vm )
iiiseripcion que puso á los Manes de
Quinto Sertorio , aunque habla muer-
to proscripto por el Senado romano,
anunciado á todos que podian apren-
der de él y de su exemplo á guardar
fidelidad en el cumplimiento de las
promesas , mediante que aun á los
muertos agrada , quanto mas á los
vivos.


Et meo disco exemplo fidem servare.
Ipsa fieles etiam mortuis ptacet (1).


Esto es en substancia.


Aprended de mi á ser ,fieles
A lo que habeis prometido.
Grata la fidelidad
A011 á los muertos ha sido.


(i) Morales , Risco, Moret , y otros,


MEMORIAS


PARA LA HisTortuk
.DE LA


REVOLUCION ESPAÑOLA tAlr./02


7


ARTICULO PRIMERO.


Principio de la revolucion española.


A POCO tiempo de haber casado el príncipe
de Asturias , Fernando Borbon de España ,
con su prima hermana Maria Antonia Borbon
de 'Nápoles , hija del rei de Nápoles , comen-
zó cierta desunion familiar en el palacio real
español. El rei Carlos IV y su esposa impu-
taban la culpa original á la reina de Napo-
les (1). Murio la princesa en Aranjuez , año
de 1806. Un legajo de cartas y papeles re-


(i) Carta de Carlos IV á Napoléon , en 29 de oc-
tubre de 1807


, en el Monitor frances de 5 de fe-brero de 'Sio.
MEMORIAS




( 2 )
servados que le pertenecian, quedaron en po-
der de D. Andres Garcia Hernandez , su
confesor. Se le tornaron por órden real , fue-
ron conservados por el inquisidor general, y
despues de varias ocurrencias pararon en ma-
nos de Napoleon , cuyos subditos los reco-
gieron en casa de Infantado , dia g de di-
ciembre de 18o8 , habiéndolos encontrado en
dos casitas (i).


2 La desunion entre Fernando y sus pa-
dres prosiguió despues de muerta la princesa ,
lo mismo que antes , ó mas , á proporcion
de lo alejado que aquel vivia del manejo , y
aun noticia de los asuntos de la monarquia
y de lo que diariamente se aumentaba el
inflas() y poder de D. Manuel Godoy , prin-
cipo de la Paz , casado con Doña Luisa de
Borbon , condesa de Chinchon , hija legíti-
mo del infante D. Luis, hermano del rci Car-
los III..


5 El principe de Asturias tenia en su fa-
vor todos los que no participaban del de Go-
doy , siendo sus principales confidentes los
duques de infantado y de San Carlos , y D.
Juan Escoiquiz, dignidad y canónigo de To-


(1) Monitor del jueves 22 de diciembre de 18e8.


( 5 )
ledo , antiguo preceptor de su Alteza Real
aunque tambien lo eran bastante el conde
de Orgaz , y el marques de Ayerbe. Con
acuerdo de Escoiquiz, y con su auxilio , se
determinó Fernando á escribir al emperador
Napoleon en 1 z de octubre de 1807 una
carta reservada , que ahora es publica en las
gazetas de Europa (1).


4 Su contexto se reduce 'á pedir por no-
via qualquiera señora de la familia imperial ,
que S. M. quisiese adoptar por hija , asegu-
rando que todos los españoles deseaban éste
enlace. Que escribia reservadamente sin co-
municarlo con el rei Carlos IV su padre ,
porque éste Señor se hallaba rodeado de hom-
bres malos , quienes por ideas particulares
desaprobarian el proyecto. Que supplicaba
tambien á S. M. I. y R. el segundo favor de
hacer por sí mismo la primera apertura de
la conversacion , escogiendo los medios opor-
tunos al objeto, en inteligencia de que aun-
que por parte de sus padres se le propusiese
otra novia , no se conformada jamas. Ulti-
maniente rogaba se le guardára secreto para


(r) Monitor de 5 de febrero de 18ro. Vease con otras
en la colcccion de documentos de estas Memorias.






( 6 )
decretó en 5 de noviembre que el consejo de
Castilla juzgase á los demas.


8 Formado el proceso , vieron los jueces
que no habla en los acusados la culpa de que
se les hacia cargo, y dieron testimonio de
que no les acobardaba la prepotencia del prin-
cipe de la Paz , á quien se miraba como prin-
cipal accusador , por mas que pareciera serlo
el fiscal del consejo D. Simon de Viégas.


g Sin embargo, el rei decretó por via de
providencia separar de la corte , y destinar á
diferentes partes de la monarquía, los perso-
nages antes nombrados , y otras personas de
inferior orden , participantes del suceso.


lo Mientras el principe de Asturias pen-
saba ganar la voluntad del emperador , pre-
tendiendo casar con sobrina suya, la faccion
contraria de la familia real espailola trataba
bien diferentes asuntos con Napoleon.


x En 2 7 de octubre de 180 7
se celebró


un tratado secreto en Eontainebleau entre Car-
los IV y el emperador, por medio de D. Mi-
guel Duroc , gran miriscal del palacio im-
perial , y D. Eugenio Izquierdo , plenipo-
tenciario secreto de,


Carlos IV. La substan-
cia de sus catorce articulos se recluso á que
el rei de Etruria tedia á Napoleon sus do-
minios de la Toscana , y habia de recibir


( 7 )
en indemnizacion la provincia portuguesa de
Entre Duero y Miño , con la ciudad de Oporto ,
titulándose rei de la Lusitan ia setentrional.
Que la provincia portuguesa de Alentejo , y
el reyno de los Algarbes habia de ser en toda
propiedad y soberania para el principe de la
Paz y sus descendientes con título de prín-
cipe de los Algarbes. Que las provincias de
Beira ,• Traslosmontes y Extremadura portu-
guesa , quedarian en depósito hasta la paz
general , para disponer de ellas, segun las cir-
cunstancias , y conforme á lo que se pactase
entre Carlos y Napoleon Que si llegase á
faltar sucesor en el reyno de la Lusitania se-
tentrional ó en el principado de los Algarbes ,
había de pertenecer al rei de las Españas el
derecho de dar la investidura á quien quisiese,
con tal que nunca se uniesen entre sí , ni con
la corona de España. Que el monarca espa-
ñol habia de Ser siempre protector de las dos
citadas potencias; cuyos soberanos no hablan
de poder hacer guerra ni paz sin su interven-
cion. Que si al tiempo de là


paz general se
restituyesen á la casa de Braganza las provin-
cias de Beira , Traslosmontes y Extremadura
portuguesa en cambio de la plaza de Gibral-
tar , de la isla de la Trinidad , y de otras
colonias que los ingleses tenian pertenecien-




( 8 )
tes á la España ó sus aliados , habia de s
quedando el soberano de las citadas provin-
cias portuguesas , baxo la proteccion del rei
de las Españas , corno los otros dos ya desig-
nados. Que el emperador salia garante de la
posesion de los estados que el rei de Es-
paña tenia en el medio dia de los pirineos
y estabo pronto á reconocerlo corno empe-
rador de las dos ilmericas , guando todo es-
tuviese preparado para que Carlos 1V pudiese
tomar éste título , lo que podia ser á la paz
general , ó á los tres años de la fecha á mas
tardar , y que las posesiones ultramarinas del
Portugal serian partidas entre Francia y Es-
paña por convenio particular.


I2 Con la propia fecha se celebró conven-
cion separada entre los mismos soberanos ,
por medio de los indicados plenipotenciarios
en siete artículos, reducidos á que veinte y
cinco mil hombres de infanteria francesa , y
tres mil de caballeria entrarian en Epaña ,
inarcharian derechos á Lisboa, y se les reu-
nirian ocho mil españoles de infanteria , y
tres mil de caballeria , con treinta piezas de
cañon. Que mientras tanto una distinta divi-
sion de diez mil españoles tomaria posesion
de la provincia portuguesa de Entre-Duero y
Miño con la ciudad de Oporto ; y otra tam-


( 9 )
bien española de seis mil baria lo mismo
en Alentejo y los Algarbes. Que las tropas
francesas serian alimentadas por España , y
sus sueldos pagados por Francia. Que las pro-
vincias secuestradas se gobernarian por el co7
Triandante militar frances ; las de Lusitania y
Algarbes por los españoles. Que el cuerpo
del centro de la totalidad de tropas estaria
baxo las órdenes del comandante frances , y
se le someterian las españolas que hubiese ;
pero si el rei de España , ó el principe de
la Paz fuesen allí , todos tanto franceses corno
españoles , estarian á sus órdenes. Que un
nuevo cuerpo de quarenta mil hombres de
tropas francesas se reuniria en Bayona el dia 20
de noviembre próximo á mas tardar, y pa-
sarían á España para entrar en Portugal , caso
de que los Ingleses enviasen refuerzos , y ame-
nazasen atacarlo , á cuya entrada preceduia ,
sin embargo , nuevo acuerdo entre los sobe-
ranos contratantes.


15 Entraron tropas francesas en tan creci-
do número , que guando se ha sabido des-
pues el tratado de Fontainebleau ( entonces
ignorado en el público ) han creido muchos
haberse duplicado. Ocupaban ya el camino
real de Francia para la corte hasta Valladolid,
y se extendian por varios puntos de las pro-




( io )
vincias de Burgos , Palencia, Zamora, y Sa-
lamanca; pero Napoleon ( que llevaba su idea
particular adelante sin manifestarla ) procuró
y consiguió tener las plazas fuertes, que ase-
gurasen entrada de nuevas tropas. El principe
de la Paz permitió que se le abriesen las puer-
tas de San Sebastian , Pamplona , Figueras ,
y Barcelona. Apenas hubo español que de-
jase de formar pronósticos funestos de una
conducta en que se vejan operaciones hosti-
les , contrarias al nombre de alianza. Tal vez
el principe de la Paz congeturaba otro tanto ;
pero por un lado la existencia de un exército
ageno en el centro del reino , y por otro el
rezelo de no llegar á la posesion de la so-
beranía de los Algarbes , influyeron á que re-
putase la entrega de las plazas por menor mal
que la irritacion de cólera del emperador
franees.


14. Este ( non contento con expeler de la
Toscana en mal modo á la reina regente de
Etruria , hija de nuestro monarca Carlos IV,
con su hijo de corta edad, Luis de Bollan ,
sobrino y nieto del propio Carlos , obligán-
doles al viage de España , para pasar á la
corona imaginaria de Lusilarzia Selentrional)
dispuso en Febrero de 18o8 que Izquierdo,
fuese velozmente á España , y dixese Car-


( I I )
los IV que los intereses del imperio frances ,
atendido el estado presente de la Europa, exi-
gian indispensablemente agregarle las provin-
cias españolas , sitas entre los montes Pirineos
y el rio Ebro ; por lo qual esperaba la con-
formidad del rei Carlos IV . en inteligencia
de que Napoleon le indemnizaria , dejando á
su disposicion todo el Portugal , para que hi-
ciese lo convenido en Fontainebleau , ó lo que
quisiese.


15 Encargó á Izquierdo exigir de la corte
de Madrid una respuesta categórica, y suma-
mente pronta , por que la necessitaba el em-
perador para las medidas ulteriores que de-
berian subseguirse , con diversidad de obje-
tos . y medios en los diferentes casos de con-
sentimiento tí. negativo. Todo fue verbal ; Iz-
quierdo dixo no haber querido el emperador
darle instrucciones algunas por escrito , hasta
saber el estado de la voluntad de Carlos IV en
este punto.


16 Izquierdo cumplió su comision impe-
rial en una forma , que hizo á Carlos IV en-
trar en temores de que Napoleon deseaba una
respuesta negativa para pretexto de hacer pri-
sionera toda la familia real en su propria corte,
por medio de órdenes reservabas al gefe de
sus tropas francesas , ó de repetir en España




9


( 12 )
la escena de Portugal , si el rei abandonnaba
el territorio continental da su monarquia. No
sabemos si Izquierdo llevaba encargo positivo
de Yapoleon de explicarse de esta suerte , ó si
lo hizo por opinion propia en virtud de lo que
tuviera oido al emperador , y de la combina-
don de muchas observaciones sueltas.]


1 7 Carlos IV se contristó en sumo ¡grado,
y temeroso de peores consecuencias!, encar-
gó verbalmente á Izquierdo responder al em-
perador affirmativemente. Pero ni esto bastó
para tranquilizar el animo de quien tenia pro-
yecto de fiar su dinastía en España. Los cor-
reos de gabinete despachados en Paris al prin-
cipe de la Paz , eran casi diarios desde el re-
greso de Izquierdo ; y aunque no tengamos
á la vista el contenido de las cartas , podernos
asegurar haher sido alarmante hasta el extre-
mo de resolver Carlos IV retirarse á Sevilla
desde Aranjuez , llevándose consigo toda la
familia real.


18 Esta resolucion tuvo todas las alterna-•
tivas que debe sufrir una que se adopta sin
voluntad, y por solo miedo de mayores males.
El marques Caballero , secretario del despa-
cho universal , y ministro de Gracia y Justi-
cia , partícipe de muchos secretos del gabi-
nete , creyó acertar aconsejando la permaner,


( x 3 )
cia del rei en Aranjuez; y este dictámen tomo
grande apoyo por una carta que Carlos IV
recibió del emperador, quien remitiendole
con un gentilhombre de cámara, gran cordon
de la legion de honor, catorce cavallos nor-
mandos de regalo, le confirmaba lo prometido
en cartas anteriores de hacerle pronto una vi-
sita para arreglar verbal y amistosamente , por
sí mismos , y sin tratados diplomáticos todas
las cosas de España y Portugal.


19 Al frente de las tropas francesas estaba
Joaquin Murat, cuñado del emperador, gran
duque de Berg entonces , hoy rei de Yápoles ;
y cada dia se acercaba mas á la corte, de ma-
nera que tenia partidas abanzadas cerca de So-
mosierra , y de otros puntos de la cordillera
de los montes que dividen la Castilla vieja del
reino de Toledo. El principe de la Paz, 6 por
la correspondencia epistolar que algunos dige-
ron seguía con el gran duque de Berg, 6 por
otros qualesquiera motivos , permaneció firme
en que para salvar las personas del rei y su
familia real , no quedaba otro medio mejor
que retirarse á Sevilla. Habiendo convencido
á Carlos IV , dió á todas las tropas españo-
las , residentes en Portugal y Extremadura ,
tilden de retirarse hácia los reinos de Cordoba
y Sevilla , y á todas las de casa real , que




( )
su justo valor , viendo pro-
hacian creer la certeza del
constancia de su verifica-


( 14 )
fuesen al sitio de Aranjuez, en que residía la
real familia.


20 Por mas secreto que se procurase, no era
posible tanto que no trasluciese al público lo
substancial del proyecto. Todas las gentes de
Madrid se alarmaron, creyéndose abandona-
das por su rei , y entregadas á la voluntad
del gefe de las tropas francesas , como lo ha-
bian sido los de Lisboa , y resto de Portugal;
pero su pena crecía por la ausencia del prin.
cipe de Asturias , á quien toda la nacion
amaba mas que en los tiempos antiguos ,
por consecuencia de la compasion que ha-
bia ocupado todos los corazones en octubre
precedente , y de las circunstancias en que
preveian su viage , junto con sus persegui-
dores , aunque acompañado de su hermano
D. Carlos , y tio D. Antonio , que lo ama,
ball tiernamente.


i En vano Carlos IV noticioso de lo
alarmado que se hallaba el pueblo de Ma-
drid , procuró tranquilizar los ánimos , ase-
gurando en proclamas que no tenia intencion
de abandonar la corte, y que tampoco ha..,
bia motivo , por ser infundado todo rezelo. II
contra las tropas francesas , cuyo soberaná
era entonces mas fino , mas intimo , y ma
fiel aliado que jamás. El pueblo tomaba es-


fas proclamas en
videncias que le
proyecto , y la
clon.


22 Fernando mismo tuvo entonces la. opi-
nion de no convenir el viage. Vivia persua-
dido á que el emperador le concederia por
esposa la parienta que le pareciese mas opor-
tuna ; y el embajador frances Beauha•nais ,
primo de la emperatriz Josefina , fomentába
las esperanzas, lisongeándose de mayor ascen-
diente en la corte con el enlace de su. familia.
Miraba Fernando la próximitad del exército
frances como favorable á sus proyectos , y aun
esperaba que si el emperador fuese personal-
mente á Madrid, seria para destruir las ma-
quinaciones de sus enemigos , y poner al he-
redero del trono en estado de que se le tu-
viesen mayores miramientos y consideracio-
nes que antes de su proceso. Creia por últi-
mo , que asi lograrían su libertad de volver
á la corte los infelices servidores suyos , que
á. pesar de hader sido absueltos por sentencia
judicial estaban sufriendo destierro por pro-
videncia, particularmente sus mas distingui-
dos , Escoiquiz , Infantado , San Carlos , Or-
gaz y Ayerbe.


25 Este concepto fue motivo de eme ha-




( IÚ )
biendo Fernando sabido en la mañana del 17
de Marzo , que la noche de aquel mismo dia
estaba designada para la evasion , dixo á
un guardia de corps : esta noche es el viage,
y yo no quiero ir (1). Bastó la proposicion
para producir obstáculos. El guardia la co-
municó á quien consideró conveniente , y
corrió la voz de manera , que á la noche se
tumultuó la plebe , dirigida por quien no era
plebeya contra el prineipe de la Paz , cuya
casa fue allanada. Los húsares de su guardia
dispararon contra los sediciosos , y creció el
motin. No hallaron éstos á Godoy : el rci se
mostró al pueblo en los balcones del palacio
real , y lo tranquilizó , asegurando que no ba-
ria al Piafe.


24 Sabido el suceso en Madrid , su plebe
imitó en la noche del 18 el exemplo de Aran-
juez. Numerosísimas quadrillas de amotina-
dos acudieron á las casas de Godoy , y de su
madre , de su hermano D.. Diego , duque de
Almod.obar del Campo , de su hermana Doña
Ptamona , mugen del conde de Fuenteblanca ,


(!) Manifiesto imperial y exikto de lo mas impon,
tante , ocluido en Aranjuez , Madrid y &arana ,
crito en Madrid por un anonimo , impreso ea Valencia
por *Monfort , ario 164 , pag .


( 1 7 )
sic su -segunda hermana Doña Maria Anto-
nia , esposa del marques de Branciforte , y
de varios personages y empleados que se
suponía ser íntimos amigos, aliados ó con-
fidentes del objeto de sus iras. Allanaron to-
das estas casas , quemaron sus muebles, y
dieron ocasion á que los hombres acostumbra
dos al robo aprovechasen la oportunidad que
se les ofrecia con -solo gritar viva el rey, y
muera Godoy.


25 Entretanto Carlos IV escribe al empe-
rador con fecha del dia I S , que hacia tiem-
po le labia pedido el .príncipe de la Paz, le
admitiese la dimision que hacia de los cargos
de, generalísimo de los exércitos , y almirante
de las esquadras, y que S. M. Babia tenido
ahora por conveniente admitirla, y lo avisaba
para que sepa el emperador esta novedad , y
que en su consecuencia gobernaría por si
mismo aquellos dos objetos de la monar-
quía (I).


26 Los amotinados de Aranjuez descubrie-
ron dia / 9


el paradero del prineipe de la
Paz , se apoderaron de su persona , y lo mal-
trataron de modo, que sin duda le hubieran


(1) Copia de la carta en el Monitor de 5 de febrero
de 18ro.




( 18 )
quitado la vida , sino lo impidiesen los guar-
dias de corps. Carlos IV y su esposa roga-
ron á su hijo interponer su autoridad á favor
de Godoy con el populacho , conociendo que
sola su mediacion bastaria , por haberse visto
ya entonces que el principe de Asturias era ob-


j eto del amor del pueblo y de sus conmociones.
Fernando intercedió, y consiguió de los amo-
tinados que dejasen al favorito , preso en po-
der de los guardias de corps, quienes lo con-
duxeron á su quartel , y cuidaron de; la ca-
racion de sus heridas.


2 7 La plebe prosiguió sin embargo amo-
tinada , rezelando que se verificase todabia el
viage del rey , con transportacion del heri-
do ; y Carlos IV creyó que no le seria posi-
ble vivir ya tranquilo si proseguia reynando.
Renunció la corona , y la traspasó al prin-
cipo de Asturias , hijo suyo primogénito , á
quien en el año 1 7 89 los prelados escogidos
para representar el clero , los grandes de Es-i
paria , y los títulos de Castilla representantes
de la nobleza , y los diputados de las ciuda-:,
des de voto en Cortes que representaban at
pueblo español, habian jurado como principe
sucesor del trono para despues de la vida de
Carlos IV su padre.


28 En seguida Carlos IV avisó dia 20


( 1 9 )
Napoleon su renuncia (sin manifestar cansa
nueva de una resolucion incompatible con lo
que rabia escrito dos dias antes) diciendo que
sus achaques no le permitian proseguir con el
cargo de reynar,


, y que pensaba retirarse á vivir
en pais mas- cálido; pero que S. M. I. podia
estar tranquilo en la política, porque su hijo
Fernando tenia los mismos sentimientos de
amistad con la Francia que su padre (1).


29
Anunciada la renuncia del cetro se tran-


quilizaron los amotinados de Aranjuez , acla-
mando á Fernando VII por rey de España. No
rabia igual tranquilidad en Madrid : los mal
intencionados trataron de allanar y saquear
otras casas que al principio no habian entra-
do en su plan. Lo verificaron en algunas la
noche de aquel mismo dia 1 9


, y formaron
lista de otras para la noche siguiente; lo goal
no surtió efecto por haberlo evitado la guar-
dia cívica que los habitantes honrados de cada
-calle formaron voluntariamente con autoridad
del gobierno,


3o Los malos exemplos de las cortes son
imitados con frecuencia por las ciudades ca-
pitales de provincia , despues por las de par-
tido , y al fin por todas. Asi sucedió en Es-


(o) Copia de la carta en el Mon, de 5 de feb. de 181o.




( 20 )
pala. Casi no hubo pueblo de alguna consi-
deracion , cnya plebe no se tuinultuase para
manifestar el odio al favorito , y cuyos de-
seos no se satisfacicran alguna vez con modos
detestables.


31 Uno de ellos fue -la ciudad de San-Lucar
de Barrameda , reyno de Sevilla, junto al
desague del rio Guadalquivir en la mar. Alti
habia un jardin de Actimatacion , creado en
tiempo del principe de la Paz , donde babian
prevalecido y prosperaban ya los árboles de
la quina, de la canela, del cacao, de la cochi-
nilla , del coco , del añil, y otros muchos uti-
lísimos de América , Africa y Asia , que con
el tiempo se hubieran propagado á toda la
costa del medio dia. Tambien habia un barco
llamado el Salvavidas , de una invencion par-
ticular , destinado á salvar náufragos , lo que
se habia verificado en repetidas ocasiones. La
plebe amotinada no vid en el barco y en el


jardin sino objetos de su furor , y destruyó
sus propias ventajas por odio al que las pro.-
tegia.


32 Dia 20 de marzo se publicó en Madrid',
la renuncia de Carlos IV, y la proclamacion
de Fernando VII, hecha en Aranjuez. El con-
tento fue general. Machos manifestaron admi-
raeion extraordinaria de que la reyna Luisa


(2I)
no usara de su ascendiente sobre la voluntad
de su esposo Carlos IV para evitar una ges-
tion que la despojaba de todo poder , y la
sujetaba á las leyes del hijo menos querido.
Algunos , fundados en esto , sospecharon que
la resolucion de Carlos -IV tomada en seme-
¡antes circunstancias , fuera efecto del miedo
mas que de la voluntad. Sin embargo , nadie
dixo que hubiese protextado su abdicacion.
El estado de las cosas apenas permitia se-
mejante protesta en aquel dia : y de positi-
vo todos , todos sin excepcion , aprobaban e/
resultado; porque cansados de la prepotencia
del Favorito . , deseaban ver el cetro en manos
de Fernando..


Sin embargo-merece saberse la eireunspec-
cion con que quiso proceder el consejo de Cas-
tilla en este asunto. Habiéndosele remitido
dia no de marzo la renuncia de Carlos IV , la
comunicó á los fiscales para que expusieran
lo que considerasen correspondiente á su oficio
antes de acordar la publicacion y cumplimien-
to. Esto desagradó mucho en Aranjuez, y en el
dia 2x recibió el Consejo una segunda órden
en términos imperiosos para publicar la re-
nuncia sin que los fiscales dieran dictamen
ulgtmo por escrito.


Cedió el
pero en honor de su con-




(. 22 )
docta es forzoso confesar que tenia razon, por-
que no solo- faltaban en el caso los requisitos 4intervenidos en las renuncias de Juan I.,°
Carlos I.° , y Felipe V ( de las quaies la pri-
mera no surtió efecto porque las Cortes la re-
sistieron) sino tampoco la reserva de pension
anual á renta fixa hipotecada en provincias.
para el monarca renunciante y reyna su espo
sa porque la. precipitacion y circunstancian
del suceso no habian dado lagar á tantas de-
liberaciones , ni aun se habian designado las
personas á quienes trascendiera la renuncia
para el caso de faltar Fernando VII, como su-
cedió á Luis 1.° en.vida de su padre.


Despues de impreso esto he leido una obri-
ta del Señor D. Juan Escoiquiz , con el título. .
de Idea sencilla de las razones que motiva-. 11
ron el viage del rey Fernando VII a Bayo-
na. Su autor ha publicado una nota de lzquier-
do , fecha en París I 24 de Marzo de 1.80. La.
pondré tambien en mi coleccion ; y conforme.
á ella debe entenderse lo que por voces pú-
blicas queda dicho en los párrafos 14 y sir.
guíenles.


( 23 )


ARTICULO II.


Viage de Fernando VII et Francia , y sus
primeros efectos.


I DESEABA el nuevo rey dar á Madrid el
placer de su presencia , pero la tranquilidad
era muy poco segura porque crecian las alar-
mas con la noticia de que el exército fran-
ces , en lugar de seguir el camino de Portugal,.
habia tomado el de la corte , y se hallaba
bastante próximo á ella. Fernando procur6
calmar las agitaciones de ánimo diciendo que
no debia rezelarse nada. porque su venida era.
pacífica : y por último que suspenderia su en-
trada mientras los habitantes, no manifestasen
tranquilidad general.


2 Entretanto , el gran duque de Berg , no-
ticioso del motin de Aranjuez del dia 1 7


, ha-
bía movido de Arando de Duero con su quar-
tel general ; estaba el xg en Somosierra , el 20
en Buitrago , el 21 CI1 San-..9.gustin, el 22. en


j
cobendas , y el 2.3..en.Madrid. Se le designáalo-
amiento en el Retiro, no le pareció á propó


zito, y pasó á vivir en la.easa del orincipe alela




( 24 )
Paz , junto al convento de Doña Maria de Ara-
gon , cerca del real palacio.


3 Ya estaba Murat en Madrid, guando entró
Fernando VII dia 24. Sin embargo , aquel no,
visitó á. éste ni le reconoció como rey , teme-
roso de- disgustar al emperador su cuñado; y
aunque pidió por regalo para S. M. I. la espada
del rey de Francia -Francisco. 1. 0 , (conserva-
da en memoria de la batalla de Pavía ) lo hizo
de modo que no se comprometiese. Fernando
Vil , que nada deseaba tanto como complacer
al emperador, accedió á la súplica, y hubo.
de contentarse con la satisfaccion que Murat.
le hacia dar por medio de terceras personas,
de. qne no debia dudarse habria luego instruc-
ciones del emperador para reconocer á Fernan-
do como rey , y supliria él entonces las omi-
siones del dia.,


4 Fernando escribió al emperador , dándo-
le noticia de su elevacion al trono por abdi-
cacion espontánea de su padre, y manifestán-
dole nuevamente sus deseos de casar con una
princesa parienta suya, y de que S. M. I. hi-
ciese quanta antes el viage que tenia anuncia
do al rey Carlos su padre.


5 Pero mientras tanto el gran duque d.eBerg-
entró en inteligencias reservadas, y tratos se-
cretos , cuyas resultas inmediatas fueron recibir


( 25 )
de Carlos IV un papel, en que protextaba con
fecha del dia 2 1 que su abdicacion de la coro-
na no hacia sido libre sino forzada por el mie-
do de perder la vida , en caso que los amotina-
dos de Aranjuez prosiguiesen sus conmociones.


6 En el monitor de 5 de febrero de 1810 se
publicáron copias de las muchas cartas escri-
tas desde 22 de marzo en adelante por Maria
Luisa reyna de Etraria , su madre Luisa , rey-
na de España , y Carlos IV al gran duque de
Berg, y una al emperador con fecha del 25, re-
mitiéndole dicha protexta del 2 1 , y diciendo:
« Yo izo renuncié la corona en favor de nzi
« lijo, sino por la Jaerza de las circunstan
« das y guando el estruendo de las armas
«y los gritos del pueblo , y de una guardia
« sublevada me tercian conocer que era 72C-,
« cesario escoger entre vida y muerte, pues
« la mía se hubiera seguido despees de la
« de la reyna. Yo abdiqué por fuerza: : : di-
« rijo úV AL 1. y R. una pro texta contra los
« acoiztecinzientos de Aranjuez , y contra mi


u


» abdicacion. » Montion tomó esta carta en
Aranjez, y la envió Air


parte con otros23, cuyo
o a


__aula en el mismo dia
papeles y cartas rela-


tivas al asunto se publicáron en el monitor de 3
4e mayo de 18o8,. La


a protexta que se cita, deciade este modo ; Protext
declaro ecla que toda


15




( 26 )
lo que manifiesto en mi decreto de 19 dé.
Marzo abdicando la corona en mi hijo ,,fue.
/orzado por precaver mayores males , y
la efusion de sangre de mis queridos vasa-
llos, y por tanto de ningun valor. Aranjuez,.
21 de Marzo de 1808. Yo el rey (i).


7 Al mismo tiempo seguía Murat sus intrí-
gas en Madrid conforme ?.1 las instrucciones de
su corte. Llegan un aposentador de París , y
algunos carros cargados cubiertos , etiyas ins-
cripciones anunciaban contener efectos y
muebles relativos á la persona imperial. El
rey destina su propio palacio para alojar al
huesped soberano , y le aumenta los adornos.
El gran duque asegura estar ya muy próxima
la venida.. En fuerza de mil artificios pone á
Fernando en estado de enviar tres grandes de '
España con el objeto de cumplimentar al em-
perador en su viage , y creenciales para pedir
en nombre de S. M. la novia. Como si esto no
bastase , persuade al rey utilidad de mandar
su hermano el infante D. Carlos que salga des-
pues á encontrar al emperador en el camino
aparentando certeza de que no andaría des
jornadas sin hallarle.


8 Accede Fernando á todo ; los grandes de-


(1) Monitor de 5 de febrero de iSxo„


( 27 )
y despues el infante D. Carlos lleganEspaña ,


hasta la frontera del reyno sin verificar los an un
cios , y se detienen en Tolosa de Guipuzcoa
hasta saber la llegada de Napoleon á Bayona, en
cuya época pasaron; creyendo acertar por lav e-
hemencia de los deseos que habia manifestado
el rey de hacer guamos obsequios pudiese al em--.
perador. Entretanto pasan dias, y no solo no lle-
ga S. M. 1. sino tampoco carta suya para el rey; y
tanto Murat como el embajador Beauharnois , y
otros franceses prosiguen huyendo de verse con
Fernando, por evitar el tratamiento de Mages--
tad sin cortar el curso de sus dolosas negocia-
ciones.
9 Aparece despues en Madrid dia 7 de


Abril el general Savari , diciendo ser enviado
expresamente por el. emperador para cumpli-
mentar al rey, y saber personalmente de S. M.
misma (cuya audiencia pidió y obtuvo) si te-
nia para con.


la Francia los sentimientos de su
padre, en cuyo caso el emperador prescindiria
de todo lo ocurrido, no se mezclaría de lo inte-
rior del reyno, y reconoceria desde luego á
S. M. por rey de las. Españas y de las Indias.
Recibida la respuesta mas satisfactoria dixo.
que S. I. estaria ya cerca de Bayona con
Iiireccion á Madrid.


Despues de esta Sesion procuró con mil




(28)
modos inclinar el ánimo del rey á salir al ca-
mino para recibir al emperador, ponderando lo.
grata que habia d.eser á S. M. 1. una fineza de esta,
clase. Fernando y los que asistian en consejos.
secretos del gabinete, fixáron la consideracion
en la falta de credenciales , y aun de cartas de
quien era ya deudor de contestacion á varias;
pero la buena fe hizo creer que un general fran-
ces no podia ir á mentir en asuntos graves con
tanto descaro ante un soberano. Fernando re-
solvió salirhasta Burgos. Savari aseguraba que
allí seria lo mas lejos de Madrid que podria
encontrar á S. M. 1. , segun últimas noticias.


Fernando escribió á su padre dia 8 pi
diéndole carta para el emperador, en que di-
xese haber sido voluntaria su abdicacion , y
asegurase que su hijo tenia sus propios senti-
mientos en Orden á la Francia. La reyna Luisa
envió copia dia 9 al duque de Berg , pregun-
tándole que deberia responder su marido en
inteligencia de que no tenia voluntad de ac-
ceder. Murat contestó que la negase. Carlos.
IV la negó; pero debe tenerse presente que ya
Io habia escrito asi en 20 de marzo al mismo
emperador.


2 La buena fe del rey Fernando y sus. con-
sejeros, con relacion á la conferencia de Savari,
fue tanto mas notable, quino mas equívoca es:


( 29 )
taba la conducta del exército francos y su gofo.




De Burgos , Valladolid y otras partes llegaban
avisos de ciertos hechos y precauciones que
indicaban ánimo hostil mas que amistoso ; y
en Madrid mismo á la vista del rey, el gran
duque de Berg se apoderó del real sitio lla-
mado -Casa de Campo en la orilla derecha
del rio Manzanares , cuyo distrito contiene
cierta colina prolongada, punto militar de co-
locacion de ártilleria contra la poblacion de
Madrid.


13 Fernando creó, antes de salir, una Jun
ta suprema de gobierno , compuesta del in-
fante D. Antonio su tio , y los ministros se-
cretarios del despacho universal de Estado,
de los quales llevó consigo en el viage á D.
Pedro Ceballos, asi como á sus consejeros in-


. timos de gabinete, duque del Infantado, duque
de San Carlos , y D. Juan Escoiquiz , para
cuyo auxilio acompañaban el marques de
Muzquiz , D. Pedro Labrador , ex-embaxado-
res y otros, con cuya prevision se habian aso-
ciado antes al infante D. Carlos en su viage
D. Pedro Macanaz , y D. Pasqual Vallejo.


14. El rey salió de Madrid dia lo de abril,
y no encontró en Burgos á Napoleon , ni car-
ta suya, ni mas noticias que las que quiso dar
el general Savari, oficioso


viagero , que afee-'




)
nudo interes y deseos de obsequio , habia rriá
nifestado al rey su satisfaccion en regresar en-
tonces por si podia servir de algo á S. M. El
servicio fue instarle á pasar á Vitoria con tal ve-
hemencia , que la bondad del rey cedió des-
pues de haber mostrado repugnancia.


15 Llegó á la ciudad y no hallando al em-
perador, se detuvo para deliberar. Escribió á
Napoleon allí con fecha de 14 de abril mani-
festando quexas de que no le hubiesen tratado
corno á rey el gran duque de Berg , y el em-,
bajador ; y tambien de que S. M. I y R. no 14
hubiese escrito , habiendo Fernando hecho en
obsequio del emperador y de sus tropas quan-
to se pudiera desear, por lo dual ruega le sa-
que de incertidumbres. En aquel mismo dia
entró en Bayona el emperador. El infante D.
Carlos que habia estado detenido en Tolosa
de Guipuzcoa, pasó á Francia para cumplimen-
tar á S. M. El general Savari hizo igual viage
desde Vitoria , llevando la carta de Fernando
y volvió el 18 trayendo la imperial de 16 del
propio mes , que publicáron despues las ga-
zetas y D. Pedro Ceballos (r).


(1) Ceballos :Exposicion de los hechos y maquina-
ciones que han preparado la usurpacion de la corona d
Espaiia , apendice u. 3.


( )
19 Ella contenía lo bastante para conocet


que Napoleon no le reconocía por rey , sino
solo principe sucesor del trono , cuyo trata-
miento le daba. Pero corno S. M. 1. manifestó
deseos de conferenciar sobre el asunto para
certificarse dela libertad ó violencia de Car-
los IV en los momentos de abdicacion , Fer-
nando y sus consejeros íntimos creyeron útil
pasar á Bayona. Ya se habian advertido en el
exército frances ciertos movimientos sospecho-
sos , segun dice Ceballos en su Exposicion de
los hechos y maquinaciones que Izan prepa-
rado la usurpacion de la corona de Esparza;
mas no bastó á impedir el viage tal observa-
cion , ni el descontento general de los espa-
ñoles residentes en Vitoria, cuyos habitantes
llegaron al extremo de perder el respeto debido
á la Magestad, cortando los tirantes de las
mulas del coche real. Pero no es posible pasar
de aqui sin referir algunos sucesos particula-
res que constituirán parte muy esencial de la
historia,


1 7
Don Josef Martínez Hervás, ya difun-


to , hijo del marques de Almenara , y herma-
no de la muger del mariscal Duroc, duque
de Friul, fue á Madrid con el general Savari.
Esta cir


cunstancia_ unida con otras le pro-
porcionó escuchar en la corte de París cosas




( 32 )
que no quisiera, siendo, como era, buen espa,
ñol, muy amante del honor de su pátria. Oyen-
do en Madrid que se determinaba el rey Fer-
nando á viajar, no le permitió su patriotismo
conservar un secreto, cuya revelador). podia evi-
tar los peligros. En su consecuencia hizo que
llegasen á saber los ministros los motivos que
le asistian para rezelar que si el rey Fernando
salia de su corte , no volveria , porque la gran
idea del proyecto era apoderarse de su persona,
y ilcbarlo á Francia. D. Gonzalo Ofauil ,
nistro nombrado por Fernando VII , y afecto
suyo muy singular por gratitud , hizo luego
presente todo á los duques del Infantado, y de
S. Carlos, y D. Juan Escoiquiz, oponiéndo-
se abiertamente al viage del rey; mas los
tres confidentes de S. M. opinaron lo con-
trario. Hervás manifestó en Vitoria el peli-
gro al duque del -Infamado : pero el viage se.
verificó. Su zelo no le permitió callar en Ba-
yona. Dixo al propio duque que animase al
rey para negarse á la renuncia de la corona.
Todo fue inutil : mas no debe quedar en si-
lencio la gloria que á su nombre resulta de
que siendo cuñado del gran mariscal del pa-,
lacio imperial, anteponia en su amor el
vicio de su rey.


18 El padre maestro Salmon , religioso d


( 35 )
Orden de San Agustin, en su Resumen hístd.
'ico de la revolucio n dé España (de cuya obra
tengo ahora mismo la primera noticia) escri-
bió año r812, que un incognito pidió al rey
Fernando audiencia particular dia 2 7 ó 28 de
marzo , y dilo á S. M. en presencia de los di.t
'quesdel Infantado y San Carlos, del ministro
.Ceballos , y del caballero Escoiquiz, tener nos
ticia segura originalmente adquirida en casa
del embajador dé Francia , de que Napoleon
trataba de destronar la familia real de los Bor-•
bones de España; que á esto labia venido el
-gran duque de Bérg, y •que las órdenes eran
prender las personas reales , aunque fuese ne-
'cesado sacrificar gran parte del vecindario de
Madrid. Los consejeros íntimos del re y


des-,
preciaron el aviso , dando mayor crédito á sus
propias esperanzas, únicamente fundadas ea
palabras del embajador Beauharnais.


Ig D. Manuel Mazon Correa, comandan
te general de los resguardos del cordon de
Ebro, ó director de las salinas de la provincia
de Burgos, exerciendo en comision el destino
de comisario ordenador en Miranda de Ebro
para las provisiones del exército Trances, supo
que un oficial habia dicho en Ameyugo , pue-
V° in


mediato, que si Fernando no queda ir
voluntariamente á Francia, lo llevarían preso


;`.›




( 3 4 )
por fuerza desde Vitoria, donde se hallabk.
S. M. entonces. El alcalde de Ameyugo reci-
bió informacion del suceso. Mazos. , que arria-
ha mucho al soberano , y halda tenido el ho-
nor de besar su mano al tránsito por Miranda,
envió , lleno de zelo , al duque del Infamado
la informador', ofreciendo sacrificar su vida
en defensa de la persona del rey, y auxiliar su
evasion con el auxilio de sus dependientes,
que pasaban de dos mil , armados de esco-
peta: y el duque le respondió verbalmente,
que S. M. sabia mejor lo que convenia:
que ningun vasallo debia mezclarse en lo s


secretos del estado ; por lo qual tratase de
obedecer las órdenes que comunicase la Jun-
ta de gobierno creada por S. M. En su con-
secuencia es Mazon uno de los que obede-
cieron, reconociendo al rey Josef; y refugia-
do ahora en Francia, sufre las resultas de la cir-
cular de 3o de mayo de este año , con la des-
gracia del rey, guando el duque del Infamado
goza la felicidad de vivir en su casa con la


gracia de S. M.
20 D. Mariano Luis de Urquijo, consejero


de estado , y ministro , primer secretario de
estado que habia sido en tiempo de Carlos IV,
pasó de Bilbao á Vitoria por besar la mano
al rey Fernando , avisado del viage por el ge-


( '35 )
neral D. Gregorio de la Cuesta. Hizo presentes
el duque del Infamado muchos y gravísimos
fundamentos que habia para creer que el rey
iba á ser destronado , y propuso medios fáci-


..


les y disimulados para que saliese de Vitoria
de noche, y por la Rioja baxase, pronto á Za-
ragoza libre de peligro. El duque permaneció
inflexible. Las resultas fueron corno anunció'
Urquijo, quien reconvino á Infamado en Ba-
yona. Éste confesó su error; pero tarde , y
solo pensó. en evitar parte de sus malas con-
secuencias , buscando el bien de la pátria. Con
efecto , de corazon al rey Josef, y
perseveró en su adhesion hasta la batalla de
Bailen como veremos. Urquijo es uno de los
que permanecieron firmes, y- por eso refugia-
do ahora en Francia.


2I Fernando escribió nuevamente á Napo-
leon en Vitoria el mismo dia 18, diciéndole
que deseoso de hacerle conocer habia sido
espontánea la abdicacion de su padre , resol
via salir en el dia siguiente 1 9


para lrun, con
ánimo de pasar en el 2 0 á Marrac. Entró en
Rayona dia 20 de Abril, con los ya nombra-
dos , y el conde de Villariezo, capitan de los
reales guardias de corps , el conde de Orgaz,
el marques de Guadaleazar , y el de Avcrve,


b


todos quatro grandes de España , gentiles liom-


Y




( 37 )
Ceballos salió á la conferencia ; renovó per-
sonalmente la propuesta , y le despidió exór-
¿ando á posponer la dinastía de Borbon á la.
utilidad nacional de España.


24 Dia 22 , D. Juan Escoiquiz estuvo con
el citado M. , Champagni , deseando persua-
dirle quán contrario al honor del emperador
era el empeño de destronar á Fernando , y
las resultas fueron hacerle aquel ministro nue-
vas proposiciones de parte de S. M. I. reduci-
das á que se le dalia el reyno de Etruria , con
la ley sálica ; cuyos derechos de sucesion para
su caso tendria el infante D. Carlos. Que si
reynaba en España un hermano del emperador,
éste garantiria la integridad total, sin segre-
garle un aldea , la religion , las propiedades,
y lo domas necesario. Que si Fernando acep-
taba el partido , y quería casar con parienta
del emperador , se aseguraría el enlace apenas
firmára el tratado, y sino lo admitiese, perde-
ria el reyno español , y no se le darian. com
pensaciones-


25 Estas propuestas fueron discutidas en
consejo. secreto del rey , quien nombró á D.
Pedro Labrador por interlocutor para conti-
nuar las sesiones del asunto con el ministro
Champagni. Resolvió el rey con acuerdo de
Su


consejo negarse á la nueva propuesta, pro.-


56 )
bres de su cámara , y otros oficiales de su


real palacio.
a2 Luego que llegó Fernando le visitó


Emperador. Despedido éste, acudió el gene-
ral Duroc , gran mariscal del palacio imperial,
y convidó al rey á comer con S. U. 1.


Acep-


tado el convite , y
retirado Fernando á su alo-


jamiento despues de la comida, dice C -eba


llos que se le presentó el
apolcieon


tado
-eterdaabi


h general Sa-


vari anunciando que iN
minado irrevocablemente , que no reynase ya
mas la dinastía de Borbon en España sino
la suya , para lo qual queria y esperaba que
Fernando renunciára en nombre propio y
de los otros principes de su casa en favor
de S. M. I. los derechos que teman al trono
bazo ciertas condiciones de indernnizacion en.
otros paises.


2 3 Justamente sorprendido Fernando VI
manifestó que á pesar de la violencia no po
dia renunciar los derechos de los otros prin-,
cipes de la familia por no ser dueño de ellos:


l dia inmediato 21 , fue llamado al palaci
o


Aimperial D. Pedro Ceballos , ministro de es-
tado , y secretario del despacho universal para.
conferenciar con AL' Champagni , ministr
imperial de relaciones exteriores. Se verificó:
y enterado el emperador de la constanci


a 4




( 58 ).
textando la fuerza en caso de no prevalecer su
razon. Ceballos. comunicó de oficio á Labra-
dor instrucci.ones en 2 ,7 de abril , publicadas


despues en su citada Exposicion de los he-


c


h
os.


Es de rezelar que Ceballos. padeciera ol-


vido en ( lanto á las fechas de los primeros su-
cesos. porque consta de las notas diplomáticas
que hasta el dia 24 de abril no hizo M. 1 Cham-


pagni la éxposicion del estado de la España,
presentada despues al senado. por el 'empera-
dor en 6 de septiembre, por la qual mani-
festaba las ventajas de. la Francia en que la
España fuera gobernada por un principe
la dinastía francesa ( ► ).


26 Resultando ittátiles las. conferencias de


Labrador y hechas nuevas proposiciow: por-
el ministro imperial , pasó Ceballos un oficio.


el día. 2b. manifestando que el rey determi-,'
naba volverse á España para tranquiiizar los


ánimos de sus vasallos , y rogándole hacerla.
presente al emperador , con expresion de que.
no por eso se negaria , estando en su reyno, a
escuchar las propuestas ulteriores quepo,' par-
te de S. Y'. I. se le quisiesen hacer en el asunto.
de las actuales negociaciones.


27 YO contextó el ministro Champagni


Monitor de 7 de septiembre de.


( 59 )
oficio , y las resultas fueron aumentar personas
que espiasen todos los pasos , acciones y mo-
vimientos del rey , del infante y de los perSo-
nages adheridos, pues asi lo prueban los efec-
tos posteriores querefirió Ceballos en una nota.


28 Quiso el rey despachará Madrid dos cor-
reos despues de su respuesta negativa , y se im-
pidió por el gobierno frances su partida. Se
quexó Ceballos á M. r Champagni , y éste cort-
textó en 29 de abril que habia sido resulta
de haber mandado el emperador avisarle, como
lo hacia , que S. M. I. no reconocia otro rey
de España que Carlos IV , por lo goal el mis-
mo Ceballos deberia Cambien abstenerse de vi-
sar los pasaportes de personas españolas, sien-
do esto sin perjuicio de la correspondencia epis-
tolar : pues las cartas de los citados correos se
Rabian entregado á la estafeta francesa que era
muy segura , y lo mismo sucederia con las que
se quisieran dirigir en adelante.


29 No confronta bien con esta seguridad el
haber interceptado la carta que se publicó des-
pues cn el Monitor de 5 de Febrero de 18113,.
escrita por Fernando á su tio el infante D. An-
tonio el citado dia 28 de abril, en la val avi-
saba el recibo de una del infante , fecha de 9/.t 9
con copia de la que le habia escrito Murat, y


-


de la respuesta que se le habia dado: y añadia.




)
Fernando «ido sé en que pararán estas misas::
« Te advierto que el emperador tiene una cal.-
« ta de Maria Luisa en que hace presente que,
« la abdicacion de mi padre fue forzada. No te
« des por entendido ; pero sírvate de gob ierncx
« y procura precaberte; no hagan esos mala-
« tos franceses alguna maldad contigo.»


ARTICULO


Conducta del emperador por si y por medio:
del gran duque de Berg en Madrid , y
primeras resoluciones de Fernando kif
en Rayona. n


M IENTRAS el emperador. obraba contra
la dinastía de Borbon en Bayona por sí mismo,
y por medio de su ministro de relaciones exte-
riores , hacia otro tanto en Madrid por medio
del gran duque de Berg y sus agentes , pro:,
curando que la renuncia de 19 de Marzo fuese,
tenida por nula, y reynase de nuevo Carlos IV,
de quien esperaba sacar mejor partido; á cuyo.
fin proyectó hacer que_ todos los individuos de
la familia real fuesen á Bayona, como tambien
el principe de la paz ; cuya libertad Rabia
trado en, el plan de las intrigas verificadas en-
tre la reyna madre y el gran duque de Berg,
ya directamente , ya por la intervencion de la
repta de Etruria hija de Carlos IV.


2. La gazeta francesa del Monitor (que es
de oficio) publicó en 3 de mayo tic 184


barias piezas , entre las duales una fue cierto




( 43 )
Vor de su padre todos los derechos que tuviese
á la corona , en virtud de la abdicacion de 19
de marzo. El hijo respondió lo que resulta de


diadel primero de mayo, publicada porsu carta
Ceballos, reducida á que renunciada con la
condicion de que su padre volviese á. España,
y gobernase por sí mismo, sin llevar en su com-
pañia personas , cuyo odio la nacion hubiese
ya publicado , y que caso de no querer volver,
nombrase por su Lugar-teniente general al mis-
mo hijo sucesor, que gobernada con sus po-
deres y en su nombre.


5 Carlos, IV contestó en el dia .2 de Mayo,
que su abdicadon habia sido el. resultado de la
fuerza y de la violencia , por lo que no debia
sujetarse á condicion alguna ; y concluyó di-
ciendo: » He re,Ynado para la felicidad de
« mis vasallos , no quiero dejarles la guerra


civil, los motines, las juntas populares,
« la revolucion. Todo debe hacerse para el
« pueblo y nada por él. Olvidar esta nzaxi-
« ma es hacerse cómplice de todos los dele-
« tos que le son consiguientes Me he sacrifi-
« cado toda mi vida por mis pueblos : y en la
« edad á que he llegado , no haré nada que
« esté en oposicion con su religion , su tran-
• quilidad y su dicha. He reynado para ellos
1. Constantemente me ocuparé.


de ellos. Olvi-


(42)
parte dado en Aranjuez dia 23 de marzo por
el general fi aneesMonthion al gran duque de.
Berg, de cuyo tenor consta que habia tratado
con Carlos IV , y con las dos citadas reynas;
y que le habia manifestado haber beel o sa
renuncia por miedo y fuerza , por lo que le
entregó una protexta contra su abdicacion,


y una carta con fecha del dia 23 para el em-
erador , ponicudose en sus manos para quep


S.M. 1.dispusiese lo que, le pareciese oportuno.
3 Estos papeles proporcionaron á Napoleon


que Carlos y su esposa pasaran á Bayona don-
de todo se arreglada oyendo relaciones exac-
tas , y por menor. Los reyes padres se confor-


maron , y corno uno de sus mayores empeños
fue sacar de España la persona del Favorito,


erigieron que se verificase antes de salir ellos
para viajar contentos. El emperador y el gran
duque de Berg procedieron en este asunto de
modo que realizaron el proyecto á pesar de la.1
voluntad de Fernando, la de su tio D..An tonio,
la da los individuos de la Junta suprema de go-,
bienio, y la del general que lo custodiaba, bien
que guardando las formas de órdenes para ello..,
En su consecuencia llegaron á Bayona. dia 5(.1


de Abril.
4 Inmediatamente que Carlos IV vid á su


hijo Fernando, le dixo que renunciára en fa.'




( 45 )
habia sido muy dolorosa para ellos ; y


»o. les tranquilizaba el oir que ya Fernan-
do VII habia prometido á sus padres, y des-
pues á Napoleon , indultarle de la pena capi-
tal, para el caso en que los jueces le conde-
nasen á ella , supuesto que por lo respectivo
á sus bienes estaban dados los decretos reales
de secuestro y demas oportunos al bien pú-
buco


8 E n esto comienzan á descubrirse proyec-
tos de restablecer á Carlos IV en su trono,
y tampoco agradan. En no de abril se supo
haber expedido el gran duque de Berg á los
generales franceses órden de tener y nombrar
como rey de España á Carlos IV , mediante
que si Fernando habia admitido la renun-
cia de su padre , habia sido solamente por
tranquilizar el pueblo. En el propio dia se sor-
prendió á dos franceses imprimiendo una pro-
clama dirigida á reponer los reyes padres en
su trono , y los autores eran dependientes del
general Grouchy , comandante de las tropas
francesas en Madrid. Esto último alarmó al
pueblo , y hubo peligro inminente de conmo-
cion general, objeto que las circunstancias hi-
cieron creer haber sido directamente buscado
poi, los franceses.


9 Ala verdad, Carlos IV en el real sitio de


( 44
« dará todos mis sacrificios , y quando en fin
« esté seguro que la religion de la España, la
« integridad de sus provincias , su indepen-
o( delicia y sus privilegios. serán conservados,.
« baxaré al sepulcro perdonándoos la amar,
« gura de mis últimos años (1).


6 Fernando VII, recibida, esta carta de sue
padre , respondió en el dia 4, dando satisfac-.


cion á los cargos y reconvenciones que se le
hacian-, ofreciendo nuevamente renunciar en
favor de su padre su derecho , proveniente.
de la abdicacion , si Carlos IV quería vol-
ver á España y tratar el asunto en. Cortes ge-
nerales , ó por lo menos. en junta de todos
los consejos , y de los diputados de rey-.
nos (2). Pero para el dia de la fecha de esta
carta se habian verificado en Madrid-. sucesos.:
dignos de notarse por la conexion con los de
Bayona , y por lor efectos que produxeron.


7 Todos los Españoles estaban incomoda-.
dos , y sumamente inquietos con la ausencia,
de Fernando VII; pero con especialidad los
habitantes de Madrid , porque rezelaban fata,
les consecuencias viendo de cerca los. acae-
cimientos. La evasion de D.. Manuel Go-


( i) Ceballos , exposicion : apend• n. 8.(2) Ceballos, exp osicion. de los hechos apea:. n.




( 46 )
S. Lorenzo del Escurial (preparando ya stt
viage para Bayona) hizo una proclama con
fecha de 1 7 de abril en forma de carta real (Se-
den , dirigida á su hermano menor el infante
D. Antonio , como presidente de la Junta de
gobierno , en la qil decia que su abdicacion
habia sido nula , como bija del miedo en un
tumulto , y que el emperador Napoleon cer-
tificado de ello quería que volviese á reynar.
En su consecuencia aprueba todo lo hecho y
decretado por su hijo , y por la junta desde 19
de marzo, y quiere que prosiga la Junta rigien-
do en nombre del mismo Carlos IV , mientras
él sale á recibir al emperador. Parece seguro
haber tenido relacion á esta proclama la carta
de Murat al infante D. Antonio, citada por Fer-
nando en 28 de Abril , y de positivo la impre-
sion que se intentaba en 20 del mismo.


lo En 23 el gran duque de Berg escribió al
infante D. Antonio, presidente de la J unta sil-
prema de gobierno comunicándole haber sa-
bido que habia habido conmociones populares
con bastantes desórdenes en la ciudad de Bur-
gos , cuyo intendente debió la vida á un fran-
ces , que le arrancó cubierto de heridas , de las
manos de los malvados, sin mas crimen que
la probidad con que cumplía sus deberes. Que
asi mismo en Toledo habia hecho el popula-


( 47 )
cho incendios de casas y robos , siendo ya la
segunda vez que habia excesos , sin que las
tropas españolas los contuviesen. Que cambien
en Madrid el dia precedente 22 de abril se ha-
bian verificado reuniones peligrosas con oca-
sion de haberse anunciado que se publicaria
cierta gazeta extraordinaria para las diez de
la noche. Que la España no podia estar
mas tiempo en tal anarquía , por lo qual si el
infante D. Antonio no se sentia con bastante
vigor para -responder de la tranquilidad pú-
blica , él se encargaria de ella mas directa-
mente.


r z El infante y la junta de gobierno co-
municaron esto al Consejo de Castilla, quien
con la propia fecha decretó un bando confor-
me á las leyes españolas del asunto , y con-
sultó á la Junta informando que la culpa ori-
ginal de las conmociones de Burgos y Toledo
habia estado en los excesos que refirió de al-
gunos franceses.


12 En 26 del propio mes supo el Consejo


de Castilla, que por parte del gran duque de
Berg se 'labia intentado la compra de una
imprenta , y consultó á la Junta en 2 7 , que
solo se debía permitir uso de prensa relativo
á la publicacion de órdenes militares para
éxército.




c$)
25 Otras varias observaciones se hicietott,,,


que indicaban desear el gran duque de Berg
'alguna comnocion popular para pretesto de
operaciones militares que infundiesen terror,
y le proporcionasen el cumplimiento de los
-planes que tendria preparados. Yo tardó á ve-
rificarse con motivo de haber recibido del em-
perador órden de hacer conducir L't Baona


infante D. Francisco Paula, hijo tercero de
Carlos YV , y á su hermana la reyna de Etru
ria , madre del pupilo destronado.


4 El gran duque avisó al infante D. Antonio
en primero deMayo, que dispusiera la salida de


la reyna y D. Francisco para el siguiente dia
La necesidad de acordar muchos puntos, con
este motivo ocupó á la Junta suprema de gObier.
no hastala una dela noche. Durante su sesion a&,


vinieron tres alcaldes de corte haber observada,
en el exército frances algunos movimientos par,,,,
titulares , con los quales ocupaba los puntos.
mas ventajosos de Madrid, y las avenidas de
real palacio , segun aseguró el anónimo autor


del Manifiesto imparcial y exacto de lo mal
importante ocurrido en A ranjuez ,
y Bufona , desde 17 de marzo hasta 15 d
mayo (1).


(x) Anotámo : Manifiesto impr. en Madrid año


( 49 )
15 Añade que amaneciendo el dia 2 se


amontonó en la plaza de palacio una porcion
de curiosos , la qual vió con tranquilidad sa-
lir la reyna de Etruria ; pero que todos vien-
do acercar otro coche que creyeron ser para el
infante D. Francisco , se inquietaron y cor-
taron los tirantes. Las tropas francesas pre-
paradas para escoltar al infante guando saliese,
disparáron contra los autores de la conmocion.
Esto alarmó á todos. Los españoles se mul-
tiplicaron , y corriendo la voz , se armaron
los que pudieron. Los franceses comenzaron
á obrar hostilmente, y todo Madrid se pusó en
la mayor consternacion. El autor del citado
Manifiesto imparcial dice, que los soldados
imperiales armados dentro de Madrid eran
doce mil ; pero que ademas labia siete mil
en la Casa de campo , los quales se pusie-
ron al momento en estado de ofender,


16 El consejo de Castilla en su Manifies-
to de los procedimientos del Consejo real
en los„gravisimos sucesos ocurridos, dice (1)
que murieron en aquel alboroto ciento y qua-
tro ; ademas de haber quedado heridos cin-
cuenta y quatro , y extraviádose treinta y cin-
co ; cuyo por menor expresa con arreglo á


( 1 ) Pagina 28,
1. 4




( 50 )
la resultancia del expediente que se formó'
despues por el mismo Consejo , tomando las
noticias mas exactas vara saber en cada quar-
tel qué personas faltaban , y quál habia sido
su suerte ; por lo qual parece forzoso confe.
sar , que en el número citado de muertos y


extraviados se conpréndieron los fusilados jun-
to al Retiro , y que tuvo informes equivocado


el autor del Manifiesto imparcial ,
guando


escribió que trescientas y veinte personas fue
ron arcabuceadas en el prado la noche del di


dos (i).
17 Pero hubieran sido muchas mas sino po


el lelo de los españoles autorizados. D. Con
zalo Ofarril, ministro de la guerra fue á bus
car al gran duque de Berg : hizo ver la falta d
verdad con que se habia informado de hab
sublevacion popular , y logró que el Mari
cal Moncey , y el general Harispe, juntos con
mismo Ofarril , mandasen a las tropas fra
cesas cesar en el fuego si los habitantes
tranquilizaban y desarmaban. Ofarril , y
Miguel Josef de Azanza, ministro de Haciend
salieron los primeros á proporcionar la tra


guindad. Dispusieron recorrer las calles de'.


( i) Pagina. 3o,


(5_)
drid , publicando amnistía, si los habitantes se
retiraban á sus casas desarmados , y para ello
consideráron oportuno ser acompañados por
el consejo de Castilla , y los otros de Indias,
Ordenes y Hacienda , que tenian sus sesiones
en una misma casa, frente del templo de Santa
Maria , en la calle de éste nombre , cerca del
palacio real.


18 El consejo de Castilla cuenta en su Ma-
nifiesto , que pasando por la calle de Alcalá,
cerca de la casa del marques de Valdecarzana,
se salvaron la vida de mas de quarenta perso-
nas. El hecho cierto fue haberlos librado el
señor Ofarril , como gritaban los interesa-
dos, especialmente ciertos catalanes. Los con-
sejos y demas agentes de amnistía se divi-
dieron en secciones para recorrer Madrid á
un mismo tiempo escoltados de una partida
de guardias de corps; por lo que hubo en di-
ferentes calles de la corte varias escenas de
salvamento, iguales á la de la calle de Alcalá.
Se practicáron muchas diligencias en la noche
del dia dos para librar los que ya estuviesen
presos en quartel defranceses al t


.
dlempo de pu-


blicar amnistía. No se logró todo lo que se
'quiso porque Murat consideraría conveniente
á sus ideas lo contrario. En el Monitor de .1
de mayo se publicó el parte


- que dió al enape-




1


( 52 )
radar, y cutre otras cosas dice : que habían
quedado muertos muchos miles de los revol-
tosos; los hombres peores del pais. Ignora-


mos qual, era su obgcto en la exageracion.
18 La Junta suprema de gobierno desde


que supo los conatos del gran duque de Berg
para que Carlos IV fuese reconocido nueva
mente por rey , conoció los peligros que ame.
nazaban al reyno y á. la sagrada persona del
rey Fernando VII , guando llegó á su noticia.
la entrada en Bayona. Tenia por un lado mu-


chas y muy repetidas órdenes de S. M. para
tratar bien las tropas francesas sin motivo de
queja capaz de servir de pretexto para mudar
sistema: entre ellas una muy reciente, ver-
balmente comunicada por medio de un Oido.
del Consejo de Navarra, que disfrazado babW,
podido entrar en Francia , y aun en la habi-
tacion del rey : y otra del ministro de estado
D. Pedro Cetallos , en que previniendo lo mis-
mo , se añadia que de lo contrario se arriesgaba
la persona de S. M. Veia por otro lado á cada
paso procedimientos hostiles , aunque disimu-
lados. Creía no ser ya seguros los correos y


postas por un camino en que dominaban las
tropas francesas. Deseaba informar al rey de
todo , y recibir sus órdenes para situacion tan
delicada. Eligió el extremo de enviar persona=


( 53 )
de confianza instruidas de todo lo conve-
niente. Tales fueron D. Josef de Zayas , ede-
can del ministro de la guerra , y D. Eva-
risto Perez de Castro , oficial de la secretaría
primera del despacho universal de estado y


su ministerio.
ig Llegaron á Bayona dia 4 de Mayo por


la noche , y preguntaron en nombre de la
Junta suprema de gobierno las proposiciones
siguientes. Primera: si creia S. M. convenien •
te autorizar á la Junta para que se substitu-
yese en caso necesario en la persona ó per-
sonas de la misma ó fuera de ella ; que S. M.
designase la Junta autorizada para ello á fin
de trasladarse al garage en que se pudiese obrar
con libertad. Segunda; si era la voluntad de
S. M. que se empezasen las hostilidades con-.
tra el exército francos ; y en este caso cómo , y
quándo deberia executarse. Tercera: si era así.
mismo la voluntad del rey que se empezase
por impedir la entrada de nuevas tropas fran-
cesas en España , cerrando los pasos de la fron-
tera, Quarta : Si creia S. M. conducente que
se convocasen las Cortes , para lo que era ne-
cesario un decreto de S. M. dirigido al Consejo
real ; y en defecto de éste, por ser posible' que
t1 llegar la respuesta del rey , no estuviese en
libertad de obrar, a


' qual quiera Chancillería <'.>,




( 54 )
Audiencia del reino que se hallase desemba-
razada de las tropas francesas. Por último, de
que manera deberían ocuparse las Cortes.


20 El rey contestó á la Junta de gobierno
en la mañana del dia cinco de Mayo, que se
hallaba sin libertad; y consiguientemente im-
posibilitado de tornar por sí medida alguna:.
para salvar su persona y la monarquía : que
por tanto autorizaba á la Junta en la forma
mas ámplia para que en cuerpo , ó substitu
yéndose en una ó muchas personas que la
representasen , se trasladase al parage que cre-
yese mas conveniente , y que en nombre de
S. M. y representando su misma persona , exer-
ciese todas las funciones de la soberanía. Que
las hostilidades deberían empezar desde el mo-
mento en que internasen á S. M. en Francia,:
lo que no sucederia sino por la violencia. Y -
por último , que en llegando este caso , trata-
se la Junta de impedir, del modo que parecie-
se mas á propósito , la entrada de nuevas tro-
pas en la península.


21 Al mismo tiempo resolvió por otro de.,
creto dirigido al consejo real de Castilla , y'•
en su defecto á qualquiera chancilleria ó au-
diencia que en la situacion en que se hallaba
privado de, libertad para obrar por sí , era su
real voluntad que se convocasen las Cortes en


( 55 )
que pareciese mas expedíto : que pordeleppraorgnat:
se ocupasen únicamente en propor-


cionar los arbitrios y subsidios necesarios para
atender á la defensa del reyno , y que queda-.
sen permanentes para lo demas que pudiese
ocurrir.


22 Llegaron estos decretos á Madrid guan-
do ya Murar presidia la Junta de gobierno
corno Lugar-teniente del rey Carlos IV , que
ya sonaba reinar de nuevo desde 4 de Mayo , y
D. Josef de Palafox ( exénto entonces del cuerpo
de reales guardias de corps , que se hallaba en
Bayona con el rey, y pudo salir industriosa-
mente para España sin ser reconocido por es-
pias francesas) había llevado tambien órdenes
verbales de guerra , pero ninguno de estos de-
cretos pudo ser executado , porque otras no-
vedades que vamos á referir , pusieron á Fer-
nando en estado de que con la misma liber-
tad oculta intervenida en los dos citados de-
cretos, maudára despues lo contrario, envian-
do para el objeto ál). Evaristo Perez de Castro,
como veremos.




( 56 )


ARTICULO 1V..


Cesiones del derecho de reyzzar en España,


H Emos visto que Carlos IV dió al ge-
neral frances Monthion en 23 de marzo una
protexta con, fecha del 21 contra su abdica-
cion del dia 19, y una carta para el empera-
dor , poniendose en sus manos. Yo presumo
que lo hizo sinpensar entonces en el evito que
despues tuvo el negocio. Me parece que creyó
de buena fe las promesas de IVIurat, relativas
á restituirle su abdicado cetro.


2 Acaso por esta creencia estando ya con
permiso de su hijo en el real sitio de S. Lo-
renzo del Escurial , firmó el decreto de 1 7 de
abril , y la real cedida de 20 del propio mes
y otros papeles que despues se insertaron en
la proclama de 8 de mayo, en que habla coma
rey actual y reinante de las Españas , sin re,.,
conocer en su hijo derechos de regir, median-.
te la violencia indirecta de su abdicacion lo
qual procuró hacer saber t la Junta suprema..
de gobierno , reiterando la protesta.


5 La Junta determinó dar á Fernando n.


( 57 )
ticia de todo para su inteligencia. Efectiva-
mente se lo comunicó , aunque no lo dijo
el consejo de Castilla en su Manifiesto (1).
Pero como quiera, estando Carlos 1V en Ra-
yona , expuso lo mismo al emperador , cuyo
ministro Champagni pasó en So de Abril nota
de oficio á D. Pedro Ceballos , diciendo que
no podia S. M. I. reconocer á Fernando por
rey , mediante que atendida la protexta y lo
demas ocurrido, solo era rey legítimo Carlos IV;
quien conforme á esta declaracion, apenas re-
cibió la carta segunda de su hijo escrita en 4
de Mayo (i), hizo nueva manifestacion de ofi-
cio declarando que quería volver á tomar las
riendas del gobierno de España. Mandó como
rey actual á su hermano el infante D. Anto-
nio cesar en la presidencia de la Junta de go-
bierno, y pasar á la ciudad de Bayona , donde
residia S. M. y nombró por su Lugar-teniente
general de la gobernacion del reyno al gran
duque de Berg.


4 La celeridad de las postas del empera-
dor en toda la temporada de las intrígas fue
tal , que considéro dificil se haya visto mayor.


b


( 1 ;
l'ag. 4 G y 47•


.›•) Queda citada en el articulo
anterior 3 , y esta pu-41kada por Cebalios ea su .1xposicio.n.




( 58 )
Son varías las cartas que constan recibidas en
Madrid al dia y medio de su fecha en Bayona,
siendo la distancia de cielito diez leguas es-
pañolas , resultando corridas tres por llora,
guando en carrera coman se necesita una llora
para cada legua.


5 El conductor de estos papeles con carta
del emperador á Murat , llegó á Madrid dentro
del dia 5 de mayo. El gran duque dispuso que
se convocase al momento la Junta de gobierno
para enterarse y acordar lo necesario fuera del
viage del infante D. Antonio á Bayona, cuya
verifica.cion tomó á su cargo.


6 La Junta de gobierno acordó entre lotras
cosas, que el marques Caballero , D. Francisco
Gil de Lemos, y D. Gonzalo Ofarril, individuos
de ella concurriesen en la mañana inmediata
del dia 6 de mayo á la sesion del Consejo de
Castilla , y lo instruyesen de la novedad im-
pensada que ocurria, para que teniendolo en-
tendido, y olVado á los tres, deliberase el Con-
sejo sobre lo útil y justo; y lo manifestase
pronto para gobierno de dicha Junta.


7 D. Arias Mon , Decano y gobernador in-
terino del Consejo de Castilla , miembro de la
misma junta de gobierno, fue al consejo en la
mañana del citado dia 6, y anunció la concur-
rencia de los tres comisionados. Estos leyeron


( 59 )
- los papeles , expusieron lo que creyeron opor-


tuno; y despues de retirados el consejo acordó
que D. Gonzalo Vilches , D. Josef Colon, y
D. Manuel de Lardizabal, consejeros de Cas-
tilla conferenciasen con los tres de la Junta,
y despues informasen al Consejo.


8 Concurrieron los tres consejeros á casa
del marques Caballero en la noche de aquel
dia ; y no se verificó la conferencia por indis-
posicion corporal de D. Gonzalo de Ofarril,
y porque Gil de Lemos pidió exencion del
encargo. Volvieron los consejeros al dia si-
guiente, y dijo el marques Caballero ser mu-
tiles las conferencias , por estar ya terminado
el asunto en decreto que seria dirigido al con-
sejo.


9 Con efecto , en el citado dia 6 el gran
duque de Berg habia hecho que la Junta le
reconociese por presidente , mediante nom
bramiento hecho por Carlos IV, á quien hizo
declarar allí por único rey legítimo , atendida
la protexta contra suabdicacion de 1 9


de mar-
zo, lo declarado por el emperador en su vista,
y el decreto y la proclama del mismo rey Car-
los en Bayona dia 4 de mayo ; en consecuen-
cia de lo qual resolvió que todo se comunicase
al consejo de Castilla para que lo publicase,
Imprimiese y circulase, segun estilo y costum-




( 6a )
bre , á fin de que toda la nacion reconociese
nuevamente á Carlos IV por soberano.


z o Este fue el primer acto verificado en Es-.
paria contra la autoridad de Fernando VII,
sin voluntad alguna de los que celebraron el
acuerdo , antes bien con positivo dolor de co-
razon , y grande pesadumbre de no tener fuer-
zas bastantes para contrarestar las que obliga-
ban i firmar. Los individuos de la Junta fue-
ron D. Francisco Gil de Lemos , ministro de
Marina , D. Miguel Josef de Azanza , ministro
de Hacienda, D. Sebastian Piiínela , ministra
de Gracia y Justicia, D. Gonzalo Ofarril, mi-
nistro de la Guerra, el duque de Granada, como
presidente del consejo de Ordenes, el marques
de Bajamar, como gobernador del de Indias,
el marques Caballero , como gobernador del
de Hacienda , el marques de las Amarillas,
como decano del de Guerra , D. Arias Mon,
como decano del de Castilla , y el conde da
Montare() como individuo del de Estado.


Se comunicó al de Castilla, el qual acor-
dó su cumplimiento dia 8 de mayo , y expi-
dió circulares en el z o á toda España, man-
dando que se tuviese por rey á Carlos IV,
y lo mismo hizo el consejo de la Inquisicion,
á quien se Babia comunicado. El de Castilla
dijo en su Manyiesi.o , que para deliberar truvQ.


( 6z
presentes la renuncia que Juan primera quiso
hacer en las cortes de Guadalaxara; año 139o:
la del emperador Carlos V en Bruxelas en 1556,
y la de Felipe V en Madrid en 1 7 .24, con los
derechos de la Nacion á intervenir en tales ac-
tos: y que sobre todo se movió por la con-
veniencia pública que resultaba de cortar asi
las disensiones de la familia real.


12 Fue reconocido Carlos IV nuevamente
por rey, y el gran duque de Berg por Lugar-
teniente general suyo; pero esta tramoya duró
poquísimo tiempo, porque solo se había discur-
rido para preparar otra mayor, y de r-Jas con-
secuencia, pues en el dia 5 el misir.


• jarlos IV
celebró en Bayona., por medio del principe de
la Paz , su plenipotenciario, un tratado de ce-
sion , cuyo exórdio y artículos son como sigue.


« Napoleon, rey de los franceses, rey de
« , protector de la confederacion del Rin,
«y Carlos IV rey de las Espaias y de las In-
« dias , animados de un igual deseo de poner
« prontamente un término á la anarquía que
« sufre la España , y de salvar su valerosa lía-
« cion de las agitaciones causadas por los par-
«


.idos queriendo excusar las convulsiones de
una guerra civil y extrangera , y ponerla sin.


« conmociones en estado, que segun sus actua-
« les circunstancias extraordinarias sea el úni




( 62 ('
« co capaz de mantener su integridad, garan-
« tir sus colonias , y unir sus fuerzas á las de
« Francia para conseguir una paz marítima, han
« resuelto reunir todos sus esfuerzos y arreglar


« en convenio particular tan importantes finte-
« reses. Con este objeto han nombrado pleni-
« potenciarios : : : los quales, despues de can-
« geados sus poderes , se han conformado en
« los artículos siguientes. »


Primero: S. M. el rey Carlos, habiendo te-
nido siempre por único objeto la felicidad de
sus vasallos ; y estando ahora constante en el
principio de que todos los actos de un sobe-
rano deben dirigirse á éste fin, y en el con-
cepto de que las circunstancias actuales no pue-
den menos de ser origen de discordias , tanto
mas funestas quanto mas dividida está en fac-
ciones la familia real , ha resuelto ceder y cede
por el presente tratado á S. M. el emperador
Napoleon todos los derechos que tiene al trono
de las Españas y de las Indias ; como único so-
berano , capaz de restablecer el órden, segun el
estado á que han llegado las cosas, entendien-
dose que la indicada cesion no ha de surtir
efecto sino con la condicion de que sus va-
sallos han de gozar las ventajas siguientes.


Segundo: La integridad del reyno será con-
servada : y el principe que S. M. el emperador


( 65 )
.Napoleon juzgue á propósito colocar en el tro-
no español, será independiente. Los límites de
la España no sufrirán alteracion alguna. La re-
ligion católica romana será única en España:
No se tolerará otra reformada, y aun menos la
de infieles no bautizados , conforme á la prác-
tica del dia.


Tercero : Todos los actos verificados desde
la revolucion de Aranjuez contra los vasallos
que han permanecido fieles á S. M. el rey Car-
los IV son nulos y de ningun valor. Sus bienes
les serán devueltos.


Quarto : Habiéndose asegurado asi por
parte de S. M. el rey Carlos la prosperidad , la
integridad y la independencia de sus vasallos,
S. M. el emperador promete dar asilo en sus
slados al rey Carlos, á la reyna , á su familia,


al principe de la Paz , y á los sirvientes que
quieran seguir su suerte, todos los quales go-
zarán en Francia un rango equivalente al que
poseían en Fspaña.


Quinto : El palacio imperial de Compiegne,
los parques ybosques que dependen de él, esta-
rán á la disposicion del rey Carlos , durante
su vida.


Sexto : S. M. el emperador dona y garan-
te á S. M. el rey Carlos una lista civil de trein-
la millones de reales, que S. M. el emperador




Napoleon le hará pagar directamente todos los
meses por el tesoro de la Corona. Muerto el rey
Carlos, la reyna gozará por viudedad dos mi-
llones anuales.


Septimo : S. M. el emperador Napoleon
promete conceder á todos los infantes de Es-
paña una renta anual de quatrocientos mil fran-
cos para que la gocen perpetuamente ellos y
sus descendientes, con reversion de las linean
del uno á las del otro, en caso de respectiva
extincion, conforme á las leyes civiles; y á la
corona de Francia, si todas las lineas fuesen ex-
ti n guidas.


Octavo : S. M. el emperador. Napoleon se
convendrá con el futuro rey de España sobre
el pago de la citada lista civil , y de las ren-
tas expresadas en el artículo anterior: pero- sin
que S. M. el rey Carlos IV tenga que enten-
derse sobre esto mas que con S. M. el empe-
rador Napoleon.


NO770 : S. M. el emperador Napoleon dá
en cambio á S. M. el rey Carlos el palacio for-
tificado de Chambord , con todos los parques,
bosques y tierras de labor , dependientes de
él , para que las goce como dueño en toda pro-
piedad , y pueda disponer lo que le pareciere.


Decimo : S. M. el rey Carlos renuncia en
favor de S. M, el emperador Napoleon todas las


( 65 )
propiedades alodiales y particulares no perte-
necientes á la corona que haya gozado y po-
seído como dueño de ellas.


Undecimo : La presente convencion será
ratificada , y las ratificaciones se cangearán
los ocho Bias ó antes si fuere posible.


13 Mientras los plenipotenciarios extendian
¿ firmaban este convenio , llegó á Rayona el
posta conductor de las noticias de lo sucedido
en Madrid dia dos, cuya narracion hizo á su
gusto el gran duqne de Berg , exagerando el
número de muertos españoles , la calidad de.
la batalla , y todo lo (lemas que juzgó conve-
niente á sus ideas particulares.


x4 El Emperador conmovido extraordina-
riamente visité despues de comer al rey Car-
los IV , y le mostró los despachos de Madrid.
Carlos hace llamar á su hijo Fernando, y le re-
prende colérico diciendole ser el verdadero
autor de aquellas desgracias y (lemas que se sub-
sigan por haber admitido una corona , cuya re-
nuncia llevaba consigo en público , y para con
todo el mundo los caractéres de la indelibera
cion y del miedo entre las armas de los amo-
tinados. Concluye diciéndole que renuncie lisa
y llanamente todos los derechos que haya podi-
do adquirir por la tal abdicacion , y que de lo
Contrario se le tratará como reo de conspira-


1. 5


+P.


_ Di




( 66 )
clon , sucediendo lo mismo á los de su comi-


tiva.
15 Todo esto pasó en presencia del empe-


dor. , á quien despues escribió Fernando en
aquella misma noche la carta que sigue : « Mi


«
señor y hermano. Tengo el honor de dirigirá


« V. M. 1. y R. copia de la carta que me pro-
« pongo escribir al rey mi augusto padre, ab-
« dicando en ella la corona en favor de S. M.


«
conforme al deseo que hoy ha manifestado


«
en presencia de V. M. 1. y R. Ruego á V. M.


« 1. y R. que . Come baxo su poderosa protec-




cion mi persona , y la del infante D. Car-
« los mi hermano; y que garantice á todos


«
los de mi comitiva la seguridad de sus per-


« sopas , y la conservacion de sus propieda-


«
des. Con esta confianza ruego V. M. I. y R.


« se digne aceptar la seguridad de mi alta con-


« sideracion « (1).
16 Yo no se si Fernando escribió h su padre


ó no , lo mismo que manifestó al emperador;
pero parece regular , y en tal caso no creo que
fuese conforme á lo que D. Pedro Cevallos


dixo en su Exposicion ,
porque no es vero-


simil que se le aprobara el tono , ni aun el es-
pirita de la carta que publicó en su apéndice


(t) Monitor de 5 de febrero det8w.


67 )
eón fecha del dia seis de mayo (i). Ceballos no
tuvo presente que el rey mismo , Fernan-
do VII, Babia publicado la verdadera copia,
insertándola en la que dirigió con igual
cha al infante D. Antonio y Junta de gobier-
no. Era pues , como sigue la verdadera car-
ta : « Mi venerado padre y señor : Para dar á.
« V. -M. una prueba'de mi amor, de rrri obe-
« diencia , y de mi' .surnisibn , y l para acceder .
« á los deseos (pe V. M. me ha manifestado
« reiteradas veces, renuncio mi corona en fi-
« vor de V. M. , deseando que V. M. pueda
• gozarla por muchos años. Recomiendo á V.M.
« las personas que me han servido desde el 1g
« de marzo. Confio enlasSeguridades-qUe Y. M:
« me ha dado sobre este particular. Dios gruir
« de á Y. M. felices y dilatados años. Bay-oná
« 6 de mayo de i808. Señor : A. L. R. P. de
« V. M. su mas humilde hijo Fernando. »


1 7
Con esta misma fecha dirigió al infante


D. Antonio ( á quien aun suponia presidente de
la Junta de gobierno) una órden de este tenor:
« En este dia he entregado á mi amado padre
« una carta concebida en los términos siguien-


(i) Numero io. delapen.dice de la Exposicion de los
/techos.


1




( 68 )
« tes. (inserta la carta anterior ,y prosigue):
» En virtud de esta renuncia de la corona , que
« he hecho en favor de mi amado padre , revo-
« co los poderes que habia otorgado á la Junta
« de gobierno antes de mi salida de Madrid, para
« los despachos de los negocios graves y ur-
« gentes que pudiesen ocurrir (Imante mi au-
« sencia. La Junta obedecerá las órdenes y
« mandatos de nuestro muy amado padre y so-


« berano , y las hará executar en los reynos. De-
» bo antes de concluir dar gracias á los indivi-
« duos de la Junta , á las autoridades recono-
« vidas , y á toda la nacion por los servicios que
« me han prestado , y recomendarles que se.
« reunan de todo corazon á mi padre amada
« el rey D. Carlos, y al emperador Napolcon,
« cuyo poder y amistad pueden mas que otra
« cosa alguna conservar el primer bien de las
« Españas; á saber, su independencia y la in-
« tegridad de su territorio. Recomiendo asiniis-
« mo que no os dejais seducir por las asechan-
« zas de nuestros eternos enemigos, y eviteís
« la efusion de sangre y las desgracias que sin
« esto serian el resultado de las circunstancias;
« actuales si os dejais arrastrar por el espíritu
« de alucinamiento y desunion. Tendráse en-
« tendido en la Junta para los efectos conve-
• nientes. y se comunique á quienes corres-


( 69 )
ponda. En Bayona á 6 de mayo de 1808:


Fernando. « (t),
3.8 Estas cartas, la renuncia y la órden eran


totalmente contrarias á. los dos decretos que
habia dado el dia 5 por la mañana como rey;
y había salido. para España muchas horas an-
tes que llegase á Bayona el correo conductor
de las noticias del motin de Madrid del dia 2.
Con este motivo Fernando entró en miedo de
las resultas que podrian producir los dos citados
decretos si llegasen


.á tiempo de ignorarse la
mutacion de voluntad; y tambien si pensaban
que esta no era la que se manifestaba en las re-
nuncias y cartas , puesto que había dado avi-
sos de que obraba sin libertad. Para evitar las
fatales consecuencias de dejar las cosas en tal
estado, despachó secreta y velozmen te á D. Eva-
risto Perez de Castro., con encargo ( tan positi-
vo y eficaz como reservado y confidencial) de
hacer saber á la Junta de gobierno lo ocurri-
do despues de aquellas resoluciones; porque si
se hubieran hecho públicas „ peligraban la vida
del rey , las de los infantes y servidores , y so-
bre todo la España seria inutilmente desgra-
ciada.


r.9 Es bien estraño que D. Pedro Cevallo&


17) Monitor de u de mayo de ISG8.




( 7 0 )
callara la mision de Perez de Castro , quan-
do él mismo daria las instrucciones como gafe
suyo. Es de creer que ninguno de los dos lo
niegue , siendo preguntados ; pues es tara-
bien cierto que Perez de Castro cumplió su
cornision exactamente , y hablando en confian-
za con individuos de la Junta (cuyo presidente
era ya el duque de Berg) manifestó grande ale-
gría de que no se hubiera podido hacer nada con
los decretos del dia 5 , porque segun su opi-
nion y de los que habian quedado en Bayona,
se perderia la España. En confirmacion de
esto escribió á D. Mariano Luis de Urquijo,
desde Irun dia 6 diciendo : «Acabo de llegar de
« Bayona ; y continúo mi viage con priesa para
« Madrid, dejando aquí esta para que pase con
« brevedad á esa. Me detuve pocas horas en


Bayona ; y en ella vi perecer á nuestro ama-
« do . : merced á la gravedad del mal , y á la
« impericia de los facultativos que le trataron.
« Dios nos saque ahora con bien ; y tengamos
« la fortuna de impedir alborotos, y de que no
« nos abismemos por lo que no ha estado en
« nuestra mano evitar. » Esto manifiesta la
opinion de Perez de Castro en aquel tiempo,
,conforme á las órdenes que. llevaba para la
Junta de gobierno. Despues mudó partido y
abrazó el de la guerra.


( 7 1 )
He oido decir que preguntado Perez de


Castro, sobre la verdad de las órdenes de no
hacer nada , respondió ser cierto haber mani-
festado alegria de que no se hubieran dado
providencias algunas para execucion de los
decretos del dia 3 ; pero en qUanto á órdenes
él no habia llevado ninguna. Si es cierto ha-
ber dado esta respuesta Perez de Castro , usó
de anifibología ; pues aunque no llevara nin-
guna &den por escrito, no puede negar, sal-
va la verdad, que la llevaba verbal en confian-
za , y que no era otro el objeto de su viage
tan acelerado como lo hizo é indicó al señor
Urquijo.


Por otra parte consta que dixo en Madrid
al señor Ofarril : « ! Quinto me alegro de no
« haber llegado á tiempo! Alli en Bayona es-
« tabamos temblando de las resultas : ya no


dabamos por seguras las vidas del rei y de-
» mas, si aquí hubieran ustedes hecho algo. »
? Estas proposiciones no prueban claramente
haber sido su mision para este fin ?


Tan cierto es esto , que á su consecuencia
estando para marchar á Zaragoza el marques
de Lazan , hermano de D. Josef Palafox , le
dijo D. Gonzalo de Ofarril : « Diga usted á su
« hermano que cese de obrar en Aragon , pues
« aunque hasta ahora haya podido proceder




( 2 )
bien, conforme á las órdenes recibidas del.


« rey en Bayona , ya no puede proseguir me-
« diante la relacion de Perez de Castro. »
marques prometió decirlo á su hermano , y
avisar la respuesta. Llegó á Zaragoza y escri-
Lió á °farra haber cumplido su encargo;
pero que su hermano Palafox habia electrizado
tanto los ánimos contra los franceses , y abali-
zado tanto en el asunto , que no porfia retro-
ceder ya en la empresa.


20 Entonces, y guando llegaron los citados.
decretos del dia 5 , y-a sonaba reynar Car-
los IV; ya el infante D. Antonio estaba en Ba-
yona ; _ya el gran duque de Berg presidio la
Junta . de gobierno; ya el consejo de Castilla,
habia circulado la nueva proclamacion de Car-
los. Por este motivo , ni los decretos del 5,
ni la revocacion del 6 se . hicieron saber en
Junta de gobierno. El vocal que recibió
aquellos, y oyó ésta, no debia comprometer•
cruelmente la opinion del rei Fernando; y
]a. hubiera comprometido sil manifestase los-
del 5. D. Pedro Cevallos pudo hablar con
mas claridad. en este asunto para no dejar lu-.
gar á malos juicios sobre la conducta. del vo-
cal de la Junta de gobierno.


2 i Verificada la cesion del dia 5, y la re-
4.mcia y proclama. del 6, escribió Carlos DC,


( 7 5 )
en el 8 á los consejos de Castilla y de Tnquisi-
cion , exortándoles á conformarse con la nueva
dinastía , lo que surtió su efecto , porque los
dos consejos expidieron cartas circulares , in-
sertando el contexto literal de lo que decia
Carlos IV. La voluntad de los consejeros esta-
ba en favor de Fernando ; pero creyendo ser
indispensable ceder á la fuerza , firmaban los
decretos de publicacion. No decian hacerla
para su cumplimiento sino para su inteli-
gencia; pero los efectos eran los mismos. En
las provincias no se hace tanto alto de lo ma-
terial de las palabras , y todo el mundo enten-
dia que se mandaban cumplir.


22 El emperador quiso tener documento
firmado por los principes de la casa real espa-
ñola , en que constara expresamente aprobar
por sil parte la cesion de Carlos IV. Fernan-
do consintió y aprobó en 1 o de mayo el tra-
tado del dia 5 , por otro que firmó Escoiquiz,
como su plenipotenciario , cuyos artículos fue
ron como sigue.


23 Primero : Su alteza real el principe de
Asturias adhiere á la cesion hecha por el rei
Carlos de sus derechos al trono de España y
de las indias , en favor de 8. M. el emperador
de los franceses , rei de Italia , y renuncia en
lualno sea necesario los derechos que á la co-




( )
rona le pertenecen corno príncipe'de Astu-
rias.


24 Segundo : S. M. el emperador de los
franceses rei de Italia , concede á S. A. R. el
principe de Asturias que tenga en Francia tra-
tamiento de Alteza Real, con todos los hono-
res y prerrogativas de que gozan los prin-
cipes de su familia imperial. Los descendien-
tes de S. A. R. el principe de Asturias conser-
varán el título de Prmcipe , con tratamiento de
Alteza á'erenisima , y tendran en Francia per-
petuamente el mismo rango que los principes
dignitarios del imperio.


25 Tercero: S. M. el emperador de los fran-
ceses rei de Italta , cede y dona por el presen-
te tratado en toda propiedad á S. A. R. el
principe de Asturias y sus descendientes
los palacios , parques , tierras de la hacienda
llamada de Navarra, con los bosques depen-
dientes de ella , hasta la concurrencia de cin-
cuenta mil haranzadas , todo exento del gra-
vamen de hipoteca para que lo gocen en toda
propiedad desde la firma del presente tratado,


26 Quarto: La referida propiedad pasará á
los hijos y herederos de S. A. R. el principe de
Asturias; en su defecto á los del Infante D.
Carlos. ; en el suyo á los del infante D. Fran-


v por último á los del infante D. An-


( 7 5 )
tonio. Se expedirá título y patente de prínci-
pe al que heredáre dichos bienes.


2 7 Quinto: S. M. el emperador de los fran-
ceses y rey de Italia concede á S. A. R. el prin-
cipe de.


Asturias quatrocientos mil francos de
renta alimenticia , sobre el tesoro de Francia,
pagables por duodecimas partes cada mes, para
que la gocen S. A. R. , y sus descendientes , y
á falta de su descendencia directa , sea para el
infante D. Carlos , sus hijos y herederos , y fal-
tando estos para el infante D. Francisco y los
suyos.


28 Sexto : Con independencia de ]o estipu-
lado en los artículos precedentes S.M. el em-
perador de los franceses , rei de Italia, conce-
de á S. A. R. el principe de Asturias, una renta
de seiscientos mil francos sobre el tesoro de
Francia, para que la goce durante su pida. La
princesa su esposa gozará la mitad de dicha
renta , en caso de sobrevivirle.


29. Septimo : S. M. el emperador de los fran-
ceses rei de Italia, concede y garantiza á los
infantes D. Antonio, D. Carlos, yD. Francisco,
tio y hermanos de S. A. R. el principe de Astu-
rias : I.° el título de Alteza Real con todos los
honores y prerrogativas que gozan los prínci-
pes de su sangre. Los descendientes


;st .s
tezas Reales conservarán el título


•-•




( 76 )
con tratamiento de Alteza Serenísima, y ten--
drán en Francia el mismo rango que los prin--
eipes clignitarios del imperio. II. el goce de las
rentas de todas las encomiendas que tenian en
España para durante su vida. HL Una renta
alimenticia de quatrocientos mil francos para
que la gocen ellos y sus herederos. culos tiem-
pos futuros perpetuos , con declaracion de que
si los infantes D. Antonio, D. Carlos, y D.
Francisco muriesen sin herederos , ó su poste-
ridad llegare á extinguirse , pertenecerán á
S. A. R. el principe ele Asturias, sus descen-
dientes y herederos, todo con la condicion de
que sus Altezas Reales D. Carlos, D. Antonio,.
y D. Francisco accedan al presente tratado.


3o Octavo : Este será ratificado , y las rati-
ficaciones cangeadas á los ocho dias, ó antes si
se pudiere. Bayona lo de mayo de z So 8
Duroc Juan de Escoiquiz.


51 Fernando salió para Valencey con su tio.
y hermano Carlos dia r z , y en el siguiente i
todos tres enviaron á España su adhesion á los.
tratados, exórtando á la conformidad con to-
das las veras de su corazon , por evitar guerras
que preveían como funestisimas á España : y
para que su exórtacion produxera mejor efecto,.
relajaron la obligacion del juramento de fideli-
dad. Este papel es: tan importante, que mere.-


( 77 )
ce copiarse. Tengo -á la vista la traduccion fran-
cesa, y la vuelvo al español en la forma que
sigue.


32 « D. Fernando , principe de Asturias, y
los infantes D. Carlos y D. Antonio , agrade-


« ciclos al amor y fidelidad constantes que to-
« dos los españoles le han acreditado; vienclolos
« con el mayor dolor anegados en una confu.-
« sion , y amenazados de terribles ealami-
« dales por consecuencia ; y conociendo que
« en gran parte provendrian de la ignorancia
« en que los españoles Viven acerca de los mo-
« tivos que sus altezas han tenido para su con-
« duela, y de los planes que ya estaban prepa-
« rados para felicidad de la pátria , no pueden
« menos de desengañarles, dando los consejos
« saludables que los mismos españoles necesi-
« tan para no impedir la execucion de dichos
« planes; y juntamente un testimonio el mas
« claro del afecto que les profesan SS.. AA.


33 « En su consecuencia deben hacerles en-
« tender que las circunstancias en que el prin
« cipe tomó las riendas del gobierno por abdi-
« cacion del rei su padre , la ocupacion de mu-
« chas provincias , y de todas las plazas fron-
« terizas por un gran número de tropas france-
« sas, la presencia de mas de setenta mil hom-
« tres de la misma nacion en la capital y su




( 78 )
«


comarca , en fin muchos datos que los demas
no podian tener, les persuadieron que una •


«
vez constituidos en medio de los escollos,


« no tenian libertad de escoger entre varios
« extremos sino el que produxese menores
« les, y escogieron bayo este concepto el de ir


« á Bayona.
34 « Despues de su llegada el principe (en-


- « tonces rei) tuvo inopinadamente noticia de
« que el rei su padre habia protextado contra
« su abdicacion , exponiendo - no haber sido vo-


« luntaria. El principe (no habiendo aceptado
«


la corona sino en el concepto de que habia
« sido libre la renuncia) apenas llegó á saber
«


de ciertolaprotexta, determinó por su respe-
«


to filial restituir á su padre la corona. Lue-
« go el rei su padre la renunció en su propio
« nombre , y de toda su dinastía en favor del


emperador de los franceses , á fin de que


« procurando el bien de la nacion española, el


«
emperador escogiera la persona y dinastía


« que debia ocupar la corona en adelanté.
« En este estado, considerando sus alte


« zas reales la situacion en que se hallan , y
‹(' las circunstancias críticas que concurren
« ahora en España : Que qualesquiera esfuerik
« zos de sus habitantes dirigidos á apoyar los
« derechos de sus Altezas , no solo serian inri-


( 79 )
« tiles sino tambien funestos, sirviendo única-
« mente para hacer correr ríos de sangre , y
« exponer todas sus provincias ,


-6 gran parte
« de ellas á total. pérdida , con la de colonias
« ultramarinas : : : Que el modo mas eficaz para
« evitar estos males era consentir sus altezas
« la cesion de sus derechos al trono hecha por
« el rei su padre : Que el emperador de los
« franceses se obliga en esta suposicion á con-
« servar la independencia absoluta , y la irte-
« gridad de la monarquia española con sus
« colonias ultramarinas , sin reservarse ni des-
« memorar parte alguna : Que se obliga á
« mantener la unidad de la religion católi-
« ca , las propiedades , leyes y- costumbres de
« la nacion : Y que todo esto asegura con
« un modo incontestable para largos tiempos
« el podery la prosperidad de la nacion espa-
« iiola : Creen sus altezas dar la mas grande
« prueba de su generosidad de amor á la pti-
« tría , y del deseo eficaz de mostrarlo , sacri-
« ficando , ponlo que á ellos toca , sus propios
« y personales intereses á las utilidades de la
« Nacion. En su consequencia , adhirieudose
« por este acto (como se han adherido ya por
« otra convencion particular ) á la cesion exectt-
• tada de sus derechos al trono, eximen á los
« españoles de sus obligaciones en este punto,




( So )
« y les exórtan á proponerse por objeto los in,
« tereses comunes de la patria , manteniéndo-
« se pacificos , y esperando ser felices corle las
« sabias disposiciones y el poder del empero.-
« dor Napoleon ; en inteligencia de que liacien-
« dolo asi darán á su principe y á los dos in- ','''
« fantes el mas grande testimonio de lealtad;
« asi como sus Alteras reales lo dan á su ter-
« Hura paternal , cediendo todos sus derechos,


t« y olvidando sus propios intereses por la fe-.
« licidad de los españoles , objeto único de sus
« deseos. « Burdeos i 2 de mayo de 184. Yo.
el principe. — Carlos —Antonio (1).


D. Juan Escoiquiz que iba en compañia do
Fernando, habia escrito á Madrid desde Bayo-
na poco antes de partir para Burdeos una carta
confidencial con cierta cláusula que entre otras
cosas decia : » Las cosas han salido mal; pero
« por lo respectivo á la España, podrá ser ami'
« feliz, si se conforma con lo que por último
« se ha resuelto , aunque con justo dolor. A
Acaso permanece esta carta original; y sin duda
con el transcurso del tiempo se habrá olvida-
do el Señor Escoiquiz de lo que opinaba enton-
ces, lo qual no esmuy compatible con elsentido


( )
que á. la proclama de Burdeos, y carta de Va-lencey quiere dar en la Idea sencilla de las
razones que m


otivaron el viage del rey Fer-
nando ú Rayona ,


cuya obra he visto despuesde escritas estas Memorias,


(i) Monitor de i x de mayo de 18o8.




( 82 )


ARTICULO V.


Eleccion del rei de Nápoles para monarca
español , y constitucion de Buyona.


I TENIENDO Napoleon en su poder las ce-
•siones de los reyes Carlos IV y Fernando VII,
y de los infantes D. Carlos y D. Antonio , es-
cribió al gran duque de Berg en 8 de mayo, que
la Junta de gobierno podria hacerlas cono-
cer, y que deseaba saber la opinion del con-
sejo de Castilla sobre la eleccion de un nue-
vo soberano entre los individuos de su fami-
lia , la fin de que la union de las dos nacio-
nes fuese perpetua, y las cabezas tuviesen el
mismo interes en ella que los pueblos.


a Se comunicó en el dia 12 al consejo, quien
respondió que no le tocaba manifestar opinion
en asuntos políticos sino siendo preguntado
por su soberano , y menos en las circunstan-
cias de tener como tenia por nulas las cesiones
por falta de poder en los cedentes.


3 Se le comunicó nueva órden el dia i5
diciendo , que en el estado que tenian las co-
sas ya estaba determinado por el emperador


85 )
de los franceses que reinára en España un prlit,
cine de la dinastía Napoleon , por lo que el con-
sejo no necesitaba tratar sobre valor ó nulidad
de las cesiones , ni tampoco sobre la preserva-
t'ion de los derechos de Carlos IV, Fernan-
do Vil y domas principes de su casa , pues que-
daban preservados , y no habian de ser perju-
dicados de modo alguno por la designacion de
persona que el Consejo hiciera baxo estos su-
puestos. Entonces el consejo respondió , que
procediendo sobre los datos de la órden, creia
convenir el reí. de Nápoles, hermano mayor
del emperador.


4 En el dia v7
h Junta de gobierno comu-


nicó al consejo que el gran duque de Berg de-
seaba escribiera el consejo al emperador pi-
diendole que nombrase por rey al citado de
Nápoles , conforme á su opinion del dia x5,
pues la Junta lo hacia tambien. El consejo con-
textó , que no podia decir mas que lo expresa-
do el dia precedente.


5 Día 15 la Junta mandó, con órden del gran.
duque de Berg, que el consejo deputase indi-
viduos para pasar ..Rayona , y manifestar á
S-• M. I. los deseos de que se sirviera nombrar
al rei de Nápoles para España. En su cum-
plimiento fueron depurados D. Josef Colon,
D. Manuel de Lardizabal , D. Sebastian. de




( 84 )
Torres, y D. Ignacio Martinez de \rinda , los
quales presentác:on á Napoleon una carta del
consejo , reducida á que habiendo de surtir
efecto los tratados de renuncia ,y la resolu-
cion de dar el trono de las Españas
principe de la familia imperial, parecia mas
á propósito el rei de Nápoles , Josef Napo-
leon.


6 La Junta de gobierno escribió dia x3 al
emperador manifestando sus deseos de igual
eleccion de persona. La municipalidad com-
pleta de Madrid pidió lo mismo en represen-
tacion del dia i5 , dirigida al gran duque
de Berg, y firmada por diez y siete municipa-
les , entre los quales está 1). Mateo de Norza-
garay , que luego fue individuo de la asam-
blea de Sayona , y despues lo ha sido de las
cortes de Cádiz , disueltas por Fernando VII.
en Madrid.


7 Instruido de todo el cardenal de Borbon,
Arzobispo de Toledo, primado de las Españas,
primo hermano del rey Carlos IV , tio segun-
do del rey Fernando VII , y único varon de la
familia reinante que hacia quedado en España,
escribió desde Toledo al emperador, dia 20
de mayo , felicitándole por su adquisicion del
derecho de reinar en España, prometiendo obe-
decerle, y reconocer como Soberano suyo al


( 85 )
que designase para rei español , y asegurando
que lo hacia con mucho gusto suyo , porque
se consideraba obligado ti ello en conciencia
por el bien de la España (r).


8 El emperador, vistos los enunciados do-
cumentos , traspasó en 6 de junio á su herma-
no mayor Josef Napoleon , rei de Nápoles, los
derechos de reinar en España , diciendo ha-
cerlo á peticion de la Junta suprema de go-
bierno , del Consejo Real , y de la Villa de
Madrid , Corte del reino.


9 Remitida esta declaracion á Madrid , se
comunicó en z x de junio al consejo ; quien
acordó imprimirla , publicarla y circularla se-
gun costumbre , lo qual hizo Cambien con una
proclama del dia 3 , mandada por el gran du-
que de Berg ; bien que omitió el consejo im-
primir la consulta en que- se fundó, querien-
do dicho consejo ocultarlos nombres de algu-
nos consejeros que habian intervenido en ella,
segun ha dicho despues- en su Manifiesto (2).
Aquella Junta fue la mas numerosa de todas las
de gobierno , pues (ademas de los ya citados en
Otras sesiones) asistieron D. Pedro Mendinue-
ta , D. Gonzalo Josef de Vilches , D. Josef Na-


(t) Monitor de 18 de junio de 1808.
(2.) Pag. 69..




o
( 86 ).


narro Francisco Xavier Duran,
consejeros. de Castilla ; D. García Gomez de.
Xara , consejero del de indias ; D. Nicolas de.
Sierra , fiscal del, de Castilla ; D. Manuel de
Torres-Consul ,, alcalde de Corte; Ignacio
de Alaba , general ,. consejero de Guerra; D.
Joaquin Maria Sotelo , fiscal del mismo; D,
Pablo Arribas, fiscal de la sala de alcaldes de
Corte ; y D. Pedro.. Mora, intendente y corre-
gidor- de Madrid.. Contenia dicha proclama
otra que 1Napoleon habla escrito á los. españo
Ács con fecha de 25 de Mayo, sobre cuya in-
sercion , publicacion y circulacion habia in-
tervenido la , consulta del consejo de Castilla,
que deseaba ocultar su intervencion„


lo- Desde luego. que Napoleon tuvo. en su
poder las cesiones de nuestros reyes y princi-
pes , pensó disponer que la nueva dinastía rei-
nara con una constitucion que separase del
tesoro publico el destinado á la manutencion
de la familia régia : estableciese bases del po-
der legislativo. , sin confundirlo con el execul.
tino; declarase la independencia del judicial;
asegurase la libertad individual , y la de la
imprenta; y preparase la propagacion de todas.
las ideas liberales capaces de contribuir. al fo-


- mento de agricultura , fábricas , ciencias , artes,
industria y comercio , y todo lo denlas condu-


( 87 )
rente á la prosperidad de la península y pro-
vincias ultramarinas.


fr Con esta idea quiso que, hubiese asam-
blea de notables en Bayona , y habiendola con-
vocado el gran duque de Berg , decretó S. M.
en 25 de mayo que se verificase aquella en i3
de junio. Confirmó todas las autoridades es-
pañolas y la Lugar4enencia del gran duque,
mandando que el consejo de Castilla publi-
case y circulase las órdenes necesarias para la
inteligencia general, acompañándolas de una
proclama del mismo emperador á todos los
españoles con la propia fecha.


12 Se comunicó al consejo dia 29 de mayo
para el objeto. Respondió el consejo dia 3o,
que siendo aquel acto del emperador el pri-
mero de soberanía española , y no teniendo
presentes los tratados de 5 y io del mes (que
se dicen ser las cesiones t que son relativas las
renuncias de los dias 6 y 12) no se reconocia
con autoridad bastante para mandar imprimir,
publicar y circular el decreto y la proclama
de 25 de mayo.; pero instado de nuevo en la
Moche de aquel dia , condescendió. A los gua-
u° dias fue la numerosa sesion antes citada,.
en que asistieron quatro consejeros de Castilla,
y su fiscal, cuya concurrencia quería ocultar-
la publica, dejando. sin. imprimir la. consulta




( 88 . )
de 3 de junio. A -pesar de que el consejo de
Castilla en cuerpo de tal , se resistia quanto era
posible t todo quanto se opusiese á los dere-
chos de Fernando y de la nacion , es igual-
mente cierto que D. Josef Colon, D. Manuel
de Lardizabal , D.' Ignacio Martinez de Ville-
la , y D. Sebastian de Torres, antes de ir á
Bayona visitaban diariamente al gran duque
de Berg, y sus confidentes , manifestando ade-
sion á sus ideas , y aun algunos pretendiendo
la plaza de camaristas que hoi tienen por Fer-
nando.


15 Antes del dia 15 se hallaban en Bayona
muchas personas de todos rangos y clases que
habian de ser individuos de la asamblea; y ha-
biendo llegado dia 7 tambien el rei de Nápo-
les Josef , fueron varias diputaciones españo-
las á cumplimentarle, y presentarle sus respe-
tos y hornenages corno á rei de España, decla-
rado en el dia precedente.


14 Del rango de los grandes de España, es-
tuvieron en el congreso de Bayona , el princi-
pe de Castel-franco , el duque del Infantado,
el de Frias , el del Parque, el de Hijar, , y el
de Osuna ; el marques de Santa-Cruz , y el de
Ariza, el conde de Fernan-Nuñez, el de Or-
gaz, y el de Santa-Coloma. Llevó la voz de
esta diputacion el duque del Infantado ; y enT


( 89 )
tre otras cosas dixo al rei Josef : Los españo-
les esperan toda su felicidad del reinado de
V. 1k!. La presencia de vuestra real persona
en España se desea con ansia para fijar las
ideas, conciliar diversos intereses , y resta-
blecer el orden tan necesario para la restau-
racion de la patria. Señor, los grandes de
España en todos tiempos han sido distin-
guidos por su fidelidad para con su sobe-
rano. V. M. hallará en ellos esa misma fi-
delidad , y la aficcion b su real persona,
Reciba V. .41. estos testimonios de nuestra
lealtad con aquella bondad de que ha dado
tantas pruebas b los pueblos de Nbpoles ,
cuya fama ha llegado hasta nosotros.


15 Estuvieron tambien el marques de Cas-
tellanos ; los condes de Castel-Florido y de
Noblejas ; los generales D. Pedro Cerbiiío , y
D. Luis Idiaquez; los coroneles D. Andres
Herrasti , y D. Pedro de Porras , y el oficial de
marina D. Miguel Ricardo de Alaba. Una di-
putacion que representase al exército se pre-
sentó á felicitar al rei Josef , llevando la voz
el referido duque del Parque , quien ademas
de manifestar sumision , añadió expresiones
que indicaban buena voluntad.


16 D. Mariano Luis de Urquijo, y D. Pe-
dro Cevallos , se le presentaron corno conse-




( so )
jeros de Estado , y le rindieron los homenage-s..
debidos al soberano propio , de quien se es-.
pera que lo sea efectivamente.


1 7 Los guaro consejeros de Castilla , Co
lon, Lardizabal , Torres y Villela , no se con-
tentaron con expresiones generales , sino que
pasaron á hacer grandes elogios del rei Josef,
por las noticias recibidas de Nápoles , y afir-
maron , que el cielo habia criada la dinastia
Napoleon para el trono,


18 Del consejo de Inquisicion estuvo D.
Raymundo Etenhard y Salinas; del de Indias.
el conde de Torre-Muzquiz , Zenon Alon-
so , y D. Francisco Amorós ; del de Hacienda
D. Antonio Ranz Romanillos, y D. Manuel
Romero, D. Vicente Alcala Galiano, y D..
Francisco Angulo.. De todos estos se formó
una sola diputaeion , presidida por el Inquisi-
dor Etenhard , en. cuya arenga no contentán-
dose con expresiones genéricas , se dixo quo
se presentaban llenos de sentimientos de fi-


delidad y afecto , formando votos para que
Josef, encargado de gobernar su patria, en-
contrase la felicidad en su seno , haciendo
la de sus sobrinos, y la elevase al grado
prosperidad que no dudaban podio esperar-.
se con los auxilios del. genio y del poder de
Napoleon el grande, su augusto hermano.,.


( )
x9 El referido D. Pedro Cevallos al dia si-


guiente 8 de junio, escribió á D. Eus.ebio4ar-
daxi Azara , una carta confidencial con todos
los caractéres de sinceridad (atendiendo á los
varios encargos que hacia) y entre otras co-
sas dice : rc Querido amigo : He tenido el ha-
« nor de presentarme al rei, que llega ayer
« de Nápoles y- he formado el concepto
« de que su presencia , su bondad, y la
cr nobleza de su corazon que se descubre á
« primera vista, bastarán sin exércitos
• calmar esas provincias.»


2 9
Todos estos , y algunos otros estaban


ya esperando en Bayona el dia 15 de junio,
en que habian de comenzar las sesiones de la
Junta constituyente , y entretanto acordaron
dia 8 exórtar á todos los españoles á confor-
marse tranquilos con la nueva dinastia de Na-
poleon; persuadiendo ser para bien de la Es-
paña por varias razones que se indicaban en
la proclama firmada por los citados duques de
Infantado , Parque , Hijar y Osuna , marques
de Santa-Cruz , condes de Fernau-Nuñez ,
gaz , y Santa-Coloma ; los militares Cerviño,
ldiaquez , Herrasti , y Parras; los consejeros.
(le estado Cevallos ,; D. Miguel Josef de Azan-
za; los de Castilla, Colon, Lardizabal , Villela,
y Torres; el de Inquisicion Elenhard; los de-





( 9 2 )
Indias , Alonso y Amorós; los de Hacienda,
Romanillos y Galiano , y ademas por D. Cris-
tobal de Góngora, oficial de la secretaria del
ministerio de Hacienda , D. Ignacio Texada,
natural de América, y Pedro de Torres.


21 Comenzaron las sesiones dia t 5 ; se leyó
el decreto imperial del 6, en que Josef Yapo-
Icon 'labia sido declarado por rei de las Espa-
ñas y de las Indias. D. Miguel Josef de Azan-
z.a .(que. halda sido ministro de Hacienda de
Fernando VII, y salido de Madrid llamado
á Bayona en 29 de mayo) presidió la asam-
blea. D. Mariano Luis de Urquijo , consejero
de Estado ( que 'labia sido ministro de Estado
en tiempo de Carlos IV) fue primer secreta-
rio. D. Antonio Ranz Romanillos , consejero
de Hacienda, fue segundo secretario de la
asamblea , encargado de redactar y leer las ac-
tas. D. Cristobal de Góngora , oficial de la se-
cretaría del ministerio de Hacienda , fue agre-
gado á la secretaría de la asamblea para reco-
ger, custodiar, extractar y referir las mein4y-
rias y los discursos de los individuos del con-
greso , y denlas papeles importantes.


22 Se acordó en dicha primera sesion del
dia 15 ir en cuerpo á saludar al rei Josef,
como rei de las Españas; pronunció su prelk


sidente un discurso que habia de ser antes


( 95 )
aprobado en segunda sesion. Esto se verificó
en el 1 7 , y- se hizo la visita en cuerpo de asam-
blea nacional el 18. El rey- Josef respondió
que pensaba reinar en España para su felici-
dad , y el discurso del presidente fue remitido
á Madrid , cuya Junta de gobierno comunicó
todo al consejo de Castilla en de junio para
su impresion , publicacion y circulacion que
acordó en el mismo dia , despues de varias
contextaciones sobre el modo con que se le
habia extendido la órden , cuyo contenido de-
bia insertarse..


23 Dia 20 de junio fue la tercera sesion, y
en ella presentó el presidente, por órden del
rei Josef un proyecto de constitucion impreso,
del qual se (lió exemplar á cada individuo,
con encargo de hacer por escrito quantas ob-
servaciones consideráse justas, sin perjuicio
de las discusiones verbales.


24 Ya de antemano se habia remitido á la
Junta suprema de gobierno de Madrid, la qual
habiéndolo visto en dos ó tres sesiones , ha-
bia tenido por util á la España lo substancial
de su contexto, aunque no dejó de hacer va-
rias observaciones sobre algunos artículos para
que se tuvieran presentes con las otras que hi-
ciese la asamblea.


a 5 El rei Josef nombró dia ro de junio al




( 94 )
gran duque de Berg por su Lugar-teniente ge.
neral del reino de las Españas. Lo avisó al:
decano del consejo de Castilla , con una pro-
clama para todos los españoles, en que anun-
ciaba S. M. las benéficas intenciones con que
pensaba reinar , y otra del din f I , firmada
por Azanza , y dirigida á. los virreyes , capita,
nes generales y gobernadores de las proVin-
cias , para que conservasen éstas en tranquili-
dad. El consejo de Castilla, enterado de todo,
acordó dia 15 su impresion , publicacion , y
circulacion.


26 En 4 de julio nombró el rei Josef ea
Bayona ministros en esta forma. D. Mariano
Luis de Urquijo, ministro secretario de Esta-
do , que labia sido de tal en tiempo de Car-.
los IV , y era consejero actual de Estado.
D. Pedro Cevallos , ministró de Negocios Ex-
trangeros. D. Miguel Josef de Azanza, de In.
dias. Los dos eran ministros por Fernando VIL
D. Josef Mazarredo , de la Marina; D. Gon;
talo Ofarril , de la guerra, que obtenia igual
ministerio por Fernando; D. Gaspar Melehor
de Jovellanos , del Interior , que labia sil
de Gracia y Justicia por Carlos IV. El conde de:
Cabarrus, de Hacienda, y D. Sebastian Piña-
la de Justicia (1). Urquijo, Cevallos, y Azanza,


(1) il2ouitoz de 9 de julio de 1808,


95 )
que se hallaban en Bayona, aceptaron y jura-
ron sus empleos , y de Cevallos consta que lo
solicitó , no obstante lo que dixo en su Ex-
posicion de los hechos.


27 Nombró por chambelan , 6 gentil-hom-
bre ele su real cámara , al conde de Santa-Co.
loma ( cine tambicn lo pretendió con ardor)
y confirmó los nombramientos que tenian de
Carlos IV los citados principe de Castel-Fran-
co , duque del lnfantado , de Frias, del Par-
que , de Hijar y de Osuna ; los marqueses de
Ariza , y de Santa-Cruz ; los condes de Fer-•
nan-Nuñez , de Castel-Florido y de Orgaz,
y D. Pedro Cevallos; todos los quales juráron
fidelidad al rei Josef.


28 Dió algunos empleos del real palacio en
esta forma : Sumiller de corps, al marques
de Ariza ; gran maestre de ceremonias, al-
duque de Hijar ; y montero mayor al conde
de Fernan-Nuñez,, que lo pretendió; los qua-
les aceptaron, prestando juramento de fideli-
dad.


29
:Nombró por coronel del regimiento de,


reales guardias de infantería Española al du-
que del Infamado , por pretension suya : del
de guardias Walonas , al principe de Castel
rranco:•capitanes del


0cue de reales (-ruar-
dias. de Corps al duque del Parque, y al.,


da




( 97 )
mo de presentarla al emperador Rabian hecho
frai Miguel de Acebedo , general de los regula-
res observantes del instituto de San Francisco
de Asís , frai Jorge B.ei , vicario general del de
San Agustin , frai Agustin Perez de Valladolid,
general de los hospitalarios de San Juan de
Dios , y el padre Antonio Soto , religioso de-
putado de los premonstratenses , en la qual
suplicaban que no se suprimiesen totalmente
los reglares en España , y se ciñese la provi-
dencia á limitar el número de conventos , -y-de
los individuos de cada uno, dejando 'por lo me-
nos permanecer aquellos institutos, cuya utili-
dad fuera visible. Propusieron que la asamblea-
apoyase la solicitud, y se acordó que el presi-
dente la entregase al rei. El suceso prueba la
opinion general que se tenia de que habla de
prevalecer la dinastía Napoleon , y que labia
conformidad , aunque se sintiese la falta de
fuerzas para evitarlo. Todos estuvieron confor-
mes en la opinion , como lo acreditan éste y
otros acaecimientos , en los quales son nota-
bles los que siguen.


33 El consejero de Inquisicion Etenhard,
habiendo escuchado la propuesta de un vocal
sobre suprimir el tribunal de la inquisicion , re-
presentó con el mayor vigor, auxiliado por los
los consejeros de Castilla , de palabra en el


( 96 )
San German , todos los quales aceptaron' y
juraron nuevamente fidelidad por estos desti-
nos,


3o Ultimamcnte designó por gentiles-ho m
-bres de cámara de servicio en el viage á Es-


paña, que ya se preparaba , al marques de -
Santa Cruz , y los condes de Orgaz , Santa
Colma , y Cástel-Florido , que se conformá-
ron , y efectivamente sirvieron.


31 Las sesiones de la asamblea prosiguie-
ron en los dias 21 , 22 , 23 , 24 , 25 , 27 , 28,
y 3o de Junio , y en esta última el presidente
hizo leer y ver originalmente una carta que
le habla confiado el rei J osef , escrita toda de
puño y letra del rei Fernando VII en Valen-
cey , á 22 de Junio , de cuyo tenor literal re-
sulta , que felicitaba al nzisnzo rei Josej por
su translacion del trono de Nápoles al de Es-
paña, considerando á esta por feliz de ser -4
gobernada por quien habia manifestado ya
su instruccion práctica en el arte de reinar,
á lo qual (irradia que tornaba parte tanzbien
en las satisfacciones de Josef , porque se con- •
sideraba miembro de la augusta familia de
Napoleon, á causa de que había pedido al
emperador una sobrina para esposa, y es-
peraba conseguirla.


32 Se leyó una representacion que con ani-
7




( 98 )
congreso , y por escrito ante el emperador, que
no se suprimiese porque bastarla reformar su
modo de proceder, nivelándolo con el de los
tribunales eclesiásticos ordinarios : El. resulta-
do fue reservar éste asunto á la legislacion; pe-
ro es claro que no se hubiera formalizado el


empeho sitio creyesen los representantes que
la constitucion de Bayona prevaleceria.


34. Tratandose de la cantidad á que se ha-
blan de reducir las rentas de los mayorazgos
de España, sostuvo el duque del Infantado,


con el mas, imponderable vigor , que no fuesen
menos de ochenta mil ducados de vellon, con-
forme á una lei llamada Carolina, hecha, ea


cortes generales por Carlos V , y anuque le au-
xiliaron los otros grandes de España (singular-
mente Osuna y Santa-Cruz , que consultaron:.
en el asunto á un sabio de Bayona) se acorde
limitar aquellas á veinte mil pesos fuertes.


Qualquiera conocerá que no hubieran empren-.dido la disputa sino mirasen corno valedera
para lo futuro la constitucion.


33 Babia llegado á Bayona por entonces
la princesa Carolina, hermana del emperador,


-anuger del gran duque de Berg , ya rey de.15a-
roles ; hizo saber el presidente de la asamblea
que S. habia manifestado admitiria á todos


19S espailoles que quisiesen visitaElá : Lo


( 99 )
ton muchos , cuya voz llevó el duque del Par
que , que habló en nombre de todos; y esta
acto voluntario, aunque sea mui compatible con
la pena de haber perdido la dinas tia de Borbon,
prueba la opinion en que se vivía de que era
forzoso hacer de la necesidad virtud.


36 Habiendose verificado la provision
los empleos de palacio , el duque de Hijar,
nombrado gran maestre de ceremonias , hizo
muchas veces con varias personas couversa-
clon voluntaria de la necesidad que tendria de
trabajar bastante para .arreglar el ceremonial.
de palacio á los estilos modernos de la corte
de París teniendo presentes los antiguos de
las casas de Borgoña y de Borbon , introdu-
tidos por Carlos V. y Felipe V. En Bayona
mismo exerció su destino , pues arregló las ce-
remonias para él acto de dar el rey la consti-
tucion y jurada , como lo hizo S. M. en ma-
nos de D. Manuel Cid de Monrroy , arzobispo
de Burgos , individuo del congreso , que se lo
recibió vestido de pontifical , con asistentes:
prueba tambien de la opinion del duque de
jar en aquella epoca.


3x. Lo mismo pudiera referir de otras mu-
chisimas discusiones que ocurrieron en la asam-
blea, porqueapenas hubo artículo del proyecto
lic eonstitucion en que alguno de los noventa y




( ' o° )
un individuos no ofreciese materia de contro_
versia; pues habia plenísima libertad, siendo •
incierto guamo se ha intentado decir en con-':
trário. Ni habia motivo de coartarla , porque no
se sujetó al exámen ni aprobacion del congre- •
so el punto capital de si habia de de reinar
no Josef Napoleon (el qual se le dió por su
puesto indispensable ) sino solo si convenio 6
•no la constitucion del proyecto.


38 Por fin , despues de once sesiones
adoptaron los artículos propuestos , con váril
adiciones, supresiones y reformas , ponien o.
el ciento quarenta y seis que habilitaba las
cortes generales posteriores al año 1820, para
las mejoras que hubiese dictado la experiencia
de doce años.


39 El rei Josef decretó en 6 de julio que se"
comunicase al consejo real de Castilla , para su
impresion , publicacion , y circulacion , en la
forma acostumbrada. En 7 concurrió personal-
mente á la sala del congreso , juró guardar y
hacer que se cumpliese la constitucion , y en
seguida hicieron el propio juramento sus no-
venta y un autores , sin disputa sobre ello,.
sí solo sobre como serian dos medallas , que se
acordó acuñar, en grande y pequeño modulo,
y un monumento que se determinó erigir para
eterna memoria del suceso representativo de


(I01 )
Josef, en el acto de dar la constitucion , y de
jurarla por sí mismo.


4o Pero ¿ como podría haberla en un asun-
to en que no habia sino una sola opinion ?


Quan-
tos hombres juiciosos habia en España, capaz
de formar cálculos , otros tantos tenian por
inevitable la conformidad , y el convertir la
necesidad en virtud; de lo qual nos dió el mas
virtuoso , y aun heróico exemplo Fernan-
do VII, pues no contento con haberlo manda-
do y exortado asi por convencimiento propio á
todos los españoles , dicicndoles en 6 y 13 de
mayo desde Bayona y Burdeos, que solo asi po-
drian procurar el bien de la Nacion, manifestó
de nuevo tan virtuosas, nobles y benéficas ideas
guando supo que Josef, rei de Nápoles era ya
soberano de las Españas; pues le escribió des-
de Valencey , felicitándole por su traslacion
como hemos visto,


Los infantes D. Carlos y D. Antonio re-
conocieron ya por legítimo soberano español
al rei Josef : y le 'j uraron fidelidad D. Juan
Escoiquiz , el duque de San Carlos, los mar-
queses de Ayerbe y de Feria , y D. Pedro Ma-
canaz , D. Antonio Correo , y todos quintos es-
pañoles estaban en Francia , desde el embaja-
de r, que era un principe , grande de España
cíe primera clase, hasta el mas obscuro fugiti-




( 102 )
VO y corno Nuñez de Taboada , traductor del
Manifiesto de las cortes , y Sixto , Ex-escula,
pio, autor de la carta latimt adulatoria al em,
perador de Rusia , en que aparenta no haber
jamasadoptado las maximas de Napoleon,
guando se mantenia siendo maestro de las.
princesas , hijas del rei ',Josef. Pero lo que
es mas , el mismo Fernando escribió á Na- ,,
poleon desde Valencey á 22 de junio de.
éste modo : « líe recibido con sumo gasto la
« carta de V. M. I. y R. de r 5 del corriente , y
« le d.oi gracias por las expresiones afectuosas.
« con que me honra, y con las quales yo he
« contado siempre. Las repito á V. M. 1. y R. Z.
« por su bondad en favor de la solicitud del
« duque de San Carlos , y de D. Pedro Maca, I
« naz , que tuve el honor de recomendar. Doi ..
«. mur sinceramente en mi nombre y de mi her.,
« mano y tio á V. M. I. y .R. la enhorabuena de.
« la satisfaccion de ver instalado á- su querido.
« hermano el rei Josef en el trono de España.
« Habiendo sido siempre objeto de todos nues-
« tros deseos la felicidad de la generosa na- ..
1. cion que habita su vasto territorio , no pode-.
« mos ver á la cabeza de ella un monarca mas
« digno , ni mas propio por sus virtudes para. ,,..
« asegurarsela; ni dejar de participar al mismo,
,t- tiempo elgrande consuelo que nos da esta cir-.


( ro3 )
• cunstáncia. Deseamos el honor de profesar
/ amistad con S. M. , y este afecto nos ha die-
/ tado la carta adjunta , que me atrevo á in-
« cluir , rogando á V. M. y R. , que despues
• de leida se digne presentarla á S. M. Cató
• lica. Una inediacion tan respetable nos ase-
« gura que será recibida con la cordialidad
« que deseamos. Sire : perdonad una . libertad
« que nos tomamos , por la confianza sin
• rnites que V. M. I. y R. nos ha inspirado. Y
• con la seguridad de todo nuestro afecto y
« respeto, permitid que yo le renueve los mas
« sinceros é invariables sentimientos , con los
« quales tengo el honor de ser Sire , de V. M. 1.
« y R. su muy humilde y muy obediente ser-
« oidor Fernando. « La carta que ser leyó en
Ya asamblea 1m Bayona, fue la que. se cita
en ésta (r).


42 En todas las cortes de la Europa , le re-
conocieron los españoles , pues D. Pedro Ce-
rallos , ministro de relaciones exteriores cir-
culó cartas órdenes desde Bayona y Madrid,:
para que los embajadores , los plenipotencia;
ríos , los secretarios de emhajada. , los encar-
gados de negocios , los cónsules , los vice-
consules , los agregados á las. embajadas , y


(}.. Monitor de. 5 de febrero. de 1,81..o...




( to4 )
todo diplomático , en fin, reconociese por rei


Jesef, le jurase fidelidad , y remitiese testi-
monio para enviarle nuevas credenciales y tí-
tulos ó confirmaciones. Finalmente , todos los
soberanos del continente hicieron el mismo
reconocimiento. El monarca ingles lo contra-
rio; pero es isleño.


45 La division militar española , que resi-
dia en Dinamarca juró unánime con su gefe,
obediencia , sumision y fidelidad , hasta der-
ramar la última gota de sangre de todos , y
cada uno de sus soldados. El marques de la
Romana lo escribió asi al príncipe de Ponte-
corbo en Niebourg , á 1 7 de junio , tomándose
la enhorabuena de que hubiese sido predilecto
el rei de Nápoles, por la fama de sus virtudes,
y por ser cuñado del citado principe. Dia 24
escribió directamente al rei, por medio de Pon-
tecorbo. Sus tres cartas contienen otras expre-
siones dignas de la historia , y se pueden ver
en la colecion del tomo segundo de estas Me-
morias , con los domas documentos que la ilus-
tran y confirman.


44 No debo acabar este capítulo sin tradu-
cir al español la carta escrita en francos desde
Valencey al rei Josef por los servidores de
Fernando el dia 22 de junio, en que lo hizo
él mismo. Como se recibió en Bayona ál tient-


( los )
po de la asamblea , no es exrraño que se con-
fiase á los españoles igualmente que se habia
hecho de la otra. Firmaron los que hoi man-
dan en España , singularmente D. Pedro Ma-
canaz , actual ministro de Gracia y Justicia,
que ha firmado la famosa circular de So de
mayo último ; y esto basta para saber cómo y
quándo ha mudado sus opiniones : Era del te-
nor que sigue :


« Señor : todos los españoles que compo-
« nen la comitiva de sus Altezas Peales, los
• príncipes , Fernando , Carlos , y Antonio,
« noticiosos por los papeles públicos de la ins-
« talacion de la augusta persona de V.M.C. en.
« el trono de la pátria de los exponentes , con
« el consentimiento de toda la Nacion ; pro-
« cediendo consecuentes al voto unánime , ma-
« nifestado al emperador y rei, en la nota
« adjunta , de permanecer españoles sin sus-
« traerse de sus leyes en modo alguno , antes
« bien queriendo subsistir siempre sumisos á
« ellas: Consideran como obligacion suya mui
« urgente la de conformarse con el sistema
« adoptado por su Nacion , y rendir como ella
« sus mas humildes homenages á Y. M. C. ase-
« garándole tambien la misma inclinacion , el
« mismo respeto , y la misma lealtad que han


manifestado al gobierno anterior, de la dual




( 106 )
bai las pruebas mas distinguidas, y creyendo


« que esta misma fidelidad pasada será la ga-
« rantia mas segura de la sinceridad de la ad--
« hesion que ahora manifiestan, jurando como
« juran obediencia á la nueva constitucion:


de su pais , y fidelidad al rei de Espada
Joel. primero.
4.5 « La generosidad de V. M. C. , su hon-,44,.


« dad, y su humanidad les hacen esperar que
« considerando la necesidad que estos princi-
« pes tienen de que los exponentes continúen
« sirviéndoles en la situacion en que se hallan,
ex se dignará V. M. C. confirmar el permiso quo
« hasta ahora han tenido de S. M. 1. y R. para
« permanecer aquí : y asi mismo continuarles
« por atencion á los mismos príncipes con
« igual magnanimidad el goce de los bienes y
« y empleos que tenian en España , con las
« otras gracias que á peticion suya les tiene
« concedidas S. M. 1. y 11. , hermano augusto
« de V. M. C. , y constan de la adjunta nota
« que tienen el honor de presentar á los pies
« de V. M. C. con la mas humilde súplica.


46 Una vez asegurados por este medio de
« que sirviendo á sus Altezas Reales , serán con-
« siderados como vasallos fieles de V. M.
« y como españoles verdaderos, prontos : ► obe-
ct ciegamente la- voluntad de V.* M. 1~-


( Ioy )
« ta en lo mas mínimo , si se les quisiese dar
« otro destino , participarán completamente
« de la satisfaccion de todos sus compatriotas,
« á quienes debe hacer dichosos para siempre.
« un monarca tan justo , tan humano , y tan
« grande en todo sentido como V. M. C.


47
« Ellos dirigen á Dios los votos mas fer-


« vorosos y unánimes , para que se verifiquen
« estas esperanzas , y para que Dios se digne
« conservar por muchos años la preciosa vida
« de V. M. C. , En lin , con el mas profundo
« y mas sincero respeto , tienen el honor de
« ponerse Señor á los pies de V. M. C. , sus
« mas humildes servidores y fieles subditos en
« nombre de todas las personas de la comitiva
« de los principes. — El duque de San Carlos
« grande de España de primera clase , tenien-
« te general de los reales exércitos de S. M. C.
« y mayordomo mayor de la casa de sus di-
« tesas Reales —D. Juan Escoiquiz ,


nero mayor de SS. AA RR. , y consejero de
« Estado de S. M. C. —El marques de Ayer-
« be, grande de España, y gentil-hombre de


cámara de S. M. C.
marques de Fe-


« ria, teniente coronel deS. M. C. , y su gentil-
« hombre de cámara. — D. Antonio Correa,
« mariscal de campo de los reales exérci tos , y
slentil-homhre de cámara de --


/4171.7.'.>.




1 1
1


( io8 )
« Pedro Macanaz, consejero del real y supre-
« mo de Hacienda , y secretario de SS. AA,
« RR.—Valencei 22 de junio de 1808. ).› ARTICULO VI.


Viage del rei Josef d Madrid , su proclu-
nzacion , y sucesos del mes de julio,


Sábado 9 de julio salió de Bayona para
Madrid el rei Josef, con su comitiva españo-
la , de que hicieron parte los individuos de la
asamblea. Apenas llegó á Trun se le presentó
una diputacion representante del reino de Na-
varra, y le prestó juramento de fidelidad, pro-
nunciando arenga con grandes expresiones de
sinceridad.


2 Pasó á la ciudad de San Sebastian de Gui-
puzcoa , cuya municipalidad hizo igual home-
nage. A la mañana Domingo lo de julio asis-
tió Josef al santo sacrificio de la Misa , en la
parroquia principal , y marchó acia la villa
de Tolosa , donde le juró la diputacion de la
provincia de Guipuzcoa.


3 Dia ti pasó a Vergara , y abundaron es-
cenas de reconocimiento. El gefe , los directo-
res y los profesores del seminario de Vergara,
juraron al rei Josef , y le rindieron humildes
homenages. La municipalidad hizo lo Mismo,




( II o ).
y ademas se presentó una diputacion de la
ciudad de Santander para ratificar susumision
y pedir perdon de una conmocion popular que
se habia movido en dias anteriores contra los
franceses. -


4 Dia in , caminando aria Vitoria, salió al
camino el regimiento de infanteria de Africa,
formando empeño de hacer al rei Josef la guar-
dia en su viage. Se le dijo no ser posible á la
tropa que no fuese montada ; y sin embargo
para testimonio de afeccion , acompañó al rei
tres leguas del camino:


5 D. Miguel Ricardo de Alaba, noticioso de
que habia dificultades en Vitoria (patria suya)
para proclamar á Josef. se ofreció voluntaria-
mente á vencer obstáculos. Se anticipó en pos-
ta , logró su objeto, volvió al camino con aires
de triunfador , y el rei Josef entró ya procla-
mado. En la ruta se presentó , con anticipa-
cion de leguas , una diputacion de la provincia
de Alava , que le rindió sus homenages como.


soberano. Luego lo hicieron asi D Francis-
co Campuzano , gobernador de las aduanas de
Cantabria , las otras autoridades, los titulados
y demas caballeros de aquella ciudad.


6 Se detuvo allí el dia 15 , pasó el i4 ?
Miranda de Ebro ; el 15 á Briviesca , y el 16
á Burgos. En esta ciudad , capital de Castilla


(I I I )
vieja, se le presentaron diputaciones de mu-
chas ciudades y villas grandes. Se verificó lo
propio en otros pueblos de tránsito , como Ler-
ma , Arando. de Duero , y Buitrago hasta Ma-
drid, donde entró el miercolcs dia 20 de julio.


7 En todo este viage acompañó el duque
del. Parque al rei en su propio coche, y le sir-
vió de capital'


de su guardia , manifestando no
solamente deseos de llenar las obligaciones del
empleo, sino de conciliar y eternizar la vo-
luntad que le mostró el soberano. Lo mismo,
aunque con menos signos exteriores de con-
fianza , hicieron los otros empleados del real
palacio , destinados en el viage á la servidum-
bre del rei.


8 Habia mandado el rei en Vitoria , que el
consejo de Castilla hiciese imprimir, publicar,
y circular , segun costumbre, la constitucion
dada y jurada en Bayona. El consejo, despues
de algunas contextaciones lo acordó, aunque
con repugnancia , dia 22 de julio , es decir dos
despues de haber entrado Josef en Madrid.


9 Tambien se habia decretado en Vitoria,
dia 13 , que el consejo de Castilla jurase fideli-
dad al rei y á la constitucion : y circulase (Sr-
den á todos los tribunales de provincia , corre-
gidores , alcaldes mayores , y demas jueces y
justicias del reino , sin excepcion de clase al-




( 112 )
gnna para la prestaciou de igual juramento y
remision de las actas ó procesos verbales del
asunto.


io No lo habia cumplido guando Josef en-
tró en Madrid , por lo que se le. dijo dia 22,
que lo hiciese inmediatamente; y que • de lo
contrario no seria el consejo admitido en pala-
cio el dia siguiente 23 , designado para admi-
tir en acto de corte á los consejos , autorida-
des y personages á felicitar la llegada de surei.


f Se le repitió la órden en 25 de julio,
añadiendo que ya tenían prestado el juramen-
to de obediencia y fidelidad los consejos de
Estado y de Indias, los gefes del real palacio,
y otros empleados.


12 Ya que citamos el consejo de Estado,
debemos advertir , que el conde de Montarco,
y D. Juan Pacheco pensaban excusarse de jur
rar, y les persuadió su conformidad D. Josef
de Leon Pizarro , que entonces era secretario
del consejo de Estado, y ahora es plenipoten-
ciario para la corte del rei de Prusia.


:110


15 Noticioso este mismo Pizarro , de que
Josef pensaba nombrar mas consejeros dé Es-
tado , solicitó una plaxl, exponiendo por mé-
rito, que no solo habia jurado al reí Josef,
sino tambien conquistado los juramentos de
Montarco y Pacheco. Con efecto, se eligió


?.; )
pán consejero de Estado. Pizarro aceptó el
nombramiento, y juró su plaza en presente
tia del rei Josef, á quien dió gracias por la
recibida.


D. Pedro Gomez Labrador , consejero 110-,
norario de Estado (que ahora es embajador
para el congreso de Viena ) no juró por estar
en Florencia desde los sucesos primeros de
Bayona. Pero consta su opinion de aquel tiem-
po ; porque en setiembre escribió á lirquijo,
ministro secretario de Estado del rei Josef,
.( residente por comision entonces en Paris)
« que quanti) habia pasado en Bayona , era
« iriiquo é injusto ; pero que una vez verifica-
« do el mal, y no habiendo ya remedio , se ale-
(' graba de ver al frente del gobierno de España
« hombres como Urquijo , y por esta razon


estaria pronto d servir á la pátria en todo
,‹ lo que quisiera Urquijo. « Esta carta se con-
serva original , aunque Labrador haya muda-
do de opinion , y aun de conducta con el se-
ñor Urqt fijo, su protector , á quien debia car-
rera diplomática despues que habia sido sepa=
rada de ella por el príncipe de la Paz.


i4 D. Antonio Ranz Romanillos, consejero
de Hacienda , habia trabajado mucho en I3a-
yona , redactando las actas de la asamblea , y
sosteniendo varias proposiciones fuertemente


8




( 114 )
combatidas. Recibió del emperador, por expre-
sion de memoria y gratitud una cara de oro.
El rei Josef creyó deberle dar plaza del con-
sejo de Estado. Se la confirió efectivamente
dia 25 de julio. Romanillos la aceptó, juró , y
dió gracias.


15 El conde de Fernan-Nuñez (que des-
pues ha sido embajador de la regencia y Cor-
tes de Cádiz en la de Londres) estaba enton-
ces tan creido de que no podia menos de pre-
valecer la nueva dinastía , que dió á todo Ma-
drid público testimonio de su opinion , hacien-
dose , y usando tres uniformes del empleo de
montero mayor, que habia jurado en Bayona.


16 El marques de Hariza sirvió su destino
de Camarero mayor hasta la noche del dia 3i
de julio , vispera del primero de Agosto, en
que Josef salió de Madrid para Burgos.


1 7 Domingo dia 24 de julio fue proclamado
Josef por rei de España , con todas las cere-
monias acostumbradas. El marques de Astor-
ga , conde de Ahamira , devia levantar el es-
tandarte, como Alferez mayor de Madrid. Se
excusó por enfermedad, y suplió su falta el
marques del Campo de Alange, conde de Torre-
Manzanar , grande de España , ex Ministro de
la Guerra, embajador en-Viena y Lisboa, y
capitan general de los reales exércitos. Entre


( 115 )
tanto Fernando procedia consecuente á sus pro-
mesas , mostrando adhesion al emperador. No-
ticioso de su regreso á París , le escribió desde
Valencey á Bayona en 26 de julio, que si me-
recia su aprobacion, saldria con su hermano y
tio al camino de la corte , para tener el gusto
de felicitarle personalmente (1).


r8 No hallandose D. Gaspar de Jovellanos
en Madrid, supo en la villa de Atienza su nom-
bramiento de ministro de lo Interior : escribió
al rei Josef, dándole gracias, diciendo que no
podia aceptar por falta de salud, y añadiendo
que felicitaba á S. M. por su feliz arrivo á la


+Corte , y á la nacion española por la buena ,,,„„3n
suerte qne le habia cabido en ser gobernada »i


UY"
por un rei sábio , acreditado en Nápoles.


1 9
Los grandes &España , los otros condes,


vizcondes, marqueses, barones, señores de va-
sallos, caballeros de órdenes militares, y otros
que por empleo it dignidad debiesen jurar fide-
lidad en Madrid , lo hicieron como si hubieran
estado en Bayona.


20 Los prelados del clero secular y regular,
el comisario general de Cruzada , y los dunas
personages eclesiásticos residentes en corte,
con entrada en. palacio fueron personalmente


(I) Monitor de 5 de febrero de xSio.




( 116 )
á felicitar á Josef, reconociéndole por rei de
España , y prometiéndole fidelidad, obedien-
cia y sumision á sus órdenes.


21 Los grandes de España en sus tertulias,
sociedades particulares, y conversaciones con-
fidenciales hablaron en el tono correspondien-
te á quien vive persuadido de que no tenia re-
medio el asunto : y muchos comenzaban á con-
formarse de veras , diciendo, que siendo for-
zoso hacer de la necesidad virtud , era consue-
lo saber que habia tocado á la España por so-
berano Josef, cuyas prendas ponderaban unos
por lo visto y experimentado en Bayona y el
viage; otros por lo oido contar de su reinado
en Nápoles.


22 Hubo en Madrid corridas de toros, y
otras fiestas , con lo qual, y una distribucion
grande de limosnas , se adquirió Josef tanto
partido popular, que ya le daban vitorQs y
aplausos; lo que se juntó con otros signos de
conformidad, á saber, memoriales de viudas,
de huerfanos , y de otros pensionistas que so-
licitaban la paga de sus retrasos , y la confir-
macion de los títulos en que se fundaban.


23 El consejo de Castilla es el que se mos-
traba renitente. Quatro individuos suyos ha-
bian jurado en Bayona. En la Junta suprema
de gobierno habian tenido intervencion otros


( "7 )
cuatro ademas del decano y del fiscal. El cuer-
po entero era autor de la impresion , publica-
cion y circulacion de decretos y proclamas , y
aun de la constitucion misma , y eleccion de
Josef para rei. Era inconsecuencia visible ne-
garse á practicar aquello que prevenía por es-
crito á todas las autoridades de los pueblos
del reino ; pero no reparó en eso para excusar-
se con varios pretextos hasta el dia 28, en que
llegó á tener noticias ciertas de la batalla de
Bailen , cuyas esperanzas ocultas le habian ani-
mado á la empresa.


24 D. Pedro Cevallos habia prestado tres
veces juramento de fidelidad , como gentil-
hombre de cámara . , como ministro de Nego-
cios Extrangeros , y como individuo de la Asam-
blea de Bayona. En su Exposicion de los ¡te-
dios publicó una renuncia del ministerio , con
fecha del citado dia 28. El. contexto no con-
fronta mucho con otros hechos verificados en
Bayona, segun los quales solicitó mui de veras
el ministerio. Pero sí con efecto , 'envió al rei
Josef la citada carta , no lo hizo hasta la noche
del 31 de julio , vispera del primero de Agos-
to , en que se verificó la salida, pues todos los
otros ministros saben que habiendo Josef ha-
blado del viage en consejo de gabinete dia 31,
dijo Cevallos. « Yo no puedo prometer ahora




( 118 )
le con firmeza seguir á V. M. sin tratarlo antes
« con mi esposa , que es como una niña de
« quince años, aunque ya tiene treinta. » Este
suceso es incompatible con haber enviado la
carta el dia 28.


25 En fin , es un hecho ciertísimo e Mega-
ble por los hombres de buena fe, que hasta la
noticia de la batalla de Bailen, todos los espa-
ñoles juiciosos, capaces de formar cálculos so-
bre datos, y conocedores del estado del exér-
cito real, estaban persuadidos á que no habia
remedio en España contra la mutacion de di-
nastía. Todos , todos amaban de corazon á
Fernando VII; sentian su desgracia; pero pen-
saban que no pudiendo ya evitarla, era forzo-
so sacar del mal algun bien para la pátria.


26 Ninguno estuvo afectado de pasion en
favor de la dinastía francesa. Ninguno , nin-
guno. Es injusto, falso, y calumnioso quarito
se ba dicho en contrario. Algunos se adhirie-
ron desde luego mas abiertamente al rei Josef. ,
Pero lejos de haber creido que cornetian cri-
men, lo reputaban por verdadera virtud civil
patrió cica. Una vez formado el concepto de que
no podía menos de prevalecer (en lo qual
tonces estaban todos conformes) ellos creían
que si evitaban los males de la guerra , y las
ruinas de la pátria, serian tenidos por heroes


( ig
con el tiempo , y que sino arrivaban á tanto,
dísminuirian sus daños , prestándose á obrar
aquello que practicado por militares y extran-
geros, seria mal quatro veces mayor.


2 7
El dia 28 de julio de i8o8 , en que ya se


supo de cierto en Madrid la capitulacion del
general frances Dupont , es la verdadera época
primera en que se comenzó á dividir la opi-
nion de los españoles juiciosos , capaces de
formarla. Entonces (y no antes) comenzaron
el duque del Infantado y otros grandes de Es-
paña , D. Pedro Cevallos , y otros varios á con-
cebir las esperanzas de que á pesar del poder
colosal de Napoleon Bonaparte , resistiria la
España su dominacion. Formado este concep-
to , creyeron que las promesas juradas de fide-
lidad hechas en Bayona , y los actos de subor-
dinacion, obediencia y adhesion verificados en
el viage , y en Madrid no debían ser obstáculo
al nuevo proyecto , mediante haber tenido su
origen primitivo en el temor de mayores ma-
les; y sus consecuencias en el concepto errado
de la imposibilidad de resistir. El principio de
novedades tan grandes , y que ha producido
consecuencias de la mayor consideracion, me-
rece ser conocido en estas Memorias.


28 Debe suponerse como cierto , que el su-
ceso de Madrid de 2 de mayo , irritó sobre


/‹.41;411'




( 120 )
manera los ánimos de todos los españoles, no
precisamente por las muertes verificadas en
las calles durante la coninocion popular , sino
por las que se verificáron á sangre fria despues
en el Prado cerca del Retiro , por decreto de
la comision militar francesa, que sin indagar
la verdad (le los hechos , ni aun saber quié-
nes eran los condenados , hicieron perder la
vida á los que no habian sido criminales. Por
corto que fuera el número de estas últimas vic-
timas, bastaba para que las provincias de don-
de fuesen naturales concibieran ódio feroz con-
tra Murat y sus satélites.


29 El ódio á la dominacion francesa , que
comenzaba por un modo tan cruel , se hizo
general. Desde el habitante de la mas infima
plebe , hasta el grande de España de primera
clase , no rabia uno que dejase de aborrecer á
los que pensaban sojuzgar la España por me-
dios tan contrarios á su carácter. La diferencia
entre los españoles era solamente sobre los efec-
tos que producia el ódio, Los hombres de lu-
ces, talento, instruccion y providad creyeron
(hablando en general) que convenia disimular
y sufrir entonces por evitar mayores males has-
ta ver si se cambiaba el estado de las cosas.
Los dela plebe no entendiau de disimulos, sino
de manifestar los deseos de venganza en qual-


( Int )
quiera modo y sentido , sin examinar tiempos
ocasiones ni medios.


3o Jamas falta en los pueblos alguno de los
habitantes que junte con el talento los vicios
cle ambicion y deseo inmoderado de hacer
figura. Los hombres de esta clase son los mas
peligrosos en épocas de turbaciori publica. Fa-
cílisimamente se ve constituido gefe y direc-
tor de la plebe un hombre travieso que adula
sus pasiones, y dirige sus movimientos al ob-
gcto de satisfacerlas. Esto fue origen de gran-
des males en España.


31 Casi todas las ciudades quisieron suble-
varse diciendo que no Babia de quedar vivo
un francos. En vano las gentes de juicio les
persuadian la inutilidad y la insuficiencia de
tales medios. Algun iniquo que deseaba ser
gefe de una sedicion por pasiones personales,
no solo era proclamado héroe y divino aman-
te de la pátria , sino señalaba victimas de su
interés, ódio , venganza , ó resentimiento con
solo insinuar que fulano era traidor, apa nce-
cesado , bastando para esta nota que aconse-
jase tranquilidad pública, ó digera que los mo-
vimientos populares aumeatarian las desgra-
cias , y no expelerian los franceses.


Sn Tal es el origen de haber muerto desas-
trddamente á impulsos de las plebes amotina-




( 122 )


das muchos españoles ilustres , y dignos de
buena memoria eterna por sus talentos , pa-
triotismo y virtudes civiles , singularmente el
conde del Aguila , el de Torre del Fresno, el
marques del Socorro , el de Perales , los gene-
rales Borja , Saavedra , Filangieri , San Juan,
Cevallos y Truxillo ; el coronel de dragones
del rei ; los intendentes de Cuenca , Salaman-
ca , la Habana , y otras provincias ; los corre-
gidores de Cuenca , Reinosa , Jaen , la Caroli-
na , Talavera de la Reina, y otros varios. Nin-
guno de todos estos tuvo mas delito que acon-
sejar la tranquilidad, ó el buen órden ; y llegó
la España , por fin al estado infeliz de anarquía
la mas completa , en donde no habia tropa
francesa que la evitase.


33 El. consejo de Castilla dijo en su Mani-
fiesto , que habia ciento y cincuenta mil fran-
ceses dentro de la España (1) ; pero el concep-
to de que no necesitaba estar reunido para con-
servar el órden , infundió á sus gefes una exce-.
siva confianza, y dió lugar á que subdividién-
dose en muchos cuerpos , fuese dévil cada
uno de ellos para el caso que no presumieron
de tener que pelear con tropas españolas.


( 123 )
54 El general Dupont salió de Madrid á fi-


nes de mayo acia las Andalncias , con ánimo de
contener las conmociones populares. En prin-
cipios de junio pasó la Sierra-morena. Ocupó
luego á Montoro , Carpio , Bajalance , y Aleo-
lea , donde supo que habia ya reunion de tro-
pas colecticias insurgentes cerca de Cordova.
Las venció dia 7 de junio, y entró en la ciu-
dad. Destacó al general Cassagne para Jaen:
el general Vedel llegó dia 16 á Despeña-perros,
y fue colocado en Bailen: el general Govert en
la Carolina , y el mismo J)upont ocupó la ciu-
dad de Andujar,


, sobre el rio Guadalquivir.
Pero estando separado de mas de dos tercios de
las fuerzas de su mando , se batió con los in-
surgentes dia 1 9


de julio , y capituló (i) con el
general Castaños , á quien mul poco antes ha-
bian podido los insurgentes persuadir que se
pusiese á su frente.


55 Las provincias de Cuenca , Mahcha y
Toledo estaban ocupadas por los franceses ; y
ésta circunstancia pudo influir á que los espa-
ñoles residentes en Madrid tardasen á recibir
noticias ciertas y autorizadas de la capitulacion
de Dupont. Por fin llegaron á tenerse dia 28
de julio , y dieron origen á la formacion de dos


(i) Manifiesto del consejo, pag. 53. (t) Monitor de 5 de septiembre de r8o8.




( 124 )
partidos: uno de la guerra , y otro de la paz:
El guerrero formó esperanzas lisongeras con-
tra su anterior modo de pensar. El pacifico
creyó que la victoria de Bailen no era capaz
de mudar la opinion antigua ; y que la guerra
solo seria ruina de la pátria,


I25 )


ARTICULO VII.


Viage del rei Josty á Vitoria y sus con-
secuencias.


E stas Memorias serian incompletas sino
indicasen las razones en que se fundaba cada
opinion. Los que seguian una y otra, tenian en
su corazon un mismo principio , á saber, el
amor de la patria: y se movian por un mismo
fin, qual era el de buscar su bien. La diferen-
cia estuvo en la eleccion de medios. Segun los
unos la guerra era forzosa para conservar el
honor , y conseguir la libertad y la indepen-
dencia. Segun otros la paz era necesaria en-
tonces baxo la pena de convertir en ruinas los
pueblos inutilmente. Unos y otros indicaban
los fundamentos de su juicio.


Los partidarios de la guerra decian , que
la imaginacion de los pueblos estaba exaltada
contra los franceses , por la perfidia de su so-
berano, por el orgullo de los generales y ofi-
ciales , y por las extorsiones y robos de las
tropas. Que esta circunstancia facilitaria la for-
macion de un exército español de trescientos
mil hombres. Que la Inglaterra daria patitos




( 12G )
auxilios de armas se necesitasen, y acaso de
hombres , dineros y vestuarios. Que la opinion
de ser invencibles las aguilas de Napoleon , ya
no existia con el suceso de Bailen. Que los fran-
ceses mismos estaban aterrados , pues dispo-
nian retirarse de la Corte hasta las provincias
Vascongadas. Que la historia de todos los si-
glos enseñaba ser tan déviles guando son ata-
cados despues de un rebes , como impetuosos
é irresistibles al atacar despues de una victo-
ria. Que Napoleon mismo tenia promulgada en
Europa la maxima de que ocho millones de al-
mas no podian perder su libertad guando que-
rian conservarla; con que mejor sucederia esto
en España, habitada por doce millones. Ulti-
mamente , qne el honor nacional estaba vul-
nerado, y era forzoso vindicado á costa de
qualesquiera sacrificios.


3 Los partidarios de la Paz decian que la
victoria de Bailen era efecto del acaso y no de
convinacion , pericia , ni valor; pues una mul-
titud de circunstancias reunidas había influi-
do á que Dupont capitulase , sin esperar la
division Wedel, cuyo general:caminaba en su
socorro, y llegó quando ya estaba capitulado.
Que de los franceses solo eran prisioneros
ocho mil, los quales serian reemplazados á gus-
to de Napoleon, pues el camino estaba domi-


( 127 )
nado. Que aunque se reconcentrasen á la línea
del Ebro por deprouto , solo seria durante el
tiempo necesario á la venida de nuevos refuer-
zos. Que mientras tanto conservarian la pose-
sión de Cataluña , mitad de Aragon , Navarra,
Alaba , Guipuzcoa , Vizcaya, Santander , par-
te de la Rioja, y la provincia de Burgos. Que
si se veían tratados hostilmente por parte de la
Nacion , estas mismas provincias ocupadas se-
rian victimas del furor militar , y sucederia lo
mismo á las otras interiores conforme fuesen
penetrando despues de venidos los refuerzos,
cuyo arrivo no debia dudarse del genio em-
prendedor de Napoleon, oida en Bayona la
amenaza de enviar un millon de hombres si los
españoles prefiriesen su amor propio al bien
sólido de su pátria. Que aunque la Inglaterra
socorriese con armas y vestuarios , no se halla-
ba la Nacion en estado de mantener y pagar
por largo tiempo trescientos mil hombres en
campaña. Que estos no serian soldados aguer-
ridos , ni aun diestros en el manejo de las ar-
mas hasta la época en que ya los franceses po-
seerian de nuevo toda la España. Que la maxi-
ma política de no poderse dominar ocho mi-
llones de almas bien unidos estaba promulga-
da para casos de naturaleza mui diferente , y
no era posible contraerla sin violencia, (luan-




( 128 )
do España tenia en poder de su contrario rrni-,
chas provincias , y las plazas principales de
armas, con todos los medios de multiplicar
exércitos. Que no bastaria el auxilio ingles,
como no habia bastado á los emperadores
de Austria y Rusia , y á los reyes de Pru-
sia , Suecia y Dinamarca ; á los electores de
Saxonia y Babiera , ni It los soberanos y
públicas de Alemania é Italia t . para cuya per-
suasion recordaban lo sucedido en Europa
desde que Napoleon comenzó á gobernar la
Francia.


4 Este hombre extraordinario habia llegado
á ser árbitro de la política del continente á
fuerza de victorias no interrumpidas des-
de I T 99 sin otro contrapeso en su poder que
la preponderancia marítima del rei de la gran
Bretaña , que por su situacion aislada en me-
dio de los mares , estaba independiente , aun-
que habia perdido el electorado de Hannover,
y por consiguiente la influencia directa en el
continente de Alemania. El tratado de Lune-
ville con Austria , consiguiente i la victoria de
Marengo en 18o1 , y la paz de Amicus con In-
glaterra y otras potencias en 1802 , influyeron
á que Napolcon fuese nombrado presidente de
la república italiana , y aumentase la exten-
sion de la francesa con el Piamonte , renun.


( 129 )
ciado por el rei de Sa•deña que ya en
habia cedido Niza y otros territoriós,


5 Renovada en 18o5 la guerra con la gran
Bretaña y aliándose otra vez algunos sobera.<
nos con ella, la fortuna fue tan favorable á
Napoleon en el continente que despues do
tornado el. electorado de Hannover y otros
paises se le promovió por los franceses á em..›
perador-suyo. El de Alemania dejó de serlo
con la disolucion del cuerpo germánico, y se
contentó con titularse emperador de Aus-
tria. Las islas de Elba y de Gorea y otros
territorios se agregaron al imperio &anees.
La victoria de Austerliz con los tratados sub-
siguientes de Viena y de Presbourg en 1%5,
aumentó el poder de Napoleon. Se le recono-
ció por rei de Italia, de cuya corona hizo par-
te a. las repúblicas de Venecia, Génova y Lu-
ca los principados de Mirándula, Carpi, Cor-
regio y Massa-Carrara ; y los ducados de Fer-
rara, Modena, :Reggio, y otros territorios
agregados á. la república italiana que cesaba
de existir.


6 En 18o6 nuevas guerras con triunfos nue-
vos en Jena y otras partes producen el trata-
do de Munich, y la existencia de una confe-
deracion del Rin. Napoleon eleva á la digni-'
dad de reyes los duques de Babierá.,'Saxonia


r 9


.\




1.30 )
y Wurtemberg: da el ducado de Berg al maris-


Murat , marido de su hermana Carolina-,
el de G-uastala á su hermana Paulina; el de
Piombino á su hermana Elisa; y el principa.
do de Neutchatel al mariscal Bertier. Queda
gefe de la confederacion del Rin, con título
de protector. Ocupa Nápoles donde corona
su hermano 3 osef. Hace reino la república
Bátaba para su hermano Luis, titulándolo
rei de Holanda.


7 En 18o7 la victoria de Friedland , y el tra-
tado subseguido de Tilsit, produ.xeron el re-
conocimiento de la confederacion del Rin,
y de otros aumentos del poder ya colosal del
emperador Trances, quien en su uso crea en
Wesfalia un reino para su hermano Geróni-
mo : agrega ir su imperio los ducados de Tos-
cana y Parma; y á su reino de Italia la Re-
pública de Ragusa. Despoja de sus estados al
rei de Etruria, y trata de indemnizarle con
la Lusitania setentrional en el mismo conve-
nio de 2 7 de octubre, en que proyecta la ocia-
pacion y distribucion de las provincias de
Portugal, cuya familia real se embarcó á 29


de noviembre, y en cuya corte de Lisboa
entró el duque de .Abrantes dia 3a.


8 En principios de i8o8 Napoleon dió nue-
vos aumentos al imperio frasees; agrega.n do-


( )
le Flessinga Cassel , Vt/essel y


; y pro,
vectando empresas no manifestadas ni cono-
cida entonces, introduce grandes exércitos
en España , se apodera de las plazas prin-
cipales del Pirineo, y ocupa la corte con oca-
sion de los motines de Madrid ,y Aranjuez:
En fin , para conocer lo formidable que se
hallaba el emperador de los franceses, basta
leer los últimos tratados de paz que habia
hecho con los soberanos de la Europa. Su
contexto literal .


demuestra , que todos ellos
habian consentido en condiciones y cesiones
durísimas, solo por el temor de perderlo todo,
aun sus coronas mismas, como estuvo á. pe-
ligro de suceder al emperador de Austria, y
alrei de Prusia. Todos adoptaron el sistema
continental que les propuso de cerrar sus
puertos al Ingles. El rei de Suecia ( único que
manifestó tesos extraordinario en este punto)
se allanaba tambien á cerrar los del mar Bál-
tico si la Francia separaba de las costas Sue-
cas sus tropas,. La Rusia estuvo tan conforme
con Napoleon, que no contenta con el alla7,
n
arniento, dijo á Suecia que accediera en


todo al sistema continental, y que de lo con..
trario le declaraba la guerra, v cesó en sus:
rel


aciones mercantiles con la Inglaterra.
9 Este guacho- histórico hizo impresión la




( 1'32 )
mas imponderable para que el mayor núme-
ro de los españoles capaces de calcular forma..
sen concepto de que traerá consecuencia la
batalla de Bailen era fiar en proyectos de
voluntad, posponiendo lecciones del entendi-
miento : que la guerra seria ruina de la Espa-
ña, la qual no se debia consentir mientras se
pudiera evitar : y que solo asi podría proce-
derse bien guando constaba la voluntad del.
rci Fernando VII; quien, sin embargo de sus
decretos de 5 de mayo ( cuyo contenido su-
pone libertad de decir lo que se siente) los re-
vocó en el día 6 para evitar los males de la
pátria; y no contento con haber enviado á Pe-
rez de Castro secretamente para intimar esta
resolucion , dixo lo mismo y mucho mas en
la proclama expedida en Burdeos á 12 del
citado mes, cuya opinion ratificaba en sus
cartas de 22 de junio al emperador y su her-
mano , felicitando It éste y manifestando de-
seos de ser su amigo y seguir corresponden-


cia epistolar con él, como rei de España.
lo En esto se verificó cija primero de agos-


to la salida del rei Josef, le siguieron hasta Vi-
toria cinco ministros; cinco consejeros de :Es-
tado ; dos grandes de Espaiia; dos marque'
ses;. quatro generales; un consejero de Cas-
tilla; otro de Indias, dos de la Junta de C°'


( 153 )
merejo y Moneda, el secretario de la inter-
pretacíon de lenguas .; varios oficiales de los
ministerios; otros empleados de distineion ,
y algunas personas particulares. Era infinito
mayor el mlinero de los que se quedaron en
Aladrid , opinando allí lo mismo, aunque no
hicieron el viage, porque no habiendo ma-'
nifestado tan abiertamente sus opiniones, no
temieron ser victimas de la plebe.


II Acreditó la experiencia despueS que
los partidarios de la guerra tenían por malos
patriotas á los que habían hecho este viage;
y decian que aunque los partidarios de la paz
se creyesen asistidos de fundamentos mas gra-
ves que sus antagonistas, podían y debían ha-
ber permanecido tranquilos en sus casas de
Madrid, pues el abandonarlas para viajar con
los enemigos de la patria, mostraba union
Con ellos, y .disposicion de ánimo á darles au-
xilio en su empresa de subyugar la España, lo
qual parecía incapaz de disculpa.


12 Pero habiéndolo llegado á saber los au-
sentes , hicieron entender que la interpreta-
cion de su conducta se resentia del espíritu
de partido pues los que opinaban por la
Guerra sabian bien haber quedado Madrid en
anarquía, cuyos efectos debían temer los que
hubiesen manifestado su opinion de Paz .con




( 134
alguna publicidad, lo qual se verificaba en los
viagcros. Que la España no tenia reconocido
gobierno alguno por legítimo sino el del rei
JOsef desde su proclamacion á consecuencia.
de los tratados de Rayona de 5 y i o de mayo, y
con especialidad de la órden verbal reservada
del 6 del rei Fernando, comunicada por Pe-
rez de Castro, y de las públicas dadas en Ba-
yona el propio dia. 6 , y en Burdeos cala 12:
firmada por sí mismo y por' su hermano 'y su
tio, ademas de sus cartas de 22 de junio al rei
Josef y á su hermano el emperador : Que no
habian seguido en modo alguno las banderas
de los enemigos de la pAtria sino las del rei
Josef, á quien Fernando VII tenia reconoci-
do desde Va,lencey , con expresiones de ale-
gria y consuelo, de que una vez mudada la
dinastia hubiera tocado á- España tan buena
suerte: Que aunque hubiesen salido de Ma-
drid, no era cierto haber abandonado sus ca-
sas; pues todos habian dejado en ellas sus fa-
milias y bienes, como quien pensaba volver
pronto á vivir en ellas. Que seria injustísimo
imputarles disposicion de auxiliar h los fran-
ceses contra España; pues antes bien contri-
buiria su presencia infinito á disminuir los,
anales, mediante que caso de haber guerra
( la qual deberia evitar qualquiera amante.


( 135 )
de la ;.ida de Fernando, y del bien de la Es-
paña) procurarian los viageros españoles con-
tener los excesos quanto les fuese dable. Que
de positivo la patria no recibiria daño de que
hubiera entre los exercitos muchas personas
amantes é interesadas en su bien ; pues no
porque se hubiesen quedado. en Madrid, de-
jarian los franceses de seguir sus operacio-
nes militares, y era de creer que lo harian
con mayor encarnizamiento guando no se les
procurasen subsistencias y alojamientos por
españoles interesados en disminuir males.


i3 Con efecto, el tiempo acreditó la uti-
lidad de haber buenos españoles en la comi-
tiva del rei Josef. Se verificó la guerra, por-
que lo quisieron asi los que mudaron sus opi-
niones con la batalla de Bailen. Se fueron lbr-
mando algunos cuerpos de tropas españolas
insurgentes, y habiendose acercado acia el
Ebro, hubo varias ocurrencias militares en
la línea , de cuyas resultas las tropas france-
sas comenzaron á, tratar el pais como ene-
migo. Las exacciones eran grandes; pero hu-
bieran sido mayores si los españoles no dis-
minuyeran sus excesos, prestandose á pro-
porcionar las subsistencias para que los mi-
litares no tomasen ciento por uno. La sol-•
dadesca robaba, como suele suceder en las




( 1>6)
guerras, y los viageros espaiioles consiguie-
ron de los gefes la restitucion de caballerias
inumerables veces: Muchos soldados france-
ses fueron asesinados en pueblos. Los gene-
rales mandaban fusilar algunos habitantes
guando no se revelaba ni presentaba el ase-
sino ; y los españoles lograron en varias oca-
siones el indulto de los condenados t muerte.
Los beneficios negativos de la evitacion de
mayores males no son visibles ; pero si los
favorecidos aman la verdad , confesarán las
ventajas de que hubiesen seguido al rei
sef los que servian de mediadores siempre
que se reclamaba su proteccion. El rei Josef
estaba siempre de su parte, y solia decir:
« llagamos causa comun contra los militares,
« porque el interes de estos es ganar dinero,
« y el nuestro conquistar voluntades. » Con
este sistema indemnizaba por intercesion de
los viageros h muchos pueblos en que las
tropas hacian daño.


14 No experimentaron ellos igual genero-
sidad en el partido contrario de la guerra,
pues se le dió el injustísimo y falso título de
-traidores y se les confiscaron sus bienes,
vendiéndolos en almonedas públicas, sin ()ir-
les ni aun citarles. No es esto admirable des-
pues de saber que Madrid reconocia por Ilui"


( 137
)


co poder soberano la voluntad popular ex-
plicada por gentes de la mas ínfima plebe con
el tono amenazador comenzado en el mes de
marzo, y conservado ahora mismo por no ha-
berle contenido las autoridades constituidas.
En esta época arrastró al marques de Pera-
les, al intendente de la frabanap. Luis Vi-
guri , y otras personas sin que se sepa que juez
alguno formase proceso indagatorio de delin-
cuentes. El consejo de Castilla quiso exereer
parte de la soberanía, como consta de sus
cartas de 4 y 22 de agosto (1), pero lejos de
ser obedecido se vió en la dura necesidad de
publicar un Manifiesto para que sus indivi-
duos no fuesen atropellados como traidores.


15 En cada provincia el mas atrevido bus-
có personas que se le agregasen ; se erigió en
dictador por autoridad propia ; y para conso-
lidar su. poder formó junta que tituló Prorin-
ciaLLuego se dispuso que hubiese miembros
de todos estados, clases y rangos : Creciendo
el m'unero , entraban clérigos, frailes , caba-
lleros y personas del órden segundo de la
ciudad , con algunos municipales ; pero ja-
mas dejó de conocerse la calidad de su pri-
mitiva formacion ilegítima. Aquel hombre


(i) Manifiesto del Consejo , pag. 8 7
y sig.




( 138 )
inmoral que habia comenzado 5. dominar, con-
servaba el. tono feroz de una mala educacion,
con el qual aterrando á los otros de la Junta,
dictaba leyes y providencias Rovespierrinas,
que sus clientes executaban , abusando del
nombre de la pátria.


i6 Para ser tratado como traidor h ella
bastaba que algun hombre prudente mani-
festase pena de los males que amenazaban si
el exército &anees crecia : haber oido contar
entrada de nuevas tropas francesas, b que
éstas habian vencido en algun punto ; en fin
que dijese qualquiera especie agena de la se-
guridad absoluta de victoria en que se que-
ria viviesen todos. Despues'llegó á bastar el
ser ricos pues se leswhacia redimir con di-
nero su peligro de ser arrastrados por_ la ple-
be. Tal era el gobierno de Madrid y de las
otras provincias de España, como lo habian
previsto los que fueron á Vitoria, siguiendo
al gobierno puesto por Fernando VII, por
huir el clesórden anárquico ; cuyas victimas
temieron ser.


1 7 Se les imputó afeccion h la dinastía
francesa, interpretando su conducta como
efecto de esta causa, y no de las expuestas.
Pero los viageros respondieron sin reparo, y
con sinceridad, que mientras conservaron


( 159 ).
esperanzas de tener la dinastía de Borbon,
h quien pertenecia el derecho de reinar, no
admitieron en su corazon idea contraria; pero
desde que creyeron de buena fe por.imposi-
ble la reconquista de sus príncipes naturales,
pensaron ciertamente que harían el mayor
servicio á la ph.tria„ contribuyendo á. que rei-
nase otro de la familia del trono de París,
porque la historia del siglo anterior habia he-
cho ver sus ventajas con una paz permanente,
de que había carecido en los dos siglos pre-
cedentes; y no solo no pensaban cometer cri-
men, sino que para excusar de él h los par-
tidarios de la guerra, necesitaban apelar al
recurso de tenerlos por preocupados de bue-
na fe.


Tambien se acusaba h los partidarios
de la paz, de que contribuian á la esclavi-
tud do su pátria oponiéndose á los esfuerzos
que los de la guerra proyectaban hacer para
conquistar la independencia y libertad. Pero
aquellos respondian que la constitucion dada
por el rei J osef en Bayona demostraba lo
in


cierto de la acusacion , y que si quería en-
tender por esclavitudy dependencia el miedo
del abuso que Napoleon intentase de su po-
der, lo mismo habia sucedido en el reinado
de Carlos IV, y sucedía en todas las naonar-




t/to )
guías del mundo , cuyas fuerzas morales y
políticas sean inferiores á las de otra veci-
na suya.


18 Se les reconvenía por último de que
su conducta no podría menos de ser mal vis-
ta, aun guando tuviesen razon en sus Opi-
niones, porque á lo menos parecia inegable
ser cismáticos civiles contra el voto general
de la Nacion , explicado en contrario por to-
das las provincias conforme fueron sabiendo
lo acaecido en Madrid dia 2 de mayo, y en
Bayona con los principes de la casa real de
Borbon. Pero los partidarios de la paz res-
pondian ser incierto el hecho principal rela-
tivo al punto ele la disputa, pues aunque la
indignacion contra los autores da aquellas
desgracias no solo era general sino uniforme,
sin embargo , una vez verificado el mal sin
esperanza de remedio, no era voto de la Na-
cion el de la guerra, sino el de la paz; aquel
había nacido despues de la batalla de Bai-
len por la opinion de un cortísirno número
de hombres, los quales eran únicos cismáti-
cos civiles que abandonaban al gobierno
constituido, y pensaban formar otro sin auto-
ridad propia ni agena: y si los domas habitantes
callaban no era porque opinasen ser Mil
la pátria semejante guerra, sino precisamente


o.


( '4' )
por miedo del desorden anárquico que veían
:autorizar los que temian ser víctimas.


20 Mientras tanto la infanta Doña Carlota
Joaquina, de Borbon , hija mayor de Car-
los 1V, esposa del principe regente del Bra-
sil, pensó gobernar el reino enviando desde
Rio-Janeiro á su primo hermano D. Pedro
de Borbon , hijo del infante D. Gabriel, her-
mano segundo que había sido del mismo rei
Carlos. Publicó una proclama dirigida á, los
Españoles en que dandose por entendida de
los sucesos de Bayona , declaraba por nulas
las cesiones de su padre, hermanoy tio, afir-


, 'naba corresponderle derecho h la corona
despues de éstos, y por lo mismo haber de-
terminado constituirse depositaria de la so-
beranía, mientras persona de mejor derecho
no volviese á la peninsula para su gobier-
lao: Cita muchos hechos; pero es digna de
éstas Memorias una cláusula del párrafo quar-
to en que S. A. R. dijo : « Suscitada una su-
« blevacion y tumulto popular en la Corte
« de Madrid contra mi augusto padre y señor
« el reí D. Carlos TV, para obligarle h abdi-
« car 6 renunciar el trono á favor de mi her-
« mano el principe de Asturias, quiso lue-
« go el emperador Napoleon intervenir en
« estas agitaciones domésticas »




( 1 42 )
21 Ningun efecto surtió la proclama por_


que llegó á la peninsula en octubre quan- •
do estaba recien instalada la junta Central
Suprema Gubernativa del reino que com-
puesta de treinta y seis personas elegidas por
sí mismas, sin facultades ni comision delas
provincias para ello, en nada pensaban .me-
nos que hacer saber la voluntad de la prin-
cesa del Brasil, y sepultaron en tan profun-
do silencio la noticia, que la ignorariamos si
un español ciertamente ilustrado y sabio,
del partido de la guerra, residente en: Lon-
dres, no la hubiese dado á conocer en el
periódico que publica en idioma castellano,
titulado el Colombiano , dia 15 de - abril
de 1810 (r). Despues hubo quien propusiera
en Cádiz año 1813 que se nombrase á la prin-
cesa del Brasil para regenta - de España; y
tampoco surtió mas efecto que publicarse
varias invectivas contra S. A. R. en un papel
intulado El Patriota á Prueba.


(i) Periodico Espaiiol , publicado en Londres COlt
titulo del Colombiano suplemento al u. 3 dia de
abril de x8i o.


(.x43 )


ARTICULO VIII.


Regreso del rei Josej a Madrid y sus efec-
tos inmediatos


Mientras el rei Josef estaba en Vito-
ria tomó el gabinete ingles un ascendiente
que no tenia en España. Carlos IV había
adoptado el sistema continental y declarado
h la gran Bretaña en estado de bloqueo,
conforme al decreto frances de 1 7


de diciem-
bre de 180 7 . Sin embargo de esto y de la
guerra que se seguia desde la ocupacion de
las. quatro fragatas ricamente cargadas, vi-
nientes de América, el almirante ingles que
se hallaba cercano á Cádiz labia escrito en 24
de mayo al marques de la Solana y del Sor-
corro comandante general de la costa, ofre-
ciendole auxilios para expeler á los france-
ses. El marques respondió manifestando ad-
rniracion dela oferta, y diciéndole que corno
fiel al gobierno de su patria no (laja con-
textar á proposiciones de aquella naturaleza;
Y que caso de haber algunas que hacerse por




( 144 )
parte de Inglaterra deberian enviarse diree.
Lamente al gabinete de Madrid.


2 Claro está que no llegada este caso
guando sabian los ingleses que ya estaba el
gran duque de Berg al frente de los negocios
corno Lugar-teniente general del emperador,
cesionario de Carlos IV , Fernando VII y
demas príncipes. La plebe llegó á entender
la conducta del marques no supo conocer
su nobleza , le imputó crimen de traidor, y
puesta en Movimiento por instigacion de per-
sonas perversas, le quitó la vida ignominiosa-
mente, sin que conste que nadie formara pro-
ceso indagatorio de quienes fuesen reos prin-
cipales de tan barbaro atentado, aunque todo
el mundo lo sabia.


3 El gabinete ingles encontró en otros es-
pañoles mas adbesiou i. sus ideas que en el
marques del Socorro. Tal vez tuvo influen-
cia el mismo gobierno ingles en la formacion,
ó por lo menos en la permanencia y organi-
zacion de lás juntas provinciales, siendo po-
sitiva la propercion de armas y otros auxilios
que dió i. las provincias litorales como es-


cribió el consejo de Castilla al gobernador
ingles de la plaza de Gibraltar en de
agosto, por medio del comandante español
del campo de San Roque, guando le pidió


( 145 )
trescientos mil fusiles , y treinta mil pares,
de pistolas (1); pues habiendo escrito y fir-
mado juntos en Erfourt á 12 de octubre los
emperadores de Francia y Rusia al rei de la
grata Bretaña proponiéndole conferencias
para la paz, dijo el ministerio ingles, por me-
dio de nota diplomática , fecha en 28 del
mismo octubre, que aun no estaba unido.
por tratado alguno solemne con los españo-
les que tomaban el nombre de Fernando VII;
pero pensaba sostener su causa. El empera-
dor de Rusia replicó que aquellos eran in-
surgentes y turbadores de la paz de Espa-
ña (2).


4 Las juntas provinciales gustaban mas da
ser soberanas


- particulares de su respectivo
territorio que subalternas del consejo de Cas-
tilla, en quien no reconocian mas potestad
que la de sentenciar pleitos, para lo qual
alegaban la confesion propia del consejo mis-.
mo, que asi lo habia dicho varias veces al
excusarse de hacer algunas cosas encargadas
por el gran duque de Berg.


5 Todo esto aumentaba el desorden de la
N


acion, que por huir del tefe reconocido, pa -


(
(1) Manifiesto del consejo , pag. 91.


1 ) Monitor de x5 de diciembre de 2810.
T.


xo




( 146 )
recia componer tantas naciones quantas pro.-
vincias habia no sumisas al rei josef, al mis-
mo tiempo que todo seguia, el órden antiguo
en las sumisas, mediante su permanencia,
baxo la potestad de soberano.


6 Llegando b. lo sumo el caos, hubo quien
siguiese la idea de formar una Junta Cen-
tral, compuesta de diputados de todas; y
adoptando este proyecto, se reúnieron en
Aranjuez treinta y seis comisionados para
elegir personas que compusieran la Junta
Central gubernativa del reino. Creyeron que
en lugar de nombrar tres b cinco, era mejor
nombrarse todos á sí mismos, y componer
una -junta magna de treinta y seis indivi-
duos para multiplicar las luces. Asilo hicie-
ron; eligiendo por presidente al conde de Flo-
ridablanca , con tratamiento de Alteza, y
acordando el - de :Excelencia para sí mismos.


7 El conde tenia opiniones tan contrarias,
que siendo llamado para la presidencia, dejó
en peder del ayuntamiento de la ciudad da
Murcia una deelaracion voluntaria en que
dijo que protextaba aceptar solo por fuerza
- miedo la presidencia; conociendo que la


patria iba á su ruina y que asi lo declaraba
solemnemente para que el .rea José' no le
ti:Çiese por criminal en tieinp0 algUnol


( 1 47 )
propagó la noticia del suceso de manera que
lo publicó en Madrid el autor del periódico
intitulado el Patriota, durante el viage de
Josef á Valencia en 1812.


4 Mientras se proyectaba en España la
Junta Central, Napoleon preparaba los re-
fuerzos del exército francos. En 6 de septiem-
bre de 18o8 juntó al senado, y le presentó
los papeles diplomáticos relativos al asunto,
á saber: una exposicion que Champagni, mi-
nistro (le Negocios Extrangeros le habia he-
cho en Bayona dia de abril, manifestan-
do lo mucho que la Francia interesaba en
que la soberanía española estuviera en prin-
cipe de la dinastia francesa; las circunstan-
cias que concurrian entonces para facilitar-
lo, y los medíos que convendria adoptar; un
tratado del emperador con Carlos


.
W en Ba-


yona en 5 de mayo; otro con Fernando VII
alli mismo en el ro ; segunda exposicion del
citado ministro Champagni en París á pri-
mero de septiembre, manifestando lo que
habia sucedido en consecuencia de los tra-
tados; y el estado actual del negocio. El se-
nado &anees aprobó todo con las providen-
cias correspondientes al aumento de tropas.


9 Verificado- éste, salió de Paris el empe-
rador dia 3o de octubre; y el lo de noviera-




( 148 )
bre, ya batió en Gamonal, cerca de Burgos,
al exército insurgente, mandado por el con.
de de Belveder : Napoleon y su hermano
se detuvieron en la capital de Castilla vie-
ja hasta el dia 22 en cuyo intermedio se
ocuparon ,todos los paises montañosos del
Norte español, y es digno de memoria que
los regimientos titulados de la Princesa,
y de Zamora , reconvenidos cle haber falta-


. do al juramento hecho en favor del rei Josef
( como en otros varios cuerpos militares) res-
pondieron que estaban prontos jurar de
nuevo , y ser fieles, pues solo habian faltado
por obedecer á sus gefes conforme á. orde-
nanza (x).


lo Mientras un exército llenaba de tropas
francesas por la derecha, las provincias cas-
tellanas y leonesas hasta las Asturias y prin-
cipios de Galicia , y otro exército por la iz-
quierda executaba otro tanto en Aragon, has-
ta las murallas de Zaragoza, y provincias de
Soria, Guadalajara, y parte de la de Cuenca,
el emperador batió segunda vez á los espa-
ñoles, mandados por D. Benito de San Juan,
en la cordillera de montes de Somosierra
dia So de noviembre, dejando franco el paso


(1) Monitor del domingo 2 7 de noviembre de 1818•


( 149 )
hasta Madrid, en cuya aldea de Cliamartin
estuvo á n de diciembre, confin-me lo ha-
bia anunciada en Vitoria, con expresion 'de
que era el dia del aniversario de su corona-
Clon.


II El infeliz general San Juan, estando
de retirada en Talavera de la Reina, fue ahor-
cado de un arbol, por unos malvados que
le apellidaban traidor, sin mas causa que
haber perdido la batalla de Somosierra. Este
concepto aplicaban las gentes de la plebe á
qualquiera gefe militar ó político que , no se
conformase con las providencias que dictá-
ron ellas. Una carta que se interceptó , es-
crita áfrai Juan del Sal7ador , religioso Agus-
tino recoleto , por un sobrino suyo en Sue-
llacabras, cerca de Soria en 23 de noviem-
bre decia , que se habia sabido ser traidores
los generales Castaños y Carrillo ; que el pri-
mero de estos dos habia recibido quarenta
mil pesos; y que tambien era traidor el in-
tendente de Valladolid , por lo que le hiñan
quitado la vida. Otra carta fecha en Madrid
á 20


de noviembre imputó al citado Casta-
líos el mismo crimen de traidor, afiaddendo
que por eso habian vencido los franceses al
general Blak , y que de sus resultas se habia
quitado á Castaños el mando, y da ose á un




( 15o )
hermano de Palafox (I): Otra decia lo mis.
nio del general Pignateli, comandante de un
cuerpo de exército en la orilla del Ebro , y
que por eso le habian apedreado (2).


12 Los ministros del rei Josef, habiendo
visto el exército terrible que habia entrado
en España, previeron aun mas de cerca que
antes las desgracias futuras de la Nacion, y
de sus pueblos , sin esperanzas fundadas de
conseguir el objeto á que conspiraba la guerra;
y deseosos de precaver tan grandes males,
habian escrito desde Burgos al presidente de
la Junta central, al gobernador del consejo
de Castilla, y al corregidor de Madrid, exor-
tándales h evitar las ruinas de la patria , y
ceder á la fuerza mayor. Pero estas cartas
no solo no surtieron el efecto que se procu-
raba, sino que pasando la Junta Central al
extremo contrario, mandó á la villa de Ma-
drid defenderse con todo vigor, persuadió ser
las fuerzas francesas m ucho menores que de-
cian los, ministros , acriminando las cartas de
éstos para que el pueblo los reputase malos
patriotas; y por último decretó proscripcion


( 151 )
contra ellos. Ya tenia declarado en este tiem..-
po, que los que habian jurado al rei osef
eu Bayona, y abandonádolo despues , eran
buenos Espailoles dignos de ser considera-
dos como hombres de honor; pero lo con-
trario sucedia con los que adictos al parti-
do francos, citaban para su apología el jura-
mento de fidelidad (1).


13 Apenas llegó el emperador h Chamar-
iin , hizo,


por medio del mariscal .
Bertier,


principe de Neuehatel, intimar h Madrid la
rendicion. El general que llevó á Charnartia
la respuesta negativa en:


el mismo dia, ma-
nifestó con quantos modos indirectos pudo,
que la plebe era quien mandaba, y que por
su temor no se atreviari las gentes de juicio




á resolver que se 'capitulase. Con efecto, el
dia anterior habia elp,opnlacho arrastrado
por las calles al marques de Perales, y. dado
muchos otros testimonios de ferocidad. Dia 5
repitió el principe de Neuchatel intima,-
cion, y el marques de Castelar, general co-
mandante de armas , pidió suspension de hos-
tilidades• En el siguiente dia 4 se hace ter-
cera in timacion : Castelar envia diputados que


( i) Monitor de 2 y 5 de diciembre de. 1801.
(2) Monitor de i6 de noviembre de 184. ( 1 ) .,tonitor de 21 de noviembre de 1808.




( 152 )
traten con el emperador, b con Neuchatel,
y por último capitula en el mismo dia.


14 Solo este procedimiento salvó, Madrid,
de las ruinas que debian verificarse si se hu-
biera obedecido á la Junta Central ; la qual,
inmediatamente que supo estar los france-
ses cerca de Madrid, abandonó su residencia
de Aranjuez, y emprendió su viage á Sevilla,
'donde permaneció hasta principios de 181o,
en que pasó el rei Josef á las Andalucias.


15 Las circunstancias pusieron al Ayun-
tamiento de Madrid en estado de convocar
personas notables de todas las clases del pue-
blo para deliberar sobre qual seria la con-
ducta que convendria tener; y en sesion dcl
dia 9 acordaron todos los concurrentes dar
al emperador gracias de las consideraciones
que rabia tenido con la capital, y hacerle
una exposicion , que deberia ser antes apro-
bada en junta. Dia x se aprobó , y en el i5
se presentaron personalmente á Napoleon


-
todos los individuos del ayuntamiento ; dos
diputados del clero secular , dos del re-
gular , dos de la nobleza ; dos de los gre-
mios mayores; quatro de los notables de to,
das las parroquias ; y diez vecinos habitan-
tes en los diez quarteles que componen la
poblacion.


( X53 )
i G Despues de ciar gracias suplicaron « que


« entre nuestro rei .Tose/d mandar en lila-
« drid para que estando los pueblos bazo su


• « inmediato gobierno goce España de la trae-
« quilidad y bienes que se esperan » El em-
perador respondió que no podia condescen-
der con la súplica sino en el caso de que las
treinta mil cabezas de familia de Madrid ju-
rasen de corazon, con sinceridad, y sin res-
tricciones internas en la iglesia, prometiendo
los sacerdotes enseñar esto mismo d los fie-
les en el púlpito, y en el confesonario, y los
literatos en sus obras y escritos. Encargó al
corregidor publicar esta respuesta, y comu-
nicar sin rebozo á S. M. la resolucion , qual-
quiera que fuese.


1 7
El resultado fue abrir registro en las se-


senta y quatro alcaldias de barrio de Madrid,
para que acudiesen los que voluntariamente
quisiesen afirmar que juraban obediencia y
fidelidad al rei Josef, con. todo su corazon, sin-
ceramente, y sin restricciones internas. En
cada parroquia de Madrid hubo misa solemne
con patencia del Santísimo Sacramento de la
Eucaristía, en cuya presencia prestaban ó re-
novaban su juramento los asistentes. En los re-
gistros de alcaldes de barrio pasaron de veinte
y ocho mil :y seiscientos los concurrentes.




( 154 )
18 No contento Madrid con esto, procuró


y logró que los consejos de Estado, de Indias,
de Marina, de Guerra, y de Hacienda; la
Junta de Comercio y Moneda, y la Sala de
alcaldes de corte nombrasen diputados que
( unidos con los del Ayuntamiento ) se pre.
sentasen al emperador con los. procesos ver-
bales del. juramento y repitiesen la, súplica de
restituirles su rei Josef. Todos fueron á Va-
lladolid y cumplieron su comision. 4 16 de
enero, siendo digno de saberse que los dipu-
tados de cada clase hicieron arengas separa-
das , y todas conformaban en decir, que S.


L y su hermano podian fiarse de la pro-
mesa jurada, porque izo acostumbraba faltar
ft ello la lealtad española. El emperador con-
textó benignamente , y dijo, quo elfei Josef
baria su entrada en Madrid. inui pronto. En-
tonces estaba. retirado en la casa de campo,
llamada, de la Moncloba.


Hablan entrado en Espada tropas in-
glesas en 2'.9 de octubre guando se olió la ba-
talla de Somosierra; en So de noviembre es-
taban en la cordillera de aquellos . mismos
montes , casi á la vista del suceso. El empe-
rador los persiguió sin dejarles pasar, hasta
hacerles embarcar en la Gorullo, la noche
del 16 al - de enero, con la mas imponde-


( 155 )
rabie precipitacion , dejando armas, caballos,
almacenes, municiones y bagajes, despees
de haber perdido catorce mil hombres, pues
habian desembarcado treinta y ocho mil , y
solo se reembarcaron veinte y quatro mil.
De sus resultas las tropas francesas ocuparon
el reino de Galicia, y toda la provincia de
Extremadura.


20 En todas las ciudades y villas grandes
de estos paises y de los otros antes ocupa-
dos, se verificaron iguales registros y jura-


tos solemnes en el templo, que en Ma-
drid; adonde concurrieron diputados ecle-
siásticos y seculares de todas clases, presen-
tando las actas, y arengando al. rei Josef en
los términos mas lisongeros , tanto que no
dejaban razon de dudar del gusto con que lo
recibían de nuevo por su rei, para que cesa-
sen los males de la guerra, manifestando de-
seos que Valencia , Murcia , Andalucia , y
alguna plaza de armas no entregada se reu-
niesen á las quatro quintas partes de la na-
eion, que ya no suspiraba sino por la tran-
quilidad pública.


El rei hizo su entrada en Madrid cha 22
de enero, saliendo á recibirle con gusto to-
das las autoridades, corporaciones, y perso-
19ges- Despues de cantar un Te Deum, y




( 156 )
misa solemne de accion de gracias por la
restitucion del órden (á que asistió S. M. en.
la iglesia real de san Isidro ) recibió en pa_
lacio los homenages del clero secular y regu_
lar, de los grandes de España, de los titula-
dos, los consejeros y lemas clases que te-
pian ó lograban el derecho de asistir á los
actos de ceremonia en Corte.


22 La villa de Madrid, deseosa de obse-
quiar al rei, dispuso una fiesta particular
para el dia 2 de febrero en el teatro de los
Caños: y certificada de que S. M. irla, man-
dó adornar el palco principal con varios ge-
roglificos designantes , amor á la paz, y odio
h la guerra, sobre los quales hizo colocar
este verso :


» Vive , Señor, feliz; reina, y perdona.


( 157 )


ARTICULO IX.


Szinzision de todala España al rei Josef y
sus consecuencias.


Algunas plazas fuertes, y ciudades ca-
bezas de provincia estaban sin someterse al
principio del año I8o9. Zaragoza lo hizo
en 20 de febrero, despues de una resistencia,




tan inutil como obstinad t, que verificó los
vaticinios de Fernando con la muerte
de treinta y tantos mil aragoneses honrados,
y la ruina de una parte considerable de sus
casas por la bárbara gloria de no ser menos
que NI-rancia, Sagunto,y Calahorra, corno
si la caridad de la santa religion católica pu-
diese aprobar exemplos del gentilismo, tan
contrarios al verdadero y sólido bien de la
patria. Algo enmendó de su barbarie la ex-
posicion que la Junta Suprema de Aragon
hizo al rei fose con fecha de II de marzo,
diciendo á M., que atendido el carácter
aragones , no tendria en adelante subditos
'zas sumisos, porque tan firme seria la fide-


1




( x58 )
liad á sus promesas juradas, como su resis-
tencia para hacerlas (i).


2 Con mas ó menos desgracias fueron ex-
perimentando -igual suerte Lérida , Tortosa,
Tarragona, Mequinenza , Morviedro, y Va-
lencia, Badajoz y Ciudad-Rodrigo en dife-
rentes épocas: y mientras tanto Fernan-
do VII seguia en la mayor armonía con el
emperador Napoleon. En 6 de ;agosto le es-
cribió felicitándole por sus victorias ; y-en 21
de diciembre le dió gracias por el interes pa-
ternal que tomaba en su favor sobre los
asuntos de que anteriormente le tenia escri-
to, y eran objeto de la carta imperial fecha
en i6 de aquel mes (2).


3 La guerra con Austria dió á la Junta
Central de Sevilla y gabinete de Londres, es-
peranzas de distraer las tropas francesas;
pero la rapidez de victorias de Napoleon,
produjo tratado de paz en sentido tan opues-
to, que el emperador Austriaco no solo re-
conoció á Josef por rei de las Espafias, sino
que se allanó tambien á reconocer por v a


-lidas qualesquiera novedades que Napoleon
quisiese hacer á cerca de la península; y poco


(1) Monitor de 29 de marzo de 18og.
(2) Monitor de 5 de febrero de 81o.


( 159 )
tiempo despees ti darle por esposa una hija
Suya.


4 Fernando celebró esta boda dia prime
-


,0 de abril de 18 ro, con circunstancias que
jnerecen atencion : Hizo iluminar con mag-
iificencia y gustó el palactó de Valencey.
Tuvo hermosos fuegos artificiales „haciendo
brillar en los del segundo patio la inscrip-
cien que decia : « A su Magestad el empe-
« rador de los franceses, reí de italia, y


su augusta esposa Maria Luisa de Aus-
fc ; los príncipes de España, Fernando,
« Carlos y Antonio. » Mandó se celebrase
una misa soletnnísima y Te J)cum, con gran-
de


música en la capilla de su palacio, y
acabada la ceremonia religiosa , se volvió
Fernando acia el concurso, gritando con en-
tusiasmo particular, viva el emperador, viva
la emperatriz; y habiendo seguido todos su
eXemplo , repitió muchas veces los propios
sentimientos. Dotó en seiscientos francos la
doncella mas pobre y virtuosa de Valencey;
y dió un magnifico banquete á que asistie-
ron convidados los personages y autoridades
del distrito. Hubo (como era regular) mu-
Oos brindis; y Fernando hizo el ;


primero,
Con estas expresiones. « A nuestros augus-


to$ zoberanós el grande Napoleon y Miz-




( 16o )
ría Luisa, su augusta esposa. » De todo lo


qual Mr. Berthemy , gobernador de Valen-
cey dió parte á S. M. 1. en el dia siguien-
te (1). La circunstancia particular de haber
dado Fernando á, Napoleon el epiteto de so-
berano suyo y de su hermano y tío, alude
la entidad de príncipe del imperio frances, •
que consta en el convenio de io de mayo
de 1808 en Bayona, con propiedades terri-
toriales, y rentas del tesoro público; pero es
notable haber dispuesto el brindis con tal
expresion , pues parece indicar asenso inte-
rior, ya voluntario por r'eflexion, despues
de dos años corridos.


5 Tan conforme se hallaba, que cediendo
al imperio y fuerza de las circunstancias, y
considerando cada dia mas imposible reinar
en España, se proponía por grande objeto de
felicidad el ser hijo adoptivo del emperador.
Asi consta de varios documentos; particu-
larmente de una carta, que á 21 del citado
abril, tres días despues de la celebridad in-
dicada, escribió entre otras cosas : « Lo que
« ahora me ocupa es del mayor interes para
« mi : El primero de mis deseos es llegar á


( 161 )
« ser hijo adoptivo de S. M. el emperador
« nuestro augusto soberano. Yo me creo
<1 digno de ésta adopcion ( con la qual seré
« ciertamente dichoso toda mi vida) ya por


adhesion perfecta, y mi amor á la sa-
co gracia persona de S. M., ya por mi entera


obediencia y sumision á sus órdenes é in-
« tenciones (1).» Bien pronto tuvo Fernando
nueva ocasion de acreditar lo sincero de su
conformidad con lo sucedido en Valencey á
los dos días de ésta carta : cuya anecdota re-
saltante de documentos auténticos no puede
separarse de estas Memorias.


6 El baron de Colly , iriandes de naci-
miento, era embajador secreto del rei de In-
glaterra para Fernando VII , con encargo
positivo de introducirse, disfrazado en arqui-
tecto, comerciante ú otro destino convenien-
te, al palacio de Valencly , dar á Fernando
una carta , y llenar su objeto. Era la carta
del monarca ingles Jorge IlI , fecha en el
palacio de la reina en Londres á 31 de Ene-
ro de 18 [o , refrendada por el ministro \Ve-
llesley , para el rei de las Españas Fernan-
do VII, exórtándole t aprovechar la ocasion
oportuna que para salir de Francia con toda


(i) Monitor de 2 7 de abril de 18to. ( ) Monitor de 26 de abril de ISio.
7• J1




( 162 )
seguridad le proporcionaria el dador ; quien
para merecer confianza , le mostraria creden.
ciales, y otra carta original con tales serias
que ninguno pudiera darla sino habiéndola
recibido primero en el gabinete.


7 Con efecto , era una en latin que Car-
los IV habia escrito al mismo rei :Jorge, le_
cha. en Igualada de Cataluña, cija 9 de sep-
tiembre de 1802, participando haber casado
su hijo el principe de Asturias Fernando
con su prima Maria Antonia de Borbon, hija
del rei de _Nápoles Fernando TV , hermano
del mismo Carlos. En su dorso había una
nota puesta por el ministro ingles Wellesley
cija 26 de febrero de 181o, en que certifica
ser verdaderamente original aquella carta,
y entregarse al portador para testimonio de
la autenticidad de su. legacía. Fue acompa-
ñada con otra en latir del mismo rei ;Jorge
al rei de España Fernando VII en el casti-
llo real de VVinsor á 3 de enero del propio
año 181o, anunciándole que enviaba por
legado y ministro plenipotenciario á Henri-
que Vtr ellesley, noble ingles, de inui noble es-
tirpe.


8 El baron de Colly se introdujo en el pa-
lacio de Valencey sin ser conocido, dia 6 de
Ab ril. Encontró 11,-U- Juan Arnuzagn, int0-


( i63
dente de la casa del principe de Asturias.
Este honrado español (único confidente te--
servado de las cosas mas personales de Fer-
nando, segun expresion de la citada carta del
dia 4) sabia perfectamente cine su señor no
era capaz de dar oidor á .


una intríga de se-
mejante naturaleza; y bien asegurado de ésta
verdad se condujo con tal tino que Mr.Ber-
themy , gobernador de Valeneey, sorpren-
diese al Baron de Colly, en cuyo poder se
hallaron los citados papeles, y una porcion
de diamantes; sobre los quales , y objeto de
su legacía , medios de cumplirla , diligencias
prevenidas , y personas complicadas, sufrió
despues en el ministerio de policía de Par-
ris el interrogatorio á que satisfizo confesan-
do todo :y fue remitido preso al castillo de
Vincenes.


9 Fernando, no contento con saber que
111r. Bertlienly estaba informado por Ame-
zaga, creyó conveniente á su decoro dar no-
ticia por sí mismo; y le. escribió felicitán-
dose de haber tenido á la cabeza de su casa
un ángel() de fidelidad tan acendrada como
Amezaga,-sin la qual todos estarian com-
prometidos; y prosigue diciendo : « Nuestro
« honor , nuestra tranquilidad, la buena opi-
« uion debida á nuestros .


principios , tódo




( 164 )
estaria sumamente comprometido, si Mr.


« Ámezaga no hubiera estado gefe de pues-
« tra casa , y dado en circunstancias tan cri-
« ticas tete nuevo testimonio de su fidelidad
« y adhesion inviolables á S. M. el empera..
« dor y rei , y á mí. »


o « Este oficial , que comenzó Monsieur,
« por informaros en el momento mismo de
« la interpresa , me dió noticia tambien en
« seguida ; y he querido comunicaron por mí
« mismo hallarme igualmente instruido del
« asunto, para manifestaron reiteradamente
« con este motivo mis sentimientos de invio-
« labio fidelidad al emperador Napoleon ,y
« el horror que me inspira un proyecto in-
« fernal, cuyos autores y cómplices deseo
« sean castigados como merecen. »


El gobernador Berlhemy se explicó
con el ministro de .Policia dicho dia 6 de
abril en esta forma: « Monsicur Amézaga,
« intendente de la casa de los principes de
« Espacia, acaba de decirme de órden de S.A.
« el príncipe Fernando lo siguiente : He ido
.( y S. A. me ha dicho asi : Los ingleses han
« hecho grandes males (1 la NCzcion espa-
« ñola en mi nombre. Aun ahora hacen correr
« la sangre : El ministerio ingles, persuadí


-,« do de que yo estoiaqui por fuerza, me ha"


( 165 )
.4 proponer medios de evasion. Me ha enpla-
« do uno que con proporcion de venderme
« objetos de artes, 771C diera un nzensage del
« rei de inglaterra. »


12 Yo creo, señor deber aprovechar ésta


ocasion para repetir á V. E. lo que ya he
tenido el honor de anunciarle. EL príncipe


< Fernando está animado del mejor espíritu,
« y cordialmente penetrado de que el empe-
« rador es su único apoyo y mejor protee-
« tor. Un profundo reconocimiento, el de-
« seo y la esperanza de ser declarado hijo
« adoptivo de S. M. L y R. , son los verda-
• deros sentimientos de su Alteza: en cuyas
« circunstancias , y en medio de las brillan-
« tes fiestas con que el príncipe solemnizaba
« la boda del emperador, reuniendo en Va-
« lencey todo lo mas distinguido.


de la pro-
« vincia , es guando ha venido el barón de


Colly á traer éstos funestos y ridículos
mensages. Nada era mas fácil que preveer


• su resultado.»
13 De las respuestas del baron al inter-


rogatorio constan los medios proyectados y
bien dispuestos para sacar de Francia y em-
barcar en navio ingles h Fernando. Córto su
relacion por no interesar en estas Memorias.
-Cínicamente conviene saber que, aunque so




( 166 )
habia dejado por fin al arbitrio prudente del
comisionado Colly la eleccion del puerto
español ingles, ó portugues, á donde bubiea
ra de verificar el desembarco „recayó.Ja
solucion , después de haber manifestado el
duque de Kent su opinion de llevar la per-
sona de Fernando á Gibraltar, y no á puer-
to español. Colly declaró no era su intencion
conducirlo á esta plaza inglesa en que habia
epidemia (x).


14 No debe causar admiracion que Fer-
nando resistiese acceder a la intriga de su
fuga. Eraimposible persuadirse interiormen-
te feliz exilo de la empresa, distando 91-mar
muchas leguas de Valen.cey, Más le era creer
que las resultas les fuesen favorables « en la
península leia las...gacetas públicas; por-
que las inglesas mismas de aquel tiempo y
del año anterior daban la guerra como de-
sesperada y sostenida solo por ocupar- Na,
poleon en el continente para evitar expedi-
ciones marítimas de desembarcos en las is-
las británicas.


15 No se pueden leer las gacetas inglesas
de los años 1809 y sin persuadirse la
certeza de estas proposiciones. Aseguran que


(i) Monitor de 26 de abril de 181o.


( 167 )
jos españoles no querian batirse 5 y era ver-
dad; con especialidad dcspues de las batallas
cíe Ucles, Ocaña , Almonacid , Medellin,
Tormes ; y otras en que habían perdido ca-
Dones , hombres , municiones , bagages, al-
macenes, y campos de batalla. Añadían que
los pueblos cansados de las calamidades de
la guerra tenían espíritu contrario á ella; y
que viendo perecer los hombres, y multi-
plicarse los males de agricultura y artes sin
utilidad, estaban prontos á cumplir sus _pro-
mesas juradas de fidelidad á Josef.


16 Esto era verdad incontcxtable; pero
mucho mas desde que su magestad ocupó
las Andalucias y Murcia en los tres prime-
ros meses del año 181o. Desde entonces no
hubo pueblo alguno de toda la peninsula que
no jurase al rei osef y su constitucion de
Bayona. Solo Cádiz con su isla de Leon y
las ciudades marítimas de Alicante y Carta-
gena estuvieron fuera de obediencia por su
situacion local.


17 El exilo final de los acontecimientos
posteriores no disminu ye la verdad de los
anteriores. Es forzoso confesar de buena fe
que las tropas francesas conquistaron toda la
España, y la sometieron al reconocimiento


servicio del rei .Josefa El concepto de que




( 568 )
la conquista seria permanente mudó la opi-
nion popular de manera, que todo español
propietario, comerciante; capitalista, ó pro_
fesor de ciencias y artes útiles, dirigia sus
lineas al objeto interesante de conservar y
multiplicar los productos de sus propieda-
des, comercio , manufacturas , artes 6 cien-
das , mirando ya con tedio una guerra, cuyo
fin jamas pensaron pudiera ser el que ha
sido ; porque no lo dictaban las reglas de
cálculo y prudencia en que no entraba la
prevision de futuros contingentes, tan ex-
traordinarios, poderosos y transcendentales,
como los que veremos despues. El rei Fer-
nando reconocia bien esta verdad en Valen-
cey, , guando dijo al intendente Amezaga , y
despues al gobernador Berthemy en -abril
de 581 o lo que resulta de sus . cartas.


58 Tal era el espíritu nacional , que aun
antes de ocuparse los quatro reinos de An-
dalucia , y el de Murcia, ya se dió por per-
dida la Junta Central notando el desprecio
con que se hablaba de ella, y los efugios coa
que se procuraba cubrir la desobediencia.
En 4 de enero de 58o9 habia acordado que
fuesen abrasados todos los pueblos, cuy os
habitantes no saliesen á resistir la ocupacion
francesa ; y que se formasen compailias de


( 169 )
.piratas, 6 Corsarios de Tierra. Esto último
tuvo mas efecto 3 porque al instante adop-
taron el plan los vagos , los ladrones, los fu-
gitivos de la justicia , los malos trabajadores,
-1/ aun los eclesiásticos seglares y reglares de
conducta desordenada. Lo funesto de las re-
sultas de tal invencion pide historia particu-
lar. Yo lo cito solo para dar á conocer quán
contrario á la guerra estaba ya el espíritu
nacional , guando la J unta se creia en pre-
cision de recurrir á providencias de aquella
naturaleza para tener tropas.


Asi es , que una gaceta inglesa decia
en 12 de agosto de 58e9 , que los españoles
no hacían nada, ni el pueblo tenia el ardor
de opinion que la Inglaterra habla procura-
do inspirarle (7). Un oficial ingles escribia
desde Lisboa en 14 de agosto N-Londres, que
los españoles en, general tenían ya por indi-
Je rente obedecer á uno ú otro rei, con tal
que cesase la guerra, para lo qual no ha-
llaba disposicion en los ánimos; cuya ver-
dad probaba con hechos (2). El gacetero in-


(i) \Tease cap. de Londres en el Monitor &anees
de 5 de septiembre de 1809.


(2) Cap. de Londres de 23 de agosto en el Monitor
de T a


de septiembre , -tomado de la ;meta inglesa Daly
Y Advertisser.




( 17 0 )
gies de Morning-Cronicle declamó infinitas
veces contra el empeño de seguir su gabi-
nete gastando dinero y hombres en empre.
sas imposibles, supuesta la nulidad, y/á/J(1
de voluntad en los españoles para proseguir


g7lerra (i). El de Star decia en 2 7 de no..
vimbre': « Los que han observado atenta.
« mente las ocurrencias de la guerra de
« España deben estar convencidos de que


la causa de los patriotas está perdida. »
Habla mal de soldados, oficiales y gobierno
do España, y prosigue diciendo: Lo peor de
todo es la disrlosicion de los ánimos de la
masa del pueblo que se muestra mui .equí-
roca. (2).


20 La Junta central conoció ésta verdad,
y pensó remediar algo mudando. a su modo
la forma del gobierno. Acordó crear un con-
sejo de regencia , cuyos miembros fuesen el
marques de la Romana, el de Villel, 11).
García de la Torre D. Rodrigo Riquelme,
D. Francisco Caro , y D. Sebastian Jócano;
presididos por el marques de Astorga, con-


(r) Cap. de Londres de 6 de septiembre de x°09
otros muchos capitulos y Monitores.


(2) Monitor de 9 de diciembre de x809 , capítulo
de Londres.


( 1 7 1 )
de de • Altamira , los quales gobernasen la
España en lugar de la junta Central, mien-
tras no se determinase otra cosa por la Na-
cion que decretaron reunir en asamblea ge-
neral de Cortes para el mes de marzo de 18io.
No surtió efecto aquella resolucion.en la épo-
ca designada, porque habiendo entrado en
Sevilla el rei .Josef á principios de febrero,
se retiraxon á Cadiz los individuos de la Jun-
ta Central , y permanecieron gobernando por
entonces la ciudad de Cádiz , con su pueblo
de la isla de Leon , á cuyos dos lugares , y
los de Alicante y Cartagena, titulaban Es-
paña, porque algunas tropas de linea, y las
partidas de Corsarios de Tierra ocupaban al-
guna parte del continente español, sin domi-
cilio fuera de: 1QS montes.


ni Diluc,hos,,, habitantes de las provincias
americanas.Se . cansaron de obedecer á la Jun-
ta, y las declararon independientes. Los de
Caracas, entre muchas especies oportunas al
objeto de proclamar su libertad, pintaban el
estado de la España diciendo : « Diferentes
« administraciones se han ido apoderando
« de la soberanía sucesivamente Sin consen-
« timiento del príncipe , ni de la nacion ; y
« un poder adquirido con tal arbitrariedad,


no puede menos de ser nulo , ilegítimo,




.( 1 7 2 )
« vano, y contrario h todos los principios rc3
« conocidos en las leyes. » Prosiguen pintan_
do con perfecciona la Junta Central; proba-.
ron los vicios de nulidad con que comenzó
existir, y la falta do legitimidad con que Con-
tirmó , por lo que concluyeron diciendo : que
quantos amasen bien a la pátria, neeeSita
,bal/ negar (.1 la Junta la obediencia.


22 En virtud de esto , aunque la Junta
decretó en la Isla de .Ufon, h 14 de febrero'
convocar las Cortes de la península y
América, no accedieron h nombrar diputa-
dos muchas provincias ultramarinas. La de
Buenos-Aires decia • en. 2 de junio qué no
veía en la Junta Central sino debilidad y
desgobierno (1). El Consejo de Regencia
( como soberano, por efecto de las cireuns-.
tancias) no atinaba mas que la Junta, y pa-
reció forzoso mudarlo tumultuosamente la
noche del dia 2 7 al 28 de octubre. El nue-
vo se compuso de solos 'tres individuos , los
generales D. Joaquin Blake, D. Pedro Agar,
y D. Gabriel Ciscar. Habiéndose nombrado
dos suplentes, uno de ellos (marques del
Palacio) dijo al tiempo de jurar su destino


(1) Cap. de Londres del Monitor de 1S de septie m
-bre de L8.to.


( 173 )
de Vice-regente, que lo baria con la condi-
mi) de sin perjuicio del juramento de fide-
lidad prestado á Fernando VII : y esto bastó
para llevarlo preso 1 .y dejar ineficaz su nom-
bramiento (i).


25 Asi prosiguió el gobierno de Cadiz ti-
tulándose Regencia de España , y mudan-
dose los regentes conforme prevalecian las
facciones , como habia sucedido en Francia
en los tiempos mas calamitosos de su revo-
lucion. Algunos grandes do España , otros
titulados ;


y muchos caballeros particulares
emigrados de Madrid abandonaron aquel par-
tido, y volvieron á renovar su obediencia y
juramento de fidelidad al rei :Dosel:


24 Llegó por fin , el caso do congregarse
Cortes ; pero se compusieron de personas que
no tenian poderes de sus provincias , ni con-
servaban domicilio en ellas. Casi todos los Vo-
cales eran habitantes antiguos de Cádiz ,
emigrados despues de haber reconocido y jura-
do al rei josef. La calidad montuosa del suelo
español, habia proporcionado á las antiguas
juntas revolucionarias provinciales permane-
cer con este nombre sin domicilio fijo , via-


(i) Cap. de Londres del Monitor de zo de noviero-.
. hre de 3.8r o.




( =14 )
jando de aldea en aldea, y de montaña en
montaña , huyendo siempre de donde hubie_
se 6 llegase guarnicion 6 destacamento de tro..
pa francesa. En Cádiz creyeron ser oportu-
no entonces reconocer su autoridad como
provincial para elegir diputados. Recaian los
nombramientos en los que indiqué antes.
Los electos se arrogaron el título 'de Dipu-
tados de provincia. El congreso interesaba en
autorizar éste concepto; y no habiendo bas-
tado á juntar el número requerido, la regen-
cia nombró mas vocales con el nombre de
Suplentes. Tales fueron los autores de la
coustitucion promulgada en Cádiz á 19 de
marzo de 1. 81:2, guando no Babia provincia
que pudiese aceptarla , excepto la Galicia,
donde por entonces no Labia exército frances.


25 Fernando Vll. entretanto daba nue-
vos testimonios de conformidad con su suer-
te, pues (segun opinion comun extendida en
París por personas de quienes se cree haber
visto papeles del asunto ) pidió al rei Josef,
por medio de Napoleon la gran banda de la
Orden de España; y alió á su hermano el in-
fante D. Carlos permiso expreso para soli-
citar del emperador el mando de las tropas
-españolas , que se destinaban á servir en el
Norte contra Rusia, en la campaña de ;812.


( 175 )
La política de Napoleon (muchas veces erro-
n ea, y poco sólida) encontró inconvenientes
en una y otra pretension. Si Fernando hubie-
ra escrito directamen te al rei josef, sin contar
con el hermano, hubiera recibido la banda,
de la nueva Orden; y supuesta su solicitud,
hubiera hecho aprecio de la concesion.


'26 Ningun prudente deberá extrañar estas.
gestiones de Fernando , ni alguna otra de
guatitas hizo y permitió á su hermano , tio
y servidores en la situacion en que se halla-
ba. Su vida , su tranquilidad , su alimento
mismo pendia de un hombre a quien nece-
sitaba tener grato. La virtud de la pruden-
cia le sugirió tales actos voluntarios, porque
aunque pudiera omitirlos, se creian útiles
al objeto de evitar mayores males. Para co-
nocer bien el mérito de la conducta de Fer-
nando VII, debe tenerse presente el carác-
ter de Napoleon: y porque la gaceta inglesa
titulada Evening Advertisser of Tlmrsday
de 12 de mayo, acaba de publicar su dell-
nicion , considero conveniente insertarla en
estas 1VIemorias: Dice lo siguiente.


2 7
« Ya cayó Bonaparte. Ya podemos de-


« tenernos delante do éste gran prodigio , que
en medio de nosotros sobresalía como una


« de aquellas antiguas ruinas , cuyo aspecto




( 176 )
« infundia espanto á los ojos mismos ,atrai..
a dos por su magnificencia. Grande, som_
« brío, y semejante solo b, sí mismo, estaba
« sentado en el- trono como un soberano sel-
« vático , é impenetrable entre las sombras
« de su formidable originalidad. Un genio
« atrevido, audaz , independiente, y deeisi.-
« yo ; una voluntad despótica ; una energía
« precursora de la •execucion mas rápida; y
« una conciencia doblegada siempre á los
« impulsos del interés , formaban los princi-,
« piles rasgos distintivos de éste carácter ex-
« traordinario , el mas extraordinario tal vez
« quejamos se haya elevado , reinado y caido
« en los anales del universo.


28 « Apareciendo en la sociedad, en me-.
« dio de una revolucion que habia excitado
« la energía de un pueblo que no reconoce
« superior comenzó su vida civil como ex:
« trangero por nacimiento , y alumno por ca-
« ridad. Sin otra fortuna que la de su es-
« pacía, ni mas patrimonio que sus talentos,
« se lanzó en una carrera reservada h la opu-
« lencia, á la grandeza y al ingenio ; y los
« concurrentes huyeron despavoridos ante él,
« como ante la fatal urna dé los hados.


2g « No conoció otro móvil que el del in-
« tcres : no aplaudió otro término que el de


( 177 )
« resultados felices ; no adoraba otro Dios
« que la ambicion , y se prosternaba delante
cc del objeto de su culto con devocion orien-
« tal. Por eso no habia religion que no pro-
« fesase, ni opinion que no promulgára. Sos-


tuvo el imperio de la media luna con la
« esperanza de una dinastía : y se arrodilló
« delante de la cruz para obtener un divor-.
« cio. De huertano de San Luis vino á ser
« el. hijo adoptivo de la re0blica.: y por una
« ingratitud parricida elevó el edificio de su
« despotismo sobre las ruinas del trono y de
« la tribuna. Católico de profesion , arrestó
« al papa;. supuesto patriota, empobreció su
« pais 3 y en el nombre de Bruto se apropió
« sin rubor ni remordimiento la diadema de
« los Cesares.


3o « Desde la representacion de ésta po-
« lítica pantomima la fortuna favoreció sus
« caprichos. A la menor señal suya las coro-
« nas caen, los mendigos reinan ; los siste-
« mas se destruyen; las teorías mas extrava-
« gantes toman color de sus ideas : lo vena-
« rable por antiguedad, y lo estimable por
« novedad, cambia de lugar -y opinion con
« la rapidez de un drama. Las derrotas ver-
« (laderas toman las apariencias de la vito-
« ria, y una fuga del Egipto basta para ase-




«


( 178 )
crurarle honores del triunfo. Aun la peste


« misma contribuyó á entronizado en el
« peno.


« Pero si su fortuna era grande, su ge..
« nio no era menos colosal. La decision sa.,
« lía de sus consejos como rayo : resolver-y


executar' era para él una sola cosa. Sus
« convinaciones parecían á. los ojos de talen_
« tos medianos , absolutamente imposibles;
« sus proyectos, del todo impracticables: Sin
« embargo , se desenvolvian en sus manos
« con la marca de la sencillez; y el exíto
« justificaba su adopcion.


32 « Su físico participaba del carácter de
.« su espíritu. Si éste no tedia jamas en el
« gabinete, aquel no sucumbia en las cam-
« parlas. La naturaleza no tenia obstáculos
« invencibles; el espacio no incluía oposi-
« clon incontrastable. En los precipicios de los
« Alpes , en los desiertos de Arabia, y en el
« centro de los hielos del polo, éste hombre
« parcela superior á todos los peligros, y


dotado de fuerzas para vencerlos.
33 « Todo el continente de• la Europa
tembló al aspecto de la osadia de sus de-


« signios y de los prodigios de su execucion.


A la vista de éstos el esceptisismo dobló la
« cerviz de su opinion : la novela tomó el as-


( '79 1,
:reto • de la historia nada parecia imposi-


« blc guando la tierra veia tremolar un mi-
• serable Corso su estandarte imperial sobre


las torres (1.9 las capitales mas antiguas del
« orbe., Todas las , visiones. de los siglos re-
« inotísimos fueron para él sucesos vulgares..
« Los reyes eran su.pueblo: las naciones sus,
« yigias:,y él dispuso de las Cortes y Coro-,
« nos, campos iglesias ., y gabinetes., Como si.
« fuesen dignidades titulares de su algedrez.


54. « En medio de todas las conm.ociones,
« europeas era el único que perseveraba in-
« movil como roca. En los campamentos,
« como en los salones ;. con el populacho,
• como con los .grandes de. las Cortes; cubier-


to con el gorro jacobino como con la
• rolla de hierro; desterrando un pragánza,
g como tomando por esposa una .


Austriaca;
« dictando desde un barquichuelo la paz .111
« Zar de las Rusias, 6 contemplando su pro-
« pia ruina baxo los muros de Leypsic


. , ja-
« mas dejó de ser por todas partes el mismo
« déspota militar, siempre forrñidable..


35 « Criado en los campamentos, fue ídolo
• de sus exércitos hasta el último instante.
« Ni uno siquiera de sus soldados le aban-


donó hasta el momento en que su a.incr
« le fue del todo inutil : y aun 'entonces su




( i8o )
« primera estipulacion fue la seguridad de
« gefe predilecto. Ellos sabian bien que si
« era pródigo de la sangre agena, no fue
« avaro de la propia : y que si él los expo_
« ni a á. los riesgos, les recompensaba con el
« pillase. Por ellos impuso contribuciones á
« todo el mundo ; y aun al mismo orgullo
« sujetó 11. pagar tributos á su pueblo. El ve-
« terano victorioso brillaba con los despojos
« del triunfo, y la capital rebosaba en tro-
« feos de las artes , haciendose Metrópoli
« del universo en miniatura.


36 « En tan singular concurso de circuns-
« tancias , no debe olvidarse su afectacion á
« favor de la literatura. Tirano de la prensa,
« supo aparentar al mismo tiempo ser pro-
« tector de las letras : proscribiendo libros,
« promovió la filosofia; persiguiendo litera-
« tos, y asesinando impresores , pretendió
« crédito de promovedor de las ciencias.
« Asesino de Palm , imponedor de silencio
'« á Destaad, y denunciador de Kotzehue,
« no dejó de ser el amigo de David, el bien-
« hechor de Delille, ni (le remitir premios
«' académicosá un filósofo ingles.


3 7 « Tan extraordinaria reunion de pro-
« pie'ades contradictorias con una fortaleza
« individual como la suya, no se ha verifi-


( 181 )
cado jamas en el carácter (le una persona.
Realista , republicano , y emperador , ma-
hometano, católico y judio ; subalterno y
soberano; traidor y tirano ; infiel y-cristia-
no, fue al traves de todas estas vicisitudes
él mismo austero, impaciente, inflexible,
original; siempre incomprensible; siempre
misterioso ; en fin siempre el mismo; esto
es, un hombre sin modelo que le prece-
diese, ni copia que le siguiese.
58 « Su caida engañó todos los cálculos
como los Labia frustrado su poder. En una
palabra la historia entera de hombre tan
singular es la de un sueño del universo; y
ahora mismo nadie sabe como el mundo
se ha dispertado ; ni por qué.
39


« No es dudoso haber hecho mucho
mal ; pero tampoco debe negarse que ha
producido infinito bien. Por su medio
( conforme ó no á sus intenciones) la Es-
paña , el Portugal y la Francia gozan las
ventajas de una constitucion libre (t). Las
supersticiones fueron sepultadas baxo las
ruinas de la Inquísicion , y el sistema feu-


(i) En esto no habli> el autor con toda exActitud:
resta saber el exito final de las cosas; pero Fernan-
do VII lo ha prometido en sus reales decretos.




( 182 )
dal con todos sus tiránicos satélites ha


« desaparecido para siempre.-
40 « Tal es el retrato, aunque imperfec..


« to y débil, del carácter de Napoleon
« naparte, primner emperador de los franco-
« ses , debiendo esperar que sea tambien el
« último. En él pueden aprender los reyes:
« porque su mas noble y seguro estudio es
« el de la felicidad de,


sus pueblos: su histo_
« ria es una leccion de que no hay deseo-
« tismo ti mm grande contra el qua?, no haya
« recursos.


41 Los que desean elevarse sobre las rui-
« nas de otros aprenderán igualmente que
« si la ambicion es capaz de levantar un


hombre desde -las regiones mas intimas,
« puede tambien precipitarle desde las emi-
« nencias mas encumbradas.


( 183 )


ARTICULO X.


_Regreso del rei Josef a Francia ; y trata-
do de Valencey sobre restitucion de Fer-
nando 1711 al trono Español.


Poco tiempo despues de promulgada
la Constitucion de Cádiz, los ingleses gana-
ron cerca de Salamanca, la batalla renom-
brada de los Arapiles contra el mariscal
Marmont. Las consecuencias inmediatas fue-
ron dejar á. Madrid el rei Josef, y retirarse
á Valencia . en lo de agosto de 1812.


.2 Entraron en Madrid al momento las par-
tidas llamadas de guerrilla de las provincias
de Guadalaxara y Toledo y pusieron el
gobierno político y la administracion de
justicia en manos de personas de opinion
contraria. Faltan expresiones capaces de ma-
nifestar con exactitud la inhumanidad con
que los nuevos gobernantes trataron it los
que habian tenido empleo por el ni Josef.
Muchos caballeros, ilustres por su nacimien-
to, carrera y destino , fueron ultrajados en
las calles públicas de Madrid , siendo con-
ducidos por ellas al real sitio del Retire , don-




( 184 )
de arbitrariamente, sin preceder sumaria, ni
proceso alguno, se les encerró en caballeri-
zas capaces por su fetidez de matarles en
menos de un mes , si el gefe militar ingle


s,
comandante de aquella plaza de armas no lo
hubiera evitado aliviando la desgracia de los
que solo tenían la culpa de haber seguido la
opinion tantas veces recomendada por Fer-
nando VII, para evitar los males de la pá-
tria , y seguida tambien por los mismos per-
seguidores, hasta ciertas y determinadas
épocas.


5 Abandonó los quatro reinos de Anda-
lucia el mariscal Soult, duque de Dalmacia,
y reunido con el rei Josef en Valencia vol-
vió á Madrid en fines de octubre del propio
año 1812; de alli pasó Salamanca. Lord
Wellinton , general en gefe del exército con-
vinado de ingleses, portugueses y españoles,
se retiró á Portugal, reconociéndose inferior
en fuerzas ; y verosímilmente se hubieran
vuelto h ocupar las Andalucias sí la guerra
de Napoleon ron el emperador de Rusia no
produxese consecuencias contrarias que (sien-
do efecto de anticipacion del invierno con-
tra la experiencia de los arios anteriores)se
convirtió en causa primitiva original de las


- grandes y extraordinarias novedades inima-


( 185)
gínables que despues se han seguido en
Europa.


4 Perdió Napoleon mas de quinientos mil
hombres, y cien mil caballos por fríos , ham-
bres, marchas violentas, y combates en reti-
rada. Creyó que repararia esta pérdida en
1 815 si reemplazando personas con una cons-
cripcion de trescientos mil franceses, suplia
la calidad de los soldados, agregando vete-
ranos del exéreito de España. hizo salir de
la península quince mil hombres de su guar-
dia, y cincuenta mil escogidos de linea, con
mas de treinta mil caballos; encargando al
rei Josef, y á los mariscales obrar solo de-
fensivamente, hasta que despues de batir al
Ruso, y precisarlo h hacer paces, enviase nue-
vamente tropas con las que se podria volver
al estado antiguo.


5 La evacuacion de las Andalucias , y des-
pues otras provincias de la orilla izquierda
del Tajo, ofreció al lord Wellinton ocasion
de infundir en los españoles la esperanza que
no habian tenido. Pintaba su victoria de
los Arapiles, como principio de la expul-
sion total de franceses. instruido de la di-
minucion de fuerzas transportadas al Norte


• procuró aumentar las suyas; y habiéndolo
verificado en mayo de 1815 , puso al reí




1


( 186 )
Josef en términos de reconocerse inferior


,


y retirarse á la línea del Ebro.
6 Se habia sostenido en esta el ario 1808


cerca de quatro m eses sin retroceder un paso,
y avanzando muchas veces hácia el centro de
la España. Esperaba conseguir esto mismo y
restituirse á Madrid en el otoño en que se
creia tener hecha la paz con Rusia, y re..
forzado el exército. Lord Wellinton recelaba
otro tanto , y proyectó no dar lugar h tan
largas dilaciones supuesto que se veia con
bastantes tropas llenas de ardor y espíritu
adquirido desde la batalla de Salamanca del
año anterior, y aumentado ahora con ver que
sus enemigos se habían retirado precipitada-
mente para el Ebro, á 'manera de quien huye.


7 Rompe la linea francesa, y en 21 de
junio de 1814 da una batalla decisiva en
Vitoria , que derrotando completamente á
los franceses, pone al rey Josef en la nece-
sidad de entrar en Francia, donde lambiense
refugiaron por diferentes puestos del pirineo
doce mil y mas familias españolas que, teme-
rosas del populacho español (á cuya volun-
fad se sujetaba el gobierno) , reputaron por
menos malo faltar de su pA.tria por espacio
de algun tiempo , que sufrir las prisiones y •
malos tratamientos del año anterior 1812,


( 18 7 )
.quando no fuese la muerte sufrida por muchos


8o8
18 Ni gt n español entró en Francia pen-


en 1.


sando expatriarse. Todo el mundo esperaba
de dia en dia una victoria decisiva de Napo-
leen contra rusos y aliados, que produjese
la paz continental. Todos creían que para
septiembre de 1813 volverian á sus casas.
Si este concepto no hubiera sido uniforme ,
-algunos , hubiesen preferido sufrir en su patria
por de pronto algunas injusticias al asilo que
buscaban en pais eXtrraño contra las viblen-
cias y los desórdenes de la anarquía.


9 Pero la providencia disponía lo contrario
por medios no sujetos á la prevision de los
hombres. Las potencias beligerantes hicie-
ron un armisticio que haciendo cesar hosti-
lidades en primero de junio, produjo espe-
ranzas de una paz continental, capaz de llenar
las de los españoles refugiarlos, si Napoleon
hubiera sido mas docil á los buenos conse-
jos del emperador de Austria su suegro, y
idealdoprdienlcrile)ye jreoaslefd. e Suecia su mariscal, cu-


' lo Verificado el congreso de Praga, y ven-
nada una multitud de questiones politi-
Tas relativas al equilibrio de la Europa ,
despues de repelidas por unos y por otros




( 188 )
algunas proposiciones , se sabe por noticias
particulares haberse ofrecido á Napoleon la
paz continental, dejando el Rin, los Alpes,
y los Pirineos por limites franceses; al rey
Josef en España; y al rey Luis por segunda
vez en Holanda ; con tal que renunciase todo
lo de Italia y Alemania para que los empe-
radores de Austria y Rusia con los otros
principes interesados distribuyesen estos
territorios conforme h. las reglas que se pro-
pondrian para el equilibrio de Europa.


II Resentido el austriaco de la tenacidad
de su yerno, se uno con el ruso y prusiano
para refrenar ideas ambiciosas ; lo intima h
su yerno en 13 de agosto ,. y las hostilidades
recomienzan en 1 7 , teniendo Napoleon con-
tra sí ciento y cinquenta mil enemigos mas
que antes, cuyas armas habia tenido su sue-
gro en inaccion , preparadas para este caso.


12 Las victorias de 26 y 2 7 de agosto de-
fendiendo h Dresde, capital del reyno de Sa-
xonia exaltaron el ánimo de Napolcon hasta
despreciar nuevas proposiciones de paz con-
tinental que se le hicieren en la misma
Dresde, quedando siempre Josef en EsplJa
y la fortuna le abandonó en los combates
de Leypsic los días 16, 18 y 19 de octubre,
y en los de Hanau del 29 al 31, convirtiéndose


( 189
)


de amigo en enemigo el rey de Baviera, ade-
mas de las tropas de los de Wurtemberg y
VVesfalía y varios cuerpos del exército de.
su infeliz, pero fiel amigo rey de Saxonia.


13 Sin embargo, el concepto de los empe-
radores de Austria y Rusia con sus aliados
antiguos y modernos acerca de las fuerzas
del imperio frances y de la pericia militar
de su soberano, era tan grande que aun con-
sideraron. conveniente á su seguridad tratar
nuevamente de paz ; bien que poniendo ya
bases muy diferentes de las del congreso
de Praga y conferencias de Dresde por
influjo del gabinete ingles, que se mezcló
en el asunto manifestando voluntad de paz
general.


14 Una de las nuevas proposiciones fue
que Napoleon había de reintegrar en España
la dinastía de Borbon; y desde aquel mo-
mento hizo animo á verificarlo sin aguardar
á que se firmasen los preliminares por las
potencias beligerantes. Tal vez pensó que así
baria creer que los admitía de buena fe.
Acaso influyó tambien la fama de que un
partido español de las cortes de Cádiz trataba
de aclamar á lord Wellinton por rey de Es-
paña „con cuya idea el mismo lord habia
pr


ometido hacerse católico, si en 'eso llenase




se determinó á favor de Fernando por lo
qual, sin esperar al nuevneongreso realizado
luego en Chatillon, procuró su paz particu-
lar con España.


15 Muchos que leyeron en las gacetas pú-
blicas las condiciones que se. proponían por
base de la futura paz general , pensaron que:
Carlos TV reynaria en España segunda vez
porque los soberanos aliados de la Europa no,
tomaban interes personal por -Fernando VII,
importándoles únicamente la dinast la ; y poi:
otra parte no pareciaverosimil que Napoleon
le prefiriese á su padre, mediante la decla-
racion hecha en 18o8 de haber sido . nula.
por violencia indirecta y miedo justo la re-
nuncia de Carlos IV.


16 Pero no sucedió así; Napoleon tuvo
presente la voluntad de los españoles decla-
rada en favor de Fernando, y quiso compla-
cerles dando satisfaccion de la ofensa come-
tida en el modo con que rabia manejado su
política en 18o8. Esperando reconciliarse con
ellos , hizo en Valencey, cija r r de diciem-
bre de 1813 , un tratado que Fernando mismo
calificó de ventajoso á las Españas y con-
tenia los artículos siguientes,


.( )
J. Desde la ratificacion del presente tra-


tado en adelante habrá paz y amistad entre
S. M. Fernando VII y sus sucesores , y S.M.
el emperador y rey, y los suyos.


II. Cesarán todas las hostilidades de tierra
y mar entre las dos naciones desde el cange
de las ratificaciones de este tratado en la tierra,
y it los quince días en los mares que bañan.
sus costas de Europa y Africa en la parte do
acá del equador ; y á los quarenta en los
paises y mares de Africa y América mas allí'.
del equador ; y a los tres meses en los paises
y mares situados al oriente del cabo de
Buena-Esperanza.


Hl. S. M. el emperador de los franceses
rey de Italia reconoce á Fernando y sus su-
cesores conforme al órden de suceder por
las leyes fundamentales del Estado corno
reyes de España é Indias.


IV. S. M.. el emperador y rey reconoce la
integridad del territorio de España tal como
existia antes de la actual guerra.


V. Las provincias y plazas aetualmente
ocupadas por las tropas francesas serán en-
tregadas Ir los gobernadores ó tropas espa-


3rolas del rey en el estado que tuvieren al
tiempo de su devolucion.


S. M. el. rey Fernando promete por


( igo )
consistir su elevacion á la dignidad .


real..
En fin Napoleon, por estos motivos ú otros




1




( 192 )
su parte conservar la integridad del territorio
español y de sus islas, plazas y presidios ad.
yacentes, especialmente los de Mahon y
Ceuta : y hacer que los gobernadores y
exércitos británicos evacuen las provincias,
plazas y territorios españoles que ocupen.


VII. • Se concluirá una convencion militar
entre un comisario frances y otro español
para que se verifique á un mismo tiempo la
evacuacion de las provincias españolas por los
franceses que por los ingleses.


VIII. S. Católica y S. M. el emperador
y rey prometen recíprocamente mantener la
independencia de sus derechos marítimos
conforme al tratado de Utrecht, y al estado
que las dos naciones tuvieron hasta 1792.


IX. Todos los españoles que han recono-
cido al rey :Toser y servido empleos civiles,
políticos y militares ó seguidole personal-
mente volverán it gozar los honores, dere-
chos y prerogativas de que gozaban. Se les
restituirán los bienes de que se les hubiere
privado. Los que quisieren permanecer fuera
de Epaña , tendrán el término de dos años
para vender sus bienes y tornar las otras me-
didas necesarias á su nuevo establecimiento.
Conservarán el derecho que tuvieren á s u-


cesiones, y podrán gozar de sus bienes y


( 1 93 )
disponer de ellos sin estar sujetos al derecho
de Aubaina, diminucion , ít otro alguno.


N. Los franceses éiialiatios que tuviesen en
España propiedades de bienes muebles ó im-
muebles , las conservarán en la forma que las
gozaban antes de la guerra. Lo mismo será
en Italia y Francia con las propiedades de
los españoles. Se nombrarán comisarios por
una y otra parte para resolver las dudas con-
tenciosas que ocurran entre franceses italia-
nos y españoles sobre intereses, bien estu-
viesen suscitadas antes de la guerra, bien ha-
yan sobrevenido despees.


Se hará de parte á parte restitucion de
prisioneros, bien se hallen en depósi tos , bien
en otra qualquiera parte, aun guando hayan
tomado servicio, excepto aquellos que des-
pues de la paz declaren ante un comisario de
su nacion tener voluntad libre de proseguir
sirviendo.


XII. Los prisioneros de la guarnicion de
Pamplona, los de la Coruña , islas del medi-
terraneo y otro qualquiera depósito que ha-
yan sido entregados it los ingleses, serán igual-
mente restituidos, bien se hallen en España,
bien en América ó Inglaterra.


XlII. S. M. Fernando VII promete hacer
Pagar al rey Carlos
y á la reyna su esposa


1.




«


( 194 )
treinta millones de reales por alio en plazos
de quarta parte de tres en tres meses. Si la
rcyna sobreviviere, se le darán por viudedad
dos millones anuales de francos. Todos los
españoles empleados en su servicio estan au-
torizados 'a residir fuera de España en Tul-
quiera parte que sus magestades conside-
ren conveniente.


XIV. Se celebrará un tratado de comercio
entre las dos potencias, hasta cuyo tiempo es-
tarán las relaciones mercantiles conforme se
hallaban antes de la guerra en 1792.


X.V. Las ratificaciones del presente tratado
se canearán en Paris en el término de un
mes ó antes si fuere posible. Hecho y firmado
en Valeneey á II de diciembre de mil ocho-
cientos trece. — El duque de San Carlos.—
El conde de La-Forest.


17 El gobierno español estaba ya entonces
en Madrid. Habiendose disuelto la asamblea
de Cortes constituyentes," se habia formado


la nueva de Cortes legislativas y trasladado
su domicilio 'Madrid, donde tam bien residía
la Regencia, compuesta del cardenal de Bor-
lbon , y los socios Pedro Agar y a
Gabriel Ciscar. Fernando VII consideró útil
comunicar su tratado con Napoleon 'a la re-
gencia en los términos siguientes.


( 195 )
18 « La divina Providencia ( que por uno


« de sus inexcrutables beneficios permitió
« fuese yo transportado desde el palacio de
« Madrid al de Valencey ) se dignó conceder-
« me la salud y fuerzas necesarias , y el con-
« suelo de haber tenido en micompañiasiem-
« pre al infante D. Antonio, mi muy que-
« sido tio, y al infante D. Carlos mi muy
« amado hermano,


» Nosotros hemos encontrado en este
« palacio una hospitalidad noble. Nuestra
« residencia nos ha sido tan agradable como
« pocha permitir mi situacion , y desde los
« principios he empleado el tiempo en la


forma mas análoga á mi nuevo estado.
2e » No he tenido noticias de ini querida
España sino por medio de las gacetas fran-«


« cesas. Por ellas he adquirido algun cono-
cimiento de sus sacrificios en mi favor, de
la generosa é inalterable constancia de mis
fieles vasallos, ele la perseveran te asistencia
de la Inglaterra, de la admirable conducta
del general en xefe lord Wellinton , y del.
nombre de los generales españoles, y


« generales aliados que se han distinguido.
2


« El ministerio ingles en sus cornuni-
« eaciones de 23 de abril del ario anterior
« 'labia declarado auténticamente que la In-


«


«




( 196 )
« glaterra estaba dispuesta b. escuchar pro_
« posiciones de paz, cuyos preliminares fue-
« son reconocerme por rey : no obstante lo
« qual duran todavia los males demi reyno.


.2 2 « La España permanecia en estado de
« observacion pasiva ; pero vigilante guando
« el emperador de los franceses rey de Italia
« dispuso espontáneamente que se me hicie-
« sen por mecho de su embaxador conde
« La-Forest proposiciones de paz fundadas
« sobre mi restablecimiento al trono, y la
« integridad é independencia de mis dominios
« sin condícion alguna q ue no fuese C0101777C
« al honor á la gloria y al interes de la iza-
« cion Española.


23 « Creyendoyo que la España no podría


conseguir inzapazmas ventajosa, aun des-
« pues de muchas y no interrumpidas victo-
« rías, autoricé al duque de San Carlos para
« tratar en mi nombre con el conde de
« La-Forest , plenipotenciario destinado por
« el emperador Napoleon para este efecto.


24 « Concluido con felicidad el tratado, he
escogido al mismo duque para que lo lleve


« á la regencia , á la qual, en testimonio de
« la confianza que tengo en sus.individuos
« la dirijo para que haga las ratificaciones
« conforme á estilo, y me lo debuelva $1'


( 197 )
« pérdida de tiempo con la expresada so-
« lemn idad.


25 « Quanta satisfaccion me resulta de
Hacer que por fin cese la efusion de sangre
y ver el término de tantos males !


como
• suspiro por el momento feliz de hallarme
• en medio do una nacion que acaba de dar
• al universo el exemplo de la mas pura


lealtad , y del mas noble y mas generoso
carácter Valencey 18 de diciembre de
1813. Fernando. »
26 El consejo de Regencia respondió al


rey en Madrid dia 8 de 'enero de 1814 la
carta que firmó su presidente, cuyo tenor
era como sigue. « La regencia de las Es-
-« parias nombrada por las Cortes generales
« y extraordinarias de la nacion, ha recibido
« con el mas profundo respeto la carta que
« Y. M. se dignó 'remitirle por roano del du-
« que de San Carlos, así como Cambien el
« tratado de paz y otros documentos que se
« le habían confiado.


27 « La Regencia carece de palabras com-
•« patentes para manifestar todo el consuelo
« y alegria que tuvo al ver firmado Y. M., y
« saber por su relaciono propia que goza de
« salud con sus bien amados hermano y tío
« los infantes D. Carlos y D. Antonio




( 198 )
.« nuestros señores al mismo tiempo que
« leemos los nobles sentimientos de V. AL
« para su querida _España.


.28 « Aun es mas dificil para la Regencia
« pintar los sentimientos de la nacion leal y
« magnánima que ha j u rado fidelidad á. V. M.
« manifestar los sacrificios que ha hecho , los
« que aun hace,y los que no cesará de hacer
« hasta el momento de conseguir la dicha de
« ver vuestra real persona reemplazada en el
« trono de amor y de justicia que os ha prepa-
« rudo. En tales circunstancias se ciñe á decir
« que V. M. es muy querido y deseado de la
« nacion.


.29. « La Regencia que gobierna la España
« en nombre de V. M, se considera obligada
« á hacer presente á V. M. un decreto de las


Cortes generales y extraordinarias de pri-
« mero de enero do 18ii, cuya copia es la
« adjunta.


5o « Dando á V. M. noticia de este de-
« crelo soberano, la Regencia considera inú-


til hacer observacion alguna sobré el tra-
« Lado de paz. Pero puede asegurar con toda


certeza que V. M. hallará en su contenido


la prueba mas auténtica de que la nacion
« española no ha hecho hasta ahora sacriíi-
« cios in kilos para recobrar la persona real


de V. M.


( 199 )
« La Régencia se felicita con la nacion


de ver llegar el cija en que ésta tenga la
imponderable dicha de poner en manos de


M. la real autoridad que le han conser-
« vado corno depósito sacro durante todo el


tiempo de su cautividad.
« Dios guarde á V. M. muchos arios


para el bien de la monarquía. Madrid 8
de enero de 1814.
Luis Cardenal de


• Scala, arzobispo de Toledo, presidente-
« josef Luyando. — A su magestad Fer-
« liando
»




( 200 )


ARTICULO XI.


Conducta de las Cortes, y Regencia Espa.
¡Mas en la restitucion del trono a ',er-
izando VII.


Para ,entender bien la respuesta de la
1egencia y otros sucesos que se le subsiguie-
ron , conviene dar á conocer (h lo menos
por mayor , y rA.pidamente) la verdadera
naturaleza de lo que se titulaba Gobierno Es-
pañol, y las ideas de sus directores.


2T.-remos insinuado no haber existido go-
bierno alguno legítimo por la Nacion , sino
el establecido por Carlos IV, y Fernan-
do VII; á saber : primeramente la Junta de
Gobierno , basta que se le intimó revocaeion.
Le sucedió despues el. del rei J osef mientras
no volviese al trono la dinastía de Borbon,
cuyos derechos quedaron preservados.


3 Este punto histórico tiene trascenden-
cia incalculable para la revolucion espaiiola.
Su verdad resulta de todas las cartas y ór-
denes , tanto reservadas corno públicas, in-


-directas y directas de Fernando VIT. Por


eso en la gaceta de la Coruña ,` titulada el


( 201 )
Ciudadano por la Constitucion, los fautores
del gobierno de Cádiz se jactaban dia 13 de
abril del año corriente, diciendo : « Seis años
« van á cumplirse que proclamamos nues-
.« tra independencia., y que contra la volun-
« tad de las primeras autoridades, de los
« grandes de España , del consejo de Casti-
« 11a, de la Inquisicion , y de otras muchas
« corporaciones jurarnos establecer y conser-
« par nuestra libertad.


4 Lo ilegítimo y revolucionario de las
Juntas provinciales formadas en cada ciudad
por el sedicioso mas atrevido contra la vo-
luntad de las primeras autoridades, pro du xo
tantos asesinatos, y tal anarquía, que por
necesidad absoluta comenzó corresponden-
cia epistolar entre junta y junta, de la qual
resultó el conocimiento de ser indispensable
reunirse diputados de todas para establecer
algun gobierno capaz de tomar el título de


• 5 El tiempo del desórden permite y au-
toriza todo exceso. Los diputados de las jun-
tas acordaron en Aranjuez tomar sobre sí
m ismos el cargo de dar it su corporacion el
nombre de Junta Central gubernativa del
'eilzo. No mostraron jamas otros autores de
SU potestad que Sus propias .personas. La




( 202 )
historia ( que hace justicia aun contra los
soberanos )reconocerá siempre por ilegítima
la Junta Central sin poderes ni autoridad de
la Nacion : motivo por el qual le negaba la
obediencia impunemente qualquiera que tu-
viese interés en ello, y fuerzas para resis-
tir á un alguacil.


6 Cansada de ser desobedecida, y cierta
del odio general de las gentes de su par-
tido , proyectó dos nuevas corporaciones
para el exércicio de los poderes legislati-
vó y executivo; primera con título de Cor-
tes; segunda con el de Regencia. ¿Quien
le concedió tal autoridad? ¿Fue la Nacion?
Toda menos Cádiz y su Isla de Leen , con
Alicante y Cartagena obedecia á Josef.


7 Las Cortes congregadas en el último ter-
cio del año 1810 , tan ilegítimamente como
se ha dicho en otro artículo, manifestaron
pronto el espíritu del mayor número de sus
miembros. Imbuidos de las maximas repu-
blicanas aprendidas en los papeles de la re-
tolucion francesa, proyectaron establecer
República, con el nombre Monarquia Cons-
titucional. Adoptaron esta denominacion por
que Fernando VII estaba en Francia sin li-
bertad de pasar á España. Reinaban en su


nombre, y no presumían conseguir tant o si


( 203 )
publicasen su verdadera intencion de fundar
República.


8 Suponiendo en la masa del pueblo es-
pañol toda la soberania radical, proclamaron
el dogma político de haberse traspasado á las
Cortes : no es fácil saber como. 1). Pedro
Quevedo, obispo de Orense , D. Miguel de
Lardizabal, y D. Antonio .Escaño, miembros
de la Regencia, no estuvieron mui dóciles
á la creencia y reconocimiento de semejante
absurdo; y las Cortes, en concepto de cuer-
po legislativo, les condenaron, tratándoles
de malos españoles.


9 Formaron constitucion Denzocrática. La
francesa del año 1 79 1 , concedió al poder
executivo veinte 6 mas facultades ( osen-
eialisimas para ciar movimiento á la má-
quina política) que los de Cádiz quitaron
al gefe de su imaginaria república española.
Lo titularon Rey, y no le dejaban .eleccion
libre de las personas de su confianza que la
sirviesen de consejeros para reinar. Aparen-
taban acordarle potestad de dar empleos, y
lo esclavizaban de manera que solamente los
daría el consejo de Estado, cuyos individuos
casi quedaban independientes de ciar gusto
al soberano en cosa ninguna. Degr adaban enb b
lin la magestad de manera, que negaban al




( 204 )
rey la facultad que qualquiera ciudadano tie-
ne para la educacion de sus hijos. Esta y el
matrimonio de todas las personas reales fue-
ron objeto de leyes políticas que no se pue-
den leer en la constitucion, sin extrañar que
se -Ululase monarca el sugeto á que se apli-
caban.


I ° Las Cortes constituyentes trataron mal
qualquiera que tuviese valor de censurar


su obra. El virtuoso obispo de Orense no
pudo evitar su cólera, ni aun allanándose
á prometer su cumplimiento para el caso que
toda la Nacion aceptase libremente la carta
constitucional. La sinceridad de su corazon,
y la solidez de su virtud le impedian jurar
con restricciones puramente internas. Ojalá
que todos los españoles hubieran tenido la
delicadeza de conciencia del obispo de Oren-
se en este y otros puntos ! Por no haberla
tenido infinitos españoles ( que llevan ya dos,
tres , quatro , cinco, y aun seis juramentos,
contrarios entré sí mismos) se han verifica-
do grandes males, y quiera Dios que se ha-
yan acabado.


El respetable Quevedo debió al con-
greso de las Cortes el decreto de proscripcion,
y extrañamiento , con la nota de indigno del


nombre español en 15 de agosto de 1812, día


( 205 )
de la Asuncion de María Santísima, que (se-
oun costumbre antigua) era propio de hacer
gracias.


I 2 A las cortes constituyentes sucedieron.
otras tan ilegítimas como ellas. La Regencia
tuvo asimismo sus mutaciones de personas
cuya legitimidad de poderes no tenia mas
noble origen. Todo en fin comenzó año 18°8
por sedicion , y todo fue anarquía. Su desór-
den mudó de formas muchas veces ; pero ja-
mas pudo arribar al estado de gobierno regu-
lar, ya que no legítimo. Si despues de la guerra
de Rusia se admitieron representantes su-
yos diplomáticos en las Cortes aliadas con-
tra Napoleon, no es porque lo mereciese,
sino porque asi lo quería el gabinete britá-
nico que lo consideró conveniente á su po-
lítica, y- mandaba en Cádiz como en Londres.


13 El mismo origen tiene toda la nombra-
día que desde las desgracias de Napoleon en
Leypsie, y- Hannau año 1815 se ha dado al
partido que ahora recibe título- de Nacion
Espanola. Los - extrangeros (que no intere-
san en la investigacion de ciertos hechos) los
Creen ciertos á fuerza de oirlos muchas ve-
ces; para lo verdad es una sola y vence a
Su contraria, tarde h temprano. No es cier-
to haber habido semejante nacion española,




nqF


( 206 )
en el sentido que ahora se cuenta, hasta la
evacuacion de las Andalucias por el maris-
cal Soult, en octubre de 1812 , y de las Cas-
tillas por el rei Josef, en 1813. Antes de las
dos épocas, la guerra de Napoleon ha sido
solamente con el rei de la gran Bretaña ea
el territorio español, y se daba título de Na-
cion al cortísimo partirlo aislado en Cádiz.
El ingles llevaba tropas españolas de la in-
surreccion ; pero solo eran hombres condu-
cidos por la fuerza contra su voluntad al
campo de batalla , donde no querian pelear.
Confirman esta verdad (confesada en gace-
tas inglesas) las banderas colocadas en el
cuerpo legislativo de París y otras partes,
cuyo número exhorbitante pareceria increi-
ble, sino estuviese á, la vista pública. Despues
que Josef entró en Francia , ya mereció
nombre de Nacion el partido de Cádiz, por-
que concebirlas las esperanzas que no ha-
bian existido , se agregaron por interes los
que antes eran indiferentes ó contrarios, y
todos manifestaban amor á la constítuciou
de Cádiz.


14 Por eso las Cortes llegaron á creer
asegurado el gobierno republicano , guando
habiendo franceses en solo Cataluña, y
tos distritos de A.ragon , y Valencia, se


( 20 7
)


publicaba la Constitucion, á, cuyo favor ha-
blaban infinitos periodistas. El partido que


Tetaba proclamar‘
á Wellinton por rey-,pi o)


no dudaba que se conformaría éste con la ley
orgánica recien promulgada, y por eso no,
hacia faccion contraria á la idea principal de
los mas acerrimos republicanos conocidos
con el título de Liberales, y tal era el es-
tado de la España guando las Cortes reci-
bieron la carta de Fernando VII , con el
tratado de Valeneey de x x de diciembre
de 1813.


15 No porfia sucederles cosa mas desa-
gradable ; pues conocian que volviendo el
rey . su trono, resultaba derribado el suyo.
Se habia previsto desde muchos tiempos an-
tes la posibilidad de algun convenio, II caso
diferente por el qual Fernando volviese
España. Y ya que no fuese honesto, ni tal
vez posible negar la corona, proyectaron las-
Corles constituyentes un decreto que dila-
tase la entrega ; y promulgaron en la Isla de
Leen en primero de Enero de 1811 uno,
cuyo tenor era como sigue. « Las Cortes ge-


nerales y extraordinarias en conformidad
de su decreto de 24 de septiembre último
(de 1810) por el qual declararon nulas y


« de erogue valor las renuncias hechas en




( 208 )
« Bayona por el legítimo rey de España ,é
« 7nc1ias , D. Fernando VII, no solo porque
« se hicieron sin libertad, sino tam bien por
« la falta esencial indispensable del consen-
« tiniiento nacional , declaran, que no re-
« conocerán acto , tratado convencion, ni
« transacíon de qualquiera especie y natura-
« loza que sea, en que el rey- haya consen-
« tido it consintiere; y consideran como nu.
« los y de ningun efecto qualesquiera actos,
« que S. M. haya firmado ít firmáre durante
« su opresora y cauti•idad, bien se hayan
« verificado en pais enemigo , bien en ter-
« ritorio espaiiol , si en este segundo caso
« estuviere su Magestad rodeado de tropas


.« enemigas, Z) bazo el iniluxo directo 1:1 in-
« directo del usurpador de su corona : pues
« la Nacion no lo mirará jamas como libre,
« ni le obedecerá mientras no le vea solita-
« do entre sus fieles subditos en el seno del
« congreso nacional actual ó sucesor suyo.


'16 « Las Cortes declaran al mismo tiem-
« po que toda contravencion al presente de-
« creto será mirada por la Nacion como acto
« de hostilidad contra la pátria, cuyo autor
« habrá incurrido en todo el rigor de•las le-
« yes. Declaran finalmente, que la Nacion
« generosa ( de que son representantes) n o-


( 209 )
dejará las armas ni dará oidos h proposi-,
ciones de convenio y acomodamiento de
ninguna especie, sin que la España y Por-
tugal sean antes evacuadas totalmente por
las tropas que hicieron injusta invasion
pues las Cortes estan resueltas con la Na-


« cion entera á, no cesar de conbatir sino
despues de haber asegurado la religion san.
ta de sus padres, la libertad de su muy
amado monarca, y la integridad é indepen-
dencia absoluta de la monarquía. »
1 7


La regencia envió á Fernando VII co-
pia en 8 de enero de 1814, respondiendo á.
la real carta de x8 de diciembre de 1813, y
le devolvió el tratado de Valencey del dia ir
sin ratificar, llamado decreto soberano al
de primero de enero de 18r r , que h pre-
veneion lo declaraba nulo.


18 Mientras el duque de San Carlos via-
jaba para Madrid , el conde de La-Forest en-
tregó en Valencey al rey Fernando cierta
nota diplomática para la pronta suspension
de hostilidades, y execucion del .tratado.
Deseoso Fernando de la brevedad ( tal vez
mas que Napoleon) envió con instrucciones
competentes h D. Josef Palafox, y escribió
á la regencia, segunda carta del tenor que
signe. « Estando yo persuadido de que la


14*




«


«


«


«




( 210 )


« Regencia se habrá penetrado de los moti-
« vos que me determinaron á. enviar al du-
« que de San Carlos, y que éste me traerá
«. sin pérdida de tiempo, conforme á mis ar-
« dientes deseos, la ratificacion del trata


'


do.
« continuando en dar al zelo y amor de la
« Regencia, pata coñ mi real persona nuevos
« testimonios de confiahia, envio con D..)o-
« sef Palafox y M.eley, teniente general de
« mis reales exércitos, comendador de Mon-
« tanchuelos, del orden de Calatraba ( de
« cuya fidelidad y prudencia estoy plena-
« Mente satisfecho) la nota que acaba de
« comunicarene él conde de La-FóreSt para
« la execucion del tratado. .•


« Con esta ocasión. he hecho entregar
« al misinO D. Josef Palafox -Una Copia li-
« feral del tratado , cuyo primer exemplar
« llevó el duque d'e San Carlos, i fiti tle que


« si por casos imprevistos no hubiese Ileg-a-
« do h Madrid, ni podido informar del asan-
« to á la Regencia , pueda suplir la faltara
« lo hecelario al cumplimiento del tratado:
« eurbo tainbien para que si el duque hubie.,•
« re ya salido, ó estuviere proximo á salir,
« la Regencia tenga en PalafóX un condue-
« tu seguro de comunicarme todo lo
« interese al real servicio. Valencey 23 do


( 211 )
• diciembre de 1813 — Fernando. «


20 El cardenal de Borbon , presidente de
la regencia respondió en 28 de enero lo
que sigue: « Señor: la carta de V. M., fecha


en Valencey h 23 de diciembre último,
• entregada por el teniente general D. Josef


Palafox, ha ofrecido á la regencia por se-
gunda vez el dulce consuelo de recibir no-


« licúas de la salud de V. M.
21 « Este placer de una comunicacion,


« tan interrumpida como deseada, es el pro"-
• sagio mas cierto de que por fin llegó el
-« momento de que V. M. consiga su liben-
« tad, objeto de los votos y suspiros de la
« Nacion, que poniendo su esperanza en la
-« providencia divina , miró siempre tan ven-


turoso suceso como resolucion escrita en
los decretos eternos.
2 « Entre los transportes de la pró'xinia


•«' esperanza de tanta dicha, la regencia cree
oir ya los acentós de V. M. para llegar
y • poner en sus reales manos el poder d'e
que era depositaria, y cuyo peso es in
cómodo para qualquicra distinto (lel mo-
narca mismo , que desde el centro de sus
cadenas, restableciendo las Cortes de la
Nacion, dió la libertad h un pueblo escla-


< rizado, y echó del trono de las Españas




( 2 1 2 )


« al monstruo feroz del despotismo. De_
« bense á V. M. lo-s mayores elogios por
« accion tan noble , y el universo entero le


rinde ya justo tributo.
23 « La regencia no puede sino .referirse


« á lo que tuvo el honor de escribir á V. M.
« respetuosamente por medio del duque de
« San Carlos , y solo añadirá para que S. M.
« no lo ignore, que ya está elegido en el nom-
« bre de V. M. un embaxador extraordina-
« rio con plenos poderes para asistir al con-
« greso en que las potencias beligerantes y.


aliadas de V. M. van á dar la paz á. la En-
« ropa , paz sólida que no pueda ser ya tur-
« bada en adelante.


24 « En este congreso se firmará el trata-
« do de la paz general, y será ratificado, no
« por la regencia, sino por V. M. mismo en
<< su palacio real de Madrid, b donde se
« halle restablecido con la libertad mas ab-
« solida para ocupar un trono brillante por


el heroismo de los españoles, y las subli-
« mes virtudes de Y. M. »


25 Al dia siguiente de la
so de las Cortes, instruido
mandó que el consejo de
tára su opimos sobre qual
noria tener con el rey, en


( 213 )
, sin aguardar á. la paz general, fueselt


España. El consejo de Estado dixo en pri-
mero de febrero, que no se debla permitir
h Fernando V11 exercer autoridad real has-
ta que jurase la constitucion en el congreso
de las Cortes, conforme á lo prevenido en
ella Que si entraba con Verdadera libertad,
so le instruyera luego que pisara el territo-
rio español de todo lo que la Nacion había
sufrido; particularmente por órden de losje-
roces mariscales y de los españoles per-
versos que habian servido mas intimaniente
al rey intruso; los tratados hechos con las
potencias beligerantes aliadas contra Napo-
leon-; .


y el propósito de cumplirlos fielmen-
te: Que las Cortes podian acordar un decre-
to semejante al de primero de enero de 1811:
Que se diese á las autoridades de las fronte-
ras órden de que no dexen entrar en el rey-
no C(5/1 el rey Fernando ninguno de los
empleados que sirvieron y siguieron


-a Jo-
sef,. porque ademas ( de ser culpables de
la mas alta traicion para con la Nacion,
„Y con el rey Fernando) seria su presencia
un espectáculo odioso á toda España.


26 El marques de Piedra-Blanca añadió
en voto particular , que se comisionasen (los
miembros de cortes para salir á la frontera ,


fecha el congre-
por -la regencia,
Estado. manífes-
conducta se de-
el caso de que




1/1
recibir al rey ; .acompañarle hasta la Ccirte,.
y si posible fuera, entrar en el coche de
S. M. al ternativarriente , de manera que nun-
ca faltase de su lado uno de ellos. Que la
providencia de no permitir entrar en el reyno
á los que hubiesen servido al rey intruso
deberia extenderse. á todos los extrangeros
que fuesen acompañando al rey Fernando,
y que ni á los militares prisioneros . én Fran-
cia, iii á los otros de la comitiva de Fernando
se permitiera internarse sin prestar antes en
la frontera. juramento favor de la Consti-
tucion.


2.7 El congreso de las Cortes en su vista
decreté dia 2 de febrero catorze artículos.
reducidos á que el rey no seria mirado como
libre, ni se le prestase obediencia sino des-
pues de jurar la Constitucion en Cortes con-
forme al articulo 1 7 5. Que los generales co-
mandantes de frontera diesen por correo
extraordinario noticia de quanto fuesen sa-
biendo á cerca de la llegada del rey. Que
la Regencia previniese todo lo necesario
para recibir al rey en la frontera con la so-
lemnidad correspondiente ¿.; instruirle del es-
tado de la nacion y denlas antes indicado.
Que no se permitiese al rey entrar con fuerza
armada ; y si alguna pasare las fronteras, se


)
le repela con las armas conforme á Leyes de
guerra. Que si las tropas entrantes fuesen es-
pañolas, de hombres que habian sido prisio-
neros , los generales comandantes se aregla-
sen á las instrucciones. Que el general en
xefc iL quien cupiere la suerte (le recibir al
rey, dé á S. M. escolta correspondiente para
decoro de su dignidad real. Que á. ningun ex-
trangero se permita acompañar al rey como
empleado, ni aun como sirviente. Que a nin-
gun español de los que obtuvieron de Napo-
lcon ó Josef, empleo, PenSi071 G decora:don ,
se permita acompañar al rey conzo criado, ni
con otro título; siendo eso aplicable d los que
se retiraron con las tropas francesas. Que
la Regencia señale la Carrera por donde haya
de caminar el rey, desde la frontera hasta la
Corte , y las ceremonias con que se le han.
de hacer obsequios y cortejos. Que el presi-
dente de la Regencia saliese á recibir al rey
en la frontera, y le acompañase á la capital.
Que le presentase un exetnplar de la Consti-
tucion, para que S. M. se instruyese de su
tenor, y pudiese despues jurarla con cono-
cimiento y libertad. Que el rey llegando á.
la capital, fuese derecho al salon de las Cortes,
Para jurar allí con las ceremonias y solemni-
dades prescritas en el reglamento de las Cortes.


1




( 216 )
Que despues de jurar fuese á palacio con
treinta miembros de cortes, estuviese allílaRe-.
gencia , ésta le entregase el exércici o del podeI
executivo , y se comunicase todo al congreso
en seguida. Que las Cortes decreten comu_
nicar it la nacion lo sucedido , y su decreto
se remita al rey por treinta individuos.


28 Los autore ch. todas estas ideas con-
sideraron -útil á. las suyas dirigir a la nacion
española una proclama en (pie, con ocasion
de hacer saber lo que disponian acerca de la
venida del rey, hablaron del tratado de Va-
lencey calificándolo de iniame ,y entre otras
« cosas dixeron « \'iendose Fernando libre
« por la inimitable constancia de los subdilos


de quienes es padre ¿, podrá desear volver
h vivir en medio de ellos, rodeado de los


« verdugos de su nacion, de los perjuros que
lo vendieron- y derramaron la. sangre de


« sus hermanos ? Cubriéndolos con SIL manto
« real para substraerlos la justicia nacio-
« nal Silfrirá que insulten desde el sagrado
« asilo impunemente, y C0n ay-re de triunjb


á tantos millares de patriotas, tantas vizi-
« das y huerjanos que acudirán á reclamar
« del trono justa y terrible venganza contra
« esos crueles parricidas? Esos monstruos
« por premio de su iz?fame traicion ¿• canse-


( 21 7 )
« giiirdn 'dP las victimas mismas de su ra-
« paridad la depolucion de sus bienes mal
<I adquiridos para gozarlos tranquilamente
« en un pais extrangero , mientras nuestros


campos abandonados , y nuestros pueblos
« desiertos v reducidos á cenizas, no hacen
« mas que oir los acentos de la miseria y
« los gritos de la desesperacion ? Bonaparte
« quería que los que abandonaron desde el
« principio it Fernando baxo las apariencias
« fingida (le fidelidad ásu rey, los que vendie-
« ronsupátria, los que oponiéndose á la liber-
« tad de la nacion , procuraron minar junta-
« mente las bases del trono, se declarasen
« resueltos á sostener con voluntad de pues-
« tro monarca cautivo las pérfidas sugestiones
« del usurpador de su corona, y que seda-
« riendo a los hombres poco reflexivos ,
« instigando á los débiles, y reuniendo baxo
« un estandarte de aparente lealtad todos los
« enemigos. de nuestras nuevas instilucio-
« nes, encendiesen la guerra civil en esta
« infeliz nacion, para que destrozada por sí
« misma, y reducida por: fin á la desespera-
« cion, se pusiera otra vez en manos del au-
« daz usurpador :::: Tan pérfidas intenciones
«


.pudieron dexar de conocer los repre-
« sentara tes de la nacion :::: Cerrar para siete-




1


( 218 )
« pre la entrada de nuestra patria h la in4
« fluencia perniciosa de la Francia; conso.


lisiar las bases de nuestra constitucion tan
« amada del pueblo; preservar de los conse-
« jos funestos de extrangeros y traidores al
« rey cautivo en su restablecimiento en el.
« trono; alejar de la Nacion todos los males
« que la imaginacion mas suspicaz pudiera
« temer; tales han sido los objetos que las
« Cortes se han propuesto :::: ,Madrid 19 de
« febrero de 1814. »


ng He aquí los medios con que las Cortes
y la Regencia prolongaban la duracion de su
reynado, y la cautividad del rey; discurriendo
títulos que cohonestasen su conducta. Que-
daron en España mas de cien mil hombres
de talentos de la misma opinion que los re-
fugiados en Francia, y opinaron que todo
quinto se leía en los papeles de cortes, re,.
gencia, consejo de Estado y periódicos con-
tra los emigrados, era efecto del miedo de
perder empleos, influ yo y poder, por cuyas
pasiones no reparaban en faltar á la verdad,
imputando álos partidarios de la paz lo que
solo era efecto de la guerray su obstinación,
no habiendo en España otros perjuros que
los desertores de la obediencia y sumision á


919 )
Josef, y algunos de los mismos gobernantes
de la república titulada Monarquía.


3o Napoleon entretanto despreció todo, y
dispuso que fuese á España pronto Fernan-
do VII, en cuya palabra real confió el cum-
plimiento de un tratado del qual habia dicho
por escrito á la Regencia no contener condi-
dicion alguna que no _Mese cin?fOrine al ho-
nor, a la gloria y al interes de la Nacion es-
panda ,y que la España no podria conseguir
out paz mas ventajosa, aun ¿espites de Mu-
chas y izo interrumpidas victorias.




( 220 )


ARTICULO XII.


Regreso de Fernando VII a. España , y
calda de Napoleon . en Francia.


Llegó por fin, el día que jamas habían
antes pensado los españoles republicanos ,
partidarios de Cortes y Regencia, por mas
que dixeran siempre lo contrario. Fernan-
do VII entró en España en la mitad del mes
de marzo , en virtud del tratado de Valencey,
por la confianza de Napoleon en la palabra
real. Ambos soberanos se obligaron ante
Dios y los hombres ; por que (como dixo bien
el mismo rey Fernando, y debe repetirse tan-
tas veces quantas convenga ) no hubo con-
dicion alguna que no jitese con forme al ho-
nor, á la gloria y al interes de la 117acion
española, y la España IZO podrid conseguir
una paz mas ventajosa aun despues de mu-
chas y izo interrumpidas victorias.


2 S. M. estaba tan persuadido de esta ver-
dad que por haberlo dicho así de palabra
muchas veces en Valencey sin reparo algu-
no, lo manifestaron en París publicamente


( 221 )
el duque de San Carlos, ahora, ministro de
Estado y relaciones exteriores, D. Pedro
Macanaz, ministro secretario del despacho
universal de Gracia y Justicia , y D. •luan
Escoiquiz, consejero de Estado y limosnero'
mayor del rey. En Tolosa y otros pueblos
de Francia consoló su. Magestad á muchísi-
mos españoles , haciendoles decir que pronto
volverian á sus casas , porque pensaba reu-
nir todos. sus vasallos , y disponer que
formasen todos una misma familia, de quien
él seria padre comun.


3 Era todavia entonces emperador de los
franceses Napoleon Bonaparte y lo era tam-
bien guando, por voluntad y disposiciones
del mismo , entró en España Fernando; y
guando se apartó de tropas francesas, despues
de recibir los obsequios del mariscal Suchet
duque de Albufera, comisionado por el em-
perador para este objeto, y los domas relati-
vos á la cesacion de hostilidades.


4 Entraba con el mismo espíritu que Ba-
bia tenido en Francia, y con intenciones be-
néficas manifestadas en favor de los partida-
rios de la paz: refugiados , porque el gobierno
español no les concedia proteccion contra
los insul tos de los anarquistas : pero en el
mes de abril, estando el rey Fernando en




(
Valencia, llegó la noticia de que Napoleón
no era ya emperador de los franceses , y co-
menzó el teatro político á presentar diver-
so aspecto. Este suceso hatenido tan intima
conexion con la suerte de los españoles refu-
giados , que serian incompletas estas Me:.
monjas si no lo traxese yo á conseqüencia.


5 Los emperadores de Austria y Rusia,
y los reyes confederados publicaron una pro-
clama fecha en primero de diciembre de
r8i3 anunciando haber resuelto entrar en
Francia para conquistar la paz en su terri-
torio, supuesto que aun habian ofrecido una
honrosa inutilmente al emperador de los fran-
ceses. Napoleon publicó . en Paris, á 4 de
enero de 1814 , que dia 5 .de, diciembre ante-
rior babia aceptado todas las bases sin res-
triccion , y que sin embargo se proseguia la
guerra, lo que manifestaba mala fe, y mu-
cho mas si se tenia presente que los alia-
dos no habian hecho imprimir y extender la
declaracion de primero de diciembre hasta
los ollas 6 y 7 despues que ya les constaba la
aceptacion de bases.


6 Se verificó por fin un congreso para tra-
tar de paz en Chatillon, aunque antes se habia
proyectado en la Suiza. Los con federados mili-
tieron al emperador las proposiciones conve-


( 223 )
nientes sobre las bases admitidas. Algunas
eran duras, y aun en cierto sentido sonrojo-
sas , pero los proponentes las creían precisas
para Vivir asegurados de -una permanen-
cia pacífica. Por otro lado las ventajas mili-
tares conseguidas despues de pasado el Rin


de ocupadas muchas provincias francesas
les dieron tono mas elevado, y excitaron
los deseos de aprovechar la ocasion de ven-
gar entonces los reveses de trece años. Sin
embargo quedaban á la Francia los límites
del Rin.


7 Napoleon labia hecho exámínar en un
consejo secreto de gabinete de la Regencia
las condiciones, »e asegura en París haber
sido 'casi unánime la resolucion de aceptarlas.
N o había con textado gil congreso guando ganó
la batalla de lN'angis contra el exémito ene-
migo, mandado por el general YVingestein
dia II de febrero y• Confiando Napoleon
que toda la campaña produeiria resultados
semejantes á desechó las condiciones
diciendo rnds -cerca estoy 'dé Viena que 77zis
enemigos de Péi7TS-. (11


8 Incomodados oon esta
.respuesta los con-


(i) Campagne de Paris en 1814 , par M. Giraud
P. 65 y 77 de la edicion segunda.




( 224 )
tracios, se firmó dia primero de marzo por
los plenipotenciarios de Austria, Rusia, hl_
glaterra y Prusia en Chaumont una liga de
veinte años con el objeto de proseguir arma-
dos con las potencias que quisieran adherirse
hasta obligar al emperador de los franceses á
una paz general de permanencia bien garan-
tida. El mariscal prusiano Blucher consiguió
repeler en Laon los ataques de los franceses ,
de los dias 9 y lo de marzo. El emperador aus-
triaco, suegro del francos, consigue de sus
confederados que se ofrezcan al yerno por
última vez nuevas condiciones de paz despues
de los ataques de Laon, confiando que las
admitiria mediante la declinacion de su for-
tuna, sin embargo de que ya no se le dexa-
han límites mas extendidos que los anteriores
á las guerras de revolucion, esto es, los de
enero de 179x. Debia Napoleon responder en
x o de marzo ; no lo hizo : se le concedió nue-
vo término hasta el 15. Su plenipotenciario
presentó un contra proyecto de paz con pre-
-tensiones exorbitantes. Los aliados las repe-
lieron y publicaron en Pougi á 23 de marzo
una larga proclama en que manifestaron •


todo lo ocurrido en el asunto de la paz (1),


(I) Journal des Debats de primero de aviit.


( 225
)


g Dia. L5 tuvo Napoleon eh su mano pro-
seguir siendo emperador (le los franceses
con la liinitacion de territorio qué admitió
despues Luis XVIII. El prefirio arriesgarlo
todo. haciendo nuevas proposiciones que los
confederados no quisieron admitir.


io Napoleon hizo entonces un movimiento
militar acía la espalda del exército enethigó
para disponer que las guarniciones de las
plazas de armas 'del Rin saliesen, y reuni-
das con él acometiesen la retaguard ia. Encargó


los mariscales Mortier y Marmont cubrir
bien <i Paris. Supo que los enemigos se acer-
caban a la capital y que las fuerzas de los (los
mariscales no pochan resistir mucho tiempo.
Estas se disminuyeron dia 25 en el combate
de Fere-champcnoise ; y la emperatriz salió
de Paris con el rey 'de Roma para Blois
dia 27.


Ir Esto anunció al pueblo la posjbilidad
de grandes acontecimientos. La opinion pú-
blica comenzó á dividirse sobre el estado fu-
turo de la Francia. El • emperador avisó que
Como los mariscales citados librasen á París
de la entrada del enemigo por tres días, éste
no solo no entraria, sino que se pondria en
retirada con visos de fuga. Como á. cada paso
Teeibia nuevos avisos, se determinó á. venir




( 226 )
en posta con grandes peligros desde Areis..
sur-Aube hasta casi las barreras de Paris.


12 Pero guando llegó dia So de Marzo ,
estaba ya su suerte difinitivamente mudada.
Los mariscales Mortier duque de Treviso, y
Marmont duque de Ragusa, pocas horas an-
tes habian convenido en evacuar á París ;
de cuyas resultas, verificado un armisticio
para el acuerdo de algunas condiciones, se
firmó á las dos de la madrugada del clia Si
la capitulacion de ocho artículos entre un
cdecan del emperador de Rusia , otro del
mariscal principe de Sehwarzemberg, y dos
coroneles edecanes del mariscal Marmont,
duque de Ragusa.


13 El mismo dia entró en París el.
emperador de Rusia y publicó á las tres de
la tarde una proclama impresa en nombre
propio y de los otros soberanos aliados suyos,
diciendo que' ya no pensaban tratar mas con
Napoleon Bonaparte , ni otro alguno de su
famil ia ; por consecuencia. de lo qua' invitaban
al seriado Trances á crear por depronto un
gobierno provisional y preparar una consti-
tution agradable , capaz de ser garantida por
los dichos soberanos con el territorio antiguo
de la Francia.


i 4 Dia primero de abril el senado nombro'


( 227
)


tres' senadores, un consejero de 'Estado , y mi
individuo de la Asamblea constituyente de
, 79 1, por gobernadores de Francia. En el si-,
ouiente dia. 2 decretó que Napoleon Bona-
parte y su familia fuesen privados del derecho
de, imperar sobre los franceses, quienes por
consiguiente quedaban sueltos de la obliga-
cien del juramento de fidelidad prestado en su
favor. En el dia 3 el mismo senado creyó
necesario hacer saber al pueblo frunces los
fundamentos de la declaracion del dia prece•
dente, y lo hizo designando las varias contra-
venciones á la constitucion en que Napoleon,
Babia incurrido, y la necesidad que la Europa
tenia de ésta providencia para una paz general
y reconciliacion universal de todos los dife-
rentes Estados que componen la familia.
europea.


15 El gobierno provisional hizo saber todo
por medio de proclamas dirigidas al pueblo
irauces, y al exéreito 3 pero este ánimo que-
ria mucho á su gefe soberano para confor-
marse fácilmente con una providencia que
miraba como hija del espíritu de partido, y
de cierta intriga bien dirigida, mas que de la
voluntad general de la Nacion. La historia
puede ser que manifieste con el tiempo la
multitud de anecdotas particulares que acre-




( 228 )
ditaron adhesion firme, sincera, y valiente del
exercito &anees Napoleon, odio h la ca •
tulacion de París, y peligro muy proximo y
muy terrible de la guerra civil , si el mismo
Napoleon no lo hubiese cortado en tiempo
con su órden del día, dada eri Fontainebleau
el 4 de abril. En ella, desaprobando la eón-
duela del mariscal Marmont, duque de Pa_
gusa, y mas la del senado conservador, pro-
curó satisfacer h los motivos .expuestos por •
éste para su exautorizacion, diciendo haber
hecho todo siempre de acuerdo con el mismo.
senado; persuadir que no tenia el imperio
por la voluntad del senado criatura suya, sino
por la gracia de Dios y voto de la nacion
francesa, única potestad capaz de despojarle
ef-1-: su derecho adqUirido si él quisiera soste-
nerse : que creando aceptó el imperio, lo hizo
por haber creido que podría da-r h Francia la
felicidad, mediante que la fortuna parecia
estar unida con su hado ; pero que hoy vien-
dola declarada contra él, solattiente lá vo-
luntad nacional podría influir h que perma-
neciera en el trono. Que si su posesion se
debia considerar como único obstáculo para
la paz , él hacia muy contento el último
sacrificio h la Francia; por lo qual habiá
enviado en su virtud al prineipe de la


(229)
moskwa, y á los duques de Vicenza y de
Tarento h París para entablar negociaciones.
Finalmente, que el 'exército porfia estar seguro
de que su honor no se vería jamás en contra
diccion con el honor de la Francia ( 1).


1G. Las potencias aliadas conocieron mejor
que el senado, el peligro que amenazaba, si
Napoleon no abdicaba por sí mismo sus dere-
chos, ni despedia Unas tropas que ellos vejan
estar prontas á obedecer á su gefe- La pru-
dencia de los soberanos aliados salvó á la
Francia de una revolucion, negociando con
Nlapoleon , y procurando que el gobierno re-
conciliase todos los partidos para que los prin-
cipes, duques, condes, barones y caballeros
de nueva creaeion, los in tunerables individuos
de la legion de honor, y los posehedores de
bienes nacionales no hiciesen una contrarre-
volucion mas sangrienta que la primera.


1 7
:Estas ideas benéficas produxeron el


tratado y pacto que firmaron erg
París clia


de abril el principe cíe Meternich , y el conde
de Estadios por el emperador de Austria;
Andres conde de Rossow/nowsfili , y


(' ) La Régence á Blois , on les derniers moniens
du régime imperial, troisibne. édition; á• Paris , an
181 4 , pag. 25 , note 2.




( aSo )
Carlos Roberto conde de Nesselrode por el
emperador de Rusia; lord Castelrea.d por el
rey de la gran Bretaña ; Carlos Augusto,
baron de Aremberg, por el rey de Prusia ; el
mariscal Ney,


, principe de la Moskwa, y
general Coulincourt duque de Vicenza, por
el emperador Napoleon. Es poco conocido
aunque lo han publicado los diarios ingleses;
y como el sugeto principal queda todabia coa
el título y rango de Emperador, y tan sobe-
rano en dignidad corno todos los de la Europa,
considero útil copiar sus artículos para hacer
saber un punto histórico enlazado con la
causa de los españoles, de quienes 61 habló
en su tratado de Valenccy de II de diciembre
de 1815 con Fernando VII de España. Los
artículos fueron como sigue :


I. Su magestad el emperador Napoleon
renuncia por sí, sus herederos y descendientes,
como tambien por todos los miembros de su
familia todos los derechos de soberanía y do-
minio en el imperio Francos, reino de Italia
y qualquiera otro país.


II. Sus magestades el emperador Napoleon
y Maria Luisa , conservarán sus títulos Y
rango toda su vida. La madre, hermanos, so


-brinos y sobrinas del emperador, conso"
varán tambien donde quiera que residan los


( 271 )
títulos de príncipes de la familia imperial.


M. La isla de Elba, que cl emperador
Napoleon ha escogido para lugar de su resi-
ciencia formará durante su vida , un principa-
do separado, que el mismo emperador Napo-
leo n poseerá. en toda soberanía y propiedad.
Se le concederá tambien en plena propiedad
la renta anual (le dos millones de francos,
inscripta en el gran libro de Francia, y la
mitad será reversible á la emperatriz.


IV Los ducados de Parma , Plasencia y
Guastala pertenecerán en toda propiedad y
soberanía á su Magestad la Emperatriz 15/1a-
ria Luisa ; y pasarán á sus hijos y descen-
dientes por línea recta. El principe su hijo
se titulará Príncipe de Parma, Plasencia y
Guastala.


V. Todas las potencias se obligan á em-
plear sus buenos oficios con los estados Ber-
beriscos para hacer respetar el pavellon de
la isla de alba , á cuyo - fin se• establecerán
relaciones diplomáticas semejantes á las de
Francia.


VI. En los territorios renunciados por el
presente tratado se reservarán en favor de
S. .J11. el emperador Napoleon y su familia
los bienes raices , á rentas inscriptas en el
gran libro de Francia, cuyo producto anual




1( 252 )
libre de todas cargas y deducíones importe
dos millones y quinientos mil francos. Es-


.


tos bienes ralees ó rentas pertenecerán en
toda propiedad á los príncipes y- princesas
de la familia de Napoleon, dividiéndose de
manera que cada uno tenga lo siguiente.
Madama madre, trescientos mil francos; el
rey Josef y su muger quinientos mil: el rey
Luis doscientos mil; la reyna Hortensia y sus
hijos quatrocientos mil ; el rey Gerónimo y
su muges quinientos mil ; la princesa Elisa
(Bacciochi) trescientos mil; y la princesa
Paulina (i.Sorghesse) trescientos mil. Los
príncipes y las princesas de la casa del em-
perador Napoleon conservarán ademas to-
dos sus bienes muebles y raices de qualquie-
ra naturaleza que sean , poseyéndolos por
derecho público ú privado en la misma for-
ma que las rentas que gozáren como parti-
culares.


VIL La. pension de la emperatriz Jose-
fina será. reducida á un millon en bienes b
inscripcion del gran libro de Francia. Se le
conservará . tambien el goce *y propiedad de
todos los bienes muebles v raíces que le
pertenezcan personalmente, y la facultad li-
bre de disponer de ellos conforme á las le-
yes de Francia.


( 27,5 )
VIII. Se formará en favor del príncipe


Eugenio, virrey dejtalia un establecimiento
conveniente fuera de Francia.


lX. El emperador Napoleon cede á la coro-
nade Francia los bienes que posee en Francia,
ya en concepto de propiedades extraordina-
rias , ya en el de particulares afectas á la
corona; y los fondos que ha impuesto el
mismo emperador en el gran libro de Fran-
cia, Banco de Francia, acciones de bosques


qualquiera otra parte; y en su compensa-
cien se le reserva un capital que no exce-
da de dos millones para emplearlo en grati-
ficacionesá personas cuyos nombres cons-
tarán en lista que formara el emperador Na-
poleon , y remitirá al gobierno frances.


X. Todos los diamantes de la corona que-
darán en Francia.


XI S. M. el emperador Napoleon remiti-
r& al tesoro público y (lemas caras , todas
las cantidades que se hubieren tomado por
Arden suya, excepto las aplicadas á su lista
civil.


XII. El tesoro público pagará por cuenta
de los retrasos que debe a la lista civil de


M. el emperador Napoleon las deudas que
haya contra su casa . en el día de firmar el
Presente tratado coAforme h la nómina que




1
( 234 )


dará un comisionado elegido al efecto.
XIII. Las obligaciones del monte pio de


Milan, nombrado Monte-Napoleon, en favor
de acreedores franceses ó extrangeros se
cumplirán sin perjuicio de convenios pos_
tenores que haya en la materia.


XIV. Se concederán todos los pasaportes
necesarios para que caminen libremente
S. M. el emperador Napolcon, y la empera-
triz, los príncipes , las princesas, y todas las
personas de su comitiva que quisieren acom-
pañarles , establecerse fuera de Francia,
como tambien para sus equipa ges , caballos
y efectos. En su. consecuencia las poten-
cias aliadas ciaran oficiales y tropa para es-
colta.


X.V. La guardia imperial francesa dará un
destacamento de mil y doscientos, 6 mil y
quinientos hombres de todas armas para es-
coltar al emperador Napoleon hasta San
Tropes , en. que se ha de embarcar.


XVI. Se dará en toda propiedad á S. N.
el emperador Napolcon la corbeta en que
se embarcáre , y se le concederán los denlas
baxeles necesarios para la transportacion de
su casa y familia.


XVII El emperador Napoleon podrá to-
mar para si mismo, y tener consigo coal°


( 235 )
guardia suya cuatrocientos hombres oficia-
,


les, suboficiales y soldados voluntarios.
XVIII. Ninguno de los franceses que hu-


bieren seguido al emperador Napoleon 6 su
familia, no se entenderá haber perdido el de-
recho de ciudadano trances, aunque no vuel-
va en el término de tres años. A lo menos
no serán comprendidos en las excepciones
que el gobierno trances se reserva hacer des-
pues de pasado el término.


XIX Las tropas polacas de todas armas
tendrán libertad de volver á Polonia con-
servando sus armas y bagages como testimo-
nio de sus honrosos servicios. Los oficiales
y soldados conservarán las decoraciones que
han obtenido, y las pensiones afectas á ellas.


X.X. Las altas potencias aliadas garantizan
la execucion del presente tratado, y se obli-
gan á conseguir que sea aceptado y garan-
tido por la Francia.


XXI. La presente acta será ratificada , y
las ratificaciones can,Yeals en París en elo ,
término de dos Bias, 6 antes si se pudiere.


Instruido de todo el emperador de los
franceses extendió separadamente su abdi-
eacion conforme al artículo primero en el
m odo que sigue.


« Habiendo las potencias aliadas procla-




( 236 )
4 'nado que el emperador Napoleon era el.
« l'inico obstáculo para el restablecimiento
« de la paz en Europa, el emperador Na.-
« poleon fiel á su juramento declara que
« renuncia por sí mismo y por sus herederos


á los tronos de Francia é Italia; y que
« no hay sacrificio personal, aun el de su pro,
« pia vida, que no esté pronto á . hacer por
« el micros de la Francia. Palacio de Fon-


.


« tainebleau á ir de abril de ' 814 —Napo-
« leen). »


Con esto las potencias confederadas que-
daron satisfechas de que no habría en Francia
guerra civil de la qual vieron en diferentes
partes el peligro, á pesar de la declaración
hecha por el senado en 2 de abril; y la Fran-
cia comenzó á tener un estado. político que
no habia visto en los veinte y cinco años
Interiores.


( 2 3 7 )


ARTICULO XIII.


fieversion de la dinastía Borbon al trono
de Francia y sus electos para con los
asuntos de la España.


Habiendo declarado en 31 de marzo
el emperador de Rusia en nombre de todos
los soberanos aliados que no tratarian mas
con Napoleon Bonaparte ni alguno de su
familia, el consejo general del departamen-
to del Sena, y el municipal de la ciudad
do París publicaron cha primero de abril una
proclama exhortando á, restituir el tronó á
la dinastía legítima de Borbon , colocando
ahora en su solio á Luis XVIII. (r).


2 Esta no era la primera indicacion del
asunto. Babia muchos y grandes anteceden-
tes para ello. Luis Estanislao de . Borbon,
conde de Provenza, hermano mayor de
Luis XVI, residiendo en Inglaterra se habia
titulado rey de Francia, con el distintivo de


(i ) rieees ollicielles relatives á la journée du 31
raars pag. 1.




( 238 )
dds ; cuya numeracion alude á con,


tar como rey frances al Delfin, unigénito
varon de Luis XVI.


3 Ilabia procurado hablar en este tono b,
los franceses en diferentes epocas; pero con
especialidad desde que la mutacion de fortuna
del emperador Napoleon daba lugar á con-
fianzas, reputadas antes corno quiméricas.
La entrada ciclos ingleses , españoles y portu-
gueses en las provincias meridionales de
Francia, y de los austriacos, l'USOS prusia,


DOS y otros alemanes en las del norte, dió
tuotivo á que Luis Estanislao enviando desde
t-Iartwuell condado (le Buckingham en DIO-
torra , con fecha de primero de enero de 1814,
una proclama, en que hablando como rey
exhortaba á los franceses á recibirle y obede-


cerle, prometiendo un olvido total de quanto
habia pasado en los veinte y cinco años pre-
cedentes , y aun tomar el código Napoleon,
por código nacional, sin turbar en lo mas
leve las compras de-:cienes l lamados nacionales
en cuyo número ha bian sido incluidos muchos
suyos , y de los príncipes de su sangre (1).


4 Envio al campo del emperador de Ru-




( Piéces andenes relatives ?t la journée du 31 'nao
In 8, pag. r.


( 259
)


5 ia, y sus aliados á Carlos Felipe de Borbor/
su hermano , conde de Artois , titulado
ilionsieur por estilo Lances de los herederos
del trono en falta de hijos varones ; y como
se creía rey, nombró por su Lugar-teniente
general al mismo Carlos.; quien baxo éste
concepto expidió en Vcssoul á 9 7


de febrero
una proclama con el mismo fin , repitiendo
la generosisima promesa de su hermano con
estas nobles expresiones: A la voz de vuestro
soberano, que es vuestro padre, desaparez-
can vuestras calamidades por medio de la
esperanza; vuestros errores por medio del
olvido; y vuestras discordias por medio de
la UniOn de que quiere ser prenda (I).


5 Por otra parte fue al campo de ingleses,
españoles y portugueses Luis Antonio de
Borbor], duque de Angulema, hijo Mayor del
conde de Artois y marido de la excelente y
singular princesa, hija única de Luis XV],
Cuyo casi divino carácteresta bien pintado en
el romance frances intitulado 11 • 1la. Entró
en Burdeos con aquellas tropas : el conde
Linch corregidor de la Ciudad anunció á los
habitantes la residencia; y fué el primer em-


) Atli , 3,




' .2 4b )
picado Oblico que ( poseyendo Napoleon
aquella misma potestad imperial sin la quat
el no seria corregidor de Burdeos) resolvió
excitar en i 2 de marzo los ánimos á reconocer
por soberano á Luis Estanislao , diciendo que
este señor vendria con -¿'1, testamento de Luiá.
XV1 en la mano, un blVido absoluto de tosió
resentimento , y una garantía completa dé
las adquisiciones de bienes nacionales (1).


6 El duque mismo de Angulema, eertifi
cado de que habia en Burdeos muchas Volun,
tales bien 'dispuestas én favor de su tio y
familia, publicó nueva proclama en el 15,
(dia en que aun tenia Napoleon en su Manó
la conformidad de las pótenciás aliadas para
proseguir imperando en Francia si firmaba las
condiciones del congreso de .Chatillon) con
iguales promesas y una cláusula que clecia;
yo debo conjuraros , ó Franceses! que os ab's
tenga is de todo espíritu de partido; pues solo
asi evitareis una calamidad mucho pebi•
que la tiranía : O cláusula divida, dictada po'r
Dios, padre comun de los hombres ! Yo te itn,
primiria con letras de oro para colocarte en
todas las casas de la infeliz España (i).


7 Todo esto habia precedido al dia 2 de


(1) Piéces officielles , pag. 6.


( 241 )
abril en .que el senado declaró la caida de
Napoleon , habiendo antes establecido un go-
bierno provisional, y eneargadole dirigir al
pueblo una proclama prometiendo , entre
otras cosas, que los oficiales del exército con-
servarian los grados ., honores y pensiones
dados por Napoleon, y lo mismo los soldados
y las viudas. La deuda pi"'


blica seria recono-
cida como tal. -Quedarian firmes las ' ven-
tas de bienes nacionales. Ningun francos
seria incomodado por opiniones políticas
que hubiese manifestado y seguido : y habria
libertad de imprenta sin perjuicio de las
providencias necesarias para reprimir SUS
abusos (i).


8 Eu el dia 3 publicó la redaccion del de-
creto acordado en el anterior sobre la caida de
Napoleon, expresando los motivos en que la
fundaba y dos proclamas al pueblo y al ex.ér-
cito para su inteligencia y contbrinidad (2).
En el 6 adoptó un proyecto de Constitu-
cion aclamando á Luis Estanislao Xavier
Borbon de Francia, hermano del último rey-
por monarca frances, conforme á la órden
antigua de subceder en la corona, y poniendo


(1) Alii , pag. 12 y siguientes.
(2) pag. 12 y siguientes.


1. 16




(i) pag. 26 y siguientes (I) Álli , pag. 31.


< 242 )
artículos especiales en que se prevenia que
la nobleza antigua recobraria los títulos y
honores tenidos antes de la revolucion ; pero
la moderna conservaria los suyos adquiridos
despu es; y la lcgion de honor sus prerrogativas,
anudándose la decoracion en la forma que
resolviera el rey. Habria libertad de imprenta
con providencias represivas de abuso. La li-
bertad individual seria inviolable : la deuda
pública -garantida ; la venta de bienes 'lacio),
'Jales irrevocable; y ningun 'frunces inco-
modado por opiniones políticas manifestadas,
;ni por votos dados (y).


'9 En su conseqüencia vino t Francia el
rey Luis XVIII, y estando en , Saint-Ouen
-á 2 de Mayo dirigió h la nacion 'francesa otra
proclama en que, reconociendo ser llamado
por el pueblo al trono de sus padres, añade
fiaberse ilustrado por medio de los infortunios,
por lo qua' su primer pensamiento habia sido
invocar la recíproca confianza corno absolu-
lamen te necesaria p#6:11 propia aran guindad,
y para que la nacion sea feliz. Admitió las -
bases del •proyecto de Constitucion firmada
por el senado, y en particular las indicadas ,


(21}x)
prometiendo que mandarla formar con ellas
otro proyecto menos precipitado, y lo presen
taría al senado y cuerpo legislativo para su
examen y aprobacion ).
. lo - treinta de mayo el príncipe de


Benevento , corno plenipotenciario de Luis
XVIII, el prin..ipe de Meternich y el conde
deStadion corno plenipotenciarios del empe-
rador de Austria, firmaron un tratado de paz
general marítima y continental de la Europa,
ce el nombre de sus soberanos, quienes obra-
ban por sí y por sus aliados con quienes
dieron estar de acuerdo : en cuya compro-
bacion se adhirieron al tratado, y lo firmaron
con artículos adicionales concernientes á sus
respectivas potencias y naciones el mísmó
tija 31)de Mayo, los condes de Rasoumoffski
y de Nesselrode plenipotenciarios del empe-
rador de Rusia 3 el -lord Casteltreagb , el
conde de Aberdeen, el vizconde de Cathcart,
y el general Stevvart , plenipotenciarios dei
rey de la gran Bretaña ; el baron de Harderri-
lerg , y el de Humbold plenipotenciarios del
rey de Prusia.


Ir No lo firmaron -otros representantes de




244 )
las (lemas potencias aliadas porque no habiá
entonces en París plenipotenciarios bien auto-
rizados. Por exemplo el conde de Fernau-
Nuñez, embaxador de la Regencia española


- en la corte de Londres , y D. Josef Pi-
zarra embaxador de dicha Regencia en la
corte de Berli , se hallaban en Paris ;, pero
sin poderes del rey Fernando. Esto no obs-
tante la intencion de los otorgantes fue incluir
al rey de España como aliado suyo, asi corno
.á Suecia y Portugal, de quien tampoco habia,
.plenipotenciarios. Los artículos octavo , nono,
.decimo, undecimo y otros en que se incluyen
obligaciones garantidas por los ortorgantes.,
no permiten dudar del asunto ; y los decimo
sexto y decimo septimQdicen así.


« XVI. Las altas partes contratantes que-
« riendo poner y hacer poner en un olvido
« entero las divisiones que han agitado la
« Europa, declaran y prometen que en los
« paises restituidos y cedidos por el presente
« tratado ningun individuo de • qualquiera




clase y condicion • que sea, pueda ser per-
« seguido inquietado ni turbado en su perso-
.« na y bienes con pretexto alguno por causa


de su conducta ú opinion politica, ni por
« la de su adhesion á alguna de las partes
« contratantes b i los gobiernos que han de-


( 2,5
)


• xado de existir, ni por qualquiera otra causa
• que no sea deudas contraidas antes , cí cosas


hechas despues del presente tratado.
« XVII. En todos los paises que deben .ó


« deberán mudar de señor en virtud del pre-
• sente tratado rí de los arreglos que se han


de hacer en consequencia soya, los habi-
tantes naturales6 extrangeros de qualquiera


« nacion y estado que sean, tendrán términó
« de seis años contaderos desde la data de la


ratificacion para disponer corno les pare l
-« riere de sus bienes adquiridos antes ó des-


pues de la guerra actual y retirarse al pais
que quisieren escoger para su futuro do.-


« micilio (1). »
In Para -último testimonio de que los artí-


'culos del tratado incluían a la España como
'aliada del Austria, Rusia, Inglaterra y Prusia,
basta un capítulo del discurso que el rey de
Francia Luis XVIII pronunció día 4 de junio
al senado y al cuerpo legislativo reunidos. Era
del tenor siguiente : « He hecho con Austria
« Rusia, Inglaterra y Prusia una paz, en que
« se han comprehendido las potencias aliadas
« suyas, es decir todos los príncipes de la


(1) Alli, paf. 53 53 y siguientes.




1( 246 )cristiandad. Si la guerra fué universal tana-
« bien lo es la reronciliacion (r). »


13 En la constitucion que S..M. die) aquel
mismo dia y recibieron los dos citados cuer-
pos nacionales , dignos de un respeto tan
grande corno su autoridad , hay tambien
cláusulas del exordio y artículos relativos
al asunto, dictadas al rey por el dios de
sabiduria y de prudencia. Dicen asi.


« fiemos borrado de nuestra memoria, y
« quisieramos que se pudiera borrar en la
« historia, la de todos los males que han
« afligido á nuestra pátria durante nuestra
.« ausencia. Alegres de habernos vuelto á
« ver en el centro de la gran familia, no he-
_« mos sabido corresponder á tantos testimo-
« nios como recibimos de su amor, sino pro-
« nunciando palabras de paz y consuelo. Los
« votos mas fervorosos de nuestro córazon son


que todos los franceses vivan como her-


manos sin que ningun recuerdo amargo
« turbe la seguridad futura.


Artículo 1V. « La, libertad individual es


igualmente garantida. Nadie puede ser per-
« seguido ni arrestado sino en el c aso pre"


(i) Monitor aej5 .,-.41tInio -de 1814.


( 247
« visto por una ley y con observancia de lag,
cr formas prescriptas en ella.


« Los franceses tienen derecho de
publicar y hacer imprimir sus opiniones
conformándose con las leyes represivas del
abuSo de la libertad.
« IX. Todas las propiedades son inviolables
sin excepcion alguna de las que se titulan
nacionales


• pues la ley no haee-distinelon
entre las unas y las otras.
« XL Se prohibe todo procedimiento por


• causa de opiniones Z) votos anteriores á la
« restauracion del trono. El mismo olvida
« de lo pasado debe haber en los tribunales
« que en los ciudadanos.


« LXX. Queda garantida la deuda
Mica : Toda obligacion contraida por el


« Estado en favor de sus acreedores es invic»,
« Jable, sea de la especie que se fuere.•


« LXXI. La nobleza antigua recobra sus.
« títulos y la nueva conserva los suyos.


« Se conserva la legion de honor. y
14 Yo me detentria con gusto en comentar


los rasgos de nobleza heroica de las maxiipas
manifestadas por Luis XVIII en las clausu
las copiadas de sus discursos y constucion ;
pero lo omito por huir el peligro de que se.
in terpretase adulacion, contentandome con




1
( 248 )


hacer presente á. mis lectores que algunos
que votaron la muerte de Luis XVI , viven
obteniendo grandes empleos y dignidades ,
sin exceptuar la de Senador, y sin




b
embaro-o


Luis XVIII ha puesto en olvido sus injurias
y las de su familia con . tantaperfeccion , que
les ha dexádo sus dignidades, títulos, rentas
y sueldos como á los demas, y aun asignado
pension para sus viudas. 011! como ha sa-
bido este monarca estudiar la verdadera filo-
sofía en sus infortunios!


15 En los paises que recobra el emperador
de Austria eran inumerables los que abier-
tamente habian servido y fomentado la do-
minacion francesa.


16 El rey de la gran Bretaña sabia quantos
millares de holandeses favorecieron la ocu pa-
ei o n francesa de su fiáis con positiva in fidelidad
zl Estatuder.


1 7 Tampoco ignoraba guau crecido nú-
mero de portugueses dieron por extinguida la
dinastía de Braganza, y adoptaron el partido
frances contra el rey de Inglaterra.


18 Por sí mismo habia experimentado éste
bastante defeccion (le voluntades en el elec-
torado de Hannover, , donde habia, infinitos
afectos al nuevo gobierno.


•19 Al rey de Prusia constaba otro tanto de


( 2,19 )
muchos millares de vasallos suyos en las
provincias de Alemania y Polonia separadas
de su corona para Wesfidia Wurtemberg
y otras potencias.


no Pero sobre todos estos (excepto Luis
XVIII) el emperador de Rusia necesitaba ser
tan magnánimo como es, para poner en olvido
la conducta de los polacos. Quando estos sean
considerados por un filosofo , podrán. ser mira-
dos corno heroes que quisieron reconquistar la
libertad y la independencia (le suantigua coro-
na injustamente quitada. Pero guando los vea
un soberano il quien habian jurado fidelidad ,
levantar el estandarte de la sedicion y juntarlo
con los de un enemigo, necesita la grandeza
de alma de Un Alexandro para el artícu-
lo XVI del tratado de paz.


21 Honor eterno sea dado á los dos empe-
radores y tres reyes que lo ratificaron; y par-
ticipen de él aquellos otros soberanos que por
testimonio de Luis XVIII fueron compre-
hendidos en cl, si adhirieren á su contesto ,
aun guando se crean ofendidos, pues nunca
lo pueden ser tanto como el emperador de
Austria en la muerte de la reyna Maria. An-
tonia, el monarca frances en la de Luis XVI,
y otros parientes y el Zar de Moscovia en la
sublevacion de las polacos.




( 250 )
22 No puedo acabar este capítulo sin vol_


ver h citar este mismo Zar Autocrata de todas,
las Rusias. No es digno de memoria eterna
su procedimiento en Paris con un general
polaco principe 'de sunacion? Se le presenta
éste, y aquel dice : « Amigo, quien ha sido
a tan excelentes militar como vos guando ha
'« peleado contra mi, tambien lo será. guando
« lo haga de voluntad en mi favor. No solo


os ratifico vuestro grado y. sueldo, sino
que os confiaré destinos de importancia


a para el gobierno de vuestro pais, pues estoy
a informado de que teneis luces para contri=


buir h su felicidad , la qual deseo propor-
cionarle. » Con efecto las gacetas públicas


han anunciando ya la sinceridad de las
promesas del emperador.


( 251 )


ARTJCULO XIV.


Decretos del rey Fernando VII en Valen-
cia , y juicio que se firmó en su vista.


No consta con evidencia quales eran
las verdaderas intenciones de Fernando al
entrar en España ; pero se dejaron cono-
cer algunas desde que habiendo entrado, se
vió asistido de tropas españolas que se le
sometieron , y tuvo noticia de la caida de
Napoleon.


2 Varias ocurrencias particulares en Za-
ragoza y Valencia indicaban que su cora-
zon no estaba confirme con ninguno de los
dos partidos españoles: no con los de la Cons-
titucion de Bayona .porque dexó en Zarago-
za tan presos como estaban á D. Joaquin
María Sotelo, y D. Jorge Rey, consejeros
de listado del rey Josef, aprehendidos y
aprisionados por Orden del gefe de guerrilla
Espoz-Mina, á quien los insurgentes titu-
laban Teniente general de los reales exe'r-
ellos á cuyo grado fue ascendiendo por sí.


, desde el de Coronel, que se atribuyó"
guando (por estar prisionera.en Francia su




.( 252 )
sobrino Mina gefe anterior de partida) co-
menzó su carrera militar, dexando la de
peon jornalero de agricultor ;


que ciertamen-
te no le proclucia lo necesario á la mann-
tencion de su familia.


3 Tampoco con los de las Cortes , porque
habiendole señalado la ruta desde la fron-
tera hasta Madrid, por Valencia , declinó
S. M. y fue lila indicada ciudad de Zara.-
goza, contra lo prescripto 5 á pesar de saber
que habla salido de Madrid para Valencia
con proyecto de seguir hasta los confines
del reyrio y encuentro de S. 151 ; el presiden-
te de la Regencia, en cumplimiento de los
decretos de Cortes, con encargo de no be-
sarle la mano ( que había sido en Espaiia
signo de vasallage ) ni consentirle acto al-
guno de soberanía mientras S. M. no jurase
la Constitucion de Cádiz.


4 Era presidente el cardenal Don Luis de
Borbon , tio del rey, arzobispo de Toledo.
Salió al encuentro de su sobrino cerca de la
ciudad de Valencia, y quiso cumplir lo acor-
dado por las Cortes. El. sobrino le obligó a
besar la mano; el tío lo practicó, y no por
eso consiguió entrar en gracia ; pues el rey
apenas llegó á Madrid le desterró de la Cor-


:te ; y mandó que retirándo se al arzobispado


( 253 )
ele Toledo rcnunciára el de Sevilla, que por
bulas del Papa gozaba con título de Adnii-
nistrador perpetuo. El cardenal obedeció, y
en su virtud el rey presentó el arzobispado
de Sevilla en otra persona, diciendo estar
vacante por muerte del antecesor arzobispo
Llanes; en lo que no manifiesta grande apre-
cio de las decretales y bulas que igualan
para causar vacantes de mitras las adminis-
traciones perpetuas por título pontificio con
la institucion canónica.


5 La ida de Fernando VII á Zaragoza ,
capital de Aragon, con desvio dé la ruta que
se le habia indicado para su viage, incomo-
dó á las Cortes ; y mucho mas la detencion
posterior en Valencia ; porque parecía estar
mal dispuesto sobre juramento de la Cons-
titucion sancionada en el nombre de S. M.
Creció la incomodidad . guando Fernando les
anunció estar determinade á reynar con una
Constitucion; pero no la que le había presen-
tado el cardenal; porque no la reputaba le-
gítima ni justa.


6 Entretanto desertaron del congreso va-
rios miembros, marchando Wpresentarse con
oficiosidad al rey en Valencia para curarse
en salud , y persuadir que habían opinado
siempre contra la Constitucion. Muchos gran-




( 254 >
des de España , y algunos.,consejeros . hicieron
igual viage, y el general Elio presentó
8. M. el 9:Wreíto de su mando , con el qua'
y las otras tropas que se agregaron, tuvo el
rey sus Ordenes cerca -de quarenta
hombres:
. 7 En Valencia: supo M. la caida de Na-
poleon : se vió con exército á sus órdenes;
con grandes de Espain y .otras personas de
cousideracion que le hicieron creer la exis,!
tencia de un amor nacional sin límites, y (le.
un odio general á los autores de la constitti-
cion de Cádiz, corno á los sumisos de 111,4
.Bayona. Los confidentes del rey, sócios
su residencia de Valencey, ;creyeron y per,
.suadieron tan facilmente lo que oian, como
labian crcido y persuadido .lo escuchado 4
Savari.


8 .Esta es la época en que se descubrió el
plan. de los confidentes de Fernando. Dos der
.cretos dados en Valencia día 4 de mayo ,die)-
-roo testimonió . infalible del desprecio igual
que se proyectaba de los dos únicos partidos
-en que Babia estado • dividida la Espa,q., para
dar naciment oálni tercero que había sido nálo


:;por ineptitud y preocupaciones perjudiciales
solufavorables4,su egoismo.


-Allí se abusó !de la poca experiencia é iusr.


( 255 )
iruceion del rey para conducirle por un ca-
mino que sigue derecho á la ruina de la
„monarquía y de los mismos que ahora son
üzvorecidos.


9 Es necesario confesar una verdad im-
portante para la historia. Los talentos de la
España , y todas sus luces sin reserva
de algunas, estaban en los dos partidos de las
constituciones de Bayona ó Cádiz. Por eso los
decretos del rey Josef en Madrid eran imi-
tados en las cortes de'Cádiz , con unas ú otras
modificaciones que bastasen á manifestar que
no eran meras copias. El observador crítico
que compare providencias y fechas, quedará
convencido de esta verdad. Los unos y los
otros buscaban la felicidad de España por el
camino de tlas luces, y por eso estaban tan,
(conformes •en los puntos capitales de pospo-
ner los intereses do particulares; los de cor-
poraciones, y los de ciases. Unos y otras
-conocian ser imposible la regeneracion de
España y su prosperidad mientras hubiese
derechos feudales y dominicales, privilegios -
(1e1 clero secular y regniar;y•de los grandes
de España; contribuciones arbitrarias•i.11
bases justas ni fixas para su designacion y
Paga; tesoro real con fundido con el nacional;
libertad ilimitada en el soberano para librar




( 256
sobre el segundo á su gusto ; y creencia de
que basta su voluntad para imponer tributos
extraordinarios.


io Los partidarios de la constitucion de
Cádiz habían hecho daño á la Nacion, dando
impulso á una.,guerra, cuyo mal exito pre-
vieron algunas veces sin acordarse jamás del.
que ha teñido de veras, mediante su imposi-
bilidad absoluta de preveerse. Habian hecho
grandes injurias en sus decretos y periódicos
'a, los partidarios de la paz y constitucion de
Bayona, tratándoles con los dicterios mas
ofensivos; y concluyeron su carrera, diciendo
á la Europa entera que los partidarios de la
paz eran traidores á su patria y rey ; ladrones
y vendedores de esta misma pátria; asesinos;
verdugos, y derramadores de la sangre de sus
hermanos. No caben ofensas mas crueles. Sin
embargo, todas se podia ►i mirar como pro-
ducciones del espíritu de partido y no' del
corazon. La enemistad era política y no per-
sonal. Cesaria luego que la política misma lo
dictase. Quando cesara la guerra de empleos,
cesaria la de ofensas. Los partidarios de la
constitucion de Bayona creian que si mani-
festaban conformidad con retirarse á sus ca-
sas, los de Cádiz les dejarían quietos en ellas,
y asi es que aun guando les prohibieron acom.-


( 2 5 7 )
parlar á Fernando, no les inhibieron de entrar
en España por los denias puntos


.; en lin los
unos y los otros eran depositarios de las luces
y estas facilitan la reconciliacion guando hay
j'iteres con-lun.


1 Pero habia en España una tercera clase
de personas nulas, ó positivamente perjudi-
ciales esparcidas en medio de los dos partidos,
que por efecto de sus luces les impedian
maridar. El mayor número habia emigrado
de Madrid. Tales eran, hablando en general
(sin perjuicio de un cortísimo número de
excepciones) los grandes de España; los ti-
tulados ricos, monas de los grandes; los mi,-
litares de favor por nacimiento y proteccion;
los consejeros antiguos de Castilla, Indias,
inquisicion , Guerra, Ordenes y Hacienda,
algunos obispos, muchos canónigos , casi todos
los inquisidores, los prelados de conventos,
los frailes juvilados que esperaban serlo; los
exentos de coro y los privilegiados en refec-
torio y celda, por empleo ú ancianidad y años
de hábito.


.12 Todos estos no babian logrado preva-
lecer en uno ni otro partido ; los linos por
ignorantes; los otros por imbuidos de ideas
del siglo XV; otros por egoistas; otros por


1.




( 255 )
malignos; y los domas por interesados ea
interceptar el curso de las luces.


13 La experiencia tiene acreditada la com-
patibilidad de la ignorancia literaria y de las
preocupaciones políticas, con la ciencia de
corte, ó por mejor decir con el IVIachiabelismo
práctico. Vemos hombres incapaces de formar
un periódo de buena sintaxis, hacer razona-
mientos sofisticos bien coordinados para su
interés. Esta verdad comprobada de guando
en guando por la historia, se confirmó en la
revolucion española.


14 Los grandes de España y algunos conse-
jeros de Castilla con el auxilio de otras per-
sonas , lograron imprimir en el corazon del
rey y de los confidentes que le acompañaban
desde Francia , todas las ideas proporcionadas
al daño. de los dos partidos prevalecientes y
provecho dei que ahora se conciba para :do-
3ninar luego que naciese. hablaron contra los
de la constitucion de Bayona porque habiendo
desertado de sus vanderas, les convenia pin-
tarlo con colores feos corno disculpa de su
desercion. Declamaron contra los autores y
sequaces de la de Cádiz porque lisongeaba
mucho al rey la reprobacion de los artículos
que coartaban su potestad soberana. Pintaron


( 259
)


01 amor del pueblo ir S. M. en• términol de
persuadirle que todos los Españoles espe-
raban su felicidad de que Fernando fuese tan
libre como su padre para quanto los Minis-
tros sugiriesen. No hay cosa mas faci I de hacer
creer que lo deseado por quien no conoce las
inverosimili:tudes., ni prevee las resultas. Fer=
nacido cavó en este lazo , y firmó en Valencia
(fia 4 de mayo dos decretos que lo demues-.
trae.


15 El primero se ha hecho famoso por los
efectos. Declaró en él por ilegitima la reuniou
de las cortes constituyentes de Cádiz; y por
nula consiguientemente la constitucion , la
qual calificó tambien de mala y perniciosa.
Confesó que las luces del dia no permitian
gobernar despóticamente y prometio que
para remover este peligro mandaria convocar
cortes legítimas de España y América, donde
se acordaria la constitucion conveniente.
Confesó la obligación de dejar libre la facul-
tad de publicar cada uno sus opiniones por
medio de la imprenta, y prometió cumplirla
con las cautelas convenientes al objeto de
Precaver los abusos. Protestó que aborrecia
el despotismo y prometió gobernar conforme
A. las leyes respetando la libertad individual,




( 260 )


al mismo tiempo que imponia pena de muerte
'a quien se atreviese á decir v hacer la menor
cosa en favor de las cortes que mandaba di-
solver, ó de la constitucion jurada en todos
los pueblos de la monarquia y por los cuerpos
militares de ella.


16 El segundo decreto de la misma fecha
era relativo á la libertad de la imprenta que
habia plena en España por decreto de las
cortes. S. M. decia que mientras no se pro-
veyese una ley orgánica en el asunto, hubiera
censura previa con tal que no fueran censores
los comsionados de dichas cortes ni los que
hubieran servicio al rey intruso..


17 Esta última. palabra mereció atencion
particular por que contradecía toda la con-
ducta del monarca y sus confidentes. Llamaba
intruso al rey Josef, á quien no solo habia
reconocido por legitimo en sus cesiones, pro-
clamas, cartas, festines de bodas, solicitudes
de adopcion , pretensiones de la gran
banda , y otros muchos actos voluntarios de
los seis años anteriores, disponiendo tambien
los de su hermano el infante D. Carlos y
de sus servidores principales duque de San
Carlos , marques de Ayerbe y Feria ,
neral Correa , consejero Escoiquiz y se -


( n61 )
cretario Macanaz, sino (lo que es mas) el
mismo de quien días antes esperaba ser
yerno.


18 Con efecto el tratado de Valencey hu-
biera contenido artículo de casarse con la
hija mayor del rey Josef sino por que Napo-
leon consideró conveniente omitirlo para que
pidiendo la esposa desde España, fuese mas
libre la solicitud , y no se interpretára no-
gociacion violenta como las de Bayona y las
que Francisco I.° de Francia hizo en. Ma-
drid con Carlos V despues de la batalla de
Pavía


1 9 Los que habian sido partidarios de la
Constitucion de Bayona decian , que era muy
chocante llamar intruso al rey que (ade-
mas ° del reconocimiento hecho por Fernan-
do y sus dependientes) habla sido jurado por
toda la Nacion como gran familia; por todas
las corporaciones. como miembros. integran-
tes; por todos los empleados y decorados;
y por todos los pueblos grandes y pequeños
de la península, menos Cádiz , Alicante y
Cartagena.


20 Que era muy chocante porque la ex-
elusion de los que le habian servido , era
opuesta sin disimulo á su promesa real dada
en Valencey por escritura pública de contra-




1
( 262 )


to , cuyo extremo favorable habia ya gozado
Eernando con los auxilios del mariscal , Su_
chet , en virtud de órdenes de Napoleon.
causa ni pretexto grave ni leve para exeu,
sarse ante Dios y los hombres del ctiinpli,
miento de una obligacion que le hubiera
hecho grande honor.


ni Que era muy chocante porque Babia
escrito el mismo rey á la Regencia que su
tratado no contenía condicion alguna que no


fuese conforme tl la gloria , al .honor y al
interes de la Nacion española, y porque
creía que la España no podía conseguir
una paz mas ventajosa aun despues de Mil-,
chas y no interrumpidas victorias : y por-
que al salir de Francia encargó consolar á
los refugiados anunciando su pronto regreso
4 España.


22 Que era muy chocante porque la
política dictaba ( si no bastase la razon)
imitar el exemplo del rey de Francia Luis
XVIII, que para sentarse con seguridad en
el trono de sus abuelos , creyó necesario ( y
creyó bien) condenar al olvido las cosas pa-
sadas y reunir todos los franceses de dife-
rentes partidos al único conveniente, qual
era el de S. M.


(» P Q era muy chocante porque exclu-


( 263 )
yendo de la comision de censores á los par-
tidarios de las Cortes, v los que hubiesen
servido al rey Josef, no quedaban para ser-
lo sino idiotas preocupados y fanáticos in-
cendiarios, pues los literatos residentes en
España eran del partido de las Cortes, los
otros estaban en Francia; dexandose cono-
cer desde luego, que papeles podrian impri-
mirse; como el exilo ha probado con el pe-
riódico incendiario que se llama Atalaya
de la Mancha y debiera llamarse Atalaya
del averno, segun los principios que contra
la doctrina del santo evangelio adopta el mons-
truo que lo publica, indigno del nombre de
cristiano , quanto mas del de monge ni de
sacerdote; únicamente digno de que se
haga con él aquello mismo que desea para
sus próximos.


24 Estos dos decretos dados en Valen-
cia daban ideas poco favorables, y nada
(diles a. una Nacion enferma , cuyo médico
debia cicatrizar heridas, y no abrir otras
nuevas ; ganar corazones, y no exasperar-
los ; reunir voluntades á su persona y no
conducirlas al despecho; reinar sobre la Na-
cion esparcida en España, Francia , Ingla-
terra y Portugal, y no sobre la porcion me-




( 264 )
nos numerosa, y menos ilustrada. La expe_
rienca comenzó en 180 7 h manifestar que los
confidentes de Fernando son ignorantes de
la verdadera política, y prosigue confirman-
do esta verdad en una forma , que guando
creimos acabada la revolucion , parece ea-
menzar de nuevos


( 265 )


ARTICULO XV.


Entrada del rey Fernando en. Madrid, y
primeras providencias de sus ministros.


Entró el rey Fernando en Madrid día
1 3 de mayo, pero las tropas de su exéreito
Labial) entrado anteriormente, y su xefe ha-
bía hecho prender en la noche del dia
para el i z militarmente por órden de S. M. los
regentes Agar y Ciscar , los ministros de la
Regencia, muchos miembros de las Cortes,
y varios autores de papeles periódicos. Se
habia intimado la disolucion del congreso ;
destruido el monumento de la promulgacion
de la constitucion, y comenzado un gobierno
absoluto en nombre del rey.


2 Yo ignoro los crimenes de que hayan
sido reos los presos ; pero sin investigarlos
diré que los españoles refugiados en Francia
notaban la contradiccion que habia en este
procedimiento , y la censura previa depre-
siva de la libertad de imprenta con lo que
'labia dicho el rey en el decreto de anu-
lacion de Cortes; pues la detestacion del




1


( 266 )
despotismo y la promesa de libertad indi-
vidual resultaban ineficaces á los seis Bias
de la fecha. Los que opinaron de este modo,
confirmaban su modo de pensar conforme
iban sabiendo las providencias de otros de-
cretos.


3 El rey Josef habia suprimido en i8o,
todas las comunidades reglares, adjudicando
sus bienes al tesoro público para pago de la
deuda nacional. Parte de ellos se. habian ven-
dido, y aun algunos pasado á tercer posee-
dor. Lo sabian los consejeros de gabinete de
Fernando, y no ignoraban que Luis XVIII
babia dejado firmes e inviolables tales ven-
tas en Francia, como medida política de evi.
tar el descontento de los interesados, capaz
de producir convulsiones y trastornos del
órden civil. Concurrian en España circuns-
tancias particulares que debian aumentar los
deseos de imitar la conducta de Luis XVIIL
Babia muchos acreedores de empréstitos he-
chos al tesoro público en tiempo de Carlos.1Y,
y aun algunos en el de Felipe V: La supre,
sion de los conventos proporcionó al rey
Josef la paga' de estos créditos y de sus in-
tereses en bienes nacionales con útilidad pú-
blica y del erario. Pero nada bastó para re-
traerles de . infkiir i que mandase Fernando


( 267 )
en 20 de mayo restituir todos los bienes á los
conventos, sin distinguir entre vendidos y con-
servados, entre los poseidos por los com-
pradores, y los que hubieran pasado h. tercer
poseedor, sin restituir el precio al que lo (lid de
buena fe, ni abonar mejoras al que las hizo.
Esta ley se promulgó sin cortes ni consejo
‹le Estado, en fin sin otro requisito que la
voluntad ministerial citada como del rey, á
pesar de las terribles conseqüencias que pro-
(Ince contra millares de español% inocentes
que habian de aumentar el número de los
descontentos, y aun contra muchos franceses
que habian empleado bastantes millones en
compras. Algunos españoles refugiados en
Francia. tatnbien habian invertido su dinero
en laespeculacion.y vieron este segundo mal
aguero de su suerte..


4 Bien pronto • experimentaron el tercero.
Las Cortes habian dado en 13 de setiembre
de 1813 un decreto sobre crédito público
nacional, formando cierto fondo de rentas
provenientes de bienes no incluidos en re-
glas comunes, y entre ellos los confiscados
y confiscables á traidores, separando dicho
fondo de la administracion general de rentas
de la real Hacienda, y creando una junta gu-
bernativa de este ramo. Como el decreto do




( 268 )
quatro de mayo anulaba todos los de las
Cortes depresivos de la soberania,


-


, y man
daba restituir los objetos del gobierno al es-
tado del año i8o8 , los intendentes creyeron
que la generalidad incluia el asunto particu-
lar de los bienes confiados á la junta del
crédito público. ;:y en su vista se circuló por
el ministerio de Hacienda otra &den con fe-
cha de 21 de mayo , mandando que se confi-
rmara cumpliendo el decreto de las Cortes,
de manera que inmediatamente se pusiese a
los comisionados del credito público en po-
pesion de todos los bienes, derechos y ac-
« dones asignadas al establecimiento, rocín-
« sas las cosas semovientes que pertenezcan
« ti los bienes llamados nacionales confis-
« callos y confiscables á traidores, como
« tambien de los que se hallan en sequestro


de modo que no se proceda bayo pre-
« texto alguno h la venta de ellos sin ex-
« presa disposicion de la enunciada junta.»


5 Los españoles refugiados en Francia no
saben el contenido del decreto que . se cita,
dado por las Cortes en 15 de setiembre de
1813. Sino por alguna casualidad, nada po-
dian saber de quanto sucedia en España du-
rante la guerra. Ignoran á que personas se
aplicó entonces la calificacion de traidores,


( 269 )
y las penas de seqüestro y co7?fiscacion de
bienes. Por consiguiente, tampoco pueden
saber ahora con certeza á quienes sea relativa
la providencia del ministerio de Hacienda del
rey Fernando. Pero les consta que los bienes
raíces de algunos refugiados estar seqíiestra-
dos sus rentas consumidas por el gobierno,
sus muebles y semovientes vendidos, ó pre-
parados á serlo en ahnoneda pt'tblica; y con
estos datos concluyeron que los ministros del
rey Fernando lexos de proceder conformes al
tratado de Valencey lo violaban abiertamente
faltando á la justicia conmutativa y al dere-
cho de tercero adquirido con justo título
sin causa ni pretexto mas que un despo-
tismo igual al de Constantinopla pero mas
reprehensible por ser alli despótica la
eonstitucion , guando en España es morpír-
quica.


6 Se fue aclarando mas el sistema minis-
terial con la circular del ministerio de Estado
del dia 24 que decia de este modo. « Exee-
« lentísimo señor : las circunstancias críticas
« en que se ha hallado la monarquía por la
• ausencia del rey nuestro señor, y por la


ocupacion enemiga, han suministrado á.
« los que tenias el honor de servir 1-1 S. DI
« en la varias dependencias de la primera




«


«


«•


«


«


«


«


«


«


( 27o )
secretaria de Estado de mi cargo, muchas
ocasiones de mostrar con sus obras y con-
duela si son dignos de continuaren ;e1 real
servicio, b si se han hecho acreedores á
ser separados de él.
7 « S.M. conoce que no de todos los hom-
lares pueden exigirse esfuerzos de herois-
mo, y que entre esto, y la falta de lealtad
hay grados intermedios que no deben estar
confundidos. Y á fin de evitarlo, ha resuelto
S. M. que vuestra excelencia, en "¡ilion de
D. Manuel (le Lardizabal , y el conde de
Torre-Muzquiz , le presenten por mi mano
una nota de los empleados, con expresion
del juicio que forme de ellos, dividiéndola
en clases separadas.
8 « Vuestra excelencia propondrá en la
primera los que no han admitido empleos
del usurpador. En la segunda los que le
han servido en los mismos empleos que
antes tenian. En la tercera los que han
obtenido ascensos que no sean de escala,
6 distincion que de lugar á presumir que
servian al usurpador, no por debilidad
6 estimulados de la miseria , sino por in-
clicacion. Y finalmente en la cuarta los
que no contentos con servirle , han con-
tribuido á extender su. partido , redueien-


( 27 " )
« do h otros, b persiguiendo h los buenos


y leales españoles.
9 « Para que semejante graduacion sea ar-


« reglada , examinará V. E. los documentos
« que puedan contribuir h dar una idea la
« mas exácta posible de las operaciones de
« cada empleado; tomará. informes de los
« gefes que no tengan la tacha de haber ser-
« victo al enemigo; consultará lo que en razon
• de la conducta de los referidos empleados
• haya expuesto el ayuntamiento ; y se val-
« drá de los medios que le dicte la prudencia;
• de la qual fia el rey el exámen imparcial


del mérit6 ó demérito de cada uno ; en.car-
« gando k V. E. la mayor brevedad por los
« grandes perjuicios que se siguen de estar
• ya hace tiempo los buenos sin premio; los


débiles sin la compasión debida á la tau-
« mana .fragilidad; y los malos y- perversos


sin la separacion ó castigo. .»
" o Los :Españoles más ilustrados , resi-


(lentes en Francia dixeron que vejan en esta
circular claramente la mala disposicion de
ánimo y aun el dolo de los gobernantes de
Madrid, pues -era tan hipócrita como injusta
la clasificado"). Saltó .5, lois ojos desde luego
la ignorancia ó la violacion voluntaria- del
derecho público sobre crimen de traicion.




( 272 )
Este es indivisible quanto á lo substancial de
delitos y penas. Solo puede haber distincion
de personas para aumento de castigos h los
reos de circunstancias agravantes. Si el haber
jurado al rey josef, y haberle servido hu..
biera sido delito de traicion contra Fernando
ú la pátria, estarán incursos en él. (y no se
les pocha rebajar la pena sin manifestar par-
cialidad ) todos los cabezas de familia que
dixeron prestar su juramento de corazon,
sinceramente y sin restricciones internas;
todos los miembrJs de corporaciones ; todos
los grandes de España; todos los titulados;
todos los caballeros do orden; y todos los
empleados. Aun es lastima que no estuvieran
sujetos al gobierno Español todos los sobe-
ranos de la Europa menos el de Inglaterra;
pues todos, menos éste, reconocieron á Josef
por rey lexitirno de España. Pero veamos
como se hacia distincion en la círcu lar.


Quedaban impunes los de la primera clase
por que no habian admitido empleos del rey
J osef, á quien titulaban usurpador los que
en 22 de junio de i8o8 le juraban como
legítimo, y alababan de generoso ,bueno ,lat-
mano ,nzgnánimQ justo , y en todos sentidos
grande. Pero los Españoles refugiados en
Francia decian que aparentar justicia en la


( 27 3 )
mayor de las injusticias era perversidad ; pues
caso de haber crimen, no hubiera sido el
haber recibido empleos sino el haberlos pre-
tendido. Esta solicitud no era delito ; pero
caso de serlo, estarian incursos en él los que
pidieron empleos al rey Josef en el cija in-
dicado desde Valencey, como fueron el duque,
de San Carlos, los marqueses de Ayerbe y de
Feria, D. juan Escoiquiz, Antonio Corre-a ,
y D. Pedro Macanaz. Que anteriormente
habian pretendido en Madrid ante el gran
duque de Berg ser camaristas de Castilla,
D. Josef Colon, y D. Manuel de Lardizabal
consejeros de Castilla, que ahora tienen esta
plaza por Fernando : Que en Rayona preten-
dieron y lograron empleos del palacio real y
clases diversas el duque del Iufantado , el
conde de Fernan-Nuñez y D. Pedro Ce ,rallos,
consejero de estado (autor del papel titulado
Exposicion de los hechos, lleno de oculta-
ciones maliciosas y manchado con alguna
infidelidad en el contesto de cartas) : Que
en Madrid pretendió y logró plaza del con-
sejo de estado D. Josef Pizarro , plenipo-
tenciario ahora en Prusia por Fernando :
Que D. Cristobal détórigera, hoy ministro
de Hacienda- deseó y confió serio en Rayona,: -
donde sirvió la causa del rey.)osef con mucho


• I.




( 274 )
zelo; Que D. Antonio Ranz Romanillos
consejero de Hacienda sucedió lo mismo con
los ministerios del Interior y de Justicia, y
se contentó con la plaza que. aceptó del con.
sejo de Estado: Que D. Antonio Cano Ah-.
miel deseó ser superintendente general do
policia, intrigó para ello y se dixo haber sido
propuesto al rey Josef y no habiendolo
nombrado S. M., abandonó el partido y salió
de la corte al tercero dia. En fin, que apenas,
hay un empleado del rey Fernando, incluido
en la clase primera de la circular, de quien
no haya uno ú muchos memoriales en las
secretarias del despacho universal donde los
hallará el que de buena fe los quiera buscar.
Que no es esto tachar la conducta de los
que pretendieron , pues antes • bien fue y
será siempre loable dé parte de los hombres
de merito hacerlo entender al soberano por
medio . de sus ministros., para que informan-
dose primero de las circunstancias, llene los
empleos con personas benémeritas; pero que
se recuerdan estos hechos para demostrar que
los autores de la circular (baxo el supuesto,
injustísimo y falso , de haber sido crimen el
tomar tifection al gobierno de quien exercia.
en el país la soberamá por reconocimiento,
jurado de todas las cabezas de familia I. la


r


península ) formaron la clase primeia rbby
diminuta ;. respecto de que el noirablnl.tenido
empleos nunca prueba . desafeecion; y si
hiera de probarla en:algun caso, seria guando
la redaccion dixese los que noluinadmiiido ni
pretendido empleos.


Se colocan enda clase segunda los que
sirvieronal rey Josef en los mismos empleos
que antes- tenian. Segun los Españoles refu-
giados ,es y será siempre justiSimo que Jahns
perjudique haberlos exercido,; pero decían
que la intencion se descu'bxo por el contexto
de las clases tercera y quarta que sus autores
quisieron persuadir que él eg:ercicio de un
empleo antiguo no manifiesta precisamente
adhesion al nuevo gobierno: Adoptan este
principio porque de lo contrario tenc lrian quo
pribar del que gozan-h . .mas de cien mil enii.
picados de la península, y se hallarian
gentes qué no hubiesen, jurado al rey:Josof,
excepto algunos jóvenes : porque no debe
olvidarse que todos los cabezas de tamilia le
juraron en la iglesia-estando patente el San-
tísimo Sacramento dota 1 tar , diciendo que lo
baciau sira restrloolon alguna interna que
ademas ,


los- empleados le juraron por e.“.r:LO,
cuino'


. tales; pu6s.ele los que no lo hicieran
Iltérlretaba renugoiar .


conforme al real dc-




( 27 6 )
creto de Josef; y que muchos repitieron otras
veces su juramento pretendiendo ascensos; lo
qual no se permitia sin renovarlo en el me-
morial segun mandaba otro decreto.


12 La circular formó su clase tercera de
los que obtuvieron ascensos no propios de
escala ó distinciones capaces de producir sos-
pecha de inclinacion al gobierno del rey Josef
sin devilidad, ni estímulos del. hambre. Los
refugiados (kan que los autores de la pro-
videncia manifestaron aquí el principio á
dónde recurrian para disculpará lbs de las
clases primera y segunda en el falso ¿; injusto
supuesto de ser crimen servir al rey Josef
que salvando las dos clases primeras, habia
ya bastante número de personas para llenar
los empleos, y por eso inventaban la tercera


quarta, para causar vacantes de buena co-
locacion á los objetos del. favor. Que supo-
niendo como cierta la congetura de inclina-
cion al gobierno de Josef, nunca seria justo
repeler la persona; por que ( quieran ó no los
autores de la circular) jamas fue, ni será
crimen inclinarse al gobierno del pais en que
se vive; y menos (iando no habia otro legi-
timo, jurado ni reconocido; pues no hay ley
divina ni humana, que obligue á emigrar
..Abandonando su propio domicilio y si este


( 2 77 )
se onserva, es criminal quien Curva el órden
público ; y virtuoso , quien contribuye á el:
que los autores de la circular, no harán creer


ningun imparcial de la Europa deje de ser
virtud civil el manifestar con obras su incli-
nacion al gobierno del pais reconocido y
jurado, aun guando su título primitivo fuese
injusto; porque al individuo particular cor-
responde obedecer, y servir mientras otra
fuerza mayor no le libre de la obligacion. El
odio al desenfreno de la plebe produce amor
al órden del gobierno, sea qual se fuere. De.
este amor nace la inclinacion servirle sin
entrometerse á exáminar questiones politicas
ó morales sobre legitimidad . del título.


13 Se pusieron en la clase quarta los. que
no contentos con servir al gobierno del rey
Josef, contribuyeron á extender su partido
reduciendo antros (5 persiguiendo á los buenos
y leal es españoles. Los refugiados decían que
aqui se• confunden las ideas suponiendo que
algunos servidores del rey Josef contribuye-
ron extender su partido. ¿En que sentida
pudo suceder esto ? Quando Josef reinaba en
toda Espada menos Cadiz , Alicante y Carta-
gena , no habia necesidad sino de conquistar
estas plazas, lo que no perteneció á ningun
Español, sino al ex6rcito lances. Mientras




( 27 8 )
estenOconquistaba, el gobierno de Josef no;
prevalecia.. Que si el supuesto alude .11:
proclamas escritas y. propagadas por espacio-
les, lexos .•de ser meo 'han sido, son y se,,
raía eternamente á los ojos de la Fittropainá,
parcial y sabia, un Mérito relevante a ftivor-
ae lá pát ría : -Qué Onde 11.1eron bien recibi-
das, el 'Rueblo quediY,figegro , libre de.
eendios , ruinas', tropelias y saqueos.: Don-
de se . hizo poco - caso , el 'exilo.- verified las
profecías., cíe taty.funestas calamidades. Si
Zaragoza . y -otros puebbos•abiertos,Inibie,ran
a p re ciado, , prodalrias :; estarían tan intac-
to edmo,15éladrid.; Tole=do:', • Valladdlid
lencia,, ,SegOvía otras i-nuehás. Tapilates de


• 14. Que si algunos españoles no hitbiesen.
/ritidade de opiniorr con: la batalla 'd




y 1:3'e, brial). .hoy .copio, virtud patriótica
Odas 14515roelaznaS de los espaiioles ,'cuyo
prime ejemplar(que. ha servido ,delnode,
lo)se V,erificó en 8 de junio de 1,8413tyriosos
wtánms ,que ahora mandan coca cl favor'de
Fernando, Sus autores fueron , (-cómo
lr deSus..firmaS) los duques del. 1illintado.,.
Parque, Hijar -y °Sana , el marques de San-
ta C •úz; les ,•condes de Fernan-,N añoz, Or,


Santa Colo yna 3- el; ministro y conse-,


( 279 )
jero de estado D. Pedro Cevallos; los conse-
jeros de Castilla, Colon, Villela , Lardizabal
y Torres, el de. Inquisicion Ethenard, los de
Hacienda , Romandies y Galiano, y el ofi-
cial ('hoy Ministro de Hacienda) D. Cristo-
bal de Góngora: Que hicieron entonces es-
tos lo que debían como buenos y leales Es-
pañoles, verdaderos amantes de su pittria:
y si mudaron despues de opinion sobre los
medios de servirla , su imitacion no debe ser
origen ni causa de que se reputen crimina-
les los que permanecieron creyendo que la
guerra seria ruina de España, corno lo ha
sido.


15 Que imputar ahora los desastres á. los
que repitieron aquel exemplo de virtud pa-


. triólica, es cambiar las ideas; pues saben los
autores de la circular que las ruinas de Za-
ra,oza solo fueron efecto de una resistencia
bárbara y gentílica, incapaz de evitar la con-
quista de los escombros. El pueblo mismo
y la Junta de Aragon lo expusieron después
voluntariamente al rey 3 osef en su discurso
de 9 de febrero de 1809.


16 La circular supone segundo. modo de,
ex-tender el partido del rev Josef persiguien-
do a los buenos y leales españoles. Los refu-
giados decian que semejante supuesto es atroz.




( 28o )
calumnia dificil de probar aun por testigos
falsos ; pues parece imposible haber hom-
bres tan perversos que se atrevan á jurarlo.
La expresion en el sentido de sus auto-
res quiere seiialar como buenos y leales es-
pañoles á los del partido contrario al gobier-
no del rey Josef. Y siendo asi, no solo es in-
cierto haberseles perseguido, sino que antes
bien los del partido de Josef salvaron una
multitud de vidas, interponiendo sus ruegos
ante los gefes militares del exército frances
en inumerables ocasiones justificables : Que
si se da título de persecucion á las provi-
dencias que el ministerio do Policía tomó
contra varios espanoles; resta saber quien
tenga justicia en el asunto, reconociendo la
resultancia que hubiera en la secretaria mi-
nisterial contra los deportados á Francia y
los juzgados como reos en la península. Que
un gobierno justo no debe calificar de per-
secucion por solas voces vulgares ó de per-
sonas interesadas, los suplicios. que se hayan
practicado en execucion de sentencia pro-
nunciada por jueces acreditados de justos
antes de la revolucion , y sin intervenir ml
furor popular que impela v produzca el fallo
cruel.


1 7 Que seria faca probar haber sido las


( 281 )
Juntas criminales inspiradas por el amor mas
puro de la pátria para conservar vidas espa-
riolas con título de juzgarlas. Antes de su
creacion qualquieragefe militar francos, ape-
nas escuchaba delacion de que un vecino del
pueblo trataba con los del exército insurgen-
te, lo mandaba fusilar sin mas conocimien-
to de causa, y las venganzas particulares de
unos espaiioles lograban triunfo abusando de
la ligereza del militar trances. Creadas las
juntas , se mandó á los gefes que sujetasen
las personas de los delatados el exámen de
la ley, cuyas resultas han sido no condenar
sino al que constaba por el proceso haber
sido ladron y asesino: Que por mas que di-
gan. los periódicos del partido contrario en
vagas declamaciones, no habrá individuo al-
guno de junta criminal que tema ser j uzga-
do, si á su proceso se acumulan todos aque-
llos en que tuvo intervencion como juez. Se
sujetará contento al tribunal; bien satisfecho
de probar que su junta con el dictado de
criminal era la tabla de salvamento del nau-
fragio de la policía militar.


i8 Que si so cita el único exemplar del
abogado muerto sin otros crímenes que los
relativos á revolucion, se debia mirar la cau-
sa y su proceso , y so desengailará de que




( 2132 )
fue verdadero conspirador contra el gobierno
del pais en que vivia, con proyectos atroces
y sanguinarios , llevados al efecto en quanto
pendia de su persona; habiendo enorme di-
ferencia entre este caso singular y los barba-
ros inhumanos exemplos (pie se dieron poco
despues en Cádiz con un togado justo d©
Madrid, y modernamente en Valladolid con
el magistrado mas pacífico y mas tolerante
del universo.


-19 Ah! Este último fue modelo de virtudes
civiles, morales y patrióticas. Anciano de
setenta anos con quarenta de carrera ju-
dicial, ha.bia tenido la gloria de haber desem-
peñado infinitas comisiones del consejo de
Castilla tan á satisfaccion suya, que debió
al inflexible D. Arias Mon y Velarde, go-
bernador interino, la gracia de ser su pane-
girista en el consejo, y su agente de negocios
mas que •protector para los -aseen:sós. El ha-
'Ha eserito«(.5 impreso mas de veinte anosan-
tes una obra favorable á las regalias, esti-
mada en «sumo grado por los literatos críti-
cos. El. Rabia sido corregidor de letras en
muchas partes , con el honor, tal vez singu-
lar , de que en todos, todos, sin exceptuar
tino, fuese pedido de nuevo por via de pror-
rogacion ; lo que habia concedido Carlos lAr


( 13 -3 )
c:ni informes de la cámara de ('astilla, ex.-
( . 2 ptó los casos en que lo promovió. El ha-
bia trabajado. tanto en una comision del con-
sejo relativa al partido, de Plasencia de -Ex-
tremadura, que se acarreó un accidente do
perlesia que le dexó manco y cojo para toda
su vida , por testimonio del ‘ .zelo, corno re-
sultara en el consejo por informes no Sos-
pechosos del citado D. Arias N'Ion , entonces
reoente de la real Audiencia de Extremadu-
• n


y del difunto obispo de Plasencia , D.
.toser Santos Gonzalez de San Pedro. El ha-
bía sufrido dos balazos año .


1-1108, disparados
por «una plebe amotinada en Segovia, quandO
el infeliz mariscal de campo Cevallos , direc-
tor del colegio de artilleria fue sacrificado.
El se labia quedado en Valladolid al tiem-
po de la evacuacion francesa de 1812, aun-
que presidente de la junta criminal, porque
fiado en su inocencia, buena opinion , amor
general, y respetable ancianidad , pensó estar
it cubierto de toda persecucion voluntaria
por vivir creido de que no podia tener
enemigos. El en fin tuvo la gloria de mo-
rir pobre despues de quarenta años de car-
rera de corregimientos y toga ; lo que se-
r.i testimonio eterno de la pureza de sus
costumbres, atrocidad de sus jueces ,




( 284
)


ticia de sus acusadores , y barbarie de otros
inhumanos contribuyentes , entre los qua_
les algunos vivirán con eternos remordi-
mientos de ingratitud, si su corazon es ca-
paz de tenerlos. No faltará quien se ponga
pálido al leer esta cláusula ; y sepa que aun
no ha declarado Dios en lo que ha de paraP
el asunto.


20 Todo esto decian los refugiados en
Francia (piando leyeron la circular de 24 de
mayo , queNdespues se ha publicado en la
gaceta de Madrid con fecha de 5 de Junio.
Su contenido era relativo h los empleados
y pretendientes que residian en España.; pero
rezelaban fuese precursora de otra que direc-
tamente les incomodase y no padecieron gran-
des equivocaciones en el concepto, como de-
mostró la circular del ministerio de Gracia y
Justicia con fecha de 3o de mayo.


( 285 )


ARTICULO XVI.


..eircular del ministro de Gracia y Justicia,
contra los refugiados en Francia, y opi-
nion que se'bruzó sobre ella.


A lgunos españoles refugiados en Fran-
cia permanecieron firmes en la creencia de
que Fernando VII esperaba el cija de su
fiesta para decretar el desembargo de los bie-
nes y regreso á España , como tam bien la
libertad de los presos antirealistas y republi-
canos en Madrid y otras partes; de manera
que cesáran todos los partidos en tan fausta
solemnidad. Los decretos anteriores no ha-
bían bastado para que mudasen de opinion.
Los interpretaban en sentido de rigor coll
el objeto de que sonase gracia qualquiera
resolucion agradable que S. M. publicara en
la primera fiesta de su santo, que habia de
celebrar como rey.


2 Los españoles de esta opinion; los que
no habian comenzado 5. dudar del cumpli-
miento del tratado de Valencey por carecer
de uoticias y papeles públicos, y aun los




( 286' )
ya desconfiados, creyeron con uniformidad
ser muy propio de su situacion dar signo
de afecto, patriotismo y respeto, segun per-
mitia la situacion de cada uno. Ella es Ude-


en el mayor número por .
las eircunstan,


cias de tan dispendioso viage 3 pero no
pidió dar en Mompeller una funcion de igle-
sia con misa solemne pontifical , v sermon
estando patente el Santísimo Sacramento de
la Eucaristía; y en París y otros pueblos
varios convites con brindis h la salud de
Fernando VII ; bendiciendo la restitucion
del soberano, cuyos derechos habian que.:
dado preservados, y á quien en el momento
mismo de su restauracion habian enviado
su juramento de obediencia y- fidelidad
ballandose ya libres del prestado al rey
J,osef.


3 Los que pronosticaban tristemente por
los decretos anteriores , vivian sin embargo;
con la confianza de que Fernando VII nO
se resolveriade modo alguno á decretar cosa
capaz de oponerse h, lo que se decidiera en
el tratado general de paz de la Europa en
Paris , cuyos artículos estaban discutiéndose
y sobre cuya resolucion el gabinete de 1:_on
Tres hablabaen nombre de la Esparta como
fntitno de acuerdo con Luis.XVIlf


87 )
de Francia , gefe y pariente mayor de la
familia de Fernando. Creian que no se de-
terminaria nada favorable ni adverso hasta
la publicacion de la paz. Pero padecieron
equivocacion en este pronóstico corno en
otros ; pues . el ministro de Gracia y justi-
cia , D. Pedro Macanaz expidió el dia mis-
mó de San Fernando una circular prohibien-
do á los principales entrar en España , per-
mitiéndolo h otros con restricciones odiosi-
simas, despojando de honores y distintivos;
expatriando las inocentes esposas que por
virtud conyugal habian seguido h sus mari-
dos; inhabilitando para empleos los que po-
dían ser muy útiles, y dando á. la Europa el
esc¿índalo de este nuevo y cruel modo de
celebrar los chas del rey (1).


4 Dexo h la consideracion de mis lecto-,
res corno quedarian los españoles refugiados
en Francia guando leyesen ú supiesen el con-
texto de una circular corno esta. Confie s o
que me faltan expresiones para manifestar
lo, pués aun aquellos pocos que habian for-
mado pronósticos tristes, no habian llegada
h imaginar semejante providwcia. Sus con-


(z) Gaceta de Madrid de 4 de junia Je •1314.




( a88 )
ciencias no les remordian , y sus entendi-
mientos no alcanzaron á descubrir la posibi-
lidad del suceso.


5 La diferencia de genios produce una
siempre inmensa entre los modos de mani-
festar la pena : por eso no puedo sujetar á la
narracion histórica los efectos que produxo
tan inesperada tragedia. La ley natural, la
divina, la civil comun y la nacional, autori-
zan al herido con providencias de esta clase
para desahogar su corazon en quejas ; aun
quando lo execute, con expresiones amargas
porque (como dice bien el proverbio anti-
guo) boca con duelo no habla lo bueno.


6 Digo esto por si fuere verdad que se
han delatado á, Madrid algunas proposiciones.
como pronunciadas por esparioles en París,
contra el gobierno actual de Fernando VII.
Yo no se que sea cierto ; pero siendo como
son muchísimos los ofendidos, no extraiiaré
que algunos se hayan desahogado menos mo-
deradamente que les conviniese.


7 Pertenece al historiador dar noticia de
las resultas que produxo la circular en quando
á la opinion, pero fue tan varia como el
modo de manifestar la pena. Hubo quien
quiso reunir lo sustancial de todas las espe-
cies esparcidas con esté motivo en un comen-


( 289 )
tarjo de la circular 6 por me j or decir en una
coleccion de observaciones y notas; y habien-
dolas yo leído, formé concepto de que /id
pocha dar i conocer la opinion comun mejor
que insertandolas aquí.


Comentario de la circular del ministro de
Gracia y Justicia de España D. Pedro
Macanaz;: expedida en 3o de mayo de
814, por un español refugiado en Fran


ci a ; (') coleccion de observaciones y notas
sobre su contenido.


8 Nota primera. Enterado el rey de que
muchos de los que abiertamente se declara-
ron parciales y-fautores del gobierno intruso;
tratande volver ri España. —Se ha enterado
al rey de una cosa contraria á la verdad 3,
por que entro todos los que de Francia que-
rían volver u Espaiia no hay uno siquiera que:
fuesefautor ni parcial de gobierno alguno in-
truso. Parece que bax esta ultima expresion
se quiere designar el gobierno del rey Josef;
pero este fue reconocido como legítimo por
el rey Fernando VII, no solo en su tratado
de io de mayo de 1808, y su proclama de
1 2 del mismo ,


mes , sino en su carta total--
2.




( 290
mente voluntaria y excusable, de 22 de ju_


• nio de aquel año, en las de 2, 4 y 6 de abril
de 18io en su solicitud de la gran banda de
la Orden real de España; en la de ser,adop-.
tado Por hijo del emperador, y 'en su -último
tratado de 11 de diciembre de 1815.


9 El mismo Fernando VII llevó II, bien
que su hermano.el infante D. Carlos preten-
diese del emperador .ti-lpoleennombramiento
de xefe militar de las -tropas españolas que
fueron á servirle contra el emperador de Ru-
sia ; y tambien que todos sus criados y de-
pendientes de Valencey escribiesen en el
propio dia 22 de junio de I8o8 ; jurando su-
OS:ion, obediencia y fidelidad'al 'rey Josef
y ,Sti nueva .tonStittiCten .dé Bayona; cosa.
qué nó tóngtá que nadie les liábiá pedido
ni Mandado escribir.


.En su carta-órden de 6 de mayo man-
dó enyrégáy terminatiteniente obede-
eer : lb que mandara su padre Carlos IV que
volvió á ,reynar legítiMarniente por la 're.
nunca ''ele :dicho dia 6; y adherirse á lo
que dispusiera 'el emperador Napoleon


ideom dio de -salvar la paria. lita
I93iósolo ratificó y exhorto Iditiáino, -sino
que ipata certificar, mejor que-ááí era su de-
liberada voluntad, añadió -tine"exiniía á sus:


( 291 y
vasallos de todas las obligaciones contrahi-
das en su favor.


II Ademas el gobierno del rey Josef era
el único que Babia en España. Otro que
se formó mucho tiempo despees, comenzó
por insurreccion de algunos facciosos con-
tra las disposiciones de todas las autoridades;
segun ellos ,


mismos se han jactado- en sus
papeles públicos, ponlo qual el miStno Fer-
nando lo ha declarado en 4 de mayo último
por sedicioso, nulo é ilegítimo.


12 La Nacion entera reconoció al rey Jo-
sef COMO único soberano espaiiál, y le juró
diciendo en misa solemne ante el Santisimo
Sacramento del Altar que lo ¡tiraba ,


de .todo
corazon sinceramente siñ restrieckjiíe.§' al-
gunas internas. No hubo pueblo en qué así
no se verificase, excepto C'tdiz, AliCaide y
Cartagena-Situados sobre el mar. Estaban'obli-
gaddS ,a cumplir este juraMento porque re-
cibian el fruto de su preátácion qual fue
librarse de los incendios y saqueos sufridos
donde•los habitantes se '


negaban á jurar ; y
estos mismos salvaron el resto prestándolo
para licar este partid•bórno Zaragoíá'y ótre's
varios. 7.


r3 A los tfttlIol'huenos b malos de las
eesionCS


-Baytiná, se agregó el de con-
*




( 292 ) .
quisca, la qual aun que sea injusta y tenga
origen vicioso , da título absolutamente legí.
timo, guando la Nacion lo adopta, consiente
y jura por utilidad propia. Sino por eso
Fernando VII tendría mal pleyto en juicio
de propiedad , porque Enrique II de Castilla
de quien deriba su derecho, era bastardo,
usurpador ; y fratricida de su legítimo rey y
hermano Pedro el ladeo, El juramento de la
Nacion legitimó su reynado y transmitió las
acciones h Fernando VII su decimo guano
nieto. Pero mil-ese como legitimo ú como
intruso el gobierno del rcy Josef, no hay un
español refugiado que hayasidofizutor stiyo.


14. Ninguno de los refugiados en Francia
tuvo ni pudo tener parte alguna en que Fer-
nando VII saliera de España: y esta salida
es origen único, y verdadera causa de todos
los males. Sin ella no hubiera existido un
español capaz de admitir la dominacion Na-
poleónica. Por eso los únicos y verdaderos


fautores fueron los duques del Infantado y
de San Carlos, D. Juan Escoiquiz y D. Pedro
Macanaz. Excluyo b. D. Pedro Cevallos por
que dice que opinó contra el viage. Los otros
recibieron en Madrid, Burgos y Vitoria
todas las luces que bastaban y sobravan para
desengañar al rey. En hora buena se crean


( 293 )
disculpados por la vana confianza de una
lealtad imperial para cuya persuasion no
concurría motivo alguno fundado. Pero es in-
tolerable que los verdaderos 'autores de la
dominacion extrangera, inocentes culpados,
sean ahora los que aconsejen al mismo Fer-
nando la mayor y mas inesperada de las in-
justicias.


15 Tampoco hay entre los refugiados ni
un solo español que merezca el dictado de
parcial del gobierno llamado intruso. Nin-
guno tuvo parte en su establecimiento. La
fuerza lo hizo todo. Si se quiere aplicar la
calidad de parcial al hecho de procurar su
acceptacion pacífica por medio de proclamas,
el rey Fernando fue el primero que las.


Man-
dó y executó en 6 y 12 de mayo de /808.
Le imitaron sus vasallos , y ninguno se anti-
cipó á los que ahora gozan de su mayor gra-
cia; quales fueron los duques del Infantado
flijar , Osuna y Parque, el marques de
Santa Cruz, los condes de Fernan-Nuñez ,
Orgaz y Santa Colonia, todos grandes de
España ; el ministro y consejero de Estado
D. Pedro Cevallos, los consejeros de Cas-
tilla Colon, Lardizabal ,Vil lela y Torres, el de
inquisicion Etenhar, los de hacienda Roma-


• nillos y. Galiano , D. Christo yal de Gongora




1


( 294 )
ahora ministro de Haeicnda y D. Miguel Ri-
cardo de Alaba., que de teniente capitan de
41:vio es ya general; todos los quales con
;otros varios menos notables firmaron la
proclama de 8 de junio de 18o8.


/ 6 No sirve decir qt-5.e.era efecto del mi.edo
y de la fuerza ; pues hubo infinitos hechos
que prueban haber sido por opinion interior
que tenian de ser el único medio de salvar
la pátria en lo que perseveraron hasta la
batalla de Bailen ; y si los que no mudaron
de opinion , imitaron su primer exe ►nplo ,
continuando con proclamas semejantes á las
que ellos habian publicado, su conducta se
debe interpretar en el propio sentido, y no
en el de haber sido parciales del gobierno
introducido por la fuerza y el dolo; al gua'
ninguno cooperó mientras creyó que podia
evitarlo sin ruina de la pátria ; cuya utilidad
es la suprema de las leyes.


1 7
Nota segunda. Tratan de volver a Es-


paña. Es verdad que los refugiados en
Francia trataban de volver porque debian ha-
cerlo así 'a fuer de buenos españoles. Apenas


. supieron que Fernando VII disponia sn viage
en virtud del tratado de Valencey, de r i de
diciembre de 1813, se consideraron absueltos
del juramento de obediencia prestado en fa-


( -295 )
vor del rey Josef, y deseaban con ansia la
entrada de Fernando en su rey no ; guando el
gobierno , prevaleciente . después de la salida
del rey Jusef, porfia obtaculos con razones
aparentes.


18 <;, Que motivo habian de tenerlos refugia-
dos para no tratar de su entrada en España?
Nadie se lo. habla prohibido: No habiendo allí.
otro gobierno despues de la salida de Josef,
que aquel á, quien Fernando mismo ha decla
rudo por ilegitimo y sedicioso, solo preva-
lecía la anarquía popular, que habiendo co-
menzado su feroz imperio en Aranjuez, dia
1 7


de marzo. de 1808 ( Cuyo primer efecto
fué la abdicacion del cetro por Carlos IV)
habia proseguido con igual fiereza donde no
la contenía el rey Josef. Esto Labia sido el
-único motivo de refugiarse en Francia los
mismos que libraron del suplicio por com
pasi o n á muchos criminales que -volvían á
prevalecer. Juzgaron que Fernando tendría
consejeros justos y prudentes; que estos le.
inspirarian la necesidad de extinguir la anal-,
guía , refrenando con vigor las furias popu-
lares; y restableciendo el órden público; y
que asi cesarian los peligros personales en la
pátria.


19 Por eso trataban de volver áella v no




( 296 )
hallando en sus conciencias el mas mínimo
motivo de remo rd i m iento, enviaron al rey sus
juramentos de fidelidad, manifestando gozo
sencillo y verdadero de ver á S. M. restableci-
do al trono de sus mayores. Si se han equino',
cado los refugiados en el concepto que forma-
ron de los que aconsejan 11 rey, no es culpado
ellos : pero nunca debia extrañarse que tra71-e,
taran de volver i sus casas (iando habia ce-
sado el motivo de dejarlas; precedido una
promesa real solemnísima de conservarles
derechos, honores y bienes ; ratificada por
su magcstad muchas veces en el viage por
medio de los ministros consejeros y confi-
dentes que le acompañaban; pues se hubiera
reputado atroz injuria el dudar del cumpli-
miento de un tratado , en cuya virtud reco-
brava el cetro y lásplazas fuertes de su reyno.


20 Nota tercera. Que algunos de ellos est
tan ya enHadrid.— Con efecto, varios refue
giados llenos de consuelo con la esperanza del
Prontor restablecimiento del órden público,
habian ido al pueblo donde creian que po-
drian esperar mejor tan fausto dia.Nolabían
quebrantado ninguna ley en ir á Madrid, y
su viage mismo prueba que no se reconociap
flelingiientes.


Nota quarta. que de ellos,hay quien 144.


( 297 )
en público de aquellos distintivos que 'mica-,
mente es dado usar á personas leales y de
merito. Porque no los "labia de usar
quien los tuviese ? Los caballeros de las Or,
lenes de San Juan, Santiago, Calatraba ,
Alean tara , Montesa y Carlos llI¿ porque no
habian de lle gar su cruz por distintivo? ¿Que
ley se "labia dado por Fernando v-ri en contra,
rio ? Aun guando las Cortes hubiesen pro,
mitigado algunas , las reputarian revocadas
en el decreto de 4 de mayo.


Nota quinta. Distintivos que única-
mente es dado usar apersonas leales y de



Todo esto se verifica completa-


mente en los refugiados en Francia. Tuvie-
ron merito guando Carlos III condecoró b.
unos y Carlos TV á otros. Ninguno de ellos
lo ha perdido despues aca. Eran leales al
tiempo de lograr sus distintivos; lo han sido
tanto y mas con su conducta posterior al
ario 1807 , y lo son ahora despues de su asilo
buscado en Francia. Por conseqUencia les
és dado usar distintivos como personas lea-
les y de merito.


22 ' La obediencia á las órdenes del rey ;
la conformidad con sus máximas políticas ;
la creencia firmísima de que así eximian de
peligro de muerte de veneno al mismo rey y




( 2g8 )
á los infantes - a Carlos y D. Antonio, son
actos los mas calificativos de lealtad; y no
dexa de serlo para con todos los hombres sen-
satos imparciales, la firmeza y. constancia en
el cumplimiento de las promesas juradas.
Observaron las hechas á Fernando mientras
estl.. se ► or estuvo reynando. Solo guando cesó
de reynar por infausta resulta do su entrada
Voluntaria en Francia , volvieron á servir.al
rey- padre Carlos TV. Cesó tam bien este: y
reynando Napoleon desde 6 de mayo á 6 de
junio de 1808, le obedecieron sin juramento
porque lo mandaron los consejos de Castilla
y de Inquisicion en sus circulares. Se pro7.
clamó á Josef reconocido por Fernando VII,
y jurado en todos los pueblos de la peninsula
menos Cadíz , Alicante y Cartagena, y le
fueron leales hasta z z de diciembre de 1813,
en que Fernando VII volvió a reynar. En-
tonces renovaron los juramentos á Fernando
antes que los otros españoles. Todo prueba
que fueron leales.


a3 Se les dará.. en cara con algun acto
singular de deslealtad ? Jamas. Han llenado
sus deberes completamente, y tienen la glo-
ria de que (110 habiendo podido evitar la
guerra como deseaban y procuraban ) dis-
minuyeron sus males en infinitos casos, como


( 299 )
probarian facilmenle si se les hubiese oído
en justicia, y no se les condenase despótica y
arbitrariamente sin audiencia, con vilipei-idio
del respetable nombre del rey, quien acababa
de asegurar en su decreto de 4 del mismo
mes de mayo que aborrecido y detestaba el
despótismo , prometiendo que la libertad y
seguridad realy personal serian solidamente
respetadas conjárme á las leyes.


94 Nota sexta. Se ha servido resolver
para evitar la justa pesadumbre que en esto
reciben los buenos.— Esta proposicion in-
cluye supuesto falso : Los buenos 110 pueden
recibir pesadumbre de que vuelvan á su ph-
fria doce mil familias 'utiles, que solo habian
salido por :miedo de la anarquía. Yo debo en-
tender por buenos, primero á. dos millones
de hombres, cabezas de familias que juraron
obediencia y fidelidad á .1 osef en el templo
ante la presencia sacramental de nuestro Dios,
diciendo que lo hacían de corazon, sincera-
mente y sin restricciones internas: 2.° A los.
arzobispos y obispos que ( hablando en gene-
ral con excepcion de un corto número) per-
manecieron en sus diocesis cuidando de sus
feligreses como pastores fieles conforme á.la
doctrina del Evangelio,y juraron al rey Josef,
á quien sirvieron obedeciendo sus órdenes




( 3oo )
corno debian en conciencia y ley de Dios, que
no se muda por el capricho de los hombres:
5.° á los dignidades, canónigos, racioneros,
beneficiados y capellanes de las iglesias cate-
drales colegiatas y parroquiales que tambien
juraron á Josef, y cumplieron sus juramentos,
excepto unos pocos que emigraron , y otros
poquísimos que permaneciendo en sus igle-
sias intrigaban en secretas inteligencias Con-
tra el gobierno : 4.° á, los magistrados, jueces
y otros empleados que habiendo jurado tam-
bien á Josef, le sirvieron de buena fe mientras
reinó, y se quedaron en sus casas guando él
dexó la España ; prosiguieron obedeciendo
tranquilos h la Regencia, único gobierno en-
tonces del pais , y despues á Fernando VII
quando ha reconquistado su trono.


25 Estas quatro clases componen nueve
partes decimas de la, nacion española; y nin-
guna de todas ellas


• recibiria pesadumbre
justa ni injusta, grande ni pequeña de que
vuelvan á la patria doce mil familias que no
les han hecho mal alguno grande ni pequeño,
y de quienes les consta que han intercedido
infinitas veces para evitar fusilamien tos, in,
cenelios, cárceles, multas, saqueos, requisi-
ciones militares , y exacciones arbitrarias
exorbitantes. Si entre las quatro clases hay


( 3oi )
algunos individuos .capaces de recibir.pcsa-,
(lumbre del regreso de los refugiados, es una
excepcion por efecto de pasiones personan-,
simas , mal dirigidas que no deben traerse
conseqiiencia.


26 Solamente merecerán llamarse buenos
en el sentido que parece darse por el autor
de la circular de 50 de mayo L° Los ambi-
ciosos que recelen menos buena fortuna en
los empleos si regresan quinientos ó mas
hombres de mérito relevante ( aun que con
diferencia de grados) en su respectiva carrera,
11.° Un cortísimo número de ingratos de mala
naturaleza que sientan ver á quienes les han
conservado su vida y bienes en ciertos casos
de insurgencia. III.? :Otro número tambien
pequeño de vengativos ; que habiendo reci-
bido algun pesar de resulta de las pesquisas
de la policía civil del. rey Josef, quieran sa-
tisfacer sus pasiones-iracundas contra doce
mil inocentes. IV.° Algunos hombres perver-
sos cle la mas infima plebe que no teniendo
nada que perder, estar ' preparados á publicar
pesadumbre, rabia. ) furor, odio y pasiones fe-
roces, que les inspiran otros ele tanta iniquidad
como talento, del qual abusan segun las cir-
cunstancias para sus ideas maquiavelicas.


27 Nota septima. « Y las funestas cense-




( 502 )
qiiencias que se podrian seguir de permitir
que indistintamente regresen á sus dominios
los que se hallan en Francia. » Es impo-
sible que se sigan funestas conseqiiencias de
que la España recobrase doce mil familias.
Mas deben recelarse de que nazca odio perju-
dicial al gobierno en otras quarenta y ocho
mil de padres hijos, suegros, yernos, Bei.=
manos y cuñados, tios y sobrinos-, primos y
parientes. de los que sufren la injusticia del
destierro y privacion de bienes, capaz de pro.-
lucir efectos transcendenialeskellos, quandó
ven gozar de la gracia del rey, rentas , hondas
y empleos }os que juraron, faltarou á, su ju-
ramento, y contribuyeron con su influjo bc-,
licoso á la despóblación ,in¿e,ndio y ruina de
ciudades y villas; á los asesinatos de gene-
rales, gobernadores, intendentes y corregi-
dores 3. al saqueo de los vecinos; á la viudedad
de mugeres de militares.; y á la horfandad de
infinitos jóvenes de ambos sexos.


a8 Nota octava. « .salieron e/i pos • de
las banderas del intruso que se liütlaba
rey. » — Elbaber salido deSspailá -fue-luir
de la perSecucion de losnri argiásicts.-Los
partido contrario huyeron h. Cádiz q:uando el
exércite frances ocupó las •Andalacias Tor
que Cádiz es isla. Si lószefugiados en Francia


( 503 )
hubieran encontrado por el norte de la Es-
paña otra isla española corno Cádiz, no hu-
bieran entrado en Francia. El corazon humano
jamas inspira buscar asilo en pais extrangero
mientras lb puede tener en el nacional. Los
derechos divino, natural y civil autorizan al
hombre para que no se le impute 'a crimen la
fuga de sus peligros. Si los del -partido de la
guerra hubieran dejado la administrado!) dé
justicia á solos los tribunales y linbiesen re..1
frenado la ferocidad popular comenzada en 17
de marzo de 1.8o8; y continuada sin interrup,
cion hasta ahora trismo, no hubieran salido
del territorio español los refugiados; pót,Ciiid
no hubiera habido iiiiedu al imperio de las
leyes, segun las quales nOSolo eran inocentes;
sino benánleritos de la patria ;


como juzgara
la posteridad guando cese el- .fuego de las pa-
siones qu,e producen ahora .preoétipaCiáit


. .contraria.
29


-Del,intrUS0 • Aire se titulaba
rey, los arlieitlos•sigUiente


Si Josef fue
ó no intruso en la CÓÉGi -
qüestion que les refugiados--4i4 debieroneXa-i
minar. -Pero lo '''''''''' ahora los
haga infelicesi D. Pedro . Macanaz, que In,
reconoció-por legitimo, le juró sumisión y
obediencia,le pidió la continnacion cle su




( 3o4 )
plaza de consejero de hacienda, le ofreció
aceptar otra qualquiera que S. M. le diese, y
le dió voluntaria y oficiosamente los epitetos
de bueno, magnánimo , sabio , justo y en todo
sentido grande. A los refugiados basta saber
que Fernando ti II, tanto en su primer reinado
fenecido en 5 de mayo, como posteriormente
reconoció y mandó reconocer como legítimo
á Josef; y que todos los soberanos de la Europa
lo reconocieron como tal, menos él ingles;
cosa que p o hicieron. con Fernando , hasta lás
últimas guerras de: 1812, en que admitieron
eznbaxadores de Cádiz por emppilo de la In-
sdaterra.o


3o Nota halla — Artículo primero: Que
los capitanes generales ,comandantes , gober-
nadores y justicias de los pueblos de la 'ren-
tera no permitan entrar en España con
Run pretexto; primero , el que haya servido
al gobierno intruso de consejero ó minis-
tro. —No hay refugiado en Francia que haya
Servido al intruso. Los ministros y los con-
sejeros que sirvieron al rey Josef , lo hicie-
ron al único gobierno que habia en Espa-
ña. Los unos comenzaron -4 seys7;irle en ju-
nio, los .otros en julio, y la península no co-
noció distinto gobierno nacional malo ni bue-
no ; intruso, ni legítimo, hasta la instalacion


( 5o5 )
de la Junta Central en fines de septiembre


, 8o8.. La intrusion G ilegitimidad de la
Junta esta confesada por infinitos escritores
del partido de la guerra, publicada por las
repúblicas Hispano-americanas de Santa Fe,
Caracas, Buenos-ayres , Paraguay , Quito,
Chile, y otras: El rey Fernando VII ha di-
cho' lo bastmte para que no se dude, des-
pués.


del decreto de 4 de mayo, y la circular
del ministro de Ultramar.
• 5 Luego es injustísimo privar de la 0.7


tria y de los bienes á los ministros y conseje-
ros del rey Josef, sin dar otro motivo que el
genérico de haberle Servido. Otra cosa po-
cha ser sise hubiera dicho en la circular que
se usaba de este poder despótico y •constan•
tinopoiitabo con ellos por haber abusado de
sus empleos de Ministros y consejeros para
hacer . Mal :


á la píttria y sus habitantes. Este
abuso (caso de haber sido cierto) seria cri-
men. El autor de la circular conoció acaso
que no. pocha. recurrir á tal extremo sin hacer
acusaciones individúales con el peligro de que
cada individuo probase lo contrario; y echó
poro


el atajo buscando genéricamente delito
en sólo el' hecho de haber servido á Josef:


52 Pero debiera reflexionar que si esto
bast a ra para ser criminal, ya lo habian sido


;lo


N '=


1




( 3o6 )
los grandes de España, nombrados antes que
le sirvieron hasta la batalla de Baylen, to-
dos los consejeros de Estado, Castilla, juqui_
siciou , Indias, Guerra, Ordenes, y 1-1.acietr
da del año 18o8, pues todos juraron, obede-
cieron, b executaron providencias del mismo
rey .Josef; pero mas particularmente los que
se quedaron en Madrid despues de su con-
quista, mereciendo mencion singular los que
pasaron muy tarde al partido contrario como
D. Antonio Cano Manuel, guando no logró
la superintendencia de Policia; D. Francis-
co Lopez Lisperguer, guando pasado mu-
cho tiempo tomó comisiones reservadas
para la América, y las cumplió pasándose
á Cádiz; D. Vicente Alcala Callarlo, quan-
do abandonó la tesoreria mayor; D. Juan
Perez Villamil , D. Benito Arias de Prada y
otros que habiendo servido primero á Josef,
y hechos° despues sospechosos á la policía
y deportados á Francia, obtuvieron del Em-
perador su libertad por medios que propor-
cionaron algunos de los actualmente refu-
giados, y en lugar de volver á sus casas de
Madrid, fueron á Cádiz faltando á sus pala-
bras de honor ; el marques de la Lapilla y
Monasterio, despues de ser gentil-hombre de


( 507 )
camara del rey Josef bastante • tiempo; el
marques de las. Amarillas, D. Vicente de
Flore, y D. Andres Romero Valdés, que
sirvieron de consejeros de Estado; el conde
de Fuente-nueva, y el de la Vega del Pozo,
que hicieron servicio: militar y cívico ; el
duque de San Lorenzo, marques de Villa-
vicencio que se fue resentido de que no:se.
le concedieron las gracias que solicitaba y
otros infinitos de inferior clase y rango que
pudiera nombrar como desertores del parti-
do del rey .Josef en distintas épocas bien
tardías por resentimientos personales.


33 .Ninguno de- todos estos desertores,
otros muchos mas que sin desertar su par-
tido de opinion, han quedado en España (por
no haberse comprometido de manera que
temiesen á la. plebe) no son reputados cri-
minales en la circular por haber Servido al
rey Josef, ni era justo reputarlos ; pues no
lo fueron , antes daban testimonio de ser
buenos españoles en el hecho mismo de alla-
narse á servir los empleos que de otra Ma-
nera hubieran exercido personas extrange-
ras con daños de la nacion , incalculables en
todo sentido , corno disto bien el consejo de
Castilla guando en su Manifiesto se disculpó




( 3o8 )
de haber ad mitido -s- oxeen lado las comisiones.
de policia y otras dadas por el gran duque
de Berg.


34 Los ministros y consejeros refugiados-
13, o. se diferencian de los desertores.- sino en
la constancia y el honor con que. han sos-
tenido sus promesas juradas, satisfechos de
la pureza de sus conciencias, y de la verdad,
completa con que podian asegurar y justi-
ficar sus grandes méritos en favor de la pá-
tria. Porque ¿quien. sino los ministros y con-
sejeros pudiera disminuir los. males de una
guerra desoladora, cuyos operarios eran, co-
mo son todos; los conquistadores del. inun-
do? Es necesario decir alguna verdad clara,
sin contemplaciones en este asunto. Digan
lo que, quieran ahora los ministros de Fer-
nando VII: influyan al rev quanto se les an-
toje para consolidar su pribanza; persuadan
al gabinete de París y domas. Cortes. lo que
les acomode ; logren enhorabuena destruir
las.; fortunas y esperanzas de los refugiados;
pero esto no obstante, los ministros y con-
sejeros del rey Josef serán citados en la his-
toria con. el honor que de justicia, y no de
gracia se, merecen. La Europa no creerá. ja-
más, que.; los ministros y consejeros del rey
Josef aprobaban (quan lo menos ayudaban)


309
los incendios y saqueos de los pueblos de
su pátria; y menos guando á cada paso fir-
maban proclamas en que persuadian la su-
mision como necesaria para evitar esos mis-
mos males. No nos cansemos : (piando ce-
se la guerra de empleos (única que hay
ahora en España) los espaiioles mismos han
de confesar que.


la existencia actual y fu-
tura. de las ciudades y villas , imitadoras
de Madrid, y no de Zaragoza existen por el
patriotismo de las proclamas, cartas y exor-
taciones indirectas y directas de los ministros
y consejeros refugiados en Francia-


55 Los quo quieran actualmente lison-
gear el gusto de los ministros y favoritos del
rey Fernando , contarán todas las Tabulas que
la malicia, el encono, la ignorancia y la su-
persticion reunidas, puedan discurrir pintan-
do h los ministros del rey Joef, como mons-
truos si piensan convenirles. Asi lo indican
algunas cartas recibidas en París. Lograrán
hacerles mal, despojándoles del consuelo de
vivir en su pátria y gozar sus bienes. Con-
síganlo en hora buena: pero no podrán qui-
tarlos en la historia el honor que tenían an-
tes de la revolucion y han conservado en
ella. No: la calumnia no prevalece para tieñi-
pos eternos. La verdad es aceite que sobre




( o )
sale tarde 6 temprano á, la superficie de las
aguas, por impuras que sean. Un ministerio
'labia generalmente odioso por la naturaleza
de sus funciones: El estado de la Espada
producia un odio mayor que el comun. Si
se oyese al ministro que lo desempeiriaba,
se verja que siempre procedió por la resul-
tancia de los papeles de su secretaria , me-
nos guando disminuia el número de confis-
cados y deportados; se venia quantos males
evitó con esfuerzos generosos contra las ideas
de los gefes militares franceses. En fin, la
circular es injusta en la substancia y en el
modo con que castiga sin méritos á minis-
tros y consejeros.


36 Nota once : Segundo. El que estando
antes empleado por S. 111. de enzbaxador
ministro; de secretario de embaxada , ó mi-
nisterio ;6 de consul,haya admitido despues
poder, nombramiento , ó confirmacion de
aquel gobierno , ó continuado_ en qualquie-
nt de estos encargos en su nombre. —
parecería posible llegar á tantos grados la
injusticia si la experiencia no lo acredita-
se. D. Pedro Cevallos, que ahora es conse-
jero de Estado do Fernando, fue su ministro
de Estado y Negocios Extrangeros. Lo fue
despues del rey Josef, y corno tal escribió


( 311 )
i todas las Cortes de la Europa, mandando
jurar obediencia y fidelidad á este nuevo so-
berano y su Constitucion. Le obedecieron
los embaxadores, los ministros plenipoten-
ciarios, los secretarios de embaxada , 6 mi-
nisterio y sus agregados, los cónsules, vice-
cónsules y demas empleados diplomáticos
dependientes del ministerio de Estado en
paises extrangeros , cuyos monarcas hicieron.
igual reconocimiento del rey Josef, de quien.
presentaron credenciales.


3 7 Posteriormente no han tenido in terven-
cion grande ni pequeia, mala, mediana ni bue-
na en los negocios de la revolucion , de mane-
ra que parece absolutamente imposible acha-
carles con veros:knilitud ni apariencias , cri-
men alguno. ¡O semi divino Luis XVIII de
Francia! ¡ Que paralelo me ofreciais guando
os veo clexar honores y sueldos á los que
votaron la muerte de Luis XVI con pen-
sion para sus viudas! No prosigo esta espe-
cie porque no quiero parecer adulador.


38 Pero no debo dexar en silencio la ge-
nerosidad del emperador de Rusia con el
principe Kociusco. Este habla sido .primer
motor y xefe de la revolucion de Polonia
contra su soberano reconocido jurado y obe-
decido. Llevaba muchos años de general en




( 512 )
servicio de .Francia • contra el emperador
Alexandro. Eran inumerables los polacos
que imitaron el exemplo por su considera-
eion. La novedad ocurrida en el trono Tran-
ces dexaba en peligro notorio á todos los
sublevados de Polonia; poro sobre todos al:
principe Rociusco. Alexandro , dando tes-
timonio de ser tan magno, y . mas que el de
Macedonia, lo hace llamar; elogia su valor,
le conserva sus grados militares, y le con-
quista su corazon con otras gracias, prome-
tiendoie mandos y consideraciones dignas de
su rango y elevada clase. i Ah! esto es saber
ser soberano.


59 Nota duodecima. Tercero : Elgeneral
y oficial, desde capitan 1772112SiVe arriba, que'
se haya incorporado en las banderas del ex-
presado gobierno ó en alguno de los cuerpos
de tropas destinadas á obrar , contra la Na-
clon , ó seguido aquel partido.—Para cono-
cer bien la injusticia de este artículo basta
saber que todos los militares, de coronel ar-
riba que se hallaban año i8o8 en país domi-
nado, juraron obediencia y fidelidad al rey
lose:; filos coroneles recibieron la órden do
hacer que .sus regimientos jurasen , corno
consta que lo hicieron. Verificada la insur-
reccion, se le agregaron estos cuerpos ; pero


( 5 15 )
conforme iban siendo prisioneros los oficiales
y soldados, pedian reincorporarse al servicio
de Josef; excepto algunos que prefe • ian venir
á Francia. Hubo aquí tanto descuido. en su
custodia, que muchos volvieron ,h España,
y faltando h su palabra de honor, sirvieron
de nuevo contra las armas francesas. De los
otros, casi todos pretendieron por cartas y
representaciones que se les diera servicio
per el rey Josef ; quien tuvo por mas justo
desengañarles haciendo , saber el mal estado
del real erario para las pagas. En su cense-
qiieucia unos tomaron partido con el empe-
rador Napoleon , por quien militaron con ho-
nor y valor en la campaña de Rusia, año
1812. Otros quedaron en Francia y han re-
gresad() á España despees de la paz.


4o De aqui resulta que de quantos militares
Labia en 18o8, apenas hay quien no haya
jurado h lo menos una vez al rey Josef : To-
dos quedan impunes y con razon. Seria in-
justo castigarles , pues no tenian culpa. Car-
los 1V y Fernando VII mandaron obedecer
á Napoleon, y este mandó hacerlo á Josef.
Los militares obedecieron porque debian
obedecer. Su carrera no les impone obliga-
cion de ser políticos, diplomáticos ni juris-
consulos : Obediencia, disciplina y sumision




( 314 )
a las autoridades costituiclas es el -étnico deber
suyo. Pero si es asi respecto de los que mu-
daron opinion con el tiempo ¿Por que no lo
han de ser para los que añaden el merito de
la constancia en el cumplimiento de sus 'pro-
mesas? No hay que imputarles haber peleado
contra su patria : pues es incierto. Son pocos
los que han obrado activamente, sino en el
exterminio de bandidos que se arrogaban el
nombre de soldados con deshonor de la car-
rera militar, v si alguna vez han servido al rey
Josef contra tropas espanolas de linea, no
solo no fue conf ra la p(tría, sino positiva-
mente á favor de ella contra la anarquía del
partido revolucionario, verdadero germen
de las calamidades nacionales.


4o Nota duodecima tercia. El que haya es-
tado empleado por el intruso en alguno de
los ramos de policía, enprele ctura, subpre-


_lectura, ó junta criminal.— Esto es injusto
en su esencia por lo ya expresado ; pero aun
guando el fondo de la rcsolucion pudiera
tener algo de justicia, siempre sería iniquala
generalidad. Por exemplo, los subalternos de
policía no tenias á su cargo mas que la exe-
cucion de las órdenes. Si ellos se hubiesen
negado, las executarian los militares fran-
ceses. Habrá quien se persuada que seria


( 315 )
mas benigna ?Vuelvo á recurrir al Manifiesto
del consejo de Castilla, y se verá la res-
puesta.


41 Los prefectos y los subprefectos eran
unos magistrados de beneficencia. No solo
no fueron criminales, sino que antes bien es
difícil hallar clase alguna de los refugiados
en Francia que mereciese menos un des-
tierro. Aunque los prefectos y subprefectos
no fuesen iguales en las luces y zelo, es cons-
tante que todos, qual mas , qual menos , eran.
victima del furor de los militares franceses
procurando por sí mismos , á costa de gran-
des fatigas, pesadumbres y aun peligros, la
oportunidad de subsistencias de la tropa, con-
servacion de almacenes y buen uso de ellos,
para evitar las violencias y excesos de las
exacciones militares. Sus enemigos citarán
( y acaso con verdad) las que padecieron :
pero si ha quedado algun'amante de la justi-
cia, no podrá negar que hubieran sido mil
veces mayores sino por el zelo de los prc..
fectos y subprefectos.


4a Otro tanto sucede con los individuos
de juntas criminales. El sonido de su nom-
bre, la influencia que alguna vez tenia el
ministerio de la policía general , y la inevita-
ble murinuracion de los interesados contra




( 3i6 )
el último suplicio, han producido en la reac-
cion actual. un concepto contrario á la ver-
dad y justicia. Pero el tiempo correrá ; las
reacciones cesarán ; no habrá interes en ha-
blar mall de os refugiados , y entonces la
verdad triunfará. Los hornbres justos que
hayan observado con ojos filosóficos la revo-
lucion, erigirán estatuas á los nombres de
muchos refugiados individuos cte juntas cri-
ni in ales , rencnn bra.ndoles conservadores de
las vidas españolas a la sombra de la ley. Si
se cita un ajusticiado por sentencia de ellos,
verán por el proceso en su persona, no Un
insurgente, sino un ladron y asesino , que
por cubrir su infame crimen habia tomado
partido en las guerrillas ó bandas de bri-
eantes tan malos como él ; empeñados en
llevar adelante las apariencias de militares
defensores de la pátria por uno de tantos er-
rores políticos de la junta criminal. Descu-
brirán que los xefes franceses hacian fusilar
en el término de una hora los hombres tal
vez inocentes con solo escuchar la delacion
de quien la daba por venganza, resentimien-
to, ú interes , y que fue institucion celestial
la de Junios criminales para obligar á los
franceses á entregar los delatados ; pero que
nuestros jueces nó condenaban á muerte al


( 3 1 7 ).
que solo resultase reo de insurgencia sino
era tambien ladron asesino; y que vol-
Vieron á sus casas libremente muchos que
zoo podian vivir si los militares franceses hu-
bieran sentenciado la causa. Pocos hay en fin
que tengan tanto mérito en favor de la pá.,-
tria como los individuos de las Juntas crimi-
nales. Si se miran los procesos, resultará que
han conservado con la sombra de la ley mas
de tres mil vidas , y que no han derramado
la sangre de un inocente.


43 Nota Duodecima quanta. Quinto. Las
personas de título : y qualquier prelado, á
persona condecorada con alguna dignidad
eclesiástica que le haya confi'rido el expre-
sado gobierno, ó estandolo ya por el legí-
timo, haya seguido el partido del intruso, y•
expairiádose en seguimiento de — Nin
guna de estas calidades supone accion ni pro-
cedimiento contra el rey Fernando ú la pá
tría ; sino solo un reconocimiento do la po-
testad del rey josef; el qual es consiguiente
á las clases pacificas á que pertenecen las
personas de título, los prelados y demas ecle-
siásticos. Hay- en España inumcrables de esta.
clase; porque (Ocios los duques, marqueses,
condes, vizcondes y barones tuvieron que re-
novar sus títulos jurando fidelidad al. rey'




( 318 )
Josnf y su Constitucion, sin cuyo requisito
no se les permilia usar de ellos. Tambien
hay obispos , y mas de tres mil presbíteros
agra2jalos por el rey fosef. A los unos y los
otros se permite residir en Esparta, y seria
injusto lo contrario porque no han cometido
crimen , ni dado causa ; pero entre ellos y
los refugiados en Francia no hay mas dife-
rencia, con relacion al objeto, que haber
emigrado los últimos por miedo de la anar-
quia. Este medio pudo ser crimen? ¿ Por-
que se les prohibe regresar á su pátria guan-
do ya se animan á executarlo confiados en
la proteccion del rey?


44 Nota decima quinta. — Y si alguna d
algunas de tales personas hubieren entrado
ya en el 7 -cyno , las hagan salir de él; pero
sin causarles otra vexacion que la necesa-,
ría para que esta providencia quéde exe-
culada.— Esto es cruel. ¿Que diferencia.
puede haber entre éstos y los que no hablan
salido, sino la de haber padecido mucho en
sus . viages de ida y vuelta ? Haber salido por
miedo no es crimen. Haber vuelto creyen-
do, removidos los motivos del miedo hace
honor á la buena opinion formada del rey,
Desterrarlos ahora es aumentar aflicciones
al afligido contra las reglas del derecho


( 319 )
natural. La prevencion que se hace sobre
las vexaciones de la salida del desterrado,
es en substancia autorizar á los alcaldes
de cada pueblo para poner en =celes bien
mortificantes al infeliz, á título de decir que
lo consideran necesario para que la provi-
dencia real sea executada.


45 Nota decima sexta, — Articulo segun-
do. Que a los,demas que no _Meren de estas
clases se les permita entrar en el reyno ;
pero no el venir a la Corte, ni establecerse
en pueblo que estuviere á menos de veinte
leguas de distanciad(' —Tambien es in-
justo este destierro de la Corle. Los que no han
sido ministros, consejeros, individuos de junta
criminal, prefectos subprefectos , duques,
marqueses, condes, vizcondes, barones, pre-
lados, dignidades ni caballeros de Ordenes
militares ó reales, no eran personas capaces
de incomodar á los que tienen hoy el po-
der. Su Propio interes les inspirz.tria mode-
racion en sus conversaciones y conducta,,
Solamente una mala voluntad ha podido su-
gerir una determinacion tan perjudicial á los
que habían fixado antes su domicilio en la
Corte ó pueblos distantes menos de veinte
leguas.


46 Nota decima septitna.— « Y allí y en




( 52.o )
qualquier pueblo a donde mudaren Sic dona..
cilio, se .presentarán al comandante, gober.
nador, alcalde 6 justicia, quien dará aviso al
gobernador político de la provincia y éste al
ministerio de Gracia y Justicia para que haya
noticia de su persona; quedando tales. szigetoS
bajo la in speccion de los expresados geles (6
en su defecto de la justicia del pueblo) que
zelarán su conducta política y serán de ella
responsables. » — Es bien facil conocer el
peligro de arbitrariedad á ltze se han .de ver
sujetos los infelices de quienes se trata ; pues
por mas moderacion que tengan en sus obras
y palabras, estarán expuestos h que un ma,
ligno ((le los muchos que se han descubierto
en la revolucion) los acuse calumniosamente
ante la-justicia, la qual (por manifestar zelo y
librarse de responsabilidad) mortificará. al ha-
bitante moderno de manera que se le puede
reputar condenado á la cruel pena de una
muerte prolongada. ¿y qual es el motivo ?
berse adherido h las órdenes y proclamas del
rey Fernando VII, y contribuido á disminuir
los males de la pátria. ¡ Quo cambio de ideas
tan monstruoso!


/1 7 Nota decima octava. — « Articulo ter-
Cero :A ninguno de estos se les propondrá
para empleos, ni comision de. gobierno- de


( 321 )
pública administracion ni de justicia. » —
Como si lo anterior no fuese pena muy acerva,
se les añade la de que mueran de hambre casi
todos, pues el mayor número de los compre-
hendidos en esta clase se mantenia con sueldo
de su destino, sin bienes raices ni capitales
productivos, estando muchos en edad de no
poder aprender oficio para sustentacion suya
y de sus familias. Acaso era menor crueldad
quitarles de una vez la vida.


48 Nota decima nona.— « Ni los oficiales.
de inferior grado al de capitan; ni los cadetes
continuarán en sus empleos y uso de uni-
jOrnze ni de otro modo en la » —
Esto es, no solo injusto, sino antipolitico. In-
justo; porque caso de haber culpa en los mili-
tares, apenas-habría alguna en los subalternos.
Ordinariamente comienzan por voluntad
agena. El proseguir es honor del que jura sus
banderas. lmpolitico porque deja en peligro
de emprender ( por efecto v conseqüencias
del deshonor y del hambre) una carrera peli-
grosa h la tranquilidad pública.


49 Nota vigcsima — Pero no dando
esto (ni los (lemas ci quienes se permite en-
trar en el reyno con las condiciones dichas)
lugar con su conducta a que contra ellos se
proceda, no se les molestará en el uso de su


2a




( 322 )
libertad; y 8ozarán de su seguridad personal
y real como todos los demos. » ? Y si, aun-
que ellos no den causa, se la imputan los que
ven el gobierno bien dispuesto á escuchar
cuentos? La puerta de los calumniadores se
abrió; y los infelices perseguidos inocentes
seran víctima de las pasiones de sus émulos.


3o Nota vigesima prima.. « Articulo
quanto. A los de las expresadas clases que
se hallen en la corte, y no se hubieren ex-
patriado, se les hará entender por los al-
caldes de casa cortey demas jueces de ella
que inmediatamente salgan de Madrid á
residir en pueblo que esté á la expresada
distancia; á saber, constando que estan
comprelzeizdidos en dichas clases. » —
Prescindo de lo indignos que son de la secre-
taria de un ministerio español, la gramática,
expresiones, lenguage y estilo de esta cláu-
sula y otras muchas de la circular; y fijando
la atencion solo en el fondo de la materia,
veo dificil de conciliar este artículo con la
otra circular del dia 24 que -mandaba formar
quatro clases de los empleados del tiempo
del rey Josef, y no desatender en la provision
de los destinos Z1, los que solo sirvieron en los
obtenidos antes de la revolucion , ú los de
ascenso por escala. Pero discurrase la conci-


( 32) )
liacion que se quiera, siempre será injusto
desterrar de su antiguo domicilio por haber
recibido empleo del rey Josef, (iando entre
los principales que mandan, no so lohay varios
de esta clase sin mas mérito que la desercion,
sino que han abanzado mucho mas, preten-
diendo en la forma que las circunstancias les
han dictado.


5r. Nota vigesima segunda. « Arti-
culo quinto. Los que antes hubieren obte-
nido del rey„ cruz,á otro distintivo político
no podrán usarle, y mucho menos se per-
mitirá que lo usen los que hayan recib?do
del gobierno intruso semejante di Çtincion y
traten de volver á usar del que les condeco-
raba, antes. Son estos distintivos premio de
lealtad y patriotismo ; y los tales no cor-
respondieron á sus obligaciones. » No es
tan fácil en buena gramatica (como habrá
pensado el autor de la cireular)entender quie-
nes son estos tales. Pero aun es mas dificil
disculpar su lógica. Si no correspondieron á
sus obligaciones de lealtad y patriotismo los
que, obedecieron á los reyes Carlos 1V y
Fernando VII, y trabajaron quanto pudieron
para disminuir losimales de la piltria quienes
habrán. correspondido? Las resultas me lo
dicen. Los que faltando á sus promesas ju-




( 324 )
radas por mutacion de circunstancias, han
sido despues cooperadores del despotismo
atroz ministerial que resulta en esta y otras
circulares. Pero lo que hace horrible, detes-
table (y aun expuesto á los peligros del des-
pecho) un reinado que comienza con tan
bárbaro abuso del poder ministerial , es la ca-
lificacion que se hace de las personas para
despojarles injusta, cruel, y ferozmente, sin
audiencia, juicio, ni sentencia , de los distin-
tivos que la nobleza del nacimiento junta con
los meritos personales antecedentes, y los de
sus progénitores, proporcionó á costa de los
crecidos dispendios de pruebas como premio
de lealtad y patriotismo. ¡ Infeliz país el que
sufre despotismo ministerial tan barbaro !
¡Infeliz Cambien el ministro que asi abusa de
su poder precario y momentaneo ! Apelo al
tiempo : el demostrará esta verdad. El espa-
ñol que nació con honor y vive creyendo
haberlo conservado, hará contra quien intenta
despojarle de sus distintivos las acciones de
despecho que no baria contra quien le quisiera
matar. La historia confirma esta propiedad del
carácter español. ¿ Y que diremos si traemos


consecuencia que Fernando VII pretendió
el distintivo de la Orden de España fundada
por el rey Josef?


( 325 )
52 Nota vigesima tercia. — K Articulo


sexto Las mugeres casadas que se expa-
triaron corz sus maridos seguiran la suerte
de éstos. » — Otro efecto de la inhumanidad
que brilla en la circular, es esta disposicion
tan cruel como injusta. Las mugercs , acom-
pañando h sus maridos en la calamidad, hicie-
ron acto de virtud conyugal. El premio es
privarlas de la facultad que les darian sus
esposos de separarse para arreglar los intereses
de una familia que no habia pensado hacer
ausencia tan dilatada. Entre Caribes (si tu-
vieran leyes escritas) no habria semejante.
Les daria horrorleerlas, como me lo ha infun-
dido á mi que no soy casado. ¿Que seria si
yo lo estuviera? La rabia, el furor, el odio y
el despecho ( pero mejor diria, el amor á la
humanidad) me inspirarian en tal caso expo-
nerme á, la últimos suplicios mas terribles
por quitar de entre los hombres al monstruo
que , sugirió á un rey cristiano, catolico, tan
bárbaro artículo, contrario á la ley de Dios y.
de los hombres.


53 Nota vigesima quarta. « A los de-
mas y a las personas menores de veinte
años que, siguiendo al expresado gobierno,
se 1mhz* creo expatriado, usando el rey de be-
nignidad, les permite que 'vuelvan zi sus




( 326 )
casas y al seno de sus familias ,p ero sujetas
á la inspeccion del gobierno político del
pueblo donde se establezcan. » El espíritu
de benignidad que se indica en esta parte de
la circular, es un fenómeno tan extraño que
nadie debe admirarse haya excitado en todos
los españoles la curiosidad natural de saber
su origen. Muchos creen haberlo investigado.
Céjala en cada clase hubiesen tenido igual


motivo de hacer algun bien los autores de la
circular!


54 Nota vigesima quinta. « A los sar-
gentos, cabos .y soldados y gente de mar
que se hayan alistado en las banderas del
intruso; ó tomado partido en alguno de los
cuerpos destinados á hacer la guerra con-
tra la nacion ,considerando S. M. que tales
perdonas, mas por seduccion que por perver-
sidad de animo (y acaso algunos por


fuerza) incurrieron en a q u el delito: usando
hoy (en suglorioso dia y en meritoria de
sufe liz restitucion al trono de sus mayores)
de su natural piedad, ha venido en ha-
cerles gracia de la pena que merecieron
por el y en concederles su indulto;


.5i dentro
de un mes los que estuvieren en España (y
de quatro los que se hallen fuera) y no
siendo reos de otro delito de los exceptuados


( 52 7 )
.en indultos generales , se presentaren para
gozar de esta gracia á su real persona,
ante algzcn capitan general ó comandante
de provincia, gobernador G justicia del
reino. Para lo dual se les dará el conve-
niente documento que acredite su presenta-
czon en aquel termino, pasado el qual se
procederá contra los tales con arreglo á
ordenanza sinceren aprehendidos en terri-
torio español. » Mas de treinta mil espa-
ñoles tornaron partido en las banderas del
rey Josef; no por fuerza ni seduccion sino
porque habiendo sido cogidos 'prisioneros,
-preferian quedar en España. No fueron des-
tinados 'a obrar jamas contra la nacion. Esta
se hallaba sumisa y obediente al rey Josef.
Cádiz, Alicante Y Cartagena no componian
el cuerpo nacional. Alguna vez tomaron
armas contra españoles desalmados que
vivian del asesinato y del robo , con titulo
de soldados de guerrilla, y en esto servian
fielmente á la patria sin cometer crimen. Pero
ya que se les califique de reos, la gracia es
bien diminuta para celebrar el glorioso dia
del rey y su feliz restitucion al tróno ; pues se
concede término tan limitado , que apenas
basta para el objeto. En fin, si los autores
de la circular pensaron hacer gracia por res-




( 528 )
peto al dia ¿ Por que no pusieron á. la circular
la fecha de algunos dias anteriores? Es modo
nuevo de celebrar los dias del rey el de hacer
proscripciones? No me ocurre ahora compa-
racion mas exácta que la degollacion de san
Juan Bautista por el rey Heródes; pero los
autores lean á san Augustin sobre esse asunto
y verán su retrato.


55 Conclúyo estas notas pidiendo h Dios
que libre al rey Fernando de la infelicidad.
que le amenaza en su reynado. Comenzó por
un tumulto que hizo á sus padres temer la
muerte. Se perdió por una confianza que
neciamente le hicieron tener en quien no la
pocha infundir; y contra la qual tuvieron todas
las advertencias necesarias. Se restaura su
posesion haciéndole faltar á su promesa real
de un contrato, cuyo fruto percibia ; poniendo
en cárceles, y persiguiendo á los que con el
uso • de su nombre dieron lugar h la recupe-
racion del trono ; proscribiendo h los que
obedecieron y executaron sus- órdenes de
manifestar adhesion al rey Josef , aunque la
manifestaron mas tarde y menor que S.
de quien se vieron abandonados; dexando-
se gobernar por los que le perdieron con
sus imprudentes consejos en i8o8; renovan-
do instituciones, cuya supresion le propor-


( 529
)


cionaba rentas para excusar contribuciones
extraordinarias; y por último afirmando que
detesta el despotismo, guando sus ministros
lo exercen con atrocidad inaudita, execra-
ble y bárbara. ¿ Que pronóstico puede for-
marse de un reinado semejante? Pido á Dios
nuevamente que libre al rey Fernando de
los males que amenazan á su magestad y á,
la pátria.




( 55o )


INDICE.


PROLOGO. Pag.
ARTICULO PRIMERO: Principio de la


revolucion Española.
SEGUNDO: Viage de Fernando VII á


Francia y sus primeros efectos. 23
TERCERO: Conducta del Emperador de


Francia, y primeras resoluciones de
Fernando
en Bayona.


QUARTO: Cesiones del derecho de rei-
nar en España. 56


QUINTO: Eleccion del Rey Josef, y
Constitucion de Bayona. 82


SEXTO: Viage á. Madrid , proclamacion
y otros sucesos. 109


SEPTIMO: Viage á Vitoria, y sus con.
secuencias. 125


OCTAVO : Regreso i Madrid y sus efec-
tos inmediatos.


NONO : Surnislon de toda España y sus
consecuencias. 757


DECIMO: Regreso del rey- Josef á Fran-
cia, y tratado de Valencey entre el
Emperador y Fernando VIL 185


( 331 )
pag.


UNDECIMO : Conducta de las Cortes y
de la Rgencia de España con Fer-
nando VIL


DUODECIMO: Regreso de Fernando VII
á España, y caida de Napoleon en
Francia.


DECIMO TERCIO : Reversion de lá dinas-
tia Borbon al trono de Francia, y re-
laciones de este suceso con los de Es-
paña.


DECI110 QUARTO : Decretos del rey de
España Fernando VII en Valencia, y
juicio que se formó en su vista. 251


DECIMO QUINTO: Entrada del rey Fer-
nando VII en Madrid , y primeras
providencias de sus ministros. 265


DECIMO SEXTO: Circular del ministerio
de Gracia y Justicia contra los refu-
giados en Francia, y opinion que se
formó sobre ella. 285


200


220


2'37




ERRATAS.


PAGA DICE. • DEBE PECIR.
Pag. VIII, lin. /1 . . anuáciado.. anunciando.
Id. 7 1 , lin. 6.. dia 3 dia
Id. 71, lin. 16. de no haber lle- de haber lle-


gado.ga.d o
94, lin. 16. sido de tal ...... . . sido tal.


Id. 146, 7. siguiese sugiriese.
Id. 155 , 20. afirmar firmar.
Id. 166 ,lin. 25. escribió entre. ... escribió di-
ciendo-entre.
Id. 18o, lin. 1. de
Id. 258 , lin. 1 9 . conciba......... concebía.
Id. 2 7 9, lin. 24. 9 de febrero
Id. 296, lin. 2 2. prontor
Id. 514, lin. 1 7 . duodecima
Id. 31 7 ,1in. 12. cluoclecima
Id. 518, lin. Ir. medio


.. .I I de 771arZO.
prono.


décima.
décima.


miedo.
Id. 318 ,lin. 25. creyendo, re- creyeaillo re-
movidos


. .


Id. 32 , lin. 25. ésto éstos.


Pag. 55, linea 17 despues del párrafo 20
se omitió lo que sigue¡« El duque de Mabon.
« sufre la misma suerte á pesa4cle haber con-
« tráelo méritos de la propia clase. Era capi-
41 tan general de Guipuicoa , con residencia


22




( 161 )
en la ciudad de San-Sebastian guando Fer-


QC nardo hacia su viage Bayona. Receló
« mal exito y deseoso de precaverlo, pro-
« metió sacar á Fernando libre del territorio
« en que hubiera parte del exército frances,


á otro distinto con las tropas de su mando,
aun guando costase al mismo duque la


« vida. Su leal y generosa oferta no debió
« aceptacion; y lo mismo había sucedido it
• D. Miguel de Alava , el qual habia hecho
« semejante oferta, no dudando sacar de Vi-
« toria sin peligros al rey Fernando, disfra-
• zado en mozo de mulas.»